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EL DONCEL DEL MAREl caballero de Escocia, de nombre Gandales,
viajaba en un barco desde la pequea Bretaa hacia su patria. Con l
iban su mujer y un hijo de corta edad llamado Gandaln. Una maana
clara vieron un arca que en el agua flotaba y llamando a cuatro
marineros, el caballero les mand que presto botasen un bote y se la
trajesen: lo cual a continuacin se hizo. De inmediato se vio que
dicha arca era larga como una espada y las tablas que la formaban
estaban calafateadas para que no hiciera agua. El caballero tom el
arca, tir de lo que la cubra y vio dentro un doncel recin nacido al
que cogi en sus brazos. Y dijo: ste de algn buen lugar es. Deca
esto por los ricos panales en que el nio vena envuelto, y por el
anillo que, con una bolilla de cera, penda de una cadena de su
cuello, y por una espada que le pareci muy hermosa y que estaba
dispuesta en el ar ca al lado del infante. Guardando aquellas
cosas, el caballero le rog a su mujer que hiciese criar al nio. sta
orden al ama que criaba a su hijo Gandaln, que le diera teta al
doncel. El nio la tom con mucha gana de mamar y el c aballero y su
esposa se alegraron mucho. Siguieron as navegando con buen tiempo
por la mar hasta que arribaron a Antalia, una villa de Escocia.Y,
saliendo de all, llegaron a su castillo -un castillo d los buenos
de aquella tierra- donde el caballero hizo criar al doncel como s i
fuera su propio hijo.Todos creyeron que aquel nio era hijo del
caballero, pues los hechos verdaderos no pudieron ser dados a
conocer a nadie por los marineros, ya que en el barco, que era de
ellos, siguieron navegando hacia otras partes. Pas el tiempo y el
doncel, que era criado por don Gandales y al que pusieron por
nombre el Doncel del Mar, creca bien cuidado por el caballero y por
su mujer. Se iba haciendo tan hermoso que todos los que lo vean se
maravillaban. Un da don Gandales, que era un muy grande y muy
esforzado caballero, sali armado a cabalgar. Y encontr a una
doncella que le dijo: -Ay, Gandales! Si muchos altos hombres
supiesen lo que yo s ahora, te cortaran la cabeza. -Por qu? -dijo
l. -Porque t guardas la su muerte -dijo ella. Gandales, como no
entenda, dijo: -Doncella, por Dios os ruego que me expliquis qu
queris decir con eso. -No te lo dir -dijo ella. Y, alejndose de l,
se fue por su camino. Gandales se qued preocupado por lo que le
haba sido dicho y sin poder entenderlo. Pero despus, en cierta
ocasin, le salv la vida a la doncella y, como pago, le rog que le
explicara el misterio. Ella le exigi: -Me has de prometer, como
caballero leal, que nadie lo sabr por ti hasta que yo lo mande. l
as lo prometi.Y ella se lo explic: -Te digo que aquel que hallaste
en la mar ser la flor de los caballeros de su tiempo: har
estremecer a los fuertes; acometer y rematar con gloria todas las
empresas en que otros murieron; realizar hazaas tan grandes que
nadie creera que pudieran ser comenzadas ni acabadas por cuerpo de
hombre; har que los soberbios tengan buenos sentimientos; tendr un
corazn cruel contra los que se lo merezcan; y an te digo ms, ser en
el mundo el caballero m s fiel al amor y amar de tan alta manera
como conviene a sus altos hechos. Y sabe que procede de reyes por
parte de padre y por parte de madre. Ahora vete.Y cree firmemente
que todo suceder como te lo he dicho. -Ay, seora -dijo Gandales-,
os ruego que me digis dnde os puedo encontrar para hablar con vos
en otras ocasiones. -Eso no lo has de saber t nunca ni por m ni por
otro -dijo ella. -Pues, por lo que ms amis en el mundo, decidme
vuestro nombre. -Me conjuras tanto que te lo dir: mi nombre es
Urganda la Desconocida. Ahora mrame bien y luego reconceme si
puedes: porque nadie me reconoce cuando me vuelve a ver. Y el
caballero, que hasta entonces la haba visto como una doncella que
no tendra ms de dieciocho aos, la vio de repente tan vieja y
arrugada que se maravill de que pudiera mantenerse; y empez a
santiguarse ante aquel prodi gio. Cuando ella lo vio tan asustado,
torn a su joven estado anterior Y dijo: -Te parece que me hallaras
aunque me buscases? Pues yo te digo que jams debes ocuparte de
encontrarme: aunque todos los habitantes del mundo me buscaran, no
me hallaran si yo no quisiera. -As como quiero que Dios me salve,
seora -dijo Gandales-, as yo os creo. Pero por Dios os pido que os
acordis del doncel, que de todos est desamparado excepto de m. -No
pienses en eso -dijo Urganda- que ese desamparo ser amparo y reparo
de muchos.Y yo lo quiero ms de lo que t piensas. Y as se separaron
el uno de la otra. Don Gandales volvi a su castillo para seguir
cuidando a su doncel, y al llegar, antes de quitarse las armas, lo
tom en sus brazos y empez a besarlo. Las lgrimas acudieron a sus
ojos y l dijo en su corazn: Hermoso hijo m o, querr Dios que yo
llegue a verte de mayor?. Por este tiempo el doncel tena tres aos y
era tan bello que todos lo admiraban maravillados. Cuando vio a su
amo llorar, le puso las manos en los ojos como queriendo
limpirselos. Entonces Gandales se alegr pensando que, segn tuviera
ms edad el nio, ms le ayudara en su tristeza. Lo dej en la tierra,
fue a desarmarse y, en adelante, se preocup an ms por l. Cuando el
doncel tuvo cinco a os, el caballero le hizo un arco a su medida e
hizo otro para su hijo Gandaln. Con aquel arco haca practicar al
nio ante s. Y de esta manera lo fue criando hasta la edad de siete
aos. A esta sazn el rey Languines, que pasaba por su reino de una
villa a otra con su mujer y toda la corte, lleg al castillo de
Gandales, que le coga de camino y donde fue muy bien agasajado. Y
Gandales, para que no los viesen, mand escon der a su Doncel del
Mar y a su hijo Gandaln en un corral. Mas la Reina, que estaba
aposentada en lo ms alto de la casa, mirando por una ventana, vio a
los donceles que practicaban con sus arcos. Y, entre todos ellos,
el Doncel del Mar era tan apue sto y tan hermoso que, al
contemplarlo, la Reina qued totalmente maravillada. Adems, lo vio
mejor vestido que los otros hasta el punto de que pareca el seor de
todos. Y, como no haba cerca nadie de la casa de Gandales para
pregunta rle, llam a sus damas de compaa y les dijo: -Venid y veris
a la criatura ms hermosa que jams haya sido vista. A la Reina le
llam la atencin que sus compaeros llamaran al nio Doncel del MarY,
estando as, el Rey y Gandales entraron en el aposento. La Reina le
pregunt: -Decid, don Gandales, aquel doncel tan hermoso, es hijo
vuestro? -S, seora -dijo l. -Entonces -dijo ella- por qu lo llamis
Doncel del Mar? -Porque en la mar naci -dijo Gandales- cuando yo de
la pequea Bretaa vena. El Rey, a quien el nio tambin le pareci muy
hermoso, dijo: -Hacedlo venir, Gandales, que lo quiero criar
yo.