Centro de
Centro de Experimentación Para el Aprendizaje Permanente
SISTEMATIZACIÓN DEL TALLER
“HERRAMIENTAS PARA LA EXPRESIÓN LÚDICA”
Luis Alberto Ochoa
Caracas, Junio de 2010
ara el Aprendizaje Permanente
TALLER
A EXPRESIÓN LÚDICA”
2
Índice
Introducción 4
Descripción del proyecto
o Antecedentes 6
o Justificación 8
o Las interrogantes 10
o Objetivos 11
o Objetivos de Aprendizaje 12
o Metodología utilizada en la sistematización del taller 14
o Ejes de análisis de la sistematización 19
De juegos y otras travesuras 21
o Punto y seguimos… 30
La mediación pedagógica en el diseño de talleres educativos 36
o Algunas reflexiones y conceptos sobre el taller educativo 37
o Elementos para la realización del taller 39
o Recursos y materiales 40
o Lugar y tiempo 41
o Mediación pedagógica 42
o La planificación del taller 45
o Taller “Herramientas para la Expresión Lúdica” 47
El Encanto Lúdico de Leer y Escribir 54
Primera sesión
o El juego y la Expresión Lúdica 59
o La Expresividad Literaria y la Animación a la Lectura 64
Segunda sesión 76
3
Tercera sesión 89
La creatividad en la evaluación de los procesos educativos 95
o La creatividad 99
Cuarta sesión 105
o Evaluación 109
A manera de conclusiones 122
Bibliografía 125
4
INTRODUCCIÓN
El presente informe de aprendizaje -realizado con carácter
prospectivo- refiere el proceso de diseño, facilitación y evaluación del
taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”, así como a la
sistematización del mismo. Dicha actividad educativa se llevó a cabo en el
Instituto Universitario “Jesús Obrero” de Catia, entre el 8 y el 29 de mayo
de 2010, y fue dirigida básicamente a estudiantes de Educación Integral
del mencionado plantel educativo.
En dicha experiencia, realizada en un contexto de educación
formal, y delimitada tanto en espacio como en tiempo, quien escribe es
sujeto y objeto de la investigación, razón por la que utilizaré -en la casi
totalidad de su reconstrucción- el lenguaje en primera persona.
El taller “Herramientas para la Expresión Lúdica” fue un espacio
para vivenciar un conjunto de dinámicas y técnicas que permiten abordar
diferentes temáticas de interés educativo, favoreciendo la exteriorización
creativa de sentimientos, la indagación, y la expresividad de la palabra
infantil a través de la lúdica, y fue también; un lugar de encuentro y
construcción colectiva que facilitó reflexionar sobre el valor de esa
herramienta en los procesos de aprendizaje.
La sistematización que presento estuvo orientada por la metodología
cualitativa y en ella procuré un acercamiento al enfoque de sistematización
de experiencias de Oscar Jara, quien propone -además de los 5 tiempos
para llevarla a cabo- analizar la experiencia seleccionada bajo la mirada de
la dialéctica. Entre las técnicas utilizadas para registrar y valorar el proceso
estuvo la observación participante en su modalidad libre, la revisión y el
análisis documental, y la aplicación de instrumentos evaluativos.
En este proyecto me propuse aproximarme a un conjunto de
conocimientos que de acuerdo a la planificación realizada tuvieron presentes
5
en esa experiencia. En esta ocasión, entre otras necesidades formativas,
requería fortalecer mis habilidades y destrezas en el diseño, facilitación y
evaluación de talleres educativos, así como aproximarme a conocimientos
teóricos de la mediación pedagógica, la expresión lúdica y la animación a la
lectura. Por ello, en el avance de la descripción de la experiencia, se
observará la incorporación de fundamentos de orden teórico conceptual que
me permitieron abordar algunas áreas de conocimiento, entre ellas:
Evaluación, Currículo, Mediación pedagógica, Animación a la lectura y
Creatividad.
Los invito a leer esta travesía poblada de juegos versificados, a
recorrer este arrabal levantado en abrazos poéticos y en reflexiones vitales,
súmese al atrevimiento de inventar una vida justa y posible en el fragor de la
creatividad colectiva.
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Antecedentes
Considero como un antecedente legítimo de la investigación
efectuada la propia experiencia que sobre esta temática he compartido en
diferentes contextos, entre ellos: comunitarios (Equipo de Trabajo
Carbonell del Barrio el Amparo de Catia, entre los años 1991-1994),
institucionales y/o de educación formal (Junto a la cantora y docente la
“Chiche” Manaure para el Consejo Nacional de Defensa de Niños, Niñas y
Adolescentes en conjunto con el Museo Alejandro Otero, como co-facilitador
del taller de expresión literaria infantil “Pescadores y pescadoras de letras
Aquiles Nazoa”, año 2001. Centro Nacional del Libro, como promotor de
lectura, durante el año 2005. En la “Operación Dulcinea” con la Dirección de
Literatura del Consejo Nacional de la Cultura, como coordinador y promotor
de lectura, año 2005. Para la Universidad Nacional Experimental Simón
Rodríguez, como diseñador y facilitador del “Taller de herramientas de
expresión” en el marco del componente desarrollo comunitario del Programa
Formativo para jóvenes fuera del sistema escolar de la comunidad de Río
Negro, en Barlovento Estado Miranda, año 2006. Escuela Comunitaria “Luisa
Goiticoa” donde me desempeñé por 3 años y medio como bibliotecario y
profesor de la asignatura de castellano y literatura, años 1997-2000. En la
Unidad Educativa Nacional “Lino Gallardo”, como Coordinador y facilitador
del curso “Comunicación Popular y Participación Juvenil en Radios
Comunitarias”, durante el año escolar 2001-2002. En el Instituto
Metropolitano de la Juventud, adscrito a la Alcaldía Metropolitana, como
Coordinador de la Escuela de Recreadores Comunitarios Integrales, entre
marzo de 2007 y julio de 2008.
En varias de estas experiencias además de actuar como diseñador y
facilitador de actividades lúdicas, de recreación, y de expresión literaria, me
correspondió planificar, ejecutar, y participar de la evaluación y co-
evaluación de programas educativos. Esto de alguna manera nos indica que
aún cuando este proyecto tuvo un carácter prospectivo, parece lógico que
7
parte de lo aprendido y practicado en las mencionadas experiencias, de
muchas maneras están presentes en el desarrollo del mismo, por lo tanto
también constituyen un innegable antecedente para el proyecto desarrollado.
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Justificación
“Magda Lemonnier recorta palabras de los diarios,
palabras de todos los tamaños, y las guarda en cajas.
En caja roja guarda las palabras furiosas.
En caja verde, las palabras amantes.
En caja azul, las neutrales.
En caja amarilla, las tristes.
Y en caja transparente guarda las palabras que tienen magia.
A veces, ella abre las cajas y las pone boca abajo sobre la mesa,
para que las palabras se mezclen como quieran.
Entonces, las palabras le cuentan lo que ocurre
y le anuncian lo que ocurrirá”
Eduardo Galeano
Con frecuencia apreciamos cómo en los espacios de educación
formal se desestima o desconoce el uso de estrategias lúdicas para
favorecer los procesos de enseñanza aprendizaje que se comparte con
niños y niñas. Esta práctica está directamente relacionada con la concepción
pedagógica de quienes tienen la responsabilidad de orientar dichos
procesos. Si el pensamiento, o los pensamientos que encaminan el ejercicio
de educar están marcados por la rigidez, así será el comportamiento de los
educadores junto a los educandos. Al omitir en esa práctica el recurso del
juego, se impide que los (as) estudiantes se beneficien de momentos que
generan placer en el aprendizaje.
El sistema educativo venezolano, en cualquiera de sus etapas,
continúa muy marcado por un ejercicio docente pensado para domesticar a
los (as) estudiantes. Una educación hecha para la reproducción y
continuación del sistema alienante que aún nos oprime. Esa realidad
demanda propiciar espacios que aporten en función de transformar, desde
las propias escuelas, la situación descrita.
Lo que hace Magda –según describe Galeano en el epígrafe de esta
justificación-, es un juego. Travesear con palabras tristes, amantes, alegres,
con vocablos que albergan disímiles sentimientos, palabras inquietas y
9
hechiceras que además tienen la cualidad de advertir lo que viene. Hermoso
juego en el que ella muestra su capacidad de atrevimiento.
De eso procura ocuparse la propuesta compartida con estudiantes de
educación Integral del Instituto Universitario “Jesús Obrero”, de jugar con las
palabras para que ellas nos ayuden a pronunciar la vida que queremos. De
intentar asumir las posibilidades de la lúdica como herramienta para
propiciar espacios integrales de inter-aprendizaje.
Con la realización de este proyecto, cuestión que pasó por compartir
el taller y paralelamente sistematizar la experiencia del mismo, no pretendí
transformar la concepción pedagógica de quienes participaron en él, pero si
me propuse contribuir en el conocimiento de un conjunto de técnicas para el
abordaje lúdico-creativo de diferentes temáticas, haciendo hincapié en
expresiones literarias como el cuento, y la poesía. La intención fue propiciar
que las (os) participantes de este taller, pudieran incorporar, renovar, o
redimensionar estos elementos en su hacer educativo. Este taller no es la
panacea a prácticas tediosas, definitivamente no lo concebí como eso, pero
si aguarda en sus entrañas el anhelo de que le nazcan travesuras
pedagógicas a las (os) estudiantes de educación integral que lo vivenciaron.
Creo que el proyecto efectuado tuvo incidencias que desde el ámbito
educativo-social justificaron su realización. De igual manera, su puesta en
práctica contribuyó a fortalecer aspectos relevantes en mi práctica
profesional como facilitador.
10
Las interrogantes
Las siguientes interrogantes se derivan del ejercicio que hice
dentro del segundo tiempo del enfoque de sistematización de Oscar Jara,
relativo a las preguntas iniciales. Al emprender una investigación con las
particularidades que me propuse, resulta necesario formular estas
preguntas, ellas me llevaron a definir los objetivos del proyecto, luego
junto a éstos orientaron el desarrollo del mismo y me ayudaron a
mantenerme enfocado en el tema seleccionado. Las interrogantes que
han generado la presente sistematización son las siguientes:
� ¿Cuáles serán las debilidades y las consistencias que presentaré
al diseñar, facilitar y participar de la evaluación del taller de Expresión
Lúdica que compartiré con estudiantes de educación integral del Instituto
Universitario “Jesús Obrero”, durante el mes de mayo de 2010?
� ¿Servirá esa experiencia para reflexionar sobre la importancia de
usar estrategias lúdicas en los espacios educativos con niños y niñas?
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Los objetivos delinean el camino de la travesía planteada, delimitan el
alcance y precisan el destino de ese trayecto, en ellos reposa el sentido, la
validez del esfuerzo que nos proponemos, de allí la importancia que revisten
al momento de plantearse un proyecto de cualquier índole. Aquí expreso las
intenciones de este viaje, las pretensiones de un recorrido que aún
planificado, tiene por bastimento saberes construidos en procesos
anteriores.
Objetivo General
Sistematizar críticamente la experiencia del "Taller Herramientas para la
Expresión Lúdica” dirigido a estudiantes de educación integral del Instituto
Universitario “Jesús Obrero” de Catia, Caracas, durante el mes de mayo de
2010, para el reconocimiento de los aprendizajes obtenidos en cuanto al
diseño, facilitación y evaluación de talleres educativos.
Objetivos Específicos
� Diseñar el taller “Herramientas para la Expresión Lúdica” tomando
en cuenta elementos de la mediación pedagógica.
� Facilitar el taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”
socializando un conjunto de técnicas que permiten el abordaje
lúdico-creativo de la expresividad literaria y la animación a la
lectura, entre otras temáticas de interés educativo.
� Evaluar integralmente con las (os) participantes del taller los
diferentes elementos que conforman el espacio educativo
compartido: diseño, contenidos, facilitación, recursos pedagógicos,
metodología de trabajo, material de apoyo, entre otros.
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� Sistematizar críticamente la experiencia del "Taller Herramientas para
la Expresión Lúdica” tomando en cuenta los elementos y datos
recopilados en la aplicación de los instrumentos empleados para ello.
Objetivos de Aprendizaje
En lo Teórico- Conceptual
� Asimilar fundamentos teórico- conceptuales de la expresión lúdica.
� Aprehender fundamentos teóricos de la expresividad literaria.
� Asimilar fundamentos teóricos de la mediación pedagógica.
� Fortalecer principios teórico- conceptuales de la animación a la
lectura.
� Consolidar principios teórico- conceptuales sobre el diseño de talleres
educativos.
� Asimilar fundamentos teóricos sobre la creatividad.
� Aprehender fundamentos teóricos de la evaluación educativa.
En lo Metodológico-Procedimental
� Evidenciar destrezas para el diseño de talleres educativos.
� Contribuir en el conocimiento de un conjunto de técnicas para el
abordaje lúdico-creativo de diferentes temáticas, haciendo hincapié
en expresiones literarias como el cuento, la poesía, y las adivinanzas.
� Evidenciar habilidades para la creación y socialización de técnicas
grupales.
� Evidenciar destrezas en la facilitación de talleres educativos.
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En lo actitudinal
� Fortalecer actitudes en mi praxis como diseñador de talleres
educativos, que ayuden a sustentar mi rol profesional central.
� Evidenciar valores y actitudes en la realización y socialización de
talleres educativos, que contribuyan a fortalecer mi rol profesional
central.
� Evidenciar la disposición para sistematizar una experiencia
paralelamente al desarrollo de la misma.
� Fortalecer la paciencia y la tolerancia en el ejercicio de la facilitación.
� Evidenciar habilidades y destrezas para propiciar espacios que
favorezcan la comunicación grupal.
� Evidenciar la amorosidad como elemento fundamental en la
facilitación.
Integrales
� Reconocer elementos de la mediación pedagógica (expresividad,
creatividad, participación, relacionalidad) en mi ejercicio como
diseñador de talleres educativos.
� Asimilar fundamentos teórico-prácticos de la metodología cualitativa
relacionados con la técnica de observación participante libre.
� Evidenciar fortalezas para la redacción.
� Enriquecer conocimientos teórico-prácticos de la sistematización de
experiencias.
14
Metodología utilizada en la sistematización del taller
El proyecto Taller de Herramientas para la “Expresión Lúdica” se
efectuó en tiempo prospectivo (entre el 8 y el 29 de mayo de 2010), eso
quiere decir que la investigación planea de manera anticipada y en base a
un fenómeno de la realidad futura, un conjunto de actividades en las que se
utilizarán técnicas que facilitarán de manera paralela su estudio y
comprensión. Para llevar a cabo esta propuesta procuré un acercamiento al
enfoque de sistematización de experiencias desarrollado por Oscar Jara
(1994), quien basa su propuesta en la aplicación de 5 tiempos, a decir:
A) El punto de partida: que implica;
a1. Haber participado en la experiencia: Como resulta obvio, el
diseñar, facilitar y participar de la evaluación de la experiencia
sistematizada, me convierte en sujeto de la misma.
a2. Tener registros de la experiencia: En el desarrollo del
proyecto registré sus diversos momentos, y así obtuve un conjunto de
fotografías, videos, planillas de asistencia, copias de algunos de los
resultados creativos del taller, instrumentos evaluativos, entre otros
apuntes que me ayudaron en la sistematización.
B) Las preguntas iniciales: es el momento de formularnos las
interrogantes:
b1. ¿Para qué queremos sitematizar? b2. ¿Qué experiencia
queremos sistematizar? b3. ¿Qué aspectos centrales de esa
experiencia nos interesa sistematizar? De las cuales pueden surgir
otras preguntas, que conlleven a reflexiones e intentos de respuestas.
En este caso, la experiencia sistematizada ya ha sido plenamente
identificada, y el para qué, tuvo el sentido de aprender de ella, lograr y
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evidenciar conocimientos surgidos y reconocidos en el desarrollo y
sistematización de la misma.
Este momento también pasa por la definición del objetivo, por
la delimitación en espacio y tiempo de la experiencia, por establecer
cuales son los aspectos que más nos interesan de la totalidad que
representa, y asumirlos como un hilo conductor que atraviesa la
experiencia.
C) Recuperación del proceso vivido: Es el momento de rehacer la
historia, ordenarla tal como sucedió, clasificarla en base a la
información de que se dispone, e identificar las etapas del proceso
haciendo uso de todos los registros posibles. La recuperación del
proceso la hice a través de relatos, descripciones, para ello me apoyé
en los apuntes realizados, en el análisis de fotografías, y en la propia
memoria.
D) La reflexión de fondo: Es el tiempo de observar y analizar con
profundo sentido crítico lo sucedido, de resumir el por qué pasaron las
cosas como pasaron, que factores influyeron para que fuera de esa
manera y no de otra. En la presente sistematización, este paso lo he
incorporado al momento de la descripción del proceso, es decir, que
en la misma narración de la experiencia agregué las reflexiones y
análisis que consideré pertinentes.
E) Los puntos de llegada: Es la fase en la que elaboramos las
conclusiones e implementamos medios para comunicar y compartir
los resultados de la investigación con todas las personas involucradas
en la experiencia. En este caso, las (os) participantes del taller
compartido en el IUJO. Entonces, como punto de llegada, no para
“llegar” sino para continuar con una práctica educativa mejorada, en
16
este paso del enfoque de sistematización de Oscar Jara, formulé las
conclusiones que se han derivado de la investigación (colocadas
hacia el final del presente Informe de Aprendizaje) y seguidamente, en
un espacio de encuentro que estuvo en sintonía con la calidez y
creatividad que acompañó la experiencia sistematizada comuniqué los
aprendizajes con las personas implicadas en sus resultados.
Sobre la sistematización Oscar Jara (1994) nos dice:
…“La sistematización pone en orden conocimientos desordenados y percepciones dispersas que surgieron en el transcurso de la experiencia. Asimismo, explicita intuiciones, intenciones y vivencias acumuladas a lo largo del proceso. Al sistematizar, las personas recuperan de manera ordenada lo que ya saben sobre su experiencia, descubren lo que aún no saben acerca de ella, pero también se les revela lo que “aún no saben que ya sabían”…” (Jara: 1994: 24,25)
En otras sistematizaciones que he realizado pude sentir en una
proporción cercana, eso de “recuperar lo que ya sé sobre mi experiencia”,
“descubrir lo que no sabía que sabía” y apreciar como se manifiesta en el
proceso “lo que no sabía que ya sabía”. Esos son momentos de un regocijo
muy particular que a veces nos sorprenden en medio de una reflexión, de
una evocación detallada, que aparecen como consecuencia del cruce
analítico entre una situación relevante del proceso y la transcripción de un
testimonio. En esos momentos suele surgir “lo que no sabía que ya sabía”,
como un murmullo in crescendo que se prende de nosotros y toma forma en
el papel, donde lo hemos plasmado para que más allá de él nos acompañe
siempre.
Existen muchos enfoques de sistematización, diversas maneras de
entenderla, entre algunas de ellas también apreciamos coincidencias en
algunos aspectos de sus intenciones. En el trabajo digital “Viendo la
sistematización”, incorporan la siguiente definición de sistematización de
Félix Cadena (s/f):
17
…“un proceso intencionado de creación participativa de conocimientos teóricos y prácticos, desde y acerca de las prácticas de transformación emancipadora, con el propósito de que ésta pueda de mejor manera lograr sus finalidades de contribuir al desarrollo creciente de la fuerza y de las capacidades de los sectores populares para que, conformándose como sujetos colectivos, puedan ser verdaderos protagonistas en la identificación y resolución de sus necesidades y anhelos, tanto cotidianos como históricos, superando las relaciones y mecanismos de subordinación que se oponen a esta transformación. (/www.alboan.org/archivos/1viendo.pdf)”…
En el libro “Herramientas para elaborar tesis e investigaciones
socioeducativas”, Cifuentes (citada en Oscar Zapata, 2005) expone:
“…la sistematización se constituye en un sello latinoamericano de nuestras búsquedas, en el que reconocemos la posibilidad de construir diversos niveles de conocimiento a partir de las prácticas de intervención profesional, en diálogo cultural con los sujetos con quienes llevamos a cabo nuestro trabajo, y con una perspectiva transformadora de las relaciones entre conocimiento y poder, tanto para la profesión como para la práctica educativa, de los actores sociales con quienes interactuamos y el sistema en que nos movemos…”
Para la sistematización que realicé intenté permear con ese ánimo la
intención de producir conocimientos (teóricos y prácticos), consciente de la
necesidad de propiciar una relación dialógica con quienes compartieron el
trabajo desarrollado. Por ello la importancia que tuvo registrar el proceso
considerando la palabra de otros (as) sujetos (as) comprometidos (as) en su
curso, y la utilización de algunas técnicas que facilitaron recoger la
información que luego permitió reconstruir y analizar la experiencia
desarrollada, entre ellas: observación participante libre, y conversatorios. En
este punto considero necesario enfatizar que la sistematización es
considerada como una modalidad de investigación dentro de la metodología
cualitativa, vale decir que este tipo de investigación
“…se define, por oposición a la cuantitativa, como un tipo de investigación cuyos resultados no provienen de instrumentos
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cuantitativos ni son analizados mediante tratamiento estadístico.” (Rojas: 2007: 13)
Es decir que esta metodología dispone estratégicamente de
procedimientos y técnicas para que el (la) investigador (a) intente conocer en
su totalidad los procesos, sujetos, y hechos que estudia –y con los que se
involucra- incorporando en su interpretación la subjetividad con que aprecia
los hechos y sus manifestaciones. Contrario a la metodología cuantitativa
donde lo significativo son los resultados de la investigación, los cuales tienen
que ser medibles, comprobables y objetivos. La investigación cualitativa
pretende describir de manera holística los fenómenos, le importa distinguir
como se manifiesta la dinámica en los procesos.
“…desde una perspectiva epistemológica, la investigación cualitativa se orienta hacia la construcción de conocimiento acerca de la realidad social y cultural a partir de la descripción e interpretación de las perspectivas de los sujetos involucrados.” (Rojas: 2007: 57)
En trabajos anteriores he comentado sobre la observación
participante en su modalidad libre. En esta ocasión incorporo algunas
reflexiones de Belkys Rojas (2006) sobre el valor y sentido de las notas de
campo al momento de hacer observaciones:
“…se observa con todos los sentidos, no sólo con la vista. Las notas de campo deben describir olores, temperaturas, sabores, sonidos, palabras, objetos, personas, acciones, situaciones, todo. Principalmente al inicio, cuando las observaciones son inclusivas. En estas primeras observaciones las restricciones dependen de las limitaciones naturales del cerebro y los receptores sensoriales. Después, cuando se encuentran focos de interés, la observación se vuelve más selectiva y las notas más específicas, pero no menos descriptivas. ” (Rojas: 2007: 75)
Coincido con esa disposición multisensorial que plantea Belkys al
momento de tomar las notas en la observación participante. Lo
multisensorial, en este caso, tiene que ver con activar la percepción de todos
19
los sentidos, en función de recoger toda la información posible. Creo que
todo habla, todo nos dice cosas, por ejemplo; una persona puede dejar de
participar en un proceso comunitario, o en una actividad de éste, al mismo
instante de percibir que otra persona está fumando, consumiendo licor o en
una actitud que no se corresponde con el momento, eso lo he apreciado
incontables veces en diferentes circunstancias. En comunidades populares
he observado casos de personas que por desconocimiento a los códigos
propios del ritual de la cruz de mayo, asisten con más ánimo festivo que
devocional, y sin saber que de acuerdo a las pautas de la tradición resulta un
acto inadecuado, se ponen a bailar un canto de fulía frente al altar estando la
cruz descubierta, cuestión que ocasiona un silente desagrado en otras
personas, que, por temor a que los recién llegados generen actitudes
agresivas si se les hace una aclaración, optan por retirarse del lugar.
Situaciones similares he visto con “deportistas” carentes de ética y
coherencia que fuman o consumen licor en pleno evento deportivo y delante
de compañeros de equipo, deportistas que cuestionan estas actitudes
alejadas de los principios y valores del deporte. Parecen detalles banales,
pero en el desenlace de algunas situaciones grupales pueden significar
mucho.
Esta sistematización incorporó 3 ejes fundamentales, los cuales
constituyen los elementos medulares dentro del enfoque de sistematización
de Oscar Jara, considerando esto, fueron abordados de manera que
permitieran un enlace armónico entre los distintos capítulos del trabajo
realizado.
Los ejes de análisis de la sistematización fueron:
� LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA EN EL DISEÑO DE TALLERES
EDUCATIVOS (Este eje girará entorno a las áreas de conocimiento:
Diseño de talleres educativos y Mediación Pedagógica)
20
� EL ENCANTO LÚDICO DE LEER Y ESCRIBIR. (En este eje abordaré
las áreas de conocimiento: Expresividad literaria, El juego,
Expresión Lúdica y Animación a la lectura)
� LA CREATIVIDAD EN LA EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS
EDUCATIVOS. (Eje que rondará sobre las áreas de conocimiento:
Creatividad y Evaluación)
Esta ilustración de Felipe
García resume la esencia de los
relatos que incorporo a partir de
la próxima página. Sus
componentes intentan prevenir a
los (as) lectores de lo que viene:
un conjunto de narraciones en
las que el elemento lúdico propicia aprendizajes diversos. Son anécdotas
que hablan de papagayos en tropel de cantos, del dialogo como herramienta
fundamental de los procesos de organización comunitaria, de la cultura
popular como permanente aliento para soñar y construir transformaciones,
en ellos hablo del amor lúdico, de algunos contextos con sus respectivas
situaciones y sujetos significativos de aprendizaje, seres y lugares que han
acompañado mi existencia desde carajito, hasta el hombre que hoy soy, sin
renunciar a la posibilidad de jugar de manera lúdica.
21
De Juegos y otras travesuras… “A la víbora de la mar,
por aquí podrán pasar,
el de adelante corre mucho
y los de atrás se quedarán”
(Anónimo)
Mi vieja agilizaba toda su pericia para preparar maletas cada vez que
olfateaba una fecha con aroma de vacaciones. Aparte de vestidos y ropa
interior, acomodaba frascos medicinales de “Agua divina” y loción
refrescante “Bay rum” para mi bisabuela. El destino invariable de
aquellos viajes era Tucupido, pueblo del estado Guárico donde tenía
sus mayores querencias. De Caracas a Tucupido y de Tucupido a
Caracas transcurrió mi infancia, con panas aquí y con amigos y
amigas allá, situación que me hizo experimentar travesuras de la
recreación urbana y conocer la nobleza de los juegos
pueblerinos.
Al regresar a Caracas el equipaje de mi madre albergaba caraotas
pintadas y frijoles, queso blanco y suero llanero, limones y ají dulce, pan de
horno de doña Julia Ramos y torta de auyama que preparaba mi prima Iris
Delvalle. Cuando esa sinfonía de olores y sabores cantaba su presencia en
el apartamento, en microsegundos me desplazaba al campo de mi abuela
Felipa, a los carritos que mis primos construían con latas de sardinas, a los
trompos y zarandas de la semana santa, a los juegos de “A la víbora de la
mar” o el “fusilado” en el solar de Lola Arteaga.
En las Lomas de Urdaneta (en Caracas), por sus características y
ubicación geográfica, los chamos disponíamos de espacios amplísimos para
desplegar un diverso repertorio de juegos. Teníamos un cerro enorme para
explorar, inventarle trochas y abrir cuevas, un jardín en el que sembrábamos
plantas ornamentales, la planta baja para armar las partidas de pelota de
goma, o la “perolita”, la cancha de bolas criollas donde la práctica del béisbol
ocupaba muchas horas del día, los espacios abiertos del Liceo “Julio
Calcaño” con sus dos canchas múltiples para las caimaneras de fútbol. El
22
pasillo largo del piso 5 del bloque donde la algarabía del “cero contra por
cero” y la “tonga” eran motivo de disgustos de la señora “Toto”.
Con influencias culturales del llano vivía -y vivo- en Caracas.
Aprehendiendo una ciudad de la que me hice parte en las caminatas por “La
Puerta de Caracas”, en el Waraira Repano. En las múltiples galopadas
nocturnas que hicimos por las calles y avenidas de las parroquias Sucre, 23
de enero o La Pastora, desplazándonos hasta la Iglesia de Pagüita o al
kilómetro 12 de la carretera al Junquito, trotadas que luego germinaron el
“Club de Atletismo Rafael Urdaneta”, un estupendo ensayo de deporte
comunitario. En el recorrido dominguero por el Mercado Periférico de Catia,
junto a mi madre, un momento para que desfilaran por el olfato, unos tras
otro; emanaciones de flores, bálsamos de ruda, y la aguda presencia de las
especias, un paseo para escuchar el sonido mecánico de los cuchillos al
destazar los pollos y la carne de res, para ver el contraste simétrico entre
cambures, guayabas y mandarinas. En la identificación con los símbolos
deportivos de la ciudad: Leones del Caracas, Caracas F.C. y Cocodrilos de
Caracas (equipo que antes de ser saurio se paseó por seis nombres). En
tantas y distintas vivencias me hice un ciudadano silvestre.
Juguetes materiales no tuve casi, pero no siempre hacen falta
juguetes para jugar. Juegos inventábamos y juguetes encontrábamos, en
algunas ocasiones, en lugares inauditos. Con Luis Ángel Vizcaíno, pana
entre tantos panas de la infancia y de la vida, me metía en las carpas que
exhibían en la tienda SEARS del Centro Comercial Propatria. Allí jugábamos
con los accesorios que aparentaban ser herramientas, vasos, cubiertos.
Dentro de las neveras habían huevos, litros de jugo y leche, empaques de
queso amarillo en rebanadas, hamburguesas con sus panes y pedazos de
carne, todos de plástico. Luego de varias horas de estar jugando ahí, los
empleados nos sacaban del lugar, hasta pasados dos o tres días cuando
volvíamos a la tienda a darle utilidad a “nuestros” juguetes... Todo el tiempo
descubro juegos en las cosas que encuentro. La vista y el oído son aliados
23
en esto de concebir distracciones. No es que me lo proponga, es una
condición que me acompaña siempre: silbar, cantar, intuir situaciones,
imaginar conversaciones, escribir en el aire palabras, contar las baldosas en
cualquier lugar y distribuirlas de una forma desigual, mezclar las cosas que
el ambiente proporciona, verle los zapatos a la gente e imaginar su rostro,
ponerle la nariz de una persona a otra, leer en los ojos de los (as)
transeúntes.... Siempre he encontrado con que entretenerme, el entorno es
un motivo para aprender jugando y para jugar aprendiendo…
Mi hermano Vicente tenía un barco grande en azul y blanco, en
ocasiones lo tomaba prestado y le amarraba una cuerdita (al barco, no a
Vicente), y me lo sujetaba al pecho cual si fuera una guitarra, y sin ensayar
ni pedir audición, me ponía a cantar frente al radio o televisor las canciones
que interpretaba Odilio González: "Yo tenía una luz que a mí me alumbraba,
y venía la brisa fuá y me la apagaba…" o “¿Clodomiro, Clodomiro para
dónde vas tan serio?…” de Carlos Mejía Godoy. Desde la mañana mi madre
escuchaba Radio Rumbos o YVKE- Mundial, el noticiero, la radionovela
"Martín Valiente", el musical "La Vida de las Canciones" y entre los oficios
del hogar silbaba la introducción de "Chaparralito llanero" (que cantaba el
Carrao de Palmarito), tarareaba canciones rancheras y los temas "Coplas",
"Mi nostalgia" y "La culebra" que, gracias a la vida, sigue cantando Lilia
Vera. Así que ella, sin proponérselo, me influyó bastante en el gusto por la
radio y por la música, y como yo me la pasaba cantando con el barco de
Vicente, un día hizo un esfuerzo económico y me regaló un cuatrico de esos
de adorno para que jugara a charrasquear.
Zamuritas…
En el llano viví algunas tardes de aletear de zamuritas que dejaron un
imperecedero zumbido de colores en mi alma infantil. Eran pequeñas y con
una delicadeza que las emparentaba con las orugas. Con hilo de coser
bastaba para elevarlas. Por la misma fragilidad del hilo, al tomar mucha
altura y distancia se reventaban alejándose rumbo al cementerio, mientras
24
uno se quedaba en medio de la calle Miranda sujetando con la mirada un
trozo de risa y en la mano derecha una hebra partida. Me gustaba ese
nombre: zamuritas, es como rendir homenaje al majestuoso vuelo de las
cuestionadas aves de carroña, pájaros que cumplen una importante labor
ecológica, y reciben como agradecimiento el desprecio de muchos. Elevar
una zamura (papagayo, petaca, volantín, papalote, pandorga, o barrilete) es
estar en contacto con la ternura de los dioses del aire, encontrar esa calma
que nos debe dar el equilibrio que
necesitamos los seres humanos para
transitar la vida. El desestresante más
efectivo para los hombres fue inventado
hace miles de años, y aún muchos (as)
venezolanos (as) desconocen su utilidad,
sobre todo aquellos (as) que viven en el
encierro de las urbanizaciones y en la
artificial diversión que la sociedad de
consumo les ha inventado en los centros
comerciales. No se les facilita desde sus
casas y escuelas la valoración de la infinita
belleza de un cometa abriendo surcos de luz
en sus ojos, sentir que desde sus manos también puede pajarear la libertad.
Los programas educativos deberían contemplar el estímulo por el
conocimiento, uso, disfrute y elaboración de los juegos tradicionales. El
encuentro permanente con las artes de sacarle sonrisas a las nubes, con el
cosquilleo vivaracho de una verada vestida de seda añil con cebolla morada,
y el agite matizado de una cola de trapo...
Benjamín
De pequeño se disfrazaba del "Zorro" y sigiloso andaba por el Bloque.
Perseguía malhechores imaginarios con su espada inclemente. Muchos
adultos se burlaban de él, le daban cocotazos. Casi nadie se atrevía a entrar
en su casa. Despreciado por unos, temido por otros, pronto se habituó al
25
rechazo. El apartamento donde Benjamín vivía con Clarita, su madre, tenía
las paredes negras por el humo del fuego que alguna vez alcanzó todo el
domicilio, las ventanas sin vidrios, el baño sin poceta. En el lugar de preparar
los alimentos tenían una cocina de kerosene que Clarita utilizaba poco, pues
habitualmente pedía en la calle.
Clarita es un personaje en la historia del Bloque, cuentan que había
sido maestra de escuela y que cuando llegó a la comunidad no estaba loca.
Aseguran los más viejos que le cayó el maleficio de todos los que habitan
ese apartamento. De hecho, una mujer que lo habitó antes que ellos, fue
quien lo incendió con la intención de quemar a su marido. Los que hayan
vivido en el Bloque no pueden olvidar a Clarita y por consiguiente, a
Benjamín. A su único hijo lo llamaba a gritos desesperados por la ventana,
amenazándolo con la policía. Su prolongada histeria era motivo constante
para la chanza de los malandros que la imitaban: Benjaamin Uuuuuu,
policíiiiaa, policía llévate a Benjamín, Benjaamin Uuuuuuu... Sus rasgos
físicos no mostraban parecido con su hijo, ella era andina, blanca y
rechoncha. Él era alto, moreno, de labios gruesos, delgado pero corpulento.
Desde pequeño fue tosco. De chamos -él me llevaba poco menos de dos
años- alguna vez fui a dar a su casa. Creo que Doña Clara le pidió permiso a
mi vieja para que fuera a jugar con Benjamín, que tenía carritos y otros
juguetes. Su forma de expresarse al jugar era como de impartir ordenes,
mas no era agresivo. En esa ocasión -que creo se repitió una o dos veces-
yo no estaba nervioso. Me sentía como imponiéndome una prueba,
observaba todo, incluyéndome a mí mismo. Quería saber si era capaz de
compartir con el loco sin que se me notaran la duda y la incomodidad que
supongo, supe disimular.
Aunque no fuimos lo que se llama grandes amigos, y no andábamos
juntos para arriba y para abajo, si nos teníamos mucho cariño. Creo que
Benjamín nunca olvidó ese gesto de aceptación y aprecio, gesto que
apareció varias veces a lo largo de los años. Cito dos momentos en los que
26
ejercí una solidaridad de emergencia con él: recién cumplió los dieciocho
años lo reclutaron en la prefectura de Petare. No recuerdo como me enteré,
pero llegué hasta el sitio y, sin despojarme de mi moral, soborné a un policía
para que lo dejara salir... el otro caso fue cuando yo tenía veintitrés años.
Entre mis amigos más cercanos hubo uno que desarrolló un aborrecimiento
enfermizo contra las drogas y la delincuencia. Cualquier persona que
rondara la comunidad con esas intenciones, tenía asegurado un recibimiento
que armonizaba con los sentimientos de mi pana. Una noche, ya pasadas
las doce, cerca de la esquina del Bloque veo a mi amigo con un arma de
fuego en las manos, y esa arma sobre la cabeza de Benjamín. Estaba a
punto de accionar el percutor, pues lo había conseguido con un paquete de
drogas para vender. Intervine con la rapidez y precaución que el caso exigía
y pude salvar al loco de un viaje seguro a la funeraria. Este último caso hizo
que Benjamín me decretara una admiración y amor casi venerables, sobre
todo si él estaba ebrio. Me detenía en cualquier lugar y se ponía a llorar. Me
decía que tuviera cuidado, pues yo era un carajo muy valioso y me podían
matar, que me fijara en el destino de mis amigos, que hay mucha gente
envidiosa y tú haces falta, me decía... Benjamín Pacheco, ese es el nombre
que utilizo cuando le quiero decir loco a alguien, o cuando no quiero decir el
mío. En ocasiones, al mencionar ese nombre, el pensamiento se eleva hacia
un paraje donde despunta el cariño.
Lecturas vaqueras
Tenía entre nueve y diez años cuando me inicié en la lectura
voluntaria. Las novelas vaqueras de Silver Kane y Keith Lugher fueron los
textos que me sirvieron para ello. En un estante colocado en la habitación de
mis hermanos hubo más de treinta títulos de una colección circulante que
Ignacio se encargaba de mantener. Cada cierto tiempo cambiaba los
ejemplares ya leídos con los libreros del Silencio y con los del puente de la
Avenida Fuerzas Armadas. Yo también los devoraba. Aunque todas las
novelas eran como las canciones de Ricardo Arjona, que parecen la misma,
me metía en ese mundo repetitivo de tipos consumiendo alcohol en la
27
cantina de un polvoriento pueblo sin ley, donde siempre aparecía un
forastero de ojos azules, gruesos bigotes curtidos por el cigarrillo y de ropaje
andrajoso, armado de un revolver Colt 45, que al entrar al saloon levantaba
sospechas de todos los presentes, entre los que siempre se encontraba el
más hábil y peligroso a cien kilómetros a la redonda... Lo reconozco, me
entretuve bastante en estas lecturas y estoy seguro que las disfruté. Por
supuesto también leía los periódicos y las revistas que éstos traen
encartadas. En casa de mis vecinos Rojas Reyes encontraba lugar para un
tipo de lectura aparentemente más cercana al interés infantil. Cada quincena
compraban, entre otras historietas, las revistas de "Condorito", "Mortadelo y
Filemón", o "Tamakún", revistas que devorábamos Gustavo, Raiza, Cutún,
Vice, John, Jacob, y yo en un círculo de lectura no planificado…
"...Creo en la capacidad de eco que tienen ciertas palabras que siguen resonando más allá del momento en que fueron escritas..."
Eduardo Galeano
Me gusta caminar, y al caminar leer cuanto alcance mi vista: vallas
publicitarias, pancartas, afiches de verbenas o de conciertos, avisos de
tránsito, cartelitos caseros de esos que promueven ventas de helados, u
otras cosas. Sin embargo, los textos que desde chamo me despertaron una
tremenda atracción son los grafitis, o más bien las llamadas "pintas", para
referirme en específico a la categoría de este fenómeno relacionada con los
grupos políticos de izquierda, que por varias generaciones estamparon sus
voces en las paredes. Esta curiosidad hacia esos escritos se da por la
multiplicidad de elementos que encontraba o intuía en ellos: el riesgo y
misterio de sus apariciones o hechuras, por lo que simbolizaban, porque
más allá de algunos contenidos un poco rígidos en su construcción, también
implicaban un acto poético en su realización, porque eran testimonio de una
época, porque ejercían una posibilidad de información alternativa... más que
un lector aficionado de "pintas" me convertí en un indagador visual de las
mismas, las inventariaba, las memorizaba, comparaba el detalle en los
trazos para diferenciar si eran los mismos o distintos autores; y esto iba más
28
allá de las firmas que cambiaban según las circunstancias y los años: P.R.V.
F.A.L.N. , Rup - tu - ra, C.L.P. , F.A.S. de Bandera Roja, Grupo de
Comandos Tácticos Carlos Marighela, Venceremos... las paredes de las
calles y avenidas principales de Catia albergaban esos textos que rompían el
silencio cómplice de los llamados medios de comunicación, para informar,
denunciar, agitar, convocar, subvertir: "Por la unidad del proletariado:
Movilización popular, organización de la resistencia armada del pueblo y
lucha por el socialismo" "...Jorge, camarada, tu muerte será vengada", "A un
año del asesinato de Tito González Heredia exigimos justicia" "Libertad para
Rafael Venegas detenido y torturado por la DISIP" "Ante la violencia de los
ricos, Violencia de los pobres"... En esas "pintas" siempre conseguía datos
que no ofrecían los textos que yo leía en casa, se convirtieron en referentes
informativos y me llevaron a relacionar esas expresiones escritas con
atomizador negro, rojo o azul, con otros elementos que simultáneamente
aparecieron en mi vida...
¿Por qué nuestros sueños son sus pesadillas?
Pinta en Quito, Ecuador
El tocadiscos llegó a la casa en su modalidad de "tres en uno". Su
entrada fue esencial para dejar ver un camino que empezaba a parpadear
en mi mente. Mi tía Nebor y mi mamá se encargaron de llevar a Julio
Jaramillo, a Daniel Santos y a los cantantes de música llanera: Jesús
Moreno, Reynaldo Armas, José Alí Nieves, Cristóbal Jiménez, "El Carrao" de
Palmarito, Ángel Custodio Loyola entre muchos otros que nos traían al oído
las imágenes y sonidos del llano. De toda la música que empezó a girar en
el plato y en los oídos el aporte más diverso lo proporcionó Ignacio. De su
mano y gusto pudimos conocer a Los Beatles, Simon y Garfunkel, Pink Floid,
Van Halen, Los Terrícolas, Los Pasteles Verdes, Los Ángeles Negros,
Camilo Sesto, La Dimensión Latina, El Gran Combo de Puerto Rico, Los
Hermanos Lebrón, entre muchos otros... Lilian incorporó a la melomanía las
voces de Héctor Lavoe, Rubén Blades, y la de Oscar De León en su primer
disco como solista.
29
Ignacio curucuteaba portadas y hurgaba sonidos en las discotiendas.
En una oportunidad se apareció con un par de discos en forma de álbum
intitulados "Canción para los valientes" y "Canción mansa para un pueblo
bravo" de Alí Primera. Estos discos traían las letras y por lo tanto hacían
más fácil memorizar los temas. Escuchaba todo lo que colocaban. A veces
yo mismo los elegía y cantaba a todo pulmón esa mescolanza de canciones,
un rato "Los sonidos del silencio" otro rato "Laguna vieja" y el "Reloooj detén
tu camiiino, has esta noche perpetua…". De alguna manera me posesioné
de toda esa música. Y empecé a comprar mis propios discos. El primero que
me proporcioné fue en formato de 45rpm, atraído por la pieza "Navidad" en
la voz de Julio Jaramillo.
De tanto escuchar música llegué a darme cuenta con el tiempo, que la
canción de Alí Primera me hablaba de cosas que no me decían los otros
cantantes; y no es que su música me pareciera mejor ni peor, sólo que me
hablaba de cosas que guardaban relación con lo que leía en los muros de
Catia y que tanto me gustaba leer. En un tema preguntaba: "¿porque a
Curumo le dicen Cumbres y Lomas a Propatria?..." y yo vivía por allí,
cerquita de Propatria; y él nombraba en una canción a un hombre que le
habían cortado las manos: "tus manos, tus manos Che, tus manos llenan de
fe..." y ese "Che" era un rostro multiplicado por los Bloques. En otro tema
decía: "Pobre de, el niñito campesino, que aún siendo niño tiene que ser
hombre para trabajar..." y yo pensaba que esa había sido la historia de mis
padres, y de alguna manera, la de mis
propios hermanos que vendían
empanadas en el estadio del Cuartel
Urdaneta. Esa canción me tocó, se
prendó de mí, o yo me prendí de ella
más bien, y esa confluencia de
elementos siguió el proceso de
germinar dentro de mi alma, una luz
que delinearía después mi posición y
30
actitud ante la vida. Alí Primera, educador y comunicador popular. Con su
canto me infundió a conocer procesos políticos de trascendencia en la
historia de Latinoamérica, como el de la Unidad Popular en Chile, a
personajes como el sacerdote revolucionario colombiano Camilo Torres, la
existencia de mártires como Alberto Lovera, Argimiro Gabaldón o Libia
Governeur, con la misma precisión con que criticaba la forma en que la
cultura oficial-elitista, daba entrada a Armando Reverón al museo de Bellas
Artes después de fallecido, la misma amorosa manera de decirnos que Luis
Mariano Rivera, Don Pío Alvarado o Zobeyda la muñequera son patrimonio
de la inmensa creatividad de nuestro pueblo. Alí Primera ecologista, tierno,
enamorado, poeta sencillo y agudo, cantor holístico, el eterno maestro que
me hizo entender que “Si andas lejos de la envidia tendrás cielo
despejado…”
Punto y seguimos…
“Niño, mi niño, vendrás en primavera,
te traeré.
Gurisito mío, lugar de madreselvas
te daré.
Y aunque nazcas pobre,
te traigo también:
se precisan niños
para amanecer.”
Daniel Viglietti
En los relatos que preceden este punto y seguimos la presencia de lo
lúdico es evidente, en las situaciones narradas este elemento contribuye a
que fortalezca una actitud y disposición al juego que además es natural. En
esas narraciones refiero brevemente situaciones de mi infancia, de las que
se pueden deducir parte de los aprendizajes logrados a través de lo lúdico, y
una aptitud constante para hacer de la vida un divertido teatro de
conocimientos. En algunos casos lo lúdico está expresado explícitamente,
en otros, parcialmente sugerido. Todos los relatos tienen en común la
relación con otras y otros en la calle (sea campo, pueblo o barrio), el
31
encuentro como punto de partida para el aprendizaje de la vida, cosa que
poco nos enseñan en la escuela.
La dimensión lúdica nos permite aprender con todos los sentidos. En
todo lo que vemos, percibimos y olemos, en una carrera, en una caída, al
abrir la tierra, en el abrazo. Reafirmamos nuestra cultura y nos aproximamos
a otras al indagar olores, sabores, y texturas de la gastronomía. La música,
los bailes y las tradiciones que distinguen a nuestro pueblo nos hacen
reconocer la historia que hemos hecho, y la vinculación con otros pueblos e
historias afines. Armar poemas de diferentes autores (as) y jugar a
interpretarlos nos puede dar luces para continuar la construcción de esa
historia, en un proceso creativo de justicia e igualdad. Una historia escrita
con versos callejeros, contada en el milenario anhelo de las miradas que
anuncian y reclaman la presencia de un futuro más alegre.
Prendido al lomo del tiempo he continuado mis correrías, en esa
cabalgata llegué a diferentes procesos educativos en los que el elemento
juego también tuvo una significativa presencia. En cualquiera de los roles
que me ha correspondido ejercer en esos procesos (participante, facilitador,
maestro, bibliotecario, coordinador, etc.), he acentuado mi valoración y
entendimiento de lo lúdico como estrategia que favorece la participación, la
integración grupal, y que aporta elementos para generar el análisis de los
temas tratados. Los siguientes relatos, unidos en la reciprocidad de sentires
y significados, describen momentos relevantes de -y en- los procesos que
menciono.
El bibliobús
En el año 1992 -período en que gestábamos con actividades de
animación sociocultural el Equipo de Trabajo Carbonell- los compañeros de
la Comisión de Cultura de las Brisas de Petare nos pasaron el dato de que
aún quedaba un cupo para una comunidad de Catia, en el servicio de
bibliotecas móviles del Instituto Autónomo Biblioteca Nacional (IABN). Alba
32
(mi novia de la época) y yo hicimos las gestiones que enseguida concretaron
la llegada de aquel fascinante camión cargado de cuentos, poesía,
creatividad y algarabía para los chamos, las chamas, jóvenes y adultos de la
Calle Carbonell (del barrio El Amparo), del Bloque 10 (de las Lomas de
Urdaneta) y de los bloquecitos (de la Urbanización Rafael Urdaneta).
El bibliobús estuvo con nosotros cinco lindos años. Alrededor de él
Graciela López (alma de aquel camión y empleada del IABN) organizó
incontables actividades de animación cultural, apoyada algunas veces por
Bladimir Quintana (conductor del bibliobús y co-animador del mismo) y
algunas otras por nosotros, entre ellas: talleres de papagayos chinos, de
gurrufíos, periódicos murales, obras de teatro, pinturas, momentos de canto
y muchísimos cuentos.
Mi relación con el Bibliobús y - por lógica- con Bladimir y Graciela -y
más acentuadamente con ella-, me permitió incorporar muchas obras de la
literatura infantil a mis lecturas habituales, decenas de cuentos que conocí y
devoré con infinito gusto. También gracias a su influencia empecé a escribir
cuentos, a adentrarme más en la vida interna de las narraciones infantiles,
de la poesía, de las adivinanzas, mi asunción por la animación de la lectura
tiene su impronta…
Graciela
Y esa influencia de la que hablo en el párrafo anterior, se hizo más
extensa e intensa, porque entre Graciela y yo surgió un gusto de esos que
hacen que uno se quiera ver a cada rato, de esos que hacen que durante
todo el día en el pensamiento de uno se aloje el nombre del otro.
Empezamos a acompañar nuestros encuentros con la presencia de Mario
Benedetti, de Roberto Juarroz, y de muchos otros poetas y narradores.
Juntos bautizamos a Juruachi (el primer hijo de mi amigo Rafael Carmona),
recorrimos el Waraira Repano (siempre testigo de mis amores) y declaramos
playa Carbonell (cerca de la hoy desaparecida Carmen de Úria) como
33
territorio exclusivo de la ternura que inventamos. Uno de esos hoyitos que
tiene la luna es la estela visible de nuestros amoríos. Entre los atrevimientos
más hermosos que temperamos estuvo llenar de amor una laguna vacía en
medio de la sabana llanera, así andábamos… Ella me enseñó las técnicas
de papel marmoleado, papel araña y papel artesanal. En una ocasión, para
una obra de teatro que montó con niños y niñas de la biblioteca pública La
Cañada, y que fue presentada en el Teatro Nacional, musicalicé varios
poemas infantiles. Nosotros éramos un equipo lleno de vida, de ternura, de
mucha pasión que supimos alimentar, compartir y contagiar en y con otros
(as).
Graciela es uno de los vocablos que de manera más acertada
representa a la generosidad, la solidaria compañera que me alentó en las
ocasiones más terribles que viví junto a ella: la muerte de mi hermano Rafael
Carmona, los allanamientos que nos hicieran la Dirección de Inteligencia
Militar y la DISIP durante el segundo gobierno de Caldera, momentos en los
que se mantuvo firme y serena para buscar apoyo en las organizaciones de
derechos humanos, mientras me tenían detenido acusado de pertenecer a
un grupúsculo subversivo vinculado al MBR200 de Hugo Chávez (según
palabras del propio Rafael Caldera en cadena de radio y televisión)…
Aprendimos a conducir el carro (Ford, modelo Hornet) que le compramos a
Alejandro Carmona, en un acto de absoluta irresponsabilidad que
acometimos al tomar el volante sin ningún conocimiento previo, en plena
autopista Caracas La Guaira…hablar de ella es mencionar el nacimiento de
la mayoría de mis canciones, varias de ellas se originaron en la “casa
campestre” que compramos en Maitana (vía Paracotos Edo. Miranda), por
una broma que le hice surgió “El mango” (Una antorcha muy sabrosa mi
catira consentida, la candela más jugosa que me endulza la vida). Mi primera
y única piñata de cumpleaños me la mandó a hacer cuando cumplí 29 años
(la amiga Indira Rivero fabricó un hermoso Beto tocando cuatro, al que no
permití que le pegaran).
34
Graciela es la novia que me acompañaba al terminal del Nuevo Circo,
donde Carlos Mendoza y yo abordaríamos un autobús que nos llevaría al
estado Yaracuy, para refugiaríamos por algún tiempo, ya que vivíamos un
nuevo episodio de persecución policial, luego que la delincuencia (aliada con
la policía) asesinara al compañero Efrén Romero. Graciela debía
permanecer en su trabajo. Cuando faltaba poco para que el vehículo
arrancara, decidió que se iba con nosotros, así como estaba, sin equipaje,
con lo que cargaba encima, que para ese tiempo era un inconmensurable
amor… y con el amor en sus entrañas, convertido en duende creciente,
regresó a Caracas… estos hechos están ligados al proceso histórico-
político-social que expresa un momento significativo en la lucha del
movimiento popular, con la llegada de Aristóbulo Istúriz a la Alcaldía del
Municipio Libertador.
En la experiencia como facilitador de talleres para la Dirección de
Participación y Organización Comunitaria de la Alcaldía de Caracas
(precisamente durante la gestión de Aristóbulo), momento y contexto en que
reconozco mis inicios en ese rol, comenzábamos los encuentros
comunitarios con la técnica de “Los Cuadros”. Un juego que contribuye a la
discusión sobre la participación en la organización de la comunidad, así
como a revisar las características individuales y grupales de la participación,
la necesidad de tomar la iniciativa o de romper reglas en algunos procesos.
Desde la técnica grupal de “Los Cuadros”, pasando por el “Abrazo poético”
(compartido con los niños y niñas de la escuela Comunitaria “Luisa
Goiticoa”) y el juego de “Las señas” (primer juego que utilizo en los talleres
sobre “Comunicación Popular”), han pasado más de quince años de
facilitación de procesos de aprendizaje en variados contextos. En el año
2010, reflexivo, sonriente y convencido, afirmo que lo lúdico sigue teniendo
vigencia en nuestros procesos vitales.
Estoy contento de saber que los juegos no se fueron con la infancia,
es más, la infancia no se ha ido, permanece en los juegos que aún aprendo,
recreo, invento y gozo con mis hijos, y que comparto con los (as)
35
participantes de los encuentros educativos que facilito. La infancia está
intacta en mi mirada, y con esa forma de ver, canto con Viglietti:
“Niño, mi niño, tu niño y aquel niño, todos van.
Rueda, que te rueda, hacia la vida nueva llegarán…”
36
LA MEDIACIÓN PEDAGÓGICA EN EL DISEÑO DE TALLERES
EDUCATIVOS…
“No podemos resolver los problemas
con la misma forma de pensar con que los creamos”.
Albert Einstein
El martes 9 de febrero de este año (2010), en medio de una
conversación con Alejandrina Reyes -facilitadora del grupo de
sistematización “La Colmena” del cual formé parte en el CEPAP- me sugirió
que me montara en un proyecto de carácter prospectivo, para que abordara
aspectos de la expresión literaria infantil que complementaran mi proceso
formativo. De alguna manera ésta había sido mencionada en los proyectos
anteriores, pero no abordada suficientemente.
Empecé a imaginar cómo y dónde pudiera ser la cosa, de qué manera
pudiera ser más provechosa la experiencia, en fin, a plantearme todas esas
preguntas que sirven para que proyectemos un sueño. En medio de esa
disquisición interna y constante en la que me sumergí, caí en cuenta que
para fortalecer más mi rol de facilitador, requería también profundizar en el
tema de los juegos grupales y del aprendizaje lúdico. En los análisis, lecturas
y conversatorios con algunas (os) compañeras (os), ya había definido que el
formato adecuado para lo que me planteaba es el taller. Pero, ¿taller de
qué? Fue cuando resolví trabajar todas las temáticas que me interesaban,
integrándolas en el territorio maravilloso de la Expresión Lúdica.
Tenía entonces que darle estructura y contenido al taller, e ir
pensando dónde proponerlo. Parte del repertorio de técnicas grupales y
juegos aprendidos, recopilados, creados y recreados tendrían un mismo
espacio para juntarse y salir a tremendear. Pensé que en vez de trabajarlo
directamente con niños y niñas, tal vez sería más útil procurar socializarlo
con maestras y maestros, y que éstas (os) a su vez le dieran uso
directamente en alguna escuelas, teniendo un efecto multiplicador. Pero
antes, tenía que organizarlo.
37
Algunas reflexiones y conceptos sobre el taller educativo.
El taller es un lugar de creación, todo taller se materializa en la
elaboración de un producto, en el caso de los talleres de manifiesta intención
educativa, ese resultado muchas veces tiene que ver con la concreción de
ideas que contribuyan a entender y orientar los procesos sociales,
educativos, y culturales, que las diferentes comunidades llevan a cabo en
busca de mejorar sus condiciones de vida.
Simón Rodríguez dijo “Todo aprendizaje es un interaprendizaje”,
porque estamos en el mundo para “entreayudarnos” no para
“entredestruirnos”, aprendemos compartiendo y reconociendo los saberes de
cada cual. El viejo maestro estaba convencido de que el aprendizaje es
continuo, que implica a todas y a todos los (as) que –desde cualquier rol-
participamos en procesos educativos, entendidos como instancias propicias
para la relación, la reciprocidad, la construcción. Nadie aprende solo,
aprendemos en la red de diálogos que conformamos los seres humanos, por
ello me atrevo a decir que el taller es un espacio para el interaprendizaje
educativo entre participantes y facilitadores (as) que valoran los aportes y
saberes de todas y todos, propiciando el intercambio de los mismos, en
función de construir colectivamente conocimientos en torno a la temática que
los agrupa, bien sea para profundizar en la comprensión y/o, para
transformar el hacer que envuelve la práctica sobre esa temática. El taller
“…es una importante alternativa que permite superar muchas limitantes de las maneras tradicionales de desarrollar la acción educativa, facilitando la adquisición de conocimiento por una más cercana inserción en la realidad y por una integración de la teoría y la práctica, a través de una instancia en la que se parte de las competencias del alumno y pone en juego sus expectativas.”(Maya: 1996: 16)
En el libro “El taller educativo”, Kisnerman (citado en Arnobio Maya,
1996) expone:
“Definimos los talleres como unidades productivas de conocimientos a partir de una realidad concreta para ser
38
transferidos a esa realidad a fin de transformarla, donde los participantes trabajan haciendo converger teoría y práctica.” En los dos conceptos de taller educativo reseñados hay coincidencia
en reconocerlo como un espacio donde convergen teoría y práctica, ambas
como afirmación de los saberes que cada participante ha logrado en sus
diferentes experiencias de vida, y que aporta, como insumo vital del taller.
En ese espacio alternativo de educación resulta fundamental el diálogo, el
intercambio respetuoso de ideas, el reconocimiento de diferentes puntos de
vista, propiciar la horizontalidad. En el taller los (as) participantes son
animados a liberar de manera crítica sus aportes y reflexiones, partiendo de
su experiencia, de su realidad, convirtiéndose así en sujetos con capacidad
de crear su propio conocimiento. Un conocimiento que surge del proceso de
acción- reflexión-acción- sobre una realidad que se mantiene sujeta a
contradicciones y que está en constante movimiento.
El taller, se ha dicho incontables veces, es lugar para el aprender
haciendo, para que el conocimiento pase por las manos y ojos de todas y
todos tomando forma. Siempre será mejor aproximarse a la comprensión de
un conjunto de ideas construyéndolas en colectivo, que limitándose a
escucharlas pasivamente de los labios de alguien que –generalmente- las
repite, luego de extraerlas de un libro. En todo caso, el conocimiento
contenido en los libros también pude ser confrontado creativamente en el
espacio del taller, pues no se trata de negar saberes, sino de propiciar el
diálogo entre ellos y encontrar puntos de coincidencia que posibiliten orientar
acciones en función de resolver dignamente las necesidades que justifican la
existencia del taller.
Entre los objetivos generales de los talleres que Arnobio Maya
Betancourt (1996) recopiló (de varios autores y autoras) y registra en su ya
mencionado libro “El taller educativo…”, me identifico con estos:
39
1. Promover y facilitar una educación integral e integrar, de manera
simultánea, en el proceso de aprendizaje el aprender a aprender, a
hacer y ser.
2. Superar en la acción la dicotomía entre la formación teórica y la
experiencia práctica, benéfica tanto a docentes y facilitadores
como a estudiantes o miembros de la comunidad que participan en
él.
3. Facilitar que los alumnos o participantes en los talleres sean
creadores de su propio proceso de aprendizaje.
4. Permitir que tanto el docente o facilitador como el alumno o
participante se comprometan con la realidad social en la cual está
inserto el taller, buscando conjuntamente con los grupos las
formas más eficientes y dinámicas de actuar en relación con las
necesidades que la realidad social presenta.
5. Lograr un acercamiento de contrastación, validación y cooperación
entre el saber científico y el saber popular.
6. Promover la creación de espacios reales de comunicación,
participación y autogestión en las instituciones educativas y en la
comunidad.
Elementos para la realización del taller
Todo taller surge de una necesidad, bien sea para intentar darle
respuesta a un problema detectado por un grupo organizado de la
comunidad, o por la inquietud de alguna institución (privada u oficial) en
brindar apoyo en la solución de esa, u otras necesidades. También en
ciertos planteles educativos suelen acudir al recurso pedagógico del taller,
para abordar aspectos contemplados en sus programaciones curriculares,
partiendo siempre de una necesidad. Así ha sido la experiencia que he
tenido con los talleres en los distintos roles que desempeñé en ellos. Son
innumerables los aprendizajes que he logrado facilitar y obtener a través de
los talleres.
40
Algunas de nuestras comunidades han logrado desarrollar una cultura
en torno al taller, reconociéndolo como un modo de participación
democrática que facilita el aprendizaje y contribuye en la solución de
problemas. Así he visto y participado de talleres sobre: elaboración de
máscaras, de arcilla, papel marmolado, expresión literaria, planificación
popular, elaboración de proyectos, periódico popular, voceros comunitarios,
organización comunitaria, comunicación popular, producción radial
comunitaria, recreación integral comunitaria, biblioteca popular, proyecto
pedagógico de aula, el cerebro triuno, cuatro, papagayos, derechos de los
(as) niños(as), entre varios otros. Reconocida, sentida y expresada la
necesidad, pasamos a pensar en otros elementos que requiere el taller para
su realización.
Recursos y materiales:
Pensando en un estado ideal, el espacio para la realización del taller
debe reunir ciertas condiciones que permitan trabajar con relativa
comodidad: amplitud (donde el grupo pueda moverse y no exista la
sensación de hacinamiento, pero tampoco la de disgregación), ventilación,
buena iluminación, equipos (video beam, pantalla, Dvd, televisor, reproductor
de música, etc.) y demás recursos (pizarra, marcadores, papel, tirro etc.)
adecuados a la temática o al tipo de taller a compartir.
Ese estado ideal –corrientemente- no se logra, ni siquiera trabajando
para las instituciones con más facilidades de recursos. El facilitador (sin ser
mago ni alcahuete de irresponsabilidades), conjuntamente con el equipo
coordinador de la actividad, deberá prever las limitaciones que suelen
aparecer, y estar siempre dispuesto a resolver pedagógica y creativamente
las situaciones que la realidad presenta. Si se trata de procesos
comunitarios (en los que ella misma gestiona y organiza el taller), la
participación y corresponsabilidad implica conseguir colectivamente los
recursos necesarios. Sobre este aspecto hay que tener particular cuidado si
41
el taller va dirigido a niños y niñas, en quienes también hay que fomentar el
sentido de responsabilidad y participación, pero sin que esa búsqueda se
convierta en un obstáculo y mucho menos, en un filtro para la participación.
Particularmente con lo que más espero contar es con la presencia y
motivación de la gente, con su disposición a participar.
En más de una ocasión me ha tocado hacer malabarismo para
colocar un rotafolios –elaborado con amor en mi casa-, sobre unos trastos
encontrados en una esquina del callejón donde hay que facilitar el taller. En
oportunidades las sillas las han llevado los (as) participantes, desde sus
casas hasta la platabanda de la vecina que solidariamente prestó ese
espacio. En otras, la pizarra (que muy poco uso) ha sido amarrada con un
cordel a una mata que sirve de ambiente para el encuentro educativo, en
varias ocasiones he impreso el material de apoyo con mis propios recursos,
así como he colaborado con papel, marcadores, tirro y algunos equipos.
Aunque he trabajado en espacios con condiciones excelentes, los
escenarios con limitaciones son más comunes, éstos, por lo general vienen
acompañados de la propuesta del sancocho, del compartir generoso de –
parte de - nuestro pueblo.
Lugar y tiempo:
El lugar de realización y la
duración del taller son aspectos que
están determinados por los sujetos a
quienes va dirigido. Si se trata de niños
y niñas, de acuerdo a sus edades y al tipo de taller que se quiere compartir,
el sentido común nos dirá cuanto tiempo emplear para la duración del
mismo. Ya sabemos que los (as) más pequeños(as) pueden mantener el
interés y la atención cerca de una hora, pero todo dependerá del manejo
pedagógico, de las habilidades del facilitador (a), del tipo de actividad que se
haga, para trabajar mayor o menor tiempo. El factor tiempo también está
42
precisado por el lugar donde se lleva a cabo la actividad. Si el taller es
realizado en el marco de una experiencia de educación escolarizada, ésta
con sus horarios y demás elementos propios de esa estructura, dirá cuanto
tiempo puede durar un taller, o cada sesión de este.
Si el taller tiene por interlocutores personas adultas, los aspectos
referidos a lugar y tiempo, estarán condicionados por elementos propios de
la realidad adulta. Entre los diferentes casos que se pueden presentar está
el quién organiza el taller, si es una empresa que desea llevar a cabo un
proceso de formación para los (as) trabajadores (as), el lugar tal vez sea un
local fijo de la misma empresa o de la institución que lo facilitará. Si es un
taller en la comunidad, puede ser en los lugares que esta disponga
(incluyendo las escuelas, módulos de barrio adentro, locales de los consejos
comunales, casas de cultura, hogares de los propios (as) vecinos (as), etc.).
Por supuesto que el tipo de taller también influirá en las características de
lugar y tiempo, un taller de cerámica requiere de un lugar y de una
prolongación de tiempo diferente a las que demanda un taller sobre
Contraloría Social.
Sería aconsejable que el espacio físico donde se compartirá el taller
presente un ambiente que no afecté sicológicamente el desarrollo de las
actividades, me refiero a: exceso de frío (aires acondicionados al máximo),
calor intenso (ausencia o falta de ventilación), escasez de luz (bombillos
quemados, escasos o inexistentes), ruidos (carros, motos, o de otra
naturaleza, como los ruidos visuales u olfativos), interrupciones (personas
ajenas al taller conversando, o pasando entre los (as) participantes), todas
estas situaciones dispersan la atención de los (as) participantes, generando
una incomodidad y nerviosismo que contaminan el ambiente del taller.
Mediación pedagógica
La forma como dispongo las sillas (en círculo o como una herradura,
según sea el momento) donde nos sentaremos participantes y facilitador,
43
tiene que ver con la concepción pedagógica que asumo (como mediador-
facilitador). Es una forma que permite que todas y todos seamos vistos (as)
por los(as) demás, donde ninguna persona está en una posición física que
indique superioridad, sino que sugiere igualdad de condiciones, y ayuda a
crear un ambiente más cercano y menos formal. Es una invitación a sentirse
parte de un grupo integrado, un estímulo a participar en armonía e igualdad
de oportunidades, en un ambiente que favorece la expresividad y donde se
procura que todos y todas respeten, tanto las ideas individuales, como las
surgidas del colectivo. Lo dicho en este párrafo, aunque inicialmente
relacionado con el espacio físico, tiene que ver con elementos propios de la
mediación pedagógica, definida por Francisco Gutiérrez y Daniel Prieto
como:
“La promoción del aprendizaje en el horizonte de una educación concebida como participación, creatividad, expresividad y relacionalidad.” (Gutiérrez, F. y Prieto, D: 1994: 31) El taller, como espacio alternativo de educación, me ha brindado la
oportunidad de ensayar y consolidar una práctica pedagógica que se
sustenta en la construcción colectiva de conocimientos, y no es posible tal
construcción, sin propiciar vínculos afectivos que favorezcan el diálogo y el
trabajo grupal. La amorosidad, por lo tanto, es un elemento definitorio de la
pedagogía que enarbolo, un componente que favorece la capacidad de
comunicarse y la integración de los (as) participantes.
Gutiérrez y Prieto (1994) afirman que “…llamamos pedagogía al
trabajo de promoción del aprendizaje a través de todos los recursos puestos
en juego en el acto educativo”. Y en el acto educativo los recursos que se
ponen en juego son las propuestas teóricas y metodológicas que utilizamos
para mediar (facilitar) los procesos junto a los (as) participantes. En ese
sentido, procuro promover –o facilitar- el aprendizaje, procurando ser
coherente con la visión pedagógica mencionada, en ella, más que la
memorización de conceptos, importa la comprensión de los procesos. La
realidad de los (as) participantes con sus matices históricos, sociales y
44
culturales brinda un camino para acercarse a aspectos -de esa realidad- que
por diferentes motivos les resultan menos conocidos. El diálogo entre el
saber experimental y el saber académico y la relación entre éstos y el
entorno, son elementos distintivos de la mediación pedagógica. Daniel Prieto
Castillo (2002) nos ofrece otra forma de acercarnos al concepto:
“…la tarea de tender puentes entre lo conocido y lo por conocer, lo vivido y lo por vivir; puentes entre seres y seres, entre textos y seres, entre textos y contextos, entre grupos, entre la escuela y la vida cotidiana” (http: //www.atei.es/recursos/doc/dprieto2.pdf.)
Muchas situaciones de la vida de los seres humanos y de la sociedad
en general, requieren de la mediación de instituciones o de otros seres
humanos – que actúan como mediadores- para darle un curso favorable,
atención, relación, sentido social, continuidad vital, a las situaciones
presentadas. Un periódico popular, por ejemplo, en su esfuerzo por procurar
informar y generar procesos de comunicación en su localidad, también sirve
de mediador entre la gente y su realidad. El trabajo de buscar, redactar y
finalmente difundir las noticias, para que luego éstas sean digeridas y –en
algunos casos- logren convertirse en motivadoras de acción, es una forma
de mediar. Pero no toda mediación es pedagógica, y –aunque suene a
obviedad- ni siquiera toda labor docente está concebida como mediación
pedagógica, en tanto esa labor no asuma aproximarse a la integralidad de
una propuesta que pretende desarrollar la capacidad de:
“- comprender, - pasar de un horizonte de comprensión a otro, - localizar, procesar y utilizar información, - análisis y síntesis, de relacionar, - buscar causas y de prever consecuencias, - pensar en totalidad, - captar las interdeterminaciones entre los fenómenos, - expresarse, - comunicarse, - relacionarse y trabajar con los demás, - crítica, - apropiarse de la propia historia y la cultura, - imaginar, de inventar,
45
- enfrentar y resolver problemas, - evaluar situaciones, - tomar decisiones, - sentir, apasionarse, entusiasmarse, amar.” (Gutiérrez, F. y Prieto, D:
1994: 11)
Para provocar que otros (as) se dispongan a lograr estas
capacidades, antes debe desarrollarlas el facilitador (a), por lo menos, tomar
la determinación de acercarse a ellas, incluso en el propio proceso educativo
en que actúa como mediador. Tomar parte de procedimientos pedagógicos
que busquen fomentar y fortalecer esas facultades, es equivalente a alejarse
de los procesos rutinarios de la educación domesticadora, caracterizados
por la ausencia de diálogo, por ser espacios deshumanizados, carentes de
amor, en los que se repiten fórmulas y esquemas que tienen por fundamento
la memorización y repetición de conceptos. En dichos procesos la inventiva
es cercenada, y la vida es una cosa que sucede de la puerta de los centros
educativos para allá, hacia afuera, bien lejos del conocimiento oficial. En
ellos, el saber es unidireccional, el contexto poco considerado, y la cultura
popular es sinónimo de turismo o, cuando mucho, una actividad del
improvisado acto cultural.
La mediación pedagógica entonces debe ser integral y constante, lo
que hace necesaria su presencia en todos los momentos del proceso, en la
forma de tratar los contenidos, en los procedimientos que solicitamos a los
(as) participantes, en las relaciones que establecemos con ellas y ellos, en
los materiales o recursos pedagógicos que diseñamos, en todas las
actitudes, en los gestos, en la voz, en la forma de comunicarnos, porque la
mediación pedagógica es siempre comunicación amorosa.
La planificación del taller
Como sugerí hace varios párrafos atrás, el lugar de inicio para
empezar la planificación son las necesidades o problemas que se esperan
46
solucionar con la implementación del taller. Esas necesidades deben
convertirse en objetivos.
Un objetivo general: que como todo objetivo debe ser redactado
comenzando con un verbo en infinitivo, estar escrito con claridad, expresar
propósitos alcanzables, y debe mencionar además de la actividad, una
finalidad.
Varios objetivos específicos: que a su vez se traducirán en un
conjunto de acciones que ayudarán a conseguir el objetivo general. Estos
objetivos específicos se originan del general, deben ser enunciados en
términos operativos y tienen una importante repercusión en los logros a
obtener.
Metodología a utilizar: la metodología es la coherencia entre el
método (o métodos), la concepción pedagógica, las técnicas, y los
procedimientos a utilizar, para conseguir los objetivos educativos que nos
planteamos con el taller, en ese sentido, deben estar bien detallados en la
planificación (y en el hacer del mediador- facilitador).
En la planificación, junto a definir el equipo de coordinación y enlace,
también se debe prever la tramitación y precisión de aspectos logísticos
como: a) el local o espacio donde se realizará el taller, b) la convocatoria o
inscripción de los (as) participantes, c) los recursos a utilizar y sus
respectivos responsables.
Tomando en cuenta los elementos referidos al diseño y planificación
de un taller educativo -fundamentos que he procurado desarrollar y analizar
en este capítulo, partiendo de mi propia experiencia como punto referencial y
con el complemento teórico de autores (as) ya citados (as) como Arnobio
Maya Betancourt (El Taller educativo), y el apoyo bibliográfico de Lilia
Lardone y María Teresa Andruetto (La construcción del taller de escritura)-, a
47
continuación muestro el Taller sobre Herramientas para la Expresión Lúdica,
tal como se lo presenté el 16 de abril a la profesora Ana Meléndez,
responsable de la Coordinación de Formación Complementaria del Instituto
Universitario “Jesús Obrero”.
Taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”
"En lo sustancial el taller es una modalidad pedagógica de aprender haciendo”
Ezequiel Ander Egg
Sede del taller: Instituto Universitario “Jesús Obrero” (salón Audiovisual B).
Fecha de inicio: 8 de mayo de 2010. Finalización: 29 de mayo de 2010.
Duración: 20 horas académicas. Distribuidas en 4 sesiones de 5 horas, una
sesión de trabajo semanal.
Facilitador: Luis Alberto Ochoa
Perfil de las (os) participantes: Estudiantes de Educación Integral del
Instituto Universitario “Jesús Obrero”.
Cantidad de participantes: Adecuada: 20. Máximo: 25.
A manera de Justificación:
El sistema capitalista tiene en la escuela el gran centro de
reproducción de su ideología, a través de ella transmite sus formas de
aplicar las relaciones sociales de producción, su manera de ordenar la
sociedad. La concepción tradicional de la educación ha enseñado a
obedecer, a acatar reglas que sólo favorecen a los poderosos, a aceptar
como una verdad que la realidad es inmutable: “Los ricos están completos y
si nacimos pobres fue porque Dios lo quiso así”. Un pensamiento que origina
resignación y reproduce la desigualdad social.
48
Actualmente se intentan –y sobre todo se enuncian- transformaciones
en el sistema educativo, nuevas leyes, nuevos nombres, en algunos casos
nuevas edificaciones. Cambios que muchas veces no tocan parte de la
estructura esencial del mismo, en cuya cadena siguen siendo las (os)
docentes factores fundamentales del proceso. Aun cuando han surgido
diversos enfoques pedagógicos, y las tecnologías de la información y la
comunicación han empezado a ocupar espacios en los centros educativos,
continúa prevaleciendo una forma de educar que niega al ser humano, que
lo domestica, que lo considera un simple repetidor de informaciones
extraídas de un libro de texto, o de una página de internet. En muchas
escuelas se sigue observando una práctica educativa marcada por la
dureza, que rehúsa ensayar experiencias que incorporen procedimientos
más cercanos a la naturaleza humana de los niños y las niñas, como por
ejemplo, las actividades lúdicas. En dichas actividades se puede
implementar una serie de técnicas y estrategias que logran favorecer la
expresión individual y grupal, sobre diversas temáticas de interés educativo,
propiciando curiosidad y goce en la construcción colectiva de conocimientos.
El hombre que juega se hace libre en el juego, el antiguo anhelo de
libertad se hace posible en la lúdica, en el mundo que construimos con los
sonidos de la música, en los escenarios que trazamos con la danza. El
dibujo, la palabra y la contemplación también tienen un componente lúdico,
por ejemplo, al ver un juego de fútbol cada cual recrea situaciones
deseadas, y esos momentos están marcados por lo lúdico. Generalmente en
la escuela se propician pocos espacios para ver, para educar el sentido de la
vista, que tanto nos enseña. Se les exige a los (as) niños (as) copiar,
memorizar, entregar tareas, así es entendida la producción, la
responsabilidad y la disciplina, el elemento creativo constantemente es
subyugado. Al parecer, la creación es altamente subversiva.
Al jugar cada individuo inventa y reinventa su propio mundo, libera su
imaginación, haciéndola bosquejar el camino donde pasean los sueños
49
necesarios. La memoria histórica, la comunicación, la vida, la literatura,
pueden ser abordadas desde la lúdica. Trabajar diferentes temáticas
educativas desde lo lúdico hace más gustoso, tanto el acto de aprender-
enseñar, como el de enseñar- aprender, que al fin y al cabo, es puro
aprendizaje. En esa perspectiva planteo el taller sobre expresión lúdica. Un
taller para compartir juegos literarios que pueden ser practicados con niños,
niñas, jóvenes y adultos, un espacio para aprender jugando y reflexionando
sobre el valor de la lúdica en los procesos educativos, un taller para
fabricarle alas a la libertad…
Objetivo General:
Propiciar un espacio de inter-aprendizaje sobre la expresión lúdica
como herramienta para compartir encuentros educativos con niñas y niños
en ambientes de armonía, creatividad y placer que favorezcan los procesos
de enseñanza-aprendizaje.
Objetivos específicos:
1. Promover espacios de creación literaria, a partir de actividades
lúdicas que faciliten el abordaje de la escritura de poesía y cuentos.
2. Compartir estrategias creativas de animación a la lectura.
3. Socializar un conjunto de técnicas lúdicas para el abordaje de
diferentes temáticas educativas.
4. Analizar el valor del juego como elemento para generar espacios
placenteros de aprendizaje colectivo.
Metodología:
En diálogo sostenido con algunos autores (as) en trabajos anteriores,
coincidíamos en que para la Educación Popular la metodología tiene que ver
con la coherencia integral del proceso educativo en construcción. En ese
sentido, debe existir afinidad entre la concepción pedagógica, el método, las
técnicas, y los procedimientos utilizados para lograr los objetivos educativos
50
que nos planteamos. Aunque el taller sobre “Herramientas de expresión
Lúdica” no será esencialmente un espacio concebido dentro de la práctica
de la Educación Popular, si estarán los principios de ésta orientando el
proceso.
Creo en la pedagogía de la participación, una pedagogía que asume
en la práctica que la casi totalidad de los contenidos pueden ser abordados y
construidos desde las preguntas, desde el saber de todos y todas. No puede
un taller que pretende motivar la creación literaria a través de juegos, negar
la palabra, la inventiva, la creación colectiva, el intercambio armónico y
respetuoso, la discusión. Como ya he dicho, las técnicas a compartir serán
practicadas, analizadas y aprendidas desde el juego, organizadas en cuatro
sesiones que invitan a la participación. Si lo que pretendo es que las (os)
participantes se apropien de un repertorio lúdico y que además fundamenten
su uso, no hay otra manera de hacerlo que jugando.
Recursos pedagógicos y materiales:
Reproductor de discos compactos, música para reproducir en el
equipo de sonido, computador, impresora, láminas de papel bond, tirro,
pizarrón, marcadores acrílicos, lápices, cuentos, juguetes y objetos varios
(trompos, metras, perinolas, yoyos, gurrufíos, el juego del solitario, muñecas
de trapo, instrumentos musicales venezolanos en miniatura (mina, curbeta,
tamboras, golperas larenses, cuatro, maracas), esculturas de madera, mini-
cuentos, creyones, sacapuntas antiguos, boletos de juegos de fútbol
profesional, velas, artesanía de diversas regiones del país y del continente
(en pequeñas dimensiones), monedas, caramelos.
Diseño Operativo
Objetivos Específicos
Contenidos Estrategia
metodológica
Tiempo Responsables Recursos
Promover espacios -El cuento y su -Dinámica de 24/04/10 Luis Ochoa Papel bond
51
de creación literaria, a partir de actividades lúdicas que faciliten el abordaje de la escritura de poesía y cuentos.
estructura. - Creación poética.
presentación grupal. - Presentación del taller. Diferentes técnicas como: - El Credo. - La carretera - El abrazo poético. - Las tiras sueltas -El hombrecito de… - Entre otras…
5 horas y participantes Hojas impresas Lápices Marcadores Pizarrón acrílico Reproductor de discos compactos Música (Discos compactos)
Compartir estrategias creativas de animación a la lectura.
-Animación a la lectura.
Técnicas y dinámicas como: -La esquela. -Cambiémosle el final al cuento. - Pintar una canción. -Dramatización de cuentos. -Entre otras…
08/05/10 5 horas
Luis Ochoa y participantes
Cuentos Poemarios Música Reproductor de discos compactos. Lápices Papel Bond Marcador Pizarrón acrílico
Socializar un conjunto de técnicas lúdicas para el abordaje de diferentes temáticas educativas.
Dinámicas de grupo.
-El juego de los adjetivos y sinónimos- La memoria. -Un, dos, ¡pum! - Profesión múltiple -El mundo -Juego de las señas Entre otras…
15/05/10 5 horas
Luis Ochoa y participantes
Lápices Papel Bond Marcador Pizarrón acrílico
Analizar el valor del juego como elemento para generar espacios placenteros de aprendizaje colectivo.
La lúdica en los procesos educativos.
Dinámica: El cartero, diálogo de saberes a partir de preguntas. Evaluación escrita del taller. Dinámica: El auto-lavado
22/05/10 5 horas
Luis Ochoa y participantes
Material impreso, Lapiceros. Entusiasmo.
Como dije antes, muchos de los aspectos a considerar para escribir y
organizar un taller, no dependen directamente de uno, sino de otros factores.
Cuando ya se tienen definidos todos los componentes, uno puede sentarse
frente al computador a ordenar las ideas, a revisar la bibliografía, y más
tarde a preparar cada sesión de trabajo. Elaborar este taller me llevó entre
siete y diez días, tal vez pudo haber sido más tiempo, afortunadamente
algunos de los obstáculos surgidos pudieron ser resueltos en el tiempo que
necesitaba, de manera que no se afectara la propuesta, en relación al lapso
temporal que me había planteado para realizarlo.
52
Lo que digo en las últimas líneas del párrafo anterior tiene que ver con
lo que voy a contar en éste. Miriam Cova, la integrante del grupo de
sistematización “La Colmena” con la que logré mayores momentos de
interlocución y amistad, me animó a proponer el taller en la Escuela Básica
“Los Magallanes” de Catia, donde trabaja una colega suya de la Escuela
Técnica Robinsoniana “Rafael Vegas”. Hasta ese lugar nos dirigimos la tarde
del 4 de marzo. Luego de esperar un rato por los pasillos de la escuela nos
pudimos reunir con la directora del plantel, la profesora Ofelia Rey. En esa
reunión expuse verbalmente los propósitos del taller, y además expliqué que
no había llevado la propuesta por escrito, puesto ésta terminaría de definirse
según las variantes que pudieran surgir en esa reunión, cuestión que pasaba
por la aprobación de la propuesta, los horarios, perfil de los (as)
participantes, lugar y demás elementos mencionados antes. Aparentemente
la propuesta agradó mucho, así lo expresó la profesora, quien insinuó que tal
vez pudiéramos iniciarlo a la semana siguiente, dada mi sugerencia de
realizarlo entre finales de marzo y comienzos de abril. Acordamos que al día
siguiente le enviaría a su correo electrónico la propuesta por escrito, y que
ella me daría respuesta en cuanto tuviera visualizado un momento en su
programación. De esa reunión salimos muy contentos, gestual y verbalmente
la aceptación a la propuesta fue evidente. Al día siguiente la profesora tuvo
en su correo la propuesta. A partir de ahí no supe de ella por muchos días,
no me atendía el teléfono, no me respondía los mensajes de texto, ni los del
correo electrónico.
Después de una semana empecé a buscar otro lugar donde plantear
la propuesta, dada mi urgencia por facilitar el taller no podía seguir
esperando. En eso recordé a mi querida Graciela López, quien trabaja como
bibliotecaria y profesora del IUJO. Una sola llamada bastó para que me
expresara su apoyo, me dijo “voy a hablar con la profesora que coordina
Formación Complementaria, tal vez se demore unas tres semanas, pero
cuenta con eso”. Cuando en la tarde-noche del 25 de marzo llegó el
siguiente mensaje a mi correo electrónico: Buen dìa profesor, le informo que
podemos trabajar con su proyecto
Acababa de comprometerme para realizar el taller en el IUJO. Con la
profesora Rey habíamos hablado de finales de marzo, principios de abril,
más de veinte días después me responde que podemos trabajar en mayo.
Aunque extraña la cosa, lo reseño sin adicionar comentarios.
parte de una necesidad, tal vez, la necesidad era mía.
Para compartir el taller en el IUJO tuve que esperar más de las tres
semanas que Graciela me dijo inicialmente.
cuando la llamaba para revisar como iban las cosas, me decía
chamo, eso va seguro, sólo tienes que esperar que empiece el nuevo
semestre, eso será después de semana santa”
1º de mayo que justo tocó un día sába
podemos trabajar con su proyecto a partir del mes de mayo. Profesora Ofelia Rey. Saludos.
de comprometerme para realizar el taller en el IUJO. Con la
profesora Rey habíamos hablado de finales de marzo, principios de abril,
más de veinte días después me responde que podemos trabajar en mayo.
aña la cosa, lo reseño sin adicionar comentarios.
parte de una necesidad, tal vez, la necesidad era mía.
Para compartir el taller en el IUJO tuve que esperar más de las tres
semanas que Graciela me dijo inicialmente. En el transcurrir de ese t
cuando la llamaba para revisar como iban las cosas, me decía
chamo, eso va seguro, sólo tienes que esperar que empiece el nuevo
semestre, eso será después de semana santa”. Luego también se “cruzó” el
1º de mayo que justo tocó un día sábado.
Vista interna del IUJO
53
yo. Profesora Ofelia Rey. Saludos.
de comprometerme para realizar el taller en el IUJO. Con la
profesora Rey habíamos hablado de finales de marzo, principios de abril,
más de veinte días después me responde que podemos trabajar en mayo.
aña la cosa, lo reseño sin adicionar comentarios. Todo taller
Para compartir el taller en el IUJO tuve que esperar más de las tres
En el transcurrir de ese tiempo,
cuando la llamaba para revisar como iban las cosas, me decía “tranquilo
chamo, eso va seguro, sólo tienes que esperar que empiece el nuevo
. Luego también se “cruzó” el
54
EL ENCANTO LÚDICO DE LEER Y ESCRIBIR
“La educación tiene por objetivo
aproximar al ser humano
a la vida que requiere ser cambiada…”
Arnobio Maya Betancourt
Primera sesión
El sábado 8 de mayo de 2010, a 16 minutos para las 8 de la mañana,
estaba frente al edificio del Instituto Universitario “Jesús Obrero” (IUJO),
ubicado en la urbanización Los Flores, de mi Catia querida. Tenía una ligera
incertidumbre sobre si efectivamente se concretaría compartir el taller, un
sentimiento casi natural después de tantos años de estar en situaciones
similares. La pequeña duda se disipó pasados unos 32 minutos, momento
en que entró al salón de Audiovisuales B (situado en el 2do piso), un grupo
de 5 participantes (todas muchachas). Las recibí sonriente, con la alegría de
saber que el taller se realizaría y que por consiguiente iba a poder socializar
con ellas (os) lo que había planificado. Les solicité ayuda para acondicionar
el salón, y acordamos esperar cinco minutos más para ver si se
incorporaban otras personas. El acondicionamiento consistió en colocar las
sillas en semicírculo y limpiar un poco el piso. En el lapso de espera llegó mi
amiga Miriam Cova, quien me apoyó en el registro fílmico y fotográfico de la
todas las sesiones del taller, además de brindarme un poco de la candidez
de su amada presencia.
La motivación principal de la casi totalidad de las (os) participantes –
aunque no lo expresaran abiertamente- fue cumplir con las 20 horas de
Formación Complementaria que la institución les exige como parte de su
pensum de estudios, justo el tiempo de duración del taller. Mi intención era
tratar de cautivarlas (os) para que permanecieran en el taller con un porqué
más cercano a la incorporación de elementos pedagógicos creativos y
amorosos, que les permita medianamente orientar la profesión que desean
asumir.
55
Empecé presentándome, contándoles brevemente de donde soy, de
que procesos educativos y de animación sociocultural vengo, y dentro de
ellos, como me acerqué a las actividades lúdicas. Luego les pedí que se
presentaran, y que en ese saludo inicial añadieran la comunidad en que
viven, el semestre y la especialidad que estudian en el IUJO. Después
revisamos las expectativas de cada cual, en ese aspecto hubo una
coincidencia general, “Venimos a aprender”.
Mi hermana Miriam Cova, que conoció el grupo y vivió la experiencia,
me sugirió elaborar una breve nota de las (os) 12 participantes que
asistieron con más constancia al taller. Preferí que ellas y ellos mismos se
presentaran, explicando por qué eligieron estudiar educación, y en el caso
de Mariagny que estudia electrónica, por qué decidió participar en el taller:
o Sandra Estanga, estudiante del primer semestre de Educación
Integral.
“Decidí estudiar educación debido a que me
agrada trabajar con niños, creo que los niños saben
mucho y tienen muchas habilidades que uno
trabajando con ellos, más que enseñar se puede
aprender mucho, porque los niños son como una cajita
de sorpresas”
o Elka Alandette, estudiante del primer
semestre de Educación Integral.
“Porque me gusta, me satisface enseñar y me
analicé que es un arte impartir conocimientos y por
eso tomé la decisión de especializarme. Hoy es mi
momento”
o Yeterly Vivas González, estudiante del segundo semestre de
Educaci
“Porque me gusta compartir mis conocimientos
con los demás, me gusta trabajar con niños y hacerles
sentir a ellos que son importantes y que deben prepararse
bien para que sean alguien en la vida. Y seguir los pasos
de mi madre, que es una doc
hace, y es excelente y me gustaría ser como ella o mejor,
así me dice, que tengo que ser mejor cada día.”
o Gisela Buitrago, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral
o Erick Antequera, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral.
“Al principio el estudiar educación surgió
como una alternativa de carrera, pero con el
transcurso del tiempo y analizado mis experiencias
pude comprender que quiz
esto y pueda enseñarles a otros a aprender”
Yeterly Vivas González, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral.
“Porque me gusta compartir mis conocimientos
con los demás, me gusta trabajar con niños y hacerles
sentir a ellos que son importantes y que deben prepararse
bien para que sean alguien en la vida. Y seguir los pasos
que es una docente que ama y quiere lo que
y es excelente y me gustaría ser como ella o mejor,
así me dice, que tengo que ser mejor cada día.”
Gisela Buitrago, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral.
“Me gustan los niños, trabajar con ellos, es
una carrera muy bonita y puedes ayudar a
de ellos y ellos de mí.”
Erick Antequera, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral.
“Al principio el estudiar educación surgió
como una alternativa de carrera, pero con el
iempo y analizado mis experiencias
pude comprender que quizás pueda ser bueno en
esto y pueda enseñarles a otros a aprender”
56
Yeterly Vivas González, estudiante del segundo semestre de
Gisela Buitrago, estudiante del segundo semestre de
“Me gustan los niños, trabajar con ellos, es
na carrera muy bonita y puedes ayudar a aprender
Erick Antequera, estudiante del segundo semestre de
57
o Ángel García, estudiante del segundo semestre de Educación
Integral.
“Decidí estudiar educación porque siento que tengo vocación de facilitar
conocimientos, y aprender también, me gusta
formar ese nuevo hombre y mujer con principios y
valores de respeto, justicia e igualdad, algunos
contenidos del taller como explotar la creatividad
y memorizar ciertos objetos y los juegos de
integración”
o Mayderlin Teresa Rivas, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral.
“Seré sincera, al graduarme de bachiller no tenía
noción tangible de que era lo que quería. Pero como
tenía que decidir ya… me inscribí en la carrera que a mis
padres más les gustó, (Derecho). En la cual sólo duré un
año, en las vacaciones de ese año ingresé a un plan
vacacional, y digo que en ese momento Dios me iluminó,
y me transformé en un bambú, un bambú en conexión del cielo a la tierra. Sentir
las energías y ver ese espíritu tan puro tan inocente, esos niños me dieron sentido
a la vida algo porque despertar y mejorar todos los días. Desde allí me enfrenté a
mis padres y a pesar de que no tengo apoyo de ellos, siento mucho apoyo del IUJO.
Me entregué a Dios, Él me iluminó y ahora soy un instrumento del señor, para
guiar y apoyar a la nueva civilización.”
58
o Diojana Villanueva, estudiante del segundo semestre de
Educación Integral.
“Porque es de gran importancia impartir el
aprendizaje que obtenemos a través de la experiencia.
Creo que de los niños se aprende mucho por su manera
de ver las cosas y la sinceridad con la que muchas
veces se expresan”
o Emily García, estudiante del segundo semestre de Educación
Integral.
“Porque me gusta aprender, y luego facilitar lo
que sé a quien lo necesité, además siento que esto es
mi fuerte, que tengo vocación para la docencia.”
o Josefa Emperatriz Pulido, estudiante del cuarto semestre de
Educación Integral.
“Porque en la vida uno siempre a cada momento
está enseñando y aprendiendo algo y como en ese
momento estaba sin estudiar, decidí elegir educación
porque lo consideré un reto, nunca pensé en ser
maestra en verdad, pero ahora veo que podría
compartir mis aprendizajes con otras personas y a la
vez esas personas conmigo y que mejor que los niños”
59
o Enoes Betzabeth Ruiz, estudiante del cuarto semestre de
Educación Integral.
“Me gusta enseñar, dar todo lo que sé y todo de
mí para que llegue a perdurar mi espíritu para cuando
no esté. Es una actividad muy bella, creo que la más
bella de todas.”
o Mariagny Araujo, estudiante del primer semestre de
Electrónica…
“Me inscribí en el taller porque me pareció
interesante, y lo fue, aprendí mucho. Cuando uno se
divierte aprende más y estudiar deja de ser algo
monótono.”
Retomo la descripción de la actividad: Aproveché el comentario que
ellas y ellos hicieron sobre las expectativas, para hablar de la metodología y
presentar los contenidos del taller. La esencia metodológica del taller
compartido está en el aprender jugando. La idea fundamental es hacerles
conocer –y reflexionar sobre el uso de- un conjunto de técnicas y dinámicas
de carácter lúdico que sirven para abordar diferentes temáticas de interés
educativo.
El juego y la Expresión Lúdica
El ser humano por naturaleza necesita sentir, pronunciar y generar
emociones básicas como cantar, saltar, llorar, reír, un conjunto de
expresiones emocionales que generalmente se dirigen hacia la diversión, la
distracción, el juego. Partiendo de esa reflexión podemos afirmar dos cosas:
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una, que la lúdica tiene muchas formas de manifestarse en el ser humano, o
lo que es lo mismo, que el ser humano inventa muchas maneras de
satisfacer su necesidad de expresarse a través de la lúdica. Dos, que la
lúdica constituye una dimensión del crecimiento humano tan significativa
como la dimensión ética y moral, la comunicativa, o la dimensión
cognoscitiva. Por lo tanto tiene relevancia y pertenencia hablar de la
expresión lúdica en la educación.
Todo juego está marcado por lo lúdico, pero no necesariamente todo
lo lúdico está circunscrito al juego. La palabra juego es un término tan amplio
y polisémico que lo han convertido en una expresión acentuadamente
imprecisa. Con el término juego de por medio, comúnmente se habla
asimismo de: juegos de envite y azar, clasificación que incluye, entre otros:
espectáculos y apuestas hípicas, loterías, casinos, salas de bingo, máquinas
traganíqueles, juegos de pronósticos deportivos, juegos de barajas, etc.
Como juego también se tiene a los eventos deportivos profesionales y de
aficionados, entre ellos las disciplinas: boxeo, béisbol, fútbol, baloncesto,
voleibol, tenis, etc.
Entre juego y deporte se ha pretendido establecer como diferencias,
que en el segundo prevalecen: la competencia, el uso de reglas concretas y
el estar institucionalizado. Diferencias que a mi modo de ver lucen
indefinidas, en tanto muchos juegos no reconocidos como deportes, también
implican y exaltan la competición y parten de reglas específicas. En todo
caso, me interesa referirme a lo que corrientemente llamamos y aceptamos
como juego en la vida cotidiana. Cuando estábamos chamos, entre amigos
nos invitábamos “a jugar una partida de pelota”, no decíamos “vamos a
deportiviar béisbol un rato”, de hecho en inglés el inicio de cada partido de
béisbol se establece con la palabra “playbol”, que es la unión de las palabras
jugar y pelota, y que significa “poner la bola en juego”. También reciben ese
nombre, los juegos de mesa (juegos de tableros como el ajedrez, dama, el
zorro y las gallinas, entre otros). Juegos de dados (como el ludo y el
61
parchís), los –innumerables- juegos temáticos como el monopolio, el
“sabelotodo” y una infinidad de juegos surgidos con esa clasificación. Los
video-juegos, los juegos computarizados, las rondas y cantos infantiles, los
juegos tradicionales: trompo, papagayo, perinola, metras, caballito, la
rayuela (“rayo” o “avioncito”, que es una de sus variantes), juegos
populares: carreras de sacos, el palo encebado, la cucharilla y el huevo,
entre muchísimos otros de disímiles orígenes y usos.
Juego es verbo y es sustantivo. Cuando digo “yo juego”, estoy
refiriendo una acción, en ese caso el término aplica como verbo. Pero si digo
“el juego ese”, pudiera estar señalando un artefacto, o mencionando una
actividad; en ese caso el término se usa como sustantivo. Parece que
mientras más procuramos un acercamiento a una comprensión –aún básica-
de lo que es “juego”, caemos en una trocha que nos aleja más. Alfonso
López Quintás nos ofrece la siguiente definición de juego
“El juego es una actividad corpóreo-espiritual libre, que crea bajo unas determinadas normas y dentro de un marco espacio-temporal delimitado un ámbito de posibilidades de acción e interacción con el fin no de obtener un fruto ajeno al obrar mismo, sino de alcanzar el gozo que este obrar proporciona, independientemente del éxito obtenido.” (López: 1998: 40)
La definición de López Quintás, al reconocer que en el juego el gozo
no depende del “éxito” obtenido -utilizando la palabra éxito como sinónimo
de resultado-, advierte que ciertos juegos están circunscritos a la posibilidad
de ganar o perder, condición que no está incorporada al modo lúdico de
jugar que propongo para las actividades pedagógicas para animar la
expresión con niños y niñas. Un modo de jugar y de aprender jugando que
constituye la esencia de esta área de conocimiento.
Sugiero entonces que nos preocupemos menos por la semántica del
término juego, y nos centremos más por entender la lúdica como un modo
de jugar. La lúdica se manifiesta en los hombres y mujeres –y éstos (as) en
62
ella- de manera más espontánea que ciertos juegos, muchas veces sin
normas que acatar. Trazar un dibujo imaginario, modelar una figura en
arcilla, jugar a crear versos con palabras sueltas, o detenerse a contemplar
el movimiento de los peces en un río, son acciones que tienen un
componente lúdico, y son a la vez, maneras de jugar.
La propuesta que hago tiene que ver entonces con jugar de manera
lúdica, en ese modo de jugar enfoco la proposición de apropiarse de los
juegos como herramienta para propiciar espacios de encuentro e
intercambio educativos, alejados del sentido competitivo que encierran
algunas actividades reconocidas como variantes de juegos. Jugar de un
modo lúdico es jugar
“…de un modo tal que permita explorar tranquilamente emociones, con plena conciencia de que se trata de una situación ficticia (y por lo tanto protegida) en donde es posible acordar reglas y de la cual se puede entrar o salir cuando se le crea conveniente” (Pavía: 2006:46) Una característica esencial que tiene esta manera de jugar, es que se
aleja de las discriminaciones, desprestigios y temores que muchas veces
generan los juegos abiertamente competitivos. Hacerse parte de una
emoción no tiene porque implicar el someterse al desprecio de otra persona
o grupo.
“…la posibilidad de jugar de modo lúdico es inversamente proporcional al valor simbólico o material de lo que está en juego y directamente proporcional a la sensación de sentirse liberado de la amenaza de la exclusión, la agresión, la descalificación.” (Pavía: 2006:46)
Jugando cada cual inventa su cosmos libertario, da soltura a su
imaginación, a sus posibilidades de soñar un mundo humano y posible. Las
matemáticas, la historia, la vida, la literatura, pueden ser trabajadas desde la
lúdica. Abordar diferentes temáticas educativas desde lo lúdico hace más
placentero, el acto multidireccional de aprender. En esa perspectiva tracé el
63
taller sobre herramientas para la expresión lúdica. Como ya dije, un taller
para compartir juegos literarios que pueden ser practicados con niños, niñas,
jóvenes y adultos, un espacio para aprender jugando y reflexionando sobre
el valor de la lúdica en los procesos educativos, un taller para inventarle
cauce a la emancipación de los sueños…
Retorno a la descripción del taller: Habiendo diagnosticado que no
todas (os) las (os) integrantes del grupo se conocían, empezamos jugando la
“Dinámica de las señas”. Un juego que posibilitó -según expresaron ellas y
ellos- romper el hielo, propiciar integración grupal, divertirse, y analizar los
diferentes usos que se le pueden dar al mismo. El juego de las señas sirve
para trabajar la atención y la concentración, y además lo utilizo para analizar
los elementos de la comunicación y para discutir distintos tópicos de ese
proceso.
Los juegos y técnicas grupales compartidos en el taller están
pensados para ser realizados en cualquier situación educativa (formal o no
formal), y para evidenciar que no se requiere de grandes equipos
tecnológicos (televisores, dvds, video beam, computadores, u otros) para
generar espacios de aprendizaje entretenidos y placenteros. Las actividades
planificadas se realizan con muy pocos recursos materiales, inclusive, en
algunas de ellas basta con la disposición anímica y con el propio cuerpo
como instrumento multifuncional.
Para llevar a cabo las técnicas y juegos que he recopilado y/o
recreado, insisto en la necesidad de potenciar la creatividad, de hacer uso
de los recursos que el ambiente nos proporciona, de las cosas que tenemos
o hacemos en nuestra casa y/o comunidad. Estas actividades no son de
ninguna manera, ni recetas, ni productos terminados. Son herramientas que
uno debe saber en qué situación se pueden aplicar, y a qué necesidad se
pueden adaptar, modificándolas parcialmente, quitándoles algún
componente, o transformándolas totalmente hasta crear otra dinámica. Así
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han nacido muchos juegos, como han surgido nuevas canciones, o
creaciones de cualquier género.
La expresividad literaria y la animación a la lectura
Para trabajar el segundo juego inicié una introducción sobre “La
memoria”. Una actividad de animación a la lectura en la que integro
elementos vinculados a esa área de conocimiento, que tienen que ver con lo
teórico, con lo procedimental y con lo actitudinal, y que son a su vez
objetivos fundamentales a desarrollar en los procesos educativos. En la
cháchara inicial les invito a visualizar la dimensión integradora de la
actividad. Parto de la lectura del cuento “Guillermo Jorge Manuel José”
escrito por Mem Fox e ilustrado por Julie Vivas. Antes de empezar a leer les
pedí que estuvieran atentos a la estructura y demás elementos del cuento. El
personaje principal de la obra es Guillermo Jorge Manuel José, un niño que
vive al lado de un hogar para ancianos donde reside la señorita Ana Josefina
Rosa Isabel, una viejita de 96 años que ha perdido la memoria. El tema
central de la narración es saber si el niño Guillermo Jorge puede ayudar a su
amiga Ana Josefina a recuperar la memoria. Con esa finalidad el niño se
dedica a preguntarles a los adultos sobre la memoria, luego empieza a
recolectar memorias entre sus juguetes y objetos familiares, hasta lograr que
la señorita Ana Josefina recupere la suya.
Entre los elementos que incorporo en esta actividad está la lectura
grupal en voz alta, para ello me procuré 2 ejemplares del cuento. Empecé a
leer con la entonación y pausas apropiadas para niños y niñas, y a
mostrarles las imágenes del cuento, indicándoles a su vez la técnica
para sujetar el libro y para hacer el paneo con la mano derecha.
Luego de las primeras dos páginas, hice circular el segundo
ejemplar del cuento, empezando por la persona que estaba sentada
a mi derecha, para que continuara la lectura. Así hasta que el
cuento terminó, habiendo pasado por las manos, ojos y voces de
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todas y todos.
Como dije anteriormente, les pedí que identificaran la estructura del
cuento, elementos que aunque no tratamos a fondo en ese momento, era
importante reconocerlos y tener una primera aproximación a ellos, para que
se hiciera más sencillo abordarlos en la próxima sesión de taller.
Otro elemento que permite trabajar el cuento leído, es la rima. De
hecho, por la entonación, pausas y gestos que hice en la lectura, ellas y ellos
entendieron mi intención y complementaron las frases: “Fue a ver al señor
Arrebol, que era loco por el…” “béisbol”, respondieron al unísono.
Igualmente cuando leí la frase “Fue a ver al señor Tortosa Escalante, que
tenía voz de…” “cantante”, contestaron ellas (os), aunque realmente en el
cuento dice “gigante”, la rima que ellas (os) intuyeron estuvo muy buena.
Luego les pedí que me ayudaran a armar una mesa grande con seis
mesas pequeñas, después de armarla les indiqué que se acercaran a ella en
círculo y que le dieran la espalda, es decir, que no vieran a la mesa. Había
creado un ambiente que considero propicio para entrar en otra fase de la
estrategia. En un tiempo de aproximadamente un minuto, coloco sobre la
mesa un conjunto de juguetes tradicionales venezolanos, entre otros objetos:
perinolas, yoyos, metras, trompos, el juego del solitario, muñecas de trapo,
carritos, diferentes tambores venezolanos en miniatura (mina, curbeta,
tamboras, golperas larenses), maracas, flautas, una armónica, esculturas de
madera, mini-cuentos, creyones, sacapuntas antiguos, boletos de juegos de
fútbol profesional, velas, artesanía variada, monedas, caramelos.
Al cabo de ese tiempo les dije que giren hacia la mesa, sin tocarla, y
que empiecen a memorizar los objetos que hay sobre ella. Luego de un
minuto les pedí que se voltearan nuevamente, en ese momento alteré lo que
ellas (os) habían visto, moví cosas de lugar, quité algunas y cambié otras.
Por ejemplo, una muñeca de trapo que ellas (os) vieron con piel morena,
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ahora les apareció idéntica y en el mismo lugar, pero con piel rosada. En el
lugar donde estaba una caja de madera con dados, ahora aparece un juego
de dominó muy parecido pero de mayor tamaño. La zaranda que antes era
grande ahora aparece con un tamaño reducido. Cuando se vuelven hacia la
mesa les indico que deben pedir la palabra para decir que cambios
observaron. Así todas y todos fueron participando. Repetí la acción tres o
cuatro veces más. En medio de la dinámica preguntaba por los nombres de
los tambores, de cuál región venezolana son originarios, en cuáles
manifestaciones se usan. Conté sobre el uso de la zaranda durante la
semana santa en los llanos guariqueños. Hablé de la importancia de
promover los juegos tradicionales venezolanos en la escuela, pregunté sobre
las figuras que ellas (os) hacían con el yoyo, los tipos de papagayo que
sabían elaborar, las variedades de juegos de metra que conocían, entre
otras cosas que iban saliendo en la dinámica.
Este juego sirve para ejercitar la memoria visual. Pero como he
dejado entrever, lo abordo desde cierta integralidad que abre espacio para
tocar muchas temáticas. En esa visión holística del hecho educativo también
quisiera entusiasmarlas (os), no sé si lo consigo, pero ese es un fragmento
de mi esperanza como facilitador, y esa –como dijo Alí- “No me la quitarán,
juro que no me la quitarán”.
Finalizada la segunda actividad, acordamos 15 minutos de descanso
para que bajaran a merendar e hidratarse. Mientras ellas (os) disfrutaban de
su recreo, aproveché para colocar el disco -que preparé para el taller- en el
reproductor de música que la profesora Ana Meléndez, responsable de la
Coordinación de Formación Complementaria, me facilitó.
Retomé el taller hablándoles de poesía, diciéndoles que ella está en
todos lados, que es preciso reconocerla en nuestro entorno, que no es una
cosa exclusiva de ciertos elegidos, que todas y todos tenemos sentimientos
y vivencias que simbolizan expresiones genuinamente poéticas. Dije que
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para trabajarla en espacios educativos sería recomendable darle a la clase
forma y sentido de taller, despojarla de la rigidez académica, no olvidar
nunca el sentido lúdico, y que es necesario contagiarse con el ánimo de lo
que pretendemos enseñar. Sentir y vivir la poesía es fundamental para que
los niños y las niñas puedan percibirla con el entusiasmo que le imprimimos.
Para iniciar “El abrazo poético”, la estrategia que correspondía de
acuerdo a lo planificado, les pedí que se pusieran de pie y propicié una
conversación sobre algunas tradiciones venezolanas de los meses de mayo
y junio. En esa conversa llegamos al velorio de San Juan, sobre ese punto
comenté que en algunas poblaciones de los estados Aragua, Carabobo y
Yaracuy, al momento de la procesión del santo lo bailan al ritmo del
sangueo. Les pregunté que si lo conocían. La mayoría dijo que no, aunque
más adelante, cuando coloqué música de sangueo, todos y casi todas
demostraron saber bailarlo.
Les expliqué en que consistía la actividad: al ritmo del sangueo van a
bailar colectivamente alrededor del salón. De pronto detendré la música y les
diré, por ejemplo, ¡abrazo de cuatro!, lo que quiere decir que deben
conformar un grupo con un abrazo entre cuatro integrantes. A cada persona
le entregaré una palabra (sustantivo o adjetivo), cada cual, con el espíritu del
ingenio colectivo, dispondrá de esa palabra para crear –entre todas (os)- un
verso o poema. Para ello pueden agregar artículos a manera de conectores
(el, la, un, una…), y también pueden –si la construcción poética así lo
requiere- cambiar los géneros, y las palabras de plural a singular y
viceversa.
Enoes Betzabeth, una morena de muy buen ritmo, fue la encargada
de guiar el baile. Los temas musicales que coloqué fueron “Flores de mayo”
(música del folklore, letra de Juan A. Díaz) recopilada e interpretada por el
grupo Vera, y “Vienen y van” (Francisco Pacheco) cantada por la agrupación
Francisco Pacheco y su Pueblo. En el desarrollo de la actividad les pedí que
se atrevieran a retar la lógica del lenguaje escrito, comúnmente lleno de
68
mensajes, pero débil en emociones y figuras, las (os) invité a que se
atrevieran a imaginarse cosas sugeridas por el aparente absurdo de unas
palabras “inconexas”. Hicimos unas cuatro rondas, siendo la última un
abrazo de 14, es decir, uno conformado por la totalidad de las (os)
participantes.
Con este ejercicio de creación colectiva de versos y poemas no logré
en ellas y ellos un conocimiento profundo de la escritura poética, pero según
me dijeron algunas de ellas, aprendieron una forma sencilla para abordar la
elaboración de poesía con niños y niñas (y para ellas mismas). De hecho, en
los primeros textos que hicieron se notaba un exceso de raciocinio, propios
de la comunicación habitual. Al terminar cada ejercicio les pedí que los
escribieran en la pizarra, luego -con las (os) integrantes de los grupos que
no habían participado en la construcción del ejemplo analizado- jugamos a
distribuir las palabras de otra manera, a buscar otras formas de decir versos
con las mismas palabras. Esa práctica sirvió para que algunas (os)
visualizaran más posibilidades al momento de escribir.
En medio de ese juego sucedió
algo interesante, Mayderlin me
preguntó, si con esos ejercicios no
podíamos estar distorsionando la
mente de los niños. Entendí que la
preocupación de ella partía de que
pudiéramos generarles a los (as) niños (as)
confusión sobre la realidad. Le respondí que pensaba que más bien a través
de la escritura poética les estábamos devolviendo un poco la posibilidad de
imaginar que la escuela les ha quitado. Creo que la inquietud de Mayderlin
también tuvo que ver con cierto temor a la propiedad de desautomatización
que tiene el lenguaje, cuando hacemos uso de la expresividad literaria para
resaltar emociones, y no solamente para transmitir los mensajes que éste
puede contener. Juan Antonio Calzadilla (2005) lo plantea así:
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“El lenguaje tiene la propiedad de desautomatizarse, es decir, puede romper con los mecanismos de la comunicación ordinaria en los que él es simple instrumento perceptible. La desautomatización hace que percibamos el lenguaje y no sólo el mensaje. Estos efectos de alteración o desviación en el uso habitual de la lengua, actos de desautomatización verbal, constituyen en general la expresividad literaria.” (Calzadilla: 2005: 09) En el número 47, correspondiente a los meses de julio-diciembre de
2008, en “Latinoamérica. Revista de Estudios Latinoamericanos”, de la
Universidad Autónoma de México, Eduardo Huarag Álvarez lo define de esta
manera:
“Entiéndase por expresividad literaria la capacidad del discurso para evocar significaciones de efecto emocional. No es un lenguaje referencial sino un lenguaje que incide en las posibilidades connotativas del mensaje.” (http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/640/64011421003.pdf)
Con las actividades de expresión por medio de la palabra escrita que
estábamos compartiendo en el taller, buscaba animarlos, en principio a
escribir, y luego; a intentar escribir de una manera que rompiera con la forma
de describir objetiva, y ceñida estrictamente a la realidad con que se escribe
comúnmente. Estaba propiciando en ellas (os) un acercamiento a la
expresividad literaria, a elementos básicos de la escritura lúdica con que los
niños y niñas pueden expresar inquietudes poéticas.
Aproveché la ocasión para dilucidar sobre el papel domesticador que -
por razones ideológicas- ha cumplido la escuela. Una escuela que induce a
repetir moldes, y castiga a quienes se atreven a romperlos, como ha sucedió
con mi hijo Diego en más de una ocasión. Cada niño (a) percibe la realidad y
las cosas de una manera diferente, porque no hay niños ni niñas iguales a
otras (os). Somos diferentes, y precisamente una de las cosas que ha
pretendido la escuela es uniformar pensamientos, formas de concebir el
mundo, negar las particularidades de cada cual. La escuela trata a los niños
(as) como objetos pasivos que deben repetir lo que se les enseña, no como
sujetos capaces de pensar, de discernir, de generar sus propias ideas.
Lamento que por razones de tiempo la mayoría de las conversaciones que
tuvimos fueran tan cortas, y no poder
temas que fueron surgiendo.
Traté de vincular
este lo he llamado
credo de la biblia y que varía
pero todas (os) lo han leído o escuchado. Una de las participantes se ofreció
voluntariamente para recitarlo:
Creo en Dios,
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
Nuestro Señor,
que fue concebido por ob
gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado,
muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre
los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la de
de Dios, Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a
juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
Lamento que por razones de tiempo la mayoría de las conversaciones que
tuvimos fueran tan cortas, y no poder propiciar más discusión sobre los
temas que fueron surgiendo.
vincular el ejercicio anterior con el que luego compartimos. A
este lo he llamado “Crear el credo”. Empecé preguntándoles si conocían el
credo de la biblia y que varías religiones profesan. Pocas (os) se lo sabían,
ero todas (os) lo han leído o escuchado. Una de las participantes se ofreció
voluntariamente para recitarlo:
Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo,
que fue concebido por obra y
gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre
y está sentado a la derecha
de Dios, Padre Todopoderoso.
Desde allí ha de venir a
juzgar a los vivos y a los muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
70
Lamento que por razones de tiempo la mayoría de las conversaciones que
más discusión sobre los
luego compartimos. A
. Empecé preguntándoles si conocían el
religiones profesan. Pocas (os) se lo sabían,
ero todas (os) lo han leído o escuchado. Una de las participantes se ofreció
71
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
Más o menos hay un acuerdo casi generalizado sobre la existencia de
un Dios que cada cual y de acuerdo a su religión se configura de una
manera. Empecé a preguntarles en que cosas creían, más allá de lo mítico
religioso. Entre las respuestas: creo en el divino niño, en mi misma, en mi
hija.
Creo que los (as) educadores (as) tenemos entre nuestras funciones
primordiales, estimular que los niños (as) crean en sí mismos, y crean en un
montón de cosas donde reposan valores fundamentales como el amor, la
justicia, la solidaridad, la belleza y la alegría. Este ejercicio de creación
poética camina en esa dirección. Por ello les hablé brevemente de Aquiles
Nazoa, por supuesto, antes les pregunté si lo conocían. La mejor manera de
conocer a un creador es a través de su obra, entonces les leí con todo el
cariño que un texto como este merece y provoca:
Rezo el credo (Aquiles Nazoa)
Creo en Pablo Picasso, Todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra; creo en Charles Chaplin, hijo de las violetas y de los ratones, que fue crucificado, muerto y sepultado por el tiempo, pero que cada día resucita en el corazón de los hombres, creo en el amor y en el arte como vías hacia el disfrute de la vida perdurable, creo en el amolador que vive de fabricar estrellas de oro con su rueda maravillosa, creo en la cualidad aérea del ser humano, configurada en el recuerdo de Isadora Duncan abatiéndose
72
como una purísima paloma herida bajo el cielo del mediterráneo; creo en las monedas de chocolate que atesoro secretamente debajo de la almohada de mi niñez; creo en la fábula de Orfeo, creo en el sortilegio de la música, yo que en las horas de mi angustia vi al conjuro de la Pavana de Fauré, salir liberada y radiante de la dulce Eurídice del infierno de mi alma, creo en Rainer María Rilke, héroe de la lucha del hombre por la belleza, que sacrificó su vida por el acto de cortar una rosa para una mujer, creo en las flores que brotaron del cadáver adolescente de Ofelia, creo en el llanto silencioso de Aquiles frente al mar; creo en un barco esbelto y distantísimo que salió hace un siglo al encuentro de la aurora; su capitán Lord Byron, al cinto la espada de los arcángeles, junto a sus sienes un resplandor de estrellas, creo en el perro de Ulises, en el gato risueño de Alicia en el país de las maravillas, en el loro de Robinson Crusoe, creo en los ratoncitos que tiraron del coche de la Cenicienta, en Beralfiro el caballo de Rolando, y en las abejas que laboran en su colmena dentro del corazón de Martín Tinajero, creo en la amistad como el invento más bello del hombre, creo en los poderes creadores del pueblo, creo en la poesía y en fin, creo en mí mismo, puesto que sé que alguien me ama.
Luego de la lectura les pedí que comentaran lo escuchado. Dijeron
que les agradó, que les pareció hermoso, hubo una muchacha que se
conmovió y soltó unas emocionadas lágrimas. Ángel preguntó que si Aquiles
Nazoa era el mismo de “coman sardina”, aclaré que el que aparece en el
comercial se llama Claudio, es uno de los hijos del poeta, y expliqué que
entre padre e hijo hay grandes diferencias humanas e ideológicas. También
les dije que existían muchos credos, y que nosotros podíamos crear
nuestros propios credos, porque aunque coincidiéramos en algunos
aspectos con los credos conocidos, siempre teníamos la posibilidad de
incorporar nuestras creencias más íntimas. Alí Primera, por ejemplo, escribió
su “Creo en el canto” y Carlos Mejía Godoy, como parte de la obra “Misa
campesina nicaragüense”, hizo un “Credo” que durante los años setenta y
ochenta, se escuchó mucho en las comunidades cristianas de base de
Latinoamérica. Seguidamente coloqué dos canciones.
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EL CREDO (Miguel Ordoñez)
I Creo en la sabiduría del pueblo y en su cantar y creo que va a lograr su redención algún día yo creo en la fantasía de hacer un mundo mejor en Jesús el salvador y no creo en el infierno como no creo en gobierno de Fariseo pretor. II Yo creo en los fuertes brazos del obrero en faena dura yo creo en Pablo Neruda y creo en Pablo Picasso también creo en el abrazo que a mis hermanos les doy y creo en Andrés Eloy en mi lago y sus canoas creo en Aquiles Nazoa creo saber a donde voy. III Yo creo que ha sido mucha el ansia de libertad y en la inmensa voluntad que tiene el pueblo si lucha y en el cantar que se escucha del pajarito en su rama y también creo en la llama que permanece encendida en la lucha por la vida y en Bolívar quien nos ama. IV También creo en la canción combativa y libertaria como un arma necesaria para la transformación y cantada con tesón en una esquina cualquiera en la plaza o en la acera en el portal de una iglesia que sea amorosa y recia como la de Alí Primera.
74
V Sigo creyendo que el mundo Es propio para el humano no del canalla y tirano que al hombre ataca iracundo seguiré cual trotamundo creyendo un mejor destino en el beso en el cariño en Dios padre y en el hombre y en todo aquel que me nombre la ternura de los niños.
Mi Credo (Reynaldo Armas)
Creo en Dios Padre creador del universo en el Hijo y en el espíritu Santo creo en la oración de cada día que alivia todo tipo de quebranto. (Bis) Creo en las estrellas y en la luna creo en el sol que me alumbra los días de mi calendario en el rugir de un mar bravío creo en el rumor del río y en mi santo escapulario. (Bis) Y en el amor, no estoy seguro si me enseñaron a creer tan solo en uno en ese amor que nace de lo más profundo amor de madre lo más bello de este mundo (Bis) Creo en Dios Padre creador del universo en el Hijo y en el espíritu Santo… (Bis) Yo creo en la noble parturienta esa que sueña contenta y amamanta con cariño creo en el beso por la mañana creo en la caricia sana y en la sonrisa de un niño (Bis) Y en la amistad, es relativo no es conveniente tener un montón de amigos la vanidad nos tiene casi corrompidos es preferible ser un poco precavido (Bis).
75
Entre canción y canción hicimos cortos comentamos sobre ellas.
Básicamente mencioné los diferentes elementos de la fe que mueven a los
seres humanos. Después de propiciar ese ambiente, les dije que en sus
casas intentaran hacer un credo, al menos un pequeño párrafo en el que
expresaran con sentido poético sus más internas creencias. Lo ideal hubiese
sido aprovechar el clima creado para hacer el ejercicio en el momento, pero
las limitaciones de tiempo impedían proceder de manera adecuada.
Acordamos compartirlos en la segunda sesión del taller.
Como último juego del día nos esperaba “El mundo”. Un juego que
tiene por finalidad responder rápidamente en un ejercicio de concentración,
el mismo puede ser adaptado para trabajar diferentes temáticas. En esta
ocasión empezamos trabajando con los elementos: aire, mar y tierra,
(nombrando según correspondiera, animales de esos ambientes). Más
adelante ellas (os) propusieron jugar con países de Latinoamérica y un poco
después con estados de Venezuela.
Aproveché que el juego “El mundo” se hace con una pelota, para
utilizar la misma en una breve evaluación de la jornada que propuse a
manera de cierre. Les dije que consideraran en su evaluación cómo se
habían sentido, si les parecían interesantes los juegos y dinámicas que
habíamos compartido, qué le agregarían y qué le quitarían al taller, según lo
que habían apreciado. En sus respuestas hubo una sintonía generalizada
hacia la aprobación del mismo. Una participante dijo que el taller superó sus
expectativas, otra dijo que lo único que le agregaría, es que nos pongamos
de acuerdo para llevar alimentos y agua para merendar juntos en la próxima
sesión. Casi todas (os) aseguraron asistir el sábado siguiente.
Entretiempo uno…
Tiempo de iniciar la reconstrucción de la experiencia y de preparar la
segunda sesión. Para lo primero revisé algunas notas de la observación
participante, me apoyé en la “guía del facilitador” (instrumento en el que llevo
76
organizada la secuencia del taller, y en el que también tomo notas, así que
este instrumento se convirtió en una herramienta que puedo sugerir como
aporte metodológico para registrar breves datos y observaciones surgidas en
el taller) y le di libertad a la memoria para que me dictara los detalles de lo
sucedido. Para lo segundo seleccioné, imprimí y recorté poemas y cuentos…
Segunda sesión
El sábado 15 de mayo celebramos la segunda sesión del taller. Como
sucede en la mayoría de los talleres que he vivenciado desde cualquier rol,
la asistencia bajó un poco. Faltaron cuatro participantes, entre ellas, la que
había propuesto organizar y realizar colectivamente la merienda de ese día.
Nuevamente Miriam estuvo acompañándome en el registro fílmico y
fotográfico de la actividad, en esta ocasión también le pedí que me ayudara
en la lectura de un cuento, debido a que durante la semana me embistió una
fuerte gripe que me dejó afónico, y en pleno taller me entró un ataque de tos.
Gracias a la solidaridad de Miriam se solventó la situación.
Luego de saludarnos y de organizar el salón de un modo acorde a los
principios pedagógicos que pregonamos, le dimos inicio a las actividades
lúdicas. Para propiciar un ambiente de alegría e integración grupal, jugamos
“El cartero”, una estrategia que implica mucho movimiento, participación,
atención, y que estimula el desarrollo de la agilidad mental y la expresión
verbal, elementos que también contribuyen a que el grupo se conozca y
desinhiba.
Uno de los objetivos que siempre me propongo con los (as)
participantes, es generar un ambiente de confianza, respeto y cariño que se
manifieste en la integración grupal. Parte de las actividades que planifico
apuntan en ese sentido, y las voy agregando poco a poco en el desarrollo
del taller, como una manera de reforzar permanentemente ese aspecto. Por
ello continuamos con una técnica de presentación que identifico como “Yo
soy, el es…” (Que, como varias otras, puede ser modificada y versionada).
77
Con esta actividad lúdica se consiguen varios propósitos, ejercitar la
memoria mientras todas y todos aprenden los nombres de los (as)
integrantes del grupo, lo que a su vez sirve para afirmar el sentimiento de
pertenecer a ese grupo, y vale para trabajar el derecho que todo ser humano
tiene a usar y ser identificado por un nombre.
Luego propuse que compartiéramos los credos que ellos y ellas
habían escrito durante la semana, previa motivación iniciada en la sesión
anterior del taller. Aquí muestro parte de esos trabajos:
“Creo en la fe y en un Dios sagrado No creo en los hombres que con palabras han engañado, Creo en la naturaleza llena de vida y variedad, Creo en el cuidado que le podemos brindar. Creo en las experiencias y en sus enseñanzas, Creo en los cantantes que dejan mensajes sanos, que llenan nuestros corazones de alegrías y esperanzas, de que podamos convivir como hermanos. Creo en el valor del amor y en la amplitud de su significado no creo en las personas que mal lo han practicado, que lo usan como beneficio y lo transforman en pecado haciendo sufrir a los seres que creen ser amados. Por último creo severamente en la unión y en la amistad, de la gente que me rodea y de algunos que ya no están, y a los que no la han descubierto, espero podérsela mostrar, para que ellos puedan creer y la puedan demostrar. Disculpen si olvidé alguna cosa ¡Es que de todo no me puedo acordar! pero si quieren en algún momento este credo, juntos lo podemos terminar.” Erick Antequera
A continuación coloco el texto original, escrito de puño y letra por
Erick Antequera, en dicho trabajo se pueden apreciar los tachones propios
de un texto en construcción. De hecho les sugerí que los conserven y que si
más adelante les provoca, los pueden seguir trabajando, incorporándole
cosas, o diciendo algunas otras de una manera diferente.
78
Para efectos de mostrar el rostro natural de estos credos, quise
escanearlos y agregarlos al presente Informe, lamentablemente la mayoría
de ellos fueron escritos con lápiz y al pasarlos por el escáner quedan
ilegibles. Me permito entonces transcribir dos credos más, ambos son
resultado del acercamiento y animación a la expresión literaria que procura
el espacio educativo compartido. Son trabajos escritos de un solo envión,
que evidencian que si con apenas una media hora de motivación más otro
rato de escritura, son capaces de producir estos textos tan llenos de
sentimiento, con un trabajo más prolongado de lectura, análisis y escritura,
pueden llegar a producir textos de mayor riqueza literaria.
79
Mi credo
Creo en la naturaleza Creo en la amistad Creo en el amor Creo en la felicidad Creo en el Ávila que contrasta con el cielo azul de Caracas. Creo en la frescura de las mañanas que me hacen sentir que Dios pasea sobre la tierra. Creo en mi familia porque ellos creen en mí. Creo en los maestros que son capaces de hacer que sus alumnos amen los estudios. Creo que la valentía y la pasión llevan a las personas a hacer grandes cosas. Creo en mis manos que escriben este credo. Creo en el suelo que piso y en el aire que respiro. Y lo más importante… Creo en mí. Mariagny Elisa Araujo Garcés.
“Creo en la vida en un mundo mejor donde brille el amor y donde crezcan las plantas sin temor a ser quitadas Creo en un mundo mágico lleno de color y de hermandad donde reine la igualdad con solidaridad y alegría Creo en la luz de un nuevo amanecer donde florezca la paz con su dulce melodía donde todos los niños jueguen sin temor a no ser queridos Creo en mi propia capacidad de crear una vida llena de amor y que busque la alegría que busque a Dios siempre y todos los días Creo en la existencia como un punto de referencia que nos empuja a una mejor evolución con ansia hacia un mejor vivir con más dignidad y menos mentira Creo en todo lo bueno de la vida como el colibrí con su hermoso néctar de un exquisito frenesí por todo lo maravilloso que puede haber en la vida
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Creo en una mayor comprensión y en un gran amor hacia todos los seres de la creación Creo en los pájaros que surcan los extensos cielos en todos los animales que buscan ser comprendidos son seres hermosos e inteligentes son nuestros compañeros de viajes y nos muestran con su singularidad como sufren y dan su vida y que ellos tienes derechos a ser y ser respetados Creo en un mundo donde las flores y las estrellas brillen con su luz Y nos perfumen y nos den su luz con fulgurante amor.” Josefa Emperatriz Pulido. En un taller tan corto, donde las actividades de animación a la
escritura forman parte del todo que comprende el programa sobre
herramientas para la expresión lúdica, no da tiempo para abordar recursos
poéticos como la metáfora, el símil, las exageraciones, las anáforas, la
sinestesia, o la humanización. La limitación de tiempo hizo que centrara el
esfuerzo en hacerles conocer estrategias que de manera lúdica favorecieran
la expresividad literaria con niños, niñas y jóvenes. La propuesta, como ya
he dicho, no es que los (as) niños (as) se conviertan en escritores, en
poetas, en artistas, sino ofrecerles herramientas para que a través del
sentido lúdico se adentren al mundo de la escritura, como quien abre la
claraboya de la imaginación para que vierta el resplandor contenido. Que
encuentren en la escuela (o comunidad) espacios y libertad para la inventiva,
momentos que tengan por principio procurar deleite por la creación de
poemas, adivinanzas o retahílas, o por la elaboración y recreación de
relatos. Encuentros alejados del orden que muchas instituciones educativas
se imponen como objetivo central, escuelas o academias donde asumen la
literatura con el propósito de enseñar, de dar clases de ética a través de
desgastadas moralejas; olvidando que el valor de la literatura está en
sorprender los sentidos para el disfrute de la palabra.
Como beneficio educativo colateral podemos promover que
encuentren entre los procesos de escritura –y lectura- creativa un enlace que
81
complementa el acto de leer (y viceversa), ya que ambos procesos van a la
par. Se pretende entonces proporcionarles ideas para que se atrevan a crear
otras ideas, que les servirán como base para organizar sus creaciones.
Continuamos el taller jugando a armar poemas, para ello transcribí e
imprimí “Lluvias” de Aquiles Nazoa, “La vaca estudiosa” de María Elena
Walsh, “Conejos” de Jairo Aníbal Niño y un poema sin título de Roberto
Juarroz. En la etapa de preparación de la sesión, recorté los versos de cada
texto y los mezclé, haciendo cuatro paquetes pequeños, uno por cada
poema. Conformamos tres grupos, no para enfrentarse entre si, sino para
organizar la actividad de manera que resulte más provechosa. A cada grupo
le entregué un poema desarmado y les expliqué que debían leerlo y
analizarlo en el subgrupo, para después ordenarlo según un criterio que
conservara el sentido poético y una estructura
más o menos lógica.
Entre las observaciones que hice está el
hecho de que algunas personas se sentían
presionadas por culminar el trabajo antes que
los otros grupos, cual si se tratara de una
competencia, cuestión que durante esa y todas
las sesiones insistí: son juegos para cooperar,
para la integración, para el aprendizaje
armónico, para compartir, NO para competir.
No obstante, el sentimiento de rivalidad que
esta sociedad individualista ha inoculado en
nuestra gente, es demasiado grande. Aunque no se esté compitiendo nadie
quiere perder, aunque no se esté compitiendo casi todos y todas quieren
ganar. Hay que ser “exitosos (as)” a como dé lugar, los perdedores no tienen
derecho a la “felicidad”.
Más allá de la observación comentada en el párrafo anterior, la
dinámica ofreció lecturas tal vez más relevantes. Entre los propósitos de esta
82
actividad de animación a la lectura y de sensibilización poética, está que las
(os) participantes puedan visualizar y sentir que un poema -sea de un autor
conocido o de ellas (as) mismas (os)- puede ser ordenado y reordenado de
diferentes maneras. Que armar un poema es una forma de jugar poniendo la
creatividad en acción, inclusive, que antes de dar por terminado un texto,
podemos intentar otras posibilidades. Parte de esos propósitos fueron
expresados por las (os) participantes, durante los diferentes momentos de la
actividad: en el trabajo grupal, al comparar los resultados con los textos
originales y en los análisis de la misma.
Aunque ellas (os) buscaban armarlo exactamente igual como lo
escribió el autor (tal vez como una manera de “ganar”), el juego les permitió
vivenciar una manera lúdica de compenetrarse con la poesía, de tenerla
rendida en sus manos y desde ellas cobrar vida. Una de las participantes me
dijo “me sentí poeta”, ese es otro de los objetivos de la animación, que
sientan la poesía, y si al momento de apreciar la poesía se sienten poetas,
mejor, pues nadie se puede sentir poeta sin sentir la poesía.
CONEJOS
El hombre que todos los díassoñaba con conejos abrió las alas de la ventay atisbó el aire seco de la noche.Se desnudó lentamentese metió entre las sábanascomo una criatura que se sumergeen un pozo de hierbay lloró largamente porque en la radio habían anunciadola destrucción total de la cosecha de zanahorias. Jairo Aníbal Niño
A continuación
le correspondió el poema “Conejos”
escrito por el autor (en el cuadro)
maneras que puede ofrecer un mismo texto para ser leído
conservando el sentido
Luego les pregunté cómo se habían sentido, y con sus respuestas,
analizamos los elementos
motivación literaria
no “lograr” el objetivo, que entendieron como organizarlo exactamente igual
que el autor (a), otras (os) estaban henchidos de orgullo
logrado”, otras (os) se dieron el gusto de
aunque también estaban pendientes
el autor (a), lo disfrutaron mucho
haberse recreado con e
la poesía, reconocer una forma de abordar la rima
En las experiencias en que he compartido este juego con niños y
niñas, lo menos de
(as) autores (as), tampoco lo asumen como competencia. El hecho de que la
CONEJOS
El hombre que todos los días
abrió las alas de la ventana y atisbó el aire seco de la noche. Se desnudó lentamente se metió entre las sábanas como una criatura que se sumerge en un pozo de hierba
porque en la radio habían anunciado la destrucción total de la cosecha de
Jairo Aníbal Niño
A continuación se puede apreciar el trabajo que hizo el subgrupo que
le correspondió el poema “Conejos” (en la fotografía), y cotejarlo con el
l autor (en el cuadro). Ahí quedan evidenciadas
maneras que puede ofrecer un mismo texto para ser leído
sentido poético.
les pregunté cómo se habían sentido, y con sus respuestas,
los elementos pedagógicos que nos ofrece este juego
motivación literaria. Inicialmente algunas expresaron su desespera
no “lograr” el objetivo, que entendieron como organizarlo exactamente igual
, otras (os) estaban henchidos de orgullo
otras (os) se dieron el gusto de jugar a combinar
aunque también estaban pendientes de que les quedara tal cual lo escribió
el autor (a), lo disfrutaron mucho. Finalmente casi todas (os) expresaron
haberse recreado con el juego, aprender una manera no aburrida de trabajar
la poesía, reconocer una forma de abordar la rima.
En las experiencias en que he compartido este juego con niños y
de que están pendientes es de que les quede igual a los
as), tampoco lo asumen como competencia. El hecho de que la
83
el trabajo que hizo el subgrupo que
(en la fotografía), y cotejarlo con el
quedan evidenciadas las distintas
maneras que puede ofrecer un mismo texto para ser leído o escrito,
les pregunté cómo se habían sentido, y con sus respuestas,
este juego para la
desesperación por
no “lograr” el objetivo, que entendieron como organizarlo exactamente igual
, otras (os) estaban henchidos de orgullo por “haberlo
combinar los textos y
de que les quedara tal cual lo escribió
Finalmente casi todas (os) expresaron
, aprender una manera no aburrida de trabajar
En las experiencias en que he compartido este juego con niños y
que están pendientes es de que les quede igual a los
as), tampoco lo asumen como competencia. El hecho de que la
84
lúdica sea un componente natural en los niños y niñas, les permite vivir estos
juegos de una manera más relajada, lo que a la vez facilita un aprendizaje
más significativo.
Entre las cosas que sucedieron, Miriam observó una bien
interesante. El grupo que le correspondió armar el poema de Aquiles
Nazoa, durante mucho rato se dio el gusto de ordenarlo de acuerdo a la
rima, todas y todos opinaban, aportaban un punto de vista para armar la
secuencia lógica del texto. Eso lo vi yo también, lo que no vi, es que en
algún momento se dieron cuenta de que podían rearmar el texto de
acuerdo a la forma en que estaba recortada la hoja de papel, entonces se
dedicaron a darle forma de rectángulo a su poema y ya todo les cuadró.
Esto quiere decir que ante un determinado problema el hombre acude a
muchos elementos para resolverlo, y que la vista y la capacidad de
observación, también constituyen vías de aprendizaje. Se aprende –y se
resuelve- con todos los sentidos.
Finalizada la conversación sobre la actividad anterior, nos dimos el
espacio para el receso
alimenticio de la mañana.
Durante ese tiempo me dio un
fuerte ataque de tos que
amenazó con dejarme mudo
nuevamente, por ello al
retomar el taller, le pedí a
Miriam que me apoyara en la
lectura de un cuento.
Inventemos un título. Así se llama la estrategia de animación a la
lectura que compartimos en la reanudación del taller. Para realizar esta
actividad inicialmente no se les dice el título ni el autor (a) del cuento a las
(os) participantes. En ella hay que estar muy atentos (as) a la lectura,
85
seguir cada detalle de la narración, y al final cada persona elabora uno o
varios títulos que anota en el pizarrón para ser compartido con todas (os).
Posteriormente les pedí que votaran para elegir los títulos que más les
guste.
Entre los títulos que ellas y ellos crearon están: El deseo “Tres en
uno”, Un regalo para tres hermanos y El ingenio del genio. El título original
es El genio y los hermanos, de la escritora argentina María Laura Díaz. Para
que la actividad tuviera gusto y sentido escogí un cuento que además de no
ser conocido por el grupo -cuestión que confirmé en el desarrollo de la
misma-, tuviera una historia atractiva, graciosa, y breve.
Las actividades de animación a la lectura tienen como aspiración
generar en los niños y niñas un sentimiento de simpatía por los libros,
despertar en ellas y ellos un vínculo amoroso que se irá ampliando en la
medida que logremos cautivarlos con textos que los conecten con el mundo
de fantasías y emociones que vive en ellos (as). Generalmente se parte del
trabajo con un libro en particular, para –progresivamente- intentar que esa
relación logre una valoración hacia los libros y la lectura en general. Para
asumir la animación a la lectura sería adecuado elaborar un plan en el que
puedan interactuar personas de los diferentes espacios en que se mueven
los niños (as), madres, padres, representantes, hermanos (as), maestros y
maestras. En el hogar es fundamental que desde pequeños los niños (as)
aparte de tener espacios físicos y vivenciales que fomenten con ternura el
amor por los libros y la lectura, sea indispensable que ellos (as) puedan
reconocer en sus padres ese hábito. Basta con que a diario puedan verlos
(as) leyendo el periódico, para que asocien este hecho a una actividad
realizada con naturalidad. Según Carmen Olivares (citada por Sarto, 1984),
la animación a la lectura
“Es un acto consciente realizado para producir un acercamiento afectivo e intelectual a un libro concreto, de forma que este contacto produzca una estimación genérica hacia los libros”.
86
El juego “Inventemos un título”, así como toda la estrategia de “La
Memoria” compartida entorno al cuento “Guillermo Jorge Manuel José”, son
actividades de animación a la lectura. Cuando un niño (a) tiene la posibilidad
de inventarle un nombre a un cuento que solamente ha escuchado, que ha
visto en su mente el trajinar de sus personajes pero no ha contemplado sus
rostros impresos en el libro, lógicamente va a querer manipular ese cuento, y
muy probablemente le toma cierto cariño que se deriva de ese vinculo
afectivo que ha empezado a desarrollar con él. Todos los elementos que se
utilizan en el juego “La Memoria” apuntan a encariñarse con los personajes,
con los anhelos de éstos y con el cuento en
general. Aún hoy, después de haber compartido
esta estrategia –entre muchas otras- hace
aproximadamente diez años, con niños y niñas de
la Escuela Comunitaria “Luisa Goiticoa”, al
preguntarles –a los hoy adolescentes- cuál cuento
recuerdan, varios (as) me han dicho “Guillermo
Jorge Manuel José”. También están los (as) que
recuerdan con más cariño “La noche de las
estrellas”, o “Monty”, entre otros cuentos con los que también hice cosas que
favorecieron su lectura y comprensión.
El libro tiene que responder a los intereses del niño (a), no del adulto
(a) que propone la actividad (sean padres o maestros), la lectura no se
obliga ni se impone, sobre todo si lo que se quiere es que se le asuma como
hábito. Quien desee suscitar el placer, la comprensión y reflexión de un libro,
debe olvidarse de prácticas impositivas, así como de proponer lecturas
pesadas, alejadas de los gustos de los niños (as). La animación a la lectura
tiene por propósitos:
• que el niño no lector –o poco lector- descubra el libro • ayudarle a pasar de la lectura pasiva a la lectura activa • desarrollar en él el placer de leer • ayudarle a descubrir la diversidad de los libros (Sarto: 1984:
19)
87
Animar, en este caso, es también darle vida a un libro a través de las
expectativas de niños y niñas, mover estratégicamente la curiosidad de ellos
(as) como insumo que favorecerá apropiarse de la lectura, motivarlos (as) a
buscar los hilos que entrelazan una historia.
En las salas infantiles de las bibliotecas públicas venezolanas, así
como en el Centro Nacional del Libro y el Banco del Libro, se han hecho
valiosos esfuerzos de promoción y animación de la lectura, como el conocido
programa “Aventuras en vacaciones” que todos los años lleva a cabo el
Instituto Autónomo Biblioteca Nacional. Algunas actividades de promoción y
animación a la lectura – la mayoría de ellas conocidas- que se pueden
realizar en las comunidades y escuelas son:
La hora del cuento: Narración o lectura de cuentos, a una hora o día
(y hora) establecidos y de manera constante.
Lectura recreativa libre: Leer textos literarios de manera libre y sin
contaminación de formalidades académicas en el salón de clases.
Lectura colectiva: Se puede hacer tanto con textos breves en una sola
sesión, como de libros por capítulos –cuentos o novelas para niños y niñas-
en sesiones diarias o semanales.
Dramatización: Se trata de poner en escena cuentos, narraciones y
hasta poemas.
Títeres: Elaboración y montaje de una obra de títeres a partir de una
narración literaria.
La esquela: Después de la lectura de uno o varios cuentos, los niños y
niñas le escriben cartas a los personajes con los que más se identifican.
Entre muchas otras actividades sobre las que hay que investigar, y
entre muchas otras que hay que crear y recrear para intentar hacer de la
lectura un placentero acto de libertad y aprendizaje.
Y continuamos el taller. ¡Un, dos pum! fue el juego que hicimos para
practicar la tabla de multiplicar, en este caso la tabla del 3. El juego consiste
en que una persona designada por el facilitador-animador (a) o él mismo (a)
88
dice en voz alta: Uno, a manera de empezar a contar, seguidamente la
persona que -dentro del círculo en que están sentados- está a su derecha
dice: Dos, e inmediatamente el que sigue, en vez de decir tres, dice ¡pum! El
juego continúa en esa secuencia y cada vez que corresponda un múltiplo de
3, se dice ¡pum! Una manera divertida de aprender colectivamente la tabla
de multiplicar.
Luego hicimos “el juego del tabú”, una estrategia que permite trabajar
lo sustantivos, los sinónimos y los adjetivos. En este caso, y por razones de
tiempo nos limitamos a jugar con los llamados nombres propios.
Previamente elaboré, imprimí y llevé la siguiente lista de sustantivos: metro
(de Caracas), campana, isla, imán, llave, nieto, sopa, mercal, zapato, fuego,
queso, uña, jabón, saco. Conformamos 2 grupos, no para enfrentarse entre
ellos sino para darle organización al juego. Sin que las demás personas (de
su grupo y del otro) escucharan, les decía una palabra al oído a las que
estaban sentadas en los extremos de sus respetivos grupos, esta persona
tenía que describir el objeto al otro grupo sin mencionar la palabra
directamente, sin hacer mímicas y sin usar sinónimos. Cuando un integrante
del grupo que escuchaba, reconocía el sustantivo, pasaba ese grupo a
decirles una palabra al otro, así hasta que cada uno dijo una. Como el juego
les gustó me pidieron que hiciera una nueva ronda, en la que algunas de
ellas se atrevieron a sugerirme palabras.
Luego de ese juego propuse hacer una evaluación de la jornada.
Entre otras cosas dijeron: sentirse a gusto con el taller, que parte de las
dinámicas trabajadas la semana anterior ya las habían aplicado, y que para
la semana escolar que se avecinaba, también incorporarían algunas de las
compartidas en esa sesión que estaba terminando. Una de ellas mencionó el
término “lúdico” como una posibilidad para hacer más amenos los espacios
educativos, cosa que me reconfortó enormemente. Preguntaron si podían
invitar a otras personas (a lo que contesté que sí), y dijeron que les
informarían a las participantes que habían faltado que podían continuar en el
89
taller. Como parte de la evaluación mencionamos la posibilidad de realizar
juntos la merienda en la próxima sesión, y seguidamente la organizamos.
Gisela dijo que con las actividades compartidas en las dos sesiones ya tenía
para organizar un encuentro que le habían solicitado familiares y vecinos.
Por eso les dije que iba a incorporar una ñapa como cierre.
La ñapa consistió en jugar “El auto-lavado”, una técnica propia para
reafirmar la afectuosidad en el grupo, y que implica darse cariños, y decirse
palabras afectuosas. Todas y todos participamos y sonreímos, confirmando
en abrazos y afectos la importancia del amor en el trabajo grupal. Así nos
despedimos hasta la próxima semana.
Entretiempo dos…
Tiempo de preparar la tercera sesión, revisando para ello el plan de
acción, y organizando con antelación los materiales necesarios para llevarla
a cabo…
Tercera sesión
El sábado 22 de mayo acudieron nuevamente 14 participantes, 12 de
las (os) que asistieron a la primera sesión, y 2 estudiantes más. Como
actividad de animación empezamos la jornada con el juego “Ligados”, que
consiste en que todas (os) las (os) participantes se ponen de pie, forman un
círculo, entonces cada integrante le toma las manos a dos personas que no
están a su lado, lo que hará convertir ese círculo humano en un nudo
grande, que luego deben desenredar sin soltarse las manos. Un sencillo
juego que permite analizar el valor del esfuerzo grupal, el sentido de
pertenencia y sirve como motivación para iniciar una jornada de trabajo.
90
Seguidamente propuse compartir “Te equivocaste”, una de las
técnicas de animación a la lectura de María Montserrat Sarto. En este juego
los niños y niñas (las (os) participantes en general) deben seguir con mucha
atención la lectura del cuento que el animador (a) les hará, con todo el
encanto que este proceso envuelve. Para esta ocasión seleccioné el cuento
“Rosaura en bicicleta” escrito por Daniel Barbot (francés que vivió varios
años en Venezuela) e ilustrado por Morella Fuenmayor (venezolana, también
ilustradora de los cuentos “Miguel
Vicente pata caliente” de Orlando Araujo
y la “Cama de mamá” de Joi Carlín). Les
dije que colectivamente leeríamos el
cuento desde el principio hasta el final, y
que luego lo volvería a leer pero
incorporando frases de “contrabando”
que no aparecen en el cuento original, y
que ellas y ellos tenían que identificar al
momento con la expresión “Ahí”. Les pedí que tal como habíamos hecho
cuando leímos “Guillermo Jorge Manuel José”, estuvieran atentos a la
estructura del cuento, inmediatamente la repasamos: Inicio (donde se
presentan los personajes y el ambiente), desarrollo (donde suceden las
acciones y se llega al punto clímax, que generalmente coincide con el
planteamiento de un nudo o problema) y desenlace (donde se da respuesta
al nudo o problema y concluye el cuento).
Inicié la lectura y al final de cada página les fui mostrando las
ilustraciones. Al concluir la segunda página dejé que el libro circulara entre
ellos y ellas para que continuaran la lectura en voz alta. Esto permitió que se
compenetraran con la obra, que tuvieran una aproximación bien cercana a
ella. Luego empecé a leer nuevamente el cuento, y casi todas las veces que
agregué algo, lo detectaron. La actividad les agradó mucho, se rieron
bastante con las incorporaciones que hice, y comentaron algo bien
importante: que reconocían en esta actividad una valiosa herramienta para
91
animar la lectura, puesto facilitaba trabajar la atención de una manera
divertida.
Volvimos a identificar la estructura del cuento en el título leído, nos
paseamos por el contexto, por los personajes, por el nudo y el desenlace. Al
culminar les hablé un poco de los propósitos de la animación a la lectura, de
la importancia de asumir las actividades con gusto, con inmenso amor, con
la misma ternura y emoción que los cuentos expresan. Ese es un punto de
equilibrio que cada cual irá consiguiendo en la medida que se ejercite, pero
hay que tenerlo claro, el cuento tiene su propio ritmo sicológico, no hay que
ponerle más emoción del que tiene, ni restarle tampoco. Caer en cualquiera
de esas situaciones constituye una distorsión innecesaria de la obra, y un
desaprovechamiento pedagógico de la animación.
Luego pasamos a compartir “Cambiémosle el final al cuento”, una
actividad que conjuga en un mismo tiempo, animación a la lectura,
creatividad y expresión literaria. Como lo dice su nombre, el juego trata de
cambiarle el final a un cuento. En esta ocasión el cuento seleccionado fue
“La noche de las estrellas” escrito por el venezolano Douglas Gutiérrez e
ilustrado por la también venezolana María Oliver. Les leí el cuento hasta la
aparición del nudo, a partir de ahí ellas (os) tenían que imaginar y escribir un
final para ese cuento. Cada quien leyó su final, así pudimos notar que casi
todos los resultados coincidieron entre si. La mayoría de las (os)
participantes tuvieron una aproximación al final original, excepto Sandra, a
quien le leí la duda de querer mostrar el final que escribió, suponiendo que al
no coincidir con el grupo estaba “malo”. Le pedí que por favor lo leyera, y
para sorpresa de todas y todos, su final, tal como supuse, era distinto, pero
además muy ingenioso. Le dio un giro inesperado que al grupo completo
agradó.
Les hablé brevemente de Gianni Rodari, el maestro, periodista y
escritor de obras literarias infantiles de origen italiano, que tantos aportes
92
hizo a la animación de la lectura y a la expresividad literaria para niños y
niñas. La corta reseña que hice sobre Rodari sirvió para introducir el trabajo
sobre una de sus técnicas clásicas, “El hombrecito de cristal”, técnica con la
que abordo la elaboración de cuentos, detallando más los elementos de su
estructura. Sobre el aspecto inicio, ahondamos en las características físicas
y sicológicas de los personajes, y en la importancia de describir el ambiente.
Sobre los aspectos desarrollo y nudo, la técnica permite manejar varias
opciones como salida, de hecho, propuse que cada quien utilizara el material
que quisiera para el hombrecito (o mujercita) que serían los personajes
principales de sus cuentos. Algunas (os) decidieron que sería de fuego, otras
(os) de cristal, mantequilla, madera, hielo, galleta, acero, agua, entre otros
componentes. La otra particularidad de la técnica es que a cada persona le
doy un problema de acuerdo al tipo de material de su hombrecito, por
ejemplo, los que decidieron que su personaje sería de fuego, les dije que por
nudo tendrían un diluvio que cayó de pronto. Los que eligieron trabajar con
hielo, el problema sería que vertiginosamente caerá en su mundo una
inmensa bola de fuego.
De esa manera todas (os) tenían elementos para estructurar su
cuento, para darle forma a una narración en la que pueden ejercitar con más
precisión el desarrollo de las partes que lo componen, siguiendo una ilación
coherente con la naturaleza del trabajo. Este ejercicio, en el que se le
sugieren a los (as) participantes un conjunto de elementos para elaborar un
cuento, sirve para ir compenetrándose en la creación de relatos, hasta que
se haga un hábito que conserve cierta espontaneidad. En este punto es
importante resaltar, que al trabajar la expresión literaria con niños y niñas, no
se pretende formar escritores, sino propiciar espacios para el disfrute de la
creación literaria y de la literatura en general. Si algunos (as) niños (as), con
el tiempo profundizan en el desarrollo de habilidades y destrezas para la
escritura, eso será maravilloso y celebrable, pero las instancias en que
estamos planteando este trabajo no tienen ese propósito.
93
Acordamos dejar el trabajo sobre “El hombrecito de…” para la casa. Y
por la hora pasamos a la merienda colectiva. Mayderlin, Yeterli, Emperatriz,
Graciela y Erick, se encargaron de llevar tentempiés de jamón y queso,
rosquitas y jugos para todos y todas.
Aquí no termina la sesión, hago este “corte” para darle entrada al
próximo capítulo, esta tercera y última sección del Informe de Aprendizaje,
por motivos de organización y de aproximación al desarrollo de las áreas de
conocimiento, me exigió una incisión en la reconstrucción de la jornada…
Diferentes momentos del taller
94
95
LA CREATIVIDAD EN LA EVALUACIÓN DE LOS PROCESOS EDUCATIVOS.
“Quien pone reglas al juego
se engaña si dice que es jugador,
lo que le mueve es el miedo
de que se sepa que nunca jugó.”
Luis Eduardo Aute
Finalizada la degustación grupal algunas de las participantes me
informaron de una situación que se presentó entre semana a lo interno del
IUJO. Al parecer unos (as) profesores (as) las mandaron a asistir a un
evento en la Universidad Católica Andrés Bello, según entendí, ejerciendo
cierto tipo de coacción con implicaciones académicas. El inconveniente es
que el mencionado evento se realizaría el mismo día que estaba previsto
culminar el taller que compartimos, por ello decidí bajar a la oficina de la
profesora Ana Meléndez, responsable de la Coordinación de Formación
Complementaria, para tratar de entender lo que sucedía y, sobre todo, para
buscar una salida que no afectara la culminación del taller ni los intereses de
las (os) estudiantes. La conversación con la profesora Meléndez no ayudó a
encontrarle solución al imprevisto surgido, más bien me dejó apreciar cierto
nivel de descoordinación presente en la institución. La respuesta que ofreció
la profesora fue que como ellos (el IUJO) piensan contratarme para facilitar
el mismo taller (Expresión Lúdica) para todo el mes de julio, que las
personas que no puedan asistir a la última sesión, vayan a la cuarta sesión
del taller que facilitaré en julio. Sin mostrar a fondo mi inconformidad con su
manera de querer resolver las cosas, le manifesté mi desacuerdo, en tanto lo
que ella proponía afectaba una planificación que elaboré partiendo de
acuerdos básicos, entre los que están: duración del taller, un mínimo de
participantes, horario, y cierto apoyo en materiales y equipos (este último
punto sólo se cumplió el primer día). En la risueña y sin complicaciones
forma de pretender manejar –o evadir- las cosas que tuvo la profesora,
realmente no sentí que hubiese respeto por mi trabajo. No es una
experiencia nueva, lo escribo aquí porque no debo ocultar la realidad de lo
sucedido. Pasa que parte de mis valores y de mis sueños como ser humano
96
se sustentan en la creencia de saber que actitudes diferentes son posibles,
si no fuera así estaría amargado. En un afiche colocado a la entrada de la
oficina de la Coordinación de Formación Complementaria leí:
“Encuentro Internacional de constructores de paz”. Durante los próximos 28 y 29 de mayo, la Universidad Católica Andrés Bello será el punto de encuentro de ponentes nacionales e internacionales, quienes discutirán sobre la construcción de paz y sus frentes de trabajo en Venezuela. Esta actividad se realizará en el marco de las VI Jornadas de Reflexión Social de la Iglesia. El Encuentro internacional de constructores de paz es una actividad de la Red de Acción Social, Fundación Centro Gumilla. Las personas interesadas en participar podrán formalizar su preinscripción vía web a través del portal http://gumilla.org/paz El programa de esta actividad será el siguiente: Viernes 28/5/10 2.00 pm: Apertura. - Mons. José Luis Azuaje 2:30 pm: Conferencia Inaugural: Violencias y búsqueda de la paz en Venezuela. - José Virtuoso 3:15 pm: Justicia y Reconciliación. El papel de la verdad y la justicia en la reconstrucción de sociedades fracturadas por la violencia. (Los casos de Guatemala y El Salvador- 1990-2009). - Carlos Martín Beristain 4:00 pm: Receso 4:30 pm: Escuela de paz y convivencia ciudadana. El compromiso de la Iglesia Católica a favor de la paz en Colombia. - María del Carmen Muñoz Sáenz 5:15 pm: Preguntas y respuestas 6:00 pm: Despedida del día Sábado 29/5/10 8:30 am: Foros temáticos: Experiencias venezolanas de construcción de paz 1. Construcción de paz en las cárceles 2. Caminos para la paz en centros educativos 3. Construcción de convivencia en comunidades de barrios urbanos 4. Diálogo en medio de la polarización política 5. Experiencias de reinserción social de jóvenes 6. Rutas para la superación de la violencia doméstica 7. Construcción de paz en zonas fronterizas 8. Atención a niños en situación de calle 9. Violencia y paz en medios de comunicación 10. Urbanismo para la paz y la convivencia 11. Justicia y reparación caminos para la paz
97
12:30 pm: Almuerzo 2.00 pm: Un programa para jóvenes transgresores. - Ángela Muñoz Gil 2:45 pm: La experiencia brasileña: Viva Río. - Rubem Cesar Fernandes 3:30 pm: Preguntas y respuestas 4:00 pm: Receso 4:30 am: Plenaria – Aportes del evento al programa “Hablando se Entiende la Gente” 5:30 pm: Palabras de clausura: ¿Es posible construir la Paz en Venezuela? 6:00 pm: Cierre
Escrito en marcador por un lado del afiche se leía “20 Bs fuertes la
inscripción, habrá certificado de asistencia”. Regresamos al salón a tratar de
encontrar una solución colectiva al problema que afectaba a casi todos y
todas. De entrada les dije que me acogía a lo que mayoritariamente se
decidiera, que estaba dispuesto a culminar el taller en el momento y lugar
que fuera necesario, siempre y cuando no se planteara para mucho más allá
de lo que estaba pautado. Se propusieron muchas alternativas: hacer la
sesión final una mañana cualquiera de la semana que se aproximaba, que
las (os) interesadas (os) en asistir al evento en la UCAB fueran hasta el
mediodía y luego del almuerzo se dirigieran al IUJO para la finalización del
taller, hacer la sesión el sábado 5 de junio, trabajar el domingo 30 de mayo,
entre otras. Ninguna de las propuestas satisfizo al grupo, entonces Gisela
propuso terminantemente: el taller estaba acordado terminarse el próximo
sábado, creo que lo justo es culminarlo el día y en el lugar previsto con
antelación, quienes no puedan venir asuman su responsabilidad. Si bien no
todas las caras evidenciaron complacencia con el planteamiento de Gisela,
la mayoría lo aceptó.
Aunque el evento organizado por el Centro Gumilla no se realizó con
la finalidad de obstaculizar la culminación del taller que facilité en el IUJO,
interpreto su realización en el marco de la dialéctica de la lucha de clases
que se da en nuestro país, como una acción de un grupo social que hace
manifiesta las contradicciones que se producen entre posturas opuestas.
Más allá de la coincidencia de fechas entre dos actividades que
98
seguramente estaban planificadas con antelación (cuestión que la profesora
Meléndez no consideró), hay una lectura –muy subjetiva- que no puedo dejar
de exponer aquí. Es sabido que la oposición al “proceso bolivariano” tiene en
la iglesia católica uno de sus bastiones principales, y que la UCAB es un
centro que está al servicio de esos intereses, por lo mismos motivos, en esa
universidad aplican programas que buscan captar e incidir ideológicamente
en los jóvenes, tanto de clase media como de los sectores más
desposeídos. En ese sentido, pareciera que el IUJO les ofrece un gran
número de estudiantes de diferentes carreras, en su inmensa mayoría
jóvenes provenientes de sectores populares, primordialmente de Catia, 23
de enero y La Pastora. Supongo que en esta parcela de la oposición
pensarán que al fin y al cabo será de esos sectores que pueda surgir una
fuerza social con el coraje suficiente para enfrentar al gobierno actual. Para
presionar a las (os) estudiantes a asistir, algunas (os) profesoras (es) se
valieron del poder que da ser “la autoridad dentro del salón”, exigiéndoles
que prestaran mucha atención porque harían evaluaciones (exámenes) de
los contenidos expuestos en las ponencias. Por lo que interpreté en el
emocionado interés que exhibieron dos estudiantes cuando expresaron, “es
en la católica profesor, usted debería ir con nosotras, nos dijeron que será
un encuentro bien chévere, por 20 Bs nos van a dar certificado”, deduzco
que la oferta usó como carnada la supuesta reputación que da lograr (en
este caso comprar) un certificado con el sello de la UCAB. Quienes tenemos
una postura diferente a la de los altos jerarcas de la iglesia católica no
debemos subestimar –ni sobrestimar- las acciones que ese sector realiza al
amparo de “prestigiosas” instituciones educativas. Estas cosas lógicamente
no las comenté en el taller, son mis reflexiones, aquí expresadas y
moderadamente desarrolladas.
Retomar el taller costó un poco, durante unos quince minutos quedó
el ambiente perturbado por la discusión sobre el evento. Luego nadie volvió
a hablar del asunto y el grupo se concentró, con buen ánimo, en las
actividades que compartimos.
99
La creatividad
Para continuar la jornada acudí a la vieja técnica del “cadáver
exquisito”, un juego poético con diversas variantes que inventaron los
surrealistas franceses a mediados de los años veinte del siglo pasado, y que
continúa muy vigente. En: es.wikipedia.org/wiki/Cadáver_exquisito lo
reseñan así:
“El cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: « Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática.”
Practicamos la técnica sin que nadie supiera lo que escribían los
demás. El resultado del primer ejercicio fue interesante, pero de alguna
manera alterado por la actitud -¿inmadura?- con que uno de los participantes
asumió el juego, al colocar como “aporte” a la construcción colectiva, la frase
“¿Quién quiere ser millonario? Esta persona fue muy respetuosa con todas y
todos durante el taller, pero en ocasiones dejó entrever rasgos de la
inmadurez que hizo más evidente en ese momento. También hubo dos
personas que colocaron frases trilladas como “en la unión está la fuerza”,
que también afectaron el fruto de esa elaboración poética. De una manera
cuidadosa -y supongo que pedagógica- le llamé la atención por lo que hizo,
su expresión gestual reveló que su problema, no es solamente de cierta
inmadurez, si no de tener indudablemente afectada la creatividad. Después
de la sesión hice un ejercicio de revisión de sus trabajos, y de su
participación general en las actividades, y noté que el compañero tiene
limitaciones para expresarse creativamente. Las trabas que algunas
personas presentan para pronunciarse creativamente, tienen que ver con la
100
fragilidad del banco de informaciones que poseen, producto de carecer
igualmente de hábitos de lectura. Quien desarrolla el gusto por la lectura irá
nutriendo ese banco o cimiento, del que se beneficiará al momento de
expresarse creativamente, ya sea de manera verbal o escrita. Alain Beaudot
(citado en Sarto, 1984) expone:
“El pensamiento divergente o creativo no puede ejercitarse sobre el vacío; necesita un soporte de informaciones almacenadas en la memoria. Si este soporte es pobre, el pensamiento divergente carece de material suficiente para estructurar sus creaciones”.
Parece rudo y duro decirlo, pero la sociedad capitalista a través de su
estructura de domesticación le ha atrofiado la creatividad a considerable
parte de nuestra gente. Hay muchos (as) que logran conservar su ingenio,
que –medio- sobreviven a la dominación del pensamiento, a las múltiples
formas que la maquinaria consumista tiene para imponer productos, para
utilizar mecanismos culturales que tratan de “pensar por ti”, pero los que
caen en la fauces de ese monstruo –muchas veces invisible- no son pocos.
Duele escribirlo, pero a veces nos encontramos con manifestaciones
que revelan un secuestro del sentido común, escenarios que dejan ver el
impacto de prácticas que dirigen sus acciones hacia la extinción de la
creatividad, a esas situaciones tenemos que intentar darles respuesta desde
la educación. Se pudiera pensar que yo esperaba un resultado poético en el
estilo de César Vallejo o Miguel Hernández, que tal vez no he trabajado
suficientemente la poesía con ese grupo como para esperar un desenlace
más alentador, pero no es eso. La mayoría de las (os) participantes
contribuyó con frases sencillas, unas con más sentido poético que otras, sin
embargo; el conjunto de los escritos no desentonó con la propuesta, lo que
indica entendimiento de la misma. No olvidemos que se trata de un juego,
pero un juego en el que acepto unas condiciones para participar, y en el
caso del grueso de los (as) participantes del taller, una condición que pasa
por la responsabilidad que asumirán como docentes. Esa es precisamente
mi preocupación, que no significa tampoco un gran descubrimiento, pero no
101
por eso no deja de afectarme, saber, que muchos (as) de los que eligen esta
profesión, o les robaron el espíritu infantil, o carecen de alma pedagógica, de
amor por el oficio, de la dosis de locura poética necesaria para intentar -
como dice Arnobio Maya- el objetivo de aproximar al ser humano a la vida
que requiere ser cambiada.
La creatividad es la capacidad de imaginar para crear otras
representaciones, a partir de las relaciones o vínculos que hacemos con las
cosas conocidas. Con la activación de la inventiva logramos obras que
muchas veces aportan soluciones a las necesidades que estimularon la
movilización del ingenio.
María Teresa Gutiérrez (citada en Maya, 1996), nos dice “Entiendo
por creatividad la posibilidad que poseemos desde pequeños de producir
cambios y novedades”. Y agrega:
“Nuestra educación, sistemática o asistemáticamente, las más de las veces cercena esa capacidad creativa que manifiestan los niños. Desde la escuela se mata toda respuesta original en el nombre de los objetivos, los contenidos y los sistemas de evaluación. La creatividad aparece como ruptura de lo impensable, como el establecer nuevos enlaces, como irrupción de lo impensado, como salto cualitativo. El maestro-coordinador es ahora llamado animador, pero no siempre ese docente-animador se anima, se atreve al acto creativo.”
En esa preocupación coincido con María Teresa Gutiérrez, por saber
de esa realidad y preocuparme por sus implicaciones, animo en función de
usar y valorar la creatividad en el hecho educativo. En este taller la
creatividad es un eje que está presente en toda la experiencia. En todos los
momentos del proceso invocamos su nombre y acudimos a su territorio.
Como se ha visto y leído en las diferentes actividades compartidas he
procurado estimular la creatividad de las (os) participantes, no sé si logre
finalmente que aquellas (os) que manifiestan menos habilidades y destrezas
hacia la creatividad logren imbuirse en ella, pero con fe pedagógica lo
intento.
102
Retomo el taller: Hicimos un segundo ejercicio del “cadáver exquisito”,
con la variante de que todas (os) sabían la primera frase utilizada, el
resultado fue más o menos similar al anterior. Después pasé a explicarles la
técnica de “La carretera”, previamente, mientras ellas y ellos se turnaban la
hoja de papel para escribir sus versos en el “cadáver”, les pedí a Erik y a
Mariagny que dibujaran en la pizarra una laguna, un zapato, una rana, un
papagayo, una tormenta lluviosa y una casa, que a su vez eran circundados
por una carretera que los unía. La actividad consiste en imaginar un cuento
siguiendo la trayectoria de la carretera, e incorporando los elementos
dibujados a la narración, empezando por el punto que les provoque a las
(os) participantes. En este caso prefirieron iniciar el recorrido-construcción
por la casa, y finalizar en la laguna. Esta técnica contenida en el ejemplar
Nº31 de la biblioteca de trabajo venezolana (1983), se puede modificar de
tantas maneras como las necesidades lo exijan y el ingenio lo permita. Por
ejemplo, agregarle personajes de la vida real o ficticia como: Charles
Chaplin, Mafalda, Lionel Messi, Juan Bimba, u otros. También se puede
trabajar en un patio, calle o cancha deportiva dibujándolo en el piso y que los
niños y las niñas construyan sus cuentos sobre el dibujo, lo que les posibilita
vivenciar una dimensión maravillosa del juego: escribir con el cuerpo, con
palabras en movimiento gestual, agregándole objetos que estén en el
ambiente: una pelota, un trozo de palo, un caucho abandonado; hacerlo en
grupo, en tríos, o individualmente.
Luego practicamos un juego que se me ocurrió para trabajar las
profesiones y los oficios, y crear con ellos un aviso clasificado. Para sugerir
el tipo de creaciones que proponía (graciosas, ingeniosas, locuaces pero con
sentido) les recordé el personaje que fabricó la bicicleta de la gallina
Rosaura (del cuento “Rosaura en bicicleta”), el que apareció un día por el
pueblo donde vive la señora Amelia, cantando y gritando “Reparo relojes y
cajas de música, remiendo maracas y tinajeros, afilo machetes y cuchillos,
hago patines para los perros y anteojos para los gatos”. Les pregunté ¿Qué
oficio desempeña ese señor? Al principio respondieron simplemente
103
“inventor”, “vendedor”, les dije, un señor que ofrece “cucharitas cantarinas,
calendarios lunares y mecedoras de chocolate”, no es un simple vendedor.
Entonces expresaron cosas como: Inventor de lo imposible, vendedor de
ilusiones, fabricante de locuras. Esas respuestas me hicieron entender que
habían comprendido el sentido del juego que estaba proponiendo. Busqué
una cajita de madera en la que tenía papelitos escritos con oficios y
profesiones, y saqué uno, me salió odontólogo. Les dije que teníamos que
ofrecer un servicio en sintonía poética con la profesión u oficio que nos
toque. Entonces escribí en la pizarra, odontólogo: arreglo dientes de peines
saca-piojos. Y así cada todos y todas fueron pasando, entre los servicios
ofrecidos salieron: actriz: reparo corazones rotos en el escenario de la vida,
escritora: escribo poemas en las paredes de los baños públicos, arquitecto:
diseño techos de cartón para el ratón, agricultor: cambio espinas de dolor
por raíces de ternura, fotógrafa: tomo fotos sin rollo.
De una forma sencilla y divertida el juego permitió desarrollar el
ingenio, la imaginación, la creatividad. Reflexionando sobre ese momento,
puedo afirmar que en el transcurrir de las sesiones varias participantes
fueron atreviéndose a expresarse con más libertad, lo que me hizo sentir un
deseo de prolongar el taller, en la convicción de estar aportándoles
elementos que contribuyen a animar su creatividad.
Finalizamos la jornada jugando “El puente”, una actividad que sirve
para generar sentimiento de corresponsabilidad e integración grupal, el valor
de la solidaridad, compromiso, compañerismo, el uso de la creatividad para
resolver problemas colectivos, así como para reflexionar sobre esos
aspectos. Señalándoles los límites entre un punto y otro punto de una línea
en el piso, les pedí que se colocaran sobre esa línea, pero sin salirse ni
sobrepasar los límites establecidos. Se trata de armar un puente humano
sobre un espacio en línea bien delimitado, de manera que obliga a los (as)
participantes a estar muy juntos, hombro con hombro, bien estrechos.
Después que todas y todos se habían parado sobre la reducida línea, les
104
aclaré que aquellas personas que pisaran fuera de la línea (aunque fuera
con un solo pie) caerían a un río más contaminado que el Guaire, un río
turbulento donde corre el egoísmo, la envidia, el desamor, la hipocresía, los
antojos del imperio, y cuanta cosa mala hay en el mundo. ¿Qué sucede si
una persona cae al río? Ocurre que esa persona no cae sola, pues si cae
una, caen todas. Ahora debían organizarse por fecha de nacimiento (sin
tomar en cuenta el año, pero si día y mes), teniendo como referencia que
enero estaría en el extremo derecho y diciembre en el lado opuesto. Para
meterles un poquito de presión les dije que tenían tres minutos para
realizarlo. Frecuentemente, cuando hago este juego, les doy más tiempo del
asignado. La idea es animar al grupo para que cumpla el objetivo, cuestión
que se traduce en fortalecimiento de la identidad grupal, de la importancia
del esfuerzo colectivo para alcanzar logros afines.
Como ya habíamos excedido el tiempo para culminar la sesión, les
pedí que brevemente comentaran la actividad recién compartida y evaluaran
la sesión. En sus comentarios hubo coincidencia, tanto en reconocer el
provecho de “El puente” para trabajar la integración y la responsabilidad
individual en el alcance de metas grupales, como en la aprobación y
complacencia de/con las actividades compartidas en la sesión. Finalizamos
estableciendo nuevas (os) responsables para la merienda de la jornada final.
Entretiempo tres…
Tiempo de preparar la sesión final, cuestión que implicó revisar,
diseñar e imprimir los materiales necesarios para llevarla a cabo: el
compendio de juegos y estrategias grupales, las evaluaciones, los textos
para los juegos, la guía del facilitador (instrumento que se convirtió en una
valiosa herramienta metodológica para recoger información). Para esa
cuarta y última sesión del taller, también les había ofrecido como un
obsequio por su participación, un disco con música variada de mi colección.
Lo que implicó hacer una selección de 20 temas musicales entre las más de
8000 canciones que tengo en mi musicoteca, por supuesto no escuché todos
esos temas, pero si traté –infructuosamente- de escoger un repertorio que
105
fuera más o menos sugerente de uno de mis territorios musicales más
queridos: la canción latinoamericana.
4ta sesión.
Mis expectativas en cuanto a la asistencia de los participantes para
esta última sesión, estaban influenciadas por la información de que para ese
mismo día habían convocado a la mayoría de los (as) estudiantes, al evento
sobre “la paz” que se realizaría en la UCAB. Iba preparado mentalmente
para una baja asistencia del ya pequeño grupo. A las 7 y 48 am del 29 de
mayo, apenas ingresé al “Jesús Obrero”, coincidí con la profesora Ana
Meléndez, quien luego de saludarme me informó que para esa mañana
Banesco les había llevado talleres de: Rol docente, redacción y ortografía y
varios más. La profesora en medio de su emoción por los aportes de
Banesco para la formación del estudiantado, me repreguntó si podía facilitar
el mismo taller entre los meses de junio y julio, porque había gustado mucho.
Antes ya me había comentado de la satisfacción que el grupo había
expresado con el taller, así que tomé el repetido comentario como reiteración
de las evaluaciones que en cada sesión hacíamos. Aunque no estaba
impaciente ni desesperanzado, empecé a subir las escaleras con más
optimismo.
A las 8 y 25 minutos, las (os) diez participantes -con las (os) que
hicimos la actividad ese día-, Miriam Cova y yo, ya estábamos conversando
sobre lo sucedido entresemana y propiciando el ambiente para entrarle a la
revisión de los cuentos sobre “El hombrecito de…”, pendientes desde la
sesión anterior. Tres de ellas los llevaron, antes de que los leyeran para
todas y todos, propuse al grupo que estuvieran atentos (as) a la estructura,
al lenguaje, a la secuencia, en fin, a los diferentes elementos de la obra que
luego comentaríamos.
106
En el cuento de Diojana, apreciamos habilidad para describir con
frases cortas, y para ubicar con espontaneidad al lector dentro del ambiente.
A continuación un fragmento del inicio de “El hombrecito de agua” escrito por
ella:
“En un pueblo grande y bonito, donde había una laguna, habitaba un
hombrecito con su familia y compartían con él muchos pececitos. Las personas
de este pueblo vivían felices, pues gracias a la laguna regaban sus cultivos y
disfrutaban de una buena cosecha…”
En el trabajo de Elka reconocimos la
incorporación de la rima, como elemento que le da
un particular ritmo a la narración. Seguidamente un
fragmento de su cuento intitulado “El hombrecito
de amor”:
“…Este hombrecito fue creciendo, creciendo,
fuerte e invencible, que de todos los sentimientos era
el más comprensible. Era poderoso, constante e insistente, y luchaba duro
contra sus oponentes. Se alimentaba de alegría, paz y armonía, hasta que llegó
un día…”
En el cuento escrito por Josefa Emperatriz, distinguimos su tendencia
a usar un lenguaje poético, sencillo y rico en imágenes. Un lenguaje que
ayuda a “ver” la narración, aunque no tenga ilustraciones. Así inicia “El
hombrecito de agua” de Josefa Emperatriz:
“Erase una vez un hombrecito de agua que vivía muy feliz en el cielo. El
siempre aplacaba la sed de la tierra, siempre hacia florecer el extenso bosque,
renovaba con su agua la vida. Los pájaros cantaban al ver que venía, porque
ellos siempre creían en él…”
Al analizar los trabajos hechos por las compañeras, la idea primordial
era abordar con cierto detalle elementos de la narración, que al compartirlos
107
con los niños y niñas pueden ser desarrollados con más pertenencia, en
tanto las (os) participantes los habían vivenciado en sus propios ejercicios
durante el taller. La rima, los diálogos, la ambientación, la caracterización de
los personajes, la estructuración del cuento siguiendo una secuencia lógica,
el lenguaje, todos esos elementos fueron brevemente analizados por el
colectivo. Insisto en que la intención no es que éstas (os) estudiantes se
conviertan en literatas (os), pero sí que se aproximen con amor y criterio al
trabajo literario con niños y niñas, y para ello es básico apropiarse de
algunas herramientas. Lamentablemente el tiempo del que disponíamos
para el taller era limitado, sin embargo; la intención era aportar métodos
lúdicos muy básicos para motivarlas (os) para que intentaran ejercer la
creatividad literaria, con la esperanza de que algún día incorporen a la
práctica educativa, parte de la visión pedagógica que coexiste en estos
ejercicios.
Luego pasamos a jugar una versión 2 de “El cartero”. Nuevamente les
dije que un mismo juego nos puede ofrecer muchas variantes, y que éstas
pueden aparecer en tanto pongamos la creatividad en función de resolver las
necesidades que se presenten. En esta ocasión, “El cartero 2” nos sirvió
para usarlo en una imaginaria clases de geografía, como método para
aprender las capitales, los estados o los países. Asigné a cada participante
un estado: Aragua, Portuguesa, Anzoátegui, Sucre, Guárico, Zulia, Mérida,
Yaracuy, Barinas y Monagas. En esta variante no todas (os) cambian de
puesto, solamente los estados mencionados, así que al decir, por ejemplo:
Traigo carta de Yaracuy para Guárico, los estados involucrados deben
intercambiar de puestos. Así sucesivamente, hasta que todos memorizan los
estados.
Hablamos sobre las diferentes formas que se puede hacer ese juego,
tanto con la temática que estábamos trabajando como con otras, y surgieron
varias ideas que pueden ser desarrolladas en una posible planificación
escolar.
108
Seguidamente les conté-expliqué sobre la técnica “Actualicemos un
cuento”, que se utiliza precisamente para traer al presente un cuento clásico.
Hicimos una lista con algunos cuentos clásicos: El gato con botas, La
caperucita roja, Cenicienta, Blancanieves, La sirenita, Pulgarcito, La bella
durmiente (del bosque), La bella y la bestia, entre otros. Luego les pedí que
eligieran uno, seleccionaron “La caperucita roja”. Antes de hacer el ejercicio
de traerlo a la actualidad, les pedí que recordáramos el argumento de la obra
escogida. Después que rememoramos el ambiente, los personajes, el
conflicto y el desenlace del cuento, les pedí que colectivamente actualizaran
el cuento. La narración fue adaptada a una situación en Caracas, salieron
tres versiones bastante simpáticas, que por cuestión de tiempo no fueron
escritas, sino armadas en el aire entre todas y todos.
Para jugar a inventar palabras compuestas propuse compartir una de
las últimas actividades del taller. Primero hicimos una gran lista con palabras
compuestas, las pronunciamos, las detallamos, vimos que conocíamos
muchas, que la mayoría son de uso común, y que algunas tienen sonoridad
poética. Les comenté que los poetas algunas veces cuando están creando,
sienten que no tienen la palabra que les hace falta, para decir lo que quieren
decir. Revisan en su inmenso repertorio de palabras y no encuentran la que
necesitan, entonces deciden inventarla. Si, la poesía nos da esa licencia, la
libertad creativa para engendrar una palabra que ayude a expresar lo que
queremos. En este caso, presenté una forma para crear palabras
compuestas, a cada persona le entregué 2 palabras sueltas, y les indiqué
que podían combinarlas como quisieran, fusionarlas, pero siempre buscando
que tengan sentido poético. Les dije que si una, o ninguna de las palabras
que yo les daba no les servían, podían sustituirlas por las que quisieran.
De ese ejercicio salieron palabras compuestas como: abrazomar,
lunamiel, cantavela, velasanta, brisol, yerbicielo, tiempazul, cantagallo,
abrecaminos, nidomar, verdiluz, fuegolento, fuegocalmo, enzarzamor, entre
varias otras. Les pregunté si se atrevían a escribir un poema utilizando
algunas de estas palabras, la respu
“El fuegolento de tus ojos
brillaba con el frenesí de tu amor
enzarzado en tu cabello
con el fuegocalmo de tu respirar”
Luego hicimos un descanso para compartir la merienda. Betzabeth y
Diojana llevaron par de
que Elka contribuyó
había tumbado de la mata de su casa, y Ángel destapó un jugo de
naranjas… Finalizada la dulce merienda colectiva, nos senta
nuevamente en el círculo para darle continuidad a la actividad de cierre.
Evaluación
Durante las cuatro sesiones del taller, en medio de cada juego o
técnica grupal, y al finalizar cada jornada, incorporábamos
Les pregunté si se atrevían a escribir un poema utilizando
algunas de estas palabras, la respuesta de Josefa Emperatriz fue esta:
“El fuegolento de tus ojos
brillaba con el frenesí de tu amor
enzarzado en tu cabello
con el fuegocalmo de tu respirar”
Luego hicimos un descanso para compartir la merienda. Betzabeth y
par de quesillos que fueron servidos en los vasos con los
que Elka contribuyó, Gisela aportó palmeritas, Emily sacó unos mangos que
había tumbado de la mata de su casa, y Ángel destapó un jugo de
Finalizada la dulce merienda colectiva, nos senta
nuevamente en el círculo para darle continuidad a la actividad de cierre.
Durante las cuatro sesiones del taller, en medio de cada juego o
técnica grupal, y al finalizar cada jornada, incorporábamos
109
Les pregunté si se atrevían a escribir un poema utilizando
esta de Josefa Emperatriz fue esta:
Luego hicimos un descanso para compartir la merienda. Betzabeth y
s que fueron servidos en los vasos con los
unos mangos que
había tumbado de la mata de su casa, y Ángel destapó un jugo de
Finalizada la dulce merienda colectiva, nos sentamos
nuevamente en el círculo para darle continuidad a la actividad de cierre.
Durante las cuatro sesiones del taller, en medio de cada juego o
técnica grupal, y al finalizar cada jornada, incorporábamos comentarios
110
evaluativos, breves conversaciones en las que valorábamos diferentes
aspectos del taller: el espacio, los recursos técnicos, el sentido educativo y el
alcance que pueden llegar a tener los juegos, la forma de trabajo del
facilitador, los contenidos, la responsabilidad y producción grupal, entre otros
elementos del proceso educativo. Puedo aseverar que esa mirada evaluativa
estuvo presente en todo el proceso, sin embargo, en la planificación de la
jornada final consideré un espacio más amplio, con toda la intención de que
arrojara elementos colectivos e individuales para la evaluación del taller.
En ese momento les entregué el material de apoyo (compilado,
diseñado y reproducido por mis propios medios) y les pedí que lo ojearan,
y que lo hojearan también. Desde la etapa de planificación inicial del taller
tuve claro que debía elaborar ese material, y que tendría que reproducirlo
sin ayuda del IUJO. La misma carpeta que contenía el compendio de
juegos, guardaba el instrumento evaluativo del taller (ver anexos),
lógicamente también diseñado y reproducido con mis recursos. Tuvieron
entonces un rato exento de presiones para que lo llenaran. Para elaborar
el instrumento evaluativo me apoyé en un cuadro-mapa que la profesora
Rosanna Chacín construyó y me facilitó hace poco menos de tres años,
en ocasión de un taller que estaba facilitando para Fundacomunal. En
dicho mapa-cuadro se encuentran pautas para realizar un instrumento de
evaluación integral, centrado en aspectos vinculados a la matriz
curricular, que facilita recibir y registrar las opiniones y sugerencias de los
(as) participantes. A continuación coloco el mencionado cuadro:
Aspectos a evaluar Dimensiones Sub-dimensiones ¿Qué información requiero?
Currículo (Programación del taller)
Organización Horario seleccionado ¿Fue adecuado el día seleccionado?
Cantidad de tiempo ¿Resultó suficiente? Distribución de tipo de actividad tiempo
Cuáles actividades deberían ser ofrecidas en más o menos tiempo o en otra fase del día
Espacio físico ¿Cómodo? ¿Se corresponde con las exigencias del taller?
Contenidos Cantidad ¿Muchos? ¿Pocos?
111
Pertenencia Se corresponde con las expectativas
Profundidad Ajustado a las características del grupo
Recursos
Material de apoyo ¿Resulta orientador y promueve el aprendizaje continuo (después del taller)
Recursos para el aprendizaje durante el taller
¿Fueron adecuados, ajustados al contenido?
Mediación pedagógica
Actitud y habilidad pedagógica del mediador
Empatía Favorece la comunicación Genera un clima de confianza Se comunica oportuna y adecuadamente
Respeto Respeta las necesidades, intereses de las (os) participantes brindando un equilibrio entre estas y la programación del taller
Afectuosidad Estableció relaciones afectuosas con el grupo Generó un clima de afecto con el grupo
Flexibilidad Se mostró abierto a incorporar cambios o ajustes necesarios en la programación
Dominio de los contenidos
Evidencia ello
Planificación ¿Se aprecia una planificación del facilitador? Cada sesión con inicio, desarrollo y cierre. En cada nueva sesión se retoman los aprendizajes anteriores.
Uso de nuevas tecnologías para apoyo del aprendizaje
Uso de video beam, equipo de sonido y otros.
Centrado en el aprendizaje
Metodología basada en actividades de discusión, construcción, vivencias, dinámicas
Actividades centradas en la creatividad,
112
construcción de ideas, propuestas, etc. Contenidos abordados con mínima exposición magistral.
Abordaje holístico (conocer-hacer-ser)
Se abordaron todas las dimensiones de cada aprendizaje
Clima de aprendizaje en y para la convivencia
Énfasis en las relaciones interpersonales para la construcción colectiva.
Actividades basadas en el aprendizaje colaborativo.
Manejo afectivo y afectuoso de las relaciones interpersonales en el aprendizaje.
Abordaje colectivo de la resolución de conflictos
Evaluación Evaluación del aprendizaje
Evaluación democrática (todos participan)
Técnica de retroalimentación formativa, continua, asertiva.
Evaluación del taller Discusión y encuesta Evaluación del facilitador
Técnica de retroalimentación formativa, continua, asertiva propiciada por el facilitador y espontánea
Al final del trabajo anexo un instrumento completo, ahora me permito
incorporar fragmentos, o sumatorias de sus respuestas que dan una idea de
la evaluación del taller. Creo necesario recordar que la jornada final se hizo
con 10 participantes, las evaluaciones 11 y 12 las hicieron Mayderlin Rivas y
Mariagny Araujo en sus casas y me la enviaron por internet.
Parte I. Con relación a la organización del taller
Marca con una X en la columna correspondiente, la opción que completa cada enunciado, según sea tu
opinión: Aspecto a evaluar
Exagerado Adecuado Inadecuado
113
1- El horario seleccionado para realizar el taller me pareció…
12
2- La asignación del tiempo para cada contenido fue… 12 3- El salón dónde se desarrolló el taller me pareció… 7 5 4- La cantidad de contenidos abordados durante el taller, me pareció…
12
5- La profundidad que se le dio a los contenidos, me pareció…
12
6- Con relación a mis expectativas para este taller, los contenidos me parecieron…
12
7- El material de apoyo que me entregaron, me pareció… 12
8- El uso de los equipos tecnológicos de apoyo al facilitador (reproductor de música, grabaciones, pizarra, marcadores etc.) me pareció…
9 3
Las observaciones al salón tienen que ver con que generalmente
estaba sucio. Tres personas colocaron “Inadecuado” en la opción 8 debido a
que solamente el primer día nos prestaron el reproductor de discos
compactos, borrador y marcadores acrílicos. Para las sesiones 3 y 4 llevé
marcadores y borrador.
9-¿Consideras que alguno o algunos de los juegos requieren ser ajustados en cuanto
al tiempo que se le dedica o a la profundidad que se le dio? En caso de ser positiva
tu respuesta, explica a continuación
Todas y todos (excepto Gisela) coincidieron en que el tiempo que se
le dio a cada juego o actividad fue adecuado. A continuación coloco cuatro
respuestas, entre ellas la de Gisela.
“Me pareció que todas las actividades estuvieron muy buenas y observé
que se le dedicaban buen tiempo; yo propondría más tiempo pero para realizar
más actividades.” (Sandra).
“Hubo un desarrollo muy positivo en los juegos, quizás se deba largar el
tiempo en algunos de actividad motriz. Todo fino profe”. (Elka)
“Yo pienso que el profesor utilizó muy bien el tiempo dado a cada
ejercicio, estuvo muy bien planificado.” (Josefa Emperatriz).
“Si se requiere mayor tiempo para desarrollarlo mejor, para así tener
mayor profundidad en los juegos”. (Gisela)
114
10- ¿Cuál o cuáles de las técnicas o juegos te resultaron más interesantes? ¿Por
qué?
Las respuestas fueron tan variadas que no es posible expresar a
partir de una operación matemática las coincidencias entre ellas. En todo
caso concuerdan en que les gustaron todos los juegos y técnicas.
Algunas (os) lo expresaron de forma genérica, otras (os) también
identificaron algunas técnicas o juegos. A continuación coloco cuatro
respuestas.
“El “auto-lavado” porque se le demuestra a los compañeros sentimientos
que a veces nos resulta difícil demostrar y es muy bueno porque nos hace sentir
bien. “El mundo”, ya que podemos irle integrando más variables y aprender
mucho más, y “El Credo” fue muy impactante esa actividad ya que lo
construimos y fue algo muy enriquecedor. ¡Buenísimo!” (Yeterli)
“Es difícil la decisión, pues todas las técnicas de juego me gustaron
mucho, sin embargo la que más me llamo la atención fue, la que se utilizó el
primer día después de realizar una lectura se elaboró un juego de memoria para
ver si estábamos pendientes de la lectura, muy bueno.” (Mayderlin)
“Las técnicas de realizar versos o poemas porque me parece que es una
técnica que ayuda a desarrollar la imaginación; y también me gustó mucho la de
los cuentos.” (Sandra).
“Me gustó la de los recuerdos, porque agiliza la mente y desarrolla la
memoria, la de crear una oración con 2 palabras, porque hace usar la imaginación, ME ENCANTÓ la del puente, fue súper divertida y más cuando trabajamos en equipo para no dejar que alguien “cayera”, y los cuentos me gustaron muchísimo también, ah y el del cadáver delicioso. Creo que todas fueron interesantes.” (Mariagny)
11- ¿Existe algún o algunos contenidos que consideras deben ser incorporados o
desincorporados de este taller? Indícalos de ser positiva tu respuesta en
cualquiera de los casos.
115
En las respuestas a esta pregunta también hubo mucha coincidencia.
Igual transcribo tres de ellas en las que se perciben ligeros matices de
divergencia.
“No, según mi criterio este taller estuvo muy productivo, además de que
no le faltó ni le sobró.” (Erick)
“Desincorporar ninguno, si se colocan más contenidos al taller y si fuera
de más horas, sería perfecto.” (Gisela)
“Todos los contenidos me parecieron fabulosos y muy chéveres”. (Ángel)
Parte II. Con relación al facilitador y la metodología de trabajo
12- Expresa tu opinión con respecto a las actitudes y habilidades del facilitador,
en cuanto a su manejo del taller: dominio de contenidos, relaciones de
comunicación con los participantes, creatividad, respeto a la diversidad de
opiniones e ideas, actividades desarrolladas y cualquier otra cosa que desees
mencionar.
Cuatro respuestas:
“Como mencioné anteriormente, todo me pareció excelente, que aparte
de la muy buena planificación del taller, encuentro que lo más importante fue la
capacidad humana del profesor, su receptividad, su comprensión y amor unido
a una experiencia muy significativa, es lo que le da al curso un aire muy especial.
Pienso que el grupo se integró, nos relacionamos de una manera participativa y
espontánea con el toque de creatividad necesarios para llevar a buen término
este aprendizaje.” (Josefa Emperatriz)
“Las actitudes y habilidades de Luis Alberto de verdad que son muchas,
me pareció una persona esplendida, con mucha creatividad y domina
perfectamente los temas dados, de verdad a mí personalmente me llegó toda la
información dada. Mi tiempo en este taller siento que estuvo muy bien
invertido; me gustó su forma de trabajar, el trato que tuvo para con todos los
participantes”. (Sandra)
“Las habilidades del facilitador me parecen excelentes, muy creativo,
respetuoso con las diversidades de pensamientos, motivador, domina los
contenidos, dinámico, humilde. ¡Muy bueno! Debe continuarse.” (Enoes)
116
“Su manera de vestir, muy desajustada a la sociedad urbana, je, je, je…
mentira, me gustó mucho su sencillez y humildad, en el dominio del
contenido lo noté seguro, responsable, preparado para las actividades. En la
comunicación me parece que usted es muy poético, por ser así mantiene un
carácter dócil, yo usted seria más estricto, lo que me transmitió fue una
esencia fresca. Con respecto a la creatividad, me dejó asombrada como con
recursos tan básicos nos enseñaba tanto, también me llamó mucho la
atención como se saca un cuento con dibujos distintos creados de diferentes
personas”. (Mayderlin)
13- ¿Te sentiste a gusto y disfrutaste de las actividades planificadas por el
facilitador?
SÍ 12 NO_____
¿Cuál te gustó más? ¿Por qué?
“Los cuentos, por las ilustraciones y su contenido, pero en realidad todas
fueron agradables” (Diojana)
¿Cuál te gustó menos?
“Ninguno ¿Todos fueron increíbles!” (Emily)
14- Utilizando la escala del 1 al 5, escribe en la segunda columna la nota que le
asignarías a cada uno de los siguientes aspectos del taller:
Aspecto a calificar Calificación que tú le asignas
- Contenidos abordados en este taller. Todas y todos 5 : 60
- Actividades desarrolladas durante el taller. 10 participantes 5, 2: 4. Total: 58
- Material de apoyo 9 participantes 5, 2: 4. Total: 58
- Estilo pedagógico del facilitador Todas y todos 5 : 60
-Tus aprendizajes logrados durante este taller Todas y todos 5 : 60
117
15- Si deseas hacer algún comentario, proponer alguna sugerencia o
simplemente quieres plantear algo respecto a esta experiencia de aprendizaje,
puedes utilizar estas líneas:
“Todo el taller me pareció interesante, de verdad le doy las gracias por
haber compartido todos sus conocimientos con nosotros, que le aseguro nos
servirán de estrategias para ser unos docentes de calidad y enseñarles a los
niños de una manera más divertida los contenidos que se requieran, y así
ellos obtengan un mayor y eficaz aprendizaje.
Gracias también a la señora Miriam por estar aquí, disponer de tiempo
y acompañarnos estos cuatro sábados.” (Yeterly)
“Me gustó mucho el taller, no sabía que con la lúdica se pudieran
lograr tantas cosas, que tan sólo con leer un cuento se pueden hacer varias
actividades, donde se aprende y se ve el interés que se tuvo al momento de la
lectura. ¡Gracias! Fue dinámica la experiencia.” (Diojana)
“De verdad, gracias por brindarme la oportunidad de poder aprender
nuevas actividades, gracias por incentivarme a compartir con el grupo en
general y a ganarme nuevas amistades; posteriormente, agradezco su
paciencia y las buenas intenciones al enseñar, no obstante, también
agradezco a la señora Miriam por compartir con nosotros esa alegría que
contagia y expulsa de sus expresiones. Muchas Gracias. ” (Erick)
“Me pareció algo dinámico, novedoso, creativo, es una nueva manera
de concebir una enseñanza-aprendizaje afectiva efectivo, tanto para niños,
jóvenes y adultos. En verdad estuvo muy bien.
Lo felicito profesor, es usted una excelente persona, personas como
usted son las que necesita el mundo. Mucho reconocimiento a su hermosa
labor, traer alegría a la vida y comprensión, Dios lo bendiga con todas las
cosas buenas y bellas que ella le puede dar…” (Josefa Emperatriz)
El instrumento culmina con un espacio para la colocación de los datos
de los (as) participantes, y un breve agradecimiento del facilitador.
118
Momento de la evaluación escrita
Continuamos el ejercicio evaluativo proponiendo la conformación de
tres subgrupos, el primero trató de responder las preguntas generadoras
¿Qué es la creatividad? ¿Se puede ejercitar la creatividad? ¿Es importante
estimular la creatividad en los niños y niñas? El segundo subgrupo trabajó
con las preguntas generadoras ¿Qué entienden por expresión literaria
infantil? ¿Por qué es importante estimular la expresión literaria en los niños y
niñas? El subgrupo número tres trató de responder ¿Por qué es importante
estimular la animación a la lectura? ¿De qué manera se puede ejercitar la
animación a la lectura con los niños y las niñas?
Luego del trabajo en subgrupos hicieron sus respectivas exposiciones
en la plenaria, lamentablemente la profundidad teórica que se le dio a los
temas –así como el tiempo disponible para ello- no fue suficiente como para
abrir una discusión que favoreciera un mayor acercamiento a los temas
tratados. El acento estuvo puesto en los juegos y técnicas grupales, en que
los aprendieran y razonaran. En ese sentido sus reflexiones evidenciaron un
acercamiento que se correspondía con las limitaciones expresadas. Antes
del ejercicio les había comentado que todas las actividades que habíamos
hecho tenían una fundamentación teórica, que no se sustentaban en la
improvisación sino en ideas concretas que guardan relación con un enfoque
119
pedagógico. Les dije que parte del ejercicio que hago al sistematizar la
experiencia que compartíamos, se trata precisamente de explicitar parte del
volumen teórico que está implícito en nuestras prácticas. Entonces, aunque
el taller no nos dé para abordar profusamente algunos aspectos teóricos, lo
importante es que entendamos la esencia de cada categoría trabajada, y
que además; ellas (os) tenían (tienen) la responsabilidad de profundizar en
la investigación sobre la lúdica, pues no se trata de aplicar juegos a diestra y
siniestra, sino saber el por qué, para qué se hace y cuándo se puede hacer.
Aunque parecía obvia la respuesta y de alguna manera ya lo habían
dicho en el instrumento evaluativo, igual les hice las preguntas ¿Creen
necesario incorporar actividades lúdicas en los procesos de aprendizaje con
niños y niñas? A continuación dos respuestas:
“Si es necesario, sería mejor el proceso de enseñanza-aprendizaje,
ayudaría como herramienta pedagógica. Incorporaría a muchos que se aíslan y
daría mejor resultado para la relación entre compañeros (alumnos) y docentes”
(Elka)
“Los docentes de hoy en día deberíamos de enseñar todas las
actividades de manera lúdica, considero que los niños aprenderían mucho
mejor. El docente debe ser imaginativo, inventivo, creativo, debe manejar la
mente de los niños colocarse en sus zapatos. La mayor parte del día el niño
juega, y al encontrarse con una rutina de 5 horas para aprender y todo es
estricto se hace fastidioso si no le damos un toque mágico. Con un toque de
diversión aprendemos mucho mejor. (Mayderlin)
La otra pregunta fue ¿Qué te llevas, y qué dejas en el taller?
“Mucho conocimiento, afecto, estrategias, solidaridad, compañerismo y
confianza, todo eso me llevo del taller. Dejo la flojera, inseguridad y apatía”
(Ángel)
“Me llevo un conjunto de herramientas, que si las utilizo con mucho amor
me van a permitir desarrollar mi clase de una forma dinámica e interactiva,
pienso que dejo abierto un canal para nuevas aperturas, nuevos conocimientos,
y por qué no, nuevas amistades.”
Con esa actividad
de agradecerles por haber participado, insistí en la necesidad de que
continúen investigando sobre la lúdica como herramienta fundamental para
compartir procesos educativos con niños y niña
les entregué a cada una (o) el disco que había grabado.
quesillo, nos abrazamos, y quedamos pendientes de intercambiar
información por internet.
Con las limitaciones
hicimos una evaluación
punitiva, y un tanto tamizada por la creatividad.
refiriendo a
“…la evaluación desde el punto de vista educativo como al proceso integral, sistemátcambios que ocurren a nivel de los sujetos o del medio donde ellos se desenvuelven, la eficacia de las técnicas empleadas, la capacidad científica y pedagógica del educador, la calidad del plan de estudios
pienso que dejo abierto un canal para nuevas aperturas, nuevos conocimientos,
y por qué no, nuevas amistades.” ” (Josefa Emperatriz)
sa actividad concluimos el taller. En las palabras finales, aparte
de agradecerles por haber participado, insistí en la necesidad de que
continúen investigando sobre la lúdica como herramienta fundamental para
compartir procesos educativos con niños y niñas. Como presente del taller
les entregué a cada una (o) el disco que había grabado. Cominos el segundo
, nos abrazamos, y quedamos pendientes de intercambiar
información por internet.
Parte del grupo en la sesión final
Con las limitaciones propias de un taller relativamente corto
hicimos una evaluación que buscó ser constante, holística, participativa, no
punitiva, y un tanto tamizada por la creatividad. Por supuesto, me estoy
“…la evaluación desde el punto de vista educativo como al proceso integral, sistemático, gradual y continuo que valora o aprecia los cambios que ocurren a nivel de los sujetos o del medio donde ellos se desenvuelven, la eficacia de las técnicas empleadas, la capacidad científica y pedagógica del educador, la calidad del plan de estudios
120
pienso que dejo abierto un canal para nuevas aperturas, nuevos conocimientos,
concluimos el taller. En las palabras finales, aparte
de agradecerles por haber participado, insistí en la necesidad de que
continúen investigando sobre la lúdica como herramienta fundamental para
Como presente del taller
Cominos el segundo
, nos abrazamos, y quedamos pendientes de intercambiar
propias de un taller relativamente corto, creo que
holística, participativa, no
Por supuesto, me estoy
“…la evaluación desde el punto de vista educativo como al proceso ico, gradual y continuo que valora o aprecia los
cambios que ocurren a nivel de los sujetos o del medio donde ellos se desenvuelven, la eficacia de las técnicas empleadas, la capacidad científica y pedagógica del educador, la calidad del plan de estudios
121
o programa y todo cuanto converge en la realización del hecho educativo” (Maya: 1996: 156)
Si observamos detalladamente la definición de evaluación que Maya
aporta, nos damos cuenta que es adaptable al taller educativo. El mismo
autor nos dice que
“Si algunas diferencias se dieran con la evaluación de cualquier otro hecho educativo ellas estarían en la dimensión de algunos factores a evaluar o en las técnicas mismas que pueden utilizarse” (Maya: 1996: 156)
La evaluación, en cualquier experiencia educativa, refiere los distintos
momentos en que analizamos sobre el proceso de organización, y la
evolución en cuanto a la producción que se espera de las (os) participantes
(incluyendo en este grupo a los (as) facilitadores). La evaluación permite
visualizar los aciertos, las dificultades, los equívocos que puedan estar
surgiendo en el trabajo compartido y nos ofrece ideas para procurar
soluciones, que pueden ser inmediatas o para futuras ocasiones.
Hasta aquí este recorrido por el mundo del “Ingenio del genio” y “El
hombrecito de agua”, por los versos con que la cantavela enamora la
lunamiel, de la alegría creadora y lúdica para favorecer procesos de
aprendizaje con niños, niñas, y jóvenes…
122
A MANERA DE CONCLUSIONES:
El proceso de diseñar, facilitar, participar de la evaluación y
paralelamente sistematizar el taller “Herramientas para la Expresión Lúdica”,
compartido en el Instituto Universitario “Jesús Obrero”, permitió que
evidenciara las fortalezas que tengo en esas áreas, así como minimizar las
debilidades observadas en el avance de las diferentes etapas. El diseño de
talleres educativos y la evaluación, como dos de las principales áreas de
conocimiento del presente Informe, intenté desarrollarlas holísticamente al
incorporar elementos teóricos- prácticos y actitudinales en el abordaje de las
mismas. La facilitación aparte de ser planteada en la descripción de los
hechos, fue tocada desde la mediación pedagógica.
Como queda reflejado en el trabajo, la experiencia sirvió para
reflexionar sobre la importancia de usar estrategias lúdicas en los procesos
educativos con niños, niñas y jóvenes y, sobre todo; para que las (os)
participantes se apropiaran de un conjunto de técnicas grupales y juegos
que, en algunos casos, ya están usando –según ellas mismas- con
favorables resultados. En ese sentido, el esfuerzo compartido favoreció que
reconociera, fortaleciera y me aproximara a una variedad de conocimientos
teórico-metodológicos, que tienen incidencia en lo actitudinal, dichos
conocimientos están relacionados con la creatividad, la expresividad literaria
y la animación a la lectura.
La lúdica, como dimensión fundamental para el desarrollo humano,
sirve para que busquemos maneras de expresar emociones, sueños, y
sentimientos, a través de variadas vías. En el presente trabajo la Expresión
Lúdica fue abordada desde las posibilidades que ofrece para manifestarnos
a través de la palabra escrita, en la titulación y elaboración de cuentos, en el
juego poético de creación de versos, o de invención de palabras, tanto de
manera individual como colectivamente. Asimismo experimentamos a
imaginar la adaptación de varios juegos, a diferentes temáticas de interés
123
educativo, valorando en la misma práctica la utilidad pedagógica de los
mismos. Según manifestaron las (os) participantes en los momentos de
evaluación contemplados en el transcurso del taller –opinión que
lógicamente suscribo-, la Expresión Lúdica es una herramienta fundamental
para propiciar encuentros educativos integradores e integrales, dinámicos,
participativos y alegres.
Reconstruir esta experiencia, paralelamente a su puesta en práctica,
posibilitó que visualizara desde otro ángulo la sistematización, lo que a su
vez hace que siga afianzando la comprensión de la sistematización como
componente valioso en mi proceso de formación, cuestión que influye de
manera positiva en mi actitud para asumirla.
En el presente trabajo también hice palpable mi habilidad y
disposición para crear métodos pedagógicos, además de poseer cierta
desenvoltura para compartirlos en los encuentros de inter-aprendizaje.
Igualmente he dado muestras de tener destrezas para la redacción y para la
presentación de trabajos escritos, atendiendo el enlace entre sus partes, y
sugiriendo un valor estético.
Con las reflexiones que han emergido a partir de la sistematización
de esta experiencia, no intento imponer puntos de vista, ni extrapolar
conclusiones al universo de experiencias que se producen en nuestro país
en torno a la Expresión Lúdica, ni a ninguna de las temáticas aquí
trabajadas. Este esfuerzo significa un humilde aporte para futuras
investigaciones sobre esta (s) materia (s).
124
Me voy cantándole a mi hermano Carlos Mendoza, este tema de
Rubén Blades:
¡Parao! Hay quien ve la luz al final de su túnel y construye un nuevo túnel, pa´ no ver, y se queda entre lo oscuro y se consume, lamentando lo que nunca llegó a ser. Yo no fui el mejor ejemplo y te lo admito, fácil es juzgar la noche al otro día; pero fui sincero y eso sí lo grito, ¡Que yo nunca he hipotecado al alma mía! Si yo he vivido parao, ay que me entierren parao; ¡Si pagué el precio que paga el que no vive arrodillao! La vida me ha restregao, pero jamás me ha planchao. ¡En la buena y en la mala, voy con los dientes pelaos! Sonriendo y de pie ¡siempre parao! Las desgracias hacen fuerte al sentimiento si asimila cada golpe que ha aguantao. La memoria se convierte en un sustento, celebrando cada río que se ha cruzao. Me pregunto ¿Cómo puede creerse vivo, el que existe pa´ culpar a los demás? Que se calle y que se salga del camino, ¡Y que deje al resto del mundo caminar! A mí me entierran parao ¡ay que me entierren parao! Ahí te dejo mi sonrisa y todo lo que me han quitao. Lo que perdí no he llorao, si yo he vivido sobrao, dando gracias por las cosas que en la ruta me he encontrao. Sumo y resto en carne propia, de mi conciencia abrazao. ¡Parao! aunque me haya equivocao, Aunque me hayan señalao ¡Parao! en agua de luna mojao, disfrutando la memoria de los ríos que he cruzao, aunque casi me haya ahogao, ¡sigo parao! ¡Parao!...
125
Bibliografía: Obras consultadas:
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Escritura. Rosario. Argentina. Homo Sapiens Ediciones.
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Venezuela. Editora Isabel De los Ríos.
.- Rodari, G. (s/a). La Escuela de la Fantasía. Madrid. Editorial Popular.
Obras citadas:
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Poética. Consejo Nacional de la Cultura. Venezuela.
.- Gutiérrez F y Daniel Prieto (1994). La Mediación Pedagógica Para la
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.- López, A. (1998). Estética de la creatividad: juego, arte, literatura.
Madrid. Ediciones RIALP, S.A.
.- Maya, A. (1996). El Taller Educativo. Bogotá, D.C. Colombia. Cooperativa
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.- Rojas, B. (2007). Investigación Cualitativa: Fundamentos y Praxis.
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126
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Estudios Latinoamericanos de la Universidad Autónoma de México [Revista
en línea], 38.
Disponible:http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/640/64011421003.pdf.
[Consulta: 2010, Mayo 31]
.- Prieto, D. (2002, Noviembre) Experiencias de Capacitación Para la
Mediación Pedagógica: El Uso de la Televisión en la Escuela.
[Documento en línea]. Ponencia presentada en el segundo Congreso de
Imagen y Pedagogía, Mazatlán, Sinaloa, México. Disponible:
http://www.atei.es/recursos/doc/dprieto2. pdf. [Consulta: 2010, Mayo 1]
.- es.wikipedia.org/wiki/Cadáver_exquisito
Créditos
Fotografías:
Miriam Cova Herrera
Luis Alberto Ochoa
Ilustraciones:
Diego Elías Ochoa
Felipe García
(Imágenes tomadas de internet)