Download - Signo de amor - J. A. Miller
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
1/26
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
2/26
SIGNO DE
AMOR
.A.MILLER
PSICOLOGIA CUANDO LO QUE SE PIDE ESADA
Signo de amor
La demanda de amor es demanda incondicionalde la presencia y de la ausencia
destaca el autor: El amor requiere la presencia,l Aqu estoy" del Otro, pero esa
presencia toma su valor extremo, vital, si el Otro
no est, por eso la carta de amor iene una funcin eminente. Y aun en oscurasantasas como la del nio que es
pegado, lo que se encuentra al inicio es una
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
3/26
uestin de amor.
Por Jacques-Alain Miller *
Tendran los hombres idea del amor si lasmujeres no les ensearan? En verdad, es
dudoso. Para ambos sexos eso empieza con lamadre. Es cierto que aquello que se da
no lo es todo. Tambin estn el arte y la manera: sie considera el modo en que se
hacen los regalos, puede decirse que el arte y lamanera de dar valen ms que dar
mucho. Los japoneses son muy buenos para dar naderas rodeadas de una pompa
ensacional. Me ha ocurrido recibir regalos deaponeses. Debo decir que eran de lo
ms exquisito, aunque fuesen naderas. Tambin se
puede pensar en esa ceremonia
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
4/26
on la que saben rodear la produccin de una tazade t. Es un gran despliegue de
rtificios, de maneras, de arte, para, finalmente,muy pocas cosas: un pequeo
vertimiento que, gracias al arte y la manera, tomal valor de un elixir, de una
quintaesencia. En el amor es igual. Si ustedes no loodean de una suerte de ceremonia,
l pequeo vertimiento tiene un valor muy, muy
elativo.Con el alimento, es igual. A tal punto que haceunos aos, al volver de Japn, hice
una pequea anorexia. Si en Kyoto los alimentandurante una semana con comidas
que constan de un considerable nmero de platos,cual ms pequeo donde hay una
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
5/26
osita escondida, envuelta, una miniatura delimento, bocaditos, semibocados con la
uperficie ocupada esencialmente por eldelicadsimo envoltorio, al regreso, cuando
vuelven a los churrascos, el pur, la cabeza deernera, las pezuas de cerdo, se dicen:
Ya no puedo comer eso, y se vuelven un poquitonorxicos. Al regresar de all
demandamos nada, encontramos que aqu todo es
xcesivamente pesado. En Japn seprende a consumir nada. Es delicioso.
Esto contrasta con lo que se llam la sociedad de
a abundancia. Pero, para que esa
nada tenga valor, debe venir por aadidura, debeer un suplemento; un suplemento de
nada.
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
6/26
En nuestras calles de la sociedad de la abundanciae multiplican los mendigos. Qu
igura fascinante es el mendigo! Hoy no puedehacerse su elogio: son desempleados.
Es muy difcil recuperar el valor eminente que elmendigo tuvo en la historia, antes
que el trabajo se volviera un valor esencial, antesque entrara en el supery. Hubo una
ultura de la mendicidad, un mito del mendigo. En
l Medioevo, volverse mendigora un recurso. Ustedes dejan todo por el amor de
por el amor de Dios, por el amor
de Cristo, por el amor de una mujer, y se van apasear su falta por el mundo; as dan
los otros la oportunidad de hacer buenascciones por el amor de Dios. Solucin
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
7/26
ormidable, devenir as (por otra parte suelen ser ms bien hombres que mujeres) una
alta ambulante, una falta peregrina. Claro que hoypueden caer bajo la crtica de ser
una boca intil. Hoy se trata mal a las bocasntiles. Pues bien, es lo contrario: las
bocas intiles son muy tiles. Se consagran a hacer presente el agujero; un agujero
on derechos sobre quienes tienen, sobre quienes
stn colmados. Es una invitacin aque stos se descompleten.
Lamentablemente, los mendigos se transformaron
n holgazanes. El trmino holgazn
fainant] data de 1321. Holgazn es quien hacenada [fait nant]. Es formidable ser
holgazn! Pero en cierto momento de la historia
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
8/26
del buen Occidente ya no se pens
ms que en poner a trabajar a los holgazanes, enxtraer su fuerza de trabajo para la
produccin. Eso permiti convertirlos endesempleados para que los otros trabajen
anto ms y por mucho menos ese es el uso deldesempleado. Debera honrarse al
holgazn. En efecto, hacer nada es angustiante. Aveces, para librarse de la angustia,
uno hace algo, no importa qu; se mueve, se agita.
Tomo estos atajos para hacer el elogio de algo queas mujeres han logrado en
Occidente: que los hombres respeten la nada. Noo lograron tanto en Japn, pero sin
duda no lo necesitaban, pues all todo el mundo
espeta la nada. En Occidente
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
9/26
ograron, en el curso de una larga elaboracin delmor, que los hombres respetaran la
nada. Piensen en ese momento distinguido por Lacan, el del amor corts. Un retoo
del amor corts es el preciosismo. Floreci en eliglo XVIII, especialmente en
Francia, donde se vieron las mayores expresionesde esa gigantesca empresa de
ducacin del hombre por parte de las mujeres.
Adems, en el siglo XVIII el gustomismo se convirti en un problema terico. Sendag cmo hacer para que las
maneras se refinaran y que, en vez de caer sinvueltas sobre el objeto de la necesidad,
e empezara a hacer lo que villanos y toscoslamaran zalameras.
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
10/26
El cortesano es una forma pulida del caballero. Suparicin estuvo vinculada con el
recimiento del Estado, que exigi dejar en lapuerta la lanza, la espada, la armadura.
Hoy en da, curiosamente, en algunas culturas seobserva cierta renuncia femenina. El
eminismo, en las formas estridentes que a vecesoma en Estados Unidos y que quiz
nos llegarn de all, el feminismo valeroso,
guerrero ellas son las que toman la lanza,a espada y la armadura, est quiz fundado en
una decepcin, la de que el hombre
igue siendo un burro, es radicalmente ineducable, para que se comporte tal vez
haya que amenazarlo sin cesar con las iras de laey. En Francia y entre los latinos
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
11/26
odava es diferente. Para una mujer, sigue siendosencial el signo de amor.
Ella busca el signo de amor en el otro, lo espa.Quizs a veces lo inventa. El signo de
mor es tan frgil, tan fugaz, que hay que hablar del con todos los miramientos. El
igno de amor es a la vez mucho menos y muchoms que la prueba de amor. La
prueba de amor siempre pasa por el sacrificio de
o que se tiene, es sacrificar a la nadao que se tiene, mientras que el signo de amor es
una nadera que se marchita, que
decae y se borra si no se la trata con todos losmiramientos, si no le testimonian todas
as consideraciones.
Ests aqu?
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
12/26
Lacan distingui entre la demanda simple y lademanda de amor. La demanda simple
a tiene un efecto de significantizacin de lanecesidad; ms all, la demanda es
demanda de amor, es decir, demanda de nada odemanda incondicional de la
presencia y de la ausencia, como dice Lacan enLa direccin de la cura y los
principios de su poder. Por qu demanda de la
usencia? La presencia es el purolamamiento a que el Otro est y d signos de su
presencia; que al menos diga que
st, que d signos de su existencia; que responda,pues, al llamamiento, o que llame
para decir simplemente: Aqu estoy. Ahora bien,que el Otro diga Aqu estoy por
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
13/26
ierto slo tiene su valor extremo, vital, si no est.Es en ese caso cuando en verdad
vale algo. Si el Otro est aqu, dndoles la mano, yustedes son muy sofisticados,
pueden an demandarle: Dime que ests aqu!;obre todo si el seor que les da la
mano es un obsesivo, que justamente piensa en otraosa. Podemos entonces exigir
Ests aqu? aun en presencia del Otro. Pero en
in, el hecho de que diga Aqustoy tiene su valor vital cuando l no est. Por so Lacan, en su Seminario XX,
deca que la carta de amor tiene una funcinminente en el amor. En general, solo se
nva una carta a alguien que precisamente no est.En todo caso, es el testimonio de
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
14/26
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
15/26
que apunta radicalmente a la
nada un simple signo, una nadera. En laonjuncin entre la demanda y la demanda
de amor, est el deseo. Si el objeto en la demandas algo, y en la demanda de amor es
nada, el objeto del deseo es como una amalgamantre algo y nada. Lo que Lacan
lamar objeto a y se har clebre es elignificante de algo en conexin con nada.
Si la demanda de amor apunta a la nada, en asuntosdel deseo no puede desatenderse
a insistencia de algo algo absolutamente
particular. Adems, en el amor es esencial
a relacin con el Otro, que distribuye los signosde amor y del cual se espera el signo
de amor, mientras que el deseo se sustrae de esta
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
16/26
elacin con el Otro. El deseo tiene
ms bien relacin con algo en el Otro, y por esopuede ser angustiante.
El deseo, segn la frmula que Lacan propondrn el Seminario XI, involucra en ti
lgo ms que t: involucra en el Otro un elementono conocido por el Otro mismo,
que pertenece a la intimidad ms reservada delOtro, una intimidad incluso no
onocida por ese Otro. Por eso propuse utilizar,para esa zona del Otro, el trmino
extimidad. Mientras que el amor depende de los
ignos del Otro, el deseo est
nganchado, estimulado por algo desapegado delOtro. A eso se debe que Lacan, tras
haberlos construido en continuidad, se vea llevado
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
17/26
oponerlos. Lo har bajo una
orma dialctica, marcando que en cierto modo elmor y el deseo tienen la misma
structura, que en el deseo se reencuentra loncondicional de la demanda. Para
rticularlos, Lacan dice que hay como unrastrocamiento en el que lo exigido en el
mor, lo sin-condicin del amor, se invierte. En elmor, el sujeto est sometido al
Otro, pero en el deseo lo incondicional se invierte.Si el amor est ligado al Otro, el
deseo est ligado a algo desapegado de este Otro,
lgo que Lacan llamar la causa del
deseo.
Con la causa del deseo, el sujeto ya no queda
ujeto al Otro. A este respecto, el deseo
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
18/26
s una relativa emancipacin respecto de losignos de amor. Un deseo decidido
puede reprochrsele no siempre se preocupademasiado por los signos de amor. Pero
so no est bien. Hay que saber que el deseodecidido no excusa todo. A deseo
decidido, amor tanto ms corts.
Pegan a un nio
Dije que esta oposicin, situada en el origenmismo del concepto lacaniano de deseo,
a tan clebre, acenta la emancipacin del deseoon relacin al amor. El ejemplo
que da Lacan es elocuente, pues dice que eso ya seve en el nivel del objeto
ransicional. (N. de la R.: El psicoanalista Donald
Winnicott desarroll la nocin de
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
19/26
objeto transicional: es, por ejemplo, un muequitoo una manta, que llega a adquirir
una importancia vital para el nio pequeo, sobreodo en ausencia de la madre o al ir
dormir.) El objeto transicional consiste en tomar un trocito, y luego ciao al Otro! El
objeto transicional de Winnicott permite al sujetoemitir el Otro a sus fallas o a su
alta y resistir el impacto, pero Lacan seala que
s apenas el emblema del objeto a;penas una representacin imaginaria, enmgenes, del objeto a, cuyo lugar est en el
nconsciente. El objeto a no es el objetoransicional: la observacin de este ltimo
lo sirve de apoyo. El objeto a est en elnconsciente.
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
20/26
Esta presencia del objeto a en el inconscientepermite sostener que el fantasma
nconsciente siempre tiene, segn la frmula deLacan, un pie en el Otro; pero no los
dos, dado que a est desapegado del Otro. Puedenemitirse a la construccin que
Lacan retoma de Freud con su comentario delantasma Se pega a un nio. (N. de la
R.: La fantasa de presenciar cmo pegan a un
nio" es confesada con sorprendenterecuencia por personas que han acudido alratamiento psicoanaltico, y surge
probablemente an con mayor frecuencia en otrasque no se han visto impulsadas a tal
decisin (...) La confesin de esta fantasa cuestagran violencia al sujeto; S. Freud,
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
21/26
Pegan a un nio. Aportacin al conocimiento dea gnesis de las perversiones
exuales, 1919.)
Freud distingue tres tiempos de elaboracin, alltimo de los cuales corresponde la
rmula Se pega a un nio. Muestra cmo, enstos tres tiempos, hay una
ransformacin de las frmulas. La segundarmula, seala, es la que debe ser
econstruida porque nunca es recordada por elujeto. Esta frmula es: Yo soy
zotado por el padre, y a su vez toma su valor de
a transformacin de la primera
rmula: El padre pega al nio que yo odio.
Lacan glosa esta frmula, que as pasa a ser: Pega
mi hermano o a mi hermana por
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
22/26
miedo a que yo crea que l es el preferido.Sostiene que all hay una forma
ntersubjetiva desarrollada, muy articulada. Enfecto, en esta primera forma del
antasma, que luego de la transformacin dar Sepega a un nio, est en juego el
mor: pegar al otro nio vale all como signo demor dado por el padre al sujeto.
Dicho de otro modo, en el origen mismo del
antasma se tiene una posicin de amor.Slo ms adelante, despus de lasransformaciones, tendremos apenas Se pega a un
nio, donde ya no se reconoce la historiamorosa del fantasma. Pero cuando se
econstituye la genealoga de este fantasma, lo quee encuentra al inicio es una
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
23/26
uestin de amor.
Hay familias en las que el padre efectivamentegolpea. Puede haber una familia en la
que el padre golpea a los hijos y no a las hijas; por l contrario, las mima. Pues bien,
que los golpeados sean los muchachos, las fascina.En consecuencia, ellas pueden
verse llevadas a imaginar el goce de ser golpeadasomo muchachos, y a preguntarse
i ser golpeado no ser de hecho una prueba demor del padre, muy superior al hecho
de ser mimado.
El fantasma Se pega a un nio est sostenido por una articulacin compleja, y la
scena que se despeja en la forma final del
antasma es sostenida por toda una historia
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
24/26
permutativa, de tal suerte que este fantasma es a lavez una escena, por lo cual
pertenece a lo imaginario, y el resultado de unaransformacin simblica que la hace
una escena significantizada, coagulada, hiertica,agrada. Se parte de una pregunta
obre el amor, y se llega a la escena separada.Estas imgenes indelebles, si bien
pertenecen a lo imaginario, slo toman su funcin
de lo simblico: la historia de laque se desprende el recuerdo encubridor. Y paral sujeto esas imgenes perduran
omo un hueso; se le quedan atragantadas,permanecen con un carcter paradjico,
scandaloso, incluso vergonzoso: quedan como loeal de esa elaboracin simblica.
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
25/26
ada
La tesis de Lacan es que la demanda de amor no esdemanda de un objeto, sino de
nada: no demanda esto o aquello, un objeto enparticular, sino que demanda lo que sea,
es entonces indiferente a la particularidad delobjeto: lo que sea, siempre que tenga
l valor de prueba de amor. Lo que sea, siempreque signifique: T me faltas. En
ste sentido, el don de amor que rodea, quepremia al don del objeto, tiene un valor
xactamente inverso. Dar es, ante todo, decir. Yo
engo, yo poseo. Dar destaca el
ener del Otro, pero el don hecho al Otro enalidad de signo de amor significa, ms
ecretamente, que yo no tengo, que me faltas t. De
-
8/10/2019 Signo de amor - J. A. Miller
26/26
al suerte que, si bien en ambos
asos se dirige al Otro, hay no obstante undesdoblamiento. La demanda surgida de la
necesidad se dirige al Otro en la medida en que elOtro tiene, mientras que la
demanda de amor se dirige al Otro en la medida enque no tiene. Esto es lo que
ustifica definir el amor como el don de lo que noe tiene: dar prueba de la propia
alta.
* Texto extractado de Donc. La lgica de la cura,de prxima aparicin (ed. Paids).
Raul Carmona
Enviado desde mi iPad