Semana del 06 al 12 de Abril 2015
[E. Libro] [E.M.T] [R. Servicio] [Atalaya]
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[Canción 124 ][E. Libro] [Inicio]
[ 18 ][ 19 ][ 20 ][ 21 ][ 22 ]
cl cap. 22 párrs. 18-22 y recuadro de la pág. 228
“Sin hacer distinciones por parcialidad, sin ser
hipócrita”
18. ¿Qué debemos desterrar del corazón si nos guía
la sabiduría de arriba, y por qué razón?
[ 18 ] [Textos] “Sin hacer distinciones por parcialidad.”
La sabiduría divina está por encima del racismo y el
nacionalismo, de modo que si guía nuestras acciones,
procuraremos desterrar del corazón toda tendencia al
favoritismo (Santiago 2:9). No damos trato preferente a
algunas personas por su nivel académico, su posición
económica o su responsabilidad en la congregación,
ni menospreciamos a ningún hermano en la fe, por
humilde que sea. Si Jehová les ha otorgado su amor,
ciertamente merecen el nuestro.
19, 20. a) ¿Cuál es el trasfondo del término griego
para “hipócrita”? b) ¿Cómo demostramos “cariño
fraternal sin hipocresía”, y por qué es importante
que lo hagamos?
[ 19 ] [Textos] “Sin ser hipócrita.” El término griego que
se traduce “hipócrita” puede referirse a “un actor teatral”.
En la antigüedad, los intérpretes griegos y romanos
llevaban grandes máscaras en escena. De ahí que la
palabra griega para “hipócrita” designara al farsante
cuya conducta era pura comedia. Este aspecto de la
sabiduría divina debería influir no solo en el trato que
damos a los demás cristianos, sino también en lo que
sentimos por ellos.
[ 20 ] [Textos] El apóstol Pedro señaló que nuestra
“obediencia a la verdad” debería traducirse en “cariño
fraternal sin hipocresía” (1 Pedro 1:22). Así es, el afecto
que tenemos a nuestros hermanos no debe ser una
pantomima. No queremos engañar a nadie poniéndonos
una máscara o haciendo teatro. Nuestro amor debe ser
auténtico y brotar del corazón. De este modo nos
granjearemos la confianza de otros cristianos, pues
verán que la imagen que proyectamos corresponde a la
realidad. Tal sinceridad fomenta la franqueza en las
relaciones entre los miembros de la congregación y crea
un ambiente de confianza.
Reflejamos “la sabiduría de arriba” al tratar con
misericordia y compasión al prójimo
“Salvaguarda la sabiduría práctica”
21, 22. a) ¿Por qué no salvaguardó Salomón la
sabiduría? b) ¿Cómo la salvaguardamos nosotros, y
qué beneficios obtendremos de ello?
[ 21 ] [Textos] La sabiduría divina es un don de
Jehová que debemos proteger, tal como indicó
Salomón: „Hijo mío, salvaguarda la sabiduría práctica y
la capacidad de pensar‟ (Proverbios 3:21).
Lamentablemente, él mismo no obró así. Fue sabio
mientras mantuvo un corazón obediente, pero con el
paso de los años permitió que la multitud de esposas
extranjeras que tenía le apartaran el corazón de la
adoración pura (1 Reyes 11:1-8). Este triste desenlace
ilustra que el conocimiento vale de poco si no se usa
bien.
[ 22 ] [Textos] ¿Cómo salvaguardamos la sabiduría
práctica? No solo debemos leer con constancia las
Escrituras y las publicaciones bíblicas del “esclavo fiel y
discreto”, sino también esforzarnos por llevar a cabo lo
que aprendemos (Mateo 24:45). Tenemos sobradas
razones para aplicar la sabiduría de Dios. Nos permitirá
vivir mejor hoy y “asir[nos] firmemente de la vida que
realmente lo es”, la que ofrece el nuevo mundo de
Jehová (1 Timoteo 6:19). Lo que es más importante,
cultivarla nos acercará a él, fuente de toda sabiduría.
Preguntas para meditar
Deuteronomio 4:4-6 ¿Cómo demostramos sabiduría?
(Deuteronomio 4:4-6) Pero ustedes los que se mantienen adheridos a Jehová su Dios están todos vivos hoy.
5 Miren, les
he enseñado disposiciones reglamentarias y decisiones judiciales, tal como Jehová mi Dios me ha mandado, para que ustedes obren de esa manera en medio de la tierra a la cual van para tomar posesión de ella.
6 Y tienen que guardarlas y
ponerlas por obra, porque esto es sabiduría de parte de ustedes y entendimiento de parte de ustedes ante los ojos de los pueblos que oirán acerca de todas estas disposiciones reglamentarias, y ciertamente dirán: „Esta gran nación sin duda es un pueblo sabio y entendido‟.
Salmo 119:97-105 ¿Qué beneficios obtendremos al estudiar y aplicar con diligencia la Palabra de Dios?
(Salmo 119:97-105) ¡Cómo amo tu ley, sí! Todo el día ella es mi interés intenso.
98 Tu mandamiento me hace más sabio
que mis enemigos, porque hasta tiempo indefinido es mío.
99 He llegado a tener más perspicacia que todos mis
maestros, porque tus recordatorios me son de interés intenso. 100
Me porto con más entendimiento que hombres de más edad, porque he observado tus propias órdenes.
101 De toda
senda mala he restringido mis pies, con el propósito de guardar tu palabra.
102 De tus decisiones judiciales no me he
desviado, porque tú mismo me has instruido. 103
¡Cuán suaves
a mi paladar han sido tus dichos, más que la miel a mi boca! 104
Debido a tus órdenes me porto con entendimiento. Por eso he odiado toda senda falsa.
105 Tu palabra es una lámpara
para mi pie, y una luz para mi vereda.
Proverbios 4:10-13, 20-27 ¿Por qué necesitamos la sabiduría de Jehová?
(Proverbios 4:10-13) Oye, hijo mío, y acepta mis dichos. Entonces para ti los años de vida llegarán a ser muchos.
11 Yo
ciertamente te instruiré aun en el camino de la sabiduría; ciertamente haré que pises en los senderos trillados de la rectitud.
12 Cuando andes, no será estrecho tu paso; y si
corres, no tropezarás. 13
Ásete de la disciplina; no [la] sueltes.
Salvaguárdala, pues ella misma es tu vida.
(Proverbios 4:20-27) Hijo mío, de veras presta atención a mis palabras. A mis dichos inclina tu oído.
21 No se escapen de tus
ojos. Guárdalos en medio de tu corazón. 22
Porque son vida a los que los hallan y salud a toda su carne.
23 Más que todo lo
demás que ha de guardarse, salvaguarda tu corazón, porque procedentes de él son las fuentes de la vida.
24 Quita de ti
mismo la tortuosidad del habla; y la sinuosidad de labios aleja de ti.
25 En cuanto a tus ojos, directamente adelante deben
mirar, sí, tus propios ojos radiantes deben mirar con fijeza directamente enfrente de ti.
26 Allana el derrotero de tu pie, y
establézcanse firmemente todos tus propios caminos. 27
No te
inclines a la derecha ni a la izquierda. Quita tu pie de lo que es malo.
Santiago 3:1-16 ¿Cómo manifiestan sabiduría y comprensión los superintendentes de congregación?
(Santiago 3:1-16) No muchos de ustedes deberían hacerse
maestros, hermanos míos, sabiendo que recibiremos juicio más severo.
2 Porque todos tropezamos muchas veces. Si
alguno no tropieza en palabra, este es varón perfecto, capaz de refrenar también [su] cuerpo entero.
3 Si a los caballos les
ponemos frenos en la boca para que nos obedezcan, manejamos también su cuerpo entero.
4 ¡Miren! Hasta los
barcos, aunque son tan grandes y son impelidos por vientos recios, son dirigidos por un timón muy pequeño a donde la inclinación del timonel lo desea.
5 Así, también, la lengua es un
miembro pequeño, y sin embargo hace grandes alardes. ¡Miren! ¡Con cuán pequeño fuego se incendia tan grande bosque!
6 Pues bien, la lengua es un fuego. La lengua
constituye un mundo de injusticia entre nuestros miembros, porque mancha todo el cuerpo y enciende en llamas la rueda de la vida natural y es encendida en llamas por el Gehena. 7 Porque toda especie de bestias salvajes así como de aves y
de cosas que se arrastran y de criaturas marinas ha de ser domada y ha sido domada por el género humano.
8 Pero la
lengua, nadie de la humanidad puede domarla. Cosa ingobernable y perjudicial, está llena de veneno mortífero. 9 Con ella bendecimos a Jehová, sí, [al] Padre, y, no obstante,
con ella maldecimos a hombres que han llegado a la existencia “a la semejanza de Dios”.
10 De la misma boca salen
bendición y maldición. No es correcto, hermanos míos, que estas cosas sigan ocurriendo de esta manera.
11 La fuente no
hace que lo dulce y lo amargo salgan burbujeando por la misma abertura, ¿verdad?
12 Hermanos míos, la higuera no
puede producir aceitunas, ni la vid higos, ¿verdad? Tampoco puede el agua salada producir agua dulce.
13 ¿Quién es sabio
y entendido entre ustedes? Que muestre por su conducta excelente sus obras con una apacibilidad que pertenece a la sabiduría.
14 Pero si ustedes tienen en el corazón amargos
celos y espíritu de contradicción, no anden haciendo alardes y mintiendo contra la verdad.
15 Esta no es la sabiduría que
desciende de arriba, sino que es [la] terrenal, animal, demoníaca.
16 Porque donde hay celos y espíritu de
contradicción, allí hay desorden y toda cosa vil.
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[P.S] [Nº1] [Nº2] [Nº3]
[P.S] Lectura de la Biblia: 1 Samuel 16 a 18 |
Puntos Sobresalientes
Respuestas a preguntas bíblicas:
16:14. ¿Qué espíritu malo aterrorizó a Saúl? El espíritu malo que privó a Saúl de su paz interior era la inclinación mala de su mente y corazón, su impulso interno de hacer lo malo. Cuando Jehová le quitó su espíritu santo, Saúl perdió su protección, y llegó a estar dominado por un mal espíritu que provenía de él mismo. Puesto que Dios permitió que ese espíritu reemplazara al espíritu santo, al espíritu malo se le llama “un espíritu malo de parte de Jehová”.
17:55-58. En vista de lo que dice 1 Samuel 16:17-23, ¿por qué preguntó Saúl de quién era hijo David? A Saúl no le interesaba saber únicamente el nombre del padre de David. Es muy probable que quisiera saber qué clase de hombre había engendrado a un muchacho que acababa de efectuar la asombrosa hazaña de derribar a un gigante.
Lecciones para nosotros:
16:6, 7. En vez de quedar impresionados por la apariencia externa de los demás o juzgarlos apresuradamente, procuremos verlos como Jehová los ve.
17:47-50. Podemos enfrentarnos con valor a la oposición o la persecución instigada por enemigos semejantes a Goliat porque “a Jehová pertenece la batalla”.
18:1, 3; 20:41, 42. Podemos encontrar amigos verdaderos entre los que aman a Jehová.
[Nº1] Núm. 1: 1 Samuel 18:17-24 (3 min. o menos)
17 Por fin Saúl dijo a David: “Aquí está mi hija mayor
Merab. Ella es la que te daré por esposa. Solo muéstrame que eres persona valiente y pelea las guerras de Jehová”. Pero en cuanto a Saúl, él decía para sí: “No llegue a estar mi mano sobre él, sino que llegue a estar sobre él la mano de los filisteos”.
18 Ante
esto, David dijo a Saúl: “¿Quién soy yo y quiénes son mis parientes, la familia de mi padre, en Israel, para que yo llegue a ser yerno del rey?”.
19 Sin embargo,
aconteció que cuando era el tiempo en que Merab, la hija de Saúl, había de ser dada a David, ella misma ya había sido dada por esposa a Adriel el meholatita.
20 Ahora bien, Mical, hija de Saúl, estaba enamorada
de David, y se lo informaron a Saúl, y el asunto fue de su agrado.
21 Así que Saúl dijo: “Se la daré para que ella
le sirva de lazo, y para que la mano de los filisteos llegue a estar sobre él”. En conformidad, Saúl dijo a David: “Por [una de] las dos mujeres formarás una alianza matrimonial conmigo hoy”.
22 Además, Saúl
mandó a sus siervos: “Hablen a David en secreto, y digan: „¡Mira! El rey se ha deleitado en ti, y todos sus siervos mismos se han enamorado de ti. Así es que ahora forma una alianza matrimonial con el rey‟”.
23 Y los
siervos de Saúl se pusieron a hablar estas palabras a oídos de David, pero David dijo: “¿Es cosa fácil a los ojos de ustedes formar una alianza matrimonial con el rey, cuando yo soy un hombre de escasos recursos y estimado en poco?”.
24 Entonces los siervos de Saúl se
lo informaron, y dijeron: “Con palabras como estas habló David”.
[Nº2] Núm. 2: ¿Tiene Dios la culpa del
sufrimiento? (igw pág. 14) (5 min.)
PREGUNTA 8
¿Tiene Dios la culpa del sufrimiento?
“¡Lejos sea del Dios verdadero el obrar inicuamente, y
del Todopoderoso el obrar injustamente!”
(Job 34:10)
“Al estar bajo prueba, que nadie diga: ‘Dios me
somete a prueba’. Porque con cosas malas Dios no
puede ser sometido a prueba, ni somete a prueba él
mismo a nadie.”
(Santiago 1:13)
“[Echen] sobre él toda su inquietud, porque él se
interesa por ustedes.”
(1 Pedro 5:7)
“Jehová no es lento respecto a su promesa, como
algunas personas consideran la lentitud, pero es
paciente para con ustedes porque no desea que
ninguno sea destruido; más bien, desea que todos
alcancen el arrepentimiento.”
(2 Pedro 3:9)
[Nº3] Núm. 3: Barac. Tema: Seamos valientes y no
busquemos la alabanza de la gente (it-1 págs. 283,
284) (5 min.)
BARAC
(Relámpago).
Hijo de Abinoam, de Quedes, ciudad que pertenecía al territorio de Neftalí. Al principio de la época de los jueces, los israelitas se desviaron de la adoración verdadera, y debido a ello Dios permitió que durante veinte años los oprimiera Jabín, el rey de Canaán. Clamaron a Jehová por auxilio y Él les nombró un caudillo: Barac. (Jue 4:1-3.) Mientras que los cananeos que oprimían a los israelitas estaban fuertemente armados, “no se veía un escudo, ni una lanza, entre
cuarenta mil en Israel”. (Jue 5:8.) Sin embargo, en los días de Barac Jehová le dio a Israel la victoria sobre sus enemigos, un triunfo que no se olvidó. (Sl 83:9.) Los dos relatos que se registran de estos acontecimientos en el libro de Jueces (en el capítulo 4 y en la jubilosa canción de Débora y Barac del capítulo 5) se complementan y ofrecen un cuadro vívido de lo que ocurrió en aquel entonces.
La profetisa Débora, que en ese tiempo juzgaba a Israel, incitó a Barac a tomar la iniciativa para liberar a su pueblo. Este aceptó, pero con la condición de que Débora le acompañase. Ella concordó, si bien le dijo a Barac que Jehová vendería a Sísara, el jefe de las fuerzas de Jabín, en la mano de una mujer. (Jue 4:4-9.)
Barac reclutó a diez mil hombres de Neftalí, Zabulón y otras tribus de Israel (Jue 4:6; 5:9-18), y subió al monte Tabor. Al enterarse de ello, Sísara y sus fuerzas, equipadas con novecientos carros de guerra provistos de hoces de hierro, avanzaron hacia los israelitas por el lecho seco del Cisón (en la llanura de Jezreel). Las fuerzas israelitas, con Barac al mando, a pesar de estar muy poco armadas, descendieron con valor del monte Tabor dispuestas a combatir contra el ejército cananeo poderosamente armado. Sin embargo, el Cisón se convirtió en un torrente arrollador, e inmovilizó los carros del enemigo. El registro dice al respecto: “Desde el cielo pelearon las estrellas, sí, desde sus órbitas pelearon contra Sísara. El torrente de Cisón los arrolló”. Barac y sus hombres se aprovecharon de esta situación, y el relato dice: “Todo el campamento de Sísara cayó a filo de espada. No quedó ni siquiera uno”. (Jue 5:20-22; 4:10-16.)
Sísara mismo, después de abandonar su carro y a su ejército, que para entonces se encontraba asediado, huyó y se refugió en la tienda de Jael, la esposa de Héber, un quenita que estaba en paz con Jabín. Jael le mostró hospitalidad a Sísara, pero lo mató mientras dormía clavándole en las sienes una estaca, que penetró hasta introducirse en la tierra. Cuando Barac llegó, Jael le invitó a entrar en la tienda, y allí vio que la palabra de Jehová había resultado cierta: se había vendido a Sísara en la mano de una mujer. (Jue 4:17-22; 5:24-27.) Posteriormente, la mano de los israelitas victoriosos “siguió haciéndose cada vez más dura contra Jabín el rey de Canaán, hasta que hubieron cortado a Jabín”. Por consiguiente, aquella parte de Israel “no tuvo más disturbio por cuarenta años”. (Jue 4:23, 24; 5:31.)
Se cita a Barac como un fiel ejemplo entre aquellos “que por fe derrotaron reinos en conflicto, [...] se hicieron valientes en guerra, pusieron en fuga a los ejércitos de extranjeros”. (Heb 11:32-34.)
Puede que Barac sea el “Bedán” de 1 Samuel 12:11 (según LXX y Sy). (Véase BEDÁN núm. 1.)
[R. Servicio] [Inicio]
Tema del mes: “Estén listos para toda buena
obra” (Tito 3:1).
Canción 85
10 min. Ideas para ofrecer las revistas en abril.
Análisis con el auditorio. Comience con dos
demostraciones de cómo ofrecer las revistas, basadas
en las presentaciones sugeridas. Analice las
presentaciones de principio a fin.
10 min. ¿Cómo nos fue? Análisis con el auditorio.
Pregunte a los publicadores cómo les ha beneficiado
poner en práctica las sugerencias del artículo “Mejore
sus habilidades en el ministerio: fomente el interés de
quienes leen nuestras revistas”. Pida a los presentes
que relaten experiencias animadoras.
Mejore sus habilidades en el ministerio: fomente
el interés de quienes leen nuestras revistas
Por qué es importante. A muchas personas les gustan
nuestras revistas pero no quieren estudiar la Biblia
con nosotros, tal vez porque están satisfechas con su
religión o porque no tienen tiempo para estudiar.
Aun así, como leen las revistas con frecuencia, su
aprecio por la Palabra de Dios puede aumentar (1
Ped. 2:2). Quizás un artículo en concreto les toque el
corazón, o sus circunstancias cambien. Al visitarlas de
manera breve y regular iremos averiguando qué les
interesa y qué les preocupa, y ellas irán teniendo más
confianza con nosotros. Con el tiempo, quizás
podamos iniciar un curso de la Biblia.
Cómo hacerlo:
• Llévele a la persona La Atalaya y ¡Despertad! cada
vez que haya números nuevos. En otras ocasiones
durante el mes podría visitarla para animarla a leer
algún artículo de las revistas que le entregó, o para
dejarle la publicación que se esté ofreciendo ese mes.
Tome buenas notas. (Vea Nuestro Ministerio del
Reino de enero de 2014, página 3.)
• Prepárese antes de cada visita. En vez de limitarse a
darle las revistas, trate de conversar con ella y de
entablar una amistad. Así será más fácil cultivar su
interés por la verdad.
• Aproveche las oportunidades de comenzar cursos
bíblicos. Si alguna persona a la que le deja las revistas
le pregunta qué dice la Biblia sobre cierto tema,
llévele una publicación de estudio que conteste su
pregunta y analícenla juntos. Antes de marcharse,
haga otra pregunta relacionada con ese mismo tema y
quede en responderla la próxima vez. Si tiene
conversaciones bíblicas de manera regular y
sistemática con la persona y usa la Biblia o cualquier
publicación de estudio, ya ha comenzado un curso
bíblico. ¿Le ha dejado el folleto Buenas noticias y le ha
explicado cómo estudiar la Biblia en unos minutos?
Otra sugerencia es mostrarle los videos ¿Por qué
estudiar la Biblia? y ¿Cómo son nuestros cursos
bíblicos? Aunque la persona no haya querido estudiar
con usted anteriormente, sus circunstancias pueden
cambiar. ¿Por qué no prueba a ofrecérselo de nuevo?
Intente esto durante el mes:
• Haga una lista de personas a las que podría llevarles
las revistas mensualmente. Ofrézcales las últimas
revistas y dígales que regresará para entregarles los
siguientes números.
10 min. Necesidades de la congregación.
Canción 106 y oración
Cántico 5 [Atalaya] [Inicio]
[ 1 ][ 2 ][ 3 ][ 4 ][ 5 ][ 6 ][ 7 ][ 8 ][ 9 ][ 10 ][ 11 ][ 12
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Seamos humildes y compasivos como Jesús
“Cristo sufrió por ustedes, dejándoles [el] modelo
para que sigan sus pasos con sumo cuidado y
atención.” (1 PED. 2:21, nota)
Cántico 84
¿QUÉ RESPONDERÍA? ¿Por qué debemos esforzarnos por ser como Jesús? ¿Cómo podemos ser humildes al igual que Jesús? ¿Cómo podemos imitar la compasión de Jesús? 1. ¿Por qué nos acerca a Jehová esforzarnos por
ser como Jesús?
[ 1 ] [Textos] CUANDO admiramos a alguien,
tratamos de parecernos a esa persona. ¿A quién
queremos parecernos los cristianos? Sin duda, al
mejor ejemplo que existe: Jesucristo. Él reflejó
perfectamente la personalidad de su Padre. De ahí
que dijera: “El que me ha visto a mí ha visto al Padre
también” (Juan 14:9). Eso quiere decir que al
aprender de él, aprendemos de Dios. Imitar a Jesús
nos acerca más a Jehová, la persona más importante
del universo. ¿Verdad que vale la pena esforzarnos
por ser como Jesús?
2, 3. a) ¿Por qué nos dejó Jehová un relato escrito
de la vida de su Hijo? b) ¿Qué quiere Jehová que
hagamos? c) ¿Qué estudiaremos en este artículo y
en el siguiente?
[ 2 ] [Textos] ¿Podemos saber cómo es Jesús? Lo
cierto es que sí. Puesto que Jehová desea que
conozcamos a su Hijo y lo imitemos, nos dejó escrito
en las Escrituras Griegas Cristianas un relato que nos
muestra cómo es Jesús (lea 1 Pedro 2:21). La Biblia
dice que imitar su ejemplo es como seguir sus
“pasos”, sus huellas. Y Jehová nos pide que lo
hagamos. ¿Nos está exigiendo demasiado? No, él no
espera que sigamos los pasos de Jesús a la perfección,
lo que desea es que imitemos a su Hijo lo mejor que
podamos.
[ 3 ] [Textos] ¿Por qué no analizamos algunas de las
hermosas cualidades de Jesús? En este artículo
estudiaremos su humildad y compasión, y en el
siguiente, su valor y buen juicio. En ambos artículos
definiremos cada cualidad, examinaremos cómo la
demostró Jesús y veremos cómo podemos imitarlo.
JESÚS ES HUMILDE
4. ¿Qué implica ser humilde?
[ 4 ] [Textos] ¿Qué es la humildad? En este mundo
lleno de orgullo, muchas personas piensan que la
humildad es señal de debilidad o de falta de
confianza. Pero en realidad es todo lo contrario: ser
humilde requiere fortaleza y valor. La humildad es lo
opuesto al orgullo y la arrogancia, y está relacionada
con la opinión que tenemos de nosotros mismos.
Cierto diccionario bíblico dice que ser humilde es
reconocer que Dios es mucho más poderoso e
importante que nosotros. Aceptar esto evitará que
nos creamos superiores a otras personas (Rom. 12:3;
Filip. 2:3). Como todos somos imperfectos, se nos
hace difícil demostrar humildad. Por eso, si queremos
cultivar esta cualidad, debemos meditar en la
grandeza de Jehová y seguir los pasos de su Hijo.
5, 6. a) ¿Quién es Miguel el arcángel? b) ¿Cómo
demostró Miguel que era humilde?
[ 5 ] [Textos] Jesús es un espíritu muy poderoso en el
cielo, y cuando vivió en la Tierra, fue un hombre
perfecto. Sin embargo, siempre ha sido humilde.
¿Cómo ha demostrado su humildad? Veamos algunos
ejemplos.
[ 6 ] [Textos] Su actitud. El escritor bíblico Judas
registró un suceso que tuvo lugar antes de que Jesús
viniera a la Tierra (lea Judas 9). Miguel —que es Jesús
en su posición de arcángel, o jefe de los ángeles—
“tuvo una diferencia con el Diablo y disputaba acerca
del cuerpo de Moisés”. La Biblia dice que cuando
Moisés murió, Jehová enterró el cuerpo y no le dijo a
nadie dónde lo puso (Deut. 34:5, 6). ¿Por qué lo hizo?
Tal vez porque el Diablo quería que los israelitas
adoraran aquel cuerpo. No obstante, Miguel tuvo el
valor de impedirle que lo hiciera. Una obra de
referencia señala que los términos griegos que se
traducen “tuvo una diferencia” y “disputaba” también
se usan para referirse a una contienda legal y podrían
indicar que Miguel cuestionó el derecho del Diablo a
quedarse con el cuerpo de Moisés. Con todo, el jefe de
los ángeles sabía cuál era su lugar y se contuvo de
juzgarlo. En vez de responder a las provocaciones del
Diablo, dejó el juicio en manos del Juez Supremo,
Jehová. ¡Qué actitud tan humilde!
7. a) ¿Cómo demostró Jesús con su manera de
hablar que era humilde? b) ¿Cómo demostró
Jesús con su manera de actuar que era humilde?
[ 7 ] [Textos] Mientras estuvo en la Tierra, el Hijo de
Dios demostró con su manera de hablar y de actuar
que era una persona humilde. Su manera de hablar.
Jesús no intentaba llamar la atención y siempre le
atribuía toda la gloria a su Padre (Mar. 10:17, 18;
Juan 7:16). No despreciaba a sus seguidores ni los
hacía sentir inferiores. Más bien, les hablaba con
respeto y dignidad, los felicitaba por las cosas buenas
que hacían y les aseguraba que confiaba en ellos (Luc.
22:31, 32; Juan 1:47). Su manera de actuar. Jesús
eligió llevar una vida sencilla (Mat. 8:20). Estuvo
dispuesto a realizar tareas poco importantes (Juan
13:3-15).Y siempre fue obediente (lea Filipenses 2:5-
8). A diferencia de las personas arrogantes que
odiaban tener que obedecer a otros, Jesús cumplió
humildemente con la voluntad de Dios y fue
“obediente hasta la muerte”. No cabe duda de que
Jesús, el Hijo del hombre, era “humilde de corazón”
(Mat. 11:29).
SEAMOS HUMILDES COMO JESÚS
8, 9. ¿Cómo demostramos que somos humildes?
[ 8 ] [Textos] ¿Cómo podemos ser humildes al igual
que Jesús? Nuestra actitud. Cuando somos humildes,
reconocemos que nuestra autoridad es limitada y que
no tenemos derecho a juzgar a los demás; no
criticamos sus errores ni cuestionamos sus motivos
(Luc. 6:37; Sant. 4:12). Gracias a la humildad,
evitamos ser “justo[s] en demasía” con quienes no
tienen las mismas habilidades que nosotros ni las
mismas responsabilidades (Ecl. 7:16). Los ancianos
que son humildes no se creen superiores a los demás
cristianos. En vez de eso, consideran “con humildad
mental que los demás son superiores” a ellos y se
portan “como uno de los menores” (Filip. 2:3; Luc.
9:48).
[ 9 ] [Textos] Veamos el caso de Walter Thorn, quien
en 1894 empezó a servir de peregrino (lo que ahora
llamamos superintendente viajante). Tras muchos
años en este servicio, fue enviado a la Hacienda del
Reino, en el estado de Nueva York, donde trabajó en
el gallinero. Había veces que pensaba que merecía un
trabajo más importante. ¿Qué hacía entonces? Él
comentó: “Me llevo a mí mismo a un rincón, por así
decirlo, y me digo: ‘Oye, motita de polvo, ¿qué te estás
creyendo?’” (lea Isaías 40:12-15). ¡Qué hermano tan
humilde!
10. a) ¿Cómo demostramos con nuestra manera
de hablar que somos humildes? b) ¿Cómo
demostramos con nuestra manera de actuar que
somos humildes?
[ 10 ] [Textos] Nuestra manera de hablar. Lo que
decimos refleja si somos humildes o no (Luc. 6:45).
La persona humilde no habla solo de sus propios
logros (Prov. 27:2). Se fija en las cualidades que
tienen los demás cristianos y los felicita por las cosas
buenas que hacen (Prov. 15:23). Nuestra manera de
actuar. Los cristianos humildes no aspiran a ser
importantes en este mundo. Con tal de dedicar gran
parte de su tiempo a servir a Jehová, prefieren tener
una vida sencilla y realizar trabajos que muchos
considerarían de poca categoría (1 Tim. 6:6, 8). Pero,
sobre todo, lo que caracteriza a una persona humilde
es la obediencia. Hace falta ser humildes para
obedecer “a los que llevan la delantera” en la
congregación y seguir las instrucciones de la
organización de Jehová (Heb. 13:17).
JESÚS ES TIERNO Y COMPASIVO
11. ¿Qué significa ser tierno y compasivo?
[ 11 ] [Textos] ¿Qué es la ternura? La palabra tierno
se utiliza para describir a una persona que demuestra
a otras “cariño con atenciones y cuidado”. Se
relaciona con cualidades como el amor, la compasión
y la misericordia. En la Biblia hallamos expresiones
como “tierna compasión”, “tiernas misericordias” y
“tierno cariño” (Luc. 1:78; 2 Cor. 1:3; Filip. 1:8). Según
un diccionario bíblico, la compasión envuelve más
que sentir lástima por los necesitados. Implica
preocuparse por ellos y hacer algo para aliviar su
situación. La persona compasiva no se queda de
brazos cruzados ante el sufrimiento de los demás; en
lugar de eso, los ayuda.
12. a) ¿Cómo sabemos que Jesús sentía ternura y
compasión por las personas? b) ¿Qué hizo Jesús
movido por la compasión?
[ 12 ] [Textos] ¿Cómo demostró Jesús ternura y
compasión? Sus sentimientos y manera de actuar.
Cuando vio que su amiga María y otras personas
estaban llorando porque Lázaro había muerto, él
también comenzó a llorar (lea Juan 11:32-35). Jesús,
movido por la compasión, ya le había devuelto la vida
al hijo de una viuda. Esa misma cualidad lo llevó a
resucitar a su amigo Lázaro (Luc. 7:11-15; Juan
11:38-44). Es posible que, con aquel acto, Jesús le
diera una nueva esperanza para el futuro: la de vivir
en el cielo. En una ocasión anterior, Jesús “se
enterneció” por un grupo de personas que llegó hasta
donde él estaba y “comenzó a enseñarles muchas
cosas” (Mar. 6:34). Aquello tuvo que haberse
quedado muy grabado en el corazón de quienes
aceptaron sus enseñanzas. No cabe duda de que la
compasión de Jesús era más que un simple
sentimiento, lo movía a ayudar a las personas (Mat.
15:32-38; 20:29-34; Mar. 1:40-42).
13. ¿Cómo le hablaba Jesús a la gente? (Vea la
ilustración del principio.)
[ 13 ] [Textos] Su manera de hablar. Jesús hablaba
de manera tierna a las personas, especialmente a los
pobres y maltratados. Citando a Isaías, el apóstol
Mateo dijo acerca de Jesús: “No quebrantará ninguna
caña cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino
que humea” (Mat. 12:20; Is. 42:3). Jesús animaba con
sus palabras a quienes se sentían como una caña
doblada o como una llama a punto de apagarse.
Llevaba un mensaje de esperanza “para vendar a los
quebrantados de corazón” (Is. 61:1). Invitaba a
acercarse a él a los que se sentían cargados y los
refrescaba con sus palabras (Mat. 11:28-30). Además,
les aseguró a sus seguidores que Dios se interesaba
por ellos, incluso por los que parecían “pequeños” o
poco importantes para el mundo (Mat. 18:12-14; Luc.
12:6, 7).
SEAMOS TIERNOS Y COMPASIVOS COMO JESÚS
14. ¿Cómo podemos ser más compasivos?
[ 14 ] [Textos] ¿Cómo podemos ser tiernos y
compasivos como Jesús? Nuestros sentimientos. La
Biblia nos anima a mostrar sentimientos de ternura,
aunque a veces se nos haga difícil. Por ejemplo, dice
que “los tiernos cariños de la compasión” forman
parte de la nueva personalidad que todos los
cristianos debemos cultivar (lea Colosenses 3:9, 10,
12). ¿Cómo podemos ser más compasivos? Una
manera es abriendo nuestro corazón de par en par (2
Cor. 6:11-13). Otra es escuchando con atención a
quienes nos cuentan sus problemas (Sant. 1:19). Y
preguntándonos: “Si yo estuviera en su lugar, ¿cómo
me sentiría? ¿Qué necesitaría?” (1 Ped. 3:8).
15. ¿Qué podemos hacer por quienes se sienten
como una caña doblada o una llama a punto de
apagarse?
[ 15 ] [Textos] Nuestra manera de actuar. La
compasión nos motiva a hacer algo por otras
personas, especialmente por las que se sienten como
una caña doblada o como una llama a punto de
apagarse. ¿De qué forma podemos ayudarlas?
Romanos 12:15 dice: “Lloren con los que lloran”. A
veces, quienes están desanimados solo necesitan que
alguien los escuche y los entienda. Una Testigo que
recibió consuelo de otros hermanos tras perder a su
hija comenta: “Significó mucho para mí que mis
amigos vinieran a mi casa y simplemente lloraran
conmigo”. Hacer cosas buenas por los demás es otra
manera de mostrar compasión. ¿Hay alguna hermana
viuda en la congregación que necesita hacer una
reparación en su casa? ¿Algún hermano mayor no
tiene cómo llegar a las reuniones, o necesita ayuda
para ir a predicar o a una cita médica? Hasta el más
pequeño de los detalles puede significar mucho para
nuestros hermanos (1 Juan 3:17, 18). Pero la mayor
muestra de compasión es enseñar el mensaje de la
Biblia a otras personas. Es lo mejor que podemos
hacer por ellas.
¿Les demostramos a los hermanos que nos
preocupamos por ellos? (Vea el párrafo 15)
16. ¿Cómo podemos levantar el ánimo de quienes
están deprimidos?
[ 16 ] [Textos] Nuestra manera de hablar. La
compasión nos motiva a “habl[ar] confortadoramente
a las almas abatidas” (1 Tes. 5:14). ¿Cómo podemos
levantar el ánimo de quienes están deprimidos?
Diciéndoles cuánto nos preocupamos por ellos y
felicitándolos sinceramente por las buenas cosas que
hacen. También podemos recordarles que son muy
valiosos para Jehová, pues fue él quien les dio la
oportunidad de acercarse a su Hijo (Juan 6:44).
Además, podemos asegurarles que Dios se interesa
por todos los que están “quebrantados de corazón” y
“aplastados en espíritu” (Sal. 34:18). Nuestras
palabras de cariño pueden calmar el dolor de los que
necesitan consuelo (Prov. 16:24).
17, 18. a) ¿Qué espera Jehová de los ancianos? b)
¿Qué veremos en el próximo artículo?
[ 17 ] [Textos] Los ancianos deben ser tiernos y
compasivos con las ovejas de Jehová (Hech. 20:28,
29). Él les ha dado la responsabilidad de alimentarlas,
animarlas y consolarlas (Is. 32:1, 2; 1 Ped. 5:2-4). Los
ancianos compasivos no tratan de controlar a los
hermanos, no los presionan para que hagan más de lo
que pueden hacer ni les imponen normas. Más bien,
se esfuerzan para que los miembros de la
congregación estén contentos, pues saben que el
amor que sienten por Jehová los motivará a servirle
con todo el corazón (Mat. 22:37).
[ 18 ] [Textos] Meditar en la humildad y compasión
de Jesús nos impulsa a seguir sus pasos. En el
próximo artículo, veremos cómo podemos ser
valientes y sensatos al igual que él.
Textos del Libro
Párrafo 18
(Santiago 2:9) Pero si continúan mostrando favoritismo,
están obrando un pecado, porque son censurados por la
ley como transgresores.
Párrafo 19
Párrafo 20
(1 Pedro 1:22) Ahora que ustedes han purificado sus
almas por [su] obediencia a la verdad con el cariño
fraternal sin hipocresía como resultado, ámense unos a
otros intensamente desde el corazón.
Párrafo 21
(Proverbios 3:21) Hijo mío, no se escapen de tus ojos. Salvaguarda la sabiduría práctica y la capacidad de pensar,
(1 Reyes 11:1-8) Y el rey Salomón mismo amó a muchas esposas extranjeras junto con la hija de Faraón, a moabitas, ammonitas, edomitas, sidonias [e] hititas, 2 de las naciones de las que Jehová había dicho a los
hijos de Israel: “Ustedes no deben meterse entre ellas, y ellas mismas no deben meterse entre ustedes; verdaderamente inclinarán el corazón de ustedes a seguir a los dioses de ellas”. A ellas se adhirió Salomón para amarlas.
3 Y llegó a tener setecientas esposas,
princesas, y trescientas concubinas; y poco a poco sus esposas le inclinaron el corazón.
4 Y al tiempo en que
envejeció Salomón aconteció que sus esposas mismas habían inclinado el corazón de él a seguir a otros dioses; y su corazón no resultó completo para con Jehová su Dios como el corazón de David su padre.
5 Y
Salomón empezó a ir tras Astoret, la diosa de los sidonios, y tras Milcom, la cosa repugnante de los ammonitas.
6 Y Salomón empezó a hacer lo que era
malo a los ojos de Jehová, y no siguió de lleno a Jehová como David su padre.
7 Fue entonces cuando Salomón
procedió a edificar un lugar alto a Kemós, la cosa repugnante de Moab, en la montaña que estaba enfrente de Jerusalén, y a Mólek, la cosa repugnante de
los hijos de Ammón. 8 Y así hizo para todas sus esposas
extranjeras que hacían humo de sacrificio y ofrecían sacrificios a sus dioses.
Párrafo 22
(Mateo 24:45) ”¿Quién es, verdaderamente, el esclavo fiel y discreto a quien su amo nombró sobre sus domésticos, para darles su alimento al tiempo apropiado?
(1 Timoteo 6:19) atesorando para sí con seguridad un fundamento excelente para el futuro, para que logren asirse firmemente de la vida que realmente lo es.
Textos Atalaya
Párrafo 1
(Juan 14:9) 9 Jesús le dijo: “¿He estado con ustedes
tanto tiempo, y aun así, Felipe, no has llegado a
conocerme? El que me ha visto a mí ha visto al Padre
*también+. ¿Cómo es que dices: ‘Muéstranos al Padre’?
Párrafo 2
(1 Pedro 2:21) 21 De hecho, ustedes fueron llamados a
este [curso], porque hasta Cristo sufrió por ustedes,
dejándoles dechado para que sigan sus pasos con sumo
cuidado y atención.
Párrafo 3
Párrafo 4
(Filipenses 2:3) 3 no haciendo nada movidos por
espíritu de contradicción ni por egotismo, sino
considerando con humildad mental que los demás son
superiores a ustedes,
(Romanos 12:3) 3 Pues por la bondad inmerecida que
se me ha dado digo a cada uno que está allí entre
ustedes que no piense más de sí mismo de lo que sea
necesario pensar; sino que piense de tal modo que
tenga juicio sano, cada uno según le haya distribuido
Dios una medida de fe.
Párrafo 5
Párrafo 6
(Judas 9) 9 Pero cuando Miguel el arcángel tuvo una
diferencia con el Diablo y disputaba acerca del cuerpo
de Moisés, no se atrevió a llevar un juicio contra él en
términos injuriosos, sino que dijo: “Que Jehová te
reprenda”.
(Deuteronomio 34:5-6) 5 Después de eso, Moisés el
siervo de Jehová murió allí en la tierra de Moab, por
orden de Jehová. 6 Y él procedió a enterrarlo en el
valle, en la tierra de Moab, enfrente de Bet-peor, y
nadie ha llegado a conocer su sepulcro hasta el día de
hoy.
Párrafo 7
(Marcos 10:17-18) 17 Y al salir él para seguir su camino,
cierto hombre vino corriendo y cayó de rodillas delante
de él y le hizo una pregunta: “Buen Maestro, ¿qué tengo
que hacer para heredar vida eterna?”. 18 Jesús le dijo:
“¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino uno
solo, Dios.
(Juan 7:16) 16 Jesús, a su vez, les contestó y dijo: “Lo
que yo enseño no es mío, sino que pertenece al que me
ha enviado.
(Lucas 22:31-32) 31 ”Simón, Simón, ¡mira! Satanás ha
demandado tenerlos para zarandearlos como a trigo. 32
Mas yo he hecho ruego a favor de ti para que tu fe no
desfallezca; y tú, una vez que hayas vuelto, fortalece a
tus hermanos”.
(Juan 1:47) 47 Jesús vio a Natanael venir hacia él y dijo
de él: “Mira, un israelita de seguro, en quien no hay
engaño”.
(Mateo 8:20) 20 Pero Jesús le dijo: “Las zorras tienen
cuevas, y las aves del cielo tienen donde posarse, pero
el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza”.
(Juan 13:3-15) 3 [Jesús,] sabiendo que el Padre había
dado en [sus] manos todas las cosas, y que de Dios
había venido y a Dios iba, 4 se levantó de la cena y puso
a un lado sus prendas de vestir exteriores. Y, tomando
una toalla, se ciñó. 5 Después de aquello echó agua en
una palangana y comenzó a lavar los pies de los
discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba
ceñido. 6 Y vino, pues, a Simón Pedro. Él le dijo: “Señor,
¿tú me lavas los pies?”. 7 En respuesta, Jesús le dijo:
“Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo
entenderás después de estas cosas”. 8 Pedro le dijo:
“Tú ciertamente no me lavarás los pies nunca”. Jesús le
contestó: “A menos que te lave, no tienes parte
conmigo”. 9 Le dijo Simón Pedro: “Señor, no los pies
solamente, sino también las manos y la cabeza”. 10
Jesús le dijo: “El que se ha bañado no necesita lavarse
más que los pies, sino que está todo limpio. Y ustedes
están limpios, pero no todos”. 11 Conocía, en efecto, al
hombre que lo traicionaba. Por esto dijo: “No todos
ustedes están limpios”. 12 Ahora bien, cuando les hubo
lavado los pies y se hubo puesto sus prendas de vestir
exteriores y recostado de nuevo a la mesa, les dijo:
“¿Saben lo que les he hecho? 13 Ustedes me llaman:
‘Maestro’, y, ‘Señor’, y hablan correctamente, porque lo
soy. 14 Por eso, si yo, aunque soy Señor y Maestro, les
he lavado los pies a ustedes, ustedes también deben
lavarse los pies unos a otros. 15 Porque yo les he
puesto el modelo, que, así como yo hice con ustedes,
ustedes también deben hacerlo.
(Filipenses 2:5-8) 5 Mantengan en ustedes esta actitud
mental que también hubo en Cristo Jesús, 6 quien,
aunque existía en la forma de Dios, no dio consideración
a una usurpación, a saber, que debiera ser igual a Dios.
7 No; antes bien, se despojó a sí mismo y tomó la forma
de un esclavo y llegó a estar en la semejanza de los
hombres. 8 Más que eso, al hallarse a manera de
hombre, se humilló y se hizo obediente hasta la muerte,
sí, muerte en un madero de tormento.
(Mateo 11:29) 29 Tomen sobre sí mi yugo y aprendan
de mí, porque soy de genio apacible y humilde de
corazón, y hallarán refrigerio para sus almas.
Párrafo 8
(Lucas 6:37) 37 ”Además, dejen de juzgar, y de ninguna
manera serán juzgados; y dejen de condenar, y de
ninguna manera serán condenados. Sigan poniendo en
libertad, y se les pondrá en libertad.
(Santiago 4:12) 12 Uno solo hay que es legislador y
juez, el que puede salvar y destruir. Pero tú, ¿quién
eres, para que estés juzgando a [tu] prójimo?
(Eclesiastés 7:16) 16 No te hagas justo en demasía, ni te
muestres excesivamente sabio. ¿Por qué debes causarte
desolación?
(Filipenses 2:3) 3 no haciendo nada movidos por
espíritu de contradicción ni por egotismo, sino
considerando con humildad mental que los demás son
superiores a ustedes,
(Lucas 9:48) 48 y les dijo: “Cualquiera que reciba a este
niñito sobre la base de mi nombre, a mí me recibe
[también], y cualquiera que me recibe a mí, recibe
[también] al que me envió. Porque el que se porta como
uno de los menores entre todos ustedes es el que es
grande”.
Párrafo 9
(Isaías 40:12-15) 12 ¿Quién ha medido las aguas en el
simple hueco de su mano, y ha tomado las proporciones
de los cielos mismos con un simple palmo, y ha incluido
en una medida el polvo de la tierra, o ha pesado con
indicador las montañas, y en la balanza las colinas? 13
¿Quién ha tomado las proporciones del espíritu de
Jehová, y quién como su hombre de consejo puede
hacerle saber algo? 14 ¿Con quién consultó para que se
le hiciera entender, o quién le instruye en la senda de la
justicia, o le enseña conocimiento, o le hace conocer el
mismísimo camino del verdadero entendimiento? 15
¡Mira! Las naciones son como una gota de un cubo; y
como la capa tenue de polvo en la balanza han sido
estimadas. ¡Mira! Él alza las islas mismas como simple
[polvo] fino.
Párrafo 10
(Lucas 6:45) 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su
corazón produce lo bueno; pero el hombre inicuo
produce lo que es inicuo de su [tesoro] inicuo; porque
de la abundancia del corazón habla su boca.
(Proverbios 27:2) 2 Alábete un extraño, y no tu propia
boca; hágalo un extranjero, y no tus propios labios.
(Proverbios 15:23) 23 El hombre tiene regocijo en la
respuesta de su boca, y una palabra a su tiempo
apropiado, ¡oh, cuán buena es!
(1 Timoteo 6:6) 6 Ciertamente es un medio de gran
ganancia, [esta] devoción piadosa junto con
autosuficiencia.
(1 Timoteo 6:8) 8 Teniendo, pues, sustento y con qué
cubrirnos, estaremos contentos con estas cosas.
(Hebreos 13:17) 17 Sean obedientes a los que llevan la
delantera entre ustedes, y sean sumisos, porque ellos
están velando por las almas de ustedes como los que
han de rendir cuenta; para que ellos lo hagan con gozo y
no con suspiros, por cuanto esto les sería gravemente
dañoso a ustedes.
Párrafo 11
(Lucas 1:78) 78 debido a la tierna compasión de
nuestro Dios. Con esta [compasión] nos visitará un
amanecer desde lo alto,
(2 Corintios 1:3) 3 Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, el Padre de tiernas
misericordias y el Dios de todo consuelo,
(Filipenses 1:8) 8 Porque Dios es mi testigo de cómo
siento anhelo por todos ustedes en tierno cariño como
el de Cristo Jesús.
Párrafo 12
(Juan 11:32-35) 32 Así que María, cuando llegó a donde
Jesús estaba y alcanzó a verlo, cayó a sus pies, y le dijo:
“Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no
habría muerto”. 33 Jesús, pues, cuando la vio llorando,
y a los judíos que vinieron con ella llorando, gimió en el
espíritu y se perturbó; 34 y dijo: “¿Dónde lo han
puesto?”. Ellos le dijeron: “Señor, ven y ve”. 35 Jesús
cedió a las lágrimas.
(Lucas 7:11-15) 11 Poco después de esto viajó a una
ciudad llamada Naín, y sus discípulos y una gran
muchedumbre viajaban con él. 12 Al acercarse él a la
puerta de la ciudad, pues ¡mira!, sacaban a un muerto,
el hijo unigénito de su madre. Además, ella era viuda.
También estaba con ella una muchedumbre bastante
numerosa de la ciudad. 13 Y cuando el Señor alcanzó a
verla, se enterneció por ella, y le dijo: “Deja de llorar”.
14 En seguida se acercó y tocó el féretro, y los que lo
llevaban se detuvieron, y él dijo: “Joven, yo te digo:
¡Levántate!”. 15 Y el muerto se incorporó y comenzó a
hablar, y él lo dio a su madre.
(Juan 11:38-44) 38 Así que Jesús, después de gemir otra
vez en sí mismo, vino a la tumba conmemorativa. Era,
de hecho, una cueva, y había una piedra recostada
contra ella. 39 Jesús dijo: “Quiten la piedra”. Marta, la
hermana del fallecido, le dijo: “Señor, ya debe oler mal,
porque hace cuatro días”. 40 Jesús le dijo: “¿No te dije
que si creías habrías de ver la gloria de Dios?”. 41 Por lo
tanto, quitaron la piedra. Entonces Jesús alzó los ojos
hacia el cielo y dijo: “Padre, te doy gracias porque me
has oído. 42 Cierto, yo sabía que siempre me oyes; pero
a causa de la muchedumbre que está de pie en derredor
hablé, a fin de que crean que tú me has enviado”. 43 Y
cuando hubo dicho estas cosas, clamó con fuerte voz:
“¡Lázaro, sal!”. 44 El *hombre+ que había estado muerto
salió con los pies y las manos atados con envolturas, y
su semblante estaba envuelto en un paño. Jesús les
dijo: “Desátenlo y déjenlo ir”.
(Marcos 6:34) 34 Pues, al salir, él vio una
muchedumbre grande, y se enterneció por ellos, porque
eran como ovejas sin pastor. Y comenzó a enseñarles
muchas cosas.
(Mateo 15:32-38) 32 Pero Jesús llamó a sí a sus
discípulos, y dijo: “Me compadezco de la muchedumbre,
porque hace ya tres días que se han quedado conmigo y
no tienen qué comer; y no quiero despedirlos en
ayunas. Posiblemente desfallezcan en el camino”. 33
Sin embargo, los discípulos le dijeron: “¿Dónde, en este
lugar solitario, vamos a conseguir panes suficientes para
satisfacer a una muchedumbre de este tamaño?”. 34
Entonces Jesús les dijo: “¿Cuántos panes tienen?”. Ellos
dijeron: “Siete, y unos cuantos pescaditos”. 35 Luego,
después de mandar que la muchedumbre se reclinara
sobre el suelo, 36 tomó los siete panes y los pescados y,
habiendo dado gracias, los partió, y los iba
distribuyendo a los discípulos, y los discípulos a su vez a
las muchedumbres. 37 Y todos comieron y quedaron
satisfechos, y como sobrante de trozos recogieron siete
cestas de provisiones llenas. 38 Sin embargo, los que
comieron fueron cuatro mil varones, además de
mujeres y niñitos.
(Mateo 20:29-34) 29 Ahora bien, al salir ellos de Jericó,
una gran muchedumbre lo siguió. 30 Y, ¡mire!, dos
ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que
Jesús iba pasando, clamaron y dijeron: “¡Señor, ten
misericordia de nosotros, Hijo de David!”. 31 Pero la
muchedumbre les dijo con rigor que se callaran; sin
embargo, ellos gritaron con más fuerza, diciendo:
“¡Señor, ten misericordia de nosotros, Hijo de David!”.
32 De modo que Jesús se detuvo, los llamó, y dijo:
“¿Qué quieren que les haga?”. 33 Le dijeron: “Señor,
que se abran nuestros ojos”. 34 Enternecido, Jesús les
tocó los ojos, y ellos inmediatamente recibieron la vista,
y le siguieron.
(Marcos 1:40-42) 40 También vino a él un leproso, y le
suplicó hasta de rodillas, diciéndole: “Si tan solo
quieres, puedes limpiarme”. 41 Con esto, él se
enterneció, y extendió la mano y lo tocó, y le dijo:
“Quiero. Sé limpio”. 42 E inmediatamente la lepra
desapareció de él, y quedó limpio.
Párrafo 13
(Isaías 42:3) 3 No romperá ninguna caña quebrantada;
y en cuanto a una mecha de lino de disminuido
resplandor, no la extinguirá. En apego a la verdad sacará
la justicia.
(Mateo 12:20) 20 No quebrantará ninguna caña
cascada, y no extinguirá ninguna mecha de lino que
humea, hasta que envíe la justicia con éxito.
(Isaías 61:1) 61 El espíritu del Señor Soberano Jehová
está sobre mí, por razón de que Jehová me ha ungido
para anunciar buenas nuevas a los mansos. Me ha
enviado para vendar a los quebrantados de corazón,
para proclamar libertad a los [que han sido] llevados
cautivos y la apertura ancha [de los ojos] aun a los
prisioneros;
(Mateo 11:28-30) 28 Vengan a mí, todos los que se
afanan y están cargados, y yo los refrescaré. 29 Tomen
sobre sí mi yugo y aprendan de mí, porque soy de genio
apacible y humilde de corazón, y hallarán refrigerio para
sus almas. 30 Porque mi yugo es suave y mi carga es
ligera”.
(Mateo 18:12-14) 12 ”¿Qué les parece? Si cierto
hombre llega a tener cien ovejas y una de ellas se
descarría, ¿no dejará las noventa y nueve sobre las
montañas y emprenderá una búsqueda por la que anda
descarriada? 13 Y si sucede que la halla, de seguro les
digo, se regocija más por ella que por las noventa y
nueve que no se han descarriado. 14 Así mismo, no es
cosa deseable a mi Padre que está en el cielo el que uno
de estos pequeños perezca.
(Lucas 12:6-7) 6 Se venden cinco gorriones por dos
monedas de poco valor, ¿no es verdad? Sin embargo, ni
uno de ellos está olvidado delante de Dios. 7 Pero hasta
los cabellos de la cabeza de ustedes están todos
contados. No tengan temor; ustedes valen más que
muchos gorriones.
Párrafo 14
(Colosenses 3:9-10) 9 No estén mintiéndose unos a
otros. Desnúdense de la vieja personalidad con sus
prácticas, 10 y vístanse de la nueva [personalidad], que
mediante conocimiento exacto va haciéndose nueva
según la imagen de Aquel que la ha creado,
(Colosenses 3:12) 12 De consiguiente, como escogidos
de Dios, santos y amados, vístanse de los tiernos cariños
de la compasión, la bondad, la humildad mental, la
apacibilidad y la gran paciencia.
(2 Corintios 6:11-13) 11 Nuestra boca se ha abierto
para ustedes, corintios, nuestro corazón se ha
ensanchado. 12 Ustedes no se hallan apretados y
escasos de lugar en nosotros, pero sí se hallan
apretados y escasos de lugar en sus propios tiernos
cariños. 13 Así es que, como recompensa, en cambio —
hablo como a hijos—, ustedes, también, ensánchense.
(Santiago 1:19) 19 Sepan esto, mis amados hermanos.
Todo hombre tiene que ser presto en cuanto a oír, lento
en cuanto a hablar, lento en cuanto a ira;
(1 Pedro 3:8) 8 Finalmente, todos ustedes sean de un
mismo ánimo y parecer, compartiendo sentimientos
como compañeros, teniendo cariño fraternal, siendo
tiernamente compasivos, de mente humilde,
(Romanos 12:15) 15 Regocíjense con los que se
regocijan; lloren con los que lloran.
(1 Juan 3:17-18) 17 Pero cualquiera que tiene los
medios de este mundo para el sostén de la vida, y
contempla a su hermano pasar necesidad, y sin
embargo le cierra la puerta de sus tiernas compasiones,
¿de qué manera permanece el amor de Dios en él? 18
Hijitos, no amemos de palabra ni con la lengua, sino en
hecho y verdad.
Párrafo 15
Párrafo 16
(1 Tesalonicenses 5:14) 14 Por otra parte, los
exhortamos, hermanos: amonesten a los desordenados,
hablen confortadoramente a las almas abatidas, den su
apoyo a los débiles, tengan gran paciencia para con
todos.
(Juan 6:44) 44 Nadie puede venir a mí a menos que el
Padre, que me envió, lo atraiga; y yo lo resucitaré en el
último día.
(Salmos 34:18) 18 Jehová está cerca de los que están
quebrantados de corazón; y salva a los que están
aplastados en espíritu.
(Proverbios 16:24) 24 Los dichos agradables son un
panal de miel, dulces al alma y una curación a los
huesos.
Párrafo 17
(Hechos 20:28-29) 28 Presten atención a sí mismos y a
todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha
nombrado superintendentes, para pastorear la
congregación de Dios, que él compró con la sangre del
[Hijo] suyo. 29 Yo sé que después de mi partida
entrarán entre ustedes lobos opresivos y no tratarán al
rebaño con ternura,
(Isaías 32:1-2) 32 ¡Mira! Un rey reinará para justicia
misma; y en cuanto a príncipes, gobernarán como
príncipes para derecho mismo. 2 Y cada uno tiene que
resultar ser como escondite contra el viento y
escondrijo contra la tempestad de lluvia, como
corrientes de agua en país árido, como la sombra de un
peñasco pesado en una tierra agotada.
(1 Pedro 5:2-4) 2 Pastoreen el rebaño de Dios bajo su
custodia, no como obligados, sino de buena gana;
tampoco por amor a ganancia falta de honradez, sino
con empeño; 3 tampoco como enseñoreándose de los
que son la herencia de Dios, sino haciéndose ejemplos
del rebaño. 4 Y cuando el pastor principal haya sido
manifestado, ustedes recibirán la inmarcesible corona
de la gloria.
(Mateo 22:37) 37 Él le dijo: “‘Tienes que amar a Jehová
tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con
toda tu mente’.
Cántico 124
Sigue la senda de la hospitalidad
(Hechos 17:7)
1. Hospitalario es nuestro Dios, Jehová,
a todos muestra amor sin parcialidad.
Él brinda lluvia y sol a justo y pecador,
de gozo llena su corazón.
Servir al débil en su necesidad
es imitar a Dios en su gran bondad.
Tu Padre celestial, que en lo secreto está,
te premiará con su bendición.
2. Jamás podrás saber cuánto logrará
un simple acto de generosidad.
Procura hacer el bien sin importar a quién,
sin esperar a cambio un favor.
Tal como Lidia, di: “A mi casa ven;
albergue te daré y te atenderé”.
Tu Padre celestial tus obras mirará
y no se olvidará de tu amor.
(Véanse también Hech. 16:14, 15; Rom. 12:13; 1 Tim.
3:2; Heb. 13:2; 1 Ped. 4:9.) volver
Cántico 85
Que Jehová te bendiga
(Mateo 19:29)
1. Servir a Jehová con empeño y fervor
es fuente de satisfacción;
no obstante, Dios sabe que, a veces, también
requiere gran abnegación.
Si tú has dejado amigos y hogar,
tu Padre en los cielos lo ve.
Jehová te regala una bella hermandad
y vida en un nuevo Edén.
(ESTRIBILLO)
Que Jehová te bendiga por tu fe;
que recompense tu fidelidad;
que con sus alas te guarde él.
Jamás te abandona; es el Dios leal.
2. Algunos cristianos solteros están
por no haber hallado un amor
o por disponer de mayor libertad
a fin de servir al Señor.
En ciertos momentos pudieran sentir
invierno en su corazón.
Si ese es tu caso, aquí hallarás
cariño, amistad y calor.
(ESTRIBILLO)
Que Jehová te bendiga por tu fe;
que recompense tu fidelidad;
que con sus alas te guarde él.
Jamás te abandona; es el Dios leal.
(Véanse también Jue. 11:38-40; Rut 2:12; Mat. 19:12.)
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Cántico 106
La amistad con Jehová
(Salmo 15)
1. ¿Quién gozará, Jehová,
de tu gran amistad?
¿Quién en tu tienda se hospedará?
¿Quién tu favor tendrá?
El que confía en ti
y en tu Palabra fiel,
el que habla siempre con la verdad
y a todos hace el bien.
2. ¿Quién logrará, Señor,
ante tu trono estar?
¿Quién de alegría y felicidad
tu alma llenará?
El que anda en tu ley
y honra a tu nombre da,
el que procede con rectitud
y huye de la maldad.
3. Sobre tus hombros, yo
mi carga arrojaré.
En ti mi alma esperará,
miedo no sentiré.
Tu amistad, Jehová,
gloria y deleite es.
Como un tesoro la guardaré.
¡De ti jamás me iré!
(Véanse también Sal. 139:1; 1 Ped. 5:6, 7.) volver
Cántico 5
Cristo, nuestro modelo
(Romanos 5:8)
1. Al hombre pecador,
Jehová mostró su amor:
envió a su Hijo, quien nos redimió.
Él es pan celestial
que vida al mundo da;
por él tenemos paz y salvación.
2. Jesús nos enseñó
a orar así a Dios:
“Oh, santifica tu nombre, Jehová.
Tu Reino venga ya,
sí, haz tu voluntad
y, por favor, danos hoy nuestro pan”.
3. Jesús fortaleció
a todo el que le oyó,
le dio consuelo, su fe renovó.
Sembremos, como él,
semillas por doquier;
cosecharemos gran satisfacción.
(Véanse también Mat. 6:9-11; Juan 3:16; 6:31-51; Efe.
5:2.) volver
Cántico 84
“Quiero”
(Lucas 5:13)
1. ¡Oh, qué amor Jesús demostró!
La gloria del cielo dejó.
Descendió a morar con la humanidad,
su sangre por ella vertió.
El dolor del hombre mortal
curó con inmensa piedad.
Su misión realizó con gran celo.
A Dios dijo él: “Sí, quiero”.
2. ¡Oh, qué amor Jehová demostró!
A su esclavo fiel designó.
Le mandó pregonar su santa verdad
a hombres de toda nación.
Con amor debemos buscar
a quienes anhelan la paz,
y al hermano que pida consuelo,
gustosos decir: “Sí, quiero”.
(Véanse también Juan 18:37; Efe. 3:19; Fili. 2:7.) volver
(1 Samuel 16:1-18:30)
16 Con el tiempo Jehová dijo a Samuel: “¿Hasta cuándo estarás de duelo por Saúl, en tanto que yo, por otra parte, lo he rechazado para que no reine sobre Israel? Llena tu cuerno de aceite y anda. Te enviaré a Jesé el betlemita, porque entre sus hijos me he provisto un rey”.
2 Pero Samuel dijo: “¿Cómo puedo ir? Tan
pronto como Saúl lo oiga, ciertamente me matará”. Y Jehová pasó a decir: “Debes llevar contigo una ternera de la vacada, y tienes que decir: „Para ofrecer sacrificio a Jehová es para lo que he venido‟.
3 Y tienes que
llamar a Jesé al sacrificio; y yo, por mi parte, te daré a conocer lo que debes hacer, y tienes que ungirme al que yo te designe”.
4 Y Samuel procedió a hacer lo que Jehová había
hablado. Cuando llegó a Belén, los ancianos de la ciudad se pusieron a temblar al encontrarlo, así que dijeron: “¿Significa paz tu venida?”.
5 A esto él dijo:
“Significa paz. Para ofrecer sacrificio a Jehová es para lo que he venido. Santifíquense, y tienen que venir conmigo al sacrificio”. Entonces santificó a Jesé y a sus hijos, después de lo cual los llamó al sacrificio.
6 Y
aconteció que, al entrar ellos y al alcanzar él a ver a Eliab, en seguida dijo: “De seguro su ungido está delante de Jehová”.
7 Pero Jehová dijo a Samuel: “No
mires su apariencia ni lo alto de su estatura, porque lo he rechazado. Porque no de la manera como el hombre ve [es como Dios ve], porque el simple hombre ve lo que aparece a los ojos; pero en cuanto a Jehová, él ve lo que es el corazón”.
8 Entonces Jesé llamó a Abinadab y
lo hizo pasar delante de Samuel, pero él dijo: “Tampoco a este ha escogido Jehová”.
9 En seguida Jesé hizo
pasar a Samah, pero él dijo: “Tampoco a este ha escogido Jehová”.
10 Así que Jesé hizo que siete de sus
hijos pasaran ante Samuel; aun así, Samuel dijo a Jesé: “Jehová no ha escogido a estos”.
11 Por fin Samuel dijo a Jesé: “¿Son estos todos los
muchachos?”. A lo que él dijo: “El más joven ha sido omitido hasta ahora, y, ¡mira!, está apacentando las ovejas”. Por lo cual Samuel dijo a Jesé: “Manda a traerlo, porque no nos sentaremos para la comida hasta que él venga acá”.
12 Por consiguiente, él envió y lo hizo
venir. Ahora bien, era rubicundo, un joven de hermosos ojos y gallarda apariencia. Entonces dijo Jehová: “¡Levántate, úngelo, porque este es!”.
13 Por lo tanto
Samuel tomó el cuerno de aceite y lo ungió en medio de sus hermanos. Y el espíritu de Jehová empezó a entrar en operación sobre David desde aquel día en adelante. Más tarde, Samuel se levantó y procedió a irse a Ramá.
14 Y el mismísimo espíritu de Jehová se apartó de
Saúl, y un espíritu malo de parte de Jehová lo aterrorizaba.
15 Y los siervos de Saúl empezaron a
decirle: “Mira que el espíritu malo de Dios te está aterrorizando.
16 Que nuestro señor, por favor, ordene a
tus siervos delante de ti para que busquen a un hombre diestro que toque el arpa. Y tiene que suceder que, cuando llegue a estar sobre ti el espíritu malo de Dios, él tendrá que tocar con la mano, y ciertamente te irá bien”. 17
De modo que Saúl dijo a sus siervos: “Provéanme, por favor, un hombre que toque bien, y tienen que traérmelo”.
18 Y uno de los servidores procedió a contestar y
decir: “¡Mira! He visto que un hijo de Jesé el betlemita es diestro en tocar, y es un hombre valiente y poderoso y hombre de guerra y persona que habla con inteligencia y hombre bien formado, y Jehová está con él”. 19
Entonces envió Saúl mensajeros a Jesé y dijo: “Envíame a David tu hijo, que está con el rebaño”.
20 De
modo que Jesé tomó un asno, pan y un odre de vino y un cabrito de las cabras y los envió a Saúl por mano de David su hijo.
21 Así David vino a donde Saúl y lo
atendió; y él llegó a amarlo mucho, y vino a ser su escudero.
22 En consecuencia, Saúl envió a decir a
Jesé: “Deja que David, por favor, me siga atendiendo, porque ha hallado favor a mis ojos”.
23 Y sucedió que,
cuando el espíritu de Dios llegaba a estar sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con la mano; y Saúl conseguía alivio y le iba bien, y el espíritu malo se apartaba de sobre él.
17 Y los filisteos se pusieron a juntar sus campamentos para la guerra. Cuando se hubieron juntado en Socoh, que pertenece a Judá, entonces se pusieron a acampar entre Socoh y Azeqá, en Efes-damim.
2 En cuanto a Saúl y los hombres de Israel, ellos
se juntaron y se pusieron a acampar en la llanura baja de Elah, y fueron poniéndose en orden de batalla para su encuentro con los filisteos.
3 Y los filisteos estaban de
pie sobre la montaña de este lado, y los israelitas estaban de pie sobre la montaña de aquel lado, con el valle entre ellos.
4 Y empezó a salir de los campamentos de los
filisteos un campeón, por nombre Goliat, de Gat, de una
altura de seis codos y un palmo. 5 Y había sobre su
cabeza un yelmo de cobre, y llevaba puesta una cota de malla, de escamas superpuestas, y el peso de la cota de malla era de cinco mil siclos de cobre.
6 Y había grebas
de cobre más arriba de sus pies y una jabalina de cobre entre sus hombros.
7 Y el asta de madera de su lanza
era como el enjulio de los obreros del telar, y la hoja de su lanza era de seiscientos siclos de hierro; y el que llevaba el escudo grande venía marchando delante de él.
8 Entonces se detuvo y se puso a gritar a las líneas
de batalla de Israel y a decirles: “¿Para qué salen a ponerse en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo y ustedes siervos que pertenecen a Saúl? Escójanse un hombre, y que baje él a mí.
9 Si él puede pelear conmigo
y de veras me derriba, entonces tendremos que hacernos siervos de ustedes. Pero si yo mismo puedo más que él y de veras lo derribo, entonces ustedes tienen que hacerse siervos nuestros, y tendrán que servirnos”.
10 Y el filisteo siguió diciendo: “Yo mismo de
veras desafío a las líneas de batalla de Israel este día. ¡Denme un hombre y peleémonos!”.
11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras
del filisteo, entonces se aterrorizaron y tuvieron muchísimo miedo.
12 Ahora bien, David era hijo de aquel efrateo de
Belén de Judá cuyo nombre era Jesé. Y este tenía ocho hijos. Y en los días de Saúl el hombre era ya viejo entre los hombres.
13 Y los tres hijos mayores de Jesé
procedieron a irse. Fueron tras Saúl a la guerra, y los nombres de sus tres hijos que fueron a la guerra eran Eliab el primogénito, y su segundo hijo Abinadab y el tercero Samah.
14 Y David era el más joven, y los tres
mayores mismos se fueron tras Saúl.
15 Y David iba y volvía de Saúl para cuidar las ovejas
de su padre en Belén. 16
Y el filisteo siguió presentándose temprano por la mañana y al atardecer y tomando su posición por cuarenta días.
17 Entonces Jesé dijo a David su hijo: “Lleva, por
favor, a tus hermanos este efá de grano tostado y estos diez panes, y cárgaselos pronto al campamento, a tus hermanos.
18 Y estas diez porciones de leche se las
debes llevar al jefe del millar; también, debes mirar por tus propios hermanos respecto de su bienestar, y una prenda debes tomar de ellos”.
19 Entretanto, Saúl y ellos
y todos los demás hombres de Israel estaban en la llanura baja de Elah, peleando contra los filisteos.
20 Por consiguiente, David se levantó muy de
mañana y dejó las ovejas a cargo del guarda y, cargándose, se fue tal como le había mandado Jesé. Cuando llegó al cercado del campamento, las fuerzas militares estaban saliendo a la línea de batalla, y alzaron un grito para la batalla.
21 E Israel y los filisteos
empezaron a disponerse en línea de batalla para hacer frente a la línea de batalla.
22 En seguida David dejó el
bagaje de sobre sí al cuidado del guarda del bagaje y se fue corriendo a la línea de batalla. Cuando llegó, empezó a preguntar por el bienestar de sus hermanos.
23 Mientras estaba hablando con ellos, pues, he aquí
que el campeón, cuyo nombre era Goliat, el filisteo de
Gat, venía subiendo de las líneas de batalla de los filisteos, y empezó a hablar las mismas palabras que antes, y David pudo oír.
24 En cuanto a todos los
hombres de Israel, al ver al hombre, pues, se fueron huyendo a causa de él, y tenían muchísimo miedo.
25 Y
los hombres de Israel empezaron a decir: “¿Han visto a este hombre que está subiendo? Pues es para desafiar con escarnio a Israel para lo que está subiendo. Y tiene que suceder que, al hombre que lo derribe, el rey lo enriquecerá con grandes riquezas, y le dará su propia hija, y a la casa de su padre la libertará en Israel”.
26 Y David empezó a decir a los hombres que
estaban de pie cerca de él: “¿Qué se le hará al hombre que derribe a ese filisteo allá y realmente aparte el oprobio de sobre Israel? ¿Pues quién es este filisteo incircunciso para que tenga que desafiar con escarnio a las líneas de batalla del Dios vivo?”.
27 Entonces la
gente le dijo las mismas palabras que antes, diciendo: “Así se le hará al hombre que lo derribe”.
28 Y Eliab su
hermano mayor llegó a oír cuando él hablaba con los hombres, y la cólera de Eliab se enardeció contra David, de modo que dijo: “¿Para qué has bajado? ¿Y a cargo de quién dejaste aquellas pocas ovejas allá atrás en el desierto? Yo mismo conozco bien tu presuntuosidad y la maldad de tu corazón, porque has bajado con el propósito de ver la batalla”.
29 A esto David dijo: “¿Qué
he hecho yo ahora? ¿No era solo una palabra?”. 30
Con eso se volvió de su lado hacia algún otro y se puso a decir la misma palabra que antes, y, a su vez, la gente le dio la misma respuesta que anteriormente.
31 Así que las palabras que David habló llegaron a
ser oídas, y fueron refiriéndolas delante de Saúl. De modo que él lo mandó traer.
32 Y David procedió a decir
a Saúl: “No se desplome en él el corazón de hombre alguno. Tu siervo mismo irá y realmente peleará con este filisteo”.
33 Pero Saúl dijo a David: “Tú no puedes ir
contra este filisteo para pelear con él, porque solo eres un muchacho, y él es un hombre de guerra desde su mocedad”.
34 Y David pasó a decir a Saúl: “Tu siervo
llegó a ser pastor de su padre entre el rebaño, y vino un león, y también un oso, y [cada uno] se llevó una oveja del hato.
35 Y yo salí tras él y lo derribé y de su boca
hice el rescate. Cuando empezó a levantarse contra mí, lo agarré de la barba y lo derribé y le di muerte.
36 Tanto
al león como al oso tu siervo los derribó; y este filisteo incircunciso tiene que llegar a ser como uno de ellos, porque ha desafiado con escarnio a las líneas de batalla del Dios vivo”.
37 Entonces añadió David: “Jehová, que
me libró de la garra del león y de la garra del oso, él es quien me librará de la mano de este filisteo”. Ante esto, Saúl dijo a David: “Ve, y que Jehová mismo resulte estar contigo”.
38 Saúl ahora se puso a vestir a David con las
prendas de vestir suyas, y le puso un yelmo de cobre sobre la cabeza, después de lo cual lo vistió con una cota de malla.
39 Entonces David se ciñó la espada de
aquel sobre sus prendas de vestir y trató de andar, [pero no pudo,] porque no las había ensayado sobre sí. Por fin David dijo a Saúl: “No puedo ir en estas cosas, porque no las he ensayado sobre mí”. De modo que David se las quitó de encima.
40 Y procedió a tomar su cayado en
la mano y a escogerse las cinco piedras más lisas del valle torrencial y a ponerlas en su bolsa de pastor que le servía de receptáculo, y llevaba en la mano su honda. Y empezó a acercarse al filisteo.
41 Y el filisteo empezó a venir, acercándose cada vez
más a David, y el hombre que llevaba el escudo grande estaba delante de él.
42 Ahora bien, cuando el filisteo
miró y vio a David, empezó a despreciarlo, porque resultaba que era un muchacho, y rubicundo, de hermosa apariencia.
43 De modo que el filisteo dijo a
David: “¿Soy yo un perro, para que vengas a mí con cayados?”. Con eso, el filisteo invocó el mal contra David por sus dioses.
44 Y el filisteo dijo además a
David: “Nada más ven a mí, y ciertamente daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo”.
45 A su vez, David dijo al filisteo: “Tú vienes a mí con
una espada y con una lanza y con una jabalina, pero yo voy a ti con el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de las líneas de batalla de Israel, a quien tú has desafiado con escarnio.
46 Este día Jehová te entregará
en mi mano, y yo ciertamente te derribaré y te quitaré la cabeza; y ciertamente daré los cadáveres del campamento de los filisteos este día a las aves de los cielos y a las bestias salvajes de la tierra; y personas de toda la tierra sabrán que existe un Dios que pertenece a Israel.
47 Y toda esta congregación sabrá que ni con
espada ni con lanza salva Jehová, porque a Jehová pertenece la batalla, y él tiene que darlos a ustedes en nuestra mano”.
48 Y sucedió que el filisteo se levantó y siguió
viniendo y acercándose al encuentro de David, y David empezó a apresurarse y a correr hacia la línea de batalla, al encuentro del filisteo.
49 Entonces David metió
la mano en su bolsa y tomó de allí una piedra y la tiró con la honda, de modo que le dio al filisteo en la frente, y la piedra se le hundió en la frente, y él fue cayendo sobre su rostro a tierra.
50 Así que David, con una honda
y una piedra, resultó más fuerte que el filisteo, y derribó al filisteo y le dio muerte; y no había espada en la mano de David.
51 Y David continuó corriendo y logró plantarse
sobre el filisteo. Entonces le tomó la espada y la sacó de su vaina y definitivamente le dio muerte cuando con ella le cortó la cabeza. Y los filisteos llegaron a ver que había muerto su poderoso, y echaron a huir.
52 Ante esto, los hombres de Israel y de Judá se
levantaron y prorrumpieron en gritos y fueron persiguiendo a los filisteos hasta [el] valle y hasta las puertas de Eqrón, y los mortalmente heridos de los filisteos siguieron cayendo por el camino desde Saaraim, tanto hasta Gat como hasta Eqrón.
53 Después
los hijos de Israel volvieron de perseguir acaloradamente a los filisteos, y se pusieron a saquear sus campamentos.
54 Entonces David tomó la cabeza del filisteo y la
trajo a Jerusalén, y puso las armas de él en su tienda.
55 Ahora bien, al momento que Saúl vio a David salir
al encuentro del filisteo, dijo a Abner el jefe del ejército: “¿De quién es hijo el muchacho, Abner?”. A lo que dijo Abner: “¡Por la vida de tu alma, oh rey, no lo sé en
absoluto!”. 56
Así que dijo el rey: “Pregunta de quién es hijo el mozo”.
57 Por consiguiente, luego que David
volvió de derribar al filisteo, Abner procedió a tomarlo y a traerlo delante de Saúl, con la cabeza del filisteo en la mano.
58 Saúl ahora le dijo: “¿De quién eres hijo,
muchacho?”, a lo que dijo David: “El hijo de tu siervo Jesé el betlemita”.
18 Y aconteció que, tan pronto como él hubo acabado de hablar a Saúl, la misma alma de Jonatán se ligó con el alma de David, y Jonatán empezó a amarlo como a su propia alma.
2 Entonces Saúl lo tomó en
aquel día, y no le permitió volver a la casa de su padre. 3 Y Jonatán y David procedieron a celebrar un pacto,
porque él lo amaba como a su propia alma. 4 Además,
Jonatán se despojó de su vestidura sin mangas que llevaba puesta y se la dio a David, y también sus prendas de vestir, y aun su espada y su arco y su cinto. 5 Y David empezó a salir. Adondequiera que lo enviaba
Saúl, él actuaba prudentemente, de modo que Saúl lo colocó sobre los hombres de guerra; y esto pareció bueno a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.
6 Y aconteció que, al entrar ellos, cuando David
volvió de derribar a los filisteos, las mujeres empezaron a salir de todas las ciudades de Israel con canto y danzas al encuentro de Saúl el rey, con panderetas, con regocijo y con laúdes.
7 Y las mujeres que estaban
participando en la celebración siguieron respondiendo y diciendo:
“Saúl ha derribado sus miles, y David sus decenas de miles”.
8 Y Saúl empezó a encolerizarse en gran manera, y
este dicho fue malo desde su punto de vista, de modo que dijo: “¡A David han dado decenas de miles, pero a mí me han dado los miles, y lo único que falta ya es darle la gobernación real!”.
9 Y Saúl estuvo mirando a
David de continuo con sospecha desde aquel día en adelante.
10 Y al día siguiente aconteció que el espíritu malo de
Dios entró en operación sobre Saúl, de modo que él se portó como profeta dentro de la casa, mientras David estaba tocando música con la mano, como en días anteriores; y la lanza estaba en la mano de Saúl.
11 Y
Saúl procedió a arrojar la lanza y decir: “¡Ciertamente clavaré a David aun a la pared!”, pero David se desvió de delante de él, dos veces.
12 Y a Saúl le dio miedo de
David, porque Jehová resultaba estar con él, pero se había apartado de Saúl.
13 Por consiguiente, Saúl lo
alejó de su compañía y lo nombró para sí jefe de mil; y con regularidad él salía y entraba delante del pueblo. 14
Y David estaba actuando prudentemente de continuo en todos sus caminos, y Jehová estaba con él.
15 Y Saúl
siguió viendo que estaba actuando muy prudentemente, de modo que le temía.
16 Y todo Israel y Judá amaban a
David, porque salía y entraba delante de ellos.
17 Por fin Saúl dijo a David: “Aquí está mi hija mayor
Merab. Ella es la que te daré por esposa. Solo muéstrame que eres persona valiente y pelea las guerras de Jehová”. Pero en cuanto a Saúl, él decía para sí: “No llegue a estar mi mano sobre él, sino que
llegue a estar sobre él la mano de los filisteos”. 18
Ante esto, David dijo a Saúl: “¿Quién soy yo y quiénes son mis parientes, la familia de mi padre, en Israel, para que yo llegue a ser yerno del rey?”.
19 Sin embargo,
aconteció que cuando era el tiempo en que Merab, la hija de Saúl, había de ser dada a David, ella misma ya había sido dada por esposa a Adriel el meholatita.
20 Ahora bien, Mical, hija de Saúl, estaba enamorada
de David, y se lo informaron a Saúl, y el asunto fue de su agrado.
21 Así que Saúl dijo: “Se la daré para que ella
le sirva de lazo, y para que la mano de los filisteos llegue a estar sobre él”. En conformidad, Saúl dijo a David: “Por [una de] las dos mujeres formarás una alianza matrimonial conmigo hoy”.
22 Además, Saúl
mandó a sus siervos: “Hablen a David en secreto, y digan: „¡Mira! El rey se ha deleitado en ti, y todos sus siervos mismos se han enamorado de ti. Así es que ahora forma una alianza matrimonial con el rey‟”.
23 Y los
siervos de Saúl se pusieron a hablar estas palabras a oídos de David, pero David dijo: “¿Es cosa fácil a los ojos de ustedes formar una alianza matrimonial con el rey, cuando yo soy un hombre de escasos recursos y estimado en poco?”.
24 Entonces los siervos de Saúl se
lo informaron, y dijeron: “Con palabras como estas habló David”.
25 Por lo cual Saúl dijo: “Esto es lo que dirán a David:
„El rey no se deleita en dinero matrimonial, sino en cien prepucios de los filisteos, para vengarse de los enemigos del rey‟”. Pero en cuanto a Saúl, él había tramado hacer caer a David por la mano de los filisteos. 26
De modo que sus siervos informaron estas palabras a David, y el asunto fue del agrado de David, para formar una alianza matrimonial con el rey, y los días no habían expirado aún.
27 Así que David se levantó, y él y sus
hombres fueron y derribaron a doscientos hombres entre los filisteos, y David vino trayendo sus prepucios y dándolos en pleno número al rey, para formar una alianza matrimonial con el rey. A su vez, Saúl le dio a Mical su hija por esposa.
28 Y Saúl llegó a ver y saber
que Jehová estaba con David. En cuanto a Mical, hija de Saúl, ella lo amaba.
29 Y Saúl volvió a sentir aún más
miedo a causa de David, y Saúl llegó a ser enemigo de David siempre.
30 Y los príncipes de los filisteos salían, y sucedía
que, cuantas veces salían, David actuaba más prudentemente que todos los siervos de Saúl; y su nombre llegó a ser muy precioso.
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