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E D I T O R I A L A PROPOSITO DEL NACIONALISMO
No es suficiente llamarse nacionalista sin precisar qué objetivos se persigue. No debe
olvidarse que hay un nacionalismo chovinista, reaccionario propio de la burguesía,
opuesto de comienzo a fin al nacionalismo democrático, popular y antiimperialista,
propio de los pueblos del denominado “tercer mundo”. Este nacionalismo “nace de la
distinción entre naciones opresores y oprimidas, que constituye la esencia del
imperialismo”. Por eso, en los países que sufren la opresión y explotación
imperialista solo puede existir un nacionalismo: el que lucha por la liberación nacional
y social de su patria. Y ese nacionalismo es necesariamente antiimperialista.
La particularidad del último proceso electoral está en haber demostrado que la
inmensa mayoría de nuestra población, que sufre las consecuencias de nuestro atraso
y sometimiento a intereses monopolisas extranjeros, ha despertado a la vida política
activa y está dispuesta a movilizarse para luchar por conquistar su liberación e
impulsar a fondo el desarrollo de las grandes regiones postergadas del país. Es una
lucha que se conjugará necesariamente con las luchas antiimperialistas de liberación
nacional. Este es un proceso inevitable que exige, en forma perentoria, la formación de
un gran movimiento que unifique las grandes masas populares de la ciudad y el
campo en torno a objetivos definidamente democráticos, populares y antiimperialistas.
No es posible negar la legitimad histórica de los auténticos nacionalismos de los países
que sufren la opresión imperialistas. Sin embargo, si sus programas y su línea
general de lucha no recogen las aspiraciones del pueblo y la necesidad inaplazable
de romper los lazos opresores del imperialismo, caerán en vulgar chovinismo y serán
factor de confusión de la conciencia del pueblo. El nacionalismo democrático y popular,
es revolucionario por naturaleza; es contrario al nacionalismo burgués que tiene un
nombre: CHOVINISMO.
El hecho de que la inmensa mayoría la población del Sur haya dado su vota contra la
derecha tradicional y el Apra, demuestra que las condiciones sociales específicas de
nuestro país están dadas para la presencia organizada de un gran movimiento que
represente sus intereses. Es una masa mayoritaria de campesinos que están ligados a
los objetivos de nuestra liberación nacional y social. Esta liberación es hoy la que
otorga un contenido y orientación definidos al nacionalismo democrático y popular
peruano.
VOZ PROLETARIA
Julio - 2006AÑO 1 N 9º
ORGANO DEL PCP(rc)
Pág. Web:es.geocities.com/pcppcp
_rcCorreo: _rc
“Proletarios de todos los países y naciones oprimidas uníos”
La movilización general de las masas
populares contra el TLC es la justa
respuesta a las maniobras y apuros de la
reacción oligárquica, manejada por el
imperialismo, para que el Congreso actual
apruebe ese Tratado, a todas luces lesivo a
los intereses nacionales. La experiencia de
países hermanos, como la sufrida por
Méjico, así lo demuestra. La integración
económica de un país “tercermundista”,
como el Perú, con la primera potencia
agraria e industrial del mundo, es una
verdadera integración aberrante, “contra
natura” si es que se hace sobre bases
neoliberales, como es el caso del TLC.
Como consecuencia del NAFTA (el TLC de
EE.UU. con Méjico y Canadá), el sector
agrícola ha perdido desde 1994 hasta el
2002 alrededor de 1,3 millones de puestos
de trabajo. México se ha convertido en un
país exportador de hortalizas para satisfacer
las necesidades de la población de su
vecino del norte. Pero es una exportación
controlada por grandes empresas
norteamericanas. Ha surgido una
producción para el consumo extranjero y no
para proveer de alimentos al pueblo
mejicano. La gran producción de frutas es
para la exportación, controlada por
compañías norteamericanas.
En Méjico, ha desaparecido la producción
de cereales. Se ha convertido en un país
importador de maíz y trigo de los EE.UU.
Es una agricultura para la exportación que
solo beneficia a las grandes compañías
ag r í co las impe r i a l i s tas y sus
representantes y sirvientes “nacionales”.
Con el TLC el Perú se convertiría en un
productor de espárragos y alcachofas, en
m a n o s d e g r a n d e s e m p r e s a s
norteamericanas. La producción de arroz,
maíz, trigo, algodón, etc. desaparecerían.
Tendríamos que importarlos de los EE.UU.
Esta es la gran amenaza que se cierne
sobre nuestro empobrecido pueblo y de
nuestro propio agro en general. De aquí
que no sea casual la defensa cerrada que
solo los grandes importadores (burguesía
compradora), hacen del TLC exigiendo su
pronta aprobación.
La firma del TLC y su aplicación serviría
para que las luchas del campesinado se
profundicen y agudicen. Esto es lo que
enseña la experiencia mexicana. Esas
luchas han sido llevadas sobre todo por las
masas indígenas, porque son las más
empobrecidas del campo, como en el
Perú. No hay que olvidar la experiencia de
Ilave, cuyo pueblo de nacionalidad aymara
tiene una larga y rica tradición de lucha
que no ha olvidado.
UNA VEZ MÁS: NO AL TLC
La formación de un gran Frente Único
Antiimperialista y Antioligárquico en
el país, está a la orden del día. Las
fuerzas que deben concurrir a su
nacimiento son todas las que se
oponen a la dominación extranjera y a
sus aliados internos. El Frente Único
es, por sus objetivos de lucha, el
movimiento de liberación nacional y
social con estructura orgánica
definida. Por su propia naturaleza el
Frente Único es contrar io al
sectarismo excluyente y a las
manipulaciones dirigidas a conquistar
la hegemonía en el movimiento.
El Frente Único Antiimperialista y
Antilogárquico, cualquiera que sea el
nombre que tenga, lucha por los
intereses vitales y cotidianos de las
grandes masas de trabajadores de la
ciudad y el campo y debe estar
presente y participar en todo
movimiento que de acceso a las
grandes masas populares, para
orientarlas en sus luchas. Este Frente
Único es contrario a toda forma de
chovinismo y de prejuicio racial
porque son reaccionarios e impiden la
cohesión de las grandes masas
populares.
El Frente Único Ant i imperial ista y
Antioligárquico, en el Perú, debe ganar y
apoyarse en las grandes masas de
campesinos indígenas que, en su mayoría,
están formadas por campesinos pobres. Son
estos los que en el último proceso electoral
han hecho sentir su voz, rechazando las
candidaturas de la derecha tradicional y el
Apra. Ese campesinado es el aliado natural
de la clase trabajadora de las ciudades y de
las capas medias empobrecidas. Están
esperando que surja un movimiento
organizado, con objetivos y línea política
definidamente democrática, nacionalista
antiimperialista.
Ciertos representantes de la pequeña
burguesía infiltrados en UPP se han asustado
ante la posibilidad de la formación de un
Frente Democrático Nacionalista. Dicen que
esto desestabilizaría el sistema, sería asumir
posiciones “radicales”. Es gente que no
quiere comprender que la política limitada al
quehacer electoral, está divorciada de la
marcha de la historia. Ahora el pueblo quiere
y exige verdaderos cambios económico
sociales. Y esos cambios solo pueden
hacerlo un gran MOVIMIENTO POPULAR,
DEMOCRÁTICO Y ANTIIMPERIALISTA. Si
algo importante se desprende del último
proceso electoral, es precisamente que la
gran mayoría nacional necesita y pide la
presencia viva y actuante de este
movimiento.
FRENTE ÚNICOANTIIMPERIALISTA
Las elecciones generales del 4 de junio constituyen una clara demostración de lo que es la democracia burguesa, especialmente en los países sometidos a los intereses del imperialismo. Su carácter de clase es imposible ocultar, porque para imponer las candidaturas que representan los intereses del gran capital se tergiversa sistemáticamente la verdad, utilizando la mentira en todas sus formas. Se presenta a los candidatos reaccionarios como los defensores del progreso y la democracia, al mismo tiempo que los auténticos representantes de los intereses nacionales y populares son presentados como peligrosos propugnadores de la violencia “antisistema” a los que “hay que desaparecer”.
En toda democracia burguesa se olvida una cuestión elemental: democracia significa poder del pueblo. Pero los ideólogos de las clases dominantes interpretan este concepto como la simple concurrencia de los partidos políticos en una contienda electoral, facilitando así el triunfo del partido con más poder económico y con capacidad de controlar los medios de comunicación. De tales elecciones siempre sale triunfante el partido que mejor representa a las clases dominantes, aliadas del imperialismo en el caso de los países tercermundistas, como el nuestro.
De la última experiencia electoral que ha vivido el pueblo peruano, se desprende claramente que el imperialismo tiene como tendencia general violar la democracia en nombre de la democracia. Nadie puede negar que la derrota electoral del movimiento encabezado por Ollanta Humala, ha sido el resultado de la intervención del imperialismo norteamericano. Es el que dirigió y financió la campaña de distorsiones y mentiras contra el candidato que, desde un principio, tuvo como objetivo la nacionalización de nuestros recursos naturales que se encuentran en manos de grandes transnacionales.
Ahora resulta claro que la lucha por una amplia democracia, no puede significar otra cosa que la lucha contra la reacción y quien las maneja: el imperialismo, fuerzas que por su propia naturaleza tienden a violar la propia democracia burguesa cuando escapa a su control. Esto lo hemos constatado en el proceso electoral que ha terminado dando el triunfo al candidato del Apra.
Los que falsean su propia democracia, es decir, la democracia burguesa, son los que engendran la violencia porque provocan el descontento y la cólera del pueblo que ve cómo se escarnece su voluntad y sus aspiraciones ut i l izando mil lonarias campañas abyectas de desinformación.
LAS ELECCIONES EN NUESTRA“DEMOCRACIA”
“Os aterráis de que queramos
abolir la propiedad privada!
Como si ya en el seno de vuestra
sociedad actual la propiedad
privada no estuviese abolida
para nueve décimos partes de la
población; como si no existiese
precisamente a costa de no
existir para esas nueve décimas
partes”.
Marx y Engels
“En la medida y a la par que vaya
desapareciendo la explotación
de unos individuos por otros,
desaparecerá también la
explotación de una nación por
otra”.
Marx y Engels
“Antes de unificarse y para
unificarse es necesario empezar
por deslindar los campos de un
modo resuelto y definido”.
Lenin
“En la época del imperialismo se
vuelven inconmensurablemente
m á s a g u d a s t o d a s l a s
contradicciones capitalistas”.
Lenin
“El movimiento de las naciones
oprimidas por la liberación
nacional es un factor activo en la
l u c h a p o r d e r r o c a r a l
imperialismo internacional”.
Lenin
CON LOS CLÁSICOS