Download - revista MUTA!
YO SOY UN MUTANTE �Y USTED?Texto Sebasti�n Castillo
ALTER EGOIlustraci�n Jos� Huicham�n Estay
TEST MUTANTETest Judith (Nath) Rodr�guez
PANCHO Y MARTINAComic Esteban Ortega
LOS LEMMINGS, LAS CUIDADES Y EL SUICIDIOTexto Hermana Ojo
CIUDAD MUTANTEM�a S�nchez
EN ESOS A�OSComic Jos� Zepeda
COLLAGE URBANOFotograf�a: Aidil Barrai, Montaje: Esteban Ortega
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DESPUES DE LA DERROTATexto: Pedro Landaluz, Montaje: Esteban Ortega
LO VIMOSTexto: Aidil Barrai, Montaje: Esteban Ortega
ES LA SOLEDAD DE NO PERTENECERTexto: Aidil Barrai, Montaje: Esteban Ortega
YA TIENES PRECIO MARYTexto: Aidil Barrai
HE SO�ADO CON SER TANTAS COSASTexto: Pedro Landaluz, Aidil Barrai
CADAVER EXQUISITOTodos los integrantes
SERVICIO DE POST VENTACristian Docolomansky Cerda
MUTANTE Y LOGOJos� Zepeda, Diego Negrete
Ese d�a, y como hace mucho no hac�a, me divert�a con mis hijos. Sin
aviso, Jacinta y Mateo me abordaron. Muy serios comenzaron a
interrogarme sin descanso, haciendo un sinf�n de preguntas. No entend�a
el por qu�, pero ya dejaba de ser un simple juego. Hasta que despu�s
de un largo interrogatorio, me lo confesaron: necesitaban
asegurarse que yo era su padre y no un mutante.�Un
mutante?
S�, todo por una serie de televisi�n sobre unos seres
de otro planeta que, para evitar ser descubiertos,
se transformaban en personas. Asimilaban a sus
v�ctimas y se apropiaban de su mente y cuerpo... y
que me hace ser sumiso con mi esposa? �O
precisamente soy quien soy — todos los que soy— a
causa de un matrimonio que s�lo am� los tres
primeros a�os? Intento reconocerme y saber qui�n
est� detr�s de esta careta. Me aterra la incertidumbre
de la respuesta.
Llego a casa y encuentro una nota de mi esposa.
Era la actuaci�n de Jacinta y pens� que por lo menos
este jueves me zafar�a de mis �inamovibles
reuniones�. Lo olvid� por completo. Odio esta rutina.
Odio no poder cambiar cuando debo hacerlo, odio
lo que tengo en estos momentos� una
existencia vac�a y f�til. Me miro y este
cuerpo y esta mente ya no son de
quien aparentan ser. Despu�s
de todo, mis hijos no estaban
tan errados cuando dudaron
de m�.
luego, era muy dif�cil descubrirlos en su nueva
identidad. Esa noche no pude dormir. Me sent�a
inc�modo sin saber por qu�. Con los d�as esa
extra�a sensaci�n sigui�. Un d�a, en mi rutinario
viaje en metro lo entend�.
`Yo era un mutante! Y todas las piezas calzaron, con
desaz�n.
Hace un a�o que no soy el mismo en esa maldita
empresa donde estoy. A pesar del dinero, me veo
como un esclavo de lunes a viernes: sin voluntad,
sin poder de decisi�n... sin personalidad. Mientras
que los jueves intento ser un ingenioso amante, para
que Margarita diga con satisfacci�n lo bueno que
soy en la cama. Y me siento un padre culposo, pues
todos creen en mis �reuniones� hasta tarde de los
d�as jueves. Obsequio regalos en un pat�tico
intento por comprar a mi familia. �Ser� esa culpa la
La azotea del Museo de Bellas Artes est� cerrada a visitantes. La raz�n, es que parece ejerceruna fuerte influencia en los suicidas santiaguinos. Aunque popular, no se compara con el GoldenGate Bridge de San Francisco, el lugar n�mero uno del mundo al momento de convocar suicidios.Hay teor�as que dicen que la arquitectura influye en el estado mental de los seres humanos.Edificios que inducen a la esquizofrenia y complejos habitacionales que llevan a la desesperaci�n.Dime d�nde vives y te dir� como mueres.
Resulta que los lemmings no cometen suicidio en masa. Estos roedores, habitantes del Artico,son famosos por su supuesto comportamiento suicida. El origen de este mito es un documentalmontado por los estudios Disney en los a�os 50. Los roedores fueron lanzados a su muerte atrav�s de un trampol�n y la haza�a les vali� un Oscar. La verdad es que los lemmings, al aumentarsu n�mero en forma amenazante para los recursos naturales, migran.
Estad�sticamente, hay m�s suicidios en las ciudades que en �reas rurales. Menos en el nortede Chile que en el sur. M�s en Santiago que en otras ciudades. Y en Santiago, hay ciertos lugaresfavorecidos. Los suicidas se apoderan de esos espacios, adapt�ndolos. Un and�n puede ser unlugar de encuentro, un paso obligado, un trampol�n. Una azotea puede ser un refugio, un mirador,un testamento. En el metro de Santiago lo saben y vigilan a trav�s de CCTV. Alguien que caminamuy cerca de las v�as. Alguien que lleva mucho tiempo merodeando en el and�n.
Toda sociedad tiene su propio paradigma acerca del suicidio. Usamos los espacios de acuerdoa lo que necesitamos. En conclusi�n, si la sobrepoblaci�n y desesperaci�n son evidentes hagacomo los lemmings;
NO SALTE.Disp�rsese.
Hace algunos d�as, en un paseo un domingo porla tarde, llegamos a un pueblito en las afueras de laciudad y nos detuvimos a conocerlo. Ah�, hab�a variaspersonas reunidas en su plaza, conversando, riendo,observando. Todos se saludaban con todos y losminutos parec�an detenerse para que ellos tuvierantiempo suficiente para compartir. Varios ni�os corr�anpor toda la plaza, se escond�an detr�s de sus �rboles,rodaban en sus pastos, saltaban alrededor de suspiletas, mientras que poco a poco llegaban otros aunirse al juego. No importaba conocerse, pues laintegraci�n a los diversos grupos era casi inmediata.Otros tantos hombres y mujeres acomodabanbanquillos para sentarse en las afueras de sus casas,
qui�n sabe a ver o pensar en qu�, pero entregabanuna sonrisa a cada persona que pasaba por su lado.Quiz�s s�lo queriendo sentirse parte de ese barrio...
De vuelta en la ciudad ya no exist�an esas plazas,esas calles, ni esos negocios en donde la gente sere�ne a pasar las horas junto a otros. Cada d�a sonmenos los espacios que nos llevan a tener una �vidade barrio�. No nos fijamos en las personas que nos sonr�en,sino en quien nos mira de mala forma. Caminamosinmersos en nuestro mundo sin importar qui�n est�al lado, ojal� pudiendo acallar todos los ruidos de laciudad para no tener que escuchar lo que en ella
ocurre. Entre menos tengamos que mirarnos, mejor.El miedo y la inseguridad nos han llevado aencerrarnos en nuestras casas, sin dejar espacio paracompartir con otros. Y lo que es peor, muchas vecessin querer compartir con nuestros propiospensamientos.
Hoy encontramos menos plazas y parques en lasciudades. Estos han sido cambiados por edificios,grandes construcciones y sus �reas verdes vueltasal cemento. S�, necesitamos m�s lugares quecongreguen a la gente en lugar de segregarla, quees a lo que est� tendiendo la urbanizaci�n. Peroprimero tenemos que querer estar con otros, pues
podemos tener los espacios pero si no tenemos laintenci�n, estas �reas ser�n en vano.
Muchos de los que tienen su vida en la ciudad nose sienten parte de ella. No se reconocen en suscalles ni esquinas, y caminan buscando algo que niellos saben qu� ni d�nde. Pero se nos olvida que laciudad es lo que nosotros hacemos de ella. Somoslos actores que podemos hacerla cambiar. La vidaes movimiento y la ciudad se mueve con nosotros,a nuestra manera. La ciudad va mutando y nosentrega ese desaf�o.Aprovech�moslo.
`�Mutar?! �Para qu�, si las cosas siguen siendo iguales? Lagente quiere cambiar, pero seguimos siendo los mismos quedecimos �de esta agua no beber�� y cuando te das cuenta ya tehas zampao un bocata de buenas intenciones. Dicen quedescendemos del Cromagnon, un tipo con muy malas pulgas,y que toda la maldad viene de ese b�rbaro que solucionaba todoa golpes. Ni te invito ni te ordeno a que mutes� s�lo te dejoesta revistita al lado de tu asiento para que la hojees y al menosno tengas que o�rme.
El caos mental de la urbe ciegala cordura espiritual.
Dejar� que me mires de reojoY que mi aroma se pierda en tudevelar.
As� el modo de estar nos develaEn un tiempo que nos recuerdaquienes somos.
La conexi�n entre dos o maspersonas lleva a una uni�n perono siempre perfecta.
"despert� y not� que su rostroera el de una mujer de verdad".
Desde ahora te vestir�s comoni�ita.
Perro, caca, poto.