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RESEÑA DEL LIBRO “MAÑANA O PASADO” DE JORGE CASTAÑEDA
Jorge Castañeda Gutman es un político, intelectual y comentarista mexicano,
autor de más de una docena de libros y editorialista frecuente en los
diarios Reforma (México), El País (España), Los Ángeles Times y en la
revista Newsweek (EE. UU.). Entre sus publicaciones destacan: México: el futuro
en juego (1987), El shock mexicano (1995) y Mañana o pasado. El misterio de
los mexicanos. (2011) obra que se reseñará en las siguientes líneas.
Desde el prólogo Castañeda relata que el libro fue escrito en idioma ingles antes
que en español, además de que fue pensado en un lector estadounidense y no un
mexicano, esto dada la estrecha relación que de un tiempo acá guarda México con
su vecino del Norte, buscando proyectar una visión mexicana y no la propia visión
mexicana.
El autor plantea su obra partiendo de elementos culturales conocidos, tales como
algunos autores o personajes mexicanos y refiere a otros que como él han tocado
temas concernientes a la condición clase mediera del país; constantemente se
apoya de los resultados de encuestas, estudios, censos y evaluaciones que
reflejan y respaldan los argumentos que propone, así mismo recurre a relatos de
su experiencia o la de alguien cercano, aunado a esto la claridad de su lenguaje
que es sencillo mas no por ello simple, lo cual vuelve muy amena la lectura, dada
la diversidad de los recursos, así como la estructura de la obra en la que los
capítulos nones refieren a los “rasgos” mientras que los pares tratan acerca de
temáticas específicas de la actualidad que ejemplifican los efectos de los mismos.
La búsqueda del carácter nacional ha sido tema de interés de un sinnúmero de
estudiosos de diversas disciplinas y es que cómo entender la condición actual del
país, cómo entender el lugar de los mexicanos en la transición hacia la
modernidad, si no sabemos ¿quiénes somos? o ¿por qué somos como somos?;
estas interrogantes pretenden ser develadas por el autor a través de lo que llama
“rasgos distintivos” de ese “carácter nacional”, una especie de variables
explicativas que en ocasiones han frenado el progreso de la sociedad mexicana
dificultando su pase al siguiente escalón, lo anterior por medio de una serie de
contrastes y confrontaciones temáticas en palabras del propio Castañeda. La
premisa de Jorge es demostrar ¿por qué una característica en particular ya no
resulta viable para México hoy?
Pues bien, el autor define el “carácter nacional” como el paquete de rasgos
culturales, de prácticas y de tradiciones que comparten la mayor parte del tiempo
la mayoría de los mexicanos y que distinguen a México de las demás sociedades;
estableciendo una diferencia entre éste y la “identidad nacional” que es un
concepto que define una nación ante sí misma y es lo que la hace como tal.
Castañeda trabaja con rasgos que son observables en la cotidianeidad y que
pueden ser apreciados por cualquier persona, tal vez estriba en ello la constante
identificación del lector con algunos de los ejemplos descritos en los capítulos, por
ejemplo el individualismo y la negación a las actividades colectivas tema
central del capítulo 1 en el que además resalta la vivienda y la tierra, así como su
papel en el desarrollo de la sociedad mexicana y el reflejo del individualismo en
ella. Mientras que en el capítulo 2 se desarrolla ¿cómo se llevó a cabo el
surgimiento de la clase media en México? Y las diferencias entre la vieja clase
media y la nueva clase media, con el recurso de lo cuantitativo donde destacan las
cifras y porcentajes reunidos por diversos centros de investigación, además de un
pequeño paseo por la historia y algunos de los hechos más relevantes en la
actualidad, destacando los automóviles, plasmas, casas, tarjetas de crédito,
teléfonos celulares, computadoras, seguros privados, educación y viajes como
nuevos indicadores de la condición social.
Por otro lado el capítulo 3 retoma el rasgo de: victimas y enemigos del conflicto,
que a decir de otros autores es más un “complejo de inferioridad” de los
mexicanos, destacando la resignación como una de las virtudes de nuestra
sociedad, nuevamente se opta por el recuento histórico para dar un marco
referencial donde destaca la conclusión del autor al pueblo mexicano, aun antes
de ser mexicano, siempre se lo han chingado los demás. Aborda el tema del
mestizaje como puente para describir el rasgo de enemigos del conflicto y cómo
en el imaginario mexicano la confrontación resulta indeseable y nociva per se por
lo que es prudente ser renuente al conflicto; este miedo a la violencia y al
enfrentamiento, este rechazo a la manifestación, a la insubordinación y en pocas
palabras a alzar la voz no es injustificado, la historia lo avala; sin embargo es uno
de los frenos de los mexicanos, el quedarse callados y no exigir ni siquiera lo que
por derecho corresponde; es por eso que cualquier brote de alguno de estos
elementos inmediatamente es tachado de irrisorio e incivil, pensamiento que se
refleja incluso en los dichos populares.
Por su parte el capitulo 4 denominado Por fin, una democracia mexicana alude
a cómo es que la aversión al conflicto impide el desarrollo de la práctica
democrática en México, a través del análisis entre los aspectos de la misma que
funcionan y los que no, así mismo, recurre una vez más a la historia y encuentra
que la lógica de la democracia mexicana no busca erradicar las discrepancias de
tipo social, ideológico, político y étnico, sino resolverlas por la vía pacífica; por lo
que queda de manifiesto que estos esquemas no están diseñados para lograr
cohesión social, sino para permitir la segregación mientras haya prosperidad y
equilibrio. Los requerimientos de la tan anhelada democracia no son reunidos por
los mexicanos dado que ésta requiere de controversia y enfrentamiento para
poder dar frutos y México repudia estas prácticas. También refiere al sistema de
justicia y sus ineficiencias en cuanto a los procesos de sentencia o evaluación del
delito, mismas que por el miedo al debate se han pospuesto, idéntica a la situación
que acontece en las cámaras y no sólo eso sino que los mexicanos no se han
decidido a romper definitivamente con su pasado para poder construir el futuro,
sumado al hecho de que el sistema tripartidista imperante en el país es
sumamente disfuncional dadas las divisiones internas entre los partidos por
razones ideológicas.
Por otro lado, al final del capítulo retoma el rechazo a la competencia y lo define
como una variable explicativa de los monopolios y concentración de poder que se
manifiestan en la economía nacional e incluso en los puestos públicos donde
prevalece el amiguismo y el compadrazgo.
Para el capítulo 5 El poder del pasado y el miedo a lo extranjero, parte del
miedo y rechazo que provoca “el otro” entre los mexicanos, dada la obsesión de
éstos con sus historia, donde enfatiza las palabras de Octavio Paz México voltea
hacia atrás y se deprime; Estados Unidos mira hacia adelante y olvida; lo anterior
radica en que el pasado es interpretado de distintas formas, retomando un poco la
identificación con las víctimas, México pretende ser autocompasivo y justificar su
atraso en los “ataques” del “otro” hacia él, pero no se puede juzgar al país como
empecinado con la historia si no se entiende que éste es el único lazo que une a la
gran diversidad de la que se compone la nación; por ello ha tendido a ser
“arreglada” de acuerdo con los fines de los grupos influyentes, ya que se han
servido de estos mecanismos para esquivar las realidades incómodas a través del
“maquillaje” de las formas superficiales, donde se incentiva la simulación. En lo
tocante al tema de lo extranjero, esto tiene igualmente un trasfondo histórico, ya
sea por las consecuencias de su presencia o por los favores solicitados durante la
construcción del Estado-Nación, hecho que se materializa con la actitud de
desprecio en especial hacia los estadounidenses, considerándose pues más
latinoamericanos que norteamericanos.
En lo que respecta al capítulo 6 titulado Por fin: ¿una sociedad abierta, una
economía abierta, una mente abierta?, donde parte del TLCAN y sus efectos
para la economía mexicana, primordialmente en su relación con el vecino del
norte, nuevamente externa su opinión acerca de que México debe despojarse de
los prejuicios que tiene profundamente gravados en la psique, porque de otro
modo persistirá la contradicción entre aspirar a entrar a la “modernidad”
conservando las posturas antiguas en todos los sentidos. Lo anterior se observa
incluso en el Turismo, donde aún siendo protagonista a nivel internacional, podría
ser más competitivo, dado que este ramo representa su primera actividad
económica en términos de empleo; pero que para alcanzar una mayor
competitividad requiere de infraestructura que sea atractiva a otros mercados
presentes en Estados Unidos y de esta forma aprovechar la ventaja de la
vecindad. Del tema turístico salta al de la migración de mexicanos a E.U.A., el
autor hace un recuento de cómo era catalogada la inversión extranjera a lo largo
del tiempo y cae en que de una actitud de intolerancia esta se ha tornado cada vez
más aceptable y conciliatoria, aunque muchas veces de manera impositiva por el
gobierno. Si lo que México quiere es crecer requiere de un hibridación entre la
inversión nacional y extranjera, pública y privada, pero, lamentablemente no solo
el espectro de los rasgos del carácter nacional detienen el proceso, lo hacen
también las leyes y condiciones del país; y si algo hay que reconocer en los
estadounidenses es que a diferencia de los mexicanos éstos modifican su postura
cuando se les presentan argumentos sólidos y convincentes, acción que
únicamente es posibilitada por una mente abierta, no por nada algunos sondeos
serios han encontrado que a un porcentaje considerable de los mexicanos les
gustaría que su país se pareciera a Estados Unidos, principalmente por su fuerza
económica; es esta contradicción entre sus aspiraciones y sus acciones la que a
nivel internacional proyecta a México como poco confiable e inconsistente.
En el capítulo 7 Leyes ilusorias y cinismo sin ley da inicio con 2 de los atributos
más asociados con la sociedad mexicana: La corrupción y la ilegalidad. Según
Castañeda estos eventos son producto de la falta de un Estado de derecho, lo
cual genera corrupción, la corrupción pervierte el sistema legal y de justicia, lo que
a su vez destruye la confianza de la gente, este es el circulo vicioso imperante, de
esa desconfianza subyace la apatía y es que esto no es nuevo ni exclusivo del
PRI y sus 70 años, sino que es producto de un hecho histórico desde la conquista
mismo que va acentuándose en cada gran etapa de la conformación del Estado-
Nación, hasta llegar a la época contemporánea donde la corrupción tuvo nombre y
colores y que entre la mayoría de los políticos marcó un estilo de vida, a tal grado
que los expertos constitucionales y juristas llegaron a manifestar que: la
constitución era mucho más una lista de deseos, objetivos y aspiraciones, que un
documento normativo. Sin embargo otro aspecto señalable es que entre los
mexicanos existe una confusión entre ley y justicia, donde las leyes son percibidas
como distantes, injustas o benéficas sólo para los ricos y poderosos, lo anterior
respaldado en varias encuestas donde los resultados arrojan que un 75% de los
encuestados tienen esa concepción de la ley. Pero no solo eso, también se piensa
que ni siquiera el gobierno la respeta y en ello se escuda la irrespetuosidad “si
ellos no lo hacen, por qué yo sí debo hacerlo”, no obstante si algo debe
reconocérsele a la incipiente democracia es que ha vuelto más difícil robar y
amasar grandes fortunas, ya es más fácil detectar los enriquecimiento ilícitos y
denunciarlos. Así, mismo otros datos que resultan alarmantes son que los
maestros de primaria y secundaria entre los valores y su jerarquización colocan a
la ley en último lugar, la percepción de los educadores se trasvasa a las nuevas
generaciones, reproduciendo el esquema de indiferencia ante la ley, al entrar al
tema de la educación, es inevitable no hablar Elba Esther Gordillo “La maestra”, el
autor dedica 4 largo párrafos a develar quién es este personaje y su influencia en
las esferas educativas y políticas de México, así mismo reconoce que ella
constituye un punto de apoyo para cualquiera que pretenda transformar la realidad
educativa. En cuanto al tema de la ley, Castañeda exhorta a que la única salida es
un cambio de “fondo” en la actitud hacia ella.
El capítulo 8 se titula ¿El imperio de la ley, o la ley del rey?, Jorge arranca
retomando los elementos del capítulo anterior (corrupción e ilegalidad) y enfatiza
que no son producto de una generación espontánea, sino que desde hace mucho
se han encontrado presentes, sólo que poco a poco se han vuelto disfuncionales
para los anhelos de los mexicanos, y presenta a su juicio los 4 retos de México: 1)
El crimen organizado, el tráfico de drogas y la guerra contra el narco tráfico, 2) la
economía informal, 3) La debilidad de la sociedad civil y 4) El desvanecimiento de
la historia común compartida. En el primer reto, interviene en sobremanera el
vecino del norte, por tanto la solución escapa de las manos del gobierno
mexicano. Por otro lado recupera el tema de la ocupación o cercamiento de ciertos
territorios por parte de los cárteles, en los que la policía local o federal no osaba
entrar y dónde el ejército sólo intervenía en una situación muy grave o muy
publicitada; y su apreciación ante la respuesta de los Presidentes (en especial
Calderón) es que: en vez de cambiar las leyes y adaptarlas a la realidad, el
Presidente como todos sus predecesores quiso alterar la realidad y adaptarla a la
ley, sabiendo desde el principio que eso era imposible y contraproducente. En
consecuencia, México no ha sido capaz de recuperar el control de esas zonas y
volverlas seguras. Para ello recomienda la creación de una policía nacional y cita
los ejemplos de Chile, Canadá y Colombia, pero no sólo eso sugiere también el
establecimiento de un código penal único a nivel nacional, donde cada delito es
federal; lo cual puede resultar pernicioso, ser la medida que no complace a todos y
que implicaría la imposición del centro sobre la voluntad de la provincia. Para el
segundo reto precisa aclarar que la intersección existente entre lo ilegal y lo
informal, dado que los resultados de varias encuestas y estadísticas en los últimos
años han arrojado que el sector informal se ha constituido en la principal fuente de
empleo; anotando que en el sector formal el crecimiento se ha debido a la
acumulación de factores de producción más que a una productividad mayor. Por lo
que sugiere formalizar a los trabajadores informales. Así, para el tercer reto resalta
la estrecha concepción de democracia que maneja la sociedad mexicana,
reducida a las elecciones, partidos políticos y las libertades básicas, por lo cual
considera que el fortalecimiento de la sociedad civil puede darse a través de la
organización y trabajo colectivos; lo que implicaría también la conjunción de una
manera común de pensar el mundo a pesar de la inmensa diversidad que
constituye el país desde sus inicios, por ello su insistencia en la unificación, he
aquí el cuarto reto.
Castañeda cierra su obra con el capítulo 9 denominado El futuro en tiempo real,
da inicio al capítulo diciendo que los mexicanos que vivían en lo que ahora es
territorio estadounidense eran diferentes, y lo conecta perfectamente con la gran
cantidad de mexicanos que radican actualmente en el “otro lado” y que han sido
capaces de dejar atrás ciertos rasgos del carácter nacional y adaptarse a una
nueva cultura, lo cual deja prendida la vela de la esperanza de que los de “acá”
puedan llegar a hacerlo también. Solo que las condiciones y condicionantes de
esa nueva cultura son las que obligan a modificar su conducta e ideología si es
que quieren permanecer ahí y obtener los beneficios que les son provistos, es
aquí donde juega un papel de primer orden su condición de ilegalidad, para
empezar, saben que si infringen la ley están arriesgando todo y vaya que tienen
mucho que perder, por otro lado, también influyen las circunstancias de vivienda y
las jornadas de trabajo, que si bien les va suelen ser dobles por lo que los
absorben prácticamente de sol a sol, por lo que lo poco que gastan es en
alimento, para de esta manera enviar a su familia lo más que puedan; es así que
dos elementos se han visto transformados: el ahorro y el respeto por la ley.
Para ejemplificar de una forma más evidente la transformación del carácter
nacional Jorge decide apoyarse ni más ni menos que en Juan Gabriel, haciendo
un recuento de su trayectoria y señalando los aspectos que lo colocan como quizá
el máximo modernizador de ese carácter. Además de poner los reflectores sobre
el papel de la mujer migrante.
Castañeda da el cerrojo a su libro haciendo un recuento de los objetivos y hasta
cierto punto una evaluación del desarrollo de los mismos, remarcando una vez
más el deseo y exhortación de Un México en que los mexicanos se despojen de
su equipaje de atavismos y le permitan a la nación alcanzar la modernidad plena
que se merece, es un México mejor.
Comentario
Una vez revisado el libro puedo argumentar que en efecto el señor Castañeda cumple con
los propósitos establecidos en el prólogo, así mismo con el método de análisis que
anuncia emplear. Respalda de una forma bastante elaborada sus ideas con recursos
tanto cuantitativos como cualitativos lo cual da cuenta de un trabajo serio y rico que si
bien contempla los datos “duros”, hace lo propio con el terreno de las ideas e imaginarios
colectivos de los mexicanos. Haciendo además un uso ameno del referente histórico,
refrescando la memoria de quien vivió esos tiempos e ilustrando a quienes aún no
existían; sin duda da cátedra de cómo conjugar todos estos elementos a favor de una
comprensión de la necesidad de un cambio, una transformación, un progreso en la
sociedad y todos sus aspectos. Hasta aquí con la estructura de la obra, en cuanto a
propuestas y perspectivas he de decir que en lo personal tengo un sesgo más de tipo
nacionalista y un tanto conservador, tal vez fruto de lo que Jorge llama “obsesión con la
historia”, tal vez producto de mi formación académica, sin embargo coincido en esa
renuencia a que el “otro” meta las manos en nuestros recursos naturales, en nuestros
espacios, o en nuestros problemas, sé que nos puede ayudar, pero también pienso que lo
que quiere es dominar y que de esta manera México pueda perder la “autonomía” que con
tanto trabajo se logró afianzar, después de una historia de condiciones adversas,
conflictos aquí, conflictos allá, lo menos que quisiéramos serían más conflictos, siento que
los mexicanos estamos “cansados” de una historia de lucha que ni siquiera nos tocó vivir
pero que no quisiéramos repetir. En este tenor surgen entonces las interrogantes ¿Hasta
dónde estamos dispuestos a sacrificar nuestras ideas y conductas en favor de un
progreso?, ¿verdaderamente queremos transitar hacia la modernidad?, ¿por qué
queremos entrar en el juego mundial? esto desde el punto de vista de los ciudadanos de a
pie y no de los grandes empresarios, políticos o intelectuales que tal vez las responderían
en un dos por tres o las calificarían de simplonas. Por mi parte puedo decir que existe un
gran miedo, miedo al qué dirán no solo a nivel individual me atrevo a decir que hasta a
nivel mundial, un país que se manifiesta “Que horror, eso es inculto, bajo, anticuado”,
miedo a decidir y poderse equivocar; renuencia a participar “al fin todo va a seguir igual”,
pensamientos donde el eje central es la desconfianza e inseguridad, desconfianza de lo
que se pueda lograr, inseguridad en los efectos que esto pueda tener.
¿Cuál será entonces el móvil que lleve a la sociedad mexicana a dejar el equipaje y dar el
salto hacia sus sueños?, ¿aquel que logre conectar a todos los mexicanos y que encienda
en sus mentes la mecha de un nuevo paradigma?, hipótesis hay muchas, sin embargo tal
parece ser que ese seguirá siendo: El misterio de los mexicanos.
Bibliografía Castañeda, J. (2011). Mañana o pasado. El misterio de los Mexicanos. México: Aguilar.