Recuerdos de vidaMuseo Etnográfico al Aire Librede El Oso, Ávila.
Conjunto original del artista Ignacio Asenjo Salcedo
Inaugurado el 30 de Agosto de 2014
Objetivos del proyecto
Construir un nuevo espacio-isla del Museo Etnográfico al Aire Libre del pueblo de El Oso, comenzado en 2012.
Embellecer la entrada principal al pueblo, a través de la recomposición urbanística para descubrir un nuevo paisaje formado por el conjunto escultórico, la iglesia, las casas y el horizonte.
Fundamento creativoExponer lo intangible de la historia de El Oso :Evocar a través de cartas de particulares, documentos públicos, poesía
y sabiduría popular, la esencia de un pueblo, el sentir de sus gentes, sus valores, emociones, anhelos y preocupaciones.
Concreción creativa: la primera maqueta ÁrbolEn el centro situar un árbol, de cuyas ramas broten sobres
entreabiertos, a modo de hojas, para representar lo que, de la vida de cada persona, acabó echando raíces en este lugar y lo que circunstancias tornadizas como el aire llevaron a otros destinos.
En el tronco grabar palabras que tuvieron entonces sentido y cuya lectura nos invite hoy a hacerlas propias.
El árbol estará representado al final del invierno, con las nuevas primeras hojas, para aludir a la renovación en el ciclo de la vida
CartasReproducir cartas auténticas y documentos
originales, como si hubieran salido de los sobres, posadas en unas piedras.
Las cartas narrarán pequeñas historias de personas comunes, escritas por hijos o enamorados que sufren la ausencia de las personas queridas, la lejanía impuesta por el servicio militar o el internado de estudios, o la añoranza de unos abuelos por su nieta, que ya no vive en el pueblo.
ManosReproducir en el suelo las manos de
las personas más longevas en el momento de construirse este espacio
Incluir documentos públicos, del Ayuntamiento y de la Iglesia que ayuden a entender aquel otro orden social y moral entonces existente.
Completar con textos que dibujen la cultura popular en forma de versos, dichos y refranes.
Estudios, dibujos y maquetas
Inspiración y tratamiento del árbol.
Manos impresas en el suelo
Cartas sobre monolitos de piedra
Maqueta de unas ramas y un sobre para estudiar qué efecto hará el árbol con el cielo
Maqueta final del árbol:Estudio del proceso de construcción
Artes finales
Supervisando la construcción del árbolen el taller
El emplazamiento elegido:La entrada del pueblo, al ladode la iglesia.
Zapata de anclaje
Instalación del árbol
Los sobres hojas del árbol
Las palabrasgrabadas en la corteza del árbol
Oxidación y tratamiento de la superficie del árbol
Colocación del bordillode la circunferencia
Adoquinado del círculo
Monolitos y cartas
Impronta de las manos de las personas más longevas de El Oso
Cartel
Adecentamiento del entorno
Enfoscado pared de fondo
Nueva ubicación de señal de tráfico
Eliminación de poste de la luz
Pintado de la farola de la esquina alumbrado público
Derribo de la caseta-báscula y construcción de una nueva más pequeña en un extremo.
El día de la inauguración
Cielo y árbol
Artículo crítico de D. José Antonio Torres,historiador del arte
El Árbol de la Vida fue un icono perteneciente a las culturas de diversas civilizaciones, la mayoría de ellas antiguas y situadas en oriente. Aunque no hay que olvidar los diferentes Árboles Sagrados de los pueblos de occidente y los que con está condición existieron en el resto de los continentes. En Mesopotamia, Asiria, Creta, se descubren imágenes de árboles en relieve o pintura mural que parecen ser referentes de algo sagrado o estar siendo adorados. Israel en su Tora, nuestro Antiguo Testamento, nos habla del Árbol de la Vida, del Árbol de la ciencia, del bien y del mal; Atenas tenía un olivo como árbol sagrado. Los celtas y romanos tenían el roble y el laurel, entre otros. En verdad, fueron muchísimas las culturas y civilizaciones que adoraron como sagradas a diversas especies arbóreas.
El árbol permanece en nuestro substrato cultural arraigado en la psique colectiva. Es un icono de la humanidad relacionado con sus dioses. El que se ha plantado en El Oso sigue la tradición ancestral de recordarnos lo que somos, nuestro origen, nuestra historia, la de la humanidad en definitiva. Reflexionemos sobre él viéndole como un ser que nos traslada al pasado, no necesariamente remoto, cuando nuestra especie vivía una relación de dependencia absoluta con la naturaleza, momento en el que ésta, aún, no era manipulada por el hombre.
El “Árbol de los recuerdos” se convierte en una obra de arte conceptual que nos conduce a reflexionar sobre infinitas cuestiones atemporales, pasadas, presentes y futuras:
“El beso bajo el muérdago a cubierto de los pinos; la siesta a la sombra de la encina o el olivo; el roble que esconde el amor de una pareja; la madera ardiendo en el hogar mientras ellos se aprietan tratando de huir del frío.......
Las primaveras que pasan, los otoños que llegan, los solitarios inviernos, los ruidosos veranos....
El fresco y evocador olor de la foresta......El verde, el amarillo, el ocre, el rojo, el morado........los
colores de las estaciones.......los estímulos y sensaciones que nos provocan.
Palabras que como hojas se lleva el viento.........”Aspectos que trascienden en el tiempo, sentimientos que
nos trasladan de lugar, que nos traen a la memoria a los seres queridos, cercanos, lejanos o, a veces, ya desaparecidos.
El hierro, material con el que se ha forjado la obra, es un material que, aunque conocido y usado de antiguo, adquiere utilidad cotidiana y empleo masivo recientemente. En el siglo XIX comenzó su producción industrial y utilización generalizada, incorporándose en aquel momento a la plástica artística, fundamentalmente en arquitectura. Más tarde, lo hará en la “forja modernista”, en las denominadas “instalaciones” y en la creación de obras artísticas, empleándose para su modelado técnicas como la fundición, la soldadura, el forjado.....
El Surrealismo y el Art Nouveau influyen en esta instalación metálica. La influencia del primero de estos estilos artísticos se manifiesta en la imitación de una naturaleza reconocible sin duda y reinterpretada desde lo onírico. El segundo influye en base a la plástica utilizada y al decorativismo que pretende en la urbanización de la población.
No se puede olvidar el propósito, destino o fin, del conjunto de obras que el Ayuntamiento de El Oso y Nacho han distribuido por el callejero de la localidad. En consecuencia, “el Árbol de los Recuerdos” es una creación artística contemporánea, no solo por su concepción, sino también por la plástica con la que se ha confeccionado.
Este proyecto del artista Ignacio Asenjo Salcedo ha sido posiblegracias a la iniciativa y financiación del Excmo. Ayuntamiento de El Oso.
Expreso públicamente mi reconocimiento y agradecimiento
- A Félix Gil, alcalde de El Oso, por su consideración sobre la función social del arte y contar conmigo. - A Justo, por su su permanente apoyo y colaboración durante todo el proyecto y que además hizo posible contar con los ancianos de la localidad para que dejasen impresas sus manos.- Al taller Tabares y Bueno de Paradinas de San Juan (Salamanca). A José Manuel y David, profesionales con vocación artística “de última generación”: funden el oficiio aprendido de padres y abuelos con las tecnologías informáticas y que hicieron posible pasar a hierro la idea del autor.- A Granitos Mateos de Soriuela (Salamanca).- Al maestro albañil Eduardo y a su equipo formado por Jesús y Tenko, de El Oso (Ávila) que, en su trabajo, como siempre, han cuidado todos los detalles de ejecución.- A Grabados Revenga (Madrid), impecables en su oficio de grabador de las cartas.-A Coartex, de San Pedro del Arroyo (Ávila),, grabador de la placa genérica de la isla.- A Tableros Martínez de Alcobendas (Madrid).- A los vecinos del pueblo de El Oso y a Óscar, el cura, quienes han colaborado desinteresadamente en este proyecto, cediendo cartas y documentos.- A nuestras más mayores que, a pesar las grandes dificultades de movilidad que impone el paso de los años, se acercaron para dejarnos sus manos.
- A mi hermano Jesús y a mis padres, Ignacio y Virgi.-A mi mujer Paz y a mi hija Azul por sus ideas, su colaboración … y por estar siempre ahí.
Ignacio Asenjo 2014