@letrasflamencas 2011
@letrasflamencas Septiembre/ Diciembre 2011
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A
A aquel que le pareciera que mis penas no son ná,
siquiera por un momento se pusiera en mi lugar.
A dios le pido llorando que me quite la salud y a ti
te la vaya dando.
A este lado de la orilla hay un árbol con tu nombre,
dentro de un corazoncito que está sangrando de
amores.
A Jerez yo me fui un día, a beber del manantial del
son de bulería. A la cena de Venus me han convidado, de celos me
han puesto el primer plato, qué tiranía, de postre me
han puesto las penas mías.
A la huerta de Molina lo fuiste niña a buscar, el
fango por las rodillas y la enagua levantá.
A la iglesia no voy yo, ni tú rezas, ni yo rezo, ni
tenemos devoción.
A la voz de estos cuatro colores se vistió de
primavera, a Dolores la llamó Lola Flores y al cante
gitano lo llamó Paquera.
A las lenguas que me han publicao, les digo
valientemente, que me trae sin cuidao tó lo que diga
la gente.
A las murallas de Cádiz le van a poner banderas y
campanillas de plata, el día que tú me quieras.
A los olivaritos voy por las tardes, a ver cómo
menea la hoja el aire.
A Málaga le debo mi nacimiento, al barrio de la Boca
mi sentimiento.
A mi madre vi llorar y nunca más en la vida a mí
se me va a olvidar.
A mí me han leído el sino y al escucharlo temblé,
que cosas no me decía que aborrecí tu querer, tanto
como te quería.
A mí me lo ha dicho el cura, que la cara de la
virgen, era copia de la tuya.
A mí me pueden mandar a servir a dios y al rey,
pero alejarme de ti no me lo manda la ley.
A mí me sigue, me sigue, una estrella chiquitita,
chiquitita pero firme.
A mí te quieres comparar, siendo de todos los
metales y yo de un solo metal.
A nadie cuentes tus penas, porque en cosas del
querer nadie entiende las ajenas.
A qué canta ese gitano con la voz tan desgarrá, a la
muerte de su hermano, por ella sufriendo está.
A que tanto me consientes si no me vas a querer,
mátame ya de una vez porque prefiero la muerte, ya
no quiero padecer.
A quién contaré mis penas, no se las contaré a nadie,
tan sólo al mar y las estrellas que saben cómo
guiarme.
A quién le contaré yo las penas que estoy pasando,
se las contaré a la tierra cuando me estén
enterrando.
A todas las flores del campo se las lleva el mes de
Enero, cuando llega el mes de Abril salen de su
cautiverio.
A todos los ojitos negros los van a prender mañana,
tú que muy negros los tienes échate el velo a la
cara.
A un anciano le pegué porque me faltó en la calle, al
tiempo cuando me enteré que ese viejo era mi pare,
lágrimas de sangre lloré.
A un loco dio la manía de pintar a una mujer,
cuando acabada la tenía, le puso un letrero a sus
pies, me tienes como querías.
A un pozo inmediato yo me asomé, tú te habías
asomado y me encontré con tu querer.
A un toro en la plaza no le temo tanto, como a una
mala lengua o un testigo falso.
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A veces quiero estar solo, no quiero que nadie me
hable, prefiero vivir mi vida como un péndulo en el
aire.
Adiós Málaga la bella, tierra de tanta alegría, si a
prueba a mí me pusieran, por ella daba la vida.
Adiós patio de la cárcel, rincón de la barbería, al que
no tiene dinero lo lavan con agua fría.
Agujitas y alfileres, te los claven en el alma cuando
te llamo y no vienes.
Ahora se apaga, ahora se enciende, siendo tu querer
una llama, tu querer nadie lo entiende.
Ahora tienes ocasión, mañana ya será tarde,
entonces no querré yo.
Al infierno que tú vayas anda y llévame contigo,
porque yendo en tu compaña, llevo la gloria conmigo.
Al pie de un árbol sin fruto me pongo a considerar,
que pocos amigos tiene el que no tiene que dar.
Al pueblo de Andalucía dale alas y volará, es un ave
doloría, que busca la libertad que le han negao toa la
vía.
Al sitio donde te hablé, ganas me dan de volverme y
sentarme un ratito en él.
Algeciras paso de la morería, muellecito de Algeciras
es el mar de tu bahía el espejo donde te miras.
Amargas son mis comidas, limones por la mañana,
limones al medio día.
Amarillo y con ojeras, no preguntadle qué tiene que
está queriendo de veras.
Anda diciendo la gente que por ti bebo los vientos, y
se mueren por saber cuáles son mis sentimientos.
Anda diciendo tu madre que tú vales más que yo, ni
tú, ni toda tu familia. ni toda tu generación.
Anda y déjate de historias, sin decirlo, todo el mundo
sabe ya que eres mi novia.
Anda y no presumas más, ponte tú la faldiquela, el
moño y el delantal.
Anda y vete con el otro que es más bonito que yo,
que más bonito será pero más flamenco no.
Antes que amanezca el día, se tiene que ver tu cara
muy cerquita de la mía.
Aquel hombre que en su vuelo pasa por alto las
cosas, tenga en cuenta que en el suelo no es más
que aquella sombra que deja sombra en el suelo.
Aquella casita blanca que está en medio de olivares,
ni la alquilo ni la vendo, me la regaló mi pare y es
la única herencia que tengo.
Aquella mujer tenía en el brillo de los ojos, los aires
de Andalucía.
Aquí lo que convenía que te fuera a tu casa, y yo
me fuera a la mía.
Arroyo soy y no me enturbio aunque me caiga una
tormenta, yo me mantengo muy claro, como el agua
entre las piedras.
Así me tienes tú a mí, con la cabecita loca cuando
me acuerdo de ti.
Astillitas de madera se meten en mi cuerpo cuando
te vas de mi vera.
Aunque 100 años dure yo seré como la mimbre, que
la bandolea el aire pero se mantiene firme.
Aunque creo que ya lo sabes, voy a volver a decirlo,
yo te quiero más que a nadie.
Aunque estén todos en contra vamos a tener que
vernos, que ellos te tienen de sobra y yo te echo
mucho de menos.
Aunque no viva en Graná yo siento la Alhambra.
Ayúdame compañero a dibujar esa rosa, que estoy
solito y no puedo, dibujarla tan hermosa.
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B Bella primavera, el mirlo cantó, la noche, el viento y
el trigo fueron testigos del primer amor.
Bien poco tiene de raro que te mojes cuando lluevas,
que pierdas cuando tú juegues y que sufras cuando
quieras.
Bulerías, venga bulerías, que me pide el cuerpo fiesta
y alegría.
C Cada vez que me acuerdo que te he querío, se me
muda la cara y hasta el sentío.
Cada vez que preguntabas si de veras te quería, el
corazón piel adentro de pena se estremecía.
Cada vez que te emborrachas vienes a la vera mía,
ojalá te emborracharas todas las horas del día.
Cádiz se encontraba tranquila y el maremoto llegó, lo
mismo que tú en tu puerta hasta que aparecí yo.
Cambiaste el sol por la luna, cambiaste el oro por
plata, el mar por una laguna.
Cambio un cariño por otro, al que se atreva primero,
le aseguro a quien se atreva, que gana ciento por
ciento.
Camino del Sacromonte me he encontrado unos ojos
negros, que el mejor de los pintores daría dinero por
verlos.
Canta, baila y se rompe las camisas, dame de beber
consuegro que me quiero emborrachar, porque se casa
mi hija.
Cántame que baile, que respiren los poros de mi
cuerpo, la música que de tu boca sale.
Caracol, la Paquera, Camarón o Mairena, son alguno
de los viejos que la gente anhela.
Cármen la canastera, se llamaba Cármen la canastera,
cada mañana pasa por mi casa vendiendo violetas.
Carmona tiene una fuente con catorce o quince caños,
con un letrero que dice, viva el polo de Tobalo.
Castigo el que yo tenía, donde quiera que mirara
reflejada te veía.
Castigo merecía una gitana que a un gachó le niega
los buenos días.
Cazadores de la sierra, a esa liebre no tiradle, porque
está haciendo en la tierra madriguera pa ser madre,
siendo mucho lo que encierra.
Ciego voy por los caminos, siempre pensando en la
pena que llevo conmigo.
Coge la sillita y siéntate enfrente, aunque no seas mi
novia me gusta verte.
Como cosita mía te he mirado yo, pero quererte como
te quería, eso se acabó.
Como cristalillos rotos, quebraron miles de sueños la
noche del terremoto.
Como el camino era tan largo pidió el niño de beber,
dámelo ciego, y dame una naranja para entretener a
Manuel.
Como era aquello Escacena que me cantaba usted un
día, no era una cosa chilena con aires de Andalucía?
Como eres guapa y morena, mucho presumes, te vas
a poner más alta que están las nubes.
Como la rama nueva, nuevo es el día, qué te digo
gitana para que sonrías.
Como me duele, la boquita de decirte gitana si tú me
quieres.
Como no eres para mí, sentí deseo de matarme,
anoche cuando te vi.
Cómo quieres que en las olas no haya perlas a
millares, si en la orillita del mar, te vi llorar la otra
tarde.
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Cómo se alegran mis ojos tan pronto como te ven y
que alegría trasmites a mi corazón también.
Como se llenan los ojos con la luz del mediodía, lo
mismo se llena el alma cada vez que tú me miras.
Como si el gran poder fueras, tienes que llevar una
cruz, tú no sabías inocente que yo valgo más que tú,
anda y pregúntale tú a la gente.
Como tú no venías de noche a verme, pensaba que
dejabas ya de quererme.
Como un limonero, me estoy poniendo amarillo de
tanto como te quiero.
Como yo te quiero tanto quiéreme más que me
quieres, que pa aquel que está sediento no es grande
ninguna fuente.
Compañero si me muero, a casita de los locos ha de
ser tu paradero.
Con dinero o sin dinero yo me emborracho en la
feria, me convidan yo convido, tenga dinero o no
tenga.
Con esos celos de muerte vas a conseguir tres cosas,
que se ría de ti la gente, que te tomen por loca y
tenga yo que aborrecerte.
Con las bombas que tiran los fanfarrones, se hacen
las gaditanas tirabuzones.
Con las trenzas de tu pelo me has atado de pies y
manos, no esperes que me desate, aunque me muera
penando.
Con los ojos del alma te estoy mirando y con los de
la cara disimulando.
Con penas no puedo dormir y yo siempre estoy
durmiendo, con esto quiero decirte que penas por ti
no tengo.
Con sus rayos calentando sale el sol cada mañana,
unos siguen tiritando y otros se queman la cara.
Con tres herida yo, la de la muerte la de la vida y
la del amor.
Con tres heridas viene, la de la vida, la del amor y
la de la muerte.
Contigo yo hasta el morir, pero con tu madre no que
siempre habla mal de mí.
Corazón mío no llores que ella es buena y volverá, y
si acaso no volviera, ella perdería más, como yo no
hay quien la quiera.
Corre y dile a tu maestro, al que te enseñó a querer,
que te devuelva el dinero, que no te ha enseñado
bien.
Cuando a ti nadie te quiera ven acá, yo te querré, el
daño que nos hicimos te lo recompensaré.
Cuando estás cerca de mí sólo me queda decir, vaya
usted con dios, adiós, tristeza.
Cuando fuiste novio mío por la primavera blanca, los
cascos de tu caballo, cuatro sollozos de plata.
Cuando llames a mi puerta, no lo hagas con el puño,
hazlo con la mano abierta.
Cuando llega el alba, si no estás conmigo se me
parte el alma.
Cuando llega el mes de abril, mi gitanita se pone en
el pelo, rosas de pitiminí.
Cuando me pongo el vestío blanco frente a tu puerta
se me aclarea, y dice tu novio que yo te miro y
busca pelea.
Cuando mi gente hace palmas para cantar, se me
pone el cuerpecito como hecho de mazapán.
Cuando miro su boquita, me convierto en mariposa pa
posarme en su boquita.
Cuando pasa la tormenta se queda más clara la
tarde, me gusta reñir contigo porque después hacemos
las paces.
Cuando paso por tu puerta llevo pan y voy comiendo,
pa que no diga tu madre que con verte me mantengo.
Cuando por la calle voy, la gente me mira mucho y
yo bonito no soy.
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Cuando remedio no tenga, que un cirujano te corte la
campanilla y la lengua.
Cuando se marcha la noche, no le pregunto a dónde
va, en mis tinieblas me quedo, solo con mi soledad.
Cuando se quitó el vestido cambió hasta la luz del
alba, y su cuerpo rozó el mío, de felicidad temblaba,
madre lo que he sentío, yo le pedí a undebé, no
despertara.
Cuando te dije te quiero en la puerta tu corral, vi
cómo se te ponía la carita colorá.
Cuando te miro a los ojos, mis carnes salen ardiendo,
lo mismo que los rastrojos.
Cuando te veo llorar, tus lágrimas se me clavan lo
mismo que puñalás.
Cuando veo en esta puerca humanidad tantos
crímenes sin nombre, de sin vergüenza ni hablar, me
da vergüenza de ser un hombre.
Cuando voy al culto pido a dios que me perdone,
porque yo no quito el ojo del sitio donde te pones.
Cuando yo quise tú no querías, cuando por fin
quisiste yo quise querer pero no podía.
Cuánto hemos pasado con los jundurales, con la
ropita al hombro, vagando por los lugares.
Cuántos ratitos vivíos, cuántos ratitos de gloria yo a
tú lao y tú al lao mío.
Cuentan que en la madrugá la magia llenan las calles
y a mí se me parte el alma cuando vienes a
mirarme.
Cupido lanza sus flechas con muy mala puntería, le
da a aquel que no lo espera, a aquel que espera lo
olvida.
D Dame lo que llevas en la faldiquela, que me lo voy a
gastar esta noche, con mis amigos de borrachera.
Dame un beso de tu boca, dámelo de corazón que
tengo la mente loca.
De esta tierra yo me voy sin decir lo que me pasa,
porque no encuentro en el mundo persona de
confianza.
De la prima hasta el bordón voy subiendo una
escalera, ya no sé lo que tocarte para que tú a mi
me quieras.
De las minas no me quejo porque nunca me fue mal,
pero ahora me las dejo porque quiero descansar, que
ya me encuentro muy viejo.
De lo que pasa en el mundo por dios ya no entiendo
ná, el cardo siempre gritando y la flor siempre callá.
De luto se pone el cielo, que viene con nubes negras,
será porque tiene celos de que esta noche yo te
tenga.
De mañana me levanto y le digo a San Mateo, que
romperé su evangelio si con otro yo te veo.
De qué me sirve el dinero, ya no me vale pa ná,
salud es lo que yo quiero y no la puedo comprar.
De ser bonita, niña, vas presumiendo, pero esas
vanidades, las cura el tiempo.
De veras no lo comprendo, me pidas siempre lo
mismo sabiendo que no lo tengo.
Debajo del puente se van a acostar, pobres gitanillos,
se viene riá.
Deberías saber, que las cositas mal hechas no las
deberías hacer.
Deja que llegue el domingo, que se recojan las cabras
que no tienen domicilio.
Déjala que vaya y venga al pilarcillo a por agua, que
puede ser que algún día, en el pilarcillo caiga.
Déjame soñar contigo, déjame rozar tu piel, tomar
veneno si tú lo tomases también.
Del querer al no querer hay un camino muy largo,
que todo el mundo recorre sin saber cómo ni cuándo.
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Desde mi ventana se divisa el mar que baña la playa
de mi libertad, una letanía se oye a lo lejos, es la
voz de un niño que le dice a un viejo: de quién es la
playa de quién es el mar, de quién son las olas y de
quién la sal.
Desde que te estoy queriendo yo no sé lo que me
pasa, cualquier verea que cojo siempre me lleva a tu
casa.
Deseando una cosa, parece un mundo, una vez que la
tienes, es sólo humo.
Despacito y a compás, la bulería flamenca se
convierte en soleá.
Despacito y a compás, y con mucho cuidadito no
vayas a tropezar.
Después de haberme llevado toda la noche en jarana,
me vengo a purificar debajo de tú ventana, como si
fuera un altar.
Dice mi compañera que yo no la quiero, cuando la
miro a la cara, el sentío pierdo.
Dice que tiene corazón y sólo lo dice porque siente
sus latidos, eso no es corazón es una máquina que al
compás hace ruido.
Dicen los gitanos viejos, el cante es sabiduría, fuente
de conocimiento.
Dicen que aunque no me quieres, tampoco me vas a
odiar, siempre lleva el sol de invierno, una buena
voluntad.
Dicen que el amor es ciego, no endikelo más palante
de las trenzas de tu pelo.
Dicen que no me pues ver, culpita tuvo la gente que
cambió tu parecer.
Dicen que todo lo bueno cuesta un sentío, qué serás
tú que cuestas todos los míos.
Dices que me quieres mucho y que te mueres por mí,
muérete que yo te vea, entonces diré que sí.
Dices que no me pues ver, en la cara te ha salío la
raíz de mi querer.
Dices que no me querías, con una mano me echabas
con la otra me recogías.
Dices que no me quieres, eso es mentira, te lo digo
yo, me lo dicen tus ojos cuando me miras, llenos de
amor.
Dices tú que no me quieres presumiendo de grandeza,
gitana siéntate aquí, que te voy a ajustar las
cuentas.
Diego Clavel cantando, que maravilla, nadie como él
canta por seguirilla.
Diez años después de muerto y de gusanos comío,
letreros tendrán mis huesos diciendo que te he
querío.
Dijo a la lengua el suspiro, a ver si encuentras
palabras que digan lo que yo digo.
Dile a tu madre que calle, que es la que la culpa
tiene de que lo nuestro se acabe.
Dile a tu mare, que en cositas del querer no se
miran los caudales.
Dios mío que mala suerte, cada vez que me enamoro,
paso fatigas de muerte.
Dios mío que mala suerte, que te doy el corazón y
me pagas con la muerte.
Dios mío que sufrimiento, como la verdad te duele, te
tengo que andar mintiendo.
Dios mío que vergüenza, que los gitanos se enteren
que tengo la fragua en venta.
Dios mío si serán, unos tormentos muy grandes verte
y no poderte hablar.
Dolores, con qué te lavas la cara que siempre te
huele a flores.
E Échame en los ojos un puño de arena, mátame de
pena pero quiéreme.
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El aire que me llega sale de tus manos, tu corazón
tan puro, naciste gitano, Santiago está cantando y
Juana sale bailando.
El amor es bueno o malo, da la vida o da la muerte,
quita el pesar o lo pone, resucita o desfallece.
El avefría en el campo claramente dice nieve, yo te
vengo a ti a decir claramente si me quieres como te
quiero yo a ti.
El carrito de la fortuna en mi casa se paró, 100 años
dure en mi casa lo quiera dios.
El corazón de pena traigo traspasado, hasta el hablar
de la gente me sirve de enfado.
El corazón tras la puerta, llama que llama y nadie le
contesta.
El cristo estaba llorando, porque dentro de la cárcel
los presos le están cantando.
El día del aguacero, dime dónde te metiste que no te
mojaste el pelo.
El día entero te pasas hablando de sufrimiento, como
si quererme fuera un motivo de lamento.
El día menos pensado, a esta gitanita borde yo le
voy a dar de lado.
El día que yo me muera subiré al cielo cantando, al
aire le dejaré el eco de mi fandango, pa quien lo
quiera aprender.
El día que yo me muera, si no cupiese en la cama,
dejarme los cuernos fueras.
El dinero quita el sueño, las penas y da alegrías, el
dinero es para mí el diablo de la vida.
El espejo en que te miras te dirá como tú eres, pero
nunca te dirá los pensamientos que tienes.
El lago parece el mar, el viento sirve de abrigo, todo
se vuelve a inventar, si lo comparto contigo.
El mundo me echó una venda, a un callejón sin
salida donde yo cumplí condena.
El pastel que lleve dulce, el vino que tenga ardor, el
amor que sepa a gloria como este que tengo yo.
El que esté libre de pecado tire la primera piedra,
tuviste que ser tú por ser mala compañera.
El que pide Independencia, es señal que tiene Mas,
quiere comer siempre aparte sin pensar los demás.
El querer de una mujer es puñal de doble filo, piensa
siempre que el querer está pendiente de un hilo.
El querer que puse en ti, lo hubiera puesto yo en un
perro, que se viniera detrás de mí.
El querer que tú me dabas, era de polvo y arena y
el viento se lo llevaba.
El querer quita el sentío, lo digo por experiencia
porque a mí me ha sucedío.
El ser pobre no es deshonra ni mancha ningún linaje,
Jesucristo vino al mundo solo y sin calor de nadie.
El sol me daba en la cara, esperando, mirando y
viendo las llamadas, cuando advertí estaba
incomunicado y acordándome de ti.
El sueño se ha terminado, tu oportunidad has perdío,
ahora me ha quedado claro que tú nunca me has
querío.
El tiempo que has malgastado en murumurá y criticá,
mejor lo hubieras empleado en blanquear la fachá,
que bien sucia la has dejado.
En la vida no me falta el cariño ni el amor, porque
a mi madre la llevo dentro de mi corazón.
En aquel jardín han entrado cuatro hombres a porfía,
sin compasión se han llevado la rosa que yo quería.
En contra de la avaricia es necesario luchar, a favor
de la justicia, la paz y la libertad.
En el altar mayor, ni los santos te perdonan lo que
te he perdonado yo.
En el barrio de Triana, no hay ni pluma ni tintero,
para escribirle a mi madre, que hace mucho que no
la veo.
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En el querer no hay locura porque si no yo estuviera,
amarrao a una columna hasta que me consumiera.
En enero no hay claveles porque los derrite el hielo,
en tu cara los hay todo el año porque lo permite el
cielo.
En esa luz estás tú, pero no sé dónde estás, no sé
dónde está la luz.
En ese cariño nuevo, vais al cincuenta por cien, tu
novio pone el trabajo y tú sólo el interés.
En la barbería de enfrente donde Juan se corta el
pelo, de tanta gente que había parecía un
hormiguero.
En la calle del olvido me encuentro andando sin
rumbo porque así lo has decidido.
En la Isla hay una casa, en la casa una ventana, en
la ventana una niña que las rosas envidiaban.
En la palma de mi mano quisiera yo dibujarte, para
cuando me entren ganas dale la vuelta y mirarte.
En la Puebla a su afición no le gusta el cante a
ojana, cántame por soleá o seguirilla gitana.
En la Puebla yo nací y el cante por soleá, lo llevo
dentro de mí.
En la puerta de mi casa yo voy a poner un letrero,
por esta puerta no pasa el hombre que sea
embustero, ni la mujer que sea falsa.
En la puerta me senté, sin saber lo que esperaba,
esperando me quedé.
En la sierra hay una ermita, en la ermita un
ermitaño que concede agua bendita pa curar los
desengaños.
En lo alto de tu pecho, pecho hecho en la gloria, yo
me fui pa ti derecho y así entraste en mi memoria.
En mí no hallarás perdón ni te miraré a la cara, si
no te quisiera tanto lo mismo te perdonaba.
En mis memorias pondrá, fue mi querer siempre tuyo,
no lo fue de nadie más.
En pequeñas cosas reconozco la verdad, los ojos de
un niño, un cante por soleá, agua clara por el río y
en tu pecho descansar.
En preguntar lo que sabes el tiempo no has de
perder, voy a preguntar sin respuestas, quién me
podrá responder.
En que cabecita cabe, que yo vaya detrás de tuya
con lo poquito que vales.
En tu vida has tenido ropa, ahora que un vestido
tienes, flamenca te has vuelto loca.
En tus ojos reflejado, me veo más alto, más fuerte,
más flamenco… Mejorado.
Entérate de una vez, que yo nunca fui perfecto, ni lo
soy, ni lo seré.
Entra el frío por el norte, la luna por Portugal, y yo
por el tejadillo si vengo de madrugá.
Entre las cenizas muertas se mantiene el fuego vivo,
entre el amor y los celos, anda el demonio escondido.
Entre los verdes trigales de un mayo intenso, tú me
ofreciste tus labios y luego todo tu cuerpo.
Eres el norte de mi caminar, eres la estrella blanca
de mi libertad, mi guía, mi lucero, eres como el
flamenco que me enamora.
Eres la culpable de mis borracheras, de mi desamparo
y de todas mis penas.
Eres mocita no te has casao, alguna falta te han
encontrao.
Eres tan hermosa como el firmamento, lástima que
tengas malos pensamientos.
Eres tú mi canastera, siempre estaré yo a tu lado,
nunca me iré de tu vera.
Es la cosa más segura, tós tenemos que morir, la
vida es mucho más dura cuando nos hace sufrir, eso
sí que es amargura.
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Es tan grande la distancia que no hay nadie que la
cuente, desde lo que yo te quiero a lo que tú no me
quieres.
Es tanta la claridad que por tu ventana sale, que
piensa la vecindad, ya está la luna en la calle.
Es tormento o es castigo, seguro no sé su nombre
pero va a acabar conmigo.
Es tu querer como el viento, el mío como las piedras,
que no tiene movimiento.
Es valiente y pinturero, nacido en Galapagar, el más
valiente en los ruedos se llama José Tomás, el mejor
de los toreros.
Esa gitana es pa mí una escalera de vidrio, por
donde suben las penas, por donde baja el alivio.
Esa gitana está loca, pero que guapa se pone cuando
le muerdo la boca.
Esas que dicen que yo, vivo sin pena ni gloria, no
saben que tu cariño, me da de una cosa y de otra.
Escúchame bien gitana, no sé leer ni escribir, pero no
necesito palabras para expresar mi sentir.
Eso es moneda corriente, morir es una costumbre que
sabe tener la gente.
Esta calle qué tendrá, siempre por la misma calle
sabiendo de muchas más.
Esta gitana está loca, loquita del sentío porque quiere
que me coma lo que otro antes se ha comío.
Esta gitana está loca, loquita y disparatá, que lo que
sueña de noche quiere que se haga verdad.
Esta noche el silencio se tambalea, por las esquinas
las voces la magia llevan.
Esta noche mando yo mañana mande quien quiera,
esta noche voy a poner por las esquinas banderas.
Estas letritas que estoy haciendo en mi soleá, mi
corazón está sufriendo, con el tuyo quiere estar.
Este querer de nosotros, tiene que hacer más ruido
que el día del maremoto.
Este querer tuyo y mío es como un jardín sin flores,
un puchero sin avíos o un verano sin calores.
Este querer tuyo y mío no es reflejo del que era,
todo lo que se derrocha al tiempo en nada se queda.
Este querer tuyo y mío yo no lo cambio por ná, así
estuviera cien años, toíta la eternidad.
Este querer tuyo y mío, era en el mundo envidiable,
tan feliz me considero que cuentas no doy a nadie de
lo mucho que te quiero.
Esto que habías hecho conmigo yo no me lo merecía,
tú me cerrabas la puerta cuando borracho venía.
Esto que yo estoy haciendo, no lo hacía por nadie, lo
hago yo por mis niños que están pendientes del aire.
Estos pensamientos míos, cuantas más vueltas les doy
más grande es mi desvarío.
Estoy loco por saber, si el clavel te hace bonita o tú
bonito al clavel.
F Fatigas pasé por ti, las vueltas que da la vida ahora
las pasas por mí.
Fatigas yo pasé, desde tierra tan lejana pensando yo
en mi Migué.
Flamenca con ojos tristes me da penita de verla, será
que no tiene amores, o que tiene y las doblegan.
Flamenca lo que has cambiado, antes morías por
verme y ahora mueres a mi lado.
Flamenca ve más despacio, que el camino es
chiquitito y yo quiero hacerlo largo.
Flamencos de verdad pero de mentira no, eso no
vale pa ná.
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Francisco Ríos Pernales, un bandolero de fama, iba
de Estepa a Morón montao en su jaca alzana.
Fui a la orillita del río y vi que estabas muy sola, vi
que te habías dormío que te crecían amapolas.
Fui piedra, perdí mi centro y me tiraron al mar,
ahora después de algún tiempo, mi centro volví a
encontrar.
Fuimos a una romería, me encontré a un viejo
llorando, era un pobre peregrino que estaba
peregrinando.
Fuiste tan cruel, jugaste conmigo, que vamos a hacer
yo tenía que perder y he perdido contigo.
G Giralda cuando me muera, vendré a visitar tu cuerpo
vestido de primavera.
Gitana caracolera, tienes el rostro quemado, del sol
de la carretera.
Gitana de ti me río, porque ahora tú estás sufriendo
lo que antes por ti yo he sufrío.
Gitana dile a tu madre, que lo he tenido que hacer
por culpa de sus modales.
Gitana no vayas al río, que me ha dicho a mí tu
padre que están los guardias escondíos.
Gitana por tu querer de noche me emborrachaba, y
acabé más colocao que un centro de Jesús Navas.
Gitana si me quisieras, te compraría en Granada la
mejor cueva que hubiera.
Gitana si tú me quieres y te vienes a vivir conmigo,
yo te juro amor eterno, viviré pa ti y pa mis hijos.
Gitana tan bravía, ella me quiere a su forma y yo la
quiero a la mía.
Gitano que tú seas como la falsa moneda, que de
mano en mano va, pero en ninguna se queda.
Gitano si tú me quieres, corre y ve y dile a tu gente,
que vengan a hablar con mi padre que así se ha
hecho desde siempre.
Grandes locuras negarlo, pero tú para mí acabaste y
así duraras cien años.
H Hablo con dios y le digo que si grande fue mi culpa,
más grande fue mi castigo.
Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no
son, una vez las canta el pueblo, no se recuerda al
autor.
Hay amores que nos roban la vida, hay amores que
quitan el sueño, hay amores que nunca se olvidan.
Hay hombres malos, hay hombres buenos, hay
hombres pobres que sólo tienen dinero.
Hay quien decía que era grande y fuerte nuestro
amor, como las torres gemelas, recuerdas? En Nueva
York.
Hay quien dice por hablar nuestro fandango no es
hondo, por hablar yo le propongo que baje a Huelva
a escuchar un fandango del Alosno.
Hay una gran diferencia que me distingue de ti, mi
jazmín huele de día y eso no te pasa a ti.
Hay veces que en la justicia, la balanza no funciona
y los fiscales y el juez se toman la cosa a broma.
Haz de vivir con la pena, como yo te estoy queriendo
no encontrarás quien te quiera.
Hazme con los ojos señas, que en algunas ocasiones,
los ojos hacen de lengua.
He comprado fresas para ti, muérdelas quiero ver
correr en tu boca la sabia del jardín y en tu cuello
la ruta del placer.
He pasado fatigas dobles, pero ya ha llegado la hora
de que mi gusto se logre.
@letrasflamencas 2011
He vendido esta mañana un caballo y una yegua, ya
tengo para comer siete semanas y media.
He visto salir el sol por lo alto del Algarve, no era el
sol que era la luna, que el sol no sale tan tarde.
Hijito de mala madre, criaíto en malas tripas,
revuelto en malos pañales.
I Igual que la tempestad, cuando llega eres bravío,
mansito cuando te vas.
J Javielito, Miguelito y Jesús con su compás, yo me
quedo en los Pastores que no se puede aguantá.
Junto a la sal que tú tienes porque así lo quiso dios,
las salinas que hay en Cádiz no tienen comparación.
Juro que soy tuyo, que cadenita me has echado que
me tienes tan seguro.
L La amapola del campo le dice al trigo, si quieres
verme contenta, con quién mejor que contigo?
La camita donde duermo, me la están haciendo polvo
los que me ponen los cuernos.
La gitana que yo quiero vive en una choza vieja,
pare no tiene dinero pero siñela muy buena.
La gran calle de Alcalá como reluce, cuando suben y
bajan los andaluces.
La herida que por tu culpa yo tengo, no me sanará
en la vida.
La mente y el corazón, el corazón y la mente, la
gloria y la perdición, son cada cual y viven enfrente.
La muerte que más me espanta no es la que cubre el
cuerpo, que es la que nos pudre el alma.
La naranja nace verde y el tiempo le da su color, mi
corazón nació libre y el tuyo lo aprisionó, ahora te
quiero más firme.
La nieve por tu cara pasa diciendo, en donde no
hago falta, no me detengo.
La niña de la ventera tiene los ojos morenos, los ojos
color rubí, y un precioso pelo negro que tanto me
gusta a mí.
La noche que te bañabas yo tuve celos del río, al
agua desafié y tiré el cariño mío, con la corriente se
fue.
La rosa está en el rosal indefensa y sin espinas igual
que mi corazón cada vez que tú me miras.
La serenidad que busco es serenidad que encuentro,
cuando me abrazo tu a voz y me pierdo en tu
silencio.
La silla donde me siento, se le ha caído la enea de
tanto escuchar tormentos.
La suerte que yo he tenío, disfrutar de tu persona, el
tiempo que yo he querío.
La tierra que me vió nacer no la tengo en el olvío,
siempre la llevo presente, dentro del corazón mío.
La una y la otra son diferentes, una me da la vida,
la otra la muerte.
Lamentos y suspiros vas pregonando, mientras que a
las espaldas, puñalás dando.
Las calles me daban vueltas y el cielo se me nubló,
cuando tú a mí me dijiste que nuestro querer acabó.
Las cosas son como son, no son como tú quisieras ni
como quisiera yo.
Las doce acaban de dar en el reloj de la audiencia,
pendiente de mi sentencia, dios mío qué pasará.
Las ducas que paso yo, no se las diera ni al más
enemigo de mis enemigos, pa que no sufriera.
@letrasflamencas 2011
Las estrellas y luceros están bastante quejosas, al
compararse contigo porque tú eres más hermosa.
Las estrellitas del cielo las cuento y no están
cabales, faltan la tuya y la mía que son las dos
principales.
Las fatigas de la muerte, que grandes son, pero con
las del querer no tienen comparación.
Las flores de tu balcón lloran por verte, que lo sé yo.
Las olas llegan al cielo, ya está todo el cielo
prendido, a aquel que le pareciera que por ti yo no
me quemo, dónde estará ahora metido.
Lástima de aquel que come el pan en manita ajena,
siempre mirando a la cara, si se la ponen mala o
buena.
Lástima me da de ti, cuestecita que ahora bajes
luego tienes que subir.
Le duele el talle de hermosa, pero vestida de negro
parece una Dolorosa.
Le he preguntado a dios si tú me querías, me ha
dicho que no.
Le quise cambiar y no quiso, un pañuelo de lunares
por uno de fondo liso.
Libre quiero ser, quiero ser libre.
Llegó con tres heridas, la de la muerte, la del amor y
la de la vida.
Llévame delante de los tribunales, largas memoriales
de condenación, que aunque me pidieras la pena de
muerte, tengo que quererte sin apelación.
Llevas una cruz al cuello, engarzá en oro y marfil,
déjame que muera en ella y crucifícame allí.
Lloran bordones, lloran guitarras, que se ha muerto
Moraíto, se resiente la guitarra.
Lo digo y lo voy a hacer, un teléfono chiquito pa
saber de tu querer.
Lo mala que ha sido tu madre, a ti te ha cortado el
pelo, a mí me ha echado a la calle.
Loco perdío me tienen los lunares de tu vestío.
Los aires llevan mentiras, el que diga que no miente
que diga que no respira.
Los amores de mocito que no son correnposdíos, son
puñalaítas negras, que te marcan el destino.
Los buenos días a regañadientes, con la boca
chiquitita me saluda a mí tu gente.
Los lamentos de un cautivo no pueden llegar a
España, porque está la mar por medio y se ahogan.
Los monarcos en la corona, los republicanos dicen
que no, y yo escucho que a los viejos no le importa
quién se ponga, porque cambiarán los tiempos y no
cambian las personas.
Los ojillos de esta niña viven para darme muerte, ya
que me quitas la vida quitádmela frente a frente.
Los que sueñan de día, de bellas cosas son
conscientes, las que se escapan a aquellos que sólo
sueñan cuando duermen.
Los versos antes citados por antiguos cantaores,
resucitan en la voz de presentes cantaores.
M Maestra que tanto sabes, que sabes hasta latín, ya
que he aprendido a quererte no me enseñes tú a
sufrir.
Mairena por soleá, por seguirillas Tomás, por
malagueñas Chacón, la Perla por alegrías y por fiesta
Camarón.
Mal fin tengan las malas lenguas, yo en mi vida la
he tenío ni quiera dios que la tenga.
Mal me has venido a pagar, cuando te llegue la hora,
tú te tienes que acordar.
@letrasflamencas 2011
Mala suerte la mía, los santitos que pintaba demonios
de me volvían.
María bien conoce, que yo soy pobre, cuanto más me
desprecia, me hago más hombre.
Mayete que tus cuentas no están cabales, quieres que
suba el trigo sin dar jornales.
Me acosté por no pensar, desperté precisamente con
lo que quería olvidar.
Me acuesto en mi cama y pienso, si me merece la
pena lo que por ti ando sufriendo.
Me acuesto y no cojo cama, tengo yo el sentío alerta,
por ver si a la puerta llamas.
Me asomé a escuchar tus sueños y dios me mandó
un castigo, porque soñabas con otro en vez de soñar
conmigo.
Me asomé a la muralla, respondió el viento, a qué
viene lamentarse si ya no tiene remedio.
Me da pena si te veo y si no te veo dobles, no
siento más alegría que cuando me mientan tu
nombre.
Me dan en vilo la una y las dos, y me voy clavando
como si fueran puñales, las dos manecillas que tiene
el reloj.
Me dan para que te olvide palma y corona, yo no
quiero más bienes que tú persona.
Me dan sudores de muerte cuando me cruzo contigo,
tiemblo nada más verte ya no sé ni lo que digo.
Me despierto to los días, con tu recuerdo en mi
mente, mira si yo te quería, que una vez no quise
verte, yo creí que me moría.
Me extrañaría una jartá que un rico le diera a un
pobre, de su bolsa la mitad.
Me falta a mí poderío, te sobra la voluntad, la guerra
que tú me pides ya no te la puedo dar.
Me gusta la poesía como a ti te va el dinero, por eso
tú eres tan rico y yo soy un pordiosero.
Me hace falta tu querer, como la sal al guisao, la
ropita al que está en cuero, el aguita pal sembrao,
como la mina al minero.
Me las tienes que pagar, conmigo has hecho herejías,
no te puedo perdonar.
Me llaman ateo porque no creo en dios, yo creo en
lo que veo, una buena acción, Vicente y Madre
Teresa, santos de mi devoción.
Me mandaste a mí a decir, serrana que te olvidara,
cuando llegó el parte a mí, ya de ti no me acordaba.
Me pesa el haberte hablao, la alegría de mi cara
flamenca te la has llevao.
Me pongo a comer y no como, me acuerdo de tus
acciones con la comida me ahogo.
Me pongo y hablo con dios, esto que me está
pasando no me lo merezco yo.
Me quitan de que te hable, pero no pueden quitarme
los ojitos pa mirarte.
Me tienes que jurar, que tú nunca me has mentido,
que tu amor es de verdad.
Me tiro por los rincones, como sé que no me quieres
te confundo maldiciones.
Me voy a bordar tu nombre en las trenzas de tu
pelo, con hilillos de colores, pa que veas como te
quiero.
Me voy a vivir solito, porque aquí con tanta gente
me voy a quedar loquito.
Me voy por las traseras para que no me vea tu
madre, que tiene muy mala lengua.
Mi Andalucía mi niña, mi Andalucía, por naíta del
mundo la dejaría.
Mi callejón sin faroles, con el corazón a oscuras, de
mientras tu plazoleta rebosando de hermosura.
Mi camisa me la quito y te la pongo de turbante, no
quiero que te la quites ni que se la ponga nadie.
@letrasflamencas 2011
Mi cuerpo en la tierra polvito será, y será ceniza
que ha de camelarte, por toda la eternidad.
Mi deseo es libertad, ganar el pan con mis manos, y
mi destino luchar contra todo aquel tirano que me
quiera avasallar.
Mi llanto profundo yo me tragué, te fuiste de mi
vera, para no volver.
Mi luz y mi vida, mi lunita clara, con lo mucho que
yo te quería, te vas sin volver la cara.
Mi madre me lo decía, que no te quisiera tanto, que
no te lo merecías.
Mi marido es mi marido y no es marido de nadie, la
que quiera a mi marido, venga a la guerra y la
gane.
Mi novio en una fiesta me lo pedía, un pañuelo de
seda que yo tenía, y si no se lo daba me lo cogía.
Mi pare y mi hermano Antonio zapateritos los dos, y
en casa de zapatero, descalcitos vamos tós.
Mi pueblo le da cantando a las penas puñalás, y
siempre va caminando con la cara levantá, y el eco
de su fandango.
Mi show ha terminado, y creo que he cumplido con
dios, he querido cuando estaba enamorado y cuando
no lo he estado que me perdone el amor.
Mi vida es mía, tu vida es tuya por qué no la
juntamos y hacemos una.
Mientras que queden estrellas que alumbren tu vida
y la mía, no me faltarán las fuerzas para sentirte
cada día.
Mil flores dicen mil cosas para mil enamoradas, y la
fuente está cantando lo que el ruiseñor se calla.
Mira a lo que has dado lugar, que tu ropita y la mía
juntas no se laven más.
Mira lo que es la ignorancia, que esta flamenquita
viene y me cuenta lo que le pasa.
Mira que bonita era que los ángeles del cielo se
pararon para verla.
Mira que bonita era, se parecía a la Virgen de
Consolación de Utrera.
Mira que cosa tan rara, anoche lloré y reí, lloré
porque no te vi, reí porque siempre estaba,
acordándome de ti.
Mira que cosa tan rara, pasé la noche contigo
estando solo en mi cama.
Mira que te lo levanto, un falsito testimonio pa que
no presumas tanto.
Mira si tengo talento, que con patitas de araña te
hago un molino de viento.
Mira si tu pena es grande que casadita y con hijos
tienes que vení a buscarme.
Mira si yo a ti te quiero, que he jurado no verte más
y rezo por verte luego.
Mírame a la cara, mírame por dios, con una limosna
de tu miraíta me contento yo.
Mire usted la burra, la carga que lleva, pobrecita la
burra, no puede con ella.
Mis lágrimas voy echando en un vaso de cristal,
ahora las echo en el suelo porque de tanto llorar el
vaso lo tengo lleno.
Moraíto se murió y ha dejado a la guitarra sin la
prima y el bordón.
Mucha pena a mi me da, el puente siempre se queda,
el agua siempre se va.
Mujer tu piel, tu besos sabor canela y tu mirada tan
cruel.
N Napoleón Bonaparte con sus escoltas, no pudo entrar
en el barrio de la Victoria.
@letrasflamencas 2011
Navarrito, navarrito, que bien te queda la gorra, de
qué regimiento eres, de Navarra o de Vitoria.
Necio como los demás, políticos ignorantes, estúpido
Arturo Mas.
Ni con el Gran Poder, ni poniéndose en mi lado me
llegas tú a mí a querer.
Ni en la jaula más dorada, canta mejor una alondra
que en el campo de mañana.
Ni los rayos de la luna, ni el sol con sus
resplandores, ni las mayores fortunas las cambio por
tus amores.
Ni los templarios de Roma, ni aquel que inventó el
tormento, te tienen que querer tanto como yo te
estoy queriendo.
Ni Velázquez, ni Murillo, ni Goya ni Zurbarán, han
podido pintar nunca las sonrisa de un chiquillo
cuando no puede jugar.
Niño coge el dinero, llévaselo a tu madre y no lo
pierdas, hijo mío que tú no sabes el trabajito que a
mí me cuesta.
No consiento que me digas que me quieres más que
a nadie, teniendo a tu madre viva.
No dejas de mirarme pero cuando yo te miro niña
agachas la cabeza y a mí me dan escalofríos.
No digas más disparates, cómo no va a gustarte mi
ensalada de tomates.
No digas media verdad, que parecerá mentira y el
crédito perderás.
No es verdad que no te quieran con ilusión y con fe,
pero no saben quererte como no tú sabes querer.
No hables de mí nunca más, que lo que tú estás
diciendo bien sabes que no es verdad, que como
sigas mintiendo, alguien te va a castigar.
No hagas caso a nadie, atiende al corazón que el
corazón nunca engaña, siempre lleva la razón.
No hay carita más bonita, ni la pintan los pintores,
lavá con agua del grifo con la que riego las flores.
No llamadla Dolores, llamadla Lola, que tiene la
carita de emperadora.
No llores hermana mía, en la casa de los pobres
nunca reina la alegría.
No llores más, lo que ahora estás sufriendo dios te lo
compesará.
No me avisaron a mí, que una cosita tan dulce, tenía
tan mala raíz.
No me dejes por dios, no me dejes, no te vayas por
dios, no te vayas, que me voy a quedar temblando
como la luna en el agua.
No me habías de conocer, si me trataras de nuevo,
porque he echado distinto genio y otra manera de
ser, más cariñoso y más bueno.
No me hagas más sufrir, no me hagas más llorar, que
después dice mi madre que eres buena y mu callá.
No me mires malamente, que yo culpita no tengo que
piense de ti la gente.
No me pegues bocaitos que me haces cardenales, y
cuando llego a mi casa, me los mira a mi mi madre.
No me queda más remedio ya lo tengo que asumir,
no me consiento alegría si tú no estás junto a mí.
No me quieres pa ná, la puerta abierta la tienes por
si te quieres marchar.
No me vengas a liar con las cuentas del mercao, que
siempre los mercaderes son los más aprovechaos.
No niego que te he querido, pero en el alma me pesa
el haberte conocido.
No preguntes por saber los que el tiempo te dirá, que
no hay cosa más bonita que saber sin preguntar.
No quiero a más nadie, con los ojillos de mi gitanita
ya tengo bastante.
@letrasflamencas 2011
No quiero decirte ná porque sé que se te pone la
carita colorá.
No quiero llorar ahora que te tengo, prefiero soñar
con este momento.
No quiero ningún juguete, mamá yo no pido ná, dile
al rey mago de oriente que le traiga a mi papá, un
trabajito decente.
No quiero saber de guerra, de tanques ni de fusiles,
me gusta más un buen libro o un guisito de
alcauciles.
No sabes cómo me alegra, cómo me anima que tú me
mires, como alegra y anima la húmeda brisa a los
jardines.
No salgas de tu camino, vuela tú caballo mío, que a
las claritas del día, tengo que estar en el molino con
la molinera mía.
No sé lo que hacer, me duele la cal de los huesos de
tanto querer.
No sé lo que me pasa, todas las calles que cojo van
a parar a tu casa.
No sé por cual decidir, con dos mujeres me entiendo,
las dos me quieren a mí, los tres vivimos sufriendo.
No sé por qué me enamoro siempre de lo que no
debo, me gusta más lo prohibido, lo fácil yo no lo
quiero.
No sé por qué será, me duelen más que las mías las
penas de los demás.
No se puede hacer un camino con piedrecitas de
nube, que se van en un suspiro.
No sé qué será de mí, cuando pida que me sigas y
tú no quieras venir.
No sé si por condición, eran tus malas acciones o por
mala educación.
No seas loca y ten talento, recapacita el sentido,
vuelve a tu conocimiento.
No siento que te vayas, lo que siento es que te
lleves las tiritas de mis entrañas.
No te acuerdas cuando entonces, tú venías en busca
mía y ahora ya no me conoces.
No te compro más camisas, porque yo no compro
altares para que otros digan misa.
No te pongas colorá, no te pongas de tantos colores
que me haces prevaricar.
No te quedes si no quieres, yo me voy para Algeciras
que allí tengo el soniquete.
No te rebeles gitana aunque te mate tu gente, tengo
hecho el juramento de pagarte con la muerte.
No tendré malas palabras si me preguntan por ti,
diré que fuiste muy buena, pero jamás te entendí.
No tengas miedo amor mío, que cuanto más lo
sospechen más grande es el desafío.
Noches de bohemia y de ilusión, yo no me doy a la
razón de cómo te olvidaste de eso.
Noches de vino tinto, mañanas de vino blanco, mira
si soy desgraciado, que por no beber mi sombra se
marcha por otro lado.
Nunca nadie me vea muerto, que me recuerden alegre
con los ojitos abiertos.
O Ojos claros como el agua, son claros porque me
miran, son claros porque me hablan.
Ojú que barbaridad, los que no saben querer no
saben aconsejar.
Ojú que barbaridad, los toros y los caballos por casta
se han de buscar.
Olvidé que fui tan tuyo, que de rabia ya no lloro,
mezcla de amor y de orgullo.
@letrasflamencas 2011
P Para caballo un cartujano, pa torero Rafael, y pa
cante y vino bueno San Pedro bajó del cielo y le dio
la llave a Jerez.
Para hacer bien el camino, una guitarra templá y
una botella de vino.
Para qué lloras y lloras, corazón mío, si llorando no
ganas lo que has perdío.
Para qué quiero dinero, o que el mundo a mí me
alabe, si a mi lado no te tengo para qué quiero
caudales, si yo por ti me ando muriendo.
Para qué quiero llorar si no tengo quién me oiga, la
que me tiene que oir, está viviendo en la gloria y no
se acuerda de mí.
Para qué te sirve el dinero, si la fuente en que has
bebío es un simple lavaero.
Para qué te vistes de lunares, si no eres gitana de
pare y mare.
Para que te vuelva a mirar, es menesté que se seque
toíta el agua del mar. Para el día que me muera te
lo tengo que encargar, la tierra que a mí me cubra
la tienes que venerar.
Para sabio Salomón, para pobre Jeremías y para
quererte yo.
Parece que dios conocía todo lo que yo soñaba, que
te ha hecho a la medida que mi amor necesitaba.
Pasa de largo y no miras, el tiempo me ha dado la
razón, tus palabras eran mentiras.
Pasaré toda la vida, como aquel que busca el agua
buscando una bulería.
Pase por el estanco, los cigarrillos se menean, los
puritos daban saltos.
Paso por tó, pero por eso no paso yo.
Pena me da de mi padre, su camina tiene sucia sin
nadie que se las lave.
Penitas mortales, las que se llevan por dentro y las
lágrimas no salen.
Pensando en su destino, una mujer que bebía, se
emborrachaba y veía en el reflejo del vino al hombre
que ella quería.
Permita dios si tú vienes con intención de dejarme,
que a la mitad del camino se abra la tierra y te
trague.
Permita dios y te vea, rodando de mano en mano,
como la falsa moneda.
Personas que se han querido y se encuentran por la
calle, o se mudan de color, o se hacen un desaire.
Ponte a pensar en mi querer, de tanto pensar yo en
el tuyo, loquito me voy a volver.
Por la calle paseando, los pasitos que tú das, uno a
uno voy contando.
Por allí arribita viene la pícara de tu madre, los
demonios se la lleven.
Por dios gitana, no me hagas que te lo diga, que se
me nota en la cara.
Por dios no me desampares, que ya no tengo el calor
de mi pare y de mi mare.
Por dios que no te miento cuando yo te digo a ti,
que me muero de tormento por tenerte junto a mí.
Por el caudal que yo tengo te tengo a la vera mía, y
si no fuera por esto otro gallo cantaría.
Por la calle abajito va quien yo quiero, no se le ve
la cara, lleva sombrero.
Por la calle de los celos, te he visto enredada con
otro, hablando siempre te veo.
Por la calle Elvira quiero verte pasar, para sufrir tus
muslos y ponerme a llorar.
@letrasflamencas 2011
Por la ley que procesamos, tú me quieres, yo te
quiero, pero nunca nos casamos.
Por la mar chica del puerto andan buscando los
buzos, las llaves de mis recuerdos, se le ha borrado a
la arena la huella del pie descalzo, pero le queda la
pena y eso no puede borrarlo.
Por la orillita del río, viene un gitano sufriendo de
amores, de hambre y de frío.
Por las trenzas de tu pelo un canario paseaba, se
detenía en tu frente y de tu boca bebía, creyendo
que era una fuente.
Por llanto iban mis ojillos a la fuente del querer,
cuanta más agua cogían más veces querían volver.
Por lo libros sabía de que el demonio existía, pero
que no era casao, que vivía aquí en la tierra y que
dormía aquí a mi lao.
Por los andares que tiene, seguro estoy de que es
ella la que por la calle viene.
Por mi puerta pasó, un gitano canastero y a mi
hermana se llevó.
Por mi salud yo te juro, que eres pa mí lo primero,
que me duele hasta la sangre de lo mucho que te
quiero.
Por muy guapa que tú seas, no me voy a ir con la
guapa, antes prefiero la fea.
Por rebelarme me han dado, tantos palos como al
mulo, que le repugna el arao.
Por ti pierdo la razón, la cabeza y el sentío, el pulso
y el corazón.
Por ti, las horas de la noche me las paso sin dormir.
Por tres duros que le endiño yo al barquero, me
afeita las barbas, me peina a mí el pelo.
Por tu vera yo pase una y mil veces, ni te miro ni
te hablo, no lo mereces.
Por verte dinero daba, y ahora por no mirarte
flamenca vuelvo la cara.
Por verte la cara diera, un dedito de mi mano, el que
más falta me hiciera.
Porque a los niños, antes de darle teta dadle cariño.
Porque me olvidé de dios por ti la gloria perdí y
ahora me estoy quedando sin dios, sin gloria y sin ti.
Porque no sinelo gitano dicen que no se cantar, quién
ha dicho que el flamenco es de unos pocos na más.
Porque se ha escondido el sol, se queda muda de
pronto la flauta del gorrión.
Porque te llevo muy dentro, muy bien metida, eres
dueña y señora del alma mía.
Pregúntale a mi sombrero, mi sombrero te dirá, las
malas noches que paso y el relente que me da.
Pregúntale si me quiere, como que sale de ti, y si te
dice que no, dile qué motivos tiene o qué daño le he
hecho yo.
Preguntare yo quisiera, los motivos que te he dado
pa que tú ya no me quieras.
Presume que eres la ciencia, yo no lo comprendo así,
porque siendo tú la ciencia no me has entendido a
mí.
Publiquen los cuatro vientos, que la vida se me
escapa de puro arrepentimiento.
Puñal de doble filo el querer de una mujer, piensa
siempre que el querer está pendiente de un hilo.
Pureza y majestad, Chocolate y Agujetas cantando
por soleá.
Q Qué alegría ser torero y en la cuadrilla de Paula,
salir de banderillero.
Qué amargos me saben niña, los dulces que tú me
das, desde que sé que el droguero, te los quiere
cobrar.
@letrasflamencas 2011
Qué bonita esa gitana, pero que duro tubela el
corazón y que bonita la cara.
Qué bonita está Triana, cuando le ponen al puente
banderas republicanas.
Qué colorcito de cara, no me lo puedes negar, pasaste
una noche mala.
Qué cosa más sensible, voy a pelear con la muerte y
alcanzarla es imposible.
Qué cosas dice este loco, que no ha dicho una
mentira pero una verdad tampoco.
Que cuenta me trae a mí que pases y no me hables,
si yo ni como ni bebo con los buenos días de nadie.
Que culpita tengo yo si no puedo remediarlo, que te
quiera es imposible, yo en mi corazón no mando.
Qué dolor de pueblo, lo que ha soportao, golpes y
más golpes en el mismo lao.
Qué es lo que tendrá mi cuerpo, si será algún
gusanillo que rolléndome estaba por dentro.
Que estás tan descolorida, quién te ha quitado el
color, me lo quitó un marinero con palabritas de
amor.
Qué fatigas son las mías, me han robado de la azotea
mi talega de comida.
Qué fatiguita más mala, cuando yo miro pal lao y no
te encuentro en mi cama.
Qué grande es la soleá, en unas bocas dice mucho y
en otras no dice ná.
Qué grandes son mis fatigas, yo no lloro por las
calles pa que la gente no diga.
Que importa que mis amigos me saquen a divertir, si
cuando vuelvo a mi casa, vuelvo de nuevo a sufrir.
Que la luna no es tan buena, no quiero nada con la
luna, el sol alegra mis penas y le da mejor
semblante, a tu carita morena.
Qué llevas en los ojos, negro y solemne, mi
pensamiento triste, que siempre hiere.
Que me importará a mí, que se acaben los doctores si
me tengo que morir.
Que me importará a mí, que se sequen las salinas
mientras yo te tenga a ti.
Que me importará a mí, que Steve Jobs viva o se
muera mientras tenga el Albayzin.
Qué miraíta me has echado, que me tienes como un
lirio de los colores morados.
Que nadie hable mal del día hasta que la noche
llegue, yo he visto mañanas tristes tener las tardes
alegres.
Que no, que te fuiste de mi vera y ya no te quiero
yo.
Que otros jueguen a la guerra, que yo jugaré a la
paz, para defender la tierra, nunca es preciso matar
y es mucho lo que eso encierra.
Qué pájaro será aquel que canta en la verde oliva,
anda y dile que se calle que su cante me lastima.
Qué pena grande la mía, nunca más tendré una
madre como la que yo tenía.
Qué pena más grande tengo, mi gitana esta malita,
su vida viene perdiendo.
Qué pena me da, ver a los toritos chicos con los
grandes pelear.
Qué pena que ya no canta, aquel minerico bueno, que
el eco de su taranta, con la explosión de un barreno,
se le quebró la garganta.
Qué rabia a ti te da, servirme de pasa tiempo pero
para nada más.
Qué te han hecho mis ojillos que tú tanto los
maldices, sabiendo que mi persona hace lo que tú le
dices.
Qué te quieres apostar, apuéstate lo que quieras que
yo no me apuesto ná.
@letrasflamencas 2011
Qué triste será en la mar pasar una noche sin luna,
pero más triste es vivir, sin esperanza ninguna,
acordándome de ti.
Quién le puso a tus colores la rueda de mis
tormentos, rosa por dios no me llores, yo tengo mi
pensamiento cautivo de tus amores.
Quien pudiera, cerrar los ojitos y que el tiempo
pasara cuando mis ojos abriera.
Quién puede demostrar que cristo no fue gitano ni
que sabía cantar.
Quien quiera aguantar que aguante, como yo no
aguanto más salgo a la calle a buscarte.
Quien te puso Petenera no te supo poner nombre, te
debían de haber puesto la perdición de los hombres.
Quién te puso Salvaora que poco te conocía, el que
de ti se enamora se pierde pa toa la vía.
Quieres que te quiera loca, siendo como las campanas
que todo el que llega te toca.
Quiero que tus ojos me miren y me digas si me
quieres, no me importa lo que digan, a mi corazón le
duele.
Quiero quedarme a tu vera, quiero fundirme contigo,
quiero que los dos seamos ramita de un mismo olivo.
Quiero vivir en paz, no me des guerra, mira que soy
capaz de hundir mi cuerpo bajo tierra.
Quisiera cariño mío que tú nunca me olvidaras y tus
labios con los míos, en un beso se juntaran.
Quisiera ser la sangre que te corre por dentro, pa
saber lo que tú tienes metío en el pensamiento.
Quítate de la puerta, que por culpa de mis celos, la
sonrisa de mi cara se viene cayendo muerta.
Quizás llegue a convertirme en un loco solitario, por
la carga ineludible de haber vivido soñando.
R Ramito de azahar pintado en un papel verde, una
Antoñita me mata y una Manuela me pierde.
Redoble de campanas, creyeron que era la reina, la
reina no era, era una pobre gitana.
Reniego de los rosales, no reniego de la rosa que me
regaló tu madre.
Riéndote de las ducas que son ajenas, en tus carnes
no sientas, dios no lo quiera.
Romero, santo romero que salga lo malo y entre lo
bueno.
S Sabanitas blancas, pinzas de madera, yo me vuelvo
loca si no estoy a tu vera.
Sale el sol cuando es de día, a mí me sale de noche,
hasta el sol va en contra mía.
Sale el sol y alegra el día, lo mismo que mi persona
si tengo tu compañía.
Sale el sol y da en el cristal, si no quebranta ni el
vidrio dime qué va a quebrantar.
San Roque y Los Barrios son dos puntales, Tarifa y
la Línea, tus temporales que cargaíto vienen to tus
pesqueros que dios siempre guarde a tus marineros.
Se acabaron las porfías, si ti te quiere tu madre a
mí me quiere la mía.
Se acostumbró el gorrión, al ruido de los coches y no
me acostumbro yo.
Se me parten las entrañas cuando te veo bebiendo,
solito con tus dolores cantando tus penas al viento.
Sé que te pertenece, que conmigo solamente se
entretiene, pero a mí se me entrega a veces y tú
viviendo con ella jamás la tienes.
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Se visten de colorao, y yo me visto de negro del
pensar que me has dejao.
Será que me sobran penas o que yo no sé contar,
siempre que cuento mis penas, me salen penas de
más.
Si con el pensamiento se caminara, cuántas veces al
día, contigo hablara.
Si dios me diera a mí el mundo como se lo dio a la
muerte, de este mundo quitaría quien me estorbe pa
quererte.
Si el cariño se pagara, tú nunca me pagarías, si
empezaras a pagarme, precio yo no te pondría.
Si el hablarte me costara un cacho de corazón, entero
me lo arrancaba, por darle conversación a los ojos de
tu cara.
Si el rey de España perdió el peñón de Gibraltar, que
tú te pierdas conmigo dime a quién le va a importar.
Si la ves le das memoria, pregúntale si se acuerda de
la vez que fue mi novia.
Si me crujieran los huesos como crujen los piñones,
no me dolería tanto como tus malas acciones.
Si ni yo mismo me entiendo quién me va a entender
a mí, que digo que no te quiero y estoy loquito por
ti.
Si no puedo tenerte, a un rincón solo me voy hasta
que llegue la muerte.
Si no vienes da igual, porque sentirás como paso la
noche echándote de menos.
Si otros no buscan a dios, yo no tengo más remedio
me debe una explicación.
Si preguntan por quién doblan del convento las
campanas, dile que doblando están a mis muertas
esperanzas.
Si quieres venir a buscarme ya sabes dónde me
encuentro, en el barrio Los Pastores en los pisos los
maestros.
Si quieres vete con él, y si no quieres no vayas y
así sufrimos los tres.
Si se dice por derecho un cante por soleá, a
cualquier flamenco el vello se le tiene que erizá.
Si será mala mi suerte que eres nieve y me abrasas,
eres el fuego y me hielas, eres mi vida y me matas.
Si seremos egoístas, aunque el amor es igual, sólo el
nuestro nos parece superior a los demás.
Si supiera compañera que el sol que sale te ofende,
con él yo me peleaba aunque me diera la muerte.
Si tanto me quieres, no me des más golpecitos en el
sitio donde duele.
Si te llamas Dolores tírate al río, y coge camarones
con el vestido.
Si tú fueras buena gitana y la sangre a ti te
hirviera, tú harías tu ropita un lío y conmigo te
vinieras.
Si tú me faltaras no sé lo que haría, me volvería
loco me quitaría la vida.
Si tú supieras de veras lo que yo te echo de menos,
de mi lado no te movieras.
Si tú supieras de veras, las veces que te he rezado,
algún casito me hicieras.
Si vendiendo yo mis carnes tuviera alivio mi pena, a
la voz del pregonero mis carnes yo las vendiera.
Si yo pudiera ir tirando mis penas por los arroyuelos,
hasta el agua de los mares iban a llegar al cielo.
Si yo supiera las lenguas que de mí murmuran, por
el centro las cortaba, pa dejarlas mudas.
Si yo tuviera la luna, se la daría a mi madre que
siempre se acuesta a oscuras.
Siempre comprándote gafas, te matas a tropezones,
yo no sé lo que te pasa.
Siempre lo decía mi mare, cabrita que tira al monte
no hay cabrero que la guarde.
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Siempre se rompe la cuerda por el lado más endeble,
por eso siempre a los pobres le dan los golpes más
fuertes.
Siendo el pueblo testigo de mi alegría, a cambio sólo
me daba, su hipocresía.
Siendo las primeras piedras que formaron tus
cimientos, ahora se ven desgastadas, todo lo destruye
el tiempo.
Siento que la vida me la ha regalado el viento, son
las huellas de tu amor que llevo dentro.
Siento que nuestro amor ya se ha perdío que donde
yo bebía agua ya no existe ningún río.
Sirva de aviso, a mayor confianza mayor peligro.
Sólo al viento le confío que te llegue mi palabra, tan
veloz como un suspiro y tu corazón lo abra.
Sólo cuando estás bebida te acuerdas de mi querer,
permita dios que te bebas Sanlúcar el Puerto y Jerez.
Sólo nos queda la rumba y una buena bulería, un
bailecito por tangos y el cante de Camarón.
Sombra de mi sombra, pena de mi pena, cómo echo
de menos cuando estoy a solas con tus carnes
morenas.
Son cositas diferentes que aportan mucho cariño, un
balón y una guitarra siempre gustan a los niños.
Son las cosas de la vida, en el juego del amor unos
ganan y otros pierden, y yo lo he perdío tó.
Soy como el oro, cuanto más me desprecias, más
valor tomo.
T Tabernero dame vino, tabernero, quiero olvidar a esa
niña y olvidarla yo no puedo.
Tampoco que agradecerte, nada tengo que envidiarte,
si me entero de tu muerte yo diré que en paz
descanses, si vives pues buena suerte.
Tan grandes son mis duquelas que ya no me caben
más, yo me estoy viendo malito de muerte en un
hospital.
Tanto roneo al pasar pa que lo quiero, si a la hora
de la verdad te puede el miedo, será que no es de
verdad, aventurero.
Tarde de abril, dejó de llover, brisa morena, campos
de miel, suena a tu tierra, huele a Jerez, tócame
Diego, que te quiero ver.
Te lo dije en una broma, tan en serio lo has tomado
que por mi puerta no asomas.
Te lo he dicho una y mil veces, te quiero porque te
quiero, me da la gana quererte.
Te pones de muy mal genio porque yo te quiera
tanto, piensa tú que nunca ha sido por mucho trigo
mal año.
Te pones por las esquinas a decir que nos me
quieres, tú te portas mal conmigo, malas puñalás te
peguen.
Te quiero y me moriré queriéndote hasta la muerte.
Te quise sin darme cuenta, ahora que quiero
olvidarte que trabajito me cuesta.
Te quisiera preguntar, si cuando me ves te alegras o
te sirve de penar.
Te tiene que faltar, la alegría y el dinero, la salud y
la libertad.
Te tienes que quedá, con el dedo señalando como se
quedó San Blas.
Tengo celos hasta del broche que llevas en la
pechera, porque vigila tus senos y tus carnes de
canela.
Tengo el gusto tan colmao cuando me encuentro a tu
vera, que si me mandan la muerte no creo yo que la
sintiera.
Tengo el orgullo de ser un trovador andaluz, me
sobra a mí con tener un cielo color azul y un
gazpacho pa comer.
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Tengo en mi casa un almendro, el que entra y el que
sale almendras sale comiendo.
Tengo en mi casa un pedazo de cielo, por si tú
quisieras ir en una nube de tu casa a la plazuela.
Tengo pueblos hechos de cal, mil coplas hechas
poesía, yo tengo pa dar y regalarte… soy la vieja
Andalucía.
Tengo un hermano loco, yo no me caso en la vía por
no verme como él, loco en la flor de la vida.
Tengo un querer y una pena, la pena quiere que
viva y el querer quiere que muera.
Tengo una pena muy grande, a la tierra me la llevo,
yo no se la cuento a nadie.
Tengo yo mi corazón, más fuerte que las columnas
del templo de Salomón.
Tienes que considerar que como yo te he querido
nadie te querrá jamás.
Tienes una cinturita, que anoche te la medí, con vara
y media de cinta, catorce vueltas le di y me sobró
una mijita.
Tiré chinitos al río se pararon en la presa, por mucho
que te he querido, olvidarte no me pesa.
Tiré el dinero mil veces, porque aquel que está
queriendo, hasta el dinero aborrece.
Tiro piedras por las calles al que le den que perdone,
la cabeza tengo loca de tantas cavilaciones.
Tita María, la mancha de la mora, cómo se quita.
Toda culpa no fue mía, culpa tuya también fue con
tus celos y manías.
Todos los pasos que doy se los cuentan a mi madre,
como si mi madre fuera con un cuchillo a cortarme,
mis carnes no le dolieran.
Toítas las cosas vuelven a su sitio, pero las nuestras
no vuelven con lo bonitas que has sío.
Toíto te lo consiento menos faltarle a mi madre, que
a una madre no se encuentra y a ti te encontré en
la calle.
Tú cogiste la guitarra, yo canté por sevillanas, y
bailaron las estrellas, desde el cielo nos miraron.
Tú dices que te he querido, siendo verdad que te
quise pero ya me he arrepentido.
Tú el agua, yo la corriente, tú la joya, yo el joyero,
tú el pueblo, yo la gente, tú la máquina, yo el fuego,
tú el pecado, yo el penitente.
Tu gente va publicando que soy borde y malnacío,
como no me considero me hacía el desentendío.
Tu madre no quiere a nadie, tu madre lo que camela
son billetes de los grandes.
Tu madre siempre enredando, quiere que siempre le
cuentes los pasitos que vas dando.
Tú me besas la boca, me muerdes los labios, me
gritas y me lloras, tu vida es un agravio.
Tú me lo venías haciendo, por delante buena cara,
por detrás venías riñendo.
Tú me lo vienes haciendo, por delante buena cara,
por detrás me andas vendiendo.
Tú me pusiste un café, como no le echaste azúcar,
amargo me lo tomé.
Tú misma te has retratado, cuando al pasar por mi
puerta ni si quiera me has mirado.
Tú no lo sabes, eres la causa de todos mis males.
Tú no te llamas María, ni Carmela ni Pilar, te
llamarán cada día como te quieran llamar, por ser
mujer de la vida.
Tú no tienes la culpa ni yo te culpo, de las malas
lenguas que hay en el mundo.
Tú pena es muy mala, la mía es muy grande, se la
cuentas tú a tu gente pero yo no tengo a nadie.
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Tú piensas que soy de hielo, que nunca me duele
nada, tú sabes que tengo sentimientos aunque a
veces no mida mis palabras.
Tú presumes porque vales, siendo la piedra más
chica de la acera de mi calle.
Tu risa me hace libre, me pone alas, soledades me
quita, cárcel me arranca.
Tú te tienes porque eres una serrana muy grande,
vienes de poner bandera donde no la ha puesto
nadie.
U Un día me preguntaron dónde se encuentra el amor,
el amor es una fiesta donde baila el corazón.
Un niño al rayar el día, sobre una manta lloraba,
pidiéndole al suspirar, resucita mare mía y acábame
de criar.
Un niño chico a su madre le estaba pidiendo pan,
cuando lo vio de llorar la madre se echó a la calle,
para venderse o robar.
Un querer me está poniendo en los ojos luz de
aurora, ansias de cielo en el alma, gustito a miel en
la boca.
Un rayo ilumina rasgando el cielo, y un gran trueno
ha rugido, ha tronado, su guitarra ha gemido cuando
Moraíto chico se ha marchado.
Una botella de vino y unas palmas a compas, una
voz jonda y flamenca, cantando por soleá.
Una casita en el barrio de Santa Cruz, un ventanal y
un pequeño patio andaluz, enredadera que sube por
la escalera.
Una cordera, de tanto acariciarla se volvió fiera.
Una farruca en Galicia amargamente lloraba, se le
había muerto el farruco que le tocaba la gaita.
Una gallina me espera en medio de un llano, dime tú
quién se resiste siendo gitano.
Una mujer, un cañón y un puñado de valientes,
hicieron en Zaragoza retroceder a los franceses.
Una noche tormentosa quise dormir y no podía, soñé
que estabas con otro y hasta la almohada dormía, los
celos me vuelven loco.
Una pompa de jabón con el arco iris dentro, pura
libertad que huyó hasta meterse en el centro, del
muro de una prisión.
Una vez que te dije péiname Juana, me tiraste los
peines por la ventana.
Unos prefieren quedarse aunque no puedan vivir y yo
prefiero la muerte, antes de seguir así.
Uvitas negras de Los Palacios, las comían las gitanas
dulce y despacio.
V Va a haber una ruina grande, el niño quiere a la
niña, la niña no quiere a nadie.
Vas diciéndole a la gente, que el corazón tienes
medio partío, y el mío lo tengo partío en veinte.
Ven aquí remediaora y remedia tú mis males, que si
tú no los remedia, no me los remedia nadie.
Vengo de mi Extremadura, de ponerle a mi caballo de
plata las herraduras.
Venía diciendo la gente que habías hablado mal de
mí, mira mi buen pensamiento que no lo esperaba en
ti.
Ventanas a la calle son peligrosas, pa las madres que
tienen niñas hermosas.
Veo en ti un manantial viviente, el flamenco va
contigo y nunca muere.
Verde y blanca es mi bandera, y la quiero con el
alma aunque sea un cacho de tela.
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Vienen a decirme a mí, de la manera que yo vivo, no
se puede ser feliz.
Vino que no tenga grados, pastel que a dulce no
sabe, cariño por interés, no lo des que no lo vale.
Vivo con la ilusión de que llegue el día porque por
las noches sueño que tú me olvidas.
Vivo en un cuento de hadas que es mejor que un
lindo sueño, el sol es de oro fundío, la noche de
caramelo y yo me quedo contigo.
Voy a perder la razón porque ni los locos sufren, lo
que estoy sufriendo yo.
Voy andando por la vida, con las ilusiones muertas y
la esperanza perdida.
Voy como si fuera preso, detrás camina mi sombra,
delante mi pensamiento.
Vuelve otra vez a ser mía, vuelve otra vez a ser
buena, pero vuelve arrepentida María Magdalena.
Y Ya es que no distingo yo como era la luz del día, a
mí me alumbra un farol, tengo la vista perdía, tan
sólo veo resplandor.
Ya llegó la navidad, y todos los primos juntos lo
vamos a celebrar.
Ya no me cantes cigarra ya para tu sonsonete, que
llevo una pena en el alma y como un puñal se me
mete.
Ya no puedo con más, mis penitas se me juntan como
las olas del mar.
Ya no quiero tus labios porque otros lo han besado,
el amor que te tenía con tristeza he olvidado.
Ya no sé lo que es peor, si querer como yo quiero o
no tener corazón.
Ya no son las mismas flores la que están en tu
ventana, van cambiando los colores como tu cara
gitana, María de los Dolores.
Ya no tengo más remedio, que agachar mi cabecita,
pensar que lo blanco es negro.
Ya nunca podrás saber, si yo te sigo queriendo o te
he dejado de querer.
Ya sé porque se me ha puesto esta gitana tan borde,
porque yo la estoy queriendo teniendo quien se lo
otorgue.
Ya sé que contigo no me he de lograr, mis penas
nunca van a menos, van siempre a más.
Ya sé que ha sido por consejo y también por interés,
con otro hombre te has casado, al que no puedes
querer, porque no me has olvidado.
Yo creía que el amor era cosa de juguete, ahora veo
que se pasan las fatigas de la muerte.
Yo había comprado un pañuelo, pa ponérselo de noche
a mi flamenca en el pelo.
Yo lucho contra mi suerte, si no me puede el destino
yo no le temo a la muerte.
Yo me arranco si un grito estos ojos pa no verte y
puñalás me quito la ilusión de verte.
Yo me encontraba muy solo, tú me has devuelto la
vida, contigo todo lo quiero, las penas, las alegrías,
niña tú eres mi tesoro.
Yo me voy a la Alameda y allí me pongo a cantar,
los ojitos de tu cara no se pueden aguantar.
Yo metí a la primitiva y por premio me tocó
trabajando mientras viva.
Yo no entiendo de colores, sólo me gusta el moreno
de las carnes de mi Lole.
Yo no le temo a la muerte porque morir es natural, le
temo más a las cuentas que a dios le tendré que dar.
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Yo no le temo a la muerte porque morir es natural, le
temo más a la vida, porque no sé dónde voy a llegar
con esta cabeza mía.
Yo no le temo a los rayos ni a los grandes
temporales, le temo más a tus ojos cuando no quieren
mirarme.
Yo no le temo a los rayos, porque tienen luz y brío,
lo mismo que mi caballo.
Yo no le temo al castigo y en medio de la calle
Nueva, me paro a charlar contigo.
Yo no me pongo en el pelo cintas de color grana,
hasta que no vea venir a mi novio de La Habana.
Yo no sé de que ronea, si no quiero estar contigo,
eres tú quien no me deja.
Yo no sé de que roneas, si fui yo quien lo dejó
cuando vi lo que tú eras.
Yo no soy aquel que era, ni el que debería ser, soy
un cuadro de tristeza colgaíto en la pared.
Yo no soy un animal que se calla por un pienso,
porque tengo en mis adentros una disconformidad que
me sirve de alimento.
Yo pinté tus iniciales con mis manos en la arena, y
dejé un beso en la espuma junto a la orilla serena.
Yo quise olvidarte un día y los mares se secaron,
hubo un eclipse de sol, las corrientes se pararon y
entonces me paré yo.
Yo sé que tú lo pensaste, que mi barquillo velero
surcaría los grandes mares, y no hago más que dar
vueltas en lo alto de un estanque.
Yo te agradecería que no me nombraras más en los
restos de mi vida.
Yo te lo digo niña como lo siento, meridiano y claro,
como lo siento, puedes estar segura que no te miento.
Yo tengo una chabola que está al ladito de un río
donde tengo yo a mi madre, a mi mujer y a mis
hijos.
Yo voy a la fuente y bebo y el agua no la aminoro,
lo que hago es aumentarla con las lágrimas que lloro.