Download - Rameras y Esposas. Una Familia Sagrada
ri
Habia en Jud6 un matrimonio muy devoto, cuyos
esposos se acercaban a la vejez sin haber logrado des-
cendencia. Desesperaban ya de perpetuar su estirpe
cuando la mujer quedo embarazada, alumbrando nue-
ve meses despu6s a una nifla resplandeciente que
l lamaron Maria. Dicen los cronistas Iegi t imost
que la madre qued6 encinta sin haber tenido ningrin
contacto previo con el marido, lo cual extrem6 su
celo.Al cumplir la nifla seis meses, parece que la madre
la dej6 sola en tierra para ver si se tenia, y ella -tras
andar unos pocos pasos- volvi6 a su regazo. La madre
se levant6 entonces, exclamando: nlVive Dios que no
andar6s sola por este suelo hasta que te lleve al templo!
Te har6 un oratorio aparte en tu habitaci6n' y no per-
1. Me refiero a los evangelistas, autores de los cuatro textos
llamados can6nicos y de los llamados ap6crifos, todos cat6licamen-
te ortodoxos. Las citas textuales corresponden al texto bilingiie de
Los evangelios ap6crifos, edici6n de A. Santos Otero, Biblioteca de
Autores Cristianos, Editorial Catolica, Madrid, 1963.
95
1
lI
mitir6 que ninguna cosa comun o impura pase por tus
manos.rr'Como Maria habia llegado milagrosamente al seno
materno, los padres pensaron que s61o el templo de
Salom6n en Jerusalem era un sitio suficientemente
limpio. En consecuencia, alli l levaron a la nifla cuando
cumpli6 tres aflos, acompaflada por doncellas "sinmancillau, algo temerosos de que quisiera volverse
atr6s y su coraz6n fuese cautivado por alguna otra cosa
de las que atraen a los dem6s infantes. Pero ella quedo
alli muy a gusto; hasta ejecut6 una pequefi'a danza de
regocijo.De este modo, ..Maria permaneci6 en el templo
como una palomica, recibiendo alimento a manos de
un 6ngelu.t Asi seguiria casi una d6cada, sin conocer
mancilla de ningfn tipo. Pero al cumplir los doce aflos
hubo una reuni6n de la curia sacerdotal; la pubertad
de la nifra estaba al caer, y eso podia representar una
grave mancha para el santuario. En la religion mosaica
toda mujer menstruante debe considerarse inmunda, y
su contacto contamina cualquier cosa tocada o rozada
por cualquier parte de su cuerpo durante siete dias'
En el interin, Maria habia asimilado a fondo las
expectativas de sus padres, y muy especialmente su
af6n de pureza: <Se entregaba con tanto fervcjr a las
alabanzas divinas que nadie la tendria por una nifra,
sino m6s bien por una persona mayor. Era adem6s tan
asidua en la oraci6n como si tuviera ya treinta afios. Su
faz resplandecia como la nieve, de tal manera que con
dificultad se podia poner en ella la mirada' Se entrega-
2. Evange l io de Sant iago,Y, l .
3 . I b i d . v , 2 .
96
ba tambien con asiduidad a las labores de lana' Desde
la madrugada hasta la hora tercia hacia oraci6n; desde
tercia hasta nona se ocupaba de sus labores; desde
nona en adelante consumia todo el tiempo en oraci6n
hasta que se dejaba ver el 6ngel del Seflor, de cuyas
manos recibia la comida. No habia ninguna m6s dis-
puesta que ella para las vigilias, ni m6s pura en su
castidad ni m6s perfecta en su virtud. Pues ella era
siempre constante, firme, inalterable. Tenia al mismo
tiempo cuidado de que ninguna de sus compafleras
virgenes ofendiera con su lengua o soltara la risa sin
recato. ra
Pusi6ronse entonces los sacerdotes a buscarle mari-
do, a lo cual Maria se opuso resueltamente, diciendo:
..No es posible que yo conozca var6n o que varon
alguno me conozca a mi., Cuentan que semejante ne-
gativa llego a escandalizar al pontifice -formado en la
idea de que crear descendencia honraba al Altisimo-,
y que la joven hubo de oir reproches por soberbia y
falta de juicio. Pero Maria contest6 con la siguiente
argumentaci6n: oA Dios se le honra sobre todo con la
castidad, como es f6cil de probar. Abel obtuvo doble
galardon, uno por sus oblaciones y otro por su virgini-
dad, ya que no consinti6 jam6s en su cuerpo polucion
alguna.us. Abrumado por la sabiduria de la muchacha, aunclue
urgido por la inminente llegada de la menstruaci6n, el
clero del templo hizo un llamamiento a los varones. El
Protoevangelio ahrma que fueron convocados viudos
solamente ,la Historia de los6 dice que llamaron a doce
4. Evangelio del Pseudo-Mateo,YI.
5. rbid. vII, 2.
97
ancianos de la tribu de Jud6, y el De nativitate Mariaemenciona a ..todos los varones de la casa de David
h6biles para el matrimonio y sin casar>. Pero la des-
cripci6n m6s precisa se encuentra en otro evangelis-ta, pues al parecer el pontifice Abiatar fijo la convo-catoria en la puerta del templo, con las siguientespalabras:
-Vengan mafrana todos los que no tengan mujer, y
traiga cada cual la verga en su mano.uEsperaban con esa especie de concurso que en el
extremo de alguna de las vergas surgiera "una paloma
blancar, pues el prodigio indicaria qui6n iba a ser el
esposo de la virgen. Pero antes de llegar los solteros altemplo un 6ngel dijo a Abiatar:
-Hay entre todas las vergas una pequeflisima, a laque tendr6s en poco; pues bien, verds como aparece
sobre ella la seflal.'
Asi fue, y de este modo se conocieron Jose y Maria.El, al saber por el pontifice la causa de ser llamado altemplo, quiso excusarse por todos los medios del ma-
trimonio. Pero el sumo sacerdote le amenaz6 con los
castigos enumerados en el Pentateuco para rebeldes.Lleno de temor, Jose acept6. Tomando a la muchacha,se fue con ella a su humilde casa y parti6 al poco para
continuar unos trabajos emprendidos, prometiendo
volver pronto.
Fuera seguia cuando tres dias despu6s uvino a ella
6. Ibid, VII, 2: "et deferat virgam in manu sua.,
7. rbid, vIIr,3.
98
un joven de belleza inenarrable>>,8 ante quien Maria se
puso a temblar, sobrecogida de miedo. Pero 6l dijo:-No temas; vas a concebir en tu utero y dar6s a luz
un rey.nAleccionada por esta promesa, pero desconfiando
todavia -por la presencia del joven en sus aposentos
mientras estaba sola-, Maria le pregunt6 c6mo sucede-
ria tal cosa y expuso sus objeciones a todo contacto
carnal con un adulto, aunque sin mencionar su especi-
fica condici6n de casada. Y el desconocido repuso:-El espiritu santo vendr6 sobre ti y la potencia del
Altisimo te cubrir6, pues ninguna cosa es imposible
para 61.Dice el evangelista que ella qued6 perpleja, ana-
diendo:-;Habr6 de dar a luz luego, como las dem6s muje-
res?toEl 6ngel no respondi6 positiva o negativamente,
sino que le asegur6 user cubierta por la potencia del
Sefroru.rrLas reservas de Maria cesaron en ese momento, y
sentenci6:-He aqui la esclava del Seflor. Hdgase en mi segrin
tu palabra.Ningun mitografo se adentra en detalles adicionales
salvo uno, eu€ menciona c6mo nel verbo divino pe-
netr6 en ella por la oreja, y en ese mismo momento
comenz6 el embarazor.t2 Como es sabido, dicho mo-
8. n|uvenis cuius pulchri tudo non potuit enarrari ."
9. Ibid. rx,2.lO. Protoevangelio de Santiago, Xl, 2.
rr. bid, xr, 3.12. Evangelio armenio de la infancia, Y , 9.
99
mento sigue permaneciendo un tanto oscuro, pero se
cuenta que tras recibir auditivamente la semilla del
futuro rey Maria dio rienda suelta a un 6nimo de sano
orgullo, y mirando hacia el cielo exclam6:-;Quien soy yo, que todas las generaciones me ben-
dicen?' 'Jos6 regreso a los seis meses de sus "edificacionesu,
porque el oficio de carpintero estaba dificil y hubo de
emplearse en Ia construcci6n para asegurar un jornal'
Al percibir que Maria estaba encinta se ech6 a tierra y
llor6 amargamente, mientras cavilaba sobre qui6n le
habria burlado cometiendo la deshonestidad de sedu-
cir a su virginal esposa. Penso que se habia repetido
con el la historia de Ad6n, y que Maria habia caido en
manos de alguna serpiente durante su ausencia' Tem-
bloroso y angustiado, consider6 mejor morir que vivir,
y con voz contenida interrogo a su esposa'-;C6mo has hecho esto? ;Como has envilecido tu
alma?-Pura soy -repuso ella sollozando.-2De donde proviene entonces lo que ha brotado
en tu seno?-No s6 de donde ha venido esto.ro
Naturalmente, el di6logo no satisfizo a Jose' Cuando
m6s indignado se hallaba aparecieron unas virgenes,
amigas de Maria, que le dijeron:-Todos los dias viene un 6ngel a hablar con ella, y
de 6l recibe tambien diariamente su alimento. ;C6moes posible que pueda encontrarse en ella pecado algu-
no? Si quieres que te manifestemos claramente nuestra
13. Protoevangelio, XX, 2.
14. Ibid, XIII, l-3.
100
opinion, creemos que su embarazo obedece a interven-
ci6n ang6lica.'5Pero a su buena voluntad esas virgenes no afladian
la elocuencia, con 1o cual quedaron enmudecidas
cuando Jos6 repuso:-;Qui6n la ha embarazado? ;Por qu6 os empefl6is
en hacerme creer que ha sido precisamente un 6ngel?
Puede muy bien haber sucedido que alguien se haya
fingido 6ngel y Ia haya seducido.'u
Sin embargo, la pena de muerte que entonces casti-
gaba el adulterio le pareci6 a Jose demasiado castigo
para una muchacha tan joven, expuesta por eso mismo
a las trampas de seductores avezados. Como tampoco
queria ser el hazmerreir de las gentes, pens6 abando-
nar aquellos parajes, solo, para no volver jam6s. Y eso
habria hecho, de no ser por un suefro tenido aquella
misma noche. donde se le recomendaba admitirla
como esposa, sin reparo alguno.
Estuvo varios dias esperando algo m6s -ante todo
una reaparici6n del 6ngel que le explicara detalles del
extraflo caso. Pero como 6ste no volvio por la casa, ni
para conversar con Maria ni para traer sustento, Jos6
reanud6 los trabajos de su oficio, asumiendo el cuida-
do de su joven esposa y el fruto de su vientre. Cuenta
uno de los evangelistas que a el no se le habia asignado
el papel de padre, sino el de unutricio".rT
Poco despu6s aparecio un edicto de Augusto orde-
nando a todos el empadronamiento' Jose se dirigi6
desde Nazaret a Bel6n para cumplir el tr6mite, y el
15. Pseudo-Mateo, X, L
16. rb id , x ,2 .17. Liber de inlantia Salvatoris,93.
101
niflo naci6 en el camino -concretamente en un esta-
blo, por faltar habitaci6n en la posada, aunque otras
tradiciones situan el evento en una cueva. Alli Mateo
dice que fue adorado por reyes, y Lucas que fueron
simples pastores. Una tal Salome acudio al lugar, ale-
gando no creer una palabra de la virginidad materna
mientras no le fuese dado introducir el dedo y exami-
nar la (naturaleza" (physis) de Maria. Cuentan que le
fue autorizada esta irreverencia, y que de repente lanzo
un grito terrible, explicando a continuaci6n:-iAy de mi! Mi maldad y mi incredulidad tienen la
culpa. iPor tentar al Dios vivo se me desprende del
cuerpo la mano carbonizadalt'
El episodio pudo contribuir a que Jose confiara m6s
en el car6cter sobrenatural de Maria y su hijo. De ahi,
qruiz6, que no le tentase pensar en Herodes o algrin
pariente pr6ximo suyo como causa natural para el
embarazo de su esposa. En efecto, al poco del alumbra-
miento ese monarca orden6 degollar a todos los recien
nacidos, precisamente porque temia que uno de ellos
fuera de estirpe real. Como Cronos, Herodes no estaba
dispuesto a ser derrocado por conspiraci6n de alguna
madre y un hijo suyo. Pero el6ngel habia dicho a Maria
que daria a luz ..un rey>, Y si Jose no entr6 nuevamente
en sospechas cabe pensar que fue ayudado por la infe-
liz Salome, o por nuevas revelaciones -quiz6 oniricas-
no mentadas en los relatos evangelicos.
I
AI cesar la persecuci6n de los inocentes, nuestra
familia regres6 de su escondrijo en Egipto para estable-
cerse de nuevo en Nazaret. Jos6 trabajaba, Maria cuida-
ba del nino y 6ste crecia convencido de su propia
gloria. Maria mantuvo su actitud de desprecio hacia
todo lo relacionado con la concupiscencia, mientras
Jos6 vivia tambi6n como hombre casto. Ambos se con-
sideraban servidores del hijo, y en esa funci6n veian el
sentido de su vida toda.
A Jos6 ya le habian dicho los reyes magos que
npodrias llamarte padre porque sirves al nifro como a
un sefror, respetado con gran miedo y diligenci2l".re Se
habia casado a la fuerza, urgido por amenazas. Luego
habia sido puesto a prueba por las visitas del descono-
cido a la esposa y su posterior embatazo' a lo cual se
anadi6 la persecuci6n de Herodes. Por otra parte, la
actitud de la madre ante el hijo impedia que ejerciese
su autoridad al modo judaico habitual, y siguieron
algunas complicaciones.Tenia Jesus cinco afros cuando estall6 la primera.
Acababa de llover, y las aguas de un arroyo pr6ximo a
la casa le sugirieron un juego sencillo de hacer peque-
flas balsas. Se acerc6 entonces el hijo del escriba An6s,
niflo de sus aflos, inspirado por la absurda ocurrencia
de dar salida con un mimbre a las aguas embalsadas.
Pero al ver la fechoria Jesus se indign6 grandemente y
dijo:
19. Liber de inlantia Salvatoris,93.
t02
18. Protoevangelio, XX, 2.
103
-iMalvado, impio e insensato! Ahora vas a quedar tf
seco como un 6rbol muerto.2o
El evangelista no precisa si acompano la maldici6n
con actos de violencia fisica, pero el impio expiro junto
al arroyo. M6s tarde llegaron los padres; llorando una
vida truncada a tan tierna edad, llevaron el cad6ver
ante Jos6, mientras le increpaban por tener un hijo
capaz de hacer tales cosas.2'
Jos6 se defendio lo mejor que pudo. Dijo que la
causa de la muerte debia de ser otra -quiz6 la impie-
dad-, que Jesris era un nino ejemplar, nacido milagro'
samente y futuro rey del mundo, que su madre era una
santa, que el ambiente familiar era de impecable devo-
ci6n y que, en definitiva, no se explicaba esa desgracia.
Por suerte para 61, los parientes de la victima tampoco
habian estado presentes cuando Jesris profirio la fulmi-
nante maldici6n. Aunque las excusas de Jos6 no miti-
gaban su dolor, para los padres era dificil creer en las
versiones de los otros niflos, y el incidente qued6 zania-
do como algo incomprensible.
Con todo, era s6lo el comienzo. Hecho al temor
reverencial de un progenitor con poco car6cter, servido
de modo absoluto por una madre sin otra vocaci6n,
instruido en la idea de ser su propio padre y seflor del
mundo, cuentan que Jesus era un niflo bastante irritable.
Al aflo de lo relatado, cuando todavia se rumoreaba en su
contra, iba paseando por la calle central del pueblo. Un
muchacho, que corria en su misma direcci6n pero mi-
rando hacia atr6s, fue a chocar contra sus espaldas. El
atropello encoleriz6 al hijo de Maria, que sentenci6:
20. Evangelio de Tomds,I.
2t. Ibid, rr.
104
-No seguirhs tu camino."
Al oir tales palabras el joven qued6 muerto, y quie-
nes vieron el poder de Jesirs quedaron boquiabiertos,
pregunt6ndose ude donde habria venido este mucha-
cho, que todas sus palabras se convierten en hechos
consumadosr."Muy furiosos, los padres de la segunda victima acu-
dieron con algunos parientes y amigos al hogar de la
sagrada familia. Cuando Jose salio a la puerta no le
dieron tiempo siquiera para componer una explica-
ci6n. El m6s respetado de los vecinos hablo en nombre
de la comunidad.-Teniendo un hijo como 6se, una de dos: o no
puedes vivir con nosotros en Nazaret o tienes que
acostumbrarle a bendecir y no a maldecir'24
Jos6 se deshizo en excusas, dio por recibida la ame-
naza de expulsi6n y aguard6 unos minutos en la puer-
ta, asegur6ndose de que el airado grupo abandona-
ba efectivamente los alrededores de la casa. Cuando en-
tr6 de nuevo en ella llevaba el ceflo fruncido y tenia
los ojos fijos en el suelo. LIam6 al niflo aparte -sin
atender, por una vez, a las protestas maternas- y le
amonest6. Expuso que por su conducta Maria y
6l eran perseguidos, que se rumoreaban las peores
cosas, y que eso no podia continuar. Lo que no
acababa de entender Jose era por que Jesris mataba
niflos.Pero 6l no recibi6 su alocuci6n de buen grado'
Repuso que, afortunadamente, esas palabras irrespe'
22. Ibid, rv.23. Ibid,rv.24. Ibid, rv.
105
I
tuosas no eran suyas sino de otros, afladiendo que esos
otros lo pagarian qued6ndose todos ciegos en el acto.2s
Al comprobar, horrorizado, que efectivamente ha-
bian quedado ciegos, Jos6 no pudo .ott,"tt".te' nle
cogi6 de la oreja y tiro fuertementen. El rapaz se indig-
n6 mucho y dijo:-Necio, tu ya tienes bastante con buscar sin encon-
trar. No me disgustes.26
Faltan noticias sobre el desenlace de esta conversa-
ci6n. Pero pasaba junto al ventano de la casa en ese
momento un rabino muy instruido, de nombre Za-
queo. Oyendo a Jesus hablar asi, se llen6 de admira-
ci6n ante el contenido y la forma expresiva' Dias des-
pu6s visito la humilde casa, para sugerir a Jos6 que
confiase a sus cuidados un hijo tan inteligente y disco-
lo. El le ensefraria las letras, afradio, asi como toda
clase de sabiduria, y especialmente ,.el arte de saludar
a los avanzados en edad, el de respetarlos como mayo-
res o padres y el de amar a sus igualesr'2i
Con delicadeza, Zaqueo esbozaba un programa pe-
dagogico. Habia visto talento en el nino, junto con la
altivezy el desprecio ajeno explicables por las peculia-
res circunstancias familiares. Pero el hijo de una mujer
que se consideraba c6nyuge del Todopoderoso y se
relacionaba con el marido como con un simple em-
pleado era dificil de instruir. Al poco de comenzar las
clases, el rabino se dio por vencido, pidiendo a Jos6
que se llevara al nino de vuelta a casa. Segfn parece,
Jesirs le habia llamado hip6crita y farsante, por no
rbid, v.rbid, v.rbid, vr.
25.26.27.
iliTffi
106
Virgen y nino, Por J. Fouquet, 1450'
Anunciaci6n. por el Maestro de la Seo de Urgel, siglo xv'
saber explicar la letra A cuando empezaba a ensefrarle
el alfabeto."M6s dura fue la suerte del segundo maestro busca-
do por Jose para remediar su analfabetismo' El pedago-
go oso propinarle un capon -ante su tenaz exigencia
de que le fuera explicada la letra A-, e inmediatamente
se desvanecio, cayendo a tierra de bruces't' Esta vez no
quedo muerto, quiz| porque Jesus se apiad6 de los
problemas en que eso sumiria a sus padres' Pero desde
entonces nadie osaba irritarle.30
Para sus progenitores la situaci6n seguia siendo
muy delicada. Con ocasion de morir otro nifro, los
familiares perdieron Ia paciencia e hicieron planes
para entregar a Jesus a la justicia de Herodes' Jos6
tambien perdio la paciencia y segun el evangelista vol-
vi6 a tirarle de la oreia, mientras exclamaba:-1Se pr-udente!
A lo cual 6ste rePuso:-Si no fueras mi padre segun la carne, te enseiaria
que acabas de hacer'' '
Tambien se cuentan algunos prodigios menos ate-
rradores. Uno fue devolver la vista al grupo de los
cegados dias antes, que se alegraron grandemente y
dieron gracias a Dios. Otro fue resucitar a un mucha-
cho que se habia caido de una casa, suceso en el que
tambien apareci6 al principio como causante de la
muerte. M6s imaginativo fue el portento de traer agua
a su madre en el manto, porque se le habia roto eI c:ln-
taro.
28. Ibid, v[.29. Ibid, xrv.30. Ibid,vrII.31. H is to r ia de l r t se c l curp i t t le ro , X lX , 1 l 15 '
109
Maria y Josd con el nino, Maestro de Avi6 (hacia el 1200)'
II
Doce afros tenia cuando se produjo el incidente del
templo. Jos6 y Maria iban todos los aflos a Jerusalem
por Pascua, y en una de las ocasiones el rapaz desapa-
reci6. Creyendo que se habia ido con la caravana hacia
Nazaret, hicieron camino en esa direcci6n para buscar-
le entre parientes y conocidos, pero al no encontrarlo
volvieron a Jerusalem. Al cabo de tres dias lo hallaron
en el Templo, sentado entre los doctores, dej6ndoles
estupefactos con sus dotes. La madre le reproch6 en-
tonces su desconsideracion, pero Jesris contest6 que
estaba sn ulas cosas de mi padrer. Lucas cuenta que ni
Maria ni Jos6 le comprendieron.
La riltima noticia de Jesirs antes de emerger a la
vida publica es una conversaci6n con su madre, que
por el tema tratado podria corresponder a los quince o
diecis6is aflos. Ella se impacientaba con el paso del
tiempo, y a esa impaciencia se unia la progresiva debi-
lidad de su esposo, cuya salud arrojaba sombrios presa-
gios sobre el porvenir de la familia.-Me tiene preocupada -comenzo- que hayamos
puesto sumo empeflo en que aprendieras durante tu
infancia todos los oficios, y hasta ahora no has hecho
nada en ese sentido ni te has prestado a nada. Y ahora
que ya te has hecho mayorcito ;qu6 prefieres hacer o
c6mo quieres pasar la vida?32
Al oir estas palabras el muchacho use indign6 por
dentroo.33 Su madre le habia dicho que Jos6 no era su
32. Evangelio armenio de la infancia, XXV, 7'
33. Ibid, xxv,8.
110
verdadero padre, y que 6l seria rey del mundo tofrc'
2A qu6 venia colocarle en una situacion como lr I ru
padre aparente? En resPuesta dijo:-Has hablado sin tacto, mujer' ;Acaso no
las seflales y prodigios que hago ante ti? Ten
durante algrin tiemPo, Y cuida de m
mi.3aNada m6s decir esto sali6 aPresu
casa, dejando a la madre sumida en
parte, era evidente que la altivez del m
su origen en ella -en lo que le habia
embarazo y en el papel oscuro de Jos6.
seflales y prodigios que el muchacho
hasta entonces no eran exactamente lo
orgullo materno, aunque demostrasen
normales.
Poco desPues de esta conversaclon
Jos6 a sentirse verdaderamente mal. No
do joven, y su trabajo -que ahora era
arados- representaba un serio queb
cer del dia 26 de EPeP fue Presa de unr
ci6n, mientras yacia en el lecho. Lanz6 un
do, dio unas palmadas y se puso a gritar
riado:-1Ay miserable de mi! 1AY del dia en
me trajo a este mundo! ;AY del seno m
recibi el germen de la vida! 1Ay de los
amamantaron! ;Que he de hacer ahora? No
salida por ninguna parte. Esta es la a
34. rbid, xxv,8.
apoder6 de mi padre en su agonia, y ha venido ahora adarme alcance a mi. desdichado."
Sumido en esos terrores estaba, cuando entr6 Jesus
en el cuarto. Dicha aparici6n no hizo sino aumentar su
miedo, pero Jos6 vio tambien en ella un rayo de espe-
ranza. Como Job, maldecia la vida en cuanto tal, esaagitacion inutil coronada de dolor; pero alli estaba su
sobrenatural hijo adoptivo. Era quizir Ia ocasi6n para
obtener, siquiera fuese tarde, un premio por el servicio
a esa extrafla familia, por su vara pequefrisima y su
economia modesta, por tanto temor y acatamiento.Mudo como pudo el gesto convulso del condenado por
una mueca afable y saludo muy respetuosamente:-lSalve mil veces, querido hijo! Al oir tu voz mi
alma recobrar6 su tranquilidad! 1Mi seflor, mi verdade-
ro rey!3uEl joven Ie contemplo unos momentos con expre-
sion cargada de l6stima. Ahi estaba el laborioso ancia-
no, su upadre segrin la carner, hecho un mont6n dehuesos asustados. Daba casi vergiienza verle, y el mu-
chacho debio dejar traslucir algo de su embarazo antelos penetrantes ojos del moribundo. Pero Jose inter-pret6 el adem6n como signo de venganza. Record6 que
habia osado tirarle de la oreja cuando niflo, lloro su
blasfema licencia y dijo:-Si por esarazon has venido en son de juicio, si por
eso has permitido que se cernieran sobre mi estos
terribles presagios, te suplico que no me emplaces antetu tribunal para contender conmigo. Pues yo soy siervo
tuyo y esposo de tu esclava. Si tienes a bien romper mis
35. Historia de Jos6, XVI, l-1536. Ibid, xvrr, 3
r12
cadenas te ofrecer6 un sacrificio santo' que ser6 la
confesi6n de tu gloria.37
Eran expresiones extraflas, para un padre que ago-
niza ante su hijo. Jose estaba solo en su cuarto de
esposo casto; Maria no lleg6 a enterarse de sus riltimas
tribulaciones. Mal acababa de proferir aquellas pala-
bras cuando Jesus desvio los ojos de Ia cama, para
mirar por el pequefro ventano que daba al sur. Ya venia
por alli con paso firme la muerte, seguida del verdugo
Amenti y Sat6n, a quien acompaflaban una multitud
ingente de sat6lites vestidos de fuego, vomitando hu-
mos sulfurosos.Instantes despuds se abri6 la puerta. Al tender su
vista, el carpintero contempl6 aquel cortejo mir6ndole
con rostro colerico y rabioso, uel mismo con que suele
mirar a todas las almas que salen de sus cuerpos, y
particularmente a aquellas que son pecadoras y consi-
dera como propiedad suya,,'38 Los ojos del anciano se
llenaron entonces de l6grimas; quiso buscar una esca-
patoria reuniendo sus escasas fuerzas, arrastrhndose
para hallar un escondrijo tras algunos sacos de serrin
polvoriento. Pero la estratagema no tuvo 6xito' Alli
mismo, descompuesto y sollozante, exhal6 su alma con
un gran suspiro.3eCuenta el mitografo que Jesus reparo entonces en
un aspecto notable, oculto para el hasta entonces'
Abandon6 el rinc6n del muerto, fue hasta donde estaba
su madre y Ie pregunt6:-;D6nde estirn los objetos artesanales que hizo sin
37. Ibid, xvII , l5-17.38. Ibid, xxl, 2.39. Ibid. xxl ,4.
It
113
pausa, desde su niflez hasta ahora? Todos est6n ausen-
tes en este momento, como si 6l no hubiese llegado a
aparecer por este mundo.oo
Con ello queria indicar, sin duda, que Jose habia
vendido todas sus obras, y al dejar de producir no solo
interrumpia su vida actual sino la pasada, sembrando
de irrealidad una existencia entera. ;Habia existido
alguna vez?
Pasaron varios anos. El hijo de Maria se present6
priblicamente como hijo unigenito de Yahveh, y fue con-
siderado un impio con mania de grandezas. Su historia es
bien conocida de todos, aunque pocos sepan distinguir
en las enseflanzas que se le atribuyen el oro del barro.
Tras su juicio y ejecucion s6lo qued6 Maria como
superviviente de aquella familia. Inconsolable, pero
muy orgullosa del hijo, visitaba todos los dias su desier-
ta tumba mientras iba prepardndose para el viaje a lo
desconocido. Confiaba en alguna intervencion provi-
dencial, pues si lo corruptible era la carne ella s6lo
habia dado su consentimiento al emisario de Yahv6h.
Justo seria que le fuese ahorrado sufrir putrefaccion.
Llego asi un domingo, cuando los apostoles la ro-
deaban. Fuera habia una multitud afecta a la ley de
Mois6s. Sus vociferantes portavoces alegaban que la
naci6n judia se habia venido abajo a causa de ella y sus
delirios; que cundia la escisi6n por doquier. Sobrevino
entonces un poderoso trueno, al que sigui6 un temblor
de tierra. En ese mismo momento se present6 Jesfs,
sentado sobre un trono de querubines, irradiando un
40. rbid, xxIV,2.
t14
efluvio resplandeciente, y sus palabras fueron dulces'
La estrech6 entre sus brazos y la colm6 de besos,
mientras declaraba:-Tu cuerpo va a ser trasladado ahora al paraiso, tu
santa alma va a estar en los cielos.ot
Entre l6grimas de gozo, Maria agradeci6 ese glorio-
so tr6nsito a la otra vida. Tambi6n los discipulos queda-
ron sobrecogidos de jribilo. 56lo m6s tarde, en una de
las raras visitas de Jesus a la tierra desde sus cielos, se
atrevieron a hacerle una pregunta que pesaba en el am-
biente.-No acabamos de explicarnos c6mo, habiendo fa-
vorecido a algunos otros, trathndose del bendito ancia-
no Jos6, el carpintero, a quien concediste el gran ho-
nor de llamarle padre segun la carne, no le has
permitido conservar su cuerPo.o'
Cuentan que Jesris dijo entonces:-Quienes han conservado su cue{po, como Henoc
y Elias, desearian haber sufrido ya la muerte, puesto
que han de morir en un dia de turbaci6n, de miedo, de
gritos, de perdici6n y de aflicci6n."
Pero los ap6stoles estaban pensando en Maria, de
cuyo incorrupto ascenso a los cielos nada dijo' Un
milenio mirs tarde, cuando la Edad Media vendia Ia
buena vida eterna a cambio de indulgencias, el clero
hubo de prohibir infinidad de chanzas, canciones gro-
seras y hasta fiestas populares a costa del santo Jos6' Su
repetido lema era presentarle como un pobre dia-
blo, engaflado por la esposa y escarnecido por el hijo'
41. Libro de Juan Teologo, XXXIX.
42. Historia de Jos6, XXX, 2-8'
43. tbid. xxxl ,9.
115
I I I
Atenea es virgen como los pensamientos, por falta
de carne. Artemisa lo es porque no hay guerrero capaz
o deseoso de proceder a su doma. Maria es virgen
porque pertenece a su hijo. Le pertenece tanto que ni
siquiera admite como fecundador alguien distinto del
hijo mismo; es inseminada espiritualmente por su dios
mientras 6l est6 aun por encarnar, y una vez hecho
criatura de carne y hueso le cede su virginidad a trav6s
del parto.
En general, las mujeres pierden su himen por pre-
si6n proveniente del exterior y no del interior. Pero, en
general, los dioses no muestran ndusea ante los genita-
les y su uso. Cuando tal sucede es l6gico que la desflo-
racion se verifique de dentro a fuera: asi hay el minimo
de contacto posible, el minimo de inmundicia.
En otras versiones -como el episodio de la infeliz
Salom6- Maria no s6lo es virgen antes y durante, sino
incluso despues del embarazo, planteando un esfuerzo
comparable al de concebir tri6ngulos cuadrados o co-
lores sin extensi6n. Sin embargo, prueba bien el deseo
de virginidad en Maria: prescindiendo de milagros y
supermilagros, ella se quiere virgen. Sus mit6grafos no
la muestran revanchista e intrigante, como sucede con
Hera; ni alocadamente celosa como Deyanira. El poder
politico inmediato no le interesa, como tampoco el
lujo. El poder sexual lo ejercita bajo la posibilidad de
no querer, en un mundo donde el dilema es no encon-
trar con qui6n, o no conseguir un disfrute -aun que-
riendo.Pero el no querer exhibe dos niveles. Por una parte
1 1 6
es rechazo total de la carne, frialdad que no se experi-
menta como patologia sino como virtud, y en este senti-
do Maria es la subversion que baja de los altares a las
rameras sagradas para poner alli vestales, virgenes sin
mancilla. Pero en otro nivel es simplemente ser selecti-
va en extremo, no querer m6s que con el Altisimo, esto
es: con su hijo; no querer m6s que a travds del joven
inenarrablemente bello, portador del designio glorioso'
Su compensaci6n por los trajines dom6sticos de
una economia humilde es el derecho a ser mantenida'
Ser mantenida no significa estar ociosa o siquiera vivir
c6modamente. Significa s6lo que otro hace en el mer-
cado priblico de trabajo -expuesto al capricho de pa-
tronos- lo necesario para obtener monedas y subvenir
al gasto ocasionado por ella y la prole; significa tam-
bien un poder para dilatar -a veces de modo indefini-
do- el momento en que esa prole asumir6la responsa-
bilidad de procurarse monedas. Ese derecho se paga
con dependencia, pero sumando una cosa y otra -frigi-
dez honorable y derecho al sustento- Maria tendia a
ser imitada por varios tipos de feminidad y por diferen-
tes razones, en ciertos cetsos acumulables'
Para los dem6s miembros del sexo femenino est6 el
segundo nivel, donde querer es no querer m6s que con
6ngeles, la deidad o el propio hijo. Maria desprecia
lujos y devaneos porque pura y simplemente quiere
ser la nodriza del superhombre. En consecuencia, no es
tanto un simbolo de virginidad como de maternidad,
libre de cualquier atadura a otros papeles o cuestiones'
TT7
En el escalonamiento de los padres mortales proto-
tipicos, Anfitri6n es un jefe de mesnada que vive toda-via del saqueo en formas m6.s o menos encubiertas.
H6rcules est6 aceptando de mala gana el trabajo por
cuenta ajena. Jose es el operario hecho ya a la divisi6n
del trabajo social.Su estirpe animica entronca con el primero de los
c6nyuges, el pequefro e infortunado Dumuzi, zanganopasajero de la altiva Ishtar. AI igual que Dumuzi, Jos6hace todo cuanto este en su mano para servir a unasobrenatural compaflera; al igual que 61, es pusil6nimey asustadizo; al igual que 61, se ve arrastrado a la
muerte entre gritos de p6nico y tardias protestas.
Cabe decir que su esencia es el altruismo. Tiene un
hijo que no es su hijo, aunque si lo sea como organis-mo que necesita cosas prosaicas de laboriosa obten-
ci6n, cuando vecinos encolerizados pretenden arrasarsu casa o desterrarle. Para Jesus era ,.el buen viejo,gracias a cuyo trabajo podiamos vivirrr,oo y para Mariano sabemos si adem6s de sufragador era un amigo.
Sirve de padre como sirve de c6nyuge, sin ser ni unacosa ni otra.
Por lo dem6s, el cuadro apenas cambia si -saltando
sobre los celos del nifro, las altas aspiraciones de Maria
o el posterior dogma- suponemos que pudo ser padre
fisico de su hijo, o que cuando menos cohabit6 carnal-mente con ella alguna vez. No por ello dejar6 de ser unpadre aparente. Jose sobra en el binomio Maria-Jesfs,por m6s que sea alavez algo tan necesario como techo
o lefra en invierno. Su vida es la de un pobre material,
su muerte Ia de un pobre de espiritu. Es en realidad el
44. Historia de los6.IX. l .
118
pobre id6neo, hecho al sacrificio pero no indolente,
orientado a la discrecion y el servicio.
El tercer miembro de esta familia es un rapaz capri-
choso, que usa su poder en venganzas. Cabe preguntar
qu6 relacion tiene con el reformador que propuso no
juzgar sino amar al pr6jimo; pero eso seria hacer un
salto del plano mitico al hist6rico, cuando en t6rminos
prosaicos no hay el m6s remoto indicio de que carpin-
tero, virgen, inmaculada concepci6n, reyes magos y
dem6s circunstancias hayan sido hechos puntuales.
l-a logica interna de esta leyenda es que la criatura de
Jos6 y Maria se parezca m6s a Ares que a Hdrcules, Y €n
vez de mostrar serena mansedumbre exhiba crueldad. El
hijo de tales modelos es coherente con ellos despreci6n-
dolos, pues respetarlos implicaria despreciarse a si mis-
mo; como sus progenitores son sus siervos, cualquier
obst6culo invoca brotes de fulminante ira. De ahi que los
mit6grafos presenten sus principales milagros infantiles
como resultado de alguna frustracion.
En contraste con familias corrientes, como la de
H6rcules y Deyanira, o familias regias, como la de Zeus
y Hera, esta familia no presenta al descendiente como
estirpe de sus progenitores, sino como razon de ser
suya. Gracias a el tendr6n ellos una linea de defensa
ante la venidera muerte. De ahi que sean sacrilegios el
control de la natalidad, el divorcio y la eutanasia; vol-
cados sobre la abnegaci6n, los esposos se obligan a
preferir la vida fetal a la materna, cuando por alguna
causa no sean compatibles en el momento del parto.
I19
El animal hace lo necesario para que su prole aban-done el nido en cuanto sea posible, y a nivel humano eleco de este espiritu es el tabu del incesto: para asegu-rar que nuestros hijos buscar6n propia vida, individua-ci6n, lo primero ser6 impedir que se demoren en elorigen, diciendo que no quieren seguir adelante y allise quedan. Asi se explica que, salvo raras excepciones,las crias animales sean mucho m6s precoces que lashumanas.
Esa regla no rige del mismo modo en el reino dealgunos insectos, cuya organizacion reproductiva su-prime tanto (parejas" como "individuosr. En lugar defamilias nucleares hay alli legiones de obreros consexo atrofiado, una minoria de efimeros sementales yel vientre descomunal de alguna reina, cuya fertilidadrepresenta lo absoluto. Es entre hormigas, avispas yabejas, quizir no por casualidad, donde acontece unaefectiva concepci6n virginal o partenogen6tica, quereproduce la especie por uni6n de gametos exclusiva-mente femeninos. Sin embargo, precisamente aquiest6 la fuerza conciliadora del mito evang6lico: por unaparte hay la partenogenesis, con un vientre virgen quereclama trascender tanto la pareja de amantes como elvalor del individuo propiamente dicho; por otra hay elmafrana de un niflo rinico, especialisimo, que cada hijode vecino identifica sin dificultad con el suyo propio.
Pero resta educar al hijo. No serh fruto de unapasi6n, pues los padres -careciendo de afinidad carnalalguna- se han unido a fin de proporcionarle decorosomarco. Por otra parte, tampoco han convenido el arre-glo para gozar una vida de individuos libres, porque sudestino es servirle. Su 6xito ser6 inspirar realismo a lacriatura, entendiendo por realismo una disposici6n a
120
reproducir el esquema del cual parte. Con todo, el
v6stago de su programa sufre los problemas tempera-
mentales de reyes y faraones: no ha sido educado como
un viviente entre otros, en el6nimo que impide agredir
sin ser agredido, exigir sin dar, recibir con desprecio.
A diferencia de los tres mitos previos, que sencilla-
mente narran relaciones posibles entre adultos de dis-
tinto sexo, estos seres se presentan como c6lula socialperfecta. Aqui no hay tormentosas broncas y traiciones
entre amantes; no hay conflictos fraternos, hijos ilegiti-
mos ni pasiones contrapuestas. Hay simplemente va-
rios milagros y una ordenanza precisa: sed como ellos.
Cabe incluso suprimir los milagros sin que haya gran-
des cambios, pues cualquier hombre puede santificar-
se imitando a Jos6, cualquier mujer espiritualizarseimitando a Maria y cualquier niflo soflar la novela de
una madre vestal imitando a Jests.Pero pronto o tarde queda claro que esta familia
obedece a edades. Hasta los diecisiete afros es correcto
comporlarse como el niflo, y de ahi en adelante como
el viejo; los tiranos infantiles se transformar6n en aspi-
rantes a respetuosos empleados, so pena de acabar
habitando alguna mazmorra. En la aspereza de esas
estancias quiz6 rememoren su epopeya infantil como
hijos de virgen, becados casi indefinidamente por al-
gfn Jos6.
121