Download - QUE LA HAY, LA HAY
Proyecto de grado
Sylvia Jaimes
UNIVERSIDAD DE LOSANDES
FACULTAD DE ARTES YHUMANIDADES
DEPARTAMENTO DEARTE
BOGOTA-COLOMBIA
ENERO DE 2004
QUE LA HAY,LA HAY.
Origen y repercusión
del mito de la guaca
Indice
INTRODUCCION.
HISTORIA DE LA CASA DELA 86.
EL MITO EN EL MUSEO.En el m
PROPUESTA PLASTICA YREFERENCIASARTISTICAS. F
BIBLIOGRAFIA.
El 20de Agosto de 1989, la DirecciónNacional de Estupefacientesrecibió el acta de ocupación eincautación de la mansión deGonzálo Ródriguez Gacha .
Esta fue la casa que sequemó el 12 de Diciembre del2001, un mes antes de que yo laconociera.
a. Encuentro con la casa.
b. El fetiche.
c. Los periódicos.
d. La demolición.
e. Los guaqueros.
useo de la policía de laciudad de Bogotá, existe unpiso dedicado a los antihéroesdados de baja por la policía.
uerealizando estos dibujos que medi cuenta que lo másemocionante era especularacerca de las posibilidades deestas historias.
1.
6.
29.
32.
39.
INTRODUCCION
El 20 de Agosto de 1989, la Dirección
Nacional de Estupefacientes recibió el acta de
ocupación e incautación de la mansión de
Gonzálo Ródriguez Gacha , ubicada en la calle
86ª No. 12-16 y/o carrera13 No. 86A-48.
Tan sólo hasta 1984, se creó una ley que hizo
ilegal el enriquecimiento ilícito y que permitió
al estado la incautación de los bienes obtenidos
con el dinero del narcotráfico.
La casa mansión de la calle 86ª es sólo uno de
los tantos bienes que se le incautaron al
narcotraficante Gonzálo Rodríguez Gacha y
que permanecieron en proceso de extinción de
dominio por cerca de quince años después de
su muerte. En Noviembre del 2003 el proceso
concluyó y el Estado quedó como único dueño
de todas las propiedades que alguna vez
pertenecieron al capo.
[1]
1.
[1] Esta información fue tomada del acta de arriendo con la que la
Fundación Teatro Varasanta recibió la casa en Enero del 2002.
(2003, 28 de Diciembre). ¨Extinción, a todo vapor . El Tiempo.¨
1
Mi proyecto de tesis parte de esta casa con la que he tenido oportunidad de tener
contacto directo. Fue algo que se atravesó en mi vida.
Aunque en un principio no me sentí con propiedad para llevar a cabo una tesis sobre
este tema, a medida que ha pasado el tiempo, me he dado cuenta que mi experiencia
puede volverse de gran importancia.
Por esta razón, mi trabajo ha estado centrado en relatar esa experiencia y llevarla a
una propuesta plástica.
La Dirección Nacional de Estupefacientes entregó en Enero del 2002 la casa a la
Fundación Teatro ; de la cual en ese momento yo era miembro. Desde esa
fecha y durante dos años me fue posible disponer de ciertas ventajas que no hubiera
podido tener de otra manera.
El Teatro logró obtener el arriendo de esta casa al licitar para el programa
estatal que otorga a las fundaciones sin ánimo de lucro la posibilidad de habitar por
un periodo de tiempo los inmuebles que se encuentran en medio de un proceso de
sucesión de dominio.
Quien recibe la propiedad se compromete a: no subarrendarla, no utilizarla en fines
distintos a los de la fundación y a cubrir con todos los gastos que sean necesarios para
su conservación.
Para Estupefacientes esto es una buena manera de asegurarse de que alguien tomará
la potestad de la propiedad por cierto tiempo, lo que soluciona en alguna medida los
problemas de seguridad y decadencia del inmueble.
Cuando recibimos la propiedad había deudas superiores a los cinco millones de pesos
en los servicios de agua, luz y teléfono. Por supuesto eso era parte de los gastos que la
fundación debía asumir si quería contar de nuevo con estos servicios. Como
Estupefacientes no se hace cargo de ninguno de los gastos que haya que hacer en
cuanto a restauración y mantenimiento de la casa, la propiedad se convirtió en una
gran responsabilidad para la fundación.
Varasanta
Varasanta
2
Como algunas fundaciones han tratado de lucrarse con las propiedades de este
programa violando parte de los estatutos del convenio, cada vez es más difícil ganar
una de estas licitaciones.
En este caso las posibilidades eran aún menores por el sector en que está ubicada la
casa, el barrio la Cabrera, donde está quizá el metro cuadrado más caro de Bogotá.
A pesar del estado deplorable en que se encontraba la casa de la 86ª cuando llegamos,
(faltaban desde las puertas hasta los switches de la luz) el solo hecho de haber
pertenecido a uno de los integrantes del famoso cartel de Medellín la hacía
fascinante: Estaba en el mismo espacio donde alguna vez había estado uno de los
narcotraficantes más importantes y peligrosos de la década de los ochenta.
Es en estas propiedades donde es posible constatar el grado de trascendencia que
llegaron a tener los grandes capos de la mafia colombiana. Aunque usualmente se
tienen actitudes diversas con respecto a estos personajes, en ningún caso existe
indiferencia en el momento de conocer una de sus propiedades.
Algunos han entrado en estos lugares con la esperanza de encontrar una de las
famosas guacas, otros se han llevado algún que otro “trofeo” histórico, otros tan solo
han ido a calmar la curiosidad y el escalofrío que produce pisar el mismo piso, o aún
mejor, presenciar parte de la privacidad de un ser legendario.
En el caso de Gacha, la leyenda sobre el dinero enterrado, las millonarias caletas y
demás es tan grande, que la gente suele creer que cualquier tipo de propiedad que le
haya pertenecido representa una posibilidad de encontrar una guaca.
Cuando empecé a hablar de la casa con otra gente, a todos les intrigaba saber cómo
era por dentro, qué tipo de lujos tenía, si había rastro de alguna de las famosas
caletas.
Mucha gente empezó a contarme historias que había escuchado del narcotráfico.
Algunos dijeron haber conocido el famoso zoológico de Pablo Escobar en la Dorada.
Otros dijeron que habían escuchado los cuentos de las canecas llenas de dólares que
había enterrado Rodríguez Gacha y la historia de la réplica de la Casa Blanca que
3
José Santacruz Londoño mandó construir en
el barrio Ciudad Jardín de Cali, cuyos
cimientos se encuentran ahora en ruinas.
Me daba cuenta que la emoción generada por
conocer una de estas propiedades no era algo
que me ocurría solo a mí. Invité a la casa a
todo el que mostró interés en verla.
Consideraba que la experiencia podía ser
mucho más interesante que el relato. Además
cada persona observaba cosas diferentes en
su visita a la casa y eso me permitía
enriquecer mi propia experiencia.
La oportunidad que tuve de recorrer la casa
durante mucho tiempo, generó muchas
posibles directrices de mi proyecto de tesis
que no estaban ligadas exclusivamente a
Rodríguez Gacha. Más adelante explicaré
cuáles fueron algunas de esas directrices.
Decidí centrarme en la manera en que
llegamos a relacionarnos con los objetos,
lugares e historias que guardan algún tipo de
relación con un ser mítico. Rodríguez Gacha
me sirve como punto de referencia.
Mi interés está más en la repercusión que la
historia de su vida ha llegado a tener, que en
la manera como él vivió.
Fotografía tomada en el Monasterio del Carmen, Villa deLeyva. En esta lápida se evidencia la manera como elcontacto, así sea fugaz, con un ser legendario suele seruna experiencia que se atesora. Diciembre 2003.
4
Utilizaré en este texto la palabra mito, para referirme a lo que adquiere veracidad al
alimentarse socialmente. El mito al que me refiero guarda una incógnita que en la
mayoría de los casos es imposible de descifrar y que hace que el mito persista. Esta es
una de las razones por las cuales genera tanta ansiedad.
Lo incalculable, la capacidad de sobrepasar los límites de la cotidianidad hace que el
mito nunca deje de ser fascinante.
Actualmente el mito es alimentado por los medios de comunicación, pues la mayoría
de las veces se asume que lo que proviene de un noticiero o de la radio es verídico. En
este caso, el mito se alimenta de la serie de especulaciones que puede generar una
imagen o una frase dicha de manera vaga.
El fenómeno de los grandes capos de la mafia se construyó conjuntamente entre los
medios de comunicación y las acciones que llevaban a cabo los engrandecidos
cabecillas. Fueron los medios de comunicación los encargados de convertirlos en las
figuras de grandes antihéroes, blancos seguros y codiciados por la policía. Quién
sabe si para ponerle nombre y culpabilidad al fenómeno del narcotráfico, o para
otorgarle unos antihéroes lo suficientemente espeluznantes a la policía que
engrandecieran su función de salvadora.
A su vez, ellos respondieron acorde a lo esperado y se convirtieron en los mayores
terroristas de la historia de Colombia que los medios se encargaron de hacer conocer
en el mundo entero. (Tras la muerte de Pablo Escobar, su familia que trató de salir del
país fue rechazada en todos los países en los que pidió asilo, incluso en China. Sólo les
fue posible adquirir asilo político en otro país cambiando de identidad).
Mi proyecto de tesis es la reflexión generada en torno a los aspectos mencionados
anteriormente que desarrollaré de manera más detallada a continuación.
[2]
[2] RCN Noticias. (2003,Diciembre 2) Especial emitido diez años después de
la muerte de Pablo Escobar,
5
HISTORIA DE LA CASA DE LA 86
La mansión de la calle 86ª ocupa casi
una hectárea entre las carreras 12 y 13 y está
aislada por un muro de piedra de cuatro metros
de alto. En su interior, un jardín domina el
territorio donde se erigen dos casas, una a cada
lado de la propiedad.
Una de las casas fue construida antes de que el
lote fuera propiedad de Rodríguez Gacha, es de
estilo moderno y se comunica al jardín a través
de un ventanal que da a uno de los lagos
artificiales.
La otra al parecer fue construida cuando el
capo se hizo propietario alrededor de lo que en
un principio fue la piscina.
Se caracteriza por las numerosas escaleras de
caracol y por una cúpula en hierro rojo que
se erige en el costado sur-occidental. Al
parecer donde quedaba el jacuzzi. La cúpula
crea una especie de terraza.
6.
Costado nor-occidental de la casa que no se quemóSeptiembre del 2002.
Costado occidental de la casa quemada.Diciembre del 2003.
6
Esta fue la casa que se quemó el 12 de
Diciembre del 2001, un mes antes de que yo la
conociera. Fue en esta casa en la que llevé a
cabo la mayoría de la investigación de mi
proyecto de tesis.
Un mes después del incendio apareció en la
revista un reportaje sobre la
propiedad. Decía que sus anteriores habitantes
habían salido de la mansión del extinto
narcotraficante por miedo al fantasma de
y por la imposibilidad de pagar el
costo de los servicios; la casa es estrato 6.
Antes de nosotros (Cuando hablo de nosotros
me refiero a la Fundación Teatro ),
la casa fue cedida a varias fundaciones. En un
principio la tomó una división del ejército y
según lo que se dice, ellos fueron los que
construyeron una plataforma encima de la
piscina. Luego estuvo en manos de una
fundación para niños con cáncer que se
llamaba .
Cromos
Forjar
El
mexicano
Varasanta
**BOGOTÁ El incendio estemiércoles de la que fuera la mansióndel extinto narcotraficante GonzaloRodríguez Gacha, en Bogotá, dejóal descubierto la suerte que hancorrido los cuantiosos bienes delnarcotráfico. El Canal Caracol lespresenta un informe especial sobreel destino de esas propiedades. Lacasa de Gacha, ubicada en lacarrera 13 con calle 86, en el nortede Bogotá, fue presa de las llamas alas cinco de la madrugada. Era unode los bienes más lujosos delnarcotraficante. Tenía grifería enoro, obras de arte y una decoraciónexcéntrica. La residencia hace partede los bienes ocupados por elEstado contra Gacha, jefe del cartelde Medellín. Hasta hace un año ymedio, la Fundación Forjar, queprestaba atención a los niñosenfermos de cáncer, tuvo su sede enesta vivienda. Desde entonces, lar e s i d e n c i a p e r m a n e c í aabandonada. Las autoridadesinformaron que no se presentaronv í c t i m a s h u m a n a s e n l aconflagración. Los residentes delsector aseguran que el lugar eshabitado por un grupo de indigentes."Entran y salen como si fuera sucasa", dice un vecino de la mansión,hoy reducida a cenizas. "Lo quequeda son algunos residuos, lavivienda prácticamente estabad e s h a b i t a d a , n ohabía enseres”, ”, reportó el mayorFreddy Novoa, del cuerpo de
bomberos. Según losvecinos, la casa, queestá bajo el control de laDirección Nacional deE s t u p e f a c i e n t e s ,permanece sin ningúntipo de seguridad, loque es aprovechado porlos indigentes. Lascausas del incendio sedesconocen, pero no sedescarta que haya sidoprovocado. **
Manos criminales incendiaron casa de Rodriguez Gacha.
(2001, Diciembre,12). Http://www.canalcaracol.com.co
7
Ellos fueron quienes al parecer la tuvieron durante mayor tiempo; cerca de cinco años.
Las razones por las que los sacaron aún son inciertas. Algunos dicen que la propiedad al
final estaba siendo subarrendada. Otros creyeron sospechosa la cantidad de veces que la
directora de la fundación llamó a la policía para reportar robos por varios millones de
pesos.
Casi un año y medio después de estar trabajando en la casa, tuvimos la oportunidad de
conocer a la directora de esta fundación. Nos contó que ella había recibido la casa poco
tiempo después de que había sido incautada.
“Había un perro asesino y un gallo que picoteaba a las mujeres en falda” dijo.
También afirmó que la habían sacado a la fuerza. Nos habló sobre las reformas que le
había tenido que hacer a la casa original para poder conservarla durante esos cinco años
y cómo finalmente a los golpes y amenazada, tuvo que salir de la casa y del país.
“Hay mucha gente interesada en esta casa, sobre todo en el lote” dijo “a ellos les conviene
que la casa se deteriore para poder demolerla y construir”.
Después de Forjar, vino una asociación de ciclistas que no duró mucho tiempo. Al parecer
tenían un negocio de partes en el garaje, lo cual está prohibido dentro de los estatutos del
convenio con Estupefacientes.
Luego de ellos, la casa permaneció abandonada cerca de dos años antes de que nos fuera
otorgada.
Según nos contaron los vecinos, durante ese período de tiempo los indigentes se trepaban
a los árboles que rodean la propiedad y se saltaban el muro de piedra. No había ningún
tipo de vigilancia por lo que seguramente cualquiera con interés de entrar a la casa, lo
hizo sin mayor problema.
Fue durante este período de tiempo donde se supone que ocurrió el mayor saqueo.
Finalmente el 12 de Diciembre del 2001, algo produjo un incendio en la casa de la cúpula
de hierro y los bomberos tuvieron que tumbar la puerta que linda con la carrera 13 para
poder entrar. Desde ese día y hasta el momento en que nosotros la ocupamos,
Estupefacientes le asignó un celador a la propiedad.
8
Encuentro con la casa
Era necesario registrar el estado en que nos entregaban el lote. Al menos esa fue la
primera excusa para tomar las fotos de ese día.
Todavía no sabíamos ni siquiera si nos iban a dar la casa, por eso era preferible no tener
muchas expectativas. Llevé la cámara fotográfica pensando que no iba a tener la
oportunidad de volver a ese lugar.
El celador nos abrió por la entrada de la carrera 13, la puerta que se mando clausurar por
seguridad cuando nos mudamos a la casa. Lo primero que vi fue el cambuche que habían
construido los vigilantes al lado del garaje de la primera casa.
Llegué tarde, así que lo primero que hice fue dar la vuelta por el jardín buscando a mis
compañeros de grupo. El pasto me llegaba a la rodilla. El jardín tenía dos lagos artificiales
no muy grandes que por supuesto estaban desocupados. El más grande lindaba con uno de
los ventanales de la casa que se encuentra en mejor estado.
La pared opuesta al ventanal estaba llena de espejos, de manera que el jardín se reflejaba y
continuaba en la pared contraria.
La chapa de todas las puertas estaba dañada, gran parte del piso había sido levantado,
cualquier lugar que se presumiera con doble fondo había sido atravesado, había tiros en
los espejos de la sala.
El lote estaba completamente ahuecado. En el jardín algunos desniveles ya estaban
cubiertos de pasto.
Las primeras fotos de la casa quemada salieron oscuras. El techo estaba atravesado en casi
todos los espacios haciendo imposible pasar de un lado al otro.
9
En la entrada principal estaban apilados
algunos muebles ahumados, supongo que para
protegerlos de la lluvia.
Mi primera aproximación fue muy tímida,
entré sólo a los lugares de fácil acceso. Sentía
que cualquier cosa podía caerme encima.
Había vidrios por todas partes, la sala estaba
atravesada por el techo derretido. Eran pocos
los lugares a los que se tenía acceso en estas
condiciones.
La segunda vez llevé la cámara de video. No
había luz, ni agua, ni teléfono.
Había que cortar y barrer el pasto, virutear los
pisos, remover escombros, volver a poner
partes del piso, inventarse puertas. Era
imposible habitar la casa en el estado en que se
encontraba.
En esa primera grabación, me deslumbré
con los vidrios y los espejos de ambas
casas.
Desde la piscina, el jardín se reflejaba a
través de un espejo que cubría una pared
de unos ocho metros de largo.
Desde este espejo yo observaba la casa al
revés y podía vigilar todo lo que pasaba
detrás de mí.
Primeras fotos de la casa quemada.Enero 2002
10
Al lado de la piscina, una escalera de caracol daba
paso al segundo piso. En un principio todo
parecía tan frágil que incluso dudé en subir. Los
peldaños se reflejaban y se quebraban millones
de veces en una pared semi-circular tapizada con
espejos rectangulares del piso al techo, que
guiaban el paso al segundo piso.
En la mayoría de los espacios donde había
espejos, se tenía una sensación de reflejo
interminable, donde un reflejo se refleja en otro
que a su vez se refleja en otro espejo.
Hay lugares donde por la disposición de los
espejos era posible verse desde ángulos inusuales,
como el efecto generado al enfrentar un espejo en
el techo y un espejo en el piso. Al mirarse da la
sensación de estar viéndose uno mismo desde
una cámara de seguridad.
Al principio era muy cuidadosa, no me atrevía a
mover nada, quería conservar, quería registrar
para preservar. Era por lo menos lo que sentía en
ese momento. Que no debía tocar nada porque
era necesario preservar la casa quemada tal cual.
Como quien hace el levantamiento de la escena
de un crimen.
Un tiempo después ocurrió todo lo contrario. Al
ver que algunos de mis compañeros de grupo
empezaron a remover escombros en la casa
quemada, decidí hacer lo mismo. La sensación de
preservar se torno en un afán de despejar el
espacio, no sabía exactamente para qué.
EspejosFebrero 2002
11
De cualquier manera, luego lo supe. A medida que se despejaba el espacio la casa mostraba
más de lo que yo consideraba sus características originales.
Aparecieron los pocos muebles que quedaban, fue posible ver los pisos, las paredes y
algunos objetos que habían dejado los de la fundación Forjar.
A medida que fue avanzando ese semestre en la universidad deje de ir por un largo
periodo de tiempo. Iba los fines de semana cuando la casa estaba sola. Mi único contacto
con lo que pasaba mientras yo no estaba, era ver lo que había sido alterado en las casas.
Me convertí en una espectadora del proceso de adecuación de la casa. Mis compañeros de
grupo alteraban continuamente la casa quemada, dejando a su paso parte el rastro de lo
que hacían y a su vez, destapando parte de las características originales de la casa. En
algunas partes y en cierto momento se me hizo imposible distinguir entre las marcas que
habían hecho mis compañeros de grupo, las que habían sido hechas en el tiempo en que se
construyó la casa y las que habían hecho las fundaciones anteriores. Fue uno de los
indicios de que la casa que yo estaba presenciando no era sólo la casa de Rodríguez Gacha,
sino la de todos los que habían pasado por ahí después de su muerte.
Después de tres meses apareció una puerta que no había visto nunca.
El tamaño de los escombros todavía era muy grande para pensar en atravesar ciertos
espacios.
La puerta daba a una especie de salón de juegos con una lámpara de billar en el centro. En
ese momento había un mueble a manera de bar en el costado derecho. Era uno de los
pocos lugares que no tenía escombros en el piso.
En la pared de la izquierda habían arrancado la tela que cubría las paredes. Se veía el
esqueleto de la estructura que sostenía los paneles de tela; unos listones de madera
delgados con pedazos de bóxer y espuma, que atravesaban la pared verticalmente.
Entre los paneles y de manera muy sutil había dibujados tres rectángulos en lápiz.
La imagen me deslumbró por completo, para mí se trataba de un cuadro armado en la
pared de manera perfecta.
12
Durante mucho tiempo fotografié lo que en ese momento llamé
p
Pensaba en el trabajo de Danilo Dueñas. De pronto, el orden que adquirían las cosas
generaba una serie de composiciones que se hacían cada vez más interesantes en la
medida en que las estudiaba. Note que obedecían a un comportamiento de mis
compañeros con respecto a lo que debía ocurrir en la casa. A un ideal y a unos intereses
específicos.
cuadros; las
composiciones que se generaban con el aso de los individuos por la casa. Los anteriores
habitantes, y ahora, mis compañeros de grupo.
Estas fotografías podrían ser parte de otro proyecto de tesis. Decidí dejarlas de lado en
determinado momento cuando elegí trabajar con el contexto histórico de la casa
directamente.
El fetiche
A medida que la casa quemada se fue destapando, la casa del lado empezó a llenarse
de objetos.
La casa que no estaba quemada empezó a ser habitada y fue necesario empezar a extraer
objetos de la otra para construir esta nueva casa. Algunos pedazos de triplex que hacían
parte del techo del cuarto principal de la casa quemada, fueron utilizados para hacer las
puertas de los cuartos de la otra casa.
Los muebles que estaban apilados en el garaje de la casa quemada fueron llevados a la casa
habitada. Las placas de mármol rosado del baño principal, sirvieron para hacer mesas.
La casa quemada amenazaba con caerse en cualquier momento. Los objetos que tenían
alguna clase de valor, fueron extraídos y organizados de tal manera que en cualquier
momento fuera posible rescatarlos del próximo derrumbe. Fue así como se desmontaron
las baldosas del piso del corredor, y las placas de mármol del baño rosado.
Incluso el tapete de pasto artificial del antejardín, sirvió para hacer trueque y conseguir
una guadaña de la cual se pudiera disponer siempre.
13
El primer objeto que me sedujo, y que pensé en llevarme para utilizarlo de alguna manera,
fue la tela de los parasoles del segundo piso de la casa, donde al parecer quedaban el sauna
más grande y el baño turco.
Las cortinas estaban manchadas por el hollín y la humedad porque quedaron a la
intemperie después de que la casa se quemó. El objeto me interesaba por sus cualidades
formales. Parecía un dibujo muy complejo en carboncillo.
Cuando iba terminando de desmontar la segunda cortina, empezó a aparecer en la
baranda que servía como soporte para colgarlas, la palabra PARASOLES, escrita en
crayola azul de manera rápida, como una indicación del objeto que debería ir allí.
Con el tiempo fui encontrando más de este tipo de señalizaciones en la casa; detrás de los
espejos, en las paredes, en el techo.
Me emocionaba encontrarlas, porque además de ser un tipo de constancia de la antigua
existencia de un objeto que había sido removido, me remitían al proceso de construcción
de la casa. La manera como aparecían también me hacía pensar en huellas o pistas para
encontrar un tesoro.
Parece que sobre la estructura ya armada de la casa, fue necesario empezar a improvisar en
lugares donde se olvidaron algunos detalles. Una tabla en la mitad del techo con un letrero
gigante en lápiz que decía “casar hueco en la esquina” y que señalaba un hueco hecho a
mano, (por no decir hecho con los dientes), fue una de las cosas que más me emocionó.
Incluso luego de la demolición de la casa seguían apareciendo este tipo de marcas, algunas
ilegibles y otras muy sencillas, un número y una flecha, una palabra corta.
Considero que los espacios en ruinas llegan a ser fascinantes porque el aparente caos deja
ver de manera más clara las huellas más sutiles de los objetos de la cotidianidad. Las
huellas dejadas por el paso de alguien se vuelven sumamente significativas porque son
vistas en su ausencia. La sensación que produce presenciar el espacio íntimo de otro, es
algo que hace todavía más emocionante el recorrido de una casa en ruinas.
Luego de algún tiempo decidí remover las baldosas de uno de los baños que estaban
manchadas por el hollín del incendio. Me remitieron a los dibujos de Miguel Ángel Rojas.
Mientras las sacaba con cuidado para no romperlas me sentí como todos los otros que
habían venido a saquear la casa; yo me estaba llevando algo que era valioso para mí.
14
Lo más extraño de esto fue darme cuenta que
probablemente este objeto ni siquiera era parte
de la casa originalmente, mejor dicho no
pertenecía a la época cuando Gacha vivía allí;
eran unas baldosas de la línea más económica
de Corona, que además parecían estar pegadas
encima de otras baldosas más pequeñas.
Karen, la directora de Forjar, también nos
había contado las reformas que le había hecho
a la casa que permanecía en mejor estado.
Cosas que hasta ese momento habíamos
pensado que eran de la época en que había
estado Gacha.
Realmente yo no tuve contacto con los objetos
impregnados de Gonzalo Rodríguez Gacha, ni
pude establecer un contacto con su vida a
través de los objetos que le habían pertenecido,
no era la misma situación de cuando un ser
querido muere, que se tiende a preservar los
objetos en el mismo orden en que esa persona
los tenía en un intento por preservar algo de
ella. Mi contacto no fue con él como persona,
sino con el mito de Rodríguez Gacha, con los
comportamientos generados por la
trascendencia de su leyenda.
Es realmente el comportamiento de la gente
con respecto a la leyenda de Rodríguez Gacha
lo que permite que la leyenda se extienda y
perdure.
De los objetos que habían pertenecido a Gacha
quedaban muy pocos; los que o bien eran muy
pesados para ser cargados, (como los
Huellas o pistas encontradas en la estructurade la casa.
Agosto 2002
El baño ahumado después de remover las baldosasNoviembre 2002
15
electrodomésticos) o los que no ofrecieron
ningún tipo de interés para los saqueadores.
Buscando los objetos que habían pertenecido a
Rodríguez Gacha, encontré que unos pocos
tenían todavía código de inventario. No se
muy bien quién hizo el inventario de la casa y
en qué momento. De cualquier manera los
únicos objetos con código que pude encontrar
fueron la cabecera de una cama, un sofá
morado, y más tarde una silla para piano.
Los otros que puedo pensar que le
pertenecieron, son la nevera y la estufa que
estaban arrumados en el garaje, por tratarse de
electrodomésticos similares a los utilizados en
la década de los ochenta.
Objetos con código de inventarioDiciembre 2002
16
Los periódicos
Luego de llevar cerca de seis meses trabajando con la casa como proyecto de tesis,
tratando de evadir el peso histórico que tenía por considerar que era un tema que a mi no
me tocaba y del cual no me sentía con propiedad para hablar, me di cuenta que si quería
seguir trabajando con la casa, era imposible hacer de lado el tema del narcotráfico. Hasta
el momento mi atención estaba centrada en el proceso de acomodación de ese espacio por
parte del grupo y en las cosas que podía ver al observar ese proceso de acomodación.
Todo se limitaba a mi experiencia física con ese espacio.
Pero la historia pesaba sobre los objetos de la casa. El saqueo y el incendio habían dejado
huellas muy fuertes en la casa que yo no quería dejar reducidas simplemente a una
observación formal.
En el primer semestre del 2003, decidí dejar de lado el miedo a meterme con este tema y
empecé a investigar los mitos y los cuentos que existían sobre la época dorada del
narcotráfico colombiano, la década de 1980.
Decidí hacerlo desde los libros más populares que se han escrito sobre este tema. No
buscaba la veracidad, sino el tipo de información que más acogida tiene, los
B
Empecé por , d
d M a b e
.
Los autores de estos libros son en su mayoría periodistas que tuvieron que salir del país
luego de escribir, conscientes del peligro que representa hacer muchas de las
revelaciones que se hicieron en estos libros y que implican tanto al gobierno y a la
policía, como a la guerrilla y al narcotráfico.
Algunos de los relatos resultan algo sensacionalistas, no únicamente por las historias en
sí, sino por la manera como son narradas; no deja de haber todo el tiempo un cierto tono
de realismo mágico, como se aprecia en la siguiente cita:
best sellers.
uscaba historias que rebasaran mi imaginación.
La Coca Nostra y Los Jinetes de la Cocaína e Fabio Castillo, Crónicas que
Matan e arí Jimena Duzán, y Mi Hermano Pablo, asado en el r lato de Roberto
Escobar, alias el osito
17
“Se levantaba temprano, bebía poco, hablaba
reposadamente y evitaba la utilización de
palabras soeces. Viáfara siempre lo veía
elegante, con la ropa apropiada para cada
ocasión… (hablando de Rodríguez Gacha)
(con respecto al hijo de El mexicano):
“Freddy era corpulento y el apodo de pocillo
le quedaba bien por sus grandes orejas. Había
dejado de estudiar para incorporarse de lleno a
las escuelas paramilitares”.
El libro escrito por Roberto Escobar tal vez sea
el que ha tenido mayor acogida a nivel
mundial; en este libro Pablo Escobar es un
personaje astuto que logra escabullirse y burlar
la autoridad en todo momento; una especie de
Renegado que tiene toda la astucia de Mac
Gyver. El que su hermano sea el narrador
implica que el lector tiene el privilegio de
presenciar desde muy cerca la mente perversa
y por lo tanto fascinante, del mayor capo de la
droga en la historia colombiana.
La foto de la primera página es ya un indicio
del tono que tendrá el libro. Una manera más
de fortalecer la leyenda de Escobar Gaviria.
[3]
[3] Duzán Maria Jimena (1992) . Bogotá
Colombia. Tercer Mundo Editores. (Pags).
Crónicas que matan Contraportada del libro Mi Hermano Pablo
18
El libro de Maria Jimena Duzán intenta tener un tono más periodístico. Sin embargo el
carácter de revelaciones que se hacen, la manera en que ciertos periodistas
“privilegiados” son llamados y escogidos por los narcotraficantes
Luego de esto, Rodríguez Gacha se convertiría en el mayor financiador de los crecientes
paramilitares del Magdalena medio.
para tener contacto
directo con ellos y tener el honor de escribir sus declaraciones, sigue dejando estas
historias en un campo de cierta manera fantástico. Lo que me pregunto es si serían tan
interesantes al ser narradas de otra manera.
La figura de los capos de los grandes carteles es ante todo un desafío a los límites humanos.
Como el espejo puesto contra el espejo en la casa creando un reflejo interminable. Lo
incontable. Lo infinito.
El hombre más rico del mundo, el atentado más sangriento de la historia de Colombia, el
mayor terrorista, el hombre más temido.
En una de las ocasiones en las que le estaba dando vueltas a la casa descubrí unos espejos
que se habían caído de la pared en la parte donde estaba la escalera de caracol.
Mirando uno de los periódicos que habían utilizado para pegar los espejos con Bóxer ala
pared, me di cuenta que era un periódico de 1984 que estaba intacto.
Uno de los titulares decía “ ”. Me acordé de
inmediato del libro que estaba leyendo en ese momento; de María
Jimena Duzán, y de cómo ella cuenta la manera en que se acabó la amistad entre
Rodríguez Gacha y la guerrilla:
Al descubierto sociedad narcoguerrillera
Crónicas Que Matan
“Sin embargo desde cuando en 1984 las FARC le habían robado a armas,
dinero en efectivo y cocaína, su anticomunismo lo había acercado aún más a los grupos de
autodefensa del Magdalena medio”.
El Mexicano
[4]
[4] Duzán Maria Jimena. (1992). (1a ed).
Bogotà Colombia. Tercer Mundo Editores. p. 115.
Crónicas que matan.
19
Allí, en una finca de propiedadde `El Mexicano´, las armasfueron guardadas durante dosdías , y poster io rmentee n t r e g a d a s a u n j e f eparamilitar conocido con ela l ias de ¨samura i ¨ . E l`seapoint´ luego de hacer eltransbordo de las armassiguió su rumbo haciaPanamá, tras la muerte deRodriguez Gacha, ocurrida el12 de diciembre de 1989, 232fusiles Galil provenientes deeste cargamento seríanencontrados por la policíaColombiana en enero de 1990en caletas de su propiedad¨
Duzán M. Jimena (1992).
Bogotà Colombia. Tercer Mundo
Editores. p. 149.
Crónicas que
matan.
[5]
También se dice que fueron
ellos los que aprovisionaron en esa ocasión
de armas al ejército paramilitar.
Luego de la muerte de E , una
caleta que contenía la mayoría de estas armas
fue encontrada en una de sus propiedades.
Basándome en esta historia y con las baldosas
que había extraído del baño de la casa, decidí
crear un dibujo fragmentado de la caleta
donde podrían estar guardadas las armas que
se encontraron después de la muerte de
Incluso, según se narra también en este
libro, Rodríguez Gacha trajo a finales de la
década de los ochenta, mercenarios israelíes
para que entrenaran a las tropas
paramilitares.
Para mí esta fue una primera manera de
juntar mi experiencia física con la casa y el
mito de Rodríguez Gacha.
Como sabía que los libros que estaba leyendo
podían resultar algo sensacionalistas, decidí
buscar en periódicos de la época por
considerar que podrían ser un poco más
verídicos o por lo menos podrían darme una
idea de la opinión que generaba en ese
momento la lucha contra los carteles.
También quería saber si existían fotos
oficiales de las caletas.
l Mexicano
El
Mexicano.
20
Como la búsqueda debía hacerse por fechas,
decidí buscar a partir de la fecha de la muerte
de Rodríguez Gacha y de Pablo Escobar.
No había tantos relatos sobre las propiedades
de los capos como sobre los actos terroristas
que habían llevado a cabo y sobre las
estrategias que la policía utilizó para
capturarlos.
El país estaba golpeado por la ola de violencia
generada por el narcotráfico y veían en la
muerte de los capos un primer triunfo en la
guerra contra los carteles de la droga.
Decidí desmontar el resto de los espejos de la
escalera para ver que más información podía
encontrar en los periódicos de la época. Me
emocionaba saber que la casa misma podía
guardar parte de su historia periodística y que
yo tenía acceso físico a ella.
En el caso del segundo la información fue más
extensa. Muchos periódicos de la fecha de la
muerte de Rodríguez Gacha no estaban a
disposición del público, la encargada dijo que
probablemente se encontraban en proceso de
microfichas, y que se demorarían varios meses
en regresar a la biblioteca.
(1993, 5 de Diciembre)“Los Capos y El absurdo”
El Tiempo
(1993, 12 de Diciembre). ¨Escobar no fue un
héroe¨. Gaviria. El Tiempo
(1984, 4 de Octubre) “¿mansión, expansión,extorsión?...Narcolandia”
El Tiempo
(1993, 12 de Diciembre). ¨Medellin, sin el estigma
del cartel . El Tiempo.¨
21
Detrás de la mayoría de los espejos había avisos clasificados, otros hablaban sobre temas
de la farándula, había una cartelera de cine y bastante publicidad. Solo pocos tenían
alguna nota, cortada por el límite del espejo, acerca de las presuntas alianzas entre
narcotraficantes o un cargamento incautado. Ninguno hablaba sobre Rodríguez Gacha
o Escobar específicamente, eran periódicos del 84, época en la cual todavía los capos no
se habían convertido en el tipo de cabecillas que llegarían a ser.
La demolición
Cuando empezaron a funcionar los talleres de niños en la nueva sede de la
m
Algunos arquitectos que fueron a verla coincidieron en que si no la tumbábamos
nosotros, se le podía caer encima a alguien en cualquier momento. Por esta razón
durante algún tiempo mis entradas a la casa quemada se limitaron a lo estrictamente
necesario. En cuestión de semanas las grietas de la casa se hacían más protuberantes, y
las estructuras chirriaban. El piso de la piscina se levantó como un cráter, y el segundo
piso se hundió unos 10 centímetros en la mitad. Las columnas de Zinc que se
encontraban en el corredor que daba a al piscina estaban completamente dobladas. Las
grietas se agrandaron y el vértigo predominaba.
Cuando empezó la demolición sentí una gran frustración. Estaba apegada, sentía la
necesidad de preservar esa casa. Hasta último momento pensé que era posible reciclar la
casa para convertirla en algo nuevo recuperando parte de la estructura original, me
parecía lo más coherente por hacer cuando se tiene un lugar con semejante peso
histórico.
Empezó en las partes que estaban más desgastadas como la piscina y el bar. Uno de los
obreros que me vio tomando fotos, me mostró una parte de la casa que era subterránea.
Fundación
Teatro , la necesidad de demoler la casa quemada se hizo ás urgente.Varasanta
De cualquier manera el estado en que se encontraba era realmente peligroso y
no hubo otra opción que demolerla.
22
Yo nunca había bajado al sótano porque
estaba inundado, y aunque existían unas
escaleras de caracol que bajaban hasta allá, el
agua empozada no dejaba pasar.
El obrero había abierto parte del piso de la cocina
durante la demolición y había encontrado una
especie de túneles subterráneos que se
encontraban inundados a un nivel de
aproximadamente un metro y medio del piso.
Me dijo que eran los cuartos donde guardaban
los calentadores de la piscina.
Me hubiera gustado que hubiera sido parte del
famoso túnel que daba a la calle, por donde
Rodríguez Gacha se le escapaba a la policía
cuando ocurrían los allanamientos sorpresa.
El obrero había llenado con escombros parte del
cuarto subterráneo; (un poco por encima del
nivel del agua) para crear una pequeña montaña
donde me pude parar y ver, lo que para mí era el
túnel de Gacha, en vivo y en directo. Las fotos
que pude tomar no salieron de muy buena
calidad, la luz era muy baja y era imposible
iluminar desde alguna otra parte. Para mí sin
embargo sirven como pruebas contundentes del
famoso túnel.
A medida que avanzó la demolición el túnel y
otros huecos como la piscina y el jacuzzi, fueron
tapados con los escombros. Incluso la escalera
que solía bajar hasta el sótano despareció.
El túnel de Rodríguez GachaFebrero 2003
23
La parte de la casa que se encontraba en mejor
estado quedó en pie.
Sin embargo , en ese momento se sepultó
para mí, la casa como mito. Se acabó con los
pocos rezagos que quedaban de la casa
original.
Los guaqueros
Hasta el 28 de Abril del 2003, yo había
mantenido cierta distancia con los cuentos de
las guacas. Aunque en la casa había huellas de
excavaciones y saqueo, era algo ajeno a
nosotros, pasado.
Lo más extraño de los guaqueros que se
metieron a la casa ese Lunes, fue darse cuenta
que no solo el mito de las caletas está latente en
la población colombiana aún hoy, después de
casi quince años de la muerte de Rodríguez
Gacha, sino que hay gente que cree
firmemente en la posibilidad de encontrar una
de esas caletas y está dispuesta a exponerse de
la manera como lo hicieron los que entraron a
la casa ese día.
El lunes 28 a las cuatro de la tarde llegaron
unos tipos a preguntar por unos talleres. Los
atendieron en la puerta, no parecían ser del
tipo de personas que asistían a los talleres.
----
-
Trajeron un man que había
estado en el Tolima y que
entonces conocía los lugares de
Gacha. Decía que la disposición
de las cosas acá que era muy
parecida a una de las casas
donde habían encontrado
guaca, que por eso estaban acá.
---
entrevista a Angela una de las
personas presentes el día de la
irrupción.
24
---¡El sitio donde estuvieron
buscando es de un absurdo! de
un absurdo que ahí existiera
algo… Si fuera así, eso quiere
decir que Gacha para sacar una
guaca de esas; ¡le toca traer una
retroexcavadora!----
----en un momento la vieja que
nos estaba cuidando entró al
cuarto donde dejamos nuestras
cosas y empezó a esculcar
maletas, billeteras, todo y
obviamente se robó: un celular,
se una flauta traversa, una plata
del grupo que estaba bien
guardada…
…y finalmente terminó siendo,
cuando los manes se dieron
cuenta que aquí no había nada
y se cansaron de cavar, terminó
siendo un robo un poco
patético; la vieja se llevó lo que
le pareció que podía llevarse. --
entrevista a Fernando, director
de la Fundación teatro Varasanta
entrevista a Angela una de las
personas presentes el día de la
irrupción.
Ellos fueron metiéndose despacito hasta que;
una vez estando adentro, mostraron un
revólver y obligaron a todos lo que se
encontraban dentro de la casa a permanecer
quietos y a obedecer mientras ellos buscaban la
guaca de .
Venían poco preparados, sin herramientas, sin
linterna; muy seguramente pensaban que iba a
ser cuestión de unas 2 horas; en total
permanecieron 10. Al parecer en un punto se
encontraron una roca demasiado grande que
no pudieron ni romper ni mover y se
marcharon haciendo claro que iban a volver.
El mexicano
Inspeccionaron todo el área del jardín y la casa
quemada. No mostraron ningún interés en la
casa que está en pie. Se sorprendieron de
encontrar todo en ruinas. Alguno mandó a
buscar la mesa de billar, según él una de las
patas estaba llena de esmeraldas. Por supuesto
no encontraron ni la mesa de billar, ni nada de
lo que estaban buscando.
A la medianoche trajeron una mujer paralítica
que decía ser vidente, dijo sentir vibraciones
debajo del árbol de cerezas por lo que
decidieron empezar a cavar ahí. Estuvieron
hasta las dos de la mañana, cuando
encontraron una piedra demasiado pesada
para ser removida. Le pidieron el gato a uno de
los integrantes del grupo que tenía carro. No
funcionó.
25
Finalmente se aburrieron y se fueron dejando
claro que pensaban volver.
Retuvieron a los integrantes del grupo en la
entrada de la casa donde se dictan los talleres,
sentados en un colchón. En varios momentos
les repitieron que no tenían interés de hacerles
ningún daño y que venían a llevar a cabo una
operación que no les incumbía.
Los guaqueros que permanecieron adentro, a
quienes se les había encargado cuidar a los
integrantes del grupo mientras se llevaba a
cabo la “operación” en el jardín, cortaron las
líneas del teléfono y obligaron a los
integrantes de a llamar a sus
respectivas casas desde un celular para aclarar
que no podían llegar esa noche; buscando que
los familiares intranquilos no tomaran
medidas; como llamar a la policía.
El hecho de saber que los captores conocían
el número de teléfono de cada una de sus
casas, generó en los integrantes del grupo un
miedo posterior a las posibles represalias, que
no los dejó tranquilos durante más de tres
meses.
Adentro de la casa, los captores contaban
chistes e historias tratando de crear un
ambiente más ameno a sus secuestrados.
Nadie se enteraba de lo que pasaba afuera.
Uno de ellos tratando de alivianar la
situación, dijo que en realidad ellos no
estaban interesados en ninguna guaca, que
habían ido allá para desenterrar a treinta
Varasanta
---
.-
---
----
-
Ellos creen que la guaca es
para ellos. Ellos saben que acá
ha venido mucha gente a
buscarla, que la casa está
rota;… pero hay algo que les
dice a ellos que la van a
encontrar.
Que esa guaca, aunque miles de
gente le ha pasado encima y no
la ha encontrado, ellos creen
que ellos sí la van a encontrar
Es posible, como dice todo
el mundo que acá hubo algo,
pero ya se lo llevaron hace rato.
La dificultad es: ¿Cómo le saca
usted la guaca de la cabeza a la
persona? La guaca no está aquí,
pero está en la cabeza de la
persona; ¿Cómo se la saca?--
entrevista a Francesca una de las
personas presentes el día de la
irrupción.
entrevista a Fernando, director de la
fundación teatro Varasanta.
26
dándose cuenta de la mentira que
proponía su compañera dijo: “yo pensé que eran solo diez”.
La situación generada parecía una sátira. Los guaqueros parecían totalmente inexpertos,
mostraban el arma todo el tiempo corriendo el riesgo de generar pánico en sus víctimas,
dejaron todo tipo de evidencias sobre su identidad y no llevaron ningún tipo de
herramienta.
Durante los días siguientes tratamos de frecuentar la casa lo menos posible. Se cancelaron
las actividades de esa semana y empezamos a crear un plan de seguridad.
Diez días después, en el momento en que yo llegaba a la fundación, a las seis y media de la
tarde aproximadamente, los tipos que al parecer habían estado esperando la oportunidad
de entrar, se acercaron cuando ya había timbrado. Yo me puse muy nerviosa, no sabía si
salir corriendo a llamar a la policía era la mejor opción. Venían con una guitarra
pretendiendo ser unos serenateros, yo me quedé quieta mucho tiempo pensando que
hacer, no quería que se alertaran y que de pronto me cogieran por escandalosa de rehén
para obligar a los que estaban adentro a abrir la puerta.
Había timbrado con el santo y seña que habíamos acordado con los del grupo, por lo que
seguramente me iban a abrir sin preguntar antes por el citófono.
Timbre una vez más, de pronto ellos entenderían que algo andaba mal, y decidí hacerme
la loca, como si no me hubieran abierto, e ir a llamar al celador de la casa del lado.
Mientras yo me fui, ellos abrieron la puerta. Los tipos trataron de entrar, pero alguien
logró empujarlos hacia fuera y cerrar. Cuando llegué con el celador los tipos ya se habían
ido. Minutos después llegó la policía.
-Si insisten tanto es que debe haber guaca- dijo uno de los policías- seguramente es uno de
los guardaespaldas de Gacha que está seguro porque vio cuando enterraron la guaca.
Esta teoría resulta imposible dentro de la mitología de Rodríguez Gacha. Según se cuenta
la manera en que los narcotraficantes se aseguraban que el sitio de la guaca permaneciera
en secreto, era matando a todos aquellos que habían participado de alguna manera en la
construcción de la misma.
compañeros que habían sido sepultados en la casa. Dijo que ellos tenían el deber de
otorgarles cristiana sepultura. Su compañero no pudo evitar voltearse asustado
“Treinta?” Le preguntó, luego un poco más calmado y
27
-----
-----
Yo creo que los manes
están convencidos de la guaca.
Prefiero además pensar eso, es
como más ingenuo.
Me parece más sofisticado que
estén pensando en decir lo de
la guaca pero su verdadera
intención es que nos vayamos y
quedarse con el lote para
construir unos edificios. Eso me
parece bastante más sofisticado
y no creo que los manes sean
tan inteligentes, aunque ni
idea.
entrevista a Liliana, una de las
personas presentes el día de la
irrupción.
Luego de algún tiempo toda esta situación se
volvió graciosa, sobretodo porque los
guaqueros no volvieron a insistir. Se instaló
una cámara de seguridad en la casa y se
contrataron los servicios de una compañía de
seguridad.
A través de los vecinos nos enteramos que no
era la primera vez que esto sucedía y que era
habitual en todas las propiedades que habían
pertenecido a los capos de la mafia.
El mito de la caleta fue el principal legado que
dejaron los grandes capos a los esperanzados
colombianos.
(2003,4 de Mayo) “La Guaca de El Mexicano”El Tiempo
28
EL MITO EN EL MUSEO
En el de la ciudad de Bogotá, existe un piso dedicado a los
antihéroes dados de baja por la policía. Lo que más llama la atención de esta puesta en
escena es una moto Harley Davidson anaranjada, que fue decomisada al unos de
los hombres de confianza de Pablo Escobar. Hay además una mala reconstrucción de la
figura de Pablo Escobar vestida con ropa semejante a la que llevaba el día que murió. En la
pared hay colgadas a manera de trofeo educativo, las cabezas en cera de los
narcotraficantes más perseguidos, entre ellos la de Rodríguez Gacha, quién resulta
irreconocible de no ser por el sombrero que intenta ser igual al que utilizaba
Esta serie de adquisiciones (que en la mayoría de los casos son recreaciones, de la
situación de un personaje) cumplen el objetivo de relatar la historia “sucia” del país desde
los trofeos de guerra adquiridos por la policía.
Es la manera de dar crédito a una institución mostrando los obstáculos que tuvo que
sobrepasar. Son estas pruebas superadas las que afirman su grandeza.
Cada museo crea su propio orden. Hace una edición de la historia. En este caso la edición
trata de recrear las imágenes más vistas, la mayoría salieron en casi todos los periódicos.
Es el caso de la imagen de Pablo Escobar tirado en el techo de la casa donde fue asesinado o
la imagen de Pablo Escobar cuando se encontraba “preso” en La Catedral, que en el museo
se encuentra recreada por un muñeco con el famoso sombrero ruso que se agita detrás de
unos barrotes.
Muchos pobladores de los barrios populares de Medellín o de Pacho, llegaron a tener
mayor fe en los narcotraficantes, porque fueron ellos quienes se manifestaron
monetariamente antes de que lo hiciera el gobierno.
Para aquellos, que vieron en estos antihéroes una especie de ídolos a seguir, la tumba de
Pablo Escobar o de Rodríguez Gacha se convirtió en un sitio sagrado.
museo de la policía
¨arete¨,
El Mexicano
29.
29
“Por eso, cuando empezaron aaparecer billetes de cien dólaresque brotaban del río, como sipor un milagro divino sus aguastuvieran la facultad deproducirlos , muchos de lospobladores creyeron que desdearriba el alma generosa de
los había mandado. Elmilagro inmediatamente produjouna romería incesante hacia elrío, y los habitantes de pacho selanzaron a ´pescar´ billetes enmedio de toda suerte derumores. El más fuerte de ellosdecía que Rodríguez Gacha,antes de su muerte, habíaenterrado millones de dólares enla ribera del río, y cuando estehabía subido, el dinero habíasido arrastrado por la fuerza delas aguas.Desde allá, (señalando el cielo),
nos sigueprotegiendo---decían los pobladores mientrasrecogían manojos de billetesmojados.”
Pag 249Duzàn Maria Jimena.
Bogotá, Colombia.Tercer Mundo Editores.
el
mexicano
el mexicano
Crònicasque Matan.
Al tercer piso del museo del oro se entra por
una puerta pesada y blindada, de las mismas
que se utilizan en las bodegas de los bancos.
La sala permanece en penumbra. En las
vitrinas se ven los objetos en oro encontrados
en diferentes partes del país. A mitad de la sala,
puede verse el poporo Quimbaya de aprox.
50cm de alto que se ha convertido en símbolo
de nuestro país y que se hizo popular cuando
apareció en las primeras monedas de veinte
pesos.
Los visitantes, (no todos pero en su mayoría)
dan rápidamente la vuelta a la sala buscando la
famosa balsa de El Dorado¨ que suele
aparecer en todos los libros de historia de
primaria. Se sorprenden al ver que es muy
pequeña.
El poporo Quimbaya, pieza que inició la
colección del Museo del Oro en 1939, es
sentido por los colombianos como
identificación de su nacionalidad y de su
historia
(leyenda encontrada al lado del esta pieza en el museo
del oro, Bogotá.)
¨
30
Según la leyenda, el cacique se untaba de polvo de oro todo el cuerpo y se metía a la
laguna de Guatavita. Se dice que en el momento que se sumergía, eran arrojadas
también ofrendas en oro para los dioses.
La famosa leyenda atrajo la atención de los conquistadores. Hasta buzos se
sumergieron en la laguna buscando parte del tesoro de El Dorado. Finalmente fue
imposible comprobar la veracidad de este mito, y permaneció como una incógnita.
Muchas piezas que fueron saqueadas en la época de la colonia, permanecen hoy en los
museos de España. La historia del saqueo lleva miles de años y es la manera como se han
construido gran parte de las colecciones reconocidas. (Museo Louvre, Paris. Museo
Pergamo, Berlín)
Lo más interesante es la puesta en escena que luego se hace de estas piezas dentro de los
museos. La imagen descontextualizada es ordenada de tal manera que el espectador crea
otro tipo de relación con ella. Aunque el espectador suele tener la expectativa de lograr
un encuentro físico con el objeto, muchas veces esta relación esta mediada por el respeto
que debe guardar frente a la pieza expuesta, lo que hace que en algunos casos el encuentro
se vuelva exclusivamente intelectual.
En el caso del monumento arqueológico o de la casa museo, la experiencia está un poco
menos mediada y se tiene el atractivo de estar en el mismo espacio donde el personaje
legendario estuvo. No deja de haber cierta disposición de los objetos que remite
nuevamente al museo y entonces la relación se rompe de nuevo. Es el caso de las Quinta
de Bolívar en Bogotá, o la casa de Santander en Cúcuta. L
El peligro de extinción que corren los bienes del narcotráfico es que no existe deseo por
parte del estado de preservarlos como objetos de respeto , tal vez de valor histórico sí,
pero esta motivación no llega a ser suficiente. Además demandan tal cantidad de dinero
para su conservación que es imposible pensar en mantenerlos en pie.
Mi propuesta plástica tiene como objeto preservar y dar a conocer ese espacio, por lo
menos por un lapso de tiempo antes de que desaparezca.
os objetos tratan de permanecer
en reposo como si hubieran quedado de esa manera desde el día de la muerte de su
propietario.
31
PROPUESTA PLASTICA
Y REFERENCIAS
ARTISTICAS
“La vida se ha extendido por todas
partes
dando vueltas cada vez más amplias.
Por eso su camino tiene la forma del
caracol.”
Mitología Kogui
En Octubre del 2002, cuando llevé a una de
mis asesoras de anteproyecto a la casa de
Rodríguez Gacha, hubo algo que observó que
yo no había tenido en cuenta. Ella dijo “Mire,
todas las escaleras de caracol, como para bajar a
una caleta”.
Efectivamente en la casa quemada todas las
escaleras fueron construidas con esta
arquitectura. Las escaleras de caracol son
utilizadas generalmente para ahorrar espacio
horizontal, sin embargo en este caso parecían
una cuestión de gusto personal.
Siempre me llamó la atención en la casa, la
escalera al lado de la piscina. En términos
coloquiales, era lo más lobo que la casa tenía.
32.
32
La leyenda acerca de esta escalera es que Gacha
quiso construir una escalera que no existiera
en Latinoamérica. Los arquitectos encargados
de esta tarea dieron con una escalera existente
en Italia hecha de cristal murano. Según esta
leyenda Gacha mandó a hacer la replica exacta
en la casa de la 86.
Me imaginé cómo podría ser la escalera que
llevara a la caleta mayor de Rodríguez Gacha.
Una caleta donde estuviera el real tesoro de
. De que manera podría permanecer
protegida, cual sería la estrategia para que
fuera la guaca más difícil de encontrar.
Un amigo me había llevado un artículo de El
Tiempo en donde se hacía referencia a un
maletín que había pertenecido a ,
y que se encontraba en alguna de sus
propiedades. Según el artículo este maletín
tenía mucho más valor que todas las canecas
llenas de dólares que podrían encontrarse
dentro de una guaca. Empecé a realizar unos
dibujos que indagaban el posible contenido de
la maleta.
Fue realizando estos dibujos que me di
Mi propuesta plástica se construye a partir del
mismo tipo de detalles inexactos que he
encontrado durante la investigación ligada a
mi proyecto de tesis. No tengo necesidad de
creerlos, es la duda generada luego de
escucharlos lo que considero valioso.
El
Mexicano
El Mexicano
(2002, 10 de Febrero)”El maletín de El Mexicano”El Tiempo
33
cuenta que lo más emocionante era especular
acerca de las posibilidades de estas historias.
En tantos casos quedan abiertas que es
fascinante. Quedan inconclusas y en manos
del que las escucha para que imagine lo que
quiera.
La noticia era acerca de la incursión de algunos
personajes militares y otros presuntos
integrantes de una banda en una casa de Suba
que había pertenecido a sin
embargo el protagonismo se lo llevo la historia
inconclusa e inexacta del maletín.
La ausencia de imágenes fotográficas explicitas
en este tipo de historias hace que la imagen
mental pueda extenderse según los deseos del
espectador. El sabe que nunca tendrá contacto
con este tipo de situaciones, por lo que su deseo
de conocer debe ser llevado a cabo a través de
otra persona: el periodista, el sobreviviente, el
cronista o el creador de una historia. Si estos
mediadores además, pueden darle a conocer
parte de la evidencia, así sea dentro de un
contexto diferente, su relación con el relato se
vuelve más estrecha.
En Mayo del 2003, un mes después de la
irrupción de los guaqueros en la casa de la 86,
apareció un titular en el periódico del
domingo, refiriéndose a la caleta de la FARC
que había sido encontrada y repartida entre
una división del ejército. El titular decía: ¡Esto
es plata, pero mucha plata, lanza!
El Mexicano,
[6][6]
.
(2003, 25 de Mayo). ¨Esto es plata pero mucha
plata lanza¨. El Tiempo
34
Me hizo pensar en el famoso relato del río de
billetes y como fue interpretado por algunos
habitantes de Pacho, como la prueba física de
la generosidad del espíritu ,
”que aún después de muerto, los seguía
ayudando.” (Pg. 30 de este doc.)
La imagen que acompañaba este titular
donde aparecían en un montaje canecas de
plástico azules, de las mismas que se hicieron
célebres al salir en televisión luego que fue
encontrada una de las primeras caletas
millonarias de , me hizo pensar
en la repercusión que una imagen como esta
podía llegar a tener. Las canecas más que una
manera de guardar el dinero, se convirtieron
en un estilo de hacerlo. No importa si las
canecas que encontró el ejército ese día eran
realmente azules, tal vez el que las concibió
de esta manera fue el que realizó el montaje,
de cualquier manera se han convertido en un
icono.
de El mexicano
El Mexicano
Además de todos los libros que
se han escrito acerca de la
leyenda de Rodríguez Gacha,
en la plaza de Chiquinquirá
encontré un lugar donde por
4,500 pesos uno podía tomarse
una foto vestido como
,
c
r
El
Mexicano encima de un
aballo relinchando, con
poncho, charreteras, somb ero
y pistolas.
35
[6]
.
(2003, 25 de Mayo). ¨Eran canecas y canecas¨.
El Tiempo
Decidí llevar a cabo una propuesta plástica que se nutriera de esa repercusión y que
contribuyera a mantenerla como patrimonio de valor histórico.
En el teatro de Brecht, el espectador siempre esta siendo recordado de la situación en
la que se encuentra. El actor varias veces se dirige al público como la persona
actuando que es y no como su personaje.
En las instalaciones de Illya Kabakov la puesta en escena tiene una realidad
construida en torno suyo. Obedece a una realidad propia, así se trate o haga
referencia a una cultura ya existente. Como en el caso de
, donde se hace referencia al museo ruso, pero no se trata de una puesta
en escena, se trata de una nueva realidad a la que el pintor Stepan Yakovlevich
(pintor ficticio creado por Illya Kabakov) pertenece.
En el caso de de 1996, Kabakov crea el espacio íntimo de un personaje
y da la oportunidad al espectador de establecer otro tipo de contacto con los objetos.
Existe toda una estructura que se establece como entorno de un personaje que no se
encuentra en el momento que el espectador hace la visita de eses espacio. En esta
medida lo considero similar a la experiencia que se puede tener al entrar en un
espacio abandonado o en las ruinas.
Durante el proceso 8000, muchas veces se habló de una misma imagen de la cual no
existía ningún registro; las cajas forradas con papel regalo fucsia y estrellas doradas.
Según los noticieros, había sido en estas cajas donde se había entregado el dinero del
narcotráfico que sería utilizado para la campaña presidencial de Ernesto Samper. En
la primera versión de la obra Juan Fernando Herrán mostró la foto de dos
personas en un parque adero subterráneo, tratando de meter las presuntas cajas en el
baúl de un carro.
Las cajas rosadas se convirtieren en una evidencia que por ser presentada dentro de
un contexto artístico se negaba a si misma.
Incident at The museum or
Water Music
On The Roof
anexo 273,
Si se compara con Brecht, no hay actor que se quite la máscara. Existe una
experiencia real que le da la posibilidad de una reflexión conjunta al espectador.
El espectador est a en ambos lados del escenario.
36
La imagen de las cajas era identificable para todos los colombianos que habían
presenciado por televisión el escándalo de los narco-cassetes y la campaña presidencial
pagada con dineros calientes.
En la pared unos dibujos en lápiz muy leves mostraban la manera como la situación había
sido narrada por los periódicos.
En la primera etapa de contacto con la casa me era imposible considerar que la
experiencia cotidiana pudiera convertirse en experiencia plástica, sentía un gran afán de
materializar y crear a partir de lo que observaba, sin considerar el relato de esta
experiencia como parte de una propuesta plástica.
Anteriormente dije que consideraba que la experiencia podía resultar más interesante
que el relato, no se trata de una premisa.
El relato no puede ser comparado con la experiencia porque simplemente es otro tipo de
experiencia que permite otro tipo de aproximaciones cuya vivacidad es cuestión de
narrativa.
37
Chiquinquirá, Diciembre 28 del 2003
BIBLIOGRAFIA
-39.
39
Gracias a Diego,Yomaira, Mancel, Eloisa,Omar David, mi familia y
a la FundaciónTeatro Varasanta.
Escobar Gaviria, Roberto.Quintero editores y Roberto Escobar.Bogotá: 2000
“Mi Hermano Pablo”
¨Escobar no fue un héroe, Gaviria¨.
(1993, 12 de Diciembre). El Tiempo
“¿mansión, expansión,extorsión?...Narcolandia”(1984, 4 de Octubre) El Tiempo
Ross, David A. Blazwick, Iwona Groys, Boris. Phaidon Press. London; 1998Illya Kabakov
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