Download - Proposito Genesis

Transcript
  • A PROPOSITO DE "GNESIS Y ESTRUCTURA Y LA FENOMENOLOGA" DE DERRIDA^

    Ral CASTROVIEJO Y Jess Miguel DAZ ALVAREZ Universidad de la Rioja y UNED

    INTRODUCCIN' Desde los inicios de su carrera filosfica la fenomenologa de

    Husserl ha ejercido un considerable influjo en el pensamiento de Derrida^. Su inters en la fenomenologa se muestra ya de modo muy temprano con motivo de su primer proyecto de tesis doctoral, que data del ao 1957 y que llevaba por ttulo: La idealidad del objeto literario. Con l pretenda Derrida utilizar el mtodo fenome-nolgico en la construccin de una nueva teora de la literatura.

    En este contexto es tambin importante resaltar que la forma en que nuestro autor se aproxima al pensamiento de Husserl se distancia claramente, y a veces de modo polmico, de lo que usualmente fue la recepcin de la fenomenologa en Francia durante los aos 50 y 60. Es decir, tanto de la fenomenologa

    Este texto es la versin modicada de un Re/eraf presentado conjuntamente por los autores en el Hauptseminar Wirkungsformen der husserlschen PMnomenologie. La direccin del mismo corri a cargo del profesor B. Waldenfels, y tuvo lugar en la Ruhr-Universitt de Bochum durante el semestre de invierno de 991-1992rM erecio la mxima calificacin.

    Los datos ofrecidos en este apartado estn tomados del libro de Pealver, P., La desconstruccin. Escritura y diferencia. Montesinos, Barcelona, 1990. Pgs. 44-47.

    ' A este respecto Patricio Pealver seala que la fenomenologa de Husserl es seguramente la fuente intelectual ms eficaz tericamente en la construccin del pensamiento de Derrida. Op. cit. Pg. 44.

    Tambin B. Waldenfels ha hablado de Derrida como fenomenlogo, aunque, es verdad, "heterodoxo" respecto a la "ortodoxia" husserliana.

    Esta fundamental vinculacin de la obra del pensador francs con la fenomenolo-ga de Husserl es frecuentemente "olvidada" o superada", pero no preciscimente en el sentido de la Aufhebung hegeliana, por algunos "derridianos".

    tndoxa: Series Filosficas, n^ 3,1994, UNED, Madrid: Ral Castroviejo y }.Miguel Daz: A proposito de "'Gnesis y estructura' y la fenomenolo-ga" de Darrida. pp317-335.

  • existencial de Sartre como de la fenomenologa de la percepcin de Merleau-Ponty. Por el contrario, se sentir muy prximo a filsofos que, como Ricoeur, Tran-Duc-Thao o Bachelard, consideraban la fenomenologa desde un punto de vista eminentemente lgico y epistemolgico.

    Distanciado, pues, de las interpretaciones psicolgicas y existenciales, Derrida insiste en la fidelidad al rigor filosfico y al estilo cientfico de un pensador cuya primera obra haba sido una Filosofa de la aritmtica, y que culmina en cierto modo su itinerario con una meditacin sobre el origen de la Geometra*. La primera cristalizacin de esta comprensin de la fenomenologa tiene lugar en la conferencia pronunciada en 1959: "Gnesis y estructura y la fenomenologa", cuyas lneas maestras pasamos a exponer y comentar seguidamente.

    Para la realizacin de nuestro cometido hemos dividido este artculo en cinco partes:

    I. En la primera parte abordamos la actitud que Derrida mantiene con respecto al uso que hace Husserl de los conceptos de gnesis y estructura.

    n. A continuacin nos adentramos en la relacin problemtica, debate lo llama el pensador francs, que se establece entre ese par de conceptos, y que en su opinin determina el decurso de la fenomenologa. El hilo de ese debate lo seguir Derrida tanto desde una perspectiva interna a la propia fenomenologa como en el combate que ella mantiene en los flancos de su campo de investigacin: con la psicologa de la Gestalt y con el historicismo de Dilthey.

    Ese debate nos conducir a ver, por ltimo, la necesidad del trnsito a la gnesis.

    III. Seguidamente, veremos las tres vas en las que se difracta, segn Derrida, la gnesis: la va lgica, la egolgica y la histrico-teleolgica.

    * Pealver, P., op. cit. Pg. 47.

    318

  • rv. En la parte cuarta intentaremos presentar la valoracin que el pensador francs hace de la transicin antes mencionada de la estructura a la gnesis.

    V. Y, finalmente, concluiremos el artculo con una anotacin crtica.

    I. GNESIS Y ESTRUCTURA EN LA FENOMENOLOGA DE HUSSERL

    El ncleo de la conferencia que ahora nos ocupa se basa en el hecho de que, para Denida, Husserl trabaja con los conceptos de gnesis y estructura de modo aproblemtico. Derrida opina, prosiguiendo en esto la crtica que E. Fink haba hecho a su maestro^, que esos dos conceptos tienen un carcter operativo, lo que hace que Husserl pueda establecer la complementariedad y coherencia de los mismos sin encontrar el menor atisbo de dificultad. Para el pensador francs, si al fundador de la fenome-nologa lo pusiramos en la tesitura de tener que decidir entre gnesis o estructura, con toda seguridad se hubiera extraado de tener que tomar partido por una u otra, pues habra aspectos del mundo y de nosotros mismos susceptibles de ser descrtos en trminos de gnesis y otros en trminos de estructura. Por lo tanto, tales conceptos tienen para Husserl diferentes mbitos de uso que no interfieren entre s.

    Derrida intenta ilustrar la posicin de Husserl en relacin al uso de gnesis y estructura con dos ejemplos:

    1. En Lgica formal y transcendental hay una autointerpretacin de Husserl en relacin a la Filosofa de la aritmtica, obra que normalmente se considera que est fuera del marco de la fenome-nologa. Husserl nos dir ah que la Filosofa de la aritmtica es un precedente de las investigaciones gentico-constitutivas.

    Cf. Fink, E., "Los conceptos operativos en la fenomenologa de Husserl", en Husserl. Tercer coloquio filosfico deRoyaumont, Buenos Aires, 1%8. Pgs 192-205.

    319

  • Desde este punto de vista, el paso de las investigaciones genticas de ese primer libro a las Investigaciones lgicas, que se desarrollan a un nivel fundamentalmente estructural, no supone un corte, sino que tiene la continuidad de la explicitacin*.

    2. Mucho ms claro es para Derrida el carcter complementario de la transicin de los anlisis estructurales de Ideas I a los anlisis constitutivo-genticos que siguieron en textos posteriores, a los que concede ser muy novedosos en algunos casos. Y sin embargo -dice literalmente Derrida- este paso sigue siendo un simple progreso que no implica ninguna "superacin", como suele decirse, menos todava una opcin, y desde luego no un arrepentimiento. Es la profundizacin de un trabajo que deja intacto lo que ha sido descubierto...''.

    As pues, para el pensador francs, en el espritu de Husserl al menos, no se habra planteado nunca el problema "estructura-gnesis", sino, como ya dijimos, la coordinacin de dos rdenes de descripcin que atienden a distintos niveles segn el quid y el quomodo de los datos.

    N. GNESIS Y ESTRUCTURA EN LOS MARGENES Y DENTRO DE LA FENOMENOLOGA

    Una vez sealada cual es la postura explcita que parece mantener Husserl, Derrida tratar de mostrar lo siguiente:

    1. que por debajo del viso sereno de estos conceptos, se sostiene un debate que regula y ritma la marcha de la descripcin, que le presta su "animacin" y cuyo "inacabamiento", al dejar en desequi-librio cada gran etapa de la fenomenologa, hace indefinidamente necesarias una reduccin y una explicitacin nuevas;

    ' Derrida, ]., La escritura y la diferencia, Anthropos, Barcelona, 1989. Pg. 213.

    Derrida, ]., op. cit. Pg. 213.

    320

  • 2. que este debate, al poner en peligro en cada instante los principios mismos del mtodo, parece (...) obligar a Husserl a transgredir el espacio puramente descriptivo y la pretensin trascendental de su investigacin, hacia una metafsica de la historia...*.

    Abordaremos seguidamente el primer pimto, dejando el segundo para la parte cuarta de nuestro trabajo.

    Derrida analizar ese debate entre gnesis y estructura en el pensamiento de Husserl en dos rveles distintos. El primero se produce en el combate que el fundador de la fenomenologa mantiene en dos ocasiones en los flancos de su campo de investigacin. Tales son las polmicas de Husserl contra dos filosofas de la estructura contemporneas a su proyecto filosfico: el historicismo de Dlthey y la psicologa de la Gestalt. El otro nivel tiene lugar desde una perspectiva ms interna a la propia fenomenologa, en el corpus mismo del pensamiento husserliano.

    Vayamos ahora al primer nivel de este debate. Para contextuali-zarlo mejor nos referiremos, previamente, a un episodio de vital importancia que en realidad est a medio camino entre ambos niveles y concierne a los motivos del abandono del psicologismo por parte de Husserl y al consiguiente inicio de la fenomenologa propiamente dicha.

    Como hemos puesto de manifiesto anteriormente, no hay en la postura explcita de Husserl, as piensa Derrida, ninguna desave-nencia seria entre gnesis y estructura. Esto no significa, sin embargo, que Husserl conceda poca importancia a la coherencia entre ambas. Todo lo contrario. En este pensador hay un intento constante de conciliar las dos perspectivas. Empero, podra probarse, segn Derrida, que el proyecto fenomenolgico nace a partir de un primer fracaso de esa pretensin. La Filosofa de la Aritmtica es la muestra de ello.

    Derrida, ]., op. cit. Pg. 214.

    321

  • En esta obra se pretende relacionar la objetividad de una estructura, a saber, la objetividad de los nmeros y de las series aritmticas, con su gnesis, con aquello que la produce: la subjetividad. Dicha subjetividad tena por entonces para Husserl un carcter psicolgico. Con ello participaba de lleno en el modo de explicacin filosfica predominante en esa poca: el psicologis-mo. Sin embargo, Husserl vio problemas en la mencionada indamentacin psicolgica: Yo haba partido de la conviccin imperante de que la psicologa es la que ha de dar la explicacin filosfica de la lgica de las ciencias deductivas, como de toda lgica en general (...) (y prosigue ms adelante), conforme a ello, las investigaciones psicolgicas ocupan un espacio muy amplio en la Filosofa de la Aritmtica (nico publicado). Esta fundamentacin psicolgica no logr satisfacerme nunca en ciertas cuestiones. El resultado del anlisis psicolgico me pareca claro e instructivo cuando se trataba del origen de las representaciones matemticas o de la configuracin de los mtodos prcticos, que en efecto se halla psicolgicamente determinada. Pero tan pronto como pasaba de las conexiones psicolgicas del pensamiento a la unidad lgica del contenido del pensamiento (a la imidad de la teora) resultba-me imposible establecer verdadera continuidad y claridad'.

    En vista de estas dificultades para poder justificar la idealidad de las estructuras a partir de la gnesis fctica, renuncia Husserl a la va psicolgica, dando paso al comienzo de lo que posterior-mente ser la fenomenologa.

    Si la poca en la que se publica La filosofa de la aritmtica es tambin la del predominio de las corrientes psicolgico-genticas a la que esta misma obra pertenece, la de las primeras obras estrictamente fenomenolgicas coincide con la de los dos primeros

    ' Husserl, E., Investigaciones lgicas I, Alianza Editorial, Madrid, 1985. Pg. 22. (Este texto es citado tambin por Derrida en op. cit. Pgs. 215, 216 y 217).

    322

  • proyectos, por lo menos en un cierto sentido'", de filosofas de corte estructural: el diltheyanismo y el gestaltismo, que haciendo hincapi en el concepto de estructura tratan de evitar los peligros del psicologismo y de una gnesis vinculada a l.

    As, a Dilthey, en efecto, puede atribursele el mrito de haber rechazado la naturalizacin de las ciencias del espritu, oponiendo frente al explicar de las ciencias naturales, el comprender que aquellas tienen como base. Se recoge con esto una idea muy cara a Husserl: la distincin entre la regin ontolgica de la Natur ,que, a su vez, se subdivide en el mundo de las cosas materiales y de la naturaleza animal, y la del Geist, que encierra todo lo referido al mbito del yo personal y el mvmdo social que le es propio. En la primera de esas regiones estn las bases en las que se asientan las ciencias positivo-naturales, pues las relaciones entre los objetos estn aqu presididas por el principio de causalidad. En la regin del Geist, tienen su anclaje las ciencias del espritu, pues en ella las relaciones se dan entre diferentes sujetos (personas), siendo el principio que rige las mismas no la causalidad sino lo que Husserl denominar con la palabra motivacin^^. Continuando en este plano de similitudes entre Dilthey y Husserl, tampoco es difcil ver el hilo que une nociones como la antes citada de comprensin con la de Einfhlung, que Husserl toma de Lipps, y que transformada ampliamente juega un papel fundamental en su teora de la

    Y decimos en un cierto sentido porque Derrida aade que si bien esas dos filosofas tienen por vez primera la estructura como tema, no dara demasiado trabajo, ver que en la filosofa ha habido siempre un cierto estructuralismo que ha sido su gesto ms espontneo.

    La obra fundamental, manuscritos a parte, en la que Husserl trata todos estos temas concernientes a la divisin ontolgica entre Natur und Geist es Ideas U {Husserliana Bd. IV), de la que no tenemos todava una versin castellana. Una monografa etmplia y estricta sobre estos asuntos es la de, Rang, B., KausaliUt und Motivation. Untersuchunsen zum VerhSltnis ven Perspektivitt una Objektivitiit in der PMnomenologie EdmumHusserls, M. Nijhoh, Den Haag, 1973. Como resmenes breves y ajustados pueden leerse, entre otros, Marx, W., Die PMnomenologie Edmund Husserls, W. Fink, Mnchen, 1987. Pes. 63-82. Y tambin, Schtz, A., "Edmund Husserls Ideen, Beind 11, en Gesammelte Aufstze III, M. Nijhof, Den Haag, 1971. Pgs. 47-73.

    323

  • intersubjetividad, as como con la igualmente decisiva de Reaktivie-rung, esencial para entender su concepcin de la historia y, con ello, la de cualquier ciencia del espritu en general. Igualmente, Husserl aceptara gustoso la idea diltheyana de la existencia de estructuras culturales totalizadoras dotadas de unidad interna a las que corresponden, a lo largo del decurso de la historia humana, diferentes concepciones del mundo (Weltanschauungen).

    Por su parte, la psicologa de la Gestalt, distancindose de cualquier tipo de asociacionismo, atomismo y causalismo, pretende describir los fenmenos valindose de conceptos, por ejemplo los de fondo y forma, que huyendo de toda naturalizacin evitaran, segn creen sus representantes, las acusaciones de psicologismo hechas por Husserl a la psicologa clsica.

    Sin embargo, a pesar del mrito que Husserl atribuye a Dilthey y de la concordancia de ambos en determinados puntos, y a pesar de los intentos de la psicologa de la Gestalt por huir de las acusaciones que Husserl hace a la psicologa clsica, el fundador de la fenomenologa presenta contra ellos objeciones similares a las que haba dirigido anteriormente contra el genetismo psicologista.

    La crtica a Dilthey estribar en que su posicin filosfica no es otra cosa que un historicismo, que aunque situado aparentemente en las antpodas del naturalismo, conduce a los mismos resultados que ste: el relativismo y el escepticismo. En el estructurismo comprensivo de Dilthey se trata de dar cuenta de la verdad pura a partir de la facticidad histrica. En este sentido, y por recurrir a una distincin empleada por Husserl en las Investigaciones Lgicas, se confundiran las leibnizianas verdades de razn con las verdades de hecho. Y es que en el sistema de Dilthey la historia, al final, y a pesar de los nuevos mtodos introducidos para alejarse del naturalismo y del causalismo, no deja de ser una ciencia de hechos, y como nos dice Husserl en su artculo publicado en la revista Logos en 1910: La historia, ciencia emprica del espritu en general, es incapaz de decidir por sus propios medios, en un sentido o en otro, si es necesario distinguir entre la religin como forma particular de la cultura y la religin como idea, es decir.

    324

  • como religin vlida; si hay que distinguir entre el arte como forma de cultura y el arte vlido, entre el derecho histrico y el derecho vlido; y finalmente, si hay que distinguir entre la filosofa en el sentido histrico y la filosofa vlida... .

    Con respecto a la psicologa de la Gestalt, la crtica ir dirigida, como ya podemos esperar por lo dicho ms arriba, a su incapaci-dad de superar el psicologismo. La Gestalt, en tanto que teora psicolgica permanece en el terreno del yo mundano, del yo psicolgico, en suma, en la actitud natural, aun cuando su estu-dio del yo no tenga nada que ver con una psicologa cientificista. Sus investigaciones pueden ser de gran vala en el conocimiento de ese yo psicolgico, incluso tener un carcter apririco, pero jams podrn ser aplicadas, sin ms, al yo trascendental, verda-dero objeto de la fenomenologa, y fundamento liltimo de la filosofa para Husserl, pues para ello se necesita el cambio de actitud que posibilita la reduccin trascendental. Confundir ambos planos, o igualarlos, haciendo que la esfera trascendental desaparezca, y tomando la vida psquica del yo psicolgico-mundano, pero no asimilado a la ciencia natural, como punto de referencia a la hora de fundar la filosofa, es el abuso ms sutil y peligroso del psicologismo en el que tambin caer la psicologa de la Gestalt".

    Acabamos de ver el problema gnesis-estructura en el marco de la confrontacin con Dilthey y la Gestalt. Intentaremos a con-tinuacin, siguiendo el plan trazado al principio de este captulo, ver ese mismo problema en la propia economa interna del pen-samiento estrictamente fenomenolgico de Husserl.

    '^ Husserl, E., La filosofa como ciencia estricta, Nova, Buenos Aires, 1973. Pg. 88-89. (Citado tambin por Derrida en, op. cit. pg. 219). En este contexto nos parece digno de tenerse en cuenta la coincidencia plena de este prrafo y las ideas que lo sustentan, con lo que ms tarde se defender en la parte I de La crisis de las ciencias europeas a propsito de en qu sentido y por qu las ciencias estn en crisis.

    La crtica de Husserl a esta modalidad de la psicologa puede verse en el eplogo a las Ideas I del ao 1934. En concreto, puede consultarse, por ejemplo, el pargrafo 3 del mismo.

    325

  • Para Derrida, el hecho de que las primeras descripciones feno-menolgicas y los anlisis constitutivos, cuyo producto ms elaborado es Ideas I, se muevan en vm marco esttico-estructural, se debe a dos razones. La primera es su reaccin contra todo tipo de genetismo al considerar toda gnesis como asociativa, causal, fctica y mundana". La segunda hace referencia al inte-rs preferencial que Husserl muestra en esa poca por la ontolo-ga formal y la objetividad en general, lo que le lleva a estudiar la articulacin entre el objeto en general y su correlato, la con-ciencia en general, y, con ello, a definir el marco estructural en el que se desarrolla la fenomenologa. As pues, en esta poca, concluye Derrida, si bien distingue (Husserl) entre estructura emprica y estructura eidtica por vma parte, entre estructura emprica y estructura eidtico-trascendental por otra parte (...) no ha realizado todava el mismo gesto en lo que concierne a la gnesis'^.

    Pero Husserl se ver ms tarde obligado, precisamente en virtud de sus investigaciones esttico

  • abstraccin que no recoge la plenitud ni la esencia de aquello que se manifiesta: el fenmeno. Por eso, una matemtica de los fenmenos o una geometra de lo vivido, como Husserl pone de relieve en los pargrafos 9 y 25 de Ideas I, se toma imposible. Ahora bien, nos dice Derrida, aquello que caracteriza la multipli-cidad matemtica para Husserl y su poca es la posibilidad de clausura, con lo que una ciencia que se dedique a la indagacin sobre los fenmenos, lase la fenomenologa, y recurdese que estamos todava en su vertiente estructural, no puede cerrarse jams, tiene que permanecer abierta".

    2. El segundo aspecto del que surge la exigencia gentica, puede mostrase en la estructura originaria de la intencionalidad, que se compone, a su vez, de dos correlaciones: la correlacin notico-noemtica y morfo-hyletica.

    A. La correlacin notico-noemtca. El nema se diferencia de la nesis en que aquel no pertenece

    realmente (Reell) a la conciencia, es decir, es trascendente a ella. Ahora bien, que el nema sea trascendente a la conciencia no lo convierte en el objeto mundano en cuanto tal. El nema no pertenece pues a ninguna regin o mbito, ni al mundo, ni a la Ur-Region de la conciencia, sino que es "algo del mundo para la conciencia, de ah su carcter intencional. Esta curiosa situacin, esta irregionalidad o, como dice expresivamente Derrida, anar-qua del nema, no es otra cosa que su abertura al "como tal del ser" y a la determinacin de la totalidad de las regiones en general". La trascendentalidad de la abertura, proseguir de

    Derrida reconoce los problemas que tiene desde el punto de vista estricta-mente matemtico esta tesis, que recibe el nombre de definitud matemtica, sobre todo a partir de los descubrimientos lgicos de Godel. Sin embargo, para l no hay duda de que lo cjue Husserl auiere subrayar mediante esta compara-cin entre ciencia exacta y ciencia morfolgica, lo que tenemos que retener aqu, es la imposibilidad por principio, la imposibilidad esencial, estructural, de cerrar una fenomenologa estructural. Derrida, ]., op. cit. Pg. 223 (la negrilla es nues-tra).

    Derrida, ]., op. cit. Pg. 224 (la negrilla es nuestra).

    327

  • modo consecuente el pensador francs, es a la vez el origen y el fracaso, la condicin de posibilidad y una cierta imposibilidad de toda estructura y de todo estructuralismo sistemtico^*.

    B. La correlacin morfo-hyltica. La hyle, a diferencia del nema, es un componente real (Reell)

    de la vivencia, es decir, un componente inmanente a ella que adems no tiene un carcter intencional. La hyle son los datos sensibles (colores, tono, sensaciones tctiles), la materia pura-mente pasiva e informe que tiene que ser conformada por las formas que carecen de materia. Estas formas no materiales son las nesis, los actos que dan sentido a dicha materia, siendo el producto de dicha actividad el objeto intencional o nema. Tene-mos, pues, que la hyle en tanto que base sobre la que se ejerce la actividad intencional de la conciencia tiene un carcter abierto. Como dice Derrida, esta receptividad es tambin una abertura esencial. Es cierto, reconoce el pensador francs, que Husserl en Ideas I se limita a operar con la correlacin hylemrfica ya cons-tituida, y ello es as porque sus anlisis se mueven en el terreno de una temporalidad ya constituida. Pero, en su mayor profun-didad y en su pura especificidad, la hyl es primeramente mate-ria temporal. Es la posibilidad de la gnesis misma".

    Segn lo que acabamos de ver las correlaciones estructiirales notico-noemtica y morfo-hyltica exigen el paso a una investi-gacin fenomenolgico gentica. Con ello, Derrida termina de mostramos la importancia decisiva que dentro de la fenomeno-loga tienen los conceptos de gnesis y estructura, y el debate interno que se da entre ellos, que, en opinin ya conocida de aquel, Husserl soslaya. Esto no obsta para que, a su vez, el pen-sador francs considere que se ve, en todo caso, que la necesi-dad de este paso de lo estructural a lo gentico es cualquier cosa antes que la necesidad de una ruptura o de una conversin^".

    Derrida, ]., op. cit. Pg. 224. " Derrida, ]., op. Cit. Pg. 225.

    Derrida, ]., op. cit. Pgs. 225, 226 (la negrilla es nuestra).

    328

  • III. LAS VAS DE LA DESCRIPCIN GENTICA

    Derrida divide la por l calificada como profunda unidad de la descripcin gentica en tres vas:

    a. La va lgica. Husserl la aborda principalmente en Experien-cia y juicio y en Lgica formal y transcendental. En ellas pretende elaborar una genealoga de la lgica, reconduciendo la predica-cin a la esfera prepredicativa de la que brota.

    b. La va egolgica. Esta subyace a la anterior porque, como Husserl reconoce repetidas veces, en la fenomenologa cualquier problema termina remitiendo a la vida egica y a su autoconsti-tucin. En el caso de la lgica y su genealoga, los anlisis se quedan en la esfera cogito-cogitata. Ahora se trata de ir por detrs de esa esfera para sorprender la gnesis del ego mismo en su proceso de autoconstitucin. Dicha gnesis, como podemos en-contrar en el pargrafo 37 de las Meditaciones cartesianas, se reali-za en la unidad de una historia, lo que nos lleva a la va Histri-co-teleolgica^^

    c. La va histrico-teleolgica. Husserl desarrolla la va hist-rico-teleolgica sobre todo en el texto de La crisis de las ciencias europeas y, ms concretamente, en alguno de sus apndices (por ejemplo, es esencial a este respecto la Beilage III). Para el funda-dor de la fenomenologa la historia, y en particular la historia en la que se constituye el ego, est transida por un telos racional al que debe damos acceso esta tercera va.

    La concepcin teleolgica de Husserl nos muestra un logos que no es un principio racional extrao al mundo y su devenir. El logos para objetivarse, para ser consciente de s, para, como dice Derrida, orse-hablar, necesita salirse de s y reapropiarse posteriormente. Slo de esta forma puede ese orse-hablar consti-tuirse en historia de la razn. Esto se efecta, y citamos ahora a

    El ego se constituye para s mismo, por as decirlo, en la unidad de una historia. Husserl, E., Meditaciones cartesianas, Tecnos, Madrid, 1986. Pg. 101

    329

  • Derrida, por el rodeo de una escritura. Se difiere as para reapro-piarse. El origen de la geometra describe la necesidad de esta expo-sicin de la razn en la inscripcin mundana^. Confirmamos,

    ^ Derrida, J., op. cit. Pg. 229. Quisiramos a continuacin decir algo, de modo colateral a lo que ahora esta-

    mos desarrollando, sobre este texto de Cerrida. En l vemos un claro precedente de lo que ser posteriormente el pensamiento de la escritura, pero, adems, es el

    fJunto de arranque de una crtica a la fenomenologa que el pensador francs levar a cabo en su Introduccin a la traduccin de El origen de la geometra. Tal crtica tendr que ver con los problemas que el lenguaje le plemtea a la fenome-nologa, y nns concretamente, a la reduccin fenomenolgica. Un texto de la Introaucan, que P. Pealver traduce en su libro (Pg 52), ser de gran ayuda en la comprensin de este asunto: el habla no es ya la expresin {A&serung) de lo que, sin ella, sera ya un objeto: recuperada en su pureza originaria, ese habla constituye el objeto, es una condicin jurdica concreta de la verdad. La paradoja es que, sin eso que aparece como una reccida en el lenguaje -y por eso, en la historia-, recada que alienara la pureza ideal del sentido, ste resultara una formacin emprica, aprisionada como un hecho en una subjetividad psicolgica, en la cabeza del inventor. En lugar de encadenu-lo, la encamacin histrica libera, pues, lo trascendental. Tenemos, pues, fruto de esa necesidad que tiene la razn de mundanizarse, de volver a la actitud natural encarnada en ei lenguaje para fxxier manifester luego su cara trascendental, una dialctica insuperable entre lo trascendental y lo mundano que pondra en graves riesgos los objetivos de la reduccin, ya que con ella se pretende, poniendo entre parntesis lo mundano, damos acceso a una esfera suprema y nica, suelo y fundamento de todo,la de lo trascendental, desde la que, coherentemente con sus pretensiones, se explique nuestra propia creencia en el mundo, nuestra propia facticidad. La base de esta crtica la encuentra Derrida en el artculo de Firc: "Die phnomenologische Phi-losophie E. Husserls in der gegenwrtigen Kritik", en Studien zur Phnomenologie, 1930-1939, M. Nijhof, Den Haae, 1966. El discpulo de Husserl desarrollar am-pliamente, y en toda su radicaidad, este asunto de la relacin problemtica entre lenguaje y reduccin trascendental en la VI meditacin cartesiana, que ha sido publicada en 1988 a pesar de haber sido escrita en 1933, fecha en la que tambin se public el artculo antes citado. En relacin con este tema creemos que tambin es interesante observar que una objecin semejante, relativa a la mundanizacin de la fenomenologa, aunque sin hacer referencia explcita al lenguaje, tiene lugar en el famoso Prlogo de Merleau-PonUr a La fenomenologa de la percepcin, cufmdo dice que la mejor enseanza de la reduccin es que no puede practicarse de modo completo (cf. Merleau-Ponty, M., Fenomenologia de la percepcin, Planeta-Agostini (cesin de Ediciones 92), Barcelona, 1985. Pgs. 13-14). Y es curioso ver que Merleau-Ponty tambin ha tenido en cuenta en este

    Junto el citado artculo de Fink, y que incluso con anterioridad, en concreto en a primera pgina del Prlogo (7), hace referencia a la VI meditacin cartesiana, por aquel entonces, comoya sabemos, indita, pero de la que l haba tenido comuni-cacin por medio de G. Berger.

    El primero en llamar la atencin en nuestro pas sobre la vinculacin del con-tenido del clebre dichtum merleau-pontyano con la citada obra de Fink ha sido el profesor Javier Sm Martn dentro del marco del Seminario permanente de la Sociedad Espaola de Fenomenologa (cf. Daz Alvarez, ]., "La estructura del

    330

  • pues, que el logos no es nada fuera de la historia y del ser, pues-to que es discurso, discursividad infinita y no infinitud actual; y puesto que es sentido^.

    Estas consideraciones husserlianas sobre la teleologa de la razn, sobre el logos en la historia, tienen resonancias de la metafsica clsica. Pero no debe conindirse, sin ms, la fenome-nologa con dicha tradicin. El propio Husserl consciente de este asunto nos dice en el pargrafo 64 de las Meditaciones cartesianas: Finalmente, y para evitar mal entendidos, quisiera sealar que la fenomenologa (...) excluye toda metafsica ingenua que opere con absurdas cosas en s, pero no excluye la metafsica como tal; ella no hace violencia, por ejemplo, a los motivos y problemas que impulsaron interiormente a la antigua tradicin a plantea-mientos y mtodos equivocados; y de ningn modo dice que ella se detiene delante de las cuestiones "suprenws y lti-mas"^*. Es ms, es a estas cuestiones de siempre, a las que tra-tar de dar una respuesta pero desde un punto de vista nuevo. En eso consiste el rechazo a la metafsica ingenua, pero no a la metafsica en cuanto tal. Por eso Derrida dir que la crtica que Husserl opera de la metafsica clsica no hace sino culminar ese proyecto metafsico, lo que sera coherente con los tres grados de historcidad de los que aquel habla en la Beilage XXVI de La crisis de las ciencias europeas, el ltimo de los cuales sera la con-

    mundo de la vida ", en Investigarones fenomenolgicas, UNED, Madrid, 1994 (de prxima aparicin)), as como en el artculo: "El mundo como apriori. Notas sobre el concepto de mundo en los proyectos de Hnk para las Meditaciones carte-sianas", en Conocimiento y racionalidad. Anales dd Seminario de Metafsica. Nm. Extra. Homenaje a S. Rdhade. Ed. Complutense, 1992. Pe. 337-338. Sobre el con-tenido de la VI Meditacin cartesiana en generad cf. San Martn, J.: "La sexta medi-tacin cartesiana de Fink", en Revista de filosofa, Universidad Complutense, Ma-drid, 1990. Pgs. 247-263.

    Derrida, ]., op. cit. Pg. 230. ^* Husserl E., op. cit. Pgs. 202-203.

    331

  • versin de la filosofa en fenomenologa, precisamente en tanto que profundizacin y desarrollo de aquella .

    Termina Denida sus consideraciones sobre esta tercera va en la que se difracta la gnesis haciendo especial hincapi en un aspecto que marca una diferencia muy importante con respecto a otras posiciones filosficas que tambin nos hablan de vm telos racional en la historia, tal es el carcter abierto del telos husser-liano, que le hace huir de todo valor esttico y determinado para encamar a la gnesis misma. Con palabras de Derrida: Como el Telos es totalmente abierto, como es la abertura misma, decir que es el ms potente apriori estructural de la historicidad no es designarlo como un valor esttico y determinado que dara for-ma y encerrara a la gnesis del ser y del sentido. Es la posibili-dad concreta, el nacimiento mismo de la historia y el sentido del devenir en general. Es, pues, estructuralmente la gnesis misma, como origen y como devenir'^'.

    Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta ahora, podramos resumir la posicin de Derrida con respecto al asimto de gnesis y estructura en la fenomenologa del siguiente modo:

    1. Bajo el uso sereno de los conceptos de gnesis y estructura, encontramos un debate que ritma y regula el propio decurso interno de la fenomenologa, llevndola a superar su estructura-lidad e impulsndola hacia la gnesis.

    2. La gnesis se encuentra ntimamente comprometida con la teleologa de la historia.

    IV. VALORACIN POR PARTE DE DERRIDA DEL TRANSITO A LA GNESIS

    Retomamos en este punto aquellas palabras de Derrida trans-critas a comienzos de la parte II y que ahora repetimos: 2. que este debate, al poner en peligro en cada instante los principios

    Los otros dos estadios seran el de la vida preterica y el de la teora, producto sta ltima del nacimiento de la filosofa en Grecia, y que ser el que haga patente el telos de la humanidad.

    " Derrida, ]., op. cit. Pg. 231.

    332

  • mismos del mtodo, parece (...) obligar a Hxisserl a transgredir el espacio puramente descriptivo y la pretensin trascendental de su investigacin, hacia una metafsica de la historia (hasta aqu lo que habamos citado, y prosigue), en la que la estructura slida de un Telos le permitira reapropiarse, esencializndola y prescribindole de alguna manera su horizonte, de una gnesis salvaje que se iba haciendo cada vez ms invasora, y que pareca acomodarse cada vez menos al apriorismo fenomenolgico y al idealismo trascendental^^.

    En relacin con esta valoracin, creemos que aqu Derrida en unin con lo ya dicho en n. 22 sobre la reduccin, inicia tma crtica de la fenomenologa de Husserl que seguir en obras posteriores. Sin profundizar demasiado, podemos decir que esta crtica parte de la base de que la fenomenologa en su paso a la gnesis pone radicalmente en cuestin al que ella considera el principio de todos los principio y Derrida llama su principio metafsico: La evidencia . Derrida ver la evidencia originaria y la presencia de la cosa en persona como compatibles exclusiva-mente con una descripcin estructural, pero no gentica, pues esa abertura que la propia fenomenologa exige (que vimos ms atrs ejemplificada en su confrontacin con la exactitud de las matemticas o en la abertura del nema y la hyle) y que desem-boca como manifestacin ms plena en la va histrico-teleolgi-ca, nos lleva a un terreno donde no rige el citado principio de evidencia^'. Es en este contexto en el que Husserl dara el paso hacia una metafsica de la historia hablndonos de un telos racio-

    ^ Derrida, ]., op. cit. Pg. 214 (la negrilla es nuestra). Husserl defne la evidencia en el Pargrafo 24 de Ideas I del siguiente modo:

    no hay teora concebible capaz de hacemos errar en punto al principio de todos los principio: que la intuicin en que se da algo originarianiente es un fundamento de derecho del conocimiento; que todo lo que se nos brinda originariamente (por decirlo as, en su realidad corprea) en la intuicin, hay que tomarlo simplemente como se da, pero tambin slo dentro de los lmites en que se da. En, Husserl, E., Ideas, F.C.E., Madrid, 1985. Pg. 58.

    ^ A este respecto, casos paradigmticos seran para Derrida los problemas cjue para el principio de los principios presentan los casos de la constitucin del tiempo y del otro. Cf. Derriaa, ]., op. cit. Pg. 225.

    333

  • nal de la misma que a pesar de ser calificado de abierto, como hemos visto hace unos instantes, en el fondo no deja de ser, estructuralmente la gnesis misma, contribuyendo as a dar un cierto carcter de estructura a la gnesis. Tenemos, pues, que para Derrida, la fenomenologa, a pesar de su dimensin genti-ca que viene exigida por sus propios desarrollos, necesita poner marcos a esa gnesis, porque en el fondo es una filosofa estruc-tural, una metafsica de la presencia incompatible con aquella.

    V. ANOTACIN CRTICA

    Acabamos de sealar la crtica que Derrida hace a la fenome-nologa. No vamos a entrar, ya que excede ampliamente los lmites de este trabajo, en una critica de la critica. Pero s vamos a tratar de sealar un camino que abrira tm interrogante sobre la misma. Tal camino se centra, no en lo ajustado o no de la critica de Derrida a lo que el presenta como fenomenologa, con la que incluso podriamos coincidir, sino en eso nsmo que l presenta como fenomenologa. Como hemos expresado hace un momento, creemos que Derrida interpreta la fenomenologa de Husserl como un pensamiento eminentemente estructural, estti-co y por ello cuando aquella siente la necesidad de pasar a la gnesis no tiene ms remedio que encauzarla para hacerla com-patible con la estructuralidad que le es inherente. En este contex-to es normal que se interprete la gnesis, una y otra vez, como transgresin del marco estructural en el que se asienta la feno-menologa. Ahora bien, lo importante seria determinar, si esto que el pensador francs considera como la fenomenologa se corresponde plenamente con lo que la fenomenologa es, o ms bien, solamente, con una cierta forma de practicar y entender la fenomenologa llevada a cabo por el mismo Husserl, y en este sentido tendrian su parte de legitimidad las crticas de Derrida, pero que el propio filsofo alemn habra ido corrigiendo y cambiando, por lo menos en cierta medida, en el transcurso de los aos, consciente precisamente de los problemas que conlleva-

    334

  • ba. De esta segunda opinin son algtinos destacados intrpretes de Husserl. Tal es el caso de L. Landgrebe para quien la fenome-nologa o es gentica o no es nada, con lo que cobra slo su verdadera dimensin filosfica en el mbito de la gnesis: La fenomenologa transcendental slo ha alcanzado su pleno senti-do como fenomenologa gentica...De ah que la fenomenologa como teora transcendental de la historia slo pueda ser feno-menologa gentica^. No habra, pues, incompatibilidad lti-ma entre fenomenologa y gnesis, en su modalidad ms radical, sino indisoluble unin; ni tampoco sera nunca la fenomenologa una metafsica de la historia.

    Landgrebe, L., "CHe Phanomenologie eds traszendentale Theorie der Ges-chichte", en PMnomenologische Fcrschung, Bd. 3, Mnchen, 1976. Pg. 21. (La negrilla es nuestra).

    335


Top Related