PRIMERA SESIÓN
¿ Por qué los niños no obedecen?; ¿ Por qué parece que no escuchan cuando se les habla?; ¿ Por qué llegan a desafiar y a retar a sus propios padres? Aunque es cierto que los factores de tipo genético y biológico influyen en ciertas diferencias en las conductas de los niños, diferencias que pueden resultar que las conductas sean más o menos manejables, es fundamental saber, que los niños a lo largo de su desarrollo APRENDEN A COMPORTARSE. En algunos casos aprenden a obedecer y comportarse adecuadamente, y en otros aprenden a desobedecer y comportarse de forma inadecuada.
¿QUÉ ES LA MODIFICACIÓN DE CONDUCTA? Antes de definir este aspecto, es importante entender cuáles son los principios que subyacen al aprendizaje del comportamiento humano, teniendo en cuenta que las conductas que exhiben tanto los adultos como los niños (lo que piensan, lo que sienten, lo que hacen, etc.) dependen de las consecuencias que esas conductas producen tanto para uno mismo como para los demás.
Por lo tanto, los comportamientos que provocan consecuencias positivas tienden a repetirse en un futuro, mientras que los comportamientos que producen
consecuencias negativas tienden a hacerse menos probables.
Comprendiendo esto, definiremos la modificación de conducta como, un conjunto de procedimientos o técnicas que pueden utilizarse para cambiar el comportamiento,
reduciendo la influencia que conlleva el que se les haya etiquetado de una manera u otra (bien por TDAH, inmadurez, etc). DEFINICIÓN DE CONCEPTOS BÁSICOS 1/ LAS CONSECUENCIAS POSITIVAS: LOS REFORZADORES
Los reforzadores son aquellas consecuencias positivas que siguen a una conducta y ayudan a que una conducta deseada se fortalezca. Existen dos formas básicas de
reforzar una conducta, y es a través de dos tipos de refuerzo.
a. Refuerzo positivo: cuando una conducta va seguida de un premio o una recompensa hará que ese comportamiento sea más probable que se repita en el tiempo.
Ejemplo:
Situación Consecuencia Efecto a largo plazo
Jaime recoge los juguetes con los que ha estado jugando por la tarde.
Su madre le da una chocolatina por recogerlos.
Es probable que la próxima vez que Jaime juegue con sus juguetes, después los
recoja.
b. Refuerzo negativo: cuando un determinado comportamiento pone fin a una situación desagradable, es decir, cuando la consecuencia positiva de una conducta es la desaparición de una situación aversiva que estaba presente previamente. Ejemplo:
Situación Consecuencia Efecto a largo plazo Marta tiene que comer
puré de verduras, comida que no la gusta, y comienza
a decir que la duele el estómago.
Su madre la retira el puré. Es lógico pensar que cada
vez que tenga que comer puré diga que la duele el
estómago.
Es importante recordar que:
Tanto el refuerzo positivo como el refuerzo negativo constituyen consecuencias positivas de una conducta, por lo que ambos fortalecen dicho comportamiento
y hacen que éste sea más probable en el futuro.
Para que un niño aprenda una conducta, es necesario que esa conducta sea reforzada, porque si no va reforzada (seguida de situaciones agradables), es de esperar que si todavía no se ha aprendido sea difícil que se aprenda, y si ya se
ha aprendido, que se debilite poco a poco y se haga cada vez menos frecuente.
Para educar a los hijos, es imprescindible tener presente la importancia del reforzamiento de la conducta.
Guía para la selección de los reforzadores
Estímulos Ventajas Desventajas
Comestibles Potentes si hay privación.
Útiles en niños pequeños.
Fácil saciación.
Pueden ser
perjudiciales.
Tangibles Muy potente en niños.
Difícil saciación.
Crean problemas con
hermanos. No usar objetos grandes
y costosos.
Cambiables Fácilmente administrables.
Permiten retraso del
reforzamiento natural. Evitan la saciación.
Uso incorrecto.
Permiten acumulación.
Actividades Muy variadas.
Fácil elección.
Difícil saciación.
Naturales, poco intrusivos.
Difícil administración.
Retraso en el tiempo.
Sociales Fácil saciación. Fácil de olvidar para el
Promueven la autoestima.
Inducen motivación intrínseca.
Poco costosos.
Natural en situaciones sociales.
Variados.
administrador. Baja potencia al
principio.
Uso eficaz de los reforzadores
Los premios deben estar relacionados con la conducta.
Debe ser algo deseado por el niño.
Premiar el proceso es más útil que el fin.
Cuanto más pequeño el niño más inmediato. Un premio conseguido por una conducta no puede servir de castigo para otra
distinta.
Si el premio no puede ser inmediato, utilizaremos puntos o fichas.
Al principio exigiremos poco esfuerzo en la conducta para conseguir un fin, pero después para conseguir ese mismo premio, necesitaremos más esfuerzo.
Es bueno que el niño sea el que se apunte los puntos (autorrefuerzo).
Cada conducta tiene un premio independiente.
Importante el reconocimiento social. En la medida de lo posible intentar generar refuerzos internos
(autosatisfacción) y sociales más que externos (materiales). Cambiar a premios mayores exigiendo más puntos.
Camino de puntos: el niño recibe premio cada cierta cantidad de puntos y después un premio final.
2/ LAS CONSECUENCIAS NEGATIVAS: LOS CASTIGOS
Las consecuencias negativas que siguen a una conducta reciben el nombre de castigos, y lo que pretenden es que disminuya la probabilidad o frecuencia de que una conducta inadecuada se repita en el futuro. Existen dos formas de castigos.
a. Castigo positivo: es un estímulo o situación aversiva que se aplica tras la realización de una conducta inadecuada. Su administración tiene como consecuencia la reducción rápida e inmediata de la conducta problema.
Ejemplo:
Situación Consecuencia Efecto a largo plazo Pedro insulta a su padre
porque le ha quitado los dibujos que estaba
viendo.
Su padre le da un azote. Es de esperar que la
conducta de Pedro no se vuelva a repetir en el
futuro.
b. Castigo negativo: es cuando la conducta que queremos eliminar va seguida de la
retirada de una recompensa o situación agradable que el niño había obtenido previamente. Este tipo de castigo también puede recibir el nombre de costo de respuesta, dado que realizar la conducta le cuesta al niño perder algo.
Ejemplo:
Situación Consecuencia Efecto a largo plazo
Marcos pega a su hermano menor porque le ha quitado
su gorra favorita.
Su madre le castiga sin ver su serie favorita esa tarde,
o descontándole 1 euro de su paga el domingo.
Probablemente Marcos no vuelva a pegar a su
hermano.
Es importante recordar que:
La utilización del castigo positivo (aparición de estímulo aversivo) y del castigo negativo (desaparición de estímulo positivo), tiene como consecuencia la
disminución rápida e inmediata de la frecuencia de aparición de la conducta, y si éste persiste, la desaparición de ésta.
Para que el castigo sea eficaz debe ser intenso, de corta duración y aplicarse de manera inmediata a la conducta que queremos eliminar.
Tipos de castigos
Físico Pegar en el culo o en la mano; abrazar al niño impidiéndole cualquier movimiento; permanecer sentado e una silla; poner
cara a la pared, ... Actividad
desagradable
Copiar una lección, hacer cuentas, limpiar lo que se ha
manchado, ... Suprimir una actividad agradable
Dejar sin recreo, suspender un premio prometido, quitar puntos, anular una fiesta o salida, ...
Social Reprimenda, ridiculizarle delante de otros, insultar, colocar el
error para que todo el mundo lo vea, sentar en un rincón, ... Tiempo fuera de
refuerzo positivo
Aislar al niño de lo que le resulta gratificante.
Cómo deben aplicarse los castigos
Deben suponer una señal para que el niño se de cuenta de que ha franqueado un límite impuesto.
Aplicar el límite en el momento adecuado.
No poner castigos desmedidos. El castigo debe tener relación con la infracción.
Aplicarse con coherencia y sistematicidad. Con conductas inadecuadas muy frecuentes, es mejor sustituir el sistema, por
un premio a la conducta contraria
Resulta eficaz combinarlo con conductas opuestas que queramos reforzar.
Los castigos ayudan a mantener las conductas ya adquiridas, los premios a instaurar conductas nuevas.
La eficacia de los castigos es limitada. Pasado el castigo, la conducta se vuelve a repetir.
El castigo no debe ser más perjudicial que la conducta que deseamos eliminar.
Los castigos físicos sólo se utilizan en casos aislados y muy extremos, cuando el comportamiento es muy desajustado.
El castigo social y la humillación engendran depresión y agresividad.
Para que un castigo siga funcionando cada vez debe ser más intenso.
Poner un límite a una conducta no quiere decir fastidiar al niño.
Al eliminar una conducta agradable debemos ver que su supresión no debe perjudicar otras áreas del desarrollo.
3/ LA NO EXISTENCIA DE CONSECUENCIAS: LA EXTINCIÓN
¿ Qué sucede cuando una conducta no tiene ningún efecto? Cuando una conducta ha sido sometida a un programa previo de reforzamiento y en un momento dado se comienza un proceso de extinción (se deja de reforzar dicha conducta), habrá una disminución gradual de la aparición de dicha conducta. No obstante hay que esperar, que en los momentos inmediatamente posteriores a la
instauración del programa de extinción, haya un aumento de la frecuencia de la conducta, un agravamiento de la misma, aparición de ciertas conductas agresivas y,
posteriormente aparecerá la disminución de la conducta problema.
Ejemplo:
Situación Consecuencia Efecto a largo plazo María está acostada en su cama mientras sus padres charlan en el salón con unos amigos. María empieza a llamar su atención y se pone a chillar desde su habitación.
Los padres y los invitados ignoran completamente a la niña y continúan charlando tranquilamente.
Es menos probable que María vuelva a chillar en situaciones posteriores de este tipo.
PROGRAMA DE BARKLEY PARA HIJOS REBELDES Y DESAFIANTES
PASO 1: PRESTA ATENCIÓN
Muchos padres de hijos desafiantes dejan totalmente de prestarles atención, o bien, aplican la atención de forma errónea: ignorando el comportamiento positivo del niño (“para una vez que cumplen con su obligación…”) y regañándole (lo cual es una forma de dar atención) constantemente por su mal comportamiento. Este primer paso tiene como objetivo corregir esta espiral negativa, asignando un “tiempo especial”, que consistirá en dedicar 15 ó 20 minutos al día a un momento de juego relajante con tu hijo, aprendiendo –así- a prestar atención a lo positivo y a recuperar su confianza. Se trata de construir un escenario que permita no dar órdenes, instrucciones o hacer
preguntas de prueba por tu parte, permitiendo que tu hijo tome el mando. Los beneficios que obtendrás son los siguientes:
A- Te dará pruebas de que la forma en que te relaciones con tu hijo tiene una
fuerte influencia en la motivación del niño para realizar sus tareas. B- Te enseñará a reconocer y elogiar el buen comportamiento y a ignorar el malo.
C- Te ayudará a apreciar a tu hijo y el tiempo que pasáis juntos. D- Terminareis con el conflicto constante.
PROCEDIMIENTO:
1. Busca un momento del día en que tu hijo o hija esté jugando en algo con lo que
sepas que disfruta, un momento en el que puedas dedicarle ese cuarto de hora, sin que haya nada urgente que hacer más tarde. Dedica un par de minutos sólo a observar y tomar algunas notas mentales:
- ¿Qué está haciendo el niño?
- ¿Cuánto tiempo ha estado en ello? - ¿Tiene un objetivo o lo hace sólo con ánimo de divertirse?
No le preguntes a él o ella, no le interrumpas con ninguna duda, pues esta actitud
podría acabar con el momento idílico (“ya está mamá o papá preguntando”).
2. Pasados esos dos minutos, empieza a comentar lo que tu hijo está haciendo, se trata de realizar comentarios positivos, pero no excesivamente efusivos ni
forzados, por ejemplo como si estuvieses retransmitiendo un evento deportivo: “bonito tiro… Ahora sales por la línea de fondo…”.
3. Después de los 15 ó 20 minutos, cuéntale a tu hijo lo mucho que has disfrutado jugando con él y dile que te gustaría establecer un tiempo especial para hacer lo
mismo cada día. REGLAS: 1. No dar órdenes ni hacer correcciones. Si el chico se equivoca, hace trampas o
no sigue bien las reglas, no importa, se trata de que la relación no se base sólo en mandatos; de hecho, eso es lo que –entre otras cosas- está impidiendo que la interacción sea adecuada.
2. No hacer preguntas intrusivas. Los niños demás de nueve años buscan a
menudo la forma rápida de hacer comentarios y, por tanto, con ellos si habrá que hacer preguntas para comunicar interés, pero si son menores de esta edad, reconocen rápidamente las “preguntas de prueba”, encaminadas a comprobar sus conocimientos y las rechazan totalmente. En general, hay que evitar preguntas del tipo: “¿Por qué…?” (“¿Por qué le has pintado el pelo lila?”). Y
buscar otras que sean lo más parecidas posible a afirmaciones (“¡Anda! ¿le has pintado el pelo lila, no?”).
3. Elogiar de forma selectiva. No queremos que, al volvernos exagerados,
nuestros hijos sospechen nuestra finalidad, sino que hay que buscar qué elogiar y hacerlo de forma inmediata a su conducta.
Los tiempos especiales han de ser un pilar de vuestra relación hasta la adolescencia, pudiendo ir reduciendo la frecuencia a dos o tres días por semana,
con el paso del tiempo.
PROGRAMA DE BARKLEY PARA HIJOS REBELDES Y DESAFIANTES
PASO 2: CONSIGUE PAZ Y COOPERACIÓN CON EL ELOGIO
Trabaja para aumentar la obediencia de tu hijo, utilizando tres importantes técnicas:
1. Presta atención y haz elogios siempre que tu hijo cumpla con lo que le has pedido.
2. Planea unas “sesiones de entrenamiento” muy cortas donde expongas una serie de órdenes extremadamente simples y apropiadas (“por favor, pásame el lápiz”) para que tu hijo se acostumbre a lo fácil que es obedecer.
3. Aprende a dar órdenes más efectivas. Anima a tu hijo a ser menos interruptivo cuando necesites que se haga alguna tarea, ofreciéndole tu atención y elogios cuando el niño resista las interferencias. PROCEDIMIENTO
1. AUMENTAR LA OBEDIENCIA
a. Pilla a tu hijo siendo bueno.
- Presta atención de forma muy detallada a cada momento en que tu hijo realiza
alguna acción que le hayas pedido. Esta semana, cuando le des una instrucción a tu hijo, en lugar de alejarte para prestar atención a tus ocupaciones, quédate junto a tu hijo y míralo.
- Si tu hijo desobedece, maneja la situación como lo harías normalmente, sin
poner –todavía- nuevos métodos de disciplina; pero si el chico empieza a
obedecer, reconóceselo inmediatamente.
- Si lo crees necesario, abandona la habitación por poco tiempo, pero asegúrate
de volver periódicamente mientras esté realizando la tarea, elogiándole por cada paso adecuado.
- Fíjate en las instrucciones que tu hijo sigue de forma inconsistente, escoge dos
o tres, y haz un esfuerzo especial durante la siguiente semana para elogiar a tu hijo por cumplir aquellas demandas en particular.
- Añade un pequeño premio al elogio cuando veas que tu hijo se porta bien sin
decirle nada
b. Enséñale a tu hijo lo fácil que es cooperar.
Lo rápido que aprendas la rutina de un ejercicio, y lo bien que tu hijo adquiera el hábito de obedecer, dependerá de las ocasiones que tengan él o ella para
ponerlo en práctica.
La siguiente técnica a utilizar consistirá en establecer un “horario de ejercicios de cooperación”.
- Encuentra como mínimo dos o tres momentos al día cuando tu hijo no esté
ocupado en actividades de ocio ni escolares, ya que a él no le gustaría que le interrumpieran. Para un niño pequeño con una rutina estable, este ejercicio puede hacerse a las mismas horas cada día, mientras que con un chico mayor, tendrás que ver las oportunidades que tiene.
- Ahora empieza a dar series de cinco o seis órdenes en los siguientes tres o
cinco minutos, recuerda que estas órdenes deben ser extremadamente simples y fáciles de seguir, requiriendo un esfuerzo mínimo por parte de tu hijo.
- Cuando tu hijo obedezca las órdenes, elógiale. Si el niño es muy pequeño,
refuérzale además con un pequeño premio.
c. Da órdenes convincentes.
- Asegúrate de lo que quieres decir. No hagas demandas innecesarias, pidiendo
en exceso, ni tampoco dejes de pedirle cosas y prestarle atención; párate a pensar la importancia relativa de las órdenes antes de darlas, piensa si estás
dispuesto a quedarte para ver cómo las lleva a cabo y apoyar cualquier cosa que pidas tanto con consecuencias positivas como negativas. Según pase el tiempo y tu hijo empiece a comprender lo que quieres decirle con cada orden que le das, su obediencia aumentará.
- Dilo, no preguntes. No des una orden en forma de pregunta, como si le pidieras
un favor, ya que este tipo de términos dan la opción al niño de negarse a obedecer. Esto no significa que seas descortés: un “por favor” nunca está de más.
- Haz que sea fácil. La mayoría de los niños, aunque sean mayores, se encuentran
confusos con una orden complicada o con varias órdenes al mismo tiempo y la respuesta más habitual es no obedecer a nada de lo que se le ha pedido.
Deberás limitarte a una sola orden para cada momento, incluso si necesitas que tu hijo termine varias tareas, así que si lo que vas a pedir es complejo, divídelo
en tareas más simples y ve elogiándole por cada orden.
- Asegúrate de que te escucha. Sin un contacto visual no puedes estar realmente seguro de que tu hijo te ha escuchado, así que olvida eso de dar órdenes de
una a otra habitación o eso de seguir con tu ocupación mientras das una instrucción. Si es necesario, incluso gira la cara de tu hijo hacia ti.
- Suprime la competición. Elimina todas las demás distracciones que pueden competir con tu orden: televisión, consola, música… Le puedes decir a tu hijo
que lo apague todo o, incluso, para no dar una orden previa, hazlo tú mismo.
- Asegúrate de que te ha entendido. Si no estás muy seguro, pídele que te repita la orden, esto es de mucha ayuda si tu hijo tiene problemas de atención, como en el caso del TDAH.
Dos herramientas de ayuda para estos casos son:
Utilizar un reloj. Es importante hacer advertencias al niño de que el tiempo es esencial, para ello es muy útil decirle de cuánto tiempo disponen para realizar la tarea. Indícale qué ganará en el caso de que complete la tarea en el tiempo previsto y qué castigos recibirá por no hacerlo.
Elaborar fichas de las tareas. Para los niños que son suficientemente mayores para leer y con el fin de asignarles tareas de forma regular, podemos recurrir a esta estrategia que ayudará al niño a no perder el hilo de la tarea y evita cualquier discusión sobre qué le habíamos pedido. Se escribirán en ella los pasos necesarios para poder realizar el trabajo y el niño deberá llevar la ficha durante la realización de su cometido, de forma que le sirva de recordatorio (se puede añadir el tiempo máximo en que deberán llevarlo a cabo). Un ejemplo:
Trabajo: limpiar después de cenar.
Duración: 20 minutos.
1. Recoger la mesa. 5 minutos. 2. Retirar los restos de los platos. 5 minutos.
3. Aclarar los platos. 5 minutos. 4. Poner los platos en el lavavajillas. 5 minutos.
Premio por acabar: media hora de televisión.
Premio por acabar en 20 minutos: una hora de televisión.
2. REDUCIR LAS INTERRUPCIONES
Las quejas de no poder acabar las cosas sin interrupción son constantes entre los
padres con hijos desafiantes. Tu hijo persiste en interrumpir tus conversaciones o trabajos porque recibe atención si lo hace y no la recibe si no te molesta.
La solución es obvia: hacer más atractivo que tu hijo te deje solo y no te
interrumpa. Préstale atención cuando así lo haga y haz lo que puedas por ignorar sus intentos de interrumpirte.
Esta técnica requiere que le pidas al niño que haga algo mientras tú estás ocupado y que interrumpas tu tarea para elogiarle por no interrumpirte. Realiza este
ejercicio durante esta semana, incrementando el tiempo entre los elogios, ganando de esta forma tiempo para hacer lo que necesitas.
- Cuando sepas que has de hacer una tarea con una duración determinada
(como una llamada telefónica), empieza pidiéndole al niño que haga algo que requiera toda su atención, proponle algo divertido.
- Ahora empieza con tu actividad, pero cuando pasen 30 segundos, para lo que
estés haciendo y felicítale por no interrumpirte.
- Vuelve a tu actividad y para ahora después de un minuto para volver a
elogiarle. - Continúa con este patrón, aumentando el tiempo entre los elogios, hasta que
hayas terminado.
Selecciona dos o tres actividades problemáticas para practicar esta técnica durante la semana. La actividad que le des a tu hijo no debe ser complicada, sino algo con
lo que él disfrute; si te das cuenta de que tu hijo va a parar de hacer lo que está haciendo para interrumpirte, para inmediatamente lo que estás haciendo y
felicítale por no interrumpirte.
El elogio que le debes dar al finalizar la tarea debe ser mucho mayor que los pequeños elogios que le has ido dando, podrías darle un premio material, además
de éste.
Esta práctica deberás mantenerla hasta que tu hijo pueda jugar solo durante al menos 10 minutos.
3. SABER LO QUE NUESTRO HIJO ESTÁ HACIENDO
Necesitas interrumpir periódicamente tus actividades durante el día para controlar a tu hijo cuando él o ella no estén en tu campo de visión. Dirígete a la habitación de
sus hermanos y felicítale por jugar de forma cooperativa, así podrás aumentar la cantidad de tiempo que tu hijo es capaz de seguir junto con otros niños. Lo mismo
ocurrirá cuando juegue, por ejemplo, con los vecinos.
Esto que parece una carga, en realidad no supone mucho tiempo. La parte más difícil es recordar regularmente lo que hay que hacer; para ello, puede ayudarte
nuevamente un reloj con alarma, aunque intentando que tus observaciones no sean demasiado previsibles.
La ausencia de control de las actividades de los niños por parte de los padres es
uno de los determinantes más decisivos del comportamiento desviado de los niños.
1
TAREAS DE PABLO
EN CASA
LEVANTARME POR LA MAÑANAS
SIN QUE ME LO TENGAN QUE
REPETIR
10 PUNTOS
GUARDAR LA ROPA LIMPIA EN
EL ARMARIO Y LA SUCIA EN LA
LAVADORA
10 PUNTOS
LAVARME LOS DIENTES 2
MINUTOS DESPUES DE
DESAYUNAR, COMER Y CENAR
10 PUNTOS DEJAR EL BAÑO RECOGIDO
DESPUES DE DUCHARME
10 PUNTOS
ACOSTARME CUANDO ME LO
DIGAN Y SIN PROTESTAR
10 PUNTOS
SUBIR DE LA CALLE A LA HORA
ACORDADA
20 PUNTOS
2
PREPARAR LA MOCHILA DE
NATACION Y DE FUTBOL YO
SOLO Y SIN OLVIDAR NADA
20 PUNTOS
NO DECIR TACOS
10 PUNTOS
NO TENERME QUE REPETIR
LAS COSAS
30 PUNTOS
LAVARSE LA CARA Y PEINARSE
ANTES DE SALIR DE CASA
20 PUNTOS PREPARAR LA MOCHILA
ORDENANDOLA CADA NOCHE
10 PUNTOS
LIMPIARSE LOS ZAPATOS DEL
COLE
10 PUNTOS
3
CON PAPA, MAMA Y LUCIA
CUANDO PAPA Y MAMA ME
HABLEN LOS ATIENDO Y NO ME
VOY
20 PUNTOS
HABLAR CON RESPETO A LUCIA
30 PUNTOS
CUANDO PAPA O MAMA ESTEN
HABLANDO LES DIRE “CUANDO
PUEDAS” Y ESPERARE A QUE
PUEDAN
20 PUNTOS
HABLAR CON RESPETO A PAPA Y
MAMA
30 PUNTOS
PONER Y QUITAR LA MESA
20 PUNTOS
4
LOS DEBERES Y EL COLE
HACER LOS DEBERES YO SOLO
Y SIN QUE ME LO TENGAN QUE
RECORDAR
10 PUNTOS
TERMINAR LOS DEBERES
LIMPIOS Y ORDENADOS (SIN
TACHONES, NI SUCIOS)
50 PUNTOS
LEER 15 MINUTOS EL LIBRO
QUE MÁS ME GUSTE
10 PUNTOS
ESTUDIAR UNA ASIGNATURA
AUNQUE NO TENGA EXAMEN
20 PUNTOS
SALIR DEL COLE CON EL POLO
LIMPIO
30 PUNTOS
RECOGER POR LAS MAÑANAS
EL ALUMERZO Y GUARDARLO EN
LA BOLSA
10 PUNTOS
5
PUNTOS EXTRA
SACAR UN SOBRESALIENTE EN
CUALQUIER ASIGNATURA
1000 PUNTOS
SACAR UN NOTABLE EN
CUALQUIER ASIGNATURA
100 PUNTOS
6
PREMIOS PARA PABLO
. VER UNA PELI TODOS JUNTOS EN CASA CON PALOMITAS….………..400 puntos
. ELEGIR LA CENA DE UN DIA FESTIVO ……………………………………….…………...400 puntos
. COMPRAR CHUCHES ……………………………………………………………………………….…….…….400 puntos
. VER LA TELEVISION DURANTE LA CENA ENTRESEMANA……………....400 puntos
. IR AL CLUB EL SABADO POR LA TARDE …………………………………………………...400 puntos
. JUGAR AL FUTBOL CON PAPA ……………………………………………………………………...400 puntos
. JUGAR AL JUEGO QUE YO ELIJA CON PAPA Y MAMA ……………………… 400 puntos
. DORMIR CON MAMA CUANDO PAPA NO ESTA ……………………………………...600 puntos
. IR A PATINAR A LAS PISTAS ……………………………………………………………………..1000 puntos
. IR AL CINE Y A MCDONALDS……………………………………………………………………...1000 puntos
. TIEMPO EXTRA PARA JUGAR A LA CONSOLA (30 MIN)……..……….… 1500 puntos
. IR A LA VISITA DEL SANTIAGO BERNABEU ………………………………………..2000 puntos
. IR A GAME A COMPRAR UN JUEGO DE LA PSP ………………………………..20.000 puntos
. QUE PAPÁ ME LLEVE A UN PARTIDO DE FUTBOL DE MAYORES..30.000 puntos
. IR A LA WARNER BROSS …………………………………………………………………………..40.000 puntos