EL ÁRBOL SAGRADO
Pericias en Toro MataMalabares en la duna
Perú en Milán
Colección prehispánica
LA PARADA DEL GALLARDETE, UNA TRADICIÓN ANCESTRAL DE HUAMACHUCO
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Semanario del Diario Oficial El Peruano
| Año 104 | 3a etapa | N° 237
2 VARIEDADES
CRÓNICA
2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Variedades es una publicación del Diario Oficial
DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA
DIRECTORA (E) : DELFINA BECERRA GONZÁLEZ
SUBDIRECTOR : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA EDITOR : MOISÉS AYLAS ORTIZ
EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN
DIAGRAMACIÓN : CÉSAR FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : [email protected] [email protected]
RESUMEN
HUAMACHUCO. Tradición prehispánica y devoción católica se combinan en la ancestral Parada del Gallardete. FOTO: Municipalidad de Sánchez Carrión.
5 | TRADICIÓNLa parada de Gallardete de Huamachuco
combina tradición y fervor religioso.
8 | TURISMOEl cerro Toro Mata de Acarí fue escenario
de una competencia de sandboarding.
11 | NUESTRA MÚSICAUna emotiva evocación a la memoria del
músico Pedro Miguel Arrese.
12 | PERFILTeófilo Aquino reafirma la identidad de los
piuranos a través de su arte.
16 | ELOTRO YOSaywa es una artista
reconocida, pero ella
afirma que sigue a la
búsqueda del equilibrio.
PORTADAESCRIBE: DOMÉNICA CANCHANO
E n el suntuoso Castillo Sforzesco de Milán se conserva
un pedazo de la historia peruana. Se trata de una rica
colección arqueológica de piezas precolombinas,
hallazgos realizados después de 1860 por el principal
referente científi co europeo en el Perú, el milanés Antonio
Raimondi. Un duro trabajo que contó con la participación
de otros exploradores, intelectuales milaneses, que habían
huido de Italia por haber participado como milicianos en
las Cinco Jornadas de Milán, evento sangriento para el
proceso independentista italiano. Su asilo fue obligado,
como también el del mismo héroe de la unifi cación italiana,
Giuseppe Garibaldi.
En el Perú encontraron un lugar acogedor donde po-
dían poner en práctica sus conocimientos. Así formaron
parte de equipos de investigadores que hicieron hallazgos
arqueológicos, principalmente en la zona costera de Lima.
Antonio Raimondi era un incansable estudioso que se
aventuró en áreas muy remotas dentro de la Sierra y hasta
en la Amazonía. Un período fructífero que reunió más
de 500 piezas, que luego fueron enviadas por el grupo
italiano al museo de Storia Naturale de Milán, uno de los
primeros museos públicos de Italia.
En 1929, el museo entregó los restos arqueológicos
al Castillo Sforzesco. Hoy, el número de piezas se ha tri-
plicado y entre cerámicas, tejidos, máscaras, elaborados
en materiales de barro, hueso o concha –que cubren
toda la historia del Perú desde el período Chavín hasta el
Inca– constituyen el núcleo más antiguo de la colección
ARTE PERUANO PRECOLOMBINO SE EXHIBE EN MILÁN
Embajadores culturalesUna colección de arte prehispánico peruano, desde la cultura Chavín hasta la Inca, se exhibe en el Castillo Sforzesco de Milán. A esta muestra se suman hermosos tejidos que elaboran mujeres de comunidades campesinas de Huari, en Áncash. Una exhibición importante y valiosa.
MUESTRA. La colección reúne cerámicas, tejidos y objetos de metal de las culturas del antiguo Perú.
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ITALIA
prehispánica de las Collezioni Extraeuropee del Castello
Sforzesco. De hecho, hoy representa una de las más
importantes de Europa.
TEJIDOS PERUANOSSu última adquisición es una colección de tejidos moder-
nos. Se trata de tejidos de las comunidades tradicionales
de Cusco producidos en estos últimos treinta años. Desde
1996, la misión arqueológica Antonio Raimondi promueve
investigaciones científicas en la zona de Áncash, en Chacas
(provincia de Asunción) y en la provincia de Huari.
"Desde esa fecha hasta hoy hemos 'mapeado' más de
100 sitios arqueológicos en el norte del Perú", nos explica
la arqueóloga Carolina Orsini, quien dirige las investiga-
ciones de la Misión Arqueológica y Antropológica Antonio
Raimondi. Y añade: "Hemos caminado en una zona muy
amplia y conseguimos las coordenadas geográficas con
el GPS, reuniendo de esa manera una gran base de datos
con todos los sitios antiguos de la zona", que se los entregó
al Instituto Nacional de Cultura de Huaraz.
Todo este trabajo ha durado siete largos años reco-
rriendo la zona de Chacas, que no es enorme, pero sí una
región muy difícil, "tanto que tuvimos que recorrerla varias
veces: hay zonas que se descubren según la tendencia
climática". El trabajo de los arqueólogos italianos en varios
años obtuvo el respaldo de las autoridades locales que han
manifestado la voluntad de realizar un museo en Huari.
La ley no lo consiente: "El Perú está muy centralizado con
la distribución de los hallazgos arqueológicos. Nosotros
trabajamos en la sierra de Áncash, en la provincia de Huari,
y según lo que dice la ley: todo lo que encontramos debe
ser trasladado a Huaraz, lejos de su territorio, cuando en
realidad la provincia de Huari tiene un fuerte deseo de
incrementar su turismo. En una zona que el turismo no
APUNTES El Castillo Sforzesco se
encuentra en el casco antiguo de Milán, Italia. La construcción original en el lugar comenzó en el siglo XIV.
En 1450, Francisco Sforza comenzó a reconstruirlo, y fue modificado en varias ocasiones por generaciones posteriores.
EXHIBICIÓN. La muestra
es una de las más completas
colecciones andinas en Italia.
4 VARIEDADES
CRÓNICA
"Nos hemos ocupado también de una serie de sitios
que se presentan alrededor de la laguna Purhuay. Un lugar
que la municipalidad de Huari decidió promover el turismo
construyendo caminos para la llegada de más visitantes; por
ejemplo, en la fiesta patronal de la Mama Huarina", afirma.
La arqueóloga recuerda que en ese lugar efectuaron
exploraciones y restauraron algunos sitios, señalizando las
áreas para los turistas. "En torno a esta zona existen ocho
sitios arqueológicos, de los cuales cuatro se han investigado
con detalle. Son sitios que datan del siglo II a. C. hasta la
Colonia. La zona de la laguna Purhuay ha sido frecuentada
en varias épocas, y es muy fascinante y pintoresca. Se la
considera la pacarina, lugar sagrado donde todo tuvo su
inicio. Frecuentada un tiempo por los chamanes y muy
reverenciada por los hombres. A nosotros, que la hemos
estudiado, nos parece extraño ver a la pacarina que ya no
despierta el miedo en las personas; hoy se ha convertido en
una atracción turística".
PROYECTO ARTSEn 2008, vinculada con esta misión arqueológica, se ha ido
avanzando con el Proyecto Arts, Arte Tradicional para el
desarrollo socioeconómico de la provincia de Huari, con la
ayuda de la asociación italiana Circolo Amerindiano de Peru-
gia, la coordinación del IILA (Instituto Ítalo-Latinoamericano
de Roma), y el apoyo del Ministerio italiano del Exterior.
Consiste en recuperar las técnicas artesanales tradicionales
y formar una red comercial para los productos artesanales.
Un proyecto que acaba de concluir y que ha creado un sitio
en internet: www.progettoarts.com.
"Las mujeres que participan provienen de las comuni-
dades de Acopalca y Yacya. Ellas desde siempre elaboraban
grandes tejidos, frazadas, ponchos y otras cosas, pero en
los últimos veinte años la habían dejado de lado porque era
más económico comprar ollas de aluminio que elaborar
ollas de cerámica. Con este proyecto involucramos a más
de diez mujeres bien motivadas que hoy conducen dos
cooperativas", resalta.
Orsini agrega que existe una amplia variedad de proyectos,
sin olvidar la implementación del turismo en el Perú, una de
las primeras formas para difundir estas tradiciones. "Estamos
escribiendo un libro sobre la arqueología de la zona de Purhuay
que saldrá el próximo año. El trabajo arqueológico puede
de alguna manera ayudar el desarrollo turístico, tratando de
difundir el sentido del respeto por estos lugares".
Mientras en Milán, bajo la Madonnina, se espera im-
plementar un nuevo museo mucho más amplio –que ahora
está en plena construcción– involucrando a los artistas
peruanos para manufacturar las decoraciones y hacer una
nueva reflexión sobre las obras.
"Partiremos a Huántar en los próximos días y haremos una
prospección georradar: un trabajo preparatorio para conocer
el potencial arqueológico de la zona. Tenemos mucho por
descubrir; hay sitios que fueron descubiertos porque eran
visibles y fuera de la tierra, pero a nivel de excavaciones
hay tanto por hacer. Las cosas más antiguas están bajo la
tierra", concluye.
es relevante porque se detiene en la parte occidental de
la Cordillera y nadie, o muy pocos, se adentran al orien-
te, donde existe un ambiente descontaminado y rico en
maravillas naturales", dice Orsini.
No cabe duda de que para los arqueólogos de la zona
de Huari hay mucho por investigar; por eso, en colabora-
ción con los colegas peruanos continúan las excavaciones
en el camino Inca, Huampará, Huaritambo, así como en
los sitios de Ñawpamarca de Huamatanga e Ishlaranra.
Luego, está un sitio del intermedio tardío que se llama
Marcajirca, en el que se han encontrado varias tumbas.
La primera presencia se ubica en torno al siglo VI d. C.;
y la mayor parte de su arquitectura se edificó entre los
siglos XII y XV d. C.
SU ÚLTIMA ADQUISICIÓN ES UNA COLECCIÓN DE TEJIDOS MODERNOS. SE TRATA DE TEJIDOS DE LAS COMUNIDADES TRADICIONALES DE CUSCO PRODUCIDOS EN ESTOS ÚLTIMOS TREINTA AÑOS.
APUNTES
En la actualidad, el castillo alberga a un museo de arte con importantes colecciones, con una sección egipcia y otra prehistórica.
También posee varias esculturas, como la Piedad Rondanini, de Miguel Ángel; y la Madonna, de Trivulzio de Mantegna.
Además, guarda el manuscrito del Códice Trivulziano, de Leonardo da Vinci, y una pinacoteca con pinturas del siglo XIII hasta el siglo XVIII.
DETALLES. Entre las obras figuran artesanías Chavín, cerámicas Moche, objetos incas –yupanas y quipus–, entre otros.
PLAN. El trabajo se vincula también con el Proyecto Arts, una iniciativa de desarrollo económico que se ejecuta en Huari, Áncash.
FOTO: PROYECTO ARTS
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TRADICIÓN
LA PARADA DEL GALLARDETE
El eucalipto sagrado
En Huamachuco, las costumbres se respetan. Desde hace cientos de años, la ancestral Parada del Gallardete da inicio a la fiesta patronal en honor a la Virgen de Alta Gracia. Hoy, el Ministerio de Cultura considera que ambas prácticas son patrimonio de todos los peruanos.
ESCRIBE: ÓSCAR PAZ CAMPUZANO
Hace poco, el pueblo de Huamachuco despertó con
el día a oscuras para ir hasta el caserío de Puente
Piedra. Comieron caldo de toro y chaccharon coca
para sacar fuerzas de donde sea porque ese 29 de julio las
necesitarían como nunca. En esa localidad, cinco meses
atrás, reposaba su emblema natural: un tronco gigante
de eucalipto que mide más de 40 metros de alto, de esos
que ya no se encuentran cerca de la zona urbana por culpa
de los taladores que no reparan en que cada vez es más
difícil armar la parafernalia de su fiesta patronal porque
trasladar ese gran tallo, desde tan lejos, es una misión
nada sencilla. Pero el pueblo no desmaya, y ese día salió
dispuesto a llevar el madero hasta la plaza de la ciudad,
sin peros ni murmuraciones.
Desde febrero, el tronco ya estaba derribado y secando
al sol. Ahora, los más de tres mil pobladores provenientes
de la parte alta y baja de Huamachuco, al mando de dos
comisarios mayores, comienzan la travesía que año a año
se repite para iniciar la fiesta en honor a la Virgen de Alta
Gracia. A "la Mamita". Mirando desde arriba, debe parecerle
un ciempiés gigante que avanza sobre la montaña, camino
a la ciudad. La mayoría son hombres que con yugos y
FOTOS: UNIDAD EJECUTORA 007: MARCAHUAMACHUCO
ORIGEN. Según estudios arqueológicos, la Parada del Gallardete tiene como antecedente un ritual de la cultura Huamachuco.
6 VARIEDADES
LA LIBERTAD
"LAS TIJERAS" DE MADERA DE DOS A DIECIOCHO METROS DE ALTO, MANIOBRADAS HÁBILMENTE POR LOS HOMBRES INDICADOS, INICIAN EL ASCENSO IMPRESIONANTE. LAS LARGAS FILAS HUMANAS TIRAN DECIDIDAMENTE DE LAS EXTENSAS SOGAS (...), HACIENDO FUERZA PARA EQUILIBRAR EL GALLARDETE.
sogas lo conducen. Las mujeres acompañan, algunas
jalando y otras echando arengas para que sus maridos,
hijos, hermanos o abuelos, no se rindan. En el recorrido
hay dos descansos llamados "caleos". Todos recargan
sus energías con chicha brindada por la municipalidad
provincial; vuelven a chacchar y retoman el camino.
Cuando el madero llega a la ciudad –incluso mucho
antes–, las avellanas revientan en el cielo, los "chirocos"
hacen gala de su música y la banda estalla con el redoble
de tambores y el soplido de trompetas para que el párroco
de Huamachuco le dé la bendición. Ahora solo le queda
volver a su estado natural: de pie, como el eucalipto más
grande del bosque del que salió, hecho por el que fue
elegido entre tantos.
Ese es el momento más esperado por todos. Ahora
son más de cinco mil personas del campo y la ciudad las
que se unen para el levantamiento, tan conocedoras de la
costumbre que es prácticamente imposible que fracasen.
Es como si sus ancestros les hubieran enseñado la forma
correcta de parar el gallardete y evitar que caiga. A esas
alturas, cuando el sol se apresta a ocultarse entre los cerros,
el estandarte rojo y blanco, de veinticinco metros de largo
y cuatro metros y medio de ancho, ya flamea al son del
viento serrano, en lo más alto del sagrado eucalipto.
TRADICIÓN. Hombres y mujeres participan en el traslado del tronco de eucalipto.
PATRONA. La ceremonia antecede al homenaje
que el pueblo rinde a la Virgen de Alta Gracia,
patrona de Huamachuci,
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TRADICIÓN
La plaza de Huamachuco es tranquila como el cielo por don-
de vuela el cóndor o el campo por donde pasea la vicuña, pero
los 29 de julio son una excepción. "¡Jalen, jalen, jalennnn...!",
se escucha por todos lados. Gente con los ojos prendidos en
el madero, gritando cada vez que parece caer. La banda y los
"chirocos" siguen tocando y los niños asombrados tratan de
entender el juego de los grandes. "Las tijeras" de madera de
dos a dieciocho metros de alto, maniobradas hábilmente por
los hombres indicados, inician el ascenso impresionante. Las
largas filas humanas tiran decididamente de las extensas sogas
que superan los 150 metros, haciendo fuerza para equilibrar
el gallardete, mientras el pueblo –casi victorioso– brinda sus
últimos alientos para vencer una vez más a la gravedad.
A don Toribio Ballena Murga ya no le ayudan las fuerzas
para ser parte de la tradición. Tiene 86 años y hace 16 que
dejó de ser uno de los principales hombres de la ceremonia.
Llegó a ser auxiliante del comisario mayor de la parte baja.
De pequeño vivió en el caserío Sausaocha y, junto a sus
padres, viajaba para observar la parada. El amor lo llevó
a vivir a la comunidad La Colpa Baja, en donde vive con
su esposa Felicita Bolívar Valderrama, un año menor que
él. Resulta que ella pertenece a una familia en la que ser
comisario es una cuestión de herencia.
Uno de los más grandes tesoros de don Toribio es una
pequeña libreta en la que llevó el control de su participación
desde 1969. Explica que el comisario, el 30 de agosto,
día de la bajada del gallardete –fin de la fiesta–, sella las
libretas para documentar quiénes participaron y quiénes
no. Don Toribio, a pesar de ya no cargar el madero ni jalar
las sogas para levantarlo, sigue apareciendo con su libreta
para ser sellado. Para no perder la costumbre.
MEZCLA CULTURALNo siempre la Parada del Gallardete fue el preludio del
homenaje a la Virgen de Alta Gracia, que hace poco fue
incluida en la lista del Patrimonio Cultural de la Nación
junto a la fiesta patronal. Según las investigaciones ar-
queológicas, esta práctica ancestral se remonta a la vida
de los huamachucos, sociedad que fue dominada en su
momento por los incas y luego por los españoles.
El arqueólogo John Topic, quien ha realizado investi-
gaciones en Huamachuco por más de 20 años, afirma que
uno de los ritos de los huamachucos a su dios Ataguju era
la elevación del poste. Esto se encuentra documentado en
un escrito de los Agustinos, orden religiosa de la Iglesia
católica, en el que se describe que el rito era acompañado
con el sacrificio de animales, en sus recintos de adoración
construidos en la fortaleza de Marcahuamachuco.
El antropólogo Pedro Chuquipoma Moreno, quien
forma parte del equipo de la Unidad Ejecutora 007: Mar-
cahuamachuco, que elaboró el expediente para que el
Ministerio de Cultura determine que esta tradición es pa-
trimonio de todos los peruanos, dice que aún no se cuenta
con los datos precisos de cómo ni cuándo la ceremonia
preincaica se convirtió en el comienzo de la festividad
religiosa que, a pesar de haber pasado por una serie de
cambios, conserva la esencia de lo que fue.
"Este es el espíritu del pueblo que posee la fuerza para
mantenerse vigente y para trascender en el futuro, como
ha venido sucediendo desde épocas prehispánicas y que,
integrada a la fiesta patronal, muestra a Huamachuco como
un rico complejo cultural", señala.
Una vez empinado el madero, las celebraciones son in-
cansables. Fiesta, música, danza, procesión, misa, turismo
y más. Al terminar, Huamachuco volverá a lo de siempre.
Esperará un tiempo prudencial para buscar el nuevo euca-
lipto, derribarlo, secarlo al sol y volver a acarrearlo como
siempre lo ha hecho y, posiblemente, como siempre lo
hará. Casi nadie lo duda. Es la tradición. Punto.
ESPECIAL. El apacible pueblo de Huamachuco se transforma el 29 de julio. Ese día se vive una trepidante actividad acompañada por música.
FOTO: MUNICIPALIDAD DE SÁNCHEZ CARRIÓN
8 VARIEDADES
TURISMO
Malabaristas
de la arena
EN LA DUNA DEL TORO MATA
Acarí, en Caravelí, Arequipa, es un pueblo cá
se puede disfrutar del camarón, pescado, frut
pueblo está el famoso cerro Toro Mata, una dun
competencia de sandboarding.
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AREQUIPA
álido de gente fraterna y amigable, donde
utas y muchas otras delicias. Cerca del
una inmensa que fue escenario de una
ESCRIBE/FOTOS: ROLLY VALDIVIA CHÁVEZ
Hay un toro bravío que vive en una duna imponen-
te. Cuentan que en las noches, cuando el astado
anda enloquecido de sed, baja echando chispas
y bufando como endemoniado hasta las orillas de un río
de cauce cambiante –rumoroso en el verano, austero en
el invierno–. Allí, en esas aguas milagrosas que hacen
verdear el desierto, el animal legendario calma sus furias.
Se tranquiliza. Vuelve a su arena.
Cierta vez, en una noche sin fecha ni año, los hombres
del pueblo que está a los pies de esa duna, decidieron
enlazar al toro para acabar con sus caprichosas corre-
rías, entonces, salieron en su búsqueda. Pasos tensos
y sigilosos en la arena fina, alborotada por el viento frío,
certero y castigador.
Y lo encontraron antes del amanecer. Los hombres
derrocharon valentía y destreza. Lograron enlazarlo y
quisieron arriarlo al pueblo; pero el rumiante era un coloso.
Embistió con encono y en uno de sus arrebatos consiguió
zafarse, huir, escabullirse para siempre en la oscuridad. En
esa lucha tenaz, perdería uno de sus cachos.
Cuando los ánimos se calmaron, los hombres se
quedaron impávidos, no por el susto, sino por lo que
estaban mirando: el cacho era de oro puro. Eso es lo que
cuentan. Eso es lo que escucho mientras Alan Chalco, un
lugareño, trata de hacerme ver la imagen del toro con la
cornamenta mutilada, que aparece como un tatuaje en las
faldas arenosas.
Pero no es lo único que se dice y se cuenta en Acarí
(provincia de Caravelí, Arequipa), un distrito de placentera
quietud, un valle de olivares y algodonales, también de
exquisitos camarones, que se encuentra a los pies de
esa duna que se yergue como una cortina arenosa de
casi 20 kilómetros de largo y mucho más de mil metros
de altura.
Vistosa y retadora cuando su cumbre se muestra sin
tapujos bajo el sol brillante. Misteriosa e incierta cuando
la niebla la ensombrece y cubre con recato. Libre u oculta,
es la imagen omnipresente en los dos Acarí: el viejo, el
fundacional, al que se llega cruzando un puente colgante;
y el nuevo, más comercial y moderno, que crece y se
proyecta a ambos lados de la carretera.
ESCENARIO. El cerro Toro Mata
es una duna gigantesca,
escogida por los amantes de los deportes de
aventura.
COMPETENCIA. En esta competencia participaron los mejores deportistas nacionales e internacionales.
10 VARIEDADES
TURISMO
Otras historias, nuevos relatos legendarios. En la na-
rración no hay toros sedientos. Se describe una banda de
música, no la que ahora está tocando por el aniversario y la
fiesta patronal del distrito; no, esa no, es una banda militar,
antigua y de uniformes llamativos que, vaya uno a saber
porqué, enrumba por la sinuosidad del Toro.
Así es como se llama la duna, aunque algunos le agregan
la palabra mata; siendo entonces la duna del Toro Mata,
como se canta en ritmo afroperuano en el que se habla sobre
un negro que no es de aquí, sino de Acarí. Sin embargo,
hay que aclarar que el bravío sediento de esta crónica no
ha matado a nadie, por lo que esa clasificación no sería
del todo correcta.
Con la arena es otro cantar. Y es que, según la leyenda,
esta se tragó a la banda completita. A pesar de eso, no pudo
silenciar el combativo espíritu de los músicos que, según
las versiones de quienes de vez en cuando andan por la
zona, se dan maña para tocar de cuando en vez; eso sí,
sus melodías son muy distintas a las que se escucharon
hace poquito nomás, en las vísperas de una jornada que
podría volverse mítica.
Quizás de aquí a unas cuantas décadas, los acarinos
narren a sus visitantes los sucesos que voy a empezar a
describir y del que fui testigo presencial. Esto no me lo
contaron. Esto lo vi y lo viví y me emocioné y hasta pensé
y "si yo también lo hago"... no lo hice. Tuve miedo, arrugué,
busqué excusas para engañarme y no aceptar la verdad:
mi inmenso temor de sufrir un porrazo de catastróficas
consecuencias.
Todo empezaría con la llegada de un grupo de jóvenes y
apasionados deportistas, dispuestos a conquistar a la duna y
sus misterios. Frío, calles desiertas. La población del distrito
dormía, no despertaba aún de sus trajines procesionales
y de sus excesos de verbena. Sueños de fiesta patronal y
de aniversario recién cumplido. Nadie esperaba a aquellos
foráneos que buscarían la cima del Toro.
Unas extrañas tablas, unas cuantas carpas y un equipo
de sonido, eran parte de su equipaje de riders, de fogueados
cultores del sandboarding. También tenían cera, velas, hojas
de fórmica. En fin, ni mucho ni poco. Lo suficiente para
hacer lo que querían y anhelaban. Acercarse a lo más alto
en una camioneta y, luego, confiando en la certeza de sus
pasos, coronar la cumbre, sentirse libres.
Ya están arriba. Panorama árido, cambiante, perfilado
por el viento. Abajo está el valle, el pueblo, el río de caudal
exiguo. Los jóvenes se preparan. Se alistan. Ofrendan hojas
de coca antes de subirse a sus tablas o de cubrir sus ojos
con sendos lentes protectores. Es el momento. Todo está
listo. Basta con dar un salto o inclinarse apenas un poquito
para iniciar esa bajada extrema y trepidante.
"ESTAMOS HACIENDO LA HISTORIA DEL SANDBOARD", HABÍA ARENGADO MARTÍN ANTES DE EMPEZAR. NO MENTÍA. TODOS DEJARON SU HUELLA EN EL DESIERTO Y EN AQUELLA RAMPA EN LA QUE RETARON A LA GRAVEDAD CON SALTOS ESPECTACULARES, QUIEBRES, VOLANTINES, GIROS Y MAROMAS INCREÍBLES...
Pura "arenalina" en el primer campeonato de sand-
boarding en la duna Toro. Mil noventa metros hacia abajo.
Vértigo y velocidad en el descenso más largo del mundo,
afirman Martín Guerra y Miguel Morán, el director y el
coordinador del evento, respectivamente. Ambos reunie-
ron a un puñado de deportistas de Lima e Ica, a un par de
brasileños y hasta una voluntaria alemana que trabaja con
niños en Arequipa.
Contarán las voces del futuro, como lo hago yo en
estas líneas, que Rafael Motta, Gerson Valle, Ricky Tomairo,
Martim Amaral, Willame Oliveira y Nikola Gayer, entre otros
avezados "sandboristas", se deslizaron por la querencia del
toro. No fue fácil. La duna es traicionera. Tiene pliegues.
No se deja domar. Lucha por no perder el equilibrio. Varios
trastabillan. Otros caen. Ninguno abandona.
Levantarse y persistir. "Estamos haciendo la historia del
sandboard", había arengado Martín antes de empezar. No
mentía. Todos dejaron su huella en el desierto y en aquella
rampa en la que retaron a la gravedad con saltos especta-
culares, quiebres, volantines, giros y maromas increíbles
que quizá algún día sean parte de una leyenda.
Esas que se cuentan y se escuchan desde siempre en
el distrito de Acarí, la tierra del Toro Mata.
APUNTE La duna Toro
Mata tiene un descenso de más de 1 kilómetro, uno de los más largos del mundo.
TORNEO. Este es el primer campeonato de sandboarding, que se desarrolla en la duna Toro Mata.
NUESTRAMÚSICAEscribe: Manuel Acosta Ojeda
Lunes 8 de agosto de 2011 11
De labios del más famoso autor piurano –en Lima– don
Miguel Correa Suárez, conocí la inmensa dimensión
humana del sindicalista Pedro Miguel Arrese, quien
se enfrentó a la poderosa empresa International Petroleum
Company, propietaria de Talara, Lobitos, Negritos, Zorritos
y otras localidades del norte, donde las leyes peruanas no
tenían valor, trabajándose 11 a más horas diarias, donde
al igual que en Cerro de Pasco, no se podía transitar o
atravesar, sin salvoconducto. Esta injusticia generó mucho
descontento, huelgas y muertes.
Nicomedes Santa Cruz, al enterarse de esta parte de
nuestra historia, escribió:
Talara, no digas "yes",
Mira al mundo cara a cara;
soporta tu desnudez
y no digas "yes", Talara.
Nuestro personaje nació en Piura en 1912, y con tan
sólo 18 años fue elegido secretario general del Sindicato de
Obreros Petroleros de Talara, destacando su coraje, junto
con Alejandro Dumas Taboada Crisanto, quien finalmente
terminó asesinado al igual que otros dirigentes durante
la huelga de 1931.
Esta admiración, contada entre lágrimas y chicha por
1957, me creó la figura de un "hombrón", alto, prieto y
corpulento. Mi curiosidad por saber más de este personaje
casi mítico, me hicieron preguntar: "¿Y por qué sabes tanto
de él?; a lo que respondió: "porque toca la guitarra, canta
y hace canciones como yo."
Y empezó a cantar: "El día que me olvides alma mía, no
sé si subsistiré a mi pesar..."; ese valse es de "el cojo" Alberto
Rubianes, interrumpí. Eso es lo que dicen las disqueras y
la Apdayc, pero nadie se mete con ellas, porque te tildan
de conflictivo y ya no te graban, concluyó.
Quejándose del maltrato a la letra, me cantó:
ALMA MÍA
El día que me olvides alma mía,
no sé si subsistiré en mi pesar,
al verme solo triste y olvidado,
mi vida haría yo arrancar.
Hay penas que se sufren con resignación,
hay golpes que el destino da sin compasión,
pero cuando se pierde un cariño,
no hay nada que iguale este dolor.
Eres tú toda mi fe,
Mi vida te la entregue
el amor que te profeso,
es el más bello mujer.
Si los lazos que nos unen,
se llegaran a romper,
que se acabe ahora mismo
la existencia de mi ser.
Sus padres fueron Pedro Arrese Espinoza y doña
Juana Isabel Arismendi, contrayendo matrimonio con
doña Carmen María Gallo Guevara, musa de muchas de
sus canciones, que sobrepasan las 150 obras. Uno de sus
hijos –con un gran parecido físico– tocaba la guitarra y
cantaba los valses de su padre, con mejor voz y con el
mismo sabor norteño.
Finalmente conocí a mi ídolo en Radio Mundial, en
1961; cuando se fundó la Saycope, no era muy alto, algo
subido de peso y "colora'o". Cultivamos una bella y fuerte
amistad, hasta 1969, cuando volvió a su tierra. En mis
viajes al norte, en busca de información de música popular
por 1975, me encontré con "el negro" Renán Estrada,
director del diario Correo en Piura, y fuimos en busca de
Pedro hasta Sechura. Llegamos a un restaurante, donde
lo encontramos tocando su guitarra y cantando música
tropical; los comensales comían y conversaban sin intere-
sarles la canción y menos el cantor. Indignado, parándome
sobre una mesa, les grite quien era Pedro Miguel, pero
nadie me hizo caso. Me siguió Renán y respaldado por
su importante cargo periodístico, exigió reconocimiento
monetario al trabajo artístico de nuestro compositor. Y
en un silencio respetuoso, pudimos escuchar "Un amor
tengo que me ha enloquecido..." como comienza su valse
"Desesperación".
Esa fue la última vez que lo ví, enterándome de su
fallecimiento el 10 de noviembre de 1987.
PEDRO MIGUEL ARRESE ARISMENDI
El último “chilalo”Fue uno de los grandes autores de la música popular peruana. El maestro Pedro Miguel Arrese compuso valses que le cantaban al amor, a su tierra querida -Piura- y a su gente.
12 VARIEDADES
PERFIL
Con sus lienzos y esculturas, Teófilo Aquino Ipanaqué enseña a amar la tierra generosa, ayuda a fortalecer la fe y reafirma la identidad de los pueblos norteños. En su casa de Catacaos, ubicada a diez minutos de la ciudad de Piura, recibe a los turistas para compartir su pasión por el arte y la vida.
ESCRIBE/FOTOS: JESÚS RAYMUNDO TAIPE
E l arte habita en su casa y en su vida. En la amplia
sala rectangular, que abarca todo el primer piso de
su vivienda, convive con pinturas y esculturas que
nacieron del amor por las costumbres de su tierra. Es una
galería singular que se extiende de calle a calle, donde las
creaciones de Teófilo Aquino Ipanaqué dan la bienvenida.
Allí, él comparte sus innumerables experiencias y explica
las razones de su pasión.
En una esquina del salón principal, la refrigeradora,
la mesa y algunas sillas parecen formar parte de una
instalación moderna. En ese espacio, el artista se reúne
con su familia, cuando nadie los visita, para disfrutar
de algún potaje regional. Mientras me habla, su esposa
descansa sobre uno de los sillones que armonizan con
los cuadros. A su lado, uno de sus hijos que estudia arte
pule sus esculturas.
Hijo ilustre de Catacaos
TEÓFILO AQUINO IPANAQUÉ
OBRAS. Los trabajos
de Teófilo Aquino son,
en su mayoría, imágenes
con motivos religiosos.
ARTISTA Lunes 8 de agosto de 2011 13
SE CONSIDERA UN PINTOR COSTUMBRISTA MODERNO. PREFIERE QUE SUS PERSONAJES SE AGRUPEN DE A TRES, QUE TENGAN LOS CUELLOS LARGOS, QUE LOS TRAZOS SEAN FIGURATIVOS Y QUE LOS FONDOS SE ASEMEJEN A LOS VITRALES DE LAS IGLESIAS. SUS COLORES SON CÁLIDOS, PORQUE LE INSPIRA EL SOL INTENSO DE PIURA.
EN EL TALLERTodo lo heredó de su padre, un escultor que acostum-
braba trabajar con yeso. Los miembros de las hermandades
y cofradías de Piura y otros departamentos del país le
encargaban imágenes religiosas y a veces le pedían que
las restaurara. En el taller, el pequeño Teófilo, el mayor
de cinco hermanos, recogía el polvo del piso y formaba
una masa con la que jugaba a ser artista.
"Mi papá, al verme que hacía travesuras, me decía
cómo debía trabajar con la masa. Él siempre buscó lo
mejor para sus hijos. Después me envió a la Escuela de
Bellas Artes Ignacio Merino", me cuenta. Allí perfeccionó
su talento: conoció la simetría, los colores y la compo-
sición. "En verdad, me sentía como en taller de mi papá.
La única diferencia era que todo se regía por normas y
tenía amigos de diferentes lugares".
Antes de estudiar su profesión, ya había demostrado
que lo suyo es el arte. En su tierra natal, Catacaos, a inicios
de la década de 1970 organizaron un concurso, en el que
obtuvo el segundo lugar. Desde entonces, Teófilo Aquino
Ipanaqué no ha dejado de recibir premios por la calidad
de sus obras y por su trayectoria amasada por los años.
En 2010 fue nombrado "Hijo ilustre de Catacaos".
En julio último ha recibido el reconocimiento por sus
treinta años de forjador de nuevas generaciones de artistas
piuranos. Recuerda que por haber ocupado el primer lugar
en la Escuela de Bellas Artes Ignacio Merino, donde estudió,
fue contratado y después nombrado como profesor. "Es
toda una vida entregada a la enseñanza. He compartido
con muchos jóvenes que hoy son profesionales que se
acuerdan de mí. Eso me halaga mucho".
CREACIÓN PERMANENTEEl arte es una entrega cotidiana y disciplinada. Después
de sus clases diarias aprovechaba el tiempo restante
para pintar o esculpir en su taller. Además, los fines de
semana siempre ha vivido a solas, dialogando con su
creatividad, entre paletas y pinceles, o entre maderas y
herramientas. Reconoce que si no practica, la creatividad
puede adormecerse como los deseos, y eso para él sería
como apagar el sentido a su vida.
"Cuando mi padre veía mi trabajo, siempre me decía que
corrigiera, que mejorara. Ahora que no está a mi lado, mantengo
la misma visión. También saboreo diversos estilos, especia-
lidades y técnicas. Así como él, no niego cuando me piden
arreglar una escultura", comenta. Por eso, a su hijo siempre
le recomienda que practique mucho, que siempre piense en
su futuro y que aprenda de lo que la vida le ofrece.
Se considera un pintor costumbrista moderno. Prefiere
que sus personajes se agrupen de a tres, que tengan los
cuellos largos, que los trazos sean figurativos y que los
fondos se asemejen a los vitrales de las iglesias. Sus colores
son cálidos, porque le inspira el sol intenso de Piura que
desde su niñez lo acompañó. Desde sus inicios trabaja
motivos rurales y todos los que caracterizan a su tierra.
Como escultor, destaca por los temas religiosos y,
generalmente, sus piezas son de gran tamaño. Tal como
ocurría con su padre, las hermandades y los religiosos le
solicitan sus servicios para que trabaje réplicas para sus
capillas e iglesias. Los alcaldes también suelen acudir a
él. En Barranca, por ejemplo, ha esculpido a un Cristo de
veinte metros. Hace cinco años le propusieron en Lurín
crear una imagen de sesenta metros, pero decisiones
políticas detuvieron el proyecto.
SUEÑOS DE ARTISTASu mayor anhelo es seguir trabajando hasta que Dios se lo
permita. "Al Señor le pido que me dé salud para continuar
creando. A diferencia de otros años, en estos momentos
solo puedo pintar, porque un mal en mi columna ya no
permite trabajar en la escultura". Recuerda también que
los momentos más difíciles que ha vivido fueron cuando
operaron del corazón a su esposa y salvaron a su hijo de
un terrible mal en el oído.
"¿Cuán difícil es vivir del arte?", le pregunto. Sonríe
con cierta sorpresa, piensa rápidamente y responde: "Toda
profesión es provechoso para quien lo ejerce. Uno debe ser
persistente y hacer bien las cosas. El arte no es de pequeños,
sino de grandes". "¿Se puede vivir del arte en Piura?", insisto.
"No somos ricos, salvo en amor, pero somos felices", agrega
el pintor y escultor que identifica a Catacaos.
Confiesa que los momentos más felices de su vida
son cuando comparte su tiempo con su familia, cuando el
público reconoce su trabajo y cuando él siente que desliza
libremente su creatividad sobre el lienzo, la madera o sobre
cualquier otro material. Como creyente, se siente dichoso
de que sus esculturas religiosas ayuden a las personas a
acercarse a Dios. Sabe, también, que su arte testimonia
una época, un lugar, una esperanza.
ARTE. Aquino se considera un pintor costumbrista moderno. Sus personajes tienen el cuello largo.
14 VARIEDADES
PERSONAJE
Aurelio Santander trabaja, con una pericia pocas veces vista, en el grabado en acrílico y fibra de vidrio motivos nascas, chimúes, mochicas, respetando el diseño de esas grandes culturas.
ESCRIBE/FOTOS: JOSÉ VADILLO VILA
E n los años ochenta, cuando el país atravesaba una
época difícil, violenta, Aurelio Santander también se
ganaba la vida llevando turistas en su Volkswagen.
Digo también porque el señor era joyero, sobre todo.
Empero se especializó en llevar a los gringos "mochileros",
que empezaban a recorrer el país en los años setentas,
apretujados en su escarabajo, a ver las líneas de Nasca, a
admirar los textiles de los chancay, al oráculo prehispánico
de Pachacámac, aquisito no más, en Lurín.
Ahora este arequipeño tiene 77 años y tres hijas. Y
desde hace doce meses, más o menos, está llevando, como
un Quijote, el sueño descabellado de grabar en madera y
acrílico, en alto y bajo relieve, figuras y motivos que ha
extraído de los libros de historia, de las culturas Nasca,
Chimú, Tiahuanaco, Chancay, Mochica. Pero más allá de
EL GRABADOR DE LAS CULTURAS
DISEÑADOR DE ALTO RELIEVE'
los volúmenes de cultura prehispánica de donde saca los
modelos, a Santander no se le puede engañar en eso de
conocer las características de estas culturas.
Lo aprendió en los lejanos años sesenta, cuando
Lima todavía no era un monstruo de ocho millones de
cabezas, y sólo pocos tenían en la capital un teléfono.
Entonces tenía su tienda en la calle Belén, junto a la casa
de Miguel Mujica Gallo, fundador del Museo de Oro del
Perú. Casi una década se pasó ahí, y recuerda a la gente,
sobre todo del norte del país, que llegaba con huacos y
objetos de orfebrería precolombina de plata llevándosela
a Mujica Gallo, pero como éste salía sin decir cuándo
volvía, le dejaban encargada esas piezas. Y Mujica Gallo
le enseñó ahí a reconocer las piezas originales de las
falsas. Sí, desde entonces, ya se trataba de pasar mucho
gato por liebre.
Cuenta Santander, en su casa en San Borja, que tuvo
LIMALunes 8 de agosto de 2011 15
mucha suerte. Porque acompañando a los "mochileros"
en el norte chico conoció a Yoshitaro Amano (quien fundó
el museo privado Amano), quien le enseñó también a
reconocer la originalidad de los textiles de los chancay,
como que estos artesanos graficaban a los seres sólo con
cuatro dedos, jamás con cinco.
Pero su favorita es la cultura Chavín. Sus ojos brillan
cuando habla de los Chavín. "No trabajaban con moldes,
no había piezas iguales, sus cerámicos pasaban por un
proceso de tres cocciones, y eran perfectas. Pero poco
a poco en el país fuimos perdiendo esa calidad no sé
porqué", cuenta apenado.
"Uy, en nuestra patria tenemos cosas bellas, debemos
de mostrarlas más y esta es una manera de hacerlo, como
los mexicanos hacen con sus culturas precolombinas, les
dan gran valor y las promocionan bastante", dice el señor
Santander, rodeado de dioses tiahuanacos de 10 por 20
centímetros; de réplicas en madera de motivos mochicas
de casi medio metro; y enormes trabajos de metro y medio
de largo de motivos extraídos de motivos Sipán.
Estos adornos lo acompañan desde hace más de un
año. Son varios pasos, explica, para llegar a estos trabajos
en alto relieve que muestra orgulloso.
Primero hacer el diseño y escanearlo en computadora.
Luego lo pasa a una enorme grabadora láser donde inserta
las placas de madera o acrílico, según sea el gusto, ahí
se queman a 15 o 25 grados centígrados, según el efecto
que se quiera lograr con cada uno de ellos. Al retirarlas,
las pasa por un proceso de calado, que es a mano y con
delicadeza.
Propiamente, explica, no es madera, sino el material
llamado mdf. "Mire, hemos probado con todas las maderas,
el problema es que los detalles de los grabados se pierden
por la estructura misma de las maderas mientras que el
mdf le da realce", cuenta.
Santander explica que estos trabajos los pueden
hacer los artesanos, pero toman mucho tiempo. "Son
innovaciones que se está haciendo, pero nunca digo que
lo que hago es un trabajo artesanal, soy honesto, y explico
cómo se trabajan", cuenta el joyero.
Un trabajo como el mural inspirado en Sipán le puede
tomar una semana en hacerlo, pero trabajos pequeños
como los adornos de guerreros sipán o dioses tiahuanaco
pueden ser solo de dos o tres horas.
"EN NUESTRA PATRIA TENEMOS COSAS BELLAS, DEBEMOS DE MOSTRARLAS MÁS Y ESTA ES UNA MANERA DE HACERLO, COMO LOS MEXICANOS HACEN CON SUS CULTURAS PRECOLOMBINAS, LES DAN GRAN VALOR Y LAS PROMOCIONAN BASTANTE..."
APUNTE Las piezas pueden
costar entre 70 y mil 500 nuevos soles de acuerdo al tamaño del trabajo.
VOLUNTAD. Santander realiza su sueño de grabar en acrílico imágenes de las antiguas culturas peruanas.
Santander ha tocado puertas de museos, de univer-
sidades, de instituciones, de empresas, de comerciantes,
a exportadores, a muchos les gusta, pero dice que el
interés no va más allá. "Unos me dicen que lo deje a
consignación, pero ya he tenido malas experiencias",
comenta apenado.
Dice que está cansado de tocar puertas. Para él, y no
lo dudamos, estos trabajos son excelentes para adornar
escritorios y paredes "con motivos peruanos". Ahora
dice que dejará estos trabajos para dedicarse a cosas
más puntuales y contemporáneas que le han pedido,
como adornos en acrílico y madera de caballos de paso
o bailarines de marinera.
16 VARIEDADES
ELOTROYO
Entrevista completa en www.andina.com.pe
ENTREVISTA: SUSANA MENDOZA SHEENCARICATURA: TITO PIQUÉ ROMERO
¿Te sientes Victoria Porras o Saywa?
–Siempre seré Victoria, ese es mi nombre de pila. Yo
inicié mi carrera como Victoria de Ayacucho y durante
diez años me llamaron así, ese nombre me lo puso el
público. Para mí fue hermoso, hasta que quise cambiarlo
por uno quechua.
¿Ese primer nombre qué representó en tu
vida?
–Tenía 18 años y el nombre me llamaba a una
batalla, me sentía una mujer guerrera y creía que
con mi voz cambiaría el mundo.
¿Y por qué un nombre quechua?
–Porque no quería cerrarme solo a ser una
cantante ayacuchana sino peruana. Cuando
uno sale del país es el Perú, no es Ayacucho.
Saywa signifi ca muchas cosas, son los espíritus
de los apus.
¿Te sientes una diosa?
–¡No para nada! Ese nombre signifi ca mucho
para mí. Cuando era niña caminaba con mi mamá
durante todo un día, del pueblo hacia la ciudad. Cuan-
do me cansaba y quejaba, ella me decía, ya, vamos a
descansar en la saywa. Y era verdad, porque cuando
llegábamos a la punta de un cerro allí estaban las saywas,
las piedras que son una especie de señal en el camino.
Nos sentábamos en ellas, comíamos nuestro fi ambre y
ellas nos acompañaban.
¿Y Saywa expresa a la mujer que eres ahora?
–Sí, soy una mujer que busca. Y mi búsqueda siempre
se orientó a ser mejor. La saywa es eso, es una señal en el
APUNTE Saywa, al lado de su hija Damaris, presentará
el espectáculo Hilando canto en el auditorio del colegio San Agustín el viernes 12 de este mes.
VICTORIA ANA PORRAS QUINTANILLA, SAYWA
Soy muy espiritualQuiere llegar al equilibrio perfecto y ser una especie de luz en el camino para sus hijos y las personas que quiere.
camino y uno para ser una señal tiene que llegar a un punto
de equilibrio. Quiero ser una guía, siempre lo he soñado,
como he soñado también ser una buena madre. A Dios
siempre le pido ser una madre que guíe a sus hijos.
Te sientes una buena madre...
–Ahora sí me siento una buena madre. Tengo más
hijos además de Damaris, ¡imagínate! Yo programé te-
nerla solo a ella, era mi vida. Pero justo a los 25 tuve mi
segundo hijo, cambió mi vida también, y después de 10
años, tuve otro.
Te percibo juvenil, ¿cómo te percibes tú?
–También así, juvenil (risas), así me siento. Mi juventud
tiene que ver con mi actitud, con mis ganas de aprender. El
joven siempre quiere aprender. Y uno aprende de todos.
¿Cuántos años tienes?
–42 años, y bien vividos, paso a paso, bien caminados
(risas).
¿Tener presencia en un medio masivo de comuni-
cación te reivindica en algo?
–Reivindica nuestra música, folclor, tradiciones y a
los que tenemos mucho por mostrar de nuestra cultura.
TV Perú es el canal de todos los peruanos.
¿Conducir un programa de TV es positivo para ti?
–Para mí es una gran responsabilidad, nunca me ima-
giné conduciendo un programa de televisión porque no
soy habladora, siempre he sido de escuchar. Cuando
me lo comunicaron se me pararon los pelos porque
no me sentía en mi cancha.
¿Trabajar con tu hija es difícil?
–Ella me ayuda muchísimo. Sobre todo al
comienzo, es más rápida y me salvaba en algu-
nos momentos. Pero ahora me he metido en el
programa a full, hasta me prepara un periodista,
quechuahablante, ayacuchano e investigador
de la música, que no diré su nombre, y que me
sirve mucho para hacer entrevistas y conocer
nuestra historia. Yo solo me preparé para estar
en un escenario y cantar.
Con Damaris parecen hermanas...
–Lo que pasa es que nos llevamos bien, la
relación fl uye y eso se ve en el programa. Ella es
independiente, una buena hija.
¿Qué aspiras ser?
–Mira, soy muy espiritual...
¿Quisieras ser un ángel?
–No, no, no, solo quiero llegar a tener equilibrio, tener
paz. Mucha gente la busca por todos lados, pero no la
busca dentro suyo.
Quieres ser una mujer perfecta...
–Solo quiero equilibrio, que nada me afecte...