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PERFIL SOCIOLINGÜISTICO DE LENGUAS MAPUCHE Y AYMARAEN LA REGIÓN METROPOLITANA
© Corporación Nacional De Desarrollo Indígena CONADIDirector Nacional Alvaro Marifil HernándezFondo de Cultura y EducaciónDirección Nacional
Universidad Tecnológica MetropolitanaRector Luis Pinto FaverioVicerrectoría de Transferencia Tecnológica y ExtensiónCentro de Desarrollo Social
Registro de Propiedad IntelectualInscripción Nº 18��99ISBN (1�): 978-956-75�9-10-9Santiago, Chile, Julio de �009
Investigadores:Hans Gundermann KröllLuis Godoy SaavedraJaqueline Caniguan CaniguanElías Ticona MamaniErnesto Castillo NarbonaAlejandro Clavería CruzCesar Faúndez Lagos
EditoresLuis Godoy SaavedraMario Torres Alcayaga
Revisión de EstiloCristian Romero Mayorga
Supervisión y Revisión CONADINecul Painemal MoralesDr. (c) Lingüística
Diseño y DiagramaciónAndrea Meza NavarroJuan Pablo de Gregorio Impreso por LOM Ediciones, Santiago de Chile, Julio de �009
PROHIBIDA LA COMERCIALIZACIÓN TOTAL O PARCIAL EN CUALQUIER FORMA Y POR CUALQUIER MEDIO. SE AUTORIZA REPRODUCCIÓN MENCIONANDO LA FUENTE.
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En los lineamientos de la política Indígena del Gobierno de la Presidenta
Sra Michelle Bachelet Jeria se presenta como un hito histórico el reco-
nocimiento de los pueblos indígenas tanto en el marco jurídico como en
el imaginario de la sociedad a través de la aplicación del Re-conocer, el
pacto social por la multiculturalidad.
Entre los mas destacados tópicos de los Compromisos presidenciales
están: la Participación de los pueblos indígenas, Reconocimiento y
profundización de derechos de los pueblos indígenas, Política indígena
urbana, Política de educación, de cultura y de hogares indígenas, la
Mujer indígena y de su rol como transmisora de la cultura y el Desarrollo
integral, conectividad y cobertura rural indígena.
Entre los logros de estos compromisos a respecto de la cultura y
educación de los pueblos fue la culminación de la Fundación de dos
Academias de la lengua indígena, la Academia de la lengua Rapa Nui
y la Academia de la lengua Aymara durante el año 2008, esperando la
Fundación de la Academia de la lengua mapuche durante el año 2009.
Estos eventos son la respuesta adecuada de la institucionalidad ante
el acelerado deterioro del desempeño de las lenguas indígenas producto
de la negación de su presencia a través de la historia en nuestras socie-
dades y que en esta década se está en franco reconocimiento de la
importancia de cada una de ellas en el contexto cultural del país. Las
lenguas indígenas de Chile son consideradas parte del patrimonio inma-
terial de la nación y riqueza de la humanidad. Se parte de la convicción de
que es necesario que el Estado tome acciones que reviertan la situación
de exclusión y minusvaloración en que se encuentran las lenguas indí-
genas, debido a las acciones de discriminación por parte de la sociedad
DEL DIRECTOR NACIONAL DE CONADI
PRESENTACIÓN
y a las inacciones, aunque no intencionadas del Estado que en materia
de lenguas, no ha preparado ni puesto en práctica un plan destinado a
reconocer, orientar, desarrollar o determinar el uso de las lenguas en el
país, para de esta manera revertir la discriminación que se hace a los
hablantes de las lenguas indígenas en los ambientes pluriculturales de
las regiones y en el sistema educacional del estado.
En el preámbulo del Convenio 169 de la Organización Internacional del
Trabajo se dice que en lugar de las políticas asimilacionistas debe reco-
nocerse “las aspiraciones de esos pueblos a asumir el control de sus
propias instituciones y formas de vida y de su desarrollo económico y a
mantener y fortalecer sus identidades, lenguas y religiones, dentro del
marco de los Estados en que viven.”
También se puede observar en la Parte VI. Educación y medios de
comunicación, Artículo 28 se señala: “Siempre que sea viable, deberá
enseñarse a los niños de los pueblos interesados a leer y escribir en su
propia lengua indígena o en la lengua que más comúnmente se hable
en el grupo a que pertenezcan.” En el segundo párrafo del mencionado
Artículo 28 se dice “Deberán tomarse medidas adecuadas para asegurar
que esos pueblos tengan la oportunidad de llegar a dominar la lengua
nacional o una de las lenguas oficiales del país.” Y en el tercero se agrega:
“Deberán tomarse disposiciones para preservar las lenguas indígenas
de los pueblos interesados y promover el desarrollo y la práctica de las
mismas.”
Los trabajos futuros de las Academias de la lengua indígena en Chile
que ha promovido la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena,
CONADI, estarán direccionados hacia la realización de estas dispo-
siciones, en las que se destaca el respeto hacia la diversidad cultural,
al desarrollo de las comunidades y a la mantención de su cultura y su
lengua.
La Declaración Universal de Derechos Lingüísticos de 1996 consi-
dera que se debe asegurar el respeto y el pleno desarrollo de todas las
lenguas y establecerse los principios de una paz lingüística planetaria,
justa y equitativa, como factor principal de la convivencia social. Dicha
declaración afirma que para garantizar la convivencia entre comu-
nidades lingüísticas, hace falta encontrar unos principios de orden
universal que permitan asegurar la promoción, el respeto y el uso social
público y privado de todas las lenguas, el respeto a la diversidad lingüís-
tica y cultural del país, promueve el diálogo intercultural y ofrecen claras
ventajas para la comprensión mutua, la cohesión social, la construcción
de una identidad nacional y la pacificación del país.
El presente estudio acerca de la situación sociolingüística de la
población indígena urbana, elaborado por la Universidad Tecnológica
Metropolitana de Santiago, es un importante avance del cual la CONADI
se congratula y ofrece a la población indígena, así como a las institu-
ciones y profesionales del área interesados en las lenguas de nuestros
pueblos.
Las conclusiones a las que se llegue producto de su lectura marcarán
una nueva etapa en el quehacer de nuestras instituciones en beneficio
de las culturas indígenas de Chile.
ALVARO MARIFIL HERNANDEZ
DIRECTOR NACIONAL
CONADI
ANTECEDENTES
I SITUACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA EN LA REGIÓN METROPOLITANA
II ACTITUDES ANTE LAS LENGUAS INDÍGENAS
III COMPETENCIA CON EL MAPUZUGUN EN LA REGIÓN METROPOLITANA
IV COMPETENCIA LINGÜÍSTICA CON EL MAPUZUGUN: ANÁLISIS DE CASOS
V COMPETENCIA LINGÜÍSTICA AYMARA: ANÁLISIS DE CASOS
VI ASPECTOS METODOLÓGICOS
BIBLIOGRAFÍA
ANEXO: INSTRUMENTOS APLICADOS
Encuesta sociolingüística a hogares mapuche y aymara de la región metropolitana
Actitudes lingüísticas región metropolitana
Instrumento de medición competencia lingüística aymara
Instrumento de medición de competencia lingüística en mapuzugun
ÍND ICE
9
10
33
40
44
55
71
84
88
88
102
104
108
8
ANTECEDENTES
El presente documento constituye el informe final del proyecto
“Perfil Sociolingüístico de Lenguas Mapuche y Aymara en la Región
Metropolitana”, realizado por la Universidad Tecnológica Metropolitana a
través del Centro de Desarrollo Social, en convenio la Dirección Nacional
de la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena, a través de la Unidad
de Cultura y Educación de la Dirección Nacional.
El estudio tiene por objeto elaborar un perfil sociolingüístico de la
población mapuche y aymara residente en la Región Metropolitana,
que permita tener información sobre su competencia y desempeño
de las lenguas vernáculas, la situación actual del uso de éstas en sus
diferentes actividades familiares y/o sociales, la actitud de éstas hacia
la lengua, entre otros aspectos que permitan disponer de antecedentes
suficientes para orientar la política pública de fomento y fortalecimiento
de las lenguas indígenas.
En el primer capítulo se expone la situación sociolingüística de los
hogares mapuche y aymara en la región, analizándose los procesos de
mantenimiento y pérdida de la lengua en los distintos niveles generacio-
nales.
El segundo capítulo expone un análisis de las actitudes de los
hablantes mapuche y aymara con su lengua, así como algunas hipótesis
explicativas de las situaciones descritas.
El tercer capítulo, expone un análisis estadístico de la competencia
lingüística en mapuzugun. Se exponen además algunas hipótesis expli-
cativas de la situación analizada. Se excluye de este análisis la compe-
tencia en aymara debido a la baja cantidad de casos encontrados
En el cuarto capítulo se realiza un análisis de casos de la compe-
tencia lingüística mapuche en la región, sobre la base de los test de
competencias aplicados en el estudio, mientras que el quinto capítulo
desarrolla un análisis de casos de la competencia lingüística aymara.
En ambos análisis se trabaja en función de identificar la competencia
baja, mediana y alta de la lengua y sus características particulares en el
contexto urbano del territorio estudiado.
Finalmente, el sexto capítulo aborda el trabajo de elaboración de
la muestra, los procedimientos utilizados en el trabajo de campo y el
procesamiento de los datos. Se anexan, además, los instrumentos utili-
zados en el estudio.
9
I. SITUACIÓN SOCIOLINGÜÍSTICA EN LA REGION METROPOLITANA
1. Características socio demográficas de la población indígena en
la Región Metropolitana de Santiago
La Región Metropolitana congrega en una sola zona geográfica el grupo
numéricamente más significativo de indígenas del país, con la excep-
ción de la Araucanía. En esta región se tiene tanto en cifras absolutas
(203.950 personas), relativas (un 29,5%) que sobresale notoriamente de
las demás regiones de Chile, con la excepción de la Región Metropolitana.
Esta sigue en importancia a la de la Araucanía con 191.454 personas
indígenas, lo que equivale a un 27,7% del total nacional (INE-Orígenes,
2002:13). Esta última es una realidad social casi en su totalidad urbana y,
además, urbana metropolitana (congregación de población y vivienda en
gran escala).
Se trata de una población que presenta distribuciones por edad y sexo
normales respecto del país. En el caso mapuche en particular, la distribu-
ción por edad es incluso un poco más favorable a los tramos más jóvenes
que las medias del país. Estamos en presencia, por lo tanto, de una pobla-
ción demográficamente joven, dinámica y en crecimiento.
10
Etnia Edades
Sexo
Hombre Mujer
Map
uch
e
5-14 394 23,4% 333 18,7% 727 21,0%
15-24
382 22,7% 416 23,3% 798 23,0%
25-34
291 17,3% 306 17,1% 597 17,2%
35-44
260 15,4% 298 16,7% 558 16,1%
45-54
190 11,3% 241 13,5% 431 12,4%
55-64
102 6,1% 107 6,0% 209 6,0%
65-74
53 3,1% 65 3,6% 118 3,4%
75 y más
12 0,7% 19 1,1% 31 0,9%
Total 1684 100,0% 1785 100,0% 3469 100,0%
Aym
ara
5-14 15 16,0% 21 21,2% 36 18,7%
15-24
22 23,4% 18 18,2% 40 20,7%
25-34
19 20,2% 15 15,2% 34 17,6%
35-44
15 16,0% 17 17,2% 32 16,6%
45-54
13 13,8% 15 15,2% 28 14,5%
55-64
4 4,3% 7 7,1% 11 5,7%
65-74
5 5,3% 3 3,0% 8 4,1%
75 y más
1 1,1% 3 3,0% 4 2,1%
Total 94 100,0% 99 100,0% 193 100,0%
Nota: Se excluyen no indígenas integrantes de los hogares entrevistados
Tabla Nº 1:
Distribución por
sexo y edad de la
población metropo-
litana
Totales
11
En relación con la inmigración, alrededor de dos tercios son nacidos
en la Región Metropolitana (un 66,5%) mientras que de los restantes
no todos nacieron en comunas de residencia tradicional indígena
(reúnen esta condición sólo un 18,3% de los casos sumando aymaras
y mapuches). Se presenta un cierto número de casos de integrantes de
los hogares nacidos en comunas de otras partes del país que corres-
ponden a personas no indígenas integrantes de hogares indígenas y de
indígenas cuyas familias han vivido procesos migratorios escalonados
hasta llegar a la Región Metropolitana y que por lo tanto nacieron en
sitios intermedios. Es el caso, por ejemplo, de comunas urbanas en
regiones de vida tradicional indígena (Arica, Iquique, Temuco, Valdivia y
Osorno), comunas de la región central de Chile y algunos nacidos en el
extranjero.
Áreas de residencia Frecuencia Porcentaje válido
Comunas residencia tradicional aymara 15 0,4%
Comunas residencia tradicional mapuche 718 17,9%
Comuna urbana en región de vida tradicional aymara
86 2,1%
Comuna urbana en región de vida tradicional mapuche
143 3,6%
Región Metropolitana 2665 66,3%
Comunas con baja presencia indígena y otras comunas del resto del país
351 8,7%
Nacidos fuera de Chile 15 0,4%
No sabe, no responde 24 0,6%
Total
4017 100,0%
Ahora, si analizamos la condición de metropolitano o inmigrante de
quienes respondieron la encuesta en los hogares entrevistados (en su
mayoría jefes de hogar o sus cónyuges, o personas adultas de cada hogar
entrevistado), advertiremos con claridad que a medida que tratamos
con personas de mayor edad, aumenta el porcentaje de hogares con
jefes de hogar o integrantes inmigrantes y, a la inversa si tratamos con
personas más jóvenes. Pero, además, los valores se invierten respecto
del conjunto de los individuos considerados en la muestra. Si en un
caso se tenía un 66,5% de nacidos en la Región Metropolitana, ahora
este porcentaje llega sólo a un 39, 6%. Esto indica que luego de trans-
curridas un par de décadas de inmigración a Santiago empiezan a
formarse grupos domésticos que no tienen la migración como un dato
Tabla Nº 2:
Comuna de
nacimiento según
áreas de residencia
tradicional y no
tradicional indígena
1�
inmediato de sus trayectorias y biografías, sino que ella ya es un dato de
la generación precedente. Y esto aumenta con el tiempo. Este fenómeno
se acentúa más en el caso mapuche que en el aymara debido a que los
inicios de la inmigración son más antiguos en el primero de estos casos.
Inmigrante o metropolitano
TotalInmigrante Metropolitano
5-14 0 0,0% 1 100,0% 1 100,0%
15-24 27 41,5% 38 58,5% 65 100,0%
25-34 141 49,1% 146 50,9% 287 100,0%
35-44 215 50,4% 212 49,6% 427 100,0%
45-54 260 67,0% 128 33,0% 388 100,0%
55-64 144 77,8% 41 22,2% 185 100,0%
65-74 88 86,3% 14 13,7% 102 100,0%
75 y más 19 76,0% 6 24,0% 25 100,0%
Total 894 60,4% 586 39,6% 1480 100,0%
La presencia indígena en Santiago de Chile y sus alrededores es antigua.
En la historia moderna del país ella se gesta con la emigración desde el
centro sur de Chile (mapuches) y, en mucho menor medida, del norte
(atacameños, quechuas y aymaras de las regiones de Antofagasta,
Tarapacá y Arica-Parinacota). La pobreza campesina del sur de Chile
y la promesa de trabajo e ingresos en las ciudades del centro del país
que se abren con el crecimiento industrial y la expansión urbana lanzan
a ciudades y la urbe capitalina contingentes de mujeres y hombres
mapuches. Esto se hace notorio ya hacia la cuarta década del siglo XX.
Se intensifica en las décadas posteriores. No es un fenómeno de movi-
lidad espacial que se haya detenido sino que al contrario. Por una parte,
sucesivas crisis de la agricultura tradicional del sur de Chile, reconver-
sión productiva, deterioro de los recursos productivos mapuches, contra
reforma agraria de la década de 1970. Por otra parte, nuevas oportuni-
dades de trabajo estacional o estable se forman con la expansión de la
fruticultura de exportación en el centro del país, el aumento del empleo
con el crecimiento de la economía en las décadas de 1990 en adelante,
la expansión minera en el norte del país, el desarrollo de la industria
Tabla Nº 3:
Edad en decenios de
los respondentes por
hogar (en su mayoría
jefes de hogar y
otros adultos) según
la condición de
inmigrante o metro-
politano
Edad en decenios
1�
acuícola en el sur, etc. Podría apuntarse, sin embargo, que la movilidad
y emigración mapuche tiene hoy blancos migratorios más diversos que
las grandes ciudades como ocurría antaño (Concepción y Santiago eran
las más importantes).
La emigración andina tendría otra dinámica. Esta es quizá más masiva
que la mapuche, pero se realiza a las ciudades del norte del país (puertos
y ciudades mineras como Arica, Iquique, Antofagasta y Calama) y sólo
en menor medida a la Región Metropolitana (el tipo de muestra que
fue necesario aplicar para este caso muestra bien el pequeño tamaño
y dispersión de este sub universo). Es también más reciente que la
mapuche. Tampoco corresponde a una emigración obrera y de trabaja-
dores sin calificación como es el caso de los mapuches, sino que más
bien de empleados fiscales, pequeños comerciantes, trabajadores por
cuenta propia y algunos técnicos y profesionales.
Año de llegada
Etnia Total
Mapuche Aymara
1920 - 1929 1 0,1% 0 0,0% 1 0,1%
1930 - 1939
11 0 ,9% 0 0,0% 11 0,8%
1940 - 1949
55 4,3% 7 7,1% 62 4,5%
1950 - 1959
119 9,3% 4 4,0% 123 8,9%
1960 - 1969
223 7,5% 5 5,1% 228 16,6%
1970 - 1979
257 20,1% 6 6,1% 263 19,1%
1980 - 1989
274 21,5% 20 20,2% 294 21,4%
1990 - 1999
163 12,8% 22 22,2% 185 13,5%
2000 - 2008
59 4,6% 22 22,2% 81 5,9%
No sabe, no responde
114 8,9% 13 13,1% 127 9,2%
Total 1276 100,0% 99 100,0% 1375 100,0%
(se excluyen antecesores no indígenas y otros integrantes del hogar)
Toda vez que la inmigración a la Región Metropolitana no se ha detenido,
la antigüedad de la emigración determina que un porcentaje relevante
de los hogares indígenas de Santiago deba considerarse como metro-
politanos. Esto es, formados por hijos, nietos o bisnietos de emigrantes.
Tabla Nº 4:
Año de llegada
a la Región
Metropolitana del
informante o sus
antepasados en
decenios según etnia
1�
Se trata de personas que corresponden a la primera, segunda y a veces
tercera generación de nacidos en Santiago y sus alrededores. La tabla
siguiente muestra cifras y porcentajes que avalan lo que se acaba de
enunciar. Por tratarse de una inmigración más reciente, la gran mayoría
de los aymaras metropolitanos entrevistados (datos de respondentes
por hogar entrevistado, por lo general adultos) es migrante directo
(82,6%), porcentaje que baja considerablemente (57,0%) en el caso
mapuche, con inmigraciones bastante más antiguas. De ello resulta
que un 17,4% de los hogares aymaras considerados en el estudio sería
metropolitano, mientras que, en el caso mapuche, este porcentaje sube
a un 39,7%, a lo que se agrega un 3,3% proveniente de áreas no tradicio-
nales (extranjero, otras áreas de emigración).
Generación de migración
Etnia Total
Mapuche Aymara
Migrante directo818 57,0% 76 82,6% 894 58,5%
Migraron los padres, abuelos o bisabuelos
570 39,7% 16 17,4% 586 38,4%
Otras formas (desde el extranjero, otras áreas no indígenas, etc.)
47 3,3% 0 0,0% 47 3,1%
Total 1435 100,0% 92 100,0% 1527 100,0%
Los indígenas metropolitanos se encuentran representados en todas las
categorías ocupacionales, pero prevalecen claramente en los oficios de
empleado (principalmente servicios menores), con un 59,8% del total
(un 53,1% en el caso mapuche y un 59,8% en el aymara). Le sigue en
importancia la categoría de los obreros con un 16,8% del total (un 17,7%
en el caso mapuche y ausencia de casos en la muestra aymara). Estos
últimos destacan en el trabajo por cuenta propia con un 33,7% (princi-
palmente en el comercio), en tanto que entre los mapuche esta cate-
goría está presente en un 15% de los casos. También entre los mapuche
el servicio doméstico manifiesta una visible presencia con un 9,8%.
Tabla Nº 5:
Generación de inmi-
gración de hogar del
informante según la
etnia de pertenencia
15
Etnia Total
Mapuche Aymara
Empleador 22 1,3% 2 2,2% 24 1,4%
Trabajador por Cuenta Propia
250 15,0% 31 33,7% 281 16,0%
Empleado 885 53,1% 55 59,8% 940 53,4%
Obrero 296 17,7% 0 0,0% 296 16,8%
Servicio doméstico 164 9,8% 1 1,1% 165 9,4%
Familiar no remunerado 7 0,4% 0 0,0% 7 0,4%
FF.AA. y de Orden 6 0,4% 0 0,0% 6 0,3%
Otra 15 0,9% 3 3,3% 18 1,0%
No sabe, no contesta 23 1,4% 0 0,0% 23 1,3%
Total 1668 100,0% 92 100,0% 1760 100,0%
Presentemos, todavía, otro antecedente urbano de los indígenas en la
Región Metropolitana. Si las relaciones sociales tradicionales se desen-
volvían en marcos sociales de grupos parentales localizados, podemos
preguntarnos por la existencia de redes sociales parentales en la vida
urbana contemporánea, ya que no de grupos locales corporados como
era usual en la vida tradicional rural. Puede ser indicativa la proporción
de la parentela que reside en la capital y, por diferencia, aquella que
todavía es rural. La tabla siguiente muestra información solicitada a los
respondentes de la encuesta de hogares:
Rangos Frecuencia Porcentaje
Toda la parentela reconocida280 17,7%
El 75% de los parientes
216 13,6% El 50% de los parientes
408 25,7% El 25% de los parientes
511 32,2% Ninguno 82 5,2%
NS/NR 88 5,6%
Total 1585 100,0%
Tabla Nº 6:
Categoría ocupa-
cional de los indí-
genas en la Región
Metropolitana según
etnia de pertenencia
Tabla Nº 7:
Estimación de la
proporción en que
la parentela de
los entrevistados
vive en la Región
Metropolitana
Categoría ocupacional
16
La evidencia aportada por las cifras de la tabla precedente muestra que
en la percepción de los entrevistados la categoría de los parientes reside,
principalmente, en la misma Región Metropolitana. Esto puede ser indi-
cativo de la existencia de redes parentales cortas, principalmente con
residencia urbana y, a la vez, la interrupción paulatina de los lazos con
redes más amplias que incorporan segmentos rurales o, cuando menos,
la relativa menor importancia de esto último.
El desenvolvimiento de las lenguas originarias no se sustrae de las
condiciones urbanas metropolitanas en las cuales se encuentran los
indígenas de la capital y sus alrededores. Algunas de esas condiciones
son las siguientes:
a) En primer lugar, se trata de francas minorías demográficas,
minúscula en el caso aymara, que apenas alcanza a 1787
personas en la Región (INE, 2002).
b) Los indígenas se distribuyen de manera dispersa en las
comunas de la Región Metropolitana y al interior de éstas.
c) De todos modos, como es dable esperar para un sector
social de pobres como nota dominante de su situación
socioeconómica (empleados en servicios básicos, obreros y
trabajadores, trabajadores por cuenta propia), su presencia
es más notoria en las comunas populares y en los barrios
pobres de las comunas capitalinas.
d) La gran mayoría de los indígenas metropolitanos nació en
Santiago (un 66,5%), como consecuencia de una prolongada
permanencia en la ciudad (la afluencia mapuche es notoria
desde la década de 1940).
e) Pero, esta distribución estadística se invierte cuando consi-
deramos las personas mayores y de la tercera edad. Si el cono-
cimiento de las lenguas indígenas se encuentra asociado a su
aprendizaje en las áreas de residencia tradicional, entonces
una mayoría de nacidos en Santiago dependerá de lo que una
minoría emigrada pueda transmitirles.
f) La transmisión de la lengua se relaciona entonces con la
existencia de estos inmigrantes en los hogares indígenas
metropolitanos y con la red social indígena urbana y de larga
distancia de la que puedan participar.
17
2. La vigencia del mapuzugun y jaqui aru en la Región
Metropolitana
Salvando excepciones individuales, las lenguas indígenas de Chile son
asunto de indígenas. Lo son en cuanto las prácticas de uso y transmisión
quedan reducidas, hasta ahora, a lo que sus integrantes que las poseen
puedan hacer en este campo. El Programa de Educación Intercultural
Bilingüe que con carácter de piloto impulsa desde hace más de una
década el Ministerio de Educación tiene muchas limitaciones y no
puede considerarse, hasta ahora al menos, como un instrumento eficaz
de sostenimiento y expansión de estas lenguas.
Mapuzugun, jaqui aru y castellano son las lenguas poseídas por los
indígenas metropolitanos (también el quechua, no considerado en
este estudio, que seguramente posee un cierto número de emigrantes
peruanos en Santiago y, en menor medida, de la Provincia de El Loa en
la II Región de Antofagasta y de Bolivia). Nos preocuparemos a conti-
nuación de cuantificar su existencia. Digamos, primero que todo, que
el castellano es la lengua universal conocida por todos que se ocupa
extensiva y continuamente. Es posible que haya alguna persona anciana
en algún hogar mapuche que domina mejor el mapuzugun que el caste-
llano (constituyéndose, así, en un bilingüe en que el castellano ocupa una
posición subordinada) y que, ya sea por historia lingüística, la existencia
de un ambiente hogareño bilingüe, o ambas cosas, esa condición de
bilingüismo no ha evolucionado hacia un estado regresivo de la lengua
indígena. Pero situaciones de este tipo son por completo excepcionales
y la realidad lingüística de los indígenas metropolitanos muestra un
panorama bastante menos auspicioso.
La tabla siguiente entrega información acerca del mono y bilingüismo
mapuche y aymara en la región Metropolitana apreciados a través del
aprendizaje de una primera lengua y de una segunda lenguas. Según
esto, un 80,03% de los mapuches metropolitanos de 5 o más años sería
monolingüe del castellano: aprendió como primera lengua el castellano y
no aprendió como segunda lengua el mapuzugun permaneciendo mono-
lingüe castellano. El restante 19,7% son bilingües de distinto tipo ya que
obtuvieron como primera lengua el mapuzugun y luego aprendieron el
castellano (en verdad, dado los ambientes lingüísticos prevalecientes,
simultáneamente ambas lenguas en algún grado), situación que alcanza
un 7,9% del total, o bien primero el castellano y luego el mapuzugun (un
11,8%). Al interior de este último grupo, entre quienes tienen a la lengua
originaria como primera lengua, encontraremos la mayoría de los bilin-
gües coordinados y algún caso, más bien excepcional, de bilingüe con
18
subordinación del castellano. Entre quienes aprendieron, poco o mucho,
el mapuzugun con posterioridad al castellano menudearán los bilingües
incipientes y subordinados del mapuzugun.
Etnia Segunda lengua aprendida
TotalMapuzugun Aymara Castellano No
Map
uch
e
Aymara ----- ----- 215 100% ----- 215 100%
Castellano 319 12,8% 0 0,0% ----- 2173 87,2% 2492 100%
Otra 0 0,0% 0 0,0% 0 0,0% ----- 0 100%
Totales 319 11,8% 0 0,0% 215 7,9% 2173 80,3% 2707 100%
Aym
ara
Aymara ----- ----- 8 100% 0 0,0% 8 100%
Castellano 2 1,4 53 36,8% ----- 89 61,8% 144 100%
Otra 0 0,0% 0 0,0% 1 100% ------ 1 100%
Totales 2 1,3% 53 34,6% 9 5,9% 89 58,2% 153 100%
* Se excluyen personas no indígenas en los hogares indígenas entrevistados
Si consideramos ahora el aymara, la situación informada es aparente-
mente mejor. En efecto, los bilingües alcanzarían a un 39,8% del total.
A la inversa, el 58,2% sería monolingüe del castellano. La composición
del bilingüismo se distribuye aquí con un 34,6% del total que aprendió
el aymara como segunda lengua y un estrecho 5,2% (8 casos de 153)
que la aprendió como primera lengua. De ahí entonces que, si es cierto
que al aprendizaje de la segunda lengua en contextos de dominación
lingüística por la lengua nacional y general (el castellano) conduce por
lo general a un aprendizaje incompleto o insuficiente de las lenguas
minoritarias y subordinadas como las que aquí analizamos, entonces
debemos suponer que entre estos bilingües el jaqui aru tenderá a
presentar una clara situación de subordinación respecto del castellano.
En efecto, así lo demuestra la información recogida respecto de la
competencia con la lengua vernácula en la dimensión de comprensión
(entendimiento, tener la capacidad de hacer inteligible lo que se escucha).
Entre los aymaras metropolitanos la mayoría tendría capacidades limi-
tadas de comprensión de la lengua (un 70,5%). Por su parte, sólo para
un 11,5% se declara comprensión media y un 18% con comprensión alta
o suficiente para lograr inteligibilidad de lo que se habla. Los mapuches,
a su vez, presentan un panorama mejor balanceado, pero no carente de
problemas. Un tercio de ellos (un 34,1%) tendría una comprensión alta o
suficiente con su lengua, otro cuarto (25,0%) una comprensión media y
un notorio 40,9% una comprensión baja e insuficiente.
Tabla Nº 8:
Bilingüismo y mono-
lingüismo castellano
aymara y mapuche
en la Región
Metropolitana
1ª lengua
aprendida
19
EtniaTotal
Mapuche Aymara
Entiende todo o mucho de lo que se habla
198 34,1% 11 18,0% 209 32,6%
Entiende bastante 145 25,0% 7 11,5% 152 23,7%
Entiende sólo un poco, no comprende bien lo que se habla
237 40,9% 43 70,5% 280 43,7%
Total 580 100,0% 61 100,0% 641 100,0%
La evaluación cuantitativa del bilingüismo y monolingüismo indígena en
la Región Metropolitana debe completarse con antecedentes acerca de
la producción lingüística a través de actos de habla. El 19,7% de bilingües
mapuches (tabla 8) se segmenta en grupos con niveles de comprensión
variables, como acabamos de ver, pero también, como lo indica la tabla
siguiente, en grupos con capacidades de producción lingüística varia-
bles. Por lo pronto, un 17,8% de aquellos que manifiestan capacidades
de comprensión señalan incapacidad de producción. En el caso aymara
ello se eleva a un 72,1% de los casos poniendo en entredicho el relativa-
mente mejor estado declarado de bilingüismo que se apreciara con esta
lengua a partir de datos sobre comprensión.
Etnia
Capacidad de producción en mapuzugun o jaqui aru
Total
Si No
MapucheCapacidad de comprensión del mapuzugun
493 82,2% 107 17,8% 600 100,0%
AymaraCapacidad de comprensión del jaqui aru
17 27,9% 44 72,1% 61 100,0%
Si nos dirigimos, ahora, a detallar mejor las capacidades de produc-
ción lingüística, constatamos una considerable heterogeneidad interna.
Los mapuche metropolitanos que manifiestan poseer capacidades de
producción precisan al mismo tiempo que ella no siempre es la adecuada.
Sólo un 40,2% tendría una buena capacidad de producción, mientras
que el resto manifiesta problemas (un 20,7% con dificultades y un 39,1%
incipiente). Entre los pocos casos de bilingües aymaras con capacidad de
producción en su lengua, la mitad manifiesta capacidades suficientes,
un 29,4% con dificultades y un 17,6% con producción incipiente.
Tabla Nº 9:
Comprensión de la
lengua indígena por
quienes declaran
alguna competencia
con ella
Tabla Nº 10:
Capacidad de
comprensión y capa-
cidad de producción
en lengua vernácula
según declaraciones
de bilingüismo y
etnia de pertenencia
Comprensión de la lengua vernácula
�0
Etnia Total
Mapuche Aymara
Producción lingüística adecuada 198 40,2% 9 52,9% 207 40,6%
Producción lingüística con dificultades 102 20,7% 5 29,4% 107 21,0%
Producción lingüística incipiente 193 39,1% 3 17,6% 196 38,4%
Total 493 100,0% 17 100,0% 510 100%
No hay variaciones significativas de estas capacidades de comprensión
y producción en las lenguas vernáculas según si se trata de hombres o
mujeres. Pero sí se presentan diferencias remarcables con la edad de las
personas. Entre los mapuche metropolitanos se presenta una notoria
correspondencia entre edad y desempeño eficiente con el mapuzugun.
Los jóvenes y adultos jóvenes no se desenvuelven bien con su lengua
cuando llegan a conocerla. Con más frecuencia se declara de ellos que
poseen una capacidad de producción incipiente. En sentido contrario,
cuando nos dirigimos hacia los estratos de los adultos y mayores
aumenta la percepción de desempeño eficiente. De todos modos, en
todos los estratos de edad se presentan porcentajes visibles de casos
en que la evaluación de capacidad se ubica en “con dificultades” o “inci-
piente”, lo que pudiera indicarnos condiciones de origen y en la vida
urbana de los inmigrantes que dificulta la creación de estándares altos
de desempeño con la lengua.
Tabla Nº 11:
Capacidad de
producción con el
mapuzugun y jaqui
aru entre los indí-
genas de la Región
Metropolitana,
según etnia de
pertenencia
Capacidad de producción en mapuzugun y jaquiaru
�1
Etnia
Capacidad de producción en lengua vernácula
TotalEdad en decenios
EficienteCon
dificultades Incipiente
Map
uch
e
5-141 3,4% 0 0,0% 28 96,6% 29 100,0%
15-2410 20,4% 10 20,4% 29 59,2% 49 100,0%
25-3425 32,5% 15 19,5% 37 48,1% 77 100,0%
35-4431 35,6% 23 26,4% 33 37,9% 87 100,0%
45-5455 52,4% 26 24,8% 24 22,9% 105 100,0%
55-6441 53,9% 14 18,4% 21 27,6% 76 100,0%
65-7429 49,2% 12 20,3% 18 30,5% 59 100,0%
75 y más6 54,5% 2 18,2% 3 27,3% 11 100,0%
Total 198 40,2% 102 20,7% 193 39,1% 493 100,0%
Aym
ara
15-241 100,0% 0 0,0% 0 0,0% 1 100,0%
25-344 50,0% 3 37,5% 1 12,5% 8 100,0%
35-44
1 25,0% 2 50,0% 1 25,0% 4 100,0%
45-54
2 100,0% 0 0,0% 0 0,0% 2 100,0%
55-64
1 50,0% 0 0,0% 1 50,0% 2 100,0%
Total 9 52,9% 5 29,4% 3 17,6% 17 100,0%
Los casos aymaras con declaraciones de producción son muy pocos
como para poder formarse un juicio razonable acerca de la distribución
de esas capacidades. No obstante, destaca la prevalencia del grupo de
aquellos respecto de los cuales se señala capacidad eficiente de produc-
ción, lo que pudiera asociarse con aprendizajes de origen.
Es de interés, también, evaluar la producción como algo que logra
sostenerse o incluso producirse en el medio urbano metropolitano o
debemos más bien asumir que es algo dependiente de aprendizajes y
práctica generadas en los sitios de origen. La siguiente tabla relaciona la
capacidad de producción con la condición de inmigrante o de metropo-
litano y nos permite formar un juicio al menos preliminar acerca de este
punto.
Tabla Nº 12:
Capacidad de
producción en
lengua vernácula
según tramos de
edad y pertenencia
étnica
��
Etnia Capacidad de producción en lengua vernácula
Migrante o metropolitano Total
Inmigrante Metropolitano Inmigrante
Map
uch
e
Perfectamente puede hablar e intervenir
151 94,4% 9 5,6% 160 100,0%
Con alguna dificultad puede hablar o intervenir
66 86,8% 10 13,2% 76 100,0%
Puede responder o plantear frases sencillas
74 67,3% 36 32,7% 110 100,0%
Total 291 84,1% 55 15,9% 346 100,0%
Aym
ara
Perfectamente puede hablar e intervenir
5 100,0% 0 0,0% 5 100,0%
Con alguna dificultad puede hablar o intervenir
4 80,0% 1 20,0% 5 100,0%
Puede responder o plantear frases sencillas
3 100,0% 0 0,0% 3 100,0%
Total 12 92,3% 1 7,7% 13 100,0%
Como podía sospecharse, los sujetos con capacidad de producción
lingüística en lengua vernácula se asocian de manera clara a la condi-
ción de inmigrante. En particular entre los mapuche los hablantes inmi-
grantes ascienden a un 84,1%, en tanto que el restante 15,9% es de
origen metropolitano. Pero, repárese en que estos últimos se concentran
en aquellos que pueden desenvolverse de manera apenas incipiente con
la lengua (responder o plantear algunas frases sencillas). A la inversa, es
entre los inmigrantes que se concentran aquellos que no presentan difi-
cultades para comunicarse en su lengua (un 94,4% de los integrantes
de esa categoría). Entre los aymaras, a su vez, una mayoría todavía más
amplia de hablantes que en el caso mapuche es inmigrante en Santiago
(un 92,3%). Debe repararse, no obstante, en que las emigraciones
aymaras a Santiago son recientes y que por ello no podemos suscribir
sin más que en la Región Metropolitana la lengua no se está transmi-
tiendo, debido a que todavía hay pocos aymaras nacidos en la metró-
poli.
Tabla Nº 13:
Capacidad de
producción en
lengua vernácula
según la condición
de inmigrante o
metropolitano y
pertenencia étnica
��
3. El aprendizaje y transmisión de las lenguas vernáculas en la
Región Metropolitana
La primera lengua de los indígenas en la Región Metropolitana es mayo-
ritariamente el castellano. Esto vale tanto para mapuches (90,5%) como
aymaras (94,1%). El aprendizaje simultáneo de ambas lenguas está
presente, pero no representaría un fenómeno muy extendido (1,7% en el
caso mapuche y 0,0 en el aymara). Se podría esperar, como sí ocurre en
las áreas rurales, una mayor presencia de este aprendizaje simultáneo.
EtniaTotal
Mapuche Aymara
Mapuzugun 215 7,8% ------ 215 7,4%
Aymara ------ 8 5,2% 8 0,3%
Castellano 2501 90,5% 144 94,1% 2645 90,7%
Otra lengua 0 0,0% 1 0,7% 1 0,0%
Ambas simultáneamente 48 1,7% 0 0,0% 48 1,6%
Total 2764 100,0% 153 100,0% 2927 100,0%
* Se excluyen personas no indígenas en los hogares indígenas entrevistados
Si la mayoría de los indígenas tiene al castellano como primera lengua,
una parte de los bilingües debió aprender la lengua indígena como
segunda lengua. La tabla siguiente muestra que este fenómeno está
poco representado en el caso mapuche (con un 11,8%), y más presente
en el aymara (con un 34,6%). A su vez, el aprendizaje del castellano
teniendo como primera lengua una vernácula se presenta con cierta
frecuencia entre los mapuches residentes urbanos (un 7,9%) y los
aymaras en igual condición (5,9%).
Tabla Nº 14:
Primera lengua
aprendida según
etnia de pertenencia
Primera lengua aprendida
��
EtniaTotal
Mapuche Aymara
Sí, Mapuzugun
319 11,8% 2 1,3
321 11,2%
Sí, Aymara
---- 53 34,6% 53 1,9%
Sí, Castellano
215 7,9% 9 5,9% 224 7,8%
Monolingüe castellano
2173 80,3% 89 58,2% 2262 79,1%
Total
2707 100,0% 153 100,0% 2860 100,0%
* Se excluyen personas no indígenas en los hogares indígenas entrevistados
La segunda lengua no es una adquisición tardía en la vida de las personas
indígenas. En los tiempos actuales, tan interconectados comunicati-
vamente, lo más seguro es que incluso en las zonas del país lingüísti-
camente más conservadoras, aunque sea en menor grado, ya se está
aprendiendo algo de castellano desde un primer momento de la vida.
Y por lo tanto no hay separación absoluta entre el aprendizaje de una
primera lengua y la adquisición de la segunda que, cuando ocurre, en
el presente corresponde a la lengua vernácula. Como sea, la segunda
lengua en un 89,4% de los casos mapuches entrevistados se habría
aprendido durante el primer tramo de edad aquí considerado (entre 5 y
14 años de edad). Entre los aymaras ello ascendería a un 63,6% de los
casos; pero estos son pocos así es que deben tomarse con las preven-
ciones que la situación amerita.
Las lenguas indígenas no son hoy de empleo cotidiano y universal, por
lo menos no en un porcentaje visible de casos y menos aún en una situa-
ción como la de la Región Metropolitana. Por lo tanto, su aprendizaje no
cuenta con el refuerzo que provee su práctica frecuente y generalizada.
De tal manera que la posesión de una lengua indígena está sometida a
dinámicas de persistencia, pero también de olvido y abandono. Así lo
manifiestan los datos reunidos en la tabla siguiente.
Tabla Nº 15:
Aprendizaje de una
segunda lengua
según etnia de
pertenencia
Segunda lengua aprendida
�5
EtniaTotal
Mapuche Aymara
La mantiene 289 48,6% 18 29,5% 307 46,8%
Ha aprendido más 94 15,8% 22 36,1% 116 17,7%
Ha perdido práctica, pero mantiene el conocimiento
173 29,1% 20 32,8% 193 29,4%
La ha olvidado 39 6,6% 1 1,6% 40 6,1%
Total 595 100,0% 61 100,0% 656 100,0%
Entre los mapuche entrevistados, la mitad declara que mantiene
el aprendizaje alcanzado con el mapuzugun; alrededor de un sexto
percibe que ha vivido un aprendizaje ascendente (personas jóvenes,
por ejemplo; o personas que han retomado un impulso de aprendizaje).
Por último, un volumen similar a un tercio (29,1%) considera que ha
perdido práctica, dominio práctico de la lengua, pero que mantiene el
conocimiento, mientras que un 6,6% percibe un retroceso en la forma
de olvido. Entre los aymaras la condición de mantenimiento de la lengua
arroja una proporción cercana a un tercio de los casos (29,5%), la de
incremento presenta un 36,1%, mientras que reunidas las categorías de
pérdida de práctica y olvido arrojan el faltante 34,6%.
La transmisión y aprendizaje de las lenguas indígenas en la Región
Metropolitana es un asunto de las unidades domésticas y la red familiar
inmediata. Así lo muestra la tabla siguiente, construida en base a la
sumatoria de las primeras cuatro preferencias manifestadas para las
personas que poseerían dominio de la lengua vernácula. Se advierte
con claridad que los progenitores, con un ligero predominio de la madre,
ocupan las preferencias a la hora de indicar de quién se aprendió la
lengua. Le siguen en importancia los abuelos, también con una ligera
prevalencia de las mujeres. Aunque con frecuencia no se vive con los
abuelos, la influencia de estos se origina en que los matrimonios jóvenes
suelen pasar sus primeros años con ellos o en la cercanía, momento que
concuerda con la crianza de los hijos pequeños. Por lo demás, los abuelos
suelen con más frecuencia dominar las lenguas nativas que los padres
por lo que a veces lo poco o mucho que se aprende proviene de ellos.
Otros posibles agentes de enseñanza no tienen importancia. De todos
modos, es digno de notar la mención de profesores como agentes de
enseñanza de las lenguas nativas, seguramente partícipes del Programa
de Educación Intercultural Bilingüe.
Tabla Nº 16:
Percepciones de
permanencia y
olvido del mapu-
zugun y jaqui aru
según etnias de
pertenencia
La lengua originaria
�6
Frecuencia Porcentaje
Padre 407 24,1%
Madre 473 28,0%
Abuelo paterno 132 7,8%
Abuela paterna 149 8,8%
Abuelo materno 120 7,1%
Abuela materna 151 9,0%
Tío(a) 119 7,1%
Cónyuge o pareja 27 1,6%
Profesor(a) 21 1,2%
Amigo(a) 34 2,0%
Otro familiar 31 1,8%
No familiar 15 0,9%
Otro 8 0,5%
Total 1687 100%
4. Uso y contextos de uso de las lenguas originarias en la Región
Metropolitana
El mapuzugun y el jaqui aru son lenguas minoritarias y minorizadas.
Su posesión, transmisión y uso queda básicamente librado a lo que los
indígenas hagan con ellas. No hay ninguna necesidad externa (como las
que origina la condición de lengua oficial del castellano) para concitar o
exigirlo. Internamente, las actitudes mapuches o aymaras son en general
positivas, pero no carecen de ambigüedades y, como lo informan ellos
mismos, están lejos de ser instrumentos de comunicación internos de
uso masivo y frecuente.
Los datos contenidos en las tablas siguientes provienen del grupo de
los declarados hablantes. Entre ellos, el uso de la lengua se distribuye de
manera compleja. Al interior de los hogares metropolitanos mapuches,
la minoría de aquellos que poseen la lengua no la emplean asiduamente.
Apenas un 15,2% la emplearía cotidianamente. El resto señala emplearla
de manera ocasional (40,4%) o como un evento escaso, raro (27,4%).
Asimismo, un porcentaje no despreciable señala no emplearla nunca
(18,3%). Entre los aymaras el panorama no cambia mayormente.
Tabla Nº 17:
Agentes en el apren-
dizaje de las lenguas
originarias
Agentes
�7
EtniaTotal
Mapuche Aymara
Diariamente, varias veces en un mismo día
75 15,2% 5 29,4% 80 15,7%
Ocasionalmente, a veces199 40,4% 6 35,3% 205 40,2%
Muy raramente
135 27,4% 3 17,6% 138 27,1%
Nunca
84 17,0% 3 17,6% 87 17,1%
Total 493 100,0% 17 100,0% 515 100,0%
EtniaTotal
Mapuche Aymara
Diariamente, varias veces en un mismo día
66 13,4% 1 5,9% 67 13,1%
Ocasionalmente, a veces 210 42,6% 5 29,4% 215 42,2%
Muy raramente
156 31,6% 11 64,7% 167 32,7%
Nunca
61 12,4% 0 0,0% 61 12,0%
Total
493 100,0% 17 100,0% 510 100,0%
Una mejor caracterización del uso de las lenguas indígenas en la Región
Metropolitana requiere identificar situaciones sociales y ámbitos en
los que los hablantes acuden a ellas o, por el contrario, desestiman su
empleo y mantienen el castellano. Conocer la lengua y declarar que se
tiene capacidad de producción no es sinónimo de que efectivamente se
la emplee y mucho menos que ello se realice cotidiana o asiduamente.
La siguiente tabla entrega distribuciones de frecuencias de uso que
permiten fundar algunos juicios sobre la problemática vitalidad de las
lenguas originarias en el contexto urbano estudiado.
Tabla Nº 18:
Frecuencia de uso de
la lengua nativa en el
hogar según etnia de
pertenencia
Tabla Nº 19:
Frecuencia de uso
de la lengua nativa
fuera del hogar
según etnia de
pertenencia
Frecuencia uso mapuzugun/jaqui aru en el hogar
Frecuencia uso mapuzugun/jaqui aru fuera del hogar
�8
Situaciones sociales en que se habla x mapuzugun/jaqui aru
EtniaTotal
Mapuche Aymara
Con los familiares del sur/norte323 28,2% 15 21,4% 338 27,8%
Entre los integrantes de la familia314 27,4% 11 15,7% 325 26,8%
Con los familiares en la RM253 22,1% 1 1,4% 254 20,9%
En actividades rituales y religiosas75 6,6% 11 15,7% 86 7,1%
En encuentros con otros indígenas en la calle66 5,8% 10 14,3% 76 6,3%
En reuniones sociales con amigos y parientes48 4,2% 11 15,7% 59 4,9%
Con otras personas en reuniones de organizaciones
23 2,0% 6 8,6% 29 2,4%
En el trabajo con otros mapuches /aymaras22 1,9% 3 4,3% 25 2,1%
En reuniones en la escuela (entre apoderados mapuches/aymara)
12 1,0% 0 0,0% 12 1,0%
Con funcionarios de servicios o instituciones públicas
0 0,0% 1 1,4% 1 0,1%
Otros casos 8 0,7% 1 1,4% 9 0,7%
Total 1144 100% 70 100% 1214 100%
Del examen de la tabla precedente puede apreciarse claramente tres
agrupaciones de contextos y situaciones sociales de uso. Primero, los
grupos y redes familiares, cuando al interior de estos se posee la lengua
y es un medio de comunicación posible entre personas con capacidad
para desenvolverse con ella. Representan los ambientes y situaciones
en las que con mayor asiduidad se hablaría el mapuzugun o el jaqui aru:
un 27,8% para su empleo con los familiares rurales, un 26,8% para su
uso entre los integrantes de la familia y un 20,9% para la red familiar
indígena en la Región Metropolitana (porcentajes obtenidos sumando
las respuestas a situaciones y contextos de uso, las que podían ser más
de una).
Un segundo grupo está representado por situaciones de vida social
diversas (actividades rituales y religiosas, reuniones, encuentros entre
indígenas en la vía pública, etc.) en los que se señala la práctica de la
lengua nativa cuando se reconoce capacidad de producción entre las
partes en interacción. Pero, su empleo no es abundante, es más bien
escaso: actividades rituales (7,1%), encuentros entre indígenas (6,3%),
reuniones sociales (4,9%).
Tabla Nº 20:
Situaciones sociales
en que se habla
mapuzugun /
aymara según etnia
de pertenencia
�9
El tercer grupo se origina con situaciones en que, a diferencia de las
anteriores, en la mayoría de los casos concurren indígenas y no indí-
genas (el trabajo, la escuela, las oficinas públicas, las reuniones de
grupos organizados). La frecuencia baja notoriamente: un 2,4% en la
acción organizada, un 2,1% en los espacios de trabajo, un 1,0% en los
ámbitos escolares, un 0,1% en las agencias públicas.
Este patrón claramente diferenciado es muy notorio en el caso
mapuche y bastante menos en el aymara. Las relaciones internas fami-
liares y con personas del sur de Chile define el patrón de uso de la lengua
entre los mapuche. Un patrón de uso más distendido, pero igualmente
en esferas y situaciones sociales intra étnicas define al aymara.
5. Dinámica de sostenimiento y desplazamiento de las lenguas
originarias en el medio capitalino.
La situación de vitalidad del mapuzugun y el jaqui aru en Santiago no
fue la misma antes ni será la misma unos años más adelante. Podemos
suponer, como lo sugieren los testimonios de muchas personas entre-
vistadas, que en la primera y quizá segunda oleada de inmigración, la
lengua mapuche era poseída por la mayoría de los recién inmigrados. Y,
por lo tanto, su vigencia fue, probablemente, mayor que ahora. Pero, la
inmigración de las últimas tres décadas es muy activa y, a juzgar por la
información disponible, se realiza desde zonas en que cada vez más el
castellano se impone no sólo como lengua universal sino que exclusiva:
llegan a la Región Metropolitana muchos mapuches monolingües del
castellano. En especial de provincias como Arauco, Valdivia y Osorno.
En éstas la lengua mapuche ha declinado considerablemente a conse-
cuencia de circunstancias históricas regionales.
El caso de la lengua aymara no es tan distinto, a pesar de las diferencias
en antigüedad y magnitud de la inmigración y a pesar del distinto perfil
social (económico y laboral) aymara. En el extremo norte del país una
separación muy nítida se ha realizado ya hacia mitad del siglo XX entre
un área alto andina que conserva la lengua y una de áreas de precordi-
llera y valles en que el reemplazo por el castellano se ha generalizado.
Por tanto, la vigencia de la lengua entre los inmigrantes a Santiago debe
entenderse como consecuencia del traslado de aymaras del altiplano, o
de familias originarias de allí o desde alguna zona aymarófona boliviana.
Debido a esta situación de base es que la condición más reciente de la
inmigración aymara guarda cierta semejanza con la de los mapuche,
con emigraciones iniciadas algunas décadas antes.
�0
Llegados a la ciudad, quienes todavía hablan las lenguas vernáculas
declinan considerablemente su empleo en la comunicación cotidiana,
salvando excepciones individuales, claro está. Más allá del círculo
familiar, e incluso en éste, cuando se trata de matrimonios interétnicos,
en la vida social, la laboral, las relaciones económicas, los nexos de
vecindad, etc., se realiza con una proporción alta de castellano hablantes
exclusivos no mapuches; en cualquier caso, mucho mayor que en los
grupos locales rurales de origen. Se ha visto más arriba cuán limitado
en frecuencia y diversidad de ambientes es este uso.
El ambiente o contexto social parece ejercer una influencia decisiva
más allá del valor que los indígenas otorgan a su lengua en el presente,
por lo general de signo positivo. Lo es en las prácticas de comunicación
(uso o empleo) y en las de transmisión (enseñanza e inculcación). A este
respecto es indicativa la tabla siguiente que presenta información de los
hogares entrevistados acerca de la enseñanza de la lengua en su seno.
Enseñanza de la lengua originaria/etnia de pertenencia
Etnia Total
Mapuche Aymara Mapuche
Sí se enseña el mapuzugun o jaqui aru 136 16,1% 25 39,1% 161 17,7%
No se enseña el mapuzugun o jaqui aru 709 83,9% 39 60,9% 748 82,3%
Total 845 100,0% 64 100,0% 909 100,0%
La información mapuche es reveladora acerca de la transmisión de la
lengua, la que se enseña o enseñaba a los niños de los hogares entrevis-
tados en una baja proporción (apenas un 16,1%), en tanto que la gran
mayoría (un 83,9%) simplemente no la transmite o transmitía en algún
momento del pasado. En el caso aymara la situación sería considerable-
mente mejor ya que algo más de un tercio de los hogares declara que en
su seno la lengua se enseña. Pero ésta relativamente alta y auspiciosa
proporción puede encubrir también un fenómeno presente que cabe
resaltar. “Enseñar” la lengua puede ser hoy algo tan limitado en cuanto
a la extensión de este aprendizaje, como transmitirles algún vocabulario
o frases características de saludo o reconocimiento entre personas,
o a veces complementar algo lo poco que suele enseñárseles a los
niños en las escuelas que cuentan con cursos o talleres de Educación
Intercultural Bilingüe.
Tabla Nº 21:
Tabla enseñanza de
la lengua vernácula
en el hogar según
etnia de pertenencia
�1
El recurso al aprendizaje espontáneo está hoy clausurado en la gran
mayoría de los casos. Lo está debido a la ausencia de un flujo, no necesa-
riamente continuo pero sí constante, de comunicación cotidiana con las
lenguas vernáculas en los hogares indígenas. Complementariamente, en
un medio urbano como el metropolitano la ausencia de este fluir de las
lenguas a través de la comunicación se da de manera más significativa
en los ambientes de interacción social indígena más allá de los hogares.
Los programas de Educación Intercultural Bilingüe vigentes en algunas
comunas del gran Santiago están cumpliendo un rol suplementario pero
insuficiente, ya que con ello se gana en adhesión cultural y lingüística,
pero no necesariamente en aprendizaje hasta un grado en que la lengua
pueda emplearse activamente. Por lo demás, faltan en la mayoría de los
casos profesores suficientemente competentes en estas lenguas; los
que hay, normalmente se limitan a la enseñanza de vocabulario, algunas
frases convencionales y elementos de cultura tradicional.
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II. ACTITUDES ANTE LAS LENGUAS INDÍGENAS
Tomas de posición etnificadas, las actitudes indígenas ante la
lengua y cultura originarias
Las opiniones, visiones, posiciones y disposiciones mapuches y aymaras
en la Región Metropolitana acerca de sus respectivas lenguas y culturas,
constituyen un elemento subjetivo que complementa las evaluaciones
acerca del conocimiento y competencia lingüísticas. Para estos efectos
se aplicó a un entrevistado por hogar encuestado un test de actitudes
(845 casos mapuches y 64 aymaras). La distribución de las inclina-
ciones de los entrevistados ante las aseveraciones propuestas nos
permite conocer las inclinaciones subjetivas de los integrantes de estos
pueblos originarios presentes en la Región Metropolitana.
Una primera constatación relevante es aquella que denominaremos,
a falta de una expresión mejor, como tomas de posición lingüísticas
etnificadas. Esto es que, al parecer de manera creciente, las lenguas
indígenas representan símbolos culturales e identitarios centrales
en la conciencia colectiva mapuche y aymara. Culturales e identita-
rios en clave étnica, debe precisarse. Es decir, que lengua y cultura se
entienden como aspectos definitorios de una condición de etnia, de un
grupo social amplio que la posee con exclusividad y a partir de lo cual
se distinguen de otros grupos análogos, de grupos menores como las
comunidades o localidades y de otros más amplios como las naciones.
En el caso aymara y, con matices distintos en el mapuche, esto es nuevo.
Hasta muy recientemente en los pueblos andinos de Chile no había una
conciencia étnica; la conciencia social e identitaria dominantes se orga-
nizaba según otros principios (culturas e identidades locales; categoriza-
ción social según condiciones de progreso y civilización, etc.). Mientras
tanto, en la conciencia colectiva mapuche pesaban fuertemente catego-
rizaciones de clase (campesinado, pobreza), de civilización y progreso
(como atraso y modernidad) y de filiación de sangre (como “raza”).
El nexo entre lengua, cultura y grupo étnico se pone en evidencia con
claridad, cuestión que resulta de la acción de los movimientos sociales,
en las transformaciones en importantes campos de significación (como
la identidad étnica), en una política publica etnificada y que etnifica a
través de la promoción del desarrollo social y cultural de los pueblos
indígenas, etc.
Contra lo que pudiera pensarse, en la Región Metropolitana sus resi-
dentes indígenas están dispuestos en su gran mayoría a suscribir una
fuerte adhesión, declarativa por lo menos, a la lengua, la cultura, la
��
identificación étnica. Se hacen parte de vivos sentimientos de disgusto,
rechazo o pesar, y de gratificación, agrado y complacencia respecto
de la lengua, según los planos, circunstancias y valoraciones que son
sometidos a su consideración. Se percibe, asimismo, una disposición, en
abstracto al menos, a emprender acciones de cambio personal o colec-
tivo en el campo lingüístico y cultural. Las vías a través de las cuales se
ha procesado la conciencia étnica no son antagónicas con la residencia
urbana; es posible que sea al revés, si se considera el peso que en los
fenómenos de irradiación e inculcación tienen los medios de comunica-
ción, la escritura, las redes sociales actividades por Internet, telefonía
universal, etc.
Entre los mapuche (cf. Tabla siguiente), porcentajes muy altos de
acuerdo se presentan ante aseveraciones del tipo: el valor en sí mismo
que posee la lengua (un 93,5%); activar una mayor preocupación
mapuche por mantener el mapuzugun (un 97,9%); la aspiración a la
lengua escrita y su aprendizaje (96,4%); el rechazo al desplazamiento
lingüístico (96,2%); la posibilidad de hacer obligatoria su enseñanza
en medios escolares y su eventual universalización (94,6%); la lengua
vernácula como vehículo para la transmisión de la memoria histórica
(96,8%), etc.
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Proposiciones referidas a la lengua originaria
Grados de acuerdo
De acuerdo IndiferenteEn
desacuerdoTotal
Mayor preocupación mapuche por mantener el mapuzugun
820 97,9% 12 1,4% 6 0,7% 838 100%
El mapuzugun como instrumento importante para la transmisión de la historia propia
813 96,8% 6 0,7% 21 2,5% 840 100%
Utilidad de que los mapuche aprendan a escribir el mapuzugun
813 96,4% 11 1,3% 19 2,3% 843 100%
Pesar por la posibilidad de desaparición del mapuzugun
813 96,2% 28 3,3% 4 0,5% 845 100%
Carácter obligatorio de la enseñanza del mapuzugun para los niños
799 94,6% 19 2,2% 27 3,2% 845 100%
Importancia intrínseca del mapuzugun respecto del castellano
789 93,5% 27 3,2% 28 3,3% 844 100%
Competencia alta con el mapuzugun como condición para hablarlo
773 92,0% 21 2,5% 46 5,5% 840 100%
Satisfacción por el dominio del mapuzugun en el conjunto de la familia
761 91,1% 46 5,5% 28 3,4% 835 100%
Disposición a aprender (más) mapuzugun
750 89,2% 47 5,6% 44 5,2% 841 100%
Tristeza por la interrupción de la transmisión del mapuzugun de los padres a los niños
750 89,1% 66 7,8% 26 3,1% 842 100%
Satisfacción porque las autoridades y funcionarios públicos mapuches empleen el mapuzugun
742 89,1% 76 9,1% 15 1,8% 833 100%
Aprendizaje y empleo del mapuzugun por parte de las autoridades y funcionarios de gobierno
693 82,3% 120 14,3% 29 3,4% 842 100%
El mapuzugun como instrumento para la continuidad de la costumbre mapuche
665 79,5% 16 1,9% 156 18,6% 837 100%
Responsabilidad de los abuelos en la enseñanza del mapuzugun a los niños
654 77,7% 31 3,7% 157 18,6% 842 100%
Satisfacción al escuchar programas de radio en mapuzugun
623 74,1% 163 19,4% 55 6,5% 841 100%
Rechazo a las burlas escolares sufridas por niños bilingües mapuzugun-castellano
622 74,0% 110 13,1% 109 12,9% 841 100%
Molestia porque los dirigentes mapuches no hablen mapuzugun
608 72,5% 125 14,9% 106 12,6% 839 100%
Empleo del mapuzugun no limitado a los ancianos
583 69,7% 16 1,9% 237 28,3% 836 100%
Pertinencia del aprendizaje del mapuzugun por parte de los “chilenos” (no mapuches)
528 63,3% 45 5,4% 261 31,3% 834 100%
Desagrado por la poca utilidad del mapuzugun para mejorar la vida mapuche
480 57,4% 95 11,4% 261 31,2% 836 100%
La continuidad del mapuzugun como tarea del gobierno más que de los mapuche
438 52,0% 143 17,0% 261 31,0% 842 100%
Necesidad de aprendizaje del mapuzugun en los niños para surgir en la vida
405 48,2% 71 8,4% 365 43,4% 841 100%
Utilidad del mapuzugun para comunicarse en la vida moderna
382 46,0% 61 7,4% 387 46,6% 830 100%
Tabla Nº 22:
Grados de acuerdo
respecto de proposi-
ciones atingentes a
la lengua mapuche
�5
La distribución del acuerdo, la indiferencia o el desacuerdo respecto
de las aseveraciones citadas muestran una fuerte y positiva adhesión
lingüística y cultural. Los valores positivos respecto de la continuidad
del mapuzugun, de su condición de instrumento para la transmisión de
la memoria, de la modernización de la misma con su empleo a través
de la escritura, la necesidad de incorporarlos a las instituciones esco-
lares, etc., así lo muestran suficientemente. No obstante lo anterior,
se presentan varias especificaciones y cláusulas. Una de ellas es el
asunto de la continuidad del mapuzugun como tarea del gobierno más
que de los mapuche que presenta una leve mayoría de acuerdo (un
52,0%). ¿De qué se trata esto?: la pérdida de la lengua se le atribuye
a la sociedad chilena y, por lo tanto ¿Son las agencias públicas las que
deben tomar el asunto en sus manos, al modo de una reparación por
daños? ¿Sentimiento de impotencia ante la envergadura del problema?
¿La necesidad de coligar fuerzas para una empresa cultural de largo
aliento como ésta? Puede que un poco de todo.
La carencia o limitaciones del mapuzugun para comunicarse en la
vida moderna tiene un 46,6% de acuerdo. Asimismo, un 43,4% de los
entrevistados se pronuncia porque el mapuzugun no sirve a los niños
para la vida moderna contemporánea. Un 57,4% adhiere a la molestia
por la poca utilidad de la lengua para la mejoría (suponemos material,
laboral) de los mapuche. ¿Todo esto es una simple constatación de la
condición minorizada de la lengua vernácula? Sí, pero no lo es todo ya
que al mismo tiempo se tiende a sostener que para hablar la lengua
es necesario, incluso en la circunstancias actuales de desplazamiento
que no se ignoran, conocerla a cabalidad (un 92,0%), o que se participe
de la idea de que el mapuzugun sea obligatorio en la enseñanza de los
niños, y no sólo de los niños mapuches (un 94,6%). La primera propo-
sición levanta exigencias insostenibles para el uso de la lengua (domi-
narla con alto grado de proficiencia) en una situación como la de la
Región Metropolitana donde, en la mayoría de los casos, su introducción
correspondería a la incorporación de una segunda lengua. Es proble-
mática también porque el curso natural del proceso de aprendizaje de
una lengua es normalmente desde lo básico a lo desarrollado sin que
para alcanzar esto último se pueda simplemente acumular “en reserva”,
hasta alcanzar el estado óptimo que autorizaría emplearla. La segunda
proposición, a su vez, enfatiza la necesidad de instaurar y generalizar
su aprendizaje, cuestión que entra en tensión con la baja pertinencia
sociológica de la lengua para la comunicación en los contextos de vida
urbanos de los mapuches entrevistados.
�6
Tal parece, entonces, que nos encontramos por una parte, en presencia
de una situación de alta valoración de la lengua y la cultura, cuestión que
nutre la vigorosa adscripción étnica de muchos mapuches residentes o
nacidos en la Región Metropolitana. Y, por otra parte, la constatación
funcional, de que la lengua es poco útil, presta pocos servicios para
una buena participación en la vida urbana y modernizada de la Región
Metropolitana. La lengua presta funciones intraétnicas, pero más bien
expresivas y simbólicas, más que propiamente comunicativas, habida
cuenta del muy pequeño contingente de hablantes que la poseen.
En el caso aymara, debemos reparar primero en el distinto perfil
social que presenta esta población indígena en la Región Metropolitana.
Primero, por sus inserciones laborales: principalmente trabajadores
por cuenta propia (comerciantes, transportistas) y de niveles socio
educacionales un tanto más altos que el promedio mapuche. Su origen
es, principalmente la zona precordillerana y de valles andinos en el
extremo norte del país, zona que presenta poca vigencia de la lengua.
Sólo cuando se proviene desde las tierras altas o cuando la familia es
originaria de allí o de Bolivia, entonces la lengua todavía puede y suele a
veces permanecer.
�7
Proposiciones referidas a la lengua originaria
Grados de acuerdo
De acuerdo
IndiferenteEn
desacuerdoTotal
Mayor preocupación aymara por mantener el jaqui aru
62 96,9% 1 1,6% 1 1,5% 64 100%
Pesar por la posibilidad de desaparición del jaqui aru
62 96,9% 2 3,1% 0 0,0% 64 100%
Satisfacción porque las autoridades y funcionarios públicos aymaras empleen el jaqui aru
62 96,9% 2 3,1% 0 0,0% 64 100%
El jaqui aru como instrumento importante para la transmisión de la historia propia
59 92,2% 2 3,1% 3 4,7% 64 100%
Rechazo a las burlas escolares sufridas por niños bilingües jaqui aru -castellano
57 89,1% 3 4,7% 4 6,2% 64 100%
Disposición a aprender (más) jaqui aru 56 87,5% 3 4,7% 5 7,8% 64 100%
Empleo del jaqui aru no limitado a los ancianos
55 85,9% 3 4,7% 6 9,4% 64 100%
Importancia intrínseca del jaqui aru respecto del castellano
54 84,4% 3 4,7% 7 11,0% 64 100%
Utilidad de que los aymara aprendan a escribir el jaqui aru
53 82,8% 4 6,2% 7 11,0% 64 100%
Satisfacción al escuchar programas de radio en jaqui aru
51 79,7% 10 15,6% 3 4,7% 64 100%
Satisfacción por el dominio del jaqui aru en el conjunto de la familia
49 76,6% 6 9,4% 8 12,5% 64 100%
Carácter obligatorio de la ense-ñanza del jaqui aru para los niños
48 75,0% 3 4,7% 13 20,3% 64 100%
Tristeza por la interrupción de la transmisión del jaqui aru de los padres a los niños
48 75,0% 7 11,0% 8 12,5% 64 100%
Competencia alta con el jaqui aru como condición para hablarlo
47 73,4% 2 3,1% 15 23,4% 64 100%
Molestia porque los dirigentes aymaras no hablen jaqui aru
45 70,3% 5 7,8% 14 21,9% 64 100%
El jaqui aru como instrumento para la continuidad de la costumbre aymara
44 68,8% 4 6,2% 16 25,0% 64 100%
Responsabilidad de los abuelos en la enseñanza del jaqui aru a los niños
44 68,8% 4 6,2% 16 25,0% 64 100%
Pertinencia del aprendizaje del jaqui aru por parte de los “chilenos” (no aymaras)
41 64,1% 7 11,0% 16 25,0% 64 100%
Desagrado por la poca utilidad del jaqui aru para mejorar la vida aymara
38 60,3% 3 4,8% 22 34,9% 63 100%
Utilidad del jaqui aru para comunicarse en la vida moderna
38 59,4% 2 3,1% 23 35,9% 63 100%
Aprendizaje y empleo del jaqui aru por parte de las autoridades y funcionarios de gobierno
30 47,6% 11 17,5% 22 34,9% 63 100%
Necesidad de aprendizaje del jaqui aru en los niños para surgir en la vida
28 43,8% 7 11,0% 29 45,3% 64 100%
La continuidad del jaqui aru como tarea del gobierno más que de los aymara
26 40,6% 1 1,6% 37 57,8% 64 100%
Tabla Nº 23:
Grados de acuerdo
respecto de proposi-
ciones atingentes a
la lengua aymara
�8
En las posiciones aymaras se advierte un panorama similar, pero sólo
en lo general, al que se manifestó con entrevistados mapuches. Por
ejemplo, la necesidad de una mayor preocupación aymara por mantener
el jaqui aru (un 96,9% de acuerdo) mantiene en ambos casos el primer
lugar de las opciones de acuerdo. Otro tanto con la lengua como instru-
mento de transmisión de la memoria histórica o el pesar por la posi-
bilidad de desaparición de la lengua. Algo semejante se presenta en el
otro extremo de las preferencias, respecto de la relación entre lengua
indígena y vida contemporánea. Por ejemplo, la poca utilidad de la lengua
en la situación urbana y modernizada del Gran Santiago (que la aprueba
un 59,4%). Pero, algunos énfasis propios se manifiestan. Por ejemplo,
la satisfacción porque los funcionarios y autoridades dominen la lengua
(con un 96,9%) tiene un lugar claramente más destacado que en el caso
mapuche, o el rechazo a las burlas escolares sufridas por niños bilin-
gües (con un 89,1%), respecto de su símil mapuche. Ello parece indicar
una mayor preocupación por la imagen externa y la representación de lo
andino ante los demás grupos de la sociedad. Sin embargo, ello no llega
hasta el punto de trasladar la responsabilidad de la continuidad del jaqui
aru a las agencias estatales (con un 40,6%) de aprobación, cuestión que
en el caso mapuche ocupa una posición más prominente (52,0%).
�9
III. COMPETENCIA CON EL MAPUZUGUN EN LA REGIÓN METROPOLITANA
El estudio del perfil sociolingüístico mapuche y aymara en la Región
Metropolitana consideró la aplicación de un Test de Competencia
Lingüística aplicado por hablantes competentes y destinado a esta-
blecer y medir los conocimientos y capacidad de comprensión y produc-
ción por parte de los entrevistados. Entregamos y analizamos aquí la
información referida a los entrevistados mapuches, ya que los pocos
casos aymaras limitan una presentación cuantitativa de los resultados
con ellos obtenidos. La gran mayoría de los mapuches metropolitanos
es monolingüe del castellano y respecto de unos pocos se declara que
poseen conocimientos y capacidad de comprensión y producción con
su lengua. De todavía menos, mediante la aplicación del test de compe-
tencia, se comprueba lo anterior. En efecto, sólo 102 casos de personas
seleccionadas en los hogares entrevistados (845) demostraron conoci-
mientos en mapuzugun. Ello corresponde a un 12,2% de los individuos
entrevistados.
Competencia Género
TotalHombre Mujer
Básica pasiva 2 5,6% 9 13,6% 11 10,8%
Básica activa 0 0,0% 2 3,0% 2 2,0%
Media pasiva
14 38,9% 27 40,9% 41 40,2%
Media activa
6 16,7% 9 13,6% 15 14,7%
Alta 14 38,9% 19 28,8% 33 32,4%
Total36 100% 66 100% 102 100%
La mayoría de las personas a las que se aplicó el test de competencia
son mujeres (a razón, aproximadamente, de dos por cada varón). Entre
hombres y mujeres no se advierten variaciones significativas en cuanto
a los niveles de competencia. Visto en su conjunto el exiguo contingente
de hablantes se distribuye en un grupo predominante de hablantes con
competencia media, los pasivos con un 40,2% del total y los activos con
un mucho más modesto 14,7%; en total, un 54,9% de los entrevistados.
La competencia básica se organiza en pasivos (un 10,8%) y activos (un
2,0%), lo que sumados alcanza a un 12,8%. La competencia alta, a su
Tabla N° 24:
Competencia en
lengua mapuche
según género
en la Región
Metropolitana
�0
vez, llega a un 32,4%. Se esperaría que la residencia y trabajo en un
centro urbano de gran tamaño diera origen a una distribución distinta
con muchos más hablantes básicos y, posiblemente, una menor propor-
ción de hablantes con alta competencia. Sin embargo, aquellos con
competencia media prevalecen y aquellos con alta representan también
un grupo numeroso. Tendremos ocasión de proponer una respuesta a
esta situación.
Edad en decenios
Resultados Test Competencia Total
Básica pasiva
Básica activa
Media pasiva
Media activa
Alta
5-14 0 1 0 0 0 1 1,0%
15-24 1 0 1 0 0 2 2,0%
25-34 1 0 5 5 0 11 10,8%
35-44 1 0 10 0 3 14 13,7%
45-54 5 0 11 2 10 28 27,5%
55-64 2 0 5 4 6 17 16,7%
65-74 1 1 7 4 11 24 23,5%
75 y más 0 0 2 0 3 5 4,9%
Total 11 10,8% 2 2,0% 41 40,2% 15 14,7% 33 32,4% 102 100%
La competencia en la lengua vernácula se distribuye respecto de la edad
de una manera bien definida. Poseen algún dominio con ella los hombres
y mujeres mapuches de los tramos de edad medios a mayores y, a la vez,
con una tendencia al aumento del nivel de competencia. Por ejemplo,
la competencia alta la poseen casi en su totalidad personas con 45 o
más años de edad. Algo similar, aunque menos pronunciado se presenta
con el nivel de competencia media. A la inversa, entre los adolescentes,
jóvenes y adultos jóvenes los casos con competencia escasean. Pero se
debe reparar, también, en que los casos de competencia básica se distri-
buyen en prácticamente todos los tramos de edad. ¿Obedece este perfil
a un fenómeno de radical interrupción de la transmisión de la lengua de
los mayores a los jóvenes? Al parecer, este fenómeno está presente de
manera extendida. Pero ¿Se trata sólo de eso? El lugar de nacimiento
de los bilingües mapuches de la capital y la condición de inmigrante
o metropolitano podría proveer elementos de juicio que ayuden a dar
forma al perfil del bilingüismo mapuche.
Tabla N° 25
Competencia en
mapuzugun según
tramos de edad en
decenios
�1
Resultados Test Competencia recodificados
Migrante o metropolitano Total
Inmigrante Metropolitano
Básica pasiva 7 1 8 8,9%
Básica activa 1 0 1 1,1%
Media pasiva 36 2 38 42,2%
Media activa 12 0 12 13,3%
Alta 29 2 31 34,4%
Total
85 94,4% 5 5,6% 90 100,0%
Los datos de la tabla anterior son reveladores: la gran mayoría de las
personas que mantiene conocimientos y competencia con el mapu-
zugun no nació en la Región Metropolitana. Esta no constituye un sitio
en que, salvando excepciones, se esté aprendiendo la lengua. Por exten-
sión, tampoco empleando más allá del pequeño porcentaje de hablantes
que, como acabamos de ver, lo hizo fuera de Santiago y alrededores.
El contingente de hablantes de la lengua en la Región Metropolitana
proviene de otras partes, mayoritariamente desde el centro sur de Chile
como veremos a continuación. Para establecer esto hemos diferen-
ciado entre nacimiento en comunas de residencia tradicional mapuche,
comunas urbanas en regiones de vida tradicional mapuche, comunas
de la Región Metropolitana o en comunas con baja presencia indígena u
otras comunas del resto del país o el extranjero.
Tabla N° 26:
Competencia con
el mapuzugun
según condición de
emigrante o metro-
politano
��
Competencia
Comuna de nacimiento
TotalComunas residencia tradicional mapuche
Comuna urbana
en región de vida
tradicional mapuche
Región Metropolitana
Otras comunas del resto del país
o el extranjero
Básica Pasiva
5 1 4 1 11 10,8%
Básica activa 1 0 1 0 2 2,0%
Media pasiva
35 2 3 1 41 40,2%
Media activa 13 2 0 0 15 14,7%
Alta 30 2 1 0 33 32,4%
Totales 84 82,4% 7 6,9% 9 8,8% 2 2,0% 102 100,0%
Mientras nos mantenemos en el nivel de la competencia básica los bilin-
gües mapuches analizados según el lugar de nacimiento se distribuyen
con casos en todas las categorías de comuna. En la situación de compe-
tencia media pasiva, todavía la Región Metropolitana y otras comunas
de vida no tradicional aportan casos, pero ya con una evidente concen-
tración de ellos en la categoría de los nacidos en comunas de residencia
tradicional mapuche. En las categorías de competencia media activa y
competencia alta con la lengua el panorama se confirma. Los hablantes
del mapuzugun con mayores niveles de competencia provienen de
comunas de vida tradicional y de comunas que, aunque urbanas, todavía
se mantienen en regiones de vida tradicional mapuche del centro sur de
Chile. Los hablantes metropolitanos de la lengua mapuche provienen de
regiones, comunas y sectores del sur de Chile donde la lengua mantiene
mayor vitalidad. En Santiago, la transmisión de la lengua se interrumpe
y tampoco existiría, según estos datos, una comunidad de habla sufi-
cientemente numerosa y activa para que las personas aprendan y
mantengan la lengua. Es decidor al respecto la considerable proporción
de personas que demuestran competencia media, pero ésta es pasiva.
Sugiere que a pesar de tener conocimientos y capacidades éstos están
interferidos fuertemente por el predominio del castellano.
Tabla N° 27:
Competencia en
mapuzugun según
tipos de comuna de
nacimiento
��
IV. COMPETENCIA LINGÜÍSTICA CON EL MAPUZUGUN: ANÁLISIS DE CASOS
Siguiendo los parámetros del Marco Común Europeo (MCM), referido
principalmente al concepto de competencia comunicativa, que
comprende varios componentes: el lingüístico, el sociolingüístico y el
pragmático. En nuestra investigación nos centramos en la competencia
lingüística que incluye las destrezas léxicas, fonológicas y sintácticas
de una lengua, independientemente del valor sociolingüístico de sus
variantes y las funciones pragmáticas de sus realizaciones. Si bien es
cierto, cuando se estudia la competencia lingüística de un hablante se
consideran las cuatro destrezas básicas: leer, escribir, comprender y
producción de discursos de una lengua, como ya hemos venido reali-
zando en nuestro estudio de competencia para el idioma mapuche, sólo
contemplamos las competencias de comprensión y producción a nivel
oral, dado que aún la mayoría de los hablantes mapuches no dominan
las destrezas de lectura y escritura.
Un individuo concreto posee competencia lingüística comunicativa,
lo que implica que no sólo se relaciona con el alcance y la calidad de
los conocimientos, por ejemplo, las distinciones fonéticas realizadas o la
extensión y la precisión del vocabulario sino también con la organización
cognitiva y la forma en cómo se almacenan estos conocimientos. Los
conocimientos varían de un individuo a otro, pueden ser conscientes y
de fácil expresión o simplemente no serlo, asimismo hay variabilidad en
la organización de los mismos.
Como hemos visto, la variable de competencia lingüística se refiere al
nivel de dominio de las destrezas lingüísticas básicas, que además nos
entrega una tipología de hablantes presentes en la comunidad de una
lengua determinada. Con relación al mapuzugun omitimos la destreza
de escribir dadas las condiciones actuales de carencia de hablantes
alfabetizados en mapuzugun, por lo que nos hemos centrado sólo en
las destrezas de comprensión y producción específicamente en el
plano oral. En primer término nos referiremos a los tipos de hablantes
existentes entre los individuos mapuches asentados en la ciudad de
Santiago. Asimismo, de la realización del habla abordamos cuatro
aspectos de la comunicación habituales en todo acto comunicativo.
1. Uso de saludos, inicio de una conversación.
2. Conocimiento de conceptos de uso común.
3. Ubicación espacial.
4. Conocimiento y uso de términos de parentesco.
��
Para concluir presentamos un grupo de ejemplos de la situación de
contacto castellano-mapuzugun registradas durante esta investigación,
indicios concretos del proceso de desplazamiento que sufre el idioma
mapuche, pero a la vez, indicadores también de la resistencia y lealtad
lingüística de los hablantes a su idioma materno, una lengua que les
acompaña en una tierra extranjera de costumbres, donde han cons-
truido sus familias, sus historias y sueños. Incluimos además cuadros
de análisis de los niveles de competencia de los hablantes mapuches en
la ciudad de Santiago de Chile.
La información obtenida durante la revisión del material recopilado
constituye una amplia mirada a los hablantes mapuches, porque a través
de la entrevista no sólo se constató el uso de la lengua sino también
aspectos sociales e históricos de los hablantes, quienes nos acogieron
con particular afecto.
1.0 Tipología de hablantes
Los resultados obtenidos en esta investigación nos entregan la siguiente
tipología de hablantes:
a)Bilingües Castellano Mapuzugun: se trata de hablantes que tienen
un dominio coordinado de ambas lenguas, y pueden estructurar sus
discursos separando las gramáticas. Se trata de hablantes ancianos y
ancianas que según su relato nacieron en las regiones del sur de Chile
y han emigrado a la capital en busca de oportunidades laborales, y que
terminaron por radicarse en la ciudad de Santiago, estableciendo sus
familias y raíces. Encontramos ejemplos de esta situación:
Entrevistador: ¿Chew püle tati Los Andes pigechi fütxa mawiza? (¿Dónde se ubica la Cordillera de los Andes?)Entrevistado: ¿Los Andes?Entrevistador: May (Sí)Entrevistado: faw püle tati müley (Por aquí está) (Registro 13-13081-06-01)
Un aspecto a relevar de este tipo de hablantes es que han dejado de
practicar la lengua mapuche a raíz de la ausencia de otros hablantes
y también de espacios (más allá de sus hogares) en los que pudieran
concretizar el uso de la lengua.1
1 Es importante señalar que muchos de estos entrevistados no participan de las organizaciones sociales ni políticas mapuches existentes en la ciudad de Santiago.
�5
b) Hablantes Pasivos de Mapuzugun: se trata de hablantes que expresan
directamente su incapacidad de responder en la lengua mapuche, pero
que comprenden sin ninguna dificultad las expresiones en mapuzugun.
Se trata de un hablante que es consciente de su limitación, afirmación
que en el caso puntual de nuestros entrevistados queda de manifiesto
tanto en el resultado del test de competencia como en la declaración de
ellos mismos. Observemos los siguientes ejemplos:
Entrevistador: mapuzugukeymi (Hablas mapuzugun)Entrevistada: mapuzuken (sí, siempre lo hablo)Entrevistador: ¿chumgechiley ti mapu? ¿ayikefimi ti waria? (¿Cómo es tu tierra? ¿Te gusta la ciudad?)Entrevistada: no le entendí lo que me dijoEntrevistador: ¿chumgechiley ti mapu? ¿ayikefimi ti waria? (¿Cómo es tu tierra? ¿Te gusta la ciudad?)Entrevistada: …Entrevistador: ¿chem mew küzawkeymi? (¿En qué trabajas?)Entrevistada: faw rukamew müten (aquí en la casa, no más) (Registro 13-13078-04-01)
En el ejemplo anterior, el hablante mapuche comienza compren-
diendo y asumiendo que conoce el mapuzugun, sin embargo a medida
que avanza la conversación el hablante no es capaz de responder las
preguntas que se le realizan. Pero luego, a medida que avanza la entre-
vista, responde adecuadamente. Se trata entonces de hablantes que
debido a la poca práctica de la lengua, declaran y se observa olvido de la
lengua mapuche. Esta afirmación puede ser confirmada en el siguiente
ejemplo, observemos:
Entrevistador: ¿eymi feypiafen kiñe nütxam? Una historiaEntrevistada: aayyy... no sé, no me acuerdo... tantos años no quedan en la memoria. Y al pensar en todo, de muy niña empe-zamos a hablar en castellano y la finá 2 mi madre nos conversaba, claro, pero una vez en cuando no más...
(Registro 13-13078-04-01)
2 Se utiliza en español campesino, la palabra finado – finada. En este caso esta pala-bra pierde la última sílaba –da, producto de la elisión habitual que se da en español chileno, de suprimir sonidos como /d/, por ejemplo ciudá por ciudad.
�6
Es preciso señalar que este hablante ha olvidado la lengua mapuche
principalmente por el desuso, obligado por el entorno: comienza seña-
lando que la lengua pierde vitalidad desde su familia de origen, y que con
la migración a la ciudad, a un contexto ajeno al mapuzugun, margina aún
más la lengua mapuche en su práctica personal, porque se encuentra en
un ambiente social y cultural diferente y adverso.
Entrevistador: ¿eymi ta mapuzugunkeymi? (ud, habla mapu-zugun?)Entrevistado: Hay veces que le entiendo no más puehEntrevistador: ¿faw müley tami ruka? (¿Aquí está su casa?)Entrevistado: faw mülen tati (aquí no más es)(Registro 13-23149-02-01)
En este ejemplo tenemos nuevamente la presencia de un hablante
pasivo que reconoce que no siempre puede comprender los enunciados
del mapuzugun, pero aquellos que son de uso cotidiano y menos espe-
cializado pueden ser entendidos por él y por lo mismo, generar una
respuesta adecuada. Se trata del modelo más típico de hablante pasivo
existente en la comunidad de habla mapuche. Un hablante que al enfren-
tarse a oraciones complejas tiende a perderse en la comprensión de las
mismas, sin embargo frente a conceptos elicitados de manera aislada,
el hablante manifiesta conocimiento de los significados.
c) Monolingües de Español: son aquellos hablantes que no tienen
ninguna competencia de idioma mapuche. Tienen como idioma materno
el castellano y respecto del mapuzugun su vinculación es a través de
algunos conceptos o palabras oídas entre los miembros de su familia.
Si bien, este tipo de hablantes puede ser el más habitual en la sociedad
mapuche actual, relevamos este grupo porque se trata de hablantes que
manifiestan abiertamente su identificación y pertenencia con el pueblo
mapuche.
2.0 Uso de saludos
La primera pregunta con la que se enfrenta nuestro encuestado corres-
ponde a la fórmula de saludo ‘mari mari’, expresión propia del idioma
mapuche, a ello se suman los datos de origen del entrevistador lo que
obliga al entrevistado, según las pautas culturales mapuche, a responder
de manera similar. Tal como señalábamos en el Perfil Sociolingüistico de
las regiones VIII, IX y X (2008). El saludo es el inicio de un tipo discursivo
denominado pentukun. Definiremos el pentukun como el saludo que se
efectúa entre dos o más personas que se encuentran, las que efectúan
�7
una serie de preguntas para informarse acerca de los sucesos indivi-
duales, familiares y comunitarios de los interlocutores.
Pen - tuku - n
Encontrar/ver - tocar - INF
‘encontrarse y tocarse’
Por lo que se puede entender el pentukun es un acto de encuentro, que
implica no sólo un saludo de palabras, sino también contacto físico
(darse las manos y un abrazo). Mantenemos esta premisa para las situa-
ciones ocurridas durante esta investigación, generándose con nuestros
entrevistados reacciones de afecto ante el uso de la lengua mapuche
para la aplicación del instrumento.
3.0 Conceptos de uso habitual
Siguiendo la lista de Swadesh (Lastra, 2003), elegimos un grupo de
quince conceptos de uso común, correspondientes a diversos campos
semánticos:
Palabra
Iñchiñ “nosotros’ Antü ‘sol, luz, día’
Yu ‘nariz’ Todo ‘kom’
Epu ‘dos’ Txewa ‘perro’
Semilla ‘fün’ Apoy ‘lleno’
Blanco ‘lüg’ liü Mujer ‘zomo’
Tiye ‘aquello’ Pequeño, chico ‘pichi’
Carne ‘ilho’ Piwke ‘corazon’
Venir ‘küpan’
a) Léxico más conocido
Los conceptos más respondidos fueron los siguientes:
Txewa ‘perro’
Ilho ‘carne’
Apo-y ‘satisfecho, se llenó, lleno’
Zomo ‘mujer’
Anthü ‘sol, dia, luz’
Yu ‘nariz’
Los conceptos mencionados son los que concitan mayor número de
respuestas correctas y la tendencia de los entrevistados a responder de
inmediato ante la pregunta. Podemos deducir que se trata de palabras
muy vinculadas al uso cotidiano y que se han instalado en su repertorio
�8
lingüístico. Un ejemplo de esto lo constituye la palabra txewa ‘perro’
que es respondida por 91,3% de los entrevistados de manera correcta.
Asimismo sucede con el concepto ilho ‘carne’, zomo ‘mujer’. En mayor
medida ocurre con las palabras anthü ‘día, luz, sol’ y la expresión apo-
y ‘se llenó, satisfecho’, que son respondidas en menor porcentaje pero
siempre sobre el 80% de las respuestas emitidas.
b) Léxico menos conocido.
•Semilla ‘fün’: Es interesante destacar que este concepto es el menos
respondido por los hablantes, incluso aquellos que presentan una
competencia alta del idioma mapuche. En el estudio anterior 3 los
hablantes planteaban alternativas frente a esta palabra, sin embargo, en
el caso de los hablantes mapuches de la región metropolitana, manifes-
taban abiertamente su desconocimiento o bien se señalaba que aquella
palabra no existe en la lengua mapuche.
•Blanco ‘lüg’ (liü): Esta palabra también presentaba dificultad para los
hablantes, quienes señalaban no conocerla o bien declaraban que en
idioma mapuche se dice solamente ‘blanco’. Llama la atención que no
aparezcan versiones de la palabra como el préstamo ‘pülan’, ‘fülan’ o
‘blank’, que fueron ampliamente respondidos entre los hablantes de las
regiones VIII, IX y X del estudio anterior.
4.0 Ubicación espacial
Las preguntas acerca de la ubicación espacial de los hablantes, resul-
taron ser unas de las menos respondidas, principalmente por aquellos
que presentaban competencia media o media pasiva. Sólo los entrevis-
tados de competencia alta respondían adecuadamente.
En los siguientes ejemplos se observa que los entrevistados ante esta
pregunta tendían a la respuesta en castellano, aunque se tratase de
hablantes de competencia alta y bilingüismo coordinado.
Entrevistador: ¿Chew püle tati Los Andes pigechi fütxa mawiza? (¿Dónde está la Cordillera de los Andes?)Entrevistada: kimlan tati, no sé eso (Registro 13-13078-05-06)Entrevistador: ¿chew püle müley tufa tati Los Andes pigechi fütxa wigkul? ((¿Dónde está la Cordillera de los Andes?)Entrevistada: Los Andes… mmm (duda y no responde)(Registro 13- 23149-04-09)
Los dos ejemplos anteriores muestran como los hablantes al verse
3 Perfil Sociolingüístico de comunidades mapuche de la VII, IX y X Regiones.
�9
enfrentados a una pregunta de ubicación no logran situarse espa-
cialmente respecto de la Cordillera de los Andes. Manifiestan desco-
nocimiento de la geografía regional y no responden la pregunta. Se
trata de hablantes que en su mayoría han desarrollado trabajos de
labores domésticas en distintas zonas de la ciudad de Santiago, por lo
que tienden a perderse en el momento de la entrevista. Observamos
con esto, que aunque llevan varias décadas instalados en la zona
urbana aún se sienten ajenos al espacio en el cual viven. Si contras-
tamos esta respuesta con las obtenidas durante la aplicación del Perfil
Sociolingüístico de las regiones VIII, IX y X, se aprecia como el sentido
de ubicación espacial es una de las respuestas con mayor número de
aciertos de parte de los hablantes, principalmente porque se trata de su
entorno habitual y de origen.
5.0 Conocimiento y uso de términos de parentesco
Siguiendo la tendencia del estudio anterior, los conceptos de parentesco
‘lhaku’ abuelo paterno y ‘weku’ tío materno, son respondidos de manera
incorrecta o simplemente los hablantes desconocen su existencia.
Entrevistador: ¿Cómo se le dice a su abuelo por parte de su mamá?Entrevistada: le diría ‘chachá’ (Registro 13-23138-02-02)
En el ejemplo anterior observamos que la entrevistada plantea la
palabra afectuosa ‘chachá’ (proveniente del genérico chachay) dado
a los ancianos que son familiares cercanos como los abuelos, o bien a
los ancianos en general a quienes se les debe respeto. Sin embargo, la
designación lhaku, se da al abuelo paterno como nombre, aunque en el
trato puede utilizarse la palabra ‘chachay’
Entrevistador: abuelo paternoEntrevistada: chuchu ñuke (Registro 13-11067-03-02)
Este ejemplo muestra como la entrevistada busca literalmente traducir
la palabra ‘abuelo paterno’, sin lograrlo porque al final crea un concepto
a partir de dos palabras: chuchu ‘abuela materna’ y ñuke ‘mamá’.
Entrevistador: Abuelo paterno ¿chem pigeafuy mapuzugunmu?El papá de su papá en mapuzugun ¿cómo le diría usted?Entrevistada: pu chacha no se le decía antes, creoEntrevistador: tío materno, el hermano de su mamá ... en mapuzugun
50
Entrevistada: no, si me lo sabía pero se me olvidó(Registro 13-11067-03-02)
En la muestra anterior, la entrevistada se refiere tanto al concepto lhaku
como a weku, manifestando su desconocimiento, aunque reconoce
saber de su existencia, pero que dadas las condiciones actuales en las
que vive, y debido al desuso ya no utiliza ese léxico por lo que se le ha
olvidado. Sin duda alguna, que muchos de los fenómenos que obser-
vamos en las realizaciones concretas de la lengua mapuche en hablantes
que viven en la región metropolitana, presentan como característica
más que el desconocimiento de léxico, el olvido de los mismos debido
al desuso al que se encuentran expuestos. Sin duda alguna, que se trata
de hablantes que han dejado de practicar la lengua y al enfrentarse a
ella en una conversación orientada a una investigación, se manifiesta la
tensión en su afán de generar la respuesta apropiada. Asimismo, el uso
constante del español les lleva a presentar constante interferencia en su
proceso de cambio de código. Podríamos deducir que estos hablantes,
si se enfrentan a la lengua mapuche en un proceso más medido y en
aumento, pudieran estructurar su idioma y hasta recuperarlo.
6.0 Situación de contacto castellano-mapuzugun
Asumimos que el contacto entre las lenguas es un fenómeno que existe
desde los inicios de las lenguas en la humanidad. Se trata de una situa-
ción que ha ocurrido y ocurre en todas las regiones de la tierra. No existe
en la actualidad una lengua que se encuentre completamente aislada y
sin contacto.
En el caso del idioma mapuche, es una lengua que en términos histó-
ricos precisos desconocemos todas las situaciones de contacto que ha
vivido, sin embargo actualmente podemos percibir su vinculación en el
plano léxico con el quechua y definitivamente con el castellano, lengua
con la cual lleva cinco siglos de contacto y cuyos rasgos están presentes
desde ese tiempo en el hablante de esta lengua. (Gunderman et Al:
2008).
Encontramos en este estudio, construcciones oracionales en las que
los hablantes mapuchizan verbos no existentes en la lengua mapuche,
51
Observemos el siguiente ejemplo:
(1)
Prepara - Ø - iñ ñi iyael
Preparar - PRS 4 - 3PL POS comida
‘preparamos nuestra comida’
(Registro 13-081-06-01)
(2)
Injerta - a - n mansana5
Injertar - FUT - 1SG manzana
‘injertaré manzanas’
(Registro 13-081-06-01)
En los ejemplos (1) y (2) se observa que los verbos ‘preparar’ e ‘injertar’
se estructuran en castellano en sus radicales, pero los morfemas de
conjugación, en este caso persona y número, corresponden al mapu-
zugun. Este tipo de hecho es propio de situaciones de contacto donde
existe una lengua hegemónica y una lengua minorizada, se trata del
desplazamiento a nivel de la realización lingüística propiamente tal. Esta
situación ha sido registrada también en otras lenguas indoamericanas,
tales como el náhuatl, donde el proceso de sustitución lingüística se
favorece en zonas urbanas frente a las zonas rurales. (Hill & Hill, 1999)
Observemos otro ejemplo del habla, se trata de un diálogo sostenido
durante una de las entrevistas realizadas durante esta investigación:
(3)
Entrevistador: ¿chemkechi zewmay gillatunmu? (¿Cómo se realiza el ngillatun?)Entrevistada: fey selebragekiñ, akordagekey pedian ayuda, eluan grasia 6, ial, gillatual eeh bailayal (así celebramos, pedían ayuda, se darán las gracias, comida, bailando y haciendo rogativas)(Registro 13-03008-04-03)
4 Glosa PRS: Tiempo presente.nes. 5 Esta manzana va con “s” porque se refiere al sonido “s” que en español chileno se hace como “s” y no con la dental sorda “z”, la escritura fonética queda en “s” y la escritura gráfica se realiza con “z”.6 Para este caso el uso de “s” es porque está escrito desde el alfabeto azümchefe y allí no existe la diferencia entre c y s para este tipo de sonidos.
5�
Si observamos, el hablante estructura sus oraciones utilizando verbos
del castellano conjugados como verbos mapuches, en esta oración
compleja hay seis verbos conjugados de los cuales cuatro tienen radi-
cales del castellano. Es decir, se cumple la premisa anteriormente
ejemplificada en oraciones simples. Haugen (1987:12) denomina a este
proceso integración lingüística, y ocurre principalmente en las gene-
raciones jóvenes que viven la lengua en contextos culturales ajenos a
la lengua de origen. La combinación de estructuras pertenecientes a
ambas lenguas, constituye un proceso de sincretismo lingüístico en el
mapuzugun, en el que encontramos que si bien la lengua está siendo
desplazada por el español, también hay un factor de mantenimiento en
la misma, manifestada en la persistencia de estructuras morfológicas
que se mantienen en el uso del idioma, lo que nos entrega también un
mínimo aliciente para un posible proceso de revitalización lingüística en
comunidades mapuche. (Caniguan, 2006: 105)
En el test de competencia se aplicó una pregunta orientada a verificar
el uso de numerales cardinales en los hablantes. Sin embargo, la situa-
ción que resultó de mayor dificultad para los hablantes fue el descono-
cimiento del concepto mapuche relmu ‘arcoiris’. La respuesta frente a
esta pregunta era la contrapregunta ¿qué significa la palabra ‘relmu’?
Tenemos que a partir de una pregunta diseñada para obtener una infor-
mación descubrimos la pérdida de uso de un concepto en el habla de los
mapuche-hablantes de la ciudad.
Veamos los ejemplos:
Entrevistador: ¿kimniefimi chem am tati relmu kay? (¿Conoce el arcoirisi?)Entrevistada: ¿relmu? (¿Arcoiris?)Entrevistador: may, relmu (sí, arcoiris)Entrevistada: relmu (Arcoiris)Entrevistador: ¿kimlhaymi relmu? (no sabe que es relmu?)Entrevistada: kimlan (no lo sé) (Registro 13-08049-04-01)
Entrevistador: eymi ta kimnieymi chunten wirin niey tati relmu (Sabe ud. ¿Cuántos colores/franjas tiene el arcoíris?)Entrevistada: ¿Cómo?Entrevistador: kimnieymi, ¿chunten wirin niey tati relmu? Sabe ud. ¿cuántos colores/franjas tiene el arcoiris?)Entrevistada: no (Registro 13-18030-05-01)
5�
Una de las situaciones más llamativas en este estudio es que la mayoría
de los hablantes de competencia media y alta entre los entrevistados,
se manifiestan muy entusiastas ante el uso de la lengua mapuche, y
muchos terminan la entrevista haciendo un llamado a sus potenciales
receptores de la necesidad del uso de la práctica de la lengua y cultura
mapuche.
A modo de conclusión, podemos señalar que resulta muy interesante
la situación de los hablantes de la región metropolitana, principalmente
a nivel sociolingüístico, porque estamos frente a hablantes que conocen
la lengua, pero no cuentan con espacios donde usarla y vitalizarla. Se
trata fundamentalmente de hablantes aislados que enfrentados a su
lengua materna plantean la necesidad de hablar. Sin embargo, estos
hablantes aunque conocen la lengua mapuche no la practican, porque
la hegemonía del español y de la cultura occidental aplasta la exis-
tencia del mapuzugun que en una ciudad capital tiene una existencia
marginal. Otro aspecto, que atenta contra la vitalidad del mapuzugun,
es la ausencia de hablantes infantiles entre los mapuches urbanos, los
hablantes entrevistados no comparten la lengua en su entorno familiar,
sino que practican el idioma con otros hablantes en su misma condición,
es decir, la lealtad lingüística en este caso tiene un bajo nivel. Asimismo,
este aspecto nos indica que no existe mayor conciencia respecto a
que la presencia y continuidad de una lengua se garantiza sólo con la
práctica de la misma y, principalmente a través de la transmisión a las
nuevas generaciones.
Se hace necesario generar políticas lingüísticas en las ciudades con
alta presencia mapuche, orientadas principalmente a prestigiar la
lengua entre sus hablantes, diseñando programas que posibiliten la
presencia real y masiva de la lengua, esto es, utilización de los medios
de comunicación, implementación de un modelo educativo que valore
y practique la diversidad lingüística de Chile, como también el uso de la
lengua por los líderes sociales a través de sus discursos. Se trata ante
todo, de crear la necesidad de hablar mapuzugun.
5�
V. COMPETENCIA LINGÜÍSTICA AYMARA: ANÁLISIS DE CASOS
1. Introducción
En la Región Metropolitana residen indígenas de varias etnias, tales
como aymaras, likanantays, mapuches, rapanuis, quechuas, alakalufes,
collas, yámanas y otros. En el presente informe daremos cuenta sobre
la situación de competencia lingüística de los hablantes aymaras de la
región metropolitana.
Entonces, el presente capítulo aborda los aspectos referidos al nivel de
competencia en lengua aymara y de los residentes aymara hablantes de
la Región Metropolitana. Para ello, se aplicó un instrumento de medición
de competencia, sobre cuyos resultados se hizo el análisis para deter-
minar los niveles de competencia y las tendencias de bilingüismo, así
como las interferencias mutuas entre la lengua aymara y el castellano
presentes en sus discursos.
2. Objetivo
Para la determinación de los niveles de competencia se fijaron los
siguientes objetivos:
a)Determinar el nivel de competencia de los aymara hablantes
de la Región Metropolitana.
b)Sistematizar los niveles de competencia pasiva y activa de
los aymara hablantes de la Región Metropolitana.
c)Analizar a nivel fonológico, léxico y sintáctico del habla de
los entrevistados.
3. Metodología
Se aplicó un instrumento de acuerdo a los estándares internacionales
que se ocupan para determinar el nivel de competencia en otras lenguas,
en particular los de la Unión Europea.
Las mediciones de competencia categorizan entre pasiva y activa, la
primera referida a la comprensión y la segunda a la producción de la
lengua. El instrumento considera tres niveles de competencia:
• Competencia baja
• Competencia media
• Competencia alta
El instrumento se aplicó con detenimiento a los hablantes y fue respon-
dido en forma oral.
La sistematización de los resultados nos permite evaluar los niveles de
55
competencia de cada uno de los entrevistados, así como observar las
tendencias del bilingüismo y las interferencias entre la lengua aymara
y el castellano que presentan los hablantes aymaras residentes en la
Región Metropolitana.
4. Conceptualización
La presencia de los pueblos indígenas en los países del continente
americano hace que ocurran diferentes fenómenos sociales, culturales
y lingüísticos, complejos de explicar y desarrollar en forma equitativa. En
ese contexto, las lenguas indígenas sufren diferentes procesos de inter-
ferencia, bilingüismo, extinción, etc. Para poder entender estos procesos
recurriremos a algunos conceptos, los que a su vez nos servirán para
analizar los niveles de competencia de los hablantes aymaras de la
Región Metropolitana.
a. Sociolingüística
La sociolingüística es la disciplina que se ocupa de la lengua en un
contexto social determinado, abarca la ciencia lingüística y sociología.
También son parte de su estudio el contacto de lenguas, variaciones,
diglosia, bilingüismo y otros fenómenos que ocurren en los procesos de
contacto entre lenguas.
En la Región Metropolitana se da una confluencia de grupos lingüís-
ticos, entre ellas las lenguas indígenas, como el aymara, mapuche,
rapanui y otras, caracterizadas por una situación minorizada en su
relación con la lengua castellana.
b. Monolingüe
Las personas procedentes de centros poblados o capitales de
Latinoamérica habitualmente poseen una sola lengua, es decir, tienen
competencia en una sola lengua, con excepción de los que tuvieron la
ocasión de participar en cursos de segunda lengua. Mientras los indí-
genas procedentes de las comunidades vigentes en la actualidad,
aunque cada vez con menos frecuencia, son bilingües, incluso trilingües;
poseen la lengua indígena como primera lengua y el castellano como
segunda lengua.
c. Bilingüe
Bilingüe es aquella persona o comunidad que tiene competencia en más
de una lengua y usa en forma indistinta dos o más lenguas de acuerdo a
las circunstancias que requieran el uso de una u otra.
56
Los indígenas que habitan en sus comunidades o migraron a capitales
regionales, son generalmente sujetos bilingües, siempre y cuando en
sus comunidades no se haya perdido la lengua vernácula.
d. Competencia
Es el sistema de reglas interiorizadas por los hablantes y que cons-
tituye su saber lingüístico, la que permite hablar y comprender un
número infinito de oraciones inéditas. La competencia lingüística es el
conocimiento intuitivo del hablante sobre los datos y estructuras del
vocabulario, la fonología, la sintaxis y la semántica de dichos datos. La
competencia pragmática es el conjunto de conocimientos extralingüís-
ticos y contextuales que permiten al hablante la realización adecuada
de la competencia lingüística.
5. El corpus
El corpus lingüístico analizado en la presente investigación está
compuesto de la siguiente manera:
• Seis personas que declaran hablar la lengua, identificadas
en el proceso de aplicación de la encuesta sociolingüística en
la Región Metropolitana.
• Cada una de las personas a quienes se ha aplicado el instru-
mento de medición de competencia, con un registro promedio
de media hora a cada uno de los entrevistados.
• Los registros orales y escritos se analizan de acuerdo a
los valores que están asignados para cada ítem en el instru-
mento.
6. Análisis de competencia en lengua aymara
La encuesta sociolingüística aplicada en la región metropolitana iden-
tifica 9 personas con competencia en lengua aymara. De estas 9
personas, solamente 6 accedieron a la aplicación del instrumento de
medición de competencia. Entonces, en base a esa cantidad de casos se
hace el estudio.
a. Instrumento
El instrumento fue elaborado en base a los parámetros que exige la
Comunidad Europea (MCM) en la medición de competencia lingüís-
tica, que considera destrezas básicas como comprender, leer, escribir
y hablar 7. Ahora, considerando que las lenguas indígenas, entre ellas la
7 Perfil sociolingüístico de comunidades mapuche de la VIII, IX y X Región, CONADI 2008.
57
aymara, no tienen tradición escrita; el conocimiento de la escritura aún
es competencia de los expertos y no de todos los hablantes. En conse-
cuencia, el instrumento elaborado sólo mide la competencia activa y
pasiva 8 en lo que respecta a la oralidad.
En particular el estudio se centra en competencias lingüísticas que
incluyen las destrezas léxicas, fonológicas y sintácticas y las funciones
pragmáticas de su realización (CONADI 2008:93).
El instrumento consta de 43 ítems, ordenados en competencias
activas y pasivas, en sus niveles baja, media y alta.
b. Competencia pasiva
1. Los que declaran hablar o conocer la lengua aymara en
la encuesta sociolingüística de la Región Metropolitana,
presentan buen nivel de competencia PASIVA BAJA. Los ítems
constan de textos breves como palabras, frases y oraciones
de uso cotidiano, las que son comprendidas sin mayores difi-
cultades, excepto dos casos que muestran dificultades en
comprensión.
2. La competencia PASIVA MEDIA muestra tres casos de
buen nivel de comprensión y otros tres muestran dificultades
respecto a la comprensión de la lengua aymara.
3. Sólo dos entrevistados presentan competencia PASIVA
ALTA, y los cuatro restantes tienen competencias media o
baja.
c. Competencia activa
Ahora, con respecto a la competencia ACTIVA BAJA, cuatro casos
muestran buen nivel de competencia, uno presenta dificultades y el
último tiene serios problemas con la comprensión. En este ítem las
preguntas son sobre los conocimientos de las personas que habitan en
Santiago, sobre el conocimiento del medio donde habitan, como parques
y lugares de recreación.
Con respecto a competencia ACTIVA MEDIA, solamente dos muestran
buena producción, tres tienen dificultades para poder comunicarse flui-
damente y uno tiene competencia nula.
En lo que refiere a la competencia ACTIVA ALTA, dos tienen produc-
ción buena y uno competencia insuficiente. Tres son nulos para produc-
ción activa alta de la lengua aymara.
8 Competencia pasiva es sólo entender la lengua y no necesariamente hablarla; mientras la competencia activa es hablar la lengua, para lo que tiene que enten-derla.
58
En general, los aymara hablantes de la Región Metropolitana parecen
abandonar el uso de la lengua aymara, lo que puede ser motivado por
falta de medios, así como de contextos para hacer vigente la comunica-
ción en la lengua, por lo menos así lo expresan los entrevistados.
En general, solamente dos de seis casos tienen competencia pasiva y
activa alta, mientras los otros casos tienen dificultades en comprensión
y producción de la lengua aymara.
7. Conclusiones
Los aymaras históricamente accedieron a distintos pisos ecológicos,
tales como el altiplano, valles, trópicos, costas, etc. En las últimas
décadas se desplazaron a las grandes capitales de los países y de las
regiones, aun manteniendo algunos lazos familiares, territoriales y otros
con su origen.
En Chile los aymaras de la misma forma se desplazaron hasta las
costas del pacífico y a la capital del país. Según el Censo de 2002,
declaran tener pertenencia étnica aymara 567 personas en la V Región.
El mismo Censo revela que en Chile 48.501 tienen pertenencia aymara.
Ahora, según el estudio sociolingüístico9 en la región de Tarapacá, de
143 entrevistados, declaran tener competencia pasiva 118 (82.5%)10
y competencia activa 11211 . De estas regiones migran a la capital. De
quienes a continuación se pretende explicar la competencia del aymara
en la Región Metropolitana.
Casos de bilingüismo en aymaras
La mayor parte de las comunidades lingüísticas del mundo viven en
una situación de coexistencia de varias lenguas, generándose procesos
complejos de explicar, ya que estamos frente a situaciones de bilin-
güismo individual, grupal, comunitario, etc., además de distintos tipos y
clases de bilingüismo. Ahora lo que se pretende es explicar la situación
de bilingüismo que presentan los aymaras en la Región Metropolitana.
En Santiago residen aymaras que migran desde el norte, quienes
tienen competencias variadas; los monolingües ya no existen en la
actualidad, lo que significa que no quedan personas que sólo saben y
se comunican en la lengua aymara. En la actualidad ya no se observan
monolingües aymaras, ni siquiera en las regiones más alejadas del norte
de Chile.
9 Estudio realizado por el Instituto de Estudios Andinos Isluga de la UNAP, 2001.10 Competencia pasiva: mucho 63, bastante 29 y poco 26.11 Competencia activa: muy bien 40, bien 27 y poco 45.
59
a) Bilingüe aymara-castellano, es la persona que usa el aymara para
comunicarse sin dificultades o es la persona que posee el aymara como
primera lengua, mientras que aprendió el castellano como segunda
lengua. En estos casos el castellano se subordina al aymara; es decir,
cuando se realiza la encuesta en castellano, el entrevistado responde en
aymara sin dificultad. En nuestro estudio solamente dos entrevistados
tienen el aymara como primera lengua, y como consecuencia en su
habla se pueden observar algunas interferencias del aymara al caste-
llano, o al utilizar préstamos del castellano los aymararizan a nivel fono-
lógico.
Por ejemplo:
Aymarizado TraducciónArindata ‘Arrendado’Animalanaka ‘los animales’Arbolanaka ‘los árboles’Laranjado ‘naranjado’Peru markata ‘del pueblo de Perú’Nayax says añukama ‘hasta mis seis años’Evangilio sarta ‘voy a evangelio’
Las palabras aymaras, cuando se ocupan en el contexto del castellano,
se adaptan al aymara a nivel fonológico, como el caso de /peru/ en el
lugar de /Perú/, el número seis /says(a)/, arrendado /arindata/ y
otros.
Con respecto al nivel morfológico, se añaden sufijos aymaras a las
palabras castellanas como /animalanaka/ ‘animales’, /añukama/ ‘hasta
años’, etc. Es decir, se incorporan sufijos aymaras a las palabras caste-
llanas, las que pueden ser traducidas como prefijos en la lengua caste-
llana, como por ejemplo: /añukama/ ‘hasta el año siguiente’.
b) Bilingüe castellano-aymara, estamos frente a aquellas personas
que aprendieron el castellano como primera lengua y posteriormente por
convivencia o contacto directo con los abuelos y abuelas aprendieron
la lengua aymara. El aymara se subordina al castellano, es decir, hablan
el aymara con interferencia fonológica, sintáctica y léxica, mientras el
español lo usan sin mayores dificultades.
60
En los casos estudiados se puede observar que dos entrevistados
presentan estas características, las que se observan en los siguientes
ejemplos:
Nayaxa aymara mas o menos... ‘yo aymara, más o menos...’ (se)
Nayaxa trawajta eee profesor de historia, colegionanaka ‘yo trabajo de
profesor de historia, en colegios’
En la intención de comunicarse en aymara, el entrevistado expresa
más palabras castellanas que en aymara mismo. En el primer ejemplo
no recuerda o no puede expresar “nayax mä juk’all aymara yatta” ‘yo
sé un poco de aymara’, y en el segundo ejemplo trata de explicar lo que
hace pero encuentra dificultades para comunicar, esto pasa en parti-
cular cuando los hablantes se refieren a oficios no comunes en la propia
cultura.
Si observamos con detenimiento a los hablantes que tienen este tipo
de competencia, cuando se comunican en aymara, primero piensan en
castellano y luego intentan traducir al aymara para entender y responder
en esta lengua. Este hecho dificulta la fluidez en la comunicación, ya
que en castellano pueden organizar ideas complejas pero al traducir al
aymara se demoran y no encuentran equivalencia de palabras en ambas
lenguas, ya que cada una de ellas guarda una lógica diferente.
Las personas con ese tipo de característica habitan y están insertas
preferentemente en medios urbanos, y mantienen poca relación con las
familias y comunidades de origen. En consecuencia reclaman falta de
un espacio donde se use la lengua indígena, y además se auto culpan
por no haber aprovechado cuando tenían ocasión de aprenderla en
un tiempo pasado. Incluso uno de los entrevistados, tiene proyectos
muy avanzados para volver a su comunidad de origen, y allí mejorar su
competencia en la lengua y desarrollar todos los conocimientos apren-
didos en otros espacios.
Bilingüe coordinado aymara-castellano, significa tener la misma
competencia en aymara y castellano, y poder alternar sin dificultades en
las dos lenguas o códigos. En nuestro estudio no se observaron entre-
vistados con esta cualidad de competencia. Con excepción de los pocos
aymaras que se dedican a estudiar y enseñar el aymara y por tanto
pueden alcanzar o lograr tener una competencia coordinada o equili-
brada, son muy pocas las personas que logran esta condición.
Bilingüe incipiente, se refiere al uso de un número limitado de vocablos
en una de las lenguas, lo que puede presentarse en el plano pasivo y/
o activo. Con respecto a nuestros entrevistados, observamos dos con
estas características.
61
Ejemplos de bilingüe incipiente:
Entrevistador: Juma yattati kurmi qawqa saminakanisa | kuluranisa ‘¿tu sabes el arcoíris cuántos colores tienes?’Entrevistado: Kurmi, arcoíris, siete colores, phisqa, a no, wila,
a no, janquEntrevistador: Kunapacharak markamar saräta ‘¿cuándo vas a ir a
tu pueblo?’Entrevistado: Maya, una vez al año
Cuando se pregunta sobre los colores del arcoíris el entrevistado sólo
hace mención de algunos colores, lo que quiere decir que no conoce
todo los colores básicos del aymara. En la segunda pregunta, entiende
pero sólo alcanza a decir maya (número uno) y luego complementa en
castellano.
Entrevistador: Aymar arusiñ yattatiEntrevistado: Me pregunta si se hablar aymara. Jisa
En este segundo caso el entrevistado entiende la pregunta, traduce al
castellano y luego vuelve a traducir al aymara para contestar en forma
afirmativa. Es un proceso largo donde decodifica y luego codifica en dos
lenguas, primero en una, después en la otra, lo hace muy lenta y tediosa la
comunicación, la que además presenta una interferencia muy marcada.
Bilingüe pasivo es aquella persona que solamente entiende y no habla
aymara, y al comprender puede responder sólo en lengua castellana. En
el estudio se observan dos casos con estas características, ejemplo:
Entrevistador: Jumax zoologíco sariritati. Kuna uywanakas, jamach’inakas uttji
Entrevistado: Eeeeeeeee si, jis. Con quién fue?, qué lo que hay en zoológico. Animales, leones, oso, algunos animales, en aymara no?
La entrevistada entiende la pregunta con alguna dificultad y luego
responde en castellano, al mismo tiempo manifiesta dudas. Por el nivel de
competencia pasiva se le hace dificultoso responder de manera apropiada
en aymara y, por lo mismo, responde con mucha duda en castellano.
Entrevistador: Chima / chuyma (traducción)Entrevistado: Me suena creo que es como cerro
6�
Trata de entender pero no alcanza a comprende por completo, y rela-
ciona con otra palabra en forma equivocada. Indica que es familiar la
palabra y con mucha duda traduce a un vocablo que no tiene relación
con el significado original. Ejemplo:
Entrevistador: Akat utamaxa / akant utjtaEntrevistado: ¿Si esto es tu residencia?
En este ejemplo supuestamente entiende la pregunta pero no puede
responder ni en castellano porque no está segura de su comprensión, y
mucho menos en aymara porque no está a nivel de su competencia.
Los casos estudiados, en general, son indígenas aymaras migrantes
desde el norte, y todos tienen algún nivel de competencia en esta lengua.
Se observa y también manifiesta por los entrevistados que éstos no tienen
motivación ni espacio para hacer uso de la lengua aymara, y en conse-
cuencia van paulatinamente olvidando términos, frases, significados, etc.
Los hijos de los casos estudiados ya no aprenden el aymara, este
hecho nos permite proyectar que los entrevistados son bilingües termi-
nales, ya que los hijos no tienen competencia en la lengua indígena y son
monolingües castellanos.
En los casos de bilingüismo castellano-aymara se presenta el
fenómeno de diglosia; la lengua castellana es la lengua oficial, de uso
en administración económica, pública, medios de comunicación, educa-
ción, etc., mientras el aymara es una lengua confinada a espacios
privados y domésticos, lo que no permite su desarrollo, transmisión,
lealtad, etc.
Los niveles lingüísticos
A continuación revisamos algunos niveles lingüísticos como lo fonoló-
gico, léxico y sintáctico, para comprender de mejor forma los niveles de
competencia de los aymaras en Santiago.
Fonológico
La fonología es la que determina los fonemas que ocupa una lengua
determinada. La fonología aymara consiste en la descripción de los
fonemas, es decir, los sonidos distintivos que diferencian los signifi-
cados en la lengua.
Hardman (1988) describe la fonología aymara constatando 26 conso-
nantes, entre sordas y sonoras, que son las más numerosas y se arti-
culan con claridad. El aymara sólo reconoce como fonema tres vocales,
6�
y un alargamiento vocálico que puede acompañar a las tres vocales.
De las consonantes quince son oclusivas sordas, y tres de ellas, algunos
autores las reconocen como africadas; desde la forma de articulación
son simples, aspiradas y glotalizadas. Tres son fricativas sordas. Las
consonantes sonoras son continuas, es decir, no son oclusivas, en este
grupo están las nasales, laterales, vibrantes y semiconsonantes.
Consonantes
Modo de ArticulaciónPunto de Articulación
Bilabial Alveolar Palatal Velar Post-velar
Oclusivas
Simples p t k q
Aspiradas ph th kh qh
Glotalizadas p’ t’ k’ q’
Africadas
Simples ch
Aspiradas chh
Glotalizadas ch’
Fricativas s j x
Laterales l ll
Nasales m n ñ [nh]
Semiconsonantes w y
Vibrantes r
Vocales
Anterior Medio Posterior
Altas y Cerradas i u
Intermedios [e] [o]
Baja y Abierta A
Alargamiento vocálico /¨/
Las variaciones también están presentes a nivel regional y social, como
señala en su estudio Lucy Briggs (1993), quien identifica variantes regio-
nales como el norteño, sureño e intermedio, y variantes sociales central
y periférico.
6�
a) Competencia pasiva y activa alta
En el estudio las variaciones están en el marco determinado por
Hardman, a nivel fonológico y por Briggs con respecto a variaciones
dialectales. Los entrevistados se identifican con la variedad nortina
y/o sureña de acuerdo a su procedencia. Más bien lo que si se puede
observar son las inferencias del español en mayor y menor grado, de
acuerdo al nivel de la competencia en la lengua.
El aymara hablado en el norte de Chile es parte de las variedades
nortina y sureña. Por ejemplo el habla del interior de Arica-Parinacota
pertenece a la variedad nortina, mientras el aymara de la región de
Tarapacá es parte de la variedad sureña. Entonces, los procedentes de
la Región Tarapacá poseen el aymara sureño y los procedentes de Arica-
Parinacota usan el aymara nortino.
Los entrevistados que tienen competencia activa y pasiva alta en
el uso del aymara, utilizan los fonemas en forma adecuada, con sus
respetivas variaciones de acuerdo a su origen. Por ejemplo, uno de
los casos es proveniente del sur de Perú12, quien no manifiesta varia-
ciones considerables de acuerdo al cuadro fonológico presentado por
Marta Hardman; mientras otro caso proveniente de Tarapacá, parte
alta, muestra variedad fonológica, principalmente en el grupo de conso-
nantes oclusivas:
Entrevistador: Kunamaskta kullakaEntrevistado: BalikiEntrevistador: Ukax utamatiEntrevistado: Utanhawa
En el primer ejemplo la semiconsonante del aymara /w/ se articula
bilabial sonora /b/, la variedad de esta zona muestra la tendencia a
sonorizar la semiconsonante /w/ y las oclusivas sordas. En el segundo
caso aparece otro rasgo con valor fonológico /nh/ que no está presente
en la variedad nortina.
Otros ejemplos:Variación Nortina Variación sureña Traducción
/awatiri/ [andanajata] ‘desde los pastoreos’
/wawanaja/ [babanha] ‘hijos’
/awatiri/ [abatiri] ‘pastor o pastora’
12 Variedad regional nortina, según la clasificación de Lucy Briggs.
65
En la variedad sureña, las consonantes oclusivas tienden a sonorizarse
en el contexto de los fonemas nasales.
Así como indica en sus estudios Bryan Harmilink (1985:10-16), el
aymara de Chile es muy similar al de Bolivia y las diferencias sólo afectan
a algunos segmentos, tales como la presencia de algunos elementos
sonoros [b], [d] y [g], y la presencia de una nasal velar [nh]. Mientras
que las fricativas, vibrantes, laterales y semivocales parecen ser las
mismas que el aymara de Bolivia. Poblete y Salas (1997) en su estudio
indica que las oclusivas puras se sonorizan tras la consonante nasal,
de donde resultan los siguientes alófonos [b, d, g,]; ejemplos /ampara/
[am.pá.ra] ~ [am.bá.ra] ‘mano’, /inti/ [ín.te] ~ n[ín.de], /punku/ [pún.
ko] ~ [pún.go] ‘puerta’, /tunqu/ [tón.qo] ~ [tón.go]. En los casos en que
alternan realizaciones sordas y sonoras, se aprecia predominio de las
sordas en el norte (Provincia de Parinacota), en tanto que hacia el sur
(Provincia de Iquique) aumenta la sonorización.
Las personas que tienen competencia pasiva y activa alta en la Región
Metropolitana, en lo que respecta al nivel fonológico, ocupan el grafe-
mario de la lengua aymara desde el punto y modo de articulación y con
las respectivas variaciones que ocurren en el aymara.
b) Competencia activa media
Los hablantes que poseen competencia activa media usan la lengua
aymara con poca frecuencia, y en su habla lo hacen con interferencia
del castellano al aymara, como podemos observar en los siguientes
ejemplos:Aymara Interferencia Contraste Traducción
/janq’u/ [jankhu] q’/kh ‘blanco’
/jisk’a/ [jiska] k’/k ‘chico’
/yaqha uru/ [yaqa uru] qh/q ‘otro día’
/q’illu/ [qhillu] q’/qh ‘color amarillo’
/ch’uxña/ [choxña] ch’/ch ‘color verde’
En los cinco ejemplos se puede observar la confusión entre oclusivas
velares con postvelares y el modo simple con glotalizadas o fricativa.
c) Competencia activa baja
Los hablantes con competencia activa baja muestran mayor interfe-
rencia del castellano, como se observa en los siguientes ejemplos:
Aymara Interferencia Contraste Traducción
/janq’u/ [janqu] q’/q ‘color blanco’
/t’ant’a/ [tanta] t’/t ‘pan’
66
En los dos ejemplos se puede observar una tendencia a simplificar,
considerando que la glotalización implica mayor esfuerzo que las
simples. Incluso se puede observar, en los casos de competencia baja,
que al escuchar el aymara no responden, sino que se dedican a traducir
al castellano.
Morfosintáctico
Las morfosintaxis se entienden como unidades mínimas con significado
y su orden dentro de las palabras y oraciones, desde el punto de vista
de la flexión y la derivación, así como la relación que establecen estas
estructuras con otras formas para constituir sintagmas y oraciones.
El aymara es una lengua aglutinante y polisémica (es decir que se
aglutinan varias palabras en una o más de un significado, se expresa
mediante sufijos en una sola palabra; además éstas, dependiendo del
contexto, pueden tener más de una diferencia en cuanto a su signifi-
cado), donde los morfemas determinan la construcción de palabras y
oraciones. Es solamente sufijante, no ocupa prefijos ni infijos.
Las palabras aymaras pueden ser:
Raíces nominales, verbales e independientes, de la misma manera los
sufijos son nominales, verbales, independientes y oraciones.
Las preposiciones, los verbos ser-estar y otros elementos gramati-
cales están expresadas mediante sufijos en la lengua aymara.
La oración básica en el aymara se presenta de la siguiente estructura:
Nayax + utaruw + sarta
Sujeto + Complemento + Verbo
Mientras en castellano es:
Yo + voy + a la casa
Sujeto + Verbo + Complemento
67
a) Competencia pasiva y activa alta
Los casos con competencia activa alta, tienden a estructurar de acuerdo
a la gramática de la lengua, como podemos observar en los siguientes
ejemplos:
Suxta marallani iskuylar mantapxta
Adverbio de tiempo + Complemento + Verbo
‘Ingresamos a la escuela con 6 años’
Kimsa warminaja kharuy iskuyl tukuyapxta
Sujeto + Complemento + Verbo ‘Las tres mujeres terminamos allí en la escuela’
Ukata suxta phaxsi utjapxta
Complemento + Verbo
‘Luego vivimos seis meses’
Nayaxa punutasktaxay
Complemento + Verbo
‘Yo soy de Puno’
Ukan naya yatitasktxa
Sujeto + Verbo
‘Ahí yo estoy acostumbrado’
Las personas que tienen competencia alta, mantienen el orden grama-
tical de acuerdo a la estructura básica de la lengua aymara, además se
puede observar que el castellano lo organizan de acuerdo a la lógica de
la lengua aymara.
Las palabras castellanas las complementan con sufijos aymaras para
que sean completamente contextualizadas al aymara. Por ejemplo:
Habla aymara morfema Traducción
Ariendatawa mayt’atawa -ta / -wa ‘es arrendado’
Animalanaka uywanaka -naka/-naja ‘los animales’
Vicinojaxa uta jak’ masijaxa -ja/-xa ‘mi vecino’
Añkamaki marakamaki -kama /-ki ‘hasta ese año’
Kuñadujampi jilajampi -ja/-mpi ‘con mi cuñado’
Uwijallanti uwijallanti -lla/-nti ‘con las ovejas’
Uspicioru Uspisiyru -ru ‘a Hospicio’
68
En los ejemplos ocupan palabras castellanas en lugar de aymaras, en
otros casos utilizan palabras no existentes en aymara. A dichas palabras
castellanas se añaden sufijos aymaras, para contextualizarlas y que
guarden la estructura lógica del aymara.
Por ejemplo:
Añkamaki ‘solamente hasta (ese) año’
Año ‘año’
-kama ‘hasta’ sufijo limitativo
.ki ‘solamente’ sufijo marcador de una acción momentánea
Uspucioru ‘al hospicio’
Uspicio ‘Hospicio’ la ciudad de Alto Hospicio
-ru ‘a, hacia, al’ sufijo direccional
Competencia activa media y baja
Las personas que tienen competencia media en la lengua aymara,
tienden a organizar oraciones de acuerdo a la lógica de la lengua caste-
llana, además la lengua aymara está pensada en castellano. Veamos
algunos ejemplos:
Nayaxa eeeeeeeee saririta jisa zologico
Sujeto + Verbo + Complemento
‘yo si sé ir a zoológico’
Nayaxa sarä, enero, febrero, diciembre phaxsi, vacacionanaka...
Sujeto + Verbo + Complemento
‘yo iré en los meses de diciembre, enero, ... vacaciones’
Naya aricar sarxa sartwa anataru
Sujeto + complemento + verbo + complemento
‘yo voy a Arica a Carnavales’
En la mayoría de las oraciones que construyen se observa la estructura
de la lengua española, o sea es predominante la lógica de la estructura
castellana. Al no tener competencia buena o alta en aymara, tienen
fuerte interferencia del castellano.
Con respecto a los morfemas, en los hablantes que tienen competencia
media o baja el fenómeno es el siguiente:
Habla castellano
Profesor de historia, colegionanaka ‘soy profesor de historia en los colegios’
animalanakas ‘los animales’
Naya janiw parlasiña ‘yo no sé hablar’
69
En el primer ejemplo, por expresar en aymara no enuncia la oración
completa, no está presente al idea de ‘soy’, entonces al aplicar el sufijo
-naka ‘plural nominal del aymara’ siente hacerlo.
En el segundo caso, el sufijo plural es aplicado mediante el aymara y el
castellano, como por ejemplo: -naka ‘sufijo plural aymara’ y -s(a) sufijo
plural de la lengua castellana. Entonces se estima que el hablante no
está claro con respecto a la pluralización en la lengua aymara, por ende
intenta reforzar con morfema plural del aymara y castellano.
El último, intenta expresar una idea en aymara pero no ocupa adecua-
damente los sufijos aymara, principalmente los sufijos flexivos de tiempo
y persona, y en ese lugar solamente aplica otra persona, -siña ‘morfema
flexivo de cuarta persona (nosotros)’.
Si tiene competencia baja, la mayor parte de las respuestas son única-
mente en castellano, y no en aymara, en esa lengua solamente entiende
y traduce al castellano, a niveles morfológico y sintáctico.
Entonces, los niveles de competencias que poseen los aymara
hablantes de la Región Metropolitana, varían de acuerdo al grado de
bilingüismo, si es bilingüe coordinado o subordinado.
El espacio geográfico que separa entre el origen de los aymaras y la
capital, es sumamente distante e incide en el contacto y uso de la lengua
aymara en actividades sociales, culturales, educativas, etc. Aunque
saben hablar el aymara, no lo usan porque no tienen con quien comu-
nicarse.
70
VI. ASPECTOS METODOLOGICOS
Base Teórica Específica para el Estudio
Para esta investigación, en donde se necesitaba obtener una distribu-
ción de las características sociolinguísticas a estudiar, se tiene como
una única alternativa el método probabilístico, con el cual se obtienen
resultados, dados ciertos márgenes de error. Teóricamente, la Ley de los
Grandes Números y los márgenes estadísticos de error derivados de ella,
sólo pueden ser aplicados efectivamente a los resultados de encuestas
representativas que se basan en muestras al azar.
Los tipos básicos de métodos de selección al azar, son los siguientes,
optándose por alguno o una combinación de ellos, dependiendo de la
complejidad de la investigación.
•El simple.
•El estratificado.
•El método de conglomerados.
•El método multietápico.
El método aplicado a esta investigación se puede definir, además de
aleatorio (al azar), como estratificado, de conglomerados, multietá-
pico y con una aplicación del método aleatorio simple sistemático en la
selección de las unidades a encuestar, obteniéndose la información en
proporciones.
Se utilizó un muestreo estratificado según Etnia (Mapuche - Aymara)
Nivel de Competencia (para etnia Mapuche). Esta estratificación tuvo
como objetivos aplicar estrategias de muestreo diferentes en cada uno
de estos dos estratos, que por su tamaño tan diferentes obligan a utilizar
diseños muestrales diferentes, obtener estimaciones más precisas y
con niveles de error estadísticos similares en cada estrato, que permita
posteriormente comparar resultados entre ellos, y finalmente, disminuir
la posibilidad de obtener una mala muestra o con una distribución no
tan representativa de su respectivo universo.
La selección de la muestra se realizó por conglomerados, lo que
permitió mejorar la calidad del levantamiento de los datos, ya que por
una parte, facilitó la identificación de los hogares a encuestar, y por otra,
redujo el tiempo y costo de desplazamiento de los entrevistadores.
La aplicación del método aleatorio simple sistemático, en donde
cada hogar tuvo la misma probabilidad de ser seleccionado, permitió
dispersar mejor la muestra en cada entidad seleccionada.
71
Los resultados de este estudio mayoritariamente son expresados en
forma de proporciones, que después son expandidos a sus respectivos
universos, por lo que se aplicó un método de muestreo que respetara
esta característica.
El método de selección de las unidades muestrales fue multietápico
debido a la existencia de más de un nivel de sorteo.
Por último, cabe consignar que la unidad básica de muestreo fue el
hogar, agrupación social que permite obtener información respecto al
individuo, que constituye la unidad de análisis de este estudio.
Antecedentes Disponibles
Según el último Censo de Población y Viviendas de Abril de 2002, de
las 6.061.185 personas empadronadas, 191.454 se declararon descen-
dientes de algún pueblo indígena. La distribución de la población de la
Región Metropolitana según el pueblo indígena del cual desciende se
detalla en el cuadro siguiente:
Pueblo Indígena Población
Alacalufe (Kawashkar) 671 0,01%
Atacameño 1.411 0,02%
Aymara 2.787 0,05%
Colla 287 0,00%
Mapuche 182.918 3,02%
Quechua 1.609 0,03%
Rapa Nui 1.215 0,02%
Yámana (Yagán) 556 0,01%
Subtotal 191.454 3,16%
Ninguno de los anteriores 5.869.731 96,84%
Total 6.061.185 100,00%
Fuente: Censo de Población y Viviendas, Abril de 2002.
La población indígena representa el 3,16% de la población regional
y la etnia predominante es la Mapuche que concentra el 3,02% de la
población. En cuanto a su distribución por área urbana-rural, es posible
destacar que la población indígena se concentra principalmente en
el área urbana (98%), por lo que no amerita en esta ocasión estudiar
ambas subpoblaciones por separado.
De acuerdo a lo expresado en los términos de referencia, el interés
de este estudio es centrar la atención en dos etnias: la Mapuche y la
Aymara. En el cuadro siguiente se detalla la distribución de la población
Mapuche y Aymara según comuna.
Cuadro Nº1
Distribución
de la Población
Metropolitana según
Pueblo Indígena
del cual desciende
7�
EtniaComuna Mapuche Aymara Otra Ninguna Total
Santiago 4.661 256 431 188.865 194.213Independencia 978 49 86 63.161 64.274Conchalí 3.476 47 102 128.741 132.366
Huechuraba 2.984 22 57 70.643 73.706Recoleta 4.599 79 171 141.874 146.723Providencia 1.205 65 129 114.735 116.134Vitacura 1.219 18 64 78.661 79.962Lo Barnechea 1.713 30 77 71.859 73.679Las Condes 2.852 78 191 241.865 244.986Ñuñoa 2.065 100 199 159.174 161.538La Reina 1.629 38 76 94.235 95.978Macul 3.621 50 144 107.645 111.460Peñalolén 10.330 101 252 204.383 215.066La Florida 11.094 167 337 351.450 363.048San Joaquín 2.202 54 83 93.810 96.149La Granja 4.877 46 145 127.192 132.260La Pintana 11.586 70 132 177.688 189.476San Ramón 4.485 41 74 89.581 94.181San Miguel 1.495 34 55 75.888 77.472La Cisterna 1.761 45 74 82.733 84.613El Bosque 6.034 96 119 168.230 174.479Pedro Aguirre Cerda 3.159 46 112 110.687 114.004Lo Espejo 4.110 43 95 108.357 112.605Estación Central 3.802 53 144 121.559 125.558Cerrillos 2.191 16 60 69.063 71.330Maipú 11.810 224 330 453.353 465.717Quinta Normal 2.905 37 111 100.289 103.342Lo Prado 4.947 45 104 98.862 103.958Pudahuel 8.397 64 202 185.671 194.334Cerro Navia 9.589 70 169 138.064 147.892Renca 6.128 56 126 126.755 133.065Quilicura 4.315 47 118 121.411 125.891Colina 2.117 35 92 73.829 76.073Lampa 1.199 11 49 38.684 39.943Tiltil 234 15 28 14.253 14.530Puente Alto 14.612 241 390 473.521 488.764San José de Maipo 265 14 16 12.449 12.744Pirque 206 9 13 16.181 16.409San Bernardo 8.193 123 145 236.557 245.018Buin 1.144 14 34 61.498 62.690Paine 882 8 26 48.338 49.254Calera de Tango 202 0 16 17.854 18.072Melipilla 900 8 23 92.502 93.433María Pinto 117 0 3 10.125 10.245Curacaví 349 2 15 23.556 23.922Alhué 32 3 1 4.326 4.362San Pedro 81 0 2 7.334 7.417Talagante 910 15 23 58.393 59.341Peñaflor 1.158 10 36 65.062 66.266Isla de Maipo 409 2 6 25.135 25.552El Monte 417 1 26 25.922 26.366Padre Hurtado 1.151 12 35 37.207 38.405
Subtotal 180.797 2.710 5.548 5.809.210 5.998.265Residencia Temporal 2.121 77 201 60.521 62.920
Total 182.918 2.787 5.749 5.869.731 6.061.185
Fuente: Censo de Población y Vivienda, Abril de 2002.
Cuadro Nº2
Distribución de la
Población Indígena
según Comuna y
Etnia
7�
Una segunda variable relevante desde el punto de vista muestral, es el
grado de competencia en el uso de la lengua. Existe información dispo-
nible de la distribución del pueblo indígena según esta variable estimada
por la Encuesta Casen 2003, en función de las siguientes preguntas:
En Chile, la ley reconoce la existencia de 8 pueblos originarios o indí-
genas, ¿pertenece usted a alguno de ellos?
1. Sí, Aymara
2. Sí, Rapa-nui
3. Sí, Quechua
4. Sí, Mapuche
5. Sí, Atacameño
6. Sí, Coya
7. Sí, Kawaskar
8. Sí, Yagán
9. No pertenece a ninguno de ellos.
¿Algún miembro del hogar habla o entiende alguna de las siguientes
lenguas: Aymara, Rapa-nui, Quechua, Mapuche, Coya, Kawaskar o
Yagán?
1. Habla y entiende - ¿Cuál? ____________________
2. Sólo entiende - ¿Cuál? ______________________
3. No habla ni entiende ninguna
7�
Comuna Población Mapuche Grado de Competencia
Santiago 5.195 30,5%
Independencia 633 70,6%
Conchalí 9.663 10,8%
Huechuraba 1.417 53,3%
Recoleta 5.251 16,6%
Providencia 186 50,0%
Vitacura 0,0 0,0%
Lo Barnechea 1618 11,1%
Las Condes 1.453 13,6%
Ñuñoa 2.456 15,8%
La Reina 1.189 52,0%
Macul 2.719 73,6%
Peñalolén 7.695 18,6%
La Florida 26.964 47,7%
San Joaquín 2.128 48,4%
La Granja 4.316 38,3%
La Pintana 12.754 20,9%
San Ramón 8.380 33,2%
San Miguel 1.293 74,8%
La Cisterna 1.164 15,2%
El Bosque 8.986 15,6%
Pedro Aguirre Cerda 592 0,0%
Lo Espejo 5.256 22,6%
Estación Central 3.705 24,8%
Cerrillos 1.310 3,7%
Maipú 7.057 43,0%
Quinta Normal 2.706 34,3%
Lo Prado 3.377 17,5%
Pudahuel 7.538 8,5%
Cerro Navia 15.320 44,5%
Renca 5.033 28,3%
Quilicura 981 27,7%
Colina 2.159 31,0%
Lampa 1.796 14,5%
Tiltil 671 9,1%
Puente Alto 10.985 49,3%
San José de Maipo 795 6,0%
Pirque 135 12,6%
San Bernardo 14.002 28,5%
Buin 1.943 16,4%
Paine 748 34,6%
Calera de Tango 168 18,5%
Melipilla 1.180 0,0%
María Pinto 85 0,0%
Curacaví 721 16,1%
Alhué 27 25,9%
San Pedro 102 5,9%
Talagante 445 22,9%
Peñaflor 223 51,6%
Isla de Maipo 106 41,5%
El Monte 554 19,1%
Padre Hurtado 1.891 23,3%Total 197.071 31,0%
Fuente: Encuesta Casen 2003.
Cuadro Nº3
Distribución de la
Población Mapuche
según Grado de
Competencia en el
uso del Mapuzugun
75
En el cuadro anterior se observa un nivel similar de competencia (31,0%)
en el uso del mapudungun, que el estimado por la misma encuesta para
la población Mapuche de la VIII, IX y X Región (32,8%).
Se propuso una estratificación de comunas similar al estudio anterior
realizado en la VIII, IX y X Región por grado de competencia, es decir
separar en dos grupos de comunas, las que tienen un 34% o más de
su población que habla o entiende el mapudungun y las que tienen un
porcentaje inferior a 34% de su población que habla o entiende esta
lengua.
•Estrato 1: Nivel de Competencia Alto
•Estrato 2: Nivel de Competencia Bajo
Tamaño Muestral
El tamaño de la muestra propuesto ascendió a 1.000 hogares Mapuche
y 400 Aimara, que contestaron el cuestionario con preguntas de carac-
terización general, cultural y sociolinguística, más 1.400 personas
mayores de 10 años, que fueron seleccionadas aleatoriamente dentro
de cada hogar encuestado mediante una tabla de selección aleatoria o
de Kish (uno por hogar).
A continuación se detallan los tamaños muestrales por Estrato y sus
respectivos márgenes de error muestral.
Etnia Nivel Universo Muestra M.E.
Mapuche Alto 77.990 500 4,3%
Bajo 119.081 500 4,3%
Subtotal 197.071 1.000 3,1%
Aymara Subtotal 2.710 400 5,0%
Total Total 199.781 1.400 2,6%
Fuente: Elaboración propia
Cuadro 4.a
Tamaño Muestral y
Márgenes de Error
por Estrato
76
Para estimar los errores muestrales a priori, se supuso que la selección
corresponde a un M.A.S. (Muestreo Aleatorio Simple), y se utilizaron
principalmente estimadores de proporción, con varianza máxima y un
nivel de confianza de 95%. La expresión del error muestral en función
del tamaño de la muestra es de la siguiente forma:
Donde:
me: Margen de error muestral
z: Coeficiente de confianza (z = 1,96 para un 95% de nivel de confianza)
p: proporción de casos con la característica en estudio (p = q = 0,5 para
V. Máxima)
n: tamaño muestral
Debido a la baja densidad de la población Mapuche en la Región
Metropolitana y la existencia de un convenio de cooperación entre
CONADI y el INE, se decidió comprar a este Instituto la selección de la
muestra primaria de hogares, directamente desde el Censo de Población
y Viviendas de Abril de 2002. Para esto, CONADI realizó las gestiones
correspondientes ante el INE, y a medida que el tiempo avanzaba y no
se obtenía respuesta a esta solicitud, también la UTEM, realizó gestiones
paralelas sin lograr resultados positivos.
Finalmente, el INE rechazó la solicitud, argumentando que por razones
de secreto estadístico, la conexión de la base de datos censal con las
direcciones catastradas por el censo se había destruido.
Para hacer viable, desde el punto de vista económico, la selección de
esta muestra, se propuso a CONADI una reducción del tamaño muestral
propuesto originalmente, desde 1.400 entrevistas a 1.000 entrevistas
(800 a hogares Mapuche y 200 a hogares Aymara).
El error muestral tiene una relación cuadrática inversa con el tamaño
de la muestra. Esto significa que para disminuir el error muestral a la
mitad es necesario cuadruplicar el tamaño muestral. En este caso si se
disminuye el tamaño de la muestra en un 29% (de 1400 a 1000 casos),
el error aumenta en un 19% (de 2,6% a 3,1%).
Después de analizar estos antecedentes, nuestra propuesta fue
aprobada por CONADI en reunión sostenida en la ciudad de Temuco.
me=z*p*qn
77
Etnia Nivel Universo Muestra M.E.
Mapuche Alto 77.990 400 5,0%
Bajo 119.081 400 5,0%
Subtotal 197.071 800 3,5%
Aymara Subtotal 2.710 200 7,0%
Total Total 199.781 1.000 3,1%
Fuente: Elaboración propia
En el cuadro anterior se aprecia que el error muestral para la estimación
de la población mapuche que es capaz de hablar el Mapuzugun se incre-
menta muy poco, desde un 3,1% a 3,5%.
Unidades Muestrales
El muestreo es multietápico y la selección se hizo en tres etapas. Las
unidades muestrales fueron: la manzana censal, los hogares, al interior
de las manzanas y la persona, al interior de cada hogar.
Las Unidades Primarias de Muestreo (UPM), se seleccionaron con
probabilidad proporcional a su tamaño, medido éste en cantidad de
hogares o familias mapuches.
La selección de las Unidades Secundarias de Muestreo (USM), los
hogares, también se hizo con probabilidad proporcional a su tamaño. En
cada manzana se seleccionó en promedio 5 hogares, a los cuales se les
aplicó un cuestionario que recaba información para la caracterización
general, cultural y sociolingüística.
Finalmente, como se requería aplicar un instrumento para medir la
actitud sociolingüística y un test de competencia en la lengua Mapuche
o Aymara, fue necesario seleccionar en cada hogar una persona mayor
de 10 años.
Selección de la Muestra y Empadronamiento
Las unidades primarias fueron seleccionadas desde el listado de
manzanas del Censo de Población y Viviendas de Abril de 2002. Las
unidades primarias de muestreo fueron identificadas en la cartografía
correspondiente al mismo censo, y luego, nuestro personal de terreno,
realizó el empadronamiento de cada unidad seleccionada.
Para identificar la manzana seleccionada en terreno, se dibujó un
croquis que se adjuntó a la hoja de empadronamiento diseñada para el
registro sistemático de las direcciones de los hogares mapuche. También
se incluyó en esta hoja de empadronamiento el número esperado de
hogares mapuche y el número de hogares a seleccionar en función de
este número esperado, considerando una sobredimensión de la muestra
Cuadro 4.b
Nuevo Tamaño
Muestral Propuesto
y Márgenes de Error
por Estrato
78
en un 20% para compensar las posibles pérdidas por no respuesta.
Este empadronamiento consistió en el recorrido en forma ordenada y
sistemática de cada manzana o entidad poblada registrando los hogares
que la componen y sus características básicas (identificación del hogar
mediante su dirección y/o nombre de la familia y caracterización de sus
integrantes en función de las siguientes variables: Sexo, Edad, Actividad,
y Pertenencia al pueblo Mapuche.
Caso Especial: Selección de la Muestra
Dada la baja densidad de la población Aymara, que hace muy costosa su
detección en terreno, se propuso utilizar un diseño muestral diferente.
Para evitar los costos excesivos de un empadronamiento de una muestra
probabilística, se seleccionó a los encuestados mediante organizaciones
propias de esta etnia y para evitar posibles sesgos, si se encuesta sólo a
participantes de estas organizaciones, se solicitaría a cada entrevistado
seleccionado de esta forma, indicarnos un familiar o conocido que no
participa en estas organizaciones. De esta forma se trató de obtener una
muestra con un 50% de casos que participan y 50% de casos que no
participan de estas organizaciones comunitarias Aymara. Este método
es conocido como el método de la “bola de nieve” y se utiliza general-
mente cuando se desea encuestar poblaciones de reducido tamaño.
Trabajo de Campo
El trabajo de campo en la Región Metropolitana se desarrolló en dos
etapas. En una primera etapa, se realizó el levantamiento de la encuesta
a la población Mapuche, y a continuación, la encuesta a la población
Aymara.
a) Encuesta a la población Mapuche
La aplicación de la encuesta a la población Mapuche se inició el sábado
29 de marzo y se extendió hasta el domingo 18 de mayo de 2008.
La aplicación de las entrevistas estuvo a cargo de 6 encuestadores,
de origen mapuche y hablantes del mapuzugun, que participaron en el
estudio anterior realizado en la VIII, IX y X Región.
Este equipo fue coordinado por un Jefe de Campo, de profesión
Antropólogo, que se hizo cargo personalmente de la entrega y recepción
diaria de la encuestas y de su supervisión en terreno.
En este período se recolectaron 845 encuestas y cada encuestador
realizó en promedio 140 entrevistas.
79
b) Encuesta a la población Aymara
La aplicación de la encuesta a la población Aymara se realizó durante el
mes de Agosto de 2008 con un equipo compuesto por cuatro encuesta-
dores, hablantes de la lengua Aymara, coordinados por el mismo Jefe de
Campo.
Durante los 30 días que demoró la aplicación de la encuesta, se reali-
zaron 64 entrevistas y cada encuestador aplicó en promedio 16 entre-
vistas. Este trabajo resultó ser más lento que el anterior, debido a la
mayor dispersión de la muestra, dentro del mismo territorio geográfico.
Es preciso recordar que la estrategia de muestreo fue diferente, preci-
samente por la baja densidad poblacional de esta etnia en la Región
Metropolitana. La población fue contactada a través de organizaciones
sociales en que se agrupa este pueblo.
La baja densidad poblacional, hizo que sólo se pudieran contactar 64
hogares de los 200 que contemplaba la muestra.
Resultados del Trabajo de Campo
Finalmente, como resultado de estos tres meses de trabajo, se reali-
zaron 909 entrevistas a hogares, 4.017 entrevistas de caracterización de
las personas que componen estos hogares y se aplicaron 4.017 test de
actitudes y competencia lingüística a un integrante seleccionado alea-
toriamente dentro de cada hogar encuestado.
En el cuadro siguiente se detalla la composición de la población entre-
vistada según etnia:
Etnia Hogares Personas en hogares
entrevistados
Personas Mayores de 10
años en hogares entrevistados
Test de Competencia con resultado positivo
(*)
Mapuche 845 3.812 3.469 117
Aymara 64 205 193 6
Total 909 4.017 3.662 123
(*) Nota: Se marginó del archivo de datos 5 entrevistas no bien identificadas
Cuadro 5
Muestral Lograda
según Etnia
80
Procesamiento de los Datos
Una vez finalizado el trabajo de campo, los cuestionarios revisados por
el supervisor de terreno, fueron entregados al encargado de su procesa-
miento.
El trabajo de procesamiento consistió básicamente en la preparación
de los cuestionarios para su ingreso a medio magnético, codificación de
las preguntas de respuesta abierta y validación final de los datos.
A continuación se detalla cada uno de estos procesos orientados a
obtener la base de datos depurada, con información válida y confiable,
que permita su análisis posterior.
a) Preparación de los Instrumentos
El proceso de preparación de los instrumentos se inició con la asigna-
ción de un folio único para identificar y relacionar los distintos formula-
rios utilizados en este estudio. Los formularios aplicados en cada hogar
fueron tres:
•La encuesta socio - lingüística.
•El cuestionario de actitudes lingüísticas.
•El test de competencia lingüística.
Estos tres instrumentos que fueron entregados corcheteados formando
un solo lote por el mismo supervisor, fueron separados en dos partes
para ser procesados en forma paralela y cada una de ellas se identificó
con un número único correlativo de cuatro dígitos, que facilitó su poste-
rior unión en el archivo magnético en forma confiable. De esta forma se
contó con una variable de respaldo que garantizaba el perfecto relacio-
namiento de los datos una vez terminada esta etapa.
A continuación se digitó simultáneamente la encuesta socio - lingüís-
tica y el test de actitudes. En forma paralela, el test de competencia, ya
separado del lote original, fue enviado para su codificación y contraste
con el archivo digital que contenía la grabación de la entrevista, a la
investigadora encargada del análisis sociolingüístico.
b) Digitación de las Encuestas
Para ingresar los datos al archivo magnético se desarrolló un programa
en lenguaje Clipper. Se optó por esta modalidad debido a que presen-
taba mayores facilidades para administrar bases de datos relacionales.
Además, permitía agrupar en la pantalla del computador las variables de
acuerdo a los distintos módulos que conforman el cuestionario y separar
las preguntas que se aplicaban a un integrante del hogar de las otras
81
preguntas que se aplicaban a todos los miembros del hogar y no nece-
sariamente seguir el ordenamiento original de cada instrumento. Esta
característica permitió aumentar significativamente la confiabilidad del
proceso de ingreso de datos y facilitó el trabajo de los digitadores.
En esta etapa trabajaron simultáneamente dos operadoras, bajo las
órdenes del mismo programador que diseñó el sistema de captura de
datos.
Una vez terminada la digitación de los cuestionarios se hizo un
recuento de las encuestas ingresadas a la base de datos y se comparó
los datos reportados por los supervisores en el estado de avance final
de terreno. Las diferencias encontradas fueron solucionadas digitando
las encuestas faltantes o eliminando las repetidas.
c) Codificación de las Encuestas
El proceso de codificación de las encuestas consistió en clasificar las
respuestas abiertas mediante códigos numéricos, asignando un valor
estándar a cada tipo de respuesta, generando de esta forma un conjunto
exhaustivo y excluyente de categorías de respuestas que reflejan en
forma total, y en un número acotado, todas las respuestas recibidas.
Esta agregación de categorías permite trabajar con un conjunto menor
de tipos respuestas y obtener información más útil para análisis esta-
dístico.
Una vez terminada la digitación de las encuestas, se separaron las
tres variables correspondientes a las preguntas de respuesta abierta
y fueron enviadas en formato Excel al Jefe de Proyecto que se encargó
personalmente de su codificación.
En esta encuesta, las preguntas de respuesta abierta que debieron ser
codificadas fueron las siguientes (ver Anexo Nº1):
•Pregunta 7 (Comuna): Comuna de nacimiento.
•Pregunta 19: Oficio o trabajo que realiza en la empresa o
negocio para el cual trabaja.
•Pregunta 21: Actividad económica que realiza la empresa o
negocio para la cual trabaja.
•Nivel de Competencia (mapuzugun/aymara)
d) Validación de los Datos
El proceso de validación de los datos tiene por objetivo detectar y
corregir los errores cometidos por los distintos operadores durante el
trabajo de campo e ingreso de la información. Este proceso comprende
las siguientes tres etapas:
8�
i.Diseño de Malla de Validación
La malla de validación aplicada contiene la definición del recorrido de
respuestas aceptadas por cada pregunta y las respectivas subpobla-
ciones que deben contestar cada pregunta. Además contiene un listado
de combinaciones de respuesta que no es posible que ocurra en la vida
diaria.
A partir de una tabulación preliminar de la base de datos, se realizó
la revisión de la malla de validación por el Jefe de Proyecto, quien contó
con la colaboración de un antropólogo que participó como supervisor
de encuestadores durante el trabajo de campo y su asesor metodoló-
gico encargado de la supervisión de calidad del proceso. Esta revisión
permitió depurar y ampliar el listado de situaciones potencialmente
incorrectas, e implementar una segunda revisión con esta nueva malla
de validación ampliada.
ii. Implementación de la malla de validación
De la misma forma en que se hizo el programa de ingreso de datos, y
para aprovechar las facilidades para administrar bases de datos rela-
cionales, se desarrolló un programa computacional de validación. Este
programa permitió identificar en la pantalla del computador, el error
detectado y desplegar en la misma pantalla el registro erróneo para su
edición final.
El programa identifica en primer lugar los errores de rango y una vez
solucionados éstos, continúa con la revisión de los errores de consis-
tencia entre variables.
A medida que el revisor realiza su trabajo, los errores van siendo remo-
vidos de la ventana hasta que el contador de errores alcanza valor cero.
iii. Aplicación del programa de validación
El programa fue aplicado por personal con experiencia en revisión
de encuestas que habitualmente ha desempeñado estas mismas
funciones en la validación de la Encuesta CASEN y otras similares.
8�
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87
Folio Encuesta: Región______________ Comuna______________ Segmento_______________
Hogar Entrevistado: ____________________
I. IDENTIFICACIÓN DEL HOGAR
Comuna de la Región Metropolitana
Barrio o sector
Entidad urbana (manzana)
Dirección
Hogar Entrevistado
(Nombre Jefe. de Hogar)
Encuestador
Fecha y Hora Entrevista Fecha: Hora Inicio: Hora Término:
Resultado
Supervisor
Observaciones:
ENCUESTA SOCIOLINGÜÍSTICA A HOGARES MAPUCHE Y AYMARA DE LA REGIÓN METROPOLITANA
ANEXOS
88
¿Tiene usted familiares, amigos o conoce de otras personas indígenas (mapuches/aymaras) que vivan en este sector (manzana/barrio)?
1. [ ] Sí. Por favor, nos podría indicar la(s) dirección(es) de ese/esos hogar(es) para encuestar a continuación 2. [ ] No. Pase a Parte II Integrantes del Hogar
Identificación de hogares de familiares, amigos o conocidos indígenas que viven en este mismo sector
Dirección
(anotar muy bien la dirección)
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
89
II. INTEGRANTES DEL HOGAR
Todos los miembros del hogar
Integrantes del hogar
Escriba el nombre de pila de todos los integrantes del hogar
1. Parentesco con el Jefe de Hogar
1. Jefe de Hogar2. Cónyuge o pareja.3. Hijo o hijastro.4. Padre o Madre.5. Suegro (a).6. Yerno o nuera.7. Nieto (a).8. Cuñado (a).9. Hermano (a).10. Abuelo (a)11. Tío( a)12. Otro Familiar.13. No familiar.
2. Sexo
1. Hombre.2. Mujer.
3. Edad (años cumplidos)
4. Presente en la encuesta
1. Sí2. No
5. ¿Es Mapuche o Aymara?
1. Mapuche2. Aymara3. No indígena
6. ¿Dónde nació Ud.?
1. R. MetropolitanaEspecifique comuna → P 82. Otra región →Pase a P7
Nombre 1 2 3 4 5 6 6. Comuna
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
90
Considerar sólo al Jefe de Hogar y Cónyuge
7. ¿En qué comuna y/o localidad nació Ud.?
8. ¿Se vino usted directamente, o se vinieron sus antepasados a Santiago?
1. Se vino directamente2. Se vinieron sus padres3. Se vinieron sus abuelos4. Se vinieron sus bisabuelos5. Otra forma Especifique (llegada junto con tíos, padrinos, etc.)
9. ¿En qué año llegó usted o sus antepasados a Santiago?
10. Aproximada-mente, ¿Qué proporción de su familia vive en la R. Metropolitana?
1. Todos2. El 75% o tres de cada cuatro3. El 50% o la mitad4. El 25% o uno de cada cuatro5. Ninguno6. NS/NR
7. Comuna7. Localidad/Comunidad
8 9. Año 10
91
Considerar sólo al Jefe de Hogar y Cónyuge
A todos
11. ¿Con qué frecuencia el Jefe de hogar y/o el cónyuge se visita, reúne o participa en actividades con sus familiares indígenas en la Región Metropolitana?
(Anote Nº de veces por mes, si no se visitan, anote cero)
12. ¿Con qué frecuencia el Jefe de hogar y/o el cónyuge se visita, reúne o participa en actividades con sus familiares indígenas en el Sur/Norte del país?
(Anote Nº de veces por año, si no se visitan, anote cero)
13. ¿Está estudiando actualmente?
1. Sí.2. No
14. Indique el Curso y Tipo de estudio actual (para los que están estudiando) o el último curso aprobado (para los que no están estudiando)Tipos de estudios:1. Educación Preescolar2. Preparatoria (sistema antiguo).3. Educación Básica.4. Humanidades (sistema antiguo).5. Educación Media Científico-Humanista.6. Educación Media Técnica Profesional.7. Técnica Comercial, Industrial, Normalista (sistema antiguo).8. Centro de Formación Técnica incompleta (sin título).9. Centro de Formación Técnica completa (con título).10. Instituto Profesional incompleta (sin título).11. Instituto Profesional completa (con título).12. Educación universitaria incompleta (sin título).13. Educación universitaria completa (con título).14. Estudios de Post-Título 15. Ninguno
11 12 13 14.a Curso 14.b Tipo
1. 1.
2. 2.
3. 3.
4. 4.
5. 5.
6. 6.
7. 7.
8. 8.
9. 9.
10. 10.
9�
15. ¿Algún miembro del hogar se encuentra temporalmente ausente?(Máximo 1 año)
1. Sí → Pase a P.162. No → Pase a P.18
16. ¿Cuál es el motivo o razón de la ausencia?
1. Trabajo2. Estudio3. Visita a familiares o amigos4. Enfermedad5. Otra razón. Especifique
17. ¿Hace cuántos meses que está ausente?
15 16 17
9�
A todos
18. ¿A qué se dedicó la mayor parte de la semana pasada?
1. Estuvo trabajando con remuneración o pago2. Estuvo trabajando sin remuneración o pago3. Estuvo cesante4. Estuvo buscando trabajo por 1ª vez5. Inactivo6. Estudia7. Realiza quehaceres del hogar8. Jubilado o pensionado9. Inváliido 10. Anciano11. Otro. Especifique
19. ¿Cuál es su oficio, profesión o actividad que realiza o realizaba?
20. Categoría ocupacional
1. Empleador2. Trabaja por cuenta propia3. Empleado4. Obrero5. S. Doméstico6. Familiar no remunerado7. FF.AA y de Orden8. Otra. Especifique
21. ¿A qué se dedica la empresa o negocio para el cual trabaja o trabajaba?
18 19 20 21
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
9�
22. ¿Cuál fue su ingreso el mes pasado?
1. Sueldo o salario2. Especies o regalías 3. Bonificaciones o gratificaciones4. Ingresos por trabajo independiente5. Retiro de productos de su negocio o predio6. Rentas por Ahorro o arriendo de propiedades7. Jubilación, pensión o montepío8. Mesadas o pensión de alimento9. Pensión asistencial PASIS10. Subsidio Único Familiar SUF11. Otro. Especifique
T Monto T Monto T Monto
95
Considerar sólo miembros indígenas del hogar de 5 ó más años
23. ¿Cuál fue la primera lengua que aprendió cada miembro del hogar?
1. Mapuzugun 2. Aymara3. Castellano.4. Otra lengua. Especifique → Pase a P. 24
5. Ambas simultánea-mente (Castellano y Mapuzugun /Aymara) → Pase a P. 25
24.a ¿Aprendió a hablar una segunda lengua?
1. Sí, Mapudungun2. Sí, Aymara3. Sí, Castellano4. No
24. b A qué edad aprendió una segunda lengua?
(en años)
25. ¿Entiende el Mapuzugun o el Aymara cuando lo escucha hablar?
1. Sí2. No → Pase a P.35
26 ¿Cuánto entiende lo que se habla?
1. Entiende todo o mucho de lo que se habla2. Entiende bastante3. Entiende sólo un poco, no comprende bien lo que se habla4. NS/NR
23 24.a 24.b 25 26
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
96
27. ¿Con quién aprendió el Mapuzugun /Aymara?
(Anotar en orden de importancia)
1. Padre2. Madre3. Cónyuge/pareja4. Abuelo paterno5. Abuela paterna6. Abuelo materno7. Abuela materna8. Tío/a9. Profesor/a10. Amigo/a11. Otro familiar12. No familiar13. Otro. Especifique
28. Cada miembro del hogar, la lengua Mapuche/Aymara …
1. La mantiene2. Ha aprendido más3. Ha perdido práctica, pero mantiene el conocimiento4. La ha olvidado5. NS/NR
29. ¿Puede hablar en Mapuzugun / Aymara en un diálogo o conversación con otra persona (hacerse entender por lo menos de manera básica)
1. Sí2. No → Pase a P.35
A B C D E f g H 28 29
97
Considerar sólo miembros indígenas del hogar de 5 ó más años
30. ¿Cuán bien puede hablar en Mapuzugun / Aymara en un diálogo o conversación con otra persona?
1. Perfectamente puede hablar o intervenir2. Con alguna dificultad puede hablar o intervenir3. Puede responder o plantear sólo algunas frases sencillas4. NS/NR
31. ¿Con qué frecuencia habla el Mapuzugun / Aymara en el hogar?
1. Diariamente, varias veces en un mismo día2. Ocasionalmente, a veces3. Muy raramente
4. Nunca5. NS/NR
32. ¿Con qué frecuencia habla Mapuzugun / Aymara fuera del hogar?
1. Diariamente, varias veces en un mismo día2. Ocasionalmente, a veces3. Muy raramente
→ Pase a P.33
4. Nunca5. NS/NR
→ Pase a P.34
30 31 32
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
98
33. ¿Con quién habla regularmente el Mapuzugun/Aymara?(Anotar en orden de importancia)
1. Padre2. Madre3. Hermanos4. Cónyuge/pareja5. Abuelo paterno6. Abuela paterna7. Abuelo materno8. Abuela materna9. Tío/a10. Hijos11. Nietos12. Profesor/a13. Amigo/a14. Otro familiar15. Niños16. No familiar17. Otro. Especifique
34. ¿En qué situaciones sociales los integrantes de la familia con conocimientos de la lengua hablan Mapuzugun/Aymara?
Situaciones de interacción
1. Entre los integrantes de la familia 2. Entre los familiares en la R. Metropolitana 3. Con los familiares del Sur/Norte 4. En reuniones en la escuela (con apoderados Mapuche/Aymara) 5 Con funcionarios de servicios o instituciones públicas 6. En reuniones sociales con amigos y parientes (por ejemplo un cumpleaños) 7. Cuando se encuentra con otros mapuche conocidos o no en la calle 8. En el trabajo con otros Mapuche/Aymara 9. Con otras personas en reuniones de organizaciones Mapuche/Aymara10. Otros casos11. Actividades rituales y/o religiosas
a b c d e f 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11
99
Anote el Nº de Orden de la persona que contesta las preguntas siguientes:
Nº Orden
35. ¿Qué lengua habla (o hablaba) su:
1. Sólo Mapuzugun /Aymara2. Solo Castellano.3. Castellano y Mapuzugun/Aymara4. Otra. Especifique5. NS/NR
a. Padre?
b. Abuelo Paterno?
c. Abuela Paterna?
d. Madre?
e. Abuelo Materno?
f. Abuela Materna?
36. Se les habla (enseña) Mapuzugun/Aymara a los niños de la casa. O se les habló o enseñó en el caso de ya no haber niños en el hogar. O en último caso, remitirse a la infancia del jefe de hogar.
1. Si → Pase a 372. No → Pase a 38
37. ¿Por qué se les habla (o hablaba) Mapuzugun/Aymara) a los niños de la casa (habló o enseñó en el caso de no haber niños en el hogar)? (REDACTAR UN PÁRRAFO CLARO Y REPRESENTATIVO DE LA EXPLICACIÓN)
38. ¿Por qué no se les habla (o hablaba) Mapuzugun/Aymara a los niños de la casa (habló o enseñó en el caso de no haber niños en el hogar)? (REDACTAR UN PÁRRAFO CLARO Y REPRESENTATIVO DE LA EXPLICACIÓN)
100
39. ¿Alguno de de los miembros del hogar participa de alguna forma en organizaciones mapuche o aymara?
Nombre del integrante
Nº de orden en la encuesta
Organización Cargo o actividad
101
ACTITUDES LINGÜÍSTICAS REGION METROPOLITANA
Folio Encuesta: Región______________ Comuna______________ Segmento_______________
Hogar Entrevistado: ____________________
40. Me puede decir Ud. ¿Cuán de acuerdo o en desacuerdo está con las siguientes afirmaciones?(Encierre con un círculo o marque la alternativa de respuesta).
Anote el Nº de Orden de la persona que contesta:
Afirmación Muy de Acuerdo
De Acuerdo
Indiferente En Desacuerdo
Muy en Desacuerdo
11 La enseñanza del mapuzugun /aymara debería ser obligatoria para los niños mapuche (o aymara)
4 3 2 1 0
12 Estoy dispuesto a aprender (más) mapuzugun / aymara
4 3 2 1 0
13 Me enoja mucho que a un niño lo molesten en la escuela porque habla mapuzugun/aymara
4 3 2 1 0
21 Me daría pena que el mapuzugun/aymara se perdiera
4 3 2 1 0
22 El mapuzugun /aymara es tan importante como el castellano
4 3 2 1 0
23 Hay que saber bien el mapuzugun/aymara antes de ponerse a hablarlo
0 1 2 3 4
31 Los niños no necesitan aprender mapuzugun/aymara para surgir en la vida
0 1 2 3 4
32 Me molesta pensar que el mapuzugun /aymara no sirve a los mapuche/aymaras para mejorar su vida
0 1 2 3 4
33 Sin mapuzugun /aymara no es posible mantener la costumbre mapuche/aymara
0 1 2 3 4
34 El mapuzugun/aymara no sirve para comunicarse en la vida moderna
0 1 2 3 4
35 Es útil que los mapuche/aymaras aprendan a escribir el mapudungún/aymara
4 3 2 1 0
41 Los mapuches/aymaras tenemos que preocuparnos más por mantener el mapuzugun/aymara
4 3 2 1 0
42 Hablar mapuzugun/aymara es cosa de los ancianos
0 1 2 3 4
43 El mapuzugun /aymara es importante para transmitir nuestra historia
4 3 2 1 0
44 Me molesta que los dirigentes mapuches/aymaras no sepan hablar mapuzugun/aymara
0 1 2 3 4
10�
51 Es triste que los padres no hablen mapuzugun/aymara con sus niños
4 3 2 1 0
52 Me gustaría que toda la familia hablara mapuzugun/aymara
4 3 2 1 0
53 Los abuelos deben responsabilizarse de enseñar el mapuzugun/aymara a los niños
0 1 2 3 4
61 Me gusta escuchar programas de radio en mapuzugun/aymara
4 3 2 1 0
62 A los chilenos no les corresponde aprender mapuzugun/aymara
0 1 2 3 4
71 Da gusto ver cuando las autoridades y funcionarios públicos mapuche/aymaras hablan en mapuzugun o aymara
4 3 2 1 0
72 Las autoridades y funcionarios de gobierno debieran hablar mapuzugun/aymara
4 3 2 1 0
73 Mantener el mapuzugun/aymara es una tarea del gobierno mas que de los mapuche/aymara.
0 1 2 3 4
Encuestador: ___________________________ Fecha: ____ / ____ / 2007 Hora Inicio: ____ : ____ Hora Termino ____ :____
10�
INSTRUMENTO DE MEDICIÓNCOMPETENCIA LINGÜÍSTICA AYMARA
COMPETENCIA PASIVA1. Kunamaskta jilalla / kullalla. Kamisaraki jilta / kullala
2. Aymar arsuñ yattati
1. Saludo
2. ¿habla ud. Lengua aymara?
3. Akat utamaxa / akant utjta ¿Esto es casa? / ¿Aquí vives?
4. Kunjamas aka jach’a marka / Walikit
Santiagon utjta
¿Cómo es esta ciudad? ¿Vives bien en
Santiago?
5. Kunans irnaxta / Kunanrawajta ¿En que trabajas?
Aka arunak aymarata kastillanuta iñt’tati / ¿Conoces el significado en
aymara o en castellano de las siguientes palabras?
6. Naya
7. nariz
8. paya
9. semilla
10. blanco
11.khaya / khiya
12. carne
13. venir
14. inti
15. todo
16. perro
17. Phiyuqha
18. mujer
19. pequeño, chico
20. chima / chuyma
‘yo’
‘nasa’
‘dos’
‘jatha’
‘janq’u’
‘aquel, aquello’
‘chichi / aycha’
‘jutaña / puriña’
‘sol’
‘taxpacha’
‘anuxara / anuqara’
‘lleno’
‘warmi’
‘jisk’a’
‘corazón / sentimiento’
2. PRODUCCIÓN ORAL21. / Jumax zoologíco sariritati. Kuna uywanakas, jamach’inakas uttji
¿Tu sueles ir a zoológico? ¿Qué animales y pájaros hay?
22. Jumax Parque Quinta Nacional iñjtati. Ukana quqanaka utjiti, t’ulanaka utjiti.
Jamach’inaka utjiti. Kunanakas utji.
¿Tu conoces los cerros y parque?. En ahí ¿hay árboles?. ¿Hay aves?. ¿Qué cosas hay?
10�
COMPETENCIA MEDIA
1. ComprensiónPreguntas / Chhikhinaja / jiskht’anaka
23. Juma yattati kurmi qawqa saminakanisa / kuluranisa. ¿Tu sabes cuántos colores tiene
el arco iris?
24. sJumax kawki markats purjta ¿De dónde provienes?
25. Kunapacharak markamar saräta / kunapachriy markam saranta ¿cuándo vas a ir a tu
pueblo de origen?
Aymara jaqinaja kunaray lurañ yatipxi ‘las cosas que hacen los aymaras’
26. Nanaka panpacha Santiagon irnaqapxta / nosotros los dos trabajamos
en Santiago
27. ellos no compraron pan / ‘jupanaja janiw t’ant’ alkiti’
28. Janiw sarkasa / no iré
29. T’ant’a churita / dame pan
30. Yanapapxama / les ayudé
Producción
Uta masi
Khisti phamillapantis aka jach’a markan utjta ‘¿Con quiénes de tu familia viven en la capital?’
31. Nieto ‘allchhi’32. Papá de su padre ‘jach’atata’33. Hermana mujer ‘kullalla’34. El vecino finado Juan era un buen hombre ‘uta qhipaxan utjiri, jiwir Juwanchu suma jaqsïnwa35. Kunjamaraki aka jach’a markasti, kuyñt’itasmati / no sé como es esta ciudad, me podrías contar?36. ch’allta lurir uñjiritari, kunjamas ukaxa parlitaya / sabes participar de la ch’allta?, ¿me puedes hablar de eso?
105
COMPETENCIA ALTA
1. Comprensión
El encuestador comunica al entrevistado que le leerá un cuento o relato,
por ejemplo:
JACH’A MARKAR SARIR TAWAXU
Mä tawaqu sapaki jach’a markar sarataya. Ukan jani khiti ni kuna uñt’kataynati. Jupax irnaxañ munatayna, jani khistis trawaju churañ munkataynati, jan uñt’at jaqitaw sasa.Wali jach’a utanak uñjasana, wali jaqinaka uñajasana ina mulla mulla sarnaxatayna. Niyaraki Awtus aksata uksata takxatañ munatayna. Ukham sapall sarnaqasan wal jachatayna.Ukjamaru mä wayna arxayatayna, -suma tawaqu, kunats jachta, naya yanapt’ama – sataynawa. Tawaqu janiw munkataynati. Ukjaru mä aymar warmi jiqhatasan arxayatayna. Tawaqusti taykaparjam uñjasan wal kusisitayna. Ukhamaw warmin utapar panpacha sarxapxatayna.Una joven había ido sola a la capital. Allí a nadie conocía. Ella quería trabajar, y nadie quiso darle trabajo, por que era desconocida.Al ver los edificios, viendo tanta gente caminar andaba de susto. Como para pisar de un alado y otro lado pasaban los vehículos. Así estando sola se puso a llorar mucho. En ése instante un joven se acerca y empieza a hablar –niña hermosa, por qué lloras, yo te voy a ayudar- le dijo. La joven no acepto su ayuda. A lo así una mujer aymara la encuentra y conversa. La joven al ver a la señora como a su mamá se alegró mucho. Luego se fueron juntas a la casa de la señora.
El encuestador solicita al entrevistado responder preguntas relacionadas con el texto
37. Kawkirus tawaqu sari ‘a dónde fue la joven’
38. Tawaqu kunjamas jach’a markan ‘la joven cómo andaba en la capital’
39. Ukham awtunaka, jaqinaka, utanaka uñjasan, tawaqu kun luri ‘al ver
tantos vehículos, personas y casas qué hace la joven’
40. Tawaxu khistirus jan parlañ muni, ukat khistintis sarxi ‘la joven con
quien no quiso hablar y luego con quién se fue’
41. ProducciónSe solicita al entrevistador que relate un cuento, historia que implique una duración mínima de 3 minutos Verificar durante el relato.
42. Vocabulario43. Uso de personas gramaticales44. Uso de tiempos verbos
106
INSTRUMENTO DE MEDICIÓN DE COMPETENCIA LINGÜÍSTICA EN MAPUZUGUN
1. Comprensión 1..……….. pingen, eymi kay?
2. Mapuzugukeymi?
1.Presentación
2. habla ud. mapuzugun
3. Faw müley tami mapu/ ruka? Este es su lugar?
4. chumgechiley tami waria? Ayifimi Santiaw
wariamew?
¿Cómo es su ciudad? ¿le gusta la ciudad
de Santiago?
5. chem mew küzawimi? En que trabajas?
Chem pingey tüfa mapuzugun mew ka wigkazugun mew? / Conoce el
significado en castellano o en mapuzugun de las siguientes palabras?
6. iñchiñ
7. nariz
8. epu
9. semilla
10. blanco
11. tiye
12. carne
13. venir
14. antü
15. todo
16. perro
17. apoy
18. mujer
19. pequeño, chico
20. piwke
2. PRODUCCIÓN ORAL 21. / Kimfimi soolojiko mew? Chem kulliñ niey? Conoces el zoologico? ¿Qué animales hay ?
22. Kimfimi Quinta Normal mew? Müley mawizamew? Müley üñüm? Chem müley?/
Conoce el parque Quinta Normal? Hay árboles? Hay aves? Qué hay allí?
COMPETENCIA MEDIA
1.ComprensiónPreguntas / Pu ramtun
23. Kimfimi, ¿tunten wirin müley relmumew? ¿Conoces cuántos colores tiene el arcoiris?
24. Chew püle ti fütrawingkul, Los Andes pingey tati ti fütrawingkul?
25. chumül amuaymi tami mapumew, tami tuwünmew? ¿cuándo irás a tu tierra de origen?
Chem pingey tüfa mapuzugun ka wigkazugun mew?
26. küzawayu Santiaw waria mew / nosotros dos trabajamos en
Santiago
27. ellos no compraron pan
28. amulhayan /no iré
29. eluenew kofke /dame pan
30. kelluwiyiñ /les ayudé
107
Producción Ramtun
Kimlan chumngechi ñi feypingeken fentren dungu, eymi feypiafen?31. Abuelo paterno32. Tío materno33. Hermana mujer34. El vecino finado Juan era un buen hombre35. Kimlan chumngechi feyti wariamew, eymi feypiafen? /no sé como es esta ciudad, me podrías contar?36. Eymi kimnieymi gillatun, peñi /lamgen? Chem zugu müley gillatun? Chem zewmay? (conoces acerca del ngillatun? Que me cuentas?
COMPETENCIA ALTA
1. Comprensión
El encuestador comunica al entrevistado que le leerá un cuento o relato,
por ejemplo:LHAKUWEN AMURKEY LHAFKENH MEW
Kiñechi kiñe wentru amurkey ti lhafken mew ñi lhaku engu. Feymew puwlu engu,
konkupurkey ti lhafkenh mew, pichikelu chi ko trokifingu. Petu ñi trekalen ñamkonürkeyngu,
re pel wefküleweturkeyngu.
Fey punhmalu engu, amurkeyngu kiñe waria mew ülmen reke. Feymew restawran
mew konürkeyngu. Fey: “Küpalelmuayu iyael”, pirkey chi pichilhaku, fey kiñe rali iyael
akulelngerkeyngu. Feymew irkeyngu ka umanagürkeyngu. Ka antü mew ka triparkeyngu
ngemealu lhafkenh mew engu. Fey wüla müte femwelhayngu re küchanamunürkeyngu
müten. Ella kon lhafkenh, femgechi inaltu müten miyawturkeyngu. Welu ti pu ola mewlen
reke küpaküpangerkry, fey re lelinieturkefingu müten.
Femgechi kimmerkeyngu chumngen tati lhafkenh chi lhakuwen.
Un abuelo y su nieto fueron a conocer el mar.
Una vez un hombre y su nieto fueron al mar. Entonces, cuando llegaron entraron en el mar
pensando que el agua estaba baja. Al seguir caminando, de repente se hundieron, sólo se
les veía el cuello y nada más.
Entonces al llegar la noche fueron a un pueblo, como ricos. Entonces entraron a un
restaurant. Dijo el nieto “tráiganos algo para comer” y les trajeron un plato de comida.
Entonces cenaron y alojaron. Al otro día salieron para ver el mar, pero no hicieron lo mismo;
se lavaron los pies no más. Sólo andaban a la orilla del mar. Las olas del mar venían como
un remolino; ellos se quedaron sólo observando.
Así entonces, el abuelo y su nieto fueron a conocer como es el mar.
El encuestador solicita al entrevistado responder preguntas relacionadas con el texto
37. chew konpurkeyngu puwlu engu? ( adónde entraron ellos?)
38. chumgechi amuyngu kiñe waria mew? (Cómo andaban por la
ciudad?)
39. chem reke küpaküpangey ti pu rew? (¿a que se parecían las olas?)
40. Ayifimi ti lhafken? Chumgelu? (¿te gusta el mar? ¿por qué?)
41. ProducciónSe solicita al entrevistador que relate un cuento, historia que implique una duración mínima de 3 minutos Verificar durante el relato.
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El presente estudio acerca de la situación sociolingüística de la población indígena urbana, elaborado por la Universidad Tecnológica Metropolitana de Santiago, es un importante avance del cual la CONADI se congratula y ofrece a la población indígena, así como a las instituciones y profesionales del área interesados en las lenguas de nuestros pueblos.
Las conclusiones a las que se llegue producto de su lectura marcarán una nueva etapa en el quehacer de nuestras instituciones en beneficio de las culturas indígenas de Chile.