Universidad de Buenos Aires (UBA)
Facultad de Psicología
Secretaría de Posgrado
Doctorado
Pensamiento por analogías y cambio representacional Doctorando: Nicolás Oberholzer
Director de tesis: Ricardo A. Minervino
Co-director de tesis: Silvia A. Español
Consejero de tesis: Humberto Fernandez
Fecha de entrega: septiembre de 2015
Esto es como tener sed en el medio del mar
Frase del negro Ahumada en un
bar lleno de chicas antipáticas
Índice _________________________
3
ÍNDICE
Página
Agradecimientos 5
Introducción general 6
Capítulo 1: El pensamiento por analogías. Conceptos básicos 10
1.1. El estudio del pensamiento analógico dentro de las Ciencias
Cognitivas.
11
1.2. Las analogías dentro de una clasificación de relaciones de
similitud.
14
1.3. Algunos hallazgos empíricos en relación a los diversos
subprocesos analógicos.
20
1.4. Los propósitos con los que se utiliza el pensamiento por
analogías.
29
Capítulo 2: El enfoque estándar. Modelos teóricos dominantes del pensamiento
por analogías.
34
2.1. Características generales de los modelos dominantes. 34
2.2. La teoría de la proyección de la estructura y su implementación
computacional (SME).
35
2.3. La teoría de las múltiples restricciones y sus implementaciones
computacionales (ACME y LISA)
40
Capítulo 3: Mecanismos de cambio representacional. Las analogías y los
mecanismos de cambio propuestos por el modelo estándar.
48
3.1. Mecanismos de cambio 48
3.1.1. El mecanismo de selección de información o
resaltado
49
3.1.2. El mecanismo de generación de inferencias 51
3.1.3. El mecanismo de re-representación de predicados 53
3.1.4. El mecanismo de reestructuración 56
3.2. Cambios perdurables que produce el pensamiento por analogías 60
3.2.1. Creación de nuevas categorías 61
3.2.2. Alineamiento entre dos dominios conceptuales
62
Índice _________________________
4
Capítulo 4: Experimentos 1 y 2. La generación de inferencias analógicas como
indicadores de cambio representacional.
65
4.1. Experimento 1 69
4.2. Experimento 2 75
4.3. Discusión general 81
Capítulo 5: Los límites del modelo estándar. La teoría de la asignación
categorial
83
5.1. El modelo estándar: El pensamiento analógico como el
descubrimiento de una estructura de relaciones similares
84
5.2. La nueva perspectiva: El pensamiento analógico como la
asignación de dos situaciones a una categoría relacional de
esquema compartida
85
5.3. Otras implicaciones de la nueva perspectiva 90
Capítulo 6: Experimentos 3 y 4. El cambio representacional producido por la
recategorización de eventos
96
6.1. El mecanismo de recategorización de eventos 96
6.2. Experimento 3 102
6.3. Experimento 4 106
6.4. Discusión general 109
Capítulo 7: Conclusiones 111
Referencias bibliográficas 117
Anexo A: Versiones de los textos de los experimentos 1 y 2 128
Anexo B: Ejemplos de los ítems utilizados en las pruebas de reconocimiento en
los Experimentos 1 y 2.
130
5
AGRADECIMIENTOS
La entrega de esta tesis representa para mí la culminación de un ciclo de
aproximadamente 14 años, época que comenzó luego de haber terminado, a principios
de 2001, la carrera de Psicología. En ese momento me di cuenta que me interesaba el
estudio de los procesos mentales y en particular la investigación de tipo experimental de
los mismos. Fueron varios y bastante diversos en temáticas y metodologías, los grupos
con los que trabajé aquellos primeros años luego de recibido, hasta que, a principios de
2003, conocí a Ricardo. Desde entonces he logrado a través de lecturas, discusiones,
diseños de experimentos, escritura de artículos, participaciones en congresos, viajes,
intercambios con referentes internacionales, reuniones, pero principalmente, a través de
un compartir alegre y descontracturado de la actividad, entender de mejor manera la
perspectiva de las Ciencias Cognitivas y en particular de la Psicología Cognitiva sobre
el funcionamiento de la mente humana. Es por eso que mi primer agradecimiento va
dirigido a mi director y amigo, Ricardo Minervino ¡Gracias Richi!
También fueron importantes para mi desarrollo en el área los otros miembros del
Big Group of Analogies (BIGGA), nuestro primer grupo de investigación, Máximo
Trench (un fundamentalista y cholulo de la CogSci) y Fernando Adrover (el eterno
licenciado) ¡Gracías MagSci! ¡Gracias Fer! No puedo dejar de mencionar el aporte
magnánimo a la causa cognitiva, sobre todo durante esa época fundacional, de la mulita
¡Gracias Monito!
Tengo que agradecer también a Teren, mi mamá, que siempre me apoyó, alentó
y comprendió (quizás que a veces demasiado) en todo. A Peluche, mi papá, que me dio
la posibilidad de elegir y nunca condicionó mis decisiones. A mi hermana, Cho, por
haber servido de modelo de constancia y dedicación en tareas extenuantes como esta. A
mi hijo Juan, que me hizo madurar para entender la importancia de completar proyectos.
A Marce, por distraer mi mente cognitiva con los avatares de la moda y producción de
lencería. Y finalmente, a Abel, por ayudarme a superar las muchas barreras y nubes
mentales que enfrenté a lo largo del camino. Y que digan “en casa de psicólogo
cognitivo, terapeuta psicoanalista”.
Introducción General _________________________
6
INTRODUCCIÓN GENERAL
Consideremos la siguiente situación: reunión de parejas de amigos.
Mientras que en un extremo de la mesa los hombres hablan de fútbol y
política, sus mujeres dedican parte de su charla a criticar a las señoritas o
señoras que se ponen implantes mamarios. En un momento la crítica se
vuelve más virulenta y se escuchan comentarios conservadores como “las
mujeres que lo hacen son unas provocadoras”, “les gusta la vida fácil”, “lo
hacen para llamar la atención”, etc. Es entonces cuando uno de los
hombres, ubicado cerca de la frontera entre los dos géneros, decide
intervenir:
- ¿Por qué las critican? Las siliconas en general quedan bien,
son agradables a la vista. Mi mamá tiene dentadura postiza
y nadie anda diciendo de ella “mirá esa vieja, se hizo los
dientes para provocar”. Todo lo contrario, piensan que es
una mejora en su imagen a la que tiene todo el derecho.
¿Por qué no pensar que las siliconas cumplen una función
similar?
Las mujeres de la mesa giran la mirada hacia él, y se debaten entre
pensar si se trata de un hombre liberal que quiere corregir la visión
conservadora de las damas presentes o simplemente de un libidinoso a
quien le gustan los aumentos de busto.
Este pedestre intercambio de ideas sobre un tema relativamente
trivial nos permite ilustrar cómo las analogías forman parte de nuestra vida
cotidiana y la frecuencia con las que las empleamos con fines muy diversos
¿Por qué, entre muchos otros posibles ejemplos, he elegido este en
particular? Porque constituye un ejemplo de una función central del
pensamiento analógico, esto es, la de promover el cambio de percepción (el
Introducción General _________________________
7
cambio representacional como llamaremos técnicamente al proceso) de un
hecho a partir de mirarlo en términos de otro.
El hombre que defiende la cirugía estética establece un paralelismo
entre el hecho de que una mujer mayor se ponga una dentadura postiza -
algo aprobado socialmente- y agregarse busto, algo que cierta parte de la
población, en este caso una particular muestra femenina, desaprueba.
Superficialmente los dientes y los senos no se parecen, y colocarse una
dentadura postiza no se asemeja tampoco a someterse a una intervención
quirúrgica. Sin embargo, se trata de dos casos de colocarse una prótesis
(dentaria y mamaria, respectivamente) con el propósito de que una mujer
merjore su imagen. Además de las diferencias de atributos entre los objetos
puede que haya diferencias también entre sus funciones: mientras que la
dentadura tiene una función práctica para una actividad vital como es la
digestión, la prótesis mamaria no cumple una función equivalente. Sin
embargo, el propósito de la persona que argumenta a favor del implante
mamario no es poner en un primer plano esta diferencia sino, muy por el
contrario, aquello que probablemente tengan en común: favorecer la
imagen de las personas. La comparación es establecida, precisamente, para
focalizar la atención en ciertos aspectos compartidos por los hechos
comparados y quitarla de otros aspectos que no son comunes y en los que
la analogía se quiebra. Este proceso mental que acabamos de describir se
conoce como pensamiento por analogías.
Como he dicho, si he elegido este ejemplo de empleo de una
analogía es porque permite ilustrar el papel que las analogías pueden jugar
en el cambio de mirada de una situación a partir de su comparación con
otra (i.e., los efectos de cambio en las representaciones mentales que
pueden producir las analogías). Si el hombre de nuestra conversación
lograra que el resto de la mesa se centrara, aunque sea por un momento, en
la función estética compartida por ambos implantes y dejara de lado ciertas
Introducción General _________________________
8
posibles (y problemáticas) diferencias, podría promover un cambio en la
forma en que este grupo de mujeres y hombres consideran los implantes
mamarios (o, al menos, dejarles disponible un argumento para su futura
defensa). En el mejor de los casos podría lograr que, a partir de la analogía,
tuvieran una actitud más benévola hacia las mujeres que se agregan busto,
parecida a la que tienen hacia las mujeres mayores que usan dientes
postizos. Si así lo quisiera, la persona que argumenta podría ir aún más
lejos con el paralelismo, aseverando que de la misma manera que una
dentadura postiza tiene una función biológica al facilitar el proceso
digestivo y garantizar la supervivencia de la especie, los implantes
mamarios ayudan a conseguir una pareja para aparearse y de esa manera
garantizar la preservación de la especie. Es probable que la mesa sólo se
tomara a broma esta equivalencia forzada.
En resumen, la conversación presentada no solamente permite
mostrar la habilidad que tenemos las personas para establecer
correspondencias entre situaciones que superficialmente son diferentes,
sino también ilustrar como aspectos de la primera situación se transfieren a
la segunda, provocando eventualmente cambios significativos en la
representación de esta última.
El objetivo principal de la presente tesis es presentar una serie de
estudios experimentales sobre los mecanismos de cambio representacional
que operan cuando pensamos usando analogías. En el primer capítulo
presentaré algunos conceptos básicos sobre la actividad de producir e
interpretar analogías y desarrollaré desde qué perspectiva, métodos y
técnicas ha sido abordado el estudio de esta función cognitiva. Entre otros
tópicos, expondré una definición del concepto en el marco de una
clasificación de relaciones de similitud, los subprocesos que forman parte
de la actividad de realizar una analogía, y los usos que habitualmente se les
da a las analogías. En el Capítulo 2 expondré las dos teorías más
Introducción General _________________________
9
influyentes en el área (representantes del enfoque dominante o estándar) y
las correspondientes simulaciones computacionales que han desarrollado
sus autores para avanzar en un entendimiento más detallado (i.e., en
términos de representaciones y cómputos que operan sobre ellas). Siempre
desde la perspectiva de estos modelos estándar, en el Capítulo 3 haré una
exposición de los distintos tipos de mecanismos de cambio
representacional que conlleva y produce el pensamiento por analogía. El
Capítulo 4 describirá la primera serie de estudios experimentales que
presento en esta tesis, destinados a evaluar la medida en que un subproceso
particular del proceso analógico es capaz de promover el cambio
representacional: la generación de inferencias.
En la segunda parte de la tesis se expondrá la teoría de la asignación
categorial, una teoría que venimos desarrollando desde hace una década
junto a mi Director de tesis y otros colegas, la que supone una postura
crítica frente al enfoque estándar. En el Capítulo 5 presentaré cierto tipo de
analogías que no se dejan explicar por los modelos teóricos y
computacionales dominantes y que sí son factibles de delucidar, desde
nuestro punto de vista por la teoría de la asignación categorial. En el
Capítulo 6 expondré la segunda serie de experimentos desarrollados en este
trabajo, a través de los cuales se ha buscado poner a prueba la existencia de
mecanismos de cambio representacional distintos a los formulados por el
enfoque estándar y desarrollados por la teoría de la asignación categorial.
El Capítulo 7 incluirá las conclusiones finales del trabajo y en él se
considerarán nuevas ideas y futuras líneas de trabajo que se abren a partir
del mismo.
Conceptos básicos _________________________
10
CAPÍTULO 1. EL PENSAMIENTO POR ANALOGÍAS
CONCEPTOS BÁSICOS
Es habitual que las personas traigan desde su memoria situaciones análogas a
aquellas nuevas que enfrentan. Un ejemplo de ello lo constituye el caso que me contara
alguna vez mi director de tesis. Según su relato, su esposa extraviaba todo el tiempo las
llaves dentro la casa, y le pedía ayuda para buscarlas. Ante estas reiteradas pérdidas y
solicitudes de ayuda, mi Director decidió regalarle el libro “Los siete pecados de la
memoria”, de Daniel Schacter, libro en el que encontraría, le dijo, ayuda para su
problema. En su versión en español, la tapa del libro presenta unos seis manojos de
llaves (véase la Figura 1.1).
Figura 1.1. Posibles tapas del libro de Daniel Schacter, “Los siete pecados de la memoria”.
También por aquel entonces, su hijo de diez años, Lorenzo, perdía
reiteradamente sus gorras en sus salidas a diferentes lugares, como el club, la escuela o
la plaza. Cuenta mi Director que en el momento en que lo reprendía por su
comportamiento distraído, Lorenzo le respondió, en forma de broma, que le regalara un
libro como el que le había comprado a su mamá, pero que fuera sobre gorras en vez de
llaves. Su padre le respondió con otra broma: le dijo que leería el libro de Schacter –que
aún no había leído– para determinar si se aplicaba sólo a llaves o también a gorras.
Realizar una analogía consiste en detectar que una situación conocida, el
análogo base (AB), y una situación menos conocida, el análogo meta (AM), son, a pesar
Conceptos básicos _________________________
11
de sus diferencias, comparables en ciertos aspectos esenciales, por lo que quizá lo que
se aplica a la situación más familiar pueda suponerse válido también para la situación
menos comprendida. Un libro que explica por qué extraviamos llaves puede ayudarnos
a evitar que lo hagamos. Un libro que explique por qué perdemos gorras, razona por
analogía Lorenzo, podría ayudarnos a que dejemos de hacerlo. La validez de la
inferencia, juzga su padre, dependerá de si, por ejemplo, las formas en que perdemos
gorras guardan similitud con las formas en que perdemos llaves, y si, por lo tanto, los
recaudos que podemos tomar para evitar extraviar las llaves son aplicables a las gorras.
El estudio actual del pensamiento analógico se enmarca predominantemente
dentro del programa de investigaciones que se conoce como Ciencia Cognitiva. En este
capítulo se hará una sucinta caracterización de este campo disciplinar, con el objetivo de
ubicar las teorías y los estudios sobre pensamiento analógico que constituyen los
antecedentes y brindan el marco para el presente trabajo. Se describirá después qué
entienden por analogía quienes se dedican a su estudio en el campo de la Ciencia
Cognitiva. Se expondrán entonces cada uno de los subprocesos que implica la
realización de una analogía, indicando cuáles son aquellos por los que se interesa la
presente tesis. Se revisarán luego algunos de los estudios más clásicos o representativos
en el campo del pensamiento analógico, con los propósitos de brindar un panorama
sobre los problemas centrales que se plantean en esta área, sobre la estructura de sus
estudios paradigmáticos, y sobre los métodos y técnicas que se emplean en ellos. Por
último, se describirán las funciones o propósitos con que se emplean las analogías, tanto
en situaciones de la vida cotidiana como en ámbitos más formales como, por ejemplo,
los laborales y escolares.
1.1. EL ESTUDIO DEL PENSAMIENTO ANALÓGICO
DENTRO DE LAS CIENCIAS COGNITIVAS
Autores como de Vega (1984), Rivière (1991) o Thagard (1996) distinguen entre
Psicología Cognitiva y Ciencia Cognitiva. Estas corrientes de las Ciencias Cognitivas
comparten, de un interés por identificar las condiciones y características que les
permiten a los seres humanos recoger, acopiar y hacer un uso inteligente y creativo de la
información, con propósitos tan diversos como recuperar conocimientos y episodios de
la memoria, resolver problemas, argumentar, categorizar objetos y eventos del mundo,
Conceptos básicos _________________________
12
comunicar ideas a través del lenguaje, etc. Si se consideran estas disciplinas en sus
versiones más clásicas, se puede afirmar que comparten la idea de que el modelo
computacional de la mente resulta promisorio para abordar el estudio de las funciones
cognitivas. Por lo que a este aspecto se refiere, lo que las diferencia, entienden estos
autores, es la importancia relativa (una diferencia de grado) que le otorgan a este
modelo a la hora de desarrollar teorías psicológicas. Mientras que la Ciencia Cognitiva
tiende a considerar que una buena teoría psicológica ha de poder especificarse en
términos de procesos y representaciones computacionales (cualquiera sea el tipo de
modelo computacional empleado; e.g., simbólico clásico, conexionista o mixto), y por
lo tanto poder simularse, esta preocupación, aunque presente, no es central en la
Psicología Cognitiva (véase Minervino, Molinari Marotto y Duarte, 2000). En este
sentido, la Psicología Cognitiva se permite la formulación de modelos relativamente
más laxos, que no siempre especifican suficientemente en términos de mecanismos y
representaciones, cómo se llevan a cabo las funciones cognitivas que pretenden explicar
(de Vega, 1982). Para dar un ejemplo, los sucesivos modelos psicológicos sobre
comprensión de textos de Walter Kintsch (1988), un investigador vinculado a la Ciencia
Cognitiva, siempre han venido acompañados de simulaciones computacionales. En
cambio, no ha ocurrido lo mismo con los diferentes modelos de memoria de trabajo de
Alan Baddeley (2007), un estudioso más emparentado con la Psicología Cognitiva. En
este sentido, desde la perspectiva de la Ciencia Cognitiva, estos modelos podrían
padecer de un enemigo declarado del modelo computacional (mecanicista) de la mente,
a saber, el del “homúnculo en la máquina”, disfrazado de un ejecutivo central que
decide con los recursos y la sapiencia de un hombrecillo dentro de un autómata que sabe
más sobre la estructura cognitiva en la que participa que la estructura misma (Rivière,
1991). Así y todo, el psicólogo cognitivo, tal como hemos dicho, comparte con el
científico cognitivo el desiderátum explicativo computacional. Se trata sólo de que no lo
ve como un requisito imperioso, lo que lo lleva a postergarlo durante etapas de
desarrollo más informal de sus teorías. En este sentido, podemos considerar a la Ciencia
Cognitiva como más cercana a algunas líneas de la Inteligencia Artificial interesadas
por las funciones cognitivas humanas (e.g., el programa de Hofstadter y FARG, 1995,
sobre analogías y conceptos), líneas que priorizan fuertemente la formulación de
modelos computacionales, con una infrecuente recogida de datos psicológicos. A su
vez, la Psicología Cognitiva (tal como la estamos considerando) se halla más cerca de
Conceptos básicos _________________________
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versiones de la misma que sólo “declaman” una adhesión al modelo computacional de
la mente sin preocuparse de ninguna manera por avanzar hacia la formalización de sus
teorías (e.g., el programa de Tversky y Kahneman sobre heurísticos y sesgos del
razonamiento probabilístico; para una revisión, veáse Kahneman, Slovic, y Tversky,
1982).
Cabe finalmente indicar que además de emplearse los términos Psicología y
Ciencia Cognitiva (en singular), se hace uso con frecuencia del concepto de Ciencias
Cognitivas (en plural), con el propósito de hacer referencia a un movimiento
multidisciplinario que incluye a un conjunto de disciplinas interesadas por los “objetos
con mente” (Riviere, 1991): la Neurociencia Cognitiva, la Psicología Cognitiva, la
Inteligencia Artificial, la Lingüística Cognitiva, la Antropología Cognitiva, ciertas
corrientes de la Filosofía de la Mente y la Filosofía de la Ciencia, etc. Existen entre ellas
diferencias en cuanto al grado en que aceptan la analogía mente-computadora y al modo
de interpretarla. Difieren además (y en ocasiones de forma muy marcada) en cuanto a
sus objetivos y sus métodos, pero las emparenta un interés por las bases biológicas,
psicológicas y culturales que permiten a los sistemas cognoscentes construir y utilizar
información, aunque algunas de ellas den mayor o menor peso a estos niveles
explicativos. El empleo de la forma plural puede venir acompañado a veces del
propósito de resistir cierta tendencia “imperialista” inicial del modelo clásico (e.g.,
Pylyshyn, 1984; Thagard, 1996) por imponer un modo de conceptualizar el estudio de la
cognición y métodos comunes para llevarlo a cabo, al que no se han avenido las
disciplinas que querían ser unificadas (para una discusión, véase, e.g., Greco, 2012). Se
pueden encontrar en la literatura clasificaciones de las corrientes que integran el
movimiento cognitivo algo distintas de la aquí presentada. Si me he inclinado por esta
clasificación se debe a que permite un ordenamiento aceptable de los diversos estudios
que se han desarrollado sobre el pensamiento analógico y, en particular, por la tradición
teórica y empírica en la que se inscribe el presente trabajo.
La historia de la investigación sobre el pensamiento analógico tiene sus
principales antecedentes en la Psicología (e.g., Dorolle, 1949; Duncker, 1926; Herbart,
1898) y la Filosofía de la Ciencia (e.g., Black, 1962; Hesse, 1966). El resurgimiento
más reciente del interés por el tema puede ser localizado en los desarrollos que tienen
lugar desde hace casi medio siglo en el ámbito de las Ciencias Cognitivas. A lo largo de
los años setenta se llevaron a cabo una gran cantidad de estudios sobre representación
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proposicional en el marco del enfoque clásico de la Ciencia Cognitiva (e.g., Miller y
Johnson-Laird, 1976; Rumelhart y Norman, 1981; Schank, 1972; Schank y Abelson,
1977). Estas investigaciones comenzaron a combinarse con estudios de Psicología
Cognitiva sobre metáforas (Gentner, 1977a, 1977b; Ortony, 1979a, 1979b; Ortony,
Schallert, Reynolds y Antos, 1978), así como con estudios en Inteligencia Artificial
sobre analogías (e.g., Carbonell, 1981; Winston, 1980). Al mismo tiempo, Sternberg
(1977a, 1977b) reabría la investigación sobre analogías simples con el formato A:B::C:?
tradicional, provenientes de la tradición de los test de inteligencia (e.g., Spearman,
1923) y la Psicología del desarrollo (e.g., Piaget, Montangero y Billeter,1977), mientras
que algunas tendencias paralelas con el mismo tipo de tareas tenían lugar en Inteligencia
Artificial (e.g., Evans, 1968).
A partir de la confluencia de este conjunto de trabajos, diversos investigadores,
alineados en el enfoque clásico de la Ciencia Cognitiva, estimaron que el pensamiento
analógico podía ser tratado como un proceso de cómputo de representaciones,
considerando que los formalismos disponibles para emprender esta tarea eran
psicológicamente aceptables y suficientemente ricos (Keane, 1988a, 1988b), algo que
sentó las bases para el surgimiento de las dos teorías centrales que han dominado el
campo del pensamiento analógico a partir de los ochenta, a saber, la teoría de
proyección de la estructura (en adelante, TPE) de Gentner y cols. (Gentner, 1983, 1989)
y la teoría de las múltiples restricciones (en adelante, TMR) de Holyoak y cols.
(Holyoak, 1984a, 1984b; Holyoak y Thagard, 1989). Estas teorías constituirán el
referente central de la primera parte de esta tesis y a las que Minervino, Oberholzer y
Trench (2008, 2013) han considerado como los ejemplares más representativos del
enfoque estándar sobre el pensamiento analógico. Estas teorías se han interesado, tal
como veremos, por analogías entre hechos y situaciones (e.g., problemas e historias)
más complejos que los implicados en las analogías de formato tradicional de las ramas
psicométricas y de la psicología del desarrollo (Minervino, 1998).
1.2. LAS ANALOGÍAS DENTRO DE UNA CLASIFICACIÓN
DE RELACIONES DE SIMILITUD
El pensamiento analógico forma parte de una tendencia general que tenemos los
seres humanos a buscar patrones de similitud (Hofstadter y Sanders, 2013; Holyoak y
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Thagard, 1995; Markman, 1999). Sin embargo, tanto para la TPE como para la TMR no
todos los casos de similitudes constituyen analogías. En el presente apartado se ubica a
las analogías en una clasificación de relaciones de similitud, lo que requiere una breve
exposición previa de las características del código proposicional de representación, ya
que las clasificaciones y teorías dominantes acerca del pensamiento analógico se
manejan con el supuesto de que la mente opera, a la hora de llevar a cabo analogías,
sobre información representada en este código.
Las teorías psicológicas y computacionales del pensamiento analógico adoptan
en este sentido un supuesto central de la Ciencia Cognitiva clásica (cf., e.g., Riviere,
1991), a saber, que los procesos cognitivos trabajan sobre un código representacional
que registra significados (un “mentalés”, en palabras de Fodor, 1975). Esta idea implica
que los medios representacionales más concretos, como las oraciones del lenguaje
natural o las imágenes, a través de los cuales recibimos información, constituyen de
cierta forma medios que tendemos a descartar a favor de representaciones más
duraderas, las que guardan el contenido abstracto de la información que nos proveen
estos medios más concretos. En efecto, en nuestras actividades cotidianas, tales como la
lectura de un texto o la interpretación de una señal vial, nuestra memoria tiende a perder
rápidamente información sobre los medios representacionales específicos (oraciones del
lenguaje natural, dibujos, etc.) que ha empleado el comunicador para transmitirnos sus
ideas. De esta manera, la mayor parte de las veces no somos capaces de recordar, por
ejemplo, el carácter pasivo o activo de una oración, o los íconos que incluía un cartel.
No obstante, nuestra memoria es capaz de mantener durante mayor tiempo información
acerca de qué se nos dijo en una oración o lo que nos indicaba el cartel, es decir, somos
capaces de retener su significado. Estos significados serían conservados de forma más
prolongada en un código representacional específico, el formato proposicional, cuyo
carácter es analítico, predicativo y abstracto.
En tanto unidades analíticas, las proposiciones suponen una distinción entre
predicados y argumentos, esto es, entre lo que se afirma y aquello sobre lo que versa la
afirmación. Cuando se hace referencia al carácter predicativo de las proposiciones, se
quiere indicar con ello que afirman algo acerca de algo (se predica, por ejemplo, una
propiedad acerca de un objeto o una relación acerca de dos hechos), lo que implica que
se trata de unidades de conocimiento que comportan valores de verdad. El carácter
abstracto de las proposiciones hace referencia a que éstas no deben ser confundidas,
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pese a su carácter linguaforme, con oraciones del lenguaje natural, ya que lo que
representan es el contenido ideacional básico y amodal que subyace tanto a
afirmaciones del lenguaje natural como a distintos tipos de imágenes. Cabe indicar por
último que las proposiciones tienen reglas de formación bien definidas y que no son
ambiguas, como sí pueden serlo en cambio las afirmaciones del lenguaje natural. De allí
que constituyan, según argumenta la Ciencia Cognitiva clásica, un medio adecuado para
realizar implementaciones computacionales de diversas teorías psicológicas sobre la
cognición (Rivière, 1991).
Los modelos dominantes sobre el pensamiento analógico han adoptado esta idea
de que el medio representacional con que opera nuestro pensamiento es proposicional y
se han basado en las distinciones que permite este código representacional para
caracterizar a las analogías y diferenciarlas de otros tipos de relaciones de similitud.
Una proposición está compuesta de un predicado (presentado en primer lugar y
en mayúsculas) que se aplica a ciertos argumentos (presentados seguidamente entre
paréntesis, en letra minúscula y separado por comas). Por ejemplo, una oración como
“La llave es de metal” se representaría proposicionalmente de la siguiente forma:
1. METAL (llave)
En esta proposición, se aplica el predicado METAL (aquello que se afirma) al
argumento llave (aquello de lo que se predica lo afirmado). La predicación se efectúa
sobre una entidad aislada, que llena una única variable (en inglés, slot). La noción de
entidad hace referencia a conceptos relativos a objetos (e.g., gorra) o a individuos (e.g.,
Lorenzo). Las variables designan por su parte un lugar vacío que puede ser llenado o
instanciado por un llenador. La variable de la proposición anterior podría ser ocupada
por otra entidad, como ocurre en la siguiente proposición:
2. METAL (destapador)
Los predicados que se aplican a un único argumento son llamados atributos,
debido a que describen propiedades de entidades. Una comparación entre las
proposiciones 1 y 2 implicaría el emparejamiento de las entidades llave1 destapador.
Este tendría lugar en virtud de que estas entidades, llenadoras de las únicas variables de
Conceptos básicos _________________________
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dichas proposiciones, guardan una similitud en el nivel de los atributos (i.e., ambas son
de metal). La relación de similitud que mantienen estas proposiciones es, en el lenguaje
de la TMR de Holyoak y Thagard (1995), un emparejamiento de atributos (seguiremos
la clasificación de relaciones de similitud de la TMR y luego señalaremos las
diferencias que mantiene la TPE con esta teoría).
Existen predicados que implican más de una variable como, por ejemplo,
PERDER, que requiere tanto de alguien que pierde (el agente) como de alguien o algo
que es perdido (el paciente u objeto). La idea de buena parte de los proposicionalistas es
que la gramática del “lenguaje del pensamiento” es una gramática de casos (Fillmore,
1968), en la que los casos definen papeles o roles. Los roles de los argumentos en una
proposición son reconocidos por la posición del argumento en el conjunto total de
argumentos que se presentan entre paréntesis (e.g, si el predicado es un verbo que
representa una acción–e.g., PERDER–el primer argumento será el agente y el último el
objeto o el paciente de la acción). Los predicados que se aplican a más de un argumento
reciben el nombre de relaciones y describen acciones, eventos, comparaciones o
estados.
Podemos encontrar similitudes algo menos triviales que la presentada más arriba
si comparamos relaciones en vez de entidades que comparten atributos. Tómense por
ejemplo las siguientes dos proposiciones:
3. EXTRAVIAR (esposa, llaves)
4. PERDER (hijo, gorras)
Como se ha dicho, las variables definen los roles que las entidades cumplen en
una estructura proposicional. Una comparación entre las proposiciones 3 y 4 implicaría
las correspondencias esposa1 hijo, llaves1 gorras, debido a que las entidades apareadas
cumplen roles idénticos en sus respectivas estructuras proposicionales, a saber, los de
agentes y objetos, respectivamente, de los predicados EXTRAVIAR y PERDER. Una
comparación entre los hechos descritos en 3 y 4 implica, en el lenguaje de la TMR de
Holyoak y Thagard (1995), un emparejamiento de relaciones. Los ítems de tests de
inteligencia o los estudiados por las teorías del desarrollo del razonamiento analógico
suelen ser casos de emparejamientos de relaciones (e.g., “barco : timón :: auto : ¿?”).
Conceptos básicos _________________________
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Las proposiciones relacionales presentadas son de primer orden, debido a que
vinculan entidades. Las relaciones de segundo orden o superiores vinculan, en cambio,
otras relaciones. En los siguientes dos hechos, relaciones de segundo orden CAUSAR
vinculan las relaciones de primer orden EXTRAVIAR y PERDER:
5. CAUSAR [EXTRAVIAR (esposa, llaves), COMPRAR (marido, libro)]
6. CAUSAR [PERDER (hijo, gorras), COMPRAR (padre, libro)]
La similitud que mantienen estas proposiciones puede ser parafraseada de la
siguiente forma: así como el hecho de que la esposa de mi director extraviara sus llaves
llevó a que su marido le comprara un libro sobre memoria, el hecho de que su hijo
perdiera sus gorras llevó al padre a comprarle un libro sobre memoria. Estamos, en este
caso, en términos de la TMR de Holyoak y Thagard (1995), frente a un emparejamiento
de sistemas o analogía, ya que los hechos comparten un sistema de relaciones y roles.
Un rasgo característico de las analogías, deseable para la TMR y necesario para la
TPE (cf. de la Fuente y Minervino, 2009), se refiere a que las correspondencias que se
establecen entre los sistemas de relaciones de las dos situaciones comparadas son
estructuralmente consistentes, lo que implica que satisfacen dos principios: conectividad
paralela y por roles, y correspondencia uno a uno. La conectividad paralela y por roles
significa que si dos predicados son puestos en correspondencia también habrán de ser
apareados sus argumentos de acuerdo a los roles que desempeñan (e.g., la esposa con el
hijo en virtud de ser los “perdedores” de la proposición). El principio de correspondencias
uno a uno supone que cada elemento de un análogo debe ser apareado con uno y solo un
elemento del otro análogo (Gentner, 1989; Holyoak y Thagard, 1989). De esta forma si
esposa fue puesto en correspondencia con hijo no puede ser puesto en correspondencia a
su vez con gorras.
La analogía entre los hechos descritos por 5 y 6 conlleva la equiparación de dos
sistemas de relaciones que no son idénticas sino similares. De manera general, resulta
improbable que los eventos o situaciones que se comparan en una analogía se encuentren
inicialmente descritos a través de relaciones idénticas, tendiendo éstas a ser semejantes
antes que iguales (Dietrich, 2000; Hofstadter y FARG, 1995). Lo que suele ocurrir en
cambio es que el sistema de relaciones compartido tenga lugar en un nivel más abstracto
de representación, y que quede a cargo del intérprete de la comparación descubrir ese
Conceptos básicos _________________________
19
sistema. El sistema compartido se encuentra precisamente a través de aplicar
operaciones de abstracción (Holyoak, 1984a), a las relaciones apareadas (e.g., perder y
extraviar son dos formas de ser incapaz de localizar algo, aún si perder connota una
menor probabilidad de no dar con lo que no se encuentra que extraviar), las que resultan
en el descubrimiento de un sistema de relaciones idéntico compartido, más abstracto
que el propio de cada uno de los análogos.
La analogía que he presentado incluye dos relaciones conectadas por una relación
de orden superior, aunque, como veremos, las analogías pueden implicar la comparación
de sistemas mucho más grandes y profundos, con inclusiones sucesivas de unos sistemas
en otros de mayor profundidad. Tanto la TPE como la TMR coinciden en que cuanto
mayor y más profundo sean los sistemas de relaciones equiparados en una analogía, de
mayor calidad será ésta considerada (principio de sistematicidad; Gentner, 1983, 1989).
En determinadas ocasiones los análogos son similares por lo que respecta a sus
objetos, a los atributos de éstos y a sus relaciones. En una tarea de argumentación por
analogías empleada por Trench, Oberholzer, Adrover y Minervino (2009) se les narraba
a los participantes de un experimento una historia en la que un conductor distraído había
dejado su automóvil sin frenos de mano en una calle con pendiente. El automóvil se
había deslizado provocando algunos abollones a otro automóvil estacionado unos
metros más abajo. A continuación los participantes debían proponer historias para
persuadir al conductor de que era responsable por los daños que había provocado. Con
tal propósito, un participante comparó esta situación con otra en la que el dueño de un
velero lo había atado inapropiadamente a un muelle. Al agitarse un poco el río, las olas
lo soltaron. El velero chocó contra otro velero y le produjo algunos rayones. Esta
comparación constituye un ejemplo de un tipo de analogía que ha sido llamado
analogías con similitudes superficiales (cf. de la Fuente y Minervino, 2009). Los
análogos no solo comparten un sistema idéntico de relaciones y entidades en un nivel
determinado de abstracción (i.e., se fija un vehículo de forma precaria, lo que provoca
que se salga de su sitio y cause daños a otro vehículo), sino que son parecidos ya en el
nivel de sus representaciones iniciales (estacionar se parece a amarrar, auto se parece a
velero, abollón se parece a rayón, etc.). Otro participante del mismo estudio comparó la
historia meta con la de una madre que había olvidado un medicamento sobre una mesa.
Su sobrino, confundiéndolo con un alimento, lo tomó, lo que le ocasionó una fuerte
descompostura. Si bien en este caso las situaciones comparten, en un nivel determinado
Conceptos básicos _________________________
20
de abstracción (más elevado que el implicado en la primera analogía), un sistema
idéntico de relaciones y entidades (i.e., alguien procede descuidadamente con un objeto,
lo que provoca un daño a un tercero), las relaciones y los objetos y sus propiedades son
diferentes (e.g., estacionar mal no se parece a dejar disponible ni auto a medicamento).
Se trata de un caso de analogías sin similitudes superficiales (de la Fuente y Minervino,
2009).
Con respecto a esta distinción entre dos tipos de analogías, la TPE y la TMR
han tomado posturas distintas. La TPE reserva el término “analogía” para aquellas
comparaciones en las que los hechos equiparados no guardan similitudes superficiales,
mientras que llama “similitudes literales” a aquellas otras en las que los hechos guardan
este tipo de similitudes. En esta tesis emplearemos el concepto de analogía tanto para
referirnos a comparaciones con similitudes superficiales y a analogías sin esas
similitudes, tendencia dominante en el campo (cf., e.g., Dunbar, 2001).
1.3. ALGUNOS HALLAZGOS EMPÍRICOS EN RELACIÓN
A LOS DIVERSOS SUBPROCESOS ANALÓGICOS
Dada la complejidad del pensamiento por analogía este ha sido descompuesto en
una serie de subprocesos (e.g., Holyoak y Thagard, 1995; Gentner, 1989): (1)
construcción de representaciones de los análogos base y meta, (2) recuperación del AB
desde la memoria largo plazo (MLP) a partir del AM en memoria de trabajo (MT), (3)
establecimiento de correspondencias entre los elementos de los análogos, (4)
formulación de inferencias, y (5) evaluación de las correspondencias y las inferencias
generadas.
Retomando el ejemplo con que comenzara este capítulo, Lorenzo recupera desde
MLP el hecho vivido por su madre con respecto a las llaves a partir del episodio en que
su padre lo reprende por la pérdida de las gorras, que tiene activo en MT. Una vez
recuperado el episodio, debe llevar a cabo un emparejamiento entre los elementos del
AB con los del AM (e.g., él cumple el mismo rol que su madre y sus gorras el de las
llaves, etc.). El AB contiene sin embargo más información que el AM: su padre le ha
regalado a su madre el libro sobre memoria. Formula entonces la inferencia de que su
padre bien podría regalarle a él un libro similar. Según cuenta mi Director, ambos rieron
con el comentario. Es probable que evaluaran que la inferencia no era válida en muchos
Conceptos básicos _________________________
21
aspectos. Ambos entendían que Lorenzo no estaba capacitado ni interesado en leer un
libro así, que el libro sobre gorras no debía existir e incluso que, de estar interesado
Lorenzo en leer algo sobre memoria, el libro con la tapa de las llaves fuera útil no
exclusivamente para llaves sino también para muy diverso tipo de objetos.
A pesar de que en el ejemplo anterior hemos expuesto en forma secuencial los
“pasos” de la actividad de realizar una analogía, tal como suele hacérselo en el área
(véase, e.g., Holyoak, 2005), es sabido que los límites entre los subprocesos son
sumamente borrosos, que se solapan en su desarrollo y que mantienen complejas
interacciones (Hofstadter y Sander, 2013). Debe considerarse por otra parte que no
siempre las personas han de llevar a cabo por sus propios medios todos los pasos
descritos. En el análisis que hemos realizado un párrafo arriba hemos analizado los
pasos que ha tenido que llevar a cabo Lorenzo (el expositor de la analogía), pero si
analizamos el procesamiento desde el punto de vista del padre (el receptor de la
analogía), este último se limitará a llevar a cabo los pasos de establecimiento de
correspondencias y evaluación de las inferencias, ya que la recuperación del AB le ha
sido ahorrada por el presentador de la analogía. Es posible incluso que en ciertas
ocasiones quien propone la analogía haga explícito el establecimiento de
correspondencias, las inferencias y la evaluación de la analogía. Tal podría ser el caso,
por ejemplo, de un profesor que enseña un tema a partir de una analogía y quiere
facilitar la interpretación de la comparación a sus alumnos (Minervino, Trench y
Adrover, 2012). A continuación veremos una serie de estudios, relacionados con cada
uno de estos subprocesos enumerados, que podrían considerarse pioneros y
paradigmáticos en el campo, así como ciertos hallazgos del área que tienden a tomarse
como bien establecidos.
A efectos de estudiar la recuperación de análogos, Gick y Holyoak (1980,
Experimento 4) pidieron a los participantes de su estudio que leyeran unas historias para
un experimento que estaban realizando sobre memoria. Entre esas historias se
encontraba la historia del militar: Un pequeño país era gobernado por un rey desde una fortaleza, rodeada de villas.
Múltiples caminos radiaban desde ella. Un general rebelde, que ansiaba tomar la
fortaleza, sabía que un ataque súbito efectuado por la totalidad de su tropa podía lograrlo.
Tras colocar sus tropas en uno de los caminos, se enteró que estaban minados, de tal
modo que solo pequeños grupos de personas, como mercaderes o trabajadores, podían
atravesarlos de forma segura. El paso de un batallón las detonaría, dañando a su vez las
Conceptos básicos _________________________
22
villas aledañas. Por ello, un ataque a gran escala parecía imposible. Sin embargo, el
general supo de qué forma proceder. Dividió su ejército en pequeños grupos, y tras
ubicarlos sobre caminos diferentes, los hizo converger sobre la fortaleza de tal modo que
arribaran de forma simultánea. La fortaleza fue capturada, y el rey obligado a mantenerse
en el exilio. (Gick y Holyoak, 1980, p. 351)
Luego de un descanso de 5 minutos, se los dividió en dos condiciones,
recibiendo los grupos instrucciones diferentes. En una de ellas, la condición con aviso,
se les advirtió que una de las historias leídas en la primera fase podría resultar de
utilidad para resolver el problema que se les presentaría a continuación. En la condición
sin aviso no se les advirtió de la relevancia de la historia leída para resolver el problema
meta. A continuación, a todos los participantes se les pidió que resolvieran el problema
de las radiaciones: Suponga usted que se enfrenta con un paciente que tiene un tumor maligno en el
estómago. Resulta imposible operar al paciente, pero si no se destruye el tumor el
paciente morirá. Existe un tipo de rayo que podría utilizarse para destruir el tumor. Si
estos rayos alcanzan al tumor a una intensidad suficientemente alta, lo destruirán. Por
desgracia, a esta intensidad también destruirían al tejido sano a través del cual deben
pasar para alcanzar al tumor. A bajas intensidades estos rayos serían inofensivos para los
tejidos sanos, pero también resultarían ineficaces para el tumor. ¿Qué tipo de
procedimiento podría usarse para destruir el tumor con los rayos, pero evitando destruir
los tejidos sanos? (Gick y Holyoak, 1980, p. 308)
Los resultados de este experimento mostraron que mientras que en la condición
con aviso el 92% de los participantes resolvieron el problema aplicando una solución
análoga al base, en la condición sin aviso sólo lo pudo hacer el 20% de los participantes.
Los resultados de este estudio mostraron que las personas tienen dificultad para
recuperar un caso análogo de su memoria si éste no mantiene similitudes superficiales, a
pesar de tenerlo disponible. Este estudio definió lo que pasaría a constituir el paradigma
tradicional para el estudio de la recuperación, dando lugar a un conjunto de estudios
posteriores interesados en las razones por las cuales este subproceso resulta difícil, y por
las formas en que se lo puede facilitar. Uno de los factores que más interés han
despertado en los estudiosos del tema ha sido el papel de las similitudes superficiales en
la recuperación. Para indagar en esta cuestión se puede, por ejemplo, manipular el tipo
de similitud del AB con el AM. Por ejemplo, un grupo recibe un AB que versa sobre la
Conceptos básicos _________________________
23
recuperación de un episodio en el que un médico quema una verruga con calor y el otro
el AB del militar, evaluándose el nivel de recuperación de estos ABs a partir del AM del
tumor. Mientras que los resultados tradicionales de laboratorio han mostrado una fuerte
influencia de las similitudes superficiales sobre la recuperación (e.g., Gentner,
Ratterman y Forbus, 1993), los estudios naturalistas (e.g., Blachette y Dunbar, 2000)
han cuestionado la validez ecológica de estos resultados. Trench y Minervino (2015a)
ofrecen una explicación y, al parecer, una solución empírica a esta controversia.
Tal como ya se ha mencionado, cuando ambos análogos están activos en la
memoria de trabajo (i.e., una vez recuperado el AB a partir del AM), la persona ha de
llevar a cabo un apareamiento de los elementos de ambos análogos. Quienes se
interesan por el establecimiento de correspondencias suelen trabajar con un paradigma
diferente al que se emplea para estudiar la recuperación. En este paradigma se les
presentan a los participantes de manera explícita los dos análogos y se pide, por
ejemplo, que determinen en qué aspectos son análogos los hechos presentados o que
indiquen qué elementos del AM cumplen el mismo rol que los elementos del AB.
Dichas investigaciones se han preocupado por determinar los principios que guían este
subproceso. Uno de los objetivos centrales de esta línea se refiere a determinar cuáles
son los mecanismos por los cuales las personas son capaces de identificar la estructura
de las relaciones base que puede ser proyectada hacia el AM. Como hemos visto, tanto
la TPE como la TMR han propuesto que las personas se guían por el principio de
sistematicidad (Gentner, 1983). Este principio establece que se prefiere alinear dos
conjuntos de hechos que comparten un sistema relacional en lugar de hechos que
comportan relaciones aisladas, y sistemas grandes de relaciones a sistemas pequeños.
Esta inclinación por la sistematicidad refleja una preferencia implícita por las analogías
más informativas y de mayor poder inferencial (Gentner, 2010).
Clement y Gentner (1991) se propusieron demostrar que las personas siguen este
principio de sistematicidad. Brindaron a los participantes una serie de AB y AM que
describían organismos y objetos de planetas ficticios. Tanto los AB como los AM
incluían dos párrafos centrales. Mientras que uno de los párrafos contenía una estructura
causal equivalente a uno de los párrafos del otro análogo, el otro párrafo incluía una
estructura causal que no podía ser puesta en correspondencia con ninguna estructura
causal de ninguno de los párrafos del otro análogo.
Véase un ejemplo sintetizado de los materiales utilizados como AB:
Conceptos básicos _________________________
24
Párrafo 1:
Los tams consumen minerales de las rocas con sus vientres. Cuando acaban con los
minerales en un sitio deben trasladarse [antecedente causal]. En ese momento dejan
de usar sus vientres [hecho clave 1].
Párrafo 2:
Los vientres de los tams se especializan desde el nacimiento en consumir minerales
de las rocas en las que viven [antecedente causal]. Por tanto, los vientres de los tams
mayores no pueden funcionar en rocas nuevas [hecho clave 2].
Un ejemplo de AM incluía resumidamente las siguientes descripciones:
Párrafo 1:
Los robots recolectan datos con sus antenas. Cuando agotan los datos en un lugar del
planeta deben trasladarse [antecedente causal]. En ese momento dejan de usar sus
antenas [hecho clave 1´].
Párrafo 2:
Los robots están diseñados con antenas muy delicadas. No pueden guardar sus
antenas para hacer viajes de supervivencia a otros planetas [antecedente causal]. En
consecuencia, sus antenas no pueden funcionar en otros planetas [hecho clave 2´].
Como puede observarse, ambos hechos clave base (1 y 2) pueden ser puestos en
correspondencia con hechos clave meta idénticos (1´y 2´, respectivamente). No
obstante, sólo uno de los hecho clave meta, el hecho 1´, forma parte de un sistema
causal compartido por el otro análogo, ya que los antecedentes causales de ambos
hechos clave son comparables (los tams “acaban” con los minerales, y los robots
“acaban” con los datos); en cambio, el otro hecho clave meta (i.e., el 2´) no forma parte
de una estructura común a ambos análogos, ya que los antecedentes de los hechos no
son comparables (los tams se “especializan” en un tipo de roca, y los robots “no pueden
trasladar” sus antenas). El principio de sistematicidad predice que, al interpretar esta
analogía, los participantes deberían incluir la correspondencia que forma parte de un
sistema de correspondencias interconectadas–[NO–USAR (tams, vientres)1 NO–
USAR (robots, antenas)]–y no aquella otra, igualmente posible en términos locales–
[NO–FUNCIONAR (vientres de tams, rocas nuevas) 1 NO–FUNCIONAR (antenas-de-
Conceptos básicos _________________________
25
robots, planetas nuevos) ]–pero que no forma parte sin embargo de un sistema de
emparejamientos vinculados entre sí. De este modo, el hecho clave meta NO-USAR
(robots, antenas), perteneciente a un sistema compartido, debería participar de la
analogía y, por el contrario, el hecho clave NO–FUNCIONAR (antenas–de–robots,
nuevos–planetas), que no pertenece a un sistema compartido, no debería hacerlo. En el
Experimento 1 de este estudio, los participantes leían pasajes base y meta con la
estructura descrita. Tal como se esperaba, las personas prefirieron en sus tareas de
evaluación y elección el hecho clave meta de sistema compartido frente al hecho clave
meta de sistema no compartido como hecho que formaba parte de la analogía, y dieron
cuenta de esto en sus justificaciones, en las que sus preferencias se vieron determinadas
por si los hechos meta compartían o no con los base un antecedente causal equiparable.
Estos resultados apoyarían la hipótesis de que el PA supone la búsqueda de un sistema
de correspondencias gobernado por una estructura relacional compartida y un conjunto
de correspondencias derivado de conexiones base y meta aisladas.
El Experimento 2 se centró en el estudio del uso de analogías para predecir
nuevos hechos sobre un AM. En ciertos AM se incluyeron solamente los antecedentes
causales y se les pidió a las personas que realizasen predicciones con respecto al AM. Si
la sistematicidad guía la producción de inferencias analógicas, las predicciones de los
participantes deberían referirse a hechos que, de ser ciertos en el AM, encajarían en una
estructura causal compartida por los dos dominios; esto es, deberían generar elementos
meta destinados a completar hipótesis de correspondencias de interpretaciones
sistemáticas y no elementos meta que no completen este tipo de interpretaciones. En
este segundo experimento los participantes leían AB y AM, como los del Experimento
1. No obstante, los dos hechos clave del AM habían sido quitados, aunque no sus
antecedentes causales, uno de los cuales emparejaba con un antecedente base, mientras
que el otro no. Tal como se esperaba, tanto en la predicción de un nuevo hecho que les
fuera sugerido por la analogía como en posteriores evaluaciones y elecciones respecto a
cuán bien se seguían de la analogía predicciones presentadas por el experimentador, los
participantes prefirieron la inferencia que completaba una correspondencia
perteneciente a una interpretación sistemática, frente a otra que no completaba una
interpretación de este tipo. En la justificación de sus elecciones las personas
manifestaron guiarse por el principio de sistematicidad, ya que aludieron a la
comunidad o no de antecedentes de los hechos clave.
Conceptos básicos _________________________
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A partir de estudios como los de Gick y Holyoak (1980) y otros similares en los
que las personas no muestran dificultades para transferir una vez que se les ha
informado de la relevancia de un AB para un AM con el que mantiene similitudes
superficiales, Holyoak, Novik y Melz (1994) han sostenido que la recuperación es un
subproceso difícil mientras que el de establecimiento de correspondencias es un
subproceso mucho más fácil. Esta idea ha sido puesta en duda (cf., e.g., Gentner y
Smith 2012) y la discusión ha adquirido varios matices. La primera de las objeciones
que consideraremos es la de que la diferencia no debería formularse en términos de
facilidad/dificultad, sino en términos de impacto diferencial de las similitudes
superficiales en cada uno de los procesos. Mientras que la similitud superficial tendría
mayor impacto en la recuperación, el establecimiento de correspondencias es más
sensible a las correspondencias relacionales, es decir, a la estructura abstracta
compartida por los análogos (Gentner, Ratterman y Forbus, 1993; Holyoak y Koh,
1987; Ross, 1987, 1989). Sin embargo, esta disociación no ha encontrado apoyo
empírico en términos absolutos, pareciendo depender de factores tales como el nivel de
desarrollo cognitivo de las personas y su experticia en los campos temáticos del AB y el
AM (para una revisión, véase Minervino, et al., 2012). Veamos un ejemplo de estudio
que brinda apoyo a esta apreciación.
Gentner y Toupin (1986) llevaron adelante una experiencia en la que les
contaban a los niños de 4 a 6 años y de 8 a10 años una historia como la siguiente: “Una
foca que era amiga de un perro, se puso a jugar con un pingüino. El perro comenzó a
actuar de modo imprudente, corriendo serios peligros, pero el pingüino logró salvarlo”.
Los experimentadores les pedían luego a los niños que representasen esa misma historia
con un nuevo conjunto de personajes. En la Condición 1, los personajes eran similares
(e.g. perro 1 gato, foca 1 morsa); en la Condición 2, los personajes eran diferentes (e.
g., perro1 camello; foca1 león); en la Condición 3, personajes similares a los de la
historia base desempeñaban roles diferentes (e.g., foca1 gaviota, pingüino1 gato, pero1
morsa). Otra variable que se manipuló era si la historia que habían contado tenía o no un
sistema de relaciones para proyectar. Mientras que en las versiones sin sistema (como la
descrita más arriba) los eventos parecían inconexos, en las versiones con sistema
aparecían organizados por relaciones causales (e.g., el perro se puso celoso porque la
foca jugaba con el pingüino y por esa razón adoptó un comportamiento imprudente,
etc.). Gentner y Toupin (1986) observaron que, frente a las versiones sin sistema, ambos
Conceptos básicos _________________________
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grupos etarios encontraron más fácil reproducir la historia cuando los personajes meta
eran similares a los base, resultando el rendimiento más bajo en la condición de
similitudes cruzadas (Condición 3). Sin embargo, en las versiones con sistema los
grupos mostraron un rendimiento diferente. Mientras que los niños de 4-6 años apenas
se beneficiaron del agregado de relaciones de orden superior, los niños mayores
pudieron valerse de estas relaciones para resolver incluso los emparejamientos de
similitudes cruzadas. Estos resultados sugieren que el establecimiento de
correspondencias de los niños pequeños es particularmente sensible a las similitudes
superficiales de los objetos cuando las restricciones relacionales y semánticas entran en
conflicto, y que habría una creciente sensibilidad al principio de sistematicidad en el
desarrollo.
Con el propósito de poner a prueba la posible dificultad que pueden plantear las
similitudes superficiales durante el establecimiento de correspondencias, pero esta vez
con adultos, Ross (1987) presentó a estudiantes un problema con la ecuación para
resolverlo y luego les solicitó que resolvieran uno nuevo del mismo tipo. Encontró que
los alumnos tenían dificultades para aplicar la ecuación al nuevo problema en aquellos
casos en los que entidades similares desempeñaban roles cruzados en los problemas
base y meta (e.g., en el problema base se asignaban ordenadores a oficinas y en el meta
oficinas a ordenadores). Novick (1988) halló que los expertos tienen mayor capacidad
que los novatos para focalizar similitudes en estructuras relacionales y evitar así la
desorientación que pueden producir las similitudes superficiales cruzadas.
Debe considerarse que el establecimiento de correspondencias supone tanto el
emparejamiento de elementos base con elementos meta como la detección de que
ciertos elementos de un análogo no tienen correspondencias en el otro (Holyoak y
Thagard, 1995). En una serie de experimentos, Reed y cols. (para una revisión véase
Reed, 1993) encontró que los estudiantes que recibían un problema de álgebra con
enunciado y la ecuación general para resolverlo, tenían luego serias dificultades para
aplicar la ecuación a problemas meta que incluían diferencias relevantes con el
problema base. Entre los errores cometidos por los participantes se destacó lo que Reed
denominó omisión de diferencias (i.e., el no advertir que el problema meta introduce
variaciones con respecto al problema base que demandan ajustar la solución para el
problema meta). Este déficit en el desempeño disminuye enormemente en personas con
mayor formación en matemáticas (Minervino, 1998) o si los novatos son estimulados a
Conceptos básicos _________________________
28
atender a las bases semánticas (e.g., los modelos situacionales de los problemas) de los
problemas base y meta durante su comparación (Minervino, Trench y Oberholzer,
2009), por lo que la mayor o menor facilidad del establecimiento de correspondencias
está sin duda relacionado con la experticia de los estudiantes en el campo al que
pertenecen los problemas y con la forma en que abordan el proceso transferencial.
Luego del proceso de establecimiento de correspondencias, las personas están en
condiciones de derivar inferencias a partir de los emparejamientos establecidos, siempre
que lo permita la analogía y lo requiere la tarea meta. Las personas somos, en palabras
de Gentner y Smith (2012), altamente selectivas por lo que respecta a las inferencias
que llevamos a cabo: no transferimos de forma indiscriminada información desde el AB
al AM. La imposición de estas restricciones es lo que permite que se evite la generación
de inferencias semánticamente absurdas o implausibles, cuya evaluación demandaría un
gasto excesivo de tiempo y recursos. En un trabajo descrito más arriba, Clement y
Gentner (1991) aportaron evidencia de cómo juega la sistematicidad en la formulación
de inferencias: es más probable que las personas transfieran un hecho base al meta
cuando ese hecho forma parte de un sistema base ya puesto en correspondencia en parte
con elementos meta, a diferencia de si se trata de un hecho aislado con respecto a un
sistema de emparejamientos en marcha. Holyoak (2005) señala dos posibles fuentes de
error en la generación de inferencias, las que son efecto en verdad de errores surgidos
en el establecimiento de correspondencias. La primera de ellas se refiere a la dificultad
que pueden encontrar las personas si los elementos críticos son difíciles de emparejar
(e.g., cuando se deben emparejar un conjunto de elementos discretos con elementos
contínuos; Bassok y Holyoak, 1989; Bassok y Olseth, 1995), por lo cual las inferencias
resultan de difícil construcción. En segundo lugar, si los elementos han sido mal
alienados, las inferencias resultarán incorrectas (Holyoak, et al., 1994; Reed, 1987). Una
vez que se han postulado algunas inferencias, éstas deberán ser evaluadas. Gentner y
Smith (2012) analizan algunos criterios que pueden jugar durante la evaluación en tres
clases. En la primera clase podemos agrupar los factores que determinar qué tan
correcta es esa inferencia y qué tan bien encaja en la estructura del AM. Si la analogía
conduce a una inferencia que no es verdadera, la inferencia y la analogía en general
serán rechazadas, o al menos revisadas. En ocasiones, tal como ocurre en la predicción
de hechos futuros, las personas no pueden evaluar la adecuación de una inferencia en el
corto plazo. Un factor relacionado en la evaluación de inferencias es su adaptabilidad:
Conceptos básicos _________________________
29
cuan sencillo es modificar un hecho el AB para que encaje en el AM. De acuerdo a
Gentner y Smith (2012), las personas aceptan aquellas inferencias que se adaptan con
mayor facilidad al AM que aquellas que lo hacen con dificultad.
La segunda clase de factores que señalan Gentner y Smith (2012) se refiere a
cuán novedoso es el conocimiento que puede proveer la analogía y sus inferencias. Los
autores suponen que aquellas inferencias que promuevan mayor posibilidad de avanzar
en la comprensión del dominio meta serán más deseables (aun si implican riesgos), que
aquellas otras más seguras pero más conservadoras. Este fenómeno se vería acentuado
cuando la persona intenta razonar en dominios de conocimiento no familiares.
Luego de que las correspondencias han sido establecidas y las inferencias
formuladas, puede que la persona tenga todavía que adaptarlas para ajustarlas a las
particularidades del dominio meta. Algunos autores (e.g., Holyoak et al., 1994) han
considerado este subproceso de adaptación presentaría mayor dificultad que los
anteriores. Minervino y cols. (Minervino, 1998; Minervino y Adrover, 2001) han puesto
en duda la evidencia presentada por estos autores. Han mostrado que la dificultad de la
adaptación depende de muy diversas variables (e.g., dificultad de las variaciones que el
AM introduce con respecto al AB, conocimientos de las personas, etc.), por lo que, han
concluido, tal como ocurre con los otros subprocesos, no puede suponerse que se trate
de un paso difícil en sí, independientemente de esas variables.
Un subproceso que atraviesa todos los enumerados hasta ahora, es el de cambio
representacional, es decir, los mecanismos que hacen que nuestras representaciones del
análogo meta, y muchas veces del base también, vayan cambiado a medida que se
establece la anología (Gentner y Wolff, 2000). Este subproceso que se desarrolla a
través de distintos mecanismos y que es el tema específico de esta tesis, será
desarrollado en detalle en el capítulo 3.
1.4. LOS PROPÓSITOS CON QUE SE UTILIZA
EL PENSAMIENTO POR ANALOGÍAS
El pensamiento analógico forma parte de una importante variedad de actividades
cognitivas (Gentner, Holyoak y Kokinov, 2001; Hofstadter y Sanders, 2013; Kokinov,
Holyoak y Gentner, 2009). Tal vez la función más conocida es la de explicar un tema o
concepto nuevo a partir de uno ya conocido, algo que tiene lugar, en ámbitos escolares
Conceptos básicos _________________________
30
(Donnelly y Mac-Daniel, 1993), como en ámbitos informales de la vida cotidiana
(Johnson-Laird, 1988). Por ejemplo, Mithen (1996) presenta una analogía para explicar
a sus lectores cómo evolucionó la mente humana. En ella compara dicha evolución con
la que experimentaron las capillas greco-romanas en su arquitectura. Según este autor,
la mente humana habría evolucionado desde un sistema cognitivo general, no
especializado (capilla prerrománica de una sola habitación), hacia la construcción de
módulos o sistemas de representación y aprendizaje específicos, escasamente
conectados entre sí (capilla con varias habitaciones). El mayor salto en la evolución de
la mente humana habría sido la construcción de una nave central, la que, al conectar
esas múltiples capillas especializadas entre sí, las “desencapsularía”. De esta forma, la
información fluiría de unas capillas a otras y, sobre todo, de esas capillas a la nave
central, la suite ejecutiva: el altar mayor de la conciencia. Como puede observarse, el
tema que el autor intenta transmitir es novedoso para sus lectores (posiblemente
estudiantes de Psicología), pero además es complejo y abstracto. La analogía les
permitiría a sus interlocutores servirse de un apoyo más concreto y conocido para
representárselo.
Las analogías son frecuentemente utilizadas en la argumentación y la
persuasión, lo que permite a quien habla guiar a su audiencia hacia un conjunto
particular de inferencias y emociones (Blanchette y Dunbar, 2001). Por ejemplo,
durante la Guerra del Golfo, Bush comparaba la crisis del Golfo con la Segunda
Guerra Mundial. De acuerdo a su comparación, Irak podía ser equiparada con una
dictadura expansionista como Alemania, Sadam Hussein con un personaje malvado
como Hitler, Kuwait con una de las primeras víctimas de la potencia expansionista,
como Austria, etc. De acuerdo a estos apareamientos, de la misma forma que la
intervención de los aliados fue necesaria y exitosa en la Segunda Guerra Mundial, la
intervención de los Estados Unidos y sus aliados en Kuwait era necesaria y sería exitosa
en la crisis del Golfo (Holyoak y Thagard, 1995). En este mismo sentido, en el
razonamiento de temas legales se usa un caso pasado que sea relevante para argumentar
acerca de uno actual (Sunstein, 1993). Valga como ilustración el caso de un conocido
periodista de Argentina (Jorge Lanata) que denunció a su jefe por revisarle el correo
electrónico. Como no existía normativa legal para esta situación, se utilizó en la
argumentación un caso de violación de cartas enviadas por correo postal.
Conceptos básicos _________________________
31
En ocasiones, el pensamiento analógico forma parte de la capacidad cognitiva de
percibir lo que otro individuo puede sentir o pensar en un contexto determinado
(empatía). En efecto, comparar la situación de una persona (AM) con otra que hemos
vivido puede permitirnos identificar sus emociones y pensamientos (Barnes y Thagard,
1997). Por ejemplo, un padre puede comprender la tristeza y frustración que siente su
niña por no haber sido elegida para la obra de teatro escolar comparándola con lo que él
siente en su equipo cuando le toca quedarse sentado en el banco durante un partido de
fútbol.
El empleo de analogías constituye una estrategia para la solución de problemas.
Cuando nos enfrentamos a un nuevo problema podemos recuperar desde nuestra
memoria uno anterior del que ya conozcamos la solución, y entonces transferir, evaluar
y adaptar la vieja solución al problema nuevo (Loewenstein, 2010). Un ejemplo que
ilustra esta función es como resolvió un joven gerente de una empresa de correo que fue
contratado para resolver los retrasos en las reparticiones de correspondencia. Evaluando
los recorridos que hacían cada uno de los carteros se dio cuenta que la mayor parte del
tiempo la pasaban entregando correspondencia en barrios cerrados, ya que el ingreso a
esos lugares llevaba mucho tiempo porque tenían que acreditar su identidad y luego
encontrar el camino hasta la vivienda donde dejaban el envío. Esto se acentuó con la
proliferación de los barrios cerrados y countries en los suburvios de las ciudades
provocando que las reparticiones de la correspondencia que debían hacer los carteros
cada vez llevaban más tiempo y trabajo. Teniendo en cuenta que el presupuesto de la
compañía no iba a aumentar, es decir, no iba a contar con más dinero para contratar más
personal o disponer de más vehículos, al gerente se le ocurrió una comparación
analógica novedosa que le brindó una solución para poder optimizar las reparticiones.
El mismo consideró que un country o un barrio cerrado es como como el consorcio de
un edificio, el cartero no sube a cada uno de los departamentos a dejar la
correspondencia, deja las cartas en el cartero de planta baja y después el encargado del
edificio reparte la correspondencia por cada uno de los departamentos. De la misma
forma los carteros deben dejar la correspondencia en la entrada del barrio cerrado y
sería el personal de seguridad que se encargara de repartir los paquetes dentro del barrio
o que los mismos vecinos se acerquen hasta la entrada a buscarlos. El gerente hizo
circular una normativa de aviso donde se informaba el cambio de política de entrega en
Conceptos básicos _________________________
32
los barrios cerrados y en pocas semanas disminuyó significativamente los tiempos de
entrega de su personal.
En otras ocasiones, tales como la enseñanza de ecuaciones para resolver
problemas en matemáticas, los problemas base suelen servir de apoyo para guiar la
aplicación del método general a otros problemas nuevos de la misma categoría (Reed,
1994). Una vez que se ha practicado de manera suficiente el uso del método, el aprendiz
podrá prescindir de los ejemplos con los que ha aprendido. Mientras que el uso del
heurístico analógico en el caso del oftalmólogo se vincula con la resolución creativa de
problemas, el segundo se relaciona con la utilidad de los ejemplos en las primeras fases
del aprendizaje de un procedimiento.
En la vida cotidiana, la actividad de llevar comparaciones entre relaciones es
relevante para diversas formas de aprendizaje, como es el caso del aprendizaje de
conceptos relacionales (Gentner, 2010). El significado de las categorías de esquema (un
subtipo de categoría relacional; véase Gentner y Kurtz, 2005) se define por las
relaciones que mantienen una serie de entidades en el marco de una estructura
predicativa. Por ejemplo la estructura de la categoría donación sería DAR
[(PUDIENTE (dador), bien, NECESITADO (receptor)], una categoría difícil de
comprender para los niños. Los eventos que designan la categoría no son fácilmente
individualizables a través de la experiencia perceptiva (algo que ocurre, por ejemplo,
con categorías de entidades como fruta) y, por otro lado, los ejemplares no se parecen
entre sí perceptivamente (en general, los diferentes ejemplares de fruta se parecen más
entre sí que los diversos casos de donación). Por lo tanto, la comparación espontánea
entre nuevos y viejos ejemplares (de utilidad para el aprendizaje de la categoría) es
improbable. Existe evidencia (Christie y Gentner, 2010; Gentner y Namy, 2004) de que
un posible modo de acelerar el aprendizaje de conceptos relacionales en niños consiste
en presentar dos ejemplares de la categoría, tales como pueden ser la donación de un
juguete y la donación de sangre, y alentar su comparación (codificación analógica).
En ocasiones, el pensamiento por analogía brinda la posibilidad de predecir la
ocurrencia de un hecho. Recientemente Estados Unidos estuvo a punto de invadir Siria
con el argumento de que en ese país se estaban elaborando y utilizando armas
biológicas. En ese momento un locutor de radio hizo la siguiente analogía. “Este hecho
nos recuerda años pasados en los que Irak fue invadido por los Estados Unidos en busca
de armas químicas. Es de esperar que, tal como sucedió en Irak, las armas biológicas no
Conceptos básicos _________________________
33
sean encontradas tampoco en Siria”. Como puede observarse en el ejemplo, a partir de
las similitudes entre los dos hechos, el locutor supone o conjetura como terminará esta
nueva intervención militar.
Las analogías juegan un rol muy importante en la generación de teorías
científicas. Tal vez el ejemplo que resulta más conocido es aquella comparación por la
cual Rutherford postuló que la estructura del átomo era similar a la estructura del
sistema solar. Esta comparación, (que implica alienar elementos tales como sol-núcleo
del átomo, planetas-electrones) permitió inferir que en ambos casos elementos de
menor masa giran alrededor de elementos de mayor masa, hacia los que están
físicamente atraídos (retomaremos esta analogía en el capítulo 3, pero para un análisis
extenso de la misma, véase Gentner y Wolff, 2000).
Según Lakoff y Johnson (1980, 1999), la comunicación cotidiana se encuentra
plagada de expresiones metafóricas cuya producción y comprensión implican el empleo
de analogías culturalmente compartidas, aunque no seamos conscientes de ello. Para
estos autores, expresiones tan corrientes como “en esta relación estamos yendo
demasiado rápido” o “en esta relación no llegaremos a buen puerto” revelan una
analogía subyacente entre los conceptos de relación amorosa y de viaje, en la cual, los
progresos de la relación se corresponden con el desplazamiento de los viajantes, y las
dificultades en la pareja con los obstáculos que entorpecen el desarrollo de un viaje, por
señalar tan solo algunas correspondencias. De acuerdo a estos autores, la semántica de
los conceptos abstractos como amor, tiempo o mente, etc. está fuertemente determinada
por la semántica de conceptos concretos con los que son puestos en correspondencia en
el marco de estas analogías culturalmente compartidas.
En este capítulo se ha realizado una introducción general al estudio del
pensamiento por analogía. En primer lugar se ha explicitado la perspectiva que adopta
el presente trabajo, la de la Ciencia Cognitiva. Se revisó la definición dominante sobre
el concepto de analogía, y se distinguió entre aquellas analogías cuyos elementos
mantienen similitudes superficiales y analogías en las que esto no se cumple. Se
describieron los subprocesos implicados en el razonamiento por analogía: recuperación,
establecimiento de correspondencias, generación y evaluación de inferencias. Respecto
de cada uno de ellos, se revisaron los estudios que se consideran paradigmáticos. Por
Conceptos básicos _________________________
34
último, se explicaron y ejemplificaron los propósitos con que se emplean las analogías,
tanto en la vida cotidiana como en ámbitos formales.
En el próximo capítulo desarrollare los modelos teóricos dominantes en el
campo del estudios del PA, la teoría de la poyección de la estructura y la teoría de las
múltiples restricciones. Además expondré aspectos básicos sobre las simulaciones
computacionales que se han desarrollado para validar las teorías mencionadas, y de esta
manera lograr un mejor entendimiento de los subprocesos del PA, en particular el
establecimiento de correspondencias y la generación de inferencias.
Modelos teóricos dominantes _________________________
35
CAPITULO 2. EL ENFOQUE ESTANDAR
MODELOS TEÓRICOS DOMINANTES
DEL PENSAMIENTO POR ANALOGÍAS
En este capítulo presentaré las principales teorías sobre el pensamiento
analógico, con sus correspondientes modelos computacionales. Esto servirá de referente
para comprender los mecanismos de cambio representacional que postulan estas teorías,
los que constituyen el interés central de este trabajo y que serán expuestos y analizados
en el Capítulo 3.
2.1. CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS MODELOS DOMINANTES
Hemos visto en el capítulo anterior algunos conceptos básicos relativos al pensamiento
analógico, desarrollados por lo que, junto a otros colegas (e.g., Minervino et al., 2008,
2013), hemos dado en llamar el “enfoque estándar”. Entre otros temas hemos
presentado el concepto de analogía que mantiene este enfoque, así como la
descomposición que hace del proceso analógico en términos de un conjunto de
subprocesos. Tal como se ha indicado, esta tesis se halla interesada por los subprocesos
centrales y definitorios del proceso analógico, esto es, los subprocesos de
establecimiento de correspondencias y formulación de inferencias (Gentner, 1983;
Holyoak, 1984a) y, en particular, por las actividades de rerepresentación que suelen
conllevar. Como hemos visto, las dos teorías más representativas de este enfoque son la
TPE y la TMR, y ambas se encuadran dentro de la Ciencia Cognitiva, un paradigma
fuertemente comprometido con el modelo computacional de la mente y, en
consecuencia, con la simulación como método complementario para el desarrollo y
puesta a prueba de teorías psicológicas. En este capítulo presentaré con algún detalle los
modelos computacionales en que han sido implementadas estas teorías, centrándome en
los pasos de establecimiento de correspondencias y formulación de inferencias.
La TPE ha sido implementada en un programa denominado Structure Mapping
Engine [máquina de proyección de la estructura] (SME; Falkenhainer, Forbus y
Gentner, 1989), mientras que la TMR ha sido implementada en dos programas, el
algoritmo Analogical Mapping by Constraint Satisfaction [establecimiento de
correspondencias analógico por satisfacción de restricciones] (ACME; Holyoak y
Thagard, 1989) y el algoritmo Learning and Inference with Schemas and Analogies
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[aprendizaje e inferencias a través de esquemas y analogías] (LISA; Hummel y
Holyoak, 1997). La presentación de estos modelos servirá de referente para el
desarrollo, en el próximo capítulo, de los mecanismos de cambio representacional que
han propuesto estas teorías, tema central de la presente tesis.
2.2. LA TEORÍA DE LA PROYECCIÓN DE LA ESTRUCTURA
Y SU IMPLEMENTACIÓN COMPUTACIONAL (SME)
En los años 80 Gentner y colaboradores (e.g., Gentner, 1982, 1983; Gentner y
Gentner, 1983) llevaron a cabo una serie de estudios acerca del papel que desempeñan
los modelos mentales y las analogías en el desarrollo y la enseñanza de teorías
científicas, lo que dio origen a la TPE.
De acuerdo a esta teoría, dos situaciones son análogas si están organizadas por
sistemas de relaciones similares, más allá de que sus objetos se parezcan o no. Un
sistema de relaciones se halla compuesto, como hemos dicho, por una estructura de
predicados relacionales conectados por relaciones de segundo orden (o superiores).
Como se ha visto en el Capítulo 1 de este trabajo, la selección de estructuras grandes y
profundas compartidas responde al principio de sistematicidad (Gentner, 1983): un
predicado relacional que pertenece a un sistema de relaciones interconectadas tiene más
probabilidades de ser incorporado a una analogía que un predicado relacional aislado.
Supongamos que el jurado de tesis de Nicolás, un doctorando que presenta su
tesis, ha advertido que éste ha copiado un texto de otro autor para desarrollar un
capítulo de su tesis, y que eso ha determinado que el jurado acusara a Nicolás por su
falta ética (AM). Esta situación podría considerarse análoga, en un cierto nivel de
abstracción, al hecho de que The Verve plagiara una melodía de los Rolling Stones,
provocando que los Rolling Stones demandaran a The Verve (AM, véase Figura 2.1).
Supongamos finalmente que el AB incluye la información de que The Verve participó
en un recital mientras que el AM la de que Nicolás participó en un congreso. Lo que
determina que estas situaciones sean análogas es que comparten un sistema de
relaciones, en el que relaciones de orden superior de tipo causal conectan relaciones de
orden inferior las que constituyen en verdad los roles de causas (copiar y plagiar) y de
efectos (acusar y demandar). Se puede observar a partir de este ejemplo que los
individuos y objetos puestos en correspondencia no son similares (e.g., un texto se
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parece poco a una melodía y una banda de rock poco a un doctorando), algo que la TPE
considera característico de las analogías.
Aquellas relaciones aisladas que no forman parte de la estructura relacional
compartida quedarán por fuera de la analogía. De esta forma, los hechos de que Nicolás
ha participado de un congreso (AM) y que The Verve ha participado de un festival (AB)
no formarán parte de la comparación. Estos hechos pueden ser puestos en
correspondencia en virtud de que ambos incluyen la relación participar. Sin embargo,
por dar lugar a un conjunto de correspondencias de menor tamaño y profundidad que
aquel que tiene lugar entre los sistemas causales base y meta referidos, no formarán
parte de la interpretación final de la analogía. El conjunto de correspondencias que
supone la interpretación de esta analogía satisface los principios de conectividad
paralela y correspondencias uno a uno, presentados en el capítulo anterior.
A los efectos de identificar los sistemas similares que organizan las entidades de
dos situaciones compartidas, nuestro sistema cognitivo sigue, según la TPE, una serie
de principios sintácticos y semánticos, los que han sido implementados en SME. Este
programa es un sistema simbólico que toma como entrada de datos descripciones
proposicionales de los análogos. El programa tiene como objetivo hallar, entre las
interpretaciones coherentes posibles de una comparación, aquella que sea la más
extensa (i.e., con muchos predicados relacionales emparejados) y profunda (e.g., con
conexiones relacionales de segundo orden, antes que conjuntos de emparejamientos
relacionales independientes). Como vimos en el Capítulo 1 de este trabajo, estas
proposiciones incluyen: a) entidades: elementos que representan personas u objetos,
tales como Nicolás y melodía, respectivamente, b) atributos: predicados de un solo
argumento que representan propiedades de entidades, como, por ejemplo, ALTO
(Nicolás); c) funciones: predicados de un solo argumento utilizados para indicar alguna
dimensión de un objeto, como, por ejemplo, ALTURA (Nicolás), d) relaciones de
primer orden: predicados de más de un argumento que vinculan, por ejemplo, dos o más
entidades, tales como ACUSAR (jurado, Nicolás), y e) relaciones de segundo orden:
predicados que conectan relaciones, tales como CAUSAR [COPIAR (Nicolás, texto),
ACUSAR (jurado, Nicolás)].
En una analogía como la que acabamos de ver, SME podría recibir como entrada
una descripción proposicional del AB y del AM como la siguiente (a los efectos de
hacer más simple la exposición trabajaremos con representaciones simplificadas de los
análogos):
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Análogo base:
CONTESTATARIOS (The Verve)
FAMOSOS (Rolling Stones)
PLAGIAR (The Verve, melodía)
DEMANDAR (Rolling Stones, The Verve)
CAUSAR [PLAGIAR (The Verve, melodía), DEMANDAR (Rolling Stones, The Verve)]
PARTICIPAR (The Verve, festival)
Análogo meta:
ALTO (Nicolás)
ADULTO (jurado)
COPIAR (Nicolás, texto)
ACUSAR (jurado, Nicolás)
CAUSAR [COPIAR (Nicolás, texto), ACUSAR (jurado, Nicolás),]
PARTICIPAR (Nicolás, congreso)
A partir de descripciones como estas, SME construiría una serie de
interpretaciones estructuralmente consistentes de la comparación. El sistema construiría
en primer lugar una serie de hipótesis de correspondencias (HCs) locales. Estas
hipótesis se irán agrupando en conjunto de correspondencias (Gmaps), hasta dar con
aquella interpretación que, siendo estructuralmente consistente incluya, el mayor y más
profundo Gmap (principio de sistematicidad).
Para construir las HCs locales, SME busca todos los ítems base y meta que
puedan ser puestos en correspondencia, y genera una HC para cada par de elementos
emparejables. El sistema formula en primer lugar correspondencias posibles entre
relaciones. Para realizar esos emparejamientos SME aplica tres condiciones iniciales.
Una es la de identidad formal: sólo se pueden formular HCs entre elementos del mismo
tipo formal, esto es, relaciones de primer orden con relaciones de primer orden,
relaciones de n argumentos con relaciones de n argumentos (e.g., acusar y demandar
satisfacen ambos requisitos), entidades con entidades (e.g., Nicolás-The Verve), etc. La
segunda condición inicial se refiere a la identidad o similitud semántica para las
relaciones: sólo pueden ser puestas en correspondencia aquellas relaciones que son
idénticas o similares en significado. En aquellos casos en los que las relaciones no son
inicialmente idénticas, como en nuestro ejemplo, es necesario que las mismas sean
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39
transformadas en predicados más generales en los que se encuentre una identidad en un
nivel superior de representación. Las relaciones copiar y plagiar podrían ser
consideradas en este sentido como dos casos de apropiarse de una obra ajena. (En la
práctica, el programador debe hacer estas redescripciones de los predicados inicialmente
similares, de tal modo que SME recibe siempre predicados idénticos). Una tercera
condición inicial es la de identidad de roles para objetos y funciones: sólo se generan
HC entre objetos y funciones si éstos son argumentos de relaciones ya emparejadas, y
de acuerdo a sus roles (e.g., agentes). Por ejemplo, Nicolás y The Verve serán puestos
en correspondencia en tanto son los agentes, respectivamente, de dos relaciones ya
emparejadas (copiar y plagiar).
Figura 2.1. Representación de la analogía de los plagios.
Un aspecto importante de SME se refiere a que, desde un comienzo, no
considera los atributos de objeto ya que, cuando opera en el modo analógico, considera
que los análogos no mantendrán similitud en este nivel o si las mantienen será
irrelevante para interpretar la analogía. De esta formar, propiedades como ALTO
(Nicolás) y CONTESTARIOS (The Verve) serán desconsideradas por el programa. Este
aspecto de SME responde a la idea de Gentner (1983, 1989) de que sólo en las
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similitudes literales pero no en las analogías interesan las semejanzas a nivel de
entidades.
Como segundo paso y luego de haberse establecido todas las HCs posibles, se
lleva a cabo la construcción de Gmaps. En esta etapa el programa agrupa las HCs
progresivamente, para crear unas pocas colecciones máximas de HCs. Cada una de estas
colecciones o Gmaps deberá ser estructuralmente consistente, esto es, deberá satisfacer
dos restricciones. Por un lado la restricción de conectividad paralela: si un par de
predicados de los análogos base y meta son puestos en correspondencia, las HCs entre
sus argumentos deberán incluirse en el Gmap. De esta forma, en nuestro ejemplo, se
formará un Gmap que incluya las HCs COPIAR-PLAGIAR, Nicolás-The Verve y
texto-melodía. Los Gmaps deberán satisfacer en segundo lugar la restricción de
correspondencias uno a uno: cada elemento de un análogo puede ser emparejado con un
y sólo un elemento del otro análogo (e.g., un Gmap no puede incluir la HC Nicolás-The
Verve y Nicolás-Rolling Stones). El Gmap de mayor tamaño y más profundo será aquel
gobernado por la HC entre los predicados CAUSAR y todas las HCs que se derivan,
hacia abajo a partir de ella. El Gmap gobernado por la HC entre los predicados
PARICIPAR es de menor tamaño y menos profundo, por lo que recibirá menor
puntuación por parte del sistema. Tanto las condiciones iniciales como las restricciones
que incluye SME son de carácter inviolable.
En reiteradas ocasiones el AB incluye más información que el AM, lo que puede
dar lugar a una transferencia de conocimientos. Aquellas proposiciones del AB que no
tienen correlato en el AM son transferidas a éste a través de un mecanismo de copia con
sustitución y generación. A través de este mecanismo, las relaciones que forman parte
del sistema base elegido para transferir, pero que no están presentes en el AM, son
predicadas, de forma literal, acerca de este análogo, sustituyéndose las entidades del
base por las del meta de acuerdo a las correspondencias establecidas y postulándose
entidades hipotéticas cuando alguna entidad base no haya encontrado emparejamiento
durante el establecimiento de correspondencias. Supongamos que en el ejemplo que
venimos empleando, se desconociera el efecto meta. La transferencia del efecto base
daría lugar a la inferencia de que así como los Rolling Stones demandaron a The Verve
el jurado demandó a Nicolás, que luego de una adaptación del predicado base para que
se corresponda de mejor manera con la situación meta se transformaría en el jurado
acusó a Nicolás.
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2.3. LA TEORÍA DE LAS MULTIPLES RESTRICCIONES Y SUS
IMPLEMENTACIONES COMPUTACIONALES (ACME y LISA)
Holyoak y sus colaboradores (Gick y Holyoak, 1980, 1983; Holyoak, 1984a, 1984b,
Holyoak y Koh, 1987) se centraron en el papel de las analogías en la resolución de
problemas, con un fuerte interés por el papel que juegan los objetivos del analogador
durante el proceso analógico, entendiendo que este no se deja explicar si no se
consideran, además de principios sintácticos y semánticos, principios pragmáticos.
La perspectiva de Holyoak y Thagard (1989, 1995) sobre el pensamiento
analógico postula entonces que el pensamiento analógico se halla regulado por tres tipos
de restricciones. Las restricciones de tipo sintáctico buscan que las analogías satisfagan
los principios que forman parte de la consistencia estructural, esto es, los principios de
conectividad paralela y por roles. Sin embargo, a diferencia de la TPE, Holyoak y
Thagard (1989) plantean que esta condición de isomorfismo es un ideal al que se aspira,
pero que muchas veces no se logra, ya que algunos elementos del AM pueden no tener
su correspondencia en el base (o viceversa), o algunas correspondencias pueden ser
varios-a-uno o uno-a-varios. En el ejemplo que venimos trabajando, el Nicolás es un
individuo mientras el The Verve está compuesto por varios individuos. Por otra parte,
mientras que el jurado lleva a cabo una acción de acusar, cada uno de los miembros de
los Rolling Stones llevan a cabo una demanda.
El segundo tipo de restricción se refiere a la presión de similitud semántica. A
diferencia de la TPE, la TMR no distingue entre analogías y similitudes literales, por lo
que, de acuerdo a esta teoría, en una analogía no se busca únicamente que las relaciones
puestas en correspondencia sean similares, sino además que también lo sean las
entidades (individuos y objetos). La diferencia entre la TPE y la TMR puede que resida,
en mi opinión, en el hecho de la TPE tiende a considerar propiedades irrelevantes para
el rol que las entidades juegan en un análogo o analogía, mientras que la TMR tiene
presente propiedades relevantes. Por ejemplo, el hecho de que el texto de un autor y la
melodía de la canción de un grupo sean dos casos de producciones originales es una
propiedad relevante compartida en la analogía que venimos considerando, no así la
propiedad de que una sea una obra científica y la otra una obra artística (para una
discusión de la influencia y el sentido racional de considerar similitudes “superficiales”,
véase Trench y Minervino, 2015a). A diferencia de la exigencia inviolable de similitud
entre las relaciones que plantea la TPE, para la TMR, tal como ocurre en el caso de los
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principios sintácticos, la búsqueda de que los elementos puestos en correspondencia
sean similares es una presión del sistema, no una exigencia inviolable, lo que le permite,
establecer analogías puramente formales, algo de lo que no es capaz SME (Holyoak y
Thagard, 1989, 1995). Esta posibilidad se halla vinculada, de acuerdo a esta teoría, a
que los principios semánticos operan de forma separada de los principios formales, algo
que no ocurre en SME (Holyoak, 2005).
Por último, Holyoak y Thagard plantean que en muchos usos de las analogías,
como la solución de problemas, la generación de explicaciones o predicciones, el
analogador tiene una pregunta explícita o implícita en mente cuando intenta establecer
las correspondencias, y por lo tanto intenta usar el AB para generar inferencias que
provean información específica acerca del AM. Si la representación del AM contiene
variables el analogador puede favorecer selectivamente ciertas correspondencias que
permitan instanciar apropiadamente esas variables. Si en la analogía que venimos
trabajando se desconociera el efecto meta, la interpretación que se impone sería el
resultado de la necesidad práctica de hipotetizar un efecto para el AM y no el resultado,
tal como propone la TPE, del principio sintáctico de sistematicidad (Minervino y
Adrover, 2003). De esta forma, la centralidad pragmática de los elementos de los
análogos puede restringir el proceso de establecimiento de correspondencias, además de
influir en etapas anteriores y posteriores del pensamiento analógico, tal como lo sostiene
la TPE.
El desarrollo de ACME (Holyoak, Novik y Melz, 1994; Holyoak y Thagard,
1989) estuvo influenciado por modelos conexionistas basados en la satisfacción de
restricciones en paralelo (e.g., Rumelhart, Smolensky, McClelland y Hinton, 1986).
ACME recibe como datos de entrada representaciones simbólicas de los análogos base
y meta, del mismo tipo que los que recibe SME, pero realiza un procesamiento de tipo
conexionista. Mientras que SME incluye sólo principios sintácticos y semánticos
durante el establecimiento de correspondencias y la formulación de inferencias, ACME,
como acabamos de ver, instancia una teoría de múltiples restricciones que incluye
además presiones pragmáticas. ACME recibe información, en una escala numérica,
relativa al grado de similitud que mantienen relaciones o entidades, la que favorece
ciertas HCs en desmedro de otras con las que compite. En este sentido, ACME, a
diferencia de SME, puede hacer favorecer la puesta en correspondencia de, por ejemplo,
relaciones similares (e.g., demandar y acusar) sin necesidad de que le sean presentados
como idénticos (un límite de SME). Por otro lado, ACME recibe información, también
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en una escala numérica, con respecto a la importancia pragmática de establecer ciertas
correspondencias o formular ciertas inferencias, algo que juega también como una
presión que interactúa con las restantes, de carácter semántico y sintáctico.
El programa incluye como única condición inicial la de identidad formal (e.g.,
objetos con objetos, relaciones con relaciones, etc.), la cual es de carácter estricto. En
primer lugar, construye una red de tipo conexionista, en la que los nodos representan
HCs entre elementos base y meta. Los enlaces representan las presiones que las distintas
restricciones ejercen para que se elija la interpretación de la analogía que mejor las
satisface en conjunto. Las restricciones sintácticas de ACME son, como se ha dicho,
similares a las de SME, con la salvedad de que en una primera instancia no son tenidos
en cuenta los roles de los objetos para realizar los emparejamientos. Por ejemplo, se
puede poner en correspondencia Nicolás con melodía, más allá de que en la proposición
COPIAR (Nicolás, texto), Nicolás sea el agente y en la proposición PLAGIAR (The
Verve, melodía), la melodía sea el paciente.
Con el propósito de promover la consistencia estructural, el sistema incluye
conexiones excitatorias (líneas continuas en la Figura 2.2) entre aquellas HC que
satisfacen la restricción de conectividad paralela y por roles, y conexiones inhibitorias
(líneas discontinuas) entre HCs que violan esa restricción o la de correspondencias uno
a uno. SME y ACME difieren, como se ha dicho, por lo que respecta al momento y la
forma en que incorporan sus principios semánticos. Mientras que el primer programa lo
hace, como hemos visto, a través de la condición inicial inviolable de identidad
semántica para las relaciones, en ACME el componente semántico opera como una
restricción flexible que apoya aquellas HCs (ya formuladas) que incluyen elementos
similares. El programa conecta todas las HCs que emparejan elementos similares a una
unidad semántica especial, con pesos que varían de acuerdo al grado de similitud que
mantienen los elementos. En la práctica, esos puntajes son asignados por el
programador según una valoración que hace de las similitudes entre elementos acordes
a una red semántica de tipo ES-UN, en la que se busca un supraordenado de los
predicados similares (e.g., texto y melodía son dos casos de obras).
ACME cuenta finalmente con una unidad pragmática, que establece puntajes
que determinan cuan pertinentes son las distintas HCs representadas en los nodos del
sistema. En la práctica, al igual que los puntajes de similitud, el programador asigna
valores de manera externa y de esa forma se establece qué nodos son particularmente
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importantes para la comparación. Esto último determina que la activación para esos
nodos sea mayor.
Figura 2.2. Ejemplo de red de satisfacción de restricciones en ACME
Una vez que la red de HCs ha sido construida, un algoritmo actualiza en paralelo
el grado de activación de sus unidades. Tras un cierto número de ciclos de actividad, la
red alcanza una relativa estabilidad, y queda así definido el conjunto de HC que mejor
satisface las restricciones que incluye el programa. A través de la aplicación implícita
de un principio de evaluación similar al principio de sistematicidad de SME, ACME
favorece colecciones de HCs grandes y profundas sobre otras más pequeñas y
superficiales. Para la generación de inferencias, el programa es complementado con el
mecanismo de copia con sustitución y generación (Holyoak et al., 1994), el que opera
de la misma forma que en SME.
En síntesis, puede afirmarse que tanto SME como ACME dan lugar a la
intervención de información relativa a similitudes semánticas estimadas por el
programador de acuerdo a criterios de similitud propios de una red de tipo ES-UN, pero
son incapaces de identificarlas por sí mismos, siendo las diferencias entre estos dos
programas, por lo que respecta a capacidades de cómputo semántico, apenas apreciables
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(Hofstadter y FARG, 1995). En el caso de SME, si el programador quiere favorecer el
emparejamiento de dos relaciones similares en contra del apareamiento de dos
relaciones menos similares, las presenta como idénticas, mientras que, en el caso de
ACME, el programador informa al sistema del mayor parecido que mantienen las
relaciones similares en comparación con las que lo son en menor medida. Más allá de
las implementaciones computacionales que, circunstancialmente, han logrado llevar a
cabo la TPE y la TMR, una idea compartida por estas teorías consiste en que cuando
dos elementos no son idénticos deben ser rerepresentados en términos de una categoría
supraordenada que capte lo que tienen en común.
Al igual que ACME, LISA (Hummel y Holyoak, 1997, 2003) está basado en los
principios de la teoría de las múltiples restricciones. A diferencia de ACME, LISA
opera dentro de restricciones psicológicas que impone la memoria de trabajo. Los
modelos hasta ahora discutidos incluyen representaciones locales del significado de los
conceptos, y operan sobre representaciones proposicionales que no están acompañadas
por ningún otro nivel de detalle relativo a su contenido semántico (e.g., ni SME ni
ACME contienen representaciones del significado de los conceptos). LISA también va
más allá de los modelos anteriores en el sentido que intenta dar cuenta de todos los
subprocesos del pensamiento analógico (recuperación, establecimiento de
correspondencias, generación de inferencias, e inducción de esquemas como resultado
de la comparación).
En relación al segundo modelo desarrollado por la TMR, LISA, expondremos
únicamente, los avances que supone por lo que respecta al tratamiento del factor
semántico durante el establecimiento de correspondencias. En LISA, cada proposición
perteneciente a un análogo [e.g., ACUSAR (jurado, Nicolás)] es codificada en la
memoria de largo plazo a través de una jerarquía de tres tipos de unidades de estructura.
En el nivel superior, se hallan las unidades de proposición (el jurado acusa a Nicolás);
en el nivel medio, las unidades de sub-proposición, las que representan las ligaduras
roles-llenadores de roles de una proposición (jurado-acusa1, por jurado-acusador, y
Nicolás-acusa2, por Nicolás-acusado); y, en el nivel inferior, las unidades de predicado
(acusa1, por acusador, y acusa2, por acusado) y de objeto (jurado y Nicolás). Las
unidades proposicionales tienen conexiones excitatorias bidireccionales con sus sub-
proposiciones y éstas con sus unidades de predicado y objeto. Cada unidad de predicado
codifica localmente los primitivos semánticos de un rol de un predicado. Por ejemplo, la
unidad acusa1 tiene conexiones excitatorias bidireccionales con todas las unidades
Modelos teóricos dominantes _________________________
46
semánticas que representan a ese rol (e.g., agente, acción1, negativo1, fuerte1, etc.);
acusa2 tiene conexiones del mismo tipo con todas las unidades semánticas que
representan a ese rol (e.g., paciente, acción2, negativo2, fuerte2, etc.). Las unidades de
objeto son similares a las de predicados, con la diferencia de que representan entidades
en vez de roles. Por ejemplo, la unidad de objeto Nicolás podría estar conectada con
unidades semánticas tales como humano, adulto, masculino, doctorando, investigador,
etc., en tanto que jurado podría estar conectada a humano, adulto, evaluador,
académico, etc.
Considérese una situación en la que en un análogo se activa la proposición "el
jurado acusó a Nicolás", la que puede ser puesta en correspondencia con las dos
siguientes proposiciones en el otro análogo: "los Rolling Stones demandaron a los The
Verve" o “los The Verve participaron de un festival”. Cuando la sub-proposición del
jurado como acusador se dispara en el primer análogo, activará jurado y acusa1, lo que
activará sus unidades semánticas (e.g., humano, adulto, evaluador, académico, y
acción1, negativo1 y fuerte1, respectivamente). Este patrón de activación excitará
unidades de objeto y predicado en el otro análogo, las que competirán por devenir
activas, acción1, y negativo1 excitarán el predicado demanda1, pero sólo acción1
excitará participa1. Dado que acusa1 inhibirá participa1, LISA comenzará a actuar
como si acusa1 se correspondiese con demanda1. Debido a que demanda1 se hallará
más activo que participa1, la sub-proposición Rolling Stones-demanda1 recibirá un
mayor input de abajo-arriba -y devendrá por lo tanto más activa- que la sub-proposición
The Verve-participa1. Las sub-proposiciones excitan las unidades proposicionales a las
que pertenecen, de tal forma que la unidad los Rolling Stones demandaron a The Verve
devendrá más activa que la unidad The Verve participó de un festival. De esta forma,
LISA concluirá que "el jurado acusó a Nicolás" se corresponde con "los Rolling Stones
demandaron a The Verve" y no con "The Verve participó de un festival". Operaciones
análogas harán que LISA concluya que Nicolás se corresponde con The Verve y no con
festival y que acusa2 se corresponde con demanda2.
LISA parece suponer un progreso importante por lo que respecta al modelado
del factor semántico en el establecimiento de correspondencias. En primer lugar, el
programa incorpora una serie de mecanismos y representaciones que permiten evitar la
alimentación ad hoc que requiere ACME. LISA es capaz de emparejar conceptos
parcialmente similares sin que el programador le "sugiera" esos emparejamientos. En
segundo lugar, la asociación de símbolos locales a representaciones distribuidas de su
Modelos teóricos dominantes _________________________
47
significado le otorga al programa una flexibilidad propia de los modelos conexionistas
que, tal consideran Hummel & Holyoak (1997), no parece sencillo incorporar a través
de redes de tipo ES-UN. Cabe señalar sin embargo que en este modelo, al igual que en
SME y ACME, la detección de similitudes opera a nivel de elementos emparejados,
algo que, como veremos, es considerado una limitación del enfoque estándar por
Minervino et al. (2008, 2013).
En el siguiente capítulo veremos los mecanismos de cambio representacional
que proponen la TPE, tema central del presente trabajo de tesis y en relación al cual he
desarrollado los estudios empíricos que se expondrán en los capítulos 4 y 6.
Mecanismos de cambio _________________________
48
CAPITULO 3. MECANISMOS DE CAMBIO REPRESENTACIONAL
LAS ANALOGÍAS Y LOS MECANISMOS DE CAMBIO
PROPUESTOS POR EL MODELO ESTANDAR
En un artículo del año 2000 Dedre Gentner y Phillip Wolff llevan a cabo una
revisión de los distintos tipos de cambio representacional a los que puede dar lugar el
pensamiento analógico. En esta sección tomaré la clasificación propuesta por estos
autores para presentar las diversas formas en que una analogía puede cambiar la manera
en que pensamos una situación.
En primer lugar los autores hacen una distinción entre mecanismos y productos
del cambio. Los primeros se refieren a procedimientos que pueden generar tanto
cambios momentáneos o pasajeros que produce el pensamiento analógico y que son
necesarios para poder establecer una analogía, como así también cambios más
perdurables sobre situaciones puntuales. Estos cambios más perdurables dependen de
que, cómo vimos en el Capítulo 1, en la fase de evaluación de las inferencias candidatas
los cambios que sufre el AM en función de los emparejamientos con el AB sean
considerados válidos. Los productos del cambio se refieren a cambios más estables y
perdurables y que pueden abarcar sistemas conceptuales o dominios de conocimiento
más amplios. Plantean que los mecanismos pueden resultar del alineamiento estructural
y del establecimiento de correspondencias y enumeran cuatro: selección de información
o resaltado, generación de inferencias, re-representación de predicados, y re-
estructuración. Como vimos en el Capítulo 2, la re-representación de predicados y la
generación de inferencias han sido simulados computacionalmente, entre otros
programas, en SME (Falkenhainer et al., 1989; Yan, Forbus y Gentner, 2003). Entre los
productos del cambio, que implican transformaciones más duraderas de uno o ambos
análogos o dominios de conocimiento, distinguen dos tipos de productos del
pensamiento por analogías: la creación de nuevas categorías y la convencionalización
de un alineamiento extendido entre dos sistemas conceptuales.
3.1. MECANISMOS DE CAMBIO
En el capítulo anterior pudimos observar que los modelos más influyentes del
pensamiento analógico asignan un lugar central al subproceso de establecimiento de
Mecanismos de cambio _________________________
49
correspondencias y a la generación de inferencias en la caracterización de las analogías.
Durante estas fases primero se emparejan los elementos del AM con los del AB,
siguiendo una serie de principios sintácticos, semánticos y pragmáticos, y si es
necesario se completa la representación del AM a través de la generación de inferencias.
Durante estas fases del pensamiento por analogías operan los mecanismos de
producción e interpretación que generarán cambio representacional siempre y cuando en
el subproceso de evaluación se den cómo válidas las cambios para el AM.
3.1.1. EL MECANISMO DE SELECCIÓN
DE INFORMACIÓN O RESALTADO
El primer mecanismo de cambio que describen Gentner y Wolff (2000), y que
está íntimamente ligado al establecimiento de correspondencias, es el de selección de
información o resaltado. La riqueza de nuestras representaciones mentales de objetos,
hechos y situaciones, determina con frecuencia que prestemos atención a ciertos
aspectos de las mismas y que estos estén disponibles en un primer plano, mientras que
otros sean atendidos en un segundo plano y queden desatendidos (Hofstader y FARG,
1995). Cuando dos representaciones son comparadas, aspectos que habitualmente son
desconsiderados en una de ellas pueden resultar resaltados y puestos entonces en el foco
de atención. Por ejemplo, pensando en la actividad de manejar un auto, alguna
información característica se hace presente rápidamente: operar un medio de transporte,
manipular una herramienta de trabajo, transportar personas, llevar equipaje, etc. ¿Qué
sucede sin embargo con nuestra representación de la actividad de manejar un auto
cuando consideramos la siguiente analogía: manejar un auto es como empuñar una
pistola? Entre la variada información que se nos activa al considerar la actividad de
empuñar una pistola, una de las primeras que se nos viene a la mente es que estamos
manipulando un objeto sumamente peligroso, especialmente diseñado para causar daño
a otras personas. Esta sensación de peligro y posible daño para otros, que en el caso de
manejar un auto no estaba en un primer plano, pasa a ser un aspecto saliente de la
representación que nos formamos de la situación de conducir un auto. En síntesis, la
selección de información tiene lugar cuando cierta información que está altamente
accesible en un AB promueve la disponibilidad de la misma en un AM en el que se
halla implícita y en un plano marginal, tornándola prominente. Lo que provoca la puesta
en correspondencia de los hechos comparados es que ciertos aspectos desconsiderados
Mecanismos de cambio _________________________
50
normalmente en el AM devengan relevantes en tanto se trata de aspectos salientes en el
AB.
El hecho de que este mecanismo de cambio ejerce sus efectos sobre información
que se haya incluida en las representaciones iniciales de los hechos comparados
(Glucksberg y Keysar, 1990; Tourangeau y Rips, 1991; Way, 1991), no quita que sea
capaz de producir cambios psicológicamente significativos en la representación de los
mismos. Siguiendo con el ejemplo de la analogía auto-pistola, el cambio consistiría en
redefinir el orden de relevancia de ciertos atributos del concepto de auto o de las
relaciones de las que un auto puede formar parte. Si consideráramos un orden de las
características de los autos y de los hechos de los que estos forman parte de acuerdo a su
saliencia natural, podríamos obtener una representación como la que puede apreciarse
en la Tabla 3.1. Al establecer las correspondencias entre las proposiciones del AM y el
AB, podría ocurrir, tal como aparece representado en la Tabla 3.1, que afirmaciones que
son secundarias para el AM (ubicadas en un orden jerárquico inferior en la tabla) son
puestas en correspondencia con afirmaciones del AB que son más salientes en este
(ubicadas en un orden jerárquico superior en la tabla). Tal como se representa en la
columna derecha, el efecto de pensar el AM en términos del AB consiste en que esas
afirmaciones asciendan en la jerarquía de importancia, haciendo que estén más
accesibles a la hora de representar la situación meta. Es probable que si una persona
piensa en manejar luego de ser expuesto a la analogía, se representa a su autor como un
objeto de cierta peligrosidad que puede causar daño a las personas.
Tabla 3.1.
Esquema de cómo cambiaría la representación de un AM mediante el mecanismo de resaltado.
ANALOGO BASE
ANALOGO META
ANALOGO META RESULTANTE
1. ARMA (pistola)
1. TRANSPORTAR (auto,
personas)
1. TRANSPORTAR (auto,
personas) 2. DAÑAR (pistola, personas) 2. VIAJAR (personas, auto) 2. DAÑAR (auto, personas)
3. MATAR (pistola, personas) 3. TRANSPORTE (auto) 3. MATAR (auto, personas)
4. PELIGROSO (pistola) 4. VELOZ (auto) 4. PELIGROSO (auto)
5. INTIMIDANTE (pistola) 5. PELIGROSO (auto) 6. VIAJAR (personas, auto)
6. TENER (pistola, balas) 6. DAÑAR (auto, personas) 7. TRANSPORTE (auto)
7. BRINDAR (pistola, seguridad) 7. MATAR (auto, personas) 8. VELOZ (auto
Mecanismos de cambio _________________________
51
3.1.2. EL MECANISMO DE GENERACIÓN DE INFERENCIAS
Acabamos de ver un mecanismo de cambio representacional que es una
consecuencia directa del establecimiento de correspondencias, y que consiste en que
cierta información que habitualmente es desatendida o no se encuentra en un primer
plano en el AM, deviene saliente (i.e., queda destacada) al ser comparado este con un
AB en el cual esa información es central.
En ciertas ocasiones el establecimiento de correspondencias entre las estructuras
relacionales de los análogos no da lugar en sí mismo a un cambio representacional. Sin
embargo, el emparejamiento establecido nos permite descubrir que cierta información
presente en la estructura relacional base, se halla ausente en el AM. Esto da lugar a que
esa información adicional que se conoce del base sea proyectada o transferida a la
situación meta. Este mecanismo es llamado generación de inferencias candidatas, tal
como vimos en los dos capítulos anteriores. En el Capítulo 2, vimos que los principales
modelos computacionales de pensamiento analógico (e.g., SME de Falkenhainer et al.,
1989; ACME, de Holyoak y Thagard, 1989) incluyen este mecanismo como un
subproceso. La tradición de investigación sobre resolución de problemas a través de las
analogías ha estudiado este subproceso (e.g., Gick y Holyoak, 1980, 1983), en la
medida en que se ha interesado por determinar si las personas son capaces de transferir
la solución desde un AB a un AM, esto es, si luego de establecer las correspondencias
entre dos problemas, son capaces de inferir una solución análoga para el AM. Los
experimentos ya clásicos de solución de problemas a través de analogías de Gick y
Holyoak muestran como, por ejemplo, la solución del problema militar, que tiene una
estructura de relaciones equivalente al problema médico, provee una posible respuesta
al tratamiento del tumor (veáse Tabla 3.2). En ambos hay una entidad que es necesario
destruir (la fortaleza en el caso del problema militar y el tumor en el problema médico);
hay una fuerza que puede realizar la tarea (el ejército y el rayo); la entidad a ser atacada
está rodeada de una serie de entidades que deben ser preservadas (las villas aledañas a la
fortaleza y el tejido sano que rodea al tumor); si se aplica la totalidad de la fuerza por
una sola vía se hará daño a los objetos que se quieren proteger (i.e., si se ataca con todo
el ejército por un solo camino se dañan las aldeas vecinas a la fortaleza, si se aplica un
rayo de alta intensidad se daña el tejido que rodea al tumor). Habiéndose establecido las
correspondencias entre los elementos de los problemas, el conjunto de proposiciones
que describen la solución dada al problema base podrá ser transferida al problema meta,
Mecanismos de cambio _________________________
52
dando lugar a una posible solución al problema del tumor. Las acciones de dividir el
ejercito en pequeños grupos y atacar la fortaleza desde varios caminos a la vez, darán
lugar, a través del mecanismo de copia con sustitución y generación, a dividir el rayo en
varios haces de baja intensidad y atacar el tumor desde distintas direcciones a la vez.
Tabla 3.2.
Síntesis del problema militar y el problema médico adaptado de Gick y Holyoak (1980).
Proposición
Historia de la dispersión del ataque
Historia del problema de la radiación
1-‐2 2ª 3-‐4
5-‐7 8
9-‐10
11
12
13
14-‐15
16
Una fortaleza estaba ubicada en el centro de
un país. Muchos caminos salían de la fortaleza. Un general quería capturar la fortaleza con su
ejército. El general quería prevenir que las minas del
camino destruyan a su ejército y a las aldeas vecinas.
Como resultado el ejército entero no podía atacar la fortaleza por un solo camino.
Sin embargo todo el ejército era necesario
para capturar la fortaleza. En consecuencia un ataque con un pequeño
grupo no tendría éxito. Por lo tanto, el general dividió su ejército en
pequeños grupos. Posicionó a los grupos en cada uno de los
caminos. Los grupos convergieron simultáneamente en
la fortaleza. De esta manera el ejército capturó la
fortaleza.
Un tumor estaba ubicado en el interior del
cuerpo de un paciente. …… Un médico quería destruir el tumor con rayos. El Médico quería prevenir que los rayos
destruyeran tejido sano. Como resultado los rayos de alta intensidad
no podían ser aplicado al tumor por una sola vía.
Sin embargo rayos de alta intensidad eran necesarios para destruir el tumor.
En consecuencia aplicar un rayo de baja intensidad no tendría éxito.
Por lo tanto, el médico dividió los rayos de alta intensidad en muchos rayos de baja intensidad.
Posicionó los rayos de baja intensidad en múltiples ubicaciones alrededor del cuerpo del paciente.
Los rayos de baja intensidad convergieron simultáneamente en el tumor.
De esta manera los rayos destruyeron el tumor.
Nota. En itálicas las inferencias generadas.
El mecanismo de formulación de inferencias permite ofrecer una explicación
para el fenómeno de direccionalidad, esto es, de la preferencia de las personas por
estructurar uno de los análogos en términos del otro. Habitualmente la transferencia de
información transcurre, en efecto, desde la más familiar y mejor comprendida de las dos
estructuras de relaciones, a aquella que se quiere comprender, explicar o resolver. La
mayor comprensión y familiaridad se halla asociada a estructuras mejor organizadas y
más profundas de información. Bowdle y Gentner (1997) encontraron que la asimetría
en la dirección preferida en una comparación puede ser predicha precisamente en
función del grado en que uno de los análogos posee una estructura relacional más
grande y profunda que el otro.
Mecanismos de cambio _________________________
53
3.1.3. EL MECANISMO DE RE-REPRESENTACIÓN DE PREDICADOS
Gentner y Wolff (2000) consideran otro grupo de mecanismos de cambio
representacional que, a diferencia de los anteriores, afecta la representación inicial de
ambos análogos. Los autores se refieren a ellos como la re-representación de
predicados. Si un emparejamiento entre dos estructuras relacionales requiere poner en
correspondencia dos relaciones y esas relaciones no son idénticas sino meramente
similares, un mecanismo de re-representación ha de operar a efectos de descubrir una
identidad más abstracta entre dichas relaciones. Por ejemplo, para establecer una
correspondencia entre ACUSAR (jurado, Nicolás) y DEMANDAR (Rolling Stones,
The Verve), se postula que el sistema cognitivo podría buscar un concepto
supraordenado del que las relaciones constituirían ejemplares (e.g., CULPAR) (véase
Figura 3.1). Gentner y Wolff (2000) se refieren a esta búsqueda de un significado
compartido por dos predicados similares pero no idénticos como re-representación de
predicados. Los modelos computacionales del pensamiento analógico han propuesto
diversos mecanismos para lograr que dos predicados que no son idénticos sean
emparejados. Uno es el enfoque de la re-representación taxonómica, de acuerdo al cual
se emplean jerarquías de abstracción. Falkenhainer (1990) incorporó la noción de
ascenso mínimo en el desarrollo de su simulación Phineas. En los casos en los que los
consecuentes en una estructura relacional son idénticos pero los antecedentes no,
Phineas intenta alinear los antecedentes subiendo en una jerarquía taxonómica hasta que
encuentra el supraordenado que esté más cercano (más abajo en la jerarquía):
DESTRUIR y APUÑALAR pueden ser re-representados como dos casos de DAÑAR
(el supraordenado más cercano). Este enfoque parece psicológicamente plausible en los
casos donde se puede asumir una jerarquía taxonómica estable. Sin embargo, esta
suposición no se puede garantizar para todos los pares de verbos.
Otra forma de emparejar predicados que no son idénticos es llevando a cabo una
descomposición (Gentner y Rattermann, 1991). Mediante este mecanismo los
predicados son descompuestos en estructuras que subyacen a ellos, tal como ocurre en
la descomposición léxica. Este mecanismo consiste en identificar los subcomponentes
que codifican el significado de relaciones no similares, con el propósito de buscar
elementos que sean idénticos (Yan, Forbus y Gentner, 2003). Si se necesitara de un
medio para encontrar la identidad entre relaciones inicialmente similares como
DESTAPAR (Juan, tarro) y DESCORCHAR (Susana, botella), la aplicación del
Mecanismos de cambio _________________________
54
mecanismo de descomposición a esos predicados relacionales llevaría eventualmente a
re-representarlos como CAUSAR [DESTAPAR (Juan, tarro), ABRIR (Juan, tarro)] y
CAUSAR [DESCORCHAR (Susana, botella), ABRIR (Susana, botella)],
respectivamente. De esta manera, el mecanismo de descomposición revelaría que
destapar y descorchar comparten el subcomponente abrir (la identidad subyacente a
dos relaciones inicialmente similares pero no idénticas). De una forma similar, la última
implementación computacional de la teoría de las múltiples restricciones (i.e., LISA,
Hummel y Holyoak, 1997, 2003) realiza algo semejante a la descomposición (Gentner y
Kurtz, 2006), pero recurriendo a representaciones distribuidas del significado. Como
vimos sintéticamente en el Capítulo 2, LISA opera sobre unidades conceptuales que
están permanentemente conectadas a una colección de subunidades primitivas que
representan su semántica. En la arquitectura de LISA, dos elementos que no son
idénticos (sean relaciones o entidades) pueden ser puestos en correspondencia si
comparten primitivos semánticos (e.g., una unidad compartida por destapar y
descorchar podría ser abrir).
Figura 3.1. Ejemplo de re-representación de predicados adaptado de Gentner y Wolff (2000)
La re-representación provee medios a través de los cuales pueden realizarse
emparejamientos entre predicados no-idénticos, pero una re-representación masiva
puede ser costosa a nivel computacional y, peor aún, podría llevar a un establecimiento
de correspondencias indiscriminado. La decisión de re-representar debe ser restringida.
Una forma de lograr esto podría consistir en limitar la re-representación solamente a
Mecanismos de cambio _________________________
55
aquellos casos en los cuales los predicados cercanos de la estructura se corresponden.
Este enfoque es el que utiliza Falkenhainer (1990) en Phineas y Keane y Brayshaw
(1988) en la máquina de la analogía incremental [Incremental Analogy Machine: IAM),
su modelo computacional de pensamiento por analogía.
Una segunda pregunta que abre la propuesta de mecanismos de re-
representación se refiere a si existe un conjunto de procesos estándar para re-representar
y si la aplicación de unos u otros depende de la experencia. Gentner y Wolff (2000)
plantean que una propuesta razonable consiste en que las personas buscan en primer
lugar si existe, en una red de tipo ES-UN, un concepto supraordenado del que los
predicados a emparejar sean casos específicos. Si el sistema cognitivo no encuentra un
concepto supraordenado –tal como ocurriría cuando dos predicados que no son
idénticos son puestos en correspondencia por primera vez–, puede entonces que las
personas recurran al mecanismo de descomposición. Si esa descomposición es usada en
reiteradas ocasiones, puede que sea incorporada a la jerarquía de abstracciones (este
mecanismo es similar al propuesto por Glucksberg y Keysar, 1990, en su teoría de la
metáfora como categorización atributiva y por Bowdle y Gentner, 2001, en su teoría de
la carrera de la metáfora). Otra posibilidad, propuesta por los autores, es que los
subcomponentes de predicados subyacentes devengan más accesibles para que, en
futuros emparejamientos, su similitud pueda ser identificada con mayor facilidad. A lo
largo del curso de varias comparaciones, este proceso de cambio de formato puede tener
el efecto de hacer las representaciones mentales más unificadas y por lo tanto más
fáciles de manipular (Gentner y Rattermann, 1991). Siguiendo a Gentner y Wolff
(2000), ese proceso puede llevar al tipo de redescripciones representacionales
propuestas por Karmiloff-Smith (1991). Esta autora formuló la idea de que, en el
desarrollo conceptual, los niños transitan etapas de entendimiento en las cuales las
representaciones de una fase son redescriptas en la siguiente (e.g., pasan de un formato
procedural a un formato declarativo), con el resultado de que las representaciones de los
niños devienen cada vez más flexibles e independientes del contexto. Gentner y Wolff
sugieren que el establecimiento de correspondencias y los mecanismos de re-
representación pueden contribuir a este proceso de redescripción.
Mecanismos de cambio _________________________
56
3.1.4. EL MECANISMO DE RESTRUCTURACIÓN
El cambio representacional puede ocurrir no solamente en un nivel de conceptos
individuales sino también en un nivel más amplio de sistemas de relaciones. Con
frecuencia el pensamiento analógico puede producir cambios en la estrucura de
relaciones que organizan al AM. Para describir el mecanismo de reestructuración
Gentner y Wolff (2000) recurren a un ejemplo de la historia del desarrollo de la Física:
el modelo del átomo. A principios del Siglo XX los físicos buscaban comprender la
estructura del átomo. En 1904 una propuesta realizada por Joseph Thomson
(descubridor del electrón en 1897) planteaba que el átomo era una esfera de carga
positiva sobre la cual electrones con carga negativa se hallaban aglutinados, como si
fueran ciruelas pegadas en un budín (veáse Figura 3.2). El modelo de budín de ciruela
era defendido por un número importante de científicos. Sin embargo, el modelo fue
desafiado por uno de los estudiantes de Thomson, Ernest Rutherford. El modelo de
Rutherford era bastante distinto al de Thomson. ¿Pero cómo fue que llegó a formular un
modelo tan diferente?
Figura 3.2. Representación del modelo del átomo de Thomson.
En la primera década del Siglo XX, Rutherford buscaba determinar las
características de las partículas alfa (átomos de helio despojados de sus electrones, i.e.,
dos protones y dos neutrones). Rutherford y Hans Gieger utilizaron una técnica que
consistía en apuntar un haz de partículas alfa hacia una fina lámina de oro, para ver
cómo la lámina afectaba la trayectoria de las partículas. Para la detección de la
_
_
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+
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Mecanismos de cambio _________________________
57
trayectoria de las partículas se colocó una pantalla con sulfuro de zinc alrededor de la
lámina de oro. De esta manera los investigadores podían contar el número de partículas
que atravesaban la lámina de oro. Según el modelo de Thomson, las partículas alfa
atravesarían la lámina metálica sin desviarse demasiado de su trayectoria, debido a que
la carga positiva y los electrones del átomo se encontraban dispersos de forma
homogénea en todo el volumen del átomo (veáse Figura 3.3). Como las partículas alfa
poseen una gran masa (8.000 veces mayor que la del electrón) y gran velocidad (unos
20.000 km/s), las fuerzas eléctricas serían muy débiles e insuficientes para conseguir
desviar las partículas alfa. Además, para atravesar la lámina del metal, estas partículas
se encontrarían con muchos átomos, los que irían compensando las desviaciones hacia
diferentes direcciones. Pero los resultados sorprendieron a los investigadores. Un
pequeño pero significativo grupo de partículas cambiaron su trayectoria, en algunos
casos, hasta en ángulos de 90 grados, casi rebotando y volviendo hacia atrás. En
palabras de Rutherford, ese resultado era “tan sorprendente como si le disparases balas
de cañón a una hoja de papel y rebotasen hacia tí”.
El modelo de átomo de Thomson era incapaz de predecir el severo cambio en la
dirección de las partículas. Entonces, Rutherford comenzó a pensar en un modelo
alternativo. Varios biógrafos sugirieron que Rutherford probablemente reconoció que la
trayectoria de la partícula alfa era parabólica, al igual que el recorrido de un cometa
(véase Figura 3.4). Sumado a esto, Rutherford y sus colegas observaron que la
severidad de la desviación de la trayectoria de la partícula alfa aumentaba con el peso
atómico del metal de la lámina, como sería esperable por analogía, con un cometa
siendo desviado por una estrella dependiendo de su masa. Puede que Rutherford haya
continuado estableciendo los paralelos entre las dos situaciones y se haya preguntado si
la desviación en la trayectoria de la partícula era producida por una fuerza central, como
el camino de un cometa con respecto al sol. La idea de la fuerza central puede haber
llevado a emparejar posteriormente los electrones con los planetas. Los electrones en el
átomo podrían estar distribuidos alrededor de un “atractor” central como los planetas
alrededor del sol. La distancia relativa entre el núcleo y los electrones podría ser grande,
como la distancia entre el sol y los planetas.
El desplazamiento desde el modelo del budín de ciruela de Thomson al modelo
del sistema solar de Rutherford es un ejemplo de restructuración a través de una serie de
comparaciones analógicas (explícitas o implícitas). El mismo resultó en una
reorganización fundamental de elementos que ya eran conocidos. De acuerdo a
Mecanismos de cambio _________________________
58
Thomson, electrones negativamente cargados estaban rodeados por una esfera de
electricidad positivamente cargada. De acuerdo a Rutherford, la situación era casi la
opuesta: el elemento rodeado era un núcleo con carga positiva. Además de esta
inversión espacial, hubo un cambio fundamental en cómo se representaba la carga
positiva: en lugar de estar distribuida por toda una esfera, estaba contenida en una
estructura con masa, el núcleo.
Figura 3.3. Resultado esperable del experimento de partículas según el modelo de átomo de Thomson
(A). A la derecha el resultado observado (B).
La restructuración de la representación del átomo que hizo Rutherford comenzó
con una correspondencia entre la trayectoria de la partícula alfa y el recorrido de un
cometa por el sistema solar. Dado este emparejamiento local, el mapeo estructural
comienza a desarrollarse. Las estructuras de predicado que no están presentes en el AM
pero que están conectadas con la estructura de predicados puesta en correspondencia
A B
Mecanismos de cambio _________________________
59
con el base son proyectadas como inferencias candidatas (en este caso, la relación del
cometa con el sol). Nuevos elementos (un objeto central) o relaciones (atracción y
repulsión entre el objeto central y los objetos que orbitan) pueden ser propuestos para el
sistema meta. Estas estructuras nuevas puede que sean incompatibles con estructuras
preexistentes; un objeto central positivamente cargado no puede ser sumado al modelo
del budín de ciruela sin perturbar el balance entre la esfera con carga positiva y los
electrones con carga negativa. Los conflictos pueden ser resueltos de diversas maneras;
algunas estructuras pueden ser eliminadas del AM (e.g., la distribución de la carga
positiva), o nuevas estructuras pueden ser inducidas desde otras fuentes de información
(e.g., la incorporación de órbitas como en el modelo de átomo de Bohr). De una u otra
manera, el efecto global es una reorganización y revisión de la estructura
representacional previa.
Figura 3.4. Trayectoria de un cometa dentro del sistema solar (A) y modelo de átomo basado en los
resultados del experimento (B).
El proceso de reestructuración muestra que muchas veces los mecanismos
operan en conjunto y no de manera aislada. Más allá de que en el ejemplo del modelo
del átomo se produce una reorganización de la estructura de relaciones que conecta los
elementos del átomo, para lograr esa reestructuración es necesario completar la
representación con inferencias candidatas. Es decir, el mecanismo de reestructuración
combina el establecimiento de correspondencias, la re-representación y la generación de
inferencias, que en este caso no sólo completa información faltante en el meta, sino que
principalmente reemplaza afirmaciones del meta con inferencias derivadas del AB.
A B
Mecanismos de cambio _________________________
60
Son distintas las maneras en que estos mecanismos de producción e
interpretación de analogías operan en conjunto para generar cambios representacionales.
Un ejemplo representativo de este fenómeno es cuando se inventa a partir de un AM, un
AB utilizando el mecanismo de generación de inferencias. En el AB esos agregados de
información resultan ridículos por lo que resaltan lo absurdo del mismo atributo en el
AM. Veamos un ejemplo, consideremos la siguiente analogía: que haya una zona de
fumadores en un restorán (AM) es como si hubiese una zona para orinar en una pileta
de natación (AB). Esta analogía intenta, a través del mecanismo de generación de
inferencias (transferirle al AB una zona para orinar) combinado con la selección de
información, promover la idea de que así como la orina se esparce por toda la pileta (no
queda contenida en la zona habilitada para evacuar la orina), el humo también se
dispersa, de una forma imposible de controlar, por todo el restorán, y produce una asco
similar al que produciría la orina. Esto nos llevaría a pensar que habilitar una zona para
fumadores no tendría sentido.
Es importante remarcar que, como vimos en el Capítulo 1, que los resultados de
los mecanismos descriptos hasta aquí (las re-representaciones y/o las inferencias)
deberán aún ser evaluados en base a los conocimientos previos disponibles con respecto
al AM. Sí y solo sí son aceptadas como adecuadas (sea el efecto más o menos
duradero), puede considerarse que ha tenido lugar un cambio representacional. Dicho de
otro modo, si una personas genera inferencias, lleva a cabo una re-representación o
resaltado con el simple propósito de comprender una analogía que se le presenta pero
considera desde el inicio que esos cambios que promueve la analogía son
completamente implausibles para el AM habrá llevado a cabo los subprocesos de
establecimiento de correspondencias y/o generación de inferencias, pero no habrá
habido un cambio representacional.
3.2. CAMBIOS PERDURABLES QUE PRODUCE
EL PENSAMIENTO POR ANALOGÍAS
En la sección anterior vimos cuatro mecanismos de cambio que resultan del
alineamiento estructural entre dos análogos. Algunas veces estos cambios de
representación son temporarios y abren una perspectiva interesante sobre un hecho o
situación, aunque esta sea de fugaz. Sin embargo, en ciertas ocasiones los cambios
producidos por el pensamiento analógico son estables y duraderos. El uso de analogías
Mecanismos de cambio _________________________
61
puede resultar en la creación de nuevas categorías o en convencionalizar el uso de un
alineamiento entre dos dominios conceptuales.
3.2.1. CREACIÓN DE NUEVAS CATEGORÍAS
Para ilustrar el proceso de creación de categorías, Gentner y Wolff (2000)
acuden a un ejemplo clásico de la creación de categorías que ocurrió con la formulación
de la noción científica de onda. Inicialmente el concepto estaba basado en los
movimientos regulares y rítmicos del agua. Generalmente, se reconocía que estos
movimientos tenían relaciones regulares: cuando dos olas chocan, pueden reforzarse
mutuamente (interferencia constructiva), o bien pueden anularse mutuamente
(interferencia destructiva). Las olas pueden dispersarse pasando a través de un orificio
(difracción). Estas propiedades resultaron ser ciertas tanto para el sonido como para las
olas de agua. Además de extender las propiedades de los líquidos al sonido, el
fenómeno de las ondas fue aplicado al aire como posible medio a través del cual las
ondas podían viajar. Una vez que se logró ese nivel de abstracción, el concepto de onda
estuvo disponible para extrapolaciones más amplias. Se encontró que la luz poseía
aspectos en común con las interferencias constructivas y destructivas y con la
difracción.
El hecho de que las analogías puedan generar nuevas categorías ha sido descrito
y analizado por Glucksberg y Keysar (1990, 1993), entre otros. Ejemplos como “mi
abogado es como un Maradona del derecho” demuestran que hasta una entidad
individual puede dar lugar a una categoría vía analogía. Glucksberg y Keysar notaron
que las categorías generadas por analogía pueden convencionalizarse en categorías
ordinarias. Como en el ejemplo del concepto de onda, el nuevo concepto es una
abstracción o extensión del significado normal del análogo base (onda en el agua).
A menudo encontramos que las categorías creadas mediante una analogía
forman un sistema interrelacionado. Por ejemplo, una conceptualización común de la
mente consiste en representarla como un espacio físico (Roediger, 1980). Dos
correspondencias importantes en esta analogía es que los recuerdos son objetos en un
lugar físico y que recordar implica una búsqueda en ese espacio. La clásica
comparación de la memoria como una biblioteca, por ejemplo. Analogías como esta no
derivan su potencia de un emparejamiento local entre el concepto base de objeto físico y
concepto meta de recuerdo sino de las correspondencias entre el sistema de relaciones
Mecanismos de cambio _________________________
62
espaciales en el cual esos objetos están inmersos. Gentner y Grudin (1985) hacen un
rastreo histórico que muestra un desplazamiento de esas analogías espaciales más
generales a sistemas más complejos de comparaciones que dan lugar a inferencias
mucho más específicas acerca de los procesos mentales: la analogía con la teoría
matemática de la comunicación, y la más prominente de todas, la analogía mente
computadora.
3.2.2. ALINEAMIENTO ENTRE DOS DOMINIOS CONCEPTUALES
De acuerdo a la teoría de la metáfora conceptual de Lakoff y Johnson (1980,
1999), en la vida cotidiana empleamos todo el tiempo expresiones metafóricas que
apenas percibimos como tales. Las siguientes serían expresiones metafóricas extraídas
del habla castellana: Esta relación de pareja no avanza, Seguiremos juntos hasta que la
muerte nos separe, Lo mejor es que cada cual siga su rumbo, Nuestro matrimonio no
ha encontrado obstáculos en el camino hacia la felicidad. En todas estas expresiones se
emplean palabras utilizadas para describir situaciones y eventos de un dominio
semántico (VIAJE) para hacer referencia a aspectos y vicisitudes de otro dominio
semántico (AMOR). De acuerdo a la teoría de la metáfora conceptual, estas expresiones
son manifestaciones lingüísticas de una analogía conceptual convencional o metáfora
conceptual (una comparación que tiene lugar a nivel del pensamiento) que compartimos
en nuestra cultura (VIAJE-AMOR). De acuerdo a esta analogía, los amantes son vistos
como dos viajeros, la relación de pareja como un vehículo, las dificultades en la
relación como obstáculos en el camino, y así sucesivamente. El dominio meta (el
AMOR en este caso), es, de acuerdo a esta teoría, conceptualizado y pensado en
términos de un dominio base, el VIAJE en este ejemplo. Estas metáforas conceptuales
son abundantes en cualquier cultura y constituyen, de acuerdo a la teoría de la metáfora
conceptual, la fuente de sistemas de expresiones metafóricas que siguen un mismo
patrón lingüístico (i.e., se utilizan palabras de un dominio para hablar de otro). Alguna
vez en la historia de nuestra especie, así como en nuestra historia como individuos,
hemos empleado el dominio de los viajes para pensar el amor de pareja y seguimos
haciéndolo, lo que explica que hablemos recurrentemente del amor de pareja como si
fuera un viaje. Se trata, como hemos dicho, de analogías convencionales (i.e., no
nuevas) que existen en una cultura y que son tomadas y empleadas por las personas que
forman parte de ella. De acuerdo a Gentner y Wolff (2000), estas analogías han
Mecanismos de cambio _________________________
63
constituido un vehículo clave para la re-representación de ciertos dominios en términos
de otros y sus efectos de perduran.
Lakoff y Johnson (1980) postulan que una metáfora conceptual supone la
transferencia de sólo algunos aspectos del dominio base al dominio meta. De este modo,
por ejemplo, la metáfora VIAJE-AMOR supone la proyección de los conceptos base de
vehículo, pasajeros, velocidad, etc., pero deja de lado otros aspectos de los viajes, tales
como las paradas que uno puede realizar en el trayecto del viaje. Lakoff y Turner (1989)
postulan por otra parte, que las metáforas conceptuales incluyen por lo general un
esquema base de tipo genérico que admite diversas especificaciones. Así, por ejemplo,
en la metáfora conceptual VIAJE-AMOR no está especificado de qué tipo de viaje se
trata. Puede tratarse de un viaje en auto (Esta relación va en quinta), en avión (Esta
relación no levanta vuelo), en caballo (Los primeros años del matrimonio se pasan al
trote, pero luego se hace cuesta arriba). En la vida cotidiana no sólo empleamos
expresiones metafóricas convencionales, sino que generamos además expresiones
metafóricas relativamente novedosas. Para generar este tipo de expresiones metafóricas
lo que hacemos en más de una oportunidad, de acuerdo a Lakoff y Turner (1989), es
extender, de forma creativa, analogías convencionales de nuestra cultura, esto es,
emplear partes no usadas de un esquema base (por ejemplo, VIAJE) para caracterizar
aspectos de un dominio meta (por ejemplo, AMOR). Otra forma de generar expresiones
metafóricas novedosas consiste es especificar de forma concreta analogías que sólo
están definidas, como hemos indicado, en un nivel muy general. Por ejemplo, podemos
tomar un aspecto de un tipo de viaje en particular, como el viaje en barco, para hablar
del amor de pareja. En algunas ocasiones estos mecanismos se usan en forma conjunta.
Las siguientes son expresiones metafóricas relativamente novedosas correspondientes a
la analogía VIAJE-AMOR: En esta relación nos hemos quedado sin nafta, Las parejas
que van muy rápido pasan de largo parajes imperdibles del amor, El haber tenido que
maniobrar en caminos enlodados hace más fuerte a las parejas para futuros viajes. La
generación de expresiones metafóricas novedosas se asienta, como hemos dicho, en la
extensión, más o menos natural o forzada, de analogías preexistentes, y también en la
especificación concreta de aspectos no definidos del esquema base de la analogía
empleada. La generación de expresiones metafóricas novedosas a partir de metáforas
conceptuales constituye un mecanismo abierto y permanente de re-representación de
conceptos meta de un domino en términos de conceptos base de otro (Trench y
Minervino, 2015b).
Mecanismos de cambio _________________________
64
En este capítulo he expuesto la clasificación que hacen Gentner y Wolff de los
mecanismos de cambio que conllevan, luego de la evaluación de validez, a cambios
representacionales más o menos perdurables. En el próximo capítulo desarrollaré la
primera serie de experimentos de la presente tesis que evalúan si la generación de
inferencias es un indicador de cambio representacional.
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
65
CAPITULO 4. EXPERIMENTOS 1 Y 2
LA GENERACIÓN DE INFERENCIAS
ANALÓGICAS COMO INDICADOR DE
CAMBIO REPRESENTACIONAL
Como vimos en el Capítulo 1, el pensamiento por analogía supone la utilización
de conocimiento proveniente de un dominio familiar, el AB, para comprender un
dominio menos conocido, el AM, y se halla implicado en la solución de problemas, el
descubrimiento científico, la persuasión y otras actividades cognitivas (de la Fuente y
Minervino, 2004; Gentner, Holyoak y Kokinov, 2001; Holyoak, 2005). La realización
de una analogía implica establecer las correspondencias entre los elementos de los
análogos, y conlleva con frecuencia la generación de inferencias acerca del AM
(Holyoak, et al. 1994). Esta generación supone la creación de nuevas proposiciones para
este análogo a través de un mecanismo de copia y sustitución, aplicado a proposiciones
base que no han encontrado correspondencia en el AM (Falkenhainer, Forbus y
Gentner, 1989; Holyoak et al., 1994; Hummel y Holyoak, 2002). Como vimos en el
Capítulo 3, el desarrollo de la analogía entre el sistema solar y el sistema del átomo
supone establecer correspondencias entre el sol y el núcleo del átomo, y entre los
planetas y los electrones. La proposición base que afirma que los planetas giran
alrededor del sol no encontrará correspondencia en el AM. Utilizando los
emparejamientos establecidos, la persona podrá generar la inferencia de que los
electrones giran alrededor del núcleo, a través de un mecanismo de copia (repetición de
gira alrededor) y sustitución (reemplazo de planetas por electrones y de sol por
núcleo).
La formulación de inferencias se halla controlada en las personas por principios
sintácticos como la sistematicidad (Clement y Gentner, 1991; Markman, 1997;
Yanowitz, 2001) y el emparejamiento uno-a-uno (Krawczyk, Holyoak y Hummel,
2005), por restricciones de tipo pragmático (Spellman y Holyoak, 1996) y semántico
(Holyoak y Thagard, 1995). Sin embargo, estos múltiples controles sólo son capaces de
garantizar que las inferencias sean plausibles, pero de ningún modo que sean válidas
para el AM (Minervino y Adrover, 2003). Como se ha dicho en el Capítulo 3, las
inferencias deberán aún ser evaluadas en base a los conocimientos previos disponibles
con respecto al AM. Si y sólo si son aceptadas como adecuadas (sea el efecto más o
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
66
menos duradero), puede considerarse que ha tenido lugar un episodio de cambio
representacional. Dicho de otro modo, si una persona genera inferencias con el simple
propósito de comprender una analogía que se le presenta pero considera desde el inicio
que las inferencias que promueve la analogía son completamente implausibles para el
AM habrá llevado a cabo el subproceso de formulación de inferencias, pero no habrá
habido de ningún modo cambio representacional.
Las analogías han sido consideradas como un poderoso instrumento para
modificar conceptos acerca del AM, aunque la relación entre pensamiento analógico y
cambio de conocimiento ha sido poco estudiada empírica y computacionalmente
(Minervino, Adrover y Trench, 2014). Si bien la generación de inferencias ha sido
propuesta como uno de los mecanismos que puede conducir al cambio representacional
en el AM, en tanto permite que nuevo conocimiento sea predicado sobre este análogo
(Gentner y Wolff, 2000; Hosftadter y FARG, 1995), acabo de afirmar que, para que ello
ocurra, las inferencias generadas deberán ser aceptadas como válidas para el AM. Los
experimentos que se presentan en este capítulo se diseñaron para estudiar la relación
que mantienen la generación y la falsa memoria de inferencias analógicas con el cambio
representacional en el AM.
Blanchette y Dunbar (2002) pidieron a los participantes de una serie de
experimentos que leyeran un AM que trataba sobre algún tema polémico (e.g., la
legalización de la marihuana). En la condición experimental, el texto leído concluía con
la presentación de un AB (e.g., el levantamiento de la prohibición del alcohol). Los
participantes del grupo control leyeron el mismo AM pero ningún AB. En una prueba
de reconocimiento posterior, los participantes del grupo con análogo reconocieron
falsamente, en mayor medida que los participantes del grupo sin análogo, las inferencias
analógicas por ellos generadas como oraciones presentes inicialmente en el texto meta.
Perrot, Gentner y Bodenhausen (2005) demostraron que las inferencias analógicas
generadas por las personas son incorporadas en la representación del texto meta incluso
cuando dichas inferencias contradicen sus actitudes previas hacia el tema meta o bien la
analogía misma es juzgada como poco adecuada.
Blanchette y Dunbar (2002) sugieren que la generación y la integración de las
inferencias analógicas en la representación del texto meta podría implicar un cambio
representacional en el tema tratado por el AM: “Nuestros resultados muestran que este
proceso puede tener influencias profundas sobre la representación del análogo meta …
De manera general, la investigación sobre la que se informa aquí indica que la analogía
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
67
es un medio potencial para cambiar las representaciones subyacentes al conocimiento
complejo” (p. 682). Por su parte, Perrot et al. (2005) consideran que la incorporación de
inferencias analógicas contrarias a actitudes previas respecto al AM podría constituir un
medio para el cambio representacional: “El efecto analógico de inserción podría ser un
medio de crecimiento del conocimiento, e incluso de cambio conceptual, en contra de la
voluntad del aprendiz. Un mecanismo de este tipo podría ayudar a explicar algunos de
los cambios que se producen de un modelo mental a otro en el curso del aprendizaje de
un dominio…” (p. 696).
Aunque ambos estudios muestran que la representación de un texto meta puede
cambiar por influencia de la lectura de un AB, resta aún probar que este cambio
implique un cambio representacional con respecto al tema tratado por el AM, dos
niveles de análisis que, en mi opinión, no son distinguidos con suficiente claridad en
estos trabajos. Tomando por ejemplo la analogía entre la legalización del alcohol y la de
la marihuana estudiada por Blanchette y Dunbar (2002), parece claro que la
incorporación en la representación del texto meta de una inferencia como “la
legalización de la marihuana no aumentará su consumo” (construida a partir de “la
legalización del alcohol no aumentó su consumo”), debe ser distinguida de un cambio
representacional con respecto al tema tratado por el texto meta (e.g., el paso de la
creencia de que la legalización de la marihuana aumentará su consumo a la creencia de
que no lo hará debido a la comparación analógica). Mientras que la incorporación puede
ser tomada quizá como un indicador de la previa generación de inferencias y de su
atribución a quien presenta la analogía, no necesariamente indica una aceptación de las
mismas, algo que, como he planteado, es necesario para considerar que se ha producido
un cambio representacional en el AM.
El objetivo de esta primera serie de experimentos es averiguar cuál es la relación
que existe entre la falsa memoria de inferencias analógicas y el cambio representacional
acerca del tema tratado por el texto meta. De manera más específica, el objetivo fue
determinar si las personas que cometen falsos reconocimientos de inferencias
analógicas tienden a estar de acuerdo con estas inferencias en mayor medida que
aquellas que no cometen esos falsos reconocimientos. Si los falsos reconocimientos no
implican una mayor aceptación de las inferencias, deberían ser considerados
simplemente como errores de memoria respecto al texto meta. Si la falsa memoria se
halla asociada en cambio a una mayor aceptación de las inferencias, podría ser tomada
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
68
como un indicador, tal como sugieren Blanchette y Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005),
de cambio representacional con respecto al tema tratado por el texto meta.
Considerando que existe alguna evidencia empírica (e.g., Blanchette y Dunbar,
2002, Experimento 4; Day y Gentner, 2007, Experimento 3) de que en situaciones
experimentales como las diseñadas por estos autores, las personas generan las
inferencias promovidas por la analogía y lo hacen durante su procesamiento, la
diferencia entre quienes cometen falsos reconocimientos y quienes no, radicaría en que
los primeros las atribuyen erróneamente al presentador de la analogía, mientras que los
segundos se reconocen en cambio, acertadamente, como fuente de las mismas. La
cuestión es entonces si tiene sentido esperar que esta diferencia en la atribución vaya
asociada a una mayor o menor aceptación de las inferencias generadas. Mi hipótesis es
que la asociación entre falso reconocimiento y aceptación de inferencias no es esperable
para situaciones en las que el receptor de la analogía cuenta con conceptos previos
propios con respecto al AM (Minervino y Oberholzer, 2005), tales como las empleadas
por Blanchette y Dunbar (2002), Perrot et al. (2005) y por los experimentos de este
estudio, ya que en estos casos es probable que el receptor de la analogía juzgue las
inferencias de forma independiente con respecto a si cree (erróneamente) que fueron
pronunciadas por el presentador de la analogía o se reconoce (acertadamente) como el
generador de las mismas. Es posible que esta independencia entre la atribución de las
inferencias y su evaluación no se sostenga en cambio para situaciones en las que la
evaluación se apoya exclusivamente en la autoridad de quien presenta la analogía. Por
ejemplo si una persona no sabe nada acerca del átomo y les son presentadas las
correspondencias entre el sistema solar y el átomo pero no la inferencia de que los
electrones giran alrededor del átomo, puede que la inferencia sólo sea aceptada como
válida si ha sido explícitamente dada por el presentador de la analogía, y que su validez
sea mantenida en cambio en suspenso si el receptor sabe que es una inferencia generada
por él. En una situación de este tipo, la falsa memoria de inferencia puede que se
muestre asociada a una mayor aceptación de las mismas. Se estima que en las analogías
empleadas por Blanchette y Dunbar (2002), por Perrot et al. (2005) y por mí en estos
experimentos, el receptor de la analogía cuenta con criterios propios de evaluación, por
lo que no es esperable tal asociación. De no hallarse esta, los falsos reconocimientos
deberían ser tomados como un simple error de memoria relativo al texto meta que nada
indica acerca de un cambio representacional respecto del tema tratado por el texto meta.
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
69
4.1. EXPERIMENTO 1
El propósito de este primer experimento consistió en replicar, empleando
materiales diferentes a los de Blanchette y Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005), el
hallazgo de estos autores relativo al falso reconocimiento de inferencias analógicas y, en
segundo lugar, determinar si las personas que cometen estos errores de memoria tienden
a aceptar estas inferencias como válidas para el AM en mayor medida que aquellas
personas que no los cometen. Los participantes de dos grupos leyeron un texto meta que
describía un accidente automovilístico con respecto al cual era difícil establecer si el
conductor del automóvil era o no responsable del mismo. Los participantes del grupo
experimental leyeron seguidamente un AB que buscaba promover la idea de que el
conductor del automóvil era responsable del accidente, mientras que los participantes
del grupo control leyeron un texto de relleno. Luego de una tarea distractora, los
participantes de ambos grupos completaron una prueba de reconocimiento, con la que se
buscaba determinar si los participantes del grupo experimental, en contraposición a los
del grupo control, reconocían erróneamente como presentes en el texto meta oraciones
que eran en verdad inferencias que podían haber derivado por analogía. Después de esta
prueba, los participantes de ambos grupos fueron evaluados en cuanto a su grado de
acuerdo con esas inferencias analógicas, con el propósito de determinar si las personas
que habían incorporado en su representación del texto meta las inferencias analógicas
tendían a acordar con ellas (i.e., aceptarlas como válidas para el AM) en mayor medida
que los participantes que no las habían incorporado. Mi predicción fue que no
encontraríamos tal diferencia, ya que, como he considerado, las inferencias generadas
serían evaluadas de forma independiente con respecto al hecho de que fueran atribuidas
al presentador de la analogía o reconocidas como generadas por el receptor de la misma.
4.1.1. MÉTODO
Participantes
Participaron voluntariamente en el experimento 120 estudiantes de segundo
curso de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, 91 mujeres y 29 hombres, cuyas
edades estaban comprendidas entre los 19 y los 43 años de edad (M = 20,92, DE =
4,51).
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
70
Diseño
Se empleó un diseño mixto de 2 x 3 factores, en el que la variable condición
(con análogo y sin análogo) recibió una manipulación intersujeto, mientras que la
variable tipo de ítem de la prueba de reconocimiento (ítem del texto, ítem inferencia
analógica e ítem nuevo), recibió una manipulación intrasujeto. Las variables
dependientes fueron las respuestas “sí” dadas frente a los ítems de la prueba de
reconocimiento y el grado de acuerdo con las inferencias analógicas.
Procedimiento
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a una de las dos condiciones
del experimento (60 al grupo con análogo –Gc/A– y 60 al grupo sin análogo –Gs/A).
Todos los participantes leyeron el texto que describía el accidente automovilístico,
seguido de un AB (Gc/A) o de un texto de relleno (Gs/A), bajo la consigna de que luego
tendrían que responder algunas preguntas sobre lo leído. Pasados 5 min se les retiró este
material y se les entregó un cuadernillo con todas las tareas siguientes (a resolver por
escrito). La primera era una tarea distractora de razonamiento inductivo, para la que se
les dio, al igual que Blanchette y Dunbar (2002), 15 min. Los participantes completaron
sin límites de tiempo la prueba de reconocimiento y la tarea en la que debían expresar
su grado de acuerdo con las inferencias analógicas.
Materiales
Textos. El texto meta (204 palabras) describía un accidente en el que un
automovilista, que marchaba despacio, iba a atravesar una calle con semáforo en verde
para él. Una señora esperaba sobre la acera para cruzar. Una persona empujó a la señora
sin intención y la hizo caer a la calle. El automovilista atropelló a la señora. El AB (407
palabras) que recibió el Gc/A describía el accidente ocurrido al portador de un arma.
Esta persona interpretó erróneamente que un joven quería agredirlo con un arma. Con la
intención de asustarlo, efectuó un disparo hacia la acera, pero la bala hirió al joven. El
objetivo de la analogía era hacer ver al automovilista como el portador de un objeto
peligroso, similar a un arma y, por lo tanto, como responsable del accidente. En el Gs/A
los participantes leyeron, luego del texto meta, un texto (412 palabras) que describía una
situación que no guardaba similitud con el AM. Las versiones completas de los textos
del Gc/A pueden ser vistas en el Apéndice A.
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
71
Tres afirmaciones del AB del Gc/A no encontraban correspondencia en el AM y
podían dar lugar a tres inferencias analógicas. El texto de relleno del Gs/A también
contenía estas afirmaciones, aunque eran predicadas sobre situaciones no análogas al
AM.
Prueba de reconocimiento. Los participantes debían indicar con respecto a una
lista de afirmaciones si estaban o no presentes en el texto leído previamente, marcando
con una cruz en el casillero SI o en el casillero NO. Tres tipos de ítems fueron
incluidos: ítems del texto (afirmaciones que estaban en el texto), ítems inferencias
analógicas (afirmaciones que no estaban en el texto pero que podían ser derivadas por
analogía en el Gc/A) e ítems nuevos (afirmaciones que no estaban en el texto ni podían
ser derivadas a partir de la analogía). Se presentaron tres ítems de cada tipo. El orden de
presentación de estos nueve ítems fue contrabalanceado. Para generar las inferencias
analógicas se reemplazaron en las tres afirmaciones base sin correspondencia
determinadas palabras por sus correspondientes en el texto meta. Por ejemplo, la
afirmación base “Lorenzo [el portador el arma] es el responsable del accidente y debe
indemnizar al joven [la víctima del accidente] por los daños que le causó” dio lugar al
ítem “Bruno [el conductor del auto] es el responsable del accidente y debe indemnizar a
la señora [la víctima del accidente] por los daños que le causó”. En el Gs/A se utilizaron
las mismas afirmaciones. Las palabras reemplazadas y las reemplazantes fueron las
mismas del Gc/A, pero no guardaban correspondencia dentro de ninguna analogía. Se
controló de esta forma que ambos grupos estuvieran familiarizados en igual medida con
las inferencias analógicas (i.e., que ambos hubieran leído las oraciones de las que se
derivaron las inferencias); es sabido que el rendimiento en pruebas de reconocimiento
se puede ver afectado por un factor de familiaridad global (e.g., Yonelinas, 1997). Los
ítems del texto consistían en afirmaciones del texto meta y, al igual que las inferencias
analógicas, fueron idénticos en los dos grupos. Los ítems nuevos fueron distintos en uno
y otro grupo, y fueron generados siguiendo el mismo procedimiento empleado para la
generación de inferencias: utilicé tres afirmaciones del texto con AB (en el Gc/A) o del
texto de relleno (en el Gs/A) y se les reemplazó una o dos palabras con palabras del
texto meta. El grado de familiaridad de los ítems nuevos era idéntico en ambos grupos e
idéntico al de las inferencias analógicas. En el Gc/A las afirmaciones base utilizadas no
formaban parte de la estructura del AB. La inclusión de ítems del texto e ítems nuevos
nos iba a permitir comparar el rendimiento general de memoria de los grupos más allá
de su rendimiento específico en las inferencias analógicas. Un ejemplo de cada uno de
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
72
los tipos de ítems empleados en el Gc/A puede ser vistos en el Apéndice B. La media de
palabras de los ítems del texto fue de 20, 33 y la media de palabras de las inferencias
analógicas fue de 21, 33. La media de palabras de los ítems nuevos del Gc/A fue de 20
y la del Gs/A de 20, 33. No hubo diferencias entre las medias de palabras de los
distintos tipos de ítems en el Gc/A, F(2, 6) = 0,06, p > 0,05, MSE = 15,667; tampoco
hubo diferencias en el Gs/A, F(2, 6) = 0, 08, p > 0,05, MSE = 17,889.
Evaluación del grado de acuerdo con las inferencias analógicas. En una hoja
aparte, los participantes debían expresar su grado de acuerdo con un grupo de
afirmaciones relacionadas con el accidente automovilístico, en una escala de tipo Likert
de 5 puntos (1 = muy en desacuerdo y 5 = muy de acuerdo). El orden de presentación de
las tres inferencias analógicas fue contrabalanceado.
4.1.2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se descartaron del análisis tres participantes por no completar alguna de las
tareas (dos del Gs/A y uno del Gc/A). Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) 2 x
3 mixto sobre la proporción de respuestas “sí” dadas a los ítems de la prueba de
reconocimiento, tomando el tipo de ítem (ítem inferencia analógica, ítem del texto e
ítem nuevo) como un factor intrasujeto, y la condición (Gc/A y Gs/A) como un factor
intersujeto (véase la Tabla 1). Este análisis mostró una interacción significativa entre
condición y tipo de ítem, F(2, 230) = 12,67, p < 0,001, MSE = 0,728. Las pruebas de
efectos simples mostraron que hubo una diferencia significativa entre el Gc/A y el Gs/A
en la proporción de respuestas “sí” a los ítems inferencias analógicas, t(115) = 5,67, p <
0,001 (véase la Figura 4.1). Los participantes del Gc/A respondieron “sí” más
frecuentemente que los del Gs/A.
No hubo en cambio diferencias significativas en la proporción de respuestas “sí”
a los ítems de texto, t(115) = 0,69, p > 0,05, ni tampoco en la proporción de respuestas
“sí” a los ítems nuevos, t(115) = 1,85, p > 0,05. Pudimos replicar de esta forma los
resultados obtenidos por Blanchette y Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005): los
participantes del Gc/A cometieron más errores de reconocimiento que los participantes
del Gs/A en los ítems inferencias analógicas, no pudiendo ser atribuida esta diferencia a
un rendimiento de memoria inferior de tipo general por parte del Gc/A, ya que en los
dos tipos restantes de ítems (ítems del texto e ítems nuevos) no hubo diferencias de
rendimiento entre los grupos. De particular interés es el hecho de que se haya
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
73
encontrado diferencia entre los ítems inferencias analógicas pero no en los ítems
nuevos, ya que estos ítems fueron construidos con un mismo procedimiento y plantean
por lo tanto las mismas exigencias de memoria (i.e., advertir que un ítem no estaba
presente en el texto a pesar de haber leído la misma oración aplicada a otros conceptos).
La mayor cantidad de falsos reconocimientos en inferencias analógicas cometidos por el
Gc/A no puede ser explicada, por otra parte, por una mayor familiaridad de este grupo
con las oraciones que describían las inferencias analógicas, ya que estas oraciones
también habían sido leídas por los participantes del Gs/A.
Tabla 4.1.
Respuestas a los diferentes tipos de ítems de la prueba de reconocimiento para las diferentes
condiciones en el Experimento 1
Proporción de
respuestas “sí” a los
ítems del texto
Proporción de
respuestas “sí” a los
ítems nuevos
Proporción de
respuestas “sí” a los
ítems inferencias
analógicas
Condición
M
DE
M
DE
M
DE
Gc/A 0,91 0,15 0,09 0,23 0,43 0,35
Gs/A 0,89 0,23 0,03 0,10 0,11 0,24
Nota. Gc/A = grupo con análogo; Gs/A = grupo sin análogo
No se encontraron diferencias entre las medias de las respuestas dadas a las
preguntas de acuerdo con las inferencias analógicas del Gc/A (M = 2,86, DE = 0,82) y
del Gs/A (M = 2,79, DE = 0,91), t(115) = 0,48, p > 0,05. La presencia de un análogo no
logró aumentar el grado de acuerdo con la idea de que el automovilista era, al igual que
el portador del arma, responsable del accidente, y otras ideas asociadas a esta. Cabe
remarcar que no formaba parte de nuestros propósitos poner a prueba la eficacia de las
analogías como medio de persuasión, una cuestión que no es de interés en este estudio
(para un metanálisis sobre el tema, véase Sopory y Dillard, 2002). Nuestro objetivo
consistía en determinar si la falsa memoria de inferencias analógicas, un indicador de
cambio de representación del texto meta, es o no a su vez un indicador de cambio
representacional del tema meta.
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
74
Figura 4.1. Respuestas a los diferentes tipos de ítems de la prueba de reconocimiento para las diferentes
condiciones en el Experimento 1.
El resultado de mayor interés para los objetivos experimentales se refería
entonces a si los falsos reconocimientos de las inferencias analógicas se mostrarían o no
asociados al grado de acuerdo con las mismas. Se realizó un análisis de varianza
(ANOVA) 2 x 2 sobre el grado de acuerdo con las inferencias analógicas, tomando la
condición (Gc/A y Gs/A) y la respuesta frente a las inferencias analógicas (falso
reconocimiento –“sí” – o acierto –“no” –) como variables. No hubo interacción entre
condición y respuesta frente a las inferencias analógicas (falsos reconocimientos en
Gc/A: M = 2,92, DE = 1,03; aciertos en Gc/A: M = 2,80, DE = 1,11; falsos
reconocimientos en Gs/A: M = 2,80, DE = 1,15; aciertos en Gs/A: M = 2,77, DE =
1,17), F(1, 347) = 0,08, p > 0,05, MSE = 1,267). Tampoco hubo diferencias en cuanto al
grado de acuerdo con las inferencias analógicas entre los casos de falso reconocimiento
(M = 2,86, DE = 1,05) y los casos de acierto (M = 2,79, DE = 1,15) considerados en
conjunto, F(1, 347) = 0,27, p > 0,05, MSE = 1,267. Los errores de memoria en una
inferencia analógica no estuvieron asociados a un mayor grado de acuerdo con esa
inferencia.
En resumen, los resultados obtenidos replicaron el hallazgo de Blanchette y
Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005) en relación a que las personas cometen falsos
reconocimientos en inferencias analógicas y que estos errores de memoria son
0
0.2
0.4
0.6
0.8
1
Item
s de
l tex
to
Item
s nu
evos
Item
s in
fere
ncia
s an
alóg
icia
s
Pro
porc
ión
de re
spue
stas
"sí" Grupo con análogo
Grupo sin análogo
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
75
específicos de estas inferencias. Los datos indicaron, por otra parte, tal como predijéra y
en contra de lo sugerido por Blanchette y Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005), que el
hecho de que una analogía sea capaz de promover cambios en un individuo en la
representación del texto meta no implica que la analogía logre promover en el mismo
individuo cambios representacionales con respecto al tema tratado por el texto meta.
Las personas que cometen errores de memoria en las inferencias no tienden a aceptarlas
en mayor medida que quienes no los cometen. El hecho de que a partir de una
afirmación base como “Lorenzo es el responsable del accidente y debe indemnizar al
joven por los daños que le causó” una persona genere la inferencia “Bruno es el
responsable del accidente y debe indemnizar a la señora por los daños que le causó”, y
que crea luego erróneamente que la inferencia le fue dada por quien presentó la analogía
no parece guardar relación con la evaluación de validez que hace la persona de esa
inferencia. Las inferencias son evaluadas al parecer de forma independiente de la
localización de la fuente de la inferencia (i.e., el presentador o el receptor de la
analogía).
4.2. EXPERIMENTO 2
En el Experimento 1 trabajé bajo el supuesto de que todos los participantes del
Gc/A habían generado las inferencias analógicas y que la diferencia entre las personas
que cometieron falsos reconocimientos y las que no lo hicieron radicaba en el hecho de
que mientras que las primeras adscribían erróneamente al presentador de la analogía la
pronunciación de las inferencias, las segundas se reconocían adecuadamente como la
fuente de las mismas. Mi suposición se apoyaba en datos como los obtenidos por
Blanchette y Dunbar (2002) en su Experimento 4. Estos autores comprobaron que los
participantes que habían leído previamente un AM (grupo experimental) tardaron más
tiempo en leer las afirmaciones base de las que podían derivar inferencias analógicas
que aquellos que no habían leído un AM (grupo control), algo que tomaron como
prueba de que las personas generan las inferencias, y de que esta generación tiene lugar
durante el procesamiento de la analogía. Podría ponerse en duda, sin embargo, que estos
datos sean probatorios de que todos los individuos del grupo experimental hayan
generado las inferencias, ya que lo que se comparó fueron las medias de los tiempos de
lectura de los grupos experimental y control. El mismo argumento es válido para los
datos y las conclusiones obtenidos por Day y Gentner (2007). Para comparar el grado de
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
76
acuerdo con las inferencias de las personas que generan las inferencias y las atribuyen al
presentador de la analogía con el de aquellas que las generan pero no se las atribuyen,
resulta necesario controlar que las personas comparadas hayan generado las inferencias
y, además, que estas inferencias sean las esperadas por el experimentador. En el
Experimento 2 me propuse replicar el hallazgo del Experimento 1, pero controlando que
las personas comparadas (aquellos participantes del Gc/A que cometieran errores de
memoria en las inferencias analógicas contra los que no lo hicieran) hubieran generado
las inferencias esperadas. Este experimento incluyó, además de los dos grupos del
Experimento 1, un tercer grupo, al que se le pidió, de forma explícita y guiada, la
generación de las inferencias analógicas. A este grupo se le destacaron en el texto del
AB las tres afirmaciones a partir de las cuales se podían derivar las inferencias
analógicas y se les dio la tarea de reemplazar en ellas los conceptos base por los
correspondientes conceptos meta. Para realizar la comparación relativa al grado de
acuerdo de las personas con las inferencias analógicas según cometieran o no falsos
reconocimientos, se tomaron en este grupo sólo aquellos participantes que habían
formulado correctamente todas las inferencias. De no encontrarse diferencias en cuanto
a grado de acuerdo entre los casos de acierto y los casos de falso reconocimiento, se
confirmaría, bajo condiciones mejor controladas, la hipótesis de que el falso
reconocimiento no es un indicador de cambio representacional del AM.
4.2.1. MÉTODO
Participantes
Participaron voluntariamente en el experimento 200 estudiantes de segundo
curso de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, 156 mujeres y 44 hombres,
cuyas edades estaban comprendidas entre los 18 y los 51 años (M = 24,73, DE = 3,44).
Diseño
Se empleó un diseño mixto de 3 x 3 factores, en el que la variable condición
(Gc/A y generación espontánea, Gc/A y generación guiada, y Gs/A) recibió una
manipulación intersujeto, mientras que la variable tipo de ítem de la prueba de
reconocimiento (ítem del texto, ítem inferencia analógica e ítem nuevo) recibió una
manipulación intrasujeto. Las variables dependientes fueron las mismas del
Experimento 1.
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
77
Procedimiento
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a una de las tres condiciones
del experimento (60 al Gc/A y generación espontánea, 60 al Gs/A y 80 al Gc/A y
generación guiada –a este grupo se le asignaron más participantes considerando la
posible eliminación del análisis de aquellos que no hubieran generado correctamente las
inferencias). El procedimiento empleado con el Gs/A y el Gc/A y generación
espontánea fue el mismo que el empleado con estos grupos en el Experimento 1. La
única diferencia de procedimiento entre este grupo y el Gc/A y generación guiada fue
que a los participantes de este último se les pidió que escribieran las tres inferencias
analógicas después de leer el AB.
Materiales
Textos. Los participantes del Gc/A y generación espontánea y el Gs/A recibieron
los mismos textos y las mismas tareas que los recibidos por estos grupos en el
Experimento 1. Los participantes del Gc/A y generación guiada recibieron los mismos
textos y las mismas tareas que el Gc/A y generación espontánea, con la única diferencia
de que las tres afirmaciones del AB de las que podían derivarse las inferencias
analógicas aparecían numeradas y resaltadas en negrita. Luego de la lectura del AB,
aparecía la siguiente consigna: “Es evidente que Juan quería convencer a Pedro de que
estas tres afirmaciones se aplican también al accidente en el que Bruno atropelló a la
señora con el auto. Le pedimos a continuación que imagine cómo se aplican estas tres
afirmaciones al caso de Bruno, su auto y la señora que atropelló. Se trata de hacer las
mismas afirmaciones pero reemplazando lo que hay que reemplazar.” Había un espacio
para escribir, en forma numerada, cada una de las tres inferencias analógicas.
4.2.2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dieciséis participantes del Gc/A y generación guiada fueron eliminados del
análisis por no formular correctamente las inferencias analógicas. Diecisiete
participantes (ocho del Gc/A y generación espontánea, cuatro del Gc/A y generación
guiada y cinco del Gs/A) fueron descartados del análisis por no completar alguna de las
tareas requeridas. Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) 3 x 3 mixto sobre la
proporción de respuestas “sí” dadas a los ítems de la prueba de reconocimiento,
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
78
tomando la variable tipo de ítem (ítem del texto, ítem inferencia analógica e ítem nuevo)
como un factor intrasujeto, y la condición (Gs/A, Gc/A y generación espontánea y Gc/A
y generación guiada) como un factor intersujeto. Este análisis mostró una interacción
significativa entre condición y tipo de ítem, F(4, 328) = 14,10, p < 0,001, MSE = 0,797
(véase la Tabla 2).
Se encontró una diferencia significativa entre los Gc/A y generación espontánea,
Gc/A y generación guiada y Gs/A en la proporción de respuestas “sí” a los ítems
inferencias analógicas, F(2, 164) = 29,57, p < 0,001, MSE = 2,389 (véase la Figura 4.2).
Las pruebas de efectos simples mostraron una diferencia significativa entre el Gc/A y
generación espontánea y el Gs/A, t(105) = 6,71, p < 0,001, y entre el Gc/A y generación
espontánea y el Gc/A y generación guiada, t(110) = 6,48, p < 0,001, en la proporción de
respuestas “sí” dadas a las inferencias analógicas. Los participantes del Gc/A y
generación espontánea respondieron “sí” con más frecuencia que los participantes del
Gc/A y generación guiada y el Gs/A a los ítems inferencias analógicas. No se
registraron diferencias en la proporción de respuestas “sí” a las inferencias analógicas
entre el Gc/A y generación guiada y el Gs/A, t(113) = 0,32, p > 0,05.
Tabla 4.2.
Respuestas a los diferentes tipos de ítems de la prueba de reconocimiento para las diferentes
condiciones en el Experimento 2
Proporción de
respuestas “sí” a
ítems del texto
Proporción de
respuestas “sí” a
ítems nuevos
Proporción de
respuestas “sí” a
ítems
inferencias
analógicas
Condición
M
DE
M
DE
M
DE
Gc/A y generación espontánea .90 .18 .13 .22 .51 .31
Gc/A y generación guiada .92 .17 .11 .27 .16 .28
Gs/A .93 .16 .08 .14 .14 .27
Nota. Gc/A = grupo con análogo; Gs/A = grupo sin análogo.
La formulación guiada de inferencias eliminó el fenómeno del falso
reconocimiento de inferencias analógicas. Esto parece indicar que este fenómeno se
halla asociado a una generación poco consciente de las mismas (Day y Gentner, 2007).
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
79
No se encontraron diferencias significativas entre los tres grupos del experimento en la
proporción de respuestas “sí” a los ítems del texto, F(2, 164) = 0,41, p > 0,05, MSE =
0,011, ni en la proporción de respuestas “sí” a los ítems nuevos, F(2, 164) = 0, 70, p >
0,05, MSE = 0,035.
En resumen, al igual que en el Experimento 1, los participantes del Gc/A e
inferencias espontáneas cometieron más errores de reconocimiento que los participantes
del Gs/A en los ítems inferencias analógicas. Nuevamente, esta diferencia no puede ser
atribuida a un rendimiento de memoria inferior de tipo general del primer grupo, ya que
en los dos tipos restantes de ítems no hubo diferencias de rendimiento entre los dos
grupos. La presencia de un AB dejó de tener efectos sobre el falso reconocimiento de
inferencias analógicas cuando la tarea de generación fue llevada a cabo de forma
guiada, lo que parece indicar que este fenómeno se encuentra vinculado a una
generación poco controlada de inferencias.
Figura 2. Respuestas a los diferentes tipos de ítems de la prueba de reconocimiento para las diferentes
condiciones en el Experimento 2.
Se encontraron diferencias significativas entre las medias de los tres grupos de
las respuestas dadas a las preguntas de acuerdo con las inferencias analógicas, F (2,
164) = 6,68, p < 0,01, MSE = 3,159 (Gc/A y generación espontánea: M = 2,91, DE =
0,79; Gc/A y generación guiada: M = 3,05, DE = 0,63, Gs/A: M = 2,64, DE = 0,64). Las
0
0.2
0.4
0.6
0.8
1
Item
s de
l tex
to
Item
s nu
evos
Item
s in
fere
ncia
s an
alóg
icia
s
Pro
porc
ión
de re
spue
stas
"sí"
Grupo con análogo y generación espontánea
Grupo con análogo y generación guiada
Grupo sin análogo
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
80
pruebas de efectos simples mostraron diferencias significativas entre el Gc/A y
generación espontánea y el Gs/A, t(105) = 2,28, p < 0,05, y entre el Gc/A y generación
guiada y el Gs/A, t(113) = 3,89, p < 0,001. No se encontraron diferencias significativas
entre el Gc/A y generación espontánea y el Gc/A y generación guiada, t(110) = 1,08, p
> 0,05. Los participantes de las condiciones con análogo, a diferencia de lo que ocurrió
en el Experimento 1, tuvieron un mayor grado de acuerdo con las inferencias analógicas
que los participantes de la condición sin análogo, lo que indica que la presencia de un
análogo logró promover la idea de que el automovilista era, al igual que el portador del
arma, responsable del accidente, así como otras ideas vinculadas a esta. Cabe reiterar
que no constituyó un propósito de nuestros experimentos evaluar la eficacia de la
presencia de un análogo como medio de cambio representacional. Nuestro objetivo
consistió en determinar si la falsa memoria de inferencias es o no un indicador de este
tipo de cambio.
Se realizó un análisis de varianza (ANOVA) 3 x 2 sobre el grado de acuerdo con
las inferencias analógicas, tomando a la condición (Gc/A y generación espontánea,
Gc/A y generación guiada y Gs/A) y la respuesta frente a las inferencias analógicas
(falso reconocimiento –“sí” – o acierto –“no”) como variables. No se encontró
interacción significativa entre condición y respuesta frente a las inferencias analógicas
(falsos reconocimientos en Gc/A y generación espontánea: M = 2,85, DE = 0,91;
aciertos en Gc/A y generación espontánea: M = 2,97, DE = 1,3; falsos reconocimientos
en Gc/A y generación guiada: M = 3,04, DE = 1,04; aciertos en Gc/A y generación
guiada: M = 3,06, DE = 0,78; falsos reconocimientos en Gs/A: M = 2,70, DE = 1,02;
aciertos en Gs/A: M = 2,58, DE = 0,95), F (2, 495) = 0,20, p > 0,05, MSE = 0,832.
Tampoco hubo diferencias en cuanto al grado de acuerdo con las inferencias analógicas
entre los casos de acierto (M = 2,86, DE = 0,96) y los casos de falso reconocimiento (M
= 2,87, DE = 0,96) considerados de forma conjunta, F (1, 495) = 0,15, p > 0,05, MSE =
0,832. Tal como predijéramos, los errores de memoria de un individuo en una inferencia
analógica no implican un mayor grado de acuerdo por parte de ese individuo con esa
inferencia, en comparación con el de otro individuo que no comete ese error. El objetivo
central de este segundo experimento fue determinar si esta ausencia de asociación, ya
encontrada en el Experimento 1, volvía a aparecer en un grupo en el que se controlara
que todos los participantes hubieran generado las inferencias esperadas por el
experimentador, pudiéndose de esta manera asegurar que la diferencia entre los casos de
falso reconocimiento y los casos de acierto radicaba en la adscripción de las inferencias
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
81
(por todos generadas) al presentador de la analogía (falso reconocimiento) o al receptor
de la misma (acierto). En el Gc/A y generación guiada se llevó a cabo este control y no
se encontraron diferencias en grado de acuerdo con las inferencias entre los casos de
falso reconocimiento y los casos de acierto.
4.3. DISCUSIÓN GENERAL
La realización o interpretación de una analogía conlleva frecuentemente la
formulación de inferencias acerca del AM. En la medida en que una analogía sea más o
menos razonable desde el punto de vista sintáctico, semántico y pragmático, las
inferencias generadas serán más o menos plausibles (Holyoak y Thagard, 1995). No
obstante, siempre deberán ser evaluadas a partir del conocimiento previo disponible
acerca del AM. Si la analogía resulta persuasiva, es posible que las inferencias
generadas logren transformar la percepción que se tiene acerca de algunos aspectos del
AM, sean estos cambios más o menos duraderos. Debe quedar claro, sin embargo, que
la formulación de inferencias puede estar simplemente al servicio de producir o
interpretar una analogía, sin que ello implique, por sí solo, un cambio representacional,
esto es, una percepción novedosa del AM.
Quien presenta una analogía puede desarrollar explícitamente las inferencias que
se siguen de ella o bien dejar en manos del receptor de la misma la generación de dichas
inferencias. En este segundo caso, dado el carácter relativamente automático del
proceso de generación de inferencias (Day y Gentner, 2007), puede que el receptor no
recuerde más tarde si las inferencias le fueron presentadas o fue él quien las generó, y
que las atribuya erróneamente al presentador de la analogía. Los dos experimentos
llevados a cabo en este estudio han permitido demostrar que el falso reconocimiento de
inferencias no es un indicador de cambio representacional acerca del AM, en contra de
lo sugerido por Blanchette y Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005). En el Experimento 1
los participantes que recibieron un AB luego de leer un AM tendieron a cometer más
falsos reconocimientos de inferencias que los de un grupo de control que no recibieron
ningún AB. Sin embargo, el falso reconocimiento no se mostró asociado a una mayor
aceptación de las inferencias. En este primer experimento trabajé bajo el supuesto de
que en el grupo experimental todos los participantes habían generado las inferencias
analógicas y que la diferencia entre quienes cometían errores y quienes no lo hacían
radicaba en que los primeros las atribuían erróneamente al presentador de la analogía
Experimentos 1 y 2: Generación de inferencias _________________________
82
mientras que los segundos no. En el Experimento 2 repliqué el hallazgo del primero en
un grupo en el que controlamos que las inferencias esperadas fueron generadas. En
síntesis, los resultados de ambos experimentos muestran que los falsos reconocimientos
de inferencias analógicas deberían ser tomados como errores de memoria respecto al
texto meta pero no como un indicador de cambio representacional respecto al tema
tratado por este texto. No se descarta la posibilidad de que esta falsa memoria sea un
indicador de cambio representacional para situaciones de razonamiento analógico
distintas a las incluidas en este estudio. En la introducción de este capítulo he dado un
ejemplo de este posible tipo de situaciones. En aquellos casos en los que el receptor de
una analogía no cuenta con conocimientos acerca del AM como para evaluar
inferencias, es posible que realice la evaluación considerando si fueron o no
explícitamente presentadas por quien formuló la analogía. Si así fuera, una errónea
atribución podría aparecer asociada a una mayor aceptación de las inferencias. Creo, sin
embargo, que el falso reconocimiento de inferencias podría llegar a ser, en el mejor de
los casos, un indicador muy indirecto y poco fiable de cambio representacional.
Entiendo que lo que Blanchette y Dunbar (2002) y Perrot et al. (2005) han estudiado es
un interesante fenómeno de memoria que conlleva un cambio en la representación del
texto meta por influencia de un AB, y que una insuficiente discriminación entre este
fenómeno y el de un cambio representacional acerca del tema tratado por el texto meta
los ha conducido a tomar la falsa memoria como un posible indicador de cambio
representacional.
La teoría de la asignación categorial _________________________
83
CAPÍTULO 5. LOS LÍMITES DEL MODELO ESTÁNDAR
LA TEORÍA DE LA ASIGNACIÓN CATEGORIAL
El pensamiento analógico constituye, como hemos visto a lo largo de todo este trabajo, una
actividad central en la cognición humana (Gentner, 2003; Hofstadter y Sander, 2013; Holyoak y
Thagard, 1995). La teoría de la proyección de la estructura (Gentner, 1983, 1989; Gentner y
Markman, 1997) y la teoría de las múltiples restricciones (Holyoak y Thagard, 1989; Hummel y
Holyoak, 1997, 2003) pueden ser consideradas, como se ha propuesto, como los ejemplares más
representativos de lo que se ha referido en otros trabajos (Minervino, Oberholzer, y Trench, 2008,
2013) como el modelo estándar del pensamiento analógico. A pesar de diferir en algunos supuestos,
sus modelos computacionales de establecimiento de correspondencias y generación de inferencias
(e.g., SME, Falkenhainer, Forbus, y Gentner, 1989; ACME, Holyoak y Thagard, 1989; LISA,
Hummel y Holyoak, 1997) coinciden en reducir las influencia semántica a similitudes entre elementos
proposicionales que desempeñan los mismos roles en sus respectivos análogos.
En este capítulo, discutiré algunas limitaciones del modelo estándar sobre el papel de la
similitud semántica durante los subprocesos centrales del proceso analógico, para introducir luego
una nueva perspectiva acerca de estos subprocesos centrales, que he desarrollado junto a otros
colegas. Para adelantar la idea central, sostenemos (véase Minervino et al., 2008, 2013) que las
personas frecuentemente interpretan las situaciones comparadas en una analogía por medio de la
aplicación de categorías relacionales de esquema, y que una vez que ha operado esta interpretación,
los mecanismos analógicos que operan se apartan de forma importante de aquellos postulados por el
modelo estándar. Ilustraré las características centrales de los mecanismos propuestos con varios
ejemplos, y me referiré a la evidencia actualmente disponible. Finalmente, presentaré algunas
predicciones no puestas a prueba todavía del nuevo enfoque que venimos desarrollando. La
presentación de esta nueva perspectiva brindará el marco para comprender la propuesta de un nuevo
conjunto de mecanismos de representación, acerca de los cuales he buscado recoger evidencia
empírica a través de los experimentos que presento en el siguiente capítulo.
5.1. EL MODELO ESTÁDAR: EL PENSAMIENTO ANALÓGICO COMO EL
DESCUBRIMIENTO DE UNA ESTRUCTURA DE RELACIONES SIMILARES
Con el objetivo de ilustrar de modo simple cómo se aparta nuestra propuesta del modelo
estándar, haré un breve repaso de las ideas centrales de la TPE (Gentner, 1983; 1989; Gentner y
La teoría de la asignación categorial _________________________
84
Markman, 1997), posiblemente el modelo más influyente sobre el pensamiento analógico. Esta teoría
afirma, según se ha visto, que realizar una analogía consiste en descubrir que dos situaciones, cuyos
objetos apareables son diferentes, comparten una estructura común de relaciones, esto es, de
predicados que poseen dos o más argumentos. Cuando tal estructura común es hallada, aquello que
resulta conocido acerca de la situación más familiar (AB) puede ser utilizado para inferir nueva
información sobre la situación menos familiar (AM). La búsqueda de una estructura compartida
supone la aplicación del principio de sistematicidad (Gentner, 1983, 1989), el cual prioriza
correspondencias entre relaciones que están vinculadas por relaciones de orden superior.
La alineación estructural debe además satisfacer el principio de correspondencias uno-a-uno y
la conectividad paralela. Mientras que el establecimiento de correspondencias uno a uno requiere que
un elemento de una situación sea puesto en correspondencia con, como máximo, un elemento en la
otra situación, la conectividad paralela implica que si dos predicados son puestos en correspondencia,
sus argumentos también deben ser puestos en correspondencia y esto debe hacerse de acuerdo a sus
roles (e.g., agente, paciente u objeto). Supóngase que una persona recibe un AB que sostiene que
“Juan, que estudia matemáticas, ama a María, y esto hace que Juan se preocupe por María”, seguido
por un AM que dice que “Pedro, que lee novelas, estima a Susana”. Dos grupos de correspondencias
son posibles: (a) aquél que pone en correspondencia la relación estudiar y leer con sus argumentos
(Juan y Pedro, y matemática y novelas), y (b) aquél que pone en correspondencia ama y estima, y sus
argumentos (Juan y Pedro, y María y Susana). Una vez que el base y el meta han sido alineados, las
afirmaciones del base que están conectadas a un grupo de elementos puestos en correspondencia pero
no poseen una contraparte en el meta serán propuestas como inferencias candidatas a través del ya
analizado proceso de copia con sustitución y generación (Holyoak, Novick, y Melz, 1994). En este
ejemplo, el sistema cognitivo podría transferir la proposición base “Juan se preocupa por María” al
meta, reemplazando Juan por Pedro y María por Susana, tal como es indicado por las
correspondencias previamente establecidas. La estructura común que incluye esta inferencia será
preferida por sobre la otra en virtud del principio de sistematicidad.
Una importante presuposición de la TPE es que dos predicados de relaciones no idénticas
pueden únicamente ser puestos en correspondencia si pueden ser representados en términos idénticos,
siendo esto hecho por medio de la búsqueda del término supraordenado común más abstracto
(Falkenhainer, 1990), o por medio de la descomposición de su significado en sus subcomponentes
semánticos, de tal modo de descubrir un subcomponente compartido (Yan, Forbus, y Gentner, 2003).
En el ejemplo anterior, ama y estima pueden ser rerepresentados como sentir un afecto positivo. De
acuerdo con la TPE, tal como hemos visto, el juicio de las personas acerca de la calidad de una
analogía depende del número de correspondencias locales, de la profundidad del sistema de
correspondencias establecidas, y del grado de similitud entre las relaciones puestas en
correspondencia.
La teoría de la asignación categorial _________________________
85
5.2. LA NUEVA PERSPECTIVA: EL PENSAMIENTO ANALÓGICO
COMO LA ASIGNACIÓN DE DOS SITUACIONES A UNA
CATEGORÍA RELACIONAL DE ESQUEMA COMPARTIDA
A pesar de la gran cantidad de evidencia empírica que apoya muchos de los postulados de los
modelos teóricos y computacionales del enfoque estándar (ver Gentner y Smith, 2013, para una
revisión), hemos argumentado (Minervino et al., 2008, 2013) que los supuestos semánticos adoptados
por esta perspectiva tradicional no pueden dar cuenta de analogías en las cuales la interacción entre
elementos proposicionales da lugar a ejemplares de una categoría relacional de esquema.
Contrariamente a los miembros de categorías de entidades (e.g., fruta; para una revisión, véase
Murphy, 2002) que comparten un conjunto de características probabilísticas y correlaciones entre
estas características, los miembros de las categorías relacionales de esquema, tales como asesinato,
comparten una estructura que puede ser instanciada por ejemplares muy diferentes (Gentner y Kurtz,
2005; Goldwater, Markman, y Stilwell, 2011; Markman y Stilwell, 2000), tales como “Federico le
clavó un cuchillo en el corazón a Gina”, “María hizo que Roberto bebiera veneno” o “El delincuente
desconectó el suministro de oxígeno del paciente”. Cuando las situaciones comparadas son
ejemplares de una categoría relacional de esquema, la similitud entre las relaciones incluidas en la
descripción de los eventos comparados no es necesaria para obtener una buena analogía. Por ejemplo,
la analogabilidad de “un taxista le dio un perfume a su pasajera” y “un taxista le recitó un poema a la
pasajera” claramente no está basada en un parecido semántico entre dar y recitar, sino que es más
bien un efecto de que ambos actos son considerados ejemplares de la categoría relacional de esquema
seducción. Mientras que los modelos computacionales fallarían en reconocer una relación analógica
entre estos hechos, las personas fácilmente los consideran como análogos. Minervino et al. (2008 y
2013) llevaron a cabo una serie de estudios experimentales para evidenciar empíricamente este
fenómeno (véase Tabla 5.1 con ejemplos de materiales utilizados por los autores). Los autores le
presentaban un AB base a los participantes y estos debían elegir entre dos posibles Ams.
Tabla 5.1
Ejemplos de materiales utilizados por Minervino et al. (2013)
Situaciones base y meta
Conjunto 1
Base:
Meta 1:
Meta 2:
Lucas decidió ir a clases de spining
Lucas decidió asistir a clases de relajación
Lucas decidió dejar la comida chatarra
La teoría de la asignación categorial _________________________
86
Conjunto 2
Base:
Meta 1:
Meta 2:
Pedro le regaló un perfume a una chica de su clase
Pedro le prestó un desodorante a una chica de su clase
Pedro le escribió un poema a una chica de su clase.
Conjunto 3
Base:
Meta 1:
Meta 2:
Dolores colgó ajo de la puerta
Dolores plantó cebolla en el pasillo
Dolores encendió una vela en el sótano
Pero esto es sólo la mitad de la historia. Del mismo modo, las simulaciones computacionales
basadas en el modelo estándar fallarían en darse cuenta de que dos situaciones que mantienen
similitudes en el nivel de sus relaciones pueden no ser análogas. Supóngase una comparación entre
“un taxista le dio un perfume a su pasajera” y “un taxista le ofreció su desodorante a la pasajera”. A
diferencia del modelo estándar, que consideraría ambas situaciones como análogas basándose en las
similitudes entre dar y ofrecer, las personas juzgan estos hechos como no análogos (Minervino et al.,
2008, 2013). La lógica de este rechazo es que mientras que el AB representa un caso de seducción, el
AM no es un ejemplar de esta categoría, pero sí de una categoría diferente como ofensa. De esta
forma, las similitudes en el nivel de las relaciones no son ni necesarias ni suficientes para la establecer
una analogía.
La razón detrás del hecho que la similitud entre relaciones no representa una condición
suficiente tiene que ver con el hecho que los llenadores de otros roles temáticos de las proposiciones
juegan un papel importante para determinar si la situación representa un ejemplar de una categoría
relacional de esquema específica. Por ejemplo, si una instancia de la categoría seducción incluye la
relación dar, la intención del agente debería ser la de despertar ciertas emociones en una persona, el
paciente debería ser un candidato para ser atraído por el agente en cuestión, y el objeto debería ser
agradable al paciente (Martín, Tavernini, Trench, y Minervino, 2013). De este modo, un recepcionista
dándole flores a una pasajera, un taxista dándole monedas a una pasajera o un taxista dándole flores a
su madre no serán categorizados como casos de seducción. En un estudio reciente, Martín, Gómez y
Minervino (2015, Experimento 1) demostraron que los llenadores del rol de instrumento en una
estructura proposicional puede determinar si dos situaciones serán juzgadas como análogas. Por
ejemplo, una situación base como “la mujer rozó el pie de su hija con una pluma” fue juzgada como
más análoga a "la mujer rozó el pie de su hija con un pétalo de rosa” (una situación en la cual el
instrumento satisface los requerimientos de la categoría relacional cosquillas) que a “la mujer rozó el
pie de su hija con un cuchillo” (i.e., una situación donde el instrumento no cumple con esos
requerimientos). En un segundo experimento de este estudio, los autores manipularon la ubicación en
la cual una determinada acción tiene lugar, manteniendo constante los restantes argumentos de la
proposición. Por ejemplo, un análogo base tal como “la mujer desnudó su torso en la calle” fue
La teoría de la asignación categorial _________________________
87
juzgada como más análoga a “la mujer desnudó su torso en el estadio” (un lugar que satisface los
requerimientos del rol de la categoría relacional de esquema exhibicionismo) que a “la mujer desnudó
su torso en el consultorio del doctor” (un lugar que no cumple con tales requerimientos, pero sí los de
categorías alternativas tales como “atención con un médico”) (Véase Tabla 5.2). En resumen, los
estudios anteriores muestran que hay un amplio rango de situaciones para las cuales las suposiciones
del modelo estándar respecto de que aquello que cuenta (mejor expresado, que lo único que cuenta) es
la similitud semántica entre elementos proposicionales puestos en correspondencia, puede ser errónea.
En aquellos casos en los que la analogía se basa en similitudes relacionales (i.e., aquellas
analogías que se ajustan al enfoque estándar), las diferencias relevantes que afectan la calidad de las
analogías se refieren a dimensiones de los verbos. Siguiendo con un ejemplo anterior, amar y estimar
difieren en la intensidad del afecto positivo, siendo más fuerte el sentimiento en amar que en estimar.
En contraposición, lo que cuenta cuando se realizan analogías entre situaciones que son ejemplares de
una categoría relacional de esquema es el grado en el que los ejemplares difieren unos de otros en
alguna dimensión central de dicha categoría. Si tratando de seducir a una pasajera, un taxista le recita
un poema y otro le elogia la cintura, la diferencia clave entre las dos acciones no proviene de las
diferencias entre recitar y elogiar, sino de sus valores diferentes en una dimensión central de la
categoría relacional de esquema seducción, tal como la naturaleza directa o no del intento de
seducción (Minervino et al., 2013).
Tabla 5.2
Ejemplos de materiales utilizados por Martín, Gómez y Minervino (2015)
Conjuntos de Materiales Posible categorización
Manipulación del instrumento
AB: La mujer rozó el pie de su hija con un pétalo de rosa (cosquillas)
AM1: La mujer rozó el pie de su hija con una pluma (cosquillas)
AM2: La mujer rozó el pie de su hija con un cuchillo (amenaza)
Manipulación de la Ubicación
AB: La mujer desnudó su torso en la calle (exhibicionismo)
AM: La mujer desnudó su torso en el estadio (exhibicionismo)
AM: La mujer desnudó su torso en el consultorio médico (atención médica)
La TPE sobre el pensamiento analógico podría argumentar que la maquinaria analógica no
fue pensada para lidiar con la actividad de comprender los análogos, sino para comenzar a operar una
vez que los análogos han sido completamente comprendidos. En este sentido, una comparación entre
“el taxista le dio un perfume a la pasajera” y “el taxista le recitó un poema a la pasajera” podría entrar
en un supuesto “módulo” analógico una vez representadas como dos instancias de seducir o, al
La teoría de la asignación categorial _________________________
88
menos, como dos instancias de relaciones muy similares (e.g., seducir y complacer), de manera que
los mecanismos rerepresentacionales estándar elemento-a-elemento puedan operar para detectar la
similitud relacional entre los dos hechos. Este ha sido el argumento esgrimido durante décadas por la
TPE (e.g., Forbus, Gentner, Markman, y Ferguson, 1998) en contra de diversas críticas formuladas a
esta teoría por la teoría de percepción de alto nivel (Hofstadter y FARG, 1995).
Desde nuestro punto de vista, un aparato analógico de este tipo sería bastante limitado en sus
posibilidades. Un primer problema se refiere al hecho de que el proceso de comparación no culmina
en la detección de similitudes (e.g., “estos son dos casos de seducción”), sino que continúa para
determinar diferencias en las dimensiones críticas de los hechos comparados (e.g., “esta seducción es
más evidente que esta otra”), algo que sólo puede ser llevado a cabo considerando las
representaciones más específicas de cada uno de los análogos. En este sentido, el nuevo enfoque que
estamos defendiendo supone el postulado de que el proceso analógico opera moviéndose en dos
niveles: el nivel de los hechos concretos y el nivel interpretado, en el cual los hechos concretos han
sido categorizados en términos de una categoría relacional de esquema.
Un segundo problema de dicho módulo analógico se refiere al hecho de que hay casos en los
que el significado de una categoría relacional de esquema no puede ser completamente descripto por
una relación o un sistema de relaciones. Muchas categorías relacionales de esquema están de hecho
lexicalizadas como sustantivos que representan entidades y no poseen un verbo que las designe y las
trate como una relación (e.g., “fraude”). Podría argumentarse que esto representa un hecho lingüístico
accidental, dado que no es difícil imaginar la existencia del verbo “fraudear”. El gran problema es que
muchas categorías relacionales de esquema parecen referirse a estructuras complejas que parecen
difíciles de conceptualizar exclusivamente en términos de un sistema de relaciones. Para ilustrar con
un ejemplo coloquial, en Argentina alguna gente emplea la expresión “provisorio para siempre” para
referirse a situaciones en las que una persona resuelve un problema doméstico de una manera
informal y subóptima, creyendo erróneamente que ella o él contratarán más adelante a un experto que
proveerá la solución apropiada y definitiva. Resulta difícil imaginar una manera de describir esta
categoría exclusivamente en términos de un sistema de relaciones, sin hacer ninguna referencia, por
ejemplo, a las propiedades de las soluciones generadas (para una miríada de ejemplos de este tipo, ver
Hofstadter y Sander, 2013).
Quizás es sólo que no somos lo suficientemente inteligentes para identificar el sistema de
relaciones apropiado, o, nuevamente, que una lengua en particular no incluye actualmente las palabras
que son necesarias para describirlo. Esto podría ser cierto, pero corresponde a alguien que adscribe a
la visión de la proyección de la estructura explicar por qué muchas veces fallamos al detectar o
describir estos sistemas en términos de relaciones o sistemas de relaciones. Desde nuestro punto de
vista, el camino correcto a seguir es discutir y amplificar el significado de “estructura relacional”
cuando se la aplica a las categorías relacionales de esquema y a las analogías basadas en ellas.
La teoría de la asignación categorial _________________________
89
5.3. OTRAS IMPLICACIONES DE LA NUEVA PERSPECTIVA
El enfoque basado en categorías que estamos defendiendo predice que dos eventos podrían
ser considerados análogos cuando el proceso comparativo es enmarcado en términos de una categoría
relacional de esquema en particular, pero fallan en ser considerados análogos cuando la comparación
es enmarcada en términos de una categoría alternativa. Por ejemplo, cuando se enmarcaron bajo
“mutuo acuerdo para dedicarse exclusivamente a sus estudios”, los participantes consideraron “María
compró una Play Station” como análogo a “Juan pidió prestada una Wii”. En contraposición, estas
mismas situaciones ya no son consideradas análogas cuando son enmarcadas bajo un “mutuo acuerdo
para recortar gastos innecesarios” (Oberholzer, Trench y Minervino, 2011).
Figura 5.1. Ejemplo de analogías pictóricas utilizadas por Tavernini y Minervino (en preparación).
En la misma línea, enmarcar dos situaciones bajo dos categorías relacionales de esquema
diferentes podría llevar a establecimientos de correspondencias diferentes entre las situaciones
Análogo base
Análogo meta
La teoría de la asignación categorial _________________________
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(Tavernini y Minervino, en preparación). Para ilustrar esto, considérense los análogos base y meta
representados en la Figura 5.1. Cuando ambas situaciones son enmarcadas bajo la categoría “castigo”,
el adulto en la escena base se corresponde con el adulto en la escena meta en virtud de ser los agentes
del castigo, la niña en el base se corresponde con el niño en el meta en virtud de ser sus pacientes, y la
pelota corresponde con la Play Station en virtud de ser los objetos apreciados por el niño y la niña.
Alternativamente, cuando la comparación se enmarca bajo la categoría relacional de esquema “acción
peligrosa”, la niña se corresponde con el perro en virtud de representar a los individuos que están en
riesgo. Como queda evidenciado por la repentina inclusión del perro en la comparación analógica, la
categoría relacional de esquema proporcionada como contexto para un par de situaciones puede
determinar qué elementos de una escena son incluidos para jugar un rol central en la comparación
analógica, y qué elementos son excluidos del proceso comparativo.
Con respecto a los mecanismos subyacentes a la inferencia analógica, la teoría de la
proyección de la estructura postula que las inferencias son generadas por medio de un proceso de
copia con sustitución y generación (ver Capítulo 3). Sin embargo, de acuerdo con la perspectiva
categorial que venimos defendiendo (Minervino et al., 2008, 2013), el sistema cognitivo interpreta la
información base (e.g., una proposición) como un ejemplar de una categoría relacional de esquema, y
deriva una inferencia analógica generando nuevos ejemplares para dicha categoría. Considérese la
situación en la que un profesor de Química les tomó un examen sorpresa a sus estudiantes, con la
consecuencia de que sus estudiantes le sacaron las ruedas de la bicicleta. Dado que esta situación
puede ser considerada análoga a una situación posterior en la que otro profesor está planeando
administrar un examen no anticipado a sus estudiantes de física, la TPE podría predecir que la gente
inferirá que la consecuencia de dicho episodio podría incluir acciones similares a “sacar”. De acuerdo
con nuestra propuesta, el acto de sacar las ruedas de la bicicleta podría ser interpretado, por ejemplo,
en términos de la categoría relacional de esquema venganza, permitiendo a los participantes generar
inferencias basadas en otros casos de venganza, tales como “los estudiantes tajearon el bolso del
profesor”.
Otra implicación de nuestra perspectiva para el subproceso de inferencia analógica es que el
nuevo ejemplar tenderá a corresponderse con el ejemplar base en términos de las dimensiones críticas
de la categoría relacional de esquema base. Continuando con el ejemplo anterior, las inferencias serán
más parecidas a “los estudiantes tajearon el bolso del profesor” que a “los estudiantes prendieron
fuego la casa del profesor”, con el argumento de que el primero, pero no el último hecho, se
corresponde con la virulencia de la venganza del hecho base. Estas predicciones fueron recientemente
confirmadas por Minervino, Margni y Trench (enviado para su publicación).
Finalmente, la presente propuesta sobre el rol de la semántica en la interpretación y
evaluación de la calidad de las analogías podría poner en cuestión la universalidad de los principios
formales postulados por el enfoque estándar. Por ejemplo, mientras la violación del principio de
correspondencias uno-a-uno podría afectar negativamente la calidad de analogías “estándar” en las
La teoría de la asignación categorial _________________________
91
que las similitudes cruciales son a nivel de las relaciones, este efecto podría dejar de existir para
comparaciones en las que dos situaciones son consideradas análogas en virtud de ser ejemplares de
una misma categoría relacional de esquema. Considérese un AB que afirme que “Roberto le clavó un
hacha a Juan”, y dos AM, uno que afirma “Nicolás le clavó una aguja en el brazo a Andrés”, y otro
que afirma que “Nicolás le clavó un sacacorchos, un compás y una jabalina en el brazo a Andrés”. Si
una persona tiene que decidir cuál de estos dos hechos meta es análogo al base, ella o él
probablemente elegiría el último hecho, bajo la consideración de que describe una agresión física tan
brutal como la descrita en el AB, desconsiderando que el segundo hecho viola el principio de
correspondencias uno-a-uno.
Como se ha ilustrado hasta aquí, la presente propuesta lleva a predicciones que difieren
crucialmente de aquellas derivadas del enfoque estándar. Aunque la presente perspectiva basada en
categorías requiere aún mucho refinamiento teórico, parece reabrir el debate acerca de muchos temas
de larga data en el campo del pensamiento analógico.
Para cerrar este capítulo y con el propósito de que pueda apreciarse la variedad de
aplicaciones del enfoque que estamos desarrollando, mostraré una aplicación que Tavernini,
Minervino y Olguín (2015) han hecho de la teoría al campo del humor gráfico.
Algunos autores han vinculado el concepto de categoría relacional de esquema, o sus
antecedentes conceptuales como esquema, marco y guión, con el de incongruencia en el
humor, y esto ha dado lugar a la formulación de varias teorías psicológicas y lingüísticas
sobre el humor (e.g., Norrick, 1986; Raskin, 1985; Wyer y Collins, 1992). Estas teorías
postulan que mientras leemos o escuchamos la primer parte de un chiste, se activan esquemas
específicos, los que nos permiten darle sentido a la información que ingresa. Sin embargo,
cuando la información en la parte final del chiste no se ajusta al esquema previamente
activado, el lector u oyente debe buscar otro esquema que podría darle un nuevo sentido a la
situación. Este segundo esquema provee típicamente una interpretación alternativa a la que
llevaba el primer esquema, e incluso contradictoria con ella. La activación de dos esquemas
incompatibles sería así la esencia de la incongruencia humorística, y sería experimentada por
el oyente como diversión y sorpresa (Martin, 2007). Deckers y Buttram (1990) sugirieron que
otro posible tipo de incongruencia es la que surge entre un valor esperado y el valor percibido
de una variable dentro de un esquema en particular.
Vale aclarar que estas teorías están centradas fundamentalmente en explicar qué
características debe poseer una situación para generar un efecto humorístico en el
interlocutor, y qué mecanismos emplea el lector u oyente para interpretar dicha situación
como un chiste. Sin embargo, el trabajo de Tavernini et al. (2015) se interesó por explicar los
procesos mentales que lleva a cabo quien genera el producto humorístico. Específicamente, el
La teoría de la asignación categorial _________________________
92
objetivo fue indagar cómo a partir del mecanismo de razonamiento analógico por
coasignación categorial, el autor de un chiste gráfico es capaz de generar una incongruencia
entre un valor estándar de una dimensión y un valor percibido.
Para realizar este estudio Tavernini et al. (2015) revisaron los libros de recopilación
de las historietas de Quino publicados entre los años 1986 y 2008. Seleccionaron tres chistes
en los que, según les pareció intuitivamente, aparecía de manera implícita una analogía. Los
tres chistes elegidos fueron cómics de un panel. Tomaré un ejemplo de los chistes
seleccionados. En la Figura 5.2 se observa un ángel parado en una nube, al que le llega una
carta que dice: “La Dirección Celestial Impositiva le recuerda que…”. La figura podría ser
interpretada como un caso en el que a un ángel se lo está intimando por un pago. El autor
tendría en mente dos situaciones. Por un lado la de una persona que recibe una intimación de
pago en la Tierra, y por otro lado la de alguien que recibe una intimación de pago en el Cielo.
La primera situación (AB) nos resulta conocida, mientras que la segunda (AM) es la que el
autor ha creado y por ello nos resulta novedosa. Ambas situaciones son casos de la CRE
intimación de pago. En la situación base quien realiza la intimación (agente de una acción) es
la Dirección General de Impuestos, quien recibe la intimación (paciente) es una persona, el
objeto por el que se lo está intimando es su casa y el lugar en el que se realiza la intimación
es la Tierra. En cambio, el paciente de la situación meta es un ángel, el agente es la Dirección
Celestial Impositiva, el objeto por el que se lo intima es una nube y el lugar en el que se
realiza la intimación es el Cielo. Tomando como referencia la categoría relacional de
esquema intimación de pago, el autor habría generado una situación meta análoga a la que
típicamente tiene lugar en la Tierra, completando una de las ranuras de dicha categoría
relacional de esquema (el lugar) con un valor que es inusual para esa categoría (i.e., la Tierra
como lugar fue cambiada por el Cielo). Una vez que el autor propuso un nuevo lugar posible
para la intimación de pago, debió establecer correspondencias entre elementos del dominio
base y meta para instanciar las ranuras restantes de la categoría en el AM. Así, realizó un
deslizamiento desde el objeto casa (vivienda en la Tierra) hacia el objeto nube (vivienda en el
Cielo) para establecer una correspondencia, la persona que vive en la casa se alineó con un
ángel que vive en la nube, el cobrador que viaja en moto en la situación base se emparejó con
uno que vuela en la situación meta, la Dirección General de Impuestos fue apareada con la
Dirección Celestial Impositiva, etc. Cabe señalar que algunos elementos puestos en
correspondencia fueron idénticos en el análogo meta con respecto al base (e.g., el
instrumento para notificar la intimación en ambos análogos fue una carta). A partir de todos
La teoría de la asignación categorial _________________________
93
estos deslizamientos sucesivos el autor logró construir un mundo contrafáctico que mantiene
coherencia global.
Figura 5.2. Cómic de un panel extraído de Déjenme inventar-15°ed., (p.10), por Quino, 2008, Buenos Aires: Ediciones de la Flor.
A medida que el autor reinstancia las ranuras de la CRE, ciertas dimensiones críticas
de la categoría relacional de esquema en juego adquieren un valor determinado. Por ejemplo,
una dimensión relevante para la categoría intimación de pago podría ser, en este contexto,
cuán adecuada es la misma. En el AB parece bastante adecuado que la Dirección General de
Impuestos expida una intimación si la persona no ha pagado por su vivienda. En cambio, en
el análogo AM, resulta poco adecuada la intimación a un ángel por una nube que habita en el
Cielo. Puede apreciarse así como el autor logró imprimir una incongruencia en su producción
a nivel del grado de adecuación del cobro por un bien. En este sentido, el valor que el AM
posee en la dimensión de adecuación de la intimación es lo que torna absurda a la situación
vista bajo esa categoría y da lugar a un producto humorístico. Esta situación inventada por
Quino resulta así un hecho contrafáctico absurdo que puede ser percibido como gracioso.
Resta indicar que para que el autor pueda generar esta incongruencia debería haber tenido un
conocimiento previo relativo a las intimaciones de pago y a cuál es un ejemplar común o
conocido de esa categoría.
La teoría de la asignación categorial _________________________
94
En el próximo capítulo analizaré las implicancias del nuevo enfoque que he
presentado en este capítulo por lo que respecta a los mecanismos de cambio representacional
que implica el pensamiento analógico y presentaré una serie de experimentos para mostrar
cómo opera uno en particular: la recategorización de eventos.
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
96
CAPITULO 6. EXPERIMENTOS 3 y 4
EVIDENCIA A FAVOR DEL MECANISMO
DE RECATEGORIZACIÓN DE EVENTOS
Hofstadter y FARG (1995) han propuesto que el establecimiento de
correspondencias y el cambio representacional se desarrollan de forma conjunta y en
íntima interacción, por lo que no pueden ser estudiados de forma independiente.
Durante los últimos diez años algunos estudios experimentales se han focalizado en el
estudio de esta interacción (veáse, e.g., Gentner y Kurtz, 2006; Kokinov, Bliznashki,
Kosev y Hristova, 2007; Kurtz, 2005).
En este capítulo expondré dos experimentos que buscan mostrar que los cambios
representacionales que se producen durante el establecimiento de correspondencias en
ciertas ocasiones no se pueden explicar con el mecanismo de rerepresentación de
predicados propuestos por el modelo estándar y que analizamos en el Capítulo 3. En
concordancia con la teoría de la asignación categorial expuesta en el Capítulo 5,
mostraré que en esos casos se emplea un mecanismo de cambio representacional que no
tiene en cuenta la similitud entre elementos base y meta, y que considera en cambio
unidades de análisis de mayor tamaño, que emergen de la interacción entre los distintos
elementos que incluyen las proposiciones. Esa interacción da lugar a que las
proposiciones sean consideradas frecuentemente como ejemplares de categorías
relacionales de esquema (para una exposición de este tipo de conceptos, véase
Goldwater, Markman y Stilwell, 2011).
6.1. EL MECANISMO DE RECATEGORIZACIÓN DE EVENTOS
Como vimos en los Capítulos 2 y 3, el enfoque estándar plantea que el proceso
de establecimiento de correspondencias depende fuertemente de la existencia de una
similitud semántica entre los elementos proposicionales a emparejar (e.g., Gentner y
Markman, 2006; Hofstadter y FARG, 1995; Holyoak y Thagard 1989; Hummel y
Holyoak, 1997). Aunque hay acuerdo con respecto a que dos predicados o entidades no
similares pueden ser puestos en correspondencia para que encajen en un
emparejamiento global en curso siempre que puedan ser rerepresentados como
similares, persiste un debate con respecto a los mecanismos a través de los cuales esta
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
97
rerepresentación se lleva a cabo. Falkenhainer (1990) propuso el método de ascensión
mínima para rerepresentar conceptos inicialmente diferentes como comprar y alquilar,
a través de un supraordenado común (e.g., obtener). De forma similar, la primera
versión de la teoría de las múltiples restricciones entendía que las personas son capaces
de establecer alineamientos entre elementos que no son idénticos a través de la
búsqueda de supraordenados en redes de tipo ES-UN, las que reflejan un criterio
taxonómico (ver Holyoak y Thagard, 1995). De esta forma, como gato y perro son
instancias del supraordenado inmediato mamífero pueden ser puestos en
correspondencia a pesar de sus diferencias. Una propuesta más reciente para
rerepresentar relaciones diferentes, y que fue propuesta por la teoría de la proyección de
la estructura como una extensión de SME, es la descomposición semántica. Este
mecanismo, como vimos en capítulos previos, consiste en identificar subcomponentes
que codifican el significado de relaciones no idénticas, para revelar correspondencias
entre los subcomponentes (Yan, Forbus y Gentner, 2003). Si se necesitara encontrar un
parecido entre dos predicados inicialmente no idénticos como DESTRABAR (puerta) y
DESCORCHAR (botella), aplicando la descomposición se lograría rerepresentarlos
como CAUSAR [DESTRABAR (puerta), ABRIR (puerta)] y CAUSAR
[DESCORCHAR (botella), ABRIR (botella)], respectivamente. De esta manera, el
mecanismo de descomposición revelaría que destrabar y descorchar comparten el
subcomponente común abrir. De una manera similar, la útlima implementación
computacional de la teoría de las múltiples restricciones (i.e., LISA; Hummel y
Holyoak, 1997, 2003) lleva a cabo un tipo de descomposición recurriendo a
representaciones distribuidas de significado. LISA opera sobre unidades conceptuales
que están conectadas a una colección de primitivos que representan su semántica.
Dentro de la arquitectura de LISA, dos elementos que no son idénticos pueden ser
puestos en correspondencia como resultado de compartir primitivos semánticos –un
mecanismo parecido a la descomposición semántica (Gentner y Kurtz, 2006). Cabe
resaltar que todos los procesos de rerepresentación descritos hasta ahora operan
computando la similitud entre pares de elementos proposicionales considerados
aisladamente.
A efectos de recopilar evidencia experimental de la existencia de la
rerepresentación de elementos proposicionales, Gentner y Kurtz (2006) utilizaron
medidas en tiempo y fuera de tiempo para evaluar si los participantes rerepresentaban
relaciones que no eran idénticas cuando se les pedía que hicieran juicios de similitud
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
98
analógica. Los autores midieron el tiempo de respuesta de los participantes ante la
pregunta de si un hecho base era análogo a un hecho meta en el que la relación base
había sido sustituida por otras relaciones. Se manipuló el grado de distancia semántica
que estas relaciones mantenían con la relación base. Si, por ejemplo, el hecho base era
“Juan compró los dulces”, en la condición con verbo sinónimo el hecho meta era “Juan
pagó los dulces”, en la condición con verbo cercano el hecho meta era “Juan se llevó
los dulces”, y en la condición con verbo distante el hecho meta era “Juan pisó los
dulces”. Otra manipulación que hicieron los autores fue cambiar el objeto sin cambiar el
verbo, siguiendo el mismo criterio anterior (i.e., un AM con un objeto sinónimo, un
hecho meta con un objeto cercano, y un hecho meta con un objeto lejano
semánticamente). Los tiempos de respuesta para los pares de verbos sinónimos fueron
más cortos que para los pares cercanos. Con respecto a los juicios de similitud
analógica, los pares con verbos sinónimos fueron considerados análogos en casi la
totalidad de los casos. Los pares con predicados semánticamente cercanos fueron
considerados análogos en más de la mitad de los ensayos, lo que provee evidencia de la
flexibilidad del sistema cognitivo para rerepresentar predicados al servicio del
establecimiento de correspondencias analógico. En un segundo experimento, Gentner y
Kurtz (2006) repitieron el procedimiento del Experimento 1, agregando empero una
tarea de justificación del juicio de relación analógica (i.e., se preguntaba a los
participantes por qué les parecían análogas las dos situaciones). El objetivo de esta tarea
consistía en observar si las redescripciones dadas por los participantes para justificar sus
respuestas daban indicios de rerepresentaciones de los análogos. Los autores esperaban
que los participantes generasen redescripciones de los análogos que hicieran mención a
los aspectos semánticos compartidos por los análogos. Encontraron efectivamente que,
al justificar sus respuestas, los participantes generaron redescripciones de los análogos,
y las clasificaron en dos tipos: 1) redescripciones novedosas: descripciones de las
oraciones originales que usaban palabras que no estaban presentes en el estímulo
original (e.g., hacer/cocinar → preparar una comida; barrilete/avión → algo que vuela
en el cielo); y 2) redescripciones coordinadas: redescripciones en las que un concepto
es expresado en términos de otro haciendo alguna variación (e.g., correr/trotar →
correr es trotar rápido; shopping/tienda → un shopping contiene tiendas). Los
resultados mostraron que las redescripciones eran un fenómeno común a la hora de
justificar las relaciones analógicas y, además, que en su mayoría eran novedosas.
También observaron que este fenómeno se daba especialmente en los casos en que los
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
99
análogos incluían verbos semánticamente cercanos y lejanos. Un dato llamativo fue que,
al intentar justificar la similitud analógica entre objetos semánticamente distantes, los
participantes no sólo redescribieron los objetos sino también los verbos, los que no
habían sido cambiados en esa condición. Para explicar estos resultados los autores
hacen referencia a una serie de estudios (e.g., Gentner y France, 1988; Kersten y Earles,
2004) que muestran que es frecuente que los significados que atribuimos a los verbos
tiendan a variar en función de los sustantivos a los que son aplicados. Por ejemplo, las
expresiones golpear la puerta y golpear la cara activan significados diferentes del
verbo golpear. Estos datos no son consistentes con el enfoque de que la
rerepresentación opera identificando similitudes entre pares de elementos
proposicionales considerados aisladamente, y suponen en alguna medida un
reconocimiento de que el significado de una proposición emerge, en ciertas ocasiones,
de la relación entre sus componentes.
Como vimos en el Capítulo 5, Minervino et al. (2008, 2013) señalaron que una
limitación que poseen todas las explicaciones del rol que cumple la similitud semántica
durante el establecimiento de correspondencias reside en confinar su tratamiento al
nivel de elementos proposicionales (i.e., objetos, propiedades de objeto y relaciones), y
propusieron la necesidad de considerar constructos más amplios en el tratamiento de la
similitud. En esta línea propongo un mecanismo de cambio representacional que opera
sobre proposiciones tomadas como un todo y no al nivel de elementos proposicionales.
Ese mecanismo consiste en buscar una categoría relacional de esquema, para la cual los
eventos comparados constituyen instancias. Me referiré a este mecanismo como
recategorización de eventos.
En lugar de compartir un conjunto de características probabilísticas y
correlaciones entre estas características (como las categorías de entidades), los
miembros de una categoría relacional como fraude comparten una estructura relacional
como ESTAFAR (estafador, medio, estafado), la cual puede ser instanciada por muchos
ejemplares aparentemente muy diferentes, como “Los militantes quemaron las urnas”,
“El banquero escondió información financiera” o “El caballo fue inyectado con
estimulantes antes de la carrera” (Gentner y Kurtz, 2005). Consideremos los siguientes
análogos:
AB: Dolores colgó ajo en la puerta.
AM: María llevó una pata de conejo al estadio.
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
100
Si los participantes de un experimento tuvieran que decidir si estas dos
situaciones son análogas buscando supraordenados para los pares colgar-llevar, ajo-
pata de conejo y puerta-estadio, sólo encontrarían algunos muy abstractos, dando lugar
a una descripción trivial como “Alguien mueve un objeto hacia un lugar”. Esa
descripción común probablemente lleve a los participantes a decidir que ambas
situaciones no son análogas. Un resultado similar se obtendría buscando identidades
subyacentes via descomposición:
AB: Dolores colgó ajo en la puerta è CAUSAR [COLGAR (Dolores, ajo, puerta),
MOVER (Dolores, ajo, puerta)]
AM: María llevó una pata de conejo al estadio è CAUSAR [LLEVAR (María, pata de
conejo, estadio), MOVER (María, pata de conejo, estadio)]
En casos como estos, en los cuales los mecanismos de rerepresentación elemento
a elemento fallan en encontrar la similitud entre las dos situaciones comparadas, es que
se propone un mecanismo que consiste en buscar una categoría relacional de esquema
(en este caso superstición), para la cual las dos situaciones emparejadas podrían ser
consideradas instancias.
Minervino et al. (2008) desarrollaron dos experimentos en los que los
participantes recibían un AB (e.g., “Juan le regaló un perfume a María”) y tenían que
elegir cuál de dos AMs era más análogo a ese AB (e.g., AM1: “Juan le ofreció un
desodorante a María”; AM2: “Juan le escribió un poema a María”). Todos los análogos
eran formalmente idénticos, por lo que se podían establecer correspondencias uno a uno
con cualquiera de los dos AM. La diferencia radicaba en que los AM1 estaban
constituidos por elementos semánticamente cercanos a los del AB (e.g., regalar y
ofrecer; perfume y desodorante) y los AM2 por elementos semánticamente distantes
(e.g., regalar y escribir; perfume y poema). Los resultados mostraron que en la mayoría
de los casos los participantes desestimaban el mayor grado de similitud elemento a
elemento del AM1 con el AB, y elegían el AM2. Los datos probaron así que en ciertos
casos el proceso de rerepresentación necesario para determinar si existe o no una
similitud analógica excede el simple análisis de las similitudes elemento a elemento, y
atiende en cambio al significado de las proposiciones como un todo. En efecto, a través
de mecanismos tales como la descomposición semántica sería imposible hallar una
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
101
similitud analógica relevante entre regalar un perfume y escribir un poema, y dar con
una rerepresentación tan común para las personas como intento de seducción. Esto llevo
a pensar a los autores que la elección del AM2 tiene como causa que los participantes
consideraron que junto con el AB eran dos instancias de una categoría relacional de
esquema.
En los ejemplos hasta ahora considerados el AB y el AM constituían instancias
típicas de la categoría relacional de esquema que bien podría ser activada por cada uno
de los análogos por separado. Esto implica que la analogía no induce una categorización
diferente de los análogos a la que hubieran recibido si fueran considerados por
separado. Es posible que en algunos casos uno de los análogos (e.g., el AB) constituya
un caso típico de una categoría relacional de esquema, pero que el otro (el AM) no,
admitiendo la aplicación de categorías alternativas más accesibles. Si el AB típico
promueve una categorización relativamente improbable del AM, esa categorización
podría ser tomada como un caso de cambio representacional. Consideremos los
siguientes análogos:
AB: Dolores colgó ajo en la puerta
AM: María encendió una vela en el sótano
En este caso es probable que las personas categoricen al AB como un caso de
comportamiento supersticioso (ya que es un caso típico de esa categoría relacional), y
luego evalúen si el AM puede ser considerado una instancia de esa categoría. Es factible
que este tipo de cambio representacional ocurra para las categorías relacionales de
esquema, ya que los ejemplares de las mismas usualmente reciben muchas y diversas
categorizaciones (algunas de ellas mutuamente excluyentes), en comparación con los
ejemplares de categorías de entidades (Gentner y Kurtz, 2005) (e.g., María encendió
una vela en el sótano puede ser categorizado como un intento de iluminar, mejorar el
aroma del ambiente, etc.). Si el AB representa un ejemplar típico de una categoría
relacional de esquema, puede favorecer la aplicación de esa categoría al AM a efectos
de revelar la similitud entre el base y el meta. Estaríamos en la presencia entonces del
mecanismo de recategorización de eventos.
Kurtz (2005) llevó a cabo dos experimentos en los que la pregunta central era si
comparando una lapicera con una botella (un típico ejemplo de contenedor) se podía
influenciar la recategorización de la lapicera (un caso marginal de contenedor) como
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
102
una instancia de esa categoría. Esto fue evaluado directamente con una pregunta SI/NO:
“¿Puede una lapicera ser un contenedor?”. Kurtz (2005, Experimento 1) incluyó dos
condiciones de control: mientras que en una de ellas la pregunta no era precedida de una
tarea de comparación, en la otra los participantes tenían que comparar la lapicera con un
objeto base (una llave) que no era un ejemplar de contenedor. Este segundo grupo era
necesario para confirmar que el factor causal es la comparación con la botella y no
cualquier tipo de proceso de comparación. La condición botella/lapicera y no la
condición llave/lapicera produjo más respuestas positivas que la condición sólo lapicera.
El estudio de Kurtz buscaba investigar la recategorización analógica de objetos.
Desarrollé un primer experimento para determinar si presentar un ejemplar típico de una
categoría relacional de esquema puede desencadenar la recategorización de un AM que
describa un evento que es menos representativo de esa misma categoría relacional.
Supongamos que un grupo de personas lee Dolores colgó ajo en la puerta. Si se les
preguntara cómo categorizarían esa situación, responderían que Dolores está llevando a
cabo un acto de superstición. Ahora bien, si leyeran Dolores encendió una vela en el
sótano, la mayoría de ellos diría probablemente que Dolores está tratando de iluminar el
sótano, y solamente unos pocos quizás dirían que Dolores lleva a cabo una acción de
superstición. ¿Pero cómo describirían el AM si se pone en correspondencia con el AB
en el contexto de una analogía? En este caso aventuro que muchos de ellos describirían
encender una vela en el sótano como un caso de superstición. Si esto ocurriera,
contaríamos con alguna evidencia en relación al hecho de que las analogías pueden
favorecer la recategorización de eventos.
6.2. EXPERIMENTO 3
En este experimento me propuse determinar si presentar un ejemplar muy
representativo de una categoría relacional de esquema puede promover la
recategorización de un AM que describe un evento poco representativo de esa categoría.
Los participantes fueron divididos en dos grupos. Los que fueron asignados al grupo
con analogía leyeron un AB, que era un caso muy representativo de una categoría
relacional (e.g., Pedro le regaló un perfume a María), seguido de un AM que describía
un caso poco representativo de la misma categoría (e.g., Pedro le hizo una broma a
María). A continuación se les solicitó que categorizasen la segunda situación bajo el
supuesto de que era análoga a la primera (e.g., “¿Cómo clasificarías la segunda
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
103
conducta de Juan teniendo en cuenta que podría ser considerada una conducta análoga a
la primera?”). Los participantes en la condición sin analogía leyeron el AM luego de
haber leído un no-caso de la categoría en cuestión (e.g., Pedro le hizo una denuncia a
María). A continuación se les solicitó que categorizasen el AM (e.g., ¿Cómo
clasificarías la segunda conducta de Juan?). Se compararon las categorizaciones de los
participantes de los dos grupos, para determinar la influencia del AB sobre las mismas.
6.2.1. MÉTODO
Participantes
Cincuenta y tres estudiantes de Psicología de la Universidad de Buenos Aires
participaron del experimento a cambio de créditos para la cursada. Los participantes
fueron distribuidos aleatoriamente en las dos condiciones: 26 participantes en el grupo
con analogía y 27 en el grupo sin analogía.
Materiales
Doce conjuntos de materiales fueron utilizados. Cada uno constaba de tres
situaciones: un caso muy representativo de la categoría relacional crítica, un caso poco
representativo de la misma categoría, y una situación que no era un ejemplar de la
misma (en la Tabla 6.1 se presentan ejemplos de los conjuntos de materiales). Todos los
eventos eran situaciones comunes de la vida cotidiana (e.g., Pedro le hizo una broma a
María y Dolores encendió una vela en el sótano). Siguiendo a Minervino et al. (2008),
las situaciones se construyeron siguiendo el criterio de que no hubiera similitud
elemento a elemento entre los análogos base y los meta. Llevé a cabo un estudio
preliminar para generar y seleccionar los materiales. En un grupo independiente, 27
participantes tuvieron que categorizar espontáneamente y puntuar el nivel de
representatividad en una escala Likert de 7 puntos de los eventos que luego servirían
como análogos base y meta en la fase experimental. Se evaluaron 24 conjuntos de tres
situaciones cada uno. Para seleccionar los conjuntos a emplear en el experimento se
siguieron los siguientes criterios: 1) el caso estimado intuitivamente como muy
representativo fue categorizado por más del 60% de los participantes con la categoría
crítica, y el puntaje Likert de representatividad fue 6 (muy representativo) o más (e.g.,
colgar ajo en la puerta resultó ser un caso muy representativo de superstición); 2) los
casos estimados intuitivamente como poco representativos de la categoría relacional
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
104
fueron descriptos con la categoría crítica en menos del 15%, y en la escala Likert le
asignaron un valor de 3 (poco representativo) o menor (e.g., encender una vela en el
sótano resultó ser un caso poco representativo de superstición); y 3) los casos con
respecto a los cuales se estimó que no eran instancias de la categoría, no fueron en
ningún caso categorizados con la categoría crítica y en la escala Likert el puntaje de
respuesta fue 1 (nada representativo) (e.g., olvidar un abrigo en el jardín no constituye
un ejemplo de superstición).
Tabla 6.1
Ejemplos de conjuntos de materiales utilizados en el Experimento 1
Categoría
Representatividad
Situación
Seducción Muy Juan le regaló un perfume a María
Poco Juan le hizo una broma a María
No-caso Juan le chocó el auto a María
Infidelidad Muy Ariel cerró el chat cuando llegó su mujer
Poco Ariel arregló la cama cuando llegó su mujer
No-caso Ariel se sonó la nariz cuando llegó su mujer
Enseñanza Muy Martín le explicó una ecuación a su hermano
Poco Martín le hizo la cama a su hermano
No-caso Martín le pidió una gaseosa a su hermano
En la condición con analogía los participantes leyeron seis analogías críticas
(i.e., el caso muy representativo como AB y el caso poco representativo como AM) y
seis analogías de relleno (i.e., AM seguido del AB). El propósito de las analogías de
relleno fue el de prevenir que los participantes descubrieran la lógica de la
recategorización del AM en términos del AB. En la condición sin análogo los
participantes leyeron seis no-analogías críticas (i.e., el no-caso de la categoría seguido
del AM), y seis no-analogías de relleno (i.e., el no-caso de la categoría seguido del AB).
De esta manera, los participantes de los dos grupos tenían que categorizar casos muy
representativos y poco representativos de las categorías evaluadas. El orden de
presentación de los pares fue contrabalanceado en las dos condiciones.
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
105
Procedimiento
Los participantes del grupo con analogía leyeron una definición de analogía y
cuatro ejemplos de analogías y de no analogías. También recibieron una explicación y
cuatro ejemplos de la tarea de categorización. Realizaron luego cuatro pruebas de
ensayo para familiarizarse con la tarea. Seguidamente leyeron seis analogías críticas y
seis analogías de relleno, y se les pidió que categoricen el AM de cada una de ellas bajo
la suposición de que esos AMs eran análogos a sus correspondientes ABs. En la tarea de
categorización se les permitió brindar una o más descripciones del AM. Los
participantes del grupo sin analogía leyeron las mismas instrucciones que los del grupo
con analogía exceptuando la parte donde se definía el concepto de analogía y se
exponían los ejemplos. Luego llevaron a cabo cuatro ensayos de la tarea de
categorización, al igual que el grupo con analogía. Para finalizar leyeron seis no-
analogías críticas y seis no-analogías de relleno y completaron la tarea de
categorización en cada una. El experimento fue administrado de forma individual en
computadora y cada sesión duró aproximadamente 30 minutos. En la pantalla aparecía
el par de eventos y la prueba de categorización.
6.2.2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dos jueces independientes evaluaron si los participantes utilizaron la categoría
crítica para describir el AM. Fueron instruidos para considerar como “aciertos” aquellos
casos en los que el concepto crítico era mencionado o, en su defecto, era referido un
sinónimo muy cercano (e.g., brujería o ritual en lugar de superstición debían ser
considerados aciertos). Los jueces coincidieron en el 87% de las evaluaciones. Los
casos de desacuerdo fueron resueltos mediante discusión. Los participantes en el grupo
sin analogía usaron la categoría crítica para referirse al AM en el 6,79% de los casos
(m= 0,0679). En contraposición, en el grupo con analogía utilizaron la categoría
relacional en el 50,64% de los casos (m= 0,5064). Se realizó un análisis estadístico no-
paramétrico de las medianas de respuesta utilizando la prueba de Mann Whitney. El
análisis intersujeto mostró que la proporción de categorizaciones del AM poco
representativo en términos de la categoría del AB fue mayor en la condición analógica,
Mdn = 0,5 [0,333, 0,666], que en la condición de control, Mdn = 0 [0, 0,166], U =
662,500, p = 0,000. Los resultados mostraron que cuando un AM poco representativo
es comparado con un AB muy representativo, hay un aumento en la probabilidad de
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
106
describir el AM como una instancia de la categoría relacional de esquema del AB. En
línea con lo desarrollado en la introducción de este capítulo, los datos sugieren una
recategorización del AM en términos del AB.
6.3. EXPERIMENTO 4
En el Experimento 3 a los participantes del grupo con analogía no se les dio la
oportunidad de juzgar libremente si las situaciones comparadas les parecían análogas o
no. Por el contrario, fueron forzados a categorizar el AM bajo la suposición de que era
análogo al AB. Esto puede haber determinado el número relativamente alto de veces en
que fue utilizada la categoría clave para describir al caso poco representativo. En el
Experimento 4 introduje una variación que me permitió determinar la medida en que se
producía una categorización del AM en términos del AB de forma espontánea y no de
un modo forzado como se hizo en el experimento anterior. Para ese fin, antes de la
prueba de categorización se incluyó una pregunta de respuesta SI/NO acerca de si los
hechos eran análogos. Los participantes leyeron dos situaciones y luego se les preguntó
si las consideraban análogas (“¿Considerás que estas situaciones son análogas?”). Si
tenemos presente que los participantes leyeron tanto pares de situaciones análogas como
pares de situaciones que no lo eran, las probabilidades de respuestas “sí” y “no” estaban
equilibradas. Luego del juicio de relación analógica pasaban a la tarea de categorización
(la consigna era “Entonces, ¿cómo categorizarías la segunda situación?”). El análisis de
las respuestas se centró en comparar el número de veces que en el grupo experimental
se dieron respuestas sí a la analogía y se utilizo la categoría relacional crítica con el
número de usos de la categoría crítica en las mediciones de control (sin analogía).
6.3.1. MÉTODO
Participantes
Treinta y ocho estudiantes de Psicología de la Universidad de Buenos Aires
participaron del experimento para sumar créditos en la cursada, 23 mujeres y 15
hombres. Las edades variaron entre los 19 y los 38 años (M = 22,37, DE = 5,36).
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
107
Materiales
Se utilizaron los mismos conjuntos de materiales que en el Experimento 3. Se
implementó una manipulación intrasujeto de la variable independiente (presencia o
ausencia de un AB), esto es que todos los participantes leyeron analogías y no-
analogías. Los participantes evaluaron entonces tanto analogías críticas y de relleno,
como no-analogías críticos (i.e., el no-caso seguido del AM) y de no-analogías relleno
(i.e., un no-caso seguido del AB). El orden de presentación de los pares de situaciones
fue contrabalanceado. De esta manera, para cada participante que recibía la versión
crítica con analogía de, por ejemplo, el par 1, otro participante recibía la versión no-
analogía crítica del mismo par (véase Tabla 6.2).
Tabla 6.2
Condiciones del Experimento 4.
Condición experimental Condición control
Analogía critica (AB-AM) No analogía crítica (no caso-AM)
AB: Dolores colgó ajo de la puerta No caso: Dolores olvidó el abrigo en el jardín
AM: Dolores encendió una vela en el sótano AM: Dolores encendió una vela en el sótano
Condición de relleno 1 Condición de relleno 2
Analogía de relleno (AM-AB) No analogía de relleno (no caso-AB)
AM: Dolores encendió una vela en el sótano No caso: Dolores olvidó el abrigo en el jardín
AB: Dolores colgó ajo de la puerta AB: Dolores colgó ajo de la puerta
Procedimiento
En primer lugar los participantes leyeron una definición de analogía y cuatro
ejemplos de analogías y pares de situaciones que no lo eran. Después de completar
cuatro ensayos para familiarizarse con la tarea, leyeron 12 pares de situaciones. Cada
participante leyó 3 analogías críticas y 3 pares no análogos críticos, tres analogías de
relleno y tres pares no análogos de relleno. Para cada uno de los pares, debían indicar en
primera instancia si las situaciones les parecían análogas, y luego debían categorizar la
segunda situación, pudiendo dar una o más descripciones para las mismas. Esta
secuencia fue repetida para cada uno de los 12 pares. Las tomas fueron realizadas de
manera individual y en una computadora. En la pantalla aparecía el par de situaciones,
la pregunta sobre si les parecían análogas (debían responder con una “x” por sí o por
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
108
no), luego la pregunta sobre la categorización, y finalmente un espacio donde debían
escribir cómo la clasificaban.
6.3.2. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Dos jueces independientes evaluaron, siguiendo los mismos criterios que en el
Experimento 3, si los participantes utilizaron la categoría relacional crítica para
describir el caso poco representativo. Los jueces coincidieron en el 89% de los casos.
Los casos en que no hubo coincidencia fueron resueltos por discusión.
En la condición con analogía, para cada participante se calculó la proporción de
respuestas en las que aceptó la analogía y luego utilizó la categoría relacional del AB
para describir el AM. La media de las proporciones de utilización de la categoría crítica
fue 0,1754. En la condición sin analogía la media de las proporciones de utilización de
la categoría crítica para describir el AM fue 0,0658. Se llevó a cabo un análisis
intrasujeto entre las proporciones de categorización en la condición analogía crítica y
condición no-analogía crítica. El test de los rangos con signo de Wilcoxon indicó que la
proporción de categorizaciones del AM poco representativo en términos de la categoría
del AB fue mayor en la condición analógica, Mdn = 0 [0, 0,375] que en la condición de
control, Mdn = 0 [0, 0], Z = -2,202, p = 0,028.
Aunque en este experimento se les dio a los participantes la posibilidad de
evaluar si las dos situaciones presentadas eran análogas, los resultados replicaron los
obtenidos en el Experimento 3. Si bien la proporción de categorizaciones disminuyó
sustancialmente en comparación a las proporciones observadas en el Experimento 3, el
análisis de datos mostró que cuando se identificó una relación analógica con un AB
muy representativo de la categoría relacional en cuestión, hubo una mayor probabilidad
de que esa categoría se aplicase para describir al AM que cuando estaba precedido por
un no-caso. Los datos avalan la hipótesis de que el alineamiento analógico desencadena
una recategorización del AM como una instancia de la categoría relacional de esquema
del análogo base. Es probable que la disminución en las medias de proporciones de
recategorizaciones de la condición con analogía con respecto a los resultados del
Experimento 3 (de 0,5064 a 0,1754) esté relacionada con la evaluación de la validez de
las mismas. Como vimos en los resultados de los Experimentos 1 y 2 sobre generación
de inferencias, más allá de que se lleven a cabo para poder establecer la analogía o
lograr interpretarla, resta luego que se haga una evaluación de las mismas para
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
109
determinar si son válidas para el AM. Comenté en esa oportunidad que se considera que
hubo cambio representacional luego de que se lleva cabo el proceso de evaluación de
las inferencias candidatas. De la misma forma, puede que las recategorizaciones sean
evaluadas una vez que se generaron para determinar su validez. Es probable que como
en el Experimento 3 a los participantes no se les daba la oportunidad de decidir si la
analogía les parecía acertada, esa evaluación haya sido más benévola con las
recategorizaciones resultantes de la comparación. En el presente experimento, al tener la
posibilidad de decidir, posiblemente el mecanismo de evaluación de las
recategorizaciones haya tenido más incidencia haya por ende disminuido la proporción
de las mismas. De todas maneras sigue siendo significativa la diferencia con la
condición sin analogía, por lo que podríamos considerar estos resultados como
evidencia de cambio representacional.
6.4. DISCUSIÓN GENERAL
En este capítulo presenté un mecanismo alternativo de cambio representacional
empleado durante el pensamiento por analogía. En línea con lo propuesto por Minervino
et al. (2008, 2013), este mecanismo de cambio opera sobre que el significado que
emerge de considerar la interacción de los elementos proposicionales, y no los
elementos aislados. En estos casos la similitud entre elementos proposicionales no es
suficiente para identificar la relación analógica, sino que se pone en juego un
mecanismo de co-asignación de los eventos comparados a una misma categoría
relacional de esquema.
La mayoría de las teorías del pensamiento por analogía aceptan que dos
situaciones pueden ser consideradas análogas a pesar de que sus elementos no sean
inicialmente representados como idénticos (Gentner y Kurtz, 2006). Sin embargo,
reconocen que es necesario que algún tipo de relación de identidad entre elementos
proposicionales inicialmente similares (pero no idénticos) pueda ser identificada, para lo
que proponen distintos mecanismos de rerepresentación, tales como buscar
supraordenados en una red taxonómica de tipo ES-UN (Falkenhainer, 1990; Holyoak y
Thagard, 1989), o la descomposición (Yan, Forbus y Gentner, 2003), entre otros. En
algunos casos estas comparaciones entre elementos proposicionales pueden llevar a
ignorar similitudes que pueden ser aprehendidas empleando mecanismos de
rerepresentación alternativos. Como vimos en el Capítulo 5, Minervino et al. (2008 y
Experimentos 3 y 4: Recategorización de eventos _________________________
110
2013) proponen que el uso de categorías relacionales de esquema puede ser un medio
para considerar similitudes entre proposiciones consideradas como un todo. Los
miembros de una categoría relacional comparten una estructura de relaciones que pude
ser instanciada por muchos y diversos ejemplares (Gentner y Kurtz, 2005), más allá de
que estos compartan o no similitud entre sus elementos proposicionales. Por ejemplo, la
categoría agresión podría ser instanciada por hechos como insultar a alguien, marcar
los defectos de alguien, hacer un comentario irónico sobre alguien, dañar físicamente a
una persona, etc. En estos casos la activación de una categoría relacional de esquema
podría llevar a descubrir las relaciones analógicas entre los ejemplares. Si un AB muy
representativo de una categoría relacional promoviera una categorización poco probable
del AM considerado aisladamente, podríamos estar frente a un caso de recategorización
de eventos, algo que pudo observarse en los dos últimos experimentos presentados.
A pesar de que hubo una disminución en la proporción de recategorización con
respecto a los resultados del Experimento 3, discutimos que esa merma podría estar
relacionada con el subproceso de evaluación de la validez de las recategorizaciones del
AM. Al tener la posibilidad de decidir si se trataba o no de una analogía, la evaluación
tuvo mayor injerencia en la aceptación de la recategorización. Es por eso que los
resultados del Experimento 4 tienen mayor validez que los del Experimento 3, ya que,
como vengo planteando a lo largo de los distintos capítulos, se puede considerar que
hubo cambio representacional una vez que las inferencias y las recategorizaciones
pasaron el filtro de la evaluación de validez.
Una limitación común de este mecanismo propuesto y los tradicionales es que
asumen la existencia de jerarquías taxonómicas como las redes ES-UN. Considero que
un muchos casos la identificación de relaciones analógicas supone la creación de
categorías ad hoc (Barsalou, 1983, 2003) que no están disponibles en las redes
conceptuales de propósito general. Sería interesante que estudios futuros investiguen el
rol de las categorías relacionales de esquema generadas de forma ad hoc en el
establecimiento de correspondencias analógico.
Conclusiones ________________________
111
CAPÍTULO 7. CONCLUSIONES
A lo largo de este trabajo he revisado los postulados de las teorías más
influyentes sobre el pensamiento por analogías. En el Capítulo 1 desarrollé una
definición de analogía, ubicándola en una clasificación de relaciones de similitud.
También describí los pasos que implica establecer e interpretar una analogía, para
terminar hablando de los usos que habitualmente le damos al pensamiento por
analogías.
Con el propósito de profundizar en los mecanismos que permiten establecer una
analogía, en el Capítulo 2 expliqué con cierto detalle dos teorías que marcaron la agenda
de investigación en el área durante los últimos treinta años, a saber, la teoría de la
proyección de la estructura de Gentner y colaboradores y la teoría de las múltiples
restricciones de Holyoak y colaboradores. Además describí esquemáticamente cómo
funcionan las implementaciones computacionales de estas teorías, SME, ACME y
LISA, con el propósito de mostrar que los dos subprocesos centrales del pensamiento
por analogías, a saber, el establecimiento de correspondencias y la generación de
inferencias, se instancian sopesando el parecido entre elementos proposicionales (i.e., la
similitud entre relaciones, atributos, etc.) considerados de manera aislada.
En el Capítulo 3 hablé de los mecanismos de cambio que conlleva el
pensamiento por analogías. En particular, la selección de información, la generación de
inferencias, la re-representación de predicados y la reestructuración. Este apartado fue
de vital importancia para el presente trabajo ya que los estudios experimentales
presentados en los capítulos 4 y 6 abordan esa problemática. Vimos que el resaltado esta
íntimamente relacionado al establecimiento de correspondencias y resalta aspectos del
AM que habitualmente no son considerados a partir de emparejarlo con un AB para el
que esos aspectos son sobresalientes. Muchas veces el establecimiento de
correspondencias deja en evidencia que algunos elementos del AB que son centrales a la
relación de segundo orden emparejada, no tienen correspondencia en el AM, por lo que
se activa el mecanismo de generación de inferencias. El mismo se desarrolla a través de
un proceso de copiado con sustitución y generación, completando en el AM la
estructura relacional puesta en correspondencia. De esta manera se transfiere nueva
información del AB al AM. Vimos también que cuando las relaciones alienadas son
similares pero no idénticas se pone en marcha el mecanismo de re-representación de
predicados que busca supraordenamos o subcomponentes semánticos (dependiendo del
Conclusiones ________________________
112
mecanismo de re-representación utilizado) comunes para establecer la identidad. Este
mecanismo provoca cambios en ambos análogos, siempre al nivel de elementos
proposicionales. Por último, consideramos el mecanismo de reestructuración que si bien
tiene como resultado una reorganización del sistema de relaciones del AM, implicaría
una combinación de los mecanismos anteriores. Principalmente la generación de
inferencias, aunque en este caso en particular, ademas de transferir proposiciones del
AB al AM, que inicialmente no estaban presentes en meta, reemplaza relaciones del
meta por relaciones del base. En este capítulo también expliqué, que si bien estos
mecanismos permiten establecer una analogía e interpretarla a través de la transferencia
de información de una situación mejor conocida a otra menos conocida, es necesaria
una evaluación posterior de estas inferencias y re-representaciones teniendo en cuenta
información sobre el dominio meta para que se logre efectivamente un cambio
representacional por más momentáneo y pasajero que este sea.
En el Capítulo 4 expuse la primera serie de trabajos experimentales de esta tesis.
El objetivo de los mismos fue poner a prueba la hipótesis de que la falsa memoria de
inferencias analógicas implica un cambio representacional del AM. De manera más
específica, busqué determinar si las personas que cometen falsos reconocimientos de
inferencias analógicas tienden a estar de acuerdo con estas inferencias en mayor medida
que aquellas que no cometen esos falsos reconocimientos. Para ello adapté el paradigma
experimental utilizado por Blanchette y Dunbar (2002) usando materiales alternativos y
sumando la evaluación del grado de acuerdo con las inferencias analógicas a través de
una escala Likert. En el Experimento 1 los participantes que recibieron un AB luego de
leer un AM tendieron a cometer más falsos reconocimientos de inferencias que los de
un grupo de control que no recibieron ningún AB, replicando así los resultados de
Blanchette y Dunbar. Sin embargo, el falso reconocimiento no se mostró asociado a una
mayor aceptación de las inferencias. En el experimento 2 repliqué este hallazgo
asegurándome de que un grupo de participantes hayan generado la inferencia. De todas
formas, los resultados del grupo con generación guiada de las inferencias desapareció el
efecto de falso reconocimiento. Tampoco se observó relación alguna entre falso
reconocimiento de inferencias analógicas y mayor grado de acuerdo con las mismas en
este experimento. Los resultados de esta primera serie de experimentos muestran que la
formulación de inferencias puede estar simplemente al servicio de producir o interpretar
una analogía, sin que ello implique, por sí solo, un cambio representacional, esto es, una
Conclusiones ________________________
113
percepción novedosa del AM. Para ello se requiere que las mismas sean evaluadas a
partir del conocimiento previo disponible acerca del AM.
El el Capítulo 5 presente las propuestas centrales de la teoría de la asignación
categorial. En líneas generales la misma plantea que las personas muchas veces
interpretan las situaciones comparadas en una analogía desestimando el parecido entre
elementos proposicionales. Por el contrario consideran similitudes globales por medio
de la aplicación de categorías relacionales de esquema, y una vez que ha operado esta
interpretación, los mecanismos analógicos que operan se apartan de forma importante
de aquellos postulados por el modelo estándar.
En el Capítulo 6 expuse dos experimentos que buscaron mostrar que los cambios
representacionales que se producen durante el establecimiento de correspondencias en
ciertas ocasiones no se pueden explicar con el mecanismo de rerepresentación de
predicados propuestos por el modelo estándar y que analizamos en el Capítulo 3. Más
específicamente, me propuse me propuse determinar si presentar en el contexto de una
analogía un ejemplar muy representativo de una categoría relacional de esquema puede
promover la recategorización de un AM que describe un evento poco representativo de
esa categoría. Los resultados mostraron que cuando un AM poco representativo es
comparado con un AB muy representativo, hay un aumento en la probabilidad de
describir el AM como una instancia de la categoría relacional de esquema del AB.
Dándoles a los participantes la posibilidad de evaluar si las dos situaciones presentadas
eran análogas, los resultados replicaron los obtenidos en el Experimento 3. Si bien la
proporción de categorizaciones disminuyó sustancialmente en comparación a las
proporciones observadas en el Experimento 3, el análisis de datos mostró que cuando se
identificó una relación analógica con un AB muy representativo de la categoría
relacional en cuestión, hubo una mayor probabilidad de que esa categoría se aplicase
para describir al AM que cuando estaba precedido por un no-caso. Los datos avalan la
hipótesis de que el alineamiento analógico desencadena una recategorización del AM
como una instancia de la categoría relacional de esquema del análogo base. Al igual que
mostraron los resultados de los Experimentos 1 y 2, puede que las recategorizaciones
sean evaluadas una vez que se generaron para determinar su validez, provocando la
disminución en los índices de recategorización en los resultados del Experimento 4.
Los estudiosos del pensamiento por analógico han reconocido relaciones
importantes entre pensamiento por analogías y cambio representacional. La primera de
ellas se refiere a que el cambio representacional es muy frecuentemente una condición
Conclusiones ________________________
114
de posibilidad para producir o interpretar una analogía. Siendo improbable el caso de
que dos situaciones se hallen representadas en términos formales y semánticos de forma
perfectamente apropiada para su comparación, su alineamiento supondrá
necesariamente transformaciones a fin de que ajusten entre sí (Dietrich, 2000;
Hofstadter y FARG, 1995). A pesar de este reconocimiento, pareciera que el
desiderátum explicativo de la Ciencia Cognitiva de formalizar las teorías psicológicas
en términos computacionales ha llevado al enfoque estándar a suponer que el proceso
analógico comienza con representaciones más cerradas y avanzadas de lo que ocurre en
la realidad, algo que parece haber llevado a no ver en su justa medida las
rerepresentaciones que sufren los análogos durante su equiparación. Si bien autores
como Gentner y Wolff (2000) ha propuesto una serie de mecanismos de cambio
representacional, sólo algunos de ellos (los más simples) han sido implementados
computacionalmente. En línea con Hofstadter y FARG (1995) entiendo que la
rerepresentación analógica constituye una actividad fundamental del pensamiento por
analogías y que los modelos computacionales estándar han minimizado su papel,
distorsionando en alguna medida la complejidad de esta actividad de pensamiento.
Considero en este sentido que se requieren más estudios empíricos sobre la
rerepresentación como posibilidad para producir e interpretar analogías, incluso si van
por delante de la posibilidad de simularlos computacionalmente.
La segunda relación se refiere a los cambios, más o menos duraderos, que puede
generar un analogía en la percepción y conceptualización de una situación en términos
de otra, en actividades tan diversas como la instrucción, la argumentación, el desarrollo
de teorías científicas, etc. (para una revisión veáse Holyoak y Thagard, 1995). Estos
cambios han sido tan poco estudiados como los mecanismos referidos anteriormente y
más de una oportunidad se ha dado por sentada la eficacia de las analogías como
instrumento para el cambio conceptual duradero sin contar con suficiente evidencia
empírica al respecto. Los dos primeros experimentos de esta tesis constituyen un
ejemplo de ello. Considero que este trabajo constituye un avance, menor por cierto, por
lo que respecta a prestar la atención que se merece el cambio representacional en el
proceso analógico y en el estudio de los mecanismos que las teorías dominantes han
postulado que pueden tener lugar durante el mismo.
Más allá de la necesidad del estudio de los mecanismos de cambio
representacional que ha propuesto el modelo estándar, creo que la teoría de la
asignación categorial abre nuevas perspectivas sobre la cuestión. Nuevamente,
Conclusiones ________________________
115
considero que la voluntad de simular computacionalmente las teorías del pensamiento
analógico son las que han conducido a tratar el problema de la representación como una
cuestión de dar con supraordenados para pares de elementos proposicionales apareados,
pasando por alto la compleja interdependencia semántica que existe entre los
componentes de una proposición y cómo esta interacción da lugar a interpretaciones de
los hechos que se alejan de la relación (e.g., un verbo) que incluye la proposición. Esta
nueva perspectiva del pensamiento por analogías, en la que trabajamos junto a Ricardo
A. Minervino (véase Minervino et al., 2008, 2013), conduce a considerar las
proposiciones como un todo que describen ejemplares de categorías relacionales de
esquema. De esta forma, y tal como se pudo mostrar en los dos últimos experimentos de
esta tesis, la comparación entre dos eventos puede pasar por alto las semejanzas
elemento a elemento y promover la rerepresentacion de un evento en términos de la
categoría relacional que se le aplica al otro. Cuando se comparan eventos, el cambio
representacional pasa así por la recategorización, estudiada en los dos últimos
experimentos de esta tesis o por otras vías. Por ejemplo, si un AB tiene una dimensión
de una categoría relacional de esquema exacerbada, puede promover la percepción
exagerada de esa misma dimensión en un AM que la tiene atenuada, lo que puede
constituir un caso de cambio representacional más o menos duradero. Daré un ejemplo
informal tomado de la vida real. Un amigo del autor de esta tesis se encontraba una
noche en un bar rodeado de mujeres completamente fuera de su alcance. Para expresar
la paradoja entre su deseo y la imposibilidad de acceder al objeto deseado a pesar de la
cercanía del mismo, formuló la siguiente analogía: “esto es como tener sed en el medio
del mar”. Como el lector habrá interpretado correctamente, mi amigo equipara su deseo
de mantener algún intercambio con las bellas mujeres con la necesidad biológica de
consumir agua y la completa imposibilidad de consumir agua de mar con la
inaccesibilidad de las mujeres que lo rodeaban. Sin duda, exageraba. Es poco probable
que muera por no poder relacionarse con alguna de las chicas del bar, lo que sí podría
pasar si naufragara y el único líquido disponible fuera agua salada. El ejemplo permite
ilustrar como la teoría de la asignación categorial abre nuevas perspectivas sobre el
cambio representacional. El ejemplo muestra que la percepción de una situación en
términos de otra puede lograrse eligiendo una AB que puntúe alto de las dimensiones de
la categoría relacional de esquema en juego y promoviendo entonces una visión del AM
como si puntuara de forma cercana en esa dimensión. Con mi grupo de investigación
estamos desarrollando estudios empíricos destinados a indagar en los mecanismos de
Conclusiones ________________________
116
rerepresentación que postula la teoría de la asignación categorial, así como en evaluar el
carácter pasajero o duradero de sus efectos.
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Referencias bibliogáficas _________________________
128
ANEXO A
Texto Meta y Texto Base utilizados en los Experimentos 1 y 2 en los Gc/A.
El accidente de Bruno
Bruno circulaba con su auto por la calle Suipacha a una velocidad normal. Venía
escuchando un noticiero en su radio preferida, como lo hacía todas las mañanas que
circulaba por el centro de la ciudad. Era un día lluvioso y frío, de esos que no le gustan
a Bruno. A pesar de que era lunes temprano, Bruno estaba bien despierto, porque la
noche anterior había dormido realmente bien. Se acercaba a la esquina de Suipacha y
Córdoba. La luz del semáforo estaba en verde para él, por lo que Bruno se dispuso a
cruzar Córdoba con su coche. Una señora avanzaba como para cruzar la calle Suipacha,
pero al advertir que el semáforo estaba en rojo para ella, se detuvo. Sin embargo, un
canillita [en Argentina, vendedor de diarios que circula por la calle] venía detrás de ella,
y que marchaba algo apurado, le hizo perder completamente el equilibrio y la mujer se
tropezó y cayó a la calle. Las cosas que llevaba en su cartera y en sus bolsas se
esparcieron en el asfalto. Aunque lo intentó, Bruno no pudo esquivarla y la atropelló,
causándole algunas heridas en el cuerpo y fracturas en la cadera. Bruno tenía al día su
licencia de conducir y también en regla los papeles de su coche.
Juan y Pedro, amigos de Bruno, discutían sobre su accidente. Juan hizo la siguiente
comparación: “Lo que le pasó a Bruno con su auto es comparable con lo que le ocurrió
a un cliente mío, llamado Lorenzo, con su pistola. Lorenzo es un cliente de toda la vida,
con quien he hecho muy buenos negocios y por el que mantengo un enorme cariño. Iba
caminando por la calle Segurola. Lo esperaba un día de mucho trabajo. Ese día llevaba
consigo su pistola. De pronto vio que venían corriendo hacia él dos chicos de entre 14 y
18 años (le pareció que se trataba de chicos de la calle). Uno de ellos venía corriendo al
otro con una pistola. Lorenzo le gritó para que la soltara, pero el chico en vez de soltarla
le apuntó a Lorenzo, directo a la cara, desde unos 15 metros de distancia. Lorenzo
esperó un momento, pero al ver que el chico no bajaba su pistola, sacó la suya y disparó
a la vereda para asustarlo, pero la bala rebotó en la pared de una casa, causándole
heridas al chico en la pierna izquierda. Lorenzo tenía en regla su licencia para portar
armas. Luego se comprobó que el muchacho no pretendía herir al otro chico ni a
Lorenzo tampoco, sino que estaba jugando. El arma que llevaba era una pistola de agua,
de carnaval. El muchacho corría al otro chico para mojarlo. El muchacho fue llevado al
Referencias bibliogáficas _________________________
129
hospital de inmediato, lo internaron y procedieron a tratarle las heridas. Estuvo algunos
días en el hospital y luego le dieron el alta. La recuperación total de su pierna duró
aproximadamente dos meses, durante los cuales tuvo que realizar un tratamiento de
rehabilitación con traumatólogos y kinesiólogos. Por suerte, el hecho no le dejó ningún
tipo de secuela, por lo que pudo rehacer su vida normalmente. Para mí Lorenzo es el
responsable del accidente y debe indemnizar al muchacho por los daños que le causó.
Quien lleva un arma es el responsable absoluto de los daños que puede ocasionar con
ella. Si una segunda persona propicia con su comportamiento, sin quererlo, un accidente
y termina siendo dañado por el arma, el responsable sigue siendo el portador del arma,
aun si éste no ha buscado causar el daño. Bien, para mí el accidente automovilístico de
Bruno es comparable al accidente de Lorenzo con su pistola, porque conducir un coche
es, en alguna medida, como portar un arma”.
130
ANEXO B
Ejemplos de los ítems utilizados en las Pruebas de Reconocimiento en los Experimentos
1 y 2.
Ítem del texto.
La luz del semáforo estaba en verde para él, por lo que Bruno se dispuso a cruzar
Córdoba con su coche.
Ítem inferencia analógica (se incluyen entre paréntesis las palabras de las afirmaciones
base reemplazadas para derivar las inferencias analógicas).
Bruno (Lorenzo) es el responsable del accidente y debe indemnizar a la señora
(muchacho) por los daños que le causó.
Ítem nuevo (se incluyen entre paréntesis las palabras de la afirmación base
reemplazadas para derivar los ítems nuevos).
El canillita (muchacho) fue llevado al hospital de inmediato, lo internaron y procedieron a tratarle las heridas.
131