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Autor: Br. Eduardo Herrera Malatesta Tutor: Dr. Andrzej Antczak
Asesor: Prof. Rodrigo Navarrete
CCaarraaccaass,, aabbrriill ddee 22000044
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Trabajo de Grado Presentado para Optar al Título de Antropólogo
Autor: Eduardo Herrera Malatesta Tutor: Dr. Andrzej Antczak
Asesor: Prof. Rodrigo Navarrete
CCaarraaccaass,, aabbrriill ddee 22000044
UNIVERSIDAD CENTRAL DE VENEZUELA FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESCUELA DE ANTROPOLOGÍA DEPARTAMENTO DE ARQUEOLOGÍA, ETNOHISTORIA
Y ECOLOGÍA CULTURAL
ENTRE LA MONTAÑA Y EL MAR: Patanemo un Área Arqueológica de la Costa Centro Norte de Venezuela
Autor: Eduardo Herrera Malatesta Tutor: Dr. Andrzej Antczak Asesor: Prof. Rodrigo Navarrete Fecha: 26/04/2004
RESUMEN
El propósito de este estudio fue realizar una investigación de sondeo en el área de la Cuenca de Patanemo, Edo. Carabobo, con el fin de proporcionar las primeras descripciones e interpretaciones arqueológicas sistemáticas para dicha cuenca; así como relacionar los sitios ubicados con los datos que se poseen acerca de la arqueología del Centro Norte de Venezuela, con el objetivo de poder realizar interpretaciones más coherentes acerca de los pobladores que ocuparon ésta área. Para ello se realizó un estudio sistemático que permitió: a) localizar sitios arqueológicos prehispánicos en la Cuenca de Patanemo y reseñar las características cuantitativas y cualitativas de los sitios y los materiales recolectados (cerámica, concha, hueso, lítica); b) definir a través de un análisis formal y estilístico a que serie cerámica se asemejan los materiales encontrados en los sitios arqueológicos, c) determinar una cronología relativa para los sitios arqueológicos trabajados, d) definir el tipo de sitio encontrado y su dimensión, e) determinar la relación estilística y temporal entre los sitios investigados, y f) realizar una revisión exhaustiva de las fuentes bibliográficas existentes sobre la arqueología del Centro-Norte de Venezuela. La presente investigación se inscribe en la modalidad de investigación de sondeo que tiene como fundamento proporcionar descripciones e interpretaciones preliminares, pero coherentes con los materiales arqueológicos recolectados. Los resultados de la investigación evidenciaron que: los cuatro sitios escogidos para examinar fueron clasificados como pertenecientes a la serie Valencioide, aunque en todos ellos, en mayor o menor medida, se observan elementos pertenecientes a otros estilos y series cerámicas presentes en las costas centrales. Igualmente se consideró de manera preliminar ubicar tres de los sitios dentro del período IV, y uno de ellos entre el período IV y el V. Se consideró que no era posible proponer dimensiones para los yacimientos puesto que sería especulativo y no descriptivo. Descriptores: Cuenca de Patanemo, Centro-Norte de Venezuela, investigación de sondeo, identificación de series cerámicas, esfera de interacción Valencioide, series y estilos costeros, Arqueología Interpretativa.
A los hombres, mujeres y niños de Patanemo sin ellos este trabajo no existiría
A Parisina Malatesta símbolo de ejemplo y admiración en mi vida...
De aquí a unos cientos de años, en este mismo lugar, otro viajero tan desesperado como yo, llorará la desaparición de lo que yo hubiera podido ver y
no he visto. Víctima de una doble invalidez, todo lo que percibo me hiere, y me reprocho sin cesar por no haber sabido mirar lo suficiente
C. Lévi-Strauss, Tristes Trópicos, 1970
AAGGRRAADDEECCIIMMIIEENNTTOOSS
En primer lugar me gustaría agradecer de todo corazón a la gente del Pueblo
de Patanemo que colaboro constantemente en este trabajo. El Sr. Víctor Vásquez
quien me guío, acompañó y asesoró durante todos mis trabajos de campo y junto con
su esposa me permitieron realizar los pozos de sondeo en su patio. A la Sra. Noria de
Vásquez quien me abrió las puertas de su casa y de su familia, y siempre se mostró
interesada y colaboradora conmigo y con mi trabajo, igualmente quisiera agradecer
enormemente a sus hijos Víctor José (Cheche) y Víctor Manuel (el negrito) por haber
sido siempre amables y colaboradores.
Al Sr. Luis Flores por haberme permitido excavar y recolectar material
arqueológico ubicado en su terreno en Los Pueblos, así como, darme la oportunidad
de acampar en varias oportunidades en su terreno en la montaña. Igualmente
agradezco la colaboración y cariño de su esposa la Sra. Marina de Flores y su hijo
Freddy Flores. También agradezco la colaboración de los ayudantes del Sr. Flores,
Martín, “el sapo” y “el diablo” quienes muy amablemente colaboraron con este
trabajo. Igualmente quisiera agradecer al Sr. Adrián, quién permitió que yo y mi
equipo acampáramos en su terreno durante más de diez días, y siempre estuvo atento,
amable y cariñoso con nosotros.
Al Sr. Ernesto Mijares, vecino de Primavera, quien de manera muy
amablemente me permitió excavar en su patio y me presto las comodidades de su
casa. Igualmente le agradezco la confianza que puso en mí al entregarme la
responsabilidad de estar en su propiedad en varias oportunidades sin su presencia.
Al Sr. Gregorio Fareites (Goyo) por permitirme el acceso a su casa y a su
familia, y mostrarse siempre colaborador e interesado por el pasado indígena de
Venezuela, así como orientarme en repetidas oportunidades. A su hija Carolina y su
hijo Noe por ayudarme y ser siempre amables y cariñosos.
También quisiera agradecer enormemente a la familia de la Sra. Noria de
Vásquez quienes siempre fueron abiertos y muy colaboradores conmigo y con mi
trabajo, con sincero cariño a: Manuel (Chito), Galides, Miriam, Zulay y su hija
Daniela, y Daniel con quien mantuve interesantes conversaciones. También
agradezco inmensamente las colaboraciones, cariño y atenciones que tuvieron hacia
mí la familia del Sr. Víctor Vásquez, a su madre la Sra. Guillermina de Vásquez y a
su padre el Sr. Gumersindo Vásquez.
Quisiera agradecer con mucho cariño las colaboraciones, atenciones y
amistades que me prestaron Arturo (Arturito), el “negrito”, al Sr. José Antonio
Blanco-Uribe Ortiz (Totón), vecinos del Pueblo de Patanemo; y muy afectuosamente
agradezco las atenciones del Sr. Niño y El Sr. Neptalí quienes tienen sus terrenos en
Los Pueblos; a todos ellos que fueron amables y muy contribuyentes con este trabajo
y conmigo.
Igualmente agradezco a todas aquellas personas que habitan en Los Caneyes,
Sta. Rita, Pueblo de Patanemo, Primavera y Los Pueblos, que de manera indirecta
colaboraron con el trabajo y conmigo, a todas aquellas personas que me extendieron
la mano, me dieron sus sonrisas y sus palabras, sus preguntas y explicaciones, a todos
esos hombres, mujeres y niños que durante mis trabajos me recibieron de manera
impecable, a todos gracias...
Quisiera agradecer inmensamente a Parisima Malatesta, mi mamá, quien
siempre ha estado conmigo durante toda mi vida, acompañándome, enseñándome, y
siendo el pilar que ha sostenido mi desarrollo personal y académico, así como,
ensañarme que no hay meta cumplida sin dolor y esfuerzo. A mi hermano Carlos
Herrera Malatesta quien con sus consejos y colaboraciones ha hecho que mi vida sea
más completa, alegre y virtuosa. A mi hermana Romina Herrera Malatesta quien me a
apoyado en todas mis metas académicas y espirituales, y que ha marcado un ejemplo
de valor en mi vida. A mi papá, Eduardo Herrera Zapata, por enseñarme a entender
las cosas que no veo, por mostrarme los caminos pero nunca obligarme a seguir
ninguno.
A Jeyni González, mi pareja, mi estimulo, mi amor, a ella agradezco su
compañía emocional y académica, colaboradora constante e incasable en los trabajos
de campo en Patanemo y del laboratorio en la UCV. A ella que desde los inicios de
mi carrera siempre estuvo presente y brindándome todo su amor...
Al Dr. Andrzej Antczak, quien además de orientar y tutorar este trabajo, me
enseñó a ver la arqueología de una manera diferente, a entender que el pasado no es
una simple construcción elemental. Gracias también por la sincera amistad que
siempre me manifestó. A la Dra. Maria Magdalena Mackowiak de Antczak quien
siempre se mostró abierta e interesada en colaborar con este trabajo, por su amistad,
sinceridad y comprensión. A Konrad y Oliver cariñosos amigos. A MAKO, siempre
presente y afectuoso, amable y comprensivo, un millón de gracias...
Al Prof. Rodrigo Navarrete, quien sin dudarlo siempre escuchaba mis
preguntas y sin reserva me obsequiaba sus críticas y consejos, a él le agradezco ser mi
profesor, asesor y amigo. A Cesar por sus comentarios de animo constantes, por su
buen humor y su amistad. A Guillermo por siempre preguntar ¿cómo va esa tesis?
Al Ing. Agr. Andrej Sykora, sin su ayuda y conocimientos el inicio del trabajo
de campo en Patanemo hubiese tardado mucho más, gracias por su amistad y por
siempre estar presente cuando se le necesitaba. A Elmara de Sykora por colaborar en
el primer trabajo de campo realizado en Patanemo, y estar atenta al desarrollo de esta
investigación.
Quisiera agradecer con todo cariño a Manuela Blanco, mi amiga, siempre
pendiente e interesada en mí y en esta tesis, siempre ahí, aquí...
A Luramys Díaz, colaboradora perseverante. Sin su ayuda los trabajos de
campo no hubiesen estado completos, gracias por los dibujos, las formas de vasija,
los levantamientos, por el aguante, y sobre todo por los kilos de material que bajamos
de la montaña...
A Angélica Monterola, amiga, compañera, confidente, gracias por todo el
apoyo y la amistad.
A Daniela Rivera por su participación en uno de los trabajos de campo y por
estar siempre pendiente del desarrollo de esta investigación.
A Emma Klein, por estar siempre presente, por ser mamá y amiga, por ser
compañera de estudios y maestra de vida.
Agradezco enormemente las colaboraciones de los estudiantes de la Escuela
de Antropología que participaron en las actividades de Laboratorio: Beatriz Juárez,
Gonzalo Chacón, Ananda Hernández, Judith Lamanna, Luis Jackson, Cristel Romero,
Yajaida Garrido, Keyla Rangel, Gerardo Córcega, muchísimas gracias a todos por su
buen trabajo.
A Johana Chávez por colaborar en la identificación de los huesos humanos
recuperados en una de las excavaciones, y Mony Vidal por prestarme material
bibliográfico para la descripción de los mismos.
A Ernesto Figuera, por confiarme su GPS con el cual fue posible tomar las
coordenadas geográficas de los sitios arqueológicos visitados.
Agradezco muy especialmente al Prof. Rodrigo Lazo (EcoSIG - IVIC) que me
proporcionó sin ninguna reserva sus conocimientos sobre SIG, ayudándome a realizar
los mapas que se muestran en este trabajo, igualmente agradezco a sus estudiantes
Sergio y Efraín por siempre estar atentos y colaboradores.
Al Dr. Horacio Biord Castillo, amigo y entusiasta investigador de la historia
del Centro Norte de Venezuela, gracias por los consejos y comentarios sobre la
investigación.
A la Prof. Maria Eugenia Villalón quien colaboro con sus muy oportunas
críticas y comentarios acerca de los trabajos de campo en Patanemo, gracias por las
palabras sinceras y por la amistad.
A la Ant. Leticia Marius por las atenciones y las ayudas a mi trabajo, por estar
pendiente y ser abierta colaboradora.
A la profesora Kay Tarble por estar siempre dispuesta a escuchar y enseñar.
Al Profesor Carlos A. Martín por estar atento e interesado en colaborar en todas mis
actividades académicas, y siempre proporcionar su crítica constructiva.
A los profesores del Departamento de Arqueología, Etnohistoria y Ecología
Cultural de la Escuela de Antropología Rodrigo Navarrete, Kay Tarble, Luis E.
Molina, Carlos Alberto Martín y Emanuele Amodio, por estar siempre dispuestos a
colaborar con sus críticas, sus conocimientos, y material de apoyo. Gracias a ellos por
enseñarme diversas maneras de percibir el pasado.
A los Antropólogos del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), Ana Cristina
Rodríguez, Pedro Ribas y George Amáis por estar pendientes del trabajo y colaborar
con sus comentarios.
Agradezco igualmente el espacio proporcionado por el Laboratorio de
Arqueología de la Universidad Simón Bolívar, dirigido por el Dr. Antczak y la Dra.
Mackowiak de Antczak, donde se desarrollaron algunas de las actividades
concernientes a este trabajo.
Quisiera agradecer a Leonardo Páez por ayudarme en los inicios de mi tesis,
cuando todavía pensaba trabajar en Vigirma, gracias por abrirme las puertas de su
casa y guiarme por lo parajes de la montaña. Igualmente quisiera agradecer a Edward
(Tata) y a su señora, vecinos de Vigirima, por haberme llevado desde Patanemo a
Valencia y haberse puesto a la orden conmigo y mi trabajo.
Al Instituto de Patrimonio Cultural (IPC) y al Instituto Nacional de Parques
(Inparques) por haberme otorgado los permisos necesarios para realizar mí trabajo
dentro de las leyes y normas establecidas.
A la Escuela de Antropología, sus profesores, el personal administrativo, sus
estudiantes...
A la Universidad Central de Venezuela, el Alma Mater, por brindarme
espacios y tiempos extraordinarios que no hubiese conseguido en ninguna otra
universidad, por acogerme y brindarme todo lo que pudo. Igualmente quisiera
agradecer la ayuda económica prestada por la Escuela de Antropología y el Vice-
rectorado Académico.
Agradezco muy especialmente a Vanesa, Karín, Yarlín y Johana, mis primeras
amigas en la carrera, a ellas les doy las gracias, y a pesar de la distancia, nunca voy a
olvidar todo lo que hicieron por mí en nuestro primer semestre...
Agradezco al Padre y a su Hijo, siempre aquí, siempre ayudando, siempre
presentes...
ÍÍNNDDIICCEE
pág.
Lista de imágenes ................................................................................................. xvii Lista de mapas ...................................................................................................... xviiiLista de tablas ....................................................................................................... xviiiLista de gráficos ................................................................................................... xix Lista de formas de vasija ...................................................................................... xix Lista de formas de base ........................................................................................ xx Lista de anexos ..................................................................................................... xx INTRODUCCIÓN ................................................................................................ 1 CAPÍTULO I ........................................................................................................ 7 La Investigación y sus Objetivos ....................................................................... 8 CAPÍTULO II ....................................................................................................... 16 El Entorno Geográfico y Ecológico ................................................................... 17 2.1. Introducción .......................................................................................... 17 2.2. El Lago de Valencia .............................................................................. 18 2.3. La Cordillera de la Costa ...................................................................... 22 2.4. La Costa Caribeña ................................................................................. 25 2.5. El Archipiélago de Los Roques ......................................................... 26 CAPÍTULO III ..................................................................................................... 28 Historia de las Investigaciones Arqueológicas en el Centro-Norte de Venezuela .............................................................................................................
29
3.1. Introducción .......................................................................................... 29
Cont... pág. 3.2. Exploradores y Naturalistas: 1887 – 1932 ............................................ 29 3.3. Inicio de la Arqueología Sistemática: 1932 – 1958 .............................. 35 3.4. La Arqueología desde 1958 hasta el presente ....................................... 41 CAPÍTULO IV ..................................................................................................... 47 La Esfera de Interacción Valencioide ............................................................... 48 4.1. Introducción .......................................................................................... 48 4.2. La Cuenca del Lago de Valencia .......................................................... 51 4.3. La Costa Centro-Norte........................................................................... 57 4.4. El Archipiélago de Los Roques ............................................................ 59 CAPÍTULO V ...................................................................................................... 65 Marco Teórico de la Investigación .................................................................... 66 5.1. Introducción .......................................................................................... 66 5.2. La Investigación en Patanemo .............................................................. 67 5.3. Las Comparaciones Macro-regionales .................................................. 70 CAPÍTULO VI ..................................................................................................... 85 Metodología de la Investigación ........................................................................ 86 6.1. Método de la Investigación ................................................................... 86 6.2. Métodos y técnicas del Trabajo de Campo ........................................... 89 6.3. Métodos y técnicas del Trabajo de Laboratorio .................................... 100 CAPÍTULO VII .................................................................................................... 105 Descripción del Material y las Excavaciones por Unidades de Muestreo ..... 106 7.1. Los Pueblos ........................................................................................... 106 7.2. Primavera .............................................................................................. 123 7.3. Pueblo de Patanemo ............................................................................. 140 7.4. Ensenada de Patanemo .......................................................................... 155 7.5. Tipos de Vasija ...................................................................................... 166 CAPÍTULO VIII .................................................................................................. 181 Análisis del Material por Unidades de Muestreo ............................................ 182 8.1. Introducción .......................................................................................... 182 8.2. Los Pueblos ........................................................................................... 184 8.3. Primavera .............................................................................................. 193 8.4. Pueblo de Patanemo .............................................................................. 203 8.5. Ensenada de Patanemo .......................................................................... 210 CAPÍTULO IX ..................................................................................................... 217 Interpretación Micro y Macrocontextual ......................................................... 218 9.1. Introducción .......................................................................................... 218 9.2. Interpretación microcontextual ............................................................. 219
Cont... pág.
9.3. Interpretación macrocontextual ............................................................. 223 CAPÍTULO X ...................................................................................................... 233 Consideraciones Finales ..................................................................................... 234 BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................. 237 ANEXOS .............................................................................................................. 250 APÉNDICE .......................................................................................................... 307 Reflexiones Personales sobre el Trabajo de Campo ........................................ 308
pág. Lista de imágenes Paisaje de la Ensenada de Patanemo .............................................................. i Casa del Sr. Niño, Los Pueblos – Patanemo ................................................... 7 Planta. Los Pueblos – Patanemo ..................................................................... 16 Mapa antiguo del Lago de Valencia ............................................................... 18 Mapa actual del Lago de Valencia .................................................................. 19 Parque Nacional El Ávila ............................................................................... 23 Bosque nublado de la Cordillera de la Costa .................................................. 24 Playa de la Costa Caribeña. ............................................................................ 25 Islas Dos Mosquises y Domusky Norte del Archipiélago Los Roques .......... 27 Portada del libro de Wendell C. Bennett ........................................................ 28 Material arqueológico reseñado por Marcano ................................................ 30 Urna funeraria excavada en “Los cerritos” ..................................................... 33 Figurinas de barro reseñadas en el libro de Bennett........................................ 35 Formas de Vasija reconstruidas por Kidder .................................................... 36 Formas de Base reseñadas por Osgood .......................................................... 38 Figurina de barro del estilo Valencia .............................................................. 42 Figurina de barro del estilo Valencia en su contexto de excavación. Dos Mosquises, Archipiélago Los Roques ............................................................
44
Figurina femenina y zoomorfa dentro del contexto de ‘basurero’, cayo Dos Mosquises, 1300-1500 d.C. ............................................................................
47
Camino hacia Los Pueblos – Patanemo .......................................................... 65 Metate, Primavera – Patanemo ....................................................................... 85 Andrej Sykora y el autor durante las prospecciones en la montaña ............... 90 Andrej Sykora y el autor prospectando la montaña cerca del sector de Primavera ........................................................................................................
96
El lugar de excavación en el terreno del Sr. Luis Flores en Los Pueblos ....... 97 Pipa de barro con incisión lineal – Primavera, Patanemo .............................. 105 Casa del Sr. Luis Flores en Los Pueblos ......................................................... 107 Daniela Rivera junto al pozo de ‘pala’, a su derecha el pozo de sondeo y frente al pozo de pala el ‘hoyo’ ......................................................................
108
El lente cerámico del hoyo: las líneas rojas y negras remarcan la cuerda con que se marcaban los niveles de 20 cm. ...........................................................
109
Material cerámico en el lente de la pared del ‘hoyo’ ...................................... 110 Jeyni González, colaboradora en las excavaciones de Los Pueblos, dentro del ‘hoyo’ sostiene un apéndice zoomorfo .....................................................
111
Sra. Guillermina de Vásquez, cordial colaboradora de esta investigación, en el frente de su casa en Primavera ....................................................................
123
Pozo de sondeo en el patio del Sr. Ernesto Mijares. Detrás del pozo, entre la reja y el muro pasa la pica que va hacia el río ................................................
124
Primavera. Pared de la pica que va hacia el río Patanemo, de donde cae el material. Nótese lo bien definido que están los estratos culturales ................
125
Pozo de sondeo. Nivel 20-30 y parte del 30-40 .............................................. 126
Cont... pág.
El Sr. Víctor Vásquez y la Sra. Noria de Vásquez observando los materiales excavados en su patio .....................................................................................
140
Luramys Díaz excavando los huesos humanos en el pozo de sondeo # 2 ...... 141 Pozo de sondeo # 2 - Nivel 70-80 cm. El pequeño cuadrado excavado es donde apareció la “mancha negra” .................................................................
142
El Sr. Víctor Vásquez y su hijo Víctor “el negrito” buscando material arqueológico en la Qda. Santa Rita. Valle de Patanemo ................................
143
Paisaje de la Ensenada de Patanemo. El punto rojo marca la ubicación del sitio arqueológico ............................................................................................
155
Sector cercano a la Playa de Patanemo. Foto tomada durante las prospecciones en la Ensenada .........................................................................
156
Apéndice zoomorfo. Los Pueblos, Patanemo ................................................. 181 “Fragmentos de cerámica dentro de una caja” ............................................... 217 El autor durante las prospecciones en la montaña .......................................... 233 Molino de café - Los Pueblos – Patanemo ..................................................... 250 Extremo de la casa del Sr. Luis flores, Los Pueblos Lista de Mapas Mapa Nº 1: Sitios costeros como puntos de articulación entre el Lago de Valencia y el Archipiélago Los Roques .........................................................
11
Mapa Nº 2: Proyección espacial. Ubicación de la Cuenca de Patanemo ....... 13 Mapa Nº 3: Esfera de Interacción Valencioide ............................................... 49 Mapa Nº 4: Área de la Cuenca de Patanemo .................................................. 91 Mapa Nº 5: Ubicación de las Unidades de Muestreo en el Valle y la Montaña ..........................................................................................................
99
Mapa Nº 6: Ubicación de la Unidad de Muestreo Ensenada de Patanemo .... 101 Lista de Tablas Tabla Nº 1: Sitios Arqueológicos en la Cuenca de Patanemo ........................ 94-95 Tabla Nº 2: Descripción del material cerámico decorado, Los Pueblos ......... 114 Tabla Nº 3: Presencia de los tipos de vasija, Los Pueblos .............................. 116 Tabla Nº 4: Presencia de los tipos de base, Los Pueblos ................................ 120 Tabla Nº 5: Descripción del material cerámico decorado, Primavera ............ 130-31 Tabla Nº 6: Presencia de los tipos de vasija, Primavera ................................. 132 Tabla Nº 7: Presencia de los tipos de base, Primavera ................................... 137 Tabla Nº 8: Descripción del material cerámico decorado, Pueblo de Patanemo ........................................................................................................
146
Tabla Nº 9: Presencia de los tipos de vasija, Pueblo de Patanemo ................. 148 Tabla Nº 10: Presencia de los tipos de base, Pueblo de Patanemo ................. 151 Tabla Nº 11: Descripción del material cerámico decorado, Ensenada de Patanemo .........................................................................................................
158
Tabla Nº 12: Presencia de los tipos de vasija, Ensenada de Patanemo .......... 159 Tabla Nº 13: Presencia de los tipos de base, Ensenada de Patanemo ............. 163
Cont... pág.
Lista de Gráficos Gráfico Nº 1: Presencia de los Tipos de Vasija, Los Pueblos ........................ 186 Gráfico Nº 2: Presencia de los Tipos de Base, Los Pueblos ........................... 188 Gráfico Nº 3: Presencia de los Tipos de Vasija, Primavera ............................ 195 Gráfico Nº 4: Presencia de los Tipos de Base, Primavera .............................. 198 Gráfico Nº 5: Presencia de los Tipos de Vasija, Pueblos de Patanemo .......... 205 Gráfico Nº 6: Presencia de los Tipos de Base, Pueblos de Patanemo ............ 207 Gráfico Nº 7: Presencia de los Tipos de Vasija, Ensenada de Patanemo ....... 212 Gráfico Nº 8: Presencia de los Tipos de Base, Ensenada de Patanemo .......... 214 Lista de Formas de Vasija Tipo A1 ........................................................................................................... 166 Tipo A2 ........................................................................................................... 166 Tipo B ............................................................................................................. 167 Tipo C ............................................................................................................. 167-68 Tipo D ............................................................................................................. 168 Tipo E ............................................................................................................. 169 Tipo F1 ............................................................................................................ 170 Tipo F2 ............................................................................................................ 170 Tipo F3 ............................................................................................................ 171 Tipo G ............................................................................................................. 171 Tipo H ............................................................................................................. 172 Tipo I .............................................................................................................. 172 Tipo J .............................................................................................................. 173 Tipo K ............................................................................................................. 173 Tipo L1 ........................................................................................................... 174 Tipo L2 ........................................................................................................... 175 Tipo L3 ........................................................................................................... 175 Tipo M ............................................................................................................ 176 Tipo N ............................................................................................................. 176 Tipo Ñ ............................................................................................................. 177 Tipo O ............................................................................................................. 177 Tipo P .............................................................................................................. 178 Lista de Formas de Base Tipo A ............................................................................................................. 178 Tipo B ............................................................................................................. 179 Tipo C ............................................................................................................. 179 Tipo D ............................................................................................................. 180
Cont... pág.
Anexos ............................................................................................................ 250 Texto Cuantitativa y clasificación de los restos humanos ........................................ 251 Tablas Cuantitativa del material arqueológico ........................................................... 255 Códigos asignados a cada unidad de recolección ........................................... 258 Descripción del material cerámico de manufactura posterior ........................ 263 Descripción de cuentas de collar, pendientes y otros artefactos particulares . 264 Descripción de asas, patas y fragmentos de figurinas .................................... 265 Descripción de artefactos líticos ..................................................................... 266 Presencia y distribución de los tipos de Vasija por sub-áreas ........................ 267 Identificación general y preliminar de los restos zooarqueológicos ............... 271 Identificación general y preliminar de los restos malacológicos .................... 273 Figuras Perfil Nº 1: pozo de sondeo Los Pueblos ........................................................ 276 Perfil Nº 2: pozo de sondeo Primavera ........................................................... 277 Perfil Nº 3: pozo de sondeo Pueblo de Patanemo ........................................... 278 Levantamiento planimétrico Nº 1 Los Pueblos .............................................. 280 Levantamiento planimétrico Nº 2 Primavera .................................................. 281 Levantamiento planimétrico Nº 3 Pueblo de Patanemo ................................. 282 Dibujo del entorno de la excavación en Los Pueblos ..................................... 283 Laminas Los Pueblos Lamina 1 Apéndice zoomorfo ................................................................... 284 Lamina 2 Fragmento de borde con rodetes cabalgantes ............................ 285 Lamina 3 Apéndice zoomorfo ................................................................... 286 Lamina 4 Apéndice zoomorfo ................................................................... 287 Lamina 5 Base de pedestal ........................................................................ 288 Primavera Lamina 6 Apéndice zoomorfo con asa ...................................................... 289 Lamina 7 Conjunto: apéndice zoomorfo con asa, 2 tiestos de
manufactura posterior, 1 tiesto con rodete cabalgante ..............
290 Lamina 8 Conjunto: 4 pulidores, 1 fragmento de panza con aplicación
mamelonar incisa .......................................................................
290 Lamina 9 Conjunto: aplicación, borde de plato con tocado de figurina
aplicado .....................................................................................
291 Lamina 10 2 tiestos con rodetes cabalgantes, 1 fragmento de borde
decorado con punteado, 1 fragmento de inflexión con cadeneta aplicada y doble línea punteada ..................................
291
Lamina 11 Apéndice zoomorfo (Barrancoide Central Tardío) ................... 292
Cont... pág.
Lamina 12 Apéndice zoomorfo (Barrancoide Central Tardío) ................... 293 Lamina 13 4 tiestos con diversos tipos de rodetes cabalgantes .................. 293 Lamina 14 4 cadenetas con doble línea punteada aplicadas a la inflexión .. 294 Lamina 15 Conjunto: Material decorado con aplicaciones ......................... 294 Lamina 16 Pipa de barro con incisiones lineales ......................................... 295 Lamina 17 2 cuentas de collar de hueso, 1 de cuarzo lechoso y un
pendiente ‘en lagrima’ de cuarzo lechoso .................................
296 Lamina 18 1 cuenta de collar de jadeita, 1 pendiente tubular semicircular
de concha ...................................................................................
296 Lamina 19 Pesa de red de pesca .................................................................. 297 Lamina 20 Pesa de red de pesca .................................................................. 297 Lamina 21 Artefactos líticos ........................................................................ 298 Lamina 22 Fragmento de concha de botuto (Strombus gigas) con señales
de uso (gubia?) ..........................................................................
298 Pueblo de Patanemo Lamina 23 Fragmento de vasija con parte de un rostro antropomorfo
aplicado ........................................................................................
299 Lamina 24 Conjunto: fragmento de figurina, 2 tiestos decorados, tiesto de
manufactura posterior ..................................................................
299 Lamina 25 Igual al Nº 24 pero con un fragmento de panza con doble
aplicación mamelonar incisa ........................................................
300 Lamina 26 3 fragmentos de panza con líneas de engobe rojo pintadas sobre
fondo crudo, fragmento de aplicación mamelonar incisa ............
300 Lamina 27 Colgante antropomorfo de mandíbula de pez loro ....................... 301 Ensenada de Patanemo Lamina 28 2 fragmentos de panza con líneas de engobe rojo pintadas sobre
fondo crudo, 1 fragmento de borde con impresión ......................
302 Lamina 29 3 fragmentos de panza con líneas de engobe rojo pintadas sobre
fondo crudo ..................................................................................
302 Lamina 30 2 tiestos de manufactura posterior, 1 fragmento de panza
decorado con incisión y punteado ................................................
303 Lamina 31 Base de pedestal .......................................................................... 303 Lamina 32 Borde con apéndice zoomorfo ..................................................... 304 Lamina 33 2 fragmentos de panza con líneas negras pintadas ....................... 304 Lamina 34 Fragmento de panza con líneas negras/rojas pintadas sobre
fondo gris (Ocumaroide) ..............................................................
305 Lamina 35 Pendiente de concha ..................................................................... 306 Lamina 36 Artefacto lítico (cuchillo?) ........................................................... 306
IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN
ORÍGENES DE LA INVESTIGACIÓN EN PATANEMO
A finales del año 2001 se comenzó a sondear la posibilidad de realizar el
trabajo de grado orientado a analizar las interrelaciones entre los sitios arqueológicos
costeros, insulares y los de la tierra firme. En un principio se decidió realizar el
trabajo sobre caminos prehispánicos entre Vigirima, Edo. Carabobo, pueblo de tierra
adentro y, Patanemo, Edo. Carabobo, pueblo costero. Esta investigación contenía
aspectos interesantes para la reconstrucción arqueológica de caminos prehispánicos.
Por un lado en todo el Valle de Vigirima se encuentra una gran cantidad de
petroglifos (Cruxent 1955; Oramas 1959; Cruxent 1960; Delgado 1976; Idler 1985;
Delgado et al 1999; León et al 2000), y en esta área nunca se ha llevado a cabo un
trabajo arqueológico que este orientado hacia la prospección y excavación sistemática
de sitios arqueológicos, así como la identificación de materiales recuperados. Por
Otro lado, la Cuenca de Patanemo, es un área donde tampoco se habían llevado a
cabo investigaciones arqueológicas sistemáticas.
2
Luego de la primera salida de campo a Vigirima se evidenció que el tema
seleccionado era muy amplio y su realización resultaba muy costosa. Esta apreciación
se vio confirmada luego de realizar las primeras dos salidas de campo a Patanemo. En
vista de esta situación, se decidió mantener la investigación únicamente en Patanemo
y descartar a Vigirima. La selección de Patanemo por sobre Vigirima se baso en dos
aspectos: (1) en Patanemo ya se habían realizado dos trabajos de campo donde se
ubicaron varios sitios arqueológicos y de estos se habían realizado algunas
recolecciones superficiales, y (2) Patanemo era un sitio donde no se habían realizado
investigaciones arqueológicas previas.
De igual manera, es necesario destacar que al principio de esta investigación
se recorrió el camino que conecta Patanemo con Vigirima y viceversa. En esta salida
se recogieron y registraron tanto material cerámico como petroglifos, pero estas
informaciones no fueron tomadas en cuenta para la investigación posterior. De esta
manera, se enfocó la investigación directamente en Patanemo, y el objetivo principal
era el de realizar prospecciones y excavaciones de sondeo con el fin de producir las
primeras descripciones e interpretaciones arqueológicas para esta área.
EL TRABAJO DE GRADO
El tema de estudio principal de esta tesis de grado consiste en la descripción e
interpretación arqueológica de sitios arqueológicos ubicados dentro de la Cuenca de
Patanemo, y en la comparación de los resultados de esta investigación con las
informaciones arqueológicas que se poseen sobre la arqueología de la Esfera de
Interacción Valencioide. El concepto de Esfera de Interacción Valencioide fue
3
acuñado por Antczak y Mackowiak de Antczak (1999) y es utilizado para referirse al
espacio geográfico donde se encuentra cultura material cerámica perteneciente a la
serie Valencioide. En vista de que la Cuenca de Patanemo se encuentra dentro de esta
esfera, se consideró necesario trabajar el área como un área ‘periférica’. Previo a esta
investigación, los Antczak habían realizado un pozo de sondeo de 1 mt2 en la Playa
de Patanemo. De los materiales recolectados durante esa visita, destacan materiales
Valencioides, por lo cual, se mantenía presente de manera preliminar que la cuenca
podría haber sido parte de esta esfera.
En total se realizaron 10 salidas de campo, con el fin de obtener los materiales
arqueológicos que podrían ser utilizados para lograr el objetivo de la investigación.
Durante estas salidas se prospectó la Montaña, el Valle y la Ensenada de Patanemo en
conjunto con un baqueano de la zona. Durante estas salidas se ubicaron alrededor de
diez sitios diferentes con presencia de material arqueológico. De estos se
seleccionaron tres para realizar pozos de sondeo, y además se utilizarían los
materiales del pozo de sondeo realizado por los Antczak. Los sitios seleccionados
fueron uno en la montaña, en el terreno del Sr. Luis Flores; y los otros dos en el valle,
uno en el sector de Primavera en el patio de la casa del Sr. Ernesto Mijares y el otro
en el Pueblo de Patanemo en el patio de la casa de la familia Vásquez.
El material recolectado durante estos trabajos fue trasladado al laboratorio de
Arqueología de la Universidad Central de Venezuela para ser lavado, clasificado y
analizado en función de los objetivos específicos y generales del trabajo. Se realizó
una primera clasificación en tipos de materiales, donde se separaron los materiales
cerámicos, líticos, malacológicos y zooarqueológicos. En vista de que el énfasis
4
mayor del trabajo lo tuvo la cerámica, se clasificaron preliminarmente los restos
malacológicos, zooarqueológicos y líticos, para poder describirlos en el trabajo y
obtener resultados generales. El material cerámico se clasificó según las pautas de la
arqueología histórico cultural expuestas en los trabajos de Cruxent y Rouse (1982
[1958-59]), Rouse y Cruxent (1961) y Rouse (1973). La intención del trabajo
cerámico consistió en el análisis estilístico y formal de los fragmentos recolectados
con el objetivo de identificar a que estilos o series cerámicas, ya establecidos, se
asemejaba el material. Se realizó una revisión exhaustiva de la bibliografía
arqueológica del Centro Norte de Venezuela, y de estas referencias se seleccionaron
solo las áreas o los sitios que se mostraron más relevantes con el trabajo que se
realizó.
El trabajo escrito se organizó de lo general a lo particular, es decir, se
comenzó describiendo las características generales y por último las características
específicas de la investigación en la Cuenca de Patanemo. En este sentido los
capítulos se desarrollan de la siguiente manera:
Capítulo I: Se realiza una explicación general de las investigaciones que dieron base
al tipo de estudio realizado en la Cuenca de Patanemo, y se enuncian los objetivos
generales y específicos que se desarrollaron en el trabajo.
Capítulo II: Se explican las características geográficas y ecológicas que se observan
en las diferentes áreas de interés para este estudio, con el fin de ubicar de manera
5
general los sitios arqueológicos dentro de los espacios geográficos y ecológicos en los
que se encuentran.
Capítulo III: Se realiza un recuento de las investigaciones que realizaron trabajos en
el Centro Norte de Venezuela desde el siglo XIX hasta el siglo XX.
Capítulo IV: Se explica por áreas geográficas y arqueológicas los resultados de las
investigaciones realizadas en el Centro Norte de Venezuela, a modo de antecedentes
arqueológicos.
Capítulo V: Se describen y explican los fundamentos teóricos que dirigieron esta
investigación, divididos en dos partes, la primera referente a la investigación en la
Cuenca de Patanemo, y la segunda relacionada con las comparaciones
macroregionales que se realizan en la segunda parte del capítulo IX.
Capítulo VI: Se describen los métodos utilizados en la investigación. Este capítulo se
divide en tres partes: la primera sobre el método de investigación; segundo la
metodología del trabajo de campo y, tercero la metodología del trabajo de laboratorio.
Capítulo VII: Se describen los materiales encontrados durantes las recolecciones y
excavaciones en la Cuenca de Patanemo por cada uno de los sitios arqueológicos
trabajados.
6
Capítulo VIII: Se realizan los análisis pertinentes a los materiales recolectados, en
función de los objetivos específicos de la investigación.
Capítulo IX: Se divide el capítulo en dos secciones, en la primera se explican las
interpretaciones que se realizaron en base a los análisis arqueológicos de los
materiales recolectados en la Cuenca de Patanemo; y en la segunda parte, se realizan
las interpretaciones macrocontextuales donde se conjugan los materiales recolectados
en la cuenca con las informaciones descritas en la bibliografía sobre la arqueología
del Centro Norte de Venezuela.
Capítulo X: Se realizan las consideraciones finales de la investigación en la Cuenca
de Patanemo y se especifican elementos relacionados con las consideraciones acerca
de la investigación; así como, las proyecciones sobre investigaciones que deberían
completarse o ejecutarse a futuro.
Por último se presenta la bibliografía utilizada en el trabajo así como los
anexos que respaldan los datos expuestos. En los anexos se encuentran representadas
las fotografías del material arqueológico, los cuadros de clasificación del material, los
levantamientos planimétricos de los sitios excavados, los perfiles de las excavaciones
y otras informaciones relevantes.
CAPÍTULO I
Casa del Sr. Niño, Los Pueblos – Patanemo
LLAA IINNVVEESSTTIIGGAACCIIÓÓNN YY SSUUSS OOBBJJEETTIIVVOOSS
Diversos arqueólogos se han referido a los movimientos de los indígenas
prehispánicos desde la Tierra Firme hacia las Antillas (Osgood 1946; Rouse 1946-47;
Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Rouse y Cruxent 1963; Rouse 1964; Sanoja 1965;
Lathrap 1970). El interés sobre estos movimientos migratorios y/o exploratorios esta
relacionado con el hecho de que tanto en las Antillas Mayores como en las Menores
se han encontrado restos arqueológicos que indican una estrecha relación cultural de
los grupos prehispánicos que habitaban la parte nor-oriental del actual territorio
venezolano y aquellos de las islas del Mar Caribe. El estudio de estos movimientos
migratorios a gran escala relegó a un segundo plano la investigación de otros
desplazamientos, de menor escala, que pudieron haberse dado entre la extensa costa
central y centro-occidental de Venezuela y las islas localizadas frente a la misma. En
consecuencia, las relaciones socioculturales y político-económicas, que posiblemente
existieron entre las poblaciones de tierra adentro, la costa y las islas centrales, sólo
han sido estudiadas muy recientemente (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999;
Antczak 1999; Mackowiak de Antczak 2000).
9
De acuerdo con los estudios de Antczak y Mackowiak de Antczak las
poblaciones prehispánicas tardías que habitaban en el Centro-Norte de Venezuela,
especialmente en la Cuenca del Lago de Valencia, convirtieron la costa adyacente y
las islas de Los Roques y La Orchila en áreas de su interés político-económico e
ideológico. Profundizando en el pasado prehispánico de esta región, se ha sugerido
que alrededor del año 800 d.C. la Cuenca del Lago de Valencia recibió oleadas de
grupos portadores de cerámica Arauquinoide. Se presume que estos grupos
desplazaron a los portadores de cerámica Barrancoide Central, que ocupaban la
cuenca desde el año 200 d.C. aproximadamente. Ambos grupos, se originaron en el
área del Medio y Bajo Orinoco respectivamente (Cruxent y Rouse 1982 [1958];
Tarble 1985, s.f.; Zucchi 1985).
Como resultado de la interacción sociocultural entre los migrantes
Arauquinoides y la población local, cuya naturaleza no ha sido esclarecida hasta el
presente, se originó la cultura Valencioide (Antczak 1999). Entre el año 800 y 1500
d.C. los Valencioides se expandieron o difundieron sus ideas a lo largo y ancho del
Centro-Norte de Venezuela, conociéndose la presencia de su cerámica incluso en las
islas del Archipiélago de los Roques y en La Orchila (Cruxent y Rouse 1982 [1958-
59]; Antczak y Mackowiak de Antczak 1999; Antczak 1999; Mackowiak de Antczak
2000). En esta misma época, la costa centro-occidental, ocupada por los portadores de
la cerámica Ocumaroide también recibió fuerte influencia de la cultura Valencioide
(Cruxent y Rouse 1982). Esta extensa área donde los portadores de la cerámica
Valencioide abarcaron o extendieron sus ideas, ha sido incluida dentro de la Esfera de
Interacción Valencioide (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999).
10
En la costa Centro-Norte de Venezuela existen numerosos sitios
arqueológicos que testimonian la presencia de las dos culturas arqueológicas antes
mencionadas (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59], Nieves 1992, Antczak y Mackowiak
de Antczak 1999). Uno de estos sitios es la Cuenca de Patanemo. La presencia de la
cerámica Valencioide y Ocumaroide en este sitio puede indicar que esta bahía pudo
haber sido uno de los puertos de zarpe usados por los grupos Valencioides y
Ocumaroides que navegaron a las islas de Los Roques y La Orchila (Antczak 1999).
Antczak y Mackowiak de Antczak (1999: 147) han señalado que “hace falta realizar
más investigaciones sistemáticas fuera de la cuenca del lago para alternar la visión en
boga y ensayar modelos de interacción dirigidos desde la periferia hacia el centro”. El
centro y la periferia están íntimamente ligados por sus lazos socio-culturales,
políticos, económicos e ideológicos; el estudio de uno siempre involucra al otro
(Champion 1989). Por lo tanto, al investigar en este trabajo un área periférica de la
esfera de interacción se espera obtener datos sobre el centro de la misma (ver mapa nº
1).
Se considera en este trabajo que una investigación enfocada en la prospección
y reconocimiento arqueológico de la Cuenca de Patanemo (ver mapa nº 2), como
posible área de articulación entre la Cuenca del Lago de Valencia y las islas
oceánicas, podría contribuir al mejor entendimiento de las complejas relaciones
socioculturales que existían en el Centro-Norte de Venezuela en la época
prehispánica tardía. En el mapa nº 1 se observan algunos sitios costeros, el lago y el
archipiélago, las flechas amarillas insinúan la interacción entre estas áreas, y donde
las cuencas costeras son puntos de articulación.
Mapa Nº 1 Sitios Costeros como Puntos de Articulación entre el Lago de Valencia y el Archipiélago Los Roques
N
12
Las únicas referencias publicadas que se han encontrado hasta el momento
sobre Patanemo, como área arqueológica, son por un lado, una referencia realizada
por Peñalver sobre futuros trabajos en Patanemo que nunca fueron publicados o
ejecutados (Peñalver s/fc: 16); y por otro, algunos comentarios que han realizado los
Antczak (Antczak 1999: 47; Antczak y Mackowiak de Antczak 1999: 144;
Mackowiak de Antczak 2000), donde mencionan que en los sitios de Patanemo y en
la Bahía de Ocumare hubo pequeños asentamientos Barrancoides así como
asentamientos Valencioides en la vertiente norte de la Cordillera de la Costa
(Mackowiak de Antczak 2000). Esta afirmación de los Antczak proviene del
conocimiento obtenido en la realización de una serie de visitas de prospección a
dichas cuencas costeras y un pozo de sondeo (1 x 1 mts) en uno de los sitios
localizados en Patanemo. El material arqueológico que los Antczak pudieron
examinar en colecciones de los habitantes del Pueblo de Patanemo y Primavera
fueron principalmente adornos cerámicos Barrancoides (A. Antczak comunicación
personal 2002).
Los aficionados conocen Patanemo como sitio arqueológico desde hace
muchos años, pero ningún otro investigador se acercó a realizar un trabajo
arqueológico sistemático en este sitio. Las prospecciones se realizaron en sitios
adyacentes a Patanemo tales como, El Palito, Trompis, Aserradero, Puerto Cabello,
San Esteban, Borburata, Ocumare, Palma Sola, Chuao y Choroní (Cruxent y Rouse
1982 [1958]; Nieves 1992; Antczak 1999). En cambio, los habitantes de Patanemo
esporádicamente conseguían restos arqueológicos (cerámica, lítica, conchas,
enterramientos) en las orillas de las quebradas y ríos de la bahía, y en mayor cantidad
Mapa Nº 2 Proyección Espacial
Ubicación de la Cuenca de Patanemo
N
14
en los caseríos cercanos a la montaña (Sr. Víctor Vázquez comunicación personal
2002).
La importancia arqueológica de las Cuenca de Patanemo no pasó
desapercibida a los saqueadores y comerciantes de piezas arqueológicas, quienes
realizan visitas a diversos sectores del valle para comprar piezas. Esto ha producido
que con el correr de los años existan vendedores especializados de artefactos
arqueológicos, que se han dedicado a recorrer los parajes de Patanemo y saquear sus
sitios.
La Cuenca de Patanemo es un área de gran potencial para la arqueología
sistemática. Es un área que a través del estudio sistemático y contextual puede aportar
respuestas a algunas preguntas sobre la arqueología del Centro Norte de Venezuela, y
por supuesto, generar nuevas hipótesis. Por lo cual, una investigación en este sitio,
más que justificable, es necesaria y valiosa.
Para esta investigación nos hemos planteado dos objetivos generales y seis
específicos:
Objetivos generales
1. Proporcionar las primeras descripciones e interpretaciones arqueológicas
sistemáticas para la Cuenca de Patanemo.
2. Relacionar los sitios ubicados con los datos que se poseen acerca de la
arqueología de la Esfera de Interacción Valencioide.
15
Objetivos específicos
1. Localizar sitios arqueológicos prehispánicos que se encuentren en la Cuenca
de Patanemo y reseñar las características cuantitativas y cualitativas de los
sitios y los materiales recolectados (cerámica, concha, hueso, lítica).
2. Definir a que serie cerámica se asemejan los materiales encontrados en los
sitios arqueológicos trabajados a través de un análisis formal y estilístico.
3. Determinar una cronología relativa para los sitios arqueológicos trabajados.
4. Definir el tipo de sitio encontrado y su dimensión.
5. Determinar la relación estilística y temporal entre los sitios investigados.
6. Realizar una revisión exhaustiva de las fuentes bibliográficas existentes sobre
la arqueología del Centro-Norte de Venezuela.
CAPÍTULO II
Planta. Los Pueblos - Patanemo
EELL EENNTTOORRNNOO GGEEOOGGRRÁÁFFIICCOO YY EECCOOLLÓÓGGIICCOO
INTRODUCCIÓN
Si bien en este trabajo no se va a realizar un énfasis en los aspectos
geográficos y ecológicos, es necesario ubicar el área de estudio dentro de un marco
geográfico. El medio ambiente a describir es el de la región del Centro-Norte de
Venezuela, sin embargo, dentro de esta pueden definirse cuatro sub-regiones de
interés directo con la investigación: (1) el Lago de Valencia, (2) la Cordillera de la
Costa, (3) las Costas Caribeñas y, (4) las Islas Oceánicas en frente de la costa. Estás
cuatro sub-regiones además de estar vinculadas por su cercanía geográfica, son
regiones que frecuentaban o habitaban los indígenas portadores de la cerámica
Valencioide.
Mientras que en la costa caribeña y las islas están ubicadas en un cinturón
semiárido y árido, que abarca partes del noroeste venezolano y el noreste colombiano
(Antczak 1999), la Cordillera de la Costa y el Lago de Valencia poseen un clima
húmedo tropical.
18
EL LAGO DE VALENCIA
El Lago de Valencia1 está situado en los valles de los actuales estados de
Aragua y Carabobo, presentando un área mayor del lado del Edo. Aragua. Su nombre
es Lago de Valencia y no de Maracay o Aragua debido a que al momento de la
creación de la Ciudad de Valencia en 1555, el lago estaba a 1,7 km. de distancia de
dicha ciudad (Aguado 1987; Apmann 1979), y para ese momento todavía no se había
fundado la ciudad de Maracay ni el Edo. Aragua.
La investigaciones sobre el
Lago de Valencia se iniciaron desde
mucho tiempo atrás, publicándose
observaciones y descripciones sobre
diversos aspectos relacionados con
su geomorfología, fluctuación del
nivel del agua, sedimentología, y
otros aspectos (Humboldt 1991;
Berry 1939; Jahn 1940; Amaya y
Montesinos 1975; Apmann 1979;
Schubert 1978, 1980; Sebastián 1980; Chrosciechowski 1984; Jelambi 1995). En este
trabajo sólo describiremos de manera general los orígenes y la evolución de la
Cuenca del Lago de Valencia, basándonos en las fuentes bibliográficas.
1 El nombre original del lago era Tacarigua, nombre con que lo llamaban los indígenas que habitaban allí al momento de la llegada de Juan de Villegas en 1547 (Aguado 1987). En este trabajo se referirá al lago siempre con su nombre actual, es decir, Lago de Valencia.
Mapa antiguo del Lago de Valencia. Fuente:
http://digilander.libero.it/capurromrc/!4tacarigua.html
19
La Cuenca del Lago de Valencia ocupa un área aproximada de 2.750 km2
(Schubert 1979), y su formación se debe a una depresión tectónica existente entre la
Codillera de la Costa al norte y la Serranía del Interior al sur (Apmann 1979;
Schubert 1979). El origen del Lago de Valencia está relacionado con la evolución
tectónica de la región. Schubert (1978:8) explica que la formación del lago puede
dividirse en tres etapas: (1) deposición
de sedimentos marinos en el Jurásico
(180 a 130 millones de años a.p.), (2)
metamorfismo de estos sedimentos
durante el Cretáceo (130 a 70 millones
de años a.p.) y, (3) deformación y
ascenso durante el Terciario y
Cuaternario (últimos 70 millones de
años). Sin embargo, se ha indicado, a través de estudios paleolimnológicos, que
alrededor de 13.000 a 10.500 años a.p. el lago estaba caracterizado por condiciones
secas y pantanosas que podrían estar relacionadas con climas glaciales que dominaron
las partes superiores de los Andes venezolanos y colombianos para esa fecha
(Bradbury et al. 1981 en Antczak 1999:24).
Alrededor de 10.000 años a.p., en los inicios del Holoceno, se dio un
crecimiento en los niveles de agua del lago que coincidió con la última parte del
periodo glacial (Schubert 1978). Se supone que la elevación del lago fue tal que
rebaso la cuenca y drenó hacia el Río Paíto y de allí vía Río Pao-Portuguesa-Apure
Mapa actual del Lago de Valencia. Fuente: http://ecoportal6.tripod.com/mapa-cuenca-lago-valencia.htm
20
hacia el Orinoco, teniendo para este momento una altura de 427 m.s.n.m.; esta altura
se mantuvo de manera fluctuante y relativa desde los inicios del Holoceno hasta
aproximadamente el siglo XVII (Schubert 1978; Jelambi 1995). Los arqueólogos han
hipotetizado que esta conexión fluvial pudo ser utilizada hacia el comienzo de la era
cristiana por los indígenas del Orinoco para navegar hacia la región Centro-Norte de
Venezuela (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]. Alrededor de 8.500 años a.p. el Lago
de Valencia redujo sus niveles de salinidad con la descarga de agua y su entorno fue
propicio para el desarrollo de la vegetación existente (Bradbury et al. 1981 en
Antczak 1999: 24).
El Lago de Valencia esta ubicado en la actualidad a 406,5 m.s.n.m. y posee un
tamaño relativo de 30 km de largo (este-oeste) por 18 km de ancho (norte-sur), con
una superficie aproximada de 390 km2, un volumen de 7.000.000.000 m3 y una
profundidad máxima de 42 mts. (Jelambi 1995).
En el lago existen varias islas, las cuales varían en tamaño y forma. Se sabe
que en 1919 existían 24 islas en total; este número se ha disminuido debido a la
reducción del nivel de las aguas del lago, convirtiéndose varias de ellas en penínsulas
(Berry 1939, Jelambi 1995). Entre estas islas peninsulares se pueden mencionar: Isla
Negra o Corotopona, La Cabrera, La Culebra, Chambergo, El Morro de Guacara,
Punta Cabito y Cura. Entre las islas que hoy en día se mantienen y son de mayor
tamaño se encuentran: Tacarigua (El Burro), Otama, El Horno, Caigüire, El Zorro y
Araguato, seguidas por otras menores que aparecen y desaparecen dependiendo de la
temporada de lluvias como: El Bagrecito, La Bruja, La Brujita, El Fraile, La
21
Cucaracha, La Hormiga, Morrocoy, El Tuqueque, La Baba, La Guavina, Cotúa, El
Peñón y Las Piedras (Jelambi 1958, 1995: 12).
El lago posee varios afluentes, los cuales consisten en pequeños ríos que bajan
de las montañas y colinas que lo rodean. Durante la temporada de lluvias (mayo a
diciembre, aproximadamente), la cantidad de agua que baja hacia el lago es
considerable, aunque no es regular de un año a otro (Antczak 1999). El lago no posee
vías de descarga, por lo cual la perdida de liquido se da por los canales de regadías
que se dirigen hacia las siembras, mientras que la evaporación anual es de 17 m3/ seg.
(Apmann 1979).
Se ha propuesto que a través del estudio de las terrazas aluviales del lago es
posible determinar las fluctuaciones en el nivel del agua (Berry 1939; Schubert 1978).
En este sentido, se han sugerido dos causas principales para dichas fluctuaciones: (1)
el lago ha pasado por varios periodos de derrame y desecación, y (2) los niveles de
fluctuación pueden ser a largo plazo, a corto plazo y estacionales (Schubert 1978).
Durante estos periodos de derrame y desecación a largo plazo, se erosionaron las
riberas produciendo terrazas erosionales y deposicionales; durante los periodos a
corto plazo, se afectaron las terrazas ya establecidas; y durante los periodos
estacionales, se observan variaciones anuales que no tienen ningún impacto geológico
(Schubert 1978:10).
Se han intentado realizar estudios arqueológicos que relacionen estas
“huellas” geológicas con los asentamientos prehispánicos del lago (Berry 1939;
Kidder 1944; Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Schubert 1978). Aunque estos
trabajos han tenido un importante aporte al conocimiento de las culturas
22
prehispánicas que habitaban en el lago, no son lo suficientemente específicos como
para proporcionar una visión más clara de las relaciones entre los datos arqueológicos
y geomorfológicos. Sin lugar a dudas, las relaciones entre estas dos ramas de la
ciencia aplicadas al estudio del lago abriría un campo de interpretación más amplio
para comprender la dinámica poblacional de los habitantes prehispánicos del lago.
El Lago de Valencia pudo haber ofrecido una condición privilegiada a los
habitantes de la cuenca. Los suelos que rodean al lago son sumamente fértiles tanto al
este como al oeste, debido a que son parte de una de las terrazas aluviales producidas
miles de años atrás y que están compuestas por la tierra de caracolillo, la cual se
formó en el fondo del lago (Antczak 1999). Además de proporcionar buenas
condiciones para la agricultura, el lago se encuentra relativamente cerca de las costas
del mar de donde era posible obtener recursos marinos complementarios para la dieta
de los habitantes de la cuenca. Entre el lago y la costa se encuentra la Cordillera de la
Costa. Esta barrera natural, posee diversos puntos donde la montaña es baja y de fácil
acceso. Estos pasos naturales o abras permiten una conexión entre la costa y la tierra
adentro que, sin duda, fueron utilizadas tanto por los indígenas prehispánicos como
por los españoles (Antczak 1999; Biord 2001).
LA CORDILLERA DE LA COSTA
La Cordillera de la Costa esta ubicada entre la costa caribeña y los valles
centrales. Abarca una extensa área desde la Península de Paria al este hasta la
Depresión de Barquisimeto al oeste (Martín 1995). Tiene alturas promedio de 2.000
m.s.n.m., aunque al norte de la ciudad de Maracay (Parque Nacional Henri Pittier) se
23
encuentran picos que alcanzan la altitud de hasta 2.430 m.s.n.m. como el Pico
Cenizo; frente al valle de Caracas se encuentran picos aún más altos como Naiguatá
con una altura de 2.800 m.s.n.m.
(Schubert 1978; Luy y Morales s/f;
Antczak 1999). La sección de la
cordillera que es más importante
para este estudio, es su tramo
central, es decir, la sección ubicada
en los actuales estados Aragua y
Carabobo (Parques Nacionales Henri Pittier y San Esteban, respectivamente).
El tramo central de la cordillera es un área con una gran diversidad biológica,
y con una variedad de ambientes bioecológicos, que están determinados por la
elevación y la humedad. En la cordillera es posible ubicar tres ambientes principales.
El primero son las sabanas, que se encuentran en la vertiente sur, alrededor del Lago
de Valencia, ubicadas entre los 450 y 900 m.s.n.m.. En este ambiente se encuentra un
predominio de hierbas, pequeños arbustos y árboles de bajo tamaño. La existencia de
sabanas en la vertiente sur de la cordillera de la costa, se debe principalmente a la
quema de los bosques originales. Estos bosques comenzaron a ser talados por los
hacendados españoles que desde el siglo XVI comenzaron a asentarse en los
alrededores del lago para producir campos para el cultivo (Luy y Morales s/f). Es por
esto que en la vertiente sur de la cordillera existen sabanas a alturas que, en la
vertiente norte, están ocupadas por bosques deciduos o semi-deciduos.
El Ávila. El pico más alto que se observa es el Naiguatá
24
El segundo ambiente son los bosques deciduos y semi-deciduos, los cuales se
ubican en una franja aproximada que va desde los 150 a 900 o 1.000 m.s.n.m.
dependiendo de si están en la vertiente sur, donde comienzan a mayor altura y
terminan alrededor de los 1000 m.s.n.m., o si están en la vertiente norte, donde
culminan a 900 m.s.n.m.. Una característica importante de estos bosques, es que
anualmente, en la época de sequía, los árboles y arbustos pierden sus hojas, hecho que
produce suelos de gran fertilidad, así como mantiene una temperatura relativamente
fresca de un promedio de 26º (Luy y Morales s/f). Actualmente, la mayor parte de la
actividad agrícola en esta sección de la cordillera se realiza en estos bosques (Luy y
Morales s/f). Igualmente, en el periodo colonial muchas de las haciendas se
encontraban localizadas a esta altura, hecho que se
evidencia por las ruinas de haciendas de café y
cacao que se encuentran en ambas vertientes,
principalmente en la norte (Biord 2001, 2002).
El tercer ambiente es el bosque nublado, el
cual se expande a partir de los 800 m.s.n.m. hasta
la cumbre superior de la cordillera, tanto en la
vertiente sur como en la norte (Luy et al. s/f). Este
bosque se caracteriza por mantener una densa
neblina durante la mayor parte del año (Luy y Morales s/f; Vareschi 1986). La alta
humedad que se encuentra en este bosque ha favorecido al desarrollo de una alta
Bosque nublado en la Cordillera de la Costa
Fuente: F.E.A. (1983)
25
diversidad florística, encontrándose especies tales como el cucharón o árbol niño,
matapalo, guamos y palmas, y una gran cantidad de helechos, musgos y plantas
epifitas como las orquídeas y bromelias (Luy y morales s/f: 11).
Desde una perspectiva ecológica, el bosque nublado representa condiciones
tan favorables que su capa vegetal presenta la óptima capacidad de desarrollo posible
en nuestro planeta, tanto para la flora como la fauna (Vareschi 1986: 172). En la
bibliografía revisada para este trabajo no se encontró evidencia escrita sobre
sembradíos en tiempos de la colonia, y en los recorridos que se realizaron por las
montañas de Patanemo no se observó presencia de sembradíos actuales, a pesar de la
gran fertilidad de los suelos gracias al ambiente húmedo del bosque.
LA COSTA CARIBEÑA
Las Costas Caribeñas se encuentran
entre la Cordillera de la Costa al sur y el Mar
Caribe al norte, a solo 25 km. del Lago de
Valencia en línea recta. Esta costa se
extiende, desde Cabo Codera al este hasta
Puerto Cabello al oeste. En las costas, la
cordillera cae directamente al mar, por lo que,
en varios sectores de la costa no existen
playas arenosas sino acantilados. De esta
manera quedan aisladas una serie de Cuencas Costeras como la de Patanemo,
Turiamo, Chuao, Choroní, etc. (Antczak 1999). Desde la cordillera bajan diversos
Playa de la Costa Caribeña Fuente: F.E.A. (1983)
26
ríos hacia estas cuencas que las mantienen fértiles y nutridas, y muy atractivas como
áreas ocupacionales del ser humano.
Los vientos predominantes en la costa vienen del noreste y el promedio de
precipitación para el área de Puerto Cabello es de 850 mm; las mayores
precipitaciones ocurren en julio y noviembre (Antczak 1999). El clima de la costa es
árido, aunque más lo es hacia el este que hacia el oeste (Martín 1995). En las costas
centrales, entre el Litoral Central y Puerto Cabello, se han definido dos “formaciones
vegetales” (Luy y Morales s/f: 10). El primero son los cardonales, los cuales están
localizados en una franja de vegetación seca a lo largo de la costa. La vegetación de
esta formación esta representada principalmente por cardones, enredaderas, yagures y
cujíes. La segunda es la formación de los manglares, los cuales están ubicados
principalmente en las ciénagas de Ocumare y Turiamo, aunque en menor extensión se
presentan también en otras áreas. En estas formaciones predomina el mangle colorado
o rojo (Luy y Morales s/f: 11).
EL ARCHIPIÉLAGO DE LOS ROQUES
El Archipiélago de Los Roques se encuentra ubicado a más de 135 km. de la
costa central venezolana, entre la coordenadas geográficas 11º 44’ 45’’ y 11º 58’ 36’’
N y 66º 32’ 42’’ y 66º 52’ 27’’ W. De este a oeste el archipiélago mide 36.6 km, y de
sur a norte 24.6 km (Antczak 1999: 79). El archipiélago es un complejo de arrecifes
de coral y sedimentos calcáreos establecidos sobre una plataforma submarina de roca
ígneo-metamórfica. Estas rocas tuvieron un origen separado; del Cretáceo datan las
rocas metamórficas y del alto Cretáceo las intrusiones ígneas. Ambas rocas
27
emergieron en el Cuaternario Temprano y las primeras comunidades de coral durante
el periodo interglaciar Sangamon (Antczak 1999: 80). Los arrecifes de Los Roques
datan de 15.000 a 10.000 años y fueron estimulados por condiciones marinas
favorables como la baja sedimentación, alta iluminación, temperaturas superiores a
20º C, así como una adecuada
salinidad y corrientes marinas
(Smith 1948 en Antczak 1999).
Tanto al este como al sur, la
plataforma submarina desciende
abruptamente a 1.000 mts. de
profundidad. Este fenómeno
permite definir a Los Roques
como una isla oceánica sin
divisiones geográficas internas (Méndez Baamonde 1977 y Stock 1982 en Antczak
1999).
El archipiélago alberga una gran variedad de moluscos marinos, tortugas,
peces y aves los cuales desde periodo prehispánico fueron recolectados y procesados
como alimento (Mackowiak de Antczak y Antczak 1987, 1989b, 1992; Antczak y
Mackowiak de Antczak 1991). Los concheros de botuto que se encuentran en varias
islas del archipiélago son evidencia tangible de la intensa actividad recolectora de los
indígenas que visitaron esas islas en la época prehispánica (Antczak 1999).
Islas Dos Mosquises y Domusky Norte del Archipiélago Los Roques. Fuente: Antczak y Mackowiak de Antczak (2002)
CAPÍTULO III
Portada del libro de Wendell C. Bennett Fuente: Bennett 1937
HHIISSTTOORRIIAA DDEE LLAASS IINNVVEESSTTIIGGAACCIIOONNEESS AARRQQUUEEOOLLÓÓGGIICCAASS EENN EELL CCEENNTTRROO--NNOORRTTEE DDEE VVEENNEEZZUUEELLAA
INTRODUCCIÓN
Desde el siglo XIX diversos exploradores, naturalistas y arqueólogos se han
interesado por las “Antigüedades Indias” (Marcano 1971 [1889-1891]) que se han
encontrado en las orillas del Lago de Valencia, en los Valles de Aragua y Carabobo y
en las costas adyacentes. Sus investigaciones y exploraciones han revelado la
presencia de abundantes y variados vestigios arqueológicos producidos, usados y
abandonados por las sociedades prehispánicas. En este capítulo se discutirán los
antecedentes de las investigaciones arqueológicas y los aportes más significativos a la
arqueología de la región, con el propósito de situar al lector dentro del contexto en el
que se inserta el presente estudio.
EXPLORADORES Y NATURALISTAS: 1887 - 1930
Las primeras investigaciones con orientación arqueológica realizadas en el
área de la Cuenca del Lago de Valencia fueron llevadas a cabo por Vicente Marcano
30
en 1887. Marcano excavó 20 montículos de más de 50 que se encontraban en el sitio
de La Mata, recolectando muestras de cerámica, lítica y restos osteológicos (Marcano
1971 [1889-1891]: 40; Antczak 1999: 28).
Los materiales obtenidos por Vicente fueron
enviados a Francia, donde su hermano Gaspar
los analizó e interpretó, utilizando para tal fin
los datos proporcionados por los cronistas
españoles de los siglos XVI y XVII. Entre
1889 y 1891 Gaspar Marcano publicó en
francés tres monografías sobre etnografía
precolombina de Venezuela. El primer
volumen sobre los Valles de Aragua y de
Caracas apareció en 1889. Es en este
volumen, donde Gaspar Marcano reunió de
una manera sistemática los conocimientos
sobre las poblaciones prehispánicas de la cuenca del Lago de Valencia y áreas
adyacentes. El segundo volumen, publicado en 1890, fue dedicado a la Región de los
Raudales del Orinoco, y el último dedicado a los indios Piaroas, Guahibos, Timotes y
Cuicas, apareció en 1891. Estos trabajos fueron posteriormente reunidos y editados
por la Universidad Central de Venezuela y publicados bajo el título de Etnografía
Precolombina de Venezuela (Marcano 1971 [1889-1891]).
El trabajo realizado por los hermanos Marcano era el primer intento por
realizar investigaciones arqueológicas y sistematizar los conocimientos sobre el
Material arqueológico reseñado por Marcano
Fuente: Marcano 1971[1889-91]
31
pasado prehispánico de la región. Aunque desde el punto de vista moderno las
excavaciones de Vicente Marcano no fueron sistemáticas ni estratigráficamente
controladas, estuvieron orientadas por el esfuerzo de realizar un aporte original y sin
precedentes en Venezuela. Los análisis de laboratorio realizados por Gaspar Marcano
cumplieron con altos estándares de investigación de la segunda mitad del siglo XIX
(Antczak 1999).
Contemporáneo con los trabajos de los hermanos Marcano, se desarrollaban
las investigaciones del naturalista alemán y fundador del Museo de Ciencias
Naturales de Caracas, Adolfo Ernst (Antczak 1999: 28). Ernst mostró un gran interés
en la historia prehispánica de Venezuela, realizando investigaciones sobre los
vestigios arqueológicos de la Cordillera de Mérida, el Río Orinoco y el Lago de
Valencia (Ernst 1987). Este investigador si bien no llevó a cabo excavaciones
arqueológicas propias, realizó detalladas descripciones de artefactos arqueológicos
recolectados para el Museo de Ciencias Naturales, así como de petroglifos ubicados
en el área Centro Norte del país (Ernst 1987 [1873, 1884, 1885, 1886]).
El discípulo de Ernst, Alfredo Jahn, también destacó por su interés en el
pasado prehispánico de Venezuela. En 1903, Jahn realizó excavaciones arqueológicas
en dos sitios con montículos de tierra artificiales cerca de las orillas del Lago de
Valencia: en La Mata o el Zamuro y en el Camburito (Jahn 1932). Un resumen de los
resultados de las excavaciones de Jahn fue publicado en alemán en 1904 por Karl von
den Steinen (Antczak 1999: 28; Vargas 1985). Estas excavaciones arrojaron 32
cráneos, 140 artefactos líticos, 150 artefactos cerámicos, 38 cuentas y amuletos de
hueso, concha y piedra. Los montículos fueron interpretados por Jahn como lugares
32
de habitación (Jahn 1932; Antczak 1999). Por otra parte, Jahn también realizó
investigaciones sobre la variación de los niveles del Lago de Valencia y trató de
correlacionar estos datos con las evidencias de asentamientos prehispánicos (Jahn
1940).
Las investigaciones de Alfredo Jahn fueron una contribución al conocimiento
de la riqueza arqueológica del área del Lago de Valencia, pero sobre todo significaron
una contribución a la continuidad de las investigaciones en esta área del país
(Antczak Ms.). Las muestras recolectadas por Jahn fueron enviadas al Museo
Etnológico de Berlín donde se encuentran depositadas hasta el presente. Es necesario
señalar que las excavaciones de Jahn fueron comisionadas por dicho museo, y los
materiales recolectados fueron clasificados e inventariados por sus especialistas
(Antczak y Mackowiak de Antczak Ms.).
Otro investigador destacado en el estudio arqueológico del área fue el
ingeniero, naturalista y lingüista Luis Ramón Oramas, quien entre 1910 y 1940
exploró los Valles de Aragua y Caracas, así como la costa Central (Antczak 1999:
30). Los resultados materiales de los trabajos de Oramas fueron reunidos en una
colección de más de 3.000 artefactos prehispánicos de la región (Pérez Vila 1988:
1152 en Antczak 1999: 30). Muchos de estos artefactos fueron depositados en el
Museo de Ciencias Naturales en Caracas.
Oramas fue el primer investigador en reconocer que los rasgos estilísticos de
la alfarería del Lago de Valencia eran similares a los encontrados en el Valle de
Caracas, y en la Costa Central (Antczak 1999). Cabe destacar que Oramas fue
también el primero en indicar que en el sitio de Vigirima (petroglifos de Piedra
33
Pintada, Tronconero) al norte del lago de Valencia, existiera una hilera de lajas de
piedra indígena dispuesta en las lomas cercanas de la montaña. Según Oramas en este
lugar existió un “observatorio” ceremonial prehispánico de los solsticios (Oramas
1959).
Para la segunda década de 1920, el área Centro Norte del país era bien
conocida en el ámbito arqueológico nacional, habiéndose realizado numerosos
reportes tanto de montículos y complejos de petroglifos, como de sitios de habitación
y cementerios. Para 1930 se inician las excavaciones de Rafael Requena (1932a,
1932b, 1946), uno de los entusiastas que
tuvo mayor impacto sobre la arqueología
prehispánica de la región. Requena fue
Gobernador del Estado Aragua entre los
años de 1929 y 1931, y también fue el
Secretario Privado del Presidente para
aquel entonces, Juan Vicente Gómez, desde
1931 hasta 1933 (Antczak 1999:30; Gassón
y Wagner 1992).
El interés de Requena por los restos
prehispánicos del Lago de Valencia y su alta
posición en el gobierno nacional no
solamente lo llevan a iniciar investigaciones propias en el área, sino también a
motivar al gobierno de Gómez a sustentar estos trabajos. Requena realizó trabajos de
campo durante los meses de septiembre y octubre de 1930, ayudado por su hijo
Urna funeraria excavada en “Los cerritos”
Fuente: Requena (1932)
34
Antonio Requena y por el uruguayo Mario del Castillo (Requena 1932a, 1932b, 1946;
Antczak 1999). Durante estos trabajos se excavaron extensivamente complejos de
montículos ubicados en la orilla oriental del lago, en los sitios de Los Cerritos,
Tocorón y La Mata, así como el sitio de Los Tamarindos en la Península de La
Cabrera, y el sitio de El Cascabel en el lado occidental del lago.
Uno de los intereses principales de Requena era el de encontrar
enterramientos y artefactos cerámicos completos y en buen estado de preservación.
Es necesario notar que “la metodología aplicada durante los trabajos de campo [de
Requena] estaba por debajo de los estándares aceptados por los profesionales de
arqueología de esos días y una gran cantidad de fragmentos y artefactos líticos fueron
abandonados cerca de las trincheras” (Antczak 1999: 31; Kidder 1944: 28).
La publicación de Requena que sintetiza los resultados de estos trabajos
(Requena 1932) está dominada por hipótesis especulativas sobre el origen de los
habitantes prehispánicos presentes en el área (Gassón y Wagner 1992). De hecho el
título de la obra, Vestigios de la Atlántida, ilustra la tesis central de Requena, según la
cual las culturas de Egipto, la India y, particularmente, la cultura Atlante, dieron el
origen a las culturas prehispánicas de la región de Valencia. A pesar de su
especulación fantasiosa, es necesario reconocer que este trabajo proporcionó algunos
nuevos datos acerca de la arqueología de la región. Requena ilustró y describió gran
cantidad de material recuperado durante sus excavaciones arqueológicas, y sugirió
35
que los montículos artificiales de tierra fueron usados como sitios de habitación,
donde también se enterraban los muertos (Requena 1932; Antczak 1999).1
INICIO DE LA ARQUEOLOGÍA SISTEMÁTICA: 1932 – 1958
Quizás el aporte más importante de Requena a la arqueología del país fue el
de invitar a cuatro investigadores norteamericanos para trabajar en el área del Lago de
Valencia. Estos investigadores fueron los arqueólogos Wendell Bennett, Alfred
Kidder II y Cornelius Osgood y, el paleontólogo Edward W. Berry (Cruxent y Rouse
1982 [1958-59]; Antczak 1999;
Gassón y Wagner 1998).
El primero en realizar sus
trabajos fue Wendell Bennett
enviado por el Museo Americano de
Historia Natural de Nueva York.
Durante septiembre y octubre de
1932 Bennett excavó uno de los
montículos en La Mata, recuperando
57 enterramientos primarios y en urnas. Bennett sugirió que este montículo tenía una
función de cementerio, al igual que de habitación, puesto que, además de los entierros
humanos, encontró 25 huellas de postes de vivienda o “socos”, restos de estacas de
techos y una viga (Bennett 1937).
1 Para una mejor revisión sobre las ilustraciones y descripciones del material arqueológico de Requena, revisar el capítulo 7 de la tesis doctoral de Ma. Magdalena Mackowiak de Antczak (2000).
Figurinas de barro reseñadas en el libro de Bennett Fuente: Bennett (1937)
36
Bennett propuso que a raíz de las inundaciones que producía el lago en sus
crecidas anuales y estacionales, los habitantes prehispánicos comenzaron a vivir
encima de los montículos de tierra, abandonando la anterior costumbre de vivir sobre
palafitos. El trabajo de Bennett es una importante contribución al conocimiento de la
función de los montículos artificiales, a la clasificación tipológica de las figurinas
humanas en ellos encontradas, y a la distribución estratigráfica de la cerámica y de los
enterramientos humanos (Bennett 1937; Antczak 1999).
En 1933, Alfred Kidder II
realizó sus investigaciones de campo en
la Península de La Cabrera y en otros
sitios cercanos al lago; también excavó
un sitio en San Mateo, al este del Lago
de Valencia. Este último sitio, según
Kidder, es otro indicador de que en los
Valles de Aragua existieron grandes
centros de población prehispánica. En
1934, bajo la dirección de la División de
Antropología de la Universidad de
Harvard y contando con el financiamiento de la Fundación Rockefeller, Kidder
volvió a Venezuela y continuó las excavaciones en la Península de La Cabrera, donde
realizó una excavación a gran escala en el sitio de los Tamarindos (Kidder 1944;
Antczak 1999: 33).
Formas de Vasija reconstruidas por Kidder Fuente: Kidder (1944)
37
Durante la excavación en Los Tamarindos, Kidder utilizó niveles arbitrarios
de 25 cm y alcanzó una profundidad de siete metros. La excavación reveló la
existencia de dos depósitos arqueológicos sobrepuestos. El más antiguo, con cerámica
relacionada estilísticamente con lo que Cruxent y Rouse (1982) incluirían
posteriormente en la serie Barrancoide; y el más reciente relacionado con la serie
Valencioide (Kidder 1944; Cruxent y Rouse 1982 [1958]; Antczak 1999). Además de
la descripción de la cerámica, Kidder analizó los restos líticos, zooarqueológicos y los
enterramientos humanos.
En las excavaciones de Kidder no se encontraron restos de huellas de postes o
“socos”, como los que hallaron Requena y Bennett. Ningún estrato estéril separaba a
los dos depósitos culturales. El más importante aporte de Kidder fue la ubicación y
separación cultural de los estratos excavados, por lo cual se obtuvo la primera
datación relativa de las culturas prehispánicas de la región (Antczak 1999: 34).
Kidder también relacionó los restos arqueológicos encontrados con la
información aportada por Edward W. Berry, profesor de paleontología en la
Universidad John Hopkins. Berry (1939) visitó el Lago de Valencia con el fin de
realizar una investigación que aportara información sobre la relación entre la
evidencia geológica y paleontológica y el material arqueológico proveniente de los
diferentes estratos culturales (Antczak 1999: 34). Como resultado de sus
investigaciones, Berry “identificó cinco terrazas erosionadas en las costas del lago y
las correlacionó con las variaciones de los niveles de agua del lago y con la
distribución de los asentamientos prehistóricos” (Antczak 1999: 35).
38
Durante 1933, también realizó investigaciones arqueológicas en el área
Cornelius Osgood, investigador del Museo de Peabody de la Universidad de Yale.
Osgood inició con este trabajo el Programa de Arqueología del Caribe patrocinado
por dicho museo, el cual tuvo una gran repercusión dentro de la arqueología
venezolana (Osgood 1943; Gassón y Wagner 1992, 1998). Osgood excavó un
montículo en el sitio de Tocorón, al sur de La Mata, en la orilla oriental del Lago de
Valencia. Según Osgood, el montículo excavado se había construido alrededor de un
enterramiento de un mono o un infante. Para este autor el montículo tenía varias
funciones: sitio de enterramiento, de habitación y de cultivo. Osgood también realizó
una excavación de menor escala en el sitio de El Charral, en la orilla occidental del
lago (Osgood 1943; Antczak 1999:35).
En definitiva, los tres
arqueólogos norteamericanos
arriba mencionados
introdujeron a la arqueología de
la Cuenca del Lago de
Valencia, y en general a la
arqueología nacional, (1) los
métodos estratigráficos y sistemáticos; (2) las primeras cronologías relativas del área;
(3) y aportaron varias publicaciones especializadas que dieron a conocer la región de
Valencia dentro del medio científico arqueológico mundial.
A principios de la década de 1940 comenzaron en la Cuenca del Lago de
Valencia las investigaciones arqueológicas de José Maria Cruxent. Entre 1942 y
Formas de base reseñadas por Osgood Fuente: Osgood (1943)
39
1943, Cruxent excavó en la Quebrada de Maletero en el Edo. Aragua, donde se
encontraron enterramientos en urnas y petroglifos (Cruxent 1945). Igualmente,
realizó trabajos en el sitio de Camburito en la orilla oriental del lago, recuperando allí
algunas urnas funerarias (Cruxent 1946).
En 1947, Cruxent reportó el hallazgo superficial de dos vasijas cerámicas con
un cráneo colocado entre ellas, en el río Vigirimita, en Vigirima, Edo. Carabobo.
Cruxent relacionó estilísticamente las asas de una de las vasijas (no pintada) con las
muestras cerámicas de El Palito y Tocorón; la otra vasija, con decoración pintada, fue
relacionada con los estilos de Trujillo y Lara (Cruxent 1947-48: 1-2). Posteriormente
estas vasijas fueron reclasificadas por el personal del Instituto de Patrimonio Cultural;
la primera, fue relacionada con el estilo El Palito de la serie Barrancoide, y la segunda
con la serie Ocumaroide (IPC s/f).
Cruxent también publicó informes sobre sitios arqueológicos ubicados en
otras localidades cercanas al Lago de Valencia (Cruxent 1945, 1946a, 1946b, 1947-
48, 1948, 1949, 1950; Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]), reportando montículos
artificiales de tierra (Cruxent 1958), petroglifos y geoglifos (Cruxent 1948, 1949,
1955, 1960). El más destacado aporte de Cruxent a la arqueología regional fue el de
realizar prospecciones extensivas a lo largo y ancho de los Valles de Aragua y
Carabobo, y en la costa del mar adyacente, con el fin de localizar nuevos sitios
arqueológicos y ubicarlos dentro de la cronología cultural regional.
Desde 1946 Cruxent estableció una estrecha cooperación con Irving Rouse,
arqueólogo norteamericano, quien para ese momento era investigador del
anteriormente mencionado Programa de Arqueología del Caribe. La experiencia de
40
Rouse en arqueología era amplia, puesto que ya había realizado investigaciones en las
Antillas Mayores. Cabe destacar que los colegas de Rouse dentro de este Programa
eran Cornelius Osgood (director del programa) y Wendell Bennett (Antczak 1999:
36), ambos con antecedentes de investigaciones realizadas en Venezuela (Bennett
1937; Osgood 1943).
El equipo que formaron Cruxent y Rouse fue beneficioso para la arqueología
del país y el resultado más prominente de su cooperación fue la publicación de la
monografía titulada Arqueología Cronológica de Venezuela (1982 [1958-59]). El
aporte de esta publicación consistió por un lado, en recopilar los datos ya existentes
sobre la arqueología de Venezuela, punto en el cual, según los autores, estaban
actualizando el trabajo realizado con anterioridad por Osgood y Howard (1943). Por
otro lado, Cruxent y Rouse localizaron decenas de nuevos sitios arqueológicos los
cuales junto con aquellos que ya se conocían para el momento, fueron ubicados en un
orden cronológico cultural especialmente diseñado. En esta clasificación de culturas
arqueológicas del país se incorporaron los conceptos de serie, fase y estilo cerámico,
que todavía hoy en día se continúan utilizando en el ámbito académico, habiéndose
modificado solo detalles dentro de las clasificaciones particulares.
En resumen, Cruxent y Rouse aportaron una coherente visión cronológica de
las culturas prehispánicas de Venezuela, y explicaron los antiguos movimientos
poblacionales en función de la migración y difusión cultural. Para muchos la
publicación antes mencionada es una obra fundamental o “la Biblia” de la
arqueología venezolana, consultada hasta el presente por los arqueólogos venezolanos
y extranjeros.
41
LA ARQUEOLOGÍA DESDE 1958 HASTA EL PRESENTE
A comienzos de la década de 1960, el “boom” de las investigaciones
arqueológicas en Venezuela, y muy especialmente en la cuenca del Lago de Valencia
comienza a “calmarse”; mientras que nuevos investigadores comienzan a aparecer en
la palestra. En 1961, Mario Sanoja en compañía de estudiantes de la Escuela de
Antropología y Sociología de la Universidad Central de Venezuela, realizó
excavaciones en Los Cerritos, encontrando algunas urnas funerarias.
Lamentablemente, no se conocen publicaciones de estos trabajos (Antczak 1999: 38).
Otro trabajo muy puntual lo realizó Helmut Fuchs, investigador del Museo de
Ciencias Naturales de Caracas, realizando una excavación de rescate en La Pica
(Fuchs 1963; Antczak 1999: 38).
A partir de 1960 las investigaciones en el área del Lago de Valencia, se lleva a
cabo bajo la autoridad del Instituto de Antropología e Historia del Edo. Carabobo y
del Edo. Aragua, ambos organismos dirigidos por la antropólogo Henriqueta Peñalver
(Antczak 1999). Esta investigadora realizó numerosas y extensas excavaciones
arqueológicas en varios de los sitios anteriormente mencionados y en algunos sitios
nuevos. Entre los sitios trabajados destacan La Pica, La Mata, Los Cerritos, Río
Blanco, El Morro de Guacara, San Gean, La Iguana, Ocumare y Cumboto. Estos
trabajos arrojaron una gran cantidad de muestras arqueológicas, las cuales hasta el
presente han sido custodiadas por los organismos creados por Peñalver, incluyendo a
la Fundación Lisandro Alvarado. Algunos informes sobre estas excavaciones han
sido publicados principalmente entre los años de 1960 y 1970 (Peñalver 1965, 1967,
1971, s/f a, s/f b, s/f c; cf.: Antczak 1999).
42
Uno de los logros iniciales de los Institutos de Antropología e Historia del
Edo. Carabobo y del Edo. Aragua, fue el de crear un boletín donde se publicaran los
avances de las investigaciones realizadas en la región. Lamentablemente, la
continuidad de este boletín fue interrumpida en 1967, y posterior a esta fecha solo se
publicaron algunos números especiales (Peñalver 1965, 1967, s/f b, s/f c).
En la década de 1970 comenzó en las bahías de la Costa Central un proyecto
arqueológico dirigido por los antropólogos Fulvia Nieves y Carlos Alberto Martín de
la Universidad Central de Venezuela
(Nieves 1992; Antczak 1999:39). Estas
investigaciones aportaron nuevas luces
sobre las distribuciones espaciales de
cerámica relacionada con la serie
Valencioide, y sobre los modos de vida de
las poblaciones que habitaron en algunas
de las cuencas costeras (Nieves 1979,
1992; Nieves y Martín 1982, 1990). Uno
de los resultados más destacados de estas
investigaciones fueron los análisis
especializados de los artefactos
prehispánicos líticos y zooarqueológicos del área (Martín 1995). Este proyecto
produjo también dos tesis de grado de la Escuela de Antropología que arrojaron
nuevas informaciones sobre los sitios y mantuvieron activa la investigación
arqueológica en la región (Álvarez y Casella 1983; Morales 1984).
Figurina de barro del estilo Valencia Fuente: Arroyo, Blanco y Wagner (2000)
43
También a partir de la década de los ’70 un grupo de arqueólogos de la
U.C.V., utilizando el marco teórico del materialismo histórico, se interesó en el
desarrollo de las relaciones sociales y político-económicas internas y externas de los
antiguos habitantes de la Cuenca del Lago de Valencia. Estos trabajos de orden
principalmente teórico, comienzan con los análisis realizados por Mario Sanoja e
Iraida Vargas (1974). Estos autores proponen un aumento progresivo de la
complejidad de la organización social de las poblaciones de la cuenca del lago,
iniciándose con las sociedades igualitarias y culminando con los cacicazgos, en el
umbral de la Conquista Española.
Para Sanoja y Vargas, las poblaciones Valencioides mantenían un control
social, político y económico con respecto a los grupos igualitarios que habitaban las
costas del mar adyacentes (Sanoja y Vargas 1974; Vargas 1990). Los análisis de estos
investigadores, aunque novedosos bajo el aspecto teórico, se fundamentan
únicamente en los datos recopilados por las investigaciones que los precedieron.
Sanoja y Vargas no proporcionaron datos nuevos con características cuantitativas y
cualitativas que permitan adentrarse en la complejidad social, económica y política
propuesta para los antiguos habitantes de la cuenca y de las áreas adyacentes
(Antczak 1999).
Algunos otros autores también contribuyeron con la arqueología del área,
señalando que existían vínculos que relacionaban a las poblaciones del lago con los
habitantes prehispánicos de los Valles de Quibor (Molina 1985; Vargas et al. 1997).
Los puntos formales de conexión que se proponen son, por un lado, la manufactura de
la concha y, por otro, la construcción de montículos artificiales de tierra (Molina
44
1985: 55-56). Sin embargo, la dinámica y la dimensión de la relación entre los
Valencioides y los ocupantes prehispánicos del Valle de Quibor quedan aún sin
estudio sistemático.
Por último, en 1982 comenzó el Proyecto de Arqueología de las Islas de
Venezuela, coordinado por los antropólogos Andrzej Antczak y Ma. Magdalena
Mackowiak de Antczak. Si bien, este proyecto no abarca el área del Lago de Valencia
directamente, las vinculaciones estilísticas que estos investigadores han establecido
entre el material arqueológico
de las islas y del continente,
sugieren que los visitantes de
las islas eran grupos
provenientes de la Cuenca del
Lago de Valencia y de las
costas adyacentes. Estos
hechos sumados a una
investigación sistemática
llevada a cabo durante más de 15 años, llevaron a estos investigadores a definir La
Esfera de Interacción Valencioide (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999), es decir,
un área geográfica donde la predominancia en cuanto a estilo cerámico es
Valencioide, aunque esto no discrimina la presencia de otros materiales cerámicos en
estas áreas. Además de las islas de Los Roques y La Orchila, se incluyen dentro de
esta esfera las áreas de: Tucacas, Puerto Cabello, Ocumare, El Litoral Central, la
Figurina de barro del estilo Valencia en su contexto de excavación. Dos Mosquises, Archipiélago Los Roques Fuente: Antczak y Mackowiak de Antczak (2002)
45
Cuenca del Lago de Valencia, el Valle de Caracas, Los Altos Mirandinos, Río Chico
y Cúpira (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999).
En sus respectivas tesis doctórales, los Antczak realizan por un lado la
reconstrucción del contexto social de los campamentos insulares, tomando como base
la evidencia no-cerámica recuperada en excavaciones extensivas y contextuales
(Antczak 1999). Por otro lado, la investigación se centra en el significado social de
las figurinas humanas cerámicas de la Isla Dos Mosquises, Archipiélago de Los
Roques. Las figurinas se analizan dentro del contexto arqueológico y social a través
de evidencia cerámica, no cerámica y contextual. De esta manera se construye una
base teórica y metodológica que busca acceder a la realidad social de los visitantes de
las islas y explicar cual era el significado ideológico, social y cultural de estas
figurinas (Mackowiak de Antczak 2000).
Dado que los asentamientos permanentes de los visitantes prehispánicos de las
islas se encontraban localizados en el continente, y más específicamente en la Cuenca
del Lago de Valencia y en la costa adyacente, los Antczak han incluido a esta región
dentro del área de sus investigaciones (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999). Uno
de los resultados más recientes de estas investigaciones es el estudio de proveniencia
de las figurinas cerámicas de Los Roques (Mackowiak de Antczak et al 2002;
Mackowiak de Antczak et al 2003), y el estudio bioecológico e histórico-cultural de
los concheros prehispánicos y modernos de Los Roques (Shapira 2003; Shapira,
Posada y Antczak 2003).
Es precisamente en este último panorama de investigación donde se inserta
esta tesis, que busca determinar la existencia de uno de los posibles sitios periféricos
46
o de articulación, que pudieron haber establecido y utilizado los habitantes
prehispánicos de la Cuenca del Lago de Valencia (creadores de la serie Valencioide)
para incorporar la costa e islas oceánicas a su esfera de interacción.
CAPÍTULO IV
Figurina femenina y zoomorfa dentro del contexto de ‘basurero’, cayo Dos Mosquises, 1300-1500 d.C. Fuente: Antczak y Mackowiak de Antczak 2002
LLAA EESSFFEERRAA DDEE IINNTTEERRAACCCCIIÓÓNN VVAALLEENNCCIIOOIIDDEE
INTRODUCCIÓN
La Esfera de Interacción Valencioide fue definida por los Antczak (Antczak y
Mackowiak de Antczak 1999) para delimitar el área geográfica donde predominan
restos cerámicos pertenecientes a la serie Valencioide (ver mapa Nº 3). Para estos
autores, una esfera de interacción es en términos generales “el área geográfica en la
cual se encuentran distribuidos artefactos similares, los cuales constituyen la
evidencia material de la existencia de algún tipo de contacto entre [los creadores de]
las culturas arqueológicas responsables de su producción y/o utilización” (Antczak y
Mackowiak de Antczak 1999: 142). El objetivo principal de los estudios enmarcados
dentro de esta esfera es acceder y reconstruir la naturaleza y dinámica de los procesos
de interacción que pudieron haberse dado entre los distintos grupos humanos que
habitaban la región centro norte de Venezuela entre el 800 y 1500 d.C.
El fenómeno de la homogeneidad estilística cerámica que nos interesa aquí
abarca la porción central de la parte septentrional de Venezuela (ver mapa nº 3). La
esfera, se extiende de este a oeste desde Cabo Codera hasta Tucacas,
Mapa Nº 3 Área de la Esfera de Interacción Valencioide
N
50
mientras que de norte a sur abarca cuatro franjas paralelas, a saber: la cadena de las
islas oceánicas, la costa, la cordillera de la costa y los valles del interior (Antczak y
Mackowiak de Antczak 1999: 139).
En el capítulo anterior se discutió la información concerniente a la historia de
las investigaciones arqueológicas en el Centro-Norte de Venezuela. En este capítulo,
a modo de antecedentes arqueológicos de esta investigación se presenta la
información sobre los sitios arqueológicos ubicados y relacionados con la esfera. No
se abordarán todos los sitios sino aquellos que (se espera) podrán arrojar
características cerámicas similares a las ubicadas en Patanemo. Los sitios se discuten
divididos en las siguientes áreas geográficas: la Cuenca del Lago de Valencia, La
Costa Caribeña (y la Cordillera de la Costa), y el Archipiélago de Los Roques.
En los trabajos de Cruxent, no se realizó una diferenciación entre los sitios
arqueológicos de la Costa Caribeña y los de la Cordillera de la Costa en su vertiente
norte. En la clasificación de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]), se observa que los
sitios arqueológicos ubicados en el lado norte de la cordillera son presentados como
“sitios costeros”, mientras que los ubicados en el lado sur son denominados “sitios de
montaña”. Esta clasificación es muy poco detallada, puesto que en los sitios costeros
existen bahías, valles y montañas y los sitios arqueológicos deberían estar
clasificados según esta diferenciación. Martín (1995) en su trabajo realizó una
clasificación de los yacimientos ubicados durante las prospecciones en la región de
Chuao-Choroní. Esta clasificación esta constituida por la (1) Zona Costera que
incluye a los sitios localizados en (a) ambiente litoral y (b) valles aluviales; y (2)
51
Zona Montañosa que incluye a los sitios localizados en (a) mesetas antropógenicas y
(b) abrigos rocosos (Martín 1995: 222).
En este capítulo, las descripciones de los sitios trabajados por Cruxent y
Rouse mantendrán la clasificación original, es decir, que los sitios de la “Costa
Caribeña” que involucren los sitios de la banda sur y norte de la Cordillera de la
Costa seguirán siendo sitios “costeros” y de “montaña” respectivamente. Mientras
que en la descripción de los sitios trabajados por Martín se utilizará la clasificación
propuesta por este autor. Esta metodología se mantendrá únicamente en este capítulo,
con el fin de conservar fielmente las descripciones de los trabajos que se reseñan.
Más adelante, en el capítulo 7, se expone y justifica la metodología de clasificación
utilizada para los sitios arqueológicos del área estudiada, la cual fue diseñada dentro
de los fines específicos de esta investigación.
LA CUENCA DEL LAGO DE VALENCIA
Aunque en el área de la Cuenca del Lago de Valencia se ha reportado la
presencia de artefactos pertenecientes a diversos estilos cerámicos, se ha determinado
que los creadores de sólo dos de ellos, habitaban en el área permanentemente. Las
excavaciones arqueológicas realizadas en esta región han podido determinar dos
períodos de asentamiento prehispánico. Alfred Kidder II determinó la presencia de
estos dos períodos ocupacionales durante las excavaciones realizadas en La Península
de La Cabrera, más específicamente en el sitio de Los Tamarindos (Kidder 1944,
1948). Kidder denominó estos períodos (1) Fase La Cabrera, para el más temprano y,
52
(2) Fase Valencia para el más tardío, y realizó esta clasificación en función de las
diferencias estratigráficas y estilísticas observadas (Kidder 1944).
La Fase La Cabrera se caracteriza por presencia de enterramientos primarios;
en algunos casos el cráneo estaba cubierto por vasijas o lajas de piedra. Estos
entierros poseían pocas ofrendas funerarias (Kidder 1948: 421). La cerámica
característica de esta fase es pulida o alisada, de color gris y sin engobe. Predominan
las jarras de cuello largo y de doble vertedero. Las decoraciones se presentan
principalmente por el trabajo inciso, punteado y modelado, y las asas son
horizontales. Se observa que los adornos son, en su mayoría, zoomorfos y
antropomorfos (Kidder 1948: 421). Así mismo, se observa la presencia de artefactos
líticos tales como hachas pulidas, pendientes y cuentas de collar. El hueso era
utilizado como materia prima para elaborar cuentas de collar y anzuelos de pesca.
Durante las excavaciones se hallaron también cuentas de concha, aunque estas son
poco comunes (Kidder 1944, 1948).
El tipo de cerámica encontrada por Kidder en los estratos de La Cabrera fue
clasificado posteriormente por Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]) como relacionado
con la tradición Barrancoide del área del Bajo Orinoco. Se estima que alrededor del
año 200 d.C. los grupos Barrancoides arribaron a la Cuenca del Lago de Valencia y se
instalaron allí y en otros sitios de la costa adyacente. En el sitio de El Palito se
localizó el estilo en su estado “puro” (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]). Igualmente,
se ha observado la presencia de cerámica Barrancoide Central (denominado así para
diferenciarlo de la cerámica Barrancoide del Bajo Orinoco) en otros sitios de la costa
Centro-Occidental venezolana, como indicador de comercio (Kidder 1944, 1948;
53
Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Vargas 1985; Antczak y Mackowiak de Antczak
1999). Debido a que pocos sitios Barrancoides Centrales han sido excavados de
forma sistemática, es poco lo que se sabe sobre los aspectos económicos, políticos,
sociales y culturales de estas poblaciones.
Sin embargo, algunos autores han inferido que los grupos Barrancoides
Centrales no mantenían una estratificación social jerarquizada y que posiblemente
consistían en sociedades representadas por aldeas separadas y soberanas, organizadas
sobre la base de la familia extendida (Vargas 1985:14). Así mismo, se ha supuesto
que debido a la variada decoración que presentan las vasijas Barrancoides y los
complejos motivos de las mismas, podría ser factible pensar que el ceremonialismo
era un aspecto muy importante dentro de la cultura de los portadores de esta cerámica
(Sanoja y Vargas 1974; Sanoja 1979; Vargas 1985, 1990; Delgado 1989; Cruxent y
Rouse 1982 [1958-59]). Es necesario enfatizar que estas inferencias están basadas en
los resultados de las limitadas excavaciones realizadas por Kidder y Cruxent, ninguna
de las cuales fue ‘contextualmente orientada’, por lo que sería necesario ubicar y
excavar sistemáticamente otros sitios Barrancoides en el Centro-Norte de Venezuela
para poder ensayar estas hipótesis y plantear nuevas.
También es interesante señalar que si bien se ha observado la presencia de
asentamientos permanentes de los Barrancoides en la costa centro-occidental
venezolana, no se ha reportado su presencia en las islas del Caribe venezolano
(Antczak y Mackowiak de Antczak 1999).
El segundo periodo ocupacional determinado por Kidder (1944, 1948),
denominado Fase Valencia o Periodo Tardío, fue posteriormente redefinido como el
54
estilo Valencia por Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]). Entre los rasgos
característicos señalados por Kidder para este período ocupacional, y que también
fueron corroborados por Bennett (1937) y Osgood (1943), se encuentran los
enterramientos secundarios, simples o múltiples en urnas, con abundantes ofrendas
mortuorias representadas por vasijas, figurinas, cuentas de collar y restos
alimenticios. También se observa la presencia de artefactos manufacturados en hueso,
principalmente puntas simples, punzones, anzuelos de pesca, y cuentas de collar
tubulares (Kidder 1948: 422). Una parte de las evidencias materiales excavadas por
Kidder provienen de enterramientos en grandes vasijas o urnas funerarias.
En el sitio excavado por Kidder (1944) y en los montículos excavados por
Bennett (1937), Osgood (1943), Requena (1932) y Peñalver (1965, 1967) se ha
encontrado un registro material muy similar, y posiblemente, el mismo patrón de
asentamiento. En el caso de los montículos artificiales de tierra construidos por los
portadores de la cerámica Valencioide, se ha propuesto que eran multifuncionales,
utilizados como: (1) sitios de habitación; (2) de enterramientos; y (3) probablemente
de cultivo. Los montículos según estos autores podrían haber estado representados
por tres de estos aspectos, dos de ellos o solo uno (Kidder 1948:421).
Todos los autores que han desarrollado investigaciones arqueológicas en la
Cuenca del Lago de Valencia, han destacado dos rasgos muy representativos de la
cultura material Valencioide. Estos son, por un lado la manufactura de artefactos en
concha de botuto (Strombus gigas), y por otro lado, la producción de figurinas
femeninas de arcilla. Antczak y Mackowiak de Antczak han propuesto que uno de los
principales sitios de donde se obtenían las conchas de botuto para ser trabajados en la
55
cuenca del lago era el Archipiélago de Los Roques (Antczak y Mackowiak de
Antczak 1991, 1993, 2002; Antczak 1999). Se ha determinado que los Valencioides
mantuvieron un control intenso sobre esta área insular desde el año 1300 d.C. hasta la
llegada de los españoles. Estas islas proveyeron a estos visitantes no solamente de
materias primas como la concha, sino también los abastecían de una gran gama de
alimentos de origen marino (Antczak 1999; Antczak y Mackowiak de Antczak 2002).
Como ya se mencionó anteriormente, algunos autores han propuesto que los
habitantes en la Cuenca del Lago de Valencia mantenían estrechas relaciones
sociales, económicas y políticas con los grupos que habitaban el Valle de Quibor
(Molina 1985). Según esta hipótesis una de las razones principales de estas relaciones
era la “exportación” de las conchas de botuto que desde la cuenca del lago se
realizaba hacia el Valle de Quibor (Molina 1985; Vargas et al. 1997). Esta hipótesis
se debe a que en dicho valle se encontraron los vestigios de la manufactura de
adornos corporales de la concha de botuto a gran escala, mientras que en el área del
lago se han encontrado algunos restos de cerámica Tocuyanoide. Otra razón es que
ambas regiones comparten el conocimiento de la construcción de montículos
artificiales de tierra, los cuales no son muy comunes en el territorio venezolano
(Molina 1985).
El segundo rasgo representativo de la cultura Valencioide es la producción de
figurinas femeninas de cerámica. Mackowiak de Antczak (2000) ha realizado un
extenso trabajo sobre el significado de estas figurinas, excavadas en los contextos
arqueológicos de Los Roques, donde la presencia de dichos objetos ha sido
cuantificada en más de 300 (Mackowiak de Antczak 2000; Antczak y Mackowiak de
56
Antczak 1999). Esta autora ha señalado la estrecha relación estilística de las figurinas
de Los Roques con las de la Cuenca del Lago de Valencia. Se ha propuesto que estas
figurinas, “encierran” significados simbólicos importantes para los portadores de la
cerámica Valencioide (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999; Mackowiak de
Antczak 2000; cf. Osgood 1943).
Algunos autores han señalado que el segundo período ocupacional de la
región, destacado por la presencia de la cerámica Valencioide fue dominado por un
grupo con rasgos jerárquicos cacicales (Sanoja y Vargas 1974; Vargas 1990), donde
grandes grupos de personas habitaban sobre los montículos artificiales de tierra en
áreas no muy alejadas de las orillas del lago. Se observa, según los datos de todos los
autores, que la forma de subsistencia de estos grupos humanos estaba basada
principalmente en la agricultura (posiblemente yuca, maíz, algodón y otros) y la caza
de fauna terrestre y lacustre, probablemente complementada con los recursos
marinos. Igualmente, se observa un considerable desarrollo en cuanto a las técnicas
alfareras, así como en la manufactura de adornos personales de hueso y concha.
Otro rasgo de la cultura Valencioide es su expansión geográfica, dentro de la
Esfera de Interacción Valencioide. Este tipo de expansión parece responder a un
grupo cultural jerarquizado con una fuerte cohesión entre sus partes y con un poderío
económico y político considerable (Sanoja y Vargas 1974; Vargas 1985, 1990;
Molina 1985). Sin embargo, es necesario señalar que no necesariamente estamos
frente a una organización social cacical, puesto que los datos han sido interpretados
en función de otras interpretaciones a su vez basadas sobre los materiales
provenientes de las excavaciones realizadas hace más de medio siglo. Estas últimas, a
57
su vez, fueron realizadas con el único objetivo de construir una cronología cultural de
la región y no de sustentar hipótesis sobre interacciones sociales, económicas y
políticas entre las sociedades prehispánicas. Por lo siguiente, es necesario realizar
nuevas investigaciones sistemáticas y contextuales en la región antes de aprobar o
descartar estas hipótesis preliminares (Antczak 1999).
LA COSTA DEL CENTRO-NORTE
En esta sección se describen aquellos sitios arqueológicos reportados en la
Costa del Centro Norte de Venezuela, que son geográficamente próximos a
Patanemo y/o se presume (en base a la información disponible al comenzar esta
investigación) que pueden revelar la existencia de relaciones socio-culturales con los
sitios del área de interés. Una breve descripción de la arqueología de estos sitios
permitiría realizar comparaciones de los mismos con los sitios de Patanemo en un
contexto macroregional al final de esta tesis.
Área de Puerto Cabello
Según Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]), el área de Pto. Cabello se extiende
desde los alrededores de la ciudad de Morón al oeste, hasta las costas del Edo. Aragua
al este. En esta área Cruxent en conjunto con Walter Dupouy y Antonio Requena, y
en algunas oportunidades solo, localizaron diversos yacimientos arqueológicos, tales
como El Palito, Sanchón, Taborda, Palmasola, Morón, El Rosario, Ocumare de la
Costa, Playa Ocumare, Aserradero y Petroquímica. Posteriormente, en base a los
análisis de los materiales provenientes de los trabajos en estos sitios, Cruxent y Rouse
58
definieron cuatro estilos cerámicos. Los dos primeros, Ocumare y Palmasola, se
relacionan con la cerámica Ocumaroide, mientras que los otros dos, El Palito y
Taborda, se relacionan con la cerámica Barrancoide (Cruxent y Rouse 1982 [1958-
59]: 148-68; IPC s/f).
Región Chuao-Choroní
Martín (1995) explica que esta región arqueológica está conformada por las
actuales poblaciones de Chuao, Choroní, Puerto Maya, Puerto Colombia y Cepe. En
los trabajos de Martín (1995), Nieves y Martín (1982, 1990), Morales (1984) y
Álvarez y Casella (1983) sobre esta región, se determinó que la cerámica allí
encontrada mantiene relación estilística con las fases Valencia y La Cabrera, y los
estilos Palmasola, Taborda y El Palito. También se encuentran intrusiones del estilo
Dabajuroide. Se menciona que se obtuvo una fecha de C14 para el Valle de Chuao
que es de 1.206 ± 98 d.C. (Morales 1984).
Si bien en estos sitios se encontró una gran diversidad estilística, el mayor
peso lo lleva la cerámica perteneciente al estilo Barrancoide Central (Martín 1995;
Álvarez y Casella 1983). La conclusión de los trabajos de Martín (1995) y Álvarez y
Casella (1983), es que los rasgos compartidos entre la cerámica de los sitios de La
Cabrera y Puerto Maya, parecieran indicar que existió una afinidad tecno-alfarera que
vincula al sitio con el poblamiento Barrancoide de la Costa Central y la Cuenca del
Lago de Valencia.
59
Área de La Guaira
En esta área Cruxent y Dupouy localizaron el sitio arqueológico de El Topo
(Dupouy y Cruxent 1946). También Cruxent describió muestras cerámicas
recolectadas en los sitios arqueológicos de los Saltos de Tacagua, Catia la Mar, Loma
Colorada, Las Pailas, Las Trincheras, Carayaca, La Guaira y Naiguatá; así como en
Cerro Machado y Boca Tacagua (Cruxent y Rouse, 1982 [1958-59]). Cruxent y
Rouse definieron estilísticamente la cerámica de esta área de la siguiente manera: la
cerámica de Cerro Machado se relaciona con la serie Tocuyanoide, aunque, según
estos autores representa una versión simplificada. El material cerámico proveniente
de Boca Tacagua se ubica dentro de la serie Ocumaroide, aunque parece tener
intrusiones de las series Saladoide Costero y del estilo El Palito. Por último los sitios
de El Topo, Saltos de Tacagua, Catia la Mar, Loma Colorada, Las Pailas, Las
Trincheras, Carayaca, La Guaira y Naiguatá se relacionan con la serie Valencioide.
Es interesante destacar que los sitios relacionados con la serie Valencioide se
encuentran en su mayoría sobre la Cordillera de la Costa, mientras que el resto de los
sitios prospectados por Cruxent se encuentran en la playa o cerca de ella (Cruxent y
Rouse, 1982 [1958-59]: 169-82).
EELL AARRCCHHIIPPIIÉÉLLAAGGOO DDEE LLOOSS RROOQQUUEESS
A principios del segundo milenio de la era cristiana (fechas radiocarbónicas
alrededor de 1.100 d.C.), llegaron a Los Roques los primeros portadores de cerámica.
Se sabe actualmente que estos grupos eran agricultores y pescadores que provenían
de las bahías de la costa venezolana, y más específicamente de algunos sitios, aun no
60
identificados, entre Boca Tacagua en el Litoral Central y Ocumare de la Costa, hacia
el oeste (Mackowiak de Antczak y Antczak 1989a, 1989b; Antczak y Mackowiak de
Antczak 1991, 1993, 2002). La cerámica de estos grupos se relaciona estilísticamente
con la serie Ocumaroide de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]). Al parecer este grupo
humano ocupó una sola isla del archipiélago, Domusky Norte (o Dos Mosquises
Norte), en el extremo suroccidental del archipiélago. Este es el único asentamiento
Ocumaroide ubicado hasta el momento en todo el territorio insular de Venezuela.
Al parecer, los individuos de este grupo explotaban mayormente el botuto
como fuente alimenticia y como materia prima para la manufactura de adornos y
otros artefactos. Igualmente, en las excavaciones arqueológicas se han recuperado
numerosos restos de peces, tortugas y avifauna; estos animales eran capturados y
utilizados como alimento. La gente portadora de la cerámica Ocumaroide visitaba las
islas por periodos cortos de tiempo. Regresaban al continente llevando provisiones de
carne seca o salada de botuto, peces y tortugas, así como de otros moluscos marinos
(Antczak y Mackowiak de Antczak, 2002: 29). Antczak y Mackowiak de Antczak
han propuesto la hipótesis según la cual la serie Ocumaroide pareciera
“ocultar, tras ciertos rasgos cerámicos comunes, un conglomerado de pequeños pero dinámicos grupos de pescadores de variada filiación étnica y/o lingüística, que se dispersaban a lo largo de la costa o se agrupaban en función del tipo de actividad pesquera por realizar. Estas sociedades multiétnicas pudieron haberse desarrollado como el resultado del establecimiento de alianzas matrimoniales, rituales y políticas. Los Ocumaroides fueron posteriormente los mediadores entre el mar y los portadores de la nueva cerámica: la serie Valencioide” (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999: 145).
61
Alrededor del 1300 d.C, aparecen en Los Roques los portadores de la serie
Valencioide, quienes al parecer continuaron visitando el archipiélago hasta la
Conquista Española. Este grupo humano provenía de la Cuenca del Lago de Valencia
y de los sitios, anteriormente mencionados, localizados en las costas adyacentes
(Mackowiak de Antczak y Antczak 1989a, 1989b; Antczak y Mackowiak de Antczak
1991, 1993, 1999, 2002; Antczak 1999; Mackowiak de Antczak 2000). Según las
investigaciones de los Antczak, los Valencioides instalaron un gran campamento
multifuncional en la isla Dos Mosquises. También, se han encontrado evidencias de
campamentos Valencioides temporales más especializados y de menor intensidad
ocupacional en varias de las islas del archipiélago, demostrándose que este grupo
mantenía un dominio total sobre esta área (Mackowiak de Antczak y Antczak 1989a).
Un rasgo característico del sistema de asentamientos Valencioides en el
archipiélago es que todos los sitios se encuentran cercanos a las llanuras submarinas
someras, cubiertas por fanerógamas, donde era fácil recolectar los botutos y practicar
las pesca con redes tipo “chinchorro”. Los sitios también estaban cercanos a las
playas de anidación de tortugas (Antczak y Mackowiak de Antczak 1991, 1993). La
mayoría de los asentamientos en las islas tenían una funcionalidad económica, es
decir, eran asentamientos ubicados en función de la pesca y recolección de botutos y
otros moluscos marinos. Sin embargo, la evidencia arqueológica ha demostrado que
los campamentos en algunas islas tenían una múltiple funcionalidad. Si bien la
actividad económica relacionada con la obtención y procesamiento de recursos se
llevaba a cabo en todos los asentamientos, en las islas de Dos Mosquises, Cayo Sal y
Krasky se observa una gran concentración de artefactos con posible significado
62
ceremonial. Para Antczak y Mackowiak de Antczak (1991), el caso de Dos
Mosquises presenta la particularidad de su posición geográfica. Este sitio es
denominado “estación de transferencia”, es decir, un sitio ubicado en el borde del
archipiélago que cumplía la función de ser el conector entre la costa continental, el
mar abierto y el archipiélago y ‘protector’ del resto de los asentamientos localizados
en el archipiélago (Antczak y Mackowiak de Antczak 1991: 375; Mackowiak de
Antczak y Antczak 1989a). La posición geopolítica privilegiada de la isla Dos
Mosquises, y ciertas características topográficas de la misma influyeron en su
selección como centro de actividades vinculadas con el tráfico de embarcaciones,
explotación de recursos, defensa del área y actividades ceremoniales (Mackowiak de
Antczak y Antczak 1989a: 9; Antczak y Mackowiak de Antczak 1999).
Los grupos Valencioides explotaban los recursos bióticos de diferentes
comunidades marinas. Los restos alimenticios extraídos de las excavaciones están
constituidos principalmente por conchas de botuto, a los cuales se le extraía la carne a
través de perforaciones circulares en la espiras (punto en el que el músculo del animal
se conecta a la concha); técnica aplicada por diferentes grupos indígenas del Caribe
(Mackowiak de Antczak y Antczak 1992). Entre los restos de peces se aprecian las
especies asociadas a los arrecifes, los tiburones y las rayas. Los huesos de tortugas
son muy abundantes, y en menor cantidad los restos de avifauna. Así mismo, se han
hallado restos de huesos de animales de origen continental, tales como el mono
araguato, el tigrillo, el cunaguaro y variedad de caracoles terrestres (Mackowiak de
Antczak y Antczak 1992: 49).
63
Si bien en las islas escasean materias primas tales como, la arcilla, las fibras y
los colorantes, indispensables para el desarrollo de algunas tecnologías aborígenes, es
cierto también que los Valencioides desarrollaron en las islas una industria de
manufactura de artefactos en concha y los trabajos en concha realizados por estos
grupos humanos se ven reflejados en el registro arqueológico (Mackowiak de
Antczak y Antczak 1989a). Artefactos como cuentas de collar, pendientes y colgantes
tallados, y conchas de bivalvos perforadas utilizadas como adornos, son solo una
muestra de la variedad y calidad de la producción artesanal de estos grupos, quienes
producían los adornos de conchas marinas, tanto en las islas como en el continente
(Mackowiak de Antczak y Antczak 1987, 1989a, 1989b, 1989c; Antczak 1999).
Otro de los aspectos resaltantes de los sitios arqueológicos Valencioides del
archipiélago, es que algunos de ellos contenían un número considerable de figurinas
humanas en cerámica. Estas figurinas se hallaron en el registro arqueológico
acompañadas por flautas de hueso de venado, pitos y silbatos de caracoles terrestres,
incensarios de cerámica, resinas olorosas, pipas de cerámica y vasijas decoradas
antropo y zoomorfas. Este tipo de contextos deposicionales sugiere que las figurinas
pudieron haber sido utilizadas como ofrendas y accesorios en las actividades rituales
(Antczak y Mackowiak de Antczak 2002:30). Las investigaciones en el archipiélago
han demostrado que estas figurinas poseían una carga de significados simbólicos
importantes para la cultura de los portadores de la cerámica Valencioide. Para
Antczak y Mackowiak de Antczak (2002) el significado de estas figurinas podría
estar relacionado con el sustento espiritual de la vida de los habitantes de las islas.
Los autores consideran que las figurinas pudieron haber sido esenciales “para
64
sustentar la vida diaria del campamento, éstas asumían metafóricamente el papel
social de las mujeres que estaban ausentes en la isla y suprimían las amenazadoras
fuerzas sobrenaturales, vinculadas al medio ambiente marino y sus criaturas”
(Antczak y Mackowiak de Antczak 2002: 31).
En definitiva, pareciera ser que los grupos Valencioides que incursionaron en
Los Roques tomaron “posesión” del área, es decir, que se instalaron y no permitieron
que otros grupos incursionaran en las islas, exceptuando los grupos Ocumaroides, que
según los Antczak, acompañaban a los Valencioides en sus incursiones. Un ejemplo
de “frontera” que mantenían los diferentes grupos humanos provenientes del
continente en las islas oceánicas se observa en las islas de Aves de Barlovento. En
este grupo insular situado al oeste de Los Roques los restos arqueológicos son
escasos, mientras que en las islas de Aves de Sotavento, están presentes abundantes
restos arqueológicos Dabajuroides. Para los Antczak las islas de Aves de Barlovento
eran una frontera entre los “dominios marinos” de los grupos Valencioides y
Dabajuroides. Los Valencioides, al parecer, protegieron su territorio insular (Los
Roques y La Orchila) del avance que los Dabajuroides traían desde el oeste, lo cual
podría significar que los Valencioides pertenecían a una “sociedad jerarquizada,
poderosamente motivada y capaz de emprender una empresa de tal magnitud”
(Antczak y Mackowiak de Antczak 1993: 74).
CAPÍTULO V
Camino hacia Los Pueblos - Patanemo
MMAARRCCOO TTEEÓÓRRIICCOO DDEE LLAA IINNVVEESSTTIIGGAACCIIÓÓNN
INTRODUCCIÓN
Los conceptos teóricos que respaldan esta investigación pueden agruparse en
dos categorías. Por un lado están los conceptos que se utilizaron para analizar e
interpretar los datos recogidos en Patanemo; y por el otro, están los conceptos que se
utilizaron para apoyar teóricamente las comparaciones macro-regionales entre
Patanemo y algunos sitios de la Esfera de Interacción Valencioide.
La primera parte, concerniente a la investigación de campo, de laboratorio e
interpretativa que se realizó en Patanemo se abordó utilizando conceptos extraídos de
la propuesta teórica Histórico-Cultural. La muestra que se obtuvo en los sitios
trabajados fue reducida, debido a que se realizaron pocas excavaciones y de corta
escala. Por esto, conceptos teóricos de otras tendencias más actuales no serían
soportados por el material arqueológico. Así que, lo que se intentó realizar en esta
primera parte de la investigación es elaborar una historia cronológico-cultural del
sitio. Para este fin se utilizarán conceptos tales como: Cultura, Estilo y Serie.
67
La segunda parte, se refiere a los análisis comparativos que se realizaron entre
los datos obtenidos e interpretados en Patanemo, y otros sitios ya ubicados dentro del
territorio que se ha definido como la Esfera de Interacción Valencioide. Al poseer un
mayor conjunto de datos interrelacionados, es posible realizar interpretaciones
basadas en nociones teóricas más refinadas con el fin de conocer la dinámica social
política, económica o ideológica dentro de la Esfera. De esta manera, los conceptos
que se pensó sería los más adecuados para dar luces sobre ciertos rasgos
interaccionales entre sitios son: Contexto, Espacio, Tiempo y Centro y Periferia.
Estos conceptos han sido refinados por la perspectiva postprocesual. Dentro de esta
perspectiva, los materiales obtenidos en Patanemo se ubicarán contextualmente, y sus
análisis comparativos podrán arrojar informaciones sobre la dinámica cultural y
social del pasado en Patanemo, y conocer que posición y vínculos tenía este sitio
dentro de la Esfera de Interacción Valencioide.
LA INVESTIGACIÓN EN PATANEMO
Como se ha explicado, los conceptos claves para el abordaje teórico de los
materiales arqueológicos de Patanemo, fueron basados en la arqueología histórico
cultural, principalmente en los aportes de Rouse (1973) y de Cruxent y Rouse (1982
[1958-59]).
Cultura
Para la arqueología histórico cultural, la Cultura se conforma de un conjunto
de comportamientos que están normados, es decir, fundados a partir de un cuerpo de
68
normas (Rouse 1973). El conjunto de éstas se expresa a través de elementos
religiosos, sociales, artísticos, entre otros. El hombre es en sí el creador de cultura,
pero por crearla este se encuentra con que “sus actos están mediatizados por las
costumbres y creencias del grupo étnico al que pertenece, es decir, por sus pautas
culturales” (Rouse 1973: 37).
La arqueología histórico cultural estudia a las culturas del pasado a través de
los restos materiales que estas dejaron. Los restos materiales que son de mayor interés
en esta corriente son los artefactos cerámicos. Rouse (1973) explica que un conjunto
de artefactos cerámicos que es morfológicamente similar pertenece a una misma
cultura, puesto que una misma cultura va a producir un tipo de artefacto particular
que se va a diferenciar del de otras culturas. Esta diferenciación se debe a un conjunto
de normas independientes, particulares de cada cultura.
El interés principal de la arqueología histórico cultural es construir historias
culturales locales, las cuales son contrastadas con otras historias locales para así
observar las difusiones de las ideas y/o migraciones de los portadores de las culturas
cerámicas en el pasado (Rouse 1973; Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]). A través de
las difusiones y/o migraciones de los “portadores” de las culturas del pasado, los
arqueólogos histórico-culturales explican los cambios que se observan en los restos
materiales que, a pesar de no ser exactamente iguales, mantienen un patrón estilístico
similar.
En resumen, la cultura para esta escuela de pensamiento es la expresión de
todas las normas compartidas por los portadores de la misma y que, a su vez, influye
en todas las representaciones materiales que esta cultura pueda producir.
69
Estilo
El concepto de Estilo, desde la perspectiva histórico cultural se refiere a “un
conjunto de caracteres cerámicos aislados en un yacimiento típico o cabecero,
conjunto que se repite en otros yacimientos” (Rouse 1952: 326-7 en Cruxent y Rouse,
1982: 22-3). El estilo, desde esta perspectiva, se conforma por los caracteres
cerámicos particulares de cada alfarería. Éste define las características particulares de
un tipo de alfarería, y a través de esta definición, es posible diferenciar una alfarería
de otra por los estilos decorativos que la componen.
Además de esta concepción de estilo, existe también la concepción de estilo
como forma de transmisión de información socio-cultural. Weissner (1990) explica
que el estilo es “una forma de comunicación no-verbal a través de la cual se hace algo
de una cierta manera que comunica información sobre una identidad relativa”
(Weissner 1990: 107).
En este sentido, se presenta al estilo, por un lado como la definición de
caracteres específicos de la alfarería, en función de la cual se define esta y diferencia
de otras, y por otro, el estilo se considera como medio de transmisión de información
(cf. Frías 1993; Tarble 1991). En este trabajo nos apegaremos más al concepto
histórico cultural de estilo, puesto que la reducida dimensión de esta investigación
nos permitirá clasificar los restos culturales hallados de acuerdo a su filiación
estilística, pero no permitirá realizar una aproximación a un nivel de análisis
estilístico más refinado.
70
Serie
El concepto de Serie se refiere al “fenómeno que puede ser definido como
‘grupo de estilos similares o contiguos’” (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]: 55). Es
decir, que la serie se conforma de gran parte de las características de los estilos,
aunque no necesariamente de todas (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]).
El concepto de serie engloba aspectos espaciales y temporales que también se
pueden observar en conceptos tales como tradición (tiempo) y horizonte (espacio).
Para conformar una serie es necesario comprobar que los caracteres que se estén
utilizando para definirla, están conectados entre sí, de tal forma que la clasificación
sea coherente, y demuestre que los portadores de los estilos que se estén utilizando
para definir la serie hayan tenido contacto a través del tiempo o del espacio (Cruxent
y Rouse 1982 [1958-59]: 55).
En esta investigación se va a utilizar el concepto de serie puesto que el mismo
se puede aplicar tanto a colecciones pequeñas como grandes. Además, en la
bibliografía especializada se hacen referencias al concepto de serie para el área del
Centro-Norte de Venezuela, lo que facilita el trabajo clasificatorio. Igualmente,
cuando se culminen los trabajos de excavación y se clasifique la muestra obtenida, se
podrá reexaminar si el uso de series arqueológicas es lo suficientemente apropiado
para alcanzar el objetivo de esta investigación.
LAS COMPARACIONES MACRO-REGIONALES
En este apartado se van a explicar los conceptos concernientes a la segunda
parte de este trabajo. Es decir, los conceptos teóricos que van a soportar las
71
interpretaciones de las comparaciones de los sitios Patanemo con otros sitios de la
Esfera de Interacción Valencioide. Los conceptos principales de este apartado son:
Contexto, Espacio, Tiempo y Centro y Periferia.
Contexto
La noción de Contexto arqueológico que se utilizará en este trabajo esta
fundamentada en la propuesta de la arqueología contextual de Ian Hodder. Según este
autor, “todo objeto existe al mismo tiempo en muchas dimensiones significativas, y
por ello, allí donde hay datos, es posible seguir exhaustivamente y hasta el final toda
una densa red de asociaciones y contrastes hasta construir una interpretación del
significado” (Hodder 1988: 167). En este sentido, el contexto es la totalidad de las
dimensiones significativas que se encuentran alrededor de un objeto o dato
arqueológico. El concepto de contexto puede abarcar diversos aspectos, tales como,
(a) el análisis contextual de los datos; (b) el contexto geográfico o ambiental en el
cual se ubica el sitio; y, (c) el contexto del investigador o de interpretación (Hodder
1987, 1988; cf. Tilley 1988).
Según Hodder (1987) un análisis contextual de los datos investigados abarca
el estudio de tres aspectos: la función, la estructura y el contenido. La función se
refiere a cómo los objetos funcionaban en sus ambientes físicos y sociales. La
estructura se basa en la suposición de que los objetos son parte de un código, clave o
estructura de significado. El contenido se refiere al contenido significativo que cada
objeto posee (Hodder 1987). Estos elementos son, según Hodder, básicos en la
investigación del análisis contextual de los significados simbólicos en arqueología.
72
Ubicar al sitio dentro de un contexto geográfico o ambiental regional permite
tener una visión más integral del fenómeno investigado. En el caso de Patanemo, esta
cuenca puede ser vista dentro de un conjunto de cuencas costeras las cuales están
vinculadas por sus restos culturales y, en el pasado, pudieron estar asociados por
tradiciones culturales, sociales, políticas y económicas que lo hacían parte de un
territorio habitado y transitado por una diversidad de grupos indígenas. Igualmente, el
área la Cuenca de Patanemo está vinculada a sitios en la cuenca de Lago de Valencia
y en el Archipiélago de Los Roques que amplían la visión del contexto más inmediato
de esta área.
Por otra parte, el investigador no debe ser tomado como un ente separado de
la realidad, puesto que cada una de las personas que interpretan el pasado o cualquier
otro acontecimiento están influenciados por la cultura a la cual pertenecen. Es
únicamente a través del “lente” con el cual fueron socializados (sea familiar, social,
cultural o académico) que el observador va a interpretar la realidad a la cual se
enfrenta. Así, el investigador (Hodder 1988; Tilley 1988) debe mantenerse en un
constante estado de reflexión y autocrítica para así poder refinar sus interpretaciones
de forma tal que el lector pueda entender los principios y mecanismos que guiaron su
re-construcción de la realidad social del pasado. Este último punto, es importante para
las investigaciones sociales del pasado y para el estudio del pasado en sí, sea la
arqueología, la etnohistoria o cualquier otra disciplina científica que estudie el pasado
de hombre.
En este trabajo se van a tomar en cuenta todos los aspectos descritos por
Hodder. Por un lado, el contexto de los datos y el contexto de los sitios para
73
diferenciarlos y compararlo unos de otros. Por otro lado, durante la investigación se
está aplicando el método hermenéutico tanto para el abordaje de los datos como para
la redacción del texto, por lo cual estar atento al contexto del investigador va a
aportar una visión más crítica para el trabajo, así como para el texto final.
Espacio
El Espacio dentro de la investigación arqueológica adquiere relevancia, puesto
que su estudio permite el acceso a aquellos elementos de la cultura que no se aprecian
a nivel de material arqueológico. Es decir, “el espacio existe solo como creación
cultural, sobre el cual se proyectan los sistemas de clasificación simbólica de la
sociedad” (Fiore 1985: 3).
Diversos autores han explicado que el concepto de espacio puede ser dividido
en dos partes, (1) el espacio topográfico y (2) el espacio topológico (Hallpike 1986;
Amodio 1993). El espacio topográfico es el espacio visto desde una perspectiva
material, es decir, relacionado con el espacio tangible y visual; este se relaciona en
gran medida con el paisaje que se observa y se percibe, de aquí la importancia de
realizar una reconstrucción paleoambiental. Por otra parte, el espacio topológico se
refiere al espacio que se encuentra dentro de las historias míticas, es decir, en este
espacio se organizan los datos espaciales a través del sistema mítico de las culturas
(Hallpike 1986; Amodio 1993). El espacio topológico se asemeja a lo que Tilley
(1994) ha definido como espacio cognitivo, el cual “mantiene una base en la reflexión
y teorización con respecto a entender a los otros. Es el ‘espacio’ de este tipo de
discusión y análisis” (Tilley 1994:17).
74
El espacio topológico y el topográfico tienen un aspecto en común puesto que
ambos definen el espacio propio de un grupo, sea de forma mítica o geográfica.
Ambos conceptos delimitan la propiedad de los “UNOS” para diferenciarlos de los
“OTROS”, es decir, son modeladores de la identidad (Tilley 1994; Amodio 1993;
Knapp y Ashmore 1999).
El hombre, por un lado, a través de sus historias míticas y sistemas sociales, y
por el otro, de sus percepciones físicas del exterior, construye el espacio, el paisaje y
la identidad socio-cultural que lo diferencia de otros espacios, paisajes y culturas. De
esta forma, el antropólogo para realizar una investigación que abarque el estudio
proxemístico de la cultura, debe tomar en cuenta todos estos elementos. Es a través de
este proceso de investigación que el investigador busca percibir como las culturas
representaban, percibían y organizaban el espacio que los rodeaba.
Estas nociones permiten abarcar elementos materiales y no materiales, es
decir, los fenómenos que conforman el espacio topográfico y topológico en el cual las
sociedades del pasado se desenvolvieron (Hallpike 1986: 269-270).
En esta investigación, en Patanemo, se va a tomar más en cuenta la noción de
espacio topográfico que la de espacio topológico, esto debido a que esta investigación
consiste en una investigación de sondeo.
Tiempo
La discusión sobre el Tiempo en arqueología es relativamente reciente, aunque
desde hace al menos un siglo los arqueólogos han encontrado diversos medios para
confrontar la problemática del tiempo (seriación, tipologías, fechas de radiocarbono,
75
etc.), y crear secuencias culturales del pasado (Bradley 1991). El tiempo en la
arqueología tradicional, sobre todo histórico-cultural, es un tiempo que se puede
medir y dividir de forma precisa, al igual que el tiempo de la Economía Moderna, del
Mundo Occidental (Shanks y Tilley 1987b; Bradley 1991). La noción de tiempo que
subyace detrás de todas las interpretaciones arqueológicas es una noción Occidental,
proveniente de la tradición Judeo-Cristiana que implica una concepción lineal,
secuencial e irrepetible (Hughes y Trautmann 1995; Sciacca 1965; Páttaro 1979).
Sin embargo, se ha propuesto que existen diversos tipos y percepciones de
tiempo (Shanks y Tilley 1987a; Bradley 1991), reconociendo que el tiempo es
percibido de diferentes maneras según la cultura, la religión, o incluso según la
actividad que este realizando cierto grupo humano. Bradley (1991) enuncia al menos
dos formas de percepción temporal: (1) el tiempo humano o substancial y (2) el
tiempo abstracto y cronológico. Igualmente se han indicado otros tipos de tiempo
como (1) el longue durée, (2) el tiempo social y (3) el tiempo individual (Bradley
1991: 209-210). En este trabajo lo que se quiere destacar es que si bien los datos que
se construyan tratarán de ser incluidos dentro de un momento histórico y/o
cronológico relativo, es necesario tener presente que las fechas de C14 o las
comparaciones tipológicas que se realicen son desde un principio subjetivas, y no
objetivas como se ha tratado de exponer en arqueologías pasadas (Shanks y Tilley
1987b: capítulo 2). En este sentido, la temporalidad que se adjudica a los contextos
arqueológicos es impuesta por concepciones arbitrarias sobre el tiempo que impone el
investigador. De esta manera, y como lo plantean Shanks y Tilley (1987b) el
arqueólogo busca “ver”, “escuchar” y “sentir” a las culturas del pasado a través de los
76
restos que no temporalmente, sino espacialmente están distribuidos en el presente.
Así, se plantea el término de temporalidad espacial, pues el pasado llega al presente
de forma espacial y es el investigador el que lo temporaliza (Shanks y Tilley 1987a:
119; Ingold 1993).
El tiempo no es una unidad monolítica, así como tampoco lo es el pasado
(Shanks y Tilley 1987b), pero si bien no es posible en todas las investigaciones
realizar análisis refinados para poder lograr una interpretación crítica acerca del
tiempo pasado, si es necesario tomar en cuenta y aceptar que “la conciencia particular
del tiempo concebida en los escritos históricos Occidentales es, por supuesto,
culturalmente construida” (Hoskins 1993 en Hughes y Trautmann 1995: 16). Con
esto lo que se quiere expresar es que si bien en este trabajo no se realizará un análisis
refinado y detallado sobre el problema del tiempo, si se tratará de mantener presente
esta discusión, para poder mantener un discurso crítico acerca del tiempo y del
pasado, más aun, siendo concientes de que para esta investigación no fue posible
realizar fechas de carbono 14 para obtener una datación absoluta.
Centro y Periferia
El concepto de centro y periferia se ha estado discutiendo en arqueología
desde haces varios años; sin embargo, generalmente el uso de este concepto ha sido
poco específico e indirecto (Champion 1989). Con las contribuciones de Immanuel
Wallerstein (1974 en Champion 1989), y muy específicamente la exposición de su
Teoría de los Sistemas Mundiales (World System Theory), es cuando comienza a
discutirse directamente el centro y la periferia como categorías conceptuales en
77
arqueología. En este trabajo no haremos referencia directa a la obra de Wallerstein,
sino que utilizaremos las referencias de algunos trabajos que utilicen su teoría
aplicada a la arqueología.
Tanto el centro como la periferia tienen que ser vistos dentro de una unidad
conceptual inseparable, puesto que no es posible estudiar uno sin hacer referencia
directa al otro (Champion 1989; Langebaek 1991; Antczak y Mackowiak de Antczak
1999). Champion (1989) relaciona este concepto con las diferencias en cuanto al
desarrollo social de una misma cultura o de culturas diferentes, equiparando el centro
con una sociedad desarrollada y la periferia con una sociedad o sociedades menos
desarrolladas. El centro, en esta perspectiva, se concibe como el punto de origen de
una sociedad que por su progreso social, político y económico marca una diferencia
con las sociedades que la rodean. Por otra parte, la periferia se refiere a las sociedades
que se encuentran “alrededor” de un centro de poder y que por razones económicas,
políticas o sociales están marginadas por este centro (Champion 1989: 4). Esta noción
de centro y periferia conlleva de manera implícita una noción de evolución lineal que
podría llegar a ser equivocada o mal utilizada. Para evitarlo es necesario ubicar cada
estudio de centro y periferia dentro del contexto histórico y sociocultural particular.
Como señala Champion, es necesario considerar
la validación de la sencilla división de sistemas sociales de Wallerstein dentro de la oposición entre economías de subsistencia de pequeña escala, las cuales no son parte de una estructura de demanda tributaria por un lado, y los sistemas mundiales por el otro (...) la única forma de sistema mundial que existió en cualquier nivel significante en los tiempos pre-modernos fue el imperio mundial (Champion 1989: 7, traducción del autor).
78
Champion en este comentario revela ciertos aspectos importantes del concepto
de centro y periferia definido por él y afianzado en las ideas de Wallerstein. Este
autor señala que la única forma de subsistencia similar al sistema mundial en el
mundo pre-moderno fue el imperio mundial, relacionando este término con los
imperios tales como los de Roma, Egipto y Grecia. Esta noción es opuesta a la noción
de sociedades de pequeña escala, las cuales son el interés de esta investigación. En
este sentido, la noción de centro y periferia que se mantendrá en este trabajo excluye
abiertamente a una noción de sistema mundial y se enfoca en las relaciones
interculturales, políticas y económicas que se pueden observar en sociedades entre las
que existe una marcada asimetría en cuanto a la complejidad de su organización
social.
Cuando se aplica el concepto de centro y periferia a las sociedades de pequeña
escala y más aún, a los restos de su cultura material, es inevitable que se perciba un
aire de las nociones difusionistas desarrolladas en la escuela histórico-cultural
(Champion 1989). En este sentido, los investigadores histórico-culturales afirmaban
que cuando existía una mayor distancia entre una aldea de cierto grupo de su centro,
los habitantes de la misma comenzaban a asimilar una mayor cantidad de rasgos
culturales de otros grupos más cercanos geográficamente, y se comenzaba a dispersar
o debilitar la influencia del centro y comenzaban a aparecer los rasgos propios
(Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Rouse 1972). En el registro arqueológico este
hecho, según los arqueólogos histórico-culturales, se refleja en la presencia de rasgos
estilísticos ajenos a los rasgos estilísticos típicos que un grupo determinado le
otorgaba a –en este caso- su alfarería. En este sentido, se definía un lugar central o
79
sitio cabecero al sitio que acumulaba la mayor cantidad de rasgos estilísticos típicos
de una misma cerámica (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]). Esta noción difusionista
de la cultura posee ciertas implicaciones que podrían ser erróneas, como por ejemplo,
el hecho que las descripciones podrían aludir a los aspectos sociales reales sin estar
fundamentadas en los contextos sociales en los cuales las interrelaciones culturales
fueron desarrolladas (Champion 1989). El marco teórico y la metodología de la
arqueología histórico-cultural no era contextual por lo que difícilmente podrían
proporcionar datos necesarios para las reconstrucciones de orden social.
El concepto de centro y periferia involucra otros conceptos que están
íntimamente ligados. El primero es el de Esfera de Interacción, y en el caso
específico de esta investigación, Esfera de Interacción Valencioide. Según Antczak y
Mackowiak de Antczak (1999) la existencia de una esfera de interacción se puede
proponer cuando se este investigando un
“área geográfica en la cual se encuentran distribuidos artefactos similares, los cuales constituyen la evidencia material de la existencia de algún tipo de contacto entre las culturas arqueológicas responsables de su producción y/o utilización” (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999: 142).
En el caso de la Esfera de Interacción Valencioide los “artefactos similares”
que están distribuidos en el espacio corresponden a la cerámica de la serie
Valencioide definida por Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]). Este concepto, va más
allá de una descripción de tipo difusionista en los términos arriba planteados. El
concepto de esfera de interacción manejado por estos autores implica la interacción
directa o indirecta entre grupos humanos (sociedades) concretos que operan en
80
situaciones históricas y geográficamente definidas. Según Antczak y Mackowiak de
Antczak (com. per. 2004) el primer nivel de la investigación llevada a cabo dentro de
una Esfera de Interacción lo constituye la re-construcción de la realidad social de dos
grupos humanos en contacto, para posteriormente, investigar las múltiples formas de
relaciones socioculturales, político-económicas e ideológicas por medio de las que
estos grupos pudieron negociar su estatus, identidad, acceso a los recursos, y otros
aspectos relevantes para su supervivencia y reproducción biológica y social en
períodos de paz y guerra (Antczak 1999). En estas re-construcciones se encuentra
implícito el concepto de centro y periferia, puesto que en algún punto geográfico del
área bajo estudio pudo haberse desarrollado un centro cultural (que dio origen a las
ideas que fueron plasmadas en la cerámica) que de manera directa (contacto físico) o
abstracta (difusión de ideas) comenzó a impactar a grupos vecinos, siendo a su vez
condicionado por las respuestas que venían desde la periferia.
Los grupos periféricos no solamente fueron afectados sino que también
afectaron el centro cultural creándose en la región un agrupamiento de diversos
rasgos culturales (estilísticos) que demarcaron un territorio donde se encuentra
expresado, a través de la cultura material, un patrón de ideas comunes. En este trabajo
se entiende por territorio el área geográfica donde un grupo social determinado
expresa sus propias categorías y principios clasificatorios y, en el cual se mantienen
los derechos y leyes que este grupo ha implantado (Scarduelli 1985). Estos rasgos
culturales y espaciales diferencian su territorio de los territorios de otros grupos, es
decir el “dentro” en oposición al “afuera” (Amodio 1993: 17).
81
En este punto, es necesario definir otros de los conceptos que se relacionan de
manera directa con el concepto de centro y periferia. Estos son los conceptos de
identidad y alteridad. La identidad, según Braudel (1993: 21), es la búsqueda de lo
que somos frente a los que no somos, tanto en el plano personal como en el étnico o
comunitario. En las sociedades preindustriales este proceso identitario se sustenta
sobre la base de ideologías, mitos y creencias. Por otra parte, la alteridad se refiere a
lo ajeno al “yo” o al “nosotros” y es, al igual que el espacio, una construcción cultural
(Augé 1996). La alteridad es una construcción cultural en la medida en que el “yo”
y/o “nosotros” se diferencia de lo extraño y ajeno (Amodio 1993; Augé 1996).
Amodio (1993: 17) señala que en el proceso de construcción de identidades se
encuentran dos oposiciones semánticas. Por un lado el “dentro / afuera” que se refiere
a las categorías espaciales y de territorio y, por otro, el “nosotros / ellos” que se
refiere a las categorías de la identidad cultural. Ambas categorías están íntimamente
relacionadas, puesto que no es posible concebir un “nosotros” sin estar conscientes de
un entorno espacial referencial, y un “ellos” sin delimitar un espacio externo, es decir
“afuera”.
De esta manera, la identidad y la alteridad están vinculadas con los espacios
que cada grupo ocupa y la diferenciación social se da en un plano cultural y espacial
al mismo tiempo. Dentro de esta clasificación, Amodio señala que
el proceso de construcción del Otro implica la participación de un tercer elemento que permite la identificación de una “alteridad cercana” (ustedes) junto con la “alteridad lejana” (ellos). De manera que la identidad cultural sería el resultado de una doble oposición entre el nosotros y el ustedes, por un lado, y el nosotros y ellos, por el otro (Amodio 1993: 17).
82
Esta concepción de identidad y alteridad explicada por Amodio se inserta
dentro de la discusión de centro y periferia que se planteó más arriba. Si
consideramos que la Cuenca del Lago de Valencia era el centro de la Esfera de
Interacción Valencioide, y que lugares como las micro cuencas costeras pudieron
haber sido sitios periféricos, por su distancia geográfica y ciertos rasgos particulares
de las alfarerías allí encontradas entonces ¿podría ser que existiera una “alteridad
cercana” entre los habitantes “Valencioides” del centro y los habitantes
“Valencioides” de la periferia? por un lado, y por otra parte ¿pudo existir una
“identidad lejana” entre los habitantes “Valencioides” del centro y los grupos que
visitaban los sitios costeros (Dabajuroides, Ocumaroides) en busca de intercambios e
interacciones socio-culturales?. Si se parte del hecho de que los grupos portadores de
cerámicas diferentes a la Valencioide eran grupos –al menos algunos- diferentes
cultural, lingüística y socialmente, entonces es posible que las relaciones centro-
periferia y las diferencias identitarias entre estos grupos hayan sido muy particulares
de cada uno de los sitios periféricos. Precisamente en este orden de ideas es que es
interesante, como ya lo han señalado Antczak y Mackowiak de Antczak (1999),
realizar investigaciones orientadas desde la periferia hacia el centro.
Por último, es necesario señalar que si, tal y como lo índica la evidencia
arqueológica, existieron relaciones entre los grupos del centro y la periferia, en el
centro-norte de Venezuela, entonces las poblaciones involucradas tenían que
conectarse físicamente por medio de redes de circulación que permitieran el acceso
de un sitio a otro. Esto implica la existencia de caminos, picas y senderos que
conectaran el centro con la periferia y viceversa. Entre los estudios sobre caminos
83
prehispánicos en América del Sur y Venezuela se encuentran contribuciones tanto
sobre los caminos construidos con nociones y elementos arquitectónicos, como sobre
los senderos transitados y construidos por el paso diario de la gente (Trombold 1991;
Kauman 1996; Vidal y Zucchi 2000; Herrera y Cardale de Schrimpff 2000).
Trombold (1991) clasifica los caminos prehispánicos en rutas formales y rutas
informales. Las rutas formales muestran evidencia de una planificación y
construcción intencional. Las rutas informales son aquellas que no poseen una
mínima labor de construcción o que no la poseen directamente relacionada con su
construcción o mantenimiento; este tipo de rutas están representadas por senderos,
picas y rutas de intercambio.
En este estudio se utilizó la noción de rutas informales representada en las
picas, senderos y rutas de intercambio del centro norte de Venezuela. Si bien este
trabajo no se va a enfocar sobre un sendero específico, si se plantea la suposición de
que las relaciones entre el centro y la periferia debían de ser desarrolladas y
mantenidas a través de una red de articulación, representada físicamente por una gran
variedad de senderos. Estos senderos debieron comunicar la Cuenca del Lago de
Valencia con las costas adyacentes y con los valles del interior. Igualmente, la
noción de redes de comunicación se extenderá para abarcar a las vías marítimas que
utilizaban los indígenas del centro-norte de Venezuela para viajar hacia las islas
oceánicas como el Archipiélago de Los Roques y La Orchila.
De esta manera, la comunicación terrestre y marítima que establecieron los
indígenas de esta región formaba parte de las relaciones comerciales, políticas,
sociales e ideológicas que se ejercían entre el centro y la periferia, y dentro de una
84
esfera de interacción que estaba dominada, al parecer, por el grupo que dio origen a la
cerámica Valencioide. Dentro de este panorama conceptual, el presente estudio tiene
como objetivo aportar nuevas informaciones sobre la relación que pudo haber
existido entre los sitio(s) periférico(s) y el centro de la Esfera de Interacción
Valencioide situada, al parecer, en la Cuenca del Lago de Valencia.
CAPÍTULO VI
Metate, Primavera - Patanemo
MMEETTOODDOOLLOOGGÍÍAA DDEE LLAA IINNVVEESSTTIIGGAACCIIÓÓNN
MÉTODO DE LA INVESTIGACIÓN
Existen diversos niveles o grados de abstracción para definir lo que es un
método o cómo trabajar con esta categoría conceptual (Alonso 1998). Para este
trabajo, la noción de método que se utilizó está relacionada con lo que Grawitz (en
Alonso 1998) ha definido como el método ligado a una tentativa de explicación,
según este concepto, el método se refiere a una “determinada posición filosófica y
como tal influye en las etapas de la investigación” (Alonso 1998: 20). El método que
podría ser más adecuado para el tipo de investigación aquí propuesta y que además
está sumamente ligado a los preceptos teóricos que aquí se utilizan, es el
hermenéutico. En este sentido, el método se trabaja como un punto de vista filosófico
a partir del cual se observan las diferentes etapas de la investigación, es decir, que si
bien el concepto es desarrollado en este capítulo, se trato de aplicarlo en todo el
trabajo. Especialmente en la segunda parte se apreciará más, aunque de manera
subliminal se encuentra presente en la primera parte.
87
La palabra hermenéutica tiene su origen en el griego hermenéuein (expresar,
interpretar), y se refiere a la teoría o arte de la interpretación. La interpretación se da a
través de una circularidad que se mueve entre lo particular y lo general. D’Agostini
(2000: 334) explica que “interpretar significa moverse dentro de esta circularidad,
obteniendo el conocimiento de las partes mediante la comprensión del todo y
viceversa...”.
Las interpretaciones que se realizarán en esta investigación serán sometidas a
la circularidad hermenéutica, es decir, al movimiento interpretativo entre lo general y
lo particular. Es necesario concienciar que “siempre existe cierta participación-
pertenencia del sujeto en la cosa que debe interpretar, es también cierto que no existe
interpretación sin una desviación, sin un roce, sin una extrañeza entre el interprete y
el texto o el discurso que intenta interpretar” (D’Agostini 2000: 335).
D’Agostini señala, basándose en los estudios de Gadamer, que el investigador
también es contextual como los objetos históricos que este estudia. De esta manera
“yo veo-encuentro-aprehendo un acto histórico siempre a partir de mis intereses y mis expectativas de sentido, yo interpreto un hecho también a partir de éstas, confirmándolas, modificándolas, integrándolas en nuevas adquisiciones (de aquí la circularidad del proceso interpretativo)” (D’Agostini, 2000: 345).
De esta forma los prejuicios del investigador sobre el objeto de estudio no
pueden ser eliminados, como tampoco pueden ser eliminados los prejuicios del
investigador sobre si mismo y sobre la realidad que lo rodea. Por esto Gadamer (en
D’Agostini, 2000) presta atención sobre el contexto del investigador y realza la
intención de la autocrítica.
88
Un concepto que está íntimamente ligado al proceso hermenéutico es el
Contexto. En arqueología el autor que ha realizado mayores aportes sobre el tema del
‘contexto’ es Ian Hodder, promotor de la corriente conocida como Arqueología
Contextual.
Hodder (1988) retoma los preceptos hermenéuticos para acceder a la realidad
social del pasado, haciendo hincapié en la postura autocrítica del investigador, así
como en su intención de ubicarlo dentro de un contexto cultural y social de
interpretación (Hodder, 1988: 149). Para Hodder, además del contexto del
investigador es necesario ubicar los objetos arqueológicos dentro de un contexto,
pues es así como se podrá obtener una lectura coherente de los restos materiales que
dejaron las culturas del pasado. Este autor explica que
“la idea general aquí es que el “contexto” puede hacer referencia a aquellas partes de un documento escrito que vienen inmediatamente antes y después de un párrafo concreto, conectados de manera tan íntima en su significado con aquel, que su sentido no queda claro si lo separamos de aquellos” (Hodder, 1988: 151).
Este ejemplo es aplicable a una excavación arqueológica, donde una vez un
objeto es extraído de su contexto, es poco o nada lo que se puede decir de su
asociación contextual, y por consiguiente, el objeto en sí pierde buena parte de su
valor interpretativo (Hodder, 1988; Mackowiak de Antczak, 2000).
Hodder conecta los elementos contextuales de los objetos para poder ubicarlos
dentro de un entramado coherente y así incluirlos dentro de un circulo hermenéutico
para poder interpretarlos. En uno de sus trabajos Hodder dice que “todo depende de
todo, y la definición de las características depende de la definición del contexto, que a
89
su vez depende de la definición de las características” (Hodder, 1988: 169). Es decir,
que para explicar el ‘todo’ es necesario conocer las partes y para conocer las partes es
necesario explicar el ‘todo’. Esto es el circulo hermenéutico de la interpretación. En
este sentido, es que se tiene que ver la investigación que se está realizando, conocer
las partes (las características de los sitios arqueológicos particulares en el valle,
montaña y playa de Patanemo) para conocer el todo (la Esfera de Interacción
Valencioide) y viceversa. Así, moviéndose del todo a las partes, de las partes al todo,
se espera poder realizar acercamientos interpretativos a ciertos rasgos culturales y
sociales de los asentamientos prehispánicos que se ubicaron y trabajaron en
Patanemo, así como de sus posibles relaciones con lugares contemporáneos habitados
por grupos humanos de filiaciones culturales similares.
MÉTODOS Y TÉCNICAS DEL TRABAJO DE CAMPO
Introducción
En esta investigación se busca realizar una primera aproximación a un área,
mayormente desconocida en el ámbito arqueológico. En vista de que este trabajo es
una investigación de sondeo, se emplearon prospecciones aleatorias y arbitrarias para
concretar las salidas de campo. Se definieron tres sub-áreas a trabajar, (1) Ensenada,
(2) Valle y (3) Montaña, todas dentro del área de la Cuenca de Patanemo (ladera
septentrional de la Cordillera de la Costa)1. Estas sub-áreas se recorrieron por algunos
sectores en compañía de un “baquiano”, observando los alrededores con el fin de
1 De ahora en adelante siempre que se hable de la Cuenca de Patanemo se va a estar refiriendo al área arbitraria demarcada para esta investigación, y las sub-áreas se denominarán con su nombre iniciado en mayúscula, ej: Ensenada, Valle y Montaña.
90
ubicar sitios arqueológicos (Renfrew y Bahn 1998). En total se realizaron 10 salidas
de campo: siete salidas de cinco días c/u en el año 2002 y tres salidas de campo de
veinte días c/u en la primera mitad del 2003. En las primeras siete salidas, se
realizaron actividades de prospección y
recolección de material superficial. También,
se comenzó el registro fotográfico de los
sitios ubicados y sus respectivas anotaciones
en la libreta de campo. En las últimas tres
salidas se realizaron las excavaciones
sistemáticas en los tres sitios seleccionados.
Igualmente, se continuó con las recolecciones
superficiales y se realizaron los
levantamientos planimétricos respectivos de
los sitios de excavación así como el registro
fotográfico y gráfico de los mismos.
Área y sub-área
Como se explicó en el capítulo uno, debido a la topografía de la Cordillera de
la Costa y la forma como ésta desciende al mar, se han creado diversas micro cuencas
costeras en las costas centrales venezolanas. Estas micro cuencas están separadas
unas de otras por las faldas de la cordillera que caen al mar, generando una
independencia topográfica. Para este trabajo se consideró la Cuenca de Patanemo
como una sola área (ver mapa Nº 4). Para facilitar las prospecciones arqueológicas y
Andrej Sykora y el autor durante las prospecciones en la montaña
Mapa Nº 4 Área de la Cuenca de Patanemo
N
92
poder tener una metodología más específica en cuanto a la ubicación de los sitios, se
dividió esta área en tres sub-áreas: (1) Ensenada, (2) Valle y, (3) Montaña.
Esta división, además de facilitar el trabajo, permite diferenciar los sitios
arqueológicos por sus particularidades topográficas y ecológicas y, observar posibles
diferencias en el tipo de material arqueológico de cada sitio y entre los sitios
localizados en otras sub-áreas. Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]) no habían definido
sub-áreas específicas para clasificar los sitios arqueológicos costeros,
independientemente de su altura y distancias de la playa todos los sitios fueron
considerados como costeros. Martín (1995) definió una clasificación para los sitios
costeros y los dividió en: (1) Zona Costera que incluye a los sitios localizados en (a)
ambiente litoral y (b) valles aluviales; y (2) Zona Montañosa que incluye a los sitios
localizados en (a) mesetas antropógenicas y (b) abrigos rocosos (Martín 1995: 222).
En este trabajo se define una área y tres sub-áreas, argumentando que la Zona
Montañosa de Martín (1995) puede ser parte de la Zona Costera por su cercanía
geográfica, la cual es suficiente como para no ubicarla como un área o zona diferente
a la costera.
La intención de la diferenciación en sub-áreas es comenzar a definir sitios
costeros por categorías de clasificación que orienten a un refinamiento sistemático de
las evidencias arqueológicas en función de la topografía, distancia del mar, altura
sobre el nivel del mar y zona macroecológica. De esta manera, los sitios
arqueológicos que se ubicaron en Patanemo se describen como sitios de Ensenada,
Valle o Montaña, y no bajo una denominación general de sitios costeros como lo
hicieron Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]).
93
Conceptos de clasificación y actividades en los sitios
Una vez definida la clasificación del área de estudio, es necesario definir la
clasificación de los sitios arqueológicos y de las actividades que se llevaron a cabo en
cada uno de ellos. En este sentido, se utilizaron conceptos como Unidad de Muestreo,
Unidad de Recolección, Punto de Recolección Superficial y Punto de Excavación.
Estos conceptos son aplicados en función de los objetivos generales y específicos que
se plantean por lo que deben ser explicados dentro del contexto de este trabajo.
Por Unidad de Muestreo se entiende el área o sector arbitrario donde se
encuentra uno o varios sitios arqueológicos, no refiriéndose a que esta unidad es
directamente el área del yacimiento; esta unidad puede abarcar desde un terreno
habitado o un río determinado hasta un pueblo entero. En este sentido, si
consideramos a Patanemo como un área, el Valle es la sub-área, y el Pueblo de
Patanemo es la unidad de muestreo. Este concepto se utiliza como concepto macro de
las recolecciones, e involucra otros conceptos que se discutirán a continuación.
Dentro de las unidades de muestreo se encuentran los sitios arqueológicos que
se ubicaron, y a estos sitios se les conoce con un nombre. El Nombre de los sitios se
seleccionó en función de la referencia toponímica o familiar relacionada con el sitio.
En este sentido, las recolecciones que se realizaron en terrenos o casas de los
habitantes de Patanemo, se les denominó con el apellido de la familia que allí habita.
Por ejemplo, en la excavación que se realizó en la casa de la Familia Vásquez, el
nombre de ese sitio es Casa Vásquez.
En los sitios arqueológicos se ejecutaron dos tipos de actividades: la
recolección superficial y la excavación sistemática en pozos de sondeo. Hay dos
94
conceptos que se refieren a los sitios donde se realizaron este tipo de actividades. Así,
Punto de Recolección Superficial, se refiere a un sitio donde se recolectó material
superficial; y Punto de Excavación, a un sitio donde se llevo a cabo la excavación
estratigráfica. Es necesario advertir que un concepto no excluye al otro, por los cual
se pueden encontrar sitios donde se realizaron ambas actividades.
Dentro de cada uno de estos dos puntos, se definieron a su vez unidades para
la clasificación de las recolecciones. La Unidad de Recolección se refiere a la
selección arbitraria de un conjunto de materiales arqueológicos que fueron recogidos
en un mismo nivel o sector de recolección, sea por excavación o por recolección
superficial. En este sentido, una unidad de recolección puede ser (a) un nivel
estratigráfico de una trinchera o pozo de sondeo o, (b) un sector específico de
recolección superficial. La tabla 1 presenta las sub-áreas, las unidades de muestreo,
los nombres de los sitios y los puntos de recolección y excavación.
Tabla Nº 1
Sitios Arqueológicos en la Cuenca de Patanemo
Sub-área Unidad de Muestreo Sitio Arqueológico PRS o PE1 /
Referencia verbal
Bahía
Playa - Río Patanemo Saliente al mar
“Pie de Cerro”2 PE
Valle Pueblo de Patanemo Casa Vásquez PE
Valle Pueblo de Patanemo Casa Blanco-Uribe Ortiz PE
Valle Pueblo de Patanemo
Iglesia Pueblo de Patanemo
Referencia verbal de los
habitantes del pueblo
Valle
Pueblo de Patanemo y Los Caneyes
Qda. Santa Rita3 PRS
Valle Primavera Casa Mijares PE
95
Valle Primavera Casa Jurado PRS
Valle
Primavera Río Patanemo
Pilones Registro Fotográfico
Montaña Represa
Pilones o Bateas (Qda. Santa Rita)
Registro Fotográfico
Montaña Los Pueblos
Terreno Flores (Basurero N° 1)
PRS
Montaña Los Pueblos
Terreno Flores (Basurero N° 2)
PRS
Montaña Los Pueblos
Terreno Flores (Maizal nuevo)
PE
Montaña Los Pueblos
Terreno Flores (Cacaotal)
PRS
Montaña Los Pueblos
Terreno Neptalí (Basurero N° 3)
PRS
Montaña Los Pueblos Terreno Adrián PRS
Montaña Los Pueblos Terreno Colombiana PRS
Montaña Patanemo
Petroglifos de la “Quebrada Seca”4
Registro
Fotográfico 1 PRS= Punto de Recolección Superficial y PE= Punto de Excavación 2 Con este nombre los investigadores que excavaron y recolectaron el material denominaron el sitio arqueológico. 3 Sí bien la Qda. Santa Rita no es un sitio arqueológico, el material que se recolectó en algunos tramos de la quebrada proviene de algún sitio todavía no identificado. 4 Nombre tentativo que se le asigno al sitio debido a que se encuentra cerca de una quebrada seca.
Las prospecciones
Las prospecciones se llevaron a cabo por sub-áreas. En la Montaña, las
prospecciones consistieron en caminar por las picas y senderos existentes y por donde
no los hay con la intención de ubicar sitios arqueológicos. Los sectores por donde se
caminó no fueron escogidos aleatoriamente; siempre se tenía una o más referencias a
evidencias arqueológicas que eran proporcionadas por los habitantes de Patanemo. En
96
las salidas que se hicieron en la Montaña (Parque Nacional San Esteban) se tomaron
coordenadas geográficas con el GPS (Magellan 315) para poder, posteriormente,
reconstruir las rutas por donde
se caminó y así obtener una
visión global de los sectores en
la montaña que se prospectaron.
Aunque lamentablemente no se
pudo conseguir un GPS en
todas las salidas de campo, por
lo cual no están marcados todos
los puntos por donde se paso. Es necesario destacar, que cuando se pensaba trabajar
con Vigirima y Patanemo, se recorrió el camino que conecta a estos dos pueblos. El
equipo que recorrió el camino es esa oportunidad se tardó 10 horas en llegar desde
Vigirima hasta Patanemo. Aunque es de considerar que el viaje se realizó con calma y
observando los alrededores. Algunos vecinos de la Cuenca de Patanemo han señalado
que este camino se realiza en máximo 4 horas desde Patanemo hasta Vigirima.
En las prospecciones realizadas en el Valle, se fue directamente a los sitios
donde los vecinos del Pueblo de Patanemo y Primavera mencionaron la existencia de
evidencia de material prehispánico. Si bien en varias oportunidades se caminó por
diversos senderos y sectores del Valle, la intención principal era dirigirse a los sitios
ubicados por los vecinos, esto debido a que las salidas de campo tenían un
cronograma ajustado por la reducida condición económica de los trabajos de campo.
Andrej Sykora y el autor prospectando la montaña cerca del sector de Primavera
97
En la Playa, se caminó por el sector donde el río Patanemo desemboca al mar.
Según noticias de los vecinos e investigadores que habían visitado este sitio
anteriormente, en este sector se encontraba material superficial. Si bien se recorrió el
sector, en esa visita no fue posible ubicar otro sitio además del ubicado en 1996 por
los Antczak.
Las recolecciones y excavaciones
En todos los sitios donde se observó la presencia del material arqueológico se
realizó una recolección
superficial con el fin de obtener
una muestra del material del
sitio. Luego de ubicar varios
sitios en el área de estudio se
escogieron algunos en los que
se realizaron las excavaciones.
En vista de que la intención de
este trabajo es obtener una primera aproximación a un área arqueológica,
consideramos que al realizar excavaciones de sondeo en cuatro puntos distantes entre
sí, que abarcaran el área entera de Patanemo, se podría alcanzar los objetivos de este
estudio. Los sitios a excavar se seleccionaron según (1) el volumen de material que se
encontrara en superficie; (2) lo diagnóstico del material cerámico, y (3) la
accesibilidad al sitio.
El lugar de excavación en el terreno del Sr. Luis Flores en Los Pueblos
98
Los sitios seleccionados para la realización de excavaciones fueron: (1) en la
Montaña, el terreno del Sr. Luis Flores, ubicado en el sector de Los Pueblos, donde se
excavó un pozo de sondeo1 1 m2 y un pozo de pala2 de 40 cm2 (ver mapa Nº 5). En
este sitio también se realizó una recolección vertical en un ‘hueco’ ubicado cerca de
donde se realizó la excavación. Este ‘hueco’, muy posiblemente de origen natural,
tiene una profundidad de 1,20 m. En este sitio no fue posible realizar una excavación
mayor debido a que el dueño del terreno no lo permitió, debido a que esta área es
utilizada para la siembra. (2) En el Valle se excavaron dos sitios, el primero en la casa
de la Familia Vásquez en el Pueblo de Patanemo, donde se excavaron 2 pozos de
sondeo de 1 m2., y un pozo de pala de 40 cm2; el segundo sitio fue en Casa del Sr.
Ernesto Mijares en el sector de Primavera, donde se excavó un pozo de sondeo de 2 x
1 m (ver mapa Nº 5). Cabe destacar que los pozos que se hicieron en el Pueblo de
Patanemo y Primavera se excavaron en niveles artificiales de 10 cm., mientras que en
el sitio de Los Pueblos no fue posible mantener esta metodología por razones del
terreno, por lo cual se realizó la excavación en niveles arbitrarios de 20 cm.
La excavación en la Ensenada fue realizada en un sector muy cercano a la
playa. En el sitio “Pie de Cerro” se excavó un pozo de sondeo de 1 m2, este fue
realizado en el año 1996 por Andrzej Antczak, Ma. Magdalena Mackowiak de
Antczak y el Ingeniero Agr. Andrej Sykora. La excavación se realizó en niveles
arbitrarios de 20 cm c/u y el material fue recogido y depositado en el Laboratorio
1 En este trabajo se entiendo por pozo de sondeo una excavación sistemática que tiene un tamaño no mayor a 2x2 ms2. 2 Un pozo de pala consiste en una excavación estratigráfica o no que tiene una medida máxima de 40 cm2.
Mapa Nº 5 Ubicación de las Unidades de Muestreo en el Valle y la Montaña
Circulo amarillo: Los Pueblos / Círculo rojo: Primavera / Círculo azul: Pueblo de Patanemo
N
100
de Arqueología a cargo de los Antczak. Este material fue cedido por los Antczak para
complementar esta investigación (ver mapa Nº 6).
En cada sitio excavado se realizó registro fotográfico de cada nivel de la
excavación, así como de todos los elementos diagnósticos que se observaran tanto
dentro del pozo y en sus alrededores. Igualmente, se hicieron dibujos de los perfiles
de cada pozo, así como, el levantamiento planimétrico del sitio de excavación.
Igualmente, se tomó una coordenada geográfica con GPS (Magellan 315), con el fin
de poder ubicarlo posteriormente en los mapas de la región.
MÉTODOS Y TÉCNICAS DEL TRABAJO DE LABORATORIO
El material arqueológico obtenido de las prospecciones y excavaciones en
Patanemo fue depositado en los Galpones de Arqueología de la Escuela de
Antropología de la Universidad Central de Venezuela. Este material fue lavado,
marcado, cuantificado y clasificado en función de los objetivos de este trabajo y una
adecuada preservación de material arqueológico. Si bien en este trabajo se realizó la
cuantitativa del material, este tipo de análisis fue visto como un elemento de
preservación de material arqueológico, en vez de un elemento de análisis. Es
conocido que la cuantificación de material es un tipo de análisis muy delicado e
impreciso (Orton et al. 1997; Rice 1987) y, se consideró, que en una escala tan
reducida como la de este trabajo sería muy arriesgado realizar la cuantificación como
análisis, por lo cual solo se efectuó como actividad relacionada con la conservación
del material.
Mapa Nº 6 Ubicación de la Unidad de Muestreo Ensenada de Patanemo
N
102
Por otra parte, se realizó el dibujo manual y fotografía digital de los objetos
representativos de estilo o importantes para otros objetivos de la investigación. La
selección de objetos se realizó en función de los parámetros siguientes: (1) bordes y
bases para la reconstrucción de las formas de vasijas, (2) material decorado para la
identificación de técnicas y motivos decorativos y, (3) artefactos líticos, de concha y
de hueso, así como materiales zooarqueológicos y malacológicos que permitan
reconocer especies.
A través de los dibujos de los bordes y las bases se reconstruyeron formas 21
de vasija y 4 formas de base por separado, puesto que no se ubicaron bordes
asociados a bases; posteriormente, de estas formas se crearon tipos. La clasificación
de estos tipos se realizó a partir del aspecto formal exclusivamente, no tomando en
cuenta elementos como el diámetro de la boca o el tamaño de la vasija para
diferenciar (Meggers y Evans 1969). En cada tipo de vasija se hace una descripción
general de la forma y sus características, en este sentido se describen aspectos como:
(1) cantidad de la muestra, (2) forma de la vasija, (3) borde, (4) labio y (5)
decoraciones o presencia de engobe. En total se definieron 16 tipos de vasijas más 5
sub-tipos y 4 tipos de base. En este trabajo se le presta una considerada atención al
engobe puesto que es un rasgo estilístico típico de la serie Valencioide; se entiende
por engobe a la mezcla de barro y agua que se aplica al cuerpo de la cerámica después
de la cocción, con el fin de impartir color, o una textura particular (Rice 1987: 475).
En el caso de los tipos de base solo se describe el nombre del tipo. Luego de la
reconstrucción de los tipos de vasijas y bases se tabularon las cantidades de
103
fragmentos pertenecientes a los tipos y se realizaron cuadros y gráficos con el fin de
conocer su distribución en los niveles estratigráficos, en los sitios y en el área.
Este proceso de clasificación fue aplicado igualmente a las descripciones del
material cerámico decorado. En este caso, lo que se quería señalar eran los aspectos
relacionados con los técnicas decorativas y los motivos que representan, para a partir
de aquí poder reconocer series y estilos cerámicos. Se tomaron los materiales que
presentaran decoraciones y se tabularon de la misma manera que con los tipos de
vasijas y bases, es decir, se calculo su distribución en los niveles estratigráficos, en
los sitios y en el área. Las descripciones de este material se presenta de la siguiente
manera: (1) técnica, (2) motivo, (3) fragmentos en los que aparece y, la frecuencia es
descrita en tablas y gráficos. La descripción del material decorado y la de las formas
de vasijas y bases fue realizada con el fin de hacer análisis estilísticos y formales que
respondan a los objetivos específicos y generales descritos en el primer capítulo.
Por ultimo, se describen los materiales que no se encuentran dentro de los dos
tipos de análisis ya descritos. Estos materiales son los malacológicos y
zooarqueológicos, así como artefactos líticos, de concha y de hueso y los materiales
coloniales hallados en las excavaciones. Este material va a ser descrito y clasificado
en el siguiente capítulo y se utilizará dentro de los análisis de forma secundaria.
El material arqueológico fue depositado en los Galpones de Arqueología de la
UCV, por lo que el código de clasificación que se le otorgó al material fue
establecido según las pautas del Departamento de Arqueología, Etnohistoria y
Ecología cultural de la Escuela de Antropología. La codificación del Departamento es
arbitraría y no refiere directamente al sitio de recolección, sino que facilita la
104
ubicación del material arqueológico dentro de los depósitos. El código UCV-A quiere
decir: Universidad Central de Venezuela – Arqueología. La secuencia de números
asignados al material de Patanemo fue del 332 al 388. En este sentido, el código del
material aquí discutido va de UCV-A-332 a UCV-A-388. Un número de este código
fue asignado a cada una de las unidades de recolección.
Las actividades que se reseñaron aquí fueron diseñadas para responder a los
objetivos de este trabajo, por lo que cualquier análisis complementario será parte de
futuras investigaciones ampliando nuestros conocimientos sobre el pasado
prehispánico del área de Patanemo.
CAPÍTULO VII
Pipa de barro con incisión lineal – Primavera, Patanemo
DDEESSCCRRIIPPCCIIÓÓNN DDEELL MMAATTEERRIIAALLPPOORR UUNNIIDDAADDEESS DDEE MMUUEESSTTRREEOO
En esta sección se describen las unidades de muestreo y los materiales
seleccionados para los análisis correspondientes. Estas unidades son, como se
mencionó en el capítulo anterior, Los Pueblos, Primavera, Pueblo de Patanemo y la
Bahía de Patanemo. Para cada unidad se realiza la descripción del material cerámico
decorado, así como de las formas de vasija y de base; se describen los materiales
líticos, óseos, malacológicos y, por último, los materiales coloniales y
contemporáneos encontrados.
LOS PUEBLOS
El sitio y las excavaciones
Los trabajos de campo en Los Pueblos se realizaron entre los años 2002 y
2003. Específicamente, los trabajos de excavación en este sitio se realizaron entre el
11 y el 21 de abril de 2003. El sitio seleccionado se encuentra localizado en el terreno
del Sr. Luis Flores. El Sr. Luis y su familia viven en el Pueblo de Patanemo sin
107
embargo gran parte de su tiempo lo dedican al trabajo en el conuco de la montaña,
siendo este terreno propiedad de la familia desde hace más de 70 años1. Todo el
terreno mencionado es un gran yacimiento arqueológico. Actualmente, el área está
utilizada para el cultivo de
frutas, verduras y legumbres,
por lo cual solo fue posible
realizar un pozo de 1m2, y
llevar a cabo varias
recolecciones superficiales.
Además de la prospección y
excavación en el terreno del Sr.
Luis, se prospectaron otras zonas adyacentes a Los Pueblos.
En total se prospectaron en esta área los terrenos del (1) Sr. Luis Flores, (2)
Sr. Neptalí, (3) Sr. Niño, (4) Sr. Adrián, (5) Sra. Colombiana. En todos estos sitios se
encontró material cerámico correspondiente al período prehispánico y colonial, así
como algunos restos de construcciones coloniales y/o republicanas. Las recolecciones
en otros terrenos fueron de escala más reducida, por lo cual arrojaron poca cantidad
de material. La recolección más intensiva se realizó en el terreno del Sr. Luis, puesto
que allí se observó mayor cantidad de material aflorado.
1 El Sr. Luis Flores heredó estas tierras de su padre, quien vivió gran parte de su vida en este sector de la montaña.
Casa del Sr. Luis Flores en Los Pueblos
108
El sitio de excavación en el terreno del Sr. Luis Flores fue seleccionado por
dos razones: (1) se encontraba justo al lado de un ‘hoyo’ que se abrió en el terreno de
forma natural y donde se observó la presencia de material cerámico indígena
incrustado en las paredes, y (2) fue el único
sitio donde se obtuvo el permiso para
excavar. Durante el trabajo en este lugar se
realizaron dos actividades de manera
simultánea. Por un lado, se comenzó a
excavar un pozo de sondeo de 1 m2 y por
otro, se recolectó de forma sistemática el
material de las paredes del ‘hoyo’. Según la
información del Sr. Luis y su hijo Freddy el
‘hoyo’ se abrió de manera natural. Es posible
que este fenómeno haya sido causado por
corrientes de agua en la temporada de lluvia
o por el derrumbe de los túneles
subterráneos cavados por los animales. Ambas opciones son viables puesto que se
observaron diversos túneles de animales en las partes más profundas del ‘hoyo’.
También, el sitio se encuentra rodeado parcialmente por lomas que conducen el agua
hacia la parte en que se encuentra el ‘hoyo’ (ver anexos pp. 282). No se observaron
huellas que pudiesen indicar que el ‘hoyo’ hubiese sido abierto intencionalmente. El
Daniela Rivera junto al pozo de ‘pala’, a su derecha el pozo de sondeo y frente al
pozo de pala el ‘hoyo’.
109
‘hoyo’ está compuesto por dos niveles, y solamente el material arqueológico se
observó en las paredes del primer nivel.
La recolección en el ‘hoyo’ se hizo utilizando niveles estratigráficos de 20 cm.
De esta manera se crearon 6 niveles de 20 cm y uno, del espacio restante, de 5 cm. El
‘hoyo’, en su primer nivel, tiene una profundidad máxima de 1,25 m., y su boca mide
1,13 m. de ancho por 1,45 m. de largo. En la
recolección se encontraron materiales
cerámicos, óseos y malacológicos.
A una distancia de 2 m del ‘hoyo’ se
excavó un pozo de sondeo de 1m2 (ver
anexos, pp. 276). La excavación se realizó
en niveles estratigráficos de 20 cm debido a
la presencia de muchas piedras que
entorpecían la labor. Además, se quiso
mantener la estratigrafía similar a la del
‘hoyo’ para poder realizar comparaciones
más coherentes. Durante los días de trabajo
en el sitio, el clima fue lluvioso y con mucha
neblina, por lo cual se construyo un techo para mantener la excavación seca y se tapó
la tierra extraída con un plástico para mantenerla igualmente seca. Esta era
simultáneamente tamizada con un cernidor con una abertura de malla de 1mm2.
El lente cerámico del hoyo: las líneas rojas y negras remarcan la cuerda con que se
marcaban los niveles de 20 cm.
110
Es importante destacar que en el pozo de sondeo no se encontraron cantidades
de material comparables con las recolectadas en el ‘hoyo’, y no existía una
estratigrafía claramente demarcada. La tierra, tanto en el pozo como en el ‘hoyo’ era
gris desde la superficie hasta la profundidad de 2 m. (ver anexos, pp. 279), siendo esta
la máxima profundidad que se observó en el ‘hoyo’. La excavación en el pozo de
sondeo alcanzó una profundidad máxima de 1m. Es posible que la tierra tuviera este
color debido a las grandes concentraciones de grafito que se encontraban en esta parte
del terreno. La mayor concentración de
material cerámico en el ‘hoyo’ se observó en
los niveles comprendidos entre 60-120 cm y
formaba un lente claramente visible. Este
lente media 68 cm de ancho por 56 cm de
alto. Al terminar la excavación del pozo de
sondeo se realizó un pozo de pala de 50 cm2
en una parte cercana al ‘hoyo’ para verificar
la extensión del lente en un plano horizontal.
En este pozo se encontró material
distribuido de forma similar que en el
‘hoyo’. Desde la esquina sur del pozo de
pala hasta la pared del ‘hoyo’, donde se encuentra el lente de material cerámico, hay
una distancia horizontal aproximada de un metro, así que se pudo determinar que el
lente tenía una extensión horizontal mayor de un metro.
Material cerámico en el lente de la pared del ‘hoyo’.
111
Una vez concluida la excavación, el material arqueológico recolectado en Los
Pueblos fue trasladado hasta la casa del Sr. Víctor Vásquez en el Pueblo de
Patanemo. En vista de que en la zona hay un solo burro, y este no estaba disponible
en ese momento, el material (50 Kg. Aprox.) fue transportado por los miembros del
equipo que participaron en la
excavación.
Durante la realización de
la excavación se planteó la
posibilidad de que el sitio que se
estaba excavando estaba
constituido por material arrastrado
por un deslave de tierra desde
alguna de las lomas cercanas. Las
razones para plantear esta
posibilidad se fundamentan en las observaciones sobre (1) las diferencias en cuanto a
las cantidades de material que se recolectó en el pozo y en el ‘hoyo’ (considerando
que la distancia entre ellos era de solo 2 m); (2) la yuxtaposición y fragmentación del
material en los estratos; y (3) la ubicación del sitio con respecto al área circundante.
Sin embargo, esta hipótesis no pudo ser comprobada en esta investigación debido que
para ello sería necesario un estudio geológico y/o geomorfológico. A pesar de esto,
está hipótesis ha sido tomada en cuenta puesto que las impresiones personales
estando en el sitio de excavación y al momento de procesar el material siguen
afirmando esta observación.
Jeyni González, colaboradora en las excavaciones de Los Pueblos, dentro del ‘hoyo’ sostiene un
apéndice zoomorfo.
112
Hay que señalar que en el sector de Los Pueblos es necesario continuar las
excavaciones. Si bien gran parte de esta zona es utilizada para la siembra, todavía
quedan sectores en los cuales la excavación sistemática arrojaría informaciones
relevantes para conocer las actividades que en el pasado prehispánico, colonial y
republicano se realizaban en este sector de la montaña.
Descripción del material arqueológico
Como ya se mencionó los puntos de recolección superficial y de excavación
que se mencionarán aquí son: (1) el pozo de sondeo, (2) el pozo de pala y (3) la
recolección en el ‘hoyo’ (incluyendo el material del primer nivel del ‘hoyo’). Primero
se describe el material no diagnóstico, y posteriormente se reseña el material
diagnóstico de manera detallada. Al final de la descripción del material cerámico en
cada punto de recolección superficial y excavación, se mencionarán los materiales
líticos, de concha, de hueso, así como coloniales y contemporáneos.
Descripción general del material cerámico
La muestra cerámica del sitio esta compuesta por 1997 tiestos, de los cuales
131 (6,55% en la unidad de muestreo) son decorados y/o poseen engobe rojo y 1866
(93,44% en la unidad de muestreo) no poseen decoración ni engobe. Los rasgos del
material cerámico recolectado en los puntos de excavación y recolección superficial
en Los Pueblos son homogéneos. Los fragmentos cerámicos son en su mayoría
ásperos y gruesos; no están alisados ni pulidos. El color predominante de la pasta es
rojizo (2.5YR/4/6) y castaño (7.5YR/5/6). El antiplástico varia entre arena, arena y
113
mica y cuarzo molido. La técnica de manufactura es de rodete, observándose las
huellas de esta técnica tanto en las fracturas de los tiestos como en algunos
fragmentos que no fueron bien alisados.
Descripción del material cerámico decorado
Del total de 1997 fragmentos de la muestra, 14 presentan decoraciones y 117
tienen engobe rojo. El material decorado y con engobe rojo (131 frag.) de Los
Pueblos representa el 2,35% del material diagnóstico de la Cuenca de Patanemo. Sólo
se encontró un fragmento cerámico con pintura, negra y roja sobre fondo crudo. Las
técnicas decorativas que se observan en el material recolectado son: punteado (lineal),
aplicación, incisión, impresión de canutillo, rodetes cabalgantes (sección interna),
impresión digital y aplicación de pequeñas bolitas de arcilla. En la tabla Nº 2 se
observa la distribución del material decorado en las diferentes unidades de
recolección. Además de los fragmentos decorados, se encontró un asa con un
mamelón aplicado (anexos: laminas 1 al 5, pp. 284-88). También se encontraron 6
tiestos de manufactura posterior de los cuales 5 son redondeados y 1 es romboidal. En
este trabajo se entiende por tiestos de ‘manufactura posterior’, aquellos fragmentos
cerámicos que fueron trabajados luego de su fractura, es decir, que al romperse la
vasija, se tomaron algunos tiestos y estos fueron trabajados intencionalmente. Estos
tiestos generalmente son redondeados, pero se encontraron variantes como los
romboidales, y en la unidad de muestreo de la Playa, se encontró uno en punta, pero
esta información será ampliada más adelante.
114
Tabla Nº 2 Descripción del material cerámico decorado
Los Pueblos
Técnica Decorativa Unidad de Recolección
General Específica Motivo Frag. Total
Pozo de pala / 0-20 Plástica Aplicación Bolita de arcilla Borde 1 Pozo de pala / 60-80 Pintada Rojo-negro/ crudo ---------- Panza 1 Pozo de sondeo / 0-20 Plástica Incisión Lineal Panza 1 Pozo de sondeo / 0-20 Plástica Impresión de
Canutillo ---------- Borde 1
Pozo de sondeo / 20-40 Plástica Aplicación, Apéndice Zoomorfo (?)
Apéndice 1
Incisión y Punteado Recolección pared / 40-60 Plástica Impresión Digital ---------- Borde 1 Recolección pared / 60-80 Plástica Incisión / Punteado Lineal y punteado Panza 1 Recolección pared / 60-80 Plástica Rodete Cabalgante
(int.) ---------- Borde 1
Recolección pared / 60-80 Plástica Aplicación, IncisiónImpresión de
3 Apéndices Zoomorfos
Borde 1
Canutillo 2 en Borde y 1 en Panza
Recolección pared / 80-100 Plástica Rodete Cabalgante (int.)
---------- Borde 1
Recolección pared / 100-120 Plástica Aplicación, punteado
Apéndice Zoomorfo Borde 2
Impresión de Canutillo
Recolección pared / 100-120 Plástica Impresión de Canutillo
Lineal Panza 1
Recolección pared / 1º nivel Plástica Aplicación, punteado
Apéndice Zoomorfo Borde 1
Impresión de Canutillo
Total 14
Formas de vasija y base2
Para la unidad de muestreo de Los Pueblos se reconstruyeron 14 formas de
vasija y 4 formas de base, a partir de los perfiles de los bordes y bases encontrados en
2 Para la definición de los nombres de las vasijas y las bases se utilizaron los trabajos de Mackowiak de Antczak (M. Ined.), Vargas (1979) y Arvelo (1979).
115
los puntos de excavación y recolección vertical. Muy pocos fragmentos de los bordes
incluían parte del cuerpo (panza), y ninguno estaba prolongado hasta la base. La
cantidad de fragmentos de borde que se utilizaron para las reconstrucciones de vasijas
es de 123, y para la reconstrucción de bases es de 14. En la tabla nº 3 y 4 se observan
los tipos de vasija y bases reconstruidos y las cantidades de fragmentos, así como el
porcentaje de los mismos dentro de la unidad de muestreo. De las 14 formas de vasija
y las 4 formas de base reconstruidas, se definieron 14 tipos y 4 tipos,
respectivamente. Estos tipos son independientes entre si, y fueron definidos a partir
de la similitud formal de los fragmentos de bordes y bases, sin tomar en cuenta las
diferencias en el tamaño del diámetro de la boca y la base o el tamaño de la vasija, es
decir, que solo se tomó como marcador del tipo la forma. De los tipos de vasija
definidos, algunos fueron subdivididos en sub-tipos, los cuales fueron definidos a
partir de los rasgos formales compartidos (Meggers y Evans 1969). Estos sub-tipos
son identificados con un número arábico luego de la letra del tipo. Por ejemplo, X1
indica que X es el tipo y 1 es el sub-tipo.
En el caso específico de la vasija tipo L (platos de cuerpo poco profundo), se
definieron tres sub-tipos (L1, L2, L3). Debido que los sub-tipos L2 y L3 están
conformados por muy pocos fragmentos, y la muestra mayor es del sub-tipo L1, se
decidió seguir la propuesta de Meggers y Evans (1969) que plantea que tanto en la
cuantitativa como en la descripción del tipo se pueden juntar los sub-tipos, para así
tener una muestra más representativa y coherente; el mismo procedimiento se aplicó
con los subtipos A1-A2 y F1-F2-F3. La diferenciación de estos sub-tipos se observará
116
en los dibujos, aunque cuando se explique el tipo L, A y F en las diferentes unidades
de muestreo se señalará en cual de ellas aparecieron los sub-tipos.
Descripción de las Tipos de Vasija
Tabla Nº 3 Presencia de los tipos de vasija
Los Pueblos
Cantidad Presencia Tipo de Vasija
de frag. en la unidad (%)
A1 14 11,38 B 16 13 C 7 5,69 D 10 8,13 E 1 0,81 F3 2 1,63 G 7 5,69 H 5 4,07 I 11 8,94 J 10 8,13 K 13 10,57
L1-L2 13 10,57 M 8 6,5 P 6 4,88
14 123 99,99
Tipo A1
Cantidad de la muestra: 14 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de cuerpo globular con boca ligeramente cerrada
Borde: Ligeramente entrante
117
Labio: Redondeado, plano, y en algunos casos engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Aplicación de bolita de arcilla (1 fragmento)
Tipo B
Cantidad de la muestra: 16 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de paredes rectas y boca abierta
Borde: Directo
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Impresión de canutillo (1 fragmento)
Tipo C
Cantidad de la muestra: 7 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de paredes rectas expandidas y boca abierta
Borde: Directo, levemente saliente
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo D
Cantidad de la muestra: 10 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de paredes rectas, boca abierta y borde curvo hacia afuera
Borde: Evertido
Labio: Redondeado, en ocasiones en punta
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe en sección interna del labio (2
fragmentos)
Tipo E
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
Forma de la vasija: Bol semi-globular de boca abierta y borde inclinado hacia afuera
Borde: Evertido
118
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo F3
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de cuerpo ovalado y boca ligeramente restringida
Borde: Entrante recto
Labio: Redondeado y engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo G
Cantidad de la muestra: 7 fragmentos
Forma de la vasija: Olla globular de boca restringida
Borde: Entrante
Labio: Ligeramente saliente y redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo H
Cantidad de la muestra: 5 fragmentos
Forma de la vasija: Olla semi-globular de boca ancha con cuello corto
Borde: Directo
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Rodete Cabalgante en sección interna del labio
(2 frag., uno de ellos con engobe rojo en ambas secciones), engobe rojo en sección
interna del labio (1 fragmento)
Tipo I
Cantidad de la muestra: 11 fragmentos
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde expandido
119
Borde: Curvo evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en sección interna del labio (1
fragmento)
Tipo J
Cantidad de la muestra: 10 fragmentos
Forma de la vasija: Olla Globular de cuello restringido y borde corto, que hace el
efecto de un pequeño cuello
Borde: Curvo evertido
Labio: Redondeado, en algunos casos ligeramente engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en sección interna del labio (2
fragmentos)
Tipo K
Cantidad de la muestra: 13 fragmentos
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde corto, el ángulo
de la inflexión es cerrado.
Borde: Evertido
Labio: Redondeado, biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Incisión justo en la inflexión (1 fragmento),
engobe rojo en sección interna del labio (3 fragmentos), engobe rojo en ambas
secciones del labio (1 fragmento)
Tipo L1-L2
Cantidad de la muestra: 13 fragmentos
Forma de la vasija: Plato semi-globular poco profundo
Borde: Directo saliente
Labio: Redondeado, biselado, y en menor proporción engrosado.
120
Decoraciones o presencia de engobe: Apéndices zoomorfos (3 fragmentos / incisión,
punteado, impresión de canutillo), pulido (1 fragmento), engobe rojo en sección
externa de la vasija (2 fragmentos), engobe rojo en ambas secciones de la vasija (2
fragmentos)
Tipo M
Cantidad de la muestra: 8 fragmentos
Forma de la vasija: Botella con posible cuerpo globular y cuello largo, estrecho y
vertical
Borde: Evertido
Labio: Redondeado, y en un solo caso engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo P
Cantidad de la muestra: 6 fragmentos
Forma de la vasija: Budare
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Descripción de los Tipos de Base
Tabla Nº 4 Presencia de los tipos de base
Los Pueblos
Aparición Tipo de Base Cantidad
en la unidad (%) A 5 35,71 B 3 21,43 C 3 21,43 D 3 21,43
4 14 100
121
Tipo A
Cantidad de la muestra: 5 fragmentos
Forma de la base: Redondeada
Observaciones: En algunos casos se observa que la base es más gruesa que las
paredes de la vasija. Hay 1 fragmento que muestra restos de engobe rojo en la sección
externa
Tipo B
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la base: Plana
Observaciones: El grosor de la base no es constante
Tipo C
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la base: Plana con engrosamiento en la cara externa.
Observaciones: El grosor de la base no es constante
Tipo D
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la base: Pedestal
Observaciones: La altura del pedestal varia según los casos
Descripción del material lítico
En la unidad de muestreo de Los Pueblos se encontró poco material lítico. La
muestra está compuesta por cuatro artefactos: 2 pesos de red de pesca de arenisca; 1
percutor o machacador de cuarzo lechoso y 1 pulidor o alisador de arenisca que pudo
ser utilizado para alisar vasijas.
122
Descripción del material zooarqueológico
En la unidad de muestreo de Los Pueblos se encontró un total de 855
fragmentos de huesos de animales. De estos fragmentos se pudieron identificar las
siguientes especies a nivel general. De mamíferos se identificaron restos óseos de
cachicamos y felinos. También se encontraron fragmentos de peces de los cuales fue
posible identificar restos de pez Loro y dientes de Tiburón.
Descripción del material malacológico3
En la unidad de muestreo de Los Pueblos se encontró un total de 49 fragmentos de
concha de moluscos marinos en los puntos de excavación y recolección superficial
(vertical). De estos fragmentos no se pudo identificar ninguna especie. También se
encontraron restos de un tipo de caracol de agua dulce (Gasterópodo) y un tipo de
coral, esta evidencia no pudo ser identificada.
Descripción del material colonial
En los puntos de excavación y recolección superficial trabajados en esta
unidad de muestreo solo se encontró material colonial en el pozo de pala. La muestra
esta compuesta por 3 clavos de metal muy oxidados que fueron encontrados en el
nivel 20-40 cm.
3 La descripción del material malacológico y zooarqueológico se realizó con la ayuda del Dr. Andrzej Antczak y el Ing. Agr. Andrej Sykora. Además de revisar las muestras con bibliografía especializada: Tucker Abbott (1974).
123
PRIMAVERA
El sitio y las excavaciones
Primavera es un sector aledaño al Pueblo de Patanemo. Anteriormente se le
llamaba el “Caserío de la Primavera” pero hoy en día, debido al crecimiento
demográfico Primavera es
considerado un sector del Valle
de Patanemo. En Primavera se
realizaron recolecciones
superficiales y un pozo de
sondeo de 2x1 m. Las
recolecciones se llevaron a
cabo en (1) el patio de la casa
del Sr. Nelson Paredes, (2) en
el río Patanemo, (3) al comienzo del camino que sale de Primavera hacia Vigirima, y
(4) en una pica que está al lado de la casa de Sr. Ernesto Mijares que se dirige hacia el
río Patanemo. Por último el pozo de sondeo se realizó en el patio de la casa del Sr.
Ernesto Mijares. En la casa del Sr. Paredes se recolectó cerámica indígena de unos
hoyos que se abrieron para sembrar plantas. En las recolecciones que se efectuaron en
el río se recolectó material cerámico indígena y colonial, aunque la muestra no es
abundante ni muy representativa. En el trecho del camino que va a Vigirima se
encontró material cerámico colonial y posiblemente prehispánico aflorado. Por
último, en la pica que va hacia el río Patanemo se recolectó principalmente material
cerámico, así como, algunas conchas y huesos. El material encontrado en esta pica
Sra. Guillermina de Vásquez, cordial colaboradora de esta investigación, en el frente de su casa en Primavera.
124
proviene de las paredes que están al lado de la misma; una de estás paredes es parte
del terreno del Sr. Ernesto, por lo cual es posible que este material provenga de
estratos equivalentes a los excavados en el patio del Sr. Ernesto.
La excavación se realizó en el patio
de la casa del Sr. Ernesto Mijares, quien
amablemente permitió que se realizara este
tipo de actividad. En este patio se realizó
una recolección superficial y luego se ubicó
el sitio a excavar (10º 25’ 03’’ N / 067º 54’
23’’ W). La excavación se llevó a cabo en el
extremo noreste de la casa (ver anexos, pp.
277). Se escogió este sitio debido a que
previamente se encontraron una gran
variedad de restos cerámicos diagnósticos,
en la pica que va hacia el río Patanemo y
que bordea la casa del Sr. Ernesto. Por
consiguiente, se decidió que sería conveniente excavar cerca de este punto de
recolección.
El pozo de 2x1 m. se excavó en niveles arbitrarios de 10 cm c/u. La tierra que
se extrajo del pozo se tamizó con un cernidor de 1mm2 de apertura de malla.
Igualmente, se tomaron fotografías de la excavación, se dibujaron los perfiles de la
misma (ver anexos, pp. 280) y se efectuó el levantamiento planimétrico del sitio. La
Pozo de sondeo en el patio del Sr. Ernesto Mijares. Detrás del pozo, entre la reja y el muro pasa la pica que va hacia el río.
125
excavación alcanzó una profundidad máxima de 90 cm, evidenciándose material
arqueológico (restos cerámicos, malacológicos y óseos) hasta los 80 cm. Es necesario
señalar que hasta los 30 cm de profundidad se encontraron restos materiales
coloniales (cerámica, fragmentos de metal y
vidrio, así como una posible bala de
mosquete).
Afortunadamente, el patio del Sr.
Ernesto es amplio y despejado de
construcciones contemporáneas, lo que es
muy favorable al momento de excavar,
puesto que el sitio no está removido ni
alterado por intrusiones. Esta misma
situación se repite en varias casas en
Primavera. En este sitio, así como se
constatará en la descripción del Pueblo de
Patanemo, el (o los) yacimiento(s)
arqueológico(s) se encuentran debajo de las casas, lo que implica que no se puede
realizar excavación alguna sin el consentimiento de los dueños de las casas.
Durante la excavación en Primavera no se percibieron indicios de que los
estratos estuvieran mezclados o alterados. La estratigrafía estaba muy bien
demarcada, similar al corte en el camino que va hacia el río. En esta excavación se
encontraron una gran cantidad de restos de conchas y huesos de animales. También se
observó gran concentración de piedras de río de diferentes tamaños, aunque la
Primavera. Pared de la pica que va hacia el río Patanemo, de donde cae el material.
Nótese lo bien definido que están los estratos culturales
126
cantidad de artefactos líticos no es muy alta. Esta unidad de muestreo fue la única
donde se encontraron cuentas de collar y pendientes. En los primeros 30 cm se
observó presencia de cultura material colonial, representada por fragmentos de metal,
clavos, una bala y algunos fragmentos de vidrio muy pequeños y delgados. Se
tomaron muestras de materia carbonizada,
aunque no fue posible enviarlas para realizar
fechados de C14.
Primavera puede ser un sector de
Patanemo muy importante para realizar en el
futuro investigaciones más amplias;
afortunadamente existen hoy en día patios
donde se pueden llevar a cabo excavaciones
extensivas. Por supuesto, tanto aquí como en
todo la Cuenca de Patanemo, existen vecinos
que buscan las piezas arqueológicas para
comerciarlas, y otros sencillamente las
encuentran al hacer alteraciones en sus patios y casas, y las venden o regalan. Este
tipo de conducta desinteresada por el pasado prehispánico es una de las más grandes
amenazas que asechan a los científicos que buscan conocer el pasado prehispánico de
esta área. Precisamente es con las investigaciones sistemáticas y con la posterior
socialización del pasado que se espera cambiar este tipo de conductas.
Pozo de sondeo. Nivel 20-30 y parte del 30-40.
127
Descripción del material arqueológico
Los materiales que se utilizarán para los análisis arqueológicos en Primavera
provienen de (1) la recolección superficial de la pica que va hacia el río Patanemo y
(2) de la recolección superficial en el patio de la casa del Sr. Ernesto, así como, del
pozo de sondeo de 2x1 m. Igual que en la unidad de muestreo anterior, primero se
describe el material no diagnóstico, y posteriormente, se reseña el material
diagnóstico. Posterior a la descripción del material cerámico en cada punto de
recolección y excavación, se mencionarán las formas de las vasijas y las bases, y por
último, los materiales líticos, de concha, hueso, coloniales y contemporáneos.
Descripción general del material cerámico
La muestra cerámica de la unidad esta compuesta por 2500 tiestos, de los
cuales 224 (8,96% en la unidad de muestreo) son decorados y/o poseen engobe rojo,
y 2276 (91,04% en la unidad de muestreo) no poseen decoración o engobe. La
muestra cerámica recolectada en los puntos de excavación y recolección superficial
en Primavera es bastante homogénea. Los fragmentos cerámicos son en su mayoría
ásperos y gruesos; no están alisados ni pulidos. El color predominante de la pasta es
rojizo (2.5YR/4/6) y castaño (7.5YR/5/6), aunque se encontraron algunos tiestos
delgados y negruscos. El antiplástico varia entre arena, arena y mica y cuarzo molido.
La técnica de manufactura de la alfarería es el rodete, esto se observa tanto en las
fracturas de los tiestos como en algunos fragmentos que no fueron bien alisados.
128
Descripción del material cerámico decorado
La muestra de cerámica diagnóstica de Primavera es de 224 fragmentos, de
los cuales, 50 fragmentos presentan decoraciones y 174 poseen restos de engobe rojo,
sin excluir que los materiales decorados también posean engobe rojo. El material
decorado de Primavera representa el 4,02% del material diagnóstico de la Cuenca de
Patanemo. Tanto en el pozo de sondeo como en las recolecciones de superficie no se
encontró cerámica pintada, siendo la técnica general de las decoraciones plástica. Las
técnicas específicas que se observan en el material decorado son: aplicación
(mamelón, apéndices), incisión, punteado, perforado, impresión de canutillo, rodetes
cabalgantes en sección externa (en algunos casos con impresión digital). Los motivos
de las decoraciones varían, aunque se observa un mismo patrón, las incisiones
generalmente están dispuestas en formas lineal. El punteado se observa generalmente
en las cadenetas aplicadas a la inflexión con doble o triple línea. No fue posible
identificar todos los motivos decorativos, aunque se observan tocados de figurina en
bordes de platos, las aplicaciones mamelonares con incisión (muy común en los
estilos costaneros), cabezas zoomorfas, las aplicaciones en forma de “panal de
abejas”, ojos “grano de café”, así como las ya mencionadas cadenetas aplicadas a la
inflexión con doble o triple línea punteada. En la tabla nº 5 se presenta la descripción
de los materiales cerámicos decorados y su frecuencia en los puntos de recolección
superficial y excavación.
Además de los fragmentos cerámicos decorados, se encontraron en el pozo y
en la recolección superficial del camino hacia el río 12 tiestos de manufactura
posterior de los cuales 8 son redondeados y 4 son romboidales. Por otra parte,
129
también se encontraron en la pica que va hacia el río un asa ovalada y una tritubular;
así como, un fragmento de figurina, un fragmento de base anular y una pata. Tanto el
fragmento de base anular como la pata no fueron incluidos dentro de la clasificación
de las formas de base debido a que ambas piezas están relacionadas con el estilo
Quibor (?) y Tierra de los Indios (?) respectivamente. También la pasta de estas
piezas es diferente al resto de la cerámica de la unidad de muestreo. Por otra parte, en
el pozo de sondeo se ubicaron 3 asas tubulares, un asa semi-ovalada, una pata de
vasija y un fragmento de figurina. Por último, en la pica que va hacia el río Patanemo
se encontraron tres apéndices (2 zoomorfos y 1 posiblemente zoomorfo) los cuales
están relacionados estilísticamente con la serie Barrancoide Central Tardío;
lamentablemente estos apéndices fueron encontrados en recolección superficial por lo
cual no es posible asignarlos a ninguno de los estratos excavados. También en este
misma pica fue encontrada una pipa de barro, la cual se asemeja en forma, más no en
decoración, con una pipa Barrancoides reseñadas por Rouse y Cruxent (1961), y
también con una pipa del estilo El Morro (área de Carúpano) de Cruxent y Rouse
(1982 [1958-59]). Se encontraron también en la recolección superficial dos
microvasijas de barro (ver anexos: laminas 6 al 21, pp. 289-98).
130
TTaabbllaa NNºº 55 Descripción del material cerámico decorado
Primavera
Técnica Decorativa Unidad de Recolección General Específica
Motivo Frag. Total
Camino hacia el río / Superficial Plástica Rodetes Cabalgante (ext)
---------- Borde, Panza 8
Impresión Digital (?) Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación Abstracto Borde 1 Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión Tocado de Figurina Borde 1 Punteado Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión "Pan Francés" Borde, Panza 4 Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión Pata de Cunaguaro
(?) ? 1
Perforado (Barrancoide?) Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión Cabeza Zoomorfa Borde? 2 Perforado (Barrancoide?) Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Exición Cabeza Zoomorfa Panza 1 Camino hacia el río / Superficial Plástica Punteado Lineal Borde 1 Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, punteado Cadeneta con doble Inflexión 5 línea punteada Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Modelado "Panal de Abeja" ? 1 Inciso, Perforado Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación Mamelón Panza 1 Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación Abstracto ? 1 Pozo # 1 / 10-20 Plástica Punteado, Impresión ---------- Borde 1 de Canutillo Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicación, punteado Cadeneta con triple Inflexión 1 línea punteada Pozo # 1 / 10-20 Plástica Rodete Cabalgante (ext) ---------- Borde 1 Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicación (A-1) ---------- Pozo # 1 / 20-30 Plástica Aplicación, punteado ---------- Panza 1 Pozo # 1 / 20-30 Plástica Aplicado-Inciso "Pan Francés" Panza 1 Pozo # 1 / 20-30 Plástica Punteado Lineal Borde 1 Pozo # 1 / 20-30 Plástica Aplicado-Inciso Ojo grano de café Borde 1 Pozo # 1 / 30-40 Plástica Punteado Cadeneta con doble ? 1 línea punteada Pozo # 1 / 30-40 Plástica Incisión y Punteado ---------- Apéndice 1 Pozo # 1 / 30-40 Plástica Incisión y Punteado ---------- Panza 1
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Aplicación mamelonar xxx Borde 1
131
Cont.. Técnica Decorativa
Unidad de Recolección General Específica
Motivo Frag. Total
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Rodete Cabalgante (con ---------- Panza 1
marcas digitales)
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Impresión Digital ---------- Borde 1
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Rodete Cabalgante (con ---------- Borde 1
impresión digital)
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Incisión Líneas Borde 1
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Aplicación, Incisión Cabeza Zoomorfa Borde 1
Pozo # 1 / 40-50 Plástica Aplicado ---------- Apéndice 1
Pozo # 1 / 50-60 Plástica Incisión Lineal Borde 1
Pozo # 1 / 50-60 Plástica Incisión Lineal Panza 1
Pozo # 1 / 50-60 Plástica Impresiones ---------- Panza 1
Pozo # 1 / 50-60 Plástica Incisión Líneas curvas Panza 1
Pozo # 1 / 50-60 Plástica Rodete Cabalgante (ext) xxx Borde 1
Total 49
Formas de vasija y base
Para la unidad de muestreo Primavera se reconstruyeron 15 formas de vasija y
2 formas de base, a partir de los perfiles de los bordes y bases encontrados en los
puntos de excavación y recolección superficial. Muy pocos fragmentos de los bordes
incluían parte del cuerpo, y solo uno estaba asociado con la base. El total de
fragmentos de borde que se utilizaron para las reconstrucciones de vasijas es de 126,
y para la reconstrucción de bases es de 29. Así como se explicó en la unidad de Los
Pueblos, de las 14 formas de vasija y las 3 formas de base reconstruidas, se definieron
132
15 tipos y 2 tipos, respectivamente. Algunos de los tipos reconstruidos para
Primavera se repiten en Los Pueblos.
En las tabla nº 6 y 7 se observan los tipos de vasija y base reconstruidos y las
cantidades de fragmentos, así como el porcentaje de los mismos dentro de la unidad
de muestreo. Los parámetros de reconstrucción de las formas de Primavera son los
mismos que fueron utilizados para el material de Los Pueblos.
Descripción de los Tipos de Vasija
Tabla Nº 6 Presencia de los tipos de vasija
Primavera
Cantidad Presencia Tipo de Vasija
de frag. en la unidad (%)
A2 3 2,06 B 59 40,42 C 7 4,79 E 2 1,37 F1 11 7,53 G 6 4,11 I 2 1,38 J 1 0,68 K 1 0,68 L 32 21,93 M 1 0,68 N 1 0,68 Ñ 7 4,79 O 6 4,11 P 7 4,79
15 146 100
133
Tipo A2
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de cuerpo globular con boca ligeramente cerrada
Borde: Ligeramente entrante
Labio: Saliente
Decoraciones o presencia de engobe: Aplicación (en gota?) y engobe rojo en ambas
secciones (1 fragmento); incisión horizontal en el borde (1 fragmento)
Tipo B
Cantidad de la muestra: 59 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de paredes rectas y boca abierta
Borde: Directo
Labio: Redondeado, plano.
Decoraciones o presencia de engobe: Aplicación mamelonar en el labio (1
fragmento); engobe rojo en sección externa (3 fragmentos); engobe rojo en ambas
secciones (3 fragmentos)
Observaciones: Hay 6 fragmentos que presentan golpes de fuego
Tipo C
Cantidad de la muestra: 7 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de paredes rectas expandidas y boca abierta
Borde: Directo, levemente saliente
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Rodete Cabalgante en sección externa (1
fragmento), apéndice zoomorfo con asa ovalada (1 fragmento)
Tipo E
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de boca abierta y borde inclinado hacia afuera
134
Borde: Evertido
Labio: Redondeado, biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo F1
Cantidad de la muestra: 11 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de cuerpo globular y boca restringida
Borde: Entrante
Labio: Redondeado, biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Impresión digital en sección externa (1
fragmento)
Tipo G
Cantidad de la muestra: 6 fragmentos
Forma de la vasija: Olla globular de boca restringida
Borde: Entrante
Labio: Ligeramente saliente, redondeado y plano
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en sección externa (2 fragmentos),
engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento)
Tipo I
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde expandido
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo J
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
135
Forma de la vasija: Olla Globular de cuello restringido y borde corto, que hace el
efecto de un pequeño cuello
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo K
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde corto, el ángulo
de la inflexión es cerrado
Borde: Evertido
Labio: Redondeado y engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo L (L1, L2, L3)
Cantidad de la muestra: 32 fragmentos
Forma de la vasija: Plato semi-globular poco profundo
Borde: Directo saliente
Labio: Redondeado, plano, biselado, y en ocasiones engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: L1: engobe rojo en ambas secciones (3
fragmentos) y engobe rojo en sección interna (2 fragmentos); L2: engobe rojo en
ambas secciones (1 fragmento); L3: Ninguna
Tipo M
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
Forma de la vasija: Botella con posible cuerpo globular y cuello largo, estrecho y
vertical
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
136
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo N
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
Forma de la vasija: Micro-botella con posible cuerpo globular y cuello corto, estrecho
y vertical
Borde: Directo
Labio: Biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Aplicación de ojo “grano de café”
Tipo Ñ
Cantidad de la muestra: 7 fragmentos
Forma de la vasija: Olla globular con cuello ligeramente restringido
Borde: Entrante
Labio: Ligeramente saliente y redondeado o biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Punteado lineal (1 fragmento)
Tipo O
Cantidad de la muestra: 6 fragmentos
Forma de la vasija: Olla globular de cuello restringido
Borde: Directo
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Rodete cabalgante con impresión digital en
sección externa (1 fragmento)
Tipo P
Cantidad de la muestra: 7 fragmentos
Forma de la base: Budare
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
137
Descripción de los Tipos de Bases
TTaabbllaa NNºº 77 PPrreesseenncciiaa ddee llooss ttiippooss ddee bbaassee
PPrriimmaavveerraa
Aparición Tipo de Base Cantidad
en la unidad (%) B 14 63,64 C 8 36,36 2 22 100
Tipo B
Cantidad de la muestra: 13 fragmentos y 1 completa
Forma de la base: Plana
Observaciones: El grosor de la base no es constante
Tipo C
Cantidad de la muestra: 8 fragmentos
Forma de la base: Plana con engrosamiento en la cara externa.
Observaciones: El grosor de la base no es constante. Se observan golpes de fuego en
la sección externa (1 fragmento), golpes de fuego en la sección interna (2 fragmentos)
Descripción del material lítico
En la unidad de muestreo Primavera se encontraron 19 artefactos líticos: 11
pulidores o alisadores (¿de cerámica?), 4 manos de moler, 2 lascas, 1 microhacha y/o
pulidor, 1 peso de red de pesca o artefacto de funcionalidad desconocida. También se
138
encontraron dos cuentas de collar, una de serpentinita o jadeita y otra de cuarzo
lechoso, y un pendiente en forma de “lágrima” de cuarzo lechoso.
Descripción del material zooarqueológico
En la unidad de muestreo Primavera se encontraron 1880 fragmentos de
huesos de animales. De estos fragmentos se pudieron identificar las siguientes
especies a nivel general. De mamíferos se pudo identificar restos de Cachicamo,
Venado caramerudo (así como otros restos de Venados no identificados), Baquiro
pequeño, Ratón o Roedor, Picure, Lapa, Mono (?), Rabipelado, Cunaguaro y restos
de Felinos no identificados. De peces se encontraron fragmentos de pez Loro, Pargo,
Mero y otros fragmentos de peces no identificados. Se encontraron restos de huesos
de aves aunque no fue posible identificar ninguno. También se encontraron en esta
unidad de muestreo restos óseos de reptiles entre los que se pudo identificar Lagartija,
Iguana, Lagarto y Cotejo. Por último, se observó la presencia de restos de
invertebrados representados en tenazas de Cangrejo.
Además de los restos óseos de animales, en el punto de excavación en
Primavera se encontraron algunos fragmentos de huesos humanos (1 falange, 1
falangeta, y otros no identificados) y 5 dientes.
Descripción del material malacológico
En la unidad de muestreo Primavera se encontró un total de 756 fragmentos
de concha de moluscos marinos. De estos fragmentos se pudieron identificar las
139
siguientes especies: Amphineura (Cucaracha de Mar; Blainville 1816)4, sin nombre
científico identificado (Mejillón), Isognomon sp. (Ostra; Lightfood 1786), Codakia
orbicularis (Codakia; Linné 1758), Melongena melongena (Melongena; Linné 1758),
Citarium pica (Quigua; Linné 1758), Fisurela sp. (s.n.c.5; Bruguiére 1789), Pomasea
sp. (s.n.c.), Strombus gigas (Botuto o Guarura; Linné 1758). Por otro lado, se
encontró en esta unidad de muestreo dos tipos diferentes de caracoles de agua dulce
(Gasterópodos) y dos tipos diferentes de corales, estos resto no pudieron ser
identificados.
Además se recuperaron un pendiente tubular semi-circular, una cuenta de
collar y un fragmento de concha de botuto (Strombus gigas) que se asemeja a una
gubia, así como una microhacha de coral.
Descripción del material colonial y contemporáneo
En el pozo de sondeo realizado en Primavera se encontró material colonial
hasta el nivel 20-30 cm y material contemporáneo hasta el nivel 10-20 cm. El
material colonial encontrado consiste en varios fragmentos de cerámica, fragmentos
de metal (3 clavos oxidados y 1 bala redonda) y fragmentos de vidrio muy pequeños.
El material contemporáneo está compuesto por pequeños fragmentos de plástico. Hay
que destacar que en los niveles donde aparecieron estas evidencias se encontró
también cerámica indígena.
4 El nombre científico se coloca en cursiva y el nombre común entre paréntesis. 5 Quiere decir: sin nombre común
140
PUEBLO DE PATANEMO
El sitio y las excavaciones
La primera excavación arqueológica sistemática que se realizó en la Cuenca
de Patanemo en el marco de este trabajo de grado, se llevo a cabo en el Pueblo de
Patanemo. El sitio seleccionado
fue el patio de la Casa de la
Familia Vázquez (10º 25’ 58’’
N / 067º 54’ 52’’ W). El Sr.
Víctor Vásquez, señaló que en
una oportunidad excavando un
hoyo para construir unas
columnas encontró fragmentos
de cerámica roja y pulida. Debido a esto se le solicitó el permiso para realizar
excavaciones sistemáticas en su patio.
En este patio se realizó un pozo de pala de 30x30 cm y dos pozos de sondeo
de 1m2 durante tres salidas de campo entre el 2002 y 2003 (ver anexos, pp. 278) La
selección de los sitios para realizar los pozos se llevó a cado a partir de las
informaciones aportadas por la familia Vásquez referentes a los sectores del patio que
están intervenidos por construcciones y/o alteraciones hechas por ellos (pozo séptico,
basurero de conchas marinas). En el levantamiento planimétrico del punto de
excavación, se observa la ubicación del pozo de pala, los pozos de sondeo y las
alteraciones recientes.
El Sr. Víctor Vásquez y la Sra. Noria de Vásquez observando los materiales excavados en su patio.
141
Tanto el pozo de pala como los de sondeo se realizaron en niveles arbitrarios
de 10 cm c/u, con la finalidad de observar mejor los posibles cambios en el registro
arqueológico. La tierra de las excavaciones se tamizo con un cernidor de 1mm2 de
apertura de malla, y se realizó el registro
gráfico y fotográfico de las excavaciones. En
el pozo de pala y en el pozo de sondeo #1 se
alcanzó una profundidad máxima del estrato
cultural de 30 cm, aunque la excavación
prosiguió hasta los 50 cm de profundidad.
En el pozo de sondeo #2 se observó la
presencia de material hasta los 40 cm de
profundidad; sin embargo, en una pequeña
sección de este pozo (esquina sur, ver
perfiles de excavación) se encontró una
mancha negrusca de aproximadamente 30 x
30 cm (la posible huella de un poste o un
árbol quemado).Desde 50 cm hasta 1,30 m (ver anexos, pp. 278) solo se observó
presencia de material arqueológico dentro de esta mancha, en el resto del pozo la
tierra era amarilla, arcillosa y estéril bajo aspectos arqueológicos. Esta singularidad
en la estratigrafía hace pensar en la posibilidad de que los estratos del sitio estén
alterados.
En los niveles 20-30 y 30-40 cm aparecieron algunos huesos humanos, los
cuales estaban enterrados de manera desordenada. Estos huesos no estaban asociados
Luramys Díaz excavando los huesos humanos en el pozo de sondeo # 2
142
de una manera reconocible con otros restos materiales. Es necesario señalar, que en
los niveles donde aparecieron los restos óseos se encontró evidencia de material
colonial, representada por fragmentos de metal y un fragmento de cerámica. En base
a las evidencias suponemos que
los restos humanos encontrados
en el pozo de sondeo #2 no sean
prehispánicos sino coloniales o,
inclusive, posteriores a la época
colonial. Esta hipótesis se puede
reforzar con la evidencia de los
restos coloniales encontrados
en el pozo en los mismos
niveles donde se encontraron los huesos. Además, en la “mancha negra”, se encontró
un fragmento de metal a 70 cm de profundidad. Por lo arriba descrito, se decidió
considerar este pozo como una unidad altamente aberrada, sin estratigrafía ni
contextos prehispánicos originales.
En el sitio la tierra es amarilla y arcillosa, con una textura un tanto arenosa. En
los estratos con presencia de material arqueológico, la tierra es oscura y arenosa,
aunque tanto en el pozo de pala como en los de sondeo se observaron pequeñas
bolitas de tierra amarilla y arenosa dispersas entre los estratos de tierra oscura. La
estratigrafía del sitio es bastante homogénea y bien delimitada (ver anexos, pp. 281)
en cuanto a las capas naturales y culturales se refiere.
Pozo de sondeo # 2 - Nivel 70-80 cm. El pequeño cuadrado excavado es donde apareció la
“mancha negrusca”
143
Además de las excavaciones en el patio de la familia Vásquez, se realizaron
varios pozos de pala en el patio de una casa cercana a esta; el Sr. José Antonio
Blanco-Uribe Ortiz propuso que se realizara un sondeo en su patio para verificar la
presencia de material arqueológico. Se hicieron 14 pozos de pala en total, y se
encontró poca presencia de material arqueológico, encontrándose únicamente 20
tiestos muy pequeños, algunos
de ellos con engobe rojo en la
superficie. Este material no se
discutirá en este trabajo dado el
reducido tamaño de la muestra
y el carácter aleatorio de su
ubicación. Por otra parte,
también se realizaron otros
pozos de pala en los patios de
algunos vecinos del pueblo donde no se encontró material arqueológico alguno.
Otra área prospectada en el Pueblo de Patanemo fue la quebrada Santa Rita.
Esta quebrada se recorrió a pie en diversas oportunidades en búsqueda de material
arqueológico. En un trecho de la quebrada se hallaron algunos fragmentos de
cerámica prehispánica con características de las series Valencioide y Barrancoide. Se
presume que este material debe haber sido (o esta siendo) arrastrado desde un sitio
arqueológico que se encuentra en el valle y no en la montaña. Esta suposición esta
basada en que la quebrada está llena de grandes piedras en el tramo que baja de la
El Sr. Víctor Vásquez y su hijo Víctor “el negrito” buscando material arqueológico en la Qda. Santa Rita. Valle de Patanemo.
144
montaña, y si fuera material arrastrado desde arriba, las piezas arqueológicas se
fragmentarían y sería imposible encontrar piezas completas, tal y como las
encontraron los vecinos del Pueblo de Patanemo en años anteriores. Según los
vecinos de la zona, en la parte de la quebrada que recorre el valle se han encontrado
piezas semi-completas y completas (pipas, figurinas, cabezas zoomorfas y
antropomorfas principalmente). Lamentablemente, el sitio de origen del material
recolectado no ha podido ser localizado, por lo que el material no va a ser discutido
en detalle en este trabajo.
Es necesario señalar que el yacimiento ubicado debajo del Pueblo de
Patanemo, esta altamente alterado y en buena parte perdido, debido a la construcción
de las casas de familias que allí habitan y las alteraciones que durante muchos años se
han hecho en el pueblo. Sin embargo, existe la posibilidad de realizar reducidas
excavaciones en algunos patios de vecinos, así como, continuar las excavaciones en
el patio de la familia Vásquez y, de esta manera, recolectar una mayor cantidad de
información.
Descripción del material arqueológico
Para la unidad de muestreo Pueblo de Patanemo se describirán los puntos de
excavación realizados en el patio de la Casa de la Familia Vásquez, los cuales son:
(1) el pozo de pala de 30x30 cm, (2) el pozo de sondeo # 1 y (3) el pozo de sondeo #
2 de 1 m2 c/u. Este último pozo como se mencionó anteriormente solo de manera
descriptiva, debido a que los estratos del mismo están seriamente alterados. Al igual
que en las unidades anteriores, primero se describe el material no diagnóstico, luego
145
el material diagnóstico, los tipos de vasijas y bases, y por último, se procede a la
descripción de los materiales líticos, de concha, hueso y contemporáneos.
Descripción general del material cerámico
En las unidades de excavación realizadas en el Pueblo de Patanemo se
encontró poco material cerámico. La muestra del sitio, sumados todos los pozos,
consiste de 853 fragmentos cerámicos, de los cuales 203 son decorados y/o poseen
engobe rojo (23,08% en la unidad de muestreo), mientras que 650 no poseen
decoración ni engobe (76,2% en la unidad de muestreo). La muestra cerámica
recolectada en los puntos de excavación en Pueblo de Patanemo es bastante
homogénea bajo el aspecto arqueológico. Los fragmentos cerámicos que no poseen
engobe rojo son en su mayoría ásperos y relativamente delgados; no están alisados ni
pulidos. El color predominante de la pasta es rojizo (2.5YR/4/6) y castaño
(7.5YR/5/6). El antiplástico varía entre arena, arena y mica y cuarzo molido. La
técnica de manufactura de la alfarería es el rodete.
Descripción del material cerámico decorado
La muestra cerámica de esta unidad es de 853 fragmentos, de todos
estos, 32 poseen decoraciones y 171 presentan restos de engobe rojo. El material
decorado y/o con engobe rojo (203 frag.) del Pueblo de Patanemo representa el 3,63%
del material diagnóstico de la Cuenca de Patanemo. Se observa la decoración plástica.
Aunque la mayor cantidad de material decorado es pintado con líneas de engobe rojo,
no se observa pintura como tal. Las técnicas decorativas que se observan en el
146
material recolectado son: aplicación, incisión, punteado y líneas de engobe pintadas.
En la tabla Nº 8 se observa la distribución del material decorado en las diferentes
unidades de recolección. Además de los fragmentos decorados, se encontraron 2
tiestos de manufactura posterior, ambos redondeados. También se encontró un
fragmento de figurina (ver anexos: laminas 23 al 27, pp. 299-301).
Tabla Nº 8 Descripción del material cerámico decorado
Pueblo de Patanemo
Técnica Decorativa Unidad de Recolección General Específica
Motivo Frag. Total
Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicado, Inciso, Rostro de Vasija Panza 1
Punteado Antropomorfa
Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicado, Inciso, Cara Antropomorfa Panza 1
Punteado
Pozo # 1 / 10-20 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 6
Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicación, Incisión "Pan francés" Panza 1
Pozo # 1 / 20-30 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 1
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Aplicación Mamelón Borde 1
Pozo # 2 / 10-20 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 6
Pozo # 2 / 10-20 Plástica Aplicación, Incisión "Pan francés" Panza 1
Pozo # 2 / 20-30 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 9
Pozo # 2 / 30-40 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 3
Pozo # 2 / 30-40 Plástica Aplicación, Incisión Ojo "grano de café" Panza 1
Pozo # 2 / 40-50 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 1
Total 32
147
Formas de Vasija y Base
Para la unidad de muestreo Pueblo de Patanemo se reconstruyeron 10 formas
de vasija y 2 formas de base, a partir de los perfiles de los bordes y bases encontrados
en los puntos de excavación. Muy pocos fragmentos de bordes incluían parte del
cuerpo, y ninguno estaba prolongado hasta la base. El total de fragmentos de borde
que se utilizaron para las reconstrucciones de vasijas es de 34, y para la
reconstrucción de bases es de 4 fragmentos. Así como se explicó en la descripción de
las unidades anteriores, de las 10 formas de vasija y 2 formas de base reconstruidas,
se definieron 10 tipos y 2 tipos, respectivamente. Algunos de los tipos reconstruidos
para Pueblo de Patanemo se repiten en Los Pueblos y Primavera. En las tablas nº 9 y
10 se observan los tipos de vasija y bases reconstruidos y las cantidades de
fragmentos, así como el porcentaje de los mismos dentro de la unidad de muestreo.
Los parámetros de reconstrucción de las formas de Pueblo de Patanemo son los
mismos que para las unidades anteriores.
148
Descripción de las Tipos de Vasija
Tabla Nº 9 Presencia de los tipos de vasija
Pueblo de Patanemo
Aparición Tipo de Vasija Cantidad
en la unidad (%)
A1-A2 9 23,69 B 12 31,58 C 2 5,26 E 2 5,26 I 2 5,26 J 1 2,62
L1 3 7,9 M 3 7,9 Ñ 4 10,53 10 38 100
Tipo A1-A2
Cantidad de la muestra: 9 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de cuerpo globular con boca ligeramente cerrada
Borde: Ligeramente entrante
Labio: Redondeado, plano y en ocasiones engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Rodete cabalgante y mamelón aplicado sobre el
rodete (1 fragmento), engobe rojo en sección externa (3 fragmentos)
Tipo B
Cantidad de la muestra: 12 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de paredes rectas y boca abierta
Borde: Directo
149
Labio: Redondeado y/o en ocasiones engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (4
fragmentos), engobe rojo en sección interna (3 fragmentos)
Tipo C
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de paredes rectas expandidas y boca abierta
Borde: Directo, levemente saliente
Labio: Redondeado, biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
Tipo E
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de boca abierta y borde inclinado hacia afuera
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en el labio interno (1 fragmento)
Tipo I
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde expandido
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en labio de sección interna (2
fragmentos)
Tipo J
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
150
Forma de la vasija: Olla Globular de cuello restringido y borde corto, que hace el
efecto de un pequeño cuello
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en sección interna (1 fragmento)
Tipo L1
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la vasija: Plato semi-globular poco profundo
Borde: Directo saliente
Labio: Redondeado, plano
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (2
fragmentos), engobe rojo en sección interna (1 fragmento)
Tipo M
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la vasija: Botella con posible cuerpo globular y cuello largo, estrecho y
vertical
Borde: Evertido
Labio: Redondeado y en un solo caso engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en labio de sección interna
Tipo N
Cantidad de la muestra: 4 fragmentos
Forma de la vasija: Olla globular con cuello ligeramente restringido
Borde: Entrante
Labio: Ligeramente saliente y redondeado o biselado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento),
engobe rojo en sección interna (1 fragmento)
151
Descripción de los Tipos de Base
Tabla Nº 10 Presencia de los tipos de base
Pueblo de Patanemo
Presencia Tipo de Base Cantidad
en la unidad (%)
A 2 50
B 2 50
2 4 100
Tipo A
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la base: Redondeada
Observaciones: El grosor de la base no es constante
Tipo B
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la base: Plana
Observaciones: El grosor de la base es constante
152
Descripción del material lítico
En la unidad de muestreo Pueblo de Patanemo se encontró solo 1 artefacto
lítico, este consiste en un percutor o machacador de cuarzo lechoso.
Descripción del material zooarqueológico
En la unidad de muestreo Pueblo de Patanemo se encontró un total de 425
fragmentos de huesos de animales. De estos restos se pudieron identificar los
siguientes animales de forma general. De mamíferos se logro identificar restos de
Cachicamo, Picure y Venado. De peces se pudieron identificar restos de pez Loro,
Jurel y Tiburón. En cuanto a los reptiles fue posible identificar restos de Lagartijos
pequeños e Iguanas. Por último se identificaron restos de invertebrados como tenazas
de Cangrejo.
Entre los fragmentos de hueso destaca un colgante manufacturado en una
mandíbula de pez loro. Así como dos cuentas de collar tubulares de hueso de pájaro.
Además de los huesos de animales, en el pozo de sondeo #2, se encontraron
218 fragmentos de huesos humanos. El análisis de estos huesos no fue incluido dentro
de este trabajo debido a que los estratos del pozo de sondeo están mezclados. Se
consideró que era muy complicado incluir estos huesos dentro de los análisis del
material prehispánico o colonial puesto que no se ha definido aún a que período
temporal pertenecen. Sin embargo, el anexo nº 1 (pp. 250) está dedicado a la
descripción de estos restos humanos excavados.
153
Descripción del material malacológico
El material malacológico recolectado en esta unidad de muestreo consiste en
224 fragmentos de concha de moluscos marinos. De estos fragmentos se pudieron
identificar las siguientes especies: Strombus gigas (Botuto o Guarura; Linné 1758),
Isognomon sp. (Ostra; Lightfood 1786), Codakia Orbicularis (Codakia; Linné 1758),
Melongena melongena (Melongena; Linné 1758), Anphineura (Cucaracha de mar;
Blainville 1816), Púrpura patula (s.n.c.; Linné 1758), Citarium pica (Quigua; Linné
1758), sin identificar nombre científico (Mejillón), Pomasea sp. (s.n.c.; ?). Por otra
parte, se encontraron restos de un tipo de caracol de agua dulce (Gasterópodo) y dos
tipos diferentes de corales, lamentablemente estos restos no pudieron ser
identificados.
Descripción del material colonial y contemporáneo
En los puntos de excavación en el Pueblo de Patanemo se recolectaron
diferentes cantidades de material colonial y contemporáneo. En el pozo de pala no se
encontró ninguna evidencia arqueológica aparte de la cerámica indígena. En el pozo
de sondeo # 1 se encontraron cinco fragmentos de metal muy oxidado, tres
fragmentos de vidrio y un fragmento de porcelana (nivel 0-10 cm), todos
posiblemente coloniales y no contemporáneos. En el pozo de sondeo # 2, se encontró
una notoria cantidad de material colonial y contemporáneo. En el nivel 0-10 cm de
este pozo de sondeo se observan tanto materiales relacionados con la época colonial
(metal, porcelana) como materiales contemporáneos (aluminio, argamasa, chapas de
154
refresco, clavos, vidrio, plástico, yeso, ladrillo y un casquillo de bala). En el nivel 10-
20 cm se encontró un clavo posiblemente colonial, un fragmento de botella de vidrio
y dos fragmentos de plástico actuales. En el nivel 20-30 cm se continua observando la
presencia de metal (¿clavo?), así como también se encontró un fragmento de baldosa
y otro de plástico. A partir del nivel 30-40 cm no se encontró más material
contemporáneo, pero si apareció un fragmento de metal. En el nivel 40-50 cm se
encontró un fragmento de metal muy oxidado, y por último, en el nivel 70-80 cm
apareció un fragmento muy pequeño de metal oxidado. Como se explicó más arriba,
la presencia de la “mancha negra” induce a pensar en la posibilidad de que los
estratos estén alterados. Si a esto se le suma la evidencia material del colonial
encontrada en los diferentes niveles del pozo, no queda lugar a dudas de que los
estratos estén entremezclados. Sin embargo, es posible que dicha mezcla haya sido
producida por la intrusión en un período colonial del enterramiento humano
encontrado en los niveles 20-30 y 30-40 cm.
155
ENSENADA DE PATANEMO
El sitio y las excavaciones
El material obtenido de esta sub-área proviene de la excavación en la playa de
Patanemo realizada en 1996 por el Dr. Andrzej Antczak, la Dra. Ma. Magdalena
Mackowiak de Antczak y el Ingeniero Agr. Andrej Sykora. El pozo de sondeo se
realizó en un área en la que
se evidenciaba material
arqueológico aflorado a
causa de la actividad de los
cangrejos. Este sitio fue
denominado por los
Antczak como “Pie de
Cerro”, pues se encuentra
justo al lado de la pendiente
de la montaña. El sitio está justo al lado del río Patanemo cercano a la playa, es decir,
en la desembocadura del río al mar (ver mapa nº 6). El pozo de sondeo fue de 1m2 y
se excavó en niveles estratigráficos de 20 cm c/u. En el año 2003 el autor visitó la
playa de Patanemo con el fin de ubicar nuevamente el sitio y realizar nuevas
recolecciones y excavaciones. El sitio fue ubicado, sin embargo, no se observó
presencia de cerámica prehispánica en la superficie, solo una gran cantidad de basura
que los visitantes de la playa han ido acumulando durante los últimos 6 a 7 años. Es
indudable que este tipo de alteraciones afectan la conservación de los sitios
arqueológicos. En futuros trabajos se podría limpiar el área para realizar un trabajo,
Paisaje de la Ensenada de Patanemo. El punto rojo marca la ubicación del sitio arqueológico.
156
así como seguir recorriendo más el último tramo del río antes de su desembocadura
para verificar la presencia de otros posibles yacimientos arqueológicos.
Descripción del material arqueológico
El material que se describe a continuación proviene del pozo de sondeo
realizado por los Antczak y su equipo en 1996. Siguiendo la dinámica de las otras
unidades de muestreo, primero
se describe el material no
diagnóstico, posteriormente, se
reseña el material diagnóstico.
Al final de la descripción del
material cerámico se
mencionarán las formas de
vasijas y bases y, los materiales
líticos, de concha, hueso y coloniales.
Descripción general del material cerámico
La muestra cerámica del sitio esta compuesta por 227 fragmentos, de los
cuales 111 (48,46% en la unidad de muestreo) son decorados y/o poseen engobe rojo
y 177 (51,54% en la unidad de muestreo) no poseen decoración ni engobe. El
material cerámico recolectado en el sitio “Pie de Cerro” es similar al resto de las
unidades de muestreo, pero presenta ciertos rasgos particulares sobre todo en cuanto
Sector cercano a la Playa de Patanemo. Foto tomada durante las prospecciones en la Ensenada.
157
al material decorado. Los fragmentos cerámicos son en su mayoría delgados y
alisados, aunque se observan algunos fragmentos gruesos y ásperos. El color
predominante de la pasta es rojizo (2.5YR/4/6) y castaño (7.5YR/5/6), aunque se
observan algunos fragmentos de pasta gris. El antiplástico varía entre arena, arena y
mica y cuarzo molido. La técnica de manufactura de la alfarería es rodete, esto se
observa en las fracturas de los tiestos.
Descripción del material cerámico decorado
La muestra de cerámica diagnóstica de esta unidad de muestreo es de 111
fragmentos, de estos 25 fragmentos presentan decoración y 85 poseen restos de
engobe rojo, sin excluir que algunos de los materiales decorados posean engobe rojo
también. El material decorado de la unidad de muestreo representa el 1,97% del
material diagnóstico de la Cuenca de Patanemo. En el pozo de sondeo se encontraron
dos fragmentos con pintura negra; uno con líneas negras horizontales y diagonales
sobre fondo gris, y el otro con pintura negra en la sección interna de la panza y
engobe rojo en el labio. También se encontraron varios fragmentos de panza con
líneas de engobe rojo horizontales y verticales. La decoración plástica se observa en
fragmentos decorados con exición (lineal), aplicación (bolitas de arcilla, mamelón),
impresión digital e impresiones sin identificar, apéndices zoomorfos e incisión y
punteado (estos últimos se observan juntos). No se pudo identificar motivos
decorativos concretos. En la tabla nº 11 se observa la descripción de los materiales
cerámicos decorados y su presencia en el pozo de sondeo. Además del material
cerámico decorado, se encontraron en el pozo de sondeo tres tiestos de manufactura
158
posterior, uno romboidal y dos con forma de punta (ver anexos: laminas 28 al 36, pp.
302-06).
Tabla Nº 11 Descripción del material cerámico decorado
Ensenada de Patanemo
Técnica Decorativa Unidad de Recolección
General Específica Motivo Frag. Total
Pozo # 1 / Rec. sup. Pintada Engobe rojo Lineal Panza 2
Pozo # 1 / Rec. sup. Pintada (Negro) Rojo / Gris Lineal Panza 1
Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Exición Lineal Panza 1
Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Aplicación Bola de arcilla Inflexión 1
Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Impresión Digital (?) ---------- Panza 2
Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Aplicación Mamelón (pequeño) Inflexión 1
Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Impresión (sin definir) ---------- Borde 1
Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Aplicación, Incisión, Zoomorfo Borde 1
Punteado
Pozo # 1 / Rec. sup. Pintada Pintura negra y engobe P: panza / E: labio Borde 1
Pozo # 1 / 0-20 Plástica Incisión, Punteado I: Lineal / P: Disperso Panza 1
Pozo # 1 / 0-20 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 6
Pozo # 1 / 0-20 Plástica Indicios de Aplicación ---------- Borde 1
Pozo # 1 / 20-40 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 3
Pozo # 1 / 40-60 Plástica Impresión (sin definir) círculos pequeños Borde 1
Pozo # 1 / 40-60 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 3
Total 26
Formas de vasija y base
Para la unidad de muestreo “Pie de Cerro” se reconstruyeron 10 formas de
vasija y 3 formas de base, a partir de los perfiles de los bordes y bases encontrados en
el punto de excavación. Muy pocos fragmentos de bordes incluían parte del cuerpo,
159
ninguno estaba conectado con la base. El total de fragmentos de borde que se
utilizaron para las reconstrucciones de vasijas es de 40, y para la reconstrucción de
bases es de 14. Así como se explicó en las unidades anteriores, de las 11 formas de
vasija y las 4 formas de base reconstruidas, se definieron 11 tipos y 4 tipos,
respectivamente. En las tablas nº 12 y 13 se observan los tipos de vasija y bases
reconstruidos y las cantidades de fragmentos, así como el porcentaje de los mismos
dentro de la unidad de muestreo. Los parámetros de reconstrucción de las formas de
vasija y base en esta unidad son los mismos que para el resto de las unidades de
muestreo.
Descripción de los tipos de vasija
Tabla Nº 12
Presencia de los tipos de vasija Ensenada de Patanemo
Aparición Tipo de Vasija Cantidad
en la unidad (%)
B 4 9,52 C 2 4,76 D 3 7,14 E 2 4,76
F1-F2-F3 6 14,28 I 4 9,52 J 12 28,57 K 1 2,38 L 6 14,3 P 2 4,76
12 42 99,99
160
Tipo B
Cantidad de la muestra: 4 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de paredes rectas y boca abierta
Borde: Directo
Labio: Redondeado, plano
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento),
huella de aplicación (1 fragmento)
Tipo C
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de paredes rectas expandidas y boca abierta
Borde: Directo, levemente saliente
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento)
Tipo D
Cantidad de la muestra: 3 fragmentos
Forma de la vasija: Bol de paredes rectas, boca abierta y borde curvo hacia afuera
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento)
Tipo E
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la vasija: Bol semi-globular de boca abierta y borde inclinado hacia afuera
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento),
engobe rojo en sección externa y aplicación en la inflexión (1 fragmento)
161
Tipo F1-F2-F3
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
Forma de la vasija: Bol de cuerpo globular (semi-globular y ovalado) y boca
restringida
Borde: Ligeramente entrante hasta directo invertido
Labio: Redondeado, plano, engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en sección externa (2 fragmentos),
pintura negra en sección interna y engobe rojo en labio (1 fragmento)
Tipo I
Cantidad de la muestra: 4 fragmentos
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde expandido
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Impresión sin identificar en borde externo (1
fragmento)
Tipo J
Cantidad de la muestra: 12 fragmentos
Forma de la vasija: Olla globular de cuello restringido y borde corto, que hace el
efecto de un pequeño cuello
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (1 fragmento),
engobe rojo en labio de sección interna (9 fragmentos)
Tipo K
Cantidad de la muestra: 1 fragmento
162
Forma de la vasija: Olla semi-globular de cuello restringido y borde corto, el ángulo
de la inflexión es cerrado
Borde: Evertido
Labio: Redondeado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en labio de sección interna
Tipo L
Cantidad de la muestra: 6 fragmentos
Forma de la vasija: Plato semi-globular poco profundo
Borde: Directo saliente
Labio: Redondeado, en ocasiones engrosado
Decoraciones o presencia de engobe: Engobe rojo en ambas secciones (2
fragmentos), engobe rojo en sección interna (1 fragmento), impresión circular (?) en
sección externa (1 fragmento), apéndice zoomorfo en borde (1 fragmento)
Tipo P
Cantidad de la muestra: 2 fragmentos
Forma de la base: Budare
Decoraciones o presencia de engobe: Ninguna
163
Descripción de los tipos de base
Tabla Nº 13 Presencia de los tipos de base
Ensenada de Patanemo
Aparición Tipo de Base Cantidad
en la unidad (%) A 4 33,33 B 7 58,33 D 1 8,33
3 12 99,99
Tipo A
Cantidad de la muestra: 4 fragmentos
Forma de la base: Redondeada
Observaciones: El grosor de la base no es constante
Tipo B
Cantidad de la muestra: 6 fragmentos y 1 completa
Forma de la base: Plana
Observaciones: El grosor de la base no es constante. En la base que está completa se
observan líneas de engobe rojo de suben verticalmente hacia la panza
Tipo D
Cantidad de la muestra: 1 completa
Forma de la base: Pedestal
Observaciones: Se observa engobe rojo en la sección externa
164
Descripción del material lítico
En la unidad de muestreo de la Bahía de Patanemo se encontró poco material
lítico. La muestra está compuesta por dos artefactos: 1 mano de moler de arenisca y 1
raspador de cuarzo lechoso.
Descripción del material zooarqueológico
En esta unidad de muestreo se encontró un total de 52 fragmentos de hueso de
animales. De estos restos se pudieron identificar de manera general algunos animales.
De mamíferos de identificaron restos de Cachicamo. De peces se observaron restos de
pez Loro, Mero y Tiburón.
Descripción del material malacológico
En esta unidad de muestreo se encontró un total de 86 fragmentos de concha
de moluscos marinos. De estos fragmentos se pudieron identificar de forma general
las siguientes especies: Codakia orbicularis (Codakia; Linné 1758), Anphineura
(Cucaracha de mar; Blainville 1816), Púrpura patula (s.n.c.; Linné 1758), Isognomon
sp. (Ostra; Lghtfood 1786), Pomasea sp. (s.n.c.; ?), Citarium pica (Quigua; Linné
1758), Astraea tecta (s.n.c.; Röding 1798), Cypraea sp. (s.n.c.; Linné 1758), Cypraea
cinerea (s.n.c.; Gmelin 1791), Strombus gigas (Botuto o Guarura; Linné 1758),
Fisurela sp. (s.n.c.; Bruguiére 1789), Tivela mactroides (Guacuco; Born 1778). Por
otra parte, se encontraron restos de dos tipos diferentes de caracol de agua dulce
(Gasterópodos) que no pudieron ser identificados.
165
Entre la muestra malacológica del sitio se encontraron 2 raspadores de
Codakia, y un colgante de Tivela mactroides (Guacuco).
Descripción del material colonial
En el punto de excavación en la Ensenada de Patanemo se encontraron dos
fragmentos de cerámica colonial o republicana en el nivel 0-20 cm. Además de esta
evidencia no se observan otros tipos de restos materiales coloniales en este pozo de
sondeo.
166
TIPOS DE VASIJA Sub-tipo A1
Sub-tipo A2
167
Tipo B
Tipo C (sin decoración)
168
Tipo C (con decoración)
Tipo D
169
Tipo E (sin decoración)
Tipo E (con decoración)
170
Sub-tipo F1
Sub-tipo F2
171
Sub-tipo F3
Tipo G
172
Tipo H
Tipo I
173
Tipo J
Tipo K
174
Sub-tipo L1 (decoración zoomorfa ‘A’)
Sub-tipo L1 (decoración zoomorfa ‘B’)
175
Sub-tipo L2
Sub-tipo L3
176
Tipo M
Tipo N
177
Tipo Ñ
Tipo O
178
Tipo P
TIPOS DE BASES Tipo A
179
Tipo B
Tipo C
180
Tipo D
CAPÍTULO VIII
Apéndice zoomorfo. Los Pueblos, Patanemo.
AANNÁÁLLIISSIISS DDEELL MMAATTEERRIIAALL PPOORR UUNNIIDDAADDEESS DDEE MMUUEESSTTRREEOO
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se presentarán los análisis preliminares de los materiales
arqueológicos obtenidos, alcanzando de esta manera ciertos objetivos planteados para
esta investigación. Los análisis de los materiales se desarrollan en función de cada
una de las unidades de muestreo definidas. Como se explicó en el capítulo I, los
objetivos específicos de este trabajo son:
1. Localizar sitios arqueológicos prehispánicos que se encuentren en la Cuenca
de Patanemo y reseñar las características cuantitativas y cualitativas de los
sitios y los materiales recolectados (cerámica, concha, hueso, lítica).
2. Definir a que serie cerámica se asemejan los materiales encontrados en los
sitios arqueológicos trabajados a través de un análisis formal y estilístico.
3. Determinar una cronología relativa para los sitios arqueológicos trabajados.
4. Definir el tipo de sitio encontrado y su dimensión.
5. Determinar la relación estilística y temporal entre los sitios investigados.
183
6. Realizar una revisión exhaustiva de las fuentes bibliográficas existentes sobre
la arqueología del Centro-Norte de Venezuela.
El objetivo específico Nº 1 se abordó en el capítulo anterior. El objetivo Nº 6
se desarrollo en los capítulos 3 y 4. El objetivo nº 5 va a ser explicado en el capítulo
siguiente, puesto que está orientado hacia la relación entre los sitios arqueológicos
localizados. En este capítulo se abordarán los objetivos específicos 2, 3 y 4, los cuales
se enfocan directamente en los análisis de los materiales recuperados durante las
excavaciones en Patanemo. Como se mencionó más arriba, se mantuvo la estructura
del capítulo anterior, donde por cada unidad de muestreo se explican los mismos
aspectos. Esta estructura facilita la explicación e interpretación de las unidades
trabajadas.
Para definir con relativa precisión a qué serie cerámica pertenecen los
materiales recuperados en la Cuenca de Patanemo se realizó una doble análisis. Por
un lado, se realizó un análisis estilístico observando las características diagnósticas
decorativas de la cerámica, con el fin de compararlas con las series cerámicas
definidas para el centro norte de Venezuela y determinar a que serie/estilo cerámico
pertenecen estos materiales. Por otra parte, a partir del análisis formal se
reconstruyeron las formas de vasijas y bases y se compararon con las formas
reconstruidas en sitios arqueológicos del centro norte de Venezuela, con el fin de
observar las similitudes y diferencias, y con esto apoyar la identificación estilística de
los materiales decorados. Al identificar a que serie cerámica pertenecen los
materiales, se espera poder ubicarlos dentro de la cronología cultural de la región. Por
184
último, en función de las prospecciones realizadas en cada unidad de muestreo y de
las referencias de los personas que habitan en los alrededores se formula una
propuesta preliminar acerca de la dimensión que ocupa el yacimiento arqueológico y
del tipo de sitio excavado.
LOS PUEBLOS
El material recolectado en esta unidad de muestreo y descrito en el capítulo
anterior fue comparado con otros materiales pertenecientes a series cerámica ya
definidas. Se tomó como base las descripciones de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59])
sobre los materiales recuperados en el centro norte de Venezuela, así como, los
trabajos de Bennett (1937), Osgood (1943), Kidder (1944), Dupouy y Cruxent
(1946), Álvarez y Casella (1983), Morales (1984), Colmenares (1990), Nieves
(1992), Martín (1995) y Mackowiak de Antczak (2000).
Identificación de serie cerámica
Análisis decorativo
La cerámica decorada encontrada en la unidad de muestreo de Los Pueblos
mantiene relaciones estilísticas con la cerámica de los estilos: Cementerio Tucacas,
por las aplicaciones zoomorfas en el borde; estilo Valencia Continental e Insular por
las bases de pedestal y las aplicaciones zoomorfas al borde; y, estilo Dabajuro por los
rodetes cabalgantes. Sin embargo, es necesario resaltar que los rodetes cabalgantes se
observan en la gran mayoría de los estilos que se encuentran en la costa central y
occidental de Venezuela (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Antczak com. per. 2003),
185
por lo cual esta característica estilística no indica necesariamente la relación con el
estilo Dabajuro. En cuanto a la cerámica no decorada, las descripciones que hacen
Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]), Kidder (1941), Osgood (1943), Bennett (1937) y
Rouse y Cruxent (1963) sobre el estilo Valencia coinciden con los materiales
recolectados en esta unidad de muestreo (ver descripción general del material
cerámico en el capítulo anterior).
Comparación formal
Como se mencionó anteriormente, para la unidad de muestreo de Los Pueblos
se definieron 14 tipos de vasija y 4 tipos de base. En la tabla nº 3, colocada en el
capítulo anterior (pág. 137), se observa la presencia en porcentajes de los tipos de
vasija dentro de la unidad de muestreo, mientras que en el gráfico Nº 1 se observan
los datos expuestos en esa tabla. En este gráfico se observa que existe una proporción
similar entre la gran mayoría de los tipos de vasijas, exceptuando los tipos E y F3 los
cuales tienen menor presencia. Las vasijas tipo A1, B, K y L son las que las que se
observan con mayor presencia, aunque la diferencia de estas con las demás no es
significativa. Este gráfico es más ilustrativo que interpretativo puesto que la cantidad
de material con que está conformado es poco, por lo cual cualquier interpretación
tendría un carácter altamente hipotético.
186
Gráfico Nº 1
En la revisión comparativa de los tipos de vasija reconstruidos para Los
Pueblos con otros sitios de las costas del centro norte, del Lago de Valencia y del
Archipiélago de Los Roques, se observó que estos tipos de vasijas se encuentran
presentes en diversos sitios arqueológicos, y pertenecen a los siguientes estilos
cerámicos.
A1: Estilo Valencia Continental1, Estilo Cúpira, Estilo Ocumare de Domusky
Norte
B: Estilo Valencia Continental, Estilo Cementerio Tucacas
1 Cuando se mencione al estilo Valencia Continental se está refiriendo a los sitios arqueológicos que contienen material Valencioide en la Cuenca del Lago de Valencia; y cuando se mencione el estilo Valencia Insular se esta utilizando la información que se posee sobre los sitios arqueológicos del Archipiélago Los Roques.
0
2
4
6
8
10
12
14
%
A1 B C D E F3 G H I J K L M
Tipos de Vasija
Porcentaje de Aparición de los Tipos de VasijaLos Pueblos
187
C: Estilo El Palito, Estilo Las Minas, Estilo Ocumare de Domusky Norte,
Estilo Valencia Insular, Estilo El Topo, Playa Chuao y Pto. Maya
D: Estilo El Pinar, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo Valencia
Insular, Estilo Cúpira
E: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
F3: Este tipo de vasija no se observa en ningún otro sitio de los consultados
G: Estilo Tocuyano, Estilo Valencia Continental
H: Estilo Palmasola, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Playa Chuao, Estilo
El Topo
I: Estilo Ocumare, Estilo Palmasola, Estilo Las Minas, Estilo Valencia de
Cúpira, Estilo El Topo
J: Estilo Valencia Insular, Estilo Tocuyano, Estilo El Pinar, Estilo Ocumare,
Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
K: Estilo Valencia Continental, Pto. Maya, Estilo El Topo
L: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental,
Estilo Las Minas, Estilo El Pinar, Cerámica de Playa Chuao, Estilo El Topo
M: Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
P: Se observa en la gran mayoría de sitios arqueológicos en el continente y en
las costas.
Este análisis comparativo indica que los tipos de vasijas reconstruidos para
esta unidad de muestreo se repiten en varios otros sitios arqueológicos. Más adelante
se ampliarán las interpretaciones en cuanto a estos datos. En cuento a las
188
comparaciones de los tipos de base reconstruidos en esta unidad de muestreo, en la
tabla nº 4 (pág. 141) se observó la presencia en porcentajes de los tipos de base dentro
de la unidad de muestreo. Estos datos están representados en el gráfico Nº 2. Los
tipos de base reconstruidos para esta unidad de muestreo mantienen una proporción
similar, con excepción del tipo A el cual se encuentra en mayor proporción que el
resto.
Grafico Nº 2
Igual que para las vasijas, se compararon los tipos de base con otras
colecciones del área para ubicar las similitudes formales. En este sentido, se
observaron las siguientes correlaciones.
0
10
20
30
40
%
A B C D
Tipos de Bases
Porcentaje de Aparición de los Tipos de BasesLos Pueblos
189
A: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo El Palito, Estilo
El Pinar, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo El Topo, Estilo Cúpira
B: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo Palmasola,
Estilo El Palito, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Cerámica de Pto. Maya,
Estilo El Topo, Estilo Cúpira
C: Estilo Valencia Continental, Estilo El Palito, Estilo El Pinar, Estilo
Ocumare de Domusky Norte, Estilo El Topo, Estilo Cúpira
D: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo, Estilo
Cúpira, Estilo Palmasola, Estilo El Palito, Cerámica de Pto. Maya
En esta comparación se destaca que los tipos de base reconstruidos para Los
Pueblos se repiten principalmente en el estilo Valencia Continental, luego en los
estilos de El Topo, Cúpira, El Palito, Valencia Insular y Ocumare de Domusky Norte,
y en menor medida en los estilos El Pinar y en la cerámica de Pto. Maya. De igual
manera, las formas de base no son un rasgo muy diagnóstico de la cerámica puesto
que estas mismas formas (base plana, redondeada, plana con engrosamiento y
pedestal) se repiten en la gran mayoría de los estilos y series cerámicas de Venezuela,
aunque con cierto grado de variación estilística local.
En la revisión estilística se puede destacar que la cerámica de Los Pueblos es
muy similar, desde un punto de vista decorativo, a la cerámica perteneciente al Estilo
Valencia Continental. Las decoraciones se asemejan en gran medida a las reportadas
por Kidder (1944), Osgood (1943) y Bennett (1937) provenientes de los montículos
del Lago de Valencia. Igualmente, las descripciones de estos autores sobre las
190
características generales de la cerámica concuerdan con las descripciones generales
de la cerámica de Los Pueblos (ver cap. VII), aunque en esta unidad de muestreo se
observa un espécimen que posee una variación local (lamina 1). Así mismo, los
elementos definitorios de serie Valencioide que enumeran Cruxent y Rouse (1982
[1958-59]: 450), mantienen una estrecha relación con los materiales encontrados en
Los Pueblos.
En la comparación de las formas de vasijas y bases, se pudo observar que la
totalidad de las formas reconstruidas en Los Pueblos se asemejan a formas de vasija y
base reconstruidas en sitios arqueológicos vinculados con estilos pertenecientes a la
serie Valencioide (Valencia Continental e Insular, El Topo, Las Minas, El Pinar,
Cementerio Tucacas, Cúpira). Aunque, hay que señalar que también muchas de estas
formas se han encontrado en yacimientos arqueológicos vinculados con estilos
cerámicos pertenecientes a la serie Ocumaroide (Palmasola y Domusky Norte), a la
serie Barrancoide Costero Tardío (Pto. Maya2), y la serie Dabajuroide (Playa Chuao).
En este trabajo se interpreta este fenómeno, utilizando como apoyo también las
interpretaciones de Antczak y Mackowiak de Antczak (1999) y Mackowiak de
Antczak (2000), como evidencia de las estrechas relaciones sociales, económicas y
políticas que existieron entre los grupos portadores de la cerámica Valencioide y el
resto de los grupos que habitaban o visitaban las costas centrales. Es posible que en
estos procesos de interacción todos los grupos presentes en la región se hayan 2 Es necesario señalar que si bien en el trabajo de Álvarez y Casella (1983) se relaciona al sitio de Pto. Maya con el poblamiento Barrancoide en las costas centrales, es cierto que en las descripciones del material realizadas por estas autoras se observa una gran presencia de la serie Valencioide, por lo cual, sería necesario revisar este análisis estilístico con el fin de definir exactamente a que serie cerámica pertenece el sitio. De igual manera, en vista de que no se realizó una revisión exhaustiva de esta clasificación en este trabajo, se utilizará la clasificación de Álvarez y Casella.
191
influenciado unos a otros, compartiendo rasgos estilísticos y formales comunes. En
consecuencia, se propone la vinculación de la cerámica del sitio de Los Pueblos a la
serie Valencioide.
Cronología relativa para Los Pueblos
En vista de las similitudes en cuanto a los rasgos estilísticos decorativos y
formales de la cerámica de Los Pueblos con el estilo Valencia Continental, y debido a
la falta de fechados absolutos, se propone ubicar este sitio arqueológico dentro del
período IV de la cronología relativa de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]). Si bien, en
el nivel 0-20 del pozo de pala realizado en el Terreno del Sr. Luis Flores en Los
Pueblos se encontraron clavos de metal oxidados, se considera que este sitio no
presenta una estratigrafía clara y definida. De hecho, como se explicó en el capítulo
anterior se ha propuesto que el material proveniente de este sitio pudo provenir de
deslaves de tierra desde las lomas cercanas, por lo cual es posible que los clavos
hayan sido introducidos posteriormente por otros deslaves. Por consiguiente, se
mantiene la propuesta de que el sitio pertenece al periodo IV (1325 – 1500 d.C.).
Consideraciones acerca del yacimiento
Es imposible decir que tipo de sitio se excavó en Los Pueblos, no solo porque
la escasa evidencia material no lo indica, sino debido que, como se mencionó en un
capítulo anterior, es muy posible que el sitio se haya formado por matrices de tierra
entremezclados. De ser así, no existe el sitio solo un material redepositado. En cuanto
a la posible dimensión del yacimiento es necesario partir del hecho de que los puntos
192
de excavación y recolección vertical de Los Pueblos solo abarcan una muy pequeña
parte del yacimiento. Como se explicó en el capítulo anterior, en este sector de la
montaña se prospectaron varios terrenos pertenecientes a agricultores, quienes desde
hace años habitan y utilizan estas tierras. Aunque no fue posible medir el tamaño total
de todo el sector de Los Pueblos, si se pudo observar que la evidencia material
prehispánica comienza a aparecer alrededor de los 350 m.s.n.m. hasta por lo menos
500 m.s.n.m., considerando que la pendiente de la montaña en esta parte debe ser de
40º aproximadamente, la distancia entre el inicio del sector de Los Pueblos, a 350
m.s.n.m. hasta el final del terreno más, alto a 500 m.s.n.m., es bastante amplia. Esto
es solo considerando el eje norte-sur, pues en el eje este-oeste no fue posible realizar
una prospección tan amplia. De manera aproximada es posible decir que este
yacimiento podría medir alrededor de 500 mts de largo (este-oeste) por 300 mts de
ancho (norte-sur). Indudablemente, es necesario continuar los trabajos arqueológicos
para así conocer tanto más detalladamente la evidencia material que se encuentra en
el sitio, como el tamaño concreto del yacimiento.
Aproximación interpretativa
Es conocido a través de la bibliografía especializada que en el centro norte de
Venezuela existe la evidencia de cerámica perteneciente a diversas series y estilos.
Este hecho se refleja en Los Pueblos en la diversidad de rasgos estilísticos de la serie
Valencioide y otras series cerámicas. Como se ha comentado anteriormente esto
podría ser un reflejo de las estrechas relaciones sociales, económicas y/o políticas que
existieron entre los grupos portadores de la cerámica Valencioide y el resto de los
193
grupos que habitaban o visitaban las costas centrales (Mackowiak de Antczak 2000).
Esta hipótesis ha sido expuesta y discutida en los trabajos de Antczak y Mackowiak
de Antczak quienes han propuesto la existencia de una esfera de interacción en el
centro norte de Venezuela en el período IV de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]), lo
que implica la existencia de una dinámica socio-cultural tal que mantenía a diversos
grupos en un constante proceso de interacción (Antczak 1999; Mackowiak de
Antczak 2000; Antczak y Mackowiak de Antczak 1999). Esta interpretación se
fundamenta en la presencia de muchos sitios arqueológicos ubicados en las costas
centrales, de cerámicas asociadas a la serie Valencioide, conjuntamente con restos
cerámicos de otras series como la Ocumaroide, Dabajuroide y Barrancoide Central
Tardío, así como de ciertos rasgos estilísticos y formales de las series Tocutanoide y
Saladoide Costero que se prolongaron temporalmente.
PRIMAVERA
Así como en la unidad de muestreo anterior, los materiales encontrados en
esta unidad también fueron comparados con las descripciones de Cruxent y Rouse
(1982 [1958-59]) de los materiales encontrados en el centro norte de Venezuela, así
como, los materiales descritos en los trabajos de Bennett (1937), Osgood (1943),
Kidder (1944), Dupouy y Cruxent (1946), Álvarez y Casella (1983), Morales (1984),
Colmenares (1990), Nieves (1992), Martín (1995) y Mackowiak de Antczak (2000).
194
Identificación de serie cerámica
Análisis decorativo
El análisis cerámico de la unidad de muestreo de Primavera contiene serias
dificultades en cuanto a su definición estilística. El material decorado obtenido es
relativamente homogéneo en cuanto a la descripción general de la pasta y el acabado
de superficie. Sin embargo, es heterogéneo cuando se compara sus rasgos decorativos
con otros sitios arqueológicos del centro norte de Venezuela. El material presenta
rasgos compartidos para muchos estilos costeros definidos por Cruxent y Rouse
(1982 [1958-59]). Por ejemplo, se observan las cadenetas con doble o triple línea
punteada en la inflexión las cuales se encuentran presentes en los estilos Taborda,
Ocumare de Domusky Norte y Valencia Insular. También se observan las
aplicaciones mamelonares incisas (“pan francés”) (1) en la panza, encontrándose este
rasgo en los estilos Taborda, El Topo, Cúpira y Valencia Continental e Insular; y (2)
en el borde, observándose este rasgo en estilos como Tocuyano, Palmasola y Aroa. El
último rasgo estilístico más común en Primavera es el rodete cabalgante, el cual esta
identificado en estilos como Taborda, El Topo y Ocumare de Domusky Norte, de la
misma manera es muy común para los estilos de la costa central.
Además de estos cuatro (cadenetas punteadas, aplicaciones mamelonares
incisas al borde y a la panza, rodete cabalgante), se encontraron durante las
excavaciones y recolecciones en la unidad apéndices zoomorfos aplicado-incisos muy
similares a los encontrados en El Palito; sin embargo, en necesario señalar que la
pasta de estos apéndices está más relacionada con la pasta de las piezas Valencioides,
que con la pasta de las piezas Barrancoides Centrales Tardías. Igualmente, se
195
encontraron varios apéndices del estilo Valencia Continental, y una pata de algún
estilo Occidental, posiblemente del estilo Tierra de los Indios, así como un fragmento
de base anular similar a las reseñadas para el estilo Boulevard (área de Quibor). En
cuanto al material cerámico en general, las descripciones que se señalaron en el
capítulo anterior coinciden con las descripciones sobre la cerámica del estilo Valencia
Continental e Insular.
Comparación formal
Como se mencionó anteriormente, para la unidad de muestreo Primavera se
definieron 15 tipos de vasija y 2 tipos de base. En la tabla nº 6, colocada en el
capítulo anterior (pág. 153) se observa la presencia en porcentajes de los tipos dentro
de la unidad de muestreo. En el gráfico nº 3 se observan representados los datos de
esa tabla.
Gráfico Nº 3
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
%
A2 B C E F1 G I J K L M N Ñ O P
Tipo de Vasija
Presencia de Tipos de VasijaPrimavera
196
En este gráfico se observa la predominancia que tienen los tipos de vasija B y
L. De los trece tipos restantes solo uno sobrepasa el 5% de presencia en la unidad,
mientras que los demás se encuentran por debajo de este nivel. Siguiendo la
metodología de la unidad anterior se comparó los tipos de vasija reconstruidos para
Primavera con otros sitios de las costas del centro norte, el Lago de Valencia y el
Archipiélago Los Roques.
A2: Estilo Valencia Continental, Estilo Cúpira, Estilo Ocumare de Domusky
Norte.
B: Estilo Valencia Continental, Estilo Cementerio Tucacas
C: Estilo El Palito (sobre todo por los rodetes cabalgantes), Estilo Las Minas,
Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo Valencia Insular, Estilo El Topo,
Playa Chuao, Pto. Maya
E: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
F1: Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo, Estilo El Pinar, Pto. Maya,
Estilo Tocuyano.
G: Estilo Tocuyano, Estilo Valencia Continental
I: Estilo Ocumare, Estilo Palmasola, Estilo Las Minas, Estilo Valencia de
Cúpira, Estilo El Topo
J: Estilo Valencia Insular, Estilo Tocuyano, Estilo El Pinar, Estilo Ocumare,
Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
K: Estilo Valencia Continental, Pto. Maya, Estilo El Topo
197
L: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental,
Estilo Las Minas, Estilo El Pinar, Playa Chuao, Estilo El Topo
M: Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
N: Estilo Valencia Insular
Ñ: Estilo El Topo, Estilo Palmasola, Pto. Maya
O: Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo El Topo
P: Se observa en la gran mayoría de sitios arqueológicos en el continente y en
las costas.
Gracias a este análisis comparativo se ha podido establecer que los tipos de
vasijas reconstruidos en esta unidad de muestreo están presentes también en otros
sitios arqueológicos de diversas afiliaciones estilísticas. A continuación se señalan las
comparaciones para los tipos de base reconstruidos. En la tabla nº 7 (pág. 158) se
observó la presencia en porcentajes de los tipos de base dentro de la unidad de
muestreo, estos datos están representados en el gráfico nº 4. Los tipos de base
reconstruidos para esta unidad de muestreo mantienen una proporción similar, aunque
hay que destacar que si bien Primavera es la unidad con más formas de vasija
reconstruidas, se encontró muy poca variedad de formas de base.
198
Gráfico Nº 4
Igual que para las vasijas, se compararon los tipos de base con otras
colecciones del área para examinar las similitudes/diferencias. Se observaron las
siguientes relaciones.
B: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo Palmasola,
Estilo El Palito, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Pto. Maya, Estilo El
Topo, Estilo Cúpira
C: Estilo Valencia Continental, Estilo El Palito, Estilo El Pinar, Estilo
Ocumare de Domusky Norte, Estilo El Topo, Estilo Cúpira
0
10
20
30
40
50
60
70
%
B CTipos de Bases
Porcentaje de Aparición de los Tipos de BasesPrimavera
199
Se observa que los tipos de base de Primavera se encuentran representados en
varios sitios arqueológicos. Como ya se explicó anteriormente, no es posible utilizar
los tipos de base como un marcador de estilo, puesto que las bases están muy
estandarizadas en la región centro-norte de Venezuela, e incluso más allá de esta
región.
A través de la revisión estilística se determinó que la cerámica recolectada en
Primavera muestra mayores semejanzas con los estilos El Topo y Valencia
Continental, así como Taborda y El Palito. Una correspondencia menor se observa
con los estilos Tocuyano, Cúpira y Ocumare de Domusky Norte. Por otra parte, con
la comparación de las formas de vasija y base, se pudo observar que se repiten los
estilos arriba mencionados y se juntan otros como Valencia Insular, Cementerio
Tucacas, Cúpira, Las Minas, Pto. Maya, Palmasola y Playa Chuao. Si se amplía la
visión de estilo a serie, se obtiene que las principales series cerámicas que se pueden
identificar son la Valencioide y Barrancoide Central, en cuanto a semejanzas más
significativas y las series Valencioide, Ocumaroide y pocos rasgos particulares de la
serie Tocuyanoide para las semejanzas de menor grado. En el análisis formal se
repiten las series identificadas en el análisis estilístico, es decir, Valencioide,
Barrancoide Central, Ocumaroide, Tocuyanoide, además se suma la serie
Dabajuroide.
Ubicar a la unidad de muestreo Primavera dentro de una serie cerámica en
este momento es preliminar, puesto que si bien la muestra es representativa a nivel
diagnóstico, no es adecuada cuantitativa ni cualitativamente como para superar la
gran diversidad estilística presente en la unidad. Por ahora se podría plantear que hay
200
una predominancia cuantitativa de la serie Valencioide con un fuerte peso de rasgos
compartidos de otros estilos costeros tales como el Ocumaroide, Dabajuroide y
Barrancoide Central.
Cronología relativa para Primavera
Según el análisis estilístico y formal realizado para esta unidad de muestreo, y
las fechas en las que han sido ubicados los estilos que mantienen semejanzas con
Primavera en la secuencia cronológica de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]), se
podría ubicar la unidad de muestreo de Primavera a finales del período IV y
comienzos del periodo V. La presencia de la unidad dentro del período V se debe a
que hasta la profundidad de 30 cm se encontraron evidencias de materiales coloniales
las cuales indican la interacción con europeos o su influencia material. Es posible que
los estratos más profundos en Primavera contuvieran el material perteneciente a la
serie Barrancoide Central3, y que los estratos superiores contuvieran los materiales
pertenecientes a el resto de las series identificadas en esta unidad. Sin embargo, en
vista de que las piezas asociadas a la serie Barrancoide Central se recuperaron en
recolección superficial, se podría pensar también que éstas pertenecen a los estratos
superiores, y que fueron introducidas en el registro arqueológico en un período tardío.
Por lo cual, se considera que no es posible ubicar a la unidad de Primavera en un
período temprano (por ejemplo, 200 a 300 d.C., período III) basándose solo en la
3 En el capítulo anterior se explicó que los materiales Barrancoides Centrales encontrados en Primavera provienen de la recolección superficial del material desbarrancado realizada a 2 metros de distancia aproximadamente del punto de excavación.
201
evidencia de dos piezas Barrancoide Central similares a las piezas de El Palito. Por lo
cual, no se consideró como marcador temporal estas piezas.
En cambio, la interpretación de la evidencia de los materiales y de la
excavación se inclina hacia la consideración de tres elementos fundamentales. (1) En
vista de que se encontró material colonial hasta los 30 cm de profundidad; (2) y de
que el material encontrado por debajo de 30 cm (niveles 40 hasta 70cm) mantiene
mayores relaciones con la serie Valencioide; y por último, (3) que las piezas
Barrancoides Centrales no se encontraron en una ubicación estratigráfica, se propone
la clasificación preliminar de que la unidad está incluida a finales del período IV y
comienzos del período V.
Consideraciones acerca del yacimiento
Se consideraron dos hipótesis referentes al tipo de sitio que se excavó en
Primavera. En primer lugar, el sitio pudo haber sido un basurero, debido a la gran
cantidad de fragmentos de concha y hueso recolectados durante las excavaciones.
Además, no se encontró ningún fragmento cerámico grande o recipientes semi-
completos o completos; todos los tiestos recuperados son pequeños. En segundo
lugar, el área excavada pudo haber sido cercana al lugar de enterramientos de un
asentamiento. Como se explicó en el capítulo anterior, en el pozo de sondeo se
encontraron varios dientes y huesos humanos de la mano y los pies. Según las fuentes
históricas (Biord 2001, 2002; Pimentel 1964 [1578]) y arqueológicas (Osgood 1943;
Kidder 1944) varios de los enterramientos de los indígenas del centro-norte se
202
realizaban en grandes urnas las cuales eran acompañadas con alimentos, adornos
corporales y objetos de concha, hueso y lítica.
Es importante señalar que a pesar de realizar una extensa prospección en
Primavera, la evidencia material prehispánica fue encontrada solamente en las zonas
adyacentes al Río Patanemo. Hoy en día estás zonas están ocupadas por casas
familiares, y es común escuchar los comentarios acerca de las piezas encontradas en
los patios de la casas. No sería posible determinar en este momento la extensión del
yacimiento debido a que es necesario excavar y recolectar evidencias en varios patios
de vecinos para observar la estructura del asentamiento. Esta investigación indica que
Primavera es un yacimiento con un potencial considerable para la investigación
arqueológica sistemática, por lo que sería preciso continuar los trabajos en este sector
del Valle de Patanemo.
Aproximación interpretativa
La unidad de muestreo Primavera es la más difícil de evaluar
arqueológicamente, debido que los materiales recuperados presentan una diversidad
aun mayor que la descrita para Los Pueblos. El material Valencioide está presente,
aunque no es muy predominante. La predominancia en el sitio, en cuanto al material
decorado, es de rasgos estilísticos compartidos por los grupos cerámicos costeros
tardíos. Se decidió clasificar al sitio como Valencioide por dos razones. Primero, las
características generales del material cerámico no decorado coinciden fuertemente
con las descritas en la bibliografía para la serie Valencioide. Segundo, durante el
periodo IV este lugar se encontraba dentro de la esfera de interacción Valencioide la
203
cual debió ejercer una fuerte influencia sobre los grupos que habitaban en las costas,
lo que a su vez podría estar evidenciado en la presencia de cerámica Valencioide en el
sitio.
Esta clasificación aunque preliminar, pareciera coincidir con la hipótesis
según la cual durante el periodo IV los grupos indígenas del Centro-Norte de
Venezuela se encontraban en una constante interacción social, cultural y material que
se manifestó en una diversidad de cultura material que hoy en día es encontrada en las
excavaciones de los sitios de esta región (Martín 1995, Mackowiak de Antczak
2000).
PUEBLO DE PATANEMO
Así como se hizo en la unidad de muestreo anterior, los materiales
encontrados en esta unidad fueron comparados con las descripciones de Cruxent y
Rouse (1982 [1958-59]) de los materiales encontrados en el centro norte de
Venezuela, así como los descritos en los trabajos de Bennett (1937), Osgood (1943),
Kidder (1944), Dupouy y Cruxent (1946), Álvarez y Casella (1983), Morales (1984),
Colmenares (1990), Nieves (1992), Martín (1995) y Mackowiak de Antczak (2000).
Identificación de serie cerámica
Análisis decorativo
La cerámica decorada encontrada en la unidad de muestreo Pueblo de
Patanemo se puede dividir en dos grupos. El primero relacionado con la decoración
204
plástica y el segundo con decoración pintada. La decoración plástica conformada por
aplicaciones, incisiones y punteado consiste en dos fragmentos de vasija que simulan
rostros antropomorfos muy similares a los que se observan en la cerámica reseñada
por Bennett (1937), Osgood (1943) y Kidder (1944). También se encontró un tiesto
que parece ser un fragmento de “barriga” de una figurina con restos de engobe rojo en
la superficie; este tiesto es similar a las figurinas encontradas en el Lago de Valencia
y muy parecido a las descritas por Mackowiak de Antczak (2000). También, se
encontraron fragmentos de aplicación mamelonar incisa (“pan francés”) comunes a
los estilos costeros (Taborda, El Topo, Cúpira y Valencia Continental e Insular). Con
respecto a la decoración pintada, esta técnica no es propiamente pintura, sino que
consiste en líneas o bandas anchas de engobe rojo (dispuestas en las panzas). Debido
a lo fragmentado del material, es difícil decir si las líneas son horizontales o
verticales. Un tipo de decoración similar se encuentra en el sitio de Chupaquire. En su
trabajo Nieves (1992: 205) reseña el tipo Chupaquire rojo sobre naranja, señalando
que el mismo consiste en líneas rojas pintadas sobre fondo crudo (naranja rojizo,
castaño). Desafortunadamente, la autora no especifica si las líneas son propiamente
pintura o el engobe rojo como en el caso del material de esta unidad de muestreo.
Comparación formal
Como se señaló en el capítulo anterior, en la unidad de muestreo Pueblo de
Patanemo se reconstruyeron 10 tipos de vasija y 2 tipos de base. En la tabla nº 9,
colocada en el capítulo anterior (pág. 169), se observa la presencia, en porcentajes, de
205
los tipos de vasija dentro de la unidad de muestreo, mientras que en el gráfico Nº 5 se
observan representados los datos de esa tabla.
Gráfico Nº 5
En este gráfico se observa que los tipos de vasija con mayor presencia en esta unidad
son los tipos A y B; el resto de los tipos se observa en menor proporción. No es
posible debido al poco material con que está formada la muestra hacer
interpretaciones acerca de estas diferencias, aunque si se puede reseñar las diferencias
cuantitativas de los tipos de vasija debido que esto complementa la descripción y el
análisis de los materiales encontrados en esta y otras unidades. A continuación se
señalan las comparaciones que se realizaron de los tipos de vasija de esta unidad con
las vasijas reconstruidas en otros sitios arqueológicos del centro-norte.
0
5
10
15
20
25
30
35
%
A1-A2 B C E I J L M Ñ
Tipos de Vasija
Presencia de los Tipos de VasijaPueblo de Patanemo
206
A1: Estilo Valencia Continental, Estilo Cúpira, Estilo Ocumare de Domusky
Norte
A2: Estilo Valencia Continental, Estilo Cúpira, Estilo Ocumare de Domusky
Norte.
B: Estilo Valencia Continental, Estilo Cementerio Tucacas
C: Estilo El Palito (sobre todo por los rodetes cabalgantes), Estilo Las Minas,
Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo Valencia Insular, Estilo El Topo,
Playa Chuao, Pto. Maya
E: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
I: Estilo Ocumare, Estilo Palmasola, Estilo Las Minas, Estilo Valencia de
Cúpira, Estilo El Topo
J: Estilo Valencia Insular, Estilo Tocuyano, Estilo El Pinar, Estilo Ocumare,
Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
L: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental,
Estilo Las Minas, Estilo El Pinar, Playa Chuao, Estilo El Topo
M: Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
Ñ: Estilo El Topo, Estilo Palmasola, Pto. Maya
Esta comparación permite observar que los tipos de vasija reconstruidos en
esta unidad de muestreo también se encuentran en otros sitios arqueológicos de
diversas afiliaciones estilísticas, aunque la mayoría se encuentran en sitios
relacionados con el estilo Valencia. A continuación se presenta la misma
comparación para los tipos de base reconstruidos en esta unidad de muestreo. En la
207
tabla nº 10 (pág. 172) se observó la presencia en porcentajes de los tipos de base
dentro de la unidad de muestreo, estos datos están representados en el gráfico nº 6.
Gráfico Nº 6
En esta unidad de muestreo se encontró la misma proporción de bases, aunque como
se observó en la tabla 8.9 del capítulo anterior esta muestra está formada por 4
fragmentos de base, indudablemente una muestra demasiado pequeña como para
aventurar alguna interpretación.
Las comparaciones estilísticas y formales indican que existe una fuerte
presencia del estilo Valencia Continental e Insular, y de otros estilos como El Topo,
Las Minas, El Pinar, Cementerio Tucacas y Cúpira. Por otra parte, se observa
0
10
20
30
40
50
%
A B
Tipos de Bases
Porcentaje de Aparición de los Tipos de BasesPueblo de Patanemo
208
presencia de rasgos estilísticos de otros estilos como Palmasola, El Palito, Playa
Chuao, Pto. Maya, Ocumare y Ocumare de Domusky Norte.
En vista de que estos últimos estilos se encuentran exclusivamente en las
formas de vasija, y de que la presencia más fuerte a nivel de comparaciones
estilísticas y formales es de los estilos relacionados con la serie Valencioide, se
decidió incluir a la unidad de muestreo Pueblo de Patanemo como perteneciente a la
serie Valencioide. En el caso de la decoración de líneas de engobe rojo sobre fondo
crudo, se propone que esta puede ser una variación local de la costumbre de engobar
las cerámica de rojo que se presenta de manera común dentro de la serie Valencioide.
Es posible que las descripciones de Nieves (1992) no se refieran a líneas de engobe
sino a líneas de pintura, lo cual puede reforzar la hipótesis de una variación local.
Cronología relativa para Pueblo de Patanemo
En vista de que la cerámica encontrada en este sitio mantiene estrechas
relaciones con la serie Valencioide, y particularmente con la cerámica descrita en los
trabajos de Bennett (1937), Osgood (1943) y Kidder (1944) proveniente de las
excavaciones en los alrededores del Lago de Valencia, se propone incluir a esta
unidad de muestreo dentro del período IV de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]). Si
bien, en el pozo # 2 de esta unidad se encontró presencia de material colonial, se
considera (como se mencionó en el capítulo anterior) que este material representa una
intrusión o alteración de los estratos indígenas por algún tipo de actividad realizada
en el periodo colonial, posiblemente relacionada con un entierro humano (los huesos
humanos encontrados en dicho pozo de sondeo).
209
Consideraciones acerca del yacimiento
Es posible que el sitio excavado en el Pueblo de Patanemo haya sido un sector
periférico de un asentamiento (¿o una vivienda?), puesto que la cantidad de material
es poca y toda la cerámica está muy fragmentada. A esto se le puede añadir que la
muestra de conchas y huesos de estos puntos de excavación es muy reducida.
En el capítulo anterior se señaló que además de los pozos de sondeo
realizados en el patio de la casa de la familia Vásquez, se realizaron también varios
pozos de pala en una casa vecina. En estos pozos se recolecto una muestra muy
pequeña de material (20 fragmentos cerámicos) muy fragmentados. Además gracias a
la información obtenida de los habitantes del Pueblo de Patanemo se sabe que en
varias casas han aparecido restos de cerámica indígena e inclusive enterramientos
humanos en vasija. Este tipo de evidencia se ha reportado en varios lugares del
Pueblo de Patanemo, por lo cual se podría suponer que un gran yacimiento podría
estar situado debajo de la casi totalidad del Pueblo de Patanemo. Sin lugar a dudas, es
necesario continuar los trabajos en esta unidad de muestreo con el fin de recolectar
una mayor cantidad de material para ampliar las interpretaciones aquí expuestas.
Aproximación interpretativa
La unidad de muestreo Pueblo de Patanemo pareciera compartir rasgos
similares a la cerámica encontrada en los alrededores del Lago de Valencia, por lo
que se podría suponer que esta unidad haya sido un lugar Valencioide muy
relacionado con los asentamientos del lago. La cerámica entre ambos sitios se
asemeja tanto en sus decoraciones y por la marcada presencia de engobe rojo, como
210
por las formas de vasijas. Si los habitantes del Lago de Valencia ‘mantenían’ una
esfera de interacción en el centro norte de Venezuela dominada por ellos, entonces se
podría pensar que existieron asentamientos Valencioides compuestos por individuos
de este grupo localizados en algunas de las cuencas costeras, incluyendo la Cuenca de
Patanemo.
ENSENADA DE PATANEMO
De la misma manera que se ha procedido en los análisis cerámicos de las tres
unidades de muestreo precedentes, los materiales recuperados en esta unidad fueron
comparados con las descripciones de Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]), Bennett
(1937), Osgood (1943), Kidder (1944), Dupouy y Cruxent (1946), Álvarez y Casella
(1983), Morales (1984), Colmenares (1990), Nieves (1992), Martín (1995) y
Mackowiak de Antczak (2000).
Identificación de serie cerámica
Análisis decorativo
El material decorado de la unidad de muestreo Ensenada de Patanemo fue
relacionado con el estilo Valencia Continental y con el estilo Ocumare. Los rasgos
decorativos similares al estilo Valencia Continental son una base de pedestal con
engobe rojo por dentro y por fuera, una aplicación zoomorfa al borde de un plato
(aplicación, punteado e impresión de canutillo). Además se observan varios
fragmentos de panza y una base completa con líneas de engobe rojo pintadas (iguales
211
a las encontradas en el Pueblo de Patanemo). La presencia del estilo Ocumare se
observa en un fragmento de panza pintada con líneas negras diagonales y verticales
sobre fondo gris. También se encontraron dos fragmentos de panza con una posible
impresión de uña, lo cual mantiene ciertas semejanzas con las impresiones que se
observan en el material señalado por Cruxent y Rouse (1982 [1958-59]) para los
sitios de Petroquímica I y II y Sanchón. Estos autores relacionan los materiales
provenientes de estos sitios con el estilo San Pablo. Sin embargo, en el Pre-Inventario
de Sitios Arqueológicos del Centro Norte de Venezuela (s/f) realizado por el Instituto
de Patrimonio Cultural, estos materiales son incluidos dentro de la serie Valencioide.
En este trabajo no se seguirá ninguna de las dos propuestas clasificatorias debido que
si bien los materiales de estos sitios parecieran ser del estilo Valencia, también es
cierto que en las recolecciones realizadas por Cruxent en estos sitios se encontraron
materiales pertenecientes al estilo San Pablo el cual se encuentra incluido dentro de la
serie Tierroide. Por ahora y hasta obtener más evidencias dejaremos estos fragmentos
sin clasificación.
Comparación formal
Como se señaló en el capítulo anterior, en la unidad de muestreo Ensenada de
Patanemo se reconstruyeron 12 tipos de vasija y 3 tipos de base. En la tabla nº 12
(pág. 180) se observa la presencia, en porcentajes, de los tipos de vasija dentro de la
unidad de muestreo. En el gráfico nº 7 se observan representados los datos de esa
tabla.
212
Gráfico Nº 7
Como se puede observar en el gráfico, la mayor presencia de vasijas es del tipo J,
seguido por los tipos L y la serie F. Después de estos 2 tipos y tres sub-tipos se
observa el resto de los tipos en relativa proporción cuantitativa. A continuación se
discuten las comparaciones que se realizaron de los tipos de vasija reconstruidos para
esta unidad con las vasijas reconstruidas en otros sitios arqueológicos del centro-norte
de Venezuela.
B: Estilo Valencia Continental, Estilo Cementerio Tucacas
C: Estilo El Palito, Estilo Las Minas, Estilo Ocumare de Domusky Norte,
Estilo Valencia Insular, Estilo El Topo, Playa Chuao y Pto. Maya
D: Estilo El Pinar, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo Valencia
Insular, Estilo Cúpira
0
5
10
15
20
25
30
%
B C D E F1-F2-F3
I J K L P
Tipo de Vasija
Presencia de los Tipos de VasijaPlaya de Patanemo
213
E: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
F1: Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo, Estilo El Pinar, Pto. Maya
F2: Estilo El Pinar, Playa Chuao, Pto. Maya
F3: Este tipo de vasija no se observa en ningún otro sitio de los analizados
I: Estilo Ocumare, Estilo Palmasola, Estilo Las Minas, Estilo Valencia de
Cúpira, Estilo El Topo
J: Estilo Valencia Insular, Estilo Tocuyano, Estilo El Pinar, Estilo Ocumare,
Estilo Palmasola, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo
K: Estilo Valencia Continental, Pto. Maya, Estilo El Topo
L: Estilo Palmasola, Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental,
Estilo Las Minas, Estilo El Pinar, Cerámica de Playa Chuao, Estilo El Topo
P: Se observa en la gran mayoría de sitios arqueológicos en el continente y en
las costas
Al igual que en las unidades de muestreo anteriores se observa que los tipos
de vasijas presentan similitudes con otros estilos del área, principalmente con los
estilos relacionado con las series Valencioide, Ocumaroide y Dabajuroide. En cuanto
a los tipos de base, en la tabla nº 13 colocada en el capítulo (pág. 184), anterior se
observó la presencia de los tipos de base reconstruidos para esta unidad de muestreo.
El Gráfico Nº 8 representa los valores de esta tabla.
214
Gráfico Nº 8
Como se observa en este gráfico el tipo más frecuente es el B, seguido por los
otros dos tipos. Así como se ha señalado para todas las unidades de muestreo, debido
que la muestra de material es reducida no es posible aventurarse a realizar una
interpretación de los datos contenidos en los gráficos. A continuación se presentan las
comparaciones concernientes a los tipos de base.
A: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo El Palito, Estilo
El Pinar, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Estilo El Topo, Estilo Cúpira
B: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo Palmasola,
Estilo El Palito, Estilo Ocumare de Domusky Norte, Pto. Maya, Estilo El
Topo, Estilo Cúpira
0
10
20
30
40
50
60
%
A B D
Tipos de Bases
Porcentaje de Aparición de los Tipos de BasesPlaya
215
D: Estilo Valencia Insular, Estilo Valencia Continental, Estilo El Topo, Estilo
Cúpira, Estilo Palmasola, Estilo El Palito, Pto. Maya
Según los datos arriba expuestos, es posible observar que la unidad de
muestreo de la Ensenada de Patanemo mantiene relaciones estilísticas más fuertes con
la serie Valencioide, aunque se observa presencia de otras series, principalmente la
Ocumaroide, y en menor medida (debido a las formas de vasija) con la Dabajuroide.
Cronología relativa para la Ensenada de Patanemo
Partiendo de la comparación estilística y formal realizada para la unidad de
muestreo, se propone ubicar a la unidad de muestreo Ensenada de Patanemo dentro
del periodo IV de la cronología de Cruxent y Rouse. La ubicación de esta unidad en
el periodo IV sin extenderlo al periodo V esta basada en que si bien en esta unidad se
encontraron 2 fragmentos de vasija colonial o republicana, estos fueron encontrados
en el estrato 0-20 y pudieron ser introducidos posteriormente a la formación del
registro arqueológico indígena que se concentra a una mayor profundidad. Esta
aproximación preliminar es necesario confirmarla con una mayor cantidad de
material y datación absoluta.
Consideraciones acerca del yacimiento
Es muy difícil aproximarse a una interpretación acerca del tipo de sitio
excavado en la Ensenada de Patanemo. En función de los materiales encontrados se
podría pensar que el asentamiento pudo haber estado relacionado con actividades de
216
pesca, dada su cercanía al mar, y la presencia de raspadores de Codakia, utilizados
para quitarle las escamas al pescado. En cuanto a la dimensión del yacimiento, esta
no pudo ser establecida debido a la gran cantidad de basura contemporánea que se
encuentra en el lugar.
Aproximación Interpretativa
En función del material y de la ubicación geográfica del yacimiento
arqueológico, se podría plantear que este fue un asentamiento relacionado con
actividades de pesqueras y posiblemente de recolección de moluscos marinos. Tal vez
pudo ser una asentamiento temporal donde los pescadores se reunían antes o después
de las actividades de trabajo, posiblemente un equivalente a las rancherías de
pescadores que hoy en día se observan en muchas de las playas del centro norte. Sin
embargo, en base al reducido tamaño de la excavación y de la muestra no podemos
descartar la posibilidad de que el sitio haya sido un asentamiento permanente, como
los encontrados en otros sectores de la Cuenca de Patanemo.
CAPÍTULO IX
“Fragmentos de cerámica dentro de una caja”. Fuente: Hodder (2002)
IINNTTEERRPPRREETTAACCIIÓÓNN MMIICCRROO YY MMAACCRROO CCOONNTTEEXXTTUUAALL
INTRODUCCIÓN
En este capítulo se discutirán las interpretaciones micro y macro contextuales.
Las interpretaciones microcontextuales (o intrasitio) se refieren a las relaciones
estilísticas y temporales entre las unidades de muestreo de la Cuenca de Patanemo,
así como una interpretación final de los materiales analizados. Las interpretaciones
macrocontextuales (o entre sitios) abarcan las relaciones que se pueden observar entre
las informaciones obtenidas de la Cuenca de Patanemo y otros sitios arqueológicos
dentro de la Esfera de Interacción Valencioide. Las dos interpretaciones se alimentan
de las informaciones que se han presentado y discutido a lo largo de este trabajo. Al
proporcionar las primeras descripciones e interpretaciones arqueológicas sistemáticas
de la Cuenca de Patanemo se está cumpliendo con el objetivo principal de esta
investigación.
219
INTERPRETACIÓN MICROCONTEXTUAL
En el capítulo anterior fue posible observar que los materiales obtenidos en las
cuatro unidades de muestreo que se analizaron durante esta investigación podrían
pertenecer al período IV de la cronología relativa de Cruxent y Rouse (1982 [1958-
59]) y, en un caso, insertarse dentro del período V. En función de los análisis
estilísticos se podría realizar una aproximación hacia la contemporaneidad de los
asentamientos excavados. Posiblemente los individuos que dejaron los restos
materiales excavados en la unidad de muestreo Playa de Patanemo pudieron haber
convivido temporalmente con aquellos que fueron responsables de la utilización de la
cultura material excavada en la unidad de muestreo Pueblo de Patanemo. Esta
interpretación se fundamenta principalmente en que estas dos unidades, además de
pertenecer ambas al período IV, son las únicas en toda la Cuenca de Patanemo en
poseer decoraciones de líneas de engobe rojo pintadas sobre las panzas de las vasijas.
Incluso, al parecer, son los únicos sitios arqueológicos con materiales Valencioides
que presentan este tipo de decoraciones.
Tanto la unidad de muestreo Playa de Patanemo como Los Pueblos presentan
decoraciones de aplicaciones zoomorfas colocadas al borde de platos, que son
similares tanto en técnica de manufactura como en el motivo. Este tipo de
aplicaciones parecieran ser comunes a varios asentamientos Valencioides tanto en el
Continente como en las Islas. En consecuencia, podría plantearse la
contemporaneidad de estos asentamientos, sin embargo esto implicaría la
contemporaneidad de Los Pueblos con Pueblo de Patanemo, lo que no pareciera ser
sugerido ni por las características decorativas ni generales del material obtenido en
220
estas unidades. Las limitaciones de la muestra impiden ahondar más en este tema por
ahora. De igual manera, las características generales de la pasta y el acabado de
superficie del material de Los Pueblos se asemeja al del material recuperado en
Primavera, aunque en cuanto a las decoraciones ambas unidades mantienen
considerables diferencias.
En función de los materiales obtenidos durante los trabajos en la Cuenca de
Patanemo es difícil construir cronologías temporales fidedignas de carácter definitivo,
aunque a través de las comparaciones de estos materiales con los encontrados en otros
sitios arqueológicos pertenecientes a la esfera de interacción Valencioide se pueden
realizar algunas aproximaciones preliminares. En este sentido, aunque no se puede
establecer con exactitud cuáles asentamientos eran contemporáneos, se podría
proponer de manera preliminar que las unidades de muestreo más tempranas son
Pueblo de Patanemo y Playa de Patanemo, seguidos por Los Pueblos y, por último,
Primavera. Este último fue el asentamiento que perduró hasta la llegada de los
europeos, pero posiblemente los individuos que en un principio habitaron en este
sector del Valle de Patanemo pudieron haber convivido con los individuos de
asentamientos como el de Los Pueblos, o incluso el de la Playa. De todas maneras,
habría que ampliar las investigaciones en el área para establecer cronologías más
precisas.
Lo que pareciera desprenderse de las investigaciones es que los individuos
que habitaron en la Cuenca de Patanemo estaban influenciados por un mismo patrón
alfarero tanto en el ámbito decorativo como en el formal. Este patrón ha sido
identificado como perteneciente a la cultura Valencioide. Las normas (Rouse, 1973)
221
que rigen esta cultura cerámica parecen expresarse en las cuatro unidades de
muestreo, y se mantuvieron presentes en varios sitios del centro norte de Venezuela
desde el período prehispánico tardío hasta el período indohispánico (Rouse y
Cruxent, 1961).
Esta cultura cerámica se encuentra en sitios arqueológicos costeros asociada
con otros estilos cerámicos anteriores y contemporáneos temporalmente. Esto se
evidencia en la unidad de muestreo Primavera, donde algunas características
decorativas y formales de las series Tocuyanoide, Dabajuroide y Barrancoide Costera
Tardía se encuentran presentes. Por otro lado, en esta unidad y en la unidad Playa de
Patanemo se encontraron fragmentos cerámicos pertenecientes a la serie Valencioide
en conjunto con algunos restos cerámicos identificados como pertenecientes a la serie
Barrancoide Costera Tardía, Tierroide, estilo San Pablo (en Primavera) y Ocumaroide
(en Playa de Patanemo).
Si bien en este trabajo se identificaron series cerámicas, no se quiso definir
estilos cerámicos debido que la muestra fue lo suficientemente representativa como
para realizar comparaciones, más no fue adecuada ni cuantitativa ni cualitativamente
como para definir nuevos estilos. Aunque, sería importante señalar que hasta el
momento se ha realizado una diferenciación entre el estilo Valencia Continental y
Valencia Insular (Antczak y Mackowiak de Antczak 1999; Mackowiak de Antczak
2000), puesto que si bien ambos estilos pertenecen a la misma serie y mantienen
similitudes y relaciones en el ámbito estilístico, también existen diferencias locales
que los definen como estilos separados. La cerámica encontrada en la Cuenca de
Patanemo y en otros sitios arqueológicos costeros relacionados con la serie
222
Valencioide, mantienen muchas semejanzas con los estilos Valencia Continental e
Insular, sin embargo también existen claras diferencias. Por consiguiente cabría
preguntarse si ¿es posible definir un estilo Valencia Costero independiente, hasta
cierto punto, del Valencia Continental y el Insular?. Aunque en este trabajo no es
posible responder esta pregunta, es necesario plantearla puesto que se deriva de la
investigación en el área.
La interpretación de esta ‘homogeneidad heterogénea’ en el ámbito estilístico
se debe posiblemente al hecho de que, al momento de comenzar la expansión desde la
Cuenca del Lago de Valencia, de los individuos (física) o de las ideas (abstracta) de
los portadores de la cerámica Valencioide, comenzó un doble proceso de asimilación
cultural. Por una parte, esta cultura “dominante” pudo haberse instalado en las faldas
del lado norte de la cordillera de la costa “implantando” su estilo cerámico como
principal para los grupos habitantes locales (los cuales podrían haber consistido por
grupos portadores de la cerámica Ocumaroide, Barrancoide Costero Tardío y de
estilos no definidos hasta el momento) que fueron asimilando paulatinamente algunos
de los rasgos cerámicos Valencioides (Mackowiak de Antczak 2000). Por otra parte,
estos grupos costeros afectaron igualmente a esta cultura “dominante” la cual a su vez
asimiló ciertas características cerámicas y posiblemente otros elementos culturales.
La misma heterogeneidad, sin embargo, no se observa en el ámbito
zooarqueológico. Como se describió en el capítulo VII para las unidades de muestreo
trabajadas en esta investigación se encontraron, con relativa variedad, las mismas
especies faunísticas. Pareciera ser que los distintos ocupantes prehispánicos de la
Cuenca de Patanemo aprovechaban el entorno natural de una manera similar. Se
223
podría sugerir que esta gente estaba explotando la amplia gama de recursos
faunísticos que se encontraba en su entorno. Esto se ve representado en los restos
óseos de fauna terrestre y marina y en las conchas de moluscos que se encontraron en
los pozos de sondeo realizados. Al parecer los habitantes de la Cuenca de Patanemo
realizaban la caza de fauna terrestre, la pesca marina, la recolección de moluscos
marinos y además practicaban la agricultura (esto se desprende de los restos de
budares encontrados). Si bien no se obtuvo evidencia directa de que los huesos de
fauna recuperados en los pozos de sondeo hubiesen sido restos alimenticios, se puede
suponer que al menos muchos de ellos si lo fueron, considerando que en los sitios de
la Cuenca del Lago de Valencia este tipo de restos han sido asociados con actividades
alimenticias y en algunos casos rituales (Kidder 1944; Osgood 1943).
En definitiva, se podría argumentar que los habitantes prehispánicos de la
Cuenca de Patanemo constituían poblaciones agro-alfareras que mantuvieron su
subsistencia basada en la caza, la pesca y la recolección de moluscos marinos, y
estaban relacionados con diversos grupos presentes en las costas centrales, así como
con los grupos habitantes en la Cuenca del Lago de Valencia y el Archipiélago Los
Roques en el periodo prehispánico tardío.
INTERPRETACIÓN MACROCONTEXTUAL
A partir de las investigaciones arqueológicas realizadas en el centro norte de
Venezuela se ha propuesto que en la Cuenca del Lago de Valencia existió una cultura
indígena que llegó a un desarrollo cultural, social y político tal, que dominó
culturalmente un extenso territorio adyacente (Sanoja y Vargas 1974; Vargas 1985,
224
1990) definido como la Esfera de Interacción Valencioide (Antczak y Mackowiak de
Antczak 1999). El avance del conocimiento sobre la Esfera ha sido primeramente
orientado por las interpretaciones de Sanoja y Vargas, quienes fundamentan sus
interpretaciones en los trabajos de Kidder (1944), Osgood (1943) y Bennett (1937)
desde la perspectiva del ‘centro’; y en segundo lugar, por Antczak y Mackowiak de
Antczak, quienes han realizado sus interpretaciones desde la perspectiva de la
‘periferia’, sobre la base de las investigaciones sistemáticas que han llevado a cabo en
el Archipiélago Los Roques.
Sanoja y Vargas proporcionan una descripción general de lo que pudo ser la
cultura Valencioide y su proceso expansivo, sin señalar los “eventos” específicos de
las actividades socio-culturales que pudieron haberse dado en el pasado en las
diversas áreas que comprenden la Esfera. Los Antczak, a su vez tratan de describir las
relaciones que pudieron haberse dado en el pasado entre los portadores de la cerámica
Valencioide y otros grupos periféricos. Si bien ambas propuestas difieren (ver
capítulo IV) en cuanto a la resolución de las investigaciones de campo y las
tendencias teóricas que manejan, hay un factor esencial que las une. Ambos
propuestas comentan que la cultura que dio origen a la cerámica Valencioide y a la
esfera de interacción era una cultura con un alto desarrollo cultural, económico y
político, puesto que solo un grupo humano de estas características pudo haberse
expandido de la forma en que lo hicieron los portadores de la cerámica Valencioide,
incursionando en empresas tan grandes y complejas como las visitas periódicas al
Archipiélago de Los Roques separado de la costa por 140 km de mar abierto.
225
Si se considera factible que esta cultura haya poseído el poder suficiente como
para desplegarse en un territorio tan vasto, y posiblemente dominándolo, entonces las
influencias culturales que este grupo ejerció sobre los habitantes y visitantes de las
costas pudieron haber sido considerables. Los portadores de la cerámica Valencioide
tuvieron un centro donde se concentrara el acervo de su cultura, y todos los autores
coinciden en que este centro de poder se manifestó en la Cuenca del Lago de
Valencia (Oramas 1959; Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Rouse y Cruxent 1961;
Sanoja y Vargas 1974; Vargas 1985, 1990; Molina 1985; Antczak y Mackowiak de
Antczak 1999; Antczak 1999; Mackowiak de Antczak 2000). En función de estos
argumentos parece evidenciarse el supuesto de que si el Lago de Valencia era un
centro de poder cultural, entonces los asentamientos Valencioides en las costas
centrales pudieron ser la periferia de este centro. En este sentido, la investigación en
Patanemo demostró la presencia Valencioide en esta cuenca costera periférica de la
esfera, así como señaló la presencia o influencia de otros grupos cerámicos en
conjunto con el Valencioide.
Los Antczak han demostrado que a partir del 1300 d.C., aproximadamente, los
portadores de esta cerámica mantuvieron constantes incursiones al archipiélago en
busca de los recursos marinos que abundaban en estas islas (Mackowiak de Antczak y
Antczak 1987, 1989b; Antczak 1999; Antczak y Mackowiak de Antczak 1999;
Antczak y Mackowiak de Antczak 2002). El viaje desde la cuenca del lago hasta el
archipiélago no se realizaba solamente por vía marítima, puesto que los indígenas
debieron primero cruzar la cordillera de la costa para acceder hasta las costas y de allí
zarpar hacia las islas (Mackowiak de Antczak 2000). En este sentido, las travesías por
226
tierra debieron ejecutarse por caminos o redes de caminos que conectaban el ‘centro’
Valencioide, localizado a orillas del lago, con las costas. En vista de que no se han
encontrado restos de caminos empedrados o que demuestren un conocimiento en
ingeniería, estas redes de caminos podrían ser vistos como las rutas informales que
define Trombold (1993), donde se refiere a picas y senderos. También, posiblemente,
era necesario arribar a un campamento/aldea donde preparar el viaje marítimo, y
abordar, previamente alistadas canoas con tripulación. Si estas suposiciones son
validas, entonces se puede inferir que los portadores de la cerámica Valencioides del
‘centro’ poseían asentamientos temporales y/o permanentes donde habitaban
individuos activos en la empresa de organizar logísticamente las travesías marinas y
expertos en extraer materias primas y alimentos del archipiélago y transportarlos de
regreso hasta el continente. Sería muy difícil afirmar en este momento de la
investigación en la cuenca de Patanemo, cuales pudieron ser este tipo de sitios dentro
de la cuenca. Sin embargo, es posible señalar que la unidad de muestreo Los Pueblos,
pudo haber sido uno de aquellos asentamientos Valencioides localizados en la
vertiente norte de la Cordillera de la Costa que articulaban el ‘centro’ con las islas
oceánicas.
Es posible que además de los asentamientos relacionados directamente con la
empresa insular, existieron otros donde habitaban grupos (¿familiares?) que
pertenecieran al gran grupo cultural Valencioide que se define arqueológicamente por
su cerámica (Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]). Sin embargo, no se está planteando
que la cerámica define un grupo étnico, sino que podría definir grupos culturalmente
muy relacionados. En este sentido las relaciones centro-periferia que se pudieron
227
haber dado entre los habitantes de la Cuenca del Lago de Valencia y los habitantes de
las costas ofrecen varios aspectos de estudio.
Por un lado, se podría plantear que los grupos habitantes del lago en su
proceso de expansión hayan sido imitados por los grupos periféricos costeros. De
acuerdo con lo señalado por Braudel (1993) la identidad es la búsqueda de lo que
somos frente a los que no somos, tanto en el plano personal como en el étnico, y este
mecanismo se alimenta de ideologías, mitos y creencias. Si partimos de este
postulado se podría pensar que la costumbre de la deformación craneal (Requena
1932; Bennett 1937; Osgood 1943; Kidder 1944) observada en los grupos indígenas
del lago pudo haber sido una manera de afirmar una identidad para diferenciarse de
otras. ¿Podría ser factible que los habitantes de los asentamientos costeros hubiesen
imitado las técnicas y motivos para decorar la cerámica utilizados por los habitantes
del lago?. Esta pregunta podría inducir a pensar que los Valencioides del ‘centro’ y
los habitantes de la costa no eran los mismos grupos de gente, en términos étnicos, y
quizás lingüísticos, si no que los grupos costeros imitaron a la cultura que mantenía el
control sobre sus tierras ancestrales por un período determinado de tiempo
(Mackowiak de Antczak 2000).
En este aspecto se pueden discutir algunos de los postulados contenidos en el
trabajo doctoral de Mackowiak de Antczak (2000), quien elaboró un complejo marco
teórico y metodológico para el estudio de figulinas cerámicas provenientes del
Archipiélago Los Roques. En consecuencia, la autora clasificó las figulinas
excavadas en las islas de Los Roques en tres estilos: Estandarizado, Imitativo y
Heterogéneo. Los dos primeros fueron clasificados como pertenecientes a la cultura
228
Valencioide, y el tercero fue relacionado con la cultura Ocumaroide (Mackowiak de
Antczak 2000: cap. 4). La autora explica que las figulinas imitativas son ‘copias’ o
‘imitaciones’ de prototipos de figulinas; posiblemente ‘copias’ de las estandarizadas
(Mackowiak de Antczak 2000: 135). Las figulinas Imitativas fueron mayormente
producidas por las poblaciones muy estrechamente ligadas a las sociedades de los
Valencioides asentadas en las orillas del Lago de Valencia. Por otra parte, las
figulinas Heterogéneas son un producto de la cultura Ocumaroide, cuyos portadores
posiblemente asimilaron la ideología asociada con el uso y significado de las
figulinas Valencioides (Antczak y Mackowiak de Antczak, comunicación personal).
Este ejemplo ilustra que el proceso de ‘imitación’ con sus respectivos correlatos
sociales, pudo haberse desarrollado tanto dentro del marco de una misma cultura
(Valencioide) como entre las culturas (Valencioide/Ocumaroide).
Por otro lado, se podría plantear la posibilidad de que existiera, entre los
indígenas del lago, lo que Amodio (1993) ha definido como alteridad cercana y
lejana. En este sentido, cabe preguntar si ¿pudo existir en el pasado un ‘nosotros’
Valencioide diferente a un ‘ustedes’ Ocumaroide y más alejado aun de un ‘ellos’
Dabajuroide o Tierroide?. Con estas preguntas e hipótesis por ensayar y/o confirmar
se quiere destacar que las relaciones que pudieron existir entre el centro y la periferia
de la esfera de interacción fueron de un complejo dinamismo y de naturaleza variada
(Antczak y Mackowiak de Antczak 1999). Si bien fueron los portadores de la
cerámica Valencioide los que se apropiaron de las islas del Archipiélago de Los
Roques para explotar sus recursos (Mackowiak de Antczak y Antczak 1987; Antczak
229
1999; Antczak y Mackowiak de Antczak 1999; Mackowiak de Antczak 2000), en el
continente convivían con una diversidad de grupos culturales.
De hecho, para poder organizar la empresa insular de manera exitosa los
portadores de la cerámica Valencioide buscaron ‘asociarse’ tanto con los grupos
portadores de la cerámica Ocumaroide como con los grupos Dabajuroides (Antczak
1999; Mackowiak de Antczak 2000). Se ha demostrado en trabajos anteriores
(Cruxent y Rouse 1982 [1958-59]; Rouse y Cruxent 1961; Álvarez y Casella 1983;
Martín 1995), que antes de la llegada de los portadores de la cerámica Valencioide al
Centro Norte de Venezuela, existieron allí otros grupos portadores de cerámicas de
filiación cultural diferente. Entre estos se mencionan los Ocumaroides y los
Barrancoides Costeros Tardíos. Aunque se desconocen los motivos concretos que
hicieron que los portadores de la cerámica Valencioide se expandieran de la forma
anteriormente descrita y que impusieran, según lo que se ha propuesto, sus
particularidades estilísticas sobre otros grupos, es preciso señalar que esto pudo
haberse dado o por medios pacíficos (relaciones matrimoniales, intercambios,
necesidades mutuas, etc.) o bélicos (guerra).
Las evidencias arqueológicas analizadas en este trabajo podrían indicar que la
Cuenca de Patanemo si pudo haber sido uno de los puertos de zarpe de los grupos
portadores de la cerámica Valencioide hacia las islas del Archipiélago de Los Roques.
Esto podría sustentarse en que todos los sitios ubicados dentro de la Cuenca están
relacionados con la serie Valencioide; además la evidencia arqueológica analizada
pareciera sugerir que la Cuenca de Patanemo fue una cuenca ‘periférica’ del ‘centro’
Valencioide posiblemente relacionada con las actividades de subsistencia de los
230
grupos autóctonos, así como también la redistribución de los recursos marinos hacia
el área del lago de Valencia. La presencia de la materia prima de origen marino en los
sitios arqueológicos de la Cuenca del Lago de Valencia ha sido reportada por varios
investigadores (Requena 1932; Bennett 1937; Osgood 1943; Kidder 1944).
Como ya se mencionó, la propuesta de Mackowiak de Antczak (2000) acerca
de la similitud entre las figulinas Valencioides Continentales e Insulares, y de cómo
estas fueron reproducidas en algunos de sus rasgos por los portadores de la cerámica
Ocumaroide, se podría transpolar al ámbito de las formas de vasija. Sin embargo, esta
transpolación no esta sustentada aún en investigaciones sobre los recipientes
cerámicos entre las islas, costas y tierra adentro, puesto que el trabajo de Mackowiak
de Antczak está enfocado sobre las figulinas. Esta autora señala que en la gran
mayoría de los sitios costeros se observa una ‘mezcla multiestilística’ (Mackowiak de
Antczak 2000: 318) que representa la diversidad de estilos presentes en las costas
centrales. Esta apreciación se ve reafirmada en las unidades de muestreo excavadas
en la Cuenca de Patanemo (ver capítulo VII y VIII de esta tesis). De esta manera,
sería posible plantear de manera preliminar la hipótesis de que los grupos que
habitaban las costas centrales antes de la llegada (física) de los Valencioides a sus
tierras, ‘copiaran’ formas de vasijas útiles, así como figulinas y otros elementos
estilísticos representativos de la cerámica Valencioide y, posiblemente, de la cultura
Valencioide (Mackowiak de Antczak 2000). ¿Sería posible plantear que los grupos
que se unieron o se relacionaron estrechamente con los portadores de la serie
Valencioide comenzaron a ‘copiar’ o ‘imitar’ los rasgos que ellos consideraron
interesantes o relevantes de esta cultura?.
231
Según las investigaciones de Antczak (1999) y Mackowiak de Antczak
(2000), es posible inferir que el contexto que se puede ‘dibujar’ para la arqueología
de la esfera en su sección continental, es el de una diversidad de grupos interactuando
social, cultural, económica y políticamente donde, según las evidencias
arqueológicas, los grupos intercambiaron y ‘copiaron’ rasgos de la cultura material de
otros grupos presentes o visitantes de las Costas Centrales.
A partir del trabajo realizado en la Cuenca de Patanemo pareciera ser factible
la hipótesis señalada por Mackowiak de Antczak (2000), la cual argumenta que los
grupos portadores de la cerámica Valencioide se asentaron el las faldas de la vertiente
norte de la cordillera y que desde estos asentamientos mantenían relaciones con los
grupos que ya habitaban en las costas. La unidad de muestreo de Los Pueblos
presenta un asentamiento Valencioide, el cual mantiene estrechos vínculos estilísticos
con la cerámica de la Cuenca del Lago de Valencia, y está localizado a la altura de
más de 400 m.s.n.m sobre la montaña.
Así mismo, las unidades de muestreo trabajadas en el Valle de Patanemo
parecieran indicar asentamientos prehispánicos muy relacionados con la cerámica
Valencioide. En mayor medida o de manera más ‘limpia’ es visible la presencia de
cerámica Valencioide en la unidad de Pueblo de Patanemo, y en menor medida o más
‘contaminado’ con rasgos estilísticos de otros grupos es la unidad de Primavera. Por
último, la unidad de la Playa de Patanemo (“Pie de Cerro”) podría señalar un sitio
Valencioide relacionado con elementos estilísticos de la cerámica Ocumaroide. Este
tipo de yacimientos ha sido interpretado por algunos autores (Antczak 1999; Antczak
y Mackowiak de Antczak 1999; Mackowiak de Antczak 2000) como evidencia de las
232
relaciones que mantuvieron los grupos Valencioides con los grupos Ocumaroides.
Relaciones que estaban basadas, posiblemente, en actividades pesqueras, de
recolección de moluscos marinos, y principalmente, relaciones vinculadas con la
empresa de explotación de los recursos en el Archipiélago Los Roques (Antczak
1999; Mackowiak de Antczak 2000).
CAPÍTULO X
El autor durante las prospecciones en la montaña.
CCOONNSSIIDDEERRAACCIIOONNEESS FFIINNAALLEESS
Esta investigación ha aportado nuevas informaciones sobre la arqueología de
la Cuenca de Patanemo. Se describieron todos los materiales recuperados durante la
investigación; se identificaron estilos y series cerámicas para las unidades de
muestreo analizadas; se reconstruyeron las formas de vasija y base presentes en cada
unidad; se identificaron de manera general algunas de las especies de animales y
moluscos; se propuso una cronología relativa para las unidades; y por último, se
vincularon las informaciones obtenidas en las diferentes unidades de muestreo. En la
asociación de estas reconstrucciones se consiguió interpretar y extraer informaciones
relacionadas con el pasado prehispánico de la Cuenca de Patanemo.
Vista desde una perspectiva macro regional esta investigación se inserta
dentro una red de sitios arqueológicos que están vinculados por los rasgos de la
cultura material que los conforma, y que estuvieron relacionados en el pasado por
elementos culturales compartidos, hayan estado exclusivamente relacionados a su
cultura material, o incluido relaciones sociales, culturales e ideológicas. Así, se
realiza un aporte particular al conocimiento de la arqueología regional y se adquieren
235
nuevos elementos para considerar en futuros análisis arqueológicos del Centro Norte
de Venezuela.
Si bien con este trabajo se dieron a conocer varios aspectos de la arqueología
de la Cuenca de Patanemo, hay que considerar que estos son de carácter preliminar.
Dentro de las futuras investigaciones que se tendrían que realizar en la Cuenca de
Patanemo para ampliar y evaluar las informaciones e interpretaciones expuestas en
este trabajo se considera de vital importancia continuar los muestreos y realizar otras
excavaciones en los sitios descritos en este texto, así como ubicar nuevos yacimientos
donde se puedan ejecutar excavaciones extensivas. Sería importante visitar otros
lugares donde los habitantes de Patanemo han mencionado la presencia de material
arqueológico a los que no fue posible ir o no se pudieron ubicar. La obtención e
identificación de nuevo material zooarqueológico es imprescindible para poder
realizar interpretaciones substanciales sobre pasado que amplíen los conocimientos de
las actividades realizadas en el área de estudio. Es importante también realizar nuevas
prospecciones en la Montaña y en la Ensenada de Patanemo, orientadas con mayor
sistematicidad y resolución.
En vista de que una de las unidades de muestreo trabajadas en la Cuenca de
Patanemo, posiblemente, se encuentra ubicada en el período V, sería muy útil para las
reconstrucciones arqueológicas investigar acerca de las actividades indígenas y
europeas en la cuenca durante el siglo XV y XVI. Este tipo de investigación con las
fuentes históricas y documentales podría aportar significativas informaciones para la
reconstrucción del pasado de la Cuenca de Patanemo. Estos estudios podrían ser
beneficiosos tanto para la ampliación de los conocimientos sobre el pasado
236
prehispánico y el conocimiento de la época indohispana y colonial de esta cuenca.
Finalmente, sería de vital importancia comenzar a reconstruir la historia integrada de
la Cuenca de Patanemo, desde el período prehispánico hasta el presente, para
proporcionar a la gente que habita hoy en día en esta cuenca elementos que puedan
enriquecer su identidad sociocultural. En conjunto con este tipo de actividad
etnográfica (Hammersley y Atkinson 1994) podría resultar beneficioso compartir con
la comunidad los trabajos que se realicen sobre el pasado prehispánico, indohispánico
y colonial, bien sea a través de charlas o de la realización de publicaciones con
índoles difusivas. Con esto se lograría que los habitantes del área tengan
conocimiento del tipo de investigaciones arqueológicas que se esta llevando a cabo y
puedan extraer de ellas aquellos elementos que les sean necesarios o útiles.
BBIIBBLLIIOOGGRRAAFFÍÍAA
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ANEXOS
Molino de café - Los Pueblos - Patanemo
251
CUANTITATIVA Y CLASIFICACIÓN DE RESTOS HUMANOS Pueblo de Patanemo, Casa Vásquez – Pozo nº 2
Patanemo, Edo. Carabobo.
En el nivel 20-30 y 30-40 del pozo de sondeo nº 2 (1x1), realizado en el patio
de la Casa de la familia Vásquez se encontraron varios huesos humanos. Las
observaciones realizadas en la excavación parecen indicar que estos huesos no son
parte de un enterramiento indígena; en los niveles donde aparecieron los huesos se
encontraron restos de cerámica colonial y metal muy fragmentados. Igualmente, se
supone que el individuo haya sido enterrado de una manera improvisada y sin un
entierro formal. Esto se infiere del hecho que a una distancia de 10 cm del pozo nº 2,
se excavó con anterioridad el pozo nº 1, donde no se encontraron evidencias de restos
materiales coloniales.
Los datos indican que este individuo fue enterrado posteriormente al
asentamiento indígena que se representa en el registro arqueológico presente. La
estratigrafía de este sitio, es claramente definida, por lo que resaltan los estratos
alterados del pozo nº2. La alteración de los estratos se infiere en base a los siguientes
fenómenos ‘extraños’ observados en la excavación.
1. Presencia de huesos humanos incompletos y fragmentados, sin
posición anatómica definida, y sin asociaciones concretas a otros
materiales.
2. Presencia de “mancha negra” en el suelo de aproximadamente 30 cm2
que pudo observarse desde el nivel 30-40 hasta el nivel 120-130. Esta
‘mancha’ mantuvo una forma irregular en todos los niveles excavados,
encontrándose en ella material cerámico, osteológico, malacológico,
óseo y fragmentos de metal, en proporciones de 2 hasta 15 objetos
252
fragmentados por nivel. Dichos objetos se encontraban únicamente
dentro de la mancha.
En conclusión, se supone que los estratos de este pozo fueron alterados en otro
tiempo, por lo cual, los análisis de esta excavación no serán discutidos en detalle. A
continuación se describen los restos óseos recuperados en el pozo nº 2.
POZO Nº 2, NIVEL 20-30
Vértebras:
• 1 Atlas (con marcas de pulido)
• 1 Axis
• 4 vértebras cervicales
• 5 frag. de vértebras dorsales
• 3 vértebras lumbares (o últimas tres dorsales)
Mano:
• 1 Hueso largo
• 1 Semilunar (?)
• 1 Carpo
• 3 Falanges
• 1 Metacarpo
Costillas:
• 5 frag. pertenecientes a 2 costillas
Brazo:
• 1 frag. de Radio (este frag. se complementa con el frag. de radio ubicado en el
nivel 30-40)
253
Pie:
• 3 Tarsos
• 1 Metatarso
Huesos sin identificar:
• 2 dientes
• 62 frag. de huesos
Observaciones: Se observan patologías en vértebras y falange.
POZO Nº 2, NIVEL 30-40
Dientes:
• 1 Canino
• 1 incisivo (?)
Mano:
• 6 Falangetas
• 10 Falanginas
• 10 Falanges (1 con posible patología)
• 9 Metacarpos
• 1 escafoides izquierdo y 1 derecho
• 2 Trapecios
• 1 Hueso largo
• 1 Ganchoso (?)
• 2 Piramidales (?)
254
Brazo: Izquierdo
• 3 frag. de cubito
• 2 frag. de radio (este frag. se completa con el frag. de radio ubicado en el nivel
30-40)
Vértebras:
• 3 vértebras cervicales
• 2 vértebras dorsales
• 2 vértebras lumbares
• 2 vértebras sin identificar
Pie:
• 1 Astrágalo derecho
• 1 Metatarsiano (derecho?)
• 1 Falange derecha
• 2 Falangetas del pie
• 5 huesos del tarzo
Huesos sin identificar:
• 58 frag. de hueso
Observaciones: Los huesos de mano representan dos manos incompletas. Hay un
metacarpo cuyo desgaste indica rasgos de una actividad muy fuerte, aunque no es
posible decir cual.
TotalDec. / Eng. No Dec. Evidencia
UCV-A-332 24 182 3 xxx 1 x 210UCV-A-333 1 74 11 8 3 2 113UCV-A-334 * 64 484 69 162 20 2 1037UCV-A-335 * 32 395 34 133 4 x 684UCV-A-336 * 28 488 42 279 2 x 2222UCV-A-337 4 205 5 106 x x 430UCV-A-338 15 214 8 46 x x 317UCV-A-339 xxx 10 2 2 x x 14UCV-A-340 * 56 224 10 20 3 x 330
Total General 224 2276 184 756 33 4 5357
UCV-A-341 9 21 xxx 4 x x 35UCV-A-342 xxx 25 xxx xxx x x 25UCV-A-343 1 13 2 7 x x 30UCV-A-344 xxx 29 1 3 8 x 45UCV-A-345 44 128 5 5 x x 199UCV-A-346 3 20 xxx 8 x x 32UCV-A-347 16 51 xxx 6 30 121 237UCV-A-348 30 97 5 19 1 3 298UCV-A-349 51 104 1 139 91 16 2 2 406UCV-A-350 24 74 1 78 127 64 1 x 369UCV-A-351 15 41 xxx 50 1 x 107UCV-A-352 1 11 xxx 11 x x 33UCV-A-353 xxx 4 xxx 5 x x 10UCV-A-354 1 6 1 6 x x 14UCV-A-355 2 6 xxx 11 x x 21UCV-A-356 3 13 xxx 13 1 x 35UCV-A-357 1 3 xxx 10 x x 16UCV-A-358 1 3 xxx 3 x x 7UCV-A-359 1 1 xxx 3 x x 7Total General 203 650 16 240 44 126 1926643
52
xxx2
xxx2
143
xxx10
1
xxx14
236
xxx
861383
11034
xxx17
1880
1
417
113
Act.
Cuantitativa del Material ArqueológicoProyecto de Tesis de Grado: Patanemo, Edo. Carabobo
Codigo ConchaCerámica Lítica
Primavera
Hueso Col.
Pueblo de Patanemo
7
Dec. / Eng. No Dec.UCV-A-361 11 372 23 4 x x 423UCV-A-362 16 180 70 8 x x 578UCV-A-363 11 129 54 2 x x 289UCV-A-364 xxx 7 1 xxx x x 8UCV-A-365 5 36 1 4 x x 63UCV-A-366 7 153 12 16 3 x 231UCV-A-367 1 44 5 xxx x x 187UCV-A-368 3 116 9 12 x x 304UCV-A-369 1 31 3 xxx x x 37UCV-A-370 3 59 4 xxx x x 73
UCV-A-371 xxx 32 xxx xxx x x 33UCV-A-372 * 9 153 xxx xxx x x 162UCV-A-373 9 142 xxx xxx x x 151UCV-A-374 * 46 336 2 3 x x 464UCV-A-375 9 76 xxx xxx x x 85UCV-A-376 * 87 399 7 xxx x x 494Total General 218 2265 191 49 3 0 3582
xxx1
856
1xxxxxx
77
137164
27
93xxx
1740
304
Hueso
13
Col. Act.
Los Pueblos
Codigo Concha TotalCerámica Lítica
Dec. / Eng. No Dec.Ca-Pa-Playa I-S 15 2 1 1 xxx x x 19Ca-Pa-Playa I-PS1 / 0-20 39 84 1 9 4 2 x 139Ca-Pa-Playa I-PS1 / 20-40 17 22 2 30 36 x x 107Ca-Pa-Playa I-PS1 / 40-60 34 46 2 11 13 x x 106Ca-Pa-Playa I-PS1 / 60-80 5 23 4 1 33 x x 66
Total General 110 177 10 52 86 2 0 437
Números en rojo huesos humanos recolectados
Carabobo-Patanemo-Playa sitio I-SuperficialCa-Pa-Playa I-S
Ca-Pa-Playa I-P1 / 0-20
Significado de los Símbolos
Símbolo Significado
*
Secuencia de números que se asignaron para el material
en 2 o más cajas
Carabobo-Patanemo-Playa sitio I-Pozo # 1 / nivel de excavación
Playa de Patanemo
CodigoCerámica
Lítica Hueso Concha Col. Act. Total
332 al 388de Patanemo por el Departamento de Arqueología
UCV-A- Universidad Central de Venezuela - Arqueología
Significado de los CódigosCódigo Significado
El material con el asterisco está depositado
Primavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresRecolección superficial(no controlada)Primavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1 / 0 - 10 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1 / 10 - 20 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1 / 20 - 30 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1 / 30 - 40 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1/ 40 - 50 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1 / 50 - 60 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPozo # 1 / 60 - 70 cmPrimavera - PatanemoEdo. CaraboboSr. Ernesto MijaresPica - Río Patanemop.max: 1,30mts/p.min: 0,20 mts
Códigos Asignados a cada Unidad de RecolecciónProyecto de Tesis de Grado: Patanemo, Edo. Carabobo
28 de Febrero de 2003 UCV-A-334 2 cajas
Sitio Arqueológico Fecha de Recolección Código UCV Nº de cajas
28 de Febrero de 2003 UCV-A-332 1 caja
01 y 02 de Marzo de 2003 UCV-A-336 3 cajas
28 de Febrero de 2003 UCV-A-333 1 caja
29 de Febrero y 2 cajas
2002 - 2003 UCV-A-340 4 cajas
09 de Agosto de 2003 UCV-A-339 1 caja
Primavera - Patanemo
09 de Agosto de 2003 UCV-A-338 1 caja
08 de Agosto de 2003 UCV-A-337 1 caja
01 de Marzo de 2003UCV-A-335
Pueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo de Prueba (50 x 50)0 - 10 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo de Prueba (50 x 50)10 - 20 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo de Prueba (50 x 50)20 - 30 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 1 / 0 - 10 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 1 / 10 - 20 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 1 / 20 - 30 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 0 - 10 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 10 - 20 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 20 - 30 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 30 - 40 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 40 - 50 cm
16 de Agosto de 2003 UCV-A-351 1 caja
16 de Agosto de 2003
UCV-A-349 1 caja
UCV-A-350 1 caja
13 de Agosto de 2003 UCV-A- 348 1 caja
14 de Agosto de 2003
UCV-A-347
Todo en la mism
a caja
1 caja
de 2003UCV-A-345
23 - 24 de noviembrede 2003
UCV-A-346
23 - 24 de noviembre
23 - 24 de noviembre
UCV-A-342
Pueblo de Patanemo - Patanemo
Sitio Arqueológico Fecha de Adquisición Código UCV Nº de cajas
UCV-A-343
de 2003UCV-A-344
13 de Agosto de 2003
Todo en la mism
a caja
2002. UCV-A-341
2002.
2002.
Pueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 50 - 60 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 60 - 70 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 70 - 80 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 80 - 90 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 90 - 100 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 100 - 110 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 110 - 120 cmPueblo de Patanemo - PatanemoEdo. CaraboboFamilia VásquezPozo # 2 / 120 - 130 cm
31 de Agosto de 2003 UCV-A-352 1 caja
31 de Agosto de 2003
31 de Agosto de 2003
31 de Agosto de 2003
UCV-A-353
UCV-A-354
UCV-A-355
31 de Agosto de 2003
31 de Agosto de 2003
31 de Agosto de 2003
31 de Agosto de 2003
Todo en la mism
a caja / Todo en la mism
a caja
UCV-A-356
UCV-A-357
UCV-A-358
UCV-A-359
Los Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo # 1 / 0 - 20 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo # 1 / 20 - 40 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo # 1 / 40 - 60 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo # 1 / 60 - 80 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo de Sondeo / 0 - 20 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo de Sondeo / 20 - 40 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo de Sondeo / 40 - 60 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPozo de Sondeo / 60 - 80 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical0 - 20 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical20 - 40 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical40 - 60 cm
16 de Abril de 2003 UCV-A-361 1 caja
Los Pueblos - Patanemo
Sitio Arqueológico Fecha de Adquisición Código UCV Nº de cajas
1 caja
1 cajaUCV-A-36318 de Abril de 2003
17 de Abril de 2003 UCV-A-362
19 de Abril de 2003 UCV-A-364 1 caja
20 de Abril de 2003 UCV-A-365 1 caja
20 de Abril de 2003
20 de Abril de 2003
UCV-A-366 1 caja
UCV-A-367 1 caja
UCV-A-369 1 caja
20 de Abril de 2003 UCV-A-368 1 caja
16 al 20 de Abril de 2003
16 al 20 de Abril de 2003 UCV-A-371 1 caja
16 al 20 de Abril de 2003 UCV-A-370 1 caja
Los Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical60 - 80 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical80 - 100 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical100 - 120 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresPared del Hueco - Rec. Vertical120 - 125 cmLos Pueblos - PatanemoEdo. CaraboboSr. Luis FloresHueco - Rec. Sup. Piso # 1
16 al 20 de Abril de 2003 UCV-A-376 7 cajas
16 al 20 de Abril de 2003 UCV-A-372 2 cajas
16 al 20 de Abril de 2003
16 al 20 de Abril de 2003
16 al 20 de Abril de 2003 1 cajaUCV-A-375
UCV-A-374 3 cajas
UCV-A-373 1 caja
Unidadde Muestreo General Específica
Pozo de sondeo / 0-20 Plástica Aplicación Bolita de arcilla Borde 1Pozo de sondeo / 60-80 Pintada Rojo-negro / crudo ??? Panza 1Pozo # 1 / 0-20 Plástica Incisión Lineal Panza 1Pozo # 1 / 0-20 Plástica Impresión de Canutillo ??? Borde 1Pozo # 1 / 20-40 Plástica Aplicación, Cabeza Zoomorfa (?) Apéndice 1
Incisión y PunteadoRecolección pared / 40-60 Plástica Impresión Digital xxx Borde 1Recolección pared / 60-80 Plástica Incisión / Punteado Lineal y punteado Panza 1Recolección pared / 60-80 Plástica Rodete Cabalgante (int) xxx Borde 1Recolección pared / 60-80 Plástica Aplicación, Incisión 3 Cabezas Zoomorfas Borde 1
Impresión de Canutillo 2 en Borde y 1 en PanzaRecolección pared / 80-100 Plástica Rodete Cabalgante (int) xxx Borde 1Recolección pared / 100-120 Plástica Aplicación, punteado Cabeza Zoomorfa Borde 2
Impresión de CanutilloRecolección pared / 100-120 Plástica Impresión de Canutillo Lineal Panza 1Recolección pared / piso 1 Plástica Aplicación, punteado Cabeza Zoomorfa Borde 1
Impresión de Canutillo14
Descripción del Material Cerámico Decorado por Unidades de Muestreo
Unidad de Recolección MotivoTécnica Decorativa
Total
Frag. Total
Los Pueblos
Unidadde Muestreo General Específica
Camino hacia el río / Superficial Plástica Rodetes Cabalgante (ext) xxx Borde, Panza 8Impresión Digital (?)
Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación Abstracto Borde 1Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión Tocado de Figurina Borde 1
PunteadoCamino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión "Pan Frances" Borde, Panza 4Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión Pata de Cunaguaro (?) ? 1
Perforado (Barrancoide?)Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Incisión Cabeza Zoomorfa Borde? 2
Perforado (Barrancoide?)Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Exición Cabeza Zoomorfa Panza 1Camino hacia el río / Superficial Plástica Punteado Lineal Borde 1Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, punteado Cadeneta con doble Inflexión 5
linea punteadaCamino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación, Modelado "Panal de Abeja" ? 1
Inciso, PerforadoCamino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación Mamelón Panza 1Camino hacia el río / Superficial Plástica Aplicación Abstracto ? 1Pozo # 1 / 10-20 Plástica Punteado, Impresión ??? Borde 1
de CanutilloPozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicación, punteado Cadeneta con triple Inflexión 1
linea punteadaPozo # 1 / 10-20 Plástica Rodete Cabalgante (ext) xxx Borde 1Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicación (A-1) ???Pozo # 1 / 20-30 Plástica Aplicación, punteado ??? Panza 1Pozo # 1 / 20-30 Plástica Aplicado-Inciso "Pan Frances" Panza 1Pozo # 1 / 20-30 Plástica Punteado Lineal Borde 1Pozo # 1 / 20-30 Plástica Aplicado-Inciso Ojo grano de café Borde 1Pozo # 1 / 30-40 Plástica Punteado Cadeneta con doble ? 1
línea punteadaPozo # 1 / 30-40 Plástica Incisión y Punteado ??? Apéndice 1Pozo # 1 / 30-40 Plástica Incisión y Punteado ??? Panza 1
Total
Primavera
Unidad de Recolección Técnica Decorativa Motivo Frag.
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Aplicación mamelonar xxx Borde 1
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Rodete Cabalgante (con xxx Panza 1marcas digitales)
Pozo # 1 / 30-40 Plástica Impresión Digital xxx Borde 1Pozo # 1 / 30-40 Plástica Rodete Cabalgante (con xxx Borde 1
impresión digital)Pozo # 1 / 30-40 Plástica Incisión Lineas Borde 1Pozo # 1 / 30-40 Plástica Aplicación, Incisión Cabeza Zoomorfa Borde 1Pozo # 1 / 40-50 Plástica Aplicado ??? Apéndice 1Pozo # 1 / 50-60 Plástica Incisión Lineal Borde 1
Pozo # 1 / 50-60 Plástica Incisión Lineal Panza 1Pozo # 1 / 50-60 Plástica Impresiones ??? Panza 1Pozo # 1 / 50-60 Plástica Incisión Lineas curvas Panza 1Pozo # 1 / 50-60 Plástica Rodete Cabalgante (ext) xxx Borde 1
49
Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicado, Inciso, Cara de Vasija Panza 1Punteado Antropomorfa
Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicado, Inciso, Cara Antropomorfa Panza 1Punteado
Pozo # 1 / 10-20 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 6Pozo # 1 / 10-20 Plástica Aplicación, Incisión "Pan frances" Panza 1Pozo # 1 / 20-30 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 1Pozo # 1 / 30-40 Plástica Aplicación Mamelón Borde 1Pozo # 2 / 10-20 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 6Pozo # 2 / 10-20 Plástica Aplicación, Incisión "Pan frances" Panza 1Pozo # 2 / 20-30 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 9Pozo # 2 / 30-40 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 3Pozo # 2 / 30-40 Plástica Aplicación, Incisión Ojo "grano de café" Panza 1Pozo # 2 / 40-50 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 1
32
Primavera
Total
Total
Pueblode Patanemo
Pozo # 1 / Rec. sup. Pintada Engobe rojo Lineal Panza 2Pozo # 1 / Rec. sup. Pintada (Negro)Rojo / Gris Lineal Panza 1Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Exisión Lineal Panza 1Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Aplicación Bola de arcilla Inflexión 1Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Impresión Digital (?) xxx Panza 2Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Aplicación Mamelón (pequño) Inflexión 1Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Impresión (sin definir) xxx Borde 1Pozo # 1 / Rec. sup. Plástica Aplicación, Incisión, Zoomorfo Borde 1
PunteadoPozo # 1 / 0-20 Plástica Incisión, Punteado I: Lineal / P: Disperso Panza 1Pozo # 1 / 0-20 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 6Pozo # 1 / 0-20 Plástica Indicios de Aplicación ??? Borde 1Pozo # 1 / 0-20 Pintada Pintura negra y engobe P: panza / E: labio Borde 1Pozo # 1 / 20-40 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 3Pozo # 1 / 40-60 Plástica Impresión (sin definir) circulos pequeños Borde 1Pozo # 1 / 40-60 Pintada Engobe rojo Lineal Panza 3
26Total
Playa
Pozo de sondeo / 0-20 Tiesto redondeado Panza, Borde 2Pozo de sondeo / 60-80 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 40-60 Tiesto redondeado Panza 2Recolección pared / 80-100 Tiesto romboidal Panza 1Camino hacia río / Superficial Tiesto redondeado Panza 3Camino hacia río / Superficial Tiesto romboidal Panza 2Pozo # 1 / 0-10 Tiesto romboidal Panza 1Pozo # 1 / 20-30 Tiesto romboidal Panza 1Pozo # 1 / 20-30 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 30-40 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 30-40 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 30-40 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 50-60 Tiesto redondeado Panza 1Pozo de sondeo / 10-20 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 10-20 Tiesto redondeado Panza 1Pozo # 1 / 0-20 Tiesto romboidal Borde 1Pozo # 1 / 0-20 Tiesto en punta Borde 1Pozo # 1 / 40-60 Tiesto en punta Borde 1
Primavera
Playa
Pueblo de Patanemo
Descripción del Material Cerámico de Manufactura Posterior
Los Pueblos
Unidad de Muestreo Unidad de Recolección Frag. TotalTipo de Objeto
Camino hacia río / Superficial Pipa Arcilla 1Camino hacia río / Superficial Gubia Concha 1Camino hacia río / Superficial Micro-vasija Arcilla 2Pozo # 1 / 20-30 Cuenta de collar Serpentinita o Jedeita 1Pozo # 1 / 20-30 Pendiente semi-circular Concha (?) 1Pozo # 1 / 30-40 Cuenta de collar Concha (?) 1Pozo # 1 / 30-40 Cuenta de collar Cuarzo Lechozo 1Pozo # 1 / 30-40 Pendiente (lagrima) Cuarzo Lechozo 1Pozo # 1 / 50-60 Micro-hacha Coral 1Pozo # 1 / 20-30 Cuenta de collar Hueso de pajaro 2Pozo # 2 / 10-20 Colgante Mandíbula de Pez Loro 1Pozo # 1 / 0-20 Raspadores Concha (Codaquia) 2
Pueblo de Patanemo
Playa
Descripción de Cuentas de Collar, Pendientes y Otros Objetos Particulares
Materia PrimaUnidad de Muestreo Unidad de Recolección Tipo de Objeto Total
Primavera
Camino hacia río / Superficial Asa (ovalada) 2Camino hacia río / Superficial Frag. de Base Anular 1Camino hacia río / Superficial Frag. de Figurina 1Camino hacia río / Superficial Pata de Vasija 1Camino hacia río / Superficial Frag. de Panza con 1
frag. de Asa TritubularPozo # 1 / 0-10 Asa Tubular 1Pozo # 1 / 20-30 Asa (semi-ovalada) 1Pozo # 1 / 30-40 Pata de Vasija 1Pozo # 1 / 30-40 Asa (tubular) 1Pozo # 1 / 50-60 Frag. de Figurina 1Pozo # 1 / 50-60 Asa (tubular) con línea 1
punteada
Pueblo de Patanemo Pozo # 1 / 10-20 Frag. de Figurina 1
Primavera
Descripción de Asas, Patas y fragmentos de Figurinas
Los Pueblos Recolección pared / 100-120 Asa con mamelón 1
Unidad de Muestreo Unidad de Recolección Tipo de Objeto Cantidad
Recolección pared / piso 1 Pesos de red de pesca 2Recolección pared / piso 1 Percutor o Machacador 1Pozo de sondeo / 0-20 Pulidor o alisador 1Camino hacia río / Superficial Pulidor o alisador 1Camino hacia río / Superficial Mano de Moler 1Sr. Ernesto / Rec. Superficial Mano de Moler 2Pozo # 1 / 10-20 Pulidor o alisador 2Pozo # 1 / 10-20 Peso de Pesca (?) 1
artefacto multifuncional (?)Pozo # 1 / 20-30 Pulidor o alisador 4Pozo # 1 / 20-30 Lasca 1Pozo # 1 / 20-30 Frag. de Mano de Moler 1Pozo # 1 / 30-40 Pulidor o alisador 2Pozo # 1 / 30-40 Microhacha y/o Pulidor 1Pozo # 1 / 30-40 Lasca o Raspador 1Pozo # 1 / 40-50 Pulidor o alisador 1Pozo # 1 / 60-70 Pulidor o alisador 1
Pozo # 1 / 20-40 Mano de Moler 1Pozo # 1 / 20-40 Raspador 1Playa
Pueblo de Patanemo Pozo # 1 / 10-20 1
Primavera
Los Pueblos
Percutor o Machacador
Descripción de los Artefactos Líticos por Unidad de Muestreo
Unidad de Recolección Tipo de Objeto TotalUnidad de Muestreo
Aparición Apariciónentre las unidades (%) en el área (%)
C
Montaña
3,98Valle
Ensenada
14,29
14,29
Pueblo de Patanemo
Playa
12,25
4,09
50
Primavera 21,42
Pueblo de Patanemo
Playa
Los Pueblos
Montaña
Valle
Ensenada
A2
B
Valle 1,99
Los Pueblos
Primavera
16,33
60,2127,84
Primavera
Pueblo de Patanemo
42,85
57,14
A1 5,4Valle Pueblo de Patanemo 23,31
Montaña Los Pueblos 73,68
Tipo de Vasija Unidad de Muertreo
Porcentaje de Presencia y Distribución de los Tipos de Vasijas por Sub-Áreas
Sub-área
3,69Los Pueblos 53,85
Primavera 46,15
Montaña
ValleG
Ensenada PlayaF2
3,41
1,14100
0,85
Valle
F1Ensenada
F333,33
Primavera 91,66
Playa 8,33
Ensenada
Ensenada
Playa 28,57
Montaña Los Pueblos 66,66
Playa
EPrimavera 28,57
1,99
Montaña Los Pueblos 14,28
VallePueblo de Patanemo 28,57
Montaña
EnsenadaD 3,69
76,92
23,07
Los Pueblos
Playa
5,4VallePrimavera 10,53
Pueblo de Patanemo 10,53
Ensenada Playa 21,05
J
Ensenada
Montaña
Valle
I
Montaña Los Pueblos 57,89
Los Pueblos 41,66
1,42Los PueblosH 100
6,82Primavera 4,16
Pueblo de Patanemo 4,16
Montaña
Playa 50
Los Pueblos
Primavera
Playa
6,66
6,66
6,66
Montaña
Valle
Ensenada
K 4,26
L
Montaña Los Pueblos 24,07
15,84VallePrimavera 59,26
Pueblo de Patanemo 5,55
Ensenada Playa 11,11
Valle
O
Ñ
Valle Primavera 100 1,7
3,13Pueblo de Patanemo 36,36
Primavera 63,63
ValleM
Montaña Los Pueblos
3,41Primavera 8,33
Pueblo de Patanemo 25
66,66
0,28N Valle Primavera 100
Valle
Ensenada
P
Montaña
4,26Primavera 46,67
Playa 13,3
Los Pueblos 40
Aparición Apariciónentre las unidades (%) en el área (%)
Tipo de Base Sub-área Unidad de Muertreo
Porcentaje de Presencia y Distribución de los Tipos de Base por Sub-Áreas
B
Montaña Los Pueblos 11,54
21,15
Montaña Los Pueblos 45,45
Bahía
A
Playa 36,36
Valle Pueblo de Patanemo 18,18
50VallePrimavera 53,85
Pueblo de Patanemo 7,69
Bahía Playa 26,92
C
DMontaña Los Pueblos
21,15Primavera 72,73Valle
Montaña Los Pueblos 27,27
7,69Bahía Playa 25
75
General EspecíficoPrimavera UCV-A-333 Mamiferos Cachicamo
(Casa Mijares) Peces Ninguno IdentificadoUCV-A-334 Mamiferos Cachicamo
Venado CaramerudoPeces Ninguno Identificado
UCV-A-335 Mamiferos Baquiro pequeñoRatónPicureLapaCunaguaroCachicamo
Peces Pez LoroPargo
Aves Ninguna identificadaReptiles Ninguno Identificado
UCV-A-336 Mamiferos PicureFelinoRatón (grande)CachicamoVenadoMono (?)Ratones o RoedoresRabipelado
Peces MeroAves Ninguna identificadaReptiles Lagartija
IguanaInvertebrados Cangrejo
UCV-A-337 Mamiferos CachicamoPeces Ninguno IdentificadoReptiles Lagarto
IguanaCotejo
UCV-A-338 Mamiferos CachicamoPeces Ninguno Identificado
Animales Identificados
Identificación General y Preliminar de los Restos ZooarqueológicosPatanemo, Edo. Carabobo
Unidad de Muestreo Unidad de Recolección
General EspecíficoPueblo de Patanemo UCV-A-345 Mamiferos Cachicamo
(Casa Vásquez) PicurePeces Jurel
UCV-A-348 Mamiferos CachicamoVenado pequeño
Peces Pez LoroTiburón
Reptiles Lagartijos pequeñosUCV-A-349 Mamiferos Cachicamo
Peces Pez LoroReptiles Iguana
UCV-A-351
Aves Ninguna identificadaReptiles IguanaInvertebrados Cangrejo
Los Pueblos UCV-A-361 Mamiferos Cachicamo(Terreno Flores) Peces Ninguno Identificado
UCV-A-362 Mamiferos CachicamoPeces Tiburon
UCV-A-363 Mamiferos CachicamoPeces Ninguno Identificado
UCV-A-365 Mamiferos CachicamoPeces Ninguno Identificado
UCV-A-366 Mamiferos CachicamoPeces Ninguno Identificado
UCV-A-368 Mamiferos CachicamoFelino
Peces Pez LoroUCV-A-374 Mamiferos Cachicamo
Zorro o FelinoPeces Ninguno Identificado
Playa de Patanemo Ca-Pa-Playa I-PS1/0-20 Mamiferos Cachicamo("Pie de Cerro") Peces Pez Loro
MeroTiburon
Animales IdentificadosUnidad de Muestreo Unidad de Recolección
Nombre común Nombre CientíficoPrimavera UCV-A-334 Placas: Cucaracha de Mar Amphineura
(Casa Mijares) MejillónOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularisMelongena Melongena melongena
UCV-A-335 Placas: Cucaracha de Mar AmphineuraOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularisMelongena Melongena melongenaQuigua Citarium pica? Fisurela sp.
UCV-A-336 Placas: Cucaracha de Mar AmphineuraOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularis? Pomasea sp.Melongena Melongena melongenaQuigua Citarium picaBotuto o Guarura Strombus gigas? Fisurela sp.
UCV-A-337 Placas: Cucaracha de Mar AmphineuraOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularis? Pomasea sp.Melongena Melongena melongenaQuigua Citarium pica
UCV-A-338 Placas: Cucaracha de Mar AmphineuraOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularisMelongena Melongena melongena
UCV-A-339 Codakia Codakia orbicularisPueblo de Patanemo UCV-A-341 Mejillón ?
(Casa Vásquez) Botuto o Guarura Strombus gigasUCV-A-344 Ostra Isognomon sp.
Codakia Codakia orbicularisMelongena Melongena melongena
UCV-A-349 Ostra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularisMelongena Melongena melongena
Identificación General y Preliminar de los Restos MalacológicosPatanemo, Edo. Carabobo
Restos IdentificadosUnidad de RecolecciónUnidad de Muestreo
Nombre común Nombre CientíficoUCV-A-350 Placas: Cucaracha de Mar Amphineura
? Purpura patulaOstra Isognomon sp.Quigua Citarium picaBotuto o Guarura Strombus gigas
UCV-A-351 Placas: Cucaracha de Mar AmphineuraMejillón ?? Purpura patulaOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularis? Pomasea sp.Melongena Melongena melongenaQuigua Citarium pica
UCV-A-352 Placas: Cucaracha de Mar AmphineuraMejillón ?Codakia Codakia orbicularisMelongena Melongena melongena
Los Pueblos No se identifico ningún resto de material malacológico en los puntos (Terreno Flores) de excavación y recolección superficial (vertical)
Bahía de Patanemo Ca-Pa-Playa I-PS1 / 0-20 Codakia Codakia orbicularis("Pie de Cerro") Ca-Pa-Playa I-PS1 / 20-40 Placas: Cucaracha de Mar Amphineura
? Purpura patulaOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularis? Pomasea sp.Quigua Citarium pica? Astraea tecta? Cypraea sp.? Cypraea cinerea
Ca-Pa-Playa I-PS1 / 40-60 Codakia Codakia orbicularisBotuto o Guarura Strombus gigas? Fisurela sp.Guacuco o Wacuco Tivela mactroides
Ca-Pa-Playa I-PS1 / 60-80 Placas: Cucaracha de Mar Amphineura? Purpura patulaOstra Isognomon sp.Codakia Codakia orbicularisQuigua Citarium pica? Fisurela sp.
Unidad de Muestreo Unidad de RecolecciónRestos Identificados
Nombre común Nombre CientíficoPrimavera 334, 335, 336, 337, 338 Coral (cerebro) ?
339, 340 Coral (esponja) ?Caracol de Agua Dulce (1) GasteropodoCaracol de Agua Dulce (2) Gasteropodo
Pueblo de Patanemo 344, 348, 350 Coral (cerebro) ?Coral (esponja) ?Caracol de Agua Dulce Gasteropodo
Los Pueblos 365, 366, 368 Coral (esponja) ?Caracol de Agua Dulce (3) Gasteropodo
Ensenada de Patanemo 20-40, 60-80 Caracol de Agua Dulce (1) GasteropodoCaracol de Agua Dulce (3) Gasteropodo
Observaciones:Se encontraron 3 tipos de moluscos terrestres y dulce acuiculas, no se observó evidencia de quehayan sido utilizados como alimento.
Unidad de Muestreo Unidad de Recolección Restos Identificados
Otras Evidencias Malacológicas(no identificadas)
Perfil del pozo de sondeo 1x1 m2 Terreno Flores, Los Pueblos Esc: 1:20 cm
Piedras Estrato grisáceo con presencia de material arqueológico
Perfiles del pozo de sondeo 2x1 m Casa Mijares, Primavera Esc: 1:10 cm
Pared Oeste Pared Norte
Pared Este Pared Sur Estrato esteril Arena
Estrato de tierra oscurara Estrato de tierra grisacea
Perfil de pozo de sondeo 1x1 m2 Casa Vásquez, Pueblo de Patanemo Esc: 1:10 cm Pared Sureste
Pared Noreste
Cont…
Pared Suroeste
Pared Noroeste
Estrato de tierra oscura Estrato estéril “Mancha negra”: tierra oscura
Levantamiento Planimétrico Terreno Flores, Los Pueblos Esc: 1:200
Leyenda PP: Pozo de pala
PS: Pozo de sondeo
H: Hoyo
Verde: Monte
Levantamiento Planimétrico Casa Mijares, Primavera Esc: 1:2 mts
Leyenda
PS: Pozo de sondeo
Circulo verde: Árbol
Patio
Levantamiento Planimétrico Pueblo de Patanemo, Casa Vásquez Esc: 1:2 mts
Leyenda PS1: Pozo de sondeo Nº 1 PS2: Pozo de sondeo Nº 2 PP: Pozo de pala Circulo Azul: Pozo séptico Rectángulo marrón: Basurero de conchas contemporáneo Círculo verde: Árbol
Dibujo del entrono a la excavación Terreno Flores, Los Pueblos
284
Lamina 1
285
Lamina 2
286
Lamina 3
287
Lamina 4
288
Lamina 5
289
Lamina 6
290
Lamina 7
Lamina 8
291
Lamina 9
Lamina 10
292
Lamina 11
293
Lamina 12
Lamina 13
294
Lamina 14
Lamina 15
295
Lamina 16
296
Lamina 17
Lamina 18
297
Lamina 19
Lamina 20
298
Lamina 21
Lamina 22
299
Lamina 23
Lamina 24
300
Lamina 25
Lamina 26
301
Lamina 27
302
Lamina 28
Lamina 29
303
Lamina 30
Lamina 31
304
Lamina 32
Lamina 33
305
Lamina 34
306
Lamina 35
Lamina 36
APÉNDICE
Extremo de la casa del Sr. Luis flores, Los Pueblos
RREEFFLLEEXXIIOONNEESS PPEERRSSOONNAALLEESS SSOOBBRREE EELL TTRRAABBAAJJOO DDEE CCAAMMPPOO
EL INICIO
Hace dos años me encontraba buscando un tema que me interesara para
realizar mi tesis de grado dentro del Departamento de Arqueología de la Escuela de
Antropología de la Universidad Central de Venezuela. Había muchos temas que me
llamaban la atención, pero ninguno que me atrapara. Por fin, un día conocí a mi tutor
y él me ayudó a concretar las ideas que tenía en mi cabeza. Así decidimos que mi
tesis se iba a realizar sobre caminos prehispánicos entre Vigirima, Edo. Carabobo
(pueblo de tierra adentro) y Patanemo, Edo. Carabobo (pueblo costero) ambos en el
centro norte de Venezuela.
Con este tema de tesis en mente, comencé a realizar un arqueo de fuentes
sobre el sitio y los lineamientos teóricos y metodológicos del trabajo. Siempre
pensando en el futuro, pero no muy lejano, trabajo de campo. Comencé a dibujar en
mi cabeza como sería todo, el sitio, el terreno, las prospecciones, las excavaciones, el
material, en fin, durante meses construí en mi cabeza todo mi trabajo de campo, y mi
309
proyecto de tesis en general. Luego de mi primera aproximación a los dos sitios, y de
evaluar cual sería mi situación económica para la tesis, decidí junto con mi tutor
reducir la escala del trabajo, y trabajar únicamente en uno de los dos sitios. El sitio
escogido fue Patanemo, debido a qué en este sitio no se habían realizado trabajos
arqueológicos sistemáticos y, además, me pareció más interesante trabajar en un sitio
donde se congregaran diversos ambientes topográficos y ecológicos como son:
montaña, valle y playa.
Las dos primeras salidas de campo las realice en compañía de unos
compañeros; fueron salidas muy cortas, aproximadamente de 5 días cada una. En
estas salidas todo se desarrolló con mucha calma y confianza de mi parte; no estaba
solo, eran salidas cortas y al fin, mi interés era trabajar con el pasado –yo no tenía
porque interactuar mucho con la gente del pueblo– pues mi trabajo era arqueológico y
no etnográfico. Unas semanas después salí de mi casa hacia Patanemo, un poco
nervioso, pues, además de estar solo, tenía que contactar al que sería, hoy en día, mi
guía e informante. Yo solo había intercambiado un par de palabras con él y me
parecía una persona agradable. Él se comprometió a colaborar con mi trabajo y a
ayudarme a conseguir contactos de sitios arqueológicos dentro del pueblo, pues como
iría descubriendo poco a poco, en Patanemo la gran mayoría de los sitios
arqueológicos están debajo de las casas y terrenos de los habitantes.
De manera general, así comenzó mi trabajo: morral de excursionista en la
espalda, botas de cuero altas, ropa desgastada, poco dinero en el bolsillo, la cabeza
llena de datos arqueológicos, históricos y teóricos, y sobre todo llena de dudas,
310
incógnitas y miedos. Creo que es necesario señalar que yo soy blanco, 1.80m de
estatura, cabello negro y descendiente de italianos, y Patanemo es un pueblo
principalmente habitado por negros descendientes de los esclavos de la colonia. Al
principio, pensé que esto sería un problema para mí, y posiblemente para ellos.
Afortunadamente, creo que no fue así, pero sin lugar a dudas, mis condiciones
fenotípicas y de extranjero, ayudaron a que, más aún, no pasara desapercibido. Al
principio, yo pensaba que la gente no notaba mi presencia, que no me hacían caso;
luego comprobé que no era así, al punto en que, cuando llegaba a una casa, incluso de
personas que no conocía, me comentaban que ellos ya sabían que yo estaba viniendo,
y por eso estaban calentando café...
EL TRATO CON LA GENTE
Mi intención antes de comenzar mi tesis era trabajar en un sitio donde no
habitara nadie, puesto que no me interesaba la interrelación con grupos actuales y
también para no tener que explicarle a la gente una y mil veces por qué yo estaba ahí.
Creo que el destino no está exento de un grado de ironía. La primera noche que pasé
debajo de un techo desconocido en Patanemo me di cuenta que lo menos que iba a
hacer ahí era excavar en sitios donde no hubiese habitantes.
La Confianza
El hecho de tener que excavar en los patios y terrenos de los habitantes de
Patanemo trajo como consecuencia que, además de explicar detalladamente mi
311
trabajo a decenas de personas, yo tenía que ganarme su confianza. Durante años los
vecinos de Patanemo han presenciado como supuestos “arqueólogos” van a las casas
de la gente, piden las piezas indígenas que los habitantes han encontrado
(supuestamente para realizar estudios científicos), y se las llevan para más nunca
volver. Este problema, por supuesto, se extendió a mí y a mi trabajo. Los habitantes
del pueblo no tenían constancia de que yo realmente era un tesista de la Escuela de
Antropología de la universidad tratando de realizar una investigación arqueológica
seria y no otro saqueador citadino con aires de “arqueólogo”.
Con estos antecedentes, traté de comenzar a insertarme dentro de la dinámica
del pueblo, no solo a prospectar sitios arqueológicos, sino también a exponerme a una
cantidad de personas que, sobre todo al principio, me miraban como si fuera otro
saqueador. Los factores que comenzaron a cambiar esta visión de mí ante ellos fueron
-o al menos eso pienso yo-: (1) el hecho de que siempre que partía de Patanemo y
decía que iba a volver, volvía; (2) que yo tenía, cada vez más, una mejor relación con
mi guía y su grupo familiar, y eso se notaba en el pueblo; (3) que siempre explicaba
incansable y detalladamente mi trabajo a cuantas personas podía; y (4) que traía
siempre conmigo material de apoyo para explicarles a las personas los conocimientos
arqueológicos que hasta el momento se tienen sobre el centro-norte de Venezuela, y
que, además, mostraba un interés real por enseñárselos.
Por supuesto, los puntos arriba mencionados no hubiesen sido alcanzados si
no hubiera aceptado desde un principio que esas personas no tenían por qué
ayudarme, ni siquiera tenían por qué mostrarse interesados en mi trabajo. De hecho,
312
no tenían porque aceptar mi presencia dentro del pueblo, dentro de sus casas, dentro
de sus vidas, pues a fin de cuentas, yo era (y sigo siendo) un ente extraño a su vida
cotidiana. Consciente de esto, yo mismo adopté la posición de decirles que no
confiaran en mí, que no creyeran en mí trabajo, que lo aceptaran sólo en la medida en
que ellos vieran que mis intenciones para con ésta investigación y con el pueblo eran
serias y académicas.
Así, durante dos años (en 10 salidas de campo) prospecté y excavé en la
montaña y el valle de Patanemo junto a mi guía, quien vale decir, es una persona muy
conocida en todo el pueblo y los sectores adyacentes. Las buenas relaciones de mi
guía no me abrieron todas las puertas, pues durante un poco más de un año traté de
excavar en un terreno en la montaña, y su dueño nunca me dejó. Incluso a veces lo
veía por la calle y ni siquiera me saludaba, al contrario me miraba con recelo. Luego
de subir constantemente a la montaña durante todas mis salidas de campo y hablar
con él, obtuve su “bendición” y me permitió excavar un pozo 1x1 mt2 en un punto
que se mostraba muy interesante para la investigación arqueológica. Si bien las
dimensiones de la excavación fueron mínimas, fue un paso muy importante para mi
aceptación por parte de los conuqueros de la montaña, puesto que cuando vieron que
uno me abrió las puertas de su casa y su confianza, luego todos me comenzaron a
tratar mucho mejor.
Durante este tiempo interactué con las personas –niños, jóvenes y viejos– viví
con ellos y conocí algunas de sus costumbres y maneras de vida. Aunque el pueblo de
Patanemo está a sólo 2 horas de la capital venezolana, donde vivo, su vida cotidiana e
313
interacción con el medio que los rodea es muy diferente a la vida que se lleva en la
capital.
La confianza que las personas depositan en los investigadores no es
meramente una tarjeta de entrada a excavar en sus patios, ni mucho menos un
elemento secundario de la investigación. Desde mi punto de vista, esta confianza es la
aceptación de UNO como individuo dentro de SU pueblo, no como científico, sino
como individuo que se compromete con la investigación del pasado. A pesar de que
ellos son los que viven en esos espacios donde 500 o 1000 años antes habitaron las
poblaciones prehispánicas, el pasado que estoy tratando de re-construir les pertenece
a ellos, y también me pertenece a mí, como habitante del territorio que hoy es
Venezuela. Después de dos años trabajando en Patanemo, me di cuenta que prestar
atención y considerar a la “gente viva” que habitan en los sitios donde se trabaja, es
tan importante para la investigación del pasado como el ir al Archivo General de la
Nación a buscar documentos históricos para vincularlos con la investigación
arqueológica. La búsqueda del conocimiento acerca del pasado prehispánico no
necesariamente debería excluir los datos etnográficos, porque a fin de cuentas esta
gente está utilizando e interactuando con el medio geográfico y ecológico que
aprovecharon e interactuaron los pueblos indígenas hace más de 500 años.
Subjetividad y Objetividad
Ahora bien, el hecho de haber “encajado” dentro de la comunidad, y en el
proceso de observar como ellos aprovechan e interactúan con el medio que los rodea,
314
ha ocasionado que en mi interpretación de los datos arqueológicos haya un factor
nuevo que considerar. Inevitablemente, mi interpretación de estos datos esta siendo
afectada, además de por mi contexto, por el contexto de la gente que hoy en día
habita en el valle y la montaña de Patanemo (Hodder, 1988; D’Agostini, 2000). En
este sentido, el cómo YO percibo la realidad, el paisaje y el entorno que me rodea
cuando estoy en Patanemo, está siendo influenciado cada vez más, por la
interpretación que las personas que viven en Patanemo tienen del paisaje y el entorno,
y sobre todo, cómo se desenvuelven en éste. Si bien yo no tengo la misma facilidad
que ellos de sobrevivir en estos sitios, observo y aprendo de cómo lo hacen ellos;
cómo pescan, siembran, intercambian, etc.
En este proceso de observación y aprendizaje, me pregunto ¿hasta qué punto
mis interpretaciones están disociadas de la subjetividad de conocer una forma de vivir
dentro de este medio ambiente?, y ¿hasta qué punto soy capaz de desligar este
conocimiento de las interpretaciones que voy construyendo a través de los datos
arqueológicos?. Puesto que no necesariamente, los indígenas que habitaron estas
tierras tuvieron que desenvolverse de la misma manera que lo hacen hoy en día los
habitantes de Patanemo, pero el conocimiento local sobre el cómo desenvolverse
dentro de ese medio puede, en esencia, provenir de los indígenas que centurias atrás
habitaron el área. Es decir, que no es posible asegurar que existe una continuidad en
el conocimiento sobre el medio ambiente y otros aspectos sociales, pero tampoco es
posible asegurar que existe una discontinuidad.
315
Por esta razón, el método de mi investigación es el hermenéutico, puesto que
yo no puedo dejarme llevar por lo que observo hoy, pero tampoco lo puedo
menospreciar. Así, lo que trato de seguir es una arqueología reflexiva y autocrítica
(Shanks y Tilley, 1987b), cuyas las interpretaciones están sometidas a la circularidad
que propone la hermenéutica. Sin dejar de lado, por supuesto, la advertencia que se
encuentra implícita en esta propuesta; si bien “siempre existe cierta participación-
pertenencia del sujeto en la cosa que debe interpretar, es también cierto que no existe
interpretación sin una desviación, sin un roce, sin una extrañeza entre el intérprete y
el texto o el discurso que intenta interpretar” (D’Agostini, 2000: 335).
Cualquier interpretación que se realice acerca del pasado es subjetiva, aunque
todos tratemos de buscar desesperadamente cierta objetividad en los datos
arqueológicos, “toda arqueología es una actividad interpretativa [y] esta dimensión
hermenéutica para la investigación arqueológica es absolutamente fundamental”
(Tilley, 1988: 277). Por esto, considero que el método hermenéutico es el único que
puede favorecer en el entendimiento de los datos, no como datos aislados, sino como
datos vinculados a un sitio arqueológico, a un pueblo actual y a un investigador
(Hodder, 1988; Thomas, 1993; Shanks y Tilley, 1987b).
Así, el antropólogo (o arqueólogo) trata, a través de metodologías, métodos y
técnicas, de recopilar la mayor cantidad de información sobre un aspecto específico
de una cultura determinada. Pero en este proceso de re-construcción de la realidad de
un grupo, el antropólogo no percibe el mundo tal como lo percibe el grupo. El
observador tiene su propia percepción de los hechos y del mundo; por lo tanto, cada
316
investigador debe estar consciente de que en cada trabajo de campo (o en cada
investigación en el presente1) existen, al menos, tres esferas de interpretación:
1. El mundo desde la mirada del investigador (mi cultura)
2. El mundo desde la mirada del Otro (su cultura)
3. El mundo tal cual es (sin cultura)
Si se acepta esto, hay que tomar en cuenta que la interpretación del tema,
objeto o sujeto estudiado, que tenga el investigador, es una interpretación de la
interpretación del mundo, que a su vez es interpretado por este, y en otra instancia,
esta la interpretación de todo lo anterior. Es decir, (1º esfera) que el investigador
interpreta la interpretación que el otro tiene del mundo, para acceder a ese mundo; (2ª
esfera) pero al mismo tiempo, el investigador esta interpretando directamente el
mundo que rodea a ese otro; (3ª esfera) y por último, el investigador al
contextualizarse, sé esta interpretando a él mismo dentro de la investigación.
El proceso hermenéutico de investigación no simplemente es una forma de
aprehender el mundo; en cambio, es una forma de depurar la interpretación de las
nociones propias del mundo, para acercarse un poco más a la visión del otro sobre el
mundo y su mundo (D’Agostini 2000). Es decir, que el proceso hermenéutico es un
proceso de tratar de “ver” el mundo, de limpiarlo de los “escombros” que se generan
al momento de interpretar, y de concientizar que estos “escombros” son parte de los
productos que se utilizan en el análisis. Por esto se habla de una circularidad, puesto
1 Digo en el presente, puesto que si incluimos a esto la perspectiva histórica, inmediatamente se producen otras “esferas” de interpretación.
317
que la interpretación “va y viene” desde el investigador, quien es el que inicia
voluntariamente el proceso.
De esta manera, al concientizar que se está interpretando un hecho cualquiera,
se está igualmente concientizando que existen una cantidad de elementos que afectan
esa interpretación. Al tratar de vincular estos elementos al circulo hermenéutico se
producen instantáneamente, más elementos (o variables) para interpretar, y estos son
los “escombros” de la interpretación. Siguiendo las ideas de algunos de los autores
que apoyan esta propuesta interpretativa, se puede deducir que estos “escombros”
tienen que ser tomados en cuenta, pues dejarlos de lado es equivalente a dejar de lado
datos de la investigación. De esta forma, el investigador escoge que tan profundo
quiere llegar en su interpretación, así mismo, como escoge con que elementos
teóricos, metodológicos y técnicos quiere utilizar.
Me gustaría reproducir aquí, unas líneas que escribí en mi libreta de campo
estando en Patanemo, la noche en que llegué a la casa del guía, luego de estar 3 días
acampando y prospectando en la montaña.
En este viaje he ido comprendiendo y comprobando con y en la
práctica que el trabajo arqueológico se va conformando y
construyendo con la actividad del investigador en el campo. No es sólo
excavar y analizar “objetivamente” el sitio o la gente. Es vivir con
“ellos” y “aquí”; es “estar” en el espacio y tiempo de la gente
contemporánea, es “estar” en el paisaje contemporáneo. A partir de
318
aquí, en conjunto con los restos materiales de la gente que vivió en el
pasado, hay que tratar de re-construir el pasado con todas las
herramientas teórico-metodológico-prácticas que sean útiles para el
caso y momento específico en que se realice la investigación
arqueológica.
Es un proceso largo, complejo y delicado que no comienza ni termina
en ninguno de los puntos de este (teoría, campo, laboratorio, etc.), sino
que se regenera constantemente. De allí la importancia del proceso
hermenéutico involucrado con el proceso arqueológico. La circularidad
del proceso hermenéutico se ve repetida y representada en la
arqueología, cuando ésta es percibida como proceso.
Patanemo, 23 de febrero de 2003
Percibir la arqueología como un proceso, no se refiere al proceso lineal de
iniciar una investigación científica y culminarla, con las etapas técnicas que esto
refiere. Es concebir la arqueología como un estudio que a través de un proceso de
conocimiento reflexivo y auto-crítico trata de alcanzar cierta comprensión muy
específica acerca del pasado (Shanks y Tilley, 1987b; Hodder, 1999). En este sentido,
la arqueología se convierte en mucho más que una ciencia del pasado, es un proceso
interpretativo que busca conocer al individuo que habitó en espacios y tiempos
determinados. Alcanzar este ideal es en sí un proceso de conocimiento, y este no es
un objetivo alcanzable a corto plazo. Para lograr conocer un aspecto especifico de la
319
cultura del pasado es necesario llevar a cabo una investigación extensiva y minuciosa.
En este sentido, mi trabajo en Patanemo solo abarca una muy pequeña parte de este
contexto. Como mencioné más arriba, el investigador escoge hasta que punto se
involucra en el proceso interpretativo, pero es imprescindible estar conciente de todo
lo que se va generando al iniciar una investigación, así no se este abarcando
directamente.
El OBSERVADOR CONTEXTUALIZADO
En el proceso de contextualizar los datos de la investigación es inevitable
tratar de contextualizarse a uno mismo dentro de los datos y el sitio. En mi caso
particular, las dos sub-áreas dentro del área de Patanemo donde trabajé, valle y
montaña, fueron dos “marcos” diferentes de trabajo. La palabra “marco” la utilizo
aquí refiriéndome a un marco de un cuadro, el cual bordea una imagen construida por
el investigador. Está imagen es la visión-interpretación que de estos sitios es
construida por el observador. Dentro de la imagen construida es inevitable (y
posiblemente justificable) contextualizarse a uno mismo, pues todo esto es parte del
proceso interpretativo del sitio. Para no ser reiterativo en este ensayo solo trataré uno
de los dos “marcos”, puesto que si bien cada sitio posee un contexto diferente y mis
experiencias allí fueron diferentes, el punto al cual quiero llegar es el mismo.
320
Experiencias y reflexiones
El marco que he construido de la vida cotidiana en el pueblo de Patanemo está
dibujado a partir de lo que he observado de la gente que allí habita, principalmente de
las personas con las que he tenido mayor contacto. No quiero decir con esto que así es
la vida en el pueblo de Patanemo, únicamente que así es como he percibido algunos
aspectos de la dinámica de varios grupos familiares del pueblo.
No quiero desarrollar aquí todas mis experiencias o abarcar todos los aspectos
que se podrían tratar desde una mirada antropológica; solo aspiro relatar unos
ejemplos que permitan vislumbrar lo que ha sido el choque cultural que he sentido al
convivir con la gente de Patanemo, y como esto ha afectado la visión que tengo del
trabajo. Para explicar esto, quisiera (como lo he hecho más arriba) transcribir algunas
anotaciones de mi libreta de campo sobre la vida cotidiana o dinámica del grupo
familiar con el cual me he compenetrado más. Antes debo advertir que yo pertenezco
a una familia muy pequeña, formada por mi madre, padre, hermano y dos hermanas;
no tengo abuelos, tengo tres tíos y cuatro primos a los que no veo nunca y,
sinceramente, son mi familia pero no los siento muy cercanos, por lo cual podría
decir, sin mucho remordimiento, que mi familia es mi madre, padre y hermanos.
En Patanemo los grupos familiares son extensos, en ocasiones pienso que
todos son familia de todos y esto es algo que, a mí particularmente, me ha llamado
mucho la atención. Las relaciones familiares son muy cercanas y, hasta me atrevería a
decir, son muy parecidas a lo que se ha definido como clan familiar. Uno de los
aspectos dentro del ámbito familiar que más me llama la atención es el uso del
321
espacio en las casas. La línea de lo público y lo privado pareciera ser muy delgada,
pues cada célula2 familiar vive en una casa, pero al mismo tiempo, esa casa pareciera
ser de todos, y/o de uso familiar.
Es curioso ver como en casa de la familia del guía entra y sale gente
(principalmente familia) sin pedir permiso, como si fuera su propia
casa. La primera vez que entran (durante el día) saludan, y el resto de
las veces sólo entran y comentan algo, siguen una conversación pasada
o sencillamente se sientan a ver televisión. Me parece que es como si
cada miembro de la familia tiene su casa, pero el resto de las casas de
sus hermanos, hermanas, padres y madres son su casa. En ocasiones
alguien llega (sobrino, primo, hermano, etc.) y se queda todo el día,
come, conversa, ve televisión, y luego, en la noche, cuando se acerca
la hora de ir a dormir (lo que generalmente es luego de ver la novela de
las 9, de las 10 pm y el noticiero) sencillamente, se despiden diciendo
‘hasta mañana’, y se van.
Patanemo, 18 de febrero de 2003
Este escenario, despierta en mi una curiosidad por el hecho de observar cómo
son las relaciones familiares de esta gente, y si bien, yo no estoy realizando un trabajo
etnográfico, me es muy difícil desligarme de este tipo de observaciones. Mi posición
dentro de estas situaciones es muy curiosa, pues al ser aceptado por esta familia,
2 Aquí utilizó el concepto de célula para referirme a una madre, padre e hijos, que habitan en una casa, pero que son parte de un grupo familiar mayor.
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prácticamente me consideran adjunto a ella, o adjunto a ese clan familiar. Recuerdo
una noche que llegué a Patanemo y luego de saludar y ponernos al día sobre lo que
habíamos hecho en el tiempo que no estuvimos juntos, nos sentamos en la sala (de la
casa de mi guía) con su esposa y sus dos hijos a ver televisión, y de repente el hijo
menor comentó que ya estaba completa la familia (pues yo estaba allí), y el resto
sonrió con algo de pena y asintió con la cabeza. Nadie dijo nada más, pero para mí
fue un suceso extraordinario.
Otro ejemplo o anécdota del convivir en Patanemo, y esto me ocurrió en
repetidas oportunidades, fue el hecho de que la casa de mi guía está en construcción,
y hasta hace poco no había baño. Por esto, cuando uno necesitaba hacer alguna
necesidad más allá de la urinaria debía dirigirse a casa de su suegra. Esto era un tanto
incómodo para mí, pues la entrada al baño está justo frente a la sala donde se ve
televisión. La primera vez que fui al baño entré a la casa con mi guía, y con mi papel
higiénico debajo del brazo, tratando de ocultarlo, cual fue mi sorpresa, al ver que en
la sala de la televisión estaba la suegra, el suegro, los nietos, los primos; en fin, una
cantidad de personas que sabían que yo necesitaba ir al baño, por lo cual me abrieron
la puerta rápidamente, me prendieron la luz y me desearon suerte. Mientras yo estaba
adentro, alguien me preguntó: ¿y cómo va su trabajo aquí en el pueblo?, yo en mi
concentración medio traté de responder, y otra persona le reprochó a la anterior: no
molestes al muchacho que seguro está concentrado. En ese momento, todos
comenzaron a comentar y a reírse del suceso, mientras yo seguía dentro del baño. Esa
323
parte no fue más vergonzosa que el momento en que salí del baño y todos me miraron
con una sonrisa y preguntaron: ¿todo bien?...
Por supuesto, ser aceptado no quiere decir que yo soy parte de ese contexto,
pues indiscutiblemente yo sigo siendo un personaje externo, que aparece y desaparece
en su vida. Esta condición de extranjero-aceptado, me ha permitido por un lado,
poder observar antropológicamente la dinámica de la vida en el pueblo, y por otra
parte, participar activamente u observar participativamente en las actividades del
grupo (Geertz 1990).
Dentro de este marco trato de contextualizarme y explicarme a mi mismo, mi
papel dentro del pueblo, pero hasta ahora no he logrado llegar a una conclusión que
me satisfaga. Trato de hacer esto puesto que a raíz de mis trabajos de campo he
sentido la necesidad de justificar mi presencia dentro de una comunidad que no la
solicitó.
Me cuesta poder comprender la dinámica de la gente en Patanemo.
Aunque yo sólo esté aquí para hacer un trabajo arqueológico, me es
muy difícil desligarme de la vida cotidiana del pueblo, los trato de
entender y comprender y me es muy complicado. Me siento como un
“ente” extraño tratando de encajar en una estructura, que si bien, es
muy similar a la mía, tiene muchos elementos diferentes. Yo no sé
exactamente por qué trato de conectarme con la realidad social del
pueblo, yo estoy aquí para descubrir y entender el pasado, no el
presente...
324
Es confuso, mi presencia aquí me confunde. Constantemente siento
que estoy perdiendo información, datos, pero me doy cuenta que no
puedo abarcar todo al mismo tiempo.
Patanemo, 18 de febrero de 2003
Dentro de esta “auto-reflexión” he pensado que una de las razones de esta
confusión es el hecho de que constantemente yo estoy tratando de mantener buenas
relaciones con la gente del pueblo, identificándome con ellos y tratando de que ellos
se identifiquen con mi trabajo, para así poder lograr que ellos confíen en mí lo
suficiente, con el fin de que me permitieran acceder a los sitios en los que era (y es)
interesante excavar (como ya dije, muchos de los sitios con esta característica están
debajo de las casas de la gente del pueblo o en sus terrenos). Entonces, por un lado yo
trato de ganar la confianza del grupo para acceder a sitios arqueológicos y poder
concretar mi investigación, y por otro lado, me es muy difícil dejar de lado la visión
antropológica que tengo de esta comunidad.
Mientras fui estudiante regular me explicaron que el trabajo arqueológico,
requería, convivir con un grupo con el cual había que tratar de mantener buenas
relaciones, pues a fin de cuentas, eran ellos los que vivían allí. Pero, aunque me lo
explicaron, nunca comprendí realmente lo delicado de esta convivencia. He
escuchado de arqueólogos que estando en comunidades, no se relacionan con ella, no
la toman en cuenta dentro del trabajo arqueológico, y esto, en este momento de mi
desarrollo académico, me parece absurdo. ¿Cómo desligarse de los individuos hoy en
325
día?, ¿cómo no observar el vínculo que la gente que habita hoy en día en el sitio
mantiene con su medio ambiente?. Estas y otras preguntas me llegan a la cabeza
cuando pienso en esto. ¿Es que acaso la arqueología es una ciencia dedicada
exclusivamente al pasado?, si esto es así, entonces no estoy aceptando realmente que
el pasado es construido desde el contexto del tiempo presente o contemporáneo.
Es común la frase de conocer el pasado es vincularlo con el presente (Binford
1988), y que, el pasado es construido desde el presente (Shanks y Tilley 1987b;
Thomas 1993). Entonces, ¿estaría bien desligarme de la gente del presente?, ¿estaría
bien no tomarlos en cuenta?. Ante estas preguntas no tengo respuesta, solo la
confusión que he expresado en estas páginas.
Si bien el “marco” que he tratado de representar no está completo, y aunque
posiblemente lo podría completar con más ejemplos, el punto que trato de señalar es
que si bien yo fui a Patanemo a realizar una investigación arqueológica, el
involucrarme con la gente, y observar aspectos etnográficos en los trabajos de campo
arqueológicos me resultó inevitable. Esto afectó mi forma de percibir el trabajo y al
pueblo en general, lo que posiblemente afecte las interpretaciones que yo voy a
realizar del pasado.
El epígrafe de esta tesis contiene unas líneas de un texto de Lévi-Strauss
donde directamente aborda la temática de los trabajos de campo, esa frase tuvo un
alto impacto en mi y el trabajo, puesto que yo también, de una forma muy romántica,
a veces quisiera haber visitado Patanemo en el siglo XIV o XV y ver directamente a
los indígenas que estoy tratando de conocer. Me doy cuenta de que cuando siento que
326
estoy perdiendo información, es porque mi atención sobre la comunidad no está del
todo alerta. Esta me proporciona tanto datos etnográficos como arqueológicos, todo al
mismo tiempo. Siguiendo el razonamiento de Lévi-Strauss, si yo hubiera visto a los
indígenas en el siglo XIV o XV, no hubiese conocido toda la gama de elementos que
puedo conocer hoy en día, y a fin de cuentas, me encontraría en la misma confusión y
con los mismos anhelos que en este momento.
¿EL FINAL?
El objetivo de estás páginas ha sido expresar mis experiencias personales
sobre mi primer contacto directo con un trabajo de campo arqueológico realizado y
consumado en su parte práctica y metodológica por mí. He escrito este texto con el
fin de realizar un ejercicio “auto-reflexivo” y “auto-crítico” que me ayude a entender
mejor la experiencia completa y los ámbitos específicos, que han surgido del trabajo
de campo en Patanemo. Incluso al momento de sentarme a escribir y pensar ¿qué voy
a decir de mis trabajos de campo? tuve que “auto-reflexionar” mi experiencia, revisar
mis notas de campo y analizar todo junto.
He afianzado más mis creencias actuales sobre la actividad de campo en la
antropología, la cual significa desde mi punto de vista, la herramienta principal de la
antropología. Es en el trabajo de campo donde al evaluar la realidad externa y auto-
reflexionar nuestra propia realidad podemos desarrollar propuestas y mantener activa
la disciplina. Si no mantenemos contacto con OTRO ¿cómo poder tener un punto de
referencia para lo PROPIO?.
327
En su trabajo Arqueología de Campo, publicado por primera vez hace más de
50 años, Sir Mortimer Wheeler anota que “el arqueólogo no desentierra cosas, sino
gentes” (1961: 7). Creo que este autor tocó un punto clave de la actividad
arqueológica y, sobre todo, de la interpretación arqueológica. Pero también habría
que sumarle a esto que el arqueólogo no convive hoy en día con cosas, sino con
gente, lo que también habría que tomar en cuenta.
En este sentido, las dudas que he presentado en este texto van orientadas a la
“exploración” de la arqueología (y la antropología) más allá de lo que me han
enseñado en los salones de clases o he leído en los textos. Es el deseo por
experimentar la arqueología (y la antropología), pues sin la experiencia vivida las
teorías no son más que solo palabras. Es en el campo donde se genera y se re-genera
la disciplina, y es aquí donde han aparecido las propuestas teóricas que han
impactado más la antropología, como por ejemplo el funcionalismo de Malinowski,
el estructuralismo de Lévi-Strauss, y la antropología interpretativa de Geertz, entre
otras.
Estoy tratando de seguir las lecciones de autores como Lévi-Strauss, no por su
estructuralismo, sino por el hecho de comprobar y experimentar como lo hizo él y
muchos otros antes que él, ¿qué es la antropología?, ¿cómo se hace antropología?. En
fin, de experimentar desde y dentro de la disciplina.
Marcus y Fisher (1986), Geertz (1990) y otros, opinaron en un momento
determinado del desarrollo antropológico, que solo a través de la antropología
interpretativa y de la práctica de la etnografía interpretativa es posible recibir y
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expresar las vivencias del antropólogo en el campo, y así confrontarlas con un texto
que va dirigido no a ese grupo de personas sino a un grupo de académicos y, al final,
al conocimiento antropológico de la realidad social. Como el texto que presento en
este momento, el cual no está escrito pensando en la gente de Patanemo, sino
pensando, egoístamente, en mí conocimiento y desarrollo como futuro antropólogo.
Claro está, que si bien no estoy dirigiendo mis palabras a la gente de Patanemo, las
estoy basando de mi experiencia con ellos, por lo cual, también es necesario escribir
llegado su momento para ellos.
En definitiva, creo que la razón por la cual me es muy difícil desligarme de la
gente que vive hoy en día en Patanemo es porque yo no estudié en una escuela de
arqueología, sino en una escuela de antropología, y hasta cierto punto me han
enseñado a mantener una visión holística de la realidad estudiada. En este momento
recuerdo las palabras de uno de mis profesores, cuando tantas veces nos dijo que lo
que se busca es un trabajo antropológico del pasado, es decir, trabajar con una
metodología que no sólo tome “en cuenta los ‘testimonios’ de quienes dejaron un
registro escrito de su vida, sino también rastrear ‘indicios’ y ‘huellas’ de las
actividades y pensamientos de quienes no dejaron registro directo de su existencia”
(Amodio, 1998: 8).
OTRA VÉZ EN EL CIRCULO
Luego de terminar de escribir este apéndice, y de leerlo y pedir que lo lean otras
personas, he mantenido la idea de que mi interpretación de los sucesos y comentarios
329
arriba escritos, es por supuesto, interpretable también. Revisando el texto me hicieron
observar que mis estrategias para acceder a los sitios de excavación podrían ser una
manipulación por mi parte a la gente con quien estuve. Por otra parte, podría ser
posible que el manipulado sea yo. Durante el desarrollo de los trabajos de campo traté
de ganar la confianza de la gente para acceder a sitios arqueológicos. Pero en este
proceso de “acceder” fue cuando comencé a replantear mi posición. Puesto que ¿soy
un manipulador cuando trato de crear estrategias para “acceder” a sitios
arqueológicos para concretar mi investigación? O ¿soy un egoísta al hacer cualquier
cosa con tal de obtener lo que deseo del sitio y de la gente? Yo creo que la respuesta a
las dos preguntas es sí. Este es el dilema que planteo, puesto que esa gente que conocí
allá, es gente viva igual que yo, y ¿qué derecho tengo yo de manipularlos?. Creo que
esta es la pregunta oscura de la antropología.
La justificación para esto es que conocer el pasado es importante para mí, para
nosotros en el medio científico y en general para la nación. Si no conocemos nuestro
pasado como podemos realmente conocer quienes somos hoy. Lo que somos hoy no
es un producción exclusiva del presente, así como lo que descubrimos del pasado no
es una producción exclusiva del pasado. Se podría pensar entonces que nos estamos
auto-escribiendo cuando analizamos el pasado, así como yo posiblemente me auto-
escribí cuando intencionalmente escogí lo que quería decir en estas páginas, incluso
cuando escribo esto pensando en lo que ya escribí. Aunque este análisis parezca un
callejón sin salida, no necesariamente lo es, puesto que no es posible conocer
realmente lo que se quiere si se indaga profundamente en ello.
330
Aquí posiblemente se encuentre un pequeña porción de la justificación del
investigador (intruso) en las comunidades. Estar “ahí” para conocer el pasado, el
presente, para luego tratar de explicarla a la gente de “aquí” y de “allá”, para entender
de donde provenimos, para explicarnos hoy el por qué de nuestras acciones, y todo
esto, porque pensamos que es importante para conocer las actividades sociales,
culturales e ideológicas del ser humano. Desde un punto de vista, se podría entender
que la mejor manera de conocernos es enfrentándonos a lo que no conocemos. Es
decir, que al estar frente a una comunidad con patrones diferentes de vida, podemos
contrastarlos con los nuestros, para así delinear nuestro contexto y ubicarnos al
momento de interpretar. En este sentido, esto es uno de los aspectos que nos ofrece el
trabajo de campo, conocernos un poco más y tratar de entender algo que esta fuera de
nosotros.
No respondo a nada y me mantengo con las mismas dudas con las que comencé,
pero está en la revisión de los elementos que rodean a la investigación la búsqueda de
las respuestas o de las preguntas.
REFERENCIAS CITADAS
Se encuentra en la bibliografía, página 239.
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*Los mapas fueron elaborados y digitalizados en Arc View 3.3, en base al
ortofotomapa Borburata 6647-III-NO del Instituto Geográfico de Venezuela, Simón
Bolívar.
Escala: 1:25.000
PROYECCIÓN MERCATOR TRANSVERSAL
Datum vertical: Nivel Medio del Mar
Datum Horizontal LA CANOA
*Las imágenes satelitales fueron tomadas de los mosaicos de imágenes del satélite
Landsat TM elaboradas por NASA (http://zulu.ssc.nasa.gov/mrsid/). La fecha de la
toma es 1990 +/- 3 años.
Escala: 1:100.000