- Parálisis Cerebral -
Laherrán Uriarte, Leyre
Rojo Martínez, Cristina
Rojo Martínez, María
2º Magisterio de Primaria
(turno de tarde)
Leyre Laherrán Uriarte, Cristina Rojo Martínez y María Rojo Martínez. 1
- Parálisis Cerebral -
ÍNDICE
1. INTRODUCCIÓN ……………………………………………………………………………………………………
1.1. Objetivo del trabajo …………………………………………………………..............................
1.2. Definición del problema ………………………………………………………..........................
1.3. Incidencia ………………………………………………………………………...............................
2. ORIGEN Y DESARROLLO ………………………………………………………………………………………
2.1. Posibles causas ………………………………………………………………............................
2.2. Características o manifestaciones principales ……………………………………………
3. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO ………………………………………………...
3.1. Diagnóstico y clasificación …………………………………………………….
3.1.1. Diagnóstico ………………………………………………………………...
3.1.2. Clasificación ………………………………………………………………..
3.2. Tratamiento ……………………………………………………………………..
4. INTERVENCIÓN E INTEGRACIÓN EDUCATIVA ………………………………..
4.1. ¿Cuál es la respuesta educativa hacia este problema ……………………..
o discapacidad?
4.2. ¿Qué podemos hacer desde las aulas cuando nos ………………………..
encontramos con un niño de estas características?
4.3. Propuestas de integración elaboradas por el grupo ……………………….
5. LA FAMILIA …………………………………………………………………………...
6. EL JUEGO Y LA DISCAPACIDAD …………………………………………………
6.1. Categorización para el análisis de los juegos según ……………………….
cada discapacidad
6.2. Criterios de adaptación ………………………………………………………...
6.3. Ejemplo de algunos juegos ……………………………………………………
7. BIBLIOGRAFÍA ………………………………………………………………………
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1. INTRODUCCIÓN
1.1. Objetivo del trabajo
La Parálisis Cerebral es una discapacidad que conocemos poco y nos gustaría con este
trabajo obtener más información y saber cómo podemos enfrentarnos a ella si se da el caso en
nuestro entorno.
Esta falta de información nos provoca inseguridad y miedo; con lo que esperamos
poder llegar a ayudar a los niños con esta discapacidad en su desarrollo y progreso, además de
intentar ser un apoyo para las familias.
1.2. Definición del problema
La parálisis cerebral abarca varios trastornos específicos, los cuales se caracterizan por
una lesión de los centros motores del encéfalo y se manifiesta por pérdida del control motor.
Esta discapacidad está englobada dentro de las enfermedades del sistema nervioso
central, y sólo podemos hablar de ella cuando la lesión está localizada en el encéfalo. Tal lesión
afecta al encéfalo en vías de desarrollo y provoca que los movimientos del niño no se efectúen
con normalidad.
Los tres síndromes motores, piramidal, extrapiramidal y cerebeloso, representan un
trastorno en el sistema nervioso central y son los determinantes de un tipo u otro de dicha
parálisis.
Son disfunciones que van desde la severa o profunda alteración del aprendizaje hasta la
disfunción cerebral mínima.
1.3. Incidencia
La incidencia de la Parálisis Cerebral se sitúa alrededor del 2 por mil recién nacidos
vivos, con poca variación entre los países industrializados.
Según la encuesta sobre deficiencias, discapacidades y estados de salud de 1999, el
número de personas en España con parálisis cerebral se acerca a 78.000. Casi el 80% de las
personas con parálisis cerebral y afine tienen discapacidad severa. En los últimos años parece
observarse un ligero aumento de la incidencia, así como un cambio en la frecuencia de los
diversos subtipos de la Parálisis Cerebral.
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2. ORIGEN Y DESARROLLO
2.1. Posibles causas
Las causas de la parálisis cerebral pueden ser múltiples, pero se excluyen las de índole
genética.
Las lesiones cerebrales se desarrollan en el embarazo, en el parto o en el período postnatal. Un
6% de los casos tienen una etiología posterior a los seis meses de vida.
a) Periodo prenatal: La lesión es ocasionada durante el embarazo. No son las más
frecuentes, corresponden al 1 ó 2% de los casos de la parálisis cerebral.
El embarazo se divide en 2 períodos:
1º. Período embrionario (hasta el cuarto mes de embarazo): Las lesiones que aparecen
en estos meses se denominan: Embriopatía. Éstas pueden ser causadas por la rubeola,
la sífilis, el herpes, la hepatitis y otros agentes infecciosos o virales, dando lugar a
malformaciones cerebrales, oculares, auditivas, viscerales o cardíacas.
2º. Período fetal (desde el cuarto mes hasta el final del embarazo): Si la madre contrae
enfermedades intrauterinas y el feto no muere, esas enfermedades dejan secuelas y
lesiones llamadas Fetopatías. Estas pueden ser:
‐ Microbianas: el niño nace con meningitis, la cual constituye una de las más
graves enfermedades infecciosas, ya que la meninge es la membrana del
sistema nervioso central.
‐ Víricas: el niño nace con fenómenos de hipertonía muy marcados,
manifestaciones oculares, deficiencia mental o ictericia.
‐ Parasitarias: se manifiesta en la madre por un estado gripal y en el feto
ocasiona ningoencefalitis y trastornos oculares.
‐ Intoxicaciones accidentales: debidas a óxido de carbono, medicamentos
incontrolados, irradiaciones (rayos X), maniobras abortivas mal controladas o
abortos reiterados.
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b) Periodo perinatal: Corresponde al 88% de los casos de parálisis cerebral. Las lesiones
son ocasionadas en el momento del parto.
- Shock técnico: cuando nace, el niño se ve obligado a adaptarse a unas
condiciones vitales muy diferentes (respirar, adaptar su sistema cardíaco,
oxigenación de la sangre, pasar de un medio acuático de 37⁰ C de temperatura
a otro aéreo de menor temperatura).
- Anoxia: Falta de oxígeno a causa de un parto demasiado prolongado, vueltas
del cordón umbilical, dificultad para pasar la cabeza debido a la estrechez de la
pelvis o aplicación de fórceps. Si el niño nace con una coloración azul, la asfixia
es de origen pulmonar; si la coloración es blanca, la asfixia se debe al mal
funcionamiento del corazón.
- Prematuridad: Se da en un 30% de los casos de parálisis cerebral. El niño nace
antes de tiempo debido a que no está adaptado, al tener problemas en el
vientre de la madre. Los prematuros no han alcanzado la madurez por no haber
completado su edad neurológica.
- Niños hipermaduros: el niño nace después de los 10 meses de embarazo.
- Cesáreas secundarias: práctica de la cesárea después de haber intentado
extraer al niño por la vía normal.
c) Periodo postnatal: La lesión es debida a enfermedades ocasionadas después del
nacimiento. Corresponde a un 10% de los casos de parálisis cerebral. Pueden ser
debidas a:
- Meningitis o encefalitis: enfermedades muy graves que dan lugar a
hidrocefalias.
- Enfermedades metabólicas.
- Deshidrataciones.
- Traumatismos por accidentes graves.
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- Accidentes anestésicos.
- Incompatibilidad del RH: la sangre de la madre difiere de la del hijo. Por lo
general, esta condición no afecta al primer hijo, pero sí a los posteriores. Éstos
pueden nacer con ictericia, es decir, coloración amarilla de piel, de los tejidos y
de los líquidos del organismo. Esta ictericia puede determinar una lesión
cerebral. Actualmente, un recién nacido con este tipo de ictericia debe ser
tratado mediante una exanguinotransfusión el primer día, y luego puede
desarrollarse con normalidad.
Las causas enumeradas pueden ocasionar una parálisis cerebral, pero no siempre son
determinantes de ella. La sensibilidad individual de cada encéfalo a los agentes nocivos es muy
diferente. Así, la oxigenación defectuosa durante media hora puede ocasionar una lesión grave
e irreversible en el encéfalo de un recién nacido, y no dejar secuelas en el de otro.
2.2. Características o manifestaciones principales
Los síntomas de la Parálisis Cerebral son de severidad variable. Un individuo con
Parálisis Cerebral puede encontrar difícil el hacer tareas motoras finas, como escribir o cortar
con tijeras; además, puede experimentar dificultades manteniendo su equilibrio y caminando; o
puede ser afectado por movimientos involuntarios, como retorcimiento incontrolado de las
manos o babear. Los síntomas pueden cambiar en el individuo con el tiempo.
La Parálisis Cerebral no es contagiosa y usualmente tampoco es hereditaria de una
generación a otra. Actualmente ésta no puede ser curada, aunque la investigación científica
sigue buscando mejores tratamientos y métodos de prevención.
Los síntomas más característicos son:
• Tensión muscular o espasmos.
• Movimientos involuntarios.
• Sensación y percepción anormales.
• Limitación visual, auditiva o del habla.
• Retraso mental.
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Pueden presentar otras dificultades:
• Para comer.
• Para controlar la vejiga y los esfínteres.
• Para respirar.
• Para el aprendizaje.
3. DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
3.1. Diagnóstico y Clasificación
3.1.1. Diagnóstico
La identificación temprana de los bebés con parálisis cerebral es necesaria para
conseguir que estos desarrollen al máximo sus capacidades. Sin embargo, esto no es siempre
posible.
En el caso de los bebés con riesgo elevado de sufrir parálisis cerebral (bebés nacidos
con complicaciones en el parto, problemas pulmonares graves, partos prematuros, etc.) el
médico debe seguir y controlar su desarrollo de forma periódica.
Cuando el bebé ha nacido sin factores de riesgo, el diagnóstico de la enfermedad en el
primer año de vida puede ser difícil. Algunas señales de parálisis cerebral pueden ser retrasos
en hitos del desarrollo, como tomar los juguetes a los cuatro meses ó sentarse a los siete
meses. También es determinante el tono muscular anormal. Si estos hitos del desarrollo sólo
están levemente retrasados, no se llegará al diagnóstico de parálisis hasta que el bebé tenga de
12 a 15 meses.
Estas primeras señales, que aparecen antes de los 3 años de edad, son factores
evidentes de que el niño no está desarrollando las destrezas motoras de forma normal. Los
padres, que suelen ser los primeros en notar estos retrasos, deben ponerse en contacto con un
médico, que podrá realizar un diagnóstico correcto. Para ello, realizará distintos exámenes:
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- Examen físico:
Gracias a él, el médico obtiene los datos sobre antecedentes prenatales y nacimiento
del bebé. Normalmente no puede realizarse hasta que el niño tiene entre 6 y 12 meses, cuando
el niño ya debería haber alcanzado ciertas etapas de desarrollo (andar, controlar las manos y la
cabeza, etc.). El médico debe verificar los síntomas descritos (desarrollo lento, tono muscular
anormal y postura irregular), poner a prueba los reflejos del niño y observar la tendencia inicial
en cuanto a la preferencia de la mano.
- Exámenes diagnósticos:
⇒ Examen neurológico: Evalúa los reflejos y las funciones cerebrales y motoras.
⇒ Radiografía: Mediante rayos de energía, produce imágenes de los tejidos, los
huesos y los órganos internos.
⇒ Estudios de alimentación.
⇒ Encefalograma: Registra la actividad eléctrica continua del cerebro mediante
electrodos.
⇒ Análisis de sangre.
⇒ Análisis del laboratorio de la marcha: Evalúa el patrón de la marcha del niño.
⇒ Imágenes por resonancia magnética: Produce imágenes detalladas de los órganos y
estructuras internas del cuerpo.
⇒ Tomografía computarizada: Muestra imágenes detalladas de cualquier parte del
cuerpo (incluidos huesos, músculos, tejido adiposo y órganos), más detalladamente
que las radiografías.
⇒ Estudios genéticos: Se evalúan las enfermedades a las que son propensas algunas
familias.
⇒ Estudios metabólicos: Diagnostica la ausencia o carencia de algunos enzimas
específicos (aminoácidos, vitaminas, carbohidratos, etc.).
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3.1.2. Clasificación:
Perlstein (1949,1952) realizó una clasificación que hoy se considera clásica debido a su
claridad. Esta clasificación atiende a varios criterios:
a) Clasificación basada en el Tipo:
Está basada en el carácter de los movimientos disociados.
‐ Espasticidad: (lesión en el sistema Piramidal que controla los movimientos
voluntarios). Es una desarmonía en los movimientos musculares producida por
una hipertonía. El juego entre excitación de los músculos e inhibición de los
antagonistas no se manifiesta, observándose una exagerada contracción
cuando los músculos están en extensión. Se da una persistencia de los reflejos
primitivos que se encuentran presentes en todo recién nacido.
‐ Atetosis: (lesión en el sistema extrapiramidal que controla los movimientos
involuntarios y los estados de vigilia). Extraños movimientos involuntarios,
sobre todo en las extremidades distales (dedos y muñeca). Puede estar también
afectado el control de la cabeza y del tronco. Estos movimientos dificultan la
realización de actos voluntarios. Se incrementan cuando aumenta la tensión
emocional. La mayoría de los niños atetósicos son tetrapléjicos, aunque las
extremidades inferiores suelen estar menos afectadas que las superiores. Son
corrientes los trastornos respiratorios y del habla. Resulta difícil coordinar la
respiración, la articulación y sostener sonidos.
‐ Ataxia: (lesión del cerebelo que coordina los movimientos necesarios para
realizar la marcha y el balanceo del cuerpo). Descoordinación de los
movimientos voluntarios debido a una alteración del balance, de la postura o de
la retroalimentación kinestésica. Suele existir un tono postural insuficiente para
mantener una postura estática y el niño efectúa continuos movimientos de
enderezamiento, sobretodo cuando está de pie. Hay dificultad en la
coordinación. La reacción a la pérdida de equilibrio es exagerada y poco segura.
Cuando el niño empieza a caminar (más tarde de lo normal) lo hace ampliando
la base de sustentación, vacilando y con mala dirección.
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‐ Tipos mixtos: se pueden dar varias combinaciones de los tipos anteriores.
b) Clasificación basada en la Topografía (parte del cuerpo afectada en el movimiento):
‐ Hemiplejía: Consiste en la afectación de una mitad lateral del cuerpo
(izquierda o derecha).
‐ Diplejía: Las piernas se encuentran más afectadas que los brazos.
‐ Cuadriplejía o tetraplejía: Se da una parálisis en los cuatro miembros.
‐ Paraplejía: Sólo las piernas están afectadas.
‐ Triplejía: Hay tres miembros afectados.
‐ Monoplejía: En este caso sólo hay un miembro paralizado.
En la parálisis cerebral es muy raro encontrar la parálisis completa.
c) Clasificación basada en el Grado (según el grado de severidad tanto en comunicación
como en movilidad):
- Leve: La afectación está en la precisión que requieren los movimientos finos. El
niño puede tener pinza y señalización mediante el dedo índice.
Su desplazamiento es autónomo aunque con pequeñas dificultades de
equilibrio y/o coordinación. El habla es comprensible aunque puede presentar
pequeños problemas articulatorios.
- Moderado: Están afectados los movimientos finos y gruesos.
Para poder caminar requiere ayuda parcial (bastones, andadores, silla de
ruedas…). La manipulación puede realizarse mediante pinza de pulgar con el
resto de los dedos y la señalización con la mano abierta.
En el habla tiene graves problemas de pronunciación. La ejecución de
actividades de la vida diaria es posible.
- Severo: Se da una inhabilidad grave para ejecutar adecuadamente actividades
de la vida diaria como caminar (necesita silla de ruedas que él mismo no puede
conducir), usar las manos (no tiene pinza ni es capaz de señalar), o usar el
habla.
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d) Clasificación basada en el Tono (estado del tono muscular en situación de reposo): Esta
clasificación tiene mucho que ver con la que está basada en el tipo, ya que el carácter
de los movimientos tiene que ver en gran medida con el estado del tono muscular.
‐ Isotónicos: El tono muscular es normal.
‐ Hipertónicos: El tono está incrementado.
‐ Hipotónicos: Disminución del tono muscular.
‐ Variable: El tono es inconstante.
e) Trastornos asociados a la parálisis cerebral según Denhoff:
‐ Sensoriales: De visión, oído, olfato, táctiles, kinestésicas y propioceptivas.
‐ Convulsiones epilépticas: Varían según el grado y el tipo de afectación.
‐ Intelectuales: Según el tipo y el grado.
‐ Perceptivas: Visuales y auditivas.
‐ Conductuales: Ansiedad, neurosis…
‐ Aprendizaje: Dificultades específicas, secundarias a los desórdenes y dependientes
del tipo y el grado.
‐ Emocionales: Asociados principalmente con factores familiares o biológicos.
Estos trastornos asociados, pueden ser inherentes al propio daño cerebral y tener un
origen orgánico; o pueden deberse a una insuficiente estimulación del medio y, por tanto, tener
una causa ambiental. Cada caso es diferente.
3.2. Tratamiento
La PC no tiene tratamiento pero, con una atención adecuada que le permita mejorar
sus movimientos, que le estimule su desarrollo intelectual, le permita alcanzar el mejor nivel de
comunicación posible y que estimule su relación social, podrá llevar una vida plena y
enteramente satisfactoria.
El tratamiento específico para la PC será determinado por el médico basándose en:
− La edad de su hijo, su estado general de salud y sus antecedentes médicos.
− La gravedad de la enfermedad.
− El tipo de PC.
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− La tolerancia a determinados medicamentos, terapias o procedimientos.
− Expectativas para la evolución de la enfermedad.
Dado que la PC es un trastorno que dura toda la vida, el tratamiento se centra en
prevenir o minimizar las deformidades y en maximizar las capacidades del niño. Un niño
recibe el mejor tratamiento si lo aborda un equipo interdisciplinario:
− Pediatra o médico de familia.
− Cirujano ortopédico especializado en trastornos musculares, óseos, de los ligamentos
y de los tendones.
− Neurólogo especializado en trastornos encefálicos, nerviosos y de la médula espinal.
− Neurocirujano especializado en operar el encéfalo y la médula espinal.
− Oftalmólogo especializado en problemas oculares.
− Dentista.
− Enfermero o enfermera.
− Especialista en ortopedia.
La PC puede mejorar mediante alternativas no quirúrgicas y quirúrgicas.
* No quirúrgicas:
‐ Rehabilitación.
‐ Soportes posturales que ayudan al niño a sentarse, acostarse o estar de pie.
‐ Aparatos ortopédicos para prevenir deformaciones y brindar apoyo y protección.
‐ Medicamentos para controlar las convulsiones.
* Quirúrgicas:
‐ Problemas ortopédicos que pueden incluir problemas de columna, luxaciones de cadera,
deformidades en el tobillo y en el pie, y músculos contraídos.
‐ Espasticidad.
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4. INTERVENCIÓN E INTEGRACIÓN EDUCATIVA:
4.1. ¿Cuál es la respuesta educativa hacia este problema o discapacidad?
Lo primero que hay que hacer para poder trabajar con un niño con discapacidad es
conocer qué discapacidad tiene y en qué grado.
Como los casos de la Parálisis Cerebral son muy heterogéneos por su clasificación, las
necesidades de cada persona van a ser muy diferentes unas de otras por lo que debemos actuar
individualizando.
Una vez evaluadas las necesidades y competencias de cada alumno por parte de todo el
equipo de profesionales y de la familia, podremos determinar qué decisiones se deberán tomar
en cuanto a la propuesta de objetivos, materiales, ritmos de trabajo, modalidades de
escolarización, así como adaptaciones curriculares para dar una buena respuesta educativa.
Esta propuesta educativa se rige por una serie de principios:
a) Plantear objetivos útiles, es decir, adaptados a las necesidades de cada niño.
b) Utilizar materiales facilitadores para fomentar su desarrollo motor.
c) Establecer ritmos de trabajo apropiados a las necesidades de cada alumno.
d) Utilizar estrategias metodológicas adecuadas para potenciar los niveles de
desarrollo del alumno.
Algunas de las estrategias que hemos considerado más importantes son:
a) Reforzar los mensajes orales con gestos y signos.
b) Proporcionarles enseñanza asistida para la señalización y retirar progresivamente la
ayuda.
c) Comenzar la evaluación con una tarea en la que esté asegurado el éxito.
d) Enseñar al niño a conocer los indicadores de su estado de salud, así como
estrategias para prevenir y avisar.
e) Emplear el modelado para adquirir determinadas habilidades y hacer uso de
distintas técnicas de inhibición de reflejos, en caso de problemas neurológicos.
f) Situar a los niños con movimientos incontrolados en un entorno sin demasiados
riesgos, evitando la frustración que supone.
g) Afianzar el aprendizaje y mejorar la confianza en sí mismo mediante refuerzos
sociales positivos.
h) Combinar tareas más arduas con situaciones de diversión y distensión.
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i) Controlar los periodos de rendimiento para las distintas tareas (necesitan más
descanso).
j) Encargar pequeñas tareas que impliquen responsabilidad.
k) Huir de la equivalencia “desplazarse = andar”.
l) Debemos trabajar en estrecha colaboración con el personal rehabilitador.
m) Valoración del niño como una persona dejando su discapacidad en un segundo
plano.
n) La constancia en el ritmo de rutinas.
o) Expresividad corporal y lingüística, sobre todo en niños con graves afectaciones.
p) Plantear las actividades de forma lúdica, como un juego, en el que la relación e
interacción del profesor con el alumno se impregne de un tono divertido.
Para llevar a cabo, de una forma lo más satisfactoria posible, la escolarización de los
niños con discapacidad motora, se tienen que tener en cuenta variables como las características
del centro escolar, la disponibilidad de ayudas técnicas, la opinión de las familias…que sigan,
siempre que sea posible, unas directrices normalizadas e integradoras.
Las ofertas educativas que existen actualmente oscilan desde la inclusión de un alumno
en un grupo ordinario, dentro o fuera de su aula de referencia, hasta su incorporación en un
aula específica que puede estar en un centro ordinario o en un centro específico de educación
especial.
Hoy día la ratio es de 25. Se supone que cuando hay un niño de integración en el aula,
se reduce la ratio de alumnos. La ratio que impone Consejería es de 23 niños si hay un niño con
dictamen, o de 20 si en el aula coinciden 2 niños con dictamen.
Es necesario un análisis profesional y realista de la situación del alumno y de las características
familiares y socio‐ambientales, intentando facilitar las medidas que garanticen la formación de
los educadores, la disponibilidad de recursos y la habilitación del entorno donde se van a
desarrollar sus necesidades educativas especiales, teniendo en cuenta un contexto favorecedor
de la autonomía y de la comunicación.
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Las medidas que deben adaptarse en el Proyecto de Centro y en el Proyecto
Curricular de Etapa, en el ámbito del centro educativo, son:
‐ Introducir principios para compensar dificultades y aceptar las diferencias individuales.
‐ Introducir las adaptaciones necesarias en el proyecto curricular, dando más importancia a
la comunicación y al acceso a las experiencias educativas con el conjunto del alumnado.
En la programación se deberán priorizar los objetivos y contenidos de comunicación, así
como en las unidades didácticas, los contenidos procedimentales y aquellos que favorezcan la
interacción y la participación. También se deberán seleccionar los instrumentos adecuados para
la evaluación de los alumnos.
Las adaptaciones curriculares se centrarán en aquellas áreas en las que estos alumnos
necesiten ayuda pedagógica específica para favorecer su desarrollo y aprendizaje. Estás áreas
de atención prioritarias son:
a) Áreas afectivas sociales y de autonomía personal.
Debido a la sobreprotección de los adultos se observa cierto grado de inmadurez
afectivo y emocional en algunos de estos casos.
Es importante incentivar al niño cuando realiza cualquier actividad y favorezca su
autonomía, por ejemplo, vestirse, alimentarse, etc. Para motivarles no se debe imponer
una tarea tan difícil que no le sea posible realizar, sino encontrar una actividad que
puedan hacer por sí mismos.
b) Área de psicomotricidad y fisioterapia.
Será importante potenciar otros aspectos como el reconocimiento de la propia
imagen corporal, la estructuración espacio – tiempo, etc.
La fisioterapia ayudará a minimizar y prevenir malformaciones y contracturas,
ayudando a maximizar la funcionalidad de las capacidades motrices del niño.
c) Área de comunicación y lenguaje.
Se tendrá en cuenta que las adaptaciones serán diferentes: cuando los problemas
motores interfieran en el habla o en el acceso a la escritura y lectura, se establecerá
una rehabilitación del habla con o sin soportes de apoyo. Cuando existan problemas en
el lenguaje (no sólo del habla) que afecten a la expresión y a la comprensión, se
establecerán programas para crear y potenciar las bases de la interacción. Para aquellos
alumnos que no puedan usar el habla será imprescindible usar sistemas alternativos de
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comunicación. En estos casos, los objetivos y contenidos se adoptarán a las
características de los medios de comunicación disponibles: ordenadores, tablones de
comunicación, etc.
d) Los sistemas de comunicación aumentativos y alternativos.
Aquellas personas con trastornos motores requerirán un soporte físico para
favorecer la comunicación con los demás sujetos.
Nuestro sistema educativo todavía no ha alcanzado la madurez suficiente para generar
los recursos necesarios que posibiliten procesos de inclusión y normalización para todos en la
escuela ordinaria. Los alumnos con PC tienen la misma condición que los alumnos que no
presentan ninguna discapacidad. Debemos dotar a los centros ordinarios que escolarizan a
estos alumnos con autonomía suficiente para implantar proyectos concretos de actuación, con
mayor responsabilidad en la innovación y gestión de los mismos. Para ello, se realizará una
evolución que responda a lo siguiente:
a) Desplazamiento
Conociendo las necesidades que tiene el niño para desplazarse, será necesario adecuar los
espacios:
* Eliminación de barreras para poder acceder al centro educativo con facilidad y poder
circular. Deberá disponer de ascensor y de un aseo adaptado y accesible.
* Habilitación del espacio educativo:
- Adecuación de pupitres y espacios de paso dentro de las aulas.
- Mobiliario adaptado y asientos adecuados para la prevención de problemas.
- Ayudas técnicas para cambios posturales (cuñas, planos inclinados…).
- Reptadores, andadores, triciclos y bicicletas adaptadas.
* Recursos didácticos necesarios:
Juguetes adaptados, materiales didácticos adecuados, atriles, adecuación de los libros
para su manipulación, material individualizado para la comunicación aumentativa
(objetos, fotos, signos y símbolos pictográficos o ideográficos tales como el SPC y el
BLISS) y cubiertos adaptados.
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b) Comunicación
En muchas ocasiones, será necesario crear o adoptar sistemas de comunicación
alternativos para favorecer la comunicación, tanto con sus iguales como con sus padres,
educadores…
Para que la comunicación sea posible, padres y educadores deberán formarse para
conocer estos sistemas alternativos de comunicación.
c) Sedestación
Debemos prever qué modificaciones deberán establecerse sobre el mobiliario escolar
para facilitar un control de su postura que les aporte seguridad y comodidad, reduzca sus
movimientos incontrolados, potencie y motive el desempeño de determinadas tareas
escolares.
d) Capacidades cognitivas
Hay que valorar a los alumnos con discapacidad motórica centrándose en el estudio de
sus posibilidades cognitivas, solicitando una descripción del grado de retraso madurativo
que presenten para favorecer la adaptación a sus necesidades educativas especiales.
e) Otros factores:
* Crisis convulsivas: es necesario conocer estos procesos que se dan en algunos niños
así como la medicación prescrita y los efectos que puede tener en su rendimiento. Hay que
saber actuar en cada momento, en especial cuando se dan las crisis.
* Control de esfínteres para potenciar la autonomía del niño.
* Deficiencias asociadas: es frecuente la aparición de problemas visuales, auditivos,
cognitivos, etc.
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Tabla de evaluación:
ESCALA DE OBSERVACIÓN PARA TUTORES DE ALUMNADO CON DISCAPACIDAD MOTORA SI NO MOVILIDAD Y DESPLAZAMIENTO
1. Mantiene el control de la postura sentado. 2. Controla la cabeza erguida. 3. Se desplaza de forma funcional y autónoma andando. 4. Se desplaza con apoyos. Indicar. 5. Se desplaza con silla de ruedas autopropulsada. 6. Se desplaza con silla de ruedas eléctrica. 7. Se desplaza con silla de ruedas ayudado por otra persona. 8. Sube y baja escaleras de forma autónoma.
MANIPULACIÓN
9. Prensión de los útiles de escritura. 10. Prensión sobre el papel. 11. Movimientos coordinados de las manos y brazos. 12. Usa adaptadores de los útiles de escritura. 13. Usa equipo informático estándar. 14. Usa equipo informático con periféricos especiales. Indicar.
PUESTO ESCOLAR
15. Usa pupitre adaptado o específico. 16. El mobiliario esta dispuesto de una forma especial. 17. Está ubicado/a en un lugar especial dentro del aula. 18. Usa material didáctico adaptado.
COMUNICACIÓN
19. Se expresa oralmente. 20. Usa sistemas de comunicación aumentativa. 21. Reconoces símbolos, logotipos, imágenes. 22. Es capaz de hacer trazos y garabatos. 23. Hace trazos de forma coordinada. 24. Copia letras. 25. Hace clasificaciones y seriaciones. 26. Lee números. 27. Presenta problemas fono‐respiratorio‐articulatorios. 28. Tiene intencionalidad comunicativa.
CARÁCTER GENERAL
29. Controla esfínteres. 30. Se observan problemas visuales, auditivos. 31. Existen crisis convulsivas.
OBSERVACIONES:
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Tras evaluar al niño, se plantea una estrategia para un desarrollo personal. Para ello, es
necesario atender a las necesidades específicas de cada uno, con el objetivo de lograr la
atención integral de la persona con PC y deficiencias afines.
Hay que tener en cuenta las diferentes necesidades: sanitarias, educativas, sociales,
etc., y servicios más específicos como, por ejemplo: centros de tratamientos, de adultos,
ocupacionales, especiales de empleo, residencias y pisos tutelados.
El método utilizado es el aprendizaje significativo donde la persona es el sujeto activo
del proceso. Es necesario un seguimiento continuo de los objetivos para garantizar la
intervención en el momento adecuado. El trabajo en equipo es imprescindible con la finalidad
de lograr las condiciones necesarias: interés común, comunicación y clima. De igual modo, es
necesaria una buena coordinación con la familia, ya que el trabajo en equipo no sólo se
extiende en un ámbito interno, sino también en el externo.
Además del educador, en este proceso intervienen otros profesionales:
El fisioterapeuta: se encarga de conseguir los siguientes objetivos:
- Normalización de la actividad refleja postural y del tono muscular, facilitando los
reflejos de enderezamiento y las reacciones de equilibrio.
- Mantenimiento del recorrido articular y tonificación muscular.
- Ampliar la calidad y variedad de patrones de movimiento lo más normalizados posibles,
evitando patrones anómalos.
- Adquirir un óptimo control postural para la prevención y corrección ortopédica de las
deformidades, así como para facilitar la interacción con el entorno y favorecer los
aprendizajes.
- Potenciar la independencia motora, favoreciendo la autonomía personal y mejorando la
calidad de vida.
El logopeda: favorece y potencia la comunicación, así como prevé, reeduca y rehabilita los
trastornos y alteraciones en las funciones neurovegetativas. El área de logopedia facilita la
expresión de los sentimientos y la participación en el entorno.
La gravedad de los trastornos del lenguaje es muy variable. Mientras que algunas
personas con parálisis cerebral conseguirán un habla funcional a una edad temprana, otras lo
logrará más tarde o incluso no podrán desarrollarlas.
Es importante no identificar la capacidad de “hablar” con la de “comunicar”, ya que así
se excluye de programas de comunicación y lenguaje a niños con déficits motores graves, con
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necesidades y deseos similares a los de los demás. Los problemas de alumnos con parálisis
cerebral afectan a la adquisición y al desarrollo normal del lenguaje.
Una persona con parálisis cerebral puede beneficiarse de la intervención del lenguaje a
cualquier edad y seguir mejorando su lenguaje incluso hasta pasada la adolescencia. El éxito de
la comunicación dependerá de que ésta pueda realizarse tanto con interlocutores como la
madre, el padre o el logopeda, como con el resto de personas que rodean al niño.
El terapeuta ocupacional es el encargado de realizar tratamientos específicos para la
recuperación funcional del usuario con el fin de formarle en:
‐ Actividades de la vida cotidiana.
‐ Enseñanza en el manejo de aparatos o prótesis.
‐ Seguimiento y evaluación de los tratamientos en coordinación con profesionales y
familiares.
Las áreas de trabajo de terapia ocupacional son:
a) Motórica (motora) funcional (englobando aspectos físicos de la persona):
• Manipulación gruesa: movilidad de miembros superiores.
• Manipulación fina: pinzas manuales.
• Deambulación y posicionamiento.
b) Cognitiva sensorial:
• Aspectos cognitivos (capacidad racional del ser humano).
• Aspectos sensoriales (permiten integrar cada estímulo que acontece a su
alrededor).
c) Socio‐Comunitaria: aspectos relacionados con la integración social del individuo.
d) Adaptaciones y Ayudas Técnicas:
• Adaptaciones para el posicionamiento según cada niño.
• Adaptaciones y ayudas para mejorar el hábito alimenticio.
• Aparatos para favorecer y facilitar la escritura.
• Adaptaciones del mobiliario del centro.
El psicólogo tiene como objetivo fundamental mejorar la calidad de vida de las personas con
parálisis cerebral. Para esto es necesario incidir sobre el contexto en el que se desenvuelve la
persona. Las funciones que realiza son:
a) Elaboración de informes de los alumnos que sirvan para tramitar las ayudas necesarias
o las derivaciones a otros profesionales.
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b) Asesoramiento y orientación tanto a los profesionales que trabajan con niños con
discapacidades, en este caso con parálisis cerebral, como a las familias de éstos.
c) Elaboración de programas específicos del área, como pueden ser las pautas de
intervención ante problemas de conducta, fichas de perfil psicoemocional, etc.
d) Coordinación con Instituciones o profesionales externos al Centro.
e) Confección de pautas de actuación y preparación en el uso de estrategias que faciliten
el desarrollo de los niños, con relación a sus conductas.
f) Colaboración con otros profesionales para las adaptaciones curriculares o valoraciones
de documentos similares.
g) Entrevistas a las familias con el objetivo de establecer comunicación y relación con los
profesionales.
h) Participación en grupos de trabajo.
i) Facilitar a los maestros herramientas de evaluación para conseguir una mejor
distribución y uso de los recursos existentes.
4.2. ¿Qué podemos hacer desde las aulas cuando nos encontramos con un niño de estas
características?
A partir de nuestra visita al centro Numen, creemos que la metodología que se lleva a
cabo en los centros especiales es muy positiva para el desarrollo de los niños, tanto en el
ámbito cognitivo como en el motor y afectivo, y para las familias, pues se desarrolla un trabajo
conjunto entre ellas y todos los profesionales del centro que trabajan con sus hijos.
Además, la atención que reciben los niños es muy personalizada, llegando incluso a
crear nuevos lenguajes para poder comunicarse (música, pictogramas, símbolos...).
Otro aspecto a destacar de este centro es el respeto que tienen hacia las necesidades y
preferencias de los niños. Por ejemplo, a la hora de trabajar, si una tarea no les interesa, se
busca otra que les motive y que les anime a seguir.
La forma de trabajar está basada en el seguimiento de rutinas, ya que es lo que los
niños necesitan para sentirse más seguros y tranquilos. Por ejemplo, por las mañanas, al llegar
al aula, se pone la canción de “Buenos días”, se saludan, se quitan los abrigos y se introduce la
tarea que van a realizar. Estos pasos se repiten todos los días. Si por alguna circunstancia algún
día no se siguen, los niños se alteran, se agobian y algunos pueden llegar incluso a
autolesionarse.
Otra cosa que se realiza en el centro para contribuir a la normalización de la vida de
estos niños, es que se les da la oportunidad de relacionarse y compartir tiempo de juego con
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otros niños que no tienen ninguna discapacidad: van al parque, reciben invitaciones de otros
colegios ordinarios para participar en actividades escolares como ver obras de teatro,
musicales...
Con respecto a la inclusión de estos niños en centros ordinarios, consideramos que es
positivo cuando el grado de su discapacidad es leve y tienen cierto grado de autonomía, por
ejemplo, pudiéndose comunicar verbalmente. Aun así, su educación requiere medios como
personal cualificado que le asista, infraestructuras adaptadas, material escolar adecuado
(pupitres especiales, ordenadores...). Todo esto no es posible facilitárselo en todos los centros
ordinarios porque hay un gran número de alumnos por aula y conlleva un elevado coste
económico.
4.3. Propuestas de integración elaboradas por el grupo
Nuestra propuesta en el trabajo es la realización de un taller dirigido a alumnos de un
centro de educación especial.
Nuestro grupo está formado por cuatro alumnos:
- Isaac: 9 años, nivel leve.
- Jaime: 8 años, nivel leve.
- Alba: 7 años, nivel moderado.
- Martina: 8 años, nivel leve.
Descripción del taller:
Duración del taller: 1 hora.
Material:
‐ cinco instrumentos musicales (castañuelas, xilófono, flauta, triángulo, tambor).
‐ grabaciones de los sonidos de cada uno.
‐ fichas con su dibujo.
Procedimiento:
1. Al principio de la sesión, la maestra mostrará los instrumentos y los hará sonar, explicando
cómo funcionan y cómo se llaman, dándoles la oportunidad de tocarlo y reconocerlos.
2. A continuación, se repartirá a cada niño una ficha con los dibujos correspondientes.
3. Proseguirá reproduciendo la grabación de uno de los sonidos.
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4. El niño deberá reconocer el sonido y relacionarlo con el dibujo correspondiente.
5. La maestra lo verificará tocando el instrumento escuchado en la grabación
6. Volverá a repetir el proceso con cada instrumento.
Los objetivos que queremos llevar a cabo durante este taller son:
- Familiarizarse con algunos instrumentos.
- Ser capaces de reconocer e identificar sonidos.
- Integrar al niño en el área musical.
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5. LA FAMILIA
La familia es, sin duda, uno de los mayores puntos de apoyo para los niños con parálisis
cerebral. Así mismo, otras veces son las familias el mayor impedimento para el desarrollo y la
integración del niño.
Tienen dificultades y necesidades similares a las de las familias sin algún miembro con
discapacidad, aunque inevitablemente también tienen algunas añadidas. ¿Cómo se enfrentan
entonces a estas dificultades?
En un primer momento, cuando los padres son informados del diagnóstico, pueden
sentirse decepcionados, deprimidos e incluso enfadados. Como todos los padres, la idea de
tener un hijo/a con parálisis cerebral no coincide con las expectativas que se tienen a la hora de
traer un niño al mundo. Las formas de responder ante esta situación se podrían agrupar de
forma muy general en:
a) Negación: Se pone en duda la veracidad del diagnóstico, se consultan a varios
especialistas, se evade la realidad e incluso se le atribuyen al niño capacidades que no
tiene.
b) Depresión: Los padres y familiares cercanos, especialmente la madre, se deprimen. Se
pasa por momentos de frustración, desesperanza. Los trastornos emocionales llegan a
causar problemas en otros ámbitos, como por ejemplo la pareja.
c) Agresividad y sentimientos de culpa: Generalmente se culpa del problema a una mala
atención médica, lo que repercute de forma negativa en la solución y el enfrentamiento
del problema. En el fondo existen sentimientos de culpa y de responsabilidad, que
llevan a una actitud sobre protectora o de rechazo.
d) Ansiedad: Generalmente desemboca en intentar buscar constantemente un
tratamiento que resuelva el problema del niño, consultando todo tipo de centros
médicos e incluso fuentes no calificadas.
Finalmente, suele llegarse a la atención, el interés y el afecto por el hijo real, es decir, se
acepta que el hijo tiene parálisis cerebral. Es muy importante recibir apoyo emocional de la
propia familia, de amigos o de profesionales, especialmente en las fases iniciales.
Dentro de la familia, se revisan los roles y funciones. Los hermanos adquieren
responsabilidades especiales, que no deben ser excesivas. No obstante, es importante que
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tengan capacidad de decisión sobre el niño con parálisis cerebral y que los padres no le tengan
desatendido, ya que esto puede provocar problemas emocionales y de conducta en los
hermanos. En cuanto a la pareja, la madre suele ser quien desempeña el rol más importante,
quedando el padre más periférico y ayudando poco a la esposa. La implicación del padre en las
tareas de cuidado o ayuda reduce el estrés de la madre y de los hijos. Que el padre no se
implique puede deberse tanto a apatía y egoísmo, como a la imposibilidad de aceptar la
discapacidad del niño. Esta tensión familiar provoca en muchas ocasiones la ruptura de la
pareja. No obstante, en otras ocasiones, la difícil situación consigue unir aún más al
matrimonio.
Otro de los problemas importantes a la hora de criar a un hijo con parálisis cerebral es
la excesiva preocupación por el futuro de los hijos. A medida que el niño va creciendo, aumenta
la discrepancia entre su aspecto físico y sus capacidades. El objetivo en todo momento debe ser
que el niño vaya adquiriendo responsabilidades que contribuyan a una mayor autonomía e
independencia. Sin embargo, en el caso de personas con parálisis cerebral, la mayoría de edad
no significa su independencia. Es por ello que se precisan ayudas técnicas, atención domiciliaria,
etc. Finalizada la etapa escolar, se plantea la necesidad de la integración socio‐laboral (a través
de empleo, empleo con apoyo, Centros Especiales de Empleo, Centro Ocupacional, Centro de
Día, etc.). A esto hay que sumarle que algunos adultos con parálisis cerebral sienten el deseo de
salir del domicilio familiar, utilizando los servicios residenciales con los apoyos que precisen.
Esto les proporciona una vida más independiente, pero provoca a veces situaciones de shock en
la familia, acostumbrada a sobreproteger a su hijo.
Una vez que se ha conseguido la aceptación de la situación, muchos padres la
consideran una labor desafiante, enriquecedora y que tiene sus especiales recompensas.
Aunque es normal preocuparse por el futuro de los hijos, no se debe olvidar que lo importante
es ayudar al niño ahora, en el presente. Sólo así conseguiremos que el niño supere su
discapacidad y consiga vivir una vida plena. Como cualquier niño, los niños con parálisis
cerebral tienen necesidades como amor, seguridad, diversión, estímulo y curiosidad por
aprender. En la medida de lo posible, debemos intentar que el niño con parálisis cerebral se
comporte como cualquier otro niño desde el principio, sin sobreprotegerlo, para que éste
consiga la mayor autonomía posible. En esto se debe involucrar tanto a la pareja, como a
familiares y amigos.
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Algunos consejos para los padres son:
o Aprender el máximo sobre la parálisis cerebral, ya que cuanto más se sepa más se
podrá ayudar al niño e incluso a sí mismo.
o Demostrar cariño hacia el niño y jugar con él, dándole un trato similar al que se le daría
a un niño sin discapacidad. Es positivo llevar al niño a diferentes lugares, leer juntos y
divertirse.
o Aprender de los profesionales y de otros padres sobre cómo cumplir con las
necesidades especiales del niño, pero sin que esto llegue a ser obsesivo.
o Pedir ayuda a familia y amigos, enseñándoles lo que deben hacer y dándoles
oportunidades de practicarlo. Esto puede servir como descanso, imprescindible y muy
positivo.
o Mantenerse informado de nuevos tratamientos y tecnologías que pueden ayudar al
niño, como sistemas alternativos de comunicación.
o Tener paciencia y mantener las esperanzas sobre la mejora del niño. No se debe olvidar
que éste tiene una vida entera por delante para aprender y crecer.
o Trabajar con profesionales en intervención temprana o en la escuela. Deben incluirse
servicios como patología habla‐lenguaje, terapia física y terapia ocupacional si el niño lo
necesita. También debe tenerse en cuenta la tecnología asistencial.
Como conclusión, encontramos que las familias bien adaptadas a la situación son
capaces de encontrar un equilibrio, comparten la responsabilidad parental y tienen unos
sistemas de apoyo social que funcionan, un sentido de control de la situación y una atribución
de una causa a la discapacidad. Sin embargo, las familias no adaptadas, por una parte funcionan
en torno a las personas con parálisis cerebral, desapareciendo la relación de pareja. Por otra
parte, suelen ser familias desligadas donde cada individuo es demasiado autónomo,
descuidando la supervisión, la guía, la crianza y la educación de la persona con parálisis
cerebral.
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6. EL JUEGO Y LA DISCAPACIDAD
Hay una diversidad muy importante de tipos de juegos, pero nos centraremos en el
juego motriz, aquel donde está presente principalmente el movimiento.
COMO FACILITAR LA INTEGRACIÓN EN LOS JUEGOS
No se trata de hacer un tratado de juegos nuevos, sino de intentar potenciar la
participación, y que los alumnos vean satisfechas todas sus necesidades de movimiento.
El criterio fundamental es el de adaptar el juego estrictamente lo necesario.
6.1. Categorización para el análisis de los juegos según cada discapacidad
‐ Categorización de las discapacidades físicas
‐ Categorización de la discapacidad psíquica
‐ Categorización de las discapacidades visuales
6.2. Criterios de adaptación
‐ Dificultad de movimiento por parálisis cerebral (PC)
a) EL ESPACIO
_ Delimitar el espacio para compensar las dificultades de movilidad que pueden
presentarse.
_ Terreno liso y llano, para favorecer los desplazamientos.
_ Variación de las distancias.
_ Presencia de refugios para los juegos de atrape, para tener un tiempo de descanso y
ventaja.
_ Los usuarios de sillas de ruedas para evitar lesiones deberán encontrarse lejos de las
paredes.
b) EL MATERIAL
_ Materiales blandos, para jugadores con problemas de prensión.
_ Utilizar material alternativo o adaptado.
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- Parálisis Cerebral -
_ Facilitación de una silla para alumnos con problemas de columna vertebral.
_ Para alumnos con parálisis cerebral y grandes dificultades en el habla, se precisan
utilizar: tablero Bliss, plantilla con fotos, tablero silábico, etc.
_ Cubrir los reposapiés con espuma.
_ Los alumnos con PC reambulantes y con grandes problemas de equilibrio pueden
utilizar un andador para mejorar sus desplazamientos y estabilidad.
_ Contar con protecciones: rodilleras y coderas.
c) LA NORMATIVA
_ Modificar los reglamentos de los juegos.
_ Variar los sistemas de puntuación y sus registros.
_ Añadir el rito de contar en voz alta para dar más tiempo a los alumnos con movilidad
muy reducida.
_ Dar poderes: ventajas para prolongar la estancia del alumno en el juego.
_ Se penalizarán los golpes.
d) LAS HABILIDADES
_ Modificar las formas de desplazamientos de los adversarios directos.
_ Modificar la habilidad para que sea realizable.
_ Añadir habilidades para el resto del grupo o los adversarios directos.
e) PRESENCIA DEL MONITOR DE SOPORTE
_ En las primeras edades o en niveles de afectación profundos ser recomienda la
colaboración de un monitor de soporte.
_ Dependiendo de la edad del grupo, se propone un alumno colaborador que irá
cambiándose en cada sesión.
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6.3. Ejemplo de algunos juegos
a) EL CERROJO
Contenido principal: organización espacial.
Terreno: espacio liso y llano. Preferiblemente de parqué, cemento o PVC.
Material: 12 bolas de boccia o pelotas de trapo tamaño petanca. 4 picas. Si es necesario,
canaletas, cinta adhesiva para sujetar las picas al suelo.
Nº participantes: hasta 3 jugadores por cerrojo.
Situación inicial: se colocan 2 picas formando un ángulo y con una tercera se cierra
parcialmente el lado inferior del triángulo resultante. Se ubica una bola blanca en dicho ángulo.
Cada jugador tiene de 3 a 6 bolas en su poder.
Desarrollo y normativa: por turno, cada jugador tratará de acercar sus bolas a la bola blanca.
Para ello tendrá que estudiar el lanzamiento y la amplitud de la entrada al triángulo en función
de la situación de las bolas que ya estén lanzadas en el terreno de juego.
Variantes: variar la disposición de las picas, con diferentes formas geométricas, con la finalidad
de proponer nuevos ángulos de tiro.
Observaciones: preferiblemente para personas con tetraplejia, o PC con gran afectación del tren
superior.
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b) BUSCA EL NORTE
Contenido principal: comunicación no verbal, lateralidad, expresión facial.
Terreno: Cualquier espacio.
Material: No es necesario.
Nº participantes: jugadores pares.
Situación inicial: por parejas, un asistente frente al jugador.
Desarrollo y normativa: el educador solicita un punto cardinal u objetos, partes del cuerpo, etc.,
y el jugador con el movimiento de los ojos o expresiones faciales, debe indicarlo (pueden ser
puntos cardinales o conceptos más sencillos de lateralidad o del esquema corporal, etc.).
Orientaciones didácticas: este juego permite establecer un código de comunicación que puede
resultar útil al educador o al asistente del deportista en las competiciones de boccia.
Observaciones: preferiblemente para personas con PC con gran afectación del tren superior y
dificultades en la comunicación oral.
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7. CONCLUSIÓN
Siempre han existido sujetos que no han sido considerados "normales" por el resto de sus semejantes. En la mayoría de los casos, estos sujetos que presentaban ciertos "déficits", se tenían que enfrentar a un constante abandono y falta de oportunidades por parte de la sociedad en la que se encontraban. Desde entonces, la Educación Especial ha recorrido un largo camino.
Cuando se comenzó la escolaridad obligatoria se pudo comprobar que muchos de los niños considerados hasta entonces como "normales" no alcanzaban el nivel medio exigido. Estamos hablando de una escuela competitiva donde predominaban los valores intelectuales y donde el alumno que no llegaba a ese nivel medio era considerado como alumno de educación especial. Durante mucho tiempo la educación especial fue vista como la última oportunidad de estos sujetos.
En la actualidad se tiende a abandonar el concepto de Educación Especial ya que el mismo término lleva implícito su aceptación como algo diferente del hecho educativo general. Debemos considerar que toda educación ha de ser "especial" ya que la educación ha de adaptarse al ritmo individual de cada sujeto. Cada alumno es diferente, por lo tanto, es adecuado que la educación trate las diferencias individuales. Los alumnos con n.e.e. no pueden ser excluidos del sistema ordinario de enseñanza por lo que la Educación Especial tiende a desaparecer integrándose en la educación general.
Votamos por ello, por la inclusión en las aulas, y por la integración siempre que sea posible.
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8. BIBLIOGRAFÍA
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paralítico cerebral. Madrid: Editorial Gráficas Torraba.
García Prieto, A. (1999) Niños y niñas con parálisis cerebral. Madrid: Editorial Narcea.
Kawage de Quintana, Alejandra; Gutiérrez de Fernández Cueto, Paz; Llano de Orozco,
María; Martínez Parente, Dolores; Chavarría Olarte, Marcela (2004) Los hijos
discapacitados y la familia. Sevilla: Editorial Trillas.
Levitt, Sophie (2000) Tratamiento de la parálisis cerebral y del retraso motor. Madrid:
Editorial Médica Panamericana.
Poyuelo, Miguel; Póo, Pilar; Basil, Carmen; Le Métayer, Michel (2003) Logopedia en la
parálisis cerebral: diagnóstico y tratamiento. Barcelona: Editorial Masson.
Ríos Hernández, Mercedes; Blanco Rodríguez, Antonio; Banany Jané, Tate; Carol Gres,
Neus. (1999) El juego y los alumnos con discapacidad. Badalona: Editorial Paidotribo.
Rosa, Alberto; Montero, Ignacio; García, Mª Cruz (1993) El niño con parálisis cerebral:
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http://www.uv.es/hijos‐esp/boletines/aspace/asp_1/asp_1.html
(16/03/09) Diagnóstico:
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http://kidshealth.org/parent/en_espanol/medicos/cerebral_palsy_esp.html
(16/03/09) Incidencia:
http://www.aspace.org/aspace/ESP/Paralisis+cerebral/
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