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Page 1: Para qué investigamos - ICICOR

EL MUNDO DE CASTILLA Y LEÓN / AÑO II / LUNES 30 DE ENERO DE 2012 INNOVADORES 5

cido como malo, el LDL, y, sinembargo, no reduce el ‘bueno’,el HDL, sino que lo compensalogrando finalmente una reduc-ción adecuada del colesterol to-tal», explica la responsable deEsdor Cosméticos, una línea decremas y otros productos quecomparten con estas cápsulas suorigen, el eminol.

Este compuesto está formadopor los polifenoles anteriormen-te citados y patentado por el gru-po. Cada unidad contiene 350miligramos de eminol.

Entre otras bondades de estascápsulas, Fariñas describe quetomarlas no sólo aporta «un ele-vado efecto antioxidante» queayuda a disminuir el envejeci-

miento celular, sino que también«favorece la conservación» delos niveles de vitamina C y E y a«una mejor circulación sanguí-nea, luchando contra algunostrastornos vasculares».

La apariencia de las cápsulasdelata su origen. Dentro de lacapa trasparente de celulosa ve-getal se aprecian unos ‘polvos’granates. Pero la directora deEsdor informa de que su sabores inocuo y mantiene «todas» lasgarantías de seguridad. Aseguraque se diferencia del resto porlos estudios clínicos que le ava-lan y por combinar distintos po-lifenoles. «Mientras otros pro-ductos utilizan solo un polifenol,nosotros conjugamos varios con-siguiendo un efecto más poten-te», afirma.

A lo que Carlos Moro añade:«Sólo hay dos iniciativas seriascon una base de desarrollo pro-pio e investigación que hayandado con moléculas eficaces yeficientes. Una compañía france-sa y nosotros». Y apunta que eleminol está compuesto 100% deuva, «y sólo de uva», por lo quees susceptible de «sustituir aotros componentes artificialescomo conservantes».

Las cápsulas ya se comerciali-zan en 600 farmacias de Españaaunque el proceso de diseño einvestigación ha durado variosaños. Cinco, hasta patentar el

eminol, y otros tres en la elabo-ración de las cápsulas y sus exá-menes clínicos.

El presidente del grupo de-fiende estas cápsulas como «hi-to» tecnológico y «novedad mun-dial». También las cita como«ejemplo de orgullo» de produc-tos propios «basados en mate-rias primas de esta tierra, indus-trializados en España y comer-cializados en el mundo».

Este producto se enmarcadentro de la materia conocidacomo «nutricosmética». Un con-cepto en auge que aglutina artí-culos que «cuidan desde el inte-rior». De hecho, Rebeca Fariñasconsidera que, pese a que la ten-dencia mayoritaria consiste encuidarse externamente, una cre-ma «por muy buenos activos queposea, siempre se va a quedaren las capas superficiales de lapiel». Mientras que asegura quelos complementos que se ingie-ren «van directamente al plasmasanguíneo y se reparten por elorganismo».

Estas cápsulas forman partede la decidida estrategia a largoplazo de Matarromera por la in-novación, que incluye desde suconocido vino sin alcohol a todotipo de cosméticos nacidos de lauva. «Nos hemos convertido enuna de las empresas del mundoque más dedica a investigación»,asevera Carlos Moro.

Pregunta. – El sector agroali-mentario en Castilla y León esuno de los que mejor afronta lacrisis ¿A qué cree que se debe?

Respuesta. – Es uno de losmejores porque el nivel de con-sumo no ha bajado sustantiva-mente al ser una industria bási-ca y estratégica. También por-que somos productores de muyalta calidad y eso nos permiteexportar de forma muy compe-titiva. La salida a la exportacióntiene que ser algo estratégico,no coyuntural. Una apuesta acorto y largo plazo que debentener claro la Administración ylas empresas.

P. – La diversificación es unade las señas de Matarromera¿Qué importancia tiene?

R. – Mucha. El Grupo Mata-rromera da dimensión a lo quehace, vinos de calidad, y abreotros caminos para buscar unagama más completa de produc-tos y para buscar también ni-chos nuevos de mercado. Acon-dicionamos los productos alconsumidor moderno.

P. – ¿Cuáles son los principa-les retos de la agroalimenta-ción?

R. – Mantener la seguridad ycalidad alimentaria. Tambiénabastecer a la población de losproductos que requiere en cadamomento. Dar empleo y favore-cer el desarrollo agrícola.

P. – ¿En qué dirección debe irel mundo del vino?

R – El gran reto de futuro devino es el de la comercializa-ción. Salir fuera y valorar losproductos. Ha crecido la expor-tación de vinos pero, lamenta-blemente, de vinos a granel. Ne-cesita que se apoye desde todoslos frentes. Ir con una marca Es-paña a vender vinos fuera. Con-cienciarnos cuando viajamos deque hay que pedir de la tierra.

P. – ¿Qué metas se fija Mata-rromera a corto plazo?

R. – La consolidación de todosnuestros productos para que se-an número uno a nivel mundialy consolidar toda la estrategiade externalización.

P. – ¿Cuándo decidió queapostar por la innovación era unvalor?

R. – Es un tema natural a mímismo. He estado trabajando endistintos sectores, también en laAdministración, donde he dirigi-do planes de investigación, y enMatarromera lo tenía en mente,en cuerpo y en alma, porquecreo en ello y creo que es funda-mental.

P. – ¿Por qué?R. – Porque nos da la capaci-

dad de hacer calidad. Matarro-mera no sería lo que es hoy sinlos proyectos de investigación.Hoy es mucho mejor que hace15 años. Mejoramos cada día.Innovación al final es empleo,actividad y materias primas denuestra tierra que van al restodel mundo.

Ha testado los efectosdel producto en ensayosclínicos en un hospital deMadrid y otro de Vitoria

Se trata de uncomplemento vegetalque pretende disminuirel envejecimiento celular

CARLOS MORO/ PTE. MATARROMERA

«Innovación al final es empleo»

El eminol espolvoreado que se incluye dentro de las cápsulas.

Es consustancial al ser humano preguntar-se por qué y para qué hace lo que hace. ¿Pa-ra qué estudiamos? ¿Para qué trabajamos?¿Para qué tenemos hijos? Y, por supuesto,los que investigamos nos preguntamos, ¿pa-ra qué investigamos? ¿Cuál es el objetivo dela investigación que estamos llevando a ca-bo en este momento? ¿Qué respuestas bus-camos? ¿Qué pretendemos conseguir? Seme ocurren varias respuestas y todas en ma-yor o menor medida juegan un papel en ladecisión de emplear tu tiempo en la investi-gación.

De entrada, nadie decide investigar, al me-nos en este país, por cuestiones económicas.Más bien al contrario, los investigadores ga-nan poco dinero y tardan muchos años, si esque lo consiguen, en tener un puesto de tra-bajo estable.

Uno de los motivos para dedicarse a in-vestigar es el deseo de aprender, la necesi-dad (llega a convertirse en una obsesión) deresponder a preguntas no respondidas toda-vía por nadie. En disciplinas muy básicas,donde el investigador puede no vislumbraruna utilidad inmediata a su investigación, el

deseo de saber más es un mo-tor importante para seguiradelante. Es el placer de sa-ber por el mero hecho de sa-ber.

Otro objetivo puede ser elprestigio. Si tus investigacio-nes no trascienden más alládel ámbito local, tendrásprestigio entre tu familia yallegados. Si consigues publi-car en revistas de cierta enti-dad, tendrás prestigio entrelos profesionales dedicados atu especialidad. Es gratifican-te ver que otros investigadores leen tus tra-bajos y los comentan en sus investigaciones.

Finalmente, si tus investigaciones intere-san a la prensa, el prestigio llegará a la so-ciedad donde vives. No es éste, obviamente,un motor inicial de la investigación. Nadiedecide investigar para tener prestigio social,pero puede influir en etapas posteriores.

Pero el motivo esencial para investigar de-

ber ser buscar el bienestar dela sociedad. Es legítimo que-rer saber más. Es legítimoquerer tener prestigio. Ahorabien, si tu investigación no vaguiada por el bienestar co-mún, si cuando haces investi-gación no piensas en la gente,si cuando haces investigaciónbiomédica no piensas en lospacientes no conseguirásavances verdaderamente im-portantes. Sabrás mucho, se-rás respetado, pero defrauda-rás la esencia de la investiga-

ción. Incluso cuando haces investigaciónfundamental o muy básica, debes preguntar-te por qué y para qué, y debes encontrar unarespuesta que incluya a la sociedad. En de-finitiva, un investigador es un servidor pú-blico.

Alberto San Román es director del Instituto deCiencias del Corazón (Icicor)

Para qué investigamosALBERTO SAN ROMÁN

CRÓNICASDE LA SALUD

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