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PANORAMA CULTURALPOR SALVADOR DOMINGUEZ ASSIAYN

" e A LID R A ", S. A.FERROCAlUloILES NAOIONALES ~. COL. ANAlIt1AC, D. F.

Erlc. 17-32-23 y 17-39-65; 38-29-46. Ap. Posta.! 1, Suco Ma.ri&no Escobedo, D. F.

El origen de la saudade portuguesay de la soledad y soleares españolas

Positivamente interesante es el es­tudio que Karl \'ossler ha hecho sobrela Poesía de la soledad en España, cuyaversión al e'pañol por Ramón de laSerna ha publicado la revista Estudiosde Santiago de Chile, que se señala porla calidad de u contenido.

"La tesis de que el vocablo soledad-dice el autor- etimológica y foné~

ticamente procede ele solitatem, es in­defendible. Tanto la conservación de lai pretónica como (' en soledad (com­párese solidata = soldada - solitar-ium= soltero) como la gran rareza de lapalabra latina solitas, permiten suponerque se trata de un producto nuevo ensuelo ibérico. Solitas en el sentidoaproximado de solitltdo sólo ha podidoseñalarse en Acrio, Apuleyo y Tertu­liano y siempre en singular." El tér­mino español aparece como una nuevaversión docta, es decir, como una crea­ción literaria sugerida al parecer porla lírica galaico-portuguesa medieval.En portugués tiene la palabra una figu­ra fonética más solariega, ciertamehte.Aparece como socdade, so~dade, su~­

dade en los cancioneros de los siglosXIII y XIV. SU significado de soledad,desamparo, ausencia, adquiere en lostrovadores galaico-portugueses el de"querella", "anhelo", "querenc.ia", "lan­guidez", "nostalgia". Por ejemplo:

Que sOldade de mba senhor ei ...Nom poss·eu. meu amigo.com vossa sOldaJeviver ...

Aquí, ~'ossa so'idade no quiere decir"vuestra soledad", sino la "nostalgiaque de vos siento por causa de vuestraausencia". Más tarde, los poetas por­tugueses identifican con la nostalgiapor el amado ausente, el ser mismo deéste -Suidade minha, quando vos ve­ría-, y va adquiriendo la palabra SUt­

dade la significación ocasional de nom­bre cariñoso, caso éste que ocurría enPortugal mucho antes que en Castillase adoptase Soledad como nombre depila bajo la advocación de la Virgende la Soledad; y entre tanto ello ocu­rría, la palabra soledad como equiva­lente de "soledad-yermo", cambiaba enPortugal su significación por la de nos- .talgia amorosa, significación con la cualquedó definitivamente instalado el voca­blo so1.dade en las postrimerías del xv,quedando la anteriol' como arcaísmo.La actual forma portuguesa "saudade"se fija en el XVI, en que se sobrep~ne,

por más usada por el pueblo, la formaen alt. ¿ Por qué esa fonía au? Se haquerido contestar aludiendo a la vozárabe saudá, "hipocondria", etc., peromás a mano tenemos el grupo de pala­bras portuguesas saude, saudar, sauda­roes, con las etimologías salus, salvus,

sannus, quizás de resonancias bíblicas."Las transformaciones, dice el autor,lo mismo de la forma fonética que delsignificado de la saudade portuguesa,han de considerarse, creo yo, dentro dela más íntima relación tanto con la his­toria de la poesía, y en ella con la dela métrica, como con la del pensamien­to lírico". Tiene razón Faria y Sousacuando en su comentario de Camoensdice qu saudade es "palabra que sequiere hacer misteriosa en portugués".Parecido es el moderno testimonio deAdolfo de Castro, según. el cual, sauda­de viene a abarcar todo el mundo desentimientds y pensamientos que lascircunstancias de la soledad nos su­gieren..

En cuanto a España, Menéndez yPelayo y Rodríguez Marín dicen (elautor de esta condensación hace la ad­vertencia de que por lo menos en Jv1éxi­ca no se da el caso) que la soledad cas­tellana equivale a ese complejo de lasaudade portuguesa. En Andalucía,donde se, cruzaron las influencias galai­co-portuguesas con las castellanas, llegaa designarse con soledad, solear, soleá,soleares una forma poético-musical· de­finida, que originariamente designabatodo género de canción melancólica.Sus formas actuales, por· lo menos enlo que se refiere al metro, se remontanal XVI: tres o cuatro octasílabos queasonantan el segundo con el cuarto yel primero con el tercero. En los siglosXVII y XVIII, en que se intensifica elculto a la Virgen en sus diversos tran­ces en la Pasión, se adopta el nombrede Soledad, que es t1110 de los últi­mos de una serie, iniciada en 1615 porel de Concepción (o Concha en todoslos países de habla española), a la quepertepecen Asunción, Encarnación, An­gustias, etc.

La introducción de esos nombres,·inusitados hasta entonces, debióse aque en 1614 se planteó y controvertióen Sevilla, entre las órdenes mendican­tes, el estudio de la doctrina de la In­maculada Concepción de María, por laque, con su característica pasión entales casos, tomó partido el pueblo, de­terminando que el 8 de diciembre (fe- ...cha fijada para la festividad por el Con­cilio de Basilea) del año de 1615, seimpusiera pot primera vez, en la pilabautismal, el nombre de Concepción auna niña sevillana. Eso abrió la puertaa nombres asociados. En el romance"Supuesto que me 'han pedido", figu­ran Dolores, Carmen, Merced, Espe­ranza, Rosario, Guadalupe, Loreto yEncarnación. Soledad es el más tardío.Empero, hay que aclarar que antes,nombres por el estilo se usaban, peroen casos diversos. "En tiempos de laContrarreforma era costumbre en todo

el radio de la Iglesia Católica romana,y no sólo en España, atribuir a unsanto, a un asceta, a un teólogo emi­nente, el sobrenombre del misterio acuya plática, defensa, glorificación o de­voción se había consagrado especial­mente. Un religioso portugués del sigloXVI se llamaba Emmanuel de Concep­tione, Juan Bautista de la Concepciónen español. Soror María ab Incarn~

tione era una carmelita francesa, etc."

POEslA DE LA SOLEDAD EN ESPA~A, KarlVossler. ESTUDIOS, Mensuario dc Cultura Ge·neral. Casilla 13370. Santiago de Chile.Chile. N9 168. Enero. 1947.-AI Institutode Investigaciones Sociales.

Tratamiento de las fracturasdel maxilar inferior

Desde 1937, el doctor Felipe L. Pla­za, C. D., M. c., director de la re.vistade la Sociedad Peruana de PrótesisDental y Maxilo Facial, ha dedicadosus esfuerzos a difundir, perfeccionary simplificar el tratamiento de las frac­turas del maxilar inferior, y ahora,como coronamiento .de eso~ trabajos,presenta un nuevo estudio, recomen­dando el método siguiente:

Procedimiento.-Instrumental: Untorno eléctrico de Kirschner o de Alberf) un perforador de mano de estos mis­mos y el equipo completo que se utilizapara atravesar el clavo en las traccio­nes esqueléticas. Anestesia: local ·0 ge­neral, según el estado del enfermo. Téc­nica operatoria: Desinfectada la piel,se procura el afrontamiento de los frag­mentos óseos buscando 'la perfecta ar­ticulación dentaria; el ayudante inmo­viliza en esta posición y en· oclus'ión .completa del maxilar inferior. En se­guida se coloca el guiador, tomandocomo punto de apoyo los dGS extremosequidistantes de la línea de fractura.y

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procurando que tanto el punto de en­trada, como el de salida, tengan porlo menQs dos o una y media pulgadade separación de dicha línea; luego, secoloca el clavo en el torno eléctrico oen la perforadora de mano y con laayuda del guiador se introduce dentrodel tejido óseo, con lo que se consiguela unión e inmovilización de los frag­mentos; con un alicate especial se re­cortan los extremos de este clavo, de­jando sólo un cuarto de pulgada quesobresalga de la piel en ambos extre­mos que son cubiertos por dos trocitosde corcho, sin que sea necesario colocarapósito alguno. Cuando las fracturasson dobles, pueden utilizarse dos otres clavos. En la simple, tambiénpueden utilizarse dos si los fragmentosson fuertemente ,traccionados por losmúsculos y un clavo resulta insuficien­te. Comentario: los principios preconi­zados por Bohler sobre la inmoviliza­ción funcional son puestos ampliamenteen práctica con este procedimiento,pues los enfermos puéden comer y efec­tuar movimientos de apertura y latera­lización del maxilar desde el instanteen que ha terminado la op~ración, loque conjura el peligro de anquilosis dela articulación témporo-maxilat.:. Ade­más, la higienización de la cavidadbucal puede realizarse en condicionesóptimas; si hay hex:idas de la piel, laperfecta curación de éstas queda faci­litada; deja a los enfermos volver a susactividades casi inmediatamente des-'pués del afrontamiento y la inmoviliza­ción por el clavo de Kirschner, cosamuy importante en su vida económicay social; no da margen a complicacio­nes y, si se recuerda la anatomía, tam-

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poco puede lesionarse el nervio denta-rio inferior y el paquete vascular quelo acompaña, evitándose, sobre todo, re­percusiones de importancia.

-ttz. SOLIDOPRESTIGIO flt1JlaUNA SOLIDA .'CONSTRUCCION

UNIVERSIDAD DE MEXICO * 27

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