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30 aniversario
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30 aniversario
30 aniversario
Coordinación:Ing. Javier Jiménez Espriú
Edición y producción:José Fco. Gómez de León
Diseño editorialDP Imagen
FotografíaLorena Alcaráz /Bernardo Arcos
D. R. © 2007 ACADEMIA DE MÚSICA DEL PALACIO DE MINERÍASe prohibe la reproducción total o parcial –incluido el diseño tipográfico y de portada, fotografías– sea cual fuere el medio, electrónico o mecánico, sin autorización.
Impreso en México
Índice
Presentación 11Juan Ramón de la Fuente
Prólogo 15 Sergio Vela
Preámbulo 21
Guillermo Güémez García
Introducción 25Carlos de la Mora
La música y el Palacio de Minería 31Jorge Velazco
“...Y así pasaron treinta años” 41
Javier Jiménez Espriú
La orquesta que toca cuando nadie toca 115
Juan Arturo Brennan
Testimonios 123Luis Herrera de la FuenteLeón SpiererCarlos SpiererCarlos Miguel PrietoJosé AreánGerardo Estrada
Conciertos didácticos 134
Compendio musical 1978-2007 135
Academia de Música del Palacio de Minería 159
Orquesta Sinfónica de Minería 165
academia de música del palacio de minería10 lFachada del Palacio de Minería.
Presentación
La Orquesta Sinfónica de Minería es una de las agrupaciones con mayor
prestigio en la escena musical de México. Su existencia y desarrollo han sido
posibles gracias al compromiso de un grupo de distinguidos ingenieros universitarios,
interesados en integrar las ciencias, las humanidades y el arte, para acercar el
conocimiento y la sensibilidad musical a toda la población.
Esta tradición cultural de la comunidad de profesionales de la Ingeniería no
es nueva. Se remonta a fines del siglo XVIII, en el Real Seminario de Minas, cuna
de nuestra actual Facultad de Ingeniería. Los conocimientos impartidos en aquella
institución constituyeron una verdadera innovación con respecto a la enseñanza
escolástica tradicional que predominaba en las instituciones de la Nueva España.
Además de enseñar materias relacionadas con las ciencias exactas, como química,
física experimental, matemáticas y geometría, también se establecieron las cátedras
de latín, lógica, geografía y gramática castellana. Con ello, el Seminario se convirtió
en “la Primera Casa de la Ciencia en México”, como atinadamente lo ha señalado
academia de música del palacio de minería12
uno de los grandes historiadores de la ciencia en nuestro país, el doctor José
Joaquín Izquierdo.
Para complementar esa formación integral, se realizaban actividades artísticas y
musicales, que se volvieron frecuentes en cuanto se inauguró, en 1811, el Palacio de
Minería como nueva sede del Seminario. En las llamadas “Academias de Música”,
se llevaban a cabo regularmente conciertos de música culta, en los que la sociedad
podía disfrutar del repertorio de compositores extranjeros y nacionales, como Joseph
Haydn, Vicente Castro, Manuel Delgado, entre muchos otros.
Esta tradición ha subsistido hasta nuestros días. En 1978, la Facultad de
Ingeniería de la UNAM retomó este legado y fueron creadas la Academia de Música
del Palacio de Minería y la Orquesta Sinfónica de Minería, con la misión de fomentar
la formación cultural y musical de los universitarios y de la sociedad en su conjunto.
El compromiso se ha cumplido cabalmente, incluso en momentos difíciles por los
que ha atravesado nuestra Universidad, durante los cuales la Orquesta ha acudido sin
falta a su cita con el público.
A lo largo de tres décadas, las temporadas de conciertos veraniegos de la
Sinfónica de Minería se han convertido en una referencia obligada para los amantes
de la buena música, tanto por la calidad del repertorio seleccionado como por el
virtuosismo reunido de solistas, coros y directores de renombre mundial.
La Orquesta Sinfónica de Minería también ha desplegado un importante
esfuerzo de difusión musical al realizar programas de conciertos didácticos abiertos en
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
13
auditorios de Facultades y Escuelas de nuestra Casa de Estudios, a fin de promover
entre los jóvenes universitarios el gusto por la buena música. Así, con talento y
sensibilidad, la agrupación ha logrado formar a un público fiel y exigente, que se le
entrega con entusiasmo en cada presentación.
Es oportuno rendir homenaje a dos notables músicos de nuestro país cuyas
batutas dirigieron las primeras etapas de la orquesta: el maestro Jorge Velazco,
lamentablemente fallecido en plena temporada en 2003, y el maestro Luis Herrera
de la Fuente, quien en diez años de arduo trabajo consolidó el prestigio de excelencia
de la agrupación.
Hoy, la Sinfónica de Minería ha adquirido nuevos bríos, gracias al trabajo
desarrollado por la Academia de Música del Palacio de Minería, que desde 1985
asumió plenamente la responsabilidad de la Orquesta, incluyendo el otorgamiento
de becas para estudios de perfeccionamiento a músicos mexicanos. Con ello
queda demostrado que el compromiso permanente de los universitarios, sumado
al esfuerzo participativo de la sociedad, rinde frutos exitosos, dignos de encomio y
emulación, para preservar los mejores valores de la ciencia, la cultura, el arte y la
educación.
En el presente libro, la Universidad Nacional Autónoma de México rinde
homenaje a los artistas y profesionistas que han encabezado este esfuerzo cultural
fundamental en la historia musical de nuestro país. Aquí se encuentra, en textos e
imágenes, el reconocimiento a la obra fecunda de directores de la orquesta, miembros
destacados de la academia, músicos, artistas invitados y colaboradores.
academia de música del palacio de minería14
En los muros y butacas de los recintos que le han servido de sede, como el
Palacio de Minería, el Anfiteatro Simón Bolívar y la Sala Nezahualcóyotl, pervivirá
el eco de sus notas. Pero permanece aún más vivo el recuerdo de la bella música en
el corazón de los miles de personas que han asistido ya a más de 500 conciertos de la
muy prestigiada Orquesta Sinfónica de Minería.
“Por mi raza hablará el espíritu”
Juan Ramón de la FuenteRectoR de la UniveRsidad nacional aUtónoma de méxico
septiembRe, 2007
Prólogo
Logros y porvenir
El futuro de las ejecuciones en vivo de música de concierto depende, en buena
medida, de hallar formas novedosas de organización y financiamiento. En
efecto, en la actualidad existe una tendencia generalizada que implica la mayor
limitación, por parte de las instituciones públicas, para asumir el costo económico
de orquestas de alto nivel y el patrocinio de conciertos y recitales sofisticados. En
nuestro tiempo abundan los ejemplos de desaparición o mengua de organismos
musicales en todo el mundo, a causa de la insuficiencia financiera o las diversas
restricciones de carácter laboral, administrativo y aun político que suele enfrentar la
gestión pública.
Previsiblemente, en México, como en otros lugares del mundo, habrá de
continuar el apoyo del sector público a la difusión cultural en general, y a la artística
en especial; sin embargo, es indispensable reflexionar sobre el futuro de la música
de concierto y, por ello, resulta pertinente enfatizar que muchos de los mejores
resultados artísticos –en beneficio del público, en última instancia– habrán de
academia de música del palacio de minería16
provenir de proyectos gestionados por organismos de derecho privado respaldados,
aun parcialmente, por instituciones públicas.
Interesa por eso destacar y valorar el ejemplo de la Academia de Música del
Palacio de Minería, ahora que cumple treinta años de existencia y que la cultura
mexicana, y en particular el mundo musical, festejan sus grandes contribuciones a la
vida artística de México.
La Academia de Música del Palacio de Minería y su orquesta estival, la
Sinfónica de Minería, han ofrecido al público mexicano espléndidos resultados a lo
largo de treinta años. La naturaleza privada del organismo y los vínculos históricos
que mantiene con la Universidad Nacional Autónoma de México hacen de su
proyecto artístico uno de los más atractivos, y de los que cuentan con mayor solidez y
potencial del país.
La Academia nació como un proyecto exclusivo de la Facultad de
Ingeniería de la Universidad Nacional, sufragado con el presupuesto universitario
y los ingresos de la taquilla de los conciertos que organizaba, tanto de la Orquesta
Sinfónica de Minería, creada casi al mismo tiempo, como de otras agrupaciones
y músicos mexicanos y extranjeros. Sin embargo, en su visión estuvo desde un
principio ampliar sus recursos con otras fuentes de financiamiento; así, muy pronto
convocó a un grupo de egresados de la Facultad a formar parte del Patronato de
la Academia de Música del Palacio de Minería, organismo destinado a contribuir
a la obtención de donativos, aportaciones y venta de abonos y boletos para las
actividades artísticas de la Academia.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
17
Pese a los excelentes resultados logrados en los primeros años –bastaría,
para comprobarlo, una rápida hojeada a la relación de conciertos, orquestas y solistas
de primer nivel presentados por la Academia en el Palacio de Minería, la Sala
Nezahualcóyotl y el Anfiteatro Simón Bolívar–, este modelo de organización no
fue suficiente. El propósito de sostener una orquesta sinfónica de alta calidad y el
conjunto de actividades asociadas con su misión, parecía sobrepasar las posibilidades
de una entidad académica cuyas funciones sustantivas no incluían la difusión artística
y que demandaba recursos considerables y adicionales para esta tarea, al igual que
continuidad programática.
Era claro que a la Academia de Música del Palacio de Minería convenía
lo que ya desde entonces resulta vital a todo proyecto artístico de esta naturaleza:
autonomía de gestión. Es así como la Academia adoptó la figura de asociación civil
independiente, entre cuyos objetos, declarados en sus estatutos sociales, está en
primer término, sin embargo, “colaborar estrechamente con la Universidad Nacional
Autónoma de México”. De hecho, las autoridades universitarias participan ocupando
la presidencia y la vicepresidencia honorarias de la asociación. De esta manera, la
Academia no deja de ser un proyecto universitario ni auspiciado por los universitarios,
pero asume plenamente la organización, las responsabilidades financieras y el
sostenimiento de la Orquesta Sinfónica de Minería.
Bajo este esquema, el proyecto artístico de la Academia ha podido
perfeccionar a lo largo de más de veinte años su modelo de gestión y alcanzar
resultados más que convincentes. La dirección artística, el consejo directivo y
su presidencia, la gerencia de la orquesta y la administración han contado con
academia de música del palacio de minería18
las condiciones para coordinarse y con los márgenes para actuar que llevan a la
profesionalización y a la mejora constante. Se ha sabido aprovechar la experiencia de
los primeros años y el prestigio acumulado durante este tiempo por la organización.
Hoy, la asociación está abierta a miembros de profesiones distintas de la
ingeniería y desarrolla actividades complementarias para la obtención de fondos,
como los conciertos de gala y los conciertos dedicados a instituciones públicas
y organismos privados patrocinadores. La promoción musical de la Academia se
ha extendido también, de manera sistemática, a conciertos camerísticos en las
diferentes escuelas y facultades de la Universidad. La Academia y la Orquesta
siguen explorando el cúmulo de actividades con que han enriquecido la vida
musical mexicana a lo largo de estos años: invitaciones a solistas y agrupaciones
internacionales, comisiones de obra a compositores mexicanos, ediciones musicales,
conciertos didácticos, información y servicios en línea.
Al llegar a estos primeros treinta años de vida, la Academia de Música
del Palacio de Minería y la Orquesta Sinfónica de Minería tienen ante sí nuevas
oportunidades que seguramente sabrán aprovechar. En especial, las que representan
maneras de ampliar su público, difundir con mayor profundidad su labor y conquistar
la atención de las nuevas generaciones. Una de ellas es estrechar vínculos con
diversas instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, con las que haya
una afinidad actual o potencial. De esta manera, se podrá enriquecer la oferta musical
mexicana y se llegará a mostrar la riqueza de la vida artística de este país ante la
mirada de los demás. La Academia de Música del Palacio de Minería y su orquesta
son valiosas embajadoras culturales de México; es menester dar a conocer sus logros,
su importancia y su porvenir.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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Estas tres décadas deben servir también para consolidar sus vínculos con la
Universidad Nacional Autónoma de México. El proyecto de la Academia de Música
del Palacio de Minería surgió de esa casa de estudios y ha sido encauzado por
universitarios distinguidos. La Universidad puede y debe hallar en la Academia y
en su orquesta un motivo de legítimo orgullo y el mejor resultado imaginable de una
política cultural contemporánea, saludable, incluyente y generosa, en beneficio de la
propia comunidad universitaria y del público mexicano en general.
Mtro. Sergio VelapResidente del consejo nacional
paRa la cUltURa y las aRtes
academia de música del palacio de minería20
Preámbulo
Los avances de la ciencia en el último siglo han cambiado, sin lugar a duda,
nuestra forma de vida. Prácticamente en todos los órdenes de la actividad
humana, desde el transporte y las comunicaciones hasta la medicina las mejoras
han sido impresionantes. Sería imposible hacer un recuento de lo que la ciencia ha
contribuido recientemente al bienestar económico del mundo actual. Lo anterior ha
requerido de hombres y mujeres que dedican su vida entera a la investigación y a la
materialización que los cambios tecnológicos requieren. Sin embargo, el ser humano
necesita no solo de mejoras materiales sino también del cultivo del espíritu para tener
un desarrollo integral. Esto lo ha logrado a través de lo que desde hace más de dos
mil años se denominaron las bellas artes.
Ello fue reconocido en nuestro país hace poco más de 30 años por un grupo de
ingenieros, hombres de ciencia que decidieron contribuir a cultivar no solo su propio
espíritu sino el de sus conciudadanos mediante la música. Así formaron una Academia
con una orquesta cuyo objetivo era el desarrollo de la cultura musical en México.
Hoy celebramos un caso insólito en la historia musical de México; el trigésimo
aniversario de un esfuerzo del sector privado mexicano en apoyo al cultivo de la música
mediante la Academia de Música del Palacio de Minería y la Orquesta Sinfónica de
Minería. No existe otro caso en nuestro país de un esfuerzo y logro de tal magnitud en
el ámbito de las artes patrocinado por el sector privado. No obstante, cabe mencionar el
apoyo decidido de la Universidad Nacional Autónoma de México y de su Facultad de
Ingeniería las cuales han alentado e impulsado esta actividad.
Una de las características especiales que se le imprimieron a esta orquesta fue
genial. Se decidió hacer una orquesta de verano, temporada en la cual prácticamente
no existe otra orquesta tocando en nuestra ciudad y muchas otras en el mundo están
en receso.
Lo anterior le otorgaba tres ventajas: cubría un hueco en el programa musical
de la ciudad de México lo cual fue muy bienvenido por los melómanos, no competía
con otras orquestas de apoyo gubernamental y le ha permitido atraer músicos y
solistas de nivel mundial.
Felicitamos hoy a aquel grupo de ingenieros que hace 30 años comenzaron
este esfuerzo y que el mismo no ha sido en vano. Agradecemos a la Universidad
Nacional Autónoma de México y a su Facultad de Ingeniería su colaboración y apoyo
constante para que este proyecto continúe. Finalmente nos sentimos honrados de
hoy poder seguir esta labor en beneficio del cultivo de las artes y de nuestra Ciudad.
Ing. Guillermo Güémez GarcíapResidente del consejo consUltivo
de la academia de música del palacio de mineRía
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
23
academia de música del palacio de minería24
Introducción
30 años de expresión cultural universitaria
Entre las actividades que lograron florecer a partir del Real Seminario de Minas
estuvieron las denominadas Academias de Música, de las cuales encontramos
datos a partir de 1807. El Palacio de Minería las albergó, y en su recinto lograron fama
los artistas que participaron en esos conciertos y los miembros del Colegio de Minas,
quienes figuraron no solo como la clase más adinerada del momento, sino como la
más culta e ilustrada. Podemos citar, sin temor a equivocarnos, al Palacio de Minería
como primer centro musical de la época, lugar en el que por vez primera se realizaron
“conciertos de música culta”.
La Facultad de Ingeniería rescató la tradición de los mineros del siglo XIX y a
principios de 1978, nació la Academia de Música del Palacio de Minería y su Orquesta
Sinfónica, con el principal propósito de fortalecer la cultura sinfónica de primer nivel
en el ambiente universitario. A partir de ese año, se realizan cada verano temporadas de
conciertos sinfónicos que han tenido como sede el propio Palacio de Minería y la Sala
de Conciertos Nezahualcóyotl, principalmente.
En 1985, el Patronato de la Academia de Música del Palacio de Minería se
transforma en Asociación Civil, conformado por un grupo de ingenieros universitarios,
que toma por voluntad propia la noble misión de fomentar y cultivar la cultura
musical, una de las formas más bellas del arte, para asumir la responsabilidad plena
de la organización cultural y apoyar a su Alma Mater en esta función sustantiva de la
Universidad.
Es un privilegio la participación del Rector de la Universidad Nacional
Autónoma de México, como Presidente Honorario, y del Director de la Facultad de
Ingeniería, como Vicepresidente Honorario.
Durante su trayectoria, la Academia de Música del Palacio de Minería ha tenido
como presidentes a los distinguidos ingenieros y socios fundadores Javier Jiménez
Espriú, Saturnino Suárez Fernández y Víctor Manuel Mahbub Matta, quienes han
desarrollado una gran labor para lograr que la Orquesta Sinfónica de Minería continúe
con sus Temporadas de Conciertos de Verano, la que se ha distinguido siempre por
la calidad y ejecución de sus programas con la participación de solistas, directores
huéspedes y agrupaciones corales de primer nivel. Compositores mexicanos han
realizado obras para la Orquesta Sinfónica de Minería, algunas por encargo expreso y
otras más como símbolo y cariño.
A lo largo de la vida de la Academia de Música del Palacio de Minería, el
Auditorio Javier Barros Sierra de la Facultad de Ingeniería ha recibido también a
numerosos artistas de todo el mundo, así como a diversos ensambles de miembros de
la Orquesta Sinfónica de Minería. Estos “conciertos didácticos”, son muy importantes
dentro de la formación de todo individuo que aspira a la excelencia profesional y
recibieron una respuesta muy entusiasta por parte de los estudiantes de la Facultad de
Ingeniería, quienes se mantenían atentos a las presentaciones musicales y llenaban el
Auditorio, aun cuando tuvieran que modificar sus horarios de estudio.
Resultó una experiencia de tal riqueza para todos los sectores involucrados que
llevó a la Academia -a partir de 2003 en que tengo el honor de presidir la Academia de
Música del Palacio de Minería- a extender los “conciertos didácticos” a otros espacios
universitarios en un fin común, el fortalecimiento de la actividad cultural de nuestra
sociedad, lo que se ha realizado en coordinación con Difusión Cultural y la Dirección
General de Música de la UNAM, con el mismo éxito en otras facultades y escuelas
de la UNAM, como Arquitectura, Química, Medicina, Ciencias, Derecho, Filosofía
y Letras, Contaduría y Administración, Medicina Veterinaria y Zootecnia, Estudios
Superiores Aragón, Estudios Superiores Acatlán, Estudios Superiores Cuautitlán,
Estudios Superiores de Iztacala, Escuela Nacional de Trabajo Social, Escuela Nacional
de Enfermería y Escuela Nacional de Artes Pláticas.
En el momento actual la Academia de Música del Palacio de Minería y su
Orquesta Sinfónica de Minería realizan actividades dentro y fuera de la Temporada
de Verano, que nos permiten crecer y refrendar el compromiso universitario
que tenemos contraído con la sociedad mexicana; evolucionar, transformarnos,
desarrollarnos y progresar de la mano con todo aquello que le da a nuestra Universidad
un reconocimiento mundial de máxima casa de estudios; obtener y consolidar el
apoyo financiero de diversos sectores institucionales y de la iniciativa privada que nos
permitan hacer realidad todos nuestros proyectos.
Otra de las destacadas actividades son las pláticas de apreciación musical
abiertas y gratuitas a la comunidad universitaria y a todo público, que se realizan
de los programas de la Temporada de Verano de la Orquesta Sinfónica de Minería
y que en este año 2007 con el extraordinario talento del Mtro. Juan Arturo Brennan
se llevaron a cabo con excelentes resultados, generando con ello mayor interés y
asistencia a nuestros conciertos.
La participación del Consejo Consultivo que preside el Ing. Guillermo
Güemez García, ha sido clave, su esfuerzo y talento han impulsado y promovido el
fortalecimiento del Fideicomiso que le dará sustentabilidad y permanencia a este
extraordinario proyecto.
Con el apoyo de socios jóvenes se ha desarrollado el Portal de la Academia
de Música, www.sinfonicademineria.org sitio en el que actualmente no solamente
difundimos nuestras actividades, sino que también se cuenta con una fonoteca en
la cual se puede disfrutar de Conciertos interpretados por la Orquesta Sinfónica de
Minería. Actualmente se está colaborando con la Dirección General de Música de la
UNAM para introducir dentro de nuestro portal música de la Orquesta Filarmónica
de la UNAM.
El libro que hoy surge a la luz, nos ofrece un invaluable testimonio, tanto en
sus textos como en sus recuerdos gráficos, de la trayectoria de la Orquesta Sinfónica
de Minería que ha logrado alcanzar importantes niveles, orgullo que la Academia de
Música del Palacio de Minería comparte con júbilo con su generoso público, en su
30º aniversario.
Su edición constituye un homenaje a todos quienes han formado parte de
este proyecto: al Mtro. Sergio Vela por su valiosa contribución artística; autoridades
universitarias, fundadores, consejeros, instituciones patrocinadoras y especialmente
a sus directores titulares Jorge Velazco(†), Luis Herrera de la Fuente, Carlos Spierer
y Carlos Miguel Prieto; a su director asociado José Areán; a Fernando Mino,
concertino de la Orquesta; a todos los músicos que en estos 30 años han aportado
lo mejor de sus cualidades a nuestra Orquesta Sinfónica; y a nuestro público que
tan generosamente nos ha apoyado para lograr que la mística y los ideales de esta
institución sean ya una aportación de gran importancia a la cultura musical mexicana.
Este libro es posible gracias al apoyo del Rector Juan Ramón de la Fuente
quien siempre, durante los ocho años de su gestión universitaria, contribuyó
con enorme entusiasmo a nuestros esfuerzos. Para él, nuestro especial respeto y
reconocimiento.
Seguimos difundiendo la música con pasión y espíritu universitario.
Ing. Carlos De la Mora NavarretepResidente de la academia
de música del palacio de mineRía
academia de música del palacio de minería30
lDetalle interior del Palacio de Minería.
La música
y el Palacio de Minería
Jorge Velazco
El esplendor social del Virreinato no estaba proporcionado con el estado
profesional de la música cuando se inauguró el Palacio de Minería, época muy
característica que señala el pináculo y el fin del dilatado período de la hegemonía
española en América. La riqueza minera de la Nueva España no había logrado mas que
un desarrollo social muy limitado y desvinculado con algunas áreas de la cultura, de las
cuales era la música la que probablemente se hallaba en el mas débil estado, al menos
en relación con la fuerza económica de la sociedad virreinal y con el nivel que otras
colonias españolas de América tenían. La riquísima floración de la música europea
del siglo XVIII no alcanzó plenamente a las colonias españolas, si bien la Metrópoli
tenía una vida musical nada despreciable, a pesar de carecer de la fuerza que otros
países mostraban con gran desenfado. Italia y Alemania disfrutaban de posibilidades
tan variadas que dieron las bases de la evolución musical del siglo XIX (y por lo tanto
del XX), de la que los españoles acusaron una elocuente ausencia, tan contradictoria
de su fabuloso pasado musical del siglo XVI. Sin embargo, aun dentro de la relativa
pobreza y la segunda línea de importancia hay grados fácilmente confrontables.
academia de música del palacio de minería32
Venezuela y Cuba tenían sólidas actividades musicales, basadas principalmente en la obra de José Lamas y Cayetano Carreño en la primera y de Esteban Salas en la isla antillana. Las composiciones de estos autores, así como su incesante producción de sucesos interpretativos, hicieron de sus respectivas capitales centros de cierta im-portancia musical, mientras que otros países latinoamericanos sufrían de una muy clara pobreza en cuanto a la realización autóctona de música; Perú no alentaba sino una situación puramente imitativa; en Argentina era un ciento por ciento de extranjeros quienes ocupaban todos los puestos clave y de entre ellos no había uno solo que tu-viera distinción y mérito; Colombia había caído desde su estupendo pasado musical del siglo XVI, cuando Carlos V otorgó a Juan Pérez Materano permiso para imprimir su libro Canto de órgano y canto llano, el primero que se hizo en América, impreso en 1554, y se hallaba en una posición similar a la de México, cuyo rico pasado musical había degenerado hasta llegar a una situación realmente lastimosa.
La Nueva España tuvo, en los siglos XVI, XVII y primera mitad del XVIII, una muy intensa vida musical, de una eficacia y abundancia que casi llegaban (en propor-ción al número de habitantes y antigüedad del país) a las que se conocían en España. Compositores, intérpretes y una fecunda vida coral daban testimonio de posibilidades muy superiores a las que aparecían en los albores del siglo XIX. En ese tiempo la falta de apropiado estímulo, la inadecuada educación del público y la ignorancia social en materia musical presentaban un panorama pauperizado y desolador.
Había compositores que, de acuerdo con trayectoria y actividades, tenían la ca-pacidad requerida, pero sus mas ambiciosas obras no pasaban la música de salón, saine-tes, música incidental para el teatro y zarzuelas. Los niveles profesionales en el género de la interpretación se habían abatido muy considerablemente y aun cuando la riqueza existente atrajo a muchos músicos extranjeros, estos resultaron mediocridades con áni-mo explotador, que no formaron escuela ni dispensaron en México sus incompletos co-nocimientos. Esto ayudó a motivar esa falta de visión, esa cerradura, esa limitación que volvió a la cultura musical una miserable productora de bienes de consumo de segunda y tercera clases, destinados a entretener zafios y paletos y carentes de todo intento de altura y elevación. Los eventos musicales carecían de calidad, la vida musical transcu-rría siempre alrededor del teatro y del canto, e incluso en ese dominio la oportunidad perdida y la esclerosis profesional campeaban sin remedio.
Carlos V, Rey de España.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
33
El 1o. de mayo de 1711 tuvo lugar el estreno de la opera La Partenópe, con libreto de Silvio Stampiglia y música del mexicano Manuel Zumaya, quien había pu-blicado ya una obra original de teatro, EI Rodrigo, en 1708. Esta fue la primera ópera compuesta y producida en América y Zumaya el primer compositor autóctono de ópe-ra, actividad que tuvo lugar el mismo año en que la primera ópera de Handel, Rinaldo, se produjo en Inglaterra.
El factotum de la ópera de Zumaya fue un auténtico personaje; se trataba del 35o. Virrey de la Nueva España: don Fernando de Alencastres Noroña y Silva, Duque de Linares, Marqués de Valdefuentes, Porta Alegre y Covea, Comendador Mayor de la Orden de Santiago en Portugal, Gentil hombre de Cámara de Su Majestad, Teniente General de Sus Ejércitos, Gobernador General de Sus Reales Armas en el Reino de Nápoles, Virrey de Cerdeña, Vicario General de la Toscana, Virrey del Perú y Capitán General de la Nueva España.
Este aristócrata tomó posesión de su cargo el 15 de enero de 1711 y obtuvo un gran respeto por su talento, nobles sentimientos e interés en la prosperidad del país; combatió los desmanes del clero regular, prohibió la fabricación de aguardiente de caña, construyó el Acueducto de Belén y la Fuente del Salto del Agua, fundó la ciudad de Linares en Nuevo León y atendió con esmero y acierto las necesidades del gobier-no. EI Duque era muy aficionado a la música y Zumaya fue casi de inmediato puesto a su servicio. Como el gusto del Virrey por la ópera italiana era grande, Zumaya recibió la comisión de traducir libretos del italiano y poner nueva música a esos textos. El libreto de La Partenópe fue impreso en español e italiano, la música (como corresponde a toda gran obra musical del pasado en nuestro país) esta perdida y el estreno tuvo lugar en el mismo palacio virreinal, allá en el Zócalo.
Sin embargo, la producción continua de óperas a la manera italiana, que habría sido determinante para el país, no pudo continuar por dos causas principales: una fue la falta de una troupe completa de actores, cantantes, músicos técnicos (en Madrid se instaló una compañía en 1703, pero la corte virreinal no tenía recursos para man-tener una compañía independiente y la otra fue la falta del poderoso patrocinio del Duque de Linares, quien deja el gobierno el 15 de agosto de 1716 y falleció el 3 de junio de 1717.
Grabado popular del S. XVIII
academia de música del palacio de minería34
Esto dejó en la orfandad profesional a los grandes músicos que había entonces y cuartó sus posibilidades de obtener un desarrollo personal adecuado que hubiera robustecido, fortalecido y avanzado al medio musical que entonces existía.
Antonio de Salazar, quien al parecer vino de Sevilla, floreció al principio del siglo XVII y nos trajo la gran tradición de Victoria y Palestrina; Manuel de Zumaya (el primer músico criollo de importancia) estuvo activo hasta su muerte (aproxima-damente 1756) y Francisco de Atienza y Pineda y otros músicos de menor relieve dieron un verdadero nervio a esa vida musical que incluso contaba con italianos de segunda clase como don Ignacio de Jerusalén y Stella, quien salió del foso del tea-tro de ópera para repetir las peores fruslerías operáticas en la Catedral y se hizo
conocido por su estúpida oposición al rector de la Univer-sidad, quien quería contar con una capilla de música que fuera independiente de las autoridades eclesiásticas y que actuara bajo los auspicios de la Universidad cultivando la polifonía tradicional. La ceguera del italiano daño al medio musical general, ya que la disputa fallida –por el ex músico de acompañamiento– hasta España y nos privó algo que no hubiera tenido parangón en toda América, La construcción de órganos alcanzó en la Nueva España una riqueza que no tiene igual en ninguna otra parte del continente y todavía quedan instrumentos como los de la Catedral de México que son monumentos musicales dignos de cualquier país europeo, solo igualados por los de las grandes capitales y ciudades musicales de primer orden.
Sin embargo, para el tiempo de la inauguración del Palacio de Minería, todo aquel tesoro estaba en decadencia. Básicamente, por falta de elementos nacionales y por falta de escuelas. Ya Robert Stevenson ha hecho notar la causa principal de la decli-nación y decadencia de la vida musical novohispana. La Nueva España fue una sucur-sal cultural de la metrópoli durante los tres siglos de dominación española y esto en si robusteció la vida musical novo hispana, Las obras de gran importancia compuestas en España o que llegaban de otras partes de Europa a la madre patria eran exportadas de inmediato a las colonias y se tocaban aquí poco después de su recepción europea. Mú-
Grabado S. XVII
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
35
sicos de la más alta calidad, provenientes de Madrid, Toledo, Salamanca, Sevilla y otros centros musicales perpetuaban en América las tradiciones musicales europeas. Los ni-veles profesionales de las catedrales de México y Puebla habían sido fijados en el área en que se pudiera competir con éxito y ventaja con los de cualquier catedral española. Cuando se corto el flujo alimenticio de la cultura metropolitana, la vida cultural de la Nueva España, que no tenia raíces profundas ni fuertes, sufrió un golpe devastador. Ya la música, a causa de la decadencia española (cuyas causas y efectos exceden con mucho los limites de este artículo), había sufrido un gran descenso en la Nueva España y la combinación de la raquitización de la vida profesional y la falta de una producción autóctona de músicos (condicionada por la falta de escuelas de música) resultó letal para el ambiente profesional de México. Los músicos importados, todos de segundo y tercer orden, eran capaces de mantener la raquítica vida musical de la Colonia, pero estaban imposibilitados para enseñar a los nativos, además de muy desinteresados en crear competidores que podrían desplazarlos profesionalmente en virtud de las dimen-siones de los talentos naturales en el país, ya desde entonces muy abundantes y de gran potencialidad. Cuando estos músicos se apoderaron del ambiente profesional, sus labores impidieron la germinación de aquellos talentos naturales y la falta de escuelas cerró el círculo vicioso que erosionó la música nacional entre la falta de músicos y la falta de maestros y escuelas.
Así, durante los últimos años del siglo XVIII y el principio del XIX la música estaba en bancarrota. Las catedrales, carentes de artistas locales y usando extranjeros de medio pelo, languidecían musicalmente; la ópera no era sino un negocio de la más baja ralea comercial, totalmente alejado de cualquier idealismo o elevación artística y que había caído en las porquerías fáciles destinadas a obtener el mayor lucro posible para los empresarios en el Coliseo Nuevo, antecesor del Teatro Nacional y único es-cenario de ópera del país. Los tiempos en que la protección y patrocinio del Virrey, el Duque de Linares, dieron bellos frutos en el campo correspondiente habían quedado relegados y olvidados. La falta de mecenas y de compañías habían liquidado a la ópera y, por consecuencia, al único eje posible de la vida musical del país.
Al decir “ópera” nos referimos a lo que el Coliseo Nuevo presentaba en sus tem-poradas: zarzuelas, tonadillas y sainetes, que eran la base y fundamento de sus tem-poradas ricas, a pesar de una versión de El Filósofo Burlado de Cimarosa (anunciada
Grabado popular del S. XVIII
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como “zarzuela bufa”), cantada junto con El Extranjero de Manuel Arenzana, maestro de capilla de la Catedral de Puebla (“comedia en dos actos con música”), Siana y Silvio de Luis Medina, también originario de Puebla, empleado de] Tribunal Real (“bailete” con sus dos hijas en los papeles principales y el autor a la guitarra) y Los Dos Ribales en Amor (“nuevo dúo” de Arenzana). En 1806 se cantó EI Barbero de Sevilla de Pai-siello, traducido al español con interludios a base de “bailes” o “sonecitos del país”, para “no alargar indebidamente la representación”.
El Coliseo Nuevo quebró en 1816, “a causa de los altos costos” y de su orquesta sabemos que en 1813, año de su máximo esplendor contaba con 16 músicos que tocaban sin director y que, de acuerdo con los testimonios de la época, tenían los más serios pro-blemas concebibles de ritmo y afinación. Los cantantes no eran profesionales de la voz y su principal cualidad debía ser su habilidad histriónica. Las obras de Manuel Corral, afortunadamente perdidas, se representaban a pesar de su baja calidad musical gracias al apoyo del Virrey Apodaca. Un profesor italiano de piano, Esteban Cristiani, logró hacer representar sus productos de aficionado. Andrés Castillo, cantante estrella, hacia repre-sentar sus sainetes, que no perseguían otro propósito que el de darle un mayor ingreso en la compañía y que, al decir de los oyentes y a juzgar por los textos, eran sencillamente abominables. Ante la falla total del sistema escolar, México tenía las individualidades cuyo talento, ambición, empuje y preparación les permitían (para fortuna del país) salir de la horrenda mediocridad profesional condicionada por la falta de escuelas y la inexistente producción de músicos nacionales y lograr el ejercicio de un arte de calidad superior.
Estos músicos, asqueados sin duda del Coliseo Nuevo, buscaron y hallaron otro sitio y otro ámbito para el ejercicio de su arte.
Un buen ejemplo de tales artistas lo constituye José María Aldana (José Manuel Aldana, por ambos nombres fue conocido, pues al parecer se interpretaba libremente la “M” de su firma José M. Aldana), nacido al parecer en Valladolid, hoy Morelia, a me-diados del siglo XVIII. Era compositor, violinista y director de orquesta y fue miembro (como violín segundo) de la orquesta del Coliseo Nuevo donde lo hallamos tocando en 1786. Para 1790 era concertino de ]a orquesta (al parecer la única época en que casi llegó a sonar bien) y estuvo dos temporadas como director de la misma, hasta que en 1793 se reasumió la decadencia con su salida del conjunto.
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Fue violinista de la orquesta de la Catedral de México y profesor de música del Colegio de Infantes de Santa Rosa, en Morelia. Una de sus obras, la Misa en Re mayor, revivida con gran éxito en 1940 y 1942 alcanzó gran popularidad en su época y diversos himnos religiosos compuestos por él tuvieron mucha difusión en su tiempo. Aldana falleció el 7 de febrero de 1810, y antes de morir dejó importantes rastros de actividades profesionales de alto nivel. En octubre de 1805 ofreció un concierto en el Coliseo Nuevo, que fue mal recibido y desechado con gran pedantería por la crítica “especializada”. Una carta enviada al Diario de México decía:
Díganle por favor a D. José Aldana, primer violín de la orquesta del teatro, que debe-
ría cambiar su nombre al de Aldani o Mr. Aldam, y actuar como si fuera extranjero si es
que quiere ganar el aplauso que merece o tal vez quiera considerar el disfrazarse de mu-
jer . . aquellos que conocen algo del arte de la música, y que lo escucharon, conocen sus
méritos; pero la mayor parte de su auditorio tiene orejas pero no entendimiento musical
y por eso respondió fríamente a los refinamientos del concierto de violín que tocó ayer.
Lo que Aldana y otros músicos de primer orden no pudieron hallar en el Coliseo Nuevo lo encontraron en el Palacio de Minería, entonces Escuela de Minas, que pro-veyó del apoyo, el local y el auditorio de sociedad culta que tanto faltaban en el Coliseo Nuevo para el debido ejercicio de la música.
El edificio de la Escuela de Minas, resultado del esplendido trabajo de Manuel Tolsá, fue casa de temporadas regulares de música de primera clase y desde poco antes de 1807, año en que se reseñaron por vez primera las “academias de música” del Pala-cio de Mineria, se hicieron famosos y codiciados por los verdaderos entendidos los con-ciertos que la orquesta de los mineros, de los ingenieros, presentaba en aquel “grande y bien iluminado salón de la nueva escuela” que albergaba una “orquesta de mérito excepcional”. En aquella sociedad de clases, la clase de los dueños de minas y sus in-genieros era no sólo la más rica sino la más culta y la mejor ilustrada musicalmente y en esa orquesta tocaron Aldana y otros dos excepcionales violinistas: Vicente Castro y Ma-nuel Delgado. La orquesta no seguía la tradición de Mannheim y tocaba sin director, bajo la guía del concertino (usualmente Aldana). Haydn era uno de sus favoritos y con-taban con mandolina y guitarra, siguiendo la mejor tradición de las orquestas españolas y de ciertas áreas de Italia. Conciertos de piano presentados por el maestro Horcasitas
Grabado S. XVII.
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y por el entonces célebre compositor y pianista Soto Carrillo (también ejecutante de Haydn) redondeaban las actividades musicales del Palacio de Minería y contribuyeron a popularizar el piano en el país. Fue en este monumental edificio donde se instaló el verdadero primer centro musical de la época y donde por primera vez se llevaron a cabo conciertos profesionales de música instrumental.
Así, en el Palacio de Minería se realizó, en principio e ideales, el afán universi-tario que la torpeza de Jerusalén impidió a base de trabas burocráticas. Antes de caer en la guerra civil y en el caos social que vivió México a partir de 1810, el Palacio de Minería proveyó de la época mas alta y brillante de la música instrumental mexicana, sirviendo de casa, estímulo y apoyo a los verdaderos y más valiosos musicos, los que tenían metas que no hallaban acomodo en parte alguna. La decadencia que precipitó el paupérrimo caos musical del siglo XIX, cuando Europa era un Edén musical y México carecía de toda solidez artística y se debatía en la oscuridad y el provincialismo del que Carlos Chávez lo sacó mas de cien años después, en pleno siglo XX, alcanzó también a la orquesta de los mineros. Pero antes de la impresionante fertilidad y ebullición musical que estamos viviendo en el campo de los conciertos (la cual, entre otras cosas, rescató esta tradición secular resucitando la orquesta de los mineros), el Palacio de Minería albergó ese chispazo de altura, ese instante de profundidad artística que fué la primera orquesta mexicana. La primera y la única en su época, que no se reconstruyó sino hasta las proximidades del tercer milenio, casi en el umbral del siglo XXI.
Abril de 1979
• JORGEVELAZCO(†),FundadordelaOrquestaSinfónicadeMinería.
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l EscalinatadelPalaciodeMinería.
“...Y así pasaron treinta años”
Javier Jiménez Espriú
“Las ideas son como las palomas. Luego de soltarlas, emprenden el vueloy es inimaginable la altura que podrán alcanzar”
Alfonso Reyes
“La Academia de Música del Palacio de Mineríaes una institución paradigmática y ejemplar”
Sergio Vela
“La orquesta es tan buena, porque es una expresión de la voluntadde la comunidad a la que sirve”
Jorge Velazco
Una tarde de noviembre de 1977, Jorge Velazco, Subdirector entonces de Difusión Cultural de la UNAM, me visitó en mi oficina de la Secretaría General Administrativa de nuestra Casa de Estudios para proponerme, que
“ya que se decía que yo sería el próximo Director de la Facultad de Ingeniería”, organizáramos una orquesta que bajo el patrocinio de la Facultad, hiciera temporadas en diversos momentos del año con músicos que se contrataran por el tiempo que durara cada temporada, seleccionados entre los mejores “atrilistas” disponibles aquí y en el extranjero –cosa factible porque los seleccionaríamos entre quienes estuvieran de vacaciones en las orquestas de que fueran titulares y les ofreceríamos el estímulo de un ingreso adicional–, lo que permitiría un conjunto de excelencia y evitaría conflictos laborales como los que tanto afectaban a la Filarmónica de la Universidad –de lo cual era yo testigo directísimo, me subrayó– y tanto lesionan la calidad de prácticamente todas las orquestas mexicanas.
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Antes de que continuara la explicación de su proyecto, le pedí que no adelantara vísperas, expresándole que no se había iniciado siquiera el proceso que lleva a la selec-ción de la terna para la Dirección de la Facultad y que retomaríamos la plática en “el remoto caso” de que los rumores que le habían llegado, se hicieran realidad.
El proyecto me interesaba sobremanera y no podía desperdiciar la oportunidad –de consumarse “el remoto caso”– de contar con una persona de la calidad intelectual, del conocimiento musical y del entusiasmo desbordante de Jorge Velazco.
En mi propuesta de Plan de Trabajo presentado al Rector Guillermo Soberón y a la Junta de Gobierno, entre otras cosas hablaba de “la importancia de crear el ambien-te” propicio para vincular al estudiante de ingeniería con el mundo de la cultura y con los temas sociales y humanísticos que permitan una formación integral y que ofrezca a la comunidad de la Facultad mayores posibilidades de encuentro con temas cuyo interés se persigue despertar”.
La posibilidad de un proyecto que hiciera de la música una actividad de la comu-nidad de la Facultad y que pudiera además incluir a los ex alumnos, me entusiasmaba grandemente.
Mi convicción sobre la importancia de la cultura como condición insoslayable de la excelencia profesional, cualquiera que sea la profesión que se ejerce, arraigada desde mis orígenes familiares y la necesidad de ofrecer a los estudiantes de ingeniería un am-biente cultural, estaba fortalecida por una magnífica experiencia que como alumno de la Facultad tuve cuando, como miembro de la Sociedad de Alumnos y de la Sociedad Cultural, promoví dos actividades que resultaron muy exitosas.
Integramos un grupo de compañeros –me remito a 1957– la Sociedad Cultural de la Facultad; presentamos artistas y conferenciantes de magnífico nivel y logramos insta-lar un “salón de música” en el que ofrecíamos diariamente música clásica, con un aparato de “sonido estereofónico” que nos donó la “Telefunken”, y presentábamos a los grandes intérpretes con discos que obteníamos aquí y allá, para que los alumnos que no tenían la posibilidad en su casa, pudieran, en la Facultad, estudiar con buena música.
Presentábamos una programación diaria, cuyas obras se repetían con la frecuen-cia a que nos obligaba “nuestro escaso repertorio discográfico”, pero que atrajo un nú-
JorgeVelazcotomadadelprogramaMúsicaparaJóvenes,1978.
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mero cada día mayor de estudiantes que empezaron a adquirir el gusto por “la música culta”, como diría Stevenson.
Pero lo que tuvo el mayor éxito, un éxito extraordinario, fue el que gracias mi amistad con el maestro Armando Montiel Olvera, Director de la Ópera de Bellas Artes, logramos llevar al Auditorio de la Facultad el último ensayo, previo a las representacio-nes en el Palacio, de las óperas de la Temporada Nacional. Ópera en vivo, experiencia nueva para muchos de nuestros compañeros.
La primera ópera reunió como a cien alumnos y profesores de la Facultad, la ma-yor parte por curiosidad; la segunda logró media entrada, la tercera llenó el Auditorio y la cuarta –pues fueron cuatro las que presentamos–, y que fue “El Barbero de Sevilla” de Rossini, nos obligó a poner bocinas al exterior para que escucharan los que ya no pudieron entrar.
Ahí, entre otras obras, si no estoy mal informado, se dió el estreno en México, con público –integrado por estudiantes y profesores de la Facultad de Ingeniería de la UNAM–, de “El Teléfono” de Jean Carlo Menotti –la tercera opera que pre-sentamos–, que cantaron la eminente soprano mexicana Rosita Rimoch –esposa del maestro Montiel–, y el barítono Roberto Bañuelas, acompañados al piano –un viejo piano vertical que estaba permanentemente en el Auditorio–, por Don Armando, como sucedía siempre.
Estoy seguro de que de aquellos esfuerzos surgieron muchos melómanos, mejo-res ingenieros y desde luego, mi vocación como promotor musical, que me ha dejado grandes satisfacciones y la certeza de la importancia que la música tiene para el mejor desempeño de los alumnos de la Facultad y que explican mi enorme interés en la pro-puesta de Jorge Velazco.
El mismo día de mi toma de posesión como Director de la Facultad de Ingeniería –¡se dió “el remoto caso”!– y después de darme un abrazo de felicitación, Jorge me preguntó:
¿Cuándo hablamos?.Mañana –le respondí–.Nos entrevistamos al día siguiente.
ImagentomadadelprogramadelaOrquestadeCámaradeMoscú,1978
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Acordamos iniciar de inmediato los trabajos necesarios, pero le pedí que en su “calidad de investigador de calidad” que era –confírmese si no en sus libros “de músi-ca y músicos” y “la música por dentro” y en su traducción y análisis de la trilogía sobre Ferruccio Busoni–, buscara antecedentes de la probable relación del Real Seminario de Minas y la Música. Si en nuestro Palacio de Minería había una capilla y hay en ella un coro, alguien debe haber tocado música ahí, le dije.
A los pocos días me trajo algunos documentos sobre trabajos del eminente musi-cólogo norteamericano Robert Stevenson, que después fueron fuente para un artículo de Jorge: “La Música y El Palacio de Minería” que está resguardado en su libro “de música y músicos” –y que quedó también integrado a este libro–, en el que se asevera que “el edificio de la Escuela de Minas, resultado del espléndido trabajo de Manuel Tolsá, fue casa de temporadas regulares de música de primera clase y desde poco an-tes de 1807, año en que se reseñaron por vez primera las “Academias de Música” del Palacio de Minería, se hicieron famosos y codiciados por los verdaderos entendidos los conciertos que la orquesta de los mineros, de los ingenieros, presentaba en aquel “grande y bien iluminado salón de la nueva escuela” que albergaba “una orquesta de mérito excepcional”. Según Stevenson, uno de los más importantes investigadores de la historia musical mexicana, “en las academias del Colegio de Minas, la historia de la música fue por primera vez en México, un tema para la discusión seria y la investiga-ción”.
¡Ya está!, le comenté, nuestro proyecto se inicia con una tradición que lamenta-blemente fue interrumpida, pero que ahora retomamos; organizaremos la “Academia de Música del Palacio de Minería”, recuperando el termino de “las academias”, y la nuestra, además de tener una orquesta, como sucedía a principios del siglo XIX, podrá, en la medida en que los recursos lo permitan, promover música, músicos y composito-res mexicanos, buscar talentos, invitar otras orquestas y conjuntos, etc..
A Jorge le encantó la idea y sugirió también un programa para rescatar música mexicana que se encuentra perdida, y músicos mexicanos injustamente dejados al olvido.
Así nació, en 1978, la Academia de Música del Palacio de Minería, de la idea ori-ginal y bajo la dirección musical de Jorge Velazco, cuyos objetivos, además de colaborar a la formación cultural de la sociedad y particularmente de los estudiantes y profesio-nales de la ingeniería, fueron:
Imagentomadadetríptico,1978.
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Formación de una orquesta de calidad superior: la Orquesta Sinfónica de Minería.
Presentación de obras nunca antes tocadas en México de autores consagrados por
siglos en la tradición musical.
Presentación de obras que conjugaran la circunstancia de ser poco ejecutadas y de
inobjetable calidad.
Estreno de obras escritas por autores mexicanos por encargo especial de la Acade-
mia de Música del Palacio de Minería.
Celebración de conciertos con obras gigantes que por su dificultad de producción,
costo, cantidad y calidad requerida de los ejecutantes, no se pueden escuchar re-
gularmente en México.
Organización de giras a México de conjuntos extranjeros de primera calidad.
Presentación de algunos de los más importantes y célebres artistas del mundo.
Jorge tendría que encargarse de “todo” lo artístico –selección y contratación de músicos y solistas, programación, partituras…, y todo el complejo entramado de gran-des y pequeños detalles que requiere la organización de los conciertos y yo asumiría la responsabilidad de resolver el financiamiento del proyecto y la administración de la pequeña pero trascendente organización.
Para esto último, incorporé de inmediato al Lic. Héctor Álvarez del Castillo que era el Secretario Administrativo de la Facultad y poco tiempo después al Ing. Carlos Manuel Chavarri Maldonado, profesor de tiempo completo y melómano incurable y pertinaz, para atender a y contender con Jorge Velazco, porque sus exigencias artísticas desbordaban con frecuencia las capacidades de nuestras arcas y sus exuberantes, in-novadoras e ilimitadas propuestas, las posibilidades de atención personal del Director de la Facultad de Ingeniería, que tenía además, a pesar de lo que parecía creer Jorge, algunas otras cosas que hacer.
Este pequeño pero eficiente grupo –debo decirlo sin falsa modestia– abordó el trabajo con gran entusiasmo y logró, además de gozar enormemente la realización de este proyecto, iniciar las actividades públicas de la Academia en el mismo año de 1978, con cuatro conciertos triples en el verano, la presentación en el Palacio de Minería del Quinteto de Alientos Dorian de Nueva York con Lukas Foss al piano en septiembre, y en octubre con la Orquesta de Cámara de Moscú de Mijail Terian.
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Imagentomadadetríptico,1978.
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Los conciertos triples se llevaban a cabo viernes y sábados por la noche en la Sala Nezahualcóyotl y el domingo al medio día en el Palacio de Minería.
Un primer año espléndido que cerró en el mes de diciembre con el Coro de Wyoming de Carlyle Weiss y sus 160 voces, también en el Palacio de Minería y con dos conciertos dobles en la Sala Nezahualcóyotl, el primero con un programa de Música de la Viena Imperial –Strauss, Suppé, Lehar– y el otro de Música para Jóvenes –Prokofiev, Saint-Saens, Britten–, ambos con la Orquesta de la Academia y dirigidos por nuestro Director Musical Jorge Velazco.
En 1979 –celebrando el jubileo de la Autonomía de la Universidad– y en 1980, organizamos conciertos y recitales en enero, abril, octubre y diciembre, la mayoría en la Sala Nezahualcóyotl y otros en el Palacio de Minería, tanto con nuestra Orquesta como con orquestas, conjuntos y solistas invitados, además de que se empezaron a consolidar las series de conciertos de julio y agosto como los de nuestra “Temporada de Verano”, en la que tendríamos en adelante la presencia normal de nuestra orquesta.
La “Temporada de Verano” que nos garantizaba contar con los mejores músicos ya que las orquestas normalmente descansan en julio y agosto, convirtió a la Orquesta
LucasFoss,SolistaconelQuintetodeAlien-tosDoriandeNuevaYork,1978
MijailTerian,DirectordelaOrques-tadeCámaradeMoscú,1978.
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de Minería en lo que el maestro Juan Arturo Brennan llama “la Orquesta que toca cuando nadie toca”, y desde siempre, por la calidad lograda –agrego yo–, en “la Or-questa que toca como no toca nadie”.
En los primeros 5 años –los del tránsito del nacimiento a la consolidación–, con su orquesta y las de Xalapa, Dallas –en dos ocasiones– con Eduardo Mata dirigiendo, Louisville, San Antonio, Atlanta y otros conjuntos musicales como el de las 160 voces del “Coro del Estado de Wyoming”, la “Orquesta de Cámara de Moscú”, el “Kan-torei del Templo del Espíritu Santo”, el “Ensamble Instrumental de Frankfurt”, el “Scottish Baroque Ensamble”, el “The New York Kammermusiker”, el “Trio Western Arts”, el “Trio Oslo” y los “Atlanta Virtuosi”, la Academia ofreció en la Sala Neza-hualcóyotl y el Palacio de Minería, ciento cincuenta y cuatro conciertos y recitales, con artistas de prestigio internacional como: Maureen Forrester, Hans Richter–Hasser, Nicanor Zabaleta, Leonid Kogan, Agustín Amievas, León Spierer, Thomas Brandis, Julius Baker, Norberto Cappone, Lili Kraus, Ida Haendel, Magda Tagliaferro, Eugene Fodor, Gerhard Oppitz, Hans Maile, Nina Horton, Wolfgang Boettcher, Lothar Koch, Abey Simon, Robert Shaw, Morton Gould, Lukas Foss, Joaquín Achúcarro, Eduar-
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do Mata, Luis Herrera de la Fuente, Brian Priestman, Eberhard Finke, Kart Leister, John Ogdon, Carlos Prieto, Alfonso Moreno, María Teresa Rodríguez, Jorge Federico Osorio, Leonard Pennario, Eugene Istomin, Fiorenza Cossotto, Lili Chookason, Lorin Hollander, Ivo Vinco, Enrico di Giusseppe, Kathleen Battle, etc...
Cumpliendo con la idea original, la programación de los conciertos estuvo com-puesta por obras consagradas por el público; otras poco tocadas en México como el Concierto Fúnebre de Hartmann, la 5ª. Sinfonía de Mahler, el 2º. Concierto de violín de Paganini o las Fiestas Romanas de Respighi. Con obras que por su magnitud y dificultad de producción no se escuchaban frecuentemente en nuestro país como Car-mina Burana de Orff, el Réquiem de Verdi, la Suite de Carmen de Bizet de Shchedrin, la Música para los Reales Juegos de Artificio de Handel, El Trovador de Verdi y la Gran Sinfonía Fúnebre y Triunfal de Beriloz; con obras de autores cuya importancia trasciende los límites profesionales de la música como las de Rousseau o de Federico el Grande de Prusia; de autores mexicanos como Don Lindo de Almería de Halffter, Sensemayá de Revueltas, la Obertura Republicana de Chávez, y otras nunca antes tocadas en México, como los Conciertos para dos Cornos de Handel, Pieza de Concierto para Cuatro Cor-
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nos de Schumman, Flos Campi de Vaughan Williams, Turandot de Busoni, Taras Bulba de Jánacek, Serenata para Violín de Bernstein y el Concierto para Violín de Elgar.
Los grandes solistas vinieron con nosotros con emolumentos muy razonables, gracias a las gestiones personales de Jorge, amigo de casi todos o de sus representantes, a quienes entusiasmaba y convencía con un proyecto novedoso y con el atractivo de pasar unos días de turismo en nuestro país y de tocar en una de las grandes salas del mundo –la Nezahualcóyotl–, de la que ya habían oído hablar pero que pocos entonces conocían, o en el magnifico marco del Palacio de Minería, cuna, sede y símbolo de la ingeniería mexicana, monumento arquitectónico extraordinario y desde su creación, en los albores del siglo IXX, importante centro de cultura nacional.
Me sucede con frecuencia que, cuando a manera de ejemplo relato que en 1980, Kathleen Battle nos cobró mil dólares por cantar la Misa de la Coronación de Mozart y Carmina Burana de Orff, en dos funciones, la gente me ve como a un gran mentiroso. Pero ahí estaban las relaciones de Jorge, y su gran visión y conocimientos musicales.
Y es que a todos extrañaba que una escuela de ingeniería y un gremio de profe-sionales –pues creamos un patronato constituido por ingenieros que explico adelante–,
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patrocinaran una orquesta sinfónica profesional de la más alta calidad, lo que nos atrajo siempre su simpatía y, enterados de nuestras limitaciones y nuestros esfuerzos por in-vitar sólo músicos de muy alto nivel, aceptaban colaborar con cobros casi simbólicos.
Se impulsó la composición musical comisionando obras a compositores mexi-canos –Mario Lavista con “Ficciones” y Manuel Enríquez con “Sonatina”, obras que se estrenaron en 1980, fueron los primeros en esta apasionante actividad de la Aca-demia– y se tomó como norma incluir en los programas música poco escuchada, pero de alto valor artístico, para mezclarla con los monumentos musicales consagrados más conocidos del público, e introducir música mexicana en el repertorio tradicional de los conciertos.
Se inició igualmente un plan editorial con “Ediciones Mexicanas de Música”, que lamentablemente se interrumpió casi al empezar, pero que sería hermoso retomar para los siguientes 30 años de nuestra aventura.
Un día sí y otro también, se veía a Jorge Velazco transitar sobre el puente del edificio de la Facultad de Ingeniería en Ciudad Universitaria, rumbo a la oficina de la Dirección, con su inconfundible indumentaria: sus “jeans” y su chamarra de mezclilla y, colgado al hombro, un grande y viejo portafolios de piel, del cual extraía cuando empezábamos nuestra plática, una carpeta de argollas con cremallera que contenía la información de “todo lo necesario”.
“Todo lo necesario” era una impresionante “base de datos” manuscrita –que hu-biera requerido una computadora personal con una memoria generosa–, que abarcaba un directorio amplísimo de músicos, solistas, directores, agentes, editores de música, con todas sus coordenadas, monto de honorarios, compromisos y disponibilidades, li-mitaciones y posibilidades; sus propuestas de programas musicales; los requerimientos para cada concierto: “dotaciones” de músicos para cada obra –según la versión original, desde luego–, programas individuales de ensayo por ensayo para cada músico contrata-do y sus notas sobre su desempeño, la localización –en el mundo– de las partituras o de los instrumentos especiales que indicaban los autores, la logística de los transportes, los hoteles, las atenciones,…y una lista de etcéteras que se antojaba inacabable.
Incluía también –seguramente entre otras muchas cosas más– su abigarrada agenda de actividades personales– el noventa y cinco por ciento inherentes a nues-
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tra orquesta y el resto a sus compromisos artísticos externos–, y los resultados de sus constantes e interminables llamadas telefónicas internacionales para concretar alguna contratación, llevado todo con una minuciosidad y una precisión de relojero suizo que garantizaba siempre, para cada asunto, la mejor opción de acuerdo con las circunstancias.
Era un hombre preciso, directo, escrupuloso, perfeccionista hasta la obsesión, de esos que –diría Cortázar– aprietan siempre el tubo de la pasta de dientes por el extre-mo. Era además y sobre todo, un amigo leal, extraordinario y entrañable.
Cada vez que salía de mi oficina, pasaba por mi mente, como fantasma apocalíp-tico, la preocupación, que desechaba de inmediato para atender con tranquilidad otros asuntos, sobre lo que sucedería si Jorge perdiera su “Biblia”, como yo llamaba a su carpeta de argollas, cuestión que, afortunadamente nunca sucedió.
El primer presupuesto, autorizado desde luego por el Rector Soberón, quien simpatizó de inmediato con la propuesta, fue sufragado con recursos de la Facultad de Ingeniería y los ingresos obtenidos de los boletos vendidos para cada concierto, pero con la intención de buscar más adelante otras fuentes de financiamiento que hicieran de la Academia un proyecto que no grabara el presupuesto universitario.
Con esa idea, al inicio de nuestro segundo año de actividades invité a un primer grupo de 52 ex alumnos de la Facultad –seleccionando principalmente entre la mem-bresía de la Sociedad de Ex Alumnos de la Facultad de Ingeniería, SEFI, a los más aficionados a la música, según nuestro leal saber y entender–, al que se agregó al licen-ciado Don Carlos Prieto, “ingeniero honorario de la SEFI”, hombre de gran cultura, músico y melómano de gran estirpe y al arquitecto Jorge Fernández Varela, Coordina-dor de Extensión Universitaria de la UNAM, para integrar lo que llamamos entonces el “Patronato de la Academia de Música del Palacio de Minería”.
El Rector era el Presidente Honorario, y el Director de la Facultad de Ingeniería –en aquel momento quien esto escribe–, el Presidente Ejecutivo del Patronato.
Sus miembros tendrían la obligación de promover la venta de abonos para las temporadas de conciertos, y aportaciones y donativos para sufragar los gastos necesa-
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rios y en lo posible –cosa en aquel momento prácticamente imposible– ir creando un patrimonio para la Academia.
La respuesta no sólo fue pronta sino entusiasta, la lista se integró rápidamente y todos aceptaron y trabajaron espléndidamente; algunos, que por la inexorable finitud de la vida ya no están entre nosotros y otros, afortunadamente los más, a quienes en el camino se han agregado nuevos participantes que continúan colaborando casi 30 años después, todos orgullosos de formar parte activa de una institución que es ya punto de referencia de la vida musical y cultural del país. Para algunos, lo digo con gran satisfac-ción, se abrió una oportunidad de participación en un proyecto cultural que no se les había presentado y que ha sido una actividad que han gozado enormemente.
Contaríamos ciertamente, habida cuenta de que se trataba de un proyecto uni-versitario, con el Palacio de Minería y la Sala Nezahualcóyotl –y en alguna ocasión el Anfiteatro Simón Bolívar– como sedes de la Orquesta, sin más costo que el del acon-dicionamiento para cada concierto del primero –que no era poco, lo que influyó para que lo utilizáramos cada vez menos– y los gastos de personal necesarios para ofrecer las audiciones.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas, la Academia tuvo en su primera etapa, sus momentos de serias dificultades tanto económicas como logísticas –algunos particu-larmente graves–, cuando al cambio de Rector, las autorizaciones presupuestales y las facilidades para el uso de la Sala no fueron tan tersas como al principio y después, al terminar mi gestión como Director, la poca simpatía de la administración central sobre la Academia no la hacían prioritaria en la Facultad y por lo tanto, no se justificaba una lucha ardua por los recursos y las facilidades universitarias con las autoridades de la UNAM.
Estos acontecimientos nos confirmaron el acierto de buscar la consolidación ins-titucional de la Academia al integrar su Patronato de manera tal que, sin dejar de ser un proyecto universitario en su esencia y en su presencia, tuviera una autonomía de gestión que le permitiera sortear las vicisitudes políticas universitarias y que fuera re-conocido en la Universidad como una organización civil –sin fines de lucro– cuya mo-tivación única era la de apoyar a la UNAM en un renglón de sus funciones sustantivas: la difusión de la cultura.
ProgramadeTemporada1981.
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Un esquema semejante al de la Sociedad de Alumnos de la Facultad de Inge-niería SEFI, que ha sido probadamente exitoso y que no ofrece a sus miembros otro beneficio distinto a la oportunidad de ayudar a su Alma Mater. ¡Ni nada más, …ni nada menos!.
En este caso –el de la Academia–, sin embargo, en una actividad puntual que sería el proyecto musical que habíamos iniciado, aunque en él existiría además de la prerrogativa de participar en la creación de una institución de cultura universitaria, el gozar personal y familiarmente los eventos de la Orquesta, de enriquecerse cultu-ralmente; de ser, además, orgullosamente, promotor de un asunto que trasciende el marco de la filantropía para ubicarse en el de quienes tienen el privilegio de estimular el arte, el de la música, el más universal de cuantos existen, en beneficio de toda la sociedad, sin más intereses que el de la superación de sus congéneres.
El Dr. Octavio Rascón, Director de la Facultad de Ingeniería y Presidente ex ofi-cio del Patronato, aunque fue sensible a la importancia de la Academia y al entusiasmo de los patronos y apoyó en su primer año una breve temporada de cuatro programas
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triples con el “Ciclo Brahms” y un concierto de Música de Cámara, hubo de cancelar, por instrucciones de las autoridades de la UNAM, la temporada de 1984 ya organizada y comprometida, e indemnizar a músicos y solistas, lo que fue, además de oneroso y complejo, un duro golpe al prestigio de la Academia y a las relaciones de amistad que se habían generado con el mundo musical.
Un momento decisivo en la existencia de nuestra Academia fue cuando al de-cidir la cancelación de la Temporada, la administración central de la UNAM intentó crear otra orquesta bajo sus auspicios y con otra Dirección Artística, que a imagen y semejanza de la de Minería, usara el espacio del verano de cada año y naturalmente el espacio de la Sala Nezahualcóyotl, intento que se frustró al encontrar la negativa de los mejores músicos que había en México –que eran los de nuestra orquesta–, cuya lealtad estaba con la Academia y que no aceptaron integrarse al proyecto suplente.
El espíritu de cuerpo de los integrantes de nuestra orquesta y su lealtad con nuestra causa y con el liderazgo de Jorge Velazco, fueron, en ese momento particu-larmente difícil, determinantes para la supervivencia de la Academia de Música del Palacio de Minería. Por ellos hoy existe.
ElMaestroLuisHerreradelaFuente.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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El año académico, a pesar de los pesares, fue “cubierto” con un concierto úni-co, que se realizó en noviembre en la Sala Ollín Yoliztli, con la participación de la Orquesta de Cámara de Minería, una orquesta más pequeña para hacer factible su financiamiento.
Esto se acordó en una memorable reunión presidida por el Ing. Rodolfo Félix Valdés y el que esto escribe, con algunos patronos y otros amigos, con el fin de “cubrir el expediente”, y no interrumpir, aunque sólo fuera simbólicamente, las actividades de la Academia. Se reunieron ahí los ciento setenta mil pesos que costó el concierto –únicamente el pago de los músicos–, ya que el ingeniero Francisco Noreña, miembro del Patronato, consiguió sin costo la Sala, y Jorge Velazco se negó a aceptar remunera-ción alguna.
Esta reunión tuvo una trascendencia grande, ya que en ella, además de lograr de inmediato el financiamiento del concierto, propusimos y fue unánimemente aceptado el organizarnos legalmente en una Asociación Civil que asumiera la responsabilidad de la vida de la Academia, a lo que pusimos de inmediato manos a la obra.
ElMaestroJorgeVelazco,1983
ProgramadeTemporada1983.
l LuisHerreradelaFuente,duranteunensayodelatemporada1994.
l Detalledearpaduranteunensayodelatemporada1994.
l Detalledetrompetaduranteunensayodelatemporada1994.
l Pianistaduranteunensayodelatemporada1994.
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ElMaestroEduardoMata.
Unos días después de este concierto hubo cambio en la Rectoría de la Universi-dad; el nuevo Rector Jorge Carpizo apoyó nuestra idea y firmó el Acta Constitutiva de la nueva asociación civil –lo que sucedió el 19 de abril de1985–, en un gesto de soli-daridad con un gremio que, en forma inédita, tomaba la responsabilidad de continuar un proyecto universitario de difusión de la cultura y ofrecía no sólo la posibilidad de mantener una expresión cultural que tenía ya arraigo y de superarla permanentemen-te, sino la de dar un ejemplo, que puede multiplicarse infinitamente en muy diversos ámbitos, de cómo los egresados de nuestra Alma Mater pueden colaborar con ella en sus funciones sustantivas, asumiendo las responsabilidades financieras y de organiza-ción, siempre dentro del marco de su vocación académica y del respeto irrestricto a los lineamientos y a la autonomía de la Universidad.
La Asociación Civil se haría responsable de todo lo necesario y el Rector de la UNAM y el Director de la Facultad de Ingeniería serían ex–oficio, Presidente y Vice-presidente Honorarios, respectivamente.
Coincidimos los miembros de la nueva Asociación –los miembros del anterior Patronato a los que se agregaron nuevos entusiastas–, en que la persona adecuada para presidirla en esta nueva etapa era el ingeniero Saturnino Suárez Fernández, hombre emprendedor, de gran prestigio en el medio de los ingenieros y de la empresa nacional, maestro distinguido de la Facultad de Ingeniería, y sobre todo, para efectos de nuestro asunto, “un melómano consuetudinario”, un gran conocedor de la música clásica, un hombre dinámico, apasionado, exitoso y cordial.
Con su humor característico, Saturnino, quien lamentablemente y por decisión propia, sólo duró como Presidente siete años, cuenta que: “me lanzaron al ruedo –se refería muy particularmente a mi persona–, frente a un Miura, sin capote ni muleta; yo sabía de crear empresas –agrega– ; a partir de la de ICA participé en la fundación de no menos de 90 durante medio siglo, pero otra cosa muy distinta era presidir una institución con una Orquesta Sinfónica. Aunque de principio no tenía la menor idea de que hacer ante el nuevo reto, tratándose de un asunto universitario, lo acepté sin mucho pensarlo”.
Coincidió el inicio de su gestión, con el hecho de que Jorge Carpizo, al hacerse cargo de la Rectoría de la UNAM en enero de 1985, invitó a Jorge Velazo a dirigir la Or-
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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EberhardFinke,violoncello1983.
HansMaile,violín1983.
LeónSpierer,violín1983.
ProgramadeTemporada1985.
questa Filarmónica de la Universidad, la OFUNAM, por lo que debió dejar la Direc-ción Artística de nuestra Academia. Jorge tuvo el tino, afortunadamente, de sugerirnos invitar al Maestro Luis Herrera de la Fuente a encabezarla.
Para ser sincero, creí que la importancia y el prestigio del Maestro Herrera de la Fuente como el más distinguido músico mexicano en activo, indiscutiblemente, y por ende el enorme cúmulo de compromisos nacionales e internacionales que tenía, harían casi imposible el convencerlo.
No fue así, por el contrario, nos encontramos a un gran entusiasta del proyecto que no sólo aceptó encabezar la Dirección Artística, sino que se convirtió, desde el primer día, en el promotor más activo de la Academia.
La bonhomía, la mano suave, la experiencia y la capacidad de convencimiento de nuestro Presidente Saturnino Suárez, que aquí si ya llevaba la muleta en la mano izquierda, metieron en “la suerte” al Maestro Herrera –mis disculpas por los términos taurinos– quien por su parte no opuso la menor resistencia, e integraron desde el primer
l LeónSpierer,directorhuéspedprincipal,dirigiendoelensayodelprogramaunodelatemporada1996
l HaiffterCaro,directorhuéspedyAlfonsoMoreno,guitarrasolista;duranteelprogramatresdelatemporada1996.
l JorgeVelazco,directorprincipaleIdaHaendel,violín;agradeciendoelaplausodelpúblicoaltérminodelprogramaunodelatemporada1996.
l KlausStoll,contrabajoprincipalduranteelensayodelprogramaunodelatemporada1996.
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día una pareja que durante siete años mantuvo a la Academia a niveles magníficos de calidad y de prestigio. Dos personajes singulares, de gran personalidad, que se poten-ciaron mutuamente en beneficio de la Academia de Música del Palacio de Minería.
Además de coordinar los trabajos artísticos de su competencia, Don Luis exponía a diestra y siniestra, ante todos los auditorios, la “ejemplar labor de un gremio, inédita en la historia de la promoción musical en el mundo, que mostraba a tirios y troyanos como se debían hacer las cosas para hacer de la cultura un bien accesible a todos, con la mayor calidad y el mayor desprendimiento”.
La presencia de Don Luis Herrera de la Fuente en la Academia de Música del Palacio de Minería, además de continuar la senda ascendente da la Orquesta, confirmó al mundo musical internacional que se trataba de un proyecto de largo alcance y de seriedad total y que se podía confiar en él institucionalmente.
Los avatares de aquella temporada cancelada y sus secuelas se diluyeron y las relaciones establecidas, ahora sumadas con las que el prestigio del nuevo Director Ar-tístico trajo consigo, permitieron continuar por la senda de la superación.
Para dirigir las labores administrativas de la Academia, Saturnino invitó primero al ingeniero Arturo Baledón y después al colega Enrique Warnholtz, quienes habían
Programa de Temporada 1986.
lGabriela Jiménez, timbal principal, durante el ensayo del programa tres de la temporada 1996.
lDetalle de triángulo, de la sección de percusiones, durante el ensayo del programa tres de la temporada 1996.
lMaria Teresa Rodríguez durante el programa cuatro de la temporada 1996.
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trabajado con él en la ICA, hombres entusiastas, grandes aficionados a la música y efi-cientes administradores.
Sin embargo, Saturnino Suárez y el Maestro Herrera de la Fuente, nos hicieron ver, que ante la magnitud que había alcanzado nuestra organización era necesario “pro-fesionalizarla”. Los buenos oficios de “los buenos para todo” no eran ya suficientes y convenía “hacer mejor las cosas”. Se incorporó para ello al licenciado Ricardo Calde-rón, con amplia experiencia en el manejo de organizaciones musicales, como Gerente de la Orquesta y como buenos directivos y a la manera del “juego de Juan Pirulero”, nos asignaron a cada quien nuestras funciones y responsabilidades específicas.
Hoy, el Maestro Herrera de la Fuente se refiere a la Academia como “un proyec-to con respeto artístico que trasciende los sexenios, caso único en nuestro país” y seña-la que sus diez años en la Academia fueron “sumamente placenteros”. “Nunca hubo dificultades en el trato entre quienes promueven y quienes dirigen artísticamente la Academia. Las fronteras de las decisiones, tan claramente delimitadas en las orquestas norteamericanas –dice el Maestro–, en nuestro país no existen, con la honrosa excep-ción de la Academia de Música del Palacio de Minería, lo que fue muy importante y para mí muy grato”.
Programas de Temporada1987 y 1988
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lCarlos Spierer, director huésped, durante el ensayo del programa cuatro de la temporada 1996.
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lJorge Velazco, director principal, durante el ensayo del programa siete de la temporada 1996.
lLukas Foss, director huésped durante el ensayo del programa seis de la temporada 1996.
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Recuerda y se solaza diciendo que “su problema no era el discutir con los direc-tivos de la Academia, sino el no caer en el abuso de la confianza que le tenía un grupo de personas que no son profesionales de la música pero que los apasiona y el no caer en la tentación de manejar la Orquesta como si fuera suya; el evitar verse autoritario o soberbio frente a personas de gran calidad y generosidad excepcional que le dejaban trabajar en total libertad”.
Y dice algo que me llena de orgullo y trataré de reproducirlo textualmente: “La más placentera de las estancias que yo he tenido entre las de las once orquestas mexi-canas que he dirigido, es la de la Academia de Música del Palacio de Minería”. Se trata del reconocimiento de un “Señor” de la música mexicana a nuestra organización y naturalmente a la gestión impecable, tersa, suave y firme de Saturnino Suárez en la Presidencia de la Academia.
Esa reflexión del Maestro Herrera concuerda con la expresión de Ricardo Cal-derón que señala que “al ingresar a la Academia –donde por cierto no había nada que profesionalizar–, me encontré con una organización espléndida en la que todo estaba
Gyorgy Sandor, piano 1989.
Programa de Temporada 1989.
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lOfelia Stoll, contrabajo, durante el ensayo del programa siete de la temporada 1996.
lLeón Spierer, primer concertino y Jorge Casanova, segundo concertino, durante el ensayo del programa siete de la temporada 1996.
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lMercedes Gómez, arpa, durante el ensayo del programa siete de la temporada 1996.
lLourdes Ambriz, soprano y Jorge Velazco, director principal, durante el ensayo del programa siete de la temporada 1996.
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en su lugar, en la que había proyectos a mediano y largo plazos y en la que mi estadía fue no solo grata sino “paradisíaca”; trabajé ahí con verdadera veneración, y pude co-dearme con personajes de “las grandes ligas”, conocí gente extraordinaria con la que pude establecer relaciones entrañables de amistad perdurable”. También él había co-laborado en otras orquestas mexicanas y habla de la de la Academia de Minería como “incomparable”.
Saturnino Suárez y el Maestro Herrera de la Fuente recuerdan “al alimón” –in-sisto en mis referencias taurinas–, algunos de sus momentos culminantes y de sus anéc-dotas especiales.
Se regocijan, por ejemplo, recordando la actuación del Coro “Ambassador” de Oklahoma cuyos integrantes, cantantes de color, además de su magnífica intervención con música de “Porgy and Bess” de Gershwin, nos regalaron con “cantos evangélicos” extraordinarios. Fue “uno de los conciertos más emotivos de mi vida –dice el Maestro Herrera–; el público lloraba y lloraban también los miembros del Coro”. Fue algo im-presionante.
Theo Alcántara, director huésped 1990.
Programa de Temporada 1990.
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lSección de coro de niños durante la interpretación de Carmina Burana de Carl Orff del ensayo del programa ocho de la temporada 1996.
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Muy diferente de la ocasión en la que nuestro Director Artístico interrumpió en plena función pública un concierto de piano cuando la solista, la Sra. Suzanne Mc Cormik –descendiente de los propietarios de la marca de mayonesas del mismo nom-bre– olvidó su parte en el concierto para piano de Grieg. Y confiesa con cierto “sarcas-mo culposo”, que se trató de una pianista que “prácticamente le impusieron” unos editores norteamericanos con quienes había negociado, muy favorablemente para la Academia, la elaboración de unos videos de los conciertos de la orquesta, los que, por otra parte, lamentablemente no resultaron de buena calidad.
O la incorporación al programa de la Academia del Sr. Gilbert Kaplan, importan-te empresario del mundo de las finanzas norteamericanas, hombre rico y excéntrico que “se sabía” la 2ª. Sinfonía de Malher – y en verdad se la sabía y la había dirigido con importantes orquestas– ,que Saturnino Suárez y él debieron aceptar de la “amis-tosa presión” del Secretario de Hacienda –que había sido compañero de estudios de Gilbert Kaplan–, para que lo invitaran a dirigir la Orquesta, lo que resultó, por cierto, muy exitoso.
“¿Cómo le dices al Secretario de Hacienda que no?”, dice Don Luis irónicamen-te. “Es como si un monstruo te dice: o me firmas aquí o te mueres,…pues firmas”.
En 1992, el Maestro Herrera, ante la carencia de coros de calidad en México, tuvo la idea de constituir un Coro Nacional que pudiera apoyar a las diferentes orques-tas nacionales del país, particularmente las que tienen su sede en la Capital de la Re-pública. El Consejo Nacional para la Cultura y las Artes –entonces CNCA– consideró importante la idea, se creó el Coro y solicitó que la Academia lo administrara “tempo-ralmente”, mientras se constituía una organización formal que lo atendiera. La idea, que parecía conveniente, y que permitió la participación del nuevo conjunto en diver-sos conciertos con varias orquestas del país, terminó en un conflicto laboral estando aún el Maestro Herrera al frente de la Orquesta –pero ya en la gestión de Víctor Mahbub como Presidente–, que finalmente y con algunos sobresaltos se solucionó, no sin antes confirmar la práctica nacional de que no hay nada más permanente que lo provisional.
Saturnino Suárez consideró, después de la temporada de 1992, que era sufi-ciente su tiempo en la Presidencia y que había que entregar la estafeta –batuta en este caso–, a alguien que, melómano, promotor entusiasta y con capacidad de acercar a nuestra organización socios activos y recursos, pudiera “ser sorprendido por noso-
Programa de Temporada 1991.
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lJorge Velazco durante el ensayo del programa 1 la temporada 1997.
lJorge Velazco, director principal y Lukas Foss, pianista huésped durante el ensayo del programa 2 de la temporada 1997.
lMtro. Jorge Velazco durante el ensayo del programa 2 la temporada 1997.
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lLeón Spierer, director huésped principal, dirigiendo el ensayo del programa 5 de la temporada 1997.
lJorge Casanova, concertino, durante el ensayo del programa 4 de la temporada 1997.
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tros, seducido, “empujado al ruedo” y comprometido para continuar los esfuerzos desarrollados”. Propuso que abordáramos en primer término al ingeniero Víctor Ma-nuel Mahbub Matta.
Así se hizo y ahí finalizó la búsqueda del candidato a la Presidencia de la Acade-mia. Víctor aceptó de inmediato la invitación, se presentó su candidatura a la Asamblea de socios, y fue aprobada por unanimidad.
Cuenta Víctor, con quien me reuní, como en todos los casos, lápiz en ristre y grabadora en mano, “la fantástica experiencia que vivió encabezando nuestra Aca-demia”.
Al hacerlo, entra en el túnel del tiempo y va recorriendo, no sólo cada programa musical de su gestión de once temporadas, sino un sinnúmero de anécdotas de toda índole de la espléndida aventura que es dirigir la Academia: las discusiones anuales con los Directores Musicales para definir la temporada de conciertos, primero con el maestro Luis Herrera de la Fuente, quien continuó al frente de la orquesta por tres temporadas con él y después con Jorge Velazco, que volvió a hacerse cargo de la batuta, a la salida del Maestro Herrera de la Fuente, ya terminada su gestión en la OFUNAM; los múltiples incidentes con los solistas, los serios conflictos laborales que enfrentó con el grupo coral que nos demandó; la necesidad de trasladar la sede de nuestros concier-tos un par de temporadas al Palacio de Bellas Artes, cuando en 1998, la Universidad Nacional entró en esa larga noche de una lamentable huelga general, que impidió obviamente el uso de la Sala Nezahualcóyotl.
Y para no localizar sólo en lo nacional los problemas a resolver, Víctor trae a la memoria la ocasión en que el gobierno ruso quiso confiscar los instrumentos de los mú-sicos que, al colapso de la Unión Soviética salieron de su país –instrumento en mano– y fueron acogidos en México y en nuestra orquesta, argumentando que eran “propiedad del Estado”. Finalmente el asunto se solucionó favorablemente para los músicos.
Casi como síntesis de sus satisfacciones en el honroso encargo, Víctor Mahbub recuerda –y yo también, ya que fui testigo–, que en una reunión de la Asociación Mundial de Academias de Ciencias e Ingeniería que tuvo lugar en Zurich, Suiza y en la que presentó una ponencia que le había exigido –dice– un considerable trabajo, cuando más le aplaudieron los asistentes fue en el momento de que en la lectura de su
Programa de Temporada 1992.
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lViktoria Horti, de la sección de violines segundos, durante el ensayo del programa 8 de la temporada 1997.
lMaxim Shostakovich, director huésped, dirigiendo el ensayo del programa 6 de la temporada 1997.
lDetalle de triángulo durante el ensayo del programa 1 la temporada 1997.
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lCarlos Spierer, director huésped, dirigiendo el ensayo del programa 3 de la temporada 1997.
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currículo se dijo que era Presidente de la Academia de Música del Palacio de Minería. Admirados, los asistentes se mostraban incrédulos e impactados de que un grupo de ingenieros, por amor a la música y a su Universidad, patrocinara una Orquesta Sinfó-nica profesional de alta calidad. No sé si alguno de los asistentes recogió la idea y haya por algún otro rincón de este planeta otro grupo de locuaces ingenieros que patrocine, aunque sea un pequeño conjunto musical.
Pero volvamos a los presupuestos anuales, cuya satisfacción ha sido motivo de gran preocupación y enorme ocupación de todos quienes hemos presidido la Acade-mia.
Yo me imagino que es de una experiencia con alguna orquesta, que los exper-tos en administración inventaron la técnica del “Presupuesto por Programa”, porque cada modificación de una obra, de un solista, de la cantidad de músicos que exige la “versión original”, del número de “servicios” –como se llama a los ensayos en el “ar-got” musical–, que requiere la dificultad de la obra en cuestión, etc., los presupuestos ascienden como la espuma del mar y la negociación con el Director en turno para ajustar los montos, sin afectar desde luego la calidad, ni faltar al respeto ni al autor, ni al Director, ni a los músicos, ni al público, se convierte en asunto más delicado que el pétalo de una rosa.
Eso, el tratar de transitar de un “Presupuesto por Programa”, a lo que podría-mos llamar la pragmática técnica de un “Programa por Presupuesto”, conservando la tendencia de superación de la Academia ha sido el asunto más difícil que nos ha toca-do a los Presidentes, y que todos reconocemos haber logrado finalmente, gracias a la comprensión y a la enorme habilidad, calidad humana, conocimiento y sensibilidad de nuestros Directores Artísticos.
La excelencia de las interpretaciones ha sido denominador común de todos los Directores Artísticos que han sido de la Academia, quienes siempre han querido tocar “la versión original”, contar con “los instrumentos idóneos” –lo que nos ha hecho traer campanas especiales de Alemania o un “címbalon” de enorme valor de Hungría y que, como anécdota adicional, Víctor Mahbub recuerda que estuvo perdido un tiempo en una aduana de tránsito, instrumento que además, tocaba una sola intérprete –Eva Sovago–, a quien había que traer con el instrumento–, por citar dos entre decenas de ejemplos, a cual más sui generis.
Sergiu Comissiona, director huésped1993.
Programa de Temporada 1993.
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lGerhard Oppitz, pianista invitado en la temporada 1997.
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lLeón Spierer, director huésped principal, agradeciendo el aplauso del público del programa 3 de la temporada 1999.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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Años antes de la anécdota de Víctor, debimos traer otro “címbalon”, este de los Estados Unidos, igualmente con su dueña, Toni Koves–Steiner, también la única que lo tocaba, para interpretar la misma obra: el Háry János de Kodaly.
Los solistas y directores huéspedes, cuya calidad y prestigio eran directamente proporcionales a sus honorarios debían estar a la altura de los deseos de nuestros direc-tores artísticos, válidos pero onerosos.
Sin embargo la amistad entre ellos nos permitió disfrutar de virtuosos que única-mente se pueden oír en las salas más importantes y caras del mundo, con erogaciones razonables.
Algunos, cuyos nombres no menciono para no comprometer su generosidad frente a otras organizaciones, nos entregaban recibos de honorarios por el monto que acostumbraban cobrar –no podían disminuir el monto sin afectar otros contratos– y después nos daban un donativo por la misma cantidad, como una aportación “al esfuer-zo cultural extraordinario que hacía el gremio de los ingenieros”.
Víctor Mahbub recuerda el sudor frío que le produjo un recibo por cien mil dó-lares de uno de los grandes solistas que han distinguido a nuestra orquesta, antes de saber de su donativo equivalente.
Pero no olvida, en reciprocidad, el enorme cúmulo de satisfacciones que acarrea la Presidencia de la Academia y el enriquecimiento personal, en la sola discusión de los programas con los Directores Artísticos o en los testimonios obtenidos en los ensayos o en las cenas que se acostumbra dar a los solistas después de sus interpretaciones.
Evoca también, que durante su gestión se inició una nueva relación de apoyo con CONACULTA que persiste y que ha sido muy fructífera para ambas instituciones.
Cuando él asumió la Presidencia, era el Maestro Herrera de la Fuente el Di-rector Artístico, con quien tuvo siempre una relación de enorme respeto y de gran profesionalismo. Se invitó a grandes solistas y se incorporaron magníficos músicos a la orquesta. No se aceptó nunca distorsión alguna ni fallas en la calidad.
Philip Greenberg, director huesped 1994.
Enrique Barrios, director huesped 1994.
Programa de Temporada 1994.
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Subraya Víctor que durante su gestión se dio igualmente el episodio de la Señora McCormick o la sustitución de un par de solistas que no dejaron satisfecho al Maestro en los ensayos, que la exitosa promoción de jóvenes músicos como Gabriela Jiménez, a quién el maestro Herrera de la Fuente debutó como solista en el concierto de marimba de Rosauro Ney, o la de la compositora Marcela Rodríguez cuyo Concierto para flauta dulce y orquesta, comisionado por la Academia, interpretó Horacio Franco.
Al término de la Temporada de 1995, sorpresivamente para Víctor, el Maestro Herrera de la Fuente le informó de su decisión de dejar la Dirección Artística de la Academia, decisión que se fincaba, entre otras cosas, en una antigua consideración personal. Luego de permanecer durante veinte años al frente de la Sinfónica Nacional, lo que más tarde consideró según sus propias palabras un error, se prometió a sí mismo no estar más de diez años en ningún cargo.
Cumplido su plazo en la Academia, lo comunicó a Víctor Mahbub, indicándole
que él no proponía candidato alguno para sustituirlo.
El Maestro Herrera de la Fuente dejó en su paso como Director Artístico, una huella imborrable en la Academia y en todos quienes le tratamos, de bonhomía, de
l Viktoria Horti, concertino, en 1999. l León Spierer, en la temporada 1999.
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artista de altos méritos, de amigo, de hombre ético, huella tan profunda que no le per-mitimos desligarse de nuestro proyecto, que ha sido también suyo y con el que sigue comprometido y entusiasmado.
Ante la salida de Don Luis, Víctor Mahbub invitó a Jorge Velazco, quien había terminado su gestión en la OFUNAM, a retomar la batuta de nuestra Orquesta, lo que hizo con renovados ánimos.
“Trabajé con dos personalidades totalmente diversas –señala Víctor–, dos estilos y dos temperamentos distintos, dos generaciones diferentes –el maestro y el alumno, ahora ya maestro también–, aunque una misma formalidad, un mismo rigor musical, una misma vocación de excelencia, una misma ética a toda prueba”.
Nuevo estilo, nuevos solistas, nuevos directores huéspedes, nuevos autores, una orquesta renovada, espléndida, fue la propuesta de Jorge que quiso regresar “en grande”.
Obras espectaculares, clínicas con los solistas invitados para superar la calidad del conjunto –a las que siempre él asistía–, apego irrestricto desde luego a las “ver-
l Mijail Tolpigo, viola principal, durante el ensayo de Los adioses de Haydn, 1999.. l Eugene Fodor, violín, durante el ensayo en 1999.
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siones originales”, en fin, exigencia total para la excelencia musical, con la meta de continuar con la calidad ascendente de la Orquesta.
Jorge Velazco –relata Víctor– transportaba a los músicos al momento y a las cir-cunstancias en que se había compuesto la música que iban a interpretar, para ubicarlos en el espacio y en el tiempo de la obra y del compositor. No en balde, Jorge es, según Stevenson, independientemente de un músico estudioso, serio y profundo, el “ensa-yista musical más importante de México”.
No sin duras negociaciones en relación con los programas musicales o con los presupuestos, Jorge y Víctor, cuyos caracteres, que no eran precisamente de “Her-manas de la Caridad”, los enfrentaban con frecuencia, llegaron siempre a acuerdos benéficos para la Academia y consolidaron una amistad entrañable, según relata Víctor, recordando con nostalgia y afecto sus discrepancias y naturalmente también sus gran-des coincidencias, cuyo resultado finalmente fue, para la Academia, de siete años de éxitos musicales, la presentación de magníficos solistas y Directores y de grandes obras musicales.
Les tocó a ambos el exilio a Bellas Artes por las dos temporadas a que nos obligó la huelga universitaria a que ya me he referido y las difíciles negociaciones para mover el horario del Ballet Folklórico de Amalia Hernández, necesario para mantener el de la Academia que ya tenía a su público acostumbrado, lo que se logró con el apoyo de Ricardo Calderón que para entonces era Subdirector del INBA, pero continuaba, como continúa, con la camiseta de la Academia pegada a la epidermis.
Recuerda Víctor, como momentos musicales excepcionales de su gestión, el cierre
de la Temporada de 94 con la Misa de Difuntos de Berlioz –¡que me aceptó el Maestro Herrera!, dice orgulloso–, la 9ª. Sinfonía de Beethoven en 95 y ya con Velazco: Carmina Burana de Orff, en 96; el Réquiem de Verdi en 97, la Misa de Coronación de Mozart con el Coro de Houston, Francisco Araiza y Leona Mitchel, ¡nada más! y la 3ª Sinfonía de Malher en 98; el Ciclo Beethoven en 99 –cuando hubo que recortar la Temporada a 7 se-manas por problemas económicos–, otra gran 9ª. de Beethoven con el Coro de Houston, el Háry János de Kodaly y La Antártica de Vaughan Williams en 2000; “los programas a la usanza antigua” en 2001 y en el programa de 2002, la Misa de Lord Nelson de Haydn –también con Araiza–, la 7ª. de Beethoven, esta dirigida por Lukas Foss y nuevamente la Misa de Difuntos de Berlioz que Velazco dedicó al Maestro Herrera de la Fuente.1995 Álvaro Cassuto
Programa de Temporada 1995.
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l Gerhard Oppitz, pianista y Jorge Velazco en 1997.
l Francisco Araiza, tenor, en 1997.
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Y naturalmente se refiere a los grandes solistas y Directores Huéspedes que se presentaron durante su gestión como el propio Araiza –que como algunos de los mú-sicos que se citan adelante, ha honrado a la Orquesta en diversas ocasiones–, Leona Mitchel, Dubravka Tomsic, Alexander Toradze, Pierre Amoyal, Antón Nanut, Rosario Andrade, Ramón Vargas, Santiago Rodríguez, Alvaro Cassuto, Maxim Shostakovich, Lukas Foss, Pascal Devoyon, Ray Still, Wolfgan Boettcher, Andreas Blau, Gabriel Es-trellas, Gerhard Oppitz, Eugene Fodor, Alfonso Moreno, Ida Haendel, Barbara Davis, Encarnación Vázquez, Klaus Stoll por citar sólo algunos, y desde luego León y Carlos Spierer.
Carlos de la Mora Navarrete asumió la Presidencia de la Academia con un enor-me entusiasmo, al solicitar Víctor Mahbub, al término de la Temporada de 2002 su sustitución, después de casi once años de una febril actividad.
l Jorge Velazco, director principal y Ruth Waterman, violinista invitada; durante el ensayo del programa 2 de la temporada 2000
Programa de Temporada 1996.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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Carlos solicitó, además del apoyo unánime de Consejo, que obtuvo plenamente, que continuara en la Dirección Artística Jorge Velazco, quien por otra parte ya tenía organizado y comprometido el programa de la Temporada de 2003. Jorge aceptó y em-pezaron de inmediato a trabajar en perfecta armonía y naturalmente con gran eficiencia y con ánimos renovados.
De la Mora llegó a la Presidencia con una especie de hiperactividad crónica y sugirió una serie de novedades que sacudieron el devenir normal de la Academia y que le dieron nuevas dimensiones muy enriquecedoras.
Propuso desde un principio, el abrir la membresía de la Asociación Civil a uni-versitarios de otras profesiones distintas a la ingeniería, que han venido a colaborar entusiastamente con los ingenieros fundadores; promovió, desde la primera temporada
Programa de Temporada 1997.
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l Jorge Velazco, director principal y Beverly Brown, violoncello, durante el ensayo 2001.
l Marilyn Nije, clarinete, momentos antes de comenzar el programa 2 de 2001.
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musical que le tocó organizar, un cierre con un “Concierto de Gala”, fuera de abono, que permite por una parte recaudar más fondos para la Academia y por la otra presentar obras excepcionales, de gran envergadura, difíciles de presentar por su complejidad y costo, y que han tenido gran éxito.
Para facilitar el financiamiento de la Academia, estimuló los “conciertos dedi-cados”, patrocinados por instituciones públicas y por empresas privadas, que son ge-neralmente “avant premieres” de los conciertos de la temporada normal, a los que invita la institución patrocinadora, con una magnífica respuesta, así como conciertos privados, que además del beneficio económico que producen, permiten incorporar al conocimiento de la Academia, a nuevos públicos. E igualmente, presentaciones filan-trópicas de la Orquesta para apoyar causas nobles, que amplían la presencia y afirman los valores éticos de la Academia.
Atendió una importante función, un asunto pendiente, un tema fundamental que se había abordado esporádica y casi exclusivamente en la Facultad de Ingeniería y que Carlos ha institucionalizado y ampliado: el llevar música de alta calidad a di-versas Escuelas y Facultades de la Universidad, con cuartetos, quintetos, …, en fin, con conjuntos pequeños pero con música grande, lo que ha tenido una aceptación tan entusiasta en la comunidad universitaria, que han debido multiplicarse año con año, cumpliendo así una función educativa de primera magnitud e induciendo al gusto por la música clásica a miles de estudiantes de la Universidad. ¡No todos los jóvenes pue-den ir a la música clásica, había que llevar la música clásica a los jóvenes!.
Emprendió también, con ánimo plausible, la edición de discos con nuestra or-questa, asunto que se había acometido sólo eventualmente, y más como acciones per-sonales de los Directores Artísticos que como programa consistente de la Academia y profesionalizó los cursos de apreciación musical para cada Temporada de la Orquesta.
Y en un firme e importante paso hacia la modernidad, instrumentó para la Academia una página “web” francamente buena, la que además de contener toda la información sobre nuestra organización y sus programas, cuenta con un archivo fotográfico estupendo que además de permitirnos recordar escenas entrañables nos muestra “algo más jóve-nes”, y en la que se incorporó “la fonoteca” de la Academia que nos da la oportunidad de escuchar en nuestra computadora, en todo momento –aunque sea con “música enlatada” como llamaba Eduardo Mata a los discos– las interpretaciones de la Orquesta.
Programas de Temporadas 1998, 1999 y 2000.
academia de música del palacio de minería90
“Mi noviciado como Presidente fue muy grato –dice Carlos de la Mora–, Jorge Velazco se convirtió de inmediato en mi amigo y mi maestro en cuestionas musicales. Nuestra relación fue espléndida aunque lamentablemente fugaz”. Ocho meses des-pués de asumir su responsabilidad al frente de la Academia, un accidente vascular aquel malhadado 5 de agosto de 2003, dio fin a la fructífera vida de Jorge.
Fue un momento triste, grave y delicado para la Academia. En el mismo hospital en que falleció Jorge, en mi compañía y con León Spierer que llegó de Europa a los po-cos minutos del fallecimiento – venía a tocar con la orquesta en un concierto y a dirigir otro–, Carlos solicitó a León que dirigiera también la siguiente función, lo que aceptó no sin pena e hizo en forma extraordinaria y con una emoción especial, sustituyendo a su amigo entrañable.
Ahí mismo organizamos un homenaje a Jorge, que se dio al día siguiente del fallecimiento en la Sala Nezahualcóyotl, con la Orquesta en pleno y el cuerpo presente de su Director Artístico, simbólicamente en el podium. Su familia y cientos de amigos y admiradores de Jorge, escuchamos, contristados y apesadumbrados, el “Crisantemo” de Puccini y la “Sinfonía de los Adioses” de Haydn con que su Orquesta despidió a su Director Fundador. La ausente presencia de Jorge hizo resonar en el silencio su per-manente recomendación a la orquesta: “Si no llego, empiecen sin mí. La música tiene que continuar”. Esta vez llegó, para despedirse para siempre.
“Este accidente es, expresa Carlos, obviamente, el asunto más lamentable y tris-te de mi gestión; la tristeza continúa aún, pero el recuerdo de Jorge Velazco ha sido para mí un elemento siempre presente que me impulsa en todo momento a seguir con enorme entusiasmo la misión que se me ha asignado en la Academia”.
Habíamos perdido a nuestro Director Artístico en plena temporada, agregando a la pena generalizada, enormes trastornos para su sustitución urgente.
Su último concierto, punto crucial en la historia de la Academia, y momento premonitorio del final de la vida de Jorge Velazco, fue excepcional. La emoción tanto de nuestro Director como de la de la audiencia fue especial; me hizo recordar la última presentación pública de Herbert von Karajan, su maestro admiradísimo, que en Salz-burgo “se tocó” su Réquiem –de Verdi– y con gesto enérgico nos impidió aplaudirlo.
Programas de Temporadas 2001, 2002 y 2003.
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l Jorge Velazco, durante el ensayo del programa 1 de la temporada 2002
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Jorge estaba transformado, en una especie de éxtasis profundo de religiosa in-trospección. Dos días después de aquella función extraordinaria, cuando el doctor que lo atendió salió del quirófano para darnos la noticia del deceso, entendí aquella sensa-ción sobrecogedora. Estoy seguro ahora que él lo presentía y estoy persuadido de que gozó aquel concierto con una especie de aceptación mística.
Con la partida de Jorge no solo terminaba una época brillantísima de la Orquesta Sinfónica de la Academia; se cerraba el ciclo de su promotor original. No fue Jorge úni-camente el primer Director Musical –como lo llamamos en el inicio de esta aventura apasionante–, fue, como expresé al principio de esta crónica, el creador de esa idea que casi tres décadas después, había alcanzado –como señalaba Reyes– alturas en un principio inimaginables.
Como “cómplice” de Jorge en el proyecto magnífico de la Academia de Música del Palacio de Minería, como su primer solitario compañero de esta aventura, hago un paréntesis en este relato para rendir un homenaje a quien por su inteligencia, su te-són, su carácter, su entrega, su lealtad, su espíritu universitario, debemos la existencia de nuestra Academia y el orgullo de haber institucionalizado un proyecto cultural de excepción que ahora llega a los 30 años, lamentablemente sin Jorge, pero con perspec-tivas enormes que harán trascender, en el tiempo, su memoria.
Unos días después de esa fecha y en tanto León Spierer atendía los dos siguien-tes conciertos, se decidió designar al maestro Carlos Spierer nuevo Director Artístico, quien, aunque estaba establecido en Alemania, conocía el proyecto de la Academia casi desde su inicio por una antigua y cercana relación con Velazco, y aceptó la invita-ción considerando esta responsabilidad compatible con sus compromisos en Europa.
Se trataba de un magnífico y joven Director de Orquesta, de nacionalidad ale-mana y de sangre argentina, nacido en Suecia por azares del destino, con una sólida carrera musical, e identificado con la Orquesta de Minería con la que había tocado ya como Director Huésped. El conocía la orquesta y nuestros músicos lo conocían a él y lo respetaban como músico.
Carlos Spierer dirigió los conciertos que faltaban de la Temporada de 2003 y organizó las dos siguientes. Un nuevo estilo, una nueva propuesta, nuevas ideas mu-sicales otra vez, pero la misma profundidad, el mismo respeto por la calidad y la bús-
Programa de Temporada 2004.
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l Carlos Spierer, director huésped , dirigiendo el ensayo del programa 3 de la temporada 2002.
l Vitali Roumanov, violoncello jefe de sección, durante el ensayo del programa 5 de la temporada 2002.
l Klaus Stoll, contrabajo principal durante el ensayo
del programa 6 de la temporada 2002
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queda de la perfección musical, que hicieron que el tránsito abrupto, inesperado, de un Director a otro, tuviera una solución de continuidad tersa, cuyo resultado fue una magnífica respuesta de los músicos y del público.
La dirección de Carlos Spierer fue espléndida y su paso por la titularidad de la Dirección Artística, aunque breve, ya que desde un principio se trató con él la necesi-dad –tanto por cuestiones logísticas como económicas– de buscar en el mediano plazo un Director de su calidad con residencia en México, marcó también una etapa artística memorable, con personalidad propia y con trascendencia.
Independientemente de la alta calidad permanente de los conciertos, Carlos de la Mora califica como inolvidables, en la etapa de Carlos Spierer –las Temporadas de 2004 y 2005–: “La Consagración de la Primavera” de Stravinsky, el “Nabuco” de Verdi que presentó en versión de concierto con el Coro de la Sinfónica de Houston y su “Carmina Burana” de Carl Orff así como el Vals Triste de Sibelius que dirigió José Areán.
Pero Carlos de la Mora regresa a “la colección de sus recuerdos” de los grandes momentos musicales en su gestión siendo Director Artístico Jorge Velazco en el 2003: las obras con la armónica de cristal para el Adagio de Mozart y el Melodrama de Bee-thoven con Thomas Bloch, “el poeta de la armónica de cristal”; el vigésimo concierto para piano de Mozart con Gerhard Oppitz, la cuarta sinfonía de Mahler con Irasema Terrazas y su sutil andar descalzo por el escenario y desde luego el segundo concierto para piano de Rajmaninov con Valentina Lisitsa en la última aparición de Jorge, y en el inter regno entre Velazco y Carlos Spierer, los espléndidos conciertos dirigidos por León Spierer y sus interpretaciones del “Juego de Dados” de Mozart, con el apoyo tecnológico del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y Sistemas de la UNAM, su espectacular versión del Bolero de Ravel, su inolvidable Marcha Rades-ky de Strauss y el Capricho Italiano de Tchaikovsky y la “Sinfonía de los Adioses” de Mozart en el homenaje póstumo al Director desaparecido.
Y aun cuando de León Spierer hace remembranzas de obras espléndidas que ha dirigido con la Academia, no olvida el concierto que no tocó, al ser atacado por un intempestivo cólico nefrítico que lo llevó de emergencia al quirófano. De emergencia también, fue sustituido exitosamente por Fernando Minos y José Areán quienes sin ensayos previos –mérito indiscutible de ellos y de la orquesta, incluido el hecho de que entre lo que dirigió el Maestro Areán estaba un estreno mundial de una obra encomen-
Programa de Temporada 2005.
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l Detalle de las manos de Thomas Bloch en la armónica de cristal durante el ensayo del Adagio y Rondo de Mozart, del programa 1 de la temporada 2003..
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l Eva Sovago, cimbalo, minutos antes de comenzar el concierto 2 de la temporada 2003.
l Marilyn Nije, clarinete, durante el ensayo del programa 2 de la temporada 2003.
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l Sección de trompetas durante el ensayo de la Gran Misa de Difuntos de Hector Berlioz del programa 8 de la temporada 2002.
l Valentina Lisitsa, piano, durante el ensayo del Segundo concierto para piano de Rajmaninov del programa 5 de la temporada 2003.
l Jorge Velazco, director principal y Gerhard Oppitz, pianista invitado; durante el ensayo del programa 4 de la temporada 2003
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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dada por la Academia– tomaron la batuta para dirigir cada uno una parte del concierto. Ambas intervenciones, la de los Directores y la de los cirujanos que operaron a León, fueron afortunadamente inmejorables.
La Temporada de 2006, estuvo ya a cargo, artísticamente, del joven Director mexicano Carlos Miguel Prieto, músico talentoso y carismático, ya con palmarés im-portantes en su currículo, quien asimiló rápidamente la vocación de la Academia y continúa con la misma convicción de sus antecesores la misión cultural, educativa y social de nuestra organización. Una vez más, el sello personal del Director Musical y su criterio artístico han dado nuevos ímpetus a la Orquesta, sin alterar en un ápice la tra-dición de nuestro conjunto musical de respetar la idea original de los compositores, de buscar permanentemente la excelencia artística y de ofrecer a nuestro público nuevos y atractivos proyectos musicales.
Ya hoy, tan sólo con dos escasas temporadas bajo su Dirección Artística, son de recordarse bellas actuaciones de la Orquesta como el Homenaje a Mozart en el Palacio de Minería, la Misa en do menor de Mozart, “Una Sinfonía Alpina” de Richard Strauss y dos joyas que presentó con Directores Huéspedes: la ópera concierto “Ascanio in Alba” de Mozart con John DeMain y la imponente “Atlántida” de Manuel de Falla que dirigió Antonio Ross–Marbá, en 2006. Y desde luego el “ciclo Beethoven” de la Temporada 2007, en el que comparte el podium con Sylvain Gasancon y José Areán.
Este recorrido a vuelo de pájaro, este paisaje con gruesas pinceladas de los trein-ta primeros años de la Academia de Música del Palacio de Minería, que por breve deja necesariamente fuera del relato múltiples acontecimientos importantes, muchos nombres de gente que con enorme generosidad ha entregado su esfuerzo a esta causa fantástica en que se ha convertido nuestra Academia, y a quienes ofrezco mis discul-pas por la omisión involuntaria y mi reconocimiento por su entrega desinteresada, no nace de la pluma ni del oficio; nace de la emoción y de la remembranza de quien esto escribe y de quienes, habiendo estado a cargo de la responsabilidad de guiarla me las transmitieron generosamente.
Esta experiencia, me refiero a las entrevistas con Luis Herrera de la Fuente, Sa-turnino Suárez, Víctor Mahbub, Carlos de la Mora, Carlos Chavarri, Ricardo Calderón, a quienes agradezco enormemente sus reminiscencias emocionadas que han hecho posible este relato, ha sido apasionante.
Programa de Temporada 2006.
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No faltó la entrevista con Jorge Velazco; está contenida en mis recuerdos, porque la tuve a lo largo de tres décadas, en todos los momentos –aún en los de su ausencia de la Dirección Artística–, alegres o difíciles por los que transcurrimos, para crearla y para cultivarla.
Todos, sin excepción. Me hablaron de la Academia con los rostros sonrientes, con un orgullo y una satisfacción implícitos y explícitos, que dan un significado espe-cial a esta aventura. Todos también, sin excepción, minimizaron los momentos difíciles –porque todos los hemos tenido–, económicos, laborales, universitarios, personales, en beneficio de sus remembranzas gozosas. Y llega a tal extremo este sentimiento positi-vo, que Saturnino Suárez comentó que “cuando para esto se pide dinero, todos lo dan sin condiciones”; ¡esto sí que es –para bien y en mérito de la Academia– olvidar los momentos de angustia!.
Disfruté en las reseñas de cada uno sus personales alegrías, su orgullo de haber participado importantemente en los logros de esta hermosa actividad, su emoción al repasar pasajes de su gestión, su pasión por la labor que realizaron o realizan. Cuando se referían a los momentos culminantes, a tal o cual concierto, sentí que los vivían nue-vamente, y me hicieron volverlos a vivir con ellos.
Trasladados en el tiempo a “aquella ocasión en la que oímos a…”, escuchaban nuevamente “en vivo y en directo”, “en tiempo real”, en esa primitiva y fantástica “realidad virtual” que es la memoria humana, aquellos momentos inolvidables; sona-ban otra vez en su mente, estoy seguro, los bellos acordes recordados, se regocijaban en la misma forma que cuando se dieron en la Sala las interpretaciones que los conmo-vieron especialmente.
Otro milagro producto de esa religión apasionante que es la música, que tiene cada vez más feligreses y, como en toda religión, algunos fanáticos irredentos, incorre-gibles, como mis entrevistados y su entrevistador.
No sé cuantos músicos han integrado nuestra orquesta en los treinta años de su existencia, pero si sé que todos, puedo afirmar que sin excepción, han sido de altísi-ma calidad, los mejores en cada atril y en cada momento. Todos, cuyos nombres dan lustre a los programas que para cada temporada ha impreso la Academia de Música del Palacio de Minería en estas tres décadas, pueden decir con orgullo, que perte-
Programa de Temporada 2007.
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l León Spierer, director huésped principal durante el ensayo del programa 1 de la temporada 2004.
l Integrantes del Coro del Conservatorio Nacional de Música durante el ensayo de Carmina Burana de Carl Orff , concierto de Gala de la temporada 2004.
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l Fernando Mino, concertino y Shari Mason, asistente de concertino, durante el ensayo del programa 8 de la temporada 2004.
l Valentina Lisitsa, piano, recibe el aplauso del público y orquesta al término de su interpretación de Variaciones sobre I got rhythm, de George Gershwin del programa 4 de la temporada 2004.
l Carlos Miguel Prieto, director huésped durante el ensayo de la Sinfonía española de Eduardo Lalo del programa 6 de la temporada 2004.
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l Valentina Lisitsa, piano, durante el ensayo del Concierto para piano No. 5 de Ludwig van Beethoven del programa 1 de la temporada 2004.
l Markus Eiche, barítono durante la interpretación de Arias de Richard Wagner del programa 8 de la temporada 2004.
l Carlos Spierer, director artístico, durante el programa 8 de la temporada 2004.
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l Jorge Velazco, director principal, durante el ensayo del programa 2 de la temporada 2003.
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l Personal de la Orquesta Sinfónica de Minería haciendo una guardia de despedida a Jorge Velazco, 6 de agosto 2003.
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necen a la élite mas exclusiva de los músicos excepcionales. A todos, también sin excepción, nuestro agradecimiento por haber hecho y seguir haciendo posible, por hacer realidad las buenas intenciones de los Directores Artísticos y de los promoto-res de la Academia, de tener siempre “la mejor orquesta”, una “orquesta de calidad superior”.
Sea para todos ellos nuestro reconocimiento en las personas de sus Concertinos: Lorenzo González, Lacy Mc Larry, Yaron Prensky, Larry Shapiro, Luis Samuel So-loma, Vera Silantieva, León Spierer, Viktoria Horti y Fernando Minos, señalados en estricto orden de aparición.
Sé menos aún, cuántas personas –cientos de miles ciertamente– han escuchado nuestros conciertos, tanto en vivo como en los discos que cada vez en mayor cantidad circulan de nuestras interpretaciones, pero para todas, que son el destino fundamental de las actividades de la Academia, nuestro agradecimiento mayor porque es por su asistencia cada vez más amplia y constante, mas conocedora y exigente, que podemos estar celebrando el trigésimo aniversario de nuestra fundación con enorme júbilo, con
l Sección de violines primeros durante el programa 5 de la temporada 2003.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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remembranzas llenas de emoción y forjando una historia plagada de éxitos culturales y engalanada con nombres de músicos virtuosos con los que se honraría la marquesina más exigente de cualquiera de las grandes salas de concierto del mundo.
Pero si espléndido es el trayecto ya recorrido por la Academia de Música del Palacio de Minería, es aún más promisorio su futuro.
Cuando una institución como la nuestra ha superado los momentos críticos de sus primeras experiencias, cuando se han disipado las dudas iniciales y se han con-solidado sus valores; cuando se ha comprobado la bondad de sus fines y propósitos; cuando se ha hecho evidente la entrega desinteresada de sus promotores; cuando se ha demostrado la factibilidad de lograr una organización eficiente y la permanencia de una expresión de calidad artística del más alto nivel, y sobre todo, cuando alrededor de esta propuesta se ha reunido una pléyade cada vez mayor de hombres entusiastas y comprometidos que la cuidan, la respetan y la proyectan –me refiero a los promotores y a los músicos–, cuando ya forma parte del ser artístico y cultural de la ciudad y del país, el futuro no puede sino ofrecer paisajes de superación.
l Sección de alientos durante el programa 5 de la temporada 2003.
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l Vista general de la Orquesta Sinfónica de Minería, director, solistas y Coro de la Orquesta Sinfónica de Houston durante el concierto extraordinario de la temporada 2003. Carlos Spierer, director huésped.
l Katharina Peetz, mezzosoprano y Carlos Spierer, director artístico, durante la interpretación de la Canción de la Tierra de Gustav Mahler del programa 5 de la temporada 2004.
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l Valentina Lisitsa, piano, recibe el aplauso del público y orquesta al término de su interpretación del Segundo concierto para piano de Rajmaninov del programa 5 de la temporada 2003.
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l José Areán, director asociado y Fernando Mino, violinista y concertino de la orquesta, durante el ensayo del programa 4 de la temporada 2006..
Seguramente, como ha acontecido en los últimos años, habrá cada vez más gente dispuesta a ofrecer su esfuerzo al logro de metas más altas para la Academia. Habrá cada vez más, también, amantes de la música que seguirán sus presentaciones y la acompañarán en nuevas expresiones, dando con ello el apoyo que requiere toda mani-festación artística y justificando su existencia, lo que permitirá que las “Academias de Música” del Palacio de Minería, que hicieron famosos y codiciados por los verdaderos entendidos los conciertos que la orquesta de los mineros, de los ingenieros, presentaba en aquel “grande y bien iluminado salón de la nueva escuela” que albergaba “una orquesta de mérito excepcional” no sea sólo la añeja e interrumpida tradición del siglo XIX, sino la espléndida y permanente realidad del siglo XXI.
Estoy cierto que esto permitirá retomar algunos temas pendientes: la presencia internacional, el apoyo a jóvenes talentos musicales, las ediciones de música, el rescate de obras mexicanas perdidas, el apoyo a la investigación sobre música y músicos mexi-
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l Sergio Vela con Daniel Hazan, coordinador de coros; Antoni Ros- Marbá, director huésped y Oscar de la Torre, tenor, durante el ensayo del programa 8 de la temporada 2006..
canos y muchos temas más que surgen a diario de las ideas de los miembros de nuestra agrupación y de las propuestas de nuestro público, porque la Academia, para nuestra satisfacción y su fortuna, ya tiene “su público”.
Todo el recorrido de estos treinta años, ha sido un trayecto universitario como lo seguirá siendo en el futuro. Desde su origen en la Facultad de Ingeniería, la Academia de Música del Palacio de Minería es un proyecto de la Universidad Nacional. Quienes hemos dirigido esta organización, hemos sido consientes de que nuestro compromiso no es sólo con una institución de cultura que patrocina una espléndida orquesta, sino con nuestra Casa de Estudios, con todo lo que esto significa. La Universidad es causa y origen de esta propuesta. A ella el agradecimiento de todos los que hemos participado en la Academia, por darnos la oportunidad de colaborar en la atención de una de sus funciones sustantivas, la creación y la difusión de la cultura y con ello permitirnos re-tribuirle en algo, así sea simbólicamente, por lo mucho que de ella recibimos.
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l Asier Polo, violonchelista, en su camerino, momentos antes del comienzo del ensayo del programa 5 de la temporada 2006.
Por eso nuestra tarea, inspirada por la vocación educativa de la Universidad y por la convicción de que la cultura, y en ella la música, es elemento esencial de la formación del individuo, no la concebimos como una actividad filantrópica, sino esen-cialmente como un gesto de gratitud hacia nuestra Alma Mater y como un modesto acto de colaboración al esfuerzo extraordinario e invaluable de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Así lo han entendido Guillermo Soberón Acevedo, Jorge Carpizo Mac Gregor, José Sarukhán Kermes, Francisco Barnés de Castro y Juan Ramón de la Fuente, Rec-tores de nuestra Máxima Casa de Estudios, y los Directores de la Facultad de Inge-niería, Octavio Razcón, Daniel Reséndiz, José Manuel Covarrubias, Gerardo Ferrando y Gonzalo Guerrero, quienes han brindado a la Academia su apoyo más decidido y han hecho suyo, de la Universidad, este proyecto. A todos ellos, quienes hemos esta-do comprometidos con él, les expresamos nuestro reconocimiento más amplio por su comprensión y nuestro agradecimiento por su invaluable colaboración personal e ins-titucional a la causa de la Academia. El protocolario lugar común de “sin su apoyo no
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hubiera sido posible haber logrado lo que hoy conmemoramos” no es, en este caso, ni protocolo ni lugar común; es estrictamente una manifestación absolutamente veraz de la más evidente realidad y expresión igualmente sincera de nuestro sentimiento.
Mis palabras últimas de este relato, son para dejar constancia de mi más viva satisfacción por la oportunidad de ofrecer este conjunto de recuerdos. Muchos podrían haberlo escrito mucho mejor que yo, pero nadie, permítaseme afirmarlo con toda vehe-mencia, podía haberlo hecho con más emoción, más respeto y más apego a esta fantás-tica experiencia, que he tenido en suerte vivir íntegramente; fantástica en las diversas acepciones del término, primero como quimera, como cosa irreal, perteneciente a la fantasía, y finalmente como realidad magnífica y excelente.•
l Detalle de la mano y del violonchelo Francesco Rugieri (Cremona 1689) de Asier Polo, de la temporada 2006.
l Vista general de la orquesta durante la interpretación de la Sinfonía N. 4 en do menor de Dimitri Shostakovich del programa 7 de la temporada 2006.
La orquesta que toca cuando nadie toca
Juan Arturo Brennan
Suele ocurrir, en la mayoría de los países musicalmente avanzados, que con la llegada del verano las orquestas, ensambles y compañías de ópera se marchan a disfrutar de sus merecidas y bien ganadas vacaciones. Ello no implica, sin em-
bargo, que el panorama musical se vuelve automáticamente un desierto. Por el contra-rio, en los meses que duran las vacaciones oficiales de las instituciones musicales, esos países se llenan de festivales veraniegos en los que la música florece tanto o más que en las temporadas regulares. En México, ese no es el caso, y solía ser una costumbre ya muy arraigada entre los melómanos el cambiar de orientación durante el verano y, por ejemplo, volverse cinéfilos por un par de meses. Más allá de algunos festivales muy locales y dispersos, el verano solía ser, sí, un desierto musical, particularmente en la Ciudad de México.
Esta situación cambió, venturosamente, una noche del mes de junio de 1978, cuando la entonces llamada Academia de Música del Palacio de Minería ofreció su con-cierto inaugural bajo la batuta de su fundador, Jorge Velazco. La Pequeña serenata nocturna de Mozart, el Concierto fúnebre de Hartmann (con el violinista León Spierer como solista) y la Suite de Carmen, de Bizet-Shchedrin fueron las obras con las que este nuevo ensam-ble musical anunció su nacimiento. Si se considera la duración efímera que en nuestro medio suelen tener proyectos de este tipo, sobre todo cuando surgen al margen de las vías institucionales de costumbre, es probable que aquella noche de junio de 1978 nadie
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se hubiera imaginado que con la aparición de este libro se estarían celebrando los prime-ros treinta años de existencia de la Orquesta Sinfónica de Minería.
La originalmente designada como Academia de Música del Palacio de Minería fue en los primeros tiempos de su existencia una orquesta de cuerdas que, a la usanza tradicional, pronto comenzó a convocar a instrumentistas de viento, teclado y percu-sión para conformar las dotaciones ad hoc requeridas para cada programa. Con el paso del tiempo, el ensamble dejó atrás su cualidad camerística y se convirtió, de hecho y de nombre, en la Orquesta Sinfónica de Minería, mientras que bajo el rubro de Academia de Música del Palacio de Minería quedó la agrupación que le confiere su soporte insti-tucional. Así, a lo largo de tres décadas cumplidas, y con sólo un breve impasse ocurrido en 1984 (consecuencia de mezquinas pugnas institucionales que nada tenían que ver con la música), la Orquesta Sinfónica de Minería ha cumplido un rol de importancia al interior del panorama musical de la Ciudad de México y, por extensión, del país.
Es un hecho que toda orquesta nueva tiene como prioridad absoluta el atraer a un público nuevo, y el caso de la Orquesta Sinfónica de Minería no fue la excepción. Así, las programaciones de la OSM a lo largo de los años se han conformado con una equilibrada mezcla musical en la que han estado representadas por igual las grandes
Carlos Miguel Prieto, director principal, duran-te el ensayo del programa 2 de la temporada 2006.
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obras del repertorio sinfónico y partituras menos convencionales. Una prueba cabal de que, en efecto, la OSM ha logrado crear, atraer y conservar un público nuevo, está en el hecho de que la audiencia que asiste a sus conciertos no es la misma que se presenta en la Sala Nezahualcóyotl (su sede fundamental) a escuchar regularmente, por ejemplo, a la Orquesta Filarmónica de la UNAM. En este sentido, es un logro importante que la Orquesta Sinfónica de Minería tenga un público formado principalmente por miem-bros de la comunidad universitaria, preservando y fomentando así el importante víncu-lo académico que le dio origen. Es precisamente gracias a ese vínculo con un número significativo de egresados de la UNAM, que hoy están insertados de lleno en diversos ámbitos de la vida profesional e institucional de México, que la Orquesta Sinfónica de Minería ha podido funcionar durante todos estos años a base de un interesante esque-ma de apoyos y patrocinios que le ha permitido no sólo la supervivencia, sino también la superación y, sobre todo, la plena libertad artística que requiere para llevar a cabo su labor de difusión musical y cultural.
Sí, el hecho de que los miembros de una orquesta sinfónica puedan ser elegidos de manera individual, uno a uno, y bajo los parámetros más estrictos de sus méritos musicales, se refleja de modo automático en la calidad del sonido del conjunto, y esto es precisamente lo que ha sucedido en estos treinta años en el seno de la Orquesta Sin-
Vista general de la orquesta, coro, solistas y director, durante la Missa solemnis, del Programa 1 de la Temporada 2007.
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fónica de Minería. Por sus atriles han pasado muchos de los más notables instrumen-tistas de las orquestas de México, así como un núcleo importante de músicos invitados del extranjero (de los Estados Unidos, sobre todo), con cuya presencia conjunta se ha logrado un nivel de ejecución simultáneamente sólido y flexible que refleja puntual-mente las diversas facetas de su programación. Sin ir más lejos: en la Temporada 2007, la de su trigésimo aniversario, la Orquesta Sinfónica de Minería propone a su público una oferta musical irresistible que, como el legendario Jano, pareciera mirar hacia dos extremos del espectro sonoro: por un lado, las nueve sinfonías de Ludwig van Beetho-ven, que conforman un canon cabalmente clásico en el sentido más amplio del térmi-no, y por el otro, un número significativo de obras de Igor Stravinski, uno de los pilares de la modernidad en la música.
Treinta años, treinta temporadas, treinta series de conciertos, dan lugar a una verdadera montaña de música, de entre la cual me sería muy difícil elegir los momen-tos más significativos con el objeto de marcar la efeméride que da origen a este libro. De manera general puedo rescatar, sin embargo, aquellas líneas de conducta que a lo largo de estos seis lustros me han parecido más importantes al interior de la programa-ción de la OSM: el estreno en México de partituras que por menos conocidas no eran menos importantes; las primeras audiciones en nuestro país de versiones completas y
David Ball, fagot principal, escuchando una indicación de Carlos Miguel Prieto, durante el ensayo de la Sinfonía no. 9 de Dimitri Shostakovich, del programa de gala de la temporada 2006.
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versiones originales de obras que hasta entonces sólo se conocían de manera incom-pleta; las numerosas obras concertantes en que la orquesta acompañó a solistas de otros instrumentos más allá del violín y el piano, abriendo para su público nuevas vías de conocimiento del repertorio de conciertos; la ejecución de partituras mexicanas (varias de ellas en estreno, varias de ellas encargadas por la propia OSM) situadas en vertientes distintas a la ya transitada corriente nacionalista; la presentación (tan frecuente como las circunstancias lo permitieron) de obras sinfónico-corales, que siempre representan un atractivo especial para el público. Es aquí, con la mención de la música coral, donde puedo insertar un recuerdo especialmente grato, a manera de testimonio directo de un melómano incorregible.
Uno de los momentos culminantes de la Temporada 2004 de la Orquesta Sin-fónica de Minería fue la ejecución de la cantata escénica Carmina Burana, de Carl Orff, obra que siempre convoca a públicos numerosos y entusiastas. En esa ocasión, me di el enorme gusto de participar como miembro del Coro Pro Música y cantar esta potente y emotiva obra (que, por otra parte, es lo único que sé cantar decorosamente) en tres conciertos, dos bajo la dirección de Carlos Spierer y uno más bajo la batuta de José Areán. Si escuchar música es un placer incomparable, hacerla es lo más alto a que puede aspirar un melómano, y en esa ocasión pude hacerlo, literalmente, desde un
Philippe Quint, violín solista, al término del Concierto para violín y orquesta en re mayor de Erich Korngold, del Programa 6 de la Temporada 2007.
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lugar de privilegio, compartiendo con la OSM la emocionada respuesta del numeroso público. ¿Qué más se puede pedir?
En lo personal, además de ser oyente asiduo de los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Minería, he participado en este proyecto de una manera más directa y productiva: en el último par de años, como redactor de las notas de programa para los conciertos de la OSM, y a lo largo de más de una década, ofreciendo las conferencias de apreciación musical. Estas conferencias, organizadas de manera conjunta por la Acade-mia y por la Cámara Nacional (hoy Cámara Mexicana) de la Industria de la Construc-ción, tienen por objeto funcionar como una introducción a cada uno de los conciertos de cada temporada, es decir, preparar a los melómanos para que su asistencia a cada concierto esté marcada por la información previa y el conocimiento de causa. A lo largo de estos años, hemos contado para estas conferencias con un público fiel, leal y compro-metido, y a partir de este importante hito cronológico en la historia de la OSM, nuestro reto conjunto es el de atraer a estas conferencias de apreciación musical a públicos más numerosos, en los que los jóvenes estén representados de manera adecuada.
Así pues, con la aparición de este libro conmemorativo, la Academia de Música del Palacio de Minería, junto con la comunidad universitaria y profesional que le dan sustento, celebra los primeros treinta años de vida y de música de la Orquesta Sinfóni-
Detalle de arpa durante el ensayo de Una sinfonía alpinade Richard Strauss, del progarma 2 de la temporada 2006.
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ca del Palacio de Minería. Más allá de la efeméride, digna de celebrarse por sí misma, la continuidad de la OSM a lo largo de tres décadas es una muestra palpable de que sí es posible hacer funcionar modelos alternativos de gestión cultural y de producción musical. Se trata, en este caso, de un modelo que bien podría servir como ejemplo para otras instancias y otras instituciones, un modelo que pone de manifiesto las bondades de la colaboración entre las instituciones públicas y la iniciativa privada; cuando el resultado de esa colaboración es música de alto nivel, las bondades se multiplican, y todos salimos ganando.
Enhorabuena, pues, por los primeros treinta años de la Orquesta Sinfónica de Minería, la orquesta que toca cuando nadie toca… y toca muy bien.•
Carlos Miguel Prieto, director principal duranteel ensayo del programa 5 de la temporada 2006.
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Testimonios
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Jorge Velazco, con el que tuve una amistad invariable desde que se acercó a mí la primera vez, me habló con entusiasmo de la Academia de Música del Palacio de Minería y de la
fundación de la Orquesta Sinfónica de Minería. No obstante que había visto nacer y morir varios proyectos buenos para la música y buenos para México, a medida que Jorge hablaba iban creciendo mi curiosidad y mi interés, en particular por el origen histórico y por el gremio involucrado en ese proyecto-realidad que otorgaba a la música no sólo su rango innato en tanto manifestación, la más pura y la más alta del alma humana, sino también por el reconocimiento tácito de su importancia social y educativa. Esto se sabe desde los días de Pitágoras; lo ha sabido el gobiemo de nuestro país que, poco más, poco menos, ha financiado siempre su ejercicio y su difusión, tal vez con precariedad con respecto a una población en continuo crecimiento, tanto en su cantidad como en su calidad.
En México, el financiamiento privado a la música encajaría cómodamente en aquella famosa boutade de Gandhi en Londres cuando un periodista le preguntó:
¿Que opina usted de la cultura occidental? -Seria una buena idea”, respondió Gandhi.Pregunto yo a cualquier ciudadano pensante: ¿Que opi-
na usted del financiamiento que la iniciativa privada otorga en México a la música? Etcétera, etcétera.
Esta experiencia vista, oída y sufrida por los que hemos pretendido la participación constante de ese sector social, se re-pite siempre igual a ella misma: es uno de los antiguos y viejos discos rayados, aunque es pertinente hablar de una excepción: la Filarmónica de las Américas financiada por un grupo de hombres de negocios.
¿Por qué tal resistencia a una contribución que, en térmi-nos reales, no es onerosa? ¿No vale la pena nuestra tarea? El amor a la música y el orgullo nos confirman que damos más de lo que recibimos. Es una premisa muy clara: el precio, el valor intelec-tual y espiritual de la música no admite cotización en “libras de came” (Shylock, Shakespeare), en billetes de banco, o en accio-nes de la bolsa. Recordemos a Schopenhauer: “Donde acaba la Filosofía comienza la música”, Podría citar hermosas e innume-
Mis años con la Academiade Música del Palacio de Minería
Luis Herrera de la Fuente
academia de música del palacio de minería126
rables frases sobre el tópico música, de Goethe, Tomas Mann, Herman Hesse, James Joyce, y de Platón o Antonio Caso; sin embargo, la música no requiere de avales, ella misma es su magia y su milagro; ella misma reclama su existencia y su presencia en el hombre, en el ser, en la sociedad , en la vida humana. Y aquí acude otro milagro, terreno y elevado a la vez: la Academia de Música del Palacio de Minería.
Transcribo dos párrafos de un texto del ingeniero Satunino Suárez publicado en el programa de la temporada 1985 de la Or-questa Sinfónica de Minería: “En el verano de 1978 el entonces Director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, ingeniero Jiménez Espriú, decide rescatar una vieja tradición del Colegio Nacional de Minería, de la que habla el Diario de México en su edición del 24 de octubre de 1807.
“Así pues, se organiza la Academia de Música del Palacio de Minería, como se llamó desde principios del siglo XIX, y se organiza la primera temporada de conciertos ese mismo verano de 1978 creando bajo la dirección de Jorge Velazco, la Sinfónica de Minería” Con la sencillez de la palabra desnuda el ingeniero Suárez da fe de un acontecimiento de primera importancia para la vida musical de la Ciudad de México y para el acervo cultural de nuestro país. Parece ser un signo ingenieril: el ingeniero Ji-ménez Espriú decide y así pues se organiza, ...sin un adjetivo, sin tono de trascendencia. Estas palabras me suscitan el recuerdo de otras de Cervantes, en las Novelas Ejemplares: “Yo no soy lo que digo, soy lo que hago”
Para mis propias maneras fue delicia trabajar con ingenie-ros, siempre euclidianos: “la distancia más corta entre dos puntos
es la línea recta”. Quizá los ingenieros, hombres de la línea y el cálculo, sin saberlo, aman la música porque es un arte de pre-cisión. Independientemente del plano emotivo, lo que no está bien construido, se cae. La Academia de Música de Minería hace honor a Tolsá. El grupo mexicano de ingenieros que creó y mantiene siempre más robusta la Academia se erige, según sé, como un caso único en el mundo.
Mi primera temporada como Director de la Orquesta Sin-fónica de Minería fue la de 1985. La obra inaugural, la Sinfonía 40 de Mozart. Hoy, al ver impreso el programa respectivo, recuerdo el por qué de esa Sinfonía. Me había hecho comezón la idea de presentarme con alguna obra vistosa, de gran volumen, especta-cular; habría sido más cómodo y fácil: aplauso seguro. Operó, sin embargo, uno de mis otros “Yo”: el sobrio, que no se embriaga, el codicioso de aquella “Divina Proporción” del renacentista Luc-ca Paciolli: ¿Cuál obra es la perfección por antonomasia? Por eso programé la 40 de Mozart. Por otra parte, me pareció necesario que la música mexicana tuviera una presencia en los conciertos de Minería, como se los llama informalmente. Con esa idea incluí La Noche de los Mayas, de Silvestre Revueltas. El solista, factor de agrado en los públicos de todo el mundo, fue Santiago Rodrí-guez, joven pianista cubano reciente ganador de la medalla de plata en el concurso pianistico Van Cliburn.
Para programar temporadas sinfónicas hay diferentes cri-terios: de época, de estilo y de variedad. No faltan sectores que piensan que agradar al público es una concesión de mal gusto; otros, que una orquesta es propiedad de la música contemporá-nea, o de la música mexicana; otros, que repetir obras y autores
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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es pobreza. En cada una de estas posturas hay una tajada de ra-zón. Ninguna opinión externa podría considerar, por ejemplo, el tiempo de ensayo que hay que calcular para la buena ejecución de cada obra de un programa; a que lapso de tensión, o de dis-tensión, se somete al público; como no mezclar champaña con mezcal: como evitar que no “se caiga” la atención y el público se desprenda de la obra. En fin, podría seguir con el tema y ocasio-nar que el amable lector se desprenda de estas líneas.
En mis años en el podio de Minería repetí obras que no son de todos los días como “Una Vida de Héroe” de Richard Strauss, o la misma 40 de Mozart; otras, por petición expresa: alguna más, por mi placer personal. Conforme avanzaron las temporadas fui-mos programando obras mexicanas: algunas de las ya conocidas, y varios estrenos, entre ellos composiciones expresamente encar-gadas por la Academia.
El punto central que nos correspondió a Saturnino Suárez y a mí, fue formar un público que la orquesta aún no tenía en la abundancia requerida y deseada. Debo decir que el trabajo con el ingeniero Suárez no sólo fue cómodo y fructífero sino que encontré en Saturnino muchas ideas y modos coincidentes con los míos, lo que convirtió al compañero en amigo cercano y afec-tuoso.
Esta amistad, entre algunas otras, fue de lo mejor que me quedó de la grata experiencia artística, social y humana de dirigir durante diez años la Orquesta Sinfónica de Minería.
Nicho aparte hago para la orquesta misma, por alto logro profesional y, seamos deportivos, por su amor a la camiseta. ¿ Y el público? Que decir de su fervor, su cariño, su estar ahí llueva
o truene. Recuerdo su vehemencia en el aplauso a obras que, además de no ser “del repertorio” no poseen, por ejemplo, la máquina imparable de agógica y dinámica del Bolero de Ravel.
lnolvidable para un músico la ovación desencadenada por la obra para dos orquestas del compositor americano Ray Luke, música contemporánea, agresiva, tensa, agria, estreno mundial; el compositor, presente en el concierto, fue literalmente sacudi-do por la sorpresa y la emoción.
He dejado para el final de estas remembranzas la de aquel concierto en la temporada 1991, julio 6 y 7, en el que presenta-mos la versión de concierto de Porgy and Bess, de Gershwin, y un grupo de cantos Gospel con el coro Ambassador de la ciudad de Oklahoma. Es un coro de gente de color que pertenece a la Iglesia Bautista. El nombre original del coro es Embajadores de la Fe. Entre sus muchos galardones ostenta el premio Luther King. El Porgy and Bess fue espléndidamente realizado por la orquesta, coro y solistas. Aún así, la sublimación se dio en los cantos evangélicos. Esa música habla a Dios y con Dios henchida de alegría, lacerada por el dolor o exaltada por la esperanza... y esas voces, esos cuerpos oscuros, esas almas; que totalidad de ellos mismos entregan en su canto, en su ritmo, en su posesión de lo absoluto.
Esta carga brutal y sublime... dimos tres, cuatro bises has-ta que la tensión reventó: hombres y mujeres del coro lloraban, mujeres y hombres del público lloraban... la emoción se sale del lenguaje...
Gracias señores ingenieros por haberme abierto la puerta de su casa.•
academia de música del palacio de minería128
¡Calurosas felicitaciones y gracias, amigos!
León Spierer
varias ocasiones a mi hijo Carlos como Director Huésped de la Orquesta, lo que sin duda influyó para que, a raíz del prematuro fallecimiento de JORGE, la Directiva de la Academia le diera la honrosa designación como su sucesor, al frente de la OSM, hasta que un Director mexicano fuese nombrado.
Por lo que a mí se refiere, JORGE me invitó en numerosas ocasiones a ser partícipe activo de sus Temporadas con la OSM, ya sea como concertino visitante, como solista o como Director Huésped.
He gozado los conciertos con JORGE, con el Maestro HE-
RRERA DE LA FUENTE, con ilustres solistas y con esta OR-
QUESTA -¡ así, con mayúsculas!-.El hacer MÚSICA conjuntamente, encantarse con sus her-
mosas cantinelas, gozar su humor, “vibrar” al unísono y sentir que esas “vibraciones” llegan al PÚBLICO –para el que todos nuestros esfuerzos están dedicados-, es una gran felicidad que hoy se combina con recuerdos musicales inolvidables.•
El XXX aniversario de la Orquesta Sinfónica de Minería brinda una ocasión más para felicitar a sus músicos, a sus fundadores, a sus patrocinadores y a su público, gracias a
cuyo entusiasta apoyo puede realizarse esta celebración, de una institución que a través de estas tres décadas tanto ha enriquecido la vida musical mexicana..
Me considero honrado y afortunado de que dos de mis hi-jos y yo, su padre, podamos sentirnos “parte” de este especial acontecimiento.
Para mi persona, fue una invitación del inolvidable Maestro EDUARDO MATA, para presentarme como solista en la Ciudad de México, la que propició el principio de una hermosa relación personal y artística con México. En ella conocí al joven y talento-so JORGE VELAZCO, y por él a su familia y a un sinnúmero de amigos personales con quienes cimentamos sólidas amistades.
JORGE invitó y apoyó a mi hija Gabriella a ser Coordina-dora de un par de Temporadas de la Orquesta de Minería y en
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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Para un director es una gran satisfacción sentir que la orquesta y el director son una entera unidad musical inspirándose el uno al otro e invitando al público a formar parte de este
placer común. Tuve el privilegio de conocer y dirigir la OSM desde los no-
venta y pocos. El nombramiento para director artístico, después de la muerte de Jorge Velazco en el año 2003, ha sido un gran honor para mí. Me acuerdo de muchos conciertos maravillosos con solistas que me inspiraban y también recuerdo interpretacio-nes del gran repertorio sinfónico. Obras de famosos compositores como Beethoven, Brahms, Wagner, Rachmaninoff y Stravinsky me vienen a la memoria.
Desde mi primer contrato como director invitado por mi estimado amigo Jorge Velazco he experimentado a la OSM como un conjunto muy dotado que muestra profesionalidad y pasión al nivel más alto en cada concierto.
Durante estos 30 años la OSM con su magnífica Sala Neza-hualcóyotl, ha ocupado un lugar irreemplazable en la vida cultu-ral de Ciudad de México.
Esta posición no solo sirve para dar al público horas bonitas e inolvidables sino también compromete. Nos recuerda la impor-tancia de la cultura y especialmente el papel que la música juega para la sociedad.
Mis mayores y expresivas felicitaciones a la OSM por su exitoso Aniversario, ampliamente extensivo a la Academia de Música del Palacio de Minería, sus fundadores y patrocinadores, que han tenido y siguen manteniendo la visión de haber creado y apoyado esta magnífica Orquesta.
Saludos cordiales.
El xxx Aniversariode la Orquesta Sinfónica de MineríaCarlos Spierer
academia de música del palacio de minería130
Una orquesta maravillosa, un público entusiasta y nume-roso, una sala acústicamente perfecta, un consejo com-puesto por mujeres y hombres eminentes con una en-
trega fuera de lo común, una administración eficiente: ¿qué más puede uno pedir? Si además de esto le agrega uno a la lista los ilustres nombres de Jorge Velazco, Luis Herrera de la Fuente, León Spierer, Carlos Spierer, José Areán y cada uno de los Pre-sidentes del Consejo tiene uno la receta perfecta para lograr los treinta años de éxito que dan orígen a este libro.
Julio y Agosto de 2007 fueron dos meses de Beethoven, Stravinsky, y veinticinco conciertos con la Sala Nezahualcóyotl completamente llena. Llevo desde el principio de la temporada intentando describir lo que significa para mí ser el Director Ar-tístico de la Orquesta Sinfónica de Minería. He fracasado rotun-damente: no tengo la capacidad de expresar el agradecimiento, orgullo y honor que representa el hacer música en condiciones tan especiales, con gente excepcional. A pesar de esto, haré a continuación el intento.
Mi primera felicitación la dedico a cada uno de los músi-cos que forman parte de esta orquesta, empezando por Fernando Mino, excepcional músico y ser humano. Nadie imagina la canti-dad de horas que dedica cada músico a su formación profesional y a su estudio individual. Miles y miles de horas de estudio y dedicación en lo individual y colectivo permiten que el público pueda disfrutar de una sinfonía de Beethoven, y hacen que una orquesta sinfónica sea un vehículo de comunicación tan profun-do e inigualable. Ustedes dan muestra de lo que se puede lograr con dedicación, energía, paciencia y armonía. Me honra, además, considerarlos mis amigos.
Puesto que el público dedica su aplauso a los que estamos sobre el escenario, es fácil olvidar lo importante que es la adminis-tración de una orquesta. Me toca a mí dedicar un aplauso a cada uno de ustedes que forman parte de la administración más eficien-te, dedicada y profesional que yo conozca en el medio orquestal.
La lista de Consejeros de la Academia de Música del Pa-lacio de Minería es impresionante. No solo porque, con ilustres
¡Una orquesta maravillosa!
Carlos Miguel Prieto
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
131
excepciones, todos son ingenieros, sino porque, sin excepciones, son todos eminentes. La orquesta es creación suya, y los treinta años deben de tenerlos muy orgullosos. Su trabajo, completa-mente desinteresado, es muestra de su generosidad y empeño por difundir la música en México. Difícilmente me puedo ima-ginar causa más necesaria y noble que la que tan eficientemen-te apoyan. Los que tenemos el privilegio de hacer música les agradecemos infinitamente la oportunidad que nos brindan. Una mención aparte merecen los miembros fundadores, a que sin te-mor a equivocarme describo como visionarios. Y para cada uno de los Presidentes del Consejo, incluyendo a mi gran amigo y compañero de batallas en los últimos dos años, Carlos de la Mora, un abrazo emocionado.
Todo el esfuerzo que significa organizar treinta tempora-das de conciertos no tendría sentido sin un público como el que tiene esta orquesta. No lo digo por los aplausos tan emotivos que nos brinda, aunque no agradecerlos sería una gran hipocresía. Su fidelidad y su exigencia son los incentivos principales de nuestro
trabajo, y lo que nos obliga a todos los que tenemos la fortuna de formar parte de la Sinfónica de Minería a entregarnos en todo momento, y crecer día con día.
Un agradecimiento muy especial a toda la comunidad uni-versitaria, que nos apoya y nos abre las puertas de ese recinto maravilloso que es la Sala Nezahualcóyotl. Con orgullo vemos como año con año se suman más alumnos, facultades, escuelas y universitarios en general a nuestras actividades. Ser parte de la Universidad Nacional Autónoma de México nos enaltece.
Concluyo brindando un emocionado tributo a Jorge Velaz-co, creador de esta noble institución, y gran músico que literal-mente entregó Buena parte de su vida ala Sinfónica de Minería. A los Maestros Luis Herrera de la Fuente, León Spierer, Carlos Spierer y José Areán, un abrazo muy especial y mi más sincero agradecimiento. Me honra y obliga enormemente estar en una lista con cada uno de ustedes.
¡Muchas felicidades!
academia de música del palacio de minería132
La OSM: una presencia vital
José Areán
Las variables que miden el crecimiento de una orquesta son múltiples, no siempre directamente proporcionales, y usualmente incluyen juicios subjetivos. Calidad en sus
conciertos, arraigo en su público, balance en la programación, li-derazgo en comisiones de nueva obra, esfuerzos educativos y de difusión, mayor número de asistentes y de conciertos; todos estos son valores que bien pueden determinar la permanencia y per-tinencia de un proyecto musical a largo plazo. En un cuadro que mezcla variables objetivas y juicios subjetivos, pero sustentados, se puede hacer un balance de la salud de un cuerpo orquestal; de sus alcances, logros y perspectivas.
El presente libro da cuenta de tres décadas de existencia de la Orquesta Sinfónica de Minería; con tal visión histórica se puede realizar un análisis de las variables citadas a lo largo del tiempo y determinar el pulso, la vitalidad del proyecto. Es con enorme satisfacción que observamos un crecimiento en el nú-mero de público asistente a la orquesta, a la par de un esfuerzo de programación cada vez más variado e incluyente. También se observa una extensión de su presencia en comunidades que rebasan a la originalmente cercana al proyecto: a la influencia de la orquesta en toda la UNAM, incluso en las escuelas más lejanas de la Ciudad Universitaria, se suman ahora los conciertos extraor-dinarios que extienden sus actividades a nuevos públicos, recin-tos, y a otros tiempos del año no limitados a su temporada estival. Aún ésta última ha aumentado gracias a una mayor repetición de conciertos por programa, y a mayor número de programas, in-cluyendo galas que se van convirtiendo paulatinamente en una tradición irrenunciable para público y orquesta.
Es cada día más claro que la Academia de Música del Pa-lacio de Minería y la Orquesta de Minería, tanto en su combina-ción sustentable de recursos públicos y privados, cuanto en sus ambiciones artísticas, ha trazado un nuevo camino de la gestión cultural, del acontecer musical de México, y del quehacer sin-fónico en particular. Es para mí un gran orgullo y un placer per-tenecer a una institución de tales características, que combina tantas cosas cercanas a mi sensibilidad: Al privilegio de trabajar cotidianamente con colegas de altísimo rango musical y hacer música con ellos gozosamente, se une el placer del diálogo de primer nivel con los miembros de su patronato, de sus distintos consejos y comisiones, para concretar proyectos, generar líneas de programación, y en última instancia, contribuir a la visión de un proyecto artístico de excelencia. Me congratulo, pues, de mi cercanía a la Orquesta, y le deseo lo mejor en sus próximos treinta años (y los que vengan). Enhorabuena a todos los que participa-ron, participan y participarán en esta Academia, en esta Orquesta en plenitud, cuya salud, a todas luces, no podría ser mejor.•
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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la responsabilidad financiera de la Orquesta. Habiendo surgido de la Universidad, ahora contribuye con ella en esta gran tarea que es la difusión del arte musical.
De estos treinta años quedan en su historial otras tantas Temporadas de Verano, con más de 500 conciertos, en sus tres sedes: el Palacio de Minería, el Anfiteatro Bolívar y la Sala Ne-zahualcóyotl. Quedan también los conciertos didácticos que son llevados a las distintas escuelas y facultades, y que se iniciaron en la propia Facultad de Ingeniería, en el Auditorio Javier Barros Sierra. Queda un público fiel, pero en ascenso, que da testimonio de la valía y el carácter ejemplar de este proyecto concebido y puesto en marcha por aquel grupo de ingenieros de la Universi-dad Nacional Autónoma de México.•
Este aniversario de la Academia de Música del Palacio de Minería y de la Orquesta Sinfónica de Minería nos brinda la ocasión de reflexionar acerca de la importan-
cia de las iniciativas que los universitarios emprenden en bene-ficio de su propia casa de estudios.
Hace treinta años, un grupo de ingenieros identificados en-tre sí por su pasión por la música se propuso dar forma a un anhelo compartido por ellos: contribuir al progreso de la cultura musical no sólo en el ámbito académico de su facultad, sino también en toda la comunidad universitaria y en la sociedad en general.
Su propósito, y esto es lo que hay que destacar luego de su entusiasmo, es que este proyecto suyo venía enlazarse con una tradición en el gremio de los ingenieros que debía y podía ser retomada. En efecto, el Palacio de Minería, prácticamente desde su apertura, había dado cabida a las actividades musicales, al lado de las propias de la especialidad, sin duda con la mira de promo-ver una formación lo más completa posible a sus alumnos.
De esta suerte, la Academia y la Orquesta , que ya cuentan con su propia tradición, son fruto de una muy antigua que liga la enseñanza de la ingeniería con el disfrute de la música y la exten-sión de la cultura musical.
Otro rasgo que debe destacarse en este exitoso proyecto realizado por universitarios, es el de la generosidad desplegada para cuanto ha exigido su consolidación y desarrollo. Desde 1985, la Academia, constituida en asociación civil, asume plenamente
xxx Aniversario de la OrquestaSinfónica de MineríaGerardo Estrada
Conciertos didácticosAcademia de Música del Palacio de Minería, A. C.
El programa de Conciertos Didácticos en la UNAM tuvo como antecedentes los conciertos que en sus diversas modalidades como cuartetos de cuerdas, música de cá-
mara y otros realizaron los maestros de la Orquesta Sinfónica de Minería exclusivamente en las instalaciones de la Facultad de In-geniería con sonados éxitos y llenando los diversos auditorios como el Javier Barros Sierra y el Sotero Prieto entre otros, con alumnos, académicos y trabajadores de la Universidad.
A partir de 2004 con el nuevo Consejo Directivo, surgió la posibilidad de extender los beneficios de la experiencia refe-rida a otras facultades y escuelas de la misma UNAM como una acción de difusión cultural, pero sobre todo como una auténtica promoción a la temporada de verano de nuestra Orquesta.
El formato que se diseñó inicialmente fue el de un cuar-teto de cuerdas acompañado por un relator que presentaba cada una de las obras con datos biográficos de sus autores así como las circunstancias históricas de las sociedades donde fueron con-
cebidas. Dicho formato base se siguió manteniendo en los años siguientes 2005, 2006 y 2007, salvo que en vez de relator, el pri-mer violín fue quien ubicó de manera por demás interesante el contexto de cada obra.
En el año 2005 también se experimentó con apoyar la interpretación de las obras con imágenes fijas de fondo relativas al tema de cada concierto, siendo el programa de mayor éxito en este formato el de “La Danza en la Música Clásica” que fue interpretado por dos años consecutivos en todas las facultades y escuelas, incluidas las unidades multidisciplinarias de la Ins-titución.
Las facultades más visitadas con este programa de con-ciertos didácticos fueron las de Medicina, Química, Ciencias y Contaduría; sin embargo además de visitar todas las entidades de estudios profesionales al menos una vez en la mayoría de ellas la Academia de Música del Palacio de Minería realizó dos o más presentaciones.•
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
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Compendio musical
1978-2007
137
1978
Palacio de Minería Primer Programa
Jorge Velazco, directorARENSKI
Variaciones sobre un tema de Tchaikovsky, Op. 35 a.VIDALDI
Pequeña SinfoníaJ.C. BACH
Concierto para viola y orquestaSolista: Vera Borisova, viola
BEETHOVENGran Fuga
HAENDELPasacalle
T. SERGEEVAPieza para violín, contrabajo y orquestaRaisa Kardashova, violín y Inna Lavrova, contrabajo.
Segundo ProgramaBACH
Preludios CoralesMOZART
Quinteto con PianoFOSS
Cave of WindsBEETHOVEN
Quinteto con Piano
QUinTeTo de alienToS dorian de nUeVa YorKCon Lukas Foss al piano
BACHPreludios Corales
MOZARTQuinteto con Piano
FOSSCave of Winds
BEETHOVENQuinteto con Piano
orQUeSTa de cÁMara de MoScÚDirector: Mijail Terian
ARENSKIVariaciones sobre un tema de Tchaikovsky
VIVALDIPequeña SuiteJ.C.BACHConcierto para viola y orquestaSolista: Vera Borisova
BEETHOVENGran fuga
HAENDELPasacalle
SERGEEVAPieza para violín, contabajo y orquesta
coro del eSTado de WYoMinGDirector: Carlyle Weiss
VICTORIATres piezas antifonales para doble coroGloria in Excelsis
SHAWSing we merrily unto GodOur Strength*
MENDELSSOHNHeiling, heiling
BERNSTEINSalmos de ChichesterPara coro, arpa, órgano y percusiones
FANSHAWESanctus Africano*
PORTERTres Motetes de Rock*
GERSHWINSiete CancionesEspirituales NegrosVillancicos de Navidad
MÚSica Tradicional del roManTiciSMo MeXicanoOrquesta de la “Academia de Música del Palacio de Minería”Director Artístico: Jorge Velazco
MÚSica Para JÓVeneSACADEMIA DE MÚSICA DEL PALACIO DE MINERÍADirector: Jorge Velazco Narradora: Margarita Sanz
PROKOFIEFFPedro y el Lobo
SAINT-SAëNSEl Carnaval de los Animales
DÚO DE PIANOS Solistas: Jorge SuárezMaría del Carmen Higuera,
BRITTENVariaciones y Fuga sobre un Tema de Purcell
ACADEMIA DE MÚSICA DEL PALACIO DE MINERÍANarradora: Margarita Sanz
MÚSica de la Viena iMPerialAcademia de Música del Palacio de MineríaDirector: Jorge Velazco
STRAUSSObertura a “El Murciélago”
LEHAROro y Plata
STRAUSS Rosas del Sur
SUPPéObertura a “Poeta y Campesino”IntermedioObertura a “Caballería Ligera”
STRAUSSCuentos de los Bosques De VienaEn el Bello Danubio AzulVals del Emperador
1979
The neW YorK KaMMerMUSiKerLUZZASCO LUZZASCHI
Canzon 10HEINRICH ISAAC
RecercarANóNIMO
Lamento di Tristan, Danza RealG.B. GRILLO
Canzon 15HEINRICH ISAAC
Tmeiskin was junco ANóNIMO
TourdionMATTHIAS GREITER
Ich Stund an einem MorgenANóNIMO
Heth sold en Meiskin BRITTEN
MetamorfosisVIVALDI
Trio SonataHAENDEL
Horn PopeBACH
SonataPERSICHETTI
Parable WENTH
Quartetto Concertante WEIAT
Marcha Revolucionaria Americana
academia de música del palacio de minería138
The aTlanTa VirTUoSiDirector: Juan Ramírez
CORELLIConcerto Grosso
J. S. BACHConcierto No.1para Violín y CuerdasSolista: Juan Ramírez
VIVALDIConcierto para cuatro Violines y CuerdasSolistas: Juan Ramírez, Lorentz Ottzen, Bradley Stewart, Carol Ramírez
MOZARTDivertimiento
J. S. BACHQuinto Concierto de Brandenburgo,Robert Stallman: FlautaJuan Ramírez: ViolínEdwin Swanborn: Cembalo
LOCATELLIIntroduzione Teatrale, Op. 4, No. 5*
HANDELConcerto Grosso
J.S. BACHSinfonía Concertantepara Violín, Violoncello y Cuerdas*Juan Ramírez: ViolínCarlos Prieto: Cello
VIVALDICuarto Concierto “El Invierno” (de “Las Cuatro Estaciones”)
BECKSinfonía No. 5
iVan daViS, PianoSCHUMANN
Papillons Faschingsschwank aus wien:Phantasiebilder
SCHUBERTZwei Klavierstuecke
LISZTReminiscencias sobre un tema De “Norma” de Bellini
norberTo caPPone, PianoHAYDN
Andante con VariazioniRAJMANINOV
Segunda SonataLISZT
Sonata
JUliUS baKer, flaUTiSTaDirector: Jorge Velazco
J. S. BACHCuarta SuiteSegunda SuitePrimera SuiteTercera Suite
JUliUS baKer, flaUTiSTaDos piezas para flauta sola:
DEBUSSYSyrinx
VARèSEDensidad 21.5
POULENCSonata
HUEFantasia
FRANCKSonataBOURNEVariaciones sobre Carmen Lisa Emenheiser, piano
acadeMia de MÚSica del Palacio de MineríaDirector: Jorge Velazco
HÄNDELTercer Concierto para oboe y cuerdasSolista: Timothy Hurtz
SCARLATTICuarta sinfonía para flauta, oboe y cuerdasHéctor Jaramillo, flautaTimothy Hurtz, oboe
J. S. BACHTriple concierto en para cembalo,flauta y violín, BWV 1044Erika Kubacsek, cembaloHéctor Jaramillo, flautaLorenzo González, violín
RESPIGHILos pájarosPreludio, de B. PasquínLa Paloma, de J. De GallotLa Gallina, de J. Ph. RameauEl RuiseñorEl Cucú, de B. Pasquín
STÖLZELGran concierto para orquesta a cuatro coros(seis trompetas y cuatro timbales,maderas, cuerdas y dos cembalos)
SeGUnda TeMPorada enero de 1979HUMMEL
Concierto para trompetaSolista Arturo Reyes
BACHConcierto para oboe de amorSolista: Henry Schumann
HANDEL3 conciertos para dos coros de alientos
BACHSuites 1, 2, 3 y 4 para orquestaSolista: Roswitha Staege
HANDEL3er. Concierto para oboeSolista: Allyson Christensen
SCARLATTISinfonía para flauta, oboe y cuerdasSolistas: Héctor Jaramillo y Allyson Christensen
BACHTriple concierto para flauta, violín y cembaloSolistas:Héctor Jaramillo, Lorenzo González y Erika Kubacek
RESPIGHILos pájaros
STOLZELConcierto grosso para orquesta a cuatro coros(6 trompetas, maderas, timbales, cuerdas y 2 cembalos)
concierToS en abrilOrquesta Sinfónica de XalapaDirector huésped: Jorge Velazco
RIMSKI-KORSAKOVCapricho español
BUSONIDivertimento para flautaSolista: Jennifer Mckenzie4ª. SinfoníaSolista: Kathryn Bouleyn,Soprano (Metropolitan Opera House)
139
concierToS en JUnio-JUlio-aGoSToIHANDEL
Obertura de RinaldoMúsica acuática
IIWOLF
Serenata italianaMOZART
20º. Concierto para pianoSolista: Hans Richter-Haaser
MILHAUDConcierto de invierno para trombón y cuerdasSolista: Carl Christensen
RESPIGHI1ª. Suite de aires y danzasantiguas para laúd
IIITORELLI
Concierto para trompetaSolista: James Sakofsky
TARTINIConcierto para trompetaSolista: Carl Sakofsky
SCARLATTISinfonía para flauta, oboe y cuerdasSolistas: Héctor JaramilloElaine Plummer
VIVALDIConcierto para dos trompetasSolistas: Carl y James Sakofsky
SCHUBERT5ª. Sinfonía
IVMOZART3er. Concierto para cornoSolista: Jerome Ashby
BACHMagnificatCoro de la UNAMDirector: Gabriel Saldívar
TELEMANNConcierto para oboeSolista: Elaine Plumier
VAUGHAN WILLIAMSFlos CampiSolista: Jesse LevineNarradora: Margarita SanzCoro de la UNAMDirector: Gabriel Saldívar
VMOZART
Divertimento para oboe y cuerdasSolista: Allyson Christensen
TELEMANNSuite para flautaSolista: Severino Gazzelloni
FEDERICO II DE PRUSIASuite para cuerdas
BARTóK Música para cuerdas, percusión y celesta
VIMOZART
Concierto para fagotSolista: Frank Morelli
CASTELNOUVO TEDESCOConcierto para guitarraSolista: Alfonso Moreno
BACHConcierto para tres cembalosSolistas: Dulce María GarcíaÁgueda González yOlga Martínez
HAYDNSinfonía de los adioses
VIIRAVEL
Pavana para una infanta difuntaMOZART
21º. Concierto para pianoSolista: Sylvia Kersenbaum
SHOSTAKOVICH14ª. SinfoníaSolista: Susan Davenny Wynner, soprano
VIIIJOPLIN
Rags BEETHOVEN
Sinfonía de la batalla TCHAIKOVSKY
Obertura 1812
concierTo en ocTUbreVEIVANOVSKI
Música para metales del barroco bohemio
coro del eSTado de WYoMinGDirector: Carlyle Weiss
MOZARTMisa de coronación RéquiemSolistas: Esther Hinds, soprano Susanne Marsee, mezzosoprano Enrico di Giuseppe, tenor Donnie Ray Albert, barítono
concierToS en eneroRecital de Henry Schumann, Lorenzo González,Héctor Jaramillo y Erika Kubacek
Recital de Roswitha StaegeExcapilla Palacio de Minería
orQUeSTa SinfÓnica de dallaSDirector musical: Eduardo Mata
COPLANDSalón México
FALLANoches en los Jardines de España
STRAVINSKISinfonía en tres movimientosSuite el Pájaro de Fuego
REVUELTASRedes
MAHLERKindertotenlieder
DVORÁKSéptima sinfonía
SCHUBERTSinfonia concertante
TCHAIKOVSKYCuarta sinfonía
nicanor ZabaleTa con orQUeSTaOBRAS DE RODRIGO, BOIELDIEUY CASTELNUOVO – TEDESCO
Nicanor Zabaleta en recital
hanS richTer – haaSer32 SONATAS DE BEETHOVEN
BEETHOVEN10 sonatas para violín y piano León SpiererHans Richter – Haaser
BEETHOVEN5 sonatas para cello y pianoEberhard FinkeHans Richter – Hasser
academia de música del palacio de minería140
reciTaleS de: SYlVia KerSenbaUM Jesse Levine Alfonso Moreno Severino Gazzelloni
1980
ProGraMa
ORQUESTA SINFóNICA DE SAN ANTONIO
Morton Gould, director huéspedREVUELTAS
Cuauhnáhuac DVORÁK
Concierto para violoncelloSolista: Carlos Prieto
SCHUMANNCuarta Sinfonía
Jorge Velazco, director huéspedVERDI
El Trovadorópera en conciertoAtarah Hazzan, sopranoFiorenza Cossotto, mezzosopranoMichail Svetlev, tenorFrederic Burchinal, barítonoIvo Vinco, bajoCoro de la ópera de Bellas ArtesJesús Macías, director
Morton Gould, director huéspedSCHUBERT
Obertura a “Rosamunda”GOULD
Sinfonía de cancionesFolklóricas Religiosas”(Spirituals)
FRANCKSinfonía en Re menor
Jorge Velazco, director huéspedBERLIOZ
Carnaval RomanoSCHARWENKA
Primer Concierto para pianoSolista: Norberto Cappone
MAHLEREl Corno Mágico del DoncelSolistas:Maureen Forrester, mezzosopranoHakan Hagegard, barítonoJorge Velazco, director
MOZARTMisa de la Coronación
ORFFCarmina Burana Cuarteto de cantantes del Metropolitan House, New York.Kathleen Battle, sopranoFlorence Quivar, mezzosopranoEnrico di Giuseppe, tenorDale Duesing, barítonoCoro del Conservatorio Nacional de Música,Alberto Alba, directorCoro Convivium Musicum,Erika Kubacsek, directoraCoro de Niños de la Basílica de Guadalupe,Juan Gómez, director
TeMPorada de Verano
ProGraMa 1CHAVEZ
Obertura Republicana SAINT-SAëNS
Quinto Concierto para piano “Egipcio”Solista: Magda Tagliaferro
BERLIOZSinfonía Fantástica
ProGraMa 2ROUSSEAU
Obertura a “Le Voisin du Village”BERNSTEIN
Serenata para violín, cuerdas y percusionesSolista: Lorenzo González
BUSONISuite Turandot
ProGraMa 3Brian Priestman, director huésped
NIELSENObertura Mascarada
KURI-ALDANANoche de Verano Soprano: Maritza Alemán
TCHAIKOVSKYConcierto para violínSolista: Nina Horton
JANÁCEKTaras Bulba
LISZTLos Preludios
ProGraMa 4Luis Herrera de la Fuente, director huésped
LAVISTAFicciones
HALFFTERConcierto para violín Solista: León Spierer
RAVELRapsodia EspañolaPavana para una Infanta DifuntaBolero
ProGraMa 5ENRIQUEZ
Sonatina 8MOZART
Concierto para clarinete Solista: Kart Leister
BARTóKConcierto para orquesta
ProGraMa 5FEDERICO II DE PRUSIA
Obertura “El Rey Pastor”ELGAR
Concierto para violín Solista: Hans Maile,
RESPIGHIFiestas Romanas
ProGraMa 6Meter Maag, director huésped
MENDELSSOHNLa Gruta del Fingal
BEETHOVENConcierto para violínSolista: Ernesto Tarragó
BRAHMSPrimera Sinfonía
ProGraMa 7VERDI
RéquiemEsther Hinds, sopranoFredda Rakusin, mezzosopranoWilliam Nelly, tenorDonnie Ray Albert, bajoCoro de Wyoming: Carlyle Weiss, director
141
ScoTTiSh baroQUe enSeMbleIDirector: Leonard Friedman
MARCELLOIntroducción, aria y presto
VIVALDIConcierto para violín y órgano
CORELLIConcerto Grosso
HALFFTER Sinfonía No. 10
DVORÁKTres piezas para cuerdas Serenata
IIROSSINI
Tercera SonataWILLIAMSON
Lament, para violín y cuerdas MOZART
Eine Kleine Nachtmusik HINDEMITH
Trauermusik para viola y cuerdas * WALTON
Sonata para cuerdas*
IIIBARSANTI
Obertura No. 2PACHELBEL
CanonHAYDN
Conciertopara Viola y cembalo
MENOTTIObra comisionada porel Conjunto Barroco Escocés
MENDELSSOHNOcteto
IVROSSINI
Sexta SonataSTAMITZ
Sinfonía HANDEL
Concerto GrossoGRAINGER
Suite Capriol Molly on the Shore ELGAR
Serenata
orQUeSTa SinfÓnica de aTlanTaRobert Shaw, director musical
SCHUMANNSinfonía para cuerdas
BEETHOVENCuarto Concierto para piano Solista: Lee Luvisi
TCHAIKOVSKYCuarta Sinfonía •Jorge Velazco, director huésped
VERDIObertura a “Las Vísperas Sicilianas”
MOZARTVigésimo Concierto para piano Solista: Lili Kraus
TCHAIKOVSKYSinfonía Manfredo•Luis Lane, director asociado
COPLANDPrimavera Apalache
SCHUMANNConcierto para pianoSolista: Lee Luvisi
DVORÁK Novena Sinfonía (“Desde el Nuevo Mundo”)•Robert Shaw, director musical
HINDEMITHMetamorfósis sinfónicas
BRAHMSTercera Sinfonía
REVUELTASSensemayá
STRAVINSKIEl Pájaro de Fuego (Suite)
Trio WeSTern arTSDVORÁK
Trío “Dumky” BRAHMS
Trío HAYDN
Trío TURINA
Trío No. 2 LAVISTA
Trío RAVEL
Trío
Trío de oSloCICLO BEETHOVEN
Tríos para violín, piano y violoncello
1981
PriMer ProGraMaJorge Velazco, director
RESPIGUIFuentes de Roma
CASTROConcierto para Violoncello y OrquestaCarlos Prieto, solista
SAINT-SAëNZTercera SinfoníaVictor Urban, órgano
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, director
DUKASEl Aprendiz de Mago
MARCELLOConcierto para oboe y CuerdasLotear Koch, solista
HOLSTLos Planetas
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director huésped
RIMSKI-KORSAKOVObertura La Gran Pascua Rusa
HAYDNNonagésima Sexta sinfonía
HERRERA DE LA FUENTEFronteras (suite de ballet)
MUSSORGSKI-RAVELCuadros de una exposición
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director
MAHLERTercera Sinfonía Maureen Forrester, contraltoCoro de la Academia de Música del Palacio de Minería;Jesús Macías, directorCoro Infantil del Instituto Nacional de Bellas Artes; Felipe Ledesma, director
QUinTo ProGraMaLukas Foss, director huésped
STRAVINSKIPulcinella Ballet para soprano,tenor, bajo y orquestaLourdes Ambriz, sopranoDavid Ramírez, tenorRogelio Vargas, bajo
MENDELSSOHNConcierto para violín y orquestaThomas Brandis, solista
VERDISinfonía de Aída
academia de música del palacio de minería142
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, director
WAGNER-STOKOWSKIPreludio al acto III de “Tristan e Isolda”Molly Judson, corno inglés
BEETHOVENConcierto, en Do mayor, paraviolín, violoncello y piano, Op. 56Thomas Brandis, violínWolfgang Böttcher, violoncelloJorge Federico Osorio, piano
BRAHMSSegunda Sinfonía, en Re mayor, Op. 73
SÉPTiMo ProGraMaJorge Velazco, director
BARBERMeditación y danza de la venganzaDe Medea, Op. 23
DVORÁKConcierto, en Si menor, para viloncelloy orquesta, Op. 104Wolfgang Böttcher, solista
KODALYHary János (suite) Toni Koves-Steiner, cymbalomm
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, director
TCHAIKOVSKYRomeo y Julieta
RODRIGOFantasía para un gentilhombre,para guitarra y orquestaAlfonso Moreno, solista
BERLIOZGran sinfonía fúnebre y triunfal,Op. 15Banda del Ejército: José Guadalupe Mojica, directorBanda Sinfónica de Marina; MiguelGuerrero Calderón, directorCoro de la Academia de Música del Palacio de Minería; Jesús Macías, directorCoro de la Escuela Nacional de Música de la U.N.A.M.;José Antonio Avila, directorCoro Convivium Musicum: Erika Kubacsek, directoraCoro del CCH Vallejo; Germán Pliego, directorKantorei del Templo del Espíritu Santo; Gordon Campbell, director
1982
PriMer ProGraMaJorge Velazco, Director
REVUELTASSensemayá
PAGANINIPrimer ConciertoEugene Fodor, violín
BRAHMSPrimera Sinfonía
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, Director
TCHAIKOVSKYObertura Triunfal sobre el Himno Nacional Danés
RAJMANINOVRapsodia sobre un tema de PaganiniAbbey Simon, piano
FRANCKSinfonía
Tercer ProGraMaJorge Velazco, Director
VERDIObertura a “La Fuerza del Destino”
MOZARTTercer conciertoLeón Spierer, violín
SHOSTAKOVICHQuinta Sinfonía
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, Director
BERIOCuatro versiones originales de la“Retirada Nocturna de Madrid” de Luigi Boccherini
SAINT SAëNSSegundo ConciertoGerhard Oppitz, piano
BERLIOZHaroldo en Italia Donald Mclnnes, viola
QUinTo ProGraMaJorge Velazco, Director
HALFFTERDos Ambientes Sonoros
BEETHOVENQuinto ConciertoAlicia De Larrocha, piano
FALLAEl sombrero de tres picosGuillermina Higareda, sopranoCuadro de danza del Club de España
SeXTo ProGraMaLukas Foss, director huésped
FOSSMúsica nocturna para John Lennon
RAVELConcierto para la mano izquierda Jorge Federico Osorio, piano
SCHUBERTNovena Sinfonía
SePTiMo ProGraMaJorge Velazco, Director
GLUCKObertura a “Ifigenia en Aulide”
LALOSinfonía EspañolaEduard Grach, violín
VAUGHAN-WILLIAMSSinfonía AntárticaVincent Price, narradorJosefina Flores, sopranoCoro de la E.N.M de la U.N.A.M.;José Antonio Avila, directorCoro del C.C.H. Vallejo;Germán Pliego, director
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, DirectorMAHLERSexta Sinfonía
aTlanTa VirTUoSi Juan Ramírez, director
PERGOLESIConcertino
VIVALDIConcierto en Fa mayorTimothy Valentine, oboe
HAYDNConcierto en Do mayorJuan Ramírez, violín
J.S. BACHQuinto Concierto de BranderburgoJuan Ramírez, violínRobert Stallman, flautaEdwin Swanborn, cembalo
aTlanTa VirTUoSi, LA FAMILIA BACHJuan Ramírez, director
J.S.ACHConcierto para Dos violinesSolistas: Juan Ramírez y Carol Ramírez
143
J.C.BACHSinfonía Concertante para flauta,oboe, violín, cello y cuerdasSolistas:Robert Stallman, flautaTimothy Valentine, oboeJuan Ramírez, violínMeter Lemonds, cello
BACHConcierto para flauta Robert Stallman, flauta
BACHConcierto para violín, oboe y cuerdas Solistas:Juan Ramírez, violínTimothy Valentine, oboe
reciTalAlicia de Larrocha, piano
SOLERDos sonatas
MOZARTFantasíaMOZARTSonata en Do menor
GRANADOSTres piezas de “Goyescas”
ALBENIZTres piezas de “Iberia”
orQUeSTa SinfÓnica de XalaPaLuis Herrera de la Fuente, director musical
RAVELMama la Oca
BARTóKSuite de “El Mandarín Maravilloso”
TCHAIKOVSKYQuinta Sinfonía
1983
PriMer ProGraMaJorge Velazco, director
BRAHMSPrimer Conciertopara piano y orquestaAgustín Anievas, solistaCuarta Sinfonía
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, director
BRAHMSTercera SinfoníaSegundo Conciertopara piano y orquestaJeffrey Chappell, solista
Tercer ProGraMaJorge Velazco, director
BRAHMSConcierto para violín,violoncello y orquestaLeón Spierer, violínEberhard Finke, violoncelloPrimera Sinfonía, en Do menor
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director
BRAHMSConciertopara violín y orquestaHans Maile, solistaSegunda Sinfonía
ProGraMa 1983Orquesta de Cámara de MineríaJorge Velazco, director
FEDERICO II, REY DE PRUSIAObertura para El Rey Pastor
BACHConcierto para oboe,violín y cuerdas Ray Still, oboeHans Maile, violín
BACHConcierto para oboe de amor y cuerdas Ray Still, solista
MOZARTUndécimo DivertimentoPara oboe y orquestaRay Still, oboe
1984
ProGraMa noVieMbreJorge Velazco, director
VIVALDILas cuatro estaciones
1985
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
MOZARTCuadragésima Primera Sinfonía
PROKOFIEVTercer Concierto para Pianoy OrquestaSantiago Rodríguez, Solista
REVUELTASLa Noche de los Mayas
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
LAVISTALyhannh
RAJMANINOVRapsodia sobre un Tema de Paganinipara Piano y OrquestaAgustín Anievas, Solista
STRAUSSUna Vida de Héroe, Op. 40
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
HALFFTERObertura Concertante para Piano y OrquestaJorge Suárez, Solista
SHOSTAKOVICH Séptima Sinfonía en Do mayor, Leningrado
cUarTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
ROSSINIObertura para Guillermo Tell
BEETHOVENTercer Concierto paraPiano y Orquesta María Teresa Rodríguez, Solista
WAGNERPreludio y Muerte de Amor de Tristan e Isolda
BARTóKSuite de El Mandarín Milagroso, Pantomima
QUinTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
ENRIQUEZManantial de Soles para Soprano, Actor y OrquestaMaría Luis González Tames, SopranoJuan de la Loza, Actor
BRUCHPrimer Concierto, en Sol Menor,para Violín y OrquestaPeter Mchugh, Solista
BRAHMSSegunda Sinfonía
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
STRAVINSKILa Consagración de la Primavera
RODRIGOConcierto de Aranjuez, para Guitarra y Orquesta Alfonso Moreno, Solista
STRAUSSSuite de El Caballero de la Rosa
academia de música del palacio de minería144
SePTiMo ProGraMaJorge Velazco, director
BUSONITanzwalzer
LALOSinfonía Españolapara Violín y OrquestaHans Maile, Solista
STRAVINSKIPetrushka
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, director
MOZART Vigésimo Cuarto Concierto para Piano y OrquestaGerhard Oppitz, Solista
RAVELDaphnis et ChloeCoro de la Escuela Nacional de Música de laU.N.A.M. José Antonio Avila, Director
1986
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BEETHOVENObertura a Egmont
MOZARTDécimo noveno concierto para piano y orquestaHoracio Gutiérrez, solista
BRAHMSPrimera sinfonía
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
VELAZQUEZDivertimento para Orquesta
RAJMANINOVSegundo Conciertopara piano y orquestaTed Joselson, solista
RAVELLa ValseLa alborada del graciosoBolero
Tercer ProGraMaJovan Sajcnovic, director huésped
DVORÁKObertura Carnaval
BRUCKNERSéptima Sinfonía
cUarTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
WAGNERObertura a Tannhauser
SAINT-SAëNSPrimer concierto, en La menor, paracello y orquesta, Op. 33Carlos Prieto, solista
SHOSTAKOVICHQuinta Sinfonía, en Re menor, Op. 47
QUinTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
DVORÁKNovena SinfoníaDesde el Nuevo Mundo
SCRIABINConciertopara piano y orquestaRicardo Caramella, solista
TCHAIKOVSKYObertura Solemne 1812
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
TCHAIKOVSKYRomeo y Julieta, (Obertura-fantasía)
GRIEGConcierto para piano y orquestaSuzanne Mc Cormick, solista
R. STRAUSSDon Juan, poema sinfónico
SCRIABIN Cuarta Sinfonía, El Poema del éxtasis
SÉPTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BEETHOVENAh Pérfido, Escena y aria para soprano y orquestaMaría Luisa González Tamez, solista
BEETHOVENQuinto Conciertopara piano y orquestaJorge Federico Osorio, solista
BEETHOVENQuinta Sinfonía
ocTaVo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
IBARRACinco misterios Eléusicos, para orquesta
TCHAIKOVSKYConcierto para violín y orquestaRobert Portney, solista
TCHAIKOVSKYCuarta Sinfonía
ProGraMa eSPecialLuis Herrera de la Fuente, director
GERSHWINI Got Rhythm, variaciones para piano y orquesta.David Syme, solistaConcierto para piano y orquestaDavid Syme, solistaCanciones de comedias y películasRapsodia en Azul, para piano y orquesta.David Syme, solista
1987
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
CHÁVEZSinfonía India
BRAHMSSegundo Concierto para PianoHoracio Gutiérrez, solista
DEBUSSYPreludio a La Siesta de un Fauno
RESPIGHILos Pinos de Roma
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BRAHMSObertura Trágica
MENDELSSOHNConcierto para ViolínSergiu Luca, solista
BEETHOVENSéptima sinfonía
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
GERSHWINUn americano en París
JERRY N. SMITH arr.Tres espirituales negros
GERSHWINSuite Porgy and Bess
cUarTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
MOZARTObertura para La Flauta Mágica
BRAHMSConcierto para violínMiriam Fried, solista
145
LAVALLEAdagio para cuerdas
MUSSORGSKI-RAVELCuadros de una exposición
QUinTo ProGraMaPaul Robinson, director huésped
MOZARTVigésima octava sinfonía
LISZTPrimer concierto para pianoAlejandro Corona, solista
BRAHMSSegunda sinfonía
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BEETHOVEENObertura Leonora
MOZARTTercer concierto para violín
TCHAIKOVSKYSexta sinfonía “Patética”
SÉPTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
VIVALDIConcierto para dos violines
RAJMANINOVTercer concierto para pianoRobert silverman, solista
RIMSKI-KORSAKOVShejeresada
ocTaVo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
ROSSINIObertura para el Barbero de Sevilla
MOZART“Dove sono...” de Las bodas de Fígaro
BOITO“L’altra notte...” de Mefistófeles
J. STRAUSSPolka pizzaicato
RIMSKI-KORSAKOVObertura para la gran pascua
J. STRAUSSObertura para El Murciélago
VERDI“Addio del pasato...” de la Traviata
PUCCINI“Vissi d’arte...” de Tosca
TCHAIKOVSKYCapricho Italiano
noVÉno ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
MOZARTConcierto para flauta No, 2Judith Johanson, solista
MAHLERPrimera Sinfonía “El Titán”
1988
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
PROKOFIEVSinfonía Clásica
GRIEG-HOROVITZConcierto para contrabajo y orquestaArreglo de Joseph Horovitz de la sonata paravioloncello y pianoGary Karr, contrabajo
TCHAIKOVSKY5a. Sinfonía en mi menor
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
WAGNERCabalgata de las Valquirias
JACHATURIANConcierto para violín y orquestaRomán Revueltas, violín
BERLIOZSinfonía Fantástica
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
ROSSINIObertura para La Urraca ladrona
TCHAIKOVSKIPrimer Concierto para pianoJorge Federico Osorio, piano
BLOCHSchelomo, para cello y orquestaBozena Slavinska,cello
LISZTLos Preludios
cUarTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
HALFFTERDon Lindo de Almeria
RODRIGOConcierto de Aranjuez, para guitarra y orquestaRafael Jiménez, guitarra
FALLANoches en los jardines de EspañaJoaquín Achúcarro, pianoSuite El sombrero de tres picos
QUinTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BEETHOVENObertura Coriolano
BEETHOVEN Concierto para violínMiriam Fried, violín
RAVELSuite No. 2 Dafnis y Cloé
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
STRAUSSLas alegres travesuras de Till Eulenspiegel
POULENCConcierto para dos pianos y orquestaHermanos Paratore, pianos
BEETHOVENTercera Sinfonía “Eroica”
SePTiMo ProGraMaDirector huésped: Gilbert Kaplan
MAHLER Segunda Sinfonía Rosa María Diez, sopranoCaridad Acosta, mezzosopranoCoro de la Academia del Palacio de MineríaDirector: Jorge Medina
ocTaVo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
TCHAIKOVSKYObertura Solemne 1812
PROKOFIEVTercer concierto para pianoMauricio Haneine, piano
BRAHMSCuarta Sinfonía
noVeno ProGraMaFRANK
Variaciones Sinfónicas para piano y orquestaMa. Teresa Rodríguez, piano
BEETHOVENNovena Sinfonía en re MayorCon un coro final basado en la“Oda a la Alegría” de Schiller, Op. 125Guillermina Higareda, sopranoAdriana Díaz de León, mezzosopranoLuis Girón May, baritonoCoro de la Academia de Música del Palacio de MineríaDirector: Jorge Medina
academia de música del palacio de minería146
1989
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
R. STRAUSS Danza de los siete velos de Salomé
RAJMANINOV Segundo concierto para pianoArnaldo Cohen, piano
TCHAIKOVSKY Segunda sinfonía, Pequeña Rusia
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
TCHAIKOVSKYRomeo y Julieta, Obertura-Fantasía
BEETHOVENConcierto para violín, violonchelo y pianoRomán Revueltas, violínBoseña Slavinska, violoncheloJorge Federico Osorio, piano
SHOSTAKOVICHPrimera sinfonía
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BACH-STOROVSKITocata y fuga
DVORÁKConcierto para violoncheloCarlos Prieto, volonchelo
BEETHOVENOctava sinfonía
cUarTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
WEBERObertura Abu Hassan
BEETHOVENSexta sinfonía, Pastoral
BARTóKTercer concierto para pianoGyorgy Sandor, piano
LISZTDanza de la Muerte para piano y orquestaGyorgy Sandor, piano
QUinTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
CORELLIConcerto Grosso de Navidad
MOZARTCuadragésima sinfonía
FALLAEl Amor BrujoCaridad Acosta, contralto
RAVELBolero
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
SANCHEZGota de Noche
BEETHOVEN Tercer concierto para pianoAntón Dikov, piano
DVORÁKNovena sinfonía Del nuevo mundo
SePTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
SAINT-SAëNSCiprés et lauriersDonald Joyce, órgano
LISZTSegundo concierto para piano France Clidat, piano
SAINT-SAëNSTercera sinfonía
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, director huésped
WEBER-BERLIOZInvitación al baile
MOZARTTercer concierto para violínErasmo Capilla, violín
DVORÁKOctava sinfonía
noVeno ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
RAJMANINOV Cuarto concierto para pianoMauricio Haneine, piano
ORFFCarmina Burana, para voces solistas, coro y orquesta Gabriela Herrera, sopranoFrank Kelley, tenorBen Holt, barítonoCoro de la Academia de Música del Palacio de MineríaDirector: Jorge MedinaNiños cantores de la Escuela Nacional de MúsicaDirector: Alfredo Menoza
1990
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
GALINDOEl sueño y la presencia
PAGANINISegundo Concierto para violín y orquesta,en “La campanella”Solista Alexander Harkov
RAVELIntroducción y allegroRichard Fleisher, arpa
RESPIGHIPinos de Roma
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
LAZZERIDiapsalmata
TCHAIKOVSKYPrimer Concierto,para piano y orquestaAlexander Toradze, piano
WAGNERPreludio y muerte de amor de “Tristán e Isolda”
WAGNERObertura para Tannhäuser
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
CHABRIEREspaña (Rapsodia sinfónica)
RAVELRapsodia española
RODRIGOConcierto serenata, para arpa y orquestaNicanor Zabaleta, arpa
FALLAEl amor brujo (suite de ballet)Gilda Cruz Romo, soprano
RIMSKI-KORSAKOVCapricho español, Op. 34
cUarTo ProGraMaTheo Alcántara, director huésped
WAGNERObertura para Rienzi
BEETHOVENPrimer Conciertopara piano y orquestaRoberto Hidalgo, piano
GLASUNOVQuinta Sinfonía, en Si bemol mayor
QUinTo ProGraMa Luis Herrera de la Fuente, director
WAGNERPreludio para el acto III de “Lohengrin”
147
GRIEGConcierto, en la menor, para piano y orquestaGuadalupe Parrondo, piano
TCHAIKOVSKYSexta Sinfonía, en Si menor, Op. 74 “Patética”
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
HALFFTERObertura festival
BIZETPrimera Sinfonía
LISZTConcierto para piano y orquesta.Earl Wild, piano
MUSORGSKI-RAVELCuadros para una exposición
SePTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
RODRIGUEZLa fábula de las regiones*(una lectura de Alejandro Rossi)
RAJMANINOVRapsodia sobre un tema de Paganini, Op. 43Farrista Chibirova, piano
FRANCKSinfonía
ocTaVo ProGraMaFranco Collura, director huésped
WOLF-FERRARIObertura para El Secreto de Susana
SAINT-SAENSSegundo Concierto para piano y orquestaJosé Feghali, piano
VÁSQUEZIntermezzo de “El mandarín”
SIBELIUSSegunda Sinfonía
noVeno ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
VERDIMisa de réquiem en memoria de ManziniMarion Vernette Moore, soprano;Mariana Paunova, mezzosoprano;Fernando de la Mora, tenor;Paul Plishka, bajo;Coro de la Academia de Música del Palacio de Minería, A.C., Jorge Medina, director
1991
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
GERSHWINSuite de Porgy & Bess(Versión de concierto de Robert Russell Bennet)
BURLEIGHNegro SpiritualsGo back another wayWith his stripes we are healedAgain I say rejoice
HAIRISTONAmen
DAWSONSoon all wil be done Priscila Baskerville, soprano Ferry Cook, barítono Coro Ambassadors, director: Kenneth Kilgore
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
REVUELTASJanitzio
MENDELSSOHN Concierto para violínRodolfo Bonucci, violín
BRAHMSSinfonía # 1
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BERLIOZObertura Carnaval romano
GOUNODFausto
GOUNODRomeo y Julieta
PUCCINILa bohemia
PUCCINIManon Lescaut Intermezzo del tercer acto
PUCCINI Madama ButterflyStephanie Friede, sopranoFrancisco Araiza, tenor
cUarTo ProGraMaCarmen Moral, directora huésped
HUMMELConcierto para mandolina y orquesta
SAULConcierto No.1 para piano y orquesta
SIBELIUSSinfonía 5 Julio Contreras Veana, mandolinaIsaac Saul, piano
QUinTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
MOZARTSinfonía # 10
LALOSinfonía Española
TCHAIKOVSKYSinfonía # 4Ida Haendel, violín
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BRAHMS Concierto 1 para piano y orquestaConcierto 2 para piano y orquestaJorge Federico Osorio, piano
SePTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
STRAUSSDon Juan, poema sinfónico
PROKOFIEVConcierto 2, para violín y orquesta
BEETHOVENSinfonía 7León Spierer, violín
ocTaVo ProGraMaMeter Maag, director huésped
MENDELSSOHNLas Hébridas Obertura
SAINT-SAëNSConcierto 1 para cello y orquesta
MENDELSSOHNSinfonía 3, EscocesaJános Starker, cello
noVeno ProGraMaLuis Herrea de la Fuente, director
ROSSINIGuillermo Tell, Obertura
PUCCINILe villa “Se come voi piscina…”
CILEALa artesiana “E la solita storia…”
DONIZETTILucia di Lammermoor “Tombe degli abbi miei…”“Verrano a te sull aure…”
CATALANILa Wally “Ebben, ne andro lontana…”
academia de música del palacio de minería148
ROSSINILa italiana en Argel, Obertura
GOUNODRomeo y Julieta “Ah leve toi soleil…”
TCHAIKOVSKYDoncella de Orleáns “Adieu foret…”
MASSENETWerther “Pour quoi me reveiller…”
MASSENETManon “Adieu notre petite table…”“Toi… Vous…”Renata Scotto, sopranoFernando de la Mora, tenor
1992
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
GLINKAObertura para Ruslan y Luzmila
RAJMANINOVConcierto No. 2 para pianoy orquestaVladimir Virado, piano
SHOSTAKOVICHSinfonía No. 5
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
CHAVEZSinfonía India
SCHNITKEConcierto para piano y cuerdasGyorgy Sandor, piano
RIMSKI-KORSAKOVShejeresada, suite sinfónica
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BEETHOVENObertura para EgmontConcierto No. 5, en Mi bemol mayor,Para piano y orquestaDubravka Tomsic, pianoSinfonía No. 5
cUarTo ProGraMaUwe Mund, director huésped
BRAHMSUn Réquiem Alemán,Para solistas, coro y orquesta, Op. 45Graciela de los Ángeles Arriola, sopranoJesús Suaste, barítono
QUinTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
LAVISTALacrymosa a la memoria de Gerhart Muench
SHOSTAKOVICHConcierto No. 1 para violoncello y orquestaCarlos Prieto, cello
BRAHMSSinfonía No. 2
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, Director huésped
SAINT-SAëNSDanza bacanalde la ópera “Sansón y Dalila”
WIENIAWSKIConcierto No. 2para violín y orquestaCuauhtémoc Rivera, violín
BERLIOZSinfonía Fantástica
SePTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BEETHOVENSinfonía No.1
ROSSINIStabat Mater, para dos sopranos, tenor,barítono, coro y orquestaWinifred Faix Brown, sopranoEncarnación Vázquez, mezzoJosé Medina, tenorStefano de Peppo, bajo-barítonoCoro Nacional de México,Gerardo Rábago, director
ocTaVo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
REVUELTASSensemayá
DVORÁKConcierto para violoncelloy orquestaGary Hoffman, cello
RAVELRapsodia española
TURINALa procesión del rocío, Op. 9
FALLATres danzas de “El sombrero de tres picos”
noVeno ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
LUKESinfonía concertante para dos orquestas
GRIEGConcierto para pianoy orquestaAndré-Michel Schub, piano
DVORÁKSinfonía No. 8
1993
PriMer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
MOZARTSinfonía No. 41, Júpiter
MOZART RequiemConchita Julián, SopranoEncarnación Vázquez, MezzosopranoRaúl Hernández, TenorJesús Suaste, BarítonoCoro Nacional de México.Director: Gerardo Rábago Palafox
SeGUndo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
BACH-STOKOWSKYToccata y Fuga
BEETHOVENSinfonía No. 2
RODRIGUEZConcierto para flauta dulce y orquestaHoracio Franco, flauta de pico
RAVELSuite No. 2 de Dafnis y Cloé
Tercer ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
PROKOFIEVSinfonía Clásica
LISZTConcierto No.1 para pianoJean Philippe Collard, piano
DUKASEl aprendiz de Mago
STRAUSSSuite de El caballero de la Rosa
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director huésped
TCHAIKOVSKYSuite del ballet El cascanueces
149
cUarTo ProGraMaDirector Huésped: Phillip Greenberg
MOZARTObertura para El empresarioVigésimo Conciertopara piano y orquestaGustavo Rivero Weber, Piano
DVORÁKSexta Sinfónica
QUinTo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
ROSASSobre las olas
PROKOFIEVTercer Concierto, para pianoAlexander Toradze, Piano
STRAUSSUna vida de héroe, poema sinfónico
SeXTo ProGraMaDirector Huésped: Antón Nanut
BERLIOZObertura para Benvenuto Cellini
RAVELConcierto, para pianoYolanda Martínez, Piano
SHOSTAKOVICHDécima Sinfonía
SePTiMo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
ZYMANConcierto para arpa y orquestaMercedes Gómez, Arpa
LISZTLos Preludios
TCHAIKOVSKYQuinta Sinfonía
ocTaVo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
VON SUPPEObertura para Poeta y Campesino
BRUCHPrimer Concierto, para violínPierre Amoral, Violín
DEBUSSYEl mar (tres bosquejos sinfónicos)
STRAVINSKISuite de El pájaro de fuego (1919)
MENDELSSOHNConcierto para violín y orquestaTeo Arias, violín
ELGARPompa y circunstanciaMarchas militares, Opus 39
QUinTo ProGraMaSergiu Comissiona, director huésped
BERLIOZObertura El corsario
SCHUMANNConcierto para pianoRegina Shamvili, piano
RAJMANINOVSinfonía No. 2
SeXTo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
WAGNER Preludio y muerte de amor de Tristán e Isolda
BEETHOVENConcierto No.4 para piano y orquesta,Jorge Federico Osorio, piano
SHOSTAKOVICHSinfonía No. 1
SePTiMo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
CASTROIntermezzo de la ópera Atzimba
TCHAIKOVSKYConcierto para violín y orquestaMayumi Fujikawa, violín
SIBELIUSSinfonía No.1
ocTaVo ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
TCHAIKOVSKYCapricho italiano
GRIEGConcierto en la menor, para pianoy orquestaTzimon Barto, piano
BEETHOVENSinfonía No. 8
noVeno ProGraMaLuis Herrera de la Fuente, director
WEBERObertura para la ópera Operón
MAHLIERKindertotenliederNun Hill die Sonn’ so hell aufgeh’nNun seh’ich wohl, warum so dunkle FlammenWenn dein MütterleinOft denk’ich, sie sind nur ausgegangenIn diesem Wetter, in diesem GrausMariana Paunova, mezzosopranoCoro Nacional de México.Director: Gerardo Rábago Palafox
PROKOFIEVCoro y orquestaAlexander Nevski, cantata para mezzosoprano,
1994
PriMer ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
RAJMANINOVSegundo Concierto para piano y orquestaDubravka Tomsie, Piano
MAHLERPrimera Sinfonía
SeGUndo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
CHABRIEREspaña (rapsodia sinfónica)
FALLANoches en los jardines de España, impresionessinfónicas para piano y orquestaRosa Torres Pardo, Piano
RIMSKI-KORSAKOVCapricho español,
RAVELLa alborada del gracioso Bolero
Tercer ProGraMaDirector Huésped: Enrique Barrios
OBERTURAS, ARIAS Y DUOS DE OPERASRosario Andrade, SopranoRamón Vargas, Tenor
BERLIOZScherzo de la Reina Mab de Romeo y Julieta
GOUNODFausto
BERLIOZFiesta de los Capuleto de Romeo y JulietaEscena de Amor de Romeo y Julieta
MASSENETManon
academia de música del palacio de minería150
DVORÁKObertura Carnaval Duración aproximada 10 minutos
BEETHOVENPrimer Concierto para piano y orquestaEmily Hsieh, piano
BERNSTEINDanzas Sinfónica de West Side Store
COPLANDSalón México
SeXTo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
RAVELLa Valse
SAINT-SAENSPrimer Concierto para cello y orquestaCarlos Prieto, Violoncello
BRAHMSPrimera Sinfonía
SePTiMo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
TOUSSAINTCalaveras
BEETHOVENTercer Concierto para piano y orquestaMauricio Nader, piano
SCHUBERTCuarta Sinfonía, Trágica
ocTaVo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
BEETHOVENSegundo Concierto para piano y orquestaSeung-Un ha, piano,SopranoCecilia Perfecto, mezzosopranoJorge Lagunas, tenorStefano de Peppo, barítonoCoro Pro-Arte
BEETHOVENNovena Sinfonía, con un coro final basadoen la “Oda a la alegría” de Schiller
1996
PriMer ProGraMaDirector: Jorge Velazco
TCHAIKOVSKYMarcha para la coronación de Alejandro IIIConcierto para violín y orquestaQuinta Sinfonía
noVeno ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
BERLIOZGran misa de difuntosFrank Kelley, TenorCoro Nacional de MéxicoDirector: Gerardo Rábago
1995
PriMer ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
BEETHOVENObertura Leonora No. 3Quinto Concierto para piano y orquestaArturo Nicolayevsky, pianoQuinta Sinfonía
SeGUndo ProGraMaDirector: Herrera de la Fuente
VIVALDIConcierto para cuatro violines y orquesta de cuerdasVera Silantieva,Josiane Roy,Flavio Boeda,María Hotoran, violines
MAHLERQuinta Sinfonía
Tercer ProGraMaDirector: Herrera de la FuenteDirector Huésped: Alvaro Cassuto
MOZARTSinfonía No. 31
ROSAURO NEY PARISConcierto para marimba y orquestaGabriela Jiménez, marimba
MUSSORGSKI-RAVELCuadros de una exposición
cUarTo ProGraMaDirector: Herrera de la FuenteDirector Huésped: Enrique Barrios
ROSSINIEl sito de Corinto
BEETHOVENCuarto Concierto, para piano y orquestaSantiago Rodríguez, piano
BARTóKConcierto para orquesta
QUinTo ProGraMaDirector: Herrera de la FuenteDirector huésped: Jesús Medina
SeGUndo ProGraMaDirector: Jorge Velazco
MASSENETEl Cid (Música de ballet)
RAJMANINOVRapsodia sobre un tema de Paganinipara piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
FALLAEl sombrero de tres picosLaura Chic, sopranoCuadro de danza del Real Club España, María Antonia “La Morris”, directora
Tercer ProGraMaDirector huésped: Pedro Halffter Caro
SIBELIUSFinlandia
RUIZConcierto de Bellver, para guitarra y orquestaAlfonso Moreno, solista
BRAHMSSegunda Sinfonía
cUarTo ProGraMaDirector huésped: Carlos Spierer
ROSSINIObertura para La urraca ladrona
GRIEGConcierto, en La menor, para piano y orquestaMaría Teresa Rodríguez, solista
BEETHOVENSéptima Sinfónica
QUinTo ProGraMaDirector huésped: Gregorio Gutiérrez
SCHUBERTSinfonía inconclusa
LISZTPrimer Concierto, para piano y orquestaAbbey Simon, solista
RASGADOCanto florido, para tenor y orquestaElías Granados, solista
MENDELSSOHNCuarta Sinfonía “Italiana“
SeXTo ProGraMaDirector: Lukas Foss
MARCOCampo de estrellas
FOSSConcierto, para oboe y orquesta
151
BACHPrimer Concierto para piano y orquesta de cuerdaLukas Foss, solista
ISTRAVINSKILa consagración de la primavera
SePTiMo ProGraMaDirector: Jorge Velazco
OFFENBACHObertura para la opereta La bella Helena
LALOSinfonía española, para violín y orquestaFredell Lack, solista
MAHLERCuarta Sinfonía Rosario Andrade, soprano
ocTaVo ProGraMaDirector: Jorge Velazco
BORODINDanzas de las doncellas polovetsianasde la ópera El príncipe Igor
SAINT-SAëNSQuinto Concierto para pianoy orquestaPrisca Benoit, solista
ORFFCarmina BuranaJane Becker, soprano; Eduardo López de Casas, contra-tenor; Chris Owens, barítono. Coro de la Orquesta Sinfónica de Houston; Charles Hausmann, director. Coro Infantil de Fort Bend; William Adams, director.
1997
PriMer ProGraMaJorge Velazco, Director
BRITTENVariaciones y fuga sobre un tema de Purcell
GOMEZANDALagos, poema sinfónico para violoncello, piano y orquestaWolfgang Boettcher, violoncellista, Antón Nel, pianista
RIMSKI-KORSAKOVShejeresada
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, Director
GLUCKObertura para Ifigenia en Aulide
BERNSTEINThe Age of Anxiety(Segunda Sinfonía, para piano y orquesta)Lukas Foss, pianista
MENDELSSOHNUn sueño de una noche de veranoLourdes Ambriz, sopranoEncarnación Vazquéz, mezzosopranoCoro de la Escuela Nacional de Music de la U.N.A.M.,José Antonio Avia, director.
Tercer ProGraMaCarlos Spierer, director
MOZARTObertura para La flauta mágica
SARASATEFantasía sobre temas de “Carmen” de BizetAires GitanosPalina Arnadottir, violinista
SCHUBERTNovena Sinfonía
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, Director
PONCHIELLIDanza de las horas
SAINT-SAëNSSegundo Concierto para piano y orquesta
DVORÁKNovena Sinfonía “Desde el nuevo mundo”
QUinTo ProGraMaLeón Spierer, Director
BEETHOVENOctava Sinfonía
OFFENBACH Plegaria y bolero, para violoncello y orquestaIdelfonso Cedillo, violoncellista
BACHSonata para dos oboes de amor y cuerdasRay Still y Marcia Velazco, oboístas
HINDEMITHMetamorfosis sinfónicas sobre temas de WeberAllero; Turandot (Scherzo): moderato, lebhaft; Marcha
STRAUSSEn el bello Danubio Azul
SeXTo ProGraMaMaxim Shostakovich, director
SHOSTAKOVICHPrimer Concierto, para violín y orquestaEllen Orner, violinista
MAHLERPrimera Sinfonía
SePTiMo ProGraMaMarcus Theirnet, director
GIMENEZIntermedio de La boda de Luis Alonso
VILLASEÑORLos devas allí están
PAGANINITercer Concierto, para violín y orquestaAnabel Ramírez, violinista
MUSORGSKI-RAVELCuadros de una exposición
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, director
ROSSINIObertura para Guillermo Tell
SCHUMANNConcierto, en La menor para piano y orquestaGerhard Oppitz, pianista
GIAZOTTOAdagio, en Sol menor, para cuerdas y órgano, sobre dos esbozos temáticos y un bajo cifrado de Tomaso Albinoni (1958)
JACHATURIÁNTercera Sinfonía, para orquesta, órgano y coro de quince trompetas (Sinfonía-poema)Victor Urban, organistaRick Bogard, Leonard Candelaria, Armando Cedillo, Steve Dube, Eugenio Elías, Bryan Hassler, Leonardo Hernández, John Holt, Keith Jonson, (Jefe de sección), John Manning, Tim Mckleown, Robert Murria, Barry Penkins, Christopher Thompson, Samantha Whelan, trompetistas.* Conjunto de trompetas de la Universidad del Norte de Tejas en Denton.
noVeno ProGraMaJorge Velazco, director
VERDIMisa de Réquiem, para cuatro voces solists, coro y orques-ta, en memoria de Alessandro ManziniLeona Mitchell, sopranoFiorenza Cossotto, mezzosopranoFrancisco Araiza, tenorGiorgio Surjan, bajoCoro de la Orquesta Sinfónica de Houston, Charles Haus-mann, director
academia de música del palacio de minería152
1998
PriMer ProGraMa Jorge Velazco, director
MOZARTDecimacuarta MisaLourdes Ambriz, sopranoEncarnación Vázquez, mezzosopranoFrancisco Araiza, tenorJesús Suaste, bajoCoro de Concierto de la Escuela de Música Moores(Universidad de Houston), Charles Hausmann, director
MARCOConcierto del agua, para guitarra y orquesta de cuerdaGabriel Estarellas, guitarra
BEETHOVENLas ruinas de AtenasLourdes Ambriz, sopranoJesús Suaste, bajoCoro de Concierto de la Escuela de MúsicaMoores (Universidad de Houston),Charles Hausmann, director
SeGUndo ProGraMaGiuseppe Lanceta, director huésped
MEZAPresagios
BACHSegunda Suite, en Si menor, para flauta y cuerdas.Andreas Blau, flauta
RIMSKI-KORSAKOVLa gran Pascua rusa
PONCEChapultepec
STRAVINSKISuite de El pájaro de fuego (versión de 1919)
Tercer ProGraMaJorge Velazco, director
TCHAIKOVSKYSuite de El cascanueces
FALLANoches en los jardines de España,
RESPIGUIFiestas romanas, poema sinfónico
cUarTo ProGraMaLeón Spierer, director huésped
SCHUBERTLa muerte y la doncella
PROKOFIEVSinfonía clásica
STRAUSSVals del emperador
RAVELBolero (instrumentación original)
QUinTo ProGraMaJorge Velazco, director
SAINT-SAëNSEl carnaval de los animales, (Gran fantasía zoológica), para dos pianos y conjunto instrumental*Pascal Devoyon y Rebekka Angervo, solistasCuarto Concierto para piano y orquestaPascal Devoyon, pianoTercera Sinfonía, en Do menorVíctor Urbán, órgano
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, director
LUDWIGCuatro canciones líricas, para mezzosoprano y orquestaTaewon Yi Kim, soprano
GERSHWINRapsodia en azulMaría Teresa Rodríguez, piano
ELGARPompa y circunstancia
SePTiMo ProGraMaJorge Velazco, director
MAHLERTercera SinfoníaMabel Perelstein, contraltoCoro Femenino de la Orquesta Sinfónica de Houston Char-les Hausmann, directorCoro Infantil de Houston, Michael Lysinger, director
1999
PriMer ProGraMaJorge Velazco, director
REVUELTASSensemayá
RAJMANINOVSegundo Concierto para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
VAUGHAN-WILLIAMSSinfonía Antártica (Séptima Sinfonía)Margatita Sanz y Raúl Ortíz y Ortíz, narradoresLourdes Ambríz, sopranoCoro de la Escuela Nacional de Música de la U.N.A.M.José Antonio Avila, director
GIAZOTTOAdagio, en sol menor, para cuerdas y órgano, sobre dos esbozos temáticos y un bajo cifrado de Tomaso Albinoni.
JACHATURIANSuite de Gayané
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, director
PROGRAMA BEETHOVENTriple Concierto para violín, violoncello y pianoUlf Hoelscher, violín solistaWolfgang Boettcher, violoncello solistaGerhard Oppitz, piano solistaConcierto para violín y orquestaUlf Hoelscher, solistaFantasía, para piano, coro y orquestaGerhard Oppitz, solistaLourdes Ambríz, sopranoEva Santana, mezzosopranoEncarnación Vázquez, mezzosopranoLeonardo Villena, tenorJosé Guadalupe Reyes, tenorJesús Suaste, barítonoCoro Pro Música, Alfedo Domínguez, director
Tercer ProGraMaLeón Spierer, director huésped
MOZARTSerenata para dos orquestasHoelscher, violín solistaWolfgang Boettcher, violoncello solista
TCHAIKOVSKYSerenata para cuerdas
STRAUSS Sr.Cuadrilla del Carnaval de Viena
STRAUSS Jr.Sangre vienesa
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director
HAYDNCudragésima quinta SinfoníaLos adioses (bajo la dirección de Viktoria Horti)
LISZTSegunda rapsodia húngara
FRANCKVariaciones sinfónicas, para piano y orquestaMaría Teresa Rodríguez, solista
RAVELLa valse
RESPIGHIPinos de Roma
QUinTo ProGraMaJorge Velazco, director
SUPPéObertura para Poeta y campesinoNella Hunkins: violoncello solista
PAGANINISegundo Concierto para violín y orquestaLa Campanella (versión original)Eugene Fodor, violín
153
BEETHOVENNovena Sinfonía con un coro final basado en la “Oda a la Alegría” de SchillerAmelia Sierra, sopranoEncarnación Vázquez, mezzosopranoJoseph Evans, tenorRichard Paul Fink, barítonoCoro de la Orquesta Sinfónica de HoustonCharles Hausmann, director
2001
PriMer ProGraMaJorge Velazco, director
STRAUSSCuentos de los bosques de Viena(estreno en México de la instrumentación original)Wilhelm Neubauer, Zither
RAJMANINOVTercer Concierto para piano y orquesta Gerhard Oppitz, solista
BACHCuarto Concierto de BrandenburgoViktória Horti, dirección y violín solistaJennifer Lain y Genevieve Briggs Henry, flautas solitas
STRAVINSKISuite de El pájaro de fuego (1919)
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, director
RIMSKI-KORSAKOVCapricho sobre temas españolesViktória Horti, violínJennifer Lain, flautaCampbell MacDonald, clarineteAndrea Puente, arpa
BEETHOVENPrimer Concierto, en Do mayor, para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
BRAHMSSegundo Concierto para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
Tercer ProGraMaJorge Velazco, director
STRAUSSAsí habló ZoroastroViktória Horti, violín solista
RODRIGOConcierto andaluz, para cuatro guitarras y orquestaCuarteto Latinoamericano de Guitarras: Alfonso Moreno, Eugenia Rodríguez, Marcela Sfriso Walter Ujaldón
SHOSTAKOVICHQuinta Sinfonía
SeXTo ProGraMaOrquesta Sinfónica de Minería
WAGNERLa cabalgata de la valkirias (del acto III de La valkiria)
CHOPINAndante spianato e gran polonesa brillante para piano y orquestaAnton, Nel, solista
STRAUSSUna vida de héroe, poema sinfónicoViktoria Horta, violín solista
SePTiMo ProGraMaJorge Velazco, director
AUBERBolero de La muda de Portici
RODRIGOConcierto de Aranjuez, para guitarra y orquestaAlfonso Moreno, solista
MAHLERPrimera Sinfonía, en Re mayor
2000
PriMer ProGraMaJorge Velazco, director
BEETHOVENLa victoria de Wellington
SIBELIUSConcierto para violín y orquestaIda Haendel, solista
DVORÁKOctava Sinfonía
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, director
VERDIObertura para La fuerza del destino
TCHAIKOVSKYConcierto para violín y orquestaRuth Waterman, solista
VAUGHAN-WILLIAMSSinfonía Antártica (Séptima Sinfonía)Margarita Sanz y Raúl Ortíz y Ortíz, narradoresCoro de la Escuela Nacional de Música de la U.N.A.M.,José Antonio Avila, directorEkaterina Tijonchuc, soprano
Tercer ProGraMaJorge Velazco, director
HALFFTERDos ambientes sonoros
GRIEGConcierto para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
TCHAIKOVSKYSexta Sinfonía “Patética”
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director
ROSSINIObertura para Guillermo Tell
PAGANINIPrimer Concierto para violín y orquestaEugene Fodor, solista
RESPIGUIPinos de Roma
QUinTo ProGraMaJorge Velazco, director
GERSHWINUn americano en París
FALLAEl amor brujo (suite de ballet)Mabel Perelstein, contralto
DUKASEl aprendiz de mago
KODÁLYSuite de Háry Jánoséva Sóvágó, cimbalom
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, director
HAYDNCuadragésima Cuarta Sinfonía
MOZARTConcierto para flauta, arapa y orquestaAndreas Blau, flautaMercedes Gómez, arpa
BACHTercer Concierto de Brandenburgo
STRAUSSObertura para El murciélagoPeriódicos de la mañana
SePTiMo ProGraMaJorge Velazco, director
BACHSegundo Concierto de Brandenburgodirigida por Viktória Horti.Viktória Horti, violínChris Thompson, trompetaClaire Chase, flautaMartin Hebert, oboe
WAGNERTres piezas coralesCoro de la Orquesta Sinfónica de HoustonCharles Hausmann, director
academia de música del palacio de minería154
GRIEGSelecciones de la música incidental para Peer GyntEncarnación Vázquez, mezzosopranoIrasema Terrazas, sopranoCoro de la Escuela Nacional de Música de la UNAM,José Antonio Avila, director
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director
TCHAIKOVSKYRomeo y Julieta
GERSHWINConcierto para piano y orquestaVolker Banfield, solista
MARCELLOConcierto para oboe y orquesta de cuerdasAlbrecht Mayer, solistaViktória Horti, directora
HONEGGERSinfonía litúrgica
QUinTo ProGraMaLukas Foss, director
FOSSSuite de Salomón RossiNight Music for John Lennon, para quinteto de metales y orquesta “En memoria de la muerte de John Lennon, el 8 de diciembre de 1980”
MOZARTConcierto para clarinete y orquesta Wenzel Fuchs, solista
BEETHOVENQuinta Sinfonía
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, director
VERDIObertura para Las vísperas sicilianas
SARASATETres piezas de virtuosismoFantasía sobre temas de “ Carmen” de BizetZapateadoAires gitanosChristiane Edinger, solista
BERLIOZSinfonía fantástica
SePTiMo ProGraMaLeón Spierer, director
WAGNERObertura para Los maestros cantores de Nuremberg
PONCEConcierto del Sur, para guitarra y orquestaAlfonso Moreno, solista
MOZARTEine kleine Nacht Musik
BIZETJeux d’enfants, suite para orquesta
LEHÁROro y plata
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, director
STÖLZELConcerto Grosso a Quattro Cori, en Re mayorViktória Horti, directora
HÄNDELMúsica para los reales fuego de Artificio
TCHAIKOVSKYTres piezas de virtuosismoDanza rusa (El lago de los cisnes)Entreacto (La bella durmiente)Pas de deux (El lago de los cisnes)Anabel Ramírez, solista
BERLIOZGran Sinfonía fúnebre y triunfalMatthew Dickson, trombón solista
2002
PriMer ProGraMaJorge Velazco, directorGLINKACapricho brillante sobre el tema de la jota aragonesa
BEETHOVENConcierto para violín y orquestaAnabel Ramírez, solista
HAYDNMissa in angustiisBarbara Divis, sopranoEncarnación Vázquez, mezzosopranoFrancisco Araiza, tenorCharles Robert Austin, barítonoCoro de la Escuela de Música “Moores”(Universidad de Houston); Charles Hausmann, director
SeGUndo PrGraMaJorge Velazco, director
VERDIObertura para Nabucodonosor
BRAHMSConcierto para violín y orquestaIda Haendel, solista
TCHAIKOVSKYAndante cantabile(del Primer Cuarteto para cuerdas)Viktória Horti, violín primeroOlena Bogalchuck, violín segundoInese Salaks, violaVitall Roumanov, violoncello
SCHUMANNCuarta Sinfonía, en Re menor
Tercer ProGraMaCarlos Spierer, director
MEZAOfrenda (estreno mundial)
RAJMANINOVSegundo Concierto piano y orquestaFarrista Chibírova, solista
DVORÁKNovena SinfoníaDesde el nuevo mundo
cUarTo ProGraMaViktória Horti y Jorge Velazco, directores
ROTAConcerto per archiViktória Horti, directora
PROKOFIEVTercer Concierto piano y orquesta Gerhard Oppitz, solistaBRAHMSPrimera Sinfonía
QUinTo ProGraMaJorge Velazco, director
KODÁLYDanzas de Galánta
JACHATURIÁNConcierto, para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
RIMSKI-KORSAKOVShejeresadaViktória Horti, violín solista
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, director
MAHLERSexta Sinfonía
SePTiMo ProGraMaLukas Foss, director
FOSSVariaciones barrocas (estreno en México)
BACHPrimer Concierto para piano y orquesta,Lukas Foss, solista
BEETHOVENSéptima Sinfonía
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, directorRandolph Lacy, tenor; Coro de la Orquesta Sinfónica de Houston, Charles Hausmann, director; Banda Sinfónica de la Escuela de Música “Moores” (Universidad de Houston), Thomas Bennett, director
BERLIOZGran misa de difuntos
155
2003
PriMer ProGraMaJorge Velazco, director
MUSORGSKIUna noche en el monte calvo, fantasía para orquesta(versión de Rimski-Korsakov)
MENDELSSOHNConcierto para violín y orquesta Victoria Horta, solista
MOZARTAdagio, para armónica de cristal Thomas Bloch, armónica de cristal
BEETHOVENMelodrama, para narrador y armónica de cristal, de la música incidental para “Leonora Prohaska”Ilse Heckel, vozThomas Bloch, armónica de cristal
MOZARTAdagio y Rondo, para flauta, oboe, viola, violoncello y armónica de cristalAdagio; allegrettoThomas Bloch, armónica de cristalJennifer Wheeler, flautaKaren Birch, oboeInese Salaks, violaVitali Rumanov, violoncello
PROKOFIEVSinfonía clásica
RAVELDafnis y Cloé (Segunda Suite)
SeGUndo ProGraMaJorge Velazco, director
SCHUBERTOcatava Sinfonía
BORODINNocturnoViktória Horti, violín primeroOlena Bogalchuk, violín segundoInese Salaks, violaVitali Rumanov, violoncello
CASTELNUOVO-TEDESCOPrimer Concierto guitarra y orquesta Alfonso Moreno, solista
LISZTTercera Rapsodia Húngaraéva Sóvágó, cimbalom
KODÁLYSuite de Háry János éva Sóvágó, cimbalom
Tercer ProGraMaJorge Velazco, direcetor
BEETHOVENObertura para Egmont
PROKOFIEVObertura sobre temas hebreos Gerhard Oppitz, pianoMarilyn Nije, clarineteVictoria Horta, violín primeroOlena Bogalchuck, violín segundoInese Salaks, violaVitali Rumanov, violoncello
MOZARTVigésimocuarto para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
TCHAIKOVSKYQuinta Sinfonía
cUarTo ProGraMaJorge Velazco, director
BERLIOZMarcha húngara de “La condenación de Fausto”
TCHAIKOVSKYPrimer Concierto para piano y orquestaGerhard Oppitz, solista
MAHLERCuarta Sinfonía Viktória Horti, violín solistaIrasema Terrazas, sorpano
QUinTo ProGraMa Jorge Velazco, director
MEYERBEERMarcha de la coronación de “El profeta”
BERLIOZHaroldo en Italia, sinfonía para viola y orquestaInese Salaks, solista
WOLFSerenata italianaViktória Horti, violín primeroOlena Bogalchuck, violín segundoGella Dubrova, violaVitall Rumanov, violoncelloRAJMANINOVSegundo Concierto para piano y orquesta Valentina Lisitsa, solista
SeXTo ProGraMaJorge Velazco, director
PROKOFIEVSuite de El teniente Kijé * Patryk Wroblewski, barítono
ROSSINILargo al factotum della città de “El barbero de Sevilla”Patryk Wroblewski, barítono
MAHLERQuinta Sinfonía
SePTiMo ProGraMaLeón Spierer, director
BRAHMSObertura “Festival Académico”
SAINT-SAëNSConcierto 3 para violín y orquesta Pierre Amoral, solista
TCHAIKOVSKYCapricho italiano
MOZARTTres valses del Juego de dados musical,RITTENSinfonía simple
STRAUSSDelirios
ocTaVo ProGraMaJorge Velazco, director
BERLIOZObertura “Carnaval romano”
CORELLIConcerto grosso (fatto per la notte di Natale)(ejecución a la usanza del siglo XVII, dirigida por Viktória Horti)
JACHATURIÁNSuite de Espartaco
FRANCKSinfonía en Re menor
concierToS eXTraordinarioSJorge Velazco, directorSAINT-SAëNS Sansón y DalilaWAGNER TannhäuserBIZET CarmenVERDI La traviataGOUNOD FaustoROUGET L’ISLE-BERLIOZ La marsellesaVERDI AidaVERDI II trovatorePUCCINI ToscaPUCCINI La bohèmeVERDI RigolettoVERDI NabuccoBORODIN El príncipe Igor
2004
PriMer ProGraMa
BEETHOVENObertura LeonoraConcierto para piano No. 5 “Emperador”Valentina Lisitsa, piano
SCHOENBERGNoche transfigurada
academia de música del palacio de minería156
STRAUSS JR.Vals Emperador
SeGUndo ProGraMaLeón Spierer, director huésped
ROSSINIObertura de la óperaLa urraca ladrona
MENDELSSOHNSinfonía No. 3 Escocesa
MORENO-BUENDÍAConcierto del Buen Amor,para guitarra y orquestaMauricio Díaz, guitarra
RAVELBolero
Tercer ProGraMaCarlos Spierer, director artístico
RAVEL Minueto antiguo
DE FALLASegunda suite de El sombrero de tres picos
BERNSTEIN Danzas sinfónicas de West Side Store
SHOSTAKOVICHSuite No. 2 para orquesta de jaza
STRAUSS Valses del tercer acto de El Caballero de la rosa
STRAUSS JR. Por el bello Danubio azul
cUarTo ProGraMaCarlos Spierer, director artístico
LISZT Rapsodia húngara No. 2
VON DOHNÁNYI Variaciones sobre una canción infantil
Valentina Lisitsa, pianoGERSHWI
Variacones sobre I got rhythmValentina Lisitsa, piano
BARTóKConcierto para orquesta
QUinTo ProGraMaCarlos Spierer, director artístico
RESPIGHILas Fuentes de Roma
PANISELLOCuadernos para Orquesta*
MAHLERLa canción de la tierraKatharina Peetz, mezzosoprano, Louis Gentile, tenor
SeXTo ProGraMaCarlos Miguel Prieto, director huésped
ALBéNIZSelecciones de la suite Iberia
LALOSinfonía españolaElmar Oliveira, violín
PROKOFIEVSelecciones del ballet Romeo y Julieta
SePTiMo ProGraMaCarlos Spierer, director artístico
LISZTMazeppa, poema sinfónico No. 6
DVORÁKConcierto para violoncello y orquestaAlban Gerhardt, violoncello
BRAHMS Sinfonía No. 4
ocTaVo ProGraMaCarlos Spierer, director artístico
WILLIAMSSuite de la música para La guerra de las galaxias
WAGNERArias Como sombra de la muerte y Oh, sublime, dulce estrella del crepúsculo, de la ópera TannhäuserMarkus Eiche, barítono
HOLSTLos planetasCoro de la Escuela Nacional de MúsicaJosé Antonio Ávila, director
concierToS de GalaCarlos Spierer, director artístico
STRAUSSDanza de los siete velos de la ópera SaloméSuite de la ópera El caballero de la rosa
ORFFCarmina BuranaGabriela Herrera,soprano: Oscar Roa, tenor, Markus Eiche, barítono, Coro Pro-Música: David Arontes y Ethel González Horta, directoresCoro del Conservatorio Nacional de Música: David Arontes, director Niños y Jóvenes Cantores de la Escuela Nacional de Música de la UNAM: Patricia Morales, directora
2005
PriMer ProGraMa
Director artístico: Carlos SpiererSMETANA
Obertura de opera La novia vendida
BRAHMSConcierto para violín, violoncheloy orquestaSolistas: Latica Honda Rosenberg, violín;Jens meter maintz, violoncello
DVORÁK Sinfonía No. 7
SeGUndo ProGraMaDirector artístico: Carlos Spierer
TCHAIKOVSKYObertura-Fantasía Romeo y Julieta
PROKOFIEVConcierto para piano y orquesta No.3Solista: Valentina Lisitsa, piano
STRAVINSKYLa consagración de la primavera
Tercer ProGraMaDirector artístico: Carlos Spierer
DUKASEl aprendiz de brujo
MEZALeyenda de los soles
SAINT-SAëNSSinfonía No.3Solista: Rafael Cárdenas, órgano
cUarTo ProGraMaDirector huésped: León Spierer
VON WEBER Obertura a Euryanthe
MOZARTConcierto para oboe y orquesta
Solista: Christoph Hatmann, oboeGUTIéRREZ
Cinco piezas para orquestaPASCULLI
“Fantasía sobre la ópera Poliuto de DonizettiHINDEMITH
Metamorfosis sinfónicasSTRAUSS JR.
Vals Cuentos de los bosques de Viena
QUinTo ProGraMaDirector huésped: José Areán
DIETRICH BUXTEHUDEChacona
SIBELIUSConcierto para violín y orquesta Solista: Fernando Mino
SCHUBERTSinfonía No.9, La grande
157
SeXTo ProGraMaDirector huésped: Carlos Miguel Prieto
RAVELRapsodia española
DE FALLANoches en los jardines de EspañaSolista: Jorge Federico Osorio, piano
RAVEL Alborada del gracioso
DEBUSSY Imágenes para orquesta No. 2. Iberia
SePTiMo ProGraMaDirector artístico: Carlos Spierer
WAGNERPreludio al primer acto y Muerte de amor de Isolda de Tristan und IsoldeEl anillo del nibelungo sin palabras
ocTaVo ProGraMaDirector artístico: Carlos Spierer
BEETHOVENObertura Coriolano
GRIEGSuites de Peer GyntPrimera y Segunda Suites
STRAUSSDon QuijoteSolistas: Torleif Thedeen, violoncelloEric Cahue, viola; Fernando Mino, violín
2006
PriMer ProGraMaXXX ANIVERSARIO DE LA SALA NEZAHUALCóYOTLCarlos Miguel Prieto, director
BEETHOVENLa consagración de la casa
MOZARTConcierto para violín No. 5Philippe Quint, violín
DMITRI SHOSTAKOVICH (1906-1975)Sinfonía No. 5
SeGUndo ProGraMaCarlos Miguel Prieto, director
SHOSTAKOVICH Obertura festiva
MOZARTConcierto para piano No.18Benedetto Lupo, piano
RICHARD STRAUSS (1864-1949)Una sinfonía alpina
Tercer ProGraMaCarlos Miguel Prieto, director
DEBUSSYPreludio a la siesta de un faunoTrès Modéré
D’RIVERAFantasías messiaenicasPaquito D’Rivera, clarinete
MESSIAENUna sonrisa
RAVEL Suite de Dafnis y Cloe
cUarTo ProGraMaJosé Areán, director
SCHNITTKEMoz-Art à la HaydnFernando Mino y Shari Mason, violines
MOZARTSinfonía No. 41, Júpiter
QUinTo ProGraMaCarlos Miguel Prieto, director
BRAHMSVariaciones sobre un tema de Joseph Haydn
TCHAIKOVSKYVariaciones sobre un tema rococóAsier Polo, violonchelo
BEETHOVENSinfonía No. 3, Eroica
SeXTo ProGraMaCarlos Spierer, director huésped
PROKOFIEVSuite escita (Ala y Lolli)
TCHAIKOVSKYSuite No. 4 , Mozartiana
RACHMANINOVConcierto para piano No. 2Valentina Lisitsa, piano
SePTiMo ProGraMaCarlos Miguel Prieto, director
ORTIZFronteras híbridas
MOZARTConcierto para piano No. 23 en la mayor, KV 488Jorge Federico Osorio, piano
SHOSTAKOVICHSinfonía No. 4 en do menor, op. 43
ocTaVo ProGraMaAntoni Ros-Marbá, director huésped
DE FALLAAtlántida** Estreno en MéxicoAna Häster, contralto (La reina Pirene)Assumpta Mateu, soprano (La reina Isabel)Joseph Miquel Ramon, barítono (Corifeo)Verónica Murúa, soprano (Maia)Irasema Terrazas, soprano (Aretuza)Gabriela Miranda, soprano (Caleno)Verónica Alexanderson, mezzosoprano (Eriteia)Gabriela Thierry, mezzosoprano (Electra)Helena Patha, contralto (Esoperetusa)José Guadalupe Reyes, tenor (Gerione)óscar de la Torre, tenor II (Gerione)Armando Gama, barítono (Gerione)Coro del Conservatorio Nacional de MúsicaDavid Arontes, directorArs Cantorum Camerana VocaleAurelio Tello, directorNiños y jóvenes cantores de la Escuela Nacional de MúsicaPatricia Morales, directoraDanivel Hazan, coordinador de Coros
2007
PriMer ProGraMaDirector: Carlos Miguel PrietoSolistas: Kelley Nassief, soprano;Charlotte Paulsen, mezzosoprano;Rosendo Flores, bajoCoro de la Orquesta Sinfónica de HoustonCharles Hausman, director
BEETHOVEN Obertura zur NamensfeierMissa solemnes op. 123
SeGUndo ProGraMaDirector; Carlos Miguel PrietoSolista: Valentina Lisitsa, piano
STRAVINSKYSuite de El pájaro de fuego
BEETHOVENPrimera sinfonía
BRAHMSSegundo concierto para piano
Tercer ProGraMaDirector: Carlos Miguel PrietoSolista: Asier Polo, violonchelo
STRAVINSKYJuego de cartas
ELGARConcierto para violonchelo
academia de música del palacio de minería158
BEETHOVENSegunda sinfonía
cUarTo ProGraMaDirector: José AreánSolista: Jorge Federico Osorio, piano
STRAVINSKYSegunda suite para orquesta pequeña
GRIEGConcierto para piano
BEETHOVENTercera sinfonía, Eroica
QUinTo ProGraMaDirector: José AreánSolista: Cuauhtémoc Rivera, violín
STRAVINSKYEl canto del ruiseñorConcierto para violín
BEETHOVENCuarta sinfonía
SeXTo ProGraMaDirector: Carlos Miguel PrietoSolista: Philippe Quint, violín
STRAVINSKYSinfonía en tres movimientos
KORNGOLDConcierto para violín
BEETHOVENQuinta sinfonía
SePTiMo ProGraMaDirector Huésped: Sylvain GasanconSolista: Rodolfo Ritter, piano
SIBELIUSTapiola
STRAVINSKYConcierto para piano y alientos
BEETHOVENSexta sinfonía, Pastoral
ocTaVo ProGraMaDirector: Carlos Miguel PrietoSolista: por confirmar
STRAVINSKYConcierto para cuerdas
SCHNITTKEConcierto para viola
BEETHOVENSéptima Sinfonía
noVeno ProGraMaDirector: Carlos Miguel Prieto
STRAVINSKYMonumentum pro Gesualdo di Venosa
BEETHOVENOctava Sinfonía
STRAVINSKYPetrouchka
concierTo de GalaDirector: Carlos Miguel Prieto
IGOR STRAVINSKYDivertimento de El beso del hada
LUDWIG VAN BEETHOVENNovena sinfonía, CoralSolistas: Irasema Terrazas, sopranoCarla López-Speziale, mezzosopranoDante Lorenzo Alcalá, tenorJorge Lagunas, barítonoCoro de la Universidad VeracruzanaDavid Arontes, Director.
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
159
Academia de música
del palacio de minería
Consejo directivo
PRESIDENTE HONORARIO
Dr. Juan Ramón De La Fuente
Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México
VICEPRESIDENTE HONORARIO
Ing. José Gonzalo Guerrero Zepeda
Director de la Facultad de Ingeniería de la UNAM
JUNTA DE HONOR
Ing. Javier Jiménez Espriú
Ing. Saturnino Suárez Fernández
Ing. Víctor M. Mahbub Matta
CONSEJERO HONORARIO
Mtro. Sergio Vela
Presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
PRESIDENTE Ing. Carlos F. De La Mora Navarrete
VICEPRESIDENTE Ing. Othón Canales Treviño
SECRETARIO Ing. Ricardo A. Vidal Valles
PROSECRETARIO Ing. Juan Ursul Solanes
TESORERO Ing. Gumaro Lizárraga Martínez
PROTESORERO Ing. Luis Zárate Rocha
DIRECTOR TITULAR Mtro. Carlos Miguel Prieto
DIRECTOR ASOCIADO Mtro. José Areán
academia de música del palacio de minería162
CONSEJEROS TITULARESIng. Julián Adame Miranda Ing. Eduardo Andrade IturribarríaDr. Eduardo Arriola ValdésDr. Mario Arturo Ballesteros AmozurrutiaIng. Norman Beristain PalomaresIng. Roberto Calvet MartínezIng. Juan Casillas RuppertIng. Carlos M. Chavarri MaldonadoIng. Alejandro Chavarri RodríguezC.P. Daniel Del Barrio BurgosIng. Ignacio De La Mora NavarreteIng. Roberto Duque RuizIng. Octavio Estrada Castillo Ing. José Manuel Espinosa MendozaIng. Gustavo Fernández Díaz De LeónDra. Alicia Frenk Mora Ing. Juan Antonio Gracia CampilloIng. Juan Pablo Gómez Morín RiveraIng. Armando Guerrero SotoIng. Melesio Gutiérrez PérezIng. Oscar HerreraIng. Mauricio Jessurun SolomouIng. Carlos Jinich RipsteinIng. Enrique Jiménez EspriúDr. Salvador Landeros AyalaIng. Carlos Lara EsparzaIng. Gonzalo López De HaroIng. Salvador López NegreteIng. Víctor Mahbub ArelleIng. César A. Montes MuñozDr. Emilio Sacristán RockArq. Eduardo Salgado De LeónIng. Raul Salinas De GortariIng. Jorge Terrazas Y De AllendeIng. Luis Torregrosa FloresC.P. José Luis Valera BenitoIng. Luis Vázquez Tamariz
Ing. Juan Visoso Del ValleDr. Alejandro ZajaríasIng. Rolando Zárate Rocha
CONSEJO ARTÍSTICO
Mtro. Carlos Miguel PrietoDirector Titular
Mtro. José AreánDirector Asociado Mtro. Juan Arturo BrennanApreciación Musical Mtro. Sergio VelaHonorario
Luis Herrera De la FuenteExdirector Titular
Mtro. León SpiererDirector Huésped Honorario Vitalicio
Mtro. Carlos SpiererExdirector Titular
CONSEJO CONSULTIVOIng. Guillermo Güémez GarcíaPresidenteIng. José Manuel CovarrubiasVicepresidente
Arq. José Manuel Agudo RoldánDr. Sergio Alcocer Martínez De CastroIng. Fernando Areán CarrilloIng. Jorge Arganis Díaz Leal
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
163
Ing. Gilberto Borja NavarreteIng. Jorge Borja NavarreteLic. José Carral EscalanteIng. Gotzon A. De Anuzita ZubizarretaDr. Roger Díaz De CossioIng. Fernando Echeagaray MorenoIng. Alberto Escofet ArtigasIng. Fernando Favela LozoyaIng. Rodolfo Félix ValdésArq. Jorge Fernández VarelaIng. Gerardo Ferrando BravoIng. Alberto Franco SarmientoIng. Carlos Hank RohnIng. Enrique Krauze KleibortIng. Leopoldo Lieberman LitmanowitzIng. Sergio A. López MendozaLic. Javier Lozano AlarcónIng. Andrés Moreno FernándezIng. Francisco Pérez Gil SalazarIng. Bernardo Quintana IsaacIng. Gustavo Ramírez HubardIng. Luis Ramos LignanIng. Luis Rebollar CoronaIng. Carlos Slim HeluLic. Fernando Solana MoralesDra. Ma. Teresa Uriarte De LabastidaIng. Oscar Vega Argüelles
SOCIOS FUNDADORES CITADOS EN ORDENALFABÉTICO, INCLUYENDO A LOS QUEA LA FECHA HAN FALLECIDOIng. Rafael Aburto ValdésIng. Guillermo Aguade Escofet (†)Ing. Guillermo Aguilar Álvarez (†)Ing. Jorge Aguilar OrtizIng. Samuel Alazraki TarantIng. Miguel Alonso CallesIng. Rodrigo Amerlinck y Assereto
Ing. Bernardo Ardavín MigoniIng. Fernando Areán CarrilloIng. Jorge Arganis Díaz LealIng. Julio Argüelles Arribillaga (†)Ing. Romarico Arrollo MarroquínIng. Guillermo Ballesteros IbarraIng. Alfonso Barnetche González (†)Ing. Miguel Beltrán Valenzuela (†)Ing. Gilberto Borja Navarrete (†)Ing. Jorge Armando Boue PeñaIng. Luis E. Bracamontes Gálvez (†)Ing. Jorge Cabezut Boo (†)Ing. Roberto Calvet MartínezIng. Roberto Campuzano FernándezDr. Jorge Carpizo McGregorIng. Sergio Carranza Castro (†)Ing. Andrés Conesa RuizIng. José Raúl Corona UribeIng. José Manuel Covarrubias SolísIng. Carlos Manuel Chavarri MaldonadoIng. Gotzon De Anuzita ZubizarretaIng. Inocencio De la Cabada y Campos (†)Ing. Carlos F. De la Mora NavarreteIng. Francisco De Pablo GalánIng. Manuel Díaz CanalesIng. Daniel Díaz DíazIng. Ramón Hubert Eberstadt SichelIng. Fernando Echeagaray MorenoIng. Alberto Escofet ArtigasIng. Fernando Espinosa VelazcoIng. Fernando Favela LozoyaIng. Rodolfo Félix ValdésIng. Gerardo Ferrando BravoIng. Jesús Foullon GómezIng. Manuel Franco López (†)Ing. Alberto Franco SarmientoIng. Walter Friedeberg MerzbachIng. Víctor Manuel Gamba López (†)
academia de música del palacio de minería164
Ing. Jaime Gómez Crespo (†)Ing. Fernando González VillarrealIng. José Luis Guerra Guajardo (†)Ing. Carlos Hank RhonIng. José Hernández Terán (†)Mtro. Luis Herrera De la FuenteIng. Francisco Jauffred Mercado (†)Ing. Enrique Jiménez EspriuIng. Javier Jiménez EspriuIng. Carlos Jinich RipsteinIng. Manuel Landa Mienhard (†)Ing. Carlos Lezama Gutiérrez (†)Ing. Leopoldo Lieberman LitmanowitzIng. Horacio Lombardo Pérez SalazarIng. Enrique Lona Valenzuela (†)Ing. Sergio Antonio López MendozaIng. Víctor Manuel Mahbub MattaIng. Carlos Martín Del CastilloIng. José Luis Medrano Moreno (†)Ing. Alberto Moles BatllevellIng. Alejandro Mondría de la VegaIng. Francisco Montellano MagraIng. Carlos Alfonso Morán MoguelIng. Antonio Murrieta NecoecheaIng. Francisco Noreña Casado (†)Ing. Luis Noriega GiralIng. Adolfo Orive Alba (†)Ing. Carlos Orozco SosaIng. Francisco Pérez Gil Salazar
Ing. Jorge Pérez MontañoIng. Carlos Prieto Fernández (†)Ing. Bernardo Quintana IsaacIng. Gustavo Ramírez HubardIng. Carlos M. Ramírez Otero (†) Ing. Javier Ramírez OteroDr. Octavio Rascón ChávezDr. Daniel Reséndiz NúñezIng. Francisco Resello Coria (†)Ing. José Ignacio Ruiz BarraIng. Daniel Ruiz FernándezIng. Raúl Salinas de GortariIng. Miguel Angel Salinas DuarteIng. Carlos Sandoval OlveraIng. Carlos Slim HelúIng. Saturnino Suárez FernándezIng. Agustín Strafón ArteagaIng. Miguel Ángel Thierry PatiñoIng. Rubén Urbina PeñaIng. José Urquiaga BlancoIng. Gilberto Valenzuela EzquerroIng. Juan Manuel Varela Herrera (†)Ing. Froylán Vargas GómezIng. Oscar Vega ArgüellesMtro. Jorge Velazco Muños (†)Ing. Ricardo Vidal VallesIng. Manuel Viejo ZubicarayIng. Jesús Villanueva Macías (†)Ing. Juan Manuel Zurita Sosa
VIOLINES PRIMEROSFernando Mino Maldonado, Concertino
Shari Mason López, Asistente de ConcertinoVera Silantieva BeiskayaVera Koulkova OlegovnaMiguel Juvenal MorenoJoaquín Chávez Quijano
Jesús Lira DiemeckePastor Solís GuerraMykita Klochkov
Benjamín Carone TrejoHaroldo de León
Olga PogodinaJosé Juan Melo Salvador
Dina Garibova StepanovaAntonio Méndez Escobar
Osvaldo Urbieta
VIOLINES SEGUNDOSEmigdio Espinosa Hernández, principal
Pawel Sliwinski StanisewskiBogdan Budzisewski Mariscal
Mariana AndradeKonstantin Sakssonski
Mariana ValenciaGerardo Lujambio
Karina Cortés HernándezPedro Hernández
Camilo Hernández CortésLuis Meza
María HotoránJulio Contreras Veana
Gerardo Meza Sánchez
VIOLASErick Ramírez Cahue, principal
Paul AbottLuis Magaña Pastrana
Mikhail GourfinkelAndrei Katzarava
Carlos GuadarramaErick Martínez Toy
Milana Soboleva SoloviovaLuis Antonio Castillo
Ioulia DogadaevaVirna Cornejo
Fernando Lanza
VIOLONCHELOSVitali Roumanov Savelievich, principal
Beverly Brown ViolaFabiola Flores Herrera
Roberto HerreraValentín MirkovVille Kivivouri
Vladimir SagaidoLuz del Carmen Águila y Elvira
Gregory Daniels Irene Adriana Carrasco
Integrantes de la Orquesta
Carlos Miguel Prieto, Director titular José Areán, Director asociado
academia de música del palacio de minería166
CONTRABAJOSAlexei Diorditsa, principal
Mario Ernesto Martínez FigueroaÁlvaro Porras
Eliézer ParedesSergio Bautista
José Enrique Jaime Bertado HernándezCarlos Rangel
Armando Rangel Chávez
FLAUTASMaría Esther García Salinas, principal
Óscar Daniel RomanoSaul Waskow, piccolo principal
OBOESDavid Harris, principal
Edward SpencerFrancisca Ettlin, corno inglés, principal
CLARINETESJacob de Vries, principalMarylin Nije, principal
Martin Arnold, clarinete bajo principalBaltazar Chavarría
FAGOTESDavid Ball, principal
Fernando Traba, principal Anatoli Loutchinine
Manuel Hernández Fierro, contrafagot principal
CORNOSJon Gustely, principal
Elizabeth Rising, principalPatrick KenellyJeffrey Rogers
Rey David Durán
TROMPETASRicardo Kirgan Cicci, principal
James Ready, principalHumberto Alanís Chichino
Rafael Ancheta
TROMBONESGustavo Rosales, principal
Marcia MedranoTonathiú Rodríguez
TUBAErick Fritz, principal
TIMBALESGabriela Dolores Jiménez Lara, principal
PERCUSIONESErnesto Hurtado
Miguel HernándezAntero ChávezJulian RomeroTania Castro
Juan Ramón Corona
ARPAJanet Paulus, principal
Gounta Salaks
PIANO Y CELESTAEdith Ruiz Zepeda, principal
Duane Cochran
ÓRGANO CLAVECÍNRafael Cárdenas, principal
Orquesta Sinfónica de Minería, 30 años
167
COORDINADOR DE MÚSICOSFernando Mino Maldonado
SERVICIO MÉDICOSergio Rico Méndez
BIBLIOTECARIASara Hernández
AUXILIARES TÉCNICOSMario Rojas
Manuel TorresJosé Luis Guerrero
CONTADORA GENERALIrma López
JEFE DE OFICINAGuadalupe Toxtli
PRENSA Y PUBLICIDADMa. Esther Beltrán
RELACIONES PÚBLICASRaymundo Martínez
Víctor Paniagua
COORDINACIÓN EJECUTIVANancy Hernández
ASISTENTESMarisol Luviano
Rosa María Navarrete
AUXILIARES ADMINISTRATIVOSGabriel Santos
FOTOGRAFÍALorena Alcaraz/Bernardo Arcos
DISEÑO GRÁFICODona Martino
Academia de Músicadel Palacio de Minería
30 AniversArio
Se terminó de imprimir en octubre de 2007en los talleres de Offset Rebosán, S.A. de C.V.,
Para su composición se utilizaron los tiposde las familias Caslon, Trajan y Futura.