Download - Oasis
-
1. UN LUGAR LLAMADO OASIS
Tuvo que cerrar el cine por no poder mantenerlo. Ya saba la frmula del
negocio perfecto. Un amigo de verdad lo financi sin inters, solo por un diez
por ciento de los beneficios.
Viernes 25 de abril. 23.25 horas. Beln vuelve al barrio diez aos
despus. Ve el rtulo luminoso Oasis sin nada ms. Mientras se acerca,
recuerda su niez y la ltima pelcula que vio all con su novio: Te doy mis
ojos. Qu cruel premonicin! Un escalofro recorri su espina dorsal. Entr
alentada por la recomendacin de Horacio, su psiquiatra. El local slo conserva
su entraable aroma y la msica de fondo de Cascanueces.
Tras un pequeo mostrador la setenta le explica cmo funciona. Beln
saca un sobre de una urna, cada sobre contiene un adhesi vo numerado del
uno al sesenta y nueve dentro de un sobre transparente con una pinza. Desde
ese momento ella no se llama Beln, sino nmero veintids. Ha tenido suerte,
porque los nmeros del treinta al sesenta y nueve pagan 100.
Todos deben inscribirse previamente por internet, no se admiten ms de
treinta y cinco del mismo sexo. Los ms veteranos tienen la opcin de
participar en el sorteo del nmero setenta. Debe entrar antes de las 23.30 y
permanecer las ocho horas en recepcin como responsable del buen
funcionamiento.
El saln recibidor no se parece al del antiguo cine. En un rincn
escondido frente al mostrador hay veinticuatro monitores. Hay una barra de
bar, una estantera con botellas y una cmara frigorfica donde abundan las
bebidas energticas. La veintids toma una, nadie tiene que pagar.
23.45. El nmero setenta saliente, la entrante o ambos abre la puerta y
enciende las luces de lo que fue el patio de butacas. Algunos salen poco
despus. Los nmeros del uno al veinticuatro cobran 100. El setenta saliente
se paga lo mismo, controla y guarda la recaudacin y se marcha.
La veintids entra en lo que fue el patio de butacas y se dirige a la cama
con su nmero. Un aroma afrodisaco impregna el ambiente; suena msica
muy relajante. Cada cama est rodeada por tres paneles y un biombo plegable
que sirve como puerta. Dentro del habitculo hay dos armarios. El nmero 24
llega tras ella. Es joven y atractivo, aunque ms bajo que ella. Rubio pero con
ojos negros, un bello contraste.
-Hola, puedo acompaarte? Ella acepta. Mientras se desnudan ella
observa su cuerpo con apariencia de hacer ejercicio. No est nada mal.
-
Una pequea parte de su mente teme ese momento, porque la ltima vez
que lo hizo fue con su maltratador. A pesar de su fuerte aspecto, es tierno con
ella. Acaba mucho ms feliz que antes.
Ella debe recoger sus cosas y abandonar la cama. Su compaero pas
de ser elector a elegido. Beln tiene apetito, cen muy poco por los nervios de
su debut. Va a la cocina, hay un frigorfico, estantes con alimentos, una cocina,
una cafetera y un microondas. Se hace un caf con leche y lo toma con tres
madalenas.
Despus marca en un teclado su nmero. Aparece el ltimo de la lista
expuesta en un monitor situado al lado. Las bebidas le estn haciendo efecto.
Espera encontrar un aseo comn para todos, pero lo habitual puede resultar
sorprendente en un sitio como ese.
Le toca su turno, en la pantalla aparece un hombre con edad para poder
ser su padre. Ella puede ceder turno diciendo siguiente, pero se acerca. No es
tan satisfactorio como el primero, tal vez porque ella debe tomar la iniciativa,
pero s es agradable.
El destino quiso que coincidiera el primer encuentro y el ltimo. l
pregunt si repetan. Ella se neg y l dijo:
-Perdname por insistir. Cre que te gust.
-Aciertas. Pero hoy no quiero repetir con nadie.
-No lo entiendo.
Ella le explica todo. Esta vez no son grabados porque ni siquiera se tocan
y l contina vestido. Se encienden todas las luces.
Hay turno de tarde cada dia. Los fines de semana, adems, durante la
madrugada. Cada maana, el servicio de limpieza hace su labor, los
distribuidores reponen todo lo necesario y el empresario recoge la recaudacin
y los vdeos grabados.
-
EL NMERO 24
Me gusta entrar a primera hora para disfrutar de la copa con tiempo. Pero
el viernes no fui el primero; ella me record la famosa cancin de Burning. Su
elegancia destaca entre la informalidad general. Pero bueno, eso carece de
importancia cuando estemos dentro. Ella estaba de espaldas, alta, con caderas
perfectas, cintura estrecha y melena morena y corta.
Hoy es mi da de suerte. Chica nueva y saco el nmero veinticuatro.
Tengo ms opciones que nadie porque soy el primero en elegir. Me sirvo un
whisky de reserva para celebrarlo.
La veo de frente, no me atrevo a acercarme porque parece tmida. Debe
tener unos treinta aos, es guapa y con buen pecho sin exagerar.
Entramos en el saln por orden de nmero, desde que la vi de frente yo
ya tena clara mi eleccin.
Nos desnudamos a la vez, yo acab antes. Me pidi que la ayudara con el
sujetador, no lo necesita porque no se cayeron. An de pie met mi cabeza en
medio y luego los lam. La cog en brazos y la deposit en la cama.
Le di veintin besos desde la frente al vientre, contndolos en voz alta. Le
quit la braga, le di el beso nmero veintids e introduje mi lengua. Su cuerpo
se estremeca como si nunca lo hubiera hecho o fuera desde hace mucho
tiempo.
-Por favor, 24. Abrzame y bsame.
Nuestros ojos estaban frente a frente, los suyos estaban hmedos. Ella
misma se penetr.
Cuando acabamos, sus ojos no tenan simple humedad, sino lgrimas.
Coincidimos al final, ella me rehus. Insist y me cont su historia de
maltrato mientras se vesta. Yo no me desnud. Le ofrec apoyo, compaa y
que nunca le obligara a nada.
Quedamos para el viernes siguiente. Hoy, viernes 9 me llam por telfono
por primera vez.
-Hola, supongo que conoces mi voz, me llamo Beln.
-Hola, y yo Jess.
-Tengo cita con mi psiquiatra a las 7. Me gustara que vinieras.
-Paso a recogerte?
-No. Prefiero que nos veamos all.
-
Horacio me cay bien y yo a l. Me cont que Beln ya super su trauma,
y que ahora, solo necesita a alguien con quien contar. Que en estas dos
semanas su mejora ha sido notable. La nica secuela es que elude tomar
decisiones por miedo a equivocarse. Acabo as:
-Debers decidir lo mejor para ella. Tienes paciencia?
-No mucha. Pero me sacrificar por ella.
-Tus ojos me dicen que lo conseguirs. Sal y dile a Beln que entre.
La espera se me hizo larga, aunque slo pas media hora. Beln sali
con una sonrisa de oreja a oreja, Horacio sali tras ella. Le abraz, le dio dos
besos y le dijo: -Gracias, Horacio. Prometo visitarte como amiga.
-As me gusta.
Beln se volvi hacia m, tambin me abraz; pero slo me dio un beso
en la boca y muy largo.
-
EL NMERO 69
Lament su mala suerte. Sac el sesenta y ocho, tercera vez consecutiva
que deba pagar. Pero todo cambi cuando entr ella, no se vieron desde que
l cobr.
-Hola, gatita. Crea que no era mi da de suerte hasta que te vi.
-Hola, tigre. Me alegro de verte.
Ella sac el sesenta y nueve. l dijo: -Qu rabia! Quera empezar
contigo.
-Cambiemos el nmero.
-Qu ms da! Seguimos siendo los ltimos.
-Ya vers cmo no da igual.
Entraron los ltimos. No quisieron esperar a su turno. Se desahogaron de
las tres semanas sin estar juntos. La cmara situada en la entrada les enfoc y
todos los que estaban cerca de los monitores pudieron verles. Ellos se sentan
como si estuvieran solos.
Pero todo lo bueno acaba pronto. A ella le toc su turno, se acerc a la
nica cama con un hombre. Le puso a cien en segundos y acabaron en pocos
minutos.
Se puede ceder turno diciendo siguiente hasta un mximo de cinco veces,
l slo tuvo que cederlo tres.
El tiempo se detuvo para ellos. Se recrearon en cada detalle como si
fuera la primera vez. Ya saben lo que le gusta al otro. Las normas no exigen un
mximo de tiempo ni de coitos. Cada cual es libre de su tiempo. Batieron el
rcord de grabacin; 69 minutos y algunos segundos. Ella abandon la cama
entre los aplausos de los que miraban los monitores.
-
EVA
Todos en el pueblo lo saban, excepto su familia. Su mejor amiga se lo
cont una semana antes de la boda:
-Pepe est saliendo con una chica de la capital.
Eva mide 1.50, pesa 45 kilos. Es morena, con grandes ojos negros,
aspecto travieso y maja de cara. Simptica y dicharachera.
La maana siguiente mont en el autobs con el pretexto de comprar en
la capital. Slo sus padres, hermanos y amiga saben que no piensa volver.
Sali sin equipaje y con la tarjeta de crdito.
Encontr trabajo en Madrid como camarera de un restaurante. Saca de
propinas casi la mitad de su sueldo.
Suele estar atenta, pero con discrecin, a las conversaciones de los
clientes. As se enter de Oasis. Lo busc en internet y se apunt.
Pero tiene un problema. Cuando tiene turno de cenas, no tiene tiempo
para ir. Por eso tuvo que ausentarse tres semanas seguidas.
El viernes 25 deseaba que l estuviera, no hay nadie mejor. Se vieron,
Eva demostr su ingenio y rapidez para coincidir.
A pesar de su desengao, ella segua creyendo que puede encontrar a su
media naranja. Ahora tiene la certeza de que lo encontr.
-Me llamo Eva.
-Bromeas? Sabes mi nombre?
-Te prometo que no.
-Me llamo Adn.
Se prometieron que no volveran a Oasis, que no se casaran, que no
haran planes y que viviran cada da como si fuera el ltimo.
Viven en casa de Eva. Adn va al restaurante cuando acaba su trabajo
-
LA NMERO TRECE
Llego a ltima hora. Le veo con la canija. l nunca falla, no slo porque va
todos los viernes, sino tambin ante una mujer.
Me toca el trece, no soy supersticiosa. Adems aqu es un buen nmero,
porque no paga y se cobra a la salida.
Espero desnuda en la cama, nadie se acerca. Cierro los ojos, pero no
para dormir, sino para recordarle mejor. Qu habr visto en la canija? Parece
maja y simptica, pero es tan poquita cosa. Yo tengo ms curvas y ms tetas.
La olvido y evoco nuestra ltima vez.
Alguien toca mi brazo, abro los ojos. Me extraa que tenga dieciocho,
pero exigen el D.N.I. Me dice por seas que es muda. Yo nunca lo hice con
mujeres, pero tras rememorar mi encuentro con l cualquier hombre me
disgustara.
-A ver qu sabes hacer?
Me pide que me d la vuelta, se sienta en mi culo. Siento algo de asco,
pero se me quita cuando empieza a masajear mi nuca y hombros. Contina por
toda mi espalda y disfruto cuando sus pechos acarician toda ella.
-Puedes or? Ella asiente con la cabeza. Le pido que quiero repetir,
pero al revs. Las normas me obligan a tomar actitud pasiva, pero siendo dos
mujeres, hacen la vista gorda.
Me visto y dejo la cama. El 69 est con la canija, cedo mi turno cinco
veces, me acerco a un hombre y me rechaza.
Durante toda la noche, slo me acepta el 69. Repito con l lo que hicimos
la jovencita y yo. Se da la vuelta, ya est listo. Pero yo no quiero acabar, me fijo
en su nmero y lo hacemos. Yo no veo las estrellas, estoy en ellas.
No puedo esperar ms, me penetro y acabo encima suya y llorando. Es el
nico que me suelta lgrimas de satisfaccin.
-Trece, sigue disfrutando. Te prometo que esta noche no ser la ltima.
Me eligi en el ltimo momento. Su imaginacin es desbordante,
acabamos cuando todos los dems haban salido.
-
PALOMA
Perd a mi madre cuando yo era pequea. Mi padre se cas con Gilda.
Me trataba bien con l delante, pero a solas era cruel conmigo. Yo pasaba los
mejores momentos en el colegio, a la salida jugaba con las compaeras para
retrasar mi vuelta a casa hasta que llegara mi padre. Hasta que un da me
oblig a volver cuando saliera de clase.
Tambin perd a mi padre. La felicidad abandon esa casa. Gilda tiene un
hijo de su primer marido, viva con nosotros. Yo slo tena consuelo con l. Me
caa bien, crea que le amaba. Crecimos y naci la atraccin entre nosotros.
Me prometi que viviramos solos cuando trabajara y tuviera dinero.
Me qued embarazada. Gilda dijo que no quera rameras en su casa. Me
dio 500 y me ech. Su hijo permaneci con ella.
Aurora, que bello nombre y tan apropiado. Fue para m un nuevo
amanecer. Es duea de una peluquera y necesitaba una aprendiza. Hablamos,
le cont todo. No slo me contrat, me dio su amistad y un sitio para vivir.
Me ayud a presentar la demanda en el juzgado. El juez sentenci que
Gilda deba pagarme la mitad del valor de la casa. Tuvo que venderla porque
no tena suficiente dinero.
La amistad se convirti en algo ms. Soy feliz con Aurora.
Hoy, 25 de Abril, cumplo 18 aos. Hablamos durante el desayuno.
-Paloma. Ya eres mayor de edad. Tienes clara tu opcin sexual?
-Estoy a gusto contigo.
-Tambin lo estabas con el padre de tu hi jo. La sociedad est cambiando,
pero sigue habiendo demasiados retrgrados. No quiero que pases lo mismo
que yo. Deberas conocer otro hombre para decidirte.
-No quiero hombres. Estoy decidida.
-Yo tambin necesito un hombre de vez en cuando. Voy a contarte
adnde voy los sbados por la noche. Se llama Oasis, es un sitio donde se
encuentran hombres y mujeres comunes y corrientes. Se puede elegir a quien
le guste. Creo que es el sitio ideal para que tomes tu decisin.
-Si vamos las dos, no quiero dejar a mi hijo slo.
-Irs t sola. Yo me quedar con l.
-De acuerdo.
-
Fuimos a la peluquera y pusimos un cartel anunciando: Cerrado esta
tarde por cumpleaos. Las clientas fueron muy cariosas, me dieron regalos y
buenas propinas. Al cerrar recogimos a Marcos de la guardera.
Hicimos comida especial y comimos tarta de postre. Aurora busc Oasis
en internet y reserv para m para esa noche.
-Aurora, no ser mejor para maana? El domingo no tengo que trabajar.
-Tienes la maana libre. Luego te explicar por qu irs esta noche.
Fuimos a la ptica para cambiar mis gafas por lenti llas, mis ojos
cambiaron su color marrn por verde claro.
Volvimos a la peluquera. Me lav la cabeza, me seal un silln de
espaldas al espejo, no lo volvi. Yo slo vea como mi abundante melena
morena caa al suelo.
-Paloma, dijiste una vez que Gilda ve a las de nuestro gusto como unas
guarras?
-S. Qu pretendes?
-Gilda va todos los viernes a Oasis. No quiero que te conozca y que
disfrutes vengndote de ella.
Sigui contndome los detalles del centro mientras cortaba, tea mi pelo
y me maquillaba. Me quit la capa y dio la vuelta al silln. Yo no poda creer
que a quien vea en el espejo era yo misma. Vea a una chica con pelo muy
corto y rubio platino, pestaas ms grandes, cejas ms pequeas, ojos ms
claros, rostro ms ancho y plido, labios ms rojos y con destellos plateados.
Llegu a Oasis a las 23.40. Reconoc a ngel tras la barra del bar
sirvindose una copa. Yo saba que no hay camareros, pero quise gastarle una
broma para ver si me reconoca. Tras sacar el 45, le ped:
-Srvame otra igual.
-Encantado. Puede sentarse y se la llevo.
Segu con la broma preguntando el precio, respondi que la casa invita.
Se sent conmigo, explic que no hay camareros, me hice la despistada y ped
perdn. No me reconoci.
Ya dentro busqu a Gilda en los monitores, estaba en la cama trece.
Nadie se acerc a ella hasta que fui yo. Me hice la muda, una cosa es probar
con alguien que te vea de pascuas a ramos y otra muy distinta con alguien que
te oa todos los das.
-
Quiso repetir lo que le hice, acced aunque no me haca gracia. No tiene
nada de delicadeza. Yo odiaba el bao hasta que lo haca yo sola.
Dio la casualidad de que el primer hombre que me eligiera fuera ngel, le
acept. Me despert sensaciones que crea olvidadas y que Aurora no me hizo
sentir. Descubr que se puede disfrutar con ambos sexos, pero siempre ms
con un hombre.
Desde ese momento slo eleg y acept mujeres, por fidelidad a ngel. Le
amo. Se encendieron las luces mientras estaba vestida y esperando m turno.
Me fij en el monitor, Gilda estaba con el 69. Fui al bao, me puse la peluca
morena y las gafas, me arregl el maquillaje para tener mi aspecto habitual.
Sal a la entrada. ngel esperaba cola para cobrar. Con el dinero
guardado se volvi y me vio.
-Paloma?
-La misma.
En ese momento lleg Gilda, dije a ngel que me esperara y me acerqu.
-Hola, Gilda.
-Paloma? Qu haces aqu?
-Lo mismo que t.
-No lo entiendo, no te he visto.
No respond. Me quit la peluca y las gafas.
-
NGEL
Yo tena 5 aos cuando naci Paloma. Su madre muri de cncer cuando
tena 2 aos. Gilda estaba divorciada, engatus al padre de Paloma y se
casaron. A travs de la pared oamos las broncas de Gilda a su hijastra cuando
el padre no estaba. Aumentaron cuando el padre falleci.
Me cas enamorado. Para mi esposa la religin es lo fundamental y rega
sus costumbres por los cnones religiosos. No pude soportarla ms y volv a la
casa de mis padres. Poco despus se mudaron a Cdiz y vivo solo. Ahora mis
vecinos son un matrimonio jubilado.
Busqu relaciones por internet, encontr Oasis y me apunt. Aunque est
mal que yo lo diga, tengo xito.
Yo siempre iba por las tardes; pero anteayer, viernes 25, fui por la noche.
Fui a la barra para servirme un gin-tonic. Entr una chica preciosa, casi como
yo de alta, rubia, pelo corto, ojos claros y una sonrisa preciosa. Crey que yo
era el barman, le segu el rollo para ligar. Le cont la verdad y se disculp.
Respond que la primera vez es fcil equivocarse. Su mirada sigui a Gilda
cuando entr.
Me gust la primera mujer que me eligi, pero yo segua con mi mente
ocupada en la 45. Ella no se percat y me agradeci que le hiciera pasar tan
grato momento.
Esper mirando la pantalla donde Gilda estaba con la 45, me sorprendi y
me asust, por si slo le gustaban mujeres. Gilda se vesta y sali. Delante de
m estaba una mujer, tem que se acercara a ella. Por fortuna se dirigi a un
hombre.
Las imgenes en los monitores no hacen justicia. Ella es mucho ms
guapa al natural. Empec besando sus pezones con mi mayor delicadeza, se
pusieron como garbanzos. Mis dedos acariciaban donde alcanzaban. Descend
por su cuerpo y llegu al pubis, estaba depilado. Me excit. Abarqu sus nalgas
y sent como su cuerpo se estremeca. Mis dudas acerca de su gusto sexual se
disiparon.
Alc la vista para mirar sus preciosos ojos. Adivin lo que yo deseaba y
me anim sin decir nada. Entr sin oposicin, me mov despacio. Ella agarr mi
tronco con sus brazos y mis muslos con las piernas.
Me concentr en ella. Jams me perdonara que solo yo sintiera. Aceler
cuando present que le vena y nos desahogamos a la vez.
No tuve la suerte de coincidir otra vez. Por las pantallas vi que slo
aceptaba y escoga mujeres.
-
Las luces me sorprendieron acabando con otra. Busqu a la 45, las
pantallas slo proyectaban a Gilda con el 69. Mir cama por cama, s lo les
encontr a ellos. Sal a recepcin, tampoco la vi; me puse en la cola para
cobrar, me di la vuelta y vi a Paloma. Pero Gilda entraba en ese momento y me
pidi que la esperara. Yo no entenda nada, por qu acompaaba a la
madrastra que tanto le hizo sufrir?
Tuve la respuesta poco despus. Gilda y yo descubrimos que Paloma y la
45 son la misma. La reaccin de ella fue violenta, le atiz una bofetada. Se dio
cuenta de que todos la miraban con reproche. Si tiene vergenza, no lo
demostr. Alz la cabeza con orgullo y se dirigi a la salida. Incluso se olvid
de cobrar, no creo que vuelva.
Bes su pmulo agraviado, le pregunt si le dola.
-Slo me duele haber fingido contigo. Perdname.
-No, perdname a m. Ahora s que siempre te he amado. Deb sacarte
de aquel infierno.
Ya haban salido todos, la setenta nos dijo que deba cerrar. En la calle le
ofrec:
-Tengo coche, puedo llevarte?
-Encantada.
-
MENAGE A TROIS
Dorm toda la maana. No me apeteca hacer comida. Llam a mi an
esposa, quedamos a las 5 donde fue nuestro nido. Com en un restaurante
cercano a su casa. Sal con tiempo para dar un paseo, necesitaba meditar un
plan para conseguir mi propsito. Saba que no sera fcil.
Pero un detalle casual me ayud: Yo estaba en la esquina ms pr xima
cuando vi salir a Gilda de su portal. Menos mal que march en direccin
contraria. A las 5 en punto llam al portero automtico.
-No me divorciar. El matrimonio es sagrado
-Conoces a divorciados que siguen yendo a misa.
-Voy a denunciar a Aurora por corrupcin de menores.
La sangre me herva, pero consegu calmarme:
-Tu ta Gilda hizo una desgraciada a Paloma. Slo ha sido feliz con
Aurora. Yo slo quiero que lo sea conmigo.
Ella no se calm:
-Qu pintas t con una lesbiana?
-Conozco ese tema mejor que t. Paso de explicarte.
-Yo slo quiero volver a empezar.
-Quiero vivir con alguien que me quiera ms que a Dios.
-Cambiar, seremos felices.
-No lo entiendes. Nunca sers feliz conmigo. Ahora slo amo a Paloma.
Ya no estaba enfadada, sino triste. Me abraz, llor en mi hombro. Quise
apartarla de m, pero tema hacerle dao. No mov ni un dedo ni demostr
emocin porque no tena.
-No comparto tu opinin, pero la tolero. Acepto el divorcio.
Volv a mi barrio de soltero. Compr un anillo, un ramo de claveles, su flor
favorita; bombones, cava, un juguete para Marcos y otro ramo ms pequeo
para Aurora.
Llegu a la peluquera con los dos ramos. Abri Aurora, supuse, le di su
ramo. Me dio un beso y dijo:
-T debes ser ngel. Muchas gracias! Qu celebramos?
-
-Quiero que Paloma lo sepa antes.
Me acobard viendo tantas mujeres. No quise demostrarlo, fui decidido
adonde estaba Paloma, le di el ramo.
-Paloma, quieres casarte conmigo?
-S quiero, ngel.
Me abraz y nos besamos. Todas las presentes aplaudieron.
Pero ellas deban continuar su tarea. Yo me senta cohibido y propuse
irme. Aurora y Paloma cuchichearon y me di jo mi amada:
-Vamos a ir ahora a la guardera para recoger a Marcos. Os dejo en
nuestra casa y nos esperis all.
Salimos cogidos de la mano. Le dije:
-Quiero que me acompaes a mi casa, tengo un regalo para l.
-Lo siento, pero no quiero pasar tan cerca de la casa. Ve t solo, te
esperar en la guardera.
Acept. Cuando llegu ya tena a su hijo. Le di su regalo, es un coche
como el que sale en una pelcula de dibujos. Le gust mucho. Paloma me
present como su prometido y dio permiso para que yo recogiera a Marcos.
El tiempo pas rpido jugando con el coche y a otras cosas. Tras la cena
comimos los bombones con el cava y le puse el anillo.
Marcos tena sueo, pero no quera acostarse. Le cog en brazos, su
madre nos acompa y lo acost en su cama. No tard en dormirse. Mientras
salamos pregunt:
-A qu hora se despierta? Quiero estar aqu cuando lo haga.
-Yo quiero que te quedes.
-Es lo que ms deseo. Pero no quiero murmuraciones.
-Somos dos contra uno. Aurora estaba en la puerta del otro cuarto,
desnuda.
-Insisto en irme. Quiero seguir un noviazgo convencional.
-Vivo menos tiempo que vosotros en el barrio, pero lo conozco igual de
bien. Te has declarado en pblico y lo nico que no te perdonarn es que no
cumplas tu palabra.
Entramos en el cuarto. Paloma y yo nos desnudamos, me dijo:
-
-Nos gusta el roce piel con piel, sin vello.
-Y si me niego?
-Te ataremos. Dijeron al unsono.
Empezaron cortando los pelos ms largos, sigui Paloma con la
depilatoria elctrica. Aurora masajeaba esa zona con crema hidratante. La
vibracin del aparato y la delicadeza de ambas me excitaban. Yo nunca sent
tanto porque nunca tuve mi piel tan sensible. Cuando slo tuve pelos en mi
cabeza, me acariciaron todo el cuerpo con dedos y pechos. Aurora tiene ms
que Paloma, pero yo no cambio una por otra.
Quise tomar la iniciativa, pero no me dejaron. Paloma se penetr, Aurora
acerc sus senos a mi cara y despus acariciaba mis piernas y testculos.
Reconoc mi acierto en Oasis cuando ella aceler en el mismo momento.
Esta vez nos emocionamos los dos.
-ngel, no echas de menos a alguien?
-A nadie.
-Aurora nos dej antes del momento culminante. Pasar toda la noche en
la otra habitacin.
-Me da miedo preguntarte
-A quin prefiero? Disfruto con Aurora, pero ms contigo. Aprovecha el
relax para dormir. Hasta maana.
Soaba que estaba tumbado en la arena de una playa, boca abajo. Cerca
de la orilla. Paloma extenda bronceador por mi espalda. Estbamos desnudos.
Nos cay una ola encima. Un nio rea.
Despertamos empapados. Aurora tena un cubo en la mano y Marcos se
mondaba. Sent ms vergenza de estar desnudo por l que por las mujeres.
Desayunbamos en silencio hasta que Marcos habl:
-ngel, puedo llamarte pap?
Me qued atnito, mir a Paloma. Yo bien saba que ella no pudo decirle
nada. Miramos a Aurora, sonrea. Respond como pude:
-Marcos. An es pronto, no somos familia. Hay detalles que tenemos que
arreglar.
-
-Qu detalles?
-T mam y yo tenemos que casarnos. Entonces seremos familia.
Aurora respondi: -La familia es un sentimiento, no un documento.
Marcos, Paloma y yo somos familia.
Me sent atrapado en un callejn sin salida. Rogu a Paloma con la
mirada:
-ngel. Nos amamos, para m es suficiente.
-Esta casa es pequea para los cuatro. Mi intencin es vivir en mi casa,
pero ahora est organizada para un hombre solo. Adems, Paloma, no quieres
acercarte a tu vieja casa.
Hubo un silencio un largo rato. Lo rompi Aurora:
-ngel. Quiero proponeros lo que me parece ms sensato. Podis
quedaros aqu todo el tiempo necesario. Mientras arreglis la casa para vivir los
tres. Paloma, sers feliz en esa casa. Tu vecina es clienta nuestra, te aprecia y
te ayudar. Llegar un da que pierdas tu miedo y entrars en su casa.
Respond: -Gracias, Aurora. Te echaremos de menos.
-No os libraris de m. Paloma, qu dices?
-Dos cosas. Vamos a ver nuestra casa y a ti, hijo mo, que puedes
llamarle pap.
-
SOLEDAD
Crec entre fogones. Mis padres montaron un restaurante. Yo aprenda
ms en la cocina que en el colegio. Mi hermano es mayor que yo, es camarero
desde que acab el instituto.
Tengo una gran imaginacin. Pretend crear nuevos platos, pero mam se
resista. Hasta que un da, pap la convenci. Pap pensaba en los grandes
chefs que salen en la tele y soaba con que su hija triunfara como ellos.
Yo no tena tales delirios de grandeza. Yo slo quera el agradecimiento
de mis clientes. Y fueron agradecidos. En un principio alternbamos ambos
tipos de comida. Ms tarde tuvimos que abandonar la cocina tradicional para
disgusto de mam.
Se hizo necesario crear lista de espera. El restaurante pas de ser el
tpico de barrio a uno de los sitios de moda en Madrid. Recibimos una estrella
Michelin. Encontramos un local el doble de grande y eliminamos la lista de
espera. Empezamos a contratar personal.
Pero soplan malos vientos para las empresas. La crisis nos oblig a
cerrar. Mi hermano est casado y no encontr trabajo de camarero.
Tengo 30 aos, toda mi vida he estado concentrada en el restaurante,
slo sala para comprar ingredientes y para dormir en la casa de mis padres.
Ellos estn tan o ms deprimidos que yo. Tengo la sensacin de haber perdido
el tiempo.
Eva fue nuestra empleada y mi mejor amiga. Sigue visitndome para
tratar de animarme. Hoy me ha hablado de Oasis. All conoci a su pareja , no
es casualidad que se llame Adn? Prometieron no volver porque ya
encontraron a quien buscaban.
-Sole, estamos dispuestos a romper la promesa para acompaarte.
-Gracias, Eva. Ir con vosotros. Te prometo que no estar con Adn.
-No me importara. Si de todas maneras, l tendr que estar con otra,
quin mejor que t?
Me recogieron a las 23.15, entramos, me pidieron que sacara un nmero,
el 37. Eva lo cogi para ella, el siguiente fue el 9. Yo no deba pagar y cobrar
a la salida. Eva pidi permiso al setenta para entrar conmigo, l acept. As no
tiene que explicarme nada. En la cama 9, mientras yo me desnudaba, Eva dijo:
-Ests preparada? Cuando yo salga puede entrar cualquiera. Puedes
rehusar hasta un mximo de diez veces durante toda la noche.
-No puedes quedarte?
-
-Slo si deseas realmente a una mujer.
-No lo s. Romp en llanto. Eva sec las lgrimas con sus labios, me
gust y arrim los mos a los suyos. Se desnud en un periquete y me elev
muy lejos de all con sus caricias y besos.
Yo, que slo disfrutaba cuando me felicitaban, he descubierto que hay
algo mejor que la cocina.
Me vest y abandon la cama. Me apeteca un cigarrillo, pero all no se
puede fumar. Fui a la cocina para tomar un vaso de vino.
Eleg a un hombre de mi edad ms o menos. Le hice lo mismo que Eva
hizo conmigo. Lleg el momento de la verdad. Yo estaba decidida a dejar de
ser virgen. Not que algo le impeda entrar, empuj con todas mis fuerzas y
cedi. Su rostro era un poema por la sorpresa. Aunque l estaba debajo, tom
la iniciativa y segu su ritmo.
Me derrumb encima de l. Nuestros ojos estaban hmedos.
-Gracias. Me has hecho el hombre ms feliz.
19 de Julio. Han pasado dos meses. Jaime, ese es su nombre, y yo nos
vemos todos los das. Es viudo, tuvo un accidente que cost la vida a su
esposa. Invirti la indemnizacin en Bolsa. Se multiplic y se retir a tiempo,
pocos das despus su valor descendi. Tambin fue su primera vez en Oasis.
Hoy me ha llamado:
-Sole. Ponte la mejor ropa que tengas. Quiero llevarte a un sitio especial.
-Adnde?
-Es una sorpresa. Te recojo a las 8.
Esper abajo junto a un descapotable. Nos saludamos y besamos.
-Es nuevo. Lo has comprado?
-No, lo he alquilado.
Salimos del barrio. l no deca nada y yo no quise distraerle hablando.
Conduca por todo el centro. Todos miraban con admiracin.
Pas casi una hora. Seguamos sin hablar y yo preguntndome adonde
me llevaba. Volvimos al barrio y par delante de nuestro ltimo restaurante.
Ahora con el rtulo Restaurante Soledad. Cocina Creativa Un cartel
anunciaba: Gran fiesta de inauguracin. Buffet gratis hasta completar aforo y
agotar existencias. Una multitud esperaba. Reconoc a clientes, vecinos y,
-
vestidos de uniforme, a mi hermano y todos nuestros empleados, Eva entre
ellos.
Jaime me dio la llave. Abr y tuve que entrar la primera. Las mesas
estaban colocadas como para una boda. En la principal estaban sentados pap
y mam dejando dos asientos libres en el centro. Ellos hicieron la cena. Jaime
ocup el asiento al lado de mam y yo junto a pap.
Cuando todos se sentaron, Jaime se levant, cogi mi mano para que me
levantara y pidi:
-Soledad, quieres compartir tu vida conmigo?
-S, quiero.
Mam dio un anillo a Jaime, me lo puso en la mano derecha. Pap me dio
otro y se lo puse a Jaime. Nos besamos y aplaudieron todos.
Sirvieron los platos que ms xito tuvieron. Habl con Jaime:
-Creo que los camareros deberan compartir el banquete.
-Est todo pensado. Hemos doblado el personal, mientras unos sirven, los
otros comen en la cocina.
-Cundo se te ocurri hacer esto?
-El primer da. T me diste la mejor sorpresa de mi vida y quise hacerte la
mejor para ti.
-Lo has conseguido. Te quiero.
-QUE SE BESEN! QUE SE BESEN!
Tras la cena volvimos al descapotable. Esta vez no hizo un rodeo, sali a
la carretera ms cercana, entr en una urbanizacin de chalets con calles
curvas, pareca un laberinto. Me maravill que no se perdiera. Diez minutos
despus, par, abri el garaje a distancia y meti el coche. Salimos de l, abri
una puerta y entramos en el recibidor.
-As que esta es tu casa, por qu no me trajiste antes?
-Yo tambin la estreno. Me daba vergenza ensearte la vieja. Te
enseo sta?
-Hay tiempo. Prefiero disfrutar contigo.
Subimos las escaleras y entramos en la primera puerta.
-Por primera vez en mi vida duermo fuera de la casa de mis padres.
-
-Tienes muchas cosas nuevas que descubrir. Cuenta conmigo.
-Siempre que me deje el trabajo.
-No dejar que seas una esclava. Y, si me enseas, te ayudar para estar
siempre contigo.
-Ser un placer.
-De eso nada. El verdadero placer es lo que vamos a hacer ahora.
-Lo descubr el da que te conoc. No lo cambio por la cocina.
-
Este libro fue distribuido por cortesa de:
Para obtener tu propio acceso a lecturas y libros electrnicos ilimitados GRATIS hoy mismo, visita:
http://espanol.Free-eBooks.net
Comparte este libro con todos y cada uno de tus amigos de forma automtica, mediante la seleccin de cualquiera de las opciones de abajo:
Para mostrar tu agradecimiento al autor y ayudar a otros para tener agradables experiencias de lectura y encontrar informacin valiosa,
estaremos muy agradecidos si"publicas un comentario para este libro aqu".
INFORMACIN DE LOS DERECHOS DEL AUTORFree-eBooks.net respeta la propiedad intelectual de otros. Cuando los propietarios de los derechos de un libro envan su trabajo a Free-eBooks.net, nos estn dando permiso para distribuir dicho
material. A menos que se indique lo contrario en este libro, este permiso no se transmite a los dems. Por lo tanto, la redistribucin de este libro sn el permiso del propietario de los derechos, puede constituir una infraccin a las leyes de propiedad intelectual. Si usted cree que su trabajo se ha utilizado de una manera que constituya una violacin a los derechos de autor, por favor, siga nuestras
Recomendaciones y Procedimiento de Reclamos de Violacin a Derechos de Autor como se ve en nuestras Condiciones de Servicio aqu:
http://espanol.free-ebooks.net/tos.html