Alimentación del Ganado Lechero
NOTAS SOBRE ALIMENTACION DE LA VACA LECHERA.
CONSUMO
El primer concepto a desarrollar cuando se aborda la alimentación del ganado lechero
es el consumo de materia seca ya que determina el aporte o cantidad de nutrientes disponibles
para las diferentes funciones del animal.
El consumo de materia seca (CMS) es quizás el factor que más impacto tiene sobre la
salud metabólica y la producción de las vacas lecheras, principalmente en los primeros meses
de la lactancia.
Determinar el consumo ó ingesta de alimentos expresado en kilogramos de materia
seca es prioritario para: la formulación de raciones de los animales lecheros, evitar sub. o
sobre alimentación, realizar un uso eficiente de los recursos alimenticios disponibles, lograr
un balance adecuado de nutrientes, reducir los costos y evitar excreciones excesivas de
nutrientes que pueden contaminar el ambiente, debido a una sobre alimentación. En algunos
casos, la sobre oferta o consumo de algunos nutrientes pueden producir alteraciones
metabólicas ó enfermedades a los animales sometidos a este tipo de dietas.
Diferentes teorías intentan explicar los factores que afectan ó regulan el consumo
voluntario de materia seca de los rumiantes. Algunas teorías, lo explican a través de llenado
físico del retículo ruminal (Allen, 1996; Mertens, 1994); otras, por factores metabólicos de
retroalimentación, regulación fisiológica del consumo, (Illius and Jessop, 1996; Mertens,
1994), y por el consumo de oxigeno. Sin embargo, estas teorías pueden explicar el consumo
bajo determinadas condiciones, pero en realidad, la ingesta del alimento está condicionada a
un gran número de factores y a la interacción de estos, bajo diferentes condiciones.
La ingesta de un alimento de baja digestibilidad afecta negativamente el consumo
voluntario de materia seca (CMS), debido a que la tasa de evacuación del alimento del rumen
y la velocidad de pasaje por el tracto digestivo es menor. El retículo rumen y probablemente
el abomaso poseen a lo largo y ancho de sus paredes receptores que afectan negativamente el
CMS en relación al volumen y peso del alimento retenido en ellos. La fracción de Fibra
detergente neutro (FDN) del alimento, por su baja tasa de digestión, es el principal factor
asociado al efecto de llenado del rumen ó regulación física del consumo .
El principio de la teoría de regulación fisiológica del consumo se basa en el concepto
que: sí un animal dispone de una cantidad de nutrientes, principalmente energía y proteína,
superior a los requerimientos de mantenimiento y producción, factores fisiológicos actuaran
deprimiendo el apetito y por lo tanto su consumo. Esta teoría relaciona la calidad del
alimento, referida a la digestibilidad del mismo, con el consumo animal. Su principio es el
siguiente: cuando mejora la calidad de la dieta aumenta el aporte de nutrientes por unidad de
alimento, por ejemplo la concentración energética del alimento (Mcal EM/kgMS), de esta
manera el animal necesitará consumir menor cantidad de materia seca para disponer de la
cantidad de nutrientes requeridos, esto dentro de ciertos límites de digestibilidad del
alimento.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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La teoría de regulación de la ingesta ó consumo de materia seca (CMS), por consumo
de oxigeno (Ketelaars and Tolkamp, 1996) dice; los animales consumen energía a un nivel en
que la tasa de uso o consumo de oxigeno es óptima y es mínima la producción de radicales
libres que promueven el envejecimiento.
Parece ser que una acción aditiva y de interacción de factores físicos, químicos y
fisiológicos son los que regulan el CMS en los rumiantes, sumado a factores sensoriales y
psicológicos del animal. El CMS es una variable de difícil estimación debido a que la ingesta
está regulada por factores poco conocidos de acciones complejas y con los conocimientos
actuales muy difíciles de ponderar.
Uno de los factores que afecta fuertemente el consumo de energía, explicitado en
numerosos informes bibliográficos, es la demanda de energía para la producción de leche,
aunque se ha establecido un debate; ¿ es el consumo de energía quien controla la producción
de leche ó los requerimientos energéticos para producción de leche determinan el consumo
de energía, por parte de la vaca lechera?. Las bases de la teoría de la regulación del consumo
de energía, reportadas por (Baile and Forbes, 1974; Conrad et al., 1964; Mertens, 1987;
National Research Council, 1989), sostienen que las vacas lecheras condicionan el consumo
de alimento a sus necesidades de energía. El incremento del consumo de energía como
respuesta a un aumento de los requerimientos energéticos ha sido claramente demostrado en
numerosos trabajos en donde se aplicó la hormona somatotrofina bovina y el CMS acompañó
la producción de leche. (Bauman, 1992; Etherton and Bauman, 1998).
Las predicciones del CMS en su mayoría se basan en factores relacionados al animal
y/o a la calidad y cantidad de alimento suministrado, frecuencia de alimentación, duración de
las comidas y velocidad de ingestión, también tiene influencia factores ambientales, de
manejo y de sociabilidad de los animales.
A continuación se realiza una reseña sobre los factores que afectan el consumo de
materia seca y su estimación en función a estas variables:
Los factores a considerar se podrían agrupar en: factores relacionados al animal; a la
dieta; ambientales y de manejo.
1. FACTORES RELACIONADOS AL ANIMAL.
Se mencionan como principales factores dentro de este grupo al peso vivo del animal,
la producción de leche por día y la condición sanitaria de la vaca.
El tamaño metabólico del animal (P.V.0,75
) es en realidad el factor que regula el
consumo de materia seca y no el peso vivo real del animal. Bajo condiciones de alimentación
donde el llenado del rumen es el factor condicionante de la capacidad de consumo de materia
seca, el tamaño del rumen determinará el CMS del animal. Existe una estrecha relación entre
el tamaño metabólico del animal y la capacidad del rumen. El tamaño metabólico de un
animal depende de su edad, sexo, raza, etc., y a veces resulta dificultoso determinarlo con
exactitud.
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Grieve et al (1976), citado por Broster, (1983), encontraron que durante los primeros
90 días de la lactancia, el CMS de una ración con 60% de concentrado estaba más asociado al
peso corporal, que a otras características, aumentando a razón de 1,07 kg/100 kg de
incremento de peso vivo. Solamente cuando el consumo esté limitado por el tiempo de
pastoreo ó accesibilidad a los alimentos, es probable que el CMS esté relacionado con el
tamaño metabólico, bajo estas condiciones es probable que la velocidad de eliminación de los
metabolitos sea el factor que controle el consumo. Conrad et al. (1964), encontraron que el
CMS en dietas de baja digestibilidad era directamente proporcional a la capacidad del rumen,
y por lo tanto al tamaño de la vaca. El consumo en dietas con mayor digestibilidad, en
cambio, está regulado por el tamaño metabólico.
Grreenhalgh y MacDonal (1978), citados por Broster, (1983), relacionan el CMS con
el PV0,75
para dietas con un rango de concentración energética de 2,4 a 2,9 Mcal EM/kgMS.
Los mismos autores, de una revisión de los datos experimentales publicados, concluyeron que
el consumo medio de materia seca, para vacas que tuvieron una producción total de 5000 kg
LCG (leche corregida por grasa butirosa al 4%) y 305 días de lactancia, fue 135 g de
MS/kgPV0,75
, para dietas con un rango de metabolicidad de 0,55 a 0,65 (2,4 a 2,9 McalEM/kg
MS) y para vacas con pesos comprendidos entre 350 a 650 kg/PV. Estos autores concluyen
que existe una relación prácticamente lineal del CMS con el aumento de PV y la producción
de leche de 2,2 kg/100 kg de incremento de peso vivo y de 0,2 kg/kg de leche producido.
Otros autores relacionaron la edad y número del parto comprobando un incremento en
el consumo desde la primera a la segunda lactancia independientemente del tamaño del
cuerpo y la producción de leche; lo atribuyeron a un aumento considerable de los
requerimientos de la vaca y a la adopción progresiva del apetito a estos requerimientos en las
lactancias sucesivas. (Journet, Poutou y Calomiti, 1965; Broster, y colaboradores, datos no
publicados, citado por Broster y Swan, 1983).
Comerón. (1991), determinó, en vacas en pastoreo rotativo, un efecto intrínseco del
número de lactancia, independiente del efecto del peso y producción, sobre el consumo de
alrededor de 0,8 kg MO entre las primíparas y multíparas. Por otra parte, Faverdin et al
(1987), observaron, en condiciones de estabulación, una diferencia de consumo de materia
seca de 0,5 kg entre las vacas de primera parición y las multíparas.
El peso vivo es una medida objetiva que está relacionada con el tamaño, pero esta
relación está fuertemente influenciada por la condición corporal (C.C) del animal. Resulta
entonces necesario para estimar el CMS en vacas lecheras utilizar un estándar para valorar la
C.C y poder corregir el peso vivo real a un peso vivo ajustado a un igual estado corporal en
todos los casos.
El peso vivo ajustado es el peso que tiene el animal a una condición corporal óptima.
El estado ó condición corporal (C.C) se puede valorar con una escala de 1 a 9, (Lowman,
Scott& Somerville, 1976), donde el peso óptimo ajustado corresponde en la escala al valor 7.
También existe una escala de valoración propuesta por Wildman y otros (1982) , que
establece un rango de 1 a 5 con una variación de ½ punto para la evaluación de la C.C de los
animales. Ambas escalas se corresponden y pueden ser usadas indistintamente. La variación
de peso por cada punto en la escala 1 a 9 de; Lowman y otros.1976, se cuantifica en un 5%
del peso ajustado. El peso ajustado de referencia es el equivalente a la condición corporal de 7
en la escala de 1 a 9 y de 4 en la escala propuesta por Wildman (1982), corresponde a un
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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animal cuyo grado de gordura no permite visualizar las apófisis espinosas, con abundante
deposición de grasa alrededor de la inserción de la cola y no se visualizan las costillas. (Ver
anexo. Condición corporal).
Otro aspecto de gran importancia en el CMS es el estado de la lactación y/o nivel de
producción de leche, ya que este tiene un efecto directo sobre la demanda de nutrientes por
parte del animal y como habíamos visto la producción de leche condiciona el consumo de
materia seca. Por ejemplo, si se considera los requerimientos de energía, de acuerdo al
contenido de grasa butirosa y proteína de la leche será la energía requerida para producir un
litro de leche y de acuerdo a los litros totales producidos por día será la demanda total de
energía, requerida por día por animal. En otros términos, la producción de leche y su riqueza
composicional condicionan la demanda de nutrientes y ésta el consumo ó ingesta de materia
seca. Si para producir un litro de leche se requiere 1.1 Mcal EM y un alimento por ej.: el heno
de alfalfa que contiene 2.2 Mcal EM/kgMS, un animal deberá consumir 0,5 kg de MS por
cada litro de leche producido, más lo requerido para mantenimiento, ganancia de peso y
gestación.
Gráfico 1: Consumo de materia seca durante la lactación en vacas primíparas y multíparas.
Vadiveloo & Holmes (1979)
En el Gráfico 1, se observa que al momento del parto el CMS se encuentra
fuertemente restringido, alrededor de las 6 a 8 semanas alcanza su máximo valor en vacas
multíparas, en vaquillonas la restricción de consumo es similar en el pos-parto inmediato,
pero la recuperación es más lenta, la máxima capacidad de consumo se alcanzaría entre las 13
y 16 semanas de lactancia. Vadiveloo & Holmes (1979), May (1994), Chamberlain &
Wilkinson (1995) y Roseler et al (1997) han desarrollado ecuaciones para predecir el
consumo de materia seca en las primeras semanas de lactación, introduciendo un factor de
corrección en función de la depresión de consumo observada en este período. En la edición
2001 de N.R.C. National Requeriments of Dairy Cattle, se reporta una ecuación para corregir
el consumo de materia seca según las semanas de lactación:
Factor de corrección: (1- e(-0,192x(sem.lact+3,67)
).
Chamberlain & Wilkinson (1995), citado por Melo. (1998) reporta una Tabla de
Corrección de consumo voluntario de materia seca de acuerdo a la semana de lactación. (ver
Tabla 1)
1 4 7 10 13 16 19 22 25 28 31 34 37 40 43 46
Semanas Lactación
Consum
o k
gM
S/v
/d
Multíparas
Primíparas
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Tabla 1: Factores de corrección para CMS.
Semana de lactación Factor de corrección
1 0,68
2 0,78
4 0,88
6 0,93
8 0,96
10 0,98
12 1,00 Chamberlain & Wilkinson (1995)
Los factores de corrección de N.R.C. y los presentados por Chamberlain & Wilkinson
difieren siendo los del N.R.C más bajos; por ejemplo: para la primera semana el factor es de
0,60; 4ta = 0,77 12da = 0,95. Estos valores indican que la depresión de consumo es
considerada por N.R.C. más severa y la recuperación del máximo consumo más lenta,
alrededor de los 5 a 6 meses de lactación.
Bines. (1976), indica que el CMS deprimido en las primeras semanas posparto tiene su
origen, en el tiempo empleado para que la grasa acumulada en el abdomen sea eliminada y el
rumen pueda ocupar el máximo de espacio en la cavidad abdominal. Esto se demuestra por la
menor restricción de consumo que presentan las vacas que inician la lactancia con una
condición corporal inferior a las de las vacas gordas. Estas vacas presentan una fuerte
depresión de consumo por razones físicas asociado a problemas metabólicos. (Lodge et al,
1975).
El aumento del consumo de concentrados en las dietas de vacas lecheras produce un
aumento en el CMS y de energía en igual momento de la lactancia, evidenciando la
participación de efectos físicos sobre el consumo. Por otra parte (Forbes, 1977), citado por
Broster (1983), sugiere que el factor limitante del consumo en las primeras semanas de
lactancia está relacionado con el tamaño del útero y su involución. El mismo autor sugirió que
el aumento de los requerimientos de nutrientes desde los últimos meses de la preñez hasta el
pico de lactancia provocan una hipertrofia de los tejidos de la pared del intestino y del hígado,
y que al tener una tasa de crecimiento inferior o más lenta que el aumento de los
requerimientos por producción, afecta la absorción y metabolismo de los nutrientes
requeridos.
Durante el período peripartal, llamado período de transición, las vacas presentan
grandes cambios en el balance endocrino, que asociados a la pérdida de peso vivo y las altas y
crecientes producciones de leche, producen alteraciones negativas en la capacidad de
consumo de materia seca.
La variación del CMS en función de la producción de leche suelen presentar confusión
en los numerosos reportes encontrados, ya que las calidades de las dietas y el nivel de
suministro de concentrado son muy variables. A largo plazo es probable que el consumo se
aproxime a los valores teóricos de requerimientos de energía para producción de leche, en el
corto plazo, cuando el consumo se predice a partir de la producción de leche, las relaciones
derivadas de ensayos parecen más apropiadas como predictores del CMS.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Journet et al(1965) proponen un incremento del CMS de 0,28 kgMS/kg de leche
producida; Curran, Wimble y Holmes (1970) de 0,42 kg.MO/kg LCG en las primeras cuatro
semanas y declinando a 0,16 en los meses restantes; Grieve et al (1976), Bines et al (1977) y
Conrrad et al (1976) propusieron 0,14; 0,16 y 0,13 kg MS/kg.LCG.
MAFF (1975) propuso un valor de 0,10 kgMS/kg LCG, Neal et al (1984) sugiere
corregir el valor de a 0,20 kgMS/kg LCG cuando las vacas producen más de 18 kg de leche
por día. AFRC (1993) aconseja para el cálculo de CMS la ecuación de Vladiveloo y Holmes
(1979) donde el CMS se incrementa en 0,14 kgMS por kg de LCG, por último NRC (2001)
basándose en reportes de Rayburn y Fox (1993) proponen un valor de 0,372 kg MS/kgLCG.
En las vacas secas, no lactantes, comparado con las vacas en producción, el CMS varía
considerablemente con la calidad de la dieta y es significativamente menor, variando desde un
16% si la dieta es a base de heno, de hasta cerca de un 55% si se suministra silo y hasta un
70% si consumen concentrados.
Se ha comprobado que a medida que avanza la preñez se produce un descenso del
CMS de las vacas lecheras especialmente en los últimos meses de gestación, Journet y
Rémond (1976), Curran et al (1970) y Johnson et al (1966) reportan un descenso del CMS en
0,2 kg MS/semana en los 2 últimos meses de gestación, Coppock et al (1972) encontró
también que el consumo disminuye a medida que aumenta el consumo de concentrados del 25
al 70%. La disminución varió desde 0,15 a 1kg MS/semana. Estos autores también
comprobaron que el CMS en vacas secas variaba considerablemente de acuerdo a las dietas
utilizadas en los ensayos. Esta disminución del consumo es atribuida a la reducción del
espacio de la cavidad abdominal por aumento de tamaño del feto, deposición de grasa y al
aumento del contenido de estrógenos en este período.
Hayirli et al (1998) propone una curva exponencial para el comportamiento del
consumo de materia seca en los últimos meses del período de gestación y determina que no se
puede comprobar una relación entre la condición corporal y el CMS, pues aparecen otros
factores como los genéticos, diferencias fisiológicas y bioquímicas entre animales que lo
enmascaran.
En las vacas secas el consumo de materia seca en el pre-parto está influenciado por la
composición de la ración y el contenido de nutrientes, un aumento en la concentración
energética y de la relación energía proteína pueden producir un aumento en la ingesta de
materia seca. (Minor et al, 1998; Vandehaar et al, 1999). Desordenes metabólicos como la
hipocalcemia en vacas pre-parto causan una depresión en el consumo. (Goff y Horst, 1997).
Los animales en crecimiento, terneros y vaquillonas, presentan un consumo de materia
seca estrechamente ligado a su peso vivo, tasa de cambio de peso y composición de la dieta.
N.R.C. (2001) recomienda una formula para el cálculo de CMS donde tiene en cuenta el
PV0,75
, y el contenido de EN (energía neta) para mantenimiento de la dieta.
Parecen ser coincidentes algunos informes que indican que el CMS en vacas en
lactación sería independiente de la calidad de la dieta, influenciado por factores relacionados
al animal y medio ambientales, en cambio en las vacas secas pre-parto y las vaquillonas en
crecimiento, la composición de la dieta y el aporte de nutrientes tiene un fuerte impacto sobre
el CMS.
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2. FACTORES RELACIONADOS A LA DIETA.
Cuando se ofrecen distintos tipos de alimentos ó forrajes a un animal, éste tiene un
comportamiento diferente frente a cada uno de ellos y el CMS es variable; esto indica que la
variación en el consumo de los alimentos en esta circunstancia, solo puede ser explicada por
la distinta composición de los alimentos ofrecidos.
Dentro de los factores relacionados a la dieta que afectan el consumo de materia seca
se pueden mencionar lo siguientes: Contenido de agua, Digestibilidad, Contenido de energía,
proteína y grasa, tipo y forma física del forraje, proporción de FDN y relación forraje
concentrado.
Contenido de materia seca.
El agua constituye cerca de un 95% del jugo contenido en las vacúolas
(compartimento intracelular que ocupa más de la mitad de la célula) y se encuentra en
proporciones mínimas en la pared celular lignificada de las células de las plantas. Es por ello,
que el agua constituye entre un 88 a 90% de las plántulas recién germinadas disminuyendo a
medida que avanza la edad de la misma. El contenido de agua en la planta depende de
factores externos tales como, temperatura, luminosidad, fertilización nitrogenada y agua en el
suelo; por tanto los menores tenores de humedad en los forrajes se observan en verano y
aumentan en otoño invierno.
Se ha comprobado que el consumo de materia seca (CMS) se ve severamente afectado
cuando la MS del forraje es inferior al 18-15%, además se demostró una relación lineal entre
el contenido de humedad del forraje y el CMS para valores de 13 a 22% de MS (Verité y
Journet, 1970), la depresión estimada por los autores es 0,34 kg de MS por cada unidad
porcentual de menos de MS. Figura
Gráfico 2: Relación entre el Contenido de materia seca del forraje y el CMS.
Verité y Journet (1970)
Kemey y otros(1984), citado por Gagliostro (1999), comprobaron que se produce un
aumento lineal de los gramos de MS consumidos por minuto en la medida que aumenta el
contenido de MS del forraje, desde un mínimo del 12% hasta valores cercanos al 40%. Si el
tiempo de pastoreo es limitado la tasa de consumo influye negativamente en el consumo total
de materia seca. Cuando el contenido de agua del forraje supera el 50% se determinó una
CMS (kg/d)
11.5
12
12.5
13
13.5
14
14 24
MS del forraje %
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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disminución del CMS en 0,02 % del peso vivo por cada 1% de incremento en el contenido de
agua de la dieta, cuando se utilizan silaje (alimentos fermentados).
Black y otros (1987), citado por Gagliostro (1999), realizaron ensayos de aceptación
de forrajes con diferente contenido de materia seca, se ofrecía a los animales un forraje, por
ej. 36% de MS y se media el consumo y luego un forraje de 15 % de MS y se observaba que
la preferencia de consumo era alta para el alimento con menor humedad, solo se produjo
selección, disminución de preferencia del forraje original, cuando se ofrecía el forraje con
mayor contenido de materia seca. Lahr et al, (1983) comprueban que cuando las vacas son
alimentadas con dietas de idéntica composición excepto por el agregado de agua, 78, 64, 52 y
40% de MS en la dieta, el CMS de las vacas aumentaba linealmente en la medida que se
incrementaba el contenido de MS de la dieta.
El consumo de materia seca de silaje de maíz aumenta hasta valores de 35% de MS y
en silaje de pasturas el consumo aumenta hasta valores del 50% de MS del ensilado. (Van
Vuuren y otros, 1995, citado por Gagliostro, 1999). Sin embargo en un ensayo con granos
humedecidos con agua el CMS no se modificó cuando el grano fue remojado, modificando el
% de MS en 35, 45 o 60%. (Robinson et al, 1990).
En pastoreo directo, el CMS también está ligado al contenido de humedad de la planta,
el exceso de agua puede reducir el consumo por efecto de llenado del rumen (INRA, 1978),
sin embargo la mayoría de los ensayos se refieren a vacas alimentadas en estabulación y el
mayor efecto medido está relacionado a la humedad del silaje utilizado.
De acuerdo a lo analizado, el % de MS de la dieta afecta el consumo de materia seca
de las vacas lecheras, principalmente el grado de humedad de los forrajes conservados como
silaje. El consumo de MS de grano no se vería afectado en pastoreo directo, dentro de ciertos
rangos de humedad de la dieta.
Digestibilidad de la dieta.
Existe una relación positiva entre el CMS y la digestibilidad de los alimentos
consumidos por los rumiantes. ARC (1980) y AFRC (1993), establecen una relación lineal
entre el CMS y la digestibilidad de la dieta y proponen el concepto de Ingestibilidad de un
alimento, definido como: la capacidad que tiene un alimento de ser ingerido por un animal,
esto solo puede ser explicado por las características que tiene un alimento. Cuando el CMS
está controlado por regulación física, alimentos de baja digestibilidad, el efecto de llenado del
rumen y la velocidad de pasaje controlan el consumo. El material indigestible del alimento
permanece mayor cantidad de tiempo en el rumen, mayor lastre ruminal, menor tasa de
desocupación y por lo tanto menor consumo. A medida que aumenta la digestibilidad de la
dieta en forrajes de digestibilidad menor a 70% el consumo aumenta por la menor cantidad de
material indigestible y menor tiempo de retención en el rumen del alimento.
Cuando las dietas poseen una digestibilidad superior al 65-70% la regulación del CMS
está en función de los requerimientos de energía del animal, el consumo está regulado por
mecanismos fisiológicos. Bajo estas condiciones el CMS aumenta linealmente con la
concentración de energía de la dieta (digestibilidad), hasta un punto donde el consumo de
energía se hace constante y el CMS comienza a decrecer. El punto en el cual se produce la
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inflexión del CMS queda determinado por la producción de leche. (Conrad et al, 1964; Bines,
1976).
Gran parte de los trabajos publicados en relación a este tema, plantearon experimentos
donde la digestibilidad y la concentración energética de la dieta eran modificadas con el
agregado de diferentes cantidades de concentrado. En dietas basadas en pastoreo de alfalfa,
(Weiss y Shockey, 1991) comprobaron que las vacas que consumieron dietas con 20% de
concentrado produjeron menos leche que las vacas con dietas compuestas con 40 ó 60% de
concentrado.
El CMS aumenta linealmente con el incremento de concentrado de la dieta,
independientemente del tipo de forraje. Por otra parte, la digestibilidad de la dieta, también
aumenta linealmente con el agregado de concentrado en la dieta, porque disminuye
porcentualmente la cantidad de material indigestible de la ración. La mayor tasa de pasaje,
digestibilidad y características de las dietas con alto concentrado son probablemente la causa
del mayor CMS.
La digestibilidad de la fibra del forraje y el efecto limitante de la concentración de
propianato sobre el CMS, fue propuesto por (Allen. 2000) en lugar de la relación forraje
concentrado. Danelón y otros. (1988); Gallardo. (1988); Comerón. (1991), comprueban que
en pastoreo de alfalfa el agregado de concentrado en la dieta de vacas lecheras incrementó el
CMS y la producción de leche. Petit y Veira.(1991) alimentaron vacas lecheras en la lactancia
temprana, con dietas de silaje de alfalfa y concentrado en dos proporciones: 63:37 y 54:46 de
F:C (forraje : concentrado); las vacas que consumieron la dieta con mayor proporción de
concentrado ganaron peso, en cambio las vacas que recibieron una dieta con mayor
proporción de silaje de alfalfa perdieron peso. Cuando la proporción de concentrado es mayor
del 50% el consumo de energía parece ser constante y esto es debido a la disminución del
CMS.
Ya en 1977, Brown et al. (1977), describieron la composición de la ración en términos
del contenido de fibra cruda y su relación con la digestibilidad y el consumo. Considerando la
partición de contenidos celulares y pared celular propuesto por (Van Soest, 1982), se destacan
la alta digestibilidad de los contenidos celulares y la variabilidad que presentan los
componentes de la pared celular, asociada a la presencia de lignina, fracción indigestible.
En los forrajes la proporción de pared celular, asociada al estado fenológico de la
planta, afecta el CMS, como ya se mencionó, mientras que, el contenido de lignina afecta la
digestibilidad.
El contenido celular, tiene una digestibilidad virtualmente completa, proporcionando
azucares, almidón, proteínas, etc.; los azucares solubles, rápidamente degradables en el
rumen, son un importante aporte de energía y contribuyen a balancear a la proteína degradable
en el rumen, logrando una alta eficiencia de la flora ruminal en producción de ácidos grasos
volátiles y proteína microbiana.
Parece más convincente, relacionar los componentes nutritivos de una dieta y el
equilibrio de nutrientes con un adecuado funcionamiento del rumen y el máximo CMS en
rumiantes.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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Dietas con alto contenido de energía no es evidencia de un balance entre
requerimientos y nutrientes consumidos, ya que estas dietas pueden producir acidosis, con
pérdida de apetito, con una disminución del pH ruminal por déficit de fibra, esto sucede
frecuentemente en dietas con una alta proporción de hidratos de carbonos solubles y bajo
contenido de FDN. Si estas dietas de alta energía son deficientes en proteína, también se
afecta la actividad microbiana del rumen por déficit de N y consecuentemente, el CMS.
Forrajes con bajo contenido de proteína son consumidos con dificultad por los
rumiantes y son lentamente digeridos en el rumen. Un bajo contenido de proteína en dietas de
mezclas de forrajes y concentrado también afectan negativamente el CMS. (Campling, Freer y
Balch, 1962).
Cuando las pasturas tienen un contenido inferior a 12 – 14% de proteína, suelen
aparecer limitaciones de N a nivel ruminal, afectando la actividad bacteriana en el rumen, la
digestibilidad de la dieta y el CMS. (Elizalde. 1990).
Las dietas para vacas lecheras deben aportar una proporción de N fácilmente
degradable, para cubrir las necesidades de los microorganismos del rumen y una adecuada
cantidad de aminoácidos para cubrir las necesidades de la vaca. Si estos requerimientos son
satisfechos, es improbable que el consumo se vea deprimido por el contenido de proteína de la
dieta.
Por otra parte, las dietas con alto contenido de proteína e hipo-energéticas producen un
exceso de N amoniacal en el rumen que por intoxicación (alcalosis ruminal) deprime el CMS.
(Rearte. 1992).
Contenido de Grasa de la dieta.
El contenido de grasa (ácidos grasos) de la dieta también afecta el consumo.
Asumiendo que los rumiantes consumen energía en función de sus requerimientos (Baile and
Forbes, 1974; Mertens, 1987; N.R.C., 1989), cuando se reemplazan hidratos de carbono por
grasa como fuente de energía, el consumo de materia seca es menor (Gagliostro and Chillard,
1992). La grasa de la dieta afecta negativamente la fermentación y la digestibilidad de la fibra
y su tasa de pasaje. (Palmquist and Jenkins, 1980).
La respuesta a la adición de grasas a la dieta de vacas lecheras depende del contenido
de grasa de la dieta base y de la fuente de la grasa adicionada.(Allen, 2000). Para dietas que
contienen un 5 a un 6% de grasa total, el agregado de semillas de oleaginosas y grasas
hidrogenadas produce un efecto de expresión cuadrática donde el mínimo CMS se produce
con un 3 y 2,3 % de adición de grasa respectivamente. Smith et al, (1993), informa que el
agregado de grasas ruminalmente activas (no pasantes) tienen un efecto negativo mayor sobre
el CMS, la fermentación ruminal y la digestibilidad de la fibra, cuando las dietas son altas en
silaje de maíz y menor efecto cuando la dieta tiene una alta proporción de heno de alfalfa.
Algunos trabajos informan un incremento en el CMS de dietas con agregado de grasa;
una explicación es que este incremento puede ser debido al menor incremento calórico
generado durante períodos de estrés calórico.(Pantoja et al. 1996; Skaar et al, 1989).
Alimentación del Ganado Lechero
3. FACTORES AMBIENTALES.
La duración del foto período afecta positivamente el CMS. Peters et al (1981),
realizaron una experiencia donde se comprobó que las vacas expuestas a luz artificial
consumieron 1 kgMS/día más que las vacas no expuestas, que recibieron unas 5 a 7 hs. menos
de luz.
El rango de neutralidad térmica de los bovinos lecheros es de 5 a 20 C aunque
varía entre animales. Condiciones por debajo o por encima de las temperaturas de neutralidad
afectan el CMS y el metabolismo de los animales afectados. Young (1983) menciona que los
bovinos sometidos a períodos prolongados de estrés por frío, se adaptan incrementando los
mecanismos de regulación térmica, intensificando el metabolismo basal y aumentando el
CMS. La rumia, tasa de pasaje y la movilidad del retículo-rúmen también se ve incrementada.
Sin embargo, bajo condiciones de frío extremo, no se produce un incremento en el consumo,
ni en la tasa metabólica y los animales se encuentran en un balance energético negativo y la
energía es trasladada de propósitos productivos a la generación de calor corporal.
Cuando la temperatura ambiente supera los valores de 24C. la producción de leche
decrece por disminución del CMS. Holter et al (1997) observaron que las vacas multíparas
deprimieron más su consumo (22%) que las vaquillonas primíparas (9%). Una disminución
del CMS del 55% y un incremento del 7 al 25% de los requerimientos de mantenimiento de
vacas lecheras sujetas a estrés por altas temperaturas son informados por (NRC, 1981). El
consumo de agua se incrementa cuando la temperatura aumenta hasta los 35 C, a partir de los
35 C por cada aumento de la temperatura ambiente decrece el consumo de agua por
inactividad del animal y menor CMS. Coppock, (1978). Comprobó efectos similares al estrés
por calor con temperaturas menores a 24 C con alta humedad. En realidad, no es la
temperatura ambiente el factor desencadenante del estrés calórico sino una combinación entre
la temperatura y humedad ambiente. En la actualidad se utiliza el Indice de Temperatura y
Humedad (ITH) para medir el estrés por temperatura. Los valores de ITHs que determinan la
neutralidad térmica son de 56 a 62. (Valtorta, 1990).
4. ASPECTOS RELACIONADOS AL MANEJO DE LA ALIMENTACIÓN.
La forma de suministro de los alimentos también afecta el CMS. Maltz et al (1992),
comprobaron que vacas alimentadas con raciones totalmente mezcladas consumieron más
kgMS/día, que vacas con igual nivel de producción pero que recibieron una alimentación no
mezclada. La diferencia, parece relacionarse a efectos tales como: mejor fermentación
ruminal y más alto aprovechamiento de los nutrientes.
La forma física del alimento también afecta el CMS, (Campling y Milne, 1972)
comprobaron que el molido de forrajes groseros (paja) mejoró el consumo, el molido tendría
un efecto directo con el consumo y se relaciona inversamente a la calidad de la ración. El
efecto del molido sobre el consumo de concentrados no está claramente demostrado, en teoría
el molido aumentaría la fermentación ruminal lo que tendería a disminuir el consumo. Si se
restringe el tiempo de consumo de granos, por ej: suministro durante el ordeño, el molido
aumenta considerablemente el consumo de los mismos, por aumento en la velocidad de
ingestión. (Clough, 1972; Seinddenglanz et al, 1974).
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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El tiempo de acceso al alimento, en los sistemas estabulados, también afecta el
consumo, aumentando el tiempo de acceso de 5 a 24 hs por día el consumo de heno en vacas
lecheras aumentó un 20% (Freer y Campling, 1963, citado por Broster, 1983). Otros reportes
(Bines y Davey, 1970) muestran incrementos del 80% de consumo de concentrados. Parece
cierto que el incremento del tiempo de acceso al alimento aumenta el CMS desde un 20 a 80%
dependiendo del tipo de alimento ofrecido.
El tiempo de acceso a la alimentación está muy relacionado con la frecuencia de
comidas diarias, si aumenta el tiempo aumentará la frecuencia. Kaufmann (1976) sugiere que
incrementando el número de comidas diarias, no solo se incrementa el CMS, sino también
ayuda a mantener una tasa de fermentación ruminal uniforme. En un experimento comprobó
que vacas alimentadas con heno y concentrado en forma alternada, cuando se aumento a 14
veces por día el suministro de alimentos, el pH del rumen varió solo de 6,2 a 6,4, mientras que
el pH del rumen de las vacas alimentadas con dos comidas por día varió entre 5,8 y 6,7. Se
piensa que esta variación en el medio ambiente del rumen es la responsable de la caída del
CMS, cuando el tiempo de acceso y frecuencia de alimentación son reducidos. (Bines y
Davey,1978).
Macleod et al, (1994) comprobó que el CMS, fermentación ruminal, producción de
leche y su composición fueron afectados cuando se paso de dos a seis comidas por día. Los
patrones de variación diurna de los metabolitos del rumen parecen afectar negativamente
sobre el crecimiento bacteriano y la fermentación, más fuertemente que el efecto positivo que
pudiera observarse por el aumento del número de comidas diarias.
Una ventaja adicional de la alimentación frecuente, especialmente en dietas con alta
proporción de concentrado, es que mantienen un ambiente ruminal más estable ó uniforme
proporcionando una mayor concentración de acético-propiónico (Kaufmann, 1976), lo cual
conduce a un incremento en el porcentaje de grasa en la leche. Esta situación se ve más
favorecida en dietas con alto concentrado.
En relación al tema de mantener la fermentación ruminal uniforme, la secuencia de
alimentación parece tener un efecto gravitante. Sniffen and Robinson (1984) plantean la
hipótesis, sobre la conveniencia de suministrar forrajes fibrosos previamente al suministro de
concentrados. El suministro de alimentos con alta proporción de hidratos de carbonos solubles
a vacas con ayunos de hasta 6 hs., tienden a producir acidósis ruminal, deprimen el consumo y
afectan la digestibilidad de la fibra. El suministro de forrajes fibrosos, como primer alimento
en la mañana, previo a la alimentación con concentrados puede favorecer la formación de un
tejido ó trama de fibra en el rumen que promueve la capacidad buffer e incrementa la
salivación.
Cuando el largo de la fibra del forraje es de mediano a largo se aumenta la salivación y
el tiempo de retención del alimento en el rumen, pudiendo afectar el consumo. Dos estudios
realizados por (Macleod et al, 1994 y Nocek, 1992) donde las vacas fueron alimentadas con
pasturas de leguminosas antes del suministro de concentrados, no evidenciaron efectos sobre
las características de la fermentación ruminal, pH del rumen y producción de leche. En ambos
estudios el suministro de pasturas leguminosas después del concentrado resulto en un
incremento del CMS comparado al caso que se suministro la pastura antes del concentrado.
A modo de resumen en el Cuadro Nº 1, se presentan algunos factores que modifican el CMS
Alimentación del Ganado Lechero
Cuadro Nº 1: Factores relacionados a la alimentación y efecto sobre el consumo.
FACTOR EFECTO COMENTARIOS
Dieta total mezclada. Aumenta el CMS. Depende de la calidad de la dieta
original.
Comederos fuera del tambo. Aumenta el CMS. Depende de la calidad de la dieta
original.
Forrajes mezclados. Aumenta el CMS. Depende del ―ajuste‖ de la mezcla de
forrajes.
Vaquillonas agrupadas con
vacas.
Disminuye el CMS. Las vaquillonas consumen menos MS
por competencia.
Silaje. Auto-alimentación. Disminuye el CMS. Depende del ancho de la cara del silo.
Boyero eléctrico en la cara del
silo.
Disminuye el CMS. Menor CMS en animales más chicos o
de cuello corto.
Silaje mal conservado. Disminuye el CMS. Depende de la proporción del silaje en
la dieta.
(Chamberlain & Wilkinson, 1995. Citado por Melo, O., 1999).
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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CONSUMO EN PASTOREO
La mayoría de la información publicada sobre CMS de bovinos lecheros corresponde a
ensayos con animales estabulados, ya que es más fácil y exacto realizar las mediciones en
comparación con los animales en pastoreo y el alto grado de complejidad de la relación
planta-animal.
El consumo de materia seca es la variable que explica la producción individual de los
animales en pastoreo y su relación con la oferta forrajera es similar a la producción individual,
siendo ambas esencialmente asintóticas. (Hodgson, 1975).
El comportamiento ingestivo de los animales en pastoreo está influenciado por la
cantidad y calidad del forraje disponible, el tiempo dedicado al pastoreo (TP; hs/día), la
frecuencia de bocado (FB; nº bocados/min) y el tamaño de bocado (TB; gMS/bocado). El
CMS en pastoreo fue definido por Hancock, (1952) como el producto de estas tres variables.
CMS = TP x FB x TB=
Diversos reportes nacionales e internacionales describen las variables que afectan el
consumo en pastoreo, la mayoría ya fueron descriptas como la digestibilidad de la pastura,
contenido de MS, características propias del animal, etc. Comerón, (1991), describe además
otros factores que afectan el CMS de vacas en pastoreo, la especie y familia vegetal, estación
del año, selección efectuada por los animales, biomasa (distribución espacial, altura y
densidad de plantas) y sistema de pastoreo. Sin embargo parece ser el TB (gMS/bocado) la
variable que explica el mayor porcentaje de variación en el CMS diario en pastoreo (Chacon y
Stobbs, 1976; Hodgson, 1981) citados por Allen y otros (1996).
El tamaño de bocado depende del área de bocado: superficie horizontal que abarca el
bocado y la Profundidad de bocado: la altura que abarca el corte, diferencia entre la altura
previa al bocado y la altura remanente de la planta. El peso del bocado será entonces el
volumen por la densidad del forraje cosechado.
El área de bocado queda definida por el tamaño de la boca del animal que depende del
tamaño y tipo de animal. El área de bocado está afectada positivamente por la altura de la
pastura y negativamente por densidad y dureza de los tallos. Cuando las plantas son muy
cortas (baja altura), los tallos escapan a la aprehensión y las hojas tienden a resbalar de la
lengua cuando el animal intenta cortar el bocado. (Laca y otros, 1991). Le Du (1980) en un
ensayo muestra el efecto de la altura de la pastura sobre el CMS y TB, comprobando que el
mismo aumentó linealmente cuando la altura de la pastura variaba de 5cm a más de 8cm.
Según Burlison y Hodgson (1985), la altura del pasto, en pasturas templadas, es el único
factor que presenta una relación lineal y positiva con el consumo.
Por otra parte, la profundidad de bocado está relacionada con la altura de la pastura y
no, por el tamaño de la boca. En pasturas tropicales a diferencia de las templadas la densidad
de la pastura tiene un efecto mayor que la altura sobre el CMS. (Allden y Whittaker, 1970;
Arnold y Dudzinski, 1967; Stobbs, 1973).
Alimentación del Ganado Lechero
La FB tiende a aumentar cuando la altura de la pastura disminuye o la masa de pasto
se incrementa, tratando de compensar el menor TB. Esta compensación no es total ya que la
FB máxima es de 60 bocados/min. (Stobbs,1973). Sobre pasturas de baja altura Hodsong,
(1982) comprueba que el aumento de la FB no compensa el menor TB y por lo tanto los
bovinos disminuyeron el CMS por unidad de tiempo. Si los animales pueden aumentar el TP
no se vería afectado el CMS total, de no ser así, el CMS será menor. Comerón (1991) observa
en un ensayo con una pastura de ray-grass de 7000 kgMO/ha, de bajas características
nutritivas, mucho pasto volcado y vainas altas de difícil accesibilidad, que los animales
incrementaron el TP en 60 minutos, con respecto a estados vegetativos más tempranos y
disminuyeron la velocidad de ingestión en un 29%.
La velocidad en que un animal cosecha el forraje es función de su capacidad de
consumo, ligada a su aparato recolector y a la cantidad de alimento. La cantidad de alimento
definida como fitomasa por unidad superficie (kgMS/ha) es la variable independiente y la
capacidad de consumo la dependiente.
Una abundante bibliografía relaciona el CMS en pastoreo con la cantidad de pasto
ofrecido, este concepto fue introducido por Greenhalgh et al, (1966), el cual lo expresaba
como kgs de pasto/animal/día. Hodgson (1975) lo refiere al animal y lo expresa como
(gMS/kgPV).
La cosecha de pasto se efectuará de manera más o menos dificultosa según la cantidad
de alimento puesto a disposición de los animales y la distribución espacial de la pastura.
(Romero, E y otros, 1995).
La cantidad de pasto ofrecido sobre el consumo muestra un comportamiento
curvilíneo. Holmes et al, (1966); Holmes y Curran, (1967); Greenhalgh et al, (1967); LeDU et
al, (1979); Comerón, (1991) observaron este comportamiento. Comerón, (1991) encontró que
el consumo se incrementa en forma importante cuando se aumenta la oferta, entre 19 y 29
kgMO ofrecida por vaca y por día, con una relación de 0,23kg/kgMO ofrecida, mientras que
por encima de 23 kgMO ofrecida el incremento fue insignificante (0,04kgMO/kgMO
ofrecida).
Gráfico 2: Relación entre CMS y asignación de pasto(AP) en vacas lecheras.
Asignacion de pasto (gMS/kgPV).
De los trabajos realizados en el país sobre utilización de pasturas de alfalfa con vacas
lecheras, se considera como regla general que el máximo consumo se lograría a asignaciones
de pasto de 55 gMS/kgPV o entre 30 – 32 kgMS/vaca. Comerón y otros, (1995), citado por
Romero, (1995), consideran que con el objeto de abarcar el factor ―capacidad de ingestión‖,
dicho valor de AP sería de 1,75 veces el consumo máximo esperado (kgMS/v/día).
Consumo
kgMS/d.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Si bien no se discute la relación asintótica entre el CMS y la AP, Comerón, (1995),
citado por Romero,(1995) sostiene que: puede haber diferencias en valores absolutos y que las
mismas está asociadas a efectos combinados de varios factores como los relacionados al
animal (PV y potencial de producción) y a la calidad del pasto, composición botánica de la
pastura, ambiente, estructura de la pastura, etc. En ensayos realizados el autor comprobó que
las vacas de menor producción mostraban un incremento lineal del consumo hasta valores de
25kgMS/v/d superior a las de mayor potencial genético, esta aparente incongruencia es
explicada por un lado como, es posible que las vacas de mayor producción tengan una mayor
velocidad de ingestión y/o dominancia sobre las otras para cubrir sus requerimientos. Es decir,
que el concepto de AP asignado para todo un lote de animales no significa que cada individuo
se comporte de la misma manera en el pastoreo.
Combellas y Hodgson (1979) definieron la eficiencia de pastoreo como la relación
entre el consumo obtenido y la cantidad de pasto ofrecido (kgMS consumo/kgMS ofrecido), y
estiman que el consumo sería máximo cuando la eficiencia de pastoreo alcanza un 50%, esto
implica perder un gran volumen de pasto, afectando la productividad por hectárea. Si se
pretende aumentar la eficiencia de cosecha, se afectará el consumo animal. (Gráfico Nº 3).
Comerón y Romero, citado por Comerón y otros, (1995), proponen que a valores de
AP de 1,5 de la capacidad máxima de CMS (equivalente a 20-22kgMS/v/d o 4% del PV) la
eficiencia de cosecha puede superar el 70%. Además comprobaron, que para valores de AP
entre 10,6 y 21,7 kgMS/v/d la eficiencia de cosecha (EC) disminuye 1,7 puntos por cada
kgMS adicional. Sin embargo, mencionado por los mismos autores el nivel de AP solo
explicó el 38% de la variación de la eficiencia de cosecha. La predicción mejoró cuando se
incorporaron algunas variables relacionadas al animal.
Gráfico 3: Relación entre la AP(gMS/kgPV/d) y el CMS (gMS/kgPV/d).
(Fuente: Castro y otros, 1993)
De acuerdo a los datos reportados por (Castro y otros, 1993), sobre pastoreo de alfalfa,
las vacas en producción incrementaron su consumo hasta valores de 75gMS/kgPV y como se
observa en el gráfico 3, los altos niveles de consumo se logran con bajas eficiencias de
cosecha. En los sistemas pastoriles se hace necesario encontrar un punto de equilibrio entre
15
20
25
30
35
40
25 50 75 100
A P
Consum
o
30
40
50
60
70
80
Eficie
ncia
de c
osecha
Consumo
Eficiencia de
cosecha
Alimentación del Ganado Lechero
estas dos variables (CMS y EC). La zona de intersección de las dos curvas de consumo y
eficiencia de cosecha Mott, (1969) denominó zona de cargas optimas.
El proceso de pastoreo consiste en la búsqueda de un sitio de alimentación
(relevamiento, reconocimiento, decisión de comer) donde una vez encontrado el animal toma
uno o más bocados. El sitio de alimentación es el lugar donde el animal se alimenta sin mover
sus pezuñas tomando el alimento con movimientos de su cabeza. El tiempo de manipulación
de un bocado depende de: el tiempo de aprehensión (reunir el forraje en la boca y arrancarlo),
y del tiempo de masticación (masticar y tragar) y esto depende de las características del
bocado (relación hoja/tallo, dureza del material, accesibilidad, relación material vivo/material
muerto). (Laca y otros, 1994; Pond y otros, 1987, citados por Galli, J y otros, 1998). La FB es
normalmente de 20 a 40 bocados/min y con un máximo de 60 boc/min. La FB tiende a
disminuir cuando el TB (gMS/bocado) aumenta, por lo tanto la FB es una respuesta directa a
variaciones en la pastura, más que un intento del animal por compensar las variaciones en el
peso del bocado. La selectividad también afecta la FB, cuando el animal pastorea ocupa un
tiempo en la búsqueda, de selección de sitios de alimentación y selecciona el material dentro
del sitio, éste tiempo cuando la selección es alta afecta la FB y adquiere importancia cuando
los animales pastorean en pasturas de baja cobertura y con alta selectividad.
La tercera variable que afecta al consumo en pastoreo el TP (tiempo de pastoreo)
registra un valor de 4 a 14 hs diarias siendo de 6 a 11 horas el valor más frecuente (Arnold y
Dudzinsky, 1978). En general como ya se mencionó el TP tiende a aumentar para compensar
la disminución de las otras variables, aún no está claro cuales son los mecanismos que
determinan su duración y la relación con otras actividades como la rumia, el descanso y la
actividad social.(Galli y otros, 1998).
A modo de ejemplo: una vaca lechera en pastoreo que consume 20 kgMS/día con un
tiempo de pastoreo de 6 hs/día y una frecuencia de bocado de 20boc/min, para alcanzar el
CMS planteado debería tener un TB= 2,7gMS/bocado. Si la altura de la pastura disminuye o
la disponibilidad es menor, para mantener el nivel de consumo deberá aumentar la FB o el
tiempo de pastoreo, bajo algunas condiciones el tiempo de pastoreo en vacas lecheras está
limitado por el manejo y solo podrá aumentar la FB, si las características no nutritivas de la
pastura son condicionantes se verá afectado el CMS total.
Con respecto al sistema de pastoreo y el comportamiento de las tres variables TP, FB y
TB, ha sido descripto por Chacon y Stobbs (1976) y Hendrickesen y Minson (1980). En
pastoreos rotativos de más de 1 día el TB disminuye regularmente durante el período de
pastoreo. En los primeros días esta disminución es compensada por un aumento en el TP y la
FB, luego ambos se deprimen y cae el consumo. En pastoreo continuo las variaciones
simultaneas del TP, FB y TB en función de la altura de la pastura ha sido descripto por
Penning (1995), a medida que la altura de la cubierta vegetal aumenta disminuye la FB y
aumenta el TB en forma lineal. La respuesta del TP es curvilinea (disminuye con la altura del
pasto) y el consumo aumenta hasta una altura de 7 u 8 cm, para luego mantenerse constante.
En pastoreo rotativos de más de cinco días Comerón (1991) comprobó que el tiempo
de pastoreo sufrió un incremento del 17% desde el primero al último día de pastoreo, como
consecuencia de la mayor dificultad para la cosecha del pasto por la contaminación por heces,
orina y el pisoteo.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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En vacas lecheras el TP aumenta en un 11% con respecto al pastoreo rotativo.
(Arriaga-Jordan y Holmes, 1986). Los autores explican este aumento en razón de la dificultad
del animal en la aprehensión del pasto más corto que se presenta en el sistema continuo, lo
cual se refleja en una disminución del TB (- 11%) y en un aumento de la FB (+ 24%).
PREDICCION DEL CONSUMO DE MATERIA SECA.
La predicción del CMS a sido objeto de numerosos trabajos de investigación y se han
publicado diversas ecuaciones. En el Informe del TCORN (AFRC 1980) se revisaron muchos
de ellos y se recomienda el uso de una ecuación desarrollada por Vladiveloo y Holmes (1979)
para dietas en que los forrajes y los concentrados se administran conjuntamente, raciones total
mezcladas.
CMS (kgMS/d)= 0,076 + 0,404C + 0,013W – 0,129n + 4,12log10 (n) + 0,14Y=
C: kgMS de concentrados; n: semana de lactación; W: peso vivo e Y: producción de leche
(kg/d).
El Agricultural Research Council (1980) recomendaba el uso de la siguiente ecuación:
CMS = 0,135 PV0,75
+ 0,2 PLG4.
PV:peso vivo; PLG4: producción de leche corregida al 4% de Grasa Butirosa.
Fox et al, (1992), reporta una ecuación desarrollada por Milligan et al, (1981) para ser usada
con el sistema de energía y proteína neta:
CMS= [0,0185PV(kg) + 0,305(PLG4(kg)] * x (TEMP) x (Barro)=
TEMP: para rangos de temperatura mayores a 35C se afecta por 0,65x cada grado que supera
los 35C; y para temperaturas inferiores a -15C . Cuando el barro es de 10 a 20 cm se utiliza
el factor ―0,85‖ y cuando la profundidad del barro es de 30 a 60 cm ―0,70‖.
Mertens(1985, 1987) desarrolló una ecuación considerando que el %FDN es el
principal componente de la dieta que influye sobre la regulación física del consumo:
CMS= 0,011PV (kg) / (%FDN sobre MS de la dieta)=
Kerz et al (1991) presenta una ecuación en la cual incorpora los factores: semanas
posparto, peso vivo, leche corregida al 4% de GB y un factor de corrección para la primera
lactancia:
CMS= a + b(PLG49)(kg) + c(PV)(kg)=
Los valores de a, b y c se presentan en la tabla 3.
El factor de corrección para la primera lactancia es de ―-1,3‖ para toda la lactancia.
Alimentación del Ganado Lechero
Tabla 3: Valores de los coeficientes a, b y c de la Ecuación de Kerz et al (1991).
Semana posparto a B c
1 13,08 0,1468 -0,003912
2 12,04 0,1951 -0,001136
3 10,89 0,2061 0,002867
4 10,19 0,2365 0,004073
5 9,32 0,3031 0,034780
6 a 8 9,09 0,3090 0,051150
9 a 13 7,43 0,3008 0,010060
14 ó más 6,65 0,3428 0,010553
El autor considera que esta ecuación tiene un mejor valor predictivo del consumo ya
que al incorporar el efecto de la semana posparto se ajusta por depresión del consumo en las
primeras semanas posparto.
El National Research Council a propuesto en los últimos años varias ecuaciones para
estimar el CMS basadas en diferentes factores; en 1971 NRC propone que el CMS durante las
primeras 6 a 8 semanas debe ser ―ad libitum‖ y luego de acuerdo a requerimientos. En 1978
desarrolla una tabla de interpolación y considera como factores para estimar el consumo el PV
y la PLG4. En 1989 estima el CMS basado en los requerimientos de energía neta y presenta la
siguiente ecuación:
CMS= Requerimiento de EN / Concentración de EN de la dieta (Mcal/kgMS)=
También NRC consideró la ecuación desarrollada por Conrad (1966) en donde
involucra la digestibilidad de la dieta para el cálculo de consumo:
CMS= 5,4PV / 500 x %MS indigestible =
En el informe del NRC (2002) basado en ecuaciones desarrolladas por Roseler et al,
(1997); Holter and Hurban (1992); Rayburn and Fox (1993) proponen la siguiente ecuación
para estimar el CMS, considerando el PV, producción de leche y semana de lactación:
CMS= (0,372 PLCG4% + 0,0968PV0,75
) x (1-e(-0,192 x (sem. lact + 3,67))
)=
Como se ha podido observar en realidad no existe un método universal para predecir el
CMS de bovinos lecheros y los reportes presentan variados factores que influyen sobre el
consumo, se podría decir que todas las ecuaciones presentadas son excelentes predictoras del
consumo y algunos modelos más complejos que incluyen una mayor cantidad de variables
como temperatura y humedad ambiental, composición de la dieta, número de lactancia, etc.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Aveces se hace difícil su aplicación ya que en general se carece de información cierta sobre
las variables involucradas.
Con fines prácticos y para la estimación del CMS en nuestros sistemas pastoriles
parece acertado utilizar las formulas de consumo en las que se relacionan las condiciones del
animal y algunas características de los alimentos
Para vacas lecheras en producción (Maff, 1975) propone la ecuación:
CMS= 0,025PVajust. + 0,1 PLCG4=
Neal et al (1984) sugiere una modificación a la formula anterior para vacas que
producen más de 18 kg de leche corregida 4% y presenta la siguiente ecuación:
CMS= 0,022PVajust. + 0,2PLCG4=
En el caso de las vacas en producción no se incluyen como factores de corrección del
consumo las características del alimento, por considerar que las dietas utilizadas para esta
categoría de animales presentan una pequeña variación en su composición, principalmente en
concentración energética, que no afectarían sustancialmente la estimación del consumo al no
incluirla.
Retomando los conceptos de Capacidad de Ingestión (CI) en el cual el CMS se
relacionaba al tamaño metabólico del animal y la Ingestibilidad del alimento (Ing.)
relacionada a la calidad del mismo afectando ó condicionando el CMS por unidad de tamaño
metabólico como ya fue discutido.
Teniendo en cuenta estos aspectos AFRC (1980) y posteriormente en (1993) proponen
para el cálculo de Ing. las siguientes ecuaciones:
Para forrajes groseros (dietas con valores de digestibilidad (Dig.) menores al 70%
Ing. (gMS/kgPVaj0,75
)= 2,10DigMS – 37=
Para aquellas dietas de digestibilidad mayor al 70%, donde la regulación del consumo
es fisiológico se propone utilizar:
Ing. (gMS/kgPV0,75
)= 116,8 – 0,3821DMS=
Para animales que no están en lactación se propone la siguiente ecuación:
CMS (kgMS/d)= Ing. x CI= gMS/kgPV0,75
x (PVajus) 0,75
=
El CMS de las vacas lecheras y aún más de las vacas en pastoreo directo es un
parámetro que presenta dificultades para su estimación, además de los factores relacionados al
animal y de la calidad del alimento intervienen en la dinámica del pastoreo otros factores
como la competencia social, la accesibilidad, la presión de pastoreo que influye sobre la
selectividad, la biomasa ofrecida por animal, la altura del forraje, la relación tallo/hoja, la
estructura de la planta, etc. Factores estudiados por diversos autores pero que en la actualidad
Alimentación del Ganado Lechero
son difíciles de cuantificar con una exactitud relevante. Por lo tanto es recomendable ajustar
con algún tipo de medición ó estimación a campo la estimación de consumo para ajustar en
forma definitiva las dietas para vacas lecheras.
ALIMENTACION DE LA VACA LECHERA
Todo programa de alimentación requiere del conocimiento de los recursos forrajeros
disponibles, de los requerimientos nutricionales del rodeo y de la forma de suministro de los
alimentos.
La vaca lechera transita un ciclo productivo, período entre un parto y el siguiente,
sufriendo grandes cambios en su estado fisiológico, como consecuencia de cambios
endocrinos y metabólicos, modificación en los requerimientos de nutrientes, desarrollo de la
gestación y lactación, depresión del consumo de materia seca; aspectos que deben ser
considerados cuando se proponen programas de alimentación.
En todo programa de alimentación, se plantea como objetivo el suministro de
nutrientes en forma estable de tal manera de lograr un balance continuo entre la oferta y los
requerimientos de la vaca lechera. Para esto, es necesario conocer cuales son los
requerimientos de las vacas lecheras en los distintos estadios del ciclo productivo.
Considerando los cambios fisiológicos dentro de un ciclo productivo y como
consecuencia de estos, los cambios en la demanda de nutrientes, se pueden considerar dos
estados fisiológicos de la vaca bien diferenciados, que son: el período de lactación y el de
vaca seca, a su vez estos dos períodos se pueden dividir en función de los cambios y/o
variaciones en los requerimientos de nutrientes que se suceden a lo largo de cada período.
Con el fin de presentar en forma general los cambios fisiológicos y productivos de una
vaca lechera en un ciclo productivo se presenta el Gráfico 1.
1: Curvas de producción de leche (kg/día), Consumo de materia seca (kgMS/día) y
Peso vivo (kg) de una vaca lechera en un período productivo.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Gráfico N2: Curvas de producción de leche, CMS y Peso vivo durante el ciclo productivo de
la vaca lechera.
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15
Parto
Mantenimiento
Peso Vivo
Consumo MS
kvgleche/día
Transición Transición
Balance energético
Negativo Positivo Positivo
ó Neutro
CC3.5 CC2.5 CC2.75 C3.5
Como se puede observar en los gráficos 1 y 2 durante un ciclo productivo la vaca
lechera transita diferentes períodos de acuerdo a los cambios fisiológicos y sus consecuentes
variaciones en los requerimientos de nutrientes. Durante el período de vaca lactante,
considerando los requerimientos de energía, se puede dividir en tres fases: 1- desde el parto
hasta los 90 días (período de máximos requerimientos); 2- desde los 90 a los 180 días de
lactancia (etapa media de la lactancia) y 3- desde los 180 días hasta el final de la lactancia
(305 días).
A modo de descripción inicial de las etapas del ciclo productivo de una vaca lechera,
analizando el período de lactación se comprueba que en la primera fase por los altos
requerimientos para producción de leche y la depresión del consumo de MS, la vaca se
encuentra en un balance energético negativo, con pérdida de peso o condición corporal. En
esta etapa o fase, la producción de leche dependerá de la condición corporal al parto y el nivel
de alimentación y de acuerdo al mérito genético, las condiciones fisiológicas y de salud de la
vaca se distribuirá la energía ingerida entre producción de leche o ganancia de peso; las vacas
de mayor mérito genético utilizan la mayor proporción de la energía consumida para
producción de leche y de no ser suficiente la energía de sus reservas corporales, dentro de
ciertos límites (Holmes y otros, 1989; Broster; 1984).
En la segunda fase de la lactancia y fase final, el consumo de MS es máximo y los
requerimientos de energía para producción de leche disminuyen hasta el momento del secado,
en esta fase el balance energético es positivo (consumo/requerimientos) por lo tanto la vaca
puede recuperar la condición corporal pérdida en la fase anterior. Durante la fase final de la
lactancia comienza a gravitar la demanda de nutrientes de la gestación en curso, pero los
requerimientos de energía tienen poca incidencia sobre la demanda total.
Alimentación del Ganado Lechero
En el período seco, el consumo comienza a disminuir a medida que avanza la
gestación y hasta el parto y los requerimientos de nutrientes del feto pasan a ser gravitantes en
la demanda total de nutrientes. En el último mes de gestación se suceden profundos cambios
fisiológicos y metabólicos que requieren de un manejo nutricional diferenciado y que
analizaremos posteriormente.
ALIMENTACION DE LA VACA SECA
Requerimientos nutricionales de la vaca seca.
Drackley, J. (1999)., considera que la etapa de transición de la vaca lechera es
fundamental para que desarrolle su máximo potencial genético de producción. Los procesos
biológicos que en este período presenta la vaca lechera son escasamente conocidos en la
actualidad y algunos avances se han realizado en la última década y especialmente en los
últimos años. El mencionado investigador, habla del ―Final de la frontera‖ ya que el
conocimiento acabado de los procesos metabólicos que ocurren alrededor del parto serviran
para determinar los requerimientos nutricionales de las vacas en ese período, prevenir
enfermedades y aumentar la producción de leche en la subsiguiente lactancia.
El objetivo nutricional de la vaca seca es suministrar los nutrientes para el desarrollo
fetal, prevenir problemas de salud relacionados a la alimentación, mantener la condición
corporal para que la vaca llegue al parto en una optima condición corporal (3,5-3.75 en la
escala de 1 a 5) y preparar la vaca para la próxima lactancia.(Overton; 2001, NRC; 2002,
Weiss; 1996).
En este capítulo se hará especial referencia a los requerimientos de energía y proteína
y se considerará solo los aspectos de la nutrición mineral relacionado a enfermedades
metabólicas.
La vaca seca es considerada una categoría improductiva y de bajos requerimientos y
en general se le presta poca atención a su alimentación.
La información generada en los últimos años por los investigadores (Goff y otros.
1995-1998 ;Block, E. 2000; Gant y otros. 1998; Shaver, R. 1993) han modificado los
conceptos tradicionales sobre alimentación de la vaca seca, principalmente los relacionados a
los requerimientos de energía, proteínas y minerales, sobre éstos es donde se encuentran los
principales cambios.
A modo de ejemplo se puede citar los avances en el conocimiento del metabolismo del
calcio, el equilibrio ácido-base y su impacto sobre algunas enfermedades metabólicas y la
eficiencia reproductiva de las vacas lecheras (Goff, 1997).
Durante el período de vaca seca se suceden profundos cambios hormonales,
metabólicos y de conducta social, los requerimientos para la gestación aumentan
exponencialmente en los últimos meses de la gestación (en éste período se produce el 65 al
70% del crecimiento fetal) y el consumo de materia seca disminuye a medida que se aproxima
el parto.(NRC; 2002). Además, se debe considerar que en pocas semanas e inmediatamente
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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después del parto los requerimientos se ven aumentados por el inicio de la lactancia y la vaca
recibe una alimentación con alto contenido de energía proveniente de alimentos concentrados.
El período de vaca seca, a los fines de no inhibir la mamogénesis y/o lactogénesis debe
durar alrededor de 60 días(Coppock; 1974, Wheelock; 1980). Durante el primer mes de seca
la alimentación debe estar orientada a cubrir los requerimientos de gestación y
mantenimiento. En el último mes de gestación y en la proximidad del parto se deben
considerar los siguientes aspectos en la alimentación:
- Balance catión-anión de la dieta;
- Período de acostumbramiento al cambio de dieta que se producirá después del parto;
- El aumento significativo de los requerimientos para gestación.
La última etapa de vaca seca conjuntamente con los primeros 60 días de vaca lactante
es considerado en la bibliografía moderna como el ―período de transición o de vaca en
transición‖ (Oetzel; 1997, Weiss; 1996).
El manejo nutricional durante el período seco, especialmente 21 días previos al parto,
y la condición corporal al parto condicionan fuertemente la producción de leche en la
lactancia subsiguiente (Davidson; 1997) y la salud del animal ya que se pueden producir
afecciones tales como: partos distócicos, fiebre de leche, retención placentaria, mastitis,
laminítis, desplazamiento de abomaso, cetócis, hígado graso y peitín. En le período de vaca
seca el sistema inmunológico se encuentra comprometido (Goff; 1997), los neutrófilos y
linfocitos con otros componentes del sistema inmune están disminuidos, no se conocen
claramente las causas pero se la relaciona con el estado fisiológico y nutricional y el estrés, de
la vaca seca.
A modo de descripción, en el período de vaca seca y en los últimos días de gestación
los cambios endocrinos que se suceden preparan a la vaca para el parto y la lactación. La
insulina plasmática disminuye y aumenta la hormona del crecimiento (Somatotrofina)
durante la gestación y la lactancia temprana, con ondas agudas al momento del parto (Kunz;
1985). La concentración plasmática de Tiroxina (T4) aumenta durante la gestación y
disminuye al 50% aproximadamente al parto y luego aumenta nuevamente en la lactación,
similar comportamiento presenta la Triiodotironina( T3) pero en menor proporción. Los
estrogenos principalmente los de origen placentario aumentan la concentración en el plasma
durante la parte final de la gestación y disminuyen bruscamente después del parto. La
concentración de progesterona se mantiene alta durante el período de vaca seca para mantener
la gestación y decae rápidamente aproximadamente 2 días antes del día del parto (Chew;
1979).
La concentración plasmática de prolactina y glucocorticoides aumentan horas antes del
parto y disminuyen los días siguientes a concentraciones cercanas al pre-parto, estos cambios
endocrinos sumados a la depresión del CMS durante la gestación influencian el metabolismo
y principalmente la movilización del tejido adiposo y glucógeno del hígado. La concentración
de ácidos grasos no esterificados (AGNE) aumenta un 50% o más entre 2 a 3 semanas antes
del parto y 2 o 3 días antes crece bruscamente hasta finalizado el parto, probablemente a
consecuencia de cambios hormonales (por lo menos en una parte del período seco), del estrés
del parto y la fuerte depresión del CMS (Bertics; 1992, Vazquez-Anon; 1994, Grum; 1996).
Alimentación del Ganado Lechero
No es conocida las proporciones de las concentraciones de AGNE en el plasma producidas
por los cambios hormonales o por la disminución en la ingesta de materia seca.
La concentración de glucosa en el plasma sanguíneo de las vacas pre-parto se
mantiene constante durante la gestación pero aumenta significativamente en los días alrededor
del parto y decrece nuevamente después del mismo (Kunz; 1985; Cravero, 2001; Vazquez-
Anon, 1994). Este incremento transitorio puede deberse al aumento de la concentración de los
glucocorticoides y glucagón que promueve una depresión del glucógeno hepático. La
demanda total de glucosa de las vacas lecheras en gestación es de aproximadamente 1.000 a
1.100 g/d durante los 21 días preparto; luego del parto la demanda de glucosa crece
aproximadamente 2,5 veces comparada con los días previos al parto (Douglas, 1998; Bell,
1995).
La glucosa es imprescindible para el funcionamiento del sistema nervioso central,
tejidos periféricos, útero grávido, glándula mamaria, glóbulos rojos, sistema digestivo y como
único precursor para la síntesis de lactosa en las células secretoras de la glándula mamaria. La
glucosa sanguínea proviene principalmente de la síntesis a partir del propianato (30 al 70% de
la glucosa sintetizada), de la gluoconeogénesis a partir de aminoácidos (10 al 30%) y del
lactato y glicerol. Esta participación de los substratos precursores de la glucosa puede ser
modificado durante el período de transición y principalmente en ls primeros días de la
lactancia. Bell, 1995; postula que los aminoácidos son movilizados del tejido muscular para
ser utilizados en la gluconeogénesis después del parto.
Todos los aminoácidos menos la leucina y lisina son utilizados como precursores. Los
aminoácidos no esenciales alanina y glutamina son considerados como los más glucogénicos
(Bergman and Heitmann, 1978). La utilización de aminoácidos para la gluconeogénesis, de la
misma manera que el propianato, puede estar relacionada al contenido de estos en la dieta.
Esto es así, porque el hígado es el principal lugar donde se catabolizan los aminoácidos que
exceden las necesidades de síntesis de leche y tejido muscular.
Overton et al, 1998. Sostienen que durante los primeros 21 días de lactación se
incrementa la degradación del tejido muscular en vacas lecheras. Alrededor de 58 g de
glucosa se pueden sintetizar por cada 100 g de proteínas (aminoácidos) movilizados. Al
principio de la lactancia hasta el 40% de la proteína que la vaca consume puede ser destinada
a la gluconeogénesis; esto explica porqué, se recomienda el uso de dietas con mayor
contenido de proteínas (18% P.B) , que las aconsejadas por el NRC, 1989., del 12% PB. En la
práctica, dietas con 16-18% de PB, al inicio de la lactancia, promueven una mayor producción
de leche.
Este déficit de glucosa (energía) que en algunos casos puede alcanzar a 500g de
glucosa por día o más, como ya se mencionó, induce a la movilización de reservas corporales
aumento de AGNE y cuerpos cetónicos en sangre. La formulación de dietas con mayor
cantidad de precursores para la gluconeogénesis durante el período de transición promueven
el consumo de MS y disminuyen la concentración de AGNE y cuerpos cetónicos en sangre.
Burhans et al, 1997; Higgins et al, 1996; Tsang et al, 1997 y Christensen et al, 1997., usando
diferentes formas de propilen glicol en vacas lecheras, comprobaron un aumento de la
concentración de glucosa en sangre y menor concentración de AGNE y cuerpos cetónicos.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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El incremento de HCS en la dieta también promueve una mayor gluconeogénesis, ya
que las mismas proveen de mayor cantidad de propianato (Ac. Propiónico) para ser usado por
el hígado en la síntesis de glucosa. Minor et al, 1997., encontraron que un incremento de HCS
de 23,5 a 43,8% en la MS de la dieta durante 19 días preparto y 40 semanas posparto,
incremento el CMS durante el período de transición, mejoró el balance energético, aumentó la
concentración de glucosa en sangre y disminuyó la pérdida de condición corporal con la
consecuente disminución de AGNE en sangre. La producción de leche tendió a incrementarse
en las vacas alimentadas con mayor contenido de HCS en la MS y el contenido de proteína de
la leche, también se vio aumentada. El consumo de mayor cantidad de HCS incrementó el
glucógeno hepático disminuyó el contenido de triglicéridos en el hígado y a consecuencia de
ésta situación, disminuyó significativamente la incidencia de cetosis en las vacas lecheras.
(Drackley et al, 1992).
El incremento de PB en la dieta, para aumentar la cantidad de precursores
glucogénicos ha presentado resultados variados tanto suministrados en el pre-parto y
posparto, no pudiendo demostrarse efectivamente un aumento de la gluconeogénesis por esta
causa.
La demanda de glucosa se incrementa rápidamente en la vaca recién parida, éste
brusco aumento probablemente explica en parte el mayor uso de aminoácidos para la síntesis
de glucosa en el hígado, es por esto, que se recomienda el uso de suplementos glucogénicos
en vacas pre-parto. (Overton, 2001)
Las proteínas y aminoácidos demandadas por la vaca en gestación son absorbidas en
el intestino y son utilizadas por el útero grávido, el desarrollo de la glándula mamaria durante
la última fase de la lactación y en pequeñas cantidades por el hígado para la gluconeogénesis.
Estas proteínas y aminoácidos corresponden a la proteína microbiana, la proteína no
degradada en el rúmen y las proteínas provenientes de la movilización del tejido corporal
(músculo). Los aminoácidos no son almacenados en el organismo como aminoácidos libres,
se utilizan para formar proteínas y éstas se catabolizan en los tejidos del cuerpo para producir
energía o son utilizados en el hígado también como fuente de energía y el nitrógeno
transformado en urea. Este proceso, podría ser una de las principales ventajas de la
suplementación con proteínas a vacas en transición, ya que proporciona metabolitos al hígado
que facilitan la oxidación completa de los ácidos grasos disminuyendo la producción de
cuerpos cetónicos.
Putman y Varga, (1998); Hayirli, (1998), en recientes investigaciones, muestran que
con dietas de 12% de PB se cubren los requerimientos de las vacas en el período seco, sin
embargo la utilización de aminoácidos como fuente de energía o como substratos para la
gluconeogénesis no ha sido aún totalmente evaluados. También es obvio que el % de PB de la
dieta no es un buen indicador para determinar si la provisión de proteína degradable en el
rumen para la síntesis bacteriana y por ende la síntesis de proteína microbiana. Como ya se
mencionó parece ser que la mayoría de las dietas, para vacas en el período de transición, que
contienen entre un 13 a 15% de PB, permiten cubrir los requerimientos tanto proteicos como
la demanda de energía. Esto se logra prestando especial atención al equilibrio entre hidratos
de carbonos y proteínas disponibles a nivel ruminal que garantizarían la mayor proporción de
proteína microbiana metabolizable.
Alimentación del Ganado Lechero
El efecto de diferentes contenidos de las fracciones proteicas, soluble, degradable y no
degradable en el rumen, de la dieta, no está suficientemente estudiado en vacas en transición.
Sin embargo es totalmente conocido que es necesario el suministro de proteínas solubles y
degradables para un adecuado funcionamiento del rumen, algunos trabajos muestran que
niveles excesivos de éstas fracciones proteicas producen alteraciones en el metabolismo,
Putman y Varga, (1998); Hayirli, (1998),, relacionaron la acumulación de triglicérido en el
hígado con una disminución de la capacidad de éste para transformar el amonio en urea.
Overton et al. (1998), determinó que el exceso de amoníaco en sangre en vacas lecheras en el
período seco, disminuye la capacidad de los hepatocitos para sintetizar glucosa a partir del
propiónico; por otra parte, pequeñas cantidades de proteínas solubles y degradables por
encima de los requerimientos son favorables el vacas lecheras al comienzo de la lactación, ya
que favorecen la gluconeogénesis y la salud metabólica. Es importante también considerar el
rol que juegan algunos aminoácidos en los procesos metabólicos, a modo de ejemplo, la lisina
y metionina tiene un papel muy importante en el metabolismo de los ácidos grasos en el
hígado.
Como se puede observar son variados los factores que inciden en la alimentación
durante en período de vaca seca y especialmente en los últimos días de gestación y aún poco
los conocimientos, pero a pesar de esto, se consideran prioritarios para una adecuada
alimentación de la vaca seca: 1) el control del CMS durante el período previo al parto, 2)
estimar los requerimientos de nutrientes en función de la depresión de consumo de las vacas
secas (estimación del consumo real), 3) preparar el sistema digestivo (rumen, intestino e
hígado) para que alcancen su máxima funcionalidad apenas se inicie la lactancia, 4) mantener
un equilibrio entre la cantidad de nutrientes suministrados en relación a efectos sobre el
sistema inmunológico, 5) planteo de estrategias de manejo y control de la condición corporal
de la vaca.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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ALIMENTACION DE LA VACA EN EL PERIODO DE TRANSICION.
Los objetivos nutricionales que se deben plantear para desarrollar un programa de
alimentación deben considerar: condición corporal al parto, consumo de materia seca,
producción de leche al inicio de la lactancia y persistencia, retorno a la actividad reproductiva
en el posparto inmediato y prevenir trastornos metabólicos y/o enfermedades.
La producción de leche de una lactancia es consecuencia no solo del nivel de
alimentación de esa lactancia sino que está influenciada por el manejo nutricional de la vaca
en la lactancia anterior. La vaca debe llegar al momento del secado en optima condición
corporal (3,5 CC) y mantenerlo durante el período seco ó tener un leve incremento de 0,25
puntos. Davidson et al, (1997) dice que la condición corporal de la vaca previo al secado
combinado con un manejo optimo durante este período produce numerosos beneficios
relacionados a la salud y los rendimientos productivos y reproductivos de la vaca lechera.
Durante el período de vaca seca es necesario mantener un adecuado balance de nutrientes que
disminuya al mínimo las fluctuaciones en el ambiente ruminal, maximice el consumo y
digestión de los alimentos y permita un flujo constante de nutrientes a la glándula mamaria.
(Mullen, 1992).
Numerosos autores plantean la necesidad de considerar para el manejo nutricional dos
etapas en el período de vaca seca, uno que va desde el secado hasta unos 20 a 25 días previos
al parto y otro que corresponde a los últimos 20 a 25 días de gestación, llamado por algunos
autores período de cierre.
En la primera etapa de vaca seca, el plan nutricional está condicionado por la
condición corporal al secado; si la condición corporal es óptima el manejo nutricional se
orienta a cubrir los requerimientos de mantenimiento y de gestación, si la condición corporal
es inferior a 3,5 se plantea como necesario la ganancia de peso en este primer período para
llegar al parto en la CC óptima, en algunos casos cuando la CC es muy baja no es posible
recuperar la CC en un período de tiempo tan corto, ya que las ganancias de peso se plantean
muy altas para vacas con depresión de consumo y probablemente se produzcan alteraciones
metabólicas o excesiva deposición de grasa y no una recuperación de la CC.
Vacas que entran al secado en una CC menor a la óptima, tendrán una producción de
leche inferior como consecuencia de llegar al parto sin las suficientes reservas corporales
como para sostener altas producciones de leche con la energía proveniente de su
movilización. En el post-parto inmediato el consumo de energía en vacas de alta producción
es menor a la requerida y se produce un balance energético negativo, para sostener altas
producciones de leche como se dan en el pico de lactancia, la vaca necesita movilizar
nutrientes de sus reservas corporales, si éstas son insuficientes se verán afectadas la
producción de leche y reproducción. Por eso se hace necesario plantear dietas en la primera
etapa del secado que promuevan una ganancia de peso para alcanzar la CC de 3,5 al parto. Lo
optimo es que la vaca llegue al secado con la CC optima, ya que la recuperación de peso
durante el período seco es menos eficiente; la eficiencia de utilización de la EM en EN(ap).
para ganancia de peso durante la lactación (Klf) es del 70% mientras que la utilización en el
período de vaca seca (Kf) es de 60%, además este período es menor en tiempo lo que
demandaría mayores tasas de ganancia de peso que podrían producir alteraciones por exceso
Alimentación del Ganado Lechero
de deposición de grasa en el tejido mamario y aumentar significativamente el costo de las
dietas.
Cuando las vacas llegan al secado con una CC por encima de la optima 4 a 4,5,
también se plantea un problema ya que estas vacas al parto, presentaran mayor pérdida de
peso y probablemente alteraciones metabólicas como cetosis y/o hígado graso que
consecuentemente afectarán la producción de leche y la eficiencia reproductiva (Grummer,
1998). Estudios realizados en la Universidad de Cornell, citados por Campadal, C (2001)
muestran que las vacas gordas al parto presentan un intervalo más largo a la primera
ovulación, un número mayor de días entre el parto y primer celo y un menor porcentaje de
concepción. No se recomienda que los animales excedidos en peso pierdan CC durante el
período de vaca seca.
Trabajos recientes de Goff y col, (1997); Weiss, W. (1997,1998); N.R.C 2001;
Calsamiglia, S (1998); Campabadal, C (1998) y Drackley, J (1999), proponen que las vacas
secas deberían recibir una dieta que promueva una leve ganancia de peso durante las últimas
semanas de lactación para favorecer un mayor consumo de materia seca, una mayor
producción de leche y prevenir trastornos metabólicos.
En Argentina, las vacas secas son en general mal alimentadas, se le asigna los
potreros de menor productividad o de pasturas degradas ya que no se prioriza su alimentación,
consecuentemente, difícilmente lleguen al parto en excelentes condiciones y aún menos con
una excesiva CC.
En los sistemas pastoriles el principal problema radica en establecer el consumo de
MS en pastoreo y que las vacas cubran sus requerimientos, que en general están insatisfechos
por restricción en el CMS. Las vacas secas durante el primer mes de seca deberían consumir
entre 19 y 22 Mcal EM/día para cubrir los requerimientos de gestación, mantenimiento y
mantener la CC, según PV, si se considera una restricción del CMS del 10% en el 8vo
mes de
gestación, el CMS es de aproximadamente 10 kgMS/día, y la concentración de la dieta de
alrededor de 2 Mcal EM/kgMS.
Con respecto a la proteína, primero debemos mencionar que forrajes con mayor
contenido de PB favorecen el CMS, pero cuando están en exceso pueden producir trastornos
metabólicos. El N.R.C. (1989), recomienda un consumo de 900 a 1100 gr. PB/día y desestima
el suministro de NNP en la alimentación de vacas durante el período seco debido a que el
agregado de NNP afecta negativamente el CMS y al no disponerse de HC fermentecibles en el
rumen en suficiente cantidad, se produce un exceso de amoniaco ruminal. N.R.C. (1989)
plantea que las dietas de las vacas secas deben contener un 12 % de PB, Weiss, W (1998),
como ya mencionamos recomienda valores de 14 a 16% de PB por depresión de consumo, lo
que obliga a aumentar la concentración de nutrientes en la dieta.
Weiss, W. (1997), en relación a los macrominerales recomienda que las dietas para
vacas secas contengan por kg MS: 0,4% de Ca; 0,25% de P; 0,20 a 0,25 de Mg; 0,65% de K;
0,10 de Na; 0,16 de S; 0,20% de Cl. La relación Ca:P debe ser de 2:1 y si se suministran sales
aniónicas, el Ca debe subir a 0,75% de la MS. La relación K/ (Ca+Mg) debe ser menor a 2,
entre 1 y 2 es aceptable, valores de relación superiores a 2 reducen la disponibilidad del Mg y
conducen a hipomagnesemia.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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En cuanto a los Microminerales se recomienda los valores propuesto por Oetzel (1997)
Ver cuadro Nº 1.
Cuadro N1: REQUERIMIENTOS DE MINERALES Y VITAMINAS (mg/kgMS) PARA
VACAS SECAS.
MINERALES INICIO PREPARTO
COBALTO 0,10 0,10
COBRE 12 15
YODO 0,60 0,70
MANGANESO 40 50
SELENIO 0,30 0,30
ZINC 50 60
VITAMINA A (UI/kgMS) 4.000 4.800
VITAMINA D (UI/kgMS 1.700 2.200
VITAMINA E (UI/kgMS 26 33 – 88
En la etapa final del período de vaca seca, llamado período de ―cierre‖ correspondiente
a la etapa de transición unos 3 semanas previas al parto, Grummer, (1995) y Goff y Horst,
(1997) han resumido las recomendaciones surgidas de las investigaciones de los últimos años
en los siguientes puntos:
1.- Adaptación del sistema digestivo.
2.- Balance de nutrientes (energía, proteína y minerales).
3.- Inmunosupresión.
4.- Consumo de materia seca.
1- Adaptación del sistema digestivo.
Weiss, W (1997), menciona que las vacas secas durante últimas 3 a 4 semanas de
gestación disminuyen su consumo en un 15% promedio, pero en los días previos al parto la
depresión del CMS alcanza un 36% o más. Por esta razón se recomienda que las vacas en el
período de cierre consuman alimentos de buena digestibilidad y que la disponibilidad y acceso
al alimento, no afecten el CMS. Grummer (1995) establece una alta relación entre el CMS pre
y post-parto, por lo que es necesario lograr que la vaca consuma la mayor cantidad de MS en
el preparto y de esta manera lograr los máximos CMS en el post-parto inmediato previniendo
la excesiva movilización de reservas corporales y problemas subsecuentes.
Los sistemas de alimentación modernos proponen un mayor consumo de energía en el
período de cierre para que la vaca tenga una leve ganancia de peso (0,25 de CC) y alcance una
CC al parto de 3,75 (condición ideal) y además que el este mayor consumo de energía
promueve el CMS. Consideran también, que la dieta de las vacas de cierre debe ser similar a
la dieta que recibirán en el post-parto inmediato, compuesta por los mismos alimentos o por
Alimentación del Ganado Lechero
gran parte de ellos en diferentes proporciones según requerimientos. Guardiola (1995)
recomienda que las vacas en el pre-parto consuman raciones que contengan por lo menos un
25% de los forrajes que consumen las vacas en producción recién paridas y que además
consuman concentrados energéticos en una proporción de 0,5 a 0,75% de su peso vivo.
El objetivo o uno de ellos, en la alimentación del periodo de cierre es evitar los
cambios bruscos de alimentación del parto generando en los 21 días previos al parto un
período de adaptación previo al inicio de la lactancia y que se completará durante los primeros
30 días de lactancia.
Durante el período de vaca seca la alimentación con forrajes con altos contenidos de
fibra (+40% FDN) de baja concentración de HCNE o HCS favorecen el desarrollo de la flora
microbiana de tipo celulolítica y una disminución de la amilolítica (Streptococcus bovis y
Lactobacilli) y de las bacterias que degradan el lactato en acetato y propianato
(principalmente Megasphaera eldesnii y Selenomonas ruminantium), estas dietas también
promueven el desarrollo de bacterias que producen metano, relacionadas con un ineficiente
uso de la energía.
El panorama mencionado, más el consumo de forrajes de baja concentración de
energía reducen el largo de las papilas ruminales y su capacidad de absorción de AGV, la
superficie de absorción del rumen se reduce un 50% durante las primeras 7 semanas del
período de vaca seca. El largo de las papilas ruminales de las vacas alimentadas con forrajes
con alto contenido de fibra (
alimentadas con dietas con concentrados energéticos el largo de las papilas alcanza los 1,2
cm, crecimiento promovido por la alta producción de propiónico. (Gráfico N,,,)
Gráfico N3: Cambios en el área de sección transversal de las papilas ruminales de
vacas alimentadas con dietas de baja energía en el preparto y de alta energía en el posparto.
(Adaptado por Spain, James, 2001; de Dirkesen et al., 1985)
0
0,2
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-7 -5 -3 -1 0 1 3 5 7
SEMANAS ALREDEDOR DEL PARTO
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Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Cuando en la ración se incrementa bruscamente la cantidad de HCNE o HCS
(almidón) las bacterias amilolíticas se desarrollan rápidamente (3 a 5 días) y producen grandes
cantidades de Ac. propiónico y láctico, las bacterias que degradan el ácido láctico lo degradan
a compuestos menos ácidos y eso permite estabilizar el pH ruminal; sin embargo este tipo de
microorganismos son más lentos en su desarrollo, necesitan entre 3 a 4 semanas, por lo que se
produce un período de alto riesgo de acidósis ruminal por acumulación de ácido láctico. (Goff
y col, 1998)
Las vacas inmediatamente después del parto reciben una alimentación con alto
contenido de HCNE o HCS, que se degradan rápidamente en el rumen y producen una
importante cantidad de AGV, como la capacidad de absorción del epitelio ruminal está
reducida, por la baja superficie de papilas ruminales, se produce una reducción del pH
ruminal. Parece ser más importante la capacidad de absorción de las papilas ruminales que la
transformación del láctico por las bacterias como mecanismo de regulación del pH ruminal.
El Ac. Láctico se absorbe más lentamente que los AGV y como tiene un poder de
acidificación 10 veces mayor que los AGV su concentración produce rápidamente acidósis, el
pH ruminal desciende a valores de 5,5 y se afecta la producción y salud de la vaca.
La acumulación de ácidos en el rumen, por la mayor concentración de almidón en la
dieta, produce un descenso del pH y consecuentemente afecta la supervivencia de
protozoarios y bacterias dentro del rumen y/o disminuye su actividad. El ácido láctico, las
endotoxinas e histaminas producidas por las bacterias y los microorganismos muertos son
absorbidos sistemáticamente y pueden afectar el sistema microvascular de la membrana basal
(área de crecimiento) del epitelio ruminal, lo cual, puede luego, resultar en una laminitis
crónica. Por otra parte, los ácidos orgánicos vertidos a la sangre no pueden ser metabolizados
por el hígado y otros tejidos, generando también, una acidósis metabólica.(Goff, 1998).
Esta situación de acidósis ruminal y/o metabólica que se produce en las vacas en las
primeras semanas del parto, como consecuencia de cambios bruscos en la dieta y un aumento
significativo en el uso de concentrados energéticos y forrajes con menor contenido de fibra,
puede ser prevenida planteando estrategias de adaptación del rumen. La adaptación del rumen
se logra suministrando gradualmente dietas con mayor contenido de almidón, HCNE
próximos al 35% de la MS de la dieta, por ej.; se recomienda el suministro de grano o
concentrado gradualmente a las vacas secas dos o tres semanas antes del parto para alcanzar 2
o 3 días después del parto, el 100% de consumo de grano según requerimientos. Dirksen y
col. (1985), citado por Goff et al(1998), menciona que el desarrollo total de las papilas
ruminales requiere de 5 semanas de alimentación con dietas altas en energía y que el mayor
incremento en el largo de las papilas y la capacidad de absorción se logra en las últimas dos
semanas, por lo tanto este autor recomienda el suministro de grano 5 semanas antes del parto
para lograr el máximo desarrollo o adaptación del rumen al inicio de la lactancia.
2- Balance de nutrientes
El balance energético durante las últimas 2 a 3 semanas de gestación los
requerimientos de EM de la vaca aumentan debido al crecimiento fetal y a la síntesis de
calostro, (requerimientos: Gestación: aprox. 8,5 McalEM/día y 6 Mcal EM/día síntesis de
calostro), equivalente a casi el 90% de los requerimientos de mantenimiento. Este aumento de
los requerimientos conjuntamente con la fuerte depresión del CMS conducen a la vaca a un
estado de balance energético negativo desde antes del inicio de la máxima producción de
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leche, contrariamente a lo que comúnmente se mencionaba, que el balance energético
negativo (BEN) se produce al comienzo de la lactancia y al pico de la misma. Para
contrarrestar este BEN la vaca moviliza parte de sus reservas corporales (AGNE) ácidos
grasos no esterificados, que al ser oxidados en el ciclo de Krepps producirán energía (ATP) y
en otras vías metabólicas, los carbonos de la grasa de movilización, son utilizados en la
gluconeogénesis para síntesis de glucosa. El aumento de la concentración de AGNE en sangre
está relacionado con una serie de desordenes metabólicos como la cetosis, hígado graso,
partos distósicos, retención de placenta, mastítis. (Oetzel,1996; Grummer,1995; Goff y Horst,
1997).
Algunas consideraciones fisiológicas.
Bauman y Currie (1980), citado por Bell, (1995), desarrollan el concepto de
homeorresis como ―cambios programados y/o coordinados en el metabolismo de los tejidos
del animal que son necesarios para soportar o sostener un determinado estado fisiológico‖, el
animal prioriza la circulación y partición de los nutrientes en forma diferencial a los tejidos,
bajo determinadas condiciones relacionadas a estados del desarrollo o estados fisiológicos, el
período de transición de vaca seca a lactante representa un claro ejemplo. Tucker, (1985)
sostiene que la mayoría de los cambios metabólicos que se suceden durante el período seco y
especialmente en el periparto, como la movilización de reservas corporales y cambios
endocrinos, se deben a la necesidad del animal a prepararse para el parto y el inicio y
sostenimiento de la lactogénesis produciendo una alteración del metabolismo de los nutrientes
en los tejidos tisulares y músculo. Estos cambios sirven de evidencia que las alteraciones en la
respuesta de los tejidos a la insulina está afectado por hormonas que se conocen como
homeorréticas: estradiol, prolactina y la más significativa la somatotrofina. Los cambios de
estas hormonas se presentan en el gráfico N
Gráfico N 4: Cambios en la concentración en el suero sanguíneo de hormonas involoucradas
en la homeorresis de vacas durante el período del periparto.
Alan Bell, (1995). Adaptado de Tucker (1985).
El estradiol aumenta a lo largo de la gestación y crece su concentración bruscamente
en los últimos días y luego del parto cae nuevamente. Forbes, (1986) relaciona el aumento de
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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la concentración de estradiol con una disminución del apetito de la vaca en el periparto,
movilización del tejido adiposo independientemente del nivel de CMS y el BEN. Estos
acontecimientos están también relacionados con la etiología del hígado graso. (Grummer,
1990). No está claro, si la movilización altera la respuesta de los adipocitos a la insulina o a
agentes adrenérgicos, ensayos de Green et al, (1992) muestran que tratamientos con estradiol
inhiben la lipogénesis y la capacidad de esterificación de los TG en los linfocitos.
La prolactina también aumenta hacia el final de la gestación y afecta las señales
homestáticas del tejido adiposo y otros tejidos corporales. Willianmson and Lund, (1994) en
ratas lactantes comprueban que la prolactina inhibe la acción de la insulina en el tejido
adiposo y actúa en forma opuesta en la glándula mamaria, promoviendo la absorción de
glucosa para la síntesis de lactosa. Por otra parte, la prolactina actúa sobre la partición de
nutrientes, especialmente aminoácidos absorbidos entre el hígado y los tejidos tisulares.
(Garcia de la Asuncion et al, 1994; citado por Bell, 1995).
La concentración de Somatotrofina en sangre comienza a aumentar en los 3 a 4 días
previos al parto, hace un pico el día del parto(aprox. 9ng/ml de suero), y comienza a disminuir
suavemente durante el primer tercio de la lactancia para luego caer a valores menores a
3ng/ml de suero. Parece estar demostrado que en rumiantes la somatotrofina tiene un efecto
mayor que la prolactina sobre la galactopoyesis, después que la lactancia está establecida.
Bauman and Vernon, (1993), comprobó que la somatotrofina inyectada en vacas lactantes
alteró el emtabolismo en los tejidos principalmente modificando los receptores a la insulina y
cotecolaminas situación similar a al observada en vacas al periparto, esto hace suponer que la
somatotrofina es la hormona de acción primaria sobre la homeorrésis de la vaca en transición.
El suministro de somatotrofina a vacas lecheras produce una disminución de la lipogénesis y
activa las enzimas responsables -
-receptores en los tejidos e hígado.
El balance entre la somatotrofina e insulina en el periparto, a favor de la primera,
determina una mayor gluconeogénesis en el hígado que no puede ser inhibida por la insulina,
por su baja concentración y por la baja proporción de receptores de insulina; por otra parte, y
como ya se mencionó se ve aumentada la lipolísis en los tejidos.
La mayor concentración de estrógenos días antes del parto deprime el consumo y
favorece la movilización de tejido corporal, conjuntamente con la menor concentración de
insulina, el bajo nivel de glucosa en sangre y el aumento de somatotrofina resulta en un
aumento de los AGNE en sangre. Estos AGNE en sangre van a hígado y por diferentes vías
metabólicas son transformados, en la mitocondria por ―Oxidación‖ que produce CO2, cuerpos
cetónicos y ATP, otra la B-oxidación en los peroxisomas, produciendo acetil-coA y una
tercera vía, la esterificación que produce trigliceridos (TG) que se acumulan en el hígado y/o
vuelven a la sangre unidos a proteínas como lipoproteínas de baja densidad.
El flujo de los AGNE a una u otra vía no esta claramente estudiado en vacas lecheras,
mecanismos hormonales o condiciones fisiológicas de la vaca en el periparto, parece ser que
promueven la vía de esterificación de ácidos grasos formando trigliceridos que se acumulan
en el hígado. Aunque no está claramente analizado, Cadórniga-Valiño et al, 1997; encontró
que la insulina aumenta la acumulación de trigliceridos en hígado, este efecto de la insulina
podría explicar la aparción del sindrome de hígado graso en vacas sobre alimentadas en el
preparto. Van Den Top, (1996), no observó en sus ensayos esta relación. Lo cierto es que por
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razones fisiológicas o efectos no conocidos, las vacas previas al parto movilizan reservas y se
produce una acumulación de trigliceridos en el hígado que promueve el síndrome de hígado
graso. Por otra parte, cuando se produce el BEN y se movilizan AGNE en exceso no se
pueden oxidar en forma completa en el ciclo de Krepps (CTC).
El Acetil–CoA, producto de la B-oxidación, por déficit de Oxal-acetato, a
consecuencia de la menor producción de propianato en el rumen, no puede ingresar al CTC, y
se generan cuerpos cetónicos (Acetona, -hidroxibutirato y Acetoacetato), consecuentemente
con el pasaje a sangre de estos cuerpos cetónicos el animal presenta diferentes grados de
cetosis, que pueden desde deprimir el consumo y alterar el metabolismo como la muerte de
acuerdo a la concentración de los mismos en sangre.
Grummer, (1995), menciona que estas vías alternativas de metabolización y
exportación de lipidos, el rumiante las utiliza cuando las vías normales se saturan por exceso
de TG en sangre.
La acumulación de cuerpos cetónicos, además del gasto energético para su
desintoxicación producen depresión del consumo, lo que agrava la situación inicial y la
acumulación de TG en el hígado disminuyen la actividad de los hepatocitos afectando la
capacidad metabólica del hígado en el post-parto (gluconeogénesis), consecuentemente se
afecta la producción de leche y la salud del animal.
Como se mencionó, la movilización de grasas en el preparto tiene diferentes orígenes,
entre ellos la correlación hormonal y la depresión del CMS, que porcentaje corresponde a
cada uno de ellos no es conocido, lo cierto es que aún en vacas con alimentación forzada la
movilización de reservas igual ocurre, (Vazquez-Anon et al, 1994; Bertics et al, 1992). Otro
factor importante es el estrés que enfrenta la vaca en los días próximos al parto y que produce
la liberación de catecolaminas y cortisol, factores hiperglucemiantes, que deprimen el
consumo y aumentan el BEN. (Grummer, 1996).
El BEN se comienza a producir una semanas antes del parto y la concentración de
AGNE se duplica entre los días –17 y +2 respecto al parto (gráfico N ) y el contenido de TG
en el hígado se triplica el día del parto con respecto al día –28 del pre-parto. Betrics et
al.(1992) realizaron un ensayo con dos grupos de vacas en el pre-parto que se diferenciaron
por el nivel de CMS, las vacas que no redujeron el CMS en el pre-parto, movilizaron menos
grasa, presentaron un mejor balance energético y proteico y produjeron mayor cantidad de
leche. Estos resultados sugieren que el CMS en el pre-parto parece ser el factor mas
importante en el control del consumo de nutrientes, especialmente energía, y sobre el balance
energético. (Grummer, 1995).
Estos cambios metabólicos, cetosis e hígado graso, están relacionados con el periparto
y como se mencionó suceden antes del día 1 del posparto o están predeterminados a que
sucedan durante la lactación. (Grummer, 1995).
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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Gráfico N 5: Concentración de Acidos grasos no esterificados (AGNE) en suero de vacas en
transición.
La actividad glucogénica del tejido del hígado se ve fuertemente disminuida bajo
condiciones de acumulación de TG en el tejido (hígado graso), una reducción de la
gluconeogénesis hepática puede afectar negativamente, la concentración de glucosa en sangre,
reducir la concentración de insulina y aumentar la movilización de grasa corporal (AGNE)
produciendo un aumento de TG en el hígado y produciendo una mayor cantidad de cuerpos
cetónicos como resultado de una metabolización incompleta d las grasas. Cuando los cuerpos
cetónicos están en exceso no pueden ser totalmente utilizados por los tejidos periféricos y se
acumulan en la sangre, Las vacas con cetosis presentan una disminución en el CMS, baja
producción de leche, pérdida de peso y baja fertilidad. La cetosis puede ser prevenida con las
mismas medidas de manejo nutricional que el síndrome de hígado graso, como aspecto
adicional a considerar es con el uso de forrajes conservados, especialmente los silajes que
pueden contener precursores cetogénicos. Estos forrajes deben ser usados en baja proporción
en la alimentación de vacas secas.
Los animales en balance energético negativo se caracterizan por presentar bajos
niveles sanguíneos de glucosa e insulina y del factor de crecimiento similar a la insulina(IGF-
I). (Canfield y Butler, 1991). Bajo estas condiciones, los mecanismos de regulación
homeorrética determinan o reorientan los nutrientes hacia la función productiva (producción
de leche) prorizaa por encima de otras funciones como la reproducción. (Bauman y Currie,
1980)
De las consideraciones fisiológicas analizadas se concluye que existen tres etapas bien
definidas por las que transita la vaca en los meses alrededor del parto, el período de vaca seca
con dos etapas, una que va desde el secado hasta unos 25 a 30 días antes del parto, la etapa de
pre-parto o de cierre que corresponde a los últimos 25 0 30 días de gestación y el período de
inicio de lactación que corresponde a los primeros 30 a 40 días posparto.
Campabadal, (2002), citando a Weiss, 2002; Oetzel, 1997 y Davidson et al, 1997.;
establece que el período más importante en el manejo nutricional de una vaca lechera
corresponde a los 30 dias anteriores y posteriores al parto, el llamado ―período de transición‖.
0
0.1
0.2
0.3
0.4
0.5
0.6
0.7
0.8
0.9
-21 -14 -7 -3 0 3 7 14 21
Días alrededor del parto
AG
NE
(m
eq
/l)
Alimentación del Ganado Lechero
Una alimentación adecuada durante la etapa de transición favorece la producción de
leche en el pico de la lactancia y la persistencia de la misma, además favorece el rápido
retorno a la actividad cíclica de la vaca, lográndose de esta manera altos índices de fertilidad.
La alimentación durante el período seco de la vaca lechera tiene como objetivos:
lograr una CC de 3,5 a 3,75, maximizar el consumo de materia seca y energía, para lograr
estos objetivos y cumplir con las pautas propuestas por Gooff, (1997) se hace necesario el
manejo de dos grupos de vacas secas.
Como se mencionó en el primer mes de seca la vaca tiene bajos requerimientos
nutricionales comparados con el período de producción, en esta etapa si la vaca a alcanzado la
CC de 3,5, la alimentación se debe dirigir a mantener la condición corporal y cubrir los
requerimientos de mantenimiento y gestación. Los alimentos utilizados pueden ser de una
concentración energética de 2,0 a 2,2 Mcal EM/kgMS; 12 a 14 % de PB y de 40 a 45%FDN.
Los henos de alfalfa, silajes de sorgo y/o maíz y pasturas de alfalfa con más del 20% de
floración pueden ser usados para formular las dietas de las vacas secas. En general durante
esta etapa la alimentación no presenta dificultades ya que con dietas de mediana calidad se
pueden cubrir los requerimientos nutricionales. (ver Cuadro N....).
En cambio durante la etapa de pre-parto o de cierre, la alimentación requiere de mayor
atención o cuidado tendiendo a evitar la caída del CMS, controlar el BEN y reducir la
movilización de grasas corporales. Las predicciones de necesidades energéticas de NRC
(1989) muestras un BEN moderado e importante durante la semana antes del parto, otros
autores predicen el BEN de mayor magnitud y duración. Estas diferencias en las predicciones
son parte del origen del problema que puede ser resuelto por medio de una formulación
correcta de dietas para vacas secas que fundamentalmente presenten una mayor concentración
energética. Grummer, (1995), realizó un ensayo calculando dietas para vacas que sufrían
depresión de consumo y las comparó con vacas que presentaban una disminución del
consumo considerable y observó que el BEN era severo durante las semanas anteriores y
posteriores al parto, en cambio en el grupo de vacas con dietas ajustadas al nivel de consumo
el BEN fue mucho menor en tiempo e intensidad. Ver gráfico N..... Calsamiglia 3.
Gráfico N6: Estimación del balance energético durante la transición de vacas
experimentales en condiciones normales (con depresión de CMS) y mantenidas con
ingestión forzada (sin depresión de CMS). (Grummer, 1995. Citado por Calsimiglia, 2000).
-30
-25
-20
-15
-10
-5
0
5
10
15
-28 -20 -12 -4 Parto 4 12 20 28
DIAS ALREDEDOR DEL PARTO
BA
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Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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En las últimas 3 o 4 semanas previas al parto las dietas que se formulen para las vacas
secas deben contener una proporción de alimentos de alta concentración energética (granos o
balanceados) que como ya se mencionó reduzcan el BEN y favorezcan el ambiente ruminal, y
en vacas de muy alta producción se puede considerar la utilización de aditivos como: -
propilenglicol que es un precursor de la gluconeogénesis a nivel hepático teniendo dos
acciones favorables, una el aporte de glucosa (energía) y reducir el BEN y otra que actúa
como estimulante de liberación de insulina, que tiene un efecto inhibidor en la movilización
de grasas. (Chistiensen et al, 1997). El suministro de 300 a 350 ml/vaca/día en una dosis
diaria durante los 10 últimos días de gestación reduce significativamente la incidencia de
hígado graso y cetosis. (Calsamiglia, 2000).
Gráfico N7: Ingestión de energía neta en los días previos al parto.
Otros aditivos usados frecuentemente son la Niacina y Colina que inhiben la
movilizaión de grasa y favorecen la síntesis de lipoprteínas de baja densidad en el hígado y su
excreción al torrente circulatorio, reduciendo la acumulación de TG en el hígado.
Las recomendaciones para a alimentación de las vacas en el período de cierre
contemplan: - Hacer un lote de vacas secas próximas al parto,- monitorear la CC,- formular
raciones que cubran los requerimientos nutritivos de las vacas, que presenten un equilibrio
entre energía-proteína; energía -fibra y maximice el CMS, - las dietas deben formularse con
alimentos similares a los que las vacas consumirán en el posparto para acostumbrar a las
vacas y evitar los cambios bruscos de dieta, no aislar los animales próximos al parto, aumenta
el estrés y deprimen aún más el consumo. – no utilizar forrajes conservados fermentados o
mal conservados ya que afectarán el consumo.
Guardiola, (1997), recomienda que las dietas de las vacas en el pre-parto tengan por lo
menos un 25% del forraje que las vacas consumirán en el posparto y entre un 0,5 a 0,75% de
la MS total de concentrados energéticos, aproximadamente de 3 a 5 kgMS/ día.
Minor et al, (1997), observó que el consumo de dietas con mayor proporción de HCS,
de 23,5% a 43,8% de la MS desde 19 días previos al parto, incrementó el CMS pos-parto,
favoreció el balance energético, disminuyó la concentración de AGNE en sangre y de cuerpos
cetónicos.
Días alrededor del parto
Alimentación del Ganado Lechero
Cuadro N 2 Recomendaciones nutricionales para vacas secas
NUTRIENTES INICIO PERIODO DE SECA PREPARTO
CMS, kgMS/día 13 11-12 (7-8)
McalEM/kgMS 2,0 a 2,2 2,4 a 2,7
Estrato etéreo (grasa) %max 5 6
Proteína bruta % 12 – 13 15 – 16
Proteína no degradable % . 25 – 22 33 – 38
Fibra detergente ácido (FDA) % 30 – 35 25 – 30
Fibra detergente neutro (FDN) % 40 – 45 35 – 40
FDN proveniente del forraje % 30 – 35 25 – 30
Hidratos de carbono solubles % 32 – 35 5 – 40
Calcio % 0,50 0,25 (1 – 1,2)*
Fósforo % 0,25 0,30 (0,35-0,4)*
Magnesio % 0,20 0,35 (0,4)*
Potasio % 0,65
Azufre % 0,16 0,20 (0,35-0,4)*
Sodio % 0,10
Cloro % 0,20
Cobalto, ppm 0,10 0,10
Cobre, ppm 12 15
Yodo, ppm 0,60 0,70
Hierro,ppm 50 60
Manganeso,ppm 40 50
Selenio, ppm 0,30 0,30
Zinc,ppm 50 60
Vitamina A, UI/kg 4.000 4.800
Vitamina D, UI/kg 1.700 2.200
Vitamina E, UI/kg 26 33 – 88
Hutjens, (1990); NRC, (1989); Van Saun, (1991); Beede, (1992). (*SI SE USAN
SALES ANIÓNICAS).
El Balance mineral. (Homeotasis del calcio).
El inicio de la lactancia modifica fuertemente la demanda de nutrientes y pone en
marcha mecanismos de homeostasis; por ejemplo la demanda de Ca aumenta
significativamente y la exportación de Ca en leche requiere del mecanismo de homeotásis del
Ca para compensar este aumento de la demanda. Factores tales como: el balance catión-anión
de la dieta, el pH de la sangre y el Ca de la dieta determinan diferentes grados de
hipocalcemia en la lactancia temprana y enfermedades colaterales como retención placentaria,
metritis, pietín, sindrome de vaca caída, aumento del número de días parto concepción,
reducción en la movilidad ruminal, desplazamiento de abomaso y depresión del
consumo.(figura N1).
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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Figura N 1: Efectos relacionados a la fiebre de leche (C. de Blas y otros,2000;adaptado de
Goff y Horst,1997)
Consumo insulina
Tono muscular
Cortisona plasma
Movilización lípidos Glucosa
Inmunosupresión
Tradicionalmente se propone el suministro de dietas con bajo contenido de Ca., (con
un consumo no mayor de 50gCa/día, correspondiente a una dieta de 0,2 a 0,3%Ca/kgMS) a
vacas en el pre-parto con el fin de estimular la mayor absorción de Ca y la movilización ósea
del mismo, se consideraba que un balance negativo de calcio estimulaba la acción hormonal
(paratohormona y vitamina D) que favorecen estos procesos. Hoy se conoce que en realidad el
balance Catión-Anión de la dieta (BACD) que determina un equilibrio ácido-base y provoca
variaciones de pH en la sangre y líquidos humorales (alcalosis, acidosis). Trabajos realizados
por Goff, 1997; Oetzel, 1991; Grummer, 1993 y otros autores muestran que el BACD y las
concentraciones de algunos minerales, principalmente el K, S y P influyen sobre la incidencia
de fiebre de leche o hipocalcemia.
Cuando el Ca se encuentra por debajo de la concentración normal en la sangre, se
estimula la síntesis de 1,25 (OH) colecalciferol D3 y paratohormona (PTH), de esta manera se
favorece la absorción intestinal y la resorción ósea de calcio, esto es totalmente cierto cuando
el BACD determina una acidosis metabólica, ya que si el pH sanguíneo es básico, alcalosis,
no se estimula la síntesis o es muy baja la respuesta, de HPT. El riñón tiene un importante
papel en el equilibrio ácido-base, regulando la excreción de bicarbonatos y amonios, un BAC
que produzca acidosis metabólica puede producir excreción renal de Ca y estimular la síntesis
de 1,25 (HO) vitamina D3 elevando la absorción intestinal. Cuando el balance de Ca es
negativo por una mayor oferta del mismo se sintetiza HPT que provoca la resorción de Ca de
los huesos. En condiciones de acidosis los osteoclastos encargados de producir la resorción
ósea sistetizando enzimas como, la fosfatasa alcalina, succinato deshidrogenasa involucradas
en este proceso.
Bajo condiciones de alcalosis la células (osteoclastos) del hueso no se encuentran
sensibilizadas por una disminución de la [H+] o alterando sus sistemas enzimáticos, éste es el
principal efecto que presentan las dietas acidogénicas que al modificar el pH de los líquidos
Hipocalcemia
Retención placenta
Prolapso uterino
Desplazamiento de
Cuajar Cetosis. Fertilidad
Enfermedades
Infecciosas
Alimentación del Ganado Lechero
intra y extra celulares afectan la activida enzimática de las células y el intercambio de iones
en las membranas celulares.
Una dieta que favorezca un BACD tendiendo a la neutralidad o aniónico (acidosis)
genera condiciones metabólicas favorables para la resorción ósea, mayor absorción intestinal
de calcio y prevenir la hipocalcemia como así también enfermedades relacionadas.
Ender et al, (1971), propuso que la inciencia de fiebre de leche dependía del balance
entre los aniones (Cl- y SO4
-2) y cationes (Na
+ y K
+), este concepto es ahora conocido como
el BACD (Balance anión catión dietario), la formula más frecuentemente usada es la
mencionada que relaciona estos cuatro minerales, también existen otras formulas que
incorporan una mayor cantidad de elementos como las citadas por Goff y otros, (1997).
BAC= (meq/kgMS)= (0,38 x %Ca + 0,3 x %Mg + %Na + %K) – (%Cl + 0,6 x %S + 0,5 x %P)=
BAC = (meq/kgMS) = (0,15 x %Ca + 0,15 x %Mg + % Na + %K) – (%Cl + 0,2 x %S + 0,3 x %P)=
BAC= (meq/kg MS)= (%Na x 43,5 + % K x 25,57) – (%Cl x 28,21 + %S x 62,38)=
En condiciones normales el BAC debe ser positivo +50 a +200, en cambio durante el
período de vaca seca específicamente en el preparto el balance debe ser negativo, se
recomienda que el BAC se encuentre entre –50 y –150 meq/kgMS, utilizando la ecuación
mencionada.
Cuando se formulan dietas para vacas en el preparto, además de los factores
mencionados se debe considerar entonces que el BAC sea negativo o muy próximo a la
neutralidad, sin olvidar que se deben cubrir los requerimientos de minerales y que estos deben
mantener un equilibrio en la dieta. Un inconveniente muy frecuente es que en general gran
parte de los forrajes utilizados en la alimentación de vacas lecheras y especialmente el
principal recurso forrajero, la alfalfa, es fuertemente catiónica y además posee un alto
contenido de Ca.
Cuadro N 3: Valores de BAC
BAC*s PELIGRO POSIBLE
PRADERA MIXTA 500 peligrosa
FESTUCA VERDE 550 muy peligrosa en preparto
PASTO OVILLO 470 peligrosa
SORGO FORRAJERO 475 dañina
AVENA PRIMER
CORTE 370 dañina
ALFALFA VERDE 180 a 280 medianamente dañina
SILO DE PRADERA 500 muy dañina
HENO DE MO 400 poco recomendable (alto potasio)
HENO DE FESTUCA 300 aceptable consumo
SILO DE MAIZ 82 a 120 bueno
SEMILLA DE ALGODÓN 140 Buena, pero sujeta a calidad
AFRECHILLO DE
TRIGO 400 dañino, muy alto en fósforo
GRANO DE MAÍZ 18 muy bueno
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GRANO DE TRIGO -5 bueno, pero alto en almidón (acidosis)
GRANO DE SORGO -7 muy bueno en copos
GRANO DE CEBADA -23 excelente
MALTA HÚMEDA -120 peligrosa por ser alta en proteínas
BICARBONATO DE
SODIO 11740 nunca dar en pre-parto, es muy malo
CLORURO DE AMONIO -18680 excelente, pero poco palatable
CLORURO DE SODIO 17
SULFATO DEAMONIO -15060
En el Cuadro N 3, se puede observar los valores de BAC de algunos forrajes, en base
a esta información las dietas de vacas secas deben formularse con aquellos alimentos que
tengan un BAC neutro o negativo, Goff, (1997), recomienda que las dietas sean negativas(-
150 meq/kgMS), otros autores como Weiss, (2000) consideran que cuando no se presentan
vacas caídas o la incidencia de hipocalcemia o fiebre de leche es baja, las dietas pueden
formularse con un BAC próximo a la neutralidad. Considerando que es prácticamente
imposible formular dietas con un BAC = -150, para vacas en pastoreo de alfalfa, algunos
recomiendan el uso de sales aniónicas (sales como cloruros de calcio o magnesio, Sulfatos de
calcio o magnesio y Cloruro de amonio) en general no individuales sino combinadas. Goff y
otros, (1991, 1997); Oetzel, (1991); Horst y otros, (1997), comprobaron que el uso de sales
aniónicas disminuye la incidencia de fiebre de leche, se mejora el perfil metabólico de las
vacas en preparto y se incrementa la producción de leche.
Cravero B F, C R Pendini y otros, (2002), realizaron un ensayo con vacas Holando
Argentino suministrando sales aniónicas durante el preparto y observaron cambios en el perfil
metabólico (aumentó la calcemia)y menor pH urinario. La producción de leche en los
primeros 90 días de lactancia no se modificó y se comprobó estadisticamente un aumento en
la proteína láctea. Beede et al, (1991); citado por Blas y otros,(2001), en otro ensayo,
suministrando sales aniónicas formularon una dieta con BAC = -20 meq/kgMS con una
testigo de +50 meq/kgMS; las vacas tratadas presentaron una concentración de Ca iónico en
sangre mayor y manifestaron en menor medida síntomas subclínicos y clínicos de
hipocalcemia, sobre todo en animales de mayor edad (+ de 3 lactancias) y produjeron 4% más
de leche y aumentaron la eficiencia reproductiva en un 17%. De acuerdo a estos trabajos, el
uso de sales aniónicas en vacas pre-parto resulta eficaz para reducir la incidencia de
hipocalcemia cuando no es posible reducir el BAC dietario y la manifestación de esta
enfermedad es alta en el rodeo.
Calsamiglia, (2001), citando a varios autores que trabajaron sobre este tema,
recomienda el suministro de sales aniónicas para reducir el BAC a valores de –50 a –
150meq/kgMS durante las 3 a 4 semanas antes del parto. En raciones que se formulen con
sales aniónicas en nivel de Cl no debe superar el 0,8% de la MS; aumentar el consumo de Ca
a 150 – 180g/dia (1,2 a 1,4% de la MS); el S menor al 0,4% de la MS; 0,4% de la MS de Mg
y mantener los niveles de K y Na los más bajo posible, preferentemente menor al 1,2 y 0,15%
de la MS respectivamente. También debe comprobarse el carácter acidógeno de la dieta, para
ello se deben tomar muestras de orina y medir el pH de la misma, en las vacas con BAC
positivos el pH de orina es de 8 o un poco mayor, con la adición de sales aniónicas el pH de la
orina debe disminuir a valores de 6,5 a 7 y de esta manera corroborar el carácter acidógeno de
las dietas.
Alimentación del Ganado Lechero
Las sales aniónicas son muy poco palatables y pueden afectar el CMS si no son
suministradas cuidadosamente, mezcladas con la ración y en proporciones reducidas (200 a
500 g/día), por ejemplo mezcladas con silajes o alimentos altamente palatables para
enmascarar su sabor.
Blas y otros (2001); Weiss, (2002), no recomiendan el uso de sales aniónicas en
vaquillonas y en vacas de mediana a baja producción de leche ya que en general no presentan
problemas de hipocalcemia y/o enfermedades relacionadas, en el caso que el problema de
vacas caídas por deficiencia de Ca se presente frecuentemente y no se puedan corregir el BAC
dietario, se recomienda entonces, el uso de sales aniónicas debidamente formuladas.
4- El problema de la inmunosupresión.
Durante la etapa final de la gestación, unos 30 días antes del parto, el cortisol fetal
estimula a la placenta para iniciar la secreción de estrógenos. Los estrógenos actúan sobre el
desarrollo de la lándula mamaria, la síntesis de calostro y la preparación del parto. Los niveles
de estrógenos al parto son entre 10 a 100 veces mayor que durante el estro y estos niveles de
concentración de estrógenos afectan o alteran la función inmunitaria. Por otra parte, días antes
del parto la concentración de prostaglandinas aumentan provocando la luteolisis, lo que
reduce los niveles de progestorena marcando un claro predominio de los estrógenos en la
correlación hormonal previa al parto. Estos cambios hormonales producen en la vaca
condiciones de estrés y bajo estas condiciones aumenta la síntesis y liberación de cortisol que
conjuntamente con los estrógenos influyen directamente sobre la inmusupresión. La
transferencia de inmunoglobulinas a la glándula mamaria para la síntesis de calostro genera
una disminución de éstas en los tejidos y una caída de los mecanismos o barreras
inmunológicas. La reducción de nutrientes principalmente proteínas y vitaminas por
disminución del consumo resultan en inmunosupresión y de patologías metabólicas, estos
procesos metabólicos en el posparto producen radicales libres tóxicos, la producción excesiva
de estos radicales produce el llamado ―estrés oxidativo‖. Principalmente la involución uterina
es la principal responsable de la producción de radicales libres que consumen la mayor parte
de los agentes antioxidantes (selenio y vitamina E) delsistema inmunitario, este deficit es uno
de los principales causante de las patologías peripartales. (Mallard et al, 1998).
El resultado de la inmunosupresión es la incidencia de patologías en el periparto. Entre
el 60 al 80% de las patologías de las vacas lecheras tienen lugar en el preparto o en las
primeras semanas del parto. (Calsamiglia, 2000).
Todas las vacas sufren una disminución en las defensas frente a agresiones físicas o
infecciosas, el grado de pérdida de dicha capacidad depende de factores genéticos y/o
ambientales. Algunos factores inmunosupresores son inherentes a l proceso de parto y
difíciles de controlar, otros, son suceptibles de corregir a travéz del manejo y la alimentación.
El control del CMS el ajuste en la formulación de raciones en el preparto como el
balance de energía-proteínas y el balance de cationes y aniones, la suplementación con
vitamina E y selenio son algunas prácticas que favorecen la función inmunitaria. La
deficiencia de estos micronutrientes están asociados con un aumento, duración y gravedad de
la mastítis y un aumento en la retención placentaria. Es posible que otros minerales y
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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vitaminas (betacarotenos, zinc, cobre) que actúan como antioxidantes contribuyan a evvitar
los excesos de radicales libres asociados al estrés del periparto.
5- Consumo de materia seca.
El consumo de materia seca, como ya se mencionó, está seriamente afectado en los
días alrededor del parto y compromete el aporte de nutrientes provenientes de la dieta. Su
consecuencia es una disminución de la función inmunitaria con aumento de patologías,
probablemente por la deficiencia de nutrientes y factores intrínsecos al estado fisiológico,
además se afecta negativamente la producción de leche en el postparto. Básicamente las
razones de la depresión del CMS como se analizó en el Capitulo I, son muy variadas y en esta
etapa del preparto principalmente es debida a factores fisiológicos muy difíciles de
manipulear (Vazquez-Añón et al, 1994; citado por Calsimiglia, 2000), sin embargo, las
estrategias para mantener el consumo de MS se deben centrar en el manejo atendiendo: - la
disponibilidad, palatabilidad y accesibilidad a los alimentos; - Calidad y estado de
conservación de los alimentos; - separación de las vaquillonas en el preparto para evitar la
competencia en el pastoreo; - aumentar la concentración energética de la dieta mejora el
CMS; - manejar en un grupo aparte las vacas y vaquillonas en preparto y en el posparto
inmediato y – controlar la CC al parto, vacas gordas presentan menor CMS, y monitorear la
CC durante la lactancia.
El manejo de la vaca en transición especialmente en el preparto es el primer factor
determinante de la producción de leche y de la vida útil de las vacas en el tambo. El manejo
de la CC, la alimentación en el último mes de gestación y en el posparto inmediato,
controlando la magnitud y duración del BEN, control del BAC de la dieta, equilibrio en el
suministro de nutrientes, balance energía- proteína, energía – fibra de la dieta y la eliminación
de cambios bruscos en la composición y calidad de la dieta sumado a otros factores de manejo
conducen a un mejoramiento de la producción, de la condición sanitaria y la eficiencia
reproductiva de la vaca durante el posparto.
Alimentación del Ganado Lechero
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA MANTENIMIENTO.
El requerimiento de Mantenimiento Mcal EM/día, AFRC,(1989). lo estima a partir
del valor de Metabolismo de ayuno(MA) más el nivel de actividad del animal.
MA (McalEM/día) = MA(McalEN/día) / km= MA (McalEM/día) = (0.127(PV/1.08)
0.67 ) / (0.503+0.35q)
Mantenimiento = MA+Gasto por Actividad( como % del MA)+5%Margen de
seguridad=
El requerimiento de mantenimiento se calcula de igual manera para todas las
categorías de animales bovinos de carne y leche.
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA GESTACIÓN.
Los requerimientos de Gestación expresados como la energía retenida en función del
tiempo de gestación, se estima teniendo en cuenta el peso de la madre para estimar el peso del
ternero y los días de gestación transcurridos.
Retención de Energía para Gestación Ec (McalEN/día)=
= 0.005975PT(Et0.0201 e-0.0000576t
)
Pt = (PM0.73
- 28.89)/2.064=
Et = 10 151.665 - 151.64 e-0.0000576t
=
PM= peso de la madre.(kg).
Pt = peso del ternero al nacimiento (kg).
t = días de gestación.
Requer. Gestación= Ec/kg =(0.005975Pt(Et0.0201e-0.0000576t
)/0.133)*1.05=
kg = eficiencia de utilización de la EM para gestación.
t= días de gestación.
1.05= margen de seguridad %5.
Pt= peso del ternero al nacimiento.
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA AUMENTO DE PESO.
Los requerimientos de Mcal de EM para aumento de peso dependen del Valor
Calórico del aumento de peso, dicho en otros términos de las Mcal requeridas para ganar 1kg
de peso vivo. En animales adultos el Valor Calórico de la ganancia de peso se considera
constante y es de 4.54 Mcal EN/kg peso vivo.
En Bovinos en crecimiento el Valor Calórico debe ser calculado y está relacionado al
peso vivo, la edad, sexo, raza y del aumento de peso del animal.
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Vacas Secas.
Ap(McalEM/día) = VCAp / kf x1.05=
VCAp = 4.54 McalEN/kg.
kf = 0.80q.
1.05 corresponde al 5% de margen de seguridad.
REQUERIMIENTOS DE PM PARA MANTENIMIENTO.
PM mant. (g/día)= 2.3 PV0.75
.x 1.05
PV= peso vivo real.
REQUERIMIENTOS DE PM PARA AUMENTO DE PESO
PMAp (g/kgAp)= 233 g/kgAp x 1.05.
REQUERIMIENTOS DE PM PARA GESTACIÓN
PMG (g/día)= (1.01PT x PTi x e -0.00262t
)*1.05.
PT (kg)= (PM0.73
- 28.89)/2.064.
PT= peso del ternero.
PM= peso de la madre.
PTi= proteína tisular.
PTi= 10 (3.707- 5.698 x e-0.00262t )
t= tiempo de gestación.
1.05= %5 marge de seguridad.
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ALIMENTACION DE LA VACA EN EL POSPARTO
El inicio de la lactancia, consecuencia del parto y una serie de sucesos fisiológicos
relacionados con cambios hormonales, descenso de las hormonas gestacionales (progesterona
y estrógenos) y aumento de las hormonas del complejo lactacional (somatotrofina, insulina,
corticoides, prolactina) producen una serie de cambios, en la vaca recién parida. Estos
cambios endocrinos, como ya se mencionó, deprimen el CMS y producen un balance
energético negativo, como consecuencia de la disminución del consumo y las correlaciones
hormonales preponderantes en el inicio de la lactancia.
Weiss, (1997), propone como principales objetivos en la alimentación de las vacas
recién paridas estimular el consumo de materia seca y evitar los problemas metabólicos.
Oetzel, (1997), considera que los primeros días de lactancia 5 a 10 días, las vacas pueden
recibir la misma dieta del pre-parto y posteriormente pasar a consumir la dieta para vacas en
producción o bien inmediatamente de paridas consumir la dieta de producción. Estas
sugerencias son validas para sistemas estabulados donde el control del CMS es posible, en
condiciones de pastoreo, estos ajustes de dietas son prácticamente imposibles de realizar,
fundamentalmente porque no se conoce la cantidad de MS consumida por las vacas y
consecuentemente la cantidad y calidad de los nutrientes consumidos.
Con el transcurso de la lactancia y hasta el pico de producción (60 días posparto) los
requerimientos de energía se incrementan fuertemente a razón de 1,1 a 1,2 Mcal EM/kg de
leche producido, por lo tanto se hace necesario aumentar el consumo de energía desde el parto
hasta el pico de lactancia.
Como el CMS en esta etapa está deprimido es necesario incrementar la concentración
energética de la dieta, suministrando concentrados energéticos (granos o balanceados). El
mayor consumo de granos debería acompañar el aumento de CMS, es decir; ir aumentando el
consumo de grano conforme aumenta el CMS de la vaca. En pastoreo esto complicado de
realizar, ya que es difícil evaluar la variación del CMS, por lo tanto se recomienda
incrementar el consumo de concentrados en forma paulatina a razón de 250g/día a 500g/día
hasta lograr el máximo consumo de MS. Weiss, (1997), recomienda no suministrar más de 7,5
kg de concentrado por día durante las 3 primeras semanas posparto y no más de 3 Kg por
comida.
Un problema importante en este período del posparto inmediato son: -excesivo
consumo de energía (granos) que deriva en acidósis ruminal; - consumo deprimido de energía
que conduce a estados de cetosis clínicos o subclínicos.
En sistemas de pastoreo de alfalfa es frecuente encontrar dietas con exceso de
proteínas un alto contenido de H.C. altamente fermentesibles con un marcado desbalance de
energía-proteína y frecuentemente también, un déficit de FDN. (Rearte; 1992.).
Por considerar importante y de alto impacto sobre la producción de leche y su
composición en este período (inicio de la lactancia) y su consecuente efecto sobre la
producción de leche en toda la lactancia, se analizará a continuación los factores nutricionales
que afectan la producción y composición de la leche.
Alimentación del Ganado Lechero
El primer factor nutricional que se debe considerar es el consumo de materia seca, este
factor fue analizado en el Capitulo I ampliamente. La cantidad de nutrientes disponibles de la
dieta dependerá entonces, de la cantidad de MS consumida, de la concentración de nutrientes
y de la digestibilidad de la misma. Si se considera, que efectivamente los animales consumen
forraje fresco y no MS, en las dietas pastoriles, el alto contenido de agua reduce
marcadamente la concentración de nutrientes. La densidad voluminosa y el contenido de agua
de la pastura afectan el CMS en los sistemas pastoriles. En pastoreos de alfalfa, la calidad
cambia rápidamente con los cambios fenológicos, estación de año y el pastoreo.
Cuadro N 1. Calidad de la pastura de alfalfa
Variables Otoño-
invierno
Primavera Verano
Biomasa(KGms/HA) 950 1459 3279
Altura (cm) 35 53.9 73.5
Relación Hoja Tallo 1.35 1.29 1.16
MS (%) 18.7 20.1 24.2
PB (%) 29.8 27 25.8
fracción a (% PB) 17.2 30.5 30.1
fracción b (%PB) 79 67.1 70.3
c (%/h) 20 24.2 20.2
FDN (%) 33.2 34.2 46.7
DIVMS (%) 74.3 69.2 64.9
FDA (%) 29.1 29.7 31.7
EM (McalEM/kgMS) 2.67 2.49 2.33
Los cambios en la calidad de la alfalfa con el avance del estado fisiológico al
momento de su utilización son muy importantes, siendo el contenido de proteína el
componente que presenta mayor variación en una misma temporada, menores cambios se
observan también en el contenido de fibra detergente ácida (FDA) y en la digestibilidad de la
materia seca. (Ruiz et al. 1994).
De la información disponible se puede resumir; que el % de MS de la alfalfa puede
variar entre 16 a más del 30%, el contenido de proteína entre el 16 al 26%, FDA entre 30 y
50% y la Mcal EM/kgMS varía entre 1,9 a 2,7. Estos valores se relacionan con la altura de la
planta, estado fenológico, la relación tallo/hoja. Estas variables también están afectadas por el
pastoreo y éste conjuntamente con la carga modifican efectivamente los parámetros
mencionados y consecuentemente afectan el CMS.
Jahn, B. E. y otros(2000), comprobaron que al inicio del pastoreo se produce un
elevado CMS, obteniéndose un consumo de 1,57 a 3,03 kgMS/vaca/hora en las 3 primeras
horas con disponibilidades de 3.000 kgMS/ha y largo de tallos de 38,1 cm. Después de las 3
hs de pastoreo los consumos disminuyen considerablemente llegando a valores de 0 a 1,08
kg/vaca/hora. El autor relaciona el consumo de materia seca con:
- el largo del tallo y determina que con valores inferiores a 25 cm el consumo tiende a
0. Cabe mencionar que el largo de tallo es el promedio del largo de tallos y no la altura
aparente de la pastura.
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- disponibilidad de la pastura, cuando ésta baja de 2.000 kgMS/ha el consumo de MS
es inferior a 0,4 kgMS/v/hora y puede llegar a 0 cuando la disponibilidad es inferior a 1.500
kgMS/ha.
- calidad de la pastura, en las primeras horas de pastoreo se observa una gran caída del
contenido de proteína y un aumento en el contenido de FDA. El contenido de proteína
disminuyo en 5 unidades (20 a 15%) en las primeras horas de pastoreo, mostrando la alta
selectividad de los animales, y al final del pastoreo los valores de proteína alcanzaron el 12%.
En el caso de la energía los valores fueron de 2,30 McalEM/kgMS al inicio, 2,0 a las 3
hs y al final del pastoreo apenas de 1,65McalEM/kgMS.
De los valores mencionados se puede considerar que al inicio del pastoreo el máximo
consumo y la concentración de nutrientes permitiría producciones de alrededor de 20lts/día,
sin embargo en el período final del pastoreo por la fuerte restricción en el consumo, por la
baja disponibilidad de la alfalfa, y la menor concentración de nutrientes, no se podrían
plantear producciones superiores a los 11 a 12 lts/dia. (Jahn y otros, 2000).
A modo de ejemplo; una vaca de 600 kg PV, con una producción de 22 lts/día de leche
requiere aproximadamente 44 McalEM/día, para cubrir sus requerimientos. Esa vaca debería
consumir unos 19 kgMS de alfalfa, con una concentración energética de 2,3 McalEM/kgMS.
Si la alfalfa presenta una concentración energética de 2,0McalEM, el consumo debería ser de
22 kgMS, que en caso de baja disponibilidad o simplemente por la capacidad de consumo de
la vaca serían imposible de alcanzar.
Si esto, lo relacionamos con el contenido de agua veremos que los consumos de
materia verde para 22 kgMS, con 16 y 20% de materia seca son de 137,5 kgMV y 110 kgMV,
consumos que suelen ser imposibles de alcanzar en pastoreo por limitaciones en la capacidad
de consumo animal, asociados a factores de la pastura y tiempos de pastoreo.
El consumo de materia seca en las primeras semanas después del parto está
restringido, a un 70, 80 y 90% del consumo voluntario. Kertz et al, (1991), establecen que las
vacas consumen entre un 30-35% menos de materia seca en las primeras semanas después del
parto y alcanzan su máxima capacidad de CMS alrededor de las 8 a 10 semanas. La velocidad
de aumento del CMS depende de factores fisiológicos y ambientales que con un adecuado
manejo y nutrición puede ser controlado. Cuando se analizó el período de transición se
discutió estos factores.
Maximizar el CMS rápidamente, al comienzo de la lactancia, es importante, no solo
porque aporta una mayor cantidad de material para la fermentación ruminal con la posterior
producción de acetato y propianato, sino también una mayor cantidad de aminoácidos para la
síntesis de proteína en la leche y glucosa en el hígado. Por otra parte, un alto CMS favorece
la liberación de insulina, la cual interviene en la reducción de la movilización de grasa
corporal y aumenta el suministro de propianato que disminuye la formación de cuerpos
cetónicos. ( Drackley, 1998).
Comparando dietas de vacas lecheras de EEUU con las dietas de sistemas pastoriles
como Nueva Zelanda y Argentina, las dietas en EEUU contienen menos cantidad de agua y
menor digestibilidad que la dieta pastoril. Cuando las dietas son comparadas sobre la base de
Alimentación del Ganado Lechero
materia seca la dieta de EEUU contiene mayor cantidad de carbohidratos fermentecibles
como el almidón, mientras que las dietas pastoriles poseen mayor concentración proteica.
Sin embargo las comparaciones en materia seca no siempre son las ideales ya que el
animal no consume materia seca como tal. Cuando analizamos la dieta total (húmeda), la
concentración de nutrientes es apenas reducida en el caso de EEUU, pero se reduce
marcadamente en las dietas pastoriles. La densidad voluminosa y el contenido de agua del
forraje están íntimamente ligados y ambos factores afectan el consumo voluntario por parte
del animal. A igualdad de materia seca un mayor volumen de forraje fresco necesitará pasar
por el esófago, comparado con lo que pasaría de material picado, molido o pelleteado.
Es importante recalcar que no todos los forrajes tienen la misma capacidad de
reducción de partícula, por lo que la tasa de pasaje también será distinta y con ello el
consumo. Como ejemplo tenemos que las leguminosas son más rápidamente procesadas que
las gramíneas, lo que favorece el consumo.
Interesante resulta comparar los consumos estimados en un sistema como el de EEUU
con respecto a Nueva Zelanda. Sobre materia seca, las vacas en NZ consumirían cerca del
80% de lo que consumen las de USA. El 20% extra de MS consumida por las vacas de EEUU
sería adicional a los requerimientos de mantenimiento y utilizados para la producción. Cuando
a este incremento se le agrega una lactancia 36% más larga (225 vs 305 días) no sorprende
que las vacas en EEUU produzcan casi el doble que las vacas Neozelandesas.
Cuando la comparación se hace en material fresco, las vacas en NZ consumen 3,7
veces más que las de EEUU. Debido a que este incremento en 3,7 veces resulta solo 0,80 de
MS, las vacas en Nueva Zelanda tendrían que consumir 4,6 veces de la cantidad de pastura
para obtener el mismo consumo que las de EEUU.
Estos cálculos resaltan la dificultad que deben enfrentar las vacas en pastoreo para
consumir nutrientes suficientes para una alta producción. Aumentar el contenido de materia
seca del forraje no es práctico, porque esto, generalmente, va asociado a aumentos en la
madurez y en el contenido de fibra, con la consiguiente disminución del valor nutritivo del
forraje (menor consumo). Considerando estos argumentos, si bien el premarchitado del forraje
de calidad no es algo rutinario para aplicar, merece ser considerado, teniendo en cuenta los
aumentos de consumo y de producción que podrían lograrse. También los mejorados
fitogenéticos deberían considerar al contenido de MS del forraje como un parámetro adicional
a mejorar.
Obviamente, otras características de las pasturas, además del contenido de agua
afectan el consumo. Por ejemplo, la estructura morfológica de la hoja y el tallo que afecta la
habilidad del animal para reducir el tamaño de partícula ingerida.
No obstante ello, existe un umbral debajo del cual el consumo se ve limitado. Existen
trabajos que mencionan que por debajo de 20 kg de MS/animal/día el consumo se vería
limitado. Otros autores mencionaron un mínimo de un 50% de disponibilidad adicional
sobre lo que el animal consumiría ad-libitum.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Si la limitante es la disponibilidad de pastura, no tiene sentido pensar en ajustes
nutricionales a nivel de metabolismo ruminal, o balanceo de dieta ya que estos no se
traducirán en aumentos de producción.
Generalmente la frecuencia de consumo es más fácilmente manejada en los sistemas
estabulados donde se suministra el alimento diariamente en comederos.
En los sistemas pastoriles sólo se maneja la frecuencia en el suministro del
concentrado (generalmente durante los ordeñes) pero es poco lo que se puede hacer con el
pastoreo. No obstante ello, ésta es un área que merece ser analizada. Un aumento en la
frecuencia de alimentación de las vacas en pastoreo permitiría aumentos de consumo y de la
eficiencia en la utilización del alimento.
El aumento en la frecuencia de alimentación beneficiaría tanto la digestión ruminal y
el metabolismo tisular, como la producción de leche. Una oferta constante de forraje, asociado
con sus carbohidratos solubles, facilitará la actividad microbiana involucrada en la
degradación de la fibra. Además, habría una menor demanda ruminal asociada a la frecuencia
de alimentación, lo que resultaría de un mayor consumo. Este aumento de frecuencia reduciría
también las fluctuaciones diurnas en la concentración de metabolitos y de pH en rumen y en
el flujo del alimento al intestino delgado. Ello resultaría en una oferta más consistente de
ácidos grasos volátiles y de aminoácidos al flujo sanguíneo y a la glándula mamaria de la
vaca.
El contenido de fibra de la dieta, digestibilidad, relación energía proteína y energía
fibra y el consumo de materia seca determinan el consumo de nutrientes, el equilibrio de los
mismos y como consecuencia la cantidad de precursores sanguíneos que llegan a las células
secretoras para la síntesis de componentes de la leche. Estos asociados a la cantidad y
funcionalidad de las células secretoras determinarán finalmente la cantidad y calidad de leche
producida.
Efecto de la condición corporal al parto sobre la producción de leche.
Al inicio de la lactancia un factor asociado a los nutricionales, el estado corporal, tiene
un fuerte impacto sobre la producción de leche. La condición corporal al parto influye sobre
la producción de leche y afecta la producción en el pico de la lactancia. Como se analizó,
durante las primeras semanas de la lactancia, la vaca lechera de alta producción presenta un
balance energético negativo como consecuencia del consumo limitado de MS y los altos
requerimientos para producción. La correlación hormonal preparto y posparto inmediato
favorecen la movilización de reservas corporales y el balance energético negativo.
La condición corporal al parto condiciona la producción de leche, estudios realizados
en los años 50 y 60 (Broster, 1958; Schmidt y Schultz, 1959; Flatt et al, 1969) ya demostraban
ésta relación. Contrariamente, Theurer et al (2003) evaluaron la relación entre las C.C. y la
producción de leche y comprobaron que no existía relación entre la producción al pico y
durante toda la lactancia, con la C.C. al parto y la pérdida de peso después del parto,
atribuyeron estos resultados a que las vacas utilizan varios mecanismos para regular el
balance energético, tales como; el mayor consumo de energía y/o las reservas corporales; por
lo tanto, si aumenta el consumo de M.S y energía durante la lactancia temprana, la producción
de leche no dependerá de la CC al parto, ya que los nutrientes serían aportados por la dieta.
Alimentación del Ganado Lechero
Gráfico Nº1: Curvas de requerimiento y peso vivo de vacas lecheras en lactación.
Un número importantes de reportes bibliográficos citan la fuerte relación entre la CC
al parto y la cantidad de leche producida en el pico de lactancia, al considerar que la
movilización de reservas (principalmente grasas y proteínas) es un aporte importante de
nutrientes para equilibrar principalmente el balance energético negativo que presenta la vaca
al inicio de la lactancia. De esta manera la energía aportada por la movilización de la grasa
corporal y proteínas glucogénicas, favorecerían la síntesis de leche.
La producción de leche al pico de la lactancia queda entonces determinado por la
cantidad de nutrientes aportados por la dieta y los nutrientes provenientes de la movilización
de las reservas corporales. Cuando el balance de energía es negativo, como consecuencia de
un bajo consumo de energía y/o alta producción de leche, las reservas corporales son
condicionantes de la producción.
En décadas pasadas, se recomendaba que: las vacas deben llegar al parto con la mejor
condición corporal posible, ya que cuanto mejor estado de carnes presentaran mayor sería la
respuesta productiva. Por otra parte el momento en que los animales lograban la C.C carecía
de importancia, las vacas que lograban el estado corporal en el período seco producían la
misma cantidad de leche que las vacas que llegaban al momento de secado en condiciones
óptimas. (Broster et al, 1979; Holmes et al, 1989).
Desde el parto, la producción de leche aumenta hasta las 6 - 8 semanas donde se
produce el pico de producción, a medida que aumentan el número de células secretoras, su
funcionalidad y el aporte de nutrientes, por un aumento en el consumo y la movilización del
tejido corporal. En el mismo período, el requerimiento de glucosa se incrementa de 1.000 g/d
en el período de vaca seca a 2.500 g/d durante las primeras semanas del parto.
Los H.C.S. que fermentan en el rumen y producen Ac. Propiónico son una de las
fuentes de precursores para la síntesis de glucosa en el hígado, otra, es la gluconeogénesis de
las proteínas (aminoácidos). (Overton et al. 1998).
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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En este período las reservas corporales de grasa y proteína son utilizadas para la
síntesis de grasa y proteína de la leche y como fuente de energía, lo que evita la oxidación del
acetato y glucosa exógenos.
Durante la etapa o período de movilización de las reservas, la composición de la grasa
de la leche se ve alterada, aumentado la proporción de ácidos grasos de cadena larga, Ac.
Esteárico (C18); Ac. Oleíco (cis-C18-1) y Ac. Palmítico (C16).
Las proporciones relativas de grasa y proteínas catabolizadas no están claramente
determinadas, pero 1 kg de PV perdido o movilizado aporta aproximadamente 700 g de ácidos
grasos y unos 200 g de proteína equivalentes a 4,54 Mcal EN. La EN de la pérdida de peso se
utiliza con un 84% (Kfl ), de esta manera quedaría para la síntesis de leche 3.81 McalEN. Si el
V.C. de la leche es de 0,7 McalEN, con un kg de peso vivo movilizado se podrían sintetizar
3,81/0,7= 5,4 kg de leche. Una vaca que pierde unos 50 kg PV, podría sintetizar a partir de la
movilización de reservas aproximadamente 270 kg de leche.
La movilización de reservas corporales se encuentra bajo control hormonal
principalmente de la Somatotrofina, Insulina y hormonas Tiroideas, (Emery, 1979; Moore y
Christie, 1981; Bauman et al, 1980 y Galvis y col, 2003). En el tejido adiposo por acción
hormonal se encuentran menor cantidad de receptores, menor concentración de insulina en
sangre y esta inhibida la acción de la proteinlipasa.
En cambio, en el tejido secretor de la glándula mamaria está estimulada la captación
de glucosa y de trigliceridos para la síntesis de leche (proceso asociado a la síntesis de IGF
2ά, en el tejido secretor). Estas condiciones fisiológicas producen la movilización de las
reservas corporales, la mayor captación de glucosa por la glándula mamaria, baja glucemia
menor concentración de insulina y estimulación del mecanismo de movilización de lípidos,
como fuente de energía alternativa. Consecuentemente, disminuye el uso de glucosa en el
hígado para producción de ATP y se oxidan las grasas (AGNE) para su producción
alternativa.
Al inicio de la lactancia, los cambios fisiológicos inducen procesos metabólicos
tendientes a generar un nuevo estado de homeorresis en la vaca lechera, el metabolismo se
modifica de tal manera de favorecer el aporte de nutrientes a las células secretoras de la
glándula mamaria. Tanto la proteinlipasa, que hidroliza las lipoproteínas circulantes para
luego ser tomadas por los adipocítos y la enzima Acetil CoA carboxilasa que regula la
síntesis de grasa, se encuentran disminuidas en actividad, en el tejido adiposo durante esta
etapa de la lactancia. (Bauman and Currie, 1980).
El menor número de receptores de insulina presentes en el tejido, asociado a los
niveles de somatotrofina, inhibe la toma de lípidos y glucosa para la síntesis de tejido. Todos
los mecanismos presentes, favorecen la movilización de reservas corporales y una menor
utilización de glucosa en el hígado, produciendo un aumento de glucosa y de lípidos que
llegan a la glándula mamaria para la síntesis de la leche.
Actualmente, se considera que la C.C al parto optima es de 3,5 a 3,75 (escala 1 a 5),
(Demecq et al, 1997; Oetzel, 1997; Weiss, 1998; Grummer, 1995; Palmquits, 1993). Esta
condición corporal es la más favorable ya que el animal dispone de reservas para movilizar y
la cantidad de lípidos movilizados no producen serias alteraciones metabólicas. Caso
Alimentación del Ganado Lechero
contrario las vacas con C.C inferiores dispondrán de pocas reservas corporales y de no
satisfacer sus requerimientos con el aporte de la dieta disminuirá la producción de leche como
consecuencia del menor aporte de energía a la glándula mamaria. Las vacas que llegan al
parto en un estado de carnes o C.C. de 1 a 2 puntos, aún cuando consuman un nivel alto de
energía, equivalente a 2 a 3 veces la energía para mantenimiento, no manifestarán el pico
máximo de producción, de acuerdo a su potencial productivo y consecuentemente producirán
menos leche en la lactancia.
El BEN producido en las primeras semanas de lactancia debido al menor consumo de
materia seca y la alta demanda de energía no cubierta por la dieta asociada a la falta de
reservas afecta la síntesis de lactosa y la producción de leche.
Sobre la base que; la condición corporal al parto afecta la producción de leche durante
la lactancia, se podría pensar en alimentar a las vacas que lleguen al parto en un buen estado
de gordura, (CC 4 o más) para aprovechar las reservas corporales al inicio de la lactancia.
Cuando las vacas llegan gordas al parto manifiestan una serie de alteraciones asociadas a su
condición que afectan negativamente la producción de leche. En primer lugar, estudios
realizados en la Universidad de Nottinghan, citado por Gingins, (2004), relacionaron el nivel
de consumo con la cantidad de reservas grasas, a mayor reservas más bajo sería el consumo
de MS y más lenta su recuperación en el posparto, por otra parte la movilización de reservas
produce un aumento de la concentración de lípidos en sangre que conducen a una Cetocis, y el
consumo disminuye, afectando aún más el BEN.
Los ácidos grasos movilizados AGNE, son transportados al hígado y otros tejidos
como la glándula mamaria donde son utilizados como precursores para la síntesis de grasa. En
el hígado son oxidados (β-
Acetil CoA entra al ciclo de Krepss. Cuando el consumo está restringido y existe un déficit de
glucosa en el hígado el Acetil CoA no puede entrar al ciclo de Krepps y se toma una vía
paralela que es la cetogénica donde se forman β- hridoxibutirato y Acetoacetato que son
cuerpos cetónicos. El aumento de concentración sanguínea de cuerpos cetónicos produce
depresión de consumo, baja producción de leche y toxicidad que puede conducir a la muerte
del animal.
Otro problema asociado a las vacas gordas al parto es la acumulación de grasa en el
hígado con la consecuente disminución de la actividad de los hepatocitos y alteración del
metabolismo. Los lípidos movilizados hacia el hígado que no son oxidados se unen a
proteínas y forman lipoproteínas que se vierten al torrente sanguíneo, en la vaca lechera este
sistema no es altamente eficiente y cuando es muy alta la cantidad de lípidos que llegan al
hígado, la velocidad de formación y transporte de lipoptroteínas desde el hígado es
insuficiente y se produce una acumulación de lípidos con la consecuente formación de
―Hígado graso‖.
Alteraciones como la ―Cetócis e Hígado graso‖, relacionadas con la alimentación
posparto y la C.C al parto, conducen a trastornos metabólicos que afectan negativamente la
producción de leche al inicio de la lactancia. El manejo de la C.C al parto y el suministro de
dietas equilibradas nutricionalmente que reduzcan BEN, al inicio de la lactancia, favorecen el
consumo, evitan patologías digestivas y metabólicas, mejoran la producción y la eficiencia
reproductiva de las vacas.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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El desafío es evitar la disminución del consumo de MS alrededor del parto, aumentar
el consumo de energía suministrando suplementos energéticos y reducir la movilización de
reservas. Para maximizar el consumo de MS las vacas deben tener pasturas con alta
disponibilidad, se les debe ofrecer no menos del doble de MS de su capacidad de consumo.
Además las pasturas ofrecidas deben ser de muy buena calidad, con un %FDN: < al 40% y
Dig.>65%, para favorecer el consumo, suplementarlas con granos para mejorar la
concentración energética de la dieta (EM Mcal/kgMS mayores a 2,5) y equilibrar la relación
energía proteína, favoreciendo la actividad microbiana en el rumen y el metabolismo de los
nutrientes.
Inicio de la Lactancia.
Después del parto y los 4 o 5 días de calostrado, la vaca inicia un período de
producción láctea que se va incrementando día a día hasta aproximadamente los 45 o 60 días
donde se produce el pico de la lactancia. La producción de leche en este período condiciona la
producción total de leche, ya que por cada litro de leche producido en el pico de lactancia, la
vaca produce aproximadamente 200 lts de leche en toda su lactancia. (Broster, 1972).
En esta etapa se plantean como objetivos nutricionales: que la vaca alcance su máximo
CMS en el menor tiempo posible, prevenir trastornos o alteraciones metabólicas y la
recuperación de la función reproductiva. El cumplimiento de estos objetivos depende en gran
medida de la C.C al parto y del consumo de nutrientes en las primeras semanas posparto.
El balance de nutrientes en la dieta de las vacas posparto asegura un aumento de la
producción de leche, control de la pérdida de peso y una adecuada función metabólica.
(Weiss, 1997). En los sistemas pastoriles, la principal dificultad es estimar el consumo de
M.S. y de nutrientes de la vaca en pastoreo; es por esto, que a veces resulta muy dificultoso
formular dietas para vacas en pastoreo, cuando no se pueden evaluar estos parámetros.
Para maximizar el consumo de MS la vaca debe tener alta disponibilidad de alimentos,
pasturas de alta calidad con un contenido de F.D.N<40%, que no limite el consumo.
En pastoreo de alfalfa, la composición de la dieta depende del estado de crecimiento
de la pastura, época del año y hora del día de pastoreo, como así también de las condiciones
climáticas. Sin lugar a dudas el primer aspecto a considerar es que la disponibilidad de pastura
ofrecida a los animales no limite el consumo, aspecto ya analizado profundamente. En cuanto
a la composición de nutrientes, se observa una gran variación entre especies y para la alfalfa
particularmente un desbalance entre el contenido proteico y de hidratos de carbono.
En sistemas pastoriles puros, las variaciones en la composición de nutrientes de las
pasturas afecta el consumo de MS, el aporte y equilibrio de nutrientes de la dieta de las vacas
en pastoreo. Aún en sistemas pastoriles con suplementación, en gran parte del año más del
50% de la dieta corresponde a pasturas, las variaciones en su composición alteran fuertemente
la composición de la dieta. La suplementación debería variar y acompañar los cambios
producidos en la pastura.
Para maximizar el consumo y lograr cubrir los requerimientos de las vacas es
necesario suministrar a los animales una dieta equilibrada y suficiente que optimice la función
Alimentación del Ganado Lechero
ruminal, la síntesis de proteína microbiana, logre un adecuado metabolismo y provea de
suficientes precursores para la síntesis de los componentes de la leche.
Consideraciones generales sobre las dietas para vacas al inicio de la lactancia.
Los aspectos a considerar son el nivel energético de la dieta, contenido proteico y de
fibra, como así también sus relaciones. Para alcanzar la máxima función ruminal es necesario
el máximo desarrollo de las papilas ruminales (capacidad de absorción) y el máximo
crecimiento de la flora ruminal. Los principales nutrientes requeridos para este crecimiento
son los hidratos de carbono y la proteína. La disponibilidad de cadenas carbonadas y de ATP
para la síntesis bacteriana depende de la velocidad de fermentación ruminal de los H.C., que a
su vez depende de las características físicas y químicas de éstos. Los H.C estructurales (pared
celular) identificados como F.D.N (fibra detergente neutro) son de lenta digestión ruminal y
los H.C.N.E o HCS son rápidamente degradados por las bacterias del rumen. De la variación
de éstos componentes en la dieta dependerá el consumo de MS, el crecimiento bacteriano y la
cantidad y proporción de AGV. A mayor presencia de H.C.N.E , altamente fermentecibles, las
bacterias disponen de cadenas carbonadas y ATP para su crecimiento, pero a su vez, producen
una mayor cantidad de AGV totales con mayor proporción de Ac. Propiónico para la síntesis
de glucosa en la glándula mamaria.
El alto contenido de H.C.N.E. asociado al escaso desarrollo de las papilas ruminales,
en vacas al inicio de la lactancia, producen síntomas de acidósis que pueden afectar
severamente la salud y producción de la vaca lechera. Niveles de 30 a 35% de H.C.N.E. en la
dieta son recomendados por A.R.C. para la alimentación de vacas al inicio de la lactancia. Los
H.C.E. son la principal fuente de cadenas carbonadas y de energía de las pasturas y la mayor o
menor fermentación ruminal determinará el crecimiento microbiano y la producción de AGV,
los alimentos ricos en fibra o pasturas en avanzado estado fenológico tienen un F.D.N. mayor
al 40 o 50% y producen en su fermentación mayor cantidad de Ac acético que Ac. propiónico.
Al inicio de la lactancia las vacas deben recibir una dieta con contenga entre un 28 al
30% de F.D.N.y 38% de H.C.N.E para no limitar el consumo de MS y producir una alta
cantidad de AGV con una relación Ac. Acético/ Ac Propiónico de 2,5–3 a 1. Esta
composición molar de AGV en el rumen favorece la síntesis de glucosa y provee de
precursores para la síntesis de grasa de la leche como para mantener un tenor graso no inferior
al 3,3 – 3,5%.
Cuando aumenta el consumo de granos o concentrados, la mayor oferta de H.C.N.E
(almidón y azucar) aumenta la producción de AGV totales y modifica la relación
acético/propiónico a favor de éste último produciendo una mayor síntesis de glucosa en el
hígado que al llegar a la glándula mamaria favorece la síntesis de lactosa y consecuentemente
un aumento en la producción de leche. Pero al disminuir la disponibilidad de Ac Acético y de
β-hidroxibutirato, precursores de la grasa de la leche, se afecta la síntesis y disminuye el tenor
graso de la leche. Además un exceso de propianato en relación al acetato favorece la ganancia
de peso en la vaca, destinando la energía para aumento de peso en mayor proporción que a la
producción de leche.
En pasturas muy tiernas, alfalfa con menos del 10% de floración, la alta relación
hoja/tallo determina una bajo contenido de fibra alrededor del 24% F.D.N., alta digestibilidad
mayor al 70%; una concentración energética de 2,4 – 2.6 McalEM/kgMS, con una proporción
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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alta de H.C rápidamente fermentecibles en el rumen, generando un ambiente ruminal similar
a dietas con alto contenido de grano, pH ruminal alrededor de 6, desarrollo de flora
amilolítica, producción de AGV alta y una relación acético propiónico muy próxima a 1.
(Rearte, 1992).
El contenido de proteína de la dieta.
La cantidad de proteína de la dieta y su degradabilidad ruminal condiciona la cantidad
de proteína bacteriana y la cantidad total de proteína no degradada que llega al duodeno,
ambas determinan la cantidad de proteína metabolizable disponible para la síntesis de proteína
de la leche.
La proteína del alimento es degrada a amoníaco y ácidos organicos por los
microrganismos del rumen, posteriormente el amoníaco generado en la fermentación ruminal
es utilizado por las bacterias para la síntesis de proteína bacteriana. La cantidad de proteína
bacteriana dependerá del contenido de proteína y urea de la dieta, la concentración energética
o energía disponible en el rumen para las bacterias, su capacidad o actividad proteolítica y el
tiempo de retención del alimento en el rumen.
El contenido de proteína en la dieta y su degradabilidad ruminal determina entonces la
disponibilidad de N para la síntesis de proteína bacteriana, la fracción altamente degradable
(fracción a) y la potencialmente degradable en el rumen (fracción b) son las fuentes de N
ruminal para las bacterias o microorganismos. La degradabilidad de la fracción b dependerá
de la digestibilidad del alimento, de la tasa de pasaje o de retención que a su vez dependen del
nivel de consumo de MS. Cuando más alto es el consumo de la vaca, la tasa de retención es
menor y menor la degradación del substrato (alimento) y menor la producción de amoníaco
por unidad de substrato.
Síntesis de proteína microbiana.
La síntesis de proteína microbiana (PCM: proteína cruda microbiana) depende del
contenido de proteína de la dieta y del nivel de energía (ATP) disponible en el rumen. Como
se mencionó, niveles de proteína del 12 al 14% en la dieta son suficientes para mantener la
actividad bacteriana en el rumen. Cuando los valores proteicos son inferiores, el desarrollo
bacteriano es limitado y se afecta la síntesis de PCM; por cada 90 g de déficit de proteína que
recibe la vaca, la producción de leche disminuye en 1kg diario.
Por otra parte, cuando los valores de proteína en la dieta son superiores al 18% hay un
exceso de producción de amoníaco ruminal que aumenta el pH y causa un gasto de energía
adicional para ser transformado en urea en el hígado y ser eliminado vía urinaria. El exceso de
proteína produce una disminución en la producción láctea y contenido de proteína de la leche,
por un gasto de energía extra que disminuye la energía para la síntesis de leche, alteraciones
en el metabolismo ruminal por aumento del pH que disminuyen la producción de AGV y
PCM, y problemas de intoxicación por amonio en sangre. Weiss, (1998) menciona que se
necesitan 0,25 Mcal ENL(energía neta para lactación) o 0,43 Mcal EM cada 100g de proteína
en exceso. Butler et al(1996) menciona que la reproducción se afecta negativamente cuando
los valores de N de urea supera los 19mg en sangre.
Alimentación del Ganado Lechero
La energía disponible por las bacterias o microorganismos del rumen es también un
factor limitante para la síntesis de proteína, la cantidad de HC fermentecibles en el rumen
determinará la energía liberada como ATP para la síntesis de microorganismos; entonces
cuanto mayor sea la cantidad de HC fermentecibles, mayor será la energía disponible y la
producción de masa microbiana si la proteína no es limitante.
La celulosa, hemicelulosa y almidón son degradados por los microorganismos hasta
glucosa, luego en el interior de las mismas la glucosa y los azucares libres del alimento, son
degradados en el ciclo de Krepps y generan ATP, ésta energía generada es utilizada para el
crecimiento de la masa microbiana.
La proporción de la materia orgánica (MO) del alimento que es fermentada y
destinada al crecimiento microbiano determina la eficiencia del metabolismo ruminal. Esta
eficiencia se mide como Y-ATP que indica la cantidad de masa microbiana producida por mol
de ATP disponible (Y-ATP= g.de microorganismos/molATP); un Y-ATP de 15 indica que
por cada mol de ATP se sintetizan 15g. de MS de masa microbiana. Cuanto más alto es el Y-
ATP una alta proporción de HC del alimento son degradados y transformados en masa
bacteriana, en este caso los productos de la fermentación como los AGV se producen en
menor proporción por unidad de masa microbiana.
El Y-ATP depende del tipo de alimento, microorganismos presentes en el rumen,
degradabilidad del alimento y nivel de consumo de MS.
Los alimentos con alto contenido de FDN, mayor al 40%, generan una mayor
producción de AGV totales, hay mayor retención en el rumen, mayor degradación de la MO,
pero se produce menor cantidad de masa bacteriana (Y-ATP menor a 10) y menor producción
de energía, a partir de la relación de AGV producidos, el acético tiene menor valor calórico
que un mol de propiónico.
Se desprende entonces, que para lograr un adecuado funcionamiento del rumen, que
provea una alta proporción de precursores para la síntesis de la leche, es necesario que el
alimento presente un equilibrio composicional de HC (energía) y proteínas y nitrogeno no
proteico (NNP) para el desarrollo de la masa bacteriana. Cuanto mayor sea la cantidad de
masa bacteriana mayor será la degradación del alimento, mayor la producción de AGV y
mayor la proteína bacteriana disponible a nivel de intestino delgado. Los AGV absorbidos en
la pared ruminal, vía sanguínea llegan al hígado, el propiónico es transformado en glucosa y
el acético y el B-hidroxibutirato transportados hasta la glándula mamaria producirán
respectivamente, lactosa y grasa butirosa, en las células secretoras.
Los microorganismos y las proteínas pasantes serán las fuentes nitrogenadas, proteínas
y aminoácidos que transportados por la sangre, en el hígado podrán generar glucosa por
gluconeogénesis y/o llegar a las células secretoras como precursores para la síntesis de
proteínas de la leche.
Queda claro entonces, la importancia de suministrar a la vaca lechera, al inicio de la
lactancia, una dieta que mantenga un equilibrio entre energía y proteína, para lograr un buen
funcionamiento del rumen y generar una alta proporción de precursores sanguíneos para la
síntesis de la leche.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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La producción de proteína microbiana es una función de los HC fermentables y la
cantidad de nitrógeno disponible en la dieta (NRC, 1989). Aproximadamente entre un 60 a
70% de la proteína del alimento es degradada en el rumen y el resto es proteína pasante. De
acuerdo al (NRC, 1989) una vaca que produce 40 kg de leche/d, requiere aproximadamente
3.680 g de proteína/d. Para cubrir estos requerimientos recomienda un consumo de 23 kg
MS/d con un 16% de proteína. Ciertamente en vacas al inicio de la lactancia es poco probable
que las vacas alcancen esos niveles de consumo, por lo tanto se recomienda aumentar la
concentración de proteína en la dieta (Weiss, 1997).
Como ya se mencionó, los niveles de proteína en la dieta de vacas al inicio de la
lactancia deberían rondar alrededor de 18%, para cubrir los requerimientos proteicos, mejorar
el consumo de materia seca de forrajes y su digestibilidad.
En los sistemas pastoriles base alfalfa, las vacas de inicio de lactancia consumen o
pastorean alfalfas muy tiernas de alta calidad con un contenido de proteína del 20 al 24% y
con una degradabilidad ruminal de aproximadamente 70%. Bajo éstas condiciones la relación
energía proteína es inadecuada por déficit de energía, los HC fermentecibles en el rumen son
insuficientes para que los microorganismos puedan utilizar el N disponible; de tal manera, se
producirá un desbalance por exceso de proteína que causará:
1- baja síntesis de proteína microbiana, menor Y-ATP;
2- exceso de NNP que requiere de un gasto extra de energía para transformarlo en
urea;
3- aumento de amoníaco en sangre con la consecuente alteración de la función
reproductiva y,
4- finalmente por déficit de energía menor producción de leche, menor concentración
proteica en la leche y aumento de NNP en la leche.
Para resolver ésta situación se recomienda el agregado de suplementos energéticos que
aporten mayor proporción de HC fermentecibles en el rumen. En general, el aporte de HC es
menor al requerido debido a que si se suministran altas proporciones de suplementos
energéticos se producen problemas de acidósis ruminal. (Palmquist, 1993).
Contenido de fibra de la dieta.
La fibra del alimento lo constituyen los hidratos de carbonos estructurales (HCE) de la
pared celular (Celulosa, hemicelulosa y lignina) y pectinas. A diferencia de los HCS o HCNE,
los HCE son parcialmente digestibles y la digestibilidad depende del contenido de lignina de
la pared de las células.
Van Soest (1982), definió a la fibra de acuerdo a los siguientes parámetros: FB: fibra
bruta es el residuo insoluble después de una incubación ácida seguida de una alcalina; FDN:
fibra detergente neutro es el material insoluble en una solución detergente neutro y se
compone de celulosa, hemicelulosa y lignina; FDA: fibra detergente ácido es el material
insoluble en una solución de detergente ácido y está fundamentalmente constituida por
celulosa y lignina.
La fibra como nutriente, contribuye al mantenimiento de la función ruminal (llenado
del rumen y contracciones o movimientos ruminales) y de las condiciones del rumen ( pH,
regulado a través de la secreción salivar dependiente de la masticación y la rumia). (Nocek,
Alimentación del Ganado Lechero
1994). Estas funciones dependen de la composición, degradabilidad y características químicas
y físicas de la fibra.
La fibra se fermenta en el rumen por acción de las bacterias celulolíticas, el proceso se
inicia con la adhesión de las bacterias a la pared vegetal, proceso que se realiza a una
velocidad inversamente proporcional al grado de lignificación de dicha pared. Una vez
adheridas, la degradación continua por acción de las celulasas y hemicelulasas y varía en
función de la composición, el entramado tridimensional de los componentes y el grado de
lignificación. La degradabilidad efectiva de la fibra depende de la velocidad de transito
ruminal y de su velocidad de degradación.
El nuevo sistema de valoración de raciones desarrollado en la Universidad de Cornell
(Russel et al, 1992; Sniffen et al, 1992) incluye en sus cálculos muchos de estos factores,
como los grupos bacterianos (celulolíticos y amilolíticas), los productos de la fermentación, el
impacto en el pH ruminal, las velocidades de fermentación de los HC y proteínas.
La pieza central del control del equilibrio ruminal es el pH, ya que de este depende,
directa o indirectamente, la supervivencia de la flora celulolíticas, el equilibrio de la flora
ruminal y en consecuencia el equilibrio relativo de la concentración de los AGV (Dirkesen,
1969).
El pH ruminal depende de la producción de ácidos y la capacidad tampón del medio
ruminal. La producción de AGV depende de la masa microbiana g.de microorganismos/ml del
líquido ruminal, de la fermentabilidad de la ración que depende a su vez de la cantidad y
velocidad de degradación del almidón. El descenso del pH será mayor cuanto mayor sea el
contenido de almidón y su velocidad de degradación ruminal y de la forma de suministro del
alimento durante el día. Los alimentos con alto contenido de almidón deben ser fraccionados
durante el día para disminuir los picos de producción de AGV.
La capacidad tampón del medio ruminal depende de la cantidad de saliva secretada y
de la capacidad tampón de los alimentos. La cantidad de saliva secretada por minuto de
masticación o rumia, permanece constante independiente del tipo de alimento (Welch y Smith
1970). En cambio el tiempo de masticación y la rumian están fuertemente relacionados al
contenido de pared celular y de la forma física de la fibra. Los henos de fibra larga tienen un
mayor tiempo de masticación y rumia y por ende mayor producción de saliva que henos
cortados o molidos.
La característica más importante de alimento, además del tamaño de partícula, en el
balance del pH ruminal o capacidad buffer, reside en la capacidad buffer o tampón de los
alimentos. Esta capacidad depende a su vez de la capacidad de intercambio iónico de la fibra
de los alimentos (grupos de la pared celular como los carboxilos, aminos y hidroxílos
alifáticos y fenólicos) y de la fermentación de las proteínas a amonio. La capacidad de
intercambio de iones de la fibra está relacionado a la cantidad de cationes disponibles
medidos en meq/100g o equivalentes de CaCO3 (Van Soest, 1991). Los forrajes con una alta
capacidad de intercambio como los henos de alfalfa, tienen mayor capacidad de intercambio
de iones, tomando H+ del medio y liberando cationes para formar carbonatos y de ésta
manera mantener neutro el pH del líquido ruminal.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
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Las propiedades químicas de la fibra: como la capacidad de hidratación y de
intercambio de iones , que se encuentran altamente relacionadas, favorecen o se encuentran
asociados favorablemente al menor tiempo de retención y mayor tasa de fermentación ruminal
de la fibra (Van Soest, 1991).
Allen y Mertens (1988) dicen que el primer factor que determina la degradación de la
fibra, cuando el alimento entra en el rumen, es que las partículas del alimento deben ser
mojadas con el líquido ruminal, antes que los microorganismos y sus enzimas puedan acceder
físicamente a los lugares de fermentación. Por lo tanto, la cantidad de fibra disponible para las
bacterias ruminales depende de la velocidad en que ocurre el proceso de mojado o hidrólisis.
Esta velocidad está afectada por la concentración de gases del líquido ruminal, por la
presencia de grupos hidrofílicos en la superficie de las partículas, por el tamaño de las
partículas y por la masticación y rumia y movimientos del rumen.
El picado o partido del forraje facilita el acceso de los microorganismos y la velocidad
de degradación de la fibra. (Roble et al 1980). Pero también es cierto, que cuando el forraje
está muy molido, partículas inferiores de 1 a 2 mm disminuye la velocidad de degradación del
forraje. Ensayos realizados por Rebollar, (1991), muestran que la velocidad de degradación de
heno se redujo de 4,13 %/h a 2,90 %/h cuando es molido en lugar de picado. La capacidad de
adherencia de los microorganismos parece también estar afectada por el ph del líquido
ruminal. (Shriver et al, 1986).
Cuando el pH del rumen desciende por debajo de 6, además de disminuir
significativamente la población de bacterias celulolíticas, se redujo en un 43% la cantidad de
microorganismos asociados a la fibra, comparados con los valores encontrados a pH
comprendidos entre 6,2 y 6,8. Allen et al, (1985), considera que estos resultados pueden ser
consecuencia de la capacidad de la pared celular para enlazarse con cationes a pH neutro, de
modo que los microorganismos con cargas negativas sobre su superficie celular se adherirían
probablemente a las partículas fibrosas cargadas negativamente, mediante puentes catiónicos
divalentes intercalados (Van Soest, 1984). Al disminuir el pH del medio, los iones hidrogeno
desplazarían a los cationes enlazados a la fibra, reduciendo la disponibilidad de puntos de
adherencia.
La ingestión de forrajes fibrosos se ve favorecida cuando son picados, ya que aumenta
la velocidad de vaciado del rumen. Bath et al, 1985 y Anderson et al, 1974; mencionan que
los henos picados son más fácilmente colonizados por los microorganismos del rumen y se
acelera el tránsito o salida del rumen, esto más claramente observado en henos de baja calidad
40% FDA, por contener mayor cantidad de lignina y por ende menor eficacia en el proceso
degradativo.
Como se ha podido observar, del análisis realizado se concluye que no toda la fibra
tiene el mismo efecto sobre la masticación, la rumia, tiempo de retención, velocidad de
degradación y efecto tampón del líquido ruminal. A raíz de esto, surge el concepto de ―fibra
efectiva (FDNef)‖ definida como la capacidad real de la fibra para estimular la rumia y la
salivación, que resulta en el mantenimiento de las condiciones ruminales óptimas para la
producción de leche.
En base a estos principios se han desarrollado índices de valor de forraje que estiman
el tiempo de masticación y rumia por kgMS. Con el fin de mantener el llenado ruminal y las
Alimentación del Ganado Lechero
condiciones fermentativas adecuadas, se recomienda que el 80% de la FDN se aporte como
FDNef, o bien el 22,4% de FDNef en % de la MS ingerida. (Sudweeks et al, 1981; Santini et
al, 1983).
Mahanna, (1990), introduce un nuevo concepto: la fibra efectiva, que corresponde al
contenido de fibra en la dieta cuya longitud de partícula es superior a 3,75 cm. Según este
autor las vacas lecheras deberían consumir al menos 2,25 kg de fibra efectiva por día. En este
sentido NRC (1989) recomienda que el 75% de la FDN provenga del forraje. Las
recomendaciones de requerimientos de fibra aún son imprecisas y los niveles más bajos
recomendados son para alimentación de vacas de alta producción, con alimentos mezclados y
suministrados en comederos varias veces por día. También es escasa la información sobre los
valores de FDNef de forrajes frescos, lo que hace difícil el ajuste de dietas en modelos
pastoriles.
Resumiendo, los niveles de FDN en la dieta como % de la M S no deben ser inferiores
al 28-30% y no superar un 40%, en vacas lecheras de alta producción. Estos valores varían en
función de los alimentos utilizados en la dieta, la degradabilidad, contenido de HCNE, fuentes
de fibra y sistema de alimentación (cuadro Nº 3)
Cuadro N 2 . Factores alimenticios que afectan a las concentraciones de fibra en la ración
necesarias para mantener el funcionamiento ruminal adecuado.
Factor Necesidades de fibra en la ración
Aumento en los niveles de HCNE
Aumento en la fermentabilidad de HCNE
Distribución de suplementos separado del
forraje
Fuente de fibra
Disminución del tamaño de partícula
Aumento en la frecuencia de comidas
Suministro de sustancias tampón
Aumenta
Aumenta
Aumenta
Variable
Aumenta
Disminución
Disminución
Al principio de la lactación no es recomendable un exceso de fibra +40% FDN, ya que
se restringe el consumo y se disminuye el consumo de energía. Mahanna (1990) recomienda
que la FDN no debe superar el valor de 1,25% del PV que para una vaca de 600 kg son 7,5 kg
FDN que para un consumo de 24 kg equivale a 31,25% de FDN sobre MS. En sistemas
pastoriles a base de alfalfa se debe considerar que: en primer lugar no es posible alcanzar esos
niveles de consumo de materia seca y además la fibra efectiva FDNef en forrajes verdes es en
promedio del 40%, menor en forrajes tiernos y mayor en los maduros. (Gingins, 2004).
En pastoreos de alfalfa, en otoño o en estados fenológicos poco avanzados, macollaje
o inicio de floración, el contenido de FDNef es bajo y la producción de AGV muy alta
produciendo condiciones de acidez ruminal, con pH del líquido ruminal similares a los
encontrados en dietas con alto contenido de grano. (Rearte, 1992).
NRC, (2001), realiza algunas recomendaciones sobre los requerimientos de FDN,
FDA y FDNef, y menciona que los valores presentados en cuadro N 3 son específicas para
dietas que contienen forrajes con un adecuado tamaño de partícula, grano de maíz como
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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suplemento predominante y la principal fuente de almidón corresponden a sistemas de
alimentación con RTM y en condiciones de estabulación.
Cuadro N 3. Concentraciones mínimas recomendadas de FDN, y máximas de HCNF como
%de MS en dietas para vacas lecheras.
Minimo de FDN de
forraje
Minimo de FDN en
La dieta
Máximo de HCNF
en la dieta.
Mínimo de FDA en
la dieta.
19* 25* 44* 17*
18 27 42 18
17 29 40 19
16 31 38 20
15* 33 36 21
Fuente NRC (2001).
HCNF se calculó (HCNF=100 – (%FDN+%PB-%grasa+%minerales)).
* Se recomienda no utilizar dietas con valores inferiores o superiores.
En sistemas de pastoreo directo donde el consumo de concentrados energéticos y
forrajes no son simultaneos, el efecto tampón de la fibra es menor y se hace necesario
incrementar el % de FDN mínimo de la ración en 2 o 3%. Bajo estas condiciones, el patrón
de fermentación y pH ruminal varían fuertemente durante el día y dependen del número de
veces que se suministra el concentrado durante el día. Si el concentrado es fraccionado en dos
o más veces no se observó efecto negativo sobre la producción ni la composición de grasa de
la leche. (Cassel et al, 1984; Robinson, 1989; Maltz et al, 1992; citados por NRC; 2001).
Polan et al, (986); Berzaghi et al (19996) y Holden et al (1995), informan que las
vacas que consumen pasturas de alta calidad y concentrados dos veces por día, producen leche
con menor tenor graso aún cuando las dietas parecen tener adecuado contenido de fibra según
las recomendaciones establecidas. La causa puede deberse a la menor salivación de las vacas
en pastoreo por la alta digestibilidad de la fibra de la pastura y el rápido consumo de grano
suministrado separado del forraje. Holden et al (1995) observó que las vacas en pastoreo que
consumían silaje de maíz con alto grano o grano mezclado, no reducían el consumo de grano,
sino que lo realizaban más lentamente por el consumo conjunto con el silaje y no se
observaba un menor contenido de grasa en la leche de las vacas. NRC (2001), considera que
no existen suficientes datos disponibles como para realizar recomendaciones de contenido de
fibra en la dieta de vacas en pastoreo y menciona la necesidad de aumentar los valores
mínimos de FDN y de FDNef mencionados en el cuadro N 3 .
En resumen, la alimentación al inicio de la lactancia debe orientarse a maximizar
el consumo de MS, atenuar o neutralizar el BEN y maximizar la producción de leche,
para esto las dietas deben contener entre 2,5 a 2,7 McalEM/kg MS, 17 a 19% de PB, 60
a 70% PD, entre 28 a 40% de FDN, 21% FDA y 35 a 40% de HCNE.
Dietas equilibradas en nutrientes como energía proteína y energía fibra, determinarán
un adecuado funcionamiento del rumen para el aporte de precursores sanguíneos para la
síntesis de leche y prevenir enfermedades metabólicas. El monitoreo de las vacas en su
condición corporal, producción y composición química de la leche y estado sanitario
representan una excelente ayuda para la formulación y ajuste de raciones.
Alimentación del Ganado Lechero
Peyrau and Delaby (2001) y Stockdale, (2000), citados por Bargo (2004) consideran
que el objetivo principal de la suplementación a vacas lecheras en pastoreo es aumentar el
consumo de materia seca y el consumo de energía en comparación con aquellos obtenidos en
pastoreo solamente. Kellaway and Porta (1993) y Fales et al (1995) consideran que la
suplementación de vacas en pastoreo permite aumentar la producción de leche individual;
aumentar la carga y la producción por ha; mejorar el uso de las pasturas a través el manejo de
la carga; mantener y/o mejorar la CC de las vacas y la eficiencia reproductiva y mejorar la
composición de la leche principalmente el % de proteína y grasa.
El consumo de MS en pastoreo como ya se mencionó depende del tamaño o peso de
bocado, de la tasa de bocados y del tiempo de pastoreo. Hodgson and Brookes (1999) y Rook
(2000) analizando varios trabajos sobre suplementación en pastoreo concluyen que la
suplementación con concentrados (entre 2 a 8 kg/d), no afectó la tasa de bocado (promedio:
58 bocados/min; rango 45 a 78 bocados/min) o el peso de bocado (promedio: 0,46 g
MS/bocado; rango 0,27 a 0,64 g MS/bocado) pero redujo el tiempo de pastoreo 34 min/d en
comparación con dietas de solo pastura. En promedio, el tiempo de pastoreo de vacas no
suplementadas es de 578 min/d y el tiempo de pastoreo es reducido en 12 min /d por cada kg
de concentrado consumido.
Cuando las vacas en pastoreo reciben concentrados como suplementos reducen el
consumo de MS de la pastura, esto es conocido como tasa de sustitución. Esta tasa de
sustitución es uno de los principales factores que explican la variación observada en aumentos
de la producción de leche por suplementación.
Experiencias realizadas muestran que a medida que aumenta la disponibilidad de la
pastura aumenta la tasa de sustitución.( Bargo et al, 2002; Grainger and Mathews, 1989;
Robaina et al, 1998; Stckdale and trigg, 1985). Estos estudios indican que la tasa de
sustitución es de o,20 kg de pastura/kg de concentrado cuando la disponibilidad de la pastura
es baja, menos de 25 kgMS/vaca d; en cambio cuando la disponibilidad de la pastura es alta
más de 25 kgMS/vaca d, la tasa de sustitución aumenta a 0,62 kg/kg concentrado. Cuando la
TS aumentó la respuesta a la suplementación en kg de leche/kg de concentrado disminuyó en
función de la ecuación ―RL = 1,71 – 2,01 x TS. En función de la ecuación se construyo el
siguiente gráfico:
Gráfico 2. Respuesta a la suplementación según Tasa de Sustitución.
Fuente: Bargo et al, 2002.
0
0.2
0.4
0.6
0.8
1
1.2
1.4
0.2 0.3 0.4 0.5 0.6 0.7
TS kg pastura/kg concentrado
RL
Resp
uest
a e
n lech
e k
g
lech
e/k
g c
onc.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Los resultados muestran que la respuesta a la suplementación varía entre 0,300 kg a
1,300 kg de leche cuando la TS es baja debido a la baja disponibilidad de la pastura.
Analizando la respuesta marginal de leche por kg de concentrado la mayoría de las
investigaciones muestran una respuesta curvilínea. Bargo et al, 2002, analizaron los estudios
realizados y presentan una ecuación de St-Pierre, (2001), donde la producción de leche
depende del consumo de MS de concentrado (Pl(kg/d) = 22,20 + 1,03 CMSC(kg); R2 =0.95);
para vacas lecheras que producen más de 28 kg leche/d y que presentaban menos de 90 días
de lactancia al inicio del experimento. En cambio, cuando se analizaron los datos de los
trabajos realizados con vacas que producían menos de 28 kg leche/d y con más de 120 días de
lactancia las respuestas marginales fueron menores y respondía a una ecuación tipo cuadrática
(PL (kg/d) = 12,92 + 1,23 CMSC (kg) – 0,04 CMSC; R2 = 0,94) (CMSC Consumo de MS de
concentrado).
En el Gráfico N 3 y 4 se muestra la producción respuesta marginal de leche según
consumo de concentrado.
Gráfico N 3. Producción y respuesta en kg de leche, para vacas de alta producción e inicio de
lactancia
Gráfico N4. Producción y respuesta en kg de leche, para vacas de alta producción e inicio de
lactancia
Como se aprecia en los gráficos el rendimiento en leche aumenta a medida que
aumenta el suministro de granos, siempre la producción y la respuesta marginal es menor en
10
13
16
19
22
25
28
31
34
0.5 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10kg concentrado/d
kg leche
0
0.2
0.4
0.6
0.8
1
1.2
kg leche/k
g c
onc.
kg de lechekg leche/kg conc.
10
13
16
19
22
0.5 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
kg concentrado/d
kg leche
0
0.2
0.4
0.6
0.8
1
1.2
kg de leche
kg leche/kg conc.
Alimentación del Ganado Lechero
las vacas de menor producción y en estados avanzados de la lactancia. Las vacas al inicio de
la lactancia presentan una respuesta de 1kg de leche /kg de concentrado a cualquier nivel de
suministro de concentrado inferior a los 10 kg/d; en cambio las vacas de menor producción
y/o estado avanzados de lactación la respuesta al suministro de concentrados es decreciente a
medida que aumentan los kg de suplemento.
De los resultados presentados se puede concluir que es altamente positivo suplementar
con concentrados energéticos al inicio de la lactancia ya que en la medida que se aumente el
consumo de concentrados aumentará la producción de leche en una relación 1 a 1, esta
respuesta marginal dependerá del mérito genético de las vacas y la conveniencia por la
relación de precios entre el concentrado y el kg de leche. Por otra parte, no se recomienda
superar los 10 kg/d de MS de concentrado en las dietas de las vacas o mejor aún que el
concentrado siempre sea inferior al 50% de la MS total de la dieta, para evitar problemas de
acidósis. Cuando los concentrados energéticos son incluidos en las dietas pastoriles, se
presentan efectos digestivos y metabólicos, que normalmente están asociados, que cambian el
consumo de energía por aumento de la concentración energética de la dieta o por aumento del
CMS asociado a lo anterior. Sin embargo en algunos casos, frecuentemente el mayor aporte
de HCNE al rumen pueden reducir el pH modificando el número de bacterias celulolíticas y
disminuyendo la digestión de la fibra y por lo tanto disminuir el CMS de la pastura. (Dixon
and Stochdale, 1999).
Al inicio de la lactancia, los primeros 60 a 90 días posparto, representan para la vaca
lechera el período de mayores requerimientos nutricionales. De cómo se alimente o maneje la
alimentación de la vaca en éste período resultará la producción de leche al pico de lactancia,
la producción de leche acumulada y la respuesta reproductiva. Broster y Swan, (1983),
analizaron el efecto de los planos nutricionales (energía) sobre la producción de leche y
comprobaron que el aumento del suministro de energía en la dieta mejoraba la producción de
leche, con un efecto inmediato y uno a largo plazo. El inmediato es un aumento de la
producción de leche diaria durante el período de suplementación y el de largo plazo esta
relacionado con la respuesta o mantenimiento de la producción de leche después del período
de suplementación.
En los ensayos se comprobó que las vacas que fueron suplementadas durante el inicio
de la lactancia producían 180 a 190 kg más de leche durante los primeros 55 a 65 días,
correspondiente al período experimental, y la producción se incremento de 600 a 800 kg de
leche en toda la lactancia. En el mismo ensayo comprobaron que las vacas suplementadas
energéticamente en el inicio de la lactancia comparado con las no suplementadas, bajo
restricciones nutricionales después del pico de lactancia producían más leche que la no
suplementadas en iguales condiciones, esto es debido a que las vacas suplementadas al inicio
de la lactancia, a pesar de recibir una dieta por debajo de los requerimientos, pueden sostener
la producción ya que tienen el tejido secretor funcional y con un alto número de células
secretoras, por las condiciones previas y pueden movilizar reservas corporales para el aporte
de nutrientes. En cambio las vacas no suplementadas, por déficit de nutrientes (energía) tiene
una mayor pérdida de peso, y al ser limitante el aporte de nutrientes a la glándula mamaria, el
número de células secretoras y su funcionalidad se vería reducido y como consecuencia de
esto, la producción de leche sería menor durante toda la lactancia.
Los requerimientos de energía, proteína y fibra dependerán entonces del nivel de
producción de leche y la composición de grasa y proteína más los requerimientos para
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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mantenimiento. Un aspecto importante a considerar cuando se formulan las dietas para las
vacas al inicio de la lactancia es considerar la disminución de la capacidad CMS, ya que ésta
limita el consumo de nutrientes totales. Weiss, (2000) recomienda el incremento del %PB de
la dieta al 16 o 18% en vacas al inicio de la lactancia, por encima de lo recomendado por
ARC (1980), debido a la depresión del consumo de MS.
La materia seca (MS) de la ración debería alcanzar del 50 al 75%. Del total de la dieta,
con mayores o menores porcentajes de MS, se limitara aun más la ingestión. Cuando se les
suministra raciones altas de ensilajes, se debe esperar una declinación de la CMS de un 0.02%
del peso corporal por cada 1% de reducción de MS. (ejemplo: si se suministra una ración con
un 40 % de materia seca, la diferencia con el limite mínimo recomendado seria 40% - 50%
(limite mínimo de MS) = -10 x 0.02% x 600 Kg. de peso de la vaca = a una reducción en la
ingestión de materia seca/día=-1.2kg).
La CMS máxima, depende de la disponibilidad del libre acceso al bebedero de agua
fresca y limpia. Se debería proveer el agua, en un área bien iluminada dentro de los 15 metros
del espacio donde suministra la alimentación. Las vacas beben sobre unos 5 litros de agua por
cada kg. de leche producida (ejemplo: una vaca que produce 40 litros de leche consumirá 200
lts de agua).
Las Vacas tienen más sed y más hambre inmediatamente después del ordeño. Una
reducción de la bebida de agua en un 40% resultara en una reducción de la CMS del 16 al
24%, acompañada con una disminución importante en la producción de leche.
Las vacas reducirán su IMS cuando la temperatura ambiental exceda los 24·C,
comúnmente, esto se debe a una reducción en la ingestión de los forrajes. Las vacas
experimentan un estrés severo de calor cuando la temperatura excede los 27·C, y cuando la
humedad relativa del aire excede el 80% y cuando la suma de estos dos valores sobrepasa el
valor de 100. El CMS puede sufrir una reducción de un 15 al 20% en los días mas calurosos
durante el verano. Se puede mejorar el CMS durante estos días de calor, suministrando por lo
menos el 60% de la ración diaria durante la noche, y situando los comederos y los bebederos
en áreas sombreadas.
Alimentación en el segundo tercio y final de la lactancia.
Esta etapa se caracteriza por una disminución de la producción de leche, máxima
capacidad de consumo de materia seca y disminución de los requerimientos nutricionales,
fundamentalmente debido a la disminución de los requerimientos para producción. La
producción de leche disminuye aproximadamente un 10 % cada 30 días. Para una vaca
lechera que produce 25 litros la disminución de la producción equivale a 2 o 3 litros menos
por mes y entre 2,2 a 3,3 Mcal EM de merma en los requerimientos.
Por otra parte, este período debe ser utilizado para que la vaca recupere la condición
corporal perdida en la primera etapa de la lactancia. Se recomienda, (Weeis, 2002; Broster et
al, 1992; Calsimiglia, 2000; Campabadal, 2002; AFRC, 2000. ) que la vaca lechera debe
lograr la CC optima al momento del secado y que la recuperación del peso vivo debe lograrse
durante la mitad y final de la lactancia, fundamentalmente debido a que la vaca tiene la
máxima capacidad de consumo, requerimientos menores y un período prolongado, mayor que
en el período de vaca seca, donde se pueden plantear tasa de ganancia diaria más bajas.
Alimentación del Ganado Lechero
Los requerimientos nutricionales de la vaca en éste período están condicionados por el
tamaño metabólico (Peso vivo), la producción de leche y la tasa de ganancia de peso diario; la
gestación en los primeros meses tiene poca influencia sobre los requerimientos y por lo tanto
no es considerada para los cálculos.
A modo de ejemplo una vaca de 600 kg de PV que produce 22 kg de leche y que tiene
una ganancia diaria de 300 gPV/d requiere 43.4 Mcal EM/d y 1392 g PM/d. Si el CMS es de
18,7 kgMS/d, la dieta debe contener un mínimo de 14% de PB y una concentración energética
de aproximadamente 2,5 Mcal EM/kg MS.
De acuerdo a los datos presentados, las vacas en pastoreo de alfalfa pueden cubrir los
requerimientos nutricionales en esta etapa, sin embargo sería conveniente incorporar
alimentos con menor contenido de PB, silages de maíz o sorgo, para equilibrar el balance
energía proteína.
Se recomienda entonces en éste período de la lactancia, que las vacas se alimenten
principalmente de pasturas y se utilicen suplementos para equilibrar las dietas por déficit o
excesos de algunos nutrientes. En sistemas pastoriles base alfalfa se debe prestar especial
atención, en algunas épocas del año, al CMS total y al balance energía proteína, que es muy
desfavorable cuando la alfalfa se encuentra en etapa de crecimiento o macollaje. Cuando la
pastura de alfalfa presenta un alto grado de humedad, bajo porcentaje de MS, debe controlarse
el consumo ya que puede ser limitado por este factor, por otra parte, bajo iguales condiciones
pueden presentarse déficit de fibra (bajo contenido de FDN) lo que hace necesario incorporar
forrajes groseros como el heno. Debido a que los requerimientos son altos, los henos a
suministrar a las vacas en producción, siempre deben ser de buena calidad, no menos de 2,2
Mcal EM/ kg MS.
El cálculo de requerimientos de energía y proteína se realizan utilizando las
ecuaciones que a continuación se detallan.
Consumo de Materia Seca.
Producciones menores a los 18 kg de leche/d.
CMS= 0.025PVaj + 0.1PL=
Producciones mayores a 18 kg por día:
CMS= 0.022PVaj. + 0.2PL=.
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA MANTENIMIENTO.
MA (McalEM/día) = MA(McalEN/día) / km= MA (McalEM/día) = (0.127(PV/1.08)
0.67 ) / (0.503+0.35q)
Mantenimiento = MA+Gasto por Actividad+5%Margen de seguridad=
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA PRODUCCIÓN DE LECHE.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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VCL (McalEM/kg)= VCL(McalEN/kgleche) / kl=
VCL (McalEM/kg)= (0.09 x %GB + 0.05 x %PC + 0.023) / (0.35q + 0.42=
%GB= porcentaje de grasa butirosa de la leche.
%PC= porcentaje de proteína cruda de la leche.
Requerimientos producción(McalEM/día)= VCL(McalEM/kg) x kgleche/díax1.05
5% Margen de seguridad.
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA GESTACIÓN.
Retención de Energía para Gestación Ec (McalEN/día)=
= 0.005975PT(Et0.0201 e-0.0000576t
)
Pt = (PM0.73
- 28.89)/2.064=
Et = 10 151.665 - 151.64 e-0.0000576t
=
PM= peso de la madre.(kg).
Pt = peso del ternero al nacimiento (kg).
t = días de gestación.
Requer. Gestación= Ec/kg =(0.005975Pt(Et0.0201e-0.0000576t
)/0.133)*1.05=
kg = eficiencia de utilización de la EM para gestación.
t= días de gestación.
1.05= margen de seguridad %5.
Pt= peso del ternero al nacimiento.
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA AUMENTO DE PESO.
Vacas en Lactación:
Ap(McalEM/día) = VCAp / kfl x1.05=
VCAp = 4.54 McalEN/kg.
kfl= 0.95kl.
kl= 0.35q+0.42.
1.05 corresponde al 5% de margen de seguridad.
REQUERIMIENTOS DE PM PARA MANTENIMIENTO.
PM mant. (g/día)= 2.3 PV0.75
.x 1.05
PV= peso vivo real.
Alimentación del Ganado Lechero
REQUERIMIENTOS DE PM PARA AUMENTO DE PESO
Bovinos Adultos
PMAp (g/kg)= 233 g/kg x 1.05.
REQUERIMIENTO DE PM PARA PRODUCCIÓN DE LECHE.
PM leche(g/kgleche)= ((%PT x 10 x 0.95/ knl)/1.03)*1.05.
%PT= porcentaje de proteína en leche.
knl= 0.68.
10= corrección de % a gramos de proteína.
0.95= proporción de proteína verdadera de la proteína total de la leche.
1.03= densidad promedio de la leche.
REQUERIMIENTOS DE PM PARA GESTACIÓN
PMG (g/día)= (1.01PT x PTi x e -0.00262t
)*1.05.
PT (kg)= (PM0.73
- 28.89)/2.064.
PT= peso del ternero.
PM= peso de la madre.
PTi= proteína tisular.
PTi= 10 (3.707- 5.698 x e-0.00262t )
t= tiempo de gestación.
1.05= %5 marge de seguridad.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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ALIMENTACION Y COMPOSICION DE LA LECHE
En los últimos años el precio final de la leche está fuertemente afectado por su
composición principalmente por el contenido de grasa y proteína y el contenido de Sólidos
Totales.
Existen un conjunto de factores que tienen influencia sobre la composición química de
la leche (Cuadro Nº 1), la alimentación es el factor por el cual se puede modificar más
rápidamente los componentes de la leche. La investigación avanza en el conocimiento de la
fermentación ruminal y la producción de AGV y proteínas, de los mecanismos de síntesis de
grasa y proteína en las células secretoras y de los mecanismos hormonales que regulan la
utilización de los nutrientes por parte de la glándula mamaria (Bauman y otros. 2006).
Cuadro Nº 1: Factores que afectan la composición química de la leche.
Es bastamente informado en la bibliografía existente, como la composición de la dieta
afecta la producción y composición de la leche, principalmente los cambios en las
proporciones de forraje y concentrados afectan la concentración de grasa en la leche. También
está suficientemente aceptado que la nutrición o el manejo de la alimentación altera la
composición de la leche, principalmente el contenido de grasa, en menor medida el de
proteína y prácticamente no tiene ningún efecto sobre la composición de lactosa, excepto en
casos de cambios severos en los nutrientes de la dieta.
La producción y composición de la leche de una vaca depende del número de células
secretoras, de la capacidad de síntesis de las células y de la cantidad de nutrientes que llegan a
la glándula mamaria. Los dos primeros factores dependen del estado fisiológico de la
lactancia, edad del animal, correlación hormonal y la salud de la ubre. La cantidad de
nutrientes depende de la cantidad de alimento consumido, la composición de la dieta y de la
movilización de reservas corporales.
AMBIENTALES
• Epoca de parto.
• Enfermedades.
• Factores climáticos
Temperatura Humedad
• Ordeño
Frecuencia e intervalo
• Alimentación
Pre y posparto
Naturaleza y composición
de la dieta.
Balance de dieta.
FISIOLOGICOS
• Genéticos (Especies,
razas)
• Edad
• Número de lactancia
• Gestación
• Período seco.
• Estado corporal al parto
• Momento de la lactancia
Alimentación del Ganado Lechero
Como concepto principal se debe considerar que para lograr un aumento en los
componentes de la leche, la dieta debe contener los nutrientes necesarios para la síntesis y que
éstos nutrientes se encuentren en forma equilibrada. El segundo concepto a introducir es que
los precursores sanguíneos de la leche pueden ser modificados a través de la dieta,
modificando la fermentación ruminal y/o incorporando alimentos que mejoren el aporte de
nutrientes vía intestinal.
La información bibliográfica muestra que los sólidos de la leche presentan una
variación genética del 10% para la grasa; 6% la proteína; 4% lactosa y un 3% para los
minerales. Como puede observarse los avances a lograr con la manipulación de dietas es
limitado. En la Argentina, el ajuste de dietas se plantea para mejorar los valores de grasa y
proteína de la leche, que son inferiores a la de otros países. Estas diferencias están
fundamentalmente asociadas al bajo consumo de materia seca y al desbalance de nutrientes.
Probablemente en los próximos años, la manipulación genética modifique sustancialmente las
tecnologías disponibles y reoriente los métodos para modificar los componentes de la leche.
De todas maneras, en la actualidad es fundamental el manejo de la alimentación para lograr
altas producciones de leche de calidad.
El aporte de nutrientes de la dieta y el equilibrio de estos nutrientes influye
directamente en el metabolismo del animal y su homeorrésis. Consecuentemente, el exceso o
déficit de los nutrientes y el aporte equilibrado de los mismos afecta el metabolismo y
finalmente altera la disponibilidad de nutrientes a nivel del tejido mamario para la síntesis de
los componentes de la leche.
Las relaciones entre la energía, fibra y proteína de la dieta determinan la
disponibilidad de nutrientes como glucosa, aminoácidos y triglicéridos para la síntesis de la
leche. Numerosos ensayos se han realizado para probar el o los efectos de los cambios en las
proporciones de energía, fibra y proteína en la dieta y las variaciones en el contenido de grasa
y proteína de la leche. En algunos casos, estos cambios no produjeron modificaciones en las
cantidades sino que alteraron por ejemplo, la composición química de la grasa de la leche.
En la actualidad se trabaja fuertemente en el estudio de los mecanismos de síntesis de
grasa y como es posible aumentar el aporte de lípidos en la dieta que aumenten la proporción
de Ac. Grasos en la leche, como los CLA (Ac. Linoleico Conjugado), altamente beneficiosos
para la salud humana. (Gagliostro, G A, otro. 1992. Gagliostro G. 2007).
Básicamente se plantea modificar la composición de la grasa de la leche a través de un
mayor aporte de lípidos en la dieta protegidos a la acción de los microorganismos del rumen y
con un mayor aporte de concentrados en la dieta.
Los granos de cereales y/o oleaginosas en la dieta de las vacas lecheras, deprimen la
concentración de grasa en la leche, alteran la composición y producen un aumento en la
cantidad de leche producida. El mayor aporte de granos en la dieta disminuye la proporción
de Ac. Grasos de cadena corta en la leche, asociado a la menor proporción de precursores
como el Ac Acético y Butírico generados en la fermentación ruminal, en cambio aumenta la
proporción de Ac Grasos de cadena larga provenientes de los lípidos de la dieta y de la
remoción de tejido corporal.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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El manejo de la alimentación orientada a mejorar la composición de la leche intenta
alterar el aporte de nutrientes a la glándula mamaria, entonces es prioritario conocer cuales
son los componentes de la leche y los precursores sanguíneos, su origen y metabolismo
Tabla Nº1: Comparación de la composición de la leche de algunas especies.
.
Los precursores sanguíneos de los principales de la leche son: Triglicéridos de la sangre,
Lípidos dietarios, Ac. Grasos No Esterificados, Glicerol, para la grasa láctea; Aminoácidos
libres y Minerales como el Fósforo y Calcio, para las proteínas de la leche; Inmunoglobulinas
y Albúminas, para las proteínas del suero y para la Lactosa, la Glucosa.
En el Cuadro Nº 2 se presentan los precursores sanguíneos y componentes de la leche
Alimentación del Ganado Lechero
Cuadro Nº2: Precursores sanguíneos de los componentes de la leche
La mayor proporción de los precursores sanguíneos provienen de la fermentación
ruminal. El metabolismo microbiano ruminal se regula fundamentalmente por la cantidad y la
velocidad de fermentación de los hidratos de carbono, que a su vez depende de sus
características físicas y químicas. La fermentación de los hidratos de carbono proporciona
esqueletos carbonados y energía en forma de ATP para el crecimiento microbiano. Los
hidratos de carbonos estructurales o fibrosos se definen genéricamente como aquellos que se
encuentran en la pared de las células vegetales y que son selectivamente retenidos en una
solución neutro detergente (FND).
Los hidratos de carbono no fibrosos o no estructurales (HCNE) incluyen los
almidones, los azúcares y las pectinas, y son típicamente fermentados con mayor facilidad en
el rumen. Es necesario indicar que las pectinas, desde el punto de vista fisiológico, son
hidratos de carbono estructurales. Sin embargo, no están unidos de forma covalente con la
porción lignificada de la pared celular y son fermentados fácilmente en el rumen (entre el 90 y
el 100%), por lo que se consideran, desde el punto de vista de su fermentescibilidad ruminal,
HCNE (Nocek y Tamminga, 1991).
El volumen de leche sintetizado por la glándula mamaria esta fuertemente
correlacionado a la síntesis de lactosa por las células secretoras. La lactosa tiene un fuerte
poder osmótico en la leche por lo tanto, de acuerdo a la cantidad de lactosa sintetizada se
incorporará agua al lumen del alveolo y quedará determinado el volumen de leche. El
principal precursor de la lactosa es la glucosa y como ya se mencionó la glucosa se sintetiza a
partir del Ac. Propiónico producido en la fermentación ruminal a partir de los hidratos de
carbonos solubles, principalmente almidón.
De acuerdo a la relación en la dieta de los hidratos de carbonos solubles y los
estructurales (fibra) y el contenido de proteína se desarrollaran los microorganismos
amilolíticos y/o celulolíticos que generarán diferentes proporciones de ácidos grasos volátiles
(acético, propiónico y butírico) y la cantidad de masa microbiana. El mayor aporte en la dieta
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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de almidón producirá un aumento en la proporción de Ac. Propiónico en la fermentación
ruminal y consecuentemente mayor cantidad de glucosa para la síntesis de lactosa en la
glándula mamaria. Evidentemente la suplementación con granos o suplementos energéticos
estimularán una mayor producción de leche por mayor aporte de glucosa. La mayor
producción de ácidos grasos está asociada a una mayor fermentación ruminal y estrechamente
relacionada a la cantidad de masa microbiana. La producción de ácidos grasos, su relación, y
la cantidad de masa microbiana no solo dependen de la proporción de almidones y fibra
existentes en la ración, sino que se ven fuertemente afectadas también por la proporción de
proteínas de la ración y las relaciones entre los componentes de la dieta fibra, energía y
proteína.
Las raciones deben formularse con el objetivo de obtener el máximo rendimiento,
respetando los principios básicos de la simbiosis ruminal. En consecuencia, los niveles de
hidratos de carbono en la ración deben aportar el máximo de energía al animal manteniendo el
equilibrio ruminal entre la flora celulolítica y la amilolítica.
El aporte máximo de energía requiere la optimización de la ingestión de materia seca
(que depende fundamentalmente de los niveles de FND). El equilibrio ruminal requiere una
fermentación de velocidad moderada (que depende de la cantidad, el tipo y el procesado de
azucares, almidones y fibras solubles) y el aporte de niveles mínimos de fibra que garanticen
el llenado ruminal, que estimulen la rumia, y que permitan la suficiente secreción salivar para
garantizar un pH ruminal superior a 6,0 (que depende de la cantidad, el tipo y la forma de la
FND de la ración).
Es crítico mantener un equilibrio entre la fibra y la fracción no fibrosa (principalmente
almidón) de la ración. Cuando la proporción de FDN y almidón degradable en el rumen es
menos de 1:1, o cuando las proporciones del concentrado son mas altos del 50% del consumo
de materia seca, se produce una fermentación ácida y más propionato es formado resultando
en un mayor potencial para disminuir el contenido de grasa en la leche (Ashes et al.,1997).
La glucosa para la síntesis de lactosa proviene del hígado donde la glucosa se sintetiza
a partir del Ac. Propiónico (fermentación ruminal) y de la gluconeogénesis de las proteínas.
Estas vías metabólicas pueden ser usadas indistintamente, pero en el inicio de la lactancia a
consecuencia de la correlación hormonal existente, es usada con mayor intensidad la segunda
vía, probablemente por la alta demanda de energía. (Dracley et al, 2006). (Barman et al,
2006).
El contenido de lactosa y de minerales en la leche es muy estable, presenta muy baja
variación y estos cambios están asociados, principalmente a cambios fisiológicos y de salud
de la glándula mamaria; por ejemplo al final de la lactancia el contenido de lactosa desciende
y se observa un aumento de minerales como el sodio y potasio.
Normalmente las dietas a base de pasturas dan lugar a mezclas de ácidos volátiles en
proporciones de 3:1 de acético y propiónico (60 a 70% de acético; 15 a 20% de propiónico y
12 a 18% de butírico) con una concentración total de 50 a 150 mMoles/l.
Esta situación genera una menor producción de leche, asociada a la menor producción
de lactosa y una mayor concentración de grasa en la leche, como consecuencia de un aporte
mayor de precursores para su síntesis, el acético y butírico.
Alimentación del Ganado Lechero
El aporte de hidratos de carbono fermentecible en el rumen en las dietas a base de
pasturas, por el aporte de almidón generaran una mayor producción de energía y un aumento
en la producción de leche.
Aumentar la densidad energética de una dieta es en términos simples aumentar la
concentración de Carbohidratos No Estructurales (CNE) de una dieta dada, es decir aumentar
la participación de almidones, azúcares simples y pectina en la dieta.
Si bien el grupo nutricional Carbohidratos No Estructurales es en si una entelequia, el
mismo se calcula como: CNE = 100 - (proteína cruda + fibra detergente neutra + extracto
etéreo + minerales)
Dietas dominantemente pastoriles y de forrajes de digestibilidades medias suelen tener
contenidos de CNE del orden del 20%, siendo el rango razonable entre 20 y 45%.
El manejo de este concepto, (CNE) pone de manifiesto el potencial de respuesta que tiene la
calidad del forraje. Niveles razonables de CNE del orden del 30 a 35% pueden alcanzarse con
relaciones Forraje/Concentrado 55/45 en el caso de forrajes de calidad media a baja o con
relaciones 70/30 en el caso de forrajes de muy alta calidad.
Desde el punto de vista de la composición de la leche, un adecuado balance de HCNE
en dieta suele resultar en un incremento de los tenores de proteínas y de grasa en la leche, en
tanto que la utilización excesiva de fuentes de HCNE (altos niveles de suplementación con
ensilajes de grano húmedo, altos niveles de granos de endosperma muy harinoso, etc.) suele
provocar caídas de 0,1 o 0,2% en el contenido de grasa, y aumentos de 0,2 a 0,3 unidades en
el contenido de proteínas lácteas.
Los elevados y descontrolados tenores de HCNE de una dieta son en términos
generales el principal responsable por la aparición de casos de acidosis en el ganado.
Adicionalmente, el tipo de grano, el procesado de los granos y/o de los concentrados pueden
influir en el tenor de sólidos de la leche.
La grasa es el componente más variable de la leche y el más influenciado por los
cambios en los componentes de la dieta. El balance entre el contenido de hidratos de carbono
solubles o HCNE y los estructurales, más el aporte de lípidos dietarios o de la movilización de
reservas, determinará en contenido y la composición de la grasa de la leche.
Los precursores sanguíneos de la grasa de la leche son de variada fuente, del alimento,
de la movilización de la grasa corporal y de los ácidos grasos de la fermentación ruminal.
Por las características químicas de estos lípidos la grasa de la leche está compuesta por
triglicéridos de diferentes largos de cadena y grado de saturación. El contenido de grasa de la
leche y su composición va ha depender, entonces de la cantidad de precursores sanguíneos y
de las características de estos. Por ejemplo; si la mayor proporción de precursores son el
acético y butírico, la grasa de la leche tendrá una alta proporción de ácidos grasos de cadena
corta sintetizados en las células secretoras; en cambio, si estos se encuentran en baja
proporción y aumentan los lípidos de las reservas corporales (AGNE) la grasa de la leche
presentará una mayor proporción de ácidos grasos insaturados de cadena larga.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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En la actualidad el avance de las investigaciones han permitido conocer
detalladamente los cambios metabólicos que suceden en el animal al final de la gestación y el
inicio de la lactación. Se conocen actualmente los mecanismos de síntesis y vías metabólicas
de los componentes de la leche, tanto a nivel general como específicamente en la célula
secretora. (Barman D.E. y otros. 2006)
Es por esto que la investigación se orienta, en como modificar el aporte de nutrientes a
las células secretoras y como alterar las vías metabólicas para modificar los componentes de
la leche, en especial la composición de la grasa. (Caja, G y F.Medrano. 2006; Jenkins T.C y
otros. 2006).
Para lograr un aumento de precursores sanguíneos a las células secretoras, como ya se
mencionó, se debe lograr una efectiva fermentación ruminal, que resulte en un aumento de la
masa microbiana del rumen, alta degradación de la fibra y almidón del alimento y se
mantenga estable el pH ruminal controlando la producción de lactato. (Calsimiglia S y otros.
2005).
METABOLISMO RUMINAL.
Metabolismo de Hidratos de Carbono
Los hidratos de carbono fermentan en el rumen generando glucosa y la glucosa a
piruvato, resultando en la energía para los microorganismos. En condiciones normales es
importante mantener la producción y utilización de hidrógeno metabólico (NAD – NAH2),
para garantizar el proceso de glicólisis. La retención de hidrógenos metabólicos en los AGV
es fundamental para la obtención de energía por parte del animal, la pérdida de hidrógenos al
medio ruminal o su transferencia al metano genera pérdidas de energía que oscilan entre un 3
a un 15% de la energía ingerida (Van Nevel y Demeyer, 1988. Citado por Calsimiglia S y
otros. 2006).
La formación de ácido propionico es la única reacción que requiere de H2; por lo que
cualquier remanente de H2 es usualmente convertido a CH4. Igualmente, la producción de
propionato no involucra la generación de CO2 (Williams 2000). La cantidad y la proporción
molar de acetato (a), propionato (p) y butirato (b) determina los moles de CO2 y CH4
producidos. La eficiencia de retención de energía es máxima para el propianato (109%),
media para el butírico (78%) y mínima para el acético( 62,5%). La velocidad con la que se
degrada el sustrato, que depende fundamentalmente de la proporción de HCNE presentes y
del tipo de fibra, y la eficiencia de la masa bacteriana en transformar esa energía en mayor
masa bacteriana (Y-ATP g de bacterias/mol ATP) determinará la cantidad de AGV
producidos y la relación entre ellos.
De acuerdo a lo mencionado cuando sea mayor la proporción de propiónico en
relación a los otros AGV mayor será la eficiencia energética en el rumen. Los AGV
sintetizados en respuesta a un estricto control metabólico por parte de los microorganismos
ruminales, son utilizados por éstos para la formación de aminoácidos y ácidos grasos que
serán posteriormente incorporados al metabolismo bacteriano. Sin embargo, la mayor parte de
los AGV es enviada hacia el líquido ruminal, en donde se difunden a través del epitelio del
rumen y retículo, el resto se absorben en omaso, para posteriormente incorporarse a la
circulación general pasando por la vena porta.
Alimentación del Ganado Lechero
Los AGV son de suma importancia ya que representan más del 70% del suministro de
energía al rumiante. Virtualmente todo ácido acético, propiónico y el ácido butírico son
absorbidos por el epitelio del rumen y transportados vía porta al hígado. La absorción de
AGV no sólo es importante para mantener su distribución en las células animales, sino para
prevenir cantidades excesivas que puedan alterar el pH ruminal.
El epitelio estratificado del rumen generalmente no se caracteriza por una eficaz
absorción. No obstante es capaz de absorber eficientemente AGV, ácido láctico, electrólitos y
agua. La superficie del epitelio es muy extendida debido a la formación de papilas bien
vascularizadas.
El tamaño y longitud de las papilas del rumen se modifican, dependiendo las
concentraciones de los AGV en el rumen. Los animales con una buena alimentación y
producción de AGV, presentan papilas largas y robustas para promover la absorción. En
contraste, los animales con una deficiente alimentación, tienen papilas pequeñas y requieren
de un largo tiempo de recuperación para restaurar el tamaño de sus papilas y su capacidad de
absorción.
La absorción de los AGV es a través de un mecanismo de difusión a favor del
gradiente de concentración. La velocidad de absorción aumenta a medida que desciende el pH
del líquido ruminal. Cuando atraviesan el epitelio, los AGV sufren diferentes grados de
transformación. El acetato y propionato son absorbidos casi sin alterarse, pero la mayor parte
del ácido butírico se transforma en ácido ß-hidroxibutírico el cual es un cuerpo cetónico. Los
AGV absorbidos tienen diferentes destinos metabólicos:
♦ El ácido acético se oxida en los diferentes tejidos para generar ATP. También
funciona como la principal fuente acetil-CoA para la síntesis de lípidos.
♦ El propionato sirve principalmente como sustrato gluconeogénico, es de suma
importancia para el rumiante debido a que en el intestino delgado casi no se
absorbe glucosa.
♦ El ácido butírico absorbido en forma de ácido ß-hidroxibutírico, es oxidado en
muchos tejidos para la producción de energía.
♦
Los cambios en la dieta pueden modificar el patrón de fermentación. Cuando la dieta
del animal está basada en forrajes, la proporción molar en que se encuentran los AGV es:
65%, 25% y 10% para el acético, propiónico y butírico respectivamente; cuando la dieta es
rica en almidón, alta proporción de granos (HCNE altamente fermentecibles) la proporción se
modifica a: 45% de acetato, 40% de propiónico y 15% de butírico.
En el hígado el propionato y el acetato son incorporados al metabolismo energético, el
ácido propiónico es el único de los AGV que el hepatocito puede transformar en glucosa, en
la vía de la gluconeogénesis. Las moléculas de glucosa sintetizadas en este proceso, serán
exportadas hacia los tejidos extrahepáticos, quienes serán los encargados de utilizarla como la
primera fuente de energía altamente disponible para sostener las necesidades fisiológicas de
mantenimiento, producción de leche y reproducción.
Los disacáridos y los almidones que escapan a la fermentación ruminal pasan al
intestino delgado donde son digeridos por enzimas pancreáticas e intestinales, en la misma
forma que en los animales monogástricos.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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En resumen: la relación de HCNE y HCE de la ración, determina la proliferación de
bacterias amilolíticas y/o celulolíticas y el tipo de fermentación ruminal, produciendo una
determinada proporción de AGV. Esta proporción de AGV afecta el desarrollo de las papilas
ruminales. Las dietas con bajo contenido de almidón, muy fibrosas, producen una lenta
fermentación y baja proporción de propiónico afectando el número y desarrollo de las papilas
ruminales, en cambio, si la dieta contiene altas proporciones de HCNE (almidón) es mayor el
desarrollo de las papilas ruminales. El desarrollo del tejido papilar favorece la absorción de
AGV y permite mantener el pH ruminal dentro del rango de 6,6 a 6,8.
En concordancia con lo expuesto las dietas para vacas lecheras deberán contener una
alta proporción de HCNE (almidón) para aumentar la producción de AGV en el rumen y
favorecer la producción de Ac. Propiónico. Sin embargo, la dieta deberá contener una
proporción mínima de FDN para no alterar el proceso de rumia y mantener el ph ruminal y
garantizar la producción de acético y butirico que no afecten la síntesis de grasa.
Metabolismo de las Proteínas.
Los microorganismos del rumen requieren además de energía N para su crecimiento y
desarrollo (Wallace R.J y M. A. Cotta. 1988). La utilización del N por los microorganismos
del rumen depende del cantidad y velocidad de N producido y utilizado por los
microorganismos y también por la cantidad de HC fermentecibles en el rumen.
La proteína es particularmente vulnerable a la fermentación ruminal, debido a que está
formada por carbonos, los cuales se pueden reducir todavía más que los carbohidratos para
proveer energía a los microorganismos. Los microorganismos del rumen son capaces de
sintetizar todos los aminoácidos, incluyendo los esenciales para el hospedero. Por lo tanto los
rumiantes son casi totalmente independientes de la calidad de las proteínas ingeridas. Además
los microorganismos pueden utilizar fuentes de nitrógeno no proteico (NNP) como sustrato
para la síntesis de aminoácidos.
A medida que las proteínas y el NNP entran al rumen son atacados por enzimas
microbianas extracelulares, la mayor parte de estas enzimas son endopeptidasas parecidas a la
tripsina y forman péptidos de cadena corta como sustratos terminales. Estos péptidos se
originan extracelularmente y son absorbidos hacia el interior de los microorganismos. En el
citosol los péptidos son degradados a aminoácidos y éstos son utilizados para la formación de
proteína microbiana o son degradados todavía más para la producción de energía a través de
la vía de los AGV. Para que los aminoácidos entren a esta vía, primero son desaminados para
dar lugar a amoniaco y a un esqueleto carbonado.
El amoniaco es el principal compuesto nitrogenado que utilizan los microorganismos
para la síntesis de aminoácidos y proteínas, hay que considerar que para esto se requiere
suficiente energía o carbohidratos; El amoniaco se utiliza además para la formación de
diversos componentes nitrogenados de la pared celular y ácidos nucleicos. El amoniaco
liberado en el rumen es absorbido a la sangre, conducido al hígado en donde se forma urea, la
cual se puede reciclar en la saliva o eliminarse a través de la orina.
El esqueleto carbonado de muchos de estos aminoácidos se puede acomodar
directamente en varios de los pasos de la vía de los AGV, dando lugar a la producción de los
Alimentación del Ganado Lechero
tres principales (acético, propiónico y butírico) y de AGV de cadena ramificada o isoácidos
conocidos como ácido isobutírico, ácido isovalérico y ácido 2-metilbutirato; solo los tres
aminoácidos de cadena corta ramificada (valina, leucina e isoleucina), permiten la producción
de estos isoácidos. Los AGV de cadena ramificada son utilizados por las bacterias como
factores de crecimiento.
En el rumen, cierta cantidad de proteína dietaria puede escapar a la digestión ruminal y
pasar al intestino sin modificarse en el rumen, a ésta se le denomina proteína sobrepasante. La
proteína microbiana representada por los cuerpos celulares de los microorganismos, pasa con
las proteínas de la ración que no fueron modificadas por la microbiota ruminal a través del
omaso, abomaso, hasta el intestino en donde son digeridas por acción de las enzimas pepsina,
tripsina, quimiotripsina, carboxipeptidasa y aminopeptidasa en forma similar a la digestión
proteica en los monogástricos.
El crecimiento microbiano depende del aporte de nutrientes y de la velocidad a la cual
los microorganismos del rumen se eliminan. Las proteínas o el nitrógeno no proteico (NNP) y
los carbohidratos son utilizados para la producción ruminal de microbios, AGV, amoniaco,
metano y bióxido de carbono de acuerdo a la siguiente ecuación:
carbohidratos + proteínas = microflora + AGV + NH3 + CH4 + CO2
El equilibrio en los productos de la ecuación depende de la concentración y balance de
los sustratos.
Metabolismo de los Lípidos.
Cuando la dieta del rumiante consiste principalmente de forrajes, los lípidos que se
encuentran en mayor proporción son los galactoglicéridos, pero si el nivel de granos o
concentrados es elevado, los triacilglicéridos son más abundantes.
Se ha observado que la mayoría de los ácidos grasos presentes en la dieta de los
rumiantes son insaturados. En el rumen tanto los galactoglicéridos como los
trigliacilglicéridos y fosfolípidos son hidrolizados por las bacterias, el resultado son ácidos
grasos libres y glicerol.
El glicerol derivado de la hidrólisis de los trigliacilglicéridos es fermentado hasta
propionato y posteriormente absorbido junto con los otros AGV. Por otro lado se sabe que los
lípidos que se encuentran en el tejido adiposo del animal y en la leche de las especies
rumiantes son saturados sufriendo poca modificación, por cambios en el aporte de lípidos
insaturados de la dieta. Este fenómeno se debe a que el medio ambiente reductor del rumen
produce la hidrogenación de una gran cantidad de ácidos grasos insaturados previamente
hidrolizados. Posteriormente los lípidos microbianos son digeridos y adsorbidos en el
intestino delgado.
Al igual que las proteínas, algunos lípidos pueden escapar a la digestión microbiana
ruminal y llegar intactos al intestino (donde son digeridos). A estos lípidos se les denominan
de lípidos pasantes.
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Las ventajas que presenta la hidrogenación de ácidos grasos son:
♦ Aumenta el crecimiento bacteriano, ya que los ácidos grasos insaturados provocan
cambios en la permeabilidad de las membranas microbianas (inhibiendo su desarrollo).
♦ Se reduce la producción de metano al haber menor cantidad de hidrógeno.
♦ Aumenta la energía disponible, ya que los ácidos grasos saturados liberan más energía
al oxidarse que los ácidos grasos insaturados.
CONCENTRACIÓN Y BALANCE DE SUSTRATOS EN EL
METABOLISMO RUMINAL
En estas condiciones se favorece la producción proteica y por lo tanto el crecimiento
microbiano. La fermentación de la glucosa con la consecuente producción AGV se
incrementa con el fin de llenar las fuertes demandas energéticas ligadas a un rápido
crecimiento de la microflora. La producción de amoniaco es baja, porque la mayor parte del
nitrógeno se encuentra incorporada a la proteína microbiana.
Alimentación del Ganado Lechero
Bajo este perfil existe una gran cantidad de energía pero insuficiente nitrógeno para
sostener una adecuada síntesis proteica, por lo tanto el crecimiento microbiano no es el
óptimo. La energía se vuelve ineficiente a medida que se utiliza para mantener a células que
no se están replicando, en lugar de utilizarse para los procesos sintéticos de las células en
crecimiento. La actividad de los microorganismos todavía da lugar a cierta fermentación de la
glucosa con una formación moderada de AGV, pero el crecimiento microbiano y la
producción de amoniaco es limitada debido a la carencia de nitrógeno.
En esta situación existe mucho nitrógeno para sostener el crecimiento, pero se limita
debido al insuficiente aporte de energía. Esto obliga a los microorganismos a utilizar
aminoácidos para llenar sus requerimientos de energía, en vez de utilizarlos para la síntesis de
proteínas. La velocidad de crecimiento de los microbios es baja y la producción de AGV es
moderada. Gran cantidad de los AGV proviene de las cadenas carbonadas de los aminoácidos,
mientas que los grupos amino son derivados hacia la producción de amoniaco.
La relación que existe entre la disponibilidad de carbohidratos y la de proteínas (o
nitrógeno) ejerce un fuerte impacto sobre la producción de células microbianas y por lo tanto
sobre la nutrición del huésped. La mayoría de los microorganismos ruminales pueden
sintetizar proteína a partir de amoniaco proveniente de fuentes no proteicas tales como la urea.
Desde un punto de vista nutricional y económico, esto se ha explotado utilizando fuentes
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nitrogenadas de bajo costo en lugar de proteínas costosas en las dietas de los rumiantes,
permitiendo la síntesis microbiana de proteína para satisfacer las necesidades del hospedero.
A diferencia de los monogástricos en los rumiantes la proteína que llega al duodeno es
diferente a la del alimento ingerido, debido a la fermentación proteica y a la síntesis de
proteína bacteriana a partir del N liberado en el rumen yde la energía generada por los HC
fermentecibles. Esta proteína microbiana más la proteína que escapa a la fermentación
ruminal forman la proteína metabolizable disponible para los procesos metabólicos del
animal.
La Fibra en el metabolismo ruminal.
Otro aspecto importante a considerar en las dietas para la vaca lechera asociado a la
fermentación ruminal y producción de precursores sanguíneos para la síntesis de los
componentes de la leche, es el contenido de fibra de la dieta y la efectividad de esta sobre la
motilidad ruminal y su efecto sobre el mantenimiento del pH, a travéz de la rumia con la
correspondiente producción de saliva, que tiene un fuerte efecto ―tampón‖ sobre el pH
ruminal.
El consumo de alimentos fibrosos produce dos efectos o tipos de estimulación una
física y otra metabólica. Los alimentos con bajo contenido de FDN menos del 40% producen
una mayor cantidad de AGV, que favorecen el desarrollo del epitelio papilar, pero menos
motilidad ruminal y pueden producir acidosis ruminal. En cambio los alimentos con alto
contenido de FDN más del 40% afectan negativamente el consumo o la ingesta de MS, se
degradan más lentamente en el rumen, pero producen mayor cantidad de contracciones
ruminales y una mayor actividad de rumia. Una dieta alta en forraje produce un pH ruminal
elevado (6,6-6,8), ya que induce a una gran actividad de rumia y alta producción de saliva,
promoviendo el crecimiento de bacterias que digieren celulosa y hemicelulosa, cuyo producto
final es el acético. Un alto nivel de concentrado determinará un pH bajo (5,8-6,0), lo que
promoverá una actividad amilolítica con incremento marcado de producción de ácido
propiónico y láctico.
En la actualidad es reconocida la importancia de la fibra en la alimentación de la vaca
lechera no solo para mantener la función ruminal sino porque es imprescindible mantener un
equilibrio entre HCNE o HC fermentecibles y FDN, para garantizar el necesario aporte de los
Ac. Acético y butírico como precursores para la síntesis de los triglicéridos de la grasa de la
leche. El contenido de FDN en la dieta para vacas lecheras es mayor que en animales no
lactando por que no solo es requerida para un correcto funcionamiento ruminal sino tambíen
como ya se menciono, para la producción de AGV precursores de la grasa de la leche.
Algunos trabajos de investigación han mostrado que es necesaria una longitud mínima
de las partículas de forraje de 3 mm para mantener un adecuado pH del rumen, una adecuada
actividad de rumiación y para prevenir un descenso en el porcentaje de grasa en la leche
(Allen, 1997). El NRC 2001, establece un rango para el contenido de FDN y de HCNF,
recomendando para vacas lecheras un minimo en la MS del 25 al 33% de FDN y un máximo
de HCNF del 36 al 44%. Esta proporciones permiten mantener el pH ruminal en torno a 6,2;
pH que favorece la mayor degradación de la fibra y la mayor producción de proteína
microbiana.
Alimentación del Ganado Lechero
La bibliografía recomienda tenores mínimos de Fibra Detergente Acido (FDA) del
orden de 19 a 21% en la materia seca de la dieta total. A su vez el contenido de Fibra
Detergente Neutro (FDN) en la dieta total no debería ser inferior a 26 a 28%. Niveles
inferiores de ingesta de fibra conducen a tenores bajos de grasa en leche, posibles cuadros de
acidosis, laminitis (rengueras y deformaciones en las pezuñas de las vacas), consumos de
materia seca inestables y fluctuantes, y pérdida de condición corporal, particularmente en
lactancia temprana.
Con respecto al tamaño de partícula de los materiales que aportan fibra, forrajes con
largos teóricos de partícula de 1 cm o inferiores no cumplen funciones de fuentes de "fibra
efectiva", no estimulan la rumia ni la salivación y suelen provocar drásticas reducciones en el
tenor graso de la leche, y si bien el tenor proteico puede aumentar, su efecto es
frecuentemente opacado por caídas en la producción de leche (volumen) que más que
compensan el posible aumento de concentración (menos del 15% de las partículas con largos
de 5 cm o más suele indicar problemas por "baja fibra efectiva").
Adicionalmente se recomienda que al menos el 75% del FDN y del FDA suministrado
provenga de fuentes forrajeras como forma de asegurar la funcionalidad de esa fibra. Por otra
parte, dietas con contenidos altos en fibra suelen ser muy bajas en energía, limitando así la
producción de leche. Con forrajes bastos y de calidad pobre es muy posible que para
satisfacer las necesidades de energía de una vaca de alta producción no se pueda utilizar más
que un 50% de forraje en la dieta, o puesto de otra forma, cuando el forraje es
aproximadamente el 65% de la dieta de una vaca de alta producción solo con forraje de muy
alta calidad se podrá tener un tenor normal de proteína en la leche.
Grasas y proteínas pasantes o protegidas.
Otro aspecto considerado en la alimentación de las vacas lecheras, orientada a
modificar la composición de la leche, es el uso de alimentos con grasay/o proteínas protegidas
a la fermentación ruminal,también llamadas grasas y proteínas pasantes. El principio es
aumentar el aporte de estos nutrientes que al escapar de la fermentación ruminal no producen
alteraciones en la dinámica ruminal y aportan energia y proteínas en el intestino favoreciendo
la producción de leche, por el mayor aporte de energía, modificando la composición de la
grasa, por modificar la proporción de los Ac grasos disponibles en la glándula mamaria y
mejorando el contenido proteico de la leche por el aumento de precursores para la síntesis.
En el mundo, ésta práctica es muy utilizada, en la Argentina no tiene mucha difusión
y/o aplicación, las razones son muy variadas, pero ciertamente el costo de los alimentos puede
ser la principal razón de su bajo uso.
Las investigaciones realizadas para modificar la composición proteica de la leche en
las décadas del 80 y 90 se orientaron a analizar el impacto del suministro de proteínas
pasantes sobre el contenido proteíco de la leche. (Gagliostro G. 1992). El uso de proteínas de
baja degradabilidad en vacas lecheras permite aumentar el aporte de aminoácidos al duodeno
que sumados a la proteína microbiana, aumentan la cantidad total de N proteico en el
intestino.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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El consumo de proteína no degradable es necesario para satisfacer la demanda de
proteína, ya que la proteína de origen microbiano no es suficiente para satisfacer los
requerimientos sobre todo en vacas de alta producción. Los alimentos más utilizados son las
harinas de carne o pescado, alfalfas deshidratadas y proteinas protegidas con aldehído
fórmico, calor o encapsulado.
El uso de este tipo de alimentos trae aparejado un aumento de la producción de leche
con el consecuente incremento de la cantidad de proteína. Las respuestas en el % de proteína
en la leche son variadas y tienen correlación con el nivel de producción de leche. En vacas de
alta producción la demanda de proteína es alta y el aporte de proteína microbiana es
insuficiente para cubrir los requerimientos. Parece ser que algunos aminoácidos como la
Metionina y Lisina son laos que mayor incidencia tienen sobre la síntesis de leche. Si estos
aminoácidos se encuentran limitantes en la dieta, por ejemplo dietas con silaje de maíz y
grano, el suministro de proteínas pasantes aumentan la producción de leche y el contenido de
proteína significativamente.
En los últimos años la investigación está más orientada a modificar la composición de
la grasa de la leche para aumentar la participación de grasas o triglicéridos favorables para la
salud humana. Trabajos realizados en INTA Balcarce muestran que es posible alterar la
proporción de Ac. Grasos saturados e insaturados en la leche con el suministro de granos de
girasol, aceites de girasol y aceites de pescado. Vacas suplementadas con estos compuestos
produjeron leches con mayor proporción de Acido Linoléico conjugado (CLA) y trans11-
C18:1 y además presentaban menor contenido de ácidos grasos hipercolesterolémicos (AG
saturados). (Gagliostro G. 2006).
La grasa sintetizada en la glándula mamaria tiene una composición en ácidos grasos
característica y estable. Sin embargo, el suministro de raciones con un bajo contenido en fibra
efectiva, así como la suplementación de la dieta con aceites poliinsaturados (aceites vegetales
y de pescado) conducen a una disminución de la síntesis de novo y de la concentración total
de grasa en la leche. Varias teorías se han formulado para explicar este efecto a través de los
cambios inducidos por estas dietas en la proporción de ácidos grasos volátiles producidos en
el rumen y/o en la secreción de insulina.
La más reciente (Bauman y Griinari, 2001) relaciona la disminución de grasa en la
leche con la entrada en la glándula mamaria de AG (trans-C18:1 y trans-10, cis-12 CLA)
producidos como resultado de la biohidrogenación ruminal de la grasa insaturada (granos de
cereales o suplementos concentrados). Estos AG actuarían como inhibidores de la actividad
de las enzimas ACC y AGS especialmente si la ingestión de forraje o la efectividad de su
fibra no es suficiente para mantener el funcionamiento normal del rumen (e.g. dietas en base
a silo de maíz con respecto a las de heno de alfalfa), ya que en estos casos se incrementaría la
formación de enlaces trans en posición 10 (Loor et al., 2004), que serían inhibidores más
activos (ver figura 6). En general todos los AG de cadena larga (> 18 C) inhiben la síntesis de
grasa de novo, pero el efecto es tanto mayor cuanto mayor es la longitud de la cadena, su
grado de insaturación y su proporción de dobles enlaces en configuración trans (Chilliard et
al., 2001a).
Alimentación del Ganado Lechero
ALIMENTACIÓN Y SÓLIDOS DE LA LECHE.
La alimentación de las vacas en producción debe orientarse estratégicamente no solo a
maximizar la producción de leche sino además a aumentar el contenido de sólidos en la leche.
En los párrafos anteriores se describen los mecanismos de fermentación ruminal que
generan los principales precursores de los componentes de la leche, productos de esa
fermentación. En rumiantes existe una fuerte interacción entre los metabolismos energético y
proteico. Entre el 50 y el 90% de la proteína que alcanza el intestino de la vaca proviene de
fuente bacteriana, producto de la multiplicación de bacterias que ocurre en el rumen. Por otra
parte en ausencia de limitaciones de disponibilidad de nitrógeno, el crecimiento bacteriano de
rumen depende directamente de la cantidad de energía ingerida. En términos generales entre
un 35 y un 90% de la energía que usa un rumiante proviene de la digestión de fuentes
fibrosas, para cuya digestión se requieren poblaciones bacterianas numerosas y activas.
Por estas razones el asegurar un adecuado nivel de proteína cruda en la dieta y de
proteína cruda y sobrepasante (bypass) en vacas en lactancia temprana (hasta los 90 a 120
díaspos parto) en particular, resulta muy importante para asegurar el mantenimiento de
contenidos normales de grasa y proteínas en la leche. El nivel de proteína cruda de la dieta
afecta más a la producción de leche (volumen) que al tenor proteico de la leche, excepto con
niveles muy limitantes (bajos) de proteína en dieta que terminan deprimiendo el tenor proteico
de la leche por reducción de la digestibilidad y del consumo total de alimentos por parte del
animal.
El máximo consumo de materia seca, un adecuado balance de nutrientes en la dieta
(energía, fibra y proteína) que permita cubrir los requerimientos de los animales traerá como
resultado un aumento en la producción de leche y un alto contenido de sólidos totales.
Estos dos aspectos mencionados aseguran un correcto funcionamiento ruminal
permitiendo un importante aporte de AGV y proteína microbiana a la glándula mamaria, que
sumado al aporte de de los lípidos, almidones y proteínas pasantes permitirán un significativo
aumento de la producción y de la calidad composicional de la leche.
Estudios realizados en Argentina, muestran que la manipulación de las dietas no
necesariamente implica cambios significativos, en el contenido de grasa y proteína de la
leche. En los sistemas pastoriles, donde la materia seca cosechada en pastoreo representa el
mayor porcentaje de la materia seca consumida por el animal, el control de la dieta implica
una tarea dificultosa casi impracticable, ya que sumado a los cambios fenológicos de las
pasturas, se suma la selección que realizan los animales generando fuertes cambios en la
composición de la dieta de acuerdo a las partes de la planta consumida. En pastoreo de alfalfa,
por ejemplo; el contenido energético y el porcentaje de proteína varían según el estado de
desarrollo del cultivo, presentando una relación muy alta de proteína durante el rebrote y
principio de floración con respecto al contenido de energía y fibra. En cambio a medida que
avanza el estado de floración disminuye el contenido de proteína y aumenta el de fibra.
En el primer caso, la mayor digestibilidad de la alfalfa favorece un aumento en la
producción, que se encuentra limitada por el exceso de proteína, que fundamentalmente altera
el metabolismo ruminal, generando una alta proporción de N amoniacal, porque las bacterias
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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no disponen de energía para utilizarlo generando más masa bacteriana. Consecuentemente, no
aumenta la flora microbiana por lo tanto se produce menor cantidad de AGV y menor proteína
microbiana, afectando la síntesis de leche y el contenido de proteína.
El contenido de grasa de la leche esta fuertemente correlacionado a la disponibilidad
de acético y butírico productos de la fermentación de la fibra, el consumo de forrajes muy
tiernos, como el caso del ejemplo en cuestión, producirá también una disminución del tenor
graso de la leche.
Para continuar con el análisis, pongamos ahora en consideración el otro factor
mencionado, la selección; si la presión de pastoreo es baja, los animales seleccionarán las
partes más tiernas de la planta para su consumo, bajo estas condiciones las vacas consumen
una alta proporción de hojas de alfalfa. El alto consumo de hojas significa, un elevado
consumo de HCS o HCNF de muy alta degradación en el rumen, generando una alta cantidad
de AGV, que producen un descenso del pH ruminal, que afecta la fermentación de la fibra y la
producción de proteínas.
Bajo las condiciones mencionadas, el uso de la suplementación estratégica con granos
y forrajes fibrosos que equilibren el aporte de nutrientes parece ser la herramienta más
adecuada para corregir y mejorar los sólidos en leche.
GráficoNº 1: Efecto de la relación forraje concentrado sobre la producción y composición
de la leche.
En el Gráfico Nº1; se observa el comportamiento de las variables producción y
componentes de la leche de acuerdo a la relación o participación de los concentrados
energéticos en la dieta. En la medida que se incrementa el aporte de HCNE (almidón) en la
ración, por lo mencionado anteriormente se incrementa el volumen de leche y el contenido de
Alimentación del Ganado Lechero
proteína, por otra parte se produce una disminución del contenido graso de la leche, debido a
la menor proporción de Ac acético y butírico producidos en el rumen.
Gráfico Nº2: Contenido de grasa y proteína de la leche en relación al consumo de
almidón.
En el gráfico Nº2, se muestra claramente el efecto del contenido de almidón en la dieta
(como consumo (kg.almidón/vacadía) en ensayos realizados con vacas lecheras (Gagliostro,
2002).
A continuación se presentan en forma esquemática los efectos de diferentes tipos de
dieta:
Figura Nº1: Procesos fisiológicos que disminuyen la grasa de la leche con raciones
altas en concentrados energéticos
ALIMENTO RUMEN
Mayor pasaje de
Concentrados almidón al
INTESTINO
Caída del pH
Disminuye Aumenta
Acético Propiónico
Aumento de GLUCOSA en sangre
Aumento de INSULINA
Síntesis de grasa corporal TEJIDO ADIPOSO
DISMINUYE ACETATO
DISMINUYE -HIDROXIBUTIRATO
DISMINUYEN A.G. DE CADENA LARGA
SANGRE
MENOR DISPONIBILIDAD DE PRECURSORES
DE GRASA BUTIROSA----- BAJO %G.B.
Glándula Mamaria
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Figura Nº 2: Exceso de proteína con defecto de energía
Disminución de la
movilidad ruminal
Depresión de
la digestibilidad
Reabsorción de Mg
disminuida
Hipomagnesemia
Alcalosis Ruminal
Menor producción
de AGV
Aumento de la
sintesis de urea
sobrecarga
hepática
NH3 aumento en
el rumen
Caída del
contenido
proteíco
Alteración en la
fertilidad
Defecto protéico
Menor sintesis de
proteína microbiana
Perdida de peso
corporal
Menor crecimiento
fetal
Cluconeogénesis
a partir de AA
Defecto de
Glucosa
Alimentación del Ganado Lechero
Figura Nº 3: Efecto de dietas con defecto energetico
Defecto energético
Proteína bacteriana
Defecto de P.B.
En el intestino.
Menor contenido de
Proteína en la leche
Exceso de NH3
Sobrecarga Hepática
Alteración del metabolismo Alteración en la Fertilidad
Aumento movilización
de grasa corporal.
Aumento de Cuerpos
Cetónicos
Disminución de la ingesta
de alimentos.
Alteración del metabolismo
Efecto sobre la salud
animal
Caída del rendimiento
animal
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Los esquemas presentados muestran las bajo que condiciones nutricionales se encuentran las
vacas lecheras en pastoreo en la Argentina.
El primer elemento que se pone a consideración para analizar los cambios nutricionales que
presentan las vacas lecheras durante el año son las características nutricionales de la alfalfa en
función del estrato considerado y estado fenológico.
Durante la primavera, existe una alta disponibilidad de pastura de alta calidad, en condiciones
de pastoreo, la alta disponibilidad y velocidad de rebrote permite la selectividad por parte de
los animales y determina una dieta con fuerte desequilibrio de nutrientes. El consumo de las
partes mas tiernas de la planta, parte superior (figura Nº 4) seleccionadas, de tal manera que la
MS consumida tiene un bajo contenido de fibra, alto contenido de proteína e HCNE muy
solubles en el rumen. Este tipo de dieta es deficiente en energía con exceso de proteína
(Figura Nº 2) Esta situación generá excesos de amoníaco en el rumen, disminución del
contenido proteico y puede ocasionar problemas de acidosis por defecto de fibra.
La suplementación con granos o suplementos energéticos corrige esta situación balanceando
la energía y proteína en el rumen. Los resultados de las investigaciones realizadas (cuadro Nº
) muestran que el suministro de concentrados aumentan la producción de leche y el % de
proteína, afectan negativamente el contenido de grasa y disminuyen el contenido de urea en
leche. El menor contenido de urea en leche indica un mejor aprovechamiento del N para la
síntesis de proteína bacteriana y proteína de la leche.
Figura Nº 3: Efecto de dietas con defecto energetico
Defecto energético
Proteína bacteriana
Defecto de P.B.
En el intestino.
Menor contenido de
Proteína en la leche
Exceso de NH3
Sobrecarga Hepática
Alteración del metabolismo
Alteración en la Fertilidad
Aumento movilización
de la grasa corporal.
Aumento de Cuerpos
Cetónicos
Disminución de la ingesta
de alimentos.
Alteración del metabolismo
Efecto sobre la salud
animal
Caída del rendimiento
animal
Alimentación del Ganado Lechero
Figura Nº4: Características nutricionales de la alfalfa en función del estrato considerado.
Durante la estación invernal, las pasturas de alfalfa suelen detener su crecimiento por
las bajas temperaturas que asociadas a inviernos secos afectan la producción de MS de las
pasturas. Bajo estas condiciones las vacas consumen bajas cantidades de MS de alfalfa, 4 o
menos kgMS/día. Para suplementar este déficit de forrajes se utilizan forrajes conservados de
muy variada calidad, en general con un alto contenido de FDN más del 50%, baja contenido
energético 2 o menos MCal EM/kgMS y con valores de proteína total del 8 al 12%. Estos
suplementos son henos de pasturas o de Moha y silabes de maíz o sorgos y silabes de
pasturas.
El primer concepto a considerar es que cuando es escaso el forraje de la pastura, este
se remplaza con forrajes de inferior calidad, lo que determina dietas hipoenergéticas e
hipoproteicas. Consecuentemente se afecta la producción de leche y puede aumentar la
concentración de grasa por el alto contenido de fibra de la dieta y por un efecto dilución. El
agregado de granos corrige el defecto energético pero las dietas sobre todo y en particular las
que tienen una alta participación de silajes de maíz o sorgo presentan un déficit de proteína.
Estas dietas hipo proteicas producen una merma en el consumo voluntario, menor masa
bacteria en el rumen por déficit de nitrógeno y consecuentemente menor producción de leche
y proteína. Si el contenido de FDN de la ración es adecuado las vacas producen leches con
mayor contenido graso.
El planteo estratégico de la suplementación invernal para mejorar la producción y los
sólidos de la leche, debe comenzar en la elaboración de las reservas forrajeras. Las dietas en
invierno tienen una alta participación de forrajes conservados y granos. El disponer de
suplementos de alta calidad permitirá balancear dietas con una menor participación de
concentrados energéticos y suplementos proteicos.
Características del forraje > Hojas < Tallos ; > H2O <
MS
< FDN ; < Fibra ―efectiva‖
> PDR (y NNP) < Energía
> Tasa de pasaje
Estrato
superior
< Hojas y > Tallos; < H2O y > MS
> FDN; <Digestibilidad y > Lignina
Estrato
inferior
Rebrotes
basales
Indicador ―clave‖ de inicio de
pastoreo Estados fenológicos óptimos:
Primavera: Botón a 20% de flor
Otoño/invierno: Rebrotes basales entre 5 y 6 cm
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Las dietas a base de silabes de gramíneas poseen una alta proporción de HCNE,
asociado al contenido de grano, con bajo contenido de proteína. El bajo contenido de MS
puede afectar el consumo cuando la participación del silaje en la dieta es muy alto y esto
afectar el consumo total de energía, produciendo una disminución en el volumen de leche
producido. El tamaño de picado también puede afectar el consumo y en silajes con alto
contenido de grano inducir la acidosis ruminal.
La corrección de la dieta debe realizarse con la incorporación de semillas o espellets
de oleaginosas, concentrados proteicos y/o silajes de pasturas o de soja. En estos casos es
imprescindible el agregado de concentrados energéticos para balancear el aporte de nutrientes.
Un aspecto importante a considerar en estas dietas es el nivel de fibra efectiva, en general es
necesario incorporar forrajes groseros como los henos para aumentar la FDNef, logrando de
esta manera una mejor función ruminal y un aumento en el tenor graso de la leche.
En resumen: las vacas lecheras en pastoreo sufren constantes variaciones en las
cantidades y proporciones de los nutrientes requeridos que afectan la producción de leche y
alteran su composición.
A los efectos de corregir estas variaciones es necesario incorporar a la dieta,
suplementos energéticos, proteicos y fibra para maximizar el consumo de materia seca y
aportar los nutrientes requeridos en cantidad y en forma equilibrada para favorecer la
fermentación ruminal y la producción de precursores sanguíneos.
Durante los períodos del año cuando el uso de forrajes conservados y suplementos
energéticos es alto (otoño e invierno), mas del 50% de la MS consumida, la formulación de
dietas queda condicionada a la calidad de los forrajes conservados. Cuando las reservas se
realizan en tiempo y forma y se programan en función de la demanda del rodeo el ajuste de
dietas suele ser relativamente simple y pude ser moniteoreada con facilidad. En cambio en los
períodos de alta producción de las pasturas el balance de dietas es significativamente
complejo.
Bajo condiciones de pastoreo es difícil monitorear la dieta, por la selectividad de los
animales y por los cambios fisiológicos de la pastura. Al no disponer con exactitud de la
cantidad y calidad del forraje cosechado por los animales el balance de la dieta es
relativamente azaroso. Esta podría ser la explicación en las variadas respuestas a la
suplementación en pastoreo que surgen de los ensayos que evalúan el efecto de la
suplementación sobre la producción y composición de la leche.
El contenido de sólidos de la leche puede ser modificado con la alimentación, pero los
cambios no son significativamente importantes, en componentes como la grasa y la proteína.
Lo que no se debe desestimar, es que el ajuste de dietas mejora la condición corporal
de los animales, la respuesta productiva y la eficiencia reproductiva del rodeo. Estas variables
directa e indirectamente mejorar los índices productivos y económicos del tambo.
Alimentación del Ganado Lechero
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Alimentación del Ganado Lechero
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Alimentación del Ganado Lechero
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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“CAL.R.E.P.” PROGRAMA PARA CALCULO DE APORTE Y
REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA Y PROTEÍNA METABOLIZABLE
PARA GANADO BOVINO DE LECHE Y DE CARNE.
Versión 1
Ing. Agr. Carlos R Pendini.
Profesor Asociado.
Cátedra Producción de Leche.
Departamento Producción Animal.
Facultad de Ciencias Agropecuarias.
U.N.C.
Año 2007.
Alimentación del Ganado Lechero
“CAL.R.E.P.” PROGRAMA PARA CALCULO DE APORTE Y REQUERIMIENTOS
DE ENERGÍA Y PROTEÍNA METABOLIZABLE PARA GANADO BOVINO DE
LECHE Y DE CARNE.
Carlos Rafael Pendini.
I- INTRODUCCIÓN.
La producción de leche y de carne en menor medida han registrado un avance en los
últimos años, que ha requerido cada día ajustar los factores técnicos y económicos a los
nuevos escenarios de una economía globalizada.
Uno de los factores que más incidencia tiene en los resultados físicos y económicos de
los sistemas de producción de base pastoril es la alimentación. Esto significa que
necesariamente y cada vez con mayor intensidad se hace imprescindible realizar ajustes en las
dietas de los bovinos, de tal manera de lograr las máximas producciones con raciones de bajo
costo.
Con el objetivo de ofrecer una herramienta que facilite esta tarea se desarrollo el
programa de computación ―CAL.R.E.P.‖ para el cálculo de consumo y requerimientos de
energía y proteína metabolizable, con dos versiones ―CAL.R.E.P.LE.‖ para ganado bovino
lechero y ―CAL.R.E.P.CA.‖ para ganado bovino de carne.
El programa ―CAL.R.E.P.‖ es una excelente herramienta para profesionales y
estudiantes de las Ciencias Agropecuarias para formular raciones, ajustar dietas y realizar
simulaciones.
Para el desarrollo del programa se utilizó como base, las planillas de cálculo de
Microsoft Excel y la metodología propuesta por Castillo, A. y otros. 1998., basada en el
cálculo de requerimientos de energía y proteína desarrollado por AFRC. 1993.(Agricultural
and Food Research Council. Energy and Protein Requeriments of Ruminants.).
El programa consta de una serie de planillas asociadas que permiten realizar
rápidamente los siguientes cálculos : formular dietas; calcular consumo de materia seca,
consumo de energía metabolizable (EM), consumo de proteína Metabolizable (PM);
requerimientos de EM para mantenimiento, producción, aumento de peso y producción de
leche.
CAL.R.E.P. está diseñado para realizar los cálculos de consumo y requerimientos para
vacas en producción, vacas secas, novillos, machos enteros y vaquillonas, dispone de una base
de datos de alimentos para formular las raciones, realiza el cálculo de costos de la ración y
presenta una planilla de resultados donde se visualiza como salida (output) los valores más
significativos de los cálculos para cada una de las categorías mencionadas.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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El sistema de cálculo de requerimientos plantea como unidad de medida para estimar
los consumos y requerimientos las variables de energía y proteína expresadas como
Megacalorías de Energía Metabólica y gramos de Proteína Metabólica.
Se define a la Energía Metabólica ó Metabolizable como la fracción de la energía que
está efectivamente utilizable para el animal para los procesos productivos; y Proteína
Metabolizable como el total de proteína verdadera disponible como amino ácidos para el
metabolismo del animal después de la digestión y absorción en el tracto digestivo del
animal.AFRC.1993.
Para facilitar la comprensión del modelo de cálculo utilizado en el desarrollo del
programa se realiza a continuación una descripción de los aspectos más relevantes y que al
entender del autor son necesarios para implementar cualquier sistema de alimentación.
II- CONSUMO.
El consumo de un animal se expresa como la cantidad de materia seca ingerida por un
animal durante un día (kg.MS/día). El consumo de los animales en pastoreo es una de las
variables más difíciles de precisar en su magnitud, ya que el consumo en pastoreo está
influenciado por un gran número de factores relacionados con el animal, el alimento, el
ambiente y sus interacciones. En base a este concepto el consumo queda definido como la
resultante del producto entre la Capacidad de Ingestión (C.I.) y la Ingestibilidad del alimento
(ING.), la C.I. se expresa en unidades de tamaño metabólico (PVaj)0.75
y la ING. en gramos de
MS. consumidas por unidad de tamaño metabólico y por día; Kg.MS/kg0.75
. día.
El consumo está definido por el tamaño del animal y la calidad y tipo de alimento. El
alimento afecta el consumo de acuerdo a la capacidad que tiene de llenar el rumen, efecto
físico, y la calidad expresada como energía aportada por kg.MS, determinando en aquellos
alimentos donde la calidad es muy alta, Digestibilidad mayor al 70%, el consumo se ve
restringido por la capacidad de utilizar energía por parte del animal, efecto fisiológico.
Para el cálculo de la Ingestibilidad de los alimentos , CAL.R.E.P. utiliza dos
ecuaciones diferentes de acuerdo al mecanismo que lo regula.
Para forrajes groseros donde el mecanismo de regulación física determina el consumo,
se usa la siguiente ecuación para el cálculo de la Ingestibilidad:
(1) ING (gMS/kg0.75
. día)= 2.10DMS - 37=
En aquellos casos donde los alimentos presentan una calidad alta (Dig 70%) y el
consumo está regulado por el control fisiológico del consumo, la Ingestibilidad se calcula a
partir de la siguiente ecuación:
Para Vacas Secas y Vaquillonas de razas de Leche y Vacas de carne:
(2) ING (gMS/kg0.75
. día)= (116.8 - 0.3821 DMS) =
Alimentación del Ganado Lechero
Para Bovinos de Carne (Vaquillonas, Novillos y Machos enteros):
(2) ING (gMS/kg0.75
. día)= (116.8 - 0.3821 DMS) x 1.2=
(DMS= Digestibilidad de la materia seca.).
Calculo de Consumo de Materia Seca.
(3) CMS = C.I. x Ing = kg0.75
/animal x kgMS/kg0.75
. día = kgMS/animal. día=.
Las ecuaciones presentadas son recomendadas para el cálculo de consumo para vacas
que no estén en lactación, animales en crecimiento y machos adultos.
Para vacas en lactación el consumo está afectado por dos factores el Peso Vivo del
animal y la producción de leche en kg./día.
Para vacas lecheras en producción se usan las siguientes ecuaciones en función del
nivel de producción de leche diaria:
Para producciones inferiores a 18 kg. de leche/día;
(4) CMS= 0.025PVaj + 0.1PL=
Para producciones mayores a 18 kg por día:
(5) CMS= 0.022PVaj. + 0.2PL=.
PL= Produccion de leche en kg por día.
PVaj.(kgPV)= Peso vivo ajustado a Condición Corporal 7.
III- PESO VIVO AJUSTADO.
Resulta necesario para establecer un sistema estándar de cálculo de la capacidad de
ingestión a partir del peso de los animales, disponer de un sistema de ajuste de peso vivo en
función de la condición corporal, a los fines de poder realizar las estimaciones para diferentes
animales que varíen en peso y estado corporal.
Vacas Lecheras y Vacas de Cría.
Se usa para el ajuste del Peso Vivo en función de la condición corporal (CC) la escala
de 1 a 9 puntos, propuesta por Lowman, S. 1976.; donde la condición óptima está
representada por el estado corporal 7. La condición corporal 7 corresponde a una vaca que
excede el peso de una vaca en buenas condiciones, CC 4 en la escala de 5 puntos, para nuestra
situación se la puede considerar como una vaca gorda.
Para los casos donde se usa la escala de 5 puntos como de práctica rutinaria, se
aconseja continuar con el uso de la misma, correlacionando ésta con la de 9 puntos,
sencillamente trabajando con medio punto en la escala de 5 y haciendo equivalente las dos
escalas. Por ejemplo 1 = 1; 1,5 = 2; 2 = 3; 2.5= 4 y así sucesivamente.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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La variación de peso por cada punto de variación en la escala de 9 puntos corresponde
a una variación del 5% del Peso Vivo.
Se puede realizar el ajuste de Peso Vivo utilizando la ecuación:
(7) PVaj. = PVreal / {1-(7- CC)} x 0.05=
(CC= Condición Corporal)
Bovinos en crecimiento de leche y carne.
Para ajustar el peso vivo CAL.R.E.P. utiliza la edad como variable de ajuste,
asignando un peso ajustado según la edad del animal. Cuadro N 1.
Cuadro Nº 1: Peso vivo ajustado por edad y peso de terminación para hembras y
machos de razas británicas.
Machos Hembras
Edad P.V. ajustado P.V. P.V. ajustado P.V.
meses por edad Terminación por edad Terminación
7 198 218 178 196
8 216 238 194 214
9 234 257 211 232
10 252 277 227 249
11 270 297 243 267
12 288 317 259 285
13 300 330 270 297
14 312 343 281 309
15 324 356 292 321
16 336 370 302 333
17 348 383 313 345
18 360 396 324 356
19 366 403 329 362
20 372 409 335 368
21 378 416 340 374
22 384 422 346 380
23 390 429 351 386
24 396 436 356 392 (Melo, O. 1999)
Para el caso de Novillos Overos negros ó cruzas el peso ajustado se debe cargar en la
celda respectiva de acuerdo al peso que se concidere como adecuado a la edad.
IV- APORTES DE ENERGÍA
La energía total contenida en los alimentos representa la Energía Bruta
EB.(Mcal/kgMS) contenida en el mismo y corresponde al calor desprendido cuando un
alimento es totalmente oxidado. Se considera que el calor liberado en esta combustión es de
4.4 McalEB/kgMS en la mayoría de los forrajes, las variaciones observadas dependen
fundamentalmente del contenido de grasas (8.14 Mcal/kgMS) que aportan casi el doble de
energía por kg de MS y de cenizas que no hacen ningún aporte energético.
Alimentación del Ganado Lechero
Si se analizan la mayoría de los forrajes consumidos por los rumiantes se puede
adoptar en la práctica que la concentración de EB de los forrajes es constante y equivale a 4.4
Mcal/kgMS.
A los fines de no incurrir en errores de magnitud en la valoración del contenido
energético de los forrajes, deben excluirse de esta generalización, a los alimentos con alto
contenido de grasas, especialmente algunos granos de oleaginosas.
La EB es parcialmente digerida en el tracto digestivo, perdiéndose una parte en las
heces, la fracción de la EB que es digerida por el animal se la denomina Energía Digestible
(ED). , la ED está altamente correlacionada a la digestibilidad dela materia seca DMS., de tal
modo que su estimación se puede realizar a partir de la DMS:
(8) ED = EB x DMS = 4.4 Mcal/kgMS x %DMS.
La fracción de la ED disponible en los tejidos del animal para ser utilizada, la
habíamos definido como Energía Metabolizable EM. y corresponde a la parte de la ED que
no se pierde como gases y orina. En los rumiantes, estas perdidas representan entre un 14 a un
19% de la ED , (Castillo, A.1998), recomienda el uso de un valor constante el 18% para estas
pérdidas, teniendo en cuenta las dietas usadas en la Argentina en los sistemas pastoriles
lecheros. La EM representa el 82% de la ED.
Esta fracción de la EB, la EM es la que se utiliza como unidad de medida para los
cálculos de CAL.R.E.P. y se estima con las siguientes ecuaciones:
(9) EM= ED x 0.82=
EM= DMS x 4.4 Mcal/kgMS x 0.82=
EM= DMS x 3.6 Mcal/kgMS=
Uno de los parámetros considerados en el concepto de calidad de los forrajes es la EM,
y se la puede expresar de dos formas:
a) como concentración energética EM/kgMS.
b) como la proporción de la EB que es metabolizable, denominada metabolicidad de la
energía y se representa con la letra ―q‖.
q= EM / EB.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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A modo de resumen se presenta un diagrama de partición de la Energía.
ENERGÍA BRUTA 4.4 Mcal/kgMS
DMS Perdida en heces (18%)
ENERGÍA DIGESTIBLE EB x DMS
Pérdidas en gases y orina
ENERGÍA METABOLIZABLE EB x DMS x 0.82= DMS x 3.6 Mcal/kgMS.
km ENmantenimiento
kl ENproducción
kg ENgestación
kf ENganancia de peso
La Energía Metabolizable EM, por último se transforma en Energía Neta EN., de
acuerdo al destino ó proceso en el cual es utilizada la EM. La utilización de la EM para la
síntesis de leche, síntesis de tejido u otros procesos produce una pérdida ya que una parte de
la energía se pierde como calor en estos procesos, esa pérdida es llamada Incremento
Calórico.
(10) EN= EM - IC.
La eficiencia conque se usa la EM ó se transforma en EN depende del IC que se
produzca en el proceso, ésta se denomina Eficiencia de Utilización de la Energía Metabólica y
se la expresa con la letra k y un subíndice que indica el proceso en que está afectada la
energía, tal como se expresa a continuación:
km = eficiencia de utilización de la EM para Mantenimiento
Kf = eficiencia de utilización de la EM para ganancia de peso.
kl = eficiencia de utilización de la EM para producción de leche.
kfl = eficiencia de utilización de la EM para ganancia de peso en vacas durante la lactancia.
klf = eficiencia de utilización de la EM para producción de leche a partir del tejido corporal
movilizado.
kg = eficiencia de utilización de la EM para gestación.
Alimentación del Ganado Lechero
Los valores de k utilizados para realizar los cálculos son los siguientes:
(11) km= 0.35q + 0.503
(12) kf = 0.8q.
(13) kfl= 0.95kl
(14) kl= 0.35q + 0.420.
(15) klf= 0.84.
(16) kg= 0.133.
Los valores de EN a partir de la EM se obtienen de:
(17) EN = EM x k.
AFRC.1993. introduce un nuevo aspecto de la energía y que es necesario conocer para
calcular la Proteína Metabolizable PM. y es el de la Energía Metabólica Fermentecible
EMF., definida como la EM que efectivamente es utilizada en el rumen, o dicho en otros
términos la EM que puede ser utilizada por los microorganismos del rumen para la síntesis
bacteriana.
La EMF es la porción de la EM que queda de descontar la EM presente en los
alimentos como grasas y aceites y la EM presente en los forrajes fermentados, silos, ó en
alimentos pre-fermentados como los subproductos de destilería.
Para obtener la EMF cuando se usan silajes en la dieta, se debe descontar un 10% del
aporte energético del silaje:
(18) EMFDieta = EMDieta - EMsilaje x 0.10.
Cuando se trata de subproductos de destilería o granos fermentados, para obtener la
EMF:
(19) EMFDieta = EMDieta - EMsubproducto x 0.05.
Para calcular la EMF de la dieta se usa la siguiente ecuación:
(20) EMFDieta = EMDieta - %EE x EMGrasa - EMsilaje x 0.10. - EMsubproducto x 0.05.
EMGrasa = 8.4 McalEM/kgMS
Se recomienda que el balance energético (consumo - requerimientos) no supere el
10% de los requerimientos. Existe un buen ajuste en el método. CAL.R.E.P. presenta un
cuadro de sugerencia al final de los cálculos.
V- APORTES DE PROTEINAS.
CAL.R.E.P.. utiliza como unidad de medida para el cálculo de Consumo y
Requerimientos de proteína ―g.PM‖ gramos de proteína metabólica. Se define la PM como la
proteína efectivamente disponible para ser utilizada por el organismo del animal; la PM tiene
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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dos orígenes principales, la PM sintetizada en el rumen por los microorganismos, denominada
PCM proteína cruda microbial y la PND proteína no degradable corresponde a la fracción de
la proteína cruda del alimento que no es atacada o degradada en el rumen por los
microorganismos.
Los alimentos tienen un determinado contenido de proteína (N.g/%x6.25) PB, proteína
bruta, a pesar que el contenido de PB del alimento tiene relación con la proteína disponible
para el animal, no es un buen indicador para estimar los requerimientos. De la PB medida en
el alimento se producen tres fracciones protéicas que están relacionadas con la degradabilidad
de la proteína del alimento. Las fracciones son: 1- a= fracción soluble, rápidamente
degradable, compuesta por nitrógeno no proteico en un 80%, AA, péptidos y N03; 2- b=
fracción lentamente degradable, la degradabilidad varía para un mismo alimento y depende
del tiempo de retención en el rumen ó la velocidad de pasaje del alimento y estos están
altamente correlacionados con el nivel de alimentación. La tasa de degradación de ―b‖ es
llamada ―c‖. Estas dos fracciones aportan nitrógeno para la síntesis bacteriana, dando origen a
la PCM, proteína cruda microbial; 3- PND= la fracción de la PB que no fue atacada por los
microorganismos del rumen y llega como tal al intestino delgado del animal.
La fracción ―a‖ de la PB es utilizada para la síntesis de proteína microbial con una
eficiencia del 80% y la fracción ―b‖ con una eficiencia del 100%. De estas dos fracciones y de
acuerdo al nivel de EMF disponible en el rumen, los microorganismos producen la PCM que
se encuentra disponible a nivel intestinal. La cantidad de proteína microbiana sintetizada en el
rumen dependerá entonces de la relación existente entre la EMF y de las fracciones a y b de la
PB degradadas en el rumen.
Otro aporte de proteína a nivel intestinal corresponde a la PND, fracción de la PB que
no fue degradada en el rumen y cuya proporción depende del tipo de alimento, su
composición y tratamientos que puedan haber alterado la proteína del mismo.
La Proteína Metabólica PM, es definida como el total de proteína verdadera disponible
como aminoácidos para el metabolismo del animal después de la digestión y absorción del
alimento en el tracto digestivo del animal (AFRC, 1993).
De acuerdo a esta definición para obtener la PM, a las fracciones de PCM y PND
disponibles a nivel intestinal hay que afectarlas por la tasa de digestibilidad, obteniendo así las
fracciones de PCMVD (Proteína Cruda Microbilal Verdadera Digestible y la PNDD (Proteína
No Degradada Digestible); la PM resulta de la suma de las dos fracciones anteriores:
(21) PM= PCMVD + PNDD.
Cálculo de Proteína Microbiana a partir de la Energía disponible en el rumen.
Para el cálculo de PCM(EMF) sintetizada en el rumen, CAL.R.E.P.. considera los dos
factores que la afectan, la disponibilidad de EMF y la disponibilidad de N.
El cálculo de PCM(EMF) a partir de la energía fermentecible tiene en cuenta el nivel de
alimentación ―L‖ y la EMF. El nivel de alimentación es la relación entre las McalEM
consumidas y las McalEM destinadas a Mantenimiento.
Alimentación del Ganado Lechero
(22) L= Consumo McalEM / McalEMmantenimiento.
La producción de proteína microbiana ―y‖, expresada en g/McalEM. por la EMF expresada en
McalEM/kgMS da por resultado la PCM expresada en g/kgMS.
(23) y= 29.29 + 25.10 (1-e(-0.35L)
).
(24) PCM(EMF) = y x EMF.
Cálculo de Proteína Microbiana sintetizada a partir de la Proteína disponible en
el rumen
La disponibilidad de proteína en el rumen depende de la cantidad de PB del alimento y
de la degradabilidad de esa proteína.
Para el cálculo de la Proteína Microbiana sintetizada a partir de la proteína
CAL.R.E.P. estima la producción de proteína a partir de las fuentes de aporte de proteína la de
la fracción ―a‖ la PRD Proteína Rapidamente Degradable y la fracción ―b‖ PEDb Proteína
Efectivamete Degradada a partir de ―b‖.
(24) PRDa = a x PB.
(25) PEDb = (b x c) / (c + r) x PB.
La PRDa es utilizada por los microorganismos con una eficiencia del 80% en cambio
la PEDb se asume que se utiliza con una eficiencia del 100%, teniendo en cuenta el reciclaje
del N.
Por lo tanto:
(26) PCMa = 0.80 x PRDa
(27) PCMb = PEDb.
(28) PCM(PB) = PCMa + PCMb.
Continuando con el cálculo de PM (Proteína Metabolizable) para calcular la PCMVD
Proteína Cruda Microbial Verdadera Digestible CAL.R.E.P. utiliza el menor valor de los
obtenidos en las ecuaciones (24) y (28), esto es ya que se considera que la producción de
PCM estará limitada por el factor más limitante la energía ó la proteína disponible en el
rumen.
(29) PCMVD = PCM x 0.75 x 0.85.
La PCM tiene una disgestibilidad de 85% y un 25% de la PCM son ácidos nucleicos
no utilizados por el animal para la síntesis de tejido.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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La otra fuente de proteína de la PM está representada por la PNDD Proteína No
Degradable Digestible y se calcula:
(30) PNDD = 0.9 x (PND - (6.25 x NIDA)).
La PND es digerida en promedio con una eficiencia del 95% dependiendo del tipo de
alimentos su composición y tratamientos fundamentalmente calentamiento ó procesos
fermentativos que hacen indigestible la proteína. La fracción de proteína ligada a la fibra que
es totalmente indisgestible se mide a través del NIDA (Nitrógeno Insoluble en Detergente
Ácido) y en el cálculo es transformado en proteína multiplicando el NIDA por 6.25.
Por último la Proteína Metabolizable PM, resulta de:
(31) PM= PCMVD + PNDD.
La Proteína Metabolizable, PM, a igual que la EM es utilizada por el organismo de los
animales con una eficiencia que varia para los distintos procesos.
CAL.R.E.P. adopta los valores de eficiencia de utilización de la proteína ―kn‖
propuestos por AFRC (1992):
knm = 1 knl = 0.68
knf = 0.59 kng = 0.85.
Esquema del Sistema de Proteína Metabolizable.
PB
PRDa PEDb PND
0.8 1.0 (0.9PND) - (NIDA6.25)
Consumo de EMF
PCM
0.75
PCMV
0.85
PMVD
PM=PMVD+PNDD
VI- CALCULO DE REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA
Se presentan las ecuaciones utilizadas por CAL.R.E.P. para el cálculo de
requerimientos de Energía para ganado bovino de leche y carne.
Alimentación del Ganado Lechero
1- REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA MANTENIMIENTO.
El requerimiento de Mantenimiento Mcal EM/día, Cal.R.E.P. lo estima a partir del
valor de Metabolismo de ayuno(MA) más el nivel de actividad que se ingresa en el cuadro de
características del animal.
(32) MA (McalEM/día) = MA(McalEN/día) / km=
MA (McalEM/día) = (0.127(PV/1.08)0.67
) / (0.503+0.35q)
(33) Mantenimiento = MA+Gasto por Actividad+5%Margen de seguridad=
El requerimiento de mantenimiento se calcula de igual manera para todas las
categorías de animales bovinos de carne y leche.
2- REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA PRODUCCIÓN DE LECHE.
Para calcular los requerimientos para producción es necesario conocer primero el valor
calórico/kg de leche (VCL).
(34) VCL (McalEM/kg)= VCL(McalEN/kgleche) / kl=
VCL (McalEM/kg)= (0.09 x %GB + 0.05 x %PC + 0.023) / (0.35q + 0.42=
%GB= porcentaje de grasa butirosa de la leche.
%PC= porcentaje de proteína cruda de la leche.
(35) Requerimientos producción(McalEM/día)= VCL(McalEM/kg) x kgleche/díax1.05
5% Margen de seguridad.
En vacas lecheras CAL.R.E.P. requiere para el cálculo los datos de % de grasa y
proteína de la leche, en vacas de cría asume una composición constante de 3.6% de GB y
3.2% de PC, en ambas categorías es necesario cargar los kg de leche/día.
3- REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA GESTACIÓN.
Los requerimientos de Gestación expresados como la energía retenida en función del
tiempo de gestación, se estima teniendo en cuenta el peso de la madre para estimar el peso del
ternero y los días de gestación transcurridos.
(36) Retención de Energía para Gestación Ec (McalEN/día)=
= 0.005975PT(Et0.0201 e-0.0000576t
)
(37) Pt = (PM0.73
- 28.89)/2.064=
(38) Et = 10 151.665 - 151.64 e-0.0000576t
=
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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PM= peso de la madre.(kg).
Pt = peso del ternero al nacimiento (kg).
t = días de gestación.
(39) Requer. Gestación= Ec/kg =(0.005975Pt(Et0.0201e-0.0000576t
)/0.133)*1.05=
kg = eficiencia de utilización de la EM para gestación.
t= días de gestación.
1.05= margen de seguridad %5.
Pt= peso del ternero al nacimiento.
4- REQUERIMIENTOS DE ENERGÍA PARA AUMENTO DE PESO.
Los requerimientos de Mcal de EM para aumento de peso dependen del Valor
Calórico del aumento de peso, dicho en otros términos de las Mcal requeridas para ganar 1kg
de peso vivo. En animales adultos el Valor Calórico de la ganancia de peso se considera
constante y es de 4.54 Mcal EN/kg peso vivo.
En Bovinos en crecimiento el Valor Calórico debe ser calculado y está relacionado al
peso vivo, la edad, sexo, raza y del aumento de peso del animal.
CAL.R.E.P. utiliza las siguientes ecuaciones para el cálculo de requerimientos de EM
para ganancia de peso:
Vacas en Lactación:
(40) Ap(McalEM/día) = VCAp / kfl x1.05=
VCAp = 4.54 McalEN/kg.
kfl= 0.95kl.
kl= 0.35q+0.42.
1.05 corresponde al 5% de margen de seguridad.
Vacas Secas.
(41) Ap(McalEM/día) = VCAp / kf x1.05=
VCAp = 4.54 McalEN/kg.
kf = 0.80q.
1.05 corresponde al 5% de margen de seguridad.
Bovinos en crecimiento:
CAL.R.E.P. utiliza para el cálculo de requerimientos para aumento de peso la ecuación
propuesta por (AFRC.1993). donde:
Alimentación del Ganado Lechero
(42) Ap= ENAp / VCAp
VCAp = Valor Calórico del aumento de peso McalEN/kgAp
ENAp = Energía retenida como tejido McalEN/día.
El valor de ENAp se obtiene del producto entre las McalEM excedentes (balance) y la
eficiencia de utilización de la EM para aumento de peso, kf.
(43) ENAp = ER = Excedente McalEM/día x kf.
(44) VCAp(McalEM/kgAp )= ((4.1+0.0332*PV-0.000009*PV2+0.6151ER)*FC)/ 4.184.
PV= peso vivo real.
FC= factor de corrección según raza y sexo. (ver cuadro 2).
Cuadro Nº 2: Factor de corrección para ajuste de cálculo del VCAp.
Raza
(maduración)
Machos
enteros
Novillos Vaquillonas
Precoz 1.00 1.10 1.20
Media 0.90 1.00 1.10
Tardía 0.80 0.90 1.00 (Melo;O. 1999)
6- CÁLCULO DE LA PÉRDIDA DE PESO.
Cuando el balance energético es negativo, los requerimientos son mayores a los
aportes CAL.R.E.P. estima la pérdida de peso en todas las categorías de animales y la
producción de leche a partir de esa pérdida de peso para el caso de vacas lecheras. Para vacas
de cría realiza la estimación de pérdida de peso y disminución de la producción de leche
asumiendo un efecto similar para ambos.
Vacas Lactando (Bovinos lecheros).
(45) Pérdida de Peso PP = Déficit EM *kl / klf /4.54=
kl= 0.62.
kfl= 0.84
Producción de leche a partir de la pérdida de peso:
(46) Prod. de leche= Déficit EM / (VCl/kl)=
VCl= Valor Calórico de la leche Mcal EN/kg leche.
kl= 0.35q+0.42.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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Vacas de Cría. (Bovinos de Carne)
En vacas de cría se asume que el Déficit EM se reparte en un 50% como pérdida de
peso y el otro 50% como disminución de la producción de leche, de esta manera CAL.R.E.P.
realiza los cálculos de pérdida de peso usando la mitad del Déficit EM y la otra mitad lo
afecta para el cálculo de la leche que la vaca dejará de producir.
(47) Pérdida de Peso (kg/día)= Déficit EM/2 *kl / klf /4.54=
kl= 0.62.
kfl= 0.84.
(48) Producción de leche (kg/día)= (Déficit EM/2) / (VCl/kl)=
VCl= Valor Calórico de la leche Mcal EN/kg leche.
kl= 0.35q+0.42.
Bovinos en Crecimiento.
(49) Pérdida de Peso kg/día= Déficit EM*km / VCAp
km= 0.35q+0.503.
VCAp (McalEN/kgPV)= ((4.1+0.0332*PV-0.000009*PV2+0.6151ER)*FC)/ 4.184
VII REQUERIMIENTOS DE PROTEÍNA METABOLIZABLE.
CAL.R.E.P. calcula los requerimientos de PM en g/día para los diferentes procesos.
utilizando las siguientes ecuaciones:
1- REQUERIMIENTOS DE PM PARA MANTENIMIENTO.
(50) PM mant. (g/día)= 2.3 PV0.75
.x 1.05
PV= peso vivo real.
2- REQUERIMIENTOS DE PM PARA AUMENTO DE PESO
Bovinos Adultos
(51) PMAp (g/kg)= 233 g/kg x 1.05.
Alimentación del Ganado Lechero
Bovinos en crecimiento
(52) PMAp (g/día)= (168.07-0.16869PV+0.0001633PV2) x (1.12-0.1223Ap)*FC *1.05=
Ap(g/día)= Aumento de peso
FC= Factor de corrección. por raza.(Ver cuadro 3.)
Cuadro Nº 3. Factor de corrección para Aumento de peso según raza y sexo.
Raza
(maduración)
Machos
enteros
Novillos Vaquillonas
Precoz 1.00 0.90 0.80
Media 1.10 1.00 0.90
Tardía 1.20 1.10 1.00 (Melo;O. 1999)
3- REQUERIMIENTO DE PM PARA BOVINOS EN PERDIDA DE PESO.
CAL.R.E.P. cuando el balance es negativo y el animal se encuentra en perdida de
peso, los requerimientos de PM por pérdida de peso son descontados del rquerimiento de PM
para Mantenimiento.
(53) PMpp (g/día)= 138 x 1.05.
PMpp= Aporte de PM por pérdida de peso.
(54) PM mant.pp (g/día)= (PM mant. - 138)*1.05.
PM mant.pp= requerimiento de PM para mantenimiento en animales con pérdida de peso.
4- REQUERIMIENTO DE PM PARA PRODUCCIÓN DE LECHE.
La PM para producción de leche se calcula en función del contenido de proteína de la
leche, CAL.R.E.P. para bovinos lecheros requiere el ingreso del dato de %de proteína en
leche; CAL.R.E.P.CA. para bovinos de carne asume que el contenido protéico de la leche es
de 3.2%.
(54) PM leche(g/kgleche)= ((%PT x 10 x 0.95/ knl)/1.03)*1.05.
%PT= porcentaje de proteína en leche.
knl= 0.68.
10= corrección de % a gramos de proteína.
0.95= proporción de proteína verdadera de la proteína total de la leche.
1.03= densidad promedio de la leche.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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REQUERIMIENTOS DE PM PARA GESTACIÓN
CAL.R.E.P. utiliza para el cálculo de requerimientos de PM para gestacion la siguiente
ecuación y toma como variables el peso de la madre y el tiempo de preñez.
(55) PMG (g/día)= (1.01PT x PTi x e -0.00262t
)*1.05.
(56) PT (kg)= (PM0.73
- 28.89)/2.064.
PT= peso del ternero.
PM= peso de la madre.
PTi= proteína tisular.
PTi= 10 (3.707- 5.698 x e-0.00262t )
t= tiempo de gestación.
1.05= %5 marge de seguridad.
El prgrama CAL.R.E.P., tiene incorporado una Base de Datos de Alimentos agrupados
por tipo con todas las características composicionales de los mismos.
Esta Base de Datos puede ser modificada, se pueden agregar nuevos alimentos en
remplazo de los existentes, como así también, modificar la composición de los alimentos
existentes en la base de datos.
Alimentación del Ganado Lechero
USO DEL PROGRAMA DE COMPUTACIÓN CAL.R.E.P.
Para instalar CAL.R.E.P. en el disco duro de una PC. realice los siguientes pasos:
1- Abrir el EXPLORADOR de Windows
2- Abrir el Archivo instalar.bat ubicado en el disco de instalación y espere su ejecución.
3- Abra CALREPLE ó CALREPCA ubicados en la carpeta CALREP (c:\CALREP)
desde Excel.
4- Una vez iniciado su trabajo guarde el archivo con el nombre que Ud. crea más
conveniente.
NO INTENTE COPIAR EL PROGRAMA EN OTRA PC, UNA VEZ INSTALADO EN
UNA PC. CALREP. SE ENCUENTRA PROTEGIDO Y DAÑARÁ LOS ARCHIVOS.
PUEDE AFECTAR EL FUNCIONAMIENTO DE SU PC.
USE SOLO EL DISCO ORIGINAL PARA SU INSTALACIÓN
CALREP se abre en la hoja de presentación, donde UD. tiene a disposición botones
para comenzar su tarea, EMPEZAR lo llevará a la ventana de INICIO donde podrá acceder
oprimiendo los botones respectivos a las planillas disponibles en el programa.
Se aconseja revisar la planilla de alimentos y luego ingresar a las planillas de Vaca
Ordeño, Vaca Seca y Vaquillonas en el programa para vacas lecheras y las de Vaca de Cría,
Vacas Secas, Vaquillonas, Novillos y Machos Enteros en el programa para ganado de carne.
Una vez ubicado en la planilla de la categoría elegida, ingrese los datos solicitados del
animal, Recuerde que solo podrá ingresar datos en las celdas habilitadas, las otras le
indicaran que se encuentran protegidas. (Ver cuadros adjuntos)
Luego ingrese en la celda respectiva el número de código del alimento a utilizar (de la base
de datos de alimentos) y el porcentaje de participación en la dieta. (Ver cuadros adjuntos)
Realizado estos pasos verifique los resultados del cálculo de energía. (Ver cuadros adjuntos)
Para realizar el cálculo de PM deberá especificar el uso de silo o alimentos fermentados tal
como se indica en el área de cálculo de la EME, también sí dispone de la información ingrese
el valor porcentual de NIDA, esto permitirá realizar un mejor ajuste del cálculo de aportes de
PM.
Verifique los resultados obtenidos y de acuerdo a su criterio técnico realice el balance de
dieta.
MUCHA SUERTE.
Carlos Rafael Pendini. Profesor Asociado. Cátedra Producción de Leche.
Dpto Producción Animal. Facultad de Ciencias Agropecuarias. Universidad Nacional de Córdoba.
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PLANILLAS DE CÁLCULO INTEGRADAS EN EL CAL.R.E.P.
Bovinos de Leche:
1- Alimentos. Contiene la base de datos de los alimentos, se pueden agregar o
sustituir alimentos de acuerdo a las necesidades.
2- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Vacas en Ordeño.
3- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Vacas Secas.
4- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Vaquillonas.
5- Cálculo de Gastos de Alimentación.
6- Planilla de Resultados. Esta planilla es la que se usa como salida de impresión.
Bovinos de Carne:
1- Alimentos. Contiene la base de datos de los alimentos, se pueden agregar o
sustituir alimentos de acuerdo a las necesidades.
2- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Vacas de Cría.
3- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Vacas Secas.
4- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Vaquillonas.
5- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Novillos
6- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Machos Enteros
7- Cálculo de Aportes y Requerimientos para Novillos Overos Negros y/o Cruzas.
8- Cálculo de Gastos de Alimentación.
9- Planilla de Resultados. Esta planilla es la que se usa como salida de impresión.
Alimentación del Ganado Lechero
BIBLIOGRAFIA
AFRC Agricultural and Food Research Council 1993. Energy and Protein Requirements of
Rumiants. Technical Committee of Responses to Nutrients. Compiled by G. Alderman. CAB
International, Wallingford, Oxon, UK.
ARC. Agricultural Research Council. 1984. The Nutrient Requirements of Rumiant livestock.
Supplement 1. Report of the Protein Group of the ARC Working Party. Commonwealth
Agricultural Bureau, Farnham Royal, UK.
Castillo Alejandro; Melo O.; Boetto C. 1998. Cálculo de requerimientos energéticos y
protéicos del ganado bovino lechero. Editorial EUDECOR SRL. 104pp.
Fernandez H.H.; Villar Ezcurra J. 1990. Uso de una planilla electrónica para evaluar raciones
en vacas lecheras. Anales de la XII Reunión de la Asociación Latinoamericana de Producción
Animal (ALPA) . Campiñas. Brasil.
Melo Oscar. 1999. 3º Curso de nutrición y alimentación de bovinos. Material Didáctico.
Melo Oscar. Comunicación personal.