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    *"^*- 111 El MUNDO, SAN JUAN, P. R. -DOMINGO 1S DE DICIEMBRE DE 1951

    NOTAS ACERCA DE BECQUER (Nota de U atadaectn: Estas p-

    tinas aparecen tambin, como articu- lo principal del volumen 2, afto IV, in,UJ#R?YKt* Hispnica Moderna"; Boletn del Instituto de las Espartas que se publica en New York bajo los auspicios de la Unviersldad de Co- lumbia y que dirige el catedrtico don Federico de Onls.)

    1Bcquer, poeta nrdicp,

    GUSTAVO Adolfo Bcquer frecuenta ese mundo de vi- siones que no s sabe si viva fuera o dentro de nos- otros; mundo familiar a los ricos del Norte- "Hus-

    ped de las nieblas", en su atmsfera ideal sumergi las Rimas. Raices en cielos de brumas y ensueos.

    En sus pocosy breves apuntes descriptivos, no preva- lece la luminosidad andaluza. Tampoco la templada claridad del cielo madrileo, que lo cobija desde 18S4:

    Adonde voyt El m sombro y triste . de lo pramo cruza,

    valle de eterna Hierra y dm eterm melanclica bruma*.

    Esos versos son de la nmero LXVI. Y en la LVI apa- rece un "cielo gris". Otro dato curioso es el color de los ojoa de las mujeres que motivan sus poemas. Solo en la XXV son negros, como en la mayora de las andaluzas y las castellanas:

    Cuando enmudece tu lengua y te apretura tu aliento y tu mejilla te encienden y entornas tu oos negro, ele. J

    Toda la rima XII es en elogio de los ojos verdes:

    Porque ton, nia, tu ojo verde como el mar, te queja; verdee lo tienen la nyade, verdea loe tuvo Minerva, etc.

    Los ojos verdes fascinaron siempre a Bcquer. "Hace mu- cho tiempo que tenia ganas de escribir cualquier cosa con ese ttulo", empieza diciendo en su leyenda de aquel nombre. Es decir: el color por el color mismo el verde es fuente de ansia creadora. Y anima, consecuencia del mismo, un tipo de mujer del Norte:

    ... Sus rabellos eran como el oro; sus pestaas brillaban come hilos de luz, y entre las pestaas volteaban inquietas unas pupilas que yo habla visto... si. porque los ojos de aquella mujer eran los ojos que yo tenia clavados en la mente; unos ojos de un color imposible; unos ojos...

    Verdes!

    Mis adelante insiste Bcquer en la descripcin de la sin- gular visin, sin saber si es "espritu, trasgo, demonio o mu- jer". Y acenta el matiz septentrional:

    Ella era hermosa, hermosa y plida, como una estatua de ala- bastro. Uno de sus rizos cala sobre sus hombros, deslizndose en- tre los pliegues del velo, como un rayo de sol que atraviesa las nubes, y en el cerco de sus pestaas rubias brillaban sus pupilas, como dos esmeraldas sujetas en una joya de oro.

    En esa fantasa que pide msica de Wagner, prevenido Fernando encarnacin del propio Bcquer del peligro en la bsqueda de esos ojos verdes, responde:

    Sabes t lo que amo ms en este mundo? Sabes t por qu darla yo el amor de mi padre, los besos de la mujer que me dio la vida, y todo el carino que pueden atesorar todas las mu- jeres de la tierra? Por una mirada, por una sola mirada de esos ojos... Como podr yo dejar de buscarlos!

    Y en otras tres rimas que sumadas a las anteriores son las nicas, entre las setenta y seis de Bcquer, que dan el color de unos ojos de mujer prevalece l azul. Nueva nota del Norte. As, en la XIII:

    Por JOS A. BALSEIRO ms puro y lo ms dificil; con la atmsfera potica, que no es copia, sino creacin que ennoblece sin reproducirlo el acento popular. Acento ampliado en amor que no se

    Tu pupila e azul, y cuando res, Fu claridad tuave me recuerda El trmulo fulgor de la macana

    Que en el mar te refleja, etc.

    La XXI, inquiere:

    Qu e poesa tdice mientra* clava en mi pupila tu pupila atul

    Qu e patate' i Y t me lo preguntatf Poetia... ere t,

    Y la XXVII, canta:

    Despinta, mira, y al mirar, tu ojo hmedo reeplandecen

    como la honda atul, en cuya cresta chiepeindo el sol hiere.

    2,Bcquer9 poeta espaol,

    fyO debemos, sin embargo, pensar en el andaluz, por las ob- servaciones precedentes, como en un artista sin esencia

    espaola. Sera no conocerlo. Esa gravedad con que, como sin querer, sentencia Bcquer

    que el alma que hablar puede con los ojo tambin puede besar con la mirada,

    es, inconfundiblemente, hispnica. Es una comedia de Tirso La Fingida Arcadia se dice,

    a modo de distincin, que ^_ . ..Italia toda e hablir y Espaa toda e concetot.

    Y aquellas dos lineas de Bcquer son concepto, ms ele- vado a lirismo. Porque Bcquer no es conceptista. No es cul- pable del vicio de los poetas del seiscientos.

    Hiy tambin en algunos de sus versos, tonos de copla popular estilizada. Tngase en cuenta que en la tercera de sus cartas literariasDesde mi celda refirese a sus poe- sas llamndolas por el espaolisimo nombre "cantares'. Y no lo desmienten ejemplos como:

    E tu boca de rubiee purprea granada abierta, que en el estio convida a apagar la sed en ella.

    Y, en seguida, un cambio de aire, gracioso y menor, que no sabe ni puede saber a ningn poeta forastero. Porque es comps y giro de Lope:

    7 am embargo, 4 que t queja, porque tu ojo "

    # cree que la afean: pues no lo crem; eto.

    Acento comparable al de las letraa para cantar de quien hizo aquella que se inicia:

    Blanca me era yo cuando entr en la siega; dime el sol y ya soy morena.

    Porque Lope se adelant al romanticismo, y Bcquer aprovech el antecedente, en lucir el folklore nacional: en quintaesenciarlo. Pero renunciando a lo pintoreteo, para su- perar a quienes abusaron del color local Para quedarse,con lo

    GUSTAVO ADOLFO BECQUEK

    comprueba slo en las Rimas. Est vivo, tambin, en el ele- mento tradicional de algunas de sus leyendas y de algunas de sus cartas.

    3."Que siempre habr poesa"

    JA escala del arte sin materia apenas, sin arrastre sobre la vulgaridad, pero atenta a las solicitudes sentimentales

    eleva a Gustavo Adolfo sobre los versos sin alas de su po- ca espaola. Y le conduce hacia la inmortalidad sin calen- dario; de hoy, de maana. Esa que sabe que "siempre habr poesa".

    "El poeta", segn lo evoca Azorn, "no fu nada rri re- present nada en su tiempo. Vivi pobre; muri casi desco- nocido' No le consideraron como un gran poeta sus coetneos. Los grandes poetas eran amplificadores, oratorios, elocuen- tes, pomposos".

    Asomaba a sus ojo una lgrima y a mi labio una frote de perdn; habl el orgullo y te enjug tu llanto, y la frote en mi labio expir.

    Yo voy por un camino, ella por otro; pero al pentar. en nuettro mutuo amor, yo digo an: "iPor qu call aquel diaf" Y ella dir: "i Por qu no llor yo i"

    Delicadeza y precisin en su fina vaguedad expresiva:

    Lo invisibles tomo del aire en derredor palpitan y e inflaman; el cielo te deshace *n rayos de oro; la tierra se estremece alborotVa; oigo flotando en olas de armonio rumor de beso y Oatir de ala; mi prpado se cierran... Qu sucedef e el amor que pasa!

    Deca Chopin que no puede existir verdadera msica en la cual no quede margen para un ltimo pensamiento. Esa teora, transmutada en verso, es poesa de Bcquer. No hin- cha de frases el poema. Lo hinche de contenido potico. Y en su limitada superficie, qu profunda su potencialidad psicolgica!

    ^Cuando me lo contaron scnli el fri de una hoja de acero en li entraas; me apoy contra, el muro, y un instante, la conciencia perd de donde estaba.

    Cay sobre mi espritu la noche; en ira y en piedad se aneg el almi... Y entonce comprend por qu se llora, y entonce comprend por qu se mata!

    Pas la nube de dolor... con pena logr balbucear brevet palabras... Quin me dio la notictif... Un fiel amigo... Me hacia un gran favor!... Le di la gract~.

    En ese amor perdido, en esa pena de amor roto; en ese gesto de apoyo contra el muro por la conciencia perdida; en ese llorar; en esa asociacin del pensamiento de matar a quien le hizo escarnio de amor, est la entraa viva de su romanti- cismo. Pero todo sentido y revelado, hasta lo insuperable, sin una alusin directa, antipotica. Y milagro de sugesti- bilidad, de intensidad, de sntesis, la impresin es ms re- cndita que la de todas las pormenorizaciones y las rplicas de Los amantes de Teruel. Ah est ya la idea platnica de una emocin. Ah ein que sea necesario aguardar a Mellar- me el "delicioso enigma" sealado tardamente por Ortega, a propsito del maestro de Divagations. El subjetivismo de Bcquer, en lo que tiene de idealismo individual y de eva- sin de la realidad, adelntase a ros simbolistas de Francia que no expresarn su credo hasta 1885; cuando ya haca tres lustros que el andaluz haba muerto.

    Los dos versos al cierre del poema

    Quin me dio la noticiat... Un fiel amigo... Me hacia un gran favw!... Le di la gracia.

    atesoran un espritu muy espaol de estoicismo irnico. En esa actitud ya Bcquer supera al romanticismo. Y lo supera encontrndose entre la desesperacin y la conformidad, en- tre la amarga sonrisa y el dolor resignado de quien sabe la verdad aprendida por B osean:

    No c perpetuo el placer, ni lo rs el llanto.

    La grandeza de Bcquer es la nica que vale la pena en el arte, en el amor, en la amistad. Es grandeza de calidad. Bcquer es el triunfle la jerarqua. No necesita de las ma-

    En la poesa de Bcquer, empero, como en sus leyendas sas, ni de millares de versos, para florecer en la eleccin de y en sus cartas, se distingue al ms exquisito artista de las la poesa. Es la aristocracia.

    I letras espaolas de entonces. Las Rimas descubren, Nns ae une vez, un temperamento altivo, un agregio espritu de sole- dad cuando el lrico 3e refiere a s:

    ansia perpetua de algo mejor eso soy yo.

    Advertencia de la nmero XV. Sabe XXXIV que la "ex- presin" es "fuente eterna de poesa". Y de igual modo que en el mundo de sus sentimientos ha "condensado un siglo en cada da" LVXII, en un hilo de luz, en contadas voces, condensa los ms emotivos estados de alma.

    Es, la de su verso, la construccin etrea. Sin el anda- miaje de la frase slida. Con la sutil arquitectura que ani- ma un estilo de siempre. Sin cortedad de espritu y sin arre- bato de empuje; como U flecha exacta. Presencia constante en la belleza que naveg contraria a la abundante corriente retrica; de espalda a toda explicacin realista. Se insina la idea. Se sugiere apenas, la ancdota. Y alumbra, en un ins- tante vibrador y hondo, un motivo potico. Esto es: impere- cedero.

    El amor que es dolor en Bcquer, no se echa al sue- lo, con pesada falsedad de histrin. No declama en el vacio sin drama. Se eleva. Pero no en vuelo vertiginoso. En ala contenide. Con toda su levedad; con. todo su encanto. Pero con ninguno de sus peligros desmesurados. Hay libertad; pero no falta de dominio ni en el sentir, ni en el decir. Ni siquiera en el soar. Lrico estremecimiento. Dolor que es emocin tent como inteligencia. Esto es: sensibilidad.

    1'o soy el invisible anillo que sujeta


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