Download - Mujeres Destacadas- Juana Azurduy de América
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 1
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 2
J U A N A A Z U R D U Y D E A M R I C A ...Esta Provincia ha producido una mujer que obscureciendo el valor de nuestros
enemigos, ha fijado el ejemplo, ha llamado la admiracin de los pueblos, y ha sealado su digno lugar en las pginas de nuestra historia, como la nica de tan
sublime mrito en toda la Amrica del Sud. Municipalidad de Chuquisaca1
2. Plaza de Chuquisaca. c. 1840. Hoy Sucre. Tapa. Juana Azurduy. Obra de Toms Apaza. Bolivia
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 3
A U T O R I D A D E S
Presidente de la Nacin Dra. Cristina FERNANDEZ
Vicepresidente de la Nacin Lic. Amado BOUDOU
Ministra de Cultura de la Nacin Sra. Teresa PARODI
Directora Nacional de Patrimonio y Museos Prof. Araceli BELLOTA Museo Roca-Instituto de Investigaciones Histricas
Directora: Lic. Mara I. RODRGUEZ AGUILAR Subdirector: Lic. Jorge CARRO
C R E D I T O S
Proyecto y produccin Marcela F. Garrido
Investigacin y textos Ivanna Margarucci
Coordinacin tcnica Sofa Ehrenhaus
Agradecimientos Pacho ODonnel Guillermo Roux
Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolvia Casa de la Libertad. Sucre, Bolivia
Diseo grfico MFG Editores - [email protected]
Para la reproduccin del material se debe citar: Historia Visual N 35: Margarucci, Ivanna: Mujeres Destacadas: Juana Azurduy de Amrica, Museo Roca, Buenos Aires, 2015
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 4
N D I C E
01. Presentacin
02. El fin de la era de la insurreccin andina
03. La tensa calma
04. Vale la pena vivir sin libertad?
05. Morir antes que claudicar
06. La marcha por el azaroso camino
de la emancipacin
07. Sin pena ni gloria
08. Una ilustre desconocida
09. Miradas superpuestas sobre
una misma mujer
10. Una mujer representativa y
adelantada a su tiempo
11. Notas
12. Bibliografa
3. Juana Azurduy, obra annima
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 5
P R E S E N T A C I N
El Museo Roca e Instituto de Investigaciones Histricas, a travs de su programa de Historia Visual publica el libro nmero treinta y cinco titulado Juana Azurduy de Amrica. La investigacin histrica y los textos estuvieron a cargo de la profesora Ivanna Margarucci, colaboradora entusiasta de este organismo.
Azurduy fue una lder revolucionaria boliviana en las luchas por la emancipacin latinoamericana. Particip tambin en nuestro pas bajo las rdenes del general Martn Miguel de Gemes, en Salta.
Como muy bien expresa la autora: difcil es caracterizar a Juana Azurduy de Padilla a partir de un solo adjetivo, pues si hay algo que la define es que fue, ante todo, una figura multifactica. Una nia rebelde, una mujer enamorada, una madre tierna, una guerrillera luchadora Muchas fueron las mujeres comprometidas con el proceso de la independencia americana. Sin embargo, ninguna de ellas se destac tanto como ella. Su compromiso con la causa emancipadora y sus capacidades organizativas -que la llevaron a liderar cuerpos de guerreros y guerreras, Los Leales y Las Amazonas- hacen de ella una personalidad sobresaliente.
Fue distinguida a instancias de Belgrano en 1816, recibiendo el grado de Teniente Coronel del Ejrcito Argentino. En 1825 Simn Bolvar la ascendi al grado de Coronela del Ejrcito de Bolivia. En 2009 el gobierno argentino la promovi al Grado de General del Ejrcito Nacional Argentino. La Asamblea Legislativa de Bolivia decidi conferirle el Grado de Mariscal del Estado Plurinacional de Bolivia en 2011.
Nuestro profundo agradecimiento al artista Guillermo Roux que nos permiti utilizar sus bellsimos dibujos que ilustran el libro Juana Azurudy de Pacho ODonnell.
Marcela F. Garrido Productora Ejecutiva de Historia Visual
.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 6
Tan cabal era la reparticin que
ella haca de su amor entre su
marido y la patria, que muchos
crean que amaba a la patria por
seguir las pasiones de su marido,
mientras que muchos otros
aseguraban que lo que ms amaba
en su marido era su grande
patriotismo.
Vicente Fidel Lpez2
4. Juana y Manuel Padilla. Acuarela Guillermo Roux. 2008. Detalle
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 7
1. El fin de la era de la insurreccin andina
1780. El mestizo descendiente de incas Tpac Amaru II se rebela en la zona de Cuzco. Lo acompaan criollos, mestizos, mulatos e indios de las regiones prximas. Lo apoya y participa de la gran rebelin su esposa Micaela Bastidas, nombrada por aquel comandante en su ausencia. Piden el fin de los abusos; rechazan el orden colonial. El levantamiento fracasa. Tpac Amaru y Micaela Bastidas son torturados y ejecutados. A los dos, les cortan la lengua; los cuerpos de ellos son desmembrados y sus cabezas y extremidades exhibidas en las ciudades plegadas a la insurreccin. Las autoridades coloniales quieren mostrar su poder, escarmentar a los insurrectos; no quieren que otros -igualmente oprimidos por el sistema colonial, igualmente explotados por la Corona, los hacendados y los mineros- sigan aquel ejemplo. No lo consiguen. La rebelin se expande. Atraviesa la difcil geografa del altiplano. 5
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 8
1781. Tpac Catari, indio del comn, aymara, de oficio trajinante -comerciante-, recibe una importante misin. Desde Cuzco, durante la rebelin de Tpac Amaru, es nombrado coronel, con el propsito de reclutar indios rebeldes en el sur del Alto Per. Forma un ejrcito de cuarenta mil hombres, que sitia dos veces a la ciudad de La Paz. Actan junto a l, su esposa Bartolina Sisa y su hermana Gregoria Apaza. Los asedios fracasan; Catari es traicionado por los suyos y apresado por los espaoles. Ms tarde, lo son sus parientes. Todos ellos corren un destino similar al de Tpac Amaru y los suyos: la crueldad de la tortura, el descuartizamiento y la exhibicin de los miembros a modo de trofeo y escarmiento realista. Mientras tanto, entre 1777 y 1781, el curaca3 aymara Toms Catari, en la zona de Chayanta, Potos encabeza otra lucha. Los indios, descontentos, nada quieren saber del corregidor -la autoridad poltica local- y de los jueces de la Audiencia de Charcas -el ms alto tribunal de justicia de la regin-. Ven la autonoma de sus ayllus, sus comunidades, permanentemente cercenada por aquellos.
Dan la pelea en los tribunales virreinales: Toms Catari marcha a pie hasta Buenos Aires para que el Virrey escuche el reclamo. Tambin utilizan la violencia. La Audiencia de Charcas, en secreto, ofrece una recompensa por la captura del lder indgena. Junto a otros participantes de la rebelin, es finalmente asesinado: cobardemente, lo atan de manos y lo arrojan por un barranco. Tras el asesinato, la mujer, Kurusa Yawr, pasa de ser ama de casa a liderar la lucha indgena; junto a los hermanos de Catari, libera comunidades, forma ejrcitos y sitia dos veces a la Ciudadela de Choqechaka o Chuquisaca. Ellos tambin, al final de cuentas, tienen la misma suerte: la muerte. En todo el altiplano, desde el norte -corazn de la cultura quechua- hasta el sur -centro de la cultura aymara- se respira el aire de la violencia y la rebelin.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 9
Se cierra de este modo, con estos tres
episodios, aquello que algunos autores
llaman de la era de la insurreccin
andina. Sin embargo, no habra que
esperar mucho para que se abriera un
nuevo ciclo insurgente, en el que criollos,
mestizos e indios, y tambin las mujeres,
fueran sus protagonistas principales,
unidos todos ellos contra el viejo y caduco
orden colonial que de las ms diversas
formas los asfixiaba y los oprima.
5. Jos Gabriel Condorcanqui, Tpac Amaru II. Manuel Adrianzen, artista peruano que reside y trabaja en Croacia. c.2011
6. San Francisco Potos. Gouache Lonie Matthis.
7. Intento de descuartizamiento de Tpac Amaru II en la Plaza de Armas del Cuzco. leo. Museo Casa del Inca Garcilazo de la Vega
6
7
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 10
2. La tensa calma
Mientras toda la regin se estremeca, el 12 de julio de 1780, naca una nia en una hacienda del Cantn de Toroca, en las inmediaciones de Chuquisaca -hoy Sucre, Bolivia-. Sus padres la llamaron Juana. Chuquisaca, La Plata o Charcas era una ciudad antigua; haba sido fundada entre 1537 y 1538. A fines del siglo dieciocho era todava una urbe pequea: contaba con quince mil habitantes, lo que la converta en la segunda en tamao -despus de Buenos Aires- dentro del recientemente creado (1776) Virreinato del Ro de la Plata. Pese a su tamao, durante esos siglos de vida Chuquisaca tuvo una gran importancia dentro del orden administrativo colonial. En primer lugar, debido a su relativa prosperidad econmica; una consecuencia de la cercana con la ciudad y el Cerro Rico de Potos, fuente de plata que, desde finales del siglo diecisis, haba provisto las arcas de la corona espaola y estructurado la economa del espacio rioplatense. En segundo lugar, porque fue sede de importantes instituciones coloniales. Establecimientos religiosos, como el Arzobispado de La Plata; judiciales, como
la Audiencia de Charcas y educativas, como la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca -una de las ms tradicionales de la Amrica espaola-.
8
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 11
La sociedad chuquisaquense se encontraba profundamente estratificada. La cspide estaba integrada por hombres blancos con dinero: hacendados, mineros, comerciantes o funcionarios coloniales, militares o religiosos. Dentro de este estrato, exista una diferencia de jerarqua (social y en relacin a los cargos pblicos que les estaba permitido ocupar) entre los peninsulares -aquellos hombres nacidos en Espaa- y los criollos -descendientes de espaoles, nacidos en Amrica-. La fuente de la riqueza y de reputacin social de este grupo no resida exclusivamente en el color de su piel y su procedencia, sino tambin en el trabajo obligatorio de una inmensa mayora de mestizos e indios que, bajo diferentes formas de explotacin, estaban sometidos a los hombres blancos, estndoles fuertemente limitada toda posibilidad de ascenso social. Adems de esta estratificacin social y tnica, la sociedad en la que naci Juana era extremadamente patriarcal.
Las mujeres eran consideradas como menores, que deban estar bajo la tutela de un hombre al que le deban obediencia absoluta: en primera instancia, a sus padres, y ms tarde, a sus maridos. Debido a su inferioridad, incapacidad e insensatez naturales, la educacin que reciban -en caso de recibirla- tena por objeto afianzar en ellas los valores cristianos y prepararlas para el matrimonio y las tareas del hogar. La otra opcin que tenan era el ingreso en el convento para dedicarse, bajo una frrea disciplina, a la vida devota y contemplativa. De este modo, en las colonias americanas no se contemplaba bajo ningn aspecto la intervencin y participacin del sexo femenino en el mbito pblico, poltico o militar. La vida de Juana y la de su madre, sin embargo, lograron quebrar las rigurosas normas sociales del mundo colonial.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 12
9
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 13
Pese a su condicin de chola4, Doa Eulalia Bermdez -la mam de Juana- consigui atravesar las barreras que separaban a los blancos de los mestizos y ascender social y econmicamente, al vincularse con Don Matas Azurduy, hombre blanco, de linaje noble y prominente hacendado de la regin. Fruto de esta relacin, naci en 1778 Blas, quien muri prematuramente. Sus padres lamentaron profundamente la prdida. Tener un nuevo hijo varn se convirti en su deseo ms ferviente. Sin embargo, la esperanza no se cumpli: en 1780, naci Juana y en 1782, otra nia, Rosala. Dicha expectativa frustrada muy probablemente haya tenido que ver con el rumbo que la vida de Juana tom ya desde sus primeros aos. De pequea, la nia mantuvo una relacin muy estrecha con su padre. Con frecuencia, y a diferencia de su hermana, lo acompaaba en las faenas rurales de las haciendas. Faenas pesadas, impropias de una damita de alta sociedad; pero que ella disfrutaba enormemente. Ayudando a su padre en el trabajo con el ganado, Juana aprendi a cabalgar de la forma en que lo hacan los hombres.
08. Juana Azurduy. Acuarela Guillermo Roux. 2008
09. Repblica Boliviana. Potos. Serro Mineral (sic). Melchor M. Mercado. 26 de septiembre 1846. Archivo y Biblioteca Nacional de Bolivia
10. Sistema jerrquico social de la colonizacin espaola en Amrica virreinal. Mural Diego de Rivera. Siglo XX.
10
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 14
11
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 15
Acompandolo a las tierras de labor cultivadas por los indgenas, tom contacto y asimil sus ancestrales costumbres y sus complicadas lenguas -el aymara y el quechua-. As, la muchacha cultiv una personalidad libre y rebelde, cuestionadora en espritu y en acto de muchas de las rgidas tradiciones que regan la sociedad altoperuana. La vida de Juana en la hacienda de Toroca fue importante por otro motivo. All, conoci a la familia Padilla, que como la suya, era propietaria de haciendas en la regin. Don Melchor era amigo de Don Matas. l y sus hijos, Pedro y Manuel Ascencio, compartan muchos momentos con aquel; momentos de trabajo en el campo as como momentos de ocio y dispersin en reuniones y tertulias. De ese modo, la joven tuvo oportunidad de conocer a Manuel, un joven con quien se reencontrara hecho un hombre algunos aos despus. El paso de la niez a la juventud de Juana estuvo atravesado por la tragedia. Primero, a raz de causas desconocidas, muri su madre. Poco tiempo despus, presumiblemente asesinado por motivos pasionales, falleci su padre.
Petrona Azurduy y Francisco Daz Vayo -tos de las hermanas Azurduy-, se hicieron cargo de ellas, ms interesados por la herencia que les haban dejado sus padres, que por un sincero afn de cuidarlas.
11. Plaza de Toroca, provincia de Chayanta, departamento de Potos, Bolivia. Foto de J.C. Espada. 2007. Toroca es la nica poblacin que mantiene su nombre original de la poca.
12. Monasterio de Santa Teresa de la Orden de las Carmelitas Descalzas, 1665. Sucre. c. 2010.
13. Amor y Revolucin. Juana y Manuel Padilla segn Sebastin Giacobino. Caras y Caretas. 2010.
12
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 16
La relacin entre ellos y la intrpida Juana fue tensa y conflictiva. Con el afn concretar sus intereses materiales y de domesticarla, decidieron enviar a la sobrina mayor al Monasterio de Santa Teresa de la Orden de las Carmelitas Descalzas.5 La vida en el convento no fue fcil para la joven. La religin -y ms an, la disciplina conventual-, buscaban imponer en las mujeres enclaustradas los valores patriarcales que estructuraban la sociedad colonial, exigiendo adems de ellas los ideales de recato y castidad. Valores e ideales que estaban lejos de cuajar con el carcter indmito de Juana. Sin embargo y a pesar de sus padecimientos, esta consigui aprovechar las posibilidades de educacin que el convento brindaba a las internadas. All, segn sus compaeras, habra ledo acerca de la vida y los combates de santos guerreros como San Luis el Cruzado y San Ignacio de Loyola o de mujeres como Sor Juana Ins de la Cruz y Juana de Arco, siendo inspirada por las aventuras, el herosmo y los martirios de estos personajes.
Algunas versiones indican que la hurfana fue expulsada de la institucin, a causa de un conflicto con la madre superiora. Otras sealan que se march de all por voluntad propia. Lo cierto es que con diecisiete aos de edad abandon el convento, resolviendo sus tos y tutores, que regresara al campo y se hiciera cargo de la hacienda de su padre en Toroca. Instalada all, retom el contacto con la familia Padilla: primero, con Doa Eufemia Gallardo -esposa de Melchor-, a quien visitaba asiduamente, y luego, probablemente gracias a la intermediacin de esta, con su hijo Manuel. Juana y Manuel se hicieron amigos y se enamoraron en un mismo acto. Adems de la atraccin fsica -l es descrito en la literatura como un hombre atractivo y de buen porte-, fue determinante para la unin de la pareja, los gustos e inquietudes que ambos posean en comn.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 17
13
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 18
El amor por la vida rural, en primer lugar; pero tambin, sus preocupaciones polticas y sociales, relacionadas con el dominio colonial que desde haca varios siglos pesaba sobre Amrica y las injusticias de todo tipo, que en ese contexto, padecan los indgenas. La discusin acerca de la permanencia del vnculo colonial con Espaa era particularmente fuerte en algunos mbitos especficos, como la Universidad de Chuquisaca. En verdad, Manuel no era estudiante de la institucin, aunque s haba forjado una interesante amistad con varios de ellos, como Mariano Moreno, Bernardo de Monteagudo y Juan Jos Castelli. En las reuniones mantenidas por el chuquisaquense y estos jvenes abajeos6, se alternaban acalorados debates acerca de la situacin poltica local y europea y las ideas de los pensadores de la Ilustracin Y ms tarde, Juana se enteraba de lo que discutan por intermedio de Manuel. As, el intercambio con estos personajes, importantes lderes de la independencia rioplatense y altoperuana, fue de gran influencia para el desarrollo del pensamiento y la lucha libertaria de la pareja.
En 1799 Juana y Manuel contrajeron matrimonio. Ella tena diecinueve aos y l veinticinco. Habitaron la casa en la que vivan los padres de Manuel, cercana a la plaza central y a la Catedral de Chuquisaca. Los hijos vinieron despus de algunos aos. En 1806, naci el primognito llamado como su padre, Manuel. Luego, la pareja tuvo otros tres hijos: Mariano, Juliana y Mercedes. Juana se dedic de lleno a ellos, prodigndole todo el cario y devocin de madre. Por su parte, Manuel se encargaba de la administracin de las siete haciendas de las que eran propietarios en toda la jurisdiccin de Chuquisaca. La posicin econmica y social de la familia era muy buena. As las cosas, Manuel intent comenzar una carrera como funcionario colonial, ambicin que qued trunca debido a que los principales cargos de gobierno estaban ocupados y monopolizados por los peninsulares.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 19
3. Vale la pena vivir sin libertad?
A su razn no recordar, que desde el momento
mismo en que la dulce voz de la independencia fue
escuchada por m, olvid la debilidad de mi sexo: y a
la par de un americano entusiasta por la libertad, mi
finado consorte Coronel don Manuel Ascencio Padilla,
sacrificando mis bienes, industria y aun mi propia
existencia trabaj en sostenerla () Aunque animada
de un noble orgullo tampoco recordar haber
empuado el sable, en defensa de tan justa causa:
haber renunciado toda especie de comodidad, y ms
bien connaturalizndome en una campaa de cinco
aos, nada interrumpidos, con la intemperie y todo
gnero de privaciones. La satisfaccin de haber
triunfado de los enemigos, y ms de una vez
deshecho sus triunfantes
y poderosas huestes, ha saciado mi ambicin y
compensado con usura mis fatigas
Juana Azurduy7
14
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 20
La vida normal y tranquila de esta encumbrada
familia chuquisaquea cambi definitivamente en
1809 a raz de los acontecimientos producidos en
Espaa el ao anterior.
La invasin de Napolen Bonaparte, con la
consecuente prisin y abdicaciones del Rey espaol
Carlos IV y su hijo Fernando VII en favor de
Napolen, primero, y su hermano Jos,
posteriormente, tuvieron profundas consecuencias
para el podero espaol en estas tierras.
Los vecinos de las principales ciudades de Espaa y
de Amrica, entendieron que, arrestados el rey y su
hijo, la soberana popular que haban depositado en
ellos regresaba al pueblo, debiendo organizarse en
juntas de gobierno que gobernasen en nombre de la
corona depuesta. Bajo el argumento legal de que
Amrica era una posesin personal del rey y por lo
tanto, en pie de igualdad con los reinos de Espaa,
los americanos sostuvieron que deban darse juntas
de gobierno propias, independientes de la de Cdiz.
14. Juana Azurduy con estandarte. Sucre. Bolivia 15. Mapa de Amrica Latina con los focos revolucionarios de 1810 16. Proclama de Chuquisaca, 25 de mayo de 1809.
Redactada por Bernardo de Monteagudo.
15
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 21
Argumentacin que estuvo en la base del
cuestionamiento que los participantes ms
radicales del movimiento hicieron acerca de
la propia permanencia del vnculo colonial.
Fue con ese sentido que Juana y Manuel
apoyaron a la revuelta popular y a la Junta
de Chuquisaca formada el 25 de mayo de
1809, el primer suceso revolucionario del
Alto Per. De esta manera, se iniciaba la
participacin de la pareja en las luchas por
la independencia americana. Un ao
despus, el 25 de mayo de 1810, se form
una junta de gobierno en Buenos Aires.
La misma recibi el apoyo de los
altoperuanos con el levantamiento del 14 de
septiembre de la ciudad de Cochabamba,
liderado por Esteban Arce un caudillo local
que nombr a Manuel Comandante de las
regiones de Poopa, Moromoro, Pitantora,
Huaycana y Quilaquila.
16
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 22
Una de las primeras acciones decididas por la junta
de gobierno portea fue el envo de ejrcitos a
distintas regiones del Virreinato del Ro de la Plata,
procurando extender la revolucin hacia esos
lugares. Asimismo, el control del Alto Per era
importante por un motivo estratgico: avanzar hasta
Lima y acabar con el foco de resistencia realista. Con
estos dos objetivos se constituy la Primera
Expedicin auxiliadora al Alto Per, liderada por un
viejo conocido de Manuel, Juan Jos Castelli. Una vez
que el ejrcito revolucionario consigui llegar al
altiplano, Castelli reorganiz sus fuerzas y las
ampli, reclutando efectivos de toda el rea. Juana y
Manuel le dieron su apoyo. La primera, brindndole
albergue a las tropas porteas en las haciendas de
Saphiri y Churubamba. El segundo, colaborando con
un grupo numeroso de indgenas, sin instruccin
militar y mal armados, que haba reclutado en
distintos lugares, como La Laguna, Chayanta y
Porco. Sin embargo, Antonio Balcarce, mano derecha
de Castelli, dudaba de la lealtad y de la
capacidad de combate de los hombres de
Padilla, en virtud de lo que admiti a este
como un simple suboficial y a aquellos
como cargadores.
Un ejrcito de esas caractersticas,
carente de un mando nico y firme en
sus decisiones, compuesto por una tropa
indisciplinada y mal instruida y cegado
por la arrogancia portea, no poda
esperar resultados favorables en el
campo de batalla.
17. Carta Geogrfica de la antigua Provincia de Potos con seis partidos: Porco, Chayanta, Lpez, Chichas, Atacama y Tarija. El norte est hacia abajo. Vicente P. Caete. 1787
18. Manuel A. Padilla a caballo. leo. Casa de la Libertad en Sucre. Bolivia
19. Juana Azurudy de Padilla y sus hijos. Acuarela de Guillermo Roux. 2008
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 23
17
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 24
En junio de 1811, la expedicin auxiliadora fue derrotada por las armas de la Corona Espaola en la Batalla del Huaqui. A raz del fracaso, debi emprender la retirada llegando hasta Salta, donde acab por disolverse. No fueron los porteos, sino los locales quienes padecieron las consecuencias de la represin de los godos. Estos confiscaron las propiedades urbanas y rurales, las cosechas y el ganado de los Padilla y pusieron en cautiverio a Juana con sus pequeos hijos, utilizndolos como sebo para atrapar a Manuel. En un gesto tan valiente como romntico, este logr burlar la vigilancia de los captores y rescat a su familia a caballo, ponindola a salvo. Debido a la persecucin que despus de este episodio los Padilla continuaron padeciendo, Manuel busc refugio para su familia en Tarabuco, una zona alta, alejada y fra del altiplano a la que solo los indgenas tenan acceso.
All, Juana y sus hijos permanecieron ocultos y en total soledad durante un largo tiempo, mientras l prosegua la campaa en regiones distantes. Juana no fue ajena a todo lo que aconteca a su alrededor; lentamente, fue creciendo en
ella un ferviente deseo por participar de forma activa en las campaas por la independencia. No de una manera subordinada, secundando el movimiento -brindando, por ejemplo, albergue a los soldados-, sino tomando parte en los combates, codo a codo con su marido. La decisin no era fcil, pues implicaba o abandonar a sus hijos o someterlos a los avatares y las privaciones de la guerra. Luchar por la libertad de todos o comportarse como madre de sus cuatro pequeos?
18
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 25
19
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 26
El deseo batallaba as, en su cabeza y su corazn, contra su profundo sentimiento maternal. Sin embargo, distintos motivos fueron alimentando su voluntad guerrera. El amor por su esposo y el hecho de no querer estar separada de l, esperando buenas o terribles noticias que demoraban eternidades en llegar desde el frente. El amor por sus hijos y la esperanza de un futuro mejor para ellos, libre de las arbitrariedades e injusticias que eran moneda corriente bajo el yugo colonial. La persecucin sufrida a manos de sus enemigos y la necesidad de permanecer oculta y aislada, vulnerable, corriendo distintas clases de peligros. Manuel, se opuso inicialmente a que Juana se involucrase junto a l en los combates, probablemente temeroso de lo que le pudiera suceder a su querida esposa, probablemente influenciado por lo que entonces formaba parte del sentido comn acerca de las tareas que le eran propias a los hombres y a las mujeres. Sin embargo, con el correr del tiempo, seguramente apremiado por las circunstancias y presionado por la determinacin de su Juana, termin por acceder.
En mayo de 1813 llegaba al Alto Per, despus haber permanecido algn tiempo en Tucumn y Salta y de vencer en dos batallas de suma trascendencia, la Segunda Expedicin auxiliadora al mando del general Manuel Belgrano. A partir de este momento, motivada por un naciente sentimiento de patria, Juana abrazar en primera persona la causa de la libertad. Claro que para ello fue de crucial importancia la cordial y estrecha relacin establecida por el matrimonio con Belgrano. El comandante de la expedicin los convoc a reclutar voluntarios dispuestos a unirse a sus hombres y a luchar contra las fuerzas realistas. El entusiasmo con que Juana se dedic a la tarea en las tierras altas de Tarabuco rindi sus frutos, alistando junto a su esposo un batalln compuesto por alrededor de diez mil mestizos e indgenas, puesto bajo el mando del general porteo.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 27
20. General Manuel Belgrano. Litografa color. Thodore Gricault. 1819 21. Batalla de Salta, 1813. Dibujo de F. Fortuny. 1910 22. Batalla de Tucumn, 1813. Dibujo de Francisco Fortuny. 1910 23. Belgrano en la Batalla de Vilcapugio. 1813. leo
20
21 22
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 28
Sin embargo, la nueva participacin subordinada de
Padilla y de los reclutados en la Batalla de
Vilcapugio, en octubre de 1813, y la desastrosa
derrota del ejrcito patriota, despertaron la molestia
de la mujer guerrera. Molestia que la llev a
organizar un batalln integrado por combatientes
instruidos en las tcticas y estrategias de los
abajeos. Para que no quedaran dudas acerca de su
disciplina y lealtad, llam a dicho cuerpo Los
Leales, protagonista en ms de diecisis batallas
bajo su liderazgo.
Su debut fue en la Batalla de Ayohma, en
noviembre de 1813. En ella, Belgrano decidi
integrar a los soldados leales a sus tropas de
combate y colocar a Juana en el flanco derecho. El
valor que demostraron durante la pelea, luchando
con hondas y macanas cuerpo a cuerpo contra los
realistas armados con fuego y siendo los ltimos en
abandonar el campo de batalla, fue merecedor del
reconocimiento de Belgrano.
Le obsequi as a Juana una espada, su espada, que empu con firmeza en todas y hasta la ltima de las luchas que libr. La admiracin y el aprecio que el patriota porteo lleg a sentir por la comandanta fue mutua. Ella yendo de campaa vesta uniforme: pantaln de corte mameluco, blanco; chaquetilla escarlata o azul dormaneada con franjas doradas; una gorrita militar con pluma azul y blanca, (colores de la bandera de los independientes del general Belgrano).8
23
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 29
Una muestra de solidaridad de parte de Juana
hacia Belgrano en oposicin al Triunvirato
porteo, que lo haba obligado a abjurar de la
bandera celeste y blanca izada por primera vez a
orillas del Ro Paran y a reemplazarla por la
insignia real espaola.
El nuevo fracaso de la expedicin rioplatense en
Ayohma, determin su retirada del Alto Per. En
enero de 1814, en Salta, Belgrano entreg el
mando del ejrcito auxiliar al general Jos de San
Martn. Meses ms tarde, este renunci al cargo
convencido de que la victoria rebelde no pasaba
por el Alto Per -pues all los realistas tenan todo
a su favor- sino por el Pacfico, donde la ofensiva
patriota los tomara por la espalda.
Debido a lo anterior, la Batalla de Ayohma tuvo
una gran importancia para la lucha emprendida por
los esposos Padilla-Azurduy. A partir de ese
momento, la ayuda de las tropas abajeas fue
cada vez menor. Los caudillos altoperuanos
quedaron librados a su suerte.
24
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 30
Por tal motivo, mientras aquellas se replegaban,
fueron surgiendo en el Alto Per las republiquetas:
milicias compuestas por mestizos e indgenas,
lideradas por aquellos caudillos locales, las cuales
combatieron a los realistas haciendo la guerra de
guerrillas. Juana y Manuel dirigieron la Republiqueta
de La Laguna, cuya lucha se extendi desde el norte
fro y desrtico de Chuquisaca hasta las selvas
tropicales de Santa Cruz.
Bartolom Mitre, en su Historia de Belgrano y de
la Independencia Argentina, caracteriz muy
atinadamente este proceso, con sus implicancias
y consecuencias:
Es esta una de las guerras ms extraordinarias por
su genialidad, la ms trgica por sus sangrientas
represalias y la ms heroica por su sacrificios
oscuros y deliberados. Lo lejano y aislado de del
teatro en que tuvo lugar, la multiplicidad de
incidentes y situaciones que se suceden en ella fuera
del horizonte del crculo histrico, la humildad de sus
caudillos, de sus combatientes y de sus mrtires, ha
ocultado por mucho tiempo su verdadera
grandeza, impidiendo apreciar con
perfecto conocimiento de causa su
influencia militar y su alcance poltico ()
Como esfuerzo persistente () ella dur
quince aos, sin que durante un solo da
se dejase de pelear; de morir o de matar,
en algn rincn de aquella elevada regin
mediterrnea () Sucesiva o
alternativamente, figuraron en ella ciento
dos caudillo ms o menos oscuros, de los
cuales solo nueve sobrevivieron a la lucha,
pereciendo los noventa y tres restantes en
los patbulos o en los campos de batalla,
sin que uno solo capitulase, ni diese ni
pidiese cuartel en el curso de tan
tremenda guerra.9
24. Coronela Juana Azurduy. Carlos Ag. 2011 25. Juana Azurduy y sus combatientes frente a tropas
espaolas. Acuarela de Guillermo Roux. 2008 26 Juan Wallparrimachi Mayta. Vania Parada. c.2013 27. Escena de batalla. Acuarela de Guillermo Roux. 2008
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 31
25
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 32
Las condiciones de precariedad de los grupos que
combatan, de sus armas -fabricadas por ellos
mismos o arrebatadas a los rivales- y de la manera
en que se comunicaban entre s, y la crueldad de los
combates librados, fueron lo caracterstico de esta
modalidad particular que adquiri la lucha por la
independencia en el Alto Per. Sin embargo, lo
anterior no fue en desmedro de su efectividad,
simblica y real. Ya que esas fuerzas irregulares
lograron mantener viva la llama revolucionaria, al
tiempo que poner a raya y desgastar a los ejrcitos
realistas, acostumbrados a una tcnica de combate
distinta y por lo tanto, poco preparados para las
tcticas propias de la guerra de guerrillas.
El grupo que Juana condujo actuaba por sorpresa:
retroceda cuando el enemigo atacaba y cuando ste
hua, arremeta para dar combate. Al avanzar ella al
galope, todo el grupo la segua decidido.10 Peleaban
a su lado Los Leales y un cuerpo de caballera
conocido como Las Amazonas, su guardia personal,
conformada por unas veinticinco
mujeres guerreras que haba
entrenado especialmente.
Este fue el escenario ideal para el
despliegue de la destreza, de la valenta y
el coraje de los caudillos de renombre,
como Juana, Manuel y tantos otros, y de
aquellos combatientes poco conocidos o
annimos que pelearon a sus rdenes.
Tal fue el caso, por ejemplo, de Juan
Wallparrimachi, un guerrero de la
Republiqueta de la Laguna. Juan era un
joven mestizo, cuyo linaje se debate entre
la leyenda y la incgnita.11 Wallparrimachi
muy pronto mostr en el campo de batalla
sus habilidades con la honda, as como su
audacia. En virtud de esto, Manuel lo
convirti en su lugarteniente y en escolta
personal de su esposa.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 33
La proximidad
que estableci
con la familia
Padilla llev a
que estuviese
tambin del
cuidado de los
hijos de la
pareja, quienes,
como podan,
con hambre, con fro y en permanente peligro,
seguan la ajetreada marcha de sus padres durante
los combates y la posterior fuga.
Wallparrimachi, adems de lo anterior, fue un gran
poeta y msico. Escriba dulces versos en quechua y
tocaba la tarka, la ocarina y el siku, todos ellos
instrumentos tpicos de la milenaria cultura andina.
Segn algunos autores, la mayora de sus
composiciones literarias y musicales estaban
dedicadas a quien, adems de brindarle su amistad,
cuidado y proteccin, amaba en secreto: Juana.
Munarikuyway / mame Qanllapin snqoy, / Slo en ti est
mi corazn Qantan rikuyki / Y cuando sueo Mosqoyniypipas. / No veo a nadie
sino a ti. Qanpin yyani, / Slo en ti pienso
Qantan maskayki / Y a ti tambin te busco
Rijch ayniypipas. / Si estoy despierto.()
Munakyllaway, / Ven, y mame, Irpa urpilla, / Tierna paloma,
Mana manchaspa. / No temas nada. uqa qanrayku / Pese al destino Wuy yachsaj / Yo te amar
Qanta munaspa. / Hasta la muerte.12
26
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 34
La cuestin de si el amor de Juan fue correspondido, queda en el plano de las conjeturas y de las hiptesis; sobre lo que no se puede dudar, es la confianza y el afecto que la coronela cultiv por l. En verdad, Juana am profunda e incondicionalmente a su marido. Y l a ella. Podan unir sus fuerzas o luchar de forma separada, pero estaban siempre juntos, conociendo los movimientos de cada uno y ofreciendo refuerzos el uno al otro en caso de acontecer alguna vicisitud. Ambos conformaron una unidad de ideas y accin como si fueran un solo combatiente, algo inseparable.13 En este contexto blico, la vida de Juana, como esposa y como madre, no fue fcil, debiendo padecer innumerables dificultades, realizar sacrificios indescriptibles Y soportar tambin la tragedia. En marzo de 1814, la Republiqueta de la Laguna venci a los realistas en la Batalla de Tarvita. Poco despus, el ejrcito godo contuvo el avance patriota en la Batalla de Pomabamba. A raz de estos episodios, el general realista Joaqun de la Pezuela, intensific la persecucin contra la pareja de caudillos.
27
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 35
Las tropas revolucionarias se vieron obligadas a dividirse. Manuel y Juan Wallparrimachi se dirigieron hacia La Laguna y Juana y sus cuatro hijos se escondieron en una zona pantanosa, ubicada en el Valle de Segura. En los pantanos, los pequeos, debilitados por las penurias que desde haca un largo tiempo venan sufriendo, enfermaron de fiebre paldica y disentera. Manuel y Mariano, los dos hijos varones de la pareja, murieron primero. Ms tarde lo hicieron sus dos hijas mujeres, Juliana y Mercedes. En la cabeza de la dolida pero siempre aguerrida madre quizs haya resonado, una, mil veces, este pensamiento: Maldita guerra que me los arrebat! Quizs hubieran crecido felices a mi lado si no me hubiese metido en esta lucha por la libertad. Pero tambin me pregunto: Vale la pena vivir en el oprobio de la esclavitud? Vale la pena vivir sin libertad?14
28. Los cuatro hijos mayores de la familia Padilla. Acuarela de Guillermo Roux. 2008
29. Juan Wallparrimachi. Acuarela de Guillermo Roux. 2008 30. Juana atraviesa el brazo de Loayza con su espada 31. General Jos Rondeau. leo annimo 32. Manuel Ascencio Padilla 33. Juana Azurduy en la batalla del Villar en marzo de
1816. Dibujo de F Fortuny c.1910
28
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 36
4. Morir antes que claudicar
La tragedia no desanim a la pareja. Ms bien,
encendi sus nimos revolucionarios. El dolor de la
Patria, de la Libertad y de la Independencia, era ms
fuerte que el dolor de una madre y de un padre.
Asimismo, tenan un nuevo argumento, un nuevo
motivo contra los espaoles. A partir de este
momento, la lucha contra los tablacasacas15 fue a
todo o nada, volvindose extremadamente brutal.
En agosto de 1814, una nueva desdicha golpe a los
Padilla: Juan Wallparrimachi muri, alcanzado por el
tiro de un arcabuz o atravesado por una lanza -no
hay acuerdo entre las versiones de los historiadores-
en la Batalla del Cerro de las Carretas, localidad
ubicada las inmediaciones de Tarabuco. Sus versos
ms recientes parecan presagiar su triste final, sin
dejar nunca de manifestar su amor por su
enamorada oculta.
29
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 37
Huauyta maskaj, ocka riscani / Voy en busca de la
muerte. Auckanchejcuna / Nuestros enemigos
Jamullanckancu, pucarancuna / Ya vendrn Jalatatajmin. / Levantando sus campamentos.
Illarejpacha pputiy ayckechej / Mientras te encuentres en este mundo
Maypipis casaj / Hars huir la pena, y donde Ckanlla sonckoyta pparackechinqui / Me encuentre,
t sola hars Causanaycama. / Latir mi corazn.
Misti ckkajajtin lansatataspa. / Cuando arda el Misti, vomitando
Yuyaricunqui / Fuego, te has de acordar Mafinatachus ckanraycu kkajan / Como para ti arde
Ijma sonckgycka. / Mi corazn oprimido.16
La derrota en la batalla tuvo nefastas consecuencias
para el grupo guerrillero: Juana y Manuel no slo
perdieron a su hombre de confianza, sino tambin a
una importante porcin de las fuerzas
revolucionarias, dispersas tras el enfrentamiento.
Sin embargo, en medio del dolor causado
por la prdida de los seres queridos y el
revs militar, asomaba la esperanza, tanto
para la familia del caudillo chuquisaqueo
como para la causa patriota.
Durante ese ao, Juana qued
embarazada. El desarrollo del embarazo,
as como el propio parto de la criatura,
tuvieron lugar bajo el fragor del combate.
Pele encinta junto a su marido y a su
tropa en el Cerro de Carretas. Un mes
ms tarde, en septiembre de 1814,
particip en una batalla en Tarabuco en la
que, aun estando en esa delicada
condicin, arrebat el estandarte espaol
a un teniente coronel enemigo. Meses
despus, durante la Batalla de Pitantora,
entr en trabajo de parto y a orillas del
Ro Grande dio a luz a la ltima de sus
hijas que llam Luisa.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 38
Buscando ponerlas a salvo, Manuel oblig a su mujer
a buscar refugio, escoltada por algunos hombres de
su tropa: el Sargento Romualdo Loayza y cuatro
soldados. Mientras vadeaban el ro con sus caballos,
ella los oy conspirar. Algunos mencionan que
queran la cabeza de Juana, por la que los realistas
haban puesto un elevado precio. Otros sealan que
fue por la caja con el botn de guerra, custodiado por
la guerrillera con celoso fervor. Sea como fuere, la
herona, con la nia protegida por su brazo
izquierdo, tom su sable con el otro brazo, derrib
de un sablazo a Loayza, puso en fuga al resto de los
hombres y cruz cabalgando el Ro Grande a
contracorriente, logrando poner a salvo su propia
vida y la de su hija recin nacida.
Los esposos Padilla eran conscientes de los peligros
que corra la pequea Luisa si permaneca a su lado.
Dispuestos a evitarle un destino similar al de sus
difuntos hermanos, resolvieron, seguramente con
mucho dolor, dejarla a cargo de la india Anastasia
Mamani, quien fue su cuidadora mientras su madre
permaneci en el frente.
En mayo de 1815, los esposos Padilla
lograron concretar uno de sus principales
objetivos: ocupar su ciudad natal,
Chuquisaca. La poblacin local recibi a
los patriotas con manifestaciones de
jbilo. Juana fue especialmente
ovacionada por los chuquisaquenses,
quienes le arrojaron flores mientras
avanzaba por las calles de la ciudad,
escoltada por Los Leales y Las
Amazonas. Manuel fue designado por el
nuevo cabildo, jefe poltico y militar de
Chuquisaca, de los cuales slo acept el
segundo de los cargos. Tambin, durante
el transcurso de ese ao, lleg a territorio
altoperuano la Tercera Expedicin
Auxiliadora, con la misin de ayudar a las
guerrillas en su resistencia contra las
armas realistas.
30
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 39
No obstante, su comandante -el
general Jos Rondeau- mand al
caudillo a abandonar Chuquisaca y
retornar a La Laguna, orden que
obedeci. Asimismo, a finales de
1815 el ejrcito independiente sufri
dos importantes derrotas que sellaron
la suerte de la expedicin: primero, en la
Batalla de Venta y Media y ms tarde, en la de Sipe-Sipe.
El fracaso militar estuvo directamente vinculado a los
graves errores cometidos por Rondeau. Malas decisiones
estratgicas y particularmente, la resolucin de dispersar
las tropas que formaban las republiquetas, incorporando a
los guerrilleros en los regimientos de su ejrcito y
quedando sin mando sus lderes, muchos de los cuales
dimitieron y se retiraron a sus localidades. Este fue el
caso de Juana y de Manuel, que regresaron a La Laguna
sin su tropa. Fue durante la retirada de Rondeau del
Alto Per, cuando este se vio obligado, ahora s, a
solicitarle a Padilla sus tan constantes y distinguidos
servicios: que hostilizara al enemigo espaol entre
tanto l y sus hombres huan hacia Salta.17
Manuel Padilla respondi al general en la Carta
de la Reservada de la siguiente manera:
Lo har como he acostumbrado hacerlo en
ms de cinco aos por amor a la
independencia, que es la que defiende el Alto
Per, donde los altoperuanos privados de sus
propios recursos no han descansado en seis
aos de desgracias, sembrando de cadveres
sus campos, sus pueblos de hurfanos y
viudas, marcado con el llanto, el luto y la
miseria, errantes los habitantes de cuarenta y
ocho pueblos que han sido incendiados, llenos
los calabozos de hombres y mujeres que han
sido sacrificados por la ferocidad de sus
implacables enemigos, hechos el oprobio y el
ludibrio del Ejrcito de Buenos Aires, vejados,
desatendidos sus mritos, insolutos sus
crditos y en fin el hijo del Alto Per mirado
como enemigo, mientras el enemigo espaol
es protegido y considerado.
31
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 40
32 33
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 41
Al tiempo que el caudillo acceda otorgar el apoyo
pedido por Rondeau, cuestionaba al comandante por
las ofensas y los agravios cometidos por los
gobernantes y militares porteos hacia su propia
persona y el resto de los caudillos, as como hacia las
tropas y la poblacin local. Mil ejemplares de horror
[que] pudieran haber irritado el nimo de estos
habitantes que U.S. llama en su auxilio, lo que sin
embargo no ocurri, ya que su voluntad de continuar
con la sacrificada lucha independentista se mantena
inclume, pero que lo hacan dudar a Manuel si
Buenos Aires defiende la Amrica para los
americanos18 Las palabras, las expresiones y el
tono general de indignacin indicaban no slo su
enojo personal, sino el inicio de una fuerza
centrpeta que a partir de entonces ser irreversible:
el alejamiento del Alto Per del resto de las
provincias del Ro de La Plata.
El retiro definitivo de las tropas porteas implic el
abandono de las guerrillas altoperuanas a su suerte.
De este modo, la balanza se inclin en favor del ejrcito realista, que recuper el control del territorio y consolid su dominio en la regin. Se increment con ello, la persecucin y la represin hacia los combatientes revolucionarios, pero tambin, en la adversidad, aument el herosmo que desplegaron. As, mientras se intentaba eliminar los ltimos vestigios de la resistencia patriota representada por los Padilla y otros caudillos, Juana fue protagonista de numerosas acciones memorables. El 3 de marzo de 1816 se libr la Batalla del Villar. Segn la Gaceta del 10 de agosto de 1816, la tropa comandada por la guerrillera, compuesta de treinta fusileros criollos y doscientos indios armados de hondas, palos y flechas, embosc y contraatac exitosamente al temible batalln del coronel Jos Santos de La Hera, conocido como La Guardia del General.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 42
Quince espaoles muertos y veinte heridos fue el saldo que dej el combate, cifra que ms tarde aument tras la persecucin de los sobrevivientes que intentaron escapar. Aprovechando ese momento de confusin, la herona arranc, impiadosamente, el pabelln real y con l la vida del abanderado de las fuerzas enemigas, el teniente coronel Pedro Herrera. Das despus, el 8 de marzo, gracias al triunfo en el Villar, Azurduy lider la tropa que tom el Cerro Rico de Potos. El general Belgrano tom conocimiento de
estos episodios por intermedio de un
informe librado por Manuel Padilla, junto
al cual remiti el diseo de la insignia
capturada por su esposa. La valenta de
esta mujer no dejaba de asombrar al
general, quien en su homenaje le dedic
estos versos:
34
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 43
Desde hoy seris ya bandera
Por mejor mano creada,
Seris en toda frontera
Tiemble el Tirano! La Hera
Abata su pompa vana,
Y para gloria de Juana
De Azurduy, diga que de l
A pesar de ser cruel,
Triunf una americana.19
Asimismo, el 26 de julio de 1816, el general
Belgrano escribi una carta a Juan Martn de
Pueyrredn, director supremo de las Provincias
Unidas del Ro de la Plata. En ella, le presentaba el
diseo de la bandera que Juana haba arrebatado a
los realistas, sealando que en la accin a la que se
refiere el comandante don Manuel Ascencio Padilla,
quien no da esta gloria a la predicha su esposa por
moderacin, pero por otros conductos fidedignos que
consta que ella misma arranc de manos del
abanderado, ese signo de tirana, a esfuerzo de su
valor y de sus conocimientos en milicia
poco comunes a las personas de su sexo.
Por tal actuacin, el general recomendaba
a la guerrillera, que contina en sus
trabajos marciales del modo ms
enrgico, y a quien acompaan algunas
otras ms en las mismas penalidades20,
para que fuera condecorada con una
orden de mrito.
El 13 de agosto, Antonio Berruti respondi
a Belgrano, comunicndole la resolucin
del Director del Estado:
34. Manuel Belgrano. 1944. Foto del leo de Pablo Ducros Hickens.
35. Juana Azurduy. leo annimo. 36. Cabeza de Manuel Padilla en una estaca.
Acuarela de Guillermo Roux. 2008 37. Juana rescata los restos de su esposo de manos de
los realistas. Acuarela de Guillermo Roux. 2008 38. Juana Azurduy y Manuel Padilla en una
recreacin idealizada annima.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 44
Debido al varonil esfuerzo y bizarra de la
Amazona Doa Juana Azurduy. El Gobierno, en
justa recompensa de los
heroicos sacrificios con
que esta virtuosa
americana se presta a las
rudas fatigas de la guerra
en obsequio de la libertad
de la Patria, ha tenido a
bien decorarla con el
despacho de Teniente
Coronel que acompao,
para que pasndolo a
manos
de la interesada, le
signifique la gratitud y
consideracin que han
merecido al gobierno sus
servicios, igualmente que a los dems
compatriotas que la acompaan.21
La condecoracin le fue comunicada a la
guerrillera a travs de una epstola
remitida por Belgrano el 23 de
octubre de 1816 desde
Tucumn; un honor que le haba
sido otorgado por las acciones
heroicas, nada comunes a su
sexo, con que ha probado su
adhesin a la santa causa que
defendemos. Belgrano se
despeda de ella, diciendo doy a
Ud. por mi parte los plcemes
ms sinceros, y espero que
sern un nuevo estmulo para
que redoblando sus esfuerzos,
sirva usted de un modelo
enrgico a cuantos militan bajo
los estandartes de la nacin.
Dios guarde a usted muchos aos.22
35
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 45
En la misma fecha, Belgrano distingui tambin a
Manuel Padilla:
Incluyo a Ud. el despacho de Coronel de Milicias
Nacionales a que le considero acreedor por los
loables servicios que se me ha instituido est
ejerciendo en esos destinos de libertarlos del yugo
espaol lo que ya ha jurado nuestro Soberano
Congreso, resuelto a sostenerlo con cuantos arbitrios
quepan en los altos alcances de su elevada
austeridad () Ponindose Ud. y toda su gente bajo
la augusta proteccin de mi generala que lo ser
tambin de Ud., Nuestra Seora de la Mercedes, no
tema Ud. riesgos en los lances acordados con
prudencia23
Sin embargo, este despacho y la recomendacin
eran hechos por el general al caudillo sin conocer los
tristes acontecimientos del mes anterior.
En septiembre de 1816, la guerrilla de Padilla vio la
derrota parcial en la Batalla de La Laguna. Las
columnas patriotas se dispersaron.
El jefe acord como punto de reunin la
localidad del Villar. All, lo estaba esperando
Juana con un puado de combatientes. Al da
siguiente, en ese lugar, fueron alcanzados por una fraccin realista. La Batalla del Villar se
trat de un enfrentamiento salvaje y de una
persecucin encarnizada. Despus de la
brutal pelea, los monrquicos tomaron la
trinchera. Juana -herida por dos proyectiles-,
Manuel, una amazona y el padre franciscano
Fray Mariano Surez Polanco emprendieron la
fuga. El coronel Francisco J. Aguilera y
algunos de sus oficiales, iban tras ellos. La
guerrillera, en la retaguardia, estaba prxima
a ser tomada cautiva. Su esposo retrocedi y se interpuso, matando a los oficiales que la
amenazaban. Gracias a su intervencin,
Juana pudo ganar terreno y salvarse, pero el
caudillo fue alcanzado por una bala que
descarg Aguilera. Manuel muri en el acto.
Cay desplomado de su caballo.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 46
37 36
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 47
El coronel realista se abalanz sobre su cuerpo. Pidi la absolucin al cura presente, tom su sable y lo degoll. Lo mismo hizo con la mujer que acompaaba a su esposa, creyendo errneamente que era ella. Los muertos del campo de batalla en las dos jornadas no pasaron de 60, pero los exterminados en la persecucin y en las matanzas subsiguientes, alcanzaron a 700 () Los espaoles mandaron batir medallas en conmemoracin de estas jornadas.24 Una vez ms, Juana, la tragedia y la muerte; esta vez, la de su querido esposo. Una vez ms, Juana no se rindi, continu luchando. La cabeza de Padilla juntamente con la de la amazona, fueron exhibidas en unas piquetas en la plaza del pueblo de La Laguna, para escarmiento y temor de los insurrectos; al pie de ellos, el sanguinario coronel hizo matar a setenta y siete prisioneros a palos, pedradas y bayonetazos. Cuatro meses despus de la muerte de Manuel, la guerrillera reuni a un grupo compuesto por algunos de sus Leales y Amazonas y otros indgenas que se les sumaron en el trayecto a La Laguna. Era la
hora de la venganza. Llegados al pueblo, la iracunda Juana comenz a disparar a mansalva, masacrando a todo realista que se le interpuso en el camino entre ella y los restos de Manuel, a los que pretenda rescatar. De este modo, rob la cabeza de su amado, convertida ya en puro hueso.
Finalmente, la llev a la iglesia para que se le rindieran los merecidos honores fnebres. Ahora, Manuel descansaba en paz. El pueblo de la Laguna, donde la cabeza de Padilla fue puesta por escarnio en una pica, lleva hoy su nombre ilustrado por sus hazaas y su martirio25 Con este episodio, conclua una pica historia de amor, pero continuaba la historia de una lucha. Segn algunas versiones, Juana no us nunca ms su chaqueta roja, sino que comenz a vestir de negro, en parte para no ser reconocida, en parte como signo de su duelo.
38
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 48
5. La marcha por el azaroso camino de la emancipacin
Despus del fatal contraste en que perd mi marido,
y qued sin los elementos precisos, para continuar la
guerra, renunci los indultos y las generosas
invitaciones con que se empe con atraerme el
enemigo. Abandon mi domicilio y me expuse a
buscar mi sepulcro en un pas desconocido para no
ser testigo de la humillacin de mi Patria, ya que mis
esfuerzos no podan concurrir a salvarla. En este
estado he pasado como ocho aos, y los ms de los
das, quiz sin otro alimento, que la esperanza de
restituirme a mi Pas.
Juana Azurduy26
Tras el fallecimiento de Padilla, la causa rebelde
enfrent grandes dificultades. Por un lado, este
hecho fue determinante para el avance militar de los
realistas en el territorio altoperuano. Con su muerte
se desvaneca uno de los focos ms importantes de
la resistencia patriota. Por el otro, al
desaparecer el jefe, sobrevinieron
conflictos internos dentro de la tropa. La
misma se dividi en dos fracciones
lideradas por distintos caudillos, quienes
de ninguna manera gozaban del mismo
grado de autoridad de la que haban
estado investidos, hasta no haca mucho
tiempo, Juana y Manuel. A las divisiones y
al faccionalismo interno, le sucedi la
desorganizacin de la guerrilla.
Ante esta situacin, Juana contact al
general Martn Miguel de Gemes y le
solicit que enviase en lugar del finado
un Jefe de integridad, amor, celo y
honradez27, con el objeto de
restablecer, a partir de un nuevo mando,
la Republiqueta de la Laguna.
No se sabe con exactitud si Gemes y los
esposos Padilla haban tenido la chance de
conocerse en persona previamente.
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 49
Sin embargo,
la fama del
primero se
encontraba
bastante
extendida en
el Alto Per y,
efectivamente, Manuel lo tena en muy alta estima.
Desde 1814, este general y gobernador salteo,
haba estado al frente de un conjunto de milicias
irregulares compuestas por gauchos pobres e indios,
utilizando tcticas muy similares a las empleadas por
las guerrillas altoperuanas. La guerra gaucha o de
recursos tuvo un rol estratgico fundamental en las
luchas por la independencia, ya que la heroica
resistencia llevada adelante en la frontera entre
Salta y Jujuy, logr desgastar y contener el avance
de los ejrcitos espaoles desde Lima y el Alto Per
hacia el Ro de la Plata.
El caudillo salteo envi el auxilio solicitado
por Juana, formado por un grupo de
hombres de su confianza, entre los que se
encontraba el teniente Melchor Daza.
Imposibilitada de resolver los problemas
que atravesaba la guerrilla de La Laguna,
probablemente todava abatida por la
reciente muerte de Manuel, Juana decidi
continuar con su lucha en otras latitudes.
Asimismo, el contexto no era para nada
auspicioso: hacia 1817 las fuerzas
rebeldes del norte y del oeste haban sido
literalmente diezmadas y sus caudillos
vctimas de la represin realista.
39. General Martn Miguel de Gemes. Acuarela de Guillermo Roux. 2008 40. Martn Miguel Juan de la Mata Gemes.
Carbonilla Eduardo Schiaffino, 1902 41. Vista de la ciudad de Salta. Acuarela de Besnes e Irigoyen. 1851 42. La muerte de Gemes. leo de Antonio Alice. 1910. Legislatura de la ciudad de Salta
39
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 50
De esa forma, la reaccin monrquica qued casi
duea del Alto Per.
Melchor Daza, acompa a Juana hacia la villa de Tarija, dominio del caudillo Francisco de Uriondo, cuyas tropas actuaban en estrecha colaboracin con las de Gemes. All, permaneci temporalmente bajo su proteccin y comando militar. A principios de 1818 fue escoltada nuevamente por Melchor Daza, esta vez, a la provincia de Salta. Los destinos de Martn Miguel de Gemes y de Juana Azurduy de Padilla estaban unidos por todo aquello que posean en comn Su origen social distinguido, del que abjuraron por la lucha emprendida. Su ferviente conviccin patriota y sus ansias de libertad. Su espritu aguerrido. Su trayectoria y su forma particular de lucha contra los realistas. Su oposicin al centralismo porteo (representado por la figura un enemigo compartido, el general Rondeau). Sus preocupaciones sociales y su vinculacin estrecha con los grupos ms vulnerados de los territorios en donde actuaron: los mestizos, los indios, los gauchos, en fin, la plebe. 40
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 51
Por tal motivo, Gemes le dio refugio a Juana en su
propia casa junto a su familia y la incorpor a su
ejrcito de gauchos de lnea, Los Infernales,
asignndole en l tareas de responsabilidad y de
mando en el campo de batalla.
En el ejrcito salteo permaneci mucho tiempo
muy estimada y respetada por los gauchos, que
asombrados la vean manejar un caballo con el
mismo aplomo y destreza que ellos.28
Juana acompa la lucha del caudillo salteo hasta
1821. Durante ese ao, Salta fue invadida y ocupada
por un poderoso ejrcito realista, al mando del
general Juan Ramrez Orozco. Gemes, asediado en
su propia casa al salir en la oscuridad de la noche,
fue sorprendido y herido por un disparo enemigo.
Muri desangrado, varios das despus, el 17 de junio
de 1821. Toda Salta llor al Tatita de los Gauchos.
A raz de lo anterior, Juana abandon la actividad
militar. Se tienen noticias de ella recin en abril de
1825, cuando se dirigi a la Junta Provincial de Salta
para concitar la compasin de Vuestra
Honorabilidad y llamar vuestra atencin
sobre mi deplorable y lastimera suerte
En la carta, recorra su participacin en la
revolucin y describa su situacin
presente: desnuda de todo arbitrio, sin
relaciones ni influjo, en esta ciudad, no
hallo medio alguno de proporcionarme los
tiles y viticos precisos para restituirme
a mi casa.29 Juana quera volver a su
tierra natal, slo que, habiendo sido
confiscadas sus propiedades y hallndose
en la extrema pobreza, no poda hacerlo
sin la ayuda econmica del gobierno de
Salta. Este, reconociendo la trayectoria de
la pareja guerrillera resolvi entregarle a
tal fin cuatro mulas de las mejores que
hayan pertenecientes al Estado () [y] la
cantidad de cincuenta pesos para ayuda
de los gastos de su marcha.30
41
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 52
42
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 53
6. Sin pena ni gloria
El retorno de Juana a Chuquisaca en 1825 coincidi
con aquello por lo que ella y su marido haban
luchado desde 1809: la independencia de los
espaoles. Sin embargo, las divergencias y el
abandono del Alto Per por parte de Buenos Aires,
llevaron a la separacin de ambas regiones y a que
sus respectivas emancipaciones dieran nacimiento a
dos pases diferentes: Argentina, por un lado y
Bolivia, por el otro.
Se truncaba as el sueo boliviariano de la
Patria Grande Americana. El mariscal
Antonio Jos de Sucre, Gran Mariscal del
Per y primer presidente de la Repblica
de Bolivia, nombr de esa manera al pas,
conmemorando a quien fuera otro
importante personaje de las luchas por la
independencia americana y su libertador:
el general Simn Bolvar. Sin embargo, el
propio Bolvar, luego del encuentro con la
seora Azurduy de Padilla en 1825, seal
a Sucre que este pas no debera
llamarse Bolivia en mi homenaje, sino
Padilla o Azurduy, porque son ellos los que
lo hicieron libre.32
43. La Plaza de Sucre, antigua ciudad de Chuquisaca. Litografa de Alcide DOrbigny. c. 1830
44. Mariscal Antonio Jos de Sucre. leo Annimo. 1895 45. Simn Bolvar. leo de Ricardo Acevedo Bernal 46. Manuela Senz. leo de Francisco Burzi. 2005
43
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 54
44 45
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 55
En esa ocasin, Bolvar, acompaado de Sucre, el
caudillo Lanza y el Estado Mayor del Ejrcito
Colombiano visitaron a Juana en la miserable choza
que habitaba para reconocerle sus sacrificios por
la libertad y la independencia.33 Bolvar le expres
su profunda admiracin y su reconocimiento
ascendindola a Coronela -el primer ascenso que
firmaba en Bolivia- y otorgndole una pensin
vitalicia mensual de sesenta pesos. Despus, a
pedido de ella, Sucre la aument a cien pesos.
Manuela Senz, prcer quitea en la gesta
emancipadora y tambin honrada con el grado de
Coronela, en una carta dirigida a ella, relataba las
impresiones de Bolvar -su compaero sentimental-
durante aquella visita, as como las suyas propias
respecto de la destinataria: una vida como la suya
me produce el mayor de los respetos y mueven mi
sentimiento para pedirle pueda recibirme cuando
usted disponga, para conversar y expresarle la
admiracin que me nace por su conducta; debe
sentirse orgullosa de ver convertida en
realidad la razn de sus sacrificios y recibir
los honores que ellos le han ganado.
Tngame, por favor, como su amiga leal.34
46
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 56
Juana tuvo algunos reconocimientos en vida: el de
Belgrano primero, y ahora los de Bolvar y de Senz. Sin
embargo, su tierra natal no la recibi con los honores que tan grande y digna luchadora mereca.
Sus ltimas cuatro dcadas, las vivi en la extrema
pobreza. Pese a los reclamos que realiz al gobierno
boliviano para que le fueran restituidas la casa que habit
en Chuquisaca y las haciendas expropiadas por los
espaoles, slo consigui la devolucin de la hacienda de
Cullco -malvendida tiempo despus, para pagar la dote
del casamiento de su hija Luisa-. Por otro lado, despus
de la deposicin de Sucre como presidente de Bolivia en
1828 y los vaivenes polticos posteriores, la pensin a su
mrito otorgada por Bolvar le fue suprimida. El Cielo, que seala ya el trmino de los tiranos,
mediante la invencible espada de V.E., quiso regresase a mi casa, donde he encontrado disipados mis
intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene
ms patrimonio que lgrimas. Juana Azurduy31
47. Juana Azurduy de Padilla. leo annimo. Saln de Espejos de la Alcalda de Padilla, ex La Laguna
48. Juana Azurudy en sus ltimos aos. Acuarela de Guillermo Roux. 2008
49. Casa donde falleci Juana. Fotografa en J.M. Urquidi
47
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 57
Al mismo tiempo, en la Bolivia independiente, la
soledad fue su ms fiel compaera. Comparti
algunos aos con su nica hija, Luisa. En 1839, se
cas y se fue a vivir lejos. Juana qued sola. En
1850, tras separarse, volvi a vivir con ella. La
relacin entre ellas siempre fue distante, a causa del
abandono que sufri cuando nia.
Se sabe que madre e hija habitaron una humilde
casa compartida por varias familias, el Tambo de
Curipata -un local donde antiguamente viajeros y
trajinantes pernoctaban, localizado en la Calle (hoy)
de los Bancos, en el barrio de Chuquisaca que
llevaba ese nombre-. All, adems de su hija, la otra
compaa de Juana fue un nio llamado Indalecio
Sandi. El pequeo era pariente de su hermana
Rosala; por ser hijo bastardo, nadie en la familia lo
quera. Ella lo acogi y lo tom bajo su cuidado.
Juana tena pocas posesiones en su cuarto. Su tesoro
ms preciado era un cofre, que contena documentos
de gran valor: las notas oficiales de los combates
que junto a su marido haba librado en el pasado.
Estos ltimos aos, los pas sumida en el
anonimato y en el silencio. La anciana no
responda las preguntas que los curiosos
nios le hacan acerca de su participacin
en los combates por la independencia.
Cuando finalmente se dispona a hacerlo,
daba por cerrado el asunto: Guay, que
al fin rajaron la tierra aquellos chapetones
(espaoles) malditos! Rajaron la tierra
Eso s que es escapar llevando el terreno y
la velocidad del rayo. Pero todo eso es ya
historia antigua.35
La pobreza, la soledad, e l
anonimato, e l silencio Un destino
ingrato, poco apropiado, desatinado,
que no haca justicia a la trayectoria
de la valiente luchadora. Del mismo
modo, fue su muerte.
El 25 de mayo de 1862, a la edad de 82
aos, falleci Juana Azurduy de Padilla en
la pequea habitacin que ocupaba. 48
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 58
Estaba con ella el pequeo Indalecio. En verdad,
era una sobreviviente: fue la ltima, de entre
todos los guerreros de Amrica del Sur, en
permanecer con vida. Como muchos de ellos,
muri en el ms triste de los olvidos.
Aquel da su protegido reclam a las autoridades
municipales que se le realizara un homenaje
fnebre, que fuera sepultada con los honores que le
correspondan a esa mujer heroica. Se negaron.
Adujeron que las fuerzas militares estaban
ocupadas conmemorando un nuevo aniversario
de la revolucin de Chuquisaca de 1809. As, un
pequeo cortejo fnebre, formado por Indalecio
y sus vecinos, cargaron el atad y acompaaron
los restos mortales de Juana hasta el
Cementerio General de esa ciudad. Los mismos
fueron sepultados, sin pena ni gloria, en una
fosa comn.36 Slo la Gaceta El Liberal, del 28
de mayo de 1862, anunci en un pequeo
recuadro su partida.
49
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 59
7. Una ilustre desconocida
Luego de un largo e injusto olvido, se transform en
el smbolo de libertad de los pueblos, de aquellos
pueblos que hoy, unidos, levantan la bandera de una
nueva revolucin en paz, a fin de lograr ser la
anhelada Nacin, la original, la autntica y poder
vivir en definitiva Libertad.
Jos Bilbao Richter 37
Muchos aos despus de fallecida, la figura de Juana
fue rescatada de las penumbras. Eran tiempos
nuevos. Tiempos de cambio. Tiempos de repensar la
nacin, sus prceres, su historia.
De este modo, en 1962, a cien aos despus de su
muerte, los restos de la combatiente fueron
exhumados y trasladados a la Casa de la Libertad,
en Sucre -lugar donde en 1825 se haba firmado el
acta de Independencia de Bolivia-. Asimismo, el
presidente del gobierno revolucionario Vctor Paz
Estenssoro aprovech el aniversario para conferirle
por decreto supremo el ttulo de Herona
Nacional y el grado de General de las
Fuerzas Armadas de la Nacin. En el
texto del decreto la valerosa y
legendaria guerrillera americana es
reivindicada en cuanto ejemplo insigne
legado a la posteridad y como un
smbolo del indomable espritu de
sacrificio de la mujer boliviana.38
Durante los ltimos aos, la guerrillera
recibi otros ascensos militares y
reconocimientos pstumos.
En agosto de 2009, durante el gobierno
argentino de Cristina Fernndez de
Kirchner la promovi a Generala
mediante el decreto 892/09. En sus
considerandos, recorre la sacrificada
historia de vida y de lucha de Juana
Azurduy de Padilla y establece que:
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 60
50
51
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 61
en atencin a todo ello,
resulta necesario saldar la
deuda histrica de
agradecimiento que el
Estado Nacional tiene con
la memoria de la Teniente
Coronela Da. Juana Azurduy de Padilla, guerrera
heroica e indoblegable de la independencia, por su
destacadsima actuacin en las filas de nuestras
fuerzas libertarias.39
Durante una visita de la presidenta argentina a su
par boliviano, Evo Morales, en marzo de 2010, y con
el fin de profundizar las relaciones bilaterales y
econmicas entre ambos pases, se instituy al 12 de
julio como el Da de la Confraternidad Boliviano-
Argentina, recordando la fecha de nacimiento de la
guerrillera, que desarroll su lucha en los territorios
de sendas naciones.
Durante esa
ocasin, la primera
mandataria de la
Repblica Argentina
evoc la figura de
Juana Azurduy y
entreg al presidente Morales el sable
corvo, rplica del que perteneciera al
General Jos de San Martn, que
correspondiera al Grado de Generala del
Ejrcito Nacional Argentino, post-mortem.
50. Casa de la Libertad en la ciudad de Sucre. c.2012 51. Urna donde descansan los restos de Juana Azurduy en la Casa de la Libertad. c.2012 52. Rplica del sable de San Martn, regalo de la Repblica Argentina a la Repblica de Bolivia. 2010 53. Charreteras y sable de Mariscala del Estado de la
Repblica Plurinacional de Bolivia. 2011 54. Monumento a Juana Azurduy en Sucre.
52
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 62
En 2011, la Asamblea
Legislativa Plurinacional
de Bolivia decidi conferir
el Grado de Mariscal del
Estado Plurinacional de
Bolivia a doa Juana Azurduy de Padilla por su valor
demostrado en las batallas ganadas en el proceso de la
independencia de Bolivia.40
Juana se converta as en la primera mujer boliviana
ascendida al mximo Grado Militar en la categora de
oficiales de su pas.
Continuando con esta tendencia, recientemente, el
gobierno boliviano don ms de un milln de dlares al
Estado argentino, destinados a la construccin de un
monumento que rinde homenaje a la herona. La
estatua le fue encargada al escultor argentino Andrs
Zerneri. Ser de bronce, tendr 9,5 metros de altura y
mostrar a Juana en combate, sosteniendo una espada
con la mano izquierda y protegiendo a sus cinco hijos
con el otro brazo, junto a sus fieles seguidores: los
indgenas del altiplano y los gauchos salteos.
53
54
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 63
En un gesto cargado de significacin
simblica, la misma sera emplazada el 12
de octubre de 2015 en la Plaza Coln -
ubicada detrs de la Casa Rosada-, para lo
cual fue desmontado el polmico
monumento a Cristbal Coln que ser
trasladado a la Costanera norte, frente al
Aeroparque, en la Ciudad de Buenos Aires.
Juana, de este modo, conquista una fecha
en el calendario oficial y un lugar central
en el entramado geogrfico de la capital
argentina. Una importancia acorde a la
que le atencin que le ha sido dada
ltimamente a su figura, que forma parte
de un ejercicio de relectura y
reinterpretacin del pasado nacional.
55. Maqueta del futuro monumento dedicado a Juana Azurduy en Buenos Aires, del escultor argentino Andrs Zerneri. Donado por el gobierno boliviano.
56. Juana Azurduy de Padilla. Dibujo annimo. 57. Juana Azurudy por ION
55
-
MUSEO ROCA - HISTORIA VISUAL N35 MUJERES DESTACADAS : JUANA AZURDUY DE AMRICA 64
8. Miradas superpuestas sobre una misma mujer
Algunas fuentes -contemporneas a Juana o
posteriores a ella, novelas, biografas o retratos-
plantean que la excepcionalidad de Juana, como nia
primero, como mujer despus, tuvo que ver no slo
con su personalidad y sus capacidades, sino tambin
con su belleza fsica. Doa Lindaura Anzotegui de
Campero, quien lleg a conocerla, la describa as:
de aventajada estatura, las perfectas y acentuadas
lneas de su rostro recordaban el hermoso tipo de las
transtiberianas romanas.41 Por su parte, el
historiador Ren Garca Moreno la caracterizaba a
partir de su gallarda presencia, rostro hermoso,
tan valiente como virtuosa.42
Sin embargo, los anteriores relatos contradicen una
serie de motivos y representaciones comunes en el
tratamiento de la figura de la guerrillera.
Debido al varonil esfuerzo y bizarra de la
Amazona o su valor y sus conocimientos en
milicia poco comunes a las personas de su
sexo De esa manera se refieren Antonio
Berruti o Manuel Belgrano en sus oficios de la
dcada de 1820 sobre Juana Azurduy de
Padilla (vese supra). En las palabras de los
revolucionarios, aparecen dos motivos
recurrentes en las descripciones que se
realizaron sobre Juana, estrechamente
asociadas a su valiente actuacin guerrera: la
idea de la amazona y su representacin y
valoracin a partir de ciertos cnones
masculinos. En verdad, el trmino de
amazona era frecuentemente utilizado
en los discursos pblicos y literarios de la
poca para referirse a las mujeres que
participaron en las luchas por la
independencia, recordando las habilidades
blicas y ecuestres de aquel pueblo de
guerreras de la mitologa griega.
-
MUSEO ROCA