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Mortalidad infantil en La Guajira Thalía Giovanna Mejía Sánchez1
Universidad de los Andes
Bogotá, D.C.
Diciembre 2, 2016
Resumen
Encontrar una política pública eficiente que disminuya la muerte de los niños menores
de cinco años en La Guajira es crucial. El presente estudio analiza el impacto que tiene la
corrupción, la población indígena Wayuú y las condiciones climáticas en la alta mortalidad
infantil del departamento. Así pues, se presenta un análisis estadístico y descriptivo, en el
que se evidencia que la corrupción es la variable que más impacta esta crisis humanitaria;
además, se demuestra de manera cualitativa que las condiciones climáticas y la especificidad
cultural también afectan esta situación. Lo anterior, con el fin de establecer una
recomendación de política focalizada que propenda a la construcción de una solución que
conlleve a reducir la mortalidad infantil en el departamento. Todo esto, con la
implementación de instituciones más fuertes y focalizadas en la población indígena, que
mejore la condición de vida de esta sociedad.
Palabras claves: mortalidad infantil, corrupción, indígenas Wayuú, cultura, La
Guajira, pobreza, salud, clima, política pública.
Clasificación JEL: C33, I12, I38
1 Agradezco a Dios, a mi familia, amigos, a Fabio Sánchez y Ximena Peña, por su apoyo y aporte en el desarrollo
de este proyecto.
Introducción
El departamento de La Guajira se caracteriza por sus paisajes desérticos y su alta
población indígena. Asimismo, es uno de los mayores productores de carbón y sal, y produce
el gas con el que se beneficia a la mayor parte de la región caribe. La importancia de este
departamento es indiscutible y por sus actividades económicas, sus regalías no son nada
despreciables. Sin embargo, a pesar de su gran riqueza natural, las condiciones de vida de la
población no son las mejores. Las regalías no se ven reflejadas en el bienestar de la sociedad.
Según datos del DANE (2015), La Guajira es el segundo departamento con mayor pobreza
monetaria extrema (53,3) y mayor desigualdad (Gini 0.55) en Colombia. Además, cuenta con
uno de los índices de necesidades básica insatisfechas más altas en el país (40,47). Asociado
a estos factores, se encuentra también las altas tasa de mortalidad infantil.
Desde hace poco más de dos años, la muerte de niños por desnutrición ha hecho de
esta situación un tema mediático. Para lograr entender esta problemática que ha estado
presente en el departamento durante muchos años, es necesario tener conocimiento sobre la
cultura Wayuú, pues bien, esta representa aproximadamente el 42% de la población y la gran
mayoría de los niños fallecidos pertenecen a esta etnia.
Recreación de la vivienda Wayuú. Tomada el día 27 de septiembre del 2016 en la
Ranchería Yotojorotshi.
En principio, la vivienda Wayuú cuenta con dos habitaciones donde se cuelgan las
hamacas, junto a las habitaciones se encuentra la cocina, la cual frecuentemente no cuenta
con techo y es rodeada por cactus que cubren del viento y la arena, a este asentamiento se le
denomina ranchería. Su acceso al agua es limitado, y esta no es siempre potable, lo que causa
gran cantidad de enfermedades gastrointestinales y respiratorias en la comunidad. Estos
asentamientos no cuenta con las condiciones básicas que exige una vivienda digna. Además,
los Wayuú son una población que constantemente cambia de lugar de residencia, es habitual
que se trasladen de un lugar a otro luego de que el pasto para sus animales se agote. Por otro
lado, cuenta con una lengua propia, su cosmovisión y organización social difieren en gran
medida a la de los arijunas (personas que no pertenecen a la cultura Wayuú), lo que hace que
el choque cultural no sea fácil de sobrellevar.
Pese a esto, no se puede seguir escudando en que las características de esta etnia, esas
costumbres tan propias de su cultura, son las culpables de las altas tasas de mortalidad en el
departamento. Estas suposiciones, están basadas en el desconocimiento de la cultura Wayuú,
de su organización social en la que dan prioridad a sus núcleos familiares, especialmente, a
sus niños; no obstante, “las condiciones de vida, la situación de pobreza, abandono, bajo
desarrollo de sus territorios, la exposición al cambio climático, territorios en procesos de
desertificación, la escases de agua y los alimentos crea condiciones difíciles que amenazan
su supervivencia” (Ramírez, 2016).
Esta investigación busca contribuir a una posible solución que propenda la
construcción de un política eficiente, que logre disminuir la muerte de los menores de 5 años,
en especial, la muerte por desnutrición. Pues bien, a pesar de que se han realizado numerosas
campañas y brigadas para abastecer de comida a las familias Wayuú, estas acciones no han
tenido ningún impacto en la población. Nuestros niños se siguen muriendo ¿Qué se debe
hacer? ¿Qué se está dejando de lado? ¿De dónde se debe partir?
A lo largo de este trabajo se espera esclarecer cuáles son las variables que han limitado
la disminución de las tasas de mortalidad infantil en La Guajira en los últimos años. Para ello
se tendrán en cuenta los posibles efectos heterogéneos de las variables de orden geográfico
y cultural sobre la mortalidad infantil. Asimismo, para encontrar estrategias eficientes
debemos analizar primero las causas o factores que más contribuyen a esta situación. Por un
lado, históricamente se ha visto como los fondos destinados a alimentación y/o necesidades
de la población no llegan a sus destinarios, estos desaparecen por ineficiencia y corrupción
(Restrepo, 2016). Si se pretende diseñar una política pública en pro de mejorar el bienestar
de los menores en el departamento, se debe corregir la corrupción que existe en éste. Además,
de entender y fortalecer la cultura Wayuú.
Para cumplir con este propósito, se realiza una revisión de literatura que nos permitirá
analizar algunos estudios relacionados con el tema a tratar y así, abrir nuestro panorama a los
antecedentes y conceptos que otros autores han expuesto; seguido, se encuentra el marco
teórico, en donde se hablará sobre la realidad de la crisis humanitaria del departamento.
Luego se describen los datos, la metodología a usar y los resultados del análisis, en los que
se espera que la corrupción esté relacionada con la dificultades sociales que está atravesando
el departamento; y a su vez, hallar una explicación de la relación de la muerte de menores
con la cultura Wayuú y las condiciones climáticas, esto, con el fin de encontrar un punto de
partida que ayude a mejorar la situación que vive La Guajira. Finalmente, se dará una
recomendación de política pública basada en los resultados del análisis.
Revisión de literatura
La mortalidad infantil es un tema de gran preocupación no solo en Colombia, sino
también en el mundo. A lo largo de los años se han realizado multitud de estudios que buscan
solucionar esta situación desde diferentes perspectivas. Fernández Calderón (2013) encuentra
la importancia de reconocer los factores que intervienen en la mortalidad infantil como un
camino eficiente para mejorar este escenario. La autora analiza las muertes de menores en el
estado de Hidalgo (México), y concluye que el acceso al agua potable, el alfabetismo, la edad
de la madre y el número de hijos son algunos de los elementos que se deben tener en cuenta
al momento de implementar estrategias que busquen reducir el problema.
Obonyo Jarabi, Imbwaga y Anampiu (2014), por su parte, estudian la tendencia de la
mortalidad infantil en Kenia durante los años 1999-2014. En éste encuentran una significativa
disminución en las muertes de menores, y atribuyen a este suceso las mejoras en la salud,
incluyendo, mejoras en la utilización de los servicios de salud materna; y un mejor cuidado
y atención oportuna a enfermedades infantiles tales como malaria, diarrea y neumonía.
Asimismo, María Luisa Ávila-Agüero (2007) expone que la tasa de mortalidad infantil es el
índice más sensible de salud comunitaria, eficiencia económica y bienestar social. La autora
afirma que
“el acceso a agua potable, vivienda digna, calzado, saneamiento ambiental en
especial el manejo y disposición final de los residuos sólidos, alimentación
adecuada y educación son señales de la salud y de la reducción de la
mortalidad infantil de manera sostenible. La accesibilidad a los servicios de
salud, acceso con calidad, equidad y oportunidad, lo que tiene mucho que ver
con el entorno socioeconómico ejerce una influencia indiscutible en el
comportamiento del indicador” (Ávila, 2007).
Ávila- Agüero (2007) concluye que las principales causas de la mortalidad infantil,
no son las afecciones perinatales, sino la pobreza. Esta última conlleva a desigualdades en la
riqueza, educación, nutrición y servicios básicos de salud. Afirma que se debe ser capaz de
diseñar políticas claras y permanentes que sean orientadas a los grupos más vulnerables, y
que bajo la estrategia de promoción de salud, la salud se convierta en una cultura de vida.
También señala que el acceso a la información es de suma importancia, el poder controlar
con información y responsabilidad el número de hijos y el momento del embarazo, y recibir
atención prenatal calificada, favorecerse de programas de vacunación, son derechos básicos
de todos los seres humanos que el gobierno debe garantizar (Ávila, 2007).
Del mismo modo, la tasa de mortalidad infantil es también un indicador de la calidad
de vida de una población. Buchbinder (2008) realizó un estudio en donde se tomaron los
nacimientos y defunciones infantiles según la residencia de la madre y se clasificaron según
su nivel socioeconómico en Argentina (NBI). Los resultados mostraron que las tasas de
mortalidad infantil, neonatal y postneonatal disminuyeron entre los dos periodos estudiados,
1995-1997 y 2003-2005, pero el riesgo de mortalidad neonatal e infantil se mantuvo alto para
las comunidades con mayor NBI. Lo anterior, permite establecer una relación clara entre la
pobreza y la mortalidad infantil, los niños que nacen en familias más pobres tienen mayor
riesgo de morir antes del primer año.
Voster (2010) analiza el círculo vicioso de la pobreza y la desnutrición, y realiza una
revisión de los problemas nutricionales en África del Sur, con el fin de argumentar la
importancia y necesidad de incluir un componente de intervención nutricional en los
programas que buscan disminuir la pobreza. El autor concluye que el ciclo se puede romper
mediante la mejora del estado nutricional de las mujeres en sus años productivos, con lo que
se puede evitar una malnutrición fetal, y asegurar un buen desarrollo mental y crecimiento
de los niños. Lo anterior, conlleva a una mejora en el capital humano, la salud y la
productividad, dando así un paso hacia la disminución de la pobreza.
Por otro lado, Sánchez y Vega (2014) encuentran que aumentos en la cobertura de
acueducto y alcantarillado se traducen en disminuciones significativas en las tasas de
mortalidad. Asimismo, los efectos en la disminución de la mortalidad son mayores cuando
se mejora la calidad del agua que se está consumiendo. Los autores concluyen que en
Colombia, las regiones del Caribe y Pacífico presentan las tasas de mortalidad más altas, las
coberturas de acueducto más bajas y la proporción de muertes por enfermedades relacionadas
con la calidad de agua más altas. Enfatizan la importancia que tiene proveer agua de mejor
calidad sin desmejorar la cobertura de la misma, especialmente en las zonas rurales y
departamentos costeros del país.
La realidad de La Guajira
En la literatura se evidencia un sinfín de factores que inciden en la mortalidad infantil
alrededor del mundo. Así pues, el estudio de este problema debe estar basado en unas
condiciones y espacios determinados, donde se pueda identificar claramente las variables que
limitan el avance en este tema para cada lugar en específico. En La Guajira, las posibles
causas de la crisis humanitaria que está afectando el departamento son: el abandono estatal
al que siempre ha estado sujeto, la creciente corrupción, la sequía extrema de los últimos
años y, la población dispersa y su aspecto cultural (El Heraldo, 2016).
Por ello, para poder realizar un buen análisis, es necesario el conocimiento y
reconocimiento de la cultura indígena Wayuú. Esta etnia, en su plan especial de salvaguarda
de su sistema normativo exponen cinco pilares que garantizan un sistema de justicia y cultura,
si alguno de estos se vulnera la cultura Wayuú empieza a desestabilizarse. El primer pilar es
la lengua materna, éste, es su medio de comunicación y una herramienta que utilizan las
personas mayores para dar conocimiento de su cultura a los más pequeños. El segundo es la
espiritualidad, en ésta se afianza la relación con el entorno; para los indígenas la tierra
representa la maternidad y la lluvia la paternidad, y de ellos emana la vida. Por lo anterior, la
relación con la naturaleza es de gran importancia y de ahí, parten sus actividades económicas,
del cuidado de animales y plantas.
El tercer pilar y uno de los de mayor importancia actualmente, es la organización
social. En la cultura Wayuú el núcleo familiar es el linaje, la familia se conforma a través de
clanes familiares que se rigen por el linaje materno, es decir, es matrilineal. Lo anterior no
indica que la mujer sea la autoridad, solo que a partir de la mujer se reconoce el vínculo
familiar. Además, a través del linaje se conocen los derechos y deberes de cada miembro.
En ésta, el tío materno es la autoridad y por ende es quien debe responder por las acciones de
sus sobrinos (hijos de sus hermanas), y a su vez, le corresponde apoyarlo en la parte
socioeconómico y resolver los conflictos que se les presente; así pues, la potestad del niño la
tiene el tío materno más no el padre. Paralelamente, en la cultura Wayuú no existe el concepto
de huerfanidad, todos tienen un padre y una madre.
Representación de un clan Wayuú. Recuperada de Revista Semana.
De la anterior concepción de organización social, se desprende el cuarto pilar que
habla sobre el territorio como una propiedad colectiva. Y finalmente, el quinto cimiento de
la cultura habla sobre su economía tradicional, o sea, sobre la agricultura, ganado vacuno y
ovino, y su artesanía. Estos cinco pilares son la representación de una cultura que ha
mantenido sus tradiciones a lo largo de los siglos, y que ha luchado por mantener sus
costumbres pese a los cambios y la globalización que los rodea.
Como bien lo menciona el Secretario de salud, Stevenson Marulanda, en su artículo
El hambre Wayuú no es una elección Wayuú, es una fatalidad arijuna (extraña),
“Los Wayuú han sobrevivido engastados en su dignidad y enconchados en su
genuino espíritu racial. Los Wayuú, no son solo una nación, son un Estado
dentro de otro Estado, un mundo dentro de otro mundo. Son algo más de
medio millón de individuos, quizás más quizás menos, nadie lo sabe, ni el
DANE, ni el Sisbén, ni las EPS, orgullosos de su raza, su lengua, sus
cementerios, sus jagüeyes, sus palabreros y su forma precolombina de
gobernarse que, desperdigados en miles de rancherías y en incontables puntos
unifamiliares, sin alcantarillas ni electricidad ni agua corriente ni hospitales,
sobreviven en un desierto o casi desierto de 15.000 kilómetros cuadrados”
(Marulanda, 2016).
Incluso, lo único que se conoce es que muchos de estos indígenas están asegurados
en alguna de las diecisiete EPS situadas en Riohacha y Maicao. Pues bien, el Estado paga a
estas aseguradoras una Unidad de Pago por Captación (UPC) de aproximadamente
seiscientos mil pesos anuales por cada indígena, con el objetivo de que estos sean atendidos
y así, prevenir futuras enfermedades. Sin embargo, muchas de estas aseguradoras, sino todas,
no saben la ubicación exacta de muchos afiliados, o si la saben los gastos para llegar a ellos
sobrepasan la UPC, por lo que la cobertura en salud no dice nada sobre la calidad de la
prestación de este servicio. Aparte de eso, muchos de los indígenas no saben que cuentan con
un seguro médico porque nadie se los hizo saber (Marulanda, 2016).
Por otro lado, la gran mayoría de las personas Wayuú son niños. Gracias a que los
Wayuú son polígamos y multíparas, las altas tasas de natalidad compensan las absurdas tasas
de mortalidad infantil, asegurando la persistencia de la etnia. Sin embargo, el problema no
radica en la preservación de la cultura sino en las alarmantes cifras de las defunciones de
menores, sobre todo las asociadas a desnutrición. En La Guajira no hay niños obesos, la
mayoría se encuentra en un grado extremo de enflaquecimiento. Por ello, se han adoptado
diferentes medidas que buscan subsanar la situación.
“El icbf les reparte comida y agua a los que puede o encuentra en esa
inmensidad, la Unidad de Gestión de Riesgo y la Cruz Roja Colombiana
también, El Cerrejón también, y también una especie de turismo humanitaria
viene reparte bolsas de agua se toman fotos y se van, hasta congresistas
vienen, pero los tepichikana (niños) siguen igual” (Marulanda, 2016).
Niños atendidos en la UCA2 de la Ranchería Yotojorotshi. . Tomada el día 27 de
septiembre del 2016.
Hay algo cierto en La Guajira, no hay números ni estadísticas que reflejen o que
logren aproximarse al tamaño del hambre y la miseria, y a la distancia antropológica entre
los Wayuú y los arijunas. Para colmo, se suma la inestabilidad política, económica y social
en Venezuela que ha incrementado la crisis Wayuú (Marulanda, 2016). La frontera entre
Venezuela y Colombia son inexistente para esta cultura indígena, lo que permite que se
puedan movilizar con total tranquilidad de un lado a otro. Por lo que la situación tan difícil
que está atravesando Venezuela obliga a muchos indígenas a trasladarse a Colombia, y lo
cierto es, que muchos de esos niños que llegan de Venezuela vienen con alto grado de
desnutrición.
Por otro lado, la ambición del hombre no ha sido el mejor aliado. El uso de recursos
como el agua, siendo este un bien escaso en el departamento, por parte de las empresas que
llegan a explotar carbón, sal y gas, empeoran la situación. Así pues, debates como el de la
2 Se le denomina UCA a una especia de centro de 0 a 5iempre adecuado con características con la que los
Wayuú se sienten identificados. Estas están ubicadas en las rancherías, actualmente existen 10 UCAS ubicadas
a lo largo del departamento. La ranchería Yotojorotshi cuenta con dos.
desviación del Arroyo Bruno, afluente principal de río Ranchería, se deben programar y así,
encontrar las medidas necesarias para evitar futuras defunciones a causa de la escases de agua
que este desvío generará para la población que se beneficia de este (Marulanda, 2016).
¿A quién se debe culpar por la crisis humanitaria del departamento? ¿Es simplemente
un problema cultural? ¿De dónde se debe partir para solucionar este problema? Muchas son
las preguntas que se vienen a la cabeza cuando se trata de entender y crear una solución para
disminuir la muerte de los niños en La Guajira, que en su mayoría se le atribuye a la
desnutrición. Al realizar un análisis de la situación, se encuentra que las causas de esta crisis
humanitaria vienen, en parte, arraigadas a un origen natural derivado de la ubicación
geográfica y del fenómeno de El Niño, que han tenido gran impacto en las reservas de agua
y la producción de alimentos. Los tres últimos años, la sequía ha sido un impedimento para
el desarrollo productivo de la región; además, el departamento no contaba ni cuenta con un
suministro de fuentes hidráulicas que permita subsanar este fenómeno (Molina, 2015). Sin
embargo, esta no es una crisis de hace tres años, es una situación que lleva décadas, solo que
el abandono estatal a la que siempre ha estado sometida, imposibilitaba la mejora y
comprensión de la situación.
No obstante, la corrupción también es un tema de total preocupación, esta no genera
solo costos económicos, sino que ha tenido un efecto significante en la cultura. Este efecto
se ve en la descomposición social y desorganización institucional, que alejan a la sociedad
de ser competitiva e innovadora, debido a la ausencia de confianza, transparencia y control
adecuado en el estamento público. Según el artículo La corrupción y el desarrollo de las
Naciones Unidas, la corrupción es el mayor obstáculo al progreso económico y social en todo
el mundo. Esta no solo se lleva el dinero de donde más se necesita, sino que además, debilita
a los gobiernos. Al mismo tiempo, trae consigo grandes consecuencias que afectan y
conllevan a grandes problemas sociales.
Por consiguiente, la corrupción tiene impacto en el abastecimiento del agua,
prestación de servicios básicos y en general, en las condiciones de vida de la sociedad. Por
lo que, se puede inferir que este es el elemento que más impacta la mortalidad infantil en La
Guajira. Sin embargo, no podemos dejar a un lado la población Wayuú y la ubicación
geográfica del departamento, pues bien, estos también explican parte del problema.
Datos y estadística descriptiva
Los datos para la realización del análisis se obtuvieron de diferentes fuentes. En
principio, para obtener el número total de defunciones municipal por año desde 1998 hasta
2015, se tomaron las bases de datos de las defunciones no fetales por grupo de edad, causas
de muerte y municipio de residencia del difunto, que presenta el DANE para cada uno de los
años mencionados anteriormente. De estos datos, obtenemos que la principal causa de muerte
en los menores del departamento es la relacionada con causas perinatales (Gráfico 1).
Seguido se encuentran las defunciones por enfermedades infecciosas, afecciones mixtas y
desnutrición, esta última es la de mayor interés hoy en día. En definitiva, es momento de
encontrar una solución que propenda por la mejora de la sociedad en especial por mejoras en
la calidad de vida de los niños y mujeres gestantes.
Grafica 1. Fuente: DANE. Elaboración propia.
En cuanto a la población indígena, se usaron como base los porcentajes de personas
pertenecientes a la etnia Wayuú determinados en el censo del 2005 para cada uno de los
municipios. Tomando las proyecciones de población del DANE, se estimó que el número de
indígenas en cada ciudad para cada año era el porcentaje de población indígena del censo de
la proyección respectiva. Cabe recalcar, que estos datos al ser estimados y no reales, pueden
presentar alguna limitación en el análisis. Asimismo, los datos del clima se obtuvieron de la
0
100
200
300
400
500
600
700
800
900
Causas de las defunciones en los menores de cinco años - La Guajira
Infecciosas Tumores Cerebro vasculares Perinatal
Traumas/accidentes Nutricional Afecciones mixtas
base del CEDE, y corresponde a datos oficiales del IDEAM. En estos se muestran las
precipitaciones mensuales desde 1998 hasta 2014; para el análisis se usó la suma de las
precipitaciones mensuales para cada año. Además, para los datos de las precipitaciones en
los municipios de El Molino y La Jagua del Pilar, los cuales no contaban con datos, se
tomaron la precipitaciones de los municipios cercanos, San Juan del Cesar y Urumita,
respectivamente.
Por otro lado, los datos de corrupción se obtienen de la suma de las acusaciones a las
irregularidades en el uso de las regalías y de las faltas registradas para cada una de las
respectivas entidades municipales. En el gráfico 2 se observa el número de acusaciones que
presenta el departamento por irregularidades en el uso de las regalías en La Guajira y demás
departamentos de la región Caribe. Cabe aclarar, que la comparación de estos departamentos
se basa en que pertenecen a una misma región, y cuentan con una ubicación geográfica con
condiciones similares.
A partir del año 2007, las irregularidades aumentaron significativamente en casi todos
los departamentos de la región. El aumento en La Guajira, San Andrés, Sucre y Córdoba, fue
significativamente más alto. Lo anterior, revela la alta corrupción que existe en algunas zonas
de la región. En el caso de la Guajira, lleva a entender por qué los altos ingreso recibidos por
la explotación de las riquezas naturales en el departamento no se está viendo reflejada en el
bienestar de la sociedad y, como el problema de corrupción llega a tener un impacto directo
en las condiciones de vida de la población.
Grafico 2. Fuente: Procuraduría. Elaboración propia.
0
100
200
300
400
500
600
700
1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
Acusaciones por irregularidades en el uso de las regalías en la Región Caribe
La Guajira Atlántico Cesar Magdalena
Sucre San Andrés Córdoba Bolívar
En la Tabla 1, se observa las estadísticas descriptivas de las variables mencionadas
anteriormente, estas se encuentran a nivel municipal y con variación anual comprendida
desde 1998 hasta el 2015. Por un lado, el total de defunciones tiene un promedio de
aproximadamente 21 niños muertos menores de cinco años a lo largo de los 18 años que se
están analizando, con variación de 0 a 154 muertes a nivel municipal. Seguido se encuentran
las causas de muerte de los menores en la que el promedio más alto es de 8 niños muertos
por causas perinatales, con cambios de 0 a 72 defunciones. Asimismo, se observa que el
promedio más bajo es de 0,17 muertes por causas cerebro vasculares y su variación es de 0 a
3 menores fallecidos. Por otra parte, la población Wayuú muestra un promedio de 20.536
indígenas, con una variación de 0 a 158.898 individuos pertenecientes a esta etnia. En cuanto
a la corrupción, hay un promedio de 7 sanciones por mal uso de recursos monetarios
adquiridos, con una variación de 0 a 193. Paralelamente, la suma de las precipitaciones
mensuales para cada año presenta un promedio de 1.295 mms de precipitación anual. Cabe
recalar que todo esto es a nivel municipal.
Variable Obs Mean Std. Dev. Min Max
Año 270 2.006,50 5,2978 1998 2.015
Total defunciones 270 20,7704 31,4904 0 154
Enfermedades infecciosas 270 5,0333 8,6072 0 47
Tumores 270 0,2556 0,6376 0 5
Causas cerebro vasculares 270 0,1778 0,5154 0 3
Causas perinatales 270 8,3407 13,4179 0 72
Traumas y accidentes 270 1,0037 1,8281 0 10
Desnutrición 270 2,4259 4,3576 0 22
Afecciones mixtas 270 3,5333 5,5551 0 33
Población indígena 270 20.536,34 31.439,07 0 158.898
Corrupción 270 6,7852 19,0647 0 193
Clima (precipitaciones) 240 1.295,031 576,3537 91 4.812
Las variables se encuentran a nivel municipal (15 municipios) y con variación anual.
Tabla 1. Estadísticas descriptivas de los datos.
Estrategia empírica
Para estimar los efectos de la corrupción, el número de indígenas que habitan en cada
uno de los municipios y las condiciones climáticas, en la muerte de los menores de cinco
años en el departamento de La Guajira, se construye una base de datos panel con un periodo
anual de 1998 a 2015 para los 15 municipios del departamento. Nuestra estimación espera
mostrar como la ineficiencia de las instituciones departamentales y municipales, la alta
presencia de personas pertenecientes a la etnia Wayuú y las condiciones climáticas explican
la crisis humanitaria que se vive en la Guajira. Teniendo en cuenta lo anterior, la regresión a
usar esta dada por:
𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙_𝑑𝑒𝑓𝑢𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠𝑖𝑡 = ∝0+ ∝1 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑢𝑝1𝑡 +∝2 𝑐𝑙𝑖𝑚𝑎𝑖𝑡 + ∝3 𝑝𝑜𝑏𝑙_𝑤𝑎𝑦𝑢𝑢𝑖𝑡 + 𝜀𝑖𝑡
Donde 𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙_𝑑𝑒𝑓𝑢𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠𝑖𝑡 es el total de defunciones en los menores de 5 años para
cada municipio en cada año, 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑢𝑝1𝑡 son las sanciones y faltas que han sido reportadas por
irregularidades en el uso del dinero público. 𝑐𝑙𝑖𝑚𝑎𝑖𝑡 es la suma anual de las precipitaciones
mensuales municipales y 𝑝𝑜𝑏𝑙_𝑤𝑎𝑦𝑢𝑢𝑖𝑡 es el número de personas indígenas Wayuú en cada
municipio.
Llegado a este punto, se asume que la falta de inversión y mal gasto de las entidades
municipales en el pasado, impiden el desarrollo de la sociedad hoy, y por ende, incide en
mayor medida en la muerte de los niños que la corrupción de mismo año en el que se
presentan las defunciones. Por esta razón, se decide rezagar un periodo la variable de
corrupción. Ahora la regresión se expresa de la siguiente manera:
𝑡𝑜𝑡𝑎𝑙_𝑑𝑒𝑓𝑢𝑛𝑐𝑖𝑜𝑛𝑒𝑠𝑖𝑡 = ∝0+ ∝1 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑢𝑝1𝑡−1 +∝2 𝑐𝑙𝑖𝑚𝑎𝑖𝑡 + ∝3 𝑝𝑜𝑏𝑙_𝑤𝑎𝑦𝑢𝑢𝑖𝑡 + 𝜀𝑖𝑡
Para corregir cualquier tipo de problema presente en la regresión explicada
anteriormente, ésta, se corre bajo efectos fijos. Este último, maneja supuesto de linealidad en
los parámetros, exogeneidad estricta, homoscedasticidad, normalidad en los errores, no
correlación serial de los errores, muerta aleatoria de corte transversal y, garantiza que no hay
relación lineal perfecta entre las variables explicativas y que éstas cambian en el tiempo.
Resultados
Con el fin de encontrar las variables que impactan la crisis humanitaria que se vive
en La Guajira, se presenta un análisis estadístico y descriptivo que pretende llegar a un mayor
entendimiento de esta situación. Así pues, los resultados del análisis estadístico se encuentran
en la tabla 2, donde se observa que la corrupción es la variable con mayor impacto en la
mortalidad infantil del departamento. A su vez, las condiciones climáticas también tienen un
impacto en la muerte de los niños, siendo este menor a la de la corrupción. Adicional a esto,
se puede ver que el número de indígenas presentes en los municipios no es significativo al
total de defunciones.
VARIABLES
Total
defunciones
Corrupción 0.1322834***
(0.0329478)
Población Wayuú -0.0001143
(0.0000812)
Clima (precipitaciones) -0.0016958*
(0.0009588)
Standard errors in parentheses
*** p<0.01, **p<0.05,*p<0.1
Tabla 2. Elaboración propia.
Haciendo un análisis más completo de la tabla 2, tenemos que, por una sanción por
uso irregular de los recursos monetarios en el año anterior, mueren 0,13 niños en el
departamento. Es decir, una sanción que reciba cada uno de los municipios en La Guajira se
traduce en la muerte de un niño menor de cinco años el siguiente año. Por otro lado, la
disminución de los milímetros en las precipitaciones se traduce en un aumento en muertes de
menores, es decir, que el hecho de que las lluvias disminuyan impacta de manera directa,
aunque no tan significativa, la mortalidad infantil.
Pero sin duda alguna, como se mencionó anteriormente, la corrupción es un tema de
total preocupación. En primer lugar produce una menor prosperidad, disminuye los
incentivos de inversión de las empresas, y su vez, en lugares que son ricos en recursos
naturales la población no se ve beneficiada de esa riqueza (Naciones Unidas).
En segundo lugar, se vulneran los derechos de la sociedad.
“La compra de votos en las elecciones perjudica al proceso democrático, y la
justicia queda en entredicho cuando los delincuentes pueden liberarse de las
consecuencias de sus acciones mediante sobornos. Los pueblos indígenas y
las mujeres son especialmente vulnerables a la corrupción. Dada su exclusión
geográfica y social y su falta de acceso a la protección jurídica de que disponen
otros miembros de la sociedad, sus derechos económicos, sociales y culturales
se ven amenazados por la corrupción” (Naciones Unidas).
Por último, también se afecta la prestación de los servicios de la comunidad. Los
fondos dirigidos a los servicios básicos como la atención sanitaria, la vivienda, el acceso al
agua potable y la educación, se desvían (Naciones Unidas). Según la Organización Mundial
de Salud, los lugares con una alta incidencia de corrupción tienen tasas de mortalidad infantil
altas. Un bien funcionamiento en el sector sanitario es uno de los servicios más importantes
que se le debe prestar a la sociedad. No obstante, la corrupción agota los presupuestos, lo que
conlleva a una reducción en la capacidad de ofrecer servicios básicos, en otras palabras, se
produce ineficiencia en el sistema (Naciones Unidas).
Además, la corrupción en el sector del agua
“pone en peligro la vida de millones de personas y ralentiza las labores de
desarrollo y de reducción de la pobreza. Los grandes proyectos de
infraestructura de abastecimiento de agua como presas, canales, túneles,
pozos, desagües son muy vulnerables al soborno y al fraude en los procesos
de contratación, y se pueden adjudicar contratos a empresas que no ofrecen
las garantías necesarias” (Naciones Unidas).
En definitiva, los impactos de la corrupción en las condiciones sociales de la
población, como lo es la inversión en la salud y en el acceso al agua, imposibilitan el
desarrollo de la sociedad. Por ende, las condiciones de vida de los menores se ve afectada
con una mayor presencia de corrupción. Así pues, para garantizar una mejora en la calidad
de vida de la población, en especial, la de los niños, es necesario implementar un tipo de
control en la corrupción del departamento.
Análisis antropológico
Si bien es cierto que en el análisis estadístico, los resultados fueron los esperados, es
decir, se evidenció que la corrupción y las condiciones climáticas del departamento son
significativas al momento de analizar la crisis humanitaria, también es cierto que los números
y estadísticas no alcanzan a dimensionar los impactos reales de estas variables en la muerte
de los menores; además de la dificultad de medición de la especificidad cultural en el
departamento.
Paralelamente, la falta de datos con las que cuenta el departamento es un limitante en
esta investigación. En primer lugar, no se ha podido llevar una contabilidad exacta de las
defunciones de los menores en el departamento, pues bien, como parte de la cultura Wayuú,
cuando una persona fallece, ellos mismos se encargan de su sepultura haciendo complicado
el registro de los difuntos. De igual manera, en los datos obtenidos por la procuraduría, la
corrupción indígena no es tenida en cuenta y tampoco se ha establecido un índice que pueda
medir esta. Así pues, solo se tiene una posible visión de la corrupción administrativa. Por
otra parte, tener un número aproximado de la población Wayuú ha sido complejo, esto,
debido a la dispersión de esta etnia y la inexistente frontera con Venezuela que permite la
libre entrada y salida de los indígenas en este territorio. Por ende, es necesario un análisis
cualitativo que permita profundizar esta problemática.
En una entrevista, el líder Wayuú Guillermo Jayariyu, expuso que el problema de
desnutrición no ha sido totalmente comprendido, por consiguiente, se han implementado
políticas públicas erradas en el territorio Wayuú. Estas políticas, a su vez, han creado
conflictos internos en los clanes familiares. Lo anterior, ha impedido que los recursos que
son entregados para beneficio y mejora de la comunidad, lleguen a su destinario final. Un
ejemplo de ellos, es la elección de autoridades tradicionales implementada por el Gobierno
Nacional, en el que los clanes eligen a un persona por firma o huella como representante del
respectivo clan. Las personas que quieren ser elegidas, realizan sus respectivas campañas
para convencer a la comunidad de que son los indicados para asumir este rol.
El problema de esto, es que en la mayoría de casos, cuando una persona queda electa
como autoridad tradicional de un clan que no es el suyo, sus interés no van ligados hacia el
bienestar del clan familiar que está representando sino a sus propios intereses. Pues bien, en
la cultura el mayor compromiso esta con la familia mas no con la comunidad, por lo que cada
individuo busca beneficiar a su clan familiar. Así pues, una persona diferente del clan no
puede ser autoridad, para eso se cuenta con los tíos maternos, por ende, lo correcto es
distribuir los recursos a cada clan y no por medio de autoridades tradicionales electas.
Al mismo tiempo, con este tipo de políticas la corrupción se incrementa no solo la
generada por entidades administrativas, sino también la indígena. Pues bien, da cabida a
negociaciones entre las entidades municipales con las autoridades tradicionales que
perjudiquen e impidan en cierta medida una inversión de calidad en pro de mejorar las
condiciones de la población. Además, cuando su función no es transparente, ocasiona
conflictos internos entre la comunidad, especialmente, entre el clan familiar que representa
la autoridad tradicional con el que realmente pertenece. A parte de eso, el recurso
departamental es el negocio de la administración en La Guajira. Con los recursos del sistema
general de participación, manipulan a las autoridades tradicionales, generando, como se
menciona anteriormente, conflictos en los clanes y corrupción indígena. Así pues, una
autoridad tradicional que no sea corrupta no le es útil a la administración. Indudablemente,
la corrupción ha hecho un daño enorme en la cultura Wayuú.
Sumado a esto, cuando el hombre decide irse del clan familiar de su esposa con su
mujer e hijos, queda con la responsabilidad del cuidado de estos últimos. Este tipo de
situaciones llevan a comportamientos que no son propios de la cultura. Por ejemplo, cuando
se observa a un padre llevándose a su hijo del hospital sin importar que este en graves
condiciones, impidiendo que reciba una atención médica de calidad, puede ser consecuencia
de la presión que siente al imaginar que la familia de su esposa se pueda enterar y esto le
traiga gran cantidad problemas con el clan (puede ser la muerte si el niño se llega a morir),
ya que el responsable de los niños es él, y por lo tanto lo que le pase a ellos es responsabilidad
del padre.
Niños atendidos en la UCA de la Ranchería Yotojorotshi. . Tomada el día 27 de septiembre
del 2016.
De igual manera, se dice que también existen temas culturales, que han impedido que
las políticas implementadas tenga un efecto mayor en la comunidad, pues bien, en la cultura
Wayuú se da prioridad a los adultos y en algunos casos se deja en manos de los niños la
difícil obtención del agua (Restrepo, 2016). Por lo tanto, esto impide que la alimentación de
los niños sea la adecuada para un crecimiento saludable. En contraste, Guillermo Jayariyu,
afirmó que el dar alimento primero a los adultos que a los niños no es una costumbre Wayuú.
Aseguró que cuando hay visita se le da de comer primero a los invitados, y que muchas de
las personas que afirman que el adulto come antes que los niños han estado en estos espacios.
Lo que no saben es que muchas veces los niños comen mucho antes que los adultos. Así pues,
Jayariyi expresa que desde que se prende el fogón lo primero que se hace es el café y el
alimento de los niños; el adulto come más tarde.
Por otro lado, la madre Wayuú es incapaz de dejar sin comida a sus hijos, o de
venderla. Sin embargo, la ayuda que Acción social da por cada niño, es recibida por el
hombre. Así pues, el hombre recibe el subsidio y se la gasta en ocio, especialmente, en
bebidas alcohólicas. Por el contrario, la mujer invierte mejor el dinero, pues se preocupa por
gastarlo en comida o cosas para los niños. Pero ¿Cómo se puede regular que el dinero sea
entregado a la madre?
Al mismo tiempo, las condiciones climáticas a las que se han visto expuestos en los
últimos años, han afectado su agricultura. El frijol y el maíz han sido productos de gran
importancia en la economía Wayuú, en épocas de lluvias se cultivaban grandes cantidades y
se conservaban para épocas de bajas lluvias. Pero con el fenómeno del niño, ha sido difícil el
cultivar alimentos y conservarlos. Así, sus actividades económicas se han visto afectadas, no
solo la agricultura sino también la ganadería vacuna y ovina, ya que la escases de agua que
ha dejado los ríos y jagüeyes secos, ha hecho difícil la alimentación de animales también.
Todo esto, disminuyendo la capacidad de adquirir alimentos para su subsistencia.
Conclusión
La alta presencia de la corrupción en el departamento de La Guajira impide un
desarrollo social y económico. En un tema tan complicado, como la crisis humanitaria que
se está viviendo hoy en día, es indispensable tocar el tema de la corrupción y exigir mayor
control por parte del Gobierno Nacional hacia las entidades tanto departamentales como
municipales. Como se puedo ver anteriormente, la corrupción no solo se encuentra en las
entidades territoriales si no en la vida y organización Wayuú.
Así pues, para desarrollar una política pública eficiente se debe afianzar la
organización social y así, fortalecer los valores de la comunidad. Esto se puede hacer por
medio de la educación, una educación propia en la que los pilares de la cultura sean el motor
del conocimiento de la población Wayuú. Para nadie es un secreto la necesidad de una
política pública diferenciada en este departamento. Una política que propenda por la
construcción de soluciones que no solo se enfoquen en una salida a corto plazo, sino que
también generen mejoras en la calidad de vida de la población que permitan combatir la alta
mortalidad infantil que presenta La Guajira.
Como se mencionó anteriormente, las políticas poco focalizadas impiden que se
maximicen los beneficios destinados a la población. Por ello, una de las limitaciones que han
tenido las miles de acciones implementadas por las diferentes entidades tanto nacionales
como internacionales, es el hecho de que son soluciones a corto plazo; además del
desconocimiento de la cultura. Por ello, y tomando en cuenta todo lo analizado a lo largo del
trabajo, se han definido cinco recomendaciones para la creación de un política eficiente en el
departamento, que logre disminuir la mortalidad infantil.
Primeramente, el control de la corrupción del departamento es realmente necesario.
La corrupción de los autoridades administrativas del departamento han causado cambios en
loa comportamientos de la población; además, de ser un impedimento de desarrollo, que ha
estancado no solo la calidad de vida de los indígenas sino también de la población guajira en
general. Sumado a esto, el tema del servicio de salud es fundamental. Se debe crear un control
hacia las aseguradoras del departamento en donde se obligue a prestar un buen servicio y
atender a cada uno de los afiliados. El tema de costos de transporte, se mencionó como un
limitante para la prestación del servicio, así que la inversión por parte del Gobierno Nacional
en el tema de salud es primordial. Después de tantos años de abandono estatal, La Guajira se
merece una inversión que le permita sobrepasar y solucionar a largo plazo esta crisis
humanitaria.
Por otro lado, se debe replantear la política impuesta por el Estado en la que se elige
una autoridad tradicional. Pues bien, se evidencio que por cuestiones culturales lo más
efectivo es elegir a un tío materno de cada clan como autoridad tradicional. Asimismo, se
debe buscar una forma de entregar a la mujer el subsidio que se recibe de Acción social para
cada uno de los hijos. Esto conlleva a un mejor aprovechamiento del dinero, con el que los
niños se pueden ver más beneficiados.
El impulsar el fortalecimiento de la organización social Wayuú, también es un aspecto
importante en la creación de políticas focalizadas hacia esta cultura. El entender que las
ambiciones de los arijunas empeoran los conflictos internos de las comunidades y por tanto,
la crisis humanitaria del departamento, es uno de los primeros pasos para ayudar en el
restablecimiento de la cultura. Finalmente, el promover la actividad agrícola y vacuna, que
permita dinamizar la economía y a su vez, aumentar el abastecimiento de comida de los
clanes familiares, es clave. “La desnutrición es hambre, y el remedio del hambre es comida.
La desnutrición se previene con soberanía alimentaria – agua y comida producida en el
territorio- muy distinto a asistencia alimentaria con comidas arijinas y agua en bolsas y
carrotanques” (Marulanda, 2016).
Visita de seguimiento de la modalidad propia3 del ICBF en la Ranchería Yotojorotshi. .
Tomada el día 27 de septiembre del 2016.
En resumen, uno de los errores que se comente con mayor frecuencia es el culpar a la
cultura de la alta mortalidad infantil, sin entender el porqué de su comportamiento. Por ello,
es de vital importancia reconocer la especificidad cultural y así, construir políticas públicas
3 Modalidad en la que se pretende mejorar la alimentación de los niños respetando las costumbres indígenas.
junto con la comunidad Wayuú, en las que nuestros mayores beneficiarios sean los niños.
Asegurar que tengan la posibilidad de mejorar su alimentación y su salud, sin perder su
hermosa cultura. Así que, basta de culpar a los indígenas, y enfrentemos los grandes
problemas que han dejado la corrupción y el abandono estatal que ha acabado no solo con la
cultura indígena Wayuú sino con toda La Guajira.
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