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MILTON HYLAND ERICKSON
“Desarrolla tu propia técnica. No intentes usar la técnica de otra personas… no
intentes imitar mi voz o la cadencia de ella. Descúbrete tú mismo naturalmente. Es
el individuo respondiendo al individuo.”
Son numerosos los aspectos de la vida de Erickson que marcaron su forma de
hacer psicoterapia e hipnoterapia. Uno de éstos es su condición de hijo de
granjeros bastante pobres en Wisconsin, y haber vivido en el campo durante los
primeros 20 años de su vida.
Muchos de los recuerdos tempranos de Erickson se referían a sus diferencias
perceptuales respecto a las de otros niños: era daltónico, tenía sordera a los tonos
y no podía reconocer o ejecutar ritmos musicales ni canciones, también era
disléxico (lo cual reconoció y comprendió muchos años después).
Los malos entendidos, inconsistencias y confusiones que surgieron a causa de
esas desviaciones de la visión del mundo, y que podrían haber inhibido el
funcionamiento mental de otra persona, aparentemente tuvieron el efecto contrario
en el joven Erickson ya que estimularon su asombro y curiosidad. Más importante
aún fue que no sólo lo llevaron a una sucesión de experiencias inusuales que
formaron las bases para una vida de investigación en la relatividad de la
percepción humana y los problemas que surgen a causa de esto; sino que logró
acercamientos terapéuticos para tratar con esos problemas.
La experiencia personal más formadora en la vida juvenil de Erickson fue su
enfermedad de poliomielitis a los 17 años (un segundo ataque ocurrió a los 51
años).
Un día, mientras estaba en su cuarto sentado en una mecedora junto a la ventana
observando la granja, súbitamente se hizo consciente de que la silla comenzaba a
mecerse levemente. ¿Era un accidente? ¿O su deseo de acercarse a la ventana
realmente estimuló algunos movimientos mínimos del cuerpo que hicieron
balancear la silla?
Esta experiencia llevó a Erickson a un período febril de autoexploración y
descubrimiento. Fue descubriendo en si mismo el principio básico de la hipnosis,
discutido por Berheim una generación antes: el ejercicio del pensamiento o la idea
del movimiento podía llevar a la experiencia real de movimiento automático en el
cuerpo.
En las semanas y meses que siguieron, Erickson incursionó en sus recuerdos
para intentar re-aprender cómo moverse. Por ejemplo, miraba fijamente su mano e
intentaba recordar cómo se habían sentido sus dedos cuando apretaba una
horquilla. Poco a poco, encontró que sus dedos comenzaban a sacudirse y
moverse en pequeñas formas incoordinadas. Persistió hasta que los movimientos
aumentaron y pudo controlarlos conscientemente.
Esos no eran meros ejercicios en la imaginación, eran ejercicios en la activación
de recuerdos sensoriales reales, recuerdos que re-estimularon suficientemente su
coordinación sensorio-motora para permitirle recuperarse.
Pero se requería algo más que la introspección para su recuperación; se
necesitaba observación externa. En esa época, afortunadamente, su hermana
menor estaba aprendiendo a caminar. Milton comenzó a observar diariamente los
patrones de aprendizaje de ella para desplazarse, de modo que podía copiarlos
conscientemente y, por consiguiente, re-entrenar su propio cuerpo para hacer lo
mismo. Después de once meses de auto-entrenamiento intensivo (aun estaba con
muletas) aprendió con movimientos torpes, conscientemente económicos, que por
lo menos podía estirar su cuerpo.
En ese momento, Erickson aun no se percataba de que el descubrimiento en sí
mismo a través de la relajación, memoria sensorial y aguda observación, sería el
fundamento de su trabajo futuro como el hipnoterapeuta más innovador en el
mundo.
Su reconocimiento de los fenómenos autohipnóticos experimentados en sí mismo
lo realizó en su primer curso formal de estudios con Clark H. Hull, durante 1923-
1924, en su tercer año de universidad. El interés de Erickson databa desde sus 12
años de edad, cuando asistió a un espectáculo de hipnosis teatral. Ese fue el
primer curso de hipnosis que se dictaba en una universidad estadounidense.
En 1923 realizó su primer experimento de investigación en hipnosis, el cual se
mantuvo no publicado por Erickson en esa época, por su duda ante la firme
convicción de Hull, que sostenía que el operador y sus sugestiones eran más
importantes que los sujetos en la inducción de trance.
El desarrollo que hizo Erickson de sus habilidades extraordinarias en la hipnosis y
los procesos fueron el resultado de muchos factores:
La observación de su familia cuando se estaba recuperando después de
quedar paralizado como resultado de un ataque de poliomielitis.
La observación continuada de cómo las personas cambian naturalmente.
Retarse con tareas para incrementar su recuperación y desarrollo incluyendo
un viaje extenso en piragua para ayudar con su recuperación después de un
segundo ataque de poliomielitis al final de su adolescencia.
Formación médica y psiquiátrica.
Uso de la autohipnosis para escribir artículos cuando era estudiante.
Entrenamiento y experimentación en la hipnosis por su cuenta, después en el
laboratorio de Hilgard y, en lo sucesivo durante el resto de su vida, combinaba
la experimentación con su enfoque de “investigación en acción” mediante el
que todo cliente, su familia y sus amigos se involucraba a sabiendas o no.
El uso de autohipnosis para el control del dolor sobre todo en los últimos años
de su vida.
Su negativa a limitarse por las teorías e ideas tradicionales sobre la hipnosis.
La integración y uso de todas sus habilidades vitales.
Milton Erickson creía que la mente no-consciente siempre está escuchando, y que,
independientemente de que el paciente estuviera en trance formal o no, se podían
hacer sugerencias que podrían tener una influencia hipnótica, siempre y cuando
esas sugerencias encontraran alguna resonancia en el nivel no-consciente. De
esta manera se logra una participación activa de la mente no-consciente en el
proceso terapéutico, haciendo que lo que parece externamente una conversación
normal pueda inducir un trance hipnótico o un cambio terapéutico en el sujeto.
El método de hipnosis ericksoniano consiste en el uso de la palabra para crear
confusión en la mente consciente, mientras se establece una sugestión indirecta.
Erickson utilizaba la metáfora y los cuentos como herramientas esenciales para
suscitar el trance, partiendo de la premisa de que las personas establecen su
relación con el mundo a través de mapas internos o representaciones, no de la
experiencia sensorial directa. La idea interna del mundo difiere de las que nos
llega a través de nuestros sentidos. Traducimos la realidad a nuestro mapa
interno, utilizando nuestro propio lenguaje que necesariamente difiere del de
nuestro interlocutor. Las personas eligen siempre la mejor opción posible para
actuar, en un momento determinado. Es la persona quien tiene la respuesta a sus
preocupaciones y problemas, y dispone ya de todos los recursos –de los que
frecuentemente no se encuentra consciente- para encontrar el camino,
acumulados a lo largo de su historia personal. El inconsciente es un enorme
depósito que contiene todos los aprendizajes, los recuerdos y los recursos que la
persona necesita. El método ericksoniano consiste en entrar en el mundo de la
persona, utilizando su representación del mundo y su lenguaje, para acompañarle
en el proceso de descubrir y poner en marcha sus propios recursos.
El Dr. Milton Erickson fue un experto en terapia breve, utilizando la hipnosis clínica
como su herramienta principal. En este enfoque, el cliente aprende a utilizar sus
recursos internos creativamente para resolver los problemas que se le presentan
en la vida al concentrarse en respuestas potenciales y en los recursos que se
encuentran en el interior de su persona. La terapia breve está encaminada a
buscar y encontrar soluciones, y se ocupa de los factores actuales presentes que
mantienen el problema y evitan que la persona pueda cambiar, para a
continuación encontrar las claves que ayuden a modificar esos factores.
El enfoque ericksoniano provee una oportunidad para que la persona acepte las
sugerencias con las que se siente más confortable, a su propio ritmo y estando
consciente de los beneficios que obtendrá. Así, la persona no es presionada a
cambiar de alguna manera que no sea de su agrado, apropiándose
completamente de las soluciones y participando activamente en su propia
transformación. Al ayudar a la persona a obtener el estado alterado de hipnosis se
le lleva a que haga contacto con las soluciones a sus problemas.
Algunas características de la hipnosis ericksoniana:
La hipnosis es naturalística. En contra de los mitos tradicionales de la
hipnosis, el enfoque ericksoniano es 'naturalístico', es decir, en nuestra vida
cotidiana utilizamos habilidades hipnóticas a la hora de afrontar las dificultades
o desafíos vitales.
Aprendizaje y generatividad. La hipnosis se aprende como cualquier otra
habilidad. No es tan importante el tránsito a la mente inconsciente (el trance)
como el trabajo de colaborar con el otro para que sea capaz de generar sus
propias estrategias para alcanzar sus propias soluciones. Las sugestiones de
otros tipos de enfoque dan ya soluciones genéricas y poco flexibles; o
simplemente esperan que sin intervención directiva el sujeto encuentre una
solución.
Habilidades hipnóticas. El acceso a la mente inconsciente lo realiza Erickson
utilizando los procesos hipnóticos naturales que utilizamos habitualmente y
mejorando estas habilidades enseñándolas. Todos los fenómenos hipnóticos
son reproducciones o amplificaciones de cosas que ya somos capaces de
hacer. Por ejemplo, la capacidad de olvidar cosas, la de no ver lo que está
delante de nosotros, o la de no sentir dolor ante un golpe fuerte.
Autogestión y autodesarrollo. El modelo mental y vital de Erickson se sitúa
en un planteamiento de autogestión y autodesarrollo. Se centra en cómo cada
persona nos adaptamos de la forma más realista y actual posible a los
desafíos vitales que se nos presentan en la vida cotidiana, haciéndonos
responsables de nuestra propia vida. Este carácter innovador del trabajo de
Milton Erickson a veces se ha estereotipado uniéndose a la tradición
ritualística de la hipnosis clásica y de otros modelos de intervención para el
cambio. La complejidad del modelo ericksoniano consiste en que resuelve la
dialéctica entre enfoque directivo y no directivo inclinándose por un modelo
directivo que promueve la no-directividad, es decir, la libertad y el poder
personal de todo ser humano
Milton Erickson, Rossi y Rossi (1976) han teorizado las siguientes fases en la
dinámica de la inducción y sugestión hipnóticas:
1. Fijación de la atención: sirve cualquier elemento (verbal o no verbal) que
absorba la atención del sujeto (historias motivantes, relajación y todas las
formas de experiencia interna).
2. Debilitación de los esquemas conscientes: el efecto psicológico de la
fijación de la atención es que debilita los esquemas mentales habituales y
marcos de referencia comunes. Se produce una “brecha” en la consciencia.
3. Búsqueda inconsciente: al estar debilitados los esquemas conscientes surge
una búsqueda inconsciente para reorganizar la situación. Fenómeno que es
utilizado por el hipnotista para dar más sugestiones (sugerencias,
indicaciones, órdenes) que debilitan aún más esos esquemas.
4. Procesos inconscientes: esta búsqueda inconsciente moviliza procesos
internos en el paciente. Erickson y Rossi (1976) incluyen aquí a los siguientes
fenómenos: asociaciones literales, asociaciones individuales, significado
múltiple de las palabras; procesos autónomos, sensoriales y perceptuales;
procesos primarios freudianos; mecanismos de defensa, etc.
5. Respuesta hipnótica: el proceso finaliza en la aparición de respuestas
involuntarias, que pueden ser espontáneas o sugeridas por el hipnotista.
Etapas en el tratamiento hipnoterapeutico
1. Preparación del paciente:
Incluye el establecimiento de la relación con el paciente, el informar y
desmitificar la hipnosis, y evaluar la capacidad de trance. Para este último
propósito, se han desarrollado escalas específicas, como la Stanford Hypnotic
Susceptibility Scales, o la Hypnotic Induction Profile, que simultáneamente
constituye un método de inducción. También pueden usarse pruebas sencillas,
como la de levitación del brazo. Aunque en los últimos años este apartado
debido a la gran profusión de trabajos ensayo / respuesta y estadística
acumulada suele omitirse.
Se ha recomendado el definir los procedimientos hipnoterapéuticos, en base a
evitar resistencias en el paciente, poner la responsabilidad del cambio en él, y
permitir mayor flexibilidad y seguridad al terapeuta.
2. Inducción de la hipnosis:
Hay un número casi infinito de posibles técnicas, desde la relajación
progresiva, hasta la fijación de ojos o la levitación, todas ellas ya obsoletas en
función de las nuevas técnicas de intervención de la hipnosis clínica.
Se calcula que de 2/3 a 3/4 de la población psiquiátrica ambulatoria es
susceptible de ser hipnotizada, y 1 de cada 10 lo es en muy alto grado.
Posteriormente se profundiza en el trance usando diversas técnicas, desde el
descenso por escaleras, respiración, o uso de imágenes...
3. Usando el trance:
Las sugestiones dependen básicamente del objetivo terapéutico. Pueden ser
directas o indirectas, en función de la orientación del hipnoterapeuta y del
paciente concreto (más o menos resistente al protocolo). Las inducciones más
habituales terapéuticamente son:
Usar formulaciones positivas. (Incremento de la autoestima).
Uso de imágenes. (Para profundizar en el trance).
Ser flexibles en el enunciado. (No utilizar scripts p.redeterminados y
estandarizados).
Repetir las sugestiones. (Bucles para afianzar las sugestiones).
Evitar transmitir fracaso o duda. (Empatía).
4. Terminación:
Se cuenta al revés o se suben las escaleras de nuevo, aunque el simple uso
de sugestiones más o menos directas suele ser suficiente.