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MAHANAIM
(el continuum entre Cielo y tierra)
Carlos Canosa/Jerusun
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“Él no está lejos de ninguno de nosotros.
Pues en él vivimos, nos movemos y existimos”
Hechos 17, 27-28
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Índice
1) La visión de Jacob: dos campamentos
2) Subiendo y bajando entre Cielo y tierra
3) Inmersos en la remodelación del universo
4) El Monte Sión
5) La letra alef
6) El “pequeño santuario” (I)
7) El “pequeño santuario” (II)
8) Del Cielo a la tierra y otra vez como Sumo Sacerdote al Cielo y vuelta a la
tierra con Su Pueblo para instalar Su Reino de Gloria
9) El Cuerpo de Cristo vive en los templos carnales redimidos de Su Pueblo
10) Derrotando la impiedad viene el Reino de Justicia, el Supremo Mahanaim
(en desarrollo)
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La visión de Jacob: dos campamentos
El patriarca Jacob había huido llevando consigo a sus dos esposas, a sus
hijos y a un numeroso patrimonio en animales conseguido durante veinte
años de duro trabajo. Iba de Padam Aram de retorno a Canaán. Su tío
Laban lo había alcanzado, pero luego de un duro intercambio habían
sellado un pacto y levantando un majano que señalaba un límite entre ellos
para siempre. Esto significaba que Jacob ya que no podría volver solo le
quedaba por delante Canaán y el traumático encuentro con su hermano
Esau. Y en este momento de inflexión vital e incertidumbre Jacob tuvo una
visión (Gén 32. 1):
"Cuando Jacob emprendió nuevamente su viaje, llegaron ángeles de Dios a
encontrarse con él. Al verlos, Jacob exclamó: «¡Este es el campamento de Dios!».
Por eso llamaron a aquel lugar Mahanaim (dos campamentos)"
Leí esto hace muchos años y se me fijó como si relatara a un ‘campamento’
de ángeles superpuesto al de Jacob. Pero el pasaje dice apenas que un grupo
de ángeles vinieron al encuentro de Jacob –algunos afirman que en festiva
danza- y así el patriarca vio que no estaba solo: había un ‘campamento’
celestial que lo acompañaba. ¡Vaya dosis de valor que habrá tomado al
reanudar su camino! Y no es esta la única vez que se nos habla de ‘dos
campamentos’. Es conocido el episodio de 2 Reyes 6, 17 en donde el
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profeta Eliseo, para calmar a su aterrorizado criado, pide a YaHWéH que le
abra los ojos:
“Entonces el SEÑOR abrió los ojos del joven, y miró; y he aquí que el monte
estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”
Es que estaban rodeados de tropas sirias enviadas con el propósito de matarlo
ya que el profeta anticipaba los movimientos del ejército sirio al rey de Israel.
Y antes de pedir a YaHWéH que quitara el velo de los ojos a su criado Eliseo
le había dicho: —No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los
que están con ellos. Y es que el profeta sabía que había ‘dos campamentos’
unidos en propósito para los que hacen la Voluntad de Dios/Elohim (Rom 8,
28). Y viniendo a nuestros días recogemos de la Red dos testimonios -entre
muchísimos otros ocurridos en todas las guerras del Estado de Israel moderno
(nota 1)- sucedidos en la ‘Guerra de los Seis Días’. Uno es el del Cnel. Hanoc
Maoz:
“los soldados egipcios salían corriendo y dejaban los tanques con el
motor encendido, y los soldados judíos les preguntaban a algunos de
los que fueron tomados prisioneros ¿porque no habían hecho frente?...
¿porque salían corriendo? Y les contestaban que ellos tenían mucho
miedo porque veían Ángeles, y que había gigantes… (eso demuestra
que luchar contra el Dios de Israel, es luchar contra ejércitos
celestiales!)
Evidentemente YaHWéH es el mismo ayer, hoy, y por siempre. Y el otro dice
así:
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“un soldado judío que había sido atropellado por un tanque enemigo
fue rodeado por una docena de soldados árabes que se aprestaron a
rematarlo cuando súbitamente todos salieron corriendo sin disparar un
solo tiro. Cuando después fueron interrogados por el motivo de su
huída, ellos dijeron que no pudieron rematar al soldado judío porque
inmediatamente aparecieron ángeles armados que les apuntaron con sus
rifles.
Jacob vio ángeles viniendo hacia él danzando porque había gozo en el Cielo
por su retorno a Canaán. El profeta Eliseo vio carros de fuego y hombres de
a caballo en su defensa. Y los soldados egipcios vieron ángeles ‘armados’
dispuestos a exterminarlos. En todos estos casos el ‘campamento’ de los
ejércitos celestiales incidió en la historia de sus elegidos en momentos de
angustia. Y no me parece mal imaginarlos como ‘dos campamentos’
superpuestos y en adelante tomaremos esta expresión como descriptiva de la
conexión o continuum entre Cielo y tierra. Leemos en el Salmo 46, 1-2:
“Dios es nuestro refugio y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por
tanto, no temeremos aunque la tierra sufra cambios, y aunque los montes se deslicen
al fondo de los mares”
De modo que existe una realidad espiritual que solo vemos por fe la cual se
superpone o agrega a la modelada por nuestras acciones y ella viene a
nuestro auxilio si estamos en Su Propósito. Y cuando los hijos de
Dios/Elohim ese ‘campamento’ celestial nos acompaña o más bien, como
la nube que guiaba a los hijos de Israel en el desierto, nos precede.
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A muy alto costo y en medio de una mezcla de secretismo y expectativa en
alta tensión existe en la frontera-franco suiza, cerca de Ginebra, el LHC
(CERN) o ‘colisionador de hadrones’ uno de cuyos propósitos, más allá
del descubrimiento de la llamada ‘partícula de Dios’, es tomar contacto con
mundos paralelos. Se pudo leer en el diario ABC de Madrid en el 2010:
“El gigantesco acelerador de partículas LHC, construido por el CERN,
podría encontrar dentro de poco tiempo evidencias de la existencia de
“universos paralelos”. Suena a ciencia ficción, pero parece que los
experimentos de física de alta energía que se realizan en ese lugar
podrían efectivamente probar la validez de estas teorías”
Y más cerca de nuestros días (escribo en 30/09/2017) leemos:
“Los responsables del LHC (CERN), afirman que el experimento es
seguro, no obstante, hay que ser cautos a la hora de determinar si crear
un mini-agujero negro es seguro. Evidentemente, nos faltan
conocimientos de física para evaluar este punto, pero somos
conscientes de que un agujero negro puede producir una reacción en
cadena y hacerse más y más grande absorbiendo toda la materia de su
entorno hasta consumir el planeta e incluso el Sistema Solar”
Es decir, mediante un gigantesco aparataje de costo varias veces millonario,
tanteando a ciegas y en secreto, se busca descubrir y contactar con nuevas
dimensiones que, según algunas teorías científicas, se supone que existen. Una
actitud que se corresponde con los rudimentos de este mundo que hace de la
tecnología su ‘dios’ o el camino –interminable- para llegar a Él y encerrarlo en
sus fórmulas. Y sin embargo de un modo mucho más simple y sin peligros de
catástrofe vimos que hay una dimensión normalmente no visible conectada
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con la nuestra a la que se accede activando una fuerza universal intangible
pero poderosísima según leemos en 2 Corintios 4, 6:
“Pues Dios, quien dijo: «Que haya luz en la oscuridad», hizo que esta luz brille
en nuestro corazón para que podamos conocer la gloria de Dios que se ve en el
rostro de Jesucristo.
Es decir, la misma fuerza que hizo surgir de la nada la luz, y antes el
universo entero, es la que nos abre la mente para conectarnos con una
realidad superior que coexiste con nosotros. Esta es la fuerza de la fe –el
Espíritu de Dios/Elohim en nosotros- que es un don de lo Alto que
podemos pedir y es gratuito (San 1, 5).
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nota 1): el Señor consentirá no obstante que en un último acto infame de la
historia humana Jerusalem sea tomada. Y entonces se manifestará con gran
salvación el Gran Rey y Sumo Sacerdote venidero, el Mesías/Mashíaj de
ISRAEL/JEZREEL. Y establecerá un Reino milenario de Paz, Justicia y Gozo
para todas las naciones.
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Subiendo y bajando entre Cielo y tierra
Poco después de que Natanael fuera presentado a Jesús/Yeshua exclamó:
—Rabí, ¡tú eres el Hijo de Dios, el Rey de Israel! (Ju 1, 49). ¡Certera
identificación! pero lo que el Maestro de Galilea dice a continuación es una
llave que abre misterios profundos de nuestra fe (v. 51):
«Les digo la verdad, todos ustedes verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios
subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre, quien es la escalera entre el cielo y la
tierra».
¡Guau! A partir de aquí es como si la historia humana se pusiera en pie. Creo
que el Maestro de Galilea se refería a la ministración de los ángeles cuando Él
ya esté sentado en el Trono de ISRAEL/JEZREEL en el siglo venidero pero,
como sea, esto ilustra muy bien la relación entre el mundo espiritual –el ‘otro’
campamento- y el ‘campamento terrenal’ si caminamos en Su Propósito. Y
nos recuerda naturalmente a la ‘escalera de Jacob’ según leemos en Génesis
28, 12:
“Mientras dormía, soñó con una escalera que se extendía desde la tierra hasta el
cielo, y vio a los ángeles de Dios que subían y bajaban por ella”
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Y también leemos en el Salmo 34, 7: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que
lo temen y los defiende”. En la carne solo vemos el ‘campamento terrenal’ pero si
pudiéramos ver el mahanaim completo –los ‘dos campamentos’- entonces
percibiríamos el Propósito divino completo en acción, aunque ciertamente no
entenderíamos mucho ya que el ‘otro’ campamento se maneja en una
perspectiva de eternidad muy diferente al tiempo que transcurre ante nuestros
ojos. En Hebreos 1, 14 se dice sobre los ángeles: “¿No son todos espíritus
ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”. Y
los que vio Jacob danzaban -hay una danza hebrea con ese nombre
mahanaim-. Es que Jacob estaba retornando a la herencia prometida,
¿Quiere el lector leer un pasaje muy conocido en el que se relata como los
ángeles participarán en la última etapa de nuestro retorno a Sion? Esta en
Mateo 24, 30-31:
“Verán al Hijo del Hombre venir en las nubes del cielo con poder y gran gloria.
Enviará a sus ángeles con un potente toque de trompeta y reunirán a los elegidos de
todas partes del mundo, desde los extremos más lejanos de la tierra y del cielo”
Aquí se nos dice que los ángeles serán enviados por nuestro Salvador
Jesucristo en tiempos de angustia para ‘reunir a los elegidos’ y de este modo
librarlos de la Ira (1 Tes 1, 10) en tanto que se oye un ensordecedor toque de
trompetas. Y serán llevarlos a las Bodas celestiales del Cordero luego de lo
cual los elegidos/redimidos/justificados volarán de retorno a una Sion
restaurada, como Esposa/Pueblo Santo de YaHWéH. Y descenderán junto al
Mesías/Mashíaj de ISRAEL, el Sumo Sacerdote de nuestra profesión, el Jinete
con ropas manchadas de sangre –el Esposo- que irrumpirá desde los cielos en
tiempos críticos a establecer el Reino prometido con nuevos cielos y nueva tierra.
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Y habrá ángeles llenos de gozo por el feliz cumplimiento del Propósito de
Dios/Elohim, tal como los hubo en el inicio de los tiempos cuando ‘gritaban
de alegría’ (Job 38, 7). Y habrá cambio en las jerarquías celestiales ya que los
redimidos en cuerpo glorificado seremos superiores a los ángeles que antes
fueron nuestros protectores. Despertaremos a la semejanza con el Hijo (Sal
17, 15). Ahora bien, leemos en Wikipedia:
“…los ángeles ejecutan los juicios de Dios y sirven a los creyentes.
Desde este punto de vista, son normalmente considerados como
criaturas de gran pureza destinadas en muchos casos a la protección de
los seres humanos”
que es lo que leemos en el Salmo 103, 20-22:
“Alaben al Señor, ustedes los ángeles, ustedes los poderosos que llevan a cabo sus
planes, que están atentos a cada uno de sus mandatos. ¡Sí, alaben al Señor, ejércitos
de ángeles que le sirven y hacen su voluntad! Alabe al Señor todo lo que él ha
creado, todo lo que hay en su reino”
Y también leemos palabras de San Agustín en Catholic.net:
"Con todo su ser, los ángeles son servidores y mensajeros de Dios.
Porque contemplan constantemente el rostro de mi Padre que está en
los cielos”, son “agentes de sus órdenes, atentos a la voz de su palabra"
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Es decir que en el ámbito de la ‘historia chica’ también los ángeles nos
ministran yendo y viniendo a/de la Presencia de Dios/Elohim (nota 1). Y si
faltaran testimonios leemos en Catholic.net:
“… una tradicional oración de la Iglesia que Juan XXIII gustaba recitar
al final del rezo del Ángelus: Ángel de Dios que eres mi protector, a mí que te
he sido confiado por la Piedad de Dios, ilumíname, protégeme, guíame y condúceme.
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nota 1): en otra página católica leemos así:
“… desde la creación (cf. Jb 38,7, donde los ángeles son llamados "hijos de
Dios") y a lo largo de toda la historia de la salvación, los encontramos,
anunciando de lejos o de cerca, esa salvación y sirviendo al designio divino
de su realización: cierran el paraíso terrenal (cf. Gn 3,24), protegen a Lot (cf.
Gn 19), salvan a Agar y a su hijo (cf. Gn 21,17), detienen la mano de
Abraham (Gn 22,11), la ley es comunicada por su ministerio (cf. Hch 7,53),
conducen el pueblo de Dios (cf. Ex 23,20-23), anuncian nacimientos (cf. Jc
13) y vocaciones (cf. Jc 6,11-24; Is 6,6), asisten a los profetas (cf. 1 R 19,5),
por no citar más que algunos ejemplos. Finalmente, el ángel Gabriel anuncia
el nacimiento del Precursor y el de Jesús (cf. Lc 1,11.26).
que son una relación muy incompleta a la que se debe agregar episodios no
registrados en la Escritura como son la ministración individual sobre los justos,
antes y ahora, de lo que nos enteraremos cuando estemos en Gloria.
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Inmersos en la remodelación del universo
Si bien la ‘anatomía’ de la relación entre el Trono de Dios/Elohim y los
justos/justificados es la ministración angélica, podemos referirnos a ella en
una forma más simple como la que es revelada por la fe. ¿Qué es la fe?, en el
principio de Hebreos 11 encontramos una definición muy conocida:
"Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Por
ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe comprendemos que el universo
fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía"
Pero la repetición de un versículo sustancioso nos priva -a veces- de la rica
nutrición espiritual de cada una de sus partes. Veamos:
-> certeza de que Dios/Elohim va a cumplir Su Palabra,
-> buen testimonio alcanzado por los que actúan conforme a esa certeza,
es decir, confirmación del Cielo de que estamos incluidos en un
mahanaim,
-> y la comprensión de que el universo fue hecho por la Palabra de Dios -lo que se
ve de lo que no se veía- que es un salto en el entendimiento que nos
incluye en un Propósito mayor.
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Estos son tres elementos básicos de esta definición y no debamos olvidar el
último: el universo fue hecho por la Palabra de Dios/Elohim. Leamos, en
concordancia con estas cosas, en Romanos 4, 20-24 sobre la fe abrahámica
que los creyentes heredamos:
“Abraham siempre creyó la promesa de Dios sin vacilar… estaba plenamente
convencido de que Dios es poderoso para cumplir todo lo que promete. Y, debido a su
fe, Dios lo consideró justo. Y… quedó escrito también para nuestro beneficio,
porque nos asegura que Dios nos considerará justos… si creemos en él”
Es decir, el ‘padre de la fe’ tuvo el tipo de certeza a la que se refiere la
definición de Hebreos 11: creyó contra toda esperanza, a pesar de las
circunstancias y obtuvo testimonio. Y la cita añade que todos los que
tenemos y practiquemos la fe de Abraham seremos declarados justos como
él ante Dios/Elohim. Es cierto que YaHWéH le hablo directamente a
Abraham, y eso sería una ventaja para él, pero luego su fe fue probada al
extremo cuando YaHWéH le pidió que sacrificara a su hijo amado y
Abraham se dispuso a hacerlo en obediencia creyendo que Dios/Elohim
podría retornarlo de la muerte. Asimismo la fe de los justos, como la del
‘padre de la fe’ Abraham, es probada siempre al extremo. Se lee en 1 Pedro
1, 7 que nuestra fe "está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y
purifica el oro" y que "entonces (la) fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá
mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo".
O también podemos leer 2 Corintios 4, 17-18:
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"pues esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria; no mirando... las cosas que se ven, sino las que no
se ven, pues las... que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas"
Las pruebas que soportemos hoy redundarán en un aumento de nuestro
depósito de gloria en el mundo venidero. De modo que la fe es un don que
podemos pedir a Dios/Elohim y Él nos otorga gratuitamente, pero luego
es probado como si fuera una espada que se nos da pero se precisa de
entrenamiento para usarla y obtener victoria. La conversión es la inmersión
de nuestra vida en el Propósito eterno de Dios/Elohim del que una parte
conocemos, pero otra es misterio. Moisés salió de Egipto como mirando al
Invisible no temiendo la ira del Faraón (Heb 11, 27). Él sabía que aunque
las circunstancias estaban contra él, estaba cubierto por la Voluntad de
Dios/Elohim y el auxilio de Su ejército celestial que le darían la victoria.
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Y si tuviéremos que elegir una imagen que ilustre esa inclusión en el
Propósito eterno recurriríamos a la que se utiliza para ejemplificar un
‘agujero de gusano’ es decir la conexión entre dos puntos del universo
mediante un canal producido por una potente fuerza electromagnética. Ese
canal es el que abre la fe para entrar en la dimensión de Dios/Elohim, en el
Santísimo celestial en donde entro como nuestro Precursor el Sacerdote
según el orden de Melquisedec Jesús/Yeshua (Heb 6, 18-20). Veamos la
imagen de este ancla lanzada al Cielo que nos une al Altísimo y nos incluye
en el continuum Cielo/tierra:
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Vemos que todo está unido por un mismo continuum: lo visible y lo invisible,
Cielo y tierra, todo compone una misma realidad. Por eso es consustancial a
nuestra fe el entendimiento de que el universo fue creado por la Palabra de
Dios/Elohim. Él modela y remodela el universo ya que se nos dice que
creará en el futuro nuevos cielos y nueva tierra, y ya lo hizo en el pasado.
Leemos en Apocalipsis 21, 5: «¡Miren, hago nuevas todas las cosas!» y se agrega:
«Escribe esto, porque lo que te digo es verdadero y digno de confianza». Es como si el
Altísimo nos estuviera pidiendo que entendiéramos sin vacilaciones que los
que abrimos el camino al Cielo por fe estamos incluidos en la remodelación
futura del universo. Por eso se dice: pues en él vivimos, nos movemos y existimos
(Hech 17, 27-28). Nuestra esperanza de futuro no está en la aleatoria y
caótica acumulación de hechos con los que nos bombardean las noticias,
sino que estamos inmersos en un Propósito divino que está más allá de
nuestra acción personal y sabemos que todas las cosas cooperan para su
cumplimiento (Rom 8, 28). El profeta Eliseo pidió para que su criado
despertara a la visión de que los ejércitos celestiales estaban rodeándolos y
los protegerían en una situación que a ojos carnales aparecía como muy
crítica. Nosotros debemos de tener similar visión en estos tiempos
peligrosos. Leemos en 2 Pedro 3, 13:
“Pero nosotros esperamos con entusiasmo los cielos nuevos y la tierra nueva que él
prometió, un mundo lleno de la justicia de Dios”
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En el glorioso futuro que esperamos, en la remodelación universal que se
aproxima, el Cielo y la tierra serán Uno en Propósito (Mat 6, 10; Os 2, 21).
¡Gloria a Dios! ¡Cómo no sentir entusiasmo por el advenimiento de estos
portentosos eventos!
Maranatha ven Jesús.
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El Monte Sión
Veamos ahora otra perspectiva. Leemos en Hebreos 12, 22-23:
“ustedes han llegado al monte Sión, a la ciudad del Dios viviente, a la Jerusalén
celestial, y a incontables miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo. Ustedes
han llegado a la congregación de los primogénitos de Dios, cuyos nombres están
escritos en el cielo. Ustedes han llegado a Dios mismo, quien es el juez sobre todas
las cosas. Ustedes han llegado a los espíritus de los justos, que están en el cielo y que
ya han sido perfeccionados”
Aquí tenemos el anhelo de Abraham perfeccionado: la Jerusalem celestial,
espejo de la nueva Jerusalem esperada que se encontrará en la Sion en
Gloria del mundo venidero. Y en esta asamblea multitudinaria que es un
continuum entre Cielo y tierra hay miles de ángeles que se han reunido llenos de gozo.
¿Percibe el lector la concordancia?: vimos ángeles en fiesta en la visión de
Jacob, los vimos cantando el día de la encarnación del Verbo y están aquí
gozosos rodeando la congregación de los escogidos de todos los tiempos. Y
se dice que tendremos un documento de certificación de esta ciudadanía
eterna: se nos habla de la ‘congregación de los primogénitos’ inscritos en el Cielo.
Por eso dice Abraham que somos ciudadanos del Cielo (Fil 3, 20): los
creyentes tenemos doble ciudadanía. Esta visión nos habla de una conexión
entre Cielo y tierra que se establece cuando recibimos el don de la fe, o
cuando nuestro corazón es regenerado por el Espíritu Santo.
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Veámoslo gráficamente en un ejemplo muy conocido para los católicos y el
mundo entero. En el versículo inicial de este capítulo 12 de Hebreos leemos:
“Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de
fe…”. Y esta ‘multitud de testigos’ que nos observan, esta nube en la cual
estamos inmersos, es la que representan las estatuas de los santos en las
columnatas de Bernini, en la plaza de San Pedro. Y esta es otra visión del
continuum Cielo/tierra. Vimos que los ángeles cumplen mandatos a nuestro
favor de parte de Dios/Elohim, pero los santos –presidios y precedidos por
María/Myriam, madre del Señor- interceden por nosotros ante Cristo Jesús:
Si sabemos leer espiritualmente estas piedras sentiremos la comunión con la
nube de testigos que nos observan desde las alturas y nos ayudan a caminar en la
fe mientras estamos en este mundo. Y una visión cenital de la Plaza de San
Pedro nos permite percibir la figura encinta de María/Myriam, síntesis de la
Iglesia de Cristo:
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Imposible no emocionarse.
^^^
Y en el Nuevo Testamento tenemos otra visión de este Monte Sion inclusivo
de los redimidos según leemos en Apocalipsis 14, 1:
“Luego vi al Cordero de pie sobre el monte Sión, y con él había 144.000 que tenían
el nombre del Cordero y el de su Padre escrito en la frente. Y oí un sonido que venía
del cielo, era como el rugido de grandes olas del mar o el retumbar de fuertes truenos.
Parecía el sonido de muchos arpistas tocando juntos”
Los ciento y cuarenta y cuatro mil son las primicias de los redimidos (v. 4), esto es, su
expresión más pura y heroica, los que tuvieron mayor fidelidad al Cordero en
su vida terrena. Y están en el pináculo de este Monte que une Cielo y tierra. Y
tan alto ellos están que escuchan la música celestial que rodea al Trono de
Dios/Elohim: multitud de arpas tocando al unísono, truenos y sonido de
muchas aguas -palabras que evocan el intenso y excelso ambiente de santidad
en torno al Trono de Altísimo-. Y aun entonan cánticos que solo ellos
conocen. Pero estas ciento y cuarenta y cuatro mil primicias representan a todos los
que han sido comprados por la sangre del Cordero ya que en la base de este
Monte Sión estamos los que aún luchamos contra las tentaciones del mundo,
la carne y las insinuaciones de Satanás y pertenecemos a la misma realidad
santa que ellos coronan.
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De modo tenemos hasta ahora dos expresiones del continuum Cielo/tierra:
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-> la de los ángeles que cumplen ordenes de Dios/Elohim a nuestro
favor, la “escalera de Jacob”
-> la de los santos que nos han precedido y están en el Cielo y que junto
a nosotros los que aun vivimos componemos el mismo ‘Monte Sión’
cuya cima llega hasta el Trono de Dios/Elohim (nota 1).
>>.<<
nota 1): en Zacarías 2:10 leemos:
“Canta y alégrate, hija de Sión; porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho
YaHWéH”.
Los redimidos somos llamados en este pasaje –y en otros- ‘hija de Sión’ porque
místicamente pasaremos de Novia a Esposa del Cordero en las Bodas celestiales en
donde será celebrado un Nuevo Pacto Matrimonial con nuestro primer Esposo –
YaHWéH- del mismo modo que Oseas volvió a tomar en matrimonio a una
Gomer santa, pura y fiel, luego de rechazarla por impura en un primer matrimonio.
Por eso se dice en Jeremías 3:14:
“Convertíos, hijos rebeldes…porque yo soy vuestro esposo…y os introduciré en Sión”
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La letra alef
La primera letra del alfabeto hebreo expresa el misterio matriz del continuum
entre Cielo/tierra. Leemos en una web orientada al estudio del significado
místico de las letras hebreas -“El significado místico de las letras hebreas”- lo que
sigue:
“La alef está formada por dos iud, una en la parte superior derecha, y la
otra en la inferior izquierda, unidas por una vav en diagonal.
A lo que añade:
“Esto representa las aguas superiores e inferiores con el firmamento
entre ellos… el agua superior es agua de alegría, la experiencia de estar
cercano a Di-s, mientras que el agua inferior es agua de amargura, la
experiencia de estar lejano de Di-s”
Guardemos en nuestra comprensión espiritual la composición de la alef: dos
iud separadas/unidas por una vav. Son entonces tres partes ya que la vav
expresa la idea de firme conexión entre dos partes así como el Espíritu da
testimonio del Padre y el Hijo. La iud de la parte superior derecha y la de la
parte inferior izquierda son iguales. La superior representa las realidades
celestiales y la inferior las realidades terrenales. Entre ambas está la vav que
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conecta ambas -como el Espíritu Santo da testimonio del Padre y del Hijo-.
En la página del judaísmo místico antedicha se sugiere que uno de los
significados posibles para el arriba y el abajo es la alegría arriba y la amargura
abajo. Las letras hebreas son polisémicas, pero tomemos este significado y
vemos que una de las oraciones católicas más conocidas dice que aquí vivimos
en un “valle de lágrimas”, sujetos a las manchas del pecado, al dolor. Esto
describe sin duda aguas de amargura. Y en cuanto a la alegría que existe en los
cielos la hemos visto reflejada en el rostro y la danza de los ángeles. Ellos
siempre están gozosos ya que frecuentan el Trono del Altísimo. Leamos
también Hebreos 1, 8 –citando el salmo 45-:
“Por eso, oh Dios, tu Dios te ha ungido derramando el aceite de alegría sobre ti más
que sobre cualquier otro”
El salmista le está hablando al Mesías/Mashíaj de ISRAEL/JEZREEL y dice:
“oh Dios, tu Dios”. Es que se está dirigiendo a cada una de las dos iud, la de
abajo y la de arriba, y ambas son Dios. Y se dice que el Padre –la iud superior-
ha derramado “oleo de alegría” sobre el Hijo –la iud inferior-. Y en el milenio
habrá Gloria arriba y Gloria abajo ya que en la futura tierra restaurada “no
habrá más muerte ni tristeza ni llanto ni dolor, todas esas cosas ya no existirán más”. (Ap
21, 4). Las aguas de amargura habrán sido purificadas por Su Gloria y
disfrutaremos de la gloriosa libertad de los hijos de Dios y de una naturaleza
restaurada (Rom 8, 19-23). Todo será Gloria y Alegría.
Veamos ahora el valor numérico de la alef que nos habla de un importante
misterio: es 26:
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que es el mismo valor que el del nombre de Dios/Elohim: YaHWéH o
YHWH -el Tetragramatón- iud, hei, vav, hei:
Y H W H = Y(10) + H(5) + W(6) + H(5) = 26
De modo que la alef que expresa el misterio de los ‘dos campamentos’
superpuestos del mahanaim, tiene el mismo valor numérico que el
nombre de Dios/Elohim. Esto nos dice que nuestro Dios no es un punto
autosuficiente en el espacio sino que Se encarna en nuestra dimensión terrenal
y se compromete con ella como dice Filipenses 2, 6-8:
"aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué
aferrarse, sino que se despojó a sí mismo... haciéndose semejante a los hombres”
Se ve en este pasaje el tránsito de la Gloria arriba al sufrimiento abajo –
hablando de este siglo- siendo el Mismo Dios el de arriba y el de abajo. Dice
Isaías 57, 15
"Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad...: «Yo habito en la
altura y la santidad, pero habito también con el quebrantado y humilde de espíritu,
25
para reavivar el espíritu de los humildes y para vivificar el corazón de los
quebrantados"
Dios/Elohim tiene dos habitaciones: una en las alturas y otra en el corazón
quebrantado del hombre para vivificarlo. Si no tenemos una revelación
correcta de Dios no tenemos una revelación correcta del hombre y vamos a
engendrar pesadillas.
>>.<<
26
6
El “pequeño santuario” (I)
Cuando el profeta Ezequiel vivía con los desterrados de Israel, junto al rio
Quebar –ubicado al norte del actual Irak cercano al territorio kurdo- fue
tomado en una visión y llevado al Templo de Jerusalem en donde presenció
escenas de aborrecible corrupción. Entonces, luego ver las abominaciones que
allí se programaban recibió esta Palabra:
"Por tanto di: Así dijo el Señor DIOS: Aunque los he echado lejos entre los
gentiles, y los he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pequeño
santuario en las tierras adonde llegaren” (Ez, 11, 16)
Véase que el YaHWéH estaba diciendo aquí que el Templo de Jerusalem iría a
ser severamente juzgado, pero que en su lugar Él diseminaría “pequeños
santuarios” en todos los lugares de destierro de Su pueblo –los hijos de
Israel/casa de Israel- entre las naciones gentiles. Algo muy difícil de aceptar
para un israelita, solo el Señor mismo –YaHWéH- puede tener Autoridad
suficiente para afirmarlo (nota 1) ¿Y hasta cuándo sería esto?: hasta el retorno
de un remanente de Su pueblo del desierto/destierro en las naciones cuando
ya fuera fiel y dócil a Su Consejo. Así lo dice en el versículo siguiente (v. 17-
20):
27
“Yo os recogeré de los pueblos, y os congregaré de las tierras en las cuales estáis
esparcidos, y os daré la tierra de Israel… Y les daré un corazón, y espíritu nuevo
daré en sus entrañas; y quitaré el corazón de piedra de su carne… para que anden
en mis ordenanzas, y guarden mis juicios y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo
sea… por Dios”
Los que se congregaran en los “pequeños santuarios” del desierto/destierro
iban a ser atraídos de vuelta a una Sion restaurada ya con un corazón
regenerado. Esto se reitera muchas veces en las Escrituras en referencia a la
hijos de Israel/casa de Israel. Por ejemplo se lee en Jeremías 31, 33:
“porque este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días—
declara el SEÑOR--. Pondré mi ley dentro de ellos, y sobre sus corazones la
escribiré; y yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo.
O en Jeremías 24, 7
“Y les daré un corazón para que me conozcan, porque yo soy el SEÑOR; y ellos
serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a mí de todo corazón”:
Es decir, estamos encima de una profecía establecida firmemente y si
tomamos distancia suficiente veremos transcurrir gran parte de la historia de
la humanidad de los últimos dos mil años viendo el Pulso firme del Guía de la
historia produciendo el cumplimiento de ese Propósito que también tiene que
ver con la encomienda al Siervo de YaHWéH que se encuentre en Isaías 49, 6
y que comentamos otras veces. Son cuatro pasos los que definen este Plan de
Redención mundial:
28
1) sustituir el Templo de Jerusalem por “pequeños santuarios” en las
naciones gentiles adonde llegaran los desterrados,
2) para que un remanente de ellos regenere su corazón,
3) y sea retornado a su Dios/Elohim y a su tierra,
4) y en este proceso arrastren consigo a extranjeros de corazón sincero
que hayan recibido la Buena Noticia y abierto su corazón a ella.
A lo que podríamos agregar un quinto paso:
5) la reconstrucción por el Señor de un nuevo Templo en una nueva
Jerusalem que será la sede del Trono del Gran Rey y Sumo Sacerdote
venidero, Hijo de Dios y Rey de ISRAEL/JEZREEL
Estas líneas están dedicadas al 28ahanaim –el continuum entre Cielo/tierra- y
no nos estamos desviando del tema. Ya veremos cómo este mega movimiento
histórico incluye otra línea de conexión con el Trono del Altísimo y el
hombre, además de las ya mencionadas. Entretanto digamos que luego de
esta última revelación la Gloria de Dios/Elohim levantó vuelo y salió del
Templo y de Jerusalem, y se posó sobre el Monte de los Olivos:
“Después alzaron los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos… Y la gloria
del SEÑOR se fue de en medio de la ciudad, y paró sobre el monte que está al
oriente de la ciudad” (Ez, 22-23)
29
Y el profeta Ezequiel fue retornado a Babilonia junto a los israelitas
desterrados para que les transmitiera este sorprendente mensaje, aunque eran
pueblo de corazón duro.
^^^
En el libro ‘EL POST-CATOLICISMO’ unimos al pasaje en el que se habla del
“pequeño santuario” con otro en donde Dios/Elohim Le pide a los desterrados
que construyan majanos altos que les indiquen el camino de retorno. Lo leemos
en Jeremías 31, 21-22:
“Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente la calzada; vuélvete por
el camino por donde fuiste, virgen de Israel…”
Y decíamos:
“…veamos que son los “majanos altos” y el “pequeño santuario” y Quien el
Pastor que cuidará del retorno de Su rebaño –que primero dispersó- a su
tierra:
-> un “majano” es una señal en el paisaje, generalmente una gran
piedra o conjunto de ellas, que marca un lugar o un límite. El pasaje se
refiere a “majanos altos” que guiarán el retorno a Efraín a Sión. Pero uno
de los castigos por su rebeldía fue el destierro sin memoria de su pasado
hacia todas las direcciones del planeta ¿cómo puede haber majanos
esparcidos por todas las latitudes indicando el camino de retorno a una
Sión que habían olvidado? Pues el edificio pétreo de una iglesia de las
que aun hoy son la marca de la cristiandad en Europa es un majano alto
30
que domina el paisaje. Un punto de referencia. Y desde sus púlpitos se
expone la Palabra del Gran Rey venidero, a cuya corte perteneceremos, y
que morará en la Sión en Gloria a la que retornaremos.
-> y una iglesia es un “pequeño santuario” en el destierro ya que allí, en el
sagrario, en Su Palabra, en la alabanza de los fieles, o en la liturgia, habita el
Dios Altísimo.
-> y Jesús/Yeshua es el Gran Pastor en el destierro que recorre la tierra
mediante Sus apóstoles en busca de las ovejas perdidas ganadas por Su
sacrificio vicario (Jua 10,16).
Quiere decir que las iglesias de Cristo que jalonan la cristiandad son el
“aprisco” en donde el Gran Pastor del rebaño desterrado guarda
mediante el bautismo a las ovejas que restaurará a la Sión en Gloria del
siglo venidero. Ellas son los majanos altos y el pequeño santuario en el
destierro”
>>.<<
nota 1: Jesús/Yeshua –nuestro Señor Jesucristo- hizo una afirmación
igualmente increíble que tiene que ver con lo que se estudia en el penúltimo
capítulo de este libro. Está en Juan 2, 19-21:
31
"Destruyan este templo y en tres días lo levantaré... Pero cuando Jesús dijo «este templo»,
se refería a su propio cuerpo. Después que resucitó de los muertos, sus discípulos
recordaron que había dicho esto y creyeron en las Escrituras y también en lo que Jesús
había dicho"
Estaba diciendo que el Templo de Jerusalem sería sustituido por el Templo de Su
Cuerpo que veremos que sería repartido en el memorial de la Partición del Pan en
todos los países de la tierra por Su Iglesia. Esto supone un culto de ámbito
planetario al Dios/Elohim de ISRAEL e implica un cambio radical de orden de culto
que no podía ser entendido por quienes lo escuchaban. Él es el Sumo Sacerdote
según el orden de Melquisedec que sustituye para siempre al sacerdocio aarónico.
32
7
El “pequeño santuario” (II)
Según vimos entonces el destierro y dispersión de los hijos de Israel/casa de
Israel sería seguido por el destierro y dispersión de testimonios del Templo de
Jerusalem –o “pequeños santuarios”- entre las naciones ya que este sería
destruido debido a que había sido perversamente contaminado por la
blasfemia y la idolatría. Y estos testimonios del Dios Altísimo serían
levantados en todos los lugares adonde llegaran los desterrados –que hoy es
toda la tierra-. Pero veamos: ¿puede subdividirse Su Gloria en infinidad de
‘glorias’ menores que sean “pequeños testimonios” del Dios Altísimo? Por
supuesto que no, Su Gloria es Una e indivisible de modo que en cada “pequeño
santuario” del exilio debía de habitar la totalidad de la Gloria de Dios/Elohim,
no pequeñas partes de ella. Dice el pasaje citado: “les seré por un pequeño santuario
en las tierras adonde llegaren”. Es decir, Él mismo –YaHWéH- se manifestaría en
toda Su Magnificencia allí adonde llegaren los desterrados ya que si bien Su
Presencia no puede subdividirse en infinitas partes, su omnipresencia le permite
manifestarse plenamente en varios lugares a la vez. Esto es lo que YaHWéH le
estaba anunciando en visión al profeta Ezequiel.
La palabra “santuario” en su acepción religiosa significa: “Templo que ha
adquirido un carácter sagrado por haberse manifestado en ese lugar algo
divino”. Es decir, los “pequeños santuarios” no serían lugares en donde
33
solamente se invoca o alaba a YaHWéH –que está muy bien- sino que además
tiene que manifestarse en ellos Su Presencia. La Iglesia Católica -e iglesias
apostólicas milenarias- afirman desde siempre con base a la tradición más
antigua que en el memorial de la Última Cena el pan y el vino se convierten o
transustancian en el cuerpo y sangre de Cristo/Hijo de Dios. Leemos en
Catholic.net:
“En la Eucaristía permanecen el olor, color y sabor del pan y del vino;
pero su substancia se ha convertido en el Cuerpo y en la Sangre de
Jesucristo. Esta conversión se llama transustanciación. Es el tránsito de
una cosa a otra. Cesan las sustancias del pan y el vino porque suceden
en su lugar el cuerpo y la Sangre de Cristo”
Y el recipiente o –o copón- con el pan y el vino consagrados se guarda en un
receptáculo llamado sagrario a la vista del Pueblo que se congrega para
recordarlo. Decía el santo cura de Ars:
“somos más dichosos que los santos del Antiguo Testamento…
poseemos a Dios en la grandeza de su inmensidad, en virtud de la cual
se halla en todas partes… más afortunados aun que los primeros
cristianos, quienes hacían cincuenta o sesenta leguas de camino para
tener la dicha de verle; nosotros le poseemos en cada parroquia… ¡Oh,
pueblo feliz!”.
Y en cada parroquia también existe un ‘altar’ que en el Templo de Jerusalem
era el lugar en donde se quemaban las ofrendas expiatorias pero que ahora es
34
lugar en donde se escena el sacrificio de Cristo y se repiten las Palabras que el
Señor nos ha dejado para recordarlo:
« Tomad y comed todos de él, porque esto es mi Cuerpo… Tomad y bebed todos de
él, porque éste es el cáliz de mi sangre…”
A lo cual 1 Corintios 11, 27-29 agrega esta severa advertencia:
“…cualquiera que coma este pan o beba esta copa del Señor indignamente, será
culpado del cuerpo y de la sangre del Señor… El que come y bebe indignamente, sin
discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí”
De modo que el pan y el vino no son solo símbolos (nota 1). Se lee en
Wikipedia refiriéndose a lo que cree la Iglesia Católica de acuerdo a la
tradición:
“el sacrificio de la cruz y el sacrificio de la eucaristía son un único sacrificio… en la
cruz Cristo lo ofreció en forma cruenta, y por sí mismo, y en la Misa en forma
incruenta y por ministerio de los sacerdotes”
^^^
Veamos otra perspectiva: Quien habita el sagrario en cuerpo y sangre es israelita.
Él es Quien precede y ha precedido a Sus apóstoles por medio del Espíritu
Santo buscando “un pueblo para Su Nombre” (Hech 15, 14) entre los gentiles. Él
es el Siervo del que nos habla Isaías 49, 6, Aquel que debía de congregar de
nuevo a Sión a las “tribus de Jacob” que estaban en el destierro y en este
35
ímpetu ser Luz para las naciones gentiles. El cristianismo es inseparable de
ISRAEL y como Pueblo de Dios o ‘Monte Sion’ seremos ordenados en el
mundo venidero/atid lavo según la pertenencia a las tribus de ISRAEL y no a
las actuales denominaciones cristianas (Ap 7, 4-8). En realidad los cristianos
somos JEZREEL, el ISRAEL DE DIOS, el pueblo que restaurará el
Tabernáculo caído de David (Am 9, 11). En Apocalipsis 22, 16 se lee: “Yo…
soy vástago y estirpe de David y Él es Quien habita los “pequeños suntuarios”
dispersos por el mundo “hasta que Él venga” y levante un nuevo Templo en una
nueva Jerusalem en donde estará el solemne Trono del Reino milenario
prometido. Sirvan estas cosas de contexto para el último capítulo en donde
nos referiremos a la última visión –que incluye a las ya mencionadas- del
continuum entre Cielo y tierra.
>>.<<
nota 1: transcribimos a continuación Palabras de Jesucristo –difíciles de creer en su
momento (Jn 6, 52)- que no pueden tener otra interpretación que la que les otorga
la tradición católica, sustentada por los padres de la Iglesia:
En Juan 6, 53:
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su
sangre, no tendréis vida en vosotros»
En Juan 6, 55:
«Mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida»
En Juan 6, 54:
«El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último
día»
36
8
Del Cielo a la tierra y otra vez como Sumo Sacerdote al Cielo y vuelta a la tierra con Su Pueblo para
instalar Su Reino de Gloria
La esperanza viva de la venida de un Reino de Gloria –del cual da testimonio
nuestra fe- “nos conduce a través de la cortina al santuario interior de Dios. Jesús ya entró
allí por nosotros. Él ha llegado a ser nuestro eterno Sumo Sacerdote, según el orden de
Melquisedec” (Heb 6, 19-20). Es decir, tenemos ahora en el Cielo un nuevo tipo
de sacerdocio según el orden de Melquisedec que descenderá a la tierra que va a ser
restaurada y cubierta por Su Gloria cuando Quien conocimos como
Jesús/Yeshua sea el Gran Rey/Mashíaj de ISRAEL. Es decir, en el Reino que
esperamos el Sumo Sacerdote aarónico, que era carnal y precisaba entrar en el
Santísimo una vez al año para ofrecer un animal en sacrificio expiatorio por
los pecados del pueblo, será sustituido por Un Sumo Sacerdote En Cuerpo De
Gloria –y por tanto inmortal- que entró en el Santísimo del Templo celestial de
una vez para siempre luego de haber hecho la oferta expiatoria de Si Mismo
por los pecados de todos. Él es el Cordero de Dios que quita los pecados de mundo
y el que “tenía que hacerse igual en todo a sus hermanos, para llegar a ser Sumo
sacerdote…y para obtener el perdón de los pecados de los hombres por medio del sacrificio”
(Heb 2, 17). Es decir, es el Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec
que subió al Templo celestial luego de abajarse para recibir muerte de cruz para
expiación del pecado de todos los hombres.
37
Leemos en Efesios 4, 8-10:
"Por eso las Escrituras dicen: «Cuando ascendió a las alturas, se llevó a una
multitud de cautivos y dio dones a su pueblo». Fíjense que dice «ascendió». Sin
duda, eso significa que Cristo también descendió a este mundo inferior. Y el que
descendió es el mismo que ascendió por encima de todos los cielos, a fin de llenar la
totalidad del universo con su presencia"
Es un comentario al Salmo 68, 18 y ¡vaya cambio el que anuncia! ¿Se entiende
el alcance de la afirmación: “Y el que descendió es el mismo que ascendió por encima de
todos los cielos, a fin de llenar la totalidad del universo con su presencia"? Quiere decir
que la totalidad del universo fue conmovida cuando Jesús/Yeshua ascendió en
Cuerpo de Gloria. ¡Nuestra redención produjo un cambio universal! Y leamos
el ‘Tu a Tu’ entre Dios y Dios en Juan 17, 5:
“…Yo te glorifiqué en la tierra, habiendo terminado la obra que me diste que
hiciera. Y ahora, glorifícame tú, Padre, junto a ti, con la gloria que tenía contigo
antes que el mundo existiera”
Aquí Jesús/Yeshua le pide en oración al Padre que le devuelva Su Gloria
Primera luego de haber cumplido la misión redentora como Siervo Sufriente.
En la definición de fe de Hebreos 11 se dice: “Por la fe comprendemos que el
universo fue hecho por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se
veía". Y Quien estuvo entre nosotros y regresó al Cielo de modo tan
esplendente es la Palabra que creó el universo y todo lo que contiene (Sal 146,
6). Y ahora vienen nuevos cielos y una nueva tierra, esto es inseparable de la fe
cristiana (2 Pe 3, 13). Entonces todo el universo va a ser remodelado a nuestro
favor por el Verbo -«¡Miren, hago nuevas todas las cosas!»- y seremos sacerdotes y
38
reyes universales. Si no hemos alcanzado todavía esta comprensión pidamos al
Espíritu que aumente nuestra fe ¡Nos esperan días de sobrenatural actividad!
Dice Jeremías 3, 16:
“Cuando una vez más la tierra se llene de gente —dice el Señor—, ya no desearán
más ‘los viejos tiempos’ cuando poseían el arca del pacto del Señor. No extrañarán
aquellos días, ni siquiera los recordarán y no habrá necesidad de reconstruir el arca”
Se refiere al atid lavo, o Reino milenario venidero. Y vemos –como dijimos-
que en esos días el sacerdocio aarónico habrá quedado atrás y nadie
preguntará más por el arca del Pacto ya que en Jerusalem habrá Algo Mejor:
“en aquel día, Jerusalén será conocida como ‘el Trono del Señor’” (v. 17). Se refiere a
que allí estará el Trono de Aquel que bajó y subió como Sumo Sacerdote y
vendrá de nuevo como Juez y Gran Rey/Mashíaj de ISRAEL/JEZREEL para
subyugar toda impiedad (Ap 19, 11-21) y regir el mundo con justicia. Todo
este movimiento nos habla de un denso y fluido continuum Cielo/tierra que
pronto será aun más explícito (Mat 6, 10; Os 2, 21) entretejido de misterios a
los que accedemos por fe cuando nos congregamos en los ‘pequeños
santuarios’ que YaHWéH prometió distribuir por los cuatro vientos de la tierra.
Y es que YaHWéH no abandona a Su Pueblo en el desierto de las naciones:
“tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán
mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor” (Ju 10, 16) y también "¿No es Efraín un
hijo precioso para mí? ¿No es un niño en quien me deleito?... mis entrañas se conmovieron
por él, y ciertamente tendré de él misericordia" (Jer 31, 20). ¡Regocijémonos con esto!
39
Repasemos entonces algunos de los misterios fundacionales de la fe cristiana:
los redimidos somos/seremos los hermanos del Hijo (Heb 2, 17) y por lo
tanto hijos adoptivos de Dios/Elohim según el puro afecto de su voluntad (Ef 1, 5),
Pueblo Santo y escogido (1 Pe 2, 9) y Esposa del Cordero (Ap 21, 2). Además
nuestro Marido y Señor es Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec,
Sacrificio Expiatorio Eterno por el pecados de todos (Jua 1, 29) y Autor y
consumador de nuestra fe (Heb 12, 2). Y la Iglesia peregrina es Su cuerpo (1
Cor 12, 12-27) que es partícipe de Sus padecimientos para serlo también de Su
Gloria (Rom 8, 17). Y la asamblea de los redimidos es el ‘Monte Sion’ que
congrega a todos los “primogénitos”, es decir, al remanente que ha renacido en el
Cielo por la Virtud de Su Sangre que nos convierte en hijos a Su semejanza y
guarda para vida eterna. ¡Preciosas promesas que son Palabra de Dios!
>>.<<
40
9
El Cuerpo de Cristo vive en los templos carnales
redimidos de Su Pueblo
Ya vimos que a consecuencia del destierro de los hijos de Israel y la
destrucción del Templo de Jerusalem YaHWéH prometió Su Presencia en
“pequeños santuarios” en las naciones. Y esto fue un paso más para estrechar la
conexión Cielo/tierra y mostrar otro perfil del mahanaim. En Hechos 2, 46
leemos que los primeros cristianos "se reunían en casas para la Cena del Señor”, es
decir, se congregaban con el propósito de hacer memoria del Crucificado y
Resucitado “hasta que Él venga”. Y se completa así el pasaje: “Y cada día el Señor
agregaba a esa comunidad cristiana los que iban siendo salvos” (NTV). Esto nos habla
de un proceso de crecimiento inexorable, como el que se produce en el vientre
de una madre, movido desde el Cielo. E introduce introduce otro misterio
según leemos en 1 Corintios 12, 27:
“ Todos ustedes en conjunto son el cuerpo de Cristo, y cada uno de ustedes es parte de
ese cuerpo”
¡Vaya misterio que está actuando en los redimidos desde el nacimiento de la
Iglesia! ¡Se dice que van a reproducir el Cuerpo místico de Cristo en la tierra!
Algo adelantado en las declaraciones de Jesús/Yeshua en Juan 2, 19.21 a la
41
que nos referimos en un capítulo anterior. En la Ultima Cena en la cual se iba
a ‘firmar’ un Nuevo Pacto sellado con Su Sangre, Cristo tomando un único
pan lo partió y dio a cada uno de Sus discípulos/apóstoles -luego de que
Judas se hubiera marchado- según leemos en 1 Corintios 11, 24: “tomó pan; y
habiendo dado gracias, lo partió, y dijo:
«Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria
de mí»
Y el apóstol Pablo, al describir este santo memorial según le fue enseñado,
advierte: “si alguno come el pan y bebe de la copa sin honrar el cuerpo de Cristo, come y
bebe el juicio de Dios sobre sí mismo” (1 Cor 11, 29). Lo que significa que en la
Cena del Señor está involucrado un misterio tan trascendente que debe de ser
discernido con santo temor para no caer en Juicio. Y refiriéndose a esta
“eucaristía” o “acción de gracias” que era el nombre de las reuniones en cuyo
cerno estaba el memorial de la Partición del Pan, el papa Juan Pablo II
escribió:
“Ella une el cielo y la tierra. Abarca e impregna toda la creación. El Hijo
de Dios se ha hecho hombre, para reconducir todo lo creado, en un
supremo acto de alabanza, a Aquél que lo hizo de la nada. De este
modo, Él, el sumo y eterno Sacerdote, entrando en el santuario eterno
mediante la sangre de su Cruz, devuelve al Creador y Padre toda la
creación redimida”
La Partición del Pan conecta Cielo y tierra, según nos dice Juan Pablo II que
incluye en este comentario una referencia al impacto que en la Creación
42
produjo el Sacrificio Expiatorio de la Cruz y la posterior Resurrección a lo que
nos hemos referido antes. Y en Romanos 12, 5 se vuelve a hablar del misterio
del Cuerpo de Cristo que siendo Uno se reparte entre todos los miembros de
Su Iglesia para dar vida a Un Cuerpo místico:
“así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos
de los otros”
Y también en 1 Corintios 12, 13:
“Entre nosotros hay algunos que son judíos y otros que son gentiles… Pero todos
fuimos bautizados en un solo cuerpo por un mismo Espíritu“
Profundo misterio que llega hasta el Cielo. Pero además esta Partición del Pan
se introduce en la boca de cada creyente que debe de ser un recipiente
también santo ya que el Cuerpo de Cristo no puede tocar nada impuro. Y se
lee en 1 Corintios 6, 19-20:
“¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en
ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios
los compró a un alto precio”
Y en otra versión se dice lo mismo así:
¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, que está en vosotros,
el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?
43
De modo que cuando participamos de la Cena del Señor, el Pan que es
partido para redención de nuestros pecados se introduce en un recinto santo –
nuestro cuerpo- que ya no es nuestro sino que ha sido comprado y
santificado por el Espíritu Santo. Si nuestro cuerpo no fuera así santificado no
podríamos recibir el Cuerpo de Cristo ni ser hijos adoptivos de Dios/Elohim
y es por eso que está escrito proféticamente:
“sed santos como yo soy Santo”.
Y esta santidad que se nos pide no está en nosotros lograrla sino que es
producida por un revestimiento de lo Alto, el mismo que santificó el vientre
de María/Myriam para recibir la Simiente del Eterno. Y así el Pan consagrado
que se guarda en los “pequeños santuarios” del destierro –sagrarios- entra en
comunión con el cuerpo de los bautizados que es templo del Espíritu Santo y
de este modo se establece una Santa Comunión entre Cielo y tierra ¡Aleluya!
Esto nos inscribe en el Cielo y nos congrega en el ‘Monte Sión’, la asamblea
de los “primogénitos” (Heb 12, 22), el remanente salvo de los desterrados hijos
de Israel a quienes el Padre ve como un solo Cuerpo Santo, el de Su Hijo. Y
así se cumple la encomienda al Siervo Sufriente que pedía congregar a las
‘tribus de Jacob’ del exilio a Sión –que será Sión en Gloria venidera- y extender
la salvación del Mashíaj de ISRAEL a todos los gentiles (Is 49, 6).
^^^
En la página 21 resumíamos los dos perfiles del mahanaim o continuum
Cielo/tierra que hasta ese momento habíamos estudiado:
44
-> el de los ángeles que cumplen ordenes de Dios/Elohim a nuestro
favor, la “escalera de Jacob”
-> el de los santos que nos han precedido y están en el Cielo y que junto
a nosotros, los que aun vivimos, componemos el ‘Monte Sión’ cuya
cima llega hasta el Trono de Dios/Elohim.
A lo que ahora agregamos:
-> el memorial de la Partición del Pan que es la comunión de todo Su
Pueblo para formar el Cuerpo místico de Cristo abarcando todas las
naciones y ofreciéndolas al Padre.
Y estos tres perfiles se incluyen unos en otros, como las célebres muñecas rusas.
El ‘Monte Sion’ que se describe magníficamente en Hebreos 12, 22 incluye
“miríadas de ángeles”, y el memorial de la Partición del Pan presuponme al
‘Monte Sion’ que es Su Pueblo redimido. Esto es una demostración de la
revelación progresiva de la Palabra. Dice Mateo 13, 17:
“Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros
veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron”
Muchas de las cosas profetizadas en la antigüedad ya se hicieron realidad, la
más importante de las cuales sin duda es/fue la manifestación del Siervo de
YaHWéH/Cordero de Dios/Hijo de Dios del que nos hablan muchísimos
pasajes proféticos, entre otros el capítulo 53 de Isaías. También fue revelada la
señal: “una virgen concebirá y dará a luz un hijo” de Isaías 7, 14, en estrecha
45
conexión con la señal de Jeremías 31, 22: “la mujer rodeara al varón” (nota 1). Y
la Iglesia fue absorbiendo estas revelaciones anunciadas por la profecía que
fueron siendo develadas incluyéndolas en el edificio de la fe. Ella misma es
cumplimiento de profecías que antes no se comprendieron bien. Y también la
encomienda al Siervo de YaHWéH descripta en Isaías 49, 6 se ha cumplido –y
cumple- a cabalidad. Esto proceso progresivo de develación de misterios tiene
que ver con los tres perfiles del mahanaim que se presuponen e incluyen unos
a otros. Y aun falta un paso más en esta develación progresiva del continuum
Cielo/tierra a lo que dedicaremos el último capítulo.
.
>>.<<
nota 1: ver el botón ‘La señal a Efraín’
46
10
Derrotando la impiedad viene El Reino de Justicia, el Supremo Mahanaim
(en desarrollo)
www.reyjusticianuestra.com