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bro lo escribe cuando aún no habla cumplidocuarenta años, pero él ya sesenda decrépito). Otros tltulos se refunden con losanteriores: Según sentencia del tiempo (Barcelona, 1953), pasóa formarparte de Compañeros de viaje, Cuatro poemas morales(Barcelona, s.f.), fueunanticipo deMoralidades, etcétera. La edición de su poesla completa, anotada por el autor, en el libro ya citado: Las personas delverbo. Laobracritica,las traducciones y los ensayos se han reunido en Elpie de la letra (Barcelona, Crítica,1981), estudio clave para comprender supoesla. (Tengo entendido que actualmentese prepara en España la edición de la obracompleta con aportaciones inéditas.)
La literatura de ficción, en el caso de Gilde Biedma, parece haber dado un viraje decien leguas a la redonda, ya que sus personajes inventados son fiel trasunto de susexperiencias personales en el tiempo. Pare
ce as! desaparecer la dicotomia autor-obracon detrimento evidentemente de la extensiónde la obrapoética.Lacara obsesión delpoetadeMoralidades seencaminará hacia latransmisión del personaje auténtico, la verdad deviene su imperativo moral. Las palabras de Carlos Barral, amigo entrañable deJaimeGil de Biedma desde sus años de estudiantes en la Universidad de Barcelona,son esclarecedoras:
A las pocas semana de trato, Jaime meinvitó a cenar exprofeso para contarmesus problemas personales, su historia ylo que habla significado el admitirla. Enaquella conversación cobrépor él, por suentereza moral, un respeto enorme delque nunca he sido defraudado.
(Años depenitencia, p. 211)
Ser una identidad verdadera sea quizá elmotivo de quehoy por hoy las nuevas generacionesse sientan atraídas por la personalidad de Jaime Gil de Biedma, el poeta másdestacado de la generación de los cincuenta, pese a que esa fidelidad a lo auténticocontribuya a fijar la reputación del poetabarcelonés con tintes másnegrosqueel sótano de la calle de Muntaner en Barcelona,donde Jaime Gil de Biedma solla recibir asus amigos, escritores y poetas, Compañeros de viaje, en las famosas tertulias literarias de todos los dlas:
De qué sirve, quisiera yo saber, cambiarde piso,dejaratrás un sótano más negroque mi reputación -y ya es decir-.' O
1 "ContraJaimeGil deBiedma" , Poemas póstu
mos.
Los dictadoresen la novelahispanoamericanaEdith Negrín
La novela Amalia, del escritor José Mármol, publicada en 1851 , tiene como
centrogenerador la critica virulenta al dictadorJuanManuel de Rosas, quegobernóArgentina de 1829 a 1852. Como muchos intelectuales latinoamericanos, Mármol sufriódiversos tiposde represión por sus actividades pollticas; escribió una gran cantidad deartlculos periodlsticos, panfletos y folletos,algunos poemas y esta única novela con laque funda la serie de narracionesque tematizan a los dictadoresen América Latina.
Al estudio de esta serie dedica AdrianaSandoval su libro Los dictadores y la dictadura en la novela hispanoamericana, 18511978. En la introducción, la autora recuerdaaquel proyecto, concebido por varios escritores -Alejo Carpentier, Carlos Fuentes,Eduardo Galeano, Gabriel Garcla Márquez,Augusto Roa Bastos, Mario Vargas Llosa,Arturo Uslar Pietri de producir narracionesacerca de los dictadoresde sus respectivospaíses. La anécdota nos remite de inmediato a la atmósfera optimista de los tiempos del " Boom", a la amistad entre los mejores int electuales latinoamericanos ,sintomática de la conciencia de launidad delcontinente redescubierta por la RevoluciónCubana; atmósfera optimista que en este1990 parece muy distante. Reintroducirnosen esta temática, asl como en la discusiónde problemas que han sido constantes ennuestra cultura, como la relación entre literatura y política, es un mérito de este libro.
A través de las novelas de dictadorespuede explorarse, sin duda, una veta centralde la historia contemporánea de América Latina, que abarca aproximadamente de1880 hasta nuestros días, en el marcodelascenso y la crisis del imperialismo y delsistema capitalista mundial. No es casualqueAmalia, la primera novela estudiada eneste texto, apareciera en 1851 y la última,Casa de campo , del chile José Donoso,fuera publicada en 1978.
En el mantenimiento de la situación de dependencia de los países latinoamericanosen la organización capitalista, juegan un papel fundamental, como es sabido, sus respectivos gobiernos. y la forma que éstoshan asumido con mayor frecuencia es la dictatorial. Elpresente libro remite a un corpus
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novellst ico que cont iene una riqueza deejemplos de las cualidades y los comportamientos de los hombres en el poder; y nosofrece un variado catálogo de ellos.
Los personajes que protagonizan estasnovelas son amantes de la comida y el lujoo sonausteros, paternalistas o crueles, misteriosos e inaccesibles en distinta medida,por citar algunas características. Pero casitodos tienenen común, además de padecerla soledad, el haber instaurado en los respectivos países una atmósfera de terror ydesconfianza; su poder parece tan ilimitadoquea muchos de ellos, como subraya Sandoval. les han sido atribuidos rasgos míticoso sobrenaturales.
Además de tener valor en cuanto al estudio de nuestra historia, las obras seleccionadas por la estudiosa const ituyen asimismo una muestra representativa de latrayectoria formal de nuestra novellstica.Así, nos encontramos con narracionescomo la Amalia de Mármol, que compartecon las novelas de su tiempo, y con algunasposteriores, una falta de matices enel tratamiento de los personajes, un cierto maniquelsrno, una cierta simplicidad.
Pasamos por narraciones como La sombra del caudillo (MLG), publicada en 1929,que es mucho más acabada formalmenteque la de Mármol, y una obra estupenda,aun cuando también está modelada deacuerdo con los presupuestos novellsticoseuropeos del siglo XIX . como la linealidad enel tratamiento del tiempo, por citar un ejemplo. Ciertamente este tipo de textos continúan produciéndose, y no sin calidad. Así,Adriana agrupa con la novela de Martrn LuisGuzmán, la del venezolano Arturo UslarPietri, Oficio de difuntos , por responder a unaestética similar, que persigue la verosimilitud y el "realismo", aun cuando esta últimanovela fue publicada en 1976, 47 añosdespués que La sombra del caudillo, y muypoco después que novelas más experimentales sobre el tema.
El estudio de Sandoval registra asimismodosnovelas quecalifica de " esperpénticas"porque, entre otros recursos, deforman sistemáticamente personajes y situacioneshasta conseguir el efecto de una pesadillagrotesca, a través del humor y la sátira. Tirano Banderas del español Ramón del ValleInclán (1926), obra seminal a la serie estudiada, y Elseñor presidente de Miguel ÁngelAsturias. Próximas a estas dos están Elgran Burundún-Burundá ha muerto , del colombiano Jorge Zalamea (1952). y La fiestadel reyAcab del chileno Enrique Lafourcade(1959), clasificadas bajo el rubro de " tantaslas satíricas" .
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TIERRa ADENTRO
La autora dedica una atención especial,un capítulo a cada una, a tres novelas quesuscitaron en ella la inquietud que generóeste trabajo, las cuales aparecieron conmuy poca distancia entre sí: El recurso delmétodo , del escritor cubano Alejo Carpentier, publicada en abril de 1974, Yo el Supremo , del paraguayo Augusto Roa Bastos,aparecida casi simultáneamente, en juniodel mismo año y El otoño del patriarca deGabriel García Márquez, de 1975.
Sandoval propone estas tres obras comolasmejores enlaserie estudiada; concuerdoplenamente: másaún, creoqueestas novelas, que constituyen un verdadero festín deexperimentación y creatividad, llevan a suslímites los cambios escriturales que ha habido en la novela latinoamericana contemporánea hasta el momento.
Algunas críticas. Me hubiera gustado vermás problematizada, más discutida, la inclusión deLa sombra delcaudillo . Pienso queniel personaje de la novela, ni los personajeshistóricos que le sirvieron de modelo -ÁIvaro Obregón y Plutarco Elías Calles-, serían dictadores, en el sentido en que lo fueron Juan Manuel de Rosas o Porfirio Díaz oAugusto Pinochet. No lo fueron a causa dela especificidad del sistema político mexicano. No cuenta nuestra literatura con unaexcelente novela inspirada en Antonio López de Santa Anna o enPorfirio Díaz, si bienes magistral lacrónica de la muerte de esteúlt imo, escrita por Martín Luis Guzmáncomo parte de susMuertes históricas. Seríainteresante explorar por qué México no haproducido una gran novela de la dictadura.
Tengo también un cuestionamiento a laordenación de las novelas; considero quedar un lugar inicial a Amalia, aproximar lasnovelas esperpénticas a las satíricas, y ponerenunapartado las realistases acertado.La inclusión de todas estas obras en unmismo capítulo también lo es puesto que,apesar de todas las diferencias, estas obrascomparten una escritura tradicional. Pero nome parece que Casa de Campo de José Donosohubiera debido incluirse en ese mismocapítulo. Creo que estaobra tieneun carácter conclusivo en la serie. Poruna parte, existe una razón cronológica, se trata de la última novela publicada, aparece en 1978, yrecoge la experiencia fallida del socialismode Salvador Allende. Por otra parte, comoapunta la autora, hay en esta novela uncambio cualitativo muy importante en eltrazo delpersonaje del dictador; ésteya noes el gobernante, sino un mayordomo, unlacayo de los burgueses. Pienso que tantopor esta aportación, como por su carácterestrictamente metafórico, aunado a su cali-
dad literaria, este texto habría merecido uncomentario más detallado.
Un aspecto fascinante en esta serie,apuntado con tino por Adriana Sandoval esel de la relación de los dictadores conel lenguaje. En un extremo está el Primer Magistrado de la novela de Carpentier que sesiente dueño de la retórica; el usodeunlenguaje grandilocuente y exuberante es, paraél, una forma másde ejercicio delpoder. Enla misma Ifnea se encuentra el Supremo deRoa Bastos, con sus múltiples elucubraciones sobre la naturaleza del lenguaje. En elotro extremo estaría el Gran Burundún-Burundá de Zalamea, una de cuyas innovaciones consistió en ordenar la supresión dellenguaje articulado. Me parece que entodosestoscasos, yen otros queno menciono, la .reflexión sobre el poder del lenguaje no hatenido tanto quever con la problemática delos auténticos dictadores latinoamericanos,sino evidentemente con lade losescritores.
Sandoval informa, en la introducción, delos otros estudios globales que sobre eltema se han publicado en otros paises. Citaasimismoalgunas novelas de dictadores no
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incluidas en susanálisis, que documentan elamplio interés queesta temática hadespertado en nuestros paises. Y en un capitulofinal, que recuerda el método norteamericano de "análisis de contenido", ofrece unasíntesis de aspectos cruciales de los textostratados, como las visiones que presentande los militares, del "pueblo" o de lapropiafigura del dictador, entre otros.
Pese a los desacuerdos mencionados,creo que este libro presenta un panoramamuy interesante del tema. La ubicación decada novela dentro de la trayectoria narrativa de su autor, y dentro del contextohistórico es clara y precisa. Los capitulosdedicados a las novelas de Roa Bastos,Carpentier y Garcia Márquez son los mejores por lo que hace a análisis literario. Ensíntesis, el estudio de Adriana Sandoval esun texto de valor didáctico y de lecturaamena. <)
Adriana Sandoval. Los dictadores y la dictadura en /la novela hispanoamericana 1851- 1978. México,Dirección General dePublicaciones, UNAM, i 989,270 pp.
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