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PLANIFICACIÓN ESTRATEGICA www.planificacionyestrategias.com @LiderazgoyEstrategia
1ra. Edición Año MMXII Grupo Eustiquio AponteProducción Prohibida su venta y Reproducción
Derechos reservados UFT Gerencia Empresarial
Grupo 12ª Eustiquio Production
Edición
José Angel Salcedo
Redacción
Maibeth Venegas
José Angel Salcedo
Fotografía
Maibeth Venegas
José Angel Salcedo
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José Angel Salcedo
PLANIFICACIÓN ESTRATEGICA
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Existe un nuevo paradigma de organización social: conjuntamente con los procesos de globalización –que en cierto modo despersonaliza o indeferencian- se producen procesos microsociales que humanizan las relaciones con la emergencia de lo pequeño y la revaluación de lo próximo y lo cercano.
En este marco se inscriben la transferencia del poder central a regiones y localidades, a través de la descentralización política y administrativa, la incorporación creciente de las organizaciones no-gubernamentales en la gestión de servicios públicos… Todas son señales de la vigorosa tendencia a acercar las decisiones hacia los lugares donde se viven los problemas.
De allí la trascendencia que tienen la revalorización de la planificación como enfoque y como herramienta organizadora de la complejidad creciente de la realidad social, en la cual participa no solo el gerente sino también empleados y hasta las comunidades. Es aquí donde surge con nitidez el papel creador de la planificación, como sistema eficaz para la toma de decisiones y el desarrollo consciente, reflexivo e intencional de acciones.
La planificación es una herramienta que estimula las facultades de percepción de las múltiples y complejas dimensiones y dinamismo sociales con vistas a incrementar la fecundidad y eficacia del pensamiento y de la acción.
En los albores del siglo XXI, el estado y la sociedad necesitan de manera urgente ser redefinidos y analizados desde perspectivas diversas y multidisciplinarias, para interpretar y explicar las modificaciones sociales y culturales originada en los cambios tecnológicos.
Las nuevas tecnologías han provocado el vértigo y las turbulencias de los distintos escenarios políticos, económicos, sociales y culturales e impactando en las formas de administración, organización y gestión de los organismos públicos y privados.
A pesar de que se ha ampliado la velocidad de desplazamiento de la información, la información se multiplica tanto que no logra asimilarse y terminar por producir desinformación o, lo que es más grave aún su efecto inseparable: la ceguera situacional que es una incapacidad de lectura de la realidad social.
Este nuevo escenario se ha tornado exigente en recursos de conocimientos e información y, sobre todo, de un manejo y procesamiento adecuados del enorme caudal de datos de diferentes procedencias y modalidades.
Las organizaciones emergentes reclaman del talento y de la disposición de la gente –de sus aptitudes y sus actitudes- para aportar al éxito de la empresa que sea. Y esto implica un cambio contundente de la cultura organizacional y de las personas. En las nuevas culturas organizacionales compartir la visión es una puerta abierta a la necesaria participación de las personas en la organización y en las acciones para alcanzarla
Un poco de historia… ¿Cómo se inserta la planificación estratégica en las organizaciones?
A partir de las categorías que incorpora el planeamiento estratégico, es posible enriquecer
la reflexión y la acción personal y de grupo (organización) promoviendo cambios en la
amplitud y profundidad de la percepción y en la conducción, administración y gestión de
situaciones.
Muchos consideran la planificación un sistema eficaz para la toma de decisiones y el
desarrollo consciente, reflexivo e intencional de acciones. La planificación es una
herramienta que estimula las facultades de percepción de las múltiples y complejas
dimensiones y dinamismos con vista a incrementar la fecundidad y eficacia del
pensamiento y de la acción.
Origen y significado de los conceptos relacionados a la Planificación Estratégica
El término plan proviene del latín y significa “espacio que ocupa la base de un edificio”, y más
tarde se entendió como diseño de un edificio, o más precisamente, “distribución del espacio
que ocupa la base de un edificio”. Lo que podría equivaler a “esquema básico de diseño de
cimientos y base un edificio”. Siglos después, su sentido se amplió hasta significar la
“representación gráfica de cualquier lugar” (1600) [Breve diccionario Etimológico de la
Lengua Castellana. 6ta edición, Joan Corominas, Ed. Gredos, Madrid, 1976].
El plan era el resultado esperado y deseado
de una obra por construirse. Más tarde (1737)
el plan es definido como “escrito en que se
apuntan las grandes líneas de una cosa”.
[Breve diccionario Etimológico de la Lengua
Castellana. 6ta edición, Joan Corominas, Ed.
Gredos, Madrid, 1976].
El término estrategia en su raíz etimológica,
designa originalmente el nombre del “puesto”
del titular del ejército, el lugar de mayor
jerarquía. Con el correr del tiempo, el alcance
del concepto se extendió hasta incorporar a su
significado atributos de tipo psicológico y
conocimiento y habilidades que se supone
deben formar parte de la personalidad del jefe
de un ejército: visión general, carácter,
temple, destreza y pericia en el manejo o
conducción de los hombres.
Hoy los conceptos de plan y de estrategia han
sido términos usados habitualmente de las
administraciones públicas y privada, de la
investigación y de la docencia, de la gerencia
empresarial, de la política y, en general, de
aquellas actividades humanas que requieran
de una especial precisión y balanceo de
factores a la hora de determinar fines y de
organizar medios para alcanzarlos.
En relación al concepto de plan. Diversos
autores coinciden en definir al plan como una
toma anticipada de decisiones destinadas a
reducir la incertidumbre y las sorpresas, y a
guiar a la acción hacia una situación deseada,
mediante una instrumentación reflexiva de
medios.
En el plan está presente siempre la idea de
futuro y de construcción del porvenir
mediante la acción, y se presenta a la
reflexión como un conjunto de interrogantes
y de conjeturas sobre el devenir posible,
como incógnitas a develar sobre sucesos que
puedan acontecer o como situaciones
deseadas a mantener o alcanzar. (Ver Russell
Ackoff (1993) [“Rediseñando la empresa del
futuro”, Editorial Limusa, México, 1993.]
En ocasiones se tiende a confundir las bolsas de empleo con las empresas de
servicios temporales, y en realidad existe una gran diferencia.
La noción de plan presupone un conjunto de
connotaciones, tales como las de previsión,
organización, coordinación de esfuerzos y
control de acciones y de resultados. La
previsión como una visión anticipada de lo
que “vendrá”; la organización como una
diferenciación y armonización de los
diferentes roles a cumplir y recursos o medios
a instrumentar en la acción; la coordinación
de esfuerzos como una inducción de sinergia
que unifique la diversidad de componentes
hacia el cumplimiento de aspectos
complementarios de la acción y el control de
procesos y resultados como una revisión
constante de la trayectoria de la acción hacia
la situación deseada, con vista a corregir los
desvíos que se pudieran presentar.
El concepto de plan, entonces, evoca a una
acción reflexiva e intencional de
ordenamiento y encuadre de acciones y de
preparación de instrumentos conceptuales y
materiales para alcanzar o producir un
resultado deseado. Levy Alberto (1981)
expone que: “Planear no es eliminar la
intuición. Es eliminar la improvisación (...).
El planeamiento es un método de trabajo por
medio del cual las cosas se “preparan”,
concomitantemente se acompaña la acción y
se aprende de lo que en realidad sucede”.
[Levy, Alberto, “Planeamiento Estratégico”,
Ediciones Macchi, Buenos Aires, 1981.]
En relación al concepto de estrategia. La
estrategia es un estilo y un método de
pensamiento acerca de la acción. Tiene un
carácter dialéctico que podemos describir de
la siguiente manera:
Organiza la reflexión y análisis de
situaciones desde la perspectiva de la
correlación de fuerzas de los actores.
Considera a las relaciones entre actores
sociales en sus vínculos de colaboración,
neutralidad, enfrentamiento u oposición de
fuerzas.
Reconoce a la realidad como un conjunto
complejo de intenciones, voluntades y
actos diversos que producen una pluralidad
de interpretaciones y comprensiones (que
explican su significado desde diversas
posiciones y prácticas sociales.)
De este estilo de pensamiento se deriva el carácter consciente, adaptativo y condicional de
la estrategia. Es consciente, porque surge de un análisis sistemático de las propias fortalezas
y vulnerabilidades y de su comparación con las oportunidades y desafíos del escenario
donde se dan cita los diferentes actores sociales que compiten por los recursos escasos de
poder que brinda la sociedad. Esta conciencia situacional que implica la estrategia es
condición de la toma de decisiones del actor social. Es adaptativa puesto que obliga a un
ejercicio versátil del razonamiento, que acompañe los cambios que se producen en las
distintas coyunturas, produciendo desplazamientos de los “centros de gravedad” de la
acción y, en consecuencia, de las iniciativas y respuestas previstas por el actor social. Y es
condicional, por la relativa permanencia y la necesidad de adecuación de las hipótesis de
trabajo derivadas de la confrontación entre la intencionalidad del plan y el cambio de las
condiciones de los escenarios donde opera.
La estrategia, entonces implica:
Ponderación de las fuerzas en juego en el escenario,
Cálculo de las decisiones por medio de hipótesis sobre el comportamiento del adversario y
de la fuerza propias,
La previsión de las reacciones adversas posibles frente a las acciones propias,
La selección de los medios que considera idóneos, y
La combinación de los diversos dispositivos orgánicos e instrumentales y del capital
humano en forma convergente y sincronizada hacia un mismo resultado.
De aquí la definición de la estrategia como arte: la composición y articulación armónica de
lo diverso en un sistema que tiende a conservar y a ampliar el poder (como capacidad de
modificación de las circunstancias) y el desarrollo del plan (que es una expresión de la
propia iniciativa) a pesar de la oposición que realiza en sentido contrario la fuerza
adversaria.
La estrategia está directamente vinculada a la
percepción e interpretación dinámica del
escenario donde se ponen en juego las
intenciones, recursos y organización de los
diferentes actores sociales.
Vista desde esta perspectiva, la estrategia es
un cálculo permanente que vincula el fin y los
medios, porque el desarrollo de las acciones
que la estrategia dispone se expresa en un
contexto cambiante y con una correlación de
fuerzas (relación de fuerzas favorables y
desfavorables a la estrategia de un actor
social) en continua transformación.
Uniendo ambos términos, planificación y
estrategia, se puede decir que la planificación
estratégica es una herramienta que provee un
enfoque racional para lograr objetivos
preseleccionados, permite salvar la brecha que
nos separa del sitio al que queremos ir;
siendo un proceso que requiere: un esfuerzo
intelectual, determinar conscientemente los
cursos de acción a seguir y basar las
decisiones en propósitos, conocimientos y
estimaciones bien definidos (Koontz, H. Y
Weihrich,H., “Administración, una
perspectiva global”, Editorial Mc.Graw Hill,
4° Edición, México, 1995). En la
planificación estratégica se destaca:
Reflexión previa y concomitante con la
acción para orientarla en el sentido
pretendido.
Enfoque racional de decisiones que se
fundamenta en la selección y definición de
objetivos y cursos de acción.
Reducción del azar y la incertidumbre
que genera a su mínima expresión.
Anticipación de decisiones y acciones
presentes orientadas a actividades y
resultados futuros.
Selección de opciones y provisión y
ordenamiento de medios para alcanzar un
futuro elegido.
Previsión y promoción de acciones para
la construcción de futuros deseados.
Previsión de la sucesión temporal de
objetivos y estructuración de la acción.
Establecimiento de hipótesis de las
acciones que se deberán hacer para
conquistar el futuro deseado.
Intención de modificar voluntariamente
los acontecimientos. Hacer que las cosas
cambien intencionalmente, decidiendo
cómo se desea que sea ese cambio.
El pensamiento estratégico expresa una filosofía de la acción. Esta filosofía de la acción reconoce y privilegia el papel de la persona en la transformación de las circunstancias. Afirma el papel de la voluntad humana en la generación de condiciones favorables que se obtienen a partir de la comprensión de los fenómenos y de la aplicación consciente y direccionada de la energía social.
Es necesario aclarar que la realidad
institucional u organizacional, según
Zambrano (2001) [Gerencia estratégica y
gobierno. Modelo de Planificación
estratégica para gobernaciones y alcaldías.
Caracas: Ediciones IESA, 2001.], “está
condicionada por un conjunto de variables
que harán más o menos favorable el
contexto en el cual se desarrollo la gestión”
(p. 43). Por ello la planificación estratégica
considera al sistema que se intenta gobernar
como un sistema social complejo plagado
de una infinidad de factores que intervienen
en dicha realidad, mientras que la teoría de
la planificación tradicional está sustentada
en los postulados de la ciencia económica,
donde se considera como único factor
considerado el de tipo económico. Carlos
Matus (1985; 1977; 1987; Huertas, 2006)
afirma que la concepción de la planificación
estratégica es radicalmente distinta a la de la
planificación tradicional, presentándose la
primera como una forma más amplia y
dinámica de entender el concepto de plan y
concebir la utilidad práctica de la
planificación.
Matus, resume el fracaso de la planificación
tradicional, a través de una reflexión de la
mitología griega sobre el personaje llamado
“Procusto” que era un gigante que en la
Grecia antigua se caracterizaba por matar a
las personas que atrapaba dándole sepultura,
en un sarcófago de medida estándar y
ajustándolas al tamaño del mismo, si eran
cortas les estiraba las piernas hasta que
dieran sus medidas y si eran muy largas
tomaba su espada y se las cortaba (Matus,
1985; Huertas, 2006).
PLANIFICACIÓN
TRADICIONAL
& PLANIFICACIÓN
ESTRATÉGICA
De alguna forma, Matus expresa que la
planificación, frente a las demandas
permanentes de la sociedad, responde con
propuestas que terminaban por no aplicarse,
quedando archivada en despachos oficiales
como dossier histórico la actividad del diseño
planificado.
Para Matus, las diferencias fundamentales
entre la planificación tradicional –
denominada por este autor, como
planificación normativa− y la planificación
estratégica se derivan tanto de la
multiplicidad de actores involucrados en el
proceso como del entorno en el que se toman
las decisiones. A continuación se presenta una
tabla con las principales características entre
ambas maneras de planificar.
La planificación estratégica pone énfasis en los momentos en lugar de las etapas a lo que hace referencia la planificación tradicional, ya que la formulación, la reformulación y la ejecución se pueden dar en forma simultáneas y solo es cuestión de momentos. Dichos momentos se pueden presentar en cadena continua o en cualquier orden y cada uno de ellos abarcar a los demás.
Desde hace años, en Latinoamérica, y
especialmente en Venezuela, se ha aplicado la
planificación estratégica, a partir de una
autocrítica penetrante sobre las experiencias
que ha acumulado (Matus, 1985); sin
embargo, esta planificación pareciera existir
de manera aislada y ambigua tanto en los
métodos prácticos como en la teoría (la
diferencia entre la práctica y la teoría se debe
a un desacople entre la cultura venezolana y la
de los teóricos de la planificación), lo cual
conlleva a una mala identificación de
problemas y necesidades, y a la usual
desconsideración de las problemáticas de
índole institucional y cultural.
Diversos autores venezolanos han
considerado a la planificación estratégica
situacional como un instrumento fundamental
para la toma de decisiones. Por ello, para
llevar a cabo la planificación en el ámbito
nacional se han propuesto gran variedad de
metodologías que guían la elaboración de
dicha actividad, sin embargo, de acuerdo con
el Informe del Proyecto Comunitas emitido
por la Fundación CENDITEL (López-Garay
et al., 2009), en la actualidad se han
establecido metodologías de planificación
desde una visión tecnocrática, bajo una
máscara de formulación participativa donde
las decisiones son tomadas bajo criterios de la
administración del poder del Estado y en
términos de exagerada burocracia.
Planificación Estratégica en Venezuela
El profesor Adalberto Zambrano, en su
trabajo de Gerencia estratégica y gobierno
(Zambrano, 2001), expone la necesidad de
diseñar un nuevo enfoque de la
planificación, y presenta una metodología de
planificación estratégica situacional que
toma en cuenta el análisis situacional de la
organización en estudio, lo que implica
identificar y procesar los problemas reales de
la organización.
Zambrano (2001) define problema como:
“divergencia entre el ser y el debe ser o
como aquella situación que es insatisfactoria
para un actor o varios” (p. 55).
La planificación estratégica pone énfasis en los momentos en lugar de las etapas a lo que hace referencia la planificación tradicional, ya que la formulación, la reformulación y la ejecución se pueden dar en forma simultáneas y solo es cuestión de momentos. Dichos momentos se pueden presentar en cadena continua o en cualquier orden y cada uno de ellos abarcar a los demás.
Desde hace años, en Latinoamérica, y
especialmente en Venezuela, se ha aplicado la
planificación estratégica, a partir de una
autocrítica penetrante sobre las experiencias
que ha acumulado (Matus, 1985); sin
embargo, esta planificación pareciera existir
de manera aislada y ambigua tanto en los
métodos prácticos como en la teoría (la
diferencia entre la práctica y la teoría se debe
a un desacople entre la cultura venezolana y la
de los teóricos de la planificación), lo cual
conlleva a una mala identificación de
problemas y necesidades, y a la usual
desconsideración de las problemáticas de
índole institucional y cultural.
Diversos autores venezolanos han
considerado a la planificación estratégica
situacional como un instrumento fundamental
para la toma de decisiones. Por ello, para
llevar a cabo la planificación en el ámbito
nacional se han propuesto gran variedad de
metodologías que guían la elaboración de
dicha actividad, sin embargo, de acuerdo con
el Informe del Proyecto Comunitas emitido
por la Fundación CENDITEL (López-Garay
et al., 2009), en la actualidad se han
establecido metodologías de planificación
desde una visión tecnocrática, bajo una
máscara de formulación participativa donde
las decisiones son tomadas bajo criterios de la
administración del poder del Estado y en
términos de exagerada burocracia.
Planificación Estratégica en Venezuela
El profesor Adalberto Zambrano, en su
trabajo de Gerencia estratégica y gobierno
(Zambrano, 2001), expone la necesidad de
diseñar un nuevo enfoque de la
planificación, y presenta una metodología de
planificación estratégica situacional que
toma en cuenta el análisis situacional de la
organización en estudio, lo que implica
identificar y procesar los problemas reales de
la organización.
Zambrano (2001) define problema como:
“divergencia entre el ser y el debe ser o
como aquella situación que es insatisfactoria
para un actor o varios” (p. 55).
La Planificación Estratégica Situacional (PES) es un ejercicio metodológico que implica formas
de razonar antes de tomar decisiones y la búsqueda de formas integradas de solución a los
problemas. En este sentido, la PES es un ejercicio permanente e iterativo, en tanto desarrolla sus
planteamientos y propuestas a través de sucesivas aproximaciones, proponiendo, verificando y
realimentando las proposiciones iniciales; y puede ser aplicable a cualquier instancia en que esté
organizada la sociedad, convirtiéndose en una herramienta básica, tanto para el Estado y sus
instituciones, como para todo tipo de organización productiva o de servicio. En otras palabras, la
PES es un proceso que se anticipa a la acción (planifica) y ajusta, corrige, reformula en la acción
(monitoreo, evaluación y ajuste permanente), es decir, antes y durante la acción.
Esta herramienta permite a sus usuarios organizar adecuadamente sus recursos y actividades para
alcanzar objetivos y metas, que han sido previamente definidos, en función de sus intereses y del
comportamiento del entorno institucional, orientando las acciones de dicha organización, con el
fin de proporcionar el sentido de dirección y continuidad de las actividades diarias de ésta. En el
ámbito del Gobierno algunos autores como Zambrano (2001) y Matus (1977; 1987) consideran a
la PES como la herramienta más potente para producir los cambios más profundos en la manera
de diseñar y hacer gobierno en América Latina.
La Planificación Estratégica Situacional
En fin, la PES ayuda a los integrantes de una organización a desarrollar, organizar, utilizar y tener una mejor comprensión del entorno en el cual opera, o el campo donde funciona, de sus clientes y beneficiarios, y de sus propias capacidades y limitaciones, lo que da legitimidad a las acciones de una organización al estar en constante interacción con su entorno. Se puede decir que la concepción de esta manera de planificar es menos abstracta que la planificación tradicional y más participativa.
Principios sobre los que se fundamenta la PES
Zambrano (2001) expone que la PES más que un método es una forma diferente de diseñar y hacer gobierno, lo cual implica que las instituciones públicas y privadas, conjuntamente con la comunidad, tengan una visión compartida del país o región que es necesario diseñar y construir. Para lograr esto se requiere procesar los problemas de la realidad y ser mucho más eficiente en su abordaje y solución. Concluyendo así, que se necesita una manera de planificar que pueda “considerar el entorno y los actores, de ahí el uso del concepto situacional, el diseño de escenario y el análisis estratégico” (Zambrano, 2001, p. 33).
El método de PES se fundamenta en una serie de principios teóricos (Matus, 1977; 1985; 1987; 1998; Huertas, 2006), los cuales se mencionarán de manera breve a
continuación:
PRIMERO: En el sistema social existen un número indeterminado de sujetos que gobiernan y planifican desde distintas perspectivas, de allí que ningún actor tenga asegurada la capacidad de controlar todas las variables envueltas en el proceso de conducción social.
SEGUNDO: Cada uno de estos actores se inserta de manera diferente en la realidad, pues éstos se adhieren a distintas ideologías, tienen intereses e intenciones diferenciables, cuentan con distintas capacidades de gobierno y valoran las situaciones desde una perspectiva que toma en cuenta sus valores, ideologías e intereses. En consecuencia, la realidad puede ser explicada en forma diferente por cada uno de estos actores sociales y esa explicación particular será el fundamento de su acción.
TERCERO: Estos actores sociales son creativos y, por tanto, nadie puede predecir sus comportamientos sino, apenas, prever y prepararse para reaccionar velozmente ante las contingencias que se originan en esa creatividad de los actores sociales que interactúan en un sistema plagado de incertidumbre.
CUARTO: De los principios anteriores se deduce que la planificación debe abarcar el problema de sortear las restricciones y vencer las resistencias de los otros al plan propio.
QUINTO: La planificación es un proceso incesante y continuo en el cual se repiten constantemente el cálculo, la acción, la evaluación de resultados y la corrección de los planes. El plan siempre está listo, pero, al mismo tiempo, siempre está haciéndose.
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