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LITERATURA ANARQUISTA
Y ANARQUISMO
LITERARIO
El
movimiento
anarquista que se
difunde en
Espafia a :lca
ele
la Revolucin ele
1868
desarrolla
una
literatura mlitante que
po
pulariza los
principios doctrinales
del intern;cionalismo.
Desnuda
ele pretensiones artsticas, esa literatura
atena
la aridez terica y
facilita la
vulgarizacin
de complic;elos
conceptos
revolucionarios.
No es
raro
encontrar, entre
resefas
ele
congresos
obreros
y noti
cias
sobre
el
desarrollo
ele
la
Federacin
espaola,
poesas
y
prosas
firmadas con
iniciales
y
nombres desconocidos, o
por un
trabaja
dor ,
un
jornalero ,
un
explotado
salidos ele la masa de lectores
anarquistas. En estas composiciones, el obrero
consciente
suele
dirigirse
a sus
compaeros para explicarles problemas
ideolgicm
de
difcil comprensin
o
para
insistir en la necesidad de ingresar
en el movimiento, de leer la prensa
obrera, de
educarse:
Instruirse, compaeros,
aplicarse a la lectura;
sealnos nuevas criaturas,
que son fines verdacleros'.
La
literatura militante no
es,
desde
luego,
patrimonio
exclusivo
del movioriento anarquista. Otros
grupos radicales
desarrollaban
tambin
un
arte
social que
expoua
los temas y
preocupaciones
ms
candentes. Repu blicanos y federal es lleva
han
a la 1
itera tura
sus ata
ques contra
jas
quintas.
la
monarqua, Jos
consumos:
Fuera consumos
y
quintas,
que
no
queremos pagar.
Lo
que
ahora deseamos:
Repblica Fecleral .
Pero
mientras
los' partidos polticos pensaban
exclusivamente
en
1
10
AlItonomia
Sevilla.
: 2 9 V I I 8 8 ~
p
3.
e Cit. 1'01- JOS
T E R ~ I E S
ARDVOL. El
movimiento orero
en E jxuia. La
1'1 i '('1 (I
Internacional (1864-1881), Barcelona, 1965, pp. :27-28.
:j() I
NRFU, XtX
LlTI:RAflJRA Y ANARQUISI'vjO
cambios que
transformasen
las
estructuras
de poder, el
llIovimientu
libertario perseguil
una
revolucin social y econrnica
que destru
yera
el
Etado
y erera una
socieelad sin
gobierno
ni
clases.
Por Olfl
parte,
si
las
manifestaciones literarias
demcratas
y
republican
-
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3/13
NR}'H,
XIX
et AI< A
E LlDA
362
sin
duda,
establecerse
para Espaa si
se investigara el
impacto
de
la propaganda por el hecho
e l
tiranicidio, el atentado terro
r ista-
sobre los intelectuales. Fennn Salvochea,
Paulina
Pallas,
Angiolillo tienen algo
de
hroes romnticos en un mundo
en quie
bra:
su sacrificio individual, su entrega a una causa, son el ltimo
desafo a
una
sociedad
indiferente
y satisfecha.
En
realidad, aunque literatos y activistas practicaban la revolu
cin,
sus armas y sus mundos estaban muy alejados. Los anarquis
tas vivan aquello que los poetas slo se atrevan a soar.
Mientras
los
primeros recurran
al atentado o a
la
accin
sindical para
alcan
zar el
cambio
social, los
segundos
hubieran
podido hacer
suya la
frase de Mallarm: La vraie bombe, c'est le livre '; o la de Baroja:
Yo crea, y creo,
que
la nica arma eficaz revolucionaria es el
papel impreso .
Los intelectuales
tomaron
del
anarquismo
formas y rtulos,
pero
el contenido ideolgico apenas les importaba. El poeta
era
anar
quista en
la
medida en que expresaba de manera individual y
nueva
su
particular
visin
esttica.
En tanto que
los desposedos
buscaban la completa transformacin social y econmica, los escri
tores se pronunciaban por la libertad artstica. Para ellos, el anar
quismo era esttico, rara vez poltico; las
masas
explotadas no
fueron
ms que el tpico literario de una lite intelectual.
El
ambiente cultural
de fin de siglo se complica
en
Espaa con
la entrada de las corrientes de pensamiento individualista y
nihi
lista. Los
intelectuales
y bohemios
alternan lecturas
de Nietzsche,
Schopenhauer, Tolstoi, Stirner,
Ibsen,
Hauptmann,
Strindberg, con
las de tericos cratas como
Bakunin,
Kropotkin, Malatesta,
Grave,
Hamon. En sagaces palabras de un observador poco
benvolo,
los
jvenes anarquizantes se tienen
por
furibundos
anarquistas,
pro
claman
la
soberana del yo, arremeten contra los viejos moldes,
tienen en
sus
almas de
creyentes
rebeldas
de ateo,
suean
con
Ibsen, repiten las frases profundas de Nietzsche,
adoran
a Tols
toi,
glorifican
a
Wagner
. . . Los mismos
literatos
confirman este
7
lisme , Le Motlvemenl
Social,
69 (1969), 21-34; JEAN-MARlE GARR,
Les cri
vains fran[ais el
le
mirage a/lemand 1800-1940), Paris, 1947;
MICHEL
DCAUDIN,
La
erise des valeurs symbolistes,
Toulouse, 1960; EUGENIA K.
HERBERT,
The
artist
and
social reform: France
and
Belgium 1885-1900,
New
Haven, 1961;
CSAR GRAA, Bohemian versus
Bourgeois: French society
and
the French
man
of letters in
the
nineteenth century, New York, 1964.
3 Cil. por CAMILLE
MAUCLAIR,
Servitude el grandeur littraires, Paris, 1922,
p. 116. En
una
entrevi'sta con
Jules
Huret (cho de Patis, 14.III.l891) , Mallar
m afirma
que
el
poeta
est en greve devant la sacit .
o
Po
BAROJA, Juventud, ego
l
tria (t. 5 de sus Obras compl.), p. 217.
7
NICOLS
SALMERN,
prl.
a
Degeneracin, de
Max Nordau, Madrid,
1902,
p J3
La
influencia
de Nietnche
en la Peninsula
ha
sido
estudiada
cuidado
samente por GONZALO SOllEJANO,
Nietzsche en
Espaa, Madrid, 1967. Vase
NRFH,
XIX
LrrERATU RA y ANARQUISMO
363
juicio.
Ya VIeJO,
Azorn
recuerda las lecturas de su generacin en
los aos 90: Nosotros
creamos entonces
representada a Europa,
principalmente,
por
Federico
Nietzsche
[
. . . J
El nombre de Nietz
sche hace recordar el de vVagner, otro
hombre
europeo. Msica de
vVagner
haba
yo escuchado en Valencia,
aplaudida
por doctos e
indoctos . Y
Baraja:
Entre
los escritores
que
hoy
viven,
para
m
no
hay
ms que dos
verdaderamente
geniales, el uno
Ibsen,
el otro
Tolstoi o.
En
1895,
el joven
Jos
Martnez Ruiz se entusiasma con
un
artculo
de douard
Rod sobre la renovacin intelectual
alemana,
influida por Nietzsche, Stirner, Bakunin, y dice, refirindose a la
influencia
de
este nuevo pensamiento en Espaa:
La
idea
anar
quista es, ante todo,
una
protesta y
una
aspiracin; protesta de
todas estas arbitrarieddes, aspiracin hacia un ideal relativamente
ms humano. As no tiene programa
alguno
formulado, ni se atie
ne a
ninguna
norma [. . . J
La anarqua
no da ninguna solucin ni
pretende reformar de
un
da
para otro la actual sociedad l0. En
otras pginas, el
futuro
Azorn aade a este aspecto tico y huma
nitario
la
dimensin esttica del anarquismo literario: la revolu
cin
literaria
es
la vanguardia
de
la
revolucin
poltica:
el artista
es profeta l1.
Martnez
Ruiz
comparte estos entusiasmos juveniles con otros
escritores que se
iban
dando a conocer por entonces: Maeztu, Ba
roja,
Unamuno.
En 1901 escribe este ltimo a
Federico
Urales:
mi fondo
era
y es,
ante
todo, anarquista. Lo que hay es
que
detesto
el sentido sectario y dogmtico
en que
se toma esta deno
minacin [ . . . ]. El
anarquismo
de un Ibsen me es simptico, y ms
tambin
UDO RUKsER, Nietr.sche in der Hispania. Ein Beitrag zur hispanischen
Kultur-
und
Geistesgeschichte,
Bern, 1952, y el artculo de
PAUL
IUE, Nietzsche
in
Spain, 1890-1910 ,
PMLA,
79 (1964), 8096. Sobre su
huella
en
Francia,
GENEVd:VE BIANQUIS,
Nietzsche en
France.
L influence
de Nietzsche sur
l
peno
se fran[aise,
Paris, 1929 y, ms recientemente, J.-M.
GARR, op. cit.
AzoRN, Madrid, en sus
Obras compl.,
1. 6, Madrid, 1952, pp. 245-246. A
diferencia de Martnez Ruiz,
FEDERICO URALES
escribe a la
muerte
de Nietzsche
La
Revista Blanca,
Madrid, Suplemento 68, l.lX.1900, p. 1): Nietzsche no
pudo ser anarquista porque le faltaba el sentimiento de la solidaridad humana .
9
Gil. Por H.
PESEUX-RICHARD,
Un romancier espagnol: Po Baraja , RHi,
23 (1910), p. 117. En Juventud,
egolatria,
ed. cit., p. 184, Baraja confiesa:
para m, Tolstoi es un griego: es sereno, claro, sus
personajes parecen
dioses .
10
Notas sociales,
en el 1. 1 de sus
Obras comp/.,
Madrid, 1959, pp. 196
204. Algo
semejante
dice BAROJA en su discurso de ingreso en la
Academia
Espaola
Rapsodias, Obras campl.,
1.
5,
p. 883): Yo me senta anarquista,
partidario de
la
resistencia pasiva
recomendada por
Tolstoi
y
de la
piedad
como lector de Schopenhauer y como hombre inclinado al budismo. Y
un
prrafo
ms
abajo:
Tampoco
cog
del
anarquismo
su
pretendida
parte
con5-
tructiva. Me
bastaba
su espiritu crtico,
medio
literario, medio cristiano.
11
Anarquistas literarios, Obras campl., t. 1, p.
165.
-
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564.
CUI l L UDA
1\RHI, XIX
an
el de Kierkegaard, el poderoso pensador dans de
quien
ante
Lodo se han nutrido Ibsen
y Tolstoi. Tolstoi ha
sido una de las
almZls que ud.s hondamente ha
sacudido
la ma; sus obras hall de
jado
una
profunda huella en m"12.
No slo entre los muy jvenes encontramos estas simpatas.
Tambin
Alejandro
Sawa,
Joaqun Dicenta, Eduardo ;\Jarquina,
Francisco
Villaespesa, i\Januel dcl Palacio, Pedro Barrantes, Eduar
do
Zamacois, entre tant.os ms,
forman parte
de csa
generacin
que
podramos ilamar, con palabras
de
Azorn, la
de
los anarquistas
literarios. El
auge
de este movimiento ocurri en los aos inme
c]jatos al descalabro colonial,
pero
S\l
vida
fue
efmera:
con
la
lle
gada del lluevo siglo, fueron otros los senderos
literarios
que se
ofrecieron a los jvenes. En el noveci en tos, mientras los militantes
crat
-
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366
CLARA
E
LIDA
NRFH, XIX
y populares, salpicadas a
menudo
de
vulgarismos
y de giros
lin
g'iisticos regionales, o
que
incluso est escrita
en
cataln, valencia
no o galleg0
2
. En general, tal vez por la escasa cultura literaria de
sus autores,
la
poesa
obrerista
abunda
en formas populares; sin
embargo, aunque raras, aparecen
aqu y
all parodias
y glosas
de
poetas
como Espronceda, l3cquer,
Campoamor
y
Silva.
Un
autor
annimo
ridiculiza
el
carlismo en
estos
versos:
Volvern los carlistas incansables
nuestros bosques
y
campos a poblar;
y
sin trabajo, la comida hecha
siempre
en
ellos
tendrn.
Volvern en campaas admirables
su fe y su
religin
a demostrar,
apretando
a correr cuando los busquen,
y
cuando
no, a robar.
Otra vez en Olot, Cuenca y cien puertos
al
mundo asombrarn con su piedad
afanando violando, asesinando
y
despus
a rezar.
Volvern a
gritar
viva don Carlos,
y el vino y las Samoggi, y a bailar!
y cuando les pregunten
-quin
es se?
dirn: un bruto ms.
Volvern a quemar las estaciones
y los
rails
y el
telgrafo
a
cortar,
y en los postes, la honra de la
patria
volvern a colgar.
Volvern las hipcritas beatas
corazones de Dios a
fabricar,
y a ms de
cuatro
tontos de carlistas
al campo aHojarn.
Volvern los amables jesuitas
en Espaia la guerra
a
fomentar,
a fin de que se diga que
sin
ellos
no
es
posible la
paz.
Volver, si el
Seor no
lo remedia,
todo esto que he contado y mucho ms,
pero el placer
de
darles una tunda
ay! tambin volver".
20
Llama la atencin, en estos aos, la abundancia de una literatura anar-
quista en cataln, valenciano, etc., a diferencia de lo que ocurre en el siglo xx,
en el que
la
produccin obrera catalana est redactada
casi
exclusivamente en
castellano. Sera interesante saber si el cambio se debe a una creciente inmi-
gracin a Catalua de obreros castellanos y andaluces O a un rechazo del
ca
talanismo reaccionario de Camb
y
l
"LEga".
21 "Becqueriana", en Los Desheredados Sabadell, 2.XIl.1885, p. 3.
NRFH, XIX
UTERATliltA
NARQUlSMO
367
Lo que predomina es la intencin ilustrativa y
militante.
Se
trataba de
exponer en
la literatura anarquista los
mismos
proble
mas que se
planteaban
en los congresos internacionalistas, y de exi
gir las
mismas reivindicaciones que en huelgas
y manifestaciones.
La desigualdad social, la
lucha
de clases,
la
corrupcin de las
instituciones y del Estado, la injusta distribucin de la riqueza, son
slo algunos de los
innumerables
temas obreros. Lo que el prole
tariado sostiene y
reafirma
a travs de esta poesa es
el
rechazo de
la sociedad presente y la lucha por un
futuro
mejor:
Del fondo de la mina,
del seno del teITuo,
venid,
hijos del pueblo,
venid,
regenerad
la
estlida,
decrpita,
falaz, artificiosa,
hipcrita,
egosta
presente sociedad.
Mirad
cmo ya
tiemblan
los
rancios organismos,
de vuestro influjo viendo
la marea subir!
El tiempo a todos Ilegal
Salud, hijos del pueblo!
Hermanos
del trabajo,
vuestro es el porvenir!"
Las
prerrogativas,
los privilegios basados en la
explotacin del
pue
blo deben ser
destruidos. Para
conquistar
la
emancipacin y esta-
blecer
la
anarqua,
el proletariado
debe realizar
la Revolucin So-
cial.
Slo
con ella
acabarn
la
esclavitud,
la
miseria,
la injusticia.
[
. . .
]
No
ms
criminales
que
con sed
impura
exploten
del
hombre
su fuerza y saber,
y
en nombre
de un Dios y
una patria
a su
hechura
opriman
al
dbil
debajo sus pies.
[
.. .
]
Abajo
esas clases,
vilmente
creadas
a sombra y abrigo de la explotacin;
cantemos, obreros, las nuevas jornadas,
que
van derramando justicia y
amor.
Marchemos con
amor
a la Revolucin".
EMILIO GAI'TE, "Canto
al
pueblo. (Himno) , en
l
Corsario La Co-
rua,
18.XIl.l892,
p. 3.
23
R.
C.,
"La Revolucin
SociaL
(Himno) , en
La Revolucin
Social
Bar-
celona, 30.x1.l889, p. 4.
-
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NRHI, XIX
CL:\ kA F LILJ:\
:,68
absoluto, el
Para los anzlrquistas,
imbuidos
de LHI opLimismo
un annimo
xito
de
la Revolucin es indefectible. As lo afirma
obrero valenciano:
J
' ]
\'indr
puque te que vimIrc,
perqlle te
rah ele
ser,
perejll'en f pera l'obre)
, 'espera arre pre'Vindre,
tat
que
la bullga contin
-
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370
CLARA E
UDA
l\Rtl-l, XIX
Qu
queda de su esplendor?
Las ilusiones perdidas
Destruyamos sus guaridas
sin que quede ni una en pie,
pues del rbol
de
la fe
son ay hojas desprendidas.
Que hoy
no
acepta
la
razn
los
dogmas
desconocidos,
porque
son
frutos
perdidos
elel rbol elel
corazn".
Las nuevas corrientes del pensamiento europeo -Comte, Dar
win, Huxley,
Taine-
contribuyen a
intensificar
los ataques contra
las doctrinas eclesisticas. Sin embargo, es curioso observar cmo
el
anarquismo
incorpora giros
religiosos
al pensamiento laico y
re
volucionario.
Esto
se manifiesta profusamente en los "credos"
y
"evangelios"
socialistas
que
se multiplican por entonces,
aunque
sus antecedentes sean
muy
anteriores.
En
efecto, ya
en
1812 circu
la ba este credo patritico liberal:
Creo en la
Junta
Suprema de Sevilla, una y poderosa, criadora
de la libertad y de la unin, y en Fernando
VII
su hijo, redentor
nuestro, que
fue concebido de madre sin cario, padeci debajo
del
poder de
la infamia, fue tiranizado y vilipendiado, descendi del
trono,
y
al
tercer da
fue llevado
a
Francia,
y ahora est a la dies
tra
de
sus vasallos.
Desde all
ha de
venir
a
juzgar
a los rebel
des [
. . .
]29.
En 1870 apareci
un "Credo
republicano" contra
monrquicos
y
reaccionarios:
Creo en
el
pueblo todopoderoso, criador
de
la a;ricultura,
de
la
industria y del comercio, y en
la Repblica,
su nica
hija
y
prxima
seora
nuestra; que fue concebida
por obra
del
Sufragio universal,
28 MANUEL
QUIONEI
DE L
-
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8/13
NRFH, XIX
CL lt 1 :. U
372
1. Creo firmemente
que todos los
hombres
nacen
libres
y que
tienen derecho
de
gozar de
libertad
toda la vida.
2. Creo firmemente
que
el
hombre que se enriquece
con
el
Ira.-
bajo ajeno
es ladrn.
3. Creo firmemente que la miseria no desaparecer
de la
tierra
hasta
que
no se haya
organizado
el trabajo en comn, hasta que
no
se
obligue
a
cada uno
a
trabajilr segn su fuerza
y a
consumir
egn sus necesidades.
1.
Creo firmemente
que el hombre
seguir siendo
esclavo mien-
tras
permita que uno gobierne
a
muchos
y
que unos
pocos legislen
y
hagan
leyes
para
los ms.
5. Creo firmemente que
la
ignorancia prevalecer
sobre
el
o-
nocimiento, y la oscuridad
sobre
la luz, mientras que los hombres
no
se instruyan y
eduquen con arreglo
a sus
capacidades.
6.
Creo firmemente que los hombres
de
una
religin
persegui-
rn
a los
de
otras, mientras
existan la miseria
y
la
desgracia, y mien-
tras est la mayora ele gnero
humano, corno
hoy
sucede, afecta
de ceguera.
7.
Creo firmemente que
existir
la
guelTa
y los
hombres mo-
rirn
a
millares en el
campo
de
batalla
en
tanto que prevalezca la
fuerza
y
un
pas
se
utilice de la
ruina
de otro.
8.
Creo firmemente que
las
mujeres no sern ms
que las
es-
clavas y
juguetes de
los
hombres, mientras que
dependan
de
ellos
y no disfruten el producto de su propio trabajo.
9.
Creo firmemente
que
el trabajo, que es
el que
suministra
lo necesario para satisfacer todas
las
necesidades
del hombre,
ser
por todos despreciado
mientras
que
los
obreros trabajen
para
llenar
la bolsa de
los que no hacen
nada.
10. Creo firmemente que los asesinos, ladrones y
criminales
de
todas
clases
no
desaparecern en tanto los siga engendrando
la
mi-
seria.
11. Creo firmemente que
los
hombres
se devorarn
unos
a
otros
hasta que llegue el
da, ya cercano,
en que una nueva luz ilumine
a
la humanidad
y los
trabajadores
se
levanten como un
solo
hom-
bre para arrojar el
yugo
del
capital
y
confundir
a los que los
oprimen.
12. Creo firmemente que
las
inteligencias
honradas pueden ha-
cerlo
todo;
y
que el reinado de la razn
se
haBa prximo, haciendo
que
los
hombres vivan como hermanos,
y
todas
las
naciones
for-
mando una familia.
13. Creo firmemente
que el fin
de
lo
presente vendr pronto
y
en nuestros
das .
Al igual que los credos,
los
evangelios y los catecismos tenan
una larga t r d i i n ~ Desde principios
del
siglo haban sido
utiliza-
dos con propsito didctico por
economistas,
historiadores
y escri-
33
Un
credo judo . Los trece artculos de la fe , en
El
Socialismo,
Cdiz.
I.VIlI.l887,
p. 8.
NRFH,
XIX
LITER TUR
A N \ . R Q V l S : ~ l O
373
tares
como Say, en Francia, y Ackermann,
en
Inglaterra.
En 1865
Bakunin
haba preparado
un Catecismo revolucionario
para sus
compaeros de la Alianza secreta.
En
Espaa,
el
bombstico
escri-
tor
y poltico
republicano Roque Barcia public en 1869 El
evan-
gelio del
pueblo de
gran
xito entre sus correligionarios'4. Los
anarquistas
adoptan
la
misma forma
y,
tres aos ms tarde,
Nicols
Alonso Marselau,
uno
de los internacionalistas andaluces de mayor
prestigio,
publica
desde
la
crcel
de Sevilla
El
evangelio del obrero
(1872),
El folleto anarquista alcanz amplia
difusin
y fue acep-
tado por
la
Comisin de Propaganda
del
Consejo
de
la
Federacin
Sevillana.
Aos
despus, La Alarma
de
Sevilla, lo reimprimi por
entregas con igual
fortuna.
El propsito primordial de Marselau es mantener vivo
el
dog-
ma
de
la anarqua entre los federados espaoles.
Sus
palabras
iniciales remedan el incipit de
los
evangelios de San Mateo y de
San Juan:
Libro de la generacin del Obrero, hijo del trabajo, de la
mise-
ria
y las
lgrimas.
En
el
principio era la ignorancia; la ignorancia
era
con
el hombre y el hombre era la ignorancia
Como Cristo, el
Obrero
soporta persecucin e injusticia y sufre
tentaciones:
Entonces
el Obrero
fue llevado
a las
naciones
para ser
explo-
tado por sus
hermanos.
y
habiendo
ayunado
infinidad
de
siglos,
despus tuvo
hambre.
y
llegndose
a l uno de sus hermanos
explotadores,
le dijo:
si
t
eres tan
poderoso,
si
en
ti
reside la riqueza, puesto que, como
dices,
todo lo produces, di que
estas
tierras produzcan pan,
sin
que
yo te
d la simiente,
sin que te
d un
jornal para que te
alimentes.
Mas
el
Obrero respondi:
No
de
solo
pan
vive
el hombre.
Yo
en verdad tengo en
mis
manos la
riqueza, todo lo
produzco, sin m
no habra artes, ni ciencias, ni inventos, todo
lo
he
hecho
yo con
mi
trabajo, pero t
me
has
robado los
instrumentos del
t;'abajo,
t
te
apoderas del
producto
de
mi
sudor,
t
me
azotas
mientras me
fatigo, y tienes
atadas mis
manos
para
que no me pueda oponer
a tus despticos designios. No
vivo slo de pan,
necesito
libertad,
independencia. Necesito lo
que
me
has robado,
y
entonces
vers
cmo de
las
piedras
hago panes,
cmo transformo
el mundo.
Entonces el explotador
lo llev sobre un
alto monte v le mos-
4
Tambin entre
los
socialistas
utOPICOS
franceses florecieron
los
evange.
Iios . En 1840, por ejemplo, publicaba Alphonse Esquiros
un vangile du
)cuple.
Cf.
DAVlD
OWEN
EVANS,
Le
socialisme
romantique.
Pierre LerOllx
el
ses cOlltemporains, Pars,
19 18 (o
la versin ingle , de este mismo libro, Oxford
eni\ . Press,
1951).
-
7/26/2019 Lida, Clara E. - Literatura Anarquista y Anarquismo Literario
9/13
CL\RA E LIA
NRFH,
XIX
3H
tr todos los Teinos del mundo y las glorias de ellos, y le dijo:
Todo
esto t dar, si
cayendo
me
adomTes.
No
faltan tampoco las
Bienaventuranzas
revolucionarias que pre
dica el
Obrero:
Felices vosotros,
trabajadores
y pobres
de esta
sociedad,
porque
cesarn vuestras fatigas el da de la
Justicia
que se acerca [
].
Felices vosotros, los que ahora lloris la injusticia social, porque el
da llega
en que vuestro llanto se convertir en alegra y la paz
reinar en vuestras conciencias,
porque
no tendris el remordimien
to del haber robado ni explotado a
nadie
[
J. Felices los que,
esclavizados, padecis
por
la
tirana
y la
arbitrariedad
de esos
que
llaman
tribunales de justicia. Todas las cadenas
han de
ser pulve-
rizadas, todos los hierros del esclavo han de ser rotos [ J. Felices
cuando
os maldijeren y os
persiguieren;
gozos y alegTos,
porque
sa es una
prueba
de que no estis conformes con la explotacin
exis ten
te-'5.
vIs
de
un
militante llama la atencin
sobre
el
tono
y el voca-
bulario religiosos que suele adoptar esta literatura poltica:
la
caridad cristiana lImase
hoy solidaridad;
el amor al prjimo, fra-
ternidad humana; no faltan
dioses
con
el
nombre de Libertad,
Tusticia
y Verdad,
ni
santos que se
llamen
AngioEllo, Bresci, Case-
rio,
Reclus, etc.,
siendo
el Cristo
Redentor la Revolucin Social,
el
demonio causante
de
nuestros males, la maldita burguesa, y
el pas de
la anarqua
el pas
anhelado; murindose hoy, en
fin,
por
la humanidad
en lugar
de morir por
la causa de Dios'[t Algo
semeiante dice
el
peruano Gonzlez Prada
a
propsito de
los pro
pagandistas por el hecho :
Acaso yerran;
y qu importa?
El m
rito
del sacrificio
no estriba
en
la verdad de la conviccin. Los
que
de buena
fe
siguieron
un
error, sacrificndose
por
la mentira de
la
patria
o
por la mentira
de
la
religin,
forman hoy la plyade
glo-
riosa de
Jos
hroes
y
los santos. Los
grandes
vengadores de hoy, mo
sern los Cristos de
maana? 37
Pero
algunos
anarquistas manifies
35
NICOLS ALONSO JVfARSELA1J El
evangelio
del oOTero, Crcel
de
Sevilla.
18.JIT.1872. PP. 3-10. El opsculo
se
reimprimi por entregas en l.a A arma.
Sevilla, 5XU.1889 y sigs.
36
A. HERRERO.
"Barriendo escombros", en
Anticristo,
Algeciras, 3I.III.190G.
pp. 3-4, Y 19.V.I906, pp .
2-3.
37 MANUEL GONZLEZ PRADA, Anarqua, Barcelona, 1938, p. 113. (La ma
varia de estos artculos, apareci en
Los Parias,
Lima, entre
1904 y
1909).
Crticos del anarquismo ven con poca simpata esta tendencia reli ,iosa. En
t i artculo "Sobre el fulanismo",
de
1903, comenta
UNAMUNO (Ensayos,
Madrid.
1951.
t. 1,
p.
468): Y
es
cosa sim,ular oue mientras
los
anarquistas protestan
de
ese
culto rendido a las personas, multiplican
los
retratos
de
Bakunin,
de
Kropotkin
y de
otros
y
han inventado
l l l l
culto. un verdadero culto. a
sus
~ R F H
XIX LliERATUR..8t. y ANARQUIS:-'l
37:
tan claramente su
irritacin ante
estas tendencias. Un grupo crata,
muy influido por Nietzsche,
repudia con
energa todos
Jos Tesabios
religiosos:
Hoy
los
anarquistas,
as como los cristianos se
unen
por las ideas
de Dios, Patria, Religin, stos se
unen
por otras abstracciones
no
menos
vacas de sentido, como
Justicia , Verdad , Bienestar
Co-
mn ,
"Sacrificio por
la Humanidad ,
resultando
que
los fantasmas
creados por el hombre en la noche de los tiempos no
han
hecho
ms
que
cambiar de nombre y lugar [
J.
Un viento castrador
corre
por
entre
los
anarquistas, segando
sus
voluntades
cual cuchi-
lla de acero,
porque
al misticismo sucumben o sucumbirn todos
los
que reemplacen
a Dios
por
la
humanidad,
sin
comprender, sin
que puedan concebir sus mentes de que al olvidar al individuo por
sta, al
abandonar
sus satisfacciones
propias por
las
de
los dems,
es individuo muerto, colndose de
rondn,
aunque
no
lo pretendan,
en
el cristianismo
anarquista
s8
A medida que la literatura
obrerista
adquiere palmas y laureles
en la prensa
del
movimiento
y
en
los
certmenes
anarquistas,
apa
recen
los primeros
volmenes de
poesas
militantes. En 1885
se
publican
los
versos socialistas de Francisco Salazar y
Toms
Ca
macho,
reunidos
en un tomo titulado A los hijos del p1leblo. El
libro
lleva
prlogo de Ernesto Alvarez y una carta del entonces
joven
Alejandro
Sawa, que termina as:
Hace
falta, pues,
queri
dos amigos,
para
que la
revolucin
sea
popular,
que sea social [ ].
El libro A los hijos del pueblo est inspirado
en
estas ideas,
que
es
preciso
que
contribuyamos
para generalizarlas ms,
ms todava,
a
que
se
disuelvan
en
la
atmsfera
de
tal
modo que
as
como no
hay pulmn que deje de aspirar oxgeno
[
J
no haya tampoco
un
cerebro
que
deje de
aspirar socialismo para la
formacin de la
voluntad.
As
ganaremos
la batalla
con
menos
bajas
en
nuestro
ejrcito"39.
La poesa
de
Salazar
y
Camacho
exalta
la lucha del
pro-
hroes".
"PELDAO",
en
El Censor,
?\Jadrid,
17
,IX.l90J,
p. 2.
ataca a los anar-
quistas para quienes "Czolgosz, como Casero, como Angiolillo y como tantos
otros, es desde hoy un nombre ms que ingresa en el santoral del anarquismo
[
.. .
J. Bruto, si no fue anarquista, presinti el anarquismo: la bandera negra
reclama tambin su nombre: el catecismo
de
sangre de los libertarios aspira
a ser tan extenso como la Biblia".
38 SALVADOR
RODRGUEZ, en
Anticristo,
AIgeciras,
9.V.1906, p.
1.
39
ALEJANDRO
SAWA, "Carta", en
A los
hijos
del
pueblo,
Versos socialistas,
de Francisco Salazar Toms Ca macho, Madrid, 1885, p. 95. -Sawa (1862
J
909)
. uno de los personajes ms interesantes de fin
de siglo, flle.
figura
cen
tral en la bohemia madrilea
y
principal divulgador de
la
poesa parnasiana
francesa. (eL el prlogo de
RUBN
DARa a las pstumas
Iluminaciones en
la
somom, Madrid, 1910).
MARTNEZ
RUlz,
en
1897
Charimri, en
Obras
compl
t. 1, p. 271), lo ve con poca simpata: "Alejandro Sawa me parece un fat [...J
-
7/26/2019 Lida, Clara E. - Literatura Anarquista y Anarquismo Literario
10/13
CLARA E
LTD
NRFH, XIX
376
letariado contra "los explotadores", "los autmatas", "la canalla
aristocrtica",
"los
padres
de la patria", "la propiedad individual",
en otros tantos
poemas
que
llevan
esos ttuJos. Segn
Ernesto
Al
varez,
con ello
se va cumpliendo
"un fin
humano", que es el
"sepe
lio" de
la
burguesa, "a fin de que de su putrefacto cadver surja
la nueva y lozana generacin, exenta de toda ambicin, y donde
reinen por
modo
estable
y
definitivo la
Paz,
la Verdad, la
Igualdad
y
la
Moral"'o. El libro est dirigido a
un
pblico hasta entonces
olvidado
por los poetas. En una extensa resea
publicada
en
Ban-
dera Social
el comentarista
seala
que
hasta
entonces los
escritores
slo
haban buscildo los medios
de "aliilr
el verso con [
]
la
posi
cin sociill
de
los que hilbJan de juzgar
y
adquirir sus
produccio
nes", mientrils Salazar
y
Camacho
se
han dirigido
a
otros
lectores,
ill
pueblo
"que
es
explotado, que vive en
la
miseria, que sufre
un
continuado
manirio
a que nunca
llegaron
Jos adeptos de ninguna
idea
poltica,
de
ninguna
religin";
al pueblo que
"como no puede
pagar inteligencias,
como es
pobre
no
slo estaba condenado
a
carecer de ilustracin, de
pan,
de
abrigo,
sino de
cerebros
que sa
lieran
en
defensa
de
sus
derechos"".
stos
son
los
"soldados
de
la
emancipacin, hijos de
la libertad",
"poderosa
falange
que ha de
regene-ar
al
mundo y libertar
a
la humanidad"". Ellos son
los
que,
lanzndose
a
la
lucha, se oponen a
la
tirana de los
privilegiildos:
La
revolucin estalla,
estalla.como
la hoguera,
como el mpetu del bravo
que
al fin
rompe
las cadenas
con
que
su
opresor
le arrastra,
como estalla'
la tormenta.
La
revolucin es talla
cuando
el
tirano
alardeil
de su poder, y hace al pueblo
juguete
de sus proezas
y
ay
del tirano aquel
cla
que
el
pueblo
suelte
la
rienda!
v quiere ser aqu una especie de Jean Moras". Tambin lo critica BARaJA
Juventud, egolatra ed.
cit.,
p.
210): "Pobre Alejandro. Era en el fondo un
hombre sano, un meditenneo elocuente. nacido para perorar en un
pas
de
sol. y
se haba empeado en
ser
un producto podrido del Norte". MANUEL
MACHADO, en cambio, le dedic un lrico "Epitafio": "Jams hombre ms
nacido ; para
el
placer,
fue
al dolor /
ms
derecho. ; Jams ninguno ha
cado; con facha de vencedor; tan derecho. y es que l se daba a perder
como
muchos a
.ganar
... ; Y
su
vida,
por la falta de querer
y
sobra de
regalar
fue
perdida. ;
Es
el
morir
y
olvidar ; mejor que amar
y vivi-. y
ms
mrito
el
dejar que
el
conseguir".
40 ERNESTO ;\LVAREZ. "P"1or':0", A
Ir
hijo) del J/le/J/o. p. x.
H Bandem
Social.
Madrid.
27.VIII.l886.
p.
3.
42 E. "LVAREZ, "PTlogo"
ciT..
p.
viii.
:-RFH, XIX
LlTI:RATVRA
y ANARQUIS\1 37
En
vano
la tiran
a
podr contener la fuena
de un
pueblo noble que lucha
sacudiendo las cadenas
que
le oprimen,
porque
entonces,
rompiendo la valla inmensa
de
la
tirana,
y
ciego
de su
indignacin
extrema,
tal vez reduzca a ceniza
al
tirano y
su bandera',1.
Diez aos despus
de publicada
la
primera edicin
de
este vo
lumen de
versos
dirigidos A los
hijos
del pueblo una
militante
anarquista,
Ana
Mara M
daba
a conocer sus
poemas
feminis
tas
A las hijas del fJUeblo .
Los
temas
de la prensa obrera revolucionaria influyen decisiva
mente en
la poesa
social cultivada por los
anarquistas literarios.
Escritores
como Pedro
Barran
tes,
Joaqun
Dicenta,
J\Januel del Pa
lacio, entre muchos otros,
plantean
temas
semejantes
a los de sus
colegas proletarios. As, Jos
Alcal
Galiana
critica, en
"El
men
drugo", la
fal
ta de caridad
y
la indiferencia
social:
Roto, sucio, raqutico y hambriento,
enfermo,
y
sin
trabajo en
su cojera,
mirad a ese
mendigo macilento
subir con
gran dolor una
escalera.
Llama a una puerta;
la
criada
le da, despus de no
pequeo
rato,
una
miga de
pan
fosilizada
y un
mendrugo
ms
duro
que un zapato.
Al tomarlo, con
hondo
desconsuelo
exclama, y con escptica irona:
"Padre
nuestro!
si
ests all
en
el cielo,
esto se llama el pan de cada da?"
45
43
F.
S ~ Z R
y
T
GnlAcHo,
A los hijos
del
pueblo,
pp. 6263.
" Otra curiosa coleccin de poesas es la de Jos MARA BL>.ZQUEZ
DE PE
DRO Rebeldas cantadns
(Librera Satans, Madrid, 1905), compuesta desde
la que l llama "Crcel Modelo? de Madrid" para divulgar "el ideal amado"
y atacar a los "subhombres que se inferiorzan, deshumanan e injurian a s
propios
con
el mote de autoridades"
(p.
16), En
1889 se
haba impreso un
l a ~ o poema antirreligioso de M[IG;El.] R[EY],
Dnde est Dios?, y
hacia la
misma
poca
Jos Ll.lJNAS y PUJAU
public lIna extensa poesa en
tres
can
tos,
La Revolucin.
Barcelona, l88._
...
,
+5 Jos ALCAL.-\ GALlANO, "El
mcnrlru,go",
en La
Revista Social,
Barcelona.
-
7/26/2019 Lida, Clara E. - Literatura Anarquista y Anarquismo Literario
11/13
,
;
NRFH, XJX
CLAllA E LlDA
38
La
deshurnanizacin de la sociedad es, para todos estos autores,
responsable de
que el
pueblo recurra al robo o al asesinato para
remediar
su penuria.
Los estudios
sociolgicos y jurdicos de
boga
influyen en los jvenes
inte1ectuales espaoles.
Martnez Ruiz,
gTan
admirador de
Pedro
Dorado Montero, traduce Las prisiones,
de
Kropotkin,
y
publica en
1899
un
extenso
estudio de
sociologa
criminal,
donde
traza la historia de las
diversas
doctrinas europeas
sobre
ese tema'O, polemizando
con
Cesare
Lombroso y Enrico Ferri
y tomando
partido
por Dorado, Gabrid
Tarde,
mile Girardin,
Kropotkin
y August in Hamon, crimina1istas
que, en mayor
o
me
nor
grado, ven en
la
sociedad la verdadera causa del delito.
Estas nociones,
parte del clima intdectual de la
poca,
estan
implcitas en el soneto
"Reo
de muerte", de
Francisco
Rodrguez
Marn.
El
malhechor, vctima de sus circunstancias sociales - l a
miseria y
la
soledad-, no podra encontrar esperanza sino
en
la muerte:
En tugurio misrrimo
naciste,
engendro de
vicioso
maridaje;
dejronte
crecer
como salvaje;
de
nadie amor ni amparo
mereciste.
Solo, desharrapado, hambrien to Y
triste
quem tus
venas
el social ultraje,
y, lanzado a la vida del pillaje,
crmenes
espantosos
cometiste.
La sociedad
te asi con mano
fuerte,
al fin en ti
ha pensado,
y te
condena
a la pena mas grave: a
la
de muerte.
19.IV.1878, p. 4. En
1872
haba publicado Alcal
su Estereoscopio social,
con
pr610go de Gald6s, y el 27.IV.1895 La Idea Libre de Madrid, reprodujo otro
de
sus
poemas sociales,
"La
soire. (Pintura
al
petr6 leo) ". De l dice
RUBN
DARa,
Espaa
contemporneo p. 220: "es otro hijo de su padre. Ha tradu
cido a Byron en verso. Ignoro si el sacrificio fue antes o despus de entrar
en la Academia".
6
Obras compl. t 1, pp. 441-574 (con pr610go de Francisco Pi y Mar
gall). "Te6rico y propagandista" del anarquismo lo llama E.
INMAx
Fax,
Martnez Ruiz. Sobre el anarquismo del futuro Azorn", ROce
12
(1966). p. 160. [CL tambin, del mismo estudioso, "Una bibliografa anotada
del periodismo de Jos Martinez Ruiz (Azor n): 1894-1904", RLit
28
(1965),
231-244, Y su "Introducci6n biogrfica y crtica" a La voluntad Madrid,
1968]. Resulta difcil coincidir plenamente con este modo de ver.
Ms
justo
y equilibrado me parece .considerar al joven Azorn como uno de los varios
escritores de fin de sigl que
se
declararon en rebeli6n contra la sociedad
burguesa y la esttica anquilosada de la Regencia. Todos ellos tomaron pres
tados r6tulos y actitudes del anarquismo, subrayando lo
que
ste tiene
de
individualista, renovador, iconoclasta
e.
incluso, humanitario, pero deiando
de laclo los programas econ6micos y sociales del anarquismo militante. el ni
co que tiene verdaderas races populares en Espaa.
'iRFH, XIX
LITERATUR \ y
A: \lARQUS?\JO
379
?\1uere,
muere
con
nima
serena,
y bendice con
jbilo
tu suerte,
porque
pena que es ltima no es penal 47
El desencanto
con
la sociedad es comn a
gran parte de los au
tores
de fin de siglo. Sin
embargo,
mientras los anarquistas afirman
que
el
cambio
slo
puede venir
de
la
Revolucin
Social, los
escri
tores anarquizantes
piensan
casi exclusivamente en trminos nihilis
tas:
subrayan
el potencial destructivo del proletariado,
pero
hacen
caso
omiso de las premisas
del socialismo,
orientado
a
la creacin
de
un mundo
nuevo.
Joaqun Dicenta, en "El andamio",
nos mues
tra a
un
albail
capaz
de
destruir
no slo la morada del burgus,
sino todo el edificio
social:
r...] Tal vez llegue a pensar que en la morada
donde dej
pedazos
de
su vida,
por l, piedra tras piedra levantada,
por l, golpe tras
golpe
construida,
habitar el burgus, el caballero
que
tiene
por
insulto y por ultraje
el que roce la blusa de obrero
el
satinado pao de
su traje.
Tal vez
lo
piensa, y al pensarlo cante
haciendo del cantar grito
de
guerra,
y queriendo decir con
arrogante
voz a los poderosos
de
la tierra:
"Desde esta humilde
tabla
os desafio;
mirac1me bien, vuestro edificio es
mo;
mo
desde e
remate
hasta la planta,
mo porque mi mano lo construye,
y
esta mano es la mano que
levanta,
pero es tambin la
mano que destruye
s
.
47 F. RODRGUEZ
l'vfARN,
"Reo de muerte", en La
Idea
Libre Madrid,
6.VII.l895,
p. 2.
48
JOAQUN DICENTA, "El andamio", en Don
Quijote,
Madrid, 3.1X.l897,
y en
La
Idea
Libre.
Madrid, 3.VI.l899,
p.
2, LUIS
BONAFOUX
dice en
su
"Pr6
log-o a
Spoliarum,
2
ed., Madrid,
1891,
que su autor, Dicenta, "forma en las
filas de la vanguardia de revolucionarios que son primero nios sublimes
que
no
miran el aver ni se preoeupan del maana; despus, j6venes g-enero
sos que derrochan el talento como derrochan la vida, y en fin, combatientes
aguerridos que, polvorientos y sangrando, marchan a
buen
paso hacia la
montaa del ideal, dejando atrs el pasado y diciendo: Muera'" (p. 8). Y
ANSELMO LORENZO, en
su
resea de Juan Jos, en La Idea Libre Madrid,
30.XI.1895, p. 2: "no es tan
echaD
pa'alante.
como
exige la crtica anar
quista".
UXAMUNO,
en "Sobre
la
tumba de Costa"
Obras completas,
t
3,
Madrid, 1958, p, 11.%), observa que Dicenta
"por
haber escrito su vig-oros
simo IlIan Ios
[
.. .
]
se crey socialista",
-
7/26/2019 Lida, Clara E. - Literatura Anarquista y Anarquismo Literario
12/13
,'80 CLARA E
LInA
NRHI,
XIX
El desastre
de 1898 produjo
una violenta impresin
en los
inte
lectuales, testigos
de
la ruina espaola. Pedro Barrantes,
abando
nando el tono religioso de algunas de sus primeras poesas de Tierra
y cielo (Madrid, 1896),
publica
en 1900 un extenso
poema
a
la
bandera
roja que
guiar
a Espaa a una
nueva
vida:
r ]
Estandarte de luz
que
all en
el
alma
flota gentil de
la
ilusin al 'viento
T solo puedes devolver la calma
a esta nacin vencida
y
sin aliento
T solo puedes despertar en ella
las graneles y viriles energas
que destruyeron con su torpe huella
las inquisitoriales monarquas
Bajo tu pabelln inmaculado
justicia y libertad tienen
su
cuna.
Por eso el corazn te ha consagrado
pasin ms entusiasta
que
ninguna.
Bandera roja Salve En lontananza,
serena y bella palpitar
te
veo
al sculo de amor de la esperanza,
con la
infinita
fiebre del deseo [. . . ]49.
El anarquismo
literario fue
el
resul
tado
efmero
del
desconten
to artstico y espiritual de un grupo de escritores de fin de siglo,
que vean en el rechazo de los viejos moldes estticos y sociales un
medio eficaz
para la regeneracin de
una Espaa y una Europa
en
decadencia
50
, La anarqua poltica y la
intelectual fueron
dos
aspectos
del
mltiple
descontento
espaol en los
aos de la
Regen
cia.
Lo
que los militantes cratas haban
logrado
en el
plano
pol
tico
lo iban a
lograr
los literatos jvenes en su asalto a una esttica
acartonada.
Si se echa una rpida ojeada a las revistas
literarias
y
culturales en que publicaban
los escritores
disconformes,
se observa
de inmediato
el
hecho significativo
de que todas elJas
comparten
4
-
7/26/2019 Lida, Clara E. - Literatura Anarquista y Anarquismo Literario
13/13
NOTAS
UN CASO
DE LIS
DATIVO
La
presencia
de lis con i tona como la nica
forma
plural del da
tivo
en
una leyenda alfonsina nos ofrece una ficha ms para la investi
gacin
diacrnica
del espaol.
Se encuentra
esa forma
en un
trozo de
la
narracin contenida en los fols. 172v-174v del ms. 431 de la B. N. M.:
Et fizo lis tomar tinta et papel' et fizo lis luego escriuir
todo lo
sobre
dicho (fol. 1741'). El
autor
emplea tambin exclusivamente la
i tona
en la
terminacin verbal del pretrito: comenr;esti, dixisti, desconos
r;isti
(fol. 1731'),
prer;iesty, disti
(173v),
lizisti, ouysti
(1741'). No se
puede asegurar si tales formas reflejan conocimientos etimolgicos de
parte
del
autor
o si, como sugiere
TlLANDER en
el caso
de
Berceo
RFE, 24, 1937, p. 7), se U'ata de un fenmeno fontico ms bien
que
morfolgico. En
singular
aparecen le (1731 , v) y
gelo
(1741'). No
hay
ningn
caso de apcope de pronombres.
No
es
de sorprender que
la
forma lis
de este
manuscrito
haya pro
vocado conjeturas sobre el origen del autor, ya que los pronombres
latinos dieron formas claves
que permiten
distinguir
en
tre
di
versas re
giones
dialectales.
Por ejemplo,
lle es forma gallega, che y ye leonesas
y le castellana. No sera
riojano
como Gonzalo d e ~ e r c e o
Li
y lis son
normales
en
las
obras
de este poeta: es rarsimo el dativo del plural les
frente
a lis" (TILANDER, p. 3) . OELSCHLAGER, A medieval Spanish word
list, Madison,
vVise., 1940, seala un documento de
la
Rioja
Alta
(ao
1199) que
contiene
lis. Y de todas las fuentes cuyo lxico se
incorpora
al Tentative dictionary 1 medieval Spanish, Chapel Hill, N. C., 1946
(las obras
de
Berceo, el Libro de Apolonio, el Libro de buen amor, el
Conde Lucanor), slo los escritos de Berceo ofrecen casos de
lis,
aunque
li se da en el Libro de Apolonio: Menazados nos a que aquell que li
fablare (466a).
Otra
posibilidad
es
que
el autor haya sido navarro o aragons. Lis
es forma comprobada
en
el Fuero de Navarra (siglos XIII,
XIV)
estudia
do
por FRANCISCO YNDURIN,
Contribucin al estudio del dialecto nava
rro-aragons antiguo, Za;agoza, 1945, pp. 72, 104. Y segn VICENTE
GARcA
DE
DIEGO, Manual de dialectologa espalola, Madrid, 1959, lis
sigue
siendo hoy
forma dialectal
en
Asturias (p. 164) en algunas
zonas aragonesas (p.
254).
Para redondear
el
estudio
de
la
procedencia de
la leyenda
alfonsina
(vanse
texto
e
interpretacin
histrica en RABi\- , 32. 1915, 120-449,