Download - Lazarillo 8
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P R E S E N T A C I NPorque seguimos pensando, con Gabriel
Celaya, que la poesa es un arma cargada de futu-
ro, Lazarillo quiere contribuir al conocimiento y refle-
xin sobre este gnero, indispensable en la educa-
cin de nios y adolescentes, con el presente
nmero monogrfico.
Es nuestro propsito aportar a quienes desde
distintos mbitos intervienen en esta educacin,
as como a investigadores y crticos, un material
til para su trabajo y una amplia base desde la
que avanzar en el conocimiento. Para ello, se
aborda el tema desde tres perspectivas: el plano
general de la situacin, con un estudio histrico
crtico de la poesa infantil de los ltimos veinte
aos elaborado por M Victoria Sotomayor; la
relacin bibliogrfica, con una seleccin de ttu-
los realizada por Samuel Alcalde, Sara Moreno,
Rafael Rueda, Pilar Solana y M Victoria Soto-
mayor que, al tiempo que sustentan el estudio
anterior, constituyen una til herramienta para los
mediadores; y el primer plano que permite cono-
cer de cerca la obra y personalidad de diez
autores actuales.
El eje vertebrador de este amplio material
ha sido la triple forma en que la poesa para
nios se ha manifestado histricamente, y tam-
bin en la actualidad: la procedente de la tradi-
cin oral, la lrica popular y el folclore; la proce-
dente de la tradicin escrita, el legado de los
clsicos de nuestra literatura, creadores de un
universo potico al que los nios pueden y
deben acceder; y la creacin potica destina-
da a este receptor especfico que es el nio. Este
criterio de anlisis y ordenacin est presente en
el estudio inicial y en la relacin bibliogrfica.
En cuanto a la seleccin de autores que
constituye la ltima parte del monogrfico, se
integra claramente en la tercera de las formas
sealadas. Toda seleccin siempre es difcil y
puede ser discutida. En este caso, se ha tenido
en cuenta, en primer lugar, la trayectoria de los
autores en el mbito de la literatura infantil y de
la poesa, para seleccionar aquellos de obra
consolidada y prestigio reconocido. A este pri-
mer criterio se aade un segundo: autores que
tuvieran publicadas en castellano al menos tres
libros de poesa para nios. Es una condicin que
rebaja sensiblemente el nmero de los posibles
seleccionados, aunque somos conscientes de
que, como suele ocurrir, no estn todos los que
son. En todo caso, s son todos los que estn, y en
estos, el trazo biogrfico y descriptivo de su obra
se complementa con una pequea seleccin
de poemas, en muchos casos propuesta por
ellos mismos.
Con todo ello, creemos aportar un panora-
ma razonablemente completo de la situacin
actual de la poesa para nios.
Con motivo de un Punto de Encuentro sobre
poesa, celebrado por Amigos del Libro, Antonio
Gmez Yebra recit su Credo Potico. Lazarillo
con la inclusin de este texto, se une a su canto
de alabanza:
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Creo en la poesa infantil,
Alma todo poderosa,
Creadora de mundos sin medidas
Para la Tierra, el cielo y sus estrellas.
Creo en sus destinatarios naturales,
Los que an no han perdido la inocencia,
Los que esperan el verbo que alimente
Sus espritus jvenes y vrgenes,
Y en los que como ellos an intentan
Recuperar su infancia cada da
O los que suean que pueden obtenerla.
Creo en la poesa infantil,
La que escriben en todas latitudes
Los mejores ejemplos de esta especie
Que hemos dado en llamar el ser humano.
Creo en quienes, contra todo,
Huracanes, tormentas y mareas,
Dignifican el gnero esforzndose
Por verter en sus versos mil ideas.
Creo en quienes no simplifican
La poesa dedicada a los menores,
En quienes no se conforman
Con hacer en sus versos slo rima,
Slo ritmo, o palabras sin aliento.
Creo en esos hombres y mujeres
Que investigan conscientes y gozosos
Los motivos, los mbitos, los temas
Que los nios prefieren, necesitan
O buscan sin saberlo en los poemas.
Creo en la poesa desenfadada,
En la ldica, clara, en la ligera,
La que nunca defrauda, pues no engaa,
La que al final profundiza
A pesar de su frgil apariencia.
Creo en la frtil fantasa,
La que trota sin riendas, la que salta
Por encima de todas las barreras,
La que busca salirse de la norma,
De la horma y la forma, la que altera
Los espacios y el tiempo, la que logra
Desasirse del lodo, la que juega,
Transgresora de lmites, con todo,
Porque todo, en el fondo, es su materia.
Creo en quien crea emociones,
En cualquier promotor de otras vivencias,
En quien hace brotar en algn nio
Sensaciones amables, o potencia
Su visin diferente de las cosas,
Que no son como todo el mundo piensa.
Creo en quien activa la memoria,
En quien pone en accin la inteligencia,
En quien muestra caminos, en quien siembra
Para no ver el fruto, en quien aloja
En las mentes ms limpias, inquietudes,
En quien abre sus bocas, sus odos
Y ante el mundo infinito los despierta.
Creo en el nio, en el hombre,
Creo en cualquiera
Que en algunos instantes de su da
Deja todo por ser slo poeta.
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8La poesa para nios en Espaa tiene una histo-
ria de luces y sombras. Perodos de pesados silencios,
o, peor an, de poesa instrumentalizada, falseada y
degradada en aras de un ideal educativo injustifi-
cable, a veces rotos por un destello brillante y solita-
rio de autntica emocin potica. Tambin periodos
de innovacin y cambio, frtiles en creacin y aun
en reflexin; unos tiempos de atona y otros de vive-
za y plenitud. Es, adems, una historia zigzagueante,
de altibajos y rupturas, dominada en su conjunto, for-
zoso es reconocerlo, por los grises de la mediocridad
y los blancos de la ausencia.
En todo caso, la realidad potica de cada
poca, y as de la actual, no se entiende sin la mira-
da atrs y alrededor, porque, siempre, la literatura es
el final de un proceso y el producto de un contexto.
La poesa para nios de las dos ltimas dcadas del
siglo XX, objeto de este estudio, responde a unos
presupuestos estticos, sociales y creativos que son
el resultado de una evolucin histrica y la respues-
ta individual y social a un entorno cultural. Es impres-
cindible, pues, la referencia previa a la historia ante-
rior para comprender mejor la realidad inmediata.
U N P O C O D E H I S T O R I ALa perspectiva histrica desvela la existencia,
ya desde el siglo XIX y durante largo tiempo, de
una concepcin de la poesa infantil absoluta-
mente contaminada por criterios no literarios. El
propsito educativo, instructivo o moralizante se
ha recubierto con demasiada frecuencia de
forma potica, o mejor, versificada, escribindose
poesa para nios en los moldes genricos que
mejor respondan a los contenidos que se preten-
da transmitir: fbulas, odas, epigramas, aplogos,
romances. Con estas composiciones se llenaron
durante mucho tiempo las mentes infantiles de
pautas de conducta, glorificacin de personajes
ilustres y lecciones edificantes.
Junto a esta creacin tan dirigida, la otra
gran fuente de poesa para nios ha sido el fol-
clore. A diferencia de la fbula y el cuento popu-
lar, que sern sancionados socialmente como la
literatura infantil por excelencia tras un desplaza-
miento del destinatario (no olvidemos que en sus
principios se dirigen a un pblico indiferenciado)
hasta derivar, mediante ciertas adaptaciones, en
cuento infantil, buena parte de la lrica tradicional
vena ya de antiguo asimilada a este mundo
infantil, por lo que sigui formando parte natural
de su literatura y se publicaron algunas recopila-
ciones de juegos, canciones y otros gneros ora-
les. Y por otra parte, la seleccin de autores y
poemas para lectura escolar responda a los mis-
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MARA VICTORIA SOTOMAYORUniversidad Autnoma de Madrid
Poesa infantil espaola de los ltimos 20 aos
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9mos criterios dirigistas e instructivos antes seala-
dos, como atestiguan las antologas que se publi-
can hasta los primeros aos del siglo XX1.
Esta situacin se mantiene hasta bien entra-
do el siglo XX aunque, en todo caso, no tiene
demasiada repercusin por la escasez de textos
publicados. Garca Padrino llama la atencin
sobre el hecho de que ni la editorial Calleja, con
su amplsimo fondo de ttulos y colecciones, ni
otras importantes editoriales de las primera
dcadas del siglo (Sopena, Hijos de Santiago
Rodrguez, Juventud) cuentan apenas con ttulos
de poesa. Es igualmente significativa la ausen-
cia de estos libros en la Biblioteca circulante de
la Institucin Libre de Enseanza2: ausencia total
en la seccin para los ms pequeos, de 9 a 11
aos, y presencia tan slo de algunas ediciones
de fbulas en verso en la seccin de mayores,
adems, claro es, de las antologas para uso
escolar editadas por la Biblioteca Literaria del
Estudiante.
Los aos veinte y treinta son aos de una
esplndida floracin literaria, artstica e intelectual
en Espaa. En un contexto de gran vitalidad cre-
ativa, la literatura para nios se va a beneficiar del
fuerte impulso renovador que afecta tanto a la
creacin literaria, representado por las vanguar-
dias, como a las concepciones educativas y con-
sideracin de la infancia.
Los movimientos vanguardistas que orientan
la produccin potica de esta poca alcanzan a
la poesa dirigida a los nios, y en muchos casos el
propsito educativo desaparece en favor de
unas prioridades exclusivamente literarias. Se abre
paso la conviccin de que existe una cercana
entre los recursos formales y juegos poticos de
las vanguardias y la sensibilidad e intereses infan-
tiles; es una nueva actitud cuya primera manifes-
tacin atribuye Ana Pelegrn a Juan Ramn
Jimnez, quien considera necesario acercar al
nio a la poesa autntica, sin importar la com-
prensin completa y acabada de su contenido3.
1Para la historia de la poesa infantil en todo el periodo que llega hasta la guerra civil, vase BRAVO-VILLASANTE, C. (1959) Historia de la
literatura infantil espaola. Madrid: Doncel, 1989 (7 ed.); GARCA PADRINO, J. La poesa infantil en la Espaa actual, en CERRILLO, P.
y GARCA PADRINO, J. (coords.) Poesa infantil. Teora, crtica e investigacin. Cuenca: Universidad de Castilla-La Mancha, 1990, pp. 65-
86; y GARCA PADRINO, J. (1992) Libros y literatura para nios en la Espaa contempornea. Madrid: Fundacin Germn Snchez
Ruiprez/Pirmide.2
Vase SOTOMAYOR, M.V. Lectura y libros para nios en la Institucin Libre de Enseanza: una reflexin desde el presente. Memoria I
Congreso nacional del Libro Infantil y Juvenil. Madrid: Asociacin Nacional de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, 1993, pp. 93-104.3
PELEGRN, A. Poesa infantil, CLIJ, 14, 1990, pp. 8-13.
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El nio es capaz de captar la armona y el
ritmo de un poema y disfruta con ello; esta ser
la va para una verdadera educacin potica.
La aproximacin a la infancia que abre el poeta
de Moguer tendr su continuidad en otros poe-
tas de la generacin del 27, que incluirn en sus
obras poemas dedicados o cercanos a los nios,
o bien una mirada infantil evocadora de su pro-
pia infancia; y, lo que es ms importante, en
algunos de ellos una reflexin acerca de la difcil,
por desconocida, pero imprescindible relacin
del nio con la poesa. Se publican antologas
para nios y jvenes como la que realiza Zenobia
Camprub de la poesa de Juan Ramn Jimnez
Poesa en prosa y verso, en 1933; la de Snchez
Trincado y Olivares Figueroa Poesa infantil recita-
ble, en 1934, con poemas de los dos Machado,
Unamuno, Salinas, Altolaguirre, Lorca, Alberti,
Gerardo Diego y muchos otros, o la de Demuro,
Seleccin de versos espaoles, en 1935. Por su
parte, las concepciones educativas ms innova-
doras otorgan un lugar preferente a la poesa
pero, eso s, a la que forma nuestra historia litera-
ria: se rechaza visceralmente la escrita para
nios por considerarla vaca de toda calidad4. La
enorme pujanza que la creacin potica cerca-
na a los nios tiene en estos aos, aunque no
haya sido escrita explcitamente para ellos y
muchas veces bordeando ese lmite escurridizo y
misterioso entre la poesa para nios, jvenes o
adultos, queda patente en las numerosas anto-
logas y ediciones que se han hecho en pocas
posteriores, a las que me referir ms adelante.
Este prometedor panorama queda trunca-
do de golpe con la guerra civil, tras la cual se
entra en un nuevo tiempo de atona e instru-
mentalizacin, con slo algunas excepciones
que destacan ms por lo desolador del contexto
en que se producen. En los aos cuarenta, sola-
mente las obras de Celia Vias Cancin tonta en
el Sur, de 1948, y de Palmira Jaquetti Mis cancio-
nes, en 1943, merecen ser destacadas. Los cin-
4 Juana Ontan, en un interesante ensayo sobre la enseanza de la
literatura en la escuela primaria, aboga por una seleccin de textos
que hagan sentir a los pequeos la emocin de lo literario, e incluye en
sus ejemplos narrativa y poesa indistintamente. Cuando se refiere a la
literatura escrita para los nios, que rechaza frontalmente, no hace
referencia alguna a la poesa, porque ni siquiera existe. ONTAN,
Juana, La enseanza de la literatura espaola en la escuela prima-
ria, Boletn de la Institucin Libre de Enseanza, 1934, 890, pp.121-126,
891, pp. 151-152, y 892, pp. 179-185.
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cuenta contemplan el tmido inicio de una
nueva sensibilidad hacia la poesa infantil, con
las primeras y ms interesantes publicaciones de
Gloria Fuertes (Canciones para nios, en 1952 y
Pirul. Versos para prvulos, en 1955), la obra de
Pura Vzquez Columpio de Luna a Sol, de 1952 y
la que Salvador de Madariaga escribi para su
nieta en 1954, El sol, la luna y las estrellas.
A partir de aqu, una recuperacin lenta,
que a veces parece languidecer (las obras publi-
cadas casi se pueden contar con los dedos de
una mano), pero que avanza paso a paso con la
aparicin en los aos sesenta de una serie de
ttulos destacables que van siendo algo ms
numerosos. A las obras de creacin de Egea,
Ferrn o Muoz Buenda ( Nana para dormir
muecas, 1963, Tarde de circo, 1966 y La prince-
sita de la sal, 1967, respectivamente) hay que
sumar las antologas basadas en un concepto
abierto y sugerente de la poesa para nios: Las
horas muertas, publicada por Aguilar en su
coleccin El Globo de colores, que inclua poe-
mas de Unamuno, Machado, Alberti, Lorca,
Miguel Hernndez, Blas de Otero y muchos otros,
ya en 19605; Seleccin de poesa para nios, de
Juan Miguel Roma, en 1961; El silbo del aire, de
Arturo Medina, en 1965 y Poesa espaola para
nios, de Ana Pelegrn, publicada en 1969 y
constantemente reeditada desde entonces.
Junto a esto, las recopilaciones de material fol-
clrico de Carola Soler, El libro de los juegos,
publicado en El Globo de colores en 1959; las de
Bonifacio Gil Cancionero infantil, de 1963, y
Jugar y cantar. Cancionero infantil universal, en
1964, y la que incluye Carmen Bravo-Villasante
en su Antologa de la literatura infantil espaola
en 1963. Este conjunto de obras supone una
aportacin de notable inters y un salto cualita-
tivo en la consideracin de la poesa para nios,
que se afianzar en la dcada siguiente.
No cabe duda de que los setenta son los
aos de la gran eclosin de la literatura infantil en
Espaa. La importante transformacin que trae
consigo la restauracin de la democracia recon-
duce por completo la vida social y cultural, a lo
que contribuyen hechos como la apertura y libe-
ralizacin econmica, la reforma educativa que
supone la Ley General de Educacin, la organi-
zacin autonmica del pas y la consiguiente
revitalizacin de las respectivas lenguas y culturas
y todo un conjunto de factores que tienen como
efecto ms destacado, en lo que a la literatura
infantil se refiere, la apertura, el conocimiento e
intercambio con otras literaturas, pases y plante-
amientos estticos y educativos, tanto del interior
como del exterior. Se replantean profundamente
el concepto y la funcin de la literatura infantil (
ya desde los sesenta); la creacin se nutre con
nuevos temas, nuevos planteamientos de la fic-
cin y tambin formas renovadas; la edicin
crece a un ritmo notable, tanto en cantidad
como en calidad y comienza, aunque todava
con muchas dificultades, una atencin crtica e
investigadora hacia estas creaciones, en lo que
pretende constituir una vida literaria normalizada
al mismo nivel que en la literatura general, objeti-
vo que todava hoy se pretende conseguir.
Ahora bien: la renovacin y el fuerte impulso
que recibe la literatura para nios en la dcada
de los setenta no afecta por igual a todos los
gneros: es un lugar comn, repetido hasta la
saciedad pero no por ello menos cierto, que la
poesa es un gnero minoritario, que sus edicio-
nes siempre ocupan un lugar muy reducido en
5Para conocer la importancia de esta coleccin infantil de Aguilar, creada y dirigida por Antonio Jimnez-Landi, y el lugar que en ella tuvo la
poesa, vase SERRANO GMEZ, M Elisa, La editorial Aguilar. La literatura infantil y Antonio Jimnez-Landi , Lazarillo, 7, 2002, pp. 4-15.
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relacin con la narrativa. Evidentemente es as, y
lo es tambin en la literatura de adultos. No obs-
tante, tambin en este gnero se dan pasos muy
importantes, signo del cambio general produci-
do. Se publican, por ejemplo, antologas de
Lorca, Canciones y poemas para nios, en 1975,
y de Miguel Hernndez, Miguel Hernndez para
nios, 1979, que inauguran dos colecciones de
sumo inters: la primera, Labor bolsillo juvenil,
una coleccin que incluir poesa, la narrativa
ms interesante que se hace en esos momentos
en Espaa y fuera de ella, clsicos, cuentos
populares, etc; en ella se publicar en 1979 otra
de Rafael Alberti, Aire, que me lleva el aire!. La
segunda coleccin es Alba y Mayo, de
Ediciones de la Torre, la primera dedicada exclu-
sivamente a poesa, pionera en el acercamien-
to de los nios y jvenes a los grandes poetas de
nuestra literatura; una coleccin de extraordina-
ria importancia y obligada referencia, que a la
seleccin de poemas de los distintos autores
aade un estudio introductorio hecho por un
especialista con datos biogrficos y explicacin
de la obra, lo que supone un inters aadido en
estos volmenes para adolescentes y jvenes, que
siguen creciendo en la actualidad.
Tambin en esta dcada hay que situar el
decisivo impulso que reciben las recopilaciones de
folclore infantil, que tan abundantes sern en los
aos siguientes. Se debe especialmente a la labor
de Carmen Bravo-Villasante, que comienza su
amplia tarea divulgadora de este valioso patrimo-
nio con la publicacin de Una, dola, tela, catola. El
libro del folklore infantil, en 1977 y Adivina, adivinan-
za, en 1978; a estos ttulos seguirn otros muchos en
aos posteriores. Pero tambin Gabriel Celaya
publica en 1972 otro libro emblemtico, La voz de
los nios, y Juan Hidalgo Montoya su Cancionero
popular infantil espaol en 1979; se reeditan el
Cancionero infantil de Bonifacio Gil y la Poesa
espaola para nios de Ana Pelegrn, y en 1977 se
publica la deliciosa antologa preparada en 1945,
en el exilio, por Jos Moreno Villa Lo que saba mi
loro. Con estas ediciones, que gozarn de una gran
acogida en los mbitos educativos ms renovado-
res, se consolida una de las tendencias ms firmes
en la consideracin de lo que es, o debe ser, la pri-
mera etapa de la educacin potica: la lrica
popular es la poesa ms adecuada para los pri-
meros aos y la que debe propiciar la inmersin de
nios y nias en el universo potico.
En cuanto a la creacin, un puado de ttulos
muestran igualmente la dignificacin de un gnero
que se concibe desde el ms autntico sentir po-
tico, desde la emocin y el juego, capaz de con-
mover, divertir o hacer pensar tanto a los nios,
incluso a los ms pequeos, como a los adolescen-
tes. Publican sus primeras obras Joaqun Gonzlez
Estrada (Casita de fieras, 1971), Marina Romero
(Alegras, 1972), Rita Recio (1974, Poemas para vos-
otros) o Carlos Reviejo (Desde aqu dentro,1977), y
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6Puesto que este estudio se refiere a la poesa infantil publicada en castellano, para lo que concierne a la poesa catalana, la vasca y
la gallega pueden consultarse las referencias contenidas en sus respectivas historias de la literatura infantil: VALRIU, C. (1994) Histria de
la literatura infantil i juvenil catalana. Barcelona: Pirene; CALLEJA, S. y MONASTERIO, X. (1988) La literatura infantil vasca: estudio histrico
de los libros infantiles en euskera. Bilbao: Mensajero; FERNNDEZ PAZ, A. (1990) Os libros infantis galegos. Santiago: Xunta de Galicia, y
ROIG RECHOU, B. (2000) A poesa infantil e xuvenil en Galicia. Santiago: Tefilo Pieiro Edicions, col. Guas Glix.7
PEDRAZA, F. y RODRGUEZ, M. (1997) Las pocas de la literatura espaola. Barcelona: Ariel, p. 384.
su segunda para nios Jaime Ferrn: Maana de
parque, en 1972; Gloria Fuertes a partir de esta
dcada orienta su produccin potica de forma
exclusiva a los nios, con ms de una docena de
obras desde Don Pato y don Pito en 1970; tambin
publican algunos poemarios para nios Escuela
Espaola, en su coleccin Infantil y Juvenil, como La
flor del agua, de Mara Huidobro, en 1979, y la vete-
rana editorial Juventud, en el mismo ao, Cuenta
que te cuento, de M Luz Uribe. El ltimo ao de esta
dcada, ao feliz para la poesa infantil por el gene-
roso nmero de ttulos publicados, parece anunciar
el rumbo de la siguiente, la dcada sin duda ms
frtil para la literatura infantil de nuestra historia
reciente6.
L A P O E S A I N F A N T I L D E L O S 8 0Recorridos ya los primeros aos de la transi-
cin a la Espaa democrtica y diversa, los
ochenta son aos de bonanza econmica, gran
proyeccin internacional, entusiasta recupera-
cin de las culturas locales, profunda transforma-
cin de hbitos y valores, renovacin y mejora
de las condiciones de vida. Un clima que permi-
te decir, como hacen Pedraza y Rodrguez, que
por primera vez en mucho tiempo, intelectuales
y artistas se sintieron cmodos en casa7.
En lo que concierne a la literatura infantil,
puede considerarse la de los ochenta una dca-
da desbordante. La edicin crece de forma
espectacular, se crean colecciones y se desarro-
llan productos hasta entonces muy poco atendi-
dos, como el libro de bolsillo, el lbum ilustrado o
el libro juego. Toda la renovacin formal y tem-
tica que haba experimentado la literatura infan-
til en Europa en los aos anteriores alcanza de
lleno a la espaola, especialmente a la narrati-
va: la gran cantidad de ttulos publicados cada
ao revelan una especial inclinacin hacia la
escritura fantstica rodariana, estimulando la
participacin del lector y adentrndole en mun-
dos de ficcin organizados sobre nuevos valores.
Justo es decir que esta vitalidad se contagia
tambin a la poesa, aunque, como ya se ha
dicho, se mantenga a gran distancia de la narra-
tiva en cuanto a la edicin y presente sus propias
peculiaridades en cuanto a los contenidos y for-
mas, como veremos a continuacin.
Aceptando a priori su situacin minoritaria,
creemos que el conocimiento ms ajustado del
papel y trayectoria de la poesa para nios no
puede venir de su comparacin con la narrativa,
sino con la propia poesa en su trayectoria ante-
rior. Un marco de interpretacin sincrnico, cons-
tituido por toda la literatura infantil de esta dca-
da, conduce a la conclusin, ya conocida, de
un gnero relegado y de escasa presencia en el
conjunto; en cambio, un marco diacrnico, que
permite observar la produccin de una poca
como parte de una trayectoria, ofrece resulta-
dos ms relevantes y una valoracin ms justa
con el propio gnero. Desde esta posicin, parti-
remos de dos interrogantes elementales y direc-
tos: qu se publica en castellano de poesa
infantil y cmo es esa poesa; es decir, qu ofre-
ce a los nios y adolescentes el mundo editorial,
hacia dnde orienta sus intereses, qu iniciativas
se plantean, qu propsitos les animan; y, por
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otra parte, qu temticas, qu tratamientos y
recursos utiliza esta poesa, qu autores y con
qu concepciones del fenmeno potico la cul-
tivan, qu tendencias pueden observarse. En
ambos aspectos es necesario trazar la lnea de
continuidad con las etapas anteriores, puesto
que la poesa infantil de los ochenta no surge de
la nada, sino que cuenta con unas referencias
anteriores que tanto pueden servir de camino en
el que integrarse como de plataforma de cam-
bio e innovacin.
Una primera mirada a la edicin revela datos
interesantes, el primero de los cuales se refiere al
volumen de ttulos publicados, que rebasa el cen-
tenar en el conjunto de la dcada8. De este total,
aproximadamente la mitad corresponde a obras
escritas para un lector infantil; la otra mitad se dis-
tribuye entre las recopilaciones de lrica tradicional
y las antologas y ediciones de autores clsicos,
con una ligera ventaja de estas ltimas que es
consecuencia de la esforzada labor de la colec-
cin Alba y Mayo: el nmero de ttulos publicados
en ella durante los ochenta asciende a 19.
La conjuncin de factores que influyen en la
circulacin social de un libro explica, quiz, el
curioso movimiento de vaivn que se produce
en la trayectoria de los ochenta. Si lo ocurrido en
el ao que inaugura la dcada, 1980, fuese indi-
cativo de lo que van a ser los siguientes, nos
encontraramos en una situacin casi agnica,
ya que nicamente se publican dos recopilacio-
nes nuevas (Juegos y canciones para nios, de
Merc Llimona y Nanas espaolas, de Paloma
Sainz de la Maza): el exiguo resto son reedicio-
nes. Pero no es una lnea recta lo que dibuja la
dcada, sino quebrada y zigzagueante, con
picos significativos y una tendencia general
ascendente. Tampoco puede decirse que haya
una lnea editorial homognea en el tipo de
publicaciones preferido: los tres cauces por los
que desde principio de siglo viene discurriendo la
poesa para nios siguen siendo tres opciones
que, por causas a veces tan concretas y parti-
culares como las preferencias o historia personal
de un editor, la valoracin social que empuja o
disuade de la creacin, o incluso experiencias
personales, alcanzan en cada periodo mayor o
menor fortuna.
As se explica, por ejemplo, la orientacin y
vitalidad de la coleccin Alba y Mayo, que pro-
vee de antologas y estudios de autores a los
jvenes espaoles especialmente en 1984, 1985
y 1988; a la incuestionable labor editora de
Felicidad Orqun, que ha ido creando coleccio-
nes de referencia en la literatura infantil espao-
la en diversas editoriales, siempre inauguradas
con un ttulo de poesa, se debe en estos aos la
publicacin de la antologa de Juan Ramn
Jimnez Canta, pjaro lejano (1981).
Probablemente, la concesin en 1986 del
Premio CCEI a Carlos Murciano por su primera
obra de poesa para nios, La bufanda amarilla,
y del Premio Nacional de Literatura Infantil y
Juvenil en 1987 a Carmen Conde por un poe-
mario publicado dos aos antes, Canciones de
nana y desvelo, con el reconocimiento social
hacia este gnero que ambos premios implican,
expliquen en parte el impulso que recibe la cre-
acin potica para nios en los ltimos aos de
la dcada, en los que aumentan significativa-
mente las obras de autor destinadas a la infan-
cia: una veintena de ttulos entre 1988 y1989, de
autores como el propio Carlos Murciano, Antonio
Garca Teijeiro, Gonzlez Torices, Cristbal
Romero, Carmen Conde, Ana M Romero Yebra,
Carlos Reviejo o Gonzlez Estrada, entre otros.
8Incluimos aqu tanto las primeras ediciones como las reediciones de obras publicadas en la dcada anterior, dada su relevancia para
conocer el inters que mantienen ciertos ttulos y el valor que se otorga en cierta parte del mundo editorial a la poesa para nios.
Poesa infantil espaola de los ltimos 20 aos
-
Por otra parte, la experiencia personal en el ejer-
cicio de la docencia ha sido para algunos auto-
res la espoleta que ha motivado su creacin
potica, segn sus propias declaraciones. Y en
esta concatenacin de causas, la incorporacin
de Carlos Murciano a la editorial Escuela
Espaola viene a ser decisiva para la edicin de
poesa infantil a partir de 1986, en que la colec-
cin Caballo de cartn acoge la mayora de
obras de los poetas antes citados.
Lo cierto es que a lo largo de la dcada,
pero especialmente en su segunda mitad, la
poesa para nios y jvenes parece consolidarse
y alcanza una situacin de reconocimiento y
valoracin como nunca haba tenido, siempre
en trminos histricos. Tambin en estos aos
finales hay editoriales que incorporan por prime-
ra vez a su fondo libros de poesa, ya que,
excepto algunas de obligado reconocimiento
como Min, Ediciones de la Torre o Escuela
Espaola, la mayora de las dedicadas a literatu-
ra infantil, incluso las ms importantes, haban
centrado su inters en la narrativa y muchas de
ellas en las traducciones de autores extranjeros.
Ahora encontramos poesa en Alfaguara, Bruo,
Edelvives, Lguez, Espasa Calpe, La Galera, SM o
Vicens Vives, si bien con un escassimo nmero
de ttulos y casi todos a partir de 1987.
Si sobre este panorama cuantitativo (que ya
marca una considerable distancia respecto a la
anterior dcada) proyectamos un anlisis cuali-
tativo, la fotografa de los ochenta se dibujar
con ms nitidez. La observacin de lo que ocu-
rre en cada uno de los tres grupos que venimos
considerando desde el principio permitir delimi-
tar tendencias en la creacin y en la edicin,
indicativas del clima esttico y social de lo que
algunos han llamado los dulces ochenta.
El mbito de las recopilaciones folclricas
est claramente dominado por la infatigable
actividad de Carmen Bravo-Villasante, que
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publica de manera continuada una serie de ttu-
los dedicados a los diferentes gneros de la tra-
dicin oral infantil: El libro de las adivinanzas
(1981), China, china, capuchina y Colorn, colo-
rete en 1983, Arre, moto, piti poto y Al corro de la
patata en 1984... y muchos ms. Los materiales
folclricos recogidos por ella y otros estudiosos
abarcan realmente todas las variedades y gne-
ros (canciones, juegos, adivinanzas, trabalen-
guas, retahlas, refranes..), pero destaca la aten-
cin prestada a uno de ellos, las adivinanzas,
que son el objeto especfico de siete obras, ade-
ms las miscelneas que tambin las incluyen.
Quiz por su carcter de atractivo ejercicio de
ingenio expresado con la sonoridad y el ritmo del
lenguaje potico, la adivinanza es el tipo de
composicin que se ha conservado ms viva de
entre todos los que componen la lrica popular
tradicional9, y aunque en su origen no fuera un
gnero destinado a la infancia, se le ha vincula-
do estrechamente con ella desde hace ms de
dos siglos. Las publicaciones de esta dcada no
slo recogen adivinanzas tradicionales, sino que,
siguiendo una tendencia general que se observa
tambin en otras culturas, se crean nuevas adivi-
nanzas utilizando los mecanismos compositivos
de las tradicionales. En ambos sentidos son des-
tacables las aportaciones de Eduardo Soler con-
tenidas en un puado de ttulos que rescatan el
adivinancero popular y el culto, adems de revi-
talizar el gnero con creaciones propias. La edi-
torial Min es la que preferentemente recoge
este tipo de publicaciones, junto con Escuela
Espaola, Didascalia y Montena.
En cuanto a las antologas de autores que
no escribieron para nios, pero cuya poesa se
considera perfectamente adecuada y accesi-
ble para ellos, las preferencias claras son para los
poetas del 27, quiz por la perfecta asimilacin y
recreacin de la lrica popular que hay en
muchos de ellos. Siguiendo una lnea abierta en
los setenta, se publican antologas y ediciones
de Rafael Alberti, Garca Lorca, Juan Ramn
Jimnez, Machado o Gerardo Diego; los poetas
elegidos en estos aos por Alba y Mayo son, ade-
ms de los mencionados, Aleixandre, Celaya,
Dmaso Alonso, Len Felipe, Blas de Otero,
Csar Vallejo, Rosala de Castro, Rubn Daro;
muchos de ellos, poetas de un fuerte compromi-
so social, creadores de un poderoso universo
potico, y, todos, dueos de un lenguaje denso
y sonoro sabiamente manejado. Adems se
siguen reeditando selecciones y antologas mix-
tas que ya se han convertido en imprescindibles:
El silbo del aire, de Arturo Medina, Poesa espa-
ola para nios, de Ana Pelegrn, Lo que saba mi
loro, de Jos Moreno Villa, etc.
En la creacin potica para los nios, intere-
sa destacar que, junto a los poetas que haban
iniciado su obra en aos anteriores y continan
en estos su trayectoria personal (Carmen Conde,
Marina Romero, Jaime Ferrn, Joaqun Gonzlez
Estrada, Gloria Fuertes) hay una incorporacin
de voces nuevas concentrada, como ya hemos
sealado, en los aos finales de la dcada: auto-
res que se caracterizan, en general, por su buen
hacer y por un exigente concepto de la poesa
para nios, materializado despus en formas
diversas segn la individualidad de cada uno.
Entre quienes inician su andadura potica en
estos aos se encuentran, por ejemplo, Carlos
Murciano, Consuelo Armijo, Antonio Gmez
Yebra, Juan Cervera, Ana M Romero Yebra,
Antonio Garca Teijeiro, Carlos Blanco y otros
16
9Vase a este respecto el estudio de CERRILLO, P. (2000) Adivinanzas populares espaolas. Estudio y antologa. Cuenca: Universidad de
Castilla-La Mancha, col. Arcadia.
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muchos. Algunos de los citados ya cuentan con
una obra anterior en el campo de la narrativa o
de la poesa para adultos: ni en este aspecto ni
en la relacin de nombres se pretende la exhaus-
tividad, que podra convertir este estudio en un
tedioso catlogo.
El nuevo concepto de la poesa para nios
que se empieza a forjar en los setenta y se afian-
za claramente en esta dcada se manifiesta en
las temticas tratadas pero sobre todo, como es
propio de la creacin literaria, en la forma de
decir, en los recursos empleados: el discurso po-
tico se caracteriza, precisamente, por una inten-
sa concentracin de recursos, ese tratamiento
especial del lenguaje que supone una desvia-
cin importante del uso habitual para cargarle
de expresividad en su funcin potica. Es indu-
dable que hay una voluntad de estilo, un rotun-
do alejamiento de la instrumentalizacin, un
deseo de acercamiento al nio por la autntica
emocin potica que las palabras, bien trata-
das, son capaces de provocar.
Bien es cierto que la preocupacin por
hacer asequible la poesa a los pequeos, con el
consiguiente recurso a elementos facilitadores,
o quiz un errneo concepto de la capacidad
potica de los nios, lleva en no pocas ocasio-
nes a elaborar unos poemas sostenidos nica-
mente por el sonsonete de la rima fcil, a veces
claramente ripiosa, o tambin, cuando la volun-
tad de renovacin lleva al versolibrismo, a la des-
truccin del ritmo interno que es el autntico
armazn de un poema. No mencionamos siquie-
ra esas construcciones versificadas para uso
escolar sobre los contenidos de los programas,
tan frecuentes en los materiales didcticos para
la etapa de Infantil y primeros cursos de Primaria:
aqu hablamos de poesa. Y afortunadamente
hay ejemplos suficientes de buen hacer, incluso
en los poemas ms sencillos o destinados a nios
ms pequeos.
En los contenidos poticos, se impone una
importante corriente animalstica a la que se
adscriben la mayora de los autores, de forma
parcial o total en algunas obras. Animales insigni-
ficantes o poderosos, reales o fantsticos, coti-
dianos o exticos llenan las pginas de estos
libros, en lo que se ha considerado la forma
actual de la antigua fabulstica; un mundo
capaz de mover afectos y emociones en el
pequeo lector y, por ello, especialmente ade-
cuado para l. En cualquiera de las formas cita-
das los animales tiene una importante presencia
en los poemarios de Marina Romero ( Alegras,
Poemas rompecabezas), Gmez Yebra
(Animales poticos), Carlos Murciano (La bufan-
da amarilla, La rana mundana), Gonzlez
Estrada (Casita de fieras, Monigote pintado),
Ana M Romero Yebra (Hormiguita negra) o
Carlos Reviejo (Dragonalia). Y por la misma razn
de mover afectos y sensaciones, otros elementos
de la naturaleza tambin son frecuente tema
potico, al igual que en la poesa para adultos:
el poema expresa la respuesta afectiva ante un
lugar, una situacin o un tiempo. As, el mar, los
rboles, el campo, la luna, la emocin del paisa-
je que, en un momento, alegra, inquieta, divier-
te, interroga y hace sentir, estn presentes con
frecuencia en estos poemas.
En realidad, del anlisis de las obras que se
publican en esta dcada se extraen tres grandes
fuentes temticas que nutren el fondo de casi
todas las creaciones:
La naturaleza con todos sus elementos, y
entre ellos, de forma importante, el mundo ani-
mal.
La vida cotidiana, con todo lo que contiene:
objetos, situaciones, personajes.
El imaginario infantil, con sus personajes de
cuentos, universo literario tradicional y temas
navideos.
-
Tres lneas temticas cercanas al mundo del
nio y, por ello, capaces de mover su inters y
favorecer la comprensin que conduce al placer
potico.
Estos temas, sin embargo, pueden recibir for-
mas y tratamientos muy distintos. La tonalidad lri-
ca, la transgresin del humor y el absurdo, la
innovacin formal o la reescritura de lo tradicio-
nal son algunas de las maneras en que se pue-
den abordar los temas mencionados, con recur-
sos y formas propias en cada caso. As, el humor
es la forma elegida por Consuelo Armijo en Risas,
poesas y chirigotas, y tie gran parte de las cre-
aciones de Carlos Murciano, Reviejo, Gmez
Yebra y, desde luego, Gloria Fuertes; en la forma
de disparate o absurdo en la que esta autora es
pionera, el humor se encuentra tambin en la
poesa de M Luz Uribe, frecuentemente en
forma de historias rimadas. En otros casos, la
orientacin es de mayor intensidad lrica, con
poemas ricos en imgenes, smbolos y evocacio-
nes. Imgenes cercanas a lo onrico hay en algu-
nos poemas de Marina Romero, llenos de musi-
calidad y sugerencia, ritmos variados y juegos
fnicos. Imgenes sensoriales, palabras que ape-
lan a la percepcin ms inmediata y directa,
abundan en los poemas de Carlos Murciano,
Garca Teijeiro, Romero Yebra o Jaime Ferrn,
que compone un largo poema de evocacin de
la infancia en La playa larga.
En lo formal, la poesa de esta dcada se
mueve entre dos polos asimtricos: tradicin e
innovacin. Asimtricos porque la mayor fuente
de recursos para la creacin es, sin duda, la poe-
sa popular: slo algunos autores se alejan de lo
tradicional y ensayan el versolibrismo, la poesa
visual y caligramtica, la ruptura de estrofas y
metros. Jaime Ferrn es el mejor ejemplo de esta
actitud, que tambin se encuentra en el inslito
y radicalmente original Libro de los voliches,
laquidamios y otras especies de David Cirici. En
cambio, los sonidos y estructuras de la lrica tradi-
cional, quiz por ser la primera que acerca a los
nios al universo literario, impregnan la obra de
muchos ms autores y poemas. Metros cortos, rit-
mos binarios, rimas consonantes, paralelismos,
repeticiones a todos los niveles, estribillos, estruc-
turas pregunta-respuesta, dialogismo, juegos de
sonidos, enumeraciones, pareados: procedi-
mientos de antigua raigambre popular que per-
filan la fisonoma de muchos de los poemarios de
estos aos: En la rueda del viento, de Concha
Lagos, La rana mundana, de Carlos Murciano,
Adivinanzas para nios de hoy, de Eduardo Soler,
por ejemplo. Recursos y formas que se conden-
san en estrofas breves, cercanas a la copla
popular, o bien en series abiertas de rima alterna.
Sones tradicionales recreados en variadas tem-
ticas, juegos con la rima, el sonido, el eco, el
ritmo; juegos de donde salen nuevas palabras y
sensaciones: este sera el perfil ms frecuente de
la nueva poesa infantil. Caminos abiertos para
un gnero que contina su andadura hacia el fin
de siglo.
L A P O E S A I N F A N T I L D E L O S 9 0Cuando se comienza a enfilar la recta final
del siglo XX el panorama de la poesa infantil
publicada en castellano se presenta estable y en
una cmoda continuidad con los aos inmedia-
tamente anteriores. Sin embargo, el paisaje se
transforma cuando contemplamos con mirada
abarcadora toda la dcada, produciendo en
nuestro nimo el desconcierto de las sensacio-
nes contradictorias. Quiz por la dificultad de
ofrecer una valoracin completa y justa de un
tiempo tan reciente, al carecer de la necesaria
perspectiva que templa el juicio, quiz por la dis-
persin y variedad de situaciones, contextos,
motivos y tendencias, lo cierto es que la inquie-
18
Poesa infantil espaola de los ltimos 20 aos
-
tud ante un panorama tan heterogneo e inme-
diato obliga a una gran dosis de prudencia. Y es
que tanto el mbito de la edicin como el de la
creacin manifiestan una especie de doble cara
que unas veces inclina al optimismo y otras a la
desesperanza10.
En el mbito de la edicin, las publicaciones
destinadas a nios y jvenes, experimentan un
importante crecimiento cuantitativo, ya que se
duplica ampliamente la produccin de los
ochenta: se puede hablar de ms de dos cente-
nares de ttulos que dibujan un panorama de
creciente inters por este gnero (siempre desde
la perspectiva diacrnica adoptada). Pero el
crecimiento no es igual en los tres tipos de publi-
caciones que venimos sealando, puesto que la
creacin de autor dirigida a los nios no aumen-
ta su peso en el conjunto, aunque casi duplica
sus ttulos, la proporcin de antologas y edicio-
nes de autores clsicos crece notablemente y en
cambio las recopilaciones folclricas, aunque
tambin crecen en trminos absolutos, retroce-
den bastante en su proporcionalidad. Esta situa-
cin puede ser indicativa de un cambio en la
percepcin de lo que es la poesa infantil, que ya
no se asocia necesaria o primordialmente al fol-
clore como fuente de experiencias poticas, sino
que se vincula ms a la creacin individual y al
patrimonio heredado, poseedor de un enorme
caudal potico para ofrecer a nios y adoles-
centes aunque no se escribiera para ellos. El
valor otorgado a esta tradicin literaria explica la
profusin de antologas que salpican la dcada,
teniendo en cuenta, adems, que el mayor
nmero de antologas que se publican en esta
ltima dcada del siglo se corresponde con una
tambin mayor variedad en sus planteamientos
o criterios antologizadores: se valoran tanto las
antologas de un autor como de varios; las anto-
logas mixtas de poesa popular y culta; las anto-
logas temticas, de tema amoroso, de humor o
naturaleza; las de pocas, generaciones o luga-
res (barroco, generacin del 27, renacentista,
hispanoamericana) y, como grupo de caracte-
rsticas muy especficas, las antologas escolares,
que aumentan de forma notable en estos aos.
Se crean varias colecciones destinadas al uso
escolar, dirigidas a estudiantes de secundaria (no
exclusivamente de poesa, pero con un buen
nmero de ttulos de este gnero) y con un for-
mato pensado para facilitar el conocimiento de
nuestro patrimonio potico, puesto que incluyen
estudios introductorios, notas, apndices, biblio-
grficos y, en algunos casos, propuesta de acti-
vidades complementarias.
La variedad de criterios y propsitos que
caracteriza a las antologas se advierte tambin
en las recopilaciones de lrica popular. Frente al
mayoritario inters por las adivinanzas que se
haba manifestado en los ochenta, encontramos
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10El nmero 8 de la revista Fadamorgana contiene un monogrfico dedicado a la poesa infantil de los noventa. Bajo el ttulo Poesa sen ida-
des ofrece un chequeo a la poesa para nios escrita en vasco, cataln, castellano, portugus y gallego. Fadamorgana, 8, 2002, pp. 29-70.
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en estos ltimos doce aos recopilaciones de
todos los gneros de la tradicin oral: trabalen-
guas, nanas, juegos y canciones, adivinanzas, his-
torias rimadas, villancicos y varias ediciones de
romances. Tambin hay recopilaciones que se
dedican al folclore espaol o al hispanoameri-
cano; selecciones para pequeos, para adoles-
centes y para adultos (padres, profesores, media-
dores); ediciones escolares y ediciones infantiles.
Es la diversidad el signo de los tiempos?
En cuanto a la edicin de creaciones para
nios, en los noventa hemos asistido a la des-
aparicin o reconversin de algunas editoriales
que prestaban especial atencin a este gnero,
incluso con colecciones especficas (Escuela
Espaola, con Caballo de Cartn, Didascalia,
Labor, Min) y tambin a la creacin de otras,
como la coleccin Ajonjol, de editorial Hiperin,
en 1995, que acoge la obra de autores, casi
todos espaoles, que escriben para nios de
todas las edades, y la coleccin Caracol, en
1998, que edita la Diputacin Provincial de
Mlaga y dirige Antonio Gmez Yebra. Dos acti-
vas colecciones que en poco tiempo han dado
a la luz un importante nmero de poemarios.
Otras editoriales incluyen en sus colecciones
libros de poesa en mayor proporcin que en la
dcada anterior: Anaya, en Sopa de libros,
Edelvives, en Ala Delta, Espasa Calpe en Espasa
Juvenil, Everest en Montaa Encantada. Es des-
tacable tambin, como una tendencia nueva
propia de esta dcada finisecular, la edicin de
poesa para muy pequeos: la atencin crecien-
te que en el conjunto de la produccin literaria
para nios se presta a estas edades tempranas
alcanza tambin a la poesa, como se puede
observar en los sencillos poemarios o selecciones
folclricas que ha publicado SM en sus coleccio-
nes Los duros o Los piratas, las de Espasa Calpe
en Austral Infantil o Anaya en las series para
pequeos de Sopa de Libros. La poesa para
estas edades suele revestir forma de historia rima-
das, con frecuente uso del pareado como
estructura ms simple que permite el juego con
la rima y el sonido, y siempre con las formas ele-
mentales de la lrica popular como referencia.
Tambin aumentan en esta dcada las traduc-
ciones, aunque siguen siendo escasas y en su
mayora son historias rimadas para pequeos o,
claramente, narraciones en verso.
Como puede apreciarse en este sinttico
recorrido por el mundo de la edicin, nos encon-
tramos ante un panorama heterogneo y lleno
de contradicciones, o al menos de interrogantes.
Han desaparecido algunas editoriales, pero han
aparecido otras con nuevas colecciones, y esto
es estimulante; se ha duplicado con creces la
edicin, pero en gran parte esto se debe a la
proliferacin de antologas y ms an, de anto-
logas y ediciones escolares, cuya inclusin en
este mapa potico puede ser discutida; la selec-
cin del material potico que se publica no obe-
dece a una orientacin homognea, sino que
parece crecer en la diversidad: si la riqueza de lo
diverso nos seduce, la posible ausencia de crite-
rios acerca de la educacin potica y la recep-
cin infantil nos inquieta sobremanera.
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Poesa infantil espaola de los ltimos 20 aos
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El mbito de la creacin no es ms tranquili-
zador en cuanto que no ofrece ms asideros
para el juicio crtico. La publicacin de ese casi
centenar de ttulos nuevos, que mueven a con-
templar con optimismo la situacin, no puede
evitar la pregunta acerca de la verdadera cuali-
dad potica de todas estas creaciones; la apari-
cin de un buen nmero de nuevos autores, que
se suman a los que ya venan escribiendo en
aos anteriores, sntoma, sin duda, de buena
salud potica, plantea de inmediato la cuestin
de la renovacin formal y temtica que estas
nuevas voces puedan aportar al discurso poti-
co, o de su integracin en caminos ya demasia-
do transitados.
Y es que si nos preguntamos, por ejemplo,
de qu habla la poesa a los nios de los noven-
ta, cules son sus temas, encontramos que de
nuevo se impone la corriente animalstica, que
impregna la prctica totalidad de la creacin
demostrando la profunda imbricacin que tiene
en el alma humana la vida animal en sus infinitas
formas y, desde luego, su ancestral relacin de
convivencia con la infancia. Algunos poemarios
responden a esta temtica en su totalidad y
otros slo en parte, aunque lo ms destacado es
la variedad de enfoques y formas de tratamien-
to de este pantema que, como deca Baroja
refirindose a la novela, es un gran saco donde
todo cabe. Cabe, por ejemplo, la perspectiva
del amor a la naturaleza y a todas sus criaturas,
en autores que transmiten en sus versos admira-
cin, ternura, curiosidad o emocin ante estos
seres que con su propia existencia hablan de la
vida. Tambin cabe la perspectiva distorsiona-
dora, humorstica o desnaturalizadora, que des-
mitifica imgenes convencionales, humaniza a
los animales o da la vuelta a su ser habitual para
situarlos en el nivel de lo inslito. Incluso cabe la
intervencin de la fantasa para crear seres ima-
ginarios, animales irreales que transitan por igual
los laberintos de lo mgico, lo regocijante y lo
onrico. Cada una de estas y otras pticas en el
tratamiento de los animales puede llegar a defi-
nir a un autor por ser predominante, pero con
ms frecuencia todas conviven en la obra de un
mismo poeta, como ocurre en el magnfico poe-
mario de Jaime Siles El gliptodonte. Sin que
pueda hablarse de una correlacin total entre el
enfoque adoptado en la temtica y la forma
potica, s puede observarse que con frecuen-
cia los poemas que hablan de los animales
desde el amor a la naturaleza tienden a ser sobre
todo descriptivos, componiendo enumeraciones
de cualidades y rasgos, en tanto que los humo-
rsticos y desmitificadores suelen contener mayor
sustancia narrativa, ya que hablan de acciones
o relatan alguna ancdota, y los de creacin
fantstica favorecen el juego verbal, las imge-
nes sorprendentes y la acumulacin de recursos
no habituales.
Importante presencia tiene tambin el
mundo vegetal (en poemarios como Versos
vegetales, de Antonio Rubio, o Verdes amigos, de
Romero Yebra), el mar, el paisaje, la naturaleza en
general. Tambin la vida cotidiana con todas sus
incidencias, la vida escolar e infantil. Pero a dife-
rencia de la dcada anterior y analizando la
obra de los nuevos autores, interesan menos los
personajes de cuentos y del imaginario tradicio-
nal infantil y aparece en cambio un cierto nme-
ro de poemas que proyectan una mirada crtica
sobre temas de actualidad: violencia, droga,
quema y tala de bosques, desigualdades socia-
les, contaminacin y deshumanizacin de la ciu-
dad. La escasa proporcin de esta temtica la
hace pasar casi desapercibida, pero no deja de
ser muestra de una nueva sensibilidad que
empieza a ocupar un lugar en la creacin poti-
ca para nios. En todo caso, se podra sealar
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como rasgo propio de la poesa juvenil la cohe-
rencia temtica que caracteriza algunos poema-
rios como el de Fran Alonso, Ciudades, y que tuvo
su precedente en la obra de Jaime Ferrn, espe-
cialmente en La playa larga.
En cuanto a los aspectos formales, la lrica
tradicional sigue siendo la principal fuente de
recursos, si bien en diverso grado y manera. Los
paralelismos sintcticos y semnticos, las repeti-
ciones a modo de estribillo, las enumeraciones, rit-
mos binarios y mtrica popular (metros cortos,
coplas, pareados, asonancias) son algunos de los
procedimientos ms utilizados, que terminan por
perfilar una fisonoma de familia para estos poe-
mas. Se aprecia una fuerte tendencia a la recre-
acin de gneros y formas de la lrica tradicional,
con poemarios que contienen nuevas adivinan-
zas, nanas, canciones, juegos, trabalenguas o his-
torias rimadas. Pero, al mismo tiempo, no pocos
autores acusan la influencia de la tradicin van-
guardista y los poetas del 27, y crean poemas
donde se reconoce a Lorca, a Gmez de la
Serna, a Juan Ramn Jimnez y a los ismos que
nos descubrieron en los aos veinte el valor del
sonido, el color y el olor de las palabras, la poesa
visual o la densidad simblica de las imgenes. En
Aroma de galletas, Fernndez Molina rompe radi-
calmente con temas y formas tradicionales, mien-
tras que en Poemas para la pupila Juan Kruz
Igerabide logra la mxima condensacin expresi-
va en la extrema brevedad del haiku; Jos M
Alfaro cultiva la poesa visual en Magiapalabra y
Fran Alonso, en Ciudades nos sorprende con un
uso casi reivindicativo del verso libre, que l mismo
defiende como uno de los ms importantes logros
de la poesa moderna que no se puede negar al
lector infantil o adolescente11. Ciertamente, la
innovacin en el discurso potico para nios no
alcanza las proporciones que se aprecian en la
narrativa, y los escasos intentos de actualizar for-
mas, enfoques y contenidos pasan desapercibi-
dos ante la, por una parte, indiscutible autoridad
de la rima y la mtrica tradicional, y por otra, la
banalidad de los temas o la ausencia de ritmo y
cualidad potica del discurso.
Entrados ya en el siglo XXI, hay signos que son
indicadores de un tiempo nuevo: la obra de auto-
res que han sabido asimilar profundamente las
ms antiguas races de la lrica para recrearlas
con una nueva voz; la minoritaria, pero viva y real
voluntad de bsqueda de nuevas formas para
nuevos lectores; la renovada vigencia de nuestra
mejor tradicin potica, continuamente reclama-
da como la mejor escalera para subir los pelda-
os de la educacin potica y reeditada en
numerosas antologas; el aumento de la edicin,
que ha alcanzado sus mejores niveles en trminos
histricos, y la creciente atencin de la que el
gnero est siendo objeto por parte de la investi-
gacin y la crtica12. Si bien es cierto que, en tr-
minos generales, las caractersticas de nuestro
mundo actual hacen buena la frase malos tiem-
pos para la lrica, la mirada atrs proyecta sobre
el presente una lectura ms optimista.
Admitiendo, con Francisco Brines, que la poesa
no tiene pblico, tiene lectores13, y, por tanto,
nunca ser lectura de masas, su capacidad para
ensear a mirar, afinar la sensibilidad y, en suma,
hacer la vida mejor, hace de ella algo necesario
para todas las etapas de la vida. Y quiz nunca
hemos estado en mejores condiciones para satis-
facer esta necesidad en los nios y nias.
22
11As lo expresa en A poesa para adolescentes, Fadamorgana, 8, 2002, pp. 66-69.
12Puede ser sintomtica la coincidencia en el tiempo del monogrfico de Fadamorgana, el presente monogrfico de Lazarillo y la cele-
bracin de un congreso en San Sebastin sobre el mismo tema.13
Entrevista en Babelia, 31-VIII-2002, pp. 2-3.
Poesa infantil espaola de los ltimos 20 aos
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-
Bibliografa potica
24
B I B L I O G R A F AP O T I C A
La relacin bibliogrfica que se ofrece a continua-
cin comprende una amplia seleccin de obras
publicadas desde 1980 para nios y jvenes.
Aunque no se pretende la exhaustividad, los crite-
rios de seleccin han sido amplios y flexibles en fun-
cin de un doble objetivo: dar a conocer la reali-
dad de la poesa para nios proporcionando un
mapa de publicaciones de este periodo lo ms
completo posible y ofrecer a los mediadores e
investigadores un material contrastado til para su
trabajo. Para ello, al margen de la polmica teri-
ca sobre el concepto, naturaleza, condiciones y
hasta existencia de una poesa infantil, hemos
aceptado todas aquellas obras destinadas a un
pblico infantil o juvenil y dotadas de alguna
marca que las identifique como tales: editorial,
coleccin, estructura de la obra, ilustracin, notas
editoriales o cualquier otra.
En consecuencia, esta seleccin bibliogrfica ha
obedecido a los siguientes criterios:
Incluye la poesa publicada en nuestro pas que
haya sido escrita en espaol o traducida de las
otras lenguas del Estado: se encontrarn ttulos de
autores hispanoamericanos u originariamente
publicados en gallego, vasco o cataln.
Se han respetado los tres grandes cauces que
han marcado la historia de la poesa infantil en
Espaa desde principios del siglo XX: recopilaciones
de folclore y lrica tradicional, antologas y edicio-
nes de poetas clsicos que no han escrito para
nios, pero cuya obra se considera adecuada para
ellos y creacin potica dirigida a los nios.
En el primero de estos grupos, las recopilaciones
de poesa popular tradicional, se han incluido todos
los gneros habitualmente aceptados para la lrica
de tradicin oral: nanas, adivinanzas, trabalenguas,
retahlas, juegos, canciones, etc. y los romances,
por su importante presencia en la tradicin literaria
espaola y su destacado papel en la escuela.
En el segundo grupo, las antologas y ediciones
de autores clsicos, se han incluido las antologas
escolares claramente identificadas como tales, por
su validez como publicaciones destinadas a acer-
car a nios y adolescentes a la poesa a travs de
los ms destacados autores de nuestro patrimonio
literario.
Como criterio general de ordenacin, se ha res-
petado el orden alfabtico de autores, consideran-
do como tales a los compiladores, antlogos y edi-
tores literarios en el caso de seleccin de folclore o
antologas.
Las antologas mixtas de folclore y poesa de autor
tienen una doble entrada, en los dos grupos corres-
pondientes.
Como norma general, se citan las primeras edi-
ciones. No se han incluido reediciones salvo en
caso de ttulos muy significativos publicados antes
de 1980: en estos casos, se cita la primera edicin
conocida a partir de esta fecha.
Aunque se trata de un estudio dedicado a la poe-
sa infantil espaola, se ha incluido como informa-
cin complementaria una seleccin de traduccio-
nes de autores extranjeros, en la intencin de ofre-
cer una visin ms completa de las publicaciones
de poesa para nios.
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