Download - Las otras palabras 54
Pasaron dos meses. Tiempo prudente para haber degustado el número 53. Esta edición viene
con más páginas: la evidencia del entusiasmo que mueve a publicar y leer.
Renuevo la invitación a los autores, ilustradores, fotógrafos, plásticos, artistas en general, a que
se sumen a esta tarea de difundir la literatura y otras formas del arte enviando su material, sea éste
para la revista, el blog o la biblioteca digital. En el caso de los textos, los requisitos básicos son que se
ajusten a los géneros literarios que publicamos, que estén corregidos y que el autor esté dispuesto a
que sea difundido gratuitamente por nuestros canales y multiplicado por los de los lectores.
Les comento que por el momento no será posible editar la revista en papel. La consulta que
hice por correo electrónico y las redes sociales me indicó que a la mayoría de los lectores y escritores
no les interesa ese soporte, por lo que continuaremos editando digitalmente.
Para finalizar este recibimiento en el living de la revista, les recuerdo una de las propuestas de
Las otras Palabras: si los textos los atrapan no dejen de comunicarse con los autores para
comprarles libros. Es muy bueno leer. Si lo que leemos nos gusta, mejor. Y mejor aún es solicitarles
un ejemplar a los escritores, que hacen un esfuerzo enorme para editar sus libros.
Gracias por leer y compartir.
Editorial
2
Edición e impresión de libros en pequeñas y grandes cantidadesLibros digitales
Libros cooperativos(especiales para talleres literarios y grupos de escritores)
EDICIONES
atada
Servicios de diseño y diagramación, corrección profesional,impresión y asesoramiento editorial
[email protected] / [email protected]
Ediciones GataFrida
En Ediciones GataFrida
sabemos lo que es editar el primer libro.
Por eso hablamos el mismo idioma.
En Ediciones GataFrida
sabemos lo que es editar el primer libro.
Por eso hablamos el mismo idioma.
Ariel Puyelli
Sumario
Las otras Palabras es una publicación periódica dedicada a la publicación de cuentos, poesíasy fragmentos de novelas de, principalmente, autores de la Patagonia argentino-chilena.Año I (2ª Época) Nº 54 - Setiembre de 2013 - Lago Puelo, Chubut, Patagonia Argentina
Editada por Ediciones GataFrida. Editor responsable: Ariel Puyellie-mail: [email protected]
Blog de la revista: revistalasotraspalabras.blogspot.comEstá permitido reproducir total o parcialmente el contenido de esta revista con el fin de colaborar en la difusión de la
obra de nuestros escritores e ilustradores / artistas plásticos.Se ruega consignar el nombre de los autores y la fuente.
Tapa: técnica mixta de Sandra Perfecto.
3
4.
Samuel Bossini
y Los Laterales.
Microrelatos
acompañados
por ilustraciones
de Marta Sottile
12.
Daher Salomón nos entrega
Agua y arena, poesía
que trasciende las fronteras.
20.
Silvia Rodríguez y poesía inédita:
Si la luna bajara a la tierra.
Con fotografías de
Nahuel Ayala, Manuel Miranda
y Héctor Ayala
29.
Jorge Castañeda comparte material
de su libro Crónicas & Crónicas.
Con ilustraciones de Andrés Calda,
AaP y Sandra Perfecto.
46.
Sergio Pravaz se encuentra con
Los héroes de la esquina.
Con ilustraciones de Leonardo Mezzetti.
38.
Gustavo De Vera entrega poesías
de su libro Último paisaje.
Con ilustraciones de AaP.
En Ediciones GataFrida
sabemos lo que es editar el primer libro.
Por eso hablamos el mismo idioma.
Samuel Bossinimicrorelatos
Poesía breve.
Le dicen
microrrelato.
He leído microrrelatos no
como un texto narrativo. He
creído estar muy cerca de un
texto poético. Un texto poético
con una poderosa dosis de
imaginación. Atraído por su
e x t r e m a b r e v e d a d , l o s
microrrelatos son ese zumbido
que no cesa. Un poderoso
sonido propicio y tronante que vaga dentro del
lector como una suficiencia que asombra.
Escribir microrrelatos es acceder a una voz que se
niega a ser extensa y se niega a no significar tanto o
más que lo extenso. Un lenguaje de sugerencia y
de toma de la Palabra unida a un hilo invisible que
llamamos “sugerir” y ese “sugerir” nos atrapa y
nos disuelve dentro de esa microficción.
David Lagmanovich, en su bello estudio y
4
Ilustraciones: Marta Sottile (de la serie “Paisajes”, dibujo y tinta)
Samuel Bossini: Publicó con el
seudónimo de Pablo Narral los
libros
. Nació en Añatuya,
Santiago del Estero, en 1957.
Dirigió la revista
y coodirigió desde su
fundación hasta el año 2001.
I n t e g r ó e l C o n s e j o d e
Redacción de .
Desde 2001 hasta la actualidad
dirige
. Fue invitado a distintos festivales
y congresos de poesía en Argentina y en el exterior.
En el Centro Cultural España Buenos Aires (antes
llamado ICI) presentó, junto al poeta José Tono
Martínez, a los escritores: Marosa Digiorgio,
Gonzalo Rojas, Eugenio Montejo, Antonio
Cisneros, Carlos Edmundo de Ory. Textos y poemas
suyos son publicados en revistas nacionales y
extranjeras.
: El sonido y la furia, Para
una fiesta nocturna y Oscura
tierra
Caballo de lata
El Jabalí
Último Reino
Malvario revista de
literatura y arte
5
T do está en orden. Tanto que
en cualquier momento estalla la desgracia
o
.
Miró los ojos de la amada y vio a su amante
escondido.
Durmió. Despertó soñado en otro.
Saltó muy alto. Le gustó. No bajó.
El filo de la guillotina no era buena. Le hundió la
nuez.
Ver para creer. Dijo la anciana cuando vio al canario
comerse al gato.
La abandonó por su oveja sin dudarlo. Ambos viven
felices en las afuera del pueblo.
Gritó el nombre de ella y ella salió de la pared y lo
abrazó.
Esperó y esperó. No llegó. No era el lugar pactado
con la muerte.
Cerró los ojos y al abrirlos ya estaba ahorcado.
Se tiró de cabeza en el río. En el fondo lo esperaba
Arkadiy Kutílov
Samuel Bossini
clasificación: La extrema brevedad: microrrelatos
de una y dos líneas, nos dice:
Y esa brevedad es un cruzar un ancho
río pisando en medio sólo 3 o 4 piedras que están
en medio. El resto son saltos, agilidad, ingenio,
literatura.
El microrrelato o minificción, nos invita a no desistir
en la tarea de leer entre líneas. Leer el Silencio del
texto. Verlos como esos poemas donde un verso
nos cuenta una historia, como por ejemplo el
poema de Keats, : donde,
en un solo verso, Keats nos dice sin afirmar nada y
sugiriéndolo todo:
. Y los ejemplos serían infinitos y
tan bellos como los de Keats.
Aunque la brevedad
no sea, ni con mucho, el único rasgo que es
necesar io observar en estas br i l lantes
construcciones verbales, resulta lógico que para el
lector común, e inclusive en cierta medida para el
escritor, resalte de manera especial. Fue, en efecto,
la primera característica que llamó la atención de
lectores y críticos de esta forma literaria: la que
primero produjo desconcierto y, a partir de allí,
admiración.
La Belle Dame Sans Merci
Me miró como si me amara/ y
dulcemente gimió
El libro Mundo Naturalse encuentra disponibleen el blog de la revista,en la sección Biblioteca Digital.revistalasotraspalabras.blogspot.com
su infancia.
Fue hasta su colegio primario invitado por la
dirección para una conferencia. Vio a su madre
hablando con la directora por una tiza que arrojó
ayer.
Subió al taxi dirección al túnel de Av. libertador.
Cruzó el túnel y al salir de él, notó que estaba en
una calle de México.
Encontró, en una calle sin salida, a un hombre boca
abajo, muerto. Lo giró para ayudarlo y era él. Con
los ojos abiertos y sonriendo.
Salió corriendo, aterrorizada. Abrió la puerta que
da al jardín y se tiró en el pasto con la boca abierta.
Se bebería toda la lluvia así no inundaría la casa.
Cuando se despidió la abrazó. Sintió con claridad
cómo se diluía y quedaba un charco rojo ante sus
pies.
Respiró profundo y entró en la boca del
hipopótamo. La cerró y quedó meditando y
comiendo lo que la gente le arrojaba al animal en el
zoológico. Salió de esa boca 50 años después sin
envejecer.
Emprendió el viaje a las 20 horas en tren. Cerró los
ojos y se durmió. En la mañana despertó en la
misma estación.
Una paloma blanca entró por su ventana. Ella la
tomó en su sus manos con dulzura. Cuando la
acercó a su boca para darle un beso: explotó.
Disparó desde su balcón al azar. No abandonó la
televisión hasta ver el cadáver y las conjeturas. La
pasó muy bien.
Se paró bajó la lluvia. Temblaba de frío. Él creía que
su gran amor regresaba transformada en agua
para abrazarlo.
Miró por la ventana como un hombre mataba a
una mujer. Y cómo ese hombre cerraba los ojos,
bajaba el brazo y se convertía en un cactus.
Prefirió no comentar el asunto.
Arrojó una piedra al lago, en Palermo y este se
abrió. En el fondo habitaban pájaros sin pluma y
con ojos de vidrio. Sorprendidos y asustados los
pájaros se lo llevaron al fondo del lago. Y luego el
lago se cerró.
Compró una caja de música para regalarle en su
cumpleaños. La envolvió en un fino papel de
regalo. Llegó a la cena con el obsequio. Ella lo
desenvolvió con una sonrisa. Le dio cuerda.
Sonreía. Cuando lo abrió, el resorte con el cuchillo
salió de inmediato. Se le clavó en el cuello y cayó
6
7 “Nevada”
41“Ventana”
muerta. Se llevó un canapé a su boca y salió a la
calle. Y se alejó silbando.
En el mes de agosto del 2013, sonó el teléfono de
su casa y atendió. Era Roberto Arlt. Se disculpó por
equivocarse el número.
Antes de dormir vio a la pequeña araña en el
ángulo del cielorraso. Era muy pequeña. Se
durmió. Despertó atrapado en su telaraña y viendo
cómo ella avanza hacia él. Sonriente.
Fue al entierro de su amigo Jorge. Salió del
cementerio y regresó a su casa y le llegó la carta
que su amigo Jorge le envió días antes y decía:
Estaba decidido a suicidarse. Fue hasta la terraza
del edificio de 30 pisos. Se encontró con otra
persona que estaba en el borde lista para tirarse.
Esta giró y lo miró y le dijo bajándose de la orilla:
Juntó cientos de hojas del bosque. Armó una balsa
inmensa y guardó ejemplares de distinta especie.
Llegó el diluvio. Duró y duró. Ciegos las especies
por el hambre, se lo comieron. Aún los
investigadores estudian cómo se armó la balsa.
Sé
de tu relación de amantes con mi esposa. El vino de
la cena del martes estaba envenenado. Morirán un
día después de mí. Los estoy esperando. Los quiero.
Sin rencor.
después de usted.
No podía dormir. Estaba por comenzar la tormenta.
La tormenta arrastraba el rostro de ella hasta
dejarlo pegado contra el vidrio de la ventana de su
cuarto. Ella pedía socorro.
Su jefe lo despidió. Fue hasta su casa y cerró la
puerta. Tiró la llave por la alcantarilla del baño.
Arrancó el teléfono. Desconectó todo. Se sentó en
su sillón. El olor hizo sospechar a los vecinos luego
de meses. Voltearon la puerta. Hinchado, oloroso.
Y con los ojos bien abierto y desnudo. Tenía un
cartel colgando del cuello que decía:
.
Sumergió la cabeza en su bañadera llena de sales y
espuma. Al sacar la cabeza estaba en una playa en
Sudáfrica. Y un grupo de gente la llamaba desde la
orilla, sonrientes. La esperaban. Se asustó. Murió
ahogada.
Se levantó de la mesa del restaurante, tosiendo,
sudando. Fue hasta el baño temblando y se miró al
espejo y cayó al suelo. Al tiempo se levantó. Salió
del restaurante y cruzó la calle, aturdido. Vio como
el coche se acercaba veloz, sin frenar. Observó
sorprendido cómo el coche lo traspasaba y seguía
su camino. Se veía sin heridas. Entero.
Perfectamente sano.
Murió en la noche. Lo velaron. Lo llevaron hasta el
volveré y me
vengaré
9
10
cementerio de la Chacarita. Lo dejaron en su nicho
y todos se fueron. Pasaron varias horas.
Anocheció. El muerto escuchaba sorprendido
cómo golpeaban la tapa del nicho y podía escuchar
con claridad que desde fuera le decían:
Mario acabó de escribir el poema que lo
trastornaba desde hacía varios meses. Se reclinó y
cerró los ojos. Pero aún estaba el peso del poema
en su cuerpo. Cerró con más fuerza los ojos. Leyó el
final:
. Pudo ver cómo salía
sangre de su cuello y caía sin vida en el suelo.
Coleccionaba mariposas. Las tenía de todos
colores. Las guardaba con cuidado en el segundo
cajón de su escritorio, junto a sus pinzas. Pero una
de esas mariposas era muy diferentes a otras.
Tenía los labios pintados y le crecía el pelo. La
llamaba Matilde. Aún no había comentado nada a
sus amigos, pero tenían pensado casarse.
La amaba tanto, tanto, que cuando ella lo dejó,
lejos de sumirse en una depresión, decidió seguir
sabiendo de ella. Cambió su nombre y su rostro. Se
mudó frente a ella y vio a los hijos de ella crecer.
Cuando Mara, así se llamaba, enfermó gravemente
Salí.
Presentate. Bienvenido a la pensión. Queremos
conocerte. No tengas miedo. Los nuevos siempre
saludan. ¿trajiste mate?
Hay días en que rompemos vidrios con los
ojos y nos cortamos con él
y luego murió, entró a la casa y mató a su marido y
sus dos hijos. Sólo él sentía el derecho de un
recuerdo fuerte y permanente de ella.
Es un comerciante peculiar. Tiene un local a la calle
en la avenida Corrientes. Su vidriera está vacía. Los
estantes dentro de local, vacíos. El depósito, vacío.
Este señor esta con una sonrisa mirando hacia la
calle. Entré a preguntarle qué vendía. Y sin dudarlo
respondió.
. Soñé con él y regresé a decírselo. Muy
bien, respondió. Se lo enviaré a su domicilio, son
$500. Por la tarde tocaron el timbre de casa. Abrí.
Era él. Entró. Se quedó a vivir en casa, está en el
altillo. Fui al local, entré y estaba él, sonriente del
otro lado del mostrador. En cuanto me vio dijo:
No regresé a casa.
En un accidente inexplicable con una sierra,
Martino Alvarado perdió los cuatro dedos de la
mano derecha. Siguió su vida. Años después, en
otro accidente inexplicable, el mismo Martino
Alvarado, perdió los cuatro dedos de su mano
izquierda. Siguió su vida. Cruzando la calle no llegó
a ver el coche que pasó por encima de sus dos
piernas y eso obligó a que se las cortaran. Siguió su
vida. Pero con temor. No comía. Tenía pánico a un
accidente con los cubiertos. Murió desnutrido.
Esperaban el tren. Ella y él no se miraban. Estaban
Lo que usted se permita soñar. Sueñe y
regrese
No
se aceptan reclamos ni hay devolución...
11
pálidos. No subían a ningún tren. Aún hoy no
suben a ningún tren. No abandonan la estación de
trenes. Y de esto hace 43 años. Desconocemos el
destino y sus nombres. No miran a nadie.
Luego de su proeza de abrir el mar para que el
pueblo judío pasara, Moisés regresó a ese mar y lo
intentó nuevamente. Pero no pudo. En Praga hay
una escultura que recuerda ese momento. Un
Moisés exhausto.
No sé cómo explicar esto. Me
presenté a trabajar en un sitio
nuevo. Pase las entrevistas y
me tomaron. Llevo once años
sin poder salir y somos varios
en esta situación. Sucede que
cada día, cuando queremos
bajar por las escaleras (no hay
ascensor), hay un piso más y un
piso más y un piso más… ya
hemos perdido la suma de la
cantidad de pisos. Algunos,
angustiados, se arrojaron por
la ventana, pero no terminan
de caer. En este preciso
momento, debe querer bajar
alguien. Se ha sumado otro
piso.
AUXILIO.
“El pibe”
Vio en la televisión un reportaje suyo. Estaba de
traje, con una corbata cara. Sonreía. Nervioso fue
hasta la puerta de su casa y en la vereda había
mucha gente agolpada. Periodistas, personas que
él desconocía. En ese instante pasó un coche
volando y dos niños que no tocaban el piso.
Flotaban, lo saludaban y lo miraban sonriente.
12
Daher Salomonpoesía
Estos poemas están marcados por la relación entre lo conocido y lo
desconocido. Saben de la transparencia con que se nutre esta Patagonia, mi
lugar en el mundo, pero también saben del arenal lejano y misterioso que
vivieron mis abuelos. Lo palpable y lo intangible. Lo real y lo imaginado. Agua
y arena mezcladitas en mi sangre, un sistema heterogéneo que mantiene
unido el movimiento imperfecto de la vida. De aquí y de allá mi nombre y
apellido. Me llamo Daher Salomón, soy Ingeniero Químico, Docente
Universitario y escribo poesía por llevarle la contra al mundo y sus achaques.
Sudor de grisColección de poesía Todos bailan
dirigida por José Luis MangieriDiagramación de tapa: Rubén y Marina Naranjo
sobre un óleo de Silvia GattariPublicado mediante un subsidio a la creación
de la Fundación Antorchas, concurso 1996 de Becasy Subsidios para las Artes
1997 Libros de Tierra FirmeI.S.B.N.: 950-9551-34-1
Desnudo a tiempoColección de poesía Todos bailandirigida por José Luis MangieriDiagramación de tapa: Rubén y Marina Naranjosobre una acuarela de Danilo Vasiloff25001 Libros de Tierra Firme2001 Daher SalomónI.S.B.N.: 987-540-015-7
ل م� ماء و� ر�A g u a y a r e n a
D a h e r S a l o m ó n
لومون ضاۿر س�
طب�خ م�
ۃ ق�ھو� y albahaca
merodean tu peloen la cocina
ک�لم�ة ن�عناع beso
Sobre la mesada
ر ف3لف3ل أخض�ر ف3لف3ل أحم�
contra mis ojos
ل con pimienta ب�ص�
Juego en el aromade tus manos
cuando cocinas
ل ف�ر ج� س�
م3الط�ف�ة ف�و ع�
En la mesa
عن�ب و� ماندارينا para tu boca
أل�ن�بي�ذ de la sed a compartir
contra mi lengua
بز خ3ت�ر ع� ز� م�
Huelo la vidaEl olor
a limpio cercano
sin pólvora ni odioEn tu cuerpo
ر ز و� ل�و ز ک�contra mis labiosmelodía y letra
de tu nombre
طب�خ matbaj cocina م�
ۃ qahwa café ق�ھو�
kalima palabra ک�لم�ة
na´na´ menta ن�عناع
ر fulful ajdar pimiento verde ف3لف3ل أخض�
ر fulful ahmar pimiento rojo ف3لف3 أحم�
ل basal cebolla ب�ص�
ل ف�ر ج� safaryal membrillo س�
mulatafat caricia م3الط�ف�ة
ف�و afw perdón´ ع�
inab y mandarina uva y mandarina´ عن�ب و� ماندارينا
al nabid el vino أل�ن�بي�ذ
بز jubz pan خ3
ت�ر ع� ز� maha çatar con condimentos م�
karz wa lauz cereza y almendra ک�ر ز و� ل�و ز
ل ٬ق�ل�ب راح��
اۃ ر� ه�ل ه�ذ ہ إم�
کان�ت
؟ عصفور في ظ�المك�
qalb rahal corazón nómade hal hadzihi imraat acaso esta mujer
kanat será ´sfur fi zalamka? gorrión en tu oscuridad?
ألع�ب في ف�موك
ة فق� ر�
ق أزر�
ة ف�راش�ۃ ي� و� ألح�
ني محا ف�وق� ب�د� ت�ف�ع�ل د�
al´ab fi famuki juego en tu boca ألع�ب في ف�موك
فقة rafiqat compañera ر�
ق azraq azul أزر�
farasha mariposa ف�راشة
يۃ wa alhaiat y la vida و� ألح�
ني محا ف�وق� ب�د� taf´al damha fauqa badani hace su sangre sobre mi cuerpo ت�ف�ع�ل د�
ن أين� أنا م�فلسطين
أنا من سوريا ل3ب�نان
ألرجنتين؟ ل
نھ�لي م� ق�لبك
ن أين� أنا min aina ana de donde(soy) yo م�
filistin Palestina فلسطين
ana min suria yo (soy) de Siria أنا من سوريا
lubnan Líbano ل3ب�نان ?al aryintin? la Argentina ألرجنتين؟
la no ل
نھ�لي manhali mi aguada (es) م�
qalbki tu corazón ق�لبك
20
Silvia Rodriguezpoesía
"Si la luna bajara a la tierraandaría como yoperdida por las callesdel pueblo"
He vivido como llevada por un viento de compromiso. Sentí deberes a cumplir y anhelos ciertos
por dar amor. Elegí como profesión el Servicio Social y le dediqué una efusiva parte de mi vida, muchos
años de militancia social y de proyectos. Hoy mirando a la distancia, me debato entre la paz interior de
haber hecho lo mejor posible y la nostalgia de haber dejado otras cosas que idealizo y que veo se han
hecho por ahí. Viajar, ser más feliz, contemplar con atención la vida, el haberme movido con más
Fotografías: Nahuel Ayala, Manuel Miranda, Héctor Ayala, Ariel Puyelli.
21
lentitud y menos empeño ideológico.Lo que tengo es lo que he construido, mis pequeñas obras sociales, mis poemas que derramo casi, que
desangro y ahí están...
Varios amoreshan evadidomis poemasy en las callesya sonalguien.
Como siempre sucede,ahoradesconocenni sabenquién he sidoen sus vidas,han cobrado de ellasin amarme.
Siempre he tenidoeso.De capaces de amar “Luna saliente”, Nahuel Ayala.
22
estamos llenospero a mí cuandodigo, amícuándo.
Es así simplemente, las palabras que debo reconocer son mías, como todo lo creado, a veces me
han traicionado y nos desconocemos mutuamente. Al ver alrededor descubro cómo ha pasado el
tiempo; cuando una mujer me dice recordar algún poema mío que escuchó por las noches en la radio y
que la acompañó en su soledad o cuando se me acerca un joven y me dice: Ud es poeta, Se acuerda
cuando nos visitó en la escuela y yo estaba en cuarto grado... De todo esto y muchas historias más se va
haciendo la vida, hermosa y corta como el vuelo repetido del colibrí que se acerca a tomar el agua dulce
que le preparo…
Poco a pocoabrirás las ventanas,y las puertas,correráslas cortinas.Ni aúncuando la débil luzdel atardecerdemande el sueñoni si el frío sublimede este vientomaltrata mi plumaje,o la lluvia resbalapor mi cuerpo.
Juro queno entraré.
Poco a poco,ni el reflejoen los cristalesllamará mi deseo.
Juro que no entraré...
Si abres las ventanas,las puertassi corres las cortinasjuro que no entraré.
Foto: Héctor Ayala.
23
Porque no necesito más que el aire,aún en la carencia de las hojasy si el viento no cesa, ni la lluvia,no entraré.
Y en la muerte encontraré más consueloque en tus brazos.
Y también hice hijos, marido, vida en general con amigos a los que quiero, me aman y esto me
sostiene de frente a la poesía y destilando. Las palabras, gracias a Dios, son cruentas, dejan por ahí sus
manchas secas o anticoaguladas, como testimonio de que seguimos adelante. Este invento maravilloso
del hablar y la orfebrería posterior de soldar, de engarzar los sonidos labiales de las letras. Esos que no
nos pertenecen que como todo lo humano y lo divino, apenas lo hemos encontrado por ahí, nos han
abordado ellos con no poca sorpresa compartida. Pero están y algunos como yo misma, les rendimos
nuestras fuerzas y esa melancolía en los ojos, ese intento de claudicar, de explicar el por qué no que
postergamos y nunca llega.Al menos yo, sigo aquí...
Foto: Héctor Ayala.
En la nieblase oculta lasorpresa deuna palabranueva.Las palabrasexisten desdeantes y saltana la bocay apuñalano aman.Mueven labioscomo titiriterosy juegan allorar, a sersonido. Pequeñasdiosas blancas,manipulana seres comohombres, comogente. Entran enla presencia desus ruegos. Son
Foto: Manuel Miranda
manos y sonrisasy ojos. No podemoshuir, entramosen las brumasa chocarnos con ellasa pedirles permisopara usarlas arogarles permisopara usarlas.No hay dominioposible, tañen consu violencia decampanas y deestar vivos vamosconfundidos ydesesperados porencontrar la exacta,por hallar la terriblela que prometa nodejarnos nunca.
Foto: Manuel Miranda
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Imagino las pequeñísimas bocas diciéndose un amor inaudibley los abrazos salvajes en la hierba. Pienso en seres
pensando solo en la noche que se acercca.Acomodo mi corazón y lo vuelvo latido lento,
ahora, sé de palabras, de un suspirode manos al otro lado.
Nada de nada.
Solo manos al otro ladoy palabras como disparos.
Porque son inspiradoras y valientes, más que eso porque son instigadoras, se parecen a algo
como sueños. Como si alguien pudiese dejar de ver el cielo estrellado de una noche sin luna. Acá en el
sur donde todavía la falta de luna es creación de algún camino. Y cercados en este cuenco gobernado
por la arcilla y la roca, vemos arriba con nuestros ojos de flecha para soltar palabras, casi siempre de
amor...
Como lunarescomo pequeñas lunascomo cicatrices de lunapor el cielo
las estrellas.
Lisas como carterasguardan la luz.
Luz sin alumbresin iluminar
lisascomo bolsas de luz,
casi opacasdisparan la pequeña
luz de un pasoen el vacío.
Creo oir el olorde la pólvora de estrellas
creo oirel mensaje
del disparo.
25
De todos modos, la luna es la ella sin dudar y no puedo, ni quiero negarla, porque ha sido casi
mi modelo de vida. Está y no está, pero al no estar es el propio motivo de la noche y al estar la
enceguece, la nombra. Así somos las mujeres, como esa luna giradora e imponente, iluminadora de lo
oculto y escondedora de lo se muestra demasiado. Así como esa redondez de amor dando vueltas en
el cielo, nosotras con el nuestro, damos vuelta por la vida… mientras nos deje.
El fuelle de la luna,la manivela a soplosde la lunaalimenta el generadorde las estrellas.
El viento atizaun fuegopequeño, inesperado.La mano da vueltasretuerce el valorde los gigantes,caminan por la noriadel agua y de la luz.
A veces, corren trasalguna ilusióny caen en estelade luzpor el vacío.
“Luna sobre el Piltri”, Manuel Miranda
La lunase ataa la tierracon sus rayos.Cae su ancladoradadesdeel cielo,detrás delcerro,delante,solagiradoraen el cielo.
En mis vuelospreguntoqué solme dará rayos,hilos dorados,piedras,certidumbres,deseos,para atarmea la tierra.
Foto: Ariel Puyelli
Fruslerías
En estos días algunos queconciben la vida como un campo debatalla me han atacado sin cuartel. ¡Ytodo por intemperancia política! Y estoa los sesenta años de mi vida cuando yaestoy de vuela de todo esperandosolamente ver crecer los rabanitos yotros productos hortenses desde abajo.Pero en fin, como no pido ni daré nuncacuartel, más que nunca pienso que“tendré que poner los carromatos encírculo”.
A veces me preguntan cuándo saldrá mi próximo libro. Yo les respondo que cuando paso por las librerías veo muchosbuñuelos en los anaqueles. Y después les aclaro que ante la misma pregunta, Miguel de Cervantes respondió que no publicabamás seguido “porque no se debe echar libros al mundo como quién fríe buñuelos”. Lamentablemente muchos lectores seindigestan. ¡Hay tantos buñuelos…!
En mi casa me retan porque a los pantalones, a pesar de la sujeción del cinto, siempre me los tengo que levantar. Por esoles he pedido que me regalen un par de tiradores para mi cumpleaños. Verme así me hace gracia porque al decir de Cervantes losllevo medio caídos “desde aquella parte en que el espinazo pierde su modesto nombre”.
De los políticos mendaces que endomingados en un desganado día de elecciones desde sus afiches publicitarios, sonrisamediante, me prometen un futuro país donde todos los ciudadanos seremos mejores y más felices ¡ESTOY HASTA LOS HUEVOS!
Comparto con Ortega y Gasset que “ser de izquierda es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombrepueda elegir para ser un imbécil”. Y yo cuando veo a estos timoratos tan ufanos hablar desde esas falacias doctrinarias como lapanacea para erradicar todos los males de la tierra, no solo levanto presión sino que me alejo de ellos echando humo hasta por las
orejas.
Siempre, cuando la estupidez de alguno me violenta, trato de contar hasta diez y alejarme silbandobajito, para luego en lo posible evitarlos. Es entonces cuando pienso aquello de que “no te aproximes a uncaballo por atrás, a un toro por delante o a un imbécil por cualquier lado”.
No me gusta perder los estribos ante nadie y menos ante los más grandotes. No sea que después tengaque decir como ese boxeador que en el ring recibió una gran paliza que “le llené los puños de cara”.
Jorge Castanedacrónicas
Ilustraciones: Andrés Calda / AaP / Sandra Perfecto
Portada de Crónicas & Crónicas, disponible en la Biblioteca Digital del blog de la revista. revistalasotraspalabras.blogspot.com
29
30
Quiero hacerme apicultor
Ya los almendros comienzan a florecer en el vergel del valle como diciéndole adiós al señor invierno
que mañana hacia otros fríos pondrá su proa. Las támaras de los sauces llorones se inclinan reverentes hacia
las aguas del viejo arroyo mesetario comenzando a vestirse de un verde incipiente. Las jarillas crespas y
siempre verdes entran en floración por el milagro de la primavera. Luego verdecerán los mimbres, los
álamos altos y enhiestos y en las chacras el milagro de las viñas, preludio de la abundancia de los racimos y
del buen vino chacolí. Y en los cuadros de secano el aroma embriagante de los alfalfares en flor que marean
como un mar.Por eso en esta estación con más gracias que las del famoso cuadro de Sandro Botticelli, quiero
hacerme apicultor. Amigo de las abejas y de los enjambres para llenarme la boca con la incomparable
dulzura de la miel. Y sentirme a mis anchas ante esos insectos “himenópteros, de unos quince milímetros de
largo, de color pardo negruzco y con vello rojizo, que vive en colonias, cada una de las cuales consta de una
sola hembra fecunda, la reina, muchos machos y numerosísimas hembras estériles, incapaces de procrear,
que habita en los huecos de los árboles o de las peñas, o en las colmenas que el hombre le prepara y produce
la cera y la miel”.Me coloco la indumentaria apropiada para prevenir la picadura de los afilados aguijones y tomo
entre mis manos como un obispo episcopal los implementos para ahumar y calmar la belicosidad de los
insectos que verán interrumpida su melífica tarea.Recorro entre acequias y pastizales las rumorosas colmenas y se me enjambra el corazón cuando
levanto las alzas.¡Qué milagro de ambrosía dulcifica ambarina mis horas de apicultor!
Me entero si hay panales silvestres y me entero que la palabra en su etimología procede de pan, por ser un
conjunto de celdillas de cera llenas de miel y que al castrar la colmena sale en forma de pan. Me solazo al
pensar que los zánganos, que no trabajan ni hilan, pagarán cara su osadía en el invierno cuando las abejas
hembras los maten para que no le coman su alimento y porque uno de ellos después de fecundar a la reina
habrá también de perecer. ¡Qué triste destino!Yo quisiera ser un privilegiado y observar el vuelo nupcial donde en el tálamo del aire al salir la reina
virgen el zángano más veloz y fuerte la fecunda, en su efímero momento de gloria.¡Quiero probar el polen porque trae juventud y salud; y los propóleos, esa substancia cérea con la
que bañan las colmenas! ¡Como Juan el Bautista, quién pudiera ser anacoreta para alimentarse
solamente de langostas y de miel silvestre!Quiero prevenir las enfermedades de la colonia, usar el extractor para usurpar las dulzuras, esperar
con paciencia la cosecha, preparar los recipientes, etiquetarlos con los rótulos del emprendimiento y mirar
al trasluz la ambarina belleza que después en ordenadas estanterías sólo esperará ser consumida en las
mesas familiares.Quiero hacerme apicultor, sentirme el señor de las abejas, soñar que soy el rey del apiario, llamarlas
a todas por sus nombres, reconocerlas por su vuelo y escuchar la música monocorde de sus enjambres para
tener una relación de buena amistad.No en vano Eloy Martínez tituló a su novela “El vuelo de la reina” y el nicaragüense Rubén Darío en la
voz del hermano Francisco le dijo al lobo de Gubbia “que Dios melifique tu ser montaraz”.Yo hago lo que puedo. Me voy con mis panales a otra parte. Adiós abejitas, enjambres y colmenas. Y nos
veremos. Hasta mañana. Hasta más ver. Hasta siempre.
Andrés Caldas
La carnicería
Apuremos la crónica como se bebe un vino áspero y fuerte. Penetremos en su
ámbito y al traspasar el umbral dejemos toda pudicia afuera. Si andamos imperativos el
chuletero tiene que ser para nosotros. Y si andamos con antojo de puchero la falda, el rabo
y la quijada o en su defecto el hueserío de caracú con carne. La bandeja con las vísceras a las
que Borges llamó la parte más innoble e inmunda del animal son un manjar digno de los
dioses del Olimpo.¡Oh, la profundidad de la entraña, la nobleza del corazón, la grosura interior de la
tripa gorda!Arriba la ganchera con cuartos enteros, la ponderable rojez de las medias reses
dispuestas y orondas.Abajo en el piso con aserrín fino el cajón con los desperdicios, la untura del sebo, las
manchas de sangre…
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En la mesada sobre la cuadrícula blanca de los azulejos el matambre arrolado, la
nalga exuberante, el peceto señorial, la bola de lomo con toda su redondez y contundencia,
la pulpa charra, las chuquisuelas tentadoras, el lomo ya príncipe y tierno, jugoso y selecto,
y el asado en tiras ya patrón del mostrador y del despacho.El carniza deja sus impresiones digitales y untuosas sobre la redonda balanza de
colgar, en la chaira agreste, en la sierra estridente, y ávida cuyo ruido asusta a los niños,
pero que troza los cortes impecables, en la picadora donde prepara la carne picada para
exhibirla en la aseada bandeja reina del mostrador y en la otra donde los tendones de las
patas son una tentación para la gula incontenible.Mientras tanto la caja sonríe con el efectivo y la libreta negra de anotar soporta con
estoicismo el fiado más atroz y descarado.¡Qué viva el osobuco! ¡La riñonada nos llama! ¡Me da la palomita! ¡La tapa de
asado tiene buena cara! ¡Mejor el corte americano! ¡Ah, las fúnebres morcillas con nuez,
la fina elongación de las salchichas parrilleras, la infantería nutrida de los chorizos!Me llevo la tortuguita para cortarla en filetes y guisarla, el vacío para las delicias de la
parrilla, carne rostizada y los bifes anchos para tirarlos en la plancha de la cocina a leña
para enojo y espanto de la patrona.¿Y del cogote, la carnaza y el garrón, qué me cuenta?
Si me vende una cabeza hago la lengua a la vinagreta y asada me como los ojos para
ver mejor y las quijadas para las abundancias espartanas del puchero.Delicia oscura del hígado, trapecio irregular de la cuadrada, la pornografía del cuajo,
las curvas del chinchulín, la insoportable levedad de las mollejas y los sesos infaltables para
la raviolada del domingo.Los pollos adocenados, el mondongo para acompañar el guiso con porotos, el carré
de cerdo apetecible y sabroso, el cordero patagónico esperando el filo del asador.El blanco delantal ya rojizo de faenas, las manos pringosas de trajinar los cortes.Don, ¿no tiene carne para el perro? Por favor ¿Me guarda los menudos para los
gatos?¡Traedlo a Rembrandt para que pinte su “Buey desollado” que yo me lo como entero!Carnicería, quirófano de las reses, de ti salimos con la bolsa de los mandados repleta,
los incisivos preparados y los molares al acecho, mandíbula dispuesta.No podrá ser de otra manera, porque los argentinos, de carne somos.
Con alma de payaso
Su casa como caracol, su parafernalia a cuestas, sus bártulos en el morral. Nómades por
destino propio, hacedores de milagros, prestidigitadores de ensueños, feriantes de lengua
batiente.
Magos en las plazas, en las vacaciones de la costa caballeros andantes, virtuosos en el
redondel, impagables en el picadero, impávidos bajo la luz delatora de los reflectores, imprevistos
en las esquinas aprovechando el tiempo muerto que dan las luces de los semáforos.
Sus dislates me divierten, sus malabares me asombran: tragasables, tirafuegos, merceros de
sonrisas, abaceros de buenos momentos. Yo lo escucho entre el gentío de audiencia menuda.
¡Quiero a la mujer barbuda! ¡Yo prendo la mecha para arrojar por las nubes al hombre bala!
¡Venid a mí payasos que les compro todos los globos con formas de animalitos! ¡Y me como los
pochochos acaramelados, y me hago una panzada con las garrapiñadas! Nostalgia de la olla de
cobre con sabores y aromas para hacer las delicias de todo el mundo, vestidas transparentes con la
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bolsita tubular que vale solamente un peso. O la obesidad dulce y leve de los copos de nieve de
blanco color.
Miro, me desternillo de risa, paso buenos momentos. ¡Qué me importa si en lo mejor del
espectáculo llega ella, la menos esperada y más temida: la gorra! Con todo gusto pongo mis óbolos.
¡Venid a mí charlatanes de feria para enroscarme la víbora que me compro todos los elixires y
los tónicos para hacer crecer el cabello!
Salgo acicalado de mi casa para ir a la peatonal. Me extasío ente el ojo intrépido del
monociclo, salto por los aros con su círculo de fuego, me coloco en la silueta para que me arrojen los
cuchillos, me paro en el medio para que ante mis ojos asombrados giren las clavas con sus
encendidas llamaradas, me pierdo en el raudo laberinto de los malabares con sus doce bolos en el
aire y hasta me ofrezco de apoyo para que el payaso se suba a su aparato de una sola rueda loca.
¡Oh, punto del equilibrio! ¡Oh, las largas medias de colores, los zapatones agrandados, los tiradores
con dibujos! Yo también quiero un par para usarlos y desterrar el cinto.
Maestros mayores de fantasías, constructores de irrealidades, arquitectos de los gestos. Yo
miro a los mimos y voy creando como un demiurgo los objetos que en el vidrio de la nada me
sugieren.
Payasos de la vida, saltimbanquis de sueños, arlequines de magia y volantines, feriantes de
todas las pantomimas, callejeros de alegres piruetas, ilusionistas del milagro y la tapa.
Pelotitas al aire: cuatro, ocho, doce, que yo las agarro todas. Discos en los brazos y los pies.
Danzas, parlamentos, espectáculo.
Como en las viejas plazas del medioevo entreteniendo al vulgo. Como en las cortes de los
príncipes renacentistas, vosotros, juglares de mil oficios, jugadores de manos ligeras, felices
volatineros, pálidos payasos bajo la aleve luz de los reflectores, encantadores de milagros y
serpientes, comediantes públicos, cuenteros de las mil noches y una más: siempre habrá niños y
habrá magia, siempre estarán los aplausos y las risas porque desde el principio de los tiempos la
fiesta debe continuar.
Vamos histriones al aire libre, artistas de la calle, caballeros de la risa, payasos a trompicones,
equilibristas a todo tiempo, chicas lanzallamas.
Se prenden las luces, crece la música, llegan los espectadores. Vamos, vamos, que ya
comienza la función.
Peluquerías eran las de antes
Hay que encender uno por uno todos los pabilos porque hoy penetro al recinto de una peluquería,
pero una peluquería de las de antes. Me saco el sombrero y junto con la campera de abrigo las cuelgo en el
perchero, guardián impávido del salón.
La gentileza del barbero me saluda como anticipando las confidencias que vendrán con la charla
amena abonada por muchos años de buena relación.
Tomo asiento en el sillón giratorio que cuando el fígaro comienza a trabajar me enseña toda la
perspectiva panorámica de este santuario pagano destinado a los feligreses del aseo masculino.
Es incomparable la música estridente de las tijeras modelando el corte pedido por cada cliente. Las
manos hábiles del peluquero, (que no es peligroso como mono con navaja ni tampoco en estado de
ebriedad como rezan los refranes), recorren la pelambre como un Miguel Ángel sacando lo que sobra.
Yo me observo en los atractivos y cálidos espejos biselados con forma de tríptico como en algún
retablo de los pintores renacentistas. Miro los objetos infaltables: la laboreada navaja de acero toledano
guardada en su estuche; los peines, algunos de cola como los pianos de concierto; las máquinas manuales
de rapar y entre ellas la temida doble cero de los años de mi infancia; como una concesión a la modernidad
las afeitadoras eléctricas; el algodón que embebido en alcohol es pasado por la nuca recién rasurada y libre
de la molesta pelusa provocando una incómoda sensación sobre todo si estamos en la estación del señor
invierno; las bacías para preparar la espuma junto a las brochas; los serviciales cepillos que se llevan los
pelitos invasores; las sábanas que se anudan al cuello como grandes baberos y para los más exigentes los
secadores eléctricos y las bachas con agua tibia para el lavado previo. En un anaquel invitador la tradicional
gomina; los modernos acondicionadores de efecto húmedo de colores vivos; la variedad de colonias y
perfumes; las redomas con esencias; los vistosos y ventrudos atomizadores con su perilla de goma para
asperjar el cabello antes del peinado final; los redondos espejos donde el irón nos hace observar el corte
realizado para saber si estamos conformes.
Yo recuerdo con nostalgia aquella peluquería que frecuentaba en los años de mi juventud sita en mi
ciudad natal de Bahía Blanca, que también agregaba como entonces era costumbre un salón para el lustrado
de zapatos y se ofrecía en sus escaparates los tentadores enteros de lotería para los amantes de la diosa
fortuna.
Y nunca podremos olvidar aquella peluquería de los años de nuestra infancia, de la que siempre
guardaremos un recuerdo ambivalente; porque cuando hemos sido niños la odiábamos como a la pócima
de aceite de ricino y a la tortura de bañarse, pero una vez pasado el tiempo la añoramos como a casi todas
las cosas felices que se perdieron para siempre.
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Mi pueblo de adopción -mi lugar en el mundo-, tiene una larga tradición peluqueril y reconocidos
barberos dejaron la impronta de sus anécdotas y recuerdos, siendo siempre mentada aquella sentencia de
uno de ellos que sabía decir ante el estupor de los clientes que en este delicado oficio “había que
encontrarle la coyuntura al pelo”.Otros tiempos. El progreso que es inclemente las va llevando al desván de las cosas idas. Quedan
pocas. Yo las prefiero y por eso esta crónica es casi un ditirambo.
Hoy los tiempos posmodernos las denominan salones de belleza con cortes unisexo lo que mucho
no me enfada, como tampoco que al peluquero se lo llame estilista. Pero eso sí, al coiffeur lo miro con
desconfianza.
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Gustavo De Verapoesía
Ilustraciones: AaP
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Portada de Último paisaje, disponible en la Biblioteca Digital del blog de la revista. revistalasotraspalabras.blogspot.com
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Pero es así; y una vez que estás enel baile, te escupís las manos, temandás el flequillo para atrás(alguna vez lo tuve) y salís aponerle el cuerpo a lo que venga.De mi oficio de escribir -y de susuerte- es una de las pocascuestiones que me siento únicoresponsable. Y pude verlo en esatemprana lucidez de los 13 años.No había entonces (ni ahora)grandeza, ni fama, ni riquezas.Estaba el deseo. Con eso basta. Elmundo de agrandó de pronto, yaquél Barros Blancos de mis 13años, se transformó en laMontevideo de los 15; y en laBuenos Aires de los 18; y enEsquel de los 30.Y que trabajos de los que te imagines; y que rodadas de como quieras; y de las pérdidas ni hablemos; yde los hallazgos y los deslumbres.A esta altura del asunto, ya no queda ni el flequillo, ni rastros del pelo; hay dos hijos que van volando; elamor, que te persigue como una sombra dolorosa, y una sola certeza: que todo lo que dejo escrito no es
más que postales borrosas de paisajes que ya no existen; que cada texto será siempre unúltimo paisaje, y que después de cada punto final, ya estaré siendo otro.En otra parte.
"Te largan a la cancha sin preguntarte si querés entrar.Por si fuera poco, de golero; toda una vida tapando agujeros.
Y si en una de esas salís bueno, se tiran al suelo y te cobran penal"“Brindis por PIerrot", Jaime Roos
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último paisaje
no es ésta una noche de espanto
frío y masculino corazón
soy el último de mis paisajesy mañana habré de mudarme
esta historiame mira con ojos de liebremuerta sobre la ruta muerta.
No es esta una noche de espanto;una sopa donde mueren los obreros y los sabios,y el carnaval despierta entre escarcha.
La carta de tu risa anunció que ya nunca;y voy ahora de regreso a mi orillade página y contemplar
cómo se muere dioscon tu nombre atragantado
el tiempo, ese noviomasculino y enfermo que tengo,rondaba la casa esta mañana.me esperaba en la vereda de enfrentehusmea sobre mi hombro esto que escribo
estoy sorbiéndome en este desayunoque mi enamorado mantienecaliente para mí.
yo ando silencioso por estos días,acaso presintiendo esta neviscadesordenando poemas por la casa, y el tiempo-ese novio masculino y enfermo que tengo-se queda allí de pie, mirándome y discretocomo un mucamo arrepentido.
sólo buey
y si fuera el hambre con alas
es cuando tu mujer desnuda
Ay de la palabra buey!
Con sus pezuñas como verboscastrados que iluminan la arena mojada.las ropas tristes de mis ángelescaídos y sin saber
Con qué pintas de sangre se escribecuando ya no hay qué detengaeste cardumen de las alas rotasque boquean moribundos.
¿Y si fuera el hambre con alas de mariposa?
¿Y si fueran los dedos de mi hijo cuando olvide minombre?¿Si fuera la palabra No sobre tu boca en blanco?
Por eso es agrio el silencioque llevan atado a la rastra.
¿Y si acaso fuera un diluvio punzantey yo sin mi paraguas?
¿Y si ya estuviera clavaday yo todavía esperando?
¿Y si fueran los dientes de mi hijo clavados en mi
culpa,y sus dedos señalándomey su palabra de hijollamando a otro por mi nombre?
Es cuando tu mujer desnuda y borracha yllorandoy tendida sobre la mesate mira con ojos que preguntan “¿cómo pudiste?”
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Y estás sólo, con tus manos que no alcanzan.
Cuatro patas tiene el vientoy te sopla al corazón.
Se adentra en unoen aguas, en piedrasen dientes de un intentoensayo y endiablada vanidaddel territorio aguas adentro
Lo sabe:bajo la grúa muertamente
Lo intuye:en la frontera de los náufragos
Percibe:un país extiende, crispa, estalla dedosulcerosos como muelleserizado en pescadores.
Imagina:nostalgia insolente porque no es él,sino la tierra (jirones) paísque hunde su hocico.
Y no puedeno consigue ni aciertacon su idioma de semenrevertir un arrebatoclamando y piedras y dientesbajo su lengua.
La montaña es una hojaa favor del aguay a pesar del viento.
muelle
la montaña es una hoja
hollejos de tristeza
carla el faro
De la tela con que se hacen los sueñosvestí ayer mi último hijo.
llamé su nombre para que despertara a este díainfructuoso,lavé sus manos y su cara, peiné su hambre,lo eché descalzo sobre la piel agreste de mi patio.
Va mi hijo así vestido y yo desnudo de sueños yharaposvuelvo a contemplar el hollejo ennegrecido deuna
tristeza.Me mira allí difusa junto al cajón de frutos vacío.Poco hay para apenarse en esta casa silenciosa.
carla el farohay días en que se pierdecuando la marea es esta pared.el faro carla,la voz que llegacarla el pulso.una orilla fantasmauna rompiente sobre el pardo mismopiel de aguavana gloria de mujervano párpado sobre sí.
huele a yodo carla el faroa orilla rota con algas y crustáceosoreja sobre mí, arena de muertey respira como sus ojostodavía mirando el mar.
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madame
a qué relatos de infancia...
lado flaco del vuelo
¿Dónde habrán ido los huesosde Madame Bovary;cómo han quedadoamurallados si la madrugadala dormía en frío?
todo se llena de azulpero Madame Bovary no regresa.hay un escalón bajo su cabeza y niebla;su sueño la deja fuerade este mundo madame,este mundo Bovary
dónde estarán ahora esos huesos apasionados,madame, qué manos te apartan, carne a tierrasa cada lado y no quise preguntar el destello dequién,madame, brilla en tus ojos.
¿a qué relatos de infancia apelará el fantasmapara convencerme?se agita el preludioque construyo a solas
aún allí, las estrellas se distancian¿a qué cuentos acudiré para convencermede lo contrario?
Qué derecho reclama aquél poco de pájaro,lado flaco del vueloherirme el sueño con su pluma rastreraen mi lunes sereno.
Y cómo llega esta agua
“y el sabor de la sal bajo las rosas” (j. cortázar)
a medir mis palabrasa explicar mis caídasy el soborno del río,tajante y ligero,en mi cielo de lunesen mi lunes sereno.
Dejo el ancla a un costado.No hay puertos donde abunda este tierral y losbarcosme flotan intrusos de este viaje.
Llevo tantos agujeros en mis pupilasque este medio miedo acechabasobre mi espalda.
Dejo el ancla, la herrumbrey el metal,dejo un recuerdo del agua que me traeesta arena, este olora lejos que tiene el viento.
Va de otros esta turbulenciay me sorprende el vendaval en pleno frontalesteparioEs de otros el poemay otra mano levanta rastros en mi cara.
Las mías,mis manos,vuelven a puertocon sus redes salobres, con sus abrazosrecogidos como después de la jornada.
Vuelven mis manos a casay en la playa de olvidos se queda una mujeresperandoviuda del mar que llevo sobre estos pasosandados entre piedra
ancla salobre
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y entre pastoy entre la arena glaciar,ahora cerros.
Voy del mara tus manosde mis puertosal olvido,de mi tacto y tu tibieza
la furia desatada de este paisaje.
Y el ancla,como clavo en el papel,un beso dejado junto al abrojo,será mi viuda que espera.
Dejo el ancla, mi viuda y mi noche,pero los barcos míos siguen allí como manosventurosas tras la tormenta,resabios de vino en el cáliz,maderas de naufragios que vendrán.Eso son.Y eso saben.
Pero vienen conmigo,en flotas de milagros lleganpara verte y para echarte sus abrazoscomo redes,para aromarte salobre y robarte
del fondo marino y del polvoy romperte fósil la superficiecomo se ha roto este llanto.
Te pido que guardes, al menospor un tiempo,el puñado de sal que se enredaba en mi barba.
incendio y mariposa
áridos globos
Si fuera incendio y mariposa
fuego de morada como infortunio
Si fuera pavura de luz
viento y crepitar
Andaría por lajas y tapiales
husmeando desgracia desnudez
Si fuera nube y perturbación
hielo vertical como astilla a mi pupila
Si fuera césped a lo lejos
un automóvil sereno junto a la ruta
Voltearía a manos tajamares
aguas latentes y bajo mi sombra
tu aguijón de última avispa
No son comunes globos rojos
en el cielo árido de aquí.
Algún triste será niño
en esta tarde.
Hay un rastro de liebres o de ovejas
pero no de globos rojos.
Vean qué
sube por el faldeo
buscando en qué
enredarse y no ser viento
detrás del vidrio empañado
Esta noche quiero estar locoy no darme cuenta.
Estar solo es un milagro imprevistoun golpe en la sien como un beso.
Hay un corazón que se acobarda.como un cerdo antes del cuchillo.
no hay veredas donde sentarse a mirar elmundoen este pueblo, y las que haytienen ya otros mendigos más urgentes.
por qué sigo soñando en el tiempo en quetodosguardan sus frutosy hacen manteca de la lechey conservas y descansan la vejez comodios manda?
-qué hay detrás del vidrio empañado queveo en cadamañana?
Sobre estas palabras queda el aliento aviejo en mi boca,el oído sordo por el que escucho tucarcajada.un dolor en la espalda que se acuestaconmigo como mi amantey amanece como mi viudacada día, a despertarme a cuchilladas.No hay gatos en esta casa
no hay teléfonosel mundo es esa imaginación que tengoafuera
Afuera no es más que el patio triste dondeAlejandra juega con estatuas rotaspara que yo la vea detrás de un vidrioempañado.
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Sergio Pravazpoesía
Ilustraciones: Leonardo Mezzetti (técnica mixta)
Portada de Los héroes de la esquina, editado en 2001, disponible en la Biblioteca Digital del blog de la revista.revistalasotraspalabras.blogspot.com
las palabras y los días
ojalá seamos capaces de retomar elrumbo de nuestro mundo, mirarnos alos ojos, cantar juntos mientrasbebemos, compartir el asfalto o latierra, un pedazo de pan, otro de paz,otro de cultura/ que el temor y ladesconfianza sean prendas olvidablesy la solidaridad, las patas de nuestramesa para que sobre ella echemosfraternas las palabras y los días/amasemos nuevamente, compar-tamos el sudor y nos dispongamos asonreír en conjunto/ el camino eslargo pero el ánimo no escasea/empinemos la cuesta que el futuro talvez nos aguarde y antes de soltarse,
nos convide su pan y su bebida sentado en el portón de esta meseta.
CUANDO EL SOL PARTIÓ
Tuve un terremotoentre mis manos
respiraba por mis dedos
su densidad era notabletal vez porque era de mi tallao de mi gusto
Lo cierto es que tuve
un terremoto entre mis manos...
lo encerré dentro de mis puñosy disfruté como sólo lo haceel tigre en su edad
Un díalo dejé partir
UN TAJO A LA RAÍZ
EL VUELO DEL JARDIN
UN AGITADOR EN LA CORNISA
Muchos puños se levantanhasta el estómago del cielo
algo deben pedir...por el gesto
por la vozpor su dureza
Un puñado de golfoslos golpea por detrás
los corta al rassecamente
y sin pudor
bien parejo y bien abajocomo queriendo matar
El camión antidisturbioses inmenso para el jardínrecién plantado
Las bestias se sacudenun orgasmo embrionarioy arremeten...
Los jilgueros se desbandanpero sus voces aún caminanen la plaza rota
Se despertaron temibleslas estrellas
cuando supieron de la muerte del maíz
Aborrecieron por añosa los espectros y juraronno brillar en los trayectos
de la masturbanda
¿Aún el amor es posibleentre la niebla y la muerte...?
LA MASTURBANDA
El arco iris sangra sobreuna avenida que exhibe sus miserias
Sus maderos inventadosgritan una piel que se ocultaen el vacío
La masturbanda circulacontaminando a los perseguidos
a los sufrientes de una ciudad sableque agoniza
que no huele a playani a sierra
y que estalla por su carne
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TROZOS DE SOL
DEL OTRO LADO
Muchos quedaronen los sótanos con olor a viajecubriendo las paredes de vergüenza
Yo debo cargar trozos de solsobre mis hombros para alumbrar tu sueñoy apartar el frío de mi sangre
Debo llagar mis manossobre la corteza de un recuerdo
suspenderla credulidad de mis días...
este encuentro furtivo con el mundoy todos sus pedacitos de memoriapara alimentar una esperanza
para creer que el hielo no derritey finge su temor ante la llama
Para reanudar la existenciatras los mares
tras los muros
Dolorno de golpeno de heridano de grito subterráneo
tal vez más lejoscomo de fronterasmuy adentro...
Enroscadoentre arterias/pulmones/nervios/piel
y el alma como guanoen el medio de un desierto
Dolorno de ofensa
no de rayoviolento entre las piernas
más profundomás lejos
como de otro suelo
Sueño con un cuchilloescondido en mi memoria
Miento con un relojque atraviese de un saltoel tercer mundo
Canto con una rosa de metalque hiere las palabras
Río sobre los escombrosde un país de naipes y tahúres
Sostengo con piolinesuna jauría desatada
Estorbo insurrectoen los jardines colgantesde tus pechos
Duermo sobre los restosde tu oración más repetida
Navego indiferentepor una avenida de sotanas
Desclavo con uncióna un amigo muerto de tristeza
... maldigo al solpor su certeza
HEREDEROS Y TESTIGOS
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muerde mis pasos y mis lluviasmis cetrinos ruegos a la mar
Un sitio donde Dios descansa sus mañanasdonde tiembla inabarcable
su desiertosu soledad estéril
su poder
Yo vengo de una tierradonde la noche te embrutecede belleza
donde sus ojos extendidosafilan el placer
una última sorpresaun eco
EL CIELO QUE RÍE
Yo soy de un lugardonde maduran los otoñossin descanso
donde el viento y su locuradescubren cavidades de amapolaentre mis huellas
donde el tallo se deshojaen silencio y en su túnica
donde el cielo que ríe
arrogante en su gestoo acaso circunspecto
DESAMPARO
Que hago con un idiomaque no me sirve en la mañana
que reclama continenteen la penumbra
que reviste antipatías por ausencias
que seduce por las nochescon las garras de un abismo
aún cuandola lluvia nos revele
sus secretos
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LOS HÉROES DE LA ESQUINA
Soez con su apodo/niño y puñal
Cartucho/compadre/un estandarte
juntos fueron leyendahéroes de la esquina
reyes del pillaje/calles sin reservas/todo aprendizaje
días de la no guerrabala fácilciudad sable
gente que desapareceespíritu santo/motivos subhumanos
sucumbieron en la calle/razón de estadopelota de trapo
fueron de su tribuhubo miedo/hubo sueños/
recuerdan sus nombreslos suburbios descastados
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ALGÚN UMBRAL GASTADO
Estoy ante tipara que conozcasmis espejos
quiero verel otro lado de tu vientre
escuchar mi sangre...la posible
si se mueve o silbaen el pórtico de unmar musculoso
nuevoa mis ojos serranos
Saber si puedo dormirsobre tu espaldaotu historia
preciso ciudad
Sólo traigo versospalabras agrupadas
sonantes yen manojos
algún umbral gastadoalguna ideamás peregrina que acerada
Solo esono hay más
Puedo recostarmetal vezentre tus piernas?
oler la frescamirareste mundocolgante depreguntas/
desconocermis huesos quesonríen al desierto