La importancia geopolítica de Yibuti en el comercio mundial
LUIS VALER DEL PORTILLO
Zona Zona de Libre Comercio Internacional de Yibuti, inaugurada en julio de 2018. YASUYOSHI CHIBA / AFP / GETTY
El cuerno de África es una zona eminentemente pobre, azotada por
hambrunas y crisis humanitarias desde hace décadas. Yibuti no es la
excepción, presenta un panorama poco alentador, sin petróleo o gas
para explotar.
Entonces, ¿cuál es el activo más importante que atrae a tantas
potencias mundiales? Sin duda, una localización geográfica de
carácter estratégico en uno de los corredores comerciales marítimos
más importantes del mundo. El caso de Yibuti es singular ya que junto
con el vecino Yemen, son los guardianes del tránsito hacia el mar
Rojo a través del estrecho de Bab el-Mandeb.
Este cuello de botella no tiene un peso tan relevante como los
de Ormuz y Malaca. El estrecho de Ormuz es el corredor marítimo más
importante del mundo por canalizar el petróleo saliente de los países
productores del golfo Pérsico. Por el estrecho de Malaca transita la
gran mayoría del tráfico marítimo del Pacífico al Índico.
El estrecho de Bab el-Mandeb supone el cuarto corredor comercial
marítimo del mundo. Por él pasa anualmente el 40% de lo transportado
a nivel global, con Europa como principal destino. Así, Bab el-Mandeb
es paso obligado de las mercancías que se intercambian
bidireccionalmente entre Europa y Asia, y su control es una prioridad
para los actores interesados en favorecer este tránsito.
Una vecindad complicada
La presencia de las potencias mundiales en Yibuti, como hemos visto,
responde a motivaciones comerciales. El control del estrecho que da
acceso al mar Rojo, así como asegurarse la estabilidad de la zona y el
tránsito marítimo, son prioridades para todos los actores con intereses
en la región. Pero la seguridad y estabilidad de este territorio se antoja
fundamental para poder llevar a cabo actividades comerciales y,
precisamente en el caso de Yibuti, la vecindad es tremendamente
compleja.
YEMEN. Frente a las costas de Yibuti se encuentra la República de
Yemen. El país está sumido en una de las más graves crisis
humanitaria de los últimos años.
Conviene resaltar que, este conflicto de magnitud aparentemente
regional, tiene un potencial impacto mundial. Como se ha mencionado,
el estrecho de Ormuz en el golfo Pérsico, es el más importante en
cuanto a tráfico de hidrocarburos y está en la zona de control directo
de Irán. La República Islámica de Irán es el rival geopolítico de Arabia
Saudí y de Estados Unidos, y se ha dejado ver un apoyo directo a la
facción de los rebeldes Hutíes (ambos chiíes).
En este contexto, ¿qué implicaciones tiene todo este juego de alianzas
y apoyos en el comercio mundial? Si los Hutíes se afianzan en sus
zonas de control, indirectamente por su alta dependencia de Irán, la
potencia persa estará controlando los dos corredores comerciales
marítimos más importantes de la península arábiga: Ormuz y Bab el -
Mandeb.
SOMALIA. Considerado un Estado fallido ya de manera crónica desde
hace décadas, con una estructura territorial en avanzada
descomposición, con la práctica independencia y autogobierno de las
regiones de Puntlandia y Somalilandia.
Mientras que estos dos Estados (no reconocidos internacionalmente)
muestran una situación mejor respecto a la matriz de Somalia, esta
última se encuentra sumida en el terror de la guerra provocada por el
grupo terrorista Al-Shabab, filial de Al-Qaeda en la región desde 2012.
Este grupo ha extendido sus tentáculos de terror a países vecinos,
especialmente a Kenia, donde ha golpeado en repetidas ocasiones,
afectando a la estabilidad del país y a su importante industria del
turismo.
Desde julio de 2011, atraviesa una de las peores hambrunas de su
historia, provocada por una cruenta sequía que amenaza la vida de 3
millones de personas. Así, el gobierno internacionalmente reconocido
de Somalia apenas controla unas decenas de kilómetros cuadrados
alrededor de la capital, Mogadiscio, y de algún núcleo del interior.
ERITREA. Es conocida como la “Corea del Norte de África” debido a
su auto aislamiento y un gobierno de carácter autocrático. Eritrea
dedica buena parte de su exiguo presupuesto al gasto militar. Esto
lastra cualquier otro tipo de desarrollo nacional y de una población que
vive mayoritariamente bajo el umbral de la pobreza.
ETIOPÍA. Siendo una potencia africana en ciernes, Etiopía se
presenta como el segundo país más poblado del continente y goza de
una situación de estabilidad en el avispero que supone el Cuerno de
África. En 1993, Etiopía se quedó sin acceso al mar y tuvo que busca r
en Yibuti un socio regional. Desde entonces, la interdependencia con
Yibuti es alta ya que más del 95% de las exportaciones e importaciones
etíopes pasan por el puerto de Yibuti.
Presencia extranjera en Yibuti: por qué y en qué medida
La importancia geopolítica de Yibuti como hemos visto es fundamental.
A continuación, analizamos el despliegue sobre el terreno que presenta
cada una de las potencias en el país:
FRANCIA: Los franceses establecieron la primera base militar
extranjera en el país en 1977. La base puede lanzar operaciones hacia
el océano Índico y Oriente Medio. Francia tiene all í su mayor
contingente de fuerzas en África, con 1.450 militares desplegados. La
presencia francesa beneficia también al anfitrión, ya que el acuerdo
entre Francia y Yibuti plantea para los primeros la obligación de
asegurar la integridad territorial de su excolonia.
ESTADOS UNIDOS: Las tropas estadounidenses llegaron tras el 11-S,
en el marco de la “guerra contra el terror” y sirvió de apoyo a
la Operación Libertad Duradera ’. Los principales intereses
estadounidenses en la zona, atendidos por los 4.000 efectivos de la
base, responden a razones como la citada lucha contra el terrorismo y
la lucha contra la piratería, así como la instrucción al ejército de Yibuti.
CHINA: La base militar china, conocida oficialmente como “Base de
apoyo logístico” tiene visos de convertirse en el mayor complejo militar
del país y de todo África Oriental, zona que Pekín considera
estratégica. China está muy interesada en la estabilidad del golfo de
Adén por su importancia geoestratégica y las proyecciones futu ras de
acceso a las materias primas de las que África es rica y China carece.
JAPÓN: El país nipón escogió Yibuti hace 10 años como base para
sus operativos contra la piratería marítima. La base está en la zona
noreste del aeropuerto de Ambouli, formada por unos 200
efectivos. Los principales intereses de Japón se refieren a la lucha
contra la piratería y a la protección de nacionales japoneses. Esta
base, supone un antes y un después en la proyección estratégica
japonesa en el exterior siendo la única presencia militar nipona fuera
de sus fronteras.
ITALIA: Inauguró en 2013 su base, la más pequeña de las presentes
en Yibuti y la única que no se encuentra en la capital. El cometido
principal de la “ase Italiana de Apoyo Amadeo Guillet” es la vigilancia
del tráfico marítimo y las operaciones antiterroristas en la zona.
ARABIA SAUDÍ: Se han firmado acuerdos tanto de carácter
económico, cultural y ahora militar. Los intereses saudíes en Yibuti
están principalmente enfocados al conflicto de Yemen y a aumentar la
influencia religiosa con doctrinas wahabíes en Yibuti.
UNIÓN EUROPEA: Entre las operaciones de la Unión Europea en
Yibuti destaca la Emi (EUNAVFOR), con presencia militar española y
fuerzas de varios países europeos, lanzada por la UE en 2008 para
luchar contra la piratería. Atalanta comenzó como apoyo de la Misión
de la Unión Africana para Somalia (AMISOM). En el Cuerno de Africa,
la Unión Europea tiene varios intereses: por un lado, la lucha contra el
terrorismo, el tráfico de personas y la piratería, y por el otro, el apoyo
a las Naciones Unidas en el Programa Mundial de Alimentos.
Como contrapartida al foco de bases militares extranjeras que supone
Yibuti, encontramos a los Emiratos Árabes Unidos . Los emiratos
están construyendo un puerto en la ciudad Berbera, con el que
pretende competir con Yibuti y a la vez impulsar el desarrollo de
Somalilandia, convirtiéndolo en un nuevo actor a tener en cuenta en la
región. Emiratos tiene ya una base en Assab (Eritrea), al norte de
Yibuti, que ha utilizado para atacar a los rebeldes yemeníes.
Un futuro complejo
Está claro que Yibuti se ha erigido como un enclave de importancia
creciente en el tablero geopolítico mundial. Es el aliado en África
Oriental que cualquiera querría tener y vigilar así con celo el tráfico
comercial en Bab el-Mandeb. Todos son conscientes de los riesgos de
seguridad que sobrevuelan la región con zonas tremendamente
inestables como Somalia y Yemen.
En medio de este avispero regional que es el Cuerno de África, quien
más interés tiene en que la zona goce de estabilidad y garantice un
tráfico fluido de mercancías es Europa, pero especialmente China, que
supone ya para muchos países de África el mejor aliado y socio
comercial. China ha establecido una dependencia mutua con países
africanos, ricos en recursos naturales, en los que ha realizado grandes
inversiones en infraestructuras civiles. Yibuti no es la excepción y,
desde luego, no es el primero de estos casos, pero sí que es el más
significativo del despliegue del hard power chino en África gracias a la
prominente presencia militar en el país.
Yibuti tiene muchos retos por delante, especialmente internos, como
afianzar un modelo económico no tan dependiente de las inversiones
extranjeras derivadas de las bases militares e impulsar su sistema
educativo y sanitario. Aunque el futuro es esperanzador, Yibuti deberá
definir cuál es su papel en el mundo; si, por una parte, desea
mantenerse en una equidistancia que se vea reflejada en una política
de puertas abiertas a todas las potencias, o si, por el contra rio, decide
decantarse por el mejor postor y formar parte de uno de los lados de
la balanza geopolítica, ya sea del lado Occidental, de China o, quién
sabe, si de Rusia en un futuro.
Yibuti es, por tanto, el mejor ejemplo de la multipolaridad del mundo
en la actualidad, siendo el foco de interés de las potencias que tienen
sus fichas sobre el tablero de la geopolítica mundial.
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