Universidad de La Salle Universidad de La Salle
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Licenciatura en Español y Lenguas Extranjeras Facultad de Ciencias de la Educación
1-1-2003
La crónica literaria vista en Germán Castro Caycedo La crónica literaria vista en Germán Castro Caycedo
Adriana Cortés García Universidad de La Salle, Bogotá
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LA CRÓNICA LITERARIA VISTA EN GERMÁN CASTROCAYCEDO
ADRIANA CORTÉS GARCíA23932204
UNIVERSIDAD DE LA SALLEFACULTAD DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓNDEPARTAMENTO DE LENGUAS MODERNAS
BOGOTÁ D.C.2003
LA CRÓNICA LITERARIA VISTA EN GERMÁN CASTROCAYCEDO
ADRIANA CORTÉS GARCÍA23932204
Trabajo de grado realizado como requisito para optar al título deLicenciada en Educación con especialidad en Lenguas Modernas
DIRECTORASTELLA ARANGUREN FUQUEN
UNIVERSIDAD DE LA SALLEFACULTAD DE EDUCACIÓN
DEPARTAMENTO DE LENGUAS MODERNASBOGOTÁ D.C.
2003
Bogotá D.C., Marzo 10 de 2003
Señores
COMITÉ DE TRABAJO DE GRADOAtt. Doctor Álvaro CanoDirector de Departamento de Lenguas ModernasCiudad
Respetado Doctor:
La presente tiene como finalidad presentar por intermedio suyo al Comité deTrabajo de Grado de la Facultad de Educación del Departamento de LenguasModernas, el trabajo de grado titulado: La Crónica Literaria vista en GermánCastro Caycedo.
Con este trabajo aspiro a cumplir el último requisito exigido por la Universidadpara optar al título de Licenciada en Educación con especialidad en LenguasModernas.
En este trabajo planteo la relación inquebrantable entre periodismo y literatura,llamado así Periodismo Literario o Crónica Literaria.
El desarrollo del presente trabajo fue dirigido y asesorado por la Doctora StellaAranguren, Catedrática del área de Literatura.
Cordialmente,
Adriana Cortés García
CONTENIDO
Introducción
1. Géneros Literarios ..........................................................................1
2. Géneros Periodísticos............................................................................7
2.1. La crónica....................................................................................8
2.2. El Reportaje.................................................................................10
2.3. La Entrevista................................................................................13
2.4. El Artículo.....................................................................................14
3. Cronistas y precursores del periodismo actual.......................................17
3.1. Cristobal Colón..............................................................................20
3.2. Alvar Nuñez Cabeza de Vaca.......................................................28
4. El nuevo periodismo: el surgimiento........................................................35
4.1. Pioneros del Nuevo Periodismo....................................................39
4.2. Tom Wolfe.....................................................................................41
4.3. Truman Capote.............................................................................45
4.4. Norman Mailer...............................................................................51
5. En Colombia............................................................................................54
6. El periodismo desbordado de Germán Castro Caycedo.........................58
7. La realidad de «El Hueco».....................................................................94
8. Unidad de Aplicación Pedagógica: Pretextos literarios.........................112
9. Conclusiones
Bibliografia
INTRODUCCIÓN
Todos los movimientos culturales a lo largo de la historia han ido cambiando,
han evolucionado, dando lugar a distintas tendencias promovidas por un
innovador, alguien que quiere crear algo nuevo; y por sus seguidores que poco
a poco se van incorporando a esa nueva tendencia.
Una de estas culturas es el arte de la escritura que ha ido cambiando en las
distintas épocas tanto en su forma, estilo y modo de narrar y dentro de éstas el
periodismo ocupa un amplio lugar.
Tanto la literatura como el periodismo buscan paralelamente nuevas formas de
llegar al lector e intentar captar su atención, con un enfoque más que los
tradicionales géneros: la noticia, el reportaje o la crónica, hoy es a partir de la
noticia hecha crónica literaria.
El más grande de los medios para lograrlo, es a la vez uno de los más
complicados: la conjunción de la inspiración con la descripción total de
acontecimientos reales. Allí no hay cabida para los argumentos subjetivos pues
la investigación exhaustiva y profunda es plasmada totalmente.
La crónica literaria es una alternativa para presentar el acontecer en forma de
novela, artística, pero ante todo real; es una nueva posibilidad para quienes
aman la investigación, la denuncia y para quienes quieren hacer participe de
los hechos al lector, sumergiéndolo dentro del escrito, sacándolo de su papel
meramente receptivo para llevarlo a una participación casi que protagónica, los
escritores antes de serlo fueron lectores, así que saben exactamente lo que
éstos quieren y necesitan.
Es por eso que el objetivo del presente trabajo es dar a conocer mediante un
recorrido histórico los orígenes de la crónica y el periodismo literarios, mostrar
en que consiste cada uno de ellos, la relación del uno con el otro y su mayor
exponente en Colombia, Germán Castro Caycedo para que a través del
análisis de algunas de sus obras, se pueda ver en su máxima expresión la
realidad investigada hecha literatura.
Este trabajo pretende dar a conocer la estrecha cercanía entre realidad-
periodismo y lenguaje estético destinado a aquellos que quieren participar a
otros de su voz, de su palabra y de las verdades que deambulan en cada
existencia.
Dentro de este trabajo se abordarán los siguientes temas:
Primero se hará una descripción de los géneros literarios, donde se incluye el
género periodismo y la crónica, en el segundo capitulo veremos que así como
en la literatura, en el periodismo encontramos ciertos géneros que son el
fundamento para crear un «Nuevo Periodismo».
En el tercer capítulo conoceremos dos de los cronistas de Indias cuyas obras
influenciaron en la obra de Germán Castro Caycedo, Cristóbal Colón el primer
cronista del cual se tiene noticia y Alvar Núñez Cabeza de Vaca considerados
los primeros periodistas, siendo además testigos y protagonistas de las
hazañas que ellos comunican.
En el capítulo cuarto nos adentraremos de lleno en el Nuevo Periodismo, su
surgimiento y los primeros que escribieron utilizando esta nueva tendencia. En
el quinto capítulo conoceremos el Periodismo Literario en Colombia. En el
sexto, la obra de Germán Castro Caycedo como el máximo representante del
Periodismo Literario en Colombia que el mismo lo denomina «periodismo
desbordado», tras un análisis a grosso modo de algunas de sus obras donde
se veran reflejadas las características del Nuevo Periodismo.
El séptimo capítulo tomaremos como objeto de estudio la obra El Hueco por
tratarse de un tema siempre actual, como es la entrada ilegal de colombianos a
Estados Unidos, que ha traspasado el tiempo y sigue teniendo la vigencia de
una dicena de años atrás.
El octavo y último capítulo esta dedicado a la aplicación pedagógica del
periodismo literario y la crónica literaria.
GÉNEROS LITERARIOS
La palabra Género viene del latín genus, generis, que quiere decir forma,
clase. Por tanto género es «la agrupación de varios seres u objetos que
poseen propiedades comunes» 1
De acuerdo con las características similares que se encuentran en las partes
componentes de los diferentes grupos (intelectuales y naturales) establecidos
en la sociedad, se instauran los géneros.
Precisamente a la formulación teórica del género y a su articulación y
delimitación se llegó por la crítica textual que la antigüedad clásica aplicó a los
poemas homéricos ya convertidos en modelos escolares desde el siglo VI
antes de Cristo, y a las obras de los grandes trágicos griegos.
“De tal forma que el género surgió a partir de la distinción de las características
literarias de la antigüedad, «de aquí que la épica y la tragedia fuesen
considerados como los dos géneros mayores característicos, a los que se le
añadiría la lírica...»2
1 ENCICLOPEDIA SALVAT. Ed. Salvat S.A., Barcelona 1971, Tomo 6, pág 15362 GRAN ENCICLOPEDIA RIALP, Tomo 8, Pág 674
Entre estas categorías establecidas se encuentran los géneros literarios; teoría
que surgió a partir de la distinción hecha por Platón entre la descripción y la
mímesis o imitación, como modos posibles de reproducir la realidad.
Posteriormente, de acuerdo con la forma de reproducción de los objetos
externos, es decir, a la manera artística como eran presentados los hechos, se
clasificaron en mimética (tragedia y comedia), narrativa (ditirambo) y mixta
(épica), lo que más tarde se tradujo en épica, lírica y drama.
«Desde hace unos decenios, el problema de los géneros, problema milenario
que podemos considerar como uno de los más antiguos de la ciencia de la
literatura, ha pasado a ocupar el centro de Interés científico.»3
En el III Congrès International d´histoire Littéraire (III Congreso de historia
literaria), celebrado en Lyon en 1939, el cual fue dedicado exclusivamente al
problema de los géneros literarios, se expusieron diferentes y muy variadas
ponencias, en las cuales el punto de congruencia fueron los grandes
fenómenos: lírica, épica y dramática.
En estas tres categorías del arte se conglomeran las diferentes formas de
expresión entre las que se encuentran la canción, el himno, la epopeya, la
novela, entre otras. Sin embargo la inclusión de éstas en cualquiera de los tres
géneros literarios está condicionada por su forma de presentación. Así, «si se
nos cuenta algo, estamos en el dominio de la épica; si unas personas
3 KAYSER, Wolfang. Interpretación y Análisis de la obra literaria, IV edición, Madrid, Ed. Gredos S.A.,1961, Pág 438
disfrazadas actúan en un escenario nos encontramos en el de la dramática, y
cuando se siente una situación y es expresada por un «yo», en el de la lírica»4.
Cabe anotar que la intención de comunicar el acontecer diario, dejar plasmada
la realidad a través de los diferentes escritos se había hecho presente en todas
las formas de expresión hasta el momento.
No obstante, la épica fue el género que enfatizó en esta característica y se
centró en la historia, en «contar las acciones heroícas que en un pasado
decidieron el destino de todo un pueblo»5 por lo cual se le considera como el
género más informativo y en el que se encontraba de forma intrínseca el
periodismo.
La época primitiva presenta un narrador (periodista) que cuenta con un
auditorio (lector) algo que ha sucedido (noticia), pero sin embargo cuando este
narrador aporta comentarios propios entra por completo en el mundo de la
literatura.
La literatura y el periodismo comparten como piedra angular la palabra, no
obstante a pesar de tener características semejantes, los dos presentan
objetos de estudio diferentes en los que se complementan mutuamente.
El periodismo como medio de comunicación social tiene la función de difundir
información, orientación y pasatiempos en intervalos de tiempos determinados.
4 Ibid5 ENCICLOPEDIA SALVAT, Barcelona, 1976, Tomo 5, Pág. 1211
«El periodismo es una actividad humana de triple vertiente, pues por una parte
es una ciencia orientada a la opinión pública; por otra se presenta como un
arte de difusión de noticias y en una tercera es una técnica especializada para
el propio desarrollo y perfeccionamiento de la prensa.»6
En síntesis, el objeto de estudio de la literatura es la transmisión de mensajes y
sentimientos por medio de las palabras, mientras el objeto del periodismo es
informar.
A pesar de que el periodismo como género es independiente de la literatura, no
se puede negar la influencia del uno y otro mutuemente, dando como resultado
la existencia de un periodismo literario que retoma características de cada una
de estas artes.
De todas las características que reúne el periodismo literario, hay tres factores
que se destacan y que constituyen un punto de análisis estas son:
tiempo, realidad y estilo.
El envejecimiento de un hecho carece de interés desde el punto de vista de la
noticia porque es un atributo pasajero que está relacionado con la urgencia, sin
embargo ese envejecimiento se puede convertir en una ventaja si se tiene en
cuenta el tiempo como factor determinante en una investigación periodística
que puede arrojar nuevos resultados.
6 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo. Los Géneros Periodísticos, Ed. Paraninfo S.A., Madrid, segunda edición, 1979, pág 370
La realidad por su parte, es el valor testimonial del relato y se constituye en un
elemento que da vida a lo escrito.
De no ser así el documento periodístico dejaría de serlo y pasaría a
convertirse en un escrito más de la literatura, pues en este elemento se centra
claramente la diferencia entre uno y otro.
Plinio Apuleyo Mendoza afrima « Un hecho o una narración es periodística en
la medida en que sea verdadera, de lo contrario pasa a ser literatura, pues para
ella basta simplemente la verosimilitud y la imaginación.»
Podemos afirmar entonces que todo escrito puede llegar a ser periodístico en
la medida en que sea verdadero o se aproxime en gran manera a la realidad
sin desviarse de ella; porque el escrito periodístico debe permitirle al lector
comprender el presente a partir de la asimilación del pasado.
El tercer elemento, el estilo, es sin lugar a dudas la parte literaria de esta
fórmula. Por lo general el periodista se involucra directamente en el relato y
pasa a formar parte de de él, ya sea como narrador o como personaje.
Tom Wolfe afirma que el narrador debe actura en primera persona así logra
estar en todos los lugares (narrador omnisciente).
El estilo es la forma particular que tiene cada autor para analizar los hechos y
plasmarlos, para observar la realidad y transmitirla, para encontrar los detalles
y acomodarlos a la historia.
Truman Capote en el prólogo de su libro Música para Camaleones, expresó:
«…quería escribir una novela periodística, algo en mayor escala que tuviera la
verosimilitud de los hechos reales, la cualidad de lo inmediato de una película
cimematográfica, la libertad y la profundidad de la prosa y la precisión de la
poesía»7
En conclusión, el periodismo literario es una especie de «nueva metodología»
que permite reconstruír relatos periodísticos, dotados de una dimensión
estética y de valor histórico, es también observar con una lente especial para
descubrir en cada hecho una historia y en cada historia una realidad tratada
con profundidad, objetividad y análisis.
LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS
«El reportaje, la crónica y el artículo cuando son auténticos y profundos,
pudieran decirse que están en el justo límite entre el periodismo y la literatura.
Son periodismo porque en ellas manda la actulidad, el interés y la
comunicabilidad; porque están escritos con el firme propósito de informar,
orientar o distraer. Son literatura porque el gran reportaje, la crónica auténtica y
el artículo verdadero son algo más que comunicación, interés y actualidad: son
expresión de una personalidad literaria, de un estilo, de un modo de hacer
personalisímo, de una manera de concebir el mundo y la vida. Son literatura
tales géneros encuanto que valen, no solo por lo que dicen, sino por como
expresan lo que dicen»1
Esta aclaración del periodismo y la literatura tomado de Martín Vivaldi da una
aproximación a los géneros que en este trabajo se quieren dar a conocer, los
7 CAPOTE , Truman. Música para Camaleones, Arango Editores, Bogotá, 1988, prefacio1 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo.Géneros Periodísticos, Ed. Paraninfo, S.A.. Madrid, segunda edición, 1979
cuales no son otra cosa que los escritos con categorías propias en la literatura
y el periodismo.
Profundicemos ahora en cada uno de estos géneros.
2.1 LA CRÓNICA
La palabra crónica sugiere inmediatamente periodismo, porque desde hace
mucho tiempo, se les llamó a los artículos de periódico, simplemente con el
título genérico de «crónica».
La tradición de llamar así a los diferentes textos de un diario o una revista es
explicable: la crónica es la antecesora inmediata del periodismo informativo.
Cuando todavía la industria de la información no había alcanzado el vigor que
lograría luego de mediados del siglo pasado, los periodistas mismos daban a
las noticias la denominación de crónicas, influidos probablemente por el género
literario histórico del mismo nombre.
El significado de crónica y cronista, varía entonces tanto con el desarrollo de
los métodos de investigación de la historia, como del periodismo. Pero esta
búsqueda de posibilidades, destinó un lugar especial para un tipo de relato de
construcción literaria especial, de modo cronológico, con un tipo característico
de «entrada», un final de desenlace y escrito en secuencia: es la crónica
periodística.
Martín Vivaldi propone: "La crónica periodística es, en esencia, una información
interpretativa y valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde
se narra algo al propio tiempo que se juzga lo narrado".2 Así pues Vivaldi
coloca a la crónica como género híbrido, entre informativo y de opinión. «Lo
característico de la verdadera crónica, es la valoración del hecho al tiempo que
se va narrando. El cronista al relatar algo, nos da su versión del suceso; pone
en su narración un tinte personal» 3
Raúl Rivadeneira explica: «La palabra «crónica» sugiere inmediatamente la
expresión «cronología», la relación en la que el elemento tiempo o más
precisamente la sucesión temporal de un hecho, determina la estructura de la
noticia. No se trata de una sujeción rígida, cronométrica en el curso de los
acontecimientos, sino de la relación de incidentes relevantes del mismo, dentro
de una sucesión ordenada».4
2 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo. Géneros Periodísticos, Ed.. Paraninfo, S.A., Madrid, segunda edición,1979, Pág 3703 Ibid
2.2 EL REPORTAJE
La palabra (que proviene del latín «reportare», transmitir, descubrir) ha sido
utilizada según los tiempos con acepciones diferentes. Probablemente en
alguna época se envió a los periodistas a «conseguir un buen reportaje» sin
que esto significara acumular la información necesaria para confeccionar, lo
que entendemos hoy por reportaje.
Del Río nos da su propia definición: «Reportaje es un género periodístico que
consiste en narrar la información sobre un hecho o una situación que han sido
investigados objetivamente y que tiene el propósito de contribuir al
mejoramiento social».
Máximo Simpson nos dice que se trata de un género que contiene
esencialmente los siguientes elementos:
1. Representa una investigación;
2. Proporciona antecedentes, comparaciones y consecuencias;
3. Se refiere a una situación general de carácter social, aunque parta de un
hecho particular;
4. Incluye análisis e interpretaciones;
5. Establece conclusiones.
4 RIVADENEIRA, Raúl. La Crónica, 1980
El periodista español Martín Vivaldi nos da su definición: «Podría ser, pues,
definido el reportaje como relato periodístico escencialmente informativo, libre
en cuanto al tema, objetivo en cuanto al modo y redactado preferiblemente en
tiempo directo, en el que se da cuenta de un hecho o suceso de interés actual
humano; o también: una narración informativa, de vuelo más o menos literario,
concebida o realizada según la personalidad del escritor-periodista.»5
Daniel Samper señala que el reportaje es una forma reciente de periodismo.
Sugiere que su génesis debe buscarse en los anales del periodismo
norteamericano, a comienzos del siglo XX, cuando se da la pugna entre los dos
grandes monopolios periodísticos (Pulitzer y Hearst), la cual creó una especie
de compulsión por presentar temas de interés humano, pero cayendo en el
énfasis por el detalle sórdido y morboso. Con todo, esta irresponsable forma de
tratar el material informativo hizo que a su vez el periodista buscara la técnica
del relato para dar más sugestión a aquellas historias de interés humano.
Se fue configurando un tipo de narración periodística que permitía en cierta
medida la inclusión de elemento propios de una técnica literaria. Hasta antes
de la segunda guerra mundial, esa clase de reportaje supuso un glan
despliegue de pintoresquismo narrativo, motivado por el afán de atraer lectores,
pero con muy poco rigor en lo que atañe al seguimiento del hecho.»6
5 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo, Géneros Periodísticos, Ed.. Paraninfo, S.A., Madrid, segunda edición,1979, Pág 656 SAMPER PIZANO, Daniel. Antología de Grandes Reportajes colombianos, Bogotá, Ed. Nuevafrontera, 1976.
Surge así , un nuevo modo de considerar el trtamiento del hecho noticioso, se
empieza a buscar una forma discursiva que de cabida a la visión de conjunto el
suceso, presentándolo en su perspectiva histórica, esto es, ofreciendo sus
antecedentes, exponiendo su desarrollo total y por medio del análisis,
acercándose a sus consecuencias.
Pero pocos periodistas y escritores intentarán un tipo de reportaje que además
de asumir el compromiso moral ante la verdad del hecho, con una exposición
coherente y con valores artísticos, fuera al mismo tiempo un reportaje con una
dimensión estética de acuerdo con la expresión de Tom Wolfe. Justamente
Wolfe y Capote llegarían a probar en aquellos años que era posible hacer un
tipo de periodismo que se «leyera igual que una novela.»7
2.3 LA ENTREVISTA
La entrevista es probablemente el género periodístico más conocido.
Confundido a veces con «reportaje», es ya habitual para cualquier lector,
radio –oyente o telespectador.
Se ha dicho antes que la entrevista forma parte de la técnicas de la nota
informativa común en la medida en que necesariamente se necesita de un
interrogatorio para recoger datos. Sin embargo, ésta no es una entrevista
propiamente dicha, recabar datos no es «entrevistar».
7 WOLFE, Tom. El Nuevo Periodismo, Barcelona, Ed. Anagrama, 1976
Hay, pues, la necesidad de diferenciar para poder sistematizar las técnicas,
estableciendo una distinción precisa en lo que es interrogar para obtener datos
y entrevistar.
Para que exista una entrevista esta debe:
1. Tener un interés mutuo.
2. Crear un ambiente de confianza; ser agradable al entrevistado.
3. No tratar de rivalizar con el entrevistado, ya sea en conocimientos o palabras
rebuscadas.
4. Romper el nerviosismo que existe en una entrevista concertada previamente.
Hallar la confianza con el entrevistado.
Dentro de éste género encontramos dos clases de entrevista.
La entrevista noticiosa. Que sirve para «sacar» información de testigos de un
hecho que no presenciamos. La fuente sería todas las personas que tuvieron
cierta relación en el asunto o están relacionados con determinado trabajo.
La entrevista de opinión. Se pide la opinión de personas que tienen autoridad
para hablar sobre algún asunto por cuestión del cargo que ocupan.
Generalmente se le hace a personas que destacan en su actividad. Los artistas
de arraigo popular o a personas que sean representativas de una forma de vida
o que constituyan un problema social.
2.4 EL ARTÍCULO
Un buen artículo es un comentario interpretativo de la actualidad» su tema
puede ser filosófico-poético, humorístico tiene como propósito instruir
deleitando o deleitar instruyendo.»8
Para Martín Alonso artículo es la corrección de formas y expedición de ideas
para despertar la atención de los lectores .
Manuel Becerra Acosta nos propone «Artículo es un trabajo breve y fugaz que
llena una o dos columnas del diario; emociona, hace pensar al momento del
desayuno, pero a la tarde se ha desvanecido como el humo de un cigarrillo.»
Este escrito valora, interpreta o explica un hecho, con libertad (lógicamente
teniendo en cuenta las limitaciones naturales impuestas por el tiempo y el
espacio periodístico).
El artículo debe ser refinado, sin llegar a ser rebuscado. Su desarrollo debe
contener información abundante con relación al tema que se va a abordar. Sin
embargo, no requiere, en forma rígida, los elementos de la noticia.
En el artículo, hay libertad en la entrada, con tendencia literaria, pero se debe
buscar que tenga el máximo de interés y concentración.
Para esto se debe hacer un balance y análisis de los elementos informativos
que se van a manejar, en función de los lectores.
8 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo.Géneros Periodísticos, Ed..Paraninfo, S.A., Madrid, segunda edición,1979
El aspecto conceptual es muy importante en el artículo; el articulista no debe
caer en una excesiva pedantería, porque se corre el riesgo de romper con la
comunicación.
El artículo puede considerarse como un mensaje informativo, conceptual y
analítico con figuras literarias, ya que tiene la pretensión de detectar los
elementos de divulgación de cierta calidad, donde el escritor tiene la
oportunidad de asociar a la denuncia o mensaje los elementos que en la noticia
no son fácilmente detectados.
Para la construcción del artículo se recomienda un principio de método, que no
será rígido sino flexible, éste será un auxiliar para un trabajo profesional.
El método implica el establecimiento de un esquema de trabajo, donde la parte
primaria la constituye el tema y será el factor, quizá más importante, para la
buena ejecución del artículo.
La temática es de amplitud sin límite, pero en tanto no se haya proyectado un
tema no se puede pensar en la estructura.
Por eso el periodista debe, en función a su inquietud de comunicación, mostrar
su temática, evaluar sus temas acorde a la importancia para su posible lector.
El tema también se relaciona con el carácter de la publicación. Para un diario
debe ser de actualidad viva, de interés instantáneo.
En el artículo, si se pretende la investigación directa, faltará tiempo, por lo que
se recomienda recurrir a la informática para captar información de manera
rápida.
Las características del artículo son:
Brevedad, claridad, honestidad e interés de Servir.
Veamos ahora como se reflejan los géneros periodísticos a través de algunos
cronistas de Indias.
CRONISTAS DE INDIAS: PRECURSORES DEL PERIODISMO
ACTUAL
Independientemente de su condición artística, los cronistas de Indias,
constituyen la base de la literatura latinoamericana puesto que fueron ellos los
primeros que escribieron sobre y desde el Nuevo Mundo.
Cristobal Colón por ser el descubridor oficial y su primer comunicador y Alvar
Nuñez Cabeza de Vaca, por ser el autor de un relato absolutamente
interesante, ingenioso y coordinado, según varios autores, entre ellos Trinidad
Barrera- informó sobre todo lo que hizo, conoció y descubrió, mostrando a la
vez como protagonista y relator un desconocido mundo realmente
extraordinario de seres humanos diferentes, naturaleza distinta, animales
salvajes y paisajes de extraordinaria belleza.
Al adentrarnos, quizá de una forma un poco superficial en estas dos obras,
podremor ver que de allí surgen las bases del periodismo y que son la
influencia innegable en crónica literaria.
Cristóbal Colón con su Diario y sus Cartas de Relación Y Alvar Núñez Cabeza
de Vaca con Naufragios , fueron escritores el primero de origen probablemente
genovés, el segundo español, que llegaron a América por los mismos motivos,
pero en diferentes años, ambos escribieron lo que vieron abarcando un periodo
de más o menos cien años.
Colón, descubridor oficial de América, redacta un diario en su primer viaje y
mediante una carta fechada a la altura de las islas Canarias, comunica al viejo
mundo la noticia de la llegada a estas tierras.
Cabeza de Vaca, en una pequeña pero impresionante obra, da cuenta de diez
años de desventuras, rodeado de aborígenes en la Florida y en el norte de
México.
A pesar de haberse escrito en épocas muy diferentes a la actual, estos
informes poseen características literarias y sobre todo periodísticas que los
mantiene vigentes, al fin y al acabo los cronistas de Indias escribieron para
informar.
Pero más que informadores o reporteros, los cronistas de Indias fueron
comunicadores, pues escribieron con el deseo vehemente de dar a conocer a
quienes se habían quedado todos los hechos, personajes aventuras y
costumbres que encontraban en sus viajes y conquistas.
Todos los Cronistas de Indias- excepto el italiano Pedro Martir de Angleria y el
español Francisco López de Gómara- vivieron en el Nuevo Mundo y viajaron
por él.
A pesar de las limitaciones culturales, de las adversidades geográficas y del
incipiente desarrollo técnico; los Cronistas de Indias eran conscientes de la
significación noticiosa del descubrimiento, la que podemos probar y resumir
con la afirmación de Francisco López de Gómara en su Historia General de la
Indias en 1552: « La mayor cosa después de la creación del mundo, sacando la
encarnación y muerte del que la creó, es el descubrimiento de las Indias».
Los cronistas fueron comunicadores integrales que escribieron para dar a
conocer sus propias realizaciones o la de los otros y en tal sentido poseen una
serie de características que son comunes al denominado Periodismo Actual,
género informativo que va más allá de la simple información y sin mayor
profundidad.
Profundicemos ahora en el conocimiento de algunos de los cronistas que
exploraron el Nuevo Mundo.
3.1 CRISTOBAL COLÓN Y SUS DIARIOS
La célebre fecha del 12 de octubre de 1492 no sólo señala el momento en que
los conquistadores inician su larga y difícil empresa de dominio, sino que
también corresponde al día en que Cristóbal Colón (1451-1506) da, en su
Diario de viaje, el primer testimonio escrito en español sobre el hombre
americano: «...conocí que era gente que mejor se libraría y convertiría a
nuestra santa fe con amor que por fuerza». El descubrimiento de un continente
ignoto y el primer acto literario que lo registra son simultáneos y de hecho, son
las dos caras de un mismo fenómeno: la entrada de América a la órbita de
occidente.
El almirante del mar océano, al regresar en marzo de 1493 a la península,
además de llevar a los monarcas pruebas de su descubrimiento, les entregó
una carta, allí hacía una relación de su llegada a las Indias. Este documento se
constituyó en el portador de la gran noticia. Inmediatamente fue impresa en
Barcelona y sus ediciones, así como sus traducciones se multiplicaron por toda
Europa.
Este documento convierte a Colón en el gran comunicador e insta a otros
escritores a comunicar las nuevas originadas en tan fantásticos territorios.
Durante el viaje iniciado el 3 de agosto de 1492, el almirante llevó en un diario
en el cual anotaba los pormenores de su recorrido hasta su regreso a Cádiz a
mediados del mes de marzo de 1493. El original de esta obra desapareció y
sólo a mediados del siglo XVI fue conocida una transcripción hecha por Fray
Bartolomé de las Casas.
Colón no fue un escritor sobresaliente. Se destacó como un hombre de mar y
comerciante ambicioso que un día quiso ir a las Indias navegando hacia el
occidente. Circunstancias éstas que lo acostumbraron a «chapurrear mil
lenguas, sin lograr expresarse bien en ninguna».
Una anotación de Ramón Menéndez -Pidal añade luz al asunto del estilo y de
idioma utilizado por el probable genovés.
«La nota no esta escrita en español de España y no debió ser escrita en
Castilla, sino en Portugal mismo, pues el que la escribió, los autógrafos
indudables admitidos como autógrafos según hemos visto, usaba un español
aportuguesado análogo al que escribían los portugueses castellanizados y
análogo al que uso toda su vida Colón, según sabemos que por todos
igualmente Streicher: los de las cartas.»1
Colón, el primer Cronista de Indias, según Ángeles Mazia, fue un aficionado a
escribir cartas, memorias, diarios de toda clase, aunque nunca hizo mención de
su patria, nacimiento o familia.
A pesar de no haber sido un letrado, Colón fue una persona instruida, Mazia
asegura que aún no se sabe dónde Colón adquirió su formación científica. Su
1 MENENDEZ-PIDAL, Ramón. El idioma del descrubimiento. Boletin de historia y
hijo Fernando declaró que su padre había estudiado en la universidad de
Pavía, pero esta afirmación no ha sido aclarada. Por lo que conocemos hasta
hoy se puede asegurar que no sólo dominaba las artes de la navegación sino
que conocía a fondo el latín, en cuya lengua escribían los cosmógrafos y
geógrafos de la época. Entre las obras que leyó, estudió y comentó se
destacan La geografía y la historia General de Eneas Silvio Picolomini y la
célebre Imago Mundi de Pierre d’Aully y con preferencias las relaciones
viajeras de Marco Polo.
Además en sus relaciones de viajes hace constantes referencias a la Biblia, a
Aristóteles y a San Agustín.
Sobre su idioma materno, Menéndez -Pidal asegura que fue el genovisco,
dialecto que se usaba en Liguria y que nunca se escribió.
Luego de su llegada a Portugal, por el cambio de profesión, de comerciante a
navegante y su paso a España a fin de obtener fondos para su viaje a las
Indias, aprendió la lengua de Castilla, además, éste era el idioma mercantil de
Europa en la zona del Mediterráneo y porque a finales del siglo XV existió una
corriente portuguesa que escogio el castellano como idioma cultural y a ella se
vinculó Colón.
En las obras de Colón aparece el fundamento del periodismo: comunicar, dar a
conocer un hecho nuevo, pero ¿por qué escribió Colón como lo hizo?
antiguedades:Organo de la Academia Colombiana de Historia, abril, mayo y junio, 1971, Pág 199
Enrique Anderson Imbert asegura que en el fondo de los pasajes más vividos
por Colón no había una visión directa de América sino el reflejo, como nubes,
en un lago quieto de figuras literarias tradicionales, «Colón se movía con los
impulsos de un hombre del renacimiento, pero su mente era de temple
medieval.»2
En realidad esa era la situación que vivía España en el ámbito cultural, era una
época de transición, se afianzaba el renacimiento pero no había desaparecido
la Edad Media, Imbert añade:
«Colón sintiéndose más aventurero que hombre de ciencia, -los hombres de
ciencia habían rechazado sus cálculos, después de todo, - escribió para
satisfacer la curiosidad por las aventuras entre la gente desconocida, no para
informar a cosmógrafos, matemáticos, especialistas en problemas náuticos y
estudiosos de la naturaleza.» 3
Según lo anterior, hoy Colón sería un vulgarizador de la ciencia, un difusor
cultural, papel que lo equipara con los actuales periodistas científicos o
culturales, quienes deben desentrañar el lenguaje de la ciencia o el muy
especializado del arte de poner las notas en los términos coloquiales propios
del hombre que ojea los diarios.
2 ANDERSON IMBERT, Enrique. Historia de la literatura hispanoamericana, México: Fondo de CulturaEconómica, 1954, Pág 223 Ibid
Ramón Iglesias, asegura que «... las descripciones de Colón... son el primer
ejemplo de una literatura hoy abundantísima: los folletos de propaganda por las
sociedades de turismo y agencias de viaje»4.
Pero además encontraremos en su literatura elementos expresos del
denominado periodismo actual, como se puede comprobar en el siguiente
aparte:
«Y partí del dicho puerto (Palos de Moguer) abastecido de muchos
mantenimientos y de mucha gente de la mar a tres días del mes de agosto
de dicho ano, en un viernes, antes de la salida del sol con media hora... y
navegar tanto que yo llegase a las Indias y dar las embajadas de Vuestras
Altezas aquellos príncipes y cumplir lo que se me había mandado, y para
esto pensé de escribir todo este viaje muy puntualmente, de día en día
todo lo que yo hiciese y viese y pasase, como adelante se vera. También
Señores Príncipes allen de escribir cada noche lo que el día pasare y el
día lo que la noche navegare... y más componer un libro poner todo lo
semejante por pintura...»5
Manifiesta el almirante la importancia y necesidad de consignar cada noche lo
sucedido en el día, además plantea ser objetivo y veraz como una pintura.
Cuando Colón regresa con su carta y su Diario se convierte en el portador de
una primicia informativa, su exclusiva noticiosa o «chiva» está redactada en los
siguientes términos:
4 IGLESIAS, Ramón. El hombre Colón y otros ensayos, México: Fondo de Cultura Económica, 1986,Pág 785 COLON, Cristobal. Diario Relaciones de viajes, Madrid: Sarpe biblioteca de la historia, 1985, Pág 28
«Jueves 11 de octubre... la carabela pinta era más velera e iba adelante,
halló tierra e hizo señales que el Almirante había mandado. Esta tierra la
vio primero un marinero que se decía Rodrigo de Triana, puesto que el
Almirante, a las diez de la noche, estando en el castillo de popa vio
lumbre. Aunque fue cosa tan cerrada que no quiso afirmar que fuese
tierra, pero llamó a Pedro Gutiérrez, repostero de estrados del rey y díjole
que parecía lumbre, que mirase él, y así lo hizo y también la vio .»6
Al día siguiente a las dos de la mañana aproximadamente, según la versión
que tenemos del Diario de Colón a través de Las Casas se confirmó la noticia:
«A las dos horas después de la media noche pareció la tierra, de la cual
estarían dos leguas. Amainaron todas las velas y quedaron con el treo
que es la vela grande, son bonetas y pusieronse a la corda, temporizando
hasta el día viernes que llegaron a una isleta de los lucayos, que se
llamaba en lengua de indios Guanahaní.»7
Fue esta la primera noticia, la gran noticia, que llevó el adelantado al viejo
mundo, la que cambió la historia de la humanidad.
Además de la primicia informativa, también existen en Colón otros elementos
que a veces acompaña al periodismo moderno: el acondicionamiento
ideológico.
A lo largo de sus escritos, Colón manifiesta la intención de conquistar para los
reyes las tierras descubiertas y de sujetar o atraer la fe católica a los naturales
de las supuestas Indias, lo que no oculta su insaciable sed de oro.
6 Ibid, Pág 417 Ibid, Pág 42
«Yo hice porque nos tuviesen mucha amistad, porque conocí que era
gente que mejor se libraría y convertiría a nuestra fe con amor que no por
fuerza, les di a algunos de ellos algunos bonetes colorados y unas
cuentas de vidrio que se ponían en el pescuezo y otras de poco valor, con
que hubieron mucho placer y quedaron tanto nuestros que era maravilla.»8
Y la obsesión que no oculta y por el contrario ira a ensalzar en un pasaje
posterior de sus escritos.
«Traían ovillos de algodón filado, papagayos y otras cositas que seria
tedioso de escribir y todo lo daban por cualquier cosa que se les diese. Y
yo estaba atento y trabajaba de saber si había oro. Y vi que algunos de
ellos traían un pedazuelo colgado en un agujero que tienen en la nariz. Y
por señas pude entender que yendo al sur estaba un rey que tenia
grandes vasos de ello y tenia mucho. Trabajé que fuesen allá .» 9
Referencias como las anteriores son una constante en el Diario y en las
Relaciones que el genovés hace de sus viajes posteriores.
El Almirante es todo un comunicador y perfecto predecesor de los periodistas
actuales, con todas sus virtudes y algunos de sus defectos.
Autor y portador de la noticia del descubrimiento, Germán Arciniegas en uno
de sus artículos en El Tiempo afirma que «El viaje de Colón es el primer
testimonio de publicidad universal dada a un evento...»
Y si bien en su época no existía el concepto de periodicidad en la difusión de
noticias, pensamos que las continuas y muy abundantes referencias al poder y
8 Ibid, Pág 43
dominio de la corona, al sentimiento religioso y la fe católica y al afán de
riquezas, son producto del condicionamiento ideológico de su tiempo, factor
que no es ajeno a muchos reporteros contemporáneos.
Finalicemos transcribiendo algunos renglones del Colón de siempre, líneas que
corresponden a su último viaje:
«...el oro es excelentísimo: del oro se hace tesoro, y con él, quien lo tiene,
hace cuanto quiere en el mundo, y llega a que echa las animas al
paraíso.» 10
Veamos ahora otro de los cronistas de la conquista, Alvar Nuñez de
Vaca.
3.2 ALVAR NUÑEZ CABEZA DE VACA
La obra de Cabeza de Vaca es posterior en unas décadas a la de Colón y
correría una suerte un tanto diferente.
Cabeza de Vaca aunque no comunica ninguna noticia en particular ni es el
autor de una primicia informativa, pues en sus años el descubrimiento en si ya
estaba bastante afianzado, muestra aspectos desconocidos sobre las
inexploradas tierras de Florida y el norte de México, su importancia radica en la
forma de contar la historia.
9 Ibid, Pág 4410 Ibid, Pág 220
Su travesía, por momentos marítima, por larguísimo tiempo terrestre, lo llevó a
desplazarse por una distancia de cerca de 18.000 Kms. (desde los alrededores
de Tampa hasta la ciudad de México), recorridos en un lapso de 8 años, de los
cuales estuvo prisionero en la Isla del Mal Hado por más de un quinquenio,
bajo la irónica dominación de indios que lo forzaron, para sobrevivir, a
convertirse primero en "mercader o comerciante" y luego en "físico o médico",
según da cuenta en diferentes capítulos de este libro
La primera impresión de Naufragios se hizo en Valladolid llevada a cabo por
Francisco Fernández de Córdoba, luego el libro no vuelve a imprimirse hasta
1740 año en que un editor de apellido Barcia la incluye en su colección de
autores españoles.
Ciento treinta siete años después, Manuel Rivadeneira y Enrique Vedia
impresor y coordinador de la Biblioteca de Autores Españoles la incluyen en el
tomo 22.
A finales del siglo XIX la obra se constituye en recurrente tema de estudio pero
aún no se conoce la primera impresión hecha en América.
Ángeles Mazia afirma que « Dicha relación es de las muchas que interesan no
sólo por el contenido, sino por el primor literario.»11
Y el contenido que puede ser interesante y terrible, encuentra en Cabeza de
Vaca una forma expresiva natural y fluida que lo hace verosímil
11 MAZIA, Angeles. Historiadores de Indias. América del sur, Barcelona, Ed. Bruguera S.A., 1972, Pág55
«...Y como las casas eran tan desabrigadas, comenzose a morir la gente;
y cinco cristianos que estaban en rancho en la costa llegaron a tal
extremo, que se comieron los unos a los otros, hasta que quedo uno solo,
que por ser solo no hubo quien lo comiese.»12
De Cabeza de Vaca se desconoce su fecha exacta de nacimiento, aunque
algunos historiadores la ubican entre los años de 1490 o entre 1492/1495; y
hasta se ha mencionado 1507. En cuanto al lugar, probablemente haya sido en
Jerez de la Frontera (según Sopranis), aunque se haya sostenido por Manuel
Ballesteros, entre otros, que ocurrió en Sevilla. Hacia el final de su vida, residió
en Sevilla (1555) donde moriría (1557, 1559 o 1564?); si bien el Inca Garcilaso,
lo da por muerto en Valladolid. Tampoco se conoce, a ciencia cierta, su
ocupación al tiempo de su muerte; se ha escrito que habría sido Presidente de
consulado, o religioso y Priore de Convento.
Antes de embarcarse a las Indias, rumbo a esa aventura que narra en
Naufragios, se sabe que desempeñó en Sevilla el cargo de tesorero del rey, y
con el empleo de tesorero y alguacil mayor de don Pánfilo de Narváez, llega
por primera vez a América. A partir de ese momento su vida sería bastante
reconocida por sus contemporáneos y para la posteridad, primero por la odisea
que relata en su libro y luego por las realizaciones que logró al servicio de la
corona tras su salida de México en la conquista del Paraguay.
12 CABEZA DE VACA, Alvar. Naufragios. Bogotá, Ed. Oveja Negra, 1983, Pág 52
Anderson Imbert dice de Naufragios que «parece una novela con final feliz», se
lee pensando que es un relato de aventuras producto de una imaginación
desbordada. El lector se sume en los pasajes y los recrea, creyéndolos ficción.
Otro tanto le ha ocurrido a mucha gente leyendo A sangre fría de Truman
Capote, uno de los clásicos del Nuevo Periodismo.
Miremos las condiciones que se le atribuyen: sencillez, ingenuidad, realismo,
vivencias personales, los mismos ingredientes de un buen artículo periodístico.
«En toda esta tierra no vimos sierra ni tuvimos noticia de ella en ninguna
manera; y antes que nos embarcásemos, sin los que los indios nos
mataron, se murieron mas de cuarenta hombres de enfermedad y hambre.
A 22 días del mes de setiembre se acabaron de comer los caballos, que
solo uno quedo y este día nos embarcamos...»13
Cabeza de Vaca no se va por las ramas, se centra en los hechos, es directo,
detallista, cuidadoso con la exactitud.
La obra de Cabeza de Vaca es un formidable ejemplo informativo, semejante a
un reportaje moderno, en ese estilo que revolucionó el periodismo y puso a
tambalear a la literatura en los años 60.
«La manera que ellos tienen en curarse es esta: que en viéndose
enfermos, llaman un medico, y después de curado, no sólo le dan todo lo
que poseen, mas entre sus parientes buscan cosas para darle. Lo que el
medico hace es darle unas sajas donde tiene el dolor, chupanles
13 Ibid, Pág 34
alrededor de ellas. Dan cauterios de fuego, que es cosa entre ellos tenida
por muy provechosa, y yo lo he probado, y me sucedió bien de ello...»14
El periodismo actual tiene un alto contenido de pedagogía, no basta con contar
el hecho, describir el objeto que se observa o el acontecimiento que se
presencia, es necesario hacerlo de forma que el lector entienda.
Importa el cómo del asunto, este es el primer escalón para llegar al porqué, que
en definitiva es lo que distingue al periodismo actual de las otras maneras de
informar.
La anterior cita, además de ser una muestra de periodismo pedagógico, nos
permite ubicar al narrador que se involucra en el suceso que cubre sin
renunciar a su condición de observador, participa en la experiencia y expresa
su opinión personal, es un reportero que persigue, vive y transmite noticias.
El periodismo actual también tiene como características la confrontación de
datos, de hechos, opiniones, tendencias y demás con el propósito de acercarse
a la verdad sobre el tema.
«...Y a las hijas en nasciendo las dejan comer a perros y las hechan por
ahí. La razón porque ellos lo hacen es, según ellos dicen, porque todos
los de la tierra son sus enemigos y con ellos tienen continua guerra; y
que si acaso casasen sus hijas, multiplicarían tanto sus enemigos, que
los sujetarían por esclavos; y por esta causa querían más matarlas y no
14 Ibid, Pág. 57
que de ellas mismas naciese quien fuese su enemigo. Nosotros les
dijimos que porque no las casaban con ellos mismos.
Y también entre ellos dijeron que era fea cosa casarlas con sus
parientes.» 15
La cita anterior es un ejemplo de periodismo de profundidad. El reportero
ahonda, confronta y compara y deja consignada la expresión de la contraparte.
Ahora como antes, el comunicador recoge y consigna los mitos locales
expresados en tabúes universales (incesto), convirtiéndose en heraldo de la
idiosincrasia de los pueblos.
En su Historia de la literatura Hispanoamericana, Enrique Anderson Imbert
asegura que Cabeza de Vaca « es un escritor que sabe contar. Es uno de los
cronistas que escribe para el lector»16. Lo mismo sucede con el Nuevo
Periodismo. Un caso real se convierte en novela, literatura de no-ficción,
gracias a la técnica empleada por el redactor.
Porqué y para qué escribió Cabeza de Vaca, la respuesta en sus propias
palabras.
15 Ibid, Pág. 70
16 ANDERSON IMBERT, Enrique. Historia de la literatura hispanoamericana, México: Fondo de
Cultura Económica, 1954
Pág 39
«Esto he querido contar aquí, porque allende que todos los hombres
desean las costumbres y ejercicios de los otros, los que algunas veces se
vinieren a ver con ellos estén avisados de sus costumbres y ardides, que
suelen no poco aprovechar en semejantes casos.»17
Respuesta precisa de corte periodístico, que aún hoy mantiene su vigencia y
seguramente esta sirvió de adecuada inspiración a una de las obras más
exitosas y representativas del periodismo colombiano actual y tema de nuestro
análisis El Hueco, reportaje extenso y de profundidad, que después de más de
400 años por curiosa coincidencia también desarrolla su acción en el mismo
escenario donde lo hizo Cabeza de Vaca: Las Antillas, la Florida y el norte de
México.
En el siguiente capítulo veremos el nacimiento del llamado Nuevo Periodismo
así como sus pioneros y las técnicas que hicieron de este género una novedad.
NUEVO PERIODISMO: EL SURGIMIENTO
De antemano la pregunta: ¿de dónde surgio el término Nuevo Periodismo?. De
acuerdo con la revisión de los textos referidos al tema, nunca antes de 1960,
fue utilizado para una escuela o corriente específica, sólo a partir de 1965 es
que empieza a utilizársele como denominación genérica de un fenómeno que
17 CABEZA DE VACA, Alvar. Naufragios, Bogotá, Ed. Oveja Negra. 1983, Pág 46
se había hecho tangible en el trabajo de un grupo de escritores y periodistas
norteamericanos empeñados en ofrecer un tipo de reportaje enteramente
novedoso en cuanto a su concepción técnica y estilística.
Según Tom Wolfe así nacio esa tendencia:
«El caso es que al comenzar los años sesenta un nuevo y curioso
concepto lo bastante vivo como para inflamar los egos, había empezado a
invadir los diminutos confines de la esfera profesional del reportaje. Este
descubrimiento modesto al principio, humilde, de hecho respetuoso,
podríamos decir, consistiría en hacer posible un periodismo que se leyera
igual que una novela.»1
Michael L. Johnson, otro analista del fenómeno, ha considerado que:
«El Nuevo Periodismo, tal como se usa popularmente la expresión,
habitualmente se refiere a la producción escrita de una clase nueva de
periodistas que incluye a Tom Wolfe y Norman Mailer, los cuales han roto
con la práctica del periodismo tradicional para ejercer la libertad de un
nuevo estilo de narración periodística y comentario subjetivo, cándido y
creativo»2
El análisis de Johnson sugiere que el Nuevo Periodismo se da como respuesta
a una serie de estímulos de tipo social y político en una época especialmente
convulsionada a consecuencia de la quiebra de muchos de los valores
1 WOLFE, Tom. El Nuevo Periodismo, Barcelona, Ed. Anagrama, 1976, pág 18
2 JOHNSON, Michael. El Nuevo Periodismo, Trad. Del inglés por Elizabeth Ascona, Buenos Aires, Ed.
Troquel, 1975, pág 13
instaurados en diversos órdenes, y a la vez participando como agente de
cambio en este proceso histórico-social:
«Resulta claro que, paralelamente a los cambios revolucionarios
producidos en todo nuestro entorno durante la década del sesenta, se da
una radical transformación en el periodismo, transformación llevada a
cabo ya sea por vía de repuesta a esos cambios, o bien lo que es más
significativo, ayudando a que esos cambios se cumplieran»3
El realismo social como forma literaria que había conocido un gran auge en la
producción de los novelistas de los años treinta, se consideraba en la época
de la segunda post-guerra un modo narrativo definitivamente liquidado. En este
periodo de fuerte optimismo en todos los campos se creyó en un renacimiento
de la novela norteamericana pero bajo muy distintos signos. El mito, la fábula,
la leyenda pronto se acentuarían como claves de la nueva narrativa. Novela
surrealista, novela freudiana, novela kafkiana, novela de ideas eran, además,
otros conceptos de moda. Como resultado, «los novelistas más serios,
ambiciosos y presumiblemente de mayor talento, habían abandonado el campo
más fértil de la novela: estos es, la sociedad, el fresco social…todo el conjunto
de como vivimos ahora»4.
Los periodistas y más tarde los escritores que entraron en la corriente del
Nuevo Periodismo, corrieron el riesgo de inventar una voz periodística en
consonancia con las nuevas voces, que en muy diferentes terrenos,
3 JOHNSON, Ibid, pág 15
surgían de un conglomerado social enfrentado a una necesidad
perentoria de cambio y un replanteamiento del modus vivendi, fue
entonces necesario redescubrir las técnicas del realismo literario para
devolver al relato su capacidad de revelación de un mundo y más aún,
para darle una salida al nuevo periodismo escrito con el objeto de que
este se convirtiera en registro fiel de una realidad y a la vez como forma
artística totalmente válida.
¿Pero cuáles son los recursos narrativos para expresar este Nuevo
Periodismo?
- Su técnica es netamente novelística.
- Manejo de diálogos.
- Selección cuidadosa del punto de vista.
- El periodismo de análisis ubica a la noticia no como un hecho aparte, sino
como un hecho y su circunstancia.
- Retención de datos.
- Exigencia de una exhaustiva labor de reportería y una profunda
investigación.
«El Nuevo Periodismo de hecho reclama un enfoque más imaginativo del
reportaje y permite al escritor introducirse en la narración como hacen muchos
al asumir el papel de observador imparcial, como prefieren otros, yo incluído.»5
4 WOLFE, Ibid, pág 47
5 TALESSE, Gay. Fama y Oscuridad, Barcelona, Editores Grijalbo, 1975, pág 7
Como todo movimiento de innovación, el proceso de afirmación del Nuevo
Periiodismo o Periodismo Cultural, contó con sus pioneros, veamos:
4.1 Pioneros del Nuevo Periodismo
Los primeros intentos por combinar formas periodísticas y literarias como
experimento narrativo se da a finales de la década de 1950, y según Wolfe es a
comienzos de la siguiente década que empienzan a registrarse con frecuencia
logros espléndidos con el género del reportaje y así el descubrimiento final de
esta nueva voz periodística pudo originarse en los trabajos de un grupo de
escritores que colaboraran en diversas publicaciones.
En 1962, Tom Wolfe tuvo la oportunidad de leer un artículo firmado por un
periodista que ya se daba a conocer por la originalidad de sus escritos, se
trataba de Gay Talese, en un reportaje sobre el legendario boxeador Joe Louis
en sus años de retiro y decadencia.
«Lo asombroso era que con unos cuantos retoques podía leerse como un
relato breve…el artículo se podía transformar en un un cuento con muy poco
trabajo.»6
6 WOLFE, Ibid, Pág 19
En cuanto se iba imponiendo este tipo de reportaje , cierto malestar y cierto
trastorno comenzaba a percibirse en el ambiente periodístico y literario. Los
tradicionalistas de la prensa reaccionaron indignados: los nuevos periodistas
estaban violando el precepto de objetividad al mezclar ficción y realidad en la
realización de esos artículos. En el campo literario tras el marasmo en que
había caído la producción novelística, este logro narrativo evidente fue objeto
de hostilidad y suspicacias, pero luego cuando escritores consagrados como
Truman Capote o Norman Mailer comenzaron a experimentar con el
periodismo, el hecho de que el reportaje pudiera ser trabajado como pieza
literaria empezó a ser aceptado e incluso a lograr adeptos que al fin
condecendían trabajar la no-ficción. Al final unos y otros terminaron por
reconocer las amplias posibilidades de la prosa periodística.
Wolfe era uno de los periodistas mas originales en materia de técnica narrativa,
se destacaba por su estilización extrema de la prosa y por su habilidad para
jugar con los puntos de vista . Michael L. Johnson lo considera junto a Capote y
Mailer, uno de los grandes estilistas del nuevo género. «Su estilo barroco,
efervecente, casi surrealista, deriva de su habilidad para dejar que los hechos
se revelen a si mismos de un modo explosivo, maníaco y por lo general
típicamente norteamericano»7
Johson y Wolfe coinciden en señalar a 1965 como el año de la entronización
definitiva del Nuevo Periodismo a raíz de la publicación de dos obras que con
7 JOHNSON, Ibid, pág 84
el tiempo, se constituirían en ejemplos insuperables del nuevo reportaje: A
Sangre fría , la crónica sobre el espantoso crimen perpretado contra una
acomodada familia de Kansas, de Truman Capote y The Candy Koloreg
Tangerine Flake Steamline baby del propio Tom Wolfe. A partir de su éxito de
público y de crítica, es que se empieza a hablar de la no-ficción narrativa y a
reivindicarse el reportaje como género literario.
4.2 TOM WOLFE
En 1962, con poco más de treinta años, Tom Wolfe empezó a trabajar para el
New York Magazine, suplemento del Herald Tribune. Nacido en 1931 en
Richmond, Virginia, Wolfe estudió en la Universidad Washington & Lee, y luego
completó su doctorado en Estudios Americanos en la de Yale antes de
dedicarse al trabajo periodístico. En el Herald Tribune y en la revista New York
en Squire después, desarrolló su particular estilo y voz. Para el momento en
que publicó sus tres primeros libros – The Kandy Kolored Tangerine- Flake
Streamline Baby (1965). The Pump House Gang (1968), y The Electric Kool-Aid
Acid Test (1968) -, no quedaba duda alguna de que era un innovador entre los
periodistas.
Wolfe fue uno de los primeros en sugerir que los nuevos periodistas usaran las
técnicas de la ficción y que registraran los detalles simbólicos de las
condiciones sociales de sus personajes.
El «reportaje de saturación», dijo en The New Journalism (1973), les permitía
escribir escenas de no-ficción llenas de diálogos, emociones y situaciones
sociales auténticas.
En las primeras obras de Wolfe la puntuación se demandó.
Imitaba con signos tipográficos los sonidos de los autos potentes y las motos,
irrumpiendo en los cerebros de sus lectores con puntos, guiones y signos de
exclamación. Sus personajes eran los líderes de moda de los años sesentas –
surfeadores, fabricantes de autos fuera de serie y coleccionistas de arte pop.
Algunos críticos pensaron que el enfoque del periodismo de Wolfe se
marchitaría tan pronto como las subculturas sobre las cuales escribía dejaran
de estar a la moda.
La carrera de Wolfe probó que estaban equivocados. Aunque ha abandonado
sus experimentos con la puntuación, ha seguido examinando los significados
de los estilos y movimientos populares en la vida norteamericana. Sus otros
libros y compilaciones de artículos son Radical Chic and Mau –Mauing the flak
Catechers (1970), The Painted Word (1975), Mauve Gloves and Madmen,
Clutter and Vine (1976), The Right Stuff (1979), In Our Time (1980), From
Bauhaus to Our House (1981), y The Purple Decades (1982).
No todos, sin embargo, están de acuerdo con la afirmación de que Tom Wolfe
sea el creador del llamado Nuevo Periodismo. A lo sumo, se acepta que sea su
abogado y promotor más insigne, gracias a la publicación en 1973 de la desde
entonces famosa antología sobre el género con éste mismo nombre.
Algunos especialistas, encabezados por el profesor Norman Sims, de la
Universidad de Massachussets, consideran al Nuevo Periodismo apenas una
rama de un género más amplio y variado llamado «Periodismo Literario», cuyos
orígenes, estos sí, se remontan a los comienzos del anterior, e incluso, según
algunos, al siglo XVIII, con la publicación en 1722 de la obra de Daniel Defoe
«El Diario del Año de la Peste», un relato novelado de los hechos sucedidos en
Londres en 1665, y de la cual el narrador se declara testigo ocular, no obstante
y como se deduce por sus inciertos datos biográficos, cuando aún no había
nacido.
Para Wolfe, a comienzos de los sesenta, el mejor periodismo se hacía, en la
revista Esquire, en la cual habían colaborado escritores reporteros que él
admiraba como Ernest Hermingway y Norman Mailer, pero especialmente un
reportero del periódico New York Times llamado Gay Talesse, cuyos perfiles a
famosos como el boxeador Joe Louis, el director de cine y teatro Joshua Logan
y el cantante Frank Sinatra, entre otros, utilizaban más abiertamente el formato
y las técnicas del relato literario aplicados estrictamente al periodismo.
Wolfe, pertenece a los que se introducen en la narración, utilizando las
técnicas literarias más sofisticadas y audaces, aplicando técnicas tomadas
directamente de la novela, la descripción de escenas y personas desde varios
puntos de vista, la transcripción de diálogos sin señales ni aviso de continuidad
o cambios, el monólogo interior, la alteración de la sintaxis, la utilización de los
signos de puntuación y las onomatopeyas de una manera alucinante – Wolfe
transformó al reportaje en una nueva forma de ficción... de arte experimental...
de vanguardia...pop...
Y esto último es lo que precisamente aparece con más evidencia en sus
primeros reportajes, en el prólogo de su primer libro de reportajes, como
también en la polémica introducción de El Nuevo Periodismo. Wolf confiesa
que escribir «The Kandy – Kolored» le permitió descubrir la posibilidad de que
había algo «nuevo» en el periodismo. Y que no sólo era posible escribir
artículos muy fieles a la realidad empleando técnicas habitualmente propias de
la novela y el cuento. Era eso... y más. Era el descubrimiento de que en un
artículo, en periodismo, se podía recurrir a cualquier artificio literario, desde los
tradicionales dialogismos del ensayo hasta el monólogo interior y emplear
muchos géneros diferentes simultáneamente, o dentro de un espacio
relativamente breve... para provocar al lector de forma a la vez intelectual y
emotiva.
En efecto, desde finales de la década de los sesentas, Tom Wolfe ya había
planteado la tesis de que el nuevo periodismo, el periodismo Literario o
periodismo novelado, era no sólo la gran literatura norteamericana de la época,
sino el único futuro de ésta.
«Creo que existe un tremendo futuro para un tipo de novela que se llamará
«novela periodística» –dijo entonces- o tal vez la novela documento, novelas de
intenso realismo social que se sustentarán en el concienzudo esfuerzo de
información que forma parte del nuevo Periodismo…»8
4.3 TRUMAN CAPOTE
Truman Streckfus Persons nació en Nueva Orleáns el 30 de septiembre de
1924.
«Fui hijo único... Mis padres se divorciaron cuando tenía cuatro años. Fue
un divorcio complicado, con mucha amargura en ambas parte, y esta fue
la razón principal por la que pasé la mayor parte de mi niñez en casa de
mis parientes de Louisiana, Mississippi y Alabama»9
En 1934, a los diez años, Capote e traslada al lado de su madre que, en Nueva
York, había vuelto a casarse, esta vez con un cubano de apellido Capote (de
ahí su nombre literario). Su madre, que tenía frecuentes crisis depresivas, se
había entregado a la bebida. El niño, a través de su imaginación precozmente
influida por las lecturas empezó a mirarla como a una heroína trágica. «De allí
en adelante», dice Anne Taylor, «se acostumbraría a encontrar rastros de
tragedia en las mujeres, a quienes trataría de salvar como si fueran personajes
ficticios».
Dice el propio Capote:
8 WOLFE, Ibid, Pág 42
9 CAPOTE ,Truman. Los Perros Ladran, Trad. del inglés por Rolando Costa, Buenos Aires, Emecé
Editores, 1975, Pág 18
«Adoro a las mujeres. Ellas fueron las heroínas de mi vida mientras era
joven. Me influyeron mucho. Pero mi madre, por ejemplo, llevaba una vida
infernal, y en muchas ocasiones me vi arrastrado a compartir ese estilo
de vida.»10
Cuando ingresa a la Academia Militar, la fiebre de la literatura empezaba a
manifestarse en él. En realidad, desde los ocho años se había lanzado a
escribir.
Así, a los quince años, lo único que le seguía interesando era leer y escribir:
«Lo que leí fue más importante que mi educación oficial, un desperdicio que
terminó cuando tenía diecisiete años, edad en que obtuve un empleo en la
revista The Yorker que yo mismo solicité...» a los diecisiete años decidió que
había llegado el momento de publicar sus primeros escritos, cuentos cortos que
había concebido años atrás.
Durante los dos años que permaneció en The New Yorker, adelantó además el
borrador de la que sería su primera novela, «Summer Crossing», que nunca
fue publicada y cuyo original se ha perdido.
En el recuento que hace de su trayectoria literaria en el prefacio de «Música
para Camaleones», Capote señala cuatro etapas fundamentales en su
búsqueda temática y estilística. La primera comprende aquellos años de
10 ROS, Jacques. «Truman Capote: la verdad y la leyenda» , Vanidades Continental, Miami, Junio de
1981, Pág 48
aprendizaje «en el altar de la técnica», rematados exitosamente con su novela
«Otras veces, otros ámbitos». El segundo ciclo de su formación comprendido
entre los años 1948 y 1958, será una época de experimentación técnica, un
período de esfuerzos por encontrar fórmulas narrativas y adquirir destrezas en
diferentes géneros. Así, escribirá números relatos breves, entre los cuales
destacan «Un árbol de la noche» y «Un recuerdo de navidad», los cuales han
pasado a figurar como piezas antológicas del repertorio literario contemporáneo
de los Estados Unidos. Escribirá obras teatrales, como la comedia «El arpa de
pasto»; los guiones de las películas «Beat the Devil» y «The Innocents»; y una
novela corta, «Desayunos en Tiffany´s», en la que, según Mario Castro Arenas
«continúa desarrollando la atmósfera básica de irrealidad que señaló su
primera obra narrativa». El reportaje no le era del todo ajeno. Capote antes de
«Se oyen las musas» había tenido la oportunidad de hacer bastante periodismo
para diversas publicaciones; «reportajes objetivos», como los llama él, sin
ninguna pretensión literaria.
En la obra de Capote figuran una serie de relatos de viajes, escritos entre 1946
y 1950, que el autor ha conservado para su edición en libro por considerar que
en ellos se dan «los primeros brotes, la aparición de mi interés en el ensayo, un
género que intenté de manera más ambiciosa cinco años después con «Se
oyen las musas».
«Color local» es el nombre que puso luego de esta colección de piezas
periodísticas que serían publicas inicialmente en 1951, en edición limitada, y
reeditadas en 1972 como parte del contenido de su libro «Los perros ladran».
Son trozos descriptivos de lugares que constituyen lo que el denomina «un
mapa en prosa», una geografía escrita en mi vida... Allí está el recuerdo de una
época en que mi visión era menos estrecha y más lírica...»
En 1956, Capote elige un nuevo «blanco periodístico». La idea es hacer un
reportaje sobre un personaje famoso, sobre una celebridad, y lograr un retrato
humano muy fiel a la realidad, sin afeites ni adornos, sorprender a esa figura
pública en su más puro estado cotidiano, escoge a la estrella cinematográfica
del momento, Marlon Brando que se halla en el Japón filmando la película
«Sayonara».
El resultado de la entrevista a Marlon Brando, vertida en forma de reportaje, fue
del todo positivo y prometedor y enteramente original en cuanto explora la
infinidad de posibilidades que tiene un tema en apariencia banal.
Como puede comprobarse, en efecto Capote trabaja esta forma periodística
con un enfoque nuevo para un tipo de material informativo que generalmente
centra su interés en la nota «cinematográfica» y más, logra aquí el desmonte
del mito de la estrella cinematográfica.
Es entonces cuando surge su obra cumbre «A Sangre Fría» donde se narra el
asesinato de toda una familia en Kansas, el propio Capote no la catalogó como
periodismo, muy al contrario, afirmó que había inventado un nuevo género
literario: la novela de no-ficción.
El compromiso de Capote con la historia tal –como- fue está expresado
claramente en el subtítulo de la novela: «A true account of a múltiple murder
and its consequences» («Relato fidedigno de un crimen múltiple y de sus
consecuencias»).11
Más aún, en la página de agradecimientos hace esta observación: «Todo el
material que empleo en este libro, cuando no corresponde a mi observación
directa, procede de archivos oficiales o es resultado de mis entrevistas con
personas directamente interesadas en esta historia...»
En «A Sangre Fría» no hay transpiración poética, ni ciframiento de los datos
reales, por el contrario la novela de Capote se basa en el dato real y a él
vuelve, transcribiéndolo en su esencia histórica verificable: se agarra a esa
realidad y decide explorarla, exponerla en sus pormenores, hasta el límite de la
capacidad del escritor, del periodismo que, para el efecto, se ha pasado seis
años investigando el caso –seis mil páginas de apuntes, interminables
entrevistas con los dos asesinos en la cárcel, etc. – y, sin embargo, al final la
versión escrita del suceso, este relato real, tiene fuerza poética, tiene calidad
literaria sin necesidad de haber adulterado o cambiado o modificado los datos,
los escenarios, los personajes, la secuencia de los acontecimientos reales. La
realidad de un acontecimiento se ha asumido como tema absoluto.
11 En la obra de Capote encontramos dos aspectos necesarios para la comprensión de las cualidadescomo novela pionera en el campo del Periodismo Literario: el primero, el compromiso moral del escritorante la transcripción rigurosa del hecho, su deseo de ahondar en su verdad ; el segundo, su búsqueda deuna formulación estética para transmitir esa experiencia real, es decir la elaboración literaria del tema.
4.4 Norman Mailer
Un novelista de reconocida trayectoria que con prontitud y éxito extraordinario
empezaría a experimentar con el periodismo, sería Norman Mailer. Su obra de
no-ficción es hoy considerada clave dentro del Nuevo Periodismo. Uno de sus
primeros logros en el campo de reportaje fue «Los ejércitos de la noche», relato
de su experiencia en una demostración antibélica en el pentágono. No tan
afortunados, aunque con momentos de gran calidad, serían sus novelizaciones
de la aventura espacial de Apolo 11 «Of a fire in the moon» y de las
convenciones políticas para las elecciones de 1968 «Miami and the siege of
Chicago».
Mailer ha tocado las más diversas temáticas; en un corto pero espléndido relato
sobre una pelea boxística entre Mohamed Alí y George Foreman en Zaire en
1973, desplega su gran talento descriptivo para, en un alarde de hiperrealismo
literario, narrar golpe a golpe, gesto por gesto el decisivo combate.
En 1978 publica su extraordinaria novela «La canción del verdugo». La obra
tematicamente resulta un epígono de «A sangre fría». Al igual que Capote años
antes, Mailer siguio cuidadosamente el desarrollo de la histora de un reo
condenado a muerte y recabó el hecho tras una larga y exhaustiva
investigación.
A pesar de que ha escrito dos obras sobre Marilyn Monroe -Marylin (1973) y Of
Women and their Elegance (1980)-, opina que "la repetición aniquila el alma",
por lo que siempre ha intentado abrir nuevos caminos en sus grandes novelas.
Desde el oscuro corazón de la CIA en El fantasma de Harlot (1991), al Egipto
escatológico de Noches de la Antigüedad (1983) hasta llegar a su última
novela, El evangelio según el hijo (1997), en la que Mailer encarna nada menos
que a Jesucristo.
Técnicas del Nuevo Periodismo
Si seguimos de cerca el progreso del Nuevo Periodismo a lo largo de los años
sesenta, observaremos un hecho interesante que los periodistas que aprenden
las técnicas del realismo a través de la improvisación. Tom Wolfe da a conocer
cuatro procedimientos que para entonces, en Norteamerica, decubrieron los
escritores-periodistas que se unieron a la nueva corriente.
En primer lugar la construcción escena-por-escena, donde se cuenta la historia
saltando de una escena a otra y recurriendo lo menos posible a la narración
histórica.
En segundo lugar es el diálogo realista llevado a cabo con el personaje, es
decir que el lector llegue a captar su identidad, su personalidad y su carácter
con el mero hecho de leer la descripción del entorno que se puede hacer de él.
El tercero de los procedimientos es el llamado punto de vista en tercera
persona, la técnica de presentar la escena al lector a través de los ojos de un
personaje en particular, da la sensación al lector de estar metido en la piel del
personaje y de experimentar la realidad emotiva tal y como él (el personaje) la
está viviendo; y esto se logra cuando se entrevista al personaje sobre sus
pensamientos y emociones.
El cuarto es un poco más difícil y consiste en la relación pormenorizada de
detalles, allí entran a describirse las costumbres, los hábitos, los gestos, los
comportamientos, el lenguaje particular de cada personaje y todas las
circunstacias que rodean las escenas, haciendo de ellas el núcleo de la fuerza
del realismo. Este es el procedimiento que dentro del Periodismo Literario
expresa el realismo como cualquier otro procedimiento en la literatura: En El
Hueco y en general en toda su obra Germán Castro acumula los detalles
implacablemente y al mismo tiempo con tanta meticulosidad que
inmediatamente los recuerdos del lector remontan su conciencia sobre sus
propias ideas y emociones, inseguridades y condiciones de la vida cotidiana
hasta crear una atmósfera absorbente.
Conozcamos ahora cómo esta nueva corriente periodística surge y llega a
Colombia a través de la pluma de nuestros escritores.
EN COLOMBIA
«En nuestro medio las crónicas de la conquista de Indias son un ejemplo
de periodismo de profundidad, de explicación.»1
Las nuevas tendencias de la información escrita no han sido ajenas al
país, pero si bien la literaratura ha sido una aliada del periodismo
nacional, el denominado Nuevo Periodismo no tuvo la fuerza necesaria,
ni la representatividad suficientes para marcar una época dentro del
periodismo colombiano.
Desde su nacimiento, en el periodismo colombiano ha predominado un
estilo literario, pero ese elemento «literario» no es el mismo que
caracteriza a Wolfe, Capote o Talesse, en nosotros este ingrediente
literario es tradicional, y los periodistas y escritores en general han
recibido esa influencia del pasado, la de los cronistas.
Para demostrar la permanencia de la constante literaria en nuestros
informadores que mejor ejemplo que el de Gabriel García Márquez quien
mucho antes de que los ecos de un nuevo periodismo hubieran
podido llegar a Colombia, ya estaba logrando un tipo de reportaje de
mucho interés narrativo. Demostraba en sus escritos periodísticos un
sutil traspaso de elementos propios de la técnica del relato al campo del
reportaje.» La verdad sobre mi aventura» donde el Nobel presentó en
catorce entregas una crónica sobre el marinero Luis Alejandro Velasco
quien cayó al mar en compañía de otros compañeros y quienes después
de diez días a la deriva llegaron a tierra, y que años más tarde se
convertiría en su libro «Relato de un náufrago» .
1 SALDARRIAGA, Alberto. La no breve historia del periodismo investigativo, La República,suplemento dominical, 17 de agosto de 1986, Bogotá, pág 8
En venezuela escribe para Momento en donde aparecerá uno de sus
más célebres trabajos, «Caracas sin agua» y muchas otras crónicas
escritas durante la década del cincuenta y principios del sesenta.
Siendo corresponsal en Europa, envía la serie sobre el asesinato de la
italiana Vilma Montesi, a finales de la misma década de los cincuenta,
redacta para la revista Cromos diez reportajes que intituló «Noventa días
en la cortina de hierro». cuando visitó la República Democrática
Alemana, Checoslovaquia, Polonia, Hungría y la Unión Soviética.
En 1963 deja de lado su labor periodística y se dedica a construir sus
grandes novelas, regresando ocasionalmente con artículos para
publicaciones mundiales.
Otro de los periodistas representativo dentro de éste género es Daniel
Samper Pizano, quien trajo la modalidad informativa del periodismo
investigativo, originado en los Estados Unidos.
Sus primeras columnas en el famoso Reloj, en el diario El Tiempo,
sirvieron tanto para divertir al lector, como para encabezar una temible
"unidad investigativa" que se dedicó durante años a "cortar cabezas"
denunciando corrupción administrativa y diversos atropellos entreellas los
malos manejos del Banco del Estado.
Hoy día y desde el exilio, Daniel Samper sigue tratando los temas de
interés nacional con un profundo análisis sin dejar de lado su
inconfundible y muy original humor.
Daniel Samper asegura que: «Castro es un periodista de campo, de
escenario; no hay duda que sus trabajos en esta materia dieron una
nueva estatura a la reportería, considerada por algunos como una labor
periodística de poca altura, la notoriedad de Castro Caycedo rescató la
verdadera y capital importancia del trabajo de reportería»
Dentro de su trabajo como periodista investigador, se encuentran dos
modalidades que se han extendido a la prensa nacional: el periodismo
investigativo de denuncia y el periodismo investigativo de profundidad. El
primero como forma de fiscalización a los diferentes estamentos de la
vida colombiana y el segundo como posibilidad de presentar en detalle
asuntos de gran interés para los lectores.
En conclusión, en Colombia siempre existirá una constante relación entre
periodismo y literatura. Basta mirar una obra como la de Plinio Apuleyo
Mendoza, de Años de fuga (1979) a La llama y el hielo (1984) para
comprender cómo las fronteras entre uno y otra son tenues, evasivas y
enriquecedoras. Lo supo Norman Mailer. Lo ha analizado Tom Wolfe.
Estos dos grandes, el periodismo y la literatura, continúan disputándose
los talentos. Pero, no hay duda, que varias de esas densas páginas
siguen esclareciendo la historia desde la literatura.
Germán Castro Caycedo ha sido el periodísta que quiza ha llevado en su
estilo la marca literaria, sin alejarse de la realidad hace de sus escritos
verdaderas investigaciones de campo. En el siguiente capítulo
estudiaremos su estilo y obras literarias.
EL PERIODISMO DESBORDADO DE GERMÁN CASTRO CAYCEDO
En una entrevista concedida a Bernardo Hoyos, el poeta Darío Jaramillo
Agudelo declaraba que después de García Márquez, el gran prosista
colombiano era Germán Castro Caycedo, por su manejo del lenguaje y
de los tiempos narrativos y por su capacidad para absorber por completo
la atención del lector. Sus libros se dejan leer sin ningún esfuerzo, fluyen
rapidamente invitando al lector a agotarlos en un instante.
Esta afirmación del poeta que para algunos pudiera ser un despropósito,
adquiere y ha adquirido desde hace algunos años dentro del ámbito
literario-periodístico, fuerza y validez plenas.
Germán Castro Caycedo nació en Zipaquirá el 3 de marzo de 1940.
desde que estaba en el vientre ya tenía la necesidad de expresar lo que
sentía, por eso el periodismo nació con él.
A los once años estuvo al tanto de lo que en ese entonces se convirtió en
un suceso trascendental, la historia de un taxista asesinado... desde ese
momento descubrió que su sangre estaba invadida de periodismo, un
arte sin el cual no puede vivir.
Ocho años después lo reafirmó cuando leyó un reportaje de Camilo
López.
«En 1959, iba para el Colegio. Compré El Tiempo. Estaba lloviendo,
a las dos de la tarde, y me puse a leer un reportaje de Camilo
López... y no fui al Colegio. Me quedé ahí parado, en la esquina de
una droguería... y ahí me lo leí dos veces o tres. Era un accidente de
avión... y hubo un sobreviviente... y Camilo un periodista del otro
mundo, entonces logró su lenguaje, logró las flores, logró las
nubes... Tras la tercera vez que yo leí eso, vi que Camilo le había
quitado todas las preguntas y le había dejado un monólogo y vi que
Camilo López había sido cruel, presionando a morir para que le
diera hasta el color de las medias que llevaba ese día... y ahí
empecé a aprender lo que hago ahora»1
Por eso, «Germán, es el mejor cronista de nuestro subsuelo social»,
como lo define otro gran periodista literario, Plinio Apuleyo Mendoza,
quien afirma que «la Colombia marginal es su campo de exploración»,
1 BOLETÍN CULTURAL Y BIBLIOGRÁFICO. Vol 27, N. 24-25. Pág.15
porque para Castro Caycedo, un hombre elemental, sencillo, modesto,
trabajador; el gran desafío es plasmar toda la realidad.
El Gimnasio Germán Peña de Bogotá, sirvió de refugio para sus sueños
de secundaria, allí desarrolló con más fuerza el arte de la palabra y fue
así como tuvo una hoja de mimeógrafo en tercero bachillerato.
Sin embargo, además del estudio existieron actividades que despertaron
gran interés en el joven aventurero, por eso desde pequeño quiso ser
aviador y cuando tenía la edad para serlo se inscribió en la FAC, pero
después se arrepintió.
Luego quiso ser torero y todo acabó cuando fue atropellado por una vaca
cebú, a los 19 años en las fiestas pueblerinas de San Cayetano,
Cundinamarca. Desde ese momento decidió retirarse del ruedo para «ver
los toros desde la barrera», y convertirse en cronista de esta actividad en
la emisora La Voz de Cundinamarca de Zipaquirá.
Y no precisamente porque le gustara comentar los que pasaba en el
ruedo, sino porque como él mismo dice, era lo mejor que sabía hacer.
En este medio conoció a Jaime Padrón, quien años más tarde le
ayudaría a ingresar a la emisora Mariana, cuando comenzó sus estudios
de Antropología en la Universidad Nacional de Colombia durante 1960 y
1961.
Dos años después abandonó la carrera para dedicarse por completo a
ser cronista de toros. Fue así como por medio de una pequeña
"habilidad" consiguió ser corresponsal en Colombia de la revista más
importante de toros: «El Ruedo» de Madrid.
A pesar de estas grandes oportunidades él nunca pensó ser una persona
importante en el mundo de los toros, sino ser un cronista, un reportero.
Más tarde conoció en Unión Radio a quien fue su maestro, Carlos Alberto
Rueda, quien lo orientó en la lectura de novelas, le dijo cómo se hacía un
«lead» y le consiguió su primer puesto en un medio escrito.
Y fue en el diario La República a donde ingresó en 1964, dando más
tropezones que primeros pasos. Al poco tiempo de estar laborando ya
habían pensado en echarlo por ser mal periodista, pues no sabía ni
siquiera cubrir las fuentes.
Sólo cuando llegó como jefe de redacción de este diario Alfonso Alzate,
se halló en el incipiente periodista una cualidad especial para elaborar
crónicas, y por eso se le envió a hacer crónicas.
Fueron unos diez meses en los que trabajó con Pepe Romero.
Inicialmente ingresó como mensajero, cargo en el que no duró ni diez
minutos, pues el primer día de trabajo llegó al medio día y a esa hora no
había nadie, por supuesto no había que enviar.
Justo en ese momento se encontraba Pepe Romero ocupado hablando
por una línea, cuando sonó otro de los teléfonos de la agencia. Como no
había nadie, Germán Castro le contestó.
Era el periodista Donado que se encontraba en ese momento en el
Congreso y necesitaba dictar tres notas que tenía, Castro las recibió y
Pepe Romero quedó sorprendido por su habilidad para escribir a
máquina, por eso decidió no mal utilizar al nuevo empleado y le dijo: «No
hermano, pues usted de mensajero no, necesito un redactor, quédese de
redactor, como escribe de rápido, usted es un berraco...».
De esta manera se convirtió a los seis meses en jefe de redacción.
Tres años después, Carlos Alberto Rueda, lo llamó de nuevo para que
trabajara como redactor en una revista deportiva Deporte Gráfico, y le dio
la oportunidad de viajar a México a cubrir la Semana Preolímpica de
1966. En Deporte Gráfico duró dos años y quebró estrepitosamente.
Fue entonces, cuando Humberto Jaimes lo llevó a la sección deportiva
de El Tiempo, en 1967, y se convirtió en el cronista estrella del
periodismo. Dos años después lo enviaron a la Olimpiada de México y a
su regreso, Hernando Santos, lo nombró jefe de redacción general,
donde permaneció ocho años.
«...los señores Santos. Tal vez eran muy radicales en esa época.
Claro que Colombia Amarga fue publicado en El Tiempo. Pero es
que yo hacía un reportaje de ese tipo de denuncia por cada cinco
reinados de turismo que me mandaban a cubrir, y los jueves,
cuando no iba don Enrique Santos al periódico, ese día pasaba mi
artículo»2
Fue así como en 1973, Germán Castro Caycedo publicó su primer libro,
«Colombia Amarga». Una recopilación de 30 reportajes en los que
muestra la realidad colombiana a través de los hechos cotidianos que
deben interesar a la sociedad.
Después de ocho años de trabajar en El Tiempo, ingresó a la
programadora RTI y creó un nuevo estilo en el periodismo de televisión
con su programa «Enviado Especial», con el cual logró mostrar con
profundidad los hechos del país a través de imágenes analíticas y claras.
Más tarde en 1978, publicó su segundo libro «Perdido en el Amazonas»,
un reportaje que narra la historia de un ex marinero, Julián Gil Torres,
quien desaparece después de haber hecho contacto con una tribu, hasta
hoy desconocida en las selvas sur orientales colombianas.
Su permanente afán por descubrir la verdad y llegar a revelar sucesos
asombrosos permitieron que desarrollara una historia que se tradujo en
el libro «Mi alma se la dejo al diablo» publicado en 1982. Fueron siete
arduos años de entrevistas e investigaciones desde el momento que leyó
una noticia acerca del hallazgo de un mensaje en la selva amazónica al
lado de un esqueleto.
Este reportaje relata toda la magia de la selva amazónica y ha logrado tal
éxito, que en Colombia se han publicado 36 ediciones, en Francia dos, y
en Italia, Grecia y Hungría una. Además, la programadora RTI realizó en
1987 una producción –basada en esta obra- que fue dirigida por Andrés
Agudelo y contó con la colaboración del propio escritor.
En 1985 cuando el gobierno entraba en la etapa de negociaciones con la
guerrilla, publicó su libro «El Karina».
En este escrito narra los hechos que pasaron cinco años antes, la
aventura y el ideal revolucionario de un grupo de hombres
comprometidos a traer un cargamento de armas desde Alemania hasta
las costas colombianas para el entonces grupo guerrillero M-19, del
cual eran partidarios.
2 Ibid., Pág 33
La historia se desarrolla desde el momento mismo de la organización del
plan por parte del dirigente guerrillero Jaime Bateman hasta cuando los
encargados de efectuarlo son dados de baja por la Armada Nacional de
Colombia en aguas territoriales del Océano Pacífico.
Siguiendo con la filosofía que lo ha caracterizado, realizó una gran
investigación de la entrada ilegal de Colombianos a Estados Unidos por
México, Bahamas y Haití. El producto de ésta fue su quinto libro, «El
Hueco» cuyo reportaje es una muestra clara de periodismo literario, narra
lo que ha sido ese «sueño americano» que para muchos se convirtió en
pesadilla.
En 1990, «El Cachalandran Amarillo», su sexto libro; un reportaje de
cuentos populares colombianos recopilados durante veinte años.
Para abrir el ciclo literario de los 500 años del Descubrimiento de
América, aparece en septiembre de 1991 su libro «El Hurakan», el cual
muestra la historia no oficial del Descubrimiento del continente
americano, desde el momento mismo del desembarco de Colón, hasta
hacer un análisis de la Colombia de hoy.
Mostrar la realidad de un hecho que interesa a la comunidad, dar la
información en toda su totalidad, exponer las dos caras de una noticia.
Esto es lo que Germán Castro Caycedo plasma en sus libros, esa verdad
del país en que vivimos, una realidad representada en reportaje.
De esta forma, este periodista elige sus temas con olfato periodístico, el
cual exige documentación, investigación, entrevista, manejo cronológico,
descripción y claro está: la noticia.
Después de diez años de trabajo en El Tiempo descubrió que la
televisión no era el medio del mañana sino del ayer y decidió pasar de la
palabra a la imagen, para hablar visualmente.
Fue entonces cuando lo llamaron a trabajar a la revista Cromos y en la
víspera de hablar con su dueño Fernando Restrepo, vio un programa de
televisión que era muy malo. Fue el primer programa que vio realizando
en exteriores, y consistía en grabar con una sola cámara estática toda la
Escuela de Caballería y al entrar a conversar con don Fernando, Germán
no lo dejó hablar de Cromos sino que le expuso las ideas de un nuevo
programa de televisión que aprovechara la imagen para mostrar la
realidad.
El propietario de la revista no dudó un instante en llamar a Fernando
Gómez Agudelo, el precursor de la televisión colombiana, para que
escuchara los planteamientos de Castro, siendo así que, casi sin
pensarlo, decidió contratarlo como el director del nuevo programa de RTI,
«Enviado Especial». Germán Castro Caycedo había conseguido, una vez
más salirse con la suya.
Pero como él mismo lo dice con insistencia, no hay que quedarse
estático, ni repetirse. Por ello, después de quince años en el aire, dicho
espacio cumplió su ciclo, y Castro quiso innovar con un programa distinto
que cambiara radicalmente lo que había hecho en el anterior.
Fue así como surgió «Tomas y Temas», otro periodístico que tratara
temas de interés general.
Castro Caycedo también ha hecho radio. Desde sus comienzos como
periodista, fue locutor y cronista de toros. En 1986 estuvo en Caracol
Radio en el programa 6AM 9AM pero lo abandonó al poco tiempo,
porque no le gustaba llegar a leer las noticias ya elaboradas por otras
personas, y por no tener una participación investigativa en el programa.
Además trabajando en este medio, sentía que sus palabras no iban más
allá de lo que duraba la emisión del noticiero.
Sin embargo, como un reto personal, en 1992 dirige el noticiero de Radio
Santafé. Aunque se retirara muy pronto de esta emisora, esto no iba a
frenar su labor investigativa, puesto que se dedicaría por completo a la
elaboración de sus próximos cinco libros: el reportaje más grande de la
Colombia de fin de siglo, como él los ha denominado.
Desde el momento en que empezó a formarse como periodista Germán
Castro Caycedo siempre ha buscado plasmar la realidad de una manera
diferente. Elige los temas de investigación de acuerdo con su olfato
periodístico, un olfato agudo y muy especial que le permite escudriñar en
los rincones más ocultos donde aparentemente no se encuentra nada.
Es un periodista que se interesa por la comunidad y por eso trata sus
problemas, no con el fin de darles soluciones pero sí para dar a conocer
de la manera más objetiva posible la situación del país, por eso siempre
presenta las dos caras de la moneda, lo cual le ha costado que lo tilden
de comunista, revolucionario, y hasta delincuente.
Pero ese periodismo de influencia directa en el lector, que presenta los
hechos escena por escena con una descripción plena de hábitos,
modales, costumbres y demás, lo logró gracias a obras como las de
Ernest Hemingway y Truman Capote de quienes tomó la estructura.
Los grandes periodistas colombianos de la década del cincuenta, como
Germán Pinzón; Leopoldo Pinzón; Camilo López, el maestro del
monólogo; y Marco Tulio Restrepo, claro ejemplo del buen manejo del
tiempo, los escenarios, los lugares, las situaciones y la cultura
colombiana; también influyeron en Germán Castro.
A través de todos ellos, llegó a este periodista el Naturalismo, ese
movimiento literario que surgió en Francia en 1860 y el cual tiene como
objetivo «describir la naturaleza tal y como la ve el escritor»3
«Para mí la gran reportería colombiana nació en la década del
cincuenta en El Espectador, con estos señores y desde luego con
García Márquez. Pero es que ellos habían tenido esa gran influencia
del Naturalismo. Yo aprendí de ellos, me copié de ellos... recogí la
enorme tradición periodística nuestra»4
Luego de recoger esa tradición periodística volvió a leer Madame Bovary
y fue en ese momento cuando se dio cuenta de la relación entre el
Periodismo y la Literatura, por eso retomó lecturas como «Juan
Cristobal», testimonio del gran periodismo, escrito por Romain Rolland.
Más tarde siguiendo en este mismo proceso, encontró escritos de
Bartolomé de las Casas y decidió seguir con los cronistas de indias, entre
los que se encuentran Fernández de Oviedo y Fray Pedro Simón, así
como los documentos: El Diario de Cristóbal Colón y las Cartas de
Américo Vespucio.
3 MARTÍN VIVALDI, Gonzalo. Los Géneros Priodísticos, Ed. ParaninfoS.A., Madrid, segunda edición,19794 BOLETIN CULTURAL Y BIBLIOGRÁFICO, Ibid, PP 16 y 33
Esto lo llevó a leer de nuevo a Daniel Defoe, escritor del siglo XVIII quien
supo plasmar en sus escritos las historias de piratas; sin embargo, «le
niega muchas cosas al lector... es muy egoísta»5
«Es que desde niño yo leí y decía: ¿Por qué me niegan esto?
Entonces por eso pongo tanto énfasis en abundar en detalles, en
información...»6
Otro de sus grandes maestros fue Hernando Santo Castillo, director del
El Tiempo, quien con una concepción del periodismo diferente a la
tradicional, «que me parece que es la correcta –habló de reportería- no
le pone mucho cuidado a la forma, y creo que tiene razón»7
Él le enseñó a enriquecerse de información, a decir algo importante en
cada párrafo, a encontrar el «ritmo» y lo que es más importante, a no
rellenar por rellenar.
Durante su carrera reconocida a nivel nacional e internacional ha
obtenido a lo largo de su carrera periodística numerosos premios, como
reportero en prensa, como escritor y como director del programa de
televisión «Enviado Especial».
5 Ibid, Pág 166 Ibid, Pág 167 Ibid, Pág 17
En 1970 ganó el Premio Nacional de Periodismo «Hernando Caicedo»
por su crónica «Buenaventura, tierra de oro y miseria», publicada en El
Tiempo el 22 de noviembre de 1969.
Fue un reportaje sobre la problemática social de Buenaventura y para
ello el periodista habló con Rodrigo Lloreda, gobernador del Valle en
aquella época, sobre la inhumanidad de los problemas de dicha
población, "Castro fue hasta allá, entrevistó a más de 45 personas y
luego recolectó datos en Cali y Bogotá".8
La lista de galardones es amplia y por ello aquí sólo se hará mención a
algunos de los más importantes.
1976, Premio de Periodismo América Latina «Sip Mergenthaler» 1977,
Premio APE (Asociación de periodistas del espectáculo) por el mejor
programa de televisión colombiano.
En 1980 Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar. En 1981 y 1983,
Primer puesto en la Bienal de Televisión de Berlín Prix Futura, siendo
galardonado con el gran Premio Futura que se disputa entre programas
periodísticos del Tercer Mundo.
En 1989, Ganador del Premio GAMMA al mejor programa periodístico.
En 1990, Séptimo Festival de Cine de Bogotá, al mejor programa
periodístico.
Para lograr los éxitos obtenidos, Germán Castro ha tenido que consagrar
su vida a la exploración de los hechos, a la labor de ocultar hasta lo
inocultable y por ello ha corrido graves riesgos que incluso en muchas
oportunidades lo han enfrentado a la muerte.
No obstante como suele suceder en la vida, no todo ha sido agradable
para Germán Castro, pues su profesión lo ha obligado a enfrentarse con
grandes obstáculos que de una u otra manera ha sabido superar.
Recopilando información para uno de sus libros, el escritor estuvo a
punto de naufragar cuando la embarcación en que viajaba se volteó en
un caudaloso río.
Dos accidentes aéreos también estuvieron a punto de causarle la muerte
a al periodista. El primero fue en 1966 cuando la avioneta en que viajaba
se estrelló dejando como resultado la muerte del piloto. Y el segundo fue
en 1970 en la Sabana de Bogotá, cuando en compañía del fotógrafo
Miguel Díaz, viajaba a cubrir información sobre las inundaciones del
Cesar.
8 EL TIEMPO, Germán Castro de EL TIEMPO Ganó Premio Nacional de Periodismo, 22 de noviembre
Diez años más tarde, en 1980, fue secuestrado por el Movimiento 19 de
abril (M-19) y llevado al jefe de la organización, quien le reveló sus
objetivos políticos y sus planes militares. Este trabajo que incluyó una
entrevista con el desaparecido Jame Bateman fue publicado en el Diario
El Siglo.
Posteriormente, en 1983, cuando se encontraba en compañía de los
periodistas Hernando Salazar, Arturo Jaimes y Efraín González Alemán,
fue raptado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para hacerle
entrega del hermano del entonces presidente Belisario Betancourt, Jaime
Betancourt Cuartas.
Luego, en 1987, se perdieron tres años de investigación cuando el
escritor fue atracado por unos hombres que le robaron el carro y con él
todo el material periodístico de un nuevo libro acerca de narcotráfico,
especialmente sobre la producción de la marihuana en Colombia,
Estados Unidos, Irán, Brasil y México. Así desapareció ese valioso
material investigativo que contenía ocho cassettes con una serie de
entrevistas realizadas en estos países.
Pero no sólo ha sido atacado físicamente, también lo han atacado
verbalmente. Fue catalogado de guerrillero, terrorista y hasta lo han
de 1979, Pág 1A.
vinculado con el narcotráfico, debido a los contactos que ha logrado
obtener para sus investigaciones.
Pero a pesar de las múltiples vicisitudes este periodista le ha ganado la
partida a la vida y ha sabido sobrevolar cielos que parecían lejanos,
recorrer ciudades que parecían desoladas y atravesar mares que
parecían tormentosos.
Escribir es para Germán Castro traspasar los límites de la realidad y
poder entrar en el arte mayor, aunque ese no sea su principal objetivo.
Su técnica la logra con las vivencias, con las entrevistas, porque cada
uno de los personajes de sus obras aportan algo a una metodología sin
límites que se enriquece con toques literarios sin perder la esencia
informativa.
Eso lo demuestra en todos sus libros donde deja escapar la locuacidad
de los personajes para enriquecer la obra, teniendo en cuenta una sola
finalidad: llegar al lector de una forma directa, escueta y sencilla.
Sin proponérselo Castro desborda en los linderos de la Literatura al
rescatar lo sombrío de la noticia y reubicar el hecho de un nuevo espacio
gracias a una investigación exhaustiva, ampliamente analizada y
decantada para poder penetrar en el lector y transmitirle el calor de cada
historia.
Gracias a la virtud de intimidar con el lector, este periodista es uno de los
mejores ejemplos de Periodismo Literario, porque ha aprendido a contar
los cuentos, porque el «gran desafío es que todo sea real. Ahí está la
maravilla de esto, es no sentarse a imaginarse nada. Eso es lo bello,
entonces se vuelve obsesivo a morir»9
Por eso vamos a echar un vistazo por algunas de sus obras para
adentrarnos y comprender aún mejor la forma de escribir de Germán
Castro Caycedo y el manejo de la crónica literaria. Evidenciaremos el
manejo literario de la noticia, el reportaje y la crónica.
COLOMBIA AMARGA
Pocas veces, realmente pocas, se abre un libro para encontrar la
radiografía de lo que sucede diariamente alrededor, de los hechos que
por costumbre terminan en el olvido impidiendo la reacción ante un país
en vías de desastre.
Eso es «Colombia Amarga», un libro con treinta reportajes que:
9 Boletín Cultural y Bibliográfico, N° 24-25, V. XVII, 1990
«Intentan dejar la noción de una endemia colombiana: la violencia
con todas sus manifestaciones, que nos llegó con la invasión de
América y que se hace más patética en la época de la República.»10
Queriéndolo o no, Germán Castro Caycedo transporta al lector al
verdadero mundo de Colombia en un recorrido por todo el territorio
nacional, donde el periodista y escritor presenta el testimonio de ese
sabor amargo de una nación que se derrumba inevitablemente,
mientras sus y dirigentes departen en los pasillos las ganancias de una
opresión, de una injusticia, de una miseria que sólo le corresponde a
quienes no tienen el privilegio de estar en esos pasillos.
Las descripciones, parte fundamental de los reportajes, hacen de los
textos algo más que meras crónicas, las acercan a quien está leyendo y
le permiten recrear ese mundo que allí se plasma con sutileza y claridad
sin perder la veracidad.
Son descripciones casi poéticas pero de una precisión envidiable:
Caicedonia, un pueblo encajonado entre las cordilleras quindianas
al norte del Valle del Cauca, no tiene término medio para nada...»11
10 CASTRO CAYCEDO, Germán. Colombia Amarga. Ed. Planeta, 4 edición, Bogotá, Colombia, 1986,pág 11311 CASTRO CAYCEDO, Germán. Ibid, Pág 11
Las figuras literarias, las analogías puestas con exactitud, apoyan las
largas investigaciones que reforzadas con testimonios y cifras dibujan el
acontecer de Colombia en la década de los setenta, pero que a pesar del
paso del tiempo conservan mucha vigencia pues no sólo muestran los
problemas sino también sus raíces, y son precisamente éstas las que se
conservan, porque los espejismos de nuestra patria no
pasan, se quedan.
La agilidad de los reportajes también se debe, en gran medida, a la
colocación de cada uno de los elementos que Castro utiliza para ubicar al
lector tanto espacial como temporalmente (los diálogos, las
descripciones, las cifras, los personajes, etc.). Esto puede ser posible
gracias a la gran labor periodística que realiza y a la parte literaria
intrínseca en su estilo.12
Y esto lo logra conviviendo con los protagonistas de las situaciones,
teniendo las experiencias en carne propia, sintiendo lo que sienten ellos,
sensibilizándose con los hechos para luego enfocarlos con una lente
especial e inusual que permite ver el color de la verdad tal cual es.
Pero no sólo plantea y descubre, además comprueba, denuncia y da
soluciones o ideas para que cada uno saque sus propias conclusiones.
Es decir, una labor periodística completa, pues informa y orienta.
12 CASTRO CAYCEDO, Germán. Ibid, Pág 17
Castro Caycedo deja ver la sed de justicia que ha caracterizado su
trabajo durante todos estos años –con un grado mayor- en este libro
donde muestra genocidios, robos, juicios sin justicia, venta de indígenas,
esclavitud, explotación de personas, apropiación de tierras, miseria,
prostitución, hambre, hampa...todos cobijados por un gobierno impotente
y complaciente que permite que personas como Bernardillo o Marcelino
Jiménez sucumban cada semana por diferentes causas pero con un
mismo patrón: la injusticia, el vacío de gobierno.
PERDIDO EN EL AMAZONAS
Este libro escrito en 1978 por el periodista colombiano Germán Castro
Caycedo cuenta la historia de un ex–marinero, Julián Gil Torres, un
hombre de leyenda, que luego de haber hecho contacto con una tribu
hasta hoy desconocida, desapareció en el corazón de la selva.
La historia de Julián en la selva amazónica colombiana sigue viva
gracias al relato de Efraín Gil y de sus compañeros. Una historia que
parecía una leyenda fue convertida por Germán Castro Caycedo en un
impresionante reportaje periodístico, como él mismo lo explica en el
prólogo.
«Conservan situaciones y fechas tal como lo relataron los
protagonistas......El relato principal fue realizado por su hermano
Efraín, un brillante narrador que logra presentar toda la magia de un
lugar desconocido, como es la selva, a través de la vida de Julián.»13
Como cualquier escrito periodístico lo que se quiere en primera instancia
es informar. Con esta obra el autor reúne los géneros periodísticos y los
mezcla logrando un verdadero reportaje investigativo.
En 10 capítulos el autor logra dar una visión completa de las selvas
colombianas, por medio de la voz viva de los personajes y los recrea con
leyendas y costumbres de la amazonía.
«...uno de los jefes abuelos se puso a pensar cómo hacía él para
conseguir la candela y llamó un pariente que era su compadre.
Llamó a Fisido. Entonces Fisido que él conocía un abuelo de
antigua que era el dueño de la candela, pero que la mezquinaba
mucho y no se la quería entregar a la gente porque no se portaban
bien.»14
De esta forma el autor cuenta a través de los testimonios de indígenas
Huitotos cómo fue la creación, sus dioses, costumbres y todo acerca de
la agricultura, los bailes, y los intercalaría en las narraciones de Efraín.
Al concluir cada capítulo o al iniciarlo, Castro Caycedo describe y
ambienta lo que fue la entrevista, o da entrevista, o da introducción para
ubicar al lector en lo que se va a hablar en el capítulo siguiente.
13 CASTRO CAYCEDO, Germán. Perdido en el Amazonas, Ed. Plaza & Janes, 3 Edición, Bogotá,
Gracias a los archivos oficiales de la Marina colombiana se saben las
fechas exactas y se describe perfectamente los trabajos de los
protagonistas.
MI ALMA SE LA DEJO AL DIABLO
Enfrentarse con la lectura de «Mi alma se la dejo al diablo» es una
verdadera aventura. Una aventura en la que el lector desprevenido de
repente se ve transportado a las selvas surorientales de Colombia. Una
hazaña en la que, sin querer, el lector se convierte en un compañero más
de infortunios del gringo Martín, de Oscar Rivera o de los antropólogos
austriacos.
Una aventura que de forma maravillosa informa, como cualquier otro
escrito de carácter periodístico. Y allí radica una de sus principales
virtudes: dar información minuciosa y detallada a manera de novela, sin
sacrificar la esencia periodística, la veracidad, apartándose de los
patrones clásicos del periodismo.
Germán Castro Caycedo busca sus propios patrones; y los encuentra.
No escribe bajo la presión de realizar un artículo que encaje
rigurosamente en cualquiera de los esquemas de los géneros
Colombia, 1991, Prólogo
periodísticos o literarios, bien sean estos reportaje, crónica, cuento o
novela. No, lo que Germán Castro logra es una interesante amalgama de
todos ellos, pues en lugar de alejarse por completo de sus postulados,
los utiliza a favor de su trabajo, seleccionando a cada paso lo mejor de
tales géneros para construirlos en su obra como «otro» esquema –o si se
puede decir, género-renovador y ameno.
Esta obra se ubica en lo que se ha denominado Periodismo Literario; es
aquí donde encaja sin dejar elementos por fuera, como sucedería si se le
adjudicara el rótulo de reportaje, crónica, novela o cuento.
Castro Caycedo deja llevar la narración de la mano de los propios
testimonio de sus protagonistas, sin caer en el error de ser una mera
recopilación de citas textuales.
Porque el autor establece una perfecta hilación entre lo que dice cada
personaje y los datos que él anexa. Además, logra crear dos historias
paralelas, con sus propios protagonistas, sin que alguna de ellas pierda
sentido propio, y las enfrenta conformando, a su vez, una misma historia:
la selva como víctima del hombre y éste como víctima de ella, en una
doble relación de golpes y venganza mutua.
14 CASTRO CAYCEDO, Germán. Ibid, Pág 104
De otra parte, el autor toma como «pretexto» la historia de estos
hombres para denunciar los abusos que se cometen en nuestras selvas
en contra de los indios, de la fauna, de la vegetación y de los propios
colonos. En este sentido ya esboza su inconformidad con el trato que se
le da a los indígenas, lo cual se constituirá como una constante en sus
demás obras.
Germán Castro Caycedo trabajó durante cinco años en la elaboración de
«Mi alma se la dejo al diablo». Tiempo en el que recolectó testimonios y
documentos conformados por informes oficiales, diarios de los
personajes y entrevistas personales. Recopiló también el escaso material
publicado en periódicos, de los que utilizó además fotografías, las cuales
obtuvo igualmente de álbumes familiares de algunos de los
protagonistas.
El autor no vaciló en viajar por toda Colombia en busca de las personas
involucradas y, queriendo llegar a la máxima veracidad, viajó hasta
Austria para entrevistar a Fritz Trupp, uno de los antropólogos que vino a
las selvas del Yarí en busca de una comunidad indígena totalmente
desconocida.
Si bien Castro Caycedo no tiene un esquema riguroso para escribir
–se habla en cuanto a género- sí tiene una disciplina estricta y
exhaustiva cuando de buscar fuentes de información se trata. Su
metodología investigativa tiene la precisión necesaria para acumular gran
cantidad de información y jugar con ella de múltiples maneras sin caer en
la especulación.
EL KARINA
El sábado 16 de noviembre de 1981, la Armada Nacional de Colombia
hundió en combate en el Océano Pacífico, un barco que transportaba
armas y municiones para el Movimiento 19 de abril M-19.
Este nuevo hecho colombiano es la historia que ocupa a Germán Castro
Caycedo en «El Karina», en donde cada pieza es contada textualmente.
Desde las ciudades alemanas, a las selvas amazónicas, a la Guajira, a
los puertos del Caribe, al Canal de Panamá y por último a las aguas
colombianas del Océano Pacífico.
El tiempo de la obra data de junio a noviembre de 1981. desde el
momento en que el M-19 decide comprar un cargamento de armas FFAL:
fusil automático liviano, y FAP: fusil automático pesado, y envían a sus
mejores hombre para la operación que comienza en Hamburgo y que
debía concluir en una población clandestina del grupo guerrillero situada
a orillas del río Orteguaza y Meta en las selvas surorientales de
Colombia.
Para ello, contrataron al buque «El Karina», pero solamente la mitad del
cargamento logra coronar. El resto es llevado a una población del
Pacífico, pasando por el Canal de Panamá en donde posteriormente son
sorprendidos por la Armada Nacional y dados de baja.
Los testimonios que utiliza son de los que vivieron los hechos agónicos:
guerrilleros, marinos y militares, aventureros, hampones, hombres
provincianos y una que otra mujer que colaboraron en la operación.
Este reportaje es logrado por Germán Castro Caycedo gracias a la
Armada Nacional de Colombia, pobladores guajiros, periódicos
colombianos, bitácoras oficiales y guerrilleros del M-19 que hablaron con
él dentro del marco de tregua armada durante la presidencia de Belisario
Betancourt.
El objetivo principal de la obra es informar a los lectores lo que
verdaderamente ocurrió en el Karina, desde que se hicieron los contactos
hasta el relato de la agonía de ese barco que burló las costas
colombianas y el espacio aéreo, hasta caer a unas cuantas millas de
lograr el objetivo.
Es la historia real contada por aquellos que la vivieron y organizada e
investigada por Germán Castro Caycedo.
Los protagonistas de la obra van en orden de importancia dentro de la
operación, pero hay que aclarar que los nombres de los protagonistas
son los de oficio.
EL CACHALANDRÁN AMARILLO
El Cachalandrán Amarillo fue escrito en 1989, y recoge una serie de
mitos e historias populares de suspenso, cómicas o románticas, que el
autor recopiló durante dos décadas de investigación.
Muchas de las narraciones fueron reunidas cuando Germán Castro
Caycedo investigaba para otros libros, y quien haya leído algunos de
ellos fácilmente se podrá dar cuenta que algunos de estos cuentos ya se
mencionaban allí.
Castro rescata en este libro las tradiciones populares, los relatos de los
pueblos, las historias costumbristas de las regiones, sus dichos e
idiosincrasia, y revive esos cuentos que alguna vez nos contaron los
abuelos en la niñez y despiertas el interés por la cultura colombiana, por
saber el origen de las cosas a través de los indígenas y de la tradición
oral.
De esta forma entrega al lector algo muy diferente pero que forma parte
de esa actitud investigativa muy propia del autor.
La obra tiene como único fin tratar de aportar algo al conocimiento de la
ignorada nacionalidad colombiana, en 24 cuentos de seis regiones que
van desde las tierras del Pacífico hasta las nieves perpetuas del Cocuy.
«... son el resultado de la investigación periodística más larga que
he realizado en mi vida profesional, tratando de hallar el alma del
hombre colombiano.»15
En la introducción el autor cuenta claramente cómo fue la investigación y
recopilación de las historias, y por qué decidió escribir esta serie de
fábulas.
En primera instancia, se dedicó a recoger historias del hombre
boyacense frente al culto, a la muerte, al honor, al pecado y a la fidelidad.
Un año más tarde, en la selva amazónica, grabó algunos cuentos
huitotos acerca de la creación, de la evolución de las especies y todo
acerca de su cultura.
15 CASTRO CAYCEDO, Germán. El Cachalandrán Amarillo, Ed. Planeta, Bogotá, 1989, Prólogo
Posteriormente, en Riohacha recopiló las historias del «Chichiribico» y
las anécdotas de Efrain Barliza y el cuento de la enfermedad del
compadre Claudio Daza.
De esta forma continuo recogiendo cuentos prácticamente por todo el
país durante veinte años.
«...historias populares que por encima son bellas, pues hablan de
atardeceres y de árboles florecidos y de ríos transparentes y de
mujeres briosas de piel morena, pero que por dentro, frase a frase,
palabra a palabra, dan la medida de la tela con la cual fue hecho el
colombiano. Un ser que aún hoy desconocemos nosotros
mismos»16
Para captar mejor el medio, el autor realizó viajes posteriores y habló
muchas veces con los narradores.
Después armó los relatos incluyendo nombres de la región, comidas
típicas, árboles, climas y, finalmente, realizó un sondeo para dar un giro
al castellano arcaico que se conserva en ciertas partes del país.
16 CASTRO CAYCEDO Germán. Ibid, prólogo
EL HURAKÁN
El azote de la Conquista española en América ha sido tratado en
múltiples oportunidades por diversos autores, y en «El Hurakán» le
corresponde el turno a Germán Castro Caycedo.
En un escritor como él, siempre preocupado por las injusticias y
maltrato, sería imperdonable no encontrar dentro de su obra un libro
dedicado a mirar de cerca lo que sucedió durante la llegada de los
europeos a estas tierras, hasta entonces llenas de armonía y con una
amalgama de culturas aborígenes en plena ebullición.
«El Hurakán» toma su nombre de una palabra caribe, la misma que
utilizaba los aborígenes taínos de las Antillas, y de la que deriva la
palabra actual ´huracán´.
Germán Castro la tomó como era originalmente para describir, a su modo
de ver, todo lo que ocurrió con el desembarco de los españoles en
territorio americano.
Igualmente, el autor quiso contar en esta obra todo aquello que nunca se
enseña en los libros de historia oficiales, y ponerlo al alcance de
cualquier lector, generalmente reacio a saber lo que pasó a través de los
relatos fríos y rígidos de los cronistas de Indias.
En este sentido, Castro Caycedo «modernizó» el castellano antiguo para
hacerlo digerible, pero conservando ciertas figuras, palabras y elementos
del mismo, buscando un acercamiento a la literatura, pero sin dejar de
lado, claro está, su objetivo netamente periodístico.
Sin embargo, y como el mismo autor lo reconoce, en «El Hurakán» esa
magistral hilación de sus anteriores libros se pierde entre el océano de
información y de relatos que constituyen este documento. Esto es, que
ese acostumbrado juego cronológico que emplea a la perfección en sus
otras obras, sin confundir al lector, se desvanece por momentos
haciéndole perder continuidad y tensión a algunos pasajes de la
narración.
Pero lo verdaderamente importante de «El Hurakán», más allá del
descarnado relato del maltrato a los indígenas, de los abusos, el saqueo,
el choque cultural, es el modo como Castro Caycedo, después de 550
páginas de recorrer la Conquista, llega a la actualidad –en un
desgarrador relato sobre matanza de indios en los Llanos Orientales de
Colombia- para descubrir con desilusión que este país lleva quinientos
años atrapado en el ojo de un hurakán.
LA REALIDAD DE «EL HUECO»
Una de las características que hace inconfundible los libros de Germán
Castro Caycedo es, precisamente, esa inefable capacidad de descubrir
las entrañas de la crisis colombiana. Y en «El Hueco», ese descubrir
atraviesa las fronteras patrias para hacerle ver al lector una realidad que,
aparentemente, no le corresponde al ámbito nacional, pero que
definitivamente hace parte del complejo conglomerado de problemas que
aquejan el país.
Es el síntoma de una crisis asfixiante que los agobia y los impulsa a
escapar de esta realidad, la que está enmarcada en el territorio nacional,
para buscar mejores oportunidades en el extranjero –tal vez se sienten
extranjeros en su propia patria- y poder realizarse teniendo como patrón
el famoso sueño americano.
Sin embargo, esa escapatoria no los conduce a la cima de sus
aspiraciones, sino a estrellarse contra una pared de discriminación y
maltrato. Y allí comienza una infernal pesadilla para ellos, en la que son
violados sus derechos humanos y son víctimas de la crueldad y el abuso
de las autoridades. Castro Caycedo deja que sean ellos mismos quienes
los narren a través de sus testimonios; son relatos descarnados, llenos
de resentimiento y de ira, que no pueden menos que despertar un
fraternal sentimiento de solidaridad en el lector.
Algunos logran llegar con suerte a México y Estados Unidos, pero la
mayoría tiene que vivir escondiéndose por llevar el sello de «ilegales», y
luchar en un medio hostil que los rechaza y señala como indeseables.
Otros, los que tuvieron la fortuna de establecerse hace varios años, han
logrado con mucho tesón y esfuerzo sobresalir dignamente,
convirtiéndose en el paradigma de los que sueñan con alcanzar el lugar
donde ellos se encuentran.
Así, la única salida de este mar de problemas que es Colombia, que los
ahoga inmisericordemente es el Norte, donde están los rubios ojiazules,
donde el progreso es para todos, donde la abundancia se desborda y hay
oportunidades por doquier, y donde se gana en dólares.
«Los más antiguos llegaron sin problemas porque hasta hace unos
años, cuando la presión no era tan grande, podían obtener
fácilmente una visa de turismo y gracias a ella ingresaban y se
quedaban. Ahora los controles son minuciosos y prácticamente la
totalidad ha venido por «el hueco», es decir, en forma clandestina a
través de la frontera con México, desde Bahamas en bote o en
avión, e incluso algunos por Haití».1
Con «El Hueco», Germán Castro Caycedo sigue en la ruta de sus
demás libros, tocando fibras, diciendo verdades y rescatando al hombre
colombiano, al verdadero, para que cada lector se reconozca en él y
descubra sus intrincados problemas, pero también para que empiece a
fabricar soluciones y a verse en el espejo sin la máscara de la
despreocupación.
En «El Hueco» sigue apoyándose en una rigurosa exploración de campo,
acercándose a los protagonistas, conviviendo con ellos y escudriñando
en los archivos para encontrar cualquier documento que sustente lo
escrito.
De este modo, Germán Castro Caycedo viaja hasta Nueva York, al
sector de Queens, en donde los colombianos han establecido un territorio
para ellos, y allí se encuentran con varios personajes que le van
contando sus experiencias y lo ponen en contacto con otros compatriotas
que han atravesado dificultades, y así sucesivamente se va adentrando
en ese mundo de los colombianos ilegales, para obtener testimonios que
le dan hilo conductor a su libro.
Igualmente, va a México –segundo lugar preferido por los colombianos-
para encontrarse con un panorama más desolador. Entra a las cárceles
en donde los colombianos son tratados como delincuentes de alta
peligrosidad, en las que son torturados sin compasión para que confiesen
1 CASTRO CAYCEDO Germán. El Hueco, Ed. Planeta, Bogotá, 1989, pág 53
en qué lugar esconden la cocaína... porque para las autoridades
mexicanas todos ellos son narcotraficantes de la peor calaña.
Obviamente, allí no hay esperanzas ni sueños, ni posibilidad de tener un
proceso legal justo. Todo esto lo descubre el autor, casi con furia, a
través de su minuciosa indagación.
MANEJO DEL TIEMPO
En esta novela-reportaje encontramos un tiempo real narrado en pasado
durante la mayor parte de la obra, pues son testimonios que dan de viva
voz cada uno de los personajes entrevistados por el autor; su travesía,
su vida de ilegales, antes de llegar a la entrevista, en presente, realizado
por Germán Castro Caycedo.
Como es costumbre del autor, juega con el tiempo mezclando diferentes
narraciones, en distintos momentos pero sin llegar a confundir al lector.
La investigación empieza con la llegada del autor a Nueva York en el
mes de febrero y no es sino hasta el mes de marzo que hace contacto
con el propietario del restaurante La Herradura, ubicado en Queens y
donde vivían cerca de trescientos mil colombianos –buena parte
indocumentados-, lugar donde suelen llegar los ilegales y donde el autor
conoció a cada uno de los personajes y sus historias.
Existe un detallado recuento, en sucesión cronológica lineal de los
diferentes episodios en las vidas de cada uno de los personajes, se hace
un retroceso cuando el protagonista de cada capítulo comienza por
contar la forma y circunstancias de su salida de Colombia así como las
mil y una aventuras de su llegada a Estados Unidos; se retrocede en el
tiempo para contar el porque de su salida del país, su familia, su ciudad,
su pueblo y hasta sus ancestros, como sucede con los de Elmer uno de
los narradores originario de Santuario, Risaralda y hasta donde el autor
se desplazó.
«¿Dónde comenzó todo esto? Muy difícil, tal vez imposible
establecerlo, pero esa mañana me atrajo una lápida de cemento con
su placa de latón pintado- única de este tipo que se puede ver allí-
en la que grabaron un nombre y una fecha:
ROGERIO MARIN T.-19203
Durante toda la obra encontramos secuencias argumentales al utilizar el
recurso del paralelismo narrativo. Las fuentes narrativas tienden a la
ilación por asociación temática, o al choque por contraste de situaciones,
mientras se mantiene una perfecta concondancia entre ambos planos
narrativos.
3 Ibid, Pág 204
Gramaticalmente los tiempos en «El Hueco» son esencialmente dos: el
presente del indicativo y el pasado simple. La primera forma verbal es
utilizada por Castro Caycedo en la descripción de la «Herradura»
«La Herradura es uno de los restaurantes colombianos más antiguos en
Nueva York...»4
Es un modo verbal especialmente adecuado para los pasajes
descriptivos, tiene un efecto de congelamiento de determinada imagen.
De resto, el narrador omnisciente cuenta su historia desde la posición
clásica, es decir, en tiempos pretéritos, por lo general en el simple,
aunque con cambios necesarios al pretérito pluscuamperfecto.
«El viaje fue completo porque habíamos partido de Cali sobre las
siete de la mañana y aterrizamos en Nassau como a las diez de la
noche, hicimos inmigración sin ningún problema porque la señora
había pasado por allí muchas veces llevando colombianos...»5
o al pretérito imperfecto como en la descripción que hace el autor de un
preso colombiano en un penal de Nueva Laredo, México.
«Carlos Alberto estaba en el segundo piso al lado de la gente más
peligrosa de la loma y compartía la celda con otro colombiano...»6
4 Ibid, Pág 195 Ibid, Pág 60
LA VOZ DEL NARRADOR OMNISCIENTE
Un narrador omnisciente preside la narración en «El Hueco» desde el
punto de vista clásico; esto es, desde una ubicación espacio-temporal
omnímoda.
Tom Wolfe ha reclamado para el Nuevo Periodismo el descubrimiento
técnico de un punto de vista en tercera persona que posibilita «presentar
cada escena al lector a través de los ojos de un personaje particular,
para dar al lector la sensación de estar metido en la piel del personaje y
de experimentar la realidad emotiva de la escena tal como él la está
experimentando»7 . Esto es esencial para la comprensión de esta técnica
desarrollada en «El Hueco».
«...¿Cómo puede un periodista, que escribe no-ficción, penetrar con
exactitud en los pensamientos de otra persona?... la respuesta se reveló
maravillosamente simple: entrevistarlo sobre sus pensamientos y
emociones junto con todo lo demás»8
y es una de las cualidades maestras de la obra de Germán Castro; haber
explorado las motivaciones profundas, los deseos, las frustraciones, la
historia personal, de cada una de las voces que aparecen en la obra,
6 Ibid, Pág 60
Castro Caycedo permite descubrir a sus personajes como él los
descubrió, como personas.
El descubrimiento de este punto de vista tiene su origen en la esencia
misma del trabajo de reporteria llevada a cabo por Germán Castro. En
primer lugar el periodista escritor ha hecho este acercamiento
aceptándolos, ante todo, como seres humanos; en segundo lugar; ha
interpretado en un contexto amplio estos pensamientos y motivaciones
profundas de los protagonistas; y en tercer lugar vertido fiel y
objetivamente esta interpretación de cada una de las historias que se
hilan entre sí, para lo cual se ha desplazado hasta el lugar mismo de los
hechos y los que han sido nombrados por sus interlocutores, llevando a
cabo por él mismo investigaciones con extremo rigor y exhaustividad en
convivencia total con los protagonistas de estas historias de vida.
Pero, ¿cómo se revela este narrador omnisciente?
Por su deliberada posición imparcial frente al hecho, porque no juega, ni
evalúa moralmente los hechos. Así este narrador jamás podrá
identificarse a través del lente que escudriña una posición ideológica
definida: de hecho no tiene ninguna, nunca se le ve asumir un juicio
7 WOLFE Tom. Introducción a la crítica literaria, Buenos Aires, 19748 Ibid, Pág 51
condenatorio o absolutorio, ni siquiera adopta el tono conmiseratorio, se
trata de un relator que simplemente trasmite con objetividad la escena.
Este narrador omnisciente se identifica por su punto de vista clásico,
usando diferentes modos del pretérito.
«Libre de cargos, De los Ríos fue recluido en la estación para
indocumentados de ixtapalapa y tres meses más tarde se le deportó
cuando su familia consiguió un pasaje a crédito»9
También por la forma en que el narrador se sitúa espacial y
temporalmente, si bien su ubicación es la más común, Germán Castro
logra que ese narrador transmita la historia al lector con una cercanía
espacio-temporal muy cercana: el lector siente que la historia que se le
está refiriendo proviene de un pasado muy próximo desde escenarios
casi tangibles, próximos. Esa dolorosa proximidad que logra el escritor
con la escena que describe, su capacidad para transcribir y plasmar los
detalles de cada protagonista, los sentimientos de soledad, desarraigo y
también de felicidad de cada participante, y esto es porque la narración
corresponde exactamente a la realidad, al testimonio fiel y la convivencia
y cercanía con cada uno de los protagonistas de la historia.
9 CASTRO CAYCEDO, Germán. Ibid, Pág 312
CONSTRUCCIÓN LINEAL
Si se mira en conjunto la obra, puede concluirse que dado que está
basada en hechos totalmente reales, el plan narrativo general obedece a
una construcción episódica, paso a paso, a un ordenamiento
cronológicamente lineal y sucesivo. Esta organización de la trama
corresponde por principio, a la secuencia real de los hechos tal y como
fueron.
La narración comienza con el relato del autor mientras esperaba en el
aeropuerto su vuelo hacia Nueva York primer lugar para llevar a cabo su
reportaje- investigación y termina con el testimonio de tantos que quiere
encontrar su sueño americano a través del hueco.
La trama va desarrollándose tal cual tuvieron lugar y tiempo los
acontecimientos: una a una, se fijan las diferentes marcas cronológicas
de la acción.
Pero en detalle, el relato es objeto de múltiples combinaciones en los
planos temporales que contiene. Había pasajes donde el autor recurre a
un retroceso en la historia y donde trae a colación personajes lugares y
situaciones que de una u otra forma están relacionados con la forma de
ingresar ilegalmente a los Estados Unidos donde se necesitó del tiempo
para hacerse forma y lenguaje.
LA CONSTRUCCIÓN ESCENA – POR – ESCENA.
En este punto se mira la obra a través de los cuatro procesos que Tom
Wolfe considera fundamentales en la técnica impuesta por el Nuevo
Periodismo.
La construcción escena –por – escena, el registro del diálogo, la relación
de gestos, hábitos, modales (el retrato de los personajes) y el punto de
vista en tercera persona.
Para exponer el hecho, buscar sus antecedentes y sobre todo recrear las
acciones llenas de diversos episodios, de desplazamientos geográficos;
para penetrar en la psicología de los personajes, presentar su historia
personal, encontrar los puntos clave de su carácter y de sus
motivaciones, para todo ello ha recurrido a ésta técnica fundamental del
Nuevo Periodismo, llamada así por Wolfe:
«El procedimiento fundamental era la construcción escena - por- escena, contando la historia,
saltando de una escena a otra y recurriendo lo menos posible a la mera narración histórica. De
aquí parten las proezas a veces extraordinarias, para conseguir su material que emprendieron los
nuevos periodistas: para ser efectivamente testigos de escenas de la vida de otras personas a
medida que se producían... » 10
Germán Castro elude el tono biográfico y la relación de los hitos cronológicos. De
la fama más ambiciosa restituye la historia en forma de relato novelado. Él parte
del testimonio de los mismos protagonistas y de su propia visión de los hechos
para reconstruir con minuciosidad cada escena significativa, así arma un trama
argumental fiel al modelo real en su totalidad y en su escencia. Lo principal es
tener en cuenta que, cualquiera sea la dinámica narrativa desarrollada en cada
episodio, este procedimiento de construcción de escena –por- escena es la única
forma de transformar la materia temática del reportaje en relato de fuerza narrativa,
siempre y cuando exista un dominio técnico y una experiencia en el campo.
EL REGISTRO DEL DIÁLOGO
Dice Tom Wolfe:
«El diálogo realista capta al lector de forma más completa que cualquier otro
procedimiento individual. Al mismo tiempo afirma y sitúa al personaje con mayor
rapidez y eficacia que cualquier otro procedimiento individual. Los periodistas
10 WOLFE, Ibid, Pág 50
estaban trabajando con el diálogo como totalidad, del carácter más definitivamente
revelador, en el preciso instante en que los novelistas resumían, empleando el
diálogo de las maneras más crípticas, mortecinas y curiosamente abstractas»11
Justamente en «El Hueco» el registro del diálogo cumple esa doble función,
contribuir al retrato del personaje, captar la atención al ofrecer la dinámica oral de
la escena en la presentación de las situaciones. La restitución del diálogo realista
tiene en la novela dos formulaciones principales: el monólogo y el diálogo puro.
La primera además de asumir esa sutil forma del estilo indirecto libre, es
presentada a la manera usual de testimonio del personaje. Cuando el recuerdo o
los sentimientos de éste resultan primordiales para el relato, Castro Caycedo lo
deja hablar y su narrador omnisciente sólo interrumpe para señalar gestos y poses
del protagonista. Es el caso de Reinaldo Lindo Bolaños quien relata cómo empezó
su gran industria en Queens.
11 Ibid, Pág 52
«Así pasé los primeros cuatro años y al cabo de este tiempo encontré una
oportunidad mejor con una compañía llamada Saxon Paper. Se trataba de
troquelar sobres...»12
De la segunda forma, el diálogo puro existen varios ejemplos a lo largo de la obra.
Una muestra la conversación entre Germán Castro y el director del penal de Nuevo
Laredo donde se encontraban dos presos colombianos.
- y entonces, ¿por qué lo tienen con los colombianos?
Pregunté.
- El director decía que ellos lo podían controlar porque son mayoría dentro de la
celda
- ¿ y porque también lo consideran de alta peligrosidad?.
- Bueno...
- Cual es su peligrosidad...
- Tienen fama de hábiles y de inteligentes. Además intentaron fugarse hace
cerca de un año, respondió.
- Aún así – insistí- ¿No es un riesgo para ellos?
- Bueno, es posible, pero ahora no puedo solucionar nada. Las celdas
individuales están copadas.
- ¿Cuál es la acusación contra los colombianos?
12 CASTRO CAYCEDO Germán, Ibid, Pág 218
- Tráfico de estupefacientes
- Y, ¿contra «La Agonía?
- Doble homicidio
- Pero son delitos diferentes.
- Desde luego, pero los colombianos tienen fama de peligrosos.13
De acuerdo con su propósito realista, el diálogo aquí es captado en toda
su complejidad idiomática, esto es dejando intacto el «slang» o sea la
jerga, incluyendo inflexiones coloquiales, onomotopeyas, etc.
«Pues bien, ya al otro lado, algunos, digo los mismos pateros les
consiguen trabajo en los campos o como lavadores de platos en las
ciudades y una vez los ponen a chambiar, viene «la sangrada.»14
Así de esta forma, pudimos apreciar el estilo muy particular de Germán
Castro Caycedo, aunque de una forma muy general podemos ver la
similitud con la originalidad en los escritos de Tom Wolfe y Gay Talesse.
13 Ibid, Pág 28414 Ibid, Pág 279
En el último capítulo daremos paso a la aplicación pedagógica donde a
través de una serie de ejercicios intentaremos enseñar las bases de la
crónica literaria.
UNIDAD DE APLICACIÓN PEDAGÓGICA
DESCRIPCIÓN DE LA POBLACIÓN
Nombre: Colegio Departamental La Despensa
Grupo: Grado 9
Edad: 14-17 años
Nº de alumnos: 42
PROCESO EN EL DESARROLLO DE LAS HABILIDADES
COMUNICATIVAS.
Hoy día los estudiantes, debido a los avances tecnológicos, científicos y
culturales en la sociedad, deben estar en capacidad de comprender y
analizar las diferentes situaciones que su contexto elija.
Teniendo en cuenta que el texto no es solo aquello que está escrito y que
el pensamiento humano es ilimitado, el estudiante del futuro debe ser
llevado y dirigido a la crítica, promoviendo un cambio innovador y una
actitud más positiva hacia dichos avances.
Es por esto que es indispensable que los jóvenes aprendan el verdadero
sentido de la lectura y encuentren en la literatura un agente socializador
e informativo y además que desarrollen las habilidades comunicativas
escuchar, hablar, leer y escribir
Con la presente unidad pedagógica se pretende motivar a los estudiantes
, a través de sus educadores, a que desarrollen una competencia
comunicativa "esta se entiende como el conjunto de conocimientos,
destrezas y habilidades de emisor-receptor que lo capacitan para
comprender o producir adecuadamente mensajes dentro de contextos
socio-culturales específicos"1 y sean capaces de explotarlas no sólo en
el área de Español y Literatura, sino también en su vida personal.
El aprendizaje es parte integrante del desarrollo psíquico, lo impulsa y
favorece y por ende promueve el desarrollo psicobiologico total y el
lenhuaje es el medio para dicho desarrollo holístico.
La educación colombiana ha dominado un concepto de aprendizaje
proveniente del conductismo, que lo ha concebido como producto de una
interacción estímulo-respuesta, según la cual el niño pasaría por una
etapa en la que no sabe y luego como efecto de la enseñanza, llegaría a
otra en la que sí sabe.
1 NIÑO Victor Miguel. Los procesos de la comunicación y del lenguaje, Ecoe Ediciones, Santafé deBogotá, 1994, pág 56
Tradicionalmente, la escuela forma al alumno fuera de sus propios
procesos; es decir se supone que el alumno aprende porque el maestro
le enseña.
En contraposición a lo anterior se han implementado métodos en los que
se trata de que el alumno, a través del descubrimiento individual, llegue a
producir su propio conocimiento es decir que se concibe la construcción
cognitiva como algo posible y enseñable.
Si concebimos al estudiante como sujeto interactivo que
permanentemente formula y pone a prueba las hipótesis sobre el mundo
exterior, hay que aceptar que hace lo mismo en relación con la lengua
escrita pues se presenta en su vida cotidiana, aún en las situaciones más
aisladas de pobreza y aislamiento.
Frente a la escritura, como objeto cultural, el niño entra primero en una
interacción empírica, tanto los objetos portadores de texto (libros, vallas),
como con las letras impresas en ellos; pronto esa interacción se
convierte en matética o de construcción de conocimiento acerca del
objeto, pero esa interacción está orientada por las representaciones que
el niño se ha hecho del objeto y que es enriquecida por las operaciones
lógicas que lo llevan a buscar relaciones entre la escritura y lo que ella
representa.
Diversas investigaciones dan cuenta del proceso de construcción del
sistema de escritura antes y durante la escolaridad y de las escrituras
cognoscitivas que construye el niño en el poceso.
Emilia Ferreiro y Ana Teberosky fueron las primeras en plantearlo,
basándose en los trabajos de Jean Piaget y como sujetos niños
hablantes de castellanos y sus conclusiones son las siguientes:
- Leer no es descifrar, sino construir a partir de signos gráficos y de los
esquemas de pensamiento del lector.
- Escribir no es copiar, sino producir sentido por medio de los signos
gráfios y de los esquemas de pensamiento de quien escribe.
- La lectura y la ecritura no se restringen al espacio escolar.
Escribir es un proceso complejo que involucra, el conocimiento de las
convenciones alfabéticas y ortográficas que gobiernan el sistema de
escritura; además implica la coordinación de un tema, su desarrollo y
presentación, la selección de las palabras y en fin una serie de
subprocesos a través de los cuales se busca dar unidad y textura al
discurso. Todo esto ha llevado a los psicólogos a considerar la produción
de textos como una actividad que implica una "sobrecarga cognitiva".
Diversas investigaciones se han realizado con el propósito de explicar el
proceso de composición; gracias a ellas, se han podido identificar los
diferentes subprocesos que lo integran, tales como que ya no es un
proceso lineal sino recursivo: si bien cuando se escribe un texto operan
la planificación (decidir y organizar sobre lo que se va a escribir),
transcripción (poner en palabras escritas lo quese decidió escribir) y
revisión (decidir la mejor forma dedecir algo, pefeccionar, cambiar) todos
estos procesos se hacen simultaneamente y no uno detras de otro como
se pensó en una época.
De estas investigaciones se desprenden propuestas pedagógicas donde
se busca que desde el preescolar los niños avancen en su producción de
textos escritos. "Escribir, tal como pretendemos que los alumnos ecriban
(con la buscada calidad y variedad) es difícil, pero
puede aprenderse, enseñarse y disfrutarse".
CONCLUSIONES
La primera conclusión a la que he podido llegar es descubrir la estrecha
relación que existe entre periodismo y literarura, hecho que se corrobora
al trascurrir del tiempo y que ha sido plasmado en la historia. Ambos se
valen de la palabra para expresarse, de la realidad y al mismo tiempo de
la imaginación del escritor para plasmar con detalles la presición.
Dentro del género periodístico encontramos la crónica, una serie de
compaginaciones dadas a conocer por los primeros visitantes a la
América desconocida, de alli surgen los primeros escritos y que aún hoy
día siguen tan vigentes como lo fueron en su época. Basados en la
realidad de su alrededor, los cronistas plasmaron lo que vieron, vivieron y
conocieron y precisamente en ellos se basa nuestro autor estudiado
Germán Castro Caycedo.
No se puede negar la influencia del periodismo en la literatura y
visceversa, ni tampoco la existencia de un periodismo que deja de lado
las estructuras rígidas y tradicionales para volverse a las decripciones
detalladas, a los ambientes reales y al lector avido de lecturas emotivas y
con vida.
En el estudio llevado a cabo en algunas de las obras de Germán Castro
Caycedo, pude observar la similitud de estilos en comparación al pionero
y precursor de éste género Tom Wolfe, ambos se basan en la realidad
para construir y plasmar toda una historia literaria, esta excelente
combinación de dos elementos –realidad y detalles literarios- hacen de
sus obras grandes exitos, pues dan al lector la certeza de leer y
adentrarse en una historia de no-ficción, de una noticia, a veces
macabra, a veces simple, convertida en un hecho narrativo y
absolutamente interesante desde el principio hasta el final.
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Colombia Unisalle Literatura RAL 1
Título: La Crónica Literaria vista en Germán Castro Caycedo
Autor: Adriana Cortés García
Tipo de documento: Trabajo de grado de carácter descriptivo
Fecha de publicación: Marzo de 2003
Palabras Claves: Crónica, Periodismo, No-ficción, Realidad, Investigación, Suceso
Descripción: Testimonios de la entrada ilegal de colombianos a los Estados Unidos a través
de las Bahamas, Haití y México por la zona denominada El Hueco.
Fuentes: Colombia Amarga. Ed. Planeta. Bogotá. 4° edición.1982, El Hueco. Ed.
Planeta. 13° edición. 1989, El Hurakán. Ed. Planeta. Bogotá. 1991, El Karina. Ed.
Planeta. Bogotá. 1986, Mi alma se la dejo al Diablo. Ed. Plaza & Janés. Bogotá. 4°
edición. 1982, Perdido en el Amazonas. Ed. Plaza & Janés. Bogotá. 3° edición. 1991.
Contenido: En el primer capítulo tratamos los Géneros Literarios como punto de
partida. En el segundo capítulo los Géneros Periodísticos son la base para saber como
escriben los periodistas literarios. En el tercer capítulo tratamos dos de los cronistas de
Indias más conocidos: Cristobal Colón y Alvar Nuñez, pues sus escritos son los
primeros en dejarnos entrever la relación entre periodismo y literatura. En el cuarto
capítulo podemos ver los primeros cronistas modernos y el surgimiento de esta nueva
escuela: el Nuevo Periodismo. En el quinto caítulo veremos como esta nueva tendencia
se dio en Colombia. En el sexto capítulo hablaremos del autor central de este trabajo
Germán Castro Caycedo y su periodismo de investigación. En el séptimo capítulo
trataremos en detalle su obra el Hueco y veremos las características propias de la
crónica literaria. El octavo y último capítulo está dedicado a la aplicación pedagógica.
Conclusiones: En la crónica literaria encontramos la fusión entre literatura y
periodismo. Para que una obra literaria se convierta en crónica esta debe partir de un
hecho real, basado en una investigación y documentación previas. El caso de Germán
Castro Caycedo es excepcional, pues todos los temas de sus obras han sido sucesos
conocidos por la opinión pública, la diferencia radica en que con su estilo único los
transforma en grandes éxitos literarios.