La Buena Noticia
Dios nos Habla hoy
† Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (23, 1-12)
“Entonces Jesús habló tanto para el pueblo como
para sus discípulos: «Los maestros de la Ley y los
fariseos han ocupado el puesto que dejó Moisés.
Hagan y cumplan todo lo que ellos dicen, pero no
los imiten, porque ellos enseñan y no practican.
Preparan pesadas cargas, muy difíciles de llevar, y
las echan sobre las espaldas de la gente, pero ellos
ni siquiera levantan un dedo para moverlas. Todo
lo hacen para ser vistos por los hombres. Miren
esas largas citas de la Ley que llevan en la frente, y
los largos flecos de su manto. Les gusta ocupar los
primeros lugares en los banquetes y los asientos
reservados en las sinagogas. Les agrada que los sa-
luden en las plazas y que la gente los llame Maes-
tro.
Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, por-
que no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen Padre a nadie
en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo. Tampoco se dejen
ustedes llamar Guía, porque ustedes no tienen más Guía que Cristo. El más grande entre us-
tedes se hará el servidor de todos. Porque el que se pone por encima, será humillado, y el que
se rebaja, será puesto en alto”.
Nuestro Blog : http://orlandocarmona75.blogspot.com/
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LECTIO DIVINA DOMINGO XXXI DEL TIEMPO ORDINARIO. CICLO A
Elaborado y diseñado por el Licdo. Orlando Carmona. Ministro de la Palabra.
Publicación Bíblica Semanal. Paginas Web: www.pastoralfamiliarvenezuela.org/ ; www.apologeticacatolica.org/
http://es.catholic.net/ ; http://www.diariocatolico.net/ ;
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30 de
Octubre del
2011
Año 2 N° 85
Preguntas para la meditación
¿Imitas las obras de los “fariseos”?
¿Cuándo realizas la caridad, lo haces en publico?
¿Te gusta ocupar los puestos de honores?
¿Quién es para ti tu Maestro ? ¿Por qué?
¿Te gusta ser servidor o servido?
ORACION: ¿Qué le digo?
Elaborado y diseñado por el Licdo. Orlando Carmona. Ministro de la Palabra 2
Señor Jesús, en este día te pido que me enseñes a descubrirte siempre como el único Ma-
estro y Señor, pero también a comportarme como hermano y servidor de todos.
No quiero ser servido, solo quiero ser humilde en el trato con los demás, quiero ser un
hermano para todos, quiero actuar con amor y alegría porque vale la pena gastarme al ser-
vicio de tu pueblo. Amén
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el mensaje
MEDITACION ¿Qué me dice el texto?
En el Evangelio de este domingo, Jesús está hablando al pueblo y a sus discípulos. El levanta una
tremenda sospecha sobre los intelectuales teóricos (doctores de la Ley) y prácticos (fariseos). Esos
intelectuales sólo quieren aparecer, le gustan mostrar que son correctos, les gustan los puestos de
honor. Es decir, saben usar muy bien su saber y la pretendida virtud para impresionar y dominar.
Utilizan el poder del saber para crear la diferencia y la desigualdad.
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1 LECTURA ¿Qué dice el texto?
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Contemplamos todo el servicio y la entrega que Jesús ha hecho por ti hasta el momento de
su muerte.
Contempla el momento cuando Jesús siendo de condición divina, le lavó los pies a sus
discípulos.
Elaborado y diseñado por el Licdo. Orlando Carmona. Ministro de la Palabra
Propuesta Personal
Servir con amor, ternura y humildad a mis hermanos.
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5. ACCION: ¿A que me comprometo?
CATEQUESIS DE SAN AGUSTIN AL EVANGELIO
Mt 23, 1-12: Sea yo quien sea, fíjate en lo que se
te dice, no en quien lo dice.
De acuerdo con la palabra del Señor, en la Iglesia
tenemos dos clases de hombres: buenos y malos.
¿Qué dicen los buenos cuando predican?: Sed imi-
tadores míos, como yo lo soy de Cristo (1 Cor
4,16).¿Qué dice la Escritura de los buenos?: Sed
ejemplo para los fieles (1 Tim 4,12). Esto me es-
fuerzo por ser; qué sea en realidad, lo sabe aquel
ante quien gimo.
Respecto a los malos se dijo otra cosa: En la cáte-
dra de Moisés se han sentado los escribas y los
fariseos; haced lo que dicen, pero no lo que hacen
(Mi 23,2.3). Estás viendo cómo en la cátedra de
Moisés, de la que es sucesora la cátedra de Cristo,
se sientan también malos; y, sin embargo, ense-
ñando el bien, no perjudican a los oyentes. ¿Por
qué abandonaste la cátedra por la presencia de los
malos? Vuelve a la paz, regresa a la concordia,
que no te molesta. Si enseño el bien y obro el
bien, imítame; si por el contrario, no cumplo lo
que enseño, tienes el consejo del Señor: haz lo
que enseño, mas no lo que yo hago; en todo caso,
nunca abandones la cátedra católica.
He aquí que en el nombre del Señor, he de mar-
charme, y ellos han de seguir hablando. ¿Se aca-
bará alguna vez? Ya de entrada, desentendeos de
mi defensa personal. Nada les digáis al respecto;
respondedles más bien, hermanos, sobre lo refe-
rente al punto que nos separa: «El obispo Agustín
está dentro de la Iglesia católica, lleva su propia
carga, y de ella ha de dar cuenta a Dios. Sé que
está entre los buenos; si es malo, él lo sabrá; y
aunque sea bueno, no tengo en él mi esperanza.
Esto he aprendido ante todo en la Iglesia católica:
a no poner mi esperanza en hombre alguno. Es
muy comprensible que vosotros, que habéis pues-
to vuestra esperanza en los hombres, dirijáis vues-
tros reproches al hombre». Si me acusan a mí, des-
preciad también vosotros tales acusaciones. Co-
nozco el lugar que ocupo en vuestro corazón, por-
que conozco el que ocupáis vosotros en el mío. No
luchéis contra ellos por causa mía. Pasad de todo
lo que os digan sobre mí, no sea que esforzándoos
en defender mi causa, abandonéis la vuestra.
Tal es su obrar astuto: no queriendo y temiendo
que hablemos de la causa que representan, nos
ponen ante nosotros otras cosas para apartarnos
de ello; de esta forma, mientras nos defendemos
nosotros, dejamos de acusarles a ellos. En verdad,
tú me llamas malo; yo puedo añadir innumerables
cosas más; quita eso de en medio, deja mi caso
personal, céntrate en el asunto de fondo, mira por
la causa de la Iglesia, considera dónde estás. Re-
cibe hambriento la verdad te venga de donde te
venga, no sea que jamás llegue el pan a tu mano,
por pasar el tiempo reprochando, lleno de fastidio
y calumniando al recipiente que lo contiene.
CATEQUESIS DE SAN AGUSTIN AL EVANGELIO
Elaborado y diseñado por el Licdo. Orlando Carmona. Ministro de la Palabra. 4
“En la comunidad cristiana debe haber un gran sentido de igualdad y fraternidad”
El Evangelio de hoy nos habla de los escribas y fariseos que cambiaron la gloria de Dios por su propia
gloria: Hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Los fariseos pretendían vivir según las nor-
mas más estrictas de la ley, se creían los justos.
Muchos de los maestros de la ley, eran también fariseos. Jesús aconseja al pueblo que cumplan lo que ellos
les predican, pero que no los imiten.....
La soberbia personal y la búsqueda de la vanagloria les habían hecho perder la humildad y el espíritu de
servicio que caracteriza a quienes desean seguir al Señor. Sin humildad y espíritu de servicio no hay efica-
cia, no es posible vivir la caridad. Sin humildad no hay santidad, pues Jesús no quiere a su servicio amigos
engreídos: “los instrumentos de Dios son siempre humildes”.
Cuando servimos, nuestra capacidad no guarda relación con los frutos sobrenaturales que buscamos. Sin la
gracia, de nada servirían los mayores esfuerzos: nadie, si no es por el Espíritu Santo, puede decir Señor
Jesús (1 Corintios 12, 3). Cuando luchamos por alcanzar esta virtud somos eficaces y fuertes. Si no somos
humildes podemos hacer desgraciados a quienes nos rodean, porque la soberbia lo inficiona todo. Hoy es
un buen día para ver en la oración cómo es nuestro trato con los demás.
En la comunidad cristiana debe haber un gran sentido de igualdad y fraternidad.
Cuando Jesús dice: todos ustedes son hermanos, todos tienen un mismo Maestro..., nos está pidiendo que
vivamos como hermanos, que entre nosotros no haya celos, no haya envidia. Que solo prevalezca el espíri-
tu de servicio
Es cierto que en todo grupo humano hay distintas capacidades, pero la mayor capacidad, no debe ser moti-
vo para querer destacarse, sino para servir.
Jesús establece una sólida norma de vida comunitaria, Él inculca que la verdadera grandeza, la mayor dig-
nidad es el servicio a los hermanos.
Jesús es el ejemplo supremo de humildad y de entrega a los demás: Yo estoy en medio de vosotros como
quien sirve. Sigue siendo ésa su actitud hacia cada uno de nosotros. Dispuesto a servirnos, a ayudarnos, a
levantarnos de las caídas. Ejemplo os he dado para que como yo he hecho con vosotros, así hagáis vosotros
(Juan 13, 15). El Señor nos invita a seguirle y a imitarle, y nos deja una regla muy sencilla, pero exacta,
para vivir la caridad con humildad y espíritu de servicio: Todo lo que queráis que hagan los hombres con
vosotros, hacedlo también vosotros con ellos (Mateo 7, 12): que nos comprendan cuando nos equivoca-
mos, que nadie hable mal a nuestras espaldas, que se preocupen por nosotros cuando estamos enfermos,
que nos exijan y corrijan con cariño, que recen por nosotros... Estas son las cosas que, con humildad y
espíritu de servicio, hemos de hacer por los demás.
La Familia: Meditando el Evangelio (Mt 23, 1-12)