Download - Juicio final al soldado
El Juicio Final del
Soldado
El Soldado se puso de pie y
quedó delante de DIOS, listo
para la última inspección por la
cual tendría que pasar,
presentándose con la hebilla del
cinto, distintivos de metal y sus
insignias con brillos impecables.
El Soldado, cabizbajo, responde: ¡NO! ¡NO SEÑOR!
Nosotros, los que portamos el uniforme, no siempre
podemos exteriorizar nuestros ¡sentimientos!
En muchos momentos
hablé de modo
impuro...
hubo muchas veces en
que fui violento, pero
entienda Señor... mi
mundo es muy duro...
Nunca tomé
nada ajeno
que por
derecho no
fuese mío.
Y cuando más
las cuentas se
acumulaban,
a los trabajos
extras yo me
dedicaba, y de
mi familia me
alejaba...
Señor Dios, eres mi
Padre, eres Fiel y se
que me perdonas,
pues lloré por muchas
cosas distintas, por
problemas que no eran
míos,
por personas que ni
siquiera conocía, pero
las lágrimas fueron de
emoción y de gratitud,
me sentía emocionado,
quería un mundo mejor
para todos,
sin distinción.
Reconozco que no merezco estar en Tu Gloria; cometí
muchos errores y sé bien que varios de los que ahí ya
están, jamás me quisieron tener cerca, a no ser cuando
estaban con algún problema, y yo incondicionalmente
estaba listo para ayudarlos.
Si hubiera un
lugar para mi, lo
agradezco de
corazón, y lujo no
preciso.
Y en caso de que
no haya, sabré
entender Tu
verdad.
Antes de su decisión amado Dios, ruego al Señor para que vigile
con cariño y cuidado a aquellos que dejé allá, pues son personas
que amo, y que jamás podré proteger.
Recuerda que cada uno es un ser diferente con sus virtudes y
sus defectos, al final, perfecto sólo es Dios...
DEDICADO A NUESTROS AMIGOS MILITARES Y A TODOS
LOS UNIFORMADOS QUE VEMOS EN NUESTRA PROFESION
EL VERDADERO MOTIVO PARA SERVIR A SU PAIS Y A SU
PUEBLO...
QUE DIOS NOS PROTEJA…
Deseo a todos esos SOLDADOS ANÓNIMOS, dignos representantes de la Patria, fieles salvaguardas de la nación, que sus familias y ustedes tengan días de gracia y paz, que el trabajo que realizan sea reconocido y que las vidas que se han
ofrendado no sean ¡en vano!
óptimo día, óptima semana y óptima vida.