Relatos y Retratos
Revista de Literatura No.16 Abril 2014
1er.Lugar: Sarah Estefanía
Maya Soto
R E L A T A N D O “El Ángel y la Viuda”
JUEGOS Entrevista:
Dr. Villaseñor
_____________ Visítanos en: _____________
www.iest.edu.mx
DIRECTORIO
C.P. David Efraín Gómez Fuentes, M.A. RECTOR
Ing. Jorge Barrón de la Rosa, M.ED. VICERRECTOR ACADÉMICO
Lic. Ernesto Ramos Cordero, M.ED. VICERRECTOR DE DESARROLLO Y EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR
Lic. Alfredo Castillo González, M.ED. COORDINADOR DE IDIOMAS
Lic. Lorena A. Quezada Berrones, M.A. RESPONSABLE DE LA PUBLICACIÓN
E D I T O R I A L
La palabra escrita es una herramienta que
el ser humano usa para comunicase y
compartir más allá que solo palabras. Es la
conexión entre el público y quien comparte
lo escrito. Es un viaje entre las cavernas más
internas del ser. Isabel Allende una vez
escribió “Cuando escribo no me propongo
cambiar el mundo, ni la mentalidad a
ninguna persona. Lo único que me
propongo es crear puentes, compartir,
tratar de que el lector y yo entremos en un
campo que pueda ser ficticio, un campo
en el cual pueda compartir las leyes
humanas”.
La coordinación de idiomas a través del
área de español siempre atenta de
fomentar la lectura y la apreciación a la
misma, convocó el séptimo concurso de
cuentos a nivel preparatoria. Fueron
presentados excelentes trabajos por parte
de los alumnos y fue difícil para los jueces
seleccionar el cuento ganador. Hubo
tópicos variados, y fueron desde el amor de
hijo a madre, así como sentimientos
familiares y los valores de la amistad. Una
vez leí. Que estaban los escritores escasos
de letras, de emociones y situaciones que
engañen al hastío para sentir ganas de
escribir.
Y no es verdad, prueba de ellos es la
creatividad que mostraron todos los
participantes de este concurso. En hora
buena. ____________ Lic. Alfredo Castillo González.
Cuentos 1er. Lugar “El Ángel y la Viuda”
Sarah Estefanía Maya Soto
2do. Lugar “Salto de Esperanza”
Andrea Cabrera Cavazos
3er. Lugar “Rizos de Chocolate”
Aracely Zapién Castillo
Eventos de la Coordinación de Idiomas Premiación de Cuentos
Capacitaciones
San Patricio
Congreso de Valores
Próximos Exámenes y Cursos Exámenes y Cursos de Idiomas
Cursos Intensivos de Inglés y Francés
TOEFL ITP
TOEFL IBT
Narrativa Mito y Leyenda de la Primavera
Ensayo
Entrevista Dr. Villaseñor
Juegos
CONTENIDO
Cuento quiere decir llevar cuenta de un
hecho. La palabra proviene del latín computus,
el cuento es un género antiquísimo, que a
través de los siglos ha tenido y mantenido el
favor público. Su influencia en el desarrollo de
la sensibilidad general puede ser muy grande, y
por tal razón el cuentista debe sentirse
responsable de lo que escribe, como si fuera un
maestro de emociones o de ideas. Lo primero
que debe aclarar una persona que se inclina a
escribir cuentos es la intensidad de su vocación.
Nadie que no tenga vocación de cuentista
puede llegar a escribir buenos cuentos. Lo
segundo se refiere al género. ¿Qué es un
cuento? La respuesta ha resultado tan difícil
que a menudo ha sido soslayada incluso por
críticos excelentes, pero puede afirmarse que
un cuento es el relato de un hecho que
tiene indudable importancia. La importancia
del hecho es desde luego relativa, más debe
ser indudable, convincente para la generalidad
de los lectores. Si el suceso que forma el meollo
del cuento carece de importancia, lo que se
escribe puede ser un cuadro, una escena, una
estampa, pero no es un cuento.
La Importancia
de Escribir un
El pasado 25 de marzo, al mediodía, se llevó a cabo
el evento de premiación de la 7º edición del concurso de cuento "Relatando", en el auditorio C.P. Jesús Rodríguez García. El evento inició con la presentación de Gerardo Garrido Roldán, Licenciado en Lengua y Literatura Española, especialista en las actualizaciones del español, quien impartió la conferencia-taller "Actualizaciones del español 2014"; aquí se tuvo la activa participación de alumnos de los grupos 2º F, 2º D y 2º C, quienes acudieron con sus maestras: la Lic. María Teresa Raygoza, la Mtra. Marcela Cavazos, y la Lic. Mónica Gutiérrez. Posteriormente, se procedió a la premiación. Estuvieron como invitados especiales, el Mtro. Luis Alfonso Díaz, Director de la Preparatoria de Altamira; el Mtro. Alfredo Castillo, Coordinador de Idiomas y el Lic. Gerardo Garrido, conferencista. Los tres primeros lugares fueron las siguientes alumnas: Primer lugar Sarah Estefanía Maya Soto "El ángel y la viuda" Segundo lugar Andrea Cabrera Cavazos "Salto de esperanza" Tercer lugar Aracely Zapién Castillo "Rizos de chocolate" Al terminar la premiación, la ganadora de primer lugar leyó su cuento, mismo que se ganó un nutrido aplauso. Felicitamos a todos los participantes de este concurso
Año 340. Más allá de la tierra, por las alturas de los cielos, se encuentra el hogar
de Dios, el también refugio de sus servidores los ángeles. Entre ellos, un pequeño
ángel de apariencia infantil, de ojos grisáceos y cabello rubio observa
detenidamente la actividad de la creación de Dios, el hombre. Desde hacía varios
años observaba con atención todo lo que los hombres y las mujeres de la Tierra
hacían, como pensaban, como actuaban. Había tantas preguntas sin responder
que tenía ¿por qué a pesar de ser una creación muy frágil del TodoPoderoso,
lograba sobrevivir aunque sea por una buena cantidad de años? ¿Cómo es que
aprendían a hacer algo sí lo habían descubierto por accidente, como el fuego?
¿Por qué a pesar de que no se pueden comunicar verbalmente, reconocen a los
que son de su sangre? Esas y muchas dudas se encontraban en su pequeña
cabeza.
–No entiendo que es lo especial que les ves–le decía Lanu, un ángel de apariencia
más de adolescente, de pelo grisáceo y ojos castaños. Los dos tenían una buena
relación, y aunque tenían cosas en común, Lanu no le tomaba importancia a los
humanos, a diferencia del más pequeño.
Quería respuestas, por eso finalmente, después de mucho tiempo pensándolo, se
presenta frente a Dios.
–Señor TodoPoderoso–dijo el ángel, haciendo una reverencia ante su líder–he
venido a presentarme frente a usted con una petición que desearía que aceptara
hacer realidad.
–Bienvenido, hijo Cecil–responde el Señor–adelante, escucho lo que desees
decirme.
–Señor, desde hace varios años, me ha dado intriga en muchos aspectos tu
creación a la que llamamos hombre. Desearía conocer más a fondo el porqué de
las acciones, pensamientos y conocimientos adquiridos de este ser. He notado que
has mandado a varios de mis hermanos los has enviado a la Tierra, por lo tanto,
desearía que me dieras el permiso de poder convivir entre los hombres, para así
poder aprender sus costumbres y encontrarle respuestas a mis dudas.
–Hijo, yo siempre estoy al pendiente de todos, tanto de los hombres como de
ustedes los ángeles, por eso te digo que desde hace tiempo me di cuenta de tu
fascinación por mi creación que se encuentra haciendo su vida en la Tierra, y sabía
que en algún momento te decidirías y vendrías a mí.
”El y la Viuda”
Puedo hacer realidad tu petición, pero si debo advertirte, al convivir con el hombre,
hasta ustedes mismos pueden llegar a cometer pecados, y sí eso sucede, será muy
difícil que vuelvan al cielo. Muchos de tus hermanos han pasado por eso, y esa es
la razón por la que no han vuelto...
–Entiendo tu preocupación señor, es por eso que te lo agradezco y lo tomaré en
cuenta, sin embargo, tendré que correr el riesgo–le respondió el pequeño Cecil,
haciendo otra reverencia hacia Dios.
–Bien, entonces que así sea. Cecil, tu deseo se hará realidad, y bajarás a la Tierra...
***
Año 1840. En un pequeño pueblo de Alemania, la gente hace sus actividades
normales. Para muchos es un día normal... Excepto para una mujer que se
encuentra en el cementerio, Ellen Morritz, de 23 años, ojos aqua y pelo negro como
la noche. De hecho, desde hace varios meses, sus días ya no son normales, desde
que su esposo, Hoffman Morritz, falleció. Así, de la noche a la mañana, se convirtió
de una mujer felizmente casada a una dolida mujer viuda, dejando los colores en
sus ropas para usar todo el tiempo el negro. Lo que más le duele en el alma, es que
al tener menos de un año que habían estado en matrimonio, no pudieron cumplir
el sueño que Hoffman y ella compartían, un hijo. Ellen se quedó sola, y eso hace
que el dolor de la pérdida caiga más a sus hombros.
Dejo el ramo de flores sobre la tumba de su esposo, para luego disponerse a irse.
Cuando volteo, es cuando distinguió a lo lejos una pequeña figura que camina
entre las tumbas, como si estuviera en el centro. Algo intrigada, se acercó un poco,
y así es como se da cuenta que es un pequeño niño de aproximadamente 8 años,
de pelo rubio.
–Eh, perdón...–dijo Ellen, llamando la atención del niño, distinguiendo sus ojos
grisáceos–eh ¿estás perdido?
–No, para nada–respondió el pequeño rubio, sonriéndole a la mujer–solo paseaba.
–¿En un cementerio?–comento Ellen, algo sorprendida e intrigada–¿tus padres
dejaron que vinieras?
–No tengo padres–responde el niño, viendo hacia el cielo. Ellen se impresiono, no
sólo por la confesión del rubio, sino porque lo dice muy tranquilamente. Entonces
¿vivía solo? ¿Vivía en la calle? No, eso último lo descartaba, traía ropas limpias y
que en seguida se nota que se las puso en la mañana, tal vez sea de una familia
adinerada.
–Ya veo. Lo siento mucho...
–¿Sentirlo? ¿A qué te refieres?–le pregunto el niño intrigado, alzando una de sus
cejas.
–Lo de tus padres ¿Acaso... Viniste a visitarlos al cementerio?
–Sigo sin entender–le respondió a Ellen, cruzando los brazos–Y tampoco entiendo
por que vendría a visitar a alguien aquí, si no tengo a nadie a quién recordar. Ni
tampoco tengo padres, yo nací sin necesidad de ellos.
Ellen ahora estaba confundida, extrañada... asustada. Las cosas que decía ese
niño las tendría que decir con tristeza, incluso llorando. Pero es como sí solamente
explicara algo normal, sin una pizca de tristeza...
–No debes asustarte, solamente estoy diciendo la verdad. De hecho, ni siquiera
tengo un sexo en específico, los ángeles no lo tenemos, el Señor decidió darme la
oportunidad de vivir como un varón...
–¿Un... ángel?–pregunto Ellen, frunciendo levemente el seño. Rayos, o ese niño
estaba mal de la cabeza... o tal vez, sólo tal vez, estuviera diciendo la verdad–
¿quieres decir... que tu eres...? No, lo siento, pero eso no es posible, son solo mitos
de la misma historia cristiana, nadie ha visto uno en persona...
–Hay mitos que pueden resultar muy verdaderos. De que los has visto, eso es cien
por ciento seguro. Entre la misma gente que convives puede haber un ángel y tu
no lo sabrías. Además, tienes uno en frente tuyo, en este momento–al momento de
decir eso, el niño abre su mano, y en el aire aparece una delicada pluma blanca
como la nieve. Ellen se acerca mas, asombrada, hincándose para quedar a la
altura del ojigris. La pluma seguía en el aire, dejando ver su esplendor. Bien podría
ser una pluma de ave, pero se veía diferente, era más grande de tamaño.
Ellen, con algo de temor, acerca su mano y acaricia la pluma con la yema de sus
dedos, sintiendo una suavidad que nunca había sentido antes–Wow... no lo puedo
creer... entonces si existen...
–Te agradecería mucho que tuviéramos este secreto entre nosotros. Creo que
entiendes que si se llegara a saber que un niño se dice llamar un ángel, me metería
en graves problemas.
–Supongo... que tienes razón...–responde Ellen, aún sorprendida. Nunca se hubiera
imaginado que se encontraría con alguien tan especial como ese pequeño niño.
Sonrió y le tendió la mano–Me llamo Ellen Morritz, es un placer.
–Igualmente, me llamo Cecil–le responde el ojigris, devolviéndole la sonrisa.
–Dime Cecil ¿tienes un hogar?
–El mundo es mi hogar, puedo vivir en donde sea de la Tierra y seré feliz.
La respuesta de Cecil no pudo evitar una risa discreta por parte de Ellen–Bueno, en
ese caso ¿Te gustaría vivir en mi casa?
–Agradezco tu invitación, pero tal vez haga sentir incómoda a tu familia. No es muy
agradable que haya algún extraño así nada más en una casa ajena, ya pase por
eso, cuando acepte la invitación de una señora en Francia hace unos 10 años.
–En mi caso es diferente–responde Ellen con cierta melancolía–mi esposo falleció
hace cuatro meses, por lo tanto estoy sola. Me agradaría tener algo de compañía,
y ahora que compartimos tu secreto, no estaría mal en tenerte como invitado ¿qué
te parece?
–Ya veo, lamento lo de tu esposo–responde Cecil sinceramente–Eres una persona
muy amable, Ellen. De acuerdo, acepto tu invitación...
El encuentro entre este curioso ángel y una mujer que pasaba por la pérdida de un
ser querido, al tener compañía entre ambos, surgió una amistad. Pasó una semana,
y Ellen y Cecil empezaron a tener más confianza entre ellos. Platicaban de muchas
cosas, sobre todo de lo que Cecil había visto durante todo ese tiempo, por que
aunque pareciera un niño de ocho años, en realidad tenía mucho tiempo viviendo
solamente en la Tierra.
–Y exactamente ¿En que año naciste?–le preguntaba una vez Ellen al rubio,
mientras le servía una taza de té.
–No lo se con exactitud, pero cuando el Señor decidió que nacería su hijo en la
Tierra, yo ya tenía bastante tiempo que existía. No se cómo es que haya sucedido
eso también, solamente una vez abrí los ojos y me encontré en lo que era mi hogar.
–¿Y no extrañas vivir allá, con los tuyos?
–Bueno, hay un ángel con el que tenía lo que ustedes llaman "amistad", o
"hermandad", no se a que se parezca más. Se llama Lanu, y aunque hace mucho
tiempo que no lo veo, algunas veces me visita entre mis sueños, y convivimos por
mientras llega el día–respondió Cecil, para luego hacer un gesto más serio–Lanu
nunca estuvo de acuerdo a que bajara a la Tierra, sobre todo por que no le avise
cuando lo decidí. Desde entonces, cada vez que me visita siempre es el mismo
tema. Lanu quiere que regrese arriba, yo le digo que aún no lo puedo hacer, que
aún hay dudas que no comprendo en su totalidad.
–¿Y qué clase de dudas tienes aún?–le pregunto Ellen, oyéndolo atentamente.
–Hay una en especial, que aún no entiendo por completo: los humanos son
criaturas muy delicadas, pueden llegar a enfermarse o lastimarse si no se cuidad
apropiadamente, y llegan a morir antes de tiempo, un tiempo que es muy corto a
comparación de nosotros, por ejemplo. Entonces ¿por qué, en algunas ocasiones,
pueden llegar a sacrificarse ellos mismos por otras personas?
–Bueno, en mi punto de vista, hay gente que puede llegar a hacerlo por que lo
hace por las personas que aprecia en verdad, que las quiere, que las ama–
comento Ellen, teniendo la atención de Cecil–Son especiales para uno, por lo tanto
no queremos verlos sufrir, y se pueden llegar a sufrir de distintas maneras, como
sacrificar tiempo, dinero propio, nuestra salud, incluso nuestra vida.
–Por un lado tiene sentido, pero por otro no lo tiene... Es algo inquietante y
fascinante al mismo tiempo.
Ellen solo sonrió por la respuesta de Cecil. "Espero que puedas algún día, en verdad
entenderlo"
Pasó el tiempo, un año para ser exactos, y Cecil se quedo a vivir durante ese tiempo
con la pelinegra. Los dos hicieron una gran amistad, del cual nació un cariño muy
profundo, Ellen tratándolo como al hijo que no pudo tener, y Cecil queriéndola
como la madre que nunca había tenido. En cuanto a la demás gente, al principio
tenían la curiosidad de aquel niño rubio que acompañaba a la joven viuda, sin
embargo, se llegó a la conclusión de que era un familiar que llego a la casa Moritz
para que tuviera compañía. Durante ese año, la vida de Ellen y Cecil tomo forma,
llevando una rutina pacífica... pero eso cambió, aquella noche de verano de
Agosto.
De no ser por que Ellen tenía que salir en la tarde para entregarle a su tía unas
cortinas que su madre le había mandado, de no ser por que le dijo a Cecil que no
era necesario que la acompañara ya que no iba a tardar, de no ser por que le
aceptó a su tía una invitación a tomar una taza de té y se quedaron platicando
hasta que casi oscureciera, entonces al regreso, no se hubiera percatado que
alguien le seguía sus pasos, primero a una distancia aceptable, para después irse
acercando cuando no había tanta gente en los alrededores. Ellen apresuro el
paso, intentando alejarse lo más que pudiera de aquella persona, sin éxito. Subió
más el paso, hasta que término corriendo lo más que pudiera con sus zapatillas.
Agitada, volteó la vista, viendo que un hombre se acercaba hacia ella con un
cuchillo en la mano. No, no quería acabar así, si hubiera pasado eso hace un poco
más de un año, no le hubiera importado. Pero en ese momento era diferente, su
encuentro con Cecil le había dado esperanza, un significado a su vida.
Distinguió desde lejos el portón de su casa, a pesar de que le dolían un horror las
piernas, aumentó el paso lo más que podía, notando a Cecil desde adentro de la
casa. Llego hasta el portón, logrando abrirlo, pero no lo suficiente como para que
su cuerpo entrara y que no la alcanzara el desquiciado hombre que intentaba
matarla. El hombre logro enterrarle el cuchillo en un costado, cerca de sus costillas,
dejando salir un agudo grito de su garganta. Intenta correr, pero cae al suelo,
sintiendo como la sangre le empapa sus ropas negras. Entre su mirada borrosa, noto
como la sombra de aquel desquiciado se acercaba, alzando el cuchillo para
enterrarlo nuevamente en ella... de no ser por que algo traspaso por la cabeza del
hombre, haciendo que cayera al suelo mortalmente. Ellen sintió como una mano
sacudía desesperadamente su hombro, exclamando su nombre una y otra vez,
reconociendo esa voz que había escuchado muchas veces. Alzo la vista
levemente, para distinguir una cabellera rubia, unos ojos grises mirándola
desesperadamente, y en una de las pequeñas manos, una pistola que la reconoció
como la de su esposo, que mantenía guardada en un estuche.
–Cecil...
***
Abrió sus ojos lentamente, cegándose por un momento. Los párpados le pesaban,
al igual que todo su cuerpo.
–Ellen...–la ojiverde se voltea hacia la persona que ha dicho su nombre. A pesar
que es por un corto momento, nota que se encuentra en su habitación, su torso lo
sintió apretado, debido al vendaje que le pusieron, para luego posar su vista en
una grisácea–Que alivio que hayas despertado ¿cómo te sientes?
–Estoy... bien. Gracias Cecil, pude ver lo que hiciste...
–Era necesario, y no lo tienes que agradecer–le respondió el rubio, sonriéndole. Es
entonces cuando Ellen lo nota, a pesar de que Cecil este sonriendo, se nota
melancólico. Tenía algo diferente.
–¿Que hay de ti?–pregunto Ellen–te veo algo... extraño... ¿Te preocupa algo?
Cecil borro la leve sonrisa que se encontraba en su rostro, agachando levemente
la cabeza. No le quería decir nada a Ellen, después de todo lo hizo para salvarla y
no se arrepentía. Sintió que la mano de la mujer se posó sobre la suya gentilmente–
Puedes decírmelo, tranquilo...
–El hombre, el que te atacó... al dispararle le di en la cabeza, y... lo mate...–
respondió finalmente–El Consejo Espiritual se enteró y me mandaron a llamar. Me...
me quitaron mi origen divino...
Ellen se estremeció por completo, poniendo un gesto de preocupación–¿Que
quieres decir con eso?
–Rompí una de las reglas que tenemos: "Respetar a los humanos y el valor de su
vida"... Y por haber acabado con la de ese hombre, soy humano a partir de ahora...
La pobre mujer no podía creer lo que estaba escuchando. Se sentía mal por Cecil,
pero mas que nada culpable. Por su culpa, ahora el jamás volvería a su lugar de
origen, a donde pertenece. Al ver que empezaban a salir lagrimas de los ojos aqua
de Ellen, Cecil se acerco y la abrazó–Por favor no llores, es la razón por la que no te
quería decir.
–P-pero... es mi culpa, si hubiera tenido cuidado...
–Esto que paso no lo venias venir Ellen. Cosas así no se pueden prevenir. Escucha,
solo quiero que sepas que no me arrepiento de lo que hice. Lo importante ahora
es que estas bien y solo eso ¿de acuerdo?
Ellen no tuvo otra opción mas que asentir y estar de acuerdo con Cecil, aunque en
realidad la culpa y la depresión la estuvieran comiendo viva por dentro.
Pasaron unos días. Ellen se encontraba mejor de su herida, lo suficiente para
pararse de la cama y hacer unos pendientes en la misma casa, y si necesitaba salir
de la casa, Cecil se ocupaba de eso. Aun así, Ellen no se sentía para nada cómoda
con esto. Ya era suficiente con que el niño pagara las consecuencias, y todavía
ayudarla por que no podía salir de la casa, hacia que la culpa que se encontraba
en el pecho de Ellen fuera creciendo mas con el paso de los días. Esto no pasaba
por desapercibido por parte de Cecil, sabe lo que piensa la mujer y no le gusta en
absoluto que se sintiera así. Era algo que ella no hubiera sabido como detener, y si
el no hubiera actuado, probablemente ella estuviera muerta. No le importaba que
ese hombre hubiera muerto, que a el le hubieran castigado volviéndolo mortal y
que jamás volvería a donde pertenecía. Si, de todos modos, a donde pertenecía
ahora era con Ellen, y de hecho, era mejor que fuera mortal, ahora si sentiría que
en verdad era su hijo, y que ella era su mamá.
–Regreso en un momento–comenta Cecil ya en la entrada de la casa–¿se te
ofrece algo?
–No, estoy bien así gracias–le responde Ellen con una sonrisa. El ojigris le devuelve
la sonrisa y se dispone a salir de la casa. Los dos nunca se imaginaria que alguien
estaba cerca, en esa calle, vigilando... y que habría consecuencias mortales.
***
–Si, entonces pasare por eso la próxima semana–responde Ellen, en una llamada
telefónica–si, esta vez si voy a poder ir... Ya estoy mucho mejor, solo necesito
reposar esta semana y podré salir de la casa... Muchas gracias, hasta luego...
Ellen deposita el teléfono de nuevo en la mesa, dejando luego salir un suspiro de su
boca. El sonido de una puerta abriéndose la saca de sus pensamientos, venia de
la entrada.
–¿Cecil, eres tu?–preguntó Ellen, encaminándose hacia donde se oyó el sonido–
¿Ya llegaste?–Nada, no hay nadie, pero la puerta principal se encuentra
levemente entreabierta. Se acerca y la cierra, tal vez al salir Cecil no la cerro bien.
Decide descansar un poco, por lo tanto se encamino a su cuarto y se recostó en
su cama, dando la espalda a la puerta. Estaba medio dormida, por lo tanto no se
dio cuenta cuando alguien entro al cuarto sigilosamente, no hasta que sintió
aquella presencia casi encima de ella. Ellen abre los ojos, había una silueta a lado
de ella, viéndola, luego la distinguió mejor: una muchacha, calculando de unos
quince años, pelo grisáceo llegándole abajo de los hombros y ojos castaños, con
una mirada que a Ellen le causo temor.
–Tu... ¿Quién...
–Silencio maldita humana–la interrumpe fríamente, al momento en que la apunta
con una pistola en la cabeza. Ellen se quedo congelada del miedo ¿quién era
ella?–en este preciso instante vas a pagar caro por todo lo que has provocado…
–¿Qué? P-pero, no tengo idea delo que estás hablando…
–¡No mientas! –exclama la muchacha, tocando la frente de Ellen bruscamente con
el frío metal de la pistola! –¡Por tu culpa Cecil es uno de ustedes, vales más muerta
que viva!
Ellen estaba sorprendida, asustada, inmóvil, en frente de esa muchacha llena de
odio hacia ella. La puerta del cuarto se abre de golpe, entrando Cecil a toda prisa,
quien paró sus movimientos al ver lo que estaba sucediendo. La muchacha
intercambio una mirada con el niño rubio, quien intentó acercarse a ellas.
–Lanu… ¿Qué tratas de hacer? ¿Qué estás haciendo aquí?
–No te acerques, su muerte será más rápida si no lo haces.
–¿¡Pero de que hablas!? ¿¡Te has vuelto loca!? ¡Suelta esa arma, sabes lo que te
harán si asesinas a un humano!
–¡Por esa misma razón lo haré! –exclamó Lanu, temblando de las manos y a punto
de sacar lágrimas de sus ojos–¡Si la mato entonces no solo pagará por lo que estás
pasando, también me castigarán a mí y te podré acompañar! ¡Eres como mi
hermanito, y no pienso dejarte solo en esto!
–Lanu por favor–responde tranquilamente Cecil, tomando suavemente el hombro
de la chica de pelo grisáceo–yo maté a aquel hombre por defensa, fue mi propia
decisión, sé que me merezco esto que el Consejo ve como castigo y que yo veo
como mi vida normal desde hace mucho tiempo…
–¡No! ¡No hables así! ¿¡Pero que te ha sucedido!? ¡Eres un ángel, un ser divino! –
volteó a ver a Ellen, quien tenía la cabeza agachada, y la golpea en la frente con
el arma–¡Todo esto es tu culpa! ¡Mira lo que le has hecho! ¡¡VAS A PAGAR MUY
CARO POR ESTO!!
–¡No, Lanu! –exclama Cecil, jalando las manos de la muchacha hacia él… justo
cuando aprieta el gatillo. Ellen se para rápidamente, agarrando a Cecil antes de
que cayera al suelo por el disparo recibido.
–¡Cecil! –exclama Ellen, cargándolo y poniéndolo en su cama. Voltea hacia el
suelo, el cual se encuentra manchado de sangre. Vuelve su mirada hacia el niño,
dándose cuenta que el disparo lo recibió por sus costillas. La sangre de Cecil no
paraba de salir de la herida–¡Cecil, por favor reacciona!
–No… no, no, no, esto no debía pasar… –susurra finalmente Lanu, quien se
encontraba perpleja por lo que había pasado. La chica deja caer rápidamente el
arma, para luego salir corriendo del cuarto.
Ellen reaccionó y la siguió, pero fue muy tarde. Cuando la pelinegra llegó a la
planta baja, la puerta principal se encontraba abierta, Lanu había logrado
escapar.
Sin perder más tiempo, Ellen llamó por una ambulancia, y luego regresó con Cecil.
–Por favor Cecil–susurraba desesperadamente mientras trataba de detener el
sangrado–aguanta un poco, ya viene la ayuda…
Cecil trataba de decir algo, pero no podía, se encontraba en la agonía. Lágrimas
de desesperación corrieron por las mejillas de la mujer–Dios Santo… Cecil, hijo…
¿por qué lo hiciste?–la voz de Ellen se quebró, su labio inferior temblaba, su cuerpo
se sintió tan débil que dejó caer el torso en la orilla de la cama–¿Por qué, después
de que incluso arruine tu vida, me defiendes hasta de los tuyos?
Con las fuerzas que puede, el niño acerca su mano y acaricia la mejilla de Ellen,
quien eleva la vista para visualizar a aquel ser que la había acompañado durante
todo ese tiempo, sonriéndole débilmente. Con la otra mano, Cecil sacó algo de su
bolsillo y lo depositó en la mano de Ellen; era suave, alargado. Abrió su mano y vió
una de las plumas blancas como la nieve que el niño le había mostrado para que
creyera en la existencia de los ángeles, aquel día en el cementerio.
–Finalmente… lo he comprendido…–susurra débilmente Cecil, llamando la
atención de Ellen–del por qué… los humanos se llegan… a sacrificar por los que
quieren…–aprieta la mano de la mujer, la cual responde al agarre.
Cecil quería decir tantas cosas: “Gracias por haber creído en mí, este tiempo
contigo ha sido el mejor que he pasado en la Tierra, y aunque no haya nacido
como humano, tu siempre serás mi madre”… ¿pero podría? No, no había tiempo.
Había vivido por mucho tiempo, y ya era momento de que su ciclo acabara. Se lo
podía decir más breve…
–Gracias… por todo…–la voz de Cecil se fue apagando, mientras su cabeza se
ladeó hacia un lado, cerrando los ojos para siempre, no sin antes decir una última
palabra: –mamá…
Ellen subió rápidamente la vista, para ver como el niño cerraba sus ojos grises. El
agarre de Cecil se debilitó en la mano de ella, hasta que no hubo respuesta. Había
muerto.
–¿Cecil? –Ellen se paró rápidamente, sentándose en la cama y apoyando el
cuerpo del niño en su torso, buscando una leve respuesta de él, sin éxito. Un nudo
en su garganta se formó, las lágrimas salieron abundantemente de sus ojos aqua,
cayendo en el rostro del niño–¡CECIL NO! ¡POR FAVOR NO ME DEJES SOLA!
¡REGRESA, HIJO, POR FAVOR REACCIONA! ¡¡CECIL!!
Los llantos y lamentos de Ellen se oyeron por toda la casa, mientras abrazaba
fuertemente el cuerpo de Cecil, y en una mano, la pluma que le dio.
***
Ellen caminó por el cementerio, agarrando la mano de la niña de cinco años que
la acompañaba. Ya habían pasado diez años desde la muerte de Cecil y once de
la de su primer esposo. Después de lo de Cecil, la policía se encargó de buscar a
Lanu, a quien encontraron muerta cerca del río dos días después.
Ellen se preguntó si la muerte haya sido su castigo que le dieron o si ella misma lo
hizo, pero así quedará siempre, algo incierto que solo la muchacha lo sabrá.
Ellen se casó de nuevo cuatro años después, y ahora se encuentra con una familia
sólida, una vida normal y una hermosa niña castaña y de ojos aqua como los de
ella.
–¿A quién venimos a ver mami? –preguntó curiosa la niña, al ver que su mamá
depositó unas flores en dos tumbas.
–Son dos personas que fueron importantes en mi vida Cecil.
La niña se acercó y leyó los nombre de las tumbas–¡Wow, tiene mi mismo nombre
esta persona! ¿Eso es posible?
Ellen rió por la inocencia de su hija–Si, decidí ponerte ese nombre en honor a él.
–¿Él? –Cecil levanto una ceja, mientras su mamá y ella se iban alejando–¿Me
pusiste un nombre de chico?
–No realmente–respondió Ellen, acariciando la pluma blanca, la cual había
convertido en collar. Volteó a ver su hija y sonrió, para luego seguir su camino.
“Los ángeles no tienen un sexo definido. Dios te dio la oportunidad de ahora vivir
como mujer”
FIN
Abro los ojos para encontrarme con una total oscuridad. Me tallo los ojos
pensando que algo me está nublando la vista; pero sigue estando oscuro. Sigo en
la misma posición en la que me acomodé cuando me fui a dormir; pero, no estoy
en mi cama, ni siquiera estoy en mi recámara.
Ni siquiera sé dónde estoy…
Levanto la mitad superior de mi cuerpo para poder sentarme. Extiendo mis brazos
con la esperanza de poder tocar algo que me dé alguna pista del lugar en el que
encuentro; sin embargo, no hay nada, o por lo menos no está lo suficientemente
cerca para tocarlo.
Me pongo de pie y de repente una intensa luz aparece sobre mí, iluminando mi
derredor y finalmente puedo ver en donde estoy: una jaula.
¿Una jaula? ¿Qué estoy haciendo adentro de una jaula? ¿Por qué? ¿Cómo llegue
aquí? ¿Cómo salgo de aquí?
Giro mi cabeza hacia los lados para poder encontrar una salida, y a mi derecha
veo una puerta. La angustia que sentía hace unos momentos va desapareciendo
con cada paso que doy hacia la puerta y es sustituida por una sensación de alivio.
Cuando finalmente estoy frente a ella, estiro mis brazos para poder abrirla, pero
para mi sorpresa la aldaba tenía candado, y uno muy grande y pesado.
¿Por qué tiene candado? ¿Qué es esto? ¿Dónde está la llave para abrirlo? ¿Hay
una llave siquiera?
Me dirijo hacia el suelo de nuevo y empiezo a buscar una llave, o algo para tratar
de abrir la reja que me mantiene encerrada. Recorro todo el círculo que forma
base de la jaula y no encuentro nada. Absolutamente nada.
Me vuelvo a levantar y me encamino hacia un lado de la jaula. Tomo dos de los
tubos delgados que la conforman y empiezo a jalarlos hacia lados opuestos para
tratar de abrirla; pero es inútil, el fierro del que están hechos es demasiado fuerte.
Me siento desesperada. ¿Cómo salir si no abriendo la puerta? No puedo hacer
nada más, porque no soy lo suficientemente fuerte como para romper los tubos y
salirme por ahí. No hay nada que pueda hacer, más que esperar a que alguien
aparezca y me ayude a salir...si es que alguien viene.
Me siento en el suelo y llevo mis rodillas hacia el pecho y apoyando mi frente en
ellas, escondo mi cara, y comienzo a llorar.
No debería estar aquí, ni siquiera sé dónde estoy o por qué estoy aquí. No entiendo
nada de lo que está pasando, solo sé que quiero irme a casa.
Salto de
De repente, escucho un ruido; no, un ruido no, unas voces. Miro hacia arriba y me
doy cuenta que hay otra jaula a unos metros de la mía, y en ella también hay
personas: mi familia. Mi madre, mi padre, mi hermano; todos están ahí adentro. ¿Por
qué ellos están ahí? ¿Por qué no están desesperados por salir? Se ven tan... en paz.
Pero yo sé que quieren salirse. Por supuesto que quieren salir, ¿a quién le gusta estar
encerrado? No creo que haya una persona en el mundo que sea capaz de decir:
"me gusta estar encerrado". Como sea, tengo que sacarlos de ahí, tengo que
encontrar una manera de salir de mi propia jaula, para después sacarlos a ellos de
la suya.
Comienzo a pensar en otras formas para tratar de salir, cuando escucho otras
voces. Devuelvo mi mirada hacia arriba y me encuentro con que hay más jaulas,
cientos de jaulas, y en ellas están todos mis amigos, conocidos, y algunas otras
personas que no conozco.
¿Por qué ellos están aquí también? ¿Por qué estamos todos aquí? ¿Qué es 'aquí'?
Mi cabeza empieza a dolerme cuando me doy cuenta de algo muy inusual: mis
amigos me observan expectantes: están esperando a que haga algo, algo que
me libere, para que ellos puedan hacer lo mismo y así salir también. Se ven tan
calmados, confiados en que yo les ayudaré a salir de su encierro.
Mi cabeza me duele aún más. ¿Cómo voy a sacarlos a todos si ni siquiera sé que
hacer para salir? Piensa, tiene que haber una forma de hacerlo. Si hay una entrada
tiene que haber una salida, ¿no? Solo tengo que pensar y concentrarme, para
encontrar alguna escapatoria.
De pronto, mis pensamientos son interrumpidos por más ruidos; no obstante, ya no
son voces susurrantes, sino vítores. ¿Por qué celebran? ¿Qué alegría puede haber
en estar encerrado sin saber cómo salir?
Y justo cuando pienso que todos aquí se han vuelto locos, me doy cuenta del por
qué celebran: alguien salió. Una mujer, más bien una niña. Volteo justo a tiempo
para verla saltar de su jaula y caer hacia quien sabe qué cosa que haya abajo.
¿Cómo lo hizo? ¿Cómo pudo salir? ¿Tenía una llave para abrir el candado? ¿Tan
siquiera su jaula tenía un candado? Es tan extraño decirle 'su jaula' como si en
realidad fuera suya; como si ella hubiera comprado esa jaula y hubiera decidido
meterse ahí, como si todos hubiéramos hecho lo mismo, solo que ella se cansó de
estar dentro y decidió salirse de una vez por todas.
Ugh, esto es demasiado frustrante. Necesito encontrar una manera de salir, porque
no sé qué podrá pasar después si no lo hago ahora.
Me acerco a los barrotes de hierro otra vez y tomo uno con cada mano, con la
esperanza de romperlos esta vez, cuando, de nuevo, mis acciones son
interrumpidas por los ruidos provenientes de las bocas de las personas. Pero esta
vez no son voces, ni aplausos; son risas. Se están riendo, ¿de qué? Levanto mi
cabeza por milésima vez para ver qué ocurre, y es ahí cuando la realidad me
golpea: se están riendo de mí. No, no se ríen, se burlan. Me apuntan con sus dedos
índices y se ríen de mí. ¿Por qué se burlan? ¿Porque no he salido? ¡Ellos también
están encerrados! ¡Ellos tampoco pueden salir! ¿Por qué se burlan de MÍ y no de
ELLOS MISMOS?
Abro mi boca para decirles que dejen de burlarse, pero lo único que hacen es reírse
más.
Decido que no voy a perder mí tiempo con ellos y empiezo a caminar de izquierda
a derecha para pensar en una salida, aunque no puedo concentrarme porque lo
único que escucho son risas. Se siguen riendo.
¿Estoy disfrazada de payaso y no me he dado cuenta? ¿Tengo algo en mi cara
que hace que todos los demás se rían? Porque sinceramente, no entiendo por qué
se ríen.
Después de unos minutos de seguir caminando y de seguir escuchando sus burlas,
llego a la conclusión de que no importa lo que haga, se seguirán riendo, así que
me siento en el centro del círculo de metal que es el piso de la jaula y apoyo mis
puños en mis mejillas.
De repente me siento cansada: cansada de no poder salir de aquí; cansada de
no poder encontrar una salida; cansada de las burlas; cansada de que mi familia
y amigos siguen esperando a que los saque de su encierro; cansada de estar
cansada.
Me siento abrumada y con una horrible tensión en mi espalda.
Pensé que podía salir de ésta estúpida jaula, pero ahora lo veo imposible. La niña
que pudo salir debió de haber sido un genio, o una hechicera, porque no
encuentro ningún otro modo de escaparme. ¿Qué pudo haber hecho ella que no
pueda yo?
Aparto todas esas ideas de mí cabeza y me acuesto en el suelo. No sé cuánto
tiempo llevo aquí metida, ni cuánto tiempo más estaré dentro, así que mejor me
pongo cómoda. Cierro mis ojos y trato de dormirme. Si llegué aquí después de
dormirme tal vez pueda salir de la misma manera, ¿no? Aunque la verdad, ya no
me interesa salir. He pensado en varias maneras de hacerlo: rompiendo los
barrotes, abriendo el candado con una llave, escabulléndome entre los barrotes,
saltando tan fuerte que rompa el suelo.... Y todas esas ideas tienen un defecto.
Ya no me importa, ya no me importa nada. Solo quiero estar acostada y quedarme
así hasta que alguien llegue y me saque. No quiero hacer nada, simplemente
quiero estar así, inmóvil, sin que nadie me moleste. Sin preocupaciones, sin
presiones, sin disgustos...
Empiezo a quedarme lentamente dormida cuando escucho ruidos, esta vez un
poco más fuertes. ¿Es que ésta gente nunca se calla? Con un gruñido y una mueca
de disgusto, me levanto de la "comodidad" del suelo para ver a otra persona saltar
hacia el vacío… y otra… y otra. Y muchas personas más saliendo de sus jaulas y
saltando hacia lo desconocido. Y es ahí cuando me empiezo a sentir mal conmigo
misma. ¿Por qué todas esas personas han salido y yo no? ¿Qué tuvieron que hacer
para poder lograrlo? ¿Por qué no me pudieron ayudar a salir? Sin que yo me diera
cuenta mis ojos se llenan de lágrimas y éstas comienzan a rodar por mis mejillas. ¡No
es justo! Debería de estar afuera con todos los demás. Ni siquiera debería estar aquí
dentro. ¡Quiero salirme de este maldito lugar! Sé que dije que no me importaba,
pero no es verdad, quiero salirme, quiero poder respirar aire fresco otra vez.
Necesito irme, no porque tenga que sacar a mi familia y amigos, sino por mí misma.
Por qué, ¿quién me va a salvar sino yo misma? Cuando no tenga un héroe que me
salve, tengo que ser mi propio héroe. Tal vez es por eso que todas esas personas ya
están afuera: porque fueron constantes y no dejaron de pensar en la manera de
poder salir. Nunca se rindieron. Y eso es lo que yo tengo que hacer, seguir luchando,
porque esa es la única manera en la que saldré. Nadie me va a ayudar. Esto es
algo que tengo que hacer sola; esta lucha la tengo que ganar por mi cuenta. Yo
seré mi propio caballero con brillante armadura; yo seré mi propio superhéroe. Y tal
vez así, pueda inspirar a los otros a hacer lo mismo. Sí, eso es lo que tengo que
hacer.
Me levanto del frío suelo, esta vez sintiéndome emocionada, y me acerco a la
puerta de la jaula. Tiene que haber algo, aunque sea muy pequeño, que pueda
ayudarme a salir de aquí. Bajo mí vista hacia el candado y me doy cuenta de algo
que no había notado antes: el candado no está cerrado, no estaba abierto del
todo tampoco, pareciera como si alguien lo quiso cerrar, pero no lo hizo bien y lo
dejó lo suficientemente abierto, como para poder abrirlo jalándolo hacia arriba.
Siento unas ganas enormes de pegarme en la cabeza con unos de los barrotes de
la jaula. ¡Todo este tiempo el candado estuvo abierto y no me di cuenta! Estaba
tan preocupada en cómo salir que cuando vi el candado no me di cuenta de que
estaba abierto. Pude haberme salido desde hace horas... No sé si debería
enojarme o reírme de mi misma, por no haber notado este insignificante detalle.
Sacudo mi cabeza y con mis dos manos termino de abrir el candado. Lo tomo con
mi mano izquierda y lo aviento lejos de mí. No quería saber nada de ese maldito
candado nunca más.
Me sigo sintiendo abrumada; pero esta vez ya no es por la desesperación de no
saber qué hacer, sino por la emoción de saber que por fin saldría de aquí.
Tomo la cerradura de la puerta y con un ligero empuje, la abro, dejando que una
sensación de libertad invada todas mis venas.
Esto es. Este es el momento que he esperado. Por fin saldré, seré libre. Pero justo
cuando voy a dar un paso hacia afuera me doy cuenta de que no sé qué hay allá
abajo. Qué tal si hay algo peligroso, o algo que no me va a gustar.
Repentinamente, me siento asustada. Esperé este momento en el que pudiera salir,
pero ¿para qué? Quiero salir de esta prisión; pero aquí estoy segura, lejos de los
peligros que se encuentran en el mundo de abajo. ¿Por qué dejar mi seguridad por
aventurarme hacia lo desconocido? ¿Qué está esperándome ahí abajo?
Creo que solo hay una forma de averiguarlo.
Tomando un largo y hondo suspiro, saco mi pierna derecha de la jaula y cerrando
los ojos me dejo caer al vacío, sin saber qué está esperándome abajo, pero con la
esperanza de que valdrá la pena…
Teníamos como unos 5 años la primera vez que nos conocimos. Estaba en el
parque, la vi a lo lejos y corrí hacia ella. Mi primera impresión cuando la vi fue su
hermoso cabello, y yo que poseo una rareza infinita desde mi niñez, tuve el impulso
de mordisquear sus caireles cafés. Ella estaba volteando hacia el cielo, así que no
notó mi presencia, hasta que comenzó a caminar y emitió un pequeño chillido
porque su cabello estaba atrapado en mis dientes. Volteó a mí y noté algo de dolor
en su mirada (obviamente); pero me sonrió. Me sorprendió mucho su reacción y le
devolví la sonrisa. Me preguntó que qué hacía comiéndome su cabello y le dije
que pensaba que su pelo era de chocolate. Empezó a reírse y conversamos un
poco sobre esas tonterías de infantes. Clara y yo entablamos una gran amistad
desde ese momento. Me invitó a su casa a jugar, y le pregunte que donde vivía.
Ella respondió que no debía preocuparme de nada, ella iría a buscarme a mi casa.
Al siguiente día frente a mi casa había un carruaje preguntando por mí. Mi madre
y yo no teníamos ni idea de qué hacía ahí ese carruaje así que exigió subirse
conmigo al transporte, pues temía que me llevasen a un extraño lugar. El camino
duró aproximadamente unos 45 minutos, y nuestro destino no fue cualquier cosa:
un castillo inmenso, con un jardín muy elegante, fuentes de mármol, caballos y un
campo infinito como el mar. Clara, mi nueva amiga, era la hija del rey Fabián y la
reina Georgina de España, es decir la princesa. ¡Mi nueva amiga era la princesa!
Los reyes nos recibieron muy amablemente y mi madre aceptó gustosa que yo me
quedara a jugar con Clara. A partir de esa ocasión, todos los días Clara me invitaba
a su palacio, a pasar el rato, a jugar, a conversar. Su hogar se convirtió en mi
segunda casa y desarrollamos un vínculo inseparable.
Desde su infancia, Clara fue una niña noble, educada, buena, generosa, honesta,
sensible, aunque tímida, dulce y amable; siempre fue muy hermosa. Su belleza es
su mayor atributo: ojos color miel, pestañas rizadas que cada que parpadeaba una
ola de viento se alzaba, su nariz pequeña y chata, sus labios rosados natural, mejillas
con chapitas (juro que nunca necesitaría maquillaje) y su cabello, esos sus
hermosos caireles color café. A pesar de su baja estatura, nunca pasó por
desapercibida, y mucho menos por los muchachos. Muchos la creían muda e
introvertida; jamás le gustó llamar la atención, e incluso ha sido tan bondadosa que
ha donado más del 90% de su herencia a los pobres (donde me incluyo). Crecimos
de la mano, y teniendo 15 años de conocerla puedo asegurar que soy su única
amistad, así como ella es la mía. Su vida siempre ha estado llena de gente hipócrita,
amigas y novios falsos, cuyo único interés era su riqueza y poder. La pobre Clara
nunca encontró defecto alguno en las personas, lo cual me molestaba todo el
tiempo. Pero a pesar de su inocencia, yo la amo con todo el corazón, pues es mi
mejor amiga y juro que es la mejor persona que haya conocido jamás.
Rizos de
Hay veces en la vida en las que te preguntas por qué las cosas pasan, intentas
encontrar esa razón por la cual tu vida es como es hoy. Eso mismo me pasó el 11
de agosto, cuando Clara por fin cumplía sus 20 años. Obviamente se hizo una gran
fiesta y yo llegué temprano a su casa, para ayudar a acomodar los adornos,
preparar bocadillos, etc. Cuando me detuve frente a la enorme puerta para
tocarla, se abrió por sí sola.
-¡Isabela!- suspiró Clara
-¡Rizos de chocolate!- le grité alegremente-¡Feliz cumpleaños Ricitos!- dije mientras
la abracé y le entregué mi obsequio envuelto en pergamino-. Disculpa que lo haya
envuelto así, pero…
-Tú no te preocupes Izzy, yo entiendo perfectamente- se hizo a un lado para darme
el paso a su hogar y me invitó a sentarme en la sala de estar. Empezó a abrir su
regalo y su rostro serio se sorprendió.
-Izzy…es esto…¡No lo puedo creer!- exclamó al sacar El ingenioso hidalgo don
Quijote de la Mancha del pergamino.
-¡Sí que lo es!- dije riendo
-Te lo agradezco tanto Izzy, enserio que no debías darme nada
-Cállate Clara, tú te mereces esto y mucho más
-Izzy, tengo que decirte algo muy importante. Ayer no te dije que vino…
Nos interrumpió su madre que llegó con el rostro algo deprimido, pero me pidió que
la ayudase a arreglar las mesas.
La velada pasó de maravilla, pero cada que volteaba a ver el rostro de Clara, la
veía algo cansada, triste, y más seria de lo normal. Al acabar la fiesta, me quedé a
dormir en su casa, y aquí fue donde todo mi mundo se derrumbó por completo.
-Izzy, ¿recuerdas que tenía algo muy importante que decirte?
-Sí Clara, dime ¿Qué tienes? Te vi muy triste en tu fiesta. ¿No te gustó?
-No, no, no es eso. Es que durante varias semanas, vino un doctor a checarme,
porque, no sé si recuerdes que me dio una fiebre muy terrible, y no tenía ganas de
comer o salir...
-Clara, no te preocupes, mi madre tiene remedios que…
-Isabela…- me interrumpió- me han hecho varias pruebas y yo…. tengo…tengo…te
te tengo...- Clara empezó a llorar, interrumpiendo su propia frase-.
Tengo…Le…Tengo leucemia…
Por un momento pensé, “¿qué diablos pasa por su mente?”, pero, Clara jamás,
pero nunca jamás se atrevería a mentir; entonces ahí fue cuando colapsé. Sentí
una lágrima rodar por mi mejilla, y después de esta siguieron muchas más. Pero,
¿por qué le tiene que pasar esto a Clara y no a otra persona? ¿Acaso no es lo
suficientemente buena con los demás? ¿Por qué no se enfermó mejor Santiago, el
infeliz que le rompió el corazón y quitó casi todo su dinero? ¿O a Alicia quién se
hacía pasar por su amiga mientras la criticaba a sus espaldas? Existen millones de
personas en este mundo, y de todas ellas, Clara, mi mejor amiga, mi hermana, mi
alma gemela, al borde de la muerte. No, esto no es nada justo. No. Ambas no
pronunciamos ni una palabra después de lo que me dijo, y simplemente nos
abrazamos y consolamos mutuamente. Cuando llegó la hora de dormir, no me fue
posible cerrar los ojos en paz.
Ya han pasado poco menos de 5 meses, y honestamente, Clara no ha mostrado
alguna señal de mejora. La he visitado todos los días y, casi no platicamos. Nuestra
amistad es tan profunda, que no basta más que mirarnos para saber que estamos
bien. Pero, hoy que es Navidad, me decidí a al fin tener una conversación fluida y
razonable con ella, pues Clara merece un momento de alegría. Le pedí a Miguel,
su mayordomo y amigo nuestro, que me dejara a solas un momento con Clara. Él
amablemente aceptó y se retiró de la habitación. Clara estaba allí, acostada en
su cama, con los ojos cerrados e hinchados, su piel tan pálida que parecía ser
transparente y su cuello y brazos tenían moretones muy morados. Contuve lo más
que pude mis lágrimas y me senté en la orilla de su cama, tomé su mano y sobre
ella puse una pequeña cajita y le dije:
-Ricitos….feliz navidad- intenté sonreir un poco
-Oh, Izzy…-abrió sus ojos con dificultad- ¿Qué es esto?
-Tú abrelo y verás
-Está bien- abrió la cajita con gestos de dolor-…¡Es hermoso Izzy!-alzó el collar y leyó-
.“Mejores…” esto no esta completo, ¿o sí?
-Aquí esta la otra mitad- saqué de mi pecho el collar-“…Amigas”-le sonreí
-Muchas gracias- comenzó a llorar- te quiero mucho, enserio gracias por…
-¡¿Dime por qué?!- grité desesperada- Habiendo tantas personas malvadas y
perversas, tú, que tienes un gran corazón, ¡NO MERECES MORIR! ¡NO ES JUSTO!
-Isabela- dijo tan tranquila- ¿no crees que quién se encarga de lo que es justo o no,
es alguien más?- replicó, alzando su mirada al techo-. Ni tú, ni yo somos quien para
juzgar, y mucho menos en este mundo. Creo que, si padezco una enfermedad
terminal, ¿es por algo o no? Recuerda que después de la tormenta, siempre viene
la calma.
Clara enjugó mis lágrimas, mientras sonreía con una mirada que me decía: “Todo
irá bien”.
FIN.
En fechas recientes la Coordinación de Recursos
Humanos organizó algunos cursos de capacitación a
profesores, directivos y personal de nuevo ingreso.
El primero de ellos fue el curso "Blogs, Wikis, Podcast
and Strategies for Reading", para profesores de la
Coordinación de Idiomas y cuya expositora fue la Lic.
Alejandrina Vargas Ortiz, de la Editorial Oxford. Este
curso se impartió el 13 de marzo, por la mañana, y es
la segunda sesión de uno que ya se había impartido
a los profesores de idiomas.
Los siguientes cursos tuvieron lugar el 14 de marzo, el
primero de ellos fue el de "Inducción Institucional",
para personal de nuevo ingreso al IEST; éste fue
impartido por el Mtro. Rubén Zárate Reséndiz,
Coordinador de Recursos Humanos. El segundo curso
fue el primer módulo de "Repensar", el cual fue
impartido por el Dr. Francisco Solís a directivos y
coordinadores.
Capacitaciones
El pasado 8 de enero, profesores de la Coordinación de Idiomas y de la Licenciatura en Idiomas iniciaron el año con una valiosa capacitación. Ellos tomaron el curso de "Wordfast", un software de gestión de memoria de traducción, una de las herramientas más populares entre los profesionales de la traducción. El curso fue impartido por el Lic. Efrén Brande y tuvo una duración de 3 horas.
San Patricio
La enseñanza de un segundo o tercer idioma, no es sólo un libro de
texto y reglas gramaticales, sino también involucrar al alumno en la
cultura y tradiciones de la lengua extranjera que se estudia. La
Coordinación de Idiomas sabiendo esto, busca organizar eventos
donde se pueda vivenciar en una forma más cercana la cultura y
el estudio. Por esta razón, el pasado 15 de marzo se celebró
anticipadamente el Día de San Patricio, patrono de Irlanda.
El evento consintió en una búsqueda de tréboles escondidos por
todo el campus. Aquel que encontrara el mayor número se hacía
acreedor a un premio. Por otra parte, el Chef Ejecutivo Bruno
Airagnes y varios alumnos de la Licenciatura en Gastronomía
apoyaron en la elaboración de galletas con forma de trébol. Éstas
fueron obsequiadas a los alumnos participantes.
El pasado jueves 27 de marzo, la Dirección de Pastoral y
Asuntos Estudiantiles, con el entusiasta apoyo de la Mtra.
Aurora Gómez, llevó a cabo el VIII Congreso de Valores,
actividad que este año tuvo por nombre "Sin límites". En el
evento estuvieron presentes las autoridades universitarias,
profesores, personal y alumnos.
El congreso fue inaugurado por nuestro Rector, el Mtro.
David E. Gómez, quien pronunció un emotivo mensaje a
los presentes. Es importante mencionar que después de
estas reflexivas palabras, se presentó un espectacular
"performance" coreográfico.
La primera conferencia estuvo a cargo del Mtro. Luis
Alberto Romo Becerra, quien compartió su valiosa
experiencia de vida y superación con los jóvenes
presentes. Continuó este ciclo de conferencias con un
representante de la Comisión Nacional de Derechos
Humanos, el Lic. Jorge Alberto Ruiz, quien habló sobre la
situación del país con respecto a los valores y derechos y
la labor de esta comisión ante situaciones que atentan
contra la dignidad de las personas.
Por la tarde, se tuvo la participación del tercer invitado:
Hanns Myhulots, con su testimonio sobre drogadicción
desde los nueve años de edad e intento de suicidio.
Aconsejó a los jóvenes evitar el consumo de
estupefacientes y los invitó a ser conscientes de lo que
tienen, lo que son y agradecer a Dios en todo momento
por ello. Su plática fue muy emotiva.
El evento finalizó con la presencia de Jessica Cox, la
primera persona discapacitada en el mundo en obtener
una licencia de piloto y en obtener cinta negra en la
Asociación Americana de Taekwondo. Ella platicó sus
experiencias de vida, los retos que se ha propuesto a
superar y esa satisfacción por poder lograrlo y no
limitarse. Su plática fue traducida simultáneamente.
Al final el público pudo acercarse a Jessica y a Hanns
para tomarse fotografías y pedirles autógrafos. El evento
fue todo un éxito, pues sus temas y ponentes motivaron a
la reflexión en cada uno de los jóvenes participantes.
Tonatiuh, el dios del sol, vive con su familia en el cielo 13 en el que no se
conoce la oscuridad ni la angustia. El hijo de Tonatiuh era el príncipe
Izcozauhqui a quien le encantaban los jardines. Un día el príncipe oyó hablar
de los vergeles del señor Tonacatecuhtli y curioso fue a conocerlos. Al
descubrir una laguna resplandeciente se acercó y se encontró con una
mujer que salía de las aguas ataviada con vestidos de plata. Se enamoraron
de inmediato ante el beneplácito de los dioses. Pasaban el tiempo junto
recorriendo los cielos. Pero los dioses les prohibieron ir más allá de los 13
cielos. La curiosidad hizo que descendieran a conocer la tierra. Allí el sol no
brilla todo el tiempo, descansa por las noches. Hay más colores, texturas,
sonidos y animales que en todos los cielos recorridos. Los príncipes, al
descubrir que la tierra era más hermosa que los paraísos celestiales
decidieron quedarse a vivir en ella para siempre. El lugar escogido para su
morada estaba cerca de un lago, al lado de valles y montañas. Los dioses,
furiosos por la desobediencia de la pareja, decidieron un castigo. La
princesa enfermó repentinamente y supo que esa era la sanción de los
dioses. A ella no le permitirían vivir y los separaron con su muerte. Se lo dijo al
príncipe, le pidió que la llevara a una montaña con el fin de estar junto a las
nubes. El príncipe con su carga a cuestas caminó días y noches hasta llegar
a la cima de la montaña. Encendió una antorcha y la veló como si la
princesa durmiera. Izcozauhqui se quedó junto a ella sin moverse, hasta
morir. Ella se convirtió en la mujer dormida (Iztaccíhuatl) y él en el volcán que
humea (Popocatépetl). Símbolo del amor que desafió a los dioses, cuidan
del valle de México.
Mito y Leyenda de la
Siempre que vemos llegar el mes de marzo pensamos en muchas los
exámenes, vacaciones, tenemos que dejar de comer carne, iremos a la
playa, entre otras cosas, pero también sabemos que esto nos trae un
agradable clima puesto que ya se acabó el invierno, este año será el 21 de
marzo el día en que inicia la estación de las flores que nos trae un clima
agradable, algunas lluvias, muchas flores, todos los animalitos salen a
corretearse entre amigos y parejas, etcétera.
Pero literariamente también ha provocado que escritores de todas las
culturas y tiempos escriban al respecto, dos textos que siempre intervienen
en este tema son los mitos y las leyendas, estas palabras suelen evocarse,
pues la unión de significados entre ambas es espontánea aunque es posible
dar una diferencia entre ellas.
El primero es un relato tradicional que se refiere a acontecimientos
prodigiosos relacionados con la religión, cuyos protagonistas son seres
sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, monstruos,
entre otros y se dividen en antropogónicos (aparición del hombre en la
tierra), teogónicos (nacimiento de dioses), escatológicos (hablan del fin del
mundo), cosmogónicos (la creación del universo).
En cuanto a la segunda, es una narración tradicional que incluye elementos
de ficción y a menudo seres sobrenaturales e históricos que se transmiten de
generación en generación, es un relato folclórico con bases históricas, en
México se dividen en prehispánicas (antes de la llegada de los españoles),
coloniales (en la época del dominio español) y contemporáneas (las
actuales o conocidas como leyendas urbanas).
En este momento se estarán preguntando que tiene que ver el mes de
marzo con las leyendas y mitos, bien la relación la tiene la primavera porque
a continuación les presentaremos el mito de Perséfone respecto a la razón
de las estaciones y dice así:
“Perséfone es hija de Zeus y Deméter (diosa de la fertilidad y el trigo), ambos
dioses son hermanos hijos de Cronos y Rea; su tío Hades se enamoró de ella
y un día la raptó. La joven se encontraba recogiendo flores en compañía de
sus amigas las ninfas y hermanas de padre, Atenea y Artemisa; en el
momento que va a tomar un lirio, la tierra se abre y por la grieta Hades la
toma y se la lleva.
De esta manera, Perséfone se convirtió en la diosa de los infiernos,
aparentemente, el rapto se realizó con la complicidad de Zeus, pero en la
ausencia de Deméter, por lo que ésta inició unos largos y tristes viajes en
busca de su adorada hija, durante los cuales la tierra se volvió estéril. Al
tiempo, Zeus se arrepintió y ordenó a Hades que devolviera a Perséfone,
pero esto ya no era posible pues la muchacha había comido un grano de
granada, mientras estuvo en el inframundo, no se sabe si por voluntad
propia o tentada por Hades.
El problema era que un bocado de cualquier producto del Tártaro
implicaba quedar encadenado a é para siempre. Para suavizar la situación,
Zeus dispuso que Perséfone pasara parte del año en los confines de la Tierra,
junto a Hades y la otra parte sobre la tierra con su madre, mientras Deméter
prometiera cumplir su función germinadora y volviera al Olimpo. En el tiempo
que su hija vuelve a casa la tierra tiene vida y son las estaciones primavera
verano, pero cuando ella debe volver junto a su esposo, la madre deja sin
vida la tierra y es otoño invierno. Perséfone es conocida como Proserpina
por los latinos (romanos).
Ahora bien a continuación presentaremos una leyenda mexicana respecto
a la primavera es la leyenda de Tepoztecatl y dice así: “Se dice que
Tepoztecatl nació de una de una princesa cuyo embarazo fue producto del
amor del dios Ehécatl, los padres de la princesa enojados, la obligaron a
deshacerse del niño, quien fue abandonado en un hormiguero, pero las
hormigas en vez de devorarlo lo alimentaron con gotas de miel, luego fue
dejado entre las pencas de un maguey, mas éste lo abrazó con sus pencas,
lo alimentó con agua miel y finalmente lo mandó corriente abajo del río
Atongo en una caja de madera, de ahí lo recogió una pareja de ancianos
que lo adoptaron, criaron y enseñaron todo lo que sabían.
Años después en Xochicalco, Tepoztecatl derrotó al monstruo Xochicálatl,
por lo que fue festejado a su regreso a Cuernavaca, al salir de Cuernavaca
se llevó el sonoro teponzatli y corrió con él a Tepoztlán, evitando que lo
alcanzarán al provocar con su orina una gran barranca, lo que le permitió
llegar a tocar el teponaxtli sobre el cerro del tepozteco. En 1538 Tepoztecatl
fue convertido al cristianismo por fray Domingo de la Asunción, quien lo
bautizó el 8 de septiembre, dando origen así a la fiesta que cada año se
realiza en ese día.
“El Cristiano entra en la Iglesia para amar a
Dios y sale para amar al Prójimo”
Este ensayo lo escribo con el propósito de crear una conciencia crítica
hacia las grandes “polillas”, que carcomen la madera de la cual está hecha
el alma y la moral del ser humano en los tiempos posmodernos: relativismo,
hedonismo, utilitarismo y materialismo. Además, para reflexionar sobre la
manera en que contribuimos a abatir nuestra idiosincrasia con la pobreza y
la corrupción. El ser y la cultura de la persona humana se convulsionan. Hay
cánceres que invaden lo profundo de sí mismo. Un cuerpo corruptible es un
lastre sobre el alma, dice el libro de Sabiduría en el Antiguo Testamento.
Toda ésta aparente muerte inicia, como decía Juan Pablo II, en buscar
ideologías falaces y aparentemente novedosas a la Verdad de la vida.
El olvido de Dios ha sido constante. Derivado de esto, nuestro espíritu pierde
intensidad ante la complejidad actual. La fe, se ha diluido. La esperanza, se
ha esfumado. La caridad se imagina, pero no se construye de la mano con
el prójimo; es decir, la fe pierde una dimensión social importante en la
“ecología humana”.
No hay que equiparar lo aquí expuesto con el existencialismo radical. Al
contrario, hay que accionar con soluciones inspiradas en el humanismo
cristiano. Ya que, según Boecio, el ser humano es una sustancia individual
de naturaleza racional. Nuestro perfil humano es la dotación de una parte
corpórea y una parte espiritual.
Si analizamos la obra del filósofo Gabriel Marcel, veríamos que la persona
humana ha crecido en la dirección del TENER y no en la del SER. Subrayo la
gravedad del crecimiento nimio en el SER, ya que somos seres en relación…
El ser humano se convierte en persona cuando es estrecha su relación con
Dios.
Esto nos compromete con Dios, como SER trascendental y arquitecto
universal; con la persona misma; con el mundo que la rodea y con el otro:
el prójimo. Y así, evitar caer en la postura de Caín: “¿Acaso soy yo el
guardián de mi hermano?”
“A nadie le es lícito permanecer ocioso”, sentenció Juan Pablo II. A la luz del
nuevo mandamiento del amor que Jesucristo predicó, nuestra conciencia
debe permanecer activa para poder movernos en el nivel de moralidad
máximo en la vida social. Por ello, afirmo que la solidaridad y la
responsabilidad social son las columnas que sostienen la mesa de la
sociedad libre y democrática. Encontramos, en la libertad con
responsabilidad, la facultad de desear con afán, al igual que hacer con
eficacia.
En el valor supremo de la libertad, y en su actitud complementaria: la
responsabilidad, están las piezas clave del actuar en sinergia con y para los
demás. Tenemos la libertad de vivir, pero tenemos la honrosa
responsabilidad de colaborar para nutrir nuestra experiencia de la existencia
en el mundo. La libertad y responsabilidad sociales son la base para un
desarrollo democrático, sustentable y solidario. Bien lo dijo Nuestro Sumo
Pontífice, el Papa Francisco: la altura de una sociedad se mide en el trato
que da a los más necesitados, a quienes no tienen más que su pobreza.
Como principio rector de la antropología cristiana, tenemos que, Dios ha
dado al ser humano una vocación social y que el hombre se realiza viviendo
esta vocación de entrega a los demás. Por ello, estamos al servicio de Dios
porque estamos al servicio de los demás.
Nuestra voluntad está inclinada a actuar, pero nuestra conciencia está
determinada a provocar el bien para derrotar al mal. El amor al prójimo es,
entonces, la característica íntima de la moralidad de las acciones del ser
humano.
Por lo tanto, es la educación verdaderamente humanista, la que se forma
en la familia equilibrada entre la fe y la razón, la que moldea la conciencia
de la persona humana. Consecuente de esto, se le otorga a la Familia la
majestuosa denominación de “La Iglesia Doméstica”. Así también, las
escuelas contribuyen a la democracia y a la generación de la conciencia
solidaria entre los niños y los jóvenes; ya que la educación es un proceso
cultural en contra de la miseria, el egoísmo, la violencia, la pobreza y la
corrupción.
La educación nutre la conciencia del ser humano. De ahí que, debemos
considerarla como un verdadero arte que no solo va más allá de transmitir
conocimientos; sino que cautiva a la persona, en conjunción con el SABER y
el SABER HACER, en el aspecto del SABER SER: saber hacia dónde dirigir las
acciones, intensiones, metas y propósitos con fundamentos éticos y morales
que desemboquen en un mundo más próspero, justo y solidario.
Para que a la hora de actuar con una visión humanística y solidaria, las
personas en comunión vivamos la fuerza penetrante del amor que nos
convierte en piedras vivientes del templo de Dios: porque tomamos la
imagen de Jesucristo como inspiración para nuestra vocación y en el
Maestro está la piedra angular de nuestra hermosa edificación.
Por ello, hay que buscar los bienes de arriba, porque los de aquí abajo no
son más que simples objetos de la creación del hombre. Los bienes del cielo
están hechos por Dios para hombres creados a su imagen y semejanza.
Compartiendo estos bienes y dones divinos, hay una comunión entre todos
los Hijos de Dios.
Así, inspirados en la dirección de moldear nuestro espíritu con fe y razón, la
persona humana debe tener fe para construir una luz clara en su dirección
hacia la eternidad, permaneciendo con la esperanza de provocar el fin
inmediato de sus actos: al DIOS MISMO y lo más importante vivir en la
caridad hacia el prójimo para cumplir con la responsabilidad de vivir
libremente en comunión, conforme a la voluntad divina.
¡VIVA CRISTO REY!
Hoy cinco de febrero de 2014, tuvimos el honor de entrevistar a un persona con
gran trayectoria en nuestra institución y una sapiencia que nos permite aprender
de él en cada momento que interactuamos, por ello nos sentimos halagados que
haya aceptado responder unas pregunta sencillas, pero necesarias para nosotros
seguir conociéndolo y admirándolo.
Aunque no es necesario presentar a tan apreciable persona damos la bienvenida
al Dr. José Luis Villaseñor Dávalos, quien pertenece al departamento de
investigación y forma parte del comité editorial de la revista Pharus Academiae.
Para iniciar haremos un cuestionamiento que es importante para nosotros, debido
a la presentación de la misma, puesto que al entrar a ella, es muy significativo la
forma en que se encuentran ubicados los expedientes con que el Dr. Villaseñor
trabaja, en algunos momentos nos parece una barricada dispuesta para iniciar la
batalla contra la información que ataca cada día, en otros un escudo que tiene
toda la información de manera estratégicamente acomodada.
¿Cuál es su cargo y dónde se encuentra su oficina?
__ Soy director de Investigación, la oficina se encuentra ubicada en el primer
edificio.
Aunque se dice fácilmente esta respuesta para quienes estudiamos aquí es muy
relevante, puesto que hemos terminado nuestra educación media superior y
actualmente cursamos la educación superior y hemos visto al Dr. Villaseñor ser
parte de nuestra institución.
¿Cuándo inició sus labores en la institución?
__ Hace 19 años.
Reconociendo toda la influencia que ha tenido en nuestros docentes, gracias a los
cursos de actualización que imparte.
¿Cuáles son sus trabajos realizados en el área, que usted considera los más
importantes?
__ Mis trabajos más que nada han sido escribir para hacer Pharus Academiae, en
el cual se ha escrito para cada número diversos artículos de diversas temáticas, se
busca fomentar investigación y la producción literaria del IEST; la revista cuenta con
6 años de publicación y agradezco a las personas que me han ayudado en la
colaboración de dicha revista, pues no lo habría podido hacer solo.
Dr. Villaseñor
Un cuarto cuestionamiento que realizamos debido a su fortaleza y sabiduría.
¿Cuál es su motivación?
__Informar, estudiar y proponer soluciones a problemáticas educativas nacionales
e internacionales.
Para nosotros es importante saber respecto a su área de trabajo, ¿Cómo la
definiría?, y si tuviera que darle algún título, ¿Cuál sería?
__La definiría como una actividad profesional que consiste en localizar problemas
o necesidades de carácter educativo para dar una solución adecuada, y la
llamaría “Dirección de investigación”, porque eso es, o tal vez “Defensa de nuestra
vocación como mexicano universitario, como católico y como transmisor de
conocimientos.
Tratando de aprender en todos momento de usted necesitamos hacer la pregunta
siguiente, si pudiera elegir un tema para dar clase ¿Cuál sería?
__El estudio sobre el Mammonismo, viene siendo éste la riqueza ilegal e inmoral.
Sería una gran aportación para los jóvenes de nuestra institución este tema dentro
de sus clases, puesto que nuestro mundo está enfermo por dicho mal que los hace
cada día estás más ansiosos de poder y dinero, haciéndolos perder el piso de
manera tal que lastiman a los que están a su alrededor.
Por ello incluimos nuestra siguiente pregunta ¿Qué es lo que le inspira a dar clases?
__La vocación bien definida junto con aptitudes, que son principales en una carrera
y oficio.
A través de su experiencia y conocimiento de los jóvenes, ¿Qué opina de las
nuevas generaciones?
__Son muy manipulables, están en una edad crítica, psicológica y físicamente; son
muy susceptibles, dados a los afectos y sentimientos.
Antes de terminar ¿Cómo define Pharus Academiae?
__Es la mejor revista de México y otros, además siempre busca mejorar.
Algún comentario final a esta entrevista?
__En cuanto a la revista Relatos y Retratos, normalmente están a la mano en los
mostradores de diferentes direcciones; me gustaría que se le entregara a cada
director cierta cantidad de ejemplares que se reparta en su personal administrativo
y docente, para que su distribución sea más segura en el sentido de que llegue
directo a las manos de las personas dentro del instituto.
Y debemos pensar en esto como “ES UNA LABOR DE QUIENES LA PUBLICAN, ES
EJEMPLAR LA INTENCIÓNDE ENTREVISTAR ES CON AFÁN DE MEJORAR, LOS FELICITO
ES UNA EXCELENTE LABOR”
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Une cada Libro con
su Autor…
Ser
alguien sin dejar
de ser
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