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Page 1: J. · quc caben el relato, la anécdota, el diálogo v el cuento. Su libro no ofrece una unidad de te mas. Sus personajes son los mismos que encontramos en el trato diario. Los pro

UNIVERSIDAD DE MEXICO

Las di ficultades sugeridas ya por eltítulo que le puso a su traba io, fueron~uperadas fetizmente por Ca ffárel P.eral­tao Atemperando su entusiasmo hacia laauténtica poesía díazmironiana que tantoadmira, y dominando su despego hacia eltemperamento "lóbrego y brusco" que enella se expresó, concilia todos los elemen­tos para formar un juicio imparcial y ob­jetivo. Viene a decir, en resumen, que lapoesía de Díaz Mirón es la obra perdura­ble, única. de un individuo pertenecientea cierto tipo de romántico enfermizo.

Este ,iuicio tal vez no les guste a todos;pno todos debieran considerarlo con aten­ción.

A. B. N.

LUIS REYES DE LA MAZA, El Teatro en 1857y mol antccedentes. Instituto de Investi­gaciones Estéticas, Universidad NacionalAutónoma de México. Imprenta Univer­si taria. México, 1956. 430 pp.

Este libro es el primero de una serie deestudios referentes a la época de la Re­forma, que el Instituto de InvestigacionesEstéticas publicará con motivo del Cente­nario de la Constitución de 1857. N o cs.ni pretende serlo. un análisis de la litcra~(ma de esos años, ni un estudio del tea­tro ('n dicho tiempo. sino únicamente unaaportación a la historia del teatro '~n Mé­xico, que debe ser esc;-ita.

Se trata de un trabajo de recopilación:documentos de 1855 a 1857. consistentesen progranias y crónicas ck las obras queentonces se ponían en escena.

De la importancia ele esta aportación sepuede juzgar, si se toma en cuenta lo di­fícil que es llegar hasta los originales deestos documentos, que se hallan sólo enla ciudad de México, en lás coleccioil\sde periódicos de hace cien al:o:;; y porutra parte, lo necesario que es para el his­toriador incluir en sus investigaciones Josprogramas completos. con los nombres delos actores y los costos de las entraelas.Pues es claro que si por los títulos de lasobras y por los nombres de los autores sepuede entender lo que era el teatro en suaspecto literario, sólo conociendo lo quese refiere a los actores y a los precios delas localidades se tendrá una idea comple­la del lugar que ocupaba el arte 'Leatraldentro del marco económico y social desu época.

Con esta mira el recopilador echó manode numerosas crónicas -muchas de .~lias

anónimas-, ya que los repartos sólo apa­recían en los programas repartidos él ma­no en' hojas sueltas; pero si los periódicosno los publicaban, en cambio las crónicasal tratar de la actuación de los intérpretes,sí mencionaban completo el reparto-o

Así, este libro pone al alcance de todapersona interesada en la historia del tea­tro en México, un material que de otromodo tal vez le. sería inaccesible.

A. B. N.

MARÍA MONTESSORI, El Niiio. Secretaría deEducaci,ón Pública. México, 1956. 261 pp.

El traductor, J. Rodo1fo Lazada, cono­ció esta obra en la edición francesa de1935, estando en París. Y al punto se hizoel propósito de darlo a la publicidad enidioma español, para ponerlo al' :tkancetanto de los educadores como de los pa­dres de familia mexicanos.

y es de esperarse que a todos interesa­rá su lectura. p.orque a pesar de estar es­crito con toda la autoridad que le dabana la educadora italiana sus estudios y suexperiencia, este libro no es sin emba ro"O, 1> ,

un tratado de pedagogía, ni lo parece enningún instante; no es sino un conmove­'dor alegato en favor de los niños.

. La doctora Montessori, aun reconocien­do el alcance del movimiento social des­arrollado últimamente en favor del niñolo considera todavía como un ser olvidad¿de la sociedad y de los mismos que loaman, que le dan y conservan la vida. Se­ñala todos los nrores de que los adultoslo hacen víctima por ignorancia o simp1c­mente por 1.:1 derecho que lcs da su calidadele adultos. Y reclama para él no sóloamor. sino también respet(J.

De' manera que así como StO combatieronla mortalidad y las taras infantiles pormedio de la higiene, debemos aplicar unahigiene ,psíquica merced a la cual, enten­diendo el alma elel niño, lo ayudemos ensu desarrollo espiritual, para 'evitarle de­formaciones que acaba rían por hacer deél un hombre que ha "perdido el paraísoele la vida".

Buen acuerdo fue el de la publ icaciónde este libro en México, porque en susp;'¡ginas hay luces que no crtlza~'án ell va­llO los ámbitos pedagógicos ele nuestraratria.

A. B. N.

RA ÚL PRIETO: Hlleso 11 Carne. ColecciónL~tras Mexicanas. Fo~do de Cultura Eco­nómica.

]~aúl Prieto ha reunido en este volu­men, sus impresiones acerca ele algunos¡iroblemas de gran actualidad: utilizandoen su descripción una ironía que lospone al desnudo de la crítica más débil.Su intención literaria no admite una solaforma de exteriorización, sino que utilizacomo medio expresi\'o un lenguaje queSI.: adapta a fórmulas dístintas. {~n lasquc caben el relato, la anécdota, el diálogov el cuento.

Su libro no ofrece una unidad de te­mas. Sus personaj es son los mismos queencontramos en el trato diario. Los pro­blemas de que están rodeados son el f rtl­to de una injusta in terpretación de losvalores humanos. La vanidad, la miseria,la degradación. situadas en la capa prin­cipal que les c01Tesponde, alcanzan ensu descripción el clima de actualidad des­de el cual ofrecen mayor vulnerabilidadpara ser interpretadas. Desde este puntode vista, el libro de Raúl Prieto es undocumento que refleja, con una gran sen­sibilidad, la desnaturalización de ciertasfinalidades que han perdido su primitivaintención.

En cuanto al estilo, el libro no ofreceninguno. No existe en sus páginas uníndice que remueva el ánimo del lector.Sus descrípciones, lejos de alcanzar unaprofundidad que entusiasme, revelan unacomplicada búsqueda CJue se traduce enuna oscuridad confusa. Existen jJlOI;len­tos en que todo parece transcurrir conllaneza en la mente del escritor, el cual,celoso de la intimidad de sus reflexiones,sólo deja asomar al final del relato unchispazo de ingenio desprovisto del ne­cesario preámbulo para su justa inter­pretación. Los diálogos se resuelven enel cuerpo de la narración y de cuandoen cuando permiten ser advertidos, gra-

cias a ulla inconsciente separaclOn de laslíneas. Estos defectos de construcción ha­cen que los cuentos pierdan una gran

,parte de su emoción e intensidad. Sinembargo, 1.'1 libro de Prieto cumple consu intención primitiva. que es la de pre­sentar un cuadro de impresiones, trata­do desde un punto irónil'ü y rebelde.

H. G.

CELESTINO GOROSTIZA. Teatro '///CXiCllltU

del siglo xx. Fondo de Cultura Econó­mica. México, 1956. 741 pp.

Toda antología implica una crítica por­quc supone 'un juicio se1L-ccionador. Y esnatural; porque cada criterio obeciecl.: aun gusto especial, condicionado por múl­tiples y. cliversos factotTs. Schücking, enEl .qusto litenirio, vincula cstrechamen­te el gusto del artista y el del públicocon la socioloRía. Y. ciertamcnte, el delcrítico y~l del antologista no escapan aello tampoco. De aquí que una seleccióncomo ésta agrade a unos y desagrade aotros. Pero, de cualquier manera, admi­támoslo, es un útil documento para valo­rar lo que aCl"ualmente se está haciendoen el teatro en México.

Antes de la temporada definitiva de1945-46. los autores mexicanos habíanperdido de vista una ci rcunstancia que,irremcdiablcmente. v.a aparejada al tea­tro: el público. El tcatro experimental.en la intim idad de sus tanteos. se habíacncerrado demasiado en sí mismo. La RC-'neración del 28, como la llama Gorostiza,intuitiva o conscientemente, atiel.1de al pro­blema y madi fica' el curso de su produc­ción. Xavier Villanrrutia es el ejemplomás notorio; la distancia que separa a susobras en un acto de sus obras extensas,cs la misma que separa ;¡] teatro experi­mental elel que posteriormente se produ­io. Cuando C11 la -temporada 1945-46 sell'rmina con el teatro experimental, SI.'

abre un nuevo camino al teatro mexi-cano. ,-

La obra de Gorostiza :tbarca exclusi­vamente desde ese período hasta la fe­cha. Diez autores en total aparecen en ellibro. Desde Salvador Novo, que indirec­tamente en[.ronca con la generación del28, hasta Héctor Mendoza, el más joven.El prologuista hace ver que un denomi­nador común vincula todas las obras -seabandona una pretendida universalidadpor una cotidianidad más i1uestra-, peroa 'pesar de ello la temática comprendeIos- campos más diversos. Por Wla parteel problema social en La CIIlta dama deNovo, por otra parte y sin contrastes elproblema planteado por Sergio Magañaen Los signos del Zodía,eo. Dos mundosprovincial~os son explorados: el de EmilioCarballido y el de Luisa Josefina Her­nández. El difícil problema de la juven­tud en la obra de -H éctor Mendoza. Elproblema sexual en la de 1barg-üengoitia.

Indiscutiblemente que todos tienen algobueno y algo malo. Pero, querámoslo ono, es el teatro que actualmente se estáhaciendo.

Este libro es el tercero de una serieque constituye una valiosa y meritoria .t~­

rea. A través de ellos se puede adqutr1runa versi6n panorámica de 10 que elteatro ha aportado a la re~lidad mexicanadesde los principios del SIglo hasta nues­tros días.

H. P.

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