INFLUENCIA DE ESTILOS DE APEGO EN CONFLICTOS DE COMUNICACIÓN DE TRES
PAREJAS EN ADULTEZ EMERGENTE1
Dayana Alejandra García Agudelo2
Docente Asesora
Maria Fernanda Pérez Morales 3
UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
SANTIAGO DE CALI
2015
1 Este artículo se deriva del estudio realizado como trabajo de grado para optar el título de Psicólogo(a). Inicio Junio 2015, finalización
Diciembre 2016 2 Estudiante de la facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura seccional Cali, Colombia [email protected] 3 Psicóloga, Docente de la Facultad de Psicología de la Universidad de San Buenaventura Cali [email protected]
INFLUENCIA DE ESTILOS DE APEGO EN CONFLICTOS DE COMUNICACIÓN DE
TRES PAREJAS EN ADULTEZ EMERGENTE 4
Dayana Alejandra García Agudelo5
Resumen
Las relaciones de pareja pasan por muchos estadios y en todos ellos la comunicación entre sus
miembros es fundamental para la forma en que van a enfrentar los diferentes conflictos que en ellas
surjan. Los estilos de apego desarrollados en la infancia con los padres o cuidadores tienen
influencia en las relaciones de pareja que una persona entabla en posteriores periodos del ciclo vital.
Este trabajo tuvo como propósito principal establecer la influencia de los estilos de apego en los
conflictos de comunicación de tres parejas de jóvenes novios. Se trata de una investigación
descriptiva con diseño cualitativo y transversal, en la que la información fue recolectada a través de
la Entrevista Estructurada de Apego de George, Kaplan y Main (1996) citados por Casullo y
Fernández (2004) y la Encuesta sobre comunicación deficiente de López (2013), instrumentos que
fueron aplicados a las tres parejas de novios jóvenes, residentes en la ciudad de Cali.
Los resultados muestran que el estilo de apego desarrollado en la infancia tiene influencia directa en
la manera en que se afrontan los conflictos de comunicación.
Se evidenció en una de las mujeres participantes un estilo de apego inseguro, ansioso-ambivalente,
lo que le genera sensaciones de inseguridad y ansiedad, así como un temor no manifiesto de perder
a su pareja y volver a ser abandonada como sucedió en su infancia. En los demás jóvenes se observa
un apego seguro, mismo que les permite buscar soluciones concertadas a los conflictos en sus
relaciones a través del diálogo y la empatía.
Palabras clave: Estilos de apego, Conflictos en la comunicación, Relaciones de pareja, Adultez
emergente.
Abstract
The relationships go through many stages and all communication between its members is
fundamental to the way they will face the different conflicts which arise. Attachment styles
developed in childhood with parents or caregivers have influence on the relationships that a person
engages in later periods of the life cycle.
This work had as main purpose to establish the influence of attachment styles in communication
conflicts of three couples of young lovers. This is a descriptive research with qualitative and
crossover design, in which the information was collected through the Structured Attachment
Interview George, Kaplan and Main (1996) cited by Casullo and Fernandez (2004) and the Survey
on poor communication Lopez (2013), instruments that were applied to three young couples
boyfriends, residents in the city of Cali.
The results show that attachment style developed in childhood has a direct influence on the way the
communication conflicts faced in three pairs.
It was evident in one of the women involved style insecure, anxious-ambivalent attachment, which
generates feelings of insecurity and anxiety, and fear not manifest lose your partner and return to
being abandoned as happened in his childhood. In other young people a safe, same attachment that
allows them to seek mutually agreed conflict in their relations through dialogue and empathy
solutions is observed.
Keywords: Attachment styles, Conflicts in communication, Relationships, Emerging adulthood.
4 Artículo de resultados de investigación presentado como requisito para optar al título de Psicóloga en la
Universidad de San Buenaventura 5 Estudiante de X semestre
3
Introducción
Penagos, Rodríguez, Carrillo y Castro
(2006), plantean que el ser humano cuenta
con una predisposición innata para la
formación de vínculos afectivos.
Específicamente en la juventud, cobran
prioridad los que se establecen con personas
de su rango de edad. Como consecuencia de
esto, los jóvenes entablan relaciones de
carácter significativo con personas que no
pertenecen a su núcleo familiar, con el fin de
experimentar y descubrir vínculos afectivos
de intimidad, amor y compromiso, para en
este mismo sentido llegar a establecer y
mantener relaciones de tipo romántico de
manera exitosa, una de ellas el noviazgo, que
a diferencia del matrimonio o la unión libre,
no es un estado civil, siendo una de sus
principales características contar con cierto
grado de libertad en el compromiso. En ese
contexto, el noviazgo representa una
oportunidad de conocer a la otra persona y
reafirmar la propia identidad y autoestima así
como la satisfacción de diversas funciones
socio-afectivas como conocerse, pasarla bien,
disfrutar, impresionar a los amigos, reafirmar
la identidad femenina o masculina, explorar o
reforzar la preferencia sexual, enamorarse,
compartir alegrías y sufrimientos. Sin
embargo, parece satisfacer necesidades
distintas en hombres y mujeres; por ejemplo,
para las chicas representa romanticismo,
afecto, autoestima o autoconocimiento,
mientras que en los chicos significa
gratificación sexual o aprobación social de su
masculinidad (López, 2011).
Las funciones del noviazgo también están
muy relacionadas con aspectos evolutivos de
los miembros de la díada, pues a medida que
los adolescentes crecen se modifican y, en
dado caso, se amplían. Por este motivo, las
relaciones románticas al principio son cortas
y pueden proveer intimidad, recreación o
estatus, pero la satisfacción de necesidades
emocionales, y no sólo sexuales, hace que las
relaciones se prolonguen. Esa búsqueda de
estabilización y compromiso en las parejas
ocurriría en la adultez emergente donde la
estabilización de una relación de pareja se
vuelve factor importante para consolidar la
propia identidad al desarrollar
responsabilidad, compromiso y una mayor
capacidad de amar a otro (Contreras,
Guzmán, Alfaro y Jiménez, 2011). Esa
relación más seria y estable se suele vincular
con mayor edad, intimidad y un contexto de
seguridad y apoyo, pero también con la
posibilidad de un mayor número de
conflictos, comportamientos agresivos y
dinámicas relacionales basadas en el dominio
(Sánchez, Ortega, Ortega y Viejo, 2008).
Martínez, Fuertes, Orgaz y Vicario
(2014) mencionan la importancia de las
fuentes de apoyo, estar bien emocionalmente,
ya que esto ayuda a una mejor relación,
teniendo en cuenta muchos aspectos como
son la intimidad, apoyarse mutuamente, el
afecto mutuo, bases de una buena y sana
4
relación. Uno de los factores claves para ese
buen funcionamiento es la calidad de la
relación definida como el grado en que los
miembros de la pareja muestran intimidad,
afecto, apoyo mutuo, disponibilidad, cariño,
preocupación por el bienestar de la pareja y
una amplia y profunda comunicación (Collins
et al., 2009; citados por (Martínez, et al.,
2014). En general, es posible decir que las
parejas que perciben una relación de alta
calidad y satisfactoria, manifiestan mayores
niveles de bienestar, satisfacción,
compromiso y relaciones futuras más
positivas.
Cuando se presenta el conflicto, pueden
estar implícitos el tipo de apego y las formas
de comunicación que tenga la pareja, factores
que se exponen a continuación.
La teoría del apego tiene su origen en la
figura histórica de John Bowlby, quien
rechazó los planteamientos teóricos
dominantes hasta el momento (conductismo y
psicoanálisis) en la concepción de la
afectividad y formuló una teoría de la
vinculación revolucionaria para la época, al
considerar la vinculación afectiva como una
necesidad (Melero, 2008). El autor explica
los fines del apego de la siguiente manera:
desde un punto de vista objetivo, la función
principal del sistema de apego es asegurar la
supervivencia de la especie, al mantener a la
cría en contacto con el cuidador principal,
encargado de satisfacer sus necesidades
fisiológicas (alimentación, sueño, sed,
calor…) y de asegurar su supervivencia. Esta
función se manifiesta en la
complementariedad de conductas entre
cuidadores y crías: las crías muestran
conductas que atraen la atención del cuidador,
mientras que en los progenitores aparecen las
conductas de cuidado. Desde un punto de
vista subjetivo, la función del apego es la
búsqueda de seguridad física y emocional a
través de la presencia y el contacto con las
figuras de apego. De este modo, funciona
como una base de seguridad desde la cual
explorar el mundo, ya sea la relación con el
ambiente o la interacción confiada con los
demás.
Bowlby (1979) y Ainsworth (1989)
citados por Vega, Roitman y Barrionuevo
(2011), indican que existen tres tipos de
apego. Las personas con estilos de apego
seguro, son capaces de usar a sus cuidadores
como una base de seguridad cuando están
angustiados. Ellas cuentan con cuidadores
que son sensibles a sus necesidades, por eso,
tienen confianza que sus figuras de apego
estarán disponibles, que responderán y les
ayudarán en la adversidad. En el dominio
interpersonal, tienden a ser más cálidas,
estables y con relaciones íntimas
satisfactorias, y en el dominio intrapersonal, a
ser más positivas, integradas y con
perspectivas coherentes de sí mismas. En el
apego inseguro-evitativo, la conducta tiende a
aumentar la distancia de personas y objetos
supuestamente amenazadores, resultan
5
convenientes los términos “retracción”
“huida”, “evitación” o “inmovilización”,
donde a menudo la conducta se caracteriza
por agresividad y la desobediencia; estos
niños son propensos a tomar represalias. Este
tipo de desarrollo es mucho más frecuente en
los varones que en las niñas, en tanto que en
ellas ocurre a la inversa con una conducta de
fuerte aferramiento y ansiedad. Por último,
está el apego ansioso-ambivalente; los sujetos
ambivalentes son aquellos que buscan la
proximidad de la figura primaria y al mismo
tiempo se resisten a ser tranquilizados por
ella, mostrando agresión hacia la madre.
Responden a la separación con angustia
intensa y mezclan comportamientos de apego
con expresiones de protesta, enojo y
resistencia. Debido a la inconsistencia en las
habilidades emocionales de sus cuidadores,
estos niños no tienen expectativas de
confianza respecto al acceso y respuesta de
los primeros. Estas personas están definidas
por un fuerte deseo de intimidad, junto con
una inseguridad respecto a los otros, pues
desean tener la interacción e intimidad al
mismo tiempo que tienen un intenso temor de
que ésta se pierda. De igual forma, desean
acceder a nueva información, pero sus
intensos conflictos las llevan a alejarse de
ella.
Vega, et al. (2011), indican que tanto
Bowlby (1979) como Ainsworth, (1989),
señalaron la importancia que tienen los
vínculos de apego establecidos con los padres
durante la infancia para el establecimiento de
posteriores relaciones afectivas, de forma que
aquellos niños y niñas que establecieron
relaciones de apego seguro con unos padres
que se mostraron cariñosos y sensibles a sus
peticiones, serán más capaces de establecer
relaciones con los iguales caracterizadas por
la intimidad y el afecto. Los mecanismos que
subyacen a esta asociación causal entre el tipo
de apego infantil y las posteriores
vinculaciones emocionales son conocidos
como modelos representacionales.
Éstos tienen su origen en
representaciones mentales generadas en la
primera infancia a partir de la interacción con
los padres o cuidadores principales. Con este
modelo representacional como base, niños y
niñas y posteriormente adolescentes, se
enfrentan al resto de relaciones
interpersonales que establecen, de manera
que la forma de vínculo establecido con las
figuras de apego influirá en otras relaciones,
entre ellas las que se tendrán con los iguales.
Así, los sujetos que forjaron un vínculo y un
modelo representacional seguro con unos
padres o cuidadores que se mostraron
sensibles y responsivos, desarrollarán una
actitud básica de confianza en las personas
con las que se relacionen. Por el contrario, las
experiencias negativas de rechazo,
inconsistencia o falta de atención, llevarán a
otros sujetos a tener unas expectativas
igualmente negativas en sus relaciones
sociales posteriores (Hazan y Shaver, 1987;
6
Mayseless, Sharabany y Sagi, 1997; citados
por Vega, et al., 2011).
Aizpuru (1994), por su parte refiere que
“el apego seguro es un patrón óptimo de
apego que se debe a la sensibilidad materna,
la percepción adecuada, interpretación
correcta y una respuesta contingente y
apropiada a las señales del niño, que fortalece
interacciones sincrónicas” (p. 39).
Según Bowlby (1998), los individuos que
han crecido en un hogar adecuado, con padres
afectuosos en la medida normal, y han tenido
ante sí a personas que pueden brindarles
apoyo, aliento y protección, y saben dónde
buscar todo ello, suelen tener expectativas
firmes y satisfechas; por lo que, como
adultos, le resulta difícil imaginar un mundo
distinto. Ello les hace sentirse seguros de que
toda vez que se vean en dificultades siempre
tendrán acceso a figuras dignas de confianza
que vendrán en su ayuda. Enfrentarán al
mundo con seguridad y, cuando se vean ante
una situación alarmante, podrán encararla con
eficacia o buscar ayuda para hacerlo. La
experiencia familiar de los niños que se
convierten en seres relativamente estables y
dotados de confianza en sí mismos, no sólo se
caracteriza por el apoyo que les brindan los
padres cuando ello es necesario, sino también
por el aliento que les brindan, de modo
paulatino pero oportuno, para que vayan
adquiriendo una autonomía cada vez mayor.
Los adultos que desconocen la
posibilidad de contar con figuras que les
brinden apoyo y protección de manera
constante, pueden llegar a no confiar en la
posibilidad de que siempre puedan tener
acceso a una figura de afecto que les merezca
plena confianza y ven al mundo como algo
impredecible y hostil.
Así mismo, Aizpuru (1994) considera el
apego como los afectos de necesidades
constantes a lo largo de todo el desarrollo; si
bien, la forma en que éstas se manifiestan y
su nivel de activación varían en manera e
intensidad de una etapa a otra, en la juventud,
la conducta de apego exhibida se torna al
parecer confusa, conflictiva y contradictoria,
por lo cual es preciso considerar que esto
sucede en el contexto de los cambios que
conlleva esta etapa del desarrollo en la cual se
realizan bastantes esfuerzos para ser menos
dependientes de los cuidadores, atravesando
un periodo de profundas transformaciones
cognitivas, emocionales y conductuales, a
medida que evolucionan de ser personas que
reciben cuidado, hasta ser capaces de cuidar a
otros, lo cual es un cambio fundamental para
saber de qué forma se van a llevar a cabo las
relaciones amorosas; ya el amor es una
construcción imaginaria, se proyectan en
muchas relaciones, en diversos amores,
sueñan con ser de muchas maneras. Es el
amor un conjunto de sentimientos y acciones
ambivalentes, cambiantes, fragmentarios,
pero, al tiempo, fascinante y atractivo (p. 41).
En esta misma vía, Hazan y Zeifman
(1999) citados por Penagos, et al. (2006),
7
sostienen que las relaciones románticas se
caracterizan por elementos similares a
aquellos observados en las relaciones entre
los niños y sus cuidadores. Algunos de estos
elementos son: la necesidad por mantener el
contacto físico, la intimidad, la búsqueda de
confianza y seguridad, la familiaridad, la
responsabilidad y finalmente, la ansiedad ante
la separación, y los sentimientos de tristeza y
depresión ante la pérdida.
Todo lo expuesto da cuenta de elementos
que conforman una relación de pareja desde
el apego que cada miembro estableció en su
niñez con sus cuidadores y cómo esto
repercute para la creación del vínculo en las
relaciones amorosas; según su estilo, puede
favorecer o dificultar las relaciones de pareja,
así como facilitar o entorpecer la
comunicación entre sus miembros, aspecto
que se trata a continuación.
Para López et al. (2013), el conflicto en
la comunicación aparece cuando en los dos
miembros de la pareja existen motivaciones
de carácter opuesto, surgen malos entendidos
causantes de insatisfacción, frustración y
debilitamiento, hasta que en algunas
ocasiones se disuelve la pareja. Por tal razón,
una buena comunicación trae consigo una
relación de pareja satisfactoria. La
comunicación no necesariamente debe ser de
carácter verbal, también no verbal, ya que en
la pareja se dan el contacto físico, las
miradas, las sonrisas, que transmiten
mensajes.
Mcfarland y Christensen (2000) citados
por López et al. (2013), sostienen que el
conflicto en la pareja se define como la
oposición abierta entre sus miembros, quienes
identifican desacuerdos o fuentes de
dificultades en la relación. En los conflictos
de pareja existen dos elementos importantes:
la estructura y el proceso. La estructura tiene
que ver con la mera incompatibilidad de
necesidades y deseos, mientras que el proceso
involucra la interacción que se da entre los
integrantes de la pareja a partir del conflicto,
y puede generar reacciones diferentes por
parte de los integrantes de la pareja; a esto se
le denomina manejo del conflicto. Si el
manejo es adecuado, genera la solución del
conflicto y mantenimiento de la pareja; sin
embargo, si es inadecuado, las consecuencias
serán insatisfacción, ruptura de la relación o
violencia.
De acuerdo con Armenta y Díaz-Loving
(2008), las formas en que las personas se
comportan frente a una situación conflictiva
se pueden definir como estilos de solución o
manejo de conflictos. La manera en la que se
manejen los conflictos se determina
básicamente como positiva o negativa. El
manejo negativo se relaciona con la
confrontación, competencia, agresión,
violencia, acomodación y retirada; está en
función de imponer las ideas propias sin
tomar en cuenta al otro y se basa en la
satisfacción de los intereses propios, mientras
que el manejo positivo busca solucionar el
8
conflicto mediante el intercambio efectivo de
forma asertiva, centrándose en la búsqueda de
soluciones que impliquen estrategias como el
compromiso, la colaboración y la
negociación. A partir de las formas positivas
y negativas derivan patrones específicos de
manejo del conflicto en los que puede haber
un compromiso mutuo, evitación mutua, o
bien, una situación en la que uno de los
miembros de la pareja demanda
constantemente la resolución del conflicto,
mientras que el otro evade o se retira de dicha
situación.
En el manejo del conflicto, la
comunicación ocupa un lugar muy importante
pues a través de ella se busca solucionar los
problemas, además de que involucra un
intercambio de información de los
pensamientos, sentimientos, temores y
percepción de un miembro de la pareja hacia
el otro. El estilo dentro de la comunicación es
un factor relevante, pues implica cómo se
dice y cómo se transmite algo, es decir,
aquellas señales que sirven en el proceso de
la comunicación para interpretar y entender el
significado (Armenta y Diaz-Loving, 2008).
Según Sánchez y Díaz-Loving (2003) los
estilos de comunicación se agrupan en dos
polos, uno positivo y otro negativo. Dentro
del primero están el ser abierto y claro,
mientras que del lado negativo se encuentran
formas de comunicación agresivas, apáticas y
violentas. La comunicación negativa influye
en la aparición de patrones destructivos de
conflicto en las parejas. Estos patrones tienen
estrecha relación con procesos vinculados con
la atribución como una respuesta a estímulos
conductuales utilizados, en la medida en la
que se perciben conductas negativas durante
la interacción y proceso del conflicto.
Dávila y Goicovic (2002), sostienen que
el niño aprende un modelo de relación que va
a repercutir en los nuevos contactos con otros
y en el establecimiento de relaciones de
carácter significativo con personas externas a
su núcleo familiar, entre las cuales se destaca
el interés de los jóvenes por llegar a
establecer y mantener relaciones de tipo
romántico de manera exitosa. En ellas, los
vínculos de apego y las formas de
comunicación aprendidas, se convierten en
bases que facilitarán u obstaculizarán el
desarrollo de relaciones románticas que
proporcionen afecto y seguridad.
En la adolescencia y adultez emergente
se construyen relaciones afectivas (noviazgo)
con los pares que a su vez se van
configurando dependiendo de la
comunicación y estilo de apego que se tuvo la
infancia.
Tanto en las relaciones al interior de la
familia, como en aquellas que se establecen
con terceros, incluidas las de pareja, juega
papel protagónico la comunicación. Para el
caso de esta investigación, es uno de los
elementos clave en el funcionamiento de la
pareja en cualquiera de sus etapas, pues a
través de ella se expresan sentimientos,
9
pensamientos, temores, percepciones, y se
realizan negociaciones para la resolución de
problemas (Soller, 1982; Kimble, Hirt, Díaz-
Loving y Harmon, 2002; citados por Armenta
y Díaz-Loving, 2008). Las falencias en la
comunicación afectan no sólo la vida en
pareja sino el desarrollo integral de cada uno
de sus miembros (López, 2013).
El estilo de apego y los conflictos en la
comunicación influyen en el grado de
satisfacción que percibe cada uno de los
integrantes de la pareja con su relación.
Relación que desde el principio de la
humanidad ha establecido el hombre y que al
igual que éste, ha evolucionado hasta el
momento actual en el que ciencias como la
psicología la abordan desde diversos ángulos,
en un intento por identificar y comprender los
factores que tienen influencia en ella y cómo
interactúan en la manera en que cada uno de
los miembros que integra la relación logra o
no las expectativas que de ésta tiene. Las
personas crecen y evolucionan a través de tres
ciclos entrecruzados: individual, familiar y de
pareja, diferenciables entre sí; sin embargo,
las dinámicas que se dan al interior de la
familia, entre ellas la comunicación y el
apego, están inmersas dentro de la cultura y
costumbres de las que cada quien proviene y
tendrán influencia en la forma como se
desarrollen las relaciones de pareja (Quintero,
1999).
Al respecto, Agudelo y Gómez (2012)
señalan que ciertos estilos de apego y
comunicación se asocian con atributos de
dependencia-independencia, incompetencia-
competencia psicosocial en los hijos. Puede
ocurrir que en algunas familias, las figuras
parentales transmitan modelos de relación
disfuncionales, es decir, poco favorables para
el desarrollo integral, que tendrán definitiva
influencia en el establecimiento y evolución
de las posteriores relaciones de pareja y la
satisfacción en ellas, tema que preocupa a
terapeutas de pareja, investigadores y
profesionales del área de la salud, dados los
hallazgos que indican que las parejas que
mantienen conflictos sostenidos presentan
graves consecuencias en su salud física y
emocional (Gottman y Levenson, 1999;
citados por Guzmán y Contreras, 2012).
En la satisfacción de pareja influyen
múltiples factores entre los que pueden
mencionarse el amor, el compromiso y la
intimidad, todos ellos mediados por la
comunicación ya sea verbal o gestual y el tipo
de apego que se construya con el ser amado.
La falta de comunicación o la comunicación
deficiente, así como apegos desfavorables
influirán negativamente en la relación. Al
respecto, Risso (2006) afirma:
Cuando el apego está presente,
entregarse, más que un acto de cariño
desinteresado y generoso, es una forma de
capitulación, una rendición guiada por el
miedo con el fin de preservar lo bueno que
ofrece la relación. Bajo el disfraz del amor
romántico, la persona apegada comienza a
10
sufrir una despersonalización lenta e
implacable hasta convertirse en un anexo de
la persona "amada", un simple apéndice (p.
2).
Los conflictos en la pareja han estado
presentes durante toda la historia de la
humanidad. En cada época, las crisis surgen
por diferentes motivos: roles de género,
estatus social y económico, trabajo,
infidelidad, influencia de la familia de cada
miembro, por mencionar algunos. García
(2002), indica que las áreas de conflicto en
una pareja, abarcan todas aquellas en las que
se mueve la relación; destaca las siguientes:
intimidad, compromiso, dominancia, apego y
dificultades en la comunicación/resolución de
problemas. Describe estas dos últimas de la
siguiente manera:
Las conductas de apego se aprenden en la
infancia y se automatizan. También se
aprenden en la familia de origen las
conductas de respuesta a la solicitud de
ayuda. Si no se cumplen las expectativas que
generan las peticiones del otro, pueden darse
problemas graves en las parejas. Los
conflictos de comunicación y de falta de
habilidades para resolverlos se asocian a
cualquier otro tipo de situación (García, 2002,
p. 3).
Por lo anterior, el estudio de los estilos de
apego y su influencia en la dinámica de la
comunicación durante el noviazgo cobra
importancia, si se tiene en cuenta que éste es
el paso previo a una relación de matrimonio o
de convivencia permanente, que puede
resultar funcional o disfuncional de acuerdo
con la forma en la que se lleve y las historias
de vida de sus integrantes; un factor
importante es que si las parejas deciden tener
hijos, es probable que éstos reproduzcan en
sus relaciones lo que han aprendido de sus
padres.
Algunas investigaciones recientes
abordan la teoría del apego en la relación de
pareja y conflicto en la comunicación.
En el año 2006, Penagos, et al.,
estudiaron el apego, relaciones románticas y
el autoconcepto en adolescentes bogotanos
que asistían a colegios mixtos, femeninos y
masculinos de estratos socioeconómicos bajo,
medio y alto. Todos los participantes se
encontraban cursando grado once con edades
que oscilaron entre 15 y 20 años. En términos
generales, se encontró que los adolescentes de
la muestra poseían altos niveles de seguridad
en sus relaciones afectivas con madre, padre
y pares. Adicionalmente se observó que la
relación con estas tres figuras de apego
predice el nivel de auto concepto y que las
características de las relaciones románticas
son explicadas en su mayoría por la relación
de apego con la madre y los pares. También
se encontró que el nivel de auto concepto
predice algunas características positivas de
las relaciones románticas.
En España, Martínez, et al. (2014),
indagaron los vínculos afectivos en la
infancia y calidad en las relaciones de pareja
11
de jóvenes adultos: el efecto mediador del
apego actual, con el objetivo de conocer la
asociación entre la vinculación afectiva con
los padres en la infancia y la calidad
percibida de las relaciones de pareja en la
juventud, al mismo tiempo que analizar el
posible efecto mediador, en esa asociación,
de la experiencia de apego adulto vivenciado
en la relación de pareja. En el estudio
participaron de manera voluntaria parejas
heterosexuales con edades entre los 17-25
años. Los resultados mostraron asociaciones
significativamente positivas entre la
vinculación afectiva en la infancia y la
calidad de la relación de pareja.
Los estilos de comunicación como
predictores del manejo de conflicto en el
noviazgo, fueron estudiados en México por
López, Rivera, García y Reidl en el año 2013.
Participaron jóvenes de ambos sexos entre 18
y 28 años, con una relación de noviazgo. Los
resultados mostraron que los estilos de
comunicación negativos se encuentran
relacionados con el manejo de conflicto
evitante, mientras que la mezcla de estilos de
comunicación positivos y negativos se
relacionan con el manejo del conflicto
ambivalente.
En los estudios mencionados participaron
parejas heterosexuales con una relación cuya
duración mínima era un año y en un rango de
edad similar a las tres parejas que hicieron
parte de esta investigación, quienes se
encuentran en edades que van desde los 17 a
los 21 años. Se hace necesario aclarar el ciclo
evolutivo en el que se encuentran, dado que
según las clasificaciones tradicionalmente
establecidas podrían pertenecer tanto a la
adolescencia como a la adultez joven. En los
últimos años, el término adultez emergente ha
cobrado relevancia y en éste pueden ubicarse
las tres parejas estudiadas, si se tienen en
cuenta las características de este periodo
evolutivo descritas por Rojas y Flórez (2013).
Indican estos autores que en el mundo actual
se da la prolongación de la adolescencia
debido principalmente a tres factores: la
transición de una sociedad industrial a una
basada en la información, que requiere, entre
otras cosas, un mayor número de años de
estudio; en el caso específico de las mujeres,
a que se tienen más oportunidades
académicas y laborales, lo que favorece la
postergación del matrimonio y la maternidad
en aras de una mejor educación, desarrollo
profesional y más oportunidades laborales; la
tolerancia social de una vida sexual de los y
las jóvenes antes del matrimonio.
En este periodo de adultez emergente los
jóvenes se encuentran desarrollando
habilidades, capacidades y competencias que
los distinguen de los adolescentes, pero aún
no los caracterizan plenamente como adultos.
Sin embargo, su delimitación etaria no es
unánime y ha conducido a que en algunas
investigaciones se le ubique entre los 17 y 26
años e incluso entre los 19 y 30 (Rivera, Cruz
y Muñoz, 2011). El concepto de adultez
12
emergente puede referirse a determinados
sectores de la población con posibilidades de
postergar con comodidad la vida adulta
(Banderas, Martínez y Romo, 2010). Con
base en lo anterior, para efectos de esta
investigación, los participantes se denominan
entonces como adultos emergentes.
Cabe destacar que las relaciones
afectivas, especialmente las de noviazgo o
pareja, ocupan un lugar muy importante en
esta etapa del ciclo vital; la exploración de
este vínculo y la forma en la que se
establecen las relaciones es interés de la
psicología, lo que hace trascendente
investigar al respecto.
Es por ello que surgió el interés de esta
investigación, en la que se pretendió a través
de la Entrevista Estructurada de Apego de
George, Kaplan y Main (1996) citado por
Casullo y Fernández (2004) y la Encuesta
sobre comunicación deficiente de López
(2013), obtener la información para alcanzar
el siguiente objetivo: conocer la influencia de
los estilos de apego en los conflictos de
comunicación de tres parejas de jóvenes
novios de la ciudad de Cali, así como también
se lograron explorar los objetivos específicos
que se mencionan a continuación: Describir
los estilos de apego de cada uno de los
miembros de las tres parejas e identificar los
conflictos de comunicación que se presentan
en ellas.
La metodología empleada se incluye a
continuación.
Método
Este estudio corresponde a una
investigación de tipo descriptivo. De acuerdo
con Hernández, Fernández y Baptista (2006),
una de las funciones de la investigación
descriptiva es la capacidad de seleccionar las
características fundamentales del objeto de
estudio y su descripción detallada de las
partes, categorías o clases de ese objeto. Se
analiza en esta indagación la influencia de los
estilos de apego en los conflictos de
comunicación de tres parejas de jóvenes
novios.
Se trata de una investigación con diseño
cualitativo ya que se emplearon métodos de
recolección de datos no estructurados, tales
como observaciones, entrevistas, tomando
dichos resultados para analizarlos desde la
teoría disponible en procura explorar y
describir el fenómeno para luego generar una
perspectiva teórica (Hernández, et al, 2006).
Se recolectaron datos en un solo
momento, en un tiempo único, lo cual
corresponde a un diseño transversal
(Hernández, et al., 2006), pues el propósito
fue describir variables y analizar su
incidencia e interrelación en un momento
dado.
La muestra estuvo conformada por tres
parejas de jóvenes novios, para un total de
seis participantes; todos brindaron su
colaboración para esta investigación de
manera voluntaria y viven en la ciudad de
Cali.
13
Las características de estos jóvenes se incluyen en la tabla 1.
Tabla 1. Características de la muestra de investigación.
Pareja 1. Tiempo de relación: un año y medio
Edad Nivel
socioeconómico
Nivel de
estudios
Conviven con: Ocupación: Trabaja
Ella 21 3 Tecnológico
en curso
Sus tíos y dos
primos
Estudiante de
Sistemas
Sí
El 20 4 Tecnológico
en curso
Sus padres y
dos hermanas
Estudiante de
Criminalística
No
Pareja 2. Tiempo de relación: un año y diez meses
Edad Nivel
socioeconómico
Nivel de
estudios
Conviven con: Ocupación: Trabaja
Ella 18 3 Universitario
en curso
Padres y
hermana
Veterinaria No
El 18 3 Universitario
en curso
Madre y
padrastro
Negocios
internacionales
No
Pareja 3. Tiempo de relación: dos años
Edad Nivel
socioeconómico
Nivel de
estudios
Conviven con: Ocupación: Trabaja
Ella 20 3 Universitario
en curso
Padres Educación
primera
infancia
No
El 20 3 No estudia
actualmente
Madre No estudia
actualmente
Sí
Se realizaron entrevistas basadas en
las preguntas de la Entrevista estructurada de
apego de George, Kaplan y Main (1996)
citados por Casullo y Fernández (2004) y en
las preguntas de la encuesta realizada por
López (2013). Estos instrumentos se
muestran en las tablas 2 y 3.
14
Tabla 2. Entrevista estructurada de apego
Entrevista Estructurada de Apego
George, Kaplan y Main (1996) citados por Casullo y Fernández (2004)
1. Cuénteme algo sobre su familia, con quiénes vive y sobre sus parientes más cercanos.
2. Me gustaría que describiera la relación con sus padres cuando era niño, tratando de recordar
cuando usted era muy pequeño/a.
3. Trate de encontrar cinco adjetivos acerca de aquella relación con sus padres. Yo los voy a
escribir.
4. ¿Qué experiencias de su infancia le hicieron pensar en estos cinco adjetivos?
5. ¿Con cuál de sus padres se sentía más relacionado/a y por qué?
6. Cuando era pequeño/a y se sentía mal, ¿qué hacía? ¿qué sucedía? Trate de recordar alguna
experiencia en la que se haya sentido molesto/a, mal.
7. ¿Cómo describiría la primera experiencia en la que tuvo que separarse de sus padres?
8. ¿Se sintió alguna vez rechazado/a por sus padres? ¿Qué hizo? ¿Cree que ellos se daban cuenta
de que lo rechazaban?
9. ¿Alguna vez lo amenazaban, por disciplina o simplemente como broma?
10. ¿Cree que sus experiencias infantiles han influido en su vida actual?*
11. ¿Por qué cree que sus padres lo trataban de esa manera cuando era chico?
12. Me gustaría que me dijera si en su niñez hubo algún adulto con quien usted se sentía mejor que
con sus padres.
13. ¿Sufrió de chico/a la pérdida de alguno de sus padres o de un ser muy querido?
14. Trate de pensar si hubo cambios importantes en la relación con sus padres desde que era muy
pequeño hasta ahora.
15. ¿Cómo es la relación que tiene con sus padres?
*Adaptación: Se omite la palabra adulta, dada la muestra de interés del presente estudio.
Tabla 3. Encuesta sobre comunicación deficiente
Encuesta sobre comunicación deficiente
(López, 2013)
1. ¿Cómo considera su relación de pareja?
2. Cuando existen problemas en su relación ¿cómo los resuelve?
3. ¿Cuál es el principal problema que ves en su relación o lo que más le incómoda?
4. ¿Con qué frecuencia existen problemas en la comunicación con su pareja?
5. ¿Le cuenta a su pareja sobre los problemas que tienen en la comunicación?
6. ¿Con qué frecuencia escucha a su pareja?
7. ¿Con qué frecuencia cree que su pareja no te entiende?
8. ¿Con qué frecuencia le miente a su pareja?
9. ¿Con qué frecuencia supone y no confirma el mensaje de su pareja?
10. ¿Con qué frecuencia siente que grita cuando se comunica con su pareja?
11. ¿Cuánto tiempo le dedica a la comunicación con su pareja cuando está con él/ella?
12. ¿Se exalta cuando su pareja no le entiende?
13. ¿Ha dejado de comunicarte con su pareja para no ocasionar problemas?
14. ¿Ha pensado dejar a su pareja porque la comunicación se distorsiona?
Tomado de (López, A., 2013).
15
Las categorías de análisis que surgieron a
partir del marco teórico y mediante las cuales
se organizó la información obtenida para su
posterior análisis son: estilos de apego y
conflictos en la comunicación, mismas que se
abordan desde algunas subcategorías que se
observan en la tabla 4.
Tabla 4. Categorías y subcategorías de análisis
Categoría Subcategorías Respuestas significativas de los participantes
Estilos de
apego
Cambios en el
comportamiento del
niño a la adultez
emergente
“Soy muy independiente, no me gusta que nadie opine ni
se meta en mi vida ni para bien ni para mal”.
“Soy muy independiente en algunos de mis gastos, pero
tengo la ayuda de mis padres para mi estudio y cosas
personales”.
“Soy dependiente de mis padres y reconozco que estoy en
un proceso para hacerme más autónomo”.
“Por ser tan consentido, todavía dependo mucho de mi
madre y me falta ser más autónomo, y aún no me siento
preparado para ser independiente y valerme por mí solo”.
Relación en la
infancia con los
cuidadores
“Mi relación con mis padres desde pequeña siempre fue
muy regular puesto que casi no había comunicación. La
relación con mi papá era buena; a pesar de los problemas,
él es un gran padre pues nos sacó a todos adelante,
independientemente de su relación con su mujer que
gracias a ella es que hoy en día nos hablamos”.
“La relación con mis padres es de confianza, siempre
ellos me han demostrado su apoyo incondicional y que
siempre están ahí; día a día me demuestran el gran amor
que me tienen, siempre están dispuestos a ayudarme y
apoyarme en todo y nunca me han dejado sola”.
“Siempre he tenido una muy buena relación con mi madre
que es la persona que ha hecho el papel de padre y madre
y quien ha sabido sacarme adelante, siempre estoy ahí
para ella”.
Estilos de
apego
Experiencias de la
infancia que han
influido en la adultez
emergente
“Mi mamá se fue y nos dejó a mis hermanos y a mí desde
que tenía 10 años de edad, no le importó irse y dejarnos
con mi papá”.
“Mis padres siempre están dispuestos a ayudarme y
apoyarme en todo y nunca me han dejado sola”.
“Tuve una infancia muy hermosa, tranquila y muy feliz
gracias a los padres tan maravillosos que Dios me dio”
Apego en la relación
de pareja: seguro,
inseguro-evitativo,
ansioso-ambivalente
“Otro problema son los amigos, ya que en ocasiones les
dedica más tiempo a ellos, eso me molesta”.
“Reconozco que la causante de los problemas y conflictos
con mi novia es mi madre porque siempre está opinando
en la relación”.
16
Conflictos en
la
comunicación
Formas de abordaje
de los conflictos de
comunicación:
Negativas:
confrontación,
competencia,
agresión,
violencia,
acomodación y
retirada.
Positivas:
compromiso,
colaboración,
negociación.
“Yo reconozco que uno de mis defectos es que a veces
subo la voz y hablo feo”.
“Sólo una vez fue que le subí la voz y ella se sintió muy
mal”.
“A mí no me gusta subir la voz y gritar porque el respeto
se pierde, por eso la mejor manera para evitar estos
conflictos es hablar de forma tranquila”.
“Yo creo que la manera para evitar que pasen esas
situaciones es hablando las cosas a tiempo y evitando
rabias”
Estrategias para
mejorar la
comunicación en la
relación de pareja
“Cada vez que pasa eso me siento muy mal y busco la
forma de hablar y arreglar las cosas”.
“Yo creo que la mejor formar de evitar que el problema se
agrande es irse para no gritar y ya estando más calmado
hablar las cosas”.
“A mí no me gusta subir la voz y gritar porque el respeto
se pierde, por eso la mejor manera para evitar estos
conflictos es hablar de forma tranquila”.
Antes de analizar los resultados del
estudio, es necesario hacer una revisión
teórica de las categorías y subcategorías, las
cuales se complementan con las condiciones
de la investigación relativas al periodo
evolutivo de los participantes: adultez
emergente y relaciones de pareja.
La primera categoría es estilos de apego.
Se define estilo de apego a la necesidad del
ser humano para formar vínculos afectivos a
los cuales se pueda recurrir en momentos de
sufrimiento o estrés (Mikulincer, Shaver y
Slav, 2006).
Este constructo fue definido como un
sistema motivacional que buscó mantener la
proximidad entre bebés y sus cuidadores
como forma de obtener protección y
sobrevivir.
Si bien inicialmente la teoría del apego se
focalizó de manera prioritaria en las
relaciones tempranas, surgió con
posterioridad una serie de estudios que
aplicaron los principios del apego en las
demás etapas del desarrollo humano.
La imagen de sí mismo se encuentra
relacionada con el grado en el cual se
experimenta ansiedad acerca de ser rechazado
o abandonado, de modo tal que las personas
que poseen una visión positiva de sí mismas
tienden a experimentar baja ansiedad respecto
de esta posibilidad, dado que se consideran
dignas de ser amadas y cuidadas.
Por el contrario, aquellas personas que
poseen una visión negativa de sí mismas
manifiestan preocupación y temor frente al
abandono de quien es la figura de apego
(Mikulincer, et al., 2006).
En esta primera categoría se tuvieron en
cuenta las siguientes subcategorías:
Cambios en el comportamiento del niño
a la adultez emergente
17
En este periodo de adultez emergente los
jóvenes se encuentran desarrollando
habilidades, capacidades y competencias que
los distinguen de los adolescentes, pero aún
no los caracterizan plenamente como adultos,
como alguien que aún no “dejó del todo” el
estatus adolescente, pero no posee todos los
atributos psicosociales que la etapa adulta
exige. Es alguien que siente ambigüedad
hacia las actitudes y el funcionamiento
adulto, pero tiene más independencia en la
exploración de otros roles, pues aún no está
necesariamente implicado en la formación de
una familia, búsqueda de empleo estable o
conyugalidad, por ejemplo. El adulto
emergente está en una fase que no debe ser
entendida solamente como un paso entre dos
periodos y sí como un momento del ciclo
vital compuesto por cambios particulares y
contextualizados en jóvenes entre los 17 y los
26 años, aproximadamente (Arnett, 2000;
citado por Pizzinato, Calesso, Cé y Eid,
2013).
Relación en la infancia con los
cuidadores
Melero (2008), explica los objetivos del
apego de la siguiente manera: desde un punto
de vista objetivo, la función principal del
sistema de apego es asegurar la supervivencia
de la especie, al mantener a la cría en
contacto con el cuidador principal, encargado
de satisfacer sus necesidades fisiológicas
(alimentación, sueño, sed, calor…) y de
asegurar su supervivencia. Esta función se
manifiesta, en la complementariedad de
conductas entre cuidadores y crías: las crías
muestran conductas que atraen la atención del
cuidador, mientras que en los progenitores
aparecen las conductas de cuidado. Desde un
punto de vista subjetivo, la función del apego
es la búsqueda de seguridad física y
emocional a través de la presencia y el
contacto con las figuras de apego. De este
modo, funciona como una base de seguridad
desde la cual explorar el mundo, ya sea la
relación con el ambiente o la interacción
confiada con los demás.
Experiencias de la infancia que han
influido en la adultez emergente de los
participantes del estudio
Dávila y Goicovic (2002), sostienen que
las experiencias en la infancia son un proceso
que se logra desarrollar desde las
interacciones con los cuidadores primarios,
ya que el niño aprende un modelo de relación
que va a repercutir en los nuevos contactos
con otros y en el establecimiento de
relaciones de carácter significativo con
personas externas a su núcleo familiar, entre
las cuales se destaca el interés de los jóvenes
por llegar a establecer y mantener relaciones
de tipo romántico de manera exitosa. En ellas,
los vínculos de apego y las formas de
comunicación aprendidas, se convierten en
bases que facilitarán u obstaculizarán el
desarrollo de relaciones románticas que
proporcionen afecto y seguridad.
18
Las experiencias en la infancia incluyen
los métodos de castigo utilizados por los
cuidadores, entendidos como las estrategias y
mecanismos de socialización que emplean los
padres para regular la conducta e inculcar
valores, actitudes y normas en los hijos.
Asimismo, ante la aceptación y utilización de
métodos de disciplina positiva y punitiva
(castigos), los padres no abusivos evalúan
como más significativamente aceptable el
refuerzo positivo sobre el punitivo. Los
padres abusivos, en cambio, ven los refuerzos
negativos o castigos como más aceptables
(Kelley, Grace y Elliott, 1990).
Existen padres que ejercen mucho
control sobre sus hijos, intentando influir
sobre el comportamiento del niño para
inculcar determinados estándares. Usan
estrategias como la afirmación de poder, el
castigo físico o la amenaza y privan al niño
de objetos o ventajas materiales, retirada de
afecto e inducción (Baumrind, 1973).
Apego en la relación de pareja
Hazan y Zeifman (1999) citados por
Penagos, et al. (2006), sostienen que las
relaciones románticas se caracterizan por
elementos similares a aquellos observados en
las relaciones entre los niños y sus
cuidadores. Algunos de estos elementos son:
la necesidad por mantener el contacto físico,
la intimidad, la búsqueda de confianza y
seguridad, la familiaridad, la responsabilidad
y finalmente, la ansiedad ante la separación, y
los sentimientos de tristeza y depresión ante
la pérdida.
Para analizar la segunda categoría,
conflictos en la comunicación, es necesario
recordar que todo proceso de comunicación
trae en su interior la posibilidad del conflicto.
El conflicto en la comunicación de pareja
aparece cuando en los dos miembros existen
motivaciones de carácter opuesto; surgen
malos entendidos causantes de insatisfacción,
frustración y debilitamiento, hasta que en
algunas ocasiones se disuelve la pareja. Los
conflictos tienen múltiples causas: roles de
género, trabajo, infidelidad, influencia de los
amigos o la familia de cada miembro, etc. Por
lo anterior, una buena comunicación trae
consigo mayores posibilidades de tener una
relación de pareja satisfactoria. La
comunicación no necesariamente debe ser de
carácter verbal, también no verbal, ya que en
la pareja se dan el contacto físico, las
miradas, las sonrisas, que transmiten
mensajes (López, et al., 2013).
La falta de comunicación o la
comunicación deficiente, influirá
negativamente en la relación (Risso 2006).
Esta segunda categoría incluyen las
siguientes subcategorías:
Formas de abordaje de los conflictos de
comunicación
De acuerdo con Armenta y Díaz-Loving
(2008), las formas en que las personas se
comportan frente a una situación conflictiva
se pueden definir como estilos de solución o
19
manejo de conflictos. La manera en la que se
enfrentan los conflictos se determina
básicamente como positiva o negativa. El
manejo negativo se relaciona con la
confrontación, competencia, agresión,
violencia, acomodación y retirada; está en
función de imponer las ideas propias sin
tomar en cuenta al otro y se basa en la
satisfacción de los intereses propios, mientras
que el manejo positivo busca solucionar el
conflicto mediante el intercambio efectivo de
forma asertiva, centrándose en la búsqueda de
soluciones que impliquen estrategias como el
compromiso, la colaboración y negociación.
Estrategias para mejorar la
comunicación en la relación de pareja
Las formas de comunicación se agrupan
en dos polos, uno positivo y otro negativo.
Dentro del primero están el ser abierto y
claro, mientras que del lado negativo se
encuentran formas de comunicación
agresivas, apáticas y violentas.
La comunicación negativa influye en la
aparición de patrones destructivos de
conflicto en las parejas. Estos patrones tienen
estrecha relación con procesos vinculados con
la atribución como una respuesta a estímulos
conductuales utilizados, en la medida en la
que se perciben conductas negativas durante
la interacción y proceso del conflicto
(Sánchez y Díaz-Loving, 2003).
Además de las categorías y
subcategorías, se tuvieron en cuenta como
condiciones del estudio la etapa del desarrollo
evolutivo de los participantes: adultez
emergente y el concepto que tienen de las
relaciones de pareja.
El adulto emergente se caracteriza
como alguien que aún no “dejó del todo” el
estatus adolescente, pero no posee todos los
atributos psicosociales que la etapa adulta
exige (Pizzinato, et al., 2013).
La adultez emergente es una condición en
esta investigación, dado que los antecedentes
revisados dan cuenta de estudios realizados
con adolescentes y con parejas casadas o en
unión libre, ambos grupos en otros estadios
del desarrollo evolutivo. Son pocas las
investigaciones que abordan este grupo
etario, caracterizado por la ambigüedad hacia
las actitudes y el funcionamiento adulto, pero
con mayor independencia respecto al
adolescente en la exploración de otros roles,
aunque no necesariamente implicado en la
formación de una familia, búsqueda de
empleo estable o conyugalidad.
El adulto emergente está en una fase que
no debe ser entendida solamente como un
paso entre dos periodos y sí como un
momento del ciclo vital compuesto por
cambios particulares y contextualizados en
jóvenes entre los 17 y los 26 años,
aproximadamente (Arnett, 2000) citado por
Pizzinato, et al. (2013).
La relación de pareja, otra condición del
estudio, es una unión de amor que surge entre
dos personas y que se sucede en varias
etapas: enamoramiento, noviazgo,
20
consolidación de la historia y matrimonio o
convivencia. En la actualidad, cada vez más
las parejas evitan dar el paso de la boda y
prefieren convivir sin organizar un evento.
Formar una pareja implica llevar a la
relación lo que se ha vivido y aprendido en la
familia de origen. Así, la forma en que el ser
humano se desarrollará como pareja se ve
influida por los roles que se han asimilado
desde la infancia en el contexto familiar, por
la cultura en la cual viven y por las propias
cogniciones (González, 2012).
La ruta metodológica que permitió
desarrollar la investigación, se desarrolló de
la siguiente manera:
Contacto con las posibles parejas
participantes del estudio y firma del
consentimiento informado.
Aplicación de la Entrevista
Estructurada de Apego (George, Kaplan y
Main, 1996) de manera individual con cada
miembro de la pareja.
Encuesta de Comunicación
Deficiente de (López, 2013) con los dos
miembros de la pareja juntos. Se utilizaron
audio grabaciones para seguidamente
transcribir la información.
Obtención de resultados y análisis de
información.
Clasificación de la información de
acuerdo con las categorías de análisis.
Elaboración del informe final con
discusión, resultados, conclusiones y
recomendaciones.
Resultados
La información obtenida en las
entrevistas y la encuesta, se organizó según
las categorías de análisis: Estilos de apego y
Conflictos en la comunicación con sus
subcategorías y las condiciones del estudio:
adultez emergente y relación de pareja.
Se usó la siguiente codificación para
hacer referencia a los participantes
salvaguardando sus identidades por
consideraciones éticas: M (para mujer) y H
(para hombre), el número del 1 al 3 para
identificar a qué pareja corresponden, E (para
entrevista o encuesta) y P (para el número de
la pregunta).
Se observó la primera categoría: estilos
de apego por el tipo de relación que tenían
con los cuidadores primarios, de tal manera
que cuatro de los entrevistados (M2, M3, H1
Y H2) dan muestras de un apego seguro; uno
de los hombres (H3), a pesar de tener un
apego que puede calificarse como seguro,
deja entrever algún tipo de dependencia
emocional de su madre hacia él y en una de
las mujeres se observa un apego inseguro,
ansioso y ambivalente.
Se trata de M1, el apego inseguro y
ansioso se deriva del abandono de su madre y
en la actualidad el apego con su padre puede
calificarse como ambivalente: “mi relación
con mis padres desde pequeña siempre fue
muy regular puesto que casi no había
comunicación, tanto así que mi mamá se fue y
nos dejó a mis hermanos y a mí desde que
21
tenía 10 años de edad, no le importó irse y
dejarnos con mi papá. La relación con mi
papá era buena; a pesar de los problemas, él
es un gran padre pues nos sacó a todos
adelante, independientemente de su relación
con su mujer que gracias a ella es que hoy en
día nos hablamos” (E1P2).
Continúa su relato: “cuando era pequeña
y me sentía mal simplemente me desahogaba
llorando o hablaba con alguna amiga pero
no le decía a mi papá, pues en realidad
nunca me ha gustado contar mis cosas a
otras personas, entonces prefería guardarme
lo que sucedía”. M1 se fue de la casa paterna
por conflictos con su padre de los cuales
culpa a su madrastra; a pesar de vivir
actualmente con una tía y de encontrarse en
una situación de pareja, afirma “sentirse
sola”; al parecer, no ha logrado establecer un
apego seguro ni con su tía ni con su pareja.
Por su parte, M2E1P2 expresa: “siempre
ha existido una relación buena con mis
padres; me identifico un poco más con mi
mamá, pues es como mi alma gemela. Mis
padres desde pequeña siempre han estado
cuando me pasa algo para ayudarme y
apoyarme”. Sus respuestas dan cuenta de
haber desarrollado un apego seguro, tiene la
confianza de contar con sus cuidadores en
momentos de necesidad.
M3E1P2, indica: “la relación con mis
padres es de confianza, siempre ellos me han
demostrado su apoyo incondicional y que
siempre están ahí; día a día me demuestran
el gran amor que me tienen, siempre están
dispuestos a ayudarme y apoyarme en todo y
nunca me han dejado sola”. Al igual que la
M2, M3 muestra a través de sus relatos un
vínculo seguro con sus padres gracias a las
experiencias que desde la niñez ha tenido con
ellos; describe una relación estable, armónica,
de apoyo y comunicación.
El H1E1P2, dice: “la relación con mis
padres siempre ha sido muy buena desde
chiquitos; tuve una infancia muy hermosa,
tranquila y muy feliz gracias a los padres tan
maravillosos que Dios me dio. Desde que era
pequeño siempre que he tenido problemas
recurro a mis padres, ya que siempre han
sido mi apoyo incondicional”. Se puede ver
que las respuestas de este chico dan cuenta de
un apego seguro con los cuidadores. Describe
a sus padres como personas cariñosas,
interesadas por su bienestar, con las que se
puede hablar.
H2E1P2, expresa: “la relación con mi
madre siempre ha sido buena, ella es mi vida
y es papá y mamá al mismo tiempo, con ella
tengo una relación muy profunda de
confianza, respeto y amor; así ha sido toda
mi vida". Lo afirmado por este participante da
cuenta de que siente confianza, seguridad y
apoyo por parte de su madre, quien nunca lo
ha abandonado.
H3E1P2, relata: “siempre he tenido una
muy buena relación con mi madre que es la
persona que ha hecho el papel de padre y
madre y quien ha sabido sacarme adelante,
22
siempre estoy ahí para ella”. Este joven ha
desarrollado un fuerte vínculo con su madre,
fruto tal vez, del hecho de no haber contado
en su crianza con su padre biológico. Sin
embargo, como podrá observarse más
adelante, este apego es seguro en H3 pero
puede verse amenazado por algún tipo de
dependencia emocional de su madre hacia él,
lo que además, pudiera interferir en su
relación de pareja.
De esta categoría, estilos de apego, puede
afirmarse que dos mujeres y dos hombres han
desarrollado un apego seguro con sus padres.
En el caso de M1, las experiencias en la
infancia con sus cuidadores la llevaron a
tener un estilo inseguro y ambivalente en su
relación de pareja. En cuanto a H3, afirma:
“siempre estoy ahí para ella”. A pesar de
resaltar la labor de su madre quien lo “sacó
adelante” sin el apoyo del padre y decir que
tienen “una buena relación”, su discurso
carece de declaraciones que den cuenta de en
qué medida él pudiera tener la seguridad de
contar con su mamá en caso de sufrimiento o
estrés.
Para concluir esta categoría de acuerdo
con lo que han manifestado los participantes
de su relación con sus cuidadores que es
donde se van desarrollando los estilos de
apego, al encontrarme que en casi todos se
desarrolló un apego seguro con relación a sus
experiencias en la infancia es importante
saber hasta qué punto es sano que haya tanta
seguridad apoyo y confianza en los infantes
por parte de sus cuidadores y hasta que edad,
ya que es un poco abrumador en lo que el
apego seguro se puede convertir como lo es
en una sobreprotección que es aquello que se
ha observado más que todo en los hombres
creando miedos de enfrentar situaciones que
se les puedan presentar en el camino, y en las
mujeres al encontrarme con el apego inseguro
ambivalente de la mujer 1 reconozco que no
es sano crecer sin un apoyo emocional que
brinde esa mano amiga pero viéndolo por un
lado positivo no todo es tan malo ya que la
llevo a enfrentar la vida, creando en ella
herramientas de resiliencia y aunque en las
otras dos mujeres halla un apego seguro, estas
han salido un poco de su zona de confort por
la rebeldía o diferentes situaciones que les
han permitida tener una mirada más madura
que los hombres del estudio.
Respecto a la segunda categoría,
conflictos en la comunicación, pudo
establecerse que se suceden en las tres parejas
cuando se dan situaciones que causan
insatisfacción, enojo o frustración y que
pudieran debilitar la relación e incluso
conducirla a su final. En esta categoría se
exploran las causas de los conflictos en las
tres parejas, las formas de abordaje y las
estrategias que utilizan para mejorar la
comunicación en la relación de pareja.
M1E2P2, indica: “los conflictos en la
relación suceden en ocasiones por falta de
comunicación ya que cuando hacemos
23
planes, a última hora ya para irnos, él dice
que ya no quiere hacer eso. Otro problema
son los amigos, ya que en ocasiones les
dedica más tiempo a ellos, eso me molesta,
pero para no hacer más grande el conflicto,
respiro profundo y me voy para no entrar en
discusión, ya que si empezamos a pelear voy
terminar gritándolo, y eso podría llevar a
agresiones físicas. Eso no es sano para la
relación y voy a hacerlo sentir muy mal,
ambos estaríamos tristes. La manera de
evitar los conflictos en la relación es
hablando las cosas a tiempo, abriendo un
espacio donde pueda dialogar con él”. M1 es
consciente de que el diálogo es la mejor
manera para resolver los conflictos. Sin
embargo, reconoce que le molesta el tiempo
que H1 dedica a sus amigos y, le molesta
tanto que incluso afirma que lo mejor es
alejarse cuando se encuentra disgustada para
evitar lastimarlo de palabra o de obra. Utiliza
la acomodación y retirada, una forma
negativa de abordaje del conflicto. Así
mismo, la sensación de disgusto, el silencio y
la retirada pudieran encontrarse relacionados
con su apego inseguro, con el temor de ser
nuevamente abandonada.
M2E2P2, afirma: “los conflictos que se
generan en la relación es por la falta de
comunicación; en las cosas que queremos
hacer no llegamos a un acuerdo. Cada vez
que pasa eso me siento muy mal y busco la
forma de hablar y arreglar las cosas. En dos
ocasiones lo he gritado y me arrepiento,
porque sé que se siente triste. Yo creo que la
manera para evitar que pasen esas
situaciones es hablando las cosas a tiempo y
evitando rabias”. M2 reconoce que su enojo
o frustración cuando la comunicación con su
pareja falla, la han conducido a una forma de
abordaje negativa: confrontación y agresión
verbal. Se arrepiente por haberlo gritado,
mostrando empatía hacia H2 pues sabe que
eso lo entristece. Además, considera que para
no llegar a esas situaciones, las cosas deben
hablarse a tiempo.
M3E2P2 dice: “el conflicto en la relación
es por mi suegra porque siempre está
opinando en la relación, esto me disgusta
mucho y desencadena problemas; en algunas
ocasiones he gritado a mi novio y no me
gusta llegar a eso porque le causo decepción,
por eso siempre busco la forma de llegar
acuerdos”.
H1E2P2 expresa: “los conflictos en la
relación es por falta de comunicación en los
planes cuando vamos a salir y no estamos de
acuerdo y es ahí donde se dan las discordias
y me da malgenio. Entonces, la mejor formar
de evitar que el problema se agrande es irse
para no gritar y ya estando más calmado
hablar las cosas. Yo reconozco que uno de
mis defectos es que a veces subo la voz y
hablo feo, pero estoy en un proceso de
mejorar ese aspecto evitando sentimientos de
rabia y decir las cosas a tiempo, porque mi
novia se siente muy triste, y es ella muy
sentimental y sensible”. H1 reconoce que no
24
ha manejado de la menor manera los
disgustos con su novia. Al igual que ella,
cuando se enoja, prefiere tomar distancia y
esperar a calmarse para luego hablar, pues le
preocupa herir los sentimientos de su novia, a
quien califica como muy sensible. La
información que suministra la pareja uno en
cuanto a su forma de abordar los conflictos de
comunicación, evidencia que no siempre
tratan de resolverlos con diálogo y
comprensión. Admiten que a veces, sobre
todo él, se dejan llevar por el mal genio y
gritan a su pareja. Sin embargo, entre las
estrategias que utilizan para mejorar la
comunicación, parten por reconocer que la
manera de abordar los conflictos no ha sido la
mejor y desean superar los problemas.
Afirman estar realizando un esfuerzo para
que dichas conductas no se repitan, puesto
que saben que eso los lastima y deteriora la
relación
H2E2P2 sostiene: “más que problemas,
son peleas por la falta de comunicación al
ponernos de acuerdo en los planes al salir,
pero por parte mía nunca ha habido gritos,
porque el respeto se pierde. Sólo una vez fue
que le subí la voz y ella se sintió muy mal, y
triste, por eso evito tener conflictos con ella”.
Es evidente en la segunda pareja que ambos
han utilizado formas negativas de abordaje
del conflicto admiten haberse gritado,
muestran arrepentimiento por haberlo hecho,
ya que consideran los sentimientos del otro y
dentro de sus estrategias para mejorar la
comunicación dicen que eso ya es pasado,
que ahora se esfuerzan por hablar y evitar que
eso se repita, puesto que son conscientes de
que a partir de allí se pueden generar ofensas
más graves como la agresión física.
H3E2P2 indica: “reconozco que la
causante de los problemas y conflictos con mi
novia es mi madre porque siempre está
opinando en la relación. A mí no me gusta
subir la voz y gritar porque el respeto se
pierde, por eso la mejor manera para evitar
estos conflictos es hablar de forma
tranquila”. H3 es consciente de que
intervención de su mamá causa problemas de
comunicación con su novia. En esta pareja se
observa una forma positiva de abordaje del
conflicto, a través del compromiso y la
colaboración; existe una mutua preocupación
por no realizar acciones que puedan disgustar
al otro y se esfuerzan por evitar llegar a
gritarse o faltarse al respeto.
En esta categoría, conflictos en la
comunicación, tanto hombres como mujeres
reconocen que necesitan trabajar más para
lograr una comunicación asertiva. Se dan
cuenta de los errores que han cometido y de
cómo en ocasiones han herido a sus parejas al
subir la voz, llegando incluso a los gritos.
Saben que cuando una situación les genera
disgusto, deben hacérselo saber a su pareja
tan pronto como suceda (hablar las cosas a
tiempo), puesto que si las dejan pasar, muy
seguramente se repetirán e irán generando
mayor incomodidad, lo que puede conducir a
25
disgustos graves con agresiones verbales y
físicas.
Para concluir esta categoría es importante
resaltar que el hecho de que una persona
desarrolle un apego seguro eso no va hacer
determinante en cómo van hacer las
relaciones afectivas que se van adquiriendo a
lo largo de la vida y que estas vayan hacer
perfectas y satisfactorias por lo tanto el apego
es aquello que determina de una u otra forma
el carácter con el que se asumirá las
diferentes situaciones de adversidad que se
van presentando como se vio en los
participantes donde la mujer 1 que fue la que
desarrollo el apego inseguro no tiene la
habilidad de expresar sus sentimientos en
situaciones angustiosas y los que
desarrollaron un apego seguro si tienen la
confianza y la habilidad para proponer y
tomar medidas en situaciones alarmantes, por
eso es importante como psicólogos cuando
nos llegan personas con figuras de apego que
han sido inseguros y ambivalentes crear en
ellos habilidades de resiliencia y de
comunicación para que logren expresar sus
sentimientos y emociones, de esta manera les
ayudara a tener una visión diferente de cómo
abordar los conflictos para que no siempre
sea de manera negativa.
En cuanto a las condiciones del estudio:
adultez emergente y relación de pareja,
puede decirse respecto a la primera, que de
las parejas seleccionadas, tres integrantes
cumplieron con el criterio de estar en la edad
de adultez emergente: M1, se considera
independiente y autónoma en sus propias
decisiones tal como lo dice: “soy muy
independiente, no me gusta que nadie opine
ni se meta en mi vida ni para bien ni para
mal” (E1P1); mientras que las participantes
M2 y M3 cumplen con algunos criterios de
adulta emergente puesto que para el caso de
M2 aporta al hogar, es menos dependiente de
sus padres, asume sus gastos y considera que
es una mujer más madura, pues dice: “yo
trabajo, soy más autónoma cuando tomo mis
decisiones, y me considero más centrada
porque puedo tener diálogos más interesantes
con mis padres” (E1P1), y para M3: “soy
muy independiente en algunos de mis gastos,
pero tengo la ayuda de mis padres para mi
estudio y cosas personales”(E1P1).
Para el caso de los participantes hombres,
se encontró que aún no están en la etapa de
adultez emergente por cuanto H1, considera
que “soy dependiente de mis padres y
reconozco que estoy en un proceso para
hacerme más autónomo”(E1P1); H2 refiere
que es muy dependiente de su madre y le falta
más autonomía para la toma de decisiones y
H3 dice: “por ser tan consentido, todavía
dependo mucho de mi madre y me falta ser
más autónomo, y aún no me siento preparado
para ser independiente y valerme por mí
solo” (E1P1).
De lo anterior, es posible decir que las
mujeres encuestadas se encuentran en plena
vivencia de esta etapa de desarrollo, mientras
26
que los hombres del presente estudio, dados
sus testimonios, todavía no la alcanzan,
aunque esbozan rasgos característicos de la
misma, puesto que poco a poco van dejado
comportamientos de la adolescencia y
muestran ambigüedad para asumir
responsabilidades propias de los adultos.
Teniendo en cuenta que la relación de
pareja es una unión de amor que surge entre
dos personas y que se sucede en varias
etapas: noviazgo, consolidación de la historia
y matrimonio o convivencia, la segunda
condición de investigación indagó sobre la
concepción que tienen los participantes de su
relación y sus características.
La M1E2P1, indica: “la relación es muy
buena, hay mucho diálogo y siempre estamos
juntos para todo; soy muy paciente y siempre
busco la manera de hablarle bien para no
llegar a los extremos de gritos porque no me
gusta estar mal con él. En un futuro con él
quiero formar algún día un hogar, tener
hijos, porque me he dado cuenta que él es el
único hombre que quiero para mi vida”. Por
sus palabras, puede decirse que M1 se
proyecta hacia la consolidación de su historia
en un matrimonio o convivencia.
M2E2P1, dice: “la relación de pareja es
muy hermosa, existe mucho diálogo, amor,
respeto y estabilidad; quiero estar toda mi
vida junto a él, lo tengo incluido en todos
mis proyectos y metas a futuro porque es el
amor de mi vida”. Al igual que la participante
anterior, M2 visualiza su futuro al lado de su
pareja, se encuentra en la etapa de
consolidación de su historia.
M3E2P1, responde: “la relación es muy
linda, hay mucho amor, diálogo, respeto y
confianza, deseo casarme con él, tener un
hogar, es el hombre con el que quiero estar
toda la vida”. En consonancia con las dos
otras entrevistadas, el discurso de M3 hace
referencia a un punto de su relación de
noviazgo en el cual ya se está considerando
avanzar hacia las etapas siguientes.
Por su parte, H1E2P1 dice: “la relación
con mi novia es buena, pues ella siempre ha
estado a mi lado apoyándome; nuestro amor
es muy grande, la relación es muy feliz y
siempre dialogamos. Yo tengo a mi novia
incluida en mi proyecto de vida ya que la
amo y ella siempre me ha demostrado estar
en las buenas y en las malas, quiero formar
mi hogar con ella y estar siempre unidos en
el amor de Dios”. H1 realiza una evaluación
de lo que hasta el momento ha sucedido en su
relación de pareja y se muestra dispuesto a
considerar que ésta avance hacia la
consolidación y el matrimonio, pues indica
querer estar unidos en el amor de Dios.
H2E2P1 expresa: “la relación es muy
buena, me siento muy feliz y satisfecho con la
novia que tengo, es cariñosa, juiciosa,
siempre me trata bien, además existe mucho
diálogo que es la base de la relación, y es con
ella con quien quiero cumplir mis sueños,
como tener una familia, con ella estoy
dispuesto a todo”. Este joven también se
27
proyecta en una convivencia con su actual
novia, resalta sus cualidades, lo que le hace
tener argumentos para visualizar un futuro
con ella.
H3E2P1 indica: “la relación muy bonita,
hay confianza, respeto, diálogo y amor; en
ella encuentro mucho apoyo, cariño, y es muy
detallista conmigo. Deseo poder en futuro
tener un hogar con ella, ya que es la mujer
con la que siempre quiero estar”. El
enamoramiento y noviazgo para este
participante han sido experiencias que le han
brindado satisfacciones y le permiten
considerar consolidar su relación.
Los miembros de las tres parejas
expresan amarse mutuamente, respetarse,
resolver sus diferencias a través del diálogo y
anhelar un futuro junto. Sus discursos dan
cuenta de unas relaciones armoniosas,
estables y con proyección; las experiencias
compartidas durante el enamoramiento y el
noviazgo se constituyen en los cimientos para
consolidar sus historias ya sea en el
matrimonio o la convivencia.
Para concluir la etapa de adultez
emergente es importante como psicóloga ver
que las mujeres maduran un poco más rápido
que los hombres siendo más autónomas,
responsables e independientes en la toma de
decisiones, y los hombres aún no han salido
del capullo de sus figuras de apego, y es ahí
donde es cuestionante preguntarse que si hay
mujeres que también tuvieron apego seguro
por que adoptan criterios de un adulto joven y
esto es debido a que las mujeres según sus
discursos son más arriesgadas, por ende los
estilos de apego no determinan el paso de las
etapas siguientes, eso es subjetivo de la
manera como cada ser humano asuma su
vínculos con las figuras de apego y por otro
lado es importante ver como los participantes
tanto mujeres como hombres aun siendo tan
chicos proyectan su relación de pareja a largo
plazo incluso con una visión a matrimonio y
convivencia lo que según sus discursos eso
se debe a la representaciones de familia en las
que cada uno ha crecido.
Discusión
El propósito de esta investigación fue
conocer la influencia de los estilos de apego
en los conflictos de comunicación en las
relaciones de noviazgo de tres parejas de
jóvenes novios de la ciudad de Cali.
En la condición investigativa adultez
emergente, los testimonios de la pareja 1 dan
cuenta de que se encuentran en plena vivencia
de esta etapa del desarrollo, si se considera lo
referido por Cohen, Kasen, Chen, Hartmark y
Gordon (2003), en cuanto a que en las
sociedades industrializadas occidentales se ha
producido un paulatino retroceso en la edad
en que los jóvenes finalizan sus estudios,
dejan el hogar parental, se integran al
mercado laboral, se independizan
económicamente y consideran conformar una
familia.
28
Las afirmaciones de la pareja 2 son
consecuentes con lo expresado por Rivera, et
al. (2011), puesto que en este periodo de
adultez emergente los jóvenes se encuentran
desarrollando habilidades, capacidades y
competencias que los distinguen de los
adolescentes, pero aún no los caracterizan
plenamente como adultos.
Por su parte, las respuestas de los
miembros de la pareja 3 son propias de la
adultez emergente según Banderas, et al.
(2010) puesto que una de las características
de esta etapa es postergar, por comodidad, la
vida adulta.
En la categoría estilos de apego, el
discurso de la participante M1 evidencia un
apego inseguro, así como ansioso-
ambivalente con sus cuidadores. El abandono
de su madre, la escasa comunicación y
afectividad de su padre, que justifica
afirmando: “nos enseñó a ser
independientes”, a pesar de percibirlo como
“un buen padre” que “siempre respondió por
sus hijos y los sacó adelante”, la muerte de
su abuela, una figura altamente significativa,
quien se convirtió en su segunda madre luego
de que la madre biológica la abandonara, han
dejado huellas que afectan su seguridad en la
relación de pareja y le hacen difícil la
comunicación y expresión de sus
sentimientos. Esto, es manifestación de un
apego inseguro, en el cual la conducta tiende
a aumentar la distancia de personas y objetos
supuestamente amenazadores (Bowlby, 1979;
Ainsworth, 1989; citados por Vega, et al.,
2011). Así mismo, su discurso muestra un
apego ansioso-ambivalente con sus
cuidadores: respecto a la madre, afirma que
no le importó irse y dejarlos abandonados,
pero la extraña y quisiera contar con ella; en
cuanto al padre, que es bueno pero no siente
confianza con él. Los autores citados indican
que los sujetos con apego ansioso-
ambivalente responden a la separación con
angustia intensa y mezclan comportamientos
de apego con expresiones de protesta, enojo y
resistencia.
Las respuestas del participante H1 por su
parte, dan cuenta de un apego seguro con los
cuidadores. Describe a sus padres como
personas cariñosas, interesadas por su
bienestar, con las que se puede hablar.
Aunque dice que tiene más confianza con su
madre, no manifiesta sentir rechazo o
desaprobación por parte de su padre. Según
Bowlby (1998), los individuos que han
crecido en un hogar adecuado, con padres
afectuosos en la medida normal, y han tenido
ante sí a personas que pueden brindarles
apoyo, aliento y protección, y saben dónde
buscar todo ello, suelen tener expectativas
firmes y satisfechas. Ello les hace sentirse
seguros, de que toda vez que se vean en
dificultades siempre tendrán acceso a figuras
dignas de confianza que vendrán en su ayuda.
Enfrentarán al mundo con seguridad y,
cuando se vean ante una situación alarmante,
29
podrán encararla con eficacia, o buscar ayuda
para hacerlo.
En la relación de pareja, el problema
evidenciado en la pareja 1 “los amigos de él”,
pudiera derivarse de sus estilos de apego. La
participante M1 desarrolló mediante sus
experiencias un apego inseguro, ansioso-
ambivalente y el participante H1 uno seguro.
El estilo de apego de esta mujer la lleva a
depender emocionalmente de su pareja,
puesto que teme perderla, busca su
proximidad y protesta por la separación
(Bolwby, 1979). Él, al tener un apego seguro,
considera completamente natural dedicar
tiempo a sus amigos sin la presencia de su
novia; tal vez necesita “su espacio” y por no
herirla, como manifiesta en alguna de sus
respuestas, le dice que no la lleva para evitar
problemas.
En la categoría conflicto en la
comunicación, las respuestas de la pareja 1
tienen que ver directamente con lo afirmado
por Mcfarland y Christensen (2000), citados
por López et al. (2013), respecto a que el
conflicto en la pareja se define como la
oposición abierta entre sus miembros, quienes
identifican desacuerdos o fuentes de
dificultades en la relación. En los conflictos
de pareja existen dos elementos importantes:
la estructura y el proceso. La estructura tiene
que ver con la mera incompatibilidad de
necesidades y deseos; mientras que el proceso
involucra la interacción que se da entre los
integrantes de la pareja a partir del conflicto,
y puede generar reacciones diferentes por
parte de los integrantes de la pareja; a esto se
le denomina manejo del conflicto. Si el
manejo es adecuado, genera la solución del
conflicto y mantenimiento de la pareja; sin
embargo, si es inadecuado, las consecuencias
serán insatisfacción, ruptura de la relación o
violencia.
Los aportes de los miembros de esta
primera pareja, indican que el estilo de apego
inseguro-evitativo y ansioso-ambivalente de
M1 influye en su forma de negativa de
abordar los conflictos de comunicación
(acomodación y retirada). A pesar de que las
afirmaciones de H1 llevan a pensar que ha
desarrollado un apego seguro, ha asumido la
misma forma de abordar los conflictos de
comunicación que su novia; es decir, se retira,
según sus propias palabras: “la mejor formar
de evitar que el problema se agrande es irse”,
lo que permite interrogarse si ésta ha sido la
forma como siempre se ha enfrentado a los
conflictos de comunicación en sus relaciones,
o si la ha “aprendido” de su novia.
Los integrantes de la segunda pareja
muestran un apego seguro con sus
cuidadores, caracterizado según Aizpuru
(1994), como un patrón óptimo que se debe a
la sensibilidad materna, la percepción
adecuada, interpretación correcta y una
respuesta contingente y apropiada a las
señales del niño, que fortalece interacciones
sincrónicas.
30
Al tener un apego seguro, los miembros
de la tercera pareja, según (Bowlby, 1979;
Ainsworth, 1989; citados por Vega, et al.,
2011), son capaces de usar a sus cuidadores
como una base de seguridad cuando están
angustiados. Cuentan con cuidadores que son
sensibles a sus necesidades, por eso, tienen
confianza que sus figuras de apego estarán
disponibles, que responderán y les ayudarán
en la adversidad.
La falencia que manifiestan en su
relación los integrantes de la pareja 2 es la
poca asertividad para decir las cosas y algo de
impaciencia en el participante H2. En los
demás aspectos se encuentran de acuerdo en
que es una relación armoniosa y la proyectan
a largo plazo. Collins et al. (2009) citados por
Martínez, et al. (2014), sostienen que uno de
los factores claves para ese buen
funcionamiento es la calidad de la relación
definida como el grado en que los miembros
de la pareja muestran intimidad, afecto,
apoyo mutuo, disponibilidad, cariño,
preocupación por el bienestar de la pareja.
Para superar la dificultad detectada, al decir
de él, se encuentra “mejorando esa manera de
ser”. Los autores citados también afirman que
en general, es posible decir que las parejas
que perciben una relación de alta calidad y
satisfactoria, manifiestan mayores niveles de
bienestar, satisfacción, compromiso y
relaciones futuras más positivas.
La concienciación que los integrantes de
la pareja 2 han hecho acerca de las
consecuencias desfavorables que trae para la
relación las agresiones verbales, y el trabajo
que ambos dicen están realizando para que
eso no vuelva a suceder, da cuenta de estar
construyendo un estilo de comunicación más
asertivo.
Lo anterior muestra un esfuerzo por
alcanzar el manejo positivo del conflicto en el
cual según Armenta y Díaz-Loving (2008), la
comunicación ocupa un lugar muy importante
pues es a través de ella que se busca
solucionar los problemas, además de que
implica un intercambio de información de los
pensamientos, sentimientos, temores y
percepción de un miembro de la pareja hacia
el otro.
A pesar de que en ocasiones los dos
miembros de esta pareja han abordado los
conflictos en la comunicación de manera
negativa, el apego seguro desarrollado por
ambos les ha dado la confianza para utilizar
estrategias que los conduzcan a un manejo
positivo de los inconvenientes y al
fortalecimiento de su relación de pareja.
Respecto a la pareja 3, a pesar de que el
apego del participante H3, por las respuestas
obtenidas en dicha categoría se califica como
seguro, cabe la posibilidad de que exista una
dependencia emocional de la madre hacia él,
lo que interfiere en su relación de pareja; la
intromisión es el problema que los dos
miembros de la pareja 3 consideran como el
único que afecta en cierto grado su relación.
31
Contreras, et al. (2011), afirman que la
relación de pareja más seria y estable se suele
vincular con mayor edad, intimidad y un
contexto de seguridad y apoyo, pero también
con la posibilidad de un mayor número de
conflictos, comportamientos agresivos y
dinámicas relacionales basadas en el dominio.
Esto último podría llegar a suceder si no se da
por parte de ambos miembros, un manejo
acertado de la intromisión de la madre del
participante H3 en la relación.
Uno de los aspectos que deja ver una
comunicación de doble vía en la pareja 3 son
las acciones de retroalimentación en sus
conversaciones y el mutuo interés por llevar
de la mejor manera la intervención de la
madre de él en sus asuntos de pareja
buscando la participante M3, la forma
adecuada de trasmitirle a él su descontento
con la situación y los dos, evaluando la
manera de mantener a la señora al margen de
la relación sin llegar a lastimarla, lo que
demuestra consideración y preocupación,
haciendo uso de lo que Sánchez y Díaz-
Loving (2003) definen como un estilo de
comunicación positivo, caracterizado por ser
abierto y claro.
De esta última pareja puede afirmarse
que el apego seguro que caracteriza a sus
miembros influye en el abordaje positivo de
los conflictos de comunicación, a través del
diálogo, el compromiso y la colaboración
Conclusiones
Siendo el conflicto de comunicación una
situación en la que las posiciones de las
personas respecto a un tema o situación son
contrarias y en la que llegar a un acuerdo es
difícil, esta investigación pretendió establecer
la influencia que tiene el estilo de apego de
cada uno de los miembros de las tres parejas
que en ella participaron, en los conflictos de
comunicación que se presentan en su
relación.
Los padres o cuidadores son las figuras
que en la infancia a través de sus acciones,
desarrollan el estilo de apego en los niños
brindando o no seguridad y confianza,
aspectos básicos en el establecimiento de
relaciones de intimidad. Se convierten
entonces en las primeras figuras de apego de
toda persona.
Sin embargo, a través del desarrollo
evolutivo las figuras de apego cambian y en
la edad adulta, esta figura suele ser la pareja,
cuyo papel ya no es el de brindar protección o
seguridad, sino potenciar las capacidades de
la persona para superar las situaciones que
supongan un reto para su seguridad (Weiss,
1982).
Los resultados mostraron que el estilo de
apego seguro predomina en los participantes.
Sin embargo, la mujer de la pareja 1 muestra
un apego inseguro, ansioso-ambivalente. Las
experiencias negativas con sus cuidadores en
la infancia y el fallecimiento de su abuela
quien pasó a ser su figura materna luego del
abandono de su madre, la llevan a tener este
32
estilo de apego en su relación de pareja,
evidenciado en el disgusto que le genera el
hecho de que su novio comparta tiempo con
sus amigos sin la presencia de ella; al parecer,
siente temor de ser nuevamente abandonada.
El hombre de esta pareja indica que se
esfuerza por conservar la calma y busca
dialogar con su pareja cuando tienen algún
desacuerdo, aunque admite que a veces ha
subido el tono de voz. Ella por su parte,
refiere que pierde la calma con facilidad
cuando él “prefiere” estar con sus amigos y
no con ella; manifiesta su disgusto
verbalmente, pero no dice que logren hablar
serenamente del asunto y ambos, para evitar
mayores problemas prefieren retirarse, lo que
corresponde a una forma negativa de abordaje
del conflicto; éste sigue latente, sin resolver,
y vuelve a darse cada vez que él decide
compartir con sus amigos.
La situación descrita: huida ante el
conflicto, evitación de su afrontamiento,
puede estar directamente relacionada con el
estilo de apego inseguro, ansioso-ambivalente
de la mujer, quien ha desarrollado un temor a
ser abandonada, a sufrir nuevas pérdidas.
Por su parte, las parejas 2 y 3 reconocen
los motivos que les generan disgusto y
conflicto en su relación; manifiestan
esforzarse mutuamente para dialogar acerca
de las circunstancias que les generan
descontento, recapacitan en cuanto a los
errores que han cometido, dicen estar
“trabajando” para no repetir conductas
erradas y son capaces de ubicarse en el lugar
del otro, de mostrar empatía hacia los
sentimientos de su pareja.
Estas formas de manejar los conflictos en
su comunicación se relacionan con el estilo
de apego tanto seguro como inseguro,
ansioso-ambivalente que estos jóvenes
desarrollaron desde sus primeras relaciones
en la infancia con sus cuidadores, dado que el
estilo de apego es determinante del carácter
de la persona y de la manera en que ésta
afronta la vida y se relaciona con el mundo.
(Mínguez y Álvarez, 2013).
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Basic Books. Recuperado de:
https://books.google.com/
Apéndice
Consentimiento informado
Yo, ______________________________identificado(a) con C.C. Nº. ______________ de
_______________________ manifiesto que he sido informado(a) sobre el objetivo de la aplicación
de la la Entrevista Estructurada de Apego de George, Kaplan y Main y la Encuesta sobre
comunicación deficiente de López, por parte de la estudiante de Psicología de la Universidad de San
Buenaventura, y que tengo conocimiento de los objetivos de la aplicación de estos cuestionarios.
Fui informado(a) y manifiesto haber obtenido respuesta a todos mis interrogantes y dudas al
respecto. Estoy enterado(a) de que mi participación es libre y voluntaria y puedo solicitar
información sobre los resultados.
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Los procedimientos a realizarse serán:
a) Explicación de la actividad
b) Consentimiento informado
c) Aplicación de los cuestionarios
d) Información de resultados
Acepto contestar de manera clara y sincera los cuestionarios. Se me comunicó que la información
será tratada de forma anónima, respetando la confidencialidad de mis datos. Contestar los
cuestionarios no representa ningún peligro ni efectos secundarios. Así mismo, entiendo que los
datos aquí consignados son confidenciales.
Acepto participar libre y voluntariamente en lo mencionado.
Nombre(s) y Apellido(s) del participante
Dayana Alejandra García Agudelo - Investigadora