2
INDICE
Presentación ......................................................................................................................... 4
1. “Escondida y separada de la vista de los demás”. La puerta de María de Molina .......... 7
2. “Cuidadosamente reservada”. La Capilla del doctor Corral” ........................................ 11
3. “Un secreto a voces”...................................................................................................... 13
3.1. La iglesia de D. Pedro Gasca .................................................................... 13
3.2. Los mejores para mi Iglesia ...................................................................... 17
3.2.1. Rodrigo Gil de Hontañón (1500-1577), el arquitecto del
“panteón funerario” de D. Pedro ............................................... 17
3.2.2. El retablo mayor de la Magdalena y el sepulcro obra de
Esteban Jordán ........................................................................... 19
4. “Secretos que salen a la luz”.......................................................................................... 21
4.1. Con focos y a lo grande. “La Quinta Angustia” ....................................... 21
4.2. Entre cirios, tambores y capuchones. “El Cristo de las Batallas” ............ 22
4.3. En una urna de luz. “El Cristo yacente” ................................................... 23
5. “Silencioso, callado”: El órgano de la Magdalena ........................................................ 24
5.1. “Reserva y sigilo” para llegar al coro ....................................................... 24
5.2. El órgano, estado actual ............................................................................ 24
5.3. La Construcción del órgano ...................................................................... 25
5.4. El “misterio” de los tubos ......................................................................... 27
6.”Las voces del secreto”................................................................................................... 29
6.1. “El secreto del órgano” y otros elementos ............................................... 29
6.2. Originalidad del órgano de la iglesia de la Magdalena ............................ 31
3
7. “Artes con secreto” ........................................................................................................ 34
7.1. Secretos del organero................................................................................ 34
7.1.1. El trabajo del organero .................................................... 34
7.1.2. Un organero del siglo XXI: Federico Acitores ............... 35
7.2. Secretos del/la organista ........................................................................... 38
7.2.1. El papel del organista en la capilla musical .................... 38
7.2.2. Una organista de hoy: Marisol Mendive Zabalica .......... 39
8. “Echar un secreto a la calle”. Propuestas para la puesta en valor de la iglesia de la
Magdalena ......................................................................................................................... 41
Fuentes y bibliografía ........................................................................................................ 45
4
PRESENTACIÓN
“Secreto: en algunas cerraduras, mecanismo oculto, cuyo manejo es preciso
conocer de antemano para poder abrirlas”
El bien elegido para su puesta en valor, es la iglesia de Santa María Magdalena
bajo el título de “Los secretos de la Magdalena”. Esta iglesia localizada en la ciudad de
Valladolid fue incoada como Bien de Interés Cultural el día 9 de febrero de 1998
(BOCYL del 27 y BOE del 4 de Marzo). Fue declarada como BIC el día 10 de
Diciembre de 1998 (BOCYL del 16 y BOE del 27 de Enero).
Cuando nos planteamos participar en el “Concurso: los Nueve Secretos”
teníamos muy claro que nuestro estudio iba a versar sobre organería y, por suerte, una
serie de “carambolas” y confusión de nombres, nos llevaron hacia el órgano de esa
iglesia. Cuando cursábamos 2º y 4º de ESO, nuestro profesor de Historia siempre
remataba sus explicaciones de arte con referencias a los órganos de las iglesias y a sus
secretos, así que consideramos que ese misterio o secreto intentaríamos desvelarlo.
¿Pero, realmente había tanto misterio?
Fue en el momento de verificar la palabra secreto, acudiendo a los diccionarios
de la lengua de María Moliner y de la Real Academia Española, cuando saltó la
sorpresa. Al comprobar las diferentes acepciones de “secreto” vimos que no solo era
algo misterioso u oculto, ante nuestros ojos aparecieron otros tantos significados, de los
que destacamos los siguientes:
1. m. Cosa que cuidadosamente se tiene reservada y oculta.
2. m. Reserva, sigilo.
3. m. Conocimiento que exclusivamente alguien posee de la virtud o propiedades de una
cosa o de un procedimiento útil en medicina o en otra ciencia, arte u oficio.
6. m. Escondrijo que suelen tener algunos muebles para guardar papeles, dinero u otras
cosas.
7. m. En algunas cerraduras, mecanismo oculto, cuyo manejo es preciso conocer de
antemano para poder abrirlas.
8. m. Despacho de las causas de fe, en las cuales entendía secretamente el antiguo
Tribunal eclesiástico de la Inquisición.
10. m. Mús. Tabla armónica del órgano, del piano y de otros instrumentos semejantes.
Entre las expresiones más usadas destacan: Secreto ~ a voces, o ~ con chirimías, o ~ de Anchuelo.
1. m. coloq. Misterio que se hace de lo que ya es público.
2. m. coloq. secreto que se confía a muchos.
Secreto ~ de Estado. 1. m. secreto que no puede revelar un funcionario público sin incurrir en delito.
2. m. Grave asunto político o diplomático no divulgado todavía.
Secreto ~ profesional. 1. m. Deber que tienen los miembros de ciertas profesiones, como los médicos, los
abogados, los notarios, etc., de no descubrir a tercero los hechos que han conocido
en el ejercicio de su profesión.
echar un secreto ~ en la calle. 1. loc. verb. coloq. Publicarlo.
5
en ~.
secreto2, ta. 1. adj. Oculto, ignorado, escondido y separado de la vista o del conocimiento
de los demás.
2. adj. callado (‖ silencioso, reservado).
O sea que, cuando hablaba del secreto de los órganos quería decir: “tabla
armónica del órgano, del piano o de otros instrumentos musicales”. Estaba claro
dedicaríamos nuestro estudio a un órgano musical.
También recordamos que en varias ocasiones nos hablaba de un organero “no se
que” Ortega. Buscamos en el “Catálogo de órganos de Valladolid” editado por la Exma,
Diputación y hallamos a un organero llamado Francisco Ortega que hizo su obra en la
primera mitad del siglo XVIII. Había fabricado órganos para las iglesias de Rueda,
Medina de Rioseco, Íscar y el órgano de de Santa María Magdalena de Valladolid, que
necesita de una pronta intervención.
En estas estábamos, cuando fue a visitarnos nuestro profesor, tardamos segundos
en contarle el proyecto. “Profe, vamos a estudiar el órgano de la iglesia de la
Magdalena, es del Ortega del que nos hablabas en clase”. “Si claro, es de Francisco
Ortega un gran organero segoviano del siglo XVIII, pero yo os hablaba de Tadeo
Ortega, un organero burgalés que hizo unas obras maravillosas en Palencia” nos
respondió. La duda nos asaltó, ¿nos habríamos equivocado?, pero pronto fue resuelta.
“La obra que habéis elegido es estupenda, es de un gran maestro y a pesar de su
deterioro sigue teniendo el alma del órgano: su secreto. Os queda una dura labor por
delante, haced un buen trabajo y sacad a la luz este secreto”.
Nos pusimos en marcha y llevamos a cabo nuestra primera salida para ver el
órgano, un fin de semana de enero visitamos la iglesia de La Magdalena. El párroco nos
fue abriendo puertas: de la iglesia, del coro, de la cripta y de su casa.
Nuestra sorpresa fue mayúscula, la iglesia de La Magdalena nos tenía reservados
otros tantos secretos.
El primero saltó al ver su localización, “escondida y oculta a la vista de los
demás” se hallaba la puerta mudéjar del palacio de María de Molina, a la que vimos
desde el ático de la casa parroquial. Desde la casa accedimos a la capilla de los Revilla y
de allí a la del Doctor Corral, una gran verja de forja la mantenía “cuidadosamente
reservada” con su gran joya, el retablo plateresco. Ya en la nave mayor de la iglesia
vimos el sepulcro de D. Pedro Gasca, un escudo, otro, y otro, otro más; en las paredes,
en las claves de las bóvedas, en el retablo, y en el exterior uno enorme; además de un
epitafio escrito en latín, que nos resumió el párroco, en el que se indicaba quien, cuando
y por qué se mandó construir la iglesia. ¡Está claro, “es un secreto a voces”!, aunque
nuestro desconocimiento del latín y de la heráldica lo convirtiera en misterio, esta era la
iglesia del obispo D. Pedro (de la) Gasca! Y eligió a “los mejores para su iglesia”.
Vimos tallas de gran interés (La quinta Angustia, Cristo Yacente, Cristo de las
Batallas) a las que no se suele visitar en la iglesia de la Magdalena, pero que son
reclamadas en grandes exposiciones, es el momento en el que se visten de gala y los
“secretos salen a la luz”.
Nuestra idea inicial empezaba a dar un giro, no solo debíamos centrarnos en el
órgano, la iglesia nos sorprendió tanto, que consideramos que debíamos hacer público
lo que nos tenía reservado, y extender nuestro estudio a todo lo que estábamos viendo.
El acceso al coro, en el que se encontraba el órgano, lo hicimos “con sigilo y
reserva”. “Tiene ciertos daños estructurales y hay que tener cuidado”, nos aconsejó el
párroco. Desde luego que los tenía. Allí, “silencioso, callado” vimos el objeto inicial de
6
nuestra visita, en un estado de deterioro importante. Nos acompañaba nuestro antiguo
profesor, y ante el desánimo inicial, fue desvelándonos “los mecanismos ocultos, cuan
cerradura”, de este gran instrumento musical. Es verdad que no tenía la tubería, que era
lo más espectacular, pero nos dijo que tenía “las voces del secreto” y con una buena
labor de restauración recuperaría su sonido inicial.
A esta primera visita, siguieron otras más, e iniciamos el estudio de la
documentación existente sobre la iglesia, en los Archivos Histórico Provincial de
Valladolid y en el Archivo Diocesano. Estudiamos en distintos manuales de Arte los
estilos artísticos de la iglesia y en los de organería aprendimos a distinguir algunas
partes de los órganos. Para poder precisar más nuestro análisis, buscamos libros de
Valladolid y publicaciones en los que se hablara de la iglesia de La Magdalena, junto a
ellos Internet, fue otro de los elementos clave, tanto para encontrar documentación,
como para poder ponernos al día de nuestros hallazgos. Cada puerta que se abría nos
desvelaba un secreto y la tarea se iba complicando, teníamos que corroborar y precisar
más datos, pero desde luego que merecía la pena.
¿Cómo imaginar la labor de restauración sobre este órgano? Para ello visitamos
el taller de un organero en Torquemada, era la manera de ver al detalle cada una de las
partes de las que consta este instrumento y nos explicara su funcionamiento. De como
suena un órgano pudimos comprobarlo al asistir a algunos conciertos en los meses de
febrero y marzo y una organista nos permitió que le preguntáramos, al igual que al
organero, “sus secretos de oficio”.
Finalizada la investigación y la exposición “echamos los secretos a la calle” para
que se publiquen como se merecen y se puedan llevar a cabo intervenciones que los
pongan en valor.
Esta exposición está dividida en varios apartados en los que, como cabe suponer
por lo leído hasta ahora, las distintas acepciones de la palabra secreto nos sirven de guía
para explicar todo lo que hemos visto.
Agradecemos a todos aquellos que dejando de lado “los secretos de profesión”
nos han ayudado y han sido nuestro acicate hasta ver concluido este trabajo.
Gracias a: Santiago de Castro, Francisco Javier Martínez, Federico Acitores,
Marisol Mendibe y Rubén Vega
7
1. “Escondida y separada de la vista de los demás”. La puerta
de María de Molina
Muy cerca del ramal Norte del Esgueva, junto a la segunda cerca de Valladolid,
pegada al Monasterio de las Huelgas Reales y casi adosada a la puerta del antiguo palacio
de la reina María de Molina, se sitúa la iglesia de Santa María Magdalena; partiendo de
Santa María la Antigua y siguiendo la calle de los Francos se llega a ella. Ésta habría sido
la aproximación que hubiera hecho un vallisoletano de la segunda mitad del siglo XVI
para explicarnos su emplazamiento.
Hoy, con esta descripción, pocos o muy pocos nos llevarían hasta este lugar. Del
Esgueva norte, hoy desviado, solo quedan los restos de un puente en el parque de la
Facultad de Filosofía y Letras; de la segunda muralla no quedan vestigios; y para ver la
puerta del palacio de María de Molina hacen falta cinco metros de altura para evitar la
tapia que la oculta en la calle Estudios.
¿Dónde está la iglesia de la Magdalena? En el “Prado” al que da nombre, lo que
históricamente y sobre todo a principios del siglo XVII, con la Corte de Felipe III en
Valladolid, era el lugar de esparcimiento por excelencia de la ciudad, fundamentalmente
de la gente acomodada y de la aristocracia que paseaba por allí a pie, a caballo o en
carroza y que, en octubre de 1603, se amplió y se le denominó "El Espolón". Tenía un
gran bosque de álamos y era recorrido por las limpias aguas del Esgueva. Siempre
mantuvo ese carácter de lugar especial que veremos en su origen.
En la calle Colón, frente a la Casa Museo de Colón y a la Facultad de Medicina de
la Universidad de Valladolid, en el inicio del prado de la Magdalena y junto al
Monasterio de las Huelgas Reales, sería la localización exacta hoy.
Este rincón de Valladolid, donde confluyen los dos grandes edificios del
monasterio de las Huelgas Reales y la iglesia de la Magdalena, evoca la presencia de
personajes históricos que dejaron huella en la historia de Castilla, al protagonizar
importantes capítulos de la misma: María de Molina, el Rey Don Sancho IV, D. Pedro
Gasca. La memoria de estos nombres, unidos a la historia de Valladolid, perviven con
fuerza en este entorno aunque muy pocos sepan de ellos. Es también en este lugar donde
se dan un conjunto de singularidades y particularidades que lo hacen único.
8
"Muy conocido y casi famoso es dicho arco
en Valladolid; se enseña a los forasteros
como reliquia venerada de un arte puramente
español, y allí bajo la esbelta y elegantísima
ojiva-tumida se debatió sobre su importancia
y procedencia, indicándose las diferentes
versiones dadas sobre si fue la segunda
muralla de Valladolid, lo que no es
presumible, por su caracteres de ligereza, o
si pertenece al palacio de la magnánima
reina doña María de Molina".1
Por supuesto, hablan de la puerta
de María Molina a la que, a diferencia de
lo que decía Darío Chicote, hoy casi nadie
ve y muy pocos conocen, pues
construcciones de los años treinta del
pasado siglo y más recientes “han
escondido y ocultado” de la vista de los
vallisoletanos. El patio de las Huelgas Reales, la casa de los párrocos de la Magdalena o
el piso superior de la Casa-Museo de Colón son las únicas posibilidades para disfrutar de
este edificio único.
Su función, manifestada la controversia por Darío Chicote, sigue sujeta a
polémica. Según recoge Manuel Martínez Martín en su tesis doctoral sobre las murallas
de Valladolid -obra que seguimos para la redacción de este punto- hay varias
interpretaciones. Para algunos autores, podría ser una de las puertas de la muralla, de la
segunda cerca que tuvo la ciudad, entre la puerta de San Martín y la de la de San Juan, tal
como se ve en el plano siguiente.
Otros autores sostienen su pertenencia a los palacios de Sancho IV y María de
Molina.
Manuel Martínez Martín sostiene que pudieran darse ambas funciones, dada la
estructura tan particular de tres entradas que comunican el área extramuros, el interior del
recinto palacial y el monasterio de las Huelgas. Y dice más, que pudo ocurrir que tras el
abandono del palacio, el concejo de la villa de Valladolid tomase la decisión de disponer
la puerta de las Huelgas como una más de las de la villa.
1 Darío Chicote. Castilla artística e histórica. Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones.1903-
1904. Pg.141-142
9
2 Estructuralmente, esta puerta, tiene planta rectangular y se alinea con un trozo de
muro por el lado derecho, resto del cinturón de la muralla. Como la mayor parte de las
edificaciones mudéjares, está hecha en aparejo de ladrillo y forma una fachada
rectangular en sentido de la vertical. Dos pilastras en los flancos soportan unos
canecillos de piedra, que recibiría una cornisa o alero. La fachada se decora con
monumental arco túmido, con despiezo a la base del mismo, y el acceso se efectúa por
una puerta de arco también túmido, pero con despiezo horizontal a partir de los riñones;
encima hay una ventana. Todos los arcos están envueltos de un recuadro en rehundido, a
modo de alfiz.
La puerta se alza con sus cuatro paredes exentas. Presenta tres huecos de paso: el
occidental o la fachada principal, su opuesto en la fachada posterior y el de la cara
nororiental. En el interior de la torre, a ambos lados de la puerta, hay unos huecos, que
servían de habitación para el cuerpo de guardia. La salida de la torre se efectúa en
acodo, conforme al sistema militar musulmán.
Según Fernando Gutiérrez Baños, su construcción data del último tercio del
siglo XIII (entre 1296 y 1298) cuando Doña María de Molina, después de contraer
2 La segunda muralla militar de Valladolid, deducida de la Historia de Valladolid de don Juan Ortega y
Rubio de 1881 y del plano de la ciudad de 1738, obra de don Ventura Seco.
10
matrimonio con su sobrino Sancho IV de Castilla, se convierte en reina consorte y
posteriormente regente durante la minoría de edad de su hijo Fernando IV y de su nieto
Alfonso XI. La reina, que había tenido predilección desde siempre por Valladolid, se
construyó aquí su palacio, junto a la segunda cerca de la ciudad.
Al aproximarse el término de su vida, María de Molina hizo donación, en 1320,
a la abadesa de las Huelgas, María Fernández de Valverde, de parte de las regias
dependencias destinadas al reposo y recreo de la familia real, adquiriendo la comunidad
el compromiso de orar por su esposo el rey don Sancho, por su hijo don Fernando, por
su nieto don Alfonso y por ella misma, motivo por el que se considera a esta reina la
fundadora de lo que fue un célebre monasterio cisterciense medieval vinculado a la
corona. La reina murió sin que se hubiera acabado el convento pero las monjas se
encargaron de que sus restos reposaran en dicho monasterio.
Del palacio no queda nada, ocupaba buena parte de lo que hoy es el Monasterio
de las Huelgas Reales. Su destrucción se inició en el reinado de Alfonso X, en una
época de inestabilidad política provocada por las luchas de los nobles contra la
monarquía, debilitada por el largo periodo de regencias. Diversas fuentes nos hablan de
un incendio que asoló el palacio y los arrabales próximos en 1328.
“E en tanto, el Conde mandaua que talasen las huertas, e quemasen los panes de los de la villa que estauan en las heras; e otrosí mando que los conbatiesen. E por quanto el monesterio de las Huelgas que fi zo fazer la rreyna estaua muy çerca de la villa, la gente del Conde que combatía vinieron por çima del monasterio para entrar en la villa; e por esto, Pero Rrodriguez de Çamora puso fuego al monesterio; e començo a arder primeramente en el palaçio do la rreyna yazía enterrada; e el rrey, desque vio aquello, mando sacar dende el cuerpo de la rreyna, ca el fuego era tan grande que todo el monesterio quemo”3
A partir de este incendio, del que salió muy malparado el palacio, resistiendo
bien la puerta, no vuelve a haber un uso residencial en el conjunto de La Magdalena.
Los reyes posteriores se alojarán en otros palacios de la nobleza o monasterios de
Valladolid. A partir de este hecho, la realeza dejó de tener palacio propio hasta el siglo
XVII.
Antes de que se hubiera levantado el palacio, fuera de la primera cerca de la
ciudad, se levantaba en el solar de La Magdalena una ermita, como tantas otras. “Su
primitiva fundación como resulta de papeles que he visto fue de ermita fabricada por
los años 1158, como la de San Benito el Viejo, en que ya reinaba en Castilla D. Alfonso
VIII, tan pobre y desamparada que carecía de campana, y las que después pusieron
estaban sobre el arco de una puerta por donde se entraba en Valladolid, y caía a un
lado de esta iglesia; y en este mísero estado se mantuvo cerca de 400 años hasta que
desde sus primeros fundamentos la reedificó con la suntuosidad que hoy se registra.”4
3 Idem. Pag 404
4 Manuel Canesi Acevedo. Historia de Valladolid (1750). Tomo I. Pg. 387
11
2. “Cuidadosamente reservada”. La Capilla del doctor Corral
Tras una pequeña puerta que pone “capilla” y a la que se accede desde la iglesia
por el lado de la epístola o desde la casa parroquial, se abre un cofre con un gran tesoro:
allí está, "cuidadosamente reservada", la capilla elegida por el Doctor Corral como lugar
de enterramiento.
Corría el año de 1538, concretamente el 17 de junio, cuando el Doctor Luís de
Corral, consejero del rey y catedrático de la Universidad de Valladolid, “hace el
pedimento de un corralejo pegado a la iglesia de la Magdalena que salía a la capilla
mayor de esta con objeto de edificar una capilla que sirviese para entierro del fundador
y de sus sucesores a cambio del pago cada año de 500 maravedíes de censo” 5
. La
primitiva iglesia de la Magdalena del siglo XII inicia así el primer cambio con el
adosado en el lado de la epístola de dicha capilla. En este mismo siglo aparecerá otra
iglesia de nuevo cuño.
Al abrir la puerta que nos permite el paso a dicha capilla, emerge ante nuestros
ojos una imponente reja plateresca de dos cuerpos, con barrotes sencillos, un escudo con
labores de chapa con formas de Ces y Eses, el escudo del doctor Corral y un Crucifijo, y
que nos cierra el paso hacia la capilla.
El espacio que ocupa esta capilla es más o menos cuadrangular de pequeñas
dimensiones y de baja altura, que debe de tener según su arquitecto “veinte e seis pies
de largo desde la mucheta hasta la cabeça mas veinte e dos pies de hueco de ancho e a
de tener la dha capilla desdel losado hasta la claue mayor treinta y dos pies
entendiéndose que el losado a de ser vn palmo mas baxo que esta del suelo de la
capilla”6.
En relación con la iglesia de la Magdalena se corresponde con uno de los brazos
del crucero, en su día abiertos a la iglesia a través de dos arcos “uno para entrar a la
capilla y una ventana junto a la quinta angustia”, y separados por rejas aunque hoy están
cegados por tabiques.
El doctor Corral encargó la construcción de la capilla el 18 de noviembre de
1538 a Juan de Cabañuela, arquitecto que había trabajado con Diego de Riaño en la
Colegiata de Valladolid, por un precio de 201.000 maravedíes según las condiciones de
contrato y trazas proporcionadas por dicho arquitecto. La obra debía terminarse antes de
Pascua de Resurrección de 1540, pero en 1545 aún continuaba, estando ya acabados el
retablo y la reja. Debido a los retrasos y los problemas que la nueva capilla había
generado en el viejo templo, a causa de la apertura de dos arcos de comunicación con la
nave de la epístola, la iglesia inició pleito con el arquitecto en julio de 1541. Se le
acusaba de poner en peligro la torre y la capilla mayor de la antigua iglesia y se le
obligaba a poner remedio mediante la colocación de cimbras en los arcos y ahondando
los cimientos. El 19 de diciembre Cabañuela parece ser que no remendó sus errores y
fue encerrado en prisión. Los pleitos en la trayectoria artística de este arquitecto fueron
frecuentes.
Finalmente, el 4 de junio de 1547, Luís de Corral declaró que estaba ya
edificada. El resultado fue una capilla cuadrada de bastante menor altura que la iglesia,
cubierta con bóveda de terceletes y combados formando un cuadrifolio con trompas
aveneradas en las esquinas y con una inscripción en la caída de los nervios que la
recorre en la que se puede leer: "Esta capilla mandaron edificar y labrar Luis de Corral,
confesor que fue del Emperador y augusta Emperatris reina nuestra...". Adosada a la
5Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones. 1907-08. Pleitos de Artistas. La capilla del Doctor
Luís de Corral. Pg. 258-259 6Idem Pg. 259
12
pared está la lápida sepulcral del D. Luís del Corral y Arellano nieto del fundador de la
capilla que murió el 20 de marzo de 1622 y pintado sobre la pared el escudo de los
Corral.
Pero sin lugar a dudas, de
todo lo visto, lo que más sobresale
es el retablo que hizo entre 1538-
39 el escultor Francisco Giralte,
perteneciente a la escuela de
Alonso Berruguete, aunque en
algunas obras se ve el influjo de
Juan de Juni. Se trata de una de
las mejores muestras de arte
plateresco de la ciudad y de las
más representativas de dicho
escultor. En cuanto a su
estructura, el retablo se divide en
dos cuerpos y tres calles,
envueltos en pulsera y arco. En el
primer cuerpo se disponen los
relieves de la Oración en el
Huerto, obra que fue expuesta en
la pasada edición de las Edades
del Hombre, del año 2011, en
Medina de Rioseco, el Entierro de
Cristo y el Nacimiento y en el
medio encontramos a San Juan
Evangelista; en la parte superior
se encuentran los relieves de Jesús
apareciéndose a la Magdalena, la Resurreción de Cristo y el Nacimiento. La talla es
plana y de primoroso efecto, y se decora con elementos propiamente renacentistas “a
candelieri”, medallones, guirnaldas, putti, etc.
A los pies de la capilla del Dr. Corral se encuentra la capilla de los Marqueses de
Revilla, descendientes de la familia de don Pedro Gasca. En el muro encontramos una
lápida, en la que está impreso el escudo del Marqués de Revilla, acompañado de la
siguiente inscripción: "El señor Marqués de Revilla y Aguilares, de Villa Villa, patrón
de esta iglesia, reedificó esta capilla a fundamentis el año 1711, la que compró a esta
iglesia y fabrica el señor Don Diego de la Gasca, su abuelo, el año 1620 y que dedicó
para entierro de criados y dependientes de su casa". En los años noventa del pasado
siglo se hundió parte de la bóveda y el retablo barroco del siglo XVIII de la Virgen de la
Salve, que había en dicha capilla, fue trasladado a otra iglesia. En la actualidad, se ha
restaurado dicha bóveda con formas geométricas a imitación de la primitiva, pero el
retablo no se ha recolocado.
“Sobre el arco de entrada a esta capilla había según historiadores de
Valladolid, una lápida con el epitafio siguiente: Aquí yace sepultado D. Sanctome,
fundador de la cofradía de la Trinidad, capitán que fue de la gente de Valladolid, en la
derrota de San Isidro, en defensa de la jurisdicción de esta abadía con el obispo de
Palencia. Nosotros no la hemos encontrado” 7
. Esa inscripción ha llegado por
testimonios pues ya D. Casimiro García Valladolid habla de ella por oídas.
7 Casimiro García Valladolid. Valladolid, recuerdos y grandezas (1901) tomo II. Ed facsimil, 1981. Grupo
Pinciano. Pg. 110
13
3. “Un secreto a voces”
3.1 - La iglesia de D. Pedro Gasca
«YLL. s AC REV. s D. r D. n PETRUS GASCA QUI PRIMO S. ta GENERALIS INQUISITIONIS EX CONSILIO. POST PALENTINUS, DEINDE SEGUNTINUS ANTISTES: PERU REGNA NOBI ORBIS REGIAM INVICTISSIMI. CAROLI 5 IMPERATORI HISPANIARUMQUE REGIS, VICEN GESTURUS ADIVIT, UNDE TIRANIS, REBELIBUSQUE PRIMU CONGREM SEPARATIS, PROVINVIISQUE ILLIS REGIO IMPERIO SUBACTIS, VEXILIA HÆC NOBELLASQUE TROPEA ARRIPUIT. QUO CIRCA DECIES CENTONA MILLIE SUPRA TERCENTUM MILLIA DUCATORUM AUREUM CENSUS CESARIS MILITIBUS UNA IMPSE SOLUS AURI CONTEMPTOR CROGAVIT, QUIBUSF ELICITER GESTIS, CUPIENS PRO TANTIS BENEFICIIS DIVINITUS IN CUM COLLATIS, VOTA SOLVERE HAN SACRAM ÆDEM AD LAUDEM ET GLORIAM OMNIPOTENTIS DEI, ET HONOREM B. æ MARIÆ MAGDALENA Á FUNDAMENTIS EREXIT, ET MUNIFICENTÍSIME DOTAVIT, EAMQUE SIBI NOMINE MAUSOLET, SINDICAVIT. OBIIT SAGUENTIÆ ANNO Á NATIVITATE DOMINI 1567 QUARTO IDUS NOVEMBRIS ÆTATIS SUE 74»8
Este es el mensaje en latín que aparece cuando recorremos la iglesia de La
Magdalena. No está a la altura de la vista de los feligreses sino en el arranque de la
bóveda, en él se nos dice que fue D. Pedro Gasca quien mandó hacer esta iglesia, sobre
otra ya existente bajo la advocación de Santa María Magdalena. Pero ¿quién era D.
Pedro Gasca, De la Gasca o de Gasca? (depende de los documentos consultados), la
respuesta está ante nuestros ojos, en el epitafio y los escudos.
En la fachada principal se exhibe, en tamaño colosal, el escudo y se repite hasta
la saciedad en toda la iglesia: hasta ocho veces en las paredes interiores, más de siete en
el exterior, en las claves de las bóvedas, en los retablos. Como corresponde a la nueva
mentalidad renacentista, pues a las dos vidas medievales, la terrenal y la espiritual, se
une ahora la de la fama, los escudos adquieren un importante valor propagandístico y
proliferan de manera espectacular tanto en número como en tamaño y el caso de la
iglesia de La Magdalena es una muestra muy evidente de ello. Era tan importante para
los patrones de la iglesia mostrar y perpetuar quien era el benefactor, que en el acuerdo
que hace el hermano de D. Pedro Gasca con el aparejador le indica que en la fachada
habría de hacer “un escudo de armas de Su Ilustrísima que tenga capelo e cordones e
armas, banderas y estandartes todo muy bien desabajado e bien repartido e ordenado e
de muy buena piedra de Aldea del Val de treinta pies de alto”9.
Los escudos incorporan nuevos cuarteados y adornos propiamente renacentistas
y/o procedentes del nuevo mundo, este es el caso que nos ocupa. En el escudo de la
fachada se suprime el capelo por una “cabeza de tigre” y sujetan el escudo dos serafines
“tenantes”.
8 Ilustrísimo y Reverendísimo Dr. D. Pedro [de la] Gasca, Obispo de Palencia y Obispo de Sigüenza
después de haber sido nombrado Virrey del Perú bajo el imperio sobre el Orbe del invictísimo Carlos V,
emperador y de Rey de las Españas, donde sometió a los rebeldes tiranos que intentaron separarse [de la
Corona], devolviendo estas provincias a su regio imperio, obteniendo como trofeos las banderas de sus
enemigos. A su muerte, como agradecimiento por tantos beneficios [recibidos] de la Divinidad, aportó
100.000 ducados de oro, añadiendo el César, en feliz gesto, como donación otros 300.000, como premio
a su actuación militar, para cumplir el voto de erigir este Sagrado Templo para alabanza y gloria de
Dios omnipotente y en honor de la beata María Magdalena, dotándolo munificentísimamente; en su
nombre se consagra este mausoleo. Falleció en Sigüenza en el año de la natividad del Señor de 1567,
cuatro días antes de los idus de noviembre (10 de noviembre), con 74 años de edad. 9 A.H.P.V. Antonio Rodríguez. 1570
14
Hoy no sabemos latín, ni tampoco la heráldica que enseña el poder y, por lo
tanto, las dificultades para entender quién fue la persona o personas “retratadas” son
importantes, pero en el siglo XVI si el pueblo no alcanzaba a entender y leer en latín,
los escudos hablaban por si solos y diferenciaban claramente grupos sociales.
Los escudos que tan profusamente se
extienden por las paredes de la iglesia de La
Magdalena nos hablan de un obispo, por el
capelo y los cordones que lo coronan; de la
protección que le dispensa el emperador Carlos
V, hay una divisa que pone: “Carolo V
imperatore Hispaniarum rege”10
; de Castilla,
León y Aragón; otra inscripción en el entorno
del escudo pone “Caesari restitutis Perú regniis
tirannorum spolia”11
que junto con las banderas
simbolizan su labor política como pacificador
del Perú; hay delfines y mar que simbolizan la
gesta de D. Pedro al otro lado del océano. Así
pues D. Pedro Gasca fue un obispo, un virrey y
un consejero de La Inquisición: hombre de
Iglesia y de Estado.
D. Pedro Gasca nació en Navagredilla en 1493, tierra del Barco de Ávila, de
donde fueron señores sus bisabuelos y de otro lugar llamado Gasca. Se graduó de
maestro en Artes y teología escolástica en Alcalá y de bachiller en ambos Derechos.
Allí estaba cuando se produjo el levantamiento de las comunidades, el rector del colegio
se pone del lado de los comuneros y la Gasca arengó a sus compañeros y les pidió
fidelidad al rey. En Salamanca estudió leyes y cánones y se licenció en ellos.
Sus cualidades intelectuales y personales le granjearon la admiración de todos y
fue nombrado rector de la Universidad de Salamanca, con los estatutos que él le diera se
gobernó durante muchos años; el cardenal Tavera se lo llevó a Toledo con el cargo de
vicario de Alcalá y juez metropolitano y poco después le dio el de Consejero en el
Tribunal Superior de La Inquisición por orden del emperador.
En 1543, estando en Valencia le llegó un despacho de como “se revelaron 12
en
las provincias del Perú algunos vasallos del Emperador por el mal tratamiento de los
indios, sobre que Gonzalo Pizarro tuvo parecer se coronase por Rey de aquel dilatado
reino por tener muchos parciales que le indujeron a este intento, cuya osadía no quedó
sin castigo; este negocio de tanta importancia fió el césar a la destreza de D. Pedro
Gasca”13
. El emperador dió plenos poderes a D. Pedro para pacificar aquellas tierras y
este rechazó cualquier sueldo o recompensa “con mis hábitos y mi breviario espero
llevar a cabo la empresa que se me confía. No quiero más que mi sustento y el de mis
acompañantes y pido que se nombre persona que reciba e invierta e dinero y así no se
le crea codicia”14
.
Durante cuatro años estuvo como virrey en Perú hasta que puso en orden
aquellas tierras. Regresó con un buen cargamento de oro y plata para el tesoro real que
entregó a buen recaudo a la Hacienda.
10
Carlos V emperador y rey de las Españas 11
Devolvió al césar el reino de Perú expoliado por los tiranos 12
Revelaron: rebelaron 13
Manuel Canesi Acevedo. Historia de Valladolid 1750. Tomo I. Ed. Grupo Pinciano. Pg 389 14
Luis Fernández Martín, S.J. Construcción de la iglesia de la Magdalena
15
D. Pedro Gasca fue una figura de su tiempo: un hombre del Renacimiento. Su
sólida formación y el apoyo al Emperador Carlos V en la revuelta de las Comunidades
le llevaron a entrar al servicio de la Monarquía española; pero también era un hombre
de Iglesia y el emperador Carlos V, en agradecimiento a sus servicios, le recompensó
proponiéndole a Roma para los obispados de Palencia (1553-61) y de Sigüenza (1561-
68).
Siendo obispo de Palencia deseó buscarse lugar para su entierro y el de su
familia, escogiendo la iglesia de La Magdalena para ello, porque «la iglesia parroquial
de la Magdalena es muy pobre y que los edificios de ella están muy viejos y gastados y
que el beneficio curado de la dicha iglesia no tiene bastante... nuestro deseo es edificar
y hacer de nuevo la capilla mayor de la dicha iglesia y dotar ciertas capellanías y las
rentas del cura y sacristán y gastar para el edificio de la capilla mayor una cuantía de
maravedís que pareciere ser conveniente para nuestro enterramiento y del Doctor
Gasca, nuestro hermano, y de sus hijos y descendientes de manera que sea siempre
patrón uno sólo y sea patronazgo de legos y ande siempre unido el dicho patronazgo
con el mayorazgo que hemos fundado»15
.
Para construir esta iglesia, como dice en el epitafio, la dotó de una importante
fortuna para hacer frente a las obras y al mantenimiento de los cuatro capellanes que
inicialmente se dispondrían -mas tarde serían trece- así como para hacer vivienda de los
capellanes.
Pero, ¿cuál fue el móvil para dotar tan espléndidamente la construcción de la
nueva iglesia de la Magdalena? Este aparece recogido en el testamento firmado en
Sigüenza tres días antes de morir «satisfacer en algo las faltas que había tenido en
celebrar (la Misa) por las ocupaciones... en Valencia, Mallorca e Ibiza.., en su viaje a
Perú, no atreviéndonos en ocho años a decir Misa, a pesar de disfrutar de un Breve de
Su Santidad, para no incurrir en irregularidad entendiendo en negocios civiles y
criminales e incluso aprobando sentencias de muerte»16
. Además de servir para “purgar
penas” en una herencia del teocentrismo medieval, la razón también puede ir unida al
antropocentrismo del Renacimiento en relación con la fama y el reconocimiento, y nos
aventuramos a pensar que, siguiendo la pauta de personalidades célebres como el
Cardenal Cisneros o el Cardenal Tavera, quiso perpetuarse en este mundo terrenal y ser
recordado en la posteridad por su labor como obispo, como “funcionario” de la
Monarquía Hispana y como persona próxima al Emperador Carlos.
El 21 de abril de 1563 el cura y parroquianos de la iglesia de la Magdalena y el
Doctor Gasca, en nombre del obispo, otorgaron las pertinentes capitulaciones y
encargaron a don Rodrigo de Mendoza que obtuviese del Papa Pío IV la aprobación de
estas capitulaciones. Al año siguiente el obispo compró a las monjas del convento de las
Huelgas Reales el terreno y un mes más tarde se firmó un concierto con Rodrigo Gil,
maestro de obras, para alzar el edificio de la capilla mayor, el brazo del crucero y la
sacristía nueva, todo debería estar acabado dentro de tres años.
Don Pedro Gasca falleció en la fortaleza de Sigüenza, y en el testamento repetía
el encargo a su hermano, el Dr. Don Diego Gasca y de Ávila, de proseguir la, apenas
iniciada, obra de la Magdalena y nombraba capellán de la misma a su sobrino Diego
Gasca de la Vega. Así la continuación de la obra estuvo a cargo de sus herederos que
ostentaron el título de Patronos de esta fundación.
Durante el patronato del Dr. Diego Gasca, primer patrono de la iglesia de la
Magdalena entre 1567 y 1572, los avances en las obras son importantes. El 25 de agosto
de 1570 declaró el Dr. Gasca ante el Provisor, Juan del Portillo, «que estaba acabada la
15
A. H. P. V. Lucas de Uribe, 821-43 v. Sigüenza, 12-III-1563 16
T. MINGUELLA. Historia de la Diócesis de Sigüenza y de sus obispos. Madrid, 1912. III, 260.
16
capilla mayor» trayendo testigos que lo acreditaran y reconociendo que en ella había
gastado más de los 6.000 ducados que dejó el obispo17
. El 11 de octubre de ese mismo
año se concertó el cuerpo de la iglesia conforme traza de Rodrigo Gil y casi un año más
tarde se concertó con Esteban Jordán el retablo, la cama y el bulto que se localizarían
delante del altar.
El 25 de agosto de 1572 el Dr. Gasca firmó su testamento, en el repetía las
mandadas del obispo don Pedro. El segundo patrono de la obra fue don Pedro de la
Gasca de la Vega (sobrino del fundador, 1572-1600). Durante su patronazgo se
construyeron el coro, una sacristía y otra capilla en el zaguán, con una escalera para
subir a la torre, al coro y a los aposentos. A partir de 1575 se levantaron las primeras
sospechas de una irregularidad administrativa de los bienes de la capilla, quedaba sin
terminar la estatua yacente de alabastro del fundador y ni siquiera se había iniciado la
casa de los capellanes. Parece ser que Pedro Gasca de la Vega fue un dilapidador de los
dineros que abundantemente le llegaban. En 1582, apretado por las deudas, se enfrentó
judicialmente con su propia madre. Esta situación influyó en la construcción de la
iglesia y hasta 1600 las obras estarían prácticamente estancadas o paradas.
Fallecido don Pedro Gasca de la Vega, pasó a ser patrona su madre, doña Ana de
la Vega. Con ella se terminaba la estatua yacente, y se iniciaba la casa-vivienda para los
capellanes que debía alzarse enfrente y cerca de la fachada principal de la iglesia, según
había mandado el fundador, don Pedro Gasca. Para hacer esta casa doña Ana de la Vega
dio al capellán mayor «dos casas pequeñas que yo tengo en la calle principal como se
va desde mis casas principales vía reta a la dicha iglesia de la Magdalena. Así mismo
les doy una casa vieja..., que enfronta con la iglesia»18
. Para ampliar el solar doña Ana
compró a la ciudad de Valladolid «un pedazo de ronda que está junto al Prado de la
Magdalena»19
. La obra se iría pagando según se fuera haciendo. En la fachada principal,
a ambos lados del arco habrían de ir dos escudos, que hoy se conservan en la fachada de
dicha casa, muy remozada recientemente.
En 1616 estaba ultimada la Casa de los Capellanes siendo el cuarto patrono D.
Diego Gasca de Ávila y Bernaldo de Quirós, y con ella el proyecto germinal ideado por
el obispo don Pedro Gasca. Se había tardado cincuenta y tres años, el coste total de la
construcción se estimó en unos 110.000 ducados, una cifra muy abultada para su época,
pero la gran dotación económica permitió que se contrataran a los “mejores del
momento” para la “iglesia de D. Pedro”.
Además, en la iglesia de Santa María Magdalena van a hacerse presentes dos
singularidades que la hacen única en Valladolid.
La primera de ellas nace en el momento de elegir la antigua parroquia de la
Magdalena como su iglesia. “A instancias de tan eminente prelado, la santidad Pio IV
en 14 de octubre de 1561, expidió la correspondiente bula para que en esta iglesia se
creasen dos capellanías del rito mozárabe como en la de Toledo, a fin de que en cada
mes se celebrasen dos misas. Aún cuando la bula se obtuvo en el expresado año no se
instituyeron estas capellanías hasta 1567.”20
.
La liturgia hispana o mozárabe surgió con las comunidades cristianas de la
península en la Alta Edad Media pero en el siglo XI empezó a ser suplantada por la
romana, solo se mantuvo entre los cristianos de los territorios musulmanes, de ahí el
nombre de mozárabe. El avance de la Reconquista llevaba unido el del rito romano y en
el siglo XV solo estaba presente en seis parroquias de Toledo y San Isidoro de León. En
17
A. H. P. V. Lucas de Uribe, 821-130 y ss. 25-VIII-1570 18
A. H. P. V. Blas López Calderón, 986-463; 28-111-1602. 19
A. H. P. V. Francisco Herrero, 2631-259; 1-1X-1603. 20
Matías Sangrador. Historia de Valladolid 1854 Tomo II. Pg 159
17
1495, ante el peligro de desaparecer la liturgia mozárabe, el Cardenal Cisneros con el
apoyo de la Reina Isabel, creó en Toledo la capilla del Santo Espíritu de la catedral para
el rito mozárabe. A imitación de Cisneros, pero medio siglo después, D. Pedro Gasca
instituyó también esta liturgia en la iglesia de la Magdalena y durante siglos, hasta el
Concilio Vaticano II, ha sido la única de la ciudad que podía celebrar la liturgia
mozárabe.
La otra peculiaridad, situada bajo la cabecera de la iglesia, está relacionada con
su origen funerario como lugar de enterramiento de la familia del fundador. La iglesia
de la Magdalena es, una vez más, la única de la ciudad que posee una cripta en su
interior, hoy bastante deteriorada, a la que se accede desde la sacristía. En ella
reposaban los restos mortales de miembros de la familia Gasca y descendientes aunque
hoy apenas quedan tres tumbas.
3.2. - Los mejores para mi Iglesia
Para llevar la obra adelante y con tan espléndida dotación económica no se
escatimaron esfuerzos, la iglesia, el altar mayor y el sepulcro serán obra de los artistas
más prestigiosos en esa época en Valladolid o Castilla.
3.2.1 Rodrigo Gil de Hontañón (1500-1577), el arquitecto del
“panteón funerario” de D. Pedro.
Este arquitecto fue el elegido para diseñar la iglesia de La Magdalena, era una de
las figuras más representativas del foco artístico salmantino, cuna del plateresco español
por excelencia. Procedente de una familia dedicada a la arquitectura y la construcción
(hijo de Juan Gil de Hontañón) realizó una prolífica obra tanto en Salamanca como
fuera de allí. Entre sus obras destacan la Catedral de Segovia, de la que fue maestro
mayor; la Catedral Nueva, el Palacio de Monterrey y el Colegio Trilingüe en
Salamanca; el Palacio de los Guzmanes en León; la fachada del colegio de San
Ildefonso perteneciente a la Universidad de Alcalá de Henares y que es una de las
principales empresas del Cardenal Cisneros, con esta da el paso definitivo al
Renacimiento puro; también destacan numerosas iglesias en diversas provincias, entre
las que se encuentra la de La Magdalena.
Los planos de la iglesia de la Magdalena deberían ser a lo “romano”21
pero
Rodrigo Gil de Hontañón mantuvo elementos góticos. “En sus iglesias, defiende a
ultranza, el sistema de construcción de la planta de cruz latina, pues alega que ella
simboliza la muerte de Cristo, y en sus alzados sigue elevando considerablemente la
parte central como símbolo de la Resurrección y la Redención.”22
El 14 de junio de
1566 se firmó con el arquitecto, por la cantidad de “cuatro cuentos de maravedíes”23
(cuatro millones de maravedíes), el acuerdo para hacer la capilla mayor y la sacristía,
que debían estar hechas en el plazo de tres años. El resto del edificio, cuerpo, fachada y
torre lo hizo Francisco del Río, ayudante de R. Gil de Hontañón, según los planos del
“maestro”, por la cantidad de seis mil cuatrocientos ducados24
.
21
Isidoro Bosarte, Viaje a varios pueblos de España. Pg 401 22
Historia del Arte español. La España Imperial. Renacimiento y Humanismo. Editorial Planeta. Pg. 11 23
Diccionario de la Real Academia de la Lengua. Cuento: Arit. El producto de multiplicar cien mil por
cien. Se usa para numerar una cantidad de maravedis. Llámase también millón. 24
Equivalencia monetaria de la época. 1 ducado valía 375 maravedíes
18
El resultado final sería una iglesia de planta de cruz latina un tanto irregular, ya
que el brazo derecho corresponde a la capilla del Doctor Corral y está tapada. Del lado
del evangelio se abren dos capillas, la torre, dos sacristías, por una de las cuales se
accede a la cripta y a los aposentos en alto del patrono con ventana a la capilla mayor.
Para su construcción se podrían utilizar los despojos de la otra iglesia, según
acuerdo. En el exterior de las paredes laterales se usó el ladrillo y tapial, en la fachada
principal piedra de Villanubla, para las bóvedas ladrillo y yeso y para arcos, nervios de
bóveda, pilastras y pilares, la piedra.
El interior de la iglesia es una alta nave gótica, de cinco tramos, con una medida
de ciento cuarenta pies de largo por cuarenta de ancho, iluminada por largas ventanas y
cubierta de bóvedas de crucería estrellada, con terceletes y combados, en cuyas claves
está pintado el escudo del obispo. Además, todo está rodeado y empapado por las armas
del patrono. Hay restos de pinturas en las paredes, hoy tapadas por las manos de cal
dadas mucho después de su construcción. La cripta situada debajo del altar mayor tiene
planta cuadrada y bóveda de arista, al fondo se observan los restos de un altar hoy
desaparecido y algunos sepulcros.
En el exterior destaca la fachada renacentista, esbelta, sobria en decoración y
presidida por el descomunal escudo del patrón o ¿de la familia del patrón?, pues en él
no aparece el capelo sino un león como remate. Según los rumores, este es el escudo
más grande del mundo. El acceso a la iglesia se hace por una doble puerta con arcos de
medio punto enmarcadas por una “especie de alfiz”. Una hornacina, encima de la
puerta, con la escultura de La Magdalena del siglo XVII, dos óculos a ambos lados y un
gran frontón triangular de remate de fachada, son los elementos decorativos. En el lado
del Evangelio se puede apreciar la torre del campanario, reconstruida en los años
cuarenta del pasado siglo.
19
El acceso a la iglesia se hacía a través de una pequeña zona porticada y presidida
por una cruz, hoy desaparecida, y sustituida por cuatro escalones bastante estrechos.
3.2.2 El retablo mayor de la Magdalena y el sepulcro obra de
Esteban Jordán.
En el último tercio del siglo XVI, Esteban Jordán (1530¿?-1598) era el escultor
más famoso de Valladolid. De origen leonés, trabajó primero en dicha ciudad pero
luego se afincó en Valladolid donde desarrolló la mayor parte de su obra. Tenía el taller
en la acera de Sancti Spíritus, en el Campo Grande, y allí se realizaban todas las obras
en madera y piedra y, desarmadas, se enviaban a los puntos de destino. Los recursos de
su taller eran grandes pues contaba con ensambladores, escultores y hasta pintores.
El 23 de octubre de 1571 el Dr. Gasca, por medio del capellán mayor, Francisco
López, extendió la escritura con el escultor para hacer el retablo de la capilla mayor,
delante de él debía de ir el túmulo del obispo. “Todo: retablo, cama y bulto debían de
estar acabados en el plazo de dos años, (contando como fecha de inicio la de 1572). Si
excediese el escultor este plazo tendría que devolver todo lo recibido y 200 ducados
más de penalización. A este importante contrato asistió como testigo Francisco de
Salamanca, tasador de las obras de la villa de Valladolid”25
El retablo de Santa María
Magdalena fue realizado con escasas
variantes respecto al contrato y cumplió
los plazos, pues en julio de 1575 se
concertaba con el segundo patrono, D.
Pedro Gasca de la Vega (1572-1600),
la obra de pintura con la obligación de
estar acabada el día de la Magdalena de
1577. En este concierto se detallan las
condiciones del dorado y estofado en
las que “se emplearía oro fino, batido y
bruñido; se dorarían cartelas, frisos,
remates, figuras de bulto; la figura de
la Magdalena sería a punta de pincel
imitando brocados y telillas; las
encarnaciones de las figuras, como las
historias y ángeles niños habrían de
ser de pulimento”26
. Acabado de pintar
se debía de asentar el retablo.
El coste total del retablo, puede
que con el sepulcro también, fue de
1800 ducados y la pintura 1750.
El retablo es monumental, de un estilo manierista, policromado en dorado y
ocupa todo el fondo de la capilla mayor. Se dispone en tres órdenes, con columnas
corintias en el cuerpo bajo y medio de distinto tamaño y estípites en el superior, y cajas
cuadradas o arcos de medio punto para las esculturas. Como elementos decorativos
utiliza: frontones triangulares, grutescos y en el banco angelotes. Su pie es recto y se
adapta a la forma plana de la cabecera y tiene banco, tres cuerpos y ático. Utiliza tanto
los relieves como las esculturas de bulto redondo.
25
Luís Fernández Martín, S.J. Construcción de la iglesia de la Magdalena. Pg 330 26
JJ. Martín Gozález. Estaban Jordán
20
La iconografía del retablo presenta escenas habituales de los retablos de la
época: vida de Cristo (adoración de los Reyes, Crucifixión, la Piedad, la
Transfiguración la Resurrección), los Apóstoles San Pedro, San Pablo, Santiago y San
Felipe, Profetas. Pero el protagonismo lo adquiere la Magdalena, bajo cuya advocación
se hizo la iglesia, en el banco están los relieves de la Magdalena penitente y la aparición
de Cristo (“Noli me tangere”); en el orden bajo “La Traslación de La Magdalena”; y en
el tercero “ La Magdalena ungiendo los pies de Cristo”.
En el remate junto al Calvario los escudos del patrón.
Según expertos, este retablo tiene la influencia de Gaspar Becerra, escultor
manierista por excelencia y de claro influjo miguelangelesco, quien fue su maestro y
parece ser que también familia27
.
En el centro de la iglesia se encuentra el sepulcro de D. Pedro Gasca, aunque su
ubicación originaria era encima del panteón o de la cripta, al pie de la escalinata del
presbiterio.
Para la cama de jaspe de color rojo almendrado, obra de Francisco del Río, dice
J. J Martín González 28
que se puso como modelo el sepulcro de Fray Alonso de Burgos
en la capilla del colegio de san Gregorio de Valladolid, obra perdida de Felipe Bigarny.
Tiene forma de túmulo de sencillas líneas, sin las tarjetas, medallones, bichas y otra
decoración del primer renacimiento. Pero ¿para que necesita tarjetas o medallones?
Toda la iglesia es el panteón funerario del obispo, está recorrida por escudos y la gran
cartela funeraria a manera de epitafio.
Sobre el túmulo reposa el bulto, tallado en
alabastro de Cogolludo. La figura del obispo, en actitud
yacente y de reposo tranquilo se presenta con todos los
atributos episcopales, tiene el evangeliario en la mano,
posee capa pluvial, mitra y cetro. A los pies hay un
letrero que dice: “accepit regum decoris et diadema
speciei de manu Domini”29
.
Decorando, en la capa y la estola hay castillos y
leones, en la mitra el busto del emperador y una figura
femenina, y en el libro ¿un castillo?, ¿una iglesia? Con
ambos elementos se representa la “civitas dei
agustiniana” y es frecuente verlos en la iconografía
episcopal encima del libro que sujetan los obispos, pues
al ser los sucesores de los Apóstoles serán los que
custodien la Iglesia.
Si echamos la vista atrás, a la época bizantina, también Justiniano y Constantino
presentan, respectivamente, un modelo de la iglesia de Santa Sofía y un modelo de la
ciudad de Constantinopla a la Virgen entronizada. (Nártex de Santa Sofía en Estambul).
Pero, ¿puede ser también “su iglesia”, la que el obispo D. Pedro Gasca dotó tan
magnánimamente? Es frecuente en el Renacimiento que el patrón, el “mecenas” muestre
su obra y la divulgue. Un referente lo encontramos en una obra posterior de Esteban
Jordán, se trata de la escultura del obispo Juan de San Millán en la antigua iglesia de la
Compañía de Jesús en León, que según Martín González guarda un gran parecido con el
sepulcro de la Magdalena. En él aparece el obispo revestido de pontifical con un libro
contra su pecho y en este el anagrama de la compañía de Jesús, de la que fue fundador y
mecenas.
27
JJ. Martín González. “Esteban Jordán”. Pg 63 28
Idem 29
Recibió un glorioso reino y una hermosa corona de mano del Señor.
21
4. “Secretos que salen a la luz”
Además de las obras citadas anteriormente, y que van unidas a la iglesia de la
Magdalena, existen otras muy conocidas a las que las velas de Semana Santa
acompañan por Valladolid o los focos, cual gran artista, iluminan en espacios y
exposiciones de interés. Son secretos de la iglesia de la Magdalena que pocos asocian a
ella y que, en fechas y acontecimientos concretos, reciben miles de visitantes y/o el
fervor popular.
4.1. - Con focos y a lo grande. “La Quinta Angustia”
“PIETY” Alejo de Vahía. Circa 1500. Sculpture in polychrome wood.102 x 45cm Church of La Magdalena, VALLADOLID” 30
Esta era la presentación en Nueva York de esta escultura. Junto con otras obras
del patrimonio artístico-religioso de Castilla León se eligió a esta para representar el
arte sacro de nuestra comunidad en la ciudad de los rascacielos.
Como dice la cartela de la exposición, su lugar de procedencia es la iglesia de La
Magdalena de Valladolid, en concreto se ubica en un altar barroco del siglo XVII del
lado del evangelio y pudiera pertenecer a la antigua iglesia o ermita pues en el contrato
que hace el Dr. Corral con Juan de Cabañuela, arquitecto de la capilla de dicho doctor,
se dice: “se hacer una bentana junto a la quinta angustia”31
, ese es exactamente el lugar
que ocupa hoy dicha escultura.
Pertenecía a la cofradía de Los Dolores, una de las tantas instituciones
devocionales y penitenciales de los templos castellanos.
El grupo es de estilo gótico final, hecho en madera policromada y realizado con
los componentes propios de la escultura hispano-flamenca de la época de los Reyes
Católicos. Se advierte dicho estilo: en la elegancia, propia de la escultura de origen
nórdico; en la estilización de los rasgos faciales y de las cabelleras; en el movimiento de
los paños y en los detalles de la indumentaria.
30
Catálogo de la Exposición de las Edades del Hombre de Nueva York. 2002. Pg 194 31
Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones. Pleitos de Artistas. La capilla del Doctor Corral. Pg.
259.
22
La iconografía representada no es la habitual, solo se suele situar a la Virgen
teniendo en su regazo al hijo muerto (la Piedad), pero en este caso, se incorporan las
figuras de San Juan que sostiene la cabeza de Cristo, y la de La Magdalena, mostrando
en el suelo el pomo de los perfumes, atributo tradicional de esta santa en el mundo
cristiano. Así, el tema se acerca a las representaciones de Llanto sobre Cristo Muerto,
muy habituales en los siglos XV y XVI, en las que a las figuras antes citadas suelen
acompañar José de Arimatea, Nicodemo e, incluso, las santas mujeres. El párroco de La
Magdalena nos insistía en que su nombre debía de ser “Llanto sobre Cristo muerto” y
no “La Piedad”.
En este grupo escultórico se representa el drama de la muerte a través del cuerpo
de Cristo; la desolación se muestra en la figura de San Juan; mientras la Magdalena
aparece absorta en su contemplación del cuerpo muerto del maestro; y en la figura de la
Madre hay aceptación del sacrificio de Cristo.
“El grupo está repintado y la Virgen recibió ojos de cristal”32
, efectivamente
fue vuelto a policromar en el siglo XVIII cuando se hizo el actual retablo en el que se
encuentran, la participación en exposiciones recientes como la de Nueva York o las
Edades del Hombre de Segovia de 2003 le han devuelto su color inicial.
El autor fue el escultor Alejo de Vahía, maestro de probable origen alemán y
parece ser que residente en Becerril de Campos (Palencia) desde donde expansionó con
éxito su producción.
4.2. - Entre cirios, tambores y capuchones. “El Cristo de las
Batallas”
Ésta es la puesta en escena del Cristo de las Batallas. En un ambiente de
recogimiento y teatralidad propia del Barroco, sale el Viernes Santo a la calle
acompañado de la Virgen y San Juan con la Cofradía de las Siete Palabras. Forma parte
del paso procesional “Madre ahí tienes a tu Hijo”, y a primera hora de la mañana van al
palacio arzobispal, a recoger el pregón que les dará el Señor Arzobispo, para anunciar la
lectura de las Siete Palabras que dijo “Nuestro
Señor Jesucristo” en la cruz, antes de morir.
La Cofradía con sus pasos recorre el centro de
la ciudad, un pregonero lo va anunciando y al
medio día entran en la Plaza Mayor, al tiempo
que lo hace el Señor Arzobispo bajo palio,
donde se dirá el sermón de las Siete Palabras.
Nuevamente, por la tarde, recorrerá las calles
en la procesión general de la Sagrada Pasión
del Redentor, iluminado por esta cofradía.
En épocas anteriores, pertenecía a la
Cofradía de las Batallas, con sede en la iglesia
de la Magdalena de Valladolid, y de la que
existe documentación de su creación el 7 de
junio de 1662.
El lugar del Cristo de las Batallas en la
iglesia, está en el lado del evangelio, en una
capilla que lleva su nombre, dentro de un altar
barroco con un arco de medio punto.
32
Martín González, JJ. Monumentos religiosos de Valladolid. Pg 152
23
La talla es una imagen barroca de madera policromada, obra de Francisco de
Rincón y fechada en 1607. Tiene un tamaño superior al natural, con rasgos de raza judí:
nariz aguileña, cabellos rizados y largos y barba terminada en punta; la cabeza está
mirando al suelo.
4.3. - En una urna de luz. “El Cristo yacente”
El 18 de Julio de 1900 se instala en la iglesia de la Magdalena la escultura de un
Cristo yacente, de principios del siglo XVI, que procedía del Hospital de la
Resurrección, donde se situaba la Real Cofradía del Santo Sepulcro.
En una urna de cristal, dentro del banco de un retablo barroco, obra de Juan y
Pedro Correa, en el lado del evangelio fue el lugar elegido para ubicar dicha escultura.
Es una obra a caballo entre el gótico final y el renacimiento, lo que explica
(según Martín González)33
, el alargamiento del cuerpo de Cristo, la desproporción, la
rigidez de los brazos y los pliegues del paño de pureza como herencia gótica; y unas
facciones en cabeza y rostro propias del Renacimiento.
La figura del Cristo yacente se repite en la imaginiería barroca vallisoletana
durante el siglo XVII, a través del gran escultor Gregorio Fernández. El Cristo yacente
de la Magdalena, de autor desconocido, es el primero que se esculpió en Valladolid y
antecede a los de Gregorio Fernández.
En el retablo que hoy ocupa le acompañó una de las imágenes más veneradas en
Valladolid, el “Cristo del Perdón” o “Cristo de la Humildad”.
33
Martín González. Monumentos Religiosos de Valladolid. Pg 150
24
5. “Silencioso, callado”: El órgano de la Magdalena
Durante siglos, la música era un elemento imprescindible para las liturgias
cristianas y se convirtió, además, en un símbolo de ostentación del poderío económico
que tenían parroquias, catedrales o monasterios. El principal instrumento acompañante
de la liturgia era el órgano que todas iglesias tenían o querían tener. La iglesia de la
Magdalena, por suerte, aún conserva en el coro el suyo, pero son muchos años los que
lleva en silencio, relegado al olvido, aparentemente como un mueble viejo más.
5.1. – “Reserva y sigilo” para llegar al coro
A los pies de la iglesia se sitúa un coro alto, al que se accede por una escalera
que se abre en el lado del evangelio. La bóveda que hay debajo, al igual que el resto de
la iglesia, es de crucería, con claves decoradas con el escudo del patrón.
Presenta un mal estado, tiene una grieta importante que se abre entre el forjado y
la fachada principal del edificio y la pared de la epístola, así como otras grietas en las
paredes laterales y en la esquina del lado de la epístola. Las obras de reparación,
llevadas a cabo en el año 2006 por la Fundación de Patrimonio de la Junta de Castilla y
León, solucionaron los problemas de la cubierta, pero no los del coro.
Ya desde los inicios de la construcción de la iglesia, parece ser que el coro
planteó problemas. En 1575 Francisco del Río, que hacía el cuerpo de la iglesia y la
cama para el sepulcro del obispo, cedió al maestro albañil, Alonso de la Vega, la
construcción del coro y cuando ya estaba ultimado, “echó de ver Francisco del Río que
la obra no estaba bien hecha y había hecho sentimientos de hundirse. Vega se obligó a
tornar a hacer el dicho coro. Del Río le dio cuarenta ducados y los materiales” 34
.
A finales del siglo XVIII hubo otro problema en el coro de la iglesia: “El día 17
de julio de 1781, dice Ventura Pérez en su Diario de Valladolid, se levantó un nublado,
como á cosa de las cuatro de la tarde, dio un grande trueno, con grande estallido, y
cayó una centella en la iglesia de Santa María Magdalena; entró por la fachada del
coro y le hizo una abertura grande, y había en él seis personas lavándole las paredes y
bóvedas, y en la iglesia otras mujeres barriendo y a un niño que tenían echado sobre un
altar se llenó de cascote; pero ni al niño ni a persona ninguna hizo ningún daño” 35
.
Matías Sangrador también hace referencia a este hecho: “un rayo que cayó en esta
iglesia maltrató algún tanto la figura del obispo, pero se restauró por mano
inteligente”36
.
No tenemos constancia de que se reparara la abertura del coro, si el busto del
obispo, según Matías Sangrador, pero, reparada o no, otro incidente más reciente volvió
a hacer peligrar la estabilidad del coro. En 1938, se cayó la torre de la iglesia y una parte
de ella fue a parar al coro, los daños fueron importantes en la parte de la cubierta del
lado del evangelio así como en el forjado, por suerte, el órgano barroco, del otro lado
del coro, no se vio afectado. La torre se reconstruyó igual que la que se había caído pero
las secuelas en el coro se mantienen como se ha dicho al principio.
5.2. - El órgano, estado actual
“Arriba, en el coro alto y en el lado de la epístola hay una caja de órgano,
parece muy bien hecha y grande cuando la vemos de perfil y lejos y en alto. Si subimos
la larga escalera del coro; enfrente está la fachada del órgano en toda su grandeza y
34
Luís Martínez Fernández. La construcción de la iglesia de la Magdalena. Sus diversas etapas. Boletín
del seminario de estudios de arte y arqueología. Pg 331 35
Casimiro García Valladolid. Valladolid, recuerdos y grandezas 1901. Tomo II. Pg 113 36
Matías Sangrador Vitores. Historia de Valladolid (1854). Pg 190
25
toda su desnudez; así vista de frente es mucho más grande y mucho más hermosa”37
.
Así inicia Ángel de la Lama la descripción del órgano de la iglesia de la Magdalena.
Esté fue el lugar elegido por el maestro organero, Francisco Ortega, hace casi
trescientos años para el asentamiento del órgano, una colocación característica hasta el
siglo XX, en un lateral y paralela a las naves del templo, para mantener buena acústica y
seguir la liturgia.
Han pasado treinta años, desde que de la Lama publicara la anterior cita, el
órgano barroco que nos hemos encontrado cumple las descripciones que dio, pero se
encuentra en un lamentable y severo estado de deterioro y abandono. El polvo y la
suciedad rodean y envuelven este instrumento musical.
En el exterior, en la caja y fachada del órgano, han aparecido añadidos como
listones de madera, alambres, puntas o cables, y algunos elementos decorativos de la
pirámide escalonada están rotos; en los laterales y en la parte de atrás, la madera tiene
algunas partes con carcoma y está llena de pintadas y rayones; así mismo, toda la
tubería exterior ha desaparecido, quedan los huecos que nos indican el número de tubos
exteriores que debía llevar; mantiene completo y en relativo buen estado el teclado, los
registros y las contras “se observa su desgaste, obra de la digitación de muchos años,
ese desgaste también lo tienen las diez piezas de las contras, este dato indica que este
órgano ha estado durante mucho tiempo en activo al servicio de la liturgia, cumpliendo
así su finalidad38
. Por debajo del plano de las pisas, hay dos palancas terminadas en
zapatos.
En el interior, el polvo
tapa las hileras de agujeros
del secreto, pareciendo una
madera sin más; esta pieza, la
más importante del órgano,
hacia donde convergen todas
las teclas y todos los registros
de la consola distribuyendo
así el aire, está muy
deteriorada y desgastada;
despojado de toda su
cañutería, los panderetes
continúan intactos pero un
poco deteriorados, la madera
está carcomida y parte de los
palos que forman parte del
“árbol” que van del teclado al secreto están rotos. Los tres fuelles de cinco pliegues han
sido sacados del interior del órgano y están detrás apilados uno tras otro pero completos.
Los tubos de madera del interior han desaparecido también, excepto cinco de ellos que
están “tirados” por el coro.
5.3 - La Construcción del órgano
Esté es el segundo órgano que tuvo la iglesia de La Magdalena. Parece ser, que
la iglesia tuvo uno en la segunda mitad del siglo XVI cuya construcción y
mantenimiento, así como la dotación del organista, estaba a cargo del Cabildo de la
Capilla Mayor fundada por D. Pedro de la Gasca. La poca documentación en los libros
37
J. Ángel de la Lama: “El órgano en Valladolid y su provincia. Catalogación y estudio. Valladolid 1982.
ed. Caja Provincial de Valladolid 38
Ibidem
26
de cuentas de la parroquia39
y en los de la Capilla Mayor, no nos permiten reconocer a
los maestros que intervienen en su construcción y posterior mantenimiento, tan solo
conocemos el nombre de un organista que lo tañe en los primeros años del siglo XVII,
Diego Vaca de Santiago, que era compensado con dieciséis ducados cada año, aparece
también registrado un arreglo de 1200 reales en 1664 sin que aparezca en que consistió
el arreglo ni quien lo llevó a cabo.
Del órgano actual tenemos más datos, es obra de uno de los grandes organeros
del momento: Francisco Ortega, y se colocó en 1726.
En el año 1725 podemos leer en el libro de Decretos de la Capilla Mayor40
.
“Proposición para que se haga un órgano. En la ciudad de Valladolid a 13 de
julio de 1725, en la ciudad de Valladolid, se juntaron el Sr. Don Manuel Martínez de
Zamora, capellán mayor de la capilla de Sta. María Magdalena, y demás señores
capellanes de ella en su sacristía, para tratar lo concerniente al régimen y utilidad de
dicha capilla, y el Sr. Don Manuel Martínez Zamora hizo saber la falta que hacía en la
iglesia un nuevo órgano, y pues al presente había un maestro de toda satisfacción que
le hiciese, cómo dicho señor ayudará para dicho fin con veinte doblones y la voluntad
de un devoto quien da otros veinte doblones41
, que la capilla se esforzase; y ya que sus
individuos no pudiesen ayudar, que a lo menos lamenta que nuestro fundador dejó
asignada para la manutención de dicha fábrica, como dijo el Sr. Cura de su patrón, por
lo que en adelante pudiese suceder, determinó dicha capilla que, consistiendo dichos
señores, se gaste dicho dinero en dicha obra y se anteponía el dicho dinero de los diez
doblones y de otra suerte no, para lo cual, como para ajuntar dicha obra se nombrasen
por comisarios con dicho señor capellán mayor al Señor capellán D. Miguel Fernández
de Córdoba y beneficiado de dicha iglesia y al señor D. Isidoro de Inojal y Olmedo. Y
para que conste como secretario de dicha capilla lo firmo Juan Cano‟‟.
Al día siguiente,14 de julio, la comisión del órgano hizo saber a la patrona de la
iglesia el acuerdo adoptado para mandar hacer el órgano, que la dotación de dinero ya
estaba resuelta y dicha comisión se encargó de ajustar la obra.
Los pasos siguientes, hasta que se empezó a construir el órgano de la
Magdalena, suponemos que serían los que de la Lama indica en “procedimientos legales
para hacer un órgano”42
. Después del acuerdo, que hemos indicado entre el Cabildo y la
junta de Fábrica de la iglesia, se entregaría el escrito al Provisor diocesano, pidiéndole
licencia para la obra, si estimaba que era necesario un órgano y que la financiación era
segura, daría vía libre para la realización. Poco después se publicarían los edictos,
convocando el concurso de organeros con sus correspondientes pliegos de condiciones.
Tras esto, se celebraría la subasta pública de la obra, que sería adjudicada al postor más
barato que ofreciera más ventajas y, ante notario, se haría la escritura de obligación y
contrato en la que iba adjunto el pliego de condiciones y la fecha de entrega del órgano.
La iglesia de la Magdalena ya tenía su organero, uno de los mejores del siglo XVIII, al
que se homenajea, en la actualidad en Valladolid, dando su nombre a algunos eventos
relacionados con la organería (“Aula de órgano Francisco Ortega”). Una vez adjudicada
la fabricación del órgano, comenzaría la actividad en el taller y ya acabado se
transportaría al lugar donde se iba a situar el órgano para montarlo. El visto bueno se lo
39
Archivo General Diocesano de Valladolid. Iglesia de la Magdalena. Libros de fábrica: 1604, 1672,
1673, 1688, 1742, 1781, 1851, 1888, 1889, 1920. 40
Archivo General Diocesano de Valladolid. Iglesia de la Magdalena. Libro de decretos de la Capilla
Mayor: 1725-1775. Pg 32v 41
El doblón, también llamado excelencia, era una moneda de oro española de diferente valor según
épocas. El más común era el que equivalía a dos escudos o 32 reales y pesaab 6,77 gramos. 42
J. A de la Lama: El órgano de Valladolid y su provincia. Catalogación y estudio. Valladolid 1982. Ed.
Caja Provincial de Valladolid. Pg 24-25.
27
daban dos maestros, uno por parte del constructor y otro por parte de la iglesia, y si
estos informes eran favorables se aceptaba el órgano y se pagaba el último plazo al
constructor.
En el arca de viento del secreto del órgano se lee: „‟Para Gloria y Honra de
Dios y de María Santísima, me favricó Francisco Ortega, en Segovia, el año 1726.
Siendo cura de esta Iglesia Don Andrés Billate y Capellán Mayor Don Manuel
Martínez, y mayordomo de fábrica Gregorio Alvarez Castellanos‟‟.
De la biografía de Francisco Ortega sabemos poco. No conocemos ni el lugar ni
la fecha exacta de su nacimiento, sí que sabemos que era hijo de Antonio Ortega y
Josefa Pérez Molero, naturales de Segovia, y sobrino de Manuel Pérez Molero, iniciador
de la saga familiar de organeros; que vivió en la ciudad de Valladolid en la calle
Zurradores (hoy Panaderos) y en esta ciudad se casó con Manuela Clemente Moscoso;
en 1723 se trasladó a Segovia y después al pueblo segoviano de Marugán, donde
aparece avecindado. Tuvo una trayectoria impecable y una obra muy prolija
desarrollada en los primeros años en las provincias de Zamora, Burgos y Valladolid y
posteriormente en las de Segovia y Ávila; en 1733 el Rey le nombra maestro de órganos
de la colegiata de la Santísima Trinidad de la Granja de San Ildefonso. Por entonces ya
se le menciona como un organero de gran habilidad.
Algunas de las obras más representativas de Francisco Ortega son: de los
primeros años los órganos de las iglesias de Santa Marina y de la Santísima Trinidad de
Toro, el de Tórtoles de Esgueva (Burgos) y el de Cabezón de Pisuerga; inmediatamente
anterior al órgano de la Magdalena hizo el de la iglesia de San Bartolomé de Sangarcía
(1725) con el que guarda gran parecido y por suerte restaurado; en la provincia de
Valladolid construyó los de Santa María Mediavilla en Medina de Rioseco, también
restaurado, el de Ntra. Sra. de la Asunción de Rueda (Valladolid), el de la iglesia de San
Miguel de Iscar; hizo también un órgano en Zamarramala, Villacastín, Arévalo,… hasta
llegar a la veintena de órganos salidos de su taller, a éstos hay que sumar otros tantos en
los que intervino a través de reparaciones y afinaciones.
Las obras de Francisco Ortega tienen prestigio y los expertos aluden a su
calidad, la evidencia está en los órganos que se han restaurado de este organero, a pesar
del paso del tiempo, “son órganos que merecen la pena”.
5.4. - El “misterio” de los tubos
¿Qué le pasó al órgano de la Magdalena para estar en este estado? Durante el
siglo XVIII sí que encontramos intervenciones sobre el mismo, de arreglos, afinaciones
y sustitución de elementos. “En 1752 se datan: ciento sesenta y seis reales y
veinticuatro maravedíes pagados a José Ballesteros, maestro organero, vecino de esta
ciudad, por el trabajo de componer el órgano de esta iglesia y afinarle, pues aunque
tuvo más coste, pagó la Capilla Mayor y sus capellanes lo demás, que fueron dos partes
de tres según convenio que hicimos y la fábrica sólo pagó una parte, que consta de
recibo (Total 500 reales y 4 maravedíes). En 1779 se datan 157 reales por el arreglo
del órgano en la misma condición que el anterior (Dos tercios la capilla Mayor y un
tercio la parroquia :(total 471 reales)”.43
No hemos encontrado posteriormente más actuaciones. “En el siglo XIX las
Desamortizaciones y la pérdida de poder económico de la Iglesia abocaron al arte
musical litúrgico al más injusto de los olvidos”.44
Los órganos barrocos fueron
abandonados a su suerte hasta su definitivo silencio en la mayoría de los casos y puestos
43
Archivo General Diocesano de Valladolid. Valladolid iglesia de la Magdalena. Libro de fábrica 1742-
1781. Pág. 20v, nº 32. Compostura de órgano. 44
Avaro Carretero Santiago. El órgano de Iglesia y su recuperación. Revista Organaria.
28
en su lugar modestos armonios que nada tienen que ver con la sonoridad de estos
instrumentos. Los gastos de la iglesia seguían siendo cuantiosos: goteras, grietas,
mantenimiento, pagos a sacristanes, velas, etc y los ingresos mermaban, así pues lo
primero de lo que se prescindió fue de organistas y arreglos de órganos. La situación
llegó a ser extrema en la Guerra Civil y posguerra, momento en el que desaparecen los
tubos de estaño del órgano de la iglesia. Coincide en el tiempo con la caída de la torre
de la iglesia y, según el párroco actual de esta parroquia, habla de la posibilidad de que
se desmontaran para aligerar de peso el coro y posteriormente se vendieran, el estaño
era muy demandado en aquel entonces y llegó a costar hasta 400 pts/kg.
29
6. “Las voces del secreto”
Secreto m. Mús. Tabla armónica del órgano, del piano y de otros instrumentos
semejantes.”45
Pero vamos a precisar más, el secreto, también llamado caja de distribución, es
la parte del órgano que se encarga de dar la voz al instrumento, posibilitando el sonido
del mismo.
6.1 – El “secreto” del órgano y otros elementos
La estructura del secreto es de una caja de madera, de forma rectangular, forrada
de piel que contiene el aire a una presión constante. Está provisto de un sistema de
válvulas y canales de aire, y en la parte superior de una hilera de agujeros, que abren o
cierran un sistema de correderas, por donde sale el aire a los tubos.
Hacia el secreto del órgano convergen todas las teclas y todos los registros de la
consola y distribuye el aire a petición del organista para conseguir la voz del
instrumento/s que desea y la nota correspondiente.
El funcionamiento es el siguiente: las correderas son accionadas por los tiradores
de los registros, al coincidir las perforaciones con las bocas de los tubos, estos quedan
dispuestos para sonar según la elección del organista. Así mismo, al presionar la tecla
de una nota, se abre la válvula correspondiente de la cámara inferior del secreto y el aire
llega a todos los tubos de esa nota que tengan la corredera abierta.
El secreto es el corazón del órgano, la parte más delicada, sin él no funcionaría
nada, pero necesita de otros elementos para poder sacar la voz. El aparato fonador son
los tubos interiores y exteriores, flautas de diferentes longitudes, formas y materiales,
que sacan los sonidos del órgano al exterior; las palancas, varillas, tiradores,
reducciones forman la mecánica que dirigirá el aire hacia el lugar correspondiente; los
fuelles mandarán el aire al secreto; en la consola se alojarán el teclado, responsable de
las notas, el registro que saca diferentes sonidos en función de los tubos y las pisas o
pedales, que hacen sonar los bajos. Todo ello, queda envuelto en una caja con una
función acústica, estética y protectora, los estilos artísticos quedan reflejados en el
diseño de la caja.
45
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Definición de secreto
30
Esquema de un órgano:
Mecanismo Pulsador:
1. Pomo del registro
2. Tirante
3. Arbol
4. Corredera
5. Secreto
6. Teclado
7. Varillas
8. Molinete
9. Tablero de reducciones
10. Válvula
11. Canal
6.2 - Originalidad del órgano de la iglesia de la Magdalena
Para explicar cómo era el órgano de La Magdalena seguimos la descripción
hecha por J. A. de la Lama46
.
El exterior del órgano presenta las siguientes partes:
A) La fachada tiene unas medidas de 3,80m de ancho, sin contar las tallas que
sobresalen, 1,05m de profundidad y 6,46m de altura hasta el ápice de la corona que
remata el órgano. Es de tamaño medio, como muchos de los órganos barrocos del siglo
XVIII. Está hecha en madera viva con una figura de pirámide escalonada, y tallada en
las vigas, algunos tableros, los ángulos superiores de los siete castillos y los escalones
de la pirámide. Todo queda rematado por un escudo en el que se observa una de las
figuras que representa a la familia de la Gasca y en la otra mitad una granada, el remate
del escudo será una corona.
B) La tubería de la fachada, hoy desaparecida, mostraba un campo central
compuesto de cinco caños del flautado, los más grandes de este juego y el de mayor
talla en el centro y a ambos lados hay otros cuatro más pequeños. Flanqueaban este
campo otros cuatro más pequeños: los dos de abajo tenían trece tubos cada uno,
ordenados por talla, decreciendo hacia el centro, los de arriba únicamente eran de
adorno con nueve tubos cada uno. En los dos campos extremos había ocho caños
cantantes en cada uno.
C) El teclado manual, tiene Octava Corta y cuarenta y cinco notas, las teclas
naturales son de boj. Muestran un importante desgaste al igual que las contras. “Este
dato indica con toda evidencia que los organistas que tuvo por varias generaciones la
iglesia de la Magdalena, sabían manejar muy bien las manos e igualmente los pies.
Indica también que este órgano ha estado durante muchísimo tiempo al servicio activo
de la liturgia”47
.
D) Las pisas de las contras son diez y, como está indicado están muy
desgastados por el uso, dato poco frecuente en órganos del siglo XVIII.
Por debajo del plano de las pisas, hay dos palancas terminadas en “zapatos” de
madera. El único movimiento que admiten es el lateral, uno de estos zapatos acciona
una anchísima corredera en el secretillo de las cornetas, el otro abre y cierra la caja de
ecos y es por consiguiente un pedal expresivo.
E) Los registros y composición se sitúan a ambos lados de la consola, tal y como
se puede observar en la foto al final de la página, donde están los tiradores, cada uno
con una etiqueta de pergamino, escrita a mano en tinta gruesa, y con la siguiente
composición:
46
J. A. De la Lama: “El órgano en Valladolid y su provincia. Catalogación y estudio. Valladolid 1982. Ed.
Caja de Ahorros Provincial de Valladolid Iglesia de Santa María Magdalena. Pg 394 47
Ibídem.
32
En la Izquierda En la derecha
17ena Corneta de ecos
Sobre-Zímbala 3H Sobre-Zímbala 3H
Sobre-Zímbala Sobre-Zímbala
Lleno Lleno
15ena y19ena 15ena y 19ena
Dozena Dozena
Flautado pd las contras Octaba
Octaba Flautado
Flautado
Contras independientes
Zapatos de registros y ecos
En el interior del órgano, un conjunto de elementos, a partir de la digitación,
“pedaleo” o manipulación de teclado, registros, pedales o contras y “zapato”, harán
ponerse en funcionamiento los diferentes mecanismos que saquen del órgano los
sonidos que el organista quiere. Dentro de ellos tenemos:
A) La mecánica interior está formada por piezas de metal, de madera, cuerda o
piel, de diferentes tamaños, que funcionan con perfecta sincronía y precisión para que el
órgano funcione. Cada elemento del órgano tiene su mecanismo con una función clara:
- Las varillas y ajustadores del tablero de reducción permiten pasar el aire a la
boca del tubo.
- Los tiradores de los registros, engarzan con el brazo inferior del “árbol” una
barra de hierro, por el brazo superior se comunica el movimiento a una escuadra
33
de madera y desde esta, mediante una palanca, a las correderas, que abren y
cierran los distintos canales del secreto por los que saldrá el aire.
- En el caso del zapato de la izquierda, una palanca engancha en su movimiento
lateral con un listón de madera horizontal paralelo al suelo y este, a su vez, otra
palanca de madera, cuyo extremo une a una ancha corredera, que se mueve
dentro del secretillo de la corneta y que permite el paso del aire hacia esta.
- En el segundo zapato, una palanca tira, a partir de una polea, de un alambre que
moverá la caja de ecos, produciendo la suspensión del sonido.
- Las contras, tienen su tablero de molinetes y orientan su movimiento hacia la
izquierda, de ellos salen unos alambres que conectan con otra tabla de molinetes
debajo de un pequeño secreto, al que llega un conducto de aire.
B) Tres grandes fuelles cuneiformes con cinco pliegues alimentan de aire al
órgano, sus dimensiones son de 1,65m de largo, 84cm de ancho, 15cm de grosor.
C) Los secretos. En la descripción que hace de la Lama, y que nosotros hemos
observado, hay más de una “caja de secreto”.
El secreto principal del órgano es partido, con unas dimensiones de 1,87m de
longitud, 77cm de anchura, 17cm de altura en el compartimento de válvulas y 6cm en la
zona de los canales. Sobre él hay un gran tablón de 3,60cm de largo, donde se alojaban
los cuarenta y nueve tubos de la fachada, pertenecientes al Flautado y a la Octava.
El secreto: arca del viento, situado a medio metro del suelo y en el costado
izquierdo del mueble, tiene unas medidas de 75cm de longitud, 27cm de profundidad y
9cm de altura. Es el que tienen las contras y sobre el que se situaban los diez tubos de
madera (hoy quedan cinco) que tenían como misión hacer de contrabajos, cimentando la
armonía. Hay un secretillo a medio metro sobre la tapa del secreto, es muy ancho y tiene
dos cornetas, una funciona en campo abierto y la otra dentro de una caja de ecos, que
tiene una forma triangular y se sitúa en la mitad el secreto. Es el del registro de la mano
izquierda que pone corneta.
El órgano de la Magdalena es prácticamente igual que uno de la provincia de
Segovia (Sangarcía) hecho un año antes, solo difieren en la inexistencia de lengüetería
en este y la decoración de la fachada. El de Sangarcía fue restaurado recientemente,
¿puede correr esta misma suerte el de la Magdalena?
34
7. “Artes con secreto”
Una de las acepciones de la palabra secreto, como hemos constatado en la
introducción, es la de: “conocimiento que exclusivamente alguien posee de la virtud o
propiedades de una cosa o de un procedimiento útil en medicina o en otra ciencia, arte
u oficio”48
. Muchos deben ser los secretos que guardan organistas y organeros para
ejecutar un arte tan complicado, pero no menos secretos hemos tenido que descubrir
nosotros para acercarnos un poco a su mundo.
Las entrevistas a dos célebres artistas de la organería actual nos han ayudado a
entender su labor, a la vez que rendirnos ante sus conocimientos y buen hacer en la
ardua tarea de revitalizar este gran instrumento musical.
7.1 – Secretos del organero
7.1.1. El trabajo del organero
“Los organeros son auténticos ingenieros del sonido, portadores de una
tradición artesanal ancestral, expertos en leyes de física y acústica, artistas imbuidos
de las últimas tendencias en artes plásticas”49
. Es evidente que el paso del tiempo
llevaba y lleva unida la evolución técnica y estética de los talleres de organería pero
estos nunca han perdido su carácter artesano. Cada órgano está hecho para un sitio en
concreto, las medidas y sonoridad de una iglesia determinan las características del que
se va a instalar; la individualidad, artística y musical, de cada órgano lo hace único y por
ello requieren una fabricación artesanal.
En un breve resumen de la historia de este oficio, hemos visto que los primeros
organeros conocidos eran monjes de los siglos VIII y IX, con el paso de los siglos ese
saber se trasvasó a los seglares y en el siglo XV estará definitivamente en sus manos.
Con el Renacimiento, la construcción de órganos fue en aumento, y por ende los talleres
de organeros, para alcanzar su cenit en el siglo XVIII con la construcción de numerosos
órganos barrocos. El siglo XIX es el del declive de la organería relacionada con la
pérdida de poder económico de la Iglesia. Recientemente se observa un renacer de este
arte y por ejemplo en Castilla-León han ido surgiendo talleres de organeros y son
frecuentes los ciclos de conciertos de órgano.
Para entender mejor el trabajo y la obra de un organero hemos seguido las
explicaciones de J. Angel de la Lama en su libro “El órgano en Valladolid y su
provincia”, manual básico para este trabajo, y visitado en un par de ocasiones el taller
de uno de estos artesanos, el de Federico Acitores en Torquemada.
Como dice J. A. de la Lama, en el taller de un organero se hacía todo y así sigue
en la actualidad. En el trabajo del metal (estaño y hierro), excepto la fundición y el
laminado, hoy se sigue realizando todo el trabajo al igual que en siglos anteriores: se
construyen los tubos uno a uno, con su medida, su lengüetería o su peculiaridad y se
trabaja con el hierro para los árboles y básculas de los registros o los soportes de
lengüetería. Respecto al trabajo con la madera, este se iniciaba y se inicia con la
selección de la misma y el secado para hacer después los secretos listonados, tapas,
correderas, arcas de viento, etc. También se usan otros muchos componentes auxiliares
(como la badana) para la realización de fuelles, conductos, uniones, teclados,
transmisiones diversas. Una vez hechos todos los elementos del órgano, la entonación y
armonización de los tubos va dando fin al trabajo en el taller. El traslado desde el taller
hasta la iglesia, catedral o monasterio si ha cambiado, las horas y días de viaje en carro
48
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española 49
Álvaro Carretero Santiago: El órgano de iglesia y su recuperación. Revista Organaria
35
se han visto acortadas, pero el organero y sus oficiales, antes y ahora tienen otra parte
importante del trabajo por rematar: la colocación del órgano en el lugar que le
corresponde, la revisión y afinado final.
Dice de la Lama que, generalmente antes los organeros no hacían el policromado
y dorado de las cajas y se lo encargaban a un maestro dorador, ahora hemos
comprobado que el propio taller hace el diseño de la caja y el acabado de la misma.
El organero es por lo tanto un artesano y un artista, cada taller de organería, con
su maestro organero a la cabeza, tenía y tiene su “secreto de oficio”. Estos secretos, que
fueron transmitiendo las familias de generación en generación, tal es el caso de las
prestigiosas sagas familiares de los Echevarría, los Verdalonga, los Ruiz, los Gil,
Manuel Martín, Francisco Ortega, José Otorel, (organeros de Castilla-León), dejaron
plasmada su obra para la posteridad.
7.1.2. Un organero del siglo XXI: Federico Acitores
Como hemos dicho anteriormente, nosotros hemos querido ver in situ las
características y peculiaridades del taller de un organero, para ello hemos visitado el de
Federico Acitores en Torquemada (Palencia). Era importante que nos familiarizáramos
con términos como cadereta, secreto, contras, arca de viento, molinete, etc, propios de
este arte, además comprobamos que la documentación consultada y estudiada sobre los
talleres a lo largo de la historia, que nos sirvió para explicar el trabajo de un organero,
es intemporal. Queríamos también entrevistar y hablar con un organero y un artista
¿Podemos decir que salimos del taller “con la boca abierta”?
Previa a la visita buscamos información en Internet sobre su taller de organería
y, aparte de alguna publicación que tiene colgada en la red y que nos sirvió de gran
ayuda, encontramos un artículo del País: titulado “Órganos en Torquemada” de donde
hemos extraído esta biografía profesional de Federico Acitores, que posteriormente nos
corroboró y amplió:
“Federico Acitores comenzó a
interesarse por el órgano en su época de
estudiante transcurrida en un seminario de
Valladolid donde aprende a tocar el
instrumento, pero también allí siente la
necesidad de conocer, de descubrir qué se
escondía tras aquella inmensa maquinaria de
madera y tubos de metal. Después de oír
hablar de Gabriel Blancafort, organero
catalán, decide trasladarse a Collbató, un
pequeño pueblecito de la provincia de
Barcelona situado a los pies de la montaña de
Montserrat; en este lugar, durante cinco años,
Acítores se contagia de la pasión por el
órgano, a la vez que va internándose en los
entresijos de su funcionamiento.
Con los años, y los conocimientos
adquiridos, Federico adquiere un modesto
local en Torquemada (Palencia), a donde comienzan a llegarle encargos de iglesias y
monasterios. En la mayoría de los casos, se trataba de restaurar viejas joyas,
instrumentos anquilosados por el desuso y la expoliación y en el año 1983 el Taller de
Organería Federico Acítores SL comienza a andar, en un primer momento, tan sólo
36
Federico y su mujer, trabajan allí pero luego se irán incorporando, como socios,
Alfonso de la Cruz y, algo más tarde, Pascal Teubell (…)” 50
En su haber hay tanto órganos nuevos, distribuidos por toda la geografía
española (Avilés, Covadonga, Salamanca, Palencia, Murcia, Barcelona), como
restaurados, más de 45 (Las Huelgas Reales de Valladolid, Catedral de Burgos) y
reconstruidos (Astorga, Logroño,…)
En la visita al taller vimos unas instalaciones modernas, con maquinaria acorde a
los nuevos tiempos y dividida en salas específicas para cada tarea: carpintería de
madera, de metal, sala de armonización, sala de montaje. Empezamos en la zona de
carpintería de madera y aprovechamos para ir haciendo la entrevista.
¿Con qué madera se deben fabricar los órganos?
Se puede hacer un órgano bueno, tanto en pino como en nogal, no depende tanto
del tipo de madera, sino de que la madera que se emplee esté bien elegida. Hay varias
cosas a tener en cuenta, la primera es trabajar con el duramen y desechar la albura; la
parte interior del tronco es la más endurecida, la que lleva en el tronco más tiempo y a la
que no la va a atacar la carcoma.
Los antiguos decían que la mejor madera era la de los árboles cortados en enero,
porque en ese mes están aletargados, tendrán menos sabía que un árbol cortado en
primavera, así se consigue una madera más estable y menos susceptible de ser atacada
por la carcoma, aunque las termitas se lo comen todo.
¿Qué tipo de especies usas?
Usamos varios, como ya he mencionado antes: el pino tea en estructuras; el pino
albar para los tubos; para los muebles usamos maderas de todo tipo, cerezo, nogal,…,
todo depende del color que tenga que tener el mueble; el roble para el secreto, pues es
una madera que “se mueve poco”, no se tuerce, no merma.
¿Utilizáis algún tratamiento para la madera?
Nunca teñimos la madera porque sería mancharla, de una forma uniforme, pero
manchar la madera. La madera es más bella si conserva su color original. Si que
barnizamos el mueble, y, en según que zona, la tratamos con un preventivo anticarcoma,
pero el mejor tratamiento es dejarla secar mucho tiempo, estamos trabajando con
madera de pino que lleva cortada veinticinco años.
¿Y ese preventivo influye en el sonido del futuro órgano?
Influye en que las vibraciones que capte la madera sean mayores o menores, el
pino es lo que acústicamente mejor se comporta, por eso todos los instrumentos tienen
la tapa de pino.
¿Qué función tiene el secreto?
El secreto es el encargado de abrir o cerrar la entrada de aire a las tuberías, todo
ello a voluntad del organista. Siendo el secreto un documento importantísimo que nos
dicta como era el órgano, si se conserva el secreto, la reconstrucción de ese órgano se
acercara mucho a la del original.
¿Cuántos secretos tiene un órgano?
Depende del órgano. El que estamos haciendo ahora para Benidorm tiene ocho,
cada parte importante del órgano tiene su secreto, este órgano también tiene tres
teclados.
Continuamos la visita por la parte del taller que dará el sonido al órgano,
aunque hay tubos de madera que se utilizan para el sonido de los bajos, este lo darán
los tubos metálicos
50
El País. 17 de febrero de 2008: “Órganos de Torquemada
37
¿De que material están formados los tubos?
De una aleación de plomo y estaño, al peso. Por ejemplo, los tubos de fachada
suelen tener un 75% de estaño y un 25% de plomo o un 80/20, algunos organeros han
hecho 100% estaño, sin nada de plomo. Antes la fundición se hacía en los propios
talleres pero nosotros ahora compramos el material y fabricamos los diferentes tubos.
¿Por qué se mezcla el plomo y el estaño?
Hay varias razones, el estaño es un metal muy maleable, pero es más duro que el
plomo. También es curioso que cuando se mezclan los dos metales, al 60% de plomo
40% estaño, al peso, su punto de fusión se encuentra a 180 ºC.
Dependiendo de cómo hagamos la mezcla así será el sonido. Si queremos
conseguir un sonido más oscuro metemos más plomo en la aleación y si por el contrario
queremos conseguir un sonido más brillante metemos más estaño.
¿Cómo influye la forma de los tubos?
Pues claramente influye en el sonido. Varios tubos dan la misma nota, pero si
tienen diferente forma darán diferente timbre. Depende de la talla, si son flacos o son
gordos, si son cónicos o cilíndricos, tapados o con chimenea, jugamos con la talla para
conseguir los diferentes sonidos del órgano, con la diferencia entre diámetro y longitud.
¿Qué es lo que suena en un órgano?
Lo que suena en un órgano es el aire, pero el metal resuena, el órgano es un
instrumento de viento. La calidad de la aleación no es la que define la calidad del
sonido, sino la anchura del tubo.
¿Qué trabajos realizan para hacer los tubos?
Lo primero que hacemos es pintar el metal para que el sudor y la soldadura no
los oxiden o los dañen. A partir de ahí se van haciendo los diferentes tubos: los labiales
o los de lengüeta, la altura y grosor harán diferente su sonido, aún siendo la misma nota.
Acabados los tubos y para que queden brillantes hay que meterles en la bañera donde se
les quita la pintura.
Has hablado de dos tipos de tubos, ¿Qué características tienen?
Los tubos labiales son igual que flautas. Están formados por el cuerpo (cilindro)
y el pie (cono) con una embocadura, que hay que aplanar. Para que suene hay que
ponerle el alma, una pieza en el pie, a la que hemos hecho un bisel, la soldaremos por
todos los lados menos por la boca, por donde la hemos aplanado. Hay un dicho “cuanto
más ancha sea la boca más cantan los tubos”.
Los de lengüeta tienen un resonador soldado a un cepo de plomo. El resonador
es una canilla más una lengüeta de latón que tiene un pequeño rizo y adelante va un
poco abierta y así al pasar el aire vibra. Para armonizarlo se hace con el tamaño del
tubo, se busca el sonido óptimo a partir de “juegos de longitud real” por eso se llama
“trompeta real”. Al modificar el resonador salen distintos matices: de oboe, clarinete,
etc. Para dar sonidos graves se les pone tapa, son los armónicos impares.
¿Y ya solo queda unir las piezas?
Después de entonar o armonizar (poner el mismo timbre a los tubos) si, se unen
y montan las piezas en el órgano en el taller, pero luego se desmontarán para trasladar el
órgano a su sitio. En su asentamiento definitivo se volverá a montar y afinar. Depende
de como sea el órgano, esta última tarea, puede durar meses.
¿Acabado y montado un órgano que cuidados requiere?
Que se le trate bien, se le afine una vez al año y que cada 10 o 15 años sea
revisado y levantado a fondo para limpiar, en Alemania se hace así. En España hay
órganos que llevan más de 80 años sin ningún tipo de mantenimiento y después de la
guerra civil ni se tocaban. Los que se conservan mejor son los de los conventos, pues
los monjes/as los tienen al uso y los cuidan. El órgano de la Huelgas Reales tiene más
38
de 300 años y tras una restauración está en perfecto estado. Si se cuidan duran siglos,
pero ¡ojo! una mala intervención puede dañar un órgano y estropearlo completamente.
¿De qué órgano/s guardas un recuerdo especial? ¿Qué proyectos tienes?
Todos son especiales, pero quizás el de Astorga por ser de los primeros, en el
que trabajamos prácticamente por el pan, o el del santuario de Santa Gemma en
Barcelona el órgano más grande que hemos construido, con tres teclados, 3.000 tubos,
nueve metros de altura, 12.000 kilos de peso y cerca de medio millón de euros de
presupuesto. La semana pasada hemos entregado un trabajo en Navarra, se trataba de la
reparación de un órgano para un convento de monjas de clausura en él hemos
incorporado un teclado que se tocará desde clausura y el órgano está en la iglesia.
Hemos empezado el trabajo de un órgano de Benidorm, ya está todo el diseño y
empezamos la fase de construcción.
7.2. – Secretos del/la organista
7.2.1. El papel del organista en la capilla musical
El concepto de organista como tañedor de órganos, aparece en el siglo XVI. Si
bien algunos autores relacionan el término organista con el maestro de hacer órganos, el
de sonador de órganos es el que encontramos más generalizado. No es menos cierto que
sus profundos conocimientos sobre el órgano le permitían corregir ellos mismos las
deficiencias que se producían en el instrumento, de ahí quizás esa doble interpretación.
Se podría asegurar que sobre el órgano lo sabían todo o casi todo.
La actividad de los organistas quedaba enmarcada en las iglesias, la música que
interpretaban era religiosa pues el órgano era el instrumento al servicio de la liturgia y
ocupaba un lugar especial en los oficios religiosos. El oficio de organista era, junto con
el maestro de capilla, el de mayor estimación en el arte musical de las iglesias. Fueron
admitidos en la iglesia junto con su instrumento para relevar a los cantores y
concederles algún reposo y muchos de estos instrumentistas llegaron a un alto grado de
virtuosismo, aunque la mayor parte de ellos han quedado en la oscuridad.
La actuación del organista era normalmente individual, exceptuando algunas
veces, en que tañían en concierto con los ministriles o apoyando el canto del conjunto
coral. En su trabajo estaban activos todo el año, sus intervenciones se concretaban en las
Vísperas, Misas, Fiestas y Memorias de algunas cofradías. Además, se preveían
posibles salidas del organista a otras localidades donde se solicitaba su presencia.
Además de tañer el órgano realizaban otras tareas. Este es el caso de la actividad
didáctica y formativa, pues enseñaban canto llano y canto de órgano al Cabildo y
preparaban a nuevos organistas. En cuanto a la labor compositiva esta fue también
importante, además de añadir improvisaciones que adornaban la obra ejecutada,
componían para otro tipo de instrumentos y para grupos corales.
La historia de los órganos hay mucho organista anónimo, cuya labor solo queda
patente al mirar los libros de cuentas de iglesias o catedrales en los que se refleja su
contrato y condiciones del mismo. Pero también hay célebres personajes que
desarrollaron una intensa actividad musical de claro reconocimiento, en su faceta
interpretativa pero sobre todo compositiva.
Entre los organistas mas importantes destacan: en el siglo XVI el compositor por
excelencia del Renacimiento español, el burgalés Antonio de Cabezón, su temprana
ceguera no le impidió prepararse con el organista de la catedral de Burgos y ser músico
de cámara de Carlos I y posteriormente de Felipe II, además de componer algunas piezas
litúrgicas desarrolló nuevas formas compositivas. También desarrolló su obra en la corte
de Felipe II Francisco Correa de Arauxo. A caballo entre los siglos XVI y XVII destacan
los aragoneses: Sebastián Aguilera de Heredia, Organista de la Seo de Zaragoza, y Pablo
39
Bruna, el ciego de Daroca. En la segunda mitad del siglo XVII desarrollará su obra el
organista valenciano y sacerdote Juan de Cabanilles, es el compositor barroco por
excelencia en España.
7.2.2. Una organista de hoy: Marisol Mendive Zabalica
Recientemente se asiste a un resurgir del interés por los órganos. En algunos
conservatorios de música se han incorporado profesores de órgano y la especialidad
como tal, y también son frecuentes los ciclos de conciertos de órgano en distintas
provincias de Castilla y León bajo el patrocinio de la Junta de Castilla-León,
Diputaciones o Ayuntamientos. Va surgiendo asociaciones culturales cuyo centro de
interés es la organería en sus diversas facetas.
Este renacimiento nos ha permitido asistir durante el mes de marzo a varios
conciertos de órgano en la iglesia de San Andrés y de la Huelgas Reales de Valladolid.
En una de estas ocasiones conocimos a Marisol, en un concierto en la Iglesia de
Las Huelgas Reales en que interpretaba junto a una trompeta algunas piezas, tales como:
“Sonata en Fa Mayor” de G. F. Haendel, “Pasacalles II de Primer Tono” de J. B.
Cabanílles, dentro del ciclo de: “Concierto de Semana Santa”.
Licenciada en Ciencias de la
Educación por la Universidad de Barcelona,
realiza estudios de órgano con J. L. Uriol
(Zaragoza) y M. Torrent (Grado Superior,
Barcelona). Participa en numerosos cursos de
perfeccionamiento dirigidos por D. Roth, A.
Arand, M. Radulescu, etc. Ha trabajado como
Organista y directora del Departamento de
Música del Santuario de Torreciudad
(Huesca).
Su actividad como concertista se ha desarrollado en numerosas capitales
españolas y diversas ciudades de Italia, Bélgica, Suiza, Croacia, Noruega, Portugal,
Alemania, México y Madeira.
Ha realizado diversas grabaciones discográficas: Misa Solemnis de Jesús Legido,
con la Orquesta de RTVE (Valladolid, 1995); El Gran Órgano de Torreciudad (1997);
Música de los siglos XVI y XVII (Las Edades del Hombre. Órgano Medina de Rioseco,
1997); Concierto de trompa, trompa alpina y órgano y Concierto de arpa y órgano con
Mª R. Calvo Manzano, (Catedral de Málaga).
En 2008 grabó en el órgano de La Seo de Zaragoza, la obra inédita de J. Broto
Salamero, su último organista. El disco es el volumen IX de la Colección Órganos
Históricos Aragoneses, dirigida por Jesús Gonzalo López y patrocinada por la
Institución Fernando el Católico y la Diputación de Zaragoza.
En la actualidad es parte del equipo que realiza la Catalogación completa de los
órganos de Galicia.
Desde 2004 en Profesora de Órgano del Conservatorio Profesional de Música de
Ourense y Directora Artística del Ciclo de Órgano de Xunqueira de Ambía (Ourense).
Preside la Asociación de Amigos do órgano “Un rato no tubo”, de reciente
creación.
¿Por qué has escogido esta profesión?
Puedo decir que yo no la escogí. Fueron los acontecimientos de mi vida personal
quienes decidieron que en un momento concreto surgiera la oportunidad de dedicarme
al órgano y así lo decidí.
40
¿Qué tiene este instrumento que no tenga otro?
Su grandiosidad, profundidad, su literatura que abarca cinco siglos de música.
Puede decirse que su historia aglutina una existencia desde el S. III antes de Cristo hasta
la actualidad. Una sabiduría de siglos que hay que conocer: historia, improvisación,
acompañamiento, composición, gregoriano, musicología, organería, etc.
¿Desde cuándo viene tu vocación por este instrumento? ¿Lo llevas en la
sangre?
Siempre desde pequeña me llamó la atención. Me gusta el Arte y cuando
visitaba monumentos e iglesias, siempre buscaba con la mirada hacia arriba para ver si
encontraba algún órgano perdido. Ahora sí; en un principio no.
¿Con que grandes organistas te gustaría tocar?
Piet Kee, Wolfgang Rübsan, Michael Radulescu.
¿Qué te gusta más, tocar un órgano antiguo, o uno construido
recientemente?
No aprecio tanto su antigüedad o modernidad cuanto que me ayude y facilite el
hacer buena y bella música.
¿Por qué crees que la profesión de organero no esta tan solicitada?
Por el desconocimiento que hay sobre el instrumento y el enorme trabajo que
supone la creación de un órgano. El trabajo de organero requiere una ciencia muy
completa acerca de carpintería, maderas, física del sonido, de los materiales; buen oído
para armonizar bien los tubos etc. requiere mucha vocación y dedicación; sacrificio y
muy buena salud.
¿Crees que habría que resucitar más bellas durmientes, como por ejemplo
el de la iglesia de la Magdalena, que está en un estado casi destrozado?
Por supuesto. Es un patrimonio que hemos heredado y que hay que recuperar
para transmitir a las generaciones venideras.
¿Qué aspectos más difíciles existen a la hora de tocar un órgano?
El aprendizaje de una buena técnica que ayude a la interpretación durante toda la
vida.
¿Cuál es la diferencia de sonoridad, entre un órgano barroco, y uno
romántico?
El barroco, en general, es piramidal. Tiene una base sonora que va adquiriendo
luz hacia arriba; un sonido muy “picudo”, brillante y basado en la pirámide de los
armónicos.
El sonido de un órgano del periodo romántico ( a partir del S. XIX) es más
horizontal, oscuro, poderoso, emocionante y recuerda a una gran orquesta sinfónica con
toda su variedad y potencialidad.
¿Qué instrumentos te gustan que te acompañen, o acompañar?
La voz es el instrumento más bello. He acompañado también instrumentos como
la trompeta, la trompa, el arpa y la guitarra. Todos armonizan perfectamente- aunque
parezca que no, como en el caso de la guitarra- con el órgano.
¿Qué compositor te gusta interpretar? ¿De qué obras guardas un buen
sabor de boca?
Bach; siempre Bach. Es el equilibrio de todo músico. Las obras que me han
dejado buen sabor de boca son incontables. Cuando estudias una obra, la conoces a
fondo es fácil quererla. Todas me han aportado algo.
41
8. “Echar un secreto a la calle”. Propuestas para la puesta en
valor de la iglesia de la Magdalena
Tras el análisis del conjunto de la iglesia de la Magdalena, proponemos, a modo
de conclusión del trabajo, tres posibles líneas de actuación que reforzarían este área de
la ciudad de gran importancia desde el punto de vista del patrimonio, formada por un
conjunto de elementos poco cohesionados, de la que no se ha sacado todo el partido que
de ella se puede.
Las primeras medidas que proponemos están en relación con la divulgación de
dichos elementos patrimoniales y que consistirían en:
- La señalización del trazado que seguía la desaparecida muralla de Valladolid, la
parte de la segunda cerca, tal como se veía en los planos integrados en nuestro
trabajo, que pasaba al lado de la iglesia de la Magdalena. En ella debería
indicarse la posición de las puertas, especialmente la de las Huelgas o del Arco
de María de Molina. Así resultaría fácil imaginarse las dimensiones de
Valladolid en la época preindustrial (edad media y moderna).
- Destacar con placas bien visibles, la importancia de todo el área del entorno de
las Huelgas, como la primera zona residencial de la realeza que tuvo la ciudad
de Valladolid en los siglos XIII y XIV. Ubicar el palacio, el lugar de
enterramiento (el monasterio donde hasta hoy reposa la reina María de Molina)
el entorno boscoso (el Prado de la Magdalena) y el río (Esgueva). Valladolid
siempre se asocia a Felipe II y Felipe III, y en ninguno de los itinerarios, que
explican la ciudad a sus visitantes, se incluye este importante capítulo,
totalmente olvidado.
- Mostrar y desvelar uno de los enclaves con mayor encanto, en nuestra opinión, y
más desconocidos de la ciudad: la puerta mudéjar de María de Molina, único
resto de su palacio. Podría sustituirse la tapia que la oculta por una verja que
permitiera contemplarla desde las proximidades de la iglesia. Así mismo, sería
muy interesante incluirla en el itinerario de los monumentos visitables de
Valladolid.
- Relacionar la Casa Museo de Colón con la iglesia de la Magdalena, edificios
próximos, a través de la figura de D. Pedro de la Gasca. Como hemos visto este
personaje está muy relacionado con la conquista de América, por lo que
proponemos que se incluya en el museo de Colón un monográfico sobre la muy
versátil personalidad del obispo, remarcando su labor como pacificador en el
Perú colonial y su importancia como hombre del Renacimiento. A continuación
se remitiría al visitante a su iglesia.
- En el interior de la iglesia de la Magdalena, disponer paneles explicativos tanto
de su fundador como de los artistas que la hicieron posible (arquitectura, retablo,
sepulcro).
- También en el interior, previo acondicionamiento, permitir el acceso a la cripta,
e incluir los correspondientes paneles explicativos, al igual que en el apartado
anterior.
La segunda medida es la de recuperar. Hasta el Concilio Vaticano II, la única
iglesia de Valladolid que podía celebrar la liturgia mozárabe era la de la Magdalena;
recordemos que el obispo, cuando fundó su iglesia, la dotó de dos capellanías para
dicho rito. Sería de gran interés volver a celebrar alguna ceremonia con esa liturgia en
días señalados (22 de julio, festividad de Santa María Magdalena), dándole la necesaria
difusión para que este rito de la liturgia tradicional española sea conocido y valorado.
42
La tercera actuación, mucho más ambiciosa que las anteriores, es la de restaurar.
Cuando explicábamos la iglesia ya mencionábamos los elementos que corren peligro.
Si bien este no parece ser el caso del retablo, pues en apariencia no muestra
daños, lo que si requiere es una limpieza a fondo que deberían llevarla a cabo
profesionales. Esta actuación permitiría, en primer lugar, comprobar su estado y ver si
precisa de una intervención mayor, en segundo lugar resaltaría y sacaría a la luz detalles
que hoy pasan desapercibidos y, como conclusión disfrutar de una gran obra en todo su
esplendor.
El caso de la cripta es diferente y si que necesita una importante intervención.
Según el Inventario Artístico de Valladolid y su provincia dirigido por J.J. Martín
González en 1970, la iglesia de la Magdalena, concebida para panteón funerario de la
familia Gasca, es la única de Valladolid que tiene bajo su altar un lugar destinado para
enterramiento. Mantuvo esa función hasta finales del siglo XIX y una de las tumbas que
se conservan, en concreto de un niño, es de esa fecha
A la cripta se accede por unas estrechas escaleras que salen de una sacristía del
lado del evangelio El estado que hoy presenta es lamentable, los descendientes de la
familia (de la) Gasca han levantado la mayor parte de las tumbas y han quedado las
marcas en las paredes, que muestran su mal estado; ha sido la sala de calderas hasta
mediados de los noventa en que se puso un nuevo sistema de calefacción y hoy, es el
almacén de la iglesia.
Reiteramos que esta es la única cripta que hay en Valladolid y sería importante
que recuperara su aspecto original. La actuación creemos que no afectaría a la
estructura, eso lo valoraría un experto en patrimonio, pero en el resto sería integral. Las
bóvedas son de aristas, originalmente estaban en ladrillo visto como buena parte del
exterior de la iglesia pero hoy están encaladas, desluciendo en gran medida su aspecto,
si se quitara ese encalado que las tapa tendríamos un espacio de importante valor. Las
paredes también precisan que se supriman los elementos añadidos y los restos de obras
recientes. El suelo ha sufrido diferentes intervenciones en el último tercio del siglo
pasado y, en determinados lugares, hay que pasar con precaución, así pues, hay que
acondicionarlo. Quitar los fluorescentes y acondicionar el acceso para las visitas, dejaría
concluida y en un estado óptimo esta parte de la iglesia.
El problema del coro, como ya dijimos en el apartado 5.1., es mayor, presenta
problemas constructivos importantes. Hemos dejado constancia de sus grietas y
problema de anclaje con el resto del edificio, sobre todo con la pared de la fachada
principal y la del lado de la epístola. Es preciso un estudio y valoración de sus posibles
problemas estructurales y realizar obras de albañilería, que eviten un posible desplome
del mismo y obviar daños mayores sobre la iglesia. Nos consta que esta es una de las
preocupaciones del párroco de la Magdalena.
Para acometer la obra del coro hay que retirar de él el órgano barroco, por lo que
es necesario, que un grupo de expertos desmonten las piezas del instrumento y las
trasladen a un taller de organería para su restauración.
El órgano del coro, objetivo inicial de nuestro trabajo, precisa de una pronta
labor restauradora, hemos comprobado como su estado se ha deteriorado aún más desde
que lo catalogara J. A. de la Lama, hace treinta años. Se trata de uno de los órganos más
antiguos que quedan en la ciudad, hecho por un gran maestro organero. Hace un par de
siglos cada iglesia, convento o catedral tenía su órgano y su coro de ministriles, y los
órganos eran elementos imprescindibles para la liturgia; de todos los que nos consta que
había, han llegado solo hasta nosotros unos pocos. No nos gustaría comprobar como el
órgano de la iglesia de la Magdalena entra a engrosar la lista de los desaparecidos, de
43
ahí nuestra propuesta de restauración. Pero es que además, su ubicación en ese coro en
mal estado, obliga, a quien corresponda, plantearse qué hacer con dicha obra.
Como hemos visto, al hablar de él, está en un estado de abandono importante,
con todos los tubos sonoros desaparecidos, excepto cinco de madera, pero conserva el
secreto, los fuelles, contras, registros, mecanismos internos (algunos un poco
deteriorados). Los expertos dicen: “si está/n el/los secreto/s se puede reconstruir un
órgano”51
. Además el maestro organero, Francisco Ortega, que hizo el órgano tiene una
importante obra repartida por varias provincias castellano-leonesas y se pueden tomar
como referencia. Según los coetáneos del organero y expertos actuales, la obra de este
artesano es de calidad. Sobre algunos de los órganos que fabricó se han llevado a cabo
intervenciones importantes, es el caso del órgano de la iglesia de San Bartolomé en
Sangarcía (Segovia), hecho a la par que el de La Magdalena y recuperado por
Patrimonio de la Junta de Castilla y León en 2008 o el de Santa María Mediavilla de
Medina de Rioseco, restaurado en 2010; en ambos casos los resultados han sido muy
satisfactorios y están en pleno uso.
Las actuaciones sobre el órgano, previo estudio técnico y diseño por parte de los
expertos se dividirían en dos partes:
En un primer momento, ya hemos comentado que previa a la intervención sobre
el coro, habría que retirar el órgano de su sitio actual, desmontarlo con mucho cuidado,
pues no tiene ningún clavo o tornillo, catalogar y documentar con dibujos para saber su
situación correcta. Al tiempo que se almacena, para trasladarlo al taller, es fundamental
que se le de el tratamiento que precise.
En su reconstrucción o restauración se deberían llevar a cabo las siguientes
tareas:
- Elaborar y entonar los 805 tubos sonoros que le faltan al órgano.
- Reparar y restaurar los secretos de correderas y los tres fuelles existentes.
- Reparación y reconstrucción del secreto de los tubos de pedal y de sus tubos
grandes de madera.
- Restauración de los tableros de molinetes y de los registros con sus árboles.
- Incorporación de un nuevo sistema de alimentación de aire para el órgano.
- Montaje del bastidor y de las paredes de la caja del instrumento, previo
tratamiento de protección de todas las partes de madera contra insectos.
- Restauración de la fachada del órgano, panderetes, botones del registro, pedal,
zapatos.
- Montaje de todos los tubos tanto interiores como exteriores.
- Entonación y afinación de la tubería.
- Asentamiento en el lugar actual de la iglesia y afinado.
Consideramos que las intervenciones relacionadas con la divulgación y la
recuperación no precisan fuertes sumas de dinero, solo imaginación, ganas y seguir
ejemplos, son claramente factibles. En el caso de la cripta la puesta en valor, al no tener
daños estructurales, puede ser sencilla. Sabemos que las dos últimas intervenciones o
restauraciones citadas (coro y órgano) son las más costosas, pero son necesarias y
urgentes.
Puestos a soñar, ¿nos imaginamos la celebración de una liturgia mozárabe en
cuyos cantos acompañe el órgano hecho por Francisco Ortega? Confiamos en que solo
va a ser cuestión de tiempo, pero llegará.
51
Geerhard Walcker- Mayer, maestro organero alemán Presupuesto restauración órgano de la iglesia de la
Magdalena
44
52
52
Geerhard Walcker- Mayer, maestro organero alemán Presupuesto restauración órgano de la iglesia de la
Magdalena
45
Fuentes y bibliografía
PÁGINAS WEB
- www.domuspucela.es/
- www.vallisoletvm.blospot.com/la-puerta-del-palacio-de-maria-de.html
- www.realacademiaconcepcion.net/boletin/41bbaa.pdf: “La escultura del siglo
XVI en la antigua diócesis de Palencia”. Rafael Martínez González
- Dialnet.unirioja.es/servlet/fichero “Don Pedro la Gasca (1551-1561). Jesús San
Martín Payo
- www.chde.org/index.php’option=com_con Coloquios Históricos de
Extremadura. “Don Pedro de Lagasca, pacificador de Perú….”
- es.wikipedia.org/wiki.liturgiahispánica
- www.architoledo.org/liturgia/mozárabe.htm
- es.wikipedia/org/wiki Cofradia_de_las_Siete_Palabras_(Valladolid)
- www.cofradiadelassietepalabras.com
- www.diputacióndevalladolid.es/“El órgano barroco en la provincia de
Valladolid”
- www.organaria.es/ “El órgano barroco, el órgano de la iglesia y su
recuperación”
- www.organaria.es/publicaciones/
- www.diputacionvalladolid.es/ : El órgano barroco en la provincia de Valladolid
- www.antoniodecabezon.org/estudios.htm
- www.biografiasyvidas.com/biografia/c/cabezon.htm
- www.fundacionpatrimoniocyl.es. Restauración del órgano barroco de la iglesia
de San Bartolomé
- www.extremadura.netradio.es/ los organistas de las catedrales de Extremadura.
BIBLIOGRAFÍA
- J. J. Martín González y Urrea Fernández. “Monumentos religiosos en
Valladolid”. Edita Institución Cultural Simancas. 1985.
- J. J. Martín González. “Esteban Jordán”. Editorial Sever-Cuesta. 1952.
46
- J. J. Martín González. “Inventario artístico de Valladolid y su provincia”.
Dirección General de Bellas Artes. 1970.
- J. J. Martín González. “Historia del Arte”. Editorial Gredos 1982.
- Castilla Artística e Histórica. Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones
1903-1904 Tomo I. Edita Grupo Pinciano 1982.
- Castilla Artística e Histórica. Boletín de la Sociedad Castellana de Excursiones
1907-08 Tomo III. Edita Grupo Pinciano 1984 (Pleitos de Artistas).
- José María Quadrado. “Valladolid, Historia, Monumentos, Artes y Naturaleza
1885”. Edita Grupo Pinciano. 1979.
- Isidoro Bosarte. “Viaje a los pueblos de España 1804”. Edita Grupo Pinciano,
1984.
- Manuel Canesi Acevedo. “Historia de Valladolid 1750”. Tomo I. Grupo
Pinciano. 1996.
- Matías Sangrador Vitores. “Historia de Valladolid 1854”. Tomo II. Grupo
Pinciano. 1979.
- Casimiro García Valladolid. “Valladolid, recuerdos y grandeza”. 1901. Tomo II.
Edita Grupo Pinciano. 1981.
- Juan Agapito Revilla. “Las calles de Valladolid”.
- Juan Agapito Revilla. “Arquitectura y urbanismo antiguo en Valladolid”. Edita
Grupo Pinciano. 1991.
- Begoña Alonso Ruiz. “Diego de Riaño y los maestros de la colegiata de
Valladolid” Instituto Universitario de Historia de Simancas. Universidad de
Valladolid. 2004.
- Luís Fernández Martín, S. J. “La construcción de la iglesia de la Magdalena. Sus
diversas etapas” Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología. 1989
Tomo 55.
- Historia del Arte Español. La España Imperial. Editorial Planeta. Tomo VI. 2004
- Historia Universal del Arte. La Edad Media: Bizancio/Islam/De Roma al
Prerrománico. Editorial Planeta. Tomo 3. 1996.
- Miguel Ángel Castillo. Historia del Arte Español. Renacimiento y Manierismo
en España. Cuadernos de Historia 16. nº 28. 1989.
- Manuel Martínez Martín. Claves para una tesis: las murallas medievales de
Valladolid. Universidad de Sevilla. 2006.
47
- Catálogo de las Edades del Hombre. “Time to hope” Nueva York. 2002.
- Catálogo de las Edades del Hombre. “El árbol de la vida”. Segovia. 2003.
- Catálogo de las Edades del Hombre. “Passio” Medina del Campo y Medina de
Rioseco. 2011.
- “Valladolid, historia de un espacio: Parroquias, barrios y polígonos” Valladolid
para pensar. Cuaderno I. Edita Ayuntamiento de Valladolid y Junta de Castilla y
León.
- Ignacio Nieto Miguel: “Órganos barrocos de la provincia de Valladolid”. Ed.
Diputación Provincial de Valladolid 2009.
- J. A de la Lama: “El órgano en Valladolid y su provincia. Catalogación y
estudio”. Valladolid 1982. Ed. Caja de Ahorros Provincial de Valladolid. Iglesia
de Santa María Magdalena.
- Castán Lanaspa,Javier: “El órgano de Cabezón de Pisuerga (Valladolid)”.
Revista de Folklore Nº 50.1985.
- López Caló, José: “La música en la catedral de Palencia”. Ed. Diputación de
Palencia, 1981. Tomo II. Acta del cabildo correspondiente al día 14 de agosto de
1722. Signatura 2787.
- Diez, Mª Antonia y Acitores, Federico: “El órgano de Santa María Mediavilla
(Medina de Rioseco) Historia y Restauración. Ed. Junta de Castilla y León 1996.
HEMEROTECA:
- El Norte de Castilla 7-2-2007. “La Junta inicia las obras en las cubiertas de la
iglesia de la Magdalena”.
- El País,17-2-2007: “Órganos en Torquemada”.
ARCHIVOS:
- Archivo General Diocesano de Valladolid. Iglesia de Santa María Magdalena.
- Archivo Histórico Provincial de Valladolid: Lucas de Uribe, Sigüenza1563;
Antonio Rodríguez 1570; Blas López Calderón 28-II-1602; Francisco Herrero
1-IX-1603.
CARTOGRAFÍA: - Google Earth. Fotos Actuales de satélite y vista de pájaro de la ciudad de
Valladolid. Iberpix (visor del Instituto Geográfico Nacional) y oficina del
Catastro.
48
- Cartografía Histórica de la ciudad de Valladolid. Basilio Calderón, José Luís
Sanz Guerra y Salvador Mata. Ayuntamiento de Valladolid 1991.