Facultad de Farmacia
Trabajo Fin de Grado
LA FIEBRE CHIKUNGUNYA, UNA
ENFERMEDAD EMERGENTE EN LOS
PAÍSES DESARROLLADOS
Mª Jesús Vergara Serrano
Facultad de Farmacia
Universidad de Sevilla
Trabajo Fin de Grado
Grado en Farmacia
La fiebre chikungunya, una enfermedad emergente en los países desarrollados
Mª Jesús Vergara Serrano
Sevilla, julio 2017
Departamento de Microbiología y Parasitología
Tutor: Rafael Ruiz de la Haba
TFG de carácter bibliográfico
1
RESUMEN
La fiebre chikungunya es una enfermedad causada por un virus de la familia Togaviridae,
género Alphavirus, del grupo de los arbovirus, es decir, virus transmitidos por artrópodos. El
virus chikungunya fue descubierto por primera vez en Tanzania, África, en 1952, el cual, tras
tres dédacas de silencio, se ha llegado a distribuir a nivel mundial, detectándose en más de 60
países de Asia, África, Europa y América hasta la actualidad. Es un virus de ARN
monocatenario positivo que en la célula huésped se traduce a poliproteínas que se escinden a sus
proteínas estructurales y no estructurales. Sus vectores principales son Aedes aegypti y Aedes
albopictus, los cuales también actúan como vector del dengue y zika. Estos mosquitos al estar
en gran variedad de regiones hacen que la transmisión del virus sea más fácil. El aumento de la
distribución del virus se debe, por un lado, al cambio climático, el cual hace que los mosquitos,
adaptados mejor a climas cálidos y templados, aumenten su distribución, y por otro lado, al
mayor número de movimientos migratorios y viajes a zonas endémicas, llevando la enfermedad
a aquellos países donde no existía el virus. Los principales síntomas que produce este virus son
fiebre, mialgias, cefaleas y poliartralgias, pudiendo desarrollar artralgia crónica. La gravedad de
los síntomas depende de factores de riesgo, como la edad o padecer diabetes, hipertensión o
problemas cardíacos. El tratamiento se basa en paliar los síntomas y, aunque actualmente no
exista ningún medicamento específico, se está investigando el uso de fármacos de plantas
medicinales o compuestos que actúen en su ciclo de invasión celular, inhibiendo la proteína no
estructural nsP1 o la entrada viral. Existen vacunas en fase de ensayo clínico a pesar de que aún
no se comercializan, como vacunas vivas atenuadas-recombinantes o vacunas de partículas
similares a virus.
Palabras clave: chikungunya, Aedes, manifestaciones, tratamiento, profilaxis.
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ÍNDICE 1. Introducción ......................................................................................................................... 4
1.1. Historia del virus chikungunya .................................................................................. 4
1.2. Características ............................................................................................................. 4
1.3. Vectores y proceso de transmisión ............................................................................. 5
1.4. Epidemiología .............................................................................................................. 6
1.5. Acción patógena........................................................................................................... 7
1.6. Manifestaciones de la enfermedad: signos y síntomas ............................................. 7
1.7. Tratamiento: paliación de los síntomas ..................................................................... 8
1.8. Profilaxis ...................................................................................................................... 9
2. Objetivos ............................................................................................................................ 10
3. Metodología ....................................................................................................................... 10
4. Resultados y discusión ...................................................................................................... 12
4.1. Situación actual del virus .......................................................................................... 12
4.2. Estructura y replicación del virus ............................................................................ 12
4.3. Otros medios de transmisión .................................................................................... 16
4.4. Factores ecológicos y ambientales y demográficos ................................................. 17
4.5. Factores de riesgo ...................................................................................................... 18
4.6. Avances en tratamientos ........................................................................................... 19
4.6.1. Inhibición de la proteína nsP1 .......................................................................... 19
4.6.2. Efecto antiviral de derivados de plantas ......................................................... 20
4.6.3. Otros fármacos .................................................................................................. 22
4.7. Vacunas ...................................................................................................................... 24
5. Conclusiones ...................................................................................................................... 26
6. Bibliografía ........................................................................................................................ 27
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1. Introducción
1.1. Historia del virus chikungunya
El virus chikungunya se clasifica dentro de los arbovirus, virus transmitidos por
artrópodos. Pertenece al género Alfavirus, de la familia Togaviridae, transmitido por la picadura
de mosquitos, principalmente los que forman parte del género Aedes: A. aegypti y A.
albopictcus, los cuales también son los responsables de la transmisión del dengue y Zika
(Flavivirus), entre otros (Kantor, 2016). Este virus provoca una enfermedad febril, denominada
fiebre chikungunya y que se caracterizada por manifestaciones como fiebre, cefaleas y dolor
articular severo, que puede derivar en crónico.
En el siglo XX se nombró por primera vez la palabra “chikungunya”, en Tanzania
(Yactayo et al., 2016). El nombre chikungunya procede del Makonde, una lengua hablada en el
sur de Tanzania, cuyo significado es “hombre que camina encorvado” (Martín-Farfán et al.,
2008) o “quien se inclina hacia arriba”, debido a la postura que adaptan los enfermos de esta
enfermedad como consecuencia del dolor intenso en las articulaciones (Restrepo, 2014).
Este virus fue descubierto por primera vez por William H.R. Lumsden, en 1952
(Lumsden, 1955), en Tanzania, África, mediante su aislamiento en humanos (Staikowsky et al.,
2008) y se identificó como chikungunya tras provocar brotes y casos aislados de enfermedad en
África y zonas de Asia. Anteriormente, en 1823, se registraron casos de una enfermedad
parecida al chikungunya en Zanzíbar donde, años más tarde, en 1870 se describió una epidemia
de esta enfermedad. Por otro lado, entre 1827 y 1828, en Santo Tomás, isla del mar Caribe del
territorio de Estados Unidos, se describió una enfermedad similar a chikungunya y en cuestión
de pocos años acabó distribuyéndose por todas las regiones de la isla y llegando hasta la India
(Yactayo et al., 2016).
1.2. Características
El chikungunya se cataloga dentro de los virus artritogénicos (Restrepo, 2014),
productores de un compromiso articular, donde también se encuentran otros virus tales como
Ross River, Sindbis o Mayaro (Goupil y Mores, 2016).
Es un virus con genoma de ARN monocatenario positivo, con una longitud alrededor de
11,5 kb (Restrepo, 2014). Presenta simetría esférica con una envoltura formada por doble capa
de lípidos que rodea la cápsida icosaédrica que contiene el genoma (Figura 1).
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Figura 1. Visión de multitud de partículas del virus chikungunya al microscopio electrónico de
transmisión, observando un núcleo central oscuro rodeado por una envoltura (CDC, 2016).
1.3. Vectores y proceso de transmisión
Como citamos en el apartado anterior, el virus chikungunya presenta como vector de
transmisión los mosquitos pertenecientes al género Aedes: principalmente Aedes aegypti, y en
menor medida, Aedes albopictus (Figura 2). Estos mosquitos se distribuyen por lo general en
países tropicales y subtropicales, aunque con el paso del tiempo han llegado hasta países más
templados. A. albopictus presenta como hábitat zonas rurales y parques urbanos, mientras que
A. aegypti suele estar más presente en zonas de viviendas, además de los mismos lugares en los
que se encuentra A. albopictus (OMS, 2017).
Figura 2. Mosquitos hembra de la especie Aedes, vectores del virus chikungunya. A la
izquierda de la imagen aparece Aedes aegypti y a la derecha Aedes albopictus (CDC, 2016).
Las hembras adultas son las responsables de la transmisión del virus. Cuando anochece,
principalmente al final de la tarde, y principios de la mañana, las hembras de mosquito se
alimentan de la sangre del hospedador a través de la picadura (Restrepo, 2014). Durante la
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punción, primero introducen saliva con compuestos anticoagulantes para mejorar la succión de
la sangre, causando inflamación y picor de la zona afectada por la picadura. En este proceso el
mosquito infecta directamente al hospedador, pasando el virus a sangre (Kantor, 2016).
Cuando las hembras están fecundadas depositan los huevos en lugares húmedos y
acuosos. A. albopictus se reproduce en criaderos artificiales y naturales (Restrepo, 2014),
principalmente en la basura de áreas urbanas, mientras que A. aegypti cría los huevos en
depósitos artificiales de agua, como neúmaticos (Kantor, 2016).
Existe dos clases de ciclos de transmisión de virus chikungunya, que puede ser selvático
o urbano (Martín-Farfán et al., 2008). En el segundo caso, son responsables las especies
nombradas anteriormente, siendo un ciclo endemo/epidémico, predominando en países
tropicales, subtropicales y, tras el aumento de su distribución, en países con ambientes
templados (Restrepo, 2014). Por otro lado, el ciclo selvático depende de la distribución de
mosquitos arbóreos del género Aedes (A. furcifer y A. africanus), que ocurre principalmente en
África y presenta como posible reservorio los primates (Lo-Presti et al., 2014).
1.4. Epidemiología
El chikungunya es un virus autóctono de algunos estados de África tropical, sudeste
asiático, algunas islas del océano Índico y Filipinas. En dichos territorios se puede identificar
como forma endémica o producir brotes epidémicos (Martín-Farfán et al., 2008).
Tras el aislamiento del chikungunya en 1952, en 1958 se llegaron a identificar brotes en
determinados países de Asia, transmitiéndose entre humanos y causando un ciclo de transmisión
urbano (Patterson et al., 2016). Desde su aparición en Tanzania, el virus chikungunya ha
causado importantes brotes ente 1960 y 1990 en toda África, fundamentalmente en Uganda,
Zimbawe o Senegal, entre otros (Patterson et al., 2016).
Esta capacidad de distribuirse es consecuencia de la presencia del mosquito vector en
aquellas regiones donde aún no existía el virus, propagándose la enfermedad gracias a los viajes
a zonas endémicas o la llegada de inmigrantes y extranjeros procedentes de dichas zonas que
son portadores del virus.
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1.5. Acción patógena
Una vez que el virus penetra a través de la piel tras la picadura del mosquito, el
chikungunya se multiplica, principalmente en macrófagos, fibroblastos y células de la dermis,
diseminándose a ganglios linfáticos y bazo, desde donde pasa a sangre y finalmente se
distribuye a hígado, músculo, articulaciones y cerebro, en el peor de los casos (Lo-Presti et al.,
2014). Todo este proceso dura entre dos y doce días, que se corresponde con el periodo de
incubación.
El primer mecanismo en activarse es el sistema inmune innato, dando lugar a
mediadores proinflamatorios: interferón alfa y gamma, interleuquinas y linfocitos T CD8 y
CD4. Posteriormente se desarrolla la inmunidad adaptativa (Restrepo, 2014). La persona
infectada puede llegar a ser inmune frente al virus si presenta un sistema inmunológico muy
activo, con alta presencia de anticuerpos frente al mismo, aunque se ha llegado a demostrar que
algunas de esas personas presentan infecciones asintomáticas puntuales.
1.6. Manifestaciones de la enfermedad: signos y síntomas
Una vez que el mosquito produce la picadura, la enfermedad presenta un período de
incubación de que oscila en un intervalo de dos a doce días, normalmente de tres a siete días.
Casi todas las personas que padecen la enfermedad la presentan de forma sintomática. El virus
chikungunya puede presentarse como enfermedad aguda, subaguda o crónica (Staples et al.,
2011).
Los síntomas más característicos son fiebre elevada, cefalea, poliartralgia intensa, con
dolor de espalda y mialgias incapacitantes (Lo-Presti et al., 2014), además de posible
tenosinovitis, que consiste en el engrosamiento de tendones con acumulación de líquido
peritendinoso en la vaina, causante de la tumefacción e impotencia funcional (Figura 3) (Seijo et
al., 2014). En algunos pacientes y, con menor frecuencia, la infección también puede
presentarse con vómitos y nauseas, conjuntivitis, rash cutáneo o edema (Staples et al., 2011).
Pasados dos o tres días del inicio de la enfermedad suele aparecer exantema maculo-
papular en tronco y extremidades (Lo-Presti et al., 2014). En cuanto a las pruebas de
laboratorio, casi el 100 % de los pacientes presentan linfopenia (Goupil y Mores, 2016) y en
menor medida trombocitopenia, con una duración aproximada ente tres y diez días (Restrepo,
2014).
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Figura 3. Inflamación del tendón del tercer metacarpiano derecho provocado por el virus chikungunya
(izquierda). Radiografía donde hay acúmulo de líquido con engrosamiento del tendón (tenosinovitis)
(derecha) (Seijo et al., 2014)
En la mayoría de los enfermos los síntomas desaparecen pasadas de una a tres semanas
desde el comienzo de la enfermedad (Patterson et al., 2016); sin embargo pueden presentar
recaídas, las cuales aparecen a la cuarta semana tras la recuperación de la primera infección.
Este intervalo aumenta con la edad, incluso llegando a cuatro meses. Además, la duración del
dolor también aumenta con la edad (Staikowsky et al., 2008).
. La fiebre desaparece normalmente a los dos o tres días desde su inicio. El virus
chikungunya no suele provocar la muerte del enfermo, sin embargo, el dolor articular presenta
un rango muy amplio, pudiendo desaparecer en unas semanas o llegar a durar meses, incluso
años, resultando en una artralgia crónica y discapacidad (PAHO, 2017). Esta artralgia suele
afectar con mayor frecuencia a las extremidades, sobre todo pequeños huesos de manos y pies.
Hay que tener especial cuidado a la hora de diagnosticar la enfermedad por el virus
chikungunya, debido a que se puede confundir con el dengue por tener síntomas semejantes,
además de que el paciente puede tener ambas enfermedades al mismo tiempo. Ambos virus se
diferencian en la frecuencia y tipos de manifestaciones que presentan, donde por ejemplo la
artralgia es frecuente en el chikungunya mientras que en el dengue apenas aparece (Tabla 1)
(Staples et al., 2011).
1.7. Tratamiento: paliación de los síntomas
No existe un tratamiento específico contra el virus chikungunya como tal, por lo que
actualmente sólo se puede actuar frente a los síntomas que padece el enfermo. Como base, es
fundamental continuo reposo y una adecuada hidratación (Restrepo, 2014). En los casos en los
que estas medidas no sean suficientes para la mejora del enfermo se utilizan antiinflamatorios
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no esteroideos (AINE) y analgésicos para reducir el dolor articular y las cefaleas y antipiréticos
para tratar la fiebre (Lo-Presti et al., 2014).
Tabla 1. Comparación de los síntomas y pruebas de laboratorio entre los virus chikungunya y dengue.
+++ : en 70-100 % de los pacientes; ++ : en 40-69 % de los pacientes; + : en 10-39 % de los pacientes;
+/- : en menos del 10 % de los pacientes; - : en ningún paciente (Staples et al., 2011).
1.8. Profilaxis
Al igual que aún no se ha diseñado un tratamiento específico para la fiebre
chikungunya, tampoco existe ninguna vacuna que pueda emplearse. Como medida preventiva
hay que centrarse en evitar la picadura del mosquito vector, reduciendo la exposición y los
posibles brotes. En primer lugar, hay que educar a la población susceptible de infección sobre
los métodos básicos para ello. Se recomienda utilizar mosquiteras que pueden ir impregnadas de
permetrina, sobre todo al dormir, llevar ropa de manga larga y pantalones largos con calcetines
altos, usar mallas de alambre en puertas y ventanas (PAHO/WHO, 2014 a) y emplear repelentes
Síntomas y pruebas de
laboratorio VIRUS CHIKUNGUNYA VIRUS DENGUE
Fiebre (>39 ºC) +++ ++
Mialgias + ++
Artralgias +++ +/-
Cefaleas ++ ++
Rash cutáneo ++ +
Discrasias sangrantes +/- ++
Shock - +
Leucopenia ++ +++
Neutropenia + +++
Linfopenia +++ ++
Hematocrito elevado - ++
Trombocitopenia + +++
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de mosquitos compuestos de DEET (NN-dietil-meta-toluamida), tanto en la piel como en la
ropa (Patterson et al., 2016) (PAHO/WHO, 2014 b). En segundo lugar, es fundamental detectar
los posibles brotes e identificarlos rápidamente, de tal forma que se reduzca la trasmisión,
controlando eficazmente el virus mediante la aplicación de insecticidas para matar los
mosquitos. Finalmente, para regular la población del vector se deben reducir los lugares en los
que se desarrollan las larvas del mosquito, como aguas naturales y artificiales que estén
estancadas en el área doméstica o zonas comunes y que actúen como criadero de mosquitos
(OMS, 2017). En el caso de viajeros a zonas endémicas con virus chikungunya las autoridades
deben informarles adecuadamente sobre las medidas que deben tomar para evitar la infección,
además de advertirles sobre los signos y síntomas característicos de la enfermedad con el
objetivo de detectar cualquier posible transmisión rápidamente (PAHO/WHO, 2014 b).
2. Objetivos
El objetivo principal de este Trabajo Fin de Grado es revisar la información existente
sobre los avances en el conocimiento del virus chikungunya. Este propósito principal ha sido
desarrollado a partir de los siguientes objetivos específicos:
- Analizar la estructura del virus chikungunya y su proceso de replicación dentro de la
célula huésped.
- Observar la epidemiología de chikungunya, así como los factores de riesgo y el impacto
actual que provoca en el ser humano.
- Revisar la distribución de sus posibles vectores a nivel global y de sus reservorios,
haciendo hincapié en los métodos de control y prevención de la picadura del mosquito
vector, analizando los factores ecológicos y ambientales causantes del aumento de su
población.
- Averiguar los avances en nuevos tratamientos y vacunas como medio profiláctico que
se encuentran en estudio.
3. Metodología
En esta revisión bibliográfica se han empleado diferentes fuentes de conocimiento para
realizar la búsqueda de información.
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En primer lugar, se consultaron libros de texto de la biblioteca del campus de Reina
Mercedes (CRAI Antonio de Ulloa), para conocer información básica sobre el virus
chikungunya, su vector, reservorios y clasificación.
A continuación, se realizó una búsqueda general sobre el virus en diferentes fuentes
electrónicas con el objetivo de conseguir información más detallada sobre el virus:
- Organización Mundial de la Salud (OMS)
- MedLine Plus
- Centers for Disease Control and Prevention (CDC)
- Pan American Health Organization (PAHO)
Seguidamente, se realizó una búsqueda más concreta, utilizando las palabras clave
“chikungunya”, “vector”, “epidemiology”, “symtom”, “treatment” y “vaccines”. A partir de las
palabras clave se llevó a cabo la búsqueda de artículos científicos y revisiones bibliográficas con
un contenido más específico sobre el virus chikungunya, pudiendo conocer mejor su método de
transmisión, distribución del virus y su vector y síntomas, así como las posibles vacunas y
nuevos tratamientos que se investigan en la actualidad. Estos artículos y revisiones se
obtuvieron a partir de las siguientes bases de datos públicas:
- PubMed: base de datos desarrollada por el National Center of Biotechnology
Information (NCBI), proporcionada por la Biblioteca Nacional de Medicina de los
Estados Unidos, que presenta acceso a la base de datos Medline.
- Fama+: catálogo de la Universidad de Sevilla. Contiene artículos, libros, capítulos,
materiales audiovisuales y otros documentos.
- Google Académico: búsqueda avanzada de Google que permite acceder a artículos de
revistas oficiales, libros o tesis doctorales.
Para los artículos y las revisiones bibliográficas que se presentan en inglés se han tenido
que emplear diversos traductores:
- Traductor reverso (Traductor Inglés-Español): http://www.reverso.net
- Word Reference: http://www.wordreference.com/es
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4. Resultados y discusión
4.1. Situación actual del virus
Tras un periodo de silencio de tres décadas, a partir de 2004, el virus chikungunya
reemerge después un brote en África (Restrepo, 2014), extendiéndose entre millones de
personas y afectando a territorios del Océano Índico y alrededores, Europa y Asia, apareciendo
las primeras descripciones de enfermedad grave y primeros casos de muertes como
consecuencia de la epidemia (Yactayo et al., 2016). Seguidamente, en 2005 aparecen brotes en
La Reunión, isla del océano Índico del territorio francés, con aproximadamente 266.000 casos
de enfermos, cuya misma cepa causó poco más tarde medio millón de casos en el subcontinente
indio (Patterson et al., 2016). Se han llegado a detectar alrededor de 500.000 casos desde la
primavera de 2004 hasta el verano de 2006. En Europa, en 2007, se detectó el virus
chikungunya en el norte de Italia en un viajero que volvía de la India, dando lugar a una
transmisión autóctona humano-mosquito-humano, aumentando así la distribución del virus (,
2011), y en Francia se alertó en 2010, 2013 y 2014 un elevado número de casos autóctonos que
fueron confirmados en el laboratorio. En 2009 aparecieron de nuevo dos focos en la isla de La
Reunión (Wahid et al., 2017). En 2013 se diagnosticaron los dos primeros casos de transmisión
autóctona en América, en la parte francesa de la isla caribeña de San Martín (OMS, 2017), y que
llegó a afectar a 45 países, causando 1,8 millones de casos sospechosos identificados hasta 2016
(Figura 4) (Goupil y Mores, 2016). Los brotes aparecían principalmente durante las lluvias
intensas, ya que gracias a ello aumentaba la población del mosquito vector, por lo que hubo un
alto porcentaje de transmisión de enfermedad (Yactayo et al., 2016). Actualmente, en 2017, en
Pakistán está presente un brote por el virus chikungunya, el cual apareció en 2016 y aún se
sigue combatiendo (OMS, 2017). En España se ha llegado a detectar el mosquito Aedes
albopictus y casos esporádicos de infección por chikungunya de viajeros o inmigrantes que han
estado en una región endémica.
4.2. Estructura y replicación del virus
Se sabe que la estructura del ARN viral del chikunguya presenta un extremo 5’ con
caperuza y una cola de poli-A en el extremo 3’ (Bullard-Feibelman et al., 2016), y que además
el genoma del virus codifica una poliproteína estructural y una proteína no estructural, las cuales
pueden dividirse en cinco proteínas estructurales (C, E3, E2, 6k y E1) y cuatro no estructurales
(nsP1, nsP2, nsP3, y nsP4), respectivamente (Gómez-Calderón et al., 2017). La organización de
su genoma se presenta de la siguiente forma: extremo 5’ con caperuza-nsP1-nsP2-nsP3-nsP4-J-
C-E3-E2-6k-E1-cola poli-A en el extremo 3’ (Solignat et al., 2009).
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Figura 4. Países y territorios a nivel mundial con casos documentados de transmisión local del virus
chikungunya hasta abril de 2016, en verde oscuro. Este mapa no incluye aquellos países en los que se han
descrito solo casos importados (CDC, 2016).
Dentro de las proteínas estructurales, C corresponde a la cápsida, E1 y E2 forman las
glicoproteínas de la superficie del virus, en forma de trímero (Figura 5), y E3 y 6k son péptidos
accesorios más pequeños de la misma. En cuanto a las proteínas estructurales, nsP1 presenta
actividad metiltransferasa y guaniltransferasa y es necesaria para la adhesión del virus a la
membrana citoplasmática, nsP2 presenta dos dominios con actividades diferentes, por un lado el
extremo N-terminal, con actividad ARN helicasa, y por otro lado el extremo C-terminal, con
actividad proteasa, que escinde el precursor que dará lugar a las proteínas no estructurales, nsP3
actúa como cofactor de la enzima ARN polimerasa (replicasa viral) y nsP4 es la responsable de
la actividad de esta enzima (Bouraï et al., 2012).
La fiebre chikungunya presenta tres genotipos diferentes en función de la secuencia
genómica de la proteína estructural E1 (Restrepo, 2014), nombrados según su orígenes
geográficos (Patterson et al., 2016): i) África Occidental, ii) Asiático y iii) Este, Central y Sur
de África (ECSA) (Restrepo, 2014) (Kantor, 2016). También existe un cuarto genotipo, que es
el iv) linaje del Océano Índico (LIO) (Moneriz-Pretell et al., 2016).
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Figura 5. Estructura externa e interna del virus chikungunya (Viralzone, 2017).
Una vez conocida esta estructura del virus, se ha descubierto que una mutación en el
gen que codifica la proteína de la envoltura E1, denominada E1-A226V y basada en la
sustitución de un residuo de aminoácido valina por alanina en la posición 226 de la proteína
(Wu et al., 2013), fue la causante de la gran epidemia en La Reunión, la cual facilitó una mejor
adaptación del virus al mosquito Aedes albopictus, que estaba presente en la isla en mayor
medida (Seijo et al., 2014; Patterson et al., 2016). Esta mutación también fue detectada en las
epidemias ocurridas en el Océano Índico, sudeste Asiático e Italia, donde se produjo un brote en
2007 (Seijo et al., 2014).
Actualmente tenemos conocimiento, aunque no exacto y completo, del proceso de
infección, donde el virus entra en la célula humana mediante endocitosis mediada por clatrina
(Goupil and Mores, 2016) por unión a los receptores de la membrana celular a través de las
proteínas estructurales E1 y E2. Una vez dentro de la célula, seguidamente se produce la
desnudación del ARN viral (ARN 49S) y su traducción (Gómez-Calderón et al., 2017). Los
extremos 5’ y 3’ y la región de unión (J) contienen regiones no traducibles (NTR), por lo que la
traducción comienza a partir de la región del extremo 5’, termina al llegar a la región J y
continúa pasada esta región, hasta llegar a la región del extremo 3’. Por el extremo 5’ produce la
traducción de una poliproteína que por escisión proteolítica dan lugar a las cuatro proteínas no
estructurales (nsP1-nsP4). Seguidamente, gracias a la acción de la replicasa viral (nsP4), se
produce la transcripción del ARN 49S a partir de la región de unión (J), dando lugar a un ARN
mensajero subgenómico (ARN 26S) de cadena positiva que sirve para la síntesis de las
proteínas estructurales a partir de la escisión proteolítica de un precursor estructural (Figuras 6 y
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7) (Solignat et al., 2009). Por otro lado la replicasa viral fabrica más copias del genoma vírico
que formaran parte de los nuevos viriones (Figura 7) (Moneriz-Pretell et al., 2016).
Figura 6. Proceso de síntesis de proteínas estructurales y no estructurales a partir del ARN viral. ORF
(marco abierto de lectura, en inglés “Open Reading Frame”) es una región de ARN comprendida entre un
codón de inicio y uno de terminación para la posterior traducción del ARN (modificada de Solignat et al.,
2009).
Las proteínas estructurales son responsables del ensamblaje, encapsidación y liberación
por gemación de otras partículas virales de la célula huésped (Gómez-Calderón et al., 2017),
mientras que las proteínas no estructurales (nsP1-nsP4) permiten la replicación del genoma viral
y síntesis de nuevos ARN genómicos y subgenómicos (Bullard-Feibelman et al., 2016), siendo
vitales para la supervivencia y progreso del virus (Figura 7). Por ello, estas proteínas,
principalmente nsP1, están siendo objetivo del tratamiento terapéutico frente a la enfermedad
producida por el virus chikungunya.
Aun así hay que investigar más sobre el proceso de patogénesis, ya que solo se conoce
una pequeña parte del mismo y un mayor conocimiento podría ayudarnos a conocer mejor las
dianas terapeúticas posibles contra el virus, además del diseño de nuevas vacunas como método
profiláctico, las cuales son el objetivo principal de los estudios actuales sobre el chikungunya.
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Figura 7. Proceso de replicación de virus chikungunya en una célula huésped, desde su entrada hasta la
salida de nuevas células virales (Modificada de Moneriz-Pretell et al., 2016).
4.3. Otros medios de transmisión
Además de las especies de mosquitos nombradas en la introducción, Aedes aegypti y
Aedes albopictus, se conoce que Aedes polynesiensis está en ciertos casos relacionado con la
transmisión del chikungunya, aunque los mosquitos del género Culex también se han detectado
en la transmisión en ciertas regiones donde están en gran proporción (Lo-Presti et al., 2014). Por
otro lado se ha podido comprobar que existe una certeza de que el virus pueda tener como otros
reservorios roedores, aves y pequeños mamíferos, además de algunas especies de primates
(WHO, 2017).
En menor medida puede haber una transmisión vertical de madre a hijo poco antes del
parto en una paciente con infección por el virus chikungunya. Esto podría provocar enfermedad
neonatal grave, presentando manifestaciones en el bebé como fiebre, dolor, erupción cutánea o
edema. Además, al comienzo del embarazo estar infectada del virus puede ser la causa de
abortos involuntarios (Restrepo, 2014).
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A día de hoy ha habido pocos casos de transmisión del virus por transfusión sanguínea,
por ello se sigue investigando la posible infección durante el periodo epidemiológico. De
manera contraria, no se han detectado acontecimientos de transmisión de chikungunya a través
de trasplantes de órganos, pero no se descarta la posibilidad (Restrepo, 2014).
4.4. Factores ecológicos y ambientales y demográficos
El requisito indispensable para el avance de la enfermedad es la presencia del mosquito
vector. La razón principal del aumento incontrolado de los casos de enfermedad por
chikungunya y de su reaparición es la amplia distribución del vector, la cual ha estado
favorecida por el constante calentamiento global, influyendo factores ecológicos y ambientales
como cambios de temperatura, precipitaciones fuertes (Roiz et al., 2015) o cambios en la
vegetación. Un aumento en las precipitaciones y valores elevados de temperatura incrementan el
número de huevos del vector Aedes aegypti (Stein et al., 2005). Todo esto se suma al aumento
de la migración humana, turismo y comercio entre países donde predomina el vector y la
enfermedad. Uno de los factores más importantes que han aumentado en gran medida la
dispersión del virus son los viajes, sobre todo a zonas endémicas donde, personas libres del
virus, se infectan y vuelven a su país de origen, favoreciendo la transmisión del virus a
mosquitos del género Aedes presentes en países donde no existía previamente la enfermedad, los
cuales son capaces de propagar el virus (Yactayo et al., 2016).
Por otro lado, se debe tener en cuenta el incremento de la población de seres humanos,
ya que esto ha provocado el aumento de urbanizaciones en malas condiciones y superpobladas,
que presentan condiciones mínimas de higiene, con acumulación de desechos y desperdicios
(Kantor, 2016), aumentando los posibles lugares de estancia de los mosquitos y otros insectos
capaces de transmitir enfermedades, lo que favorece la reemergencia y aumento de infecciones,
como es el caso del chikungunya.
Debido a todas estas razones, hay que hacer hincapié en el estudio demográfico y
epidemiológico del virus chikungunya y sus vectores, además de los reservorios, coordinando
todos los sistemas de vigilancia de los distintos países, con el principal objetivo de prevenir los
brotes que originan grandes epidemias y eliminar todos los posibles lugares donde habiten los
mosquitos y hagan la ovoposición.
18
4.5. Factores de riesgo
Hemos mencionado anteriormente que la fiebre chikungunya puede derivar a
enfermedad grave. Esta capacidad del virus depende de factores de riesgo, principalmente la
edad y el sexo del paciente, aunque algunos estudios no han sido capaces de demostrar esta
relación (Goupil et al., 2016). En cuanto a la edad, los niños suelen presentar menor gravedad
que los adultos, además la reiteración de las recaídas y su duración se incrementan con la edad
del paciente, aunque los jóvenes presentan mayor riesgo de infección (Restrepo, 2014). En el
caso de los adultos, sobre todo los mayores de 65 años, suelen presentar mayor riesgo de
enfermedad atípica grave, e incluso la muerte, registrándose una tasa de mortalidad 50 veces
superior a la de los adultos menores de 45 años. La posible causa de presentar mayor riesgo es
una reducida respuesta inmunológica y la existencia de más enfermedades concomitantes como
hipertensión arterial, diabetes o problemas sanguíneos (Staples et al., 2011).
Por otro lado, las mujeres presentan mayor proporción de infección por el virus
chikungunya y suele ser más grave que en los hombres (Staikowsky et al., 2008). También es
considerado un factor de riesgo que la mujer esté infectada por chikungunya durante el
embarazo, ya que puede provocar la enfermedad en el recién nacido. El momento de mayor
riesgo de transmisión de madre a hijo es en el momento del parto, presentando un 49 % más de
riesgo sobre todo el periodo del embarazo. Aunque los bebés nacen asintomáticos, suelen
desarrollar con el tiempo fiebre, dolor, erupción cutánea, e incluso, afecciones neurológicas,
provocando posibles discapacidades a largo plazo (Staples et al., 2011).
La infección por chikungunya puede provocar manifestaciones más inusuales, como
afectar al sistema nervioso central, provocando encefalitis, convulsiones o accidente
cerebrovascular, o provocar alteración cardiovascular, renal, ocular o dermatológica, como
hiperpigmentación o úlceras cutáneas (Staples et al., 2011). Muchas de estas manifestaciones
aparecen como consecuencia de la existencia de comorbilidades previas en el paciente. Las más
frecuentes son hipertensión, enfermedades respiratorias, cardíacas y diabetes, donde estas dos
últimas están mayormente implicadas en enfermedad articular persistente. También se encuentra
en estudio la posible relación entre el desarrollo de enfermedad crónica y la presencia previa de
artritis y otras enfermedades articulares, sin embargo aún no se puede confirmar esta asociación
ya que no ha sido lo suficientemente investigada (Goupil and Mores, 2016).
19
4.6. Avances en tratamientos
Actualmente, no existe ningún fármaco que pueda utilizarse en seres humanos como
tratamiento específico para la fiebre chikungunya y, como consecuencia, la enfermedad y la
propagación del virus ha ido en aumento (Gómez-Calderón et al., 2017). Por ello se están
realizando investigaciones para obtener posibles compuestos con actividad antiviral específica
frente al chikungunya, aunque aún están en desarrollo, ya que no hay experimentos suficientes
como para utilizarlos en seres humanos ni resultados eficaces frente al virus.
4.6.1. Inhibición de la proteína nsP1
Una vez conocida lo suficientemente la estructura del virus chikungunya y el proceso
por el que infecta las células humanas y se replica en su interior, podemos concluir que para el
proceso de replicación y avance del virus es fundamental la actividad de la proteína no
estructural nsP1 de la cápsida. La función de esta proteína es formar la estructura final de ARN
maduro, proceso mediado por su actividad metiltransferasa, donde la proteína transfiere un
grupo metilo de la S-adenosilmetionina a una molécula de GTP, formando el complejo nsP1-7-
metil-GMP. Finalmente el 7-metil-GMP se transfiere al extremo del ARN viral para formar el
ARN maduro con caperuza (Delang et al., 2016). Dicha estructura es crucial para la traducción
de la poliproteína del virus; además permite la protección del mismo de su degradación por la
célula a la que infecta y reduce la actividad del sistema inmune contra el chikungunya debido a
que esa caperuza impide que sea detectado como ARN extraño (Bullard-Feibelman et al., 2016).
Por otro lado, nsP1 permite la unión del virus a la superficie de la célula huésped y su posterior
entrada a la misma (ViralZone, 2017). Además, esta proteína forma un complejo con nsP3,
implicado en la replicación viral, donde nsP3 es un cofactor de la replicasa viral (nsP4)
(Bullard-Feibelman et al., 2016).
Para establecer un método eficaz contra el funcionamiento de la proteína nsP1, primero
es necesario conocerla más a fondo. Esta proteína está constituida por 535 aminoácidos y al
principio del proceso de replicación se encuentra en su forma inactiva. Una vez que comienza la
traducción del ARN, la poliproteína no estructural se escinde en las cuatro proteínas no
estructurales, una de ellas nsP1, la cual pasa a su forma activa. El problema fundamental es que
el proceso por el que actúa nsP1 sólo se conoce empíricamente, aun así existe la posibilidad de
realizar investigaciones que tengan como objetivo inhibir la actividad de nsP1 viral de forma
selectiva, sin producir ningún daño a la célula huésped (Bullard-Feibelman et al., 2016). Esto
requiere de la elaboración de potentes inhibidores de la actividad de la proteína nsP1 u otras
proteínas importantes en el proceso de replicación del virus, consiguiendo compuestos anti-
20
alfavirales. Estos compuestos se basarían en competir por el sitio de unión entre nsP1 y GTP,
bloqueando la actividad metiltransferasa de nsP1 y evitando la replicación del virus y formación
del ARN maduro, teniendo en cuenta la estructura de nsP1 (Delang et al., 2016).
Conseguir llegar a estos compuestos anti-alfavirales es fundamental para que en un
posible futuro podamos tener un medio terapéutico eficaz para combatir la infección por el virus
chikungunya de manera directa, avanzando en el tratamiento y no basarnos simplemente en
paliar los síntomas de la enfermedad. Para ello se han desarrollado ensayos basados en un
sistema de cribado de alto rendimiento (HTS, en inglés “High-throughput screening”), para
obtener compuestos inhibidores de la función de nsP1, los cuales presentan la capacidad de
competir por el sitio de unión entre nsP1 y GTP. Estos compuestos consistían en análogos de
GTP, comprobándose que tenían una mayor afinidad por la proteína nsP1 que GTP original
(Bullard-Feibelman et al., 2016).
4.6.2. Efecto antiviral de derivados de plantas
En la actualidad, para el tratamiento de muchas enfermedades se recurre a métodos
naturales, como plantas medicinales capaces de tener un gran efecto frente a infecciones y, a
partir de las cuales, se pueden obtener productos sintéticos derivados de la molécula con la
actividad específica frente a dicha infección, dando lugar a fármacos con mejores propiedades
tanto a nivel de efectividad como de producir menores efectos adversos en los pacientes,
consiguiendo un tratamiento efectivo y seguro. Por ello, se está buscando identificar
compuestos que forman parte de plantas naturales como Mammea americana y
Tabernaemontana cymosa, con el objetivo de determinar su efecto antiviral en la fiebre
chikungunya mediante ensayos y obtener la molécula más efectiva y con menor toxicidad en el
ser humano (Gómez-Calderón et al., 2017). Estas especies se seleccionaron debido a la
existencia de estudios que confirmaban su actividad antiviral frente a la enfermedad febril
provocada por el virus chikungunya (Gómez-Calderón et al., 2017).
M. americana (familia Clusiaceae), nombrada comúnmente como mamey, es
procedente de las Antillas de América Central, especie arbórea frutal cultivada en Brasil, en
zonas tropicales y templadas, compuesta de un fruto rojizo, con agradable aroma y que es
comestible (Mourao y Beltrati, 2016). Su semilla contiene dos principios activos, llamados
cumarina A y cumarina B (Figura 8).
Estas presentan actividad frente al virus chikungunya, también frente al virus del
dengue, inhibiendo significativamente la entrada del virus en la célula y la replicación viral, con
21
mayor actividad de la cumarina B frente a la cumarina A. Además, estos dos compuestos son
altamente selectivos por las partículas virales y producen poca toxicidad en el ser humano,
siendo la cumarina A menos tóxica que la cumarina B (Gómez-Calderón et al., 2017). A pesar
de saber que estos compuestos presentan una considerable actividad frente al virus
chikungunya, no hat ninguna información sobre su mecanismo de acción.
Figura 8. Estructura química de la cumarina A y la cumarina B presentes en la semilla de Mammea
americana (Modificada de Gómez-Calderón et al., 2017).
En cuanto a T. cymosa (familia Apocynaceae) es originaria de Colombia, Trinidad y
Venezuela, situada también en regiones tropicales y subtropicales. Produce frutos rojos cuya
semilla contiene dos componentes importantes: acetato de lupeol y voacangina (Figura 9)
(Gómez-Calderón et al., 2017).
Figura 9. Estructura química de la voacangina y el acetato de lupeol, presentes en la semilla de
Tabernaemontana cymosa (Modificada de Gómez-Calderón et al., 2017).
Tras varios análisis se observó que estas dos moléculas eran activas frente al virus del
dengue, pero presentaban una actividad muy reducida contra el virus chikungunya (Gómez-
22
Calderón et al., 2017). Por otro lado, la semilla de T. cymosa en forma de extracto etanólico es
el órgano de la planta que presenta mayor actividad larvicida frente a Aedes aegypti gracias
fundamentalmente a la presencia de compuestos de tipo esteroles y triterpenos. Sabiendo esto
podemos considerar la obtención a partir de estas moléculas de compuestos que sean utilizados
como larvicidas y tener una alternativa a los organofosforados, frente a los cuales han
demostrado presentar resistencia las larvas de los mosquitos (Díaz Castillo et al., 2012).
4.6.3. Otros fármacos
Algunos métodos en estudio que están siendo efectivos frente al virus chikungunya son
aquellos que tienen como objetivo inhibir la entrada del virus en la célula. Las moléculas que
han demostrado esta actividad mediante ensayos son la cloroquina, el arbidol y derivados 10H-
fenotiazinas (Moneriz-Pretell et al., 2016). La cloroquina es un medicamento antimalárico en
ensayo clínico para comprobar su efectividad frente al virus chikungunya, donde además de ser
eficaz frente a la artralgia crónica gracias a sus propiedades antiinflamatorias, también actúa en
la fase de viremia inhibiendo el proceso de endocitosis del virus (Moneriz-Pretell et al., 2016),
aunque también se ha comprobado que además inhibe la replicación viral (Staikowsky et al.,
2008). En el caso del arbidol es un antiviral de amplio espectro y sí ha demostrado ser un
inhibidor de la entrada del virus chikungunya, presentando pocos efectos adversos en los
pacientes y puede ser una buena elección como fármaco antiviral. Finalmente los derivados de
10H-fenotiazidas son antipsicóticos y al poder atravesar la barrera hematoencefálica serían
buenos candidatos para evitar posibles alteraciones neurológicas producidas por el virus
chikungunya evitando la infección de células del sistema nervioso (Moneriz-Pretell et al., 2016).
Uno de estos derivados es la clorpromazina, que mediante ensayos se ha visto que inhibe la
endocitosis mediada por clatrina, por lo que el virus no podría entrar en la célula huésped e
infectarla (Pohjala et al., 2011).
Existen otros fármacos que también se encuentran bajo ensayo clínico y que presentan
otras dianas moleculares diferentes en el ciclo de replicación del virus en la célula huésped,
como inhibir la replicasa viral, inhibidores directos de la replicación del genoma viral o incluso
modular la respuesta inmune del paciente, basado en la estimulación a través de interferón tipo I
de la codificación de proteínas que presentan actividad antiviral (Moneriz-Pretell et al., 2016).
Dentro de los inhibidores de la replicasa viral se encuentran, entre otros, los compuestos
naturales derivados de 5,7-dihidroxiflavona (apigenina, crisina, naringenina y silibina), con los
cuales se han realizado estudios donde se observa que presentan elevados valores de inhibición
de la replicasa viral del virus chikungunya (Pohjala et al., 2011). En cuanto a los inhibidores de
23
la replicación del genoma viral destaca el ácido micofenólico, el cual es un inhibidor de la
inosina monofosfato deshidrogenasa (IMPDH), dando lugar al agotamiento de GTP, por lo que
se reduce la actividad de nsP1 y no se forma el ARN maduro viral, disminuyendo la capacidad
del virus chikungunya de replicarse (Khan et al., 2011) (Tabla 3).
Tabla 3. Compuestos en ensayo clínico con actividad frente al virus chikungunya (adaptada de Moneriz-
Pretell et al., 2016).
COMPUESTO Tipo de ensayo (huésped
virus chikungunya)
Inhibidores de la entrada viral
Cloroquina In vitro (células vero)
Arbidol In vitro (células vero)
Derivados 10H-fenotiazidas In vitro (células BHK)
Inhibidores de la replicasa viral
Derivados 5,7-dihidroxiflavonas In vitro (células BHK)
Protipendilo In vitro (células BHK)
Trigocherrinas y Trigocherriolidos
In vitro (células vero)
ID 1452-2 y análogos In vitro (células HEK-293T)
(Compuesto 1) porción activa de 3,4-dietocifenilo
Cribado virtual. In vitro (células vero)
Inhibidores de la replicación del genoma
viral
Ribavirina In vitro (células vero)
6-Azauridina In vitro (células vero)
Ácido micofenólico In vitro (células vero)
Inhibidores de la traducción de proteínas
virales
siRNA In vitro (frente a nsP3 y E1)
shRNA In vitro (células Hela y BHK)
Harringtonina In vitro (células BHK)
Inhibidores de la maduración de las
glicoproteínas virales
Decanoil-RVKR-clorometil cetona
In vitro (células LHNC-M2)
Moduladores de la respuesta inmune del
huésped
IFN-α In vitro (células vero)
Ácido Poli (I:C) In vitro (células vero)
Ig-hiperinmunes In vivo (ratones recién
nacidos)
Otro grupo de fármacos son los inhibidores de la traducción de proteínas virales, como
la harringtonina (Tabla 3). Este compuesto, derivado de Cephalotaxus harringtonia (familia
Cephalotaxaceae), conocido como el tejo del ciruelo japonés, se ha visto que interfiere
eficazmente en el mecanismo de síntesis de proteínas virales gracias a su acción antagonista en
la traducción de virus chikungunya, por lo que no se producen las proteínas del virus
chikungunya. Además, al ser un compuesto poco citotóxico, es un gran candidato a fármaco
antiviral (Kaur et al., 2013).
24
Por otro lado, dentro de los moduladores de la respuesta inmune del huésped, se están
realizando ensayos empleando inmunoglobulinas humanas purificadas obtenidas del plasma de
donantes hiperinmunes al virus chikungunya, denominadas inmunoglobulinas hiperinmunes.
Estos ensayos se encuentran en Fase I y Fase II, donde se ha confirmado la actividad preventiva
y curativa en ratones recién nacidos mediante su infección con el virus chikungunya y posterior
administración de inmunoglobulinas hiperinmunes, dando lugar a la supervivencia de los
ratones que la recibieron (ClinicalTrials, 2014) . En cuanto al interferón alfa (IFN-α), se ha visto
que estimula la transcripción de genes que codifican proteínas que presentan actividad antiviral
frente al chikungunya (Moneriz-Pretell et al., 2016).
Todos estos ensayos se están llevando a cabo cada vez con mayor ahínco para conseguir
llegar al fármaco ideal que actúe específicamente frente al chikungunya y produzca los menores
efectos adversos posibles sobre el paciente tratado.
4.7. Vacunas
Actualmente no existe ninguna vacuna que esté en el mercado, ya que, aunque se hayan
utilizado en animales, no hay resultados concluyentes para que puedan emplearse en seres
humanos. Gracias a que los cuatro linajes (ECSA, África Occidental, Asia y LIO) presentan el
mismo serotipo, solo es necesaria la elaboración de una única vacuna que tenga capacidad
protectora frente a todas las cepas del virus chikungunya (Moneriz-Pretell et al., 2016). Se ha
experimentado con diferentes tipos de vacunas, como virus quiméricos, virus inactivados, virus
vivos atenuados o vacunas de partículas similares a virus (VLP), que son proteínas procedentes
del virus, entre otros (Tabla 4) (Goupil and Mores, 2016). A pesar de que algunas de estas
vacunas hayan demostrado eficacia en animales, no han comenzado a usarse en seres humanos.
Hoy en día existen tres vacunas que se encuentran en fase de ensayo clínico, dos de las
cuales se encuentran en Fase I y se basan en el uso de partículas similares a virus y en vacunas
vivas atenuadas-recombinantes, y la tercera en Fase II, diseñada a partir de virus vivos
atenuados (Tabla 4) (Goupil and Mores, 2016). Este último caso tuvo resultados favorables
hasta los ensayos clínicos de Fase II, donde los participantes, voluntarios sanos, desarrollaron
anticuerpos neutralizantes contra el virus e inmunización, con aparición de pocos efectos
adversos, por lo que era una vacuna con gran seguridad. Sin embargo los estudios se detuvieron,
hasta que el virus reemergió en 2004 y se retomaron los ensayos de esta vacuna (Tabla 4)
(Moneriz-Pretell et al., 2016). En cuanto a la vacuna de partículas similares a virus (VLP), se
empleó en células HEK 293T (células embrionarias de riñon humano con antígeno T) (Tabla 4)
(Goupil and Mores, 2016) y comenzó a utilizarse en primates, donde se observó la formación de
25
anticuerpos neutralizantes frente a diferentes cepas de chikungunya. Estos estudios pasaron a
Fase I de ensayo clínico con voluntarios sanos, obteniendo buenos resultados, ya que era bien
tolerada, segura, muy inmunogénica y presentaba una elaboración sencilla (Akahata et al.,
2010). También se encuentran en investigación vacunas vivas atenuadas-recombinantes, las
cuales presentan una gran ventaja frente a las que son solo vivas atenuadas. Esta ventaja se basa
en que gracias a las técnicas recombinantes se evita la aparición de posibles efectos adversos
cuando se administran vacunas vivas atenuadas tradicionales, siendo seguras y con un poder
inmunogénico muy elevado (Edelman et al., 2000). De todas estas vacunas vivas atenuadas-
recombinantes, solo una se encuentra en Fase I de ensayos clínicos, el resto se encuentran en
fase preclínica (Tabla 4).
Sabiendo esto, el siguiente paso sería utilizar estos posibles candidatos a vacunas en
pacientes con alta probabilidad de sufrir infección por chikungunya en regiones endémicas.
Tabla 4. Vacunas en fase de ensayo clínico y preclínico con actividad prometedora contra el virus
chikungunya (adaptada de Moneriz-Pretell et al., 2016).
Vacunas Diseño vacuna Fase
Convencionales
TSI-GSD-218 Viva atenuada Clínica fase II
VCHIK-ESCA Inactiva con
formalina Preclínica
No convencionales
VS-VCHIK Viva atenuada recombinante
Clínica fase I
VLP Recombinante-Transducción de células HEK 293T
Clínica fase I
MVA-VCHIK Viva atenuada-recombinante
Preclínica
VCHIK IRES Viva atenuada-recombinante
Preclínica
ADN VCHIK ADN sintético Preclínica
VEEV/VEEE/VCHIK Quimera-
recombinante Preclínica
VSV G-VCHIK Quimera-
recombinante Preclínica
E2 recombinante Subunidad E2-recombinante
Preclínica
26
5. Conclusiones
Tras la realización de esta revisión bibliográfica, las principales conclusiones extraidas
son las siguientes:
- El virus chikungunya ha pasado de ser una pequeña amenaza en un solo territorio a
afectar a casi todos los continentes, llegando a causar casi dos millones de casos
sospechosos de infección. Muchos de los pacientes desarrollaron una enfermedad grave,
lo que conllevó la aparición de varias muertes por este virus, aunque no se caracteriza
por ello ya que se define como una enfermedad limitada.
- Hasta el momento, se sabe que los síntomas al cabo de una o dos semanas desaparecen,
y el paciente, una vez que pasa la enfermedad, su organismo desarrolla inmunidad. Sin
embargo, en muchos casos aparecen recaídas al cabo de los meses e incluso los años,
además de pacientes que presentan enfermedad crónica con persistencia de artralgias.
Habría que investigar más sobre las causas de que el virus chikungunya pueda acabar en
enfermedad crónica o provocar recaídas, ya que esto es un factor importante para el
avance del virus chikungunya y su transmisión.
- La amplia distribución de los vectores del virus chikungunya, Aedes aegypti y Aedes
albopictus, es la principal causa de la amplia transmisión del virus. Esta mayor densidad
de los mosquitos es debida a la capacidad de adaptación a los climas cálidos a causa del
cambio climático. En España, al existir el vector Aedes albopictus, no es de extrañar
que en un futuro surjan brotes aislados en nuestro territorio. En nuestro país apenas se
conoce este virus, por ello hay que educar a la población y ampliar más los
conocimientos sobre el virus chikungunya y los síntomas que provoca, ofreciendo ciclos
formativos a los profesionales de salud, y que ellos transmitan la información a los
ciudadanos, dando consejos sobre prevención de la picadura del mosquito,
fundamentalmente cuando viajen a países endémicos, o advirtiéndoles de los síntomas
más característicos que provoca, para detectar rápidamente los brotes en caso de
transmisión.
- Al no existir un tratamiento específico contra el virus chikungunya ni tampoco vacunas
para prevenirlo, se hace cuesta arriba el control del virus, ya que debido a esto continúa
distribuyéndose por todo el mundo y causando gran cantidad de brotes. A pesar de todo,
actualmente hay muchas investigaciones y ensayos en proceso para descubrir nuevas
moléculas que actúen contra el virus, interviniendo en cada uno de los puntos de su
ciclo de replicación e invasión celular, consiguiendo así interrumpir la formación de
nuevas partículas de virus y su distribución por el organismo, en definitiva, parando la
infección. Uno de los métodos más novedosos es la inhibición de la proteína no
estructural nsP1, ya que se ha visto que es fundamental para la formación de nuevos
27
ARN maduros. Sabiendo esto habría que desarrollar nuevas líneas de investigación
basadas en descubrir nuevos compuestos que tengan la función de antagonizar esta
proteína y evitar el avance del virus chikungunya.
- Por otro lado se está apoyando el avance en desarrollar nuevas vacunas como medio
profiláctico, ya que es la mejor táctica para frenar la distribución del virus chikungunya.
Como hemos visto, hay varias vacunas que ya se encuentran en fase I y II de ensayo
clínico, por lo que habría que seguir investigando sobre ellas hasta conseguir una
vacuna modelo.
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