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INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS PARA EL DESARROLLO
Teoría e Historia de las Relaciones Internacionales
ADRIANA SANDOVAL
ESTADOS UNIDOS: ENTRE EL DISCURSO DESCOLONIZADOR Y LA
INSTRUMENTALIZACION DE LOS ESTADOS
La configuración del mundo actual se encuentra estrechamente vinculada al
proceso de descolonización, puesto que este estructuró la balanza de poder
durante la guerra fría y luego de la caída del muro de Berlín, permitió la edificación
del denominado “Nuevo Orden Mundial”; sin embargo, el supuesto “orden mundial”
en el que vive la humanidad en la actualidad es bastante cuestionable, puesto que
según la FAO se producen “nueve millones de muertes al año, de las cuales seis
millones corresponden a niños menores de cinco años de edad, que mueren
prematuramente como consecuencia directa o indirecta del hambre”1, de modo
que se cifra sobre evidentes contradicciones, ya que es inconcebible que en un
mundo organizado bajo la lógica de “desarrollo”, el devenir histórico no haya
favorecido un verdadero desarrollo de los pueblos descolonizados, quienes
pasaron a integrar el denominado tercer mundo o de países subdesarrollados.
En este sentido, pensar la descolonización desde el presente sugiere una mirada
retrospectiva que permita reflexionar sobre la configuración del mundo actual, un
mundo que para algunos se ha traducido en dinámicas de globalización, mientras
que para otros se lee a la luz de la mundialización o en este mismo sentido, en
términos de dependencia e imperialismo. Así, el proceso de descolonización
adquiere una importancia vital en la organización del mundo, que se cifra en
términos políticos y económicos, puesto que posibilitó una aparente independencia
política de regiones antes dependientes de los imperios coloniales,
transformándose las dinámicas de dependencia y los mecanismos que ligan a los
1DE HAEN,Hartwig, “Significado de las nuevas cifras sobre el hambre”, en:Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Cultura, (página consultada el 27 de Abril de 2012), [En línea], URL: http://www.fao.org/spanish/newsroom/news/2002/9703-es.html
estados nacientes a nuevas potencias económicas; de esta manera, una vez
implementados los diversos mecanismos para la descolonización, se acude a una
restructuración que desemboca en la adhesión de los nuevos Estados a las
dinámicas políticas y económicas de la guerra fría, siendo cooptados por el bloque
capitalista en cabeza de Estados Unidos o por el bloque comunista en cabeza de
la URSS, para jugar un papel que pondría en cuestión su alcanzada
“independencia”, pese a que algunos de estos se autodenominaran no alineados.
En este contexto, la descolonización entendida como “el proceso mediante el cual
se pone fin jurídica y políticamente al colonialismo y se forman Estados
independientes y soberanos”2, fue un proceso con características diversas, tanto
en los mecanismos utilizados para la liberación, como en los contextos y procesos
desarrollados, en medio de los cuales la Organización de las Naciones Unidas
ONU, cumplió un papel muy importante en la promoción de un sistema basado en
el derecho de los pueblos a acceder al régimen legal que deseasen, a partir del
establecimiento de unas condiciones económicas, culturales y políticas, para
poder ejercitar plenamente sus derechos, haciéndose progresivamente la
portadora de la iniciativa descolonizadora, formalizada en la Declaración sobre la
Independencia de los países y pueblos colonizados (1960), en la cual se enfrenta
formalmente al colonialismo.
A la vez, tanto los Estados Unidos como la URSS fueron partidarios de la
independencia de los países colonizados, y esto se hizo evidente por un lado en la
ideología del presidente Wilson sobre la autodeterminación de los países
ocupados, la cual sería un referente importante para los líderes de los
movimientos de independencia, mientras que los escritos de Lenin contra el
colonialismo y a favor de la independencia de los pueblos, también tendrían un
gran resonancia dentro del proceso descolonizador; en este sentido, los distintos
pueblos tomarían estas ideas como referencia y los diferentes movimientos
independentistas se impulsarían por estas dos ideologías; sin embargo, en el
2 F. J. Muñoz (2011). “La descolonización de Asia y África. El movimiento de los países no alineados” (Sección Temario de oposiciones de Geografía e Historia), Clío 37. http://clio.rediris.es. ISSN: 1139-6237.
marco de la guerra fría los intereses que impulsarían a los Estados Unidos y a la
URSS a propender por la descolonización, no partían de un deseo altruista de
liberación de los pueblos, sino por el contrario respondían a sus intereses políticos
y económicos orientados a ampliar su margen de poder al adherir nuevos aliados
a sus bloques.
Por otra parte, como una herramienta estratégica, los Estados Unidos impulsaron
la noción del desarrollo después del fin de la Segunda Guerra Mundial, con el
objetivo real de impedir el camino autónomo de los pueblos que se encontraban
en las vías de independencia, como una estrategia que permitiera atarlos a los
lazos neocoloniales; este término adquirió prestigio dentro de la política de los
Estados Unidos desde 1949, con el posicionamiento dado en el discurso de
posesión de Harry Truman, quien consideró que una parte sustancial del mundo
era “Subdesarrollada”, frente a los Estados Unidos quienes eran símbolo de
desarrollo; de esta manera, la concepción del desarrollo se afianza en la ideología
del progreso, que considera el estilo de vida estadounidense y de Europa
Occidental como la máxima realización del bienestar humano y por tanto, el
camino que todos los pueblos deben seguir, aunque esto implique abandonar sus
formas de organización social y económica y su cultura, con el fin de encaminarse
en el proyecto de la “modernización”3.
Así mismo, en el camino “modernizador” que sirvió como insumo para el
fortalecimiento de nuevos lazos de dependencia de los pueblos descolonizados,
los movimientos independentistas se impulsaron principalmente a través de
“intentos por parte de las elites de las sociedades no burguesas de imitar el
modelo establecido en Occidente, que era percibido como el de unas sociedades
que generaban el progreso, en forma de riqueza, poder y cultura, mediante el
«desarrollo» económico y técnico-científico, en la variante capitalista o
socialista”4de manera que, desde el principio la fuerza emancipadora estaba 3VEGA, Renán, “Un mundo Incierto, un mundo para aprender y enseñar, las transformaciones mundiales y su incidencia en la enseñanza de las Ciencias Sociales”, Universidad Pedagógica Nacional, 2007, Tomo 1, Págs. 197-198.4 HOBSBAWM, Eric, Historia del siglo XX, Editorial Crítica Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1998, Pág. 204.
conducida por intereses políticos y económicos de algunas minorías letradas, que
en vez de mirarse hacia adentro en búsqueda de sus intereses para la
construcción de proyectos políticos y económicos propios, a partir de los cuales
superaran su situación de dependencia y atraso, miran hacia afuera con el fin de
impulsar ideologías, programas e incluso métodos y formas de organización
política occidentales como lo son el liberalismo, el socialismo, el comunismo y/o el
nacionalismo.5
En este orden de ideas, se observa una contradicción entre el discurso
emancipador promovido por los Estados Unidos y formalizado a través de la ONU
que dio fuerza a la descolonización y las acciones que este ejecuta para la
promoción de sus intereses, como en el caso de la descolonización Indochina, que
luego de haber ejercido una presión sobre Francia para entregar la libertad a estos
pueblos a través del tratado de Ginebra, produjo una intervención militar en
Vietnam, que de forma directa y física evidenció que el motor de los Estados
Unidos esta aceitado por sus intereses geoestratégicos; así mismo, se han
producido episodios en los cuales los Estados Unidos patrocinan y promueven
incluso regímenes dictatoriales como en América Latina, con el fin de mantener la
dependencia y el control y de frenar el curso de proyectos de emancipación en el
contexto de la guerra fría; a la vez, son diversos los casos en los cuales la
intervención no es directa, pero utiliza otras herramientas de política externa como
lo son las presiones económicas frente a la producción y control de recursos
estratégicos, como el petróleo y otras fuentes energéticas y la producción de
alimentos, de modo que cuando un Estado se posiciona en contravía de sus
intereses, este lo bloquea como una forma de presión.
Desde esta perspectiva, se plantea una problemática frente al tema, que se
formula a través de la siguiente pregunta ¿Promovieron los Estados Unidos sus
intereses políticos y económicos a través de la ONU, con el fomento de la
descolonización, en el contexto de la guerra fría?
5Ibid. Pág. 206.
En este sentido, lo que se busca con el desarrollo del presente artículo es analizar
el papel de los Estados Unidos y la ONU en el proceso de descolonización
desarrollado en el marco de la guerra fría y por tanto, desarrollar un contraste
entre los ideales y el discurso manifiesto frente a las acciones bélicas o
diplomáticas de los Estados Unidos, para identificar los intereses políticos y
económicos de fondo que ponen en juego; así mismo, se pretende comprender la
organización del mundo a partir de la descolonización, como un paso en la
edificación de actual sistema internacional.
De esta manera, se pretende evidenciar que los Estados Unidos y la ONU
impulsaron la descolonización a partir de principios de libertad, igualdad y
autodeterminación de los pueblos, sin embargo, este impulso liberador es
producto de sus intereses políticos, basados en la intención de adherir a los
nuevos estados al bloque capitalista y fortalecer su poder en el plano
internacional, impulsando intereses económicos propios, orientados al control de
zonas geoestratégicas y de recursos naturales para el sostenimiento de su
sistema.
Así pues, el presente artículo desarrollará en un primer momento un análisis de los
factores políticos del proceso de descolonización, iniciando con una
contextualización histórica del proceso, centrada en el papel de la ONU y de los
Estados Unidos en la promoción de la autodeterminación de los pueblos, frente al
impulso de sus intereses políticos y económicos en el marco de la guerra fría, de
modo que una segunda parte desarrollara un análisis general de la intervención
política internacional de los Estados Unidos en los países subdesarrollados
(descolonizados) y de los mecanismos empleados para impulsar sus intereses
políticos y económicos, tomando como referencia las evidencias existentes de la
intervención para el control de zonas estratégicas y de recursos naturales que
fortalecerían su poder económico, de modo que se hará una revisión de los
mecanismos empleados para el fortalecimiento de la dependencia y el beneficio
económico desigual.
FACTORES POLÍTICOS DEL PROCESO DE DESCOLONIZACIÓN
Contextualización histórica: Los Estados Unidos y la ONU en la promoción
del derecho de los pueblos a la autodeterminación e independencia
Antes de la descolonización, “todas las regiones de Asia, África, América Latina y
el Caribe dependían de lo que ocurría en un número reducido de países del
hemisferio septentrional, pero la mayor parte de esas regiones eran propiedad de
esos países o estaban bajo su administración o su dominio”6, sin embargo, una
vez terminada la primera guerra mundial, el dominio establecido por los europeos
sobre la mayor parte de África, Asia y Oceanía se había debilitado como efecto de
los movimientos de emancipación,intensificados después de 1945 a mayor escala.
Así, los factores que intervinieron en el proceso de descolonización son complejos
y variados, y se desarrollaron interrelacionados entre sí; entre estos, se puede
mencionar la afirmación anti-occidental de las colonias, como formación de una
clara oposición hacia el occidente imperialista, construida desde un cuerpo teórico
que dio fuerza a los nacionalismos y materializada en los movimientos de
definidos como Asiatismo, Islamismo y Africanismo.
Otra importante causa fue el nacimiento de movimientos nacionalistas en las
colonias afroasiáticas, fundamentados a partir de una mentalidad emancipadora
impulsada por la contradicción de los países colonizadores al afirmar su plena
soberanía y negarla a las colonias y con la autoafirmación de los propios valores
frente a los europeos. A la vez, una causa sociológica fundamental de la
descolonización es el importante desarrollo demográfico que experimentan estas
zonas al ver reducida la mortalidad pero con una natalidad todavía alta (ciclo
demográfico de transición). Este crecimiento demográfico generó también un
crecimiento importante de la población urbana y va a producir en muchos casos
6Ibid. Pág 210.
una ruptura con la mentalidad tradicional, que tendrá como consecuencia la
adopción de ideologías y modelos políticos de Europa.
A la par, se identifica como causa fundamental del proceso de descolonización la
difusión de la ideología democrática europea, asumida por jóvenes nativos
educados en Europa o bajo principios académicos europeos, basada en los
conceptos de libertad, soberanía e independencia, así como el protagonismo
alcanzado por las colonias durante la segunda guerra mundial, el odio racial a los
blancos europeos y la denuncia del capitalismo y el imperialismo que los oprimía7.
Otra razón que impulsó la descolonización, fue el favorable contexto internacional
caracterizado por el desarrollo de dos guerras mundiales y el impacto de la crisis
del 29 en los centros imperiales y en las colonias, que influyo marcadamente en
las relaciones dadas entre las metrópolis y las colonias, creando una nueva
situación que generabaalgunos vínculos mutuos de intercambio y de dependencia
y reconfigurando el panorama del sistema internacional.
Simultáneamente, la solidaridad de los países independientes, promovida durante
los años 50’s institucionalizada en la “Conferencia de Bandung", celebrada del 18
al 24 de abril de 1955, como iniciativa producida por el deseo de independencia,
acercó a africanos y asiáticos para unir esfuerzos y reafirmar sus lazos, con el fin
de desarrollar una postura política internacional de neutralidad, anticolonial y en
pro de la independencia de los pueblos todavía dependientes.
Finalmente, el apoyo de los organismos internacionales y el impulso de los
Estados Unidos y la URSS a los procesos de descolonización constituyen un
factor fundamental, puesto que fueron agentes dinamizadores del proceso,
quienes con sus políticas evidenciaron un apoyo importante a la causa
descolonizadora8
7 F. J. Muñoz (2011). “La descolonización de Asia y África. El movimiento de los países no alineados” (Sección Temario de oposiciones de Geografía e Historia), Clío 37. http://clio.rediris.es. ISSN: 1139-6237. Pags. 2-6. 8Ibid. 9 GRIMAL, H. (1985). Historia de las descolonizaciones del siglo XX, Madrid: Iepala.
Luego de la enunciación de las causas de la descolonización, es importante
comprender las fases de desarrollo del proceso emancipador, organizadas en un
primer periodo que se extiende entre 1919 a 1945, caracterizado por ser la fase de
preparación y orígenes del proceso descolonizador; una segunda etapa va desde
1945 hasta 1955 y constituye básicamente los procesos de emancipación asiática
con los cuales el proceso descolonizador se muestra en toda su magnitud;
posteriormente, se desarrolla una tercer fase desde 1955 hasta 1980 en el cual se
desarrollan la mayor parte de independencias restantes, fundamentalmente en el
continente africano, tanto en el norte de África como en el África Negra;
finalmente, se puede caracterizar el desarrollo de una última etapa que se
presenta desde 1980 en adelante, caracterizada por algunos pequeños territorios
residuales, con dificultades y problemáticas de dependencia que se han ido
disolviendo y se proyectar hacia el futuro como territorios independientes a través
del fortalecimiento y promoción de sus movimientos de independencia9.
Complementariamente, cabe destacar que el proceso de descolonización no se
desarrolló bajo las mismas condiciones y características en todos los territorios,
pues este dependió en gran medida del sistema administrativo establecido, así
como de la situación geopolítica colonial, pues dadas sus condiciones
geoestratégicas se desarrollaría una actitud específica, tanto de las metrópolis
como de las colonias, estableciéndose entonces algunas modalidades o vías de
descolonización a través en las que se pueden enmarcar los diferentes procesos.
En este sentido, se pueden establecer tres modalidades de descolonización, entre
las cuales se encuentran la vía pacífica, principalmente implementadaen las
colonias del Reino Unido, puesto que esta potencia colonial desde una postura
realista, en términos generales renunció a sus territorios, para proteger los lazos
comerciales y monetarios, implementando el sistema del “Commonwealth”,
entregándole progresivamente facultades de independencia a sus colonias hasta
concederles la emancipación; otra vía que se siguió en el proceso de
descolonización fue la vía revolucionaria, caracterizada por el uso de la violencia y
el enfrentamiento armado, en la cual las colonias de Holanda y Portugal fueron los
principales protagonistas; finalmente se puede enunciar el modelo mixto francés,
que de acuerdo con la colonia y el momento histórico, asumió una actitud
específica, por ejemplo, se opuso dramáticamente a la independencia de
Indochina y Argelia, desencadenando fuertes guerras en estos territorios, mientras
por el contrario, aceptó la independencia pacífica de la mayoría de sus colonias
africanas9.
A partir de la comprensión general del proceso de descolonización, cabe destacar
la importancia de la Organización de las Naciones Unidas en la consolidación de
dicho proceso, con el fin de argumentar y poner en evidencia quela ONU impulsó
la descolonización a partir de principios de libertad, igualdad y autodeterminación
de los pueblos; Así, en un principio, la Sociedad de las Naciones se concentró en
la regulación de los territorios dependientes de los países derrotados en la primera
guerra mundial, centrándose en la construcción de un sistema de mandatos
internacionales, consignados en el artículo 22 del tratado de Versalles firmado en
1919, versando en el parágrafo 1:
Los principios siguientes se aplican a las colonias y territorios que, a raíz de la guerra, han
cesado de hallarse bajo la soberanía de los Estados que los gobernaban anteriormente y
que son habitados por pueblos aun incapaces de regirse por sí mismos en las condiciones
particularmente difíciles del mundo moderno. El bienestar y desarrollo de esos pueblos
constituye una misión sagrada de civilización, y conviene incluir en el presente pacto
garantías para el cumplimiento de esta misión10.
Como es evidente, dentro de dicho artículo del tratado, la intención generalizada
no se orienta hacia la emancipación, sino por el contrario hacia la apropiación por
parte del bloque vencedor de las colonias, institucionalizado a través de los
9 Op. Cit. Pág. 8.
10 SDN, Tratado de Paz de Versalles, en:http://www.dipublico.com.ar(página consultada el 27 de Abril de 2012), [En línea], URL:http://www.dipublico.com.ar/instrumentos/8esp.html
protectorados y justificado con los argumentos de que dichos territorios no tienen
la autonomía suficiente como para autogobernarse.
Sin embargo, una vez terminada la Segunda Guerra Mundial, en el proceso de
consolidación de la Carta de las Naciones Unidas, fue ampliamente discutida la
transformación de los protectorados hacia otras figuras jurídicas de administración
territorial, frente a las cuales se contraponían los posicionamientos de diferentes
estados, puesto que existían perspectivas que consideraban que no se podía
otorgar el autogobierno indistintamente, puesto que existían pueblos que aún no
tenían las condiciones estructurales para desarrollar un Estado independiente,
desde esta perspectiva, “resultaba evidente que las naciones coloniales intentaban
ante todo evitar un control de las Naciones Unidas sobre sus dependencias”11;
pese a esto, se llegó por fin a un acuerdo el 18 de Junio de 1944 en el cual se
establecían los territorios bajo tutela, que eran los antiguos protectorados, quienes
podrían adquirir la independencia como consecuencia de la segunda guerra
mundial, pero tras el establecimiento de unas condiciones acordadas entre la ONU
y los Estados directamente afectados, por otra parte, se establecen los territorios
no autónomos, como una nueva denominación concedida a las colonias; sin
embargo, en ambos casos el objetivo fundamental es desarrollar un periodo de
transición que les permita la prosperidad y el progreso económico y político con el
fin último de que se pueda auto administrar sobre las bases de Estados libres y
soberanos.
En este orden de ideas, la ONU había logrado acordar algunas condiciones frente
al manejo de los pueblos no autónomos, pero aunque estos manifestaban un
criterio anticolonial, no alcanzaban a afectar a los imperios coloniales de forma tan
directa, puesto que su futuro dependía de la interpretación que se diera a la Carta,
cifrado en la posturas antagónicas que asumían los Estados miembros de la ONU;
de este modo, los países con responsabilidades como Francia, Bélgica, Países
Bajos e Inglaterra representaban el sector que resistía y se negaba a brindar más
11 GRIMAL, H. (1985). Historia de las descolonizaciones del siglo XX, Madrid: Iepala. Pág. 163.
concesiones; por otra parte, frente a ellos se encontraba el bloque de países
socialistas dirigidos por la URSS que evidenciaba un anticolonialismo constante,
apoyados por algunos Estados latinoamericanos que se habían visto afectados
por políticas colonialistas y por evidentes razones, por el grupo Arabe asiático,
quienes cerraban la filas en la lucha contra la colonización12.
Así, el conjunto de la actividad de la ONU refleja un esfuerzo de la tendencia
anticolonialista para aniquilar el régimen colonial mediante la aplicación del
derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, no sólo administrativamente,
sino también de sus recursos sobre la disposición de sus recursos. Desde esta
perspectiva, la ONU se comprometió progresivamente con unapolítica
descolonizadora, que evolucionaría desde unas primeras formulaciones
decompromiso en favor del proceso autonómico, ante las rivalidades internas
dadas entre lospartidarios del colonialismo y los salvaguardias de la
descolonización, hasta laexpresión de un radical anticolonialismo con la condena
del colonialismo y el apoyodecidido a la independencia y la descolonización de
todas las colonias.
Entre el proceso desempeñado por la ONU para la concreción de una postura
firme que favorecía a la descolonización, en el marco de sus instituciones y
organismos pasó por un proceso concretado en la Carta de las Naciones Unidas
(San Francisco 1945), La Declaraciónsobre la independencia de los países y
pueblos coloniales (1960), configurándose posteriormente el comité de
descolonización (1961); así mismo, en 1972 la Asamblea General aprueba una
resolución que afirma que el colonialismo es una amenaza para la paz y la
seguridad internacional, aunque en este contexto, la mayoría de estados habían
logrado alcanzar la independencia.
Dentro de todo el proceso de descolonización el papel de los Estados Unidos fue
de progresivo apoyo, puesto que enel momento inicial de la ONU en el cual se
12 Ibid. Pág. 167
tomarían determinaciones frente a la descolonización, no pusieron en práctica
unposicionamiento radical, ya presentado en el discurso del presidente Wilson en
1919, cuando afirmaría el derecho de la “libre disposición de los pueblos”, puesto
que “la política exterior se guardo mucho de llevar este principio hasta las últimas
consecuencias”13. Esto se reafirmó cuando los votos de los Estados Unidos en la
ONU eran más acordes con el Plan Marshal, de modo que favorecían más los
intereses de las potencias coloniales, que sus promesas verbales.
Sin embargo, con el paso del tiempo, a la par con la ONU, los Estados Unidos
asumen un discurso que es más ampliamente anticolonial, pues ponen sus ojos en
regiones del mundo en las que los europeos habían conseguido una
preponderancia desde mucho tiempo atrás, de modo que el impulsar sus ideales
democráticos e igualitarios, sería una excelente estrategia para conseguir alianzas
importantes que le favorecieran, más aún cuando el discurso y las acciones de la
URSS demostraban un apoyo incondicional a los pueblos dependientes, de modo
que se ponía ampliamente en juego su creciente poder sobre el mundo.
Así, el respaldo hacia la descolonización por parte de Estados Unidos se cifraba
más en términos discursivos que en términos de política internacional, la cual tuvo
que ir transformando progresivamente con el fin de promover la descolonización y
no quedarse atrás frente a la avanzada que podría obtener el bloque soviético con
su apoyo incondicional a la emancipación de los pueblos; sin embargo, se puede
deducir que el respaldo hacia las decisiones que promovían la transición de los
pueblos no autónomos hacia su independencia, así como la instrumentalización de
la ONU para la promoción de políticas desarrollistas, a implementar en los estados
en transición y los nuevos Estados descolonizados, con la difusión de proyectos
de desarrollo según las vías occidentales, facilitarían el impulso de sus intereses,
puesto que con los cambios geopolíticos desencadenados por la segunda guerra
mundial, la incorporación de mecanismos neocolonialistas sería menos
13 RENOUVIN, Pierre, Historia de las Relaciones Internacionales, Tomo II, Volumen II, la crisis del siglo XX, Editorial Aguilar, 1964, Pág. 1239.
controlados y de un perfil más bajo ante la opinión internacional que las lógicas
impositivas de los antiguos imperios.
Estrategias para la promoción de los intereses Políticos y Económicos de
los Estados Unidos en contravención con su discurso descolonizador
Aunque los Estados Unidos jugaron un importante papel en la descolonización, “la
última razón y quizás decisiva, para la más rápida consecución de la
independencia fue la insistencia de Estados Unidos, opuesto al colonialismo
durante décadas”14, en suma, puede que la ideología y la moral fueran importantes
en esa actitud, pero lo definitivo era su propio interés. En otras palabras, Estados
Unidos había llegado tarde a la carrera colonizadora, por lo cual obtuvo muy pocas
colonias, en este sentido, la exclusividad económica colonial afectaba sus
mercancías y capitales; A su vez, en el contexto de la Guerra Fría, los Estados
Unidos quedaban mal parados ante la Unión Soviética profundamente anticolonial,
de modo que con una sección tan amplia del mundo ante el dominio colonial, le
era más complicado a los Estados Unidos enfrentar al bloque soviético, de manera
que entre más se fortaleciera el control europeo, más buscarían apoyo las
colonias en los comunistas.15
Desde esta perspectiva, Con la efectiva descolonización y el surgimiento de un
mundo subdesarrollado, Estados Unidos se enfoca hacia el control de regiones del
mundo que antes eran dominadas por los europeos; en este sentido, después de
finalizada la Guerra del Pacífico, consideran prioritario el establecimiento de bases
navales y aéreas que les permitan controlar el Océano; a la vez, pretenden
fomentar una política petrolífera en el cercano oriente, con la cual pudieran
aumentar sus reservas de petróleo ante la insuficiencia proyectada a 15 años de
sus reservas propias, de modo que el 24 de septiembre de 1945 los Estados
Unidos establecen un acuerdo con Gran Bretaña, que los pone en igualdad de
condiciones, para conseguir derechos de reconocimiento y explotación en el Asia
14 FRIEDEN, Jeffry, Capitalismo global: El transfondo económico de la historia del siglo XX, Editorial Crítica, Barcelona, 2007, Pág. 406.15 Ibid
Occidental, posicionándose además en el Mediterraneo Oriental, de manera que
se les facilite una intervención en zonas petrolíferas del Cercano Oriente.16
Por otra parte, después de la Conferencia de Bandung, se profundizaron las
luchas de liberación nacional y con estas, el fortalecimiento de sentimientos anti-
imperialistas y anticapitalistas, materializados en acontecimientos como la
Revolución Cubana (1959), la segunda guerra de Vietnam y con esta la derrota de
los Estados Unidos (1954-1975) y la desestructuración de los Imperios Coloniales
en África y Asia17. Así, todos estos acontecimientos desembocaron en un impulso
del Tercer Mundo hacia la década de 1960, puesto que la conjunción de sus
intereses comunes frente a sus condiciones de atraso económico, radicalización
política y enfrentamiento al capitalismo, estaban favoreciendo los intereses de sus
pueblos, antes de los intereses foráneos que Estados Unidos esperaba promover
en los países subdesarrollados.
Sin embargo, mientras esos vientos de rebelión se impulsaban en el Tercer
Mundo, los países imperialistas en cabeza de los Estados Unidos, se proyectaron
a truncar el proyecto de la autoderminación de los pueblos subdesarrollados, a
través de la división interna del tercer mundo, impulsada a través de dos
mecanismos; por un lado, el apoyo de élites pro occidentales a través de golpes
de Estado que facilitaran la implantación de dictaduras y suprimieran a los “líderes
incómodos”, con el fin de favorecer el capitalismo occidental; por otra parte, a
través del impulso de modernización económica en zonas geopolíticamente
estratégicas, como lo son Corea del Sur, Taiwán o Singapur, para frenar la
insurgencia revolucionaria que tomaba fuerza en esos lugares18.
Sobre el primer aspecto, Estados Unidos y Europa occidental patrocinaron y
respaldaron dictaduras anticomunistas funcionales para la promoción de sus
intereses, algunos casos concretos se evidencian en el antiguo Congo Belga, 16 RENOUVIN, Pierre, Historia de las Relaciones Internacionales, Tomo II, Volumen II, la crisis del siglo XX, Editorial Aguilar, 1964, Pág. 1240.17 VEGA, Renán, “Un mundo Incierto, un mundo para aprender y enseñar, las transformaciones mundiales y su incidencia en la enseñanza de las Ciencias Sociales”, Universidad Pedagógica Nacional, 2007, Tomo 1, Pág. 194.18 Ibid. Pág. 195.
donde fue asesinado Patrice Lumumba y posicionado Mobutu Sese Seko, quien
mantuvo una dictadura por tres décadas; el golpe militar de Sukerno en Indonesia,
para evitar que se vinculara al partido comunista, en el que fueron asesinados en
pocos meses un millón de personas, para la consolidación de una dictadura que
se extendió por más de treinta años; así mismo sucedió en Filipinas, donde en los
50’s fueron vencidas las guerrillas comunistas con el patrocinio de los Estados
Unidos, imponiendo una dictadura funcional por varias décadas.
Del mismo modo, se inició una lucha contrainsurgente encaminada a liquidar los
proyectos de resistencia y liberación que distanciaran a los pueblos de su dominio
político y económico, algunos ejemplos son ilustrados por el profesor Renán Vega
de la siguiente manera:
Como parte de esa lógica contrainsurgente, debe recordarse la instauración de dictaduras
criminales y anticomunistas en América Latina entre las que sobresalen la de Guatemala
(1954), la de Brasil tras el golpe de 1964, la de Pinochet en Chile en septiembre de 1973,
las de Argentina en las décadas del 1960 y 1970, el cerco criminal contra Cuba que se
inició desde los primeros meses de 1959. En esa misma lógica se inscriben el
derrocamiento de gobiernos nacionalistas, como el de Juan Bosh en República Dominicana
en 1963 y la posterior invasión de ese país en Abril de 1965 y el derrocamiento de
Salvador Allende en 1973. (VEGA: 2007:195).
Un ejemplo evidente de la doble moral de los Estados Unidos, quienes tras
promover el derecho de autodeterminación de los pueblos, utiliza mecanismos
sucios para impulsar sus intereses económicos y políticos, es el caso de la guerra
de Vietnam, puesto que de acuerdo con Rafael Poch de Feliu, un falso ataque fue
usado como pretexto para que Estados Unidos le declarara oficialmente la guerra
a Vietnam; según Poch de Feliu, la noche del 4 de Agosto de 1964 el secretario de
defensa McNamara, anunció a la prensa que Vietnam del Norte por segunda vez
en dos días había atacado a buques estadounidenses que realizaban “patrullas
de rutina en Aguas internacionales, constituyendo “un acto de cruda agresión no
provocada”; posteriormente, el 7 de Agosto, el Congreso adoptaba la resolución
del Golfo de Tonkin, facultando al presidente a “tomar medidas para prevenir más
agresiones”. Sin embargo, todo era falso, puesto que una misión denominada
“DeSoto” en la cual los barcos estadounidenses se habían introducido a ocho
millas de la costa, introduciéndose en aguas vietnamitas en búsqueda de
pretextos para la guerra; así, en 1964 las causas de guerra promovidas por la CIA,
como el incidente del Golfo de Tonkin, promovían titulares de prensa y televisión;
cuatro años después, se dio a conocer, “la no existencia de ataques por parte de
lanchas torpederas de Vietnam del Norte contra buques de guerra
estadounidenses en el Golfo de Tonkin”, sobre lo cual, el especialista Daniel
Ellsberg publicó en el New York Times, algunas notas sobre el “montaje”
fabricado por la CIA y otros organismos de inteligencia, para convencer al
legislativo y conseguir así su respaldo19.
Sin embargo, “Inmediatamente después del asunto de Tonkin, aviones de guerra
americanos comenzaron a bombardear Vietnam del Norte”20; durante 1965, más
de 200.000 soldados fueron enviados a Vietnam del Sur y en 1966, 200.000 más;
Grandes zonas de Vietnam del Sur fueron declaradas “Zonas de fuego libre” de
manera que se lanzaban bombas a discresión, de modo que las aldeas que
fuesen sospechosas de resguardar a integrantes del Viet Cong, recibirían
misiones de búsqueda y destrucción, en las cuales se asesinaban a los hombres
en edad militar, y a las mujeres, niños y ancianos se les enviaban a campos de
refugiados.
Estos datos, no dan un panorama general sino parcial de la guerra de Vietnam,
pero evidencian de forma directa el uso y manipulación de la guerra por parte de
los Estados Unidos para impulsar sus intereses sin medir las consecuencias que
sus mecanismos traen para los pueblos, no sólo por el número de bajas civiles y
de destrucción en amplios sentidos, sino porque estos mecanismos demuestran
que la retórica de los derechos, la democracia, la igualdad y la autodeterminación
impulsada por los Estados Unidos, es borrada frente a sus acciones por el control
de recursos económicos para el mantenimiento de su sistema internacional y local.
19 POCH DE FELIU, Rafael, “Homenaje a indochina (III)”, la insignia, 28 de abril de 2005.20 ZINN, Howard, la otra historia de los Estados Unidos, Siete Cuentos Editorial, Nueva York, 2001, Pág. 348.
CONCLUSIÓN
Con el presente artículo, se pone en evidencia que si bien el papel de la ONU y los
Estados Unidos fue crucial en el proceso de descolonización, sus acciones
posteriores demuestran que los intereses reales de este Estado se encontraban
cifrados en los planes económicos y políticos propios.
De esta manera, la promoción del discurso de desarrollo instrumentalizado a
través de la ONU, como un proceso obligatorio para mejorar las condiciones de
vida de los pueblos descolonizados, buscaba de fondo promover un estilo de vida
que le permitiera vincular al tercer mundo al bloque capitalista y así favorecer la
consolidación de su proyecto particular. Así mismo, los mecanismos utilizados
para frenar el influjo de las tendencias hacia la autodeterminación y el impulso
socialista van en contravía de los principios de libertad, a través de los cuales
promueven su intervención en el mundo.
Finalmente, vale la pena desarrollar una reflexión posterior que logre ampliar el
rango temporal para analizar los vínculos existentes entre el proceso de
descolonización, la configuración del mundo durante la guerra fría y la
reorganización posterior a esta, para comprender de forma más explícita el
contexto del presente a la luz del pasado.
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10.ZINN, Howard, la otra historia de los Estados Unidos, Siete Cuentos Editorial, Nueva York, 2001, Pág. 348.