2017
Tesis presentada con el fin de cumplimentar con los requisitos finales para la obtención del título Licenciatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires en Geografía
Estrategias socioespaciales de Madre Tierra, una organización de la agricultura familiar del partido de Tres Arroyos
Navós López, Nicolás Sebastián
Villarreal, Federico
Estrategias socioespaciales de Madre Tierra, una organización
de la agricultura familiar del partido de Tres Arroyos
Universidad de Buenos Aires
Facultad de Filosofía y Letras
Departamento de Geografía
Tesis de Licenciatura
Nicolás Sebastián Navós López
LU: 1035267954
Director: Federico Villarreal
Agradecimientos
A Fede por la gran colaboración en este trabajo, por la comprensión, la paciencia en
las demoras en las entregas y todas mis postergaciones y por los momentos, delicias
de Caballito y mates compartidos.
A Mariana por la invitación a formar parte del PERT, las lecturas en los talleres
internos de discusión y la buena onda siempre.
A Mabel por su buena predisposición cuando fue mi directora de beca estímulo y la
inspiración teórica.
A todos lxs integrantes que pasaron por el PERT estos años, por los debates
académicos y los momentos de distensión.
A mi familia por todo el apoyo, por la contención en los momentos difíciles y por
bancarme siempre. A mi hermana por el aguante a la distancia y a mis papás en el día
a día.
A mis amigxs del Pelle, a mis amigxs de la facu, por los grupos lindos que somos y
todas mis ausencias por tener que estudiar.
A Victoria, mi psicóloga, que fue una gran ayuda para reencaminar el tramo final de la
carrera y ordenarme en muchos aspectos.
A mis compañerxs de Cauce-Democracia Socialista, con quienes me formé desde otro
lado y me sumaron mucho a mi visión del mundo, con quienes aprendí que el
conocimiento no es un espejo donde reflejar la realidad sino un martillo para
transformarla y con quienes me organizo para cambiar las cosas que “están” así, que
no “son” así.
A mis compañerxs de Geoide en Revolución por todo lo compartido estos años juntxs
y por la geografía crítica y feminista que construimos y por la que queremos. Son un
grupo muy valioso.
A lxs compañerxs de la FADEG, con quienes se me despertaron las ganas de cambiar
todo lo que deba ser cambiado y me reforzaron el valor de la auto-organización
colectiva. Por todos los ENEGs compartidos.
A lxs estudiantes de Geografía de Latinoamérica con quienes compartí un gran
encuentro en Chile y una gran experiencia, encontrando inquietudes muy parecidas en
distintas latitudes y longitudes.
1
Índice
Índice ............................................................................................................................ 1
Introducción ................................................................................................................ 3
Capítulo 1: Marco Teórico .......................................................................................... 8
1.1. Introducción ....................................................................................................... 8
1.2. La producción del territorio y las organizaciones .............................................. 10
1.3. Estrategias socioespaciales de las organizaciones .......................................... 12
1.4. Agricultura Familiar .......................................................................................... 14
1.4.1. AF, una categoría política en construcción ................................................ 14
1.4.2. Debates conceptuales y antecedentes de la categoría AF ........................ 16
1.4.3. Principales operacionalizaciones de la AF en Argentina ........................... 18
1.5. Las estrategias socioespaciales de una organización de AF y la producción del
territorio................................................................................................................... 21
Capítulo 2. Estrategia metodológica ....................................................................... 23
2.1. Sobre el estudio de caso .................................................................................. 23
2.2. Sobre la información recopilada y utilizada ...................................................... 24
2.3. Los viajes de campo ........................................................................................ 26
2.4. Las actividades según los objetivos específicos propuestos ............................ 27
Capítulo 3: Las políticas públicas y las organizaciones de la AF en provincia de
Buenos Aires............................................................................................................. 29
3.1. La AF en Argentina y provincia de Buenos Aires.............................................. 29
3.1.1. La AF en provincia de Buenos Aires ......................................................... 31
3.2. La institucionalización de la AF en la política pública de Argentina y las
organizaciones del sector ....................................................................................... 33
3.2.1. Los antecedentes organizativos de la AF .................................................. 35
3.2.3. Los retrocesos en la política para la AF con el cambio de gobierno en 2015
y el accionar de las OAF ..................................................................................... 44
3.3. AF: fortalecimiento institucional y debilitamiento estructural ............................. 46
2
Capítulo 4. Agricultura Familiar en Tres Arroyos y la organización Madre Tierra 47
4.1. Caracterización del municipio Tres Arroyos ..................................................... 47
4.1.1. Perfil productivo y AF ................................................................................ 49
4.1.2. Organizaciones rurales ............................................................................. 53
4.2. MT como referente de la AF en el municipio .................................................... 54
4.2.1. Los productores de MT: AF y Economía Social ......................................... 58
4.2.2. Políticas públicas en MT y el rol de la Cámara de productores y
microemprendedores (PInTA) ............................................................................. 60
Capítulo 5. Estrategias socioespaciales de Madre Tierra ...................................... 66
5.1. Las redes espaciales de MT ............................................................................ 66
5.1.1. La Mesa Provincial de Productores de la Provincia de Buenos Aires ........ 67
5.1.2. Las redes locales, provinciales y nacionales ............................................. 70
5.2. Los circuitos económicos alternativos .............................................................. 73
5.3. La resignificación del lugar: la feria .................................................................. 77
5.3.1. Consideraciones desde la geografía sobre ‘el lugar’ ................................. 77
5.3.2. La significación del lugar desde la organización ........................................ 79
5.4. Las estrategias socioespaciales y la producción del territorio .......................... 81
Conclusiones ............................................................................................................ 83
Bibliografía ................................................................................................................ 92
Glosario……………………………………………………………………………………...100 Anexo fotográfico………………………………………………………………………….102
3
Introducción
La agricultura familiar (AF) se conforma por un de gran heterogeneidad al que, tanto
desde el Estado como desde la academia, se le adjudica un rol como sujeto del
desarrollo rural por su aporte en la producción, en la provisión de alimentos y en la
ocupación del territorio. La AF agrupa a los sujetos que se han denominado como
pequeños productores, minifundistas, campesinos, chacareros, colonos, medieros,
pescadores artesanales, productor familiar y, también los campesinos y productores
rurales sin tierra, los productores periurbanos y las comunidades de pueblos
originarios, que tienen en común la predominancia del trabajo familiar.
A partir de mediados de la década del 2000, en línea con las discusiones y acuerdos
de política en el ámbito del MERCOSUR, este sector fue adquiriendo peso
institucional, logrando visibilidad política y recursos, en especial luego de 2008 del
llamado “conflicto del campo”. Entre los hechos más destacados, se encuentra la
conformación de un foro de articulación entre el Estado y las organizaciones en 2006,
la puesta en marcha de un registro de los AF en 2007, la creación de Secretaría de
Agricultura Familiar en 2012 y la sanción de la Ley de Reparación Histórica a la
Agricultura Familiar a fines de 2014 por el Congreso de la Nación. Esta ley plantea
entre sus objetivos la promoción del desarrollo de los territorios rurales de todo el país,
reconociendo y consolidando a la Agricultura Familiar como sujeto social protagónico
del espacio rural.
En este contexto de creciente institucionalización y jerarquización de la AF por parte
de la política pública, se fueron fortaleciendo las organizaciones representantes del
sector, por esfuerzo propio y por estímulo desde distintos programas estatales, con
diversos grados de autonomía respecto del Estado. El fortalecimiento de la
organización de los productores familiares y la promoción del asociativismo y la
cooperación, aparece como uno de los objetivos específicos de la Ley de AF,
formalizando lo que ya era objetivo de distintos instrumentos de intervención.
En la actualidad, son numerosas las organizaciones de agricultura familiar (OAF). Las
mismas se encuentran distribuidas en gran parte de Argentina. Una particularidad es
que la mayoría tiende a agruparse y a extender su alcance territorial a partir de la
conformación de federaciones, asambleas o movimientos. Entre estas se destacan la
Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura Familiar (FONAF), el
Movimiento Nacional Campesino e Indígena (MNCI), la Asamblea Campesina e
Indígena del Norte Argentino (ACINA), el Movimiento Agroecológico de Latinoamérica
y el Caribe (Maela), el Frente Nacional Campesino (FNC), la Mesa Provincial de
4
Organizaciones de Productores Familiares de la Provincia de Buenos Aires y la
Federación Agraria Argentina (FAA).
En esta tesis nos enfocaremos en particular en un municipio de la provincia de Buenos
Aires, Tres Arroyos, porque hay una organización llamada Madre Tierra que se
destaca por su participación en la Mesa Provincial de Organizaciones de Productores
Familiares de la Provincia de Buenos Aires, una coordinación de varias organizaciones
que representan al sector autoidentificado como AF que discute políticas públicas a
nivel provincial y que tiene ya cierta trayectoria. La visibilidad de Madre Tierra a nivel
provincial dentro del sector y su participación activa nos motiva a indagar sobre esta
organización, sus estrategias y los productores que representa desde una perspectiva
geográfica.
La feria y mercado Madre Tierra, según relevaron Dumrauf y Gonzalez (2009: 1) tiene
como objetivos específicos “fortalecer los mecanismos de participación de las familias
productoras”, “generar normativas apropiadas para la Agricultura Familiar” y visibilizar
la Agricultura Familiar y sus modos de producción”. La organización pretende aportar a
fortalecer “otra manera de producir y de intercambiar sus productos”. Tiene su origen,
luego de la crisis del 2001, que muchas familias desocupadas de Tres Arroyos -
algunas inscriptas en organizaciones sociales- comienzan a buscar alternativas que
les permitieran generar ingresos y asociarse, a partir de nuevas formas de
relacionarse y de producir (Dumrauf y Gonzalez, 2009: 1).
Los feriantes que allí participan se caracterizan por ser agricultores familiares
(productores hortícolas y de granja) del periurbano o ser emprendedores de la
economía popular (textiles, artesanías, panificados, juguetes, etc.) que participan de la
experiencia tanto por un interés económico (ingresos), como por otras motivaciones
ligadas a cuestiones afectivas e ideológicas (Dumrauf y Gonzalez, 2009: 3). Es decir
que en la feria Madre Tierra hay sujetos que podrían incluirse en la definición
propuesta por la Ley de reparación histórica de la agricultura familiar y otros que no.
Debemos tener en cuenta las características que presenta la AF en la región
pampeana distinta a la extrapampeana, según tamaño de explotación, dotación de
maquinarias, contratación de trabajadores asalariados, etc. En particular, si
comparamos la provincia de Buenos Aires con el resto del país, vemos que es, en
números absolutos, la provincia con más explotaciones agropecuarias familiares y que
la mayoría de ellas son del sector más capitalizado de la AF (Obschatko, 2009). Pero
aunque estas sean características generales, encontramos en la provincia de Buenos
Aires una heterogeneidad de sujetos representados y organizados bajo la categoría
agricultor familiar que nos motiva a indagar el caso.
5
En cuanto al accionar de la organización, además de comercializar dos veces por
semana la producción en un espacio fijo cerrado asignado por el municipio (lo cual la
distingue de otras experiencias que se instalan en plazas y lugares abiertos), Madre
Tierra realiza anualmente su fiesta aniversario en donde organiza jornadas con
paneles a las que asisten funcionarios estatales de distintas dependencias ligadas a la
Agricultura Familiar y la Economía Social, miembros de otras organizaciones de la
provincia y del país. Por otra parte, sus integrantes suelen viajar a actividades de
organizaciones con las que se vinculan o de organizaciones de segundo grado de las
que forman parte. A su vez, realizan eventos culturales y deportivos para los vecinos
de Tres Arroyos. Estas acciones forman parte de la estrategia de la organización para
lograr sus objetivos, la cual puede ser analizada en su dimensión espacial.
La feria y mercado Madre Tierra aparece en varias publicaciones del Instituto Nacional
de Tecnología Agropecuaria (INTA) como un ejemplo feria de la agricultura familiar y
de emprendimiento de la economía social (Alcoba y Dumrauf, 2011; Cittadini y otros,
2010). A su vez cuenta con el apoyo de distintas instituciones estatales nacionales y
provinciales (Ministerios de Desarrollo Social de la Nación y de la Provincia de Buenos
Aires, de la Secretaría de Agricultura Familiar del Ministerio de Agricultura Ganadería y
Pesca de La Nación – antes Subsecretaría- entre otros) como de la municipalidad de
Tres Arroyos. Los primeros financiamientos de los proyectos productivos asociados a
la feria han sido microcréditos otorgados, resultado de gestiones con el Consorcio de
Gestión Compartida y desde el Banco Popular de la Buena Fe, instrumentos
pertenecientes a los ministerios de Desarrollo Social de la Provincia de Buenos Aires y
de La Nación, respectivamente. La justificación para financiar este tipo de proyectos se
enmarcaron en las políticas públicas de desarrollo local o desarrollo territorial.
Por un lado, hemos mencionado que se destaca de este caso la visibilidad que
adquirió la organización dentro del ámbito institucional de la provincia de Buenos Aires
a pesar de no poseer un peso numérico de importancia de productores nucleados.
Esto lo lograron a partir de su accionar a nivel local, regional y provincial, en
vinculación con otras organizaciones y con distintas instituciones estatales. En
particular, como dijimos Madre Tierra participa de la Mesa Provincial de Productores
Familiares de la Provincia de Buenos Aires, una organización de segundo grado que
tiene un representante en la comisión directiva de la Federación de Organizaciones
Nucleadas de la Agricultura Familiar. Por otro lado, hemos señalado que esta feria
nuclea cierto tipo de productores dentro de la categoría política “agricultores familiares”
y en particular dentro de la AF del partido de Tres Arroyos. Teniendo en cuenta estas
dos cuestiones, nos preguntamos ¿cómo esta organización se consolida como
6
referente de la agricultura familiar de Tres Arroyos y para la región pampeana?
Observamos un conjunto de prácticas espaciales que agrupamos en lo que llamamos
estrategias socioespaciales que le permiten esta visibilidad a nivel provincial y nos
propondremos indagarlas.
Nos planteamos como objetivo general: indagar en las estrategias socioespaciales que
la organización Madre Tierra ha venido desplegando desde 2005 para representar a la
AF bonaerense.
Como objetivos específicos nos proponemos:
1) Analizar las características de la organización Madre Tierra en el marco de la
categoría agricultura familiar en la provincia de Buenos Aires.
2) Identificar y caracterizar las estrategias socioespaciales que la organización Madre
Tierra despliega en el ámbito municipal, provincial y nacional.
Nos planteamos como hipótesis que las estrategias socioespaciales desplegadas por
la organización Madre Tierra le han permitido constituirse en referente organizacional
de la agricultura familiar en la provincia de Buenos Aires.
Esta tesis está organizada en seis capítulos, además de esta introducción. En el
capítulo 1 presentamos el marco teórico. Allí desarrollamos los conceptos que
estructuran nuestro análisis: las estrategias socioespaciales de las organizaciones y la
producción del territorio y presentamos la discusión sobre la agricultura familiar como
categoría analítica y política. Luego, en el capítulo 2 desarrollamos la estrategia
metodológica adoptada. El capítulo 3 contextualiza. Primero caracterizamos la
situación de la AF en Argentina y en provincia de Buenos Aires. Después presentamos
un recorrido histórico de las políticas públicas para la AF y su proceso de
institucionalización, en particular hacemos foco en la búsqueda del Estado por
fortalecer las organizaciones de la AF. En ese mismo capítulo repasamos las
organizaciones que representan al sector y su relación con el Estado en el periodo
analizado. Los capítulos 4 y 5 focalizan en el caso estudiado. En el capítulo 4
caracterizamos el perfil productivo y la estructura agraria del municipio de Tres
Arroyos, en particular hacemos foco en los llamados productores y agricultores
familiares. Entonces nos detenemos en nuestro objeto de análisis: la organización
Madre Tierra y analizamos las características de los productores que participan en
ella, hacemos un repaso de su historia, su accionar y de los instrumentos de política
pública de los que ha sido beneficiaria. En el capítulo 5 analizamos las estrategias
socioespaciales de la organización Madre Tierra, diferentes prácticas espaciales que
combina la organización para legitimarse y buscar cumplir sus objetivos. Por último, en
7
el último capítulo desarrollamos las conclusiones del análisis, retomando aspectos
destacados del análisis, interrelacionando el planteamiento teórico con el caso de
Madre Tierra y el contexto general de institucionalización de la AF y fortalecimiento de
las organizaciones del sector, planteando algunas reflexiones finales.
8
Capítulo 1: Marco Teórico
1.1. Introducción
En las últimas décadas, geógrafos y otros científicos sociales han insistido en la
necesidad de incorporar el espacio en la explicación de los fenómenos sociales. Esta
elaboración conceptual ha nacido de la tradición marxista. El materialismo histórico
que desmitificó y politizó la “producción de la historia”, inspiró la desmitificación y
politización de la “producción del espacio” abriendo el camino para la formulación de
un materialismo geográfico e histórico y a la consideración conjunta del espacio social
y del tiempo histórico en tanto productos sociales, fuentes de conciencia política y
campos de acción de la lucha social. Siguiendo los trabajos pioneros de Lefebvre, la
reciente teoría social ha reafirmado el espacio en el análisis social contemporáneo
(Sznol, 2007: 27).
Tradicionalmente la geografía reconocía como la única forma de territorio el control
estatal sobre un área del globo. Es hacia el año 1971, cuando se publica el libro de
Edward Soja The Political Organization of Space, que se utiliza por primera vez el
concepto de territorialidad en relación a otras formas territoriales. Será una primera
aproximación, vinculada las teorías de los “micropoderes” (Benach y Albet, 2010).
Fundamentalmente Foucault y Deleuze comienzan a cuestionar la idea del Estado
como única forma de poder y establecen una diversidad de formas de su ejercicio. De
estas perspectivas se va a nutrir gran parte de la geografía anglosajona, primero con
Soja y luego con otros autores que utilizan la teoría de los micropoderes para
desarrollar nuevas concepciones de lo territorial que ponen de relieve otras formas de
ejercicio de poder en un área, más allá del poder estatal. Sin desconocer el territorio
del Estado, comienzan a desarrollarse estudios de nuevas formas territoriales no
estatales o, al menos, no exclusivamente estatales. En esta línea se inscriben los
trabajos de Sack (1986) y Raffestin (2011) quienes son considerados como los
principales exponentes de las “geografías del poder” que se desarrollarán en la
década de 1990, en relación al giro político en la geografía (Benedetti, 2011).
Dentro de los estudios de la geografía política que ya no están centrados en el
territorio del Estado sino en otros actores se destaca la producción brasilera. Nelson
Rodrigo Pedon (2009) escribió un artículo para la Revista Terra Livre en el que realiza
un estado de la cuestión de la investigación geográfica brasilera sobre los movimientos
sociales, importantes antecedentes generales para nuestra investigación. Allí
menciona como precursores de los estudios de movimientos sociales en la Geografía
brasilera a los trabajos de la década de 1960 de Manuel Correia de Andrade y de
9
Josué de Castro que se enfocaron en las ligas campesinas en el nordeste brasilero.
Luego menciona que en los ’70 estuvo ausente la temática en las investigaciones y
que en los ’80 y ’90 hubo una valorización del tema. De este último período subraya
tres autores: Carlos Walter Porto Gonçalves, Emerson Renato dos Santos y Bernardo
Mançano Fernandes.
Muy brevemente, Carlos Walter Porto Gonçalves (2001) analiza la territorialidad
entendiendo por esta a la forma en que los grupos sociales se apropian del espacio en
donde habitan. En la medida que los actores se relacionan con el territorio y se van
conformando como grupo, construyen una identidad que el autor denomina “identidad
social geografizada”. Emerson Renato dos Santos Bernardo realizó una valiosa
sistematización teórica en su tesis de doctorado en 2006 sobre la espacialidad de los
movimientos sociales. Este autor afirma que la acción política de los movimientos tiene
al espacio como uno de sus elementos estratégicos fundamentales y por eso plantea
su análisis espacial. Mançano Fernandes junto a Jean Yves-Martin elaboraron el
concepto de movimiento socioterritorial que se pueden ejemplificar con los
movimientos sin tierra y sin techo. Este autor busca profundizar la lectura geográfica
de las acciones de los movimientos sociales, que implica una preocupación por las
prácticas socioespaciales y socioterritoriales de los mismos (Arzeno, En edición). De
acuerdo con el autor, todos los movimientos son socioespaciales: ocurren en el
espacio y producen espacio (social, cultural, político, ambiental). Pero lo que define a
un movimiento socioterritorial es que tienen al territorio como objetivo y este es
esencial para su existencia. Por otro lado, la particularidad que tienen es que actúan
en diversos lugares al mismo tiempo y forman una red de relaciones con estrategias
políticas que promueven y fomentan su territorialización.
Vimos que los estudios espaciales y territoriales ya hace décadas que no solamente
están enfocados en el territorio estatal sino que hay otros actores territoriales que
ejercen poder y resistencia. Nosotros centramos nuestro análisis en una organización
de la agricultura familiar (Madre Tierra) y en particular exploramos las estrategias
socioespaciales que despliega. Para llevar a cabo tal objetivo nos valemos de dos
conceptos y una categoría analítica que desarrollamos en lo que sigue de este
capítulo: producción del territorio (y el rol de las organizaciones en este proceso),
estrategias socioespaciales de las organizaciones y la categoría analítica y política
agricultura familiar.
10
1.2. La producción del territorio y las organizaciones
Consideramos al territorio como una construcción social resultante de las prácticas de
los actores. Estas prácticas son relaciones sociales y de poder, que configuran y/o
reconfiguran al “espacio” en forma continuada y pueden: (i) ser expresiones materiales
o simbólicas; (ii) manifestarse en un espacio concreto, definido, continuo, delimitado
espacialmente; (iv) expresar un espacio en red, abstracto, discontinuo, sin
demarcación física; (iv) definirse por su identidad o por su carácter cultural,
económico, institucional, político, productivo, social; paisajístico, etc. En su acepción
más profunda y abstracta (asimismo más oculta) el territorio expresa el conflicto social
(Arzeno y Ponce, 2010; Manzanal et al, 2011; Manzanal y Villarreal, 2010; Villarreal,
2010) explícito o latente, por el uso de los recursos territoriales (como el agua, la tierra,
los minerales, los bosques, el paisaje, el patrimonio histórico, la identidad, la cultura).
Consideramos al territorio como “el espacio definido y delimitado por y a partir de
relaciones de poder” (Lopes de Souza, 1995: 78).
Milton Santos (1996) enfatiza la importancia del “territorio” como el ámbito desde el
cual es factible generar una alternativa diferente. Precisamente, Santos (1996: 149)
considera que es desde “su propio lugar” que los actores pueden potenciar su
capacidad para enfrentarse a los sectores hegemónicos y para delinear, acordar y
llevar adelante una propuesta superadora de las instituciones, las normas y las reglas
impuestas externamente. De esta manera, siguiendo a Manzanal y otros (2006),
consideramos al territorio como la trama resultante de comportamientos
institucionalizados y localizados en un determinado espacio de actores sociales y de
organizaciones con diferente poder político y económico, que se vinculan por
actividades productivas y/o de consumo, en forma contradictoria, regular y continuada
en tiempo y espacio. El territorio se construye a partir de su puesta en valor, sea para
la subsistencia de una comunidad o como ámbito de valorización del capital. Y esto se
da a partir de procesos sociales, económicos y políticos contradictorios, que persiguen
hegemonizar el poder social y económico sobre el mismo y controlar su devenir.
Los actores sociales, pertenecientes a determinadas clases, fracciones de clase,
organizaciones, grupos e incluso individuos estratégicamente ubicados en un sistema
de poder toman posición en torno a demandas sociales y ejercen ciertas acciones
(Oszlak y O´Donnell, 1995). El Estado también toma posición en relación con estas
cuestiones socialmente problematizadas, que concitan la atención, interés o
movilización de los actores de la sociedad civil y esta posición se manifiesta a través
de las políticas públicas, conformadas por un agregado de numerosas propuestas de
11
acción pública, planes, programas, acciones (Oszlak y O´Donnell, 1995). Las políticas
públicas se configuran a través de un proceso social, donde intervienen el Estado y
distintos actores con sus respectivas demandas, en una dinámica que opera en forma
continuada y contradictoria, donde las relaciones de poder y dominación juegan un rol
central y donde se dirimen intereses opuestos y el conflicto está siempre presente, en
forma explícita o implícita. En esta interacción la configuración, organización y uso del
territorio está en disputa: el accionar contradictorio y conflictivo de los actores, sus
organizaciones y el Estado a través de las políticas va produciendo el territorio.
En el territorio se enfrentan y dirimen posiciones opuestas entre actores y
organizaciones, y, asimismo, se consolidan sus articulaciones. En este devenir, surgen
y desaparecen, se fortalecen o se debilitan, las organizaciones de base (con el
consecuente efecto de movilización- desmovilización y de mayor o menor compromiso
político y participación) (Manzanal y otros, 2006: 215).
En la producción del territorio reconocemos el accionar de los actores de manera
organizada y sus instituciones. Desde esta visión, consideramos a las organizaciones
como los grupos de personas unidas por un objetivo común con una estructura
jerárquica u horizontal de funcionamiento, con actividades especializadas organizadas
según normativas explicitadas; e “instituciones” como las reglas de juego que
reglamentan el comportamiento de las organizaciones y que pueden ser formales o
informales, explícitas e implícitas, pero aceptadas y conocidas por todos los
involucrados (Manzanal y otros, 2006: 216). En las organizaciones se trabaja y se
distribuyen las actividades siguiendo objetivos explícitos, consensuados o no. Las
organizaciones pueden tener personería jurídica, o bien una estructura de
funcionamiento y/o una antigüedad y/o regularidad de encuentros y/o financiamiento,
que justifique considerarla como una organización formal (Manzanal y otros, 2006:
216-217).
Las organizaciones, como la que centramos nuestro análisis, se originan
habitualmente a partir de una multiplicidad de situaciones y/o conflictos como la lucha
por la tierra, las pujas por la distribución de ganancias al interior de un complejo
agroindustrial, la disputa por condiciones de producción y/o comercialización y la
búsqueda de “reinserción” social y económica con el objetivo de integrar a sujetos
sociales diversos para lograr su acceso a oportunidades, bienes y servicios, ya sea a
través de iniciativas autogestionadas, promovidas por políticas públicas o por otro tipo
de instituciones (Neiman y Berger, 2010: 72). En los momentos iniciales de
constitución de las organizaciones, en muchos casos, los “agentes externos”
desempeñan un importante rol, ya sea por su dominio de saberes técnicos o por su
12
carácter de impulsores de estas propuestas. Estos agentes suelen ser profesionales,
militantes políticos o miembros de grupos religiosos que operan como promotores de
estas iniciativas pero también como articuladores con otros grupos sociales, ya sea
con organizaciones similares, con el Estado a través de sus programas o con
instancias de gobierno generalmente de jurisdicción municipal o, a lo sumo, provincial
(Neiman y Berger, 2010: 72).
En la búsqueda de alcanzar sus objetivos las organizaciones realizan diversas
acciones y estas prácticas son pasibles de ser analizadas haciendo foco en su
dimensión espacial.
1.3. Estrategias socioespaciales de las organizaciones
Entendemos las estrategias socioespaciales como combinaciones de prácticas
espaciales, es decir, de prácticas sociales en que la espacialidad (la organización
espacial, la territorialidad) es un componente nítido y destacado de la forma de
organización, del medio de expresión y/o de los objetivos a ser alcanzados (Souza,
2013: 241).
Lópes de Souza (2013) toma este concepto de Henri Lefebvre. Para este último, una
práctica espacial consiste en una proyección sobre el terreno de todos los aspectos,
elementos y momentos de la práctica social (Lefebvre, 1981: 14). Esto es adaptado
por Lópes de Souza para poder ser utilizado en una investigación empírica. Si bien
ninguna práctica humana es totalmente independiente del espacio social, muchas
acciones humanas tienen la dimensión espacial de un modo indirecto, débil, sin una
gran complejidad o más o menos banal. Otras, en cambio, están impregnadas de la
dimensión espacial de manera densa, compleja o constituyente. Por eso, en otro
artículo, el autor habla de prácticas sociales densas de espacialidad (Souza, 2010:
23).
Lópes de Souza (2013) identifica a las “prácticas espaciales insurgentes”. Éstas
remiten a la idea de praxis, o sea, de una acción que busca transformar la realidad,
políticamente hablando (para influenciar o transformar las relaciones de poder). Souza
(2010: 40-41), presenta seis tipos generales de prácticas espaciales insurgentes, las
cuales son capaces de incluir un número enorme de manifestaciones empíricas
particulares. Aclara que no pretende agotar el asunto sino que sea un cuadro de
referencia que puede ser complementado o mejorado. Los seis tipos son:
territorialización en sentido estricto (apropiación o control del espacio por medio o con
13
ayuda de presencia física), territorialización en sentido amplio (territorios que son
identificados, derechos de propiedad que son desafiados, reglas espaciales impuestas
por el Estado son quebradas mediante símbolos), refuncionalización / restructuración
del espacio material (ajuste del espacio a nuevas necesidades derivadas de nuevas
relaciones sociales), resignificación de lugares, construcción de circuitos económicos
alternativos, construcción de redes espaciales (implementación de prácticas
multiescalares).
En nuestro trabajo indagamos las estrategias socioespaciales de Madre Tierra, en
donde se combinan tres tipos de prácticas espaciales: 1) resignificación de lugares, 2)
construcción de circuitos económicos alternativos, 3) construcción de redes
espaciales. Con resignificación de lugares nos referimos al nuevo uso y carga
simbólica que le dan al galpón que pertenecía al ferrocarril y que ahora es donde
funciona la feria. Respecto de la construcción de circuitos alternativos avanzamos
sobre el circuito de ferias de agricultura familiar y economía social y solidaria en el que
está inserto Madre Tierra y las expectativas de generar redes de comercialización
alternativas. Con redes espaciales observamos la vinculación con otras
organizaciones e instituciones estatales en diferentes órdenes de gobierno. Prestamos
atención a la vinculación entre organizaciones que fomentan su cooperación mutua
que puede ser para encarar algunas acciones específicas, particulares y concretas, o
acordar un plan de acción conjunto, que supone actividades articuladas y enfocadas
hacia la consolidación y crecimiento como organizaciones, compartiendo una similar
visión del desarrollo, acordando metas y recursos en pos de un objetivo (Manzanal y
otros, 2006: 220).
La construcción de circuitos económicos alternativos y de redes espaciales
constituyen, a su vez, “políticas de escala”. Éstas, siguiendo a Lopes de Souza (2013:
196), las definimos como la articulación de acciones y agentes operando en niveles
escalares diferentes (esto es que poseen magnitudes y alcances distintos) con la
finalidad de potenciar efectos, neutralizar o disminuir impactos de acciones adversas u
obtener mayores ventajas de situaciones favorables; por ejemplo, ampliando esferas
de influencia (al expandir audiencias, sensibilizar actores que pueden ser posibles
aliados, etc.) y propiciando sinergias políticas (al reclutar nuevos apoyos, construir
alianzas, etc.) (Lopes de Souza, 2013: 196). La eficacia política de una acción o
activismo descansa en su capacidad de obtener apoyo de diferentes tipos a partir de
una exitosa articulación de escalas; es decir, mediante la articulación de actividades y
frentes de combate situados en escalas distintas.
14
Ampliamos este abordaje de las estrategias socioespaciales en el Capítulo 5 al
analizarlas específicamente.
1.4. Agricultura Familiar
1.4.1. AF, una categoría política en construcción
Para finalizar este capítulo nos referimos a los debates conceptuales en torno a la
categoría agricultura familiar. Es necesario el análisis de esta categoría compleja
puesto que queremos conocer qué sujetos están representados en la organización
Madre Tierra que se autodenomina como organización de la agricultura familiar.
La AF es un sector importante en cantidad de explotaciones en el país y de gran
heterogeneidad al que, tanto desde el Estado como desde la academia, se le adjudica
un rol como sujeto del desarrollo rural por su aporte en la producción, en la provisión
de alimentos y en la ocupación del territorio. Esta categoría agrupa a los sujetos que
se han denominado como pequeños productores, minifundistas, campesinos,
chacareros, colonos, medieros, pescadores artesanales, productor familiar,
productores rurales sin tierra, los productores periurbanos y las comunidades de
pueblos originarios, que tienen en común la predominancia del trabajo familiar.
Coincidimos con Villarreal y otros (2013) cuando plantean que la AF como sujeto de
política pública es una categoría en construcción política y discusión en el ámbito
académico. De acuerdo a quien se considere, su definición, puede combinar en mayor
o menor medida, una o varias de las siguientes variables: dotación de capital y
posibilidades de acumulación, trabajo (familiar y/o asalariado), aspectos culturales,
formas de producción y comercialización, entre otras. La Ley de Reparación Histórica
de la Agricultura Familiar vigente desde principios de 2015 define al agricultor familiar
como aquel que lleva adelante actividades productivas agrícolas, pecuarias, forestal,
pesquera y acuícola en el medio rural y reúne los siguientes requisitos:
“a) La gestión del emprendimiento productivo es ejercida directamente por el productor y/o algún miembro de su familia; b) Es propietario de la totalidad o de parte de los medios de producción; c) Los requerimientos del trabajo son cubiertos principalmente por la mano de obra familiar y/o con aportes complementarios de asalariados; d) La familia del Agricultor y Agricultora reside en el campo o en la localidad más próxima a él. e) Tener como ingreso económico principal de su familia la actividad agropecuaria de su establecimiento. f) Los Pequeños Productores, Minifundistas, Campesinos, Chacareros, Colonos, Medieros, Pescadores Artesanales, Productor Familiar y, también los campesinos y productores rurales sin tierra, los productores
15
periurbanos y las comunidades de pueblos originarios comprendidos en los apartados a),b), c), d) y e).”
Podemos observar en esa definición una heterogeneidad muy grande, pudiendo
abarcar desde minifundistas hasta productores capitalizados que contratan
asalariados. Según Lattuada, Márquez y Neme (2012) la AF es una categoría política
para enfocar la acción pública a favor del desarrollo rural. Para estos autores, la
referencia a la agricultura excede lo estrictamente agrícola y aún lo agropecuario para
involucrar todas las actividades económicas generadoras de ingreso que las personas
asentadas en el medio rural llevan adelante, incluidos el turismo, otros servicios, las
artesanías y la agroindustria (Lattuada, Márquez y Neme, 2012: 80). Por otra parte, la
unidad social que para simplificar, llamamos familia, no siempre ni necesariamente lo
es. No lo es en el sentido estricto del término, ya que puede no estar unida por
relaciones de parentesco o que, estándolo, se encuentre incompleta en su estructura o
no se ajuste a modelos más o menos instituidos (Lattuada, Márquez y Neme, 2012:
81).
Coincidimos con González y Manzanal (2010) cuando afirman que las organizaciones
luchan por una visión amplia e incluyente en la categoría “agricultura familiar” porque
buscan construir una fuerza social con una base y sustento político que derive en una
representación y ejercicio de poder significativo.
Desde el ámbito público se contribuyó a la fabricación de dicha categoría, en la
búsqueda de introducir intereses de diversos grupos sociales al Estado. De esta
manera
“la AF es una categoría en construcción, sobre la cual intervienen políticos, científicos, organizaciones agrarias, entre otros. Como aspectos generales podemos decir que abarca a un amplio y heterogéneo conjunto de actores rurales de extensión nacional, cuyos intereses son asimilables tanto a los de pequeños productores capitalizados, a los de farmers empobrecidos–agricultores tecnificados e integrados al mercado, que encuentran limitaciones para sostener un proceso de acumulación–, y a los de campesinos que luchan por la tierra, desplegando estrategias económicas que minimizan el vínculo externo, a través del autoconsumo, el trueque y la comercialización mínima de excedentes” (Schiavoni, 2010: 46).
La construcción de la categoría, su conformación política e identidad social, es parte
de procesos sociales que tienen que ver con demandas y acciones de diversos
actores.
En este contexto, las discusiones en torno a la representación política toman
relevancia, ya que existe una disputa en torno a ella y una lucha política sobre quiénes
son los agricultores familiares, teniendo en cuenta que las definiciones involucran
16
distintas concepciones, alianzas de productores, y distintos proyectos políticos
destinados a ellos (Servolo de Medeiros, 2010: 145). Se suma la complejidad que
estos términos se usan en el sentido común, como término empíricos y se involucran
bajo un mismo rótulo a distintos sujetos.
El reconocimiento como AF ya había adquirido una amplia difusión en Brasil desde
mediados de 1990 y esto influyó para que se expandiera al resto del MERCOSUR
(Manzanal y Schneider, 2011). En este último ámbito se promovieron reuniones entre
representantes de gobiernos, instituciones rurales y organizaciones de productores
familiares para crear canales de negociación y generación de políticas públicas
regionales para la agricultura familiar (Manzanal y Gonzalez, 2010), logrando mayor
visibilidad y peso institucional. Las razones están relacionadas sobre todo con
contextos políticos e influencias institucionales que adjudican a la AF un rol como
sujeto de desarrollo rural por su aporte a la producción de alimentos1.
En Argentina la AF empezó a conocerse como categoría de identificación de este
sector social a comienzos del 2000. Esta categoría ocupó el lugar que en la década de
1990 tenían los productores rurales pobres, los pequeños productores o antes, en las
décadas de 1960 y 1970, los minifundistas (a veces campesinos), los que además se
diferenciaban de los chacareros pampeanos. Actualmente, las políticas públicas
enfocan en la AF, tipificando y utilizando criterios de selección.
1.4.2. Debates conceptuales y antecedentes de la categoría AF
En lo que se refiere al deslinde conceptual de la categoría AF, Pedro Tsakoumagkos
(2013) sugiere que puede encarárselo desde dos miradas diferentes. Por una parte,
desde la falta de constitución de la figura del capital personificado -incluso podrían
contratarse asalariados permanentes y sin embargo no haberse constituido tal figura2-.
Por otra parte, desde el papel clave del trabajo directo familiar en el proceso
productivo en las unidades y sujetos familiares. Esto es, con independencia de sus
magnitudes o proporciones, estaríamos frente a una unidad agropecuaria familiar
1 Esto en un contexto de profundización de la crisis alimentaria a nivel mundial, tanto a escala
nacional como en ámbitos supranacionales (González, 2011). 2 “Para ello, el número mínimo de asalariados debe ser tal que el capital -en términos
marxistas- se convierta en mando sobre el trabajo. Esto es, que exista ya aquel sujeto social que en la esfera de la producción se limite, a lo sumo, a la gestión de la unidad económica y, por lo tanto, requiera de un cierto número de trabajadores asalariados permanentes que depende de la magnitud relativa del excedente generado, del volumen de medios de producción necesarios para proveer a ese número de trabajadores, etc.” (Tsakoumagkos, 2013: 15)
17
cuando la ausencia de ese trabajo familiar pone en cuestión o, directamente, impide la
prosecución del proceso productivo (Tsakoumagkos 2013: 15).
Teniendo en cuenta estas características distintivas de la AF que señala
Tsakoumagkos (2013) podemos establecer como antecedente teórico -previo a que se
utilizara el término AF- al trabajo de Murmis (1980) quien analizaba unidades basadas
en la combinación “trabajo familiar/tierra” como elemento “esencialmente” campesino.
Murmis introduce el concepto de diferenciación campesina cuando, en sus
transformaciones, dicho elemento continúa siendo predominante; y, de
descomposición cuando elementos no campesinos (compra-venta de fuerza de
trabajo, acumulación de capital) son los que empiezan a predominar. Esto último ha
sido tratado en nuestro país bajo diferentes denominaciones empíricas (colonos,
chacareros) pero, frecuentemente, con el rótulo de “familiares capitalizados” y a veces
se ha utilizado el término “farmer”. La especificidad teórica de este tipo de unidades ha
sido visualizada en la presencia/ausencia del trabajo asalariado y de la acumulación
de capital.
En el mismo sentido Tort y Román (2005: 47) retoman estudios clásicos sobre la
región pampeana y señalan:
“La presencia del “chacarero” fue ampliamente retratada para el agro pampeano. Ya en el clásico trabajo de Archetti y Stölen (1975) para Santa Fe, se incorporaba la figura del productor familiar que se encuentra entre el campesino y el empresario, por su posibilidad de acumular capital. Ésta, pareciera ser una de las características de los productores familiares pampeanos que los diferencian de los de otras regiones del país. En el mismo sentido Tort (2000) se refiere al conjunto de productores familiares capitalizados que pueden tomar o ceder tierras y/o contratar o no asalariados según el ciclo familiar y en donde la acumulación es una de las alternativas posibles de evolución, aunque también lo es la descapitalización y la descomposición de la unidad productiva.
También Bartolomé (1975) enfatiza que “la gran mayoría de los chacareros y colonos argentinos no pueden ser encuadrados en la dicotomía entre los farmer capitalistas y campesinos.” El concepto de Family farm, se atribuye a “la empresa agrícola orientada comercialmente y en la que el grupo doméstico del productor constituye la principal fuente de mano de obra” y agrega: “...la orientación esencialmente mercantil de la explotación agrícola familiar permite trazar con cierta precisión una primera distinción entre ésta y la forma campesina más arcaica”....” (Tort y Román, 2005: 47)
Coincidiendo con esta tradición que venimos describiendo, Balsa (2012: 9) postula un
rasgo central y dos rasgos conexos para identificar a las unidades familiares
arquetípicas. Como rasgo central propone que la familia conforma un equipo de
trabajo. Como rasgos conexos: a) en estas unidades no se explota trabajo asalariado,
y b) presentan una racionalidad particular, propia de la conjunción de (1) la integración
entre unidad productiva y doméstica, (2) el papel que juega en la dinámica productiva-
18
familiar la conservación del patrimonio familiar, y (3) la existencia de un proyecto de
vida vinculado a la actividad agropecuaria y con un cierto modo de vida rural deseable.
Este autor considera que el tipo arquetípico de unidad agraria familiar presentaría las
tres características. Sin embargo, la conformación de la familia como equipo de trabajo
sería la característica ineludible, ya que si este rasgo está presente podrían no darse
en forma plena los rasgos conexos, pero seguir siendo una unidad familiar.
Una visión contraria presenta el grupo de investigación encabezado por Eduardo
Sartelli. Este autor en su libro Patrones a la ruta (2008) pone en debate la AF como
categoría analítica. Para este autor gran parte del campo académico que utiliza este
término debería primero asumir que lo que ellos así denominan, no es familiar ni
depende del trabajo familiar, sino que “mayormente se trata de una clase que
reproduce su vida como clase burguesa” pues depende del trabajo asalariado directo o
de su empleo indirecto mediante la contratación de la cosecha. Aunque por otra parte,
muchos de ellos son obreros desocupados u ocupados de manera precaria y
estacional, que adoptan una identidad cultural mistificada como la de campesino
según Muñoz (2013). En el mismo sentido, De Salvo (2012) considera que la categoría
"agricultura familiar" abarca una gran diversidad de sujetos, la misma contribuye a
caracterizaciones ambiguas, y a una invisibilización del carácter de clase de los
sujetos.
Para Pessanha Neves (2008: 232) la categoría AF “corresponde a una encrucijada de
significados y de usos bastante contradictorios entre sí” por lo que sólo
excepcionalmente permitirá conducir a investigadores sobre los contenidos que se
desean cubrir. Por lo que el término “agricultura familiar” no funciona como
entendimiento de las relaciones sociales (rol que debería cumplir en caso de ser una
categoría analítica) sino que “termina creando un caos en un lugar donde debería
funcionar como recurso de inteligibilidad (2008: 232).
1.4.3. Principales operacionalizaciones de la AF en Argentina
En nuestro país desde distintos ámbitos estatales se ha operacionalizado de diversas
maneras a estas unidades y/o sujetos familiares agrarios, lo cual también suma
complejidad. Pedro Tsakoumagkos (2014) repasa las tres grandes
operacionalizaciones que hubo en Argentina de este sujeto agrario:
“En 2006 se publicó el estudio de Obschatko, Foti y Román que adoptara el término "pequeño productor". Y simultáneamente, a instancias de la resolución Nº 25/2007 del Grupo Mercado Común y de la REAF (Reunión Especializada de
19
Agricultura Familiar) del MERCOSUR, es adoptado en nuestro país el término "agricultura familiar" [documento del FONAF]. Por último (…) se acuñó el término Explotaciones Agropecuarias Familiares (“EAP familiares”) que incorpora un estrato adicional a los pequeños productores antes mencionados (Obschatko, 2009).” (Tsakoumagkos, 2014: 7)
El estudio de Obschatko, Foti y Román (2006) indica que el IICA-PROINDER define
operativamente como “pequeño productor” a quien dirige la EAP, trabaja directamente
en ella, no posee trabajadores no familiares remunerados permanentes, su EAP no es
sociedad anónima ni sociedad comandita por acciones y no sobrepasa límites
máximos en ciertos componentes de tierra y capital que difieren de región en región.
Establece tres tipos de pequeños productores utilizando indicadores de nivel de
capitalización (dotación de tractor, superficie unidades ganaderas, superficie regada,
superficie con frutales u hortícolas, etc.). Luego, en 2009, en una versión ampliada de
este mismo estudio Obschatko amplía el universo de agricultores familiares a partir del
agregado de un estrato superior definido con los mismos requisitos que para los
inferiores, excepto en que “pueden” contratar hasta 2 asalariados permanentes3.
Respecto de la definición de agricultura familiar en nuestro país a la que hacía alusión
Tsakoumagkos (2014), el documento del FONAF (2006: 4) afirma:
"En nuestro concepto, la agricultura familiar es una “forma de vida” y “una cuestión cultural”, que tiene como principal objetivo la “reproducción social de la familia en condiciones dignas”, donde la gestión de la unidad productiva y las inversiones en ella realizadas es hecha por individuos que mantienen entre sí lazos de familia, la mayor parte del trabajo es aportada por los miembros de la familia, la propiedad de los medios de producción (aunque no siempre de la tierra) pertenece a la familia, y es en su interior que se realiza la transmisión de valores, prácticas y experiencias. Incluimos en esta definición genérica y heterogénea distintos conceptos que se han usado o se usan en diferentes momentos, como son: Pequeño Productor, Minifundista, Campesino, Chacarero, Colono, Mediero, Productor familiar y, en nuestro caso, también los campesinos y productores rurales sin tierra y las comunidades de pueblos originarios. En el concepto amplio de “Agricultura Familiar” deben incluirse las actividades agrícolas, ganaderas o pecuarias, pesqueras, forestales, las de producción agroindustrial y artesanal, las tradicionales de recolección y el turismo rural. (…) Para toda esta gama de actividades debe tomarse en cuenta no sólo la producción de la familia, sino también la de estructuras asociativas de los productores."
Además, el documento del FONAF estableció cinco categorías de agricultores
familiares basadas en escalas económicas de las unidades productivas, en la
3 EAP familiares son aquéllas en las que sus productores trabajan directamente en la EAP, su
contratación de trabajadores no familiares permanentes no excede de 2, su superficie cultivada y sus existencias ganaderas no exceden de ciertos límites (25-500 ha. según regiones o 500 cab.) y excluyen la forma jurídica de SA o SCA (Obschatko, 2009)
20
residencia rural o próxima, en el destino de la producción, en el nivel de los ingresos
netos y extraprediales y en el carácter y las dotaciones de trabajo familiar y asalariado.
Como indica Tsakoumagkos (2014):
“se parte pues de una conceptualización cualitativa centrada en hogares y no en EAP y en el predominio proporcional del trabajo familiar, en la ampliación de los tipos de actores y actividades incluidos.” Esta definición de AF “amplía significativamente el “abanico” de los sujetos y actores involucrados, respecto de los pequeños productores. Además de campesinos pobres y medios, hay incluidos otros pobres rurales y urbanos. Las formas vinculadas a combinaciones trabajo familiar/capital son más “altas”, por la cantidad de asalariados permanentes y por el trabajo familiar de gestión. En el caso brasileño, en realidad, parece haberse tendido a subrayar la distinción entre campesinos y agricultores familiares. En la Argentina tal cosa no existe o no se ha expresado en áreas o programas estatales diferentes” (Tsakoumagkos, 2014: 10-11).
Soverna, Paz y Tsakoumagkos (2008: 2), señalan que
"la definición del FONAF, si bien no ignora que debe lograr una medición de las unidades familiares, posterga ese objetivo hasta contar con un instrumento ad hoc: el registro de agricultores familiares. Con las fuentes secundarias disponibles en este momento, no hay forma de establecer el peso de la agricultura familiar en el país, ni de las distintas categorías definidas.”
Como indica Craviotti (2014: 187) el Registro Nacional de Agricultores Familiares
(RENAF) adopta una definición más amplia que la empleada por los estudios del IICA-
PROINDER ya que incluyen a las familias vinculadas al ámbito rural que no
necesariamente manejan explotaciones agropecuarias4 y cuyas producciones puede o
no estar dirigidas al mercado. Al mismo tiempo, excluye a las familias que no se
ajustan a los criterios de residencia, ingresos y trabajo establecidos por el registro, que
son más restrictivos que los del estudio IICA-PROINDER.
Según Tsakoumagkos (2013: 18) las diferencias de mayor relevancia que existen
entre las operacionalizaciones son:
“en primer lugar, que los “pequeños productores” son un subconjunto de las EAP registradas por el CNA 2002, mientras en la otra son hogares asociados con las actividades que la definición enuncia. En segundo lugar, la definición de pequeño productor tiene como uno de sus elementos fundamentales la ausencia del trabajo asalariado permanente, mientras las AF cuentan entre ellos a la proporción entre trabajo familiar/trabajo total en la unidad. En tercer lugar, la residencia no es tomada en consideración entre los pequeños productores, mientras en las AF su localización en la unidad productiva o en las proximidades forma parte de su definición. En cuarto lugar, en la medida en que la definición de pequeño productor se limita a identificar un subconjunto de las EAP, no toma
4 Las familias pueden realizar “actividades agrícolas, ganaderas o pecuarias, pesqueras,
forestales, las de producción agroindustrial y artesanal, las tradicionales de recolección y el turismo rural (…) sin importar si el destino de esas actividades es la venta, el autoconsumo o el trueque, o si se trata de la actividad principal o secundaria del hogar”.
21
en cuenta las actividades/ingresos extraprediales; mientras las AF las incluyen según un criterio.” (Tsakoumagkos, 2013: 18)
Se puede observar que el concepto agricultura familiar involucra desde situaciones de
pobreza hasta ciertos grados de capitalización. Incluye —pero al mismo tiempo excede
largamente— a la imagen del campesino pobre, diversificado y dedicado al
autoconsumo. En efecto, hay además productores diversificados y especializados
orientados al mercado con perfiles, en la mayoría de las regiones del país, semejantes
a la producción agropecuaria en general. La heterogeneidad que surge indica que es
imprescindible ir “más allá” de una dicotomización campesinos/agronegocios
(Tsakoumagkos, 2014: 16). Si se adopta una concepción dual, una visión de la
estructura agraria dividida, por ejemplo, entre campesinos y agronegocios o unidades
familiares y empresas, se pierde de vista la variada situación en que las unidades
familiares (y también las empresas) producen y se reproducen en el agro argentino.
De adoptarse una visión dualista, de igual modo serán las propuestas de políticas:
para unos habrá políticas compensatorias y para otros, productivas (Soverna y otros,
2008: 11).
1.5. Las estrategias socioespaciales de una organización de AF y la producción
del territorio
A modo de cierre del capítulo, retomamos los principales conceptos que fuimos
explicando e introducimos las vinculaciones que luego desarrollamos en nuestro
trabajo.
El foco de nuestra investigación está en una organización de la agricultura familiar.
Analizamos su accionar teniendo presente que se inserta en un contexto nacional en
el que la AF se plantea como cuestión, es decir, sobre la cual Estado actúa
consolidando un proceso de institucionalización. Con sus acciones la organización
busca transformar la realidad, influenciando o transformando las relaciones de poder.
En particular en nuestro trabajo analizamos las estrategias socioespaciales de Madre
Tierra, una combinación de prácticas espaciales que identificamos que esta
organización realiza. Mediante la combinación de estas prácticas la organización se
posiciona como actor en el ámbito local, logra recursos del Estado y se visibiliza a
nivel provincial. La misma utilización de la categoría “agricultura familiar” por parte de
esta organización se hace en busca de construir una fuerza social con una base y
sustento político que derive en una representación significativa para el ejercicio de
poder. Con su accionar esta organización forma parte de un proceso más amplio, del
22
que forman parte el conjunto de organizaciones de la AF, que puede sintetizarse
considerándolo como una disputa de poder por la configuración y uso del espacio, es
decir, una disputa por la producción del territorio.
23
Capítulo 2. Estrategia metodológica
Este trabajo lo realizamos a partir de la aplicación de una metodología empírica y
cualitativa centrada fundamentalmente en información recopilada en un estudio de
caso. Esencialmente, los datos utilizados tuvieron su origen en dos tipos de fuentes.
Una de ellas primaria, principalmente cualitativa, obtenida mediante entrevistas a
informantes clave. La otra secundaria, del tipo cualitativa, cuantitativa y bibliográfica,
recopilada en el ámbito local, provincial y nacional; y vinculada con aspectos políticos,
sociales y económicos.
La opción por una metodología cualitativa fue porque buscamos analizar las
características de los participantes de la organización Madre Tierra e identificar y
describir las estrategias socioespaciales que esta organización despliega. Más allá de
las técnicas cualitativas se adoptaron también estrategias cuantitativas y análisis
bibliográfico para el abordaje de procesos que superan el horizonte temporal y
espacial en estudio.
2.1. Sobre el estudio de caso
Coincidimos con Neiman y Quaranta (2007: 217) al definir un estudio de caso “como
un determinado fenómeno ubicado en tiempo y espacio [… que] contiene una mirada
específica y diferentes perspectivas de investigación”. Sobre las particularidades de
este método de investigación, los autores aclaran que “los estudios de caso tienden a
focalizar, dadas sus características, en un número limitado de hechos y situaciones
para poder abordarlos con la profundidad requerida para su comprensión holística y
contextual” (Neiman y Quaranta (2007: 218).
Concretamente, nuestro eje de análisis está focalizado en la organización Madre
Tierra del municipio Tres Arroyos en la provincia de Buenos Aires, y particularmente
en las características de los AF que representa y las estrategias socioespaciales que
despliega. Para la elección de un caso en esta provincia se consideró que:
i) las explotaciones familiares son el 66% del total en Buenos Aires (33.653 EAP
familiares que, a su vez, representan el 13,4% del total nacional –Obschatko, 2009 en
base a datos del CNA 2002),
ii) en números absolutos es la provincia con más EAP familiares del país y con los AF
más capitalizados (23 % del total de explotaciones de ese tipo, (Obschatko, 2009 en
base a datos del CNA 2002),
24
iii) la existencia de antecedentes de políticas e instituciones dirigidas a la AF, a través
del Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura
Familiar -IPAF- del INTA de la región pampeana, la Secretaría de AF y diversas
instituciones municipales.
Dentro de ese cuadro provincial de la AF, Madre Tierra es una OAF que adquirió
visibilidad y cuenta con cierta trayectoria.
El recorte temporal es desde el 2005 a la actualidad. Esto se justifica en que: por un
lado, es el periodo donde la política pública a nivel nacional comienza a tomar a la
agricultura familiar como categoría de intervención; y por el otro, es desde cuando se
empieza a gestar la feria Madre Tierra a partir de reuniones periódicas y de
actividades de capacitación, de los que serían los miembros de la organización.
El recorte espacial es el municipio de Tres Arroyos y los ámbitos de participación de la
organización en otras escalas (provincial, nacional).
2.2. Sobre la información recopilada y utilizada
La información primaria utilizada se compone de un total de 12 entrevistas en
profundidad realizadas a diferentes actores del proceso organizativo que nos interesó
investigar:
i) tres entrevistas a integrantes de la organización Madre Tierra disponibles en el
banco de información del PERT5,
ii) tres entrevistas a integrantes de la organización Madre Tierra.
iii) cuatro entrevistas a funcionarios del ámbito nacional, provincial y municipal que
trabajaron en la implementación de políticas públicas junto a Madre Tierra.
iv) dos entrevistas a integrantes de organizaciones que coordinan con Madre Tierra.
Ordenamos las entrevistas temporalmente en el Cuadro 1. Allí indicamos información
de los entrevistados (características generales del rol general y pertenencia
institucional) el momento del año en el que fue realizada la entrevista y el lugar en que
fueron realizadas. Esta información nos resultó de importancia para contextualizar sus
comentarios y así poder profundizar en el análisis e interpretación de los mismos.
5 Cabe aclarar sobre esta fuente de información que se analizaron entrevistas realizadas a
integrantes de Madre Tierra por Fernando Gonzalez, un investigador del Programa de Estudios Regionales y Territoriales (PERT). Precisamente, la lógica de trabajo del equipo implica la puesta en común de la información primaria para de esta manera promover la discusión y análisis de la información.
25
Cuadro 1. Entrevistas analizadas para el caso de estudio.
Entrevista Institución Fecha Lugar
Martin Goizueta, referente de Madre Tierra
Madre Tierra, CEDEPO
Octubre de 2012*
Consultorio del padre Ingeniero Agrónomo.
Ricardo Galli, apicultor y tapicero
Madre Tierra Octubre de 2012*
En su casa, que también es taller de tapicería
Juan Vera, referente de Madre Tierra
Madre Tierra, FTV, PInTA
Octubre de 2012*
En el Local de la FTV de Tres Arroyos
Daniel, productor de pollos Madre Tierra Julio de 2014**
En la feria Madre Tierra
Aurora, productora hortícola Madre Tierra Julio de 2014**
En su quinta
Juan Vera, referente de Madre Tierra
Madre Tierra, FTV, PInTA
Julio de 2014**
En su casa, mismo terreno que produce
cerdos
Juan José Echeto, Secretario de Producción del municipio
Municipalidad Tres Arroyos
Febrero de
2015**
En la casa donde estaba alojándome
Salvador Torres, SAF Secretaría Agricultura
Familiar
Febrero de
2015**
En la feria Madre Tierra, en la Jornada aniversario
Coordinador SAF Secretaría Agricultura
Familiar
Febrero de
2015**
En la feria Madre Tierra, en la Jornada aniversario
Funcionaria Ministerio de Trabajo Provincia de Buenos Aires
Ministerio de Trabajo de la Pcia. Bs. As.
Febrero de
2015**
En la feria Madre Tierra, en la Jornada aniversario
Productor de Moreno Mesa de Moreno
Febrero de
2015**
En la feria Madre Tierra, en la Jornada aniversario
Militante FTV PInTA FTV, PInTA Febrero
de 2015**
En la feria Madre Tierra, en la Jornada aniversario
*Entrevistas realizadas por Fernando González.
**Entrevistas de realización propia.
Fuente: elaboración propia.
También se hizo uso de información secundaria, proveniente de bibliografía específica,
así como de diversas fuentes estadísticas, documentales (normativas, ordenanzas
municipales, documentos emitidos por Madre Tierra y las organizaciones que se
vinculan con ella) y periodísticas.
26
Para contextualizar el proceso de institucionalización de las políticas de la AF y las
características de este sector y sus organizaciones en Argentina y la provincia de
Buenos Aires, se recurrió a bibliografía específica. Para la información más actual
desde el cambio de gobierno en 2015 se utilizaron fuentes periodísticas nacionales y
documentos de organizaciones nacionales de la AF.
A la hora de analizar la estructura provincial y local de la AF, las características de la
población y el nivel de capitalización de los productores, se revisaron, además de
bibliografía sobre el tema, fuentes estadísticas el Censo Nacional Agropecuario (2002)
analizado en los documentos oficiales del PROINDER.
Sobre Madre Tierra, se hizo una recopilación de sus actividades y distintos hitos en su
historia a partir de fuentes periodísticas locales. Las dos fuentes más destacadas para
eso fueron las páginas web de los medios diario La Voz del Pueblo y de la radio LU24,
los dos medios de Internet informativos más frecuentados en el municipio por sus
habitantes. También fueron consultadas las comunicaciones de Madre Tierra en sus
medios: blog, página web, memorias escritas disponibles de algunos de sus eventos.
A su vez, se observaron las apariciones de Madre Tierra en publicaciones del INTA y
otros organismos estatales.
2.3. Los viajes de campo
El primer viaje de campo realizado en 2014 fue de carácter exploratorio. En ese viaje
conocí la feria y me contacté con sus integrantes. Las entrevistas fueron realizadas en
dos días. La entrevista con Daniel, productor de pollos, fue realizada en un día de
venta en la feria mientras él tenía ratos libres. Ese día intenté realizar una entrevista
con Juan Vera, el referente de la organización pero todo el tiempo fue interrumpida por
clientes que se acercaban a comprar. Él ese día estaba atendiendo un puesto de
venta de frutas y verduras colectivo de la organización, que rotan su atención.
También ese día mantuve conversaciones con otros integrantes de la organización
que no fueron grabadas, en especial con participantes de Madre Tierra que no son
agricultores familiares sino que se dedican a la confección de ropa y la elaboración de
comida. Como Juan Vera no me pudo atender allí arreglamos para realizar una
entrevista al día siguiente. En el segundo día entonces entrevisté largamente (casi tres
horas) a Juan Vera en su casa donde produce cerdos. Luego, me llevó en frente de su
casa a la quinta de otra productora hortícola, Aurora, donde la entrevisté y me contó su
historia de vida.
27
El segundo viaje de campo fue realizado en Febrero de 2015, este viaje fue en el
marco de una jornada aniversario de dos días de la feria a la que me invitaron a
participar como panelista junto a agricultores familiares y funcionarios estatales.
Durante esta jornada de dos días tuve la oportunidad de hacer entrevistas a
funcionarios que asistieron a la celebración y a integrantes de organizaciones que
coordinan con Madre Tierra. Además pude hacer una observación participante de una
reunión de trabajo de la Mesa de Productores Familiares de la Provincia de Buenos
Aires que se hacía en ese marco. Esa reunión no fue grabada por su carácter pero
observé y tomé notas. A lo largo de la jornada también mantuve conversaciones
informales con distintos asistentes. En este mismo viaje entrevisté a Juan José
Echeto, el Secretario de Producción del partido Tres Arroyos sobre las actividades
económicas del municipio y particularmente sobre la AF. También pasadas las
jornadas, otro día, tuve la oportunidad de observar una reunión organizativa entre
integrantes de Madre Tierra, que tampoco fue grabada.
2.4. Las actividades según los objetivos específicos propuestos
Objetivo específico 1: Analizar las características de la organización Madre Tierra en
el marco de la categoría agricultura familiar en la provincia de Buenos Aires.
Para realizar este análisis se procedió a:
i) Revisar del proceso de institucionalización de las políticas de la AF y del
fortalecimiento de sus organizaciones en la Argentina, a través del análisis de
bibliografía, documentos, portales oficiales, noticias periodísticas y declaraciones de
las OAF.
ii) Sintetizar las características y particularidades de la AF que se presentan para la
región pampeana, particularmente en el ámbito bonaerense
iii) Caracterizar las particularidades de la AF en el partido de Tres Arroyos. Tanto esta
actividad como la anterior, se realizaron a partir de la información estadística y censal
disponible (CNA 2002, IICA-PROINDER, 2007 y 2009) y bibliografía sobre el tema, y
de aportes obtenidos de información primaria de las entrevistas a informantes clave.
iv) Identificar las regularidades que los informantes clave reconocen en la agricultura
familiar organizada en Madre Tierra (sus problemáticas, formas de comercialización,
tipo de actividades productivas, nivel de capitalización, formas de tenencia de la tierra,
28
mano de obra involucrada en la actividad, tamaño de las explotaciones, escala de
producción, evolución en el número y tipo de los integrantes a largo del tiempo).
Los resultados de este objetivo se encuentran desarrollados en el capítulo 3, titulado
“Las políticas públicas y las organizaciones de la AF en provincia de Buenos Aires” y
en el capítulo 4 “Agricultura Familiar en Tres Arroyos y la organización Madre Tierra”.
Objetivo específico 2: Identificar y caracterizar las estrategias socioespaciales que la
organización Madre Tierra despliega en el ámbito municipal, provincial y nacional.
Las actividades propuestas para alcanzar este objetivo estuvieron centradas en:
i) Indagar la conformación histórica y los motivos que dieron origen a la organización.
ii) Analizar el funcionamiento habitual de la organización y las actividades que realiza,
como por ejemplo jornadas, actividades para la comunidad, viajes de sus integrantes a
eventos institucionales o de organizaciones con las que se vinculan.
iii) Identificar las articulaciones que tiene con otras organizaciones y el tipo de
articulación que se da. En particular, indagar sobre el nivel de formalidad de las
articulaciones, la historia de las mismas, los intereses que promueven esta
colaboración, las diferencias con otras organizaciones de la provincia.
iv) Analizar la relación de la organización con el Estado local, provincial y nacional:
participación en ámbitos de definición de política, obtención de financiamiento o
recursos, asesoramiento técnico, etc.
v) Observar la evolución de la infraestructura en el galpón donde funciona la feria y la
construcción discursiva que hace la organización alrededor de esto.
Los resultados de este objetivo se encuentran desarrollados en los capítulos 4 y
fundamentalmente en el 5 “Estrategias socioespaciales de Madre Tierra” en el que
analizamos las redes espaciales de la organización (locales, provinciales y
nacionales), los circuitos económicos alternativos de los que participa o aspira y la
resignificación que hacen del lugar de la organización, el galpón donde funciona la
feria.
29
Capítulo 3: Las políticas públicas y las organizaciones de la AF en provincia de
Buenos Aires
En este capítulo caracterizamos sintéticamente la situación de la AF en Argentina y en
la provincia de Buenos Aires a partir de información secundaria (principalmente
bibliografía específica). Luego repasamos el proceso de institucionalización que ha
vivido el sector desde el mediados de los 2000 en adelante e indicamos algunos de los
cambios producidos a partir de la gestión de gobierno iniciada en 2015. Por la temática
general de la tesis, en este acápite hacemos énfasis en el rol de las políticas públicas
para el fortalecimiento de las organizaciones del sector. Finalmente, repasamos las
organizaciones que representan al sector y cómo fueron coordinando entre ellas,
dialogando y presionando al Estado en el periodo analizado.
3.1. La AF en Argentina y provincia de Buenos Aires
Para analizar la Agricultura Familiar en Argentina se cuenta con una dificultad
metodológica muy grande: la ausencia de información cuantitativa actualizada y con
adecuada representatividad. Los datos cuantitativos existentes a escala nacional
surgen de dos fuentes: 1) el estudio del IICA-PROINDER elaborado por Obschatko
(2009) basado en la información del Censo Nacional Agropecuario (CNA) del 2002 y 2)
el Registro Nacional de Agricultura Familiar (RENAF) que surge de la inscripción
voluntaria de aquellos productores que se autoadscriban en esta categoría y opten por
registrarse.
Cada una de estas fuentes parte de unidades de análisis distintas. Mientras el estudio
del IICA-PROINDER, Obschatko (2009) se centra en “explotaciones agropecuarias
familiares” (EAP familiares), el RENAF registra Núcleos de Agricultores Familiares
(NAF). Las EAP familiares son aquellas explotaciones agropecuarias en las que se
verifica el trabajo directo del productor y la existencia de trabajo familiar pero también
se acepta la posibilidad de que se contrate hasta dos trabajadores remunerados
permanentes (Obschatko, 2009: 15). El Núcleo de Agricultor Familiar del RENAF fue
definido como: “la persona o grupo de personas, parientes o no, que habitan bajo un
mismo techo en un régimen de tipo familiar; es decir, comparten sus gastos en
alimentación u otros esenciales para vivir y que aportan o no fuerza de trabajo para el
desarrollo de alguna actividad del ámbito rural. Para el caso de poblaciones indígenas
el concepto equivale al de comunidad”. (Res.255/07).
30
Además, presentan diferente nivel de detalle y representatividad: el estudio del
PROINDER, al partir de información censal cuenta con un mayor nivel de cobertura y
además la información es obtenida durante un breve periodo de tiempo; el RENAF, en
cambio, al ser un registro voluntario y está en permanente actualización, y por ser
voluntario y orientado principalmente a la implementación de políticas públicas para
estos agricultores no se rige por las reglas de los procedimientos estadísticos (como
por ejemplo los controles de consistencia y verificación de toda la información).
Aún con estas limitantes, éstas son las fuentes cuantitativas disponibles para analizar
al conjunto de la AF de Argentina.
El CNA de 2002 es el último Censo disponible al nivel de desagregación requerido
para estudiar el universo de la AF. Según Obschatko (2009) las explotaciones
agropecuarias familiares en el año 2002 eran 251.116, siendo un 75% de las
explotaciones agropecuarias (EAP) del país, pero representando solo el 17,7% de la
superficie total de la tierra. Por su parte, el RENAF en su informe de marzo de 2014
publicó que tiene incorporados a la base de datos 86.721 Núcleos de Agricultores
Familiares (NAF). Comparando ambos números, podemos observar universos
relevados muy dispares.
Es necesario tener en cuenta que la importancia relativa de la agricultura familiar es
diferente según regiones y provincias, siendo particularmente alta en el noroeste y en
el noreste de Argentina. Los NAF incorporados al RENAF hasta 2014 se distribuyen en
forma diferencial en las cinco regiones consideradas por este registro (NOA, NEA,
Pampeana, Cuyo y Patagonia)6: en el NOA y el NEA se concentra el 60% de los NAF,
en tanto que es mínima su presencia en la Patagonia (6% de NAF). De acuerdo con la
información censal, las provincias con una proporción de unidades productivas
familiares superior al promedio nacional son Catamarca, Corrientes, Chaco, Entre
Ríos, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Salta, Santiago del Estero y Tucumán
(Román, 2014).
También a partir de información del CNA la AF a nivel nacional tiene escasa
participación en la producción de cereales, pero representa el 70 % de la superficie de
cultivos industriales de segunda ocupación (cultivos que requieren algún
procesamiento industrial, como yerba mate, algodón, etc., y que ocupan el suelo en la
6 NOA: Catamarca, Jujuy, Salta, Santiago del Estero y Tucumán. nea: Misiones, Corrientes, Chaco, Formosa. Pampeana: Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe. Cuyo: Mendoza, San Juan, La Rioja y San Luis. Patagonia: La pampa, Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Rio Negro.
31
segunda mitad del año agrícola). En las producciones animales, la participación es alta
en la ganadería menor, pero baja en la ganadería bovina para carne (Román, 2014).
En el Cuadro 2, podemos observar la distribución regional en cantidades y valores de
las EAP familiares. Resulta de este cuadro la dimensión en que casi la mitad de las
EAP familiares se localizan en el NOA y NEA, y que dan cuenta de poco más de un
sexto del valor de la producción. Sin embargo, la la región pampeana representa más
de un tercio del número de EAP familiares y más de dos tercios del valor bruto de la
producción generado por este tipo de agricultores (Tsakoumagkos, 2013). Este dato
marca la importancia de estudiar la AF en la provincia de Buenos Aires y de analizar
específicamente la heterogeneidad presente en esta categoría.
Cuadro 2. Estructura regional de las EAP familiares según cantidad de EAP y
participación en el valor bruto de la producción familiar. Argentina, 2002.
Regiones EAP familiares (%) VBP familiar (%)
NOA 20 9
NEA 24 9
Nuevo Cuyo* 14 9
Pampeana 36 67
Patagonia** 6 6
Total 100 100
* Incluye La Rioja **Incluye La Pampa.
Fuente: Pedro Tsakoumagkos (2013) con datos de IICA-PROINDER “Las EAP familiares de la R. A.”
(Obschatko, 2009)
3.1.1. La AF en provincia de Buenos Aires
La provincia de Buenos Aires es, en valores absolutos, la jurisdicción con más EAP
familiares (33.653). Cabe destacar que el último dato del RENAF registra 4.649 NAF.
El cuadro 3 muestra la cantidad de EAP Familiares y la superficie que ocupan en la
provincia comparado con el total nacional de EAP. Este grupo representa un 66% de
las EAP de la provincia.
Cuadro 3. Cantidad y superficie de explotaciones agropecuarias totales y familiares en
Provincia de Buenos Aires
Cantidad de EAP totales Cantidad de EAP Familiares
Total Superficie
total en has.
Sup.media en has.
Número de EAP
familiares %
Sup. total en has.
Sup.media en has.
51087 25.788.153 505 33653 66 5.704.736 170 Fuente: elaboración propia en base a Obschatko, E. (2009)
32
Obschatko (2009: 18-19) elabora una tipología que distingue cuatro categorías de EAP
familiares según su nivel de capitalización, de la A a la D, siendo la D la categoría más
capitalizada7. En relación a estos tipos de explotaciones en la provincia de Buenos
Aires, en el Cuadro 4 se observa que del total de EAP familiares el 53 % lo componen
los tipos C y D, siendo el grupo C el que más aporta al total. Lo que significa que la
mitad de las explotaciones familiares de la provincia están compuestas por “pequeños
productores capitalizados” y, en menor medida, por aquellos del grupo más
capitalizado que poseen trabajadores no familiares de forma permanente. Los grupos
C y D producen sobre el 77% de la superficie total asignada a la AF según este
estudio. Mientras tanto, el 47% de las explotaciones pertenecen a aquellos
productores con menor nivel de capitalización y producen sobre el 23% de la
superficie. Vemos que aunque predominen los AF más capitalizados existe en la
provincia una significativa heterogeneidad entre los sujetos que integran la agricultura
familiar.
Cuadro 4. Número, superficie total y media de explotaciones familiares, por tipos, en
Buenos Aires.
FAMILIARES A FAMILIARES B FAMILIARES C FAMILIARES D
EAP Superficie total
(ha)
Sup. Me
dia
EAP Superfi
cie total
(ha)
Sup. Me
dia
EAP Superfici
e total
(ha)
Sup. Me
dia
EAP Superfici
e total
(ha)
Sup. Me
dia
N° % Ha % ha/E
AP N° % Ha %
ha/E
AP N° % Ha %
ha/E
AP N° % Ha %
ha/E
AP
6.6
18
2
0
498.
661 7 62
9.1
75
2
7
905.
833
1
6 99
11.3
75
3
4
2.714.
576
4
8 239
6.4
85
1
9
1.675.
666
2
9 258
Fuente: Obschatko, 2009
De la comparación de los últimos dos censos agropecuarios con información
confiable8 realizados en Argentina (1988 y 2002) se identifica una reducción en el
número absoluto de explotaciones agropecuarias (89.146 explotaciones, o sea el 21 %
del total del país). Más de la mitad de este total, alrededor del 65 %, corresponde a
7 Familiares A: no posee tractor, tiene menos de 50 unidades ganaderas, tiene menos de 2 ha
bajo riego, no tiene frutales, ni cultivos bajo cubierta. Familiares B: semicapitalizado, sus tractores tienen más de 15 años de antigüedad, posee entre 51 y 100 unidades ganaderas, tiene entre 2 y 5 ha regadas o hasta media ha con frutales. Familiares C: capitalizado, sus tractores tienen menos de 15 años de antigüedad o tiene más de 100 unidades ganaderas, o más de 5 ha regadas o más de media ha con implantada con frutales o invernáculo. Familiares D: Productor familiar que tiene uno o dos trabajadores no familiares remunerados permanentes. 8 En 2008 se realizó un censo agropecuario, pero por el nivel de conflictividad registrado ese
año con el sector agropecuario en torno a la resolución 125 de retenciones móviles, especialistas en el tema sugieren desestimar su información.
33
EAP situadas en la región pampeana que, a partir de sus características generales,
puede afirmarse que pertenecían a la producción familiar (Tort y Prividera, 2016: 32).
Debemos reconocer un proceso largo y continuo, desde los años 70 aunque acelerado
en las últimas décadas, de descomposición y desaparición de unidades productivas
medianas y pequeñas (Tort y Prividera, 2016: 43). Varios autores como Cloquell y
otros (2007), Balsa (2004) Craviotti (2014), Muzlera (2009) coinciden con lo expresado
por Urcolla (2013) cuando afirma que:
La mudanza de las residencias rurales a zonas urbanas, el abandono de la producción para autoconsumo, la escasa participación de las mujeres y el menor compromiso de los hijos varones con la explotación, la mayor disposición de tiempo libre y experiencias pluriactivas de trabajo, el repliegue de la familia y del productor del trabajo directo hacia tareas vinculadas con la administración y las nuevas formas de racionalizar el proceso productivo: todos ellos se presentan como claros indicadores del nuevo perfil socio-productivo de las familias agrícolas de la región y de su desplazamiento en torno a dicha actividad.
Eduardo Azcuy Ameghino y Gabriela Martinez (2014: 49) se refieren a la crisis de las
explotaciones familiares pampeanas. Al respecto, señalan que se manifiesta en
cuestiones tales como i) la desaparición de establecimientos agropecuarios; ii) el cese
forzado de la actividad de explotaciones deficitarias que deben vender parcialmente
sus tierras y/o arrendarlas a terceros, teniendo de ese modo cierta conexión con el
agro; iii) la discontinuidad de la actividad productiva de EAPs cuyos dueños se ven
tentados por la oferta de altos arriendos; iv) el abandono del trabajo manual y físico en
la producción -que es lo que los define como productores directos de base familiar
mediante la tercerización de las tareas y el contratismo; v) la pluriactividad del
productor y/o miembros de su familia; vi) las dificultades constantes de los pequeños y
medianos contratistas de labores, que deben competir en condiciones desiguales con
las empresas dotadas de numerosas, variadas, modernas y potentes maquinarias y
equipos). Muchos se ven cada vez más obligados a abandonar su condición de
productores -transformándose en rentistas o proletariados- o a resistir como sujetos
aún más marginales en la actividad productiva (Gabriela Alvarez, 2015).
3.2. La institucionalización de la AF en la política pública de Argentina y las
organizaciones del sector
La desaparición de explotaciones y descomposición de la AF lleva décadas y ha
generado diversas respuestas desde el Estado. Desde la década de 1990 se identifica
la existencia de numerosos programas de desarrollo rural dirigidos a lo que
actualmente se incluye dentro de la categoría AF (pequeños productores, campesinos,
34
trabajadores rurales, etc.). Pero éstas medidas no conformaron una estrategia explícita
del Estado nacional, sino que fueron el resultado de estrategias particulares de
diferentes programas no coordinados efectivamente entre sí (además no siempre
explicitadas) y que no recibieron un tratamiento conjunto e integral de articulación y
complementación (Manzanal y Nardi, 2008). Estos no fueron instrumentados como
una política de desarrollo rural, sino como una serie de programas sociales para
mejorar la situación de vulnerabilidad (social o económica) de un conjunto de
productores caracterizados como "beneficiarios” (Nogueira, 2013). Es decir, eran
programas focalizados en los segmentos más pobres o descapitalizados que tenían la
función de sostener y fortalecer la producción de autoconsumo con el fin de asegurar
la alimentación de las respectivas familias de agricultores.
Soverna, Tsakoumagkos y Paz (2008) señalan que la instalación de la problemática de
la agricultura familiar (AF) llega a nuestro país de la mano del MERCOSUR. En ese
ámbito, y también en Argentina, comienzan a darse con intensidad la discusión y
conformación de políticas públicas nacionales e internacionales que vinculan
agricultura familiar con seguridad y soberanía alimentaria (Manzanal y González,
2010). En el año 2003, se realizó un seminario titulado "Las asimetrías en las políticas
económicas y agrícolas en el MERCOSUR", organizado por la COPROFAM
(Coordinación de las Organizaciones de Agricultores Familiares del MERCOSUR) y el
FIDA (Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, integrado al sistema de las
Naciones Unidas). El seminario dio lugar a la "Carta de Montevideo" que indicaba la
existencia de dos tipos de agricultura claramente diferenciados en la región, una
agricultura de base empresarial y otra de tipo familiar, y que pide a los gobiernos la
implementación de políticas públicas que tengan en cuenta sus especificidades
(Iurman, 2016).
Desde el año 2004 se realiza la Reunión Especializada para la Agricultura Familiar en
el MERCOSUR (REAF). En diciembre de ese año, a propuesta de Federación Agraria
Argentina, la Cancillería argentina convocó a una reunión del Consejo Consultivo de la
Sociedad Civil para tratar “el tema de la agricultura familiar”, en la cual la Secretaría de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP) asumió la responsabilidad de
organizar la Sección Nacional de la REAF (Iurman, 2016). La instalación del debate
sobre la agricultura familiar a nivel del MERCOSUR favoreció la organización de la
representación política nacional de los pequeños productores en la Argentina. Hay
algunos hechos, como vamos a ver, que jalonaron los procesos de constitución de una
nueva institucionalidad pública para el desarrollo rural y de formación y consolidación
de las organizaciones de la agricultura familiar.
35
3.2.1. Los antecedentes organizativos de la AF
Antes de avanzar en el proceso de institucionalización de la AF desde 2004 debemos
hacer un repaso de los antecedentes en la organización de la AF en Argentina hasta
ese momento, realizando un breve recorrido histórico, remarcando algunos momentos
destacados.
Entre los primeros y más destacados procesos organizativos en Argentina se
encuentra la Federación Agraria Argentina (FAA). Constituida en 1912 en el
acontecimiento conocido como “Grito de Alcorta”. La FAA tuvo por objetivo defender a
los pequeños productores y arrendatarios de la región pampeana, demandando mayor
participación en el ingreso agrícola y mejores y más estables condiciones de arriendo.
Esta será la organización más tradicional de los pequeños productores familiares
pampeanos, llamados chacareros, a lo largo del siglo XX y hasta la actualidad.
En los años sesenta, aparecen nuevas organizaciones campesinas como las Ligas y
Movimientos Agrarios en el norte del país. Estas organizaciones estaban inspiradas en
la Teología de la Liberación y reclamaban mejores condiciones estructurales para
producir en el escenario extrapampeano. Sus integrantes fueron perseguidos y
muchos de ellos desaparecidos tras los embates de la última dictadura cívico-militar
(1976-1983). Paralelamente, en especial en las regiones extra-pampeanas, aparecen
organizaciones no gubernamentales inspiradas también en la Teología de la
Liberación (INCUPO, FUNDAPAZ, etc.) que atendieron a las poblaciones rurales
excluidas del proceso de modernización agrícola -explotaciones pequeñas o
minifundistas, trabajadores rurales, poblaciones indígenas- (Ryan y Bergamin, 2010).
Con el retorno de la democracia en 1983, buscaron organizar políticamente a los
pequeños productores y favorecieron la emergencia de organizaciones provinciales de
pequeños productores, como la Unión de los Pequeños Productores del Chaco
(UNPEPROCH) y el Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE), cuya
reivindicación principal es el acceso a la tierra (Ryan y Bergamin, 2010).
Hacia la década de 1990, dada la situación macroeconómica que afectaba a amplios
sectores rurales, se crean y fortalecen nuevos espacios como el Movimiento Nacional
Campesino e Indígena de Argentina (MNCI) y la Mesa Nacional de Organizaciones de
Productores Familiares.
Muchas iniciativas de carácter asociativo han surgido de sectores u organizaciones de
la sociedad civil. Pero también, luego de la crisis del 2001 y a partir del año 2003, la
36
organización en cooperativas recibió un fuerte impulso por parte del Estado. En un
contexto de estímulo y apoyo a la economía social, se crearon cooperativas con una
importante proporción de aquellas con origen rural y agrícola, que en general agrupan
a pequeños productores en situación de vulnerabilidad. Se trata de organizaciones de
alcance local, de carácter político, gremial o ambos, que han ido cambiando sus
estrategias de acción de acuerdo a cambios en el contexto general, fundamentalmente
en lo referido a las políticas públicas. No tienen un exclusivo fin económico ya que
también actúan como estructuras de contención social, acceso a bienes materiales y
simbólicos elementales, búsqueda de transformación social y de constitución de lazos
asociativos (Neiman y Berger, 2010: 68). En un sentido similar Carrillo (2016: 219 y
220) comenta sobre los distintos objetivos que explican la necesidad de las
organizaciones de AF (OAF) de constituirse como tales:
“En cuanto a su misión y objetivos, muchas de las organizaciones se habían formado en torno a reivindicaciones concretas (en la mayoría de los casos, en luchas por la tierra y el arraigo), y en menor proporción, lo fundante había sido lo económico-productivo (organizaciones de feriantes, por ejemplo). Sin embargo, todas las OAF y grupos asociativos incluían en su agenda una mixtura de objetivos relacionados con lo reivindicativo y lo productivo en mayor o menor medida. En este sentido, también vale la pena aclarar que no existen formas jurídicas que se adapten a este doble propósito, tan esencial en la identidad de las OAF, ya que las asociaciones civiles impiden el lucro, y las cooperativas deben tener objetivos centralmente económicos. Esto también explicaría en parte el escaso interés en la formalización de las experiencias organizativas: las formas jurídicas no se parecen a la vida de la organización. En el otro extremo del abanico de OAF nos encontramos con organizaciones de vasta trayectoria, gran cantidad de miembros, mayor visibilidad y capacidad de alianza con otras organizaciones, tales como el Movimiento Agrario de Misiones (MAM) o la Unión de Pequeños Productores del Chaco (UnPeProCh), por citar solo un par.”
A mediados de 2004 se realiza en Parque Norte el Primer Congreso Nacional y
Latinoamericano sobre Uso y Tenencia de la Tierra, organizado por la Federación
Agraria Argentina congregando a unas 150 organizaciones del sector. Como resultado
se impulsó la creación de la Comisión de Agricultura Familiar en el ámbito de la
Cancillería. Esta comisión comenzó a trabajar en diciembre de ese mismo año, con
especial interés en la representación del país en la REAF.
37
3.2.2. Las políticas de fortalecimiento de la AF y de sus organizaciones
Los primeros avances en la institucionalización de la AF y el fortalecimiento de sus
organizaciones
La principal política vinculada al fortalecimiento de las organizaciones de la AF fue la
organización y promoción de Foros. En el 2005 se conformó un foro nacional con el
propósito de ser un espacio de articulación entre el Estado (y todos sus organismos
con injerencia en el desarrollo rural) y las organizaciones del sector. En diciembre de
ese año, el Secretario de Agricultura de la Nación constituyó formalmente el Foro
Nacional de Agricultura Familiar (FONAF), frente a los representantes de unas 100
organizaciones de todo el país, y tres meses después se lo institucionalizó oficialmente
mediante la resolución 132/2006 (Carrillo, 2016: 214). Este se organizó en foros
regionales de concertación a nivel de las cinco grandes regiones: NEA, NOA, Centro,
Cuyo y Patagonia.
Junto al FONAF se apoyó y financió los Foros Provinciales (FOPAFs). El equipo de
gestión del Programa Social Agropecuario (PSA)9 tuvo la tarea de fortalecer el proceso
de consolidación del FONAF. En particular, trabajó en la vinculación de las
organizaciones con los equipos técnicos provinciales del programa, a través de la
participación en las Mesas Provinciales. A partir de septiembre de 2006 y durante todo
el 2007, la actividad del FONAF estuvo centrada en conformar, provincia por provincia,
los Foros Provinciales de Agricultura Familiar con el apoyo de las coordinaciones
provinciales del PSA (Iurman, 2016).
La base de organizaciones que conformaron inicialmente el Foro fue sumamente
heterogénea: por un lado, había una fuerte impronta de la FAA (atravesada por sus
propias crisis internas de representación) y, por otro lado, muchos de los movimientos
campesinos con más trayectoria (MoCaSE, MoCaFor, MNCI) veían con recelo esta
alianza con el Estado y con la FAA. Además, y principalmente, había una miríada de
pequeñas organizaciones de creación más reciente, muchas de ellas nacidas a partir
del trabajo del Programa Social Agropecuario (PSA), bastante precarias a nivel formal,
con escasos recursos económicos poco consolidadas en cuanto a capacidades de
dirigencia. (Carrillo, 2016: 215).
En mayo de 2006 se reunió el Primer Plenario Nacional del FONAF en la ciudad de
Mendoza, donde se redactó el “Documento de Mendoza” (FONAF, 2006) con la
presencia de 250 organizaciones que buscó consensuar un diagnóstico sobre la
9 El PSA fue quizá el programa de mayor importancia institucional debido fundamentalmente a
su dispositivo territorial establecido en casi todas las provincias argentinas.
38
situación de la agricultura familiar en la Argentina. Luego, en el mes de agosto,
después de la segunda reunión plenaria organizada en Buenos Aires con presencia de
450 organizaciones, redactaron un plan estratégico de intervención política, que
recopilaba los principales temas sobre los cuales debería focalizar el accionar del
gobierno en conjunto con las organizaciones. El plan incluía líneas de acción que
reconocían la dimensión multifuncional de la agricultura familiar y su vínculo con el
desarrollo rural y que tomaban en cuenta la magnitud de las necesidades de la
agricultura familiar. Estas líneas de acción apuntaban a: el acceso a la tierra a través
de una verdadera reforma agraria; el acceso al mercado a través de la adaptación de
las normas fiscales y sanitaria y un sistema de apoyo a la producción; la mejora de las
infraestructuras relacionadas con el acceso al agua, energía, vivienda, servicios
públicos: educación, salud y comunicación; y la protección social de los productores y
trabajadores rurales (FONAF, 2006; Gisclard y otros, 2015). Entre estas líneas se
encontraba brindar fortalecimiento institucional a las organizaciones y darles
participación para integrar diferentes programas y proyectos.
Paralelamente al funcionamiento del FONAF, las organizaciones participantes
comienzan a aprovechar los encuentros como oportunidad de fortalecimiento interno.
Así, se empezó a constituir el Foro de Organizaciones Nucleadas de la AF, que toma
las mismas siglas para su nombre, y empieza a ser conocido como el Foro a secas. Se
da una cierta fusión entre la “Organización de organizaciones” FONAF y el espacio de
articulación público-privado FONAF (Carrillo, 2016: 216).
A partir de la coordinación de las OAF en diálogo con el Estado nacional, se van
conformando instituciones para dar mayor visibilidad a la AF y atender sus demandas.
En 2007, mediante la Resolución nº 255/07 de la Secretaría de Agricultura, Ganadería
y Pesca (SAGyP) de la Nación, se creó el Registro Nacional de Agricultura Familiar
(RENAF) que comenzaría a implementarse al año siguiente, un instrumento básico
para el diseño de políticas para el sector. El registro se concibió como declaración
jurada, y la determinación de si el sujeto era o no agricultor familiar, y en tanto tal,
pasible de ser inscripto, recaía en el registrador. De esta forma, solo la cercanía y
conocimiento territorial podían garantizar la eficacia de ese criterio, y
consecuentemente, eran otros agricultores familiares los más indicados para
convertirse en registradores de sus pares (Carrillo, 2016: 224).
En paralelo, otras dependencias estatales también formaron parte de este proceso de
institucionalización de la AF en la política pública argentina.
39
En el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se replanteó la orientación
institucional al incluir la agricultura familiar en el Plan Estratégico Institucional 2005-
2015. Esto implicó la revalorización del área de extensión rural y la creación de los
primeros institutos de investigación y desarrollo tecnológico para la agricultura familiar:
el Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología para la Pequeña Agricultura
Familiar (CIPAF) y los institutos de investigación y desarrollo tecnológico para la
pequeña agricultura familiar (IPAF) (Ryan y Bergamin, 2011).
Por su parte, en el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA)
se creó una Comisión de Agricultura Familiar (SENAF), con el objetivo de abordar las
problemáticas sobre el tema de calidad y la sanidad agroalimentaria.
También las experiencias de finanzas solidarias, y en especial las de microcrédito para
pequeños productores, han mostrado un crecimiento manifiesto en esos años. Con la
sanción de la Ley Nacional de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la
Economía Social (Nº 26.117/2006) se plasmó la existencia de políticas públicas que
favorecen el microcrédito, llevando adelante propuestas de creación de consorcios que
apoyan operatorias de microfinanzas y fondos rotatorios, creando la Comisión
Nacional de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social
(CONAMI), y de esta manera brindando instrumentos para los sectores de la
agricultura familiar que no pueden acceder al sistema financiero tradicional (Juarez y
otros, 2015).
La inflexión a partir del “conflicto del campo”
El año 2008 es un año muy importante para la política argentina y en particular para el
sector agrario. Se produjo lo que se conoció como “el conflicto del campo”, que se
inició con el anunció de la resolución 125, que aplicaba retenciones móviles a la
exportación de un conjunto de productos agrícolas con alta rentabilidad en el mercado
externo. Este conflicto que enfrentó al gobierno con un sector de la agricultura
(principalmente productores exportadores) tuvo sus repercusiones e impactos en el
sector de la AF. Indirectamente, aportó a visibilizar la heterogeneidad de la estructura
socioeconómica rural y la existencia de los productores agropecuarios relegados y en
pleno proceso de gestación y consolidación de las instituciones de la AF, significó un
punto de inflexión.
La FAA se alió con la Sociedad Rural (SRA), las Confederaciones Rurales Argentinas
(CRA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada (Coninagro)
conformando la “Mesa de Enlace”. Mientras el ejecutivo nacional se enfrentaba con la
40
misma, las negociaciones políticas también se jugaban con otras organizaciones de la
agricultura familiar, que el gobierno identificó como aliadas (Iurman, 2016). La FAA y el
FONAF quedaron enfrentados y disputando (y arrogándose) la representación de los
pequeños agricultores familiares. Ese año se creó la subsecretaria de Desarrollo Rural
y Agricultura Familiar dentro de la SAGyP.
A lo largo del proceso de consolidación del FONAF, se fue creando la necesidad de
avanzar en la gestión de los recursos presupuestarios en forma directa, es decir, sin la
intermediación de los programas de desarrollo rural que estaban en marcha (PSA,
PROINDER, PRODERNEA, PRODERNOA, etc.). La intención era fortalecer el rol
político de los agricultores familiares, que además comenzaron a participar de
espacios que antes eran ocupados exclusivamente por las organizaciones
tradicionales del sector, y que en ese momento se encontraban en tensión gobierno
nacional (Iurman, 2016). Como ejemplos podemos citar la participación en la Comisión
Nacional de Trabajo Agrario, el inicio de la participación en los Consejos Regionales
del INTA y la participación en el SENASA.
Luego del “conflicto del campo”, en 2009, se eleva de Secretaría a Ministerio el rango
de la cartera de agricultura, creando el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de
la Nación (MAGyP) y, en su organigrama, la Subsecretaría de Agricultura Familiar
(SsAF). Con la institucionalización de esta cartera específica se cristalizó una de las
principales demandas de las organizaciones que integraban el FONAF: una
dependencia a nivel nacional que estuviera dedicada a promover y apoyar la
agricultura familiar (Ramos Berrondo, 2013: 10). En este proceso, el antiguo Programa
Social Agropecuario (PSA), de carácter nacional, se reconvirtió de programa nacional
a subsecretarías provinciales de agricultura familiar.
Una de las principales responsabilidades de la SsAF era coordinar, programar y
ejecutar acciones promoviendo la participación activa de las OAF en sus políticas. En
ese sentido, dentro de la misma, se crea la Dirección de Apoyo a las Organizaciones
que tiene como objetivo la consolidación de las OAF, teniendo en cuenta que cerca del
80 % de estas no tenían personería jurídica, pocas contaban con estatutos y/o
normativas internas de funcionamiento; las cuentas se llevaban, en la mayoría de los
casos, informalmente (Carrillo, 2016: 219). En este mismo sentido Juarez y otros
(2015), en un artículo para una publicación del Instituto Interamericano de
Cooperación para la Agricultura (IICA), señalan:
“las organizaciones de los agricultores familiares aún no están fortalecidas como para construir otro(s) escenario(s) alternativo(s) socioproductivo(s) y proponer e instalar nuevos rumbos e instrumentos de política. Esto implica, entre otras
41
cuestiones, que para generar una perspectiva favorable para la agricultura familiar es necesario continuar con la tarea de mejorar las capacidades de acción política de la agricultura familiar.”
Las disputas por la representación de la AF entre sus organizaciones
Como mencionamos, luego del “conflicto del campo” la FAA y el FONAF quedaron
enfrentados y disputando la representación de la AF. A su vez, pese a las alianzas
puntuales y a la ocasional confluencia de agendas con otros movimientos campesinos,
el FONAF no logró establecer con estos una única gremial de la AF y el Foro se
consolidó como interlocutor privilegiado (y casi exclusivo) de la SsAF, como
representación de la voz de los agricultores familiares organizados (Carrillo, 2016:
217).
Para poder participar como organización propia del sector, las organizaciones que
formaban parte del Foro debían poner en marcha su propia forma jurídica. Así fue que
durante varios meses se discutió un estatuto específico para la puesta en marcha una
Federación de Organizaciones con identidad propia, desvinculada desde el punto de
vista jurídico con el Estado (Iurman, 2016). En diciembre de 2011, se le otorgó la
personería jurídica a la Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura
Familiar, que también tomó las mismas siglas y se dio a conocer como “La FONAF".
Esta medida fue celebrada como un hito histórico, ya que el antecedente más cercano
de una federación “campesina” se remontaba justo cien años antes, hasta el Grito de
Alcorta y el nacimiento de la FAA (Carrillo, 2016: 226).
El estatuto de la FONAF indicaba que solo podían ser miembros plenos (con derecho
a voto) los socios con personería jurídica propia, fuera esta de primer o segundo
grado. La mayor parte de las OAF no contaban con este grado de formalidad por lo
que inhabilitó a muchas de ellas en su integración; la alternativa que se les ofreció fue
federarlas en calidad de “adherentes” y que mantuvieran voz y voto en el Foro, aunque
esto no podría reflejarse formalmente en la Federación (Carrillo, 2016: 226).
Finalmente, a mediados de 2012 se celebró la Primera Asamblea y se celebró
públicamente la instauración de la Federación. Para ese momento se habían
empadronado más de 500 organizaciones, alrededor de 200 en calidad de socias y el
resto como adherentes (Carrillo, 2016: 229).
En agosto de 2012, con la asunción de un nuevo Subsecretario de AF, Emilio Pérsico,
proveniente de una rama distinta del kirchnerismo, se amplió el abanico de
interlocutores del sector frente al Estado, al incluir a otras organizaciones y
movimientos campesinos y de la AF directamente con responsabilidades en la gestión,
42
o más indirectamente en funciones de consulta y diálogo y la FONAF perdió su
exclusividad como interlocutora (Carrillo, 2016: 230). Entre el 2012 y el 2013, la base
de la Federación siguió ampliándose, y también establecieron algunas alianzas con
otras organizaciones para temas puntuales: un ejemplo fue el trabajo mancomunado
en el proyecto de Ley de Freno a los Desalojos, que si bien perdió estado
parlamentario antes de su debate, implicó el encuentro y generación de acuerdos
mínimos con organizaciones tales como el Frente Nacional Campesino, el Movimiento
Nacional Campesino Indígena, entre otros (Carrillo, 2016: 230).
Los picos en el proceso de institucionalización de la AF y de la participación de las
OAF
En 2012 se dio un hito importante en la institucionalización de la política para la AF al
elevar la Subsecretaría de Agricultura Familiar al rango de Secretaría de Agricultura
Familiar (SAF), jerarquizándola en el organigrama ministerial.
Otra medida destacada es el impulso del monotributo social para la agricultura familiar,
con el fin de facilitar y promover el ingreso de los agricultores familiares a la economía
formal y a la protección social (Juarez y otros, 2015). Este instrumento brinda
jubilación y la cobertura de una obra social para el contribuyente y su grupo familiar.
Además, en términos socioeconómicos, le permite al productor emitir factura oficial,
ser proveedor del Estado por compra directa y acceder a canales de comercialización
formales (Juarez y otros, 2015).
La AF como cuestión iba ganando lugar en la agenda global. Las Naciones Unidas
declararon el 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar. Con motivo de
esta celebración se promovió un amplio debate y se realizaron diversas actividades
académicas y políticas. En ese marco, la Oficina Regional de la FAO para América
Latina y el Caribe valoró el rol de la agricultura familiar afirmando que es un sector
clave para lograr la erradicación del hambre y la seguridad alimentaria, fuente de
empleo agrícola y rural y garantía de la sostenibilidad del medio ambiente y la
conservación de la biodiversidad (FAO, 2012).
En diciembre de 2014, el Congreso de la Nación Argentina aprobó la Ley 27.118 de
Reparación Histórica de la Agricultura Familiar que entró en vigencia en enero de
2015, siendo el punto más alto en el proceso de institucionalización de la AF. El
fortalecimiento de la organización de los productores familiares y la promoción del
asociativismo y la cooperación, aparecen como objetivos específicos de la Ley de AF
43
sancionada ese mismo año, formalizando lo que ya era objetivo de distintos
instrumentos de intervención.
Un hecho importante fue la gran participación que tuvieron las organizaciones durante
la elaboración de la Ley de la AF y cuando obtuvo media sanción de la Ley en
Diputados también exigiendo la restitución del financiamiento que habían acordado
previamente pero que no figuró en la ley. El reclamo derivó en diversas movilizaciones
y actividades frente al Congreso, que incluyó una rueda de prensa, un festival y la
elaboración de un comunicado que afirmaba que “una Ley de Agricultura Familiar sin
Presupuesto Propio, es solo una Declaración de Principios”10
.
Ese año también se conformó el Consejo de Agricultura Familiar, Campesina e
Indígena, un cuerpo integrado por representantes de cada organización de la
agricultura familiar de alcance nacional, que junto a representantes del Ministerio de
Agroindustria, Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y Servicio
Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) y de la Unidad para el
Cambio Rural (UCAR), asesoran a la Secretaría de Agricultura Familiar sobre la
aplicación de políticas públicas para el sector. Esto representa un avance en la
injerencia de las OAF en el diseño e implementación de las políticas para el sector,
puesto que a diferencia del FONAF en este espacio discuten su posición en la política
pública con los organismos estatales encargados de su diseño, implementación y
financiamiento. Las organizaciones de la AF de alcance nacional que forman parte del
Consejo de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena son la Asamblea Campesina e
Indígena del Norte Argentino (ACINA), la Agrupación Grito de Alcorta, la Asociación
Mujeres Rurales Argentinas Federal (AMRAF), el Encuentro Nacional de
Organizaciones Territoriales de los Pueblos Originarios (ENOTPO), la Federación
Agraria Argentina (FAA), la Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura
Familiar (FONAF), el Frente Agrario Evita, el Frente Nacional Campesino (FNC), el
Frente Rural La Cámpora, la Organización Nacional de Pueblos Indígenas de la
Argentina (ONPIA), el Movimiento Agroecológico de América Latina y El Caribe
(MAELA Argentina), el Movimiento Nacional Campesino Indígena (MNCI) y la Unión
Argentina de Pescadores Artesanales (UAPA).
10
- “Organizaciones campesinas reclaman presupuesto para la Ley de AF” (Télam 19/11/14): http://www.telam.com.ar/notas/201411/85935-organizaciones-campesinas-presupuesto-agriculturafamiliar - “Organizaciones campesinas exigen presupuesto para la Ley de AF”: http://clicdenoticias.com/organizaciones-campesinas-exigen-presupuesto-para-la-ley-deagricultura-familiar/
44
Durante ese año también funcionó la Mesa Nacional de Diálogo para el Desarrollo
Sustentable de la Agricultura Familiar, la cual había sido convocada por iniciativa del
presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social y de la Secretaría de
Agricultura Familiar. Participaron representantes de la UCAR, diferentes
organizaciones de la AF y entidades de las asociaciones empresarias AcSoja
(Asociación de la Cadena de la Soja Argentina) y AAPreSiD (Asociación Argentina de
Productores en Siembra Directa).11
3.2.3. Los retrocesos en la política para la AF con el cambio de gobierno en 2015 y el
accionar de las OAF
Debemos marcar que el cambio de signo político en el gobierno nacional con la
asunción de Mauricio Macri en Octubre de 2015 se lo puede interpretar como un
período de retroceso en la institucionalización del sector de la AF.
Precisamente, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca pasó a denominarse
Ministerio de Agroindustria, indicando un cambio de orientación en la política para el
sector centrado en la “industrialización” de las actividades agrarias. También hubo
movimientos de los distintos funcionarios jerárquicos algo que suele ocurrir con los
cambios de gestión.
En octubre de 2016, el secretario de Agricultura Familiar designado por este gobierno,
Oscar Alloatti, y otros once funcionarios del área presentaron su renuncia, en medio de
una fuerte restricción presupuestaria en ese organismo dependiente del ahora
Ministerio de Agroindustria. Las organizaciones del sector venían denunciando que "es
una sentencia de muerte" para la Agricultura Familiar el "magro presupuesto" que le
iba a otorgar el Gobierno de Mauricio Macri para su ejecución durante el 2017 (Ámbito,
12/10/2016).
Desde octubre de 2016 hasta Mayo de 2017 nadie asumió como Secretario de la SAF
y se decidió dar de baja esa estructura para concentrar buena parte de la ayuda
asistencial destinada a agricultores familiares a través de los programas del INTA
Cambio Rural y ProHuerta. En Mayo de 2017 dejó formalmente de existir la Secretaría
de Agricultura Familiar en el ámbito del Ministerio de Agroindustria de la Nación al
comenzar a regir el nuevo organigrama del organismo con el decreto 302/17.
11
La Mesa Nacional de Diálogo para el Desarrollo Sustentable de la Agricultura Familiar se reunió en Añatuya http://ucar.gob.ar/index.php/prensa/noticias-ucar/369-la-mesa-nacional-de-dialogo-para-el-desarrollo-sustentable-de-la-agricultura-familiar-se-reunio-en-anatuya
45
En el ámbito del Ministerio de Agroindustria de la Nación pasó a ocuparse del sector la
Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial, la cual tiene
tres subsecretarías: Agricultura Familiar, Coordinación política y Desarrollo territorial.
Entonces, se desciende el rango de Secretaría a Subsecretaría de AF, lo cual implica
una reducción de presupuesto y también una reducción del poder político de esta
entidad en el organigrama del estado nacional.
Entre los cambios específicos en la política orientada a las OAF, en febrero de 2016 el
Ministerio de Agroindustria eliminó la Subsecretaría de Fortalecimiento Institucional
que garantizaba la participación de todas las organizaciones campesinas y agricultores
familiares en la implementación de las distintas políticas del área (Página 12,
12/02/2016).
Con el cambio de gobierno en 2015 las organizaciones del sector se posicionan por la
continuidad de los ámbitos de diálogo político construidos en los últimos años y
advierten sobre la necesidad de sostener la institucionalidad y profundizar las políticas
públicas enfocadas a la Agricultura Familiar que han sido implementadas durante los
gobiernos de Néstor Kirchner (2003-2007) y Cristina Fernández (2007-2011 / 2011-
2015).
Al mismo tiempo, las organizaciones del sector cuestionan que la agenda del Consejo
de Agricultura Familiar Campesina, Indígena y de Pesca Artesanal y la REAF las pone
el gobierno sin participación de estas y reclaman por la escasez y falta de ejecución
del presupuesto para la Agricultura Familiar12
. En este sentido, las organizaciones del
sector reclaman por un lado, reglamentación de la Ley de Agricultura Familiar
(fundamental para la puesta en marcha de la ley) y, por otro, la asignación de la
respectiva partida presupuestaria. Estos dos temas no ocurrieron durante el gobierno
de Cristina Fernández y las posibilidades de que suceda durante la gestión de
Mauricio Macri son aún menores.
Entre las medidas más notorias -por su impacto mediático y por realizarse en lugares
en puntos céntricos de CABA- llevadas a cabo por organizaciones de la AF en este
período abierto en 2015, se destacan los “verdurazos”. Por ejemplo, la Unión de
Trabajadores de la Tierra (UTT) protestó frente a la Casa Rosada con la entrega de
unos 20.000 kilos de verdura a los transeúntes. Entre los pedidos ante el Gobierno se
destacaban el avance del proyecto de ley presentado en septiembre de 2016 para el
acceso a la tierra por parte de pequeños productores agrícolas, la creación de una Ley
12
Pronunciamiento del plenario de las organizaciones de la Agricultura Familiar Campesina, Indígena Y de la Pesca Artesanal (Mayo, 2017) http://incupo.org.ar/que-pasa-con-la-agricultura-familiar-en-argentina/
46
de Emergencia por las Economías Regionales, la total suspensión de desalojos de
campesinos de sus tierras y las mencionadas inmediata reglamentación y asignación
de presupuesto para la Ley de Agricultura Familiar13
.
3.3. AF: fortalecimiento institucional y debilitamiento estructural
Hemos hecho un repaso de los principales hitos en la institucionalización del sector y
los cambios ocurridos desde 2015. En este proceso de institucionalización y
jerarquización de la AF14 se fueron fortaleciendo las organizaciones representantes del
sector, por esfuerzo propio y por estímulo desde distintos programas estatales, con
diversos grados de autonomía respecto del Estado. Destacamos la política de
fortalecimiento de las organizaciones de la AF durante el período de avance de la
institucionalización del sector en el orden nacional (2004-2015, y con mayor impulso
2008-2015). Las organizaciones que representan al sector de la agricultura familiar
han ido creciendo en visibilidad y obteniendo lugar en ámbitos de participación
estatales, aunque desde 2015, con la nueva gestión de gobierno, se observa una
modificación en el énfasis político de la AF y su rol en la definición de la política.
También hemos señalado la desaparición de explotaciones y descomposición de la
AF. Al respecto, coincidimos con Craviotti (2014: 191-192) cuando afirma que desde
una perspectiva histórica, se puede argumentar que el fortalecimiento institucional de
la AF corre paralelo a su debilitamiento estructural. Esto se evidencia con la
disminución de las unidades productivas, la concentración de la tierra, el aumento del
peso de los trabajadores asalariados en la población ocupada en el sector
agropecuario y la dificultad que traen los cambios tecnológicos a la reproducción de
AF. Todo lo cual, favorece a los sectores agrarios concentrados en detrimento de los
agricultores familiares más vulnerables.
13
Productores realizaron un nuevo "verdurazo" en Plaza de Mayo http://www.ambito.com/880355-productores-realizaron-un-nuevo-verdurazo-en-plaza-de-mayo 14
Aunque centrándonos en la provincia de Buenos Aires, debemos marcar que el Ministerio de Asuntos Agrarios provincial, aún en el período de mayores avances no pareció asignar un rol destacado a la agricultura familiar. Su dirección específica para este sector presentaba un escaso nivel de actividad en territorio y muy reducida publicidad sobre sus acciones.
47
Capítulo 4. Agricultura Familiar en Tres Arroyos y la organización Madre Tierra
Comenzamos realizando una caracterización del municipio de Tres Arroyos, en
particular, una descripción de su perfil productivo y su estructura agraria para luego
hacer foco en los llamados productores familiares y en los agricultores familiares.
Términos que parecieran ser intercambiables pero que precisando sus definiciones
advertimos que no lo son y que pueden representar a sujetos diferentes.
Luego nos detenemos en el que es nuestro objeto de análisis: la organización MT.
Abordamos las características de los productores que participan en ella. Dentro de
estos, distinguimos al grupo que pertenece a la AF de los que no, pero que son parte
de los emprendedores de la economía social. También hacemos un repaso por la
historia de la organización MT, los objetivos que tiene esta organización, el accionar
de la misma y los instrumentos de política pública de los que ha sido beneficiaria.
4.1. Caracterización del municipio Tres Arroyos
Primero debemos señalar el rol que tiene la ciudad cabecera, la ciudad que le da
nombre al municipio, para empezar a hablar de las actividades económicas que allí se
realizan. Mikkelsen (2013) concibe a Tres Arroyos como una “ciudad del campo”, que
da respuestas a las necesidades de la producción primaria que la circunda; dicha
producción influye directamente sobre las decisiones de los agentes urbanos, sobre
las industrias y los servicios que se instalan. Consecuentemente, para la autora,
quienes residen en la ciudad de modo más o menos directo también tendrán
vinculación con la actividad agropecuaria. Centros como Tres Arroyos se tornaron a lo
largo de su devenir indispensables para reparar maquinarias y comprarlas, adquirir
insumos, encontrar asesoramiento, servicios bancarios, compañías de seguros, y para
agregar valor a las materias primas mediante su procesamiento. En palabras de
Albaladejo (2006, 37), estos centros urbanos han sido los grandes beneficiarios de la
modernización, y se desarrollaron a expensas de otros focos de la vida agraria de
antaño, como los parajes, y también del campo, en el sentido de campo profundo,
donde reside la población dispersa. En el mapa 1 podemos ver la ubicación de la
ciudad de Tres Arroyos y de las principales localidades del partido.
48
Mapa 1. Municipio de Tres Arroyos y sus principales localidades.
Fuente: Martín, María Cecilia (2007)
La población urbana el municipio es el 89,3% de la población total, como se observa
en el Cuadro 5. En gran medida, esto puede explicarse por el peso de la aglomeración
Tres Arroyos sobre el total del partido (concentra el 83,5% de la población). Asimismo,
cabe señalar que en lo que refiere a la población rural, aquella que corresponde a
49
población rural dispersa es algo más elevada que la población rural agrupada (es
decir, aglomeraciones de menos de 2.000 habitantes).
Cuadro 5. Población rural y urbana. Año 2010. Provincia de Buenos Aires y partidos Tres Arroyos
Jurisdicción
Población
Rural Urbana
% Población
Urbana Dispersa Agrupada
Provincia Buenos Aires 209.207 225.437 15.190.440 97,2
Partido Tres Arroyos 3.340 2.759 51.011 89,3
Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos del INDEC, 2010.
Tres Arroyos es un partido entendido, según Balsa (2006), como arquetípico en el
conjunto del área sur de la provincia de Buenos Aires, ya que tradicionalmente se le ha
considerado como caso representativo de la zona sur de esta provincia, pues su perfil
productivo y su estructura agraria le confieren características distintivas.
4.1.1. Perfil productivo y AF
Emplazado al sudeste de la provincia de Buenos Aires, el partido de Tres Arroyos
tiene como principal actividad económica la producción agrícola. Desde sus orígenes
se destaca por la obtención de trigo, cultivo al que se van incorporando luego el
girasol, la cebada cervecera, el maíz y la soja15. Conjuntamente con la agricultura —
aunque en menor nivel— debe mencionarse la presencia de la producción ganadera y
de la actividad industrial, especialmente la relacionada con labores agroindustriales.
Históricamente el municipio de Tres Arroyos es reconocido como polo agrícola aunque
también es de destacar el desarrollo de la industria, especialmente de la
metalmecánica y la alimenticia, la primera directamente ligada con la venta de
maquinarias a los productores agropecuarios, así como también con la generación de
infraestructura rural (silos, galpones), y la segunda asociada con la transformación de
materias primas. En el procesamiento y elaboración de los productos primarios
desempeña un papel central el Parque Industrial Tres Arroyos. Entre otras grandes
fábricas se encuentran Kraft Foods, Cargill, Molinos Tres Arroyos.
Pensando la distribución espacial de las actividades, tenemos por un lado, el plano
urbano, luego aparece una zona de quintas y después chacras (50ha). Más alejado del
centro urbano se encuentran los campos. Los criaderos de cerdo y gallineros se
15
En los últimos años cobra mayor relevancia la soja. También la cebada al poder combinarse con soja de segunda.
50
ubican en la zona de quintas y los lugares donde pueden estar instalados están
regulados por ordenanza para no tener problemas con los vecinos.
El municipio es 70% agrícola y 30% ganadero. Se cosechan 1.200.000 toneladas de
producción agrícola en promedio anual. Alrededor del 50% de esta producción se
industrializa en Tres Arroyos, de las cuales un 35% se exporta16. El resto de los granos
se exporta a través de los puertos de Necochea (ubicado a 140 Km. de Tres Arroyos)
y Bahía Blanca (a 180 Km.).17 A nivel ganadería, en marzo de 2015, el partido poseía
212.612 cabezas de ganado bovino, según datos del SENASA.18
Según el Censo Nacional Agropecuario del 2002 el partido contaba con un total de 692
EAP, donde la mayoría de las unidades de producción se concentraban en el estrato
de las 200 a las 1.000 has, y la mayor proporción de hectáreas correspondía al estrato
que va de 1.000 a 2.500 has. Es decir, predominan los que no son pequeños
productores como se puede observar en la Cuadro 6, tanto en el número de EAPs
como en la superficie que abarcan. Solo un 37,3% de las EAP corresponden a
agricultores familiares y representan el 10,9% de la superficie total.
Cuadro 6. Número y porcentaje de EAPs y superficie media y en porcentaje de por EAPs de pequeños productores y no pequeños productores
Total EAP
EAP de Pequeños Productores EAP de NO Pequeños Productores
Número de EAP
en % Superficie
en % Sup. Media (ha/EAP)
Número de EAP
en % Superficie
en % Sup. Media (ha/EAP)
692 258 37,3 10,9 223,2 434 62,7 89,1 1080,8
Fuente: Elaboración propia en base a Obschatko, E; Foti, M. y Roman, M. (2007) "Los pequeños productores en la República Argentina: importancia en la producción agropecuaria y en el empleo en base al censo nacional agropecuario 2002. Dirección de Desarrollo Agropecuario-PROINDER, SAGPyA.
Buenos Aires.
En la comparación de los censos entre 1988 y 2002 se verifican los mismos procesos
de concentración y exclusión en la estructura social agraria que se ven para la
República Argentina en su conjunto y para el sudeste de la provincia19
. Román y
16
Por ejemplo, la cebada se industrializa en la maltería Quilmes emplazada en el municipio, la tercera planta de Sudamérica. 17
Fuente: Secretario de Producción del municipio, Juan José Etcheto, entrevistado en Febrero de 2015. 18
SENASA (2015) Existencias de bovinos por provincia y partido (31/03/2015) 19
La instauración del modelo de apertura económica implantado en la década de los noventa del siglo XX acarreó profundos cambios económicos, políticos y sociales. El sector agropecuario argentino no resultó ajeno al conjunto de mutaciones estructurales que se produjeron. Se produjo un proceso de concentración y exclusión en la estructura social agraria. De ese modo afectó a pequeños y medianos productores y a los trabajadores del sector en general. En el conjunto nacional, entre 1988 y el 2002 (INDEC 1988, 2002) se dio una reducción del 20% en la cantidad de explotaciones agropecuarias, lo que puede indicar que dicha
51
Gonzáles (2006) establecen que la cantidad de EAP se redujeron a nivel de partido en
un 34%, con un incremento en la superficie media de las unidades, que pasó de 534
has a 761 has. Esta tendencia habría continuado en los siguientes años según afirma
Secretario de producción municipal:
“En lo que es agricultura propiamente dicha Tres Arroyos tenía alrededor de 700 parcelas o propietarios de campos, hoy probablemente este entre 550 y 600. (…) A partir de la reconversión que ha habido, ha cambiado bastante, se ha achicado esa base. En el año 2007, 2008 empezaron a entrar los pooles de siembra, que fueron absorbiendo a los pequeños productores de 200, 150, 70ha comprando o arrendando los campos.” (Juan Jose Etcheto, entrevistado en Febrero de 2015)
El modo de tenencia de la tierra también se vio modificado, ya que disminuyó la
proporción de la superficie trabajada en forma exclusiva en propiedad y aumentó
significativamente la proporción de las explotaciones que combinan propiedad con
distintas formas de toma de tierras (arrendamiento, aparcería y contratos accidentales)
(Román y Gonzáles, 2006: 43).
Si nos detenemos en los agricultores familiares, de acuerdo al análisis y clasificación
de las EAP realizado Obschatko y otros (2007) en base a datos del CNA 2002,
podemos afirmar que en Tres Arroyos:
Del total de las 258 EAP Familiares (Cuadro 7)20,
Al Tipo 1, corresponden 98 (38%) y cuentan con una superficie
media de 350 ha.
Al Tipo 2, corresponden 105 (41%) y cuentan con una superficie
media de 175 ha.
Al tipo 3, corresponden 55 (21%) y cuentan con una superficie
media de 88 ha.
concentración fue más marcada en ciertas provincias pampeanas. En el caso particular de Buenos Aires esa concentración fue del 32,32%. 20
De acuerdo al estudio realizado por el PROINDER (2007) en la provincia de Buenos Aires se considera Pequeños Productores (o Agricultores Familiares de acuerdo con Obschatko 2009) a los productores agropecuarios que dirigen una EAP en la que se cumplen las siguientes condiciones: i) el productor agropecuario trabaja directamente en la explotación; ii) no se emplean trabajadores no familiares remunerados permanentes; iii) no tiene como forma jurídica la 'sociedad anónima' o 'en comandita por acciones'; iv) posee una superficie total de la explotación de hasta 1000 ha; v) posee una superficie cultivada de hasta 500 ha. (Obschatcko, y otros, 2007: 33) La tipología construida por las autoras responde, a grandes rasgos, a la siguiente categorización: el tipo 1 abarca a los más capitalizados; el tipo 2, a aquellos que viven principalmente de su explotación pero no logran evolucionar; y el tipo 3 agrupa a los de menores recursos productivos, que no pueden vivir exclusivamente de su explotación. (Obschatcko, y otros, 2007: 14)
52
Cuadro 7. Número y porcentaje de EAPs y superficie media y en porcentaje de por EAPs de pequeños productores según tipos
PP- TIPO 1 PP- TIPO 2 PP- TIPO 3
Total EAP
Número de EAP
en %
Sup. en %
Sup. Media
(ha/EAP)
Número de EAP
en %
Sup. en %
Sup. Media
(ha/EAP)
Número de EAP
en %
Sup. en %
Sup. Media
(ha/EAP)
258 98 38,0 59,7 350,6 105 40,7 31,9 175,0 55 21,3 8,4 88,2
Fuente: Elaboración propia en base a Obschatko, E; Foti, M. y Roman, M. (2007) "Los pequeños productores en la República Argentina: importancia en la producción agropecuaria y en el empleo en base al censo nacional agropecuario 2002. Dirección de Desarrollo Agropecuario-PROINDER, SAGPyA. Buenos Aires.
Cabe recordar que esta información refiere al Censo Nacional Agropecuario 2002 -
último Censo Nacional Agropecuario con datos representativos, ya que en el CNA
2008 se desarrolló en medio del llamado “Conflicto del campo”- por lo que si bien no
refleja lo que ha ocurrido durante la última década representa una base desde la cual
partir para analizar la situación de la AF en el municipio. Resulta necesario aclarar que
probablemente la cantidad de EAP familiares se haya modificado desde entonces y
que las categorías utilizadas para su definición, debido al tiempo transcurrido, deban
ser revisadas y actualizadas. De hecho, en 2009, el PROINDER encargó a una de las
autoras del trabajo citado la actualización de las categorías y se incluyó un nuevo
grupo integrado por agricultores mas capitalizados (Obschatko, 2009).
N. Puppi y M. del C. González (2005) describen algunos rasgos de la evolución de los
productores familiares del partido de Tres Arroyos, en el contexto de modernización y
agriculturización de los últimos años, sintetizando los resultados de entrevistas en
profundidad realizadas durante los años 2000 y 2002. Entre las conclusiones a las que
arriban señalan la “medianización” (mayor cantidad de productores medianos), a partir
de la subdivisión de explotaciones grandes, arrendamiento o compra de pequeñas
parcelas. Además consideran que los productores familiares permanecieron en la
actividad (con esquemas mixtos o predominantemente ganaderos, según nivel de
capitalización), a través de la cesión parcial de tierras y/o la presencia de ingresos
extraprediales y que los más capitalizados, por su parte, expandieron su actividad
agrícola mediante la toma de tierras.
Debemos resaltar que estas autoras, consideran productores familiares a “aquellos
cuya actividad se basa fundamentalmente en la mano de obra familiar” (Puppi, 2005:
176). Al decir “fundamentalmente” significa “preponderantemente” pero admiten sin
precisión la contratación de mano de obra. A su vez, no tienen otros criterios de
delimitación, por ejemplo de superficie operada. Entonces entre los casos
seleccionados se encuentra desde un propietario que cede sus tierras (rentista), un
53
productor de 25 ha hasta otro que opera 1800 ha. Primero debemos tener en cuenta
que no utilizan el concepto “agricultor familiar” como categoría política, pues por la
época del estudio, recién comenzaba el proceso de institucionalización de esa noción,
sino que hablan de productor familiar, refiriendo al uso de mano de obra
preponderantemente familiar. Luego, debemos comentar que el concepto que trabajan
remite a la idea de “chacarero” pampeano, es decir, al subtipo más capitalizado de la
agricultura familiar.
Acerca de los pequeños productores en el municipio, el Secretario de producción
comentó en una entrevista realizada:
“Hay muchos productores de 70, 80, 100ha. En superficie quizás no representan tanto, pero puede haber 70, 80 productores. Este sector no se encuentra agrupado en organizaciones y por lo general, estas unidades chicas tercerizan las actividades productivas mediante contratistas de maquinaria. También hay algunos productores chicos que combinan con otras actividades como puede ser el gallinero de postura. Pero no son tantos los que hay y es una actividad que ha ido desapareciendo un poco también, desde 1999.” (Juan Jose Etcheto, entrevistado en Febrero de 2015)
Por otro lado, dentro de la agricultura familiar debemos considerar la pesca artesanal,
una actividad bastante informal. En Tres Arroyos, son pocos pescadores (alrededor de
veinte), sin embargo para Claromecó, una localidad balnearia del partido Tres Arroyos,
es una actividad importante porque son pequeñas empresas familiares que producen
movimiento varios meses al año.
4.1.2. Organizaciones rurales
Si pensamos en las entidades que representan a los productores agropecuarios,
encontramos que muchos forman parte de Federación Agraria Argentina, Sociedad
Rural o alguna otra agrupación y además prácticamente todos conforman a alguna
cooperativa (de energía, comercial, compra de insumos y productos varios, etc.). Tres
Arroyos tiene una historia de cooperativas de productores. Por ejemplo, la Cooperativa
Agraria es una de los principales acopiadores del país.
La organización más fuerte por historia es la de Federación Agraria, quien
representanta a los productores agropecuarios más chicos. Pero hay un sector fuera
de lo que se comúnmente se llamaron los chacareros, los de 40, 50ha, que son los de
la zona de quintas en el periurbano de la ciudad de Tres Arroyos.
Como mencionamos dentro de la categoría de agricultores familiares, considerando la
amplitud del concepto, se pueden abarcar distintos tipos de productores. En el próximo
54
apartado nos centramos en MT, la organización referente en Tres Arroyos de la
categoría política AF para indagar las características del sujeto representado para
discutir si coincide con el productor familiar estudiado en la literatura académica para
la provincia de Buenos Aires, para el sudeste de la misma y el partido analizado en
particular. A su vez hacemos un repaso por su historia, sus actividades y proyectos.
4.2. MT como referente de la AF en el municipio
La organización MT surge en paralelo al proceso de institucionalización de la AF en
Argentina y año a año se fue consolidando como feria local y creando su referencia a
nivel provincial entre las organizaciones del sector. Se destaca por su participación en
la Mesa Provincial de Organizaciones de Productores Familiares de la Provincia de
Buenos Aires, una de las pocas organizaciones de segundo grado o con cierto peso
que representan al sector autoidentificado como AF que discute políticas públicas a
nivel provincial (avanzamos sobre la participación de MT en este espacio en el capítulo
5). La visibilidad de MT a nivel provincial dentro del sector y su participación activa nos
motiva a indagar sobre esta organización y sobre los productores que representa.
Luego de la crisis del 2001, muchas familias desocupadas de Tres Arroyos -algunas
inscriptas en organizaciones sociales- comienzan a buscar alternativas que les
permitieran generar ingresos y asociarse, a partir de nuevas formas de relacionarse y
de producir (Dumrauf y Gonzalez, 2009: 1). A partir del año 2005, organizaciones
sociales y políticas e instituciones del estado, como la Federación de Tierra y Vivienda
(FTV)21, el Centro Ecuménico de Educación Popular (CEDEPO)22, la Biblioteca Popular
José Ingenieros, la Biblioteca Popular La Tranquera y el INTA de Barrow23
comienzan
21
La Federación de Tierra, Vivienda y Hábitat (FTV) es una organización social que tiene trabajo militante, cultural, productivo y social que se constituyó en 1997 a partir de la lucha por la tierra y la vivienda. Durante los años 2000, 2001 y 2002 en el transcurso de la grave crisis económica que atravesó el país, se instalaron las reivindicaciones ligadas al autoconsumo y la subsistencia (partidas alimentarías, becas estudiantiles, políticas sociales en general) y fundamentalmente reclamos por planes de empleo. En la ciudad de Tres Arroyos la FTV nace en el año 2003. A partir de ahí siguió trabajando como organización social, realizando diversas actividades de ayuda mutua entre personas de la agrupación (compras comunitarias, descuentos en negocios para afiliados al FTV) y gestionando Planes de Empleo Comunitarios (PEC), destinados a personas desocupadas y agricultores familiares que luchaban por la subsistencia en años de gran desempleo. 22
CEDEPO se formó a finales de la década de 1980 en la zona sur del Gran Buenos Aires. Desde sus comienzos, la organización está orientada a la educación popular como una herramienta para el desarrollo de las comunidades, por lo que puso en práctica una serie de programas de alfabetización, especialmente orientados a las comunidades y trabajadores rurales. Está ligada a la agrupación Kolina de la ex ministra de Desarrollo Social Alicia Kirchner. 23
La Chacra Barrow depende del Ministerio de Asuntos Agrarios de la provincia y trabaja en relación con el INTA. Abarca el partido de Tres Arroyos, Coronel Borrego, Gonzalez Chavez y
55
a idear el proyecto MT. Como resultado de un proceso de reuniones, en el 2008, se
puso en marcha la feria y mercado MT.
MT surge como organización para resolver dos problemas que estaban identificando,
según vemos en el relato de Martín Goizueta, uno de los referentes de MT en sus
orígenes y militante de CEDEPO24: por un lado, la necesidad de institucionalizar el
sector, de crear una regulación legal para poder trabajar en regla y por otro, la
necesidad de crear un mercado, disponer de un lugar físico para la comercialización
que a la vez aporte a la institucionalización del sector (2012).
Los inicios de la feria y mercado MT se remontan al año 2005 cuando un grupo de
pequeños productores artesanales y agricultores familiares se capacitan en el armado
de proyectos productivos en el marco del programa Manos a la Obra que impulsaba el
Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Terminado el curso e iniciados los
proyectos productivos surge la necesidad de tener un espacio de comercialización
para los productos de los distintos emprendedores. Con ese fin se mantienen las
primeras reuniones con las autoridades del municipio quienes ofrecen ceder un viejo
galpón del ferrocarril para la instalación de la feria. El mismo es cedido a través del
decreto 3502/06 y luego ratificado por el Honorable Consejo Deliberante de Tres
Arroyos a través de la ordenanza Nº 5631.22 La feria misma es creada por la
ordenanza Nº 5531 el 04/05/2006. Este logro significa un gran reconocimiento
institucional. Haber obtenido un lugar fijo y cerrado para comercializar es una
característica que distingue a esta organización en la provincia de Buenos Aires (se
avanza sobre el análisis de esta característica de MT en el capítulo 5).
La Feria y Mercado MT está situada en Av. Del Trabajador 451, a diez cuadras de la
plaza central donde está ubicada la municipalidad y a cuatro cuadras del predio donde
se realiza la Fiesta Provincial del Trigo, el evento anual de mayor importancia en el
municipio, como se observa en la Imagen 1. Es decir, si bien no está localizado en el
centro comercial y administrativo, sí se encuentra muy cercana al mismo y es de fácil
acceso. La misma funciona dos veces a la semana, los martes y sábado.
San Cayetano, que forman parte del CERBAS (Centro Regional Buenos Aires Sur). Se dedica a investigación y apoyo a productores. La Chacra tiene una cooperadora y un Consejo Local Asesor que lo integran la Sociedad Rural, el Círculo de Veterinarios, la Federación Agraria, el Centro de Ingenieros Agrónomos, la Secretaría de Producción del municipio de Tres Arroyos. 24
Martín Goizueta nació en Tres Arroyos, estudió ingeniería civil en Buenos Aires, estuvo trabajando en la zona rural de Florencio Varela junto a su compañera Mercedes Moreno desde 1994 hasta el 2004, año en que volvió a Tres Arroyos. En el año 2005 empezaron a trabajar en el Barrio Olimpo y Ruta 3 Sur e hicieron durante dos meses talleres productivos y capacitaciones con CEDEPO a los que se arrimaron familias que ya venían con emprendimientos productivos: textil, alimenticio y productores de granja, parte de la génesis de lo que terminó siendo MT. Luego Goizueta hizo carrera política y llegó a ser elegido concejal por el Frente Para la Victoria (FPV) el Consejo Deliberante.
56
Imagen 1. Localización de feria Madre Tierra
Fuente: Elaboración propia en base a imagen satelital de Google Earth
A partir del momento en que el municipio les cede el galpón, comienzan las tareas de
acondicionamiento, para las cuales fue otorgado un subsidio del Ministerio de
Desarrollo Social de la Nación. Se puede observar el galpón en la Imagen 2 con el
techo arreglado, con la cartelería de la feria y la explanada que utilizan de
estacionamiento.
Imagen 2. Galpón refuncionalizado y acondicionado donde funciona la feria.
Fuente: LU 24 (medio de comunicación local). Año 2015
57
Finalmente, luego de dos años de trabajo por parte de los mismos feriantes, el 22 de
febrero de 2008 se inaugura oficialmente la feria con la presencia de autoridades
nacionales, provinciales y municipales como el Ministro de Desarrollo Social de la
provincia, el Coordinador General de Promoción del Microcrédito para la Economía
Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, el Director Provincial de
Economía Social y Desarrollo Local, la Subsecretaria de Niñez y Adolescencia y el
Intendente de Tres Arroyos, Carlos Sánchez. En representación del INTA participaron
Luís Caballero de la Coordinación Nacional del ProHuerta y el Director del IPAF
Pampeano Gustavo Tito.
En años sucesivos se construyeron en el predio, distintas instalaciones, que son
utilizadas y mantenidas de manera colectiva por todos los feriantes, como son, una
cocina acorde a las normativas bromatológicas, un fogón, baños públicos, una cámara
frigorífica, etc. En la Imagen 3 podemos observar la feria en funcionamiento, en un día
de comercialización.
Imagen 3. Feria MT abierta al público. 2015
Fuente: MT.
Desde el punto de vista organizativo, MT cuenta con una Comisión Directiva integrada
por cinco miembros: Presidente, Secretario, Tesorero y dos Vocales, y cuentan con
una frecuencia semanal de reuniones para resolver las cuestiones operativas y de
organización. Por otra parte, cada quince días se realiza una Asamblea donde se
debaten los temas de interés y participan la totalidad de los feriantes que tienen voz y
voto en las decisiones. Los pequeños productores se asocian a MT y pagan una cuota
mensual, además deben participar de una reunión que se hace cada 15 días para
definir algunas cuestiones organizativas como son la limpieza, quién se encarga de la
comida, se organizan grupos de limpieza en donde los feriantes deben limpiar el
predio, los baños y la cocina al menos una vez por mes (Dumrauf, 2009: 3).
58
4.2.1. Los productores de MT: AF y Economía Social
Según relevaron Dumrauf y Gonzalez (2009: 1) la organización MT tiene como
objetivos específicos “fortalecer los mecanismos de participación de las familias
productoras”, “generar normativas apropiadas para la Agricultura Familiar” y visibilizar
la Agricultura Familiar y sus modos de producción”. A su vez, pretende aportar a
fortalecer “otra manera de producir y de intercambiar sus productos”.
Desde el momento en que se inauguró se arrancó con la comercialización de
artesanías, textiles, productos de panificado y verduras de huerta, a los que se
sumaron otros productos de granja como huevos, quesos y pollos, entre otros. El
número de feriantes va variando a lo largo de los años pero suele mantenerse entre 10
y 25. Entre los productores, solo algunos pueden ser considerados dentro de la
categoría “agricultura familiar” y otros no. Teniendo presente los debates acerca de la
definición de agricultura familiar que desarrollamos en el marco teórico, aún con toda
la laxitud y la heterogeneidad de situaciones que engloba, siguiendo la definición de la
Ley de la AF solo podemos considerar en MT a los productores hortícolas (verduleros),
los productores de pollos y huevos, los productores de carne de cerdo y los tamberos
y también, a quienes se dedicaban a vivero pero que en la actualidad no participan de
la feria. Quedan fuera de esta categoría los productores textiles, quienes venden
panificados y los vendedores de artesanías. Estos últimos no se dedican a la actividad
agrícola, ni agropecuario ni aún a otra actividad económicas generadoras de ingreso
llavada adelante en el medio rural pues residen en zonas urbanas. Sin embargo, se
dan situaciones en las que integrantes de la organización, sea o no agricultor familiar,
participa de reuniones de articulación con organizaciones o en ferias donde la
distinción entre productores de la agricultura familiar y de la economía social no se
marca claramente.
Como venimos diciendo, los feriantes que integran MT son agricultores familiares del
periurbano o emprendedores de la economía popular (Dumrauf y Gonzalez, 2009: 3).
Los primeros son productores hortícolas, de granja, vivero, etc., que viven en
pequeñas chacras o quintas del periurbano de Tres Arroyos. Su principal inserción en
el mercado es a través de la comercialización en MT (hay cuatro puestos de venta de
hortalizas) y son los feriantes que reportan los mejores ingresos en la feria. Respecto a
esto Juan Vera, uno de los referentes de MT25, menciona en una entrevista que estos
25
En el año 2010 Juan Vera es nombrado agente de desarrollo para la zona de Tres Arroyos,
de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, dependiente del Ministerio de Agricultura de la Nación. Luego, en el año 2015 es nombrado Director Nacional de Comercialización de Ferias y Mercados de Intercambio de la Secretaría de Agricultura Familiar del MAGyP de la Nación.
59
productores hortícolas arrancaron siendo empleados y explotados y que hoy son
dueños de camionetas cero kilómetro, que tienen camión y sus propias tierras:
“Venían a buscar mercadería [de los planes sociales que entregaba la FTV] porque no tenían nada, y de hecho los dueños de las quintas los cargaban a camiones cuando iba la inspección para que no los vieran y los llevaban a dar una vuelta y los traían de vuelta. Como si fuesen animales. (…) Todos pasaron por acá a buscar una bolsita de mercadería y a buscar ropa para los hijos porque eran bolivianos. Porque los discriminaban. Porque venían de allá a trabajar y les decían Mira que si decís algo, te denuncio, te cargan y te llevan-“. A partir de este modelo pudieron radicarse bien, tener sus papeles al día. Fueron viendo que la posibilidad incluso, la posibilidad de poder cultivar ellos un espacio que saber, sabían hacerlo. Entonces, en vez de sembrar para otros, sembrar para ellos. (…) Y hoy son compañeros que están en otro nivel muy superior a cualquiera de nosotros, desde lo económico digamos.” (Entrevista a Juan Vera de Fernando Gonzalez, Octubre de 2012)
Respecto de estos agricultores familiares que agrupa MT, Goizueta comenta:
“Con el sector que estamos teniendo más llegada y que estamos trabajando, es el sector de productor de alimentos. El productor familiar más chico, digamos. Tiene poca tierra, en general tiene una situación de tenencia precaria de la tierra –alquiler, comodato, medianería-, horticultores, crianceros de pequeños animales –avícolas, porcinos. Desde ahí arrancamos, con ese sector. Y es con el que más llegada tenemos, es el que va a MT, el que comercializa sus productos.” (Entrevista a Martín Goizueta de Fernando Gonzalez, Octubre de 2012)
Los segundos son familias que en muchos casos tienen planes sociales u otros
ingresos, que la mayoría de sus integrantes desarrollan en sus casas distintas
actividades productivas que comercializan en MT, que tienen un nivel de capitalización
e ingreso muy bajo y que participan de la experiencia tanto por un interés económico
(ingresos), como por otras motivaciones ligadas a cuestiones afectivas e ideológicas
(Dumrauf y Gonzalez, 2009: 3). Es decir que integran la feria sujetos que podrían
incluirse en la definición propuesta por la Ley de reparación histórica de la agricultura
familiar y otros que no.
Antes de existir MT, no había otros grupos en Tres Arroyos que se organizaran bajo la
categoría política AF. Esto se puede observar en el relato de Martín Goizueta:
“Por ahí había alguito de trabajo del INTA con el Pro-huerta, pero muy aislado. Desde el municipio no se les daba bolilla. Así que, no es que llegamos a trabajar con un grupo. No estaba. Creo que pusimos en marcha una rueda que fue generando la visibilidad de este sector. Por ahí, sí, evidentemente había productores, existían antes de que nosotros llegáramos, pero no había muchas instancias organizativas de este sector. Las experiencias organizativas agropecuarias en la zona son de chacareros, de gente de otra escala, digamos, que produce cereal, fina y gruesa, que en esa etapa producían,
60
fundamentalmente, trigo, avena, cebada tal vez, y después un girasol o un maíz, dependiendo de la zona. Hoy está avanzando la soja en forma impresionante, ha desplazado las superficies sembradas de trigo y demás. Ese sector estaba, y sigue estando, organizado en cooperativas, Sociedad Rural, hasta la misma Federación Agraria representa a ese sector, acá en Tres Arroyos, al chacarero.” (Martín Goizueta, Octubre de 2012)
Goizueta reconoce la importancia del “chacarero” dentro de la agricultura familiar
aunque no sea un sector que este nucleado en MT:
“No quiere decir que no tengamos una mirada y que no entendamos que la agricultura familiar entra en ese otro sector, y, sobre todo acá en La Pampa húmeda, en ese sector de chacareros que todavía resiste en el campo, trabajando su chacra, por ahí de 200 o 300 hectáreas. Hoy ha avanzado muchisimo en esta zona, desde hace unos años a esta parte, el tema del arrendamiento y el avance de las empresas sembrando grandes extensiones de campo, los pooles de siempre y demás. Muy pocos chacareros quedan con su propia maquinaria o pidiéndole a un vecino que le haga las tareas de laboreo”. (Martín Goizueta, Octubre de 2012)
En esa entrevista Goizueta también advierte que en muchos casos estos productores
pasan a convertirse en rentistas, yendo a vivir a las ciudades sin necesidad de
trabajar, viviendo del alquiler su campo. Este referente sostiene que desde las
organizaciones de la AF deberían tener una iniciativa más fuerte porque “parte de ese
sector no está felíz así, le gustaría poder volver al campo, tener el manejo de su
campo”, pero que pase eso deberían tener rentabilidad y cambiar la racionalidad,
“entender que la metodología de trabajo no es la del pool de siembra”, “no es la de la
agricultura con altos requerimientos de insumos, que te hace producir mucho más pero
que te sube los costos y el riesgo”. También rescata una propuesta más agro-
ecológica, con rotación de cultivos de cosecha fina y gruesa, y ganadería, bajando la
cantidad de insumos de agroquímicos.
4.2.2. Políticas públicas en MT y el rol de la Cámara de productores y
microemprendedores (PInTA)
En cuanto a la relación entre las políticas nacionales para la AF y su implementación
en los municipios de la provincia de Buenos Aires, Federico Villarreal señala que:
Los municipios bonaerenses diseñan e implementan medidas de gobierno articuladas con instituciones nacionales (Secretaría de Agricultura Familiar e Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria -INTA) casi sin intervención del orden provincial. Y si bien las instituciones nacionales reconocen la importancia de la AF, las decisiones de política sobre estos temas están condicionadas por la perspectiva de los intendentes sobre el tema, el ‘consenso’, las disputas a
61
nivel local y los vínculos de los AF con los funcionarios nacionales (Villarreal, 2015).
A lo largo de los años, la feria recibió las visitas de la ex Ministra de Desarrollo Social
de la Nación, y Madrina de MT, Alicia Kirchner, del, en ese momento, Ministro de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez y de los, Ministros de
Asuntos Agrarios bonaerenses, entre otros. También cabe destacar el apoyo de la
Dirección de Bromatología local que de forma acordada con los feriantes lleva a cabo
cursos de manipulación de alimentos y el control sobre todos los productos vendidos.
En este sentido el Secretario de producción del municipio afirmaba:
“Ha estado trabajando fuertemente la Secretaría y el área de Bromatología del municipio para hacer un acompañamiento a este tipo de actividades, que eran marginales, para que “se sientan integrados al sistema” y para que los productos que son comida tengan los controles necesarios. Primero se hizo el lugar de comercialización que es MT, no tenían donde vender los productos. El área de Bromatología hace un acompañamiento de control sanitario, caravanea los cerdos y hace una faena sanitaria. A lo que es verduras, frutas no son tantas también se hace un acompañamiento de bromatología y del SENASA, con capacitaciones.” (Juan Jose Etcheto, entrevistado en Febrero de 2015)
Una dificultad de la organización MT, como tantas otras organizaciones de la AF como
hemos visto, es que no tiene personería jurídica y ese es un requisito de algunas
líneas de financiamiento estatal de proyectos productivos y asociativos. En este
sentido, entre algunos miembros de MT, que a su vez pertenecen a la FTV,
conformaron una asociación civil. Dadas las actividades que venía realizando la FTV
en MT con los productores y microemprendedores26
, decidieron que la figura que más
concordaba con las actividades que se venían realizando era la de cámara de
productores y microemprendedores. Durante el año 2011 realizaron contactos con la
Federación de Cámaras de Microempresarios (FECAMI) que los asesoró en la
obtención de la personería y en marzo de 2012 la obtuvieron. Así constituyeron la
Cámara de productores y microemprendedores “PInTA” (Proyecto Integrador Tres
26
Con el paso del tiempo los planes del programa Plan Empleo Comunitario se fueron convirtiendo en proyectos productivos, tanto textiles, como de granja y panificados. Alguno de los cuales se integraron en la Feria y Mercado MT y continuaron comercializando allí. En el año 2010 el referente de la FTV, Juan Vera, ingresa como Agente de Desarrollo Territorial de la entonces Subsecretaria de de Agricultura Familiar. Inmediatamente se crearon grupos de cría de cerdos, que luego se desarrollaron con asesoramiento del INTA, incorporados al programa Cambio Rural. A lo largo del tiempo los integrantes del FTV han participado de diversos foros y talleres de capacitación referentes a las temáticas de la agricultura familiar, el hábitat y la tierra. Desde el 2003 la organización ha brindado talleres para microempendedores, como costura, manualidades y apoyo escolar y actividades culturales. La FTV como integrantes de MT participa de la Mesa Provincial de Productores Familiares de la Provincia de Buenos Aires, del Foro Nacional de Agricultura Familiar (FoNAF) y de diversas ferias y jornadas.
62
Arroyos), una asociación civil de la que participan algunos de los miembros de MT (no
todos) y otros productores que no forman para de la feria.
Esta asociación civil brinda servicios y asesoramiento a los productores. Entre las
primeras actividades que realizó se encuentra la firma de un Contrato de Asistencia
Técnica entre el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación – Programa
Social Agropecuario (PSA) y la FTV, mediante el cual PInTA se comprometió a prestar
servicio de difusión, relevamiento, planificación y registro de productores de la
agricultura familiar del partido de Tres Arroyos.
A principios del 2012, PInTA redactó y presentó un proyecto llamado Proyecto
Integrador de Tres Arroyos y Fortalecimiento de la Feria y Mercado MT. El objetivo
principal del proyecto era, como su nombre lo indica, el fortalecimiento de la feria y
mercado MT, mejorando cualitativa y cuantitativamente la producción que se
comercializa en la feria, y la incorporación de nuevos productores y productos.
Al respecto el Secretario de Producción comentó:
“Con Juan [Vera], a través de PInTA hicimos un proyecto para conseguir financiamiento a través de las herramientas que existen en el Estado hoy y se logró obtener financiamiento para el fortalecimiento de la feria. Se lo habilitó bromatológicamente, la cocina está en las condiciones que debe estar. Se instalaron dos cámaras frigoríficas, entonces no se corta la cadena de frío con traslados de lo que no se vende, se consiguió una trozadora y una envasadora al vacío, que permiten un valor agregado porque sino el cerdo se vendía en mitades y ahora lo pueden vender en cortes y sacar más valor, un carro térmico para llevarlo de la zona del matadero al lugar, y una serie de herramientas menores como heladeras. También a través del Ministerio de Asuntos Agrarios se presentó dos grupos de nueve productores de cerdo cada grupo para conseguir núcleos genéticos (dos abuelos y un padrillo, 8000kg de alimento y una moledora) para mantener una misma genética. A la vez un fondo rotatorio para los cerdos que van naciendo. Dieciocho son este grupo pero hay más criadores de cerdo y la idea es que se agrupen porque es una manera de fortalecerse.” (Juan Jose Etcheto, entrevistado en Febrero de 2015)
Este trabajo en conjunto entre algunos integrantes de la organización y el municipio no
es compartido como táctica por otros integrantes de MT. Podemos advertir diferencias
al interior de la organización entre los militantes del FTV que tienen a Juan Vera como
referente y los militantes de CEDEPO con el referente Martín Goizueta. Esto lo
podemos ver, por ejemplo, en la siguiente declaración de Martín Goizueta:
“Nosotros armamos una agrupación política local porque empezábamos a ver que siempre encontrábamos un montón de trabas y de frenos. Por lo menos de frenos, el freno de mano puesto siempre. Entonces, estamos dando disputa ahí a nivel municipal. La idea es, en algún momento, poder llegar al municipio. Desde ahí, por ahí con el intendente y demás, se nos ha complicado más las relaciones, porque somos oposición y mi cara es muy visible, encabecé la lista
63
de consejales para el Frente para la Victoria (…) Juan [Vera] está trabajando desde las organizaciones. (…) Juan armó una asociación civil que se llama PInTA. Bueno, y ellos han presentado ahí los proyectos y los están trabajando más con el municipio. Para mi gusto, demasiado pegados al municipio (…) porque el municipio está utilizando, me parece, ahí la cuestión para ver si puede generar una fisura en el proceso organizativo. Porque, por un lado, nosotros estamos confrontando fuertemente y construyendo, y por otro lado, entonces atienden a unos sí y a otros no.” (Martín Goizueta, Octubre de 2012)
Allí observamos cómo la aplicación de políticas públicas destinadas a la AF está
condicionada por disputas a nivel local, por la perspectiva que tienen sobre el tema el
intendente y el gobierno municipal y por los vínculos que construyan las
organizaciones con este, sea de coordinación o de confrontación.
En estas distintas tácticas podemos ver cómo Goizueta busca opciones desde la
oposición política en el Concejo Deliberante. Él presentó una ordenanza integral de
economía social, donde había un eje importante en relación a la agricultura familiar,
proponiendo la creación de infraestructuras colectivas para la AF. No terminó saliendo
la ordenanza que propusieron porque no tenían mayoría en el Concejo pero salió una
ordenanza de un fondo de micro-crédito y la municipalidad creó una Dirección de
Empleo y Economía Social.
PInTA es una forma organizativa que encontraron otros integrantes de MT, para
conseguir recursos del Estado. A continuación veremos los cuatro tipos de productores
distintos que PInTA busca fortalecer -que son parte de la AF-, de qué manera y por
qué. Estos son verduleros, productores de pollos y huevos, productores de carne de
cerdo y tamberos.
Productores de carne de cerdo
La FTV y PInTA vienen acompañando desde 2011 a un grupo de agricultores
familiares criadores de cerdos, impulsando el asociativismo en la comercialización:
once productores de cerdos tienen de manera conjunta un puesto de venta directa de
cortes de carne en la feria y mercado MT. Ellos comercializan sus animales de forma
rotativa en cada ocasión que abre la feria, de manera que en un cierto periodo de
tiempo, todos ellos pueden comercializar su producto. En el área de la producción,
tramitaron, por medio de PInTA y conjuntamente con el Municipio, la obtención de un
núcleo genético porcino ante el Ministerio de Asuntos Agrarios de la Provincia,
instalado en un predio que posee la organización y manejado por diecisiete
productores asociados a PInTA. A su vez, cuentan con el acompañamiento de la
Dirección de Bromatología local en el caravaneado de los animales pero dependen de
un frigorífico privado que les da cupo arbitrariamente para la faena sanitaria. Entonces,
64
tienen un proyecto con el Ministerio de Agricultura de la Nación, el área de Agricultura
Familiar para hacer un matadero de animales menores (ovino, caprino y aves) y a la
vez una sala de procesamiento para cerdo, para hacer chorizos. El municipio le
cedería las tierras en comodato a PInTA y ayudaría en las gestiones. Con esta política
el Secretario de Producción califica al encadenamiento de instrumentos como un
“circuito virtuoso” (Juan Jose Etcheto, entrevistado en Febrero de 2015) desde la
genética, el control sanitario, la faena controlada y el lugar de comercialización.
Por otra parte, han conformado un nuevo grupo con algunos de los productores ya
asociados a PInTA y otros que se han sumado para constituir un grupo de Cambio
Rural impulsado por el INTA en el municipio. Además realizan viajes para participar de
diversos encuentros, ferias y foros relacionados al tema, como fue la exposición
Fericerdo 2011 y organizan capacitaciones a los productores sobre inseminación
artificial, reproducción y alimentación.
Productores lácteos
En el distrito de Tres Arroyos existe una importante cantidad de productores familiares
dedicados a la explotación de tambos. La organización PInTA tiene un trabajo
organizativo con productores del rubro. La primer experiencia se desarrolla durante el
transcurso de los años 2010/11 con dos elaboradores de quesos, con leche de sus
propios tambos, comercializando en la feria y mercado MT. La falencia en la
presentación y comercialización del producto fuera de los espacios de la feria, arrastra
al productor y su familia a una gran decepción y en la actualidad no hay productores
lácteos comercializando en la feria.
Estos productores están subordinados a las empresas lácteas como La Chavense y
Trelactea, que fijan en forma unilateral el precio por litro de leche. En el proyecto
presentado en 2012, para el sector lácteo se apuntó a lograr el asociativismo entre los
productores para poder mejorar su participación en cada eslabón de la cadena,
administrando, en conjunto con el resto de los productores, una planta de alimentos
balanceados; elaborando productos lácteos como quesos, dulce de leche y leche en
sachet; y comercializando sus productos directamente al consumidor, en un principio,
en la Feria y Mercado MT. Desde la Dirección de Bromatología de la Municipalidad
iban a acompañar el proceso con el pedido de análisis de brucelosis y tuberculosis de
cada una de las vacas que se ordeñan. Sin embargo, esto no se efectivizó puesto que
el proyecto no se aprobó.
65
Productores hortícolas
El municipio de Tres Arroyos cuenta con una importante cantidad de productores
familiares dedicados a la producción hortícola. Cada vez que abre la feria MT hay una
gran afluencia de clientes en busca de verduras. Sin embargo, no alcanzan a comprar
el total productos que ofrecen los cuatros puestos del rubro existentes en la feria. El
gran remanente que queda comienza a deteriorarse con el paso de las horas, lo que
significa importantes perdidas económicas para los productores, lo que se suma al
magro precio que le pagan los revendedores, quienes se abusan aprovechándose del
rápido deterioro que sufre este tipo de mercadería. PInTA en el proyecto presentado
en 2012 consideraba trabajar sobre la asociación de todos los huerteros de la zona
que sufren esta misma problemática de los remanentes, la agregación de valor y
transformación de la materia prima.
Productores avícolas
Los productores presentan carencias en las instalaciones, lo que les dificulta mantener
constante la producción de pollos. En los meses de bajas temperaturas, mayo a
agosto, se presenta la mayor dificultad al no contar con espacios adecuados y
calefaccionados para tal fin. Estos productores no logran la inversión en infraestructura
a pesar de ser rentable y de amplia aceptación en el mercado MT. El pollito BB, se
compra generalmente por pedido a las avícolas de Mar del Plata a un bajo costo,
siendo el alimento balanceado el insumo que mayor costo demanda en este tipo de
producción. El proyecto de PInTA del 2012, en el sector de pollos, apuntaba al
asociativismo del sector en los distintos eslabones de la cadena para superar estas
dificultades.
66
Capítulo 5. Estrategias socioespaciales de Madre Tierra
En este capítulo analizamos las estrategias socioespaciales desplegadas por MT.
Como mencionáramos en el capítulo del marco teórico, esto refiere a la combinación
de prácticas espaciales, es decir, de prácticas sociales donde la espacialidad (la
organización espacial, la territorialidad) es un componente nítido y destacado de la
forma de organización, del medio de expresión y/o de los objetivos a ser alcanzados,
en nuestro caso, por MT (Souza, 2013: 241).
Si bien Souza (ibíd.) reconoce seis tipos de estrategias socioespaciales27, para la
organización que estudiamos, identificamos la preeminencia de tres de ellas: 1)
construcción de redes espaciales, 2) construcción de circuitos económicos
alternativos, y 3) resignificación de lugares. Las cuales caracterizamos y analizamos
en este capítulo.
5.1. Las redes espaciales de MT
En América Latina, a lo largo de casi doscientos años se fue construyendo al Estado-
nación como el marco interpretativo y articulador de la acción colectiva. Hasta los años
setenta, el tema de la democracia y la participación estaba centrado en el sistema
político: partidos políticos y elecciones para la transformación social democrática,
guerras de liberación para las situaciones revolucionarias. El Estado-nación estaba en
el centro, y los actores orientaban sus estrategias en ese nivel. Inclusive actores
corporativos tradicionales –la burguesía, el movimiento obrero, los militares– eran
mirados fundamentalmente en cuanto a su capacidad de intervenir en el espacio
político del poder del Estado (Jelin, 2003: 46).
En el interior de los países, a partir de los años setenta, hacen su aparición en el
escenario público y van cobrando creciente importancia formas de articulación de
intereses y agrupamientos que dirigen sus demandas al Estado, pero que no se
27
Como fue indicado en el capítulo 1, los seis tipos de prácticas identificados por Souza (ibíd.) son: territorialización en sentido estricto cuando se identifica un proceso de apropiación o control del espacio por medio o con ayuda de presencia física, territorialización en sentido amplio en los casos de territorios en los que, por ejemplo, se identifican, derechos de propiedad que se desafían, reglas espaciales impuestas por el Estado son quebradas mediante símbolos, etc. refuncionalización / restructuración del espacio material cuando se realizan ajustes del espacio a necesidades derivadas de nuevas relaciones sociales, resignificación de lugares, construcción de circuitos económicos alternativos, y construcción de redes espaciales (implementación de prácticas multiescalares).
67
canalizan a través de los partidos políticos. A menudo, se trataba de acciones
colectivas con objetivos y demandas específicas, limitadas a reivindicaciones
puntuales. Numerosos movimientos fueron incorporándose como actores sociales
institucionalizados, reconocidos por los gobiernos locales (Jelin, 2003: 48). Estos
actores organizan sus estrategias en una simultaneidad de niveles y escalas, desde lo
más local hasta lo global o mundial. Más que en ningún momento anterior de la
historia, la expresión de demandas sociales colectivas en un ámbito local contienen en
sí mismas la multiplicidad de sentidos implicados en la interpenetración, articulación y
superposición de niveles (Jelin, 2003: 50).
Cuando nos proponemos analizar las redes espaciales de MT nos referimos a la
vinculación que lleva adelante con otras organizaciones e instituciones estatales a
distintas escalas (municipales, provinciales y nacionales) en la búsqueda de aumentar
su eficacia de intervención para alcanzar sus objetivos. Los movimientos locales,
orientados a cuestiones coyunturales pueden cobrar nuevos sentidos cuando se
enmarcan en movimientos más amplios y alianzas (Jelin, 2003: 43). La creación y
participación en redes tiene el sentido de construir una comunidad o un “nosotros” más
amplio, anclado en la posibilidad de conectar diversas experiencias. Melucci
(1994:169) sostiene que “los individuos interactúan, se influencian recíprocamente,
negocian en el marco de estas redes y producen las estructuras de referencia
cognoscitivas y motivacionales necesarias para la acción.
En este marco, MT ha sido eficaz en la construcción de redes espaciales, de hecho
esta, se ha constituido en una de las principales estrategias de acción y consolidación
de la organización. Para su abordaje optamos por dividir este acápite en: la mesa
provincial de productores de la provincia de Buenos Aires y las redes locales de acción
organizada. El primero refiere a su participación en una instancia provincial de
definición de política pública en la que, desde su accionar, se posiciona y consolida
institucionalmente como representante de la AF bonaerense organizada y, a su vez
también, en el ámbito nacional. El segundo, en cambio, está vinculado al accionar
específico de la organización en la construcción de redes que legitiman, formal e
informalmente, su representación de la AF en diferentes escalas de acción.
5.1.1. La Mesa Provincial de Productores de la Provincia de Buenos Aires
MT forma parte de la Mesa Provincial de Productores Familiares de la Provincia de
Buenos Aires, una organización de segundo grado que nuclea a varias organizaciones
bonaerenses con el objetivo general de visibilizar la AF presente en la provincia.
68
Participan de ella distintas organizaciones que refieren a diversas localidades y zonas
de la provincia, como así también representan la heterogeneidad de actividades y
énfasis en formas de producción características de los productores familiares.28
El origen de la mesa data de 1995 con la conformación de la Mesa Nacional de
Organizaciones de Productores Familiares, luego llamada Mesa Nacional de
Organizaciones de Productores Familiares, Campesinas e Indígenas.29 Esta instancia
habría constituido la etapa previa del Movimiento Nacional Campesino Indígena
(MNCI). La Mesa de Buenos Aires se separa de esta Mesa Nacional entre el 2003 y el
2004, por diferencias manifiestas en la lectura del contexto político nacional y
latinoamericano. Luego, aproximadamente en 2012, se volvieron a encontrar y trabajar
en forma conjunta retomando el accionar previo.
Inicialmente, la Mesa de Productores Familiares de Buenos Aires reunía a seis
organizaciones de productores de autoconsumo: Cooperativa de Productores
Viñateros de Berisso, APF (Asociación de Productores Familiares de Florencio
Varela), Familias Productoras De Cañuelas, Asociación CIRUJAS de La Matanza,
APPPI (Asociación De Productores del Parque Pereyra Iraola) y CEDEPO (Centro
Ecuménico de Educación Popular). Luego se amplió con la incorporación de
organizaciones provenientes de otros municipios bonaerenses, constituyéndose
formalmente con estas incorporaciones en la "Mesa Provincial de Productores
Familiares".
Las organizaciones que integran la Mesa funcionan de manera autónoma y están
coordinadas a través de comisiones abiertas. Existe una comisión política, y
comisiones en las áreas de comunicación, producción, comercialización, salud y
educación. Además de trabajar en estas comisiones, tienen reuniones generales en
las que participan dos o tres delegados y asambleas o plenarios anuales en las que
28
Integran la mesa MT, la Asociación Desafío Mercedino de Mercedes, la Asociación Civil Puente Verde de Esteban Echeverría, la Cooperativa Agropecuaria de Productores Familiares de Florencio Varela, “La Mesa” de Moreno, la Cooperativa Agropecuaria A.P.F. de Cañuelas, la Feria Verde de Mar del Plata, la Asociación de Familias Productivas de la Cuenca del Rio Luján, la Asociación Pequeños Productores de Las Flores, Cáritas (Bahía Blanca) y también otras organizaciones de Bragado, La Matanza, González Chávez, General Rodríguez, Malvinas Argentinas y Coronel Dorrego. 29
Esta mesa estuvo inicialmente integrada por: RED PUNA (Jujuy), MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Estero), APENOC (Asociación de Productores del Noroeste de Córdoba), APHYIDAL (Asociación de Promoción Humana y Desarrollo Agroecológico Local, Misiones), OPFAL (Organización de Productores Familiares Agroecológico Local, San Pedro, Misiones), Cooperativa Chepes Sur Ltda. (Chepes, La Rioja), F.I.D.I (Fundación Instituto para el desarrollo Institucional), C.C.T (Comisión Central de Tierras, San Pedro Misiones), U.Ca.N. (Unión Campesina del Norte) Córdoba, U.S.T. (Unión De Trabajadores Rurales Sin Tierra, Lavalle, Mendoza), Unión Campesina de Traslasierra (Córdoba)
69
son convocados todos. Las decisiones las toman en plenarios, y en los casos de
urgencia decide la comisión política.
La localización de las reuniones se va rotando, así todas las organizaciones ofician de
sede del evento y esto aporta a la visibilidad de la AF en el espacio local. Esto
fortalece la presencia política de los agricultores en general y de la organización
anfitriona en particular (Alem y Gonzalez, 2010).
Desde la Mesa, a su vez, se refuerza el vínculo entre organizaciones que comparten
visiones sobre formas de producción y rol de la AF en la economía. Los vínculos que
revisten mayor relevancia son con organizaciones locales de la economía social y
solidaria; y también con las redes de microcrédito y comercialización. Las
articulaciones con mayor visibilidad para los participantes de las organizaciones se
expresan en la realización de encuentros, seminarios, congresos, declaraciones y
petitorios. Esta estrategia de la mesa, a su vez, se nutre de las acciones de cada
organización en el orden local, provincial o nacional; por ejemplo a partir de
articulaciones específicas con universidades, centros de investigación y transferencia,
gobiernos municipales, etc.
La participación en la Mesa constituye una instancia de articulación que les permite a
los productores tener influencia en la política pública. La generación de este espacio
de participación institucionalizado genera en los integrantes de MT un sentido de
pertenencia y confianza en el aparato del Estado porque encuentran que pueden influir
en las acciones estatales que los involucran. Tal como lo expresa Juan Vera, referente
de MT, cuando comenta que a partir de la participación en la mesa:
“el estado comienza a confiar en las organizaciones que conformamos la mesa. Desde ahí venimos peleando un espacio para sentirnos parte de nuestros compañeros, sentirnos parte de este proyecto y no ser ninguneados porque producís poco, porque no te compro, porque no es de calidad.” (Juan Vera, 201130)
MT, a través de su participación en la Mesa de la provincia, también incorpora en su
estrategia de acción la dimensión transnacional31, al ser parte del Movimiento
30
Extraído de la desgrabación de la exposición de Juan Vera en un panel de experiencias de organizaciones en el marco del 1° Foro Hacia otra Economía (2011) organizado por la Universidad General Sarmiento y disponible en http://www.ungs.edu.ar/foro_economia/wp-content/uploads/2012/02/Desgrabaci%C3%B3n-Mesa-Provincial.pdf 31
Según Sikkink (2003: 301) es cada vez más difícil estudiar la sociedad civil y los movimientos sociales en un país sin tomar en cuenta sus vinculaciones y dimensiones transnacionales. Los movimientos sociales actúan en el marco de, y son influidos por, las instituciones nacionales (aquello que los teóricos de los movimientos llamarían estructuras de oportunidades políticas). Al mismo tiempo, también reciben la influencia de las instituciones y de los acontecimientos regionales e internacionales (lo que podríamos denominar estructuras regionales e internacionales de oportunidades políticas).
70
Agroecológico de Latinoamérica y el Caribe (MAELA). Este vínculo de la mesa es
motorizado y dirigido por la Asociación de Productores de Cañuelas y su referente
Alicia Alem. El MAELA es una entidad civil sin fines de lucro, formada por
organizaciones de productores campesinos, indígenas, familiares, de consumidores,
ONGs, movimientos y redes de agroecología, instituciones de educación y
universidades. Es un movimiento abierto, plural y diverso en experiencias de
desarrollo, producción, comercialización, investigación, formación y promoción que
congrega a más de 150 instituciones. Su finalidad es fomentar la agricultura ecológica
para contribuir al desarrollo humano sustentable a partir de la agroecología y el saber
local, lo cual constituyen aspectos técnica y productivamente realzados por la
agricultura familiar.
La práctica y experiencia de la Mesa Provincial de Organizaciones generó un
crecimiento de las cooperativas e instituciones, en cuanto a capacidad de articulación
y dinámica de trabajo, como así también, en una instancia gremial de coordinación,
representación e intercambio para el fortalecimiento de las organizaciones. Por otra
parte, favorece la visibilidad de la agricultura familiar en el ámbito de la pampa
húmeda, donde la existencia de este actor es omitida e invisibilizada en favor de los
sectores dominantes.
5.1.2. Las redes locales, provinciales y nacionales
Cuando inicia MT en el año 2005, temiendo la resistencia a la instalación de la feria en
el municipio, sus integrantes se dieron la tarea de instalar el proyecto en Tres Arroyos
entre la ciudadanía local, a la par que seguían con sus vínculos provinciales y
nacionales.
Hicieron una campaña de promoción del proyecto. Primero, convocaron y sumaron
instituciones y organizaciones que lo respaldaran: CEDEPO, la FTV, la chacra de
Barrow, el Pro-huerta, Cáritas de Bahía Blanca, la biblioteca José Ingenieros y centros
culturales, entre otros. Fueron fortaleciendo el proyecto desde el respaldo institucional,
y el grupo a partir de un proceso organizativo (redactaron un reglamento interno de
funcionamiento, formularon un proyecto de ordenanza y lo presentaron al poder
político, llevándolo a todos los bloques de concejales y al intendente). Fueron
generando así respaldo local al mismo tiempo que seguían trabajando con la Mesa
provincial y otras gestiones a nivel provincial y nacional.
Un aspecto insoslayable en la consolidación de la organización en el territorio fue el
entorno en el cual se generó. En otros términos, el discurso y accionar político que
71
desde el orden nacional y provincial promovía a la organización social en general y a
la agricultura familiar en particular. Esta orientación de política se materializó también
a partir de la presencia de funcionarios del primer nivel de gobierno en eventos
locales, lo cual, incrementa considerablemente la visibilidad de las organizaciones en
la zona y a la vez legitima su presencia y accionar en el territorio ante otros actores
(individuales y colectivos). En términos más generales, representa un apoyo político e
institucional a las organizaciones ante los actores históricamente dominantes. Al
respecto del caso de la experiencia de MT, Martín Goizueta uno de sus fundadores,
destaca que:
“En el 2005, 2006, cuando estábamos en la génesis de MT, estábamos en el contexto de un proyecto de país que no era el de los ´90, era con un estado nacional que estaba visualizando y mirando este sector: encontrábamos respuesta en Desarrollo Social de la Nación, el INTA creaba el IPAF, entonces, teníamos también herramientas y contactos. O sea, en un contexto de país que empezó a visualizar y a ver al sector de la agricultura familiar, a darle bolilla, esto también nos ayudó y nos ayudó a hacer visible al sector acá en Tres Arroyos, porque vinieron un montón de funcionarios a acompañarnos, de MT ha estado desde el Ministro de Desarrollo Social de la Provincia, ha estado Alicia Kirchner, ha estado el Ministro de Agricultura de la Nación” (Martín Goizueta, 2012)
Y luego agrega en relación a la construcción de espacios de poder para las
organizaciones de la agricultura familiar en el territorio:
“Y eso te da visibilidad y respaldo. Respaldo para los que estamos en el proyecto, que de alguna manera te da un empujoncito diciendo “vas en la buena senda”, porque si tenés el respaldo de funcionarios nacionales y demás, si visualizan, ven, vienen, se entusiasman, apoyan, etc., bueno, vamos por buen camino. Y visibilidad frente a la sociedad, porque te legitima, independientemente de lo que uno piense de los funcionarios, institucionalmente te legitima frente a la sociedad.” (Martín Goizueta, 2012)
Tomando el escenario favorable del ámbito político nacional de respaldo a la
organización social, MT en cada aniversario (a mediados / fines de febrero) y con el
objetivo de promover y continuar ejerciendo la estrategia socioespacial de generación
de redes, organiza un festejo que se ha venido realizando ininterrumpidamente hasta
el presente. A dicho evento, se convoca y asisten personalidad del ámbito político
nacional y se realiza una fiesta cultural, todo en el marco de un encuentro de
organizaciones. Esto, además de visualizar el paso de los años en la organización,
está orientado a consolidar su posicionamiento tanto en el ámbito local como así
también entre las otras organizaciones de la agricultura familiar que asisten al evento.
Porque la presencia de personalidades destacadas del ámbito político nacional
fortalece significativamente el poder de convocatoria del evento. Todo esto ha sido
72
determinante para que, año a año, la presencia territorial de la agricultura familiar
organizada, sus organizaciones y demandas, hayan podido cobrar mayor visibilidad.
En las fiestas de aniversario, además de la realización de actividades festivas
(artísticas, charlas, proyección de documentales, etc.) también son aprovechadas para
la consecución de manifestaciones políticas conjuntas de las organizaciones de la
agricultura familiar bonaerense. Que les permiten avanzar en las formas que adquiere
su injerencia en la producción del territorio. Ejemplifican este tipo de acciones, el
documento firmado durante el evento aniversario de 2010. Allí varias organizaciones
afirman que ya no se consideran el pueblo pisoteado y hambreado resultante de las
políticas neoliberales de los ‘90, que han comenzado a recuperar la iniciativa, a
fortalecerse como organizaciones que producen, que comercializan y que buscan
nuevas respuestas al desafío del trabajo desde el asociativismo y la autogestión. Allí
también sostienen que tienen vocación política porque reconocen en ésta la
herramienta necesaria para construir poder popular. Desde esta convicción generan y
participan de espacios de cogestión con el Estado y construyen propuestas para incidir
en políticas públicas. Para lograr sus desafíos y la visibilidad del sector sostienen que
deben:
pasar del nivel de articulación en redes a otro tipo de estructuración, que sea una herramienta de acumulación de las experiencias, el saber y el poder de cada organización. Un gran movimiento social, económico, cultural que constituya un nuevo sujeto político que represente toda nuestra diversidad, nuestra fuerza, nuestras necesidades, sueños, proyectos y esperanzas (Portal de Economía Solidaria, 2010).
Otro aspecto a destacar de la realización de eventos, y también como resultado de la
implementación de este tipo de estrategia socioespacial, es el fortalecimiento del
sentimiento de pertenencia de los integrantes a la organización. En otros términos, la
obtención de la confianza en los procesos organizativos como medio para la obtención
de derechos. Al respecto, en una entrevista radial, Juan Vera menciona que: “MT está
siendo nacional, ha trascendido lo local y provincial, y esto nos hace sentir más fuerza
para poder seguir trabajando”32
Esta estrategia de la organización es quizás la de mayor entidad política aunque no
por eso lo más importante. Porque como se desarrolla en los acápites siguientes, la
búsqueda y construcción de circuitos económicos alternativos conjuntamente con la
(re)significación de espacios complementan y potencian el carácter político de la
construcción de redes espaciales.
32
Fuente: mención de Juan Vera en el marco del séptimo aniversario de la feria. http://www.lu24.com.ar/madretierracerrounajornadadefestejos/
73
5.2. Los circuitos económicos alternativos
La construcción de circuitos de económicos alternativos presenta diferentes aristas
para su abordaje. Por una parte, y lo que habitualmente se entiende al referirse a este
tipo de estrategias vinculadas al accionar de organizaciones de la agricultura familiar
tiene que ver con circuitos de comercialización de la producción, o en otros términos,
la realización de ferias “del productor al consumidor”. Por otra parte, otra manera de
abordar el tema, también relevante, tiene que ver con la lógica que se establece en los
circuitos económicos, más específicamente, el tipo de mercado y el tipo de relaciones
sociales que se establecen en torno a este. Al respecto, si bien nos concentraremos
en los aspectos vinculados a los circuitos de comercialización de la producción,
consideramos dedicar unas líneas a la segunda acepción del tema.
Al respecto, consideramos que la construcción de circuitos económicos alternativos,
de resistencia desde lo económico, se generan a partir del reconocimiento de la
complejidad de las relaciones sociales que (re)producen el sistema, de los
mecanismos de dominación y ejercicio del poder económico, legitimados tanto desde
los órganos centrales como así también de las relaciones sociales cotidianas (aquellas
que producen el territorio en sus aspectos más próximos, aquellos que suceden entre
las personas). Es precisamente a partir de reconocer estos procesos y formas de
reproducción que cobra efectividad y alcance la organización y sus estrategias de
resistencia, tal como lo expresa Martín Goizueta, cuando menciona que en:
“Argentina, el poder económico real, con empresas internacionales, multinacionales como Monsanto, que son el poder real en el mundo. ¿Cuáles son los elementos, el poder real que hemos construido desde este otro sector para confrontar? Entonces, me parece que tenemos que entender que está en nosotros fortalecer las organizaciones, crecer en escala, construir una propuesta alternativa, ir ganando en consciencia al resto de la comunidad de que este modelo es más sustentable, es más integrador. Tenemos que construir poder real desde este sector.” (Martín Goizueta, 2012)
Los integrantes de MT sintetizan sus lógicas vinculadas a los circuitos alternativos a
partir de la economía social. Al respecto Martín Goizueta (integrante fundador de la
organización, 2013) menciona en una entrevista periodística que: “Queda claro que la
economía social y solidaria es una economía que acontece. No es una economía de
los pobres para los pobres, sino que es la nueva economía que estamos construyendo
para una patria con plena justicia social”33
Es bajo esta lógica que se proponen las acciones asociadas a la estrategia de
búsqueda de circuitos económicos alternativos que, para el caso de MT, se objetivan
33
http://prensa.argentina.ar/2013/03/23/39329jornadadeeconomiasocialyproduccionfamiliarentresarroyos.php
74
en formas de: i) comercialización, y ii) de legitimación social y legal de los sistemas
propuestos.
Respecto de las formas de comercialización, MT busca abrir canales diversificados de
venta de los productos de sus integrantes. Es decir, bocas de expendio en la feria que
cuenten con suficiente reconocimiento social como para generar una circulación de las
mercaderías que asegure un beneficio justo para los productores. Pero frente a esto,
desde la organización indican la falta de infraestructura que asegure la viabilidad de
este tipo de emprendimientos. Esto es así porque para la comercialización de ciertos
productos de la agricultura familiar se requiere de instalaciones costosas, por ejemplo,
frigoríficos o en su defecto mataderos de animales de consumo (aves, cerdos y
bovinos, entre otros). Al respecto, Lucas Martínez, productor de aves y cerdo
integrante del Mercado MT de Tres Arroyos, Bs. As., en una entrevista radial para
Telam realizada el 23/08/2013, menciona:
“A pesar de haber intentado permanentemente generar mercados locales y regionales del productor al consumidor, necesitamos la creación de infraestructura adecuada para la comercialización en centros estratégicamente distribuidos. Buscamos políticas de Estado que fortalezcan la producción familiar a través de respuestas más rápidas en lo que hace a infraestructuras colectivas que permitan la faena y el procesamiento de los productos para su posterior comercialización.”
También agrega información sobre el rol que desde la organización se propone al
Estado a través de políticas públicas respecto de generar una demanda que viabilice
la agricultura familiar local, la generación de normativas específicas, y la diferenciación
certificada de los productos de la agricultura familiar. Precisamente, menciona que:
“promovemos el compre de nuestros productos por parte del Estado, para el abastecimiento de hospitales, escuelas, geriátricos, comedores, etc. Promovemos políticas públicas diferenciadas para nuestro sector en lo que refiere a los impuestos que intervienen en la producción y comercialización para ayudar al desarrollo de la agricultura familiar. Necesitamos cambiar las normativas impositivas, previsionales y bromatológicas para establecer relaciones de justicia y equidad. […] Buscamos valorizar nuestros productos estableciendo instrumentos como los sellos de calidad: “comercio justo”, “productos orgánicos”, “naturales” y el uso de marcas colectivas.” (Lucas Martinez, agosto de 2013)
Pero la articulación con las lógicas del mercado requieren también de escalas de
producción, que aseguren la provisión continuada y con calidad relativamente
homogénea de los productos. Esta particularidad suele presentarse y reconocerse
también por los mismos agricultores como una de las principales limitantes para
alcanzar desde la agricultura familiar de manera factible la provisión permanente de
productos alimenticios a instituciones públicas (como escuelas, cárceles, hospitales,
75
etc.). Podemos ver cómo esto es problematizado por la organización, a tal punto que
uno de sus integrantes ocupa un lugar institucional del área de comercialización de la
AF. Juan Vera en el año 2015 es nombrado Director Nacional de Comercialización de
Ferias y Mercados de Intercambio de la Secretaría de Agricultura Familiar del MAGyP
de la Nación. En la Imagen 4 lo vemos en la presentación de la Red Nacional de
Comercialización de Agricultura Familiar (RedNaCom), una iniciativa que no tuvo
continuidad luego del cambio de gobierno nacional en 2015. También desde ese
puesto formó parte de reuniones en calidad de asesor para la conformación de la
Cámara Nacional de Ferias Francas y Mercados de Intercambios34.
Imagen 4. Juan Vera en la presentación de la RedNaCom. Año 2015.
Fuente: RedNaCom
La organización ha propuesto la articulación con otros sectores de la economía social,
lo cual potencia las posibilidades de agregado de valor a la producción agraria desde
una estrategia alternativa. Al respecto, Martín Goizueta (2012) menciona el caso de la
Federación de Organizaciones Productoras de Alimentos (Fopal) donde se propone
“juntar organizaciones de productores con organizaciones de trabajadores” para de
34
LU24 (2015) “Juan Vera es asesor de la Cámara Nacional de Ferias Francas”, 26 de agosto de 2015. Disponible en http://www.lu24.com.ar/juan-vera-es-asesor-de-la-camara-nacional-de-ferias-francas/ [Consultada el 15/07/2017]
76
esta manera potenciar las sinergias y el intercambio en el marco de la economía social
y solidaria.
Como parte fundamental de la estrategia de consolidación de un circuito económico
alternativo, es central el reconocimiento de los consumidores de los agricultores
familiares como proveedores de alimentos de calidad y saludables. Precisamente, la
búsqueda de la legitimación social (consumidores) para viabilizar el circuito alternativo.
En este sentido desde MT se han venido generando acciones que, en lo fundamental,
tienen que ver con asegurar la calidad, continuidad y precios adecuados de sus
productos. Al respecto, Juan Vera menciona:
“la gente se acostumbro a ir a comprar a MT la carne de cerdo. Aparte de pagarla más barata, les gusta porque están llevando calidad. Y con la leche sería lo mismo. Osea, vendes más barato.” (Juan Vera, 2012)
También agregan respecto de la construcción de fidelidad y objetivos comunes con los
consumidores el contacto directo con quien produce los alimentos que el comprador
consumirá. Esto genera confianza y quiebra con las lógicas que desde hace
aproximadamente 25 años se han venido consolidando respecto de la modernización y
aceleración en la producción y el consumo de alimentos (Silveira, 1999).
Precisamente, ejemplifica esta construcción Lucas Martínez (2013) cuando menciona
que “se ha formado un vínculo muy estrecho con los consumidores. El hecho que los
propios emprendedores estén comercializando su producción genera otro tipo de
confianza en el mismo consumidor, algo que lo valora".
Finalmente, un aspecto que resulta contradictorio aunque fundamental en la
construcción y consolidación de la estrategia socioespacial que estamos analizando es
su legitimación desde lo legal. Es decir, la habilitación normativa de la actividad
desarrollada por la organización. Al respecto, desde MT argumentan la existencia de
limitaciones en su concreción por la ausencia de confianza en la agricultura familiar y
sus organizaciones. Tal como argumenta Lucas Martínez:
“le cuesta mucho a las autoridades entender que los pequeños productores pueden producir y comercializar como cualquier otro, con las mismas condiciones que sean necesarias, cumpliendo todos los requisitos que hay que cumplir.”(Lucas Martínez, 2013)
Pero frente a estas limitaciones, encuentran en el diálogo y la existencia de
funcionarios con interés en avanzar en un modelo que incluya a los agricultores
familiares y receptivos de sus demandas, un ámbito fundamental para la
implementación de esta estrategia socioespacial. Tal como ejemplifica Martín Goizueta
(2013) refiriéndose al tema al mencionar que:
77
“Nosotros hoy vamos al plenario [de organizaciones de la AF en la Mesa Provincial] y contamos que, incluso cuando mostramos fotos, que nosotros vendemos carne de cerdo despostada y directamente al público no lo pueden creer. Dicen: “-Pero como, a mi me persiguen, me lo decomisan. Lo llegan a agarrar vendiendo así-“. Por eso, pero hay un trabajo, que es lo que siempre charlamos con el Director de Bromatología.”
En relación a esto, y la construcción de una lógica asociada a la construcción
espacializada de circuitos alternativos, Lucas Martinez, productor de aves y cerdo
integrante del Mercado MT de Tres Arroyos en una entrevista radial realizada por
Telam (23/08/2013) sintetiza muchos de los aspectos que han sido tratados en torno a
esta estrategia socioespacial de comercialización y construcción de circuitos
económicos alternativos, al mencionar que la propuesta desde MT:
“no es sencillo de instalar. Creo que hemos avanzado mucho en los últimos años en todos lados. Hay un montón de experiencias exitosas. Y creo que es una herramienta política muy interesante el tema de empezar a debatir la comercialización […] entonces estos espacios de comercialización permiten tener mayor control popular sobre cómo se produce y cómo se comercializan los alimentos […]. Creo que estos espacios nos están mostrando un camino que no siempre las leyes del mercado son las que ponen los precios, si no que habilitan otra posibilidad y otro relacionamiento a la hora de hablar de comercialización.”35
5.3. La resignificación del lugar: la feria
Dada la importancia del lugar en la Geografía y como estrategia socioespacial,
creemos pertinente antes de avanzar en las particularidades que esta cuestión tiene
para la organización MT presentar brevemente algunas consideraciones teóricas.
5.3.1. Consideraciones desde la Geografía sobre ‘el lugar’
El concepto de lugar tiene una larga tradición en la geografía. Como señalan Souto y
Benedetti (2011) estos autores si bien se sigue usando este concepto de una forma
descriptiva, como sinónimo de sitio, emplazamiento, localización y ubicación, también
es cierto que ha cobrado una mayor complejidad teórica. En general, los lugares se
asocian fuertemente con las identidades: la pertenencia a un lugar participa de la
definición y transformación de las personas (Souto y Benedetti, 2011: 85). Esa
identidad no es necesariamente única ni armónica, por eso los lugares son,
eventualmente, espacios conflictivos. El lugar es una combinación de aspectos físicos
y objetivos con otros simbólicos y subjetivos. El lugar es la articulación de las
35
Telam (2013) http://www.telam.com.ar/multimedia/audios/6988-lucas-martinez-productor-integrante-del-mercado-madre-tierra-de-tres-arroyos-bsas/
78
determinaciones sociales, políticas y económicas que lo estructuran, pero también es
producto del modo en que tales estructuras son apropiadas por los agentes
individuales (Souto y Benedetti, 2011: 103)
John Agnew (1987) desarrolla una caracterización del concepto de lugar como la
confluencia de tres dimensiones fundamentales: el “locale” o emplazamiento físico en
el que se desarrollan las relaciones sociales (informales o institucionales), la
“localización” de esa sede en el marco más amplio de procesos sociales, culturales,
políticos y por supuesto geográficos, y el “sentido de lugar” entendido como una
sensación de pertenencia o una estructura de afinidad local.
En torno a un mismo lugar pueden existir concepciones que buscan ser dominantes.
Pero lo que da la especificidad de un lugar no es una larga historia internalizada por
una comunidad homogénea, sino el hecho de que se construye a partir de una
constelación particular de relaciones sociales, que se encuentran y entrelazan en un
locus particular. Los lugares puede imaginárselos como momentos articulados en
redes de relaciones y entendimientos sociales que se construyen en una escala
mucho más amplia de lo que consideraríamos un lugar. Así, adquiere sentido en tanto
se vincula con el mundo más amplio (Souto y Benedetti, 2011: 106). Massey (1993)
descarta la idea de que un lugar sea “auténtico” y lo plantea más bien como definido
por las relaciones socioespaciales que se entrecruzan allí y le dan su carácter
distintivo. Por su parte, David Harvey (1993) menciona que el lugar es una
construcción social y, por lo tanto, la única pregunta que vale hacerse sobre éste es:
¿cuáles son los procesos sociales por medio de los cuales se construyen los lugares?
Su respuesta a este interrogante propone analizar dialécticamente las prácticas
materiales y las experiencias que construyen lugares tanto en sus aspectos materiales
como simbólicos.
Por su parte, Milton Santos y Maria Laura Silveira consideran que en los lugares
sucede la relación del todo y la parte. El lugar es un espacio singular, único, pero al
mismo tiempo extrae su significado de esa totalidad que es el mundo; es un fragmento
de la totalidad social y combina de manera particular variables que muchas veces
pueden ser comunes a varios lugares (Souto y Benedetti, 2011: 110).
Lobato Correa destaca las formas simbólicas que constituyen los lugares. Afirma que
éstas:
Se tornan formas simbólicas espaciales cuando, al ser directamente relacionadas al espacio, se constituyen en fijos y flujos, es decir, en localizaciones e itinerarios. Palacios, templos, cementerios, memoriales, estatuas, obeliscos, shopping centers, parques temáticos, ríos, montañas,
79
procesiones, desfiles y paradas son ejemplos de fijos y flujos que pueden ser vistos como formas simbólicas espaciales distintas de una joya, un mueble o una vestimenta. (Lobato Corrêa, 2011: 24)
Y luego aclara que:
la fachada y el interior de un edificio pueden ser remodelados alterando su iconografía de acuerdo con las intenciones de quien pretende y detenta el poder de reconstruir el pasado. Así, se crean y recrean nuevos significados. Un predio puede ser sometido a una refuncionalización simbólica mediante su remodelación y a través de políticas de significados. (Lobato Corrêa, 2011: 34)
En razón de los innumerables eventos que ocurren a lo largo del tiempo, algunos
lugares se impregnan de una fuerte dimensión política. Siguiendo a Mandoki (1998) se
puede hablar de lugares de densidad política. Los rituales y las manifestaciones
colectivas que tienen lugar allí reafirman el pasado político del lugar. Según Mandoki
(1998) se forman estratos de significados políticos, cuya acumulación reafirma la
fuerza simbólica del lugar y configura su dimensión política.
Las identidades, en un mundo de creciente precarización socioeconómica, se revelan
también como un recurso por excelencia en la búsqueda de un mínimo de
reconocimiento: se proyecta una identidad teniendo en vista romper con la indiferencia
y el “desconocimiento”. Identidad de grupo que, en algún momento, puede afirmarse –
es decir, combatir la “indiferencia” con que es tratada- por la propia definición de
territorialidades específicas (Haesbaert, 2011: 53). Vemos qué sucede con el espacio
de actividad de MT.
5.3.2. La significación del lugar desde la organización
La necesidad de construir la identidad de la organización a partir de un lugar
específico estuvo entre los primeros desafíos enfrentados por MT. La producción
social de este lugar fue una construcción política e identitaria de la organización que
resulta del trabajo colectivo, tal como fue descripto en el capítulo anterior. Ejemplifica
esta acción la referencia de Juan Vera. Cuando desde hablando desde la organización
menciona que:
“no queríamos un mercado, una feria común para ir a una plaza, para que nos corrieran de la plaza, para que se nos mojaran las cosas. Queríamos un lugar estable. […] Empezamos a buscar un lugar. Nos ofrecen el galpón y empezamos a limpiar el galpón. Nos llevaron dos años poder limpiar y acondicionarlo.” (Juan Vera, 2012)
O como también menciona una feriante, Rosa Colantonio, refiriéndose a la importancia
del lugar propio de la organización:
80
“Los productores que vienen de otros lugares se admiran por el espacio que tenemos. En otras ciudades sucede que los productores tienen a ir a una plaza a vender lo que hacen"36
La búsqueda del lugar, y su construcción, es el resultado no solo de la materialización
del espacio y el trabajo directo en él, sino también de las luchas simbólicas y políticas
que tuvieron que atravesar para alcanzarlo. Tal es el caso de obtener el
reconocimiento institucional del espacio a través de la promulgación de la ordenanza
Nº 5531 el 04/05/2006. Este logro refuerza la identidad de la organización en el
espacio, y a su vez, también los fortalece políticamente dado el carácter simbólico que
le otorga contar con un lugar propio y reconocido social e institucionalmente. Tal como
sintetiza Juan Vera cuando expresa:
“cuando nos acercamos al municipio de Tres Arroyos, éramos los que veníamos de recibir un plan, pero no fuimos a decirles “Queremos que nos den más plata”, sino que fuimos con una propuesta, una propuesta de este sector, para cambiar la metodología y para que nos permitan producir, para eso elaboramos una ordenanza, hecha por los productores, aprobada por los concejales porque sabíamos lo que realmente queríamos y podíamos aportar” (Juan Vera, 2011)37
La construcción identitaria de la organización está relacionada con la visión que otras
organizaciones perciben de MT y sus logros. A su vez, estos logros animan a otras
organizaciones a iniciar procesos de consolidación. En otros términos, la construcción
simbólica de MT refuerza también la confianza de otras organizaciones que ven en
este proceso objetivos concretados y una identidad que los estimula a avanzar en sus
procesos particulares. Al respecto, Juan Vera sintetiza esta idea cuando menciona:
“quisimos tener un lugar fijo. Luchamos por ese lugar fijo y tenemos un lugar fijo. Y también, somos ejemplo. Porque todos vienen, ven el galpón y dicen: “No, no te lo puedo creer. Lo lindo que esta” (Juan Vera, 2012)
Para finalizar, resulta emblemática una referencia de Ricardo Galli, otro feriante de MT
que ejemplifica con claridad la vinculación de las historias individuales con los lugares,
su construcción e historias, en definitiva de significados cuando menciona:
“[Mi] abuelo tiene a una quinta acá [en Tres Arroyos] y sigue trabajando con su tierra como lo hace de toda la vida y mi padre entra a trabajar en el ferrocarril en la época de Perón. (…) Volver ahora de grande cuando yo recorría este galpón de chico y ahora encontrarme de vuelta con esa construcción que estaba toda abandonada… y ahora es nuestro lugar… tiene una gran carga emotiva para mí.” (Ricardo Galli, 2012)
Podemos observar en la Imagen 5 cómo se encontraba el galpón cuando logran la
ordenanza que se los otorga, previo a todas las refacciones.
36
Textuales de una nota sobre MT para el diario local La Voz del Pueblo, disponible en http://www.lavozdelpueblo.com.ar/nota.php?id=6293 37
Extraído de la desgrabación del panel en el 1° Foro Hacia Otra Economía, UNGS.
81
Imagen 5. Galpón del ferrocarril antes de su refuncionalización
Fuente: MT
5.4. Las estrategias socioespaciales y la producción del territorio
Interpretar las acciones desarrolladas por la organización MT a través de los tres tipos
de estrategias socioespaciales desplegadas (construcción de redes espaciales;
circuitos económicos alternativos; y resignificación del lugar de la feria) nos permitió
destacar la dimensión espacial de las prácticas de la organización. Precisamente, en
el caso de MT es clara la importancia que adquiere para su consolidación la presencia
en Tres Arroyos; su vinculación con la Mesa Provincial de Productores, el gobierno y
otras organizaciones del municipio; el vínculo con los consumidores y cómo esto
legitima socialmente su accionar; y la importancia para potenciar todo lo anterior de
darle identidad y significado a su lugar.
Dos aspectos consideramos destacar de lo analizado. Uno refiere a la importancia que
la efectividad de estas estrategias genera en la confianza de quienes integran la
organización y cómo anima a otras organizaciones a realizar su propio proceso,
82
tomándolos como ejemplo o como sujetos de consulta sobre acciones a realizar. El
otro, tiene que ver con la estrecha interrelación y complementariedad que se reconoce
en torno a las tres estrategias desplegadas por MT, lo cual explica también la
efectividad en el logro de sus objetivos. Esto si bien puede dar cuenta de ciertas
limitaciones en el carácter heurístico del abordaje de las estrategias, también se
explica por la complejidad propia de cualquier análisis del espacio y su producción.
A partir de lo aquí analizado reconocimos la injerencia que este proceso organizativo
tiene en la producción de territorio. Un integrante de MT enuncia
Estos procesos organizativos mantenidos en el tiempo y consolidados en el tiempo, permiten más visibilidad… porque como decimos ‘no tenemos miedo a la construcción de poder’. Nosotros estamos construyendo poder a través de la organización (Lucas Martínez, 2013).
Cuando se construye poder y ese poder se expresa en el espacio, se está
produciendo territorio. MT y las OAF tienen proyectos que cuestionan el ordenamiento
actual del territorio, se plantean estrategias en la búsqueda de su transformación, en
una disputa de poder con los actores dominantes y en su accionar también van
produciendo material y simbólicamente el territorio.
83
Conclusiones
A continuación desarrollamos unas reflexiones finales sobre algunos puntos
destacados del análisis.
Hemos visto que los estudios territoriales desde hace décadas que no solamente
están enfocados en el territorio del Estado sino también sobre otros actores que
ejercen poder y resistencia. Nosotros centramos nuestro análisis en Madre Tierra, una
organización de la agricultura familiar, que en la búsqueda de alcanzar sus objetivos
realiza diversas acciones que nosotros analizamos haciendo foco en su dimensión
espacial. Exploramos entonces las estrategias socioespaciales que despliega MT,
combinaciones de prácticas espaciales, es decir, de prácticas sociales en que la
espacialidad (la organización espacial, la territorialidad) es un componente nítido y
destacado de la forma de organización, del medio de expresión y/o de los objetivos a
ser alcanzados (Souza, 2013: 241). Específicamente indagamos tres tipos de prácticas
espaciales que esta organización combina: 1) resignificación de lugares, 2)
construcción de circuitos económicos alternativos, 3) construcción de redes
espaciales.
En el marco teórico consideramos a las organizaciones como los grupos de personas
unidas por un objetivo común con una estructura jerárquica u horizontal de
funcionamiento, con actividades especializadas organizadas según normativas
explicitadas, en las que se trabaja y se distribuyen las actividades siguiendo objetivos
explícitos, consensuados o no. Por lo tanto Madre Tierra es una organización pues se
plantea visibilizar la AF, generar normativas apropiadas y aportar a fortalecer “otra
manera de producir y de intercambiar sus productos”, surge como organización para
resolver dos problemas que estaban identificando: 1) la necesidad de institucionalizar
el sector, de crear una regulación legal para poder trabajar en regla y 2) la necesidad
de disponer de un lugar físico para la comercialización. A la vez tiene un reglamento
de funcionamiento, una comisión directiva, reuniones periódicas regulares y
regularidad de aportes financieros. No tiene personería jurídica lo que se planteó como
una dificultad para la organización ya que es un requisito de algunas líneas de
financiamiento estatal de proyectos productivos y asociativos. Algunos integrantes de
MT resolvieron esto constituyendo la Cámara de productores y microemprendedores
“PInTA” (Proyecto Integrador Tres Arroyos), de la que participan algunos de los
miembros de MT (no todos) y otros productores que no forman para de la feria.
La organización MT surge en paralelo al proceso de institucionalización de la AF en
Argentina y año a año se fue consolidando como feria local y creando su referencia a
84
nivel provincial entre las organizaciones del sector. Con orígenes en 2005, recién se
inaugura oficialmente en 2008 la feria. En ese entonces a nivel nacional había una
miríada de pequeñas organizaciones de creación reciente, bastante precarias a nivel
formal, con escasos recursos económicos y poco consolidadas en cuanto a
capacidades de dirigencia. MT en ese contexto se destacaba entre las OAF por lograr
un lugar fijo y cerrado para comercializar a través de una ordenanza municipal, una
característica que distingue a esta organización en la provincia de Buenos Aires.
Si bien la instalación de la problemática de AF llega a nuestro país de la mano del
MERCOSUR por el 2004, el “conflicto del campo” de 2008 fue un momento de
inflexión impactando en el sector de la AF, aportando a la visibilización de su
existencia. El gobierno nacional, enfrentado con la “mesa de enlace” buscó un aliado
en las OAF. Su intención fue fortalecer el rol político de los agricultores familiares, que
comenzaron a participar de espacios que antes eran ocupados exclusivamente por las
organizaciones rurales tradicionales del sector. Es decir, que Madre Tierra que venía
trabajando desde 2005 se encuentra con la inauguración de su feria en un contexto
favorable desde la política pública. Las distintas estrategias que vimos se conjugan
con un Gobierno dispuesto a escuchar las demandas del sector y disponer de
recursos.
Entre los principales hitos del proceso de institucionalización de la AF mencionamos la
creación de la Subsecretaría de Agricultura Familiar (SsAF) en 2009 cuando se eleva
de Secretaría a Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, la elevación
en 2012 de la Subsecretaría de Agricultura Familiar al rango de Secretaría de
Agricultura Familiar y la sanción de la Ley 27.118 de Reparación Histórica de la
Agricultura Familiar a fines de 2014. En este contexto de jerarquización de la AF por
parte de la política pública, se fueron fortaleciendo las organizaciones representantes
del sector, por esfuerzo propio y por estímulo desde distintos programas estatales, Tal
fue el caso de MT.
Vimos también que la instalación de la categoría AF en este proceso institucional es
una construcción política, además de los debates en el ámbito académico.
Observamos en su definición una heterogeneidad de sujetos representados muy
grande. Remarcamos coincidiendo con González y Manzanal (2010) que esta visión
amplia e incluyente en la categoría AF busca construir una fuerza social con una base
y sustento político que derive en una representación y ejercicio de poder significativo.
Teniendo presente los debates acerca de la definición que desarrollamos en el marco
teórico, siguiendo la definición de la Ley de la AF solo podemos considerar en MT a
los productores hortícolas (verduleros), los productores de pollos y huevos, los
85
productores de carne de cerdo y los tamberos y también, a quienes se dedicaban a
vivero pero que en la actualidad no participan de la feria. Son productores hortícolas y
de granja del periurbano de muy poca escala, sin contratar mano de obra asalariada,
con trabajo familiar, que se ubican en pequeños predios prestados o alquilados.
Quedan fuera de esta categoría AF los productores textiles, quienes venden
panificados y los vendedores de artesanías que participan de la experiencia tanto por
un interés económico (ingresos), como por otras motivaciones ligadas a cuestiones
afectivas e ideológicas. Sujetos de la AF y de la Economía Social se agrupan en la
misma organización buscando construir una mayor fuerza social para el ejercicio del
poder.
Son numerosas las organizaciones de agricultura familiar -y más aún de la Economía
Social- y se encuentran distribuidas a lo largo y ancho del territorio de Argentina. MT
como pequeña organización de la provincia de Buenos Aires contribuye esa fuerza
social más general de la AF en Argentina, que conforman las organizaciones que con
sus acciones buscan transformar la realidad para influenciar o transformar las
relaciones de poder. En la producción del territorio reconocemos el accionar
organizado de los actores. Siguiendo a Manzanal y otros (2006), dijimos que
consideramos al territorio como la trama resultante de comportamientos
institucionalizados y localizados en un determinado espacio de actores sociales y de
organizaciones con diferente poder político y económico, que se vinculan por
actividades productivas y/o de consumo, en forma contradictoria, regular y continuada
en tiempo y espacio.
Pese al proceso analizado de fortalecimiento de las OAF de los últimos años, estas
aún no están fortalecidas lo suficiente como para construir otro(s) escenario(s)
alternativo(s) socioproductivo(s) y proponer e instalar nuevos rumbos (Juarez y otros,
2015). Habíamos señalado que la jerarquización institucional de la AF corre en
paralelo su debilitamiento estructural, en favor de una agricultura de tipo empresarial:
disminución de las unidades productivas, concentración de la tierra, aumento del peso
de los trabajadores asalariados en la población ocupada en el sector agropecuario y la
dificultad de reproducción de AF por los cambios tecnológicos (Craviotti, 2014: 191-
192)
Una particularidad es de las OAF es que la mayoría tiende a agruparse y a extender
su alcance territorial a partir de la conformación de federaciones. Particularmente,
nosotros analizamos las redes espaciales de MT, la vinculación que lleva adelante con
otras organizaciones e instituciones estatales a distintas escalas (municipales,
provinciales y nacionales) en la búsqueda de aumentar su eficacia de intervención
86
para alcanzar sus objetivos y esto lo entendemos como “políticas de escala” (Lopes de
Souza, 2013: 196). La creación y participación en redes tiene el sentido de construir
una comunidad o un “nosotros” más amplio, anclado en la posibilidad de conectar
diversas experiencias. Madre Tierra participa de la Mesa Provincial de Productores
Familiares de la Provincia de Buenos Aires. La localización de las reuniones de la
Mesa se va rotando, así todas las organizaciones ofician de sede, aportando a la
visibilidad de la AF en el espacio local, al mismo tiempo que fortalece la presencia
política de la Mesa en general. Estas reuniones son aprovechadas para la
consecución de manifestaciones políticas conjuntas de las organizaciones de la
agricultura familiar bonaerense.
A través de la Mesa, MT participa de la Federación de Organizaciones Nucleadas de
la Agricultura Familiar (la FONAF) y el Movimiento Agroecológico de América Latina y
El Caribe (MAELA) -que ya que es de escala Latinoamericana-. Tanto la FONAF como
el MAELA forman parte del Consejo de Agricultura Familiar, Campesina e Indígena
que discute la implementación de la política pública nacional para el sector con el
Estado. Estas participaciones constituyen instancias de articulación que le permiten a
MT tener influencia en la política pública.
La Mesa Provincial se planteó como estrategia general de articulación con instituciones estatales (Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Pequeña Agricultura Familiar Región Pampeana, Subsecretaria de Agricultura Familiar, Comisión Nacional de Microcrédito, etc.), a través de programas de financiamiento, apoyo técnico y legislativo con el objetivo de fortalecer a las organizaciones e impulsar el desarrollo local de la producción y la comercialización de la agricultura familiar. En este sentido, se dio un marco institucional favorable para la promoción de la economía social y solidaria, a través de la legalización del uso de las marcas colectivas, la creación del monotributo social agropecuario, y el fortalecimiento de los sistemas de financiamiento alternativos, como la banca social y la ley de microcrédito. (Maidana y Costanzo, 2013: 71)
Algunos integrantes de MT aspiran a pasar de este nivel de articulación en redes a
otro tipo de estructuración, que sea una herramienta de acumulación de las
experiencias, el saber y el poder de cada organización, un gran movimiento social,
económico, cultural que constituya un nuevo sujeto político que represente toda su
diversidad, fuerza, necesidades y proyectos. Al respecto, Maidana y Costanzo señalan
acerca de la Mesa Provincial de Organizaciones de Productores Familiares de Bs As:
La propuesta política de la Mesa Provincial aspira a consolidar un desarrollo agrario centrado en la producción agroecológica, el trabajo asociativo, el comercio justo y el consumo responsable. Su propósito es garantizar la reproducción de la vida de las familias del campo y el bienestar de toda la población, con alimentos sanos, para consolidar la soberanía alimentaria.
87
Para lograr la consolidación de un modelo de desarrollo rural alternativo, las organizaciones que conforman la Mesa Provincial plantean una agricultura de bajos insumos con prácticas agroecológicas (cultivos orgánicos y el uso de tecnologías apropiadas) y relaciones sociales justas y solidarias (promoción del trabajo colectivo y asociativo). Todas las organizaciones que conforman la Mesa Provincial trabajan desde la producción de insumos (semillas, cereales, verduras, desarrollo de genética animal, etc.) hasta la elaboración de productos (harinas, panificados, carnes, etc.) y subproductos (cuero, artesanías, prendas).
(…) Respecto a la comercialización, la estrategia es construir canales alternativos para la venta directa de los productos, para lo cual se vienen creando en varias ciudades ferias barriales y mercados locales y regionales. A su vez, se han logrado cambios en las normativas impositivas, provisionales y bromatológicas, como así también habilitaciones municipales para la producción (salas comunitarias y cocinas familiares) y la comercialización (ferias y mercados). (Maidana y Costanzo, 2013: 72-73)
Analizamos entonces la estrategia socioespacial que llamamos circuitos económicos
alternativos, los circuitos de comercialización de la producción y la lógica que se
establece en estos circuitos económicos, de resistencia desde lo económico, a partir
del reconocimiento de la complejidad de las relaciones sociales que (re)producen el
sistema, de los mecanismos de dominación y ejercicio del poder económico. En MT se
plantean el objetivo de fortalecer las organizaciones, crecer en escala, construir una
propuesta alternativa (económica y de poder), concienciar a de la comunidad sobre la
sustentabilidad de su propuesta. Promueven la compra de sus productos por parte del
Estado para el abastecimiento de hospitales, escuelas, geriátricos, comedores, etc.,
las políticas públicas diferenciadas de impuestos de producción y comercialización, el
cambio de normativas bromatológicas, la valorización de los productos estableciendo
instrumentos como los sellos de calidad: “comercio justo”, “productos orgánicos”,
“naturales” y el uso de marcas colectivas. Proponen juntar organizaciones de
productores con organizaciones de trabajadores para el intercambio en el marco de la
economía social y solidaria.
Para viabilizar estos circuitos económicos es necesaria la legitimación social de los
consumidores y la legitimación legal, la habilitación normativa de la actividad
desarrollada por la organización. En MT han avanzado en ambos sentidos. En cuanto
a la legitimación social la fueron logrando con sus años de trayectoria, con sus
jornadas anuales, su regularidad de comercialización, sus actividades culturales para
los vecinos, etc. Sus integrantes se dieron la tarea de instalar el proyecto en Tres
Arroyos entre la ciudadanía local a la par que seguían con sus vínculos provinciales y
nacionales. En cuanto a la legitimación legal, avanzando en ordenanzas municipales
que respaldan su actividad.
88
La orientación desde el orden nacional y provincial que promovía la AF se materializó,
entre otras formas, a partir de la presencia de funcionarios del primer nivel de gobierno
en los aniversarios de la organización, lo cual incrementó la visibilidad de MT en el
municipio y en la provincia y a la vez legitima su presencia y accionar en el territorio.
Entre las figuras destacadas que recibió se encuentran la ex Ministra de Desarrollo
Social de la Nación, y Madrina de MT, Alicia Kirchner, del ex Ministro de Agricultura,
Ganadería y Pesca de la Nación, Julián Domínguez, de Ministros de Asuntos Agrarios
bonaerenses, del ex presidente del INTA, Carlos Casamiquela, del coordinador
nacional del Pro Huerta, Roberto Cittadini y Gustavo Tito, director del IPAF Pampeano,
entre otros.38
Estos festejos de aniversario constituyen rituales y manifestaciones colectivas que
tienen lugar en el predio de la feria y van reafirmando el pasado político del lugar. Se
forman estratos de significados políticos, cuya acumulación reafirma la fuerza
simbólica del lugar y configura su dimensión política (Mandoki, 1998). Podemos decir
que el galpón es un lugar de densidad política, asociado fuertemente con la identidad
que construyen: AF y emprendedores de la Economía Social. También dijimos que a
los lugares puede imaginárselos como momentos articulados en redes de relaciones y
entendimientos sociales que se construyen en una escala mucho más amplia de lo
que consideraríamos un lugar y ya vimos la articulación en redes escalares que realiza
MT.
El predio de la feria fue sometido a una refuncionalización simbólica mediante su
remodelación y a través de políticas de significados (Lobato Corrêa, 2011: 34). Dejó de
ser un galpón abandonado del ferrocarril. Se construyó una cocina acorde a las
normativas bromatológicas, baños públicos, se arregló el techo, se colocó cartelería de
la feria en la parte exterior e interior, se colocó la luminaria y se acondicionó la
explanada que se utiliza de estacionamiento. A su vez, la feria suele estar decorada
con banderas de MT y de la Mesa Provincial de Organizaciones de Productores
Familiares y con banners de distintos programas para la AF y de la Economía Social.
Otro ejemplo es que en los festejos de la organización suelen hacer una celebración
de la Pachamama, ofrendando comida y bebida, una tradición que trajeron los AF de
origen boliviano.
38
- INTA Informa (2011) “El INTA en los brazos de la Madre Tierra”, 18 de febrero de 2011.
Disponible en http://intainforma.inta.gov.ar/?p=4683 [Consultada el 15/07/2017] - Portal de Economía Solidaria (2010) “250 Integrantes de organizaciones de la Economía Social y Solidaria se reunieron en Buenos Aires”, 27 de febrero de 2010. Disponible en http://www.economiasolidaria.org/noticias/250_integrantes_de_organizaciones_de_la_economia_social_y_solidaria_se_reunieron_en_buenos_ [Consultada el 15/07/2017]
89
El reconocimiento institucional del espacio a través de la promulgación de una
ordenanza refuerza la identidad de la organización en el espacio, y a la vez los
fortalece políticamente dado el carácter simbólico que le otorga contar con un lugar
propio y reconocido social e institucionalmente. Los productores que vienen de otros
lugares se admiran por el predio de MT, que es ejemplo para la AF. En otras ciudades
los productores suelen vender en plazas o lugares abiertos o no disponer de un lugar
fijo y tener que ir trasladándose.
Con el cambio de gobierno en 2015, los integrantes de MT afirman que “están
remándola, la situación es más complicada”, y lo que observan es que lo que más se
vende son los alimentos, mientras que las artesanías no tanto.39 En el 2017 fue el 10
aniversario de la feria y el festejo fue más austero, con menos acompañamiento de
organizaciones.40 Por otra parte, durante 2016 realizaron los encuentros de
Resistiendo con Aguante Tres Arroyos en el predio de la feria, lo que nos habla de la
densidad política en ese lugar.41 Se expresaron desde el arte y la cultura contra las
políticas neoliberales del gobierno, por la liberación de los presos políticos, contra la
represión y la censura. Este sitio se resignifica esta vez no solo como lugar de la AF, si
no como uno de resistencia al nuevo gobierno.
A partir del accionar de la organización y el despliegue y combinación de estrategias
socioespaciales mencionamos entre los principales logros materiales: 1) la
inauguración en 2014 del equipamiento para la comercialización de carne de cerdo,
pollos y huevos (dos cámaras frigoríficas, heladeras exhibidoras, una envasadadora al
vacío y un módulo de transporte refrigerado para el traslado de los productos)42
, luego
de un proyecto de dos años de gestión a través del Ministerio de Trabajo de la Nación.
2015. 2) La firma en 2015 de un convenio del ministro de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación, Carlos Casamiquela con el intendente Carlos Sánchez de un
aporte de un millón de pesos para la construcción Matadero de pequeños animales
que propusieron desde Madre Tierra43
. La Secretaría de Desarrollo Rural del Ministerio
39
LU24 (2017) “La Feria Madre Tierra cumple 10 años”, 23 de febrero de 2017. Disponible en
http://www.lu24.com.ar/la-feria-madre-tierra-cumple-10-anos/ [Consultada el 15/07/2017] 40
LU24 (2017) “Madre Tierra celebra su 10° aniversario”, 4 de marzo de 2017. Disponible en http://www.lu24.com.ar/madre-tierra-celebra-su-10-aniversario/ [Consultada el 15/07/2017] 41
LU24 (2016) “Resistiendo con Aguante Tres Arroyos nuevamente se nucleó en Madre Tierra”, 17 de Julio de 2016. Disponible en http://www.lu24.com.ar/resistiendo-con-aguante-tres-arroyos-nuevamente-se-nucleo-en-madre-tierra/ [Consultada el 15/07/2017] 42
LU24 (2014) “Madre Tierra inauguró equipamiento para la comercialización de productos cárnicos”, 19 de Julio de 2014. Disponible en http://www.lu24.com.ar/madre-tierra-inauguro-equipamiento-para-la-comercializacion-de-productos-carnicos/ [Consultada el 15/07/2017] 43
LU24 (2015) “Agricultura financiará proyectos productivos por 2,5 millones de pesos para
Tres Arroyos”, 8 de abril de 2015. Disponible en http://www.lu24.com.ar/agricultura-financiara-
90
de Agricultura de Nación, Carla Campos Bilbao, se había reunido previamente con el
intendente Carlos Sánchez, el secretario de Producción, Juan José Etcheto, y los
representantes de PinTA, Juan Vera, y de Madre Tierra, Mauro Sabatini, para evaluar
los proyectos presentados44
.
La aplicación de políticas públicas destinadas a la AF está condicionada por disputas a
nivel local, por la perspectiva que tienen sobre el tema el gobierno municipal y por los
vínculos que construyan las organizaciones con este, sea de coordinación o de
confrontación. En nuestro caso, advertimos diferencias al interior de la organización
entre los militantes del FTV que tienen a Juan Vera como referente y los militantes de
CEDEPO con el referente Martín Goizueta, el primero más dialoguista con el municipio
y Goizueta de oposición política en el Concejo Deliberante.
Podemos marcar que el accionar en MT les sirvió a sus referentes para posicionarse
políticamente a ellos individualmente. En el año 2010 Juan Vera es nombrado agente
de desarrollo de la Subsecretaría de Agricultura Familiar para los distritos de Tres
Arroyos, San Cayetano y Gonzales Chaves.45 Luego, en el año 2015 es nombrado
Director Nacional de Comercialización de Ferias y Mercados de Intercambio de la
Secretaría de Agricultura Familiar del MAGyP de la Nación, puesto que no continuó
con el cambio de gobierno. En 2017 se presenta a precandidato a concejal en las
PASO de 2017 por el Encuentro Popular Tierra, Techo y Trabajo, alianza que lidera
Luis D’Elia a nivel provincial46. Martín Goizueta por su parte fue electo concejal en el
2011 y en el 2015 se presentó a candidato a intendente por el Frente para la Victoria47.
Para finalizar, en el marco teórico, señalamos que consideramos al territorio como una
construcción social resultante de las prácticas de los actores, relaciones sociales y de
poder, que configuran y/o reconfiguran al “espacio” en forma continuada y pueden: (i)
ser expresiones materiales o simbólicas; (ii) manifestarse en un espacio concreto,
definido, continuo, delimitado espacialmente; (iii) expresar un espacio en red,
proyectos-productivos-de-por-25-millones-de-pesos-para-tres-arroyos/ [Consultada el 15/07/2017] 44
SuperCampo (2015) “Los commodities no resuelven los problemas de empleo”, 12 de enero
de 2015. Disponible en http://supercampo.perfil.com/2015/01/los-commodities-no-resuelven-los-problemas-de-generacion-de-empleo/ [Consultada el 15/07/2017] 45
Tres Líneas (2010) “Asignan un cargo nacional para Juan Vera, de Madre Tierra”, 9 de octubre de 2010, Disponible en http://www.treslineas.com.ar/asignan-cargo-nacional-para-juan-vera-madre-tierra-n-318862.html [Consultada el 15/07/2017] 46
LU24 (2017) “PASO 2017: Estos son los precandidatos de Tres Arroyos. Siete listas”, 24 de junio de 2017 Disponible en http://www.lu24.com.ar/paso-2017-estos-son-los-candidatos-y-precandidatos-de-tres-arroyos/ [Consultada el 15/07/2017] 47
Diario 3 (2015) “Concejo: asumieron los nueve concejales electos”, 10 de diciembre de 2015 Disponible en http://www.diario3.com.ar/concejo-asumieron-los-ocho-nuevos-concejales/ [Consultada el 15/07/2017]
91
abstracto, discontinuo, sin demarcación física; (iv) definirse por su identidad o por su
carácter cultural, económico, institucional, político, productivo, social; paisajístico, etc.
En nuestro análisis vimos estas distintas expresiones del territorio, las estrategias
socioepaciales de MT tiene manifestaciones materiales y simbólicas, en el espacio
concreto como el lugar donde funciona la feria con todas las infraestructuras logradas,
los predios de los productores, expresiones en red, discontinua y más abstractas como
la que analizamos con las redes de articulaciones multiescalares y se definen por su
carácter identitario (la construcción de la AF), económico-productivos como vimos en
los circuitos alternativos de comercialización y fundamentalmente político.
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ACINA: Asamblea Campesina e Indígena del Norte Argentino
AcSoja: Asociación de la Cadena de la Soja Argentina
AF: Agricultura Familiar
AMRAF: Asociación Mujeres Rurales Argentinas Federal
APF: Asociación de Productores Familiares
APPPI: Asociación De Productores del Parque Pereyra Iraola
CEDEPO: Centro Ecuménico de Educación Popular
CIPAF: Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología para la Pequeña Agricultura Familiar
CNA: Censo Nacional Agropecuario
CONAMI: Comisión Nacional de Promoción del Microcrédito para el Desarrollo de la Economía Social
CRA: Confederaciones Rurales Argentinas
Coninagro: Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada
COPROFAM: Coordinación de las Organizaciones de Agricultores Familiares del MERCOSUR
EAP: Explotaciones Agropecuarias
EAP Familiares: Explotaciones Agropecuarias Familiares
El FONAF: Foro Nacional de la Agricultura Familiar
ENOTPO: Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de los Pueblos Originarios
FAA: Federación Agraria Argentina
FAO: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
FECAMI: Federación de Cámaras de Microempresarios
FIDA: Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola
FNC: Frente Nacional Campesino
FOPAF: Foro Provincial de la Agricultura Familiar
Fopal: Federación de Organizaciones Productoras de Alimentos
FTV: Federación de Tierra y Vivienda
FUNDAPAZ: Fundación para el desarrollo en justicia y paz
101
IICA: Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura
INCUPO: Instituto de Cultura Popular
INTA: Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
IPAF: Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura Familiar
La FONAF: Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura Familiar
NAF: Núcleos de Agricultor Familiar
Maela: Movimiento Agroecológico de Latinoamérica y el Caribe
MAGyP: Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación
MNCI: Movimiento Nacional Campesino e Indígena
MOCASE: Movimiento Campesino de Santiago del Estero
MT: Madre Tierra
OAF: Organizaciones de Agricultura Familiar
ONPIA: Organización Nacional de Pueblos Indígenas de la Argentina
PInTA: Cámara de productores y microemprendedores Proyecto Integrador Tres Arroyos
PSA: Programa Social Agropecuario
PRODERNEA: Proyecto de Desarrollo Rural del Noreste Argentino
PRODERNOA: Proyecto de Desarrollo Rural del Noroeste Argentino
PROINDER: Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios
REAF: Reunión Especializada de Agricultura Familiar) del MERCOSUR
RENAF: Registro Nacional de Agricultores Familiares
SAF: Secretaría de Agricultura Familiar
SAGyP: Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación
SENAF: Comisión de Agricultura Familiar del SENASA
SENASA: Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria
SRA: Sociedad Rural Argentina
SsAF: Subsecretaría de Agricultura Familiar
AUPA: Unión Argentina de Pescadores Artesanales
UCAR: Unidad para el Cambio Rural
UNPEPROCH: Unión de los Pequeños Productores del Chaco
UTT: Unión de Trabajadores de la Tierra
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Anexo fotográfico
Imagen 6. Martín Goizueta junto a Alicia Kirchner y Julián Domínguez en la I Feria Nacional de Semillas Nativas y Criollas, Parque Pereyra Iraola, año 2011.
Fuente: Martín Goizueta
Imagen 7. Foro de la Economía Social 2014, en Madre Tierra.
Fuente: La Voz del Pueblo
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Imagen 8. Juan Vera en una reunión del FONAF (Pcia. de Buenos Aires). Año 2014
Fuente: FONAF
Imagen 9. Reunión de la Mesa Provincial de Productores Familiares de la Pcia. De Bs. As. en el marco de la jornada aniversario de MT. Año 2015.
Fuente: LU 24.
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Imagen 10. Panel de exposición de la Mesa Provincial de Productores Familiares de la Pcia. De Bs. As. en el marco de la jornada aniversario de MT. Año 2015.
Fuente: LU 24.
Imagen 11. Actividades culturales en el marco de la jornada aniversario de MT. Año 2015.
Fuente: LU 24.
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Imagen 12. Celebración de la Pachamama en el marco de la jornada aniversario de MT. Año 2015.
Fuente: LU 24.
Imagen 13. Juan Vera con el intendente de Tres Arroyos, Carlos Sánchez. Año 2015.
Fuente: LU 24.
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Imagen 14. Inauguración de obras en el galpón de MT. Presentación de Salvador Torres, FONAF. Año 2014.
Fuente: LU 24.
Imagen 15. Máquina envasadora al vacío obtenida por MT. Año 2014.
Fuente: LU 24.
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Imagen 16. Cámara frigorífica móvil obtenida a través de PInTA. Año 2015.
Fuente: LU 24.
Imagen 17. Actividad de Resistiendo con Aguante Tres Arroyos en MT. Año 2016.
Fuente: LU 24.