Universidad Complutense de Madrid
Facultad de Geografía e Historia
Entre la política oficial y la experiencia urbana:
la urbanización en Caño Roto durante el
franquismo
Between the official policy and the urban experience: the
urbanization in Caño Roto during the Franco regime
Mario Bañón Lorente
Dirigido por:
Rubén Pallol Trigueros
Trabajo Fin de Máster
Curso académico 2017/2018
Máster Interuniversitario en Historia Contemporánea
En el barrio de Caño Roto,
lo primero que se ve,
niños tocando y bailando,
en la esquina de José.
Bebiendo de una misma fuente,
Caño Roto tenía que ser.
Los Chorbos
“Ole Caño Roto”
2
ÍNDICE
1.- Introducción 1
2.- Estado de la cuestión 6
2.1 Los efectos de las migraciones internas en Madrid 7
2.2 El estudio de los suburbios en las periferias urbanas 12
2.3 La producción bibliográfica sobre Caño Roto
2.4 Propuesta de trabajo y posibilidades
16
22
3.- Fuentes 24
4.- Del barro al asfalto: la urbanización en el sector de Caño Roto. Aproximación
analítica al objeto de estudio.
29
4.1 La ciudad de Madrid durante el franquismo 29
4.2 La crisis social de la vivienda durante la posguerra 32
4.3 Hacia el Plan Nacional de Vivienda y el Plan de Urgencia Social 35
4.4 El proyecto de Caño Roto 41
4.5 Conclusiones 44
5. El polígono de Caño Roto 46
5.1 Introducción 46
5.2 La Comisaría de Ordenación Urbana y la elaboración de los censos 49
5.3 La ocupación del polígono de Caño Roto 54
5.4 Las gentes del polígono de Caño Roto 60
5.5 El sistema de adjudicaciones 75
5.6 Notas finales: la evolución de los poblados 79
6. Conclusiones 81
7. Bibliografía 83
Prensa 89
Legislación 89
Índice de tablas e ilustraciones 91
Anexos 92
1
1. Introducción
“La urbanización, podemos concluir, ha desempeñado un papel crucial en la absorción de
excedentes de capital, y lo ha hecho a una escala geográfica cada vez mayor, pero a costa de
impetuosos procesos de destrucción creativa que implican la desposesión de las masas urbanas
de cualquier derecho a la ciudad”1
Desde que se inició el proceso de urbanización en las grandes ciudades europeas a
mediados del siglo XIX, la periferia se manifestó como uno de los principales
rompecabezas ante el que los gestores y planificadores de la ciudad debían hacer frente.
El caso de Madrid no fue diferente. Estos espacios situados en los márgenes servían para
contener las desigualdades sociales que se producían en el interior de la urbe, como la
señal más clara del desbordante crecimiento urbano que experimentaron las grandes
ciudades durante los siglos XIX y XX. El debate sobre qué hacer con estos espacios, sobre
qué tipo de ciudad se pretendía construir, basculó con el correr de los tiempos, y es el
historiador quién debe ubicar las manifestaciones de este proceso en sus respectivos
contextos. Pero hay un rasgo distintivo que, independientemente del período analizado,
siempre ha estado presente: su íntima relación con el diseño de la urbanización, pues no
hay organización del centro urbano que no implique siempre una manifestación de su
periferia.
Los espacios periféricos de la capital no han sido siempre los mismos, producto de un
desarrollo urbano desigual marcado por las rupturas y las continuidades, a caballo entre
la modernidad y la tradición. Ya en la segunda mitad del siglo XIX, en el Anteproyecto
de Ensanche de Castro, se manifestaba la necesidad de expandir la ciudad más allá de los
límites previamente delimitados, signo de una nueva sociedad urbana emergente. El
antiguo mundo de los oficios estaba dejando paso a un mercado laboral mucho más
complejo y diversificado, y en los viejos arrabales se estaban desarrollando los nuevos
barrios de la capital. Pero este proceso no consistió en una línea ascendente hasta la
consecución de un Madrid moderno, símbolo de una nueva sociedad. Por el contrario, el
desarrollo urbano trajo consigo cambios en la fisonomía de la ciudad, y en cuanto a las
formas de vivir en la misma, pero también conllevó que muchos de sus habitantes
1 HARVEY, David, “Ciudades rebeldes. Del derecho de la ciudad a la revolución urbana”, Madrid, Akal,
2012. p. 45.
2
quedasen desplazados a sus aledaños, en un proceso de segregación espacial en el que se
decidía quiénes debían ocupar según qué espacios. Como se verá, durante el período
analizado, el Franquismo, hubo rupturas con respecto a todo lo anterior, pero muchas de
las realidades urbanas en la periferia de Madrid que ya estaban presentes se manifestarán
adquiriendo una dimensión diferente.
Con las destrucciones efecto de la guerra civil, una vez más se debía decidir cómo iba a
ser el desarrollo de la ciudad, pero ahora en el contexto de una dictadura. Qué hacer con
las zonas suburbiales era uno de los interrogantes presentes en la mente de instituciones,
técnicos, y personalidades vinculadas al régimen de una u otra manera. Una cuestión
parecía clara: había que controlar los posibles focos de insubordinación y la política
urbana era la mejor forma de proyectar los valores ideológicos del recién instaurado
régimen. Y así fue durante los primeros años de la dictadura, caracterizados por los
intentos de lograr una “España Nueva”, con una capital que fuera digno reflejo de ello,
recordando a los discursos sobre el Gran Madrid que ya estaban presentes a inicios de
siglo. Que hubiera un nuevo régimen no hacía desaparecer viejos problemas consecuencia
del crecimiento urbano madrileño, y la carestía de vivienda en las áreas situadas a las
afueras de la ciudad era buena prueba de ello. Una situación límite que se veía acrecentada
por las riadas de inmigrantes que año tras año arribaban a la capital. La solución parecía
clara: la ciudad se debía extender más allá de sus límites una vez más.
Durante la década de 1950 y 1960 surgieron nuevas áreas urbanas en la periferia
madrileña, por la iniciativa oficial de las instituciones encargadas de la urbanización de
Madrid. El objeto de estudio seleccionado en este trabajo es una de estas zonas surgidas
como consecuencia de la intervención de las autoridades sobre el extrarradio por un
desborde social a expensas de lo proyectado: Caño Roto. En la zona que comprendía este
espacio urbano se edificaron tres tipologías diferentes de poblados, fruto de la necesidad
de realojar a la población que habitaba en infraviviendas, y a aquellos que, por
motivaciones muy diferentes, procedían de otros puntos de la geografía española.
Acercarse a una de las áreas que se configuraron a través de núcleos concentrados de
infravivienda y chabolismo permite, por un lado, bosquejar la ocupación de este espacio
urbano, y, en segundo término, delimitar la actuación de las autoridades para reprimir,
orientar y controlar su crecimiento. ¿Qué organismos y actores sociales reorganizaron la
periferia madrileña? ¿Cuáles fueron las medidas emprendidas? ¿Y qué diferencias
presentaba el modelo de urbanización emprendido en Caño Roto respecto a otras áreas de
3
la capital? Estos son sólo algunos de los interrogantes que se pretenden despejar con la
realización de este estudio, o, al menos, apuntalar para su posterior desarrollo en una
investigación de mayor entidad.
Para dar cuenta de estas cuestiones, se ha decidido orientar la investigación en torno a
tres ejes principales. En primer lugar, es necesario dar debida cuenta de las
aproximaciones que han reflexionado sobre el objeto de estudio aquí planteado, con una
valoración crítica de la información aportada y delos enfoques hasta ahora ensayados.
Con el pertinente estado de la cuestión se pretende informar sobre los avances que en los
últimos años han tenido temas como la historia de las migraciones, las políticas de
vivienda del franquismo o la movilización vecinal, así como de las carencias aún
presentes en los estudios sobre el franquismo desde una perspectiva urbana.
Seguidamente, se procederá a situar al lector en el contexto en el que se desarrolló el
espacio urbano de Caño Roto, atendiendo a las diferentes medidas y organismos que
reorganizaron la periferia madrileña. Esto se realizará no sólo por medio de la bibliografía
disponible, que principalmente remite a la ciencia del urbanismo y la arquitectura, sino
también a través de los diferentes decretos sobre vivienda de tipo social y las noticias
recogidas en prensa. El último apartado estará dedicado, por un lado, al proceso de
urbanización emprendido en Caño Roto, dando cuenta del espacio concebido por los
arquitectos encargados de la elaboración del proyecto de vivienda social, y, por otro, a la
ocupación previa del polígono para tener en consideración el espacio vivido y percibido
por sus habitantes a través de su experiencia urbana.
Siguiendo la estela de autores como Henri Lefebvre o Jane Jacobs, que en sus trabajos
apuntan a la dimensión conflictiva del desarrollo urbano, este estudio parte de la premisa
de que es necesario considerar el espacio como un lugar en disputa. Esta disputa no se
debe circunscribir a un esquema interpretativo clásico arriba abajo, dominantes
dominados, gobernantes y gobernados. Por el contrario, concebir la pluralidad de agentes
que participan en el proceso de producción del espacio social -técnicos, autoridades,
habitantes, instituciones, etc.-, supone al mismo tiempo entender las diferentes visiones
sobre cómo se debe vivir en la ciudad. Como José Luis Oyón titulaba acertadamente a su
célebre investigación sobre la clase obrera en Barcelona, el espacio no es inocente, y
siempre podrán identificarse diferentes grupos sociales y agentes que intentan imponer
un orden determinado a través del espacio urbano. La ciudad y su morfología no puede
entenderse como el fruto del talento de un genio creador, ya sea un arquitecto, un
4
gobernante o un ingeniero, sino como la resultante de la lucha de estos diferentes intereses
y de estas fuerzas desiguales. Esta complejidad es una de las principales razones que hace
de la historia urbana una línea de investigación tan atractiva como necesaria.
A modo de preámbulo, antes de iniciar con el estado de la cuestión se va a proceder a
situar al lector ante el objeto de estudio, que a estas alturas se hará la misma pregunta que
me hacía cuando inicié la investigación: ¿Qué es Caño Roto? ¿Y dónde está?
Caño Roto se encuentra situado al suroeste de Madrid, limitando al sur con el camino de
las Ánimas, en la actual zona del barrio de Los Cármenes, que pertenece al distrito de
Latina. Este barrio nació de la iniciativa oficial del régimen durante la década de los
cincuenta, que proyectó tres tipos de poblados en el área que comprendía el polígono de
Caño Roto, a saber: un Poblado Dirigido, de Absorción y Mínimo o de Urgencia Social.
El primero de ellos, el Dirigido, tenía como objetivo dotar de vivienda a aquella población
que procedía de la migración, con un tipo de régimen en propiedad y cuyo elemento más
Ilustración 1. Localización del espacio urbano de Caño Roto Fuente: Elaboración propia a
partir de fotografía aérea 1965.
5
significativo es que se empleó la mano de obra de quiénes iban a habitar esta área para su
construcción. Los otros dos poblados, el de Absorción y Mínimo, tenían como función
realojar a la población chabolista que residía en núcleos de infraviviendas del polígono,
con una calidad constructiva inferior al Dirigido, especialmente este último.
Pero en esta investigación no sólo interesa cuál fue la política urbana emprendida por los
organismos encargados de la urbanización de Madrid en el polígono de Caño Roto, es
decir, el espacio concebido. Uno de los objetivos marcados es rastrear la ocupación
anterior a la proyección de dichos poblados, que supuso la expropiación y desaparición
material de los núcleos de infravivienda de este polígono. Este breve preámbulo solo
pretende situar al lector ante el área de estudio, que será descrita con más exactitud en el
apartado correspondiente. A continuación, se verá qué es lo que se sabe de Caño Roto y
cómo se ha estudiado este espacio urbano.
6
2.- Estado de la cuestión
Introducción
La realización de una investigación como la que aquí se propone requiere de la lectura
crítica de aquellos estudios que han prestado atención al tema planteado. Este ejercicio
tan necesario que supone controlar el tejido historiográfico sobre el que se va a asentar la
investigación permite reflexionar en torno a cuáles son las carencias que a día de hoy aún
presenta la historia del franquismo desde una perspectiva urbana. Y precisamente, a
diferencia de otras épocas y periodos y de otros lugares y escuelas historiográficas, en
España apenas se ha prestado atención a las posibilidades que otorga el análisis urbano
en perspectiva histórica. Una apuesta por la historia urbana que no debe entenderse como
la descripción de aquellos espacios simbólicos de las grandes ciudades, de forma aislada
y sin ningún tipo de reflexión en torno a procesos de urbanización de más largo alcance.
Así, mientras que determinados espacios y monumentos de Madrid como el Arco de la
Victoria han quedado en el discurso más extendido como la representación física y
emblemática del franquismo, otras áreas quedan sepultadas bajo muros de cemento y
hormigón y apenas son recordadas; los espacios periféricos de la ciudad habitados por
chabolas y casas bajas son buena prueba de ello. Al mismo tiempo no se debe concebir la
historia urbana como una disciplina autónoma y autosuficiente en sus temas de
investigación y debate, sino que debe aspirar a comprender la producción social del
espacio en relación a otros procesos más amplios. Los cambios y conflictos políticos, las
dinámicas productivas o los fenómenos culturales de distinta índole, no pueden ser
analizados sin referencia a uno de los procesos que de forma más radical ha transformado
las sociedades occidentales en los últimos 150 años: la urbanización.
Así, la labor de reconstrucción de determinados fenómenos en clave espacial requiere del
diálogo entre diferentes disciplinas. En el caso del franquismo, el estudio de los suburbios
en las periferias de la zona sur de Madrid no ha tenido grandes ecos en la historiografía.2
La mayor parte de las publicaciones que han centrado su atención en los municipios que
2 ESCOBAR, J.M; PÉREZ, J. y RAUNO, M, “Carabanchel Alto: historia de un pueblo” Madrid,
Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto, 2002.; MORENO JIMENEZ, Antonio, “Carabanchel.
Recuperar el espacio vivido” Madrid, Ed Hauser y Menet, 1983.; SÁNCHEZ MOLLEDO, José María,
“Carabanchel. Un distrito con historia” Madrid, Ediciones La Librería, 1998.; GARCÍA-NIETO, María
del Cármen, “Marginalidad, movimientos sociales, oposición al franquismo. Palomeras, un barrio obrero
de Madrid, 1950-1980” en TUSELL, J; ALTED, A. y MATEOS, A. (coords) “La oposición al régimen de
Franco: Estado de la cuestión y metodología de la investigación.” Tomo II, Madrid, UNED, 1991.
7
comprenden este espacio urbano no han surgido de una vocación interdisciplinar, entre
arquitectura, urbanismo, historia social e historia cultural, como habría sido deseable.3
Un primer desafío de la investigación que aquí se presenta será integrar y entrar en diálogo
con todas ellas para realizar un análisis que trate de incluir procesos de transformación
urbana atravesados por múltiples vectores, que permitan reconstruir una realidad tan
compleja como difusa. Para ello se propone un estado de la cuestión vertebrado por tres
ejes principales a modo de diagnóstico en el que insertar la presente investigación. Al
repaso de la historiografía de Madrid, su proceso de urbanización y el proceso migratorio
que coadyuvó a todo ello, le seguirá el análisis de aquella bibliografía que se acerque al
objeto de estudio planteado, desde la historia social de Madrid en su conjunto, como a los
estudios que emplean la reconstrucción microhistórica de determinadas zonas de la
capital –especialmente de Caño Roto-, y reflexionan sobre determinados aspectos del
régimen en materia de vivienda. El estado de la cuestión aquí presentado finalizará con
una propuesta sobre las posibilidades que esta línea de investigación permite vislumbrar
para un proyecto de mayor envergadura.
2.1 Los efectos de las migraciones internas en Madrid
Desde hace varios años, la historiografía ha prestado atención a la relación entre el
proceso de urbanización experimentado por las principales ciudades españolas, y el efecto
que tuvieron los movimientos internos de población en todo ello4. En el caso de Madrid,
el proceso de expansión urbana iniciado a mediados del siglo XIX, que se hizo más
intenso durante el primer tercio del siglo XX y especialmente durante el franquismo, se
produjo sin un control ajustado a lo que las autoridades habían intentado imponer. Los
planes de Ensanche iniciados durante el despertar urbano de la capital fueron el ejemplo
3 Un factor que Rubén Pallol vincula a la falta de cristalización de la Historia Urbana en España, a diferencia
de otros países. PALLOL TRIGUEROS, Rubén, “Deudas pendientes de la historia urbana en España”
Revista Ayer, Asociación de Historia Contemporánea Marcial Pons, Ediciones de Historia, 107/2017 (3),
pp. 287-302. 4 Para una visión de conjunto sobre el efecto de los movimientos internos de población en España consultar:
SILVESTRE RODRÍGUEZ, Javier, “Las migraciones interiores durante la modernización económica de
España, 1860-1930”, Cuadernos económicos de ICE, nº 70, 2005, pp. 157-182. Para ver cómo afecto el
fenómeno migratorio al crecimiento urbano de Madrid: PALLOL TRIGUEROS, Rubén y GARCÍA
ABAD, Rocio (coords.), “Inmigrantes en la ciudad. Dinámicas demográficas, mercados de trabajo y
desarrollo urbano en la España Contemporánea” Universidad del País Vasco, 2017. De este volumen
presentan interés los capítulos: BARRAL CARBALLO, Borja y ALBARRÁN VICENTE, Fernando, “La
inmigración como factor de transformación de Madrid en la segunda mitad del siglo XIX” pp. 91-128; DE
MIGUEL SALANOVA, Santiago y DÍAZ SIMÓN, Luis, “Dinámica migratoria y niveles de alfabetización
en el Madrid del primer tercio del siglo XX” pp. 129-168; PALLOL TRIGUEROS, Rubén; CARBALLO
BARRAL, Borja y VICENTE ALBARRÁN, Fernando, “Inmigración y mercado de trabajo en el Madrid
de la segunda mitad del siglo XIX”, en Revista de Demografía Histórica, vol. 28, nº 1, 2010, pp. 131-166.
8
de que los habitantes no se adecuaron a lo que los técnicos habían proyectado, síntoma
de un problema endémico, de una ciudad que crecía más allá de los límites previamente
delimitados5. La consecuencia directa fue que la periferia se manifestó como problema y
solución al mismo tiempo6. Un problema porque no se pudo dar respuesta al desborde
social consecuencia de los intensos flujos migratorios, y una solución porque sirvió como
muro de contención que parapetaba la posibilidad de asentarse en determinadas zonas de
la capital, como frontera simbólica delimitada por un desigual acceso a la vivienda. Este
es un campo fértil para el estudio que desde hace unos años ha sido abordado por el Grupo
de Investigación Espacio, Sociedad y Cultura en la Edad Contemporánea para el primer
tercio del siglo XX, atendiendo a los cambios en las estructuras demográficas y su
influencia en la extensión de las barriadas madrileñas.
Como en otros periodos de la historia de Madrid, durante el franquismo la inmigración
interna supuso un aporte fundamental, y su llegada contribuyó sustancialmente a la
modificación de su paisaje urbano. La ciudad crecía extendiéndose más allá de sus
propios límites, absorbiendo a aquellos hombres y mujeres que tomaban la decisión de
abandonar sus lugares de origen para asentarse en la capital. Estos movimientos de
población coadyuvaron al surgimiento de nuevas barriadas en los aledaños de la ciudad,
lo que se tradujo durante la dictadura franquista en diferentes planes urbanísticos para
ordenar y encauzar su crecimiento. Así, es innegable la relación existente entre las
migraciones y el desarrollo urbano de las ciudades modernas; en el caso de Madrid
durante el periodo comprendido entre 1960 y 1970, se alcanzó en términos cuantitativos
las cifras más altas de su historia de llegada de inmigrantes.7
5 PALLOL TRIGUEROS, Rubén, “El Ensanche Norte. Chamberí, 1860-1931. Un Madrid moderno.”,
Madrid, Catarata, 2015; VICENTE ALBARRÁN, Fernando, “El Ensanche Sur. Arganzuela, 1860-1931”
Madrid, Catarata, 2015.OTERO CARVAJAL, Luis Enrique, “Tradición y modernidad en la España urbana
de la Restauración” en GÓMEZ FERRER, G, Sánchez, R. (coords.), “Modernizar España: proyectos de
reforma y apertura internacional (1898-1914)”, Madrid, Biblioteca Nueva, 2007, pp. 79-118;
BAHAMONDE MAGRO, Ángel y OTERO CARVAJAL, Luis Enrique (Eds.), “La sociedad madrileña
durante la Restauración (1876-1931)”, Vol. I, Alfoz-CAM-UCM, Madrid, 1989. 6 Charlotte Vorms ha sido quién más se ha interesado por el extrarradio madrileño durante el primer tercio
del siglo XX. La investigadora francesa aborda la forma en que se ocupó la periferia para levantar casas
bajas y chabolas autoconstruidas para hacer frente a la presión de la vivienda. VORMS, Charlotte,
“Bâtisseurs de banlieue à Madrid. Le quartier de la Prosperidad (1860-1936)”, Paris, Créaphis Èditions,
2012 7 Los datos aportados por Alfonso García Barbancho arrojan un total de 701.105 personas llegadas a Madrid
en el periodo 1961-70 como consecuencia de los movimientos internos de población. GARCÍA
BARBANCHO, Alfonso, “Las migraciones interiores españolas en 1961-70”, Madrid, Instituto de
Estudios Económicos, 1975, p. 90.
9
El objetivo de este apartado no es exclusivamente apuntar a los cambios demográficos
que experimentó Madrid durante el franquismo, esto es, limitarse a describir los diferentes
ritmos de los movimientos internos de población durante las distintas etapas del régimen
dictatorial. Por el contrario, problematizar el impacto e interpretación de las migraciones
para constatar cuál fue su efecto sobre la extensión de los suburbios, se antoja como uno
de los objetivos principales. Este es un factor más a tener en consideración para entender
cómo se agravó la situación en el Extrarradio madrileño ante la necesidad de albergar una
población en constante crecimiento.
Las primeras investigaciones centradas en los movimientos internos de población durante
el franquismo se realizaron de forma coetánea a este proceso. La necesidad de dar
respuesta a los problemas que generaban las migraciones llevó a autores como Alfonso
García Barbancho a aportar cifras que permitiesen vislumbrar la magnitud de este
fenómeno. El estudio realizado por Barbancho es exclusivamente cuantitativo,
interesándose por los saldos migratorios y su distribución espacial en la geografía
española. Los datos arrojados por este autor sitúan un saldo positivo para Madrid entre
1941 y 1960 de 686.000 personas, dando cuenta del masivo incremento de población en
la capital durante el periodo autárquico8. Si bien este trabajo destaca por la amplitud
cronológica al abordar las migraciones interiores desde 1900, en estudios posteriores
Barbancho estrecha el abanico cronológico a la década de 1960, enfatizando que estos
movimientos de población se circunscriben principalmente a factores de carácter
económico.9 Dejando de lado esa consideración, que ha sido discutida por otros autores10,
la amplitud de trabajos coetáneos pone de manifiesto la alarma que generaba llegada de
inmigrantes a la capital11. La realización de estos estudios coincidió con las iniciativas
8 GARCIA BARBANCHO, Alfonso, “Las migraciones interiores españolas: estudio cuantitativo desde
1900”, Madrid, Instituto de Desarrollo Económico, 1967. 9 GARCIA BARBANCHO, Alfonso, “Las migraciones interiores españolas 1961-1965” Madrid, Instituto
de Desarrollo Económico, 1970.; GARCIA BARBANCHO, Alfonso, “Las migraciones interiores
españolas 1961-1970”, Madrid, Instituto de Estudios Económicos” 1975. 10 Una crítica a la visión presentada por Barbancho es la vertida por Martí Marín por considerar que
establece una relación monocausal entre factores económicos y los movimientos de población, así como
por obviar las migraciones de la primera etapa del franquismo. MARÍN CORBERA, Martí, “Familiares
pero desconocidas: las migraciones interiores durante el régimen franquista” en ALBERTO GONZÁLEZ,
Damián, “El Franquismo y la Transición en España: Desmitificación y reconstrucción de la memoria de
una época” Madrid, Catarata, 2008 11 GONZÁLEZ ROTHWOSS, M, “Los problemas actuales de la emigración española”. Instituto de
Estudios Políticos, Madrid, 1949, 245 p.; TAMAMES, Ramón, “Los movimientos migratorios de la
población española durante el período 1951-1960”. Revista de Estudios Políticos, 1962. p. 105-140.;
CAREAGA DE LEQUERICA, Pilar, “La inmigración interior. Sus problemas psicológicos, económicos y
sociales: los suburbios” en los problemas de la migración española. Semanas Sociales de España XVIII
Vigo-Santiago, 1958. Madrid, Secretariado de la Junta de las Semanas Sociales, 1959, pp. 153-169.; DEL
10
emprendidas por los organismos oficiales encargados de la gestión de la ciudad, que
debían hacer frente al desborde social que se estaba experimentando. Para ello se avanzó
en la puesta en marcha del Plan Nacional de Vivienda en 1955 y el Plan de Urgencia
Social (PUS) en 1957, con objetivo de construir vivienda de tipo social para la población
localizada en las áreas suburbiales.
Desde la economía se han producido sugerentes aportaciones que relacionan el impacto
del éxodo rural y el desarrollo económico que se produjo en las grandes ciudades
españolas.12 Los bajos salarios presentes en el mundo agrícola habrían funcionado a modo
de incentivo para aquellos trabajadores rurales que buscasen empleo en la industria,
acentuando los desequilibrios regionales y la crisis en el sector de la agricultura. Y
precisamente gran parte de los expulsados del campo español contribuyeron al
crecimiento económico que se experimentó durante la década de 1960, asentándose en la
periferia de las ciudades y sirviendo como mano de obra barata al capital.
La complejidad de los fenómenos migratorios, como de cualquier otro proceso histórico,
impide que se expliquen con relación exclusivamente a una razón concreta. Con ello
únicamente se conseguiría emplear criterios homogéneos para tratar de comprender a una
amplia masa social que se desplaza de su lugar de residencia por razones muy diferentes,
aunque existan condicionantes que les sean comunes. Parece necesario romper con
explicaciones reduccionistas que pretendan interpretar los movimientos internos de
población exclusivamente en base a elementos de índole económica. Un ejemplo de este
tipo de análisis es el que ya realizaba Rafael Moneo en 1956 para la Revista Nacional de
Arquitectura. Moneo consideraba que las razones para la proliferación de núcleos de
infravivienda en Madrid se encontraban en el éxodo de labradores a la ciudad y al
aumento del nivel de vida en la capital, lo que conllevó la necesidad de mano de obra
barata para construir vivienda de calidad.13 Desde la historiografía sí se han realizado
estudios que ponen de relieve otros factores que intervienen en los movimientos de
VALLE, Florentino, “La inmigración en Madrid” en Los problemas de la migración española”, Semanas
Sociales de España, XVIII Vigo-Santiago, Madrid, Secretariado de la Junta de las Semanas Sociales, 1959,
pp. 375-392.; VÁZQUEZ, Jesús, “La inmigración a Madrid”, en Los problemas de la migración española,
Semanas Sociales de España. XVIII Vigo-Santiago, 1958. Madrid, Secretariado de la Junta de las Semanas
Sociales, 1959, pp. 393-414 12 ROS I HOMBRAVELLA, Jacint, “Capitalismo español: de la autarquía a la estabilización: 1939-59”.
Ed Edicusa. Madrid, 1973.; TAFUNELL, Xavier, CARRERAS, Albert, “Historia económica de la España
Contemporánea”, Barcelona, Crítica, 2011.; CARBALLO, Roberto; TEMPRANO, Antonio y MORA, José
Antonio, “Crecimiento económico y crisis estructural en ESPAÑA: 1959-1980” Madrid, Akal, 1981 13 MONEO, Rafael, “Los poblados de absorción de Madrid” Revista Nacional de Arquitectura, 176-177,
Agosto-Septiembre, 1956.
11
población, como es el caso de las razones de tipo político durante la primera etapa del
franquismo.14 Pero la presente investigación no pretende rastrear las diferentes causas por
las cuales un ingente número de personas decidieron desplazarse a las grandes ciudades,
ya sea por factores de tipo económico, por la imposibilidad de desarrollar sus vidas en
sus pueblos de origen como consecuencia del clima impuesto por la dictadura o por las
aspiraciones sociales que les atraían a las grandes ciudades. Por el contrario, el efecto que
tuvo la necesidad de albergar una población creciente y cómo ello trastocó completamente
la fisonomía de la ciudad, es el principal punto de interés para el objeto de estudio aquí
planteado.
Como conclusión, cabe subrayar la llegada de inmigrantes a la capital durante el
franquismo transformó los aledaños de Madrid, que tuvo que reconfigurarse para dar
cabida a sus habitantes. De esta forma surgieron nuevas áreas urbanas en los límites
municipales mediante la ocupación a través de las fórmulas de autoconstrucción o por la
puesta en marcha de iniciativas públicas de vivienda. Esto permite delimitar una relación
entre los movimientos internos de población y el surgimiento de una nueva realidad
urbana en la periferia madrileña, que quedó reflejada en las diferentes intervenciones
oficiales para encauzar y ordenar el desbordante crecimiento de estas zonas. Sus
habitantes tuvieron que hacer frente no sólo a las carencias constructivas de sus precarias
viviendas, sino también a la carencia de servicios, transportes e infraestructuras. Este
proceso de segregación espacial quedó delimitado por un distintivo de clase, uno de los
elementos que contribuyó a que en estas áreas urbanas se gestase una identidad de barrio,
favoreciendo a las movilizaciones urbanas del tardofranquismo. Y precisamente esta
investigación surge de la necesidad de poner en relación estas nuevas realidades
suburbiales con la acción colectiva que se desarrolló a través de las asociaciones de
vecinos. Bajo esta premisa, con el análisis de la configuración de una de estas zonas
mediante el enfoque micro, el polígono de Caño Roto, se pretende dar cuenta de cómo la
producción del espacio ha afectado a la toma de conciencia y la movilización posterior.
Para ello se procederá a realizar una lectura crítica de la información disponible sobre
14 DOMENECH SAMPERE, Xavier, “Quan el carrer va deixar de ser seu: moviment obrer, societat civil
y canvi politic Sabadell (1966-1976)”, Barcelona, Publicaciones de l’ Abadía de Montserrat, 2002. En este
trabajo, Domenech documenta distintos casos de inmigrantes granadinos, que se ven forzados a emigrar no
sólo por cuestiones económicas, sino más bien por el clima político que existe en su pueblo de origen.;
MARIN CORBERA, Martí, “Franquismo e inmigración interior: El caso de Sabadell (1939-1960)”, Revista
Historia Social, nº 56, 2006, pp. 131-151
12
esta área urbana, con objetivo de analizar las lagunas y carencias y justificar su elección
como objeto de estudio.
2.2 El estudio de los suburbios en las periferias urbanas
El estudio de los suburbios en las periferias de la zona sur de Madrid durante el franquismo,
al contrario de lo que sucede con otros lugares y periodos, no ha tenido un extenso desarrollo
en la historiografía española. La información bibliográfica localizada remite a la historia del
urbanismo y la arquitectura, prestando atención a los principales organismos que llevaron a
cabo la ordenación urbana de Madrid, así como a las políticas de vivienda social
emprendidas para paliar la congestión de las zonas suburbanas15. Estos trabajos sirven como
punta de lanza para esta investigación, pero futuros análisis deben poner el énfasis en los
individuos no como meros receptáculos de lo proyectado por las instituciones, sino como
agentes activos que participan de la transformación de la ciudad. La atención a esta
bibliografía permite atender a cuáles fueron las principales intervenciones sobre el
extrarradio madrileño y las problemáticas presentes para su urbanización.
La distinción que realizaba Henri Lefebvre entre urbanismo y vida urbana en su obra El
derecho a la ciudad en 1968 es una de las líneas a tener en consideración para la realización
de esta investigación16. En las publicaciones académicas el urbanismo como saber técnico
ha recibido una amplia difusión, mientras que los estudios que contemplan interacciones
entre el espacio construido y las vivencias cotidianas siguen ocupando una posición
secundaria. Las reflexiones del sociólogo francés deben orientar el análisis hacia las
diferentes vivencias de la ciudad, y cómo a través de la experiencia urbana de los habitantes
se configuran las ciudades. También desde la sociología, Richard Sennett en su obra The
Uses of Disorder: Personal Identity and City Life, parte de la necesidad de considerar a los
15 MOYA GONZÁLEZ, Luis, “Barrios de promoción oficial. Madrid, 1939-1976. La política de promoción
pública de vivienda.”, Tesis Doctoral, Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, 1983. SAMBRICIO,
Carlos, “Un siglo de vivienda social (1903/2003)”, Tomos I y II, Editorial Nerea, 2003. LÓPEZ DÍAZ,
Jesús, “La vivienda social en Madrid 1939-1959”, Madrid, Ministerio de la Vivienda, 2007.
VALENZUELA RUBIO, Manuel, “Vivienda marginal”, en SAMBRICIO, Carlos y HERNÁNDEZ,
Concha (eds.), “Madrid, siglo XX”. Madrid, Ayuntamiento de Madrid, 2002, pp. 315-316. ROJO DE
CASTRO, Luis, “La vivienda en Madrid durante la posguerra”, en Sambricio, Carlos (ed), “Un siglo de
vivienda social 1903-2003”, tomo I. Madrid, Nerea, 2003, pp. 226-243. 16 LEFEBVRE, Henri, “El derecho a la ciudad”, Madrid, Capitan Swing, 2017. La primera edición se
publicó en el año 1968. Entre otras obras de Henri Lefebvre en las que se reflexiona sobre el espacio urbano
cabe destacar: LEFEBVRE, Henri, “La producción del espacio”, Madrid, Capitan Swing, 2013 y
LEFEBVRE, Henri, “La revolución urbana”, Madrid, Siglo XII, 1976.
13
habitantes como agentes activos en la transformación de sus ciudades.17 Este estudio rompe
con un esquema de interpretación basado en una agencia de los sujetos completamente
determinada desde arriba, en este caso no sólo por el espacio construido, sino también por
quienes gobiernan las ciudades.
Los principales aportes teóricos en relación con los suburbios en las periferias urbanas son
los realizados por la escuela anglosajona, cuyo principal exponente es Harold James Dyos.
El análisis realizado por Dyos sobre los suburbios en época victoriana permite una primera
aproximación a cómo por parte de las autoridades se gestionó esta problemática y qué
dispositivos de control y criminalización se aplicaron sobre los individuos que habitaban
estas áreas18. Desde la geografía urbana también se han realizado sugerentes aportes, como
en el caso de Harris y Larkham19, que reflexionan acerca de qué rasgos constituyen a un
determinado espacio para su consideración como suburbio. Desde la escuela anglosajona,
posiblemente la aportación reciente que resulta más sugerente sea la realizada por Shane
Ewen en su obra What is Urban History?20, en donde el autor plantea los principales desafíos
de la historia urbana. En el segundo capítulo de este libro, “Cities, Spaces and Identities”,
aborda la relación entre las migraciones, la segregación residencial y los suburbios,
empleando ejemplos de las grandes ciudades de Norteamérica y Reino Unido. 21 La forma
en que estos elementos citados y muchos otros interaccionan en la constitución de las
ciudades, es uno de los aportes de los que se pretende nutrir la investigación en curso, así
como de la diferenciación entre una historia de las ciudades o una historia de la arquitectura
frente a una apuesta por una historia urbana en la que se relacionan procesos económicos,
políticos, culturales y espaciales. El recurso a la comparación de nuestro caso de estudio con
espacios urbanos que escapan las fronteras nacionales otorga fructíferos resultados para
constatar las semejanzas y diferencias en los procesos de urbanización que coadyuvan a la
configuración de las ciudades. El control de un tejido historiográfico que supere los límites
espaciales en los que se inscribe el análisis propuesto, permite romper con la tendencia a
realizar interpretaciones que subrayan en exceso las especificidades nacionales al tratar de
dar explicación a diferentes fenómenos urbanos, como es el caso de las migraciones o los
17 SENNETT, Richard, “The Uses of Disorder: Personal Identity and City Life”, New York, W.W Northon
& Co, 1992. 18 DYOS, Harold James, “Victorian Suburb: A Study of the Growth of Camberwell”, Leicester, Leicester
University Press, 1961. 19 HARRIS, Richard y LARKHAM, Peter, “Changing Suburbs. Foundations, Form and Function” London,
E & FN Spon, 1999. 20 EWEN, Shane, “What is Urban History?” Cambridge, Polity Press, 2015. 21 Ibídem, pp. 33-55.
14
problemas relativos a la vivienda. Por el contrario, los masivos movimientos de población y
la extensión de las áreas suburbiales no es un proceso exclusivo de España, aunque es
necesario poner en órbita cuál fue el contexto en el que se desarrolló durante la dictadura
franquista.
Los efectos de las migraciones en otros marcos espaciales son puestos de relieve por Marco
D’ Eramo, que atiende al proceso de urbanización experimentado por Roma después de la
Segunda Guerra Mundial.22 En este artículo, el sociólogo italiano aborda la manera en que
se configuró el desarrollo urbano de Roma ante la ausencia del Estado, mediante la
construcción ilegal y violando las normativas y ordenanzas vigentes. Este proceso fue
seguido por la especulación inmobiliaria en torno a la vivienda, en algunos casos incluso con
el consentimiento de las autoridades municipales. Así, se manifiesta que más allá de las
especificidades nacionales, se pueden rastrear algunas semejanzas en cuanto a la
planificación urbana emprendida en diferentes países durante la segunda mitad del siglo XX,
principalmente debido al acercamiento a las líneas del capitalismo internacional.
Las publicaciones sobre el crecimiento urbano de Madrid durante el franquismo proceden
en su mayoría de la ciencia del urbanismo y la arquitectura, como previamente se ha
apuntado. En materia de vivienda, uno de los estudios más detallados se encuentra en la obra
colectiva coordinada por Carlos Sambricio Un siglo de vivienda social (1903-2003),
publicada en el año 200323. Los diferentes capítulos que componen estos tomos realizan un
recorrido sobre las intervenciones de las autoridades oficiales encargadas de la urbanización
de Madrid durante el franquismo, los diferentes debates arquitectónicos y la legislación sobre
el suelo. Esta no es la única obra de Sambricio sobre política pública de vivienda durante el
franquismo. En Madrid, vivienda y Urbanismo, se recogen las diferentes propuestas de los
organismos oficiales hasta la década de 1960, con información detallada de tipo técnico.24
En una línea similar se sitúan los estudios de Fernando de Terán y Luis Moya González,
arquitectos de formación. El primero de ellos, Terán, fue fundador y director de la primera
revista española en urbanismo, Ciudad y Territorio, y cuenta con varias publicaciones sobre
22 D’ ERAMO, Marco, “La ciudad no tan eterna”, New Left Review, Septiembre-Octubre 2017, p. 83-115. 23 SAMBRICIO, Carlos, “Un siglo de vivienda social (1903/2003)” Tomos I y II, Editorial Nerea, 2003.
Para esta investigación presentan especial interés los siguientes capítulos. SAMBRICIO, Carlos, “El Plan
Nacional de Vivienda de 1955”, pp. 53-55; TUÑÓN, Emilio, “Caño Roto. Primera fase, 1957-1969” pp.
108-110. 24 SAMBRICIO, Carlos, “Madrid, vivienda y urbanismo: 1900-1960”, Madrid, Akal, 2004.
15
crecimiento y planeamiento urbano.25 Por su parte, Luis Moya González realizó una tesis
doctoral sobre los barrios de promoción oficial en Madrid, que presentó en el año 1976 y
cuyo arco cronológico abarca entre 1939 y 197626. La amplitud de temas abordados por
Moya en su investigación ha permitido que sirva como referente para las generaciones
posteriores interesadas en el estudio del urbanismo franquista desde la arquitectura.
Por su parte, desde la sociología se han realizado sugerentes aportaciones. Para Manuel
Castells el modelo urbano del tardofranquismo estaba basado fundamentalmente en tres
vectores. En primer lugar, la concentración de la actividad económica atendiendo al proceso
de industrialización, que durante la década de 1960 se acelera con el establecimiento de
industrias en el área metropolitana. Seguidamente, una falta de control social por parte de
las instituciones con respecto a la expansión urbana, con la entrada del capital financiero e
intereses especulativos. Por último, un estado de corrupción generalizada en las
instituciones, con relaciones interpersonales entre funcionarios y empresarios que
conformaban una “red de especulación”27. Castells presenta un marco explicativo interesante
y que puede servir de referencia para esta investigación. Se antoja necesario ver en qué
medida este modelo se cumple en el sector de Caño Roto, es decir, si la construcción de los
complejos urbanos en esta área responde únicamente a una necesidad de crear vivienda para
las clases más empobrecidas, o si, además de ello, entran en otro tipo de intereses
especulativos o de adhesión de bases sociales a través de una política social de vivienda.
Durante la década de 1950 se promovió la construcción de distintos modelos de vivienda
protegida para realojar a la población que residía en viviendas con malas condiciones
constructivas. Entre estas iniciativas destacó la puesta en marcha de los poblados Dirigidos,
de Absorción y Mínimos, que respondían a distintas tipologías arquitectónicas y
edificatorias, pero que tenían una misma finalidad: descongestionar la periferia madrileña.
El estudio más sistemático sobre estas modalidades de vivienda social se encuentra en la
25 DE TERÁN, Fernando, “Planeamiento urbano en la España Contemporánea (1900-1980)” Madrid,
Alianza Editorial, 1982; DE TERÁN, Fernando, “Historia del urbanismo en España”, Vol. III: siglos XIX
y XX. Madrid, Cátedra, 1999. 26 MOYA GONZÁLEZ, Luis, “Los barrios de promoción oficial en Madrid”, Tesis Doctoral, E.T.S
Arquitectura, Universidad Politécnica de Madrid, 1976. 27 CASTELLS, Manuel, “La ciudad y las masas. Sociología de los movimientos sociales urbanos”. Madrid,
Alianza Editorial, 1986. p. 273-274. Otras obras de Manuel Castells que presentan interés por la dimensión
urbana de los movimientos sociales, CASTELLS, Manuel, “Ciudad, democracia y socialismo. La
experiencia de las Asociaciones de Vecinos de Madrid”, Madrid, Siglo XXI, 1977; CASTELLS, Manuel,
“Productores de la ciudad: el movimiento ciudadano en Madrid”, en PÉREZ QUINTANA, Vicente y
SÁNCHEZ LEÓN, Pablo (eds.), “Memoria ciudadana y movimiento vecinal: Madrid-1968-2008”, Madrid,
Catarata, 2008. Pp. 21-32.
16
obra de Fernández Galiano, en donde plasma los debates en torno a los criterios a seguir para
la construcción de estas colonias de viviendas.28 Más allá de las diferentes consideraciones
arquitectónicas, las viviendas promocionadas desde las instituciones del Estado seguían
siendo soluciones de baja calidad que únicamente pretendían frenar la extensión de los
suburbios. En el polígono de Caño Roto, donde se levantaron un poblado Dirigido, Mínimo
y de Absorción, da buena muestra de ello.
2.3 La producción bibliográfica sobre Caño Roto
La producción bibliográfica específica sobre el poblado dirigido de Caño Roto se ha
realizado también principalmente desde la arquitectura y la ciencia del urbanismo. La mayor
parte de las publicaciones al respecto atienden únicamente al estudio de su tipología y su
consideración como referente de la arquitectura moderna. La investigación realizada por
José Manuel Calvo del Olmo, El Poblado Dirigido de Caño Roto. Dialéctica entre
morfología urbana y tipología edificatoria, es posiblemente el estudio que, de forma más
pormenorizada, ha centrado su atención en este espacio urbano y su importancia dentro del
movimiento de la arquitectura racionalista.29 Los primeros capítulos de la tesis doctoral de
Calvo del Olmo están dedicados a enmarcar la construcción del Poblado Dirigido de Caño
Roto en las actuaciones de las diferentes instituciones encargadas de llevar a cabo la
urbanización de Madrid, y a explicar cómo se insertó este proyecto en dicho proceso. Esto
se sustancia en un profuso análisis descriptivo de la legislación presente en materia de
vivienda y los diferentes planes urbanísticos que se llevaron a cabo para paliar la congestión
de las zonas suburbanas. Una segunda parte de la investigación aporta información sobre las
diferentes fases que atravesó el proyecto, y las características arquitectónicas y tipologías
edificatorias empleadas, comparando el Poblado Dirigido de Caño Roto con otros proyectos
análogos. Lo más sugerente de la investigación de Calvo del Olmo son las fuentes empleadas
entre las que se despliegan los planes originales del proyecto, un recorrido fotográfico actual
por el área que comprendía este espacio urbano, y entrevistas orales a los arquitectos que
participaron en el proyecto, como Antonio Vázquez de Castro y José Luis Íñiguez de
Onzoño. La profusión de datos aportados por el trabajo de Calvo del Olmo es fundamental
para nuestra investigación, aunque todo ello queda limitado por circunscribirse al ámbito de
28 FERNÁNDEZ GALIANO, Luis, “La quimera moderna. Los Poblados Dirigidos de Madrid en la
arquitectura de los 50”, Madrid, Hermann Blume, 1989. 29 CALVO DEL OLMO, José Manuel, “El Poblado Dirigido de Caño Roto. Dialéctica entre morfología
urbana y tipología edificatoria”. Tesis Doctoral, Escuela Técnica Superior de Arquitectura, Universidad
Politécnica de Madrid, 2014.
17
la arquitectura. Y precisamente es necesario reconstruir no sólo el espacio construido del que
apenas quedan vestigios, sino también reflexionar en torno a quiénes habitaron estos
espacios, qué relaciones sociales se dieron en su interior y cómo estimuló la conformación
de una identidad de barrio que encontró su expresión en las movilizaciones vecinales del
tardofranquismo.
Una aproximación más cualitativa al sector de Caño Roto desde la historia de la arquitectura
se encuentra en la tesis doctoral de Ainoa Díez de Pablo30, en la que realiza un análisis de
tres barrios de promoción oficial en Madrid durante el franquismo. En el primer capítulo
dedicado a Caño Roto, Un Poblado Dirigido de Renta Limitada (1956-2015)31, la autora
atiende a la evolución física del terreno sobre el que se asentó el Poblado Dirigido de Caño
Roto, poniendo de relieve la ocupación anterior de chabolas, casas bajas y fincas rústicas
que hubieron de ser expropiadas y derribadas para preparar la intervención oficial de las
autoridades. Pese a que la autora presta especial atención al Poblado Dirigido, también aporta
información sobre el Poblado de Absorción y el Poblado Mínimo de los Cármenes, tratando
de analizar la realidad del polígono de Caño Roto en su conjunto. En un segundo capítulo,
Cohesión social e incertidumbre (Poblado Dirigido de Caño Roto, 1959-2015)32, Díez de
Pablo analiza las carencias que presentan estos poblados y las diferentes luchas emprendidas
por sus habitantes desde las asociaciones vecinales. Especialmente interesante es el empleo
de fuentes orales que, a diferencia de la investigación de Calvo del Olmo, no se limitan a los
arquitectos encargados de la construcción del Poblado Dirigido de Caño Roto, sino que
también dan voz a los vecinos que lo habitan. Quizá el principal problema que presentan los
capítulos dedicados a Caño Roto es el amplio arco cronológico del que se sirve la autora,
que se extiende prácticamente a la actualidad y que apenas permite desarrollar muchas de
las cuestiones planteadas. Aun así, esta investigación es buen ejemplo de cómo desde la
arquitectura se pueden realizar análisis cualitativos más ajustados a la realidad urbana.
En otro orden de publicaciones referidas a Caño Roto, se encuentran aquellas que atienden
al Poblado Dirigido desde una perspectiva puramente tipológica, atendiendo a su
importancia dentro del movimiento de la arquitectura racionalista. En el trabajo coordinado
por Luis Fernández-Galiano, Los Poblados Dirigidos de Madrid en la arquitectura de los
30 DÍEZ DE PABLO, Ainhoa, “La vivienda social como patrimonio urbano. Análisis de la
patrimonialización de tres Barrios de Promoción Oficial Madrileños” Tesis Doctoral, Escuela Técnica
Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid, 2015. 31 Ibídem, p. 113-145 32 Ibídem, p. 209-227
18
5033, se dedica un capítulo a Caño Roto en el que aparece fotografía de época y la planimetría
de los poblados. El autor considera al Poblado Dirigido de Caño Roto como el “mejor
ejemplo urbanístico de los poblados”34, cayendo en una estela de complacencia
arquitectónica donde el interés únicamente se refleja en la importancia del espacio
construido y su difusión en medios internacionales. Pero este estudio no es el único que solo
presenta interés por la complejidad tipológica de los poblados dirigidos, y concretamente en
el caso de Caño Roto. La descripción de las soluciones empleadas para la puesta en marcha
del proyecto y sus influencias más significativas, son dos vectores transversales a gran parte
de las publicaciones interesadas en este espacio urbano.35 Entre las críticas realizadas a este
tipo de análisis centrados exclusivamente en la experiencia arquitectónica, la más ilustrativa
es la realizada por Carlos Sambricio cuando indica que “dichos poblados quedaron aislados
de sus núcleos de referencia al trazarse sin establecer los accesos, servicios, sin fijar las
condiciones adecuadas para que en ellos naciera la vida urbana, y los poblados fueron en
consecuencia más experiencia arquitectónica que ejemplo de desarrollo urbano”36 En
cualquier caso, es pertinente matizar el concepto de vida urbana empleado por Sambricio,
con el que se refiere a la falta de equipamientos urbanos y a la dificultad de acceso al resto
de la urbe. O al menos defender su empleo en términos diferentes, considerando que la vida
urbana no surge ajustándose a unas necesidades previamente delimitadas. Con esto se quiere
reivindicar el empleo del concepto en términos lefebvrianos, esto es, fundamentando que los
habitantes producen socialmente el espacio en el que viven, adaptando y negociando sus
modos y formas de vida, cuestión que no ha sido desde luego abordada por estas
aproximaciones de tipo arquitectónico.37
Entre los años 1978 y 1979 la editorial Espasa-Calpe publicó una serie de fascículos sobre
la capital con el apoyo del Ayuntamiento de Madrid y bajo la dirección científica del Instituto
33 FERNÁNDEZ GALIANO, Luis, “La quimera moderna. Los Poblados Dirigidos de Madrid en la
arquitectura de los 50”, Madrid, Hermann Blume, 1989. 34 Ibídem, p. 65 35 Algunos ejemplos de estudios que siguen la estela de esa “complacencia arquitectónica”. CAPITEL,
Antón, “Arquitectura española años 50-años 80”. Madrid, Ministerio de Obras Públicas, 1986.; CAPITEL,
Antón, “Desarrollo del Gran Madrid en los años cincuenta y sesenta” en CAPITEL, Antón, WANG,
Wilfried (coords), Arquitectura del siglo XX: España, Sevilla, Ed Tanais, 2000; FLORES, Carlos, “El
poblado de Caño Roto”, Hogar y Arquitectura, nº 54, 1964.;. TUÑÓN, Emilio, “Caño Roto. Primera fase,
1957-1969” en SAMBRICIO, Carlos, “Un siglo de vivienda social (1903/2003)” Tomo II, Editorial Nerea,
2003. pp. 108-110. 36 SAMBRICIO, Carlos, “La vivienda en Madrid, de 1939 al Plan de Vivienda Social, en 1959” en
SAMBRICIO, Carlos, “La vivienda en Madrid en la década de los 50. El Plan de Urgencia Social”, Electa,
Ayuntamiento de Madrid. Gerencia Municipal de Urbanismo, pp. 13-85. p. 51 37 LEFEBVRE, Henri, “El derecho a la ciudad”, Capitan Swing, Madrid, 2017.
19
de Estudios Madrileños. Los diferentes tomos que componen la colección aportan
información sobre la historia de Madrid, realizando análisis particularizados de sus barrios.
En el Tomo I titulado De la Plaza de Oriente a Carabanchel 38 hay un capítulo dedicado al
distrito de Latina en el que se examinan los tres barrios que lo componen, Lucero, Los
Cármenes y Aluche.39 Sus autoras realizan una descripción del origen y evolución de estos
barrios, su población y las carencias que coetáneamente a la publicación de este estudio, en
1978, se observaban en estos espacios. En el epígrafe dedicado al Barrio de los Cármenes en
el que se encuentra localizado Caño Roto, se hace referencia al tipo y estado de viviendas en
los poblados y a la carencia de dotación sanitaria, escolar y comercial en el sector. La
información, aunque escasa, permite conocer cuáles eran las principales problemáticas en el
barrio en torno al que se movilizaron las Asociaciones de Vecinos del Poblado Mínimo y la
de Tercio-Terol-Cármenes.
En la Tesis Doctoral realizada por Mercedes Arranz Lozano, dirigida por Aurora García
Ballesteros, coautora del capítulo sobre el distrito de Latina previamente citado, se aborda el
papel del precio del suelo en la configuración espacial del barrio de Los Cármenes.40 Desde
la geografía humana, esta investigación trata el desarrollo urbano de estas zonas mediante el
estudio de las diferentes planes urbanísticos emprendidos por el régimen franquista, con
especial atención a las leyes sobre la propiedad del suelo. Las fuentes que utiliza la autora
son las licencias concedidas para construcción y demolición en el distrito Latina, que se
encuentran recogidas en la Gerencia de Urbanismo. Una de las principales carencias que
presenta este estudio es reducir el proceso de producción del espacio social exclusivamente
a elementos de índole económica, ignorando quiénes habitaban estos espacios y, en
definitiva, cuál era la experiencia urbana de sus habitantes. Aun así, la investigación de
Arranz permite poner en relación la profusión de licencias otorgadas en el distrito a partir de
la década de 1960, con la entrada del capital privado en materia de vivienda.
Esta vinculación entre mercados inmobiliarios y los índices sobre los precios del suelo ha
sido excepcionalmente abordada también desde la geografía por Horacio Capel, en el tercer
38 DE TERÁN ÁLVAREZ, Manuel. (coord.), “Madrid II. De la Plaza de Oriente a Carabanchel”, Madrid,
Espasa-Calpe, 1978-79. 39 ESTELLA IZQUIERDO, Elena; GARCÍA BALLESTEROS, Aurora, “Latina (Lucero, Cármenes,
Aluche)”, en DE TERÁN ÁLVAREZ, Manuel. (coord.), “Madrid II. De la Plaza de Oriente a
Carabanchel” Madrid, Espasa-Calpe, 1978-79, pp. 321-340. 40 ARRANZ LOZANO, Mercedes, “El papel de la propiedad en el desarrollo espacial de Madrid: Sector
SW”, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1989.
20
tomo de su obra La morfología de las ciudades.41 El marco teórico aportado por este autor
permite reflexionar sobre la manera en que se han configurado nuestras ciudades y qué papel
tienen la pluralidad de agentes urbanos en el proceso de producción del espacio. Estos
elementos se traducen en una desigualdad regional que queda reflejada en la configuración
urbana madrileña, con intereses especulativos enfrentados a los vecinos que habitan sus
distintos barrios.
¿Cómo reconstruir una realidad como la carestía de la vivienda, que quedó reflejada en los
barrios de chabolismo y autoconstrucción? La bibliografía académica no es la única vía que
permite adentrarse en cómo era este fenómeno, sino que el cine y la literatura pueden ser un
aporte fundamental. Por ejemplo, la novela La piqueta de Antonio Ferrés muestra la realidad
chabolista a través del barrio de Orcasitas, atendiendo a cómo se configuró una cultura de
barrio, un retrato excepcional de la realidad social en la periferia madrileña42. Un caso similar
se encuentra en la novela de Tiempo de silencio de Martín-Santos, que sitúa al lector frente
a los suburbios marginales de Madrid durante la crisis social de la posguerra43. En el caso
del cine, películas como Surcos estrenada en el año 1951, o El Inquilino en el año 1958,
ponen de manifiesto la importancia de las migraciones de las zonas rurales a las urbanas y
sus efectos en la carestía de vivienda.
Aunque escasos, existen estudios que han empleado la reconstrucción microhistórica para
dilucidar algunas lógicas urbanas durante el franquismo. Este es el caso del trabajo realizado
por Andrés Burbano44, una aproximación al modelo de urbanización marginal usando de
referencia el caso concreto del Pozo del Tío Raimundo. Mediante el repertorio documental
empleado, los censos de infraviviendas y las noticias de prensa, el autor consigue reconstruir
la urbanización en Vallecas en una dinámica de conformación del barrio a través de la
parcelación de terrenos calificados como zona verde para su posterior venta. Así, pone de
manifiesto que el negocio del suelo estaba presente en las zonas donde se asentó el
chabolismo madrileño. Esta investigación sirve no sólo como espejo en el que mirarse, sino
también como una forma de contrastar las semejanzas y diferencias con el sector de Caño
41 CAPEL, Horacio, “La morfología de las ciudades III. Agentes urbanos y mercado inmobiliario”
Barcelona, Ed Serbal, 2013. 42 FERRES, Antonio, “La piqueta” Madrid, Gadir, 2009. La primera edición se publicó en el año 1966 43 MARTIN-SANTOS, Luis, “Tiempo de silencio”, Barcelona, Seix Barrial, 1986. La primera edición se
publicó en el año 1962 44 BURBAÑO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid durante el franquismo: el
Pozo del Tío Raimundo”, Trabajo de Fin de Máster, Universidad Complutense de Madrid, 2015.
21
Roto. El ejercicio comparativo puede permitir extraer algunas lógicas que no se limiten a un
área limitada de la ciudad, sino a consideraciones más amplias del urbanismo franquista.
El trabajo de Charlotte Vorms45 en el barrio de Prosperidad sirve para poner de relieve la
realidad de las viviendas de autoconstrucción durante el primer tercio del siglo XX. La
segregación espacial, la creación del tejido social o la perspectiva desde abajo son algunos
de los vectores que articulan su investigación. En este marco, su estudio permite entender la
realidad chabolista no como un fenómeno exclusivo del régimen franquista, sino como un
desafío heredado que encontró una nueva dimensión durante este periodo. No sólo eso, sino
que una de las inquietudes que guían la investigación de la autora es la de entender el
chabolismo como un fenómeno inherente a las grandes metrópolis europeas y
norteamericanas, que presenta características particulares en espacios urbanos determinados.
La investigación realizada por Daniel Oviedo46 sobre la barriada del Tercio y el Terol es otro
ejemplo de la selección de una determinada área urbana de Madrid para dar respuesta a las
hipótesis planteadas. En este caso, una aproximación al extrarradio madrileño que centra su
interés en los mecanismos de exclusión y control social. El autor emplea el caso de un
espacio declarado como zona devastada y posteriormente reconstruido durante la inmediata
posguerra para ver cuáles eran las directrices que siguió en materia urbanística el recién
instaurado régimen dictatorial. El control social se intentó vehicular a través de una trama
urbana y disposición arquitectónica que emulase un ambiente rural, en aras de reducir los
espacios de sociabilidad e incitar a la desmovilización. El análisis seguido se ajusta
perfectamente a la barriada del Tercio y el Terol aunque posiblemente este modelo no se
pueda aplicar al caso de Caño Roto, en donde, al tenor de las hipótesis planteadas, -que
deberán ser respondidas con las respectivas fuentes documentales-, no sólo operó una lógica
de control social y segregación socioespacial, sino también medió la incapacidad del régimen
franquista para remediar la carencia de la vivienda. Este intento de hacer tabula rasa con todo
lo anterior mediante la creación de nuevos espacios, que se ajustaron a los patrones urbanos
del régimen, se considera que tuvo más potencialidad durante los primeros años de la
posguerra. En definitiva, esta investigación sigue los designios de una historia urbana
45 VORMS, Charlotte, “Bâttiseurs de banlieue à Madrid. Le quartier de la Prosperidad (1860-1936). Paris,
Créaphis Èditions, 2012. 46 OVIEDO SILVA, Daniel, “La extinción de los focos irredimibles. Política de reconstrucción y control
en el extrarradio madrileño. El caso de la barriada del Tercio y el Terol” En Bellver Loizaga: Otras voces,
otros ámbitos. Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural, Universidad de
Valencia, 2015, pp. 101-120.
22
interesada en social y lo político, que resulta útil para conocer las intervenciones en el
extrarradio madrileño durante los primeros años de la posguerra.
La conformación de una cultura urbana en los barrios, que cristalizó en los movimientos
vecinales, ha sido excepcionalmente retratada por Ivan Bordetas47 en su Tesis Doctoral para
el caso de Barcelona. El tejido social que se conformó durante el tardofranquismo en las
áreas suburbiales fue un caldo de cultivo para las masivas protestas urbanas que se
desarrollaron en las grandes ciudades. El desarrollo necesario para reflejar estas
movilizaciones posiblemente vaya más allá de los límites de la presente investigación, que
necesitaría de un tratamiento más amplio. Pero precisamente este trabajo se inscribe en la
necesidad de reconstruir el espacio social sobre el que se asentó la movilización vecinal del
tardofranquismo, que tuvo en la mejora de la vida en el barrio su principal eje de
reivindicación.
2.4 Propuesta de trabajo y posibilidades
Las páginas que vertebran este estado de la cuestión han intentado plasmar los principales
ejes que desde diferentes disciplinas han abordado el tema en el que se inserta la
investigación. El objetivo después de trazar este recorrido historiográfico no es otro que el
de intentar paliar algunas de las carencias que se considera presentan a día de hoy los estudios
citados, siendo conscientes de la imposibilidad de responder a todos los desafíos planteados
en las líneas previas. Pero en la medida de lo posible se tratará de marcar una senda que
permita otorgar resultados fructíferos para una investigación de mayor envergadura.
El enfoque propuesto a través de la microhistoria parece acertado para sacar a relucir algunas
dinámicas del urbanismo franquista en la capital madrileña. Reducir la escala no sólo permite
prestar mayor atención a aquello que se analiza, sino mediante un caso de estudio muy
concreto, reflexionar sobre procesos de más largo alcance que afectan a la sociedad
madrileña en su conjunto.
Romper con la visión aséptica construida desde arriba por parte de los estudios realizados
desde la ciencia del urbanismo y la historia de la arquitectura debe ser uno de los objetivos
de la investigación. El espacio debe ser considerado como un lugar de disputa en el que
participan una pluralidad de agentes, desde las instituciones oficiales encargadas de la
47 BORDETAS JIMÉNEZ, I, “Nosotros somos los que hemos hecho esta ciudad. Auto organización y
movilización vecinal durante el tardofranquismo y el proceso de cambio político” Tesis Doctoral,
Universitat Autònoma de Barcelona, 2012.
23
urbanización del extrarradio, la iniciativa privada o los habitantes a través de su experiencia
urbana. Para ello hay que entrar en diálogo con otras disciplinas y evitar poner el énfasis en
el espacio construido exclusivamente, relegando el espacio vivido por los sujetos a un
segundo plano.
El estudio de estas zonas urbanas puede aportar algunas claves en torno a cómo se configuró
un tejido social que durante el tardofranquismo cristalizó en las movilizaciones vecinales.
Cómo se crearon esos lazos de solidaridad primarios que dieron lugar a una identidad de
barrio, cuáles fueron las principales reivindicaciones de las asociaciones de vecinos y qué
conflictos se dieron en su interior son algunos interrogantes a despejar. Es necesario acudir
a estudios de caso para reflexionar en torno a la creación de estas áreas urbanas y las oleadas
de acción colectiva que se produjeron al calor de los movimientos vecinales. El barrio y su
configuración debe situarse como elemento primordial de análisis que permita comprender
fenómenos como la generación de una identidad común entre sus vecinos.
Para una investigación de mayor calado se debería acudir a otros barrios de la periferia
madrileña y comparar los resultados obtenidos, para así reflexionar desde la teoría urbana
sobre en qué medida la configuración específica de estos barrios condicionó el tipo de acción
colectiva que se desarrolló en su seno. Puede resultar de interés el ejercicio comparativo
entre aquellos barrios constituidos por la iniciativa oficial del régimen, como es el caso de
estudio planteado, y otros como el Barrio del Pilar, que corrió a cargo de la iniciativa privada,
para cavilar sobre el diferente discurrir de su tejido asociativo. Esta es una línea de
investigación que desde la historiografía no ha sido suficientemente explotada, y que se
espera que en los próximos años de fructíferos resultados.
24
3.- Fuentes
En este apartado se procederá a enumerar no sólo las principales fuentes documentales de las
que se servirá la presente investigación, sino también aquellas que puedan servir en un futuro
para su ampliación en un proyecto de tesis. El primer objetivo que se persigue a través del
repertorio documental disponible es el de acceder a información cuantitativa que permita
realizar hipótesis y sacar conclusiones más ajustadas a la realidad urbana analizada. A
continuación, se describen las fuentes que se emplearán, así como los usos y potencialidades
que presentan respecto a un estudio de caso que metodológicamente tratará de ser abordado
desde el enfoque de una historia urbana multidisciplinar, con especial atención a los aportes
realizados desde la sociología y la historia cultural.
En primer lugar, se encuentra la documentación producida por los principales organismos que
se encargaron de la urbanización de Madrid, la Comisaría General de Ordenación Urbana de
Madrid y sus alrededores (CGOUM) y la Comisión de Planteamiento y Coordinación del Área
Metropolitana de Madrid (COPLACO). Estos fondos se encuentran localizados en el Archivo
Regional de la Comunidad de Madrid (ARCM) y contienen información exhaustiva acerca de
la gestión que realizaron estas instituciones sobre los suburbios de la periferia madrileña. Los
proyectos de construcción de los diferentes tipos de poblados (“mínimos”, de “absorción” y
“dirigidos”) para alojar a la población que vivía en núcleos chabolistas se encuentran aquí
contenidos. Se pueden consultar los expedientes de adquisición de los terrenos (previa
expropiación) o los informes elaborados por estas instituciones para constatar la falta de
equipamientos básicos. En el análisis se centrará la atención principalmente en la
documentación disponible sobre los censos de infravivienda y los sistemas de asignación de
viviendas en el polígono de Caño Roto. La puesta en marcha de los censos coincidió con un
mayor interés de las autoridades y técnicos por ordenar el desbordante crecimiento urbano y
dar solución a la cuestión de los suburbios, aunque no se ha encontrado ninguna referencia que
haga mención explícita a cuál fue la causa de su elaboración en esas fechas concretas. Los
motivos se pueden encontrar en la necesidad de conocer la geografía de infraviviendas del
polígono de Caño Roto, ya que estas fechas coinciden con la puesta en marcha de la Política de
Poblados. La muestra que se ha seleccionado para analizar asciende a la cantidad de 363 fichas
y 1630 personas, concretamente entre 1956, 1957 y 1958.48 La metodología que se va a seguir
48 ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
25
consiste en un vaciado de la información para su posterior inclusión en una base de datos. Así
se podrán realizar análisis cuantitativos que permitan realizar interpretaciones teóricas más
precisas sobre el espacio urbano estudiado.
Las zonas de infravivienda que aparecen reflejadas en los censos están agrupadas en sectores
de la periferia madrileña (Carabanchel, Ventas, Vallecas, etc.) y a su vez en polígonos (Caño
Roto, Pozo del Tío Raimundo, etc.) Las fichas corresponden a una vivienda en la que podían
convivir más de una familia, considerada como tal aquella que tenga una sola puerta de calle
independientemente del número de habitaciones y residentes. En cada uno de los censos aparece
una fotografía de uno o varios inquilinos frente a la fachada de la casa, cueva o chabola, junto
al número de filiación de la vivienda.49
Fuente: ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
49 No en todos los censos aparece la fotografía de la fachada. En algunos casos las imágenes parecen haber
sido arrancadas de la ficha, y en otros únicamente aparece reflejada la vivienda sin ninguno de sus
habitantes.
ILUSTRACIÓN 2. MUESTRA DE UN CENSO DE INFRAVIVIENDAS DE 1956.
26
En cuanto a la información aportada por esta fuente documental, los datos remiten al cabeza
de familia, aunque en el anverso aparecen recogidos los nombres del resto de habitantes de
la vivienda. Respecto al cabeza de familia se contemplan diferentes aspectos: ciudad de
procedencia, estado civil, profesión, salario y lugar de trabajo. Del resto de habitantes de la
vivienda apenas se aporta información, únicamente se reflejan sus nombres y el parentesco
con el cabeza de familia. De la vivienda aparece en primer término su tipología, que se divide
en casas, chabolas y cuevas, y en casos contados se realiza una descripción algo más
detallada sobre el tamaño y el número de estancias. En el anverso de las fichas se señala el
tipo de propiedad, esto es, si la vivienda está alquilada y se paga una determinada renta, o
por el contrario si el cabeza de familia es el propietario. Y por último la asignación de
vivienda con el respectivo piso y poblado que corresponde a sus habitantes. Pero esta no es
la única información que aportan los censos. En algunos casos las fichas podían venir
acompañadas de otro tipo de documentación producida por la Comisaría, que advirtiese
sobre cualquier cambio posterior o por la apertura de un acta por residir más de una familia
en la vivienda.
Todas estas instrucciones para el equipo de campo que debía llevar a cabo la elaboración de
las fichas ponen de manifiesto la sistematización en la recogida de datos y la importancia
que tenía para la Comisaría el control sobre los núcleos de infraviviendas.50 Esto permite
que los historiadores contemos con una fuente excepcional para reconstruir un paisaje
urbano del que prácticamente ya no quedan restos, cuyo empleo proporciona una fotografía
más precisa en una de las áreas de la periferia madrileña. La posibilidad de recuperar un
espacio sepultado por los edificios de varias alturas y hormigón se presenta como una de las
principales posibilidades que otorga su utilización. Pero también es necesario advertir de las
carencias o problemáticas. En primer término, que muchas de las casillas que aparecen en
las fichas no aparecen cumplimentadas, posiblemente porque según en qué momentos la
Comisaría prestaba más atención a según qué aspectos. Incluso debido a la mala praxis del
técnico de campo o por su imposibilidad para recabar determinados datos. Este es el caso de
una nota enviada al jefe de la Sección de Viviendas de la CGOUM, Luis Martos Lalane, que
se encuentra recogida en el ARCM y en la que se queja de los reiterados errores de un agente
a la hora de elaborar las fichas.51
50 ARCM, 217516/9, CGOUM Sección Viviendas: Servicio de Información Social: Instrucciones para el
equipo de campo, sin fecha. 51 ARCM: 137480/8. Carta de Luis Martos Lalane. Comisario General de la Sección de viviendas al S.G
de la Comisaría de Urbanismo de Madrid, Eduardo Navarro, 5 de junio de 1963.
27
En el mismo Archivo, se conserva un amplio repertorio documental del Instituto de la Vivienda
de la Comunidad de Madrid (IVIMA), organismo creado en 1984. La rica información recogida
sobre Caño Roto se aleja de los límites cronológicos propuestos para la investigación, referida
principalmente a las décadas de 1980 y 1990 pero es pertinente dejar constancia de cara a una
posible futura investigación.
Las revistas de urbanismo producidas durante la época, como es el caso de Hogar y
Arquitectura, Nueva Forma o Gran Madrid, son susceptibles de ser analizadas. Estas fuentes
ofrecen información acerca de la política urbana emprendida por el régimen franquista y cómo
intentó ser promocionada a través de estas revistas especializadas. Los artículos, imágenes y
planos contenidos son una fuente indispensable a tratar, por lo que se tendrá en consideración
cualquier artículo relativo al polígono de Caño Roto.
El Centro de Documentación Especializada en Medio Ambiente, Administración Local y
Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid es otro de los archivos que cuenta con
copiosa información sobre el urbanismo franquista. Como antigua sede del gabinete técnico de
la COPLACO, recoge documentación que puede ser de interés para rastrear los diferentes
proyectos de ordenación urbana. Además, su fondo fotográfico quizá sea consultado para
ilustrar este trabajo.
El Archivo General de la Administración (Alcalá de Henáres) es apto para ser consultado
debido a la profusa documentación que almacena. El Padrón Municipal de 1965 en el distrito
de Carabanchel deberá ser consultado para conocer quiénes conformaban este espacio urbano.
Cualquier expediente relativo a las obras públicas, el urbanismo o la arquitectura puede
encontrarse aquí localizado.
Para el estudio de la legislación franquista en materia de urbanismo se deberá acudir al Boletín
Oficial del Estado (BOE). Desde la Ley de 1956 sobre régimen de suelo, hasta cualquier decreto
sobre construcción de vivienda de tipo social resulta fundamental para conocer la proyección
del urbanismo franquista sobre la ciudad; posteriormente se deberá cruzar con otras fuentes
para contrastar la actuación real sobre el espacio urbano.
La prensa constituye una fuente imprescindible no sólo para conocer los rompecabezas de las
autoridades en torno a la cuestión del suburbio. También para trazar esa experiencia en las
calles, una vida urbana que queda eclipsada por esa historia desde arriba que pone el énfasis en
lo urbano como espacio construido, relegando el espacio vivido a un segundo plano. ¿qué
28
problemas tenían los vecinos en los poblados construidos por la iniciativa oficial? ¿cuáles eran
las principales reivindicaciones presentes en sus agendas? ¿y con qué repertorios de actuación
contaban para hacerlas visibles? Estas son sólo algunas de las hipótesis que se pueden plantear
y que la prensa puede ayudar a descifrar. Sin embargo, hay que ser cauteloso con su empleo. El
carácter de Madrid como capital y la vocación durante el franquismo de ser el símbolo del
Estado, supone que muchas noticias sobre la periferia madrileña apenas tengan ecos en las
páginas de la prensa. Por ello no se trata únicamente de seleccionar la prensa escrita disponible,
sino también de interpretar esos vacíos ante los que tenemos que replantear nuestras hipótesis.
Es una fuente de un valor cualitativo innegable ante la que hay que tomar precauciones. Se
consultarán principalmente las noticias contenidas en los principales diarios de la época:
¡Arriba!, Diario Ya, ABC, Informaciones, Pueblo.
Por último, se encuentra la posible documentación custodiada por la Asociación de Vecinos de
La Fraternidad en los Cármenes. Y además los relatos orales, que permiten acceder a un retrato
de cotidianidad inaccesible únicamente a través de las fuentes archivísticas. Para ello se ha
decidido entrevistar al grupo de mujeres del Centro de Servicios Sociales Gallur, que han
desarrollado toda su vida adulta en el barrio. Estas fuentes orales son un relato personal único
e intersubjetivo y deben ser tratadas por cualquier persona que tenga que enfrentarse a una
realidad social como ante la que nos encontramos. Aun así, deberán ser tratadas con cautela
debido a que no dejan de ser discursos construidos que se erigen como verdad a través de la
propia experiencia vivida. Para ello la labor pionera del Seminario de Fuentes Orales
organizado por María Carmen García-Nieto en el ámbito de la investigación histórica, sirve
como referente metodológico para la presente investigación.52 De igual manera presentan
interés aquellos estudios centrados en el franquismo, que se han servido de fuentes orales para
su realización.53
52 GARCÍA-NIETO PARIS, María Carmen, “Marginalidad, movimientos sociales y oposición al
franquismo: Palomeras, un barrio obrero de Madrid (1950-1980)”, en TUSELL, Javier (coord.), “La
oposición al régimen de Franco”, Tomo II, Estado de la cuestión y metodología de la investigación. Madrid,
UNED, 1990, pp. 269-285. GARCÍA-NIETO PARIS, María Carmen, “Palomeras, un barrio obrero de
Madrid durante el franquismo. Marginación frente al mito del desarrollo”, VI Congreso Internacional de
Historia Oral, Mito e Historia. Oxford, 1987. Disponible en:
http://www.vallecastodocultura.org/cabecera/HISTORIA/PALOMERAS.htm. En esta obra, la autora
aborda el surgimiento de la Asociación de Vecinos del barrio de Palomeras mediante el empleo de los
relatos orales de sus vecinos. DÍAZ SANCHEZ, Pilar, GAGO GONZÁLEZ, José María, “La construcción
y utilización de las fuentes orales para el estudio de la represión franquista”, Hispania Nova. Revista de
Historia Contemporánea, nº 6, 2006. 53 ARRIERO, Francisco, “El Movimiento Democrático de Mujeres: de la lucha contra Franco al feminismo
(1965-1985)” Madrid, Catarata, 2016. HERNÁNDEZ HOLGADO, Fernando, “La prisión militante: las
29
4. Del barro al asfalto: la urbanización en el sector de Caño Roto.
Aproximación analítica al objeto de estudio.
“¿Son esas las chabolas? –preguntó D.Pedro señalando unas menguadas edificaciones
pintadas de cal, con uno o dos orificios negros, de los que por uno salía una tenue
columna de humo grisáceo y el otro estaba tapado con una arpillera recogida a un lado
y a cuya entrada una mujer vieja estaba sentada en una silla baja. ¿Esas? Contestó
Amador. No; esas son casas.”54
4.1 La ciudad de Madrid durante el franquismo
La expansión urbana de Madrid se produjo sin un control ajustado a lo que las autoridades
habían intentado imponer. Los planes de Ensanche ejecutados en la segunda mitad del
siglo XIX fueron el ejemplo de que los habitantes no se adecuaron a lo que los técnicos
habían proyectado, síntoma de un problema endémico, de una ciudad que crecía más allá
de los límites delimitados por las autoridades55. La periferia siempre actuó como solución
al desborde poblacional que se experimentaba en el interior de la ciudad, configurando al
mismo tiempo un problema que adquirió una nueva dimensión durante el franquismo56.
Y precisamente las primeras décadas de la dictadura fueron un periodo convulso en el
que se produjeron cambios en cuanto a cómo se debían controlar los suburbios, pero
también persistencias que anclaban sus orígenes en los intentos por poner límites al
crecimiento de Madrid.
La extensión de las zonas suburbiales en el extrarradio madrileño hizo necesaria la puesta
en marcha de diferentes planes urbanísticos para paliar la congestión de estas áreas
suburbanas. En los espacios habitados por chabolas, casitas bajas y cuevas, los
organismos oficiales llevaron a cabo diversas iniciativas de vivienda de tipo social con el
objetivo de ordenar y encauzar el crecimiento del extrarradio madrileño. La consecuencia
fue el surgimiento de nuevas áreas urbanas durante la década de 1950 y 1960 en la
periferia de Madrid, como es el caso de Vallecas, Fuencarral u Hortaleza, donde se
desarrolló una intensa movilización vecinal durante el tardofranquismo y la transición.
cárceles franquistas de mujeres de Barcelona y Madrid (1939-1945)”, Tesis Doctoral, Universidad
Complutense de Madrid, 2011. 54 MARTÍN SANTOS, Luis, “Tiempo de Silencio”, Madrid, Ediciones EL PAÍS, 2003. p. 38. La primera
edición fue publicada en 1962 por Seix Barral. 55 PALLOL TRIGUEROS, Rubén, “Una ciudad sin límites. Transformación urbana, cambio social y
despertar político en Madrid (1860-1875)”, Madrid, Catarata, 2013. 56 VORMS, Charlotte, “Bâtisseurs de banlieue à Madrid. Le quartier de la Prosperidad (1860-1936)”, Paris,
Créaphis Èditions, 2012.
30
¿Qué ocurrió en estas zonas para que, en apenas diez años, se fraguara una conciencia de
barrio y sus vecinos se movilizasen para mejorar sus condiciones de vida? Esta
investigación parte de la premisa de que para entender la forma en que se generó este
tejido asociativo es necesario comprender cómo se crearon estas áreas durante el
franquismo. En definitiva, se hace necesario establecer una relación entre tres procesos:
las riadas de migrantes llegados a la capital y su efecto en la extensión de los suburbios,
la segregación residencial presente en los núcleos de infravivienda sobre los que se
proyectó la iniciativa oficial del régimen, y por último el proceso de identificación que
cristalizó en la acción colectiva de los movimientos vecinales.
Para dar cuenta de estas cuestiones se ha decidido reconstruir a través del análisis
microhistórico una de las zonas de infravivienda que reflejó la actuación oficial de las
autoridades sobre el Extrarradio madrileño: el polígono de Caño Roto. Acercarse a una
de estas áreas permite bosquejar la ocupación de este espacio urbano y delimitar la
actuación de las autoridades para reprimir, orientar y controlar su crecimiento, con el
objetivo de dilucidar cuáles fueron las medidas emprendidas, y constatar las diferencias
y semejanzas del modelo de urbanización emprendido en Caño Roto con el de otras áreas
urbanas que surgieron durante el franquismo.
El ejercicio de reconstrucción microhistórica propuesto en esta investigación, requiere de
la exposición de las medidas llevadas a cabo por el régimen franquista en materia de
urbanismo y vivienda. Esa es la razón de que previamente al análisis del caso de estudio,
se proceda a situar al lector en las diferentes actuaciones de las instituciones encargadas
de la urbanización de Madrid durante el franquismo. En primer lugar, los inmediatos
efectos de la posguerra española sobre la capital y cómo se gestionó por parte de las
autoridades la crisis de la vivienda. En segundo lugar, la extensión de los suburbios
durante la década de 1950, para lo que se estableció una gestión urbanística unitaria
plasmada en el Plan Nacional de Vivienda de 1955 y el Plan de Urgencia Social de 1957.
Una vez planteadas las líneas maestras del régimen en el planteamiento urbano de Madrid,
el tercer apartado consistirá en el análisis de la configuración del barrio de Caño Roto
mediante el uso del repertorio de fuentes previamente expuesto, los censos de
infraviviendas y las entrevistas orales realizadas a sus vecinos. Para cerrar la
investigación, se apuntará a cuál fue la evolución y pervivencia de los diferentes poblados
que comprendían el polígono de Caño Roto, para demostrar que el estudio de cómo se
31
urbanizó esta área y quiénes la habitaron arroja claves para reflexionar sobre la
movilización vecinal.
32
4.2 La crisis social de la vivienda durante la posguerra
Los efectos de la guerra civil no hicieron sino acentuar el caos, la desorganización y el
crecimiento anárquico en la periferia madrileña. Un viejo problema, la extensión de las
zonas suburbiales en los aledaños de la ciudad, se produjo en una nueva coyuntura
marcada por la destrucción de viviendas y los estigmas del conflicto civil. Esta fue una
cuestión presente desde el proceso de urbanización iniciado a mediados del siglo XIX,
aunque en este momento adquirió unos tintes diferentes, conjugándose antiguas fórmulas
de ordenación del espacio con otras más novedosas de control social.
En 1940 Pedro Bidagor otorgaba un diagnóstico de la situación de la capital en la revista
Reconstrucción, marcando las líneas que debería seguir la política urbana para que
Madrid fuera una digna capital de una “España nueva”.57 Para este urbanista, los
principales problemas presentes en el extrarradio madrileño eran el carácter rebelde de
las clases que lo habitaban y la suciedad y falta de solidaridad presente en estas barriadas,
lo que favorecía un clima que calificaba de anarquía moral.58 La reordenación del espacio
urbano madrileño respondía no sólo a las necesidades de una ciudad que había quedado
completamente devastada tras la guerra, sino también al deseo control social de aquellos
focos de insubordinación que Bidagor, entre otras áreas, situaba en el extrarradio. Este
contexto permitía aprovechar las destrucciones de la guerra para discernir entre aquellas
zonas que podían adecuarse al nuevo orden urbano que se pretendía instaurar, y las
barriadas que debían eliminarse para ser reconstruidas ex novo, siguiendo los designios
del nuevo régimen.59 Las imágenes que proyectaba Bidagor sobre estas áreas de la ciudad
indican los pánicos morales compartidos por una parte de los encargados de gestionar la
reconstrucción de Madrid60. Pero también el deseo de recuperar un proyecto de Gran
Madrid que anclaba sus orígenes en la ciudad liberal del primer tercio del siglo XX, que
en este caso debía simbolizar la capital del recién instaurado régimen franquista.61
57 BIDAGOR, Pedro, “Primeros problemas de la reconstrucción de Madrid”, Revista Reconstrucción, nº1,
Abril 1940, pp. 17-21. 58 Ibídem pp. 17-18. 59 OVIEDO SILVA, Daniel, “La extinción de los focos irredimibles. Política de reconstrucción y control
en el extrarradio madrileño. El caso de la barriada del Tercio y el Terol” En Bellver Loizaga: Otras voces,
otros ámbitos. Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Universidad de
Valencia, 2015, pp. 101-102. 60 Sobre los dispositivos de criminalización y las imágenes negativas proyectadas sobre determinados
espacios de la ciudad en VICENTE ALBARRÁN, Fernando, “Los barrios negros: El Ensanche Sur en la
formación del moderno Madrid (1860-1931)”, Tesis Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 2011. 61 DÍEGUEZ PATAO, Sofia, “Un nuevo orden urbano: el Gran Madrid (1939-1951)”, Ciudad y Territorio:
revista de ciencia urbana, nº 83, 1990, pp. 77-86. Sobre el Gran Madrid durante el primer tercio del siglo
33
Para orientar el crecimiento de la ciudad y solucionar la proliferación de núcleos
chabolistas, la dictadura trazó diferentes planes urbanísticos. Desde la oficina técnica de
la Junta de Reconstrucción de Madrid (JRM), dirigida por Pedro Bidagor, se puso en
marcha una serie de medidas que pretendían establecer el desarrollo urbano de la ciudad
en la posguerra más inmediata. El Plan General de Ordenación de Madrid de 1941,
convertido en ley en 194662, buscó establecer los criterios de ordenación espaciales,
previendo la creación de anillos verdes para delimitar la expansión de la urbe, con una
serie de poblados satélite63, pero sin tener en cuenta que parte de los espacios sobre los
que planteó su actuación estaban muy próximos a núcleos de infraviviendas, como
Manzanares, Abroñigal o Arroyo de los Pinos, cuando no en contacto directo en los
espacios de Tetúan, Chamartín de la Rosa o Prosperidad. 64
Las propuestas de Pedro Bidagor para Madrid apenas tuvieron efecto en la fisonomía de
la ciudad por la falta de medios económicos y materiales para ser puestas en marcha.
Incluso hubo diferentes proyectos en torno a cómo se debía entender la vida en la ciudad
y el camino a seguir para reconstruir Madrid. Aun así, los planteamientos de Bidagor
ponen de manifiesto que el urbanismo siempre responde a un orden ideológico que
pretende ordenar y encauzar la vida urbana, intentando alcanzar un tipo ideal de
sociedad.65
Para cumplir este plan se creó la Comisaría General para la Ordenación Urbana de Madrid
y sus Alrededores (CGOUM) en 1941, uno de los principales organismos que impulsó la
urbanización de la capital y cuyo principal instrumento fue la política de suelo. La
CGOUM dependía de la Administración central y su labor consistía en preparar el suelo
XX, RODRÍGUEZ MARTÍN, Nuria, “La capital de un sueño. Madrid en el primer tercio del siglo XX”,
Madrid, Asociación de Historia Contemporánea. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, 2015. 62 BOE, “Decreto nº 74, B.O. del E., 15 de Marzo de 1946”, disponible en:
https://www.boe.es/datos/pdfs/BOE//1946/074/A02007-02010.pdf. Decreto por el que se aprueba la Ley
de Ordenación Urbana de Madrid y sus alrededores. 63 SAMBRICIO, Carlos, “Plan Bidagor 1941-1946. Plan General de Ordenación de Madrid”, Madrid,
Nerea, 2003, pp. 121-302. 64 MUGURUZA, Pedro, “El futuro Madrid. Ordenación del complicado problema del Extrarradio”, Diario
Informaciones, 1944. MONEO, Rafael, “Madrid: los últimos veinticinco años”, Hogar y Arquitectura, Nº
75, marzo-abril, 1968. El autor apunta a que la proliferación de estos asentamientos fue consecuencia del
aumento de demanda de obra acomodada y el éxodo rural. 65 Esta línea ha sido ampliamente trabajada en las diferentes obras del sociólogo francés Henri Lefebvre,
interesado por la dimensión conflictiva del desarrollo urbano. LEFEBVRE, Henri, “El derecho a la
ciudad”, Madrid, Capitan Swing, 2016. La primera edición se publicó en el año 1968. Entre otras obras de
Henri Lefebvre en las que se reflexiona sobre el espacio urbano cabe destacar: LEFEBVRE, Henri, “La
producción del espacio”, Madrid, Capitan Swing, 2013 y LEFEBVRE, Henri, “La revolución urbana”,
Madrid, Siglo XII, 1976.
34
que previamente había sido expropiado para su posterior urbanización. 66 Una de las
soluciones para ordenar el extrarradio madrileño y hacer frente al retraimiento en la
construcción de viviendas de tipo social pasó por anexionar los términos municipales
limítrofes a Madrid, como Vallecas, Carabanchel Alto, Carabanchel Bajo o Villaverde.
Esta anexión permitió a la CGOUM expropiar y por tanto generar suelo urbanizado para
la construcción de viviendas en virtud de la Ley de Bases de 1946, pero la falta de medios
económicos y materiales no permitió llevar a cabo la labor de reconstrucción necesaria
durante los primeros años de posguerra. 67
El retroceso en la construcción de viviendas tuvo como consecuencia que se extendiese
el cinturón de suburbios en torno a la capital. Y precisamente las licencias de construcción
concedidas por el Ayuntamiento de Madrid ilustran la escasa labor emprendida en esta
materia durante los primeros años de la posguerra.68 La incapacidad de los organismos
oficiales encargados de fomentar la construcción de viviendas de tipo social, la Obra
Sindical del Hogar (OSH) y el Instituto Nacional de la Vivienda (INV) -ambos creados
en 1939-, fomentó la autoconstrucción en las zonas suburbiales. Esta situación se vio
acrecentada por el afluente migratorio que llegó a Madrid durante toda la década de 1940,
cuya alternativa era acceder a las viviendas ofertadas por el mercado informal o en última
instancia levantar la suya propia.69 La realidad de la autoconstrucción, sin embargo, no
era algo nuevo para Madrid, en cuyos aledaños se levantaban chabolas y casas bajas ya
antes de la guerra. El rasgo distintivo durante este periodo es que en grandes sectores del
extrarradio madrileño como Vallecas u Orcasitas, las viviendas autoconstruidas se
edificaron sobre suelo en régimen jurídico no urbanizable.70 En el caso de Vallecas ha
quedado constatado el proceso de parcelación previo a la venta de terrenos sobre el que
66 “Fundación de la Comisaría General para la Ordenación Urbana de Madrid y sus Alrededores y del
sistema de remuneración de su personal”, Gran Madrid, nº 1, 1948, págs. 13-16 67 SAMBRICIO, Carlos: “La vivienda en Madrid, de 1939 al Plan de Urgencia de Vivienda Social, en
1959”, en SAMBRICIO, Carlos (ed.): La vivienda en Madrid en la década de los 50: el Plan de Urgencia
Social. Madrid, Electa, 1999, p. 20. 68 Según la revista Gran Madrid, las licencias de construcción concedidas en 1940 ascienden a las 751
viviendas; 1103 en 1941; 1881 en 1942; 1464 en 1943 y 840 en 1944. Esta cantidad era insuficiente en
función de las necesidades de la población madrileña. Gran Madrid, nº 19, 1952. Citado en SAMBRICIO,
Carlos: “La vivienda en Madrid, de 1939 al Plan de Urgencia de Vivienda Social, en 1959”, en
SAMBRICIO, Carlos (ed.): La vivienda en Madrid en la década de los 50: el Plan de Urgencia Social.
Madrid, Electa, 1999, p. 16. 69 Las cifras aportadas por Alfonso García Barbancho para la década de 1940 ascienden a la cantidad de
275.523 inmigrantes. GARCIA BARBANCHO, Alfonso, “Las migraciones interiores españolas: estudio
cuantitativo desde 1900”, Madrid, Instituto de Desarrollo Económico” 1967 70 Esta cuestión queda puesta de relieve en el estudio realizado por la investigadora francesa Charlotte
Vorms para el distrito de Prosperidad. VORMS, Charlotte, “Bâtisseurs de banlieue à Madrid. Le quartier
de la Prosperidad (1860-1936)”, Paris, Créaphis Èditions, 2012.
35
se levantó el chabolismo madrileño, siguiendo un modelo de urbanización marginal.71 La
incapacidad por parte de las instituciones públicas para solventar los problemas de
alojamiento para los recién llegados a la capital, fomentó que los habitantes recurriesen a
la autoconstrucción como un medio de satisfacer sus necesidades más básicas. Estas
prácticas dieron lugar a un distintivo paisaje urbano madrileño, que ayudó a configurar
una experiencia urbana basada en la autogestión y autorregulación de sus espacios de
vida, germen de los futuros barrios de Madrid.
4.3 Hacia el Plan Nacional de Vivienda y el Plan de Urgencia Social
La década de 1940 estuvo marcada por el fracaso en la política de vivienda seguida
durante la autarquía franquista. La cantidad de viviendas construidas durante este periodo
fue insuficiente para albergar a la población madrileña, que aumentaba progresivamente
consecuencia de los intensos flujos migratorios. El discurso ideológico falangista72 que
promovía una “ciudad del Movimiento” no tuvo su reflejo en el espacio urbano de la
capital, perviviendo únicamente en la propaganda política.73 El cambio de orientación del
régimen en la segunda mitad de la década de 1940 como consecuencia del nuevo contexto
europeo tuvo influencia en la producción de vivienda de tipo social. No sólo por las
necesidades que imponía la derrota del Eje, sino también porque los arquitectos
vinculados a la OSH y el INV tomaron como referencia los modelos de estandarización
y prefabricación presentes en los debates sobre arquitectura racionalista de los modelos
europeos de reconstrucción.74 El objetivo principal de estos arquitectos era definir los
modelos mínimos de vivienda, acudiendo a la experiencia extranjera. Así, en 1949 se
celebró la V Asamblea Nacional de Arquitectos, y se debatió sobre la imposibilidad del
Ayuntamiento para poner en marcha el Plan General de Ordenación Urbana aprobado en
71 BURBAÑO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid durante el franquismo: el
Pozo del Tío Raimundo”, Trabajo de Fin de Máster, Universidad Complutense de Madrid, 2015. 72 Para el ideario político proyectado sobre la vivienda social desde el falangismo consultar LÓPEZ DÍAZ,
Jesús, “Vivienda social y falange: ideario y construcciones en la década de los 40”, Scripta Nova. Revista
electrónica de Geografía y ciencias sociales, Vol VII, núm 146, 2003, disponible en:
http://www.ub.edu/geocrit/sn/sn-146. 73 Los diferentes conflictos entre las familias del régimen, así como la actividad propagandística del
falangismo está recogida en IÁÑEZ PAREJA, Eduardo, “No parar hasta conquistar. Propaganda y política
cultural falangista: el grupo de Escorial (1936-1986)”, Madrid, Trea, 2011. 74 Los debates en torno a los modelos de prefabricación e industrialización para la construcción de viviendas
se pueden consultar en SAMBRICIO, Carlos, “Madrid, vivienda y urbanismo: 1900-1960”, Madrid, Akal,
2004. La importancia que desde la ciencia del urbanismo se ha otorgado a los modelos traídos desde el
extranjero de arquitectura moderna aparece reflejado en POZO, José Manuel. (coord.), “Los años 50: La
arquitectura española y su compromiso con la historia”, Navarra, T6 editores, 2000.
36
1946, así como la necesidad de elaborar un Plan Nacional de Vivienda para resolver la
cuestión de los suburbios.75
Los diferentes coloquios celebrados y las publicaciones en las revistas especializadas de
arquitectura apuntaban a una misma línea: el fracaso de la política de vivienda que se
había venido desarrollando desde la instauración de la dictadura.76 Y la solución para gran
parte de los arquitectos pasaba necesariamente por la colaboración de los diferentes
agentes involucrados para la puesta en marcha de un plan unitario en el que quedasen
establecidas las bases a seguir en el desarrollo urbano madrileño. Consideraban que esta
tarea debía ser liderada por el Estado, puesto que el alto precio del suelo condicionaba a
que desde el sector privado se recondujeran las inversiones hacia otros sectores más
seguros y rentables como por ejemplo las viviendas de clases altas y medias,.77 Esta
situación incentivó a que, durante la década de los cincuenta, los poderes públicos
llevaran a cabo una serie de medidas legislativas y de promoción desde los organismos
del Estado en materia de vivienda.
Durante este periodo se produjeron cambios significativos en los organismos públicos
encargados de la política de vivienda, con el nombramiento de Julián Laguna como
Comisario de Ordenación Urbana de Madrid el 15 de mayo de 1954, y la llegada de Luis
Valero Bermejo al INV en octubre del mismo año78. Esta fecha coincidió con la redacción
del reglamento de la “Ley de Renta Limitada, que contemplaba un tipo de vivienda social
cuya superficie máxima debía ser 42m² y con un coste máximo de 25.000 pts.79 La entrada
en vigor del régimen de “Renta Limitada” fue la base legislativa en torno a la que se
orientó el Plan Nacional de Vivienda, aprobado el 1 de julio de 1955; de esta manera se
catalogaban todas las tipologías de viviendas, limitando los precios de venta y alquiler.
Con este cambio de rumbo en los organismos encargados de la urbanización de Madrid,
75 V Asamblea Nacional de Arquitectos. Madrid, 1949. Los debates presentes en esta asamblea aparecen
recogidos en la revista de arquitectura Gran Madrid, nº 6, 1949, p. 8. 76 GARCÍA BALLESTEROS, Aurora, “Chabolismo y viviendas marginales en el suroeste de
Madrid (barrio Lucero)”, en GUTIÉRREZ ESTEVE, Manuel; CID MARTÍNEZ, Jesús Antonio
y CARRERA, Antonio (coords.): Homenaje a Julio Caro Baroja, 1978. pp. 405-424.
GONZÁLEZ, Nazario, “La frontera del suburbio madrileño”, en Estudios geográficos, vol 22,
nº84-85m 1961, pp. 627-633 77 SAMBRICIO, Carlos, “La vivienda en Madrid, de 1939 al Plan de Urgencia de Vivienda Social, en
1959”, en SAMBRICIO, Carlos (ed.): La vivienda en Madrid en la década de los 50: el Plan de Urgencia
Social. Madrid, Electa, 1999, p. 41. 78 VAZ, Céline, “Una década de planes: planificación y programación de la vivienda en los años cincuenta”,
en SAMBRICIO, Carlos y LAMPREAVE, Ricardo (eds.) “La vivienda protegida: historia de una
necesidad”, Madrid, Ministerio de la Vivienda, 2009. pp. 145-171. 79 SAMBRICIO, Carlos, “La vivienda en Madrid, de 1939….,” Op. Cit., pp. 48
37
se dio un impulso a medidas que, por primera vez desde la instauración de la dictadura,
pretendían atajar el problema de la vivienda en la capital.
El día 1 de Julio de 1955 se aprobó por decreto-ley el Plan Nacional de Vivienda, en el
que se contemplaba la construcción de 550.000 viviendas de Renta Limitada en los
siguientes cinco años, a partir de 1956.80 En declaraciones realizadas por Valero Bermejo
el 16 de Julio del mismo mes, el director del Instituto Nacional de la Vivienda apuntaba
a las facilidades que recibiría la iniciativa privada que participase de esta empresa, con
auxilios del Estado en materiales y tributación. Además, Valero insistía en la necesidad
de que tanto las empresas particulares, como los organismos públicos y de carácter
técnico estuvieran en relación para proyectar este conjunto de viviendas en todo el
territorio nacional.81 Así, a partir de este momento la labor de los tres principales
organismos encargados de la urbanización de Madrid se coordinó. La Comisaría de
Ordenación Urbana definía la ubicación de los poblados y preparaba los proyectos,
expropiando los terrenos, el Instituto Nacional de Vivienda (INV) coordinaba y analizaba
la operación, y por último la Organización Sindical del Hogar (OSH) se encargaba de su
ejecución.82 Este labor de construcción fue aparejada de una vigilancia sobre la
edificación de nuevas chabolas, con un servicio de Vigilancia del Extrarradio formado
por guardias civiles y un equipo de derribo para que actuara antes de empezar las
construcciones.83
En las actuaciones del plan se esbozaron diferentes núcleos y tipologías constructivas, en
lo que se denominó como Política de Poblados. Dentro de este grupo se podía diferenciar
entre poblados “dirigidos”, de “absorción”, “mínimos” y “agrícolas”, proyectados para
diferentes poblaciones. Los poblados de “absorción” estaban destinados para realojar a la
población que residía en chabolas que iban a ser derribadas, por sus malas condiciones
constructivas o por localizarse en suelo no urbanizable. En 1956 se iniciaron las obras de
los poblados de absorción de Caño Roto, Canillas, San Fermín, Villaverde, Pan Bendito,
Zofio y Fuencarral. Este tipo de poblados consistían en viviendas de tipo social en
80 ABC, 2 de Julio 1955, p. 17. 81 ABC, 16 de Julio 1955, p. 15. 82 SAMBRICIO, Carlos: “La vivienda en Madrid, de 1939 al Plan de Urgencia de Vivienda Social, en
1959”, en SAMBRICIO, Carlos (ed.): La vivienda en Madrid en la década de los 50: el Plan de Urgencia
Social. Madrid, Electa, 1999, p. 49 83 Según apunta Fernández-Galiano, previamente a la puesta en marcha de los poblados se contrató a un
equipo de 40 o 50 guardias civiles para que vigilase la construcción de nuevas chabolas, y a un equipo de
derribo. FERNÁNDEZ GALIANO, Luis, “La quimera moderna. Los Poblados Dirigidos de Madrid en la
arquitectura de los 50” Madrid, Hermann Blume, 1989. p. 170
38
régimen de alquiler, con el objetivo de albergar a la población que llegaba a la ciudad.
Las viviendas eran unifamiliares con bloques de hasta cuatro alturas, que apenas
superaban los 30m².84
Fuente: ESTABAN MALUENDA, Ana: “Madrid, años 50: La investigación en torno a la
vivienda social. Los poblados dirigidos”, en Actas del Congreso Internacional ‘Los Años 50: La
arquitectura española y su compromiso con la historia’, T6 editores, 2000. p. 57
En este mismo plan se estableció edificar una serie de poblados dirigidos, que contaban
con un gabinete técnico in situ para que tramitase la obra. Así, a partir de 1956 se
construyeron los poblados dirigidos de Caño Roto, Entrevías, Canillas, Fuencarral,
Orcasitas y Almendrales. En estos últimos, las personas a las que se les iba a adjudicar la
vivienda tenían la posibilidad de aportar su fuerza de trabajo a cambio de costear
únicamente el terreno y los gastos generales de la obra. La tipología planificada en los
poblados dirigidos recurría a la corriente racionalista internacional, que pretende extraer
todo el rendimiento posible al espacio, dando lugar a bloques adosados. La calidad de los
84 ESTABAN MALUENDA, Ana: “Madrid, años 50: La investigación en torno a la vivienda social. Los
poblados dirigidos”, en Actas del Congreso Internacional “Los Años 50: La arquitectura española y su
compromiso con la historia”, T6 editores, 2000. p. 50
ILUSTRACIÓN 3. PLANO DE SITUACIÓN DE LOS OCHO PRIMEROS
POBLADOS DE ABSORCIÓN
39
materiales de construcción era de bastante más calidad, pero adaptándose a las
posibilidades constructivas de mano de obra no cualificada85. Por último, los poblados
mínimos cumplían una función similar a la de los poblados de absorción, albergar a
población migrante, pero con casas de menor calidad constructiva que remitiesen a un
ambiente de comunidad rural.
Si los poblados de Absorción, Mínimos y Agrícolas tenían como objetivo principal el
alojamiento provisional de aquellas personas que vivían en los suburbios, en el caso de
los Dirigidos sí hubo un intento de dotar a estas construcciones de un carácter permanente.
La fórmula seguida era una novedad dentro del programa de viviendas promovidas desde
las instituciones del Estado. Como informa Vázquez de Castro, “se planteó la
adjudicación en venta y no en alquiler, algo que no había sucedido hasta entonces”86.
Así, las instituciones encargadas de la urbanización de la capital incentivaron el régimen
en propiedad en lugar de en alquiler, marcando el cambio de signo en materia de vivienda.
Las medidas llevadas a cabo en el Plan Nacional de Vivienda de 1955 no fueron
suficientes para eliminar los focos de infravivienda. Aun así se producían discursos
triunfalistas como el de Valero Bermejo, que en 1956 declaraba para el diario Pueblo que
“el problema del suburbio desaparecerá completamente en 1958”87. La promulgación de
una serie de decretos que tenían por objetivo impedir los asentamientos clandestinos en
la capital, y controlar la llegada de migrantes a Madrid, devolviendo a su lugar de origen
a aquellos que no tuvieran domicilio, da buena prueba de que el problema del suburbio
estaba lejos de resolverse.88 En 1957, coincidiendo con la llegada del falangista José Luis
Arrese a la dirección del Ministerio de Vivienda, se llevaron a cabo una serie de medidas
para incrementar el ritmo en la construcción de viviendas. Arrese incentivó la inversión
del capital privado a través del Plan de Urgencia Social (PUS), con una previsión de
60.000 viviendas en dos años para Madrid89. En el año 1959 esa cifra fue superada en
85 Para un resumen de las diversas actuaciones realizadas en Madrid durante este periodo consultar LÓPEZ
DÍAZ, Jesús, “La vivienda social en Madrid, 1939-1959”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie VII, Hº del Arte,
t. 15, 2002. pp. 297-338. 86 CALVO DEL OLMO, José Manuel, “El Poblado Dirigido de Caño Roto. Dialéctica entre morfología
urbana y tipología edificatoria”. Tesis Doctoral, Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad
Politécnica de Madrid, 2014. Anexos Documentales, IV, Entrevistas a los protagonistas, p. 86. 87 Pueblo, 18 de Septiembre 1956, pp. 1-2. 88 “Normas para evitar los asentamientos clandestinos: desaparición de las cuevas , chozas y barracas
existentes en Madrid” en Siete Fechas, nº 417, 24 septiembre 1957; “El censo de Madrid crece a pasos de
gigante. Disposición para regular la afluencia masiva de personas” en Semana, n. 965, 19 agosto 1958.
Estos artículos aparecen recogidos en SAMBRICIO, Carlos, “La vivienda en Madrid, de 1939….,” Op.
Cit., pp. 63 89 Ley 13 de noviembre de 1957 Plan de Urgencia Social en Madrid (BOE, nº 286)
40
22.884 pero también aparecían incluidas las viviendas asignadas por el Plan Nacional de
Vivienda de 1955.90 Y precisamente este es el momento en que se produce el célebre
discurso de José Luis Arrese en el que apunta a: “una España de propietarios y no de
proletarios”, coincidiendo con la entrada del capital privado y el proceso de especulación
inmobiliaria.91
El cambio de rumbo del régimen a partir de 1957, con la llegada de los tecnócratas del
Opus Dei a las grandes cabeceras ministeriales, impulsó que grandes empresas privadas
comenzasen a interesarse por el negocio del suelo. La operación más clara de este viraje
en el crecimiento urbano madrileño se manifestó en el poblado de Jaime el Conquistador,
derribado el 19 de agosto de 1957. Situado en la actual zona de Legazpi, próximo al centro
y en un área urbanizada, la desaparición de las chabolas permitió despejar un área
destinada a la construcción de vivienda por parte de la iniciativa privada.92 Lo sucedido
en este núcleo de la capital es uno de los ejemplos más representativos de cómo el
acercamiento a las líneas del capitalismo internacional modificó la política de vivienda,
y, como señala Sambricio,si durante años “la Comisaría fijó las pautas de crecimiento, a
partir de este momento serán las grandes inmobiliarias quienes definan y marquen el
futuro urbano.”93
Este viraje en la política emprendida desde el Ministerio de la Vivienda creado en 1957
por José Luis Arrese es apuntado por Antonio Vázquez de Castro, uno de los arquitectos
que participó en el proyecto de construcción del Poblado Dirigido de Caño Roto. En la
entrevista oral recogida en la Tesis Doctoral de José Manuel Calvo del Olmo, Vázquez
de Castro se refería a la serie de cambios que se produjeron en la Política de Poblados
durante los años finales de la década de los cincuenta en los siguientes términos:
“Al crearse el Ministerio de la Vivienda, con Arrese al frente, la política de vivienda se orientó a
ayudar a los constructores, en lugar de lo que se había hecho hasta entonces que era ayudar a los
compradores y a los autoconstructores. El marco legal de la segunda etapa de Dirigidos era el
mismo que en la primera, la ley de Renta Limitada – que como marco no estaba mal-, pero se le
dio una orientación radicalmente distinta.”94
90 ABC, 22 de Mayo 1959, pp. 57-58. 91 “No queremos una España de proletarios sino de propietarios” en ABC, 2 de Mayo 1959, pp. 41-42. Sobre
cómo se produce la entrada del capital privado en materia de vivienda ROCH PEÑA, Fernando, “Algunas
notas sobre el sistema inmobiliario madrileño en la década de los 50’”, en SAMBRICIO, Carlos (ed.): La
vivienda en Madrid en la década de los 50: el Plan de Urgencia Social. Madrid, Electa, 1999, pp. 85-119. 92 “Este barrio de chabolas ha desaparecido hoy de Madrid. Sus moradores ocuparán en adelante las nuevas
viviendas de San Fermín”, en Informaciones, 19 de Agosto 1957, p. 1. 93 SAMBRICIO, Carlos, “Madrid, vivienda y urbanismo”…, Op, Cit. p. 415. 94 CALVO DEL OLMO, José Manuel, “El Poblado Dirigido de Caño Roto..” Op. Cit,, p. 84.
41
La década de 1960 estuvo caracterizada por la participación desde las inmobiliarias
privadas en política de vivienda. Urbis, Inmobiliaria Roiz o Constructora Peninsular
fueron solo algunos de los ejemplos de cómo la ciudad dejó de pensarse desde la vivienda
social, para pasar a la construcción de edificios de bloques en altura con los que sacar el
máximo rendimiento posible al suelo disponible. Las demandas urbanas de quienes
habitaron los nuevos espacios constituidos en el extrarradio madrileño ya no sólo se
articularon frente a la Administración. También tuvieron que hacer frente a una nueva
realidad que se intensificó durante los años del “milagro español”: la especulación
urbanística.
La imagen del Madrid de la década de los cincuenta, queda por tanto lejos del actual
paisaje urbano dominante, con sus altos edificios de viviendas y hormigón. Por el
contrario, el cinturón del extrarradio se encontraba habitado de casas bajas que abarcaban
desde la vivienda autoconstruida a las soluciones de baja calidad de las viviendas
promocionadas desde las instituciones del Estado. Recuperar este espacio histórico de
Madrid es clave para romper con este relato de una modernidad idílica que se realiza a sí
misma a través de la transformación del espacio urbano. La producción del espacio
madrileño fue conflictiva y sufrida, y con grandes dosis de una necesidad de rápida
respuesta a los problemas sociales que surgían al calor de este proceso, alejado en gran
medida al simple desarrollo de un idealismo higienista y racional del discurso urbanista.
Madrid, como todo espacio urbano es en su historia prueba de la distancia que separa el
plano arquitectónico de la realidad de sus calles.
4.4 El proyecto de Caño Roto
El estudio propuesto en este trabajo parte del análisis microhistórico de una de las zonas
de infravivienda que reflejó la actuación oficial de las autoridades sobre el extrarradio
madrileño como consecuencia de un desborde social a expensas de lo proyectado: el
polígono de Caño Roto. Los poblados que comprendían este área urbana se edificaron a
través de la yuxtaposición de diferentes intervenciones oficiales, proyectadas en los
planes urbanísticos de la década de los cincuenta. Acercarse a una de las zonas que se
configuraron a través de núcleos concentrados de infravivienda permite, por un lado,
bosquejar la ocupación de este espacio urbano, y, en segundo término, delimitar la
actuación de las autoridades para reprimir, orientar y controlar su crecimiento. Para la
realización del análisis de la forma en que se desarrolló este área urbana se empleará tanto
42
la bibliografía secundaria que ha prestado atención a los diferentes poblados que
comprenden Caño Roto, como fuentes orales resultado de entrevistas a vecinos que
habitaron estas zonas.
Los poblados que comprendían el polígono de Caño Roto se edificaron a través de la
yuxtaposición de diferentes actuaciones oficiales. Esta área se encontraba situada al
suroeste de Madrid, limitando al sur con el camino de las Ánimas (Laguna), en la zona
que actualmente comprende el barrio de Los Cármenes. Este perímetro estaba atravesado
por la avenida de Nuestra Señora de Valvanera, conectando al norte con el tramo de
ferrocarril que conectaba Goya con Almorox. Constituida prácticamente como
archipiélagos en un mar de campo deshabitado, en su interior se edificaron un Poblado de
Absorción, un Poblado de Urgencia Social o Mínimo y un Poblado Dirigido.
Los terrenos seleccionados por la Comisaría de Urbanismo para construir los Poblados
estaban ubicados en suelo verde o rústico, por lo que el precio del suelo era bastante bajo
en comparación a otras zonas de la capital.95 Para la construcción de los poblados en el
polígono de Caño Roto, la Comisaría expropió 30 hectáreas de terreno en 1955 que
previamente habían estado ocupadas por 155 fincas rústicas96. Una parte de los terrenos
fueron cedidos a la Organización Sindical del Hogar, que construyó 582 viviendas de tipo
social, de las cuales 270 eran unifamiliares y con una superficie que no podía superar los
42 m². Este conjunto de viviendas, denominado Poblado de Absorción de Caño Roto, fue
proyectado por el arquitecto Luis Laorga, con objetivo de dotar de vivienda a los
habitantes de núcleos de infravivienda en un periodo marcado por la labor de represión
del chabolismo.97 Al noroeste de este poblado se construyó el Poblado Mínimo o de
Urgencia de los Cármenes, previo proceso de expropiación de 28 fincas rústicas y también
por iniciativa de la O.S.H. En este caso, el proyecto contempló la construcción de 672
95 En el caso de los Poblados Dirigidos, se permitió que fueran edificados en zonas al margen de las
ordenanzas urbanísticas por un decreto aprobado el 1956. LÓPEZ UJAQUE, José María, “Los poblados
dirigidos: urgencia, juventud y domingueros”, en CANOVAS ALCARAZ, Andrés y RUIZ BERNAL,
Fernando, “Poblado Dirigido de Caño Roto (fases I y II)”, Madrid, Cedex, 2013. 96 DÍEZ DE PABLO, Ainhoa, “La vivienda social como patrimonio urbano. Análisis de la
patrimonialización de tres Barrios de Promoción Oficial Madrileños” Tesis Doctoral, Escuela Técnica
Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid, 2015. p. 116 97 Para las diferentes fases de persecución sobre el chabolismo, VALENZUELA RUBIO, Manuel, “La
pervivencia del chabolismo en Madrid”, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 1975.; MONTES
MIEZA, Juan; PAREDES GROSSO, Manuel y VILLANUEVA PAREDES, Alfredo, “Los asentamientos
chabolistas en Madrid”, Ciudad y Territorio, nº 2-3, 1976, pp. 159-172.
43
viviendas de apenas 30m² que fueron adjudicadas entre 1958 y 196298. El Poblado
Mínimo de Caño Roto se realizó con materiales de derribo, ante la urgente necesidad de
alojar a las personas procedentes de núcleos de infravivienda, lo que conllevó a que
apenas una década después tuviera que verse sometido a varias remodelaciones.
Fuente: Elaboración propia a partir de “Fotos áereas históricas: 1961-67”
El poblado Dirigido es el núcleo de viviendas del polígono de Caño Roto del que más
información hay disponible. Este proyecto se realizó entre 1956 y 1961 bajo la dirección
de los arquitectos Antonio Vázquez de Castro y José Luis Íñiguez de Onzoño,
proyectando 1604 viviendas que se ejecutarían en dos etapas. Finalmente se realizó una
tercera fase en la que se incluyeron 301 viviendas de mayor categoría, así como
equipamientos y dotaciones urbanas.99 Este poblado colindaba al norte con el poblado de
Absorción, en los terrenos de una antigua escombrera. La fórmula seguida para la
construcción del poblado fue la de la prestación personal, que consistía en el empleo de
los adjudicatarios como mano de obra a cambio de restar el 20% del precio de ejecución
al total de la vivienda100. Este modelo de autoconstrucción significó que las viviendas
98DÍEZ DE PABLO, Ainhoa, “La vivienda social como patrimonio urbano. Análisis de la
patrimonialización de tres Barrios de Promoción Oficial Madrileños” Tesis Doctoral, Escuela Técnica
Superior de Arquitectura. Universidad Politécnica de Madrid, 2015. p. 117 99 CALVO DEL OLMO, José Manuel, “El Poblado Dirigido de Caño Roto..”, Op. Cit, p. 160. 100 SAMBRICIO, Carlos: “La vivienda en Madrid, de 1939 al Plan de Urgencia de Vivienda Social, en
1959”, en SAMBRICIO, Carlos (ed.): La vivienda en Madrid en la década de los 50: el Plan de Urgencia
Social. Madrid, Electa, 1999, p. 49
ILUSTRACIÓN 4. FINALIZACIÓN DE LOS POBLADOS DE CAÑO ROTO ENTRE 1961-67.
44
pasarían a ser propiedad de los inquilinos en un plazo de cincuenta años, a cambio de una
aportación mensual adaptada a las posibilidades económicas de los futuros inquilinos.101
La autoconstrucción fue una de las experiencias más llamativas del poblado Dirigido de
Caño Roto. Los “domingueros” era el nombre que recibían los futuros propietarios de las
viviendas debido a que dedicaban jornadas festivas para llevar a cabo esta labor. En
muchos casos, las personas que trabajaron en la realización de las casas bajas del poblado
no tenían ningún tipo de experiencia ni formación, lo que suponía la necesidad de que los
arquitectos supervisasen las obras. Mari Carmen, vecina que se instaló en el barrio durante
el proceso de construcción del poblado Dirigido, relata sus vivencias en el barrio durante
estos años.
“Cuando llegué al barrio a finales de los cincuenta todo estaba aún por construir. Mi padre
trabajó para construir nuestra casa, y a los que como él hacían lo mismo, los llamaban los
domingueros. Mientras nos instalaron en unos barracones que no estaban acabados y no tenían
las ventanas puestas (…) cuando llovía o hacía frio teníamos que refugiarnos de cualquier
manera.”102
El relato de esta vecina pone de manifiesto las precarias condiciones en las que se
construyó el complejo de viviendas de Caño Roto. Una práctica como la
autoconstrucción, propia de las dinámicas informales criminalizadas desde las
instituciones del Estado, quedó elevada a política nacional para la puesta en marcha de
los poblados dirigidos. El pragmatismo en la tolerancia represiva trazada por el régimen,
que ni podía ni pretendía controlar los suburbios madrileños, se adaptó a las necesidades
impuestas para eliminar los focos de infravivienda y chabolismo. Paradójicamente, una
de las prácticas que había tenido como consecuencia la extensión de chabolas en el
extrarradio madrileño, la autoconstrucción, impulsó la urbanización de estas áreas. Y así,
precisamente, se oficializó una práctica que ya era norma en la calle.
4.5 Conclusiones
En este apartado se ha pretendido abordar el proyecto de construcción de los diferentes
poblados de Caño Roto, principalmente desde la perspectiva de los arquitectos encargados
de la urbanización del extrarradio madrileño. El problema de este tipo de análisis, que es el
101 CALVO DEL OLMO, José Manuel, “El Poblado Dirigido de Caño Roto..”, Op. Cit, p. 162. 102 Entrevista realizada al grupo de mayores del Centro Social de Gallur, formado por vecinas del barrio de
Caño Roto.
45
que ha predominado en las publicaciones realizadas desde la ciencia del urbanismo, es que
no tiene en consideración a los sujetos que habitaban estos espacios. Esta investigación partía
de la hipótesis principal de que el espacio es un lugar en disputa, y por tanto la producción
del espacio no se debe limitar a algo impuesto desde arriba, proyectado por las instituciones
y aceptado por los sujetos. Uno de los objetivos no era otro que constatar la pluralidad de
agentes urbanos que participan en este proceso, las instituciones oficiales, la iniciativa
privada o los habitantes a través de su experiencia urbana. En cualquier caso, se debe advertir
que los diferentes agentes sociales –autoridades y técnicos, empresarios y vecinos- tienen
objetivos e intereses diferenciados, por lo que es necesario poner el conflicto como vector
principal en el análisis.
Una primera parte centrada en las diferentes iniciativas oficiales para urbanizar Caño Roto
ha sido abordada en el presente epígrafe. Este análisis es insuficiente para tratar una realidad
tan heterogénea como compleja, y en última instancia considera a los individuos que
habitaban estas áreas como mero receptáculo de lo proyectado por las instituciones. Al
mismo tiempo, los estudios centrados exclusivamente en el urbanismo o la historia de la
arquitectura responden a un orden ideal de sociedad, que no es carente de ideología. Esto
puede tener como consecuencia que se reproduzcan e interioricen tanto los discursos
realizados en materia de vivienda, como una dialéctica representada en un eje arriba-abajo
en el que la acción de los sujetos pasa a un segundo plano. A esta oposición entre el
urbanismo y la vida urbana se refería Henri Lefebvre cuando afirmaba que:
“el Estado, los centros de decisión y los poderes ideológicos, económicos y políticos son incapaces
de tratar sin una creciente desconfianza esta forma social [la vida urbana] que tiende a la autonomía,
que vive en su especificidad, que se interpone entre ellos y "el habitante", trabajador productivo,
obrero o no, pero hombre y ciudadano al mismo tiempo”103
Uno de los objetivos de esta investigación era romper con esa pretendida visión aséptica
presente en algunos estudios relativos al polígono de Caño Roto, poniendo el énfasis en
las relaciones sociales que se produjeron en este espacio urbano. Para lograr este objetivo,
la siguiente parte del análisis se servirá de los censos de infraviviendas, una fuente
excepcional que da cuenta de la ocupación anterior en el área donde se proyectaron los
diferentes poblados que componían el polígono de Caño Roto. ¿Quiénes habitaban estos
espacios? ¿cuáles eran sus formas de vida? ¿qué diferencias presentaban estos núcleos de
103 LEFEBVRE, Henri, “El derecho a la ciudad”, Madrid, Capitan Swing, 2016 [1967] pp. 101-102.
46
infravivienda con respecto a otros de la capital? Estas son solo algunas de las respuestas
que se pretenden esbozar en el siguiente apartado, para así realizar un análisis integrador
que no deje fuera del discurso histórico a ningún agente urbano.
5. El polígono de Caño Roto
“El problema social de la vivienda es el más universal de los problemas de
nuestro tiempo. La sociedad tiene el deber de sentirlo solidariamente, y no
confiar, exclusivamente en el Estado, quien, justo es reconocerlo, trata por todos
los medios de resolver o aminorar tan grave problema. Esta película intenta
sacar simbólicamente a la luz pública alguno de los fallos de la moderna
sociedad en torno a este ingente hecho que tanto preocupa a nuestro Estado y a
todos los hombres de buena voluntad”104
5.1 Introducción
Mientras los arquitectos pensaban cómo se debía configurar la ciudad, los habitantes del
polígono de Caño Roto estaban configurando su propia ciudad, o, al menos, la forma de
vivir en ella. A lo largo de este espacio urbano del que ya no quedan restos se levantaban
toda una serie de hogares de escasa calidad constructiva, que daban cuenta de las precarias
condiciones a las que se veían sometidas las clases más humildes. Para buena parte de la
población madrileña, tanto los recién llegados como aquellos que habitaban estas áreas
antes de la guerra civil, acudir a la periferia era una de las formas de solventar la carencia
de vivienda que sufría la ciudad, funcionando a modo de válvula de escape que permitía
a muchas familias edificar sus propias casas o, como alternativa, acceder a las viviendas
ofertadas por el mercado informal. El objetivo de este apartado es reconstruir una de las
zonas de infravivienda de la periferia madrileña sobre la que se proyectó la política urbana
del régimen: el polígono de Caño Roto.
Del mismo modo que otros espacios periféricos de la ciudad cubiertos por chabolas y
casas bajas de escasa calidad constructiva, este área ha quedado sepultada bajo muros de
cemento y hormigón, muestra de la yuxtaposición de las diferentes actuaciones oficiales.
A día de hoy, lo que se conoce sobre este espacio urbano se limita a la ocupación posterior
desarrollada en la Política de Poblados, que ha quedado descrita en el apartado anterior y
ha sido intensamente tratada desde la ciencia del urbanismo y la arquitectura. Por el
contrario, apenas se tiene información acerca de cómo era este área antes de la puesta en
marcha de las iniciativas de vivienda de tipo social. Para dar cuenta de ello, se ha decidido
104 Final censurado de la película “El Inquilino” de 1957, dirigida por José Antonio Nieves Conde.
47
emplear los censos de infraviviendas, que permiten arrojar información sobre la geografía
de infraviviendas del polígono de Caño Roto entre 1956, 1957 y 1958.105 Esta fuente es
excepcional no sólo por la información que contiene, sino también porque en cada una de
sus fichas aparece una fotografía de la fachada de las viviendas a las que se refieren, lo
que permite reflexionar sobre si las imágenes proyectadas sobre la infravivienda y el
chabolismo a través del cine y las novelas coetáneas reflejan con justicia las que
encontramos en los censos.
Es necesario advertir de que el espacio al que se refieren estos censos no coincide
exactamente con lo que en la actualidad se denomina Caño Roto. Como se apuntó en el
apartado de fuentes, las fichas están agrupadas en sectores de la periferia madrileña
(Carabanchel, Ventas, Vallecas, etc.) y a su vez en polígonos (Caño Roto, Pozo del Tio
Raimundo, etc.). En este caso, la denominación de polígono de Caño Roto es otorgada
por la Comisaria de Urbanismo para referirse al entorno en el que se construyeron los
poblados Dirigido, de Absorción y Mínimo, que se encontraban insertos en Los
Cármenes. En la actualidad, los vecinos no conciben esta área como un mismo barrio,
existiendo identidades en conflicto y una desconexión de los vecinos del Poblado Dirigido
con respecto a los Poblados Mínimo y de Absorción. El relato de una vecina del Poblado
Dirigido recogido en la Tesis Doctoral de Ainhoa Díez ilustra de forma acertada lo que
se trata de presentar:
“Hay una desconexión entre unas zonas y otras brutal (…). Es que cuando hablamos de barrio
hay muchos barrios, hay muchas formas de vivir el barrio muy distintas (…) Hablas del barrio y
resulta que parecen siete distintos.”106
Con este preámbulo no se pretende profundizar en la manera en que se han configurado
diferentes identidades en el área estudiada. Este inciso persigue situar al lector frente al
espacio urbano de Caño Roto, que si por algo destaca es precisamente por su
heterogeneidad. Y pese a que describir el proceso por el cual se desarrollaron diferentes
identidades de barrio en oposición no sea el objetivo principal de este trabajo, la
reconstrucción microhistórica de estas áreas puede arrojar algunas claves que permitan
entender cómo se tejieron esas sensibilidades vecinales. Entre alguno de los elementos
que deberían vertebrar este análisis se encuentran los diferentes perfiles de población que
ocupaban estas zonas, ya que mientras los Poblados Mínimo y de Absorción tuvieron
105ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto. 106 DÍÉZ DE PABLO, Ainhoa, “La vivienda social como patrimonio…”, Op. Cit., p. 218.
48
como principal aporte a la población chabolista realojada, en el Dirigido los adjudicatarios
eran fundamentalmente migrantes que habían llegado a la capital durante la posguerra.
La diferente calidad constructiva de los poblados también pudo tener influencia en que
los vecinos de estas áreas no se identificaran como pertenecientes al mismo barrio, debido
a que no compartían los mismos problemas y reivindicaciones.107
La muestra de censos de infraviviendas que se ha analizado asciende a la cantidad de 363
familias y 1630 personas. Como se ha apuntado, la virtud principal de esta fuente
documental reside en que es una de las pocas vías existentes para reconstruir una realidad
que no ha dejado huella material. Quizá la principal problemática se encuentra en que
gran parte de las casillas que conforman las fichas no aparecen cumplimentadas,
especialmente en los censos de 1956. Aun así, la información que presentan estos censos
permite esbozar algunos aspectos sobre este espacio urbano, como los perfiles
socioeconómicos de sus habitantes, la demografía y las redes personales y familiares. Este
es un ejercicio que ya ha otorgado fructíferos resultados en otras áreas de la capital,
concretamente en el Pozo del Tío Raimundo.108 Para el análisis de la información
contenida en los censos se ha realizado su recopilación en una base de datos, previo paso
a su tratamiento estadístico.109 No sólo se van a tener en consideración las diferentes
casillas que conforman los censos, sino que se va a proceder a un análisis exhaustivo que
relacione la forma en que se produjo esta fuente documental con las diferentes políticas
de ordenación urbana de la dictadura.
107 La forma en que el espacio construido transforma la experiencia de los individuos en la ciudad ha sido
excepcionalmente abordada por Leif Jerram en sus estudios sobre las ciudades alemanas durante finales del
siglo XIX y principios del XX. JERRAM, Leif, “Space: a useless category for historical analysys?”, History
And Theory, nº 52, 2013, pp. 400-419. JERRAM, Leif, “Streetlife: The Untold Story of Europe’s Twentieth
Century”, London, Oxford University Press, 2011. 108 BURBAÑO TRIMIÑO, Francisco Andres, “La autoconstrucción de Madrid..,” Op. Cit. 109 Para el tratamiento estadístico de los datos que arrojan los censos se ha empleado el programa IBM
SPSS STATISTICS 23.
49
5.2 La Comisaría de Ordenación Urbana y la elaboración de los censos
A lo largo de este estudio se ha insistido en la importancia que tuvo la Comisaría General
para la Ordenación Urbana de Madrid (CGOUM) en el impulso de políticas de vivienda
en la capital. Cabe recordar que este organismo fue creado en 1941 con el objetivo de
hacer cumplir el Plan General de Ordenación de Madrid ideado por el falangista Pedro
Bidagor, y su principal instrumento fue la política de suelo. Del mismo modo que otras
instituciones como la Obra Sindical del Hogar (OSH) o el Instituto Nacional de la
Vivienda (INV), no existen estudios específicos que informen acerca de cuál era su
funcionamiento. La mayor parte de la información disponible sobre la CGOUM se
encuentra localizada en aquella bibliografía procedente de la ciencia del urbanismo y la
arquitectura, en la que se informa acerca de sus realizaciones urbanísticas para ordenar el
extrarradio madrileño.110 Una deuda pendiente en las investigaciones del urbanismo
110 En los dos tomos realizados por Carlos Sambricio sobre la vivienda de tipo social durante el siglo XX,
aparecen recogidas las diferentes realizaciones de la CGOUM sobre el extrarradio madrileño.
SAMBRICIO, Carlos, “Un siglo de vivienda social (1903/2003)”, Tomos I y II, Editorial Nerea, 2003.
ILUSTRACIÓN 5. PERSPECTIVA DE MADRID DESDE CAÑO ROTO EN 1967.
Fuente: ARCM ES 28079
50
franquista es profundizar en la organización interna de esta institución, y en el personal
que la formaba.
En el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid (ARCM), se ha localizado una
memoria de la actividad de la CGOUM, fechada en 1962, que da debida cuenta de la
organización de este organismo.111 En este documento se informa de los escasos medios
con los que contaba la Comisaría durante la posguerra más inmediata; en 1947
únicamente disponían de 5 arquitectos, 2 ingenieros, 9 delineantes, 1 Jefe de Sección, 2
de Negociado y 6 auxiliares, a lo que se añadía el personal directivo formado por un
Comisario General, un Secretario y un Director Técnico. El escaso personal de una de las
principales instituciones encargadas de la urbanización de Madrid pone de relieve los
medios precarios de los que se disponía para urbanizar los suburbios. Con el paso del
tiempo, la necesidad de dar respuesta a la problemática de la vivienda incentivó la
contratación de personal y la creación de las Secciones de Expropiaciones y Valoraciones,
Patrimonio, Reparcelaciones, Viviendas y Plan Provincial, insertas en la Dirección
Técnica. De apenas 47 empleados en 1947 se pasó a 214 en 1962, lo que informa del
desarrollo que tuvo la CGOUM durante la década de los cincuenta, con la puesta en
marcha de las principales iniciativas de vivienda de la dictadura franquista. Así, la
Comisaría pasó del Ministerio de la Gobernación al Ministerio de Vivienda, que había
sido creado en 1957. Pero también había importantes problemas con la gestión. En esta
memoria se citan tres problemas organizativos que estaban muy presentes a finales de los
cincuenta:
“el de la organización y coordinación de los servicios, el del personal y el de la retribución del
mismo, agravados con la integración de la Comisaría de Ordenación Urbana en el recién creado
Ministerio de la Vivienda y con la promulgación de importantes leyes de carácter administrativo,
como la Ley de Procedimiento Administrativo de Julio de 1958 y la Ley de Régimen Jurídico de
Entidades estatales autónomas de 26 de Diciembre del mismo año, que exigían una clasificación
en la estructura de los organismos y una puesta a punto de su funcionamiento, que en el caso de
la Comisaría, debía pasar de forzado y desbordante a normal”112
111 ARCM, 137480/8. Propuesta de reorganización de los servicios de la Comisaria de Ordenación Urbana
de Madrid y sus Alrededores y del sistema de remuneraciones de su personal. 112 Ibídem, p. 4.
51
TABLA 1: RELACIÓN DE PERSONAL DE TODAS CLASES EN CGOUM ENTRE LOS AÑOS 1947 Y 1962
AÑOS PERSONAL
1947 34
1948 36
1949 43
1950 50
1951 53
1952 98
1953 99
1954 100
1955 96
1956 157
1957 199
1958 184
1959 202
1960 197
1961 195
1962 214
ELABORACIÓN PROPIA A PARTIR DE LOS DATOS CONTENIDOS EN ARCM, 137480/8. PROPUESTA DE
REORGANIZACIÓN DE LOS SERVICIOS DE LA COMISARIA DE ORDENACIÓN URBANA DE MADRID Y SUS
ALREDEDORES Y DEL SISTEMA DE REMUNERACIONES DE SU PERSONAL.
Las distintas secciones que componían la Comisaría tenían funciones diferenciadas,
aunque sirviesen a un mismo objetivo: la urbanización de Madrid. Dependiendo de la
Secretaría General, una Sección Administrativa integrada por Negociados era la
encargada de tramitar los expedientes de expropiación de los polígonos de infravivienda.
A esta sección se le coordinaban otras tres que se centraban en el apartado estrictamente
económico, de Asesoría Jurídica, Intervención y Contabilidad y por último Económico
Financiera. La persona encargada de redactar esta memoria, propone la creación de una
Sección Administrativa de Expropiaciones, debido a que “es evidente que las
expropiaciones lleguen a constituir más de la mitad de la vida administrativa del
52
organismo.” Pero la función de la Sección de Viviendas es la que presenta más interés
para el objeto de estudio aquí planteado:
“La Sección de Viviendas viene a constituir un conglomerado técnico-administrativo cuyo
cometido es el control de los sectores sometidos a expropiación para la adjudicación de nuevas
viviendas, derribo de las casas expropiadas y abandonadas, control de las chabolas, vigilancia
por la Guardia Civil adscrita a la Comisaría para evitar las construcciones clandestinas, y
cuantos le puedan ser asignadas por la superioridad.”113
La descripción anterior ilustra que, dentro de la CGOUM, la Sección de Viviendas era la
pieza que se encargaba de controlar las áreas que aparecen reflejadas en los censos de
infraviviendas. Dentro de la misma caja que la memoria anterior, en una carpeta diferente,
se encuentra documentación que informa del proceso que se seguía desde este
departamento para la adjudicación y expropiación de viviendas, fechada el 24 de
septiembre de 1959.114 Los censos, que eran realizados por esta Sección, servían para
conocer las necesidades de estas áreas, estableciendo qué viviendas debían ser
expropiadas y derribadas y a qué familias se les debía adjudicar una nueva casa. Entre los
casos contemplados para llevar a cabo la adjudicación, en este documento se hace alusión
a tres: la expropiación forzosa, la absorción de un núcleo de chabolas y las razones de
tipo social. En el primero de los casos, la expropiación forzosa de estas áreas, se
diferencian entre las órdenes del Delegado de Gobierno, que constata la situación legal,
informando de si procede o no el derribo de la finca, o la solicitud del propio expropiado
debido al estado ruinoso de la vivienda. En segundo término, la absorción del núcleo de
chabolas responde a la necesidad de, por un lado, limpiar las áreas en las que se iban a
edificar los poblados de vivienda social proyectados por las instituciones del régimen, y
por otro, a solicitudes de la población chabolista, que debían ser estimadas por la Sección
Administrativa. En último lugar, las razones de tipo social se clasifican en dos supuestos,
la denuncia de los vecinos, o la solicitud del propietario por causas de orden social que
no aparecen contempladas en el documento. 115
Dentro de la Sección de Viviendas se podía distinguir entre tres ramas que estaban a su
cargo: Información Social, Adjudicación de Viviendas y Vigilancia y Derribos. La misión
113 Ibídem, p. 6-7. 114 ARCM, 137480, carpeta 9. Normas para la tramitación administrativa en la Sección de Viviendas de la
Comisión del Área Metropolitana, 1959. 115 Ibídem, p. 1-2.
53
del Negociado de Información Social era la realización de los censos de los que se sirve
esta investigación, para conocer qué familias habitaban estos espacios:
“La misión principal de este Negociado es la de filiación de las familias que habitaban las
edificaciones de toda clase enclavadas en los sectores y polígonos expropiados por esta Comisaría
o en proyecto de expropiación, así como los focos de chabolas que han ido surgiendo en esta
Capital y que la Superioridad ha estimado oportuno control. (…) En el momento actual tiene este
Negociado, en sus archivos los expedientes de filiación de más de cuarenta mil familias, con datos
de naturaleza, procedencia, profesión, etc., necesarios para la confección de una estadística que
refleja la aportación de la Comisaría General de Urbanismo a la aplicación de la Ley de Urgencia
Social.”116
En este documento también se especifica cuál era la organización del departamento de
Información Social, constituido por dos agentes de campo y un fotógrafo, que se
encargaban de filiar a las familias de los polígonos expropiados. La información recabada
iba a parar a un equipo de oficina que mecanografiaba todos los expedientes y se
archivaban en un fichero que podía ser consultado en cualquier momento. Así se daba
una estrecha colaboración entre los diferentes organismos que componían la Comisaría,
que intercambiaban documentación si existía una solicitud previa. Incluso el contacto con
otras instituciones como la Obra Sindical del Hogar y el Instituto Nacional de la Vivienda
era bastante usual, facilitando en muchas ocasiones viviendas para que fuesen
directamente adjudicadas por la Comisaría.
El Negociado de Información Social tenía ciertos problemas para contrastar la veracidad
de la información que se recababa en los censos de infraviviendas. En una evaluación de
los trabajadores de esta oficina realizada por el Delegado del Comisario en la Sección de
Viviendas, se hace alusión a la figura de José del Castillo Olivares, jefe del Negociado de
Información Social, que no sólo presta unos “servicios excelentes”, sino que además: “por
su propia iniciativa promueve inspecciones y comprobaciones en todos aquellos casos en
que tiene alguna sospecha de que en alguna ficha puede haber algo anormal o algún
intento de engañar a la Comisaría”.117 Este relato pone de manifiesto una de las
principales problemáticas presentes en los censos de infraviviendas, el defecto en alguno
de los datos recogidos. Se desconoce si esto vendría derivado de los errores del agente de
campo que recababa los datos, o que simplemente el o la cabeza de familia no
116 Ibídem, p. 3. 117 Ibídem, p. 4.
54
proporcionaba información veraz. Pese a que no se puede asegurar, esto último parece
poco probable debido a que los censos aseguraban a la familia filiada la posibilidad de
ser adjudicatarios de una vivienda, por lo que aparentemente no existiría la necesidad de
engañar a los agentes de la Comisaría. En el ARCM se localiza el testimonio de Luis
Martos Lalane, jefe de la Sección de Viviendas, que envía una carta al Comisario General
de la CGOUM para quejarse de los reiterados errores de un agente de campo a la hora de
obtener los datos.118 Pese a ello, la mayor parte de los errores responden a casos puntuales,
y no por ello comprometen el resto de la información contenida en la muestra.
Si algo pone de manifiesto toda esta documentación es el exhaustivo control ejercido
desde la CGOUM sobre los núcleos de chabolismo e infravivienda. Esto queda reflejado
en el equipo de la Guardia Civil adscrito a la Sección de Viviendas, cuyo principal
objetivo era denunciar las prácticas chabolistas clandestinas, además de proteger al
equipo de derribos y los agentes de campo en el ejercicio de su labor. La Comisaría
Urbana parecía tener claro que resultaba imposible hacer desaparecer las zonas de
infravivienda que se habían configurado desde la posguerra, al menos a corto plazo. Pero
al menos se debía intentar que no se extendiese aún más el cinturón de suburbios en torno
a la capital, y una política de tolerancia represiva sobre estos asentamientos parecía la
mejor solución.119
5.3 La ocupación del polígono de Caño Roto
Concepción Recio Pérez apenas tenía 15 años cuando estalló la guerra civil. Siendo muy
pequeña, se había trasladado con su familia al barrio de Caño Roto desde Paredes de
Escalonilla, un pequeño pueblo de Toledo. En estas fechas, la vida en las afueras de la
ciudad no era muy diferente a como había sido en su región de origen. Y es que, si por
algo destacaba el barrio en los años previos a la guerra, era por su escaso poblamiento.
La casa donde se creció Concepción (o “la Conce”, como era llamada por su familia), era
una pequeña finca rústica que contaba con dos hornos de pan donde trabajaban sus padres
y sus tíos. En la parte trasera tenían un pequeño corral con todo tipo de animales: borricos,
118 ARCM, 137480/8. Carta de Luis Marton Lalane, Comisario General de la Sección de Viviendas al S.G
de la CGOUM. 119 Para las diferentes fases de persecución de los asentamientos clandestinos se puede consultar MONTES
MIEZA, Juan; PAREDES GROSSO, Manuel y VILLANUEVA PAREDES, Alfredo, “Los asentamientos
chabolistas en Madrid”, Ciudad y Territorio, nº 2-3, 1976, pp. 159-172. Una buena síntesis de las diferentes
fases en las políticas de erradicación del chabolismo BURBANO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La
urbanización marginal durante la dictadura franquista: el chabolismo madrileño”, IV Encuentro
Internacional de Jóvenes Investigadores en Historia, 2018.
55
gallinas, conejos, ovejas, etc. Uno de los pasatiempos preferidos de Conce era dedicarse
a jugar con los borricos; se podía tirar horas y horas limpiándoles y dándoles de comer.
El primer trabajo de Conce consistió en transportar materiales de construcción con su
carro y tres mulas. El camino hasta Puerta del Ángel era muy correoso y siempre acababa
hasta arriba de barro porque las calles eran de tierra y no tenían alcantarillado. Las pocas
casas que había en la zona -no más de veinte o treinta- se concentraban entre la calle
Alhambra, el camino a Carabanchel y la calle Laguna. Cuando acabó la guerra, Conce ya
había cumplido diecinueve años. Los años de la posguerra más inmediata estuvieron
marcados por las destrucciones de viviendas y el estraperlo. El lugar más común para
realizar trueque de todo tipo de mercancías en el barrio era la estación del tren Madrid-
ILUSTRACIÓN 6. PEQUEÑA FINCA SITUADA MUY PRÓXIMA A LA VIVIENDA EN LA QUE CRECIÓ
CONCEPCIÓN.
Fuente: ARCM, 219362, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Legajo B. Ficha nº 92. Año 1957.
56
Almorox, donde acudían varias familias como la de Conce para intercambiar productos
de primera necesidad.
Con el discurrir de los años, Concepción conoció a quién más tarde sería su marido,
Miguel Francisco Ferreiro. Natural de Guadalajara, Miguel era una de las tantas personas
que había acudido a la periferia madrileña desde otras zonas de España para mejorar sus
condiciones de vida, en su caso trabajando como solador en la construcción. Durante la
década de los cuarenta e inicios de los cincuenta, nuevas familias se asentaron en el barrio,
y lo que antes parecía un mar de campo deshabitado, con apenas una decena de pequeñas
fincas rurales, pasó a estar ocupado por pequeñas casitas bajas y chabolas.
La pareja se casó y se fue a vivir a una pequeña casita baja ubicada en las inmediaciones
del camino de la Laguna gracias a la ayuda del hermano pequeño de Concepción,
Victoriano, que le cedió la vivienda gratuitamente, sin tener que pagar ningún tipo de
alquiler. La casa consistía en dos diminutas habitaciones y una cocina, en ningún caso
superando los 40m2. Además de Concepción y su marido, en ese reducido espacio vivían
sus cuatro hijos, Antonio Francisco, Miguel, Julio y José Luis. Y más tarde tendría una
hija, Conchi, pero ella no llegaría a conocer esa casa.
Si durante la posguerra más inmediata apenas hubo control sobre esta zona por parte de
las autoridades, a partir de la década de los cincuenta se comenzó a intensificar la
vigilancia para impedir que se levantasen nuevas viviendas. Las instituciones encargadas
de la urbanización de Madrid, el INV, la OSH y la Comisaría, proyectaron un poblado de
Absorción para realojar a la población que habitaba núcleos de infravivienda en el área
donde se encontraba situada el hogar de Concepción y su familia. A la altura de 1956,
cuando Miguel contaba con 26 años y Conce con 36, les llegó la noticia de que iban a ser
expropiados por la Comisaría de Urbanismo. Urgía derribar aquellas construcciones que
entorpecían la labor de vivienda social emprendida por el régimen. En el mes de agosto
de ese mismo año, un par de funcionarios de la Comisaría de Urbanismo se personaron
en el barrio junto a un fotógrafo, que realizó una instantánea de la fachada de su vivienda.
Los agentes les realizaron todo tipo de preguntas, ¿de dónde procedían?, ¿cuánto tiempo
llevaban en Madrid? ¿cuántas personas residían en esa casa? Pero no todo eran malas
noticias. Estas personas les prometieron que, si bien su vivienda iba a ser primeramente
expropiada por la Comisaria, y posteriormente derribada por un equipo de demolición, a
cambio les sería concedido el piso número 2318 en uno de los poblados que se estaba
57
proyectando a través de la política social de vivienda del régimen: el Poblado de
Absorción de Caño Roto. Sí, deberían abandonar su hogar, pero seguirían viviendo en el
barrio. 120
Fuente: ARCM, 137067, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono
Caño Roto. Legajo B. Ficha nº 15. Año 1956
El testimonio de Concepción Recio da buena muestra del área sobre el que se asentaron
los diferentes poblados que componían el polígono de Caño Roto. La vida de “La Conce”
permite adentrarse en un espacio urbano que, a diferencia de otras zonas de la capital, no
120 La reconstrucción de la historia de vida de Concepción Recio Pérez se ha realizado a partir de la
entrevista realizada por la Asociación de Vecinos de la Fraternidad en el año 2017. Se puede consultar en:
https://issuu.com/avvlafraternidad/docs/mujeres_singulares_2017. Las conversaciones con la hija menor
de Concepción Recio Pérez, Conchi, también han servido para ilustrar este testimonio. Por último, se ha
cruzado la información de la entrevista oral previamente citada con la ficha del censo de infravivienda en
la que aparece filiada su familia, y su marido, Miguel Francisco Ferreiro, como cabeza de familia. ARCM,
137067, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto. Legajo B. Ficha
nº 15. Año 1956. Del mismo modo, se ha empleado la ficha del hermano menor de Concepción, Victoriano
Recio Pérez, para completar este relato de vida. ARCM, 137067, COPLACO, Censos de Infraviviendas,
Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto. Legajo B. Ficha nº 13. Año 1956.
ILUSTRACIÓN 7. ANVERSO DEL CENSO DE INFRAVIVIENDAS DE LA FAMILIA DE CONCEPCIÓN
RECIO PÉREZ.
58
sólo ha perdido su huella material, sino que apenas ha dejado vestigios en las fuentes.
Mediante la reconstrucción de las vivencias de una de las personas que habitó este área
antes de la guerra, se ha pretendido situar al lector en la ocupación previa de una de las
zonas de infravivienda de Madrid, el polígono de Caño Roto, y mostrar cómo la política
oficial del régimen no sólo transformó la fisonomía de este espacio urbano, sino la
experiencia urbana de Concepción y otras tantas familias. Dicho con otras palabras, el
espacio construido aquí actúa como un elemento necesario para entender cómo se
modifica la conducta de los habitantes, el espacio material, su disposición y el uso que
sus ocupantes dan al mismo es una relación inseparable, el espacio es vivido y percibido.
Esto es similar a los planteamientos de Leif Jerram sobre la Alemania de Weimar: “I tried
to show that material space was a significant tool to enable the state to interact with its
citizens: to shape citizens’ behavior in a way that they could not avoid”.121 Las
proposiciones de Jerram se sirven en gran medida de algunas ideas de Henri Lefbvre sobre
cómo el espacio es producido por sus ocupantes, pero este a su vez coproduce la conducta
de los mismos.122
No parece casual que la zona donde se encontraba la finca en que creció Concepción, que
en la actualidad corresponde con la localización de la Parroquia de la Crucifixión del
Señor, estuviera situada en la calle Escalonilla. Precisamente es necesario recordar que
su familia procedía de un pequeño pueblo de Toledo con el mismo nombre, Paredes de
Escalonilla. Una hipótesis plausible es que este nombre fuera otorgado como
consecuencia de que varias familias se desplazasen desde Escalonilla a esta área,
denominando así a esta calle por la ocupación de personas de este pequeño pueblo
toledano. Quizá simplemente por encontrarse aquí la finca de la familia de Concepción.
Sí se ha observado en otras áreas como Vallecas que los topónimos vendrían dados por
las personas que habitaban estos espacios.123 En cualquier caso, a raíz de la información
disponible no se puede constatar si realmente el nombre de esta calle vino dado de esa
manera.
121 JERRAM, Leif, “Space: a useless category for historical analysys?”, History And Theory, nº 52, 2013,
p. 401. 122LEFEBVRE, Henri, “La producción del espacio”, Madrid, Capitan Swing, 2017 123 Para el caso del Pozo del Tío Raimundo, Miguel Siguán indicaba que: “cerca de la vía del tren, en el
Puente de Vallecas, existía antes de la guerra una caseta de peones camineros y junto a ella había un pozo.
Durante años estuvo habitada por un hombre llamado Raimundo que dio su nombre al lugar” SIGUÁN,
Miguel, “Del campo al suburbio. Un estudio sobre la inmigración interior en España”. Madrid, CSIC,
1959. Citado en BURBAÑO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid..,” Op. Cit. p.
102.
59
Hasta la década de los cincuenta, resulta bastante complicado reconstruir el espacio de
Caño Roto, puesto que el poblamiento era muy poco intenso, con pequeños poblados
dedicados a la agricultura.124 Colindando al norte con la zona de estudio, en la Huerta de
Castañeda a la que se llegaba a través del camino de la Laguna, el modelo de ocupación
de suelo fue bastante similar al descrito por Concepción. Luis Sánchez, que llegó a la
huerta en 1911, con apenas seis años de edad describe con exactitud cómo era este espacio
durante el primer tercio del siglo XX:
“Vine al barrio con mis padres en 1911 con seis años de edad. En el barrio no había nada, nada.
(…) Los dueños de la huerta eran las viejas, que tenían una nieta que se llamaba la señorita Lupe.
Tenían alquilada la huerta a los Castañedas; su señora se llamaba Pepa y su yerno Ángel Las tres
primeras casas del barrio, hablamos de 1911, eran la de Petra del Álamo, la del Sr. Perejil y la
de la Sra. Juana. No había nada más. Yo estaba con los hortelanos para hacer los recados. (…)
Luego vino un tal Dionisio, después un tal Roque.”125
124 ESTELLA IZQUIERDO, Elena, GARCÍA BALLESTEROS, Aurora, “Latina (Lucero, Cármenes,
Aluche)”, en DE TERÁN ÁLVAREZ, Manuel. (coord.), “Madrid II. De la Plaza de Oriente a
Carabanchel” Madrid, Espasa-Calpe, 1978-79. p. 322. 125 Entrevista oral realizada a Luis Sánchez en 1981 y recogida en TALLER DE HISTORIA ASOCIACIÓN
VECINAL LUCERO, “Aproximación a la historia del barrio Lucero”, Madrid, Editorial Pluma de Cristal,
2017. p. 22-23.
ILUSTRACIÓN 8. LOCALIZACIÓN DE LA HUERTA CASTAÑEDA Y LA ESTACIÓN DE FERROCARRIL
ENTRE 1916-1944
EL CUADRADO ROJO DELIMITA LA ESTACIÓN DE TREN GOYA-ALMOROX Y EL AZUL EL ÁREA DE
LA HUERTA CASTAÑEDA. FUENTE: “MAPAS TOPOGRÁFICOS HISTÓRICOS: 1916-1944. TOTAL
COMUNIDAD”
60
La conclusión que se puede extraer a raíz de los dos relatos presentados es que antes de
la guerra civil apenas había ocupación en estas zonas. En el caso de la Huerta Castañeda,
aquellos que vivieron en sus inmediaciones atestiguan que había como unas veinte
familias antes de la guerra civil.126 Las redes familiares hubieron de tener un papel
fundamental durante este período, con apoyo mutuo entre las diferentes personas que
residían en estos espacios periféricos. La forma en que se construyeron sus casas los
recién llegados se puede constatar para el caso de Lucero gracias al relato de Julián Frías:
“Llegábamos al barrio Lucero… Como mis tíos no tenían muchas veces trabajo… pues no tenían
dinero para hacerse su casa y entonces empezaron ellos mismos a fabricarse los ladrillos. Lo
mismo debía pasarles a los otros vecinos que había por allí en aquella especie de pueblo, pero un
pueblo con las casas muy separadas unas de otras donde cada uno compraba un trozo de terreno
para hacerse su casa y jardín. De este modo y poco a poco fueron construyendo penosamente, hoy
una, mañana otra, y aquel casi desierto campo en un principio se fue convirtiendo en una
Comunidad de Vecinos…”127
5.4 Las gentes del polígono de Caño Roto
Este testimonio sirve para ilustrar la forma en que muchos de los habitantes de estas áreas
ocuparon los aledaños de la ciudad. El proceso por el cual los vecinos edificaron sus
propias viviendas fue precedido por la compra de los terrenos, lo que rompe con la imagen
de descontrol y pretendida anarquía atribuida a la configuración del chabolismo y la
infravivienda. Para el caso concreto del polígono de Caño Roto, no se ha localizado
información que haga referencia a quién pertenecían estos terrenos, ni cómo eran
adquiridos. Pero en Vallecas sí se ha demostrado que la autoconstrucción fue precedida
de la parcelación y posterior venta de terrenos por parte de empresas como la Compañía
Madrileña de Urbanización, que a la altura de 1925 ponía en venta una serie de parcelas
en el futuro emplazamiento del Pozo del Tío Raimundo.128 Pese a que los
autoconstructores hubiesen comprado previamente el terreno sobre el que iban a edificar
su vivienda, en la mayor parte de las ocasiones se levantaban sobre zonas que no eran
126 Ibídem, p. 24. 127 Entrevista a Julián Frías, que nació en el barrio de Lucero en el año 1925. Revista GEFREMA, nº 19,
2011. La entrevista se encuentra reproducida en TALLER DE HISTORIA ASOCIACIÓN VECINAL
LUCERO, “Aproximación a la historia de…”, Op. Cit., p. 42-43. 128 Este modelo de urbanización marginal ha sido constatado por Andrés Burbano a través de la publicación
de la publicación Ciudad Lineal, vinculada a la Compañía Madrileña de Urbanización. Para nuestro caso
de estudio no se han localizado los agentes implicados en este proceso, pero se puede estimar que el proceso
hubo de ser similar. BURBANO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid..,” Op.
Cit. p. 102.
61
aptas para ser urbanizadas, ya fuera por localizarse en zona verde o rústica. 129 Este
fenómeno de parcelación y posterior venta de los terrenos no era algo exclusivo del
franquismo, sino que durante el primer tercio del siglo XX ya se observan estas dinámicas
en el extrarradio madrileño, al menos en el caso de Prosperidad.130 Retomando el caso del
Pozo del Tío Raimundo, se han localizado incluso algunos contratos de compraventa
firmados a nombre de los hermanos Santos Díez, lo que denotaba la existencia de un
negocio ilegal en torno al suelo con distintos agentes urbanos involucrados.131 Si algo se
pone de manifiesto con todo este proceso de urbanización marginal en algunos núcleos
de infravivienda y chabolismo, es la inhibición por parte de las diferentes instituciones
encargadas de la urbanización de la capital frente a estas prácticas, ya sea por la
incapacidad de controlarlas o simplemente por su permisividad. Este periodo es calificado
por algunos autores como de “política de tolerancia”, en donde los agentes responsables
del planteamiento de la ciudad son conscientes del tipo de crecimiento que se estaba
desarrollando en el extrarradio madrileño, pero aun así lo permiten.132
Cabe insistir en que este proceso no fue algo exclusivo del espacio urbano madrileño, ni
si quiera de España, sino que se pueden rastrear realidades similares más allá de las
fronteras nacionales. La misma permisividad o “política de tolerancia” se produjo en el
caso de Roma tras la Segunda Guerra Mundial, una realidad que para el caso italiano
queda reflejada bajo el concepto de abusivismo.133 Bajo este término se encuentran dos
elementos o fases diferenciadas. En primer término, la ocupación ilegal de determinadas
áreas de la ciudad para su posterior construcción al margen de las autoridades municipales
y estatales. La población que recurría a estas fórmulas en la mayoría de los casos procedía
de la migración. Un segundo elemento haría alusión a la especulación inmobiliaria por
parte de pequeños y grandes promotores, con cierta permisividad por parte de los gestores
129 En la tesis doctoral de Mercedes Arranz se afirma que el suelo sobre el que se levantaron las zonas de
infraviviendas de Los Cármenes era de tipo rústico, y por tanto no apto para la urbanización. ARRANZ
LOZANO, Mercedes, “El papel de la propiedad en el desarrollo espacial de Madrid: Sector SW”, Tesis
Doctoral, Universidad Complutense de Madrid, 1989. p. 176. 130 Vorms emplea los expedientes de venta de parcelas y licencias de obras para explicar los diferentes
agentes urbanos que participaron en el proceso de producción del espacio social en el distrito de Prosperidad
entre 1860 y 1936. La autora constata la existencia de una serie de redes y promotores en torno a la vivienda
que impiden circunscribir la urbanización de esta área en una lógica arriba-abajo. VORMS, Charlotte,
“Bâttiseurs de banlieue à Madrid. Le quartier de la Prosperidad (1860-1936) ” Paris, Créaphis Èditions,
2012. 131 BURBANO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid..,” Op. Cit. p. 110-114. 132 MONTES MIEZA, Juan; PAREDES GROSSO, Manuel y VILLANUEVA PAREDES, Alfredo, “Los
asentamientos chabolistas en Madrid”, Ciudad y Territorio, nº 2-3, 1976, pp. 159-172 133 D’ ERAMO, Marco, “La ciudad no tan eterna”, New Left Review, Septiembre-Octubre 2017, pp. 87-
88.
62
de la ciudad, cuando no con su beneplácito. Esta referencia no tiene otro objetivo que
ilustrar que el marco de estas transformaciones urbanas respondió al modelo del
capitalismo internacional. Por esa razón, las explicaciones que no tengan en
consideración esta dimensión, y exclusivamente atiendan a un pretendido carácter del
urbanismo español como de “anomalía”, se mostraran insuficientes para reconstruir la
ocupación de estas áreas urbanas y su posterior desarrollo.
Al mismo tiempo, la existencia de este tipo de redes informales y de particulares y
empresas haciendo negocio en torno a la vivienda invita a ser cauteloso a la hora de
realizar una reconstrucción de cómo se ocupó estos espacios exclusivamente en base a las
fuentes orales. Los relatos como el de Julián Frías, reproducido anteriormente, pueden
incitar a pensar exclusivamente en una vida participativa donde los ocupantes de estas
áreas se prestaban ayuda mutua para construir sus viviendas, prácticamente como un
germen de un asociacionismo vecinal. Esta es una de las problemáticas que presentan los
relatos construidos a posteri a través de la memoria, que en el caso de Julián se manifiesta
en la evocación de una realidad pasada reforzando los elementos que, desde su propia
subjetividad, considera más positivos sobre sus vivencias en el barrio de Lucero.134 Por
supuesto no se pretende negar que esta realidad existiese, los lazos familiares y las redes
de solidaridad mutua dan buena cuenta de ello, apuntando a una cierta autoregulación y
autogestión en la forma de vida en estas zonas. Pero también es necesario tener en
consideración a aquellos habitantes e intermediarios que hacían negocio con la vivienda,
así como las disputas y rencillas personales de sus ocupantes. Estas son cuestiones
difíciles de delimitar exclusivamente mediante el repertorio de fuentes disponible, pero
aun así se espera esbozar algunas características que permitan arrojar luz sobre el
funcionamiento de estos mercados informales en el polígono de Caño Roto, y las
relaciones de solidaridad y/o conflictividad entre sus habitantes.
134 La compleja relación entre historia, memoria y olvido es excepcionalmente abordada por el filósofo
francés Paul Ricoeur. RICOEUR, Paul, “La memoria, la historia, el olvido”, Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 2008.
63
Tabla 2. Provincias de origen de la población del Polígono de Caño Roto
Fuente: Elaboración propia a partir de ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector:
Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Ya se ha informado sobre el peso que tuvieron los desplazamientos internos de población
en la configuración del extrarradio madrileño. Las áreas como el polígono de Caño Roto
ofrecían a los inmigrantes la posibilidad de edificar sus propias viviendas ya fuera tras
haber adquirido la propiedad de los terrenos, o por la simple ocupación ilegal, y acceder
a aquellas ofertadas por el mercado informal. Para muchas de las personas que procedían
de pequeños pueblos de la geografía española, estas zonas emulaban un cierto ambiente
de comunidad rural, alejadas de la constante vigilancia por parte de las autoridades.
El empleo de la información aportada por los censos permite conocer la procedencia de
quiénes habitaron esta zona de la periferia madrileña. Como se observa en la gráfica, a
partir de la muestra seleccionada se constata la heterogeneidad de la población que
configuraba este espacio, con hasta 30 provincias españolas representadas, además de dos
familias procedentes de Lisboa. Pero dentro de esta aparente diversidad tres localidades
sobresalen sobre el resto: Madrid (39,14%), Toledo (13,43%) y Ávila (9,14%). Por
desgracia, que en gran parte de los censos dedicados al sector de Caño Roto no
apareciesen reflejados los pueblos de los que procedía la población inmigrante dificulta
la reconstrucción de las redes familiares y de paisanaje. Pese a ello, que prácticamente el
40% de las personas que habitaban estas zonas ya estuviesen afincadas en Madrid plasma
Procedencia Número Porcentaje
Madrid 137 39,14% Santander 3 0,86%
Toledo 47 13,43% Sevilla 3 0,86%
Ávila 32 9,14% Palencia 3 0,86%
Guadalajara 18 5,14% Soria 2 0,57%
Jaén 13 3,71% Cádiz 2 0,57%
Segovia 12 3,43% León 2 0,57%
Cáceres 9 2,57% Lisboa 2 0,57%
Badajoz 8 2,29% Ciudad Real 2 0,57%
Córdoba 8 2,29% Albacete 1 0,29%
Cuenca 8 2,29% Alicante 1 0,29%
Valladolid 7 2,00% Asturias 1 0,29%
Granada 7 2,00% Barcelona 1 0,29%
Burgos 5 1,43% Valencia 1 0,29%
Almería 5 1,43% Zamora 1 0,29%
Lugo 4 1,14% Zaragoza 1 0,29%
Salamanca 4 1,14% Total 350 100,00%
64
la importancia de la periferia para frenar el desborde social que se produce en el interior
de la ciudad. Ante la imposibilidad de asentarse en otros espacios, muchas familias
decidieron trasladarse a las afueras, ya fuera en Vallecas, Villaverde o el propio polígono
de Caño Roto. Así se trazaba una frontera simbólica que actuaba como espacio de
distinción entre aquellos que podían costear un alquiler en el interior de la urbe y quiénes
no tenían más opción que situarse en los márgenes de la ciudad.135 Sin embargo, no todas
las personas que ocupaban estos espacios necesariamente se veían forzadas a ello, como
si fuese la última de sus opciones. Este análisis sería reduccionista en exceso, pues no
tiene en consideración la propia toma de decisiones de los individuos, que estarían
completamente determinados por sus propias condiciones socioeconómicas. Y aunque así
fuera en algunos casos, muchas familias consideraban una opción mejor asentarse en
áreas de infravivienda como Caño Roto, en lugar de tener que vivir hacinados en un piso
del interior de la ciudad. Esta decisión les permitía, entre otras cuestiones, tener que
dedicar menos cantidad de su salario al alquiler de la vivienda, ya que el precio del suelo
en estas áreas era más reducido que en el interior.
En cuanto al resto de procedencias, no produce sorpresa observar que las provincias
meseteñas son las más afectadas por la emigración, como ilustra el caso de Toledo
(13,43%), Ávila (9,14%), Guadalajara (5,14%) y Segovia (3,43%). Los estudios
coetáneos a estos flujos migratorios ya hacían referencia al influjo que ejercía Madrid
sobre las dos Castillas, ejerciendo como polo de atracción.136 Pese a que la distancia
respecto al destino sea una cuestión de indudable importancia, no es un elemento
completamente definitorio. Como apunta Horacio Capel, la influencia de estas redes
inmigratorias llega más allá de las zonas circundantes, como en el caso de Extremadura
y Andalucía que durante la década de los sesenta enviaban más migrantes a Madrid que
algunas provincias colindantes.137 Para el polígono de Caño Roto esto se manifiesta en
Jaén (3,71%), por delante de otras provincias más cercanas como Segovia (3,43%). Esta
135 Tomo el concepto de espacios de distinción de la interpretación que realiza David Harvey de Pierre
Bourdieu y su aplicación al análisis urbano. HARVEY, David, “Ciudades rebeldes: Del derecho de la
ciudad a la revolución urbana.”, Madrid. Akal, 2012. p. 155. 136 El estudio más completo posiblemente sea el de Ángel Cabo Alonso, publicado en 1961, en el que
distribuye espacialmente la inmigración de la ciudad. CABO ALONSO, Ángel, “Valor de la inmigración
madrileña”, Estudios Geográficos, Madrid, 1961, pp. 353-374. 137 CAPEL SÁEZ, Horacio, “Los estudios acerca de las migraciones interiores en España”, Revista de
Geografía, nº 1, 1967, p. 77-101.
65
cuestión se ve mejor reflejada en el Pozo del Tío Raimundo, de cuya población de origen
un 32,41% procedía de Jaén, y un 10,47% de Córdoba.138
En cualquier caso, no se pretende en este apartado dilucidar las razones presentes tras
estos flujos migratorios, cuyo tratamiento requiere un espacio del que no se dispone.
Únicamente se ha pretendido esbozar la procedencia de los habitantes de un espacio
urbano del que apenas quedan rastros. Sería necesario en un futuro rastrear si los
contingentes de migrantes procedían en algunos casos de una misma comunidad. Este
ejercicio permitiría conocer no sólo las provincias de origen, sino también los pueblos de
los que procedían, con el objetivo de señalar si se dieron migraciones en cadena en las
que operaron redes familiares y un cierto tejido de solidaridad y convivencia vecinal.139
Estas cuestiones pueden aparecer reflejadas en el sincretismo presente entre las formas
de vivir en el campo adaptadas a un nuevo espacio urbano, con la celebración de
determinadas fiestas locales o el mismo hecho de otorgar el nombre de sus pueblos a las
calles que habitaron. Esta línea de investigación puede otorgar fructíferos resultados en
aras de comprender cómo se configuró una identidad de barrio en estas áreas, y se
pretende expandir en una investigación de mayor envergadura.
¿Dónde se encontraban localizadas las infraviviendas del polígono de Caño Roto?
Desgraciadamente, en muchos de los censos no aparece cumplimentada la casilla
correspondiente a la calle en la que se encontraban las viviendas. Como se apuntó en la
valoración crítica realizada sobre los censos de infraviviendas en el apartado de fuentes,
dependiendo del año en que se realizasen aportan más o menos información. Por ejemplo,
no se ha encontrado ninguna ficha del año 1956 en la que esté contemplada la calle en la
que residía la familia a la que hacen mención. Se desconoce si esto se debe a la mala
praxis del agente de campo que realizó los censos de este año, o simplemente que la
Comisaría de Urbanismo no priorizaba conocer las calles en las que se levantaban las
casitas bajas y las chabolas. Las fichas del 1957 sí contemplan de forma sistemática las
calles del sector referenciado, lo que permite realizar una cartografía que sitúe este núcleo
de infraviviendas. La proximidad de las calles General Gómez Ulla, Picaza y General
Martínez Anido al Hospital Militar Gómez Ulla, implicó filiar a las personas afincadas
en esta área para realizar cuanto antes la expropiación y posterior derribo de estas
138 BURBANO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid..,” Op. Cit. p. 106. 139 Esta relación ha sido abordada por Xavier Doménech, que arroja algunas claves para comprender este
fenómeno. DOMÉNECH SAMPERE, Xavier, “En la protohistoria del movimiento vecinal bajo el
franquismo”, Historia del presente, nº 16, 2011, pp. 27-42.
66
viviendas. Una de las razones que se puede argüir es la necesidad de limpiar estas zonas
por ser económicamente más rentables debido a su proximidad al hospital, ya fuese por
una posible ampliación sanitaria o para que interviniese la iniciativa privada.
La zona que comprendía el espacio entre los Poblados Dirigido y de Absorción, y el
Hospital Militar Gómez Ulla, donde se encontraba el núcleo de infraviviendas que
aparece reflejado en el mapa, concentraba los usos comerciales del polígono, y
posteriormente de los Poblados.140 Aún con la expropiación y derribo de muchas de las
viviendas, este área era la más consolidada del entorno del polígono previamente al
proyecto de construcción de los diferentes poblados que comprenden Caño Roto.
La iniciativa oficial había construido viviendas de tipo social para los vecinos del entorno,
pero la falta de dotaciones comerciales en el sector implicó que siguieran acudiendo a las
redes comerciales informales para buscar alojamiento. Hay que subrayar este fenómeno
para romper con la idea de vida urbana presente en ciertos trabajos realizados desde la
ciencia del urbanismo y la arquitectura, que únicamente la concibe en unas condiciones
140 DÍEZ DE PABLO, Ainhoa, “La vivienda social como patrimonio…”, Op. Cit., p. 121.
ILUSTRACIÓN 9. LOCALIZACIÓN DE LAS ZONAS DE INFRAVIVIENDA EN EL POLÍGONO DE CAÑO
ROTO SEGÚN LOS CENSOS DE 1957
Fuente: Elaboración propia a partir de Fotografía áerea 1961-1967. ARCM, COPLACO,
Censos de Infraviviendas 1957, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
67
muy determinadas.141 Siguiendo la estela del sociólogo francés Henri Lefebvre, en esta
investigación se parte de la premisa de que no existe un tipo ideal de vida urbana, sino
que los habitantes autorregulan y autogestionan sus formas de vida a través de su propia
experiencia urbana. En este caso concreto, ante la falta de equipamiento comercial, los
vecinos se sirven de los mercadillos populares y la venta ambulante para cubrir esas
carencias, sin tener que esperar a que las instituciones satisfagan sus demandas.
Los censos permiten ir más allá de reconstruir un espacio material del que no quedan
restos, que ha quedado oculto como consecuencia de un irrefrenable proceso urbanizador.
El uso de la información que contienen puede ser empleado para reconstruir el paisaje
social del polígono de Caño Roto, teniendo en consideración no sólo el espacio que
comprendía este área de la ciudad, sino también algunos rasgos de la población que la
habitaba. En primer lugar, se observa que los cabezas de familia referidos en las fichas
eran en su mayoría varones, con apenas un 10,74% de los casos en que la titularidad del
censo recaía en una mujer. El escaso porcentaje de mujeres representadas en las fichas es
una primera carencia a tener en consideración, puesto que dificulta reconstruir
determinadas cuestiones como el trabajo femenino. En buena parte de los casos
localizados, esto era debido a que su marido había fallecido, quedándose viudas. Además,
de las 39 mujeres que en las fichas aparecen como cabeza de familia, la profesión de 30
de ellas queda registrada como “sus labores”, lo que entorpece aún más el análisis del
universo laboral femenino. Esta ocultación estaba vinculada a los distintos roles de género
impuestos a hombres y mujeres por el discurso hegemónico: los hombres asociados a la
esfera productiva, y las mujeres al trabajo en el hogar, el espacio doméstico, aunque se
sabe desde hace tiempo que esto en realidad escondía muchas veces una participación
real y efectiva de las mujeres en el mercado de trabajo.142
141 Esta cuestión queda reflejada en los diferentes trabajos sobre el urbanismo franquista. SAMBRICIO,
Carlos (coord.), “La vivienda en Madrid en la década de los 50. El Plan de Urgencia Social”, Electa,
Ayuntamiento de Madrid. Gerencia Municipal de Urbanismo, pp. 13-85; SAMBRICIO, Carlos, “Un siglo
de vivienda social (1903/2003)”, Tomos I y II, Editorial Nerea, 2003; POZO, José Manuel. (coord.), “Los
años 50: La arquitectura española y su compromiso con la historia”, Navarra, T6 editores, 2000.
142 BARRANQUERO TEXEIRA, Encarnación, “Retrocesos y modernización en el mundo del trabajo de
las mujeres en el primer Franquismo”, en ALBERTO GONZÁLEZ, Damián; HERAS ORTIZ, Manuel y
SINISIO PÉREZ, Juan (Eds.), XIII Congreso de la Asociación de Historia Contemporánea, Albacete, 2017.
Para las relaciones de género en Madrid durante el primer tercio del siglo XX DE PEDRO ÁLVAREZ,
Cristina, “Lolitas, amancebadas y busconas: relaciones de género en los barrios populares madrileños
(1900-1936)”, Trabajo de Fin de Máster, Universidad Complutense de Madrid, 2015.
68
Si algo destacaba de la población del polígono de Caño Roto era la juventud de sus
habitantes, caso similar a lo que ocurría en otras áreas de infravivienda y de chabolismo
de la capital.143 Se ha tomado como referencia la edad de los cabezas de familia que
aparecen en las fichas, pues que en gran parte de las fichas no aparece indicada la del
resto de personas que componían el núcleo familiar. Los datos recogidos manifiestan que
hasta un porcentaje del 56,66% de la población de esta área se encontraban en la franja
comprendida entre los 25 y los 39 años.
TABLA 3. EDAD DE LOS CABEZAS DE FAMILIA EN EL POLÍGONO DE CAÑO ROTO
Edad Número Porcentaje
19-24 6 1.67%
25-29 57 15.83%
30-34 90 25.00%
35-39 57 15.83%
40-44 35 9.72%
45-49 19 5.28%
50-54 29 8.06%
55-59 17 4.72%
60-64 23 6.39%
65-69 14 3.89%
70-74 8 2.22%
75 o más 5 1.39%
Total 360 100.00%
Fuente: ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
En la documentación consultada, se comprueban ejemplos de cómo a menudo existían
alquileres no autorizados en aquellas viviendas en las que residía más de una familia.
Precisamente, este tipo de prácticas se llevaban a cabo debido a que, si en un mismo hogar
vivían dos núcleos familiares distintos, la Comisaría de Urbanismo adjudicaba una
vivienda para cada una. Por tanto, los censos eran una manera de registrar a la población
para constatar cuántas familias habitaban en cada vivienda, y cuáles eran las necesidades
habitacionales en este sector de la periferia. Esto fomentaba todo tipo de prácticas por
parte de algunas personas que trataban de ser adjudicatarias de más de una vivienda,
mientras que la Comisaría abría expedientes ante cualquier caso que se manifestase
irregular. Un ejemplo se encuentra en la ficha 62 del censo de 1957, cuyo cabeza de
143 En el caso del Pozo del Tío Raimundo, un 27,5% de su población se situaba en la franja de edad entre
los 26 y los 30 años. BURBANO TRIMIÑO, Francisco Andrés, “La autoconstrucción de Madrid..,” Op.
Cit. p. 179.
69
familia era Antonio Poles González, un ebanista de 38 años que residía en el número 3
de la calle General Martínez Anido. En el interior de su vivienda residían siete personas
que pertenecían a núcleos familiares diferentes. Por una parte, la mujer y el hijo de
Antonio, y por otra, una mujer llamada Justa López Andrino junto a sus tres hijos. En
unas anotaciones adicionales de la ficha, el agente de campo que recogió los datos apuntó
que: “no está claro que aquí viva Justa López Andrino y sus hijos pero se les incluye en
otra ficha para adjudicación de vivienda nº 2744 del Poblado de Caño Roto”144 Vista la
situación, el técnico de la Comisaria decidió realizar otro censo a nombre de Justa López
Andrino, una mujer de 46 años que residía en la misma calle que Antonio Poles, General
Martínez Anido, y que no tenía contrato por ser hermana política del propietario145. En
esta ficha, aparece un documento adicional enviado al Arquitecto jefe de la Sección de
Viviendas el 3 de septiembre de 1957, poniendo en conocimiento a la Comisaría de la
situación. En este documento se informa que:
“ni aclara su permanencia de manera concreta ni exhibe justificante que así lo
acredite, pese a ello se le adjudica la vivienda. (…) se jacta públicamente de
haber conseguido su vivienda sorprendiendo la buena fe de los funcionarios de
esta Comisaría”146
El caso de Justa López Andrino pone de manifiesto que existía todo un repertorio de
prácticas mediante el que los vecinos intentaban ser adjudicatarios de más de una
vivienda, donde las relaciones interpersonales hubieron de tener un papel fundamental.
El hecho de que en la carta enviada por el agente de campo éste fuese consciente de que
Justa se jactaba públicamente de haber obtenido una vivienda por medios ilícitos,
posiblemente se debiese a algún tipo de denuncia oral expresada por alguno de sus
vecinos.
144 ARCM, 137179, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Legajo nº 93. Ficha nº 62. Año 1957 145 ARCM, 137179, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Legajo nº 93. Ficha nº 91. Año 1957 146 Ibídem,
70
ILUSTRACIÓN 10. FOTOGRAFÍAS DE LAS VIVIENDAS CENSADAS POR LA CGOUM. CAÑO
ROTO. ARCM
Sí se han localizado casos donde vivían varias familias en el mismo hogar y se les
adjudicó más de una vivienda, pero esto debía ser confirmado por un equipo de
inspección.147 Para prohibir la edificación de nuevas casas en las barriadas, o la ocupación
de las ya existentes por más de una familia, existía un Cuerpo de Vigilancia del
Extrarradio. El procedimiento consistía en emitir una orden de expulsión en un plazo de
ocho días, y amonestar con sanciones administrativas. Pero sí que hubo algunos casos en
los que los propietarios conseguían permisos temporales e incluso indefinidos en función
de su situación económica, y de si la Comisaría disponía en ese momento de suficiente
cupo de viviendas. Lo realmente importante para las autoridades no era tanto reprimir,
147 Este es el caso de Sofía Lara Moreno, una asistenta de 51 años que residía en una chabola junto a otras
8 personas. En las anotaciones de la ficha aparece recogido que “Información de inspección indica que
viven dos núcleos familiares distintos”. En la asignación de vivienda se puede comprobar cómo se les
adjudicó los pisos 282 y 276 del Poblado de Urgencia de Caño Roto. ARCM, 217649, COPLACO, Censos
de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto. Legajo nº 93. Ficha nº 48. Año 1957
71
sino controlar estos focos suburbiales para que no se extendiesen aún más los núcleos de
infraviviendas.148
TABLA 4. NÚMERO DE PERSONAS RESIDIENDO EN LA MISMA VIVIENDA EN EL POLÍGONO DE
CAÑO ROTO
Nº de personas Cantidad Porcentaje
1 6 1.66%
2 48 13.30%
3 72 19.94%
4 71 19.67%
5 65 18.01%
6 42 11.63%
7 27 7.48%
8 15 4.16%
9 9 2.49%
10 5 1.39%
11 1 0.28%
Total 361 100.00%
Fuente: ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Como se observa en la tabla, eran casos contados en los que había más de una familia
residiendo en la misma vivienda. La elevada cantidad de hogares habitados por dos
personas (13,30%) posiblemente se pueda vincular con la juventud de la población del
polígono, en buena parte de los casos parejas recién casadas que no tenían hijos. En la
mayor proporción de viviendas vivían tres, cuatro y cinco personas, suponiendo un 57%
del total. Las situaciones singulares de nueve o más personas compartiendo techo, se
pueden relacionar con los intentos de ciertas familias por ser adjudicatarias de más de una
vivienda, como el caso de Justa López Andrino anteriormente expuesto. Aun así, también
debió haber situaciones en las que, ante la falta de medios económicos, a algunas familias
extensas no les quedase más alternativa que convivir hacinados en una misma vivienda.
Al contrario de lo que se puede pensar a priori, el fenómeno del chabolismo y la
infravivienda no era algo espontáneo y desorganizado, sino que algunos de los individuos
que habitaban chabolas y casas bajas eran propietarios de muchas otras que alquilaban en
zonas colindantes. Por supuesto, esto no quiere decir que necesariamente tuvieran la
propiedad sobre el terreno en el que se levantaba la vivienda, puesto que pudo mediar un
proceso de ocupación ilegal. Tampoco podían realizar ningún tipo de obra adicional para
148 OVIEDO SILVA, Daniel, “La extinción de los focos irredimibles. Política de reconstrucción y control
en el extrarradio madrileño. El caso de la barriada del Tercio y el Terol” En Bellver Loizaga: Otras voces,
otros ámbitos. Los sujetos y su entorno. Nuevas perspectivas de la historia sociocultural. Universidad de
Valencia, 2015, pp. 101-120.
72
mejorar o ampliar la vivienda, teniendo que elevar una petición a la Comisaria de
Urbanismo, que dictaminaba si era necesaria o no esa reforma. En los censos de Caño
Roto no se han localizado casos de traspaso sobre los derechos de las infraviviendas entre
los vecinos del polígono. En el Pozo del Tío Raimundo, el padre Llanos se quejaba ante
Martos Lalanne, jefe de la Sección de viviendas, de las dificultades existentes para llevar
a cabo este tipo de operaciones. En su respuesta, Lalanne afirmaba que si el vendedor,
además de propietario sobre la construcción, lo era sobre los terrenos en que se levantaba,
la venta podía realizarse.149 Este es un universo muy complejo donde hubo multitud de
casos particulares, y era en la Sección de Viviendas de la CGOUM en quién residía la
decisión final. El ser propietario sobre los terrenos en los que se levantaban las
construcciones era un factor fundamental, pero al menos en Caño Roto se desconoce el
porcentaje de sus habitantes que lo eran más allá de la propiedad de la infravivienda.
TABLA 5. PROPIEDAD SOBRE LA VIVIENDA EN EL POLÍGONO DE CAÑO ROTO
Propiedad sobre la vivienda Número Porcentaje
Inquilinos 200 55.10%
Propietario 101 27.82%
Familiar del propietario 39 10.74%
No consta 23 6.34%
Total 363 100.00% Fuente: ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Los datos en el polígono de Caño Roto reflejan la predominancia del régimen en alquiler
frente al régimen en propiedad de las viviendas. Como se ha indicado anteriormente, en
este caso las cifras se refieren exclusivamente a si se tenía la propiedad sobre las
construcciones, pero si se desconoce cuántos eran los casos en que también se tenía sobre
los terrenos. Que en un 10,74% de los casos los habitantes de las viviendas fueran
familiares del propietario, pone de manifiesto la importancia de las redes familiares de
apoyo mutuo. En estos casos, se optaba por no cobrar ningún tipo de alquiler, o
simplemente una aportación simbólica que justificase la ocupación del familiar,
independientemente del lazo de parentesco que les uniese. Toda esta información permite
constatar la existencia de un mercado informal en torno a la vivienda en el polígono de
Caño Roto, pero se desconoce cuál era su funcionamiento exacto. Por citar un ejemplo,
Francisco Callejón Hernández, peón con un exiguo salario de 800 pesetas, tenía
149 ARCM, FC, CI, 137518/1. Citado en BURBANO TRIMIÑO, Francisco Andres, “La autoconstrucción
de Madrid..,” Op. Cit. p. 179.
73
alquiladas siete viviendas que le suponían un aporte mensual de 820 pesetas.150 Del
mismo modo, en este caso se desconoce si Francisco Callejón poseía la propiedad de los
terrenos en que se levantaban las casas que tenía alquiladas, o eran fruto de la
autoconstrucción tras una ocupación ilegal del suelo. Un ejercicio de reconstrucción más
minucioso podría aportar claves en torno a cómo se compraron muchos de estos terrenos
-situados en zona rústica, no apta para edificar-, y si hubo alguna empresa intermediaria
que se lucrase a través de su venta, como ha quedado constatado en el caso de Vallecas
con los Hermanos Santos.
150 ARCM, 137358, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Legajo nº 172. Ficha nº 122. Año 1958
TABLA 6. MERCADOS LABORALES EN CAÑO ROTO (SEGÚN CLASIFICACIÓN HISCO)
Hombres Mujeres Total
MAJOR GROUPS Nº % Nº % Nº %
0/1- Profesionales técnicos y trabajadores similares
17 5,28% 32 82,05% 49 13,50%
2- Trabajadores administrativos y de gestión
3 0,93% 0 0,00% 3 0,83%
3-Trabajadores de oficina, funcionarios y similares
10 3,11% 0 0,00% 10 2,76%
4-Trabajadores de ventas 17 5,28% 2 5,13% 19 5,26%
5- Trabajadores del servicio 28 8,70% 4 10,26% 32 8,87%
6-Trabajadores agropecuarios, forestales, cazadores y pescadores
2 0,62% 0 0,00% 2 0,55%
7/8/9- Trabajadores de la producción, operadores de equipos de transporte y
jornaleros 245 76,09% 1 2,56% 247 67,99%
TOTAL 322 100% 39 100% 363 100,00%
Fuente: Elaboración propia a partir de ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector:
Carabanchel. Polígono Caño Roto
74
El análisis del mercado laboral de Caño Roto mediante los censos de infraviviendas ilustra
que las principales ocupaciones profesionales en esta área de la periferia madrileña eran
las de las ramas 7/8/9, representando un 76,09% del total. Si un sector predomina es el de
la construcción, que se disparó notablemente como consecuencia de la expansión urbana
madrileña. Así, los migrantes que recién llegaban a las ciudades demandando empleo,
ocuparon los sectores que requerían una cualificación inferior, en muchos casos
jornaleros que apenas tenían experiencia en el trabajo industrial. La propia experiencia de
vida de los migrantes que llegaban a la ciudad, procedentes de comunidades rurales,
fomentó su organización para así plasmar sus reivindicaciones laborales.151
Fuente: Elaboración propia a partir de ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector:
Carabanchel. Polígono Caño Roto.
151 MOLINERO, Carme; YSÀS, Pere, “La anatomia del franquismo. De la supervivencia a la agonía,
1945-1977”, Madrid, Editorial Crítica, 2008. pp. 27-39.
TABLA 7. PRINCIPALES OCUPACIONES EN EL POLÍGONO DE CAÑO ROTO (SEGÚN
CLASIFICACIÓN HISCO)
75
Dentro de la pretendida homogeneidad que caracteriza las imágenes mentales proyectadas
sobre los espacios periféricos, las principales ocupaciones del sector apuntan a cierta
diversificación del mercado laboral. Sí es cierto que una buena parte de la población que
habitaba estas áreas se dedicaba a la construcción, hasta un 36,64% (código 95), y, en
general, a actividades manuales. Pero esto no excluye a que en estos espacios se apuntase
hacia un mercado diversificado, como destacan algunas profesiones como los agentes del
metro, con un 4,13% (código 39). La existencia de una estación de la E.M.T en una zona
próxima al barrio pudo funcionar a modo de polo de atracción para fomentar la
inmigración a esta área por parte de algunas familias. El mercado laboral de esta área da
cuenta de que, pese a que se apunta a un modelo de construcción que predominó en el
periodo 1960-1973 en la capital madrileña, hubo otro tipo de ocupaciones profesionales
más diversificadas.
5.5 El sistema de adjudicaciones
Los censos eran una manera de registrar a la población que residía en chabolas, casas
bajas y cuevas del extrarradio madrileño. Como ya se ha apuntado, el instrumento
principal de la Comisaría Urbana era la política de suelo, de forma que los terrenos en los
que se encontraban edificadas las casas a las que hace alusión las fichas, eran expropiados
para la construcción de vivienda de tipo social. Así se ratificaba la ocupación de las
infraviviendas por parte de las familias filiadas, asegurando que, pese a que sus hogares
iban a ser expropiados, les sería concedida una vivienda a un precio modesto, además de
la correspondiente indemnización. Estas asignaciones aparecen reflejadas en el anverso
de los censos, en una casilla denominada “Asignación correspondiente de Vivienda”, en
la que se determinaba a qué lugar iban a ser destinadas estas familias. La adjudicación se
realizaba en los poblados de vivienda construidos por iniciativa de las instituciones
públicas, y lo más común era que hubiese cierta continuidad en la ocupación. El
propietario de la vivienda expropiada indicaba sus preferencias y la CGOUM debía dar
el visto bueno. Los diferentes presupuestos para adjudicar una vivienda quedaban
contemplados en unas normas establecidas por la Comisaría, que oscilaban en función
del tipo de vivienda y familia expropiada.152
Se han localizado varios casos en los que el cabeza de familia muestra sus preferencias
por un poblado alejado del área donde había estado residiendo hasta ser expropiado. Este
152 ARCM, 252414/1. Normas Generales para la Adjudicación de viviendas. 1956
76
es el caso de Enrique Paricio Parra, un mecánico de 31 años que habitaba una choza en la
calle General Martínez Anido nº 19, muy próxima al Hospital Militar Gómez Ulla. Pese
a que se le había concedido el piso 331 del Poblado Mínimo o de Urgencia de Caño Roto,
en el interior de la ficha se encuentra una anotación en la que se indica que: “El Comisario
ordena se autorice un cambio a cualquier poblado que solicite excepto General
Ricardos”153 Esto pone de manifiesto que había cierta capacidad de elección sobre los
poblados en los que se pretendía ser adjudicatario de una vivienda, siempre que la
Comisaría tuviese pisos disponibles en esas zonas. Por otro lado, también nos obliga a
relativizar el arraigo que os realojados podían haber tenido con la zona en la que habían
habitado en infraviviendas. Algunos, como en este caso, preferían dejar atrás una periferia
y cambiarse a otra.
Fuente: ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño
Roto
En algunos casos, con el sistema de adjudicación de viviendas también se trató de
reorganizar la sociedad mediante criterios de ordenación espaciales. A Antonio Giménez
Pérez, trapero de profesión que residía en una vivienda habitada por otras siete personas,
se le adjudicó una vivienda en la barriada de General Ricardos, pero posteriormente le
fue denegada. La razón que aducía un técnico de la Comisaría era que no podía ser trapero
153 ARCM, 137179, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Legajo nº 93. Ficha nº 54. Año 1957
152
44
154 1 1 1 1
020406080
100120140160
Pobladode
Urgenciade Caño
Roto
Barriadade Caño
Roto
BarriadaVirgen de
losRemedios
BarriadaGeneralRicardos
PobladoAgrícola
deOrcasitas
Fuencarral"A"
BarriadaSan
Fermín
Barriadade
Vallecas
Asignación de viviendas en el polígono Caño Roto
TABLA 8. ASIGNACIÓN DE VIVIENDAS SEGÚN LOS CENSOS DEL POLÍGONO DE CAÑO ROTO.
77
en esta área, que para eso debía ir al Poblado Agrícola de Orcasitas, separado del otro
núcleo familiar que vivía en esta vivienda.154 En última instancia, lo importante no era la
profesión desarrollada por Antonio, pues también había otras personas en el polígono de
Caño Roto que se dedicaban a mercadear con objetos usados. Lo que realmente
importunaba a la Comisaría era que pretendiese ser trapero en General Ricardos, defiendo
en cierta manera qué era legítimo y qué no lo era en según qué espacios.
Fuente: Elaboración propia a partir de ARCM, COPLACO, Censos de Infraviviendas,
Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto
En el caso concreto de Caño Roto se manifiesta que hubo una continuidad en la
ocupación, siendo las mismas familias que habitaron los núcleos de infravivienda las que
posteriormente se afincaron en los Poblados Mínimo y de Absorción. En ninguna de las
fichas consultadas se reflejan adjudicaciones en el Poblado Dirigido de Caño Roto,
debido a que estas viviendas estaban reservadas para la población migrante, realizadas
bajo la fórmula de la prestación personal que consistía en el trabajo del futuro propietario
para cubrir un 20% del coste total de ejecución. En cualquier caso, es necesario resaltar
154 ARCM, 137179, COPLACO, Censos de Infraviviendas, Sector: Carabanchel. Polígono Caño Roto.
Legajo nº 93. Ficha nº 83. Año 1957
ILUSTRACIÓN 11. ADJUDICACIONES REALIZADAS POR LA COMISARÍA EN CAÑO ROTO Y SUS
INMEDIACIONES
78
que, de las 363 fichas analizadas, únicamente en 222 aparece cumplimentada la casilla de
asignación de vivienda, por lo que se desconoce el destino de las familias inscritas en las
141 fichas restantes. De entre la escasa población que fue adjudicataria de una vivienda
en otro poblado, destacan aquellos desplazados a la barriada Virgen de los Remedios,
colindando al sur con el polígono de Caño Roto.155
El proceso de adjudicación en el Poblado Dirigido de Caño Roto estuvo dirigido por la
Sección Femenina de Falange, por lo que sería necesario consultar la documentación
existente para constatar cómo se desarrolló este proceso.156 Íñiguez de Onzoño, uno de
los arquitectos encargados del proyecto, lo ilustra de la siguiente forma:
“Para adjudicar las viviendas se hizo una selección de beneficiarios,
estableciendo una preferencia para aquellos que tenían ingresos más bajos. Sobre
la marcha se decidió también ampliar al máximo posible el número de viviendas
destinadas a la autoconstrucción. (…) La prestación personal estaba dirigida a
la gente de menor nivel económico, los que estaban dispuestos a trabajar los
domingos a cambio de pagar menos por la casa; pero fueron tantas las solicitudes
que hubo que extenderla a todas las unificamiliares”157
A partir del relato de Íñiguez de Onzoño se extrae que el proceso de adjudicación de
viviendas en Caño Roto no hubo ninguna irregularidad. Esta versión difiere de la
presentada en Retrato de chabolista con piso, un análisis sobre el chabolismo y la
infravivienda publicado en 1989, donde se afirma que los poblados dirigidos “forman
parte de una operación de realojo colectivo para usuarios de escasa solvencia que tenían
alguna relación con las distintas administraciones, los sindicatos verticales, la policía,
etc.” y que además producen “una cierta marca de clase en términos relativos”158 Se
desconoce si esta lógica operó en el caso de Caño Roto, que es negada tanto por los
autores del proyecto, como por los vecinos que en la actualidad habitan en el entorno del
155 Estas adjudicaciones se pueden consultar en ARCM, 219597, COUMA, Relación de viviendas
adjudicadas por la Comisaría de Urbanismo en su labor de represión del chabolismo entre 1949 y 1962. 156 CALVO DEL OLMO, José Manuel, “El Poblado Dirigido de Caño Roto. Dialéctica entre morfología
urbana y tipología edificatoria”. Tesis Doctoral, Escuela Técnica Superior de Arquitectura. Universidad
Politécnica de Madrid, 2014. p. 170 157 Ibídem, Anexos Documentales, IV, Entrevistas a los protagonistas, p. 96. 158 VV.AA. ,“Retrato de chabolista con piso (Análisis de redes sociales en la remodelación de barrios de
Madrid)”. Madrid, Alfoz-CIDUR, 1989. p.34.
79
Poblado Dirigido.159 En un proyecto más ambicioso se podría contrastar si estas
adjudicaciones fueron transparentes, o si por el contrario hubo preferencias en función de
la vinculación con el régimen, para lo que se puede realizar un análisis intensivo de la
documentación producida por los diferentes organismos en materia de urbanismo. La
información disponible indica que, al menos en el caso de Caño Roto, no hubo ningún
tipo de irregularidad a la hora de adjudicar las viviendas.
5.6 Notas finales: la evolución de los poblados
Durante la década de los 60, ya se habían eliminado los focos de infravivienda en el
polígono de Caño Roto, pero los problemas no habían desaparecido. En una noticia
recogida en el diario ABC titulada “En Caño Roto falta iglesia y abunda el barro” pone
de manifiesto cuál fue la evolución posterior en los poblados. 160 Con un subtítulo muy
acertado, “nuevas barriadas viejos problemas”, se realiza hincapié en las carencias que
presentaba el barrio a mediados de la década de 1960: iglesias, escuelas, otro mercado,
comisaría, urbanización, transportes, agua en el poblado mínimo y un campo
polideportivo. La definición que realiza el autor del artículo sobre las diferencias
presentes en los poblados es bastante ilustrativa:
“El poblado dirigido, edificado en parte con la aportación personal de los propios
beneficiarios, es el mejor. La Colonia es una edificación de un poco más categoría, para
cuya adquisición tuvieron que anticipar cuarenta mil pesetas cada inquilino. El Poblado
Mínimo es una franca desgracia, tanto por su deficiente edificación como por la falta de
agua y otras deficiencias. Fue hecho con materiales de derribo, para instalar, con
máxima urgencia, familias a las que se les hundía el techo o eran expulsadas de sus
viviendas por necesidades de expropiación municipal”161
Esta descripción pone de manifiesto las diferentes realidades presentes en las tres
barriadas que comprenden el sector de Caño Roto. A la hora de analizar este espacio
histórico de Madrid hay que tener en consideración su heterogeneidad, ya que muchas
diferencias quedan ensombrecidas como consecuencia de una segregación con respecto
al resto de la urbe. Al mismo tiempo hay que romper con el relato de una pretendida
159 En el encuentro mantenido con varias vecinas del barrio, se indicó que no hubo ningún tipo de
preferencia en el proceso de adjudicación. Entrevista realizada al grupo de mayores del Centro Social de
Gallur, formado por vecinas del barrio de Caño Roto. 24 de marzo de 2018. 160 ABC, 1,12, 1966 p. 69 161 Ibídem.
80
modernidad que se realiza a sí misma a través de la transformación del espacio urbano,
que en última instancia responde a un paradigma lineal de progreso y donde no opera el
conflicto como principal categoría desde el que construir nuestros análisis. Las
deficiencias constructivas, la falta de espacios de sociabilidad o de transportes puede
permitir aportar algunas claves en torno a cómo en apenas una década se consiguió
fraguar una identidad de barrio que cristalizó en las movilizaciones vecinales más
numerosas de toda Europa. Pero abordar esta cuestión excede los límites planteados en el
propio trabajo, por lo que se deberá dar cuenta en una investigación de mayor envergadura
en la que se ponga en relación el surgimiento de áreas urbanas como Caño Roto por
iniciativa oficial del régimen, y la acción colectiva que se desarrolló durante el
tardofranquismo y la transición.
81
6.- Conclusiones
Durante la década de 1950 surgieron nuevos espacios en la periferia madrileña, sobre los
restos de una ocupación anterior, de una huella material y humana que parecía perdida.
Esta investigación ha pretendido indagar en esas pequeñas trazas que permiten reconstruir
una parte del espacio vivido por parte de la población madrileña. Los censos de
infraviviendas han servido como las pequeñas piezas de un puzzle mediante las que
acceder a la realidad de un núcleo de infravivienda y chabolismo de la capital que había
desaparecido. El caso concreto del polígono de Caño Roto ha permitido situar los
diferentes modelos de urbanización emprendidos por la dictadura franquista en el
extrarradio. El enfoque propuesto desde la microhistoria otorga fructíferos resultados,
pero debe ir acompañado del análisis comparativo con otros espacios urbanos para así
intentar superar los límites espaciales del sector analizado.
¿Cómo eran estos espacios? ¿Quiénes los habitaban? ¿qué relación tenían con respecto a
las instituciones? Estos son solo algunos de los interrogantes que se han planteado en esta
investigación y a los que se ha pretendido responder a través del repertorio documental
disponible. Con más incertidumbres que certezas, esta primera aproximación a uno de los
espacios periféricos de la capital, el polígono de Caño Roto, ha permitido apuntalar una
serie de cuestiones que se espera desarrollar más profusamente en un futuro próximo.
La primera de ellas es la importancia de los flujos migratorios en la configuración y
extensión de las zonas suburbiales, no como elemento determinante pero sí
condicionante. Los datos obtenidos permiten romper con cualquier tipo de explicación
monocausal que pretenda limitar la extensión de la infravivienda y el chabolismo como
consecuencia de las migraciones. Como se ha pretendido señalar a lo largo de la
investigación, la extensión de estas áreas no fue ninguna novedad para la capital. Este
proceso, el de la extensión de las barriadas de construcción informal, es un continuum en
la historia de Madrid, e incluso en las grandes ciudades europeas, y está estrechamente
relacionado con el proceso urbanizador experimentado desde mediados del siglo XIX. En
conclusión, sin negar su importancia, las migraciones funcionaron como un altavoz que
hacía más perceptibles las problemáticas presentes en el extrarradio madrileño.
Por otra parte, el análisis de los censos permite romper con ciertas ideas preconcebidas e
imágenes mentales sobre la infravivienda y el chabolismo, en muchos casos transmitidas
por medio del cine o las novelas. Tiempo de Silencio o La Piqueta apuntan a una cierta
82
erotización de estas áreas, situando a los individuos que habitaban estos espacios como
meros sujetos pasivos sin capacidad decisoria, que quedarían relegados a estas áreas por
su escasa solvencia económica. Y no necesariamente hubo de ser así. En algunos casos,
acudir a estos espacios de la periferia madrileña no era la última de sus opciones, sino que
correspondía a una decisión previamente calculada.
Esta investigación partía de la necesidad por recuperar el conocimiento histórico sobre
uno de los espacios sobre el que se articuló un tejido social sin el que se pueden entender
las movilizaciones del tardofranquismo y la transición. La relación entre las riadas de
migrantes que llegaron a la capital, la extensión de los suburbios con el consecuente
surgimiento de nuevas áreas urbanas durante el franquismo, y la movilización que se
produjo en estas zonas de la ciudad durante los últimos años de la dictadura, es un campo
fértil a desarrollar en los próximos años. El conocimiento sobre estos espacios puede
arrojar algunas claves para entender cómo, en apenas una década, se fraguó una identidad
de barrio que coadyuvó a la movilización urbana. En una investigación más amplia se
podría rastrear cómo se crearon esos lazos de solidaridad primarios, cuáles fueron las
principales reivindicaciones de las asociaciones de vecinos de Caño Roto y qué conflictos
se dieron en su interior. Estas líneas esperan ser desarrolladas, si las condiciones lo
permiten, en un futuro proyecto de Tesis Doctoral.
83
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nuevas viviendas de San Fermín”, en Informaciones, 19 de Agosto, 1957, p. 1.
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“No queremos una España de proletarios, sino de propietarios”, en ABC, 2 de Mayo 1959, pp. 41-
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“Normas para evitar los asentamientos clandestinos: desaparición de las cuevas, chozas y barracas
existentes en Madrid”, en Siete Fechas, nº 417, 24 septiembre 1957.
“Nuevas barriadas, viejos problemas”, en ABC, 1 Diciembre, 1966 p. 69
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90
“V Asamblea Nacional de Arquitectos”, en Gran Madrid, nº 6, 1949
Licencias de construcción concedidas entre 1940 y 1944, en Gran Madrid, nº 19, 1952
91
Índice de tablas e ilustraciones
Tabla 1. Relación de personal de todas clases en CGOUM entre los años 1947 y
1962
51
Tabla 2. Provincias de origen de la población del polígono de Caño Roto 63
Tabla 3. Edad de los cabezas de familia en el polígono de Caño Roto 68
Tabla 4. Número de personas residiendo en la misma vivienda en el polígono de Caño
Roto
71
Tabla 5. Propiedad sobre la vivienda en el polígono de Caño Roto
Tabla 6. Mercados laborales en el polígono de Caño Roto (según clasificación HISCO)
72
73
Tabla 7. Principales ocupaciones en el polígono de Caño Roto (según clasificación
HISCO)
74
Tabla 8. Asignación de viviendas según los censos del polígono de Caño Roto 76
Ilustración 1. Localización del espacio urbano de Caño Roto
4
Ilustración 2. Muestra de un censo de infraviviendas 25
Ilustración 3. Plano de situación de los ocho primeros poblados de absorción 38
Ilustración 4. Finalización de los Poblados de Caño Roto entre 1961-67 43
Ilustración 5. Perspectiva de Madrid desde Caño Roto en 1967. 49
Ilustración 6. Pequeña finca situada muy próxima a la de Concepción Recio Pérez 55
Ilustración 7. Anverso del censo de infraviviendas de la familia de Concepción Recio
Pérez
57
Ilustración 8. Localización de la Huerta Castañeda y la estación de ferrocarril entre
1916-1944
59
Ilustración 9. Localización de las zonas de infravivienda en el polígono de Caño Roto
según los censos de 1957
66
Ilustración 10. Fotografías de las viviendas censadas por la CGOUM. Caño Roto. 70
Ilustración 11. Adjudicaciones realizadas por la Comisaría en Caño Roto y sus
inmediaciones
77
92
Anexos
Anexo 1. Modelo de cuestionario empleado para entrevistar al grupo de mayores del
Centro Social de Gallur, formado por antiguas vecinas del barrio.
1. ¿Usted vive o vivió en Caño Roto?
2. ¿Dónde vivió cuando llegó al barrio? y ¿Dónde vive actualmente?
3. ¿Qué edad tenía cuando llegó?
4. ¿De dónde venía y por qué se trasladó aquí?
5. ¿Ha vuelto con frecuencia a su pueblo/ciudad de origen?
6. ¿Con quién llegó?
7. ¿Cómo era el barrio cuando llegó?
8. ¿Cómo era su casa?
9. ¿Cómo era la vida en el barrio?
10. ¿Y qué relación tenía con los vecinos? ¿dónde se reunían?
11. ¿A qué se dedicaba? ¿está casada? ¿y tiene hijos?
12. ¿Qué ha cambiado en el barrio desde que llegó?
13. Usted ha indicado que a Caño Roto le faltaban muchas cosas [Sólo si lo ha
mencionado previamente] ¿cómo se organizaron para mejorar la situación?
¿Crearon alguna asociación?
14. ¿Qué papel ha tenido la iglesia en el barrio?
15. ¿Se siente usted de Caño Roto?