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La desintegración familiar
La desintegración familiar en el Ecuador es muy preocupante, a alcanzado niveles de
alarma general; los niños/niñas y adolescentes se quedan sin el afecto de los padres por
múltiples circunstancias, ya sea por efectos migratorios así como abandono, muchos
matrimonios o parejas se separan así como nacen nuevas parejas; sin embargo, eso de
tener padrastro o madrastra, no es la mejor solución para la educación de los
adolescentes y niños/niñas; no obstante los familiares cercanos se encargan de aliviar
tanto dolor. Entonces, La familia es sin duda alguna la institución social más afectada
por el fenómeno de quienes se desintegran, se da el abandono de los hijos o esposa; los
niños son los que más sufren: se afectan sicológicamente y por ende su rendimiento
académico es bajo; les falta el cuidado y el cariño de sus padres; desaparece la
educación del hogar y la entrega de los valores fundamentales.
La familia es uno de los primeros y principales elementos formadores de valores de los
niños/niñas y adolescentes, para logren un equilibrio intelectual y emocional, la familia,
en especial los padres deben estar presentes como guías, ya que la familia constituye el
soporte psicológico y emocional de los hijos, son múltiples las estructuras familiares
que surgieron a partir de la migración de los ecuatorianos hacia el exterior.
Se habla del derecho de los niños, niñas y adolescentes a “tener una familia y disfrutar
de la convivencia familiar y comunitaria”. Se consideran los diversos tipos de familia,
más allá de la tradicionalmente conocida y conformada por padre, madre e hijos: madres
solteras con hijos, familias desintegradas, padre con hijos, abuelos con nietos, con hijos
adoptivos, uniones de hecho de parejas del mismo sexo, uniones de hecho de parejas
heterosexuales con hijos propios.
CONTENIDO
La desorganización familiar constituye una modalidad de desintegración, la cual es el
rompimiento de la unidad o la quiebra en los roles de sus integrantes, por su incapacidad
de desempeñarlos en forma consciente y obligatoria, la entendemos como la supresión
voluntaria o forzada de algún miembro de la familia de su entorno regular necesario
para que la célula social se reproduzca sana y equilibradamente y sea factor de
reproducción con esas características ya que en la familia se valora a las personas por su
propia dignidad, se establece el vínculo afectivo y se favorece el desarrollo y la
maduración personal de los hijos a través de la presencia y la influencia de los modelos
distintos y complementarios del padre y la madre. La intrincada relación entre los
factores determinantes de la problemática familiar primero y social después hace que su
área de influencia sea visualizada en distintos niveles: individual, grupo familiar, y
entorno social. (Salazar Santana, 2010, pág. 23)
Según (Martínez, 2007) al tratar sobre la Desintegración familiar argumenta que en si la
desintegración familiar es mucho más evidente por la salida de los varones de los
hogares hacia otros países; lo que ha ocasionado que en Cuenca se haga evidente la
ausencia de hombres, como lo sostiene “Y no precisamente porque la naturaleza haya
querido dotar a ese lugar del planeta con el nacimiento de más mujeres que hombres,
sino que las necesidades económicas y la premura por buscar mejores horizontes así lo
han querido.”
"El mío se fue a los Estados Unidos hace como seis años, después de la llegada de los
dólares y por la crisis", me explica Aguida, una mujer cuencana de unos 40 años,
refiriéndose a su esposo, quién emigró poco después de la dolarización de la economía
ecuatoriana en 2000 y del que ya no sabe sobre su destino.
Según Aguida, al comienzo, todo iba bien. "Llegó a los Estados Unidos en menos dos
meses. Ya sabe", me dice Aguida, "por lo que le pagamos al chulquero (prestamista) y
el coyote que lo pasó por Guatemala, luego México,
hasta que llegó. Nos envió dólares por un tiempo, como US$ 150 por mes, de lo que
ganaba de su trabajo en el campo, pero luego fue dejando y ahora ya no envía nada."
"Otra familia tendrá y se habrá olvidado de nosotros", me explica Aguida con una
mezcla de tristeza y enojo al mismo tiempo, mientras continúa vendiendo dulces y
confites tradicionales en la vía pública.
Como se puede apreciar de este comentario muy sentido la desintegración de la familia
ha dejado una huella imborrable de maltrato en la parte psicológica y emocional, más
aún cuando asume como posibilidad que su esposo haya conformado una nueva familia
y se haya olvidado de ella y sus hijos. Este tipo de historias abundan en Cuenca al igual
que otras ciudades del país, y como lo sostienen la articulista no es una realidad solo del
Ecuador, en esencia se ha convertido en un patrón propio del Caribe; de mujeres y
familias, mayormente de estratos sociales medios y bajos, que han quedado solas, ya sea
por un tiempo o para siempre, debido a que sus esposos, hermanos y parientes
masculinos han optado por emigrar en busca de mejores oportunidades.
Desde la perspectiva del Diario (El Mercurio, 2003), La desintegración familiar se
manifiesta en un creciente número de divorcios y de menores abandonados por sus
padres, el motor de la migración es la pobreza. Sin embargo, desde el punto de vista
sociológico, las personas salen del país también por un fenómeno que arrastra, que los
atrapan en sus redes los coyotes y usureros a los potenciales migrantes.
La familia constituye la célula fundamental de la sociedad. precisamente esta última la
que sufre las mayores secuelas de la desintegración familiar.
De acuerdo al Padre Fernando Vega, de la Pastoral Social del Azuay, "el sufrimiento
producido por la migración se produce por el abandono y la pérdida, los niños muchas
veces no entienden porque sus padres se han ido y empiezan a sentir odio hacia ellos. A
veces el dinero enviado por los padres logra sustituir un poco de amor, pero la mayoría
de esos chicos están en desamparo".
La mujer cuando se queda sola, debido a que su esposo la ha abandonado, suele estar
afectada por el acoso sexual, doble rol de jefa de hogar, baja autoestima, depresión,
abusos familiares por los recursos económicos, intervención familiar, estigmatización
social, pérdida de bienes, miedo al contagio del SIDA, deseo de migrar para recuperar al
esposo.
El varón que se queda sólo con los hijos porque su esposa lo ha dejado ya sea por
diversos motivos, también es afectado por: doble rol, tendencia al alcoholismo,
depresión, maltrato a niños/as y adolescentes, abandono a hijos/as, sentimiento de culpa,
se siente mantenido, baja autoestima, sufre estigmatización, busca compañía,
aprovechamiento de los recursos económicos, angustia, inseguridad.
Los niños, niñas y adolescentes se enfrentan al sentimiento de abandono, rebeldía,
depresión, agresividad, inseguridad, incertidumbre, apatía hacia la escuela, pocas
relaciones interpersonales, ausencia de valores, deserción escolar, bajo rendimiento
escolar, baja autoestima, pérdida de identidad, abuso sexual, estigmatización, no visión
de futuro, tendencias de suicidio, precocidad, trastornos en el aprendizaje, son
manipulados por sus padres, pérdida de valores culturales.
Como se puede ver, la situación de las familias que quedan en las comunidades de
origen es altamente preocupante y genera una desintegración familiar que no ha tenido
CONCLUSIONES
Las consecuencias principales de la desintegración familiar en el ámbito social son la
desestructuración y la disfunción familiar, alteraciones en el ciclo evolutivo natural de
las familias y, por sobre todo, modificaciones en el ámbito emocional y psíquico del
subsistema filial que tiene que lidiar no solamente con el “proceso de duelo” normal, si
se considera que ha perdido de manera temporal o definitiva a uno de sus progenitores
por el éxodo de, sino que además tiene en muchas ocasiones que pasar por un proceso
de adaptación complejo al verse obligado a integrarse a otro sistema familiar diferente
al que venia viviendo..