ACTIVIDAD 1.3Ensayo "El enfoque por competencias y su impacto en la educación".
Alumno:
Guluarte Ramírez Ernesto
Profesor:
Sara Vázquez Rodríguez
Fecha:
27/09/2015
Mexicali, Baja California. México
"El enfoque por competencias y su impacto en la
educación".
INTRODUCCIÓN
En México, por muchísimos años, el sistema educativo ha sido tradicionalista, en donde el
docente es el depositario del conocimiento y los alumnos son entes receptores pasivos,
cuando los estudiantes llegan a la universidad, generalmente desconfían del docente que les
impulsa a acercarse por sí mismos a las fuentes de información; que los “obliga” a leer y
los impulsa a investigar. Durante toda su vida en las aulas se les ha coartado la creatividad,
la iniciativa, la independencia; y además se les ha condicionado al premio y al castigo de
las calificaciones.
Ambos protagonistas del proceso educativo docente y estudiante, deben vivir un cambio de
mentalidad y de actitud.
El estudiante tradicional está acostumbrado a que el docente lleva el conocimiento al aula y
lo comparte con exposiciones a sus alumnos pasivos. En contraste, el estudiante hoy en día
debe tener la iniciativa de consultar revistas, libros, medios electrónicos y generarse un
habito de investigación.
El docente debe ser mediador, facilitando las experiencias de aprendizaje, motivando y
guiando a sus estudiantes a la investigación y al trabajo colaborativo.
La educación en competencias está basada en un cambio de actitud de alumnos y profesores
en un ambiente en el que las instituciones educativas propicien y faciliten el cambio.
EL ENFOQUE POR COMPETENCIAS Y SU IMPACTO
EN LA EDUCACIÓN
Con el surgimiento de la revolución industrial, la escuela fue concebida como la institución
que moldearía a los individuos para someterlos a las disciplinas de las fábricas. Algunos
sociólogos como Toffler (1970) señalan que la escuela se convirtió en una ingeniosa
máquina de la sociedad industrial para producir la clase de adultos que necesitaban las
fábricas.
Las crisis del modelo capitalista, los movimientos obreros, y el fortalecimiento de las
organizaciones políticas, llevan al Estado a intervenir en la economía, dando al capitalismo
un semblante más humano y más amable (PARDO, 2003) en lo que se ha denominado
Estado de Bienestar. En el que la clase obrera obtiene beneficios como el acceso más
equitativo a la educación.
La doctrina neoliberal por su parte, revierte esta tendencia, provocando el debilitamiento
del Estado y el desmantelamiento del Estado de Bienestar.
El neoliberalismo concibe a la educación como un poderoso mecanismo de control
ideológico y exige que la escuela produzca el tipo de personas que necesita el sistema.
El dinamismo de los cambios constantes que vive la sociedad, se viven también al interior
de las aulas; ambos, sociedad y escuela viven en una evolución constantes.
En la visión neoliberal, lo que cuenta es la productividad de los trabajadores que responda a
las necesidades del capital; la educación de los nuevos egresados debe estar estrechamente
vinculada a los cambios que demandan las nuevas tecnologías y los grandes capitales.
Manuel Fandos Garrido, señala que la práctica pedagógica debe adecuarse a las nuevas
necesidades de formación. Ofrecer un nuevo modo de enseñar y aprender. (Fandos, 2006)
Los paradigmas educativos que adoptan las instituciones oficiales, generalmente están
determinados por el sistema de producción y la ideología del Estado. Los egresados del
sistema educativo deben estar preparados para ocupar los puestos de trabajo que demanda
el sistema productivo.
“Los procesos productivos de punta requieren de una gran cantidad y diversidad de
conocimientos, muchos de los cuales provienen de los centros de investigación, de las
universidades y de los tecnológicos” (GUEVARA, 2013)
Los egresados del sistema educativo actual deben también ser capaces de tomar decisiones
y resolver problemas utilizando toda esa información.
“En el marco de la globalización económica y de la sociedad de la información y el
conocimiento, han venido a provocar una reconfiguración de enfoque en materia de las
características, habilidades, destrezas y nuevas disposiciones que ahora se solicitan, a
propósito de la formación de la fuerza laboral profesionalizada.” (MUÑOZ, (2012)
ahora la formación debe estar basada en el desarrollo de nuevas disposiciones cognitivas y
operacionales, que generen en las personas las habilidades y destrezas necesarias para que
puedan ser competitivas, innovadoras, flexibles, eficientes y eficaces. Estas son las nuevas
necesidades y demandas que establece el mercado de trabajo, en el contexto de la
globalización económica y de la sociedad de la información y el conocimiento a ella
asociada. MUÑOZ, (2012)
“La estructura universitaria actual y la metodología que desde allí se ofrece deben
renovarse, para hacer frente a la evolución y a los rápidos cambios que experimente nuestra
sociedad es indispensable mejorar la calidad y sobre todo la flexibilidad de nuestros
sistemas educativos y de formación, y ello a fin de dar a cada persona la posibilidad de
poner al día sus conocimientos a lo largo de la vida y de ser así capaz de afrontar los retos
de competitividad y de ocupación”. (Ferraté,1996)
El paradigma constructivista que ha derivado hacia la Educación basada en competencias,
pretende desarrollar individuos con las habilidades necesarias para enfrentar un mundo que
cambia vertiginosamente y el cual el acceso a la información elimina la necesidad de
acumular conocimiento; antes bien es ahora necesario que los individuos adquieran la
habilidad de seleccionar, valora, y utilizar la información a la que tienen alcance.
“La Formación Basada en Competencias es una opción educativa caracterizada por un
nuevo rol de la formación, en la cual este proceso se convierte en generador de capacidades
que permitan a los sujetos la adaptación al cambio, el desarrollo del raciocinio, la
comprensión y la solución de situaciones complejas, mediante la combinación de
conocimientos teóricos, prácticos, experiencias y conductas.” (RUIZ, 2008)
En el paradigma de la Educación basada en competencias, los estudiantes deben adquirir
conocimiento, sin embargo, es igual de importante que sepan que es lo que van a hacer con
ese conocimiento y sean capaces de desarrollarlo, pero también que desarrollen una serie de
actitudes sociales en la aplicación de ese conocimiento.
Es decir, que en el aprendizaje por competencias deben saber, saber hacer y saber ser.
Al respecto el autor Pedro Hernández (1998) alude tres dimensiones de las cuales deben
derivarse los procedimientos para la concreción de los objetivos socio-afectivos, a saber:
dimensión cognitiva, dimensión afectiva y dimensión conativa.
CONCLUSIONES
En la era industrial se necesitaban obreros disciplinados que no cuestionaran las órdenes y
que estuviesen acostumbrados a permanecer largas jornadas en posturas rígidas; el
paradigma conductista e inflexible de la escuela tradicional proporcionaba dicha mano de
obra a los grandes centros de producción.
Sin embargo, los nuevos modos de producción demandan egresados que puedan
seleccionar, valorar y discriminar las enormes cantidades de información que se produce
actualmente.
Esta situación, inédita, plantea nuevos retos para los sistemas escolares que deben
contribuir a la formación de individuos que comprendan y funcionen adecuadamente en un
mundo en donde se requiere dominar las tecnologías cambiantes y maniobrar las enormes
cantidades de información disponible.
Las instituciones educativas deben generar un ambiente propicio con mapas curriculares
idóneos, infraestructura tecnológica y materiales que permitan a docentes y estudiantes
desarrollar este nuevo paradigma.
La Educación basada en Competencias, debe propiciar en el estudiante los conocimientos,
actitudes y actitudes necesarios para enfrenar el mundo cambiante que le ha tocado vivir.
FUENTESMUÑOZ Varela, Luis. (2012). Enfoque por competencias y mercado de trabajo, nuevas
tendencias para la educación universitaria. Costa Rica. INIE. Revista Actualidades
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