Universidad Inca Garcilaso De La Vega
Facultad de Tecnología Médica
Carrera de Terapia Física y Rehabilitación
ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER:
ENFOQUE EN TERAPIA FÍSICA
Trabajo de investigación
Trabajo de Suficiencia Profesional
Para optar por el Título Profesional
VALQUI AGUILAR, Joselyn Sadith
Asesor:
MG. ARAKAKI VILLAVICENCIO, José Miguel Akira
Lima – Perú
Enero - 2018
ENFERMEDAD DE OSGOOD SCHLATTER:
ENFOQUE EN TERAPIA FÍSICA
DEDICATORIA
Este trabajo está dedicado:
A Dios; porque me ha permitido alcanzar tan anhelada meta, por ser mi fuerza a cada instante de
mi vida y por nunca dejarme sola.
A mis padres; que a pesar de las adversidades nos han sacado adelante, por todo su cariño y
paciencia y apoyo en cada etapa de mi vida y por ser mi modelo a seguir.
A mi familia por su cariño y motivación para no rendirme y siempre apoyarme.
AGRADECIMIENTO
Agradezco a Dios; por ser mi fuerza en este largo camino.
A mis padres por haberme alentado durante esta importante etapa en mi vida y hacer de mí una
emprendedora.
Deseo agradecer a la Universidad Inca Garcilaso de la Vega, por haberme acogido durante esta
importante etapa de mi vida y hacer de mí una profesional.
Agradezco al Lic. Arakaki Villavicencio, José Miguel Akira por su paciencia y apoyo brindando
en todo momento para la realización del presente trabajo de investigación.
Agradezco a mi amiga Hernández Huamán, Leslie María por todo su apoyo brindado para la
realización del presente trabajo.
También agradezco a todos los que fueron mis compañeros de clase durante todos los niveles de
Universidad ya que gracias al compañerismo, amistad y apoyo moral han aportado en un alto
porcentaje a mis ganas de seguir adelante en mi carrera profesional.
RESUMEN
La enfermedad de Osgood-Schlatter o osteocondrosis de la espina tibial, se caracteriza por un
dolor en la parte anterior de la tibia, se produce por una tracción de la tuberosidad tibial causado
por un esfuerzo repetitivo del músculo cuádriceps. Se presenta con más frecuencia en adolescente
entre los 10 y 15 años de edad teniendo más incidencia en varones. Los pacientes con la
enfermedad de Osgood-Schlatter refieren dolor al subir y bajar escaleras, pueden presentar una
tumefacción en la parte anterior de la tibia con dolor a la palpación. Para el diagnóstico de la
enfermedad el médico realiza diferentes exámenes de imágenes como rayos x, ecografía y
resonancia magnética. En el tratamiento médico se realiza una inmovilización, los pacientes
deben de retirarse de la actividad deportiva por un tiempo, se coloca un yeso con la rodilla en
extensión para reducir la presión a través del tendón rotuliano y permitir la cicatrización, esta
inmovilización se da por un período de 4 a 6 semanas, también se administra fármacos para
reducir la inflamación, otro tratamiento es el quirúrgico este tratamiento se da si los síntomas del
pacientes persisten, los doctores perforan orificios a través del tubérculo formado, para formar
canales a través de los cuales pueda ocurrir una revascularización rápida, la intervención
quirúrgica en la enfermedad de Osgood-Schlatter son muy raras casi nunca son indicadas,
también se da el tratamiento fisioterapéutico donde el fisioterapeuta realiza movilizaciones,
valora la fuerza muscular, si el paciente presenta dolor después del tratamiento conservador se
utilizarán agentes físicos, si el paciente no presenta dolor se realizarán ejercicios de estiramiento
para el músculo cuádriceps y mejorar el rango articular, también se realizaran ejercicios
isotónicos, isométricos y propioceptivos para fortalecer la musculatura y aumentar el rango
articular y se realizará un entrenamiento de fuerza y resistencia de la musculatura.
Palabras claves: Cuádríceps, Osgood-Schlatter, Tracción, Tratamiento, Tuberosidad Tibial.
ABSTRACT
Osgood-Schlatter disease or osteocondrosis of the tibial spine, it is characterized by a pain in the
previous part of the tibia, takes place for a traction of the tibial tuberosity caused by a repetitive
effort of the muscle quadriceps. He appears with more frequency in teenager between 10 and 15
years of age having more incident in males. The patients with Osgood-Schlatter disease recount
pain on having risen and to lower stairs, can present a swelling in the previous part of the tibia
with pain to the palpation. For the diagnosis of the disease the doctor realizes different
examinations of images as X-rays, ultrasound scan and magnetic resonance In the medical
treatment an immobilization is realized, the patients have to of moving back from the sports
activity in a time, a plaster is placed by the knee in extension to reduce the pressure across the
patellar tendon and to allow the healing this immobilization is given for a period from 4 to 6
weeks, also one administers medicaments to reduce the inflammation, another treatment is
surgically this treatment is given if the symptoms of the patients persist, the doctors perforate
orifices across the formed tuber, to form channels across which a rapid revascularization could
happen, the surgical intervention in Osgood-Schlatter disease they are very rare almost they are
never indicated, also one gives the physiotherapy treatment where the physical therapist realizes
mobilizations, values the muscular force, if the patient presents pain after the conservative
treatment physical agents will be in use, if the patient does not present pain exercises of stretching
will be realized for the muscle quadriceps and to improve the range to articulate, also exercises
were realized isotonic, isometric and proprioceptive to strengthen the musculature and to increase
the range to articulate and there will be realized a training of force and resistance of the
musculature.
Keywords: Quadriceps, Osgood-Schlatter, Traction, Treatment, Tibial Tuberosity.
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN
ABSTRACT
INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 1
CAPÍTULO I: ENFERMEDAD OSGOOD-SCHLATTER ....................................... 3
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS ........................................................................... 3
2. DEFINICIÓN ............................................................................................................ 3
3. DESARROLLO DE LA TUBEROSIDAD ANTERIOR DE LA TIBIA ................. 4
4. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA ................................................................................. 4
5. FISIOPATOLOGÍA .................................................................................................. 5
6. TENDINOPATÍAS: FISIOPATOLOGÍA DEL TENDÓN ...................................... 8
CAPÍTULO II: DATOS EPIDEMIOLÓGICOS ......................................................... 9
1. DATOS EPIDEMIOLÓGICOS ................................................................................ 9
2. FACTORES DE RIESGO ....................................................................................... 10
3. PRONÓSTICO A LARGO PLAZO ....................................................................... 11
CAPÍTULO III: REVISIÓN ANATÓMICA Y BIOMECÁNICA ......................... 12
1. ANATOMÍA PATOLÓGICA ............................................................................... 12
2. HISTOLOGÍA DE LA INSERCIÓN TENDINOSA .............................................. 12
2.1. Histología del tendón ........................................................................................ 12
2.1.1. Vainas tendinosas ........................................................................................ 13
2.2. Histología de la unión miotendinosa (UM) ....................................................... 13
2.3 Histología de la unión osteotendinosa ................................................................ 14
3. ANATOMÍA DE LA ARTICULACIÓN DE LA RODILLA ................................ 15
1. SUPERFICIES ARTICULARES ........................................................................... 15
1.1. Extremidad distal del fémur ............................................................................. 15
1.2. Extremidad proximal de la tibia ....................................................................... 16
1.3. Rótula ............................................................................................................... 17
2. ESTRUCTURAS MUSCULARES ........................................................................ 18
2.1. Músculo Cuadríceps ......................................................................................... 18
2.1.1. Fisiología del Músculo Cuadríceps ............................................................ 18
2.2. Músculos de la región posterior del muslo ...................................................... 20
2.2.1. Fisiología del Músculo Bíceps Femoral ..................................................... 20
2.2.2. Fisiología del Músculo Semitendinoso ...................................................... 20
2.2.3. Fisiología del Músculo Semitendinoso ...................................................... 21
3. BIOMECÁNICA DE LA RODILLA ..................................................................... 21
4. ALINEAMIENTO GENERAL DE LA RODILLA ............................................... 21
4.1. Valgo fisiológico de la rodilla .......................................................................... 21
4.2. Ángulo Q .......................................................................................................... 22
5. MOVIMIENTOS DE LA RODILLA .................................................................... 23
5.1. Flexoextensión ................................................................................................. 23
5.2. Rotaciones ........................................................................................................ 23
6. SUPERFICIES DE CONTACTO ........................................................................... 24
6.1. Fémur y tibia .................................................................................................... 24
6.2. Fémur y Rótula ................................................................................................. 24
7. DESPLAZAMIENTOS........................................................................................... 25
7.1. Fémur y tibia .................................................................................................... 25
7.2. Comportamiento de las estructuras de sujeción pasiva .................................... 26
8. COMPORTAMIENTO DE LAS ESTRUCTURAS DINÁMICAS ....................... 26
8.1. Músculos extensores ........................................................................................ 26
8.2. Músculos flexores ............................................................................................ 27
8.3. Biomecánica de la flexión ................................................................................ 28
8.4. Biomecánica de la extensión ............................................................................ 29
9. MECÁNICA Y PATOMECÁNICA DE LOS MÚSCULOS EXTENSORES DE
LA RODILLA ............................................................................................................. 29
9.1. Consideraciones funcionales para el músculo cuádriceps ............................... 33
10. ANÁLISIS DE LAS FUERZAS QUE ACTÚAN SOBRE LA RODILLA ......... 34
10.1. Análisis bidimensional de la fuerza muscular en el cuádriceps durante la
extensión de rodilla ..................................................................................................... 34
10.1.1. Efecto del modo de ejercicio en la fuerza del cuádriceps ........................ 35
10.1.2. Resistencia a la extensión de rodilla ofrecida por un sistema de poleas .. 35
10.1.3. Extensión de la rodilla contra un dinamómetro isocinético ..................... 36
10.1.4. Ejercicios de extensión de rodilla usando un formato de cadena cerrada 36
10.2. Fuerzas y momentos en las estructuras de la articulación de la rodilla durante
la actividad .................................................................................................................. 38
10.2.1. Fuerzas y momentos en la articulación tibiofemoral ............................... 38
10.2.2. Fuerzas en los ligamentos de la articulación tibiofemoral ....................... 39
10.3. Co-contracción de los músculos en la rodilla ................................................ 39
10.4. Fuerzas y tensiones en la articulación femororrotuliana ................................ 40
CAPÍTULO IV: DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD DE OSGOOD-
SCHLATTER ................................................................................................................ 42
1. EXAMINACIÓN SUBJETIVA .............................................................................. 42
1.1. Anamnesis ........................................................................................................ 42
1.1.1. Datos personales .......................................................................................... 42
1.1.2. Antecedentes personales o familiares ......................................................... 42
1.1.3. Motivo por el cual acude a la consulta ........................................................ 42
1.1.4. Síntomas ...................................................................................................... 42
2. EXAMINACIÓN FÍSICA ...................................................................................... 43
3. ESTUDIOS DE IMÁGENES ................................................................................. 43
3.1. Rayos x ............................................................................................................. 44
3.2. Resonancia magnética ...................................................................................... 44
3.3. Ecografía .......................................................................................................... 45
4. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL .......................................................................... 45
CAPÍTULO V: TRATAMIENTO MÉDICO ............................................................. 47
1. TRATAMIENTO CONSERVADOR .................................................................... 47
1.1 Inmovilización ................................................................................................... 47
1.2. Farmacológico .................................................................................................. 48
2. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO .......................................................................... 49
CAPITULO VI: TERAPIA FÍSICA EN LA ENFERMEDAD DE OSGOOD-
SCHLATTER ................................................................................................................ 51
1. DIAGNÓSTICO FISIOTERAPÉUTICO ............................................................... 51
2. EVALUACIÓN....................................................................................................... 51
2.1. Evaluación subjetiva ........................................................................................ 51
2.1.1. Características del dolor .............................................................................. 52
2.1.1.1. Escalas de dolor ..................................................................................... 52
2.2. EXAMEN OBJETIVO..................................................................................... 52
2.2.1. Observación ................................................................................................. 52
2.2.2. Movilización ............................................................................................... 53
2.2.2.1. Movimientos fisiológicos activos ......................................................... 53
2.2.2.1.1. Rango de movimiento activo basado en plano ................................. 53
2.2.2.1.2. Prueba funcional de rango de movimiento activo ............................ 53
2.2.2.2. Movimientos pasivos ............................................................................ 54
2.2.2.2.1. Movimientos fisiológicos pasivos .................................................... 54
2.2.3. Test goniométrico ........................................................................................ 57
2.2.3.1 .Goniometría de la rodilla ...................................................................... 58
2.2.4. Valoración de la fuerza muscular ................................................................ 58
3. TRATAMIENTO FISIOTERAPEUTICO.............................................................. 60
3.1. Aplicación de agentes físicos ............................................................................ 60
3.2. Estiramiento ...................................................................................................... 62
3.3. Fortalecimiento muscular .................................................................................. 66
3.4. Gimnasio y aumento de la fuerza muscular ...................................................... 70
4. EVIDENCIA CIENTÍFICA RELACIONADA EN EL TRATAMIENTO
FISIOTERAPÉUTICO EN LA ENFERMEDAD DE OSGOOD-SCHLATTER ...... 72
CONCLUSIONES ........................................................................................................ 73
RECOMENDACIONES .............................................................................................. 74
BIBLIOGRAFÍA .......................................................................................................... 75
ANEXO 1: Desarrollo esquemático de la tuberosidad anterior de la tibia. .................... 81
ANEXO 2: Diagrama de la articulación de la rodilla ..................................................... 82
ANEXO 3: Histología del tendón ................................................................................... 83
ANEXO 4: Histología de la unión miotendinosa (UM) ................................................. 84
ANEXO 5: Histología de la unión miotendinosa (UM) ................................................. 85
ANEXO 6: Histología de la unión miotendinosa (UM) ................................................. 86
ANEXO 7: Músculo cuádriceps ..................................................................................... 87
ANEXO 8: Músculo Recto Femoral ............................................................................... 88
ANEXO 9: Músculo Vasto Medial ................................................................................. 89
ANEXO 10: Ángulo Q ................................................................................................... 90
ANEXO 11: Ángulo Q ................................................................................................... 91
ANEXO 12: Cálculo del cuádriceps con la fuerza necesaria para sostener la rodilla
extendida en 30° con un peso de 10 libras alrededor del tobillo ................................... 92
ANEXO 13: Extensión de rodilla (sistema de poleas) ................................................... 93
ANEXO 14: Cálculo del momento interno en la rodilla, manteniendo la rodilla
extendida a 30 ° con un peso de 10 libras en el tobillo. .................................................. 94
ANEXO 15: Cálculo de las fuerzas de reacción en la articulación tibiofemoral cuando
la rodilla extendida a 30 ° sostiene un peso de 10 libras en el tobillo. ........................... 95
ANEXO 16: Co-contracción de los músculos en la rodilla ............................................ 96
ANEXO 17: Fuerzas y tensiones en la articulación femororrotuliana ........................... 97
ANEXO 18: Fuerzas y tensiones en la articulación femororrotuliana ........................... 98
ANEXO 19: Examen Físico ........................................................................................... 99
ANEXO 20: Resonancia magnética de la enfermedad de Osgood-Schlater ................ 100
ANEXO 21: Escala de LEFS ........................................................................................ 101
ANEXO 22: Rango de movimiento activo ................................................................... 102
ANEXO 23: Flexión fisiológica de la rodilla ............................................................... 103
ANEXO 24: Flexión de la rodilla con abducción y aducción. ..................................... 103
ANEXO 25: Extensión fisiológica pasiva .................................................................... 104
ANEXO 26: Extensión de la rodilla con aducción y abducción ................................... 104
ANEXO 27: Rotación interna y externa de la tibia ...................................................... 105
ANEXO 28: Goniometría de la rodilla ......................................................................... 106
ANEXO 29: Goniometría de la rodilla ......................................................................... 107
ANEXO 30: Elevación de la pierna estirada al frente .................................................. 108
ANEXO 31: Arcos para el cuádriceps .......................................................................... 108
ANEXO 32: Medias cuclillas con las rodillas y los pies en ángulo hacia el costado ... 109
ANEXO 33: Subida y bajada del taburete .................................................................... 109
ANEXO 34: Extensión de la rodilla ............................................................................. 110
ANEXO 35: Paciente presiona el rodillo ...................................................................... 110
ANEXO 36: Elevación de la rodilla con rodillo ........................................................... 111
ANEXO 37: Elevación de la pierna .............................................................................. 111
ANEXO 38: Ejercicio con banda elástica ..................................................................... 112
ANEXO 39: Ejercicio con banda elástica ..................................................................... 112
ANEXO 40: Ejercicio con pelota fisioterapéutica ........................................................ 113
ANEXO 41: Ejercicio con pelota fisioterapéutica ........................................................ 113
ANEXO 42: Ejercicio unipodal .................................................................................... 114
1
INTRODUCCIÓN
La enfermedad de Osgood-Schlatter (EOS), también conocida como osteocondrosis de la
espina tibial, es una tracción de la apófisis de la tuberosidad tibial causado por el esfuerzo
repetitivo en el músculo recto femoral.(1)
Una enfermedad particularmente importante en la vida de los jóvenes atletas, se observa
con más frecuencia en adolescentes(2), se manifiesta en niños alrededor de 10-15 años de edad,
y en las niñas alrededor de 8-13 años de edad, a menudo coincidiendo con las fases aceleradas de
crecimiento, la condición es usualmente unilateral(3), con 25% a 50% de los pacientes que
desarrollan una condición bilateral. (4)(5) La enfermedad es más común en varones, la brecha de
género se está reduciendo a medida que más se involucran con el deporte. Osgood-Schlatter, la
enfermedad afecta a 1 de cada 5 adolescentes deportistas.(2)
Se caracteriza por una mayor prominencia en la tuberosidad tibial y dolor a la presión y
a veces, también a la extensión de la rodilla contra resistencia. Provoca dolor la sobrecarga, por
ejemplo: el salto, fútbol, bicicleta y todo lo que comporte una contracción excesiva del músculo
cuádriceps. (6)
Por lo general, menos del 25% de los pacientes se quejan de dolor sobre la tuberosidad
tibial. En las primeras etapas de la EOS, los pacientes tienen dolor en la tuberosidad tibial después
de las actividades físicas, pero con el tiempo, el dolor se vuelve permanente y contante
independientemente en la actividad. En los rayos x, se demuestra una osificación regular
(huesecillos) sobre la tuberosidad tibial. (7) Imágenes por resonancia magnética de la rodilla está
indicada si la enfermedad de Osgood-Schlatter es sospechosa, imágenes de ultrasonido también
puede proporcionar información útil. Gammagrafía ósea puede ser útil para identificar ocultismo
de fracturas por estrés de la articulación, especialmente si se ha producido el trauma. (8)
El tratamiento incluye opciones conservadoras y quirúrgicas. El tratamiento
conservador incluye la modificación de actividades físicas, el uso de bolsas de hielo,
medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINE), aparatos ortopédicos y almohadillas. La
cirugía está indicada cuando persiste el dolor de los huesecillos al arrodillarse a pesar de las
medidas de tratamiento conservadoras. En estos casos, la eliminación de los huesecillos, la bursa
circundante y la prominencia ósea es el tratamiento de elección. (9). Para un niño en crecimiento,
la cirugía no parece ofrecer ningún beneficio. (7)
La fase de recuperación se puede comenzar una vez que se controla el dolor y la
inflamación desaparece. El principal objetivo del programa de rehabilitación es devolver el
2
paciente a su deporte o actividad de forma tan segura como sea posible (7). La terapia
conservadora se inicia durante las etapas tempranas y progresiva del EOS, hay un 90% de
probabilidad de una recuperación temprana y progresión a la etapa de mantenimiento y,
finalmente, las etapas de curación si el tratamiento comienza con los primeros signos de EOS (2).
Los estudios muestran que la restricción de carga física durante las fases agudas y de recuperación
tiene grandes beneficios en la prevención de complicaciones y durante el curso de EOS. (10) (5)
El objetivo del presente trabajo de investigación es la obtención de datos actuales de la
enfermedad de Osgood-Schlatter, datos sobre su fisiopatología, el desarrollo de la enfermedad y
sus tratamientos actuales. Enfatizando el tratamiento fisioterapéutico, dado que es el área en la
que me estoy desempeñando, para lo cual se necesitan datos actuales de la evaluación y
tratamiento sea adecuado para esta enfermedad.
3
CAPÍTULO I: ENFERMEDAD OSGOOD-SCHLATTER
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS
En 1903, Robert Osgood, un cirujano ortopédico estadounidense, y Carl Schlatter, un cirujano
suizo, describieron al mismo tiempo la posible fisiopatología de la enfermedad que ahora lleva
su nombre, enfermedad de Osgood-Schlatter. (11) Lo describieron como una avulsión de una
pequeña porción de la tuberosidad tibial causada por una violenta contracción del mecanismo
extensor del cuádriceps. Desde entonces, ha sido etiquetado con mayor precisión como un
síndrome en lugar de una enfermedad con muchas teorías propuestas para explicar mejor su
etiología (OSD alias OSS), como degeneración del tendón rotuliano, necrosis aséptica, infección
(12), trauma, alteraciones locales del tejido condral sobrepasado por los músculos extensores de
la rodilla, lo que puede producir rótula alta y apofisitis por tracción, contracción excéntrica de los
músculos y rigidez muscular, y reducción del ancho del ángulo de la rótula.(13) Actualmente se
acepta generalmente que la EOS es una fractura por avulsión del tubérculo tibial en
crecimiento(14), que se caracteriza por dolor en el tubérculos tibial resultante de estrés repetido
en la inserción del tendón rotuliano debido a anomalías del mecanismo extensor. (15)(5)
2. DEFINICIÓN
La enfermedad de Osgood-Schlatter es una causa frecuente de dolor en el segmento anterior de
la rodilla en niños de 10 a 15 años de edad. (16)(17) Aún no se conoce la causa exacta de la
enfermedad, ya que se han involucrado factores mecánicos, traumáticos y relacionados al
crecimiento. La teoría más aceptada es la que describe la apofisitis como una tracción de la
tuberosidad tibial en el periodo de crecimiento. Se ha demostrado que los microtraumatismos
repetidos sobre la tuberosidad tibial a través de la contracción del cuádriceps y del tendón
rotuliano producen pérdida de la continuidad del tendón-hueso con la consecuente fragmentación
de la tuberosidad tibial, lo que desencadena un proceso inflamatorio alrededor de ésta. (17)(18)
La enfermedad de Osgood-Schlatter se presenta con dolor, hinchazón y en ocasiones cojera.
Comienza de manera gradual con dolores leves, en la fase aguda el dolor puede ser intenso y
continuo. El dolor se agrava con la actividad física como correr y saltar.
EOS es parte de un grupo de condiciones llamados osteocondrosis. Se trata de una familia de
enfermedades ortopédicas que se presentan en niños e involucra áreas de estrés tensil o
compresivo significativo (15) que afectan el crecimiento de la epífisis (placa de crecimiento)(19).
Estas condiciones a menudo surgen en las articulaciones de la rodilla/tobillos y codo. EOS se
4
clasifica como una lesión por sobreuso crónico (20), que con mayor frecuencia se diagnostica en
atletas jóvenes (pero no exclusivamente), involucrado en deportes que implican correr y saltar,
como fútbol, danza, gimnasia. (21)(5)
3. DESARROLLO DE LA TUBEROSIDAD ANTERIOR DE LA
TIBIA
La tuberosidad aparece como estructura diferenciada a las 12-15 semanas de vida intrauterina,
pero no se desarrolla hasta mucho después en la vida post-fetal, bajo la influencia de las acciones
de tracción que constituyen sobre ella. Se forma una placa de crecimiento independiente para la
tuberosidad tibial de tejido fibrocartilagenoso cuya característica es la de ser muy resistente a las
fuerzas de tracción. Alrededor de los nueve años, en la porción distal de este fibrocartílago
aparece un núcleo de osificación que posteriormente se une al núcleo epifisiario superior hacia
los catorce años. A esa edad la apófisis anterior se presenta como una prolongación de la epífisis,
separada de la metáfisis por el cartílago fisario (ANEXO 1). Esta formación constituye la imagen
radiológicamente transparente conocida como línea de Jacobstal. Es a partir de los diecisiete años
que se produce la fusión del núcleo totalmente formado con la tibia, unión que en algunos casos
no se completa hasta los veintitrés años; para que se produzcan estos fenómenos de osificación
es necesario que ocurran alteraciones estructurales en la placa fibrocartilaginosa primitiva,
consistentes fundamentalmente en su progresiva transformación en tejido cartilaginoso
hipertrófico, precursor del núcleo de osificación secundario. Durante este periodo, que va desde
los nueve a los diecisiete años, pueden distinguirse histológicamente en la tuberosidad tres zonas:
una proximal a la tibia de cartílago hipertrófico, una central de tejido óseo en desarrollo y
fibrocartílago y una periférica de tejido fibrosos. Estos cambios estructurales, facilitan que en
ocasiones las continuas tracciones producen la avulsión de pequeños fragmentos del núcleo óseo
apofisario, que quedan más o menos separados del mismo por un tejido fibrocartilaginoso, dando
lugar a los fenómenos clínicos de la EOS. Este tejido intermedio puede osificarse englobando los
fragmentos desprendidos o permanecer estos separados, como osículos independientes. (22)
4. ETIOLOGÍA Y PATOGENIA
La enfermedad de Osgood-Schlatter se observa en adolescente de entre 12 y 16 años, aunque se
han descrito casos antes de los 10 años o incluso después de los 23. Se presenta con mayor
frecuencia en jóvenes robustos, muchas veces en ocasión de desarrollar los primeros esfuerzos
deportivos, siendo raro el hallazgo de un antecedente traumático. Es frecuente en jóvenes
futbolistas, en plena forma, cuyo único problema se sitúa por debajo de la rodilla. En muchos
casos la lesión es bilateral. (22)
5
La enfermedad de Osgood Schlatter es una lesión por uso excesivo que ocurre en pacientes
adolescentes activos. Se produce como consecuencia de la tensión repetitiva y del
microtraumatismo debido a la fuerza aplicada por el tendón rotuliano fuerte en su inserción en la
apófisis relativamente blanda del tubérculo tibial. Esta fuerza produce irritación y casos severos
de avulsión parcial de la apófisis del tubérculo tibial. La fuerza se incrementa con niveles más
altos de actividad y especialmente después de períodos de rápido crecimiento. En raras ocasiones,
el trauma puede provocar una fractura por avulsión completa. Los factores predisponentes
incluyen poca flexibilidad de los cuádriceps y los isquiotibiales u otra evidencia de desalineación
del mecanismo extensor. (23)
La causa principal de la EOS es el estrés del tendón patelar en su punto de inserción. En estudios
recientes, el acortamiento del músculo recto femoral es uno de los principales factores asociados
con la presencia de esta enfermedad en adolescentes. (1)
5. FISIOPATOLOGÍA
La fisiopatología de la enfermedad de Osgood-Schlatter es el resultado del empleo excesivo
(sobrecarga) de la articulación de la rodilla, lo cual ocurre al realizar la actividad de correr, saltar
o cualquier sobre entrenamiento en superficies duras, así como cualquier otra actividad que
requiere la tracción repetitiva del cuádriceps. Los deportes competitivos que con mayor
frecuencia están implicados en el desarrollo de la enfermedad de Osgood-Schlatter incluyen el
fútbol, la gimnasia, el baloncesto, el ballet, el atletismo, el hockey, el béisbol y bailes escoces e
irlandés. (8)
El tendón del cuádriceps está formado por fibras de los cuatro músculos que constituyen el
músculo cuádriceps: vasto externo, vasto intermedio, vasto medial y recto femoral. Estos
músculos son los principales extensores de la rodilla. Estos músculos convergen y se unen para
formar un único tendón, es un tendón sumamente fuerte. La rótula funciona como un hueso
sesamoideo dentro del tendón del cuádriceps, con fibras del tendón que se expanden alrededor de
la rótula y forman la cara medial y lateral del retináculo de la rótula, que fortalecen la articulación
de la rodilla. El tendón rotuliano se extiende desde la rótula hasta la tuberosidad tibial. La
tuberosidad tibial es el nido del dolor y la discapacidad funcional asociada con la enfermedad de
Osgood-Schlatter, porque las tensiones repetitivas aplicadas a la tuberosidad tibial por la
contracción del mecanismo del cuádriceps producen apófisitis y crecimiento de hueso
heterotópico. Estas respuestas al daño inducido por el estrés repetitivo se observan con mayor
frecuencia durante el período de rápido crecimiento esquelético asociado con la adolescencia.(8)
6
En la fisiopatología de la enfermedad, hay una pérdida parcial de continuidad de la unión del
tendón-cartílago-hueso patelar de la tuberosidad tibial. Hay un proceso inflamatorio que
comienza en la región y termina con una tendinitis rotuliana, múltiples fracturas subagudas,
osificación irregular con hueso subyacente. La teoría más aceptada de esta condición es la
contracción repetitiva del mecanismo extensor de la rodilla. Como resultado de estas
contracciones, avulsiones o microavulsiones ocurren en la tuberosidad tibial condro-fibro-ósea.
Si los pacientes que han dañado el tubérculo tibial continúan realizando actividades deportivas,
las microavulsiones aumentan con el tiempo. Esto puede causar un fragmento separado del tendón
rotuliano que conduce a un tipo crónico de dolor no sindical (24)(25). Sin embargo, algunos de
los estudios radiológicos demostraron que los pacientes afectados por la EOS tienen diferencias
anatómicas en el punto de inserción del tendón rotuliano. Además, los estudios histológicos
apoyan la etiología traumática, que no muestra inflamación. (26)(27)(1)
El tubérculo tibial se desarrolla como un centro de osificación secundario que proporciona
fijación para el tendón rotuliano. El crecimiento óseo excede la capacidad de la unidad músculo-
tendón de estirarse lo suficiente como para mantener la flexibilidad previa y aumentar la tensión
en la apófisis. La apófisis es el punto más débil en la unión músculo-tendón-hueso (a diferencia
del tendón en un adulto) y, por lo tanto, en riesgo de lesión por estrés repetitivo. Con la
contracción repetida de la masa muscular del cuádriceps, especialmente con la extensión repetida
de la rodilla forzada como se ve en deportes que requieren correr y saltar, puede producirse
ablandamiento y avulsión parcial del centro de osificación apofisaria con una osteocondrosis
resultante.(23)
En las lesiones por uso excesivo crónico en jóvenes atletas representan el 30-50% de las lesiones
deportivas pediátricas en niños. (28) Las lesiones por el uso excesivo ocurren cuando el tejido es
sometido a una carga excéntrica máxima repetidamente. La lesión comienza cuando la actividad
repetitiva fatiga una estructura específica, como un tendón o hueso. Con una recuperación
adecuada, el tejido se adapta a las cargas y puede someterse a cargas adicionales sin lesiones. Sin
una recuperación adecuada, se desarrolla un microtrauma y estimula una respuesta inflamatoria
del cuerpo, causando la liberación de sustancias vasoactivas (histaminas, leucotaxina, necrosina),
células inflamatorias (macrófagos, linfocitos y células plasmáticas) y enzimas que dañan el tejido
local. En casos crónicos, las cargas continuas producen cambios degenerativos que conducen a
debilidad, perdida de la flexibilidad y dolor intenso, estos están asociados a la EOS (28) (29).
Los diversos factores que contribuyen a las lesiones por sobrecarga en consideración a la EOS
se pueden clasificar como intrínsecos y extrínsecos. En los niños, se debe de prestar atención al
7
sistema músculo esquelético inmaduro. Los factores intrínsecos que se deben de considerar son:
los factores relacionados con el crecimiento. (28)
El tejido cartilaginoso en los niños es más susceptible al estrés repetitivo, especialmente en las
rodillas, codos y tobillos. El desarrollo de la apófisis de la tibia comienza como un crecimiento
cartilaginoso. Durante esta etapa, el tejido de la tuberosidad tiene poca resistencia al estrés
mecánico. (28) Aparecen centros de osificación secundarios con una progresión posterior a una
fase epifisiaria cuando la apófisis tibial proximal se cierra y la apófisis tibial se fusiona con la
tibia. (30) La calcificación de la apófisis comienza a los 9 años de edad en niñas y en los niños a
la edad de 13 años (coincidiendo con la edad de desarrollo de la EOS). (31) Antes y durante estas
edades de desarrollo de la apófisis tibial, es más vulnerable a la lesión, hasta que la apófisis y la
epífisis estén calcificadas y fusionadas. Para los jóvenes atletas es un momento crítico, ya que
entrenan largas horas a edades tempranas. Ellos deben de ser monitoreados cuidadosamente y
más si son atletas que tienen predisposiciones a tener lesiones. (5)
Otro crecimiento que necesita consideración es el desequilibrio entre el crecimiento y el
desarrollo de los huesos largos, y las uniones músculo-tendinosas. (28) Este desequilibrio puede
ocurrir durante la etapa de crecimiento, la longitud ósea puede desarrollarse más rápido que la
unidad músculo-tendón. (29) Con la estrechez de la articulación, y la flexibilidad reducida
(músculo cuádriceps), el desequilibrio muscular y disfunción del mecanismo extensor de la
rodilla pueden desarrollarse como resultado de la unidad ósea y muscular. Esto puede conducir a
una mayor tracción en la apófisis y el estrés en la superficie articular de la rodilla esta es una
causa establecida para el desarrollo de la EOS. (28) La disfunción del mecanismo extensor de la
rodilla es una de las principales causas que contribuyen en la EOS. (32) El mecanismo extensor
de la consiste en el músculo cuádriceps (recto femoral), rótula, tendón rotuliano, rótula retinácula
y la tuberosidad tibial. (ANEXO 2)(33) La rótula está sometida a grandes fuerzas debido a su
unión al músculo cuádriceps recto femoral y al tendón rotuliano. Los músculos isquiotibiales
también sufren las mismas tensiones que el músculo cuádriceps, por la diferencia de crecimiento
entre el crecimiento del fémur y el músculo isquiotibial. El aumento de la tensión del músculo
isquiotibial causa un aumento de las fuerzas de reacción de la articulación patelofemoral debido
a una mayor flexión de la rodilla, por lo cual el cuádriceps tiene que tirar más fuerte durante las
actividades atléticas y también ejerce más fuerza de tracción sobre el tubérculo tibial, la fuerza
del cuádriceps y el isquiotibial en la flexibilidad. (5)
8
6. TENDINOPATÍAS: FISIOPATOLOGÍA DEL TENDÓN
Durante la actividad física, la carga que actúa sobre el tendón produce una rotura fibrilar cuando
la tracción mecánica supera el 4% de la longitud de reposo, siendo una rotura completa si supera
el 4%. Las roturas, son desiguales en su distribución y extensión a lo largo de la longitud
tendinosa por la desigualdad de la distribución de la carga y por las diferentes resistencias
mecánicas, estructurales y propiedades bioquímicas del tendón debido fundamentalmente a la
cantidad de uniones cruzadas de las fibras de colágeno que determina la resistencia mecánica
tendinosa (34)(35).
Las roturas parciales o fibrilares ponen en marcha los mecanismos de reparación tendinosa, en
los que están implicados:
Diversas sustancias químicas entre ellos los factores de crecimiento.
Células como los tenocitos residentes que se ocupan del balance, producción y destrucción de
la matriz extracelular, también las células madres que se van a diferenciar en tenocitos,
adipocitos, en línea condrogénica u osteogénica dependiendo entre otros factores de la carga
mecánica que reciba durante el proceso de reparación.
La matriz extracelular que tiene como componente fundamental las fibras de colágeno tipo I.
(35)(36)
Estos procesos de reparación anormales producen un tendón degenerado con alteración
estructural. Esta regeneración defectuosa se ha relacionado con niveles de hipoxia a nivel de la
lesión, presencia de daño isquémico, apoptosis desigual mediada por citoquinas y mediadores
inflamatorios, la existencia de un estrés oxidativo, presencia de hipertermia local y una alteración
del balance de las metaloproteínas (MMP) de la matriz. Las interacciones químicas en la matriz,
los depósitos insolubles, la tensión mecánica, la liberación local de citocinas y de moléculas de
señalización tendrán efecto directo en la actividad del tenocito, en la expresión de los genes
celulares y en las enzimas de la matriz. El tenocito tiene un papel fundamental tanto en la
homeostasis fisiológica normal, en la regularización de la matriz y del cambio patológico que
sucede durante la enfermedad, además parece que tiene un papel transcendental en la producción
de inadecuada de tejido de reparación de fibrocartílago en el desarrollo de las tendinopatías.(37).
Todos estos procesos generan un tendón degenerado y fibrótico, por lo que disminuye su
capacidad para soportar carga. (38)
9
CAPÍTULO II: DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
1. DATOS EPIDEMIOLÓGICOS
La enfermedad de Osgood Schlatter es una de las causas más comunes de dolor de rodilla en el
atleta adolescente esqueléticamente inmaduro (23). Originalmente se informó que ocurre con
mayor frecuencia en niños que en niñas. Con el aumento del número de atletas jóvenes, esta
enfermedad ahora se observa a un ritmo similar al de los hombres jóvenes. Hay algunos estudios
recientes que no muestran diferencias significativas en la prevalencia de la enfermedad entre
hombres y mujeres (39). EOS es típicamente más común entre las edades de 8-13 años en las
niñas y entre 12 - 15 años en los niños (23). EOS afecta al 21% de los adolescentes atléticos,
mientras que se ve en el 4,5% de los controles no atléticos de la misma edad. (40)(41) La
enfermedad es bilateral en 20-30% de los pacientes. (39)(1)
Se realizó un estudio en jugadores de Japón, en el cual se les entregó un cuestionario a los
jugadores de 113 equipos de fútbol juveniles que participaron en un campeonato regional de
verano en agosto 2012 para averiguar sobre el dolor en el cuerpo durante o después del
entrenamiento o partido. Se recomendó un examen físico de la columna lumbar o las piernas a
los jugadores que se quejaron de dolor en el cuestionario, se recogieron cuestionarios de 1162
jugadores de 97 equipos, y 547 jugadores (47,1%) se quejaron de dolor en la columna lumbar o
las piernas. El examen físico se realizó en 494 jugadores, 394 de los cuales fueron remitidos para
examen físico (79.8%). De estos 494 jugadores, 20 (4.0%) tenían hallazgos positivos en la
columna lumbar, 26 (5.3%) tenían hallazgos en la cadera, 198 (40.1%) tenían hallazgos en la
rodilla, 117 (23.7%) tenían hallazgos en el tobillo, 226 (45.7%) tenían hallazgos en el talón, y 90
tuvieron hallazgos en otras partes del pie (18.2%). Para aquellos que tuvieron resultados positivos
en el examen físico, se recomendaron exámenes radiográficos o ecografía en el Hospital
Universitario de Tokushima, se realizaron exámenes radiográficos o ecografía en 106 (26.9%)
jugadores en el hospital y 80 (75.5%) jugadores fueron diagnosticados con osteocondrosis. La
enfermedad de Sever fue diagnosticada en 49 jugadores, la enfermedad de Osgood-Schlatter en
13, la rótula bipartita en 12, la enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson en 10, la osteocondritis
disecante del fémur distal en 1 y la espondilólisis en 3. En este estudio se examinaron las lesiones
por uso excesivo relacionadas con el fútbol en la infancia y la adolescencia. Alrededor de la mitad
de los jugadores (47.1%) se quejaron de dolor en la columna lumbar o las piernas. El examen
físico reveló que un gran número de jugadores tenían dolor en el talón y en la parte anterior de la
rodilla, pero solo el 26.9% de ellos eligieron realizarse un examen de desgaste. La osteocondrosis
se detectó en el 75% de estos jugadores que se sometieron a imágenes, y sí en algunos casos de
lesiones graves como osteocondritis disecante y espondilólisis lumbar. (42)
10
En Estados Unidos, se realizó un estudio en jugadoras de baloncesto, fútbol y voleibol del estado
de Kentucky que consta de 5 escuelas secundarias. Se evaluaron a 268 mujeres atletas (162 de
baloncesto, 26 de fútbol y 80 de voleibol). Las atletas fueron evaluadas semanalmente para
cualquier deporte relacionado con la lesión por un entrenador de atletismo. Se registraron un total
de 134 lesiones durante las 3 temporadas de deporte. La rodilla fue la parte más lesionada del
cuerpo, de las cuales la disfunción patelofemoral (31.3%), la enfermedad de Osgood-Schlatter
(10.4%), y Sinding-Larsen-Johansson/tendinosis rotuliana (9%) tuvieron más incidencia en las
atletas. (43)
En Cuba se realizó un estudio prospectivo lineal en policlínicos de cuatro municipios de la
provincia de Villa Clara, durante los meses de junio de 1996 y mayo del año 2000, a niños ente
los 0 a 14 años de edad que asistieron a la consulta de Ortopedia Pediátrica con algún tipo de
osteocondritis. De un total de 1956 niños atendidos en la consulta, 47 presentaron algún tipo de
osteocondritis, lo que representa un 2.4% del total. La enfermedad de Osgood-Schlatter se
encontró en 15 pacientes fue la mayor incidencia. (44)
En Brasil se realizó un estudio transversal con 956 estudiantes adolescentes (474 niños, 482 niñas)
de 2008 a 2009 matriculados en el sistema escolar de Natal, Brasil. La edad varió entre 12 y 15
años (13,7 ± 1,04 años). Se realizaron pruebas para evaluar los aspectos antropométricos y
clínicos relacionados con la SG. Para confirmar el diagnóstico de síndrome OS, el participante
tenía que cumplir con todos los siguientes criterios clínicos: dolor con presión directa sobre la
apófisis tibial; el dolor antes mencionado, durante y después de las actividades físicas;
agrandamiento o prominencia de la apófisis tibial; dolor con la extensión de la rodilla resistida; y
dolor por saltar. La prevalencia de SG en la muestra fue del 9.8% (11.0% de los niños y 8.3% de
las niñas; niños, 13.5 ± 1.07 años; niñas, 13.6 ± 1.01 años). Los resultados mostraron que el 74.6%
de los estudiantes sufrieron acortamiento muscular. El análisis multivariado mediante regresión
logística mostró que los factores asociados con la presencia de SG eran la práctica regular de la
actividad deportiva (odds ratio, 1,94; intervalo de confianza del 95%, 1,22-3,10) y el acortamiento
del músculo recto femoral (odds ratio, 7,15 Intervalo de confianza del 95%, 2.86-17.86). La
práctica regular de deportes en la fase puberal y el acortamiento del músculo recto femoral fueron
los principales factores asociados a la presencia de síndrome de OS en los estudiantes. (45)
2. FACTORES DE RIESGO
Edad: Es más común en los niños de 10 a 15 años, asociados con el crecimiento de la
pubertad.
Deportes: Actividades con carreras, saltos, rápidos cambios de dirección (por ejemplo,
fútbol, baloncesto, patinaje artístico)
11
Dolor de rodilla empeora con la actividad y mejora con el reposo. (Generalmente
unilateral, con 20% de ellas bilaterales). (46)
3. PRONÓSTICO A LARGO PLAZO
Esta lesión tiende a corregirse por si misma a medida que el hueso se hace más fuerte y maduro.
El dolor y la inflamación desaparecerán y habrá pocos efectos a largo plazo. En raras ocasiones
se requieren inyecciones de corticosteroides para ayudar a la recuperación. (47)
12
CAPÍTULO III: REVISIÓN ANATÓMICA Y
BIOMECÁNICA
1. ANATOMÍA PATOLÓGICA
Macroscópicamente la tuberosidad se encuentra engrosada, irregular, mal limitada, fragmentada
en varios nódulos formados por zonas condensadas y zonas vasculares. El cartílago de conjunción
interapofisometafisario está ensanchado, como si la tuberosidad hubiera sido traccionada por el
tendón rotuliano y se estuviera fraguando una epifisiólisis.
Microscópicamente se observa la desaparición de la cortical apofisaria, con fenómenos de
aposición ósea en la zona de inserción tendinosa. En la tuberosidad, las zonas de necrosis
avascular con trabéculas rodeadas de osteoclastos, se mezclan con islotes cartilaginosos de
aspecto normal o en degeneración. Pueden haber zonas de tejido osteoide y de fibrosis medular.
(22)
2. HISTOLOGÍA DE LA INSERCIÓN TENDINOSA
El tendón viene definido como tejido conjuntivo denso modelado, caracterizado por tener células
y fibras conjuntivas ordenadas en haces paralelos y muy juntas al objetos de proveer la máxima
resistencia. A pesar de tratarse de estructuras duras e inextensibles, los tendones son flexibles.
En general se presentan como bandas o cordones conjuntivos que unen el músculo con el hueso.
Su relación con ambos se establece en dos regiones especializada, la unión miotendinosa y la
unión osteotendinosa que concentran la mayoría de las lesiones deportivas. (48)
2.1. Histología del tendón
Desde un punto de vista histológico el tendón es la forma más densa de tejido colagenoso con
abundantes fibras de colágenos (colágena tipo I) y muy escasos proteoglicanos y fibras elásticas.
Las fibras de colágena están constituidas por fibrillas de colágena de diámetro variable (60 nm-
170nm), encontrándose fuertemente empaquetadas longitudinalmente ya que su orientación se
corresponde con la dirección de tracción (ANEXO 3). Aunque en muy baja proporción (1-2%)
también se presentan fibras elásticas.
13
Las células tendinosas, tenocitos o tendinocitos son fibroblastos de morfología aplanada con
prolongaciones delgadas “a modo de alas”; esta morfología se debe al hecho de encontrarse
comprimidas entre las fibras de colágena. En los exámenes de rutina, no se observan las
extensiones citoplasmáticas quedando confundidas en la colágena y distinguiéndose únicamente
los núcleos aplanados y basófilos de los tenocitos dispuestos de hileras (ANEXO 3)
Presentan dos tipos de revestimientos: el peritendón interno y el externo.
El peritendón externo, también denominado epitendón rodea externamente al tendón,
continuándose directamente con el epimisio. El peritendón interno o endotendón es un tejido laxo
que subdivide en fascículos al tendón como consecuencia de la proyección hacia el interior de
extensiones del epitendón. (48)
2.1.1. Vainas tendinosas
En diferentes partes del cuerpo los tendones sufren rozamiento contra el hueso u otras superficies,
estos se encuentran envueltos por vainas. Se trata de un revestimiento consistente en una cubierta
de dos capas: una externa de tejido conectivo que se une a estructuras adyacentes y otra interna
íntimamente unida al tendón; se establece así un espacio ocupado por un líquido similar al líquido
sinovial, que se encarga de lubrificar el movimiento del tendón dentro de la vaina. La cubierta
celular de revestimiento interno de las vainas es similar a la de la membrana sinovial articular,
por lo que a la vaina tendinosa también se le denomina vaina sinovial. (48)
2.2. Histología de la unión miotendinosa (UM)
Las uniones miotendinosas son regiones especializadas donde las fibras musculares se unen a las
fibras de colágena del tendón (ANEXO 4), en las que las fuerzas son transmitidas entre las
miofibrillas y la matriz extracelular. La zona de transición que abarca la UM cubre una longitud
de 100 a 200 µm. Evidentemente se trata de una zona especializada de la fibra muscular que
requiere de una estabilidad estructural extrema, lo que determina sus características
microscópicas. (48)
En la microscopia óptica resulta prácticamente imposible apreciar los rasgos estructurales de la
UM; si es posible, en cambio hacerlo en microscopia electrónica en secciones longitudinales.
Ultraestructuralmente el extremo de la fibra muscular muestra evaginaciones e invaginaciones
digitiformes de la membrana plasmática a las que se adapta la lámina basal configurando un
aspecto irregular en “dientes de sierra” (ANEXO 5). En la cara interna de la membrana de la fibra
muscular se observan las placas de adhesión (material de línea Z) es las que se insertan los
14
filamentos de actina de la primera sarcómera de las miofribillas; en esta conexión entre
citoesqueleto y matriz extracelular las integrinas desempeñan un papel fundamental juntos con
otras proteínas como vinculina, talina, tenascina C. El sarcoplasma de las fibras musculares en
esta región contiene numerosos ribosomas y polisomas.(48)
En la región de UM es normal encontrar variabilidad en el tamaño de las fibras musculares
además de fibras musculares con núcleos internalizados y fisuras internas consecuencia de las
proyecciones digitiformes de la fibra hacia el tendón; también se han descrito en las fibras
musculares de esta región duplicación de lineas Z, formación de leptomeras, cuerpos nemalínicos
y granos de lipofucsina. Estos rasgos histológicos, que en esta región son normales, pueden ser
malinterpretadas como cambios patológicos. Por esta razón, entre otras, las biopsias musculares
deben ser siempre obtenidas del vientre muscular, evitando las regiones miotendinosas; esto
explica, además, que no existan datos publicados sobre reacciones patológicas a nivel de la UM.
(48)
En las UM las miofibrillas de las fibras musculares se añaden o suprimen en respuesta a cambios
en la longitud durante el crecimiento muscular o de variaciones o modificaciones en su
utilización. Por otro lado; la tenotomía, un fenómeno común que puede resultar de traumatismos,
procesos degenerativos o manipulación quirúrgica, ocasiona cambios importantes en el músculo
esquelético como atrofia y lesiones core-targetoides, cambios que parecen ser expresión de un
proceso de remodelación del tejido muscular esquelético.(48)
2.3 Histología de la unión osteotendinosa
Son los lugares donde se insertan los tendones y ligamentos al hueso, uniones osteotendinosas y
osteoligamentosas respectivamente, son conocidas como entesis. Desde un punto de vita
histológico Benjamín et al (2006) distinguen dos categorías: entesis fibrosa y entesis
fibrocatilaginosa en función al tipo de tejido que se presenta en la zona de unión. (47)
Las fibras colágena del tendón se irradian hacia el interior de hueso (ANEXO 6), fusionándose
por un lado con las fibras de colágena del periostio y, de otro, mediante fibras de colágena más
gruesas y robustas, denominadas fibras de Sharpey, que se introducen en ángulo más
profundamente en la corteza ósea (ANEXO 6). En la unión se observa cartílago fibroso que se
mineraliza en su proximidad al hueso; este hecho manifiesta la potencialidad de las células del
periostio para transformarse en células condroprogenitoras y osteoprogenitoras. La superficie
ósea es rugosa en la zona de inserción del tendón. (48)
15
3. ANATOMÍA DE LA ARTICULACIÓN DE LA RODILLA (49)
La articulación de la rodilla une el muslo a la pierna, poniendo en contacto 3 huesos: el fémur, la
tibia y la rótula. Esta articulación se considera que está formada por 2 articulaciones, la
articulación femorotibial y la femororrotuliana, desde el punto de vista fisiológico existe una sola
articulación con un solo grado de libertad de movimiento: la flexo-extensión. De manera
accesoria, la articulación de la rodilla posee un segundo grado de libertad de movimiento: la
rotación sobre el eje longitudinal de la pierna, que sólo aparece cuando la rodilla está flexionada.
La articulación de la rodilla asegura, por un lado, una función estática, en la cual la transmisión
del peso del cuerpo a la pierna le exige una integridad y solidez considerable y, por otro, una
función dinámica. De ahí la extrema importancia anatómica y funcional de su aparato
ligamentoso.
La rodilla es una articulación bicondílea desde el punto de vista anatómico, pero desde el punto
de vista mecánico puede considerarse como una articulación troclear.
1. SUPERFICIES ARTICULARES
1.1. Extremidad distal del fémur
El fémur, en su extremo inferior, se ensancha en sentido transversal y en sentido anteroposterior,
formando una masa voluminosa con aspecto de tronco irregular de pirámide cuadrangular de base
inferior.
En su cara anterior, el fémur presenta la superficie articular para la rótula, con forma de polea
(tróclea femoral) formada por dos superficies convexas que delimitan entre sí un ángulo de 140°,
de mayor plano de inclinación, amplitud y prominencia externa, que confluyen en un surco medio
sagital (surco troclear) que, caudal y dorsalmente, se continúa con la escotadura intercondílea.
Cada cóndilo posee tres superficies o carillas:
I. Articular:
Describe en cada cóndilo una curva espiroidea cuyos radios van disminuyendo progresivamente
de delante hacia atrás; convexa en todos los sentidos. La correspondiente al cóndilo externo está
situada en un plano más dorsal. La superficie posterior está fuertemente inclinada de fuera a
dentro y de atrás a delante, finalizando en la base de la superficie triangular poplítea de la que se
16
encuentra separada por el surco supracondíleo. Debido a esta disposición, la superficie de
contacto condilotibial es más amplia en la extensión que en la flexión. Durante la extensión, los
cóndilos descansan sobre la tibia por su cara inferior; mientras que en la flexión lo hacen por la
posterior.
II. Intercondílea:
Ligeramente excavada, presenta caracteres que diferencian cada cóndilo. En el externo es oblicua
de atrás a delante y de fuera a dentro, más extensa y excavada, presenta la huella de fijación del
ligamento cruzado anterior. En el interno presenta una cara axial orientada prácticamente en el
plano sagital y en su posición anterior presenta la huella de fijación del ligamento cruzado
posterior. La cisura intercondílea limitada por las caras axiales, está ocupada por los ligamentos
cruzados, el ligamento adiposo y numerosas formaciones vasculares.
III. Cutánea:
De aspecto rugoso, corresponde a la continuidad lateral y medial de los cóndilos. La superficie
troclear y las dos superficies articulares condíleas están cubiertas de una capa de cartílago
articular, cuyo espesor es por término medio de 2.5 a 3 mm. Esta capa, aunque continua en toda
su extensión, no es uniforme. En la tróclea es más gruesa en la garganta y en la vertiente externa
más que en la vertiente interna. En los cóndilos está también mucho más desarrollada en la parte
media que en los bordes.
1.2. Extremidad proximal de la tibia
Voluminosa, en forma de capitel irregular o tronco de pirámide truncada, aplanada de arriba abajo
y eje mayor transversal, presenta una marcada inflexión dorsolateral. Las dos tuberosidades,
también denominadas cóndilos tibiales, presentan en su cara superior o articular, dispuesta a
modo de platillo horizontal, tres superficies:
Dos laterales; ligeramente excavadas, corresponden a las superficies articulares: son las
cavidades glenoideas:
Las cavidades glenoideas que se disponen a modo de superficies ovaladas, ligeramente
excavadas, tienen orientado su plano articular en conjunto y en relación con el eje longitudinal
del hueso, oblicuo de delante a atrás y de arriba abajo de forma más marcada en el cóndilo interno.
En cada cavidad glenoidea se distinguen dos porciones:
Una central; deprimida: canal glenoideo o surco articular más marcado medialmente, sobre el
que se articula el correspondiente cóndilo femoral.
17
Otra periférica; discretamente excavada en forma de media luna: impresión meniscal, también
más marcada medialmente.
La concavidad medial de las cavidades glenoideas, así como el borde que la independiza de la
superficie interglenoidea, se encuentra aumentada por los dos tubérculos de la espina tibial.
Una media; que forma un pasillo estrecho, de aspecto rugoso denominada superficie
interglenoidea.
La superficie interglenoidea presenta tres porciones:
Una media; formada por un macizo óseo, irregular, que corresponde a la eminencia intercondílea
en la que se originan los dos tubérculos piramidales de las espinas de la tibia, situados en la unión
del tercio anterior con los dos tercios posteriores y separados entre sí por la escotadura
interespinosa,
Las dos espinas determinan por sus bordes mediales, cóncavos, una elevación de la superficie
articular de las cavidades glenoideas, con el consiguiente aumento del área articular, lo que
representa un muro de contención a la vez que soporte del pivote central de la rodilla.
Dos laterales; situadas ventral dorsal a las espinas, son las superficies pre y retro- espinal.
a) En la superficie preespinal podemos distinguir tres relieves: uno anterior, que corresponde al
anclaje del freno meniscal anterointerno, otro posterior correspondiente a la fijación tibia! del
fascículo anteromedial de ligamento cruzado anterior y otro lateral a esta impresión y por delante
de la espina externa. Menos evidente, y que corresponde a la fijación del freno meniscal
anteroexterno. La cápsula articular se fija sobre la porción anterior de la superficie preespinal
dibujando una línea curva de concavidad anterior.
b) La superficie retroespinal, de menor extensión inclinada oblicuamente de arriba abajo, de
delante a atrás y de fuera a dentro, está enmarcada por el relieve del borde axial del segmento
retroespinal de la cavidad glenoidea interna. A igual que la preespinal, presenta tres impresiones
o huellas: la huella de fijación del freno meniscal posteroexterno, que corresponde a la más
externa de las tres, otra correspondiente a la huella de fijación del freno meniscal posterointerno
y la tercera que corresponde a la fijación del ligamento cruzado posterior, es la más amplia y
ocupa la porción más posterior de la superficie retroespinal. La cápsula articular se fija en la
superficie retroespinal, en los bordes axiales de las cavidades glenoideas, quedando la mayor
parte de su superficie extraarticular.
1.3. Rótula
La rótula es una formación ósea, morfológica y biomecánicamente incorporada al tendón del
músculo cuádriceps. Se interpreta como un hueso de tipo sesamoideo por su total integración en
el plano musculotendinoso, representando el centro del conjunto capsuloligamentoso y complejo
18
tendinoso de la rodilla. La cara posterior de la rótula, cara profunda o articular, contacta con la
tróclea femoral, a la que sobrepasa cranealmente. Por sus caracteres morfofuncionales, se
distinguen dos superficies:
I Inferior, no articular, rugosa e irregular, situada dorsal al vértice rotuliano en forma de
herradura de concavidad superior, se relaciona con el paquete adiposo anterior de la rodilla así
como con la sinovial.
II Superior, o articular, lisa y revestida por cartílago de un grosor excepcional, el más grueso de
todos los cartílagos articulares (4-5 cm); se fija excéntricamente a la cápsula articular.
Corresponde a las ¾ partes de la superficie total de la cara posterior, presenta una cresta sagital
que coincide con el surco de la tróclea femoral que la divide en dos carillas articulares:
III Externa, extensa, ligeramente excavada y de orientación dorsolateral, se articula con la
superficie lateral de la tróclea.
IV Interna, menor, convexa transversalmente y con un plano de oblicuidad mayor que la externa,
se articula con la superficie medial de la tróclea. Frecuentemente, la existencia de una cresta
accesoria vertical subdivide en dos a la carilla posterointema. La superficie de subdivisión interna
es el resultado de la huella del borde condíleo interno en los movimientos de flexión forzada,
mientras que la media representa ycorresponde a la superficie articular rotuliana con la tróclea
femoral.
2. ESTRUCTURAS MUSCULARES
2.1. Músculo Cuádriceps
Músculo voluminoso, formado por cuatro fascículos distintos (resto anterior, vasto interno, vasto
externo y crural), que ocupan la parte anterior del muslo. (50)
2.1.1. Fisiología del Músculo Cuádriceps (51)
- Tiene un papel estabilizador oponiéndose al bamboleo contralateral de la articulación de la
rodilla.
- Realiza contracciones excéntricas para controlar o desacelerar el movimiento causado por el
peso corporal.
- Es un estabilizador de la rótula durante la marcha.
19
Músculos Origen Inserción Acción Inervación
Recto anterior
Cabeza recta:
Espina iliaca
anteroinferior.
Cabeza refleja:
Surco Supra
acetabular.
A través del
ligamento
rotuliano en la
tuberosidad de la
tibia.
Extensión de
rodilla.
Flexión de
cadera.
Nervio femoral
L2 – L4.
Vasto medial
Labio medial de
la línea áspera.
Línea
intertrocanterea
A través del
ligamento
rotuliano en la
tuberosidad de la
tibia.
Extensión de la
rodilla.
Nervio femoral
L2 – L4.
Vasto lateral
Borde anterior
del trocánter
mayor y en el
labio de la línea
áspera.
A través del
ligamento
rotuliano en la
tuberosidad de la
tibia.
Extensión de
rodilla.
Nervio femoral
L2 – L4.
Crural o vasto
intermedio
Línea áspera
lado externo y
en las caras
interna y externa
del fémur.
A través del
ligamento
rotuliano en la
tuberosidad de la
tibia.
Extensión de la
rodilla.
Nervio femoral
L2 – L4.
20
2.2. Músculos de la región posterior del muslo
Músculos Origen Inserción Acción Inervación
Bíceps Femoral
Cabeza larga:
tuberosidad
isquiática y
ligamento
sacrotuberoso.
Cabeza corta:
Línea áspera del
fémur, tabique
intermuscular.
Superficie lateral
de la cabeza del
peroné, cóndilo
lateral de la tibia.
Flexión de la
rodilla.
Cabeza larga:
Nervio ciático,
porción tibial,
L5-S2.
Cabeza corta:
Nervio peroneo
común, L5- S2.
Músculo
semimembranoso.
Tuberosidad
Isquiática.
Parte
posteromedial del
cóndilo medial de
la tibia.
Flexión de la
rodilla
Nervio ciático,
porción tibial,
L5-S2
Músculo
semitendinoso
Tuberosidad
isquiática (tendón
común, cabeza
común con la
cabeza larga del
músculo bíceps
femoral)
Tuberosidad
tibial a través de
la pata de ganso
Flexión de la
rodilla.
Nervio ciático,
porción tibial,
L5-S2
2.2.1. Fisiología del Músculo Bíceps Femoral (51)
- Es un flexor potente de la rodilla extendida y rota la pierna externamente con la rodilla
flexionada.
- Durante el enderezamiento del tronco desde la posición flexionada, endereza la pelvis y produce,
indirectamente, un efecto de rectificación de la lordosis lumbar.
2.2.2. Fisiología del Músculo Semitendinoso (51)
- Estabiliza la rodilla en los movimientos rotatorios.
21
- Produce una estabilización en el momento que el talón se pone en contacto con el piso.
- En la fase de despegue de la marcha cumple una función flexora de la rodilla.
2.2.3. Fisiología del Músculo Semitendinoso (51)
- Estabiliza la rodilla en los movimientos de rotación.
- Produce una estabilización en el momento que el talón se pone en contacto con el piso.
- Controla la inclinación del tronco a través de las articulaciones de la cadera y participa de forma
importante en el enderezamiento del tronco desde la posición anterior.
3. BIOMECÁNICA DE LA RODILLA
La rodilla trabaja en un estado de compresión, debido al peso corporal y la fuerza de gravedad.
Por ello ha desarrollado mecanismos que le proporcionan una gran estabilidad cuando se
encuentra en su máxima extensión soportando el peso y facilitando el descanso postural en
bipedestación, la vez que debe disponer de una gran amplitud de movimiento para facilitar el
salto y otros movimientos cotidianos.
Esta gran articulación puede considerarse anatómicamente como una doble condílea (atendiendo
al complejo femororibial), pero funcionalmente se comporta como una tróclea, la palanca de
movimiento que le imprime la articulación femororrotuliana.
Así, la rodilla presenta movimientos en los 3 ejes:
En el eje transversal; tiene lugar el movimiento principal de la rodilla: la flexoextensión.
En el eje sagital; se producen los movimientos en varovalgo, poco relevantes cuando la rodilla
se encuentra en extensión.
En el eje vertical; la rodilla rota, externa o internamente, desplazándose la tibia bajo el fémur.
Pero también podríamos analizar otros pares de movimientos, como son los desplazamientos
anteroposteriores, mediolaterales o verticales en la compresióndescompresión.
4. ALINEAMIENTO GENERAL DE LA RODILLA
4.1. Valgo fisiológico de la rodilla
En una visión estática, la alineación del miembro inferior presenta una angulación a nivel de la
rodilla entre sus diferentes segmentos. Así, el eje de la diáfisis femoral y de la diáfisis tibial no
se encuentran en una misma línea, sino que forman un ángulo obtuso, abierto hacia fuera, de
22
unos 170175°. Es el conocido “valgo fisiológico de la rodilla”. Los valores mayores de 175°
implican un genu varum (80-185º), y los menores de 170º un genu valgum.
Este valgo fisiológico también puede establecerse entre el eje de la flexoextensión (un eje que
pasa a través del origen de los ligamentos medial y lateral) y el eje diafisario del fémur. Es un
ángulo más funcional que llega, en este caso, a unos 81º.
Estas desviaciones no son necesariamente simétricas, sino que un lado puede estar más afectado
que el otro, por lo que hay que medir y explorar siempre ambos lados.
El eje mecánico del miembro inferior sí sigue una línea recta trazada entre los centros articulares
de la cadera, la rodilla y el tobillo. Esta línea viene a coincidir en la pierna con el eje tibial; sin
embargo, en el muslo, dependiendo de la angulación y la longitud del cuello femoral, esta línea
presenta un ángulo con la diáfisis femoral de unos 6º. El fémur se encuentra, pues, inclinado en
un plano frontal.
Además, este eje mecánico de todo el miembro inferior no es completamente vertical sino que,
debido a que las caderas se encuentran más separadas entre sí que los tobillos, presenta una leve
inclinación de 3º sobre el eje vertical de gravedad. Cuando la distancia entre las caderas aumenta
(como ocurre en las mujeres, sobre todo tras el parto), aumenta la inclinación del eje mecánico y
del fémur sobre la vertical y se acentúa el valgo fisiológico.
En la edad infantil es cuando más problemas ortopédicos pueden darse en esta zona. En los niños
de entre 2 y 11 años, el valgo considerado fisiológico puede llegar hasta 168°, y también,
considerando la distancia entre los maléolos tibiales del tobillo en una visión frontal, ésta debe
ser menor de 8 cm. La presencia de genu varum en este período debe considerarse anormal. (51)
4.2. Ángulo Q
Se habla del ángulo Q (ángulo del cuádriceps) cuando medimos el ángulo entre las líneas o ejes
de los tendones cuadricipital y rotuliano. En los adultos es de 15.8° (±4.5°) para la mujer y 11.2°
(±3°) para el hombre. (52)
La contracción isométrica del músculo cuádriceps modifica el ángulo Q disminuyéndolo, aunque
esta modificación depende de la tracción de las fibras del vasto medial oblicuo. (53)(54)
El aumento del ángulo que es una desventaja biomecánica para la marcha y la carrera, además
provoca un aumento de la presión fermoropatelar, sobre todo en su faceta externa. (55)
Este ángulo que durante la marcha, presenta un progresivo aumento en los niños hasta los 4 años,
considerándose que a partir de los 11 años ya es definitivo. (56)
23
5. MOVIMIENTOS DE LA RODILLA
El movimiento principal de la rodilla es la flexoextensión. También son posibles las rotaciones
de la tibia bajo el fémur, especialmente con la rodilla flexionada, y otros movimientos de pequeña
amplitud (cuando son amplios se consideran patológicos), como la inclinación lateral
(valgovaro), el desplazamiento anteroposterior de la tibia y la compresióndescompresión.
5.1. Flexoextensión
La flexión es el movimiento que aproxima las caras posteriores del muslo y la pierna y su
amplitud varía según la posición de partida y el tipo de movimiento:
La flexión activa es máxima con la cadera en flexión, debido a la menor resistencia elástica del
cuádriceps (y a la mayor fuerza isquiotibial si se trata de un movimiento activo). La flexión activa
va de 140° (con la cadera en flexión) a 120° (con la cadera en extensión).
La flexión pasiva alcanza una amplitud de 160° y llega a permitir que nos sentemos apoyando
la nalga sobre los talones.
La extensión aleja las caras posteriores del muslo y la pierna. En la extensión completa, desde
una visión lateral, el eje del muslo se continúa con el eje de la pierna. La extensión activa rara
vez sobrepasa la posición de referencia.
La extensión pasiva puede rebasar esa posición unos 510º y cuando está acentuada se conoce
como genu recurvatum.
5.2. Rotaciones
Los movimientos de rotación se consiguen con la rodilla flexionada, ya que cuando está
extendida la tensión ligamentosa mantiene bloqueada la articulación para estas rotaciones.
Para medir los grados de rotación se coloca al individuo en decúbito prono y se flexiona
pasivamente la rodilla a 90° para eliminar esa resistencia; luego se rota pasivamente el pie y se
mide el ángulo que describe el eje del pie desde la línea de referencia inicial. Según Fick, estos
ángulos son de 40° de rotación externa y 30° de rotación interna.
24
6. SUPERFICIES DE CONTACTO
Por un lado, tenemos los cóndilos femorales apoyando y moviéndose sobre la plataforma tibia,
y, por otro lado, la palanca extensora apoyándose y deslizándose entre un almohadillado graso y
un surco cartilaginoso.
6.1. Fémur y tibia
Los cóndilos femorales no son ruedas paralelas entre sí, sino que los ejes anteroposteriores de
cada uno presentan una divergencia hacia atrás. Además la superficie del cóndilo externo es más
larga y prominente. El radio de curvatura de los cóndilos va variando de delante a atrás. Por
delante presentan un amplio radio de curvatura, es una superficie articular que tiene relación con
la rótula: la articulación femoropatelar. En su parte media es donde los cóndilos presentan el
mayor radio de la curva, la superficie es más plana. Por detrás de esta zona la curvatura aumenta,
es una superficie convexa que va a relacionarse con la superficie tibial en la flexoextensión.
Debajo, la meseta tibial presenta una inclinación posterior de 10°. Las glenoides tibiales que
acogen los cóndilos son también diferentes: la interna es cóncava y la externa, convexa.
Todo ello va a determinar el movimiento de los cóndilos femorales sobre las glenoides tibiales.
6.2. Fémur y Rótula
La articulación femoropatelar se asemeja a una cuerda en una polea. La cresta que presenta la
rótula en su cara posterior le facilita el encaje en el canal que forman la tróclea femoral y la
escotadura intercondílea. Por lo tanto, el movimiento de la rótula sobre el fémur durante la flexión
es una traslación a lo largo de la garganta de la tróclea hasta la escotadura intercondílea, de arriba
a abajo, siendo en la extensión de abajo a arriba.
La rótula se encuentra bien encajada en su surco, llegando al máximo acoplamiento en la flexión
completa, mientras que disminuye bastante en el caso contrario, es decir, en una hiperextensión
de rodillas.
Durante ese desplazamiento entre los cóndilos, el cartílago rotuliano contacta en sus diferentes
zonas según el grado de flexión: desde la extensión completa hasta la flexión de 30º contacta más
con su cartílago más inferior, a partir de ahí pasa a contactar con su tercio medio y finalmente, en
la flexión completa, sólo la parte más proximal de la rótula contacta con la tróclea femoral,
incluyendo una pequeña carilla que presenta en su ángulo superointerno. (57)
25
El centrado de la rótula también puede valorarse, entonces, en distintos grados del movimiento
articular, mediante una visión axial. Desde esa visión podemos valorar el grado de relación de
ambas carillas articulares rotulianas con los cóndilos femorales.
A partir de los 90° de flexión, la rótula se inclina y la carilla interna y la accesoria superointerna
contactan con el cóndilo. En ese momento el contacto se produce en los bordes laterales de la
rótula pero no en el centro. En flexión máxima existe, además, contacto entre el tendón y los
cóndilos.
Las carillas articulares de la rótula varían según tres formas: (58)
Tipo 1 (10%) en la que ambas carillas son simétricas.
Tipo II (65%) en la que la carilla medial es más cóncava y más estrecha.
Tipo III (25%) en la que la cara medial es, además, convexa y mucho más pequeña.
7. DESPLAZAMIENTOS
7.1. Fémur y tibia
En el movimiento de flexión, cuando se inicia, los cóndilos ruedan sobre las glenoides poco a
poco. A medida que aumenta la flexión, empiezan a resbalar más y rodar menos hasta que, en
los últimos grados de flexión, el cóndilo prácticamente se desliza sin rodar. Es la manera de evitar
que, debido al solo mecanismo de rodamiento, los cóndilos se desplazaran tanto durante la flexión
que se salieran por detrás. En esta importante función de sujeción interviene el ligamento cruzado
anterior, que es el que provoca que se pase del rodamiento al deslizamiento.
La longitud del rodamiento al principio de la flexión es diferente en los 2 cóndilos, el cóndilo
externo es más largo y sobresale más, por lo que tiene un recorrido mayor sobre la glenoide, es
decir, rueda más al principio de la flexión, y el cóndilo interno sincroniza su rodamiento para
proseguir juntos.
El hecho de la diferente curvatura de los cóndilos también hace que, en la flexión completa, el
talón tome contacto con la nalga a nivel de la tuberosidad isquiática, más cerca del plano de
simetría del cuerpo.
26
7.2. Comportamiento de las estructuras de sujeción pasiva
La estabilidad de la rodilla en la postura de reposo en bipedestación tiene su estabilización pasiva
en una cierta hiperextensión. En esta posición se produce un «bloqueo», en el sentido de que no
se puede continuar extendiendo la rodilla y, además, el hecho de que el eje de gravedad pase por
delante del centro de la rodilla impide también la flexión, lo que permite descargar la contracción
de los músculos del muslo, principalmente del cuádriceps. Las estructuras que mantienen el
bloqueo son los casquetes de la cápsula articular, que calzan los cóndilos femorales por detrás, y
las expansiones fibrosas poplíteas: el ligamento poplíteo arqueado por dentro y el ligamento
poplíteo oblicuo por fuera. El ligamento cruzado posterior también se tensa en esta posición.
También desempeñan un factor de sujeción de la rodilla en extensión los músculos flexores y los
fuertes tendones flexores cilíndricos: sartorio, recto interno o gracilis, semitendinoso,
semimembranoso, poplíteo, bíceps crural, y también los gemelos en su inserción proximal.
La estabilidad lateral también se ve reforzada en la posición de extensión de la rodilla debido al
aumento de la tensión a la que se ven sometidos los ligamentos colaterales. El ligamento colateral
externo (LCE) se ve reforzado por la fascia lata, mientras que el ligamento colateral interno lo
hace con la pata de ganso superficial. También influyen las expansiones fibrosas de las
aponeurosis del cuádriceps en sus vastos externos e internos. (59)
La rótula se mantiene centrada en la tróclea femoral por las fibras patelofemorales o alerones
rotulianos.
8. COMPORTAMIENTO DE LAS ESTRUCTURAS DINÁMICAS
8.1. Músculos extensores
La extensión de la rodilla ocurre por el músculo cuádriceps: por cuatro vientres musculares que
desde la mitad superior del muslo, convergen en la rótula y, desbordándola, alcanzan la
tuberosidad anterior tibial.
Tres de ellos son monoarticulares y traccionan la rótula hacia arriba siguiendo la disposición de
sus fibras, con lo que la fuerza resultante final se dirige siguiendo el eje del muslo. El vasto interno
desciende más que el externo y parte de sus fibras, las más distales, aumentan la inclinación para
traccionar la rótula con mayor intensidad y evitar la tendencia rotuliana a desplazarse afuera
durante la acción extensora global.
Podemos hablar, pues, de dos porciones en el vasto interno: una larga y una extensora, que se
inserta en el ángulo superointerno de la rótula, y otra oblicua estabilizadora de la rótula en su
27
ascenso durante la extensión. Algunos autores también dividen el vasto lateral en dos porciones
(60): larga y corta, estabilizando esta última a la rótula, lateralmente, junto a la cintilla iliotibial.
(61)
El otro fascículo del cuádriceps es el recto anterior. Un músculo biarticular pues cruza por delante
de la rodilla y de la cadera para insertarse en la pelvis. Su acción extensora sobre la rótula se ve
mejorada cuando la cadera se coloca en extensión, pues entonces sus fibras se encuentran más
alargadas cuando comienza la contracción y por tanto, serán más efectivas.
La inserción del cuádriceps en la rótula está formada por tres capas: la más superficial es la del
recto anterior, la intermedia es la fusión de las aponeurosis del vasto medial y lateral, y la
profunda la inserción del vasto intermedio o músculo crural. (62)
8.2. Músculos flexores
Los músculos flexores de la rodilla se sitúan por detrás de ella y son:
1. Los músculos llamados isquiotibiales (semitendinoso, semimembranoso y bíceps crural).
2. Los que constituyen la pata de ganso superficial (sartorio, recto interno y el ya nombrado,
semitendinoso).
3. El músculo poplíteo.
4. En parte, los gemelos (gastrocnemio).
5. También hay que mencionar la fascia lata, cuyo tensionado aumenta la flexión de la rodilla,
una vez iniciada la misma.
El músculo poplíteo y la porción corta del bíceps crural no son biarticulares, los demás son
biarticulares, con lo que intervienen tanto en el movimiento de la rodilla como en el de la cadera,
modificando la intensidad de sus acciones, bien en la cadera o bien en la rodilla.
Los isquiotibiales realizan tanto la flexión de la rodilla como la extensión de la cadera o la
retroversión de la pelvis. Así, durante la flexión de la cadera se llega a un momento, hacia los 90°
(y en la mayoría mucho antes), en el que la flexibilidad muscular no da más de sí y, o la rodilla
se flexiona o la pelvis se ve obligada a bascular en retroversión. Como la flexión de la cadera
aumenta la eficacia de estos músculos, la posición al subir una pendiente, o en la escalada, se ve
favorecida cuando inclinamos hacia delante el tronco o, lo que es lo mismo, flexionamos la
cadera.
El caso del músculo poplíteo es particular. Su función básica es la de rotador interno de la rodilla
al actuar sobre la tibia (63). Estudios electromiográficos han puesto de manifiesto una marcada
28
actividad del poplíteo durante la flexión de la rodilla (64). Pero, aunque se encuentra por detrás
de la articulación y por lo tanto con un factor flexor, algunos autores, como Kapandji, llegan a
plantear que, cuando la rodilla está flexionada, la inserción femoral del polplíteo tira del cóndilo
externo hacia atrás y también puede contribuir a iniciar la extensión. Es un músculo complejo
que controla el inicio de ambos movimientos o está allí para corregir la trayectoria del
movimiento, respetando la fisiología de la rodilla (65).
El de acción más compleja es el músculo sartorio, el cual, cuando la rodilla está en extensión,
interviene sobre el movimiento de la cadera, llevándola a una flexión, abducción y rotación
externa. Pero cuando la rodilla está flexionada, la lleva a una mayor flexión de la misma y una
rotación interna de la pierna.
Los músculos flexores se originan en la tuberosidad isquiática, pero unos se dirigen a la cara
interna de la tibia y otros al peroné (por ello algunos autores prefieren denominarlos
isquiosurales), provocando un componente rotatorio además de la flexión. El semitendinoso y el
semimembranoso son, además de flexores, rotadores internos de la pierna, mientras que el bíceps
crural (ambas porciones corta y larga) es rotador externo. Así pues, los músculos flexores de la
rodilla son también sus retadores.
8.3. Biomecánica de la flexión
Los cóndilos primero ruedan y luego resbalan. Al principio de la flexión los cóndilos femorales
ruedan sobre las superficies glenoideas tibiales. Al continuar la flexión, los cóndilos empiezan a
resbalar. Al final de la flexión sólo hay deslizamiento.
Los primeros grados de flexión se acompañan de una rotación automática interna tibial por la
acción más determinante del cóndilo externo rodando sobre la tibia. Los meniscos se desplazan
hacia atrás para acompañar a los cóndilos femorales. La rótula no es atrapada por la tróclea del
fémur hasta los 2530° de flexión. El tendón rotuliano se desplaza hacia atrás unos 35°.
Las presiones en la articulación femoropatelar aumentan progresivamente durante la flexión. A
los 90° son el triple que a los 45°. De los 90° hasta los 120º la presión disminuye debido a que el
tendón rotuliano se pone en contacto con la tróclea femoral. El pico de mayor presión se localiza
entre los 70 y los 80° (66). Lógicamente, la presión será mayor en los individuos que posean
tendones rotulianos más cortos que en los que los tengan más largos.
A los 20° de flexión, la compresión rotuliana y el ángulo Q provocan que la carilla externa de la
rótula se comprima sobre el cóndilo externo.
29
Si consideramos una flexión de la rodilla en situación de carga, como puede ser la flexión de
rodilla en bipedestación, entonces la rotación interna automática se intenta compensar con una
mayor participación del bíceps femoral que frena esa rotación (67).
En la flexión activa, el músculo poplíteo inicia la orientación articular para que los músculos
flexores de la pata de ganso superficial, los isquiotibiales o el bíceps femoral, prosigan la acción
(68).
8.4. Biomecánica de la extensión
La principal función del músculo cuádriceps es la extensión de la rodilla y la estabilización de la
rótula. Cuando se inicia la extensión participan también las fibras del músculo subcrural que tiran
de la cápsula hacia arriba.
La tracción del cuádriceps sobre la rótula y de ésta sobre los ligamentos meniscorrotulianos
provoca que los meniscos se vean arrastrados hacia delante.
El ligamento femoropatelar medial es la estructura ligamentosa más importante para evitar un
desplazamiento lateral y, así, retener la rótula centrada. También hay que destacar la importancia
clínica del vasto medial, debido a la oblicuidad de sus fibras y a su inserción tan baja. (69)
Según estudios electromiograficos (70), la limitación de la extensión suele estar en relación con
la mecánica articular de la rodilla y no necesariamente con la debilidad del vasto interno.
En la extensión activa, desde 160 a 90°, el momento que ejerce el cuádriceps se mantiene muy
constante para disminuir rápidamente, se requiere un gran esfuerzo para extender la articulación
los últimos 20º. (71)
El recto anterior tiene una fuerza muy variable en dependencia de la colocación previa de la
cadera. Cuando la cadera está flexionada, el recto anterior tiene que desarrollar más esfuerzo para
extender la rodilla que cuando la cadera está previamente extendida o la posición neutra.
De todas formas, para las actividades de la vida diaria (subir y bajar escaleras, sentarse, etc.) no
suele requerirse en la rodilla más que una amplitud de movimiento articular en la rodilla que va
desde O a 115° de flexión. (72)
9. MECÁNICA Y PATOMECÁNICA DE LOS MÚSCULOS
EXTENSORES DE LA RODILLA (73)
El músculo cuádriceps es el que se encarga de la extensión de la rodilla. El cuádriceps se compone
de cuatro músculos los cuales analizaremos a continuación (ANEXO7):
30
Recto femoral
El recto femoral es el único músculo que se une a dos articulaciones una en la cadera y la otra en
la rodilla, también es uno de los músculos localizado en el centro de la parte anterior del muslo.
El recto femoral contribuye en la extensión de la rodilla y flexión de la cadera. (74,75) Sin
embargo, es importante entender las circunstancias bajo las cuales el recto femoral contribuye a
estos movimientos. El recto femoral está activo en la extensión de la rodilla con la cadera
flexionada o extendida (76,77,78). Sin embargo, estudios muestran que es más activo cuando la
pierna esta recta que cuando realiza una contracción isométrica del cuádriceps en la posición de
decúbito supino. (79, 80) Datos electromiográficos (EMG) muestran que el músculo participa en
la flexión activa de la cadera en el medio y al final del rango de flexión de movimiento (ROM).
Sin embargo, su actividad aumenta en la rotación lateral y la abducción de la articulación de la
cadera.
Efectos de la debilidad
La debilidad del recto femoral es inusual, causa una reducción de la fuerza de la extensión de la
rodilla y una disminución en la fuerza de la flexión de la cadera. El área de la sección transversal
fisiológica del recto femoral es aproximadamente el 15% de la masa muscular total del
cuádriceps. (81,82) La estimulación eléctrica directa al recto femoral sugiere que el músculo
produce aproximadamente el 20-25% de la extensión. Por lo tanto, la pérdida de fuerza del recto
femoral por si sola puede producir hasta un 25% de pérdida en la fuerza de la extensión.
Efectos de la rigidez
A diferencia de la debilidad del recto femoral, la rigidez aislada del recto femoral es común, ya
que la posición para estirar el músculo (extensión de la cadera con flexión de la rodilla) es poco
frecuente. La firmeza del recto femoral limita el ROM en los movimientos combinados de flexión
de rodilla y extensión de cadera. La identificación de la rigidez del recto femoral requiere un
examen de la movilidad de flexión de rodilla con la cadera en extensión. La flexión de la cadera
pone el recto femoral en la holgura, permitiendo más ROM de flexión de la rodilla. (ANEXO 8)
Vasto intermedio
Otro músculo del cuádriceps ubicado en la posición central es el vasto intermedio. Es un músculo
independiente y más profundo del grupo muscular del cuádriceps (81), no es palpable en el muslo
normal.
Al igual que el otro vasto, la acción del vasto intermedio es la extensión de la rodilla. Los estudios
de EMG demuestran la actividad del vasto interno durante la extensión de la rodilla durante todo
el ROM.
31
Efectos de la debilidad
Es poco probable que el vasto intermedio se debilite. Sin embargo, en algunas personas presentan
una proporción sustancial de todo el músculo cuádriceps. El porcentaje del cuádriceps formado
por el vasto intermedio basado en el área de la sección transversal fisiológica varían entre
aproximadamente 15 y el 40% de la masa muscular total. En la estimulación eléctrica directa el
músculo intermedio produce aproximadamente 40-50% del torque extensor total. Debido a esto,
la debilidad del vasto intermedio produce una disminución de la fuerza en la extensión de la
rodilla. (73)
Efectos de la rigidez
La firmeza del vasto intermedio solo es poco probable. Sin embargo, la rigidez de los vastos
juntos contribuyen a la disminución de la flexión de la rodilla en el ROM. Es importante
reconocer que la rigidez de los tres vastos cruzan solo la rodilla y dan como resultado un ROM
disminuido en la flexión de rodilla independientemente de la posición de la cadera, a diferencia
del recto femoral, cuya rigidez se observa cuando se extiende la cadera.(73)
Vasto lateral
El vasto lateral es un músculo grande. En muchas personas, es el músculo más grande del
cuádriceps. La acción del vasto lateral es la extensión de la rodilla está activo durante
todo el ROM de la extensión de la rodilla y la contracción es proporcional a la resistencia
en la extensión.
Efectos de la debilidad
La debilidad del vasto lateral reduce la fuerza en la extensión de la rodilla. La debilidad del vasto
interno no es común. Sin embargo, la pérdida de fuerza en el vasto lateral puede reducir la fuerza
en la extensión. En diferentes estudios muestran que en algunas personas, el vasto lateral puede
contribuir en un 40% de la fuerza en la extensión de la rodilla (81). Sin embargo, en la
estimulación eléctrica del vasto lateral durante su contracción dieron los mismo resultados que
el recto femoral, aproximadamente 20-25% de la extensión total. Si el vasto lateral se debilita
produce una debilidad en la extensión de la rodilla.
Efectos de la rigidez
La rigidez del vasto lateral no es común. Sin embargo, la rigidez limita el ROM en la flexión de
la rodilla. La rigidez también puede contribuir a un aumento en la fuerza de contacto entre la
rótula y el fémur durante la flexión de la rodilla. Por lo tanto, la rigidez del cuádriceps puede
contribuir al dolor articular femororrotuliano.
32
Vasto medio
El vasto medio es el más estudiado del músculo cuádriceps, aproximadamente abarca de 20 a
30% del área transversal fisiológica global del cuádriceps.
La acción del vasto medio es la extensión de la rodilla. En el EMG muestra que el vasto medio
está activo con las otras cabezas del cuádriceps en todo el ROM de la extensión activa de la
rodilla. En la estimulación directa el vasto medial proporciona aproximadamente 10-12% de la
extensión total en las contracciones, la segunda función del vasto medial es estabilizar la rótula
durante la extensión activa de la rodilla para apreciar la importancia de esta función, es necesario
examinar la arquitectura general del cuádriceps, el recto femoral y el vasto intermedio están
ubicados en el centro, y sus tracciones en la rótula se ejercen a lo largo del eje del fémur, porque
el fémur se desvía lateralmente desde la tibia y tiran proximalmente y lateralmente la rótula
(ANEXO 9). Además la tracción del vasto lateral en la rótula es respecto al fémur. Sin embargo,
el ligamento patelar tira de la rótula en dirección distal. La adición de estas fuerzas sobre la rótula
produce una fuerza que se dirige lateralmente sobre la rótula. El ángulo Q estima el tirón lateral
del músculo cuádriceps. Está formado por la intersección de la espina iliaca anterosuperior
(ASIS) de la pelvis con el centro de la rótula y otra de la tuberosidad tibial (ANEXO 10). Aunque
las estimaciones de la magnitud del rango de la población normal varían, existe un acuerdo
general de que los valores normales oscilan entre aproximadamente 10 y 20°. Los estudios que
investigan las diferencias en el ángulo Q entre hombres y mujeres informan ángulos Q
estadísticamente más grandes en mujeres, con valores que varían de 15 a 20°. Los valores
informados para los hombres oscilan entre aproximadamente 10 y 15°. En el individuo sin
patología de la extremidad inferior, el ángulo Q y la medición del valgo de la rodilla usando el
mismo eje del fémur y la tibia son muy similares (ANEXO 11). Sin embargo, el ángulo es una
función de la ubicación de la tuberosidad tibial en lugar del eje de la tibia.
Por lo tanto, las deformidades torsionales de la tibia y el fémur y las alineaciones rotativas del pie
de la rodilla. Ángulo de ángulo Q anclado un tirón lateral aumentado en la rótula y parece
aumentar el riesgo de dolor anterior de rodilla. El ángulo Q indica que la contracción activa del
músculo cuádriceps femoral se aplica a la tracción lateral de la rótula, ya que tira de la rótula
proximalmente y extiende la rodilla. De hecho, se informaron los cambios en la inclinación
rotuliana y los ángulos de congruencia durante la contracción del cuádriceps femoral en las
personas. Hay tres sistemas de protección para estabilizar la rótula y prevenir su desviación lateral
(48). Una fuente de protección es la superficie expandida en el cóndilo lateral del fémur. Esta
expansión ósea sirve como contrafuerte contra el desplazamiento lateral de la rótula. El retináculo
del extensor medial también proporciona resistencia pasiva al tirón lateral en la rótula.
Finalmente, la protección dinámica es ofrecida por el vasto medio, particularmente por las fibras
33
de la VMO. La disposición de la fibra de la VMO hace que el músculo sea ideal para proporcionar
fuerza estabilizadora, ya que las fibras corren casi por completo en dirección medial y lateral y
directamente a la inserción de la rótula. Por lo tanto, la función principal de la VMO parece ser
la estabilización de la rótula contra la tracción lateral normal de las otras cabezas del músculo
cuádriceps femoral.
Efectos de la debilidad
Algunos autores sugieren que la expansión lateral de la rótula probablemente ocurre al término
de la extensión. Sin embargo, el efecto del vasto medio es controvertido. Primero es importante
reiterar que el vasto medio parece con las otras cabezas del músculo cuádriceps femoral a lo largo
de la extensión de la rodilla. Esta participación es independiente de la posición angular de la
rodilla, la velocidad de contracción y el modo de contracción (concéntrico vs. Excéntrico).
Por lo tanto, es difícil identificar un escenario en el que el vasto medial sea débil de forma aislada.
La debilidad del vasto medial junto con el resto del músculo cuádriceps femoral conduce a una
disminución de la fuerza en la extensión de la rodilla. Sin embargo, sigue habiendo una fuerte
impresión clínica de que la debilidad del vasto medial contribuye al dolor anterior de la rodilla al
permitir el seguimiento lateral excesivo de la rótula.
El desplazamiento lateral anormal de la rótula durante la contracción del cuádriceps se informa
en individuos con dolor anterior de rodilla. Sin embargo, los datos para demostrar que la debilidad
específica del vasto medial contribuye al seguimiento anormal de la rótula y, por lo tanto, al dolor
anterior de la rodilla han sido difíciles de alcanzar. En contraste, la fuerza del cuádriceps femoral
como un todo se correlaciona con la presencia o ausencia de dolor anterior en la rodilla. La fuerza
del cuádriceps también parece ser un poderoso predictor del éxito o fracaso de un régimen de
intervención para el dolor anterior de rodilla.
Efectos de la rigidez
No hay informes de rigidez específica del vasto medio. La rigidez junto con el resto de
los músculo cuádriceps disminuye la ROM de flexión de la rodilla.
9.1. Consideraciones funcionales para el músculo cuádriceps
Después de lo hablado en lo anterior, las cabezas del cuádriceps funcionan juntas para extender
la rodilla. En actividades de la vida diaria, se requiere la contracción del cuádriceps femoral
principalmente para levantar y bajar el peso del cuerpo mientras está en posición vertical. Tales
34
actividades incluyen subir o bajar de una silla o subir escaleras. Por el contrario, la extensión de
la rodilla durante la fase de balanceo de la marcha requiere poca o ninguna actividad del
cuádriceps femoral. Esta extensión ocurre principalmente como resultado del impulso.
La debilidad del cuádriceps es un fuerte predictor del deterioro del rendimiento en muchas
actividades de la vida diaria.
La fuerza de los cuádriceps también parece ser un factor crítico en la rehabilitación de la
articulación de la rodilla después de las lesiones ligamentosas.
Del mismo modo, la fuerza de extensión de la rodilla se correlaciona positivamente con la función
y se correlaciona negativamente con los síntomas en individuos con osteoartritis de la rodilla.
Incluso hay evidencia de que la fuerza del cuádriceps ofrece protección contra la degeneración
articular. Por lo tanto, se insta al clínico a evaluar la fuerza de extensión de la rodilla
cuidadosamente en pacientes con menor alteración de la extremidad.
10. ANÁLISIS DE LAS FUERZAS QUE ACTÚAN SOBRE LA
RODILLA
10.1. Análisis bidimensional de la fuerza muscular en el cuádriceps durante
la extensión de rodilla
Un ejercicio de fortalecimiento típico para el músculo cuádriceps femoral es la extensión de la
rodilla que levanta un peso desde la posición sentada (ANEXO 12) presenta un análisis
bidimensional simple de este ejercicio. Aunque este ejemplo es una simplificación excesiva de
las cargas en la rodilla, proporciona una aproximación aceptable de la fuerza requerida del
cuádriceps para sostener la pierna y el pie en un ángulo de 30° de flexión de la rodilla con un
peso de 10 libras (lb) en el tobillo. El análisis revela que los músculos extensores deben generar
una fuerza de 1.08 veces el peso corporal (PC) para mantener esta posición.
El examen cuidadoso del brazo del momento del músculo cuádriceps en comparación con el
momento en que los brazos del tobillo pesan y el peso de la pierna y el pie explica porque necesita
una fuerza extensora tan grande. El brazo de momento del peso del tobillo es aproximadamente
10 veces mayor que el brazo de momento del músculo. De manera similar, el brazo de momento
del peso de la pierna y el pie es aproximadamente 6.5 veces más grande que el brazo de momento
del cuádriceps. La desventaja mecánica producida por el brazo de momento corto del cuádriceps
da como resultado requisitos de fuerza muy grandes del músculo.
35
En el ejemplo del (ANEXO 12) analiza la fuerza en el músculo cuádriceps en una posición única
de la rodilla. Los cambios en la posición de flexión y extensión de la rodilla alteran el momento
de los brazos de los pesos y también del músculo. A medida que la rodilla se extiende desde 90°
hasta la extensión completa, los brazos de momento del tobillo y el peso de la extremidad
aumentan constantemente (ANEXO 12). Por lo tanto, los momentos externos que debe resistir el
músculo cuádriceps aumentan. El brazo del cuádriceps es mayor en extensión que en flexión más
allá de 50°. Sin embargo, este aumento es relativamente leve y proporciona solo una pequeña
mejora en la ventaja mecánica del músculo. Los aumentos en el momento en que los brazos de
las fuerzas externas exceden cualquier ventaja mecánica aumentada del cuádriceps.
En consecuencia, la fuerza requerida del cuádriceps aumenta progresivamente desde 90° de
flexión de la rodilla hasta la extensión completa.
10.1.1. Efecto del modo de ejercicio en la fuerza del cuádriceps
Los ejemplos descritos anteriormente examinan las fuerzas musculares que se requieren para
resistir el peso de la pierna y el pie y cualquier peso adicional aplicado. Sin embargo, hay muchos
otros dispositivos de fortalecimiento disponibles que ejercen resistencia sobre la rodilla de
diferentes maneras. Cada método puede alterar la dirección de la fuerza externa o la mecánica de
la producción muscular. Es importante que el clínico aprecie la influencia que ejerce el modo de
ejercicio sobre las fuerzas musculares en la rodilla. Esta sección examina los efectos variables de
la resistencia aplicada por:
Una polea o sistema de levas.
Un dinamómetro isocinético.
Un ejercicio de cadena cerrada.
10.1.2. Resistencia a la extensión de rodilla ofrecida por un sistema de
poleas:
La diferencia critica entre la resistencia de los pesos libres como se demuestra en el (ANEXO12)
y una resistencia aplicada a través de una polea es la dirección de la fuerza externa. El peso es
una fuerza que, por definición, se ejerce en una dirección vertical y descendente. Sin embargo,
una polea o sistema de leva está diseñada para entregar una fuerza que siempre se dirige
perpendicular a la extremidad (ANEXO 13). En este caso, el momento externo aplicado a la
rodilla es constante a lo largo del rango de extensión. Desde el momento en que el brazo del
cuádriceps aumenta ligeramente en la última mitad del movimiento de la extensión, la fuerza
muscular de extensión necesaria para generar el momento es ligeramente inferior a este rango. La
36
magnitud de la fuerza del cuádriceps, entonces, se ve afectada más por la magnitud de la
resistencia que por la posición de la rodilla.
10.1.3. Extensión de la rodilla contra un dinamómetro isocinético:
Un dinamómetro isocinético difiere de los pesos libres y de los sistemas de poleas al permitir una
resistencia variable. Al igual que en el sistema de poleas, la resistencia se aplica perpendicular a
la pierna. Sin embargo, el dinamómetro ofrece una resistencia de acomodación que coincide con
el par aplicado por el individuo que lo usa. La mecánica del músculo cuádriceps revela que el
músculo extensor de la flexión de la rodilla, en algún lugar aproximadamente 50 y 80° de la
flexión de la rodilla. Por lo tanto, cuando el individuo aplica una fuerza máxima al dinamómetro
a través del rango de extensión de la rodilla, la fuerza del cuádriceps alcanza su máximo en el
rango medio.
10.1.4. Ejercicios de extensión de rodilla usando un formato de cadena
cerrada:
Una cadena cerrada es una descripción mecánica de un sistema de enlaces en el que ambos
extremos del sistema están unidos a estructuras relativamente fijas. La rodilla participa en
actividades de cadena cerrada cuando el pie esta fijo en el suelo. Dado que la cadera está
conectada a un torso menos movible superiormente, la rodilla está situada entre dos extremos
relativamente fijos y funciona en una cadena cerrada. Las sentadillas son una forma común de
ejercicio de cadena cerrada.
El ejercicio de cadena cerrada presenta los diferencias sustanciales con respecto a los otros
ejercicios de fortalecimiento de la extensión descritos hasta ahora. Primero, la resistencia es el
peso de la cabeza, los brazos y tronco (CBT). La otra gran diferencia es la relación entre el
momento del brazo de resistencia y la posición de la articulación de la rodilla. En posición
erguida, el centro del peso se encuentra ligeramente por delante de la articulación de la rodilla.
En esta posición, el brazo de momento del peso (CBT) es muy pequeño y en realidad produce un
pequeño momento de extensión. En consecuencia, en posición erguida, no hay necesidad de
actividad delos extensores de la rodilla. Sin embargo, cuando el sujeto se pone en cuclillas, el
centro de más CBT se mueve hacia atrás, produciendo un brazo de momento de flexión que
aumenta con el ángulo de flexión de la rodilla. A medida que la sentadilla aumenta, la magnitud
del momento de flexión externa aumenta, la fuerza requerida del músculo cuádriceps aumenta en
concierto. Las actividades de cadena cerrada son comunes a lo largo de la vida cotidiana,
37
levantarse de una silla, subir escaleras y salir de la bañera son algunos ejemplos de las actividades
de cadena cerrada llevado a cabo rutinariamente.
Los cuatro modos de ejercicios descritos aquí difieren entre sí en el patrón de fuerza muscular de
cuádriceps requerido a través del rango de flexión de la rodilla y de extensión. Estos patrones se
resumen a continuación:
En el ejercicio con pesas libres, la fuerza del cuádriceps requerida para un peso dado
alcanza su punto máximo cuando la rodilla esta en extensión completa.
La extensión de la rodilla utilizando un sistema de polea produce una fuerza casi
constante del cuádriceps (ligeramente más baja, ya que el bazo del momento cuádriceps
disminuye algo cuando la rodilla se flexiona a menos de 50°). La magnitud de la fuera
del cuádriceps depende principalmente de la fuerza externa.
Debido a que la resistencia isocinética es complaciente, la fuerza del cuádriceps refleja
la capacidad mecánica intrínseca del músculo. Por lo tanto, la fuerza máxima del
cuádriceps se produce en el rango medio de la flexión de la rodilla.
El ejercicio de cadena cerrada requiere aumentar la fuerza del cuádriceps a medida que
aumenta la flexión de la rodilla.
Varios estudios informan la fuerza muscular del cuádriceps durante el ejercicio máximo
isométrico o isocinético. Las estimaciones de las fuerzas musculares generadas durante los
esfuerzos máximos varían pero son tan grandes como nueve veces 250 Nm. A modo de
comparación, (ANEXO 14) reproduce los cálculos en (ANEXO 12) utilizando momentos
internos en unidades de newton-metros (Nm). Estos cálculos revelan que levantar un peso libre
de 10 Lb puede generar una carga de extensión de aproximadamente 26.3 Nm.
Relevancia clínica: Fractura de avulsión de la tuberosidad tibial: estudio de caso:
El análisis de ejercicios de extensión con resistencia demuestra las enormes cargas que los
músculos extensores son capaces de generar. Maffulli y Grewal informan fracturas por avulsión
sostenidas por dos gimnastas adolescentes durante las maniobras de aterrizaje. Estos autores
informan que ambos niños mostraron una mayor fuerza en sus extensores ilesos que los
adolescentes no atléticos. Los autores sugieren que la fuerza en el músculo cuádriceps
desarrollada durante el aterrizaje puede haber excedido la resistencia de la placa de crecimiento
de la tuberosidad tibial. Estos informes son útiles para demostrar la fuerza que el músculo
cuádriceps femoral es capaz de generar. También sirven para advertir al médico que el sistema
musculoesquelético subyacente debe ser capaz de sostener estas cargas.
38
10.2. Fuerzas y momentos en las estructuras de la articulación de la rodilla
durante la actividad
10.2.1. Fuerzas y momentos en la articulación tibiofemoral
Una vez que se determina la fuerza muscular en una articulación, se pueden usar ecuaciones de
equilibrio estático para calcular las fuerzas de reacción conjunta en la articulación. (ANEXO 15)
proporciona una solución simple de dos dimensiones para la fuerza de reacción articular en la
articulación tibiofemoral durante el ejercicio de extensión de rodilla de peso libre descrito en
(ANEXO 12). Este ejemplo revela que durante el simple ejercicio de extensión de la rodilla de
levantar una carga de 10 lb, la articulación tibiofemoral mantiene una fuerza de reacción conjunta
de aproximadamente el 100% de PC. Dado que las cargas musculares son un importante
contribuyente a las fuerzas de reacción de las articulaciones, no es sorprendente que se reporten
cargas considerablemente mayores de hasta varias veces durante las actividades como caminar,
trotar, levantar, guiar y subir escaleras.
La fuerza de reacción conjunta en una articulación se informa con frecuencia en términos de sus
componentes de carga axial o compresiva, así como sus fuerzas de corte en las direcciones
anteroposterior y medial-lateral. Las cargas de compresión en la rodilla son mucho mayores que
las fuerzas de corte. La fuerza de reacción conjunta es de particular interés porque se considera
como un importante factor que contribuye al desarrollo de la osteoartritis (OA). La articulación
de la rodilla es una de las articulaciones de soporte de peso más comunes afectadas por OA, y la
OA de rodilla es la principal causa de discapacidad en adultos mayores. Por lo tanto, es importante
que el clínico reconozca la relación entre las fuerzas musculares y articulares y sus posibles
asociaciones con OA y considere cómo el ejercicio afecta las cargas articulares.
La articulación tibiofemoral también sostiene grandes momentos durante las actividades
funcionales. La articulación tibiofemoral exhibe 6 grados de libertad y, por lo tanto, sostiene
fuerzas y momentos a lo largo y alrededor de los ejes medial-lateral, anteroposterior y
longitudinal. Los momentos sobre los ejes medial-lateral y anterio-posterior son particularmente
relevantes clínicamente. Los momentos sobre el eje medial-lateral tienden a producir flexión o
extensión. Un momento interno de extensión producido por el cuádriceps equilibra el momento
de flexión externo ejercido por la fuerza de reacción del suelo durante una sentadilla. En el plano
frontal, durante la locomoción normal, la fuerza de reacción del suelo aplica un momento de
aducción externo sobre la rodilla durante la mitad de la postura. Este momento de aducción
aumenta las fuerzas aplicadas a la meseta tibial medial y al cóndilo femoral. El momento de
aducción aumenta en individuos con alineación en varo de la rodilla y se asocia con cambios
degenerativos del lado medial de la articulación de la rodilla, osteoartritis en el compartimiento
medial de la rodilla.
39
Por el contrario, un individuo que carece de una estabilización adecuada de la articulación de la
cadera y la rodilla en el plano frontal puede sufrir grandes momentos de abducción externa
durante el soporte del peso. Los momentos de abducción excesiva se asocian con dolor medial de
rodilla y desgarros del ligamento cruzado anterior.
Un elemento importante en la vinculación de fuerzas y momentos de la articulación con la
posterior degeneración de la articulación es el área sobre la que se aplica la fuerza. La capacidad
de una articulación para sostener las fuerzas de reacción conjuntas depende no solo de la magnitud
de la fuerza de reacción, sino también de su ubicación y de cómo se dispersa a través de la
superficie de la articulación. El área sobre la cual se aplica una fuerza determina la tensión
aplicada a la estructura. La incongruencia de las superficies articulares de la articulación
tibiofemoral afecta directamente el área de contacto de la rodilla y, en consecuencia, el estrés
aplicado a las superficies tibiales. Los estudios indican que el compartimento medial normal de
la rodilla soporta más fuerza de reacción articular que el compartimiento lateral. Sin embargo, la
superficie articular global es mayor en el lado medial de la articulación que en las superficies
laterales. Los informes difieren sobre cuál cóndilo tibial sostiene mayor estrés. Las magnitudes
reportadas de estrés máximo varían de 4 a 9 MPa en condiciones de carga estática, en
comparación con 4 a 7 MPa en la cadera durante el nivel de caminata.
10.2.2. Fuerzas en los ligamentos de la articulación tibiofemoral
El análisis de las fuerzas de la articulación tibiofemoral presentado en (ANEXO 15) que el tirón
del músculo cuádriceps femoral durante la contracción puede descomponerse en un componente
compresivo y un componente de cizalladura. El componente compresivo contribuye a las grandes
fuerzas axiales en la articulación tibiofemoral descrita anteriormente. La fuerza de corte anterior
también tiene importantes implicaciones clínicas. El tirón del músculo en la dirección anterior
tiende a deslizar la tibia en sentido anterior sobre el fémur. Se informan fuerzas de cizalla
anteriores iguales al peso corporal durante una contracción vigorosa del cuádriceps. El ligamento
cruzado anterior (LCA) proporciona la resistencia primaria a la traducción anterior de la tibia.
Por lo tanto, la contracción del cuádriceps aplica un tirón significativo del LCA.
10.3. Co-contracción de los músculos en la rodilla
En los análisis biomecánicos presentados anteriormente, solo el músculo cuádriceps está activo.
Sin embargo en muchas actividades de la vida diaria, los músculos isquiotibiales se contraen con
el músculo cuádriceps. Esa contracción a menudo se usa para proteger el LCA del tirón excesivo
del cuádriceps. Los isquiotibiales ejercen una fuerza cortante posterior sobre la tibia durante la
40
contracción y en realidad disminuyen la fuerza sobre el LCA en particular cuando la rodilla esta
flexionada. (ANEXO 16)
10.4. Fuerzas y tensiones en la articulación femororrotuliana
El cartílago articular extraordinariamente grueso que se encuentra en la rótula sugiere que la
rótula está sujeta a fuerzas articulares muy grandes. La fuente principal de las grandes fuerzas de
reacción articular en la articulación femororrotuliana es la gran fuerza muscular del cuádriceps
generada en tantas actividades de la vida diaria. El cuádriceps se estira de manera proximal sobre
la tibia tirando de la rótula y del tendón rotuliano. Desde la perspectiva de la rótula, el cuádriceps
se estira de manera proximal sobre la rótula, mientras que el ligamento rotuliano se extiende
distalmente sobre la rótula (ANEXO 17) Si la rótula funciona como una polea, como se describe
con frecuencia, la magnitud del tirón proximal en la rótula es igual a la magnitud del tirón distal.
Aunque ahora hay evidencia que demuestra que estas magnitudes no son iguales, esta suposición
es una simplificación justificable usada frecuentemente para estimar la fuerza sobre la rótula en
la articulación femororrotuliana.
Las direcciones de tracción del cuádriceps y la rótula también son importantes para determinar la
carga sobre la rótula. Cuanto más flexionada esté la rodilla, más se arrastrará la rótula hacia el
fémur. Por el contrario, cuanto más extendida esté la rodilla, más se tirará de la rótula paralela al
fémur (ANEXO 18). Este conocimiento se puede aplicar para comprender los efectos de varios
protocolos de fortalecimiento de la rodilla.
Aunque es importante tener en cuenta las fuerzas de reacción conjuntas al diseñar un programa
de ejercicios, también es importante tener en cuenta las tensiones en una articulación. Esto es
particularmente cierto en la articulación patelofemoral, donde las superficies de contacto cambian
drásticamente a través del rango de flexión de la rodilla. Hay poco contacto entre la rótula y el
fémur cuando la rodilla está completamente extendida y solo la porción inferior de la rótula se
conecta con el fémur en la flexión temprana de la rodilla. El área de contacto aumenta a medida
que la rodilla se flexiona a aproximadamente 90 °. El cambio en el área de contacto en la rótula
tiene efectos dramáticos sobre el estrés aplicado a la articulación femororrotuliana. Cuando la
rodilla está completamente extendida en el ejercicio de peso libre, la fuerza muscular del
cuádriceps es grande. Sin embargo, si no hay contacto entre la rótula y el fémur, no hay estrés en
la rótula. Por 15 a 30 ° de flexión de la rodilla hay contacto entre la rótula y el fémur, pero en un
área pequeña. En el ejercicio de peso libre, la fuerza muscular permanece alta y, en consecuencia,
el estrés patelofemoral es bastante alto. En comparación, el ejercicio de cadena cerrada en realidad
genera tensiones conjuntas femororrotulianas más pequeñas con la rodilla ligeramente
flexionado, porque la fuerza del músculo cuádriceps femoral es menor. Lo contrario es cierto con
41
la rodilla flexionada a 90 °. Las tensiones femororrotulianas son más altas en los ejercicios de
cadena cerrada que en el ejercicio de peso libre con la rodilla flexionada a 90 ° debido a las
diferencias en la fuerza muscular del cuádriceps. Como resultado, con frecuencia se recomiendan
los ejercicios de cadena cerrada en la flexión leve de la rodilla para fortalecer el cuádriceps
femoral mientras se evitan los grandes esfuerzos en la articulación femororrotuliana.
42
CAPÍTULO IV: DIAGNÓSTICO DE LA ENFERMEDAD
DE OSGOOD-SCHLATTER
El médico podría sospechar que tiene la enfermedad de Osgood-Schlatter por su edad, síntomas
y por su práctica deportiva. Para confirmar el diagnóstico, su médico examinara su rodilla para
detectar el dolor, sensibilidad, inflamación y rubor, y también evaluara los rangos de
movimientos de la articulación de la rodilla. (83)
Si el diagnóstico no es muy claro, su médico le pedirá que se realice radiografías de rodilla. Si
el dolor es constante o la sensibilidad en su rodilla no es solo en una área determinada, su
médico también podría utilizar estas radiografías para descartar otras patologías. (83)
En algunos casos, su médico podría pedirle una ecografía o resonancia magnética para evaluar
más a fondo el tendón rotuliano.
1. EXAMINACIÓN SUBJETIVA
1.1 Anamnesis
1.1.1. Datos personales
Nombres y apellidos, edad, sexo, ocupación, práctica deportiva actual.
*Edad y sexo: hay estudios epidemiológicos que esta enfermedad es más común en varones entre
las edades de 10 -15 años de edad. (3, 38)
1.1.2. Antecedentes personales o familiares
Antecedentes patológicos, enfermedades sistémicas, etc.
1.1.3. Motivo por el cual acude a la consulta
En esta parte el paciente menciona su motivo por el cual viene a la consulta. El paciente hace
mención de sus síntomas y se puede obtener una idea de la naturaleza del problema.
1.1.4. Síntomas: (83)
Los síntomas pueden incluir:
Sensibilidad por debajo de la rodilla.
Hinchazón alrededor de la rodilla.
Cojera, especialmente después de realizar actividades.
Los síntomas empeoran al realizar alguna actividad física como correr o saltar, sensibilidad
debajo de la rodilla que empeora al aplicar presión, inflamación de la protuberancia en la parte
anterior de la pierna justo debajo de la rótula (tuberosidad tibial anterior).
Usted o el niño podrá notar un crecimiento del hueso en la parte superior de la pantorrilla.
43
El dolor a veces aparece y desaparece, y en general ya no se produce cuando el niño ha dejado de
crecer.
Las características del dolor son importantes como el constante más relacionado con tumores o
infecciones o el producido por las movilizaciones, más relacionado con las causas inflamatorias.
Puede suceder que el dolor de una extremidad inferior o una cojera sean los síntomas de una
enfermedad general como una leucemia, una afectación renal crónica, un hiperparatiroidismo,
etc.
En esta enfermedad también se presentan:
Tumoración dolorosa localizada en la tuberosidad anterior de la tibia sin signos
inflamatorios.
A la palpación el paciente presenta dolor
Al bajar las escaleras o pendientes o al saltar se produce dolor o malestar.
La extensión de la rodilla ocasiona dolor.
La flexión máxima también puede ser dolorosa.
2. EXAMINACIÓN FÍSICA
En la examinación física los pacientes presentan un abultamiento en la tuberosidad tibial que
determina un cierto grado de dismetría y desarmonía entre la rodilla afectada y la sana, sobre todo
en los casos muy avanzados de la enfermedad (ANEXO 19). (18)
A la palpación el paciente presenta dolor, los paciente no presentan derrame articular y los arcos
de movilidad están respetados. Ocasionalmente presentan dolor en el sitio de la inserción del
tendón rotuliano sobre la tuberosidad tibial al extender la rodilla.
Puede existir disminución de la fuerza muscular del cuádriceps, se aprecia sensibilidad local,
limitación de la flexo-extensión extrema consecuencia del dolor, con la rodilla flexionada el dolor
disminuye o desaparece, la extensión contra resistencia aumenta el dolor. (84)
3. ESTUDIOS DE IMÁGENES
Las radiografías simples se ordenan para la evaluación de la tuberosidad tibial. La radiografía
lateral es muy útil para la para evaluar el mecanismo extensor.
La ecografía y la resonancia magnética son otras modalidades de imagen utilizadas para el
diagnóstico de la enfermedad de osgood-schlatter. Pueden mostrar el tendón rotuliano
engrosado mejor que la radiografía simple. (1)
44
3.1. Rayos x
En el estudio radiográfico, principalmente en incidencia de perfil de la rodilla, confirma la
sospecha clínica y evidencia la fragmentación del núcleo de crecimiento del tubérculo tibial. El
número de fragmentos es muy variable, dependiendo de la fase de evaluación de la enfermedad
y pueden ser observados como si estuvieran subiendo sobre el tendón patelar. Se puede observar,
también, abombamiento de partes blandas en las radiografías menos penetrantes. (85) Las
radiografías en la etapa aguda revelaran los tejidos blandos dilatados, particularmente la sombra
del tendón patelar, que puede contener un área irregular de calcificación o hueso, bien
circunscrita.
Wolfer y Chandler, observaron tres distintos tipos de manifestaciones radiográficas en las etapas
tardías de la enfermedad. En el tipo I, la tuberosidad tibial es prominente; en el tipo II, además
hay una pequeña partícula libre de hueso; en el tipo III hay una partícula libre de hueso anterior
y superior a la tuberosidad tibial, pero la tuberosidad parece normal.(86)
3.2. Resonancia magnética
En diferentes estudios con la resonancia magnética se identificaron y describieron 5 etapas de la
EOS, cada una con sus distintas características y alteraciones patológicas.
- Etapa normal: La resonancia magnética es normal, pero los síntomas están presentes.
- Etapa temprana: La resonancia magnética no muestra avulsión en el centro de osificación
secundaria de la tuberosidad tibial, pero está presente inflamación alrededor del centro de
osificación secundaria. Los síntomas inicialmente no son graves, pero progresan rápidamente si
no se lleva a cabo ningún tratamiento
- Etapa progresiva: Presencia de avulsión cartilaginosa parcial del centro de osificación
secundaria. Los pacientes se quejan de dolor, con hinchazón evidente del tendón rotuliano en la
inserción. Posible engrosamiento del tendón rotuliano.
- Etapa terminal - Existencia de osículos separados. Los síntomas se presentan durante un
período de tiempo (alrededor de varios meses), dolor a la palpación, hinchazón y dolor en la
tuberosidad de la tibia, con posible engrosamiento del tendón rotuliano en el sitio de inserción.
Dolor desencadenado al detenerse y girar el movimiento. La tendinitis rotuliana es una posible
complicación patológica secundaria debida a rotura parcial del centro de osificación secundaria.
45
- Etapa de curación: Curación ósea del tubérculo tibial sin osículos separados. La prominencia
visible de la tuberosidad tibial, el tendón rotuliano aún podría espesarse en la inserción, pero no
siempre (ANEXO 20) (5).
3.3. Ecografía
La ecografía también es efectivo para demostrar la fragmentación del tubérculo, edema en la
inserción del tendón patelar y engrosamiento edematoso del punto de inserción del tendón patelar.
4. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL (87)
Las diferencias importantes se discuten con los hallazgos pertinentes.
Síndrome de Sinding-Larsen-Johansson
El síndrome de Sinding-Larsen-Johansson es una apofisitis por tracción del polo patelar inferior.
La patología es análoga a EOS a excepción de la participación del polo inferior de la rótula. Los
niños presentan entre 10 y 12 años con quejas de dolor de rodilla localizado en la rótula inferior.
Se observa una ligera separación y elongación o calcificación radiográficamente en el polo patelar
inferior en la vista lateral de la rodilla.
Síndrome de Hoffa
La almohadilla de grasa infrapatelar es un tejido rico en inervación. Cualquier lesión en la
almohadilla de grasa puede causar dolor. Los pacientes presentan quejas de dolor anterior en la
rodilla y se observa sensibilidad máxima en la línea de la articulación anterior lateral al tendón
rotuliano. Las radiografías simples son generalmente normales. Las imágenes por resonancia
magnética revelan característicamente una señal baja en todas las secuencias dentro de la
almohadilla de grasa debido a fibrina, hemosiderina y/o calcificación.
Lesión pélvica sinovial
Las plicas sinoviales son pliegues sinoviales normales dentro de la articulación de la rodilla. Son
restos del desarrollo embriológico de la rodilla. La plica mediopatelar o infrapatelar conecta el
polo inferior de la rótula con la muesca intercondilar. El trauma y el movimiento repetitivo causan
engrosamiento, fibrosis y hemorragia en esta plica, dando lugar al dolor anterior de la rodilla. Se
46
puede diagnosticar mediante MRI, que muestra una intensidad de señal T2 curvilínea alta dentro
de la almohadilla de grasa de Hoffa en la línea de plica infrapatelar.
Fractura de tubérculo tibial
La fractura del tubérculo tibial generalmente ocurre en niños entre las edades de 12 y 17 años. El
mecanismo de la lesión es la contracción violenta del cuádriceps o la flexión forzada de la rodilla
cuando el cuádriceps está contraído. Pacientes presente con dolor, hinchazón local, derrame de
rodilla e incapacidad para extender activamente la rodilla. Las radiografías laterales de la tibia en
10° de rotación interna revelan mejor la fractura. Watson-Jones clasificó las fracturas del
tubérculo tibial en tres tipos. En el tipo I, se avulsiona una pequeña porción distal del tubérculo.
En el tipo II, el centro secundario del tubérculo está articulado hacia arriba con el vértice de la
angulación en el nivel de la fisis tibial proximal. En el tipo III, la línea de fractura se extiende a
través de la fisis tibial proximal hacia la articulación de la rodilla. La historia de presentación y
las radiografías simples de la rodilla diferencian la fractura del tubérculo tibial del EOS.
47
CAPÍTULO V: TRATAMIENTO MÉDICO
1. TRATAMIENTO CONSERVADOR (88)
1.1 Inmovilización
El tratamiento depende de la severidad de la condición. Muchos pacientes adolescentes con grado
1 y 2 de síntomas (dolor que no dura más que 24 horas después de la actividad) necesitan estar
seguros de que la condición generalmente es altolimitante y que el tubérculo ampliado no es
tumor. Los pacientes pueden practicar deportes tanto como el dolor sea tolerable y que cese en
24 horas. Cuando los síntomas persisten, un descanso a corto plazo de la actividad que causó la
agresión lleva la eliminación del dolor. El total descanso no es recomendado porque puede llevar
a un descondicionamiento físico y aumentar la posibilidad de reincidencia cuando regrese a los
deportes.
A menudo los síntomas se controlan con el uso de hielo después de la práctica deportiva, junto
con el uso ocasional de aspirina, y el uso de un amortiguador en la rodilla. La reducción de las
actividades para permitir la consolidación de fracturas microscópicas y la principal medida en el
tratamiento de pacientes con síntomas graves.
Un amortiguador de impacto utilizado durante las actividades deportivas disminuye el estrés
sobre el tendón patelar y tubérculo. Hielo sobre la rodilla durante 20 minutos después de las
actividades también puede ser beneficioso. El estiramiento de los cuádriceps y el ísquiotibial es
recomendado por muchos autores. Los antiinflamatorios deben ser administrados según la
necesidad después de actividades deportivas, pero no se recomienda como uso rutinario y
pretratamiento. No se recomienda la inyección de corticoides.
El tipo de tratamiento depende de la severidad de la enfermedad. En la mayoría de los casos, los
síntomas cesan con restricción de actividades deportivas excesivas, así como deportes como la
carrera, el salto y las largas caminatas. Estas actividades deben limitarse por un período de 4-6
meses. En los casos moderados o severos, el tratamiento consiste en la inmovilización de la rodilla
con yeso por un período de 4-6 semanas, junto con disminución de ejercicios o de deportes
durante 3 a 6 meses. Cuando hay inflamación del tendón patelar la inyección de 10 ml de 1% de
procaína y 3 a 4 ml de hidrocortisona o medicación similar tal como prednisona inyectados en el
tendón y cerca de la apófisis donde los tejidos blandos son sensibles lleva a la mitigación de los
síntomas ya en la primera aplicación. La duración de la inmovilización puede reducirse a 3
semanas cuando la hidrocortisona se inyecta localmente.
48
Cuando los síntomas son suficientemente graves como para interferir en la actividad del paciente,
se recomienda inmovilización con yeso por 6-8 semanas. Después de la eliminación del yeso, la
actividad se limita a la marcha durante otras 2-3 semanas para que luego se retorne la actividad
completa. La mayoría de los pacientes pueden regresar a la actividad completa sin mayores
dificultades. La inmovilización junto con el alejamiento de las actividades por seis semanas,
analgésicos y fisioterapia son el mejor tratamiento para la patología.
El tratamiento conservador es eficaz en la mayoría de los casos. Se trata de mantener la rodilla
en extensión completa, preferiblemente un yeso cilíndrico, por varios meses. Esto quita la
tracción del cuádriceps y permite la revascularización reosificación del tubérculo.
La aplicación de hielo puede ayudar a disminuir el dolor y el edema al principio. El niño no debe
regresar a las actividades deportivas hasta que la fase aguda del proceso haya terminado. Esto
puede tardar meses. El niño puede tener exacerbaciones hasta la edad de 18 años, cuando la mayor
parte del crecimiento esquelético está completo. Para los casos graves, la inmovilización de la
rodilla en extensión puede ser necesaria para reducir la presión a través del tendón de la patela y
permitir la cicatrización. El adolescente atleta probablemente quedará infeliz con este tipo de
acontecimientos, pero es importante proteger la articulación durante el proceso de curación, para
evitar el desarrollo posterior de la artritis degenerativa.
El tratamiento conservador es indicado primariamente, generalmente indica inmovilización con
un yeso por un período de seis semanas, alejamiento de actividades deportivas, analgésicos y
fisioterapia. También se recomienda el uso de contenedores patelares, con el objetivo de absorber
el estrés mecánico, es relatado como útil en la mejora de la sintomatología (89)(90)(86)
La mayoría de las lesiones responden bien al tratamiento conservador cuando se diagnostica al
inicio y cuando no existen osteófitos en el lugar.
En un estudio de 170 pacientes con la patología de OsgoodSchlatter, algunos fueron tratados con
la inmovilización y los síntomas cesaron en un promedio de 14 meses, y aquellos que no fueron
tratados con la inmovilización la media fue de 27.meses. El grupo que no usó inmovilización se
observó una deformidad considerable de la tuberosidad tibial o fragmentos desprendidos en 1/3
de los pacientes.
1.2 Farmacológico (83)
Se puede utilizar uno de los siguientes medicamentos para ayudarte a reducir la inflación y el
dolor:
49
Ibuprofeno (motrin, advil).
Naproxeno (aleve, naprosyn).
Acetaminofeno (tylenol).
Aspirina (nota: las aspirinas no son recomendadas para niños y adolescentes con una
infección viral actual o reciente, consulte a su médico antes de proporcionarle aspirina a
un niño adolescente).
2. TRATAMIENTO QUIRÚRGICO (87)
Antes de la cirugía los pacientes se preguntan sobre el dolor, la prominencia y la restricción de
las actividades o cualquier otro cambio de estos síntomas después de la cirugía.
Si el dolor se prolonga y la incapacidad persistente, se indica la intervención quirúrgica. Se
perforan orificios a través del tubérculo en el hueso principal formado, formando canales a través
de los cuales pueda ocurrir revascularización rápida. El dolor y la incapacidad se alivian
permanentemente dentro de pocas semanas. Se quitan astillas óseas de un área adyacente en la
tibia que se pueden insertar en el orificio proporcionando un injerto óseo de inmovilización. Si el
tubérculo forma una prominencia mayor de lo normal que es estéticamente desfigurante, ésta
puede ser una fuente de dolor por compresión en el futuro, y los fragmentos que hacen protusión
deben ser removidos a través de una incisión transversa. La inserción del tendón patelar se
extiende mucho más allá de este punto, tanto distal como lateral, y no se ve afectado. El
tratamiento quirúrgico antes de la madurez esquelética no es recomendado, pues esto puede
inducir el cierre prematuro de la placa epifisaria.
Las medidas quirúrgicas son raras, y casi nunca, indicadas. La excisión del tubérculo prominente
se recomienda en adolescentes que tienen episodios reincidentes de dolor e inhabilidad y, también
en aquellos en que el tratamiento conservador no sea satisfactorio. La excisión del tubérculo es
más efectiva para la remoción de la deformidad y para acabar con incomodidad e inhabilidad en
los cortos períodos de convalecencia con pocos riesgos. Los procedimientos que promueven la
fusión precoz de la apófisis de la tuberosidad con la diáfisis, así como la fijación del tubérculo a
la metáfisis tibial con injerto óseo de la tuberosidad no se recomiendan porque pueden aliviar los
síntomas más el tubérculo prominente y la deformidad persisten.
Se recomienda tratamiento quirúrgico para aquellos pacientes con síntomas reincidentes después
de un tratamiento conservador. En general, el tratamiento quirúrgico no ocurre, pues, la
inmovilización se ha obtenido resultados satisfactorios.
50
Cuando existe un osteófito palpable, y doloroso formado, generalmente no ocurre una respuesta
adecuada al tratamiento conservador. Entonces no es aconsejable someter al paciente a un
tratamiento prolongado donde no habrá resultados satisfactorios en este caso, se indica una
intervención quirúrgica precozmente.
En una incisión de cinco centímetros verticalmente, hecha infrapatelar medialmente, el tendón
patelar y la tuberosidad tibial son expuestos. Las expansiones intermedias y laterales del tendón
se liberan, la inserción distal es preservada, y el tendón es entonces elevado de la tuberosidad. La
rodilla está en posición de flexión de 90 para un mejor acceso para la escisión quirúrgica.
51
CAPITULO VI: TERAPIA FÍSICA EN LA ENFERMEDAD
DE OSGOOD-SCHLATTER
1. DIAGNÓSTICO FISIOTERAPÉUTICO
Según el estudio de Atsushi Hirano et al. (2002) se aconseja que un especialista, médico deportivo
o fisioterapeuta, realice el diagnóstico mediante un examen físico y una resonancia magnética o
rayos X. (5)
2. EVALUACIÓN
2.1. Evaluación subjetiva (91)
El abordaje primario para el examen subjetivo debe incluir la posible determinación de los
trastornos no mecánicos de la rodilla y el aislamiento del tipo de trastorno mecánico, si está
presente. Con los trastornos de la rodilla, identificar el mecanismo de la lesión o la aparición del
dolor puede ayudar a determinar si el trastorno de la presentación puede haber implicado posible
desgarro o ruptura de las estructuras o, si el inicio del dolor es más insidioso, puede haber una
afección más degenerativa o siniestra. Además, el examen subjetivo servirá para identificar
movimientos potenciales o actividades que están relacionadas con los signos concordantes. Por
ejemplo, se puede sospechar que un paciente tiene la enfermedad de osgood-schlatter si presenta
los siguientes características: edad entre 10 y 15 años, presentan dolor en la parte anterior de la
tibia también pueden presentar edema y enrojecimiento, a la palpación presentan dolor y
sensibilidad, al realizar actividad física el dolor se puede incrementar y al subir escaleras puede
sentir dolor o malestar. Manske and Davies señalaron las variables subjetivas de dolor en la región
de la articulación femorrotuliana al ascender o descender las escaleras puede ser indicativo del
síndrome de dolor patelofemoral.
Las escalas funcionales están diseñadas para medir los resultados de una intervención. La escala
de la función de la extremidad inferior (LEFS)(ANEXO 21) es una escala específica de la región
inferior que no se limita al uso para una sola patología. LEFS es un mecanismo de autoinforme,
diseñado principalmente como una medida basada en el rendimiento. LEFS es confiable (ICC
0.95), demuestra la validez de constructo y es más sensible al cambio que el SF-36. La LEFS es
una escala funcional que puede medir múltiples articulaciones y se usa en conjunción con
medidas de dolor y esfuerzo físico.
52
2.1.1. Características del dolor (92)
2.1.1.1. Escalas de dolor
Escala numérica
Es la escala más simple y usada para valorar el dolor. Es una escala del 0 al 10, en el que cero
es usencia del dolor y el 10 el peor dolor imaginable, el paciente elige el número para describir
su dolor.
Las ventajas de esta escala son su simplicidad, y el hecho de que puede ser fácilmente entendida
por el paciente, el cual puede identificar pequeños cambios en el dolor.
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Ausencia de Dolor leve Dolor moderado Dolor intenso
de dolor
Escala analógica visual
Es muy similar a la anterior, excepto que el paciente marca sobre una línea de 10 cm su dolor,
un extremo representa la usencia de dolor y el extremo opuesto el peor dolor imaginable.
También se le pedirá al paciente que describa:
- La forma de aparición del dolor
- Localización del dolor (parte anterior de la tibia)
- Factores que lo alivian y empeoran.
2.2. EXAMEN OBJETIVO (91)
2.2.1. Observación
La observación de los parámetros de la marcha y la alineación estática de las extremidades
inferiores a menudo son componentes clave para el examen clínico de la rodilla. La literatura
53
actual con respecto a la alineación estática se centra en la alineación en el pie y el tobillo. Selfe
(93) revisó el efecto de la corrección de las asimetrías del pie y el tobillo y descubrió que los
pacientes experimentaron una reducción promedio del 67% en el dolor patelofemoral de la rodilla
después de la dispensación de plantillas ortopédicas para el pie.
Gross et al (94) revisó el efecto de las ortesis de pie en la articulación femororrotuliana y sus
hallazgos indican que una cantidad significativa de pacientes informa una mejoría en su dolor;
sin embargo, hay evidencia menos clara de cómo la corrección de la simetría del pie y el tobillo
afecta la articulación patelofemoral. Livingston et al. (95) encontraron que la magnitud de las
asimetrías de los pies de derecha a izquierda no fue diferente entre los grupos de dolor
patelofemoral sintomático y asintomático.
El análisis observacional de las desviaciones de la marcha es otro componente de la evaluación
del paciente con dolor de rodilla. En ausencia de desviaciones obvias que ocurren durante un
trauma e hinchazón significativos, las desviaciones menores de la marcha a menudo son
concurrentes con el dolor de rodilla.
2.2.2. Movilización
2.2.2.1. Movimientos fisiológicos activos
Los movimientos activos durante un examen clínico se utilizan para identificar impedimentos
físicos que son relevantes para los signos concordantes. Al determinar el comportamiento de los
signos concordantes para los movimientos activos seleccionados, el médico puede identificar
efectivamente el potencial fisiológico activo enfoques de tratamiento.
2.2.2.1.1. Rango de movimiento activo basado en plano
La evaluación del rango de movimiento activo de la rodilla se puede evaluar de diferentes
maneras que ayudarán no solo a determinar el rango objetivo de movimiento de la rodilla, sino
también la relatividad de la alteración a los signos concordantes. Movimientos de rango de
movimiento activos que no soportan peso (ROMA) se puede realizar sentado (ANEXO 22) o
posición supina. Estas posiciones influirán en el estrés de los tejidos que rodean la rodilla de
diferentes maneras.
2.2.2.1.2. Prueba funcional de rango de movimiento activo
AROM realiza en una posición de soporte de peso, mientras que es menos conveniente para lograr
mediciones objetivas de ROM, permite una replicación más cercana de las posiciones funcionales
54
y movimientos que son relevantes para los signos concordantes. Por ejemplo, los movimientos
que reproducen el dolor en la rodilla a menudo incluyen subir y bajar escaleras y ponerse en
cuclillas.
Solo la prueba de reducción se usa para medir el control funcional de la rodilla durante
movimientos excéntricos y concéntricosde la rodilla. La prueba única de reducción es útil para
los pacientes que carecen del rango de movimiento para formar la prueba de sentadilla funcional.
Las pruebas de salto a menudo se usan con pacientes que son reconstrucciones posteriores a la
LCA como medio para determinar la tolerancia a la actividad funcional y predecir la estabilidad
dinámica de la rodilla y la posible lesión futura. Las pruebas Hop parecen tener potencial para
predecir la estabilidad dinámica de la rodilla, pero actualmente la literatura sugiere que se
cuestiona la capacidad predictiva de estas pruebas.
2.2.2.2. Movimientos pasivos
2.2.2.2.1. Movimientos fisiológicos pasivos
Los movimientos fisiológicos pasivos de la rodilla son similares a los movimientos fisiológicos
activos y se utilizan para confirmar la relación con los signos concordantes. Además, los
movimientos fisiológicos pasivos de la rodilla permiten un examen más completo de los
movimientos de los componentes (rotación tibial) que son difíciles de replicar activamente y se
producen durante el movimiento funcional. Se ha encontrado que el "end feels" en el movimiento
anormal están asociados con el signo concordante de un paciente. El clínico debe tratar de
correlacionar cualquier detección de movimiento anormal con los signos concordantes.
Flexión fisiológica pasiva de la rodilla
- Primer paso: El paciente se debe colocar en decúbito supino.
- Paso dos: el examinador coloca su mano en la pierna del paciente justo en posición proximal a
la rodilla y a la mitad de la tibia con la otra. El examinador puede apoyar su pecho sobre la pierna
mientras realiza el movimiento. Además, el examinador debe de mantener la cadera en una
posición neutra (esto se puede modificar según sea necesario para correlacionar con los signos
concordantes).
- Paso tres: el examinador mueve suavemente la rodilla hacia el plano de flexión, deteniéndose
en el primer punto de dolor.
55
- Paso cuatro: el examinador evaluará la simetría del movimiento y evaluará la reproducción de
signos concordantes mientras mueve la rodilla más allá del primer punto de dolor, progresando
hasta el rango final según lo permita la queja de dolor del paciente.
- Paso cinco: los movimientos repetidos o las detenciones sostenidas en flexión de la rodilla se
realizan hasta el punto del rango de flexión que el dolor permite evaluar la respuesta de los
movimientos repetidos sobre el dolor del paciente (síntomas similares).
- Paso seis: Según sea necesario, el examinador puede aplicar la fuerza (sobrepresión) al final del
rango para evaluar la respuesta al dolor. (ANEXO 23)
Flexión de la rodilla con abducción y aducción
Los movimientos pasivos combinados se utilizan para examinar otros rangos fisiológicos para
encontrar signos concordantes y mejorar la sensibilidad del examen.
- Primer paso: el examinador sigue los pasos anteriores y flexiona la rodilla a 10-20 grados por
debajo del rango disponible.
- Paso dos: el examinador sostiene firmemente el fémur distal con una mano mientras sostiene el
fémur lateral contra su pecho. Este manejo ayudará a asegurar que el examinador no reduzca la
rotación femoral durante estafase del examen. La otra mano del examinador la colocará en la tibia
distal.
- Paso tres: el examinador flexiona la rodilla, dirige el talón hacia la dirección del trocánter mayor
de la cadera (produciendo el movimiento de abducción de la tibia). El movimiento se da hasta
que el dolor se reproduzca y hasta que el paciente pueda tolerar el dolor. Si no se reproduce el
signo concordante, este movimiento puede repetirse con la tibia sujeta en varios grados de
rotación interna de la tibia. (ANEXO 24)
- Paso cuatro: es necesario que el examinador pueda aplicar la fuerza (sobrepresión) al final del
rango para evaluar la respuesta del dolor.
- Paso cinco: el examinador flexiona la rodilla, dirige el talón hacia la dirección de la ingle
(produciendo un movimiento de aducción de la tibia). El movimiento ocurrirá hasta que el dolor
se reproduzca, luego pasará suavemente este punto según la tolerancia del paciente. Si el signo
es concordante no se reproduce, este movimiento puede repetirse con la tibia sujeta en varios
grados de rotación externa de la tibia.
- Paso seis: es necesario que el examinador pueda aplicar la fuerza (sobrepresión) al final del
rango para evaluar la respuesta al dolor. (ANEXO 24)
56
Extensión fisiológica pasiva
El rango de movimiento de la extensión es más pequeño que la flexión, por lo que los
procedimientos de manejo son muy diferentes.
- Primer paso: el paciente en posición supina.
- Paso dos: el examinador coge el tobillo lateral con una mano, mientras que la otra mano se
coloca en el tubérculo tibial.
- Paso tres: usando la flexión lateral del tronco y una fuerza simultánea en las áreas de contacto
señaladas anteriormente con las manos, el examinador produce un movimiento de extensión de
la rodilla, deteniéndose en el primer punto de dolor.
- Paso cuatro: el examinador evaluará la reproducción de signos concordantes mientras mueve la
rodilla más allá del primer punto de dolor, avanzando hacia el final del rango según la tolerancia
del paciente.
- Paso cinco: los movimientos repetidos en la extensión de la rodilla se realizan hasta el rango de
extensión que el dolor permite evaluar la respuesta de los movimientos repetidos sobre el dolor
del paciente.
- Paso seis: es necesario que el examinador pueda aplicar la fuerza (sobrepresión) al final del
rango para evaluar la respuesta del dolor. (ANEXO 25)
Extensión de la rodilla con aducción y abducción
Como se dijo anteriormente, los movimientos combinados se utilizan para examinar otros rangos
fisiológicos para encontrar signos concordantes y mejorar la sensibilidad del examen. El siguiente
ejemplo es para movimientos combinados de extensión de rodilla.
- Primer paso: el examinador sigue los procedimientos anteriores y extiende la rodilla a 10-50
grados menos del final del rango de movimiento.
- Paso dos: el examinador cogerá el tobillo lateral como se indicó anteriormente, pero se moverá
el tubérculo tibial hacia lateral. (ANEXO 26)
- Paso tres: a medida que el examinador extiende la rodilla, usando la flexión lateral del tronco y
una fuerza simultánea en estas áreas de contacto con las manos, el examinador produce un
movimiento de abducción de extensión de la rodilla (movimiento de abducción de la tibia). El
movimiento ocurrirá hasta que el dolor se reproduzca y hasta que el paciente lo tolere.
- Paso cuatro: según sea necesario, el examinador puede aplicar la fuerza (sobrepresión) al final
del rango para evaluar la respuesta del dolor.
- Paso cinco: el examinador coge el tobillo lateral como se indicó anteriormente, pero se moverá
el tubérculo tibial hacia el lado medial.
57
- Paso seis: a medida que el examinador extiende la rodilla, usando la flexión lateral del tronco y
una fuerza simultánea en estas áreas de contacto con las manos, el examinador produce un
movimiento de extensión de aducción de la rodilla (movimiento de aducción de la tibia). El
movimiento ocurrirá hasta que el dolor se reproduzca y hasta que el paciente lo tolere.
- Paso siete: según sea necesario el examinador puede aplicar la fuerza (sobrepresión) al final del
rango para evaluar la respuesta del dolor. (ANEXO 26)
Rotación interna y externa de la tibia
Aproximadamente 20 grados de rotación ocurren en la articulación femoral tibial. Son comunes
y pueden requerir intervención fisiológica.
- Primer paso: el paciente en decúbito supino. El examinador acuna la tibia en su antebrazo y coje
el pie distalmente en el talón.
- Paso dos: el tobillo del paciente se dorsiflexiona pasivamente para crear una palanca estable
durante la rotación. La rodilla está flexionada a aproximadamente 90 grados.
- Paso tres: el examinador aplica una rotación interna pasiva al primer punto de dolor. Se aplican
movimientos repetidos o detenciones sostenidas para determinar si los movimientos reducen el
dolor. La actividad se repite hacia el rango final. (ANEXO 27)
- Paso cuatro: el examinador aplica una rotación externa pasiva al primer punto de dolor. Se
aplican movimientos o detenciones sostenidas para determinar si los movimientos reducen el
dolor. La actividad se repite hacia el rango final. (ANEXO 27)
2.2.3. Test goniométrico (96)
La goniometría es una técnica de medición de los ángulos creados por la intersección de los ejes
longitudinales de los huesos a nivel de las articulaciones.
La goniometría en medicina tiene dos objetivos principales:
1. Evaluar la posición de una articulación en el espacio. En este caso, se trata de un
procedimiento estático que se utiliza para objetivizar y cuantificar la ausencia de
movilidad de una articulación.
2. Evaluar el arco de movimientos de una articulación en cada de los tres planos del espacio.
En este caso, se trata de un procedimiento dinámico que se utiliza para objetivizar y
cuantificar la movilidad de una articulación.
En ortopedia y traumatología y en reumatología, la goniometría se aplica para describir la
presencia de desejes a nivel del sistema osteoarticular con fines diagnósticos, pronósticos,
terapéuticos y de investigación.
58
2.2.3.1 .Goniometría de la rodilla
Flexión
- Posición: paciente en decúbito dorsal con el miembro inferior en posición 0(ANEXO 28).
- Alineación del goniómetro:
Goniómetro universal en 0°.
- Eje: colocado sobre el cóndilo femoral externo.
- Brazo fijo: se alinea con la línea media longitudinal del muslo tomando como reparo óseo el
trocánter mayor.
- Brazo móvil: se alinea con la línea media longitudinal de la pierna tomando como reparo óseo
el maléolo externo.
- Movimiento: se produce a efectuar la flexión de la rodilla con la cadera en flexión máxima para
relajar el cuádriceps. El brazo móvil del goniómetro acompaña el movimiento.
- Registro: se registra el ángulo formado entre la posicion0 y la posición final de flexión.
- Valores normales: flexión: 0-150° (AO) y 0-135° (AAOS). (ANEXO 28)
Extensión
- Posición: paciente en decúbito ventral con el miembro inferior en posición 0 y el fémur
estabilizado con una almohada colocada debajo de este. (ANEXO 29).
- Alineamiento del goniómetro:
Goniómetro universal en 0°
- Eje: colocado sobre el cóndilo femoral externo.
- Brazo fijo: se alinea con la línea media longitudinal del muslo tomando como reparo óseo del
trocánter mayor.
- Brazo móvil: se alinea con la línea medial longitudinal de la pierna tomando como reparo óseo
el maléolo externo.
- Movimiento: no es posible la extensión activa de la rodilla, ya que su valor normal es 0; por eso,
se evalúa la extensión pasiva. El brazo móvil del goniómetro acompaña el movimiento pasivo.
- Registro: se registra el ángulo formado entre la posición 0 y la posición final de extensión pasiva.
- Valores normales: extensión activa: 0° (AO) Y 0° (AAOS) – extensión activa: 0-10° (AO) Y 0-
10° (AAOS). (ANEXO 29)
2.2.4. Valoración de la fuerza muscular (97)
Músculo cuádriceps
59
Grado 0 y 1
Paciente en decúbito supino:
El miembro a examinar estará estirado, con la rótula en el cenit.
Miembro contralateral flexionado y apoyado sobre la mesa.
Sujetar la rótula descendida y pedir al sujeto que la eleve. Este movimiento puede obtenerse
pidiendo al paciente la flexión dorsal del pie.
El tendón cuadricipital se palpa por encima de la rótula.
La contracción del tensor de la fascia lata puede aparentar la presencia del cuádriceps.
Hay posibilidad de palpar los vastos en las caras laterales del muslo.
NOTA: En algunos individuos, el tendón del recto anterior se detecta entre los tendones de origen
del sartorio y del tensor de la fascia lata.
Grado 0: No se detecta contracción.
Grado 1: Contracción detectable. Escasa movilidad de la rótula, sin ocasionar movimiento de
rodilla.
Grado 2
Paciente en decúbito lateral.
El miembro a examinar se colocará sobre la mesa, con la cadera en extensión y la rodilla en
flexión.
El examinador sostendrá el miembro contralateral.
Sujetar el tercio inferior de la cara anterior del muslo.
Pedirá al sujeto la extensión de la pierna sobre el muslo, evitando toda componente de rotación.
La amplitud del movimiento debe ser completa.
Grado 3
La rodilla se colocará en el borde de la mesa, con la pierna colgando y un cojín bajo el hueco
poplíteo.
El miembro contralateral estará flexionado y apoyado sobre la mesa.
Sujetar el tercio inferior de la cara anterior del muslo, sin aplastar las masas musculares.
Pedir al sujeto la extensión de la pierna sobre el muslo, evitando toda componente de rotación.
La amplitud del movimiento debe ser completa.
Grado 4 y 5
Posición idéntica.
Sujeción similar.
Pedir el mismo movimiento, evitando las compensaciones que se han citado.
Colocar la oposición en el tercio inferior de la pierna; aplicando una resistencia contraria al
movimiento.
Grado4: fuerza inferior a la normal.
60
Grado 5: fuerza normal.
3. TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO
Después de todos los datos obtenidos se propone el siguiente protocolo de tratamiento.
El tratamiento de la enfermedad de Osgood-Schlatter se basa en 4 fases que son:
FASE 1
FASE 2 FASE 3 FASE 4
Esta fase se realizará,
solo, si el dolor persiste
después del tratamiento
conservador.
Objetivos:
- Aliviar el dolor.
Estrategias:
- Aplicación de
agentes:
- Crioterapia.
- Termoterapia.
- Laser.
- Electroterapia.
Objetivos
- Estirar el músculo
cuádriceps.
- Mejorar el rango
de movimiento.
Estrategias:
- Streching.
Objetivos:
- Fortalecer
musculatura.
- Aumentar el rango
articular.
Estrategias:
- Ejercicios
isotónicos.
- Ejercicios
isométricos.
- Ejercicios
propioceptivos.
Objetivos:
- Entrenamiento en
fuerza y resistencia
de la musculatura.
Estrategias:
- Entrenamiento con
máquinas.
3.1. Aplicación de agentes físicos
Esta es la primera parte del tratamiento para el periodo agudo de la enfermedad, cuando la
tuberosidad tibial se encuentra inflamada presenta dolor, edema, rubor, calor y dificultad para el
movimiento; la terapia se recomienda para disminuir la sintomatología mencionada, con los
siguientes agentes físicos que son (83):
Crioterapia
Bolsas de hielo
La bolsa se coloca sobre la zona a tratar, se debe dejar durante 10 a 20 minutos para controlar el
dolor, la inflamación o el edema. (98)
Criocinética
Consiste en la aplicación de frio sobre el tendón a tratar, mientras se realizan movilizaciones
activas o pasivas de la rodilla. En un primer momento se colocará una bolsa o cubito de hielo
sobre el tendón patelar, mientras se moviliza pasivamente la rótula: a la vez que se realizan
61
rotaciones tibiales, buscando provocar oblicuidades y torsiones del tendón con objeto de
favorecer la reorganización de las fibras de colágeno y la disminución de la inflamación. En una
segunda fase, se pueden realizar ejercicios de flexo-extensión pasivos, mientras se masajea con
una bolsa de hielo la zona. Por último el paciente puede terminar la sesión de crioterapia con
ejercicios activos. (49)
Masaje con hielo
Para relajar la tensión ejercida por el músculo cuádriceps, se colocará al paciente en decúbito
lateral sobre el miembro contralateral. En esta posición se realizará un estiramiento del cuádriceps
de forma relajada y sostenida, buscando una sensación dolorosa en el tendón. En este punto se
efectuará un masaje, con un vaso de plástico con agua congelada, sobre los vientres musculares,
de distal a proximal, incidiendo sobre el todo en el vasto externo, por su mayor capacidad para
traccionar la rótula. La misma técnica se puede realizar con el paciente en decúbito supino, con
la pierna fuera de la camilla y fijando una cincha la flexión de rodilla. (49)
Termoterapia (49)
Técnicas de aplicación de calor superficial. Se utilizan para preparar el aparato extensor y la polea
tendinosa para la actividad.
Terapias con calor húmedo. El agua caliente es una de las modalidades terapéuticas de mayor
uso. El principal inconveniente de la termohidroterapia, reside en la dificultad para controlar los
efectos terapéuticos. Ello es debido, fundamentalmente, a la rápida disipación del calor, que hace
difícil mantener una temperatura tisular constante.
Compresas de calor húmedo.
Terapia con calor de penetración: se utilizan como terapia, en el tratamiento de la tendinopatía
rotuliana, tres calientan por un mecanismo de conversión (calentamiento a través de otras formas
de energía):
- Onda corta.
- Terapia con ultrasonidos (US): es la más utilizada en el tratamiento de la patología
tendinosa. El efecto térmico de los US aumenta la distensibilidad del colágeno, modifica
el flujo sanguíneo, varía la velocidad de conducción nerviosa y estimula la actividad
enzimática. El efecto mecánico sobre el tendón deriva de la vibración.
62
Cuando el ultrasonido penetra en el cuerpo, puede ejercer un efecto sobre las células y tejidos
mediante dos mecanismos físicos: térmico y mecánico.
Para Santos, el ultrasonido pulsado al 20% hasta 2 / W / cm² puede ser utilizado en la epífisis de
crecimiento sin ningún cambio en la misma; ya el ultrasonido continuo presentó un efecto
perjudicial en la epífisis de crecimiento en su estudio. Así vemos, en esta forma de tratamiento,
un auxiliar importante debido a los efectos fisiológicos proporcionados por el mismo, como
disminución del proceso inflamatorio, angiogénesis, efecto cicatricial, etc. Como la tuberosidad
anterior de la tibia se localiza superficialmente, los parámetros utilizados clínicamente serán
siempre con dosis inferiores sin riesgos de cierre prematuro o daños en esta región. (99)(86)
Laser
Al utilizarlo sobre la región tendinosa afectada, bien en forma de barrido, bien de forma puntual,
produce efectos terapéuticos antiálgicos y antiinflamatorios, además de estimular la regeneración
tisular.
Electroterapia
Son conocidos sus efectos analgésicos, antiinflamatorios, vasculares y excitomotores. La
electroterapia irá encaminada a mejorar aquellos procesos musculares que directa o
indirectamente, pueden suponer un factor predisponente de lesión tendinosa (atrofia muscular,
disarmonía de los vastos con aumento del ángulo “Q”, desnervación muscular, etc.).
Las corrientes excitomotoras son muy utilizadas en el tratamiento de la tendinopatía rotuliana ya
que mejoran y favorecen la revascularización intratendinosa, siempre y cuando se ejercite la
musculatura cuadricipital en modo isométrico con cierto grado de estiramiento para adaptar el
tendón a situaciones de estrés.
La electroestimulación que más beneficia la respuesta tensil del tendón es la electroestimulación
estática en estiramiento.
Con el paciente sentado al borde de la camilla, se fija la pierna con una flexión de la rodilla de
90°, con objeto de estirar el cuádriceps. El paciente deberá ejecutar una contracción isométrica
del cuádriceps previa a la electroestimulación. Se puede alcanzar un mayor grado de
estiramiento del músculo cuádriceps si el paciente se coloca en decúbito supino. (97)
3.2. Estiramiento (100)
Ejercicios de estiramiento antes de comenzar a realizarlos recuerde que:
1. El tejido flexible es más tolerante al estrés que se ejerce durante las actividades.
63
2. Cada estiramiento debe mantenerse durante 20 a 30 segundos.
3. Se debe sentir una suave sensación de estiramiento.
4. Los músculos fuertes con buena resistencia toleran mejor el estrés.
5. Realice los ejercicios según lo indique el fisioterapeuta o entrenador atlético. Progrese
lentamente con cada ejercicio, aumentando gradualmente el número de repeticiones y peso
utilizado bajo su guía.
6. Realice sus ejercicios en un rango de movimiento sin dolor.
Técnica de estiramiento del M. Recto Anterior: (55)
Estiramiento pasivo:
- Posición del paciente: decúbito prono.
- Contacto manual:
Punto fijo: En la cara anterior del muslo.
Punto móvil: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra: Extensión de cadera y flexión de rodilla, se mantiene el estiramiento por 10
segundos a más. Mientras el paciente espira lentamente.
Estiramiento activo combinado:
- Posición del paciente: Decúbito prono.
- Contacto manual:
Punto fijo: En la cara anterior del muslo.
Punto de resistencia y acompañamiento: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra:
Fase de contracción isométrica: se solicita al paciente que inspire y realice una contracción
isométrica del músculo agonista (Músculo Recto Anterior Derecho), contra una resistencia a nivel
del tercio inferior de la pierna, en dirección a la extensión por 10 segundos a más.
Fase de relajación post isométrica e inervación reciproca: se solicita al paciente relajar el músculo
agonista y contraer inmediatamente los músculos antagonistas (contracción isotónica del
antagonista) llevando la cadera a la extensión y la rodilla a la flexión. Mientras el paciente espira
lentamente el fisioterapeuta acompaña el movimiento y finaliza con un estiramiento pasivo del
músculo agonista, hasta completar el movimiento.
Técnica de estiramiento del M. Vasto interno:
Estiramiento pasivo:
64
- Posición del paciente: Decúbito supino, con cadera y rodilla flexionada a 90°, acompañado de
una abducción de cadera.
- Contacto manual:
Punto fijo: En la cara anterior de la rodilla.
Punto móvil: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos)
- Maniobra: Flexión de la rodilla, se mantiene el estiramiento por 10 segundos a más. Mientras
el paciente espira lentamente.
Estiramiento combinado activo:
- Posición del paciente: Decúbito supino, con cadera y rodilla flexionada a 90°, acompañado de
una abducción de cadera.
- Contacto manual:
Punto fijo: En la cara anterior de la rodilla.
Punto de resistencia y acompañamiento: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra:
Fase de contracción isométrica: Se solicita al paciente que inspire y realice una contracción
isométrica del músculo agonista (Músculo Vasto Interno Derecho), contra una resistencia a nivel
del tercio inferior de la pierna, en dirección a la extensión por 10 a más segundos.
Fase de relajación post isométrica e inervación reciproca: Se solicita al paciente relajar el músculo
agonista y contraer inmediatamente los músculos antagonistas (Contracción isotónica del
antagonista) llevando la rodilla a una flexión. Mientras el paciente espira lentamente el
fisioterapeuta acompaña al movimiento y finaliza con un estiramiento pasivo del músculo
agonista, hasta completar el movimiento.
Estiramiento del M. Vasto Externo:
Estiramiento pasivo:
- Posición del paciente: Decúbito supino, con cadera y rodilla flexionada a 90°.
- Contacto manual:
Punto fijo: En la cara anterior de la rodilla.
Punto móvil: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra: Flexión de la rodilla, se mantiene el estiramiento por 10 segundos a más. Mientras
el paciente espira lentamente.
65
Estiramiento activo combinado:
- Posición del paciente: Decúbito supino, con cadera y rodilla flexionada a 90°.
- Contacto manual:
Punto fijo: en la cara anterior de la rodilla.
Punto de resistencia y acompañamiento: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra:
Fase de contracción isométrica: Se solicita al paciente que inspire y realice una contracción
isométrica del músculo agonista (Músculo Vasto Externo Derecho), contra una resistencia a nivel
del tercio inferior de la pierna, en dirección a la extensión por 10 segundos a más.
Fase de relajación post isométrica e inervación recíproca: Se solicita al paciente relajar el músculo
agonista y contraer inmediatamente los músculos agonistas (contracción isotónica del
antagonista) llevando a una flexión de la rodilla. Mientras el paciente espira lentamente el
fisioterapeuta acompaña al movimiento y finaliza con un estiramiento pasivo del músculo
agonista, hasta completar el movimiento.
Estiramiento del músculo crural:
Estiramiento pasivo:
- Posición del paciente: Decúbito lateral, sobre el lado afectado, pierna a tratar extendida, la otra
flexionada hacia el pecho.
- Contacto manual:
Punto fijo: En la cara anterior del muslo.
Punto móvil: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra: Flexión de la rodilla, se mantiene el estiramiento por 10 segundos a más. Mientras
el paciente espira lentamente.
Estiramiento activo combinado:
- Posición del paciente: Decúbito lateral, sobre el lado no afectado, pierna a tratar extendida, la
otra flexionada hacia el pecho.
- Contacto del manual:
Punto fijo: En la cara anterior del muslo.
Punto de resistencia y acompañamiento: Tercio inferior de la pierna (sobre los maléolos).
- Maniobra:
Fase de contracción isométrica: Se solicita al paciente que inspire y realice una contracción
isométrica del músculo agonista (Músculo Crural Derecho), contra una resistencia a nivel del
tercio inferior de la pierna, en dirección a la extensión por 10 segundos a más.
66
Fase de relajación post isométrica e inervación recíproca: Se solicita al paciente relajar el músculo
agonista y contraer inmediatamente los músculos antagonistas (Contracción isotónica del
antagonista) llevando a una flexión de la rodilla. Mientras el paciente espira lentamente el
fisioterapeuta acompaña al movimiento y finaliza con un estiramiento pasivo del músculo
agonista, hasta completar el movimiento.
Autoestiramiento:
Posición inicial: Paciente en bipedestación con una mano izquierda apoyada en la pared y la otra
mano cogiendo el tercio inferior de la pierna (rodilla flexionada).
Maniobra: Se le pide al paciente realiza una extensión de cadera con una flexión de rodilla, 10
segundos a más. Mientras el paciente espira lentamente
3.3. Fortalecimiento muscular (83)
El fortalecimiento muscular es la segunda parte del tratamiento de la enfermedad de Osgood-
Schlatter; una vez que disminuyo o cedió la fase aguda inflamatoria de la enfermedad, cuando ya
no hay dolor, edema, rubor, calor y dificultad para la movilización, se podrá realizar ejercicios
isométricos, propioceptivos e isotónicos de los músculos de los miembros inferiores con el fin de
recuperar y mejorar el tono muscular de los mismos, especialmente el cuádriceps e isquiotibiales;
cabe indicar que estos ejercicios se los realiza a manera de prevención, para que el cuadro no se
vuelva a repetir e incluso evitarlo.
Ejercicios isométricos
Son aquellos ejercicios de fuerza en los cuales no hay flexión de la articulación, en otras palabras
ideal para después de las lesiones; permite mantener la musculatura o desarrollarla, sin poner en
riesgo la articulación dañada. Para ello la articulación en cuestión debe estar completamente
estirada al no haber flexión de la articulación, ni hay alargamientos ni acortamientos de los
músculos implicados. No se necesita ninguna máquina, por lo que se pueden realizar
tranquilamente en casa. Como es la articulación de la rodilla, se recomienda ejercicios isométricos
dirigidos a fortalecer principalmente los cuádriceps que es el músculo que proporciona un mayor
agarre y una mayor sujeción de la rodilla. No obstante los isquiotibiales y el vasto interno se ven
reforzados por este tipo de ejercicios.
Ejercicios isotónicos
El ejercicio isotónico implica la contracción de grupos musculares contra una resistencia baja a
lo largo de un recorrido largo, como al correr, nadar o hacer gimnasia sueca.
67
El ejercicio isotónico es más beneficioso para el sistema cardiocascular: aumenta la cantidad de
sangre que bombea el corazón y favorece la proliferación de pequeños vasos que transportan el
oxígeno con eficacia, los que aumenta el vigor e incrementa la resistencia.
Las contracciones que se producen durante los ejercicios isotónicos se clasifican ya sea como
concéntrica o excéntrica. En una contracción muscular concéntrica la fuerza supera la resistencia,
mientras que en una contracción excéntrica la resistencia es demasiado grande para ser superada
por la fuerza muscular.
Ejercicios propioceptivos
A continuación, se describirán una serie de ejercicios para la mejora de la estabilidad de la rodilla
en base a la potenciación de los mecanismos sensorio-motores vinculados a la propiocepción.
Muchos de los ejercicios propuestos, al ser de carácter global, influirán positivamente en la
mejora de la estabilidad de todas las articulaciones de la extremidad inferior, a pesar de que nos
centremos en la articulación de la rodilla.
En los ejercicios, se plantean algunos métodos específicos de progresión. No obstante, a nivel
general, podemos dar diferentes pautas por la dificultad de los ejercicios:
Demanda una mayor tensión de la musculatura a través de la utilización de elementos como
tobilleras de diferentes resistencias, mancuernas, barras con peso.
Disminuir la base de apoyo: pasar de apoyo bipodal a unipodal, apoyarnos solametne sobre una
parte del pie (talón, punta, externa e interna).
Utilizar superficies de apoyo irregulares: pie sobre pelota o balón de espuma, colchonetas de
diferentes grosores, tableros y platos basculantes, cojines de aire.
Restringir la información que llega a través de otros sistemas para centrarnos en los
propioceptores. Por ejemplo, podemos comenzar los ejercicios delante de un espejo para
ayudarnos del sistema visual, después pasamos a realizar los ejercicios sin mirar al espejo y por
último, cerramos los ojos para restringir las aferencias del sistema visual.
Esta parte del tratamiento dura 40 minutos, se utiliza 12 ejercicios por sesión; hay que tener claro
que debemos empezar por los ejercicios más sencillos antes de realizar los más complejos; esta
fase se realiza en la tercera y cuarta semana del tratamiento.
Se realizarán los siguientes ejercicios:
68
1. Elevación de la pierna estirada al frente.
El paciente debe de colocarse en decúbito supino con la rodilla sana flexionada de forma
que el pie se apoye en el piso. La pierna afectada debe estar estirada. Asegurándose de
que la parte baja de su espalda tenga una curva normal. Debe poder deslizar la mano entre
el piso y la parte baja de la espalda, tocando el suelo con la palma de su mano y su espalda
tocando el dorso de su mano.
Contraiga los músculos del muslo de la pierna afectada haciendo presión con la parte
posterior de la rodilla hacia el piso. Mantenga la rodilla estirada.
Con los músculos del muslo contraídos y la pierna estirada, levante la pierna de modo
que el talón quede aproximadamente a 30 cm del piso.
Mantenga la posición durante 10 segundos y luego baje lentamente la pierna. Descanse
máximo 10 segundos entre repeticiones.
Repite 10 veces y realice 3 series; se va aumentando progresivamente de acuerdo a como
va evolucionando el paciente. (ANEXO 30)
2. Arcos cortos para el cuádriceps:
Paciente en decúbito supino con las rodillas flexionadas sobre un rodilla de espuma o
sobre una toalla grande enrollada y los talones en el piso.
Levante la parte inferior de su pierna afectada hasta que la pierna esté estirada. Mantenga
la parte posterior de su rodilla en el rodillo de espuma o en la toalla enrollada.
Mantenga la pierna estirada durante 6 segundos, a continuación doble lentamente la
rodilla y baje el talón de nuevo al piso. Descanse durante un máximo de 10 segundos
entre repeticiones.
Repita 10 veces y realice 3 series; se va aumentado progresivamente de acuerdo a como
va evolucionando el paciente. (ANEXO 31)
3. Medias cuclillas con las rodillas y los pies en ángulo hacia el costado
El paciente debe pararse con los pies separados a la distancia de los hombros y con un
ángulo aproximado de 45° hacia los costados.
Mantenga la espalda recta y contraiga los glúteos.
Doble lentamente las rodillas para bajar su cuerpo aproximadamente una cuarta parte del
camino hacia el piso. Trate de mantener la espalda recta en todo momento y no deje que
la pelvis se incline hacia adelante o que sus rodillas se extiendan más allá de la punta de
los dedos de los pies.
Repita 10 veces y realice 3 series; se va aumentando progresivamente de acuerdo a como
va evolucionando el paciente.(Anexo 32)
69
4. Subida al taburete
Se coloca en el piso un taburete de un solo escalón.
Manteniendo la espalda recta, suba al taburete con la pierna afectada. Use sólo la pierna
afectada para subirse al taburete. Luego suba la otra pierna sobre el taburete.
Vuelva a la posición inicial, con los dos pies en el suelo.
Repita 10 veces y realice 3 series; se va aumentando progresivamente de acuerdo a como
va evolucionando el paciente.(ANEXO 33)
5. Bajada de taburete
Paciente sobre el taburete.
Baje lentamente con su pierna buena, permitiendo que el talón toque ligeramente el piso.
A medida que baja, trate de mantener la rodilla afectada moviéndose en línea recta hacia
el dedo medio del pie.
Vuelva a la posición inicial, con los dos pies sobre el taburete.
Repita 10 veces y realice 3 series; se va aumentando progresivamente de acuerdo a como
va evolucionando el paciente (ANEXO 33)
6. Extensión de la rodilla
Ate los extremos de una banda de ejercicios para formar un círculo. Sujete un extremo
del círculo a un objeto seguro o cierre una puerta en el para mantenerlo en su sitio.
Pase el otro lado de la banda de ejercicios alrededor de la rodilla de su pierna afectada.
Mantenga la pierna un poco flexionada a la altura de la rodilla.
Coloque la pierna sana aproximadamente un paso detrás de la pierna afectada. Luego
enderece lentamente la pierna afectada, contrayendo los músculos del muslo.
Mantenga la posición durante 10 segundos, luego vuelva a la posición inicial con la
rodilla un poco flexionada.
Descanse durante 10 segundos.
Repita 10 veces y realice 3 series; se va aumentando progresivamente de acuerdo a como
va evolucionando el paciente. (ANEXO 34)
7. Paciente sentado en el piso, con un rodillo debajo de la rodilla, el paciente debe de presionar
con fuerza hacia abajo provocando la extensión de la rodilla con una contracción isométrica
de la musculatura del cuádriceps, aguantamos la tensión unos 5 segundos y después dejamos
de hacer tensión durante 10 segundos. Repetir el proceso 10 veces y cambiar la pierna.
(ANEXO 35)
8. El paciente en la misma posición, volvemos a crear tensión, esta vez llevando la pierna hacia
arriba y aguantando ahí 5 segundo en contracción isométrica, relajando 5 segundo y volvemos
70
a repetir el proceso anterior. Para dificultar el ejercicio podemos usar tobilleras con peso.
(ANEXO 36)
9. Paciente en decúbito supino, elevamos la cadera manteniendo la rodilla en extensión hasta
30 a 45°. Ahí mantenemos la posición 5 segundos y después volvemos a la posición inicial
con la rodilla en extensión. Esto provoca una contracción isométrica del cuádriceps. Repetir
el proceso 10 veces y cambiar de pierna. (podemos usar tobilleras con peso) (ANEXO 37)
10. Paciente en decúbito prono, colocamos una banda elástica a la altura del tobillo y desde esa
posición, realizamos una flexión resistida de rodilla la banda elástica. La disposición del
elástico resistirá el movimiento de flexión y asistirá la vuelta a la posición inicial. Debemos
realizar la flexión de forma dinámica, el paciente debe de mantener la posición por unos
segundos y después regresar a la posición inicial de forma lenta. Repetimos el proceso 10
veces y cambiamos de pierna. Cuando más tensamos el elástico, mayor tensión tendremos
que hacer en la flexión y se debe de tener cuidado al regresar a la posición inicial evitando
tirones bruscos. (ANEXO 38)
11. Paciente en decúbito supino, debe de sujetar un elástico con las manos y lo hacemos pasar
por la planta del pie. Comenzamos con la extremidad inferior a trabajar en flexión de cadera
y rodilla (no superar 90° de flexión de rodilla). Desde esta posición realizamos una extensión
completa en la extremidad, tras lo cual volvemos lentamente a la posición inicial. Repetir 10
veces con cada pierna. (ANEXO 39)
12. Paciente sentado sobre una pelota terapéutica con los pies apoyados en el suelo, con la ayuda
de un compañero nos provoca pequeños desequilibrios en varias direcciones y debemos
mantener la postura sin despegar los pies del suelo. Realizar el ejercicio durante 1 minuto,
descansar y volver a repetirlo. (ANEXO 40)
13. Paciente parado con la espalda apoyada contra la pared (se puede colocar una pelota
fisioterapéutica), el apoyo de los pies adelantado unos cm con respecto al cuerpo, llevaremos
las rodillas a flexión y ahí mantenemos la posición durante unos segundos, volvemos
lentamente a la posición inicial, descansamos unos segundos y repetimos el proceso. Para
dificultar este ejercicio podemos realizarlo con apoyo solo en una pierna. (ANEXO 41)
14. Paciente parado u realiza un apoyo unipodal, con la rodilla ligeramente flexionada, manos
sobre la cadera, mantener el equilibrio durante unos segundos, después para aumentar la
dificultad del ejercicio se puede usar bases inestables: como un tableto basculante. (ANEXO
42)
3.4. Gimnasio y aumento de la fuerza muscular (83)
En esta fase del tratamiento de la enfermedad de Osgood-Schlatter, cuando el paciente recupera
el equilibrio, la movilidad, el nivel de contracción-relajación y tono muscular de los miembros
71
inferiores; continuamos con los ejercicios en gimnasio para aumentar la fuerza muscular y así
evitar que la patología vuelva aparecer; el hacer ejercicios de fuerza, provoca que los huesos, los
músculos se fortalezcan, a lo mismo que las articulaciones.
En entrenamiento frecuentemente, previene que los músculos que intervienen en movimientos
importantes de la vida diría, como la extensión de las rodillas, se debilite y facilite la aparición
de la patología nuevamente.
Esta parte del tratamiento dura 60 minutos; se utiliza los ejercicios de calentamiento y se va
aumentando 1 ejercicio por cada sesión; cuando se completa todos los ejercicios se aumenta
gradualmente el peso de cada uno, para ir aumentando la fuerza; esta fase se realiza en la quinta
y sexta semana de tratamiento.
1. Bicicleta estática: manejar bicicleta por 10 minutos hacia adelante, luego 10 minutos hacia
atrás, esta rutina es como calentamiento, durante 2 semanas.
2. Orbitrek: Realizar por 10 minutos hacia adelante, luego 10 minutos hacia atrás, esta rutina es
como calentamiento, durante dos semanas.
3. Extensiones del cuádriceps: realiza extensiones 10 repeticiones, 5 series con 30 libras de peso
que luego sistemáticamente se va aumentando el peso, durante 2 semanas.
4. Prensa: realizar 10 repeticiones, 5 series con 40 libras de peso que luego sistemáticamente se
va aumentando el peso, durante 2 semanas.
5. Biceps femoral: Realizar 10 repeticiones, 5 series con 20 libras de peso que luego
sistemáticamente se va aumentando el peso, durante 2 semanas.
6. Extensión de bíceps femoral: realiza extensiones 10 repeticiones, 5 series con 50 libras de
peso que luego sistemáticamente se va aumentando el peso, durante 2 semanas.
72
4. EVIDENCIA CIENTÍFICA RELACIONADA EN EL
TRATAMIENTO FISIOTERAPÉUTICO EN LA ENFERMEDAD DE
OSGOOD-SCHLATTER
Sabbag J, Romangnoli K y colaboradores en el año 2016 llegaron a la conclusión que el
tratamiento conservador es el mejor abordaje en los casos de esta lesión, quedando a
cargo la cirugía sólo aquellos en los que falla y el paciente continúa presentando
sintomatología después del cierre de la epífisis de la tuberosidad anterior de la tibia, y no
se encontró un tratamiento específico de la fisioterapia para la lesión de tratamiento de
Osgood-Schlatter. (86)
Abad.T, River.C. en el año 2013 llegaron a la conclusión que al finalizar el tratamiento
fisioterapéutico los pacientes de la Federación Deportiva de Chimborazo en cuanto a la
valoración final del dolor pueden decir que dos pacientes que corresponden al 6%
presentan un dolor leve, 1 paciente que corresponde al 3% presenta un dolor moderado y
29 pacientes que corresponden al 91% presentan ausencia de dolor. (92)
Perez M. Angélica, Mora L. Esteban. En el 2009 llegan a la conclusión que los pacientes
responden bien con tratamiento conservador, para el cual se utiliza la nemotecnia RICE
(rest, ice, compresión, elevación), basado en reposo de las actividades dolorosas,
aplicación de hielo local o compresas frías, compresión moderada al realizar actividades
físicas y elevación de la rodilla afectada. Se pueden indicar medicamentos analgésicos
según lo requiera el dolor. Las inyecciones de cortico esteroides en la tuberosidad tibial
no se recomiendan debido a las potenciales complicaciones como atrofia subcutánea.
Ejercicios de estiramiento del cuádriceps y un adecuado programa de fortalecimiento
pueden ser iniciados una vez que los síntomas. (100)
Ribeiro. M. en el año 2003 llegó a conclusión que el tratamiento del paciente con
Laserterapia y cinesioterapia y sus objetivos propuestos, dice que hay otra alternativa de
tratamiento distinta a la literatura que consiste en hielo y estiramiento local. Destaca la
importancia de la fisioterapia en el tratamiento de la enfermedad Osgood-Schlatter ya
que se puede utilizar diferentes para aliviar el dolor. (88)
Crespo.S, Cristofini. P, Blanco. A, Heuleu. J en el año 1991 llegaron a la conclusión que
la conducta terapéutica más adecuada es el reposo deportivo 2-3 meses, asociado a
corrientes de baja frecuencia y estiramientos suaves del cuádriceps, en ocasiones puede
ser de utilidad la colocación de una contención elástica. Los tratamientos con yeso o
cirugía son excepcionales. (102)
73
CONCLUSIONES
La enfermedad de Osgood-Schlatter se presenta en jóvenes atletas adolescentes
esqueléticamente inmaduros entre los 10 y 15 años de edad, se da con más frecuencia en
varones que en mujeres,
La enfermedad de Osgood-Schlatter se produce por la tracción repetitiva de la apófisis
de la tuberosidad tibial por el músculo cuádriceps.
Los pacientes con la enfermedad de Osgood-Schlatter presenta dolor en la parte anterior
de la tibia, sensibilidad a la palpación, una tumoración dolorosa, cuando bajan o suben
escaleras se produce el dolor y en ocasiones pueden presentar edemas.
El diagnóstico de la enfermedad de Osgood-Schlatter se realiza con un examen físico y
por exámenes de imágenes como los rayos x, ecografía o resonancia magnética siendo
estas últimas las más útiles para evaluar a fondo el tendón rotuliano.
En los tratamientos de la enfermedad de Osgood-Schlatter tenemos al tratamiento
conservador donde el médico ordena la inmovilización del miembro afectado con yeso
durante 3-6 semanas y la administración de fármacos, el tratamiento quirúrgico y la
terapia física.
En el tratamiento de terapia física se puede usar agentes físicos como el ultrasonido ya
que en la aplicación pulsada no produce ningún efecto perjudicial a la epífisis de
crecimiento.
74
RECOMENDACIONES
Realizar más estudios que permitan profundizar sobre la fisiopatología de la enfermedad
de Osgood-Schlatter.
Dar la importancia respectiva al diagnóstico fisioterapéutico para la detección de la
enfermedad de Osgood-Schlatter, para prevenir y modificar complicaciones posteriores
a través de campañas de detección de la EOS en atletas adolescentes.
Asegurarse que los pacientes diagnosticados con la enfermedad de Osgood-Schlatter
sigan paso a paso el tratamiento para prevenir complicaciones.
Realizar más estudios que profundicen sobre los efectos de la aplicación de agentes
físicos en adolescentes en etapa de crecimiento.
Que los deportistas entre las edades de 10 y 15 años deben estar supervisados
constantemente por el médico y el entrenador con el fin de evitar que se presente la
enfermedad de Osgood-Schlatter.
75
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Schlatter.Apropositode 14 casos. Barcelona. 1991)
81
ANEXO 1:
Desarrollo esquemático de la tuberosidad anterior de la tibia.
REFERENCIA: Balius Juli, R, E. Vendrell. Torné and X. Espiga Tugas. “Enfermedad
de Osgood-Schlatter secuelas y complicaciones.” Apunts Medicina del I” Esport (
castellano) 23.088 (1986): p. 85-92
82
ANEXO 2:
Diagrama de la articulación de la rodilla
REFERENCIA: Uzunov V. The Pathophysiology and Rehabilitation of Osgood-
Schlatter Syndrome. 2015.
TENDÓN ROTULIANO
TUBEROSIDAD TIBIAL
TIBIA
RÓTULA
MÚSCULO CUÁDRICEPS
FÉMUR
83
ANEXO 3:
Histología del tendón
A.- Sección longitudinal de un tendón; los núcleos aplanados corresponden a los tenocitos
dispuestos entre los haces de fibras de colágena. Hematoxilina-eosina.
B.- Haz de fibrillas de colágena. TEM.
REFERENCIA: Dr. Jose Peña Amaro. Histologia de la insercion tendinosa.
Departamento de ciencias morfológicas. Cordoba
A B
84
ANEXO 4:
Histología de la unión miotendinosa (UM)
A.- Tendón muestra tinción pálida; las zonas de contacto muestran un patrón de interdigitación.
Azul de toluidina.
B.- En el centro, una fibra muscular cortada transversalmente a nivel de la zona de unión
miotendinosa. Es normal que la fibra mucular presente hendiduras y núcleos internalizados.
Hematoxilina-eosina.
A B
REFERENCIA: Dr. Jose Peña Amaro. Histologia de la insercion tendinosa.
Departamento de ciencias morfológicas. Cordoba
85
ANEXO 5:
Histología de la unión miotendinosa (UM)
Invaginaciones profundas a nivel del extremo final de la fibra muscular, entre las cuales se
introducen las fibrillas de colágena. En las proyecciones digitiformes de la superficie de fibras se
pueden ver la mayor electrodensidad de las placas de adhesión (flechas). MET.
REFERENCIA: Dr. Jose Peña Amaro. Histología de la inserción tendinosa.
Departamento de ciencias morfológicas. Cordoba
86
ANEXO 6
Histología de la unión miotendinosa (UM)
A. Unión osteotendinosa (entesis) con evidencia de fibrocartílago. Hematoxilina eosina.
B. Unión osteotendinosa sin evidencia de fibrocratilago; la flecha indica una fibra de
Sharpey introduciéndose profundamente en la inserción ósea. Hematoxilina eosina.
A B
REFERENCIA: Dr. Jose Peña Amaro. Histología de la inserción tendinosa.
Departamento de ciencias morfológicas. Cordoba
87
ANEXO 7
Músculo cuádriceps
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
Recto femoral
Vasto lateral Vasto medial
88
ANEXO 8
Músculo Recto Femoral
A. La firmeza del recto femoral se evalúa estirando el músculo con la extensión combinada
de la cadera y la flexión de la rodilla.
B. Al permitir que la cadera se flexione, se pone flojo el recto femoral y se permite la flexión
completa de la articulación de la rodilla.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
89
ANEXO 9
Músculo Vasto Medial
La atracción del recto femoral y del vasto intermediario es paralela al vástago del fémur.
La línea de tracción del vasto lateral es lateral al fémur. El tendón rotuliano tira de la
rótula distalmente. La suma de estas fuerzas es un tirón proximal y lateral en la rótula.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
Recto
femoral
Vasto
lateral
Vasto
medio
90
ANEXO 10
Ángulo Q
El ángulo Q está formado por una línea a través de ASIS de la pelvis y el centro de la
rótula y la línea desde el centro de la rótula hasta el tubérculo tibial.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
Espina iliaca
anterosuperior (ASIS)
Angulo Q
Patela
91
ANEXO 11
Ángulo Q
A. En alineación normal, el ángulo Q es aproximadamente igual al ángulo en valgo de la
rodilla.
B. La torsión lateral de la tibia puede aumentar el ángulo Q mientras que el ángulo en
valgo permanece sin cambios.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
Ángulo Q
92
ANEXO 12
Cálculo del cuádriceps con la fuerza necesaria para sostener la rodilla
extendida en 30° con un peso de 10 libras alrededor del tobillo.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
93
ANEXO 13
Extensión de rodilla (sistema de poleas)
Una polea o sistema de leva ejerce una resistencia perpendicular (R) en todo el rango de
extensión de la rodilla
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
94
ANEXO 14
Cálculo del momento interno en la rodilla, manteniendo la rodilla
extendida a 30 ° con un peso de 10 libras en el tobillo.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
95
ANEXO 15
Cálculo de las fuerzas de reacción en la articulación tibiofemoral
cuando la rodilla extendida a 30 ° sostiene un peso de 10 libras en el
tobillo.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
96
ANEXO 16
Co-contracción de los músculos en la rodilla
Durante la co-contracción de la cuádriceps y isquiotibiales, el tirón de la isquiotibiales (H) aplica
una fuerza de corte posterior (HS) que protege el ACL de la fuerza de corte del cuádriceps (QS).
Q es la fuerza del músculo cuádriceps y HC y QC son los componentes compresivos del
isquiotibial y fuerza muscular cuádriceps, respectivamente.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
97
ANEXO 17
Fuerzas y tensiones en la articulación femororrotuliana
Es una simplificación justificable suponer que el tirón del tendón del cuádriceps (FQ) y el tendón
rotuliano (FT) son iguales, porque la rótula actúa de manera similar a una polea para el complejo
cuádriceps.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
98
ANEXO 18
Fuerzas y tensiones en la articulación femororrotuliana
A. Cuando la rodilla está flexionada, las fuerzas del mecanismo extensor (FQ y FT) empujan la
rótula hacia el fémur.
B. Cuando la rodilla está extendida, las fuerzas del mecanismo extensor empujan la rótula casi
paralela al fémur.
REFERENCIA: Carol A. Oatis. Kinesiology The mechanics & Pathomechanics
of human movement. 2009.
99
ANEXO 19
Examen Físico
Se observa una prominencia y tumefacción sobre el tubérculo anterior de la tibia.
REFERENCIA: Roberto Galván Lizárraga & Mario Martínez Villalobos.
Enfermedad de Osgood-Schlatter. 2007 Abr.-Jun. Vol 3 (5)
100
ANEXO 20
Resonancia magnética de la enfermedad de Osgood-Schlater
Un estudio de caso típico de la progresión de la EOS en un niño activo durante un período de 2
años. (A) A los 10 años de edad, el desarrollo de la tuberosidad tibial estaba en la etapa
cartilaginosa y normal. (B) A los 11 años de edad, esta imagen mostró que una lágrima había
aparecido en el centro de osificación secundaria (flecha) y el desarrollo de la tuberosidad tibial
estaba en la etapa apofisaria. (C) Después de 1 mes, la imagen de RM mostró una capa abierta
como separación (flecha) y la enfermedad había avanzado a la etapa progresiva. El crecimiento
de la tuberosidad tibial había ingresado en la epífisis escenario. La intensidad de la señal alta
apareció dentro del tendón rotuliano. (D) Después de 2 meses, la imagen de RM mostró que una
parte avulsionada anterior había sido separado (flecha). (E) A los 12 años de edad, el osículo se
había movido más hacia arriba (flecha).
REFERENCIA: Uzunov V. The Pathophysiology and Rehabilitation of Osgood-
Schlatter Syndrome. 2015.
101
ANEXO 21
Escala de LEFS
DISPONIBLE EN: http://slstpaso.com/wp-content/uploads/2015/09/SPANISH-
LEFS-1.pdf
102
ANEXO 22
Rango de movimiento activo
A. Extensión activa de la rodilla fisiológica en sentado.
B. Flexión fisiológica activa de la rodilla en la sesión
A B
REFERENCIA: Chad E. Cook, Pt, PhD, MBA,OCS,COMT. Orthopedic manual
therapy an Evidence- Based Approach.
103
ANEXO 23
Flexión fisiológica de la rodilla
ANEXO 24
Flexión de la rodilla con abducción y aducción.
REFERENCIA: Chad E. Cook, Pt, PhD, MBA,OCS,COMT. Orthopedic manual
therapy an Evidence- Based Approach.
REFERENCIA: Chad E. Cook, Pt, PhD, MBA,OCS,COMT. Orthopedic manual
therapy an Evidence- Based Approach.
ABDUCCIÓN ADUCCIÓN
104
ANEXO 25
Extensión fisiológica pasiva
ANEXO 26
Extensión de la rodilla con aducción y abducción
REFERENCIA: Chad E. Cook, Pt, PhD, MBA,OCS,COMT. Orthopedic manual
therapy an Evidence- Based Approach.
ABDUCCIÓN ADUCCIÓN
REFERENCIA: Chad E. Cook, Pt, PhD, MBA,OCS,COMT. Orthopedic manual
therapy an Evidence- Based Approach.
105
ANEXO 27
Rotación interna y externa de la tibia
ROTACIÓN INTERNA
ROTACIÓN EXTERNA
REFERENCIA: Chad E. Cook, Pt, PhD, MBA,OCS,COMT. Orthopedic manual
therapy an Evidence- Based Approach.
106
ANEXO 28
Goniometría de la rodilla
Flexión de cadera derecha a partir de la posición 0 con la rodilla en flexión (paciente en decúbito
dorsal).
REFERENCIA: Claudio H. Taboadela. Goniometria. 1a ed. Buenos aires, 2007
107
ANEXO 29
Goniometría de la rodilla
Extensión de cadera izquierda a partir de la posición 0 (paciente en decúbito ventral).
REFERENCIA: Claudio H. Taboadela. Goniometria. 1a ed. Buenos aires, 2007
108
ANEXO 30
Elevación de la pierna estirada al frente
ANEXO 31
Arcos para el cuádriceps
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
109
ANEXO 32
Medias cuclillas con las rodillas y los pies en ángulo hacia el costado
ANEXO 33
Subida y bajada del taburete
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
Subida al taburete Bajada del taburete
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
110
ANEXO 34
Extensión de la rodilla
ANEXO 35
Paciente presiona el rodillo
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
111
ANEXO 36
Elevación de la rodilla con rodillo
ANEXO 37
Elevación de la pierna
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
112
ANEXO 38
Ejercicio con banda elástica
ANEXO 39
Ejercicio con banda elástica
DISPONIBLE EN: https://www.efisioterapia.net/articulos/protocolo-ejercicios-el-dolor-
rodilla
DISPONIBLE EN: https://www.efisioterapia.net/articulos/protocolo-ejercicios-el-dolor-
rodilla
113
ANEXO 40
Ejercicio con pelota fisioterapéutica
ANEXO 41
Ejercicio con pelota fisioterapéutica
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.
114
ANEXO 42
Ejercicio unipodal
REFERENCIA: Dr. Jose Fernando Aroca Celi. Incidencia de la enfermedad Osgood-
Schlatter en los adolescentes de la escuela de futbol, fuerza amarilla de la ciudad de
machala 2013.