Encuentro de jóvenes para dialogar sobre otras
formas de participación ciudadana
La población joven en Colombia para el 2018 está estimada en un total de 12,757,040 entre los 14 y 28 años
de edad, es decir casi ¼ de la población. Las cifras de desempleo presentadas por el DANE proyectan que
un 43,3 % de esta población se encuentra económicamente inactiva. Del total de ciudadanos habilitados para
votar, tan sólo 4 de 10 jóvenes colombianos acuden a las urnas, siendo una de las franjas electorales con
mayor abstención. En términos generales existe una tendencia en los jóvenes colombianos a ser escépticos
y apáticos ante la participación ciudadana. Las cifras de desempleo juvenil, así como la cobertura en la
educación varían según las regiones. En la mayoría de municipios y corregimientos rurales del país existe
una tendencia de migración en los jóvenes hacia las ciudades, obligándolos a abandonar sus familias y
territorios. El desempleo y las ofertas académicas son los principales motivos del traslado a las ciudades.
También la violencia, pues es importante entender que los jóvenes y las mujeres han sido siempre los
principales afectados por los fenómenos violentos. Por otro lado, el relevo generacional cuelga frágil ya que
los jóvenes viajan a las ciudades para no volver o volver sin conocimientos adquiridos que nutran su
comunidad, dejando a un lado también las enseñanzas y conocimientos que sus padres también heredaron
sobre el territorio y las tradiciones.
Sin embargo, en varias regiones del país empiezan a visibilizarse las juventudes, liderando distintos procesos
de empoderamiento y resiliencia. Jóvenes que buscan desarrollar nuevas habilidades, organizarse y no tener
que migrar de sus territorios. Es allí donde las agendas de juventud han comenzado a desarrollarse de
manera conjunta y colectiva. Cada contexto es diferente y por ello los procesos difieren en sus objetivos y
metodologías, pero todos visibilizan poco a poco a los jóvenes que empiezan a buscar una mayor
representación y contribución, pues han entendido que su participación en la toma de decisiones es un
derecho fundamental y constitucional. Dentro de este contexto Swissaid Colombia apoya procesos de
participación ciudadana y distintas iniciativas, lideradas por jóvenes y mujeres en varias regiones del país.
Con la intención de desarrollar políticas públicas de juventud con una perspectiva de género y paz, la
organización ha sido fundamental en la articulación de dichos procesos a nivel regional y nacional.
En el marco de esta apuesta, a inicios del mes junio del 2018 se realizó un encuentro de jóvenes en el
departamento de Sucre, liderado por la plataforma de Jóvenes Participando Alternativamente (JPA) y la
Corporación de Profesionales Construyendo Ciudadanía (CPCC). El evento duró una semana y fueron
invitados jóvenes de distintas regiones del país: Antioquia, Boyacá, Chocó y los anfitriones sucreños.
La semana inició en Sincelejo, los participantes fueron recibidos por los colectivos “Sincelejo Tiene Sed” y la
JPA, quienes extendieron una invitación a la zona rural de Chochó, lugar en el que visitaron la zona protegida
Parque UEI. En uno de los kioscos tomó lugar la presentación de cada uno de los colectivos, así como de los
jóvenes participantes, los testimonios retrataron la situación en las distintas regiones y narraron las
problemáticas a las que se enfrentan dentro de un ambiente de respeto y confianza. Los invitados recorrieron
el terruño y pudieron estar en contacto con la vegetación del bosque seco tropical en el Parque UEI, que tras
un proceso de siete años pasó de ser un potrero para ganado, a un lugar lleno de magia y naturaleza. Un
proyecto que renueva la esperanza, invita a reflexionar sobre los usos de la tierra y la relación con nuestros
territorios.
Luego llegó la hora de volver a Sincelejo. Al volver el grupo de jóvenes que llegaba desde Pueblo Rico,
Antioquia esperaba a los demás para luego dirigirse hacia una presentación y socialización de las actividades
de los siguientes días. En esta charla se compartieron expectativas, saberes y varias carcajadas. Dos
grandes anchetas cerraron el día como regalo a los jóvenes invitados, productos típicos de la región que
fueron compartidos para el gusto de quienes no los conocían. Un gran inicio para las actividades en las que
la voz de las juventudes será la protagonista durante todo el encuentro.
El segundo día las actividades comenzaron más temprano.
A las ocho de la mañana los grupos de distintas regiones
del país emprendieron un viaje hacia el municipio de
Tolúviejo. En el lugar fueron recibidos en el centro
educativo del corregimiento de Macaján, por los jóvenes del
territorio representantes de la organización Megacopete y la
asociación cristiana Yo soy Cristo.
Al llegar se realizó una presentación de los procesos
locales junto a un breve repaso de la historia del territorio y
las problemáticas a las que se enfrentan las juventudes.
Seguido a esto se inició una actividad liderada por Mariela
Milanés que buscó una reflexión sobre los procesos de
participación ciudadana, contenido que se fundamentó en
la enseñanza de estrategias alternativas para incidir en la
agenda de los municipios. De la experiencia se rescata la
importancia de entender la participación como un derecho
fundamental y constitucional, en el que existe un deber de
ejercer el cumplimiento del mismo desde lo individual y
colectivo.
Se plantearon los distintos niveles de participación y la
necesidad de democratizar la información y los discursos
para permitir la ejecución de proyectos de manera eficaz y
concreta. Todo esto bajo una visión de pedagogía didáctica
en la que al trabajar en colectivo se despliegan distintas
posibilidades, reflejo de la diversidad de nuestra sociedad.
Bajo el sol del caribe colombiano los invitados tuvieron la
fortuna de probar platos típicos de la región, producto de la
sazón de las mujeres que habitan en el territorio. Entre risas, compañerismo y baile se hizo la presentación
de un grupo de danza, la cumbia terminó con una bella ronda de aplausos. Posteriormente recorrieron los
bosques de la vereda junto a un arroyo donde algunos de los visitantes se dieron un baño. Dentro de las
preocupaciones presentes en la comunidad se encuentran las canteras, la ganadería extensiva, la migración
de los jóvenes a las ciudades y la falta de oportunidades para concertar economías solidarias. Por último,
pudieron conocer el trabajo artesanal de marmolería en una de las casas del corregimiento, en donde
escucharon de la voz de uno de los artistas del mármol sus procesos y dificultades. Las actividades
culminaron con una calurosa despedida y voces de agradecimiento.
El tercer día las actividades se desarrollaron en el
municipio de Los Palmitos. Los jóvenes fueron
recibidos en el centro educativo donde se realizó la
primera Asamblea Municipal de Juventudes, hecho
histórico en la región, pues nunca antes se había
organizado tal evento. Con la participación activa de
más de 180 jóvenes de distintas regiones del país.
Luego de una breve presentación se inició la agenda
del día con la lectura de las leyes que defienden el
derecho a la participación ciudadana de juventudes.
La corporación de profesionales construyendo
ciudadanía – CPCC, con ayuda del promotor local
Carlos Santarrosa, ha logrado una plataforma de
juventudes de distintos colectivos y organizaciones de
las zonas rural y urbana de Los Palmitos. Estas
divergen su línea de acción y enfoque, pero al
articularse han logrado una mayor participación y
unidad de trabajo.
La mañana continuó con una intervención del alcalde
del municipio, quien realizó una rendición de cuentas y
del estado actual del presupuesto para la juventud.
Las cifras son preocupantes, pues el presupuesto
para inversión en la educación es muy limitado para
un municipio de más de veinte mil habitantes. Luego
de la intervención del alcalde se realizó una
presentación por parte de un grupo de danza al ritmo
de la cumbia. Tras los aplausos se continúo con la
agenda, los asistentes se dividieron en mesas de
trabajo en las que los jóvenes de distintas regiones
socializaron sus experiencias y reflexionaron alrededor
de preguntas sobre la participación ciudadana y la
importancia de los jóvenes.
Dentro de los aprendizajes que quedan de este
encuentro se suman a ellos los lazos de complicidad y
amistad creados entre los participantes. Estos
encuentros vuelven tangibles las palabras que hacen
de la unión una fuerza que logra trascender las
diferencias y las fronteras invisibles. La situación de
nuestro país es compleja, las juventudes se han visto
afectadas por las guerras de quienes lo controlan. La
resignación generalizada es preocupante, pero los
jóvenes son quienes deben asumir el país que queda.
Pese a las complicadas circunstancias estos
encuentros llenan de esperanza a quienes ya lo han
asumido, crean lazos y se articulan a los distintos
proyectos que ya existen en distintas regiones del
país. Las experiencias de cada proceso se nutren
entre sí aun cuando sus contextos y objetivos difieren,
pero estos espacios son fundamentales para que las
agendas locales y nacionales de juventudes empiecen
a resonar y tener una mayor incidencia sobre las
comunidades.
Fotografías y artículo: Gregorio Díaz