Download - Elvuelodefrancisca
© Brenda Ríos, textos© Leonor Pérez B., ilustraciones© Pehuén Editores, 2011 [email protected] www.pehuen.cl
Inscripción Nº 207.698 ISBN 978-956-16-0528-2
Primera edición, septiembre 2011
Edición al cuidado de Marcela López O.
Diseño y diagramación Olaya Fernández A.
Impreso en los talleres de Maval Ltda.
Derechos reser vados para todos los países de lengua castellana.
Ninguna par te de este libro puede ser reproducida, transmitida o almacenada, sea por procedimientos mecánicos, ópticos, químicos, eléctricos, electrónicos, fotográficos, digitales incluidas las fotocopias, sin autorización escrita de los editores.
IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE
L e o n o r P é r e z B .I l u s t r a c i o n e s
FranciscaEl vuelo de B r e n d a R í o s
M863S586v Ríos, Brenda. El vuelo de Francisca / Brenda Ríos ; Leonor Pérez B. ilustraciones. –- 1a. ed. -- Santiago de Chile : Pehuén, 2011. [28] p. : il. col. ; 21x21 cm. ISBN: 978-956-16-0528-2
1. Cuentos infantiles mexicanos. I. t. I I. Pérez, Leonor, il.
Cuando salí de la escuela ya
estaba ahí. Apareció hace
exactamente dos semanas.
Una mariposa blanca.
Revolotea, revolotear es
otra manera de volar, como
dar vueltas, como cuando
uno gira y gira en el baile...
Recuerdo bien porque ese
día había muer to mi abuela.
El día que Francisca murió yo no
sabía qué hacer.
Los demás esperaban cosas de mí,
unos que no llorara,
otros que llorara, pero no podían
mirarme por dentro: la gente no
puede mirar por dentro a los demás.
Nos daríamos cuenta si estamos
tristes o alegres.
Mis amigos me abrazaron.
No sabían qué decirme y
cuando no sabemos qué decir,
abrazamos. Un abrazo es como
muchas palabras juntas.
Voy a la escuela como si no pasara nada,
la maestra me hace preguntas y
tengo que responder...
Pero nadie sabe cómo me siento adentro.
Francisca ya no estará más. No estará su voz.
Su voz es como su cara: blanca, enorme.
¿A dónde se van las abuelas cuando se van?
La mariposa me sigue a todas par tes.
¿Y si mi abuela la mandó para que
me cuide, para ver que coma bien
y no esté triste?
Una vez Francisca me contó que toda mariposa primero
tiene que ser un gusano feo, feo; nadie lo querría de tan feo
que es. Por eso se quedan encerrados como envueltos
en una sábana, pegados al techo o a una hoja o a un árbol
y un día, cuando uno ya se cansó de verlos dormir, salen
de ahí y vuelan.